Reflexiones 53 el poder de la oración
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El Poder de la Oración
H.C. ELÍAS
RETORNO A EDÉN © H.C. Elías Registro INDAUTOR No. 03-2010-121614310200-01
ISBN: 9786070048739
La Fe
Para que las emociones puedan darle existencia en el plano
material a la posibilidad elegida por el pensamiento es
necesario creer para que de esta forma los sentimientos,
resultado de la unión de ambos puedan ser codificados por el
corazón como información dentro de un campo de energía.
En la Biblia encontramos que la fe es la certeza de lo que se
espera, la convicción de lo que no se ve.
Analicemos esta definición, “certeza de lo que se espera”, al
hablar de certeza hablamos de seguridad intelectual por tanto
esta parte involucra al pensamiento, además la palabra
“espera” se liga irremediablemente con la idea de tiempo.
Veamos que nos dice la segunda parte “convicción de lo que
no se ve”; convicción también nos sugiere seguridad, solo
que en este caso se relaciona con seguridad emocional y la
sentencia, “lo que no se ve” puede asociarse a la idea de
ubicación, lugar, por tanto espacio.
Es entonces que la fe se relaciona con la unión de
pensamiento tiempo, emoción-espacio.
Citando el dicho 106 del Evangelio Apócrifo de Tomás que
dice: cuando hagáis de los dos uno, os convertiréis en hijos
de la humanidad y cuando digas a la montaña ¡muévete!, se
moverá. “Cuando hagáis de los dos uno”, si lo asociamos con
la definición Bíblica que analizamos sugiere que la fe surge
de la unión del pensamiento con la emoción, es decir de los
sentimientos. Por otra parte también nos sugiere que esta
unión debemos realizarla en donde el espacio se une al
tiempo y esto sólo sucede en el nivel cuántico.
Ahora la cadena de la fe que da por resultado el “mover
montañas”, contiene 6 eslabones:
Pensamiento≈Emociones≈ Sentimientos≈Corazón
≈ADN≈Fotones.
Los sentimientos alteran los campos electromagnéticos del
corazón y estos cambian la materia que forma lo que nos
rodea mediante la interacción del ADN con los fotones.
Al interactuar con el ADN no solo cambiamos la materia que
nos rodea externamente sino también internamente
permitiendo alterar nuestra realidad de forma casi milagrosa.
Esta cadena hace posible la sanación de nuestro propio
cuerpo así como la sanación de otros, repercutiendo en la
sanación del universo mismo.
La sanación que se logra mediante el manejo de sentimientos
utilizando el campo electromagnético del corazón como onda
portadora de información no conoce de tiempo;
enfermedades que se piensen crónicas o incurables e incluso
degenerativas desde la perspectiva médica alópata pueden
requerir tan solo unos minutos para literalmente
“desaparecer”.
En Pekin China se trató a una paciente que sufría de tumor
canceroso en la vejiga. Tres médicos aplicando la medicina
de la información para su cura tuvieron éxito al documentar la
desaparición en 3 minutos del tumor. ¿Cómo lograron tan
sorprendente resultado?
Partiendo de la idea de que el cuerpo es reflejo de algo no
físico, decidieron no juzgar la situación en la que su paciente
se encontraba, es decir no le asignaron ningún tipo de
calificativo como mala, triste, desesperada. Simplemente
vieron la situación por la que estaba atravesando como una
posibilidad más entre el vasto mundo de las posibilidades del
mundo. Luego se dieron a la tarea de elegir otra
(pensamiento-visualización-imaginación) y a esa nueva
posibilidad le dieron vida agregando emoción de amor, lo que
permitió a los tres sentir la salud de la paciente, aún más
“vivir” la salud de la paciente, así que con base a la idea
primaria de que el cuerpo es el reflejo de algo no físico, el
cuerpo de la paciente reflejó la sensación creada por los tres
médicos a la vez y el tumor efectivamente desapareció en 3
mins. La cadena de la fe dio resultado, y ¡cómo no! pues la
verdadera fe nunca falla.
Y si no hubieran estado los tres médicos repitiendo la
sentencia “ya está curada, ya está hecho”, al mismo tiempo
que sentían esa posibilidad, ¿ella lo hubiera logrado sola?
Muy probablemente sí, sin embargo hay una particularidad en
la humanidad y es que nos sentimos más poderosos y fuertes
cuando somos apoyados por otros.
Esta visión que utiliza la información que se plasma en las
ondas de campo a través del sentimiento es radicalmente
opuesta a la que plantea la medicina alópata como camino
para la cura de enfermedades.
En el nuevo paradigma se acepta la enfermedad sin juicio y
se piensa otra posibilidad la que se trae a la vida con amor
sustituyendo así la posibilidad anterior en vez de etiquetar lo
que hay tachándolo de malo y con ello despertando
sentimientos de miedo, tristeza, desesperación,
desesperanza, impotencia. La medicina alópata usa el
método de guerra tratando de someter la realidad por la
fuerza al querer manipular o extirpar la situación que han
juzgado y le han asignado el carácter de mala.
No cabe duda de que el pensamiento es importante ya que
representa la imagen de la posibilidad cuántica. Como ya
mencione anteriormente en el reino de las posibilidades todo
existe ya, lo que no existe ahí, no existirá jamás, la opción
perfecta y la peor posible, la luz y la oscuridad, la sanación y
el sufrimiento ya están ahí.
Podemos acceder a esas posibilidades con la mente, ese es
el poder del pensamiento, aislar una de esas posibilidades,
identificarla y fijar nuestra atención en ella.
Pero para infundirle vida se requiere de sentimientos ligados
a cualquiera de las dos emociones que existen, amor-miedo.
¿De qué manera podremos incorporar esa posibilidad a
nuestra vida diaria?
Debemos aprender a sentir y parte de este aprendizaje
involucra una autoestima alta, porque cuando es baja la
afirmación del sentimiento es algo vacía. Un pensamiento sin
emoción no tiene la energía necesaria para traerlo a la
existencia en el plano material.
Recordemos el caso de los electrones y los fotones, si el
paquete de energía asociado al fotón no tiene la energía
suficiente el electrón no dejará su mundo de posibilidades. Lo
mismo ocurre con los eslabones pensamiento-emoción-
sentimiento de la cadena de la fe.
Para traer la posibilidad al plano material hay que vivirla, hay
que sentirla todo el día, no solo pensarla, no solo imaginarla,
no solo “decretarla”, hay que sentirla a cada instante.
Recordemos que la Matriz Divina es un espejo, un puente
entre los mundos interno y externo, solo nos devuelve lo que
somos.
Ahora sabiendo esto, ¿no creen que vale la pena
preguntarse, por qué siempre interiorizamos lo que no
queremos y no lo contrario?
Básicamente… por miedo. ¡VENZAN SUS MIEDOS!
El Poder de la Oración
Dicho 22 del Evangelio Apócrifo de Tomas, ¿Así al
convertirnos en infantes entraremos en el Reino? Jesús les
ha dicho : cuando hagáis de los dos uno y hagáis el interior
como el exterior y el exterior como el interior y lo de arriba
como lo de abajo y cuando establezcáis el varón con la
hembra como una sola unidad, de tal modo que el hombre no
sea masculino ni la mujer femenina; cuando establezcáis el
ojo en el lugar de un ojo y una mano en el lugar de una mano
y un pie en el lugar de un pie y una imagen en el lugar de una
imagen encontrareis el Reino de Dios.
En otras palabras cuando dejes de juzgar, cuando erradiques
de tu mente la visión dual, cuando el pensamiento y la
emoción sean uno, entonces y solo entonces entraras en el
Reino de Dios.
Entrar en el Reino de Dios, comunicarnos con la Matriz Divina
u Holograma Cuántico, sentirnos parte del Todo que subyace
y sustenta el mundo material.
Desde este nuevo paradigma donde los sentimientos son el
lenguaje de comunicación con la Matriz Divina la perspectiva
de la oración ¿cómo encaja?
Ahora en vez de usar repeticiones o establecer un diálogo de
petición el nuevo modo de orar deberá basarse en el
sentimiento, es decir “sentir” el sentimiento como si la oración
ya hubiera sido contestada.
Debemos entender que es el sentimiento el que nos ayuda a
entablar un diálogo con las fuerzas de la creación,
permitiéndole al Holograma Cuántico o Matriz Divina
respondernos en relación al sentimiento en nuestros
corazones.
Este método de oración a diferencia de una petición donde
nos sentimos impotentes y donde irremediablemente
involucramos el juicio de las circunstancias, nos invita no a
pedir sino a agradecer sin juicio sintiendo el resultado de
nuestra oración como si ya se hubiera contestado.
Esto es, en vez de decir por favor dame paz, agradecemos y
sentimos la paz que la Matriz Divina nos ha dado.
Si por ejemplo sentimos paz o la salud de nuestros seres
amados estamos dotando de poder al sentimiento para que la
Matriz Divina nos responda como un espejo dando vida
exterior a los cambios que sentimos en el interior. (Cuando el
interior y el exterior sean uno).
¿Cómo orar bajo la dirección del sentimiento?
Si oramos para que llueva pidiendo lluvia seguramente nada
obtendremos, porque si oramos para que algo ocurra
estamos sintiendo que lo que se pide no existe en el
momento que lo solicitamos.
Debemos en cambio cerrar los ojos y comenzar a tener el
sentimiento de cómo se siente la lluvia recorriendo cada
lugar, como huele la tierra mojada y como se siente cada gota
al caer sobre el rostro, el sonido de la lluvia, el viento, el lodo
en los pies al caminar en medio de la tormenta, la satisfacción
y felicidad que esto representa. Esta es la manera en la que
se abre la puerta a la posibilidad de traer a nuestro mundo
material lluvia.
Como en cada momento de nuestras vidas estamos sintiendo
se establece una comunicación continua entre el mundo
interno y el mundo externo, por lo que en vez de ver a la
oración como algo que hacemos esporádicamente o
rutinariamente por momentos con la intensión de cambiar
nuestro mundo, deberíamos entender que este conjunto de
conductas son en sí la oración.
Cada pensamiento, sentimiento, emoción, respiración,
nutriente, movimiento o la combinación de cualquiera de ellos
puede considerarse como la expresión de la oración. De
acuerdo a este punto de vista según sentimos, percibimos y
nos expresamos durante el día, estamos orando
constantemente.
Nuestra vida al verla o interpretarla como una oración genera
por reflejo en la Matriz Divina saltos cuánticos caóticos,
desalineados y alineados.
Siempre podemos mantener los sentimientos asociados al
amor en nuestros corazones como lo son gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza
ya sea que estemos manejando, estudiando en clase,
cocinando en casa, siempre aunque sea en cierto grado
podemos mantenerlos, porque es así como sintiendo estos
sentimientos continuamente la vida se convierte en una
oración eficaz. Esto es lo que significa vivir por fe. Orar (vivir)
con base en el amor en todo momento.
Tenemos que convertirnos en aquellas experiencias que
elegimos disfrutar en nuestras vidas, debemos volvernos paz,
salud, compasión, amor, humildad, comprensión, para que el
campo o Matriz Divina pueda reflejarlas.
Cualquiera que dijere a este monte: quítate de ahí y échate al
mar, no vacilando en su corazón sino creyendo que cuanto
dijere se ha de hacer, así se hará» (Marcos 11,23). Este
versículo encierra la clave para que la oración sea eficaz, al
decir que no debemos vacilar en nuestro corazón implica la
perfecta unión del pensamiento, y la emoción para generar el
sentimiento.
Si queremos que nuestra vida sea una oración eficaz no
debemos vacilar en nuestro corazón, como dije tenemos que
vencer nuestros miedos y vivir cada momento conforme a los
frutos del amor, cuando logremos hacer de nuestras vidas
una plegaria de amor ocurrirán cosas extraordinarias,
maravillosas, incluso cercanas a los límites de lo imposible.
Sincronización
El sistema nervioso dentro del corazón (o el cerebro del
corazón) lo habilita para aprender, recordar, sentir, percibir y
para realizar decisiones funcionales independientemente de
la corteza cerebral.
Hay mucho tejido neuronal en el corazón y se cree que está
ahí con el propósito de “imprimir” nuestro holograma corporal,
esta impresión de información se realiza por medio de las
ondas de presión del corazón.
Jeremías 18:15 Y dijeron: Es en vano, porque en pos de
nuestros ídolos iremos, y haremos cada uno el pensamiento
de nuestro malvado corazón.
Podría pensarse que es reciente el hallazgo de un tejido
neuronal en el corazón, sin embargo según este versículo
esto ya se sabía desde tiempos ancestrales.
El corazón recibe la información primero y luego la envía al
cerebro.
Numerosos experimentos han demostrado que las señales
que el corazón envía constantemente al cerebro influyen en
las funciones de los centros más importantes de este, los que
involucran procesos como percepción, conocimiento y
emociones.
Aparte de la extensa red de comunicación nerviosa que
conecta al corazón con el cerebro y con el resto del cuerpo, el
corazón transmite información al cerebro y al cuerpo
interactuando a través de un campo electromagnético.
El corazón genera el más poderoso y más extenso campo
electromagnético del cuerpo.
Comparado con el producido por el cerebro, el componente
eléctrico del campo del corazón es algo así como 60 veces
más grande en amplitud y penetra a cada célula del cuerpo.
El componente magnético es aproximadamente 5000 veces
más fuerte que el campo magnético del cerebro y puede ser
detectado a varios metros de distancia del cuerpo.
El corazón genera series continuas de pulsos
electromagnéticos en los cuales el intervalo de tiempo entre
cada latido varia de forma dinámica y compleja. Sucede
también que el ritmo del cerebro se sincroniza con la
actividad rítmica del corazón y además que durante la
manifestación de sentimientos producto de la emoción “amor”
como la comprensión, la paz, la presión de la sangre y el
ritmo respiratorio, junto con otros sistemas oscilatorios, entran
en fase con el ritmo cardiaco.
El llamado campo del corazón actúa entonces como una
onda de información que provee una señal global
sincronizadora para todo el cuerpo.
La información codificada actúa para dar forma a la actividad
de todas las funciones corporales coordinando y
sincronizando los procesos en el cuerpo como un todo.
Los patrones rítmicos de los latidos del corazón cambian
significantemente mientras experimentamos diferentes
emociones. Sentimientos negativos, como la ira o la
frustración, están asociados con un errático, desordenado e
incoherente patrón en el ritmo cardiaco. En contraste,
sentimientos positivos como la paz o la compasión, están
asociados con un suave, ordenado y coherente ritmo en la
actividad de dicho patrón. A su vez, estos cambios en el
patrón del ritmo cardiaco crean los cambios correspondientes
en la estructura del campo electromagnético irradiado por el
corazón.
A un nivel fisiológico el patrón coherente producto de
sentimientos positivos se caracteriza por un incremento
eficiente y armónico en la actividad y en las interacciones de
los sistemas del organismo. A un nivel psicológico está
asociado a una notable reducción en el la predisposición al
stress, incrementa el balance emocional y mejora la claridad
mental, la percepción intuitiva y el rendimiento cognoscitivo.
La coherencia facilita al cuerpo su estado de regeneración
natural. No solo el corazón emite un campo electromagnético,
todos los órganos generan un campo muy específico y propio,
pero es el campo del corazón el que controla a los demás.
Todos los campos son holísticos.
Las señales que emite el corazón son de naturaleza
regulatoria, estas son sonoras, de presión, de calor, de luz,
eléctricas, magnéticas y electromagnéticas. Todas las células
en el cuerpo reciben estas señales de diferente clase en
tiempos distintos, pues viajan a velocidades diferentes, unas
a través del sistema circulatorio y otras a través del espacio
en ondas de campo portadoras de información.
Si el corazón transmite o imprime información debería haber
algún tipo de receptor en la célula que fuera capaz de recibir
y decodificar esa información. Y de hecho es así, hay
receptores de proteínas en las células que simplemente
reciben y “leen” la información de primer nivel, es decir la que
se transmite por el sistema circulatorio. Al nivel de campos
electromagnéticos esta comunicación se logra mediante el
intercambio de biofotones, estos son condiciones débiles de
luz que emanan de las células de todas las cosas vivas. Son
transmisores de información que operan mediante la creación
de una red dinámica coherente de luz dentro de nuestro
cuerpo. Y aunque no son responsables de la sincronización
de campos internos si crean una red de transmisión de
información.
El cuerpo humano a nivel de manifestación en el plano
material no es otra cosa que información estructurada
impresa en campos de energía representados por ondas de
equilibrio estacionarias.
El corazón está conectado a un campo de información e
inteligencia que subyace el mundo material, o dicho de otro
modo al Holograma Cuántico o Matriz Divina.
Todo ser vivo está sujeto a 5 niveles de organización
interna e intercomunicación, el de forma que lo provee el
ADN, el de organización y funcionalidad que está impreso
a nivel de campos mórficos, el de comunicación
mediante el intercambio de biofotones y la interacción de
electrones y moléculas de sentimiento con las proteínas
en las células; el de sincronización cuyo responsable es
El Árbol de la Vida
Cada simple célula sabe lo que pasa todo el tiempo en el
resto del cuerpo en virtud de que está conectada con las
demás a diferentes niveles, molecular, absorción de
electrones, emisiones de luz, ondas electromagnéticas y
entrelazamiento cuántico.
Las células son las unidades de conciencia más pequeñas
que existen y por lo mismo están sujetas a realizar “saltos”
cuánticos ya sea absorbiendo información de forma aleatoria
y desordenada de los campos mórficos, para satisfacer sus
adicciones a las moléculas de sentimiento o sustancias
químicas equivalentes, o bajo la información coherente de
sincronización emitida por el campo electromagnético del
corazón actuando bajo sentimientos emanados del amor, o
bajo la incoherencia y desincronización producida por
información impresa en dicho campo debida a sentimientos
negativos provenientes del miedo.
De aquí que la enfermedad pueda verse como una
interrupción de la información coherente que da lugar a
una desincronización de los campos.
Mientras que la medicina convencional se enfoca en el
estudio de la genética como camino de entendimiento y cura
de enfermedades, la física cuántica sugiere que la respuesta
está en el restablecimiento de la coherencia de los campos
de energía del cuerpo mediante la impresión de la
información correcta.
La propuesta es sustituir la medicina basada en agentes
bioquímicos o genética por medicina de la información.
Sucede que no es la genética la que controla la propensión a
ciertas enfermedades, porque se ha observado que no solo
miembros cosanguíneos de familias con antecedentes
genéticos de propensión a ciertas enfermedades la
presentan, ¡sorpresa!, los niños adoptados por estas familias
con genética diferente, también presentan la misma
propensión.
Es en las creencias, actitudes y percepciones donde toman
forma las enfermedades, no en la genética. Es decir uno se
enferma porque cree que tal o cual cosa producirá una
enfermedad en el cuerpo, no por el agente en sí mismo.
Esto muestra que aquello que ejerce control sobre cada
célula no está dentro de ella, proviene del exterior.
El camino que recorre la información exterior para llegar a la
célula comienza por la percepción intuitiva que realiza el
corazón, luego es enviada al cerebro y comunicada al resto
del cuerpo.
En este proceso están mezcladas dos tipos de percepciones,
la intuitiva y la racional. Una asociada al corazón, la otra al
cerebro.
La intuición es el efecto palpable de un continuo
entrelazamiento cuántico entre mente-mente, mente-materia,
mente-espacio, mente-tiempo y por tanto no está sujeto a las
limitaciones de espacio-tiempo. Esta danza ininterrumpida se
asemeja al comportamiento de los fermiones y bosones en el
punto cero o vacío cuántico.
Este entrelazamiento es posible por el tejido neuronal del
corazón. Además es claro que no solo funciona entre
humanos, también entre animales y humanos con animales.
Una vez que el corazón intuye algo de inmediato envía la
información a todo el cuerpo, incluido el cerebro a través del
entrelazamiento cuántico y en forma de pulsos de presión,
sonido, luz, ondas electromagnéticas.
Un instante después con base a la información recibida del
corazón, el cerebro “sintoniza” (percepción racional), la
posibilidad percibida por el corazón decodificando las
frecuencias impresas en el holograma cuántico y creando de
esta forma una imagen 4D.
Paralelamente el cerebro envía las moléculas bioquímicas
asociadas a todo el cuerpo, pues se requiere de una
respuesta corporal para que el fenómeno sea consciente.
Lo que el corazón intuye siempre viene codificado en el
lenguaje de comunicación con el Holograma Cuántico o
Matriz Divina, es decir en el lenguaje del sentimiento y en
cierta forma se adelanta al futuro. Si entendemos por futuro la
infinitesimal diferencia de tiempos entre la percepción intuitiva
y la racional.
Imagina
Ahora sabemos que el corazón está directamente relacionado
con la percepción intuitiva, percepción que es anterior a la
percepción racional que realiza el cerebro.
De la misma manera en que el corazón genera energía en el
cuerpo, el campo mórfico de cada sociedad activa y regula la
energía dentro del sistema social.
Experimentos recientes han mostrado que es esencial una
organización coherente de la relación madre-hijo para darle
forma a su campo socioemocional, situación que genera en el
hijo un buen desarrollo cerebral y la formación de una
autoestima saludable.
La relación coherente se da cuando las interacciones están
cargadas con emociones positivas (amor, alegría, felicidad,
compasión, humildad, etc.) y están dentro de los patrones de
intercambios recíprocos entre ambos como algo altamente
sincronizado imprimiendo en el corazón y la mente del niño
estos patrones que tendrán una influencia en su función
psico-social a lo largo de su vida.
Este tipo de comunicación que se da entre dos personas no
es privativo de individuos cercanos en parentesco, también la
conciencia colectiva de grupo o campo mórfico de cada
sociedad parece ser transmitida hacia todos sus miembros
mediante un campo energético de conexión socio-emocional.
Una organización coherente en la estructura social del grupo
está asociada a una red de emociones positivas que conecta
a todos los miembros. Esta red de emociones positivas
parece constituir un campo de conexión energética dentro del
cual la información sobre la estructura social del grupo esta
codificada y se distribuye a través del mismo.
El que cada miembro del grupo tenga una imagen precisa de
la estructura social en su totalidad se debe a que la
información de la organización global del grupo es distribuida
a todos sus miembros a través de un campo energético. Tal
correspondencia de la información entre algunas partes y del
conjunto es consistente con el principio de organización
holográfica.
Algunas características de organización del campo del
corazón pueden ser compartidas con las pertenecientes al
campo social. Y no es de extrañar pues cada uno es un
campo de energía en donde esta viaja en forma de ondas a
través de nuestro sistema, generando un acomodo de
información energética, en donde cada espacio del campo
contiene una imagen desplegada, en ese momento, de la
organización total del sistema.
Es muy importante el papel de los sentimientos positivos
como el amor y la compasión en la generación de coherencia
entre ambos campos, el del corazón y el social.
Cuando el movimiento de energía es intencionalmente
regulado para formar un orden coherente y armonioso, el flujo
y la integridad de la información se ven mejoradas. Este, a su
vez, produce un sistema funcional efectivo y estable el cual
mejora la salud, el bienestar psico-social y las relaciones
individuales o sociales.
La coherencia cardiaca y la social actúan para ayudarse
mutuamente. Mientras los individuos dentro de un grupo
social incrementan su coherencia psicofisiológica, la armonía
psico-social también se incrementa, lo que desemboca en un
aumento de la coherencia en las relaciones sociales. De
manera recíproca la creación de un campo social coherente
puede ayudar a la generación y el mantenimiento de la
psicofisiológica coherente entre todos sus miembros.
Esta es la base para la auto-conciencia, la sensibilidad social,
la creatividad, la intuición, la visión espiritual interna y el
entendimiento de nosotros mismos y a todo a lo que estamos
conectados. Esto genera una armonía con el movimiento del
todo.
Como ya se ha mencionado, la organización holográfica está
basada en un concepto de orden de campo, en donde la
información sobre la organización de un objeto como un todo
es codificada a modo de un patrón de interferencia en forma
de ondas distribuidas a través del campo. Esto hace posible
recibir información sobre el objeto como un todo desde
cualquier punto de dicho campo.
Se han llevado a cabo experimentos en diferentes lugares
donde se entrena a grupos de personas para que aprendan a
desarrollar el sentimiento de paz, los resultados han sido
sorprendentes pues han bajado los indicies de criminalidad
en las ciudades donde se han llevado a cabo.
Esto constituye un resultado directo consecuencia de la
naturaleza holográfica del campo, así como de la generación
de una especie de resonancia para crear coherencia en el
campo social o morfológico del grupo social, creando campos
coherentes emanados del corazón como resultado de “sentir”
ciertos sentimientos.
De acuerdo a estudios realizados se requiere de una cantidad
equivalente a la √1% de una población para impactar en el
comportamiento social de la misma. Por ejemplo si pensamos
en una población de 1000 personas, el 1% serán 10 y la raíz
cuadrada de 10, 3.3 es decir se requerirían al menos 4
personas capaces de verdaderamente “sentir” sentimientos
para alterar el comportamiento social.
Imaginen si estas 4 personas en vez de emitir ondas con la
información producto de sentimientos positivos, lo hicieran de
sentimientos negativos, ¿Qué creen que pasaría?, la
respuesta es triste, pero simple, basta ver a su alrededor.
Por esto es importante vivir en oración emitiendo
continuamente información codificada al holograma cuántico
de sentimientos positivos, pues jamás podremos vencer el
mal con mal, la violencia con violencia, la ira con ira, el
engaño con engaño.
Es tiempo de poner en práctica todo este conocimiento para
nuestro bien y el de las generaciones venideras, porque si
continuamos por el camino que actualmente estamos
recorriendo más que generaciones futuras estaremos
forjando “degeneraciones” futuras.
La humanidad clama por un cambio, y justo ahora me viene a
la mente la canción “Revolution” de los Beatles en la que
Lennon dice, “si quieres una revolución comienza por liberar
tu mente”, quizá en este punto lo más adecuado sería decir
comienza por liberar tu corazón, usa la mente como vehículo
de visualización, guíate por la intuición, vence tus miedos y
ten el valor de vivir por fe.