Reconciliación Territorial. ¿Un nuevo camino hacia el futuro?
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Reconciliación Territorial. ¿Un nuevo camino hacia el futuro?
Reconciliación Territorial. ¿Un nuevo camino hacia el futuro?
Paula Hoffmann Porras
Universidad Nacional de Colombia
Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Trabajo Social
Bogotá, Colombia
2016
Reconciliación Territorial. ¿Un nuevo camino hacia el futuro?
Reconciliación Territorial. ¿Un nuevo camino hacia el futuro?
Paula Hoffmann Porras
Trabajo de investigación presentado como requisito parcial para optar al título de:
Especialista en Acción sin Daño y Construcción de Paz
Directora:
Olga del Pilar Vásquez Cruz
Línea de Investigación:
Conceptualización teórica
Universidad Nacional de Colombia
Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Trabajo Social
Bogotá, Colombia
2016
Reconciliación Territorial. ¿Un nuevo camino hacia el futuro?
¿Qué faceta humana nos destruye?
El conformismo, la aceptación de la realidad
como un destino y no como un desafío que
nos invita al cambio, a resistir, a rebelarnos, a
imaginar en lugar de vivir el futuro como una
penitencia inevitable.
Eduardo Galeano
Reconciliación Territorial. ¿Un nuevo camino hacia el futuro?
Agradecimientos
A cada uno de los pasos que he dado a lo largo de mi vida, los cuales me han permitido
conocer el alcance del amor de mi familia, mis amigos y amigas; pasos que me han
llevado a averiguar el sabor de las lágrimas de felicidad y aunque también me han
conducido a encontrarme con la angustia, la soledad y la preocupación, me enseñaron y
enseñan el valor de los sueños y la entrega, del amor y la comprensión, de la lucha y la
coherencia en este mundo tan voraz, tan mágico y tan ajeno.
Resumen y Abstract IX
Resumen
El presente trabajo busca desarrollar un posible concepto de reconciliación territorial
desde el caso de retorno La Hacienda Nueva Esperanza en Córdoba, a partir de un
acercamiento conceptual a los términos reconciliación y territorio. Lo anterior dadas las
fracturas y cambios que un despojo supone a nivel personal, colectivo e histórico en una
comunidad. Más allá de encontrar un término rígido y ambicioso, nos acercaremos a una
serie de retos y responsabilidades en el entramado de relaciones que contiene el
territorio.
Palabras clave: reconciliación, territorio, capacidades locales, significaciones.
X Reconciliación Territorial. ¿Un nuevo camino hacia el futuro?
Abstract
The following article aims to develop a possible concept of territorial reconciliation from
the return case “La Hacienda Nueva Esperanza” in Cordoba, based on a conceptual
approach to the terms of reconciliation and territory. All of the above, given the fractures
and changes that a dispossession implies at a personal, collective and historical level in a
community. Beyond finding an ambitious and rigid term, a close up of a series of
challenges and responsibilities will be presented, in the framework of the relations that
the territory has.
Keywords: reconciliation, territory, local capacities, significations.
Contenido XI
Contenido
Pág.
Resumen ..............................................................................................................................IX
Lista de figuras ..................................................................................................................XII
Introducción ......................................................................................................................... 1
1. Acercándonos a los conceptos .................................................................................. 3 1.1 La Construcción de Paz como proceso .............................................................. 3 1.2 Una mirada al concepto de Reconciliación ......................................................... 5
2. Entendiendo el Territorio ............................................................................................. 7 2.1 Dimensión geoespacial-biofísica ......................................................................... 8 2.2 Dimensión social ................................................................................................. 9 2.3 Dimensión económica ......................................................................................... 9 2.4 Dimensión política ............................................................................................. 11 2.5 Dimensión cultural ............................................................................................. 11
3. Conociendo el doble despojo de Las Tangas ......................................................... 13
4. Reconciliación territorial ........................................................................................... 18
5. Conclusiones y recomendaciones ........................................................................... 29 5.1 Conclusiones ..................................................................................................... 29 5.2 Recomendaciones ............................................................................................. 30
Bibliografía ......................................................................................................................... 33
Contenido XII
Lista de figuras
Pág.
Mapa 1: Localización geográfica de la hacienda La Nueva Esperanza. ................. 9
Introducción
Imaginemos un lugar en el cual solemos pasar una cantidad de tiempo considerable a
diario, en donde compartimos junto a personas que queremos actividades que nos
identifican y agradan. Recordemos la forma en que llegamos a aquel lugar, los momentos
buenos que hemos vivido allí y también los inconvenientes que se han presentado en
dicho espacio. Imaginemos cómo será aquel lugar en unos años y cuál será nuestra
relación con el mismo. Ahora, pensemos que por motivos externos, que atentan contra
nuestra integridad y la de quienes comparten aquel espacio con nosotros, tenemos que
abandonarlo junto con todo lo que hay allí: desde objetos personales, papeles, historias,
recuerdos, personas… Y no sabemos si algún día podremos volver. Pensemos en la
posibilidad de volver a aquel lugar después de largos años, tiempo que se encargó de
llevarnos a otras partes y también generó cambios en ese territorio inicial, el cual se
presenta con otras características, personas diferentes y dinámicas ajenas a nosotros. El
proceso de apropiación de dicho espacio supone un reto.
Dimensionar un desplazamiento forzado no es posible ni siquiera haciendo el ejercicio
anterior, ya que el espacio que mencionaba antes, conocido como territorio, no se puede
comparar con lo que para un campesino representa dadas las cargas históricas,
culturales y simbólicas que existen.
Los procesos de reconciliación que se adelantan en escenarios de retorno deben
reconocer las particularidades y dimensiones del territorio, las relaciones existentes entre
los actores y éste, las capacidades locales y las responsabilidades estatales en dicho
proceso así como los alcances temporales de tales acciones.
2 Introducción
Para el presente trabajo se busca tener un acercamiento al caso de retorno de familias
campesinas en la finca Las Tangas, ahora llamada Hacienda Nueva Esperanza, ubicada
en el corregimiento Villanueva en el departamento de Córdoba. Dicho acercamiento
busca ejemplificar y permitir analizar las relaciones existentes entre una reconciliación
enmarcada por la complejidad del territorio y las dinámicas de una comunidad que decide
retornar a su lugar de origen, lo cual supone una serie de retos en diferentes niveles.
Lo anterior busca desarrollar un posible concepto de reconciliación territorial, ya que si
bien existe un bagaje teórico frente al término reconciliación, los procesos en las
comunidades que retornan a los lugares de donde fueron despojados suponen reconocer
relaciones, actores y dinámicas particulares en dicho proceso, en donde incluso existen
vínculos y rupturas directas con el territorio en sus múltiples dimensiones.
Para alcanzar dicho objetivo desde el caso La hacienda Nueva Esperanza es necesario
dividir el trabajo en cuatro momentos. El primer capítulo inicia con una conceptualización
del término reconciliación y cómo éste se relaciona con la Construcción de Paz. El
segundo nos adentra en las múltiples discusiones que existen frente al territorio,
acercándonos a las diferentes dimensiones que lo componen y así tener una mirada más
amplia frente al término. El tercer capítulo nos acerca al caso de retorno de las familias a
Las Tangas, en donde se mostrará un contexto histórico de los diferentes momentos en
donde las dinámicas dentro de esta hacienda se han ido transformando, lo cual permitirá
ir aterrizando el objetivo principal de este trabajo a partir de la interconexión entre
términos, experiencias y posibles vacíos que existan, logrando así un posible concepto
de reconciliación territorial, el cual se encuentra en el último capítulo.
1. Acercándonos a los conceptos
El término reconciliación se ha empleado de forma indiscriminada en diferentes
contextos, razón por la cual muchas veces no permite remitirse a algo concreto dentro
del marco en el cual se nombra, sino que sirve como una palabra que supone un proceso
o momento positivo, muy relacionado al perdón. Dentro de la multiplicidad de
interpretaciones y significados relacionados a la reconciliación, suele evidenciarse una
confusión, o mejor, una idea frente a la que la reconciliación es un sinónimo de la
construcción de paz. Dado lo anterior y frente a la necesidad de conceptualizar y ubicar
el término reconciliación es necesario diferenciar ambos términos pero reconocer las
conexiones existentes entre los dos, para así tener un panorama más amplio y claro
frente al momento de cada uno de los procesos.
1.1 La Construcción de Paz como proceso
Para ubicarnos cronológicamente debemos remitirnos a los aportes que hace María
Zapata (2009) en torno a la historia del concepto de construcción de paz. Ella sitúa en los
años 90 el primer momento en donde el término construcción de paz aparece, tras la
finalización de la Guerra Fría. En el siglo XX, Galtung define el concepto, y es quien le
atribuye dimensiones mucho más amplias y vistas a largo, las cuales fueron reducidas
por el modo en que las Naciones Unidas desarrolló el concepto: la construcción de paz
en el marco del posconflicto, la cual evitaría recaer de nuevo en los conflictos existentes.
Dado que frente a dicha reflexión empezaron a surgir nuevos puntos de análisis, como el
papel de los sujetos, las nociones de paz y su construcción, así como la posible
prevención de los conflictos, en el siglo XXI se crea la Comisión de Construcción de Paz,
institucionalizándose el concepto de construcción de paz y todo lo que éste implicaba,
trascendiendo la idea de un mero manteniendo de la paz.
4 Reconciliación Territorial. ¿Un nuevo hacia el futuro?
Galtung (1969) planteó una relación recíproca entre violencia y paz, en donde era
esencial entender el primero término para definir el segundo. De aquí surgen dos
nociones de violencia: una directa que es personal, y una indirecta que es de
orden estructural. Esta reflexión dio entrada a que la paz para Galtung (1996) se
tuviese que pensar de manera más amplia, razón por la cual conceptualizó dos
perspectivas de paz. Una, la paz negativa, refiere a una ausencia de todo tipo de
violencia, tendiendo a ser pesimista y no contemplar medios pasivos para
alcanzar la paz. La otra, la paz positiva, apunta a una integración estructural,
siendo optimista y preventiva, y buscando medios pasivos para alcanzar la paz.
Éste último tipo de paz abarca ámbitos tanto personales, culturales, como
estructurales, lo cual permite que la perspectiva de resolución de conflictos vaya
más allá de la esfera política.
Los aportes de Jhon Paul Lederach (1999) en torno a la noción de paz permiten
que la sitúe como un proceso en constante construcción, proyectado a largo
plazo, con multiplicidad de actores y diferentes niveles de trabajo. En torno a los
actores, el autor plantea tres niveles donde confluyen figuras clave que permiten
esbozar un enfoque de construcción de paz desde cada uno de estos. El primer
nivel, de liderazgo alto, incluye a los máximos dirigentes (políticos, religiosos,
militares, entre otros), y la visión de paz le apunta a un alto al fuego,
principalmente. El segundo nivel, el de liderazgo medio, incluye a líderes de grado
medio (étnicos, religiosos, académicos, entre otros), y la construcción de paz
desde este nivel le apunta a que gracias a quienes hacen parte de este grupo y la
forma como se relacionan con los otros niveles, se pueda consolidar una
infraestructura para alcanzar y mantener la paz. El tercer nivel, liderazgo de las
bases, representa a la base de la sociedad, reuniendo a una gran cantidad de
personas que en su mayoría “viven en condiciones de supervivencia” y han sido
más fuertemente afectados por la violencia y el conflicto (Lederach, 1999).
Para la construcción de paz desde este nivel el autor se remite a un enfoque de
arriba hacia abajo, donde se le brindan a los actores la posibilidad de construir y
trabajar en torno a cuestiones de paz y resolución de conflictos. Esta proyección a
Capítulo I 5
largo plazo se acompaña de una perspectiva que trasciende la mera búsqueda
del cese de hostilidades, apuntándole a las causas estructurales de los conflictos,
partiendo de garantizar el ejercicio pleno de los derechos fundamentales de los
individuos que conforman una sociedad (Katz, 2011).
1.2 Una mirada al concepto de Reconciliación
Es común encontrar en la literatura sobre construcción de paz, en documentos
institucionales que refieren a la misma, y en general en problemáticas sobre
conflictividades, que el término reconciliación aparece reiterativamente y la mayoría de
veces no se acompaña de una definición que aterrice y conceptualice dicho término.
Al igual que como ocurre con la noción de construcción de paz, en materia de
reconciliación existe multiplicidad de nociones, lo cual genera el uso indiscriminado del
término. Cuando nos remitimos a la literatura sobre reconciliación, surge de inmediato
una duda y es si existe una diferencia entre la reconciliación y la construcción de paz.
Autores como Méndez (2011) le otorgan a la reconciliación un lugar macro, en la medida
que la desliga de la relación personal que puede tener con los sujetos de una sociedad y
la ubica en un nivel político, en donde la responsabilidad recae sobre el Estados y las
diferentes instituciones que pueden llegar a plantear lineamientos que consoliden dicha
reconciliación. De Gamboa (2004) concibe la reconciliación como una medida
restaurativa, que se sitúa a nivel político e implica el reconocimiento de la cultura e
historia de las víctimas.
La reconciliación puede verse también como un proceso o un fin. Para Bloomfield (2006),
la reconciliación debe ser vista como un proceso, ya que al verse como un fin se puede
caer en un tipo ideal de sociedad, el cual puede ser demasiado optimista y armónica para
lo que la realidad supone. Esta visión como proceso tiende a incluir multiplicidad de
actores ya que puede existir una reconciliación de arriba hacia abajo o de abajo hacia
6 Reconciliación Territorial. ¿Un nuevo hacia el futuro?
arriba, donde cada nivel tiene actores particulares y se puede implementar dependiendo
del momento histórico por el cual esté transitando una sociedad. Esto nos remite a los
planteamientos de Lederach frente a quienes hacen parte de un proceso de construcción
de paz, desdibujando las líneas que pueden separar los dos conceptos aquí señalados.
Pero, tanto para Bloomfield como para Lederach, la reconciliación es un momento de la
construcción de paz. Lederach le otorga a las relaciones un papel clave en la medida que
son el puente para transitar de un pasado doloroso, a una visión de futuro a largo plazo,
el cual es compartido y basado en las experiencias particulares de cada sujeto. Este
autor relaciona la reconciliación con la verdad, la justicia, la paz y la misericordia.
Bloomfield coincide con Lederach frente a la necesidad de relacionar la reconciliación
con la justicia, y añade otras dimensiones: el reconocimiento de experiencias, la sanación
y la reparación. Ambos autores sitúan a la reconciliación desde un ámbito personal y
político a la vez, y es aquí donde surge una línea nítida que permite hacer evidente la
diferencia entre reconciliación y construcción de paz: el perdón.
A pesar de que aspectos como la verdad, la reparación y la justicia se liguen a la
reconciliación, estas nociones desbordan el concepto de reconciliación y se acercan más
a la construcción de paz, en la medida que como asuntos negociables pueden manejarse
a diferentes niveles, momentos y en manos de diversos actores; pero en medio de las
relaciones que sugiere Lederach para entender la reconciliación se encuentra como
punto clave el perdón, y éste al no ser negociable, debe abordarse en ese lugar de
encuentro entre las personas involucradas en los conflictos.
El lugar que le otorgan estos autores a la reconciliación es una puerta de entrada para
poder evidenciar las diferencias, que más allá de posicionar a la reconciliación de un lado
y la construcción de paz en otro, las entrelaza y permite entender el entramado que
generan para tener una noción más amplia sobre a qué tipo de paz se le puede apostar
en determinado contexto.
2. Entendiendo el Territorio
Cuando pensamos en el término territorio son múltiples los conceptos que se nos vienen
a la cabeza. Algunos de ellos se relacionan con pequeños cuadros que hacen parte de
secciones que vemos cuando estamos atravesando un campo en medio de un viaje.
Otras ideas nos llevan a pensar en tradiciones culturales que se desarrollan en ciertas
regiones. Mario Sosa (2012) hizo una recopilación de conceptos en torno a la noción de
territorio, encontrando que la gran mayoría de bibliografía relacionada con el término no
daba cuenta de la multiplicidad de factores que están en constante interacción cuando de
territorios se habla.
Es por lo anterior que limitar la noción de territorio a algo meramente geoespacial no es
posible, a pesar de que éste sea un factor clave en el entendimiento y abordaje del
mismo. El territorio se compone también de relaciones sociales y es, a su vez, un espacio
de poder, de gestión y de dominio (Sosa, 2012).
Es inevitable no evocar un documental que hace poco tuve la oportunidad de ver llamado
La Sal de la Tierra (2014). En el documental es evidente cómo la percepción que se tiene
frente al espacio físico es lo que le da un significado al territorio. Pensemos en cómo ese
significado se puede dar de manera individual y a su vez de forma colectiva. Esto nos
permite dimensionar la representación simbólica que se puede tener frente al territorio,
trascendiendo de una representación física. No en vano, por ejemplo, varios pueblos
negros e indígenas le atribuyen a los territorios en los cuales habitan significados
históricos, de poder, cosmológicos, entre otros, lo cual genere que la identidad no sólo
individual, sino también colectiva se vea alterada y genere nuevos lazos entre los grupos.
8 Capítulo IV
Es esa diversidad de factores que conforman a los territorios lo que evidencia la
fragmentación en la vida e historia de una persona, comunidad o familia que es víctima
de un desplazamiento forzado. No sólo en el momento del despojo, sino también en el
momento de retorno, ya sea al mismo territorio o a uno diferente. De allí la necesidad de
acercarnos a las diferentes dimensiones que, originalmente, nos propone Sosa. Lo
anterior con el fin de analizar las fracturas que vivieron las familias despojadas de la
hacienda Las Tangas, las potencialidades que como comunidad tienen en medio del
retorno que se ha venido adelantando y los retos existentes en medio de dicha realidad;
todo lo anterior articulándose al concepto de reconciliación ya abordado y así intentar
conceptualizar una Reconciliación Territorial.
Como se mencionó anteriormente el territorio no se puede analizar desde una sola
dimensión, ya que existe una interacción constante entre las mismas, lo cual permite
concebir el territorio como una red, desde donde se tejen relaciones humanas,
económicas, políticas, simbólicas e incluso físicas entre las personas y el espacio. A su
vez, la comprensión del territorio debe ir enmarcada en un contexto, en un tiempo
determinado, en la historia del mismo, ya que esto permitirá entender las relaciones
existentes, el porqué de éstas, los intereses en torno al territorio, los actores y su relación
con el territorio, entre otros aspectos (Sosa, 2012).
A continuación se abordan las dimensiones que Sosa desarrolla en torno al territorio.
2.1 Dimensión geoespacial-biofísica
“El territorio es el lugar estructurado y organizado en su espacialidad por medio de
relaciones entre los seres humanos y los demás elementos que contiene” (Sosa, 2012.
Pág. 10). Si bien los espacios geográficos están determinados por las formas del relieve,
el clima y los movimientos tectónicos, también las relaciones del ser humano con éstas
inciden en cómo se perciben dichos espacios. La dimensión geoantrópica que Sosa
menciona, citando a Montañez y Delgado (1998), permite abordar lo territorial teniendo
Capítulo IV 9
en cuenta la distancia, el tiempo, el espacio y el lugar, lo cual hace que la relación del ser
humano con el territorio y las actividades que se realizan en el mismo se perciban como
algo cíclico y cambiante (Ibíd. 12-14).
2.2 Dimensión social
“Relaciones que establecen y las acciones que realizan los grupos sociales en general en
el proceso de organización, apropiación y construcción del territorio” (Ibíd. 35).
El territorio se percibe como una construcción social realizada por sujetos, actores e
instituciones sociales, las cuales se articulan en diferentes niveles, existiendo afinidades
y conflictos en medio de dichas interacciones. El que se tenga una historia común hace
que se comparta un sentido de pertenencia con el territorio.
Lo anterior se entiende en la medida que son los sujetos sociales quienes llenan de
contenido el territorio según sus identidades e intereses. De allí la importancia de
conocer quién habita un determinado territorio, por qué se está allí, qué se percibe como
propio y qué como ajeno. Lo anterior articulado con las relaciones sociales entre clases,
conglomerados étnicos, entre géneros, entre lo rural y urbano, es lo que permite entender
cómo se constituyen los constructos sociales entre las diferentes comunidades en un
territorio, permitiendo así entender el territorio como construcción social que se puede
apropiar, reapropiar y transformar, no sólo en el tiempo sino por quienes habitan dichos
espacios (Ibíd. 42-46).
2.3 Dimensión económica
10 Capítulo IV
El territorio es un escenario donde las relaciones económicas y sociales se concretan
dependiendo de la incidencia de los factores sociales, culturales, políticos y económicos,
lo cual ha venido midiéndose a partir del grado de desarrollo productivo que existe en
determinado lugar (Ibíd. 49).
Existe una enorme importancia en torno a la posición geográfica y a las características
territoriales frente a la interacción que los diferentes actores pueden tener con el
territorio, ya que la forma de relacionarse con el mismo dependerá de los intereses tanto
individuales como colectivos que se tengan frente a factores económicos o culturales
(Ibíd. 52). Es decir, la relación entre un indígena con su territorio no es la misma que la
que tiene un narcotraficante, centrándonos en términos económicos, ya que si bien para
el primero el territorio es de donde obtiene su comida, es el que le permite descansar y
vivir en comunidad, para el segundo el territorio es el canal que le permite comercializar
determinado elemento, lo cual se traduce en dinero y poder, en muchos casos.
A su vez, diferentes políticas y estrategias macroeconómicas de producción,
ambientales, etc., pueden llegar a incidir en los territorios dados los intereses
particulares que existen en los diferentes niveles de poder (Ibíd. 66). Lo anterior
desemboca en prácticas desarrollistas, en donde la productividad, la acumulación de
capital y el crecimiento económico priman, lo cual evidencia la falta de análisis frente a la
complejidad territorial, ya que se invisibilizan riesgos que atentan contra la integridad, la
historia y las creencias de otros, generando además, destrucción ambiental,
contradicciones y conflictividades que se tienden a agudizar, ya que no se reconocen
dado el riesgo que puede significar para los gremios que dirigen dichas estrategias de
megaproducción (Ibíd. 68).
Capítulo IV 11
2.4 Dimensión política
La dimensión política se relaciones con el ejercicio de poder que genera dinámicas para
luchar por la posesión y control del territorio, lo cual desemboca en transformaciones en
el mismo. A su vez, existen relaciones de dominio y ejercicios de poder, lo cual se
relaciona con los intereses que permean las dinámicas del territorio (Sosa, 2012). Dichos
ejercicios de poder sobre determinado territorio determinan el curso a nivel histórico del
mismo, así como sus configuraciones y características.
El control sobre el territorio depende también del conjunto de información que puede
llegar a poseer un determinado grupo poblacional frente al mismo, lo cual determina las
formas de intervención y apropiación de dicho grupo sobre el territorio (Ibíd. 79). Lo
anterior se entiende mejor cuando pensamos en cómo existe una relación entre la
posesión estratégica de partes del territorio con las relaciones económicas y políticas
sobre éste. Por ejemplo, cuando una comunidad establece como sagrados ciertos
lugares en un territorio, existe un control sobre el mismo; pero también puede darse el
caso frente al cual personas ajenas a dicha comunidad se aprovechan del conocimiento
de tal información para ejercer presión sobre la población e incluso legitimar su poder al
atentar sobre ese dominio que la comunidad concebía frente a su territorio.
2.5 Dimensión cultural
“Proceso de representación, organización y apropiación cultural/simbólica del territorio”
(Sosa, 2012. Pág. 99). Como ya se ha mencionado a lo largo del presente capítulo, la
incidencia de la historia y la cultura es lo que marca y llena de significado a un territorio,
por lo cual es válido decir que ya no existen territorios plenamente “naturales”, dadas las
relaciones que se construyen con el espacio físico y quienes lo ocupan. La cultura se
entiende como algo que crea e innova, que cambia, y ésta se encuentra en las relaciones
sociales, en donde se incorpora una visión de mundo y de vida, un modo de
conocimiento y de comunicación, lo cual permite la construcción de identidades,
cohesionando la colectividad (Ibíd. 100, 101).
12 Capítulo IV
Existen una serie de valores simbólicos que cada sujeto le asigna al territorio, lo cual lo
llena de significantes. Es por esto que el territorio puede llegar a ser sagrado para ciertas
comunidades, lo cual se acompaña de ritos y de ceremonias que legitiman dicha carga
simbólica y que permite que se transmita entre diferentes generaciones. De manera que
para ciertos sujetos y comunidades el territorio adquiere un valor trascendental, valor
difícilmente percibible por agentes externos.
El territorio juega entonces un papel fundamental en la identidad de una persona o un
grupo, ya que las características que se le atribuyen al territorio posibilitan la interacción
con otros que comparten dichas percepciones, o puede llegar a diferenciarlos de otros
dadas las concepciones particulares de cada uno. El que exista una construcción
conjunta de identidades permite que surjan lineamientos y una estructura de orden,
posibilitando la construcción de un futuro compartido y un proyecto de vida común entre
quienes hacen parte de determinado territorio (Ibíd. 108)
Como bien se ha visto hasta ahora, las diferentes dimensiones del territorio no se pueden
analizar de forma aislada dado que una permite entender a la otra y viceversa, tejiendo
así un entramado de relaciones que posibilita acercarnos a los efectos que un despojo
puede tener en la historia de vida de una persona o de una comunidad, así como las
dificultades y retos que trae el retornar a un lugar que bien puede ser el mismo desde el
cual fueron despojados, o bien un lugar ajeno a ellos, en donde la institucionalidad
contemplan exclusivamente las características geográficas para reubicarlos allí.
Capítulo IV 13
3. Conociendo el doble despojo de Las Tangas
Mapa1.
14 Capítulo IV
La hacienda Las Tangas, junto a fincas aledañas fue uno de los epicentros del
narcoparamilitarismo del caribe colombiano, siendo esta hacienda uno de los lugares
más importantes a nivel histórico en el surgimiento y accionar de la casa Castaño.
Córdoba a lo largo de la historia ha tenido incidencia de diferentes grupos al margen de
la ley. Durante los años sesenta y hasta la primera década de los ochenta en el sur de
Córdoba operaba el ELN, pero a finales de los ochenta hacendados y ganaderos de la
región, vinculados con grupos de autodefensas, tuvieron una fuerte presencia en la zona
(Franco, s.f.) la guerrilla de las FARC tuvo un fuerte despliegue en la zona,
principalmente en Tierralta, Montelíbano y Puerto Libertador entre los años 1993 y 1995,
pero un año más tarde este grupo armado fue desplazado de Córdoba por acción de las
ACCU.
Fue en la década de los 80 que en la región de Córdoba y Urabá surgió un grupo
narcotraficante con vínculos con el cartel de Medellín, grupo que empleó su poder a nivel
económico y su poder de intimidación para apoderarse de manera ilegal de las mejores
tierras de la región, principalmente en las cuencas de San Jorge y el Sinú, lugar que
estratégico para el transporte de drogas ilícitas y de insumos para su comercialización
(Franco, s.f.)
Según relata el portal de noticias Verdad Abierta1, la Unidad de Justicia y Paz de la
fiscalía documentó cómo sobre los años 80 llegó a Valencia Fidel Castaño, quien con el
motivo de conformar un ejército ilegal para defender a varios ganaderos de la región de
extorsiones de la guerrilla, inició a buscar tierras para su consolidación. Castaño empezó
a conocerse en la región como un ganadero de renombre, sobre todo entre los
terratenientes de Córdoba y Urabá (Romero, 2003). El asedio guerrillero tomó fuerza
debido a esta dinámicas, ante lo cual Castaño tenía experiencia dado su apoyo a Pablo
Escobar y a Gonzalo Rodríguez Gacha, momento en el que mercenarios israelíes y
1 http://www.verdadabierta.com/despojo-de-tierras/4968-el-doble-despojo-de-los-castano-en-las-tangas
Capítulo IV 15
miembros del ejército nacional lo entrenaron en técnicas anti-subversivas (Romero,
2003).
La hacienda Las Tangas, ubicada en el corregimiento de Villanueva, municipio de
Valencia, fue el lugar en el que Castaño escogió para el entrenamiento del primer grupo
de paramilitares de Córdoba. La finca fue vendida en 1983, acordando el 4 de abril de
ese año que el valor de la propiedad era de 300 millones de pesos, ante lo cual Fidel
Castaño entregó 150 millones y se comprometió a pagar el faltante en tres pagos más.
Una vez la familia que accedió a vender la finca empezó a reclamar el 50 por ciento del
faltante, una serie de amenazas empezaron a surgir. Lo anterior se acompañó del
secuestro de uno de los hijos de la familia el 14 de octubre de ese año, con motivo, como
lo relata la Fiscalía, de recuperar el dinero del primer pago que Castaño había hecho por
la hacienda. Pasó un año hasta que la familia logró reunir los 200 millones de pesos que
les pedían, pero tres años después ocurrió el asesinato del padre de la familia en Los
Garzones, Córdoba, quien se enfrentó a los captores de su hijo. El hijo y su madre
huyeron a otra región del país por miedo a lo que podría ocurrir2.
En esa misma época, los conocidos Tangueros-ACCU, se comportaban como un grupo
sicarial, incursionando en zonas sobre las cuales no tenían control y manteniendo la finca
Las Tangas como su centro de operaciones (OPPDH, 2009). Iniciaron en 1986 una
campaña de exterminio de lo que denominaban bases sociales de la insurgencia,
debilitándola militarmente e incidiendo en la configuración de las elecciones que en 1988
se desarrollarían. Es por lo anterior que los meses previos a las elecciones fueron
asesinadas una cantidad abismal de personas pertenecientes a movimientos sindicales y
campesinos, y fue allí en Córdoba donde comenzó el genocidio de la Unión Patriótica
(Sánchez, 2003).
2 http://www.verdadabierta.com/despojo-de-tierras/80-justicia-y-paz/versiones/4191-la-historia-detras-de-la-finca-las-tangas-
16 Capítulo IV
A partir de 1988 los Tangueros-ACCU cometieron una larga lista de masacres que
acompaña su accionar. La primera fue la de La Mejor Esquina, en donde murieron 28
personas tras un tiroteo en medio de la celebración de las fiestas patronales de este
caserío en el municipio de Buenavista. Otras masacres como la de Honduras y la Negra
y el Tomate se cometieron en el mismo año. En los años posteriores se registraron al
menos 12 masacres más (OPPDH, 2009).
En 1990 las ACCU deciden desmovilizarse, entregando las armas y creando la
Fundación por la Paz de Córdoba, FUNPAZCOR. El EPL, posteriormente, se desmoviliza
y libera a Sor Teresa Gómez como muestra de su compromiso con el proceso. Los
gremios empresariales y ganaderos estuvieron acompañando este camino de forma
lejana pero constante (OPPDH, 2009).
La directiva de la Fundación, siendo Sr Teresa Gómez la representante legal de la
misma, anunció un programa de vivienda y educación, entre lo cual se incluía la entrega
de tierras y asistencia técnica a quienes las recibieran3. Verdad Abierta en una de sus
notas4 de prensa nos acerca al hecho de lo que querían hacer era una especie de
“reforma agraria”, donde se redistribuirían cerca de 18mil hectáreas entre los campesino
pobres. La hacienda Las Tangas y la hacienda Santa Paula hacían parte de dichas
hectáreas. La parcelación se hizo en terrenos de entre 5 y 20 hectáreas, y fue la
FUNPAZCOR la figura que apareció como donante de dichas tierras a los campesinos
beneficiados.
La fundación advirtió a los beneficiarios de las tierras que allí no podían vivir ni cultivar y
tampoco podían vender aquellos predios. Algunas de las personas, a pesar de dichas
advertencias, cosecharon diferentes productos y construyeron sus casas. Una vez las
tierras fueron productivas, los Castaño obligaron a quienes estaba ocupado las tierras a
3 Ver http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-123827 4 http://www.verdadabierta.com/despojo-de-tierras/4968-el-doble-despojo-de-los-castano-en-las-tangas
Capítulo IV 17
entregar las parcelas; a algunos bajo amenazas, a otro bajo la compra por montos
menores a los reales de los terrenos.
La unidad de Restitución evidenció que entre 1998 y 1999 varios campesinos fueron
obligados a escriturar sus tierras a nombre de: “Benigno Antonio Arrieta, Auberto
Hernández, Osear Manuel García, Cristobal Antonio Alarcón, Magola Gallego, los
hermanos Jorge Humberto, Jesus Ignacio, Mauricio y Manuel Antonio Roldán Pérez, y a
la Sociedad Seguridad al Día EU”5. Además, el amedrentamiento hacia los campesinos
para que entregaran sus fincas estuvo a cargo de alias “Monoleche” y de Sor Teresa. Ya
en el 2004 las 22 parcelas de las cuales habían sido despojados campesino estaban a
nombre de la Sociedad Seguridad Al Día E. U., la cual está en proceso de liquidación.
Paralelo a esto existen declaraciones de alias “Don Berna”, quien desde una cárcel en
los Estados Unidos confesó que había creado empresas que servían como testaferros
para poder adquirir los predios de Las Tangas6.
El portal de noticias El Colombiano7 evidencia cómo hasta el 13 de Diciembre de 2014 la
Unidad de Restitución de Tierras dijo que en la zona rural de Valencia se habían recibido
un total de 670 solicitudes de restitución, sumando en total 16.500 hectáreas, ante lo cual
el director de la URT, Ricardo Sabogal, dijo que el caso de las fincas Santa Paula y Las
Tangas era un “modelo de restitución porque los campesinos quieren retornar”.
5, 7 Ver: http://www.verdadabierta.com/despojo-de-tierras/4968-el-doble-despojo-de-los-castano-en-las-tangas 7 Ver: http://www.elcolombiano.com/colombia/paz-y-derechos-humanos/las-tangas-de-tierra-del-horror-a-finca-de-la-paz-XH889154
18 Capítulo IV
4. Reconciliación territorial
A la fecha existe un total de 32 sentencias de restitución en Valencia, Córdoba, dentro de
las cuales la mayoría de predios restituidos corresponden a la hacienda Las Tangas. La
primera sentencia fue del 23 de abril de 2014 y la última del 28 de julio del 2016. El 12 de
diciembre la URT entregó mil hectáreas a 106 familias, en donde aproximadamente a
cada una le correspondió un total de 7 hectáreas8. Éste ha sido uno de los casos más
abordados por parte de medios de comunicación, dada la carga simbólica que tuvo
presencia durante la entrega de las hectáreas a las familias, en donde dejaron
plasmados en papeles los nuevos sueños por cumplir en sus tierras, y quemando otros
papeles con lo que querían dejar atrás.
Un hecho importante que incidió en el imaginario en torno al significado de la tierra fue el
haber cambiado el nombre de Las Tangas por La Nueva Esperanza, en donde los
campesinos quisieron dejar el pasado lleno de muerte, dolor y luto atrás, buscando la luz
de la esperanza hacia el futuro.
Por eso Américo García, otro de los campesinos restituidos, expresó que están
tratando de dejar atrás el pasado oscuro, “y que nos brille la luz de la esperanza
hacia el futuro. Acá no tenemos presión de ningún grupo, y estamos muy
8 Ver: http://www.elespectador.com/noticias/nacional/una-nueva-esperanza-victimas-de-auc-articulo-533295
Capítulo IV 19
contentos en nuestras tierras trabajando con libertad (García, E. 2014. El
Colombiano).9
Dada la cantidad de sentencias emitidas hasta la fecha en relación a varios de los
predios que conforman la hacienda Las Tangas, para el presente trabajo tuve la
oportunidad de acercarme a la mayoría de las mismas para analizar las pretensiones en
cada uno de los documentos. El resultado de dicho acercamiento es que no existen
pretensiones que velen por un acompañamiento comunitario en medio del retorno, que
se acerquen a los problemas tanto a nivel individual como comunitario que podrían llegar
a existir en medio del retorno de las familias a sus parcelas. Las pretensiones buscan
garantizar sanear las deudas del predio, brindarle la posibilidad a los retornantes de tener
acceso a educación, salud y a un proyecto productivo que involucre sus tierras10.
La unidad de víctimas, en un comunicado que emitió en 201511, menciona los alcances
de las indemnizaciones a las víctimas, nombrando al municipio de Valencia entre los
lugares donde las víctimas han logrado ser indemnizadas en su totalidad. Más allá de
dicho comunicado no existe información de acceso público donde se pueda conocer el
proceso de ampliación o cumplimiento de las sentencias que se supone se ha
desarrollado con las diferentes familias y personas beneficiadas del proceso de
restitución en la hacienda Las Tangas.
9 En: http://www.elcolombiano.com/colombia/paz-y-derechos-humanos/las-tangas-de-tierra-del-horror-a-finca-de-la-paz-XH889154 10 Revisión de las sentencias del departamento de Valencia, en: https://www.restituciondetierras.gov.co/es/sentencias-por-departamento/-/document_library_display/Txq8DEzjk4M2/view/497538?_110_INSTANCE_Txq8DEzjk4M2_topLink=home&_110_INSTANCE_Txq8DEzjk4M2_delta2=20&_110_INSTANCE_Txq8DEzjk4M2_keywords&_110_INSTANCE_Txq8DEzjk4M2_advancedSearch=false&_110_INSTANCE_Txq8DEzjk4M2_andOperator=true&p_r_p_564233524_resetCur=false&_110_INSTANCE_Txq8DEzjk4M2_cur2=2 11 Ver: http://www.unidadvictimas.gov.co/en/node/12771
20 Capítulo IV
Dicha carencia de información particular frente al caso de retorno que aquí nos concierne
problematiza el reconocimiento de acciones que la comunidad ha adelantado, así como
las posibles dificultades ante las cuales se han enfrentado en medio del retorno.
Dificultades tanto a nivel individual, comunitario como a nivel de convivencia con otros
que no están en su misma condición de víctimas retornantes. Este seguimiento es clave
en la medida que los proceso de retorno se han dado de forma progresiva en un periodo
de tiempo relativamente corto, motivo por el cual los hallazgos tempranos frente a uno de
los retornos podría servir como experiencia en los siguientes casos.
Human Rights Watch (2013) hace un análisis frente a la violencia y las amenazas que las
personas desplazadas que reclaman restitución de sus tierras sufren. Dentro de los
abusos generalizados que menciona el reporte, se nombran las amenazas que sufren las
personas en territorio, principalmente los líderes y voceros.
Las amenazas a personas desplazadas que reclaman tierras frustran las
posibilidades de restitución de distintas maneras; por ejemplo, atemorizando a las
víctimas, disuadiéndolas de que presenten solicitudes de restitución, restringiendo
la participación de líderes en el proceso y obligando a quienes han regresado a su
hogar a abandonar nuevamente sus tierras (HRW, 2013. Pág. 23).
Frente a lo anterior, es evidente gracias a la información de prensa, cómo en el primer
momento de despojo que se dio en la hacienda Las Tangas uno de los factores que ha
hecho que la familia que vivió el secuestro del joven y el asesinato del padre del mismo
no haya adelantado el proceso de denuncia frente a los acontecimientos que
presenciaron es el miedo. Evidentemente un proceso de restitución no podría
adelantarse dado que el año en el que ocurrieron los sucesos no corresponden al que la
Ley de víctimas y restitución de tierras estipula para adelantar procesos de restitución,
pero aun así no se conocen denuncias oficiales por parte de la familia. Tal como lo
menciona el informe de Human Rights, las amenazas pueden llegar a ser tan graves que
los reclamantes, en este caso las víctimas del primer despojo de La hacienda, tienen que
abandonar sus hogares.
Capítulo IV 21
El análisis que se hace en el reporte, si bien sale de una investigación a partir de casos
de personas en medio de procesos de restitución, puede trasladarse a un escenario en
donde no hay proceso de restitución de por medio, como puede evidenciarse en el
momento del segundo despojo de la hacienda Las Tangas. En las sentencias existen
fragmentos de relatos de los reclamantes en donde narran las diferentes amenazas que
sufrieron directa o indirectamente durante el tiempo en el que ocurrió el despojo.
Un punto importante, como bien lo señala el informe, es la forma delictiva que tienen
ciertos grupos armados al margen de la ley. En el informe mencionan el accionar que
grupos sucesores de las AUC tienen, principalmente por las actividades delictivas, como
el narcotráfico y otras actividades mafiosas. El que existan intereses económicos y de
poder por parte de dichos grupos, hace que un proceso de restitución se perciba como
un obstáculo para continuar con sus actividades criminales, principalmente los líderes de
las comunidades que hacen parte de dichos procesos. Este tipo de realidades, muchas
veces invisibilizadas por medios de comunicación, organizaciones e incluso grupos
económicamente poderosos, como ganaderos y terratenientes, hace que un proceso de
retorno se vea fragmentado e incluso puede generar una nueva ola de desplazamientos
forzados.
El documento de Human Rights nos acerca a una problemática que en el país se ha
intentado tapar con un dedo, y es la relación entre grupos armados que fueron
despojadores con personas u organizaciones poderosas, como empresarios, ganaderos,
cultivadores de ciertas materias de manera extensiva, etc. Dicha relación y la falta de
responsabilidad que se les ha otorgado, principalmente a los grupos económicos, hace
que los intereses existentes en las tierras que son objeto de restitución sigan existiendo y
se cobren de alguna forma, generalmente a través de grupos al margen de la ley,
cayendo en un círculo vicioso que en muchos casos es difícil de evidenciar.
22 Capítulo IV
Lo anterior lo planteo en la medida que si bien para que se hayan dado fallos a favor de
reclamantes de tierra en la hacienda Las Tangas deben existir garantías de seguridad
para que el retorno sea posible, dicha lectura de seguridad se dará por indicadores que
puedan dar cuenta de la presencia o no de ciertos grupos al margen de la ley, del
número de asesinatos, masacres, atentados y demás hechos violentos en las zonas,
principalmente, pero pueden llegarse a ignorar, o mejor dicho, pueden no detectarse los
intereses y alcances que grupos económicamente fuertes y legales de la región pueden
llegar a tener. Lo anterior afectaría negativamente y de forma directa a las personas que
retornan a sus predios, y si bien la forma de amedrentamiento no es la conocida
amenaza directa o indirecta, sí se pueden presentar otros mecanismos de presión que
lleven a las persona a abandonar, de nuevo sus predios.
En una entrevista con un funcionario del área de proyectos productivos de la Unidad de
Restitución de Tierras a nivel Bogotá, pude conocer varios aspectos frente a la economía
de las familias a quienes se les ha restituido sus predios en La Hacienda. Hay
aproximadamente 200 familias que están en los predios y los proyectos productivos que
hasta ahora se han implementado son de ganadería, principalmente. Cada predio, como
se mencionó anteriormente, cuenta con un área de entre 7 y 10 hectáreas, lo cual
permite tener máximo cuatro vacunos, aunque existen predios de 2 hectáreas
aproximadamente, razón por la cual el proyecto productivo es de engorde de porcinos.
Adicionalmente cada predio cuenta con áreas pequeñas de cultivos de pancoger, ya que
se tiene una “política”, como también se evidencia en el video Restitución de Tierras -
Tus Tierras Tus Derechos - Montería - Córdoba Cap 6712, de garantizar una seguridad
alimentaria en las familias, y existen a su vez instalaciones hídricas individuales, pozos
principalmente, que les permite a las familias contar con agua limpia para los riegos de
los cultivos y el mantenimiento de los animales. A lo anterior se le destina un porcentaje
pequeño del total de inversión del proyecto productivo.
12 Ver: https://www.youtube.com/watch?v=RRXr3KIR7vU
Capítulo IV 23
Cada proyecto productivo está pensado para generar ganancias equivalentes a dos
salarios mínimos mensuales a cada familia. El proyecto cuenta con una inversión de
aproximadamente 25 millones de pesos por familia, recursos que se desembolsan en tres
momentos y que se destinan en, primero, el ajuste de la tierra y los pastos para el
propósito que se haya elegido; segundo, alrededor de la mitad de la inversión total se
destina a la actividad que va a generar las ganancias, como sería el caso de la
ganadería, la cual es de doble propósito, de engorde y de leche. Y por último existen
recursos que se destinan al mantenimiento de los diferentes procesos hasta que se
obtengan ganancias de los mismos.
El tiempo estimado para que el proyecto genere ganancias es de aproximadamente dos
años, dado el tiempo que necesitan los vacunos para crecer, engordar o en su defecto
dar leche. Según el funcionario entrevistado, durante ese tiempo las familias siguen
desarrollando las actividades que realizaban antes de contar con el proyecto, lo cual no
es del todo entendible si pensamos en las dinámicas que el retorno supone.
No existe hasta la fecha una organización campesina frente al desarrollo de los proyectos
productivos, pero la FAO ha estado presente en el proceso de implementación de los
proyectos, así como en el acompañamiento de los mismos. A su vez, varias ONGs, entre
ellas ONU Mujeres y SISMA Mujer, se han incorporado al desarrollo de los proyectos
productivos tanto en el acompañamiento de las mujeres que aparecen como titulares del
predio y por ende del proyecto, así como en la inclusión de mujeres en el proceso mismo
de los proyectos cuando los titulares son hombres. Dicho acompañamiento contempla
asesorías técnicas, financiamiento, acompañamiento frente a cómo se están empleando
tanto los recursos como las ganancias, entre otros aspectos. La Unidad de Restitución de
Tierras está en el proceso de relacionarse con este tipo de acciones desde su línea de
enfoque diferencial.
Con los elementos señalados hasta ahora tanto a nivel conceptual como frente al caso,
es posible identificar aspectos claves para la conceptualización del término reconciliación
24 Capítulo IV
territorial. Es importante señalar que el caso ejemplifica varios de los análisis que se
pueden ir dando mas no supone un análisis o estudio del mismo, ya que eso supondría
un trabajo completamente diferente, así como recurrir a otro tipo de información. A su
vez, reitero que existe una imposibilidad de acceder a información primaria frente al caso,
sobre todo frente a las dinámicas que hoy en día se desarrollan en el territorio. Dicha
imposibilidad se sustenta en los mismos límites que un trabajo con un alcance limitado,
como el presente, tiene, así como con la poca, por no decir, nula documentación por
parte de organizaciones que acompañan el posfallo.
El verdadero aporte que supone el concepto de reconciliación territorial está ligado a
dejar la reconciliación como un mero acto de perdón individual y colectivo, así como un
momento o espacio de superación de conflictos para darle paso a relacionarse con las
diferentes dimensiones que el territorio tiene y así apuntarle a una serie de factores clave
a la hora de pensar el cómo una comunidad enfrenta un proceso de retorno tras haberse
visto fracturada su relación con su entorno tras un despojo.
En una rendición de cuentas del año 2016, la Unidad de Planificación Rural
Agropecuaria, UPRA13, evidencia cómo los suelos en Córdoba tienen una potencialidad
agrícola del 37, 8%, ganadera de un 7,8%, forestal de producción de un 2,2% y
agroforestal de un 11,6%; y también expone cuál es el uso que se le está dando al suelo
en el departamento, encontrándose el pastoreo como la actividad que ocupa mayor
porcentaje en el uso del suelo con un 50,4%, siguiéndole la agricultura con un 20,6%, las
superficies de agua ocupan un 2,3% y la producción forestal un 0,2%.
Lo anterior ligado a los proyectos productivos que se están implementando con las
familias en La Hacienda, evidencia cuáles son las actividades económicas que priman en
la región, así éstas no respondan a la vocación del suelo. Si bien, gracias a la entrevista
mencionada atrás, se pudo saber que los proyectos se implementan a partir de un
13 Ver: https://sites.google.com/a/upra.gov.co/presentaciones-upra/departamental/cordoba.
Capítulo IV 25
consentimiento por parte del propietario del predio y la Unidad de Restitución, queda un
interrogante frente al papel que el campesino de una parcela de 5 a 7 hectáreas tiene en
medio de las estrategias macroeconómicas de la región, las cuales históricamente han
tenido un dominio y poder considerable del territorio. Aquí confluyen las dimensiones del
territorio abordadas en el capítulo II, lo cual nos acerca a un posible riesgo que puede
existir, a mediano o largo plazo, frente a la capacidad de sostenimiento económico de las
familias en la región.
El riesgo a mediano plazo lo relaciono frente a los mecanismos de comercialización de
los productos que se generan en las parcelas, ya que puede que se presente una falta de
oportunidades dada la competencia con grandes productores y comercializadores. A su
vez, no conocemos las actividades y el vínculo que existía antes del despojo entre el
campesino y el territorio, lo cual puede incidir en la dimensión cultural dado que se dejan
de lado conocimientos previos de producción por acoger técnicas externas.
Pero, es importante reconocer que existen potencialidades frente a la implementación de
actividades económicas acordes con las de la región, como podrían ser las relaciones y
acciones que se pueden tejer entre diferentes grupos sociales y económicos. En el caso
de los grandes ganaderos se podrían construir vínculos que permitan un trabajo colectivo
y no ver la relación parcelero-ganadero como una competencia. A su vez, el que
organizaciones sociales, como es el caso de las ONGs estén generando vínculos con la
comunidad, permite darle fuerza al proceso de organización, apropiación y construcción
del territorio por parte de la comunidad tras haber sufrido un despojo.
El papel que las ONGs están jugando en este caso se relaciona con el lugar y el rol que
la mujer ha tenido históricamente en la comunidad. El que se esté trabajando en torno al
empoderamiento de las mujeres supone que la dimensión cultural del territorio se vea
fuertemente sacudida, lo cual es necesario dado que responde a un contexto diferente.
Aquí es esencial analizar la forma en que se está llevando a cabo dicha transformación,
ya que estamos hablando de un cambio no sólo en la dimensión cultural, sino también en
26 Capítulo IV
las dimensiones económicas y políticas, las cuales históricamente han estado al mando
de los hombres. Desconozco las prácticas anteriores al despojo frente a la participación e
incidencia de las mujeres en dichos aspectos, pero haciendo un análisis general, se
evidencia que el trabajo en torno a un enfoque de género no se puede limitar a una labor
exclusivamente con mujeres, sino que debe involucrar a toda la comunidad.
Si bien el caso de Las Tangas supuso una restitución, es decir, las personas retornaron a
los predios objetos de restitución14, y por ende las dinámicas culturales determinadas por
factores ambientales, geográficos, de producción, entre otros, no cambiaron una vez
retornaron, existen casos en donde las familias deben ser reubicadas, y allí se tienen en
cuenta solamente las condiciones climáticas y la calidad del suelo del nuevo predio, más
no factores culturales que pueden incidir negativamente en un proceso de retorno y por
ende de reconciliación territorial. Esto supone una serie de choques que altera
drásticamente el proceso de apropiación territorial, ya que más allá de haber condiciones
geofísicas similares a su lugar de origen, no existen lazos que conecten a las personas
con el territorio.
Retomando el aporte que hace Human Rights en su informe y como bien se mencionó
antes, haciendo un recuento de todas las dimensiones en torno al territorio y tomando
particularmente el caso de Las Tangas, es evidente que ha existido, existe y puede llegar
a potencializarse la lucha por la posesión y control del territorio dado los intereses
relacionados con el narcotráfico por parte de actores al margen de la ley.
Si bien la política de restitución de tierras señala que si existen condiciones de seguridad
se puede proceder a restituir, valga la redundancia, existe documentación frente a casos
en Córdoba en donde han ocurrido asesinatos, amenazas y nuevos desplazamientos en
14 Hago esta aclaración dado que en un proceso de restitución de tierras puede darse una reubicación o una compensación cuando el predio objeto de restitución no está en condiciones de seguridad, está fuertemente modificado o existe un peligro a nivel geofísico si se llega a desarrollar algún tipo de actividad allí.
Capítulo IV 27
medio de procesos de restitución. Algunos de ellos son el caso de la familia Salabarría,
quienes intentaron retornar a Mundo Nuevo en Córdoba en dos ocasiones, momentos en
los cuales se había adelantado una ceremonia de restitución de tierras, pero recibieron
amenazas por parte de hombres armados, impidiendo su retorno. Otro caso es el del
predio El Quindío en Montería, donde varios desplazados que el gobierno había ubicado
en aquel predio han sufrido amenazas, nuevos desplazamientos y varios asesinatos por
parte de grupos sucesores de los paramilitares15 (HRW, 2013).
De lo anterior se deriva una incógnita enorme frente a si se debe limitar la lectura
histórica de una realidad, en este caso la hacienda Las Tangas, a una cuestión de
seguridad del presente, ya que con esto se estaría desconociendo la transformación que
el territorio ha sufrido con el paso de los años, así como el porqué de la incidencia de
ciertos actores a lo largo de la historia, además del lugar que ocupan hoy día dichos
actores, cuyos vínculos, formas de operación, objetivos, y demás, se han transformado
con el paso del tiempo.
Así pues, resulta necesario evidenciar todas estas dinámicas para pensar una
reconciliación territorial, ya que más allá de brindar garantías, se trata de saber
direccionar las posibilidades en medio de un contexto, una realidad, que difícilmente va a
brindar condiciones ideales que garanticen un proceso sin dificultades.
Esto último nos lleva a reconocer las capacidades que las comunidades tienen en un
proceso de reconciliación territorial. La capacidad “debe extenderse en términos de
acción, esto es, como “un poder hacer”, y a su vez éste entendido como un mantener,
construir, generar, producir, lograr” (Katz, 2011. Pág. 18). Son las personas quienes
conocen su territorio, quienes lo han construido, quienes han luchado por éste y quienes
15 Para tener un acercamiento mayor a estos casos y otros que se mencionan en el informe, remitirse a: Human Rights Watch. El Riesgo de Volver a Casa. Violencia y amenazas contra desplazados que reclaman restitución de sus tierras en Colombia. Estados Unidos de América. 2013.
28 Capítulo IV
se mantendrán a lo largo del tiempo en él. Pero es importante reconocer que existe un
punto en los que la incidencia y capacidad de generar cambios desde las comunidades
se ve limitado. De aquí la necesidad de incorporar acciones tanto de abajo hacia arriba
como de arriba hacia abajo, como lo mencionaba Bloomfield cuando a reconciliación se
refería, para generar un ascenso de los logros locales, una incidencia de los mismos en
políticas departamentales e incluso nacionales y un reconocimiento de los diferentes
recorridos a lo largo de la historia de la comunidad.
Pero un proceso de reconciliación supone a la vez un componente personal. A nivel
territorial y ligado principalmente a la dimensión cultural, se puede evidenciar cómo las
cargas simbólicas frente al territorio no sólo se ven fracturadas tras un despojo, sino que
esa carga simbólica puede transformarse en algo negativo, lo cual representa una
dificultad una vez se da un proceso de retorno. Un ejemplo frente a esto es cómo para un
campesino su finca, antes del despojo, estaba cargada de significados ligados al
recuerdo de la crianza de sus hijos en ese lugar, a las historias detrás de los animales
que tenía allí, así como a los espacios destinados para compartir con sus amigos en
momentos de alegría y entusiasmo. Durante el despojo, esa misma persona vio cómo
mataron a su esposa en esa, su finca.
Al momento de retornar la persona que vivió ese proceso de despojo retorna y se
encuentra con un territorio cargado de significados y recuerdos negativos, lo cual incide
negativamente en el proceso de reconciliación territorial, ya que aquí no se trata de
quiénes están a su alrededor, ni de la interacción que tiene el sujeto con el entorno, sino
de la relación personal entre quien retorna y el territorio ante el cual se encuentra. La
dimensión social, aparte de la cultural claramente, juega aquí un papel clave, ya que
puede ser el camino de entrada para que exista una reconstrucción simbólica del
territorio a nivel individual apoyándose en quienes lo rodean.
Capítulo IV 29
5. Conclusiones y recomendaciones
5.1 Conclusiones
Para concluir podemos decir que la reconciliación territorial es un proceso y un reto que
implica reconocer las dimensiones geoespacial-biofísica, política, económica, social y
cultural de un territorio, así como las relaciones existentes entre ellas, lo cual le otorga un
significado a dicho espacio físico. Lo anterior en medio de un proceso de retorno de una
comunidad víctima de desplazamiento forzado, la cual evidencia fracturas en todas las
dimensiones del territorio una vez regresa. Para garantizar que las transformaciones y
recuperaciones que supone la reconciliación territorial perduren a lo largo del tiempo, es
necesario buscar una armonía entre las diferentes dimensiones y actividades que se
desarrollan en el territorio, lo cual implica, a su vez, reconocer una temporalidad que es
cambiante, incidiendo en el ahora y en el futuro de quienes habitan el territorio.
Las capacidades locales son el pilar de la reconciliación territorial, ya que las personas,
familias y comunidades son los actores principales que cargan de significado el territorio
y es a partir de las relaciones que se generan entre ellos y su entorno que se dan
procesos de organización, apropiación y reconstrucción del territorio. Dicho proceso de
construcción debe estar acompañado por organizaciones, entidades, agentes de “arriba”,
ya que éstos tienen una enorme incidencia y responsabilidad tanto en la dimensión
política como en la económica, siendo actores del entramado de interacciones que
supone la territorialidad.
30 Capítulo IV
El proceso de reconciliación territorial implica no jerarquizar las dimensiones del territorio,
ya que reconocer las particularidades de cada una, así como la incidencia e interacción
entre ellas es clave en los diferentes momentos que pueden existir durante el proceso de
retorno. Así, la reconstrucción territorial a nivel simbólico de una persona puede ser el
primer paso en esa nueva vida que supone un retorno, como para otra persona el tener
claridad frente a su papel económico en su territorio puede que sea su prioridad.
Lo que evidenciamos aquí, como lo demuestra el cambio de nombre de la hacienda Las
Tangas por La Nueva Esperanza, es que la comunidad entiende que está en sus manos
la construcción de un futuro diferente en su territorio, futuro que no sería posible pensar
sin el reconocimiento de la historia previa de lo que sucedió allí. A su vez, es importante
dimensionar lo que implica apropiarse y construir esa nueva noción de territorio: un reto,
principalmente en todo el sentido de la palabra; también, un trabajo a nivel personal, un
trabajo a nivel comunitario que fortalezca las redes económicas, políticas y simbólicas,
así como el poder lograr articular dicho trabajo con organizaciones y entidades que
permitan fortalecer y hacer crecer dicha red para que tenga alcances más amplios,
logrando incidir positivamente en otras experiencias similares.
Pero todo lo anterior no es posible si el Estado no garantiza unos mínimos, como por
ejemplo la seguridad, en todo este proceso, ya que no es un secreto que en este
momento están siendo asesinados líderes y lideresas de comunidades, así como
campesinos, indígenas, afrodescendientes y negros, en medio de luchas frente a la
recuperación de sus territorios.
5.2 Recomendaciones
Como bien he mencionado a lo largo del presente trabajo, un limitante constante durante
el proceso de investigación fue el acceso a información sobre el caso, principalmente
frente a cómo se ha desarrollado y acompañado el proceso de posfallo por parte de las
diferentes entidades a cargo. Esto limita los análisis que se pueden dar, ya que si bien no
Capítulo IV 31
se buscaba hacer una descripción del caso, esa información delimitaba los puntos clave
para poder aterrizar el concepto de reconciliación territorial.
Por lo anterior, en un proceso de investigación es necesario tener claridad desde un
inicio frente a la información con la que se cuenta, sobre todo frente a casos, que puede,
como fue mi situación, estén fuertemente documentados hasta cierto momento o punto
de la historia del mismo.
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