Recordemos que China ha sido nuestro primer socio comercial en el 2014, desplazando a EE.UU. a un segundo lugar. La mejora de la economía estadounidense, la fortaleza del dólar, más la ligera depreciación controlada de nuestra moneda podría favorecer nuestras exportaciones de productos no tradicionales al mercado estadounidense, para compensar la desaceleración de la economía china, el estancamiento o mínimo crecimiento de Europa y Japón. Finalmente, hemos entrado a un periodo preelectoral ruidoso e incierto para los agentes económicos. Han aumentado los escándalos de corrupción; los errores políticos cometidos por el Gobierno actual podrían paralizar o desalentar las decisiones y proyectos de inversión minera y de hidrocarburos, en curso o futuros. Ojalá se supere esta coyuntura crítica. De no ser así, la economía peruana crecería por debajo del proyectado

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