Reflexiones sobre el cuento criollista - core.ac.uk · La preocupación por colocar a la naturaleza...

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ISSN: 0210-4547 Anales de Literatura Hispanoamericana 1998, nf 27: 35-58 Reflexiones sobre el cuento criollista FERNANDO Buaoos University of Memphis 1. Territorio del cuento criollista: naturaleza, paisaje, expresionismo En su ensayo «Nacimiento de la expresión criolla», José Lezama Lima nos recuerda que «En el banquete literario, el americano viene a cumplir la fun- ción del que realiza la prueba mayor. El americano traía a ese refinamiento del banquete occidental, el otro refinamiento de la naturaleza» 1 Aparte de las implicaciones que esta imagen tiene para una comprensión sobre los procesos de configuración del discurso artístico americano, la penetrante observación del escritor cubano nos lleva a reflexionar sobre la asociación inmediata que se ha tendido a establecer entre expresión criolli’-~a y naturaleza, término, este último, vinculado a la dimensión de un nuevo espacio —espontáneo o modifi- cado— que se buscaba conocer con la consiguiente creación de un cierto com- plejo de significaciones que registrarían una dimensión especial y suficiente de lo americano. Mientras la zona espontánea o natural advenía en la repre- sentación de una fuerza telúrica envolvente y atractiva, la modificada lo hacia en su correspondencia con los planos de un incipiente escenario urbano. La primera de estas zonas fue predominante e invasiva en la conformación esté- tica del criollismo. La preocupación por colocar a la naturaleza americana en el cuerpo cons- titutivo de la narración, vino a hacerse prácticamente sinónima del discurso cnollista. Esta naturaleza americana —identificable sobre todo por ese sentido de admiración con que el artista plasmaba un material que había que «deso- cultar» artísticamente— se poblaba de un registro literario que en cuanto a la estructuración de su fondo y forma narrativos privilegiaba el acceso a cos- La expresión americana y otros ensayos. Montevideo. Arca Editorial. 1969, pág. 79. La cursiva es nuestra.

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ISSN: 0210-4547AnalesdeLiteratura Hispanoamericana1998, nf 27: 35-58

Reflexionessobreel cuentocriollista

FERNANDO BuaoosUniversityof Memphis

1. Territorio del cuentocriollista: naturaleza,paisaje,expresionismo

En su ensayo«Nacimientodela expresióncriolla»,JoséLezamaLima nosrecuerdaque «Enel banqueteliterario, el americanovienea cumplir la fun-ción del querealizalapruebamayor.El americanotraíaaeserefinamientodelbanqueteoccidental,el otro refinamientode la naturaleza» 1 Aparte de lasimplicacionesqueesta imagentieneparaunacomprensiónsobrelos procesosde configuracióndel discursoartísticoamericano,la penetranteobservacióndel escritorcubanonos lleva a reflexionarsobrela asociacióninmediataqueseha tendidoaestablecerentreexpresióncriolli’-~a y naturaleza,término,esteúltimo, vinculadoa la dimensiónde un nuevoespacio—espontáneoo modifi-cado—quese buscabaconocercon laconsiguientecreacióndeun cierto com-plejo de significacionesqueregistraríanuna dimensiónespecialy suficientede lo americano.Mientras la zonaespontáneao naturaladveníaenla repre-sentacióndeunafuerzatelúricaenvolventey atractiva,lamodificadalo haciaen su correspondenciacon los planosde un incipiente escenariourbano. Laprimerade estaszonasfue predominantee invasivaen la conformaciónesté-ticadel criollismo.

La preocupaciónpor colocara la naturalezaamericanaen elcuerpocons-titutivo de la narración,vino a hacerseprácticamentesinónima del discursocnollista. Estanaturalezaamericana—identificablesobretodopor ese sentidode admiraciónconque el artistaplasmabaun material quehabíaque«deso-cultar» artísticamente—se poblabade un registroliterario que en cuantoa laestructuraciónde su fondo y forma narrativosprivilegiabael accesoa cos-

La expresiónamericanayotros ensayos.Montevideo.Arca Editorial. 1969,pág. 79. Lacursivaesnuestra.

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tumbres,leyendasfolklóricas, descripciónde localidadesrurales, marítimasjunto con otraszonastípicasregionales,personajesdel pueblo,escenascam-pesinas,rinconesgeográficosparticularesasí como las peculiaridadessintác-ticasy fonéticasdel hablapopular.Estaformadeexpresiónpresenteen el rela-to criollista no coincidía, sin embargo,con el propósito didáctico de loscuadrosde costumbreni con su tendenciaa retratarlo local como identidadsuigénerisen el despertarde unasociedadcambiante.Tampocose asociabaconla miradaamplia y dilatadaqueconsumíael procederdescriptivode un movi-mientoque pudiéramosllamar regionalismo,aun conscientesde lo polémicode la terminología.

El cuentocriollista seacercabamása un tipo de representaciónexpresio-nístaen cuantoa la intensidadde la captaciónde la naturaleza.Nunca sellegó, claro está,a un expresionismopuro en el que, por ejemplo, la fuerzafocal de loselementosdela naturalezaquedaradistorsionadao convertidaenla manchano figurativa del color auncuandoenlas estampasnarrativasdeun narradorde obracriollista, FedericoGana,tituladasprecisamente«Man-chasde color»,hayaun intentoparticularmentedestacadoy sumamentecre-ativo detal representación.El cuentocriollistaparticipódela estéticadelrea-lismo sin que tal adhesión le impidiera abrirse a la radialidad de loscomponentesartísticosque ofrecíael desarrollode la producciónmodernahispanoamericana,literaturaque se habíadesencadenadoen las dos últimasdécadasdel siglo diecinueveconel surgimientodel modernismo.De allí queambientesde naturalezamítica o fantásticacuya fuente era normalmentelaleyenda,podíanser utilizadostambiénen el relato criollista. Si aceptamosesteaspectode s~ncret1smoestetient2mpocOse veracomo-contradictorio-elhechode que un cuentocriollista —de baserealistaen vistasal objetivo depenetraren unazonaartísticamenteignorada,el retratode la vidade los pes-cadoresen un pueblo del litoral, por ejemplo- podía traspasarsede unadimensiónlírica.

La perspectivaqueobservaunaconvivencianaturaldel criollismo conlasformasartísticasde la modernidadliteraria respondeauna actualidadcríticadivergentede lasprimerasaproximacionesquetendíana verlocomoun movi-miento aisladoo como unatendenciageneracionaladscritaa unarepresenta-ción naturalista,y ademásen suvenerode tendenciaantimoderna.Los proce-sosresultantesdel despeguedel artemodernoen Hispanoaméricagerminaronen un medio completamentesincréticode productividadliteraria, de suertequeel criollismo comomodalidadestética,aunquecrítico del modernismo,compartíalacuriosidadde exploraciónde las variasmanifestacionescreativasque precipitabanel sucederde un siglo modernoy discordante,innovadorynostálgico;marcasquepermitían la coexistenciade posicionesestéticascon-tradictorias.

La actitudcríticadel criollismo haciael modernismoes unacuestiónquedebeser examinadacon cuidado. Cuandose hacia presente,la reprobacióngeneralmentese dirigía a la lecturacoevaldel discursomodernista,en espe-

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cial, aspectosdel modernismoqueaparecíancomo ajenosu opuestosal pro-gramaestéticoen cuestión.Por ejemplo, el escritorLuis Manuel UrbanejaAchelpohí (1873-1937),representanteimportante del criollismo venezolano,denostabaasí al modernismo:

«No contemospuescon apoyoen nuestratarea,ni auncon el delosque seocupande literatura: quea susojos,por la índolemismadenues-tra tendencia,hemosdeaparecerretrógrados,enestosdíasdeplenofana-tisnio por el ideal cosmopolita;pero no hay quedesesperanzarse:es élunafonnatransitoriaentrenosotros. . . los quehoy andanestropeandolaidea para dar a la forma redondecesmórbidas,fingido nervio a frasemuerta;y los otros, los quematanel verbo,el color, dandoa la carnelatriste transparenciade loscirios, imagendesusalmasanémicas;esosdes-coyuntadoresde cerebrosquesonla dolientecaricaturade un estadodedemenciade las almas,enno lejano tiempobuscaránnuestrafilas huyén-dolea la completaanulaciónde su obra»2•

Esta invectiva, sin embargo,se dirigía al conceptotipificado del moder-nismoquese manejaba;conceptocreadopor factoresquepodíanoscilardesdeunafalta deconocimientodirecto de la obramismao la escasadistanciatem-poral que precedíasu evaluaciónhastala simple corporeizaciónque habíanalcanzadolas formas lexicográficaspopularizadasdel modernismo.A la luzde los estudiosrevisionistasexistentessobrelos movimientosliterarios queconfluíanentre 1875 y 1930, es claro que asícomo el cosmopolitismodelmodernismofue másbien unaafirmacióndelo americano,el acentodel crio-llismo en lo autónomoy regionalno proclamabaunanegaciónde la universa-lizaciónde esaexpresiónnativa.

Porotra parte,la mismaobrade UrbanejaAchelpolhno escapabaa la con-fluencia de los movimientos artísticosque se vivían entonces,incluyendomomentosde una prosade cauceslíricos cuyafuentecomo se sabeproveníadel modernismo.La diversidadde fasesestéticasen el cultivo del cuentodelescritorvenezolanoseanotaenel siguientecomentario:

«Tal como señalaJoséFabbiani Ruiz, autorde las mejorespáginascríticassobrelos cuentosde UrbanejaAchelpolh, el conjunto de susnarracionescortasy de pequeñoscuadrosdescriptivoso de tono líricosigueunalíneadedesarrolloquevade inicialesminiaturasdegustodeca-dente, caracterizadapor impulsos formales y emocionalesde cortemodernista,a relatosde crecienteorientaciónrealista,dadosa la capta-ción esencialde ambientesrurales»t

2 Luis M. UrbanejaAchelpohí.El criollismo en Venezuelaen cuentosyprédicas.Tomo 1.Caracas.EditorialVenezuela.[1944-1945],pág. 3. El subrayadoesnuestro.

GustavoLuis Carrera,«Prólogo»en Selecciónde cuentosde Luis Manuel UrbanejaAchelpohl,Caracas,MonteAvila Editores, 1978, pág. 13.

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Hemosobservadoanteriormentecómo la percepciónexistentetiende afundir criollismo con naturalezaen unaunidad relacionanteapoyadapor launiversalidaddesurecepción.Percepciónvalederaaunqueno necesariamen-te crítica. La simbiosisde la actitud literaria criollista y del materialde estaestética(la naturaleza)debe serexaminadatambiéndesdeel procesode sugestación,frenteal cual sepuedeestablecerquemientasel criollismo esdis-cursoy tecnificación,esdecir, artificio; la naturalezaesproductividadpuraydescontrol,esdecir, creación.Recursoy fuenteson parámetrosque nos llevanahoraa reflexionarsobrela relaciónparadojaldc ambostérminosy la reexa-minaciónde la percepciónprevalente.Podemospartir de la presuposicióndequeen un cuentodeterminadoaquellosmaterialesdispuestosa serrepresenta-dosartísticamentetalescomoun bosque,unaselvao un parajecampestrevana sernarradosdesdeun estadode óptimarecepcióncreativa:un actode crea-ción enel cualel modocriollista podrádetectarel lujo de los sonidos,la varie-dad de las figuras, la intensidadde los colores, la geometríade las formas.Desdeesteángulo,se le haasignadoal escritorcriollista un estatutofundante.Podemosver, poitotra-parte;estosmismos-espaciosnaturale-seomouna-pro-ductividadcreativaper se cuyo retratono podríalograrsesino por medio deun artificio técnicorazonado,en cual casola disposicióncriollista vendríaasersólola mediadoradela representación.Una maneradedirigirsea estepers-pectivismola proporcionanlas ideasde LezamaLima contenidasen «Sumascríticasdel americano»,ensayoen el cual el escritorcubanosostieneque lafórmuladel arteeuropeodereducirel paisajeal hombreno resultabaen el casoamericanocuandolo quese tratabade reduciral hombreno erael paisajesinola naturaleza.La transiciónde la naturalezaal paisajesedabapor el artificiode la culturay de la representaciónartística.Afirma Lezama:

«Antetodo, el paisajenoslleva ala adquisicióndelpuntodemira,delcampoóptico y del contorno...El paisajeesunadelas formasdel domi-nio del hombre,comoun acueductoromano,unasentenciade Licurgo, oel triunfo apolíneode la flauta. Paisajees siemprediálogo,reduccióndela naturalezapuestaa laalturadel hombre.Cuandodecimosnaturalezaelpantarei engulleal hombrecomoun leviatánde lo extenso.El paisajeesla naturalezaamigadaconel hombre. . . esediálogo entreel espírituquerevelala naturalezay elhombre,es el paisaje»%

La representacióndeunanaturalezatotalizadorahabríarebasadoel campoestéticodel criollismo. Estemovimiento literariohacedesembocarla natura-leza en el hombre,modificadacomopaisaje.Retratoen el quelos elementosdela naturalezasurgenordenadamentecomo si el foco de la impresióncrio-¡lista estuvieramáspendientedel concierto del paisajey en armoníacon elrestode los elementosexpresionistasdel temponarrativo.Hay, sepodríadecir,

Op. ch,págs. 104-105.

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un afáncivilizador en la descripcióndela naturaleza,unaconversióna pintu-ra, a paisajedeleitadopor la cargade los recursosliterariosque lo sostienen.Los textos cuentisticosque citamos a continuación pertenecena MarianoLatorre,unodelosprincipalesrepresentantesdel criollismo enChile. Se apre-ciaráen esostextosel cultivo deunaprosade perfiles sumidosen un intentoperfeccionista,de facturasumamenteproporcionadaenlaquelanaturalezanoafectalatranquilidadde laescritura;porel contrario,hayun sentidodedomi-nio de laescriturapor el quelanaturalezaseadapta.

La composiciónpictóricaen la armoníadel color:

«De cuandoen cuandoespaciábanselos flancos de las cumbres,yentoncesel pasto,de un intensoverdor de terciopelo,queel viento riza-ba como una lagunaesmeralda,refulgía al sol con tonalidadesde oro,ribeteadasde sangreen las proximidadesdel arroyo» ~.

El dinamismode la transformación(nieve/agua)junto con la sinestésicacomunicacióndela fluidez y el sonido:

«En subase,y por encimadelasmasasde montespelados,blanqueala nieve inholladadeventisquerosy planchones.Sumismocorazónhela-do sedeshaceun pocomásabajoenmadejasespumosas,en blancosbra-zos de aguaque se escurrenpor los altibajosde los cerros,formandoregatosy torrentesy sejuntan enel fondode la hondonadaen un riachobullangueroqueabandonael cajón,saltandoen los peñascoso apozán-doseen los aguazales,enun loco deseode huir desu cunade nieve»6

La disposiciónintegral,cosmogónicade la naturaleza(pájaros/viento/fru-tos/vegetación):

«Y lospájarosdeprimavera,diucas,chincoles,tordosy zorzalesquesubendel valle a robustecersuspulmoneso a enrojecersusangre,cuan-do apuntanlas mil gramíneasde mallín y hojecenlos hualles,hinchadosde digliefies,y enredanel viento las reticuladasramasde loscoiglieso elpuñadode verdescascabelesde los hualoscordilleranos»~.

El trazadogeométricoy funcionalde loselementosnaturales:

«La lluvia eraun ángulode gotasgrisesqueel viento Norteempu-jaba hacia los cerrosinvisibles.A ratos se abríanlas cortinasmovedi-zasde la niebla,y entrelos desgarronesse perfilaban,casifundidosen

Mariano Latorre,«La epopeyade Moñi» enAlgunosdesusmejorescuentos,Santiago,Chile, EmpresaEditoraZig Zag, 1957, pág.23.

6 Op.cit., pág.22.MarianoLatorre,«El difunto queseveló dosveces»enVientodernallines, 2aed. Santia-

go, Chile, EmpresaEditoraZig Zag, 1944, pág. 36.

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la blancagarúa, desmochadosesqueletosde robles o negrostoconescarbonizados»~.

Los textos precedentesilustran ademássobrela cuestiónrelativaa proce-dimiento literario y propósitoartísticocon la queseenfrentaunaestéticadeter-minada.El criollismo hacíasuyoel proyectodenominadorde lo americanoodelos paísesamericanosquereflejabanesaesencia,y no hay dudade queestees el espacioque brotadel cuentocriollista: digíleñes,coigties y hualoscordi-lleranosno proveníande la tradicióneuropeasino de la observacióndirectadelsueloamericanoy quepodíallegar inclusoa identificarsecon la ideade nación(el criollismo argentino,el criollismo chileno, el criollismo venezolano,etc.).Frentea eseencuadreideológico del criollismo, seencontrabael problemadela tecnificaciónqueacarreadala visión de mundoy objetivosdel criollismo yesallí dondeéste,no resuelvela definición por lo autóctono.

En los pasajesde los cuentoscitados,el procedimientotécnicoy la con-vocaciónparticulardel lenguaje,a diferenciadel modernismo,no sealejadela convencionliteraria.Es d&cii§qñé Iáttéférénci&pó?lo autoctono,ésáliaiésídadde quela naturalezacriolla fuerapor fin piezafundamentaldel imagi-nario americanono se iba a corresponderexactamentecon el encuentroonecesidadde búsquedaoriginalesdel medio artístico. La incorporacióndellenguajepopularocurresólo en los diálogoscon lo cual disminuyenlas posi-bilidades de encuentrode un modo autóctonoa nivel narrativo. Ver esteaspectocomo inconsistenciaen la realizacióndel cuentocriollista no espar-ticularmenteproductivodesdenuestraactualidad,sobretodo cuandosabe-mos que su producción coexistiría con intensasfases de la sensibilidadmodernay que los procedimientosestilísticosde varios autorescriollistasdejaban,aun cuandodisparejamente,permearsepor el de estéticasabierta-mentealejadasdel criollismo.

La revisiónde esteaspectonos sirve si paraentenderlos puntosdedebi-lidad a los quese exponíaestaestéticay la génesisde un enjuiciamientocri-tico quese referíaa la actitudmásbien desapegadadel criollismo en el cono-cimientode lo americano.En estaperspectivacríticade apuntara los aspectosno logrados,el criollismo habríadescendidoa la basede lo americanode unmodo aséptico,distante,sin llegar a la penetracióníntima de la esenciaame-ricana.La retórica convencionaldel procedimientohabríareemplazadoeseintimismo dela visión tan necesarioparaalcanzarun conocimientoverdade-ramenteprofundo. Estoexplicaque en la décadade los cincuentael escritorchileno Manuel Rojassepreguntasesi eraacasola «intencióndidáctica»unestorboenel logro de la obradel escritorcriollista MarianoLatorre,agregan-do que «En buenascuentas,lo quecomo escritorpuedehaberloperjudicadoes, más que nada,el desconocimientosensiblede lo que queríamostrar y

Mariano Latorre,«On Dani y la yunta robada»en Viento de mal/mes,2> ed. Sanliago,Chile, EmpresaEditoraZig Zag, 1944, pág. 67.

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enseñar»~. Manuel Rojas,sin embargo,destacaríael «aportevalioso»de laobra de Latorre con lo cual quedabaen claro que esteexamende discerni-mientono estabaanimadopor la intenciónde destruir, rebajar,o desconocerlos méritosde la propuestacriollista.

Lo que estasy otras observacionesvalorativassobre este movimientotransmitíaneraunapreocupaciónpor el balanceentrela dirección o proyec-ción global del criollismo y el desenlacede su resultadoartístico.Es decirqueno se tratabade una inquietudreferida a la falta de observacióndel paisajeamericanosino al sentidode compromisodel artey gradode participacióndelescritor mismo en la incorporaciónartísticade esa realidad. Es necesariotomaren cuentatambiénquecuandosehabladelanaturalezao paisajecomoreferenteinmediatodel criollismo, el significadoes el de todoel universoquelo significa,es decir,no sólo geografíay vegetaciónsino sereshumanos,tipos,habla,costumbres,y verbalizaciónpsicológicade eseámbito, por lo cual elpaisajeurbanotambiénquedabapotencialmenteincluido en la ópticacriollis-ta.Así comoel modernismosufrió los embatesdel reduccionismo—la percep-ción de ser un movimiento <~escapista»,por citar unade tantasreducciones—,el criollismo pudo ser igual e injustamentecategorizadocomo una simplefotografíalocalista.Asimismo,la ideade quelos parámetrosde lo urbanoy lorural podríandecidir la instalaciónde la obradentrode unaestéticadetermi-nada, llevó equivocadamente,en un principio, a reclamarcomo criollistas,mundonovistas,o regionalistastextoscomo La vorágine(1924), Don Segun-do Sombra(1926),Doña Bárbara(1929) y otros,haciendocasoomisodelosplanosde modernidadde estasobras.Parecedifícil hoy entenderqueconside-racionesrelativasal predominio de un espacionarrativo determinadoo cual-quierotro aspectodel texto cuyarelevanciafuesesobredimensionada—la pre-senciade la naturalezao de la ciudad, por ejemplo- pudieranhabersemanejadocomo determinantesprincipalesde identificación estéticade unaobrapuestoquecualquierafueseel resultadodela categorización,erael movi-mientoartísticomismoel quesereducía.El registroimpresionistadeestetipodejuicios refleja sin dudael estadode la críticay el aparatoconceptualde sudiscurso(o la falta) en la fasehistóricaen quefuevigente,sirviéndonosdeotrapartecomopunto de partidaparauna visión que puedaofrecerJa diferenciadesdeun ángulointegral.

El transcursode un siglo —desdeque seprodujeranlas primerasmanifes-tacionesdel cuentocriollista afines del siglo diecinueve—ofrecela ventajadeubicaciónpanorámicarespectode su trayectoria.En el casode la literaturachilenatenemoshaciafines delos veinte la polémicaentrecriollistas e ima-ginistasque imprimiría aún más significación al rol artísticodel relato crio-llista. Veinte y cinco añosmástarde, tambiénen Chile, críticos y escritoresseaproximabanaestefenómenodeun modorevisionistaen tornoa lo quese

ManuelRojas,«AproximacionesaMarianoLatorre»enAlgunosde susmejorescuentosdeMarianoLatorre,Santiago,Chile,EmpresaEditoraZig Zag, 1957,pág. 18.

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denominaría«querelladel criollismo»,debateque parecíadefinir unatomade posición de partidariosy detractores.Comoprogramaestéticoel cuentocriollista captóla conformaciónde originalidadartísticaen la representaciónde un paisajedeexpresióndesbordante.Se accedíaasía unafuentede ima-ginacióny creatividadqueno habíasido exploradaenla literaturahispanoa-mericana.Al mismotiempo, los cuentistascriollistaspercibíanen estafuen-te una baserelacionantecomo rasgo caracterizadorde lo americano.Allíresidíael propósitoartísticodel espíritu criollista. Porotra parte,el encuen-tro de unaescriturapropiamentecriollista asícomola participacióndel crio-llismo en un medioestéticosincréticoson cuestionesa la luz de las cualesdebe visualizarseel problemade propuesta,realizacióny logro artísticosdelcuentocriollista.

II. Bases estéticas del cuento criollista: revisión de un concepto

La tentativade acercarseal campode componentesartísticosqueinvolu-cró la realizacióndel cuentocriollista nos llevanecesariamenteaunarevisiónde los planteamientoscríticos del movimiento literario que generóestapro-ducción.Un conocimientodel idearioestéticocriollistapodráarrojarluz sobrela cuestióndelgénerocuentísticocomoprácticaasícomounavisión másínti-ma sobrelos planosideológicosen los queéste seapoyaba.Nosabocaremosenesteapartado,por consiguiente,a unarevisióndel conceptocriollismo, acu-diendoparaello a unatrazadohistoriográficotanto de vertientesquese regis-trabancoevalnientede partede lospropiosautorescomode la evaluaciónquela crítica literaria inmediatamenteposteriorhicieraal respecto.

En su trabajo«Criollo: definicióny maticesde un concepto»,publicadoporprimeravez en 1951,JoséJuanArrom llegabaa unacaracterizacióndelalite-raturacriollista luegodehabertrazadolaevolucióndel términocriollo cuyauti-lizaciónprimeranos indicaArrom habríacorrespondidoa la del cronistaJuanLópezde Velascohacia los años1571-1574en México. Arrom demuestraloscambioshistóricosquefue experimentandoel conceptocriollo, recorridoenelquelos soportesculturalesmásvisiblesde estanociónreferíanalo americanoy a lo nacional.La afirmación de las nacionalidadesen el siglo diecinuevehabríadadolugar finalmentea la asociaciónde lo criollo con losaspectosmásautóctonosde unanación,frentea lo cuatseñaladaArrom: «De ahíquela lite-raturacriollista sea,en granparte,unaliteraturade carácterruralen laquepre-dominael paisajismoy la descripciónde ambientesy tiposlocales»lO

A fines del siglo diecinueve,el escritorvenezolanoLuis M. UrbanejaAchelpohíintentódestacarlas bondadesdela literaturacriollistadefiniendoel

JoséJuanArrom, «Criollo: definición y maticesde un concepto»en CertidumbredeAmérica. Estudiosde letras,folklore y cultura, La Habana,Anuario Bibliográfico Cubano,1959,pág. 25.

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conceptoa travésde la fuerteesenciaamericanistaque ésteconteníay con-frontándolo,pararesaltarestadimensiónamericana,con las tendenciascos-mopolitaso foráneasdel modernismo.La defensade unaliteraturade carácteramericanista,la exponeUrbanejaAchelpohíen los textos «Sobreliteraturanacional»y «Mássobreliteraturanacional»queescribióen 1895.En ellosvaa resaltarprimeramente,con la retóricade un manifiestoliterario, la defensaque él emprendede estearte«hoy como ayer venimosa abogarpor el arteesencialmenteamericano» paraencontrarluegoun canaldefinitivo dedirec-ción de lo americanistaen laconstrucciónde unaliteraturanacional:

«Nadamáshermosoque el objetodel americanismo:serla represen-tación sincerade nuestrosusos, costumbres,modos de pensary sentir,sujetosalmedioenquecrecemos,nosdesarrollamosy debemosfructifi-car...Enlapresentecuestiónliteraria,no sóloestáinteresadanuestradig-nidad, sino la fibra legal de laPatria; pues un puebloqueno poseelamaneragenuinade expresarsussentimientosno tienederechoalguno aaspirara un puestoen la armoníauniversal.Entre los varios mediosquecuentanlospueblosparael sostenimientode esafibra, es quizáselculti-yo de unaliteraturanacionalel de mayoresresultados...» 2

En el cuento«Florde las selvas»de 1898, en elmarcorománticodel rela-to de amortrágico, el escritorvenezolanoponeya en prácticaesa yetamio-llista a travésde la cual la expresiónnativadelo americanoseubicaen primerplano.Los atributosde laprotagonistaJuana-Vicentaseplasmanconunamar-cadaasimilacióntelúrica, como si tierra, naturalezay personajefueran unasola identidad: «La tierranegrada buengrano, y Juana-Vicenta,era prietayacaneladacomoun grano de mazorcacariaquita,hacendosacomola hormigay mástrajinadoraqueunaerica» I3~

En 1902 ErnestoQuesadapublicaEl criollismo en la literatura argenti-na, ensayopolémicocuyaperspectivaideológicacriticabala noción de quelo consideradopopularmentecomolo criollo pudierarepresentartípicamen-te lo nacional,cuestionándosepor tantola significaciónde originalidaddelaexpresióncriollista. El ensayistaargentinose referíaespecialmentea la lite-raturagauchesca,y sus ideasno se volcabantanto en cuestionesde estéticani en el debatedelcriollismo comoconceptoartísticodefondosinomásbienen unadiscusióndel habla, losdialectospopularesy la constitucióndel idio-ma nacional.Esteenfoqueen un aspectocircunscritodel criollismo y dirigi-do sólo hacia la expresiónde la literaturagauchesca,resultabaen unaeva-luaciónnegativa:«El criollismo literario es hoy, por eso,unafaz artificial de

‘1 Luis M. UrbanejaAchelpohí,«Sobreliteraturanacional»en El criollismo enVenezuela.En cuentosyprédicas,Tomo Primero,Caracas,Editorial Venezuela,1944,pág. 3.

12 Luis M. UrbanejaAchelpohí,«Mássobreliteraturanacional».Op. dl, págs.7, 10.> Luis M. UrbanejaAchelpohí,«Flor delas selvas»enSeleccióndecuentos,Comp. Gus-

tavo Luis Carrera,Caracas,MonteAvila, 1978, pág. 29.

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nuestrasletras: es un pálido reflejo de una sombra» 14 En la presenterevi-sióndel ideariocriollista, el ensayode Quesadaes mássignificativo comolafuentey contextode los comentariosque suscitaríay en los queparticiparí-an variosintelectualesde la época,incluyendoLa figura de Miguel deUna-muno,quienen cartafechadaen Salamanca,el 11 de enerode 1903 le dabaa conoceraAdolfo Casabalsuaficiónporel temadel criollismo: «Muy señormío: Haceunosdíasrecibí su tarjetaconel anunciode Estudiosy hoy reci-bo estos.El númeroqueme envíaes interesantísimoy unaexcelentepruebade lo que la revistadebeser. Trátaseen él un asuntoqueme interesay es eldel criollismo» ~. Luegoen unacartaabierta,en la que tieneen cuentaloscomentariosde Quesaday deescritorescomoFranciscoSoto y Calvo, Una-muflo se extiendesobrela cuestióndel idioma nacionalsosteniendoqueeraerróneover lacreaciónde nuevostérminosy el surgimientode dialectosojergascomo un peligro parala unidaddel idioma puestoquela diferenciayla variedaderanmodos de enriquecimientode la lengua, la cual siempreseguidafuncionandoen el contexto de una unidad prevalente:«Por fuertequepuedallegar a serla tendenciaa la diferenciación,la tendenciaa la inte-graciónserámayor» 16 Indirectamente,Unamunoreconocíaen el criollismoel ejerciciocreativodeun potencialdiferenciadory productivo.Estetexto deUnamunoasícomo los de los argentinosEduardoWilde, FranciscoSoto yCalvo,Miguél Cané,CarlosA. Estrada,y Alberto del Solarse recopilaronen1983 en el libro En torno al criollismo, a cargo de Alfredo Rubione. Lapublicación de los ensayosde ErnestoQuesadaEl problema del idiomanacional (1900) y El criollismo en la literatura argentinahabíansuscitadoestapolémica.

El debatede los añosveinteenChile entreimaginistasy criollistasforza-ría aMarianoLatorreaaceptarla realidaddel criollistnocomoexpresiónlite-ramade la cual habíaquehacersecargoy definirla. En un comienzo,le habíaparecidoal escritorchilenoquelacreacióndel términocriollista indicabasola-menteel simplismodeun discursocrítico pocorigurosocomoel delperiodis-mo paracalificar aobrasquecarecíandelo universaly de loselementosesen-cialesdel procesoimaginativo; de allí que Latorre sedirigieraprimeramenteal cuestionamientodel uso del término criollismo sin admitir su adhesiónaunaescuelao movimientoque comportaraestaestética.En su ensayoAuto-biografíadeuna vocaciónsepuedeverclaramentequeLatorreno veíasupro-pia obra comocriollista: «Y si algunosmerecenel calificativo de criollistasson los escritoresde costumbresqueno pintanpaisajes,sino quecomponencuadrosde género,con diálogospopularesy un telón de fondo, un árbol ad

‘ ErnestoQuesada.El criollisrno en la literatura argentina BuenosAires. Imprentay CosaEditoradeConi Hermanos.1902, pág. 101.

1~ «Sobreel criollisnio» enEn torno al criollis,no. ErnestoQuesada«El crioflisnio en laliteratura argentina»y otrostextos,Alfredo V. E. Rubione,comp.BuenosAires,CentroEditordeAméricaLatina, 1983,págs.277-278.

» Op.cit., pág. 280.

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hoc y un atardecerde final de acto» 17 Ser criollista podíaimplicar unaeti-quetade injusto descrédito.Paulatinamente,sin embargo,Latorre aceptalaexpresión«ya que desterrarel cómodotérmino es casi imposible»~ Despe-garsedel término criollista para la obraqueLatorre y otros autorescoevalescreabanno sólo era imposible sino queademásseutilizabacomoel puntodereferenciade una estéticahacia el cual los llamadosescritoresimaginistasreaccionaban.En su ensayoAlgunaspreguntasqueno mehan hechosobreelcriollismo, Latorreexpondríacríticamentela noción másconocidadel crio-llismo que habíasido difundida por el periodismo.Este lo habíaasociadoaunaespeciede costumbrismointeresadoespecialmenteen la descripcióndelpaisajerural. MarianoLatorrerechazaestacaracterizaciónreductivadel eno-llismo, indicandoque «los escritorescriollistassonlos intérpretesobjetivosopsicológicosde la vida chilenaenlos camposy en las ciudades»t9• Llega asía la propuestade unaestéticaabiertay ampliaenla cual cabetanto el paisajeurbanocomoJa incorporaciónde lo psicológicode la representación.El crio-llismo bien entendidodebía para Latorre «diferenciaral paisajey al hom-bre»20, con lo cual seentrabaverdaderamenteen el rincón de lo universal.

El libro El criollismo publicadoen 1956 incluye tresensayosde revisiónsobreel temaquenosocupa:«Lahistoriadel criollismo»deRicardoLatcham,«Aspectosdel criollismoen América»de ErnestoMontenegro;y «Entomo alcnollismo»de ManuelVega.El ensayode Latchamclarifica dos aspectosquele parecíanfundamentalesal crítico chileno.Primero,la necesidadde estable-cer la existenciade una literaturacriollistaproducidaen el siglo diecinuevequedebesepararsede las expresionescriollistasgenuinasquecomenzaronamanifestarsea principios del siglo veinte.En las expresionescriollistas delsiglo diecinuevehabríaprevalecidoel paisajecampesinoenla perspectivadeunavisión costumbristao localistamientrasque en el criollismo ya definidocomo expresiónestéticahabíaunaconscientepreocupaciónartísticapor laplasmacióndelo autóctonoconutilización de técnicasrealistasy naturalistas.Lo autóctono,por cierto, trascendíala limitación de referirseexclusivamentea lo rural. Segundo,el criollismogenuinosehabríamanifestadoenChileatra-vés de dos movimientos: la generaciónde 1900 a la cual Latchamadscribeentre otros a los escritoresBaldomeroLillo, FedericoGana,Diego DubléUrrutia, y ManuelMagallanesMoure; la generaciónde 1910en la queinclu-ye a autorescomo EduardoBarrios,PedroPrado,Mariano Latorrey Fernan-do Santiván.Latchamreconoceen elnaturalismoy enel realismodos fuentesestéticasqueinicialmentesirvieronde apoyoa la constitucióndel criollismo,el cual llegó a configurarsu propiaexpresiónen la integracióndeestasfuen-

‘~ Mariano Latorre.Autobiografía de una vocación.Algunaspreguntasque no me hanhechosobreel criollisrno. Santiago.Chile. EdicionesdelosAnalesdela UniversidaddeChile.s.L [1955], pág. 39.

18 Op cit., pág. 84.~ Op cit., pág. 84.

2<> Op cit.. pág. 81.

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tes con formaspeculiaresoriginadasdesdeel propio medio artístico.El trata-miento original de lo autóctonoqueemprendióel criollismo contribuyóconun conocimientoúnico cuyasignificaciónen la literaturachilenaes claraparaLatcham:

~<Elcriollismo descubrióun mundointocadopor losescritoreschile-nos del siglo XIX: el paisajerural quepintó admirablementeel PadreAlonso de Ovalle en su Histórica relación del reino de Chile. Tambiénensanchó,y estoa menudose olvida, el campode la visión dela novelade ciudad,haciéndolamásrecia,auténticay humana...» 2

En lo querespectaal aporteestéticoy estilístico del criollismo, Latchamilustra con unamultiplicidad de ampliacionesartísticasy de repercusióncul-tural operadaspor estaexpresiónliteraria:

«El criollismodejó otro impactoen lamentalidadnacional:el escri-tor ensanchósus registrosexpresivos,enriquecióel lenguaje,diversificólosasuntos,emblematizóa surazaentipospopularescomohuasos,ame-ros,campesinosde la gleba,astutosbandidos,contrabandistas,marinerosdel litoral, individuos trashumantes,rotos de la ciudad,inquilinos sumi-sosy fatalistas,minerosde Lota, de El Teniente,calicheroso peonesdela pampa.gentesvenidasamenosde la capital, pintadaspor Maluenda,calaverasy bohemios,pintores y artistas, evocadospor Santiván yBarrios.Tambiénseperfilaronotrosproblemas:laansiedaddel sexoy laslimitacionesdel ambiente...»22

La valoraciónpositivade Latchameramesuradapuestambiénadvertiríasobreel «excesodocumental»del criollismo y el hecho que un movimientoliterario puro, sin la coexistenciacon otras formas artísticaso el trasvasa-mientodeestilos,difícilmentesobreviviríala tendenciasincréticade la expre-sión americana.

En el segundoensayodel libro El criollismo se discuteesteconceptolite-rano de un modo genérico,refiriéndosea su aplicación hispanoamerteana.Desdelapartidaestaexpresiónes vistacomo«un conceptohistórico,un fenó-meno social y una modalidadliteraria» 23 cuyo despertarse vincula a unareaccióna los modosculturalesque traían las corrientesde inmigración.Eldesenlacedel criollismo se refiere al encuentrodelo americano,perodescar-tandoel intentodeconvertirestaexpresiónen un movimientoliterario nacio-nalista, léase,chovinista: «Por mi parte,concibo la literaturacriolla comobrotenaturaldel sueloen queseha nacido, y tambiéncomo punto de arran-

21 RicardoLatcham,«La historia del criollismo» en El criollismo, Santiago,Chile,Edito-rial Universitaria, 1956, pág. 26.

22 ~p, cii., pág. 30.~ ErnestoMontenegro,«Aspectosdelcriollismo enAmérica»enEl criollismo, Santiago,

Chile, Editorial Universitaria,1956, pág.57.

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que de un artenacional,aunqueno necesariamentenacionalista»24, De aquíque el acercamientode Montenegroal criollismo fuerahechocomo el de unconceptoamplio que podía manifestarsea travésde varias vertientes.EstaposicióndeMontegroexplicaasimismoel hechodequeno le parecieraapro-piado el uso del término criollista como clasificaciónuniforme. Es decirqueescritorescomoelchilenoPedroPadro,el uruguayoCarlosReyles,y elvene-zolanoManuelDiaz Rodríguezno podíandenominarsecriollistasa secasensu parecerEn la obra de estosescritoresse habríanplasmadoelementosytemáticascriollistasdentrode otrasestéticasglobalesdetendenciacosmopo-lita y deresoluciónimaginista.Montenegroejemplifica si con obrasparadig-máticasdel criollismo como en el casodeMartín Fierro de JoséHernández,perole pareceproblemáticala ideade ver en el criollismo unaescuelayaqueello implicabaun modo limitado de aproximarsea la obraliteraria. El eno-llismo utilizó lo documental, trascendiendoluego a otras dimensionesdeacuerdocon la peculiaridadcultural del país. En estesentido,sepuedeindi-carqueMontenegroveíaenel criollismo unadisposiciónmásintegraly com-prensivade realización:

«Ensusentidomásabarcador,elcriollismo lo comprendetodo,desdela invitación de Emersona estableceruna forma de culto religioso indi-vidual en consonanciaconel hombrenuevode América,queha deado-rar a Diosasu modo,hastael criollismoradicaldeThoreau,que sedecla-raporla entregatotaldel cuerpoalosdictadosdela naturalezaamericanay la del espíritu a los genios tutelaresde la humanidad.Cadapuebloañadeasísupropio conceptode locriollo y sumaneradeexpresarlo»25

Comosedejaver en lacitaprecedente,paraMontenegro,el radiode accióndel criollismoeraamplioy su definiciónno quedabasujetaalmodo asumidoporun paísdeterminado.La captacióndelo esencialamericanoseenriquecíaen esaacciónplural y diversaen la cual se puedeapreciarla conexiónfilosófica de lapropuestacriollista. El último ensayodeManuelVegaconfrontael hechode quela literaturaclásicaenfocabaalhombrecomoabstracciónsin el contextode sumediomientrasquela literaturacontemporáneaenlaqueparticipael criollismole davalor literario al entorno,siendoen estainstanciadondeel paisajeadquie-re unarelevanciafundamental:«El paisajetendría,pues,un alma,y seríaestacompleja»26, Vega se refiere luego al criollismoen Chile deteniéndoseprinci-palmenteen MarianoLatorre, figura quele parecefundamentalen lacreaciónde unaobra plenamentecriollista devenerorealistay por la cual el «alma»delpaisaje,esdecir, la relacióndialogadade hombrey naturalezaes capazdemos-trar el carácteresencialde un pueblo determinado.Mariano Latorre animaría

24 Op. cii., pág. 63.25 Op. cii., pág. 75.26 Manuel Vega, «Entomo al criollismo» enElcriollismo, Santiago,Chile,Editorial Uni-

versitaria,1956,pág. 110.

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ademásnosdice Vega la querellade los añosveinteentre la tendenciacriollistae imaginista, esta última representadapor SalvadorReyes.Finalmente,Vegavisualizala importanciadel criollismo en cuantoal legadode su tradición:

~<Enestagran polémica,provechosaparanuestracultura, quese halevantadoapropósitode laliteraturadenominadacriollista,puedellegar-se a lasiguienteconclusión:ladescripción,detalladao no,del granesce-nario, físicoo natural,en que se desenvuelvenuestranacionalidad,tieney tendrácadavez mayor importancia,en el futuro, parael conocimientoy laapreciaciónpsicológicaehistóricade los elementoshumanosqueendichoescenariosemueven,de acuerdocon esasimbiosisqueseproduceentreel hombrey la tierra,segúnPaul Valéry» 27,

ParaVega,las obrasde facturacriollistavendríanasíarevelarseaunmássig-nificativamenteen el espectrode todaunatrayectorialiteraria.La distanciahis-tóricaeralaqueiba apermitir observarla riquezadesu aporte:un conocimientodirectodel «alma»o esenciade lo americanoqueel criollismo logró caracterizar.

III. MarianoLatorrey el cuentocriollista

La obra cuentisticade Mariano Latorre (1886-1955)es particularmenterepresentativaen el estudiode las vertientesdel cuentocriollista chileno. Dehecho,la presenciade laobrade Latorreen las letraschilenasmarcóla iden-tificación del criollismo comoescuela;HomeroCastillo llamó al escritorchi-leno «el padredel criollismo». Comofigura epónima,Latorreno pudo apar-tarse de la polémica suscitadapor este movimiento literario, participandoactivamenteensu discusión.Noshemosreferidoanteriormenteen estetraba-jo al texto queregistralaposicióntéoricade Latorre,«Algunaspreguntasqueno me hanhechosobreel criollismo» (Conferencialeídaen 1954 y publicadaen 1955). De modo tangencialtocótambiénel temadel criollismo en «Auto-biografía de una vocación» (Discursoleído en 1953 y publicadoen 1955),texto en el cualreflexionasobreel deseo«místico»de penetraríntimamenteen el paisajedesupaísy la misiónde darlo a conocer:

«Y al observaresta disparidadentre una enseñanzasin saviay unpuebloqueera superioraella,se despertóen mí un afáncasi místico deviajarpor todoslosrinconesdemi tierra, conocerpaisajesy hombrespormis propiosojos y no a travésde libros o referenciasy, por último, ver-terlo ennovelas,cuentoso ensayosy darloaconoceralospropioschile-nosy a losestudiantes»28,

27 Op. cii., pág. 125.28 Mariano Latorre. Autobiografíade una vocación.Algunaspreguntasque no me han

hechosobreel criollismo. Santiago.Chile. Edicionesdelos Analesdela UniversidaddeChile.[1955],pág. 50.

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Propósitoque MarianoLatorrecumplió acabalidaden novelascomoZur-zulita (1920),On Fanta (1935), Ully (1954)asícomo ensuslibros decuentosentrelos que destacanCuentosdel Maule (1912), Cunade cóndores(1918>,Chilenosde/mar(1929),Hombresy zorros(1937),Viento demal/mes(1944),La isla de los pájaros (1955), y la selecciónAlgunosde susmejorescuentos(1957).El criollismoen laprácticaescrituraldeLatorrefue másalláde la ideade reflejo de costumbresdeunalocalidaddeterminada.En el casodel escritorchilenohaymásbien un viaje en el almade la naturaleza,la cual convertidaen paisajeartísticoplasmala psicologíade comunidadese individuos.Latorreno separóla naturalezade laexperienciahumana.Entróen ambasa travésdeun conceptoartísticodeformulaciónuniversaly no deunaescuelaliteraria locual le dio un carácterplural a su obra.La sumadarevisióndelos cuentosquehacemosacontinuaciónmuestraquelaplásticanarrativade Latorrerecibíaelimpactode estéticasconfluyentes,llegandoa unaejecuciónmultivoca de supropuesta.Se haceevidenteen suobracuentísticaunaricavariedaddeplanos,aspectoretratadoen suspropiaspalabras:«Pluralidadderinconesy pluralidaddealmasen cadarincón»29

En el cuento«La miel del rico», incluido en Algunosde susmejorescuen-tos (1957), dosniñoscompiten por la posesiónde unacolmenasilvestrequeseencuentraen un pellín, árboltípico del paisajesureñode Chile. El árbol esderribadoporelhachadel niñocuyafuerzasemejaladelanaturaleza,el indioHuira: «El astil lustrosodel hachay su espejeanteuñade aceroprolonganelmusculosobrazodel mapuche»30• La enemistadinicial de ambosniños—Chiloy el indio ¡-luira— cedeal objetivocomún de disfrutarde la miel del panal, yentrela fuerzadel muchachoqueconquistael árbol y la astuciadel otro quiensabequeel humosirve paraalejar a las abejaslogran accederal fondo deundescubrimientopresentadocomoladeliciade un pequeñotesoroenel cuento.La tensiónnarrativaes tenueaunquehábilmentesostenidapor el sentidodepasión,misterio y aventuracon el que los niños se entreganal propósitodeconquistade la naturaleza.Como trasfondode la aventuraadolescentepre-senciala pinturade un paisajeinconfundible.La invocaciónintermitentedeexpresionesde la vegetacióny ornitologíadel surde Chile talescomomaquis,pellines,diucas,chucaos,tiuquesdejapercibir el subtextode unaenergíasinla cual se anularíael conflicto de los protagonistas.Estos,a suvez, sonfuer-zasdel medio susceptiblesde responderinstintivamenteal sucederde la natu-raleza: «Su cuerpoelásticose recoge,de pronto, sobresí mismo» ~ o demimetizarsecon ella: «[Chilo] Estásobreun troncosecoy suspardosharaposse confundencasicon la maderaamorenadapor el sol» 32•

29 Mariano Latorre. Chile paísde rincones. 6a ed. Santiago.Chile. EmpresaEditoraZig-Zag. 1969,pág. 6.

>~ Mariano Latorre.Algunosdesusmejorescuentos.Santiago,Chile.EmpresaEditoraZig-Zag,1957, pág.41.

>1 Op.cii., pág. 41.>2 Op. cii., pág. 40.

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La caracterizacióndelos niñosacentúalo primitivo, atribuyendosu triun-fo final sobrela naturalezaa la simbiosisde la constituciónrecia del indioHuira y de la sagacidadespontáneade Chilo en respuestaa la conformacióndeplenitudy vitalidaddelpaisaje.Hay, también,notasderealismoen elcuen-to, por ejemplo,en el intercambiode reprensionesentrelosniños,particular-menteel deChilohaciael indio Huira,el cual en unainstanciallega aserofen-sivo: «Indio guatatregua,gúeñi lairón, carae costra e maqui» ‘~. Predomina,sin embargo,el tonode exaltaciónpoéticadel paisajecon el cual seha inau-guradoel cuento:

«Albafrescaentrelos altosrobles. Chillar dediucasenlos arrayanesy maquis.Chillar interminable,cadavez másnutrido, máspenetrante,amedidaquela claridadse va tiñendodeoro. Balarde ovejasen el corral,a espaldasdel rancho»3’~.

La escrituratoma haciala naturalezaconun éxtasismísticodesdeel cualel color y el sonido fluyen armoniosamente,trayendoconsigo una esenciaintegradora:

«La luz doraya lascimasverde-clarasy el albase disuelveenel cho-rro líquido del sol. Oyeseel arrullo de las torcazasy madrugadorasy enel seno del bosquedenlos chucaosy gargarizanlas gallaretascon elaguafangosadel estero»35.

La actitudpoéticade lanarracióninfundevidaal paisajee inflamael espí-ritu depasióny luchadelos personajes,lo cual vaacrearcorrespondenciasdediversoorden.La másvisualocurreluegoqueuno de losniñosobtienefinal-menteel trofeo de la miel; an-iesgadaempresaalcanzadaa travésde arduoesfuerzo.En estepunto,el sol sedetienecon el efectode unacontemplaciónen la que se retrata nuevamenteel sentidode unidad de la naturaleza.Asícomo en la escenade aperturadel cuento, la narraciónvuelve a mostrarsegozosa,iluminandotodoslos ángulosde la descripción:

«Metela manoen el agujeroy saca,hundiendosusdedosen la ceradócil, unapaletaresplandecientededoradamiel. El sol se detieneun ins-tanteen esteprodigiode la selva,hechode saviade la tierray desu pro-p~aluz» ~

Por otra parte,la muertede las abejasda lugaral deleitede los niños.«No hablanel indio y el niño. Bajo el aleteardelas abejasmoribundas,tragan

3 Op. cii., pág. 42.~» Op. ch.,pág. 38.‘~ Op.ch.,pág. 39.‘~ Op. cit., págs.44-45.

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la miel del panalhastaadormecerseen el pasto, como bestiasahítas» ~‘.

Correspondenciadecontrariosexceptoqueenla representaciónde rasgoscer-canosal panteísmoqueLatorreplasmade lanaturalezatal contraposiciónesaparente.Su discursose relacionade un modo feliz conlos elementosorgáni-cosdel universocomosi se trataradeun ordeninquebrantablequesólo recla-mala admiraciónde subellezay la magnituddesu existencia.Así, en la ima-gencitada,muertey provisióndealimentoson instanciasintegralesdel ciclonaturalpor lo cualno haynocióndeculpabilidaden estaescenasino el trans-cursode unatemporalidadindiferentequesólo cumplecon la llamativaexpre-sión de la naturaleza:«Y las horasresbalanporsucaraspringosasy susvien-treshinchados,lentas,imperturbables,luminosas»3~.

En el cuento«Y un filón de rojo rauli», tambiénincluido en la colecciónAlgunosde susmejorescuentos(1957), seadviertepreferenciapor lautiliza-ción de unaestéticarealistaenvistasalaperspectivasocialquerevisteel temade la explotaciónmadereraen la selvadel surchileno. Se parteenestecuen-to asícomoen «La miel del rico», conun conflicto de enfrentamientode dospersonajes(y el grupoe interesesquecadaunorepresenta)por laposesióndeun productodeJa naturaleza,peroa diferenciadel cuentoanteriorel objetodeladisputano puedesercompartido.Setratadel mundoadultoy del usufructomonetariode lanaturalezapor lo cual unodeellosdebenecesariamenteimpo-nersey vencerJuanAzócarcontratistade un aserraderoen Huiscapi,regióndel surde Chile pobladade árbolesde valiosamadera,dirige el trabajodelosobrerosque talan el raulí y preparanen el aserraderola preciosamaderadeesteárbol parasu entregaa la firma «Buquesy Maderas».Azócares notifica-do del hechoqueJoséHenríqueztambiéncreetenerderechoa la explotacióndel raulí pueslamayor producciónde éstese encuentraen terrenosfiscalesyde que haenviadoa sus hombrescon los mediosparainstalarseenestazonay comenzarla explotaciónmaderera.El escenariodel enfrentamientoes pre-paradoasícon la inevitabilidaddeun desenlacetrágico.Azócarorganizaasusobreros,impide el avancedel transporteque intentanlos hombresde Henrí-quez,y hiere mortalmentea JoséMaría Mera, el matóna cargodel grupoenviadopor Henríquez.

La filiación realistadel cuentorespondetambiénal hechode quela natu-ralezase ve aquí robaday abusada.No hay un desafíoentreel hombrey elambientequepermitala continuidaddel ciclo natural.La naturalezaes despo-bladairracionalmentesóloen vistasala ganancia.Seha rotoel vínculo armo-niosocon la naturalezalo cual explica los atributoshumanizadoresdel raulí,dueñode un «rojo corazón»,de «aromosacarne», y de una«frente verdeclara».Ni Azócar,ni Henríquez,ni Mera son presentadosde un modo positi-vo. El afectose trasladamásbien a las figuras de los niños que que debensobrevivirenestemedioy de losobrerosdel aserraderoquefrentea la deses-

~ Op. cit., pág.45.>< Op. cit., pág. 45.

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peranzade susituaciónno tienenmásalternativaqueexponersea la explota-ción de sutrabajo:

«Porel momentoconfiabancomoniñosinexpertosenAzócar,y harí-anlo queél les ordenase.No porafecto,sinoporqueel azarlospusobajosututela y de él recibíanel pobrejornal, suficientepara lo que ellos lla-mabansus vicios: tabaco,azúcary yerba. Y los que Mera coníratóenLoncocheno sediferenciabandeéstos.No habíaentreellosningunasoli-daridadde clase,tan doblegadosestaban.Eran instrumentosdelos capi-talistasy explotadoresde las tierrasen formación»39.

Lafigura femeninadel relato,Brígida,no corremejor suertequelade losobreros.Su padreAnacletoMuñoz y ex propietariodela haciendase havistoforzadoa dejarlaallí comootro biendeconsumo.Su existenciatranscurreenun un estadode resignacióna su destinode habersido «heredada»al nuevocontratistadelaserradero,JuanAzócar.La crudezade esteescenarioen el quelos personajesmarginalesno puedenabandonaruna situación que se repitecontinuamentecoadyuvaen el gráfico realismode la narraciónconunanotade acentonaturalista:

«El antiguo colono,aquiense le compraronlasmejorasde la hijue-la, dejó la hija con la ranchay los descampados,y la Brígida, sin protes-tas,pasóa serla queridadel contratista.Derechode pernadaquepagóelpobreAnacletoMuñoz a los explotadoresde la selva»~

El paisajeno desapareceen estecuento, pero su presenciaadquiereuntonomáscontroladoaunqueel flujo poéticode su tratamientoesconsistenteconel estilode Latorreen suobranarrativa:

«A las diez de la mañana,los ruidososchaparronesse cuajaronennieblas silenciosas,Acudíanapresuradasy en ciegaavalanchadesdeellago,donnidoen el fondo del valle. Atraíalasel volcán comoa gigantes-casmariposasde blancasalas.Desgarrábanseenel mudo clamorde lospalosquemados,les envolvíanen suselásticoscendalesy penetrabanenalocadogalopeal senoobscurode la selvavirgen» ~

La metáforade «Y un filón derojo raulí» se construyeenla heridarojadel árbol cuya sangrederramadaanunciala de los hombresquedestruyenlanaturalezapor lucro y sin miramientospor el hábitatdel que ellos son tam-biénparte.El realismodel cuentodescribeel hechode la explotaciónmade-rera, lade los obrerosy lacomplacenciainstitucionalantetal situación.Esta

~ Op. cii., pág. 60.

~ Op. cii., pág.M.

~ Op. ch.,pág.62.

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perspectivase distanciasi de la retórica de la literatura de protestasocial(injusticia, clasessociales,capitalismo).El énfasisnarrativoestámásbien enla heridaprofundadelanaturaleza,en el apartamientode su energíaen laqueha caídoel hombre.La escenaen la cual «lascortezasrezumantesde savia»de los raulíescortados,dejanver «los dientesvoracesde la sierra»convocauna imagenfocal del cuento: la de unanaturalezahumanizadacon el rostrodel dolor y la impotenciafrenteal de un instrumentodestructivooperadoporel hombre.

De la colecciónViento de mallines (1944) destacan«El aspado»y elcuentoque dael titulo a la colección.En «Vientode mallines»,el narradorregresadespuésde veinticinco añosde ausenciaal lugar en el quetranscu-rió su adolescencia,un pueblodel sur de Chile cercanoa la cordillera.Lavueltaseproponecomounarecuperacióndel tiempoy del espacioquerápi-damentese tornaevasiva.Laspersonasya no estány el recorridono trans-mite necesariamentela emociónde la experienciaprimera.Mientrasmayores el intentode aprehensióndel pasadomás profundadevienela dimensiónde la nostalgia.El tempode la rememoraciónimponeuna modificacióndela tecnificaciónnarrativaa travésde la cual se ausentala nociónde orien-taciónanecdótica.Tampocohay la búsquedade una resoluciónclimática.El yo que regresaadviertecambiosy ausenciasen medio de la débil espe-ranzade algunapermanencia,la cual pareceprovenir del lenguajede lanaturaleza:

«Y el puelcheparecíahablar Algo decíade rodadosy de nieves,deríos y de ganados.La inmensacordillera respirabaasí, aliviadadel sol,arrebozándose,al llegar la noche,en su obscuroponchosalpicadodeestrellas»42

La recuperacióndel pasadoes conectadaasía unapoéticaconcentraciónconun paisajecapazde comunicar.La naturalezase personificaestavezen suactitudcomprensivay solidariahaciael sentidodepérdida.

El cuento«El aspado»disponede un tratamientomodernode la tensiónnarrativa.JuanPedreros,un bandidoquehuyede la justicia, se ha internadoen la selvabuscandorefugiode susperseguidores.Suescondrijono lo prote-ge sin embargode los disparosde los soldados.Una balase le ha alojado enel pulmón.El relato se inicia con la escenade la huidaatravésdeunatécnicade indeterminaciónnarrativa.Salvo el término «salteador»no hayinicialmen-te antecedentessobrela identidaddel protagonistani la razónde serpersegui-do. La balaquelo hierees el resultadode disparosal azardelos soldados,locual inducedesdeya la dudadel protagonistasobrela posibilidadde castigodivino:

42 MarianoLatorre.Vientode mallines,2.a cd. Santiago.Chile. EmpresaEditoraZig-Zag.1947, pág. 26.

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«Labaladeplomo queel azardirigió hastasu esconditeeraun avisodelcielo ¿cómopudo llegar hastala patagua,escondidaen la selva,sinqueel cívico supieseadóndeapuntaba?»‘~3

En el transcursode la narracióna travésderápidasreferenciasdisemina-dasa lo largodel cuentoo deinstanciasdel delirio del personajeheridose sabede su destinodesamparado,marginaly degradado.Abandonadopor su madre,suandarpor el mundoseaferraa un sentidode sobrevivenciaprimitivo en elque su conexiónsocial más identificablees un escapulariode la Virgen quellevaal cuello: «Otrasveces,se ve niño: recuerdael ranchodondefue recogi-do, el cajoncitodel perro enquese crió hastaquelos dos no cupierony tuvoque abandonárseloal animal»~. Pedreros—a quien la gentelo conocepor suapodo«el Picoteado»por las marcasque unaenfermedadle dejóen la cara—procuraayudade unaconocidasuya,unaviejacurandera,sinresultadosposi-tivos.La heridaempeora,la fiebre sube.Desesperadoperoaúncon fe en quela heridadelcastigoquelacerasucuerpopuedeserredimidaenlapenitencia,decidellevar la cruz en una procesióndel pueblo. El vía crucis, pobladodeimágenesde desolación,señalael episodiotensivomáselaboradodel cuento:«El Picoteadolevantó la pesadacruz, cuyas, aspasparecierondos brazosgigantescosque implorasenauxilio» ~ En este punto los tres momentosestructuralesdel cuentoparecenfundirseen unasola imagen.La heridaacae-cidaazarosamente,el intento desanarsejunto consusrecuerdosy visiones,yla caminatacon la cruz. Al mismotiempo quePedreroimaginasu recupera-ción, sucuerpodesfallecey la procesiónescenificalos pasosde la tragedia.Elretratotensivoimpactapor su carácterde pintura expresionistaen la que laimaginaciónde Pedreroquedaaferradaal sentidode esperanza.Estocreaunaresistenciainterna —y de allí el logro modernode la tensióncuentistica—aldesenlaceominosode unarealidadcadavezmás precaria.

Otra yeta cuentísticaexploradapor Mariano Latorre es la relacionadaaleyendasquecolocana la narraciónen las puertasde lo fantástico,lo cual seda principalmenteen su relatosde escenariomarítimo.El cuento«El pontónNY 5>~, incluido en Chilenosdel mary otroscuentos(1945), ilustra sobreestadirecciónde la obra cuentisticade Latorre. El texto relata la historia de unbuqueinglésprácticamentedestruidopor un incendioqueha sido encontradoen Tierradel Fuego.Luego de serremolcadoa PuntaArenases dotadodelomínimo paraservir depontón,servicioqueprestapor treinta años.Cuandosedescubrequeunade susbodegassefiltra y no sepuederepararsedecidereti-rarlode servicio,destruyéndoleel fondoparautilizarlo comobaliza.En mediode los preparativosse desataunatormentay el buquelogra «huir» de sudes-tino con cincomarinerosque hanquedadoatrapadosen su interior. Se inicia

Op. cii., pág. ¡68.~ Op. cii., pág. 177.~‘ Op. cit., pág. 184,

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la búsqueday se le encuentraeventualmenteen el mismo lugar en que seincendiara;losmarineroshan resultadoilesosy son rescatados.Los términosartísticos de estahistoria remiten a la baselegendaria-fantásticade que elbuquecomoelementoqueha llegadoaserunapartevivadelanaturalezaoce-ánicaestádotadodeun almaquese rebelaa sudenigraciónhaciael final desuexistencia:

«Comonunca,tuve la sensaciónde estaalmaobscuraqueel mar yloshombrescomunicana los navíos,almasilenciosay torpequesólosemanifiestaenlos grandesinstantes,ya enemigay terriblecomosumisaygenerosaanteel destino.En la masanegrade esecascoaproadoal sur yfustigadoporlas roíascadenasqueél mismorompióhabíaun pundonorobscuro,igual al quepalpitabajo el jerseysucio de todos los marinerosdel mundo»46

La transmisiónde vasocomunicanteentrela leyenday lo fantásticoesabordadade una maneramásdecididay desafiantedesdeel punto de vistanarrativo en el cuento«Miñimiñí llegó alCaleuche»,incluido en la colecciónLa isla de lospájaros(1955). La historia es narradapor un maestrodeescue-la, naturalde Chiloé, quienadviertea un supuestointerlocutorqueescuchaelrelatosobrelos límitesborrososentreficción y realidadqueinvadelaconcien-cia colectivadel habitantede su comunidad:«Ustedno ignora, señor,que elchilote vive entrela realidady el mito, pero no olvida cuandoes realidadycuandoesficción, aunque,aveces,las confunda»‘Q Esterelatorjuegaademáscon las nocionesde realidade irrealidady la de su plasmaciónartísticaen unafándeliberadodeprovocarconfusióncuandosetratadedeslindarun planodelotro. Su preguntaretórica«Lo irreal contadocomoverdades lo mismoque sihubierasucedidoalgunavez ¿No cree usted?»48 le permiteanticipar un espa-cio narrativode especialescontornosy enel cual secreael discursonecesarioparaviajar librementeentreleyendasy zonasdelo fantástico.El relatorecuen-ta la historia de dos hermanosy la visita que uno de ellos hace a un barcoencantadoen el cual encuentraal padre,el capitánSoren,cuyocuerpoahoga-do en el mar luegode un naufragionuncafue recuperado.La historiatieneporfuentela leyendadel Caleuche,un barcofantasmagóricoy «mítico» tripuladopor navegantesmuertosen naufragios.Los dos hermanosy su perroviajandesdesucasaa la escuelaen un bote constraidopor supadre y la ayudadeellos. Duranteel viajeel paisajecomienzaadifuminarse:«Inesperadamente,lamasadenieblapatinasobreel agua.En pocossegundoshaborradolos contor-nosde las islasy hastael mar mismo»‘t~~ Estepaisajesin visibilidad permiteel

~ MarianoLatorre.Chilenosdel maryotroscuenios.33 ed.Santiago.Chile.EmpresaEdi-toraZig-Zag. 1954,págs.148-149.

‘~‘ MarianoLatorre.La isla de lospájaras.2.~ cd. Santiago.Chile.Nascimento.1959,pág.63.~< Op. cii., pág.64.~ Op. cii., pág. 74.

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ingresodel boteenunazonairreal,vía por la cualunodeloshermanosseapro-xima al conocimientodel Caleuche:«Y lo deslumbró,súbitamente,un enormebuquefondeadoal abrigo de un ceno,cuyo cascoera transparentecomo uncristal o comoel hielo reciéncuajadodelas cordilleras»5t>~ El ambientemági-cocobraplenitudenla descripciónde unespacioencantatorio:un barcodecris-tal, iluminado, con orquesta,celebracióny tripulantesaladoscuyo medio decomunicación«eraunamezclade grito depájaro,de bramidode lobo, del silbodeculebray risade chucao»SI El botees finalmentedevueltoa laplayadesdeel marabiertodondesehaproducidoel encuentromágicocon la ayudade del-fines y la intervenciónsobrenaturalde los tripulantesdel Caleucheentrequie-nes tambiénestáel padredel niño. Una mezclade factoresha posibilitado lainternaciónen esteuniversofantásticoy la irrealidadde la visión quesedes-prende:el puebloenterosiente predilecciónpor la construcciónde eventosmíticos y leyendassusceptiblesde ser visitadaso revividas; la madrede losniñoslesnarrabaaellos leyendasehistoriasasombrosas,casicomoun nutrien-te necesarioparasu imaginación; el niño que ha llegado al barco encantadonanaeseencuentroconel ensueñotípico y desmesuradela imaginacióninfan-til; el paisajepor el quenaveganen el botese tomaneblinosoy difícil depre-císar; un registroamplio de leyendasen el pueblose sumaa la del Caleuche:entreellas,la historia del «imbunche»y la dcl «camahueto».Latorredescien-deen estecuentoa la basemítica del conscientecolectivoy su implicacionesen la psicologíaindividual. Allí encuentralo fantástico,demostrandounavezmásla diversidadde planosde la propuestacriollista.

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