Reflexiones sobre la clasificación de medicinas. Análisis de una propuesta conceptual

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    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica

    Anatilde Idoyaga MolinaReflexiones sobre la clasificacin de medicinas. Anlisis de una propuesta conceptual

    Scripta Ethnologica, vol. XXVII, 2005, pp. 111-147,Centro Argentino de Etnologa Americana

    Argentina

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    Scripta Ethnologica,ISSN (Versin impresa): [email protected] Argentino de Etnologa AmericanaArgentina

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  • Introduccin

    Como se ha constatado en las ltimas d-cadas, la combinacin de la biomedicina conotras medicinas, incluso la preferencia porotras terapias, es un hecho comn no slo ensociedades del tercer mundo sino tambin enpases desarrollados (Albuquerque, 1979;Atkinson, 1979; Csordas y Kleinman, 1996;Douglas, 1998; Good, 1987; Guarnaccia yFaras, 1988; Idoyaga Molina, 1999a, 2000y 2002a; Idoyaga Molina y Krause, 2001/2002; Kalinsky yArre, 1996; Kunitz, 1981;Last, 1996; Leslie, 1980; Vecsey, 1978;Unschuld, 1980;Viturro,1998;WHO, 2002),de lo que resulta que es un error asociar lavigencia de las terapias tradicionales o la ex-pansin de las llamadas medicinas alternati-vas y de las curas religiosas con la pobreza,la falta de instruccin de los usuarios o laausencia de oferta biomdica en regiones ale-

    jadas, como sugieren algunos autores (Cr-denas, 1992; Rodrguez, 1992). Se trata deun fenmeno cultural cuyas significacionesy explicaciones deben explorarse en contex-tos locales y sin perder de vista los procesoshistricos y las polticas nacionales ytransnacionales.

    Frente a este hecho se han realizado di-versas sistematizaciones de medicinas y te-rapias, que van desde la propuesta -de carc-ter global- de la Organizacin Mundial de laSalud (en adelante OMS) hasta lassistematizaciones de cientficos sociales, rea-lizadas tanto para dar cuenta de contextoslocales como del nivel ecumnico, pasandopor las clasificaciones presentadas porbiomdicos, centradas en la biomedicina oen un mal particular, como sucede en el casodel cncer.

    Ante esta abundancia clasificatoria ymul-

    REFLEXIONES SOBRE LACLASIFICACIN DEMEDICINAS. ANLISIS DE UNAPRO-PUESTACONCEPTUAL

    Anatilde Idoyaga Molina*

    Summary: The author proposes a classification of medicines, whose usefulness has been confronted inArgentina and LatinAmerica. First, she analyses and comments various general proposals, made bothby social scientists and biomedical doctors. Then, she defines the categories presented: biomedicine,traditional medicines, religiousmedicines, alternativemedicines and self-treatment. Finally, she gives apanoramic vision of the combinations and preferences of these different types ofmedicines inArgentina,taking into account cultural, socio-economics, ethnic, educational and political factors, as well as thestyle of thinking, the quality of the health service, the severity of illness episode, the regional characteristics,the biomedicine limits and the successes in treating the so called new illness and the globalisationimpact.

    Key words: classification of medicines, biomedicine, traditional medicines, religious medicines,alternative medicines, self-treatment

    SCRIPTA ETHNOLOGICA, Vol. XXVII, Bs. As., pp. 111-147

    *Centro Argentino de Etnologa Americana - CONICET (Argentina). E-mail: [email protected]

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    tiplicidad de terapias reconocidas, se ha lla-mado la atencin sobre la necesidad y utili-dad de acordar en alguna terminologa co-mn, que facilite los estudios comparativos(WHO, 2002).

    Las clasificaciones provenientes delcampo biomdico tratan de generar categorasque engloben a las diferentes medicinas aexcepcin de la biomedicina, tambinllamada o autodefinida como medicinaacadmica, cientfica, convencional y hastatradicional.

    Este trabajo propone una categorizacinconceptual de las mltiples medicinas,respetando las especificidades de loscontextos socio-culturales e histricos de laArgentina y, ms en general, de AmricaLatina. Ello no quita que, a nuestro modo dever, la categorizacin en cuestin puede serde provecho en cualquier parte.

    Para cumplir con este objetivo, en primerlugar, discutiremos algunas sistematizacionesde cientficos sociales y de biomdicos a finde evaluar sus ventajas y desventajas, ascomo sus alcances y lmites. En segundotrmino, presentaremos nuestra propuestaclasificatoria, justificando las categoraspresentadas y explicando por qu son derelevancia para los contextoslatinoamericanos. Finalmente, researemoslas caractersticas sobresalientes de lositinerarios teraputicos en bsqueda de saludde individuos que combinan diversasmedicinas, considerando la incidencia defactores culturales, sociales, econmicos,estilos de pensar (Douglas, 1998),caractersticas especficas de las dolenciasparticulares e influencias globales. En otraspalabras, este trabajo se propone generarcategoras clasificatorias que den cuenta dela complejidad de aspectos que inciden en

    los procesos de seleccin y combinacinteraputica.

    Esta presentacin es resultado de lasinvestigaciones realizadas a partir de 1997,en relacin con diversos proyectos deinvestigacin, ejecutados bajo mi direcciny financiados por el Consejo Nacional deInvestigaciones Cientficas y Tcnicas y laSecretara de Ciencia, Tecnologa eInnovacin Productiva, instituciones a las queexpresamos nuestro agradecimiento.

    La categorizacin propuesta tiene soporteen una amplia experiencia de campo, queincluye trabajo etnogrfico, realizadopersonalmente a partir de 1972 en variassociedades indgenas (Wich, Pilag, Toba,Chulup, Chiriguano y Ayoreo, entre otras)y a partir de 1987 en el rea metropolitana,el nordeste, el noroeste argentino y Cuyo.

    La pluralidad de medicinas y laspropuestas clasificatorias

    En lneas generales, puede decirse que lasclasificaciones de antroplogos y otroscientficos sociales, tienden a proponercategoras generales, que son poconumerosas, que pueden utilizarse encualquier contexto y que dan cabida a lasmedicinas -entendidas estas como totalidadescon diferentes prcticas-, mientras que lassistematizaciones provenientes del campo dela biomedicina suelen presentar mscategoras clasificatorias, a la vez dichascategoras responden a tipos de terapias, demodo que una misma medicina puedeaparecer desintegrada en varias categorasteraputicas, por ejemplo, el yoga no sueleaparecer como unidad, sino que algunas desus tcnicas se presentan en diversas

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    categoras como terapias espirituales, demeditacin, de ejercicios fsicos u otras;volveremos sobre este tema posteriormente.En sntesis, son clasificaciones que carecende una visin holstica de la atencin de lasalud, adems los criterios de construccinde categoras que utilizan son ajenos a loscuerpos de conocimientos y de prcticas delas medicinas que se estn clasificando.

    Una de las sistematizacionesms antiguas,proveniente del campo de las cienciassociales, es la de Wardwell (1972), quienpresenta un esquema centrado en lospracticantes que, aunque no incluye a losbiomdicos, es este el tipo de especialista elque opera como modelo referencial yortodoxo. En este sentido, distingue entre:a) practicantes limitados, b) practicantesmarginales y c) cuasi-practicantes. Losprimeros son especialistas en un campolimitado, independientes y aceptados por labiomedicina, tales como odontlogos ypsiclogos clnicos. Los marginales sonespecialistas que tratan un amplio rango dedolencias, pero usan terapias inaceptables porla biomedicina, tales como quiroprcticos,homepatas, naturpatas, reflexlogos yacupunturistas. Los cuasi-practicantes -deacuerdo con el autor- utilizan terapias seudo-cientficas, no mdicas que suelen cumplirotras funciones -por ejemplo religiosas-, yque la biomedicina considera meras tcnicasde explotacin del otro. Entre estosespecialistas menciona a curadores por la fe,curadores mgicos y curanderos. El autor nojustifica las categoras ni las denominacionesque utiliza para definir a los ltimosespecialistas, aunque reconoce que estasprcticas poseen larga tradicin y agrega quesu xito -si es que lo han tenido- debe servisto como psicoteraputico. Finalmente, a

    los curanderos los califica de explotadores,mostrando falta de conocimientos, desinterspor las recomendaciones de la OMS y unavisin pobre de las medicinas tradicionales.

    Es una clasificacin etnocntrica que noda cuenta de la diversidad teraputica, ni delos motivos de seleccin de otras medicinas,ni del desarrollo de estrategias decomplementariedad teraputica. Restringe elcalificativo mdico a la curacin de unadolencia orgnica explicada de acuerdo conel modelo de enfermedad de lasinfectocontagiosas. Modelo, que de acuerdocon Laplantine (1999), entiende laenfermedad como de origen externo yunicausal; la cura se logra utilizandoelementos contrarios -antivirus, antibiticos,etc-. Por otra parte, qu tcnicas sonaceptables por la biomedicina y cules no,es un mal criterio de clasificacin ya que lastcnicas incorporadas y/o reconocidas por lamedicina oficial varan constantemente.

    Dunn distingue los sistemasmdicos sobrela base de su influencia geogrfica y proponetres categoras: sistemas locales, regionalesy cosmopolitas. Los sistemas locales sonindgenas y geogrficamente restringidos.Los sistemas regionales son tambinindgenas, aunque con prcticasestandarizadas extendidas sobre una ampliarea geogrfica, la medicina ayurvdicaejemplifica este tipo de sistemas. Lossistemas cosmopolitas son tambinestandarizados pero de distribucinecumnica, tal sera el caso de la biomedicinaomedicina cosmopolita en trminos del autor(1977: 135). Como ha notado Press (1980:51)las caractersticas que Dunn atribuye a lostres tipos de sistemas mdicos son ms quegeogrficas, de otro modo la homeopata ola medicina china deberan haber sido

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    consideradas como sistemas cosmopolitas.Vale decir, Dunn introduce sin justificaratributos no geogrficos para distinguir lossistemas, tales como nivel de especializacin,de dedicacin y de educacin formal de lossanadores, lo que debilita la utilidad de sutipologa.

    Young, antroplogo de formacin,teniendo en cuenta aspectos formales dividelas medicinas segn se trate de sistemas dedifusin de saberes o sistemas deacumulacin de saberes. Los sistemas deacumulacin se caracterizan por laconcentracin de conocimientos -generalmente en forma escrita- y por contarcon instituciones encargadas de formar a losnuevos terapeutas sobre la base de un corpusde nociones comunes y cimentadas a lo largodel tiempo. Por el contrario, los sistemas dedifusin no poseen vas de comunicacininstitucionalizadas entre sus practicantes yel conocimiento es raramente compartido ya veces incluso es de carcter secreto (Young,1983).

    Entre los sistemas de acumulacin figuran,por supuesto, la biomedicina o medicinaoccidental desde los tiempos de su origen enla Grecia clsica como medicina humoral,pero tambin incluye otras como lamedicinaayurvdica de la India, la medicina china, yla medicina unani (la medicina humoral enelmundo rabe).Mientras que en los sistemasde difusin el autor incluye a losshamanismos y los curadores mgicos1.

    En lneas generales cualquiera podraacordar con las afirmaciones del autor, sinembargo, considerando un anlisis msdetallado de algunos shamanismos, como lospaleo-siberianos y el esquimal, se advierteque existen formas pautadas einstitucionalizadas de aprendizaje para la

    trasmisin de conocimientos e instruccionesa cargo demaestros, que pueden prolongarsepor largos perodos de tiempo.

    Esta clasificacin, que ha tenido pocoimpacto, sera de muy poca utilidad enArgentina o Amrica Latina, donde labiomedicina es la nica reconocidaoficialmente y donde otros sistemas deacumulacin (ayurvdica, acupuntura, otrasmedicinas chinas y un amplio conjunto denuevas terapias) se han difundido en lasltimas dcadas como resultado de laglobalizacin y del impacto de la new age.Lo que quiere decir que los consumidores delas medicinas de acumulacin pertenecen adistintos sectores sociales y a diferentesgrupos tnicos, con diferentes tradicionesculturales. Adems, la difusin de la ofertaes tambin radicalmente distinta, siconsideramos las diferentes regiones del pasy el carcter rural o urbano de la poblacin.

    Por otra parte, el saber de los curanderos-que responde a un estilo de difusin oshamnico- recoge y reelabora, entre otros,los conocimientos de la medicina humoral,que en tanto tradicin galnica -en trminosde Young- debera presentarse comomedicina de acumulacin.

    Considerando las prcticas de los actoresy las ofertas de salud, Kleinman (1980),antroplogo y psiquiatra, introduce elconcepto de modelo de atencin de lasalud. Este modelo se define como unsistema cultural y local. Habla de sistema entanto la atencin de la salud se brinda a travsdel traslapo de tres medicinas: la profesional,la popular y las folk. En este esquema sonfolk el shamanismo navajo, el curanderismodel NOA o la medicina ayurvdica en laIndia, para dar unos ejemplos mnimos. Laexpresin medicina profesional refiere a la

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    medicina aloptica y a las psicoterapias. Lamedicina popular es la practicada por legosen el contexto de la familia y la comunidad,ntese al respecto que se trata de la medicinacasera o autotratamiento, por lo tanto noincluye medicinas tradicionales conespecialistas. Hacemos hincapi en estehecho ya que enArgentina yAmrica Latinasuele hablarse de medicina popular comosinnimo de tradicional, englobando y sindistinguir legos de curanderos, inclusoconocimientos y prcticas de ambos suelenaparecer mezclados como si se tratara de unamedicina unitaria. Las medicinas folk sontradicionales y cuentan con especialistasnativos, se trata de medicinas que varansegn regiones y grupos tnicos. En esteesquema son medicinas folk la medicinaayurveda, la acupuntura, el curanderismo -practicado, por ejemplo, en el NoroesteArgentino, o en cualquier otra parte-, elshamanismo Apache, Esquimal, Toba o delgrupo que fuere, en cualquier regin de laecumene. Vale la pena enfatizar este aspectoya que antiguamente en nuestro pas se solaconsiderar folk slo a la medicina practicadapor curanderos porque se entenda que estaresponde a las antiguas tradiciones aportadaspor los inmigrantes europeos, las que habansido dejadas de lado por las elites, mientrasno se consideraban folk a las medicinasshamnicas de las sociedades aborgenes (verAmbrosetti, 1917; Di Lullo, 1944 yVivante,1959, entre otros).

    Kleinman (1980) hace notar la importanciade lamedicina popular, aquella que se centraen el autotratamiento del individuo y lafamilia, es generalmente la primera opcinteraputica para la mayora de la gente en lamayora de las culturas. Si bien es de granimportancia, es el sector menos estudiado

    del sistema de atencin de salud. Estamedicina contiene diferentes niveles queincluyen al individuo, la familia, redessociales e implica creencias y actividadescomunales compartidas. En un pas comoEstados Unidos, por ejemplo, entre el 70 yel 90% de todos los episodios de enfermedadse manejan en este sector. Se trata de unacasustica para tener en cuenta en laArgentina, donde el autotratamiento casi noha sido abordado, no slo lo que podemosdenominar autotratamiento tradicional -quecomo dijimos a veces se confunde con elcuranderismo- sino tambin el que realizansectores medios y altos a travs de laautomedicacin de frmacos de laboratorioy otras tcnicas.

    La propuesta de Kleinman nos resulta desumo de inters, creemos que en cualquierparte del mundo se puede describir laatencin de la salud como el traslapo de talescategoras de medicinas. Sin embargo, enrelacin con nuestros intereses respecto altraslapo de medicinas en la Argentina y/oAmrica Latina, las categoras de Kleinmannos parecen escasas ya que deberamosincluir en una misma bolsa a medicinastradicionales de la regin -como elcuranderismo y los shamanismos- y otroconjunto de medicinas, en su mayora deraigambre oriental, como la acupuntura, lamedicina ayurveda, el yoga, la reflexologay el shiatsu. Algunas de ellas mstradicionales o antiguas (yoga, ayurveda,acupuntura) que otras (shiatsu, reflexologa).La integracin de todas estas medicinas enuna sola categora dificulta el anlisis de laincidencia de factores sociales, econmicos,tnicos y de estilos culturales en los procesosde seleccin y combinacin de medicina.Estas tres categoras no reflejan la totalidad

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    y complejidad de la oferta mdica, as comono permiten dilucidar a qu sectores vadirigida.

    En el contexto del pensamiento marxistade inspiracin gramciana, Menndez (1985y 1992), antroplogo de alto impacto en laArgentina, propone las categoras de modelomdico hegemnico (MMH) -la biomedicinay las psicoterapias-, modelo mdicoalternativo subordinado ymodelo mdico deauto-atencin. El modelo alternativo incluyemuy diversas medicinas, tales como lasprcticas tradicionales -por ejemplo lamedicina curanderil- y prcticas -segn elautor- de alta complejidad que se desarrollanal margen del MMH, como la medicinaayurvdica o la acupuntura, tambin sumaotro tipo de prcticas, como el espiritismo.Entiende que basta con una sola categoraporque muchas de ellas se derivan delMMHo estn influenciadas por l. La categoraauto-atencin se refiere a los serviciosprestados en el contexto de la familia y lacomunidad por no-profesionales. Estemodelo se caracteriza por la tendencia aconcebir a la salud como bien de uso y a laenfermedad comomercanca. La legitimidadde la auto-atencin es grupal y comunal, suscultores tienden a la apropiacin de lasprcticas mdicas y a asumir una posicinde subordinacin respecto de los otrosmodelos. Respecto de la relacin entreMMHy modelo subalterno, el autor seala que sedesenvuelve en la complementariedad y noen la emergencia de procesos contradictoriosentre el MMH y los alternativos. Endefinitiva, Menndez habla de causas macrocomo los procesos de produccin yreproduccin econmica y poltica que hacenque se refuerce la hegemona del sistema,produciendo la subordinacin ideolgica de

    los sistemasmdicos alternativos, aunque noanaliza ejemplos etnogrficos para avalar suteora.

    Las explicaciones en relacin con laatencin de la salud se dan en trminos deeconoma poltica y son de orden macro. Anuestromodo de ver, en funcin del problemaque estudiamos, no nos resultan de utilidadlas categoras mencionadas, la idea demedicina subalterna, por ejemplo, nodescribe bien el lugar que ocupa elcuranderismo en la atencin de la salud entrela poblacin rural del NOA, Cuyo ocualquier otra regin del pas. Su vigencia,al menos en la Argentina, no se debe a lafalta de servicios biomdicos, como suponeel autor en relacin con Mxico. Tampococreemos que los conceptos de medicinahegemnica y subalterna puedan dar cuentadel creciente inters y preferencia por lasmedicinas alternativas entre sectores de altosingresos y alto nivel de instruccin, tanto enla Argentina como en los pasesindustrializados. En definitiva, lasexplicacionesmacro dejan de lado losmicro-contextos de la vida cotidiana, la perspectivade los usuarios y el campo de los significados,las vivencias y las experiencias de laenfermedad y la terapia. En relacin con eltema escribe Kleinman (1988) que losprocesos de enfermedad y sanacin nopueden entenderse como simples espejos decondiciones macro, al modo de laantropologa mdica crtica.

    Las ideas que fundan la integracin demedicinas muy diversas en la categora demodelomdico alternativo subalterno -estasmedicinas derivan o estn influenciadas porel MMH- son verdades a medias, ms quediscutibles, por ejemplo prcticas como elyoga, el shiatsu, la acupuntura, la medicina

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    ayurvdica no derivan del modelohegemnico, lo mismo puede decirse de lascuras religiosas -de gran antigedad en latradicin judeo- cristiana ymusulmana- o delas prcticas de las religiones afro-americanas. Si bien, las medicinas deraigambre oriental pueden habersemasificado y trasformado al ser incorporadasen las sociedades occidentales, muchos desus especialistas se oponen a que suspacientes desarrollen estrategias decomplementariedad teraputica con labiomedicina. En otras palabras, la influenciadel MMH es realmente relativa en muchasalternativas y escasa en el autotratamiento ylas curas religiosas. Finalmente, comodijimos en relacin con Kleinman, laintegracin de todas esas medicinas en unasola categora dificulta el anlisis de laincidencia de factores sociales, econmicos,tnicos y de estilos culturales en los procesosde seleccin y combinacin de medicinas.Los tres modelos no reflejan la totalidad ycomplejidad de la oferta mdica, as comotampoco permiten dilucidar a qu sectoresva dirigida cada oferta.

    En cuestiones que hacen a aspectos msconcretos, en lo que el autor denominamodelo de auto-atencin, no creemos que lasalud sea percibida como un bien de uso yla enfermedad como mercanca. La atencinde la salud entre los miembros de unacomunidad, ms bien funciona como lo queMauss (1972) ha denominado sistema dereciprocidades indirectas (ver IdoyagaMolina, 1999a). En cuanto a la tendencia aapropiarse de las prcticas mdicas, es ciertoque tanto en Mxico como en laArgentina yen buena parte de Amrica Latina, elautotratamiento incluye numerosos remedios,preparados y tcnicas como los baos de

    asiento, las cataplasmas, las ventosas y otrosprocedimientos, que en su mayora tienenorigen en la medicina humoral, introducidaen Amrica desde los das de la conquista ycolonizacin, al igual que la clasificacin delos males, los remedios y los alimentos enclidos y fros (Foster, 1994; IdoyagaMolina,1999/2000). Pero no es menos cierto, que lastcnicas del autotratamiento tradicionaltambin incluyen sahumados, numerososrezos, repeticin de frmulas especficas -que se mantienen en secreto- y que sirvenpara tratar dolencias particulares o espacioscontaminados (por ejemplo: Que se vaya elmal y que entre el bien como hizo Jess enJerusaln!), oraciones, encendido de velas,pedidos a las deidades y manipulacin deotros smbolos sagrados del catolicismo,como la seal de la cruz y el agua bendita.Con ello queremos decir que no es escasa lateraputica ritual de raigambre catlica en lasprcticas de auto-atencin (Idoyaga Molina,2001) y que en la praxis la atencin combinasaberes de raigambre humoral con ritualesteraputicos de procedencia catlica (IdoyagaMolina, 1999b y 2002a). Por otra parte, noslo el autotratamiento y otras medicinas seapropian de saberes de la biomedicina, sinoque tambin esta ltima se apropia de saberespopulares (MacDonald, 1983; Redfield,1969), como ilustran Davis yWhitten (1988)en relacin con el taxon conocido comonervios. Esta relacin de toma y daca o deida y vuelta entremedicina oficial ymedicinatradicional o casera es muy anterior aldesarrollo del capitalismo y consecuente-mente a que se pudiera hablar de MMH.

    Por otra parte, la integracin de otrossaberes en la atencin oficial de salud esmuydiversa, como para que la distincincapitalismo y capitalismo dependiente, diga

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    algo sobre las polticas nacionales en salud.Por ejemplo, en Inglaterra, en toda unidadexiste adems de la oferta aloptica unaalternativa, hecho que no se repite en EstadosUnidos o Canad, a la vez, mientras que enMxico se han ensayado programas decomplementariedad teraputica, enArgentinaslo los biomdicos son legalmentereconocidos como terapeutas.

    Teniendo en mente el pluralismo mdicoen Espaa, Pascualino propone agrupar lasmedicinas diferentes a la medicina modernaen: a) medicina popular tradicional del pas,b) medicinas tnicas importadas porinmigrantes recientes, c) nuevas medicinasalternativas practicadas por nuevoscuranderos (1996: 166). El autor entiende quelas dos primeras comparten una caractersticabsica, por ser medicinas tradicionalestienden a permanecer estticas (en oposicinal dinamismo de la medicina oficial...(ibidem). Por su parte, las nuevas medicinasalternativas generan confianza y alcanzanlegitimacin al inspirarse en los modernosrituales de la comunicacin de masas, sobretodo televisin (ibidem). No estamos deacuerdo con la idea de que las medicinastradicionales sean estticas, entendemos queestas estn expuestas al igual que labiomedicina a las polticas nacionales, lainfluencia de instituciones internacionales(como la OMS) y, ms en general, al impactode la globalizacin2. Tampoco estamos deacuerdo con la ltima afirmacin, ms abajodiscutimos los motivos de aceptacin yvigencia de medicinas tradicionales yalternativas, que son muchos y variados yhan preocupado a numerosos autores.Agreguemos, finalmente, que dichaclasificacin puede ser operativa en Espaay tal vez en otras sociedades europeas, pero

    no enArgentina oAmrica Latina, donde lasmedicinas tnicas son parte del acervotradicional.

    Press propone clasificar las medicinas endominante y variante, redefinir los conceptosmedicina folk y medicina popular ya que sehan usado de modo diverso. De acuerdo coneste autor deberan considerarse medicinasfolk a aquellas prcticas que estn basadassobre paradigmas diferentes al del sistemamdico dominante de la comunidad osociedad (1980: 48). Con esta definicin lamedicina ayurvdica en la India, la medicinachina clsica en China o el shamanismoNavajo enNorteamrica antes de la conquistano pueden considerase folk, sino medicinasdominantes, a la vez la biomedicina puedeser en ciertos contextos clasificada como folk(ibidem). El autor propone usar el conceptode medicina popular en dos sentidos. Elprimero, denomina como popular a todaprcticamdica ejecutada por alguien que noes un profesional oficialmente sancionadopor el sistemamdico, estas prcticas ademsno deben contradecir directamente elparadigma del sistema en cuestin. Unsegundo uso define como popular a lascreencias y prcticas que, aunquecompatibles con el paradigma de un sistemamdico, son material y conductualmentediferentes de la practica oficial (Press, 1980:48). El autor ejemplifica su propuestaclasificatoria a travs de las medicinas deZinacatecas (Mxico), haciendo jugar lascategoras de: biomedicina, medicina folk ymedicina popular en relacin con su carcterde dominante o no. De este modo, encuentraque deben realizarse las siguientesdistinciones: a) biomedicina como medicinadominante, b) medicina local Zinacatecacomo medicina dominante, c) medicina

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    popular biomdica comomedicina practicadapor legos en consonancia con el paradigmabiomdico dominante, d) medicina popularZinacateca como prcticas locales de legosen consonancia con el paradigma localdominante e) biomedicina como medicinafolk, f) otras prcticas como medicina folk,g) toda prctica localmente derivada(dominante y variante) como medicina folk.Est clasificacin adems de ser complicada,no deja ver diferencias de clase, tnicas o deestilos culturales en unmismo contexto local,por lo que la consideramos de poca utilidadpara Argentina y Amrica Latina.

    Una lnea de pensamiento inspirada enKleinman se advierte en la propuesta deGood(1987), gegrafo mdico con especialexperiencia de campo en frica. Goodpropone la categora de sistemaetnomdico, se trata de un sistema integradopor tres categoras de medicinas, implica laatencin de la salud a travs del traslapo dela biomedicina, el autotratamiento (lasprcticas de legos en la comunidad local) ylas medicinas tradicionales (que cuentan conespecialistas y que por supuesto varan segnlas sociedades). La expresin biomedicinaincluye lamedicina oficial tanto en su versinaloptica como las psicoterapias. En el casodefrica no est tan extendida como en otroslugares, su presencia es ms habitual en lasgrandes ciudades. Las medicinastradicionales son muy diversas y varan deregin a regin, de sociedad en sociedad.As,por ejemplo, la medicina ayurvdica estradicional en la India, la acupuntura en chinay diversos tipos de shamanismos y de curastradicionales lo son en Amrica Latina, elfrica al sur del Sahara, Australia, Siberia yNorte Amrica. En frica la oferta incluyelas dismiles prcticas de los curadores

    tradicionales, especialmente cuandopoblacin de diversos grupos tnicos se reneen los suburbios de una ciudad deimportancia. El autotratamiento suponesaberes y tcnicas especficas, una visinintersubjetiva de la enfermedad, la salud, laterapia y sistemas de creencias. Obviamente,los modos particulares de autotratamientotambin varan entre las distintas culturas.

    Del planteo deGood nos parece de utilidadterica el concepto de sistema etnomdicoen cuanto supone la atencin de la saludmediante el traslapo de diferentes medicinasy, por ende, da cuenta de lo actuado por losnativos o los actores sociales, sin privilegiarapriorsticamente el papel de la biomedicinaque es simplemente una etno- ms, cuyaimportancia relativa deviene de regiones,grupos tnicos, sectores sociales y estilos depensar. Como en otros casos, las trescategoras propuestas nos pareceninsuficientes para distinguir la incidencia deregiones, etnias, sectores sociales,econmicos, niveles de instruccin y estilosde pensar en la seleccin y combinacin demedicinas aun en los contextos locales denuestro pas. En segundo lugar, de algnmodo supone que la totalidad de unapoblacin local tiene acceso a todos los tiposdemedicinas ofrecidas en sumedio. En otraspalabras, el traslapo de la biomedicina, elautotratamiento y lasmedicinas tradicionaleses insuficiente para explicar la perspectivade los diversos especialistas y de los usuarios,la incidencia de factores econmicos, socialesy culturales en la seleccin y combinacinde medicinas y la influencia de factoresregionales y globales en los contextos locales.Al mencionar las perspectivas de losespecialistas queremos decir que uncurandero, unmaestro de yoga y un sacerdote

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    carismtico ven entre s diferenciasinsalvables en sus prcticas. En cuanto a losusuarios, un practicante de yoga podranegarse a asistir a una sanacin carismticao a consultar a un curandero o, lo que esformalmente lo mismo, un usuario delcuranderismo, de las sanaciones carismticasy de las tcnicas del yoga difcilmente diraque se trata de los mismos saberes y de lasmismas prcticas. Las categoras en cuestinresultan adems insuficientes paradiscriminar los grupos y sectoressocioeconmicos a que estn dirigidas lasdiferentes ofertas.

    La Organizacin Mundial de la Salud(2002) ms all de la biomedicina, distingueentre las medicinas tradicionales y lasmedicinas alternativas/complementarias. Lasprimeras varan de regin a regin, de pas apas; segn la OMS, se trata de diversasprcticas en relacin con la salud; implicanacercamientos, conocimientos y creenciasque incorporan a plantas, animales y/ominerales, terapias espirituales, tcnicasmanuales y ejercicios, tanto para mantenerla salud y el bienestar como para tratar,diagnosticar y prevenir la enfermedad. Laexpresin medicinas complementarias /alternativas se usa para referir una ampliagama de prcticas que no son parte de latradicin propia de un pas o que no estnintegradas dentro del sistema de saluddominante. As, por ejemplo, la acupunturaes tradicional en China pero en Europa esuna prctica alternativa /complementaria aligual que la homeopata o la quiropraxia. Sehabla demedicinas complementarias cuandoel tratamiento se realiza en forma simultneaa un tratamiento biomdico, mientras que sehabla de alternativas cuando el tratamientoteraputico es el nico que realiza el paciente

    (2002: 1-9).Conviene aclarar en este punto que

    ninguna medicina es per se alternativa ocomplementaria, todo depende de los casosconcretos. La complementariedad puede sersugerida por el biomdico o decidida por elpaciente, este ltimo puede comunicar alprofesional (o no) los tratamientos que estrealizando. La mayora de las veces no lohacen (Csordas y Kleinman, 1996; Ernst yCassileth, 1998; Franco y Pechi, 2003;Idoyaga Molina, 1997 a; Kalinsky y Arre,1996; McGuire, 1987; Palma, 1995, entremuchos otros).

    Esta clasificacin se funda en la idea deque en los pases del tercermundo la atencinde la salud la concretan la biomedicina y lasmedicinas tradicionales, mientras que en lassociedades desarrolladas la poblacin recurrea la biomedicina y a las medicinascomplementarias/ alternativas (MAC). Esteesquema no es vlido para la Argentina yposiblemente tampoco para muchos otrospases, incluso centrales. En primer lugar,porque la oferta incluye medicinastradicionales y alternativas adems de labiomedicina y, en segundo trmino, porquelas estrategias teraputicas desarrolladas porlos pacientes muestran la combinacin detodos los tipos de medicinas mencionados,incluso en unmismo episodio de enfermedad(Idoyaga Molina, 2000 y 2002a; IdoyagaMolina y Krause, 2001/2). Las medicinastradicionales tambin pueden usarse en formacomplementaria con la biomedicina, al igualque medicinas de origen forneo como elyoga, el reiki o la reflexologa.

    Por otra parte, el hecho de que unamedicina se use en combinacin con labiomedicina es importante, pero no agotasiquiera los tipos de combinaciones

  • 121REFLEXIONES SOBRE LACLASIFICACIN DE MEDICINAS. ANLISIS (...)

    teraputicas posibles, que bien puedenexcluir la biomedicina. Estrategia de atencinde la salud, de la cual las categoras de laOMS no podran dar cuenta, ms quediciendo se combinaron equis cantidad demedicinas alternativas y o tradicionales,negando la complementariedad en s mismay la complementariedad teraputica buscadapor los especialistas alternativos,tradicionales o por el paciente y su familia, ala vez que oscureciendo los significados dela complementariedad.

    En los ambientes liderados por biomdicosson comunes las categoras medicinaconvencional (la biomedicina) y medicinasno convencionales (las otras medicinas).Otras categoras clasificatorias muyutilizadas son las de medicinascomplementarias y medicinas alternativas oMAC.

    La British Medical Association defina alasMAC como aquellas formas de tratamien-to que no son utilizadas por los profesiona-les de la salud convencionales. Algunos au-tores sealaron que esta definicin era pro-blemtica, ya que hay un incremento de losprofesionales que incorporan a su prcticaalgn tipo deMAC (Dixon et al. 2003). Parasuperar esta objecin laAsociacin proponedefinir a las MAC como sistemas mdicosbasados sobre mtodos de tratamiento y teo-ras de la enfermedad que no son parte de laciencia ortodoxa como es enseada en lasescuelas de medicina (Ibidem).

    Los institutos de Salud de Estados Unidosadoptaron las categoras medicinascomplementarias y alternativas para lacreacin del National Center forComplementary andAlternativeMedicine, en1998. En este mbito se suele afirmar quelas medicinas complementarias se utilizan

    conjuntamente con lamedicina convencionaly las alternativas en lugar de sta. Sueleafirmarse, a la vez, que existen ciertasmedicinas complementarias y ciertasmedicinas alternativas. Para algunos se tratade una distincin flexible ya que lo que entraen la categora de alternativo ocomplementario cambia continuamente,debido a que la eficacia de cualquiermedicina puede ser comprobada y,consiguientemente, incorporada por losprofesionales en los tratamientosconvencionales.

    Desde esta perspectiva, la distincin en-tremedicina complementaria y alternativa nodepende de los episodios concretos de en-fermedad sino de la aprobacin o aceptacinde cierta medicina o terapia por labiomedicina. En este sentido, los biomdicoshablan de terapias alternativas y terapiascomplementarias refirindose en ambos ca-sos a determinadas y concretas opciones m-dicas. De cuando en cuando, una terapia dela lista de las alternativas puede ser borraday pasar a la lista de las complementarias.

    Lo mismo ocurre en relacin con lostrminos de medicina convencional y no-convencional, cuando una terapia es aceptadapasa a integrar el campo de la medicinaconvencional, como sucede, en muchoslugares con la acupuntura, por ejemplo.

    De acuerdo con nuestro modo de ver, unamisma medicina puede ser alternativa y/ocomplementaria, ello depende de la estrategiade salud desarrollada por el paciente y de lasvisiones y recomendaciones de losespecialistas particulares, fueren biomdicoso practicantes de otra medicina.

    Por otra parte, el hecho de que unbiomdico incorpore la acupuntura entre sustratamientos no la convierte en medicina

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    convencional, ya sea porque las tcnicas queel biomdico utiliza son slo parte del saberque la acupuntura implica, ya sea porque sedejan de lado las concepciones sobre la salud,la enfermedad, la energa, la naturaleza y elmundo en que dicha prctica adquieresentido. Vale decir, cuando un biomdicoincorpora la acupuntura, lo que incorpora noes realmente la acupuntura sino unas tcnicasaisladas en el cuerpo de conocimientos de labiomedicina y, as, se dejan de lado lasconcepciones sobre el fluir de energa, en lasque la acupuntura se asienta para definir lasteoras etiolgicas de la enfermedad yexplicar sus tratamientos tanto en la praxiscomo en los significados ms profundos.

    Veamos la clasificacin concretapropuesta por el National Center forComplementary and Alternative Medicine(2002), que reconoce 5 grandes tipos:

    1) Los sistemasmdicos alternativos, sonsistemas completos de teora y prctica, cuyodesarrollo es anterior o al menos separadodel enfoque mdico convencional. Entre lossistemas mdicos alternativos occidentalesfiguran la homeopata y la medicinanaturoptica. Entre los de raigambre orientalse mencionan la medicina China y lamedicina Ayurveda de la India.

    2) El enfoque sobre la mente y el cuerpo,que utiliza distintas tcnicas diseadas paraincidir a travs de lamente en lamodificacinde las funciones y/o sntomas corporales.Algunos ejemplos de este tipo son lameditacin, la oracin, la curacin mental ylas terapias que emplean soluciones creativas,como el arte, la msica y la danza.

    3) Las terapias biolgicas, son aquellasque emplean sustancias que se encuentranen la naturaleza, como hierbas, vitaminas oalimentos. Algunos ejemplos son los

    complementos dietticos, productos deherboristeras y el uso los remedios llamadosnaturales, tal como las cpsulas hechas concartlago de tiburn que se recomiendan apacientes con cncer.

    4) Los mtodos de manipulacin delcuerpo, que hacen nfasis en el movimientode una o ms partes, como la quiropraxia ylos masajes.

    5) Las terapias de energa, son aquellasque incluyen el empleo de campos de energa,las que pueden subdividirse en dos tipos:terapias del biocampo y terapiasbioelectromagnticas. Las primeras procuranafectar los campos de energa que rodean ypenetran el cuerpo humano -los autoresaclaran que se trata de una teora nocomprobada-, tales como el reiki o el toqueteraputico. Las terapias bioelectro-magnticas implican el uso no convencionalde campos electromagnticos e intentanregularizar la energa alterada de lospacientes, como, por ejemplo, lamagnetoterapia.

    Esta categorizacin no nos parece de uti-lidad alguna, pues es externa y contradicto-ria con las ideas de salud, enfermedad y per-sona que dan sentido a las teoras y prcticasde las medicinas alternativas y tradicionales.Dejan de lado, consecuentemente, el carc-ter holstico que tienen tanto las tcnicas te-raputicas como las concepciones sobre lasalud, para considerar tratamientos aislados,fuera de su contexto global de atencin. Es-tos contextos no pocas veces implican visio-nes del cosmos, la sociedad y la vida.

    Con el fin de ilustrar lo dicho considera-remos el yoga en virtud de que se trata deuna teraputica comn en nuestro pas. Ve-mos, por un lado, que como medicina noaparecemencionada en el esquema descripto

  • 123REFLEXIONES SOBRE LACLASIFICACIN DE MEDICINAS. ANLISIS (...)

    y, por otro, que varias de sus formas tera-puticas son mencionadas en distintas cate-goras. As, el rgimen alimentario -comn-mente recomendado en el yoga- forma partede las terapias biolgicas que incluyen loscomplementos dietticos, la meditacinforma parte de las terapias que enfocan lamente y el cuerpo, los movimientos formanparte de los mtodos de manipulacin delcuerpo y tambin de las terapias de ener-ga ya que los ejercicios y posiciones sonlos que permiten desbloquear las concentra-ciones negativas de energa que originan laenfermedad. As, el yoga se esfuma en unconjunto de tcnicas diferentes, sin relaciny, por ende, transformadas en su significa-cin.

    Lo mismo sucedera si consideramos elcuranderismo, medicina tradicional en nues-tro pas y el resto de Amrica Latina y cual-quier otra medicina ms all de la prcticabiomdica.

    Otro autor del mbito biomdico, Fulder(cf. Dixon et al. 2003), propone las siguien-tes cinco categoras: sistemas mdicostnicos, terapias manuales, terapias para lamente y el cuerpo, terapias de curas-natura-les y sistemas mdicos no alopticos. Comopuede apreciarse muchas medicinas concre-tas podran entrar en dos o ms -incluso to-das- las categoras taxonmicas propuestas,lo que atenta contra la idea de sistema de cla-sificacin. A guisa de ejemplo, pensemos enlos shamanismos que sin duda son sistemastnicos, tratan la mente y el cuerpo, suelenvalerse de diferentes elementos naturales -vegetales, animales o minerales- y son, porsupuesto, sistemas no alopticos. Tal clasifi-cacin es por ende carente de utilidad, puesen modo alguno permitira clasificar las me-dicinas utilizadas en nuestro pas ni dar cuen-

    ta del modo en que inciden factores sociales,culturales, econmicos y tnicos en la selec-cin de medicinas.

    En fin, es notorio que las categorizacionesprovenientes del mbito biomdico adolecende mayores problemas que lassistematizaciones originadas en el campo dela antropologa y otras ciencias sociales, es-pecialmente si lo que se intenta conocer esqu hacen las sociedades para atender su sa-lud y por qu lo hacen.

    En virtud de las razones expuestas,proponemos una nueva categorizacin -esbozada en trabajos anteriores (IdoyagaMolina, 1997a, 1999a, 2000 y 2002a)-retomando la expresin sistemaetnomdico de Good (1987) peroproponiendo una redefinicin del concepto,que considera los sistemas locales de ofertamdica y que facilita la discriminacin delos factores que inciden en el acceso y en laseleccin y combinacin de las distintasmedicinas por parte de grupos culturales,sociales, tnicos, religiosos y econmicos.Para cumplir con estos requisitos y proponeruna categorizacin de utilidad en ArgentinayAmrica Latina, fue necesario aumentar elnmero de categoras que engloban distintostipos de medicinas. As, hablamos, comoKleinman o Good, de biomedicina, demedicinas tradicionales y de autotratamientoy agregamos las categoras de medicinasreligiosas y medicinas alternativas. Con laexpresin biomedicina referimos a lamedicina aloptica y a las psicoterapias,oficialmente reconocidas y ofertadas enhospitales y otras unidades de salud, decomplejidad diversa, tanto pblicas comoprivadas. Las medicinas tradicionales son elcuranderismo y, en las sociedades indgenas,los shamanismos. El autotratamiento incluye

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    el consumo de frmacos de laboratorio, deremedios vernculos preparados en la casa yciertas teraputicas rituales de raigambrecatlica, entre otras tcnicas. Con lasexpresinmedicinas religiosas nos referimosa las prcticas curativas realizadas en elcontexto de ceremonias, rituales y creenciasdel catolicismo, de las iglesias evanglicas ypentecostales y de las iglesias afro-americanas (umbanda). Estas prcticasincluyen imposicin de manos, grupos deoracin, contacto con el sagrario, exorcismosy otras actividades. En la categoramedicinasalternativas englobamos a las medicinasdifundidas en las ltimas dcadas, ligadas alfenmeno de la newage y que adems puedenpensarse como efecto secundario de laglobalizacin, tales como la acupuntura, elreiki, la reflexologa, la aromaterapia, elshiatsu, la cromoterapia, la terapia de vidaspasadas, la medicina ayurvdica, laastrobiologa, entre muchas otras de unnmero siempre creciente de especialidadesy especialistas. Se trata de medicinas muydiversas, en sumayora de raigambre orientaly algunas poseen larga trayectoria como esel caso de la acupuntura, la medicinaayurvdica o el yoga, otras sonmsmodernascomo el reiki, la terapia de vidas pasadas ola cromoterapia. Ms all de susespecificidades, estas medicinas tienenaspectos comunes, tales como el abordeholstico de la salud y las ideas de energa,que son centrales para entender las teorasetiolgicas de la enfermedad y lossignificados de los tratamientos teraputicos.Obviamente, medicinas como el yoga, laayurvdica, la acupuntura o lamedicina chinason tradicionales en el oriente, aunque no loson en laArgentina yAmrica Latina, en estesentido nos resulta operativa la distincin

    conceptual entre medicinas tradicionales yalternativas pues se trata de ofertas que novan dirigidas ni son seleccionadas por elmismo tipo de usuario y forman parte detradiciones culturales diferentes.

    Esta propuesta explica la atencin de lasalud a travs del traslapo entre labiomedicina, las medicinas tradicionales, elautotratamiento, las medicinas religiosas ylas medicinas alternativas, vale decir comoel funcionamiento de sistemas etnomdicoslocales. Diferencias culturales, sociales yeconmicas determinan si la cantidad demedicinas traslapadas incluye a la totalidadde la oferta o slo a algunas de ellas. Estascinco categoras nos permiten distinguir lasmedicinas tradicionales de nuestro pas deotras medicinas que pueden ser tradicionalesen otras partes -la acupuntura, el yoga- perono en Amrica Latina, permite a la vezdistinguir las prcticas de los curanderos -especialistas tradicionales- de las prcticasde legos (autotratamiento) que por sussimilitudes en cuanto al uso de cataplasmas,ventosas y numerosos remedios de origenvegetal y rituales teraputicos de raigambrecatlica suelen confundirse, introduceadems la categora de medicinas religiosasque por su especificidad y su conexin conreligiones particulares, a nuestromodo de ver,no es conveniente incluir en la categora deterapias alternativas, como lo han hechoalgunos autores bajo el rtulo de terapiasespirituales (Franco y Pechi, 2003).Finalmente, este nmeromayor -si se quiere-de categoras nos permite comprobar qumedicinas son realmente traslapadas, culesdejadas de lado y por qu sectores encontextos locales multitnicos ypluriculturales.

    Como dijimos, en nuestro pas son

  • 125REFLEXIONES SOBRE LACLASIFICACIN DE MEDICINAS. ANLISIS (...)

    medicinas tradicionales el shamanismo y elcuranderismo. La ltima es por lejos la msdifundida, se trata de una oferta comn enreas rurales y urbanas. En grandes lneas,sus nociones y prcticas sintetizan3 antiguossaberes biomdicos -muchos de ellos deorigen humoral- saberes y prcticas detradicin popular -aportados por losmigrantes- y una terapia ritual en su mayorade raigambre catlica (IdoyagaMolina, 1999/2000 y 2002a). Entre los antiguos saberesbiomdicos, se destaca una terapia quecalifica los males y los remedios en clidosy fros, se trata de conocimientos originadosen la medicina humoral, aunqueprofundamente reformulados, como hanotado Foster (1994) en relacin conpoblaciones de Mxico e Idoyaga Molina(1999b y 1999/2000) en relacin con nuestropas. La influencia de otras teoras de origenbiomdico -aunque hoy dejadas de lado porla medicina acadmica- se observa, porejemplo, en los saberes y prcticasrelacionados con el mal denominado nervios(Idoyaga Molina, 2002b; Idoyaga Molina yLuxardo, 2003 y 2004), taxn reconocido porla biomedicina hasta comienzos del sigloXX.

    Al hablar del saber popular de losinmigrantes, nos referimos a las tradicionesaportadas por europeos -especialmenteespaoles e italianos- en lo que hace alreconocimiento diagnstico y tratamiento detaxa vernculos como el mal de ojo, mal aire,pasmo, susto, empacho, tiricia, culebrilla,pulso, pata de cabra, brujera o mal hecho,abertura de carnes, entre muchos otros. Ellono quita que muchos de los saberes sobreestas enfermedades y creencias no hayan sidoconocimiento de elite en el siglo XVI. Lateraputica ritual incluye rezos, invocaciones,pedidos y encendidos de velas a la deidades

    cristianas, la utilizacin y consumo de aguabendita, la triple repeticin de acciones (quemanipula el poder del nmero tres, el que hadevenido en nmero sagrado por suasociacin con la Trinidad), el uso de agua yaceite, el sahumado de los pacientes y de losespacios corrompidos y la ejecucin de laseal de la cruz, smbolo de vida yrestauracin (Idoyaga Molina, 2001).Teraputicas rituales de raigambre no catlicase advierten, por ejemplo, en el tratamientode la tiricia, la agarradura -prdida de energa-producida por Pachamama -laMadre Tierra-y otras entidades (Idoyaga Molina, 2001 y2002 c). Especialmente en el NOA, es dondese advierte la incorporacin de elementosindgenas en las prcticas curanderiles.

    Lo dicho no implica negar la dinmicahistrica, ni los procesos de cambio,obviamente curanderos y curanderasincorporan y refiguran constantementediversos elementos, tipos de servicios yconocimientos que les permiten adaptarse alnuevo contexto local y global, convirtindoseen una opcin apreciada por individuos detodos los niveles socioeconmicos yeducacionales.

    El shamanismo es la medicina tradicionalde las sociedades indgenas del Gran Chaco-Pilag, Toba, Mocovi, Wich o Mataco,Chiriguano, Chan, Chorote, Chulup yTapiete- de Misiones -Guaran- y del sur -Mapuche-. Obviamente, se trata deinstituciones muy diferentes segn losdiversos grupos tnicos y que adems hanexperimentado cambios para adaptarse a lastransformaciones de la situacin de contacto(Turner, 1988)4. La poblacin del NOAvisita a shamanes ocasionalmente y recurrea especialistas afamados, como es el caso deAnselmo, un sanadorWich de Embarcacin

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    (Salta).Entendemos por medicinas religiosas o

    curas religiosas a diversas nociones yprcticas realizadas en cultos, rituales y otrasactividades destinadas a la sanacin corporaly espiritual de los solicitantes. Dichasactividades se realizan tanto en los contextosreligiosos institucionales como en atencionesde especialistas que pueden no serreconocidos oficialmente o no pertenecer aalguna Iglesia institucionalizada (Viturro,1998). Las acciones teraputicas incluyengrupos de oracin, sanaciones en los cultos,sanaciones en consultas privadas, entre otras.En otras palabras, la atencin religiosa cubreuna amplia gama de posibilidades, tal comolo plantean Csordas y Kleinman (1996) alintroducir el concepto de religious healing.En la Argentina se trata de las prcticas yrepresentaciones propias de los cultos y otrasactividades conexas de los gruposevanglicos, pentecostales, catlicos -especialmente los carismticos- yafroamericanos (umbanda). Estas incluyenactividades teraputicas y en general eltratamiento de la afliccin. Las Iglesiaspentecostales y evanglicas han captadofieles especialmente de los sectores popularestanto rurales como urbanos. En este caso laidentidad y adscripcin religiosa sueleconvertirse en un factor fundamental aldecidir la seleccin o combinacin deterapias, los fieles de estas Iglesias siguiendolos consejos de sus pastores rechazan elcuranderismo y tampoco concurren a lascuras carismticas ni a otras ofertas dentrodel catolicismo (Idoyaga Molina, 1999a). Elimpacto de los carismticos y otros gruposcatlicos se advierte en toda la poblacin conindependencia de factores socioeconmicosy niveles de instruccin (Viotti, 2003). Los

    cultos afro estn ampliamente difundidos enlos medios urbanos del Gran BuenosAires ydel litoral del pas, han reclutado entre susfieles sobretodo a individuos pertenecientesa los sectores populares (Frigerio y Carozzi,1992). No obstante, sus servicios -limpias,adivinacin y otros trabajos- sonrequeridos por individuos de los msdiferentes niveles socioeconmicos, inclusopor individuos de sectores socioeconmicosaltos y con buen nivel de instruccin. En elNOA y Cuyo los cultos afro y las prcticasligadas a ellos estn menos difundidas, sonde carcter citadino y de alto costo, por loque recurren a los servicios de esta ofertaindividuos de sectores altos y medios.

    Definimos como terapias o medicinasalternativas a las globalmente difundidas enlos ltimos tiempos y habitualmenteasociadas a los fenmenos de new age, talescomo el reiki, la reflexologa, la medicinaayurvdica, la aromaterapia, la cromoterapia,la gemoterapia, la acupuntura, la terapia devidas pasadas, etc. La oferta de medicinasalternativas es de costos elevados, apareceen elmedio urbano y apunta a captar usuariosde sectores medios y altos, entre los que severifica gran aceptacin. Aspectos que laubican por fuera de las posibilidades de lamayora de los pobladores rurales y de lossectores populares urbanos a pesar de quenociones como las de energa, armona,espiritualidad, la explicacin de laenfermedad y la salud como resultado dediversos equilibrios y desequilibrios entreentidades y energas de las personas, entre elindividuo y su medio social y ambiental, sonbien recibidas y fcilmente interpretadas enel marco de los conceptos y prcticastradicionales.

    El autotratamiento es la primera opcin

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    teraputica en la inmensa mayora de lassociedades (Kleinman, 1980). En relacincon nuestro pas es conveniente distinguir elautotratamiento tradicional omedicina caserade otras posibilidades. Es la prctica llevadaa cabo por legos en el contexto de la familia,la comunidad o el vecindario. Incluye unvasto conocimiento acerca de las propiedadesteraputicas de vegetales y de algunoselementos animales y minerales y otrasantiguas tcnicas de origen biomdico comoel uso de cataplasmas, ventosas, parches,blsamos, baos de asiento, sangras,enemas, entre otras. Las recetas en sumayora de origen vegetal y las tcnicasmencionadas se describen en trminos de laclasificacin de las enfermedades y losremedios en clidos y fros, vale decir que setrata del mismo tipo de conocimientos conraigambre en la medicina humoral y otrasantiguas teoras biomdicas que poseen loscuranderos (Idoyaga Molina, 1999b y 1999/2000). La prctica del autotratamiento omedicina casera incluye adems la cura depalabra o ensalmos, se trata de frmulas quese trasmiten en Noche Buena, la vspera deSan Juan o en Viernes Santo y que semantienen en secreto. Las oraciones,mayoritariamente, aluden a pasajes de la vidade Cristo en los que cura algn enfermo,refieren a santos que han padecido laenfermedad que se trata de curar y sueleninvocar a la Virgen y al Dios cristiano. Laeficacia de las frmulas se debe a queactualizan el poder y las acciones de lasdeidades mencionadas, en ltima instanciala eficacia y la sanacin revelan la voluntadde la divinidad (Idoyaga Molina, 2001). Laterapia usualmente combina frmulas depalabra con recetas y otras tcnicas segn elmal de qu se trate (Idoyaga Molina, 2001 y

    2002a; Krause, 1997). Esta medicina sepractica en las aldeas rurales y perviveaunque los individuos migren a contextosurbanos (IdoyagaMolina et al., 2003). Es unaprctica gratuita que slo exige un sistemade reciprocidades indirectas (Mauss, 1972)en el interior de la comunidad.

    Entre los sectores medios y altos elautotramiento ms comn incluye el consu-mo de frmacos de laboratorio, sin que me-die una consulta y prescripcin delbiomdico, se recurre a determinadosfrmacos siguiendo los consejos de familia-res y amigos. En las reas rurales la admi-nistracin de estos frmacos queda en ma-nos de los agentes sanitarios en los centrosde salud. El autotratamiento puede ser tam-bin religioso, en este caso incluye el rezo,las promesas a santos y vrgenes y las pere-grinaciones. Pareciera que es una accin co-mn en casos de gravedad con independen-cia del sector social y la posicin econmicadel sufriente. Existe adems unautotratamiento alternativo, se trata de algu-nas tcnicas de prevencin y tratamiento delas enfermedades a travs delmanejo de ener-ga, que los individuos pueden ejecutar enforma aislada despus de haberlas aprendi-do en cursos de control mental, yoga y otrasprcticas alternativas. En sntesis, podramossealar que los diversos tipos de medicinasproducen diversos tipos de autotratamientoen relacin con sus respectivos paradigmas.

    La biomedicina pretende llegar en formagratuita a toda la poblacin a travs de lasprestaciones brindadas en hospitales y cen-tros de salud. Dichos servicios de compleji-dad diversa ofrecen tratamientos biomdicosen su versin aloptica y psicoteraputica,especialmente en su versin psicoanaltica.El nivel global de esta oferta no alcanza ha-

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    bitualmente al de los sistemas mdicos pre-pagos en lo que hace a la diversidad de losservicios brindados, la capacidad tecnolgi-ca instalada, el nivel de asepsia, lapersonalizacin en la atencin, la cantidadde trmites que necesita la consulta y el tiem-po insumido para que se concrete la aten-cin. En otras palabras, el acceso a cierto tipode cirugas, de tratamientos odontolgicos,de tecnologas diagnsticas, la calidad deltrato que se recibe y el tiempo que insumela consulta depende del tipo de cobertura quetengan los usuarios y de la regin en quehabiten. Esto no slo sucede en Argentina,aun en pases centrales, como Estados Uni-dos, la calidad de los servicios brindados alos pobres y a los individuos de los sectoressociales ms bajos es inferior a la que alcan-zan los individuos de sectores altos(Loustaunau y Sobo, 1997). Ello no quita queciertos hospitales pblicos, habitualmentelocalizados en Buenos Aires, no figuren en-tre los mejores respecto de determinados ser-vicios en cuanto capacidad tecnolgica ins-talada y en el nivel de los profesionales.

    Los sistemas prepagos de ms alto costogeneralmente permiten a los usuarios acce-der a la medicina homeoptica y a una msvasta gama de psicoterapias, que adems delpsicoanlisis, incluye terapias cognitivas,transpersonales y de otros tipos. Sin embar-go, dado que individuos de todos los secto-res sociales y econmicos se valen de lacomplementariedad teraputica y de la com-binacin de medicinas, puede pensarse que,las diferencias de los servicios biomdicos alos que acceden unos y otros, no es un factorde primordial importancia a la hora de selec-cionar entre las ofertas de salud.

    Unbosquejo de selecciones, combinacionesy preferencias mdicas en la Argentina

    Teniendo en cuenta contextos locales, ca-ractersticas culturales, tnicas ysocioeconmicas, no es posible hablar deAr-gentina sino que es necesario distinguir re-giones, sectores sociales, econmicos y gru-pos tnicos. En este es sentido, debemos ais-lar diferentes grupos que pueden operarmetodolgicamente como unidades de an-lisis en virtud de su homogeneidad cultural,tnica o socioeconmica segn regiones.

    Desde esta perspectiva, podramos hablarde la poblacin rural o semi-rural de culturacriolla del NOA, NEA, Cuyo, regin delCentro, rea pampeana, litoral y migrantesde estos lugares al rea metropolitana, comoun conjunto. En este caso, la poblacin noconcurre a todas los medicinas enumeradas,sino que atiende mayoritariamente su saludmediante el traslapo del autotratamiento (tra-dicional y en menor medida religioso), labiomedicina, el curanderismo, a las que pue-den sumarse las sanaciones religiosas. Lositinerarios teraputicos nos muestran que lamayora de las dolencias se tratan inicialmen-te a travs del autotratamiento. Vale decir, elautotratamiento es la primera opcin terapu-tica, al igual que en la mayora de las socie-dades (Kleinman, 1980). De no solucionarseel problema en dicho contexto, lo ms fre-cuente es consultar al curandero o albiomdico o a ambos a la vez. Suele sumar-se tambin la cura religiosa, especialmentela carismtica y la evanglica (IdoyagaMolina, 1999a, 2000, 2002a; IdoyagaMolinay Krause, 2001/2). No obstante, debemoshacer algunas precisiones. En el nordesteAr-gentino, en las provincias de Chaco yFormosa o en el Chaco salteo, la poblacin

  • 129REFLEXIONES SOBRE LACLASIFICACIN DE MEDICINAS. ANLISIS (...)

    criolla suele tambin consultar a shamanesindgenas, en virtud de lo que podramosdenominar factores coyunturales- tales comocercana, conocimiento, fcil acceso y dis-ponibilidad-, incluso algunos de ellos han al-canzado cierta fama tanto entre aborgenescomo criollos. Se trata de cierto reconoci-miento local y no del prestigio de unAnselmo, sanador Wich de Embarcacin(Salta), cuya fama ha trascendido su etnia ysu regin; Anselmo atiende a poblacin delNOA de todos los niveles sociales, econ-micos y de instruccin. Pentecostales y evan-glicos slo utilizan las terapias que ofrecensus Iglesias, mientras que los catlicos si bienprefieren las ofertas de su credo concurrentambin a las primeras. La otra oferta reli-giosa, la umbanda, es popular entre sectoresde bajos recursos y escaso nivel de instruc-cin en el conurbano bonaerense, el litoral yel nordeste, por el contrario en las otras re-giones -como el NOA o Cuyo- es una op-cin difundida entre individuos pertenecien-tes a sectores altos y medios. En el rea Me-tropolitana, las personas instruidas y de altonivel socioeconmico suelen consultarespecialitas del umbanda pero no con finesestrictamente teraputicos. Finalmente, lasterapias alternativas no integran las medici-nas traslapadas ya que son por lo general sonde alto costo y slo se ofrecen en las ciuda-des capitales o de cierta importancia, la po-blacin rural o migrante a las ciudades co-noce este tipo de oferta a travs de la propa-ganda, programas de radio o de televisin y,si bien en muchos casos manifiestan interso deseos de concurrir, no cuentan con losmedios econmicos para acceder a estos tra-tamientos. Entendemos que el inters quedespiertan se debe a que nociones como lasde energa, armona o espiritualidad y las teo-

    ras etiolgicas sobre la enfermedad comodiversos desequilibrios son fcilmenteinterpretables en el marco de los conceptosy prcticas tradicionales (Idoyaga Molina,1999a). En el dominio de las alternativas, unasituacin levemente diferente se registra enel rea metropolitana donde existen ofertasgratis o muy baratas de yoga, cuya prcticase ha extendido entre individuos de todos lossectores sociales y niveles de instruccin.

    De las opciones biomdicas, las reas detraumatologa y ciruga son las ms requeri-das y respetadas, mientras que el mayor re-chazo se registra en las ofertaspsicoteraputicas (Idoyaga Molina, 1999a,2000, 2002a), tal como sucede en otros lu-gares (Good, 1987; Bacigalupo, 1996).

    Si consideramos como grupo a los indivi-duos de altos ingresos y buen nivel de ins-truccin, es notorio que son los que traslapantodos los tipos de medicinas enunciados, losque concurren a mayor cantidad de especia-lidades y de especialistas. Hecho que no debesorprendernos ya que se trata de un fenme-no repetido (Downer et al., 1994; Douglas,1998; Eisenberg, Kessler et. al., 1993;Eisenberg, Davis, Ettner et al., 1998; Francoy Pechi, 2003; IdoyagaMolina, 2002; Lernery Kennedy, 1992). En el rea metropolitanaes comn combinar la biomedicina con elautotratamiento, las teraputicas religiosas,las alternativas y menos frecuentemente conlos curanderos tradicionales. Hablando siem-pre de personas del mismo nivelsocioeconmico y de instruccin, la situa-cin es muy diferente en las otras reas, don-de las visitas a los curanderos son tan o msfrecuentes que a las otras medicinas. Enten-demos que ello se debe a la cotidianeidadque tienen las prcticas y las experiencias decuranderismo en el interior del pas entre los

  • 130 ANATILDE IDOYAGAMOLINA

    individuos de todos los nivelessocioeconmicos. En otras palabras, elcuranderismo es parte de la experiencia, delos fenmenos vividos que integran el patri-monio cultural de las sociedades regionalesms all de las diferencias socioeconmicasy educativas. No sucede lo mismo respectode los shamanismos practicados en las so-ciedades indgenas, que en ciertas reas delNOA y del NEA seran una oferta plausible.En lo que hace al rea Metropolitana la me-nor aceptacin del curanderismo se asociacon algunas tcnicas -por ejemplo, la suc-cin- que suelen producir rechazo por leja-na cultural. En fin, la mayor aceptacin o elmayor rechazo de los especialistas tradicio-nales en esta rea se asocia con la puesta enescena que haga el sanador o sanadora, in-cluido el lugar de atencin. En lneas gene-rales, puede decirse que sonms exitosos lossanadores que incluyen en sus discursos yexplicaciones nociones provenientes delcampo alternativo, tales como las de ener-ga, karma y armona, entre otras.A la vez esrelevante que la vivienda del sanador luzcacomomnimamente adecuada de acuerdo conlos criterios de los actores sociales que la fre-cuentan. De cualquier modo, entre curande-ros de todas partes se dejan ver las influen-cias globales a travs de la incorporacin detrminos y saberes de medicinas alternativase imaginarios de la new age.

    El rechazo al curanderismo, con indepen-dencia de niveles sociales, econmicos y deinstruccin se advierte en los fieles de lasiglesias evanglicas y pentecostales, institu-ciones que oficialmente denuestan la medi-cina tradicional, integrndola en su discursoal mbito de las acciones demonacas. Lamisma posicin se registra frente a las ofer-tas y prcticas de las religiones afro-ameri-

    canas.Entre las terapias religiosas catlicas y

    evanglicas figuran los grupos de oracin,las entrevistas individuales con sanadores, losrituales colectivos, las misas, entre otras po-sibilidades. Los sanadores pueden ser curas,pastores, aunque incluso pueden ser muje-res, como lo muestra el caso de Isolina, unamuy afamada sanadora carismtica delconurbano bonaerense (Viturro, 1998). Comodijimos, los umbanda suelen ser consultadospero ms por otros temas -videncias, limpie-zas, daos- que por razones mdicas.

    La gama de terapias alternativas muestrauna diversidad de oferta importante, espe-cialmente en el rea Metropolitana en com-paracin con las ciudades del interior, estaincluye yoga, acupuntura, reiki, reflexologa,masoterapia, medicina ayurvdica, dietamacrobitica, shiatsu, terapia de vidas pasa-das, aromaterapia, cromoterapia, tnelfotnico, neoshamanismo, entre otras. Sinduda el yoga es la ms difundida y aceptada,aunque son opciones frecuentes tambin elreiki, la acupuntura, los masajesbioenergticos y, en menor medida, la tera-pia de vidas pasadas. A opciones como elneoshamanismo -por ejemplo- suelen acce-der quienes tienen una larga experiencia enlos tratamientos alternativos (IdoyagaMolina, 1997 b). Estas medicinas se usantanto con fines preventivos como teraputi-cos, a veces en forma independiente y otrasen combinacin con la biomedicina. En al-gunos casos, la seleccin y combinacin deuna alternativa resulta de la recomendacindel biomdico. En efecto, el yoga, laacupuntura y el reiki suelen recomendarse apacientes con artritis o problemas seos, pre-sin arterial, lceras, ansiedad y otras dolen-cias. El extremo opuesto es el de algunos

  • 131REFLEXIONES SOBRE LACLASIFICACIN DE MEDICINAS. ANLISIS (...)

    usuarios que slo combinan distintas alter-nativas de acuerdo con sus preferencias yestados de salud particulares, sin consultar ointeresarse en las perspectivas de losbiomdicos.

    El autotramiento en personas pertenecien-tes a sectores de ingresos medios y altos yalto nivel de instruccin incluye el consumode frmacos de laboratorio siguiendo los con-sejos de familiares y amigos, remedios deherboristeras -preparados para infusiones,pomadas, ungentos-, ejercicios de relaja-cin, respiracin, posiciones y otras tcni-cas de prevencin y tratamiento de enferme-dades que los individuos pueden ejecutar enforma aislada, despus de haberlas aprendi-do en cursos de control mental, yoga y otrasprcticas alternativas. El autotratamientopuede ser tambin religioso, en este caso in-cluye el rezo, novenas, las promesas a san-tos y vrgenes y, en menor medida, las pere-grinaciones. Finalmente, tambin verifica-mos la utilizacin de frmulas para curar depalabras, incluso la existencia de legos co-nocedores de dichas frmulas que actan asolicitud de parientes y amigos (Brandi,2002). En sntesis, entre los individuos desectores altos se puede hablar de unautotratamiento de raigambre tradicional, unautotratamiento alternativo, un autotrata-miento religioso y un autotratamiento confrmacos alopticos.

    En el reaMetropolitana, entre individuosde sectores socioeconmicos medios y altosse han comprobado preferencias ycombinaciones excluyentes entre labiomedicina y las terapias alterativas o entrela biomedicina y las curas religiosas (Saizar,2003 a y b). Diferencias que explicamos atravs del concepto de estilos de pensar oestilos culturales propuesto por Douglas

    (1998). En trminos de estilos de pensar,entre sectores instruidos y de nivel socio-econmico medio o alto, creemos que sepueden distinguir cinco estilos culturales: a)un grupo que prefiere la biomedicina y esrenuente a utilizar otro tipo de terapia, b) ungrupo que privilegia la combinacin entre labiomedicina y las medicinas alternativas, c)un grupo que privilegia la combinacin entrela biomedicina y las terapias religiosas, d)un grupo que combina la biomedicina conlas religiosas, las alternativas y lastradicionales (curanderismo) y e) un sectorque evita la biomedicina en todo lo posible.Todos los grupos sugeridos recurren, porsupuesto, al autotratamiento.

    Siguiendo con nuestro bosquejo, una uni-dad diferente en virtud de la pertenenciatnica est conformada por los grupos ind-genas del Gran Chaco, Misiones y el Sur. Apesar de sus diferencias culturales estas so-ciedades se distinguen por la vigencia delshamanismo y por haber desarrollado prc-ticas teraputico-rituales en los contextos delas iglesias de raigambre pentecostallideradas por los nativos. Las estrategias decomplementariedad teraputica entre los in-dgenas combinan el shamanismo, las curasrituales de origen pentecostal, la biomedicinay el autotratamiento. El autotratamiento in-cluye la preparacin de remedios en su ma-yora de origen vegetal. En la zona del Cha-co, dichas prcticas dejan ver la influenciade los saberes de los criollos del lugar(Idoyaga Molina, 1997a).

    Considerando las caractersticas de lasdolencias y no ya de los dolientes, podemosafirmar que la combinacin de la biomedicinacon el yoga es recurrente entre individuoscon malestares de columna, artritis, diabetesy trastornos de ansiedad. El reiki suele com-

  • 132 ANATILDE IDOYAGAMOLINA

    binarse en el caso de dolientes con proble-mas cardacos, parkinson y depresin. En lositinerarios teraputicos de sufrientes de en-fermedades que pueden ser letales como elcncer se advierten ciertas caractersticasparticulares, tales como: a) que existen tera-pias especficas para este mal como lacrotoxina, hansi y cresenti, aun formas deautotratamiento particulares como el consu-mo de gorgojos (colepteros: ColeoteroPalembus Dermestoides) y b) que algunasde las terapias tienen base cientficas o seudocientficas como la crotoxina, elmtodo hansiy el cresenti, que son sugeridas y practica-das por biomdicos. Lo expuesto no quitaque muchos pacientes oncolgicos optentambin por el yoga, el reiki o los masajesbioenergticos, entre otras.

    Respecto del tipo de dolencia padecidoestamos tambin en condiciones de afirmarque la mayor combinacin teraputica se daen dolientes de lo que Laplantine (1999) hadenominado las nuevas enfermedades, aque-llas que no son explicables en trminos delosmodelos de enfermedad de la biomedicinay que son las que padecen la mayora de lospacientes no slo en Francia -donde entre el65% y el 85% de los consultantes padecende estos males (Op. cit.) sino tambin ennuestro pas. La gravedad del mal no es unfactor que incida en la cantidad de medici-nas frecuentadas, hiptesis que presumamosy no corroboramos.

    Ms all de las diferencias entre los gru-posmencionados, el desarrollo de estrategiasde complementariedad teraputica es un he-cho comn que no tiene que ver con diferen-cias de gnero, diferencias de instruccin,diferencias de grupos de edad. Las diferen-cias entre los distintos itinerarios teraputi-cos tiene que ver mayormente con diferen-

    cias tnicas, diferencias culturales o socio-econmicas.

    Si bien excede el objeto de estas pginas,comprobada la combinacin de medicinas,la vigencia de medicinas tradicionales y lapreferencia por terapias alternativas en unagran variedad de contextos socioculturalesnos lleva a decir dos palabras acerca de lasexplicaciones que se han tentando para darcuenta del fenmeno.

    En lo que hace a la vigencia de las medi-cinas tradicionales y la expansin de las al-ternativas se han argumentado diferentes as-pectos que hacen a la concepcin de la per-sona, la corporalidad, las teoras etiolgicasde la enfermedad y la eficacia teraputica.As, se ha sealado que las dolencias de otrassociedades no caben en el modelo biomdicode enfermedad (Gatere, 1980; Singer, 1977);que la experiencia de la enfermedad (illness)es algo diferente a la concepcin biolgicade la misma (desease) (Leslie, 1980); que lacomplejidad de las nociones tradicionales deenfermedad involucra la activacin de fuer-zas sobrenaturales (Janzen, 1978), fenme-nos de brujera, hechicera y acciones de losseres mticos (Mbiti, 1970), nociones queadems implican a entidades diferentes delcuerpo biolgico como almas, cuerpo social,etc. (Swantz, 1979) y que, por ende, requie-ren de terapiasmuy diferentes a la biomdica(Mbiti, 1970); que las medicinas tradiciona-les son accesibles y aceptadas en las socie-dades nativas (Nchinda, 1976); que la elec-cin teraputica se debe a factores estructu-rales -representaciones sociales sobre la en-fermedad y la terapia- y factores coyuntura-les -disponibilidad, consejos de familiares,etc.- (Fassin, 1992); que la cultura mdicahegemnica presta poca atencin a la saludde los pobres (Elling, 1981); que la identi-

  • 133REFLEXIONES SOBRE LACLASIFICACIN DE MEDICINAS. ANLISIS (...)

    dad tnica es un aspecto relevante en el mo-mento de optar por una terapia (Kunitz,1981); que las terapias alternativas y tradi-cionales despiertan un genuino inters comosolucin a enfermedades repentinas, inexpli-cables o persistentes (Alburquerque, 1979;Varner y Candless, 1979), que muchos pa-cientes prefieren opciones ms delicadas ymenos intrusivas que la terapia biomdica oque la seleccin depende de estilos de pen-sar (Douglas, 1998), que la aceptacin de unagran variedad de otras medicinas denota uncarcter chic (Atkinson, 1979); que la curaespiritual que se ofrece en las iglesias cris-tianas, incluso las iglesias catlicas es de re-levancia (Vecsey, 1978), que hay eficacia enlas otras medicinas.

    Para dar cuenta del crecimiento y el inte-rs por los tratamientos alternativos en con-textos urbanos e instruidos, incluso de pa-ses desarrollados, se ha mencionado ade-ms que este fenmeno se debe a un mayoracceso a informacin sobre temas de salud;a la eficacia comprobada de otrasmedicinas5,incluso de tcnicas de relajacin y de curasrituales; al carcter holstico de las terapiastradicionales y alternativas; a las diferenciasentre el paradigma biomdico y el psicosocialde atencin de la salud (Good, 1987;Kleinman, 1978; Swift yAsuni, 1975); a losaspectos adversos de la biomedicina, talescomo el efecto secundario de muchas dro-gas y el carcter corporalmente intrusivo yfsicamente violento de muchas de las tcni-cas diagnsticas y teraputicas; alcuestionamiento de algunas aproximacionesy asunciones de la medicina aloptica; a loscambios en los valores que redundaron enmenor tolerancia al paternalismo biomdico;a la incapacidad de la alopata para tratar lasllamadas nuevas enfermedades (Douglas,

    1998; Csordas y Kleinman, 1996; Good,1994a; Good, 1987; Idoyaga Molina, 1999ay 2002a; Kallinsky y Arre, 1996;Laplantine, 1999; WHO, 2002). Otros auto-res (Good, 1994a y Kleinman, 1988 y 1991;Kleinman et al, 1994) han sealado la im-portancia de las experiencias de enfermedady sanacin, en cuanto desencadenantes debsquedas de sentido y de marcos explicati-vos.

    La eficacia de las otras medicinas o tcni-cas teraputicas ha sido constatada empri-camente (WHO, 2002), considerada comodato, en cuanto afirmacin de los nativos oactores sociales, o interpretada de muchasformas. Entre esta amplia gama de explica-ciones figuran: la ya clsica eficacia simb-lica (Levi Strauss, 1968), el efecto placebo yla sugestin (Calestro, 1972), la catarsis(Scheff, 1979), el efecto teraputico de lasredes sociales que se ponen en movimientoen la atencin de la enfermedad (Turner,1968; Crapanzano, 1973), el argumentotransaccional que pone el acento en el indi-viduo como totalidad (body y self) en el pro-ceso de cura (Scheper-Hughes y Lock, 1987;Kleinman, 1988; Csordas, 1990 y 94) y laexplicacin a travs del concepto de persua-sin, usado especialmente para dar cuenta decuras rituales que ponen el acento en lasperformances como elemento fundamentalde la eficacia (Bourguignon, 1976; Kapferer;1979; Tambiah, 1981; Csordas, 1983;Schieffelin, 1985). Una postura similar a laanterior se advierte en las teoras que hacenhincapi en la experiencia corporal, la movi-lizacin de las emociones y el compromisoy la transformacin del individuo en la ac-cin ritual (Csordas, 1990 y 94; Desjarlais,1992; Devisch, 1993; Laderman, 1991;Laderman yRoseman, 1995; Roseman, 1991;

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    Turner, 1992).En fin, para dar cuenta de las preferencias

    y combinaciones teraputicas en contextoslocales es necesario tener presente distintosfactores que poco tienen que ver con las tra-dicionales variables socio-demogrficas -g-nero y edad-; se trata de factores que mues-tran la importancia de aspectossocioeconmicos, culturales, tnicos y edu-cativos. Hemos visto que son los individuosde mayor poder adquisitivo y mayor instruc-cin los que concurren a mayor cantidad deterapias y de especialistas y adems, quie-nes pueden llegar ms lejos en busca de unanueva posibilidad teraputica, aunque que-de a kilmetros de donde la persona residehabitualmente. El nivel de educacin es tam-bin un factor relevante; son los individuoscon mayor nivel de instruccin los que com-binanmayor nmero demedicinas yms fre-cuentemente optan por medicinas alternati-vas en desmedro de la biomedicina. Entre estetipo de individuos se advierten distintos es-tilos de pensar, que se marcan en preferen-cias recurrentes por tipos de medicinas, asciertos individuos privilegian lacomplementariedad con (o entre) las medi-cinas alternativas, otros prefieren las curasreligiosas, mientras que otros tientan con to-das las ofertas.

    La identidad religiosa es de espacial im-portancia en lo que hace a la seleccin deterapias asociadas a los credos de las Igle-sias. En efecto, evanglicos y pentecostales-con independencia de su estatussocioeconmico y su nivel de instruccin-eligen las curas rituales de su Iglesia, no con-curren a rituales catlicos y denuestan elcuranderismo al igual que los cultosafroamericanos. Factores regionales mues-tran el carcter socialmente transversal del

    curanderismo en el interior del pas frente auna menor aceptacin entre los individuosde sectores altos y medios del rea metropo-litana.

    El padecimiento de ciertos males tambinse asocia con ciertas combinaciones, comosucede con los enfermos de cncer que entrelas tcnicas del autotratamiento consumengorgojos y aceptan terapias no avaladas porla medicina oficial, pero que son practicadaspor biomdicos, que se fundan en discursoscientficos (o seudo cientficos) y que poseenuna visin aloptica de la enfermedad y laterapia, tales como la crotoxina y el hansi.Por estas caractersticas no consideramos al-ternativas a estas terapias sino ofertasheterodoxas de la biomedicina. Cambiandode dolencia, es notorio quemuchos sufrientesde artritis practican yoga y reiki.

    La fama de algn sanador es un factorcoyuntural que puede generar itinerarios te-raputicos que no siguen los modelosdescriptos como sucede con Anselmo -elshamn Wich o mataco, cuya fama ha tras-cendido ms all de su etnia y de su aldea-,Josefa -curandera de Iglesia (San Juan) queera visitada por enfermos provenientes denumerosos lugares y diversos sectores socia-les- o un sacerdote carismtico de Santa Fe -quin era visitado por multitudes provenien-tes de los ms dispares rincones del pas.

    No suele suceder lo mismo con losshamanes indgenas ya que las comunidadesaborgenes usualmente estn alejadas de losgrandes centros urbanos y, a la vez, losshamanismos son prcticas y concepcionessobre el cuerpo, la salud y la terapia muyalejadas y desconocidas por los sectoresmedios y altos de las poblaciones urbanas.

    A la vez los grupos aborgenes -especial-mente los mapuches y guaranes- resguardan

  • 135REFLEXIONES SOBRE LACLASIFICACIN DE MEDICINAS. ANLISIS (...)

    y hasta ocultan estos saberes y prcticas aquienes no pertenecen a su etnia o a quienesno tienen con ellos un trato inmediato y co-tidiano.

    Entre los factores culturales vimos los quehacen a la identidad religiosa y a los estilosde pensar, sin embargo hay otros factores deesta ndole que inciden en la seleccin y com-binacin de medicinas. Nos referimos a lasconcepciones sobre el cuerpo y la persona,las teoras etiolgicas de la enfermedad y lossaberes y acciones que se definen como te-raputicos. Si consideramos, por ejemplo, lapoblacin criolla -especialmente rural- decualquier parte del pas debemos mencionarla existencia de ciertos taxa vernculos comoel susto, los nervios, el mal de ojo6, que im-plican una idea de persona integrada por uncuerpo y ciertas entidades -espritu, alma,nombre- y teoras etiolgicas de la enferme-dad como desequilibrios emocionales,desequilibrios entre las entidades que inte-gran la persona -el susto supone la prdidadel alma o el espritu- y desequilibrios cau-sados por las energa de otros individuos.Males que deben ser tratados en el contextode la medicina o el autotramiento tradicio-nales, ya que son los curanderos o legos quie-nes conocen no slo los remedios sino tam-bin las tcnicas teraputico-rituales, cuyaejecucin es imprescindible para recuperarla salud. Por ejemplo, uno de nuestros infor-mantes despus de haber sufrido un accidenteen un automotor fue derivado al rea de trau-matologa de un hospital pblico, si bien es-taba conforme por la atencin recibida en elhospital, ni bien sali de all visit un curan-dero para que lo tratara del susto que le ha-ba causado el accidente. En otros casos, lasuma de medicinas no responde al hecho deque cada una de ellas trate diversos aspectos

    de la enfermedad como el citado ejemplo,sino que la combinacin apunta a la sanacinglobal de la persona, para decirlo rpido -v.g.- el ritual teraputico cura el dolor decabeza (o el sntoma que fuere) producidopor el mal de ojo, con independencia de quese hubiesen consumido (o no) o se estuvie-ran consumiendo (o no) frmacos de labora-torio por recomendacin de un biomdico opor decisin personal.

    No slo entre poblacin criolla y rural lasconcepciones relativas a la enfermedad, laterapia y la persona inciden en la seleccin ycombinacin teraputicas, en medios urba-nos y entre sectores medios y altos son co-munes teoras etiolgicas de la enfermedadque ponen el acento en desequilibrios ener-gticos, entre las entidades de la persona,entre el individuo y el ambiente social y na-tural. Vale decir, causas que slo pueden sertratadas y solucionadas en los contextosholsticos de los saberes y las teraputicasde las medicinas alternativas. En trminosgenerales, puede sealarse que lacomplementariedad de medicinas es vistacomo una estrategia que favorece la sanacinde cualquier dolencia, con independencia desectores sociales y niveles de instruccin delos usuarios.

    Conclusiones

    Segn vimos las categoras propuestas sonbsicamente de dos tipos: centradas en lasdiversas medicinas y centradas en labiomedicina. Las primeras son generadas porcientficos sociales y suelen hacer hincapien las medicinas como unidades ligadas agrupos sociales o culturas (Good, 1987;Idoyaga Molina, 1997a; Kleinman, 1980 y

  • 136 ANATILDE IDOYAGAMOLINA

    nuestra propuesta actual), se habla as demedicinas tradicionales, autotratamiento omedicina casera y biomedicina. Lascategoras medicinas tradicionales yautotratamiento son una suerte de moldeshuecos que se llenan con los contenidosparticulares de los contextos locales yregionales. Se trata de conceptos que piensanla atencin de la salud como el traslapo entredistintas medicinas entre las que puede estar,o no, la biomedicina. Las segundas son lasclasificaciones generadas por profesionalesde la salud. Estas hacen hincapi en terapiasespecficas, separadas de las medicinas quelas integran y las categoras propuestasexpresan la relacin de las terapiasparticulares con la biomedicina, por ejemplo,terapias complementarias, alternativas omedicinas no convencionales. La atencin dela salud no es pensada como el traslapo dedistintas medicinas, sino como una ofertacentrada en la biomedicina que puede incluiren ciertos casos algunas terapiascomplementarias, ms all de que algunosterapeutas ofrezcan otros tratamientos -segnlos biomdicos de eficacia no comprobada-y algunos individuos opten errneamentepor terapias alternativas.

    Algunas clasificaciones de cientficossociales destacan que el autotratamiento esun sistema coherente con significadosculturales compartidos intersubjetivamentepor los individuos de una sociedad.Mientrasque en las clasificaciones de profesionalesde la salud este tipo de medicina nuncaaparece ya que desde esta perspectiva no essignficativo que una prctica no biomdicasea realizada por un especialista o por unlego. Las prcticas del autotratamiento sonclasificadas como terapias complementarias/alternativas e incluidas en algn subgrupo

    concreto.Nuestro aporte consiste en agregar a las

    categoras biomedicina, autotratamiento ymedicinas tradicionales las categoras demedicinas alternativas y religiosas, ya queesta clasificacin nos permite dar cuenta dela incidencia de factores culturales, socio-econmicos, tnicos, regionales, niveles deinstruccin, del tipo de mal del enfermo, delos alcances y lmites de la biomedicina enel tratamiento de diferentes dolencias, endiferentes regiones y en diferentes unidadesde salud.

    Estas categoras nos permiten ademsdistinguir la oferta total de medicinas de unrea local (ya fuere de poblacin homogneao de poblacin multitnica y pluricultural)de las medicinas realmente traslapadas,articulando los factores arriba mencionados.Dicho de otro modo, las posibilidades quebrinda la variedad de la oferta, no implicanque todos los individuos seleccionen,prefieran o combinen las mismas medicinas,ni que las selecciones o combinacionesparticulares respondan a losmismosmotivos.

    Las sistematizaciones concretas quehemos analizado proponen categoras quedenotan lo que se piensa -conciente yreflexivamente o inmediatamente y sinreflexin- sobre la complementariedadteraputica, la eficacia de las otras medicinasy los motivos de seleccin de una u otramedicina. Llevan implcitas ideas sobre loqu es curativo y lo qu no lo es, llevanimplcitas tambin representaciones sobre laenfermedad, la salud y la terapia. Algunasclasificaciones son altamente etnocntricasen cuanto giran en torno a la biomedicina; yes esta ltima a la que consideran verdaderay teraputica.

  • 137REFLEXIONES SOBRE LACLASIFICACIN DE MEDICINAS. ANLISIS (...)

    Notas

    1. Esta expresin poco feliz es del autor(Young, 1983: 1206).

    2. Un ejemplo de la dinmica del cambiode las medicinas tradicionales puedeverse por ejemplo en el anlisis deJanzen (1978) en relacin con los sis-temas de salud que operan en el Con-go.

    3. Tomamos el concepto de sntesis cul-tural propuesto por Taussig (1987),superador de la idea de sncresis, entanto da cuenta de la dinmica de cam-bio, pero no implica la trasformacinde dos tradiciones culturales que se fu-sionan y dan origen a una tercera, sinola puesta en movimiento de estructurasde pensamiento que se ponen en juegopara incorporar nuevas realidades, es-tructuras que finalmente suelenmodificarse.

    4. El concepto de situacin de contactofue introducido por Turner (1988) paradar cuenta de una relacin estructuraly cambiante que es impuesta a unaminora nativa -en situacin de opre-sin tnica- por una mayora blanca,que controla el poder en el estado na-cional.

    5. De acuerdo con la Organizacin Mun-dial de la Salud (2002) en distintos hos-pitales de pases centrales y, en algu-nos casos, en pases en vas desarrollose han realizado muestras, a travs delseguimiento de grupos de pacientes,que han permitido comprobar la efica-

    cia de las tcnicas de relajacin, respi-racin (prcticas del yoga y otras alter-nativas), as como de la acupuntura,entre otras terapias y medicinas.

    6. El susto incluye sntomas fsicos y emo-cionales como el llanto, la intranquili-dad, el insomnio, la cada del hueso xi-foides, la abertura del esternn y la dis-paridad del largo de las piernas, entreotros. En el NoresteArgentino (NOA),en el rea andina de Bolivia, Per,Ecuador y Colombia y en Mxico im-plica la prdida del alma (Barabas,2002; Estrella, 1996; Gillin, 1945;Idoyaga Molina, 2000 y 2002 b;Lagarriga, 1999; Len, 1963; ONell ySelby, 1968; Pags Larraya, 1967; Pal-ma, 1978; Prez de Nucci, 1989; Rubelet al., 1984, Seijas 1972; Valdizn yMaldonado, 1922), mientras que enotras reas de Argentina y en el Uru-guay no hay tal prdida y, por lo tanto,el susto no implica un desequilibrioentre las entidades que integran el in-dividuo (alma, espritu, cuerpo, nom-bre) sino slo los sntomas fsicos yemocionales mencionado