Reflexiones Sobre La Identidad

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1 REFLEXIONES SOBRE LA IDENTIDAD MICRORELATOS Como toda la literatura, los orígenes del microrrelato se asientan en la tradición oral; sin embargo, estos brevísimos cuentos cobran fuerza de la mano de grandes escritores contemporáneos. Con un golpe de inventiva y audacia, son ejercicios de escritura que nos permiten abordar el tema de la identidad, a veces, con humor, y otras, con una mirada poética. 208 Comprendo entonces que es necesario para consolidar mi éxito, comenzar a imitarme a mí misma y trato de copiar mis gestos ante el espejo sin lograrlo, sin lograrlo, cada vez más diferente de mi propia imagen. Shua, Ana María (1984). En La sueñera. Buenos Aires, Emecé. Ana María Shua. Nació en Buenos Aires, en 1951. Incursionó en la poesía, la novela y el cuento, y ha recibido numerosos premios por sus libros infantiles y juveniles. Dice acerca de los microrelatos –de los que ha creado universos de impactantes historias-: “Mis fuentes de inspiración están aquí. No son exóticas, son del mundo de todos los días […] gente de todos los días en un ambiente cotidiano y que lo inesperado irrumpa de una manera violenta”. RECETA PARA HACERSE NOTAR Ser el primero (no importa cómo) de una fila (no importa cuál). Denevi, Marco (1974). En Salón de lectura. Buenos Aires, Huemul. Marco Denevi. Escritor argentino (1922- 1998), autor de cuentos, microficciones, novelas, poemas, ensayos y obras de teatro. También ejerció el periodismo y escribió una serie policial para televisión, División homicidios (1976-1978). VOCES (SELECCIÓN) Mi pobreza no es total: falto yo. * * *

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Literatura Argentina - Identidad

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REFLEXIONES SOBRE LA IDENTIDAD

MICRORELATOSComo toda la literatura, los orígenes del microrrelato se asientan en la tradición oral; sin embargo, estos brevísimos cuentos cobran fuerza de la mano de grandes escritores contemporáneos. Con un golpe de inventiva y audacia, son ejercicios de escritura que nos permiten abordar el tema de la identidad, a veces, con humor, y otras, con una mirada poética.

208Comprendo entonces que es necesario para consolidar mi éxito, comenzar a imitarme a mí misma y trato de copiar mis gestos ante el espejo sin lograrlo, sin lograrlo, cada vez más diferente de mi propia imagen.

Shua, Ana María (1984). En La sueñera. Buenos Aires, Emecé.

Ana María Shua. Nació en Buenos Aires, en 1951. Incursionó en la poesía, la novela y el cuento, y ha recibido numerosos premios por sus libros infantiles y juveniles. Dice acerca de los microrelatos –de los que ha creado universos de impactantes historias-: “Mis fuentes de inspiración están aquí. No son exóticas, son del mundo de todos los días […] gente de todos los días en un ambiente cotidiano y que lo inesperado irrumpa de una manera violenta”.

RECETA PARA HACERSE NOTAR

Ser el primero (no importa cómo) de una fila (no importa cuál).

Denevi, Marco (1974). En Salón de lectura. Buenos Aires, Huemul.

Marco Denevi. Escritor argentino (1922-1998), autor de cuentos, microficciones, novelas, poemas, ensayos y obras de teatro. También ejerció el periodismo y escribió una serie policial para televisión, División homicidios (1976-1978).

VOCES (SELECCIÓN)Mi pobreza no es total: falto yo.

* * *Mis ojos, por haber sido puentes, son abismos.

* * *En plena luz no somos ni una sombra.

* * *Mi yo ha ido alejándose de mí. Hoy es mi más lejano tú.

* * *Y si crees que eres como cualquier ser, como cualquiera cosa, eres todos los seres, todas las cosas. Eres el universo.

Porcchia, Antonio (2013). En 200 años de poesía argentina. Buenos Aires, Alfaguara.

Antonio Porcchia. Nació en Calabria, Italia, en 1885. Obra poética: Voces, 1943 (hubo sucesivas ediciones hasta 1965); Voces abandonadas, 1992; Voces reunidas (ed. Mexicana, 1999); Voces reunidas, 2006. Falleció en Buenos Aires en 1968.

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POESÍASDice la escritora argentina Alejandra Pizarnik: “La poesía es el lugar donde todo es posible”. Entonces, es el lugar de la libertad para trabajar con las palabras, también es el espacio ideal para cuestionarnos acerca de lo que fuimos, somos y seremos, del yo que llora por lo que fue, por lo que es, por lo que será.

BIEN PUDIERA SER…Pudiera ser todo lo que en verso he sentido,No fuera más que aquello que nunca pudo serNo fuera más que algo vedado y reprimido,De familia en familia, de mujer en mujer.

Dicen que en los solares de mi gente, medidoEstaba todo aquello que debía hacer…Dicen que silenciosas las mujeresDe mi casa materna… Ah, bien pudiera ser…

A veces en mi madre apuntaron antojosDe liberarse, pero se le subió a los ojosUna honda amargura, y en la sombra lloró.

Y todo eso mordiente, vencido, mutilado,Todo eso que se halla en su alma encerrado,Pienso que sin quererlo lo he liberado yo.

Storni, Alfonsina (1920). En Irremediablemente. Según Obras completas (1996). Buenos Aires, Sociedad Ed. Latinoamericana.

Alfonsina Storni. Poetisa argentina (1892-1938) que se destacó como una de las voces femeninas de América Latina. Capaz de desafiar los convencionalismos de la época, en su poesía intimista, se observa la lucha por el papel de la mujer en la sociedad.

VUELVO A PINTAR…Vuelvo a pintar las flores de mi juventudVuelvo a ver el amanecerSin temorYa nunca nadie podrá decirme éstas no son horasVeo amanecer como una mujer no como una joven temerosaDe la ley tu leyEl acero de esta luz para una mujer solaQue no debe temer sino decidir.

Bignozzi, Juana. En 200 años de poesía argentina. Buenos Aires, Alfaguara.

Juana Bignozzi. Nació en Buenos Aires en 1937 y reside en la misma ciudad. Obra poética: Los límites, 1960; Tierra de nadie, 1962; Mujer de cierto orden, 1967; Regreso a la patria, 1989; Interior con poeta, 1993; Partida de grandes líneas, 1997; La ley tu ley 8 (obra reunida desde 1967), 200; Quien hubiera sido pintada, 2001. Ha llevado a cabo una importante labor como traductora.

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FUI AL RÍO…Fui al río, y lo sentíaCerca de mí, enfrente de mí.Las ramas tenían vocesQue no llegaban hasta mí.La corriente decíaCosas que no entendía.Me angustiaba casi.Quería comprenderlo,Sentir qué decía el cielo vago y pálido en élCon sus primeras sílabas alargadas, Pero no podía.

Regresaba- ¿Era yo el que regresaba? –En la angustia vagaDe sentirme solo entre las cosas últimas y secretas.De pronto sentí el río en mí,Corría en míCon sus orillas trémulas de señas,Con sus hondos reflejos apenas estrellados.Corría el río en mí con sus ramajes.Era yo un río en el anochecer,Y suspiraban en mí los árboles,Y el sendero y las hierbas se apagaban en mí.Me atravesaba un río, ¡me atravesaba un río!

Ortiz, Juan L. (2013). En 200 años de poesía argentina. Buenos Aires, Alfaguara.

Juan L. Ortiz. Nació en Puerto Ruiz, provincia de Entre Ríos, en 1896. Obra poética: El agua y la noche, 1933; El alba sube…, 1937; El ángel inclinado, 1938; La rama hacia el este, 1940; El álamo y el viento, 1947; El aire conmovido, 1949; La mano infinita, 1951; La brisa profunda, 1954; El alma y las colinas, 1956; De las raíces y del cielo, 1958; El junco y la corriente, 1971; El Gualeguay, 1971; La orilla que se abisma, 1971; En el aura del sauce (obra completa), 1971; Obra completa, 1996. Falleció en Paraná en 1978.

FORTUNA PURA

Yo TengoUn rio. No el ríoQue envuelveA mi ciudad. Un ríoAmarantoQue besaTodos los mares

ConUna daliaInmortalFlotando en él.Yo Tengo un ríoQue conozcoY desconozco

Como el que unoEs.Por fortunaYo soy¿quién sabe?YoNo soyYo.

Murena, Héctor A. (2013). En 200 años de poesía argentina. Buenos Aires, Alfaguara.

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Héctor A. Murena. Nació en Buenos Aires en 1923. Obra poética: La vida nueva, 1951; El círculo de los paraísos, 1958; El escándalo y el fuego, 1959; Relámpago de la duración, 1962; El demonio de la armonía, 1964; El águila que desaparece, 1975. Fue narrador y ensayista de vasta trayectoria. Falleció en Buenos Aires en 1975.

EL ESPEJO

Como el queAsomaSu rostroAl espejo.

Como el queSe asomaAl rostroDel espejo.

Como el queDesde el rostroDel espejoAsoma un rostro.

Lamborghini, Leónidas (1986). En Circus. Buenos Aires, Libros de Tierra Firme.

Leónidas Lamborguini. Poeta, dramaturgo, filósofo argentino (1927-2009). Recibió el Premio Leopoldo Marechal (1991). Dedicado al periodismo, vivió en el exilio, en México, entre 1977 y 1990, y luego regresó a la Argentina. En cuanto a la escritura dice: “En mi caso, tuve que hacerme una teoría propia. Teoría quiere decir ver. Es decir, ver y entender lo que yo estaba haciendo, porque no hay mayor estupidez que un tipo que está jugando, pero no sabe a qué. Hay que entender el juego. Yo quería demostrar que el poema no se explicaba con la idea, sino que se gesta en contra de lo que uno había pensado al principio”.

11AhoraEn esta hora inocenteYo y la que fui nos sentamosEn el umbral de mi mirada.

Pizarnik, Alejandra. (2013). En 200 años de poesía argentina. Buenos Aires, Alfaguara.

Alejandra Pizarnik. Nació en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, en 1936. Obra poética: La tierra más ajena, 1955; La última inocencia, 1956; Las aventuras perdidas, 1958; Otros poemas, 1959; Árbol de Diana, 1962; Los trabajos y las noches, 1965; Extracción de la piedra de la locura, 1968; Nombres y figuras, 1969; El infierno musical, 1971; Los pequeños cantos, 1971; El deseo de la palabra (antología), 1975; Textos de sombra y últimos poemas, 1982; Obras completas, 1994; Poesía completa, 2001. Fue crítica literaria y traductora. Se suicidó en Buenos Aires en 1972.

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AUTORRETRATOSSi el autorretrato es el retrato de una persona hecho por ella misma, ¿qué tendrá entonces Leopoldo Marechal para decirnos acerca de sí mismo al valerse de términos propios del arte pictórico como “figurativo o “no figurativo”?

AUTORRETRATO FIGURATIVO

Comienza en un niño enjuto, silencioso y de ojos hambrientos que buscan el enigma de las cosas y leen papeles a favor de cualquier lámpara o rayo de luz. “El hombre nace para el conocimiento”. Un niño que cuenta sílabas musicales en su insomnia nocturna, que dibuja con lo que tiene a mano y da formas a cualquier plastilina. “El hombre nace para la expresión”. Y dicen las vecinas a mi madre perpleja:

- Ese chico no le vivirá.

Pero en horas equilibrantes corro como un galgo en el “desafío”, y me desmayan a patadas en el fútbol de potrero cuando me toca defender un arco establecido con dos guardapolvos escolares.

- Madre, este chico te vivirá.

Servicio militar, y el examen que hace de mí el galeno castrense: no tengo la indispensable “capacidad torácica”, y el médico deja caer sobre mí una mirada condenatoria. Luego, volviéndose al gigante desnudo que me sigue en la fila, estudia el formidable aparato de su musculatura.

- ¡Señores – dice – por aquí está la esperanza de la Patria!

Y vuelve a mirarme como a un gusano de la tierra. ¿No será un desafío? Nunca rechacé un desafío, y me hago socio del club náutico “Buchardo”: uso los grandes y pesados botes del club, remo como un galeote hasta conseguir el perímetro torácico de reglamento. El honor está salvado. En realidad, y desde aquel entonces, mi forma corpórea sólo ha sufrido las mortificaciones que impone el tiempo a lo que madura. Mi cabellera figuró entre las tres más famosas de la época martinfierrista, con la de Blakaman, el mago hindú, y la de Hortensia Arnauld, la vedette del Maipú Pigalle (y la revista El Hogar lo destacó en una de sus notas, ó témpora).Pero mi exuberancia capilar ha menguado en un cuarenta por ciento, yo diría; y es una lástima, diría también, ahora que se usa de nuevo. En la misma proporción ha disminuido mi vista de águila (sólo uso lentes para leer y escribir), pero mi nariz mantiene su respingo socrático que me sirve, según creo, para respirar mejor el pneuma de arriba. Se me han acentuado, en cambio, las dos líneas que, partiendo de las comisuras de mi boca, se dirigen al sur no sé con qué propósito de la fisiognomía; lo cual hace que mi mentón se asemeje al articulado que usan los muñecos de los ventrílocuos. En la longitud de mis brazos, es fácil advertir la influencia de Géminis, mi signo, que también gobierna mis espaldas, hombros y pulmones:

- ¡Cuida tus pulmones! – me advierte a menudo la astrología.- Los cuido, hermosa Urania – le respondo. – Me lo están recordando siempre a mi derecha Elbiamor, Elbiamante o

Elbiamada, ya mi izquierda el doctor José Goldstein, médico nato de nosotros los poetas aborígenes.

Gracias a Dios, conservo la salud insolente que mis abuelos vascos atesoraron para mí en sus montañas natales; conservo también la vertical andante y el paso corto con que mis abuelos franceses dieron agilidad a la infantería gala.Ciertas inclinaciones a la gastronomía, que recibí de ambas ramas ancestrales, han redondeado un tanto la figura escueta del niño con que se inició esta pintura. Incruentos ayunos a base de mate amargo controlan los excesos de tal inclinación, amén de los churrascos magros que uso para detener los avances del colesterol, ese feo y triste demonio que se nos ha introducido en la fisiología.

AUTORRETRATO NO FIGURATIVO

Mi alma, psiquis, igual a si misma desde mi niñez hasta hoy: con sus mismas tendencias, con sus aptos de altura, con sus mismos vértigos y disfraces, con sus mismos temores. Psiquis, la misma: pero a través de los años, amontonó conocimientos y experiencias; y sus temores fueron disminuyendo en la medida en que descubrió el “qué” y el “cómo” y el “porqué” y el “para qué” de su existencia. El temor y al angustia nacen de la ignorancia frente a lo desconocido.

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Mi alma, Psiquis, y sus colores heredados: tendencia al laconismo y a la melancolía que recibí de mi rama vascosespañola; tendencia al análisis y a la síntesis, comezón irresistible del humorismo, que recibí de mi rama francesa.

- ¿Quién soy? – le pregunté a Psiquis en su hora.- Un hombre – me respondió ella.- ¿Qué cosa es un hombre?- Un conjunto de “posibilidades” físicas y metafísicas que debés realizar por el solo hecho de que son “posibles”.

Y las realicé, y no me resistí a ningún compromiso con el mundo aunque vinieran degollando.

- Pero sos también una criatura “expresiva” – me reveló mi Psiquis.- ¿Un poeta? – inquirí temblando.- Eso. Y deberás cantar.- ¿Para quiénes?- Para los que no traen en sí la “posibilidad” del canto.

Y dijo todo lo mío “proferible”, y en secreto guardé todo lo mío “improferible”. Y entre lo mío proferible sólo comuniqué a los otros lo que debe ser proferido, y callé todo lo que no es conveniente decir.Mi Alma, Psiquis: vieja de cargados accesorios y niña sin edad en sus frescuras interiores. Alguna vez, me pareció una prueba intuitiva de la imnortalidad del alma.

Marechal, Leopoldo (1981). En El beatle final y otras páginas. Buenos Aires. Centro Editor de América Latina.

Leopoldo Marechal (1900-1979). Poeta, dramaturgo y novelista argentino, nació en la ciudad de Buenos Aires. Formó parte de una de las vanguardias de los años 1920 que, en torno a la revista Martín Fierro, buscaba una nueva sensibilidad para la poesía y las letras argentinas. Dice el crítico argentino Jorge Lafforgue: “De sus coetáneos, sólo Jorge Luis Borges y Roberto Artl compiten con Leopoldo Marechal en cuanto a difusión y consideración de su obra escrita. Su lugar en el canon es hoy indiscutido”.