Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

download Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

of 11

Transcript of Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

  • 7/31/2019 Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

    1/11

  • 7/31/2019 Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

    2/11

  • 7/31/2019 Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

    3/11

    que redundaran automticamente en beneficio del conjunto. Haceno mucho tiempo, la presidenta Cristina Fernndez de Kirchner,

    comenz a apelar a este sentido comn contra las diferentes mani-festaciones de los vecinos de Famatina, Tinogasta, Andalgal,Santa Mara y Beln, en el norte del pas. En el mismo sentido, elgobernador de La Rioja Beder Herrera (que accedi a su cargohacindose eco de los reclamos de las asambleas antimineras, paraluego traicionarlas), fue aun ms especfico en su caracterizacin,al acusar a los asamblestas que mantienen el corte en Famatinacomo violentos hippies que viven gratis y tienen actividades nonsanctas.1

    Sostenemos que el imaginario del ambientalismo tradicional,hace aos que no se corresponde con la realidad de las luchassocio-ambientales en Amrica Latina. En nuestro pas, los queenfrentan la ofensiva extractivista (como la denominan diversosautores), no son las Fundaciones u ONGs ecologistas. En reali-dad, estas luchas son llevadas a cabo por un sujeto plural yheterogneo, entre los que podemos encontrar trabajadoresrurales y urbanos, diversos productores de mediana o pequeaescala, sectores populares urbanos (desocupados, habitantes de

    villas/asentamientos), que se articulan bajo el formato de asam-bleas populares.Una somera cronologa ayuda a situar estos conflictos en su

    contexto, pudindose advertir que las resistencias populares sonincluso anteriores a la instauracin del nuevo modelo de acumu-lacin, que algunos autores definen como neodesarrollista (Katz,2006), poniendo nfasis en sus rasgos de continuidad:

    1996: El pueblo de Corpus en Misiones rechaza la instalacinde una mega represa, por medio de una consulta popular. Pese alos intentos actuales por parte del gobierno nacional, esa represano se ha podido instalar, dado el antecedente de la consulta. Esemismo ao, los pueblos de la Patagonia se alzan en lucha contrala aprobacin de un basurero nuclear en la localidad de Gastre,Chubut. Impiden la instalacin del mismo, a pesar de que laCNEA ya la haba aprobado, con el aval de las autoridades nacio-nales.

    2003: Rotundo triunfo del NO en el plebiscito de Esquel, que

    su pueblo tom como norte e impuso para enfrentar a la empresaminera canadiense Meridiam Gold. En los conflictos contra lamegaminera, el antecedente de este mecanismo de consultapopular fue la experiencia de Tambo Grande, en Per en el ao2002.

    1. Vase Nota Minera

    y hippies violentos.En: Pagina 12, mircoles16 de mayo de 2012,edicin impresa. Dispo-nible en: http://

    www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-1 9 4 1 5 4 - 2 0 1 2 - 0 5 -16.html

    64 Capitalismo y lucha ambiental en Latinoamrica

  • 7/31/2019 Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

    4/11

    2006: La discusin sobre el medio ambiente recorre toda lageografa del pas, a partir de la repercusin de la lucha del pue-

    blo de Gualeguaych, organizado en la Asamblea Ambientalistade Gualeguaych contra la instalacin de las pasteras Botnia yENCE. Los vecinos de Gonzlez Catn, en la provincia de Buenos

    Aires, impiden la entrada a los camiones del CEAMSE en su loca-lidad y son detenidos. Si bien no logran el cierre del relleno sani-tario, ponen en la agenda pblica la injusticia ambiental queresulta de la gestin privada de los residuos, instalando as lasluchas socioambientales en las ciudades. El 21 de julio de 2006,se realiza en Colonia Caroya, provincia de Crdoba, un primer

    encuentro, a partir del cual se constituye la Unin de AsambleasCiudadanas (UAC), que agrupa entonces ms de sesenta asam-bleas que fueron surgiendo de la lucha contra la megaminera acielo abierto.

    El marco de estas disputas

    Estos hechos cobran sentido teniendo como trasfondo los cambios

    en el modelo de acumulacin ocurridos durante las ltimas dca-das. Si bien es posible retrotraer el origen de este proceso hasta lainstauracin a nivel global del capitalismo financiero, a mediadosde los aos setenta, creemos oportuno detenernos en ciertos aspec-tos relevantes establecidos durante el apogeo de las polticas neo-liberales en los noventa. Deeste modo podremos resaltarlas continuidades que tras-cienden el cambio de modeloa partir de la post-convertibi-lidad.

    En el caso de Argentina,la salida de la convertibili-dad y la consecuente deva-luacin de la moneda impli-can un abaratamiento dehecho, tanto de la fuerza detrabajo como de los bienescomunes de la naturaleza,

    generndose de esta maneracondiciones atractivas parala inversin privada en sec-tores competitivos, es decir,donde la demanda del mer-cado global asegura altos

    65La lucha socioambiental en Argentina

  • 7/31/2019 Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

    5/11

    mrgenes de ganancia. Si en la dcada anterior el flujo de capi-tales estuvo relacionado particularmente con el sector de los ser-

    vicios pblicos privatizados, con la post-convertibilidad el flujo decapitales se reorienta hacia la obtencin de los bienes naturales.La competitividad de la economa argentina, luego de la crisis de2001, se sustenta as en estos dos pilares: el abaratamiento para-lelo de la mano de obra y el de los recursos del suelo argentino.

    En este sentido, el nuevo modelo implica la profundizacin ypuesta en marcha con todo vigor de ciertas polticas implemen-tadas incipientemente durante el perodo de reformas de mer-cado. En el mbito institucional, destacamos la descentralizacin

    del control y explotacin de los recursos naturales, que pasan aestar en manos de las provincias con el fin declarado de financiarlos sistemas de salud, educacin y administracin pblica loca-les, que a su vez se vieron tambin descentralizados. De estaforma, se fragmenta el poder de decisin sobre el uso de bienesnaturales del suelo argentino. Las provincias pasan a negociaren forma independiente la gestin de sus recursos frente a capi-tales altamente concentrados, lo cual genera condiciones de nego-ciacin altamente desfavorables para el desarrollo del conjunto.

    La importancia de dicho fenmeno puede dimensionarse, por citardos ejemplos, tanto en los conflictos suscitados alrededor de lainstalacin de las megamineras, como en los generados en tornoa la explotacin y gestin de los recursos hidrocarburferos, dondelas provincias petroleras jugaron un rol por dems clave.

    Luego de la devaluacin, se expanden notablemente aquellossectores ligados a las prcticas extractivas, tanto el agropecuariocomo en el de minerales metalferos, anteriormente insignifican-te, lo que da lugar a un reforzamiento de la reprimarizacin de laeconoma.2 Por un lado, la expansin del monocultivo de soja (con

    todas sus tcnicasasociadas) ha rebal-sado los lmites de lapampa hmeda.

    Aquellas tierras extrapampeanas que antescarecan de un valorsignificativo para losgrandes productores

    agrcolas, son ahorasusceptibles de serexplotadas con dichomonocultivo, lo cualimplica la necesidadde expropiacin de

    2. Si bien la reprima-rizacin de la economaresponde a los cambiosintroducidos por ladictadura militar, con ladevaluacin y la subade los precios de lasmaterias primas en elmercado mundial hatenido un nuevo impulso.

    66 Capitalismo y lucha ambiental en Latinoamrica

  • 7/31/2019 Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

    6/11

    tierras en manos de campesinos y pequeos productores. Por otrolado, la prctica de la megaminera a cielo abierto implica proce-

    sos de extraccin y separacin de metales altamente nocivos queafectan no solo a los territorios aledaos, ya que extienden sus efec-tos nocivos a travs de la contaminacin del aire, ros y aguas sub-terrneas.

    Dentro de esta misma lgica se insertan los proyectos rela-cionados con la obtencin de energa para sostener este modelo,que no slo suponen la extraccin de petrleo (incluyendo laextraccin de gas no convencional, con altos impactos ambienta-les negativos), sino tambin la construccin de nuevas centrales

    nucleares y megarepresas.Son estas necesidades de la acumulacin capitalista las que

    mueven el renovado proceso extractivista.3Y es esta fuerza la queprovoca el cercamiento de inmensas porciones de tierras que sonpresentadas como libres desde el punto de vista del capital, peroque constituyen el soporte material de poblaciones locales, que se

    valen de prcticas productivas organizadas en unidades menoresen torno a las cuales reproducen formas particulares de vida,donde el trabajo est estrechamente ligado a los mercados loca-

    les y las necesidades populares.En las grandes ciudades, se dan procesos similares con otrosactores. Se producen cambios en los usos del suelo que beneficiana los promotores inmobiliarios, los cuales traen como consecuen-cia la apropiacin privada de espacios pblicos,4 el encarecimientode la vivienda y el colapso de la infraestructura existente,5 efec-tos todos que confluyen en un generalizado deterioro en la calidadde vida. Mientras tanto, miles de personas son condenadas a viviren villas y asentamientos, sin acceso a las condiciones ms bsi-cas de bienestar (acceso a agua potable, cloaca, recoleccin debasura). Por otro lado, se invierten grandes sumas de dineropblico en infraestructura para el transporte privado automotor,mientras el transporte pblico se desfinancia cada da ms. Elresultado ms evidente es la congestin del trfico, las contami-naciones asociadas a ello, y la aceptacin de que la ciudad debeser vivida de manera privada.

    Ambos escenarios, o mejor dicho el correlato del nuevo modeloen el campo y la ciudad, dan cuenta de las luchas por ejercer lasoberana sobre los territorios, hoy bajo la potestad del capital.

    En estas luchas se disputan formas de apropiacin de los recur-sos que implican lgicas diferentes. Por un lado, aquella queemerge de las poblaciones locales y suponen una relacin con elterritorio en tanto estructuracin de una forma de vida y unarelacin con la naturaleza de largo plazo. Por otro lado, aquellaapropiacin que se relaciona meramente con la consecucin de

    3. En palabras de DavidHarvey, el capital frentea las sucesivas crisisbusca implementarsoluciones espaciales

    (2007). Esta bsquedaincesante de ampliar lasfronteras y superarlmites, da comoresultado la acumu-lacin por desposesin(Harvey, 2004).

    4. Por nombrar algunosejemplos actuales: elGCBA pretende instalarun shopping donde los

    vecinos exigen un co-

    rredor verde; la Provin-cia de Buenos Aires, au-toriza la apropiacinpor parte de Techint dela Costanera Sur (Ave-llaneda, Quilmes, Ber-nal), mientras Macrihace lo mismo en laCostanera Sur (al ladode la reserva ecolgica)con la empresa IRSA.

    5. Los derrumbes ya

    tienen un saldo ocultopor el bloqueo mediticodel que goza Macri de10 muertos en 2 aos,segn denunciaronlegisladores de la opo-sicin en la LegislaturaPortea en noviembredel ao pasado (VerNota Reclaman que seconcreten controles a lasexcavaciones. En: La

    Nacin del 8 denoviembre de 2011,edicin impresa. Dis-ponible en: http://

    www.lanacion.com.ar/1421377-reclaman-que-se-concreten-controles-a-las-excavaciones).

    67La lucha socioambiental en la Argentina

  • 7/31/2019 Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

    7/11

    ganancias en el menor plazo de tiempo posible, lo cual conduce auna forma de apropiacin de la naturaleza y del suelo funda-

    mentalmente depredadora. Podemos decir, de este modo, que estalucha de territorialidades es la que se expresa a partir de los dife-rentes conflictos presentes a lo largo del pas.

    Nuevos sujetos polticos y nuevas (viejas) tensiones

    Es en este contexto de luchas entre poblaciones locales e intere-ses transnacionales por el control de los bienes naturales que van

    emergiendo nuevos sujetos. Entre estos, podemos nombrar, en pri-mer lugar, a las asambleas contra la megaminera a cielo abierto,surgidas como reguero de plvora luego del protagonismo popu-lar demostrado por el pueblo de Esquel. Son estas organizacionespopulares las que enfrentan da a da la represin y los abusosde parte del poder poltico y empresarial: no son ONGs ambien-talistas, como sostienen confusamente desde el poder poltico. Sonasambleas integradas por personas de diferentes extraccionessociales, profesiones y adhesiones polticas. Esta experiencia fue

    luego replicada en los diferentes conflictos socioambientales delpas y, aunque han obtenido resultados dispares en trminos orga-nizativos, no cabe duda de que hoy estas asambleas son un reco-nocido sujeto poltico del campo popular.

    Reflexionando sobre el momento que atraviesa el movimientosocioambiental, identificamos tres elementos que, creemos, debenocupar el centro del debate: un primer obstculo es la fuerteimpronta localista de muchos reclamos; en segundo lugar, elcarcter sectorial de las reivindicaciones; y, por ltimo, la necesi-dad de visualizar una salida poltica a las demandas.

    En torno al primer elemento, muchos autores llaman a este fe-nmeno NIMBY, que por su sigla en ingls significa not in my backyard (no en mi patio trasero). La reaccin frente a la instalacin decualquier emprendimiento que afecte la calidad de vida de una fa-milia o de una persona, es en muchos casos imprescindible para quese puedan dar los procesos de organizacin y de cuestionamiento delorden social vigente. Sin embargo, vemos que en los argumentos quese utilizan en los conflictos, el efecto NIMBY se transforma en uneje aglutinador permanente, impidiendo la visualizacin de las

    causas. Un ejemplo surge de las continuas disputas por la la ges-tin de los Residuos Slidos Urbanos. En los ltimos tiempos, y apartir de la lucha de los vecinos, todos los actores (excepto los em-presarios que gestionan el negocio de la basura) rechazan la insta-lacin de los rellenos sanitarios del CEAMSE en sus localidades. Esdecir, todos son parte del fenmeno NIMBY, pero en ningn mo-

    68 Capitalismo y lucha ambiental en Latinoamrica

  • 7/31/2019 Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

    8/11

    mento se cuestiona lanecesidad de detener la

    generacin de residuos,cuya proliferacin em-palma con la lgica detoda empresa capitalistade buscar mayor ganan-cia, sea buscando bajarcostos (materiales me-nos durables) o progra-mando nueva demanda

    (obsolescencia progra-mada). Planteos NIMBYtambin se pueden veren diferentes casos, in-cluso con argumentosdistintos a los que podemos sostener desde una ecologa popular.6

    Afortunadamente, muchos planteos de este tipo no han sido msque iniciales, si bien en algunos casos pueden seguir sostenindoseeste tipo de posturas.

    Otro elemento a considerar es el carcter sectorial del ecolo-gismo que practica parte del movimiento ambiental. Esto creemosque no es una caracterstica especfica del movimiento ambientalargentino, sino que tiene races en los orgenes de las discusionessobre el medio ambiente, en parte debido a la fuerte influencia delpensamiento malthusiano en los primeros planteos de las discu-siones sobre los impactos ambientales globales.7 Segn muchos deestos planteos, era la accin del hombre (entendido en un sentidogenrico) sobre la tierra la que estaba amenazando la reproduccinde la naturaleza. Estas discusiones nutrieron el pensamientoambiental durante mucho tiempo, impidiendo ver patrones comu-nes entre las problemticas sociales del capitalismo en general,derivadas de la explotacin de los trabajadores y la depredacin dela naturaleza. Algunos de estos presupuestos llevan a muchos acaer en determinismos de tipo ambiental, y con ello se aproximanms al pensamiento conservacionista que a una ecologa popular,impidiendo unificar demandas y proyectos polticos con otros sec-tores, como trabajadores (rurales y urbanos, ocupados y desocupa-dos), feministas, organizaciones culturales, territoriales y polticas.

    Sin embargo, es vlido rescatar los ejemplos contrarios: en el Dadel Trabajador de este ao, la Asamblea Popular por el Agua de laciudad de Mendoza declar que

    En un mundo capitalista, un continente desigual, y un pas peri-frico dominado por empresas que buscan acumular a ms no

    6. Por ejemplo la afec-tacin del paisaje porla instalacin de fabri-cas, o parques elicos(o solares). E incluso sesuelen esconder bajo unargumento ambientalfuertes disputas de clase,como por ejemplo quelos habitantes de las vi-llas y asentamiento sonquienes contaminan elRiachuelo. Estos argu-mentos pueden ser vistosen el libro Las trampasde la naturalezade Ma-ra Carman.

    7. Como ejemplo sepuede consultar Los l-mites del crecimientodel Club de Roma (Me-adows, 1972).

    69La lucha socioambiental en la Argentina

  • 7/31/2019 Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

    9/11

    poder, no hay discriminacin sobre bienes comunes o seres huma-nos a explotar. Todo sirve para ganar ms. Tanto los ros, las mon-

    taas, la tierra, la naturaleza misma como el trabajo humano.8

    La ltima cuestin a resaltar es de carcter poltico, y si bienno es exclusiva del movimiento ambiental, su combinacin conelementos sealados anteriormente le dan un carcter msimportante que en otros sectores del movimiento popular. Una delas consignas tradicionales del ecologismo es, o tal vez fue,pensarglobalmente, actuar localmente. Creemos que dicha consigna hasido muy til para avanzar en la construccin de resistencias loca-

    les, y no perder de vista la globalidad del problema. Sin embargo,el nfasis en lo local, en desmedro de instancias ms generalesdel quehacer poltico (tanto nacional como regional y global), hacecaer muchas prcticas en la marginalidad poltica, quitndole lapotencialidad que tienen estas luchas. En ese sentido, creemosque intentar construir una poltica universal en esos trminos escaer en la trampa de intentar separar la lucha ambiental delterreno de la economa poltica, rechazando el globalismo y launiversalidad de sta a favor del esencialismo, la especificidad yla particularidad de aqulla (Harvey, 2007: 94).

    Tal vez haya llegado el momento de dar saltos en las luchasabordando al mismo tiempo lo local y lo global. Como parte de esemovimiento ambiental, con la UAC hemos transitado un impor-tante camino, donde definimos que la lucha contra el saqueo y lacontaminacin es una lucha anticapitalista. Pero sostenemostambin que esa lucha no puede triunfar si no busca disputarle elhorizonte de posibilidades al capital. Es preciso entonces pensarsecomo parte de la construccin de alternativas reales al actualmodelo de acumulacin. Y slo podremos dar ese salto si intenta-

    mos disputar la hegemona frente a los defensores de este modelo.Cmo hacerlo? Es una pregunta de difcil respuesta, pero nopodremos responderla si no comenzamos rechazando de plano loslocalismos y la sectorializacin de las luchas ambientales.

    Una forma de experimentar ese camino es con la formacinde diferentes espacios articuladores, que sirvan para prefigurarnuevos bloques histricos que le disputen poder al capital. Estosolo puede realizarse plenamente en contacto con el conjunto delos oprimidos: con aquellos que sufren la falta de vivienda, con los

    trabajadores sobreexplotados (sosteniendo ritmos de trabajo queafectan su salud), con los agricultores, que cada vez son msmano de obra barata para la industria agroalimentaria, y con lossectores medios de las ciudades que cada da tienen menos espa-cio pblico para disfrutar de una vida sana y vivida de maneracolectiva.

    8. Asamblea Popularpor el Agua (2012). Dis-

    curso ledo enelactoporel Da del Trabajador enla ciudad de Mendoza.

    70 Capitalismo y lucha ambiental en Latinoamrica

  • 7/31/2019 Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

    10/11

    La apuesta poltica de Espacio Chico Mendes

    Recuperando lo dicho hasta aqu, reafirmamos nuestra eleccinde llevar el nombre de un luchador que intent articular ciertasdemandas de su tiempo. Chico Mendes, en tanto militante sindi-cal de los seringueiros en la amazonia brasilea, ha entabladouna lucha relacionada tanto con su condicin de trabajador comoen su condicin de ambientalista, derivada naturalmente de laprimera. La lucha histrica de los seringueiros en Brasil fue ladefensa de la Amazonia, la cual constitua su fuente de trabajo, encontra de la deforestacin llevada a cabo por los grandes terrate-

    nientes de la regin. Su metodologa de lucha fueron los empates(bloqueos), con los que evitaban que las mquinas deforestadotasde los grandes ganaderos pudieran destruir importantes regio-nes de la amazonia. El xito de estas experiencias ha llevado aque los seringueiros se den una organizacin sindical y reciban elapoyo de gran parte del sector popular de Brasil, tanto del mbitorural como urbano: el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra(MST), el Partido de Trabajadores (PT), de la Central sindical(CUT) y de la Pastoral de la Tierra.

    De algn modo nuestro espacio busca reflejar esa experienciade lucha. Como espacio poltico aportamos con nuestra militanciacotidiana a las luchas territoriales desarrolladas en el pas apos-tando al desarrollo de una herramienta que permita avanzardesde las luchas locales y propias hacia una articulacin queacte en dos sentidos. Por unlado, para dar una respuestacontundente al avance de loscapitales, que pretende sub-sumir a las poblaciones loca-les a prcticas de corto plazoque nada tiene que ver con elbienestar de la poblacin sinoms bien con los intereses ylas necesidades del mercadomundial. Nuestros territoriosno pueden quedar liberados ala lgica de valorizacin delcapital, que no podr nunca

    dar cuenta de la diversidadde dimensiones que incluye elterritorio en tanto espaciohabitado donde los pueblosdesarrollan sus vidas. Ladecisin acerca de cmo se

    71La lucha socioambiental en la Argentina

  • 7/31/2019 Reflexiones en torno a la lucha socioambiental en la Argentina

    11/11

    debe hacer uso del mismo debe ser tomada en funcin de la satis-faccin de las necesidades reales de la totalidad de la poblacin,

    de manera pblica y sin responder a intereses privados. Es decir,dicha decisin debe basarse en el poder y en la soberana popular.

    Por otro lado, pensamos que las luchas territoriales en las queestamos inmersos tienen mltiples significados. En primer lugar,porque ponen en tela de juicio la naturaleza depredadora inhe-rente a las actividades productivas del capitalismo. Inmersos enrelaciones de competencia cuyo objetivo es la ganancia, difcil-mente los intereses privados estn interesados en absorber loscostos necesarios para hacer sustentables sus prcticas. En

    segundo lugar, creemos que estas luchas promueven nuevas prc-ticas en relacin a la naturaleza que implican valores que el capi-tal no podr nunca tomar en cuenta. La solidaridad de las dife-rentes poblaciones y el intento de pensar una alternativa posiblea las relaciones sociales establecidas en el capitalismo es la poten-cialidad ms importante que vemos en estas luchas. Para esto esnecesario que las poblaciones que luchan por sus territorios reco-nozcan a los trabajadores del campo y de la ciudad como sujetosde la misma lucha.

    Una sociedad que desarrolle prcticas no alienadas en rela-cin a la naturaleza, respetando sus procesos de reproduccin yvalorndola en tanto fundamento de nuestra existencia, slopuede lograrse si dicha sociedad se establece en base al reconoci-miento mutuo de los seres humanos. Ambas dimensiones no pue-den pensarse nunca por separado, sino integradas en una lgicade sociedad a construirse. Una sociedad por la cual luchamosdesde el Espacio Chico Mendes, acompaados por otras organi-zaciones con las que compartimos el camino

    Espacio Chico MendesMayo de 2012

    Bibliografa

    Carman, Mara, Las trampas de la naturaleza. Fondo de CulturaEconmica: Buenos Aires, 2011.

    Harvey, David, El nuevo imperialismo. Ediciones Akal: Madrid, 2004.

    , Espacios de esperanza. Akal: Madrid, 2007.Katz, Claudio, Coyuntura, modelo y distribucin. En: Anuario EDI 2.

    Luxemburg: Buenos Aires, 2006.Meadows, Donella et al., Los lmites del crecimiento. Informe al Club de

    Roma sobre el Predicamento de la Humanidad. Fondo de CulturaEconmica: Mxico, 1972.

    72 Capitalismo y lucha ambiental en Latinoamrica