Reforma a la Justicia: El ‘falso positivo’ del Congreso

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INFORME ESPECIAL 12 / Junio 23 y 24 de 2012 www.elperiodico.com.co 13 / Junio 23 y 24 de 2012 www.elperiodico.com.co DE BOGOTÁ NO HAY CLARIDAD Y SÍ MUCHOS VACÍOS Y, ¿el procedimiento qué? El Congreso quedó en la mira de la opinion pública por vicios en la reforma a la Justicia. La decisión del Gobierno de objetar la reforma a la Justicia se basa en una ju- risprudencia de la Corte Constitucional, que indica que cuando haya vacíos en las normas y procedimientos de las re- formas constitucionales, se aplicarán los mismos mecanismos que para objetar leyes ordinarias. Sin embargo, para el ex magistrado Alfredo Beltrán esto lo único que signi- fica es que el Gobierno está creando una nueva jurisprudencia a partir de un pre- cepto que no comparte la Corte Consti- tucional. Si fuera acogida la teoría presidencial, de darle trámite como una objeción or- dinaria, la Ley 5ª de 1992, en su artículo 197 y siguientes determina la forma de cómo el Congreso debe analizar y trami- tar las objeciones que hace el Presidente de la República a los proyectos. Es así que advierte que si las obje- ciones son totales, la iniciativa llegará a la Cámara en que tuvo su origen, en el caso de la reforma a la Justicia, al Se- nado; pero si la objeción es parcial (que fue lo que hizo Santos) irá a la Comisión Primera del Senado. Este Reglamento del Congreso esta- blece además que si el Legislativo se en- cuentra en receso, el Presidente deberá publicar “el proyecto objetado dentro de los términos constitucionales”. Santos anunció que las objeciones son por razones de inconstitucionalidad e inconveniencia, para lo cual cada una tiene su propio trámite. “Si fuere por inconstitucionalidad y las Cámaras insistieren, el proyecto pa- sará a la Corte Constitucional para que decida sobre su exequibilidad dentro de los seis días siguientes. Este fallo obliga al Presidente a sancionar la ley y a pro- mulgarla. Pero, si se declara inexequi- ble, se archivará el proyecto”, dice un aparte de la Ley. Pero, cuando se trata de razones de inconveniencia y éstas no son aceptadas por el Congreso, el proyecto deberá ser sancionado, pero como se trata de un acto legislativo, existe un vacío, ya que el Jefe de Estado no podrá entrar a san- cionar la reforma porque las enmiendas no tienen este tratamiento sino que se promulgan. Otro vacío que surge es que tanto la Constitución como la Ley determinan que los actos legislativos deben aprobar- se en sesiones ordinarias y en una mis- ma legislatura (20 de julio-20 de junio para el caso de la reforma a la Justicia), lo que deriva en dos nuevos problemas: El primero, que las objeciones no po- dría analizarse en sesiones extraordina- rias porque es una reforma constitucio- nal. El segundo, que no podría iniciarse el análisis el 20 de julio porque se trata de un nuevo periodo ordinario de sesiones diferente al que tramitó la reforma, por lo que -de entrada y en ambos casos- cualquier procedimiento será inconstitu- cional y no pasaría la prueba de fuego en la Corte. Así, la única salida es que la iniciati- va sea analizada por la Corte Constitu- cional, que en últimas es la que tiene la última palabra. DOCUMENTO EN SECRETARÍA Las objeciones del Presidente El presidente Juan Manuel Santos reprochó la actitud de los congresistas. Para el presidente, Juan Manuel San- tos, fueron cuatro puntos fundamen- tales los que motivaron a objetar la reforma a la Justicia: 1. El primero se enfoca en la po- sibilidad de que cerca de 1.500 al- tos funcionarios investigados por la Fiscalía y juzgados por la Corte Su- prema de Justicia, pasen a las nuevas salas creadas en la reforma en este Tribunal. 2. Fue el de la doble instancia en los procesos penales y disciplinarios, muchos de los cuales podrían acabar con las denuncias que se han hecho por parapolítica, yidispolítica y de- más casos que aún se encuentran en juzgamiento. 3. Las modificaciones que se le hicieron a la pérdida de investidura, representaron para el Jefe de Estado un riesgo para esta figura constitu- cional, tanto que de aplicarse en la actualidad podrían determinar la nu- lidad de muchos procesos y el cobro de las costas de los mismos a quie- nes instauraron esas demandas. 4. Por último, el Primer Manda- tario llamó la atención sobre la au- sencia de la transición que se debió implementar durante el proceso de eliminación de la Sala Administra- tiva del Consejo Superior de la Ju- dicatura. ALBOROTO NACIONAL POR EL PROYECTO Gobierno y Legislativo buscan las salidas para que se subsanen los ‘micos’ que se vincularon a última hora a la enmienda. Analistas coinciden en que el presidente, Juan Manuel Santos, lo único que puede hacer es no promulgar ni publicar la iniciativa. Dudas por las objeciones a una reforma Constitucional. Reforma a la Justicia: El ‘falso positivo’ del Congreso ESTOS FUERON LOS CONGRESISTAS QUE CONCILIARON LA ENMIENDA CONSTITUCIONAL La ciudadanía rechazó la iniciativa en varias ocasiones, incluso colocando carteles de protesta en el propio Palacio de Justicia. Los afanes del Congreso por mostrar resul- tados ante la opinión pública y el Gobierno determinó que la reforma a la Justicia se convirtiera en el ‘falso positivo’ del Legis- lativo, que además de aprobar una enmienda cargada de ‘micos’ -vinculados en los ocho trámites y reforzados a última hora en la conciliación-, dejó en evidencia que desde el Capitolio Nacional los parlamentarios están legislando en causa propia. La polémica por este acto legislativo se abrió por el cúmulo de artículos que termi- naron por ´blindar’ a los congresistas de los alcances de la justicia en materias penal y disciplinaria, así como de pérdida de investi- dura, lo que motivó al debate nacional. Es en este momento y al final del jueves cuando el presidente, Juan Manuel Santos, decide salir ante la opinión pública a tratar de apagar el fuego que se inició desde la tarde del miércoles, pero la salida del Jefe de Es- tado lo que hizo fue incentivar el incendio, debido a que -por primera vez en la historia reciente del país- un mandatario decide obje- tar una enmienda constitucional, de lo cual no hay registros en los anales de esta nación. Ayer el ministro del Interior, Federico Rengifo, en diálogo con medios radiales, dejó claro que la reforma no ha entrado en vigen- cia y enfatizó que por esa razón los procesos que cursan contra aforados en las Cortes y el Consejo de Estado deben continuar su trámite normal. Rengifo aclaró además que en la reforma, los congresistas “impusieron artículos que no estaban en las conciliaciones de Cámara y Senado, como es el caso de los aforados”. Y añadió: “Los artículos que aparecieron en los textos de conciliación no podían votar- se porque no existían en ninguno de los tex- tos. Aparecieron nuevos aforados y un nuevo sistema de investigación que no hizo parte del texto original de la iniciativa”. No obstante, a la apreciación del titular de la Cartera, ya se dieron los primeros coletazos de la reforma, como fue la solicitud hecha por el abogado Jaime Granados, quien solicitó a la Corte Suprema de Justicia la libertad del ex secretario de Palacio, Bernardo Moreno, procesado por el caso de las chuzadas. Sin embargo esta solicitud no fue avalada. Lo anterior ya demuestra que la reforma se va a convertir en el caballito de batalla de los defensores de aforados que se encuentran inmersos en procesos de pérdida de investi- dura, la parapolítica, la yidispolítica, Agro Ingreso Seguro, las chuzadas, la farc-políti- ca, los carruseles de la contratación, los líos con la Dirección Nacional de Estupefacien- tes, entre algunos casos, quienes buscarán ‘pescar en río revuelto’ ante los beneficios de la enmienda constitucional. Los riesgos Ante la ausencia de una jurisprudencia clara sobre si el Presidente puede o no objetar los proyectos de reforma constitucional, en la medida en que ni la Carta Magna, ni el Regla- mento del Congreso (Ley 5a. De 1992) ya se avizoran dos escenarios. El primero de ellos es que como no hay claridad sobre el tema lo que ha hecho el Jefe de Estado es ganar tiempo, tal y como lo sos- tuvo el constitucionalista Juan Manuel Cha- rry, quien aseguró que hay una salida y es que este tipo de proyectos puedan ser objetados como las leyes ordinarias, “pero es algo que no acepta la Corte Constitucional”. Explicó además que lo más grave es la “cri- sis de institucionalidad que se avecina”, ya que consideró que “se evidencia una fractura en la Unidad Nacional, lo que se va a traducir en el inicio de un enfrentamiento entre el Eje- cutivo y el Legislativo”, en pocas palabras, se acabó la luna de miel. La situación se muestra tan crítica que ya en el Congreso pidieron la cabeza del ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra. Uno de los motivadores de la solicitud de dimisión fue el senador del Polo, Jorge Enri- que Robledo, quien aseguró que el Ministro es culpable de la reforma que se aprobó. La ciudadanía expectante Entre tanto, el representante del Polo Iván Ce- peda dejó claro que la reforma aprobada por el Congreso no debe ser “maquillada, remendada ni arreglada a conveniencia de los congresis- tas”, y afirmó que la única manera de subsanar ese mal es buscando su derogación. Recalcó que gracias a la alerta ciudadana sobre los graves inconvenientes de la Refor- ma, se evitó que muchos ex funcionarios del anterior gobierno salieran de las cárceles y ter- minaran entrabando la acción de la justicia en sus distintos procesos penales. De otro lado y ante los vientos de convoca- toria de referendo, el ex magistrado de la Corte Constitucional Alfredo Beltrán Sierra dijo que la decisión del Gobierno va en contra de la ju- risprudencia actual y lo único que busca, a su criterio, es evitar la consulta a los colombianos para que deroguen esa “monstruosidad”. REDACCIÓN POLÍTICA [email protected] Orlando Velandia, Representante Partido Liberal. Eduardo Enríquez Maya, senador Conservador . Martín Emio Morales, senador Partido de La U. Luis Fernando Duque, senador Partido Liberal. Juan Manuel Corzo, senador Partido Conservador. Carlos Eward Osorio, Representante de La U. Juan Carlos Restrepo, Senador Cambio Radical. Jesús Ignacio García, Senador Partido Liberal. Germán Varón Cotrino, Representante Cam- bio Radical. Rooslvelt Rodríguez, Representante Partido de La U. Gustavo Puentes Díaz, Represen- tante Partido Conservador. Alejandro Chacón, Representante Partido Liberal. La Comisión Conciliadora estuvo compuesta por seis representantes y seis senadores, quienes se reunieron a puerta cerrada, dejando por fuera al mi- nistro de Justricia, Juan Carlos Esguerra. FOTO: MAURICIO LEÓN

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Gobierno y Legislativo buscan las salidas para que se subsanen los ‘micos’ que se vincularon a última hora a la enmienda. Analistas coinciden en que el presidente, Juan Manuel Santos, lo único que puede hacer es no promulgar ni publicar la iniciativa. Dudas por las objeciones a una reforma Constitucional.

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No hay claridad y sí muchos vacíos

Y, ¿el procedimiento qué?

El Congreso quedó en la mira de la opinion pública por vicios en la reforma a la Justicia.

La decisión del Gobierno de objetar la reforma a la Justicia se basa en una ju-risprudencia de la Corte Constitucional, que indica que cuando haya vacíos en las normas y procedimientos de las re-formas constitucionales, se aplicarán los mismos mecanismos que para objetar leyes ordinarias.

Sin embargo, para el ex magistrado Alfredo Beltrán esto lo único que signi-fica es que el Gobierno está creando una nueva jurisprudencia a partir de un pre-cepto que no comparte la Corte Consti-tucional.

Si fuera acogida la teoría presidencial, de darle trámite como una objeción or-dinaria, la Ley 5ª de 1992, en su artículo 197 y siguientes determina la forma de cómo el Congreso debe analizar y trami-tar las objeciones que hace el Presidente de la República a los proyectos.

Es así que advierte que si las obje-ciones son totales, la iniciativa llegará a la Cámara en que tuvo su origen, en el caso de la reforma a la Justicia, al Se-nado; pero si la objeción es parcial (que fue lo que hizo Santos) irá a la Comisión Primera del Senado.

Este Reglamento del Congreso esta-blece además que si el Legislativo se en-cuentra en receso, el Presidente deberá publicar “el proyecto objetado dentro de los términos constitucionales”.

Santos anunció que las objeciones son por razones de inconstitucionalidad e inconveniencia, para lo cual cada una tiene su propio trámite.

“Si fuere por inconstitucionalidad y las Cámaras insistieren, el proyecto pa-

sará a la Corte Constitucional para que decida sobre su exequibilidad dentro de los seis días siguientes. Este fallo obliga al Presidente a sancionar la ley y a pro-mulgarla. Pero, si se declara inexequi-ble, se archivará el proyecto”, dice un aparte de la Ley.

Pero, cuando se trata de razones de inconveniencia y éstas no son aceptadas por el Congreso, el proyecto deberá ser sancionado, pero como se trata de un acto legislativo, existe un vacío, ya que el Jefe de Estado no podrá entrar a san-cionar la reforma porque las enmiendas no tienen este tratamiento sino que se promulgan.

Otro vacío que surge es que tanto la Constitución como la Ley determinan que los actos legislativos deben aprobar-se en sesiones ordinarias y en una mis-ma legislatura (20 de julio-20 de junio para el caso de la reforma a la Justicia), lo que deriva en dos nuevos problemas:

El primero, que las objeciones no po-dría analizarse en sesiones extraordina-rias porque es una reforma constitucio-nal.

El segundo, que no podría iniciarse el análisis el 20 de julio porque se trata de un nuevo periodo ordinario de sesiones diferente al que tramitó la reforma, por lo que -de entrada y en ambos casos- cualquier procedimiento será inconstitu-cional y no pasaría la prueba de fuego en la Corte.

Así, la única salida es que la iniciati-va sea analizada por la Corte Constitu-cional, que en últimas es la que tiene la última palabra.

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Las objeciones del Presidente

El presidente Juan Manuel Santos reprochó la actitud de los congresistas.

Para el presidente, Juan Manuel San-tos, fueron cuatro puntos fundamen-tales los que motivaron a objetar la reforma a la Justicia:

1. El primero se enfoca en la po-sibilidad de que cerca de 1.500 al-tos funcionarios investigados por la Fiscalía y juzgados por la Corte Su-prema de Justicia, pasen a las nuevas salas creadas en la reforma en este Tribunal.

2. Fue el de la doble instancia en los procesos penales y disciplinarios, muchos de los cuales podrían acabar con las denuncias que se han hecho por parapolítica, yidispolítica y de-más casos que aún se encuentran en juzgamiento.

3. Las modificaciones que se le hicieron a la pérdida de investidura, representaron para el Jefe de Estado un riesgo para esta figura constitu-cional, tanto que de aplicarse en la actualidad podrían determinar la nu-lidad de muchos procesos y el cobro de las costas de los mismos a quie-nes instauraron esas demandas.

4. Por último, el Primer Manda-tario llamó la atención sobre la au-sencia de la transición que se debió implementar durante el proceso de eliminación de la Sala Administra-tiva del Consejo Superior de la Ju-dicatura.

alboroto NacioNal por el proyecto

Gobierno y legislativo buscan las salidas para que se subsanen los ‘micos’ que se vincularon a última hora a la enmienda. analistas coinciden en que el presidente, Juan manuel santos, lo único que puede hacer es no promulgar ni publicar la

iniciativa. dudas por las objeciones a una reforma constitucional.

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La ciudadanía rechazó la iniciativa en varias ocasiones, incluso colocando carteles de protesta en el propio Palacio de Justicia.

Los afanes del Congreso por mostrar resul-tados ante la opinión pública y el Gobierno determinó que la reforma a la Justicia se convirtiera en el ‘falso positivo’ del Legis-lativo, que además de aprobar una enmienda cargada de ‘micos’ -vinculados en los ocho trámites y reforzados a última hora en la conciliación-, dejó en evidencia que desde el Capitolio Nacional los parlamentarios están legislando en causa propia.

La polémica por este acto legislativo se abrió por el cúmulo de artículos que termi-naron por ´blindar’ a los congresistas de los alcances de la justicia en materias penal y disciplinaria, así como de pérdida de investi-dura, lo que motivó al debate nacional.

Es en este momento y al final del jueves cuando el presidente, Juan Manuel Santos, decide salir ante la opinión pública a tratar de apagar el fuego que se inició desde la tarde del miércoles, pero la salida del Jefe de Es-tado lo que hizo fue incentivar el incendio, debido a que -por primera vez en la historia reciente del país- un mandatario decide obje-tar una enmienda constitucional, de lo cual no hay registros en los anales de esta nación.

Ayer el ministro del Interior, Federico Rengifo, en diálogo con medios radiales, dejó claro que la reforma no ha entrado en vigen-cia y enfatizó que por esa razón los procesos que cursan contra aforados en las Cortes y el Consejo de Estado deben continuar su trámite normal.

Rengifo aclaró además que en la reforma, los congresistas “impusieron artículos que no estaban en las conciliaciones de Cámara y Senado, como es el caso de los aforados”.

Y añadió: “Los artículos que aparecieron en los textos de conciliación no podían votar-se porque no existían en ninguno de los tex-tos. Aparecieron nuevos aforados y un nuevo sistema de investigación que no hizo parte del texto original de la iniciativa”.

No obstante, a la apreciación del titular de

la Cartera, ya se dieron los primeros coletazos de la reforma, como fue la solicitud hecha por el abogado Jaime Granados, quien solicitó a la Corte Suprema de Justicia la libertad del ex secretario de Palacio, Bernardo Moreno, procesado por el caso de las chuzadas. Sin embargo esta solicitud no fue avalada.

Lo anterior ya demuestra que la reforma se va a convertir en el caballito de batalla de los defensores de aforados que se encuentran inmersos en procesos de pérdida de investi-dura, la parapolítica, la yidispolítica, Agro Ingreso Seguro, las chuzadas, la farc-políti-ca, los carruseles de la contratación, los líos con la Dirección Nacional de Estupefacien-tes, entre algunos casos, quienes buscarán ‘pescar en río revuelto’ ante los beneficios de la enmienda constitucional.

Los riesgosAnte la ausencia de una jurisprudencia clara sobre si el Presidente puede o no objetar los proyectos de reforma constitucional, en la

medida en que ni la Carta Magna, ni el Regla-mento del Congreso (Ley 5a. De 1992) ya se avizoran dos escenarios.

El primero de ellos es que como no hay claridad sobre el tema lo que ha hecho el Jefe de Estado es ganar tiempo, tal y como lo sos-tuvo el constitucionalista Juan Manuel Cha-rry, quien aseguró que hay una salida y es que este tipo de proyectos puedan ser objetados como las leyes ordinarias, “pero es algo que no acepta la Corte Constitucional”.

Explicó además que lo más grave es la “cri-sis de institucionalidad que se avecina”, ya que consideró que “se evidencia una fractura en la Unidad Nacional, lo que se va a traducir en el inicio de un enfrentamiento entre el Eje-cutivo y el Legislativo”, en pocas palabras, se acabó la luna de miel.

La situación se muestra tan crítica que ya en el Congreso pidieron la cabeza del ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra.

Uno de los motivadores de la solicitud de dimisión fue el senador del Polo, Jorge Enri-

que Robledo, quien aseguró que el Ministro es culpable de la reforma que se aprobó.

La ciudadanía expectante Entre tanto, el representante del Polo Iván Ce-peda dejó claro que la reforma aprobada por el Congreso no debe ser “maquillada, remendada ni arreglada a conveniencia de los congresis-tas”, y afirmó que la única manera de subsanar ese mal es buscando su derogación.

Recalcó que gracias a la alerta ciudadana sobre los graves inconvenientes de la Refor-ma, se evitó que muchos ex funcionarios del anterior gobierno salieran de las cárceles y ter-minaran entrabando la acción de la justicia en sus distintos procesos penales.

De otro lado y ante los vientos de convoca-toria de referendo, el ex magistrado de la Corte Constitucional Alfredo Beltrán Sierra dijo que la decisión del Gobierno va en contra de la ju-risprudencia actual y lo único que busca, a su criterio, es evitar la consulta a los colombianos para que deroguen esa “monstruosidad”.

Redacción Polí[email protected]

Orlando Velandia, Representante Partido Liberal.

Eduardo Enríquez Maya, senador Conservador .

Martín Emio Morales, senador Partido de La U.

Luis Fernando Duque, senador Partido Liberal.

Juan Manuel Corzo, senador Partido Conservador.

Carlos Eward Osorio, Representante de La U.

Juan Carlos Restrepo, Senador Cambio Radical.

Jesús Ignacio García, Senador Partido Liberal.

Germán Varón Cotrino, Representante Cam-bio Radical.

Rooslvelt Rodríguez, Representante Partido de La U.

Gustavo Puentes Díaz, Represen-tante Partido Conservador.

Alejandro Chacón, Representante Partido Liberal.

La Comisión Conciliadora estuvo compuesta por seis representantes y seis senadores, quienes se reunieron a puerta cerrada, dejando por fuera al mi-nistro de Justricia, Juan Carlos Esguerra.

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