Recurso de Revisión NEIRA VERA

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Recurso de Revisión, por los delitos de Narcotráfico y Cohecho, ante la Corte Suprema de Justicia de Chile, en el que se pide se anule una sentencia injusta, provocada por la corrupción policial

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En lo Principal: Recurso de Revisin; Primer Otros: Se traiga a la vista expediente que indica; Segundo Otros: Acompaa documentos; Tercer Otros: Medios de Prueba; Cuarto Otros: Patrocinio y Poder

MATERIA

:REFORMA PROCESAL PENAL

ASUNTO

:RECURSO DE REVISINSECRETARA:CORTE SUPREMA

RELATOR (A):

N ROL I. C.:

SALA

:PENAL

EN LO PRINCIPAL: RECURSO DE REVISIN; PRIMER OTROS: SE TRAIGA A LA VISTA EXPEDIENTE QUE INDICA; SEGUNDO OTROS: ACOMPAA DOCUMENTOS; TERCER OTROS: SOLICITUD QUE INDICA; CUARTO OTROS: PATROCINIO Y PODER.EXCELENTSIMA CORTE SUPREMAGUILLERMO ANTONIO NEIRA VERA, cdula nacional de identidad nmero 12.676.666-1, comerciante, domiciliado actualmente en la Ex Penitenciara, C.C.P. Santiago Sur, calle 14, con actual beneficio penitenciario de salida diaria para trabajar, por estar condenado rematado por el delito de infraccin al artculo 3 de la ley 20.000, y por el delito de Cohecho, ambas condenas por sentencia ejecutoriada en causa Rit: 205-2010, Ruc: 0901163699-0, dictada por el Sptimo Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago, a Us. Excelentsima respetuosamente digo:Que de conformidad a lo sealado en el prrafo 3 del Ttulo VIII del Libro IV, artculos 473 y siguientes, Revisin de Sentencias Firmes, del Cdigo Procesal Penal, es que vengo en este acto en interponer Recurso de Revisin, por los fundamentos de hecho y de derecho que paso a exponer.

El presente recurso, en su parte principal, se presenta con el siguiente orden:

I. Primeramente, y para comprender a cabalidad los hechos materia del presente recurso, se presentan una Introduccin con los antecedentes del caso, donde se relatarn los acontecimientos acaecidos desde el da 06 de diciembre de 2009, y as otorgar a este Excelentsimo Tribunal, los datos necesarios para dicho conocimiento. II. Posteriormente, pasaremos al Primer Captulo analizar la Primera Causal Invocada, la que a su vez se dividir en dos Fundamentos: el primer Fundamento, en el anlisis de la causal respecto del delito de Cohecho por el que se me conden, y luego, en el segundo Fundamento, por el delito de trfico de drogas. III. Seguiremos con el Segundo Captulo, donde analizaremos la Segunda Causal invocada, con el mismo proceder, en dos Fundamentos, uno por cada delito. IV. Ejercicio demostrativo acerca del Falso Testimonio, como presupuesto de la Segunda Causal, respecto de ambos delitos.

V. Consideraciones, referente a la Pertinencia (o Procedencia) de las causales ya invocadas. Nuevos Antecedentes. Conclusin y Petitorio del presente recurso.I. INTRODUCCIN

ANTECEDENTES DEL CASOQue el da domingo 06 de diciembre del ao 2009, a las 16:50 horas, en la Villa OHiggins de la comuna de La Florida ocurre el siguiente hecho: un microtraficante del sector, llamado Marco Antonio Rivera Aguilar, es sorprendido por un furgn de carabineros, conducido por el entonces cabo 1 de Carabineros Ricardo Zabas Osses Crdenas, vendiendo clorhidrato de cocana en la interseccin de calle Aconcagua con pasaje Piquenes, el que al ver la presencia policial arranca por calle Aconcagua, hasta un negocio de propiedad de una mujer de nombre Jeanette Santibez, y en la entrada de dicho negocio se encuentra una mquina congeladora que se usa para la venta de helados.

Tira la droga bajo la mquina, y es alcanzado por un carabinero del vehculo policial mencionado (no lo tenemos identificado an, podra ser Osses o un acompaante), y ste al ver dicha actividad, detiene al sujeto, revisa la mquina y encuentra la droga en el suelo, bajo la misma. Acto seguido, suben al delincuente al carro policial, y se dirigen por calle Aconcagua al norte, hacia calle Gernimo de Alderete, donde viran al oriente (a su derecha) hasta antes de llegar a la caletera de Av. Amrico Vespucio (sin doblar por sta), donde se estacionan y obligan a Marco Rivera a desnudarse para ver si traa ms droga entre sus vestimentas, la que no encuentran.

En ese momento llega la polola de Marco (quien habra observado la detencin), Jocelyn Morales Santibez, polola del detenido e hija de la duea del negocio antes mencionado, Jeanette Santibez, y le indica a un motorista de carabineros (que viene llegando junto a ella) que Marco se encontraba en su interior, y que alguien estaba por all (dando a entender que habra otra persona relacionada con los hechos, o sea, yo).

Dicho motorista, acompaado de otro, le sealan al cabo Osses que lo sigan, y retornan a la esquina de calle Aconcagua con Pichimahuda, donde yo vena saliendo desde mi casa porque observ el movimiento policial desde mi ventana, y me haba sentado en una caja de bebidas (volteada), frente a mi domicilio en la puerta de una sede deportiva, cuando el carabinero motorista le seala al mismo cabo Osses: a ese quiero, espsenmelo, apuntndome a mi, por lo que Marco gritaba desde adentro de la jaula del furgn que por qu hacan eso, si la droga era de l (aparentemente l se haba percatado de lo que hara la polica, antes que yo). Dicho motorista es el entonces sargento 1 Aquiles Hernn Gmez Villalobos, quien le dice a Marco que se quedara callado y que tena que decir que l era soldado mo si quera obtener su libertad.

Aquiles Gmez me dice que por dos millones de pesos o unas mquinas de juegos tragamonedas podramos arreglar el tema de mi libertad. Ello me lo dice cuando se encontraba junto al cabo Seplveda. Le pregunt por qu haca eso, y me peg con su mano izquierda (abierta) en mi oreja derecha. Hubo testigos de esos hechos, los que anteriormente no se atrevieron a declarar en mi favor, por temor al funcionario Gmez, pero en la actualidad esa situacin habra variado.

Entonces, en ese momento, yo no poda levantar mi cuerpo (incorporarme), puesto estaba recin operado en la zona abdominal, y mis heridas se estaban recin recuperando, por lo que me dola mucho y corra el riesgo de abrir la cicatriz. Aquiles Gmez me insult, me dijo prate al tiro conchetumadre. Otro funcionario le dijo a Gmez el carn, pdale el carn. Entre Gmez y otro funcionario (Ricardo Osses Crdenas), me tomaron de los brazos y me pararon a la fuerza, y al quedar parado, le insisto en que me dola mucho la herida de la operacin, por lo que el otro funcionario me levanta la polera y observan que era verdico lo que yo deca. Como se comenz a aglomerar gente, me subieron rpidamente al carro policial.

Ambos detenidos somos llevados hacia la 36 Comisara de La Florida.

Ya en la comisara, nos ponen en celdas separadas, cuando el sargento Aquiles Gmez llega solo a hablar conmigo, y me insina nuevamente lo de los 2 millones de pesos, y le pregunto que porqu haca eso, pregunta que no contest. Me insiste en que como venan la pascua y ao nuevo, que todo quedara hasta ah noms, y que 2 millones no era nada para mi, o algunas mquinas tragamonedas tambin le serviran, que Marco era el de la droga, y que un susto me hara recapacitar (o algo as), y me consulta qu deca yo ante eso, a lo que le respond (reconozco que algo agresivo, por la rabia que me daba la situacin) que si me quera meter preso, que me pillara en algo, en un delito real, no inventado por l, agregando que nunca le iba a pagar nada, y la verdad, si mal no recuerdo, lo insult, a lo que me responde que l saba que yo iba a salir igual, porque la droga era poca, pero que estando en la calle, si no arreglbamos, me iba a volver a cargar, pero en esa oportunidad tendra que hacer mnimo unos 10 aos por huen, y que vamos a ver a quien le van a creer, luego se va. No habla con ningn otro detenido. Jams se hizo acompaar de ningn otro polica.

Al rato sacan a Marco Rivera de la celda en que se encontraba, y no se ve llegar por al menos en 15 minutos. Cuando vuelve, alcanzo a divisar desde mi celda que traa el rostro muy congestionado, y su semblante era que haba llorado esa fue la impresin que me dio, lo que naturalmente me preocup.

Luego llega nuevamente el sargento Gmez, me saca al mismo patio, donde haba una habitacin doble pero pequea, muy oscura.

En ese lugar me golpea mucho, me tortura de una manera muy agresiva, dicindome Gmez que no fuera huen, que arreglramos, y se detienen cuando vena llegando un superior jerrquico que no reconozco, pero la llegada de ese funcionario evit que me siguieran torturando. Me devuelven a mi celda.

En ese intertanto (o tal vez minutos antes) un to mo de nombre Rafael Vera Sarmiento, hermano de mi madre, llama a don Felipe Alberto Araya Arancibia, egresado de derecho, quien trabaja con abogados penalistas y es muy diligente, sealndole que yo, o sea su sobrino, estaba detenido en una situacin confusa, supuestamente por drogas, y que por favor acudiera a la 36 comisara.

As, acude al cuartel policial, y avisa a los abogados con los que trabaja, se identific y logr entrevistarse conmigo, y yo le sealo lo que ocurra, vale decir que me estaban cargando con la droga, y que el sargento Aquiles me estaba pidiendo la suma de dos millones de pesos para liberarme. Ante esa situacin, solicita (Araya) hablar con Aquiles Gmez, el que se niega rotundamente a hablar con l, y pide igualmente en forma insistente entrevistarse con el comisario, y todos los carabineros le decan que ese da no se encontraba, que no iba a la comisara por ser domingo.

El vehculo del comisario no se encontraba en la unidad, y no llega a esas dependencias sino hasta el anochecer. En ese intertanto, mientras Araya se encontraba pasendose entre la guardia y el patio de la unidad, se le acerca una joven que se identifica como la polola del otro detenido (de Marco Rivera), Jocelyn Morales Santibez, disculpndose con l por que a mi me tenan preso por culpa de su pololo, y que ella estaba muy al tanto que la droga era de propiedad de Marco y no ma. Ante eso Araya entabla una conversacin con ella cuando es llamada por Aquiles Gmez, y ella le indica a Araya Arancibia ese es el paco, Felipe Araya le dice que vaya a ver qu quiere, y l sale de la comisara (Araya), a hablar con mi mujer Catherine Guez Vicencio. A los pocos minutos ella (Jocelyn) sale llorando a la calle, diciendo que Aquiles Gmez le peda 3 millones por liberarlo (a Marco), lo que caus extraeza por la diferencia de montos, pero acorde a la actividad de cada uno, toda vez que yo soy comerciante y Rivera traficante.Es as que Araya le pregunta a Jocelyn si estaba dispuesta, en un eventual escenario, declarar lo que saba, o sea que Aquiles Gmez me haba cargado con droga y que le estaba pidiendo dinero a ella para liberar a Marco, a lo que ella le responde, en presencia de mi mujer Catherine Guez, que eso no lo poda hacer, porque en su casa son todos traficantes, y que su madre Jeanette le pagaba proteccin a Aquiles Gmez, quien por una suma de dinero indeterminada la dejaba traficar tranquila, por lo que no poda quemar la mano con el Aquiles, y que si deca cualquier cosa en contra de dicho funcionario, o sea, si lo llegaba a perjudicar, su mam la iba a golpear (aparentemente le tema a su madre). Adems seal que Gmez tena constantemente advertida a su madre que no olvidara que le faltaba poco para que le bajara una condena por drogas y ley de armas (desde la Corte), as que tena que estar muy amiguita de l (condena que por cierto cumpli ya en el CPF de Santiago). Su madre tena un almacn como fachada para el trfico de drogas. Advirti que es un polica maoso y mal intencionado, y que no contaran con ella para hablar en contra de l.Felipe Araya le dice a Jocelyn que le diga entonces al carabinero que hable con l, que l tiene plata, y ella le dice que tenga cuidado, que ese paco es maoso, que varias veces en la poblacin pide plata, unas veces se la queda y otras veces es slo para detener gente por cohecho. Araya toma precaucin entonces.

Ingresa Jocelyn a hablar con Gmez, y le dice a Felipe Araya que Aquiles Gmez accedi a hablar con l, que ingrese a la comisara. Araya ve acercarse a Gmez y se percat que lo iba a grabar, porque vena con una mquina negra en la mano. Se entrevista con l en la entrada de la oficina de la SIP, en un lugar que por cierto no es de libre acceso del pblico. Araya le pregunt para qu es la maquinita y Gmez le responde que para consultar patentes, Gmez le dice extraado que recin habl conmigo y que le dije que no quera nada, que no le iba a pagar, lo que es verdad, a lo que le Araya responde que tratara con l, puesto como venan las fiestas de fin de ao, algo se poda hacer, Gmez le dice que por ser domingo l la llevaba porque no se encontraba el comisario ni ningn oficial, y que le daba hasta las 19:45 ya que a las 20:00 horas se haca el cambio de guardia y no podra hacer nada. Gmez le pregunta a Araya cuanto vale el show y Araya le seal claramente lo que usted pidi, silencindose Gmez, acusando recibo, y le Araya le dice si usted sabe jefe, usted sabe etc.

Araya se retir y se comunic inmediatamente con Dipolcar, para desenmascarar al polica corrupto, y quedaron en juntarse con dicho personal de Inteligencia en una estacin de servicio del paradero 14 de Vicua Mackenna, no sin antes reunir el dinero, y como un cliente suyo le tena que llevar 1,5 millones, lo que fall porque slo le entrega un milln, lo facilit. El otro milln lo facilita mi to Rafael Vera. Con el dinero en la mano se dirige junto a mi mujer y la polola de Marco (Jocelyn) a la reunin.

En el lugar se entrevist con el capitn Francisco Aravena Padilla, quien corrobora sus dichos al consultarle a las mujeres, pero no le autorizaron lo que en un principio se iba a hacer, o sea, una entrega vigilada del dinero para aprehender al carabinero corrupto. Araya y Aravena se separaron no sin antes sealarle Araya a Aravena que Gmez lo haba grabado y que esa era la prueba indubitable, puesto esa grabacin deba existir, y que se la pidiera. Araya se dirigi a la comisara y el capitn de Dipolcar ya haba llegado, quien le presenta a dos fiscales, Rodrigo Celis Castan y Marcos Flores Flores, a lo cual este ltimo le pide a Araya le d su versin de los hechos, contndole entonces lo ocurrido, y l le seal que tena en su poder los dos millones de pesos, a lo que el fiscal Flores le pregunta si podra facilitar ese dinero para comprobar el cohecho del polica, y que a cambio se le entregara un acta de entrega voluntaria e incautacin de dinero. Tambin le pregunta si estaba dispuesto a declarar lo ocurrido, a lo que le manifest que s, por lo que pas con el fiscal Rodrigo Celis Castan a la oficina del comisario en un segundo piso, donde desde su notebook personal le toma la declaracin, la que fue constantemente interrumpida por el sargento Aquiles Gmez, quien muy nervioso interrumpa a cada rato, hasta que Celis le llam la atencin y dej de hacerlo. La nica persona que se encontraba presente fue el fotgrafo de la SIP, pero slo por los primeros 10 minutos, mientras fotografiaba el dinero sobre una mesa, a espaldas de Araya. Nadie fue testigo de dicha declaracin. Ese fue el motivo por el cual la declaracin de Araya (las interrupciones de Gmez) de slo 2 y media carillas, dura desde las 11 y media de la noche hasta las 2 de la maana, por las interrupciones histricas de Gmez.

Cuando est saliendo la impresin de la declaracin (en papel desde la impresora), en una habitacin contigua desde la que Araya poda observar la impresora, observa que Gmez estaba parado al lado de dicha mquina, quien recibe la declaracin y la lee muy rpido, a lo que Celis no le dio importancia, y cuando Araya le pregunta al fiscal por esa irregularidad, puesto l lo estaba denunciando, le respondi que era porque el sargento tambin quera declarar para defenderse de las acusaciones. Posteriormente, como media hora despus, puesto Felipe Araya se puso a fumar en el patio, conversando con el fotgrafo aludido, Araya ve bajar al fiscal, quien haba terminado de tomarle declaracin al comisario Romero, y donde le pide al fiscal Celis autorizacin para entrevistarse por ltima vez conmigo, el que intercede ante el personal de guardia, sin poner mayores problemas, me pone al tanto, y al salir, un carabinero le dice a Araya que otro detenido quera hablar con l, y era Marco Rivera, quien le seala que lo obligaron a declarar diciendo que era un soldado mo, bajo amenazas de Aquiles Gmez. Rivera le dice que la droga era de l, que se responsabilizaba de sus actos y que no sabe si el fiscal estaba al tanto o no de dicha manipulacin de evidencia, por lo que le pide le diga al fiscal que por favor vaya al calabozo a hablar con l solo para decirle la verdad de lo ocurrido, sin presencia policial, menos de Aquiles Gmez. Araya sale del calabozo y se encuentra con el fiscal Celis, a quien le seal lo antedicho, quien dice que lo har. Araya se retira a su domicilio.

Una vez que se retira Araya, el fiscal Celis acude al calabozo a hablar con el detenido Marco Rivera, pero se hace acompaar del sargento Aquiles Gmez, y Rivera, al ver a Gmez parado detrs del fiscal con una mirada amenazante, naturalmente le dice al fiscal que todo es un error, que est todo bien, que no tiene nada que decirle, por lo que el fiscal se retira de los calabozos.

Rivera es liberado, a la espera de citacin, aproximadamente a las 06:30 de la maana del da 07 de diciembre de 2009, desde la misma comisara.

Al otro da, en el control de detencin, me asombro al percatarme que no slo yo estaba siendo formalizado por infraccin a la ley 20.000, sino que tambin por infraccin a la ley 17.798 y por Cohecho (Soborno), pero mayor fue mi asombro cuando me percato que Marco Rivera haba sido liberado en la madrugada de ese mismo da, por lo que no estaba siendo formalizado el verdadero dueo de la droga y traficante.

En dicha audiencia se relatan los hechos por el fiscal que compareci, y seala que los policas motorizados, Aquiles Gmez Villalobos junto a su compaero el cabo Daniel Seplveda Soto, patrullando por el sector, llegan a la esquina de calle Aconcagua con pasaje Pichimahuda, donde ven a dos individuos, uno sentado en una silla de playa (o sea yo), y el otro al pie de ste (Marco Rivera), y el que estaba de pie sale corriendo al ver la presencia policial, siendo alcanzado por el cabo Seplveda, mientras que el sargento Gmez controla mi identidad, quien recin operado le habra dicho que no me poda parar, que me incorporo y se observa una bolsa con droga sobre el asiento, por lo que soy detenido. Dicen que luego en la comisara, los detenidos (Rivera y yo) piden hablar con el aprehensor, o sea, con Aquiles Gmez, quien pasa a buscar a su compaero, el cabo Daniel Seplveda Soto, para que sea testigo de dicha conversacin que se entablara, y que primeramente habla conmigo, y que yo le ofrezco la suma de 2 millones de pesos para dejar el procedimiento sin efecto, y que el dinero lo traera mi mujer o mi to. Luego de supuestamente hablar conmigo, se habran dirigido ambos a hablar con el otro imputado, Marco Rivera, quien les seala que la droga no es de l, pero que trabaja para mi como soldado, y que yo soy traficante, que quera decir la verdad y cooperar para obtener su libertad, que l siempre guardaba en su domicilio y a requerimiento mo, armas, droga, y otros efectos ilcitos, y que no quera estar preso, por lo que le comunicaran al fiscal que por favor le tomara declaracin para cooperar al tenor del artculo 22 de la ley 20.000.

Se seala por los policas que cuando Araya pide hablar con Gmez, ste lo graba, pero Araya no habla mucho, pero s que l se habra identificado claramente como abogado mo, y le ofrece 2 millones de pesos al sargento Aquiles Gmez para liberar a su cliente (o sea, a mi), ratificando el supuesto ofrecimiento efectuado por mi al mismo funcionario anteriormente en los calabozos de la unidad. Que Gmez habra informado de ello a su jefatura y al fiscal de turno en forma oportuna y cronolgica.

Es as que luego se le toma declaracin a Marco Rivera, quien supuestamente seala lo antedicho, pero su declaracin estuvo completamente viciada, puesto estuvo constantemente amenazado por el sargento Aquiles Gmez, quien lo presionaba sealndole que si no deca que era soldado mo, y que la droga era ma, lo iba a secar en la crcel por tonto, aprovechndose del conocimiento que tena Gmez de las limitaciones mentales de Marco Rivera, quien por un accidente al nacer (segn comentan sus familiares) habra quedado con secuelas, siendo calificado mdicamente, lo que en medicina legal se conoce como limtrofe, conocimiento que tena Gmez puesto Marco haba sido detenido en ms de una oportunidad por infraccin a la ley 20.000, y era de pblico conocimiento que Marco le tiene una suerte de terror a la presencia policial, por lo que no le fue difcil manipularlo en ese sentido y con esa informacin.

Adems, Gmez era demasiado cercano a la familia de Jocelyn Morales y su madre (pareja y suegra de Marco Rivera), lo que facilit ms las cosas en ese sentido.

Hay que decir tambin, que hay testigos de declaraciones efectuadas por el suboficial Aquiles Gmez, con posterioridad al da 06 de diciembre de 2009, patrullando por la Villa Ohiggins, donde seal en ms de una oportunidad, y jactndose de su inteligencia, que l manej como quiso al fiscal de turno ese da (Celis), que era como su hijo, dijo varia veces que Celis era como los perritos nuevos, y que todos hacan lo que l quera, que l la llevaba en esa poblacin, y que todos (los pobladores) deban andar a su ritmo, o si no les iba a pasar lo mismo que al tontoln. Posteriormente manifiesta con preocupacin, en momentos en que mi seora, mi madre, y mi amigo Cristian Gonzlez interpusieron recursos de amparo en su contra, por amenazas, y ste ltimo tambin por haber sido aparentemente secuestrado por Gmez y amenazado con cargarlo con drogas y armas si no deca que era soldado mo, situacin en la que manda a amenazar a Araya. As, Gmez manifest posteriormente (luego de esos hechos) a pobladores de la Villa Ohiggins que todo este tema se le haba arrancado de las manos, y que igualmente lo habra detonado las amenazas que sufra en esos momentos por un sargento de la SIP, de nombre Andrs Gonzlez, quien lo tena sentenciado de develar todas las irregularidades que l cometa, entre ellas el procedimiento que me mantiene privado de libertad. Dicho funcionario Andrs Gonzlez, con posterioridad habra sido acusado por Gmez y compaa de cometer un delito, y dado de baja.

As, en esos momentos, o minutos antes, Fabin Rivera Muoz, amigo mo desde la infancia y mi vecino, con quien tengo mucha confianza y le haba pedido con anterioridad me guardase un dinero que tena para hacer unos negocios relacionados con mi rubro esos das (mi rubro antes, estando en libertad, era la colocacin y arriendo de mquinas tragamonedas, entre otros -compra venta de vehculos-), y ante la situacin de mi detencin, y obviamente temiendo que Aquiles Gmez y compaa allanaren mi casa, encontrasen el dinero y lo hurtasen, retira dicho dinero desde mi casa, en una mochila, y lo va a dejar (esconder) a su casa, junto con un reloj y otras joyas de mi propiedad, todas de oro, las que en bruto pesaban a lo menos un kilogramo, cuando se percata que es visto por Jeanette Santibez, la madre de Jocelyn Morales y suegra de Marco, muy amiga por lo dems del querellado Aquiles Gmez, quien al ver esa actividad (sospechosa) de Fabin, delante de l toma su celular y comienza, sin perderlo de vista, a efectuar un llamado.

Es as que, en esos mismos momentos, en la comisara, en plena declaracin de Marco Rivera, la que estaba siendo efectuada en su totalidad por Aquiles Gmez, le suena el celular al polica en comento, atendiendo la llamada delante de Marco, quien se percata que se trata de su suegra Jeanette, ya que se escuchaba su voz, y le seala alguna situacin, a lo que Gmez cambia su actitud, se dirige a hablar con el fiscal que pese a estar presente, conversaba con funcionarios de la SIP, sin poner atencin en nada de lo que ocurra en la declaracin, y se alegran de lo que conversan (Gmez y el fiscal Rodrigo Celis), a lo que el fiscal comienza a hacer unos llamados, mientras el sargento Aquiles desva el tenor de la declaracin, agregando el tema de que supuestamente Marco estara declarando que en la casa de Fabin yo guardaba droga y armas, y que lo haca siempre, apostando obviamente Gmez a encontrar quien sabe qu (drogas), por lo que se autoriza la orden de entrada y registro, allanndose la casa de Fabin Rivera Muoz, encontrndose mi dinero, que por cierto se incautaron $22.970.000, pero en realidad era otro monto, eran $30.000.000 y las joyas sealadas. Tengo pruebas para acreditar estos dichos, y por cierto el monto de dinero y la adquisicin de las joyas y testigos de la sustraccin de las mismas, y amenazas para acallar dicha situacin.

Las municiones y cargadores encontrados en la casa de Fabin, eran de propiedad de l, con excepcin de los tiros calibre 380, los cuales fueron puestos en un cajn por Aquiles Gmez, ya que Fabin los desconoce, y la madre de l, le abri dicho cajn a Gmez, y en dicho lugar no haba nada. Posterior y misteriosamente aparece esa municin en el mismo lugar en que minutos antes no se encontraba.

La droga que se le encontr no puedo decir si era de l o no, puesto Fabin es un consumidor habitual de cocana, slo de esa droga. Entiendo, por lo que me ha sealado su familia, la droga encontrada la habra puesto la polica, la marihuana, y es natural que as haya sido, puesto Gmez y compaa no tenan fundamento para creer que Fabin o yo traficbamos drogas, puesto l invento esos cargos, por lo que ante el eventual escenario de no encontrar nada, llev su propia droga y la instal donde dicen la encontraron. La bolsita con un gramo de cocana, Fabin reconoce era de l. Yo no consumo drogas.

Quisiera agregar que, si bien Fabin seal en el juicio oral que su mujer Daniela no saba que haba guardado el dinero y el oro ese da en su casa, fue porque es muy machista, y no quiso, y por recomendacin de su abogado, adems, involucrar a Daniela, pero ella saba que s estaba ese dinero y las joyas, y la cantidad, puesto Fabin al momento de llegar con esas especies desde mi casa, le comenta que traa 30 millones desde mi propiedad, que los va a guardar (cuenta el dinero), puesto exista el temor que Gmez allanase su casa y los hurtara, y enhuincha ese dinero y lo esconde en el entretecho (lugar donde efectivamente se encuentra), y guarda en un cofre con llave las especies de oro, siendo reventado el candado, sustradas las joyas, y cuando Daniela se percata de eso, es amenazada por Gmez, que se quedara calladita, o su hija terminara en el Sename, y ella detenida por asociacin ilcita para el trfico de drogas, y que pasara aos presa. Estaban en ese trmite, cuando llega Fabin a su casa, quien al ver la presencia policial intenta ingresar, lo que no se le permiti obviamente.

Se llevan detenida a Daniela Nez y a don Gilberto Rivera, y no es hasta pasadas las 03:00 de la maana del da 07 de diciembre, que la va a buscar (dentro de la comisara) el sargento Aquiles Gmez (a Daniela), quien le seala en un patio interno de la comisara a la conviviente de Fabin, que tena que cooperar con l, que deba decir que las cosas encontradas en su casa eran mas, y que su marido Fabin trabajaba para mi en el narcotrfico, a lo que ella se neg por no ser cierto, puesto sabe que Fabin y yo somos grandes amigos, y que me coopera con mi negocio de las mquinas tragamonedas, para nada ms que eso.

Ante ese escenario, Aquiles Gmez la amenaza ya derechamente dicindole que si no coopera con l, se encargara de dejarla a ella, a su suegro y a Fabin presos, y le reitera que su niita (beb) de nombre Alondra la mandara al SENAME y que jams la volvera a ver, puesto tena lista la asociacin ilcita para el narcotrfico, donde ella era partcipe. Ante eso Daniela con mucho temor declara lo que Gmez le solicit, no sin antes transar en orden al calibre de la declaracin, excluyendo de sta el tema del narcotrfico, dictndole l mismo (Gmez) la declaracin al cabo Seplveda en la comisara, sin que ella abriera la boca siquiera, y ella comprometindose a no develar jams dicha situacin, bajo amenaza de cumplir con arrebatarle a su beb. Ella jams convers con los policas en el domicilio allanado la tarde del domingo 06 de diciembre, salvo lo pertinente a que buscara las llaves de una moto scooter que Fabin tena, y lo relativo a la amenaza de Gmez en torno a que no dijese nada de las joyas, que callara que l y sus colegas se las haban robado. Nunca conversaron con ella ningn otro tema, como lo declararon a posterior los policas. Ambos, Daniela Nez y don Gilberto Rivera son liberados en el control de detencin al da siguiente, otorgndoseles la libertad provisional.

Esa tarde (entre las 18:00 y 18:30 horas), antes de proceder con el allanamiento, y antes de encontrarse con Araya, se le toma declaracin a Jocelyn Morales Santibez, en dependencias de la SIP de la 36 comisara de La Florida, para que dijera que Marco era soldado mo, y que a ella le constaba eso. Dicha declaracin es tomada por el cabo Daniel Seplveda Soto. Eso lo sabemos porque Jocelyn se lo comenta a Marco das despus de ocurridos los hechos. Lo curioso de esto, es que aparecen 2 declaraciones idnticas de Jocelyn Morales, pero con diferentes firmas, y en una sin la firma del funcionario que toma la declaracin, y la otra, en la que debi estar la firma del cabo Seplveda, aparece la firma de Aquiles Gmez, bajo el nombre del mencionado cabo. Pero lo ms extrao es que la hora de dichas declaraciones (que son idnticas, salvo por lo dicho), la (o las) declaracin (es) que fue efectuada a las 02:00 horas, en dependencias de la SIP de la 36 comisara, en presencia (supuestamente) del fiscal Rodrigo Celis Castan, coincide con la hora de otra declaracin, a las 02:03, efectuada en dependencias de la oficina del comisario (segundo piso) al mayor Luis Romero Olea, declaracin que tipea personalmente el mismo fiscal de turno Rodrigo Celis, por lo que mal pudo dicho fiscal haber sido testigo de la declaracin de Jocelyn Morales, ni mucho menos tomarla l mismo. Ambas declaraciones en la madrugada del da 07 de diciembre de 2009.

Es por ello que la declaracin de Jocelyn tiene tantas irregularidades, y tiene en su contenido tantas inexactitudes y tantas tendencias a favorecer a Aquiles Gmez, puesto no fue efectuada por ella, sino que manipulada por el mencionado polica, para procurar la impunidad suya en los hechos ilcitos que haba cometido. Y por qu a esa hora? R: Pues Gmez ya saba que se le acusaba por parte de Felipe Araya, o sea, el cohecho. En el juicio oral en mi contra, declar Marco Rivera Aguilar, quien, muy mal asesorado por mi abogado de ese entonces, desconoci su firma en la declaracin de la Fiscala de fecha 05 de febrero de 2010, toda vez que en dicha declaracin ratifica lo que supuestamente seal voluntariamente en la comisara ese da 06 de diciembre de 2009. El tema es complicado, puesto Marco es una persona que tiene un problema metal leve, y le tiene un gran temor a la polica (ha sido muy maltratado), y por ende a la prdida de su libertad. Es por ello que cuando se le pregunta (en el juicio oral) que si haba sido antes detenido, seala que no (crey que eso lo perjudicaba), y naturalmente su mentira es descubierta, pues se exhibe la sentencia por microtrfico en su contra, del ao 2009 (meses antes de los hechos). Eso demuestra lo dbil de la actitud de Marco. Prueba de ello, es lo que ocurri cuando est en la Fiscala el da 05 de febrero de 2010, asistiendo a declarar por la citacin que se le hizo por ser imputado, y ve que amenazan a su abogado Carlos Muoz, en orden a que l (Marco) desde ese momento ya no era imputado (por eso la presencia del abogado), sino que era testigo, y que si decida acompaar a Marco (don Carlos Muoz) a la declaracin, sta no se producira, y se le trata muy despectivamente al abogado y en forma altanera. Sube (en el edificio de la Fiscala) entonces Marco slo con el asistente del fiscal (quien le dijo lo sealado al abogado), y se encuentra al llegar a la oficina pertinente, con una carabinero, quedando muy confundido y temeroso, teniendo por tanto la misma actitud, o sea, se asusta mucho, decidiendo declarar lo que en la institucin queran escuchar, y vela por sus intereses (o por lo que cree lo son), ratificando lo que deca su declaracin en la comisara. Su temor era que si l dijese algo diverso, la carabinero le contase a Aquiles Gmez, y ste cumpliese sus amenazas hacia l.

Luego se arma de valor, y comienza a decir la verdad en el juicio oral en mi contra, pero miente en cosas que para el proceso no tienen importancia, por ejemplo, primero reconoce que fue a la notara con Araya, y que declara ante el notario la verdad, pero luego se pone nervioso, porque como se le dijo que deba desconocer la firma ante el asistente de fiscal, tambin desconoce la otras firmas, y al final nadie le cree nada. Marco es una persona extremadamente manipulable a travs del miedo, y es por ello que le fue tan fcil a Aquiles Gmez hacer y deshacer en torno al supuesto papel de soldado que le impuso a Marco Rivera.

Este seor, Marco Rivera, actualmente y libre de toda presin, puesto es vox populi y motivo de fiesta en la Villa Ohiggins, la noticia de que Aquiles Gmez ya no estar activo como funcionario, pues habra jubilado, por lo que muchos duermen tranquilos, manifest a esta parte su deseo de declarar, dando razn de sus contradicciones, y decir toda la verdad de los hechos acaecidos ese da 06 de diciembre de 2009, el 05 de febrero de 2010 en la fiscala, y el 01 de diciembre de 2010, en dependencias del 7 TOP, y el da anterior, en que por cierto volvi a ser amenazado dentro de las dependencias habilitadas por los testigos, el 30 de noviembre, por Aquiles Gmez, minutos antes que iniciara la audiencia.

Que durante los das 30 de noviembre y 01 de diciembre de 2010, se desarroll ante el 7 Tribunal de Juicio Oral en lo Penal, la Audiencia de Juicio Oral en rit 205-2010, respecto de acusacin presentada en mi contra, por presuntos delitos de Trfico Ilcito de Estupefacientes, Cohecho (Soborno) e Infraccin a la ley 17.798.

Que como seale al inicio, en aquel juicio fui condenado a una pena de 7 aos de presidio mayor en su grado mnimo como autor del delito de Trfico Ilcito de Estupefacientes, y a 541 das de presidio menor en su grado medio, como autor del delito de Cohecho.

En esa oportunidad, declararon como testigos de cargo del Ministerio Pblico, los funcionarios de Carabineros, Aquiles Hernn Gmez Villalobos, Daniel Alonso Seplveda Soto, Ricardo Zabas Osses Crdenas, Luis Ariel Romero Olea y Cristian Arias Saavedra, entre otros. Estos testigos prestaron declaraciones mendaces, a fin de agravar mi situacin penal sustantiva y procesal, influyendo de una manera decisiva al formar la conviccin del tribunal en una decisin condenatoria.

Sin embargo, la persecucin penal posterior, emprendida por el Ministerio Pblico en contra del procurador y egresado de derecho (actual licenciado), don Felipe Alberto Araya Arancibia, por su presunta participacin como mandatario mo, en el supuesto Cohecho, por el cual fui condenado, permiti obtener evidencia contundente para acreditar el falso testimonio cometido en su oportunidad por los querellados, delito que fue objetivo de una querella, entregndole a al ministerio pblico y posteriormente al fiscal militar de la 4 Fiscala Militar, para perseguir penalmente los ilcitos cometidos por los funcionarios policiales en mi contra.

Entonces, en Agosto del ao 2011, Felipe Araya Arancibia es formalizado por los delitos de Ejercicio ilegal de la Profesin, Cohecho (Soborno), y por Obstruccin a la Investigacin. Es acusado por el Ministerio Pblico por dichos delitos en Mayo de 2012, y llevado a juicio oral ante el 7 TOP, Rit: 61-2012, Ruc: 1000311270-0, juicio oral que se efectu los das 20 y 21 de Junio de 2012, donde el Ministerio Pblico presenta como testigos nuevamente a los querellados Aquiles Hernn Gmez Villalobos, Luis Ariel Romero Olea, Daniel Alonso Seplveda Soto y Ricardo Zabas Osses Crdenas, quienes vuelven a cometer Falso Testimonio, y con dichas declaraciones le entregan a esta parte los restantes medios de prueba para comprobar la veracidad de la presente accin penal. Dicho sea de paso, los jueces del 7 TOP no dieron credibilidad alguna a las declaraciones de los ahora querellados, absolviendo de todos los cargos al acusado Felipe Alberto Araya Arancibia, sentencia que se acompaa en otros. Igualmente la defensa de Felipe Araya presenta como testigo a la perito del Labocar Mara Mendizbal Cofr, querellada de autos, justamente para descubrir el delito que en definitiva cometi, amn del Falso Testimonio.

Dichos procesos, entendiendo uno como la continuidad del otro, puesto la investigacin seguida en contra de Felipe Araya se separa de la seguida en mi contra, siendo ambas carpetas investigativas la misma, y han dado a este querellante, aunque tardo en el tiempo, las pruebas para poder perseguir la responsabilidad penal de los querellados, por hechos desde antes conocidos, pero de difcil probanza, hasta ahora.

Que la sentencia que recay en el proceso contra Felipe Araya, en su parte pertinente del Considerando Sptimo, declar:

Sin embargo, analizadas estas declaraciones pudo el Tribunal advertir graves inconsistencias que hicieron dudar de la credibilidad de los testimonios entregados por dos de los funcionarios policiales, especialmente de aquellos provenientes del funcionario que supuestamente se pretendi sobornar y de uno de los cuales lo acompa en el procedimiento que dio origen a la detencin de Guillermo Neira, quien habra efectuado inicialmente un ofrecimiento de dinero, que habra pretendido concretarse mediante la intervencin del acusado en esta causa.

En primer lugar, es inevitable considerar las circunstancias en las cuales se efectu la detencin de Guillermo Neira, dado que precisamente las alegaciones de la defensa se basan en que habra existido inicialmente una peticin de dinero de parte del funcionario policial, a cargo del procedimiento, esto es, por el testigo Aquiles Gmez hacia el imputado, quien se habra negado a acceder a este requerimiento, por cuanto su detencin se habra efectuado de forma irregular, sealando que haba sido cargado con la droga. Al respecto, Aquiles Gmez, refiri en la audiencia que haba sorprendido a Neira, quien era un conocido traficante del sector junto a uno de sus soldados efectuando una transaccin de droga. Sin embargo, la defensa evidenci una contradiccin en este sentido, con la versin que el mismo testigo haba entregado al Fiscal a las pocas horas de ocurrido el hecho, oportunidad en la que seal que haba divisado a dos hombres conversando, uno de gran contextura fsica el cual estaba sentado en una silla y otro delgado que permaneca de pie, quien al ver la presencia policial se dio a la fuga. Tratando de explicar esta divergencia, manifest que los sujetos se encontraban juntos y debido a la fuga de uno de ellos y, conforme a su experiencia policial basada en sus aos de servicio -, l visualiz que estaban efectuando una transaccin de drogas. Esta explicacin, no result convincente a los ojos de estos sentenciadores, dado que lo recientemente transcrito corresponde a lo afirmado por el testigo a las pocas horas de efectuado el procedimiento, momento en que asever que uno de ellos estara sentado, sin dar cuenta que haya existido el traspaso de droga entre uno y otro sujeto, lo cual aparece afirmando categricamente despus de haber transcurrido ms de dos aos y medio de ocurrido el hecho.

En segundo lugar, este testigo afirm que se haba hecho acompaar de otro funcionario cuando el imputado pidi hablar con l en los calabozos y, a pesar de tratarse de un antecedente fundamental, no lo identific, sin que se aportaran tampoco otras prueba al respecto, ya que ninguno de los testigos presentados, -todos los cuales estuvieron en la Comisara el da de los hechos-, manifest haberlo acompaado.

A lo anterior, se suma la afirmacin efectuada por el funcionario Seplveda Soto, quien en la audiencia asever que cuando lleg el Suboficial a la guardia, l se encontraba realizando trmites y permaneci a cinco metros aproximadamente de los calabozos y que desde ese lugar habra escuchado parte de la conversacin que mantuvieron el Suboficial Gmez con el detenido Neira, a pesar de reconocer que lo hicieron en voz baja. Sin embargo, tal aseveracin fue contradicha, al incorporarse como prueba, el testimonio que este funcionario prest en la audiencia del juicio oral en el cual se juzg a Guillermo Neira, oportunidad en la cual refiri que, cuando estaban en la unidad el imputado Guillermo Antonio pidi hablar con el Suboficial Aquiles, quien estaba a cargo del procedimiento y ste le pidi que le acompaara, porque es lo que se debe hacer, no se debe tener una relacin solo con un imputado. Cuando nosotros ingresamos en el sector de los calabozos, -donde hay ms Carabineros porque estn los funcionarios de guardia- , esta persona le dijo: oiga sargento, cunto y, comenz hacer ver que tena la intencin de ofrecer algo, el sargento le pregunt qu quera, respondindole ste que quera pasar la Navidad afuera, dicindole: le ofrezco dos millones de pesos. El Suboficial lo mir a l, (quedando claro en este punto que se refera al mismo testigo) y le pregunt cmo lo hara, si estaba preso y el detenido le dijo que le hara llegar el dinero a l. Tratando de explicar esta discordancia, seal que en el momento que ingres a la sala de guardia, el Suboficial le coment que el detenido quera hablar con l y presumi que de esa manera le estaba diciendo que deba poner atencin, sin embargo, no aparece posible sostener que en ambas declaraciones dijera encontrarse en un mismo lugar, puesto que frente a este Tribunal fue enftico en manifestar que el imputado no lo poda ver a l e incluso realiz un plano a mano alzada, en una pizarra ubicada para tal efecto, dando cuenta de la disposicin de la sala de guardia, de los calabozos y dems dependencias interiores de la Unidad y de los muros que los separan, ubicndose, como ya se dijo, a cinco metros de distancia de las celdas y detrs de uno de los muros, mientras que en la declaracin prestada en el juicio previo, manifest que haba ingresado junto al Suboficial al sector de los calabozo y que despus del ofrecimiento de dinero ste lo haba mirado a l.

Se estim que estas contradicciones fueron graves e impiden dar credibilidad a los dichos de ambos funcionarios, con lo cual es posible dudar seria y fundadamente sobre lo que realmente aconteci en esa oportunidad, tanto de la forma en que se produjo esta conversacin entre el funcionario y el detenido, como del contenido de la misma

Es as que en ambos procesos se confrontan dos versiones, ambas falsas por cierto. Pero, se encuentra la versin real, la que se seala en esta presentacin, y se encuentra por cierto la inventada por los policas, liderados por el ex sargento Aquiles Gmez.

Que mi defensa, con todos estos antecedentes, interpuso una querella por falso testimonio, en contra de los funcionarios policiales, la que no prosper, puesto el fiscal adjunto seal que no haba delito. No dio tramitacin. Muy extrao por cierto.

Posteriormente, presento querella criminal contra las siguientes personas y por varios delitos.Adems, don Felipe Araya Arancibia, por su parte, presenta una querella similar, en contra de las siguientes personas y por diversos otros delitos.Que ambas querellas fueron presentadas en el ao 2013, las que fueron reunidas en un mismo Rit y Ruc. Posteriormente el 14 Juzgado de Garanta de Santiago se declar incompetente, y remiti los antecedentes al Segundo Juzgado Militar de Santiago, conociendo de la etapa de sumario la Cuarta Fiscala Militar, en causa Rol n 1618-2013.Que dicha fiscala, luego de tomar declaracin a todos los inculpados, testigos y vctimas, entre ellos la de Marco Rivera, su hermano Jos Rivera, Catherine Guez, Jeanette Santibez, Felipe Araya, Daniela Nez, comprobando nuevas contradicciones de los inculpados policas, sumando as en algunos de ellos ya a lo menos 4 versiones muy diferentes acerca de los mismos hechos, inexplicablemente y tomando parte en el proceso, decide dictar auto de sobreseimiento, el que es presentado al seor Juez Militar para su aprobacin, trmite en el que se encuentra actualmente. En dicho expediente Usa Excelentsima puede observar los documentos acompaados, entre los que se encuentran todos los emitidos por el Servicio de Impuestos Internos, pagos de IVA, donde acredito no solo la existencia real de mi empresa, sino que todo el tiempo anterior a este hecho por el que se me conden, yo pagaba a ttulo de impuestos al valor agregado, un promedio superior a Un Milln de pesos al mes, por lo que no necesitaba delinquir, como lo aseguraron los policas cuestionados.Que en el querellante Felipe Araya, acompa en su querella un Informe Particular, donde se hace un desarrollo de los delitos sealados, causales y presupuestos materiales de los tipos penales, hechos, adjunta peritajes y sentencias. Es por este motivo que para intentar lograr un adecuado conocimiento de vuestro Excelentsimo Tribunal en este recurso, es que adjunto dicha informacin en otros, slo en lo pertinente.Es muy importante recalcar que ambos juicios orales, el seguido en mi contra (y otros), rit: 205-2010, ante el 7 TOP, y su correspondiente sentencia definitiva que resuelve el conflicto penal (que pedimos en este recurso anular), y el juicio oral seguido en contra de Felipe Araya Arancibia, rit: 61-2012, ante el mismo tribunal, y su sentencia, ambos procesos se refieren a los mismos hechos, y el Ministerio Pblico presenta los mismos testigos.

Finalmente, sealo que durante la tramitacin de mi proceso, el fiscal Luis Vacca Soria, a cargo de la investigacin, me ofreci terminar la causa mediante las normas del procedimiento abreviado, el que rechac por no tener participacin en los hechos, y por ser los mismos un invento doloso de parte de los carabineros involucrados. II. CAPTULO PRIMERO PRIMERA CAUSAL INVOCADALa prevista en el artculo 473, letra d) del Cdigo Procesal Penal: esto es, cuando con posterioridad a la sentencia condenatoria, ocurriere o se descubriere algn hecho o apareciere algn documento desconocido durante el proceso, que fuere de tal naturaleza que bastare para establecer la inocencia del condenado.

La causal invocada tiene por naturaleza la ocurrencia o descubrimiento de un nuevo hecho o aparicin de un documento desconocido durante el proceso, que sean de tal naturaleza que basten para establecer la inocencia del condenado. As, este nuevo hecho perfectamente pudo ser coetneo al desarrollo del proceso, pero que se desconoci su existencia, y que de haberse sabido, la investigacin habra tomado otro rumbo y por lo tanto el fallo sera diverso del conocido, como asimismo la aparicin de documentos nacidos con posterioridad a la sentencia de trmino que se desea anular, y que digan relacin con ese o esos hechos, todo lo cual funda la causal invocada.

FUNDAMENTOS Y PROCEDENCIA DE LA PRIMERA CAUSAL INVOCADA.

Que es necesario para todos los efectos, referirse en forma independiente a la procedencia de la causal, respecto de ambos delitos por los que fui condenado, comenzando por el delito de cohecho por el que se me conden, y posteriormente por el delito de trfico ilcito de drogas: A.-PRIMER FUNDAMENTO DE LA CAUSALCOHECHOQue se me condena por dicho delito, teniendo en cuenta las declaraciones de los funcionarios policiales Aquiles Gmez Villalobos, Daniel Seplveda Soto, del Capitn Aravena de Dipolcar, y del entonces egresado de derecho, don Felipe Araya Arancibia.

A saber, la sentencia que pretendemos anular por el presente recurso, TUVO POR PROBADOS CIERTOS HECHOS, y en lo referente al delito en comento, en el CONSIDERANDO UNDCIMO, en el prrafo tercero seala que: HECHOS PROBADOS:

UNDCIMO: HECHO PROBADO Que las declaraciones de los testigos presentados por la Fiscala, provienen de personas que presenciaron los hechos a que se refieren, que impresionaron a los jueces como capaces de percibirlos y apreciarlos por sus sentidos, apareciendo como veraces y crebles, que al ser stos concordantes entre s, unido a la prueba documental y pericial, conforman un cmulo de antecedentes que no han sido desvirtuados por la defensa y la prueba reuni el estndar, ya que apreciada con libertad, segn lo permite el artculo 297 del Cdigo Procesal Penal, pero sin contradecir los principios de la lgica, las mximas de la experiencia y los conocimientos cientficamente afianzados, tener por acreditado, ms all de toda duda razonable, que: Una vez en la unidad policial el acusado GUILLERMO NEIRA VERA le ofreci al funcionario policial que estaba a cargo del procedimiento, Sub Oficial AQUILES GMEZ VILLALOBOS, la suma de $2.000.000 (dos millones de pesos) para que dejara sin efecto el procedimiento en su contra. En ese contexto, horas ms tarde lleg hasta la 36 Comisara de Carabineros de La Florida un individuo llamado FELIPE ALBERTO ARAYA ARANCIBIA, quien portaba los $2.000.000, ya sealados, los que fueron incautadosQue la causal invocada, dice relacin con un nuevo antecedente o documento o hecho, desconocido durante el proceso, o que ocurriere con posterioridad a la sentencia condenatoria, que fuere de tal naturaleza que bastare para establecer la inocencia del condenado.

As las cosas, con ocasin del juicio oral seguido en contra de don Felipe Araya Arancibia, el Sptimo Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, luego de innumerables solicitudes (en mi juicio) para que se pusiese a disposicin de los dems intervinientes, la grabacin ilcita efectuada por el sargento Aquiles Gmez a dicho acusado (Araya), el que se encontraba en formato MP4, y le ordena al Ministerio Pblico hacer entrega de una vez aquel medio probatorio, el que entreg tardamente a la defensa de Araya, pero no entreg el audio solicitado (original), sino que el ya intervenido por la Labocar, aduciendo haber extraviado el original.An as, dicho audio da cuenta que los hechos probados en el juicio seguido en mi contra, y por los que se me condena en definitiva, fueron de manera diversa, lo que se discuti latamente en el juicio oral seguido contra Araya.

Que de dicho audio perteneciente a la conversacin que tuvo Aquiles Gmez y Felipe Araya en dependencias de la SIP de Carabineros de la 36 Comisara de La Florida, el da 06 de diciembre de 2009, el que fue periciado nuevamente con posterioridad a la sentencia que se trata de anular y por la que se me conden, logrando establecerse no slo que don Felipe Araya jams ofreci dinero, sino que fue el entonces sub oficial Aquiles Gmez Villalobos quien lo pidi, con nimo de lucro, y para perjudicarme. Adems, da cuenta que el audio periciado por el Labocar fue manipulado, y dicho informe efectuado por la perito Mara Mendizbal, fue realizado con malicia, cambiando el tenor del contenido de la conversacin grabada, en perjuicio de Felipe Araya (aduciendo que se hizo pasar por abogado), en perjuicio mo, haciendo ver que Araya era emisario mo para ofrecer dinero al polica, y para descartar o esconder las irregularidades (delitos a nuestro entender) efectuados por el sargento Aquiles Gmez (Cohecho).Que as fue establecido por un tribunal de la Repblica, al absolver de todos los cargos a don Felipe Araya Arancibia, y que en la sentencia absolutoria, en su considerando Sptimo, con ocasin de dos de los delitos por los cuales se le acusaba, esto es, Soborno y Obstruccin a la Investigacin, refirindose al primero de stos, seal que:Sptimo: Que, en el presente caso importa destacar que existe un reconocimiento de parte del acusado en cuanto a que efectivamente l habra buscado la oportunidad de conversar con el Suboficial Aquiles Gmez, quien estuvo a cargo del procedimiento en el cual result detenido una persona de nombre Guillermo Neira, a quien fue a entrevistar a la Comisara y quien le habra dado cuenta que dicho funcionario le haba pedido dinero por dejarlo en libertad, - peticin a la que ste inicialmente se haba negado-, buscando la forma de concretar este requerimiento solo con la intencin de denunciarlo, y porque, adems, habran existido irregularidades en la detencin de Neira, quien afirmaba que lo habra cargado con una droga que no le perteneca.

Que, contando el Tribunal con prueba presentada por ambos intervinientes, pudo advertir que aquella presentada por el persecutor presentaba graves falencias, especialmente en lo relativo a los testimonios de dos de los funcionarios policiales, en los cuales se evidenciaron serias contradicciones, lo cual hizo perder fuerza a las imputaciones que se realizaron en contra del acusado, creando seria dudas respecto a la forma en que se desarrollaron los hechos al momento de efectuarse la detencin de Guillermo Neira y en consecuencia, con posterioridad, sobre la efectividad que haya sido este imputado quien hiciera un primer ofrecimiento de dinero al funcionario aprehensor, que habra sido reiterado para concretarse, por el acusado Felipe Araya

As, la sentencia absolutoria Rit 61-2012 ya reseada, en su Considerando OCTAVO, en la parte pertinente, se hace cargo de la prueba rendida por la defensa de Araya, especficamente los informes periciales relativos al audio de la conversacin grabada ilcitamente por el funcionario Aquiles Gmez Villalobos, y el tribunal sentenciador escucha personalmente en la audiencia de juico dicho audio, consignando sus conclusiones en la referida resolucin y considerando, al siguiente tenor:

Por ltimo, el Tribunal recibi la prueba pericial presentada por la defensa, en la que ambos peritos dieron cuenta de haber analizado un disco compacto que contena un archivo MP4 que contena una grabacin de audio, quienes refirieron que en dicha grabacin se escuchaba conversar a dos personas de sexo masculino que se identificaron como N1 y 2. La perito Mara Mendizabal manifest que a grandes rasgos el sujeto N 2 se aproxima a una persona identificada con el N1 para decirle que las conversaciones que el sujeto N1 haba tenido con una tercera persona estaban O.K, que podan continuar. Aclar que este O.K. se entenda como que se iba a seguir adelante. El otro, el sujeto 1 dice, pero yo habl con l y me dijo que no y el sujeto 2 dice: recin habl con l, el sujeto 1 a continuacin dice: cunto vale el show. Por su parte el perito Ivn Olivares precis que las acciones que se presentan en el archivo ocurren el exterior de una dependencia donde minutos antes se abre una puerta, se escucha un par de pasos y a continuacin comienza un dilogo, agregando que la persona que habla como sujeto 1 es quien porta el aparato, debido a que se nota con mayor presencia en el audio y, la persona que habla en el segundo plano es el sujeto 2 y es quien se acerca.

La grabacin descrita tambin fue incorporada en la audiencia, de manera que el Tribunal tuvo oportunidad de escucharla, en la cual se entienden algunas frases entrecortadas, entre las cuales se destaca que uno dice: pero si al final me dijo que no, frente a lo cual el otro responde, no, dndole a entender que la situacin haba cambiado, luego la voz 1 pregunta Cunto vale el show? Y agreg no le puedo dar ninguna seguridad, tiene que llegar el cuento aqu, yo no puedo salir de aqu, no pierda ms tiempo, un cuarto para las ocho. Todo lo cual es concordante con lo expresado, tanto por el acusado como por la testigo Catherine Guez.

Cabe destacar, que fue posible para estos sentenciadores determinar que efectivamente la voz del sujeto 1 corresponde a la del funcionario de Carabineros Aquiles Gmez y la sindicada como voz del sujeto 2, corresponde a la del acusado, Felipe Araya, lo cual fue posible al comparar sus tonos con las grabaciones que constan en el audio que registra la audiencia. Dado lo anterior, llam la atencin la primera afirmacin que realiz Gmez Villalobos, al manifestar pero si al final me dijo que no, estimando que solo puede interpretarse que se refiere a la respuesta que haba recibido del imputado Neira, frente a lo cual merece duda que el acusado persistiera en el ofrecimiento y se arriesgara l personalmente a involucrarse en la comisin de un ilcito el cual estaba siendo grabado.

Es importante adems, considerar las posibles motivaciones que habran llevado al acusado de vuelta a la unidad policial, a pesar que no haba resultado la gestin que efectu para denunciar al funcionario policial, ya que tal como lo confirm el capitn de la Dipolcar, no se puso de acuerdo con este denunciante para ir a la Unidad y l fue por su cuenta a fin de obtener ms informacin, sealando que despus de haber llegado all se percat de su presencia en el lugar. Luego, encontrndose con los Fiscales que se haban presentado en la Comisara el acusado prest una declaracin e hizo entrega del dinero que haba conseguido. En este punto, necesariamente es vlido preguntarse si una persona, que es egresada de la carrera de Derecho, -estimndose que a lo menos es poseedor de un mnimo conocimiento en la materia-, volvera a una Unidad Policial luego de haber denunciado falsamente a uno de sus funcionarios de un delito, esa afirmacin carece de lgica y de sensatez y no se divisaron en la prueba rendida motivacin alguna que justifique este actuar, por el contrario, se ha estimado que dicha actividad nicamente encuentra respaldo en una intensin diversa a la sealada por el persecutor, esto es, demostrar que el requerimiento del beneficio econmico se haba efectuado por el funcionario pblico al detenido, la cual era la informacin que habra obtenido el acusado de este sujeto

As, dicha sentencia que se acompaa (rit: 61-2012), establece los hechos que se lograron probar en dicho juicio, los que precisamente se establecen no solo en base a las declaraciones ya sealadas como falsas de los policas, sino que justamente por el anlisis y estudio que efecta el ente juzgador, del audio de la conversacin que se efecta entre Aquiles Gmez y Felipe Araya, y que se acompaa en otros. Dicha parte de la sentencia se transcribe en su considerando Undcimo, as:Undcimo: Que, el Tribunal despus de analizar las pruebas rendidas durante el juicio, conforme lo previene el artculo 297 del Cdigo Procesal y sin transgredir las reglas de la lgica, mximas de experiencia y conocimientos cientficamente afianzados, nicas limitaciones para su valoracin, TUVO POR ESTABLECIDO EL SIGUIENTE HECHO: El da 06 de diciembre del ao 2009 fue detenido Guillermo Antonio Neira Vera por Infraccin a la Ley 20.000 y en dichas circunstancias fue trasladado a la 36 Comisara de Carabineros de La Florida. En horas de la tarde se present en la Unidad Policial Felipe Araya Arancibia, quien haba sido llamado por familiares de Neira, lugar en el cual ste ltimo le dio cuenta que haba sido detenido en un procedimiento irregular y que el Sargento de Carabineros Aquiles Gmez Villalobos le haba solicitado la cantidad de $2.000.000.- para dejarlo en libertad, requerimiento al cual se neg. Al enterarse de aqullo Araya Arancibia con la intencin de denunciar al funcionario, consigui la suma de dinero solicitada y se puso en contacto con funcionarios de la Dipolcar a quienes dio cuenta del hecho, sin que stos consiguieran la autorizacin para efectuar una entrega vigilada. Posteriormente Araya Arancibia se traslad hasta la 36 Comisara, prestando declaracin ante un Fiscal que se haba presentado en el lugar y entregndole el dinero que haba reunido.Que la referida sentencia cuestiona todo el actuar policial, la declaraciones de los funcionarios policiales (testigos), y sobre todo, los hechos que se dieron por probados en la sentencia que me conden, justamente por el lamentable hecho que no tena los medios probatorios en esos momentos para comprobar mi completa inocencia, pruebas que el proceso seguido contra Felipe Araya, me otorg.

Adems, como ya se evidenci, el Ministerio Pblico, mand a periciar dicho audio, pericia efectuada por doa Mara Anglica Mendizbal Cofr, audio que por cierto fue intervenido, manipulado maliciosamente en perjuicio mo y de Felipe Araya, y para ocultar delitos cometidos por el suboficial Gmez Villalobos.As, cuento en estos momentos, como un antecedente anterior que se descubre (o se tiene acceso) con posterioridad a la sentencia condenatoria que se trata de anular, los siguientes documentos o antecedentes:

1) El audio (ya intervenido por el Labocar), en formato MP4, que da cuenta de la real conversacin sostenida entre el testigo y aprehensor, ex sargento Aquiles Gmez Villalobos y don Felipe Araya Arancibia.

2) Copia de Informe Pericial de Anlisis Informtico N 1443-2010, en causa Ruc: 0901163699-0, efectuado por la querellada Mara Anglica Mendizbal Cofr.

3) Informe Pericial Nmero 170412, realizado por perito Ivn Olivares Caldern, rut: 10.838.018-7, Perito de la Defensora Penal Pblica Regin Metropolitana Zona Norte y Sur, y Perito Judicial de la Excelentsima Corte Suprema de Justicia, respecto de la pericia al audio de conversacin entre Aquiles Hernn Gmez Villalobos y Felipe Alberto Araya Arancibia. Transcripcin y Metodologa utilizada. Meta-peritaje.

4) Copia de sentencia definitiva, dictada por el Sptimo Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, seguida en contra de Felipe Alberto Araya Arancibia, en causa Rit: 61-2012, Ruc: 1000311270-0, de fecha 26 de junio de 2012, la que lo absuelve de todos los cargos formulados por el Ministerio Pblico.

B.-SEGUNDO FUNDAMENTO DE LA CAUSAL

TRFICO ILCITO DE DROGAS

Que se me condena por dicho delito, teniendo en cuenta las declaraciones de los funcionarios policiales Aquiles Gmez Villalobos, Daniel Seplveda Soto, Ricardo Osses Crdenas, Luis Romero Olea, y de las pruebas aportadas por los mismos al proceso, las que por cierto fueron todas manipuladas y otras creadas o inventadas, tanto para perjudicarme, como para tapar los delitos de robo con intimidacin, malversacin de caudales pblicos, cohecho, entre otros.

A saber, la sentencia que pretendemos anular por el presente recurso, TUVO POR PROBADOS CIERTOS HECHOS, y en lo referente al delito en comento, en el CONSIDERANDO UNDCIMO, en sus partes pertinentes seala que: HECHOS PROBADOS:

UNDCIMO: HECHO PROBADO Que las declaraciones de los testigos presentados por la Fiscala, provienen de personas que presenciaron los hechos a que se refieren, que impresionaron a los jueces como capaces de percibirlos y apreciarlos por sus sentidos, apareciendo como veraces y crebles, que al ser stos concordantes entre s, unido a la prueba documental y pericial, conforman un cmulo de antecedentes que no han sido desvirtuados por la defensa y la prueba reuni el estndar, ya que apreciada con libertad, segn lo permite el artculo 297 del Cdigo Procesal Penal, pero sin contradecir los principios de la lgica, las mximas de la experiencia y los conocimientos cientficamente afianzados, tener por acreditado, ms all de toda duda razonable, que: El da 6 de Diciembre del 2009, alrededor de las 16,55 horas en circunstancias que funcionarios de carabineros realizaban un patrullaje por calle Aconcagua, comuna de La Florida, se percataron de la presencia de dos sujetos, uno de los cuales, identificado como Marco Antonio Rivera Aguilar intent -sin xito- darse a la fuga. A continuacin los policas fiscalizaron al otro sujeto, de nombre GUILLERMO ANTONIO NEIRA VERA, alias EL TONTOLN, quien mantena en su poder treinta y cinco bolsitas de nylon contenedoras de clorhidrato de cocana, las que arrojaron peso neto de 27,7 gramos, con una pureza del 26%...

Acto seguido y con la informacin proporcionada por Marco Rivera Aguilar, previa autorizacin judicial, se efectu la entrada y registro al inmueble ubicado en calle Panguipulli 8.071, Villa OHiggins de la comuna de La Florida, habitado por Fabin Andrs Rivera Muoz, Gilberto Domingo Rivera Valdivia y Daniela Alejandra Nez Barra, lugar desde el cual se incautaron treinta y cuatro telfonos celulares de diferentes marcas, los cuales estaban codificados con un nmero del 1 al 34; cincuenta tarjetas Entel sin chip de diferentes celulares; cuarenta y nueve cargadores de celulares; cuatro cargadores de pistola; veinticinco papelillos de marihuana que arrojaron un peso neto de 11,3 gramos; una bolsita con clorhidrato de cocana que arroj un peso de 1,6 gramos; ciento cincuenta y cuatro municiones calibre 9 X 19 milmetros y cuatro municiones .380 auto proyectiles respecto de parte de los cuales Rivera Muoz careca de autorizacin competente para mantenerlas en el domicilio en que fueron halladas; y la suma de $22.970.000 (veintids millones novecientos setenta mil pesos) en efectivo, dinero que a raz de la detencin de Neira Vera el acusado Fabin Rivera Muoz traslad desde el domicilio de aquel hasta el entretecho de su dormitorio, donde lo escondi.

As, la sentencia recurrida, en su considerando Duodcimo, en el tercer prrafo de la misma seal que:En efecto, con la prueba rendida por el ente persecutor, consistente en los dichos del funcionario de carabineros, Sub Oficial Gmez conteste con los asertos de los policas que trabajaron ese da con l, patrullando, Seplveda y Osses, se logr establecer que el 6 de Diciembre de 2009, realizando un control preventivo de poblacin se percataron que Guillermo Neira se encontraba sentado en una silla de playa frente a una cancha, en compaa de otro sujeto, Marcos Rivera, el que al ver su presencia intent darse a la fuga, lo aprehendieron y al pedirle los documentos a Neira, quin se levant de su silla, dej al descubierto 35 bolsitas de nylon contenedoras de clorhidrato de cocana, las que arrojaron peso neto de 27,7 gramos, con una pureza del 26%...Que como nuevo antecedente, el cual nace con posterioridad a la sentencia condenatoria, se encuentra la sentencia que absuelve a don Felipe Araya Arancibia, la que en su Considerando Sptimo sealo (en su parte pertinente) que:

Que, analizando la prueba rendida pudo el tribunal advertir que en general los testimonios de los carabineros coinciden en las circunstancias de haberse efectuado la detencin de dos sujetos por infraccin a la ley de drogas, sin que se especificaran detalles de la forma en cmo se desarroll este procedimiento, con excepcin de lo aseverado por el testigo Aquiles Gmez, como se explicitar ms adelante.

Tambin coinciden en el hecho que se entrevistaron en el calabozo, el funcionario que estaba a cargo del procedimiento con uno de los imputados, sin que existan antecedentes respecto al tenor de la conversacin que ambos sostuvieron, que luego lleg hasta la unidad una persona que se habra presentado como abogado y que pidi entrevistarse con Neira, lo cual hizo, que esta misma persona tom contacto con una mujer de nombre Jocelyn, polola de Marcos, que era el otro sujeto que fue detenido junto a Neira; como asimismo que con posterioridad la mujer de nombre Jocelyn intervino para que el sargento atendiera a la persona que deca ser abogado; que cuando el funcionario convers con el acusado portaba una aparato con el cual grab la conversacin; que poco ms tarde o el acusado llam a los funcionarios de la Dipolcar y se encontr con ellos en un servicentro y que finalmente volvieron a la Comisara donde el acusado entreg el dinero a un Fiscal.

Sin embargo, analizadas estas declaraciones pudo el Tribunal advertir graves inconsistencias que hicieron dudar de la credibilidad de los testimonios entregados por dos de los funcionarios policiales, especialmente de aquellos provenientes del funcionario que supuestamente se pretendi sobornar y de uno de los cuales lo acompa en el procedimiento que dio origen a la detencin de Guillermo Neira, quien habra efectuado inicialmente un ofrecimiento de dinero, que habra pretendido concretarse mediante la intervencin del acusado en esta causa.

En primer lugar, es inevitable considerar las circunstancias en las cuales se efectu la detencin de Guillermo Neira, dado que precisamente las alegaciones de la defensa se basan en que habra existido inicialmente una peticin de dinero de parte del funcionario policial, a cargo del procedimiento, esto es, por el testigo Aquiles Gmez hacia el imputado, quien se habra negado a acceder a este requerimiento, por cuanto su detencin se habra efectuado de forma irregular, sealando que haba sido cargado con la droga. Al respecto, Aquiles Gmez, refiri en la audiencia que haba sorprendido a Neira, quien era un conocido traficante del sector junto a uno de sus soldados efectuando una transaccin de droga. Sin embargo, la defensa evidenci una contradiccin en este sentido, con la versin que el mismo testigo haba entregado al Fiscal a las pocas horas de ocurrido el hecho, oportunidad en la que seal que haba divisado a dos hombres conversando, uno de gran contextura fsica el cual estaba sentado en una silla y otro delgado que permaneca de pie, quien al ver la presencia policial se dio a la fuga. Tratando de explicar esta divergencia, manifest que los sujetos se encontraban juntos y debido a la fuga de uno de ellos y, conforme a su experiencia policial basada en sus aos de servicio -, l visualiz que estaban efectuando una transaccin de drogas. Esta explicacin, no result convincente a los ojos de estos sentenciadores, dado que lo recientemente transcrito corresponde a lo afirmado por el testigo a las pocas horas de efectuado el procedimiento, momento en que asever que uno de ellos estara sentado, sin dar cuenta que haya existido el traspaso de droga entre uno y otro sujeto, lo cual aparece afirmando categricamente despus de haber transcurrido ms de dos aos y medio de ocurrido el hecho.

En segundo lugar, este testigo afirm que se haba hecho acompaar de otro funcionario cuando el imputado pidi hablar con l en los calabozos y, a pesar de tratarse de un antecedente fundamental, no lo identific, sin que se aportaran tampoco otras prueba al respecto, ya que ninguno de los testigos presentados, -todos los cuales estuvieron en la Comisara el da de los hechos-, manifest haberlo acompaado.

A lo anterior, se suma la afirmacin efectuada por el funcionario Seplveda Soto, quien en la audiencia asever que cuando lleg el Suboficial a la guardia, l se encontraba realizando trmites y permaneci a cinco metros aproximadamente de los calabozos y que desde ese lugar habra escuchado parte de la conversacin que mantuvieron el Suboficial Gmez con el detenido Neira, a pesar de reconocer que lo hicieron en voz baja. Sin embargo, tal aseveracin fue contradicha, al incorporarse como prueba, el testimonio que este funcionario prest en la audiencia del juicio oral en el cual se juzg a Guillermo Neira, oportunidad en la cual refiri que, cuando estaban en la unidad el imputado Guillermo Antonio pidi hablar con el Suboficial Aquiles, quien estaba a cargo del procedimiento y ste le pidi que le acompaara, porque es lo que se debe hacer, no se debe tener una relacin solo con un imputado. Cuando nosotros ingresamos en el sector de los calabozos, -donde hay ms Carabineros porque estn los funcionarios de guardia- , esta persona le dijo: oiga sargento, cunto y, comenz hacer ver que tena la intencin de ofrecer algo, el sargento le pregunt qu quera, respondindole ste que quera pasar la Navidad afuera, dicindole: le ofrezco dos millones de pesos. El Suboficial lo mir a l, (quedando claro en este punto que se refera al mismo testigo) y le pregunt cmo lo hara, si estaba preso y el detenido le dijo que le hara llegar el dinero a l. Tratando de explicar esta discordancia, seal que en el momento que ingres a la sala de guardia, el Suboficial le coment que el detenido quera hablar con l y presumi que de esa manera le estaba diciendo que deba poner atencin, sin embargo, no aparece posible sostener que en ambas declaraciones dijera encontrarse en un mismo lugar, puesto que frente a este Tribunal fue enftico en manifestar que el imputado no lo poda ver a l e incluso realiz un plano a mano alzada, en una pizarra ubicada para tal efecto, dando cuenta de la disposicin de la sala de guardia, de los calabozos y dems dependencias interiores de la Unidad y de los muros que los separan, ubicndose, como ya se dijo, a cinco metros de distancia de las celdas y detrs de uno de los muros, mientras que en la declaracin prestada en el juicio previo, manifest que haba ingresado junto al Suboficial al sector de los calabozo y que despus del ofrecimiento de dinero ste lo haba mirado a l.

SE ESTIM QUE ESTAS CONTRADICCIONES FUERON GRAVES E IMPIDEN DAR CREDIBILIDAD A LOS DICHOS DE AMBOS FUNCIONARIOS, CON LO CUAL ES POSIBLE DUDAR SERIA Y FUNDADAMENTE SOBRE LO QUE REALMENTE ACONTECI EN ESA OPORTUNIDAD, tanto de la forma en que se produjo esta conversacin entre el funcionario y el detenido, como del contenido de la misma

As las cosas, la sentencia causa rit: 61-2012 del 7 TOP, es clara al establecer que las declaraciones de los funcionarios policiales fueron mendaces, y que no solo se contradicen entre ellos, sino que relatan circunstancias diversas a las declaradas en el juicio por el que se me conden, y respecto a los mismos hechos.Por cierto, en el proceso seguido ante la Cuarta Fiscala Militar, han vuelto a prestar declaracin los mismos funcionarios, cayendo en nuevas contradicciones, y de esa manera llevan al absurdo la decisin del fiscal militar de sobreseer la causa por no considerar que hubo delito. Curioso por no decir ms. Ejemplo de dicho absurdo, es no considerar delito la grabacin ilegal que hace Aquiles Gmez a don Felipe Araya, sin su consentimiento, en un lugar que no tiene libre acceso al pblico, delito de utilizacin ilcita de procedimientos especiales del Sistema de Inteligencia del Estado, previsto y sancionado en el artculo 23, inciso 3, de la Ley 19.974, o si se prefiere (que no son excluyentes por expresa disposicin de la ley de la ANI), el delito contemplado en el artculo 161-A del Cdigo Penal, que sanciona como ilcitas y punibles las grabaciones efectuadas en lugares como el relatado por el mismo sindicado Aquiles Gmez, violando la vida privada de la persona. Este delito es objetivo, se comete o no se comete, es como que encontramos a un atropellado por alguien que lo arrolla en un vehculo motorizado, llevando alcohol en la sangre, no lo auxilia y escapa, pero que un sentenciador, fiscal o instructor, considere que ha dado razn de sus dichos, y no crea que sea un mal hombre, o que lo vuelva a hacer, por lo que absuelve o sobresee. Extraigo palabras de quien ha tomado dicha decisin, que se critica, y se anuncia Queja Disciplinaria, por cierto.Pues bien, la sentencia que se acompaa como documento nuevo, como actividad y fruto de la labor jurisdiccional del Estado, es necesariamente un nuevo antecedente que ha nacido con posterioridad a la sentencia que me ha condenado, y que es un concepto nico, es un todo que debe considerarse como tal, por lo que se acompaan junto con sta, los audios de la audiencia de dicho juicio, las transcripciones literales de las declaraciones pertinentes, informes periciales relevantes y que se ventilaron en audiencia, entre otros.Adems, en la causa Rol 1618-2013 seguida ante el Segundo Juzgado Militar de Santiago, Cuarta Fiscala Militar, prestaron declaracin doa Daniela Nez Barra, Catherine Guez Vicencio, Jeanette Santibez, Marco Rivera Aguilar, Jos Rivera Aguilar, y todos los policas (carabineros) que declararon en ambos juicios orales ya reseados.

Que en la causa seguida en mi contra, y por la que se me conden, en la sentencia que me condena de la causa rit 205-2012 dictada por el 7 TOP, en su considerando DCIMO, se hace una relacin de las declaraciones de los carabineros, y especficamente todos ellos sealan haber sido testigos de la declaracin y dichos de Daniela Nez Barra, quien a posterior declara en la 4ta Fiscala Militar, explicando lo realmente acontecido ese da, y cuya declaracin se encuentra en dicho expediente. Lo mismo respecto de la declaracin prestada por Marco Rivera Aguilar, quien en el juicio oral seguido en mi contra declar, exculpndome y explicando su declaracin prestada supuestamente ante el fiscal Rodrigo Celis Castan, declaracin que fue desdicha por l mismo en tres oportunidades, en declaraciones ante notario, y que fueron desestimadas. Presta declaracin ante la 4ta Fiscala Militar, contando y explicando los apremios sufridos por el suboficial Aquiles Gmez Villalobos, motivo por el cual firm su declaracin ante dicho funcionario (mas NO ante el fiscal). Dicha declaracin se encuentra en el mencionado expediente. Lo mismo respecto de su hermano y testigo de los hechos, don Jos Rivera Aguilar.

En el mismo orden de ideas, declara por primera vez Jeanette Santibez, con ocasin de la querella seguida ante los funcionarios, y explica la participacin que pudo tener ella, y su hija Jocelyn Morales Santibez. Igualmente presta declaracin ante el fiscal de la 4ta Fiscala Militar de Santiago, en causa rol 1618-2013, doa Catherine Guez Vivencio, quien adems presta su declaracin ante los jueces del 7 TOP, en la causa rit 61-2012 en la audiencia de juicio oral, la que US Excelentsima podr percatarse de la lectura de dicha sentencia (que se acompaa en otros) la impresin de veracidad que otorga la testigo a los jueces de la causa y cuya declaracin fue un eslabn fundamental para absolver al acusado.As, se acompaan como nuevo antecedente, de conformidad al requisito establecido en la letra d) del artculo 473 del Cdigo Procesal Penal, y que por s mismos demuestran mi inocencia en los hechos por los que fui condenado, referente al trfico de drogas, los siguientes:1) Copia autorizada de la sentencia absolutoria con Rit: 61-2012 emanada de los jueces del Sptimo Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, que deshecha los cargos presentados en la acusacin del Ministerio pblico, contra don Felipe Araya Arancibia.

2) Copia del Informe Particular presentado en la querella de don Felipe Araya Arancibia, donde se desarrolla todo un estudio de los delitos por los que se querella, con sus fundamentos de hecho y de derecho (anexo de querella).3) Declaraciones prestadas ante el fiscal militar de la 4ta Fiscala Militar de Santiago, en causa rol 1618-2013, de: i. Daniela Nez Barra, ii. Marco Rivera Aguilar, iii. Jos Rivera Aguilar, iv. Jeanette Santibez y v. Catherine Guez Vivencio. Para lo cual pido desde ya se traiga a la vista dicho expediente. Dichas declaraciones constituyen un antecedente nuevo, segn el estndar requerido por la letra d) del artculo 473 del Cdigo Procesal Penal. III. CAPTULO SEGUNDO SEGUNDA CAUSAL INVOCADALa prevista en el artculo 473, letra c) del Cdigo Procesal Penal: esto es, cuando estuviere sufriendo condena en virtud de sentencia fundada en un documento o en testimonio de una o ms personas, siempre que dicho documento o dicho testimonio hubiese sido declarado falso por sentencia firme en causa criminal.

Esta causal tiene por objeto anular una sentencia que ha sido dictada fundndose en algn testimonio y/o documento, que ha sido declarado falso por una sentencia firme en causa criminal.

FUNDAMENTOS Y PROCEDENCIA DE LA SEGUNDA CAUSAL INVOCADA.A saber, la diferencia fundamental de esta accin, en relacin a las otras formas de impugnacin de resoluciones judiciales previstas en el Cdigo Procesal Penal, reside en la particular finalidad que persigue. sta consiste en hacer primar la justicia en detrimento de la seguridad jurdica, lo que en nuestro sistema procesal se garantiza a travs de la posibilidad prevista por ley de anular la sentencia condenatoria firme, en ciertos casos que exhiben claramente la injusticia de la decisin.Es por este motivo que presentamos como documento fundante de la causal a invocar, la SENTENCIA ABSOLUTORIA DEL SPTIMO TRIBUNAL ORAL EN LO PENAL, EN CAUSA RIT: 61-2012, en la que se declara que los funcionarios policiales Aquiles Gmez Villalobos y Daniel Seplveda Soto mintieron, tanto en dicho juicio, como en el que me condenaron a mi.

Si bien es cierto dicho juicio no tena como finalidad provocar una manifestacin jurisdiccional en ese sentido, sino que pronunciarse sobre la acusacin fiscal que recay sobre don Felipe Araya Arancibia, pero en el trascurso del mismo, la defensa del acusado fue develando, a travs de los procedimientos de refrescar memoria del artculo 332, as como el de prueba contra prueba del inciso 2 del artculo 336, ambos del Cdigo Procesal Penal, las inconsistencias y contradicciones de los funcionarios policiales, las que llegaron al punto de exaltar a una de las juezas del tribunal, no pudiendo sta creer que yo me encontrase privado de libertad por las declaraciones mendaces de semejantes funcionarios policiales.

Que como es lgico en este tipo de situaciones, cuando dos juicios orales versan sobre los mismos hechos, se sirven de los mismos testigos de cargo, y se pronuncian acerca de las mismas situaciones ventiladas desde el punto de vista punitivo del Estado, es que necesariamente ha de entenderse como que el segundo de los procesos es la continuidad del primero, y es por ello que consideramos, al decir del profesor Cristian Maturana, en estos casos lo estricto o restrictivo de la tipificacin y/o estructuracin de la causal para anular la sentencia, no puede ser obstculo para la declaracin de la misma, puesto lo que se persigue es que la justicia prime por sobre la seguridad jurdica configurada por la cosa juzgada.As las cosas, es que desarrollaremos esta causal, al igual que la anterior, primeramente por el delito de Cohecho, y luego el de Trfico de Drogas.A.-COHECHO

Que se me condena por dicho delito, en la causa rit: 205-2010, teniendo en cuenta y como base las declaraciones de los funcionarios policiales aprehensores Aquiles Gmez Villalobos, Daniel Seplveda Soto y Ricardo Osses Crdenas, entre otros.

Que la sentencia que se trata de anular, dice en su CONSIDERANDO UNDCIMO, lo siguiente:UNDCIMO: HECHO PROBADO Que las declaraciones de los testigos presentados por la Fiscala, provienen de personas que presenciaron los hechos a que se refieren, que impresionaron a los jueces como capaces de percibirlos y apreciarlos por sus sentidos, apareciendo como veraces y crebles, que al ser stos concordantes entre s, unido a la prueba documental y pericial, conforman un cmulo de antecedentes que no han sido desvirtuados por la defensa y la prueba reuni el estndar, ya que apreciada con libertad, segn lo permite el artculo 297 del Cdigo Procesal Penal, pero sin contradecir los principios de la lgica, las mximas de la experiencia y los conocimientos cientficamente afianzados, tener por acreditado, ms all de toda duda razonable, que: Una vez en la unidad policial el acusado GUILLERMO NEIRA VERA le ofreci al funcionario policial que estaba a cargo del procedimiento, Sub Oficial AQUILES GMEZ VILLALOBOS, la suma de $2.000.000 (dos millones de pesos) para que dejara sin efecto el procedimiento en su contra. En ese contexto, horas ms tarde lleg hasta la 36 Comisara de Carabineros de La Florida un individuo llamado FELIPE ALBERTO ARAYA ARANCIBIA, quien portaba los $2.000.000, ya sealados, los que fueron incautados.

Posteriormente, en el CONSIDERANDO DECIMOSEXTO, seal sentencia que:

EN CUANTO AL DELITO DE COHECHO. DECIMO SEXTO

Efectivamente, de acuerdo al testimonio del funcionario policial Aquiles Gmez Villalobos, el da de los hechos, como a las 17:15 horas condujo a la Unidad en calidad de detenidos a Guillermo Neira y Marcos Rivera, mientras efectuaba la prueba de campo, le avisaron que ambos detenidos queran conversar con l en forma privada. Se dirigi con el Cabo Seplveda y habl primero con el Tontoln, quin antes, en otra oportunidad, ya le haba ofrecido dinero para seguir trabajando tranquilo, sin haber habido procedimiento de por medio, pero en esta oportunidad le ofreci 2 millones de pesos para dejar sin efecto el procedimiento, dinero que le llevara su to o su seora en horas de la tarde, a lo que el funcionario le contest que bueno, ya que este delito debe ser con el dinero y recin si el dinero aparece tiene que tomar detenido al que lo ofrece y dar cuenta a su jefatura, por lo que todo qued hasta all. Posteriormente, se aperson a l una mujer que dijo ser la polola de Marcos Rivera y que el abogado de ste quera ofrecerle unas monedas, lo cit en el patio de la Unidad, tratando de grabarlo con un PSS, pero el supuesto abogado tapndose la boca le dijo yo soy el abogado, se dio cuenta que lo estaba grabando, pero igual en esa forma le dijo que estaba autorizado para darle curso al ofrecimiento que le haba hecho su cliente, Neira Vera. Le contest que tena que ser antes de las 21 horas en que ya se le dara curso al parte, lo que por supuesto no fue la intencin ya que siempre le fue dando a conocer al Comisario y a la fiscala lo que ocurra, explic. Cuando lleg a la unidad de vuelta, esta vez con Fabin Rivera, la conviviente y el padre de ste, estaba un funcionario de DIpolcar, que es de la unidad de inteligencia que investiga a los carabineros, quin ya se haba entrevistado con el Comisario por lo que hasta all lleg la participacin del Capitn. Luego se enter que el supuesto abogado, despus que habl con l, se contact con una patrulla de Dipolcar, se juntaron en una estacin de servicio del paradero 14, porque el abogado lo que pretenda era hacer una entrega vigilada de los 2 millones de pesos, lo que no prosper, porque el funcionario se entrevist con el comisario, con el Fiscal Celis y con el Fiscal Flores, quienes dieron cuenta de que estaban en antecedentes de todo lo que l les fue dando a conocer cronolgicamente al respecto. Luego apareci el supuesto abogado con los $2.000.000 de pesos, que le incautaron y no lo pasaron a control debido a que l se contact con Dipolcar.

Corroboraron estos asertos los funcionarios Seplveda y Osses, principalmente el primero en atencin a que fue testigo presencial de la oferta que le hizo Neira a Gmez, ya que concurrieron juntos al calabozo, sealando especficamente que Neira le dijo a Gmez que quera pasar la Navidad afuera y que le ofreca 2 millones de pesos para ello. Por su parte Osses es testigo de odas de este relato de ambos carabineros y declar que l escuch cuando le dijo Aquiles Gmez al Comisario que Neira le estaba ofreciendo dos millones

Que la sentencia claramente relata los hechos depuestos durante la audiencia de juicio por los testigos de cargo sealados, y se tienen por probados esos hechos, los que al realizar la labor jurisdiccional de calificacin, ponderacin y juzgamiento, arriban en condena injusta.

Que como se dijo, la causal consiste en que un tribunal haya establecido que las declaraciones de los testigos sean falsas, y es as que citamos la sentencia emanada del Sptimo TOP de Santiago, Rit. 61-2012, que seala el considerando SEPTIMO, en su parte pertinente que:Que, analizando la prueba rendida pudo el tribunal advertir que en general los testimonios de los carabineros coinciden en las circunstancias de haberse efectuado la detencin de dos sujetos por infraccin a la ley de drogas, sin que se especificaran detalles de la forma en cmo se desarroll este procedimiento, con excepcin de lo aseverado por el testigo Aquiles Gmez, como se explicitar ms adelante.

Tambin coinciden en el hecho que se entrevistaron en el calabozo, el funcionario que estaba a cargo del procedimiento con uno de los imputados, sin que existan antecedentes respecto al tenor de la conversacin que ambos sostuvieron, que luego lleg hasta la unidad una persona que se habra presentado como abogado y que pidi entrevistarse con Neira, lo cual hizo, que esta misma persona tom contacto con una mujer de nombre Jocelyn, polola de Marcos, que era el otro sujeto que fue detenido junto a Neira; como asimismo que con posterioridad la mujer de nombre Jocelyn intervino para que el sargento atendiera a la persona que deca ser abogado; que cuando el funcionario convers con el acusado portaba una aparato con el cual grab la conversacin; que poco ms tarde o el acusado llam a los funcionarios de la Dipolcar y se encontr con ellos en un servicentro y que finalmente volvieron a la Comisara donde el acusado entreg el dinero a un Fiscal.

Sin embargo, analizadas estas declaraciones pudo el Tribunal advertir graves inconsistencias que hicieron dudar de la credibilidad de los testimonios entregados por dos de los funcionarios policiales, especialmente de aquellos provenientes del funcionario que supuestamente se pretendi sobornar y de uno de los cuales lo acompa en el procedimiento que dio origen a la detencin de Guillermo Neira, quien habra efectuado inicialmente un ofrecimiento de dinero, que habra pretendido concretarse mediante la intervencin del acusado en esta causa.

En primer lugar...

En segundo lugar, este testigo afirm que se haba hecho acompaar de otro funcionario cuando el imputado pidi hablar con l en los calabozos y, a pesar de tratarse de un antecedente fundamental, no lo identific, sin que se aportaran tampoco otras prueba al respecto, ya que ninguno de los testigos presentados, -todos los cuales estuvieron en la Comisara el da de los hechos-, manifest haberlo acompaado.

A lo anterior, se suma la afirmacin efectuada por el funcionario Seplveda Soto, quien en la audiencia asever que cuando lleg el Suboficial a la guardia, l se encontraba realizando trmites y permaneci a cinco metros aproximadamente de los calabozos y que desde ese lugar habra escuchado parte de la conversacin que mantuvieron el Suboficial Gmez con el detenido Neira, a pesar de reconocer que lo hicieron en voz baja. Sin embargo, tal aseveracin fue contradicha, al incorporarse como prueba, el testimonio que este funcionario prest en la audiencia del juicio oral en el cual se juzg a Guillermo Neira, oportunidad en la cual refiri que, cuando estaban en la unidad el imputado Guillermo Antonio