Reglamentos de recompensas -1945

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compendio legislativo de condecoraciones españolas REGLAMENTOS DE RECOMPENSAS Edición actualizada a 10 de mayo de 2019 Antonio Prieto Barrio

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REGLAMENTOS DE RECOMPENSAS

Edición actualizada a 10 de mayo de 2019

Antonio Prieto Barrio

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Real orden de 31 de octubre de 1805. Escudos de ventaja y de distinción. Para evitar las dudas que puedan ofrecerse acerca de si a los individuos del Ejército que por acciones distinguidas en campaña hayan merecido el premio de escudos de ventaja y de distinción, se les han de continuar, en el caso de que estando disfrutando esta gracia, sean destinados por castigo a los presidios de África, América o Asia; se ha servido S. M. resolver, después de haber oído sobre el particular al Supremo Consejo de la Guerra, que no sean privados de la referida gracia, no ser sus delitos de la clase que irrogan infamia.

Real orden comunicada de 13 de septiembre de 1812. Disponiendo que ningún súbdito español que hubiese obtenido empleo o condecoración del gobierno intruso, pueda usar ninguna condecoración española1. Don Fernando VII, por la gracia de Dios y por la Constitución de la Monarquía Española, Rey de las Españas, y en su ausencia y cautividad la Regencia del Reino nombrada por las Cortes generales y extraordinarias. Teniendo presente que en el Soberano Decreto de 11 de agosto próximo pasado, se previene entre otras cosas, que según vayan quedando libres los pueblos ocupados por el enemigo, deben cesar inmediatamente en el ejercicio de sus funciones los empleados por nombramiento del gobierno intruso, y asimismo aquellos otros que le hayan servido aunque no hayan sido nombrados por él; ha considerado muy conforme a esta Soberana disposición que mientras no justifiquen debidamente ante tribunal competente su conducta política, y en vista de lo que resulte se tome la providencia que convenga, ninguno de los sujetos que se hallen en aquel caso, pueda usar a los ojos del heroico pueblo español que tantos sacrificios ha hecho por su libertad, cualesquiera condecoraciones que anteriormente les hubiesen sido conferidas por el Gobierno legítimo; y singularmente los que dejaron de usarlas y lo hicieron de las que prodigó el intruso. Por tanto la Regencia del Reino ha resuelto que ningún súbdito español, cualesquiera que sea su clase y dignidad, que haya obtenido empleo del gobierno intruso, o servidole en virtud de confirmación en el que tenía, o admitido de él la Cruz que creó intitulada de la Real Orden de España, pueda usar del collar de la insigne Orden del Toisón de Oro, de la grande y pequeña Cruz de la Real y distinguida del Señor Rey Don Carlos III, ni de las Cruces de las cuatro Órdenes miliares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa. Circular de 13 de junio de 1815 (Gaceta número 84, del 8 de julio). Disponiendo que los militares que hayan muerto con derecho a alguna cruz o cruces de distinción de las concedidas a los ejércitos de operaciones, se les expida para que honre su buena memoria, y haga honor á sus familias. Haciendo el Rey nuestro Señor particular aprecio de los militares que han muerto en campaña en defensa de sus reales derechos y de la libertad de la patria, es su soberana voluntad que si murieron con derecho a alguna cruz o cruces de distinción de las concedidas a los ejércitos de operaciones o a los defensores de plazas sitiadas por servicios contraídos durante la última guerra, se les expida, para que honre su buena memoria, y haga honor a sus familias, el diploma o diplomas que habrían obtenido si vivieran, y que previa la correspondiente reclamación de parte de las viudas por el conducto del jefe inmediato de los difuntos se las entreguen dichos diplomas para que los conserven corno un testimonio del aprecio a que se hicieron acreedores por su mérito y servicios; y por pase de aquellas a segundas nupcias, a los padres o parientes mas cercanos de los difuntos, mediante la misma reclamación documentada que acredite su derecho a obtenerlos.

1 Archivo General de Indias. ESTADO,82,N.61. Real Orden al Virrey de Buenos Aires. En [http://pares.mcu.es/]. Co

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Real orden de 17 de junio de 1815. Se expresa que en adelante no concederá S. M. cruz alguna por acción de guerra perdida. El Rey nuestro Señor ha tenido a bien resolver que no concederá en adelante ninguna cruz por acción de guerra perdida; pero sin que por esto dejen de merecer a S. M. consideración los servicios de los concurrentes a ella. Orden de 20 de junio de 1815 (Gaceta número 84, del 8 de julio). Dispensando la gracia de que el oficial primero de la secretaría del despacho de la Guerra firme los diplomas de cruces y medallas que se expidan. Habiendo hecho presente al Rey nuestro Señor que el considerable número de cruces y medallas de distinción que su soberana bondad se ha dignado conceder a los ejércitos, cuerpos e individuos por sus servicios particulares en la última guerra produce necesariamente la expedición de una suma extraordinaria de diplomas, cuya firma unida a la de las diarias reales órdenes de S. M. y demás correspondencia del ministerio de mi cargo, con lo que ha de aumentarse por la cualidad de general en jefe del ejército de reserva con que S. M. acaba de honrarme ocupa demasiado para atender con la precisión que exigen los demás grandes objetos del instituto y atribuciones de dicho ministerio, ha servido S. M. dispensarme la gracia de que el oficial mayor primero de la secretaría del despacho de la Guerra de mi cargo firme por ocupación mía y a mi nombre todos los expresados diplomas de cruces y medallas que se expidan desde esta fecha por el expresado ministerio de Guerra de mi cargo. Circular de 26 de junio de 1815 (Gaceta número 89, del 20 de julio). Manda S. M. establecer una junta bajo la forma y circunstancias que se determinan, con el fin de calificar el mérito de los que aspiren a la concesión de alguna cruz de distinción que en adelante se adjudiquen por acciones de guerra. Convencido el ánimo del Rey de la necesidad de fijar reglas, que al paso aseguren la justa adjudicación del merecido premio a las distinguidas acciones militares que eviten la multiplicación de ellos, en que tal vez puede confundirse el verdadero y legal mérito con las exageradas relaciones, lo el sencillo cumplimiento de los deberes de las tropas; y deseando S. M. que así en este punto como en todo sea el norte la justicia, para que la que asista a las solicitudes de premios o distinciones por acciones de guerra tenga todo el examen y circunspecta adjudicación que se requiere y es tan propia de la valiente nación española, se ha servido S. M. mandar que se establezca una junta que entienda en dicho examen, y determinar las circunstancias a que han de atenerse para la consideración y fijación de los expresados premios, en la forma que explican los artículos siguientes: 1.º Se establecerá una junta o comisión compuesta de tres caballeros de la Orden militar de San Fernando, que S. M. nombrará, presidida por un Gran Cruz de la misma Orden, la que entenderá en calificar el mérito para la concesión de las cruces de distinción que en adelante se adjudiquen por acciones de guerra. 2.º Para solicitar de S. M. esta gracia se deberá tener presente que solo se conceden por acción que haya sido ganada, según la real resolución de 17 de este mes; y que en ella han de haber combatido siete mil hombres a lo menos por una y otra parte; siendo en este caso la fuerza de los enemigo en el menor número de tres mil. 3.º Como el mayor o menor número proporcional de tropas en razón dicha, ya sea por nuestra parte, ya por la del contrario, puede tener circunstancias que influyan directamente Co

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en el éxito más o menos brillante de la acción, se deberán considerar estas, y la ventaja que respectivamente resulte, por la calidad de las armas que concurran, y la situación en que se ejecute la acción más o menos a propósito al uso oportuno de cualquiera de ellas; cuya consideración servirá no solo para darla el valor correspondiente, si también para calcular la fuerza total indicada en el artículo anterior, o la que con igual razón y progresivamente de motivo a la expresada calificación. 4.º Cuando la fuerza por nuestra parte no pase de cuatro mil hombres, y por la del enemigo de mil y quinientos, podrán solicitarse las dichas cruces siempre que haya sido prisionera la mitad de esta fuerza, o el todo cuan sean solo mil, sin disminución en el número por nuestra parte. 5.º La diferencia de tropas regladas en Europa o de cuerpos colecticios en América se tendrá presente en la calificación, pues la base principal de lo anteriormente dicho se funda solo en razón de las primeras, con las que hay por nuestra parte la de igualdad relativa. 6.º Para que la guarnición de una plaza pueda aspirar a una condecoración particular ha de haberse verificado la apertura de trinchera por los enemigos, y el establecimiento de baterías, obligándole por su resistencia a levantar el sitio; o bien si fuese bloqueo por salidas que le impidan formalizarlo. 7.º En caso de haber capitulado, o de ser tomada por asalto la plaza, ha de haberse verificado en el primero el haber hecho su defensa en regla todas las obras atacadas, y en el segundo una esforzada resistencia. 8.º Las indicadas solicitudes se harán o por los generales que hubieren mandado la acción en persona, dirigiéndolas al general en jefe del ejército a quien corresponda, si este no hubiese concurrido, o por tres oficiales de graduación, siendo uno a lo menos del Estado mayor, y que se haya encontrado en ella. El general en jefe la remitirá con su informe a esta secretaría del despacho de mi cargo, a fin de que enterado S. M. de todo pase dicha solicitud a la comisión; la que después de examinada con la detención que se requiere, e ilustrada con las noticias que crea conveniente pedir, expondrá su dictamen por el mismo conducto por la resolución de S. M. 9.º y último. Para dar la notoriedad conveniente, y que la resolución que recaiga tenga el carácter de justicia que le corresponde, luego que la expresada solicitud se entable, y al mismo tiempo que esta se pase a la comisión, se publicará en la gaceta, a fin de que el que quiera informarla sobre la acción o acerca de sus circunstancias en pro o en contra, pueda ejecutarlo bajo su firma en el término de un mes; bien entendido que cuanto exponga ha de ser fundado en razones sólidas, y probando lo que tenga que oponer. Asimismo se anunciará también por la gaceta si se ha concedido o negado la cruz que se pide. Decreto XXXIX de 9 de junio de 1821 (Colección de Decretos y Órdenes, Tomo VII). Ley constitutiva del Ejército2.

CAPÍTULO VI

DE LOS HABERES, PREMIOS Y RETIROS MILITARES Artículo 113. Para premiar las acciones distinguidas de valor se restablece en su fuerza y vigor el Reglamento de la Orden Nacional de San Fernando dado por las Cortes generales y extraordinarias en 31 de agosto de 1811. Artículo 114. Las cruces obtenidas, o que en adelante se obtuvieren con arreglo a dicho Reglamento, serán siempre pensionadas, a cuyo fin se formará un reglamento adicional. Artículo 115. Podrán solicitar la cruz de San Fernando, dentro del término que señale el Gobierno todos los militares que se crean en el caso de dicho reglamento por acciones distinguidas que hayan ejecutado desde la fecha del mismo hasta la publicación del presente decreto.

2 Se inserta únicamente lo que interesa a este epígrafe. Co

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Artículo 116. El Rey concederá como hasta aquí la condecoración de la Orden de San Fernando a los militares que se hagan acreedores a juicio de los generales en jefe de los Ejércitos; pero estas cruces no serán pensionadas, y se distinguirán visiblemente de las concedidas con arreglo al Reglamento de las Cortes extraordinarias. Artículo 117. Para premiar la constancia de los Oficiales en el servicio militar servirá la Orden actual de San Hermenegildo; pero se harán en su reglamento las reformas competentes, a fin de que aquella sea más apreciable, adjudicándose con mayor escrupulosidad, y combinando para el derecho a ella los años de servicio con las graduaciones respectivas; por manera, que el número de años para obtenerla sea menor a medida que la graduación mayor. Decreto de 27 de diciembre de 1822 (Colección de los decretos y órdenes, tomo X). Premios y distinciones a los valientes que el día 7 de julio último contribuyeron en Madrid a rechazar la agresión contra la libertad española; monumentos que se han de levantar para eternizar este memorable suceso, y el del pronunciamiento del ejército y pueblo de la Coruña por la Constitución en enero y febrero de 1820.

Las Cortes extraordinarias, habiendo examinado la propuesta de S. M., dirigida a que el congreso español manifieste los sentimientos de gratitud por los gloriosos acontecimientos del 7 de julio del presente año, han aprobado lo siguiente: Artículo 1.° Las Cortes extraordinarias reconocen y declaran que el día 7 de julio de 1822 es uno de los días grandes de la nación española, y que todos los ciudadanos que por cualquier medio y de cualquier modo contribuyeron en esta villa a rechazar en aquel día memorable la agresión contra la libertad española prestaron a la patria un servicio eminentemente distinguido. 2.° Para eternizar tan fausto y memorable suceso, se erigirá en la plaza de la Constitución de esta M. H V., o en otro paraje visible de ella, a elección del gobierno, un monumento público; y en él se inscribirán los nombres de los patriotas que perecieron con las armas en la mano, o de resultas de heridas recibidas en aquella acción. 3.° En uno de los puntos mas visibles del salón de Cortes se representará este grandioso suceso imitando bajo relieve, procurando el artista abrazar en su composición los objetos mas interesantes y en el mayor número posible. Esta disposición es extensiva al ejército que se pronunció por la Constitución en los primeros días del mes de enero de 1820, y al pueblo de la Coruña que hizo igual pronunciamiento en 21 de febrero de dicho año; entendiéndose que en ella se da un testimonio a los dos primeros alzamientos del ejército y del pueblo a favor del sistema constitucional; y que por lo tanto en este testimonio queda consignada la aprobación a la conducta de cuantos los imitaron anticipándose al juramento de S. M. 4.º Se invitará á todos los artistas españoles a que presenten un modelo de cada uno de los referidos monumentos, y al autor del que respectivamente obtuviere la preferencia, a juicio de la academia de las bellas artes, se le adjudicará en premio una medalla de oro, en cuyo anverso se leerá : La patria al genio; y en el reverso: Madrid 7 de julio de 1822. 5.° Los que hayan perecido en el combate del día referido o de resultas de heridas que hubiesen recibido en él, y pertenezcan a los cuerpos del ejército o a la milicia nacional local, se tendrán como presentes en los actos de revista, y al hacerse en ellos mención de sus nombres el capitán o comandante de la compañía a que respectivamente pertenecieron contestará: muerto en defensa de los santos fueros de la libertad; pero vive en la memoria de todos los buenos. 6.º Todos los que hayan sido inutilizados de resultas del combate del referido día conservarán sus sueldos, siendo empleados del gobierno; y si no lo fueren, disfrutarán una pensión del erario público proporcionada a sus circunstancias y necesidades. 7.° La gracia de que habla el artículo anterior será extensiva a las viudas e hijos de los valientes que perecieron en la forma dicha, y en defecto de aquellos a los padres y Co

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hermanos solteros, siempre que acrediten que su subsistencia dependía del que murió tan gloriosamente. 8.° Las Cortes extraordinarias confirman la decoración cívica concedida por el gobierno a los que se hallaron con las armas en la mano en la mañana del día 7 de julio de este año; y declaran que esta distinción de civismo es una de las mas gloriosas con que se puede honrar un español; la cual es extensiva a los individuos del ayuntamiento y diputación provincial que en aquella madrugada estuvieron desempeñando las funciones de tales en sus respectivas corporaciones, o en comisiones dimanantes de ellas. 9.º El ayuntamiento constitucional de Madrid, la diputación provincial y los jefes de la guarnición, de la milicia nacional local voluntaria de esta M. H. V. y de la demás fuerza armada en aquellos días serán admitidos en el salón de Cortes para oír de boca del presidente de ellas, que sus servicios hechos en el día 7 de julio de este año son altamente gratos a la nación, y que por ellos sus individuos, así como todos los de dichos cuerpos, en cuyo número se comprenden los oficiales leales y demás tropa de la real guardia, que tan denodadamente pelearon por la libertad, se han hecho dignos del timbre que se les declara de beneméritos de la patria. 10. Se añadirá al escudo de armas de la M. H. V. de Madrid una corona cívica, como trofeo adquirido por los individuos de su ayuntamiento constitucional de 1822. 11. El grandioso cuanto patriótico acto de que se hace mención en el artículo 9.° de este decreto se verificará en el próximo primer día de enero, en el cual formarán en parada todas las tropas de la guarnición y la milicia nacional local, y desfilarán por delante del edificio del congreso. Los diputados asistirán a la sesión de ceremonia. 12. Para hacer mas célebre a la posteridad este acto, y en prueba de la particular distinción que merece aquel día a la representación nacional, una comisión de su seno, unida al gobierno, a la diputación provincial, ayuntamiento y jefes de la plaza, pasará al punto donde formen las tropas y milicia nacional, y el presidente de la comisión les dirigirá la palabra a nombre de la patria, dando las debidas gracias al ejército, a las milicias nacionales; a los pueblos todos, y á las autoridades que con tanto ardor y constancia han defendido y defienden la Constitución y la libertad, teniendo presente la medida que las Cortes acordaron para el batallón de Asturias. 13. Para que el actual ayuntamiento de Madrid pueda concurrir a tan célebre ceremonia diferirá el poner en posesión a sus sucesores en aquel día hasta concluir el acto. 14. Las Cortes extraordinarias hacen extensivos los sentimientos de su gratitud a todos los individuos del ejército, milicia activa, milicia nacional local, y a cuantos ciudadanos se hallan defendiendo la libertad con las armas en la mano, y recomiendan a la justicia del gobierno los que se distingan en esta lucha tan gloriosa, aprovechando con gusto esta ocasión de manifestar la confianza que tiene la nación en el valor y patriotismo de los que combaten por su causa. 15. El presente decreto será insertado en todos los papeles oficiales, publicado en todos los pueblos de la monarquía, y leído al frente de banderas y estandartes de todos los cuerpos del ejército, milicia activa, milicia nacional local, y en los alcázares de los buques de la armada, para que todos los individuos de las Españas se enteren de este justo testimonio de gratitud nacional. Real decreto de 14 de julio de 1837 (Gaceta de Madrid número 961, del 19). Mandando observar la instrucción que acompaña relativa a recompensas por acciones de guerra. Deseando que los hechos distinguidos de armas con que diariamente ilustran sus nombres los beneméritos militares que con tanta gloria como decisión sostienen la noble causa de la libertad y del Trono legítimo obtengan los premios a que sean acreedores con estricta y rigurosa justicia, condición esencial para que las recompensas sean apreciadas en Co

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su verdadero valor, y ofrezcan un digno objeto a la honrosa ambición que la Ordenanza recomienda; y convencida de que para lograr tan interesante fin es indispensable establecer bases generales y uniformes que puedan ser de todos conocidas y fácilmente observadas, y que sirviendo de tipo constante en la distribución de los premios, garanticen al verdadero mérito el derecho que de justicia le competa, al paso que evite a los jefes superiores al conflicto en que suelen a veces hallarse por falta de reglas claras y terminantes a que atenerse en una materia tan delicada de suyo, y de tan inmensa influencia en la disciplina del Ejército, después de haber oído lo que sobre este asunto me han expuesto la junta auxiliar de Guerra, la de inspectores generales de las armas, y los generales en jefe de los Ejércitos, he venido en decretar como Reina Gobernadora del Reino, en nombre de mi augusta hija la reina doña Isabel II, que se observe y cumpla la instrucción que me habéis presentado, y he tenido a bien aprobar con esta fecha, y la cual circulareis con el presente decreto para que llegue a noticia solo de los jefes superiores encargados de su cumplimiento, sino también de los demás individuos del Ejército.

INSTRUCCIÓN que se observará para la formación de las propuestas de recompensas por acciones de guerra,

aprobada por S. M. la Reina Gobernadora por el real decreto de esta fecha que antecede Artículo 1.º A toda propuesta de recompensas acompañará siempre el parte detallado de la acción que la produce, y los estados que manifiesten las bajas que hayan sufrido los cuerpos. Artículo 2.º Para que cualquier jefe, desde la clase de mayor inclusive arriba, esté comprendido en una propuesta de recompensas, será circunstancia indispensable que en el parte detallado de la acción que la produzca esté expresado el hecho distinguido en que se funda el premio para que se le consulta. Artículo 3.º Para premiar el buen comportamiento de las clases inferiores a la de mayor de batallón, en general en jefe, con presencia del grado de bizarría que hayan manifestado los cuerpos, designará cierto número de gracias correspondiente a la pérdida que hayan sufrido, y los servicios que hayan prestado. Artículo 4.º La designación de los individuos de las clases inferiores a la de mayor de batallón en quienes hayan de recaer las gracias determinadas por el general en jefe, según el artículo anterior, la harán los jefes de las respectivas brigadas después de oír a los de los cuerpos, y atendiendo al voto de los capitanes para las clases de tropa. Estas relaciones, informadas y anotadas por los comandantes generales de las divisiones, se pasarán al general en jefe del Ejército, quien formará las propuestas y las remitirá al Gobierno acompañando las de los jefes de los cuerpos, y la de los individuos de la plana mayor general, con todas las observaciones que estime justo hacer para que S. M. las tenga en consideración al resolverlas. Artículo 5.° Las propuestas correspondientes a las clases inferiores a la de mayor de batallón de los cuerpos de Artillería o Ingenieros, se formarán de un modo análogo, pero oyendo a los comandantes o mayores generales de estas armas en los Ejércitos, o en falta de aquellos al jefe superior de cada uno de dichos cuerpos, que haya estado presente en la acción. Artículo 6.° Las propuestas se formarán en relaciones separadas, por armas o cuerpos, a fin de facilitar su despacho, y arregladas a formulario que se inserta a continuación3. Artículo 7.º A los jefes y oficiales de la Guardia Real de todas armas no se les pueden conferir en el campo de batalla, ni proponer por méritos de campaña para los ascensos inmediatos superiores de la misma Guardia, a fin de que no se altere el reglamento y las órdenes que determinan la organización especial de estos cuerpos, ni que tampoco reciban los agraciados doble recompensa por una misma acción. Artículo 8.° Los grados peculiares o los empleos en la Guardia no obstarán para conferir o proponer sus oficiales y jefes para el grado inmediato, y se entenderá la concesión de

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nuevo grado sin antigüedad hasta que opten a la efectividad del grado que obtenían por su empleo efectivo en la Guardia, o bien tengan un ascenso en la misma Guardia. Artículo 9.º Los oficiales que ya estén en posesión de uno o mas grados sobre el empleo efectivo que tienen en la Guardia, no podrán ser propuestos ni agraciados sobre el campo de batalla con nuevos grados, hasta que hagan efectivos por el orden sucesivo de ascensos los que ya obtienen. Artículo 10. Los oficiales que tengan uno o mas grados sobre el de su empleo en la Guardia, y además hayan obtenido un empleo o empleos efectivos del Ejército, y continúen sirviendo en la Guardia, optarán a mayores empleos, pasando a desempeñarlos en el Ejército, si se hallan del centro abajo de la escala de su clase en la Guardia; y si centro arriba, podrán optar entre salir con el ascenso al Ejército, como los del centro abajo, o continuar con él en la Guardia disfrutando solo el sueldo correspondiente a los empleos efectivos. Artículo 11. El ascenso que corresponde por premio de campaña a los capitanes de la Guardia Real de infantería es el empleo de comandante de infantería, si se hallan del centro arriba de la escala de su clase; y si del centro abajo el de mayores de batallón. Artículo 12. A los jefes y oficiales de los cuerpos de la Guardia Real, Artillería e Ingenieros se les pueden conferir y proponer por grados y empleos de infantería y caballería por acciones de guerra, siguiendo las reglas establecidas en esta instrucción; pero si llegasen a obtener empleos de jefes en el Ejército, siendo de la clase de subalternos en dichos Cuerpos, pasarán a desempeñarlos en el arma a que correspondan, o renunciarán al nuevo empleo, conservando en ambos casos el sueldo correspondiente al nuevo empleo. Artículo 13. Los individuos de la Marina pueden ser recompensados y propuestos para grados y ascensos de infantería con sujeción a reglas análogas a las establecidas en esta instrucción para los cuerpos de la Guardia Real, Artillería e Ingenieros; pero no podrán ser agraciados ni propuestos para empleos de la Armada por servicios contraídos en acciones campales. Artículo 14. La primera recompensa que pueda conferirse sobre el campo de batalla, y para la que puede proponerse así los jefes y oficiales de la Guardia Real de todas armas como a los del Ejército, es el grado inmediato al empleo efectivo que ejercen, sino lo hubiesen obtenido. Artículo 15. La segunda recompensa será la Cruz de San Fernando de primera clase para los jefes y oficiales que no la hayan obtenido, y para las clases de tropa la Cruz de María Isabel Luisa, de manera que el jefe u oficial propuesto para dicha gracia habrá obtenido precisamente con antelación el grado inmediato al empleo que ejerce, con sujeción al artículo anterior. Artículo 16. La tercera recompensa que se puede conferir sobre el campo de batalla, y para la que puede proponerse a los jefes y oficiales del Ejército, será el empleo inmediato superior al efectivo que ejerza, de manera que el jefe u oficial a quien se confiera o se proponga para esta recompensa por acción de guerra, habrá obtenido con antelación el grado del empleo que va a ejercer y la Cruz de San Fernando. Artículo 17. Por regla general para obtener un empleo por premio de campaña es necesario haber concurrido con el grado a dos acciones de guerra, o una campaña de seis meses; y en ningún caso podrán concederse dos gracias por una misma acción. Artículo 18. Para las recompensas de los jefes y oficiales de los cuerpos de Milicias provinciales se observarán las reglas prescritas para los demás del Ejército de manera que no se propondrá ningún empleo sin que el que lo haya de obtener esté en posesión del grado y de la cruz de San Fernando de primera clase. Artículo 19. Los jefes y oficiales de los Cuerpos de Milicias provinciales, antes de ser propuestos para grados de infantería del Ejército, deben obtener el carácter de infantería de los empleos efectivos que tengan en Milicias; obtenido este y el grado, entrarán en la regla general para los ascensos a empleos efectivos de infantería. Artículo 20. Los jefes y oficiales de las compañías sueltas y cuerpos francos tendrán sus ascensos en los mismos cuerpos; y los grados y empleos que obtengan con sujeción a lo Co

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prevenido en esta instrucción, serán arreglados a la procedencia de los agraciados. Artículo 21. Para los individuos correspondientes a las filas de la Milicia nacional de todas armas se observarán reglas análogas a las prefijadas para la Milicia provincial con respecto al Ejército permanente, de manera que antes de proponer a un individuo de la Milicia nacional para un grado de infantería o caballería del Ejército, debe estar en posesión del empleo correspondiente de Milicias provinciales, y para este empleo no podrá proponérsele sin tener antes el grado de Milicias; pero si el agraciado hubiese sido militar, los premios se arreglarán a la procedencia de los individuos, sin salir de las reglas previstas en esta instrucción. Artículo 22. El individuo que para obtener la Cruz laureada de San Fernando solicite el juicio contradictorio dentro de los ocho días inmediatos al del acción, conforme se previene en los estatutos de la Orden, y en el formulario aprobado por S. M. en 16 de mayo último, aun cuando por sí prefiera este distinguido premio a cualquiera otro, podrá ser recompensado sobre el campo de batalla, o por la propuesta que se forme de resultas de la acción. Artículo 23. Para las propuestas de la Cruz de San Fernando de primera y cuarta clase se observará el reglamento de la Orden. Artículo 24. En las de las Cruces de Isabel la Católica y en las de María Isabel Luisa se procederá conforme a sus reglamentos, sin que obste para ello el objeto especial con que se instituyó la primera; y, en los que no esté previsto por dichos reglamentos, se acordarán los casos a lo dispuesto en la Orden de San Fernando, especialmente para conceder o proponer la pensionada de María Isabel Luisa. Artículo 25. Cuando un individuo del Ejército obtenga varias cruces de María Isabel Luisa, llevará, la primera que reciba, el abono por completo de los dos años de servicio que señalaron al instituirla en conmemoración de la jura de S. A. R. la Princesa de Asturias, y, en tal concepto deberá expresarse en la propuesta si el consultado está o no condecorado. Artículo 26. Las Cruces pensionadas de María Isabel Luisa que se concedan o se propongan por acciones de guerra, continuarán, como hasta ahora, disfrutando del escudo de ventaja de 10 reales de vellón mensuales, y S. M. se reserva el conceder la de alta paga de 30 reales al mes a los que se hagan acreedores a esta gracia por servicios muy distinguidos. Artículo 27. La autorización concedida a los generales en jefe para conceder gracias sobre el campo de batalla, no será transmisible a los comandantes generales de los cuerpos del Ejército. Artículo 28. La autorización se ejercerá por los generales en jefe en consecuencia de los hechos de armas que presencien de un mérito eminentemente distinguido, y es circunstancia indispensable no solo que se nombre en el parte detallado de la acción el individuo o individuos que tan alto premio alcancen, sino también que se expresen en el mismo los méritos por que se le adjudican. Artículo 29. La autorización de los generales en jefe para premiar sobre el campo de batalla, se extenderá a conceder todos los grados y empleos desde coronel inclusive abajo, y las cruces de María Isabel Luisa, sencillas y pensionadas con el escudo de 10 reales de vellón al mes. Artículo 30. Dicha autorización se usará por los generales en jefe con estricta sujeción a las reglas que quedan prescritas por el orden sucesivo y gradual de los premios de campaña. Artículo 31. Si alguna circunstancia extraordinaria exigiese el tener que salir de lo prevenido en el artículo 17, se consultará el caso a S. M., y sin su expresa autorización no se procederá a formalizar ninguna propuesta. Artículo 32. Quedan derogadas todas las disposiciones dictadas hasta el día, que se opongan a la presente instrucción, para conferir o proponer recompensas por acciones de guerra. Artículo 33. Prefijadas en los artículos anteriores las reglas que deben seguirse para conceder gracias sobre el campo de batalla y para la formación de las propuestas de Co

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recompensas, quedará nulo de hecho todo premio que se confiera o proponga sin sujeción a lo prevenido en esta instrucción. Artículo 34. La presente instrucción no tendrá efecto retroactivo, y empezará su observancia desde que se publique. Decreto de 25 de septiembre de 1837 (Colección de las leyes, decretos, y declaraciones de las cortes, y de los reales decretos, órdenes, resoluciones y reglamentos generales). Restableciendo el de las anteriores de 25 de septiembre 1820, sobre las recompensas designadas a los patriotas que han perecido en defensa de la libertad. Se restablece por lo que respecta a la época que comprende, el decreto de las anteriores de 25 de septiembre de 1820 sobre las recompensas designadas a los patriotas que han perecido en los patíbulos, en acciones de guerra, o en prisiones o destierros, por su adhesión o en defensa de la libertad, como igualmente a sus familias. Real orden de 29 de enero de 1839 (Colección de las leyes, decretos, y declaraciones de las cortes, y de los reales decretos, órdenes, resoluciones y reglamentos generales). Se previene lo conveniente para regularizar las propuestas de recompensas por hechos de armas, en cuanto a individuos dependientes de otros ministerios que el de la Guerra. Deseosa S. M. la reina gobernadora de evitar la confusión que en la adjudicación de los premios por acciones de guerra, originaba el que además de las propuestas hechas por los generales en jefe o capitanes generales de provincia, se formasen otras por diferentes autoridades, se dignó resolver por real orden de 16 de junio último que cuando algunos individuos dependientes de otros ministerios contrajesen méritos de guerra se diese conocimiento del hecho a esta secretaría de mi cargo para que elevándolo al conocimiento de S. M. la reina gobernadora, recayesen las recompensas con arreglo a la instrucción y órdenes vigentes según los casos y circunstancias; pero como esta y otras disposiciones dictadas hasta el día hayan sido insuficientes para prevenir todas las dificultades que ofrece el despacho de las propuestas de premios de campaña, cuando se forman sin sujeción a las bases establecidas, y a fin de evitar el que se concedan por un mismo hecho de armas duplicadas recompensas a los mismos individuos, o dejen de recompensarse acciones dignas de premio por carecerse de un sistema fijo; se ha servido resolver que en l0 sucesivo se observen y guarden en el particular de que se trata las reglas siguientes: 1.ª Las propuestas de recompensas militares por hechos de armas serán formadas siempre por las autoridades militares superiores de las provincias en que aquellos ocurran, con sujeción a la instrucción de 14 de julio de 1837 y órdenes posteriores. 2.ª En consecuencia de la regla anterior todo jefe u oficial, ya sea del ejército permanente, de las milicias provinciales, de la nacional o de cualquiera otros institutos especiales, que hallándose mandando cualquier clase de fuerza armada sostenga acción contra los enemigos o defienda algún punto, dará un parte detallado del hecho ocurrido a la autoridad militar inmediata superior del distrito en que ocurra, sin perjuicio de dar los demás que le estén prevenidos, de manera que transcrito dicho parte de autoridad en autoridad militar, llegue al capitán general de la provincia, quien al trasladarlo al gobierno, si lo conceptúa digno de premio, pedirá al tiempo de remitirlo la autorización para formalizar la correspondiente propuesta de recompensas, y no se formarán estas sin que preceda la real autorización. 3.ª Si entre los individuos comprendidos en las propuestas de recompensas hubiese algunos que dependiesen de otros ministerios, como sucede con los carabineros de la hacienda pública, las rondas de seguridad, los salvaguardias &c., se dará conocimiento al ministerio respectivo de las recompensas que se les acuerden por este de mi cargo, así Co

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como deberán aquellos manifestar las que S. M. tenga a bien conceder en sus respectivas carreras a los que se distingan por su buen comportamiento en acción de guerra, a fin de que sirva de gobierno al resolverse por este ministerio las propuestas que por el mismo hecho se puedan formar. 4.ª Los partes que los jefes de la milicia nacional puedan dar, así como los que dirijan los jefes políticos, intendentes de rentas, jueces de primera instancia o cualesquiera otras autoridades no militares, servirán en los ministerios de que aquellas dependan para los efectos que S. M. estime convenientes, por los mismos ministerios, pues fijados por la presente real resolución los trámites que deben observarse para la distribución de los premios militares, todos los documentos que para la calificación de los méritos se juzgue conveniente que se tengan presentes, obrarán en las capitanías generales de las provincias en tiempo oportuno para que no se retarde la formación de las propuestas. 5.ª Estando determinado quiénes son las autoridades militares que deben formalizar las propuestas de recompensas por acciones de guerra, y no compitiendo su formación a los inspectores generales de las armas, quedando comprendido en la regla general establecida el inspector general de la Milicia Nacional. 6.ª Por consecuencia de lo prescrito en las reglas anteriores, toda propuesta de premios militares por acciones de guerra que se dirijan a este ministerio por autoridades a quienes no competa su formación, así como las recomendaciones para obtener recompensas hechas en favor de individuos, sean o no militares, que se funden en hechos de armas, quedarán sin curso, aun cuando se conserven unidas al expediente que se haya formado, o a los antecedentes del mismo asunto que obre en esta secretaría del despacho. 7.ª Las presentes reglas no alteran las establecidas y no derogadas del decreto de 14 de julio de 1837, relativo a la concesión de gracias por acciones de guerra, así como no derogan las facultades inherentes a los generales en jefe de los ejércitos, capitanes generales de provincia e inspectores generales de las armas para alcanzar el más completo desempeño en sus respectivos cargos. 8.ª Y finalmente, las propuestas o recomendaciones por hechos de guerra que obren en la secretaría del despacho y no hayan sido formadas o producidas por las autoridades y en la forma que se previene en las reglas anteriores, se pasarán a los generales en jefe o capitanes generales de provincia a quien corresponde para que con presencia de los antecedentes informen lo que se les ofrezca y parezca. Real orden de 14 de febrero de 1839 (Colección de las leyes, decretos, y declaraciones de las cortes, y de los reales decretos, órdenes, resoluciones y reglamentos generales). Para que los inspectores de las armas evacúen con preferencia los informes sobre recompensas. En 12 de agosto de 1836 se dignó S. M. mandar se circulase la real resolución siguiente: S. M. ha resuelto que los informes que se pidan a la inspección y dirección de las armas sobre individuos propuestos para premios de campaña, se despachen con preferencia a cualquier otro asunto, puesto que el retraso que sufre la expedición de estas gracias no solo las desvirtúa, sino que produce diferentes complicaciones en el servicio y un motivo constante de reclamaciones. En su consecuencia tomará V. E. las medidas que juzgue oportunas para facilitar el despacho de dichos informes, que deberá asignarlos a una mesa determinada de su secretaria a fin que sea desde luego una sola la persona que responda a V. E. inmediatamente de este importante negociado. De real orden lo comunico a V. E. para su inteligencia y cumplimiento, debiendo avisar el recibo de esta soberana resolución con una noticia de los informes que se hallan pendientes sobre recompensas y fechas con que se les remitieron los expedientes. Y habiéndose notado que no obstante lo mandado se evacúan con menos prontitud que lo que exige el bien del servicio, los informes que se piden sobre propuestas de recompensas por acciones de guerra, se ha servido S. M. prevenirme que le recuerde el Co

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puntual cumplimiento de lo preceptuado en la preinserta orden como lo ejecuto de la de S. M. para los efectos consiguientes. Real orden de 6 de junio de 1841 (Colección de las leyes, decretos, y declaraciones de las cortes, y de los reales decretos, órdenes, resoluciones y reglamentos generales). Señalando el término de dos meses, improrrogables, para que puedan solicitarse gracias en recompensa de servicios prestados durante la guerra civil. Enterado el regente del reino de la consulta que el Inspector general de caballería hizo a este ministerio con fecha 28 de mayo último, manifestando la necesidad de que se dicte una medida que paralice el excesivo número de instancias que se promueven en reclamación de empleos, grados y remuneraciones por méritos contraídos en la guerra civil que ha terminado; ha tenido a bien fijar el término de dos meses, improrrogables, contados en la Península desde la fecha de este decreto, y en los dominios de Ultramar desde que se publique el mismo, para que puedan promover las reclamaciones que se crean con derecho todos los individuos de ambos ejércitos; no dando V. S. curso a ninguna de las instancias de este género que tengan el carácter de viciosas. Real orden de 21 de abril de 1843 (Colección de las leyes, decretos, y declaraciones de las cortes, y de los reales decretos, órdenes, resoluciones y reglamentos generales). Declarando terminado el plazo señalado para admitir instancias en solicitud de gracias por méritos contraídos en las ocurrencias del mes de octubre de 1841. He dado cuenta a S. A. el regente del reino del expediente instruido en este ministerio con motivo de un oficio dirigido por la Inspección general de Infantería, en que haciendo presente la multitud de instancias que se promueven por individuos del ejército en reclamación de gracias por méritos que exponen haber contraído durante las ocurrencias del mes de octubre de 1841, proponía que bien se fijase un plazo dentro del cual pudiesen entablar sus solicitudes los que se considerasen acreedores a alguna recompensa por muy justas y fundadas causas, o bien darse por terminado el indicado plazo. En su vista, y teniendo presente que habiendo transcurrido tiempo más que suficiente para que pueda haber hecho presente su derecho todo el que le hubiese adquirido legítimamente, y que de fijar un plazo nuevo sería dar lugar a reclamaciones viciosas; conformándose S. A. con el parecer de la Junta general de inspectores, se ha servido disponer que se dé por terminado el plazo para admitir instancias pidiendo gracias por méritos contraídos en las ocurrencias del citado mes de octubre de 1841. Real orden de 22 de abril de 1843 (Colección de las leyes, decretos, y declaraciones de las cortes, y de los reales decretos, órdenes, resoluciones y reglamentos generales). Reencargando el cumplimiento de las circulares de 17 de octubre de 1838 y 6 de junio de 1841, por las que se prohíbe el curso de toda instancia en solicitud de recompensa por los servicios prestados, tanto en la última guerra civil como en la de 1820 al 23. S. A. el Regente del Reino se ha enterado del expediente instruido en este Ministerio con motivo de una instancia de D. Joaquín García Segovia, capitán retirado en Málaga, solicitando la cruz de primera clase de la orden militar de San Fernando, en recompensa de los méritos que expone haber contraído en el año de 1822. En su vista, y de conformidad con lo informado por el Tribunal supremo de Guerra y Marina, al mismo tiempo que no ha tenido a bien S. A. acceder a la solicitud del interesado, por no haberla promovido durante los plazos prefijados al efecto en las circulares de 17 de octubre de 1838 y 6 de junio de 1841, Co

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se ha servido resolver que se reencargue a todas las autoridades dependientes de este Ministerio el cumplimiento de dichas dos circulares, por las cuales está terminantemente prohibido el curso de toda instancia dirigida a reclamar recompensa por servicios contraídos, tanto en la última guerra civil como en la de 1820 a 1823, siendo al propio tiempo la voluntad de S. A. que esta resolución se publique en la Gaceta y en los Boletines Oficiales de las provincias. Real orden de 11 de diciembre de 1843 (Gaceta de Madrid número 3377, del 13). Mandando que ninguno de los que se crean con derecho a las gracias, empleos y condecoraciones decretadas por el ex-regente, pueda usar el distintivo correspondiente sin que antes recaiga la real aprobación. Algunos individuos dependientes de este ministerio se han creído autorizados por sí y sin la competente declaración personal al uso de los distintivos que creen corresponderles con arreglo al decreto de 26 de noviembre último, por el cual se revalidan los empleos, gracias, honores y condecoraciones acordadas por el Gobierno del ex-regente. S. M. no ha podido ver con indiferencia que se haya introducido en el ejército un abuso tan en contradicción con la disciplina, el primero y el mas indispensable de los elementos de su organización; puesto que, para usar de los distintivos de un empleo, grado, honor o condecoración se necesita como imprescindible requisito el estar en posesión del correspondiente real título, despacho o documento personal que para ello autorice. En su vista, y en la de que sin notoria injusticia y especial perjuicio para los que con gloria propia y provecho nacional han arrostrado los riesgos y compromisos del último alzamiento no podría prescindirse del examen individual de cada una de las gracias a que se refiere el mencionado decreto de 26 de noviembre último, ni menos hacerlas de mejor condición que las conferidas por las juntas de salvación y gobierno de las diferentes provincias alzadas, cuyas medidas han sido en cierto modo restringidas hasta su escrupulosa aprobación o reprobación individual por el decreto de 21 de agosto de este año, se ha dignado S. M. mandar, que ninguno de los individuos dependientes de este ministerio que por el referido real decreto de 26 de noviembre último se crea con derecho a las gracias, empleos, honores y condecoraciones decretadas por el Gobierno del ex-regente desde el 23 de mayo al 30 de julio últimos, pueda usar el distintivo que a aquella gracia, empleo, honor y condecoración corresponda, hasta que establecidas las reglas por las cuales ha de ser aplicado aquel decreto con arreglo a su artículo 2.º, recaiga su real aprobación sobre cada caso individual. Real orden de 9 de enero de 1844 (Colección de las leyes, decretos, y declaraciones de las cortes, y de los reales decretos, órdenes, resoluciones y reglamentos generales). Mandando que no se de curso por ninguna autoridad militar a solicitudes de recompensas. En el decreto de 21 de agosto último tuvo a bien el Gobierno provisional del reino dictar las medidas que estimó oportunas para recompensar el mérito adquirido por el ejército en la última crisis política, haciendo la justa distinción a favor de aquellos que hubiesen prestado servicios de armas distinguidos o contraído especiales merecimientos. Los artículos 1.º y 6.º del citado decreto manifiestan claramente quienes deben ser comprendidos en ellos; no obstante lo cual son innumerables las instancias que llegan a este ministerio, fundadas unas en alguno de los artículos de dicho decreto, y las más en el 6.º alegando comúnmente por todo mérito el exacto cumplimiento de los respectivos deberes. Semejante abuso tan contrario al verdadero espíritu de la ordenanza general como desfavorables a los interesados, ha llamado muy particularmente la atención de S. M.; porque si bien son apreciables los servicios en que muchos fundan sus peticiones, en cuanto merece serlo en el militar el cumplimiento de su deber, no tiene ni puede tener otro Co

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efecto inmediato que el de contribuir a fundar el concepto que los jefes deben formar de sus subordinados. En esta atención S. M., que aprecia como se merece el celoso cumplimiento de los deberes militares, y que recompensará oportuna y justamente el mérito especial que cualquiera individuo contraiga, quiere que no olvidando los del ejército la máxima, de que el militar debe pensar más en merecer que en pretender, y haciendo renacer la confianza que los inferiores deben tener siempre en sus superiores, dejen al cuidado de sus jefes el proporcionarles los adelantos de que por sus virtudes y merecimientos se hagan dignos, y cesen de distraer al Gobierno y aun a ellos mismos con solicitudes que solo sirven para invertir infructuosamente un tiempo precioso para objetos de verdadero interés. Por tanto, se ha servido S. M. mandar: 1.º Que en lo sucesivo no se dé curso por ninguna autoridad militar a las instancias de los individuos del ejército que tengan por objeto solicitar recompensas con arreglo al citado decreto de 21 de agosto, respecto a que todos los comprendidos en él deben estarlo en las propuestas que se hallan ya en este ministerio, hechas por las juntas de gobierno o por los generales en jefe, y obtendrán a su tiempo las gracias que les correspondieren. 2.º Que si alguno se considerase agraviado por no haber sido comprendido en las indicadas propuestas, haga constar su derecho ante los respectivos inspectores y directores de las armas o capitanes generales de los distritos, según la dependencia que tuvieren, cuyas autoridades, con vista de los informes y justificaciones convenientes, harán presente a la junta consultiva de Guerra el caso en que los pretendientes se hallen, y aquella corporación hará la declaración de los que no tengan derecho a lo que soliciten, o propondrá a S. M. por conducto de este ministerio la recompensa de que los considere merecedores, con sujeción al citado decreto y órdenes posteriores. 3.º Que del mismo modo se proceda con los que por otros conceptos soliciten resarcimiento de postergación o perjuicio notoriamente sufrido y debidamente justificado. 4.º Que sea cual fuere el mérito que contraiga cualquiera individuo del ejército, no se admita ni de curso a instancia del interesado para S. M. en petición de premio, sino que se le proponga, si hubiese lugar a ello, para el que le correspondiere con sujeción a las órdenes vigentes por el capitán general del distrito en que ocurriese el hecho o por el inspector de su arma. Real orden de 6 de abril de 1844 (Colección de las leyes, decretos, y declaraciones de las cortes, y de los reales decretos, órdenes, resoluciones y reglamentos generales). Resolviendo que no se de curso en adelante a las instancias que se promuevan en solicitud de recompensas a los que tomaron parte en el último alzamiento nacional. Habiendo transcurrido ya tiempo mas que suficiente para que todos los individuos de marina agraciados por las juntas de gobierno de las provincias en el último alzamiento nacional hayan acudido a este ministerio solicitando las recompensas declaradas en el decreto de 5 de octubre del año próximo pasado, que se comunicó a V. E. por este ministerio para su circulación en la armada, se ha dignado resolver S. M. la reina que desde este este día no se de curso por las autoridades del ramo a las instancias que se promuevan bajo este concepto.

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MARISCAL DE CAMPO NICOLÁS DE MINIUSSIR Y GIORGETA Óleo sobre tela de Federico de Madrazo, de 86 por 75 centímetros, fechado en julio de 1843

Colección particular Uniforme de gala de mariscal. Luce la encomienda de la Orden de Isabel la Católica, la placa y la cruz de la Orden de San

Hermenegildo, la placa de la Orden de San Fernando de tercera clase, la cruz de la Orden imperial de Leopoldo (Austria), la medalla de Waterloo (Reino Unido), la cruz de la Orden de la Corona de Roble (Luxemburgo) y la de cuarta clase de la Orden

militar de Guillermo (Holanda). El pasador lleva en la fila superior las cintas de la Medalla de Irún y de las cruces de distinción del tercer Ejército, de la batalla de Vitoria y de Chiclana. La inferior, la de la cruz de distinción de la Albuera, medalla de Prisioneros

Militares y otra no identificada

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Real orden circular de 11 de junio de 1844 (Gaceta de Madrid número 3562, del 15). Para que desde la fecha de la misma no se dé curso a solicitud alguna, pretendiendo ascenso, grado o condecoración por servicios prestados en el alzamiento nacional, verificado en el último año. Considerando la Reina que en el periodo trascurrido desde el alzamiento nacional han tenido tiempo sobrado para pedir gracias o representar en reclamación de perjuicios cuantos contrajeron mérito entonces, y deseando cortar los abusos que con este motivo se han introducido, se ha dignado resolver S. M. que desde la fecha de esta circular no se dé curso por ninguna autoridad dependiente de este ministerio a solicitud alguna en que se pretenda ascenso, grado o condecoración, fundándose en los servicios prestados en aquellas circunstancias, ni tampoco a las que se dirijan a permutar la gracia ya obtenida por otra cualquiera que sea. Real decreto de 26 de julio de 1847 (Gaceta de Madrid número 4705, del 2 de agosto). Disponiendo que las Órdenes reales de España, en la esfera civil, serán en adelante las que se expresan a continuación, y que son las mismas que en el día existen; y más que se expresa. La posesión y la oportuna dispensación de los honores han sido siempre, y son más aún en las actuales monarquías, uno de los más útiles y abundantes tesoros del Gobierno, de que se hallen dotados y puedan disponer los que las dirigen. Está en la delicadeza de nuestras costumbres el atribuir un gran valor a este género de distinciones sociales, el ambicionar esas insignias, que participan a la vez del acuerdo de las antiguas glorias, y constituyen por sí una especie de privilegio entre la igualdad legal de las instituciones modernas. Mas para que ese tesoro lo sea en realidad, para que se estimen cuanto deben estimarse las condecoraciones de un Estado, para que sea legítima y noble su ambición y no se humillen con poseerlas los hombres de valía y de virtud, es indispensable que no se desparramen y prodigan con mal acuerdo, y que sea verdaderamente una distinción, con juicio y parsimonia concedida, el hecho de obtenerlas y llevarlas. Todo lo que se vulgariza se envilece y pierde su mérito: todo lo que cualquiera pueda conseguir deja de ser objeto de deseo de aquellos que precisamente convendría más que lo consiguieran. No corresponde, Señora, al que escribe detenerse a justificar que se han prodigado sin templanza las condecoraciones civiles de nuestra nación. Tampoco le correspondería censurar por ello a los ministros, sus antecesores, acusándoles de imprudente facilidad en este punto. De presumir es que todos se hallaban animados de las mejores intenciones sobre la dispensación de estas gracias, y que sólo la importunidad de una parte, y la falta de reglas con que poderse defender de los importunos de otra, ha sido la causa verdadera de no contenerse en el límite que de seguro anhelaban levantar para sí propios. Porque ése es, Señora, el castigo providencial del poder arbitrario: donde la facultad no encuentra obstáculo ni veto, el abuso es su necesaria y deplorable consecuencia. De cualquier suerte, y sin culpar determinadamente a ninguno, la verdad es que el mal existe y que es necesario ponerle remedio. Al no hacerlo así y continuando dispensándolo con la profusión que en los últimos tiempos las condecoraciones españolas, el descrédito de estas llegaría a ser tal, dentro de poco, que no fuera después posible levantarlas de su degradación a que habrían venido en la conciencia pública. Convencido de esto el ministro que subscribe, ha meditado con mucha detención sobre el sistema que convendría seguir para tan útil y necesario propósito. Sus ideas han vacilado algún tiempo sobre distintas consideraciones: inclinándose alguna vez a suprimir todo lo que existe y a ordenar y organizar una sola Orden y condecoración, aunque con grados distintos; y pensándolo otras que era más aceptable la conservación de las que existían, reducidas en lo posible a los objetos de su institución, y acomodadas también en cuanto era forzoso a las exigencias de una sociedad que nunca permanece tranquila ni estacionaria. Co

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Este último sistema ha obtenido también la primacía en sus consideraciones, y ha guiado los pormenores de su obra. Permítale V. M. que de brevemente la razón de su convencimiento. En una sociedad sin historia, o donde el nivel revolucionario haya igualado el suelo y extinguido toda tradición, la multiplicidad de Órdenes y condecoraciones sería evidentemente un absurdo. El principio de la simplicidad y la unidad debería, y no podría menos de tener en ella plena aplicación, y cuanto lo desvirtuara o adulterara, sería de todo punto inconveniente. El haz de todos los méritos habría de estar sujeto con una sola cinta y adornado con una sola corona. Tal es, por ejemplo, la idea de la Legión de Honor, nacida en Francia después del horrible cataclismo que niveló aquella sociedad. Pero España no se encuentra en este caso. La sociedad antigua se ha renovado, mas no ha perecido en un lago de sangre. La corona real se ha sustituido por el gorro frigio. Las antiguas tradiciones están en pie, y no se ha interrumpido el curso de las pasadas glorias de nuestro pueblo. El Toisón y la cruz de Carlos III existen todavía: la de San Juan adorna aún el pecho de los viejos Caballeros de Malta. Lo que es tiene sin duda valor y estimación en nuestro país, valor y estimación en Europa. No será pues el ministerio que suscribe quien haya de proponer a V. M. que lo anule y lo suprima. Su obligación consiste en mejorarlo para conservarlo. Partiendo de este principio y limitando sus propuestas a lo que V. M., como poseedora del poder ejecutivo y Gran Maestre de las Órdenes, puede determinar por sí, ha concebido y redactado el proyecto del decreto que tiene la honra de presentar. Tratándose exclusivamente en el de las Órdenes Españolas que corresponden en el día a la esfera civil, se fijan estas del modo que existen en la actualidad, reducidas a las del Toisón de Oro, San Juan de Jerusalén, Carlos III e Isabel la Católica. No se habla de la de Damas de María Luisa, porque en buena razón no debe ser una institución pública, como que no es una institución viril. Por lo que respecta a la Orden del Toisón de Oro, nada tiene que alterar, nada tiene que proponer sobre ella el infrascrito. Ella es un ejemplo de cómo se conservan en la estimación las condecoraciones que no se prodigan, de cómo es indispensable limitar por el número hasta lo que parece que no puede sujetarse a su regla, el mérito en sus grados eminentes. Si el Toisón hubiera podido darse con libertad, el Toisón sería lo mismo que cualquiera otra gran cruz, y se pedirían por docenas de memoriales como se piden éstas. Recuerdo y tradición de glorías muy altas, la Orden de San Juan de Jerusalén no debe extinguirse por un lado, mientras que por otro es imposible que no reciba modificaciones. No era esa Orden un establecimiento particular de la Monarquía Española, sino que, creada por decirlo así fuera de los Estados políticos, pertenecía en globo a la Cristiandad, y tenía como ésta su existencia independiente. Mas hundida con su asiento de Malta, diseminada en naciones muy diversas, despojada por último de sus antiguos bienes, no es ya sino una sombra de lo que fuera en los siglos pasados, y no puede aspirarse a que sea sino un monumento vivo que reproduzca a la vista de todos la heroicidad cristiana Y caballeresca de nuestros ascendientes. Son, pues, inútiles los grados que en ella se contaban, grados que por otra parte no tendrían significación en nuestra sociedad, y hasta conservar como única la clase de los caballeros, reducida aún a número determinado, para que no se prodigue ni invada la esfera de otras condecoraciones, que son las de derecho común para el mérito y para los servicios. Aquí se presentaba al que suscribe una gran dificultad que ha procurado resolver en el sentido del espíritu de nuestro tiempo. La Orden de San Juan, como todas las de caballería de la Edad Media, exigía la justificación de nobleza en los que en ella entraban. Ahora bien, esa justificación es, no sólo fatal en las nuevas ideas y repugnante a la modernas instituciones, sino que a cada momento se va haciendo mas dificultosa, y llegará pronto un instante en que de hecho no se pueda practicar. Las leyes actuales no reconocen como distinción la hidalguía, no dan mas derechos a los hidalgos que a la generalidad de los españoles, no pueden sancionar en fin que haya dos clases separadas por carta en la Nación. Era, pues, imposible conservar en este arreglo la condición de la antigua Nobleza. Y, Co

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sin embargo, la Orden de San Juan no debía darse a todos; y ya que queremos su conservación como un recuerdo aristocrático, era natural, era debido, era justo que no se concediese sino a personas que pudieran legítimamente llamarse de la aristocracia: no aristocracia exclusivamente de nacimiento, sino aristocracia de mérito de servicios, de posición, de estima y de opinión pública. No me toca a mí, Señora, el resolver si ha acertado plenamente al designar la clase a que ha de poder conferirse la distinción de que tratamos, pero juzgo que el pensamiento en sí mismo y en sus bases esenciales no podría menos de obtener su soberana aprobación. Los antiguos cuarteles del escudo son reemplazados por los nuevos títulos que la índole de nuestras instituciones reconoce y proclama. Paso a hablar enseguida de la Real Orden de Carlos III, digna creación de aquel augusto ascendiente de V. M., condecoración estimada dentro y fuera de la Península, que, instituida para premio del mérito y de la virtud, debe buscarlos por todas partes y servirles de estímulo a la Corona. Las innovaciones que se proponen respecto a esta Orden son las siguientes: 1.º Aumentar en ella un grado, instituyendo cuatro en lugar de los tres actuales. 2.° Fijar en 120 el número de las cruces. 3.º Crear hasta 300 comendadores de número en lugar de los 200 caballeros de esta clase que antes existían. 4.º Suprimir la pensión que aquellas disfrutaban. 5.º Establecer comendadores ordinarios. Desde luego, Señora, son evidentes las razones que ha habido para proponer toda esa innovación, tres grados solos en una Orden que debe ser la general, y cuando el de en medio se limita a tan reducido número, fácilmente se echaba de ver que no ofrecía la anchura indispensable para llenar las necesidades de una Monarquía como la Española. Resultado de esto fue la concesión del uso de placa a los simples caballeros, trayendo ella consigo, como legítima consecuencia, la confusión universal y el desmerecimiento de las clases todas, Era menester por consiguiente reparar ese daño instituyendo nuevas y más numerosas categorías; fijando para que no se altere el número de las superiores; y armonizando, por decirlo así, esa condecoración con las mas acreditadas de Europa, en las que es común con unos o con otros nombres esa designación de grados que me atrevo a proponer a V. M. Complemento de ese necesario y oportuno arreglo no puede menos de ser la disposición que le acompaña, para que no se pueda obtener una categoría de la Orden sin haberse pasado por la anterior. Sin este principio, Señora, ni hay regla y mesura en la distribución de las gracias, ni puede conservarse el justo aprecio de una condecoración que se ha de dar a muchos. Cuando para llegar a los grados superiores sea necesario haber transcurrido por los precedentes, entonces se estimarán en lo que valen unos y otros, nadie se desdeñará de principiar por lo que debe ser generalmente el principio. Esto no impide, sin embargo, el establecimiento de unas pocas excepciones, ya permanentes, ya temporales, que parecerán justificadas con sólo su lectura. Una disposición por último de conveniente garantía, propia de nuestro sistema constitucional, viene a poner término a estas justas novedades. Tal es la obligación de que se publiquen oficialmente estas gracias en un brevísimo término. Esa publicidad es el único recurso posible en lo que por su naturaleza no puede dejar de ser arbitrario esa publicidad es a la vez la defensa del ministro contra los importunos que le asedian, y de la sociedad contra el ministro que respete sus decisiones. Hase hablado, Señora, hasta aquí, de las condecoraciones de nuestra monarquía peninsular: queda únicamente que decir de la que, instituida como americana, ha llenado todos los ángulos de la Nación. El ministro que subscribe no la habría de seguro instituido si no existiera; pero después de haber vacilado sobre si propondría que se suprimiese, se ha resuelto a pedir a V. M. que se reduzca de un modo estricto a los objetos para lo que fue creada. Ya que por haberse Co

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concedido a tantas personas que legítimamente lo poseen, no cabe, sin herirlas, llevar adelante tal supresión, quede, como es justo, para que los servicios prestados en Ultramar, y sirva de distintivo a aquellos fieles y merecedores habitantes, o a los que, procediendo a la Península, van a adquirir nuevas y muy estimables honras en aquellas regiones, Por lo demás, su organización y sus reglas no deben ser otras que las fijadas para la Orden de Carlos III y si sólo determina número menor para sus grados superiores, consiste en que las provincias de Ultramar tienen una población menor que las de nuestro suelo de Europa. Tales son, Señora, el espíritu, las causas, la completa y general explicación de las disposiciones que comprende el decreto adjunto que presento a la aprobación de V. M. Hecha necesaria esta reforma por abusos que no se pueden negar ni desconocer, mi intención y mi propósito van encaminados a que las Órdenes y condecoraciones españolas conserven unas y recobren otras todo el lustre y distinción que son correspondientes a una gran monarquía formada en todos tiempos en acciones gloriosas y en denodados y leales caballeros.

REAL DECRETO Tomando en consideración las razones que en la exposición que precede me ha manifestado mi primer secretario de Estado y de Despacho, vengo a decretar lo siguiente: Artículo 1.º Las Órdenes Reales de España, en la esfera civil, serán en adelante las que se expresan a continuación, y son las mismas que en el día existen: La Insigne Orden del Toisón de Oro. La de San Juan de Jerusalén, sus lenguas de Aragón y Castilla. La Real y Distinguida de Carlos III. La Americana de Isabel la Católica. Artículo 2.º Continuará como hasta aquí rigiéndose por sus antiguos estatutos, la del Toisón de Oro. Permanecerán los mismos que en el día sus distintivos, y el número de sus Caballeros. Artículo 3.º Se conservará como un recuerdo histórico, tradición de las glorias nacionales, la de San Juan de Jerusalén. Se compondrá únicamente de caballeros, extinguiéndose por muerte de todos los que las poseen todas las demás categorías. Artículo 4.° El número de los caballeros en cada una de las lenguas de esta Orden será el de 100, o sea de 200 en las dos. Mientras hubiere en la Orden mayor número que el señalado en el presente decreto, no se proveerá sino una plaza cada tres vacantes. Artículo 5.º Es condición para ser nombrado caballero de esta Orden pertenecer a alguna de las categorías siguientes: Ser o haber sido senador o diputado, o hijo de estos. Tener capacidad para ser nombrado senador o ser hijo de quien la tuviese. Ser título o hijo de título de Castilla. Ser dignidad o canónigo de alguna iglesia catedral. Ser o haber sido por dos veces diputado de la provincia. Ser o haber sido consejero provincial. Ser o haber sido por dos veces alcalde en población de más de 30.000 almas. Ser coronel o de ahí arriba en los ejércitos de tierra y mar. Ser Ministro residente encargado de negocios, jefe político, intendente, fiscal de mis Tribunales o ministro togado de los mismos. Ser o haber sido oficial en las Secretarías de Despacho. Ser individuo de las academias nacionales. Artículo 6.º Continuarán las mismas que hasta aquí las insignias de la Orden de San Juan de Jerusalén, usando los caballeros la placa bordada de blanco. Artículo 7.º La Real y Distinguida Orden de Carlos III es la generalmente destinada para premio de méritos y servicios en la esfera civil. Artículo 8.º Se compondrá esta Orden de cuatro categorías o grados: 1.ª El de caballeros. 2.ª El de comendadores. 3.ª El de comendadores de número. Co

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4.ª El de grandes cruces. Será insignia de todos ellos la cruz en el ojal, pendiente de la cinta que hoy se usa, los comendadores la llevaran además al cuello; los comendadores de número usaran la placa, y las grandes cruces la banda y el collar, en su caso, como en el día. Las placas serán bien bordadas, o de acero, de plata, o de pedrería, e iguales en un todo a las que hoy se usan. Se conservarán como actualmente las insignias de los ministros de la Orden. Artículo 9.º Ningún español podrá pertenecer a una categoría de esta Orden sin haber correspondido a todas las precedentes. Se exceptúan de esta disposición los que fueren o hubieren sido ministros de la Corona, presidentes de los Cuerpos Colegisladores, capitanes generales del Ejército y de la Armada, embajadores y presidentes del Tribunal Supremo de Justicia. Es también excepción de la misma regla la que se determina en el artículo 12. Los extranjeros podrán, asimismo, obtener desde luego cualquier grado de la Orden. Artículo 10. Las categorías de caballeros y comendadores son limitadas en número, la de comendadores de número no podrá pasar de 300; la de grandes cruces tampoco deberá pasar de 120. Artículo 11. Habiendo en el día un número mayor de grandes cruces que el fijado en el precedente, no se podrán conferir más de un par por cada tres vacantes. Artículo 12. Quedan declarados comendadores de número los 200 caballeros pensionistas que existen en la actualidad. La pensión queda suprimida para lo sucesivo. Hasta cumplir el término de un mes de la fecha del presente decreto se podrán crear los 100 comendadores de número restantes en personas que sean simples caballeros. Artículo 13. Los caballeros a quien por privilegio se ha concedido en varias ocasiones el uso de la placa no están obligados a dejarla, pero no podrán ascender en la Orden sin pasar por el grado de comendadores, en cuyo caso tratarán aquella por la cruz al cuello distintivo de su categoría. Artículo 14. Se prohíbe absolutamente conferir por privilegio en adelante el uso de cualesquiera insignias que no sean las del grado que se poseen. Artículo 15. La Real Orden de Isabel la Católica queda exclusivamente destinada para premio de los servidos prestados o que se prestasen en Ultramar. Artículo 16. Tendrá el mismo número y denominación de categorías que la de Carlos III, regirán para ella las mismas reglas no pudiendo pasar de 200 los comendadores de número ni de 80 las grandes cruces. Artículo 17. Los comendadores actuales de esta Orden serán en adelante los comendadores ordinarios. La clase que en ella se crea es la de comendadores de número con el distintivo de la placa, que será conforme al modelo adjunto e igual en el tamaño a la de los comendadores de número de Carlos III. Artículo 18. El collar y los colores de esta Orden serán los mismos que en el día. Artículo 19. Quedan suprimidos en todas las Órdenes Reales a que se refiere el presente decreto la condición y prueba de nobleza. Artículo 20. Los trajes de ceremonia de todas las Órdenes se fijaran por los modelos que acompañan al presente decreto. Artículo 21. Los derechos de título de Carlos III e Isabel la Católica serán los siguientes: Por el de gran cruz 3000 reales. Por el de comendador de número 2000. Por el de comendador 1500. Por el de caballero 1000. Se suprime otro gasto en la concesión de estas condecoraciones. Artículo 22. Toda elección, nombramiento, ascenso o gracia de cualquier clase en las Órdenes Reales habrá de ser publicado en la Gaceta Oficial dentro del término de ocho días, con expresión de las circunstancias exigidas para ello en el presente decreto. En otro caso será nulo y de ningún valor. Artículo 23. Quedan vigentes y se observaran los antiguos estatutos de todas las Órdenes Reales a que se refiere este decreto, en cuanto no estén variados o modificados por él. Co

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Orden circular de 6 de enero de 1849 (Boletín Oficial del Ejército número 2, del 25). Mandando que se exprese en las propuestas de recompensas las fechas de los últimos reales despachos de los comprendidos en ellas. La reina ha tenido a bien mandar prevenga a V. E. que siempre que se ofrezca elevar a su real consideración alguna propuesta de recompensas en favor de los individuos del ejército por servicios o acciones de guerra, se exprese en aquella la fecha del último grado y cruz que hayan obtenido los interesados que sean comprendidos en dicha propuesta, como condición indispensable para poder llevar a debido efecto lo prevenido en el reglamento de recompensas de 14 de julio de 1847. Real orden de 4 de enero de 1850 (Legislación ultramarina, 1865). Determinando que el goce de las gracias que se concedan a personas residentes en ultramar se entienda limitado a la península cuando la concesión no se hubiese comunicado a los gobernadores presidentes de aquellos dominios. En vista de lo expuesto por las autoridades superiores de las provincias de ultramar sobre las dudas e inconvenientes que resultan de no comunicárseles las concesiones de gracias otorgadas a personas que residen en aquellos dominios, la Reina se ha servido resolver, que se entienda limitado el goce de las mencionadas gracias al territorio de la península e islas adyacentes, siempre que la concesión no se haya comunicado de oficio de los gobernadores presidentes de aquellas audiencias. Real orden de 13 de septiembre de 1850 (Legislación ultramarina, 1865). Sobre inteligencia de la de 4 de enero que limita el goce de las gracias concedidas a personas residentes en ultramar. Enterada la reina de lo consultado por V. E. para evitar dudas en la aplicación de lo dispuesto por la real orden de 4 de enero último acerca de la limitación del goce de las gracias que se conceden a personas residentes en ultramar, se ha dignado resolver que no se entiendan comprendidas en dicha real orden, sobre que se consulta, las gracias que se conceden por otros ministerios, en atención a estar mandado que por las secretarias del despacho respectivas se comuniquen para su cumplimiento todas las órdenes de su atribución; que para los que hayan sido agraciados por el ministerio de mi cargo estando en la península o islas adyacentes, si van después a ultramar quede en suspenso el carácter que tuvieran adquirido por la gracia concedida, mientras permanezcan en esas provincias, a menos que no se ordenase otra cosa en los casos que se estimen convenientes; y que en cuanto a los que se hallan ahí de tiempo atrás en el goce de las que hayan obtenido continúen disfrutándolas aunque no hayan sido comunicadas oficialmente a V. E., toda vez que ya han producido en el público sus efectos necesariamente. Real decreto de 28 de octubre de 1851 (Gaceta de Madrid número 6316, del 29). Acordando no se conceda en adelante el Toisón ni las grandes cruces de Carlos III y de Isabel la Católica sin que se preceda propuesta del Consejo de Ministros. Para conservar el lustre y esplendor de la Insigne Orden del Toisón de Oro y de mis Reales Órdenes de Carlos III, Damas Nobles de la Reina María Luisa y de Isabel la Católica, instituidas por mis augustos Progenitores con el objeto de que sirvan de recompensa por los servicios hechos al Estado y a sus reales personas, y de distintivos al Mérito y a la virtud; y queriendo que estas mercedes no se concedan en lo sucesivo sin el completo Co

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conocimiento de las circunstancias que concurren en los aspirantes a ellas y sin justificados merecimientos, he venido a decretar lo siguiente: Artículo 1.° No se concederán en adelante la Insigne Orden del Toisón ni la Gran Cruz de mis Reales Órdenes de Carlos III e Isabel la Católica sin que proceda propuesta acordada en mi Consejo de Ministros. Artículo 2.° Tampoco se concederán las condecoraciones de los grados inferiores de las mismas dos Reales Órdenes sin que por conducto del primer secretario del Despacho de Estado venga la correspondiente propuesta del ministro del ramo al que pertenecieren las personas que se conceptúen dignas de tenerlas. Respecto a las personas que exclusivamente pertenezcan a mi real servidumbre será indispensable la proposición del mayordomo mayor o del que haga las veces por el mismo conducto de mi primer secretario del Despacho de Estado. Quedará a cargo de este ministro el proponerme directamente todas aquellas personas que por su clase y la naturaleza de sus funciones o cargos públicos no dependan de ningún ministerio en particular ni pertenezcan a mi real servidumbre, oyendo previa mente a la asamblea de la Orden a que corresponda la condecoración que se solicitare, y debiendo un informe de la dicha asamblea extenderse a la calificación de los hechos y circunstancias a que su favor alegue el que ha de ser agraciado y a la fijación de la categoría en que se le pueda comprender. Artículo 3.º La clase de las condecoraciones de las citadas dos reales Órdenes a que mis súbditos puedan optar, dependerá de sus respectivas categorías y se fijara con arreglo a estas tan pronto como se reúnan los datos necesarios, siendo mi real voluntad que no se admita por ningún ministerio ni por mi mayordomo mayor solicitud alguna que no venga estrictamente arreglada a dichas categorías. Artículo 4.° La propuesta de condecoraciones para los empleados o particulares pertenecientes a las provincias de Ultramar se ajustará precisamente en lo dispuesto en mi real decreto de 30 de septiembre de este año. Artículo 5.º Toda concesión que hiciere de semejantes mercedes deberá publicarse en la Gaceta de Madrid en el preciso termino de un mes, sin el cual las secretarías de mis reales órdenes de Carlos III, Damas Nobles e Isabel la Católica no expedirá el correspondiente Título. Artículo 6.° Será obligación del agraciado sacar dicho Título, satisfaciendo los derechos que señala el artículo 21 de mi real decreto de 26 de julio de 1847, los cuales serán en adelante para la banda de mi Real Orden de Damas Nobles de la Reina María Luisa los mismos que para las grandes cruces de las Órdenes de Carlos III e Isabel la Católica. Cualquiera merced que en las expresadas reales Órdenes tuviere yo a bien hacer, se considerará de ningún efecto o valor si en el improrrogable plazo de tres meses para la península e islas adyacentes, y de seis para las provincias de Ultramar, a contar desde la fecha de la concesión, no obtuviesen los agraciados el correspondiente Título. Artículo 7.º Las condiciones exigidas en el presente decreto para la propuesta y concesión de la Gran Cruz de Carlos III se hacen extensivas a la Real Orden de Damas Nobles de la Reina María Luisa, debiendo servir a las personas que aspiren a esta los méritos, servicios y categorías de sus respectivos esposos. Artículo 8.° Mientras no se verifique la reorganización de la Ínclita Orden Militar de San Juan de Jerusalén, que me propongo disponer con arreglo a las modificaciones que la diferencia de tiempos y de instituciones han debido introducir en ella, se observarán para la propuesta y concesión de cruces de Caballeros de dicha Ínclita Orden las mismas reglas, y se exigirán las mismas condiciones y categoría, y deberán satisfacerse iguales derechos de título que para las Cruces de comendadores de las reales Órdenes de Carlos III e Isabel la Católica. Artículo 9.º Quedan derogadas todas las disposiciones hasta ahora vigentes que puedan oponerse al exacto cumplimiento del presente decreto. Co

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Real orden de 18 de enero de 1853 (Colección Legislativa de España número 32). Resolviendo que por ningún concepto se cursen solicitudes pidiendo recompensas por méritos contraídos antes de 1º de enero de 1852, así como tampoco gracias en permuta de otras obtenidas hasta dicha fecha. Ha llamado la atención de la reina el gran número de solicitudes que, no obstante lo prevenido en diferentes reales órdenes, se cursan por las autoridades dependientes de este Ministerio pidiendo gracias por la guerra civil terminada en el año de 1840, alzamiento del 43 y demás sucesos que han tenido lugar posteriormente; y otras reclamando remuneración por creerse perjudicados, o bien permuta de recompensas obtenidas por aquellos hechos por otras que creen corresponderles o que les convienen más. S. M. en vista de lo dispuesto en las reales órdenes de 9 de enero y 11 de junio de 1844, 3 de junio de 1846, 28 de octubre y 24 de noviembre de 1849, 28 de febrero, 23 de marzo y 14 de noviembre de 1850; teniendo en cuenta, por otra parte, el gran número de gracias con que generosamente ha recompensado los servicios prestados en los hechos militares y sucesos políticos que desde 1853 a la fecha han ocurrido, por lo cual cada individuo debe conformarse con el premio que le ha otorgado la real munificencia; y por último, considerando que hallándose la Nación en época normal, es indispensable que todas las clases de la Milicia se sujeten a lo que los reglamentos prescriben, se ha servido S. M. resolver, que bajo ningún concepto se cursen a este Ministerio solicitudes pidiendo recompensas por méritos contraídos antes de 1º de enero del año de 1852, así como tampoco gracias en permuta de otras obtenidas hasta dicha fecha ni reclamando remuneraciones. Real orden de 27 de mayo de 1854 (Legislación ultramarina, 1865). Resolviendo que no se conceda condecoración alguna a individuos residentes en ultramar sin previo informe del gobernador capitán general. La reina en vista de lo puesto por V. E., en carta fecha 23 de noviembre del año último, y para garantizar el mayor acierto en la concesión de condecoraciones a individuos residentes en ultramar, se ha dignado resolver que en lo sucesivo no pueda otorgarse ninguna de dichas gracias sin previo informe del gobernador capitán general respectivo. Real orden de 27 de mayo de 1854 (Legislación ultramarina, 1865). Sobre los requisitos que deben preceder para el uso de condecoraciones concedidas a individuos residentes en ultramar. Consiguiente a lo que se manifestó por esta Secretaria a la Dirección de Ultramar, en oficio de 6 de mayo último, contestando a la consulta que por aquel departamento del digno cargo de V. E. hizo el capitán general de la Isla de Cuba, sobre las cruces que se conceden a individuos residentes en aquellos dominios, me apresuro a comunicar a V. E. lo que el secretario de las Órdenes de Carlos III e Isabel la Católica me dice con fecha 5 del actual. Meditado y discutido por las Supremas Asambleas de las Órdenes el primer punto que se sirvió V. E. someter a su dictamen por real orden de 6 de mayo último, con motivo de haber consultado la Dirección de Ultramar sobre la conveniencia de que los títulos de las Órdenes que se expidan para súbditos de S. M. residentes en la Isla de Cuba, tengan que presentarse al capitán general por los interesados para su debido conocimiento e intervención y para que pueda poner en ellos el «cúmplase» han acordado en sesión de 30 del pasado, que haga yo presente a V. E. como tengo la honra de verificarlo, que considerando las supremas asambleas las circunstancias particulares en que se encuentran los dominios de la Corona de España en Ultramar, su distancia de la Metrópoli, y que nadie como los respectivos capitanes generales están en el caso de conocer si los súbditos de S. Co

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M. residentes en sus distritos han podido desmerecer, por cualquiera causa, la gracia de cruz que se les haya otorgado, y finalmente que el objeto que el Gobierno se propuso al hacer la concesión, se desvirtuaría si ostentasen condecoraciones de las Órdenes individuos que no las mereciesen por su clase y servicios, creen conveniente el que para que tengan cumplido efecto las gracias de cruces concedidas a residentes en los dominios de las Islas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, deben presentar los interesados a los respectivos capitanes generales los títulos que hayan obtenido, para que en ellos pongan el «cúmplase» cuyo requisito será en lo sucesivo indispensable para la validez de la gracia, y que ha de preceder a toda condecoración y que no podrán negar sin grave causa, dando al propio tiempo cuenta inmediata al Gobierno para su aprobación; teniéndose entendido que por esto no deben considerarse menoscabadas las prerrogativas de S. M. como gran maestre de la misma. Respecto al segundo punto que abraza la real orden citada, entiende la Suprema Asamblea de la de Carlos III que hay inconveniente en dar participación en las condecoraciones de sus caballeros a las asambleas de otra Orden, que solo está enterada de sus propios Estados y que no debe intervenir en los de otra, tanto más, cuanto que en los de la de Carlos III está previsto el caso de los que hayan de condecorarse fuera de capítulo por ausencia de la Corte; en cuyos actos han de intervenir necesariamente los mismos capitanes generales, como las personas más caracterizadas del país. Por lo tanto es de opinión la Asamblea que en este punto no se haga más novedad sino la de que los interesados para condecorarse, presenten sus respectivos títulos con el mencionado «cúmplase» del capitán general. De real orden lo traslado a V. E. a fin de que se sirva disponer lo conveniente para que las autoridades superiores de Ultramar se atengan en materia de condecoraciones a lo expuesto por la Suprema Asamblea, según queda referido. Real orden de 1 de octubre de 1855 (Legislación ultramarina, 1865). Disponiendo que las propuestas de gracias se hagan solo a favor de personas que hayan contraído servicios especiales. La reina teniendo en cuenta las muchas gracias que de poco tiempo a esta parte se han concedido a los habitantes de esa isla, y la necesidad de que no se desvirtúen tan honrosas distinciones, se ha dignado disponer al darla cuenta de la recomendación objeto de la carta de V. E. número 349, de 12 de agosto del corriente año, que en lo sucesivo limite V. E. sus propuestas a aquellas personas que hayan contraídos servicios especiales. Real orden de 10 de diciembre de 1859 (Legislación ultramarina, 1865). Referente a la concesión de cruces y distinciones a empleados de ultramar. En carta oficial fechada el 11 de octubre último insiste el superintendente delegado de Hacienda de la isla de Cuba en los gravísimos perjuicios que al servicio del ramo y al crédito en general del Gobierno infiere la concesión de cruces y distinciones honoríficas a aquellos de sus funcionarios que, o no han contraído mérito para obtenerlas o las obtienen de un carácter superior a su merecimiento y a su misma condición oficial y social. En el orden interior de las oficinas son en efecto un inconveniente para la disciplina jerárquica ciertas distinciones que alteran, por decirlo así, el orden normal de las relaciones establecidas por las escalas o grados del personal administrativo y el servicio público no puede menos de resentirse de esta alteración. Si la gracia recae en empleados que no son acreedores a ella, entonces la concesión además de los inconvenientes apuntados, ofrece el muy mas grave de que el prestigio del Gobierno sufra. La profusión de las condecoraciones en Ultramar, rebajando su importancia, priva a este por otra parte, si bien lentamente, del poderoso estímulo que en ellas pudiera cifrar, tanto para sus agentes como para los particulares que Co

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en alguna ocasión se vieron en el caso de prestar servicios al Estado. Para evitar estos inconvenientes se hace preciso que por ningún concepto se otorguen para Ultramar cruces y distinciones para las que no se forme previa propuesta por esta dependencia, que a su vez se abstendrá de proceder a formularlas sin un exacto conocimiento de las cualidades de las personas favorecidas y de la oportunidad de la gracia o recompensa, para lo cual puede contar con la garantía que han de prestarle las propuestas o los informes de las autoridades superiores de las provincias Ultramarinas. Con este motivo y para los fines que procedan, reitero á V. E. de real orden las diversas comunicaciones que sobre el particular se han dirigido por este centro al Ministerio del digno cargo de V. E. Real orden de 18 de julio de 1860 (Gaceta de Madrid número 204, del 22). Disponiendo lo conveniente acerca del uso de las condecoraciones. Enterada la reina de la comunicación que V. E. dirigió a este ministerio consultando el modo en que deberán colocarse las condecoraciones en el pecho, y el tamaño de que deberán usarse; de conformidad con lo expuesto por la junta consultiva de Guerra, en 27 de junio próximo pasado, S. M. se ha servido disponer se observen las reglas siguientes: 1.º No se podrán usar condecoraciones de mayor tamaño que el prefijado a las mismas, cuando respectivamente fueron creadas. 2.º Se llevarán las referidas condecoraciones con un pasador de oro que embeba las cintas correspondientes, las que no guardarán más distancia entre sí que la precisa para fijar un ligero filete o bisel que las divida quedando unidas a los pasadores con una pequeña anilla, sin que cuelgue o sobresalga cinta alguna. 3.º Cuando hubiese necesidad de colocarlas en dos órdenes, se pondrá el primero a la altura del primer botón de la levita o casaca, y el segundo a la del tercero, colocándose en una distancia intermedia en el caso de que pudieran llevarse en un solo orden e inmediatamente por bajo de ellas, las placas que corresponden a ciertas condecoraciones. Real orden de 10 de septiembre de 1861 (Legislación ultramarina, 1865). Manifestando que no tendrán efecto las gracias y condecoraciones concedidas, si no se comunican por el departamento de Ultramar. Enterada la reina de la comunicación de V. E., fecha 5 de mayo último, consultando, con motivo de haber solicitado el alcalde mayor de la Pampanga que se cumplimentase el título en virtud del cual le fueron concedidos los honores de Auditor de Marina, si los que puedan concederse a empleados civiles por los Ministerios de Guerra y Marina, están comprendidos en la prohibición vigente de que tengan efecto en Ultramar las que no fueren comunicadas por este departamento, ha tenido a bien declarar que, con arreglo al espíritu de las disposiciones vigentes, no tendrá efecto en las provincias de Ultramar ninguna clase de gracia, condecoración, honores ni categoría que pueda concederse por cualquiera de las Secretarías del despacho a los funcionarios o particulares residentes en dichas provincias sino en el caso de que sean comunicadas por este departamento a los gobernadores superiores civiles de las mismas provincias. Circular número 409, de 19 de diciembre de 1861 (Memorial de Infantería número 71, del 20). Determinando reglas para la colocación de condecoraciones en la clase de tropa. Por real orden de 18 de julio del año próximo pasado, circulada en 4 de agosto siguiente, se dignó S. M. dictar reglas fijas para la colocación de las condecoraciones en el pecho y sobre el tamaño de las mismas. Esta real resolución, que comprende a todos los individuos Co

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agraciados con un distintivo que es el testimonio y la recompensa de acciones meritorias, ha de aplicarse y observarse en todas las clases, ya por que en su contexto literal ninguna se halla excluida, ya porque la uniformidad aconseja que no se introduzcan caprichosamente variaciones en cuerpos del ejército y en secciones de un mismo instituto. Interpretando fielmente el sentido y espíritu de dicha real orden, y llegado el caso de ahorrar consultas sobre este punto, siempre que se trata de colocación de condecoraciones en las clases de tropa, he determinado resolver las dudas en las reglas siguientes: 1.º Todos los individuos de las clases de tropa llevarán colocadas en el pecho las condecoraciones que gocen en el mismo orden y forma prescrita por la real orden al principio citada. 2.ª El pasador que embeba las cintas de las condecoraciones pendientes de él será en las expresadas clases de metal, color dorado, con los filetes necesarios para la división y distancia convenientes. 3.ª El precio máximum del pasador, tamaño regular, se calcula próximamente en 2 rs. Esta suma se cargará al individuo en la distribución de prets, como se practica con las prendas de masita que recibe periódicamente, toda vez que cumplido su empeño o retirado antes del servicio ha de llevar consigo dicho pasador, como lleva todas las prendas costeadas por el referido fondo. Real orden de 21 de febrero de 1862 (Gaceta de Madrid número 63, del 4 de marzo). Dictando disposiciones acerca del modo de llevar las cruces de distinción las diversas clases del cuerpo de la Guardia civil4. El señor Ministro de la Guerra dice hoy al director general del cuerpo de Guardias civiles y de la Guardia civil veterana lo siguiente: He dado cuenta a la Reina de la comunicación de V. E., fecha 25 de agosto de 1860, consultando varias dudas acerca de la inteligencia que debe darse a la real orden de 18 de julio del expresado año sobre el modo en que deben llevarse las cruces de distinción por las diversas clases del cuerpo de su cargo; y S. M., después de haber oído el parecer de la junta consultiva de Guerra se ha servido dictar las disposiciones siguientes: 1.º No se podrán usar condecoraciones de mayor tamaño que el señalado para las mismas cuando respectivamente fueron creadas. 2.º Las clases de tropa llevarán las cruces pendientes de cintas de los respectivos colores cosidas por su extremo superior al paño del uniforme, y cuyo ancho será exactamente igual al mayor que presenta la cruz en sentido horizontal, no debiendo exceder de tres centímetros la altura de la parte visible de cada cinta. 3.º Los jefes y oficiales llevarán también las cruces sencillas pendientes de cintas del mismo ancho que las condecoraciones; pero colocadas en uno o mas pasadores de oro de un centímetro de alto y seis milímetros de claro o hueco para la cinta, sobresaliendo esta por la parte inferior tan solo lo necesario para coger la anilla de la cruz. 4.º En los pasadores que sirvan para varias condecoraciones, las cintas estarán separadas por pequeños filetes de oro de igual ancho que los que forman el contorno del pasador. 5.º Las cruces sencillas deberán colocarse en el lado izquierdo del pecho, de modo que sus centros queden un decímetro por debajo de la horizontal correspondiente al extremo inferior del cuello; y cuando el número de condecoraciones sencillas obligue a colocarlas en varios órdenes, el centro del espacio ocupado por estos deberá distar 12 centímetros de dicha horizontal. 6.º Las cruces de comendador se colocarán pendientes de cintas que salgan de la unión de las dos extremidades del cuello de la casaca o levita, y las placas inmediatamente debajo de las cruces sencillas.

4 Por real orden de 17 de enero de 1877, se hace extensiva a las clases de tropa las disposiciones 3º, 4º y 5º Co

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Orden general de 7 de marzo de 1863 (Boletín Oficial de la Capitanía General de la Isla de Cuba). Reiterando el cumplimiento de la real orden de 21 de febrero de 1862, sobre el modo de llevarlas. Habiendo llamado la atención del excelentísimo señor capitán general, que por algunos jefes y oficiales en comisión activa o fuera de cuerpo no se observan las prevenciones de la real orden de 21 de febrero de 1862, que reglamenta la forma en que deben llevarse las cruces y condecoraciones, ha dispuesto S. E. se recuerde su más puntual cumplimiento, reproduciéndose dicha soberana disposición en la Orden general de este Ejército, encargando muy particularmente a todas las autoridades militares vigilen su observancia bajo su responsabilidad5. Real orden de 15 de julio de 1863 (Legislación ultramarina, 1865). Sobre concesión de cruces y distinciones a empleados de ultramar. Por el artículo 6.º del real decreto de esta fecha organizando la carrera administrativa en Ultramar, se dispone que no podrán concederse gracias, condecoraciones ni honores por los diferentes ministerios sino a propuesta del de ultramar, por cuyo conducto deberán también comunicarse a los interesados. Ley de 17 de julio de 1866 (Gaceta de Madrid número 201, del 20). Ley sobre recompensas a los individuos de nuestra escuadra del Pacífico. Artículo 1.º Se declaran con opción a los beneficios de la ley de 7 de julio de 1860 sobre recompensas a Ion militares inutilizados y familiares de los fallecidos en la campaña de África: 1.ª A los jefes y oficiales de los diferentes cuerpos de la Armada, Guardias marinas, oficiales de mar y maestranza, dependientes de máquinas y de víveres, individuos de la marinería y tropa que forman la dotación de nuestra Escuadra en el Pacífico, inutilizados o que en adelante se inutilizaren a contar desde el 15 de abril de 1864 hasta el día que por el Gobierno de S. M. se declare oficialmente terminada la campaña. 2.ª A los huérfanos y viudas de los que resultaren fallecidos durante el propio periodo. 3.ª A las madres, viudas y padres pobres de los igualmente fallecidos que no dejaren hijos ni viudas. Artículo 2º. El Gobierno hará la declaración de los derechos que por esta ley se conceden a los jefes, subalternos y de nuestra Escuadra del Pacífico, cuidando de asimilar las clases e individuos en ella comprendidos a las clases y categorías marcadas en la mencionada ley de 7 de julio de 1860; resolviendo favorablemente a los interesados las dudas que pudiera ocurrir en la interpretación y aplicación de ambas leyes. Real orden de 10 de octubre de 1867 (Gaceta de Madrid número 283, del 10). Concediendo recompensas generales al ejército en la forma que se consigna6. Por reales disposiciones de esta misma fecha, han sido resueltas las propuestas hechas por los capitanes generales respectivos, en favor de los individuos de las diferentes clases del ejército, consultados por dichas autoridades por el mérito de haberse encontrado y distinguido en algún hecho de armas durante los últimos acontecimientos por que ha pasado el país; y deseando la Reina dar una prueba de su soberano aprecio al ejército en general por los servicios que todos los cuerpos han prestado y por la decisión y lealtad que

5 Es la anterior. No se incluye. 6 Se inserta sólo lo que interesa a este epígrafe. Co

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han demostrado, ya formando parte de las columnas que han perseguido a las partidas rebeldes, ya en las guarniciones de las plazas, se ha dignado resolver lo siguiente […] 5.º Se concede asimismo la Cruz del Mérito militar, de las asignadas para premiar servicios especiales y según las categorías de dicha orden, a los coroneles de los regimientos y a los primeros jefes de cuerpo en todas las armas e institutos; a dos jefes por cada regimiento y a uno por cada dos batallones independientes o de cazadores; a cuatro capitanes, ocho tenientes y cuatro alféreces por cada regimiento de Infantería, Artillería a pie e Ingenieros, y a dos capitanes, cuatro tenientes y dos alféreces por cada batallón de cazadores y regimientos de caballería o artillería montada. Los coroneles que se hallen en posesión de la Cruz del Mérito militar de segunda clase, serán consultados para la de Comendador de Carlos III o Isabel la Católica. 6.º Se concede, por último, la cruz sencilla de María Isabel Luisa, a las clases de tropa en la proporción de dos a los sargentos primeros, cuatro a los segundos y treinta a los cabos y soldados dentro de cada batallón y regimiento de caballería o artillería montada. 7.º Las cruces a que se refieren las precedentes disposiciones se han de adjudicar precisamente por orden de antigüedad. En su consecuencia, es la voluntad de S. M. que los directores generales de las armas e institutos formulen las propuestas correspondientes con arreglo a lo que se deja mandado, en el concepto de que no deberá ser consultado para cruz ningún individuo a quien haya correspondido empleo o recibido otra gracia por méritos especiales con motivo de los mismos acontecimientos. Circular de 4 de diciembre de 1868 (Gaceta de Madrid número 340, del 5). Señalando el plazo improrrogable en que todos los jefes, oficiales y clases de tropa puedan promover instancias solicitando recompensas por servicios prestados a la causa nacional. Terminado el periodo de lucha de la revolución, era uno de los primeros deberes, y ha sido uno de los primeros cuidados del Gobierno Provisional al constituirse, el de recompensar los servicios prestados a la causa nacional por los que habían peleado por ella; por los que habían trabajado y corrido riesgos para preparar su triunfo, y por los que han sufrido vejaciones o perjuicios en su carrera, imputables a sus actos o a sus opiniones liberales. A esta sagrada obligación han atendido los decretos 10, 12, 14 y 18 de octubre próximo pasado, y el Gobierno al aplicarlos ha procurado premiar y remunerar todos los merecimientos y todos los castigos o privaciones impuestas por causas que hoy son título legítimo a la consideración nacional. Han trascurrido ya dos meses desde que el actual poder público fue instalado, y si la acción justa y reparadora del Gobierno no ha llegado por completo a todos los individuos que dependen del ramo militar en los límites más apartados del territorio español, sentado y conocido está el principio y la forma del derecho; iniciadas están sus aplicaciones, y difícilmente y solo por excepción habrá quien no esté en posesión de sus beneficios o no tenga interpuesto el recurso conveniente para alcanzarlos. Es ya, pues, oportunidad de que el Gobierno, atendiendo a los intereses generales y permanentes del Ejército, que tienen su garantía en la aplicación regular del sistema de ascensos y recompensas que consignan sus reglamentos, fije la terminación del período de las reparaciones especiales y normalice la situación y el movimiento de las escalas, por las mismas razones de justicia y de conveniencia que le impulsaron a hacer una alteración extraordinaria en él. Esta medida que no puede lastimar ningún derecho, porque siempre, como consigna la Ordenanza, está abierta la puerta de la justicia al recurso del que se considere agraviado, pondrá coto a pretensiones infundadas y reclamaciones viciosas que mientras son una esperanza en los peticionarios, inquietan y alarman a los que, careciendo de influencias protectoras, deben descansar confiadamente en la severidad de una Administración recta y equitativa; multiplican inútilmente y perturban el trabajo de las dependencias militares y fatigan la atención del Gobierno que no tiene para qué negar lo que carece de todo fundamento para llegar a ser oído. Por todas estas consideraciones, he tenido por Co

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conveniente resolver, y V. E. deberá atenerse en lo sucesivo en el asunto de que trata la presente circular, a las instrucciones siguientes: 1.º Queda señalado como plazo improrrogable, a contar desde esta fecha, para que todos los jefes, oficiales y clases de tropa puedan promover instancias, solicitando la aplicación de los beneficios consignados en los decretos citados, el de un mes, dos y tres respectivamente, para los que residan en la Península e islas adyacentes, América y Filipinas. 2.º Terminado este plazo, no se dará curso por las autoridades a instancia alguna que tenga por objeto indemnización de perjuicios por causas políticas. Circular número 5, de 28 de abril de 1869 (Gaceta de Madrid número 120, del 30). Dando instrucciones para acotar el abuso producido por las multitudes de solicitudes pidiendo mayores recompensas, permutas de las ya obtenidas u otras pretensiones. Habiendo observado que, no obstante haber transcurrido con exceso el plazo marcado en la circular de este ministerio de 4 de diciembre último, siguen recibiéndose multitud de solicitudes pidiendo mayores recompensas, permutas de las ya obtenidas u otras pretensiones en general viciosas; y deseando cortar de una vez este abuso que aumenta considerablemente el trabajo de todas la dependencias con perjuicio del despacho, he considerado conveniente resolver: 1.º Se recuerda a todas las autoridades militares el puntual cumplimiento de mi circular de 4 de diciembre último. 2.º Quedarán sin curso todas las instancias que en lo sucesivo se reciban en este ministerio fuera del conducto que marca la ordenanza.

Orden de 1 de noviembre de 1869 (CL Marina, tomo 11, página 353). Recompensas concedidas por otros ministerios7. Cuando por otro ministerio se concedan recompensas a personal de los cuerpos de la Armada, sin que haya mediado propuesta del Ministerio de Marina, no pueden hacer uso de ellas los interesados. Cuando se trate de autorizar el uso de insignias de academias y centros oficiales sobre el uniforme militar, hay que tener en cuenta lo que sobre el particular dispongan los reglamentos respectivos8. Real orden circular de 23 de mayo de 1871. Disponiendo que en lo sucesivo el escudo de la bandera de guerra Española sea el mismo que se ha usado hasta aquí sin más variación que la de colocar en el óvalo del centro la cruz de Saboya en vez de las flores de lis. Enterado el rey de la comunicación que V. E. elevó a este ministerio en 3 de febrero último consultando el modelo del escudo de las banderas nacionales que deben colocarse en las baterías y establecimientos del arma de su cargo, ha tenido a bien resolver, en consonancia con lo dispuesto mi real decreto de 19 de marzo último, comunicado a V. E. por

7 Se inserta sólo lo que interesa a este epígrafe. 8 La real orden de 7 de octubre de 1904 dispone: «Los jefes y oficiales de los distintos cuerpos de la Armada en activo servicio que por caso extraordinario

estén en posesión o se les otorgue en adelante Grandes Cruces civiles españolas o extranjeras, y que hayan cumplido los requisitos reglamentarios, únicamente puedan usar la Banda correspondiente sobre el uniforme militar en aquellos actos que no sean colectivos del servicio ni en los que tengan relación con los deberes de su cargo o de su empleo en buques, arsenales, comandancias de marina, cuarteles, regimientos u otros destinos de la Armada, como ni tampoco en el ejercicio de destinos civiles, vistiendo el uniforme militar.» Corte

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este ministerio en 30 de mismo para las banderas de los cuerpos del Ejército, que en lo sucesivo, el escudo de la bandera de guerra Española sea el mismo que se ha usada hasta aquí sin más variación que la de colocar en el óvalo del centro a cruz de Saboya en vez de las flores de lis9. Real orden de 30 de octubre de 1871 (Memorial de Administración Militar). Antigüedad que debe acreditarse a las recompensas concedidas por consecuencia de las insurrecciones carlista y republicana. Enterado S. M. el rey de varias reclamaciones promovidas acerca de las antigüedades que deben tener los empleos y grados concedidos a las diferentes clases del Ejército en recompensa de los servicios que prestaron con motivo de las insurrecciones carlista y republicana que tuvieron lugar en los meses de julio, agosto, septiembre y octubre de 1869: Visto cuanto la legislación vigente determina sobre antigüedades a consecuencia de recompensas do guerra: Considerando que si bien no ofrece duda, por estar ya determinado, la antigüedad que corresponde a las gracias que se conceden por funciones de guerra concretas, no se hallan en el mismo caso las otorgadas en general por servicios prestados durante una campaña: Considerando que, aprobadas las propuestas por los referidos sucesos después de terminados los últimos, se tuvieron en cuenta para la adjudicación de las recompensas los servicios prestados en unos y otros. Y considerando que hallándose tan enlazados estos sucesos y las propuestas que produjeron, deben las disposiciones que se dicten sobre antigüedades ser comunes a ambos; S. M. se ha servido resolver lo siguiente: 1.º Las recompensas concedidas a consecuencia de los hechos de armas que tuvieron lugar durante las insurrecciones carlista y republicana de 1869 disfrutarán la antigüedad del día en que tuvieron lugar las funciones de guerra por que se hayan concedido. 2.º Cuando las recompensas se hayan otorgado por dos o más hechos de armas se tomará la antigüedad de la fecha en que haya tenido lugar el primero. 3.º Las recompensas concedidas por los servicios prestados durante aquellas insurrecciones, pero sin concretar hechas de armas, disfrutarán la antigüedad de 24 de octubre de aquel año, en cuya fecha se dio por completamente terminada la segunda insurrección, según parte del Ministro de la Guerra publicado en la Gaceta oficial del 25. 4.º Los directores generales de las armas dispondrán que a los individuos recompensados por los sucesos mencionados se les marquen las antigüedades que les correspondan con arreglo a las precedentes disposiciones, pidiendo en caso necesario las aclaraciones que juzguen precisas a los Capitanes generales de los distritos en que tuvieron lugar los sucesos que motivaron las recompensas. 5.º Las reclamaciones que se promuevan serán resueltas por los directores generales respectivos, y aquellas que ofrezcan duda o que por su naturaleza exijan la resolución del Gobierno se elevarán a este Ministerio con el informe razonado del Director, el que procurará, siempre que sea posible, que antes de dirigir una consulta se reúnan todas las reclamaciones de igual naturaleza sobre cada extremo, pues los razonamientos que se expongan en cada una de ellas han de contribuir a la ilustración de la cuestión. Real orden de 19 de diciembre de 1871 (Memorial de Administración Militar). Aclaraciones a la real orden de 30 de octubre último, inserto en la página 242, sobre la antigüedad que debe acreditarse a las recompensas concedidas por consecuencia de las, insurrecciones carlista y republicana de 1869.

9 Consecuencia de esta normativa es la adaptación de los escudos de las recompensas que los lleven. Co

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He dado cuenta al rey de la comunicación de V. E. de 22 de noviembre próximo pasado, consultando si lo dispuesto en la regla 2.ª de la Real orden de 30 de octubre anterior respecto a las antigüedades que deben disfrutar las gracias concedidas por servicios prestados con motivo de las insurrecciones carlista y republicana de 1869, ha de servir sólo para los casos citados, o ha de tomarse como regla general para los que hayan ocurrido desde diciembre de 1869 y ocurran en adelante, y pidiendo al propio tiempo que se declare la antigüedad que deba contarse a las recompensas otorgadas por los sucesos de Barcelona y Gracia habidos del 4 al 9 de abril de 1870, y por los acontecimientos carlistas en agosto del mismo año, en que no hubiera función de guerra determinada. Enterado detenidamente S. M, vistas las Reales órdenes de 8 de agosto y 16 de septiembre de 1856 referentes a las antigüedades de las recompensas concedidas por los sucesos de junio y julio de aquel año; considerando que el haber señalado por dichas reales disposiciones la antigüedad del último día en los sucesos que tuvieron lugar entonces en Madrid y Barcelona obedeció a un principio distinto que el que se ha tenido presente al expedir la Real orden citada de 30 de octubre último, pues en aquellos sucesos sólo se consideraba un hecho de armas de tres o cuatro días de duración, pero sin interrupción, y por consiguiente los mismos Cuerpos asistieron a ellos en ambas capitales, mientras que en los ocurridos en 1869 ha habido regimientos y batallones que han asistido en distintas fechas a hechos de armas ocurridos en diferentes localidades; y considerando que de no haberse fijado las antigüedades con arreglo a lo determinado en el artículo 2.º de la Real orden ya mencionada, se daría el caso de que Oficiales recompensados por haber contraído mérito en dos o más hechos de armas resultaran con menor antigüedad que otros del mismo Cuerpo que solo asistieron a uno se ha servido resolver S. M. lo siguiente: Artículo 1.º La real orden de 30 de octubre último sobre antigüedades sólo se refiere a las recompensas otorgadas por los sucesos que tuvieron lugar en los meses de julio, agosto, septiembre y octubre de 1869, y no a otras concedidas o que en adelante se concedan. Artículo 2.° Las recompensas otorgadas por los sucesos que tuvieron lugar en Barcelona y Gracia del 4 al 9 de abril de 1870 tendrán la antigüedad del último día citado, puesto que por aquellos hechos de armas solo se formó una propuesta. Artículo 3.º Las recompensas concedidas por los hechos de armas que tuvieron lugar en agosto y setiembre del año próximo pasado en las Provincias Vascongadas y Castilla la Vieja contra las facciones carlistas tendrán la antigüedad del día de la acción, y cuando la recompensa no recaiga sobre hechos concretos de armas, disfrutarán la de 21 de septiembre ya citado, en cuya fecha se dirigió por este Ministerio una comunicación al Capitán general de Castilla la Vieja dando por pacificado el distrito, pues el de las Provincias Vascongadas ya se había considerado en tal concepto con anterioridad. Orden de 27 de marzo de 1873 (Gaceta de Madrid número 89, del 30). Estableciendo las reglas que deberán observarse en la concesión de recompensas por los hechos de armas a que dé lugar la insurrección carlista. Enterado el gobierno de la República de las acertadas consideraciones que V. E. expone en su escrito de 24 de actual acerca del sistema seguido hasta el presente en la formación de las propuestas de recompensas por los hechos de armas a que da lugar la insurrección carlista; convencido de que sólo las acciones distinguidas, o las honrosas heridas recibidas en campaña, son las condiciones que en primer término deben marcar la preferencia a obtener los premios por mérito de guerra; sin desatender por esto, y antes al contrario, estimulando las aspiraciones de los que traten de distinguirse y realmente se distingan al frente del enemigo; deseoso de inspirarse en la letra y espíritu de la circular de este ministerio de 28 de febrero último, que tiende a robustecer con la más estricta justicia los acuerdos que se relacionen con el Ejército, medio poderoso de conservar y fomentar en él la disciplina y la interior satisfacción de que cuantos lo componen deben hallarse animados; Co

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y dispuesto por lo tanto el expresado gobierno a alentar el verdadero mérito, premiando las fatigas de la guerra, destruyendo desmedidas ambiciones que siempre redundan en perjuicio de los más o con ventaja para los menos, y procurando a la vez que todos fíen su natural deseo de adelanto en la carrera a la equitativa aplicación de reglas fijas que sean inalterables ante toda recomendación e influencia, se ha servido resolver lo siguiente: Artículo 1.° La primera recompensa que se obtenga por mérito de guerra ha de ser siempre el grado del empleo superior que se ejerza; después la Cruz roja del Mérito Militar, y en tercer término el empleo efectivo. Artículo 2.º De una a otra de las recompensas marcadas mediará a lo menos un plazo de seis meses. Artículo 3.º Consiguiente a lo preceptuado en el artículo anterior, serán excluidos de las relaciones de méritos todos los que no hayan cumplido el referido plazo, aun cuando asistan a diversos hechos de armas. Artículo 4.° Se exceptúan de las dos reglas anteriores los heridos de gravedad, contusos de consideración, o los que alcancen la fortuna de realizar alguna acción heroica, hecho de armas distinguido u operación de guerra importante, los cuales serán propuestos tan repetidamente como su conducta de lugar y sin sujeción a tiempo determinado. Decreto de 29 de marzo de 1873 (Gaceta de Madrid número 92, del 2 de abril). Declarando extinguidas las Órdenes de Carlos III, Damas Nobles de España e Isabel la Católica y disolviendo las Asambleas de las mismas. El Gobierno de la República tenía tratada desde su advenimiento, severa norma de conducta por la lógica de los sucesos y por los compromisos de honor, con la pública opinión y su propia conciencia. Nacido de una Asamblea Soberana; llamado a reunir una Asamblea Constituyente, no puede reformar lo que existe sin desacatar la legalidad y desconocer su origen; ni adelantarse a lo porvenir sin olvidar su destino y usurpar la soberanía de los comicios. Las próximas Cortes, llamadas por los poderes legítimos; reunidas en condiciones de libertad, únicas acaso en nuestra historia, emprenderán con autoridad y competencia aquellas reformes tantas veces reclamadas por la opinión y prometidas desde la prensa y la tribuna. Mientras tanto, en el periodo electoral no podrá ni deberá el Gobierno tocar sino aquellas instituciones que exclusivamente dependan de sus facultades ejecutivas, y que no se hallen sancionadas por leyes anteriores, sólo en virtud de otras leyes y por el poder legislativo reformables. Y has en la esfera de sus atribuciones debe el Poder Ejecutivo proceder con esa calma, con esa madurez propia de los pueblos republicanos, de los pueblos en plena posesión de sí mismos, fuertes con la seguridad de las reformas, libres de las impaciencias revolucionaras que suelen dar de sí muchas creaciones, pero creaciones como todo cuanto brota de la improvisación y no cuenta con el tiempo, fugaces y efímeras. En las Constituciones modernas pertenece al poder ejecutivo, ésta en sus facultades, como dar la mayor parte de los empleos públicos, dispensar también los públicos honores. Y a la multiplicidad de estos honores, a su distribución entre sus allegados, dio siempre la monarquía excepcional importancia. Nadie podrá extrañar por tanto que la República dé importancia también, la dé muy grande, al acto de otorgar honores que recuerdan las jerarquías y las tradiciones monárquicas. Por eso el ministro que suscribe propone hoy y seguirá proponiendo en lo sucesivo la extinción de todos aquellos institutos, de todos aquellos honores, de todas aquellas condecoraciones que guarden el espíritu de la monarquía y contraríen el espíritu de la República. Asunto de controversia ha sido si las veneras y cintas sirven sólo para halagar la vanidad, o para mover a actos de exaltado patriotismo. Pero en España no cabe esta controversia después de la arbitrariedad con que tales distinciones se han dado, y de la largueza con que se han repartido, llegando a contarse desde 1833 hasta 1873 cerca de 40000 caballeros de Co

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las órdenes de Isabel la Católica y de Carlos III, condecorados algunos por sus propios merecimientos, la mayor parte por recomendaciones y por favor, llegando a ser las citadas bandas, más que señal de preclaros servicios, señal de privanzas cortesanas o de ministerial valimiento. En una República bien organizada debe el hombre fiar las recompensas, mas a la virtud intrínseca de sus méritos y al aprecio moral de sus conciudadanos, que al brillo de áureas y diamantinas placas. En una República, la libre asociación y no el poder debe ofrecer en certámenes, en oposiciones, en concursos esos premios a la inteligencia y al trabajo que honran toda una vida y se transmiten como recuerdo de honor a toda una familia. ¡Qué diferencia entre los honores populares de las repúblicas griegas y los honores monárquicos de los imperios bizantinos!. ¡Qué diferencia de las artes y de los artistas en el seno de las Repúblicas italianas cuando inspiraba a todos la sublime agitación de la libertad a esas mismas artes, a esos mismos artistas; cuando se encerraron tristemente en los palacios y obtuvieron por premio, no el lauro del voto público sino el título o el tratamiento cortesano!. Los dos pueblos más libres que hay en Europa y América, los dos pueblos que han fundado las dos repúblicas más sólidas del mundo, Suiza y los Estados Unidos, prohíben las condecoraciones; y no falta quien atribuye los eclipses de la libertad, frecuentísimos en naciones grandes, ilustres y gloriosas, el anhelo con que sus hijos suelen buscar la nonada de vistosa cinta. Las nuestras, a lo menos las que del Ministerio de Estado dependen y por el Ministerio de Estado se otorgan, resultan en todo incompatibles con el Gobierno Republicano. Fundó la una el rey Carlos III no con ocasión de célebre acontecimiento nacional sino como ocasión de particular regocijo dinástico. Estableció jerarquías, instituyó ceremonias, puso límites reducidos al número de caballeros; y la codicia y la sed de honores que aquejaran al célebre favorito de su desgraciado hijo rompieron todas estas leyes, olvidaron todas estas prácticas, elevándose las 60 grandes cruces del ilustre fundador a 130 para complacer y ornar, como a los cortesanos de los monarcas, a los cortesanos da su primer ministro. A pesar de esto desde la fundación de la Orden a la muerte de Fernando VII, en el transcurso de sesenta y dos años se dieron 480 grandes cruces, y desde la muerte de Fernando VII a nuestros días, en el transcurso de 40 años escasos, se han dado 536 grandes cruces siendo el año más pródigo en esta cosecha de honores el año 1846, en que se dieron 37, más de la mitad del número a que las limitara el fundador. Y lo mismo sucedía con las demás condecoraciones. Sesenta bandas se crearon para la Orden de María Luisa, y en el penúltimo reinado llegaron a 289. En 1815 se fundó la Orden americana de Isabel la Católica para recompensar a los defensores de nuestra dominación en el Nuevo Mundo y al poco tiempo ornaba los uniformes de los mismos que combatieran esta dominación. El año de 1819 los frailes de Atocha recibían del rey autorización para vender en almoneda grandes cruces de Isabel la Católica y reparar con sus productos el convento. Las cruces han sido, pues, en la antigua monarquía, género de comercio, y conviene abolirlas dentro de la nueva República en honra a lo menos de la histórica gravedad española. Llévenlas en buena hora aquellos que las tienen; pero entiendan todos que han concluido las Órdenes de Carlos III, María Luisa e Isabel la Católica, como concluyeron antes las Órdenes de la Banda, la Encina, los Lirios, la Merced, los Trujillos, el Pichón y la Escama. A un pueblo de ciudadanos le basta con que todos los cargos públicos, desde el cargo de jefe de un municipio hasta el cargo de jefe de un estado, sean electivos y se deban al aprecio universal. En virtud de estas consideraciones, el Ministro que suscribe propone al poder ejecutivo el siguiente

DECRETO Artículo 1.º Se declaran extinguidas las Órdenes de Carlos III, Damas Nobles de España, antes de María Luisa, e Isabel la Católica. Artículo 2.º Quedan disueltas las Asambleas de estas órdenes. Artículo 3.º Los dignatarios de ellas entregarán sus archivos al Ministerio de Estado. Co

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Artículo 4.º Este ministerio recogerá a medida que vaquen, las insignias pertenecientes a condecorados en España y en el extranjero que son propiedad del Estado y las distribuirá entre los diversos Museos Arqueológicos de la Nación. Circular de 24 de agosto de 1873 (Gaceta de Madrid número 237, del 25). Derogando el artículo 2.º de la de 27 de marzo último, y disponiendo que en lo sucesivo no se circunscriban a plazo determinado las recompensas de los jefes y oficiales por acciones de guerra. Considerando que el mérito que puedan contraer en campaña los jefes y oficiales destinados a los ejércitos de operaciones, no debe sujetarse a tiempo fijo y determinado, y si únicamente a los hechos que realicen en las funciones de guerra a que concurran, el Gobierno de la República se ha servido derogar el artículo 2.° de la circular de 27 de marzo último, y disponer en consecuencia que en lo sucesivo no se circunscriban a plazo determinado las recompensas que lleguen a merecerse por acción de guerra, y de las cuales se hagan dignos los militares de todas clases. Orden de 26 de agosto de 1873 (Gaceta de Madrid número 240, del 28). Fijando los trámites que deben observarse con todas las instancias que en lo sucesivo promuevan los jefes y oficiales del Ejército solicitando recompensas. Con el fin de evitar los muchos perjuicios que se irrogan a los jefes y oficiales del Ejército que solicitan recompensa en instancias que dirigen a este ministerio, unas separándose del conducto regular, contraviniendo lo que terminantemente está mandado sobre este asunto, y otras por conducto de autoridades lejanas al conocimiento de los hechos o servicios en aquellas se fundan, con motivo del gran retraso que experimenta el despacho de asuntos que entrañan tanta importancia para el porvenir de todos los individuos del Ejército, por el mucho tiempo que se emplea en la tramitación de los informes que forzosamente hay que pedir para ilustrar convenientemente esta clase de peticiones, antes de que el gobierno adopte sobre ellas la resolución que en justicia corresponda, con grave perjuicio también del buen servicio de este ministerio; el gobierno de la República se ha servido resolver que todas las instancias que en lo sucesivo se promuevan de esta naturaleza se dirijan por el conducto regular al capitán general del distrito o general en jefe del Ejército en que haya tenido lugar el hecho de armas o servicio en que se funde la petición, cuyas autoridades deberán formular y remitir a este ministerio la correspondiente propuesta, redactada con sujeción a las reglas establecidas, si encuentran que hay méritos suficientes para ello, o las denegarán, si por el contrario las consideran viciosas o no arregladas a principios de estricta equidad. Orden de 1 de septiembre de 1873 (Gaceta de Madrid número 250, del 7). Aprobando el reglamento orgánico del cuerpo de Sanidad Militar10.

CAPÍTULO XIII. De las recompensas

Artículo 136. Para estimular en bien del Ejército la aplicación y el celo de los jefes y oficiales del cuerpo de Sanidad militar, así como para recompensar los actos distinguidos o heroicos que puedan llevar a cabo en campaña, se instituyen las siguientes recompensas, que se concederán tanto en tiempo de paz como en campaña: 1.ª La cruz de San Fernando pensionada a los que reúnan los requisitos reglamentarios.

10 Se inserta únicamente lo que interesa a este epígrafe Co

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2.ª La de emulación científica de Sanidad militar. 3.ª La del Mérito militar en sus categorías blanca y roja. 4.ª El grado superior inmediato sin antigüedad. 5.ª El empleo personal sin antigüedad inmediato superior al que disfrute el agraciado. Artículo 137. Optarán a estas recompensas: 1.º Los que en los campos de batalla, en los campamentos y ambulancias se distingan por su valor personal, serenidad en los peligros y asiduidad en socorrer a los militares enfermos o heridos. 2.º Los que den a luz obras científicas originales de reconocido mérito, que sean de provechosa aplicación, y los que en cualquier concepto presten un servicio importantísimo a la ciencia a al Ejército. Artículo 138. Los méritos de campaña los apreciarán y calificarán los generales en jefe de los Ejércitos, y los científicos la junta superior facultativa del cuerpo; en ambos casos el Ministro de la Guerra concederá, si lo estima justo, las recompensas propuestas. Orden de 2 de octubre de 1873 (Memorial de Artillería de 8 de octubre). Disponiendo queden suprimidos todos los signos exteriores que representan la Monarquía, y por consiguiente las coronas que se vienen usando en los escudos de las banderas y estandartes. Queden suprimidos todos los signos exteriores que representen la monarquía, y por consiguiente, que desaparezcan las coronas que se vienen usando en los escudos de las banderas y estandartes. Orden de 20 de enero de 1874 (Memorial de Artillería de 26 de enero). Disponiendo no se remplace por ningún otro signo ni atributo la corona de los escudos de armas de las banderas y estandartes11. […] Al suprimirse la corona de los escudos de armas, no se remplace por ningún otro signo ni atributo. Decreto de 7 de enero de 1875 (Gaceta de Madrid número 8, del 8). Restableciendo las Reales órdenes de Carlos III, Damas nobles de María Luisa y Americana de Isabel la Católica. Restablecida felizmente la Monarquía constitucional, se hace necesario revestirla de sus atributos esenciales, y uno de estos es el de premiar los servicios extraordinarios prestados al Estado, derecho cuyo ejercicio enaltece la munificencia del Monarca. Así vemos que en las demás naciones existe la práctica de dispensar recompensas honoríficas a las personas que se distinguen por méritos superiores a los que de ordinario se contraen en las respectivas carreras o profesiones. La concesión parca y justificada de las condecoraciones no puede menos de estimular el celo de los funcionarios públicos y de todas las clases sociales en general que aspiren a obtener un signo por el cual se demuestre que han sobresalido en el cumplimiento de sus deberes. Suprimidas las Órdenes civiles el 29 de marzo de 1873, se estableció una gran desigualdad, puesto que se dejó a la clase civil en situación menos ventajosa que a la militar, privando de remuneración actos especiales que no sería fácil recompensar de otra suerte. Si en momentos dados han podido prodigarse las condecoraciones, la historia

11 Se inserta únicamente lo que interesa a este epígrafe. Co

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demuestra que en general las han obtenido y honrándose con ellas varones eminentes por su patriotismo, por su abnegación o por el renombre que han alcanzado en las ciencias o en las artes. Justo y conveniente parece por la tanto el restablecerlas. En vista de estas breves consideraciones, el Ministerio-Regencia decreta lo siguiente: Artículo 1.º Se restablecen la Real y distinguida Orden de Carlos III, la Real Orden de Damas Nobles de María Luisa y la Real Orden americana de Isabel la Católica en los términos prescritos en sus respectivas constituciones. Artículo 2.º El Ministro de Estado queda encargado del restablecimiento de las Asambleas de las Reales Órdenes mencionadas, y de cuanto se refiere al cumplimiento del artículo precedente. Decreto de 12 de enero de 1875 (Gaceta de Madrid número 13, del 13). Restableciendo las Órdenes militares y Maestranzas disueltas en 9 de marzo de 1873. El Ministerio-Regencia del Reino ha acordado dejar sin efecto el decreto del gobierno de la República fecha 9 de marzo de 1873, refrendado por el Ministro de Estado, en virtud del cual se declararon disueltas y extinguidas las Órdenes militares de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa y San Juan, con las Reales Maestranzas de Sevilla, Granada, Ronda, Valencia y Zaragoza.

Real orden de 17 de abril de 1875. Disponiendo que en lo sucesivo se ajusten estrictamente al modelo que se cita las propuestas de recompensas que se formalicen en los ejércitos de operaciones. Siendo muy diferente el formulario que se emplea en la formación de las propuestas, y omitiéndose en ellas datos muy esenciales que es preciso conocer para resolver con el mejor acierto y evitar comparaciones que en todos los casos obedecen a la falta de aquellos, impidiendo la aplicación de un criterio uniforme y equitativo, S. M. el Rey ha tenido a bien disponer, que en lo sucesivo se ajusten estrictamente al modelo adjunto12 las propuestas de recompensas que se formalicen en los diferentes ejércitos de operaciones, siendo bastante la falta de claridad o de cualquiera de los requisitos que se consignan para ordenar se rehagan las que carezcan de los que se marcan y de los cuales pende la acertada resolución. Al mismo tiempo se ha observado que, partiendo sin duda de la errónea creencia de que el sólo hecho de resultar heridos es bastante para obtener un empleo u otra gracia, dejan de expresarse en las propuestas las circunstancias de los que sufren ese accidente de la guerra, que por sí no significa un mérito y si una desgracia personal, independiente del comportamiento militar, que es lo mas atendible; y en tal concepto, S. M. ha resuelto que en las relaciones de heridos se expresen las mismas circunstancias de antigüedad, efectividad, cruces y demás que en las propuestas ordinarias, y muy especialmente si se han distinguido o no en el combate y en qué forma, obligando a los profesores de Sanidad militar, bajo su responsabilidad más estrecha, a clasificar las heridas con claridad suma, a fin de que a primera vista se juzgue de su importancia, lo que unido a la conducta observada en la acción, que es lo principal, servirá para determinar si ha de haber o no recompensa y cual haya de ser esta en todo caso. Circular de 30 de agosto de 1875 (Gaceta de Madrid número 245, del 2 de septiembre). Dictando reglas regularizando el sistema que se sigue en la concesión de recompensas por méritos de guerra13.

12 No se incluye. 13 Derogada por real orden circular de 18 de noviembre de 1875.

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S. M. el rey, deseando regularizar el sistema que se sigue en la concesión de recompensas por mérito de guerra, y que el premio a los hechos distinguidos se otorgue siempre con la debida garantía para los que los llevaron a cabo, al mismo tiempo que se produzca el estímulo en los demás, alcanzando todos la íntima satisfacción que la Ordenanza recomienda, se ha servido resolver lo siguiente, después de oído el parecer de la junta consultiva de Guerra: Artículo 1.º Las recompensas por mérito de guerra recaerán a favor de los generales, jefes, oficiales e individuos de tropa que realicen una acción distinguida o de señalado reconocido mérito o valor en las funciones de guerra que merezcan premio y que estén comprendidas en el espíritu y letra del artículo 17 de las órdenes generales para oficiales; en favor de los que hubiesen recibido heridas graves en circunstancias honrosas; en beneficio de los cuerpos o fracciones de los mismos que contrajeren un mérito especial por su comportamiento, y también en los ejércitos, divisiones, brigadas, cuerpos y fracciones que en una campaña u operaciones contra el enemigo consigan importantes y tangibles resultados, acreditando su constancia y sufrimiento en fatigas extraordinarias de la guerra. Artículo 2.º Al siguiente día de una acción de guerra, los capitanes reunirán a los oficiales de sus compañías, y oyéndolos, formarán la relación de las clases e individuos de tropa que se hubiesen señalado por hecho que merezca recompensa, según se determina en el artículo anterior. Del mismo modo todos los jefes de cuerpo, presididos por el principal, y en su ausencia por el jefe de la brigada, reunirán a los capitanes y subalternos de los suyos respectivos, les expondrán los hechos que a su juicio merezcan la calificación de distinguidos, según lo que hubiesen presenciado. Después de expuesto por los jefes, si algún capitán o subalterno creyese que ha realizado alguno que deba ser calificado de aquel modo, lo hará presente; y según lo que alegue, y con el debido conocimiento de causa, será su recurso admitido o desechado por la junta. Depurado el derecho de los que resulten acreedores a recompensa, se formará la relación, que, con las de tropa, se pasarán al tercer día al coronel del regimiento, jefe de media brigada o brigadier, levantando un acta de lo que resulte, que firmarán los jefes y los capitanes, redactándola con arreglo a lo que les dicte su honor, su conciencia y haciendo resaltar en ella la razonada opinión en favor de los propuestos, con sujeción a lo que hayan podido ver y observar durante la acción, de suerte que no se ofrezca duda alguna acerca del mérito de los que se reputen como distinguidos. Artículo 3.° Bajo los mismos principios, los jefes de regimiento de Caballería o escuadrones, los de las baterías o fuerzas de Artillería y de Ingenieros que concurrieren a la acción y los jefes de Administración y Sanidad militar formarán la relación de los jefes, oficiales e individuos de los mismos cuerpos o institutos que hubiesen realizado una acción distinguida, presidiendo la junta los comandantes generales o jefes superiores del arma o instituto, quienes asimismo presidirán la que ha de clasificar a los oficiales que se distingan y que pertenezcan a fracción de cuerpo o arma. Artículo 4.º Los jefes de brigada y los comandantes generales de división, presididos por el comandante en jefe del cuerpo de ejército, clasificarán los hechos distinguidos que lleven a cabo los jefes superiores de los regimientos y batallones, los de las armas e institutos especiales, los de Estado Mayor, Ayudantes de Campo, oficiales a las órdenes y empleados en los cuarteles generales. Artículo 5.º Reunidas todas las relaciones, se pasarán a los jefes de brigada, quienes con su informe las remitirán al general de la división, y éste con el suyo al general en jefe del ejército, con toda la brevedad posible. Artículo 6.º Para formar la relación de los heridos que merezcan recompensa, los jefes de los cuerpos expresarán en ellas el informe de los facultativos y las circunstancias en que se hubiesen recibido las heridas; los jefes de brigada, previo el informe de los de Sanidad militar para comprobar el de los cuerpos, la dirigirán por conducto del general de la división al general en jefe, quien formará la general, expresando los individuos a quienes consideres acreedores a cruces pensionadas vitalicias según el mérito contraído, y teniendo presente que los inútiles tienen derecho a las ventajas que están declaradas y reconocidas para los

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que se inutilizan en servicio de la patria. Artículo 7.º Los generales en jefe propondrán a los oficiales generales que asimismo se distingan, según el mérito que en cada cual reconozcan, motivándolo, y recompensarán sobre el campo de batalla los hechos de extraordinario mérito, pericia y valor que estén llamados a mencionarse en la parte oficial de la acción, haciendo uso al efecto de la autorización que tuviesen concedida, y si no alcanzase a la graduación que disfrute el que haya de ser recompensado, consultarán al Gobierno por los medios más rápidos posibles, para que el verdadero mérito no vea en caso alguno que se demora el justo premio de los que al procurar distinguirse dan ejemplo a los demás y les estimulan a que invitándolos conozcan el verdadero camino de elevarse y adquirir reputación en la honrosa carrera de las armas. Artículo 8.º Una vez acordado por las juntas que en los respectivos artículos anteriores se detallan, los que merezcan la distinción de ser comprendidos en relación de mérito, se publicarán éstas en la orden del cuerpo, en la de la brigada y en las generales de la división al pasarse a los generales en jefe, y únicamente se admitirán reclamaciones en solicitud de ser incluidos en dichas relaciones por hechos de señalada conducta o valor, dentro de los ocho días siguientes a la publicación de ellas en las órdenes de los referidos cuerpos, brigadas, divisiones y general del Ejército, dando este plazo para que los que estuviesen ausentes por cualquier concepto puedan alegar la reclamación a que se crean con derecho. Trascurrido este improrrogable término no se dará curso a reclamación alguna bajo la más estrecha responsabilidad de los jefes superiores inmediatos, puesto que con la publicidad que se establece resulta de antemano una garantía inapelable a todas las clases, y se evitan reclamaciones infundadas, una vez que en los primeros momentos de las acciones de guerra u operaciones que originan las recompensas es cuando el verdadero mérito resplandece, los hechos se presentan tal cual son, la convenida satisfacción de todas las clases es una verdad, y no habrá razón para el sinnúmero de solicitudes que el erróneo concepto hace pesar tan de continuo en los centros oficiales, fallando abiertamente a cuantas disposiciones rigen en la materia. Artículo 9.º Del mismo modo que las juntas expresadas deberán justipreciar los hechos distinguidos o de conducta y mérito notables, para acordar la inclusión en la propuesta de recompensas, considerarán como uno de sus más sagrados cometidos el examinar aquellos que resulten o se conozcan en contra del honor y del deber militar, imponiéndose la obligación los jefes de los cuerpos de dar conocimiento a los jefes superiores de cualquiera que comprometa la reputación de alguno o algunos individuos, a fin de que pueda tomarse la providencia que corresponda. En el caso de que resultara lastimada la reputación de algún jefe u oficial, se procederá a formar el Consejo de honor de que trata el real decreto de 8 de enero de 1867, a no ser que procediera la formación de sumaria. Artículo 10. El Gobierno se reserva la facultad de recompensar de la manera que crea conveniente, según los hechos, y una vez conocida la importancia de una función de guerra, su trascendencia con relación a la campaña, resultados prácticos conseguidos y condiciones especiales que puedan presentarse; podrá ordenar que, además de los distinguidos, se formalice propuesta en la proporción que se estime justa y conveniente en favor de los que hubiesen contribuido al buen éxito de una campaña u operaciones en que el sufrimiento, la abnegación o la demasiada fatiga aconsejen el otorgar una recompensa. Artículo 11. Queda absolutamente prohibido en lo sucesivo el cursar instancias en solicitud de permutas de recompensas, a menos que se refieran a dobles empleos, dobles grados en aquellos casos en que obtenido un empleo por mérito de guerra posterior al que llegue a alcanzarse por antigüedad no se obtenga siquiera el beneficio de uno mayor a otros de índole muy especial que juzgarán los directores de las armas antes de elevarlas a la superioridad con su razonado informe. Artículo 12. Los formularios para las propuestas de recompensas se ajustarán estrictamente a lo provenido en real orden de 17 de abril próximo pasado.

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Real orden circular de 18 de noviembre de 1875 (CL número 997). Derogando la de 3o de agosto último, acerca del modo de formar las propuestas de recompensas. En vista de las dificultades que ha ofrecido la observancia y aplicación de la real orden circular de 30 de agosto último, sobre formación de propuestas a favor de los heridos y de los que se distinguen en acción de guerra, cuya disposición no se ha llevado a la práctica por aquel motivo en caso alguno, el rey ha tenido por conveniente disponer quede sin efecto la expresada circular, siguiéndose en la formación de las propuestas de recompensas el mismo procedimiento que se empleaba antes de dictarla, y que ha continuado observándose después. Real orden circular de 10 de enero de 1877 (CL número 9). Prohibiendo a todas las clases del Ejército usar en sus uniformes el distintivo de la sociedad titulada «Hospitalarios». Conformándose el rey con lo expuesto por el Consejo Supremo de la Guerra, en acordada de 27 del mes de noviembre próximo pasado, ha tenido a bien disponer se prohíban a todas la clases del Ejército usar en sus uniformes el distintivo de la benéfica sociedad internacional, titulada «Hospitalarios», cuya disposición está en armonía con el espíritu de la real orden de 22 de agosto de 1863, la cual veda a los militares el uso de toda condecoración que no esté autorizada por real diploma y conste en la novena subdivisión de las hojas de servicios de los interesados. Real orden circular de 17 de enero de 1877 (CL número 19). Haciendo extensiva a las clases de tropa la real orden de 21 de febrero de 1862, que trata del modo de llevar las condecoraciones. Conformándose el rey con lo propuesto por el director general de Infantería, y de acuerdo con lo informado por la junta consultora de Guerra en 29 de diciembre último, ha tenido a bien disponer se haga extensiva a las clases de tropa de las armas e institutos del ejército, lo que para jefes y oficiales previenen las disposiciones 3.ª, 4.ª y 5.ª de la real orden circular de 21 de febrero de 1862, sobre el modo de llevar las condecoraciones, con la diferencia de que los pasadores a que dichas disposiciones se refieren sean de metal dorado para las mencionadas clases de tropa. Real decreto de 3 de mayo de 1877 (Gaceta de Madrid número 126, del 6). Autorizando al Ministro de la Guerra para que presente a las Cortes el proyecto de ley de Recompensas del Ejército. Arraigada de antiguo en nuestro Ejército la prodigalidad de las recompensas, como sucede en todos los países trabajados incesantes lucha civiles, es difícil e improcedente extirpar de raíz semejante mal, por más que sea un perjuicio colectivo para el mismo Ejército, y esté en oposición con lo que sobre el particular se practica en los mejores organizados de Europa. Lo conveniente, dado lo antiguo del abuso y nuestro carácter meridional, que tampoco se presta a rápidas transiciones, buscar un término medio que conduzca lenta pero progresivamente a las alteraciones que reclama una buena ley de recompensas, sin romper bruscamente con hábitos y tradiciones y sin herir aspiraciones legítimas dignas de tenerse en cuenta. Tal ha sido el pensamiento del ministro que suscribe al redactar el adjunto proyecto de

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ley, y que, después de oír la ilustrada opinión de la junta consultiva de Guerra, tiene el honor de someter a la deliberación de las Cortes. Uno de los varios males que produce la guerra es el de aumentar el número de generales, jefes y oficiales más allá de los límites necesarios para la buena organización del Ejército en pie de paz; pero ningún Gobierno puede ser mezquino en recompensar a los que exige en todos los momentos el sacrificio de su vida, premios que al mismo tiempo sirven de estímulo y para elevar a los que en los empleos superiores de milicia pueden prestar eminentes servicios a la patria. Sin embargo, deben tener el mayor cuidado para que esas recompensas recaigan en los que sean merecedores de ellas, para que no se conviertan en causas de censura y disgusto que hagan desaparecer la interior satisfacción que tanto recomiendan las Ordenanzas como sólida base de una buena disciplina y subordinación. Esta parte corresponde a los reglamentos, pues en una ley sólo pueden sentarse bases generales. Primeramente se establecen en el proyecto de ley las bases para otorgar recompensas colectivas, y el orden en que deben concederse las individuales, así como los principios generales a que ha de sujetarse su concesión en los diversos casos. Sólo se otorgará el grado inmediato al empleo que se ejerza con goce de antigüedad. Muy debatida ha sido siempre la existencia de los grados que no se conocen en los principales y mejor organizados Ejércitos de Europa, pero en el nuestro cuenta muchos años de existencia, y su absoluta supresión ocasionarías a veces dificultades para recompensar servicios de armas en circunstancias harto frecuentes en los agitados tiempos que atravesamos, y muy especialmente en los servicios que por su corta duración no llegan a merecer por punto general la obtención de un empleo. Así, pues, en este proyecto se procura disminuir sus efectos y a preparar que el tiempo consiga sin violencia su completa desaparición, prohibiéndose en absoluto se otorgue grado sobre grado. Se propone también la modificación de los estatutos de la Orden del Mérito militar, creándose una cruz blanca y otra roja cuya significación represente el empleo inmediato con el goce de sueldo y demás ventajas que el mismo produciría, pero sin dar mando superior ni uso de divisas, y que desaparecerá en todos sus efectos el día en que por cualquier medio se obtenga el empleo que represente. Esta cruz con su distintivo blanco reemplazará a los empleos que se obtengan por servicios en el profesorado, y como recompensa a los oficiales estudiosos que por sus inventos de reconocida utilidad, o por ser autores de obras originales que difundan conocimientos en los diversos ramos de la ciencia militar, se encuentren comprendidos en las prescripciones de la real orden de 4 de enero de 1876. Por este medio se conserva el principio de no otorgarse empleo sino por antigüedad y mérito de guerra, o por elección en las armas donde la establece la ley de Ascensos. La misma cruz con el distintivo rojo servirá para disminuir los efectos del dualismo en los cuerpos de escala cerrada, ya que en absoluto ni es posible ni conveniente extinguirlo. Para esto, o tendrían que abrirse las escalas o dejar sin verdadera recompensa a esos oficiales. Lo primero sería contrario a la más arraigada aspiración de esos cuerpos, que tan satisfechos se encuentran con el sistema de rigurosa antigüedad, por el que conservan el espíritu de cuerpo que tanto los enaltece; y lo segundo sería cerrarles por completo el porvenir, haciendo imposible los adelantos en la carrera a aquellos a quienes para adquirirla han exigido mas estudios y mayores dispendios, y que sin embargo sólo en los últimos años de su vida podrían llagar a los primeros puestos de la Milicia. En esta difícil cuestión, como en la de los grados, ya que no sea posible hallar una fórmula que la resuelva radical y satisfactoriamente, el Gobierno propone a la sabiduría de las Cortes la que a su juicio concilia el mayor número de intereses y conserva el estímulo a las justas aspiraciones, estableciendo que por punto general no pueda obtenerse más que un empleo superior a aquel que se ejerce, premiándose los servicios posteriores con cruces pensionadas amortizables que representen bajo ciertos conceptos los empleos superiores, y que sólo pueda alcanzarse en propiedad y con todos sus goce e insignias dos de estos,

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cuando por muy extraordinarios merecimientos ocurra el caso de tener que adjudicar la cruz que equivalga al tercero. Fundado en estas consideraciones, el ministro que suscribe, de acuerdo con el Consejo de Ministros, tiene el honor de someter a las Cortes en adjunto proyecto de ley.

PROYECTO DE LEY DE RECOMPENSAS Artículo 1.º Podrán ser recompensados colectivamente los ejércitos, divisiones, brigadas, cuerpos o fracciones de cuerpo que en una campaña u operaciones de guerra hubiesen conseguido importantes resultados, acreditando constancia y sufrimiento en las fatigas extraordinarias de la guerra. Artículo 2.º Tendrán opción a recompensa individual los generales, jefes y oficiales e individuos de tropa de todas las armas e institutos del Ejército que hubiesen hecho una Distinguida acción de señalada conducta y valor, según el espíritu del artículo 47 de las Órdenes generales para oficiales de las Ordenanzas del Ejército y los que hubiesen recibido heridas graves en circunstancias honrosas. Artículo 3.º En lo sucesivo sólo por hechos de armas podrán concederse empleos superiores a los que disfruten los jefes, oficiales o individuos de tropa de todas las armas e institutos del Ejército. Artículo 4.º Queda igualmente prohibida la concesión de grado sobre grado, y sólo podrá otorgarse el superior inmediato al empleo efectivo que se disfruta con goce de antigüedad. Artículo 5.º No podrán concederse honores militares ni uso de uniforme mas que a los retirados que por sus años de servicio o por estar condecorados con la cruz de San Fernando hayan adquirido el derecho. Artículo 6.º Se reformarán los estatutos de la Orden del Mérito militar, creando una clase, tanto en la roja como en la blanca, cuya concesión lleve consigo el goce del sueldo del empleo superior inmediato al que disfrute el que la obtenga, sin derecho al mando ni uso de divisa, pero con todas las ventajas que corresponderían al interesado si obtuviese el empleo que la cruz representa, y cuyos goces cesarán el mismo día en que por antigüedad o elección alcance el empleo que la cruz representa, del mismo modo que en tal caso cesan los empleos personales. Artículo 7.º El empleo que por recompensa de trabajos científicos concede la real orden de 4 de enero de 1876, se sustituye con la cruz blanca a que se refiere el artículo anterior. Artículo 8.° Para la concesión de cruces pensionadas a los jefes y oficiales, sea blanca o roja, deberá oírse siempre la opinión de los centros competentes, según la clase de servicio que se trate de premiar. Artículo 9.° Los jefes y oficiales que desempeñen el Profesorado, tanto en las Academias y Colegios militares, como en la Escuela central de tiro de Infantería, tendrán derecho a los tres años al grado inmediato, y a los ocho a la cruz blanca del Mérito militar que se establece en el artículo 6.° Artículo 10. Las recompensas colectivas a que se refiere el artículo 1.° consistirán en Mención honorífica de un Cuerpo; medalla o cruz conmemorativa que recuerde la gloria adquirida en una campaña o hecho de armas determinado; abono del doble tiempo de campaña para retiro; cruz de San Hermenegildo, premios de constancia, y licencia absoluta para la tropa, si bien esta última ventaja podrá no ser aplicada hasta que termine la guerra que la ocasiona. Artículo 11. Las recompensas individuales serán: Mención honorífica; grado inmediato; cruz roja del Mérito militar; empleo inmediato; admisión en el cuartel de Inválidos a los que se inutilicen en la guerra; pensiones extraordinarias las viudas o huérfanos de los que mueran en campaña, y demás ventajas otorgadas en la ley de 8 de julio de 4860, y órdenes aclaratorias. Artículo 12. Subsiste en su vigor la ley y reglamento de la Orden militar de San Fernando. Artículo 13. También podrán ser recompensados los prisioneros de guerra que al volver al Ejército de que procedan justifiquen por medio de expediente instruido en juicio

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contradictorio que lo fueron después de haber combatido en el campo, o en defensa del punto que se les confiara, cuanto podía exigir el honor de las armas y su propia reputación y concepto, y que durante el tiempo que hayan estado en poder del enemigo han dado indudables y constantes pruebas de lealtad a sus banderas. Artículo 14. Por un mismo hecho de armas ningún individuo podrá ser dos veces recompensado. Artículo 15. Para la concesión de recompensas deberá estar el general en jefe previamente autorizado por el Rey. Artículo 16. Un reglamento especial detallará los medios que han de adoptarse para que la recompensa recaiga en el verdadero mérito, y que sea proporcionada al servicio extraordinario que se deba premiar. Artículo 17. Los Ejércitos de Ultramar se regirán para los ascensos en campaña por el mismo sistema establecido para el de la Península. Artículo 18. En cumplimiento de lo que dispone el artículo 52 de la ley de Ascensos, los jefes y oficiales que lo obtengan por mérito de guerra quedarán de supernumerarios en el Cuerpo que se les designe, no ocupando puesto alguno en la escala de su nueva clase hasta que por antigüedad o elección obtengan el ascenso. Artículo 19. En los cuerpos e institutos del Ejército y en los auxiliares de escala cerrada no podrán obtenerse por punto general más que el empleo inmediato superior al efectivo que en los mismos se ejerza, y hasta dos empleos en casos muy especiales, según se establece en el artículo 22 de esta ley. Artículo 20. Los que por hechos de armas sean merecedores de un segundo empleo superior, obtendrán en su lugar la cruz roja pensionada que la representa en todos los goces y ventajas que se consignan en el artículo 6.º de esta ley. Artículo 21. Cuando algún individuo de estos cuerpos estuviese en posesión de la cruz blanca que represente el empleo inmediato al suyo, y por mérito de guerra llegase a merecer la que representa el segundo empleo, se convertirá, al mismo tiempo la cruz blanca en el empleo superior al que sirve en el cuerpo. Lo mismo se practicará si estando en posesión de la cruz roja de un empleo se hiciera acreedor a la del inmediato por servicios especiales. Artículo 22. Si llegase el caso muy especial de hacerse acreedor a mayor recompensa del segundo empleo representado por la cruz correspondiente, entonces se convertirá en dicho segundo empleo superior la cruz que le representa y obtendrá el grado del tercero, y hasta la cruz que es equivalente al mismo. Artículo 23. Los generales, jefes, oficiales y clases de todas las armas e institutos del Ejército que estén en posesión de algún derecho, empleo superior, sueldo o determinada ventaja, continuarán en el goce de las que hoy disfrutan. Real orden circular de 28 de agosto 1880 (CL número 364). Disponiendo se tome razón en las intendencias de los distritos de todas la cédulas de cruces que estén sin requisitar, y que en lo sucesivo no se entreguen estos documentos a los interesados sin haberse cumplido. En vista de la instancia que V. E. cursó a este Ministerio en 16 de enero último, promovida por el teniente coronel graduado, capitán del arma de su cargo, D. Walabondo Díaz Montero, en solicitud de que se le facilite diploma de la cruz sencilla de San Hermenegildo, cuyo documento no ha recibido por haberse extraviado, según V. E. manifiesta, el Rey se ha servido disponer se expida cédula duplicada en reemplazo de la que ha sufrido extravío; y a fin de que las varias reales órdenes que mandan que las intendencias de los distritos tomen razón de los diplomas de cruces concedidas por este Ministerio y expidan los certificados necesarios para reemplazar los que se extravíen, tengan el debido cumplimiento y se consideren aplicables a las cédulas de la Orden de San Hermenegildo, ha

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resuelto a la vez S. M. que se observe lo siguiente: Primero. Que los directores generales hagan desde luego toma de razón de todas las cédulas de Cruces expedidas por este Ministerio que sin requisitar tengan los individuos de su mando, y cuiden de que las que en adelante se les expidan se requisen antes de entregarlas a los interesados, para lo cual las remitirán a los Capitanes generales de los respectivos distritos, con copias extendidas en papel del sello de 0,50 céntimos de peseta, único gasto que debe producir la toma de razón de dichos documentos. Segundo. Que todo certificado necesario para reemplazar cédula que se extravíe después de la toma de razón, se pida a la Intendencia donde ésta tuvo lugar. Tercero. Que de las cédulas que sin haber sido requisitadas oportunamente se hayan extraviado, pueden los interesados pedir duplicadas a este Ministerio, hasta fin de octubre próximo si están en la Península, y hasta fin del año corriente si se hallan en Ultramar. Cuarto. Que después de estos plazos no se cursen a este Ministerio más instancias de esta clase que las que se refieran a cédulas que se extravíen antes de que se torne razón de ellas, y de que se entreguen, por consiguiente, a los interesados. Real orden de 20 de noviembre de 1883 (CL número 387). Disponiendo que por los jefes, oficiales e individuos de tropa que fueren agraciados con aquéllas, se solicite la correspondiente autorización para que se anote la concesión en las hojas de servicio y filiaciones. He dado cuenta al rey de la comunicación que V. E. dirigió a este ministerio, consultando si los jefes, oficiales e individuos de tropa del Ejército, que fueran agraciados por otros ministerios con condecoraciones del orden civil, tienen que solicitar de esta Secretaría la autorización necesaria para usar la cruz de que se halle en posesión. Enterado S. M., y teniendo presente que deben constar en las hojas de servicio de los oficiales del Ejército y filiaciones de las clases de tropa las condecoraciones de que se hallan revestidos, se ha servido disponer que se solicite de este ministerio la correspondiente autorización. Siendo, al mismo tiempo, su soberana voluntad, se signifique a los Ministerios de Estado y Gracia y Justicia la conveniencia de que cuando algún individuo militar fuera agraciado con cualquiera de las Órdenes instituidas para recompensar servicios hechos al Estado, se dé conocimiento de la concesión, la cual proporciona la ventaja de saber qué individuos del Ejército se dedicaron con éxito a cualquiera especialidad, sea científica, artística o literaria; pudiendo por este medio, en circunstancias dadas, emplearlos sus Jefes donde convenga al mejor servicio y constar en sus antecedentes militares los justificados merecimientos del agraciado. Real orden de 12 de diciembre de 1884. Prohibiendo el uso en el Ejército de las condecoraciones creadas por sociedades y centros particulares. He dado cuenta al rey de la instancia promovida por el capitán de Infantería D. Antonio de Arias Díaz, en solicitud de que se le conceda el uso de las medallas de la diputación provincial de Madrid y la de la Asociación filantrópica de milicianos nacionales y militares veteranos de esta Corte; visto el informe emitido por esa Junta en 16 de setiembre último; considerando que las condecoraciones creadas por sociedades y centros particulares si bien muy honrosas, no parecen sin embargo, propias de la severidad del uniforme militar; S. M. no ha tenido a bien acceder a lo solicitado por dicho capitán. Al propio tiempo es su real voluntad quede prohibido en el Ejército el uso de dichas condecoraciones.

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Real orden circular de 31 de diciembre de 1884 (CL número 433). Fijando un plazo improrrogable para solicitar las medallas o sus pasadores, creados con motivo de las últimas guerras civil y de Cuba. Las últimas campañas sostenidas en la Península contra cantonales y carlistas, y en Ultramar contra los enemigos de la madre Patria, dieron motivo a la creación de diferentes medallas destinadas a conmemorar los hechos de armas más salientes de dichas campañas; y considerando S. M. el rey que el largo plazo transcurrido desde la feliz terminación de éstas ha dado sobrado tiempo para que reclamen los que, no habiendo obtenidos aquellas condecoraciones, se consideren acreedores a ellas, ha tenido a bien fijar, para estas reclamaciones, el improrrogable término de un mes para la Península, e igual tiempo en Ultramar, contando desde la publicación de esta circular en aquellos ejércitos; siendo su real voluntad que, vencido el citado plazo, no se cursen instancias en solicitud de las expresadas medallas ni de sus pasadores. Real decreto de 4 de abril de 1888 (Gaceta de Madrid número 96, del 5). Sobre provisión de las vacantes de Profesor que ocurran en la Academia General Militar, en la especial de sargentos y en las de aplicación de Caballería, Artillería, Ingenieros, Estado Mayor y Administración militar, y recompensas que se otorguen a dichos profesores. El encargo de educar a los jóvenes que voluntariamente abrazan la carrera de las armas para formar con ellos oficiales pundonorosos, inteligentes y entusiastas, desarrollando sus aptitudes para el mando de las tropas, a las que han de servir de ejemplo, inculcándoles las virtudes militares e instruyéndoles en las ciencias, artes y tecnología de la guerra, tiene tal importancia, que con razón ha sido considerado esto servicio como preferente y digno de preciadas recompensas, que desde hace largo tiempo se han concedido entre nosotros a los oficiales dedicados al profesorado en las Academias militares. Desde la fundación de éstas, en el siglo pasado unas, y a principios del actual otras, siempre obtuvieron los profesores valiosos premios, traducidos en cruces, grados y empleos, debidos a la real munificencia. No sujetas en su origen a turno, regla, ni prescripción alguna, se creyó conveniente mas tarde someterlas ti a principios y disposiciones marcadas en los reglamentos. En el aprobado por el real decreto de 1.º de octubre de 1839 para la Academia de Ingenieros, se fijaban ya, en efecto, las recompensas reglamentarias de los profesores, y en la real orden de 27 de noviembre de 1844 se estableció para el Colegio de Artillería un nuevo sistema de gracias, más favorable para los profesores, el cual fue aplicado en 1855 al Colegio de Infantería y poco después al de Caballería y a la Academia de Ingenieros. Todavía fueron más beneficiosas las prescripciones de la real orden de 16 de julio de 1870, al declarar preferente el servicio del profesorado, pues con arreglo a ella se concedía una cruz los cuatro años de desempeñar el cargo, y el empleo inmediato al cumplir los siete. Establecido el ascenso por rigurosa antigüedad en el real decreto de 30 de abril de 1866, se dispuso en 1867 que en lugar del empleo fuesen agraciados los profesores a quienes les correspondiese, con el sueldo equivalente, conservándose este sistema hasta que la orden del poder ejecutivo de la República de 16 de junio de 1874 suprimió todas las recompensas, fundándose en que los profesores disfrutaban de estabilidad y estaban exentos de las fatigas, penalidades y peligros de la guerra, que entonces se encontraba en su apogeo. No transcurrió un año sin que hubiese necesidad de restablecer las recompensas, pues no se encontraban oficiales que se prestasen a librarse de tales penalidades y fatigas a cambio de tener que renunciar a tomar parle en las glorias y optar a las recompensas que proporcionaba la campaña. Dictóse, pues, el real decreto de 1 de mayo de 1875, cuyas disposiciones han estado vigentes hasta la publicación del de 23 de junio de 1886, y establecióse en él que hubiese tres recompensas, a los cuatro, seis y ocho años de

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desempeñar el profesorado, siendo las tres, grado, cruz y empleo respectivamente. Ampliada la aplicación del real decreto de 1875 a los profesores de las Escuelas de Tiro y Equitación, a los de las Conferencias de los distritos y a los oficiales que prestaban sus servicios en la Fábrica de Trubia y en el Instituto Geográfico y Estadístico, llegó un momento en que el número crecido de individuos que se encontraban acogidos a sus beneficios fue perjudicial para los mismos, por afectar a la regularidad de los ascensos, a la extinción del reemplazo y al propósito de suprimir los grados y no dar ascenso sin vacante. De aquí procedió el real decreto citado de 23 de junio de 1886, que suprimió las recompensas. No cabe desconocer, sin embargo, como se reconoce en la exposición a V. M. que precede al referido real decreto, que para desempeñar con acierto el cargo de profesor, se requieren a la vez que decidida vocación por la enseñanza, aptitudes especiales que no a todos es dado poseer, y en tal concepto se impone como una necesidad ineludible la de sostener y estimular las aficiones a esa clase de servicio importantísimo sin duda alguna, y exclusivamente voluntario, por el aliciente de ciertas ventajas materiales, que, al par de lo honroso de la elección, satisfagan las aspiraciones justas y moderadas de los que deseen dedicarse al profesorado. Así vemos en las Escuelas de Ingenieros civiles conceder a los profesores una gratificación anual de 1500 pesetas, que se aumentan con 500 más cada cinco años; así también en Inglaterra y Alemania asignan fuertes remuneraciones pecuniarias (por año o por lección explicada) a los profesores de las Escuelas militares, que sirven de preciado estímulo a los que ejercen tan delicados y honrosos cargos. No debe olvidarse tampoco que las recompensas pecuniarias no bastan para satisfacer a los espíritus elevados, entre los cuales se recluta el profesorado militar; es también preciso dar algunas de carácter honorífico, pues si sólo de obtener ventajas materiales tratasen, no hay duda que los oficiales adornados de todas las aptitudes y talentos que se reconocen necesarios para ejercer el profesorado, hubieran buscado en las carreras del comercio o de la industria los medios de abrirse camino, y hacer, gracias a sus dotes, una fortuna que no pueden esperar nunca reunir en la estrecha religión de la milicia. Si renunciaron a las ventajas materiales, a los goces que las carreras civiles les ofrecían, fue sólo llevados por su entusiasmo hacia la carrera militar, y sus aspiraciones no se verán satisfechas con un aumento de haber, por necesario que les sea, sino se les ofrecen además distinciones honoríficas, que llenen en parte su honrada ambición. Si se compara la situación de los profesores con la de los otros oficiales del Ejército, no es en realidad tan ventajosa, materialmente considerada, como podría suponerse. No son los únicos en disfrutar de estabilidad, pues otros muchos destinos la ofrecen en el mismo grado; y la gratificación, reducida siempre a 50 pesetas mensuales, es hoy poco mayor que la que perciban los capitanes de los cuerpos armados. Las tareas del profesorado, oscuras, enojosas, difíciles, sin lucimiento, no son las más propias para atraer a los oficiales que se distinguen en cada arma, a quienes conviene encomendarlas, si no se les ofrece el atractivo de valiosas recompensas; y ya que no será posible por el nuevo sistema de ascensos y recompensas, concederles como antes grados y empleos, preciso será otorgarles cruces honoríficas y mayores gratificaciones. Estas deben considerarse, principalmente, como medio de realzar el prestigio del profesor ante sus alumnos, no como simple aumento de sueldo. Fundado en las precedentes consideraciones, y oído el parecer de la Junta Superior Consultiva de Guerra y de la Dirección general de Instrucción militar, el ministro que suscribe, de acuerdo con el Consejo de Ministros, tiene la honra de someter a la aprobación de V. M. el adjunto proyecto de decreto.

REAL DECRETO Conformándome con lo propuesto por el Ministro de la Guerra, y de acuerdo con el Consejo de Ministros; en nombre de mi Augusto Hijo el Rey D. Alfonso XIII, y como Reina Regente del Reino, vengo en decretar lo siguiente: Artículo 1.º Las vacantes de profesor que ocurran en la Academia general militar, en la especial de sargentos y en las de aplicación de Caballería, Artillería, Ingenieros, Estado

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Mayor y Administración militar, se cubrirán por concurso dentro de los empleos a que aquellas vacantes correspondan, según las plantillas aprobadas para cada establecimiento. La Dirección general de Instrucción militar propondrá, al efecto, a los oficiales que, teniendo las condiciones reglamentarias para ser destinados a las academias militares, reúnan méritos y circunstancias que garanticen el acierto de su elección para el honroso cargo de instruir y educar militarmente a los jóvenes que siguen la carrera de las armas. Artículo 2.º Los cargos de director de Academia, jefe de estudios y jefe de detall y contabilidad, serán de libre elección y darán derecho al goce de las ventajas y obvenciones especiales que se establecen para el profesorado en los artículos 4.º, 5.º y 6.º Artículo 3.º Los destinos de profesor serán desempeñados por jefes o capitanes, quienes ejercerán además los mandos y cargos que les asignen los reglamentos de las Academias respectivas. Las plazas de ayudante de profesor se proveerán con subalternos, los cuales serán también oficiales de compañía para el servicio y régimen interior de los establecimientos. Artículo 4.º Los servicios prestados por los profesores en el desempeño de su destino, serán recompensados cada cuatro años con una Cruz blanca del Mérito militar, que llevará un pasador especial con el lema PROFESORADO, y de la clase que corresponda a la categoría de que mereciere este distinción, sin perjuicio de los ascensos reglamentarios que haya obtenido durante este plazo, ni de las demás recompensas que pueda alcanzar por trabajos independientes de la enseñanza. Artículo 5.º Durante el primer año de ejercicio de su cargo, percibirá el profesor 600 pesetas como gratificación anual, que se elevará a 1500 en los años sucesivos, cuando al terminar el primero haya demostrado excelentes aptitudes para la enseñanza, a juicio de la junta facultativa del establecimiento y del director de instrucción militar, formulándose al efecto la propuesta correspondiente. Artículo 6.º Los ayudantes de profesor disfrutarán la gratificación de 450 pesetas durante el primer año de ejercicio; y si al concluir este plazo hubieran dado pruebas de idoneidad e inclinación al profesorado, se les asignará en lo sucesivo la gratificación anual de 600 pesetas, previa igual propuesta, otorgándoseles derecho preferente en los concursos para optar a las plazas de profesores numerarios o efectivos. Artículo 7.º El goce de las gratificaciones señaladas en los dos artículos anteriores, se concederá de real orden, reclamándose su abono mensual a la Administración militar en los extractos de revista, como los demás haberes del personal. Así la reclamación como el abono de estas gratificaciones, no deberán hacerse hasta el próximo año económico de 1888 a 1889, en cuyo presupuesto se consignarán los créditos necesarios para esta atención, rebajándose al propio tiempo de la dotación de cada Academia la cantidad con que hoy atiende al pago de las gratificaciones que se abonan a los actuales profesores. Artículo 8.º Los profesores y ayudantes que se hallen extinguiendo plazo, con arreglo al real decreto de 23 de junio de 1886, para poder alcanzar la recompensa a que les daban derecho las disposiciones anteriores, optarán entre las que por este concepto les corresponden y las otorgadas en los artículos 4.º, 5.º y 6.º, debiendo manifestar su decisión dentro del corriente mes. Artículo 9.º Desde el día 1 de julio venidero empezará a contarse el plazo para obtener las recompensas honoríficas de que trata el artículo 4.º, y en la misma fecha principiarán a percibir las gratificaciones asignadas en los artículo 5.º y 6.º los profesores y ayudantes que hayan cumplido entonces un año en el desempeño de estos cargos y opten por el nuevo régimen de recompensas. Artículo 10. Para todos los demás efectos se considerará el servicio de profesor como el que se presta en cuerpo activo armado.

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Real orden de 19 de julio de 1889 (Gaceta de Madrid número 201, del 20). Ley constitutiva del Ejército14. Artículo 9.º Las recompensas que podrán otorgarse en tiempo de paz a los oficiales generales y particulares del Ejército y sus asimilados, serán las siguientes: Primera. Mención honorífica. Segunda. Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, de la clase correspondiente a la graduación del agraciado, según el reglamento de la Orden. Tercera. La misma cruz, pensionada con el 10 por 100 del sueldo correspondiente al empleo en que la obtenga el agraciado. Esta pensión caducará al ascenso, conservándose el uso de la cruz como distintivo. Cuarta. La misma cruz, pensionada como en el caso anterior con el 10 por 100 del sueldo correspondiente al empleo en que se obtuvo. Esta pensión no podrá en caso alguno aumentar por el ascenso, y caducará al obtener el agraciado su retiro, licencia absoluta o ascenso a oficial general. Las recompensas tercera y cuarta no podrán nunca concederse sin informe previo de la Junta Consultiva de Guerra, expresándose el mismo en las relaciones mensuales que se publiquen en la Gaceta oficial. La recompensa cuarta se reservará para premiar méritos muy relevantes, según clasificación que establecerá el reglamento. Dos pensiones de estas cruces serán en todo caso incompatibles. Las citadas pensiones se calcularán sobre el sueldo de los empleos de Ejército o personales a los jefes, oficiales y sus asimilados que al promulgarse la presente ley los disfruten, y en este caso la pensión de la recompensa tercera caducará al amortizarse el empleo de Ejército o personal. Artículo 10. Las grandes hazañas, los hechos heroicos, los méritos distinguidos y los peligros y sufrimientos de las campañas serán premiados en interés del Estado y en consideración a los merecimientos de los oficiales generales y particulares y sus asimilados, de los cuerpos e institutos del Ejército, con las recompensas que expresa la siguiente escala:

PRIMER GRUPO Cruz de San Fernando, conforme a sus estatutos.

SEGUNDO GRUPO Empleo inmediato del arma o cuerpo a que pertenezca el ascendido hasta coronel, y desde éste el adelante el de oficial general que corresponda.

TERCER GRUPO Primera. Cruz de una Orden militar especial15, cuya institución se autoriza por la presente ley. Esta condecoración llevará anexa una pensión equivalente a la diferencia entre el sueldo del empleo en que se obtenga el del superior inmediato. Esta pensión se computará como aumento efectivo del sueldo para las declaraciones de derechos pasivos a los interesados y sus familias. La pensión caducará al ascenso con todos sus efectos, conservándose el uso de la cruz. Los jefes y oficiales que al promulgarse la presente ley se hallen en la posesión del empleo de Ejército o personal, obtendrán la cruz con la pensión equivalente a la diferencia entre el sueldo del referido empleo el inmediato superior; una vez amortizado aquél, pensión se regulará por la diferencia entre el sueldo del empleo, ya efectivo, y el inmediato superior. Ninguna pensión de la cruz de la Orden Militar podrá exceder de la máxima que está asignada a la cruz de San Fernando en sus distintos órdenes y en los diversos empleos. Segunda. Cruz del Mérito militar con distintivo rojo, pensionada con la semidiferencia entre el sueldo correspondiente al empleo que ejerce el condecorado y del inmediato superior. La pensión caducará al ascenso, conservándose el uso de la cruz. Para los que

14 Se inserta sólo lo que interesa a este epígrafe. 15 Se trata de la Orden militar de María Cristina.

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hallen en posesión de empleos de Ejército o personales regirá lo establecido para tiempo de paz en el artículo anterior. Tercera. La misma cruz sin pensión, conforme al reglamento de la Orden. Cuarta. Mención honorífica.

CUARTO GRUPO Primera. Medallas conmemorativas de las campañas y operaciones más notables. Segunda. Condecoraciones sin pensión de las órdenes mencionadas o distintivos que perpetúen en las banderas y estandartes los hechos de armas más brillantes de cada cuerpo. Tercera. Abonos de doble tiempo de campaña a los que cumpliendo las condiciones que el Gobierno determine hayan asistido a las operaciones más activas y arriesgadas. Es permutable, a instancia del interesado, la recompensa del segundo grupo por cualquiera de las del tercero. Son compatibles por un mismo hecho de armas recompensas individuales con las colectivas cuarto grupo, y lo es también con la cruz de San Fernando la recompensa del segundo grupo. No son compatibles dentro de un mismo empleo pensiones correspondientes a las recompensas primera y segunda del tercer grupo. Son compatibles dentro de un mismo empleo dos o más cruces pensionadas de la nueva Orden del tercer grupo, siempre que el importe total de las pensiones más el sueldo del condecorado, no exceda del sueldo correspondiente al empleo de coronel. La caducidad de cada una de las pensiones tendrá lugar al ascender al empleo cuyo sueldo represente. La recompensa del segundo grupo no podrá obtenerse sino mediante juicio de votación, abierto dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes al hecho que la motiva, sin esperar la orden de formación de propuestas. En este juicio tomarán parte los jefes a que correspondan de la sección, cuerpo, columna, brigada o división, que habiendo concurrido al hecho de armas sobre que verse, tengan que dirigir al superior inmediato la primera relación del suceso. Cuando la propuesta se formule se unirá a ella precisamente el expediente del juicio de votación. Las recompensas primera y segunda del tercer grupo no se concederán sin que los propuestos figuren nominalmente en el parte detallado de la acción, consignándose en él todas las circunstancias necesarias para que pueda formarse juicio del hecho que motive la propuesta. Este parte será redactado, publicado y remitido a la superioridad en la forma que de termine el reglamento. Las vacantes que por cualquier concepto ocurran en las plantillas orgánicas de todo el Ejército durante el período de guerra las cubrirán, en primer término, los ascendidos por méritos de guerra, y si terminada ésta hubiese algún excedente, se aplicará a su amortización el cincuenta por ciento de todas las vacantes, quedando el otro cincuenta para el ascenso por antigüedad. Para obtener ascenso por mérito de guerra será indispensable haber ejercido el mando correspondiente al empleo inferior inmediato, pero sin la limitación de dos años que para tiempo de paz establece el artículo octavo. Artículo 11. En tiempo de paz y sólo en casos muy extraordinarios, podrán considerarse como hechos de guerra, para la concesión de las recompensas de que trata el artículo anterior, los siguientes16: Que un militar, sea o no jefe inmediato o directo de tropa rebelde o sediciosa, la someta a obediencia y disciplina con gran riesgo de su vida. Que al surgir colisiones armadas, combates o hechos de armas, cumpla el militar sus deberes con extraordinario valor, acierto y abnegación.

16 Por real decreto de 27 de marzo de 1890, se adiciona un párrafo a este artículo, referente a acciones de

guerra de la Armada. Por otro de 21 de octubre de 1891 (Gaceta de Madrid número 295, del 22), se declaran comprendidos, para los efectos de recompensa, en los casos segundo y tercero de esta ley, los servicios que prestaron las fuerzas del Ejército la noche del 10 de septiembre de 1890, en el encuentro sostenido con una partida de malhechores en las islas Filipinas.

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Y aquellos en que por su iniciativa y decisión en luchas y combates y con gran riesgo de su vida mantenga un militar, en defensa de la Nación, de las instituciones o de la disciplina, el honor de las armas, la lealtad de la tropa a sus órdenes y la paz pública. La clasificación de los casos a que se refiere este artículo la hará el Gobierno, mediante real decreto y previo informe de la Junta Superior Consultiva de Guerra. El real decreto y el informe se publicarán en la Gaceta de Madrid y en la orden general del Ejército, sin cuyos requisitos no podrá otorgarse ninguna de las recompensas de que se trata. Artículo 12. La escala de recompensas que hayan de otorgarse en paz y en guerra a los individuos y clases de tropa la determinará un reglamento. Real decreto de 27 de marzo de 1890 (Gaceta de Madrid número 86, del 27). Autorizando al Ministro de Marina para presentar a las Cortes un proyecto de ley haciendo extensiva a todos los cuerpos de la Armada la de Recompensas del Ejército de 19 de julio de 1889. A propuesta del Ministro de Marina, de acuerdo con el Consejo de Ministros, En nombre de mi augusto hijo el rey D. Alfonso XIII, y como reina regente del reino, vengo en autorizar al de Marina para presentar a las Cortes un proyecto de ley haciendo extensiva a todos los cuerpos de la Armada la de Recompensas del Ejército de 19 de julio de 1889. Sancionada por S. M. la ley de Recompensas del Ejército en 19 de julio del año próximo pasado, y aprobado por S. M. el reglamento de la Orden Militar de María Cristina, el Ministro de Marina que suscribo cree llegado el momento de realizar los deseos de sus dignos antecesores y llenar una necesidad hace tiempo sentida por todos los cuerpos de la Armada, haciéndola partícipe de las ventajas de aquella ley. La equidad de esta medida, que iguala en beneficios, como son iguales en merecimientos a todos los cuerpos armados es tan obvia, que el Ministro se cree relevado exponer más razones. Y en su consecuencia, tiene el honor de exponer a la consideración de los cuerpos colegisladores el adjunto proyecto de ley.

PROYECTO DE LEY HACIENDO EXTENSIVA A TODOS LOS CUERPOS DE LA ARMADA DE LA DE RECOMPENSAS DEL EJÉRCITO DE 19 DE JULIO DE 1889

Artículo 1.º Se hace extensivo a todos los cuerpos de la armada la ley de recompensas del ejército, votada en Cortes y sancionada por S. M. en 19 de julio de 1889, con la siguiente adición al artículo 11. «Del mismo modo se considerarán como hechos de guerra las acciones extraordinarias y distinguidísimas de mar en que, con peligro grave de la vida, se haya intentado salvar buque o persona, aunque no se hubiese conseguido, y por las militares en que, con peligro inminente de perder la vida, se arriesgue ésta por mantener el orden, la disciplina, las instituciones y el honor y prestigio de la Nación». Artículo 2.º El Ministro queda autorizado para redactar el reglamento de una condecoración análoga a la Orden Militar de María Cristina, aprobada por S. M. en 30 de enero de 1890, que deberá ser aprobado en Consejo de Ministros, previo informe del de Estado en pleno. Artículo 3.º Se hace extensivo a todos los cuerpos de la Armada el artículo adicional de la ley de reserva, votada en Cortes y sancionada por S. M. en 19 de julio de 1889.

Ley de 15 de julio de 1890 (Gaceta de Madrid número 198, del 17). De recompensas a los oficiales generales y particulares de la Armada.

LEY DE RECOMPENSAS A LOS OFICIALES GENERALES Y PARTICULARES DE LA ARMADA

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Artículo 1.º Las recompensas que podrán otorgarse en tiempo de paz a los oficiales generales y particulares de la Armada y sus asimilados, serán las siguientes: Primera. Mención honorífica. Segunda. Cruz del Mérito naval con distintivo blanco, de la clase correspondiente a la graduación del agraciado, según el reglamento de la Orden. Tercera. La misma cruz, pensionada con el 10 por 100 del sueldo correspondiente al empleo en que la obtenga el agraciado. Esta pensión caducará al ascenso, conservándose el uso de la cruz como distintivo. Cuarta. La misma cruz, pensionada como en el caso anterior con el 10 por 100 del sueldo correspondiente al empleo en que se obtuvo. Esta pensión no podrá en caso alguno aumentar por el ascenso, y caducará al obtener el agraciado su retiro, licencia absoluta o ascenso a oficial general. Las recompensas tercera y cuarta no podrán nunca concederse sin informe previo de la Junta Consultiva de Guerra, expresándose el mismo en las relaciones mensuales que se publiquen en la Gaceta oficial. La recompensa cuarta se reservará para premiar méritos muy relevantes, según clasificación que establecerá el reglamento. Dos pensiones de estas cruces serán en todo caso incompatibles. Las citadas pensiones se calcularán sobre el sueldo de los empleos personales de Ejército o de Infantería de Marina, a los jefes, oficiales y sus asimilados que al promulgarse la presente ley los disfruten; y en este caso la pensión de la recompensa tercera caducará al amortizarse el empleo personal. Artículo 2.º Las grandes hazañas, los hechos heroicos, los méritos distinguidos y los peligros y sufrimientos de las campañas y combate navales serán premiados, en interés del Estado y en consideración a los merecimientos de los oficiales generales y particulares y sus asimilados, de los cuerpos e institutos de la Armada, con las recompensas que expresa la siguiente escala:

PRIMER GRUPO Cruz de San Fernando, conforme a sus estatutos.

SEGUNDO GRUPO Empleo inmediato del arma o cuerpo a que pertenezca el ascendido.

TERCER GRUPO Primera. Cruz de una Orden militar especial17, cuya institución se autoriza por la presente ley. Esta condecoración llevará anexa una pensión, equivalente a la diferencia entre el sueldo del empleo en que se obtenga el del superior inmediato. Esta pensión se computará como aumento efectivo del sueldo para las declaraciones de derechos pasivos a los interesados y sus familias. La pensión caducará al ascenso con todos sus efectos, conservándose el uso de la cruz. Los jefes y oficiales que al promulgarse la presente ley se hallen en la posesión del empleo personal de Ejército o de Infantería de Marina, obtendrán la cruz con la pensión equivalente a la diferencia entre el sueldo del referido empleo el inmediato superior; una vez amortizado aquél, pensión se regulará por la diferencia entre el sueldo del empleo, ya efectivo, y el inmediato superior. Ninguna pensión de la cruz de la Orden Militar podrá exceder de la máxima que está asignada a la cruz de San Fernando en sus distintos órdenes y en los diversos empleos. Segunda. Cruz del Mérito naval con distintivo rojo, pensionada con la semidiferencia entre el sueldo correspondiente al empleo que ejerce el condecorado y del inmediato superior. La pensión caducará al ascenso, conservándose el uso de la cruz. Para los que hallen en posesión de empleos personales de Ejército, o de Infantería de Marina, regirá lo establecido para tiempo de paz en el artículo anterior. Tercera. La misma cruz sin pensión, conforme al reglamento de la Orden. Cuarta. Mención honorífica.

17 Se trata de la Orden naval de María Cristina.

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CUARTO GRUPO Primera. Medallas conmemorativas de las campañas y operaciones más notables. Segunda. Condecoraciones sin pensión de las Órdenes mencionadas, o distintivos que perpetúen en las banderas y estandartes los hechos de armas más brillantes de cada cuerpo. Tercera. Abonos de doble tiempo de campaña a los que cumpliendo las condiciones que el Gobierno determine hayan asistido a las operaciones más activas y arriesgadas. Es permutable, a instancia del interesado, la recompensa del segundo grupo por cualquiera de las del tercero. Son compatibles por un mismo hecho de armas recompensas individuales con las colectivas cuarto grupo, y lo es también con la cruz de San Fernando la recompensa del segundo grupo. No son compatibles dentro de un mismo empleo pensiones correspondientes a las recompensas primera y segunda del tercer grupo. Son compatibles dentro de un mismo empleo dos o más cruces pensionadas de la nueva Orden del tercer grupo, siempre que el importe total de las pensiones más el sueldo del condecorado, no exceda del sueldo correspondiente al empleo de capitán de navío o su asimilado. La caducidad de cada una de las pensiones tendrá lugar al ascender al empleo cuyo sueldo represente. La recompensa del segundo grupo no podrá obtenerse sino mediante juicio contradictorio y cumpliendo los requisitos exigidos parta obtener la Cruz de San Fernando en cualquiera de sus clases. Las recompensas primera y segunda del tercer grupo no se concederán sin que los propuestos figuren nominalmente en el parte detallado de la acción, consignándose en él todas las circunstancias necesarias para que pueda formarse juicio del hecho que motive la propuesta. Este parte será redactado, publicado y remitido a la superioridad en la forma que de termine el reglamento. Artículo 3. En tiempo de paz y sólo en casos muy extraordinarios, podrán considerarse como hechos de guerra para la concesión de las recompensas de que trata el artículo anterior, los siguientes: Que un militar a bordo o en tierra, sea o no jefe inmediato o directo de tropa rebelde o sediciosa, la someta a obediencia y disciplina con gran riesgo de su vida. Que al surgir colisiones armadas, combates o hechos de armas, cumpla el militar sus deberes con extraordinario valor, acierto y abnegación. Aquellos en que por su iniciativa y decisión en luchas y combates y con gran riesgo de su vida mantenga un militar en defensa de la Nación, de las instituciones o de la disciplina, el honor de las armas, la lealtad de la tropa a sus órdenes y la paz pública. Y las acciones extraordinarias y distinguidísimas de mar en que, con grave peligro de su vida, se haya intentado salvar buque o persona, aunque no se hubiese conseguido. La clasificación de los casos a que se refiere este artículo la hará el Gobierno, mediante real decreto y previo informe de la Junta superior Consultiva de Marina. El real decreto y el informe se publicarán en la Gaceta oficial, y se circulará a la Armada, sin cuyos requisitos no podrá otorgarse ninguna de las recompensas de que se trata. Artículo 4. Las recompensas que en paz y en guerra hayan de otorgarse a los maquinistas, contramaestres y condestables y sus asimilados, serán las mismas de los artículos anteriores, con las modificaciones que exige su especial organización. Estas modificaciones serán objeto de un reglamento. Igualmente serán objeto de un reglamento las recompensas correspondientes a las clases, individuos de tropa y marinería.

ARTÍCULO ADICIONAL Los capitanes de navío, los coroneles y sus asimilados de los cuerpos militares de la Armada, y los que se hallen en posesión del empleo personal de coronel que estén declarados aptos para el ascenso, tengan doce años de efectividad y se hallen en posesión

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de la Placa de San Hermenegildo, de una de las Cruces de San Fernando o Mérito naval roja, o que en vez de estas dos últimas haya recibido otra recompensa por heridas o servicios de guerra o de mar, podrán pasar voluntariamente con el empleo inmediato superior a la situación de reserva, y goce del sueldo correspondiente al mismo, siempre que lo soliciten en el plazo de tres meses desde que cumplan estas condiciones, y entendiéndose que renuncian en derecho si no lo reclaman en ese término improrrogable. Podrán asimismo, y con iguales ventajas, pasar a la situación de reserva los capitanes de navío, coroneles y sus asimilados de los cuerpos militares de la Armada que, contando cuarenta años día por día en el empleo de oficial, se hallen en posesión de una de las Cruces de San Fernando o Mérito naval roja, hayan recibido otra recompensa por heridas o servicios de guerra o de mar, o tengan consignada en su hoja de servicios la nota de valor acreditado, siempre que a más de una de las expresadas circunstancias tengan las condiciones indispensables para optar a la Gran Cruz de San Hermenegildo y hayan desempeñado durante tres años por lo menos destinos de plantilla correspondientes a su clase; entendiéndose el plazo de tres meses y la renuncia del derecho en los términos estrictos del párrafo anterior. La condición del párrafo anterior de disfrutar cuarenta años día por día en el empleo de oficial, no será alternativa con las circunstancias restantes, sino preceptiva. Los efectos de este artículo caducarán a los tres años de promulgada esta ley. Real orden de 27 de septiembre de 1890 (Gaceta de Madrid número 275, del 2 de octubre). Aprobatorio del reglamento de recompensas para los generales, jefes y oficiales y sus asimilados del Ejército en tiempo de paz. Entre los diversos reglamentos necesarios al desarrollo de la ley de 19 de julio de 1889, adicional a la constitutiva del Ejército, figura el de recompensas para los generales, jefes y oficiales y sus asimilados en tiempo de paz. Redactado éste por la Junta Superior Consultiva de Guerra, según lo dispuesto por real orden de 7 de septiembre de dicho año, y habiendo emitido informe sobre el mismo el Consejo de Estado, en pleno, cumplimentando lo que preceptúa el artículo 45 de la ley orgánica del alto Cuerpo Consultivo, se ha completado el trabajo, adicionándole cuanto previene la real orden circular de 19 de junio último, relativa a concesión de recompensas por obras o trabajos meritorios. En vista de lo expuesto, considera el Ministro que subscribe, suficientemente estudiado el expresado reglamento, teniendo la honra de someterlo, de acuerdo con el Consejo de Ministros, a la aprobación de V. M.

REAL DECRETO A propuesta del Ministro de la Guerra, de acuerdo con el parecer de mi Consejo de Ministros, oído el Consejo de Estado, en pleno, en nombre de mi augusto hijo el rey D. Alfonso XIII, y como reina regente del reino, vengo en aprobar el reglamento de recompensas para los generales, jefes y oficiales y sus asimilados del Ejército, en tiempo de paz.

REGLAMENTO DE RECOMPENSAS PARA LOS GENERALES, JEFES Y OFICIALES Y SUS ASIMILADOS DEL EJÉRCITO EN TIEMPO DE PAZ

Artículo 1.º Merecen recompensa los generales, jefes y oficiales y sus asimilados del Ejército que, en el cumplimiento de su deber, acrediten acierto, inteligencia, aplicación y laboriosidad que puedan servir de estímulo y modelo a los demás y reporten utilidad incontestable a los intereses de la Nación o del Ejército. Los generales en jefe, capitanes generales de los distritos o comandantes generales de cuerpo de ejército y jefes de los centros militares, darán cuenta al Ministro de la Guerra de aquellos servicios o trabajos extraordinarios que, a juicio de los mismos merezcan ser premiados, acompañando la justificación del mérito contraído. Artículo 2.º Las recompensas que podrán concederse a los generales, jefes y oficiales y sus asimilados del Ejército, consistirán en notas en las hojas de servicio, menciones

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honoríficas y Cruces del Mérito Militar, con distintivo blanco, sin pensión o pensionadas de la clase correspondiente a la graduación del agraciado. En tiempo de paz y sólo cuando los interesados se encuentren en las circunstancias que determinan el artículo 16 del reglamento de la Orden del Mérito Militar y el 2.º del de la de María Cristina, podrán concederse las recompensas que, para hechos de guerra, determine el correspondiente reglamento. Artículo 3.º Cuando un general, jefe u oficial del Ejército escriba una obra o realice algún trabajo o invento que pueda reportar utilidad, y por el que aspire a recompensa, deberá presentarlo al jefe del distrito, centro, cuerpo o dependencia a que pertenezca, quien lo examinará por sí u oyendo a aquellos de sus subordinados que estime oportuno, y con su informe lo dirigirá al Ministro de la Guerra, si el interesado fuere oficial general, y si se trata de oficiales particulares al Inspector general respectivo. Los trabajos de los jefes y oficiales del cuerpo de Estado Mayor del Ejército y de los que sirvan en las dependencias centrales de guerra, se cursarán con el precitado informe a la subsecretaría. Artículo 4.º Los inspectores generales y el subsecretario, por sí, u oyendo a los jefes y oficiales a sus órdenes que, por su ilustración y competencia, juzguen conveniente, cursarán la obra al Ministro de la Guerra, con su informe, si reúne circunstancias de verdadero mérito; en el caso de que sólo revele un buen deseo del autor, dispondrán que se haga la anotación correspondiente en su hoja de servicios; pero si tampoco mereciese esta última distinción será devuelto el trabajo por conducto del jefe que le hubiere dado curso. Artículo 5.º Las obras o inventos que obtengan un informe favorable y que, por esta circunstancia se remitan al Ministerio de la Guerra, con el fin de que a sus autores se les otorgue alguna recompensa, pasarán, si así procede, a la Junta Superior Consultiva de Guerra, la cual los examinará y devolverá a dicho ministerio, expresando en su informe que clase de recompensa puede otorgarse al autor, teniendo presente para ello las circunstancias especiales que en el concurran y los méritos que haya contraído anteriormente. Artículo 6.° A excepción de la Junta Superior Consultiva de Guerra, ninguna autoridad, centro, comisión o junta propondrá ni indicará la clase de recompensa con que pueda premiarse al autor del trabajo que haya sido sometido su examen o informe. Artículo 7.º En vista de todos estos informes, y especialmente del emitido por la citada Junta Superior Consultiva, el Ministro de la Guerra elevará propuesta a S. M. para la recompensa que crea más oportuna; bien entendido, que tanto los expresados informes como la designación de recompensa hecha por la Junta Superior Consultiva de Guerra, no dan derecho para obtenerla; por lo que, en ningún concepto, podrán servir aquellas circunstancias de fundamento para formular petición alguna. Artículo 8.º Las obras destinadas a la enseñanza en las academias militares, merecen especial consideración, y la declaración de libros de texto para la Academia General Militar y las de Aplicación, se verificará siempre de real orden. Artículo 9.º Los inspectores generales dirigirán las propuestas de dichas obras al Ministerio de la Guerra, acompañadas de su propio informe, y del emitido por la Junta facultativa de la academia respectiva, debiendo consignarse en este último, además de cuanto se refiere al mérito y circunstancias de la obra, y su grado de bondad para el objeto a que se destina, el número de lecciones de la asignatura correspondiente, y el de las restantes que componen el año académico de estudios en que dicha asignatura se encuentre comprendida. Artículo 10. Por lo que respecta a los libros de texto para la Academia General Militar, la de Aplicación de Estado Mayor, y Colegios preparatorios, serán remitidos directamente al Ministerio de la Guerra, por los respectivos directores, acompañados de los informes de las Juntas facultativas. Artículo 11. En vista de dichos informes el Ministro de la Guerra dictará la disposición que considere oportuna, o bien oirá la Junta Superior Consultiva de Guerra, a la que se remitirán

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los informes y datos anteriormente expresados. Artículo 12. Los autores de las obras que sean declaradas de texto, podrán ser propuestos para una recompensa, según su mérito, a cuyo efecto el Ministro de la Guerra las remitirá a informe de la Junta Superior Consultiva, la cual llenará este requisito en la misma forma que se con signa en el artículo quinto. Artículo 13. Los originales de las obras que sean recompensadas, o tres ejemplares de ellas, si hubieren sido impresas, quedarán de propiedad del Ministerio de la Guerra, y pasarán a las bibliotecas, archivos o museos donde deban conservarse. Artículo 14. Los jefes superiores de los distritos militares, y los inspectores generales de las armas, cuerpos e institutos del Ejército, darán cuenta al Ministro de la Guerra, de los hechos de armas o servicios relevantes que realicen los generales, jefes y oficiales, informando detalladamente sobre las circunstancias de aquéllos, y ateniéndose, en todos los casos a lo preceptuado en los reglamentos y disposiciones vigentes. Artículo 15. Las cruces pensionadas no podrán concederse sin previo informe de la Junta Superior Consultiva de Guerra, en pleno, el cual se publicará en las relaciones mensuales de la Gaceta oficial. Para la concesión de las demás recompensas, oirá el Ministro de la Guerra a la mencionada Junta, si lo conceptuase necesario. Artículo 16. Se consideran como trabajos extraordinarios, y podrán ser recompensados con nota en la hoja de servicios, o con mención honorífica, los que demuestren celo, aplicación y laboriosidad en el oficial que los efectúa; los folletos que versen sobre asuntos de reconocida utilidad para la instrucción o bienestar del Ejército; las meras compilaciones de legislación militar española o extranjera, y todos aquellos que se estimen dignos de mención especial por los jefes a quienes corresponda apreciarlos. Artículo 17. La concesión de la primera de las dos recompensas mencionadas en el artículo anterior, corresponde otorgarla al inspector general respectivo o al Subsecretario del Ministerio de la Guerra, publicándose aquélla en el Diario Oficial del mismo. Artículo 18. Podrán ser recompensados con cruces sin pensión, de la clase correspondiente a la graduación del agraciado: Primero. Las buenas traducciones de obras importantes, militares o científicas, que tengan relación con los intereses generales del Ejército, y cuyo conocimiento sea provechoso y de utilidad para el mismo. Segundo. La publicación de trabajos sobre organización militar de otros países, material de guerra, estudios estadísticos de los mismos, medios de defensa, movilización, armamentos, administración y racionamiento de sus Ejércitos, transportes, servicio sanitario, hospitales, ambulancias, maniobras, campamentos, equipo, vestuario, ganado y licenciamiento de sus tropas, siempre que vayan precedidos, intercalados o seguidos de juicios críticos que manifiesten los conocimientos y aptitudes de sus autores. Tercero. La publicación de cartas o planos y de estudios de costumbres militares de países extranjeros y especialmente de los limítrofes con España. Cuarto. Las monografías de interés práctico para el Ejército, que versen sobre los diversos asuntos del servicio militar, compilando y coordinando las diferentes disposiciones dictadas sobre cada materia. Artículo 19. Podrán ser recompensados con cruces sin pensión o con la del Mérito Militar, pensionada con el diez por ciento del sueldo correspondiente al empleo en que la obtenga el agraciado, según la importancia del servicio, trabajo u obra de que se trate: Primero. Los trabajos burocráticos de organización, justicia, administración, higiene y sanidad del Ejército, y los extraordinarios del profesorado, que demuestran capacidad y aplicación, laboriosidad e inteligencia dignas de premio, a juicio del Jefe superior de la dependencia en que el interesado preste sus servicios. Segundo. El mando, notoriamente distinguido de una brigada, provincia, división, distrito militar o cuerpo de ejército, a juicio del superior jerárquico del que lo ejerza o al desempeño de los destinos de oficial general en las dependencias del Ministerio de la Guerra, capitanías generales, o en cualquiera de los cargos correspondientes a los

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generales, siempre que los servicios prestados por éstos se consideren muy recomendables. Tercero. El brillante estado de un regimiento, batallón, subinspección, tercio, comandancia, compañía, escuadrón o batería, establecimiento o dependencia militar, debido a la pericia e inteligencia del jefe u oficial que ejerza el mando, siempre que la disciplina y la administración se hallen también en el mejor estado a juicio del inspector general, comandante de cuerpo de ejército o capitán general de distrito. Cuarto. La publicación de campañas, ilustradas con planos, datos estadísticos y juicios críticos. Quinto. Los trabajos referentes a la cría caballar y remonta del Ejército. Sexto. Los estudios tácticos comparados. Séptimo. Los trabajos geográficos y topográficos nacionales, la cartografía y los inventos de aparatos o procedimientos geográficos o topográficos. Octavo. Las obras de estrategia y estudios geográficos aplicados a territorios de las naciones vecinas a la nuestra Noveno. Los estudios y construcción de cuarteles y demás edificios militares, con todos los adelantos de la arquitectura militar moderna, en los que, con economía efectiva, para el erario, se resuelvan problemas de higiene, alumbrado, calefacción y cuantos puedan contribuir a mejorar el alojamiento de nuestras tropas. Décimo. Los trabajos de industria militar o de balística con aplicación a las armas de guerra, que den resultados prácticos beneficiosos, y los estudios sobre ciencias, justicia, higiene, administración y servicio sanitario de los Ejércitos, de notoria importancia. Undécimo. Los estudios originales de sistema de artillado y fortificación, aplicados a nuestras plazas y costas. La pensión de referencia caducará al ascenso del agraciado, conservando el uso de la cruz como distintivo. Artículo 20. Podrán ser recompensados con la cruz pensionada con el diez por ciento del sueldo correspondiente al empleo en que se obtuvo, conservando este derecho, sin aumentar por el ascenso, hasta conseguir el agraciado su retiro, licencia absoluta o ascenso a oficial general: Primero. El invento de armas de guerra ofensivas, o perfeccionamiento de las actuales, haciéndolas superiores a las conocidas en otros Ejércitos. Segundo. El invento de armas defensivas o nuevos medios de fortificación de reconocida utilidad y ventajas sobre los actuales. Tercero. Los estudios tácticos que por su índole introduzcan en los movimientos militares modificaciones tan esenciales que, puestas en práctica, den ventaja en el combate a las tropas que los ejecuten y contribuyan disminuir las bajas en el Ejército, dada la precisión y alcance de las armas modernas. Cuarto. Los estudios de extraordinaria importancia y relevante mérito sobre ciencias, justicia militar, administración, higiene y sanidad del Ejército, que produzcan en su aplicación beneficios positivos. Quinto. Los actos de valor realizados con riesgo inminente de la vida en epidemias, incendios, voladuras, naufragios y otros accidentes, que no se comprendan en el reglamento de la Orden militar de San Fernando o en el de la Cruz de Beneficencia. Artículo 21. Si por su mérito excepcional mereciesen ser difundidas en el Ejército las obras y planos a que se hace referencia en los artículos 19 y 20, podrán imprimirse por el Ministerio de la Guerra, previo informe de la Junta Consultiva; y toda la edición, a excepción del número de ejemplares que se considere necesario para las bibliotecas de dicho ministerio, de los distritos y de las academias militares, quedará a beneficio de los autores. Artículo 22. La Junta Superior Consultiva de Guerra tendrá en cuenta en sus informes, como circunstancia recomendable para la determinación de la recompensa, una vez reconocido el mérito del servicio, trabajo u obra que deba ser premiada, la hoja de servicios del interesado, las menciones honoríficas y las cruces, que por trabajos, comisiones u obras,

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haya obtenido anteriormente. Artículo 23. Los trabajos y servicios de los generales, jefes y oficiales, y las obras redactadas por los mismos, que taxativamente no estén comprendidos en este reglamento, podrán ser premiados, según su mérito, con la correspondiente recompensa de las mencionadas, si la mereciesen notoriamente, con arreglo al espíritu que informa el mismo, en cuanto a que los expresados trabajos, servicios u obras resulten prácticos y de verdadera y evidente utilidad para el Ejército o para los intereses generales del Estado. Artículo 24. En los inventos cuya utilidad fuese de gran importancia para el Ejército, y que el Gobierno resolviese que no se dieran a conocer, para evitar que los utilizaran los ejércitos de otras naciones, podrá concederse al autor una indemnización proporcionada al mérito de su invento, y al perjuicio que sufra por reservarse el Gobierno su uso exclusivo, además de la recompensa a que se hubiera hecho acreedor. Artículo 25. Los grandes inventos y servicios extraordinarios que los generales, jefes y oficiales del Ejército y sus asimilados realicen, y que por su índole y mérito excepcional no es posible reglamentar, podrán ser objeto de una recompensa superior especial que concederá el Gobierno de S. M. a propuesta del Ministro de la Guerra, o someterá a la aprobación de las Cortes, siempre con el informe previo de la Junta Superior Consultiva de Guerra. Real orden de 29 de octubre de 1890 (Gaceta de Madrid número 303, del 30). Aprobatorio del reglamento de recompensas en paz y en guerra para las clases de tropa. El reglamento de recompensas en paz y en guerra para las clases de tropa, redactado por la Junta Superior Consultiva de Guerra, en cumplimiento de lo que previene la real orden de 7 de septiembre de 1889, ha sido informado por el Consejo de Estado en pleno, según preceptúa el artículo 45 de la ley orgánica de este alto cuerpo consultivo, siendo objeto, por mi parte, de meditación y prolijo estudio. La ley adicional a la constitutiva del Ejército no establece bases ni reglas expresas respecto recompensas de los individuos y clases de tropa, limitándose a consignar que las determinará un reglamento especial; mas esta facultad, al parecer ilimitada, debe subordinarse, por una parte, a las disposiciones vigentes o autorizadas por la práctica, recopiladas con cuidado, y por otra, no sólo a los preceptos concretos de la ley, en lo que puedan tener conexión con el asunto, si que también a los principios o ideas fundamentales en que se ha inspirado aquélla; y de aquí surge, desde luego, la dificultad de que, admitiéndose en la citada ley adicional la necesidad de conceder, siquiera excepcionalmente, el empleo inmediato los oficiales generales y particulares, por méritos especialísimos de campaña, principio que, lógicamente debe suponerse extensivo a todas las clases y jerarquías de la milicia, se establece, al propio tiempo, en el artículo 6°, el precepto cerrado y terminante de que para pertenecer a la clase de oficiales, es indispensable pasar por la Academia General, lo que equivale a decir que el sargento sólo podrá obtener el empleo inmediato, mediante el ingreso y permanencia en la citada academia en condiciones análogas a los demás alumnos. El ministro que subscribe, ha debido respetar escrupulosamente el precepto legal de la unidad de procedencia, y lo ha respetado en efecto; mas no por eso considera conveniente, ni siquiera práctico, cerrar en absoluto, y por única excepción, el porvenir militar una clase tan numerosa e importante como la de sargentos, durante todo el transcurso de una larga guerra; entiende, por el contrario, que debe buscarse un medio de armonizar aquellas exigencias, al parecer contradictorias; lo que cree puede conseguirse, en las condiciones más favorables y convenientes para el Ejército, con la solución que propone de otorgar excepcionalmente a los sargentos, por méritos muy extraordinarios de guerra, el empleo de segundo teniente de la escala de reserva, mientras subsista, de las armas de Infantería o Caballería. Cumple, ante todo, advertir que la ley adicional no sólo autoriza esta solución sino que

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hasta parece haberse adelantado indicarla, ya que en el artículo 6.º en que se consigna la condición precisa de pasar por la Academia General para pertenecer a la clase de oficiales, el legislador ha tenido buen cuidado de añadir la palabra oficiales el adjetivo activos, lo que deja indudablemente abierto el camino para que el sargento pueda, sin esa condición previa, ser ascendido oficial de la reserva. Es verdad que otro precepto obligatorio de la ley de 6 de agosto de 1886 establece que las actuales escalas de reserva remuneradas, han de substituirse totalmente, en lo sucesivo, con otras escalas de reserva gratuitas, y es, asimismo, verdad que llegado este caso, no tendría valor alguno el premio que se otorgase al sargento; pero hay que tener presente que no está próximo el día en que se hayan amortizado por completo las referidas escalas de reserva, y en ese plazo se habrá resuelto ya sobre el personal que debe estar afecto a la reserva del Ejército, cuadros y depósitos de reclutamiento, aparte de que, para entonces, la experiencia puede haber producido modificaciones orgánicas que tiendan a dar solución definitiva a tan importante asunto, sobre el cual el ministro que subscribe no ha de ocultar a V. M. que estudia con interés y dedica atención preferente. De todos modos, el empleo de segundo teniente de las escalas de reserva, sólo deberá otorgarse a los sargentos con arreglo al espíritu de la ley, en casos verdaderamente extraordinarios, y previas las condiciones que se consignan en el artículo correspondiente del reglamento, en analogía con lo prescripto para los jefes y oficiales; más no debe olvidarse que para hacer viables y efectivas en la práctica las restricciones impuestas en la ley adicional a la concesión del empleo inmediato, se ha considerado indispensable establecer en la escala gradual de recompensas de oficiales, no sólo la cruz del Mérito Militar pensionada con la semidiferencia de los sueldos, sino también la cruz de María Cristina, que lleva anexos todas las ventajas y derechos pecuniarios del empleo. Si la asimilación ha de ser completa, juzgo insuficiente, de acuerdo con los altos cuerpos consultivos, para llenar este vacío en el sargento, la cruz de plata pensionada con 7’50 pesetas, que es la misma que se concede al soldado y al cabo; y a fin de disponer de otras recompensas proporcionadas al mérito contraído, que puede ser distinguidísimo, sin llegar a las condiciones del empleo, se ha creído conveniente intercalar en la escala gradual, aplicable a dicha clase en tiempo de guerra, y entre la citada cruz de 7’50 pesetas y el empleo inmediato, otra recompensa más valiosa que, para no crear una nueva orden, sería la misma cruz de plata del Mérito Militar, pero con pensión mensual de 25 pesetas, y cuyos dos grados de temporal y vitalicia, puedan también asimilarse a las dos recompensas de la semidiferencia y de la diferencia entera de los sueldos en el oficial. En resumen, el propósito no es otro que hacer extensivas a las clases e individuos de tropa las bases generales establecidas en la ley adicional a la constitutiva del Ejército para los jefes y oficiales, aplicando, en lo posible, todos el mismo sistema de recompensas y graduando éstas del modo más conveniente para que pueda cumplirse el precepto fundamental de reservar en todas las categorías la concesión del empleo inmediato para los casos extraordinarios en que realmente se imponga esa máxima recompensa por el juicio unánime de los llamados a apreciar el hecho. Fundado en las consideraciones expuestas, el ministro que subscribe, de acuerdo con el Consejo de Ministros, tiene la honra de someter a la aprobación de V. M. el siguiente proyecto de decreto.

REAL DECRETO A propuesta del Ministro de la Guerra, de acuerdo con el parecer de mi Consejo de Ministros, oído el Consejo de Estado en pleno, en nombre de mi augusto hijo el rey D. Alfonso XIII, y como reina regente del reino, vengo en aprobar el adjunto reglamento de recompensas en paz y en guerra para las clases de tropa.

REGLAMENTO DE RECOMPENSAS EN PAZ Y EN GUERRA PARA LAS CLASES DE TROPA Artículo 1º. Toda recompensa individual en paz o en guerra, ha de fundarse siempre en acciones meritorias o en servicios extraordinarios, que eleven al que los realice sobre el nivel de los demás, y con estricta sujeción a los términos de este reglamento.

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Artículo 2.° Ningún individuo podrá recibir dos recompensas por el mismo servicio de paz o por la misma acción de guerra. Se exceptúa de esta regla la cruz de San Fernando, que no forma parte de la escala gradual de recompensas, y que sólo se incluye en los índices del artículo 10, como el galardón más preciado que puede obtener el militar por mérito de guerra. Artículo 3.º Toda recompensa que lleve anexo aumento de haberes, no empezará regir hasta el mes siguiente de la aprobación de la propuesta, aunque en tiempo de guerra se asigne a la concesión la antigüedad del hecho de armas que la motive; abonándose los adeudos por meses completos, previa la reclamación correspondiente en la nómina o extracto de revista. Se exceptúan de esta prescripción las pensiones de la cruz de San Fernando que, según disposiciones vigentes, deben percibirse desde la fecha del hecho de armas en que se funda la concesión.

Recompensas en tiempo de paz Artículo 4.° En tiempo de paz podrán concederse a los soldados, cabos y sargentos las siguientes recompensas, según el mérito del hecho o la importancia del servicio que las motive. 1.ª Mención honorífica. 2.ª Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo blanco. 3.ª La misma cruz, pensionada con 2’50 pesetas al mes durante el tiempo de servicio activo. 4.ª La misma, con pensión mensual de 7’50 pesetas, en iguales condiciones. 5.ª La misma cruz, pensionada con 2’50 pesetas, vitalicia. 6.ª La misma, pensionada con 7’50 pesetas, vitalicia. Artículo 5.º Serán recompensados con mención honorífica, en tiempo de paz, los individuos y clases de tropa que se distingan en el desempeño del servicio o fuera de él, por alguna acción o trabajo especial que acredite aplicación, laboriosidad, amor al oficio y exacto conocimiento de las obligaciones de su cargo. Las menciones honoríficas se concederán de real orden, a propuesta de los jefes de cuerpo o autoridades militares dando cuenta motivada de la recompensa en la orden del cuerpo, y estampando la correspondiente nota en la filiación del interesado. Artículo 6.º A partir de las condiciones indicadas para la mención honorífica, se otorgarán a los individuos y clases de tropa, por servicios especiales de tiempo de paz, las cruces de plata del Mérito Militar sencillas o pensionadas, con arreglo a los estatutos y reglamentos de la Orden; teniendo en cuenta las restricciones que en los mismos se prescribe para las cruces pensionadas y vitalicias, y graduando la recompensa por la escala establecida en el artículo 4.º de este reglamento, según el mérito contraído, Artículo 7.º Los escritos, proyectos y trabajos profesionales que pudieran presentar los individuos y clases de tropa, y que se juzguen merecedores de recompensa seguirán los mismos trámites que los de los jefes y oficiales, para su informe por la Junta Superior Consultiva de Guerra, ajustándose, en lo posible, esta Junta a las reglas establecidas para aquéllos en el reglamento de recompensas de tiempo de paz, así en lo relativo la calificación del mérito, originalidad e importancia del trabajo, como en lo concerniente la propuesta proporcional de la recompensa que, aparte de la impresión por cuenta del Estado, o de la remuneración que se considere conveniente según los casos, no podrá salir de la escala gradual prescrita en el artículo 4.º de este reglamento. Artículo 8.º La cruz de plata con pensión vitalicia de 7’50 pesetas, se reservará en tiempo de paz, con arreglo al reglamento y estatutos de la Orden, para los casos extraordinarios de servicios o acciones altamente meritorias o de pública notoriedad, en incendios, inundaciones terremotos, epidemias, naufragios y otras calamidades o catástrofes y para los autores de obras, proyectos o trabajos de relevante mérito y de verdadera utilidad para el Ejército que la Junta Superior Consultiva considere merecedores de la máxima recompensa. Artículo 9.º En tiempo de paz podrán también otorgarse a los individuos y clases de tropa, las recompensas establecidas en los artículos correspondientes de este reglamento para tiempo de guerra, pero sólo en caso muy extraordinarios y cuando concurra alguna de

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estas circunstancias: Que el soldado, cabo o sargento contribuya eficazmente y con gran riesgo de su vida, a someter a la obediencia y disciplina tropas rebeldes o sediciosas. Que al surgir colisiones armadas, combates o hechos de armas, cumpla el soldado, cabo o sargento sus deberes con extraordinario valor, abnegación y acierto. Y siempre que en luchas y combates en que ocurran bajas, se distinta el individuo o clase de tropa, con gran riesgo de su vida, para mantener la lealtad de las tropas o el orden público.

Recompensas en tiempo de guerra Artículo 10. En tiempo de guerra, las acciones de señalada conducta y valor de los individuos y clases de tropa, los méritos distinguidos y los peligros y sufrimientos de las campañas, serán premiados con las siguientes recompensas, según el mérito contraído. Los soldados y cabos: 1.ª Mención honorífica. 2.ª Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo. 3.ª La misma cruz, con pensión mensual de 2’50 pesetas durante el tiempo de servicio activo. 4.ª La misma, con pensión de 7’50 pesetas, en iguales condiciones. 5.ª La misma cruz, con pensión mensual de 2’50 pesetas, vitalicia. 6.ª La misma, con pensión de 7’50 pesetas, vitalicia. 7.ª El empleo inmediato. 8.ª La cruz de San Fernando. Los sargentos: 1.ª, 2.ª, 3.ª, 4.ª, 5.ª y 6.ª lo mismo que los soldados y cabos. 7.ª Cruz de plata del Mérito Militar con pensión mensual de 25 pesetas, durante el tiempo de servicio activo. 8.ª La misma, con pensión mensual de 25 pesetas, vitalicia. 9.ª Empleo de segundo teniente de la escala de reserva, mientras esta subsista, de las armas de Infantería o Caballería. 10. La cruz de San Fernando. Artículo 11. Salvo algún caso especial que justifique plenamente la iniciativa del inferior, o cuando operen aisladamente, los jefes de cuerpo, unidades o fracciones, sólo procederán formular relaciones de propuesta para los individuos y clases de tropa, después de los combates o acciones en que tomen parte, mediante orden expresa de los generales o jefes, comandantes de las divisiones, brigadas o columnas, y en este caso, las relaciones correspondientes se acordarán en junta de jefes y capitanes, o de capitanes y subalternos si se tratase de unidades sueltas, incluyendo en ellas a los soldados, cabos y sargentos que, por su conducta o valor, se hubiesen hecho acreedores alguna recompensa; y a los heridos en circunstancias honrosas, con clara y precisa indicación de los pormenores del hecho y mérito contraído, y graduando la propuesta de recompensa desde mención honorífica a los meramente distinguidos, hasta las cruces pensionadas, vitalicias, o el empleo inmediato en casos excepcionales, según lo prescrito en este reglamento. Artículo 12. En las propuestas de cruces de plata del Mérito Militar pensionadas y vitalicias, según la escala gradual establecida en el artículo 10, se tendrá presente, con arreglo al reglamento de la orden: 1.º Que, en general, la ventaja anexa a la cruz pensionada, será la de 2’50 pesetas reservando la de 7’50 para casos extraordinarios. 2.° Que no se concederán cruces pensionadas con carácter vitalicio más que a los heridos graves en campaña, y los que, no siéndolo, se hayan hecho acreedores a este premio por un mérito distinguido y bien determinado, cuyas circunstancias es condición precisa especificar en la propuesta, y 3.º Que cuando las cruces pensionadas hayan sido concedidas por el general en jefe en el mismo campo de batalla, por acciones de reconocido valor o arrojo, se sobreentiende que serán siempre con carácter vitalicio.

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Artículo 13. El empleo inmediato sólo se concederá a los soldados y cabos que tengan idoneidad para el ascenso, en circunstancias muy excepcionales y por acciones muy distinguidas que revelen, no sólo extraordinario valor o esfuerzo, sino decisión y carácter militar, serenidad en el peligro e inteligencia en la manera de afrontarlo. Artículo 14. Los soldados y cabos que no reúnan condiciones suficientes para el ejercicio del empleo inmediato, podrán recibir varias cruces pensionadas durante la guerra, aunque con la limitación de dos cruces pensionadas temporales y una vitalicia, como máxima recompensa en una misma campaña anual. Artículo 15. Las cruces de plata del Mérito Militar, con pensión temporal o vitalicia de 25 pesetas al mes, se reservarán para premiar los méritos muy extraordinarios de guerra a que se hayan hecho acreedores los sargentos, en condiciones análogas a las prescritas en los respectivos reglamentos para las cruces rojas y de María Cristina, pensionadas en los jefes y oficiales y asimilados, en lo posible, los grados de pensión temporal y vitalicia en la cruz de plata de los sargentos a las dos ventajas de la semidiferencia, y de la diferencia entera de los sueldos, en las cruces destinadas al oficial. Artículo 16. En analogía con lo establecido por ministerio de la ley, para los jefes y oficiales, sólo se concederá a los sargentos el empleo inmediato de segundo teniente a que se refiere la regla 9.ª del artículo 10, en casos verdaderamente excepcionales de grandes hazañas o acciones heroicas, que acrediten, además condiciones militares para el mando en circunstancias críticas siendo, a la vez, el hecho de tan importantes resultados o de tal notoriedad, que reúna en su favor el interesado los votos unánimes de los jefes y oficiales que intervengan en la formación de la propuesta, condición precisa que se hará constar en la misma con la firma de todos los presentes en la Junta. Artículo 17. La cruz de San Fernando sólo podrá otorgarse a los individuos y clases de tropa, lo mismo que al oficial, en los casos taxativamente prescritos en el reglamento de la Orden, y cumpliéndose todos los trámites y requisitos prevenidos en el mismo. Es compatible la concesión de esta cruz con cualquier otra recompensa, incluso el empleo inmediato, por el mismo hecho de armas. Artículo 18. Además de los individuos y clases de tropa que se distingan en los combates, podrán ser recompensados con menciones honoríficas y con cruces sencillas o pensionadas del Mérito Militar, según el mérito contraído, los prisioneros de guerra que al volver al Ejército, justifiquen por medio de expediente instruido en juicio contradictorio, que lo fueron después de haber combatido en el campo o en defensa del puesto que se les confiera cuanto podía exigir el honor de las armas y su propia reputación y concepto, habiendo dado, además, durante el tiempo que estuvieran en poder del enemigo, indudables y constantes pruebas de lealtad a sus banderas. Artículo 19. Los individuos y clases de tropa tendrán opción, en tiempo de guerra, a las recompensas colectivas que prescribe el cuarto grupo del artículo 10 de la ley adicional a la constitutiva del Ejército de 19 de julio 1889, sin perjuicio de las recompensas personales a que se hubiesen hecho acreedores con arreglo a este reglamento. Real decreto de 18 de febrero de 1891 (Gaceta de Madrid número 51, del 20). Aprobatorio del reglamento de recompensas en tiempo de guerra, para los generales, jefes y oficiales y sus asimilados del Ejército18.

Para el cumplimiento y aplicación de lo preceptuado por la ley adicional a la constitutiva del Ejército, promulgada en 19 de julio de 1889, en lo referente a recompensas en tiempo de guerra, de los generales, jefes y oficiales y sus asimilados del Ejército, se dispuso por real orden de 7 de septiembre de dicho año, que estudiase el correspondiente reglamento la Junta Superior Consultiva de Guerra.

18 Por real orden circular de 25 de octubre de 1894 se publica de nuevo el reglamento con las modificaciones y

ampliaciones aprobadas por real decreto de esta fecha.

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Esta redactó dos proyectos, uno que obtuvo la aprobación de la mayoría de dicho centro consultivo, y otro expresión de un voto particular que apoyó con los suyos la minoría. Remitidos ambos a informe del Consejo de Estado en pleno, dicho alto cuerpo emitió dictamen favorable al que, en su concepto, interpretaba y desarrollaba más estrictamente el espíritu y las prescripciones de la ley, pero indicando alguna modificación que en él convenía introducir. El ministro que subscribe, después de detenido estudio, se atiene a lo dictaminado por el Consejo de Estado, consignando solamente ligeras variantes, cuyo único objeto es hacer más viable y de más fácil aplicación, el mencionado precepto legal. El artículo transitorio que se adiciona a este reglamento, es consecuencia lógica del tercero de los transitorios del de ascensos, en tiempo de paz, de los generales, jefes y oficiales y sus asimilados del Ejército, aprobado por V. M. en 29 de octubre último. En vista de lo expuesto, el Ministro que subscribe, de acuerdo con el Consejo de Ministros, tiene la honra de someter a la aprobación de V. M. el siguiente proyecto de decreto.

REAL DECRETO A propuesta del Ministro de la Guerra, de acuerdo con el parecer de mi Consejo de Ministros, oído el Consejo de Estado en pleno; En nombre de mi augusto hijo el rey don Alfonso XIII y como reina regente del reino, vengo en aprobar el reglamento de recompensas, en tiempo de guerra, para los generales, jefes y oficiales, y sus asimilados del Ejército.

REGLAMENTO DE RECOMPENSAS EN TIEMPO DE GUERRA, DE LOS GENERALES, JEFES Y OFICIALES Y SUS ASIMILADOS DEL EJÉRCITO

Artículo 1.º En tiempo de guerra las recompensas de los generales, jefes y oficiales y de sus asimilados de todas las armas, cuerpos e institutos del Ejército, se concederán con estricta sujeción a las prescripciones de este reglamento. Artículo 2.º Las vacantes que ocurran por cualquier concepto durante el citado período de guerras cubrirán, en primer término los ascendidos por méritos de campaña, asignándose las restantes a la antigüedad. Si terminada la campaña hubiere excedente se aplicará a su amortización el 50 por 100 de todas las vacantes, quedando el otro para el ascenso por antigüedad. Artículo 3º. Las grandes hazañas, los hechos heroicos, los méritos extraordinarios y los peligros arrostrados y penalidades en las campañas, serán premiados, en interés del Estado y en consideración a los merecimientos de los oficiales generales y particulares y sus asimilados a los cuerpos e institutos del Ejército, con las recompensas siguientes: 1.ª Cruz de San Fernando con sujeción a lo preceptuado en sus Estatutos. 2.ª Empleo inmediato del arma o cuerpo a que pertenezca el ascendido, hasta el de coronel; y de éste en adelante el de oficial general que corresponda. 3.ª Cruz de la Orden de María Cristina, con una pensión equivalente a la diferencia entre el sueldo del empleo en que se obtenga y el del superior inmediato. Esta pensión se considerará como aumento efectivo del sueldo para la declaración de derechos pasivos a los interesados y sus familias, y caducará al ascenso del que la disfrute, bien tenga lugar éste en paz o en guerra, pero seguirá usando el condecorado el distintivo de la cruz. Los jefes y oficiales que al promulgarse la ley que motiva este reglamento se hallaran en posesión de empleo personal, obtendrán la cruz con la pensión equivalente a la diferencia entre el sueldo del referido empleo y el inmediato superior; una vez amortizado aquél, la pensión se regulará por la diferencia entre el sueldo del empleo, ya efectivo, y el inmediato superior. Ninguna pensión de la cruz de la Orden de María Cristina podrá exceder de la máxima que está asignada a la cruz de San Fernando en sus distintas clases, y según los empleos de los condecorados con ésta. 4.ª Cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo, pensionada con la semidiferencia entre el

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sueldo correspondiente al empleo que ejerce el condecorado y el inmediato superior. Esta pensión caducará al ascenso, conservando el condecorado el uso de la cruz, y para los que se hallen en posesión de empleos personales, regirá, en cuanto al goce de dicha semidiferencia, lo establecido en el párrafo segundo de la regla tercera respecto a los agraciados con cruz pensionada de la Orden de María Cristina que se encuentren en idéntico caso. 5.ª La misma cruz del Mérito Militar sin pensión según lo preceptuado por el reglamento de la Orden. 6.ª Mención honorífica. Artículo 4.º Las recompensas colectivas o de carácter general que podrán concederse al Ejército o a cualquier unidad orgánica del mismo, en tiempo de guerra, serán las siguientes: 1.ª Medallas conmemorativas de las campañas y operaciones más notables. 2.ª Condecoraciones, sin pensión, de las Órdenes mencionadas o distintivos que perpetúen en las banderas y estandartes los hechos de armas más brillantes de cada cuerpo. 3.ª Abono de doble tiempo de campaña, siempre que el Gobierno de S. M. así lo determine por la importancia de ésta, a los que hayan asistido a las operaciones de la misma. Artículo 5.º Para obtener ascenso por mérito de guerra, será indispensable haber ejercido el mando del empleo inferior inmediato, pero sin la limitación de que haya sido por dos años, preceptuada por el reglamento de ascensos en tiempo de paz. Esta recompensa es permutable por cualquiera de las señaladas en las reglas 3.ª, 4.ª, 5.ª y 6.ª del artículo 3.º. Artículo 6.º La recompensa señalada en la regla segunda del artículo 3.º, o sea el empleo superior inmediato, podrá obtenerse solamente mediante juicio de votación, abierto dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes al hecho que la motiva, sin esperar la orden de formación de propuesta. En este juicio tomarán parte, en primer término, los jefes de la sección, cuerpo, columna, brigada o división que habiendo concurrido al hecho de armas en que se haya contraído el mérito que se trata de aquilatar y recompensar, tengan que dirigir al superior inmediato, la primera relación del suceso. Cuando la propuesta se formule, se unirá a ella, precisamente, el expediente de juicio de votación. Cuando una tropa en operaciones sostenga una serie de combates sin interrupción, que haga posible abrir dentro del plazo marcado el juicio de votación, respecto a cada uno de ellos, dichos juicios se abrirán a las cuarenta y ocho horas de haber verificado el último hecho de armas. En todos los casos, el número mínimo de jefes que han de concurrir al juicio de votación será cinco. Artículo 7.º Cuando se trate de aquilatar el mérito contraído por oficiales generales, o sus asimilados, en hechos de armas en operaciones de campaña, ordenará la apertura del juicio de votación y la presidirá el general en jefe, y en su defecto, el general más caracterizado del ejército, de los que hayan presenciado aquéllas, siendo vocales todos los que se encuentren en igual caso y sean de categoría superior a la del interesado. El general en jefe elevará al Gobierno de S. M. el expediente del juicio de votación, el cual se tendrá muy en cuenta para la resolución. Cuando el general en jefe mande abrir juicio, podrá delegar la presidencia de él en otro general del ejército, quien le remitirá el expediente, una vez terminado, con sus propias observaciones. Artículo 9.º El juicio de votación para obtener el empleo inmediato hasta el de coronel inclusive, y sus asimilados, se mandará abrir: 1.º Por el comandante general del cuerpo de ejército, por iniciativa propia o a propuesta de sus inferiores jerárquicos, cuando estime haya mérito para conceder aquella recompensa. 2.º Por el general de división a que pertenezcan las tropas que hayan llevado a cabo la

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operación o hecho de armas que lo motive, si han operado precisamente bajo su dirección, y si por el resultado obtenido o por el comportamiento observado considera que hay mérito para esta recompensa. 3.º Por el general de brigada que opere independientemente o que no pueda ponerse en comunicación con su inmediato superior, con la urgencia necesaria para que el juicio se abra dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes al hecho que lo motiva. 4.º Por el jefe de cuerpo o de columna que opere aislado y que haya observado durante el combate un comportamiento digno de esta recompensa en alguno o algunos de sus subordinados, siempre que no sea posible que sus superiores jerárquicos tengan conocimiento del hecho e importancia del mismo con tiempo suficiente para abrir el juicio de votación dentro del plazo marcado, porque en tal caso, será a estos a quienes corresponda la iniciativa. 5.º Por el gobernador de una plaza de guerra cuya guarnición, en la defensa de la misma, o en las salidas que verifique, contraiga méritos importantes dignos de esta recompensa. 6.º Por el comandante de un fuerte avanzado o punto fortificado atacado por el enemigo que se encuentre en el caso de la regla anterior. 7.º Por el jefe o comandante de fuerzas que operen separados o libren combates con el enemigo, bien sea en reconocimientos, marchas, convoyes, etc., en que tenga el mando y responsabilidad del hecho, y se distinga notablemente alguno de sus subordinados. Las facultades que se conceden a los respectivos jefes en los casos 5.º, 6.º y 7.º, tienen la misma limitación establecida en el caso 4.º Artículo 9.º El juicio de votación favorable es condición necesaria para obtener empleo por mérito de guerra, pero no constituye derecho indiscutible para alcanzarlo, quedando siempre el general en jefe en libertad de proponer lo que estime más conveniente al Gobierno de S. M., según su propia apreciación y juicio. Artículo 10. Para abrir el juicio de votación se observarán las reglas siguientes: 1.ª El jefe que mande cuerpo o fracción independiente redactará el parte del hecho de armas expresando, la hora y sitio en que se verificó, fuerzas a sus órdenes que tomaron parte en el mismo, tiempo que duró el combate y cuantos detalles sean dignos de mencionarse; especificará las bajas vistas e identificadas que se hayan causado al enemigo, y numéricamente las que haya tenido la tropa a sus órdenes en muertos; heridos, contusos; prisioneros y extraviados; designará nominalmente los jefes, oficiales y clases que se hayan distinguido, bien por su valor en el combate o por su pericia y dotes de mando, haciendo constar taxativamente si alguno de ellos ha realizado acciones notables que en su concepto les hiciera acreedores al empleo inmediato, y proponiéndolos, por lo tanto, para ser sometidos al juicio de votación, o si no hubiera ninguno que se hallase en este caso. 2.ª Una vez redactado el parte y elevado al superior inmediato, se ordenará por éste, o por quien corresponda, con arreglo al artículo 8.º de este reglamento, la apertura del juicio de votación, exclusivamente para los propuestos para ello en el referido parte. 3.ª Para verificar este juicio se reunirán en junta, bajo la presidencia del jefe o general de mayor graduación, todos los jefes que, habiendo asistido al hecho de armas, deban concurrir en cada caso según se especifica a continuación. A los juicios de votación para obtener los empleos de teniente y de capitán, asistirán todos los jefes del mismo cuerpo del interesado, presididos por el jefe principal. Para obtener los empleos de comandante y teniente coronel, todos los coroneles y generales que pertenezcan a la misma brigada, presididos por el jefe de ésta. Para obtener el de coronel, todos los generales que pertenezcan a la división o cuerpo de ejército, presididos por el de mayor categoría o antigüedad. Si la fracción que ha tomado parte en un hecho de armas aislado fuese menor que la unidad orgánica de regimiento o batallón, formarán el juicio de votación todos los jefes del cuerpo que asistieron al hecho, y en su defecto los capitanes más antiguos, hasta componer el número de cinco votantes, presididos por el jefe u oficial de mayor graduación o antigüedad.

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Artículo 11. El presidente hará dar cuenta separada, y nominalmente, de los que se sometan al juicio de votación, previa lectura del parte detallado de la acción y de la orden para abrirlo, disponiendo seguidamente emitan por escrito, individual y separadamente, todos los vocales su voto, en el que consignarán tan sólo si lo creen o no merecedor del empleo inmediato, entregándolo al presidente el más moderno y después el que le siga en antigüedad, y así sucesivamente hasta llegar al que la tenga mayor. Artículo 12. Terminada la votación dispondrá el presidente se retiren los vocales quedando sólo el jefe que le siga en antigüedad y el más moderno. Entre los tres procederán al escrutinio, haciendo constar el resultado en el acta que se redactará, expresando solamente el número de votos favorables y adversos, rompiéndose después las papeletas individuales de la votación y firmándose el documento por los tres. Esta acta será elevada con oficio por el Presidente a su superior inmediato. En esta comunicación podrá exponer cuanto se le ofrezca respecto al particular, acompañando los partes detallados y órdenes de apertura de los juicios. Del resultado de la votación se guardará absoluta reserva. Artículo 13. Los jefes y oficiales que por sus cargos en campaña no tengan cuerpo fijo, como son los ayudantes de campo, jefes y oficiales de Estado Mayor, comandantes de Artillería, Ingenieros, oficiales del Tren, Administración, Sanidad Militar y Clero Castrense, que formen parte de una columna, brigada, división o cualquier unidad de combate, y contraigan méritos en acción de guerra que les hagan acreedores al empleo inmediato, y por consiguiente deban ser sometidos al juicio de votación, podrán ser propuestos por sus jefes naturales, si han presenciado los hechos, o por los jefes de cualquiera de los cuerpos que han asistido al combate, quienes deberán, en todo caso, dar cuenta a sus inmediatos superiores de todos los actos distinguidos que hayan tenido ocasión de observar, sea en oficiales de su propio cuerpo como queda establecido en el artículo 10, sea en oficiales de otros y a quienes las peripecias del combate hayan obligado a combatir en puesto diferente al que habitualmente ocupan. Si los expresados jefes y oficiales, u otros cualesquiera del Ejército, contrajesen méritos que sólo fuere dado apreciar a los generales de brigada, de división, comandante general de ejército o general en jefe, por haberles encomendado reconocimientos, colocación de avanzadas, establecimiento de campamentos, parlamentos con el enemigo u otras comisiones especiales, se publicarán en la orden general del ejército o cuerpo de ejército, para conocimiento de todos, designándose en ella los generales y jefes que han de concurrir al juicio de votación por haber presenciado el hecho que se trata de premiar. Si el servicio prestado fuese de índole reservada, cuya publicación en la orden general sea inconveniente, se ordenará la apertura del juicio prescindiendo de ella. Artículo 14. Los asimilados a la categoría de oficial general, jefes y oficiales de Administración y Sanidad Militar, del Cuerpo Jurídico, del Clero Castrense y demás cuerpos auxiliares, no podrán concurrir a los juicios en que se trate de recompensar servicios prestados por jefes u oficiales de las armas del Ejército; pero sí tendrán derecho a asistir a los mismos en unión de éstos y a emitir su voto, cuando se trate de juzgar servicios prestados por los individuos del cuerpo a que pertenezcan. Artículo 15. En las propuestas de recompensas, cuya formación se ordene por los generales en jefe a los de división o brigada, por hechos de armas concretos, cada unidad orgánica de éstas unirá a la propuesta un estado numérico, por clases, de las bajas que haya tenido en el combate, con especificación de muertos y heridos; y lo mismo se hará constar en cualquiera otra propuesta que se formule, por exigua que sea la fuerza que deba ser recompensada, sirviendo este dato, no sólo para la más equitativa distribución de las recompensas a las tropas que más hayan sufrido en el combate, si que también, y muy principalmente, para recompensar a los jefes y oficiales que por sus disposiciones tácticas o medidas de previsión, hayan obtenido, con menos pérdidas, mayores ventajas sobre el enemigo. Artículo 16. Por el jefe de Estado Mayor General del Ejército, se formará una relación por clases y hechos de armas, en la que figuren los jefes y oficiales significados en juicio de

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votación para obtener el empleo inmediato, la cual, en unión de los partes de las acciones a que se refieren, número de vacantes qué deban proveerse e importancia y resultado de los combates que dieron ocasión a dichos juicios, servirá al general en jefe para proponer o conferir, si el Gobierno de S. M. le concediera estas facultades, la recompensa expresada a los que a su entender considere merecedores de ella. Artículo 17. El orden en que se otorgarán las recompensas en escala gradual, será el siguiente: 1.ª Mención honorífica. 2.ª Cruz del Mérito Militar, de la categoría del agraciado, designada para premiar servicios de guerra según el reglamento de la Orden. 3.ª Cruz del Mérito Militar, en igual forma, pensionada con la semidiferencia entre el sueldo del empleo del agraciado y el del inmediato superior. 4.ª Cruz de María Cristina, pensionada con la diferencia entre el sueldo del empleo que ejerce y el del inmediato superior, con los derechos pasivos anexos a la misma. Artículo 18. Las recompensas determinadas en las reglas 1.ª y 2.ª del artículo 3.º no figuran en la escala gradual. El empleo superior inmediato puede ser otorgado por el Gobierno de S. M. o por el general en jefe, si está autorizado para ello, siempre que el juicio de votación sea favorable al interesado, aun cuando no haya obtenido otras recompensas de las consignadas en la escala gradual, y el agraciado podrá permutar el empleo por cualquiera de las recompensas enumeradas en la 3.ª, 4.ª, 5.ª y 6.ª del artículo 3.º Cuando a pesar de ser favorable el juicio de votación no considerase oportuno el Gobierno o el general en jefe, según los casos, otorgar el empleo inmediato, podrá, si lo estima conveniente, conceder al propuesto cualquiera de las recompensas establecidas en las reglas 3.ª, 4.ª y 5.ª del artículo 3.º Artículo 19. La cruz de San Fernando podrá otorgarse al mismo tiempo que el empleo superior inmediato, o cualquier otra recompensa de las consignadas en este reglamento, por un mismo hecho de armas. Artículo 20. No obstante la escala gradual establecida como regla general para las campañas de larga duración, si el Gobierno de S. M., a propuesta del general en jefe, creyese justo otorgar cualquiera de las recompensas establecidas en este reglamento, podrá verificarlo, siempre que los agraciados reúnan las circunstancias prevenidas en él. Artículo 21. Las recompensas primera y segunda del artículo 17, podrá proponerlas el general en jefe al Gobierno de S. M., sin más limitación que el juicio que le merezca el servicio prestado. Artículo 22. Para obtener las recompensas tercera y cuarta del artículo 17, o sea la cruz pensionada con la semidiferencia o diferencia del sueldo, será necesario que los propuestos figuren en el parte detallado de la acción, consignándose en él todas las circunstancias necesarias para que pueda formarse juicio del hecho que motive la propuesta. Este parte será redactado, en la forma prevenida en el artículo 10 por el jefe que mande las fuerzas que hayan concurrido al combate; y remitido a su superior jerárquico, el cual lo adicionará al transcribirlo, calificando la importancia del hecho de armas. Con este informe se remitirá al general en jefe, que dispondrá su publicación en la orden general del ejército. Artículo 23. El mérito contraído por un general, jefe u oficial que haya ejercido el mando en jefe al efectuar una operación de guerra o hecho de armas, con las tropas a sus órdenes, lo apreciará el superior jerárquico a quien dirija el parte del suceso, quien lo consignará al transcribirlo a la autoridad correspondiente. Artículo 24. Son compatibles, por un mismo hecho de armas, las recompensas individuales que obtengan los jefes y oficiales con las colectivas que haya merecido el cuerpo o unidad orgánica en que haya combatido. Artículo 25. Son incompatibles, dentro de un mismo empleo, las pensiones establecidas en la regla tercera y cuarta del artículo 3.º. Artículo 26. Pueden conferirse dentro del mismo empleo dos o más cruces pensionadas

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de las prevenidas en la regla 3.ª del artículo 3.º, siempre que el total de las pensiones, más el sueldo del condecorado, no exceda del sueldo correspondiente al empleo de coronel, teniendo presente que toda pensión caduca al ascender el que se halle en posesión de ella al empleo cuyo sueldo representa. Artículo 27. En tiempo de paz, y sólo en casos muy extraordinarios, podrán considerarse como hechos de guerra para la concesión de las recompensas establecidas en este reglamento, los casos siguientes: 1.º Que el militar, sea o no jefe inmediato, o directo, de una tropa rebelde o sediciosa, la someta a la obediencia o disciplina con gran riesgo de su vida. 2.º Que al surgir colisiones armadas, combates o hechos de armas, cumpla el militar sus deberes con extraordinario valor, acierto y abnegación. 3.º Y aquellos en que por su iniciativa y decisión en hechos y combates, y con gran riesgo de su vida mantenga un militar en defensa de la nación, de las instituciones o de la disciplina, el honor de las armas, la lealtad de la tropa a sus órdenes, o la paz pública. Artículo 28. La clasificación de los casos a que se contrae el artículo anterior, la hará el Gobierno de S. M. mediante real decreto, previo informe de la Junta Superior Consultiva de Guerra, publicándose en la Gaceta de Madrid y orden general del Ejército, sin cuyo requisito no podrá otorgarse en tiempo de paz ninguna de las recompensas señaladas en este reglamento. Artículo 29. Queda prohibida la permuta de recompensas que no estén autorizadas por este reglamento, aunque se hayan obtenido varias de una misma clase dentro del empleo. Artículo 30. Las permutas de recompensas autorizadas por este reglamento podrán solicitarse en un plazo de tres meses si los recurrentes residen en la Península, y de seis si se hallan en Ultramar, que se contará desde el día en que se publique en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra la concesión de aquéllas. Estas peticiones y cualquier reclamación relativa de recompensas quedarán sin curso transcurrido el mencionado plazo.

ARTÍCULO TRANSITORIO Ínterin no se amorticen todos los empleos personales de que están actualmente en posesión algunos jefes y oficiales de las armas y cuerpos en que existía el dualismo, todos aquellos que disfrutando empleo o sueldo superior al que ejercen en el arma o cuerpo a que pertenecen, deben ser recompensados con el empleo inmediato, mediante juicio de votación, con arreglo al artículo 10 de la ley de 19 de julio 1889, podrán optar libremente entre el empleo inmediato al que ejerzan en el arma o cuerpo a que pertenecen, o la cruz de María Cristina, pensionada con la diferencia entre el sueldo que disfruten y el correspondiente al empleo inmediato superior. Real decreto de 1 de abril de 1891 (Gaceta de Madrid número 95, del 5). Aprobatorio del Reglamento de recompensas en tiempo de paz para los almirantes, jefes, oficiales y sus asimilados de la Armada. El adjunto reglamento de Recompensas, en tiempo de paz para los almirantes, jefes y oficiales de la Armada y sus asimilados es uno de los que se refiere la ley de 19 de julio de 1890. Visto en el Consejo Superior de la Marina y dictaminado por el de Estado; hechas en él las ligeras modificaciones aconsejadas por este último, responde cumplidamente en las actuales circunstancias al objeto procurado en la ley. Por lo tanto, el ministro que suscribe tiene la honra de someter a la aprobación de V. M. el siguiente proyecto de decreto,

REAL DECRETO A propuesta del Ministro de Marina; de acuerdo con el parecer del Consejo de Ministros, y de conformidad con el de Estado en pleno. En nombre de mi augusto hijo el rey don Alfonso XIII, como reina regente del reino, vengo en aprobar el reglamento de Recompensas, en tiempo de paz, para los almirantes,

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jefes y oficiales y sus asimilados de la Armada. REGLAMENTO DE RECOMPENSAS EN TIEMPO DE PAZ PARA LOS ALMIRANTES, JEFES,

OFICIALES Y SUS ASIMILADOS DE LA ARMADA EN TIEMPO DE PAZ Artículo 1.º Los almirantes, jefes, oficiales y sus asimilados de la Armada se hacen en tiempo de paz acreedores a recompensas, siempre que demuestren en el cumplimiento de los deberes de su profesión celo por el servicio, valor, acierto e inteligencia, en grado tal, que pueda servir de estímulo y modelo a los demás, o cuando por su aplicación y laboriosidad realicen algún trabajo de importancia que reporte utilidad a los intereses generales del país o de la Marina en particular. Artículo 2.º En tiempo de paz, sólo cuando los interesados se encuentren en las circunstancias que determina el artículo 3.º de la ley de Recompensas de 15 de julio de 1890, podrán concedérseles las gracias que para hechos de guerra o de campaña naval prescribe la referida ley en su artículo 2.º Artículo 3.º Fuera de aquellas circunstancias, las recompensas que podrán otorgarse a los almirantes, jefes, oficiales y sus asimiladas en tiempo de paz, consistirán en notas en las hojas de servicios, menciones honoríficas y Cruces del Mérito naval con distintivo blanco, sin pensión o pensionadas. Artículo 4.º Todas estas Cruces se concederán de la clase correspondiente a la graduación del agraciado, y las pensiones, en su caso, se ajustarán a las prescripciones del reglamento de la Orden. Artículo 5.° Las Cruces pensionadas del Mérito naval no podrán concederse sin previo informe del Consejo Superior de Marina, o corporación que lo sustituya, el cual se publicará en las relaciones mensuales de la Gaceta de Madrid. Para la concesión de las Cruces sin pensión y del Mérito naval oirá el Ministro de Marina al mencionado consejo si lo conceptuase oportuno. La concesión de las demás recompensas citadas en el artículo 3.º se hará por el Ministro, cuando estime que para ello existen méritos suficientes. Todas estas concesiones, se circularán y publicarán en la Armada para conocimiento de todos y satisfacción de los interesados. Artículo 6. El Consejo Superior de la Marina tendrá en cuenta en sus informes como circunstancia recomendable para la designación de la recompensa una vez reconocido el mérito del servicio, trabajo u obra que deba ser premiado, la hoja de servicios del interesado, sus notas, menciones honoríficas, y las cruces que por otros hechos realizados haya obtenido. Artículo 7.º A excepción del Consejo Superior de la Marina ninguna autoridad, centro o junta podrá proponer ni indicar la clase de recompensa con que pueda premiarse al autor del trabajo que haya sido sometido a su examen o informe. Artículo 8.º La calificación favorable para el interesado en los informes que hayan sido emitidos en el expediente promovido para su recompensa, así como la designación de ésta hecha por el Consejo Superior, no dan derecho para obtenerla, por lo que, en ningún concepto, podrán servir unos, ni la otra, de fundamento para formular petición alguna. Artículo 9.º Los comandantes de los buques y jefes de los cuerpos o dependencias en que sirvan los interesados, darán cuenta a los capitanes o comandantes generales de los departamentos, apostaderos y escuadras de los hechos de armas, de campaña de mar o servicios distinguidos que realicen los jefes y oficiales expresando minuciosamente las circunstancias de aquellos, y estas autoridades lo trasladarán al Ministro de Marina, informando detalladamente y ateniéndose en todos los casos a lo preceptuado en los reglamentos y disposiciones vigentes. Artículo 10. Cuando un jefe u oficial escriba una obras, realice un invento o haga algún proyecto y trabajo que crea de utilidad y por el cual aspire a recompensa, deberá presentarlo a su jefe inmediato, el cual lo cursará al capitán o comandante general del departamento, apostadero o escuadra, quien lo examinará por sí u oyendo a aquellos de sus subordinados que estime oportuno, y con su informe lo dirigirá al ministro de Marina.

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Artículo 11. De los servicios especiales o trabajos extraordinarios que verifiquen los jefes y oficiales destinados en las dependencias centrales de la Corte, en las comisiones en el extranjero, o en cualesquiera otros especiales e independientes, y que sean dignos de recompensa, se dará cuenta directamente al ministro por los jefes superiores de los departamentos y comisiones. Las obras o trabajos especiales que realicen los almirantes y sus asimilados podrán los interesados cursarlas directamente al ministro del ramo. Artículo 12. Las obras, inventos, proyectos o trabajos, así como todos los demás expedientes de recompensas que con informe favorable se remitan al Ministerio de Marina, pasarán, si así procede, al Consejo Superior de la Marina; éste los examinará y emitirá su informe designando la clase de recompensa a que el interesado se haya hecho acreedor, teniendo en cuenta las circunstancias especiales y los preceptos de este reglamento. Artículo 13. En vista de los informes recaídos en el expediente, y especialmente del emitido por el Consejo Superior, si para ello hubo lugar, el ministro de Marina elevará propuesta a S. M. para la recompensa que crea más oportuna. Artículo 14. Las obras destinadas a la enseñanza en las academias y escuelas de la Armada, por su índole, merecen especial consideración, y si declaración como obras de texto se verificará siempre de real orden. Estas obras se remitirán por el Ministerio a estudio de las juntas facultativas de las respectivas academias o Escuelas, las que con su informe, no sólo consignarán cuanto se refiera al mérito y circunstancias del libro y el grado de bondad para el objeto a que se destina, sino también su plan, número de lecciones y ventajas de su adopción para la enseñanza de aquella asignatura. Artículo 15. En vista de dicho informe el ministro de Marina pasará el expediente con todos sus antecedentes al Consejo Superior para que emita su dictamen, o dictará la disposición que considere oportuna. Artículo 16. Los autores de las obras que sean declaradas de texto serán propuestos para recompensas conforme a su mérito, a cuyo efecto el Ministro la remitirá informe de Consejo Superior, el cual llenará este requisito en la forma que prescribe el artículo 12. Artículo 17. Los originales de las obras que sean recompensadas, o tres ejemplares de ellas, si hubiesen sido impresas, quedarán de propiedad del Ministerio de Marina y pasarán a la biblioteca, archivo o museo naval, en donde deberán conservarse. Artículo 18. Se considerarán como servicios o trabajos extraordinarios y podrán ser recompensados con notas en la hoja de servicios o con mención honorífica: 1.º Todos aquellos en que demuestre el oficial que los efectúe valor, gran celo, aplicación, inteligencia y laboriosidad y que se estimen por los jefes a quienes corresponda apreciarlos, dignos de mención especial. 2.º Los artículos técnicos o folletos que versen sobre asuntos científicos o de reconocida utilidad para la Marina. 3.º Las nuevas compilaciones de legislación u otros asuntos navales, militares o científicos de obras españolas y extranjeras. Artículo 19. Podrán ser recompensados con cruces blancas del Mérito naval, sin pensión: 1.º Todos aquellos servicios o trabajos expresados en el artículo anterior que por circunstancias extraordinarias alcancen mérito superior y se estimen por el gobierno dignos de esta recompensa. 2.º El distinguido desempeño de los destinos de mar y tierra, si el Gobierno, en vista de las circunstancias especiales en que se hayan servido y los méritos contraídos por los individuos, les consideren acreedores a recompensa. 3.º Las buenas traducciones de obras importantes marítimas, militares o científicas, que tengan relación con cualquiera de los diversos ramos de la Marina y cuyo conocimiento sea provechoso y de utilidad para el personal de la misma. 4.º La publicación de trabajos sobre organización naval militar de otros países, táctica naval, maniobras, planes de ataque y de defensa, armamento, reclutamiento y reserva,

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material naval y estudios estadísticos del mismo, organización de arsenales, administración, transportes marítimos, servicios sanitarios, etc., etc., siempre que vayan acompañados de juicios críticos o consideraciones que pongan de manifiesto los conocimientos, ilustración y aptitudes de los autores. 5.º La redacción de memorias o publicación de cartas, planos y otros estudios originales que versen sobre materias y asuntos relacionados con los diversos ramos de la Marina y sean juzgados de premio. Artículo 20. Podrán ser recompensados con Cruces del Mérito naval, con distintivo blanco, sin pensión o pensionadas, con el 10 por 100 del sueldo del empleo en que se obtenga, según la importancia del servicio, trabajo u obra que se trate de recompensar: 1.º La redacción de obras, los estudios y trabajos originales, científicos o técnicos, que el Gobierno, previo informe del Consejo Superior de la Armada, declare de suma utilidad para cualquiera de los ramos de Marina, y la traducción anotada de obras importantes extranjeras que por su utilidad y mérito de las notas o del trabajo, y previo el mismo informe se considere digna de esta recompensa. 2.º Los estudios y proyectos originales de buques, máquinas, diques, gradas, dársenas, edificios militares, etc., etc., en que, con todos los adelantos modernos, se resuelvan problemas importantes, y cuando una vez adoptados se haya realizado con ellos beneficios prácticos para el Estado. 3.º Los trabajos científicos o hidrográficos de importancia, los de levantamientos de planos y cartas, y los inventos de instrumentos o procedimientos científicos para facilitar las operaciones profesionales que con la sanción de la práctica realicen un adelanto notable sobre lo conocido. 4.º Los estudios sobre navegación, estrategia, táctica naval, campaña marítima, arte militar o naval, justicia, higiene, administración, servicio sanitario, etc., etc., de notoria importancia y utilidad y que den resultados prácticos para el servicio. 5.º El mando notoriamente distinguido, a juicio del Gobierno, de un departamento o apostadero, escuadra o división naval o provincia marítima, ejercido por almirantes, o desempeño de los destinos en esta categoría y sus asimilados de las dependencias del Ministerio de Marina, capitanías y comandancias generales o en cualquiera de los correspondientes a su clase, siempre que los servicios en ellos prestados se consideren muy recomendables. 6.º El brillante estado de un buque, estación naval, tercio, brigada, comandancia, establecimiento o dependencia de Marina, debido al celo e inteligencia del jefe u oficial que ejerza el mando, siempre que el estado de conservación del material, la policía, disciplina y administración sea también el más perfecto a juicio de las autoridades superiores de quien dependa el interesado. 7.º El distinguido desempeño de destinos y comisiones cuando por acertada gestión del jefe u oficial que lo sirva, resultaren ventajas económicas para el erario o de otra clase para los intereses de la Nación o de la Marina. 8.º La construcción de buque, diques, dársenas y de otras obras o edificios civiles e hidráulicos en los que una vez terminados, se dé muestra de inteligencia, acierto y arte del director de las obras por sus buenos resultados prácticos. 9.º Los trabajos burocráticos de organización, material, administración, justicia y sanidad de la Armada, y los extraordinarios del profesorado, que demuestren capacidad, aplicación, laboriosidad e inteligencia dignas de premio, a juicio de los jefes superiores a cuyas órdenes presten servicio los interesados. 10. El haber obtenido título de una de las especialidades de la academia de ampliación y desempeñar cargo inherente a ella durante un año, día por día. La misma recompensa obtendrá todo jefe u oficial, que teniendo título de una especialidad, desempeñe durante dos años, día por día, cargo inherente a ella, como premio a las dos carreras que el interesado tiene y el Estado utiliza. 11. El haber contraído enfermedad epidémica o infecciosa en el cumplimiento y ejercicio

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de su cargo, asistiendo a individuos atacados de la misma, siempre que la enfermedad adquirida haya puesto en peligro su vida o producido padecimiento crónico en el interesado. 12. El establecer sistemas o métodos de fabricación o abastecimiento que en momentos críticos salven cualquier conflicto para proveer de material a un arsenal, escuadra, buque o cuerpo de tropas que se aliste para campaña naval, siempre que por su árbitro se haya realizado la pronta salida de la expedición. 13. La modificación importante de arma, máquina o aparato que de modo notoriamente superior mejore la que para cualquiera de los servicios profesionales esté en uso y cuyas ventajas sean sancionadas por la práctica. Artículo 21. Podrán ser recompensados con Cruces blancas del Mérito naval pensionadas con arreglo al reglamento de la Orden, y conservando el goce de la pensión hasta el retiro, licencia absoluta o ascenso a oficial general: 1.º El invento de arma de guerra ofensiva o el perfeccionamiento de alguna de las actualmente en uso, cuando resulte superior a las conocidas en otros ejércitos o marinas. 2.º El invento de armas defensivas o de nuevos sistemas de blindajes, protección y flotabilidad para los buques que tengan reconocida utilidad y ventaja sobre los conocidos, siempre que se adopción haya resultado práctica. 3.º El invento de buque, máquina o artefacto de guerra, y la aplicación para el uso de la navegación o de la guerra, de combustible, pólvora, composición química u otro agente físico nuevo, cuando después de quedar sancionado por la práctica, marque un señalado progreso de patente adelanto sobre lo existente. 4.º El descubrimiento de remedio o preservativo médico, o de algún nuevo procedimiento quirúrgico, cuyos felices resultados sean reconocidos en la práctica y marquen un señalado progreso en la ciencia o arte de curar. 5.º Las obras y estudios de extremada importancia, y relevante mérito sobre ciencias o asuntos técnicos, justicia militar, administración y sanidad de la Armada que produzcan en su aplicación beneficios positivos. 6.º Las actos de valor realizados con riesgo eminente de la vida en epidemias, incendios, voladuras, naufragios y otros accidentes que no se comprendan en el reglamento de la Orden militar de San Fernando, o en el de la Cruz de Beneficencia. Artículo 22. Si por su mérito excepcional mereciesen ser difundidas en la Armada las obras, memorias y planos a que se hace referencia en los artículos 19, 20 y 21 de este reglamento, podrán imprimirse por Ministerio de Marina, previo informe del Consejo Superior de la Marina, y con sujeción a las reglas que dicte la real orden de 8 de mayo de 1886. Artículo 23. Los trabajos y servicios de los almirantes, jefes y oficiales y sus asimilados de la Armada y las obras redactadas para los mismos que taxativamente no estén comprendidos en este reglamento, podrán ser premiados, según su mérito, con la correspondiente recompensa de las mencionadas si la mereciesen notoriamente, con arreglo al espíritu que informa el mismo, en cuanto a que los expresados servicios, trabajos u obras resulten prácticos y de verdadera y evidente utilidad para la Armada o para los intereses generales del Estado. Artículo 24. En los inventos cuya utilidad fuese de gran importancia para la Marina y que el Gobierno resolviese que no se dieran a conocer para evitar que los utilizaran los demás países, podrá concederse al autor una indemnización proporcionada al mérito de su invento y al perjuicio que sufra por reservarse el Gobierno su uso exclusivo, además de la recompensa a que se hubiera hecho acreedor. Artículo 25. Los grandes inventos y servicios extraordinarios de los almirantes, jefes y oficiales y sus asimilados de la Armada realicen, y que por su índole y mérito excepcional no es posible reglamentar, podrán ser objeto de una recompensa superior especial que concederá el Gobierno de S. M. a propuesta del Ministro de Marina, o que someterá a la aprobación de las Cortes, siempre con el informe previo del Consejo Superior de la Marina o corporación que lo sustituya.

ARTÍCULOS TRANSITORIOS

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1.º Se aplicarán los preceptos de este reglamento a la resolución de todos los expedientes instruidos para recompensar a jefes y oficiales y sus asimilados, que hayan sido incoados, a partir de la fecha de promulgación de la ley de 15 de julio de 1890 y también a la de todos aquellos otros que, aunque iniciados antes de su promulgación, se encuentren todavía al publicarse este reglamento pendientes de tramitación o resolución. 2.º Teniendo en cuenta el precepto establecido por el artículo 6.º de la ley de Ascensos para la Armada de 1878, el cual no ha tenido cumplimiento hasta la publicación de la ley de 15 de julio de 1890, se concede un plazo de seis meses, a contar desde la fecha de la publicación de este Reglamento, para que puedan solicitar recompensa los jefes y oficiales que habiendo escrito obras o realizando otros trabajos e inventos por los que no hubieran recibido premio, se consideren comprendidos dentro de las prescripciones reglamentarias que anteceden para optar a recompensa. Real orden de 6 de abril de 1891 (CL número 145). Resuelve que el reglamento de recompensas en tiempo de paz, no es aplicable a los servicios y trabajos realizados con anterioridad a la ley adicional a la constitutiva del Ejército. S. M. el rey, y en su nombre, la reina regente del reino, teniendo en cuenta lo manifestado por V. E. a este ministerio, en 5 de marzo anterior, ha tenido a bien resolver que el reglamento de recompensas para los generales, jefes y oficiales y sus asimilados, en tiempo de paz, aprobado por real decreto de 27 de septiembre último, no es aplicable a los servicios o trabajos realizados con antelación a la fecha de 9 de agosto de 1889, en que comenzó a regir la ley de 19 de julio del mismo año, adicional a la constitutiva del Ejército, si bien se exceptúan aquellos casos en que, con motivo de haber exigido gran meditación por parte de esta junta, no haya podido ésta informar aún, o lo hubiese verificado con posterioridad a la citada fecha. Real decreto de 29 de abril de 1891 (Gaceta de Madrid, número 121, del 1 de mayo). Aprobando el reglamento de Recompensas, tanto en tiempo de paz como de guerra, para los contramaestres, condestables, sargentos y sus asimilados en la Armada y demás clases e individuos de marinería y tropa. A propuesta del ministro de Marina; de acuerdo con el parecer del Consejo de Ministros, y de conformidad con el de Estado en pleno; En nombre de mi augusto hijo el rey don Alfonso XIII, y como reina regente del reino, vengo en aprobar el reglamento de Recompensas, tanto en tiempo de paz como de guerra, para los contramaestres, condestables, sargentos y sus asimilados en la Armada y demás clases de individuos de marinería y tropa. La ley de Recompensas de la Armada, sancionada por V. M. el 15 de julio de 1890, dispuso se formasen los reglamentos de las mismas, y a tal fin fue aprobado por real decreto de 1.º de abril de este año el relativo a las que deben otorgarse a los almirantes, jefes y oficiales de la Armada y sus asimilados. Con arreglo a lo preceptuado en el artículo 4.° de la ley ha sido redactado el reglamento para la concesión de las recompensas, tanto en tiempo de paz como en el de guerra, a los contramaestres, condestables, sargentos y sus asimilados, como también a todas las clases de marinería y tropa, inspirándose en guardar la analogía posible, dadas las diferencias de los institutos, con las dictadas para las clases militares del Ejército, cuyo reglamento ha sido visto por el Consejo Superior de la Marina y favorablemente dictaminado por el Consejo de Estado en pleno. Cumplimentados así los preceptos que la mencionada ley impone, el Ministro que suscribe, de acuerdo con el Consejo de los mismos, tiene la honra de someter a la

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aprobación de V. M. el unido proyecto de decreto. REGLAMENTO DE RECOMPENSAS EN DE PAZ Y EN GUERRA PARA LOS CONTRAMAESTRES,

CONDESTABLES, SARGENTOS Y SUS ASIMILADOS Y DEMÁS CLASES E INDIVIDUOS DE MARINERÍA Y TROPA

Artículo 1.° Toda recompensa individual, en paz o en guerra, ha de fundarse siempre en acciones meritorias o en servicios extraordinarios que eleven al que los realice sobre el nivel de los demás y estricta sujeción a los términos de este reglamento. Artículo 2.° Ningún individuo podrá recibir dos recompensas por el mismo servicio de paz o por la misma acción de guerra. Se exceptúa de toda regia la cruz de San Fernando que no forma parte de la escala gradual de recompensas, y que sólo se incluye en los índices del artículo 10 como el galardón más preciado que pueda obtener el militar por acción de guerra. Artículo 3.° Toda recompensa que lleve anexo aumento de haberes no empezará a regir hasta el mes siguientes de la aprobación de la propuesta, aunque en tiempo de guerra se asigne a la concesión la antigüedad del hecho de armas que la motive, abonándose los adeudos por meses completos, previa la reclamación correspondiente en la nómina o extracto de revista. Se exceptúa de esta prescripción las pensiones de la Cruz de San Fernando, que según disposiciones vigentes deben percibirse desde el hecho de armas en que se funda la concesión.

Recompensas en tiempo de paz Artículo 4.° En tiempo de paz podrán concederse a los contramaestres, condestables, sargentos y sus asimilados y demás clases e individuos de marinería y tropa las siguientes recompensas, según el mérito del hecho o la importancia del servicio que las motiva. 1.ª Mención honorífica. 2.ª Cruz de plata del Mérito naval con distintivo blanco. 3.ª La misma Cruz pensionada con 2’50 pesetas al mes, durante el tiempo de servicio activo. 4.ª La misma con pensión de 7’50 pesetas mensuales en iguales condiciones. 5.ª La misma Cruz pensionada con 2’50 pesetas, vitalicia. 6.ª La misma pensionada con 7’50 pesetas, vitalicia. Artículo 5.° Serán recompensados con mención honorífica, en tiempo de paz, los contramaestres, condestables, sargentos y sus asimilados y demás clases e individuos de marinería y tropa, que se distingan en el desempeño del servicio o fuera de él, por alguna acción o trabajo especial que acredite aplicación, laboriosidad amor al oficio y exacto cumplimiento de las obligaciones de su cargo. Las menciones honoríficas se concederán de real orden, a propuesta de las autoridades de Marina o jefes de cuerpo, dando cuenta motivada de la recompensa en la orden del buque o cuerpo, y estampando la correspondiente nota en la libreta o filiación del interesado. Artículo 6.º A partir de las condiciones indicadas para la mención honorífica, se otorgarán a todas estas clases e individuos de marinería y tropa por servicios especiales en tiempo de paz, las Cruces de plata del Mérito naval sencillas o pensionadas, con arreglo a los estatutos de la Orden, y graduando la recompensa por la escala establecida en el artículo 4.° de este reglamento, según el mérito contraído. Artículo 7.° Los escritos, proyectos y trabajos profesionales que pudieran presentar los contramaestres, condestables, sargentos y sus asimilados y demás clases e individuos de marinería y tropa, seguirán los mismos trámites que los de los jefes y oficiales, ajustándose éstos, en lo posible, a las reglas establecidas en el reglamento de Recompensas, en tiempo de paz, en lo relativo a la calificación del mérito, originalidad e importancia del trabajo como en lo concerniente a la propuesta proporcionalidad de la recompensa, que aparte de la impresión por cuenta del Estado o de la remuneración que se considere conveniente, según los casos, no podrá salir de la escala gradual prescrita en el artículo 4.º de este reglamento. Artículo 8.º La Cruz de plata con pensión vitalicia de 7’50 pesetas se reservará en tiempo de paz, con arreglo a los estatutos de la Orden, para los casos extraordinarios de servicios

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muy distinguidos en naufragios, incendios y otros accidentes graves de mar, y en epidemias, inundaciones y otros extraordinarios sucesos, y para los autores de trabajos de relevante mérito y de verdadera utilidad para la Marina, que el Consejo Superior de la Corporación considere merecedores de la máxima recompensa. Artículo 9.º En tiempo de paz, podrán también otorgarse a los contramaestres, condestables, sargentos y sus asimilados y demás clases e individuos de marinería y tropa las recompensas que se establecen en este reglamento para tiempo de guerra, pero sólo en casos muy extraordinarios y concurriendo alguna de estas circunstancias: Que el individuo, con riesgo de la vida, contribuya a contener usa rebelión o sedición militar. Que al surgir colisiones armados, combates y hechos de armas, cumpla sus deberes con extraordinario valor, abnegación y acierto. Que en hechos y combates, en que ocurran bajas, se distinga, con gran riesgo de su vida, para mantener la lealtad de las fuerzas o el orden público. Y por último, en los peligrosos hechos de mar, en los que cualquiera de ellos demuestre desprecie de la vida para salvar las ajenas, o singular acierto en la ejecución de una faena decisiva en momentos críticos para el salvamento de la embarcación de su destino, siempre que a juicio del Consejo Superior de la Corporación, que habrá de valorar tales hechos, les conceptúe, sin género de duda, tan dignos de alto aprecio y honrosa estimación como los precedentes de denuedo puramente militar.

Recompensas en tiempo de guerra Artículo 10. En tiempo de guerra las acciones de señalada conducta y valor de los contramaestres, condestables, sargentos y sus asimilados y demás clases e individuos de marinería y tropa, y los peligros y sufrimientos de las campañas serán premiados con las siguientes recompensas según el mérito contraído. Las clases e individuos de marinería y tropa. Primera. Mención honorífica. Segundo. Cruz de plata del Mérito naval con distintivo rojo. Tercera. La misma Cruz, con pensión mensual de 2’50 pesetas, durante el tiempo de servicio activo. Cuarta. La misma con pensión de 7’50 pesetas, en iguales condiciones. Quinta. La misma Cruz, con pensión mensual de 2’50 pesetas, vitalicia. Sexta. La misma, con pensión de 7’50 pesetas, vitalicia. Séptima. El empleo inmediato. Octava. La Cruz de San Fernando. Los contramaestres, condestables, sargentos y sus asimilados, 1.ª, 2.ª, 3.ª, 4.ª, 5.ª y 6.ª, lo mismo que los anteriores. 7.ª Cruz de plata del Mérito naval con pensión mensual de 25 pesetas durante el tiempo de servicio activo. 8.ª La misma, con pensión mensual de 25 pesetas, vitalicia. 9.ª La misma Cruz y el sueldo del empleo inmediato a aquél de cuyo sueldo esté en posesión. 10. La cruz de San Fernando. Artículo 11. Salvo algún caso especial que justifique plenamente la iniciativa del inferior o cuando operen aisladamente, sólo procederán los comandantes de buques, jefes de cuerpo, unidades o fracciones, a formular relaciones de propuestas para recompensas, mediante orden expresa de los almirantes, jefes de escuadra o división, brigadas o columnas, y en este caso las relaciones correspondiente se acordarán en juntas compuestas de los comandantes con sus tenientes de navío u otros oficiales que tengan a sus órdenes, cuando por la importancia del buque los haya, o de sus jefes de cuerpo con sus capitanes, o de los capitanes con sus subalternos, si se tratase de unidades sueltas, incluyendo en ellas a los contramaestres, condestables, sargentos y sus asimilados y demás clases e individuos de marinería y tropa que por su conducta o valor se hubiesen hecho acreedores a alguna

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recompensa, y a los heridos en circunstancias honrosas, con clara y precisa indicación de los pormenores del hecho y mérito contraído, y graduando la recompensa desde mención honorífica a los meramente distinguidos hasta las Cruces mencionadas vitalicias, o el sueldo o empleo inmediato, en casos excepcionales, según lo prescrito en este reglamento. Artículo 12. En las propuestas de Cruces de plata del Mérito naval pensionadas y vitalicias, según la escala gradual, establecidas en el artículo 10, se tendrá presente con arreglo al reglamento de la Orden: 1.º Que, en general, la ventaja anexa a la Cruz pensionada, será de 2’50 pesetas, reservando la de 7’50 para casos extraordinarios. 2.º Que no se concederán Cruces pensionadas con carácter vitalicio, más que a los heridos graves en campaña y a los que no siéndolo se hayan hecho acreedores a este premio por un mérito distinguido y bien determinado, cuyas circunstancias es condición precisa especificar en la propuesta. 3.º Que cuando las Cruces pensionadas hayan sido concedidas por el general en jefe en el mismo sitio de la batalla o en combate naval por acciones de reconocido arrojo y valor, se sobrentiende que serán siempre vitalicias. Artículo 13. El empleo inmediato sólo se concederá a los marineros, cabos de mar, cabos de cañón, soldados y cabos que tengan idoneidad para el ascenso, en circunstancias muy excepcionales y por acciones muy distinguidas, que revelen, no sólo valor o esfuerzo, sino decisión y carácter militar, serenidad en el peligro y manera de afrontarle. Artículo 14. Los individuos citados en el párrafo anterior que no reúnan condiciones suficientes para el ejercicio del empleo inmediato, podrán recibir varias Cruces pensionadas durante la guerra, aunque con la limitación de dos Cruces pensionadas temporales y una vitalicia, como máxima recompensa, en una misma campaña anual. Artículo 15. Las Cruces de plata del Mérito militar naval con pensión temporal o vitalicia de 25 pesetas al mes, se reservarán para premiar los méritos muy extraordinarios de guerra a que se hayan hecho acreedores los contramaestres, condestables, sargentos y sus asimilados en condiciones análogas a las prescritas en los respectivos reglamentos para las Cruces rojas y de María Cristina, pensionadas en los jefes y oficiales y asimilando en lo posible a los grados de temporal y vitalicia con la Cruz de plata de estas clases a las dos ventajas de la semidiferencia y la diferencia entera de los sueldos en las Cruces destinadas al oficial. Artículo 16. Sólo se concederá a los contramaestres, condestables, sargentos y sus asimilados, la Cruz de plata del Mérito naval y el sueldo del empleo inmediato a aquel de cuyo sueldo esté en posesión, en casos verdaderamente excepcionales de grandes hazañas o acciones heroicas, siendo a la vez el hecho de tan importantes resultados, o de tal notoriedad, reúna en su favor el interesado los votos unánimes de los jefes y oficiales que intervengan en la formación de la prepuesta, condición precisa que se hará anotar en la misma con la firma de todos los presentes en la junta. Artículo 17. La Cruz de San Fernando sólo podrá otorgarse a todas las clases y a los soldados y marinemos, lo mismo que al oficial, en los casos taxativamente prescritos en el reglamento de la Orden, y cumpliéndose los trámites y requisitos prevenidos en el mismo. Es compatible le concesión de esta Cruz con cualquier otra recompensa, incluso la 9.ª de artículo 10, por un mismo hecho de armas. Artículo 18. Podrán también ser recompensados con menciones honoríficas y con Cruces sencillas o pensionadas del Mérito naval, según el contraído, los prisioneros de guerra que justifiquen por medio de expediente un juicio contradictorio que lo fueron después de combatir en el campo o buque o en defensa del puesto que se les confiara, cuanto pudiera exigirse en honor de las armas y de su propia reputación, habiendo dado, además durante el tiempo que estuvieron presos, indudables pruebas de lealtad a su bandera. Artículo 19. Todas las clases e individuos de tropa y marinería y sus asimilados tendrán opción en tiempo de guerra a las recompensas colectivas que se hallen establecidas, sin perjuicio de las personales a que se hubiesen hecho acreedores, con arreglo a este reglamento.

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Real decreto de 8 de julio de 1891 (Gaceta de Madrid número 191, del 10). Aprobatorio del reglamento de recompensas en tiempo de guerra para los almirantes, jefes y oficiales y sus asimilados de la Armada. A propuesta del Ministro de Marina; de acuerdo con el parecer del Consejo de Ministros y de conformidad con el de Estado en pleno; En nombre de mi augusto hijo el rey D. Alfonso XIII, y como reina regente del reino, vengo en aprobar el reglamento de Recompensas en tiempo de guerra para los almirantes, jefes y oficiales y sus asimilados de la Armada. REGLAMENTO DE RECOMPENSAS EN TIEMPO DE GUERRA PARA LOS ALMIRANTES, JEFES Y OFICIALES Y SUS ASIMILADOS DE LA ARMADA DICTADO PARA EL CUMPLIMIENTO DE LA

LEY DE 15 DE JULIO DE 1890 Artículo 1.º Todas las recompensas que para tiempo de guerra establece la ley de 15 de julio de 1890, se concederán a los almirantes, jefes y oficiales y sus asimilados de los cuerpos e institutos de la Armada, con estricta sujeción a las prescripciones de este reglamento. Artículo 2.º Las grandes hazañas, los hechos heroicos, los méritos distinguidos y los peligros y sufrimientos de las campañas y combates navales serán premiados, en interés del Estado y en consideración a los merecimientos de los oficiales generales y particulares y sus asimilados, y de los cuerpos e institutos de la Armada, con las recompensas siguientes: 1.ª Cruz de San Fernando conforme a sus estatutos. 2.ª Empleo inmediato superior del cuerpo a que pertenezca el agraciado. 3.ª Cruz de la Orden naval de María Cristina, conforme a su reglamento. 4.ª Cruz del Mérito naval con distintivo rojo, pensionada, todo con sujeción a su reglamento. 5.ª La misma Cruz sin pensión, conforme al reglamento de la orden. 6.ª Mención honorífica. Artículo 3.º Las recompensas colectivas o de carácter general que podrán concederse en tiempo de guerra a la Marina, a cualquiera unidad orgánica de la Armada, serán las siguientes: 1.ª Medallas conmemorativas de las campañas y operaciones más notables. 2.ª Condecoraciones sin pensión de las órdenes mencionadas, o distintivos que perpetúen en los buques o en las banderas de los cuerpos los hechos de armas más brillantes. 3.ª Abono del doble del tiempo de campaña, siempre que el Gobierno de S. M. así lo determine, a los que hayan asistido a las operaciones de la misma y cumplido las condiciones que para él se exijan. Artículo 4.º La Cruz de San Fernando, en sus diferentes clases, sólo podrá concederse mediante juicio contradictorio, y con estricta sujeción a los que preceptúan los estatutos de la Orden. Artículo 5.º La Cruz de San Fernando podrá otorgarse al mismo tiempo que cualquier otra de las recompensas colectivas e individuales que establece la ley por un mismo hecho de armas. Artículo 6.º El empleo superior inmediato del cuerpo a que pertenezca el agraciado, podrá obtenerse sólo mediante juicio contradictorio, del cual resulte clara y plenamente probado que el hecho que le motiva es distinguido o heroico, con estricta sujeción a lo prevenido en los estatutos de Orden de San Fernando, y reuniendo a este requisito el de que por lo que arroje el juicio de votación, por los antecedentes del interesado y por las circunstancias del hecho mismo, informe favorablemente el Consejo Superior de la Marina, o corporación que lo sustituya, sobre la concesión de esta recompensa, para que así resulte garantizada la aptitud del agraciado en el desempeño del nuevo empleo. Artículo 7.° Las propuestas para la formación del juicio contradictorio o los informes de los jefes, cuando sea a petición propia, de que trata el artículo 21 de los estatutos de San Fernando, se acompañarán con actas del juicio de votación efectuado dentro de los plazos

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places que establece el referido artículo. Artículo 8.º Las autoridades superiores de Marina que decreten, con sujeción a los estatutos de la Orden de San Fernando, o que cursen los expedientes de juicios contradictorios, remitirán por separado al Ministro de Marina las actas del juicio de votación para que en su día y oportunamente se unan al expediente cuando pase al Consejo Superior de la Marina, con los demás antecedentes necesarios para el dictamen de si procede la concesión del empleo inmediato al interesado. Artículo 9.º Este juicio de votación lo presidirá el comandante general de la escuadra, el comandante de división, buque o jefe de tropas que formule la propuesta para el juicio contradictorio, y concurrirá a él en primer término el jefe inmediato más caracterizado en el mando de cualquier unidad, táctica suelta que haya concurrido al hecho de armas en que se contrajere el mérito que ocasiona la prepuesta, y dirigida al superior inmediato la primera relación del suceso; el número mínimo de vocales que han de asistir a este juicio será el de cinco. Artículo 10. Cuando el juicio de votación sea para aquilatar el mérito contraído por oficiales generales y sus asimilados, lo presidirá el almirante más caracterizado en el mando, y serán vocales todos los demás oficiales generales subordinados, y en su defecto los jefes más caracterizados hasta completar el número de cinco. Artículo 11. Si el juicio de votación es para obtener los empleos hasta el de capitán de navío inclusive y sus asimilados, concurrirán como vocales todos los oficiales generales y comandantes de buques, y en su defecto los jefes y oficiales más caracterizados de los presentes hasta el número de cinco. Artículo 12. En buque suelto o en columna de fuerzas destacadas que opere aislada, presidirá el juicio de votación el comandante o jefe que tenga el mando y responsabilidad en el hecho, siempre que no sea posible que sus superiores jerárquicos tengan conocimiento del hecho dentro de los plazos marcados para su celebración, porque en tal caso será a éstos a quienes corresponda la iniciativa. Artículo 13. El comandante de buque o jefe de cuerpo o fracción independiente de fuerzas de la Armada que redacte el parte del hecho que ocasione propuestas de esta clase, expresará en él cuantos detalles sean dignos de mención, así como el número y clase de las fuerzas que tomaron parte en él, las bajas tenidas y causadas al enemigo, cuando se puedan identificar, y designará nominalmente los jefes, oficiales y clases que se hayan distinguido especialmente por su valor, pericia o dotes de mando, haciendo constar taxativamente si alguno de ellos ha realizado acción notable que en su concepto le hiciera acreedor al empleo inmediato. Artículo 14. Redactado el parte en esta forma, se elevará al superior inmediato, el cual ordenará la apertura del juicio de votación, exclusivamente respecto a los propuestos para el empleo inmediato en el referido parte, y nombrará el presidente y vocales que lo ha de constituir con arreglo a este reglamento. Artículo 15. El almirante que por razón de su cargo o mando en jefe haya de decretar con sujeción a los estatutos de la Orden de San Fernando la formación del juicio contradictorio, delegará la presidencia del de votación, si ya no hubiera tenido lugar, en el oficial general o particular que le siga en el orden jerárquico de mando. Artículo 16. Los asimilados a las categorías de almirantes, jefes y oficiales de los cuerpos de Artillería, Ingenieros, Infantería de Marina y de los cuerpos auxiliares, no podrán concurrir a los juicios de votación en que se trate de recompensar servicios prestados por los almirantes, jefes y oficiales del cuerpo general de la Armada; pero si tendrán derecho a asistir a los mismos en alternativa con estos y a emitir su voto cuando se trate de juzgar servicios prestados por los individuos del cuerpo a que respectivamente pertenezcan. Artículo 17. Constituido el tribunal para el juicio de votación, el presidente dará cuenta separada y nominal de los que se someten al juicio, previa lectura del parte detallado de la acción de que trata el artículo 13, y de la orden para abrirlo; disponiendo seguidamente emitan los vocales individualmente con reserva, por escrito, separadamente, y empezando

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el más moderno su voto, en el que consignarán tan sólo si creen o no merecedor del empleo inmediato al propuesto, cuyo nombre figurará en la papeleta del voto. Artículo 18. Terminada la votación reservada sobre todos los propuestos, se retirarán los vocales, entregando sus papeletas al presidente, quedando solos con éste el vocal que le siga en antigüedad y el más moderno, procediéndose entre los tres al escrutinio, y levantándose actas separadas para cada uno de los propuestos, expresiva solamente del número de votos favorables y adversos, rompiéndose después las papeletas individuales de la votación y firmando los tres el acta. De la votación y su resaltado se guardará absoluta reserva. Artículo 19. El acta del juicio de votación se pasará reservadamente al superior inmediato por el presidente del juicio, y se cursará del mismo modo al Ministro de Marina, en cumplimiento de lo que establece el artículo 8.° Artículo 20. Devuelta el expediente de juicio contradictorio por el Consejo Supremo de Guerra y Marina con la acordada definitiva, si ésta es favorable a la concesión, se pasará todo el expediente acompañado del acta de votación, informes reservados y demás antecedentes oportunos, al Consejo Superior de la Marina, para que en vista de todo emita su informe acerca de si procede la concesión del empleo inmediato, sin cuyo requisito y el de ser este informe también favorable, no podrá concederse la recompensa de que se trata. Artículo 21. El Consejo Superior de la Marina tendrá muy en cuenta para fundar su dictamen el resultado del juicio de votación y todos los demás antecedentes que obren en el expediente, o que crea oportuno pedir que se le agreguen a él. Artículo 22. El dictamen favorable del Consejo Superior de la Marina, es condición precisa para obtener el empleo superior inmediato, en todos casos, pero no constituye derecho indiscutible pare alcanzarlo, quedando siempre el Gobierno en libertad de proponer S. M. esta recompensa, con la de la Cruz de San Fernando, o sólo esta Cruz según su propia apreciación y juicio. Artículo 23. La Cruz de María Cristina y la del Mérito naval roja pensionada sólo podrán concederse por el Gobierno cuando los propuestos figuren nominalmente en el parte detallado del hecho, redactado en la forma que establece el artículo 13 de este reglamento, previo informe favorable del Consejo Superior de la Marina, y cumpliendo todos los demás requisitos que establecen los reglamentos de las repetidas mencionadas Órdenes. Artículo 24. La Cruz del Mérito naval roja sin pensión y la Mención honorífica se concederán por el Gobierno, o a propuesta de los jefes superiores inmediatos, sin más limitación que el juicio que merezca el servicio prestado. Artículo 25. Los méritos contraídos por los almirantes, jefes u oficiales que hayan ejercido el mando en jefe el efectuar una operación de guerra o hecho digno de recompensa, los apreciará el superior jerárquico de quien dirija el parte del suceso, consignando esta apreciación al transcribir éste a la superioridad correspondiente. Artículo 26. Son compatibles por un mismo hecho de armas las recompensas individuales que puedan obtener los almirantes, jefes, oficiales y sus asimilados de la Armada con colectivas que les hayan correspondido por el cuerpo o unidad orgánica en que haya combatido. Artículo 27. No son compatibles dentro de un mismo empleo las pensiones correspondientes a las recompensas 3.ª y 4,ª del artículo 2.º de este reglamento. Artículo 28. Pueden conferirse dentro de un mismo empleo dos o más cruces de María Cristina, y sus pensiones correspondientes son compatibles, siempre que el importe total de ellas, más el sueldo del condecorado no exceda del sueldo correspondiente al empleo de capitán de navío o sus asimilados, conforme preceptúan los estatutos de la Orden. Artículo 29. En tiempo de paz y sólo en casos muy extraordinarios, podrán considerarse como hechos de guerra para la concesión de la Cruz pensionada de que trata el artículo anterior los siguientes: Que un individuo de la Armada, sea o no jefe inmediato o directo de tropa o marinería, rebelde o sediciosa, la someta a la obediencia y disciplina con riesgo de su vida. Que al surgir colisiones armadas, combates o hechas de armas cumpla el individuo sus

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deberes con gran valor, acierto y abnegación. Aquellos hechos en que por iniciativa y decisión del individuo en luchas y combates, y con gran riesgo de su vida mantenga en defensa de le Nación, de las instituciones o de la disciplina, el honor de las armas, la lealtad de las trapas a sus órdenes y la paz pública. Aquellas acciones extraordinarias y distinguidísimas de mar en que con grave peligro de su vida se haya intentado salvar buque o persona, aunque no se hubiere conseguido. La clasificación de los casos a que se refiere el presente artículo la hará el Gobierno mediante real decreto y previo informe del Consejo Superior de la Marina o corporación que lo sustituya, publicándose en la Gaceta de Madrid, y se circulará en la Armada, sin cuyos requisitos no podrá concederse en tiempo da paz ninguna de las recompensas de que se trata. Artículo 30. Queda prohibida la permuta de recompensas aunque se hayan obtenido varias de una misma clase dentro del empleo. Cualquier reclamación relativa a recompensas deberá presentarse en un plazo de tres meses si los recurrentes residen en la Península y de seis si se hallan en Ultramar, que se contará desde el día en que se publique en la Gaceta de Madrid la concesión de aquéllas. Pasado este plazo quedarán sin curso las reclamaciones.

ARTÍCULO TRANSITORIO Ínterin no se amorticen todos los empleos personales de que están actualmente en posesión algunos jefes y oficiales de los distintos cuerpos de la Armada, todos aquellos que disfrutando empleo o sueldo de empleo superior al que tienen en el cuerpo a que pertenecen deben ser recompensados con el empleo inmediato con arreglo al artículo 6.º de este reglamento podrán optar libremente entre el empleo inmediato a aquel en que se hallen en posesión o la Cruz de María Cristina pensionada con la diferencia entre el sueldo del empleo que disfruten y el correspondiente al inmediato superior. Real orden circular de 28 de abril de 1893 (CL número 150). Resuelve que las cruces pensionadas como recompensas por méritos y servicios especiales en tiempo de paz, sólo pueden concederse a los jefes y oficiales del Ejército y sus asimilados. En vista de la comunicación dirigida a este ministerio con fecha 6 de marzo de 1891, por el presidente de la entonces Junta Superior Consultiva de Guerra, haciendo presente la conveniencia de aclarar el reglamento de recompensas en tiempo de paz para los generales, jefes y oficiales y sus asimilados, aprobado por real decreto de 27 de septiembre de 1980 (CL número 353), determinando si pueden, o no, otorgarse grandes cruces pensionadas a los oficiales generales que se hallen comprendidos en las prescripciones de dicho reglamento; en consideración a las atinadas razones que en el citado escrito se exponen, y de acuerdo con lo informado por el Consejo de Estado en pleno, la reina regente del reino en nombre de su augusto hijo el rey, ha tenido a bien resolver que las cruces pensionadas como recompensas por méritos y servicios especiales en tiempo de paz, sólo pueden concederse a los jefes y oficiales del Ejército y sus asimilados.

Real orden de 25 de octubre de 1894 (Gaceta de Madrid, número 299, del 26). Modificando en los términos que se expresan los artículos del reglamento de Recompensas en tiempo de guerra, aprobados por real decreto de 18 de febrero de 189119. Aprobado por real decreto de 18 de febrero de 1891 el reglamento para recompensas en tiempo de guerra a los generales, jefes y oficiales y sus asimilados en el Ejército, hubo ocasión de aplicarlo con motivo de las operaciones en las Carolinas Orientales, surgiendo entonces dudas de cómo habrían de llenarse ciertas formalidades que aquél exige para la concesión de determinadas recompensas. 19 Por real orden circular de 26 de junio de 1913 se publicaron unas instrucciones para su aplicación.

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Por real orden de 8 de junio del mismo año, se dispuso que la Junta Consultiva de Guerra informara ampliamente respecto a las reformas que pudieran introducirse para obviar las dificultades que se presentaban, y el 15 de julio el presidente de la junta remitió el informe pedido, acordando por unanimidad de votos, fijando las variaciones que se juzgaron convenientes para la mejor aplicación del reglamento. Dudas análogas aparecieron al resolver, las propuestas de recompensas por las acciones sostenidas en el campo exterior de Melilla en el pasado año 1893, y por ello y con presencia del informe de la Junta Consultiva, se hizo un detenido estudio del reglamento para ver de armonizar en lo sucesivo sus prescripciones ajustadas a lo que pre viene la ley adicional a la constitutiva del Ejército en esta materia, con las exigencias de la práctica en campaña, oyéndose al Consejo de Estado en pleno, con asistencia da un Vocal de la Junta Consultiva de Guerra. Emitido informe por aquel alto cuerpo y de conformidad con el mismo, el Ministro que suscribe, de acuerdo con el Consejo de Ministros, tiene la honra de someter a V. M. el adjunto proyecto de decreto.

REAL DECRETO En nombre de mi augusto hijo el rey don Alfonso XIII, y como reina regente del reino oída la Junta Consultiva de Guerra, de conformidad con el parecer del Consejo de Estado en pleon, a propuesta del Ministro de la Guerra, de acuerdo con mi Consejo de Ministros, vengo en decretar lo siguiente: Artículo 1.° Quedan modificados en los términos que se expresan a continuación los siguientes artículos del reglamento de Recompensas en tiempo de guerra, aprobado por real decreto de 18 de febrero de 1891. «Artículo 5.º Para obtener ascenso por mérito de guerra se hará indispensable haber ejercido el mando correspondiente al empleo inferior inmediato, con arreglo a las funciones propias de los diversos cuerpos y armas del Ejército, pero sin la limitación de que haya sido por dos años, preceptuada por el reglamento de ascensos en tiempo de paz. Esta recompensa es permutable por cualquiera de las señaladas en las reglas 3.ª, 4.ª, 5.ª y 6.ª del artículo 3.°. Artículo 6.º La recompensa señalada en la regla 2.ª del artículo 3.º, o sea el empleo superior inmediato, podrá obtenerse solamente mediante juicio de votación, abierto dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes al hecho que la motiva, sin esperar la orden de formación de propuesta. En este juicio tomará parte en primer término, y aunque por su categoría no esté comprendido en la regla 3.ª del artículo 10, el jefe de la fracción, cuerpo, columna, brigada o división que habiendo concurrido al hecho de armas en que se haya contraído el mérito que se trata de aquilatar y recompensar, tenga que redactar la primera relación del suceso. Cuando la propuesta se formule, se unirá a ella precisamente el expediente de juicio de votación. Cuando una tropa en operaciones sostenga una serie de combates sin interrupción que haga imposible abrir dentro del plazo marcado el juicio de votación, respecto a cada uno de ellos, dichos juicios se abrirán a las cuarenta y ocho horas de haberse verificado el último hecho de armas. En todos los casos, el número mínimo de jefes que han de concurrir al juicio de votación será tres. Artículo 7.° Cuando se trate de aquilatar el mérito contraído por coroneles y oficiales generales, o sus asimilados, en hechos de armas en operaciones de campaña, ordenará la apertura del juicio de votación y lo presidirá el general en jefe, y en su defecto el general más caracterizado del ejército, de los que hayan presenciado aquéllas, siendo vocales todos los que se encuentren en igual caso y sean de categoría superior a la del interesado. El general en jefe elevará al Gobierno de S. M. el expediente del juicio de votación, el cual se tendrá muy en cuenta para la resolución. Cuando el general en jefe mande abrir el juicio, podrá delegar la presidencia de él en

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otro general del ejército que reúna las circunstancias, antes expresadas, de haber presenciado el hecho y ser de categoría superior a la de los interesados, el cual le remitirá el expediente, una vez terminado, con sus propias observaciones. Artículo 8.° El juicio de votación para obtener el empleo inmediato hasta el de coronel inclusive, y sus asimilados, se mandará abrir: 1.° Por el comandante en jefe del cuerpo de ejército, por iniciativa propia o a propuesta de sus inferiores jerárquicos, cuando estime haya mérito para conceder aquella recompensa. 2.º Por el general de división a que pertenezcan las tropas que hayan llevado a cabo la operación o hecho de armas que lo motive si han operado precisamente bajo su dirección, y si por el resultado obtenido o por el comportamiento observado considera que hay mérito para esta recompensa. 3.º Por el general de brigada que opere independiente o que no pueda ponerse en comunicación con su inmediato superior, con la urgencia necesaria para que el juicio se abra dentro de las 48 horas siguientes al hecho que lo motiva. 4.º Por el jefe de cuerpo o de columna que opere aislado y que haya observado durante el combate un comportamiento digno de esta recompensa en alguno o algunos de sus subordinados, siempre que no sea posible que sus superiores jerárquicos tengan conocimiento del hecho e importancia con tiempo suficiente para abrir el juicio de votación dentro del plazo marcado, porque en tal caso, será a éstos a quienes corresponda la iniciativa. 5.° Por el gobernador de una plaza de guerra cuya guarnición, en la defensa de la misma o en las salidas que verifique, contraiga méritos importantes dignos de esta recompensa. 6.° Por el comandante de un fuerte avanzado o punto fortificado atacado por el enemigo, que se encuentre en el caso de la regla anterior. 7.º Por el jefe o comandante de fuerzas que operen separados, o libren combates con el enemigo, bien sea en reconocimientos, marchas, convoyes etc. en que tenga el mando y responsabilidad del hecho, y se distinga notablemente alguno de sus subordinados. Las facultades que se conceden a los respectivos jefes en los casos 5.º, 6.° y 7.º, tienen la misma limitación establecida en el caso 4.º. La apertura del juicio de votación que ha de verificarse dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes al hecho que motiva la recompensa, significa, exclusivamente, el acto de disponer dicha apertura la autoridad competente que señala este reglamento. Todos los actos posteriores, como la citación y reunión de los que han de constituir el juicio, acuerdo del mismo y demás diligencias necesarias, podrán verificarse pasadas dichas cuarenta y ocho horas, aunque procurando se lleven a efecto en el plazo más breve que sea posible, atendidas las circunstancias en cada caso. Artículo 9.° El juicio de votación favorable es condición necesaria para obtener empleo por mérito de guerra, pero no constituye derecho indiscutible para alcanzarlo, quedando siempre el general en jefe en libertad de proponer lo que estime más conveniente al Gobierno de S. M., según su propia apreciación y juicio. Artículo 10. Para abrir el juicio de votación se observarán las reglas siguientes: 1.ª Cada jefe que mande cuerpo o fracción independiente, redactará el parte del hecho de armas expresando la hora y sitio en que se verificó, fuerzas a sus órdenes que tomaron parte en el mismo, tiempo que duró el combate y cuantos detalles sean dignos de mencionarse; especificará las bajas vistas e identificadas que se hayan causado al enemigo, y numéricamente las que haya tenido la tropa a sus órdenes en muertos, heridos, contusos, prisioneros y extraviados; designará, nominalmente, los jefes, oficiales y clases que se hayan distinguido, bien por su valor en el combate o por su pericia y dotes de mando, haciendo constar taxativamente si algunos de ellos han realizado acciones notables que en su concepto los hicieran acreedores al empleo inmediato, y proponiéndolos, por lo tanto, para ser sometidos al juicio de votación, o si no hubiera ninguno que se hallase en este caso. 2.ª Una vez cumplido lo que previene la regla anterior, se tramitará, sin pérdida de

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tiempo, cada uno de los partes por el conducto de las superiores jerarquías, que a su vez redactarán los suyos si hubiesen asistido al hecho de armas, basta llegar al jefe superior del ejército o ejércitos en campaña, procediendo después al juicio de votación, con arreglo a lo prevenido en el artículo 8.º, celebrándose éste únicamente respecto de los que en el referido parte hayan sido designados taxativamente como reuniendo las condiciones necesarias para ser sometidos a dicho juicio. 3.ª Para verificar el juicio de votación, se reunirá, para cada hecho de armas, una Junta bajo la presidencia del jefe a quien corresponda, según se determina en el artículo 8.°, siendo vocales todos los jefes que habiendo asistido al hecho de armas, deban concurrir a ella en cada uno de los casos especificados a continuación: 1.º Para los empleos de primeros tenientes y capitán, todos los jefes del cuerpo del interesado, el jefe principal de cada uno de los demás cuerpos y los generales, si los hubiese, de menor graduación o antigüedad que el presidente, dentro de cada brigada. 2.º Para los empleos de comandante y teniente coronel, en cada división, los coroneles y generales de menor graduación o antigüedad que el presidente. 3.º Para los empleos de coronel, los generales de menor graduación o antigüedad que el presidente, en cada cuerpo de ejército. Si por cualquier circunstancia la junta no pudiera constituirse en la forma normal que se establece en los párrafos precedentes, se modificará su composición, sin faltar nunca a los dos principios capitales de que para tomar parte en un juicio de votación es preciso haber asistido al hecho de armas, y tener, por lo menos, el empleo que se trata de conferir. Las circunstancias que se modificarán hasta lograr que el número de votantes llegue a tres, serán las siguientes y por el orden que se enumeran: 1.ª La de que sean los vocales del cuerpo del interesado. 2.ª La categoría de los vocales, rebajándola si fuere necesario hasta el empleo que se trata de conferir. Artículo 11. El presidente, previa la lectura del parte detallado de la acción y de la orden de apertura del juicio de votación, hará dar cuenta separada y nominalmente de los sometidos a dicho juicio empezando por el más moderno, disponiendo seguidamente que emitan por escrito individual y separadamente su voto los vocales a quienes corresponda. Los votos se redactarán en la forma siguiente:

Total votación Considero que el mérito contraído por D. (nombre, empleo etc.), es (o no es) bastante para ser recompensado con el empleo inmediato.

(Fecha y firma del votante)

Los vocales que por cualquiera de las circunstancias consignadas en el artículo 10 no deban tomar parte en todas las votaciones, permanecerán en la junta solamente durante aquéllas en que tengan derecho a emitir su voto. Se exceptúan de este precepto el más antiguo y el más moderno de los vocales que permanecerán en la junta, aunque no voten, para desempeñar las funciones que se les asignan en el artículo siguiente. Artículo 12. Terminada la votación dispondrá el presidente se retiren los vocales, quedando sólo el jefe que le siga en antigüedad y el más moderno. Entre los tres procederán al escrutinio haciendo constar el resultado en el acta que se redactará, expresando solamente el número de votos favorables y adversos rompiéndose después las papeletas individuales de la votación y firmándose el documento por los tres. Si hubiera empate se considerará decisivo el voto del presidente. El acta será elevada con oficio por el presidente a su superior inmediato. En esta comunicación podrá exponer cuanto se le ofrezca respecto al particular, acompañando los partes detallados y órdenes de apertura de los juicios. Del resultado de la votación se guardará absoluta reserva. Artículo 13. Los jefes y oficiales que por sus cargos en campaña no tengan cuerpo fijo, como son los ayudantes de campo, jefes y oficiales de Estado Mayor, comandantes de Artillería, Ingenieros, oficiales del Tren, Administración, Sanidad Militar y Clero Castrense,

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que formen parte de una columna, brigada, división o cualquier unidad de combate y contraigan méritos en acción de guerra que les hagan acreedores al empleo inmediato, y, por consiguiente, deban ser sometidos al juicio de votación podrán ser propuestos por sus jefes naturales, si han presenciado los hechos, por los jefes de cualquiera de los cuerpos que han asistido al combate quienes deberán, en todo caso, dar cuenta a sus inmediatos superiores de todos los actos distinguidos que hayan tenido ocasión de observar, sea en oficiales de su propio cuerpo como queda establecido en el artículo 10, sea en oficiales de otros y a quienes las peripecias del combate hayan obligado a combatir en puesto diferente al que habitualmente ocupan. La Junta se constituirá, siempre que sea posible con arreglo a lo prevenido en el artículo 10, según el empleo del oficial propuesto. Si los expresados jefes y oficiales, u otros cualesquiera del Ejército, contrajesen méritos que sólo fuere dado apreciar a los generales de brigada, de división, comandante general de ejército o general en jefe, por haberles encomendado reconocimientos, colocación de avanzadas, establecimiento de campamentos, parlamentos con el enemigo u otras comisiones especiales, se publicarán en la orden general del ejército o cuerpo de ejército para conocimiento de todos, designándose en ella los generales y jefes que han de concurrir al juicio de votación por haber presenciado el hecho que se trata de premiar. Si el servicio prestado fuese de índole reservada, cuya publicación en la orden generar sea inconveniente, se ordenará la apertura del juicio prescindiendo de ella. Artículo 26. Puede conferirse dentro del mismo empleo dos o más cruces pensionadas de las prevenidas en la regla 3.ª del artículo 3.º, siempre que el total de las pensiones, más el sueldo del condecorado, no exceda del sueldo correspondiente al empleo de coronel, teniendo presente que toda pensión caduca al ascender el que se halle en posesión de ella al empleo cuyo sueldo representa. La pensión de la segunda cruz será igual a la diferencia entre el sueldo del empleo inmediato superior al del agraciado y el siguiente, y así sucesivamente las demás. Artículo 27. En tiempo de paz, y sólo en casos muy extraordinarios, podrán considerarse como hechos de guerra para la concesión de las recompensas establecidas en este reglamento, los casos siguientes: 1.º Que el militar, sea o no jefe inmediato, o directo, de una tropa rebelde o sediciosa, la someta a la obediencia o disciplina con gran riesgo de su vida. 2.º Que al surgir colisiones armadas, combates o hechos de armas cumpla el militar sus deberes con extraordinario valor, acierto y abnegación. 3.º Y aquellos en que, por su iniciativa y decisión en hechos y combates y con gran riesgo de su vida, mantenga un militar en defensa de la Nación, de las instituciones o de la disciplina el honor de las armas, la lealtad de la tropa a sus órdenes, o la paz pública. En todos estos casos, y según las recompensas que hayan de concederse, se observarán las prescripciones de este reglamento y, en cuanto sea posible, los trámites y procedimientos que en el mismo se establecen.» Artículo 2.° Se amplía el expresado reglamento con el siguiente artículo. «Artículo 31. Las recompensas a que se refiere el presente reglamento, se considerarán para todos sus efectos como otorgadas en la fecha del hecho de armas que las motiva, sea cual fuere la época en que se resuelvan las propuestas formuladas al efecto. En su consecuencia, tanto las pensiones de cruces establecidas en las reglas 3.ª y 4.ª del artículo 3.°, como la recompensa segunda del mismo, se concederán sirviendo siempre de base el empleo que tenga el agraciado en la expresada fecha en la escala general de su arma o cuerpo, sea cual fuere el sueldo o empleo superior que disfrute, y exceptuando únicamente cuanto se establece en este reglamento con respecto a cruces pensionadas que puedan obtener los jefes y oficiales que al promulgarse la ley de 19 de julio de 1889, adicional a la constitutiva del Ejército, se hallaran en posesión de empleos personales. El jefe u oficial que por obtener el ascenso reglamentario en la escala de su arma o cuerpo, a poco de ocurrir el hecho de guerra por el que hubiese sido recompensado con

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una cruz pensionada, no llegase a disfrutar la pensión ni un solo mes, tendrá derecho en compensación a la permuta de dicha cruz por la correspondiente al nuevo empleo, pero sin pensión. Del mismo modo, el jefe u oficial que por corresponderle obtener el ascenso por antigüedad al empleo superior en la escala de su arma o cuerpo, inmediatamente después de ocurrir el hecho de guerra por el que fue recompensado con dicho empleo, deseara permutar esta recompensa con alguna de las expresadas en las reglas 3.ª, 4.ª y 5.ª del artículo 3.º, tendrá derecho, en su nueva categoría, a la cruz correspondiente a ella, pero sin la pensión, que únicamente podrá disfrutar cuando el empleo concedido por mérito de guerra y el reglamentario le hubiesen correspondido en el mismo mes. Obtenida una permuta de las que se obtengan por el artículo 5.º, y según las cuales pueden obtenerse cruces pensionadas correspondientes al empleo que tenga el agraciado en la escala general de su arma, al asistir al hecho de guerra que motiva la recompensa, no podrá solicitar otra, fundándose en el párrafo anterior del presente artículo. Artículo 3.º El Ministro de Guerra queda encargado de la ejecución de este decreto. Real orden circular de 25 de octubre de 1894 (CL número 297). Publicando de nuevo el reglamento de recompensas en tiempo de guerra, para los generales, jefes y oficiales y sus asimilados.

La reina regente del reino, en nombre de su augusto hijo el rey, ha tenido a bien disponer se publique de nuevo el reglamento de recompensas en tiempo de guerra, para los generales, jefes y oficiales y sus asimilados que se inserta continuación, en el cual han sido introducidas las modificaciones y ampliaciones aprobadas por real decreto de esta fecha.

REGLAMENTO Artículo 1.º En tiempo de guerra las recompensas de los generales, jefes y oficiales, y de sus asimilados de todas las armas, cuerpos e institutos del Ejército, se concederán con estricta sujeción a las prescripciones de este reglamento. Artículo 2.º Las vacantes que ocurran por cualquier concepto durante el citado período de guerra, las cubrirán, en primer término los ascendidos por méritos de campaña, asignándose las restantes a la antigüedad. Si terminada la campaña hubiera excedente, se aplicará a su amortización el 50 por 100 de todas las vacantes, quedando el otro 50 para el ascenso por antigüedad. Artículo 3º. Las grandes hazañas, los hechos heroicos, los méritos extraordinarios y los peligros arrostrados y penalidades sufridas en las campañas, serán premiados, en interés del Estado y en consideración a los merecimientos de los oficiales generales y particulares, y sus asimilados de los cuerpos e institutos del Ejército, con las recompensas siguientes: 1.ª Cruz de San Fernando, con sujeción a lo preceptuado en sus estatutos. 2.ª Empleo inmediato del arma o cuerpo a que pertenezca el ascendido, hasta el de coronel, y de éste en adelante el de oficial general que corresponda. 3.ª Cruz de la Orden de María Cristina, con una pensión equivalente a la diferencia entre el sueldo del empleo en que se obtenga y el del superior inmediato. Esta pensión se considerará como aumento efectivo del sueldo para la declaración de derechos pasivos a los interesados y sus familias, y caducará al ascenso del que la disfrute, bien tenga lugar éste en paz o en guerra, pero seguirá usando el condecorado el distintivo de la cruz. Los jefes y oficiales que al promulgarse la ley que motiva este reglamento se hallaran en posesión de empleo personal, obtendrán la cruz con la pensión equivalente a la diferencia entre el sueldo del referido empleo y el inmediato superior; una vez amortizado aquél, la pensión se regulará por la diferencia entre el sueldo del empleo, ya efectivo, y el inmediato superior. Ninguna pensión de la cruz de la Orden de María Cristina podrá exceder de la máxima que está asignada a la cruz de San Fernando en sus distintas clases, y según los empleos de

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los condecorados con ésta. 4.ª Cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo, pensionada con la semidiferencia entre el sueldo correspondiente al empleo que ejerce el condecorado y el inmediato superior. Esta pensión caducará al ascenso, conservando el condecorado el uso de la cruz, y para los que se hallen en posesión de empleos personales, regirá, en cuanto al goce de dicha semidiferencia, lo establecido en el párrafo 2.º de la regla 3.ª respecto a los agraciados con cruz pensionada de la Orden de María Cristina que se encuentren en idéntico caso. 5.ª La misma cruz del Mérito Militar sin pensión, según lo preceptuado por el reglamento de la Orden. 6.ª Mención honorífica. Artículo 4.º Las recompensas colectivas o de carácter general que podrán concederse al Ejército o a cualquier unidad orgánica del mismo, en tiempo de guerra, serán las siguientes: 1.ª Medallas conmemorativas de las campañas y operaciones más notables. 2.ª Condecoraciones, sin pensión, de las órdenes mencionadas o distintivos que perpetúen en las banderas y estandartes los hechos de armas más brillantes de cada cuerpo. 3.ª Abono de doble tiempo de campaña, siempre que el gobierno de S. M. así lo determine por la importancia de ésta, a los que hayan asistido a las operaciones de la misma. Artículo 5.º Para obtener ascenso por mérito de guerra se hará indispensable haber ejercido el mando correspondiente al empleo inferior inmediato, con arreglo a las funciones propias de los diversos cuerpos y armas del Ejército, pero sin la limitación de que haya sido por dos años, preceptuada por el reglamento de ascensos en tiempo de paz. Esta recompensa es permutable por cualquiera de las señaladas en las reglas 3.ª, 4.ª, 5.ª y 6.ª del artículo 3.°. Artículo 6.º La recompensa señalada en la regla 2.ª del artículo 3.º, o sea el empleo superior inmediato, podrá obtenerse solamente mediante juicio de votación, abierto dentro de las 48 horas siguientes al hecho que la motiva, sin esperar la orden de formación de propuesta. En este juicio tomará parte en primer término, y aunque por su categoría no esté comprendido en la regla 3.ª del artículo 10, el jefe de la fracción, cuerpo, columna, brigada o división que habiendo concurrido al hecho de armas en que se haya contraído el mérito que se trata de aquilatar y recompensar, tenga que redactar la primera relación del suceso. Cuando la propuesta se formule, se unirá a ella precisamente el expediente de juicio de votación. Cuando una tropa en operaciones sostenga una serie de combates sin interrupción que haga imposible abrir dentro del plazo marcado el juicio de votación, respecto a cada uno de ellos, dichos juicios se abrirán a las 48 horas de haberse verificado el último hecho de armas. En todos los casos, el número mínimo de jefes que han de concurrir al juicio de votación será tres. Artículo 7.° Cuando se trate de aquilatar el mérito contraído por coroneles y oficiales generales, o sus asimilados, en hechos de armas en operaciones de campaña, ordenará la apertura del juicio de votación y lo presidirá el general en jefe, y en su defecto el general más caracterizado del ejército, de los que hayan presenciado aquéllas, siendo vocales todos los que se encuentren en igual caso y sean de categoría superior a la del interesado. El general en jefe elevará al gobierno de S. M. el expediente del juicio de votación, el cual se tendrá muy en cuenta para la resolución. Cuando el general en jefe mande abrir el juicio, podrá delegar la presidencia de él en otro general del ejército que reúna las circunstancias, antes expresadas, de haber presenciado el hecho y ser de categoría superior a la de los interesados, el cual le remitirá el expediente, una vez terminado, con sus propias observaciones. Artículo 8.° El juicio de votación para obtener el empleo inmediato hasta el de coronel inclusive, y sus asimilados, se mandará abrir: 1.° Por el comandante en jefe del cuerpo de ejército, por iniciativa propia o a propuesta de sus inferiores jerárquicos, cuando estime haya mérito para conceder aquella recompensa. 2.º Por el general de división a que pertenezcan las tropas que hayan llevado a cabo la

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operación o hecho de armas que lo motive si han operado precisamente bajo su dirección, y si por el resultado obtenido o por el comportamiento observado considera que hay mérito para esta recompensa. 3.º Por el general de brigada que opere independiente o que no pueda ponerse en comunicación con su inmediato superior, con la urgencia necesaria para que el juicio se abra dentro de las 48 horas siguientes al hecho que lo motiva. 4.º Por el jefe de cuerpo o de columna que opere aislado y que haya observado durante el combate un comportamiento digno de esta recompensa en alguno o algunos de sus subordinados, siempre que no sea posible que sus superiores jerárquicos tengan conocimiento del hecho e importancia con tiempo suficiente para abrir el juicio de votación dentro del plazo marcado, porque en tal caso, será a éstos a quienes corresponda la iniciativa. 5.° Por el gobernador de una plaza de guerra cuya guarnición, en la defensa de la misma o en las salidas que verifique, contraiga méritos importantes dignos de esta recompensa. 6.° Por el comandante de un fuerte avanzado o punto fortificado atacado por el enemigo, que se encuentre en el caso de la regla anterior. 7.º Por el jefe o comandante de fuerzas que operen separados, o libren combates con el enemigo, bien sea en reconocimientos, marchas, convoyes, etc. en que tenga el mando y responsabilidad del hecho, y se distinga notablemente alguno de sus subordinados. Las facultades que se conceden a los respectivos jefes en los casos 5.º, 6.° y 7.º, tienen la misma limitación establecida en el caso 4.º. La apertura del juicio de votación que ha de verificarse dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes al hecho que motiva la recompensa, significa, exclusivamente, el acto de disponer dicha apertura la autoridad competente que señala este reglamento. Todos los actos posteriores, como la citación y reunión de los que han de constituir el juicio, acuerdo del mismo y demás diligencias necesarias, podrán verificarse pasadas dichas cuarenta y ocho horas, aunque procurando se lleven a efecto en el plazo más breve que sea posible, atendidas las circunstancias en cada caso. Artículo 9.° El juicio de votación favorable es condición necesaria para obtener empleo por mérito de guerra, pero no constituye derecho indiscutible para alcanzarlo, quedando siempre el general en jefe en libertad de proponer lo que estime más conveniente al gobierno de S. M., según su propia apreciación y juicio. Artículo 10. Para abrir el juicio de votación se observarán las reglas siguientes: 1.ª Cada jefe que mande cuerpo o fracción independiente, redactará el parte del hecho de armas expresando la hora y sitio en que se verificó, fuerzas a sus órdenes que tomaron parte en el mismo, tiempo que duró el combate y cuantos detalles sean dignos de mencionarse; especificará las bajas vistas e identificadas que se hayan causado al enemigo, y numéricamente las que haya tenido la tropa a sus órdenes en muertos, heridos, contusos, prisioneros y extraviados; designará, nominalmente, los jefes, oficiales y clases que se hayan distinguido, bien por su valor en el combate o por su pericia y dotes de mando, haciendo constar taxativamente si algunos de ellos han realizado acciones notables que en su concepto los hicieran acreedores al empleo inmediato, y proponiéndolos, por lo tanto, para ser sometidos al juicio de votación, o si no hubiera ninguno que se hallase en este caso. 2.ª Una vez cumplido lo que previene la regla anterior, se tramitará, sin pérdida de tiempo, cada uno de los partes por el conducto de las superiores jerarquías, que a su vez redactarán los suyos si hubiesen asistido al hecho de armas, basta llegar al jefe superior del ejército o ejércitos en campaña, procediendo después al juicio de votación, con arreglo a lo prevenido en el artículo 8.º, celebrándose éste únicamente respecto de los que en el referido parte hayan sido designados taxativamente como reuniendo las condiciones necesarias para ser sometidos a dicho juicio. 3.ª Para verificar el juicio de votación, se reunirá, para cada hecho de armas, una junta bajo la presidencia del jefe a quien corresponda, según se determina en el artículo 8.°, siendo vocales todos los jefes que habiendo asistido al hecho de armas, deban concurrir a ella en cada uno de los casos especificados a continuación.

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1.º Para los empleos de primer teniente y capitán, todos los jefes del cuerpo del interesado, el jefe principal de cada uno de los demás cuerpos y los generales, si los hubiese, de menor graduación o antigüedad que el presidente, dentro de cada brigada. 2.º Para los empleos de comandante y teniente coronel, en cada división, los coroneles y generales de menor graduación o antigüedad que el presidente. 3.º Para los empleos de coronel, los generales de menor graduación o antigüedad que el presidente, en cada cuerpo de ejército. Si por cualquier circunstancia la junta no pudiera constituirse en la forma normal que se establece en los párrafos precedentes, se modificará su composición, sin faltar nunca a los dos principios capitales de que para tomar parte en un juicio de votación es preciso haber asistido al hecho de armas, y tener, por lo menos, el empleo que se trata de conferir. Las circunstancias que se modificarán hasta lograr que el número de votantes llegue a tres, serán las siguientes y por el orden que se enumeran: 1.ª La de que sean los vocales del cuerpo del interesado. 2.ª La categoría de los vocales, rebajándola si fuere necesario hasta el empleo que se trata de conferir. Artículo 11. El presidente, previa la lectura del parte detallado de la acción y de la orden de apertura del juicio de votación, hará dar cuenta separada y nominalmente de los sometidos a dicho juicio empezando por el más moderno, disponiendo seguidamente que emitan por escrito individual y separadamente su voto los vocales a quienes corresponda. Los votos se redactarán en la forma siguiente:

Total votación Considero que el mérito contraído por D. (nombre, empleo etc.), es (o no es) bastante para ser recompensado con el empleo inmediato.

(Fecha y firma del votante)

Los vocales que por cualquiera de las circunstancias consignadas en el artículo 10 no deban tomar parte en todas las votaciones, permanecerán en la junta solamente durante aquéllas en que tengan derecho a emitir su voto. Se exceptúan de este precepto el más antiguo y el más moderno de los vocales que permanecerán en la junta, aunque no voten, para desempeñar las funciones que se les asignan en el artículo siguiente. Artículo 12. Terminada la votación dispondrá el presidente se retiren los vocales, quedando sólo el jefe que le siga en antigüedad y el más moderno. Entre los tres procederán al escrutinio haciendo constar el resultado en el acta que se redactará, expresando solamente el número de votos favorables y adversos rompiéndose después las papeletas individuales de la votación y firmándose el documento por los tres. Si hubiera empate se considerará decisivo el voto del presidente. El acta será elevada con oficio por el presidente a su superior inmediato. En esta comunicación podrá exponer cuanto se le ofrezca respecto al particular, acompañando los partes detallados y órdenes de apertura de los juicios. Del resultado de la votación se guardará absoluta reserva. Artículo 13. Los jefes y oficiales que por sus cargos en campaña no tengan cuerpo fijo, como son los ayudantes de campo, jefes y oficiales de Estado Mayor, comandantes de Artillería, Ingenieros, oficiales del Tren, Administración, Sanidad Militar y Clero Castrense, que formen parte de una columna, brigada, división o cualquier unidad de combate y contraigan méritos en acción de guerra que les hagan acreedores al empleo inmediato, y, por consiguiente, deban ser sometidos al juicio de votación podrán ser propuestos por sus jefes naturales, si han presenciado los hechos, por los jefes de cualquiera de los cuerpos que han asistido al combate quienes deberán, en todo caso, dar cuenta a sus inmediatos superiores de todos los actos distinguidos que hayan tenido ocasión de observar, sea en oficiales de su propio cuerpo como queda establecido en el artículo 10, sea en oficiales de otros y a quienes las peripecias del combate hayan obligado a combatir en puesto diferente al que habitualmente ocupan. La junta se constituirá, siempre que sea posible con arreglo a lo prevenido en el artículo

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10, según el empleo del oficial propuesto. Si los expresados jefes y oficiales, u otros cualesquiera del Ejército, contrajesen méritos que sólo fuere dado apreciar a los generales de brigada, de división, comandante general de ejército o general en jefe, por haberles encomendado reconocimientos, colocación de avanzadas, establecimiento de campamentos, parlamentos con el enemigo u otras comisiones especiales, se publicarán en la orden general del ejército o cuerpo de ejército para conocimiento de todos, designándose en ella los generales y jefes que han de concurrir al juicio de votación por haber presenciado el hecho que se trata de premiar. Si el servicio prestado fuese de índole reservada, cuya publicación en la orden generar sea inconveniente, se ordenará la apertura del juicio prescindiendo de ella. Artículo 14. Los asimilados a la categoría de oficial general, jefes y oficiales de Administración y Sanidad Militar, del Cuerpo Jurídico, del Clero Castrense y demás cuerpos auxiliares, no podrán concurrir a los juicios en que se trate de recompensar servicios prestados por jefes u oficiales de las armas del Ejército; pero sí tendrán derecho a asistir a los mismos en unión de éstos y a emitir su voto, cuando se trate de juzgar servicios prestados por los individuos del cuerpo a que pertenezcan. Artículo 15. En las propuestas de recompensas, cuya formación se ordene por los generales en jefe a los de división o brigada, por hechos de armas concretos, cada unidad orgánica de éstas unirá a la propuesta un estado numérico, por clases, de las bajas que haya tenido en el combate, con especificación de muertos y heridos; y lo mismo se hará constar en cualquiera otra propuesta que se formule, por exigua que sea la fuerza que deba ser recompensada, sirviendo este dato, no sólo para la más equitativa distribución de las recompensas a las tropas que más hayan sufrido en el combate, si que también, y muy principalmente, para recompensar a los jefes y oficiales que por sus disposiciones tácticas o medidas de previsión, hayan obtenido, con menos pérdidas, mayores ventajas sobre el enemigo. Artículo 16. Por el jefe de Estado Mayor General del Ejército, se formará una relación por clases y hechos de armas, en la que figuren los jefes y oficiales significados en juicio de votación para obtener el empleo inmediato, la cual, en unión de los partes de las acciones a que se refieren, número de vacantes qué deban proveerse e importancia y resultado de los combates que dieron ocasión a dichos juicios, servirá al general en jefe para proponer o conferir, si el gobierno de S. M. le concediera estas facultades, la recompensa expresada a los que a su entender considere merecedores de ella. Artículo 17. El orden en que se otorgarán las recompensas en escala gradual, será el siguiente: 1.ª Mención honorífica. 2.ª Cruz del Mérito Militar, de la categoría del agraciado, designada para premiar servicios de guerra según el reglamento de la Orden. 3.ª Cruz del Mérito Militar, en igual forma, pensionada con la semidiferencia entre el sueldo del empleo del agraciado y el del inmediato superior. 4.ª Cruz de María Cristina, pensionada con la diferencia entre el sueldo del empleo que ejerce y el del inmediato superior, con los derechos pasivos anexos a la misma. Artículo 18. Las recompensas determinadas en las reglas 1.ª y 2.ª del artículo 3.º no figuran en la escala gradual. El empleo superior inmediato puede ser otorgado por el gobierno de S. M. o por el general en jefe, si está autorizado para ello, siempre que el juicio de votación sea favorable al interesado, aun cuando no haya obtenido otras recompensas de las consignadas en la escala gradual, y el agraciado podrá permutar el empleo por cualquiera de las recompensas enumeradas en la 3.ª, 4.ª, 5.ª y 6.ª del artículo 3.º Cuando a pesar de ser favorable el juicio de votación no considerase oportuno el gobierno o el general en jefe, según los casos, otorgar el empleo inmediato, podrá, si lo estima conveniente, conceder al propuesto cualquiera de las recompensas establecidas en las reglas 3.ª, 4.ª y 5.ª del artículo 3.º Artículo 19. La cruz de San Fernando podrá otorgarse al mismo tiempo que el empleo

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superior inmediato, o cualquier otra recompensa de las consignadas en este reglamento, por un mismo hecho de armas. Artículo 20. No obstante la escala gradual establecida como regla general para las campañas de larga duración, si el gobierno de S. M., a propuesta del general en jefe, creyese justo otorgar cualquiera de las recompensas establecidas en este reglamento, podrá verificarlo, siempre que los agraciados reúnan las circunstancias prevenidas en él. Artículo 21. Las recompensas primera y segunda del artículo 17, podrá proponerlas el general en jefe al gobierno de S. M., sin más limitación que el juicio que le merezca el servicio prestado. Artículo 22. Para obtener las recompensas tercera y cuarta del artículo 17, o sea la cruz pensionada con la semidiferencia o diferencia del sueldo, será necesario que los propuestos figuren en el parte detallado de la acción, consignándose en él todas las circunstancias necesarias para que pueda formarse juicio del hecho que motive la propuesta. Este parte será redactado, en la forma prevenida en el artículo 10 por el jefe que mande las fuerzas que hayan concurrido al combate; y remitido a su superior jerárquico, el cual lo adicionará al transcribirlo, calificando la importancia del hecho de armas. Con este informe se remitirá al general en jefe, que dispondrá su publicación en la orden general del ejército. Artículo 23. El mérito contraído por un general, jefe u oficial que haya ejercido el mando en jefe al efectuar una operación de guerra o hecho de armas, con las tropas a sus órdenes, lo apreciará el superior jerárquico a quien dirija el parte del suceso, quien lo consignará al transcribirlo a la autoridad correspondiente. Artículo 24. Son compatibles, por un mismo hecho de armas, las recompensas individuales que obtengan los jefes y oficiales con las colectivas que haya merecido el cuerpo o unidad orgánica en que haya combatido. Artículo 25. Son incompatibles, dentro de un mismo empleo, las pensiones establecidas en la regla tercera y cuarta del artículo 3.º. Artículo 26. Pueden conferirse dentro del mismo empleo dos o más cruces pensionadas de las prevenidas en la regla 3.ª del artículo 3.º, siempre que el total de las pensiones, más el sueldo del condecorado, no exceda del sueldo correspondiente al empleo de coronel, teniendo presente que toda pensión caduca al ascender el que se halle en posesión de ella al empleo cuyo sueldo representa. La pensión de la segunda cruz será igual a la diferencia entre el sueldo del empleo inmediato superior al del agraciado y el siguiente, y así sucesivamente las demás. Artículo 27. En tiempo de paz, y sólo en casos muy extraordinarios, podrán considerarse como hechos de guerra para la concesión de las recompensas establecidas en este reglamento, los casos siguientes: 1.º Que el militar, sea o no jefe inmediato, o directo, de una tropa rebelde o sediciosa, la someta a la obediencia o disciplina con gran riesgo de su vida. 2.º Que al surgir colisiones armadas, combates o hechos de armas cumpla el militar sus deberes con extraordinario valor, acierto y abnegación. 3.º Y aquellos en que, por su iniciativa y decisión en hechos y combates y con gran riesgo de su vida, mantenga un militar en defensa de la Nación, de las instituciones o de la disciplina el honor de las armas, la lealtad de la tropa a sus órdenes, o la paz pública. En todos estos casos, y según las recompensas que hayan de concederse, se observarán las prescripciones de este reglamento y, en cuanto sea posible, los trámites y procedimientos que en el mismo se establecen. Artículo 28. La clasificación de los casos a que se contrae el artículo anterior, la hará el gobierno de S. M. mediante real decreto, previo informe de la Junta Superior Consultiva de Guerra, publicándose en la Gaceta de Madrid y orden general del Ejército, sin cuyo requisito no podrá otorgarse en tiempo de paz ninguna de las recompensas señaladas en este reglamento. Artículo 29. Queda prohibida la permuta de recompensas que no estén autorizadas por este reglamento, aunque se hayan obtenido varias de una misma clase dentro del empleo.

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Artículo 30. Las permutas de recompensas autorizadas por este reglamento podrán solicitarse en un plazo de tres meses si los recurrentes residen en la Península, y de seis si se hallan en Ultramar, que se contará desde el día en que se publique en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra la concesión de aquéllas. Estas peticiones y cualquier reclamación relativa de recompensas quedarán sin curso transcurrido el mencionado plazo. Artículo 31. Las recompensas a que se refiere el presente reglamento, se considerarán para todos sus efectos como otorgadas en la fecha del hecho de armas que las motiva, sea cual fuere la época en que se resuelvan las propuestas formuladas al efecto. En su consecuencia, tanto las pensiones de cruces establecidas en las reglas 3.ª y 4.ª del artículo 3.°, como la recompensa segunda del mismo, se concederán sirviendo siempre de base el empleo que tenga el agraciado en la expresada fecha en la escala general de su arma o cuerpo, sea cual fuere el sueldo o empleo superior que disfrute, y exceptuando únicamente cuanto se establece en este reglamento con respecto a cruces pensionadas que puedan obtener los jefes y oficiales que al promulgarse la ley de 19 de julio de 1889, adicional a la constitutiva del Ejército, se hallaran en posesión de empleos personales. El jefe u oficial que por obtener el ascenso reglamentario en la escala de su arma o cuerpo, a poco de ocurrir el hecho de guerra por el que hubiese sido recompensado con una cruz pensionada, no llegase a disfrutar la pensión ni un solo mes, tendrá derecho en compensación a la permuta de dicha cruz por la correspondiente al nuevo empleo, pero sin pensión. Del mismo modo, el jefe u oficial que por corresponderle obtener el ascenso por antigüedad al empleo superior en la escala de su arma o cuerpo, inmediatamente después de ocurrir el hecho de guerra por el que fue recompensado con dicho empleo, deseara permutar esta recompensa con alguna de las expresadas en las reglas 3.ª, 4.ª y 5.ª del artículo 3.º, tendrá derecho, en su nueva categoría, a la cruz correspondiente a ella, pero sin la pensión, que únicamente podrá disfrutar cuando el empleo concedido por mérito de guerra y el reglamentario le hubiesen correspondido en el mismo mes. Obtenida una permuta de las que se obtengan por el artículo 5.º, y según las cuales pueden obtenerse cruces pensionadas correspondientes al empleo que tenga el agraciado en la escala general de su arma, al asistir al hecho de guerra que motiva la recompensa, no podrá solicitar otra, fundándose en el párrafo anterior del presente artículo.

ARTÍCULO TRANSITORIO Ínterin no se amorticen todos los empleos personales de que están actualmente en posesión algunos jefes y oficiales de las armas y cuerpos en que existía el dualismo, todos aquellos que disfrutando empleo o sueldo superior al que ejercen en el arma o cuerpo a que pertenecen, deben ser recompensados con el empleo inmediato, mediante juicio de votación, con arreglo al artículo 10 de la ley de 19 de julio 1889, podrán optar libremente entre el empleo inmediato al que ejerzan en el arma o cuerpo a que pertenecen, o la cruz de María Cristina, pensionada con la diferencia entre el sueldo que disfruten y el correspondiente al empleo inmediato superior. Real orden circular de 28 mayo de 1895 (CL número 152). Concediendo autorización al general en jefe del ejército de la isla de Cuba, para otorgar determinadas recompensas. Vistos la comunicación de V. E., fecha 30 de abril último, en que expone a este ministerio las dudas y dificultades que encuentra para la aplicación del reglamento de recompensas en tiempo de guerra, y su telegrama de 6 del actual, manifestando la imposibilidad de verificar juicios de votación en determinados casos, solicitando además autorización para premiar hasta el empleo de capitán; considerando que las deficiencias de los artículos 6.° y 7.° se subsanan con la amplia interpretación del artículo 23; considerando que si bien el juicio de votación debe abrirse dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes al hecho que lo motiva, la prescripción del párrafo 4.° del artículo 8.°, da medio de resolver los casos que

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puedan originarse, cuando el que manda un destacamento no tiene posibilidad de comunicar dentro de aquel plazo con su superior jerárquico, sin perjuicio de que si se trata del jefe de la columna se tenga en cuenta que ha de aplicarse el artículo 23, siempre que no puedan llenarse las formalidades que se establecen en la regla del artículo 10; considerando que el artículo 20 autoriza para conceder recompensa según las circunstancias y méritos contraídos en cada caso, sin sujetarse a la escala gradual que marca el artículo 17; considerando que, la fiel interpretación del artículo 23, debe ser en el sentido de que puede otorgarse el empleo inmediato al jefe u oficial que haya ejercido el mando en jefe al efectuar una operación de guerra o hecho de armas, si fuera acreedor a la mencionada recompensa; y considerando, por último, que los artículo 16 y 18 del citado reglamento hacen referencia a la autorización que el gobierno puede conceder a los generales en jefe para conferir recompensas, el rey, y en su nombre la reina regente del reino, de acuerdo con el Consejo de Ministros, ha tenido a bien resolver se manifieste a V. E., que queda autorizado para dar la mayor ampliación al artículo 23 del referido reglamento, para substituir el juicio de votación cuando éste sea absolutamente imposible, a causa de operarse en pequeños destacamentos donde no exista más jefe que aquel a quien toca abrirlo y no los vocales que la ley previene, con una averiguación sumaria, cuya aprobación definitiva se someterá a la autoridad de V. E. oyendo a los jefes que estime conveniente, y para premiar hasta el empleo de capitán. Real orden de 9 de julio de 1895 (CL número 308). Determinando las recompensas que, por mérito de guerra, podrán otorgarse a los oficiales retirados, a los de milicias y de voluntarios y a los paisanos empleados en las guerrillas. En vista de las consultas que, con fecha 11 de mayo, elevó V. E. a este ministerio respecto a las recompensas que podrán otorgarse, cuando en los combates se hagan acreedores a ellas, a los oficiales retirados, a los de milicias y de voluntarios, y a los que procedentes de la clase de paisanos sean empleados en las guerrillas, el rey y en su nombre la reina regente del reino, teniendo en cuenta lo que preceptúan las disposiciones que rigen sobra el particular, y las autorizaciones que se han concedido a V. E., ha tenido a bien disponer manifieste á V. E. que a los mencionados oficiales puede concedérseles análogas recompensas e iguales condecoraciones que a los del Ejército, entre las cuales deberán figurar significaciones para cruces de las órdenes de Isabel la Católica y de Carlos III y que a los paisanos se les recompensará con cruces de plata del Mérito Militar, pensionadas o sin pensión, a no ser que la categoría civil o representación social del agraciado aconsejen, a juicio de V. E., darle mayor distinción, caso en que podrán serlo con otra clase de cruces del Mérito Militar, con la de Isabel la Católica o la de Carlos III. Ley de 21 de agosto de 1896 (Gaceta de Madrid número 236, del 23). Declarando exentos de todo pago los títulos de Órdenes o Cruces militares y civiles que se concedan por méritos de guerra a individuos del Ejército y Armada. Artículo único. Los títulos de las distintas órdenes de Cruces, así militares como civiles sea cual quiera su categoría, que se concedan por méritos de guerra, precisamente a los individuos del Ejército y de la Armada, quedan exentos de todo impuesto, incluso el de timbre de Estado, siempre que no lleven anexas aquellas condecoraciones ninguna clase de pensión.

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Real orden circular de 24 de octubre de 1896 (Gaceta de Madrid número 302, del 28). Dictando reglas que amplían y modifican los reglamentos de recompensas en tiempo de paz y guerra, y los de las Órdenes, Militar de María Cristina y del Mérito Militar. En vista de las dificultades que se presentan al adaptar a ciertos casos especiales los preceptos generales de los reglamentos de recompensas vigentes para los jefes y oficiales y sus asimilados y de las anomalías que resultan de su estricto cumplimiento a causa de las circunstancias y condiciones diversas en que algunos de estos se encuentran por virtud de las prescripciones de la ley de pases a Ultramar y de la de 15 de diciembre de 1894; de acuerdo con el informe emitido por la Junta Consultiva de Guerra, con motivo de una consulta que dirigió a este Ministerio, en 8 de noviembre último, el general en jefe del ejército de operaciones de Cuba, acerca de la aplicación del reglamento de la Orden de María Cristina; y teniendo en cuenta lo expuesto por el Capitán general de Filipinas respecto de las recompensas que deberán otorgarse a los que ejercen en Ultramar el empleo condicional inmediato superior al que disfrutan en la escala de su arma o cuerpo, el rey y en su nombre la reina regente del reino, de acuerdo con el Consejo de Ministros, ha tenido a bien resolver, que tanto los reglamentos de recompensas en tiempo de paz y de guerra, como los de las Órdenes de María Cristina y del Mérito Militar, vigentes, se consideren ampliados y modificados con sujeción a las siguientes reglas; 1.ª Los jefes y oficiales y sus asimilados que sirvan en los distritos de Ultramar con el empleo inmediato superior al que disfrutan en la escala general de su arma o cuerpo, obtendrán sobre dicho empleo superior las recompensas a que se hagan acreedores, exceptuando la del ascenso; y en el caso de cesar en el ejercicio del empleo condicional antes de haberlo hecho efectivo de escala, se considerará desde entonces, y para todos los efectos, como obtenida dicha recompensa en el empleo inferior de que se hallen en posesión. 2.ª Las recompensas que se concedan a los que por hallarse disfrutando sueldo superior, con arreglo a lo prevenido en el artículo 3.º transitorio del reglamento de ascensos vigente, estén comprendidos en los beneficios de la ley de 15 de diciembre de 1894 (CL número 341), se regularán, en cuanto a la categoría de la condecoración, por el empleo que tengan los interesados, y respecto a la pensión anexa a las cruces de María Cristina y del Mérito Militar con distintivo rojo, por el empleo cuyo sueldo se hallen percibiendo. Esta misma regla se seguirá con respecto a las pensiones de las cruces de esta última Orden, destinadas para premiar servicios especiales en tiempo de paz, en los casos en que los agraciados hayan disfrutado dicho sueldo superior durante el plazo de dos años. 3.ª Los oficiales que se encuentren sirviendo en Cuba, Filipinas o Puerto Rico, con el sueldo del empleo superior inmediato en virtud de lo que previene el artículo 2.° de la ley de pases a Ultramar, se considerarán comprendidos en el artículo anterior para los efectos de recompensas; pero en el caso de cesar en el percibo del sueldo superior antes de haber alcanzado el ascenso a dicho empleo, se regularán las pensiones de las cruces que hubieren obtenido, tomando por base el nuevo sueldo que disfruten. Real decreto de 14 de noviembre de 1896 (Gaceta de Madrid, número 320, del 15). Se hace extensiva a las fuerzas de Infantería de Marina que operan en la isla de Cuba, las recompensas que determina el reglamento de Guerra. Por la ley de 24 de agosto próximo pasado se hizo extensivo a las fuerzas de Infantería de Marina que operan en la isla de Cuba a las órdenes del general en jefe de aquel ejército las recompensas que determina el reglamento de guerra de 25 de octubre de 1894, y considerando idéntica la situación de las fuerzas de dicho cuerpo, compañías de desembarco y marinería que operan o hayan operado desde el principio de la insurrección en las islas Filipinas a las órdenes del general en jefe de aquel Ejército, procede hacer

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extensivo a las mismas el citado reglamento de recompensas en tiempo de guerra. El Ministro que suscribe, que queda en dar cuenta a las Cortes de esta disposición, tiene el honor de someter a la aprobación de V. M. el adjunto proyecto de decreto.

REAL DECRETO A propuesta del Ministro de Marina, de acuerdo con el Consejo de Ministros, En nombre de mi augusto hijo el rey don Alfonso XIII, y como reina regente del reino, vengo en decretar lo siguiente: Artículo único: La ley de 24 de agosto próximo pasado se hace extensivas a las fuerzas de Infantería de Marina, compañías de desembarco y marinería que operen en tierra en unión de las fuerzas del Ejército mientras dure la actual campaña de las islas Filipinas.

CAPITÁN GENERAL MARCELO DE AZCÁRRAGA UGARTE Y PALMERO-VERSOSA DE LIZÁRRAGA

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Real orden circular de 2 de diciembre de 1896 (CL número 339). Aprobando el cuadro de recompensas que han de otorgarse a los jefes, oficiales y tropa de los cuerpos irregulares del ejército de Cuba que contraigan méritos por servicios de guerra. En vista del escrito que el general en jefe del ejército de Cuba dirigió a este Ministerio con fecha 10 de junio último, consultando acerca de las recompensas que por mérito de guerra hayan de otorgarse a los jefes y oficiales de fuerzas irregulares que prestan importantes servicios en aquella isla, dignas de premio y estimulo, el rey y en su nombre la reina regente del reino, de acuerdo con lo informado por la Junta Consultiva de Guerra en pleno, con fecha 3 de octubre próximo pasado, ha tenido a bien aprobar el cuadro de recompensas que a continuación se inserta, el cual será aplicado, en la forma que se expresa en el mismo, a los jefes, oficiales y tropa de los cuerpos irregulares del referido ejército que contraigan méritos por servicios de guerra.

Cuadro que se cita

Grupos Recompensas

1.º Jefes y oficiales procedentes de las extinguidas Milicias blancas

Mención honorífica Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo La misma cruz, con pensión Cruz de María Cristina Empleo inmediato de milicias hasta coronel Cruz de San Fernando Las pensiones de las cruces rojas y de María Cristina, las disfrutarán únicamente mientras se hallen movilizados

2.º Jefes y oficiales del instituto de

Voluntarios movilizados

Iguales recompensas que a los del Ejército exceptuando los empleos en éste, con arreglo a los artículos 145 y 146 de su reglamento, aprobado por real decreto de 7 de julio de 1892 (CL número 192). Las pensiones de cruces deberán disfrutarlas únicamente mientras los interesados estén movilizados, o sea presentes en las filas y con goce de haber, exceptuando las de San Fernando y las vitalicias.

3.º

Unidades de voluntarios creadas para la guerra, con oficiales y

clases de su misma procedencia, o nombrados expresamente con empleos de capitán a cabo, y las

de guerrillas creadas con igual objeto y con oficiales y clases

nombrados también expresamente de igual

procedencia

Iguales recompensas que a los sargentos del Ejército, menos el empleo de segundo teniente de las escalas de reserva. Los empleos serán de las mismas unidades sin derecho a ingresar en el Ejército, y las pensiones de cruces no vitalicias las disfrutarán únicamente mientras estén movilizados

4.º Jefes y oficiales retirados del

Ejército, que prestan servicio en dichas unidades

Iguales recompensas que a los del Ejército activo, disfrutando las pensiones de las cruces del Mérito Militar y de María Cristina mientras estén movilizados, y sirviéndoles estas últimas y los ascensos, como también el tiempo servido, para mejora de retiro; sin que puedan volver a activo, salvo el caso a que se refiere el artículo 37 de la ley constitutiva del Ejército de 29 de noviembre de 1878.

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Grupos Recompensas

5.º

Sargentos del Ejército activo y licenciados que, en clase de

oficiales, pertenecen a las mismas unidades

Licenciados. Como primera recompensa el empleo de sargento del Ejército. Después de ella quedan todos en iguales circunstancias y recibirán las mismas recompensas que los demás sargentos del Ejército

6.º Médicos y capellanes

provisionales

Mención honorífica Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo La misma cruz, con pensión Cruz de María Cristina Empleo inmediato de milicias hasta coronel Cruz de San Fernando Las pensiones de las cruces rojas y de María Cristina, las disfrutarán únicamente mientras se hallen sirviendo en el Ejército

7.º Segundos tenientes de la reserva

gratuita y de las reservas de Canarias

A los seis meses de campaña pasarán con su empleo a la reserva retribuida, y una vez en ésta, disfrutarán las que corresponden a su nueva situación

Real orden circular de 10 de junio de 1897 (Gaceta de Madrid número 129, del 26). Resolviendo que la antigüedad de las cruces militares sea la de la concesión. En vista de las dudas que se ofrecen respecto a la antigüedad que deben tener las recompensas por mérito de guerra concedidas en permuta de otras, el rey y en su nombre la reina regente del reino, de acuerdo con lo informado por la Junta Consultiva de guerra, ha tenido a bien resolver lo siguiente: Artículo 1.° Con arreglo a lo dispuesto en la real orden de 21 mayo de 1864, la antigüedad de las recompensas por mérito de guerra obtenidas a consecuencia de propuestas posteriores por reclamación de los interesados, o en permuta de otras recompensas, será la de la fecha de la concesión, a menos que en ésta se señale antigüedad determinada, debiendo sin embargo modificarse esta disposición cuando los generales en jefe estén autorizados para otorgar recompensas, pues en este caso las permutas tendrán la antigüedad de la fecha en que sean concedidas por aquellas autoridades, sin perjuicio de someterlas a la real aprobación. Artículo 2.° Lo dispuesto en el artículo anterior se aplicará a todos los casos de permutas de recompensas concedidas por los generales en jefe de los ejércitos de operaciones en las islas de Cuba y Filipinas desde el principio de las actuales campañas. Real orden de 2 de junio de 1898 (CLA número 79). Determinando la antigüedad que ha de reconocerse a las recompensas concedidas en tiempo de guerra. Dada cuenta al rey, y en su nombre a la reina regente del reino, de una exposición de la Secretaría Militar de este ministerio, referente a la antigüedad que debe corresponder a las recompensas concedidas en tiempo de guerra, S. M. ha tenido a bien disponer: Primero. Que las recompensas otorgadas por un hecho de armas producirán sus efectos desde la fecha del mismo, abonándose los sueldos y pensiones desde la primera revista siguiente al hecho, según previene la real orden de 24 de mayo de 1897. Segundo. Que las concedidas por determinado tiempo de operaciones deberán

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abonarse desde el mes siguiente al de la última fecha que en cada caso comprenda el mencionado periodo de operaciones. Y tercero. Que en lo sucesivo las permutas y mejoras de recompensa tendrán la antigüedad y producirán sus efectos, desde la fecha en que se concedan, a menos que se le señale antigüedad. Real orden circular de 18 de junio de 1904 (CL número 105). Disponiendo que los jefes y oficiales que posean grandes cruces civiles y hayan cumplido con los requisitos reglamentarios, puedan usar la banda correspondiente sobre el uniforme militar, en actos que no sean del servicio. El rey ha tenido a bien disponer que los jefes y oficiales que estén en posesión o se les otorgue en adelante grandes cruces civiles, españolas o extranjeras, y que hayan cumplido con los requisitos reglamentarios, puedan usar la banda correspondiente sobre el uniforme militar, excepto en los actos colectivos del servicio y en los individuales que tengan relación con los deberes de su cargo en el Ejército. Real orden circular de 21 de junio de 1905 (CL número 114). Resolviendo que cuando por algún acto de valor de los comprendidos en el caso 5.º del artículo 20 del reglamento de recompensas en tiempo de paz, se considere al que lo realizó acreedor a la nota de «valor acreditado», se exprese así en la real orden de concesión de la recompensa. En vista de la instancia que en 8 de marzo último remitió a este ministerio el general del tercer Cuerpo de ejército, promovida por el primer teniente de Artillería de la Comandancia de Cartagena y en comisión en la fábrica de pólvora de Murcia, D. Arturo Díaz Clemente, en súplica de que se le consigne en su hoja de servicios la nota de «valor acreditado», fundándose para ello en haberle sido otorgada por real orden de 18 de marzo de 1904 (DO número 64), la cruz de primera clase del Mérito Militar, con distintivo blanco, pensionada con el 10 por 100 del sueldo que actualmente disfruta, hasta su retiro, licencia absoluta o ascenso a oficial general, en premio al comportamiento que observó en la voladura ocurrida en la expresada fábrica el 28 de octubre de 1902, y como comprendido en el caso 5.º del artículo 20 del vigente reglamento de recompensas en tiempo de paz; considerando que este reglamento, en el artículo y caso que se citan, aprecia por actos de valor los prestados con riesgo inminente de la vida en incendios, voladuras, epidemias, naufragios y otros accidentes que no aparezcan determinados en el reglamento de la Orden militar de San Fernando, y teniendo en cuenta que las cruces de esta Orden dan derecho a que figure en las notas de concepto la de «Valor heroico», o «distinguido», según la clase de la condecoración obtenida, el rey, oído el Consejo Supremo de Guerra y Marina, se ha servido acceder a la solicitud del recurrente. Al propio tiempo, ha tenido a bien resolver S. M. con carácter general y de conformidad con lo expuesto por el mismo alto cuerpo en el otro si de su acordada de 19 de mayo próximo pasado, que cuando por algún acto de valor de los comprendidos en el caso 5.º del artículo 20 del reglamento de recompensas en tiempo de paz, aprobado por real decreto de 27 de septiembre de 1890 (CL número 353), se considere al que lo realizó, dando pruebas de su arrojo, acreedor a la nota de «valor acreditado», se exprese así en la real orden concediéndole recompensa, a fin de que sea estampada en su hoja de servicios la referida calificación, si no constara ya ésta, u otra más elevada, por consecuencia de merecimientos anteriores.

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Real orden circular de 10 de agosto de 1906 (CL número 148). Recordando la estricta observancia de los artículos 1.º, 14 y 19 del reglamento de recompensas en tiempo de paz, y disponiendo que queden sin curso las instancias que se promuevan en solicitud de recompensas por servicios prestados. Ha llamado la atención de S. M. la frecuencia con que las autoridades militares cursan instancias que los jefes y oficiales elevan en solicitud de recompensa por servicios prestados, calificándolos a veces de extraordinarios, aconteciendo esto aún más frecuentemente en los que se refieren al profesorado y señalando hasta la clase de recompensa a que se creen acreedores, y como los preceptos del vigente reglamento de recompensas en tiempo de paz señalan de una manera clara y terminante en sus artículos 1.º y 14 y casos 1.º, 2.º y 3.º del 19, que estos servicios corresponde apreciarlos a los jefes superiores jerárquicos, los cuales darán cuenta de ellos a la superioridad por si estima que deben ser recompensados, debiendo abstenerse las autoridades, centros, comisiones o juntas de proponer clase de recompensa, por estar reservado este derecho, según el artículo 6.º del citado reglamento, a la Inspección general de los Establecimientos de Instrucción e Industria militar, que ha sustituido para estos efectos a la Junta Consultiva de Guerra, el rey ha tenido a bien resolver se recuerde a las autoridades militares y centros de enseñanza la estricta observancia del reglamento de recompensas en tiempo de paz en lo referente a los artículos anteriormente mencionados, y disponer que queden sin curso todas aquellas peticiones de recompensa por cualquier clase de servicios prestados, cuya iniciativa no parta de los jefes respectivos, que son los llamados a apreciar los que realicen sus subordinados. Real orden de 30 de julio de 1907 (C. L. 293). Haciendo extensivas a la marina las disposiciones de Guerra que se citan, sobre el uso de condecoraciones civiles. Dada cuenta al rey del expediente incoado por consecuencia de haber solicitado el teniente coronel de Infantería de Marina don Federico Obanos y Alcalá del Olmo, se le autorice de real orden para usar con el uniforme reglamentario la medalla-distintivo de académico correspondiente de la Real Academia de la Historia. S. M. en vista de lo informado por esta subdirección y Ministerio de la Guerra, y con el fin de que exista armonía entre lo que se practica entre ambos ministerios se ha dignado disponer que, por el personal de Marina, se observen las disposiciones dictadas por Guerra que se citan en la siguiente relación.

Relación que comprende las disposiciones que se observan en este departamento sobre concesión de distintivos y condecoraciones civiles a los militares, y que se hace extensiva al

personal de la Armada. CONDECORACIONES EN GENERAL

No se podrá usar condecoración ni distintivo alguno sin que para ello esté autorizado el interesado por cédula, título o diploma correspondiente y cuya circunstancia ha de constar en la novena subdivisión de la hoja de servicios. Reales órdenes de 22 de agosto de 1863 y 10 de enero de 1877 (CL del Ejército número 9). Se prohíbe el uso de condecoraciones que no se hallen anotadas en las hojas de servicios. Artículo 27 de las instrucciones para redactar las expresadas hojas de servicios de los generales, jefes y oficiales del Ejército y sus asimilados, que se acompañan a la real orden de 31 de julio de 1881 (CL del Ejército número 340). Cuando los militares sean agraciados por otros ministerios con condecoraciones, tienen que solicitar del de la Guerra la correspondiente autorización para poderlas usar sobre el uniforme. Real orden de 20 de noviembre de 1883 (CL del Ejército número 387). Las medallas especiales de sociedades y centros particulares, aunque muy honrosas, no

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son propias de la severidad del uniforme y se prohíbe su uso en el Ejército. Real orden de 12 de diciembre de 1884 (CL del Ejército número 409). Queda prohibido el uso de medallas especiales que no estén concedidas por el Gobierno. Artículo 7.º de las instrucciones de 28 de septiembre de 1885 (CL del Ejército número 379). Los jefes y oficiales del Ejército que obtengan condecoraciones civiles satisfarán el impuesto establecido en la forma que previene la real orden de 27 de abril de 1897 (CL del Ejército número 103). Grandes cruces civiles. Los jefes y oficiales que las posean pueden usarlas sobre el uniforme militar en actos que no sean del servicio y siempre que hayan cumplido con los requisitos reglamentarios después de haberles sido concedidas. Real orden de 18 de junio de 1904 (CL del Ejército número 105). Condecoraciones civiles particulares que pueden usarse: — Medalla de la Sociedad de Salvamento de Náufragos. La de mérito según real orden de

5 de noviembre de 1884 (CL del Ejército número 360), solicitando del Ministerio la autorización y la de socio, por real orden de 10 de octubre de 1890 (CL del Ejército número 376), limitando su uso a las solemnidades de la sociedad.

— Medalla de la Sociedad Geográfica de Madrid. Puede usarse solamente en actos de dicha sociedad. Real orden de 5 de julio de 1889 (CL del Ejército número 309).

— Medalla de Geodestas del Instituto Geográfico y Estadístico. Puede usarse siempre sobre el uniforme. Real orden de 22 de marzo de 1893 (CL del Ejército número 97).

— Medalla de la Cruz Roja Española. Puede usarse con arreglo a las condiciones de la real orden de 26 de septiembre de 1899 (CL del Ejército número 181) y real orden de 22 de noviembre de 1899 (CL del Ejército número 225).

— Medalla del Tiro Nacional. No hay disposición alguna general, pero se concede al que la solicite usar. Real orden de 8 de noviembre de 1902 (DO número 251, pág. 402).

— Medalla de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Hay un caso en que se autoriza su uso en actos de la referida Academia y anotación en la hoja de servicios. Real orden de 26 de noviembre de 1903. (DO número 263, pág. 445).

Condecoraciones civiles particulares que no pueden usarse: — Medalla de la Sociedad de Hospitalarios, Internacional. Prohibido su uso en el Ejército

por real orden de 10 de enero de 1877 (CL del Ejército número 9). — Medalla de la Diputación Provincial de Madrid. Prohibido su uso en el Ejército por real

orden de 12 de diciembre de 1884 (CL número 409). — Medalla de la Asociación Filantrópica de Milicianos Nacionales y Militares Veteranos.

Prohibido su uso en el Ejército por real orden de 12 de diciembre de 1884 (CL número 409).

— Medalla de Bomberos de la Habana. Prohibido su uso en el Ejército por real orden de 25 de mayo de 1899 (CL número 109).

Real decreto de 23 de septiembre de 1908 (CL número 174). Aprobando el reglamento de uniformidad para el Estado Mayor General del Ejército20. El uso de las grandes cruces con banda es obligatorio con el uniforme de gala, pudiendo prescindirse de ellas en el uniforme de media gala y de diario; pero queda prohibido, en absoluto, vistiendo el uniforme de campaña, usar de otras condecoraciones que las siguientes: La cruz de San Fernando y las de las órdenes militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa, que irán bordadas sobre la guerrera, precisamente. Asimismo podrá llevarse cosido en esta prensa en el lugar correspondiente, un trozo de

20 Se incluye únicamente lo que interesa a este epígrafe.

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cinta con los colores de las cruces militares y medalla de que esté en posesión. Estas cintas tendrán la misma longitud y anchura que las que hoy se usan en los pasadores reglamentarios. La faja y las bandas de las grandes cruces se colocarán sobre el capote en los casos que previene la real orden de 30 de septiembre de 1907 (CL número 159). Real orden de 6 de junio 1911 (DO número 125). Prohíbe el uso de las no autorizadas21. Como resultado de instancia elevada por el contador de fragata don A. R. R., en súplica de que se le conceda autorización para usar sobre el uniforme la placa de la Real Academia Hispano-Americana de Ciencias, Artes y Letras de Cádiz, S. M. el rey teniendo en cuenta lo informado por la Segunda Sección del Estado Mayor Central, se ha servido desestimar la petición. Es asimismo la soberana voluntad de S. M., para dar unidad a esta resolución y subsanar cualquier error que haya podido cometerse en el sentido de conceder autorización para usar medallas indebidas, que para lo sucesivo se prohíba el uso sobre el uniforme de los distintos cuerpos de la Armada, de toda clase de medallas, y distintivos que no haya sido autorizado con arreglo a la real orden de 30 de julio de 1907, quedando sin efecto todas las concesiones de esta clase hechas hasta ahora, fuera de los términos precisos que establece aquella soberana disposición. Real orden circular de 19 de julio de 1909 (CL número 143). Resolviendo que los militares que posean condecoraciones nacionales o extranjeras, al ostentarlas en el uniforme, las lleven en la forma reglamentaria. El rey se ha servido resolver que los militares que se hallen en posesión de condecoraciones nacionales o extranjeras, al ostentarlas en el uniforme, las lleven en la forma que prescriben las disposiciones o reglamentos respectivos. Real decreto de 4 de julio de 1912 (Gaceta de Madrid número 187, del 5). Autorizando al ministro de este departamento para que presente a las Cortes un proyecto de ley considerando como de campaña el servicio de aviación militar y con derecho a los beneficios del Reglamento de Recompensas en tiempo de guerra, al personal destinado al mismo. De acuerdo con mi Consejo de Ministros, vengo en autorizar al Ministro de Guerra para que presente a las Cortes un proyecto de ley considerando como de campaña el servicio de aviación militar y con derecho a los beneficios del Reglamento de recompensas en tiempo de guerra al personal destinado al mismo. La aviación militar ha adquirido ya carta de naturaleza en casi todos los Ejércitos y recibe de día en día mayor desarrollo, y aun cuando quizá se exagere por algunos los servicios que hoy puede prestar, no cabe duda de que en todas las campañas aparecerá como auxiliar importantísimo. En nuestro país, por la escasez de recursos, este servicio se halla aún en estado embrionario y la Escuela de aviación sólo cuenta con un número escaso de aparatos y un número limitadísimo de alumnos. El personal del Ejército destinado a tripulación de los aeroplanos ha de reunir condiciones que concurren sólo en determinado número de individuos. Además de

21 Véase las reales órdenes de 5 de junio de 1916 y de 5 de marzo de 1927.

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robustez física y gran energía, deben hermanar la prudencia y el arrojo, a fin de que la primera no impida nunca los lances atrevidos, cuando sean necesarios, y el segundo no raye en inútil temeridad. El tripulante, y especialmente el piloto ha de tener para ello verdadera vocación, y para que esto servicio peligroso cuente siempre con suficiente número de voluntarios, precisa ofrecer positivas ventajas a los que se presten a desempeñarlo. Por su índole especial, es el servicio de aviación tan peligroso en paz como en guerra. Los aeroplanos pueden elevarse sin dificultad a 500 metros, y aun a mayores alturas, y ello, unido a la velocidad con que marchan y a la falta de puntos de referencia, hace que la probabilidad de herirlos sea muy pequeña. Claro es que el día en que lleguen a entablarse verdaderos combates entre aeroplanos o entre éstos y dirigibles el peligro aumentará, y en tal caso, desde este punto de vista, se hallarán los tripulantes de los aeroplanos en condiciones análogas a cuantos por mar o por tierra toman parte en los combates, y no se les negarán las recompensas a que por ello se hagan acreedores. El verdadero peligro para los tripulantes del aeroplano estriba, por un lado, en la naturaleza de medio en que navegan; por otro, en la escasa estabilidad del aparato. El primero no puede modificarse, y aun en los días en que la atmósfera parece más tranquila, remolinos debidos a circunstancias locales pueden perturbarla y con ello la estabilidad del aparato. Cabe esperar que con el tiempo los aeroplanos se perfeccionen y resulten mucho de serlo. Prueba de ello son los numerosos accidentes, muchos mortales, que con lamentable frecuencia ocurren en todos los países. Estos peligros, compañeros inseparables del servicio de aviación, no existen en los demás ejercicios que ha de ejecutar el Ejército en tiempo de paz, y por esta razón es de todo punto necesario estimularlo. En casi todos los Ejércitos en donde se ha establecido el servicio de aviación disfrutan los aviadores indemnizaciones especiales por cada vuelo que efectúan. Pero a más de éstas, que deberán introducirse en nuestro Ejército mediante un Reglamento bien estudiado, atendiendo a que se hallan en grave peligro mientras dura el vuelo, es de estricta justicia considerar y aplicar a los tripulantes de los aeroplanos que, por cualquier concepto, se hagan acreedores a recompensas, el Reglamento vigente para los servicios de guerra. Siendo, por tanto, el peligro que los rodea constante, es de equidad procurarles el premio correspondiente, y a este fin, el ministro que suscribe tiene el honor de presentar a las Cortes, autorizado por S. M. y de acuerdo con el Consejo de Ministros, el adjunto proyecto de ley.

PROYECTO DE LEY Artículo único. El servicio militar de los aeroplanos, incluyendo el período de instrucción, se considerará como de campaña, y dará derecho al personal del Ejército y Armada que los tripule como pilotos, observadores o desempañando cualquier otro cometido y lleve a cabo algún acto de reconocido mérito o sufra accidentes más o menos graves, de los beneficios que determina el vigente Reglamento de recompensas en tiempo de guerra. En caso de muerte, la familia del causante disfrutará de los mismos derechos que las de los fallecidos en acción de guerra. Real orden circular de 8 de noviembre de 1912 (CL número 219). Haciendo extensiva la adopción del aspa roja que pueden usar en la cinta de la medalla de Melilla los militares heridos en la campaña del Rif, a todos los que lo hayan sido en anteriores campañas y tengan derecho a la medalla correspondiente. Establecido por reales órdenes de 20 de marzo de 1910 y 19 de septiembre último (CL números 49 y 180, respectivamente), que los militares heridos en las campañas del Rif a quienes corresponde el uso de la Medalla de Melilla, creada para conmemorarlas, usen en la cinta de esta condecoración, como señal ostensible de su honroso sufrimiento, una o más aspas rojas cuyos brazos tengan cinco milímetros de ancho, y deseando S. M. el rey que tan merecido distintivo puedan también ostentar con legítimo orgullo los que hubiesen vertido su sangre en defensa del honor, de la integridad o del engrandecimiento de la Patria, en

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anteriores campañas que estén asimismo representadas por medallas conmemorativas, se ha servido disponer se haga extensiva la adopción de la expresada aspa roja a cuantos militares se hallen en aquel caso y tengan derecho a la medalla correspondiente a la campaña, operación o hecho de armas en que hubiesen sido heridos, sin más diferencia que la de que cuando toda o la mayor parte de la cinta de la medalla fuese roja, el aspa sea de un rojo más oscuro, a fin de que se destaque claramente sobre aquélla, pudiendo repetirse el aspa sobre la misma cinta, tantas veces cuantas sean las acciones de guerra en que se haya sido herido en la misma campaña. Real orden circular de 26 de junio de 1913 (CL número 134). Disponiendo que la aplicación del reglamento de recompensas de 25 de octubre de 1894, se efectúe con sujeción a las instrucciones que se insertan. La concesión de las recompensas a que se hagan acreedores los generales, jefes, oficiales, clases e individuos de tropa por los servicios y hechos distinguidos que realicen en África, deben ajustarse a los preceptos del reglamento de 25 de octubre de 1894 (CL. número 297), según lo dispuesto en el artículo 3.º de la ley de 25 de diciembre de 1912 (DO número 295). Mas este reglamento, que antes de promulgarse dicha ley sólo ha tenido aplicación a campañas bien definidas en cuanto al tiempo de su comienzo y terminación, o a los casos extraordinarios de carácter aislado comprendidos en su artículo 27, habrá de aplicarse ahora y en adelante a los efectos de la continua acción pacificadora que a nuestras armas toca ejercer en Marruecos, la cual no logrará ciertamente adelantar y afirmarse sin que vengan a perturbarla períodos accidentales de hostilidad, determinados por la agresiva oposición de aquellos elementos indígenas que, interesados en dificultar el cumplimiento de los deberes que nos están asignados por convenios internacionales, se obstinen en impedir o anular los progresos de nuestra gestión civilizadora. Tiene, pues, el alto espíritu de nuestras tropas, en la continuidad del ejercicio de esta acción militar, ocasión frecuente de realizar hechos distinguidos de la más variada índole, tanto de los expresamente comprendidos en el vigente reglamento como de aquellos otros a que se refiere la citada ley, los cuales, por sí solos p por debida acumulación de servicios anteriores, podrán merecer proporcionada recompensa que, por la misma diversidad de los hechos capaces de motivarla, no cabría proponer ni otorgar con certeza de cabal justicia, como conviene al sostén de la interior satisfacción de todos, sin prolijo examen y exacto conocimiento de los antecedentes y particularidades de cada caso y sin merecida computación de otros servicios ya prestados en ocasiones precedentes. Obliga, por lo tanto, aquella continuidad de nuestra acción militar a establecer normas de procedimiento que hasta ahora han podido parecer innecesarias, pero que hoy conviene instituir, por lo cual, el rey se ha servido disponer que la aplicación del reglamento de recompensas de 25 de octubre de 1894 (CL número 297), se efectúe con sujeción a las siguientes instrucciones: 1.ª El jefe principal de cada cuerpo o unidad orgánica, llevará un registro en que figuren los jefes, oficiales, clases e individuos de tropa del mismo cuerpo o unidad que se distingan por sobresalientes hechos o servicios de campaña, en que anotará los de esta clase que cada uno hubiere realizado. Para ello, cuando por propia observación o por noticias recibidas tenga conocimiento de algún hecho o servicio meritorio de cualquiera de sus subordinados, reunirá en su presencia, tan pronto como las circunstancias lo permitan, a todos los jefes y oficiales del cuerpo o unidad que puedan concurrir al acto; oirá el relato que del hecho o servicio hagan los concurrentes que lo hayan presenciado, y las observaciones que todos estimen oportuno hacer dentro de los límites que dicho jefe principal señale a cada uno; oirá también los relatos y opiniones de cualesquiera otros jefes y oficiales a quienes en el mismo acto juzgue conveniente consultar, y formulará y expresará su propio juicio determinando y manifestando la anotación que decida consignar en el citado registro a los que así lo hubiesen merecido.

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2.ª Terminado el acto, formará con los nombres de éstos, y con la indicación de los distinguidos servicios que cada uno haya prestado, una relación que publicará seguidamente en la orden del cuerpo. Cuantos se juzguen dignos de ser incluidos en ella y no lo estén por omisión involuntaria, podrán en el término de tres días, a partir del en que llegue a su noticia la referida orden, alegar ante su inmediato jefe las razones que tengan en abono de su pretensión. Estas alegaciones, rápidamente tramitadas, serán resueltas por el jefe principal del cuerpo o unidad, y si previas las necesarias averiguaciones, merecieren ser por éste atendidas, producirán la inmediata publicación del nombre y del distinguido servicio del interesado en la orden, en la forma dicha, y la subsiguiente anotación en el mencionado registro. Fuera de dicho plazo de tres días, no se admitirá ni cursará reclamación alguna de inclusión en estas relaciones. 3.ª En los cuarteles generales se procederá de análoga manera, considerando para estos fines como unidad orgánica el conjunto de generales, jefes, oficiales y clases e individuos de tropa que forman parte de ellos o de unidades y fracciones que les estén afectas, y como jefe principal de este conjunto, al general de la brigada, división o unidad superior correspondiente, el cual, al reunir en su presencia, para los efectos de la primera de estas instrucciones, a los generales, jefes y oficiales del respectivo cuartel general, reunirá también en el mismo acto a los jefes principales de los cuerpos y unidades orgánicas que hayan concurrido al hecho que es objeto de la reunión, y a cualesquiera otros cuya opinión juzgue necesario consultar. Las relaciones de distinguidos en que deben figurar los jefes principales de cuerpo o unidad, serán de igual manera formadas, publicadas y registradas por el general de quien estos jefes inmediatamente dependan, como si ellos formaran parte del conjunto del respectivo cuartel general. 4.ª De todas estas relaciones de nombres y servicios se enviará copia autorizada al comandante general o en jefe tan pronto como se publiquen en la orden respectiva, señalando los casos en que la inclusión se deba a reclamaciones de los interesados. 5.ª Los juicios de votación se formarán con sujeción estricta a lo dispuesto sobre el particular, pero explicando en el acta correspondiente, de modo conciso y claro, el hecho o hechos a que se refiere, la parte que en su realización haya tenido el que es objeto del juicio y el mérito a que se alude en la redacción de cada voto. 6.ª La junta mencionada en la regla 3.ª del artículo 10 del reglamento de recompensas, cuya reunión se anunciará por el que, según los artículos 7.º y 8.º del reglamento mande abrir el juicio, será pública para todo general, jefe y oficial que quiera y pueda presenciarla y sea de categoría superior a la del interesado, y a ella podrá ser llamado a informar, sin voto, todo el que en concepto del presidente o a propuesta de la mayoría de los vocales, deba ser oído para mayor esclarecimiento del mérito que sea objeto de la reunión. Las observaciones que de este modo se aduzcan figurarán en el acta. 7.ª Cuando por haber terminado una campaña o una serie de hechos u operaciones, o por cualquier otro motivo, determine el Gobierno que se proceda a formular propuestas de recompensas, no se incluirá en ellas a quien no figure en las relaciones de distinguidos arriba mencionadas, aun cuando en uno o varios de los servicios o hechos de armas a que la propuesta se refiere haya resultado herido o en cualquier otra forma lesionado. 8.ª Los muertos en acción de guerra o de sus cercanas e indudables resultas, se hará siempre objeto de relación especial y de propuesta subsiguiente, ambas tramitadas sin tardanza y sin necesidad de orden que disponga su formación. 9.ª Con la misma especial, inmediata y rápida tramitación, no necesitada de previa orden que la autorice, se formularán y cursarán las propuestas relativas a grandes hazañas, a hechos heroicos y a cualesquiera otros méritos de parecida extrema importancia, cuya magnitud y notoriedad justifiquen y demanden premio inmediato y extraordinario. 10. Estas instrucciones se aplicarán, desde luego, no sólo a los hechos y servicios meritorios que en lo sucesivo se realicen, sino también a los ya realizados que aún no hayan sido objeto de propuesta mandada formular de real orden, para lo cual, tanto las relaciones

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de distinguidos como los juicios de votación que hayan podido formarse, se adaptarán a ellas en todo lo posible. Real decreto de 7 de agosto de 1913 (CLA número 228). Hace extensiva al cuerpo de Infantería de Marina la ley de Recompensas del Ejército. El reglamento de recompensas en tiempo de guerra, dictado para el cumplimiento de la ley de 15 de julio de 1890, determina que los ascensos en los distintos cuerpos de la Armada han de ser por elección, previa la formación del juicio contradictorio correspondiente. En África opera la Infantería de Marina en unión de la del Ejército de Tierra y con frecuencia forma con ésta columnas de combate, pudiendo darse el caso de que por un mismo hecho de armas sean recompensados con el empleo inmediato, concedido por juicio de votación, los oficiales del Ejército, en tanto que los de Infantería de Marina que se hayan hecho acreedores a igual premio en la misma acción por méritos análogos, sólo puedan obtener dicha recompensa mediante juicio contradictorio, cuya tramitación forzosamente larga y minuciosa, establece gran desigualdad al aplicarse lo legislado para premiar hechos distinguidos según que estos hayan sido realizados por oficiales de una o de otra Infantería. Esta falta de equidad se extendería en sus consecuencias a las familias de aquéllos oficiales que falleciesen antes de obtener el ascenso, puesto que les legarían una pensión inferior a la que legasen aquéllos otros que, más afortunados vieran recompensados sus merecimientos por procedimientos más expeditos que el del juicio contradictorio solamente en vigor para las fuerzas de Marina. Además, cualquier otra recompensa que obtuviese un oficial que, al fin, fuera ascendido sería obtenida con perjuicio evidente, en inferior empleo al que debiera tener de haber sido premiado con igual presteza que sus compañeros de tierra. En las últimas campañas de Cuba y Filipinas en atención, sin duda, a análogas condiciones, se hizo aplicación a la Infantería de Marina de lo legislado en el Ejército sobre la materia; actualmente, señor, los más elementales dictados de la equidad y la justicia aconsejan seguir igual conducta, y, como las Cortes del Reino tienen en suspenso sus trabajos, el ministro que suscribe, en virtud de cuanto deja expuesto, tiene el honor de poner a la firma de vuestra majestad el siguiente real decreto.

REAL DECRETO A propuesta del ministro de Marina, de acuerdo con ni Consejo de Ministros, Vengo en hacer extensiva a las tropas de Infantería de Marina que operan en África, la ley de Recompensas del Ejército y cuantas disposiciones rijan en la materia, debiendo darse cuenta a las Cortes de este decreto tan pronto como reanuden sus sesiones. Real decreto de 20 de septiembre de 1913 (Gaceta de Madrid número 267, del 24). Determinando las recompensas que en tiempo de paz y en el de guerra podrán concederse a los soldados, cabos, sargentos, brigadas y suboficiales. Creadas por la ley de 15 de julio de 1912 las nuevas categorías de las clases de tropa de los cuerpos de Infantería, Artillería e Ingenieros, y en vigor ya el reglamento dictado para la aplicación de dicha ley por real orden de 14 de diciembre del mismo año, precisa determinar las recompensas que tanto en tiempo de paz como en el de guerra deben concederse a las indicadas clases, para premiar servicios o hechos de manifiesta importancia, y a la vez armonizar con estas recompensas las que se otorguen a los demás individuos y clases de tropa del Ejército22. Basado en las consideraciones expuestas, el ministro que suscribe, de acuerdo con el

22 Se hizo extensiva dicha ley, por otra de 7 de enero de 1915, a los cuerpos de Intendencia y de Sanidad, a los

maestros de banda y a los músicos de 1.ª y 2.ª clase del Ejército.

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Consejo de Ministros, tiene el honor de someter a la aprobación de V. M. el siguiente proyecto de decreto, fijando las recompensas que en tiempo de paz y en el de guerra podrán concederse a las clases e individuos de tropa del Ejército.

REAL DECRETO A propuesta del Ministro de la Guerra y de acuerdo con mi Consejo de Ministros, vengo en decretar lo siguiente: Artículo 1.º En tiempo de paz podrán concederse a los soldados, cabos, sargentos, brigadas y suboficiales las siguientes recompensas, según el mérito del hecho o la importancia del servicio que las motive.

A los soldados y cabos 1.º Mención honorífica. 2.º Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo blanco. 3.º La misma cruz pensionada con 2,50 pesetas al mes hasta el ascenso a sargento. 4.º La misma cruz con pensión mensual de 7,50 pesetas en iguales condiciones. 5.º La misma con pensión mensual de 2,50 pesetas durante el tiempo de servicio activo. 6.º La misma con pensión mensual de 7,50 pesetas en iguales condiciones. A los sargentos de cualquier arma o cuerpo del Ejército, se hallen o no comprendidos en la ley

de 15 de julio de 1912 1.º Mención honorífica. 2.º Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo blanco. 3.º La misma cruz pensionada con 7,50 pesetas mensuales hasta su ascenso a la categoría inmediata. 4.º La misma cruz con pensión mensual de 7,50 pesetas durante todo el tiempo de servicio activo.

A los brigadas 1.º Mención honorífica. 2.º Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo blanco. 3.º La misma cruz pensionada con 10 pesetas mensuales hasta su ascenso a la categoría inmediata. 4.º La misma cruz con pensión mensual de 10 pesetas durante todo el tiempo de servicio activo.

A los suboficiales 1.º Mención honorífica. 2.º Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo blanco. 3.º La misma cruz pensionada con 15 pesetas mensuales hasta su pase al período de reenganche inmediato. 4.º La misma cruz con pensión mensual de 15 pesetas durante el tiempo de servicio activo. Artículo 2.º En tiempo de guerra, las acciones de singular valor o acierto en secundar el mando, los grandes peligros y sufrimientos y la permanencia en operaciones de las citadas clases, serán premiadas, graduando el mérito con la mayor escrupulosidad, con las siguientes recompensas:

A los soldados y cabos 1.º Mención honorífica. 2.º Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo. 3.º La misma cruz con pensión mensual de 2,50 pesetas hasta el ascenso a sargento. 4.º La misma cruz con pensión de 7,50 pesetas en iguales condiciones. 5.º La misma cruz con pensión mensual de 2,50 pesetas durante el tiempo de servicio activo. 6.º La misma con pensión de 7,50 pesetas en iguales condiciones. 7.º El empleo inmediato. 8.º La cruz de San Fernando. Las recompensas 3.ª, 4.ª, 5.ª y 6.ª podrán ser vitalicias, concediéndose tan sólo a los

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heridos graves en campaña. A los sargentos de cualquier arma o cuerpo del Ejército, se hallen o no comprendidos en la ley

de 15 de julio de 1912 1.º Mención honorífica. 2.º Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo. 3.º La misma cruz pensionada con 7,50 pesetas mensuales hasta el ascenso a la categoría inmediata. 4.º La misma cruz con pensión mensual de 7,50 pesetas durante el tiempo de servicio activo. 5.º La misma cruz pensionada con 25 pesetas mensuales durante et tiempo de servicio activo. 6.º El empleo de brigada para los acogidos a la ley de 15 de julio de 1912 o el de segundo teniente de la escala de reserva retribuida a los que no se hallen acogidos a la misma. 7.º La cruz de San Fernando. Las recompensas 3.ª y 4.ª podrán ser vitalicias y se concederán tan sólo a los heridos graves en campaña.

A los brigadas 1.º Mención honorífica. 2.º Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo. 3.º La misma cruz pensionada con 10 pesetas mensuales hasta el ascenso a la categoría inmediata. 4.º La misma cruz con pensión mensual de 10 pesetas durante el tiempo de servicio activo. 5.º La misma cruz con pensión mensual de 30 pesetas durante el tiempo de servicio activo. 6.º El empleo de suboficial. 7.º La cruz de San Fernando. Las recompensas 3.ª y 4.ª podrán ser vitalicias y se concederán tan sólo a los heridos graves en campaña.

A los suboficiales 1.º Mención honorífica. 2.º Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo. 3.º La misma cruz pensionada con 15 pesetas mensuales hasta su pase al período de reenganche inmediato. 4.º La misma cruz con pensión mensual de 15 pesetas durante el tiempo de servicio activo. 5.º La misma cruz con pensión mensual de 35 pesetas durante el tiempo de servicio activo. 6.º Concesión del pase al inmediato período de reenganche para el mayor percibo de haberes. 7.º Cruz de plata de la Real y Militar Orden de María Cristina, arreglada al modelo que oportunamente se publicará, y con pensión mensual de 50 pesetas, vitalicia. 8.º La cruz de San Fernando. Las recompensas 3.ª y 4.ª podrán ser vitalicias, concediéndose tan sólo a los heridos graves en campaña. Artículo 3.º La cruz de plata de María Cristina, con 50 pesetas mensuales vitalicia para los suboficiales, se concederá, previa acta de votación unánime, para premiar hechos o servicios en extremo relevantes, no pudiendo otorgarse más que a aquellos suboficiales que, reuniendo las indicadas condiciones, se hallen dentro del cuarto período de servicio activo; bien entendido que no podrá concederse más que una sola cruz de esta clase. Artículo 4.º Para la concesión del empleo inmediato a los sargentos y brigadas, así como para el de uno y otro período de reenganche de los suboficiales, se observará lo prevenido en el artículo 16 del reglamento de recompensas para las clases de tropa, aprobado por mi

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decreto de 29 de octubre de 1890. Artículo 5º Las clases e individuos de tropa que tengan pensiones de cruces obtenidas con arreglo al citado decreto, continuarán en el disfrute de ellas durante el tiempo por que se les hubieren concedido. Artículo 6.º Para la concesión de las recompensas que se fijan en este decreto para las clases de tropa, se tendrán en cuenta los preceptos del reglamento a que se hace referencia en el artículo 4.º y demás disposiciones en vigor. Real decreto de 6 de noviembre de 1915 (Gaceta de Madrid número 313, del 9). Autorizando al Ministro de la Guerra para que presente a las Cortes un proyecto de ley que le permita introducir, con carácter transitorio, determinadas modificaciones en la aplicación del vigente Reglamento de recompensas por mérito de guerra. De acuerdo con el Consejo de Ministros, vengo en autorizar al Ministro de la Guerra para que presente a las Cortes un proyecto de ley que le permita introducir, con carácter transitorio, determinadas modificaciones en la aplicación del vigente Reglamento de recompensas por mérito de guerra. Por mucho que sea el acierto para legislar, en asuntos militares —como en otros de distinta índole— siempre es oportuno corregir en lo legislado aquello que la experiencia aconseja mejorar. El vigente Reglamento por que se rige la concesión de recompensas a los oficiales en campaña está inspirado en que las propuestas lleven el indeleble sello de la equidad y la justicia; pero no siempre en el ánimo de los que creen haber contraído méritos, encuentra fe su aplicación; y lo demuestra el gran número de instancias que los oficiales promovieron con ocasión de servicios por ellos prestados en las campañas coloniales y en la de Marruecos, solicitando mejor recompensa que la recibida. Una modificación radical del citado Reglamento, una sustitución de sus disposiciones por otras completamente nuevas, podía caer en el peligro, de que lo nuevo fuese menos bueno; cuestión delicadísima y objeto de detenido estudio es ésta de premiar en la medida justa los servicios distinguidos y las fatigas de la guerra. La psicología de las colectividades militares es también un elemento del que no puede prescindirse, y ella acusa en varias y repetidas manifestaciones la necesidad de conseguir en lo posible una perfecta armonía entre el mérito y la recompensa, sobre todo si ésta comprende el ascenso o el adelanto en la carrera de unos, supone atraso en el porvenir de sus compañeros. Así también, cuanto se refiere a pensiones de cruces, merece reforma, no sólo porque siempre es útil un régimen austero que impida la extremada generosidad a costa del Erario público, sino para quitar todo motivo a orientaciones utilitarias que no compaginan con el espíritu de la carrera de las armas, todo desinterés y altruismo. La repetición, dentro de un mismo empleo, de cruces que llevan aneja una pensión, eleva los haberes de quienes las disfrutan a cantidades superiores a los sueldos correspondientes a dos y a un a tres empleos, lo cual, a mas de producir exceso de gastos en el presupuesto, constituye una verdadera anomalía. A estos dos puntos se ciñe la reforma que se propone; nada trastorna de lo ya estatuido, y si sólo añade una garantía más para que la aplicación del Reglamento robustezca la interior satisfacción recomendada por las Reales Ordenanzas. En virtud de lo expuesto, el Ministro que suscribe, de acuerdo con el Consejo de Ministros y previa la autorización de Su Majestad, tiene el honor de someter a las Cámaras el adjunto

PROYECTO DE LEY Artículo único. Se autoriza el Ministro de la Guerra para que, con carácter transitorio, pueda in introducir en la aplicación del vigente Reglamento de Recompensas por mérito de guerra, las siguientes modificaciones.

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1.ª Los juicios de votación que se formulen a favor de los jefes y oficiales del Ejército para premiar méritos contraídos en campaña, serán remitidos al Consejo Supremo de Guerra y Marina, el que propondrá en cada caso la recompensa a que se hayan acreedores los referidos jefes y oficiales. 2.ª Los generales, jefes y oficiales que obtengan dentro del empleo que disfrutan dos o más cruces retribuidas de la Orden del Mérito Militar o de la de María Cristina, percibirán la pensión de una sola, pero los que obtuvieren dos o más cruces de María Cristina, percibirán al ascender la pensión correspondiente a una de ellas, es decir, que no podrá cobrarse por estas cruces en cada empleo más pensión que la diferencia del sueldo con el del inmediato superior. Ley de 29 de junio de 1918 (Gaceta de Madrid número 181, del 30). Aprobando las bases para la reorganización del Ejército, contenidas en el real decreto de 7 de marzo del año actual23.

BASE 10

RECOMPENSAS a) A excepción de las cruces de San Fernando, las que el reglamento señale entre las de San Hermenegildo y la Medalla de Sufrimientos por la Patria, que darán derecho a las pensiones correspondientes, todas las recompensas que se concedan en lo sucesivo a los oficiales generales y particulares del Ejército, y sus asimilados, serán solamente honoríficas. Las que en tiempo de guerra podrán concederse al expresado personal, serán las siguientes, con arreglo a sus categorías:

Por méritos de guerra 1.ª Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. 2.ª Medalla Militar, con el mismo distintivo para todos los individuos del Ejército, desde soldado a capitán general, en cada campaña. 3.ª Cruz Laureada de San Fernando.

Por circunstancias y servicios de campaña 4.ª Medalla de Sufrimientos por la Patria, para heridos, contusos y prisioneros, siendo pensionada para los dos primeros, otorgada la pensión por las Cortes, cuando proceda, y la cual cesará de percibir el herido o contuso, ya por completo restablecimiento, o por declaración definitiva de inutilidad o ingreso en Inválidos, sin que el disfrute de la pensión pueda exceder de dos años. Cuando en casos extraordinarios y repetidos se pongan de manifiesto en la dirección y mando de las tropas en campaña las relevantes y notorias condiciones de algún general, jefe u oficial, en forma que aconseje la conveniencia de aprovechar sus excepcionales facultades en beneficio de la Nación, podrá ser promovido por una ley al empleo inmediato dentro de la respectiva arma o cuerpo, mediante propuesta del general en jefe, previa la instrucción de un expediente contradictorio de carácter sumarísimo ordenado por aquél, y siempre que sea favorable el informe definitivo del mismo, que estará encomendado al Consejo Supremo de Guerra y Marina. Una vez otorgado el ascenso, cubrirá la primera vacante que se produzca. Los ascensos que con arreglo a esta ley sean concedidos por elección o por méritos extraordinarios de paz o de guerra a jefes, oficiales y asimilados del Ejército serán permutables por la Cruz del Mérito Militar del distintivo correspondiente, previa petición del interesado24. Los generales, jefes y oficiales y tropa desaparecidos o muertos en acción de guerra o de resultas de sus heridas, antes de haber sido dados de alta para el servicio, y los que fuesen muertos por el enemigo estando prisioneros, dejarán a sus familias en concepto de pensión, aplicable en la forma prevenida en el artículo 5.° de la ley de 8 de julio de 1860, el sueldo entero del empleo que poseían al ocurrir el hecho.

23 Se inserta sólo lo que interesa a este epígrafe. Esta base fue modificada por ley de 13 de noviembre de 1922. 24 Véase el real decreto de 30 de noviembre de 1930.

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Los preceptos de este decreto podrán hacerse extensivos a otras fuerzas organizadas militarmente que concurran con las del Ejército a operaciones en campaña, en cuanto no se opongan a los reglamentos disposiciones especiales por que aquéllas se rijan. Todas las recompensas se otorgarán al final de campaña, si su duración fuera menor de seis meses, por plazos de este mismo tiempo como mínimo, según los hechos de armas y operaciones realizadas, siendo indispensable que los agraciados hayan permanecido en el teatro de operaciones durante los plazos indicados, salvo en caso de herida o enfermedad justificada. De estas reglas se exceptúan la cruz de San Fernando y la Medalla Militar, que podrán concederse si tal limitación, aunque siempre con las formalidades que determinan los reglamentos respectivos. Los méritos contraídos y los trabajos de importancia realizados durante la guerra, en el teatro de ella, pero que no afecten de un modo inmediato a las operaciones ni impliquen riesgos, penalidades u otras circunstancias excepcionales dentro de los propios del servicio del Ejército y campaña, serán recompensados como trabajos en tiempo de paz. Mediante propuesta del general en jefe, el Gobierno de S. M. podrá conceder recompensas honoríficas a unidades del Ejército o fracciones orgánicas de las mismas, cuando se hubieren hecho acreedoras a ellas por muy señalados méritos de guerra. El distintivo correspondiente lo usarán los individuos que formen parte de la unidad, en tanto pertenezcan a ella. b) Las recompensas que podrán ser otorgadas a los generales, jefes y oficiales y sus asimilados del Ejército que, con utilidad para él, se excedan en el cumplimiento de su deber en tiempo de paz, serán las siguientes: 1.ª Mención honorífica. 2.ª Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco. 3.ª Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, de carácter extraordinario y con pensión señalada en cada caso por una ley, previo informe de los jefes respectivos, y el dictamen del Consejo Supremo de Guerra y Marina. c) A pesar de que el espíritu que informa este decreto es el de que las recompensas que se concedan sean, por regla general, honoríficas, las clases e individuos de tropa de las armas y cuerpos del Ejército, por su modesta categoría, podrán ser recompensados por méritos contraídos en guerra o en paz, con las siguientes recompensas: d) Por méritos de guerra: 1.ª Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo. 2.ª Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo, pensionada durante cinco años o vitalicia. 3.ª Ascenso al empleo inmediato, en premio a relevantes servicios de guerra durante toda la campaña o de sólo seis meses, como mínimo, si dura más, siempre que los agraciados posean condiciones que les hagan aptos para el desempeño del empleo que se les confiera. Estos ascensos serán concedidos por el general en jefe, tratándose de cabos o individuos de tropa, y por el Ministro de la Guerra, a propuesta de aquél, publicándose en el Diario Oficial cuando se trate de clases de segunda categoría. 4.ª Medalla Militar ya citada para los oficiales. 5.ª Cruz Laureada de San Fernando. e) Por servicios de paz: 1.ª Citación en la Orden del Cuerpo o unidades superiores, dando traslado de ella al interesado. 2.ª Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo blanco, pensionada durante el tiempo de servicio, para premiar méritos o servicios excepcionales. f) Reglamentos especiales fijarán las condiciones y requisitos que habrán de reunir los generales, jefes y oficiales, clases e individuos de tropa que hayan de ser premiados con las recompensas que antes se enumeran.

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g) Cruz de San Fernando. La cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando, se otorgará en los casos, circunstancias y condiciones previstos en los Estatutos. Estos se modificarán con sujeción a las siguientes bases: 1.ª Se suprimirán las clases que hoy corresponden a las acciones distinguidas, las que serán premiadas con algunas de las otras recompensas a que este decreto se refiere. 2.ª Se establecerá una sola categoría, la Cruz Laureada, destinada a premiar los actos de heroísmo. Se obtendrá mediante juicio contradictorio, siendo aplicable a todos los individuos del Ejército y de la Armada, desde soldado a capitán general; pero habrá también la Gran Cruz, reservada, única y exclusivamente, a los generales en jefe de los Ejércitos de Mar y Tierra, la cual se concederá a propuesta del Consejo de Ministros, previo informe favorable de la Asamblea de la Orden. 3.ª Se tendrán en cuenta, al hacer la reforma, las profundas variaciones introducidas en la táctica desde la época en que dichos Estatutos fueron aprobados y los nuevos elementos de guerra con que hoy cuentan los Ejércitos para el combate, tomando muy especialmente en consideración, al hacer el análisis de los méritos contraídos, las condiciones de capacidad y manifiestas dotes de mando del presunto premiado, así como las disposiciones por él adoptadas, siempre que, como resultado de ellas, se obtengan ventajas de verdadera trascendencia. 4.ª Las pensiones de la Cruz de esta Orden serán: 1.000 pesetas anuales, para cabos e individuos de tropa y marinería; 1.250, para sargentos y suboficiales y empleos similares de la Marina de Guerra; 1.500, para alféreces y tenientes y alféreces de navío y fragata; 2.000, para capitanes y tenientes de navío; 2.500, para comandantes y tenientes coroneles, capitanes de corbeta y fragata; 3.500, para coroneles y capitanes de navío; 5.000, para generales de brigada y división, contralmirantes y vicealmirantes; 7.500, para los tenientes generales, almirantes, capitanes generales de Ejército y Armada sin nombramiento especial de general o de almirante en jefe, y 10.000 para las Grandes Cruces. Las pensiones de la Cruz son aplicables en escala y cuantía a los asimilados de los cuerpos auxiliares político-militares del Ejército y Armada. Los derechos y pensiones que esta ley establece para los Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando se aplicarán a los que en lo sucesivo ingresen en ella y a los que se hallan actualmente condecorados con la Cruz de segunda clase (laureada) de dicha Orden. Los Caballeros de primera clase de la Orden de San Fernando disfrutarán una pensión equivalente a la quinta parte de la que se señala anteriormente para los Caballeros de la misma Orden, según el empleo en que obtuvieren la condecoración. h) Cruz de San Hermenegildo. Se declaran incluidos en el artículo 10 del reglamento de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, aprobado por real decreto de 16 de junio de 1879, con opción todos los derechos y ventajas inherentes a la misma para en adelante, los generales, jefes y oficiales y sus asimilados pertenecientes al Ejército y Armada, en cualquiera de las armas y cuerpos que lo constituyen siempre que tengan real despacho de oficial. A la oficialidad de nuevo ingreso en la Orden, por virtud del anterior acuerdo se le concederá la antigüedad de 7 de marzo del corriente año en las condecoraciones a que tengan derecho en dicha fecha, según sus años de servicios y empleos. Como adición al artículo 13 del mencionado reglamento de la Orden, y en relación con la caducidad de derechos que motiva el ascenso de una a otra categoría de la misma, se establece, a título de excepción, que los Caballeros en posesión de Placa que al pasar a situación de retirados no hubiesen perfeccionado su derecho para entrar en el disfrute de la pensión anexa a esta condecoración, percibirán en su defecto la correspondiente a la Cruz sencilla. Se restablece en toda su fuerza y vigor el artículo 23 del reglamento de la Orden, percibiéndose, en su consecuencia, sin limitación ni reducción, todas la pensiones cuyo derecho se perfeccione y reconozca en la cuantía en dicho artículo señalada con arreglo

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precepto de fundación; en consecuencia del cual acuerdo quedan sin efecto los artículos 26, 27 y 28 del repetido Reglamento. Para satisfacer el importe de las pensiones que a derivan del presente decreto, se solicitará la ampliación del correspondiente crédito consignado en el presupuesto de este departamento.

Real decreto de 1 de julio de 1918 (Gaceta de Madrid número 184, del 3). Disponiendo sean de inmediata aplicación a la Marina las bases que se indican del proyecto de reorganización del Ejército, aprobado por real decreto de 7 de marzo del año actual, con las modificaciones autorizadas por la ley de 29 de junio próximo pasado25.

BASE 10. RECOMPENSAS a) Las que en tiempo de guerra podrán concederse al personal de la Armada serán las siguientes con arreglo a sus categorías. Por méritos de guerra: 1.ª Cruz del Mérito Naval con distintivo rojo. 2.ª Medalla Naval con el mismo distintivo para todos los individuos de la Marina, desde marinero o soldado a capitán general, en cada campaña. 3.ª Cruz Laureada de San Fernando. Por circunstancias y servicios de campaña: 4.ª Medalla de sufrimientos por la Patria para heridos, contusos y prisioneros, siendo pensionada para los dos primeros, otorgada la pensión por las Cortes, cuando proceda, y la cesará de percibir el herido o contuso, ya por completo restablecimiento o por declaración definitiva de inutilidad o ingreso en inválidos, sin que el disfrute de la pensión pueda exceder de dos años. Cuando en casos extraordinarios y repetidos se ponga de manifiesto en la dirección y mando de escuadras, divisiones, buques o de tropas en campaña, las relevantes y notorias condiciones de algún general, jefe u oficial en forma que aconseje la conveniencia de aprovechar sus excepcionales facultades en beneficio de la Nación, podrá ser promovido por una ley al empleo inmediato dentro del respectivo cuerpo, mediante propuesta, del jefe superior a quien competa, previa la instrucción de un expediente-contradictorio de carácter sumarísimo, ordenado por aquél y siempre que sea favorable el informe definitivo del mismo, que estará encomendado al Consejo Supremo de Guerra y Marina. Una vez otorgado el ascenso, cubrirá la primera vacante que se produzca. Los ascensos que con arreglo a esta ley sean concedidos por elección o por méritos extraordinarios de paz o de guerra a jefes, oficiales y asimilados de la Armada, serán permutables por la cruz del Mérito Naval del distintivo correspondiente, previa petición del interesado. Los generales, jefes y oficiales, individuos de los cuerpos y clases subalternas y los de marinería y tropa, desaparecidos o muertos en acción de guerra o de resultas de sus heridas antes de haber sido dados de alta para el servicio, y los que fuesen muertos por el enemigo estando prisioneros, dejarán a sus familias en concepto de pensión, aplicable en la forma prevenida en el artículo 5.° de la ley de 8 julio de 1860 el sueldo entero del empleo que poseían al ocurrir el hecho. Todas las recompensas se otorgarán al final de la campaña, si su duración fuera menor de seis meses, o por plazos de este mismo tiempo como mínimo según los hechos de armas y operaciones realizadas, siendo indispensable que los agraciados hayan permanecido en el teatro de operaciones durante los plazos indicados, salvo en caso de herida o enfermedad justificada. De estas reglas se exceptúan la Cruz de San Fernando y la Medalla Naval, que podrán concederse sin tal limitación, aunque siempre con las formalidades que determinen los Reglamentos respectivos.

25 Se inserta únicamente lo que interesa a este epígrafe.

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Los méritos contraídos y los trabajos de importancia realizados durante la guerra, en el teatro de ella, pero que no afecten de un modo inmediato a las operaciones ni impliquen riesgos, penalidades u otras circunstancias excepcionales dentro de las propias del servicio de la Armada y campaña, serán recompensados como trabajos en tiempo de paz. b) Las recompensas que podrán ser otorgadas a los generales, jefes y oficiales y sus asimilados de la Armada que con utilidad para ella se excedan en el cumplimiento de su deber en tiempo de paz, serán las siguientes: 1.ª Mención honorífica. 2.ª Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco. 3.ª Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco, de carácter extraordinario y con pensión señalada, en cada caso, por una ley, previo informe de los jefes respectivos y el dictamen del Consejo Supremo de Guerra y Marina. c) A pesar de que el espíritu que informa este decreto es el de que las recompensas que se concedan sean, por regla general, honoríficas, las clases e individuos de marinería y tropa, por su modesta categoría podrán ser recompensados por méritos contraídos, en guerra o paz, con las siguientes recompensas: d) Por méritos de guerra: 1.ª Cruz de plata del Mérito Naval con distintivo rojo. 2.ª Cruz de plata del Mérito Naval con distintivo rojo, pensionada durante cinco años o vitalicia. 3.ª Ascenso al empleo inmediato en premio a relevantes servicios de guerra durante toda la campaña, o de sólo seis meses como mínimo, si dura más, siempre que los agraciados posean condiciones que lo hagan aptos para el desempeño del empleo que se les confiera. 4.ª Medalla Naval, ya citada, para oficiales. 5.ª Cruz Laureada de San Fernando. e) Por servicios de paz: 1.ª Citación en la Orden del buque o unidades superiores, dando traslado de ella al interesado. 2.ª Cruz de plata del Mérito Naval con distintivo blanco, pensionada durante el tiempo de servicio, para premiar méritos o servicios excepcionales. f) Reglamentos especiales fijarán las condiciones y requisitos de que habrán de reunir los generales, jefes, oficiales, clases e individuos de marinería y tropa que hayan de ser premiados con las recompensas que antes se enumeran. Real decreto de 10 de marzo de 1920 (Gaceta de Madrid número 74, del 14). Aprobando el reglamento de recompensas en tiempo de guerra para generales, jefes, oficiales y sus asimilados, clases e individuos de tropa del Ejército. Para el desarrollo de la base décima de la ley de 29 de junio de 1918 se nombró, por real orden de 28 de enero de 1919, una comisión, integrada por generales y jefes de reconocido prestigio, a fin de que propusiera los reglamentos para la aplicación de los preceptos de la citada base. Redactado por esta comisión el reglamento de recompensas en tiempo de guerra para los generales, jefes y oficiales y sus asimilados, clases e individuos de tropa; oído el parecer del Consejo Supremo de Guerra y Marina y habiendo emitido su informe la Comisión permanente del Consejo de Estado, considera el ministro que suscribe, existen en este trabajo la mayor suma de garantías de acierto; y fundado en ello tiene el honor de someterlo, de acuerdo con el Consejo de Ministros, a la aprobación de V. M.

REAL DECRETO A propuesta del Ministro de la Guerra, de acuerdo con el Consejo de Ministros y de conformidad con lo informado por la Comisión permanente del Consejo de Estado, vengo en aprobar el reglamento de recompensas en tiempo de guerra, para los generales, jefes y oficiales y sus asimilados, clases e individuos de tropa del Ejército.

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Reglamento de recompensas en tiempo de guerra para generales, jefes y oficiales y sus asimilados y para clases e individuos de tropa y asimilados

GENERALIDADES CAPÍTULO PRIMERO

Artículo 1.º En tiempo de guerra, las recompensas de los generales, jefes, oficiales y asimilados de todas las armas, cuerpos e institutos del Ejército, así como también las de las clases e individuos de tropa y sus asimilados, se concederán con estricta sujeción a las prescripciones de este reglamento. Artículo 2.° Al Gobierno de S. M. compete determinar el principio y fin de una campaña, señalar el territorio de la guerra y ordenar la formación de propuestas para los efectos de la ley de 29 de junio de 1918 (CL número 169) y aplicación de este reglamento, correspondiendo a las Cortes la concesión de recompensas de ascensos y de pensiones a la Medalla de Sufrimientos por la Patria. Artículo 3.° Igualmente el Gobierno de S. M. podrá conceder recompensas colectivas, que serán siempre independientes de las individuales que puedan merecer los generales, jefes, oficiales, clases e individuos de tropa de los cuerpos, unidades o agrupaciones orgánicas, premiadas con aquellas. Artículo 4.° Los méritos contraídos por los no combatientes y los trabajos de importancia realizados durante la guerra, en el territorio de ella, pero que no afecten de un modo inmediato a las operaciones, ni implique riesgos, penalidades u otras circunstancias excepcionales, dentro de las propias del servicio del Ejército y campaña, serán recompensados como trabajos en tiempo de paz, en la forma y con arreglo a la escala gradual que se establece en el artículo 2.° del reglamento de recompensas en dicho tiempo. Artículo 5.º En tiempo de paz y sólo en casos muy extraordinarios podrán considerarse como hechos de guerra, para la concesión de las recompensas establecidas en este reglamento, los casos siguientes: Primero. Que el militar, sea o no jefe inmediato o directo de una tropa rebelde o sediciosa, la someta a la obediencia y disciplina, con gran riesgo de su vida. Segundo. Que al surgir colisiones armadas, combates o hechos de armas, cumpla el militar sus deberes con extraordinario valor, acierto y abnegación. Tercero. Que por su iniciativa y dirección en hechos y combates, y con gran riesgo de su vida, mantenga un militar en defensa de la Nación, de las instituciones y de la disciplina, el honor de las armas, la lealtad de las tropas a sus órdenes o la paz pública, y Cuarto. Aquello servicios que, por disposiciones especiales, estén considerados como de guerra o se determine así en lo sucesivo, además de los que ocasionen el fallecimiento inmediato en servicio propio de su clase. Artículo 6.° Las grandes hazañas, los hechos heroicos, los méritos extraordinarios, los peligros arrostrados y penalidades sufridas en la campañas serán premiados en interés del Estado y en consideración a los merecimientos de los oficiales generales, particulares y sus asimilados de los cuerpos e institutos del Ejército, con las recompensas siguientes: a) Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. b) Medalla militar. c) Empleo inmediato en todas las categorías. Los ascendidos cubrirán vacante dentro de su escala y en el arma o cuerpo a que pertenecen, hasta el empleo de general de brigada, inclusive, los de la escala activa, y hasta el límite superior señalado a su escala por la vigente ley, los de la escala de reserva. En la escala activa de los cuerpos auxiliares, hasta el empleo superior señalado en las respectivas escalas. d) Cruz laureada de San Fernando. e) Medalla de Sufrimientos por la Patria, pensionada o no. En iguales circunstancias, las clases e individuos de tropa serán premiados con las recompensas que a continuación se expresan: a) Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo, sin pensión, pensionada durante cinco años, o vitalicia.

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b) Medalla Militar. c) Ascenso al empleo inmediato en su arma o cuerpo hasta el de alférez de la escala de reserva retribuida. d) Cruz laureada de San Fernando. Asimismo las unidades y agrupaciones orgánicas de los cuerpos e institutos del Ejército, serán premiadas con las recompensas siguientes: a) Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. b) Medalla Militar. c) Corbata y Cruz laureada de San Fernando. También podrá concederse a dichos cuerpos y agrupaciones otras recompensas honoríficas. Artículo 7.° Las recompensas colectivas a que se refiere el artículo anterior, se concederán por el Gobierno a propuesta del general en jefe, cuando las unidades del Ejército fracciones orgánicas de las mismas se hubiesen hecho acreedores a ellas por muy señalados méritos de guerra, análogos a los exigidos en este reglamento y en los estatutos de las respectivas Ordenes, a los generales, jefes y oficiales. Las condecoraciones y distintivos así concedidos serán exclusivamente honoríficos y los usarán, ya las banderas y estandartes, ya los individuos que formen parte de la unidad, en tanto pertenezcan a ella en la forma y sitio que se determine. Artículo 8.° A los oficiales generales y particulares y sus asimilados prisioneros de guerra, sin menoscabo del honor militar, podrá serles concedida la Medalla de Sufrimientos por la Patria en los casos y condiciones que prevé el reglamento correspondiente, sin perjuicio de otras recompensas cualesquiera que, por servicios o hechos anteriores a haber caído en dicha situación, o por los en ella realizados, puedan merecer, según resulte del expediente informativo que en estos casos habrá siempre de instruirse, ajustado a lo dispuesto en la real orden de 6 de noviembre de 1814. A las clases de tropa podrá serles concedida la cruz de plata del Mérito Militar sin pensión, con distintivo amarillo y verde, con arreglo al procedimiento fijado en la citada disposición. Artículo 9.° Los oficiales generales y particulares y sus asimilados, heridos o contusos en campaña o fuera de ella, siempre que lo sean en funciones de guerra, o considerados como tales, según lo determinado en este reglamento, y sin menoscabo del honor militar, podrán ser recompensados con la Medalla de Sufrimientos por la Patria, e indemnizados con el abono de las pensiones correspondientes, según la importancia de la lesión recibida. Las clases de tropa, en las mismas circunstancias, podrán ser recompensados con la cruz de plata del Mérito Militar, e indemnizados con el abono de las pensiones correspondientes, según la importancia de la lesión recibida. Artículo 10. Los heridos y contusos podrán ser recompensados por su méritos y servicios en igualdad de condiciones que los demás, sin que la circunstancia de haberlo sido, establezca derecho ni preferencia a recompensa, salvas la Medalla de Sufrimientos por la Patria y la Cruz de plata del Mérito Militar para heridos, que podrán ser concedidas por sólo esta circunstancia y con independencia de las recompensas y pensiones señaladas a la distinción. Artículo 11. Caso de que el Gobierno de S. M. lo considere procedente, podrá conceder a la terminación de una guerra, abonos de tiempo de campaña y medallas conmemorativas en la forma y extensión que determine. Artículo 12. Todas las recompensas se otorgarán al final de la campaña si su duración fuese menor de seis meses o por plazos de este mismo tiempo como mínimo y según los hechos de armas y operaciones realizadas; siendo indispensable que los agraciados hayan permanecido en el territorio de operaciones durante los plazos indicados, salvo en casos de herida o enfermedad graves y justificadas26. De esta regla se exceptúan la Cruz de San Fernando y la Medalla Militar, que podrán concederse sin tal limitación, aunque siempre con

26 Este artículo fue aclarado por una real orden circular de 22 de marzo de 1923.

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las formalidades que determinen los reglamentos respectivos. Artículo 13. Los generales, jefes, oficiales y tropa desaparecidos o muertos en acción de guerra, o de resultas de sus heridas antes de haber sido dados de alta para el servicio, y los que fueren muertos por el enemigo estando prisioneros, dejarán a sus familias en concepto de pensión, aplicable en la forma prevenida en el artículo 5.° de la ley de 8 de julio de 1860, el sueldo entero del empleo que poseían al ocurrir el hecho de la desaparición o fallecimiento. Se considerarán a estos efectos como hechos de guerra los mencionados en el artículo 5.º Artículo 14. Cuando algún jefe de cuerpo, unidad o destacamento tenga, por propia observación o por noticias recibidas, conocimiento de un hecho o servicio distinguido o meritorio por cualquiera de sus subordinados, lo participará a su inmediato superior, especificando, separadamente para cada individuo, el motivo del mérito contraído. Si este superior acepta el parte recibido, queda responsable de las afirmaciones que contenga, y obligado a cursarlo, previa comprobación, si lo estima necesario, por conducto regular y con sucesiva responsabilidad de cuantos así vayan tramitándolo, hasta que llegue al general o comandante en jefe, el cual, si a su vez lo acepta, lo incluirá en relación que mandará publicar en la orden general, citando en ella, como distinguido, al autor del hecho o servicio a que el parte se refiera, y si lo rechaza, comunicará esta resolución a quien corresponda, para conocimiento del interesado. Artículo 15. De los jefes, oficiales, clases e individuos de tropa que se distingan, formando parte de cuarteles generales o sin prestar servicio en cuerpo o unidad determinada, dará noticia el superior que haya sido testigo de la acción meritoria realizada o tenga noticia de ella, siguiendo luego el parte, así formulado, los mismos trámites prescriptos en el artículo anterior; pero si sólo ha podido tener noticia de la realización del hecho el general o jefe superior a cuyas órdenes sirve el interesado, mandará aquél formar el expediente necesario para conocer su mérito y premiarlo, en substitución del parte a que se refiere el citado artículo anterior. Artículo 16. Sin perjuicio de estos partes y noticias, cuando el general o comandante en jefe presencie o llegue a conocer, por sí mismo, algún hecho o servicio muy distinguido que él estime digno de servir de ejemplo a todos y merecedor de pública e inmediata recompensa, podrá otorgar al que lo realice la Medalla Militar, publicando, desde luego, el hecho y la concesión, en la orden general, y disponiendo, seguidamente, lo necesario para la imposición de esta Medalla, con arreglo a lo determinado en el reglamento de ella. Artículo 17. Además del caso previsto en el artículo anterior para conceder la Medalla Militar cuando sea conveniente a todos el ejemplo de pública y especial recompensa, y no tenga el general o comandante en jefe conocimiento por sí del hecho distinguido, podrá ordenar una información especial que será instruida por capitanes, para clases e individuos de tropa; por coroneles, para capitanes y subalternos, y por un general, para los jefes; actuando de secretario uno del mismo empleo que el individuo objeto de la información. Para los generales será instructor de ella otro de empleo superior o de mayor antigüedad, y secretario, un jefe. Esta información, con el parecer de su instructor y el del general o comandante en jefe, se unirá a la propuesta respectiva. Artículo 18. La concesión de la Medalla Militar lleva consigo la inclusión del agraciado en las relaciones de distinguidos a que se refiere el precedente artículo 14, y no será obstáculo para las ulteriores recompensas que, por el mismo hecho o servicio o por otros cualesquiera, puedan ser otorgadas después al que la obtenga. Artículo 19. Publicadas en la orden general estas relaciones de distinguidos, podrá reclamar inclusión en ella, dentro del plazo de ocho días, a partir del en que llegue la misma orden general a conocimiento del reclamante, todo el que se considere con méritos suficientes para figurar en dicha relación. Se depurará, por medio de rápido expediente, la razón que asiste al peticionario, y se le atenderá si la tuviere, o se le apercibirá, en caso contrario, por lo inmodesto y vicioso de su petición, quedando a juicio del jefe de su cuerpo la forma de este apercibimiento, que hará constar en su hoja de hechos. Artículo 20. Las mismas reglas se aplicarán para la concesión de recompensas colectivas,

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entendiendo a estos efectos, como jefe llamado a participar el hecho meritorio, al superior jerárquico del que mande la unidad que por su comportamiento se haya distinguido. El general o comandante en jefe podrá citar en la relación general a la unidad autora del hecho, pero no conceder recompensa, que se limitará a proponer al Gobierno, ya indicando la que proceda, ya sin hacer indicación concreta. Artículo 21. La concesión o negativa de recompensas, hecha con sujeción a los términos de este reglamento, será definitiva, y respecto a ella no cabrá reclamación alguna en sentido de anulación, cambio o mejora, salvo en el caso a que se refiere el artículo 37, que solicitará el interesado en un plazo improrrogable de tres meses, a partir de la fecha de la concesión. Artículo 22. Los alumnos de las academias militares podrán ser recompensados en la forma prevista en este reglamento para los oficiales o clases de tropa, según el concepto en que prestaren servicios. Artículo 23. Las pensiones señaladas en este reglamento, por cruces y medallas, subsistirán de modo invariable, salvo caso de sentencia de tribunal competente, hasta el término de los plazos para que fueron concedidas, cualquiera que llegase a ser la categoría o el destino de los interesados, y aun cuando éstos pasen a situación de reserva, retiro o licencia absoluta, por virtud de petición propia o por causa de edad, tiempo de servicio falta de salud u otras igualmente abonadas.

CAPÍTULO II RECOMPENSAS A GENERALES, JEFES, OFICIALES Y ASIMILADOS

Artículo 24. Las recompensas que por servicios y méritos de guerra pueden otorgarse a los generales, jefes y oficiales del Ejército y sus asimilados de los cuerpos auxiliares y político-militares, son las establecidas en el artículo 6.° de este reglamento. Artículo 25. Ordenada la formación de propuestas, pedirá el general o comandante en jefe a los generales de cuerpo de ejército y, a falta de éstos, a los generales o comandantes de las unidades superiores de las fuerzas a sus órdenes, relaciones de servicios y hechos de las fuerzas respectivas. Los jefes de cuerpo o unidad orgánica, formularán estas relaciones, incluyendo en ellas a los subordinados suyos que reúnan las condiciones necesarias para alcanzar recompensas, expresando la antigüedad de cada lino, el tiempo que lleve en la campaña, sus servicios y méritos de guerra en ella, las recompensas que por éstos hubieran obtenido, los combates a que hayan concurrido, la parte que tomó en ellos, las veces y ocasiones en que fue citado en la orden general como distinguido y la recompensa a que dicho jefe lo considere acreedor. En estas mismas relaciones habrá casillas en las cuales estampará su parecer, respecto a la recompensa así indicada, el general de la brigada, el de la división, el del cuerpo de ejército, si lo hubiese, y el general o comandante en jefe, quedando otra, por último, para la resolución que proceda. Los jefes de Estado Mayor de brigada, división y cuerpo de ejército y el de Estado Mayor General del Ejército, se considerarán como jefes de unidad para estos fines, con respecto a todos los generales, jefes y oficiales y asimilados de cualquier arma o cuerpo que sirvan en los respectivos cuarteles generales y sean de categoría igual o inferior a la de ellos. Artículo 26. Las relaciones para propuesta de las recompensas de los coroneles y de los jefes de cuerpo o unidad, serán hechas por los generales de brigada de quienes dependan; las correspondientes a generales de brigada, por el general de la división a que pertenezcan; las de éstos y las de los jefes de cuerpo o unidades directamente afectas a un cuerpo de ejército, serán formuladas por el general del mismo cuerpo; la de estos generales de cuerpo de ejército, la de los generales de división, si no existiesen constituidos cuerpos de ejército en el de operaciones, y la del Jefe de Estado Mayor General del Ejército y demás generales que dependan directamente del general o comandante en Jefe, lo serán por éste. Artículo 27. Estas relaciones originales de propuestas, con todos los informes prescriptos en el precedente artículo 25, serán las que lleguen al Ministro de la Guerra, quien estampará precisamente en las mismas relaciones la resolución que proceda. Artículo 28. Para proponer el ascenso de un jefe u oficial, se hará precisamente y en

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todos los casos, la información de que trata el artículo 17 de este reglamento, siendo condición indispensable que declaren en ella, además de los que el instructor estime que deban hacerlo, y de cuantos soliciten declarar, el jefe del cuerpo o unidad en que sirve el propuesto y algunos del mismo empleo que este último; todos los cuales serán, en lo posible, de los que hayan presenciado los hechos o servicios a que se refiere la información, y a falta de testigos presenciales, personas que tengan motivo para conocer aquellos hechos o servicios. Para la propuesta de ascenso de un coronel a general, o de un general de brigada a general de división, se llenarán los mismos requisitos, en cuanto sean compatibles con la categoría del propuesto. Artículo 29. El ascenso de los generales de división a tenientes generales será propuesto directamente por el general en jefe, acompañando a la propuesta un expediente informativo en que consten todos los hechos distinguidos y servicios prestados durante la campaña, expediente que podrá ser formado, como delegado del general en jefe, por el general jefe de Estado Mayor del Ejército. Los proyectos de ley de los ascensos a que se refieren este artículo y el anterior, serán necesariamente informados por el Consejo Supremo de Guerra y Marina. Artículo 30. A la dignidad de capitán general, sólo podrá ascender en campaña el general o comandante en jefe, si es teniente general, cuando sus méritos y servicios sean de tal importancia que aconsejen al Gobierno de S. M., con las Cortes, elevarle a dicha suprema categoría militar.

Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo Artículo 31. Los méritos y servicios de guerra, de carácter general, penalidades sufridas y tiempo de campaña, se podrán recompensar con la cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, en sus diferentes categorías, siendo indispensable haber permanecido seis meses, como mínimo en el territorio de las operaciones, a menos que la campaña fuera de menor duración, asistido a tres hechos de armas, haber tomado parte en alguna fase de ellos, pertenecido a las fuerzas avanzadas, o a puestos de mayor peligro, desarrollando con acierto su cometido, y siempre a juicio del jefe del cuerpo. Artículo 32. Subsistirán para generales, jefes y oficiales, solamente cuatro clases: de primera, para oficiales; de segunda, para comandantes y tenientes coroneles; de tercera, para coroneles, y de cuarta, o Gran Cruz, para oficiales generales.

Medalla Militar Artículo 33. Los generales, jefes y oficiales que figuren en las relaciones de distinguidos a que se refieren los artículos 14, 15 y 19 de este reglamento, podrán ser recompensados con esta Medalla, otorgándose en la forma que previene el reglamento de la Orden.

Empleo por mérito de guerra Artículo 34. Conforme preceptúa la base décima de la ley de 29 de junio de 1918 y previa la formación de expediente de juicio contradictorio que la misma exige, podrán ser recompensados con el ascenso al empleo superior inmediato en su arma, cuerpo y escala, los comprendidos en las relaciones que menciona el artículo 33, que se hubiesen distinguido notoriamente, con actos de su propia iniciativa o en cumplimiento de órdenes recibidas, y en ambos casos, con su intervención directa y personal, y a consecuencia de los cuales se hubiese logrado cambiar, ventajosamente, la faz de uno o varios combates, sosteniendo y asegurando, con reacciones ofensivas, una retirada en bien de otras tropas más numerosas, contra un enemigo victorioso y superior en fuerzas, o realizando en el teatro de operaciones, o en un territorio de la campaña, otro hecho, empresa o servicio de guerra, de igual o mayor importancia que los antedichos. Artículo 35. Estatuido el ascenso en campaña, se tendrá presente que su fin, según el espíritu de la ley, es dotar con grandes probabilidades de acierto las diferentes jerarquías del Ejército, y aprovechar las excepcionales facultades de algún general, jefe u oficial en beneficio de la Nación. Artículo 36. Los ascensos otorgados con arreglo a este reglamento sólo darán derecho a cubrir la primera vacante que se produzca y llevarán la fecha de ésta, a no ser que otra se

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establezca en la ley especial que lo conceda. El fallecido en acción de guerra se presumirá vivo para todo lo que le sea favorable, y dejará a su familia, si fuere ascendido, en concepto de pensión aplicable en la forma prevenida en el artículo 5.° de la ley de 8 de julio de 1860, el sueldo entero del empleo inmediato superior, desde la fecha en que le hubiese correspondido el ascenso, con arreglo a las disposiciones de este artículo. Artículo 37. Los ascensos que con arreglo a este reglamento sean concedidos, serán permutables por la cruz del Mérito Militar de la clase y distintivo correspondientes, previa petición del interesado.

Cruz Laureada de San Fernando Artículo 38. Se otorgará en los casos, circunstancias y condiciones previstas en sus estatutos.

Medalla de Sufrimientos por la Patria Artículo 39. La Medalla de Sufrimientos por la Patria, instituida por real orden de 6 de noviembre de 1814, como honroso distintivo de aquellos que, traídos a la dura situación de prisioneros de guerra sin mengua ni quebranto de su honor militar, arrostren en ella de igual manera grandes penalidades, se aplicará, también a señalar y distinguir a los que cumpliendo con su deber en funciones del servicio sufran heridas, causadas por cualquier otro elemento o medios de combate, de importancia bastante a determinar la concesión de tan preciado testimonio; otorgándose a los primeros, con arreglo a lo que preceptúa el artículo 8.° de este reglamento, y a los segundos, con sujeción a las condiciones que se fijan en los apartados siguientes: Apartado 1.º La Medalla de Sufrimientos por la Patria, cuando se conceda por lesiones, será siempre pensionada; se otorgará la pensión por la Cortes y llevará en su cinta un aspa roja y un pasador de plata en que se inscriba la fecha de la lesión sufrida, siendo condición precisa para obtenerla que las heridas o contusiones que la motiven lo hayan sido en forma o circunstancias que en nada amengüen ni dañen el honor militar del lesionado. Apartado 2.° Los individuos de cuerpos auxiliares y políticos militares, podrán obtener esta Medalla en iguales condiciones que los del Ejército, a quienes estén asimilados en categoría. Apartado 3.° La pensión que se conceda se acreditará a partir del día primero del mes siguiente al en que el interesado quedó herido o contuso, y será compatible con cualquier otro devengo y abonada por mensualidades completas, aun cuando el herido o contuso obtenga o haya obtenido su pase a la reserva, retiro o licencia absoluta por solicitud propia o por razón de edad, falta de salud, tiempo de servicio u otra causa igualmente abonada. Apartado 4.° El que hallándose en posesión de esta Medalla sufra nuevas heridas o contusiones, que también le den derecho a ella, la obtendrá de igual manera cuantas veces la mereciese, con los goces de las pensiones correspondientes por el tiempo señalado a cada pensión, pero no podrá ostentar más que una insignia, bien que llevando la cinta tantos pasadores con sus respectivas inscripciones cuantas sean las medallas de esta clase que tenga concedidas. Apartado 5.° Los que durante el goce de una o varias de estas pensiones ascendieren, seguirán disfrutándolas en el tiempo y cuantía por que le fueron concedidas. Artículo 40. Para la debida comprobación de las condiciones preceptuadas en el artículo anterior, llevarán los directores de los establecimientos sanitarios militares en que ingresen los lesionados, relaciones que especifiquen la fecha de la lesión de cada uno, el día en que comenzó su tratamiento facultativo, el de ingreso del lesionado en el establecimiento, el informe diario del médico de cabecera acerca del carácter de leve, grave o muy grave de aquella, y el número de hospitalidades causadas en dicho establecimiento. Artículo 41. Si la asistencia del lesionado se efectuara en domicilios o establecimientos civiles o particulares no afectos directamente al servicio de Sanidad Militar, corresponderán al jefe sanitario de la plaza respectiva, y al médico militar que éste designe, las funciones de estadística, vigilancia y comprobación encomendadas en el artículo anterior al director del

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hospital y al médico de cabecera. Artículo 42. Cuando el lesionado salga de uno de estos domicilios o establecimientos sanitarios, para proseguir su curación en otra cualquiera de clase igual o distinta, será remitida la relación correspondiente por el director del hospital o jefe de Sanidad Militar respectivo, al que, por efecto del traslado, debe encargarse de continuarla. Artículo 43. El director del hospital o jefe de Sanidad Militar de la plaza respectiva, según los casos, si creyese que la importancia y duración de las heridas y los sufrimientos que ella produce al paciente, son motivos bastantes para proponer para la Medalla de Sufrimientos por la Patria, remitirá al general comandante en jefe del Ejército, por el conducto debido, la correspondiente comunicación, manifestándolo así, y acompañada de los datos a que se refiere el artículo 40, para los efectos de la propuesta a que hubiere lugar. Artículo 44. La concesión de esta medalla con pensión requerirá se formule propuesta por el general o comandante en jefe, con todos los antecedentes prevenido en este reglamento, a fin de que por el Ministro de la Guerra se tramite a las Cortes, para ser otorgada, según establece la ley.

CAPÍTULO III RECOMPENSAS A CLASES E INDIVIDUOS DE TROPA Y SUS ASIMILADOS

Artículo 45. Las recompensas que por servicios y méritos de guerra puedan otorgarse a las clases e individuos de tropa y sus asimilados, son las que señala el artículo 6.° de este reglamento. Artículo 46. Los capitanes de compañía, escuadrón o batería y los comandantes de unidades análogas a éstas, llevarán notas de los servicios y hechos de campaña de todas las clases e individuos de tropa que sirvan a sus órdenes, de igual manera y con el mismo objeto que el artículo 25 de este reglamento establece para los jefes de cuerpo respecto a jefes y oficiales del suyo. Estas obligaciones son extensivas a los directores de hospitales y jefes de Sanidad Militar de las plazas, en analogía con lo que se previene en el artículo 43 de este reglamento. Artículo 47. Las propuestas generales de recompensas que se ordene formular a favor de clases e individuos de tropa, se ajustarán a lo establecido para generales, jefes y oficiales; pero irán informadas primeramente por el capitán de la compañía, escuadrón o batería, o por el comandante de unidad análoga a éstas, en que el propuesto haya prestado los servicios o con los méritos que puedan hacerle acreedor a la recompensa.

Cruz de plata de Mérito Militar con distintivo rojo Artículo 48. Esta cruz, sin pensión, podrá ser otorgada, en los mismos casos y condiciones que establece el artículo 31 de este reglamento, para generales, jefes y oficiales, y el artículo 8.° para los oficiales generales y particulares y asimilados, prisioneros de guerra. La que se conceda a éstos se diferenciará de la de distinguidos, en que colgará de una cinta estrecha amarilla con cantos verdes. Artículo 49. Esta cruz con pensión, podrá ser concedida a las clases e individuos de tropa que, figurando en la relación de distinguidos, estén en posesión, cuando menos, de una de dicha clase sin pensión y a las clases e individuos que, sin menoscabo de su honor militar, sufran heridas o contusiones, aun cuando no estén en posesión de ninguna cruz. La que se conceda a los primeros llevará una orla de plata, y la que se conceda a los segundos un aspa roja en la cinta y la fecha de la lesión sufrida. Artículo 50. La pensión de cruz de plata del Mérito Militar podrá ser temporal (cinco años) o vitalicia y de la cuantía siguiente:

Para distinguidos o heridos Soldados y cabos 12’50 ptas. mensuales. Sargentos 17’50 “ ídem. Suboficiales 25’00 “ ídem.

Para distinguidos y heridos

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Soldados y cabos 25’00 ptas. mensuales. Sargentos 37’50 “ ídem. Suboficiales 50’00 “ ídem. Artículo 51. Para que la pensión sea vitalicia, tratándose de distinguidos, será condición precisa posea el agraciado, por lo menos, una cruz pensionada temporal; no concediéndose más que al final de la campaña, si ésta fuera de corta duración, o del tercer período en adelante si rebasara este límite. Artículo 52. La pensión de la cruz, cuando se trate de heridos, contusos o lesionados, será temporal, si la curación exige de veinte a cuarenta días, y vitalicia, si pasa de este número de días. Artículo 53. Para la debida comprobación de estas condiciones se observará lo prevenido en los artículos 40, 41, 42 y 43 de este reglamento. Artículo 54. Las pensiones por heridas se acreditarán a partir de 1.° del mes siguiente a la fecha de la herida, o hecho recompensado, y serán abonadas por mensualidades completas y compatibles con cualquier otro devengo. El que hallándose en posesión de ésta sufra nuevas heridas, gozará de las pensiones correspondientes por el tiempo señalado a cada una, cuantas veces lo mereciere. Artículo 55. Los individuos de tropa que al ascender a oficial estén en posesión de la cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo, pensionada o sin pensión, la conservarán con la misma insignia y distintivo con que les fue concedida. Artículo 56. Sólo podrá ostentarse una cruz de plata sin pensión y otra pensionada. Las repeticiones de ellas se representarán con pasadores de los colores amarillo y verde, para la cruz concedida a los prisioneros, y de plata, con las fechas de las heridas y leyendas correspondientes, en los demás casos. Artículo 57. Tanto las pensiones vitalicias como las temporales, no dejarán de percibirse aun cuando el agraciado con ellas ascienda a oficial, y estas pensiones serán compatibles con toda clase de devengos que puedan corresponder al agraciado y con arreglo a lo establecido en el apartado tercero del artículo 39 de este reglamento.

Medalla Militar Artículo 58. Esta Medalla será concedida con arreglo al reglamento de la Orden, y en los mismos casos establecidos para los generales, jefes y oficiales.

Ascenso por mérito de guerra Artículo 59. Los ascensos para individuos y clases de tropa se concederán en premio a meritorios servicios de guerra durante toda la campaña, o de sólo seis meses como mínimo si durase más, siempre que los agraciados posean condiciones que les hagan aptos para el desempeño del empleo que se les confiera. Estos ascensos serán concedidos por el General o Comandante en Jefe, tratándose de cabos y soldados, y por el Ministro de la Guerra, a propuesta de aquél, publicándose en el Diario Oficial, cuando se trate de clases de la segunda categoría. Artículo 60. Estos ascensos serán concedidos dentro del espíritu que informa lo determinado para generales, jefes y oficiales, teniendo siempre en cuenta las clases de méritos, servicios y utilidades que para la campaña y el Ejército puedan aportar en su categoría. Artículo 61. Para proponer el ascenso de suboficial a alférez de la escala de reserva retribuida, se instruirá el expediente informativo prevenido para los generales, jefes y oficiales, siendo instructor un jefe o capitán, y secretario uno de la misma categoría del propuesto.

Cruz laureada de San Fernando Artículo 62. Se otorgará en las mismas condiciones que las señaladas en el artículo 38 de este reglamento, para generales, jefes y oficiales.

CAPÍTULO IV RECOMPENSAS A LAS FUERZAS DE LA ARMADA Y OTRAS ESPECIALES ORGANIZADAS

MILITARMENTE

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Artículo 63. Los preceptos de este reglamento podrán hacerse extensivos a fuerzas de la Armada u otras cualesquiera, organizadas militarmente, que concurran con las del Ejército a operaciones de campaña, en cuanto no se opongan a los reglamentos y disposiciones especiales por que aquellas se rijan. Artículo 64. El personal de dichas fuerzas, sin asimilación militar, será equiparado en la forma y medida correspondiente a las respectivas categorías militares, por razón de sueldo, para lo cual serán considerados como oficiales aquellos individuos que lo devenguen igual o superior al asignado a los alféreces del Ejército. Artículo 65. El pago de las pensiones correspondientes a las recompensas concedidas o que se concedan a individuos o fuerzas militarmente organizadas, será atención del Ministerio de la Guerra con cargo a su propio presupuesto, cualquiera que sea la corporación o entidad que provea al sostenimiento de dichas fuerzas, y se ajustará a las mismas reglas y condiciones establecidas para los individuos del Ejército. Artículo 66. Disueltas estas fuerzas o terminada la guerra y con ella el auxilio temporal que prestaron al Ejército, todos los individuos que tengan recompensas con pensión se considerarán como licenciados, con los mismos derechos, en lo tocante al percibo de las respectivas pensiones, que los procedentes del Ejército. Artículo 67. Las personas de cualquier clase y condición que sean, que no pertenezcan al Ejército, Armada u otras fuerzas organizadas militarmente, no podrán de modo alguno ser agraciadas, por servicios y méritos de guerra, con las recompensas señaladas en este reglamento.

ARTÍCULO TRANSITORIO Los generales, jefes y oficiales y las clases e individuos de tropa que tengan pendiente propuesta de recompensas por servicios y méritos de guerra, o considerados como tales, anteriores a la promulgación de la ley de 29 de junio de 1918, seguirán atenidos, por lo que respecta a la concesión o negativa, a los preceptos que regían al tiempo de formularse la propuesta correspondiente. Real decreto de 21 de abril de 1920 (Gaceta de Madrid número113, del 22). Confiriendo al Alto Comisario de España en Marruecos las atribuciones que el vigente Reglamento de recompensas en tiempo de guerra señala para formular las propuestas de méritos y servicios. De acuerdo con mi Consejo de Ministros, vengo en conferir al Alto Comisario de España en Marruecos, mientras sea un general de Ejército, las atribuciones que el vigente Reglamento de recompensas en tiempo de guerra señala al general o comandante en jefe para formular las propuestas de méritos y servicios. Real decreto de 26 de mayo de 1920 (Gaceta de Madrid número 148, del 27). Aprobando el reglamento de recompensas de tiempo de paz para generales, jefes, oficiales y sus asimilados, clases e individuos de tropa del Ejército. Para dar cumplimiento a lo prevenido en el apartado f) de la base décima de la ley de veintinueve de junio de mil novecientos diez y ocho, se nombró una Junta por real orden de veintiocho de enero del año siguiente, compuesta de generales y jefes de reconocido prestigio, a fin de que propusiera los reglamentos para la aplicación de los preceptos de la base antes dicha. Redactado por la junta referida el reglamento de recompensas en tiempo de paz para generales, jefes y oficiales y sus asimilados, clases e individuos de tropa; oído el parecer del Consejo Supremo de Guerra y Marina y habiendo emitido su informe la Comisión permanente del de Estado, el ministro que suscribe estima que el reglamento de referencia reúne garantías de acierto, y fundado en ello, tiene el honor de someterlo, de acuerdo con el Consejo de Ministros, a la aprobación de V. M.

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REAL DECRETO A propuesta del Ministro de la Guerra, de acuerdo con el Consejo de Ministros y de conformidad, en lo esencial, con lo informado por la Comisión permanente del Consejo de Estado, vengo en aprobar el Reglamento de recompensas en tiempo de paz, para los generales, jefes y oficiales y sus asimilados, clases e individuos de tropa del Ejército27. Reglamento de recompensas a generales, jefes, oficiales, clases e individuos de tropa y sus

asimilados del Ejército, en tiempo de paz DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1.° Pueden ser recompensados en tiempo de paz, con arreglo a la ley de 29 de junio de 1918, los generales, jefes, oficiales y clases e individuos de tropa del Ejército, y sus asimilados de los Cuerpos auxiliares y político-militares que, con utilidad para el servicio, sobresalgan en el buen cumplimiento de sus deberes. Artículo 2.° Los méritos contraídos y los trabajos de importancia realizados durante la guerra, en el teatro de ella, pero que no afecten de modo inmediato a las operaciones ni impliquen penalidades, riesgos ni fatigas excepcionales, dentro de las propias del Ejército y de la campaña, serán recompensados como trabajos de tiempo de paz. Artículo 3.° De igual manera pueden ser recompensados en tiempo de paz, trabajos y servicios que, por su índole especial, deben ser considerados como de guerra, siempre que estén comprendidos en los términos del artículo 4.° del Reglamento de Recompensas en tiempo de guerra, con arreglo al cual se procederá en la concesión de la que en tales casos haya de otorgarse. Artículo 4.° Los autores de trabajos, estudios o inventos, cuando los crean dignos de recompensa y los generales en jefe, capitanes generales de región, generales de cuerpo de ejército o comandantes generales y los jefes de unidades y dependencias militares en el mismo caso y de un modo exclusivo cuando se trate de premiar merecimientos del servicio, elevarán por el conducto regular al Ministro de la Guerra la instancia o propuesta a S. M. según fuera procedente, acompañando la justificación del mérito contraído e informándose con todos los juicios y datos que se estimen pertinentes por cuantas autoridades intervengan en el curso de las mismas. Artículo 5.° Podrán considerarse como dignos de recompensa los trabajos y estudios que versen sobre organización militar de España o de otras naciones; material de guerra, movilización, armamentos, defensas, abastecimientos, transportes, sanidad, campamento, maniobras y otras materias de análoga utilidad para el Ejército; las obras, folletos, mapas, planos e inventos que puedan de igual modo serle útiles; los estudios sobre higiene, acuartelamiento, justicia, administración, legislación, aeronáutica, comunicaciones y táctica, los inventos de medios y aparatos ofensivos y defensivos y cuantos otros trabajos y estudios puedan contribuir al progreso militar de la Nación. Artículo 6.° En ningún caso podrán ser recompensados con arreglo a las disposiciones de este Reglamento, aquellos trabajos o servicios que sean inherentes al destino o comisión que se desempeñe, salvo cuando constituyan un mérito extraordinario que habrá de ser debidamente acreditado. Artículo 7.° Los inventos, trabajos o servicios cuya índole, importancia o especialidad requieran determinaciones casuísticas en relación con su propiedad, difusión o utilización práctica, serán objeto en el Ministerio de la Guerra del estudio, trámite y resolución que la conveniencia del Estado y los derechos del autor exijan, no sólo como materia reglamentaria de recompensa, sino también como caso de la relación mutua entre agente productor y servicio beneficiado con el invento o trabajo en cuestión. Artículo 8. El personal de la Armada puede ser recompensado por el Ministerio de la Guerra, con sujeción a este Reglamento, cuando realice o presente trabajos, estudios, inventos o servicios de meritoria y directa utilidad para el Ejército. Artículo 9.° No se solicitará ni obtendrá del Ministerio de la Guerra recompensa por

27 La exposición lleva fecha de 25 de mayo. El reglamento se publicó en apéndice a la Colección Legislativa de

ese año.

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merecimiento alguno que haya sido premiado o esté en curso de poderlo ser por el de Marina. Artículo 10. Las mociones o instancias a que este Reglamento se refiere para poder solicitar recompensas, no implican derecho alguno a la concesión. Artículo 11. Serán extensivos los preceptos de este Reglamento al personal y cuerpos políticos-militares sin asimilación militar y aplicables a sus individuos en la forma y medida correspondientes a la categoría militar a que por razón de sueldo resulten equiparados, para lo cual serán considerados como oficiales, aquellos que lo devenguen igual o superior al asignado a los alféreces del Ejército.

RECOMPENSAS PARA GENERALES, JEFES Y OFICIALES Y ASIMILADOS A ESTAS CLASES Artículo 12. Las recompensas que en tiempo de paz podrán ser otorgadas a los generales, Jefes, Oficiales y a sus asimilados, serán las siguientes: 1.º Mención honorífica. 2.º Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco. 3.º Cruz del Mérito Militar, con distintivo blanco, de carácter extraordinario y con pensión señalada en cada caso, por una ley, previo informe de los jefes respectivos y el dictamen del Consejo Supremo de Guerra y Marina. Esta pensión podrá ser vitalicia o concederse por el tiempo que el interesado permanezca en el empleo en que la obtenga o hasta su ascenso a general28. Artículo 13. Cuando el Ministerio de la Guerra reciba las mociones o instancias a que se refiere el artículo 4.º de este Reglamento, unirá a los informes y datos ya acompañados, cuantos otros juzgue oportuno reclamar de aquellos organismos cuya opinión crea conveniente conocer acerca de la recompensa solicitada, y sin más trámites, resolverá de real orden la concesión, cuando ésta haya de consistir en mención honorífica. Artículo 14. La mención honorífica será de dos clases: sencilla y especial. La primera servirá para premiar servicios y trabajos de los comprendidos en el artículo 5.° precedente que, en virtud de los datos e informes aducidos, sean considerados por el Ministerio de la Guerra dignos de tal premio. La especial servirá para premiar automáticamente la perseverancia en la distinción y se otorgará a los que hayan sido objeto de dos menciones sencillas. Dos menciones especiales darán derecho a la Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, sin pensión. Artículo 15. Cuando un general, jefe, oficial o asimilado reúna las menciones sencillas o especiales necesarias, respectivamente, para la concesión de mención especial o de Cruz, la unidad, dependencia o centro donde radique su hoja de servicios hará por conducto regular, la correspondiente propuesta al Ministro de la Guerra, quien la resolverá por sí una vez comprobado el derecho a la recompensa. Artículo 16. La Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, sin pensión, podrá obtenerse, bien por perseverancia en la distinción, con arreglo al precedente artículo 15 o bien directamente por servicios o trabajos cuyo mérito e importancia lo requiera, a juicio del Ministro de la Guerra, el cual, siempre que se trate de un servicio o trabajo que parezca merecer recompensa mayor que la mención honorífica, pasará el expediente a la Junta de Subsecretaría o a la entidad a quien se atribuya esta función, la cual, por sí o con los datos que también puede pedir a otros organismos o entidades, informará al Ministro quien resolverá de real orden si se trata de la Cruz sin pensión. Artículo 17. Cuando la Junta o entidad a que se refiere el artículo precedente encuentre justificada la existencia de méritos extraordinarios que, a su juicio, deban premiarse con la recompensa establecida en el número 3 del artículo 12, lo consignará así en su informe, expresando la cuantía de la pensión que considere justa y las condiciones en que haya de ser concedida, con arreglo al último párrafo del propio artículo. El Ministro, después de oír al Consejo Supremo de Guerra y Marina, que expondrá su parecer sobre los mismos puntos, podrá formular el oportuno proyecto de ley, en el cual habrá de determinarse la clase y cuantía de la pensión cuya concesión se proponga.

28 Aclarando estos preceptos dispuso la ley de 6 de noviembre de 1942.

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Artículo 18. Cuando un general, jefe, oficial y asimilado a estas clases se le conceda nuevamente una o varias Cruces del Mérito Militar con distintivo blanco, pensionadas, podrán percibir todas las pensiones, a menos de que en las leyes de concesión se preceptúe de modo expreso lo contrario, sin que en caso alguno puedan ostentar más de una insignia de cada clase de esta Cruz, bien que señalando la repetición de ellas por medio de pasadores o inscripciones en que figure la fecha de la respectiva concesión.

RECOMPENSAS PARA CLASES E INDIVIDUOS DE TROPA Y ASIMILADOS A UNAS Y OTROS Artículo 19. Las clases e individuos de tropa y sus asimilados del Ejército, cuando con utilidad para éste se distingan notablemente en el cumplimiento de sus deberes, podrán ser recompensados por méritos contraídos en tiempo de paz, o calificados como tales en el de guerra: 1.º Con citación en la Orden del cuerpo, dependencia o unidad superior a que pertenezca, dándose traslado de esta citación al interesado. 2.º Con la Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo blanco, pensionada durante el tiempo de servicio activo29. Artículo 20. Los agraciados con estas Cruces las conservarán sin variación alguna en la insignia de ellas como distinción muy honrosa y satisfactoria, aunque asciendan a oficiales o a categorías con la de éstos equiparadas. Artículo 21. La citación en la Orden será decretada por el jefe principal del respectivo cuerpo, dependencia o unidad superior por sí o a propuesta de los jefes intermedios del interesado, según las circunstancias que den motivo a esta recompensa y servirá para premiar el sobresaliente cumplimiento del deber y lo méritos contraídos en funciones militares o fuera de ellas, por actos o trabajos que demuestren amor a1 servicio de las Armas y celo por el prestigio de la instituciones armadas. Artículo 22. Cuando una clase o individuo de tropa asimilado a estas categorías realice un servicio o trabajo de los comprendidos en los artículos 4.° y 5.º precedentes, que se estime digno de recompensa superior a la citación en la Orden, se dará cumplimiento a los trámites y preceptos mencionados en el artículo 4.º de este Reglamento. Artículo 23. Se procederá igualmente a cumplir lo establecido en el precedente artículo 2.°, cuando el interesado haya sido objeto de dos citaciones en la Orden de la respectiva Unidad orgánica. Artículo 24. Las pensiones asignables a la Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo blanco, serán mensuales, y de 17’50 pesetas a 25 para suboficiales, de 12’50 a 17’50 para sargentos y de 7’50 a 12’50 para cabos y soldados, según la importancia del servicio o trabajo a que sirvan de premio. Artículo 25. El que fuera agraciado con dos o más estas Cruces pensionadas percibirá la pensión de todas, a menos de que en la real orden de concesión determine lo contrario. No se podrá ostentar más que una de ellas, indicando estas concesiones por pasadores en la cinta, en cada uno de los cuales se inscribirá la fecha en que le fue otorgada Artículo 26. Estas pensiones serán acreditadas por meses enteros desde el día 1.º del siguiente al de concesión; no variarán de importe cuando el interesado ascienda en empleo o categoría militar; serán percibidas mientras el agraciado con cualquiera ellas; permanezca en servicio activo como clase o individuo de tropa o asimilado, aunque entretanto pase a

29 El real decreto de 23 de marzo de 1923 aclaró lo aquí dispuesto de la forma siguiente: «Artículo primero. La cruz de plata del Mérito Militar con distintivo blanco, se otorgará por servicios de

paz, a las clases e individuos de tropa, con pensión o sin ella. Si en la propuesta y en la concesión no se especifica, se entenderá que la cruz no es pensionada, siéndolo, en otro caso durante el tiempo de servicio y conforme a los artículos aplicables del reglamento de veintiséis de mayo de mil novecientos veinte.

Cuando se estime que los méritos o servicios son excepcionales, se hará en la propuesta justificación expresa de tal extremo, para que la cruz sea pensionada, precediendo en este caso a la resolución ministerial el informe de la Junta de Subsecretaria.

Artículo segundo. Las disposiciones de este decreto se considerarán artículos adicionales al reglamento de veintiséis de mayo de mil novecientos veinte, quedando modificadas las reglas del mismo que se opusieran a las del presente».

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otro cuerpo, destino, unidad o dependencia del ramo de Guerra o Marina, y dejarán definitivamente percibirse cuando dicho agraciado ascienda a oficial o a categoría a la de ésta asimilada o equiparada, o sea baja en el servicio activo. Artículo 27. Se entenderá por tiempo de permanencia en servicio activo, para el percibo de estas pensiones todo el que el interesado sirva en cuerpo o destino dependiente del ramo de Guerra o Marina, tanto en épocas normales como en casos de movilización, sin alcanzar categoría, asimilación o consideraciones de oficial. Artículo 28. Las Cruces de plata del Mérito Militar con distintivo blanco se otorgarán de real orden por el Ministro de la Guerra, cuando hubiera lugar a concederlas, previos los trámites consignados en este Reglamento.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS Artículo 29. Mientras subsista en el Ejército la clase de brigada, será aplicable a sus individuos cuanto en este Reglamento se refiere a la de suboficial. Artículo 30. Los generales, jefes, oficiales y clases e individuos de tropa y sus asimilados y equiparados, que hasta ahora tengan concedidas recompensas por servicios y méritos de paz o calificados como tales, continuarán atenidos por lo que a ellas se refiere, a los términos y condiciones en que les fueron otorgadas. Artículo 3l. Los que por razón de los cargos o destinos que desempeñaran en 29 de junio de 1918, fecha de la promulgación de la vigente ley Militar, pudieran tener aspiración a ser recompensados al cabo de plazos fijos, podrán conservarla hasta la terminación del plazo en que a la sazón se hallaban, siempre que lo terminen sin interrupción, y cuando por virtud o consecuencia de ello reciban recompensas, la obtendrán de la clase y cuantía proporcional establecidas por las disposiciones anteriores a este Reglamento, en las cuales se funde dicha aspiración. Artículo 32. Los generales, jefes, oficiales, clase individuos de tropa y sus asimilados, que tengan pendiente propuesta de recompensa por méritos, obras y servicios en tiempo de paz o considerados como tales, anteriores a la promulgación de la ley de 29 de junio de 1918, seguirán atenidos, por lo que respecta a la concesión o negativa, a los preceptos que regían al tiempo de formularse la propuesta correspondiente.

Real orden de 22 de julio de 1921 (CLA número 161). Autoriza en la Marina de guerra el uso de las que se expresa. En vista de la instancia que a S. M. eleva el contador de navío de la Armada don Fernando Cobián, solicitando el uso de pasadores de cintas, distintivos de condecoraciones en el uniforme, del informe emitido por el Estado Mayor central y Junta Superior de la Armada, S. M. el Rey se ha servido disponer, de conformidad con los citados informes: 1.º Se autoriza en la Marina de Guerra el uso de los pasadores de cintas sin recuadro de oro en la americana de uniforme, establecida por real orden de 7 de febrero último (DO número 30), así como en la marinera de verano. 2.° Tales pasadores tendrán el ancho de 12 milímetros y sólo se podrán usar dos, uno distintivo de medallas y otro de cruces; se colocarán a la altura de la tetilla izquierda en dos filas, en la superior el correspondiente a las medallas, y con una distancia de dos centímetros más abajo el que corresponda a las cruces, las cintas correspondientes a varias condecoraciones en cada pasador se dispondrán unas a continuación de otras, en cualquier orden, sin dejar espacio entre ellas. 3.° Dichos distintivos sólo podrán usarse con las expresadas prendas cuando éstas se lleven, sin que sea reglamentario el uso del sable con ellas.

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Real decreto de 19 de octubre de 1921 (Gaceta de Madrid número 299, del 26). Aprueba los Reglamentos en tiempo de paz y en tiempo de guerra para el personal de la Armada. Como consecuencia de los dispuesto en el apartado f) de la base 10.º del real decreto de 1 de julio de 1916, declarando de inmediata aplicación a la Marina las bases que establece la ley de 29 de junio del propio año, se han redactado los nuevos Reglamentos de recompensas en tiempo de paz y tiempo de guerra para el personal de la Armada. En estos Reglamentos se han tenido en cuenta los nuevos procedimientos adoptados en Guerra para premiar los servicios distinguidos del referido personal, al objeto de que exista siempre la debida armonía en los preceptos establecidos en los dos institutos armados de la Nación. Por estas razones, el ministro que suscribe, tiene el honor de someter a la aprobación de V. M. el siguiente proyecto de real decreto. Vengo en aprobar los adjuntos Reglamentos de recompensas en tiempo de paz y en tiempo de guerra, para el personal de la Armada.

REAL DECRETO Reglamento provisional de recompensas en tiempo de paz para la Marina militar

DISPOSICIONES GENERALES Artículo 1.º Pueden ser recompensados en tiempo de paz, con arreglo al real decreto de 1 de julio de 1918, los generales, jefes, oficiales, clases e individuos de marinería y tropa y sus asimilados de todos los cuerpos de la Armada que, con utilidad para el servicio, sobresalgan en el buen cumplimiento de sus deberes. Artículo 2.º Los méritos contraídos y los trabajos de importancia realizados durante la guerra en aguas o territorios de ella, pero que no afecten de modo inmediato a las operaciones ni impliquen penalidades, riesgos ni fatigas excepcionales, serán recompensados con arreglo al presente Reglamento. Artículo 3.° De igual manera pueden ser recompensados, en tiempo de paz, trabajos y servicios que por su índole especial deben ser considerados como de guerra, siempre que estén comprendidos en los términos del referido artículo 4.° con arreglo al cual se procederá en la concesión de la que en tales casos haya da otorgarse. Artículo 4.° Los autores de trabajos, estudios e inventos, cuando los crean dignos de recompensa, elevarán instancia a S. M., que se cursará por el conducto reglamentario al Ministerio de Marina. Los almirantes con mando, capitanes generales de los departamentos, comandantes generales y jefes de fuerzas o dependencias militares formularán propuesta cuando estimen que alguno de sus subordinados se ha hecho acreedor a recompensa. Tanto la instancia como la propuesta de referencia irán acompañadas de la justificación del mérito contraído y de la información o datos que se estimen pertinentes por cuantas autoridades intervengan en el curso de los mismos. Artículo 5.º Podrán considerarse como dignos de recompensa los trabajos y estudios que versen sobre organización naval y militar de España o de otras naciones, material de guerra, movilización, armamentos, defensas, abastecimientos, transportes, sanidad, campamentos, maniobras y otras materias de análoga utilidad para la Marina; las obras, folletos, mapas, cartas, planos e inventos que puedan de igual modo serles útiles; los asuntos sobre higiene, acuartelamiento, justicia, administración, legislación, aeronáutica, navegación submarina, comunicaciones y táctica; los inventos y medios o aparatos ofensivos y defensivos, y cuantos otros trabajos o estudios puedan contribuir al progreso naval militar de la Nación. Artículo 6.º En ningún caso podrán ser recompensados con arreglo a las disposiciones de este Reglamento aquellos trabajos o servicios que son inherentes al destino o comisión que se desempeñe, salvo cuando constituyan un mérito extraordinario, que habrá de ser debidamente acreditado.

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Artículo 7.º Los inventos, trabajoso servicios cuya índole, importancia o especialidad requieran determinaciones casuísticas en relación con su propiedad, difusión o utilización práctica, serán objeto en el Ministerio de Marina del estudio, trámite y resolución que la conveniencia del Estado y los derechos del autor exijan, no sólo como materia reglamentaria de recompensa, sino también como caso de relación mutua entre el agente productor y el servicio beneficiado con el invento o trabajo en cuestión. Artículo 8.º El personal del Ejército puede ser recompensado por el Ministerio de Marina, con sujeción a este Reglamento, cuando realice o presente trabajos, estudios, inventos o servicios de meritoria y directa utilidad para la Marina. Artículo 9.º No se solicitará ni obtendrá del Ministerio de Marina recompensa por merecimiento alguno que haya sido premiado o esté en curso de poderlo ser por el de Guerra. Artículo 10. Las mociones o instancias a que este Reglamento se refiere para poder solicitar recompensas no implican derecho alguno a la concesión. Artículo 11. Serán extensivos los preceptos de este Reglamento al personal y cuerpos sin asimilación militar, y aplicables a sus individuos en la forma y medida correspondientes a la categoría militar a que por razón de sueldos resulten equiparados; y en cuanto al personal de la marina mercante de la clase de capitanes, oficiales y maquinistas, tendrá para los efectos las categorías que se les concede en la reserva naval, creada por la ley de Reclutamiento y Reemplazo de 19 de noviembre de 1915.

RECOMPENSAS PARA GENERALES, JEFES Y OFICIALES Y ASIMILADOS A ESTAS CLASES Artículo 12. Las recompensas que en tiempo de paz podrán ser otorgadas a los generales, jefes, oficiales y sus asimilados, serán las siguientes: 1.ª Mención honorífica. 2.ª Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco. 3.ª Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco, de carácter extraordinario y con pensión señalada en cada caso por una ley, previo informe de los jefes respectivos y el dictamen del Consejo Supremo de Guerra y Marina. Esta pensión podrá ser vitalicia o concederse por el tiempo que el interesado permanezca en el empleo en que la obtenga, o hasta su ascenso a general. Artículo 13. Cuando el Ministro de Marina reciba las mociones o instancias a que se refiere el artículo 4.º de este Reglamento, unirá a los informes y datos ya acompañados cuantos otros juzgue oportuno reclamar de aquellos organismos, cuya opinión crea conveniente conocer acerca de la recompensa solicitada, y sin más trámites resolverá de real orden la concesión cuando ésta haya de consistir en Mención honorífica. Artículo 14. La Mención honorífica será de dos clases: sencilla y especial. La primera servirá para premiar servicios y trabajos de los comprendidos en el artículo 5.° precedente, que en virtud de los datos e informes aducidos sean considerados por el Ministro de Marina dignos de tal premio. La especial servirá para premiar automáticamente la perseverancia en la distinción, y se otorgará a los que hayan sido objeto de dos Menciones sencillas; dos Menciones especiales darán derecho a la Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco, sin pensión. Artículo 15. Cuando un general, jefe, oficial o asimilado reúna las Menciones sencillas o especiales necesarias, respectivamente, para la concesión de Mención especial o de Cruz, la unidad, dependencia o centro donde radique su hoja de servicios hará, por conducto regular, la correspondiente propuesta al Ministro de Marina, quien la resolverá por sí una vez comprobado el derecho a la recompensa. Artículo 16. La Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco, sin pensión, podrá obtenerse, bien por perseverancia en la distinción, con arreglo al precedente artículo 15, o bien directamente por servicios o trabajos, cuyo mérito e importancia lo requiera a juicio del Ministro de Marina, el cual siempre que se trate de un servicio o trabajo que parezca merecer recompensa mayor que la Mención honorífica pasará el expediente a la Junta de Recompensas, la cual, por si o con los datos que también puede pedir a otros organismos o entidades, informará al ministro, quien resolverá de real orden si se trata de la cruz sin pensión.

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Los individuos que se encuentren en posesión de la Cruz de plata del Mérito Naval, con distintivo blanco, pensionada o sin pensión, continuarán ostentando su insignia al ascender a oficial, quedando prohibidas las permutas de éstas por las de primera clase30. Artículo 17. Cuando la junta a que se refiere el artículo precedente encuentre justificada la existencia de méritos extraordinarios, que a su juicio deban premiarse con la recompensa establecida en el número 3 del artículo 12, lo consignará así en su informe, expresando la cuantía de la pensión que considere justa y las condiciones en que haya de ser concedida, con arreglo al último párrafo del propio artículo. El ministro, después de oír al Consejo Superior de Guerra y Marina, que expondrá su parecer sobre los mismos puntos, podrá formular el oportuno proyecto de ley, en el cual habrá de determinarse la clase y cuantía de la pensión cuya concesión se proponga. Artículo 18. Cuando un general, jefe, oficial y asimilado a estas clases se le conceda nuevamente una o varias Cruces del Mérito Naval con distintivo blanco, pensionadas, podrán percibir todas las pensiones, a menos de que en las leyes de concesión se preceptúe de modo expreso lo contrario, sin que en caso alguno pueda ostentar más de una insignia de cada petición de ellas por medio de pasadores o inscripciones en que figure la fecha de la respectiva concesión. RECOMPENSAS PARA CLASES E INDIVIDUOS DE MARINERÍA Y TROPA Y SUS ASIMILADOS

Artículo 19. Las clases e individuos de marinería y tropa y sus asimilados de la Armada, cuando con utilidad para ésta se distingan notablemente en el cumplimiento de sus deberes, podrán ser recompensados por méritos contraídos en tiempo de paz, o calificados como tales en el de guerra: 1.º Con citación en la orden del cuerpo, dependencia o entidad superior a que pertenezcan, y en su defecto en anotaciones en sus libretas respectivas o filiaciones, dándose en ambos casos traslado al interesado. 2.° Con la Cruz de plata del Mérito Naval, con distintivo blanco, pensionada durante el tiempo de servicio activo31. Artículo 20. Los agraciados con estas cruces las conservarán sin variación alguna en la insignia de ellas, como distinción muy honrosa o satisfactoria, aunque asciendan a oficiales o a categoría con la de éstos equiparada. Artículo 21. La citación en la orden, anotación en la libreta o filiación será decretada por el comandante del buque o por el jefe principal del respectivo cuerpo, dependencia o unidad, por si o a propuesta de los jefes intermedios del interesado, según las circunstancias que den motivo a esta recompensa, y servirá para premiar el sobresaliente cumplimiento del deber y los méritos contraídos en funciones del servicio o fuera de ellos, por actos o trabajos que demuestren amor al mismo y celo por el prestigio de las instituciones armadas. Artículo 22. Cuando una clase o individuo de marinería y tropa o asimilado a estas categorías realice un servicio o trabajo de los comprendidos en los artículos 4.º y 5° precedentes, que se estime digno de recompensa superior a la indicada anteriormente, se dará cumplimiento a los trámites y preceptos mencionados en el artículo 4.º de este Reglamento. Artículo 23. Se procederá igualmente a cumplir lo establecido en el precedente artículo 22, cuando el interesado haya sido objeto de dos anotaciones en su libreta o filiación. Artículo 24. Las pensiones asignables a la Cruz de plata del Mérito Naval, con distintivo blanco, serán mensuales, y de 17,50 pesetas a 25 para suboficiales, de 12,50 a 17,50 para maestres y sargentos, y de 7,50 a 12,50 para cabos, marineros y soldados, según la importancia del servicio o trabajo a que sirva de premio. Artículo 25. El que fuera agraciado con dos o más de estas cruces pensionadas percibirá la pensión de todas, a menos de que en la real orden de concesión se determine lo contrario. No se podrá ostentar más que una de ellas, indicando las sucesivas concesiones

30 Redactado según decreto de 25 de abril de 1933. 31 El real decreto de 27 de febrero de 1925 aclaró lo aquí dispuesto.

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por pasadores en la cinta en cada uno de los cuales se inscribirá la fecha en que le fue otorgada. Artículo 26. Estas pensiones serán acreditadas por meses enteros, desde el día 1.º del siguiente al de su concesión; no variarán de importe cuando el interesado ascienda en empleo o categoría militar; serán percibidas mientras el agraciado con cualquiera de ellas permanezca en servicio activo como clase o individuo de marinería, tropa o asimilado, aunque entre tanto pase a otro cuerpo, destino, unidad o dependencia de los ramos de Marina y Guerra, y dejarán definitivamente de percibirse cuando dicho agraciado ascienda a oficial o a categoría asimilada o equiparada, o sea baja en el servicio activo. Artículo 27. Se entenderá por tiempo de permanencia en servicio activo para el percibo de estas pensiones todo el que el interesado sirva en cuerpo o destino, dependiente de los ramos de Marina o Guerra, tanto en épocas normales como en caso de movilización, sin alcanzar categoría, asimilación o consideración de oficial. Artículo 28. Las cruces de plata del Mérito Naval, con distintivo blanco, se otorgarán de real orden por el Ministerio de Marina cuando hubiere lugar a concederlas, previos los trámites consignados en este Reglamento.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS Artículo 29. Los generales, jefes, oficiales, clases e individuos de marinería y tropa y sus asimilados y equiparados que hasta ahora tengan concedidas recompensas por servicios y méritos de paz o calificaciones como tales, continuarán atenidos por lo que a ellas se refiere, a los términos y condiciones en que le fueron otorgadas. Artículo 30. Los que por razón de los cargos o destinos que desempeñaban hubiesen empezado a cumplir condiciones para ser recompensados a plazos fijos, con anterioridad al real decreto de 1.° de julio de 1918 conservarán este derecho adquirido, y lo perfeccionarán con la continuación en el cargo o destino hasta la expiración del plazo sin interrupción, a menos que esto haya obedecido a necesidades ineludibles del servicio. Cuando por virtud o consecuencia de ellos reciban recompensas, la obtendrán de la clase y cuantía proporcional establecidas por las disposiciones anteriores a este Reglamento, en las cuales se funde dicha aspiración. Artículo 31. Los generales, jefes, oficiales, clases e individuos de marinería y tropa y sus asimilados que tengan pendiente propuesta de recompensa por méritos, obras y servicios en tiempo de paz o considerados como tales, anteriores a la promulgación de la ley de 1.º de julio de 1918, seguirán atenidos, por lo que respecta a la concesión o negativa, a los preceptos que regían al tiempo de formularse la propuesta correspondiente.

Reglamento de recompensas en tiempo de guerra para la Marina militar CAPÍTULO I

GENERALIDADES Artículo 1.º En tiempo de guerra, las recompensas de los generales, jefes y oficiales asimilados en todos los Cuerpos e institutos de la Marina, así como también las de las clases e individuos de marinería y tropa, y sus asimilados, se concederán con estricta sujeción a las prescripciones de este Reglamento. Artículo 2.º Al gobierno de S. M. compete determinar el principio y fin de una campaña, señalar las aguas y territorios de la guerra y ordenarla formación de propuestas para los efectos de la ley de 29 de junio de 1918, hecha extensiva a la Armada en 1.° de julio de 1918 y aplicación de este Reglamento, correspondiendo a las Cortes la concesión de recompensas de ascensos y de pensiones a la medalla de Sufrimientos por la Patria. Artículo 3.° Igualmente el gobierno de S. M. podrá conceder recompensas colectivas, que serán siempre independientes de las individuales, que puedan merecer los generales, jefes, oficiales, clases e individuos de marinería y tropa de los buques, Cuerpos, unidades o agrupaciones orgánicas, premiadas con aquéllas. Artículo 4.° Los méritos contraídos por los no combatientes y los trabajos de importancia realizados durante la guerra en las aguas o territorios de ella, pero que no afecten de un modo inmediato a las operaciones ni impliquen riesgos, penalidades u otras

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circunstancias excepcionales dentro de las propias del servicio de la Marina y campaña, serán recompensados como trabajos en tiempo de paz, en la forma y con arreglo a la escala gradual que se establece en el artículo 12 del Reglamento de recompensas en dicho tiempo. Artículo 5.º En tiempo de paz y sólo en casos extraordinarios, podrán considerarse como hechos guerra, para la concesión de las recompensas establecidas en este Reglamento, los casos siguientes: 1.° Que el marino, sea o no jefe inmediato o directo de una fuerza rebelde o sediciosa, la someta a obediencia o disciplina con gran riesgo de su vida. 2.° Que al surgir colisiones armadas, combates o hechos de armas, cumpla el marino sus deberes con extraordinario valor, acierto y abnegación. 3.° Que por su iniciativa y dirección en hechos y combates, y con gran riesgo de su vida, mantenga un marino, en defensa de la Nación, de las instituciones o de la disciplina, el honor de las armas, la lealtad del fuerzas a sus órdenes o la paz pública. 4.º Aquellos servicios que disposiciones especiales preceptúen considerar como de guerra; los que ocasionen el fallecimiento inmediato a consecuencia de su acertado desempeño y los peligros y sufrimientos de las campañas de mar que excedan de los inherentes al ordinario servicio de la Marina militar. 5.° Aquellas acciones extraordinarias y distinguidas de mar, que con grave peligro de su vida o del buque o embarcaciones de su mando, se haya intentado salvar a éste, a otro buque, persona o náufrago aunque no se hubiese conseguido. Artículo 6.º Las grandes hazañas y los hechos heroicos, los méritos extraordinarios, los peligros arrastrados y penalidades sufridas en las campañas, serán premiados, en interés del Estado y en consideración a los merecimientos de los oficiales generales, particulares y sus asimilados de los cuerpos e institutos de la Armada, con las recompensas siguientes: a) Cruz del Mérito Naval con distintivo rojo. b) Medalla Naval. c) Empleo inmediato en todas las categorías. Los ascendidos cubrirán vacantes dentro de su escala y en el cuerpo a que pertenecen hasta el empleo de contralmirante o asimilado inclusive los de la escala activa, y hasta el límite superior señalado a su escala por la ley los de la escala de reserva. d) Cruz Laureada de San Fernando. e) Medalla de Sufrimiento por la Patria, pensionada o no. En iguales circunstancias las clases e individuos de marinería y tropa serán premiadas con las recompensas que a continuación se expresan: a) Cruz de plata del Mérito Naval, con distintivo rojo, sin pensión, pensionada durante veinticinco años o vitalicia. b) Medalla Naval. c) Ascenso al empleo inmediato en premio a relevantes servicios de guerra durante toda la campaña o de sólo seis meses como mínimum si dura más siempre que los agraciados posean condiciones que los hagan aptos para el desempeño del empleo que les confiera. d) Cruz Laureada de San Fernando. Asimismo, las escuadras, buques sueltos y toda agrupación orgánica de los cuerpos e institutos de Armada serán premiadas con las recompensas siguientes: a) Cruz del Mérito Naval, con distintivo rojo. b) Medalla Naval. c) Corbata y Cruz Laureada de San Fernando. También podrá concedérseles a dichas unidades agrupaciones otras recompensas honoríficas. Artículo 7.° Las recompensas colectivas a que se refiere el artículo anterior se concederán por el gobierno a propuesta del almirante jefe, o quien haga sus veces, cuando se hubiesen hecho acreedores a ello por muy señalados méritos de guerra, análogos a los exigidos en este Reglamento y en los estatutos de las respectivas órdenes a los generales, jefes y oficiales.

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Las condecoraciones y distintivos así concedidos serán exclusivamente honoríficos, y los usarán ya los buques en la forma prevenida en los Reglamentos, ya los regimientos de Infantería de Marina, en sus banderas, y los individuos que formen parte de la unidad en tanto pertenezcan a ella, en la forma y sitio determinado para la Cruz de San Fernando. Artículo 8.º A los oficiales generales y particulares y sus asimilados prisioneros de guerra, sin menoscabo del honor militar, podrá serles concedida la Medalla de Sufrimiento por la Patria en los casos y condiciones que prevé el Reglamento correspondiente, sin perjuicio de otras recompensas cualesquiera que por servicios o hechos anteriores a haber caído en dicha situación o por los sin ellos realizados puedan merecer, según resulte del expediente informativo que en estos casos habrá siempre de instruirse ajustado a lo dispuesto por real decreto de 6 de noviembre de 1814. A las clases de marinería y tropa podrá serles concedida la Cruz de plata del Mérito Naval, sin pensión, con distintivo amarillo y verde, con arreglo al procedimiento fijado en la citada disposición. Artículo 9.° Los oficiales generales y particulares y sus asimilados, heridos y contusos en campaña o fuera de ella, siempre que lo sean en funciones de guerra o consideradas como tales, según lo determinado en este Reglamento, y sin menoscabo del honor militar, podrán ser recompensados con la Medalla de Sufrimiento por la Patria e indemnizadas con el abono de las pensiones correspondientes, según la importancia de la lesión recibida. Las clases de marinería y tropa en las mismas circunstancias podrán ser recompensadas con la Cruz de plata del Mérito Naval e indemnizadas con al abono correspondiente de las pensiones, según la importancia de la lesión recibida. Artículo 10. Los heridos y contusos podrán ser recompensados por sus méritos y servicios en igualdad de condiciones que los demás sin que las de haberlo sido establezcan derecho ni preferencia a recompensa, salvo la Medalla de Sufrimiento por la Patria y la Cruz de plata del Mérito Naval para heridos, que podrán ser concedidas por sólo esta circunstancia y con independencia de las recompensas y pensiones señaladas a la distinción. Artículo 11. Caso de que el gobierno de S. M. lo considere procedente, podrá conceder a la terminación de la guerra abono de tiempo de campaña y medalla conmemorativa en la forma y extensión que determine. Artículo 12. Todas las recompensas se otorgarán al final de la campaña si su duración fuese menor de seis meses o por plazo de este mismo tiempo, como mínimum, y según los hechos de armas y operaciones realizadas, siendo indispensable que los agraciados hayan permanecido en aguas o territorios de la guerra durante los plazos indicados, salvo en casos de herida o «enfermedad» grave y justificada. Quedan exceptuados del plazo de seis meses en este precepto establecido las operaciones dignas de recompensa realizadas por una escuadra o buque que por circunstancias de fuerza mayor o disposición superior tengan que separarse de las aguas en que hubiese operado. De esta regla se exceptúa también la Cruz de San Fernando y la Medalla Naval, que podrá concederse sin tal limitación de tiempo, aunque siempre con las formalidades que determinen los Reglamentos respectivos Artículo 13. Los generales, jefes, oficiales, clases e individuos de marinería y tropa desaparecidos o muertos en acción de guerra o de resultas de sus heridas antes de haber sido dados de alta para el servicio y los que fueren muertos por el enemigo estando prisioneros, dejarán a sus familias, en concepto de pensión aplicable en la forma prevenida en el artículo 5.º de la ley de 8 de julio de 1860, el sueldo entero del empleo que poseían al ocurrir el hecho de la desaparición o fallecimiento. Se considerarán a estos efectos como hechos de guerra los mencionados en el artículo 5.º Artículo 14. Cuando algún comandante de buque, jefe de cuerpo, unidad, dependencia o destacamento tenga por propia observación por noticias recibidas conocimiento de un hecho o servicio distinguido o meritorio realizado por cualquiera de sus subordinados, lo participará a su inmediato superior, especificando separadamente para cada individuo el motivo del mérito contraído. Si este superior acepta el parte recibido, queda responsable de las afirmaciones que contenga y obligado a cursarlo (previa comprobación, si lo estima necesario), por conducto

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regular y con sucesiva responsabilidad de cuantos así vayan tramitándolo, hasta que llegue al almirante de la escuadra o capitán general del departamento respectivo, el cual, si a su vez lo acepta, lo incluirá en relación que mandará publicar en la Orden general, citando en ella como distinguido al autor del hecho o servicios a que el parte se refiere, y si lo rechaza, comunicará esta resolución a quien corresponda, para conocimiento del interesado. Artículo 15. De los jefes, oficiales, clases e individuos de marinería y tropa que se distingan, sin estar afectos a buque, cuerpo o dependencia o unidad determinada, dará noticia al superior que haya sido testigo de la acción meritoria realizada o tenga noticia de ella, siguiendo luego el parte así formulado, los mismos trámites prescriptos en el artículo anterior; pero si sólo ha podido tener noticia de la realización del hecho el general o jefe superior a cuyas órdenes sirve al interesado, mandará aquél formar el expediente necesario para conocer su mérito y premiarlo en sustitución del parte a que se refiere el citado artículo anterior. Artículo 16. Sin perjuicio de estos partes y noticias, cuando el almirante jefe de la escuadra o capitán general del departamento presencie o llegue a conocer algún hecho o servicio muy distinguido, que él estime digno de servir de ejemplo a todos y merecedor de pública e inmediata recompensa, podrá otorgar al que lo realice la Medalla Naval, publicando desde luego el hecho y la concesión en la Orden general y disponiendo seguidamente lo necesario para la imposición de esta Medalla, con arreglo a lo determinado en su Reglamento. Artículo 17. Además del caso previsto en el artículo anterior, para conceder la Medalla Naval cuando sea conveniente a todos el ejemplo de pública y especial recompensa y no tenga el almirante de la escuadra o capitán general del departamento conocimiento por sí del hecho distinguido, podrá ordenar una información especial que será instruida por tenientes de navío o asimilados para clases e individuos de marinería y tropa; por capitanes de navío o asimilados, para los oficiales, y por un general para los jefes, actuando de secretario uno del mismo empleo que el individuo objeto de la información. Para los generales será instructor de ella otro de empleo superior o de mayor antigüedad, y secretario un jefe. Esta información, con el parecer de su instructor y del almirante de la escuadra o capitán general del departamento, se unirá, a la propuesta respectiva. Artículo 18. La concesión de la Medalla Naval lleva consigo la inclusión del agraciado en las relaciones de distinguidos a que se refiere al precedente artículo 14 y no será obstáculo para las ulteriores recompensas que por el mismo hecho o servicio, o por otro cualquiera, puedan ser otorgadas después al que la obtenga. Artículo 19. Publicadas en la Orden general estas relaciones de distinguidos, podrán reclamar inclusión en ella dentro del plazo de ocho días, a partir del en que llegue la misma orden general a conocimiento del reclamante, todo el que se considere con méritos suficientes para figurar en dicha relación. Se depurará por medio de rápido expediente la razón que asista al peticionario, y se le atenderá si la tuviere o se le apercibirá en caso contrario, por lo inmodesto y vicioso de su petición, quedando a juicio del jefe de su cuerpo la forma de este apercibimiento, que hará constar en su hoja de hechos. Artículo 20. Las mismas reglas se aplicarán para la concesión de recompensas colectivas, entendiendo a estos efectos como jefe llamado a participar el hecho meritorio al superior jerárquico del que mande la unidad que por su comportamiento se haya distinguido. El almirante o capitán general del departamento podrá citar en la relación general a la unidad autora del hecho, pero no conceder recompensa que se limitará a proponer al gobierno, ya indicando lo que proceda, ya sin hacer indicación concreta. Artículo 21. La concesión o negativa de recompensa, hecha con sujeción a los términos de este Reglamento, será definitiva, y respecto a ella no habrá reclamación alguna en sentido de anulación, cambio o mejora, salvo en el caso a que se refiere el artículo 37, que solicitará el interesado en un plazo improrrogable de tres meses, a partir de la fecha de la concesión. Artículo 22. Los alumnos de todas las Academias y Escuelas de la Armada (tanto en tierra como a flote) podrán ser recompensados en la forma prevista en este Reglamento para los oficiales o clases de tropa, según el concepto en que prestaren servicio.

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Artículo 23. Las pensiones señaladas en este Reglamento por Cruces y Medallas subsistirán de modo in variable, salvo caso de sentencia de Tribunal competente, hasta el término de los plazos para que fueron concedidas, cualquiera que llegase a ser la categoría o el destino de los interesados, y aun cuando éstos pasen a situación de reserva, retiro o licencia absoluta, por virtud de petición propia o por causa de edad, tiempo de servicio, falta de salud u otras igualmente abonadas.

CAPÍTULO II RECOMPENSAS A GENERALES, JEFES, OFICIALES Y ASIMILADOS

Artículo 24. Las recompensas que por servicios y méritos de guerra puedan otorgarse a los generales, jefes y oficiales de los cuerpos patentados de la Armada son las establecidas en el artículo 6.° de este Reglamento. Artículo 25. Ordenada la formación de propuestas, pedirá el almirante jefe de la escuadra o capitán general del departamento a los jefes de las divisiones (si las hubiese), comandantes de buques, jefes de bases navales, comandantes de marina y a todo jefe o comandante de fuerzas que hayan operado aisladamente, relaciones de los servicios y hechos de las fuerzas respectivas. Los citados jefes formularán estas relaciones incluyendo en ellas a los subordinados suyos que reúnan las condiciones necesarias para alcanzar recompensas, expresando la antigüedad de cada uno, el tiempo que lleve en la campaña, sus servicios y méritos de guerra en ella, las recompensas que por éstos hubieren obtenido, las acciones o combates a que hayan concurrido, la parte que tomó en ellos, las veces y ocasiones en que fue citado en la Orden general, como distinguido y la recompensa a que dicho jefe lo considera acreedor. En estas mismas relaciones habrá casillas, en las cuales estamparán su parecer respecto a la recompensa así indicada los almirantes, generales o jefes que hubiesen de cursar a la superioridad la propuesta de referencia, quedando otra, por último, para la resolución que proceda. Los jefes de Estado Mayor de Escuadra o división se considerarán como jefes con mando para estos fines con respecto a todo los jefes, oficiales, asimilados y demás personal de cualquier cuerpo que sirvan a sus órdenes y sean de categoría igual o inferior a la de ellos. Artículo 26. Las relaciones para propuestas de las recompensas de los capitanes de navío y asimilados, comandantes de buques y de los jefes de cuerpo o unidad, serán formuladas por los jefes de quienes directamente dependan, y los correspondientes a los contralmirantes, vicealmirantes y sus asimilados lo serán por los oficiales generales de superior categoría a cuyas órdenes sirvan. Artículo 27. Estas relaciones originales de propuestas, con todos los informes prescritos en el precedente artículo 25, serán los que lleguen al Ministerio de Marina, quien estampará precisamente en las mismas relaciones la resolución que proceda. Artículo 28. Para proponer el ascenso de un jefe o un oficial se hará precisamente y en todos los casos la información que trata el artículo 17 de este Reglamento, siendo condición indispensable que declaren en ella, además de los que el instructor estime que deben hacerlo y de cuantos soliciten declarar, el comandante del buque o jefe del cuerpo o unidad en que sirve el propuesto y algunos del mismo empleo que este último; todos los cuales serán, en lo posible, de los que hayan presenciado el suceso, hechos o servicios a que se refiera la información, y a falta de testigos presenciales, personas que tengan motivo para conocer aquellos hechos o servicios. Para la propuesta de ascenso de un capitán de navío o contralmirante, o de un contralmirante a vicealmirante, o de sus asimilados a los demás cuerpos de la Armada, se llenarán los mismos requisitos en cuanto sean compatibles con la categoría del propuesto. Artículo 29. El ascenso de los vicealmirantes subordinados será propuesto directamente por el almirante a cuyas órdenes estuviese, acompañando a la propuesta un expediente informativo en que consten todos los hechos distinguidos y servicios prestados durante la campaña. Cuando los vicealmirantes asuman el mando de la escuadra, su ascenso será otorgado por el Gobierno. Los proyectos de ley de los ascensos a que se refieren este artículo y el anterior serán

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necesariamente informados por el Consejo Supremo de Guerra y Marina. Artículo 30. A la dignidad de capitán general de la Armada sólo podrán ascender en campaña el almirante en jefe de la flota o capitán general del departamento, si son del empleo de almirante, cuando sus méritos y servicios sean de tal importancia que aconsejen al gobierno de Su Majestad con las Cortes, elevarle a dicha suprema categoría militar.

Cruz del Mérito Naval con distintivo rojo Artículo 31. Los méritos y servicios de guerra de carácter general, penalidades sufridas y tiempo de campaña se podrán recompensar con la Cruz del Mérito Naval, con distintivo rojo, en sus diferentes categorías, siendo indispensable haber permanecido seis meses, como mínimum, en aguas o territorio de las operaciones, a menos que la campaña fuera de menor duración (salvo las excepciones que especifica el artículo 12), y tomando parte activa y directa en alguna operación de guerra, desarrollando con acierto su cometido y siempre a juicio del Jefe a quien corresponda formular la propuesta. Artículo 32. Subsistirán para generales, jefes y oficiales solamente cuatro clases: de primera, para oficiales; de segunda, para capitanes de corbeta, capitanes de fragata y asimilados; de tercera, para capitanes de navío y asimilados, y de cuarta, Gran Cruz, para oficiales generales.

Medalla Naval Artículo 33. Los generales, jefes y oficiales que figuren en las relaciones de distinguidos, a que se refieren los artículos 14, 15 y 19 de este Reglamento, podrán ser recompensados con esta Medalla, otorgándose en la forma que previene el Reglamento de la Orden.

Empleo por mérito de guerra Artículo 34. Estatuido el ascenso en la campaña, se tendrá presente que su fin, según el espíritu de la ley, es dotar con grandes probabilidades de acierto las diferentes jerarquías de la Armada y aprovechar las excepcionales facultades de algún general, jefe u oficial en beneficio de la Nación. Artículo 35. Conforme preceptúa el párrafo segundo del apartado 4.º de la base 10 del real decreto de 1.º de julio de 1918, cuando en casos extraordinarios y repetidos se ponga de manifiesto en la dirección y mando de escuadra divisiones, buques de tropas en campaña las relevantes notorias condiciones de algún general, jefe u oficial en forma de que aconseje la conveniencia de aprovechar sus excepcionales facultades en beneficio de la Nación, podrá ser promovido por una ley al empleo inmediato dentro del respectivo cuerpo, mediante propuesta del jefe superior a quien compete, previa la instrucción de un expediente de juicio contradictorio con carácter sumarísimo, ordenado por aquél y siempre que sea favorable al informe definitivo del mismo, que estará encomendado al Consejo Supremo de Guerra y Marina. Es condición indispensable para tal recompensa que el propuesto, figurando en la relación que menciona el artículo 33, se haya distinguido notoriamente en actos de su propia iniciativa o en cumplimiento de órdenes recibidas, y en ambos casos con su intervención directa y personal, y a consecuencia de las cuales se hubiere cambiado ventajosamente la faz de uno o varios combates, sosteniendo y asegurando, con reacciones ofensivas, una retirada en bien de otras fuerzas más numerosas contra un enemigo victorioso y superior en fuerzas, o realizando en el teatro de operaciones o en un territorio o aguas de la guerra, otro hecho, empresa o servicio de guerra de iguales o mayor importancia que los antedichos. Artículo 36. Los ascensos otorgados con arreglo a este Reglamento sólo darán derecho a cubrir la primera vacante que se produzca, y llevarán la fecha de ésta, a no ser que otra se establezca en la ley especial que la conceda. El fallecido en acción de guerra se presumirá vivo para todo lo que sea favorable y dejará a su familia, si fuese ascendido, en concepto de pensión aplicable en la forma prevenida en el artículo 5.º de la ley de 18 de julio de 1860, el sueldo entero del empleo inmediato superior, desde la fecha en que le hubiese correspondido el ascenso con arreglo a las disposiciones de este artículo. Artículo 37. Los ascensos que con arreglo a este Reglamento, sean concedidos serán

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permutables por la Cruz del Mérito Naval de primera clase y distintivo correspondiente, previa petición del interesado.

Cruz Laureada de San Fernando Artículo 38. Se otorgará en los casos, circunstancias y condiciones previstas en sus Estatutos.

Medalla de Sufrimientos por la Patria Artículo 39. La Medalla de Sufrimientos por la Patria, instituida por real orden de 5 de noviembre de 1814, como honroso distintivo de aquellos que atraídos a la dura condición de prisioneros de guerra sin mengua ni quebranto de su honor militar, arrostren en ella de igual manera grandes penalidades, se aplicará también a señalar a los que cumpliendo con su deber en funciones del servicio, sufran heridas causadas por cualquier otro elemento o medios de combate de importancia bastante a determinar la concesión de tan preciado testimonio, otorgándose a los primeros con arreglo a lo que preceptúa el artículo 8.º de este Reglamento, y los segundos con sujeción a las condiciones que se fijan en los apartados siguientes: Artículo 1.º La Medalla de Sufrimientos por la Patria, cuando se conceda por lesiones, será siempre pensionada, se otorgará la pensión por las Cortes y llevará en su cinta un aspa roja y un pasador de plata en que se inscriba la fecha de la lesión sufrida, siendo condición precisa para obtenerla que las heridas o contusiones que la motiven lo hayan sido en forma y circunstancias que en nada amengüen ni dañen el honor militar del lesionado, Artículo 2.º Los individuos de los cuerpos auxiliares y político-militares podrán obtener esta Medalla en iguales condiciones que los de la Marina a quienes están asimilados en categoría. Artículo 3.º La pensión que se conceda se acreditará a partir del día 1.º del mes siguiente al que el interesado quedó herido o contuso, y será compatible con cualquier otro devengo y abonada por mensualidades completas aun cuando el herido o contuso obtenga o haya obtenido su pase a la reserva, retiro o licencia absoluta por solicitud propia, por razón de edad, falta de salud, tiempo de servicio u otra causa igualmente abonada. Artículo 4.º El que hallándose en posesión de esta Medalla sufra nuevas heridas o contusiones que también le den derecho a ella, la obtendrá de igual manera cuantas veces la mereciese, con los goces de las pensiones correspondientes por el tiempo señalado para cada pensión, pero no podrá ostentar más que una insignia, bien que llevando la cinta tantos pasadores con sus respectivas inscripciones cuantas sean las Medallas de esta clase que tenga concedidas. Artículo 5.º Los que durante el goce de una o varias de estas pensiones ascendiese, seguirán disfrutándolas en el tiempo y cuantía por que les fueron concedidas. Artículo 40. Para la debida comprobación de las condiciones preceptuadas en el artículo anterior llevarán los directores de los establecimientos sanitarios, tanto del Ejército como de la Armada en que ingresen los lesionados, relaciones que especifiquen la fecha de la lesión de cada uno, el día en que comenzó el tratamiento facultativo, el del ingreso del lesionado en el establecimiento, el informe diario del médico de cabecera acerca del carácter de leve, grave o muy grave de aquella, y el número de hospitalidades causadas en dicho establecimiento. Artículo 41. Si la asistencia del lesionado se efectuara en domicilios o establecimientos civiles o particulares no afectos directamente al servicio de Sanidad Militar o Naval, corresponderán al jefe sanitario de la plaza respectiva las funciones de estadística, vigilancia y comprobación encomendadas en el artículo anterior al director del hospital y al médico de cabecera. Si en la plaza o puerto no hubiese jefe de sanidad naval o militar, corresponderá al comandante del buque o jefe de la fuerza designar el médico a sus órdenes que se ha de encargar de las funciones indicadas, y en caso de no tenerlo, podrá interesarse en la prestación de tal servicio de los médicos titulares. Artículo 42. Cuando el lesionado salga de uno de estos domicilios o establecimientos sanitarios para proseguir su curación en otro cualquiera de clase igual o distinta, será remitida la relación correspondiente por el director del hospital o jefe de Sanidad Militar o Naval respectivo al que por afecto del traslado deba encargarse de continuarla.

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Artículo 43. Si el director del hospital o jefe de Sanidad Militar o Naval de la plaza respectiva, según los casos, creyese que la importancia y duración de las heridas y sufrimientos que ella produzca al paciente son motivos bastantes para proponer para la Medalla de Sufrimientos por la Patria, remitirá al almirante jefe, capitán general del departamento, por el conducto debido, la correspondiente comunicación, manifestándolo así y acompañada de los datos a que se refiere el artículo 40 para los efectos a que hubiere lugar. Artículo 44. La concesión de esta Medalla con pensión requerirá que se formule propuesta por el almirante en jefe o capitán general del departamento, con todos los antecedentes prevenidos en este Reglamento, a fin de que por el Ministro de Marina se tramite a las Cortes para ser otorgada, según establezca la ley.

CAPÍTULO III RECOMPENSAS A CLASES E INDIVIDUOS DE MARINERÍA Y TROPA Y SUS ASIMILADOS

Artículo 45. Las recompensas que por servicios y méritos de guerra puedan otorgarse a las clases e individuos de marinería y tropa y sus asimilados son las que señala el artículo 6.º de este Reglamento. Artículo 46. Los oficiales comandantes de buques, los oficiales jefes de servicios de guerra a bordo de los buques en combate, así como los capitanes de las compañías de desembarco, capitanes de compañías de Infantería de Marina y comandantes de unidades análogas a éstas, llevarán notas de los servicios y hechos de campaña de todas las clases e individuos de marinería y tropa que sirvan a sus órdenes de igual manera y con el mismo objeto que el artículo 25 de este Reglamento establece para los jefes de cuerpo respecto a jefes y oficiales del suyo. Estas obligaciones son extensivas a los directores de hospitales y jefes de Sanidad Naval o Militar de las plazas, en analogía con lo que se previene en el artículo 43 de este Reglamento. Artículo 47. Las propuestas generales de recompensas que se ordenen formular a favor de clases e individuos de marinería y tropa se ajustarán a lo establecido para generales, jefes y oficiales; pero irán informadas primeramente por los oficiales a que se refiere el artículo anterior, y bajo cuyas órdenes el propuesto haya prestado los servicios o contraído los méritos que puedan hacerle acreedor a la recompensa.

Cruz de plata del Mérito Naval con distintivo rojo Artículo 48. Esta Cruz, sin pensión, podrá ser otorgada en los mismos casos y condiciones que establece el artículo 31 de este Reglamento para generales, jefes y oficiales, y el artículo 8.° para los oficiales generales, particulares y asimilados, prisioneros de guerra. La que se conceda a éstos se diferenciará de la de distinguidos en que colgará de una cinta estrecha, amarilla, con cantos verdes. Artículo 49. Esta Cruz, con pensión, podrá ser concedida a las clases e individuos de marinería y tropa que, figurando en la relación de distinguidos, están en posesión, cuando menos, de una de dicha clase sin pensión, y a las clases e individuos que sin menoscabo de su honor militar sufran heridas o contusiones, aun cuando no estén en posesión de ninguna Cruz. La que se conceda a los primeros llevará una orla de plata, y la que se conceda a los segundos un aspa roja en la cinta y la fecha de la lesión recibida. Artículo 50. La pensión de la Cruz de plata del Mérito Naval podrá ser temporal (cinco años) o vitalicia, y de la cuantía siguiente:

Pesetas mensuales

Para distinguidos o heridos: Cabos, marineros y soldados ................................................. Maestres, Sargentos y asimilados ......................................... suboficiales y asimilados ........................................................ Para distinguidos y heridos Cabos, marineros y soldados ................................................. Maestres, Sargentos y asimilados ......................................... suboficiales y asimilados ........................................................

12,50 17,50 25,00

25,00 37,50 50,00

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Artículo 51. Para que la pensión sea vitalicia, tratándose de distinguidos, será condición precisa que posea el agraciado, por lo menos, una Cruz pensionada temporal, no concediéndose más que al final de la campaña o en las condiciones que preceptúa el artículo 12. Artículo 52. La pensión de la Cruz, cuando se trata de heridos, contusos o lesionados, será temporal si la curación exige de veinte a cuarenta días, y vitalicia si pasa de este número de días. Artículo 53. Para la debida comprobación de estas condiciones se observará lo prevenido en los artículos 40, 41, 42 y 43 de este Reglamento. Artículo 54. Las pensiones por heridas se acreditarán a partir del 1.º del mes siguiente a la fecha de la herida o hecho recompensado y serán abonadas por mensualidades completas y compatibles con cualquier otro devengo. El que hallándose en posesión de ésta sufra nuevas heridas, gozará de las pensiones correspondientes por el tiempo señalado a cada una de cuantas veces lo mereciera. Artículo 55. Los individuos procedentes de clase de marinería y tropa que al ascender a Oficiales estén en posesión de la Cruz de plata del Mérito Naval, con distintivo rojo, pensionada o sin pensión la conservarán con la misma insignia y distintivo con que les fue concedida. Artículo 56. Sólo podrá ostentarse una Cruz de plata sin pensión y otra pensionada. La repetición de ellas se representará con pasadores de los colores amarillo y verde para la Cruz concedida a los prisioneros y de plata con las fechas de las heridas y leyendas correspondientes en los demás casos. Artículo 57. Tanto las pensiones vitalicias como las temporales no dejarán de percibirse, aun cuando el agraciado con ellas ascienda a oficial, y estas pensiones serán compatibles con toda clase de devengos que puedan corresponderles, con arreglo a lo establecido en el apartado 2.° del artículo 39 de este Reglamento.

Medalla Naval Artículo 58. Esta Medalla será concedida con arreglo al Reglamento de la Orden y en los mismos casos establecidos por los generales, jefes y oficiales.

Ascensos por méritos de guerra Artículo 59. Los ascensos para individuos y clases de marinería y tropa se concederán en premio a meritorios servicios de guerra durante toda la campaña o de sólo seis meses, como mínimum, si durase más, con las excepciones del artículo 12, siempre que los agraciados posean condiciones que les hagan aptos para el desempeño del empleo que se les confiere. Estos ascensos serán concedidos por el almirante en jefe o capitán general del departamento, tratándose de cabos marineros y soldados, y por el Ministro de Marina, a propuesta de aquéllos, publicándose en el Diario Oficial cuando se trata de clases de la segunda categoría. Artículo 60. Estos ascensos serán concedidos dentro del espíritu que informa lo determinado para generales, jefes y oficiales, teniendo siempre en cuenta las clases de méritos, servicios y utilidades que para la campaña y la Marina pueda aportar en su categoría. Artículo 61. Para proponer el ascenso de suboficial de Infantería de Marina a alférez de la escala de reserva retribuida (mientras ésta subsista), se instruirá el expediente informativo prevenido para los generales, jefes y oficiales, siendo instructor un jefe o capitán, y secretario uno de la misma categoría del propuesto.

Cruz Laureada de San Fernando Artículo 62. Se otorgará en las mismas condiciones que las señaladas en el artículo 38 de este Reglamento para generales, jefes y oficiales.

CAPÍTULO IV RECOMPENSAS A LAS FUERZAS DEL EJÉRCITO Y OTRAS ESPECIALES ORGANIZADAS

MILITARMENTE Artículo 63. Los preceptos de este Reglamento podrán hacerse extensivos a fuerzas del Ejército u otra cualesquiera organizadas militarmente, que concurran con las de la Armada a

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operaciones de campaña, en cuanto no se opongan a los reglamentos y disposiciones especiales por que aquéllos se rigen. Artículo 64. El personal de dichas fuerzas sin asimilación militar será equiparado en la forma y medida correspondiente a la respectiva categoría militar por razón de sueldo. El personal de la Marina mercante de la clase de capitanes, oficiales y maquinistas tendrá, para estos efectos, las categorías que se les conceda en la Reserva Naval creada por la ley de Reclutamiento y Reemplazo de 19 de noviembre de 1915; el personal subalterno de la Marina mercante tendrá la consideración de las clases de marinería y tropa. Artículo 65. El pago de las pensiones correspondientes a las recompensas concedidas o que se concedan a individuos o fuerzas militarmente organizadas, será atención del Ministerio de Marina, con cargo a su propio presupuesto, cualquiera que sea la corporación o entidad que provea el sostenimiento de dichas fuerzas y se ajustará a las mismas reglas y condiciones establecidas para los individuos de la Armada. Artículo 66. Disueltas estas fuerzas o terminada la guerra y con ella el auxilio temporal que prestaron a la Marina, todos los individuos que tengan recompensas con pensión se considerarán como licenciados, con los mismos derechos, en lo tocante al percibo de las respectivas pensiones, que los procedentes de la Armada. Artículo 67. Las personas de cualquier clase y condiciones que sean que no pertenezcan al Ejército, Armada y otras fuerzas organizadas militarmente, no podrán en modo alguno ser agraciadas por servicios y méritos de guerra con las recompensas señaladas en este Reglamento.

ARTÍCULO TRANSITORIO Los generales, jefes y oficiales y las clases e individuos de marinería y tropa que tengan pendiente propuestas de recompensas por servicios y méritos de guerra o considerados como tales, anteriores a la promulgación de la ley de 1.° de julio de 1918 seguirán atenidos, por lo que respecta a la concesión o negativa, a los preceptos que regían al tiempo de formularse la propuesta correspondiente. Real orden circular de 30 de octubre de 1922 (CL número 440). Resolviendo consulta relativa a la forma de aplicar los preceptos del artículo 12 en relación con el 31 del vigente reglamento de recompensas en tiempo de guerra. En vista de la consulta que el Alto Comisario de España en Marruecos elevó a este ministerio en 3 de julio último, referente a la forma de aplicar los preceptos del artículo 12, en relación con el 31 del vigente reglamento de recompensas en tiempo de guerra; teniendo en cuenta lo dispuesto en la base décima de la ley de 29 de junio de 1918, de la que se deriva dicho reglamento, el rey, de acuerdo con lo informado por el Consejo Supremo de Guerra y Marina, ha tenido a bien disponer que para los efectos de recompensa, no siendo aquellas que ya la misma ley y el reglamento exceptúan, deberán haber permanecido los propuestos, en el territorio de operaciones, todo el tiempo que comprenda el periodo de servicios de que se trate, según preceptúan la ley y reglamentos citados. Al propio tiempo S. M. se ha servido resolver que si algún personal llevase a cabo tales hechos y servicios que merecieran ser recompensados, aun no habiendo cumplido el precepto expreso de la leu en lo tocante a permanencia, proponga el mando al gobierno, una modificación de aquella, en favor del que por sus méritos se justifique tan honrosa excepción.

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TENIENTE AUDITOR DE PRIMERA TENIENTE CORONEL

CORONEL MARZO BALAGUER TENIENTE RAMOS

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CAPITÁN DE ARTILLERÍA MONTADA EN UNIFORME DE GALA, JESÚS SÁNCHEZ PASTORFIDO Posteriormente director de la Academia de Artillería

Colección Antonio Carrasco García

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TENIENTE CORONEL DE ARTILLERÍA JESÚS SÁNCHEZ PASTORFIDO

Cortesía de Cristóbal B. F.

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GENERAL DE BRIGADA DE ARTILLERÍA JESÚS SÁNCHEZ PASTORFIDO

Cortesía de Cristóbal B. F.

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GENERAL DE DIVISIÓN JOSÉ SANJURJO SACANELL Lleva una Medalla de Sufrimientos por la Patria (dos pasadores), Medalla de la Campaña del Rif (¿cuatro pasadores?), Cruz de

Guerra de los Teatros de Operaciones Exteriores (con palma de bronce, Francia), Medalla Militar individual y Cruz de tercera clase de la Orden de la Beneficencia (distintivo negro-blanco)

Placas laureadas de 3ª y 2ª clase de la Orden de San Fernando Foto Alfonso, ¿1927?

AGMM F.05088

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Real decreto de 13 de noviembre de 1922 (CL número 465). Suprimiendo las comisiones informativas creadas por el de 30 de diciembre de 1919 y prohibiendo a los millares formar parte de asociaciones y organismos que tengan finalidades relacionadas con el servicio de las armas32. Artículo tercero. La base décima de la ley de 29 de junio de 1918, para la reorganización del Ejército, se modificará en la forma que se consigna en el anexo que acompaña a esta ley.

ANEXO Artículo segundo. En lo sucesivo, y además del avance en la escala por capacidad y pericia acreditadas en tiempo de guerra, a que se refiere el artículo anterior, podrán otorgarse a los generales, jefes y oficiales, por servicios de campaña, las recompensas siguientes: a) Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. b) Cruz de María Cristina, pensionada durante cinco años con el 20 por 100 del sueldo de su empleo para los oficiales, el 15 para los jefes, y el 12 para los generales. c) Medalla Militar. d) Cruz laureada de San Fernando. e) Medalla de Sufrimientos por la Patria, para heridos, contusos y prisioneros, siendo pensionada para los dos primeros y otorgada en las condiciones determinadas en la ley de 7 de julio de 1921 y real orden de 6 de noviembre de 1814. Artículo cuarto. Todas las recompensas se otorgarán al final de la campaña, si su duración no llega a seis mees. Si excediese de ese plazo, se dividirá en períodos, que no podrán ser menores de seis meses, según los hechos de armas e importancia de los mismos y de las operaciones realizadas. Es indispensable que los agraciados hayan permanecido en el teatro de operaciones ese lapso mínimo de tiempo, salvo en casos de herida o enfermedad graves y justificadas. De esta regla se exceptúan la Cruz laureada de San Fernando y la Medalla Militar, que podrán concederse sin tal limitación, aunque siempre con las formalidades que determinen sus reglamentos respectivos. Artículo quinto. Los méritos contraídos y los trabajos de importancia realizados durante la guerra, en el teatro de ella, pero que no afecten de un modo inmediato a las operaciones ni impliquen riesgos, penalidades u otras circunstancias excepcionales, dentro de las propias del Ejército en campaña, serán recompensados como en tiempo de paz. Artículo sexto. A propuesta del general en jefe, el Gobierno de Su Majestad podrá conceder recompensas honoríficas a unidades del Ejército o fracciones orgánicas de las mismas, cuando se hubieren hecho acreedoras a ellas por muy señalados méritos de guerra. Los distintivos correspondientes los usará sobre el uniforme, mientras pertenezca al Ejército, el personal que haya asistido al hecho o hechos que los motivan. Artículo séptimo. Los generales, jefes, oficiales, clases e individuos de tropa, llevarán en la manga derecha de la prenda de cuerpo y de abrigo del uniforme, y en su parte superior, una trencilla o cordón de color encarnado y de seis centímetros de largo, en sentido horizontal y paralelas, entre sí, si son varias, por cada año de campaña efectiva que cuenten en su carrera. Los cinco años de campaña se señalarán por una trencilla, pero en ángulo hacia abajo. El uso de este distintivo tendrá efecto retroactivo para cuantos militares vistan de uniforme, cualquiera que sea su situación. El cómputo de años se hará sumando todo el tiempo, aunque se refiera a campañas diferentes, entendiéndose como un año completo la última fracción, si es igual o superior a tres meses. Artículo octavo. Las cruces de María Cristina y del Mérito Militar con distintivo rojo se concederán y regirán sus ventajas y circunstancias con arreglo a sus reglamentos especiales, que se amoldarán a las variaciones a que obligue el cumplimiento de estas disposiciones. Artículo noveno. Los preceptos contenidos en estas disposiciones son aplicables a las fuerzas que, organizadas militarmente, concurran con las del Ejército a operaciones de campaña; pero las personas, de cualquier clase y condición que sean, que no pertenezcan al Ejército, Armada u otras fuerzas organizadas militarmente, no podrán en modo alguno ser

32 Se inserta sólo lo que interesa a este epígrafe.

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agraciadas por servicios y méritos de guerra con las recompensas antes enumeradas. Artículo undécimo. En lo sucesivo también podrán otorgarse a las clases e individuos de tropa, por servicios de campaña, las recompensas siguientes: a) Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. b) Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo, pensionada durante cinco años, con el 60 por 100 de su haber para cabos y soldados y el 40 para los sargentos y suboficiales. c) Medalla Militar. d) Cruz laureada de San Fernando. e) Medalla de Sufrimientos por la Patria para heridos, contusos y prisioneros, siendo pensionada para los dos primeros y otorgada a estas clases e individuos en circunstancias y condiciones análogas que las antes señaladas para los generales, jefes y oficiales, siendo las pensiones de igual duración que para éstos y regulándose su cuantía en forma prevenida para las mencionadas clases de tropa en la ley de 7 de julio de 1921, de que antes se ha hecho mención. La de prisioneros será concedida con arreglo a la real orden de 6 de noviembre de 1814. Artículo duodécimo. Las recompensas a cabos y soldados serán concedidas por el general en jefe, a propuesta del jefe de su cuerpo en campaña; y las de suboficiales y sargentos por el ministro de la Guerra, a propuesta del general en jefe, aprobando, si procede, la que el jefe del cuerpo en campaña le haya hecho. Estas últimas serán publicadas en el «Diario Oficial del Ministerio de la Guerra». Disposición transitoria. Los efectos de esta ley alcanzarán a todos los que, contando con méritos para optar a las ventajas que en ellas se contienen, no las hayan obtenido por períodos de campaña aun no premiados. Real orden circular de 22 marzo de 1923 (Colección Legislativa número 121). Aclarando el artículo 12 del vigente reglamento de recompensas en tiempo de guerra. En vista de la consulta que el general encargado del despacho de la Alta Comisaría de España en Marruecos hizo a este ministerio en 27 de diciembre último, interesando se dicte una disposición aclaratoria del artículo 12 del vigente reglamento de recompensas en tiempo de guerra, en la parte relativa a la excepción sobre tiempo de permanencia en territorios de operaciones, en casos de heridas o enfermedades graves y justificadas, el rey de acuerdo con lo informado por el Consejo Supremo de Guerra y Marina, ha tenido a bien disponer se entienda aclarada el referido artículo en el sentido de que el tiempo que a causa de dichas heridas o enfermedades esté ausente del territorio de operaciones cualquier general, jefe, oficial, clase o individuo de tropa del Ejército, no sea obstáculo para incluirle en propuesta, considerándolo como si hubiera estado presente en dicho territorio, pero debiendo justificarse debidamente esta circunstancia por medio del oportuno expediente, y hacerlo constar así en la propuesta y aun en el historial de su hoja de servicios. Real orden circular de 28 marzo de 1923 (CL número 137). Disponiendo el curso que se ha dar a las instancias que se promuevan en súplica de recompensa por servicios de campaña prestados en los territorios de nuestra Zona del Protectorado en Marruecos. En vista de la frecuencia con que por distintas autoridades se cursan a este ministerio instancias en súplica de recompensa por servicios de campaña prestados en los territorios de nuestra Zona de Protectorado en Marruecos, instancias en las cuales la generalidad de los interesados suponen tener un derecho a la gracia que solicitan, por la mera circunstancia de haber permanecido en aquellos territorios el tiempo que cita el artículo 12 del vigente reglamento de recompensas en tiempo de guerra, y tomado parte en tres o más hechos de armas, aun no habiendo sido citados como distinguidos, y olvidando que ese mismo artículo preceptúa terminantemente que las recompensas de que trata podrán otorgarse, sin que esto sea de rigor hacerlo; teniendo en cuenta que, en todo caso, la que merezca cualquier individuo

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del Ejército, ha de concederse previa propuesta formada en las condiciones señaladas en el artículo 25 y siguientes, y que, según el 21, no cabe reclamación sobre el particular, el rey ha tenido a bien disponer que en lo sucesivo no se cursen a este ministerio las instancias de referencia, haciéndolo a los comandantes generales de los territorios donde los solicitantes manifiesten han adquirido los méritos que invoquen, y dichas autoridades, previos los informes que estimen oportunos, apreciarán si hay lugar a la formación de alguna propuesta adicional, desestimando las peticiones en caso contrario, sin que contra la resolución que adopten pueda prosperar recurso alguno, según el espíritu del precitado artículo 21. Real orden circular de 21 de abril de 1923 (CL número 177). Resolviendo consulta relativa a las atribuciones de los comandantes generales de Ceuta y Melilla, para la concesión de la Medalla Militar, y, en general, a las propuestas y otorgamiento de recompensas. En vista de la consulta que el comandante general de Melilla hizo a este ministerio en 13 de febrero último; teniendo en cuenta lo dispuesto en el real decreto de 17 de enero del corriente año (CL número. 22); en el artículo octavo de la real orden de 27 del mismo mes y año (CL número 36), relativos a la supresión del cargo de general en jefe del Ejército de España en África, y lo informado por el Consejo Supremo de Guerra y Marina, el rey, de acuerdo con la Comisión permanente del Consejo de Estado, ha tenido a bien disponer que en la actual organización del Ejército de España en África tengan los comandantes generales de Ceuta y Melilla, con relación a las fuerzas de su respectivo mando, las atribuciones que confieren al general o comandante en jefe los reglamentos de 12 y 10 de marzo de 1920 (CL números 87 y 4, respectivamente), en orden a la concesión de la Medalla Militar y, en general, a las propuestas y otorgamiento de recompensas. Real decreto de 11 de mayo de 1924 (Gaceta de Madrid número 134, del 13). Disponiendo que las propuestas, de recompensas por servicios especiales a favor del personal de los institutos de Carabineros y Guardia civil se cursen por sus directores generales a los Ministerios de Hacienda y Gobernación, respectivamente, y una vez informadas por éstos se remitirán al de la Guerra para su resolución. La conveniencia de no demorar el premio a que por méritos o servicios extraordinarios se hagan acreedores los jefes, oficiales y tropa de los institutos de Carabineros y Guardia civil exige prescindir del informe de la junta de la subsecretaría del Ministerio de la Guerra, cuya misión primordial se refiere a estudios de carácter técnico puramente militares. Y para que los jefes de los departamentos ministeriales de que dependen los referidos institutos no desconozcan el concepto que deben merecerles el personal de los mismos, el presidente del Directorio Militar que suscribe, tiene el honor de someter a la aprobación de V. M. el adjunto proyecto de decreto. A propuesta del jefe del Gobierno, presidente del Directorio Militar, vengo en decretar lo siguiente: Artículo 1.º Las propuestas de recompensas que por sus servicios especiales se formulen a favor del personal de los institutos de Carabineros y Guardia civil se cursarán por sus directores generales a los Ministerios de Hacienda y Gobernación, respectivamente, los que las informarán y remitirán al de Guerra, que las resolverá directamente sin sujetarlas a nuevos trámites. Artículo 2.º El personal de las restantes armas y cuerpos del Ejército continuará sujeto, en la tramitación de sus propuestas de recompensas, a los preceptos del Reglamento de 26 de mayo de 1920.

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Real decreto de 11 de mayo de 1924 (CL número 230). Disponiendo cómo se ha de proceder para el examen y resolución definitiva de las propuestas de ascensos por méritos de guerra de los generales, jefes y oficiales. En época en que, con fundado motivo, podía sospecharse que la concesión de recompensas por mérito de guerra no llevaba en sí todas las garantías de acierto, ya que el influjo o la recomendación actuaba intensamente en todos los aspectos de la vida nacional, se sujetó el examen de los merecimientos a reglas tan exageradas, que al cumplir lo legislado, se cae hoy en el peligro de dejar sin premio relevantes acciones y servicios de indiscutible notoriedad. Para que la ejemplaridad de la recompensa impulse la emulación y estimule los ánimos en todos los momentos, pero con mayor eficacia, cuando una oficialidad abnegada y valerosa no economiza sacrificio, derrocha su sangre y desenvuelve sobre el campo de batalla su acertada técnica militar, dando gloria al Ejército y prestigio a la Patria, es indispensable que en el Gobierno de V. M. resida la facultad de otorgar el premio merecido. Mas no por ello se ha de prescindir del expediente contradictorio ni del informe del Consejo Supremo de Guerra y Marina, porque ambos trámites constituyen la base de juicio definitiva, y forman el cuerpo de doctrina, a que no puede menos de estar sujeto el estudio de cada caso. En virtud de todo lo cual, y atendiendo siempre al buen servicio de la Patria, el presidente del Directorio Militar que suscribe, de acuerdo con éste, tiene el honor de someter a la aprobación de V. M. el adjunto proyecto de decreto.

REAL DECRETO A propuesta del jefe de Gobierno, presidente del Directorio Militar, y de acuerdo con éste, vengo en decretar lo siguiente: Artículo 1.º En lo sucesivo, las propuestas de ascensos por méritos de guerra de los generales, jefes y oficiales mediante el reglamentario expediente contradictorio, serán sometidas por el jefe del Departamento de Guerra al examen y resolución definitiva del gobierno de S. M. previo informe del Consejo Supremo de Guerra y Marina, y sea, o no favorable dicho informe. Artículo 2.º Las propuestas de esta clase que, informadas desfavorablemente por el Consejo Supremo de Guerra y Marina con anterioridad a este decreto no hubieran sido sometidas a resolución del gobierno, como consecuencia de lo dispuesto en el párrafo quinto del apartado A), base décima de la ley de 29 de junio de 1918, lo serán, desde luego, por el jefe del Departamento de Guerra en la forma indicada en el artículo anterior. Artículo 3.º Quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan al cumplimiento de este decreto. Real orden de 26 de mayo de 1924 (CL número 252). Disponiendo que por cada ascenso por méritos de guerra, se publique un resumen del expediente respectivo en el Diario Oficial de este ministerio. Siendo de indudable conveniencia, tanto para la interior satisfacción del espíritu militar, como para gala y orgullo de los agraciados, que el fundamento de los ascensos que se concedan por méritos de guerra sea público, S. M. el rey se ha servido disponer que en el Diario Oficial de ese ministerio se publique por cada ascenso concedido un resumen del expediente en que se funde, lo bastante expresivo y detallado para dejar bien justificada la concesión, lo mismo en los casos de información, unánimemente favorable, que en aquellos en que la resolución del Directorio se aparte de ella.

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Real decreto de 27 de febrero de 1925 (Gaceta de Madrid número 64, del 5 de marzo). Establece dos artículos sobre la Cruz de Plata del Mérito naval, adicionales al Reglamento de Recompensas de paz de la Armada de 19 de octubre de 192133. Al adaptar a Marina, por real decreto de 1.º de julio de 1918, los preceptos de la ley de 29 de junio anterior, se tradujeron éstos en el apartado e) de la base 10, en lo que afecta a concesión de recompensas en tiempo de paz al personal de cuerpos subalternos y clases e individuos de marinería y tropa, en forma idéntica a la prescrita en dicha ley. Posteriormente, ajustando a ese mandato las disposiciones del Reglamento de Recompensas aprobado por real decreto de 19 de octubre de 1921, se desarrolló aquella disposición en la misma forma en el artículo 19 de esta reglamentación. Y como de la comparación de ese precepto con el contenido en el apartado c) de la base 10.ª de expresado real decreto de 1.º de julio de 1918, que expresa que el espíritu que los informa es el de que las recompensas que se concedan sean por regla general honoríficas y con el del punto 1.º del apartado d) del mismo real decreto, que determina que por méritos de guerra puede concederse a ese personal la Cruz de plata del Mérito Naval, con distintivo rojo, sin pensión, el Presidente del Directorio Militar, que suscribe, considerando absurdo que las recompensas para premiar servicios prestados en tiempo de paz hayan de ser forzosamente más espléndidas y provechosas que las otorgadas por acción de guerra, tiene el honor de someter a V. M. el siguiente proyecto de real decreto cuyas disposiciones se encaminan a poder premiar más fácilmente los servicios de ese personal en tiempo de paz, salvando la desproporción tan notable que existe en la actualidad entre la concesión de mención honorífica y la Cruz pensionada del Mérito Naval, tendiendo al propio tiempo a buscar una economía que, con apariencia modesta, supone un inadecuado y excesivo sacrificio para el erario.

REAL DECRETO A propuesta del Jefe de mi Gobierno, Presidente del Directorio Militar, y de acuerdo con éste, vengo en decretar lo siguiente: Artículo 1.º La Cruz de plata del Mérito Naval con distintivo blanco, se otorgará, por servicios de paz, con pensión, o sin ella, al personal de los cuerpos subalternos de la Armada que no tengan graduación de oficial y a las clases e individuos de marinería y tropa. Si en la propuesta y en la concesión no se especifica se entenderá que la Cruz no es pensionada, siéndolo, en otro caso, durante el tiempo de servicio y conforme a los artículos aplicables del Reglamento de 19 de octubre de 1921. Cuando se estime que los méritos o servicios, son excepcionales, se hará en la propuesta justificación expresada de tal extremo, para que la Cruz sea pensionada, precediendo en este caso a la resolución ministerial el informe de la Junta de Clasificación y Recompensas de la Armada. Artículo 2.º Las disposiciones de este decreto se considerarán artículos adicionales al reglamento de 19 de octubre de 1921, quedando modificadas las reglas del mismo que se opusieran a las del presente. Real decreto de 16 de marzo de 1925 (Gaceta de Madrid número 76, del 17). Aprobando bases que se insertan, las cuales habrán de servir de norma para la concesión de recompensas en tiempo de guerra. La ley de 29 de junio de 1918 y las disposiciones y reglamentos dictados para ejecución, constituyeron un acierto indiscutible, pues la realidad ha demostrado cómo las citadas disposiciones garantizaron, mucho más que las precedentes, la austeridad y justicia en la concesión de recompensas.

33 Derogado por orden de 14 de julio de 1971.

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No obstante lo expuesto, enseñanzas de la práctica, de un lado, y de otro, la conveniencia de reunir en un solo cuerpo de doctrina las múltiples disposiciones aclaratorias de la legislación vigente, han aconsejado al Gobierno de V. M. someter a su aprobación este proyecto de decreto-ley. En él se ha tendido a individualizar el mérito, y en tal orden de ideas, se propone que toda recompensa vaya precedida de citación especial, en la que se publiquen los merecimientos del que ha de ser objeto de ella. Se restablece la Cruz de María Cristina para llenar la laguna injustificada que existe en el vigente reglamento de Recompensas, en el que quedan sin premio adecuado méritos extraordinarios que, superando a los requeridos para obtener la Cruz roja, no alcanzaban, sin embargo, a los verdaderamente excepcionales que deben motivar et ascenso. Aparte de este motivo sustancial, al proponer a V. M. el restablecimiento de esta Orden, tiene el Directorio la satisfacción de rendir este pequeño testimonio de respetuosa consideración hacia vuestra Augusta Madre, la admirada Soberana, que tan gratísimo recuerdo dejó de su Regencia. Se crea también la Cruz del Mérito Militar bicolor, para diferenciar los servicios de campaña prestados en el combate, que suelen llevar anejos dificultades y peligros que no deben confundirse en el premio con ninguna otra clase de servicios, de aquellos otros en los que no concurran tales circunstancias, siquiera sean llevados a cabo en el teatro de operaciones. Tal vez la práctica de cuanto en este decreto-ley se establece, aconseje, en su día, implantar nuevas variaciones, habida consideración de que en materia tan delicada, cual la de recompensas, es difícil el acierto e indispensable amoldar constantemente la legislación a los tiempos y a las circunstancias; mas no es posible aplazar la modificación de lo estatuido, si quiera no se varíe en sus principios fundamentales, y por ello, el Jefe del Gobierno y Presidente interino del Directorio Militar, de acuerdo con éste, tiene el honor de someter a la aprobación de V. M. el adjunto proyecto de decreto.

REAL DECRETO A propuesta del Jefe del Gobierno, Presidente interino del Directorio Militar, y de acuerdo con éste, Vengo en decretar lo siguiente: Artículo 1.º Se aprueban las siguientes bases, que habrán de servir de norma para la concesión de recompensas en tiempo de guerra. Base 1.ª Las recompensas que en tiempo de guerra podrán concederse a los generales, jefes y oficiales y asimilados del Ejército por hechos realizados en el teatro de operaciones, serán las siguientes: 1.ª Escala de recompensas. a) Citación en orden general del Ejército, con especificación del hecho y méritos demostrados en el mismo, que se anotarán en la hoja de servicios. b) Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, sin pensión. c) Cruz de María Cristina. d) Empleo inmediato en todas las categorías. 2.ª Para premiar al personal que, hallándose en el territorio de operaciones, realice servicios que, aun no exentos de peligro, se hayan efectuado sin combate, podrán otorgarse las siguientes recompensas: a) Citación en orden general de distinguidos, con especificación del hecho y méritos demostrados en el mismo, que se anotarán en la hoja de servicios. b) Cruz bicolor del Mérito Militar, sin pensión. 3.ª Las penalidades sufridas por los prisioneros y heridos, sin menoscabo del honor militar, serán premiadas con la Medalla de Sufrimientos por la Patria. 4.ª Independientemente de las recompensas que preceden, podrán otorgarse las siguientes: a) Medalla Militar.

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b) Cruz Laureada de San Fernando 5.ª Mediante propuesta del general en jefe, el Gobierno de Su Majestad podrá conceder recompensas colectivas, precisamente honoríficas, a las unidades del Ejército o fracciones orgánicas de las mismas, que se hubieran hecho acreedoras a tales premios por muy señalados méritos en servicios de guerra, análogos a los exigidos para otorgar individualmente la misma recompensa al personal del Ejército. A las clases e individuos de tropa podrá otorgárseles iguales recompensas que a los generales, jefes, oficiales y asimilados, existiendo además para la tropa como recompensa intermedia entre la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo y la de María Cristina, la del Mérito Militar con distintivo rojo, pensionada en la cuantía que determine el correspondiente reglamento. Todas estas recompensas se podrán conceder también a los que formen parte de fuerzas organizadas militarmente, que concurran con las del Ejército a operaciones de campaña, siempre que a esas concesiones no se opongan los reglamentos y disposiciones especiales que las rijan. Base 2.ª Las recompensas enumeradas en la base primera podrán otorgarse siempre que lo justifique el mérito contraído y se compruebe aquel debidamente, con arreglo a las normas que se señalan en este decreto-ley y reglamentos que de él han de derivarse. No será necesario esperar al término de la campaña, ni al cumplimiento de plazo alguno, para formular las correspondientes propuestas, que serán siempre unipersonales, salvo para las recompensas colectivas a que se refiere la base anterior, debiendo llenarse los requisitos que establecen estas bases y los respectivos reglamentos. Base 3.ª Al Gobierno de S. M. corresponde, a los efectos de este decreto-ley, declarar, a propuesta del general en jefe, el principio y fin de una campaña, la delimitación del territorio de las operaciones y resolver las propuestas de recompensas formuladas por dicha autoridad, o confirmar aquellas otras para cuya concesión esté facultado aquél por este decreto-ley y reglamento que ha de desarrollarlo. Base 4.ª Toda propuesta de recompensa ha de fundamentarse en hechos que, por muy meritorios que sean, no representen exclusivamente el cumplimiento del deber, sino que supongan algo extraordinario sobre lo que a ese deber alcanza. Ni el valor, ni el celo, ni la competencia técnica, evidenciados en una operación de guerra, ni el tiempo de permanencia en campaña o reiteración de hechos de armas, pueden por si solos ser objeto de recompensa, ya que son cualidades y circunstancias que normalmente deben concurrir en los individuos del Ejército. Sólo los hechos sobresalientes en su importancia, finalidad o desarrollo; sólo lo que evidencia una suma de dotes excepcionales y aptas para la guerra, ha de ser objeto de premio. El estimar como méritos dignos de galardón hechos que sean estricto cumplimiento del deber, revelaría un deficiente concepto de lo que es la profesión militar. Base 5.ª Se entenderá por operación de guerra el conjunto de hechos, acciones y circunstancias que, teniendo como finalidad exclusiva el choque y combate con el enemigo, abarcan desde el comienzo de su preparación o previsión, hasta el momento en que las fuerzas que intervienen vuelven al estado de reposo por haber alcanzado el fin propuesto, o por empezar a prepararse para reiterar la acción con el mismo o distinto objetivo. La actividad, pericia, valor, espíritu, autoridad, iniciativa y celo evidenciados por cada uno, dentro de su peculiar esfera de acción, en la extensión que se señala en la base anterior y dentro del periodo que abarca una operación, es lo que ha de servir de fundamento y justificación para las propuestas de recompensas. Base 6.ª Apreciado por el superior jerárquico que haya presenciado los hechos o los haya conocido por referencia, un mérito sobresaliente en alguno de sus subordinados, con arreglo al criterio expuesto en bases 4.ª y 5.ª de este decreto-ley, promoverá un parte-propuesta individual, independientemente del de la acción, pero haciendo referencia al momento de ella en que se funde la pretendida distinción, cuyo parte ira pasando sucesivamente por las autoridades superiores hasta llegar al general en jefe, quien, como

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consecuencia del estudio detenido que haga del mismo, si no estima merecido el concepto de distinción o juzga escaso el mérito, podrá poner un «visto» en el correspondiente expediente, o llamar la atención del proponente si el hecho no se sale de lo vulgar; mas si el general o comandante en jefe se conforma en principio con la propuesta contenida en ese parte, acordará la citación como distinguido en la orden general del Ejército con especificación del mérito, servicio o hecho a que se refiere, y si estima no basta esa citación como distinguido, para premiar el mérito que deduce del parte, podrá ordenar, independientemente de dicha citación, la formación de un expediente informativo, en cuya tramitación se seguirán las normas que se indiquen en el reglamento que ha de desarrollar estas bases. Por tanto, la citación como distinguido en la orden general del Ejército —que ya constituye por sí una recompensa que ha de anotarse en la hoja de servicios— será requisito que ha de preceder a toda otra propuesta de recompensa que haya de otorgarse a generales, jefes, oficiales y asimilados, de las comprendidas en la escala gradual de los casos primero y segundo de la base 1.ª. Para clases e individuos de tropa sólo será indispensable la citación en la orden general de distinguidos, para poder formular propuesta de Cruz del Mérito Militar pensionada, de María Cristina y empleo. Base 7.ª Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. Se otorgará esta Cruz, sin pensión, a los generales, jefes, oficiales y asimilados, en alguno de los casos siguientes: 1.º A aquellos que, como consecuencia de los partes-propuestas a que antes se hace referencia, fuesen objeto de dos citaciones como distinguidos, si estas citaciones, no hubieran servido de base para otra recompensa. 2.º Cuando terminado el expediente-propuesta a que se refiere la base anterior, se desprenda de las actuaciones del juez, a juicio del general en jefe, que los méritos evidenciados son suficientes para la concesión de la Cruz roja del Mérito Militar, sin llegar a hacerle acreedor a recompensa superior. Para clases e individuos de tropa podrá concederse: a los que se encuentren comprendidos en el caso primero de los dos que acaban de indicarse, o cuando habiendo tomado parte en tres hechos de armas su actuación en ellos le haga acreedor a tal recompensa, a juicio de sus jefes, y el general en jefe se mostrase conforme con tal propuesta. Por tanto, la Cruz roja, sin pensión para tropa, sólo se otorgará como consecuencia de expediente, cuando formulado éste para depurar sus méritos en previsión de que requiriesen una mayor recompensa, estimase el general en jefe, como resultado de aquél, que es suficiente premio la concesión de la Cruz roja Las condiciones que será preciso reunir para merecer esta Cruz, como resultado de expediente, y para otorgar a la tropa esta condecoración con pensión, se determinarán en el reglamento correspondiente no requiriéndose tampoco expediente para la concesión de la pensionada a la tropa. Base 8.ª Cruz de María Cristina. Esta Cruz, en las distintas clases que en su reglamento se fijan, llevará anexa una pensión igual a la mitad de la que tiene asignada la Cruz Laureada de San Fernando, correspondiente al mismo empleo, percibiéndose dicha pensión durante cinco años a partir del hecho que motivó la concesión. Dentro de cada una de las clases de esta Orden, sólo podrá ostentarse una insignia, y el número de pensiones a cobrar en un mismo empleo no podrá exceder de dos. Esta Cruz, que se reserva para los casos en que se deduzcan méritos muy semejantes a los que se precisan para otorgar el ascenso, requerirá para los generales, jefes, oficiales y asimilados, la formación del oportuno expediente con arreglo a lo que prescriba el reglamento que ha de desarrollar estas bases. Sin embargo, cuando algún general, jefe, oficial o asimilado hubiese sido recompensado tres veces en su empleo con la Cruz roja otorgada como consecuencia de los requisitos que establezca el reglamento y contraiga nuevos méritos que justifiquen un galardón o premio, se le propondrá para la Cruz de María Cristina, si como consecuencia de ellos no le

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correspondiese mayor recompensa. A las clases e individuos de tropa sólo podrá proponerse para la Cruz de María Cristina en los dos casos siguientes: 1.º Cuando poseyendo las recompensas inferiores a esta condecoración, según la escala gradual de recompensas que establece la base 1.ª de este decreto-ley, se hicieran acreedores por nuevos merecimientos a esta preciada recompensa, a juicio de sus Jefes, si el general en jefe se mostrase conforme con tal propuesta. 2.º Cuando instruido expediente para depurar sus méritos, en previsión de que requiriese una mayor recompensa, estimase el general en jefe, como resultado del expediente, que basta para premiarle con la concesión de esta condecoración. Los méritos necesarios para la concesión de esta recompensa, cuando sea a consecuencia de expediente, se detallarán en el reglamento que ha de desarrollar estas bases y en el particular de la Orden. Base 9.ª Ascensos por méritos de guerra. Respondiendo los ascensos por méritos de guerra a la necesidad de tener dotadas con personal competente, debidamente contrastado, las diferentes escalas del Ejército, es el beneficio de la Nación el que principalmente se persigue con dichos ascensos, aunque lo sean también en provecho del agraciado. En consecuencia, y atendiendo a aquella primordial finalidad, ni la importancia del resultado obtenido, ni el mérito de una acción, han de ser circunstancias determinantes para ascender. Sólo la comprobada revelación de cualidades que aseguren la plena capacidad del propuesto para el ejercicio de mandos superiores a los de su empleo, será el factor determinante para hacer la correspondiente propuesta de ascensos. Teniendo en cuenta, sin embargo, el beneficio personal que un ascenso representa, se faculta al personal del Ejército para permutar un empleo obtenido por méritos de guerra por la cruz de María Cristina o por la del Mérito Militar roja. Las condiciones que será preciso evidenciar para la concesión de esta recompensa se determinarán en el reglamento correspondiente. El ascenso por méritos de guerra requerirá la formación de expediente —cuya tramitación se ajustará a la reglas que se dicten en los correspondientes reglamentos—, excepto para los que hayan de otorgarse a clases e individuos de tropa hasta él ascenso a sargento inclusive, para los cuales bastará el parte-propuesta individual en la forma indicada, el que será resuelto por el General en jefe, teniendo en cuenta, por lo que se refiere al ascenso a sargento, que será requisito indispensable para tomar posesión de él, haber llenado a priori o a posteriori, en relación con el hecho o servicio por el que se le propuso, las condiciones reglamentarias para el ascenso a dicho empleo. Tanto en este caso como en todos los demás en que se conceda el ascenso al empleo inmediato, la antigüedad que se disfrutará en él será la correspondiente a la fecha del hecho o servicio que motivó la propuesta. Base 10. Medalla Militar. Se mantiene el carácter honorífico de esta condecoración, que se otorgará únicamente en casos excepcionales y con arreglo a las condiciones que en su reglamento se determinarán. Base 11. Medalla de Sufrimientos por la Patria. Se otorgará a los heridos en campaña, sin menoscabo del honor militar, y a los prisioneros de guerra en igual caso. La que se conceda a los heridos en campaña y en las condiciones que su reglamento determina, llevará anexa una pensión cuya cuantía en el propio reglamento se fija. La concedida a quienes hubieran sido prisioneros de guerra carecerá de pensión. En el reglamento correspondiente se determinarán los requisitos para su concesión a heridos y prisioneros, adaptando a los preceptos hoy vigentes para estos últimos, al actual modo de combatir y a la modalidad de la guerra de Marruecos. Base 12. La Cruz Laureada de San Fernando, la Medalla Militar y la de Sufrimientos por la Patria, son recompensas compatibles con cualquiera otra a que un individuo del Ejército se

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haga acreedor por sus méritos o servicios en el mismo hecho de armas. Base 13. Cruz bicolor del Mérito Militar. Esta Cruz, creada por la base 1.ª de este decreto-ley, tendrá las mismas clases que la del Mérito Militar con distintivo rojo. Se instituye esta condecoración para premiar al personal del Ejército que, hallándose en el territorio de las operaciones, realice servicios que, aunque no exentos de peligro, se hayan efectuado sin combate. En analogía con lo prescrito para la Cruz roja, se otorgará a los generales, jefes y oficiales y asimilados en los dos casos siguientes: 1.º Cuando a consecuencia de los partes-propuestas individuales, fueran citados dos veces, como distinguidos por hechos o servicios que se hayan efectuado sin combate, si de dichas propuestas individuales no se hubiese derivado una mayor re compensa. 2.º Cuando formado expediente como consecuencia de un parte-propuesta, se desprenda de las actuaciones que la recompensa que procede otorgarles la Cruz bicolor. A las clases e individuos de tropa se concederá, bien por haber sido citados dos veces como distinguidos, por hechos o servicios que se hayan efectuado sin combate, a consecuencia de parte-propuesta individual, sin que por el hecho que motivó dichas citaciones les correspondiese mayor recompensa; bien cuando sean propuestos para esta condecoración como consecuencia de tres hechos o servicios efectuados sin combate que requieran tal distinción, a juicio de sus jefes, si el general en jefe se mostrase conforme con esta propuesta. Los méritos necesarios para la concesión de esta recompensa, a consecuencia de expediente, serán determinados en el reglamento que ha de desarrollar estas bases y en el particular de la Orden. Base 14. Los méritos contraídos por individuos no combatientes en los trabajos de importancia realizados durante la guerra en el territorio de ella, pero que no afecten de modo inmediato a las operaciones, ni impliquen riesgos, penalidades u otras circunstancias excepcionales, dentro de los propios del servicio del Ejército en campaña, serán recompensados como trabajos en tiempo de paz, si el mérito evidenciado lo requiriese, en la forma y con arreglo a la escala gradual que se establece en el reglamento de recompensas en tiempo de paz, exceptuándose únicamente aquellos servicios o hechos que, según los preceptos de este decreto-ley y del reglamento correspondiente, deban ser premiados con la Cruz bicolor. En tiempo de paz, sólo en casos muy extraordinarios, que al Gobierno de S. M. corresponde apreciar, podrán premiarse con las recompensas que para el tiempo de guerra establece la base 1.ª de este decreto-ley, los hechos y servicios que se determinan en el reglamento que para desarrollar estas bases se dicte. Base 15. Se faculta al general en jefe para otorgar e imponer sobre el campo de batalla y en casos especialísimos, todas las recompensas para clases e individuos de tropa, hasta el ascenso a suboficial inclusive, sin necesidad de tramitar expediente propuesta. Base 16. Resolución de las propuestas. Toda resolución en materia de premios o galardones que se refiere a generales, jefes, oficiales y asimilados, será publicada en el Diario Oficial con el fundamento y acordada sobre ella. Serán de competencia del general en jefe resolver las propuestas de citación de distinguidos en la orden general del Ejército, relativas a generales, jefes, oficiales y asimilados y clases e individuos de tropa, la concesión de la Medalla Militar al referido personal y otorgar todas las recompensas de tropa comprendidas en la escala gradual de los casos 1.º y 2.º de la base 1.ª, hasta el empleo de suboficial inclusive. Los expedientes-propuestas, de recompensas para generales, jefes, oficiales y asimilados, serán informados por el general en jefe y Consejo Supremo de Guerra y Marina. Los expedientes-propuestas relativos al ascenso de suboficial a alféreces y a la concesión a subalternos de todas las recompensas comprendidas en los casos 1.º y 2.º de la base 1.ª, serán resueltos por el Ministerio de la Guerra, si está conforme con el dictamen del Consejo Supremo de Guerra y Marina, y si hubiere discrepancia con el referido dictamen, la resolución corresponderá al Consejo de Ministros.

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Los expedientes-propuestas relativos a las recompensas que hayan de otorgarse a generales, jefes, capitanes y asimilados, serán resueltos siempre por el Consejo de Ministros, previo informe del Consejo Supremo y del Ministerio de la Guerra. La concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, Medalla Militar y de Sufrimientos por la Patria, se tramitará como en la actualidad, con arreglo al detalle que determinen los respectivos reglamentos. Base 17. Al Gobierno de S. M. corresponde conceder al general en jefe, sin sujeción a trámite o expediente alguno, las recompensas que en estas bases se establecen, atendiendo únicamente a la importancia de sus méritos y servicios. A la dignidad de Capitán general sólo podrán ascender en campaña los generales en Jefe que se hallen en posesión del empleo de teniente general cuando los relevantes méritos y servicios aconsejen al Gobierno a proponerlo a S. M. Base 18. A los efectos de las recompensas que se establecen en este decreto-ley, se formularán los partes-propuesta y se incoarán los expedientes aludidos en las bases anteriores a todos los que reúnan méritos para ello, según las normas expuestas, aunque hubieren fallecido o se encontrasen desaparecidos o prisioneros. Los generales, jefes, oficiales y asimilados y tropa desaparecidos o muertos en acción de guerra o de resultas de sus heridas, antes de haber sido dados de alta para el servicio, y los que fuesen muertos por el enemigo estando prisioneros, dejarán a sus familias, en concepto de pensión, aplicable en la forma prevenida por el artículo 5.º de la ley de 8 de julio de 1860, el sueldo entero del empleo que poseían al ocurrir el hecho de la desaparición o fallecimiento. Si con posterioridad al fallecimiento o desaparición fuesen ascendidos, dejarán como pensión el sueldo entero correspondiente al nuevo empleo que se les otorgue. Estos preceptos son de aplicación a cuantos casos se hubieran resuelto, a partir de la ley de 29 de junio de 1918, con criterio distinto al contenido en esta base. La pensión anexa a la Cruz de María Cristina —que se conceda con arreglo a este decreto-ley y reglamento para su desarrollo— se transmitirá igualmente a los individuos de sus familias, con derecho a pensión, por el tiempo que de haber vivido la hubiera disfrutado el causante. Base 19. Las Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo y bicolor podrán concederse a las personas de cualquier clase y condición que, sin pertenecer al Ejército ni a fuerzas organizadas militarmente, asistan debidamente autorizadas a operaciones de guerra, tomen parte en los hechos de armas y en combates que durante ellas se desarrollen o realicen actos y servicios que, probados mediante expediente y previos informes del general en jefe y Consejo Supremo de Guerra y Marina, estime el Gobierno merecedores de tal recompensa. También podrá concedérseles la Medalla de Sufrimientos por la Patria como prisioneros, mediante expediente justificativo de que han sido reducidos a la dura condición de tales, sin menoscabo del honor patrio, y que han soportado, sin faltar a él, las penalidades y fatigas propias de dicha dura condición. Base 20. En caso de extraordinarios servicios prestados por indígenas que no pertenezcan a las fuerzas normalmente constituidas, podrá el Gobierno, a propuesta del Alto Comisario, conceder, sin sujeción a las reglas que se establecen, la Cruz del Mérito Militar con pensión, cuya cuantía y duración para cada caso propondrá aquella autoridad en atención a la importancia de los servicios que se premian. A su propuesta también se declarará la caducidad de la pensión. Base 21. Todas las recompensas que se otorguen surtirán efectos a partir de la fecha en que se contrajo el mérito que motivó su concesión. Cuanto en este decreto-ley se establece y los preceptos que para su ejecución se dicten, se aplicarán a todas las operaciones, hechos o servicios realizados desde primero de agosto de 1924, para lo cual, en el plazo máximo de un mes, a partir de la publicación del reglamento, los jefes de las columnas en operaciones y los de los cuerpos, darán los partes-propuestas unipersonales de los hechos distinguidos, merecedores de citación en la orden

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general, o de los restantes galardones que se establecen, de cuyos partes-propuestas podrá deducirse la concesión de estos premios en sus diversas clases o la negativa en la forma expuesta. Base 22. Los preceptos de esta base y de los reglamentos que han de desarrollarla podrán hacerse extensivos a las fuerzas de la Armada en cuanto no se opongan a los reglamentos y disposiciones especiales por que aquella se rija. Base transitoria. Las recompensas correspondientes al lapso de tiempo anterior al 1 de agosto de 1924, se ajustarán a la legislación entonces vigente, sin más excepciones que las que a continuación se expresan: 1.ª Para completar el mínimo de seis meses de permanencia en el territorio de operaciones y asistencia a tres hechos de armas que la actual legislación establecía, podrán acumularse el tiempo servido y los hechos de armas a que se haya asistido en períodos consecutivos, pudiendo por tanto los que se encuentran en tal caso solicitar y obtener la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. 2.ª Cuando por razón del carácter expedicionario de las fuerzas de que formaron parte no hubiesen podido completar ni aun computado en la forma expuesta los seis de permanencia, pero si asistido a los tres hechos de armas que como mínimo se exigen, podrán solicitar la concesión de la Cruz roja, previa justificación de que ha sido por causa ajena a su voluntad el no haber permanecido el mínimo de seis meses requerido en el territorio de operaciones. Las instancias de los que en tal caso se hallen, sólo podrán ser resueltas favorablemente si el informe del general en jefe, que ha de estamparse en ellas, no les fuese adverso. 3.ª En aquellos períodos cuyas propuestas generales aún no hayan sido resueltas por ninguna de las regiones oriental y occidental de nuestro Protectorado en Marruecos, podrá hacerse uso de los beneficios siguientes: a) Si en algún expediente en tramitación para depurar los méritos del interesado en relación con la concesión del ascenso por méritos de guerra, se desprende, a juicio del juez con la conformidad del general en jefe o en opinión del Consejo Supremo o del Gobierno, que el mérito evidenciado, sin llegar a los que el actual reglamento exigía para el empleo, requiere ser recompensado, podrá otorgarse, en analogía de condiciones meritorias, con las que ahora se establecen, la Cruz de María Cristina, si procede, con las ventajas que el nuevo reglamento conceda, o la Cruz roja o bicolor, si se estima suficiente premio esta recompensa. b) Cuando como resultado de alguno de los expedientes incoados precisamente en los períodos a que se refiere de manera expresa la última parte de esta base, hubiese algún General, jefe, oficial o asimilado que desease permutar el ascenso que por méritos de guerra se le hubiese sido concedido, podrá hacerlo optando por la Cruz de María Cristina, con las ventajas que para ella establece este decreto, o por la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. Artículo 2.º Por el Ministerio de la Guerra se dictarán con la mayor urgencia los reglamentos y disposiciones necesarios para el desarrollo y cumplimiento de las bases contenidas en el artículo anterior, procediéndose asimismo a la nueva redacción de los reglamentos de las órdenes de la Cruz de María Cristina, Mérito Militar y los de la Medalla Militar y de Sufrimientos por la Patria. Artículo 3.º Quedan derogadas cuantas disposiciones anteriores se opongan a lo que establece este decreto. Real decreto de 10 de abril de 1925 (Gaceta de Madrid número 102, del 12). Aprobando el reglamento, que se inserta, de recompensas, en tiempo de guerra desarrollando las bases del decreto-ley del 16 de marzo del corriente año. A propuesta del jefe de Gobierno, presidente interino del Directorio Militar, y de acuerdo con éste.

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Vengo en aprobar el siguiente reglamento de recompensas en tiempo de guerra, desarrollando las bases del decreto-ley de dieciséis de marzo del corriente año.

REGLAMENTO DE RECOMPENSAS EN TIEMPO DE GUERRA CAPÍTULO PRIMERO

GENERALIDADES Artículo 1.º En tiempo de guerra las recompensas a los generales, jefes, oficiales y asimilados de todas las armas, cuerpos e institutos del Ejército y las de las clases e individuos de tropa y sus asimilados se concederán con sujeción a las prescripciones de este Reglamento. Artículo 2.° Trabajos que se premiarán como en tiempo de paz. Los méritos contraídos por los no combatientes y los trabajos de importancia realizados durante la guerra en el territorio de ella, pero que no afecten de un modo inmediato a las operaciones ni impliquen riesgos, penalidades u otras circunstancias excepcionales dentro de las propias del servicio del Ejército en campaña, serán recompensados como trabajos en tiempo de paz, en la forma y con arreglo a lo que establece el vigente Reglamento de recompensas en tiempo de paz, exceptuándose únicamente aquellos otros servicios o hechos realizados en el territorio de las operaciones y en relación con ellas, que, aunque no exentos de peligro, se hayan efectuado sin combate y deban ser premiados con la Cruz del Mérito Militar, con distintivo bicolor. Artículo 3.° Casos en que podrán concederse en tiempo de paz recompensas de guerra. En tiempo de paz sólo en casos muy extraordinarios que al Gobierno corresponde apreciar, podrán premiarse con las recompensas que para el tiempo de guerra establece este Reglamento, los hechos siguientes: 1.º Que el militar, sea o no jefe inmediato o directo de una tropa, la someta a la obediencia y disciplina y la mantenga en ella con gran riesgo de su vida, al alzarse aquélla en rebelión o sedición. 2.º Que al surgir lucha armada o entablarse combate, cumpla el militar sus deberes con extraordinario acierto, valor y abnegación en condiciones análogas a las que este Reglamento establece. 3.° Que por su iniciativa y dirección en hechos y combates, mantenga un militar, con gran riesgo de su vida, en defensa de la Nación, de las instituciones y de la disciplina, el honor de las armas, la lealtad de las tropas a sus órdenes y la paz pública. 4.º Aquellos servicios que por disposiciones especiales se consideren por el Gobierno como de guerra. La declaración de hecho de guerra, podrá ser general, comprendiendo a cuantos intervinieron en el suceso, o simplemente, concretarse a uno o varios de los individuos del Ejército que tomaron parte en aquél. Artículo 4.º Atribuciones del Gobierno en cuanto a recompensas. Al Gobierno de S. M. le corresponde, a los efectos de este Reglamento, fijar, a propuesta del general en jefe, el principio y fin de una campaña, delimitar el territorio de las operaciones de guerra y resolver las propuestas de recompensas formuladas por aquél, o confirmar aquellas concesiones de recompensas para las que el general en jefe esté facultado con arreglo a este Reglamento. Compete igualmente al Gobierno, mediante propuesta del general en jefe, la concesión de recompensas colectivas, precisamente honoríficas, a las unidades del Ejército o fracciones orgánicas de las mismas, que se hayan hecho acreedoras a ellas por muy señalados méritos en servicios de guerra, méritos que serán análogos a los exigidos para otorgar individualmente la misma recompensa. Artículo 5.° Abonos de tiempo en campaña y medallas conmemorativas. Con informe o a propuesta del general en jefe, podrá el Gobierno de S. M. conceder a la terminación de una guerra o por períodos de ella, abonos de tiempo de campaña y medallas conmemorativas de la misma, en la forma y extensión que determinen las disposiciones que a tal efecto se dicten.

CAPÍTULO II

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CLASES DE RECOMPENSAS POR MÉRITOS DE GUERRA Y CARACTERÍSTICAS DE LOS MÉRITOS REQUERIDOS PARA LA CONCESIÓN DE CADA UNA DE ELLAS

Artículo 6.º Clases de recompensas. Las recompensas que podrán concederse por servicios de guerra al personal del Ejército, serán las siguientes:

DE CARÁCTER INDIVIDUAL Para generales, jefes, oficiales y asimilados

Primer grupo. Para premiar los hechos o servicios de extraordinario mérito realizados en el territorio de operaciones, evidenciados con ocasión de combate, existirá la siguiente escala de recompensas: a) Citación como distinguido en Orden general del Ejército, con especificación del hecho o servicios realizados y méritos demostrados en él. b) Cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo, sin pensión. c) Cruz de María Cristina, pensionada durante cinco años, en la cuantía que determina el artículo 13. d) Ascenso al empleo inmediato, hasta el límite superior que orgánicamente corresponda. Segundo grupo. Las penalidades sufridas por los prisioneros y heridos sin menoscabo del honor militar, serán premiadas con Medalla de Sufrimientos por la Patria, en la forma y previos los requisitos que determina el correspondiente Reglamento. Tercer grupo. Los hechos o servicios de mérito extraordinario realizados en territorio de operaciones y en relación con ellas, que, aunque no exentos de peligro se hayan realizado sin combate, podrán ser premiados con las siguientes recompensas: a) Citación como distinguido en Orden general del Ejército, con especificación del hecho o servicios realizados y méritos demostrados en él. b) Cruz bicolor del Mérito Militar, sin pensión. Cuarto grupo. Las grandes hazañas, los hechos heroicos y los méritos de carácter tan extraordinario que requieran ser premiados en forma distinta de la que se consigna en los casos anteriores, podrán ser recompensados con la Medalla Militar o la Cruz laureada de San Fernando, si están comprendidos dentro de las prescripciones de los respectivos Reglamentos, siendo compatibles estas dos preciadas recompensas entre sí y con cualquiera de las comprendidas en los anteriores casos de este artículo.

Para clases e individuos de tropa y asimilados Por los méritos exigidos para el grupo primero, las recompensas que podrán otorgarse son las que figuran en la siguiente escala: a) Citación como distinguido en Orden general del Ejército, con especificación del hecho o servicios realizados y méritos demostrados en él. b) Cruz de plata del Mérito Militar, con distintivo rojo, sin pensión. c) La misma con pensión temporal por cinco años en la cuantía que determina el artículo 10. d) La misma con pensión vitalicia en la cuantía que determina el mismo artículo. e) Cruz de María Cristina, pensionada por cinco años, en la cuantía que determina el artículo 13. f) Ascenso al empleo inmediato hasta el de alférez de la escala de reserva retribuida, inclusive. En los grupos segundo, tercero y cuarto podrán otorgarse las mismas recompensas que allí se establecen para generales, jefes, oficiales y asimilados.

DE CARÁCTER COLECTIVO Las recompensas que podrán otorgarse a las unidades y fracciones orgánicas de los cuerpos e institutos del Ejército, además de aquellas otras, igualmente honoríficas, que el Gobierno pudiera acordar con arreglo al párrafo segundo del artículo 4.º, serán las siguientes: a) Citación como distinguido en Orden general del Ejército. b) Cruz del Mérito Militar. c) Cruz de María Cristina.

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d) Medalla Militar. e) Corbata y Cruz laureada de San Fernando. Artículo 7.° Número de distintivos que pueden usarse de una misma condecoración. Efectos de las recompensas. Percibo de pensiones. No podrá usarse más que una insignia de cada una de las recompensas que se enumeran en este Reglamento, marcándose la repetición de la distinción con pasadores sobre la condecoración correspondiente. Se exceptúan de esta regla las recompensas colectivas que figuran en el artículo 6.°. Las unidades galardonadas con ellas podrán usar tantos distintivos como recompensas de esta clase les fueran otorgadas. Todas las recompensas que se otorguen con arreglo a los preceptos de este Reglamento, surtirán efecto partir de la fecha del último hecho o servicio en que se contrajo el mérito que motivó su concesión, abonándose las pensiones de las cruces y la diferencia de sueldo del nuevo empleo, cuando sea ésta la recompensa, a partir de la revista de Comisario del mes siguiente a la fecha aludida. Las pensiones anexas a las cruces y medallas subsistirán hasta el término de los plazos por que fueron concedidas, cualquiera que llegase a ser la situación, destino o empleo del interesado, excepto en los casos de sentencia firme, dictada por tribunal competente, en que especialmente se le prive de ellas. Al fallecimiento del causante sólo se transmitirá la pensión a las familias cuando se trate de la Cruz de María Cristina y se obtenga tan preciada recompensa por el hecho de armas que motivó su fallecimiento. Se exceptúa de los preceptos de este artículo la Cruz laureada de San Fernando, que se regirá por sus disposiciones especiales en lo concerniente a ambos extremos. Artículo 8.º Características que han de reunir los servicios realizados para ser considerados dignos de premio. Toda propuesta de recompensa ha de fundamentarse en hechos que, por muy meritorios que sean, no representen exclusivamente el cumplimiento del deber, sino que supongan algo extraordinario sobre lo que a ese deber alcanza. Ni el valor, ni el celo, ni la competencia técnica, ni el tiempo de permanencia en campaña o reiteración de hechos de armas pueden por sí solos ser objeto de recompensa, ya que son cualidades y circunstancias que normalmente deben concurrir en los individuos que al Ejército pertenecen. Sólo los hechos sobresalientes en su importancia, finalidad o desarrollo, sólo lo que evidencia una suma de dotes excepcionales y aptas para la guerra ha de ser objeto de premio. El estimar como méritos dignos de galardón hechos que sean estrictamente cumplimiento del deber, revelaría un deficiente concepto de lo que es la profesión militar. Todas las recompensas de guerra se tramitarán y concederán con la mayor rapidez compatible con una rigurosa investigación y comprobación de los méritos, sin esperar al término de una campaña ni al cumplimiento de plazo alguno. Con excepción de las recompensas colectivas, cuando a ello haya lugar, y de las relaciones-propuestas de Cruces rojas sin pensión o bicolor para tropa, todas las propuestas que deban formularse serán precisamente unipersonales, y no se fundamentarán ni en los actos realizados en un período, ni en la ejecución material de un combate, sino que habrán de basarse en los méritos contraídos y aptitudes puestas de manifiesto en una operación de guerra, entendiéndose por tal, no sólo el combate en sí, sino el conjunto de hechos, acciones y circunstancias que, teniendo por finalidad el choque y combate con el enemigo, abarcan desde el comienzo de su preparación o previsión hasta el momento en que las fuerzas que intervienen vuelvan al estado de reposo por haber alcanzado el fin propuesto o por empezar a prepararse para reiterar la acción con el mismo o distinto objetivo. En consecuencia, la organización y preparación de las fuerzas que cada cual mande; el esmero y exactitud de los servicios que de él dependan; el espíritu y valor demostrados por él y sus tropas; la preparación en las maniobras; la acertada iniciativa; el orden y disciplina puestos de manifiesto en todo momento; la pronta predisponibilidad y la conservación de

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aptitud combatiente de la unidad; es decir, cuanto represente inteligencia, pericia, autoridad, valor, espíritu, actividad, iniciativa y aptitudes técnicas, ha de ser examinado y valorado para fundamentar, tramitar y ultimar las propuestas. En caso de herida o enfermedad graves, debidamente justificadas de algún general, jefe, oficial, clase o individuo de tropa o asimilados, corresponde al mando determinar si hasta el momento de su baja los hechos realizados por el interesado antes de finalizar la operación bastan para justificar la propuesta.

CARACTERÍSTICAS DE LOS MÉRITOS REQUERIDOS PARA CADA UNA DE LAS RECOMPENSAS ENUMERADAS

Artículo 9.° Citación como distinguido. La citación como distinguido en Orden general del Ejército que acuerde el general en jefe habrá de comprender méritos individuales que supongan algo que exceda al cumplimiento del deber militar.

CRUZ DEL MÉRITO MILITAR CON DISTINTIVO ROJO Artículo 10. Clases. Pensiones de la de tropa. Esta condecoración tendrá las mismas clases que en la actualidad, o sea: De plata, para la tropa. De primera, para oficiales y asimilados. De segunda, para comandantes, tenientes coroneles y asimilados. De tercera, para coroneles y asimilados. Gran Cruz, para oficiales generales y asimilados. Para generales, jefes, oficiales y asimilados, será siempre sin pensión. Para clases e individuos de tropa y asimilados podrá ser sin pensión o pensionada, y la pensión de esta última podrá ser otorgada por cinco años o vitalicia. Las pensiones de esta cruz para tropa serán las mismas para la vitalicia que para la temporal, no variando, por tanto, más que el tiempo que se disfruta su pensión. La cuantía de la misma será: Para soldados y cabos, 12,50 pesetas mensuales. Para sargentos, 17,50 pesetas mensuales. Para suboficiales, 25 pesetas mensuales. Sólo podrá percibirse la pensión correspondiente a dos cruces. Por tanto, el que disfrutase dos pensiones temporales, o una temporal y otra vitalicia, y por nuevos méritos le correspondiese otra vitalicia, dejará de percibir una de las pensiones temporales que hasta entonces hubiera disfrutado. El abono de estas pensiones será compatible con las que correspondan a la Cruz de María Cristina, Medalla de Sufrimientos y Cruz laureada de San Fernando. Las insignias de las cruces de plata se conservarán por el agraciado aun cuando hubiera ascendido a oficial, percibiendo igualmente en este empleo, hasta la terminación del plazo por el que hubieren sido concedidas, las pensiones obtenidas siendo clase de tropa, quedando prohibidas las permutas de cruces de plata por las de primera clase.

CRUZ ROJA SIN PENSIÓN Artículo 11. Características de los méritos requeridos para su concesión. Para la concesión de la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo se precisa la existencia de méritos individuales que hayan influido directamente en el éxito de una operación. En lo que a generales, jefes, oficiales y asimilados se refiere, han de contrastarse tales méritos en el periodo preparatorio, en el ejecutivo y en el final de la operación; y el origen o término de comparación para justipreciarlos, se hallará en cuanto es y representa el cumplimiento del deber. Lo que va más allá de la obligación y produce resultados beneficiosos para el conjunto, es lo que debe ser apreciado como mérito, a los efectos de esta recompensa. A los generales, jefes, oficiales y asimilados se les otorgará en los dos casos siguientes: 1.º Cuando a consecuencia de los partes-propuestas que antes se indican fuesen objeto de dos citaciones como distinguidos en el empleo que ostenten por hechos o servicios realizados en combate, si estas citaciones no hubieran servido de base para otras recompensas.

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Una vez publicada la segunda citación dentro de la misma campaña, el jefe natural del interesado formulará la propuesta correspondiente si ninguna de dichas citaciones ha sido fundamento para otra recompensa. 2.º Cuando terminado el expediente-propuesta incoado para depurar sus méritos se desprenda del mismo que los evidenciados son suficientes para la concesión de la Cruz roja del Mérito Militar, sin llegar a hacerlo acreedor a recompensa superior. Para clases e individuos de tropa y asimilados podrá concederse esta cruz sin pensión (ajustándose en lo posible a los méritos que para la oficialidad se determinan), en los casos siguientes: 1.º Cuando habiendo tomado parte en tres operaciones de guerra en una misma campaña, la actuación en ellas de la clase e individuos de tropa sea, a juicio de sus jefes inmediatos, merecedora de tal distinción. 2.º Cuando la clase o individuo de tropa hubiera sido citado dos veces como distinguido en el empleo que ostente por hechos realizados con ocasión de combate en orden general del Ejército. Una vez publicada la segunda citación, dentro de la misma campaña, el jefe natural del interesado formulará la propuesta correspondiente, que podrá comprender a cuantos reúnan tales méritos, siempre que esas citaciones no hayan sido fundamento para otra recompensa. 3.º Cuando incoado expediente, llegado el momento de resolverlo, aprecie el general en jefe es suficiente recompensa la Cruz de plata del Mérito Militar sin pensión.

CRUZ DE PLATA DEL MÉRITO MILITAR CON DISTINTIVO ROJO, PENSIONADA Artículo 12. Características de los méritos requeridos para su concesión. Será requisito indispensable para su concesión ser citado como distinguido en Orden general del Ejército por el hecho o servicio que trate de premiarse. Si además de esta circunstancia estuviese en posesión de una Cruz de plata con distintivo rojo, sin pensión, como mínimo, y el general en jefe, después de una evaluación de sus méritos le estimase acreedor a ello, podrá otorgarle esta cruz con la pensión detallada en el artículo 10, durante cinco años. Si reuniendo los requisitos expuestos se hallase ya el interesado en posesión de una Cruz de plata con distintivo rojo pensionada temporal, como mínimo, podrá otorgarle el general en jefe, si lo estima merecedor de ello, esta cruz con pensión vitalicia en la cuantía que marca el artículo 10. Las propuestas de Cruces rojas pensionadas que formulen los jefes de cuerpo podrán ser comprensivas de varios individuos, a condición de que se detalle para cada uno de ellos las características que se determinan en este artículo.

CRUZ DE MARÍA CRISTINA Artículo 13. Sus clases. Pensiones. Insignias. Las clases de esta Orden serán las siguientes: De tropa. De primera, para oficiales y asimilados. De segunda, para jefes y asimilados. De tercera o Gran Cruz, para generales y asimilados. Todas ellas llevarán aneja como pensión una cantidad igual a la mitad de la que para el mismo empleo se asigna a la laureada de San Fernando. Esta pensión se cobrará durante cinco años, a partir de la revista del mes siguiente al hecho que la motiva, sin que puedan exceder de dos las pensiones que simultáneamente se perciban. Las insignias de la Cruz de María Cristina, de tropa, se conservarán por el agraciado aun cuando hubiera ascendido a oficial. Artículo 14. Características de los méritos requeridos para su concesión a generales, jefes, oficiales y asimilados. La Cruz de María Cristina requiere, para que pueda ser concedida a generales, jefes, oficiales y asimilados, la existencia, en la operación de guerra, de méritos individuales y muy distinguidos, y la reunión de condiciones muy semejantes a las que se precisan para obtener el ascenso. Estas condiciones del propuesto, se aquilatarán, teniendo en cuenta sus antecedentes, recompensas que haya recibido en el empleo, tiempo que lleve en operaciones y cualidades

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que reveló en el transcurso de la operación o servicio y durante el tiempo de permanencia en campaña. Se propondrá pues, la concesión de esta recompensa, cuando, a consecuencia del expediente informativo, deduzca el general en jefe que en el propuesto concurren las circunstancias antes señaladas. También se podrá conceder cuando un general, jefe, oficial o asimilado, en un mismo empleo, haya obtenido en una campaña y con arreglo a los preceptos de este Reglamento, tres Cruces rojas del Mérito Militar, y como consecuencia del expediente informativo acredite méritos para obtener otra. Artículo 15. Características de los méritos requeridos para su concesión a clases e individuos de tropa. Para clases e individuos de tropa y asimilados se requiere la citación como distinguido en la orden general del Ejército por el hecho o servicio que motive la propuesta y haber demostrado méritos análogos (en lo que pueda haber similitud) a los que para generales, jefes, oficiales y asimilados determina el artículo anterior. También se podrá conceder a clases e individuos de tropa y asimilados, cuando alguno hubiese recibido ya en el transcurso de la campaña, sobre el empleo que ostente, todas las recompensas inferiores, según la escala del primer caso del artículo 6.º, o sea: Cruz roja, sin pensión, pensionada temporal y pensionada vitalicia, y a juicio de sus jefes hubiese acreditado, con ocasión de combate, méritos suficientes para la concesión de otra recompensa. En este caso, dichos jefes elevarán al general en jefe, por el conducto establecido anteriormente, las correspondientes relaciones-propuestas comprensivas de cuantos tuviesen derecho a ello, con arreglo a este artículo, especificando el mérito y circunstancias que en cada uno de ellos concurran. El general en jefe podrá conformase con estas propuestas o desestimarlas, concediendo cualquier recompensa inferior. Asimismo podrá otorgarse cuando, concluso el expediente instruido para depurar méritos del algún sargento o suboficial, resulte del mismo acreedor a esta recompensa, por acercarse sus méritos a los requeridos para merecer el empleo, sin llegar a ellos.

ASCENSO POR MÉRITOS DE GUERRA Artículo 16. Características de los méritos requeridos para su concesión a generales, jefes, oficiales y asimilados. Permuta de empleo por otra recompensa. Respondiendo los ascensos por méritos de guerra, a la necesidad de tener dotados con personal competente, debidamente contrastado, las diferentes escalas del Ejército, es el beneficio de la Nación el que principalmente se persigue con dichos ascensos. En consecuencia, y atendiendo a aquella primordial finalidad, ni la importancia del resultado obtenido, ni el mérito de una acción han de ser por sí solos determinantes para ascender, ya que ha de atenderse especialmente a la comprobada revelación de cualidades que aseguren la plena capacidad del propuesto para el ejercicio de mandos superiores a los de su empleo. Señalada en los párrafos anteriores la finalidad que se persigue con el ascenso por méritos de guerra y las cualidades que deben reunirse para obtenerlo, del expediente informativo que a este efecto se instruya, deben resultar los “méritos, condiciones y aptitudes excepcionales” que a continuación se indican. Los “méritos” han de deducirse de los resultados obtenidos por la actuación del interesado en el combate, en la preparación de la operación y en la ejecución y dirección de los servicios; teniendo muy presente el objetivo que particularmente se le señaló y el general que se perseguía. Ha de pesarse cuidadosamente cómo logró dicho objetivo: si lo sobrepasó y a que costo, y como aquel fin particular influyó en el resultado final de la operación. Aumentará la valoración de los méritos la desproporción entre las fuerzas propias y contrarias, con preponderancia de éstas; la desigualdad de armamento en provecho del enemigo y la naturaleza del terreno. Las “condiciones sobresalientes” del propuesto han de ser acreditadas por el examen de sus antecedentes personales y de las cualidades reveladas en el transcurso de la operación o servicio por el que le propone; así, pues, su cultura, hoja de servicios, cómo manda y administra su unidad o cómo desempeña los servicios que tiene a su cargo; cual es su aptitud física; si es disciplinado; si tiene buen espíritu y entusiasmo por la profesión; si

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procura excederse en el cumplimiento del deber, como se ha comportado en otras ocasiones; si lleva mucho tiempo en campaña, y si dentro del empleo ha sido objeto de recompensa, debe ser materia de investigación y análisis por quienes sucesivamente van tramitando el expediente-propuesta. Finalmente, las “aptitudes excepcionales” prometedoras de beneficio para el Ejército y la Nación, serán puestas de relieve al investigar cómo preparó su unidad y organizó los servicios para la operación; cómo se desenvolvió durante los combates; que provechosas iniciativas tuvo; cómo hizo frente y cómo resolvió situaciones difíciles e imprevistas; si fue rápido en la comprensión y ejecución de las órdenes recibidas; si fue cauto y previsor en todo momento; audaz y decidido cuando convino o debió serlo; si sus fuerzas estuvieron rápidamente aptas, y si éstas y los servicios mantuvieron la proporcionada eficiencia después de la acción, o bien cómo desempeña el cargo que ejerce, habidas en cuenta circunstancias análogas en relación con la campaña a las que antes se especifican para los que tengan mando directo de tropas, y formando parte de las fuerzas combatientes, aunque por su función peculiar no tengan el mando directo de unidades, ya que cabe hacerse acreedor al ascenso en mandos auxiliares o en funciones que no requieran el mando directo de unidades. En todo caso, cuanto tiempo lleva en operaciones y si ha sido premiado con una o varias Cruces de María Cristina. El ascenso al empleo inmediato, por méritos de guerra, sólo se propondrá cuando, como resultado del expediente informativo, estime el general en jefe concurran en el propuesto las circunstancias de “méritos, condiciones y aptitudes sobresalientes”, señaladas en este artículo. Se faculta al personal del Ejército para permutar un empleo concedido por méritos de guerra, por la Cruz de María Cristina o por la del Mérito Militar roja. Artículo 17. Características de los méritos para proponer el ascenso de alguna clase o individuo de tropa y asimilados. Los méritos, condiciones y aptitudes que han de reunir las clases e individuos de tropa para ser merecedores de ascenso, vienen definidas en los preceptos del artículo anterior, y aun cuando haya de atenderse al contraste de cuanto en dicho artículo se señala, la investigación ha de versar especialmente sobre la capacidad para el mando de unidades superiores a las que correspondan a su empleo, y a ello se añadirá, si de suboficial se trata, un examen de sus condiciones, en relación con cuanto debe ser por todos conceptos un oficial del Ejército. Los jefes que inicien el parte-propuesta tendrán muy presente cuanto se indica en este artículo respecto a las condiciones requeridas. Los ascensos al empleo de cabo se otorgarán por el general en jefe mediante parte-propuesta que, con los debidos informes, le eleven los jefes naturales del interesado. Igual norma se seguirá para los ascensos de cabo a sargento, si bien será preciso, para poder tomar posesión del empleo de sargento, haber llenado a priori o a posteriori, en relación con la fecha del hecho que motivó la propuesta, los conocimientos reglamentarias para el ascenso a sargento. De los ascensos de ambas clases que se otorguen dará cuenta el general en jefe al Ministro de la Guerra para su confirmación. Los ascensos a suboficial y oficial se ajustarán a las normas que en este Reglamento se prescriben, previos los oportunos expedientes, correspondiendo al general en jefe la concesión del empleo de suboficial por méritos de guerra, que será confirmado por el Ministerio de la Guerra, a cuyo departamento corresponderá otorgar el ascenso por méritos de guerra a oficial de la escala de reserva retribuida en la forma que dispone el artículo 43. Artículo 18. Ascendidos por méritos de guerra. Amortización de estos ascensos. Antigüedad que se les otorgará. Los ascendidos por méritos de guerra cubrirán vacante en la escala correspondiente hasta el límite que señalen las leyes vigentes para cada arma o cuerpo o el determinado para los que pertenezcan a la escala de reserva. Las clases e individuos de tropa podrán ascender en igual forma hasta el de alférez de la escala de

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reserva retribuida. El sobrante que por estos ascensos se produzca se amortizará con sujeción a las reglas generales que rijan la amortización de vacantes. La antigüedad que se señalará al ascendido por méritos de guerra será la de la fecha del hecho o servicio que motivó la propuesta, y si fueron varios hechos o servicios los que la motivaron, la antigüedad será la correspondiente a la fecha del último de ellos.

MEDALLA DE SUFRIMIENTOS POR LA PATRIA Artículo 19. Su objeto. La Medalla de Sufrimientos por la Patria se concederá a los generales, jefes, oficiales, clases e individuos de tropa y asimilados para premiar las grandes penalidades sufridas dignamente y sin detrimento del honor militar durante el cautiverio y los quebrantos y sufrimientos que suponen las heridas honrosamente recibidas en campaña o en hechos considerados como de guerra. Se otorgará esta recompensa en los casos y previos los requisitos que su Reglamento determina, sin perjuicio de cualquier otra recompensa a que se hubiesen hecho acreedores por servicios o hechos realizados con anterioridad o en el transcurso de la operación en que resultaron heridos o prisioneros durante el cautiverio. La que se conceda a prisioneros será siempre sin pensión. La que deba otorgarse a heridos sólo será pensionada en los casos que se determinan en el artículo siguiente. Artículo 20. Clases y pensiones de esta medalla. La condecoración será la misma para prisioneros y heridos, sin más diferencia que la que corresponda a prisioneros llevará en la cinta un pasador especial en que se consignen las fechas en que comenzó y cesó al cautiverio y la correspondiente a heridos llevará un aspa roja bordada en la cinta y un pasador con la fecha de la herida. Las pensiones anexas a esta medalla para heridos serán: Para los generales, jefes, oficiales y asimilados, las señaladas en la ley de 7 de julio de 1921, y su duración no excederá de dos años, cesando, desde luego antes de dicho plazo, por la curación de las heridas o por la declaración de inutilidad o ingreso en Inválidos. La pensión de esta medalla, cuando se otorgue a clases e individuos de tropa por haber sufrido heridas graves o menos graves sin detrimento del honor militar, será: Heridos menos graves con más de dos meses de hospitalidades: soldados y cabos, 25 pesetas mensuales durante cinco años; sargentos, 37,50 pesetas mensuales durante cinco años; suboficiales, 50 pesetas mensuales durante cinco años. Heridos graves con menos de dos meses de hospitalidades: las mismas pensiones y durante el mismo tiempo. Heridos graves con más de dos meses de hospitalidades: las mismas pensiones, vitalicias. Los generales, jefes, oficiales y asimilados heridos menos graves dados de alta antes del mes, a partir de la fecha de la herida, y las clases e individuos de tropa heridos menos graves con menos de dos meses de hospitalidades, sólo tendrán derecho a esta medalla sin pensión. Los generales, jefes, oficiales y asimilados, clases e individuos de tropa heridos leves, no tendrán derecho a la Medalla de Sufrimientos por la Patria, pero sí al aspa roja sobre la medalla conmemorativa de la campaña. Artículo 21. Quienes se consideran como heridos en campaña. Se considerarán como heridos en campaña, para los efectos de los artículos anteriores, siempre que las heridas o lesiones hayan sido realizadas sin menoscabo del honor militar, los comprendidos los casos siguientes: 1.º Los que sufrieren heridas o lesiones graves o menos graves causadas directamente por el hierro o fuego enemigo o por cualquier otro medio de ofensa que éste pueda emplear al atacar o defenderse. 2.º Los que resultaren heridos o lesionados en campaña con el mismo pronóstico del caso anterior, por elementos de guerra propios o accidentes ocurridos en función del servicio en operaciones activas, siempre que el accidente no hubiera sido motivado por

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imprudencia temeraria del causante. 3.º Los heridos y lesionados graves y menos graves en accidentes de Aeronáutica ocurridos en paz o en guerra o por la preparación y manejos de gases asfixiantes, siempre que el hecho no sea originado por negligencia o imprudencia del que las sufra. Artículo 22. Nuevas concesiones de esta medalla. Los que estando en posesión de esta medalla sufran nuevas heridas o lesiones que les den derecho a otras, percibirán las pensiones correspondientes en la misma forma que para la primera; pero sólo podrán usar una insignia, si bien marcarán en su cinta con otra aspa roja y un nuevo pasador la reiteración en la distinción.

CRUZ BICOLOR DEL MÉRITO MILITAR Artículo 23. Objeto. Clases de esta condecoración. Se instituye esta condecoración para premiar al personal del Ejército que hallándose en el territorio de operaciones realice servicios o hechos extraordinarios relacionados con las mismas, que aunque no exentos de peligro se hayan efectuado sin combate. Esta cruz será siempre sin pensión y tendrá las mismas clases que la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, o sea: De plata, para tropa. De primera, para oficiales y asimilados. De segunda, para comandantes, tenientes coroneles y asimilados. De tercera, para coroneles y asimilados. Gran Cruz, para oficiales generales y asimilados. Las insignias de las Cruces de plata se conservarán por el agraciado aun cuando hubiera ascendido a oficial, quedando prohibidas las permutas de Cruces de plata por las de primera clase. Artículo 24. Características de los méritos requeridos para su concesión. Se concederá por méritos notorios revelados en servicios especiales de campaña distintos de las operaciones de guerra, aunque relacionados directamente con ellas, teniendo presente, en cuanto le sea de aplicación, las características señaladas para la Cruz roja. A los generales, jefes, oficiales y asimilados podrá otorgárseles en los dos casos siguientes: 1.º Cuando a consecuencia de dos partes-propuestas fuesen objeto de dos citaciones como distinguidos en el empleo que ostenten por hechos o servicios realizados sin combate, siempre que esas citaciones no hubieran servido de base para otras recompensas. Una vez publicada la segunda citación en las condiciones indicadas dentro de la misma campaña, el jefe natural del interesado formulará la propuesta correspondiente. 2.º Cuando instruido expediente-propuesta para depurar sus méritos, se desprenda del mismo que éstos son los requeridos para la concesión de la cruz bicolor. A las clases e individuos de tropa y asimilados podrá concederse esta cruz (ajustándose en lo posible a los méritos que para la oficialidad se determinan) en los siguientes casos: 1.° Cuando habiendo realizado en una misma campaña tres hechos o servicios de mérito extraordinario sin ocasión de combate, su actuación, a juicio de sus jefes inmediatos, le haga merecedor de tal distinción. En este caso formularán dichos jefes las relaciones propuestas comprensivas de cuantos reúnan tal mérito, y en ellas harán constar, con el detalle necesario, tal circunstancia, especificando qué hechos o servicios fueron los que evidenciaron el mérito y haciendo notar han sido tres los hechos o servicios que revistieron tal importancia. 2.º Cuando las clases e individuos de tropa o asimilados hubieran sido citados dos veces corno distinguidos en el empleo que ostenten en orden general del Ejército por servicios realizados sin combate, siempre que esta citación no haya servido de base para otra recompensa. Una vez publicada la segunda citación en las condiciones indicadas y dentro de la misma campaña, el jefe natural del interesado formulará la propuesta correspondiente, que podrá comprender a cuantos reúnan tales méritos. 3.º Cuando incoado expediente en los casos en que es preciso tal requisito aprecie el

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general en jefe, corno consecuencia del mismo, es suficiente recompensa la Cruz de plata con distintivo bicolor.

MEDALLA MILITAR Artículo 25. Objeto. Características de los méritos requeridos para su concesión. Esta condecoración se concederá a los generales, jefes, oficiales, asimilados, clases e individuos de tropa cuando la abnegación, el valor, las virtudes militares, las condiciones y aptitudes profesionales, aisladas o conjuntamente consideradas, hayan sido puestas de manifiesto de un modo indiscutible y muy sobresaliente, en una hazaña o combate, en una operación de guerra o en una fructífera labor de conjunto, sin que en ningún caso pueda otorgarse por acumulación de méritos sucesivamente evidenciados en distintas operaciones de guerra. Se podrá otorgar este galardón en los dos casos siguientes: 1.º Cuando por conocimiento o investigación personal o delegada del general en jefe o corno resultado de información escrita y especial al caso, ordenada por el mismo, se deduzca de los hechos que un general, jefe, oficial, asimilado, clase o individuo de tropa se ha hecho acreedor a tal recompensa. 2.º Cuando del expediente informativo mandado instruir para proponer alguna recompensa resulte, a juicio del general en jefe, que independientemente de ella deba ser premiado el propuesto con la Medalla Militar (que siendo compatible con cualquier otra distinción podrá ser otorgada desde luego), continuándose la tramitación de dicho expediente informativo hasta su resolución. Tanto la investigación y evaluación de los hechos y circunstancias del propuesto, como la tramitación del expediente, serán rapidísimos con objeto de que esta recompensa no pierda el carácter de inmediata y ejemplar que debe tener. Esta recompensa no puede ser objeto de propuesta por parte de ningún jefe de unidad o destacamento, ni tampoco podrá ser solicitada por individuo alguno del Ejército. Al general en jefe corresponde exclusivamente su concesión, pudiendo hacerlo por propia iniciativa o a propuesta de los jefes de Ejército o comandantes generales de territorios.

CRUZ LAUREADA DE SAN FERNANDO Artículo 26. La Cruz laureada de San Fernando se concederá en los casos, circunstancias y condiciones que en su Reglamento se determinan, pudiendo además el general jefe, a la vista de un expediente informativo para recompensa, ordenar la incoación del de juicio contradictorio para Cruz laureada de San Fernando, independientemente de continuar la tramitación regular de aquel expediente, siendo para ello preciso que en aquel expediente informativo se hayan puesto de manifiesto méritos por los que pudiera ser acreedor a la Cruz laureada, y conste de modo fehaciente que dichos méritos no fuesen notados antes, con objeto de justificar el no haberse dispuesto la incoación del expediente para la de San Fernando dentro de los plazos que el reglamento de la orden establece.

RECOMPENSAS COLECTIVAS Artículo 27. Requisitos generales. Serán independientes de las individuales que puedan otorgarse a los generales, jefes, oficiales y asimilados, clases e individuos de tropa de los cuerpos, unidades o fracciones orgánicas de las mismas, y los méritos requeridos serán análogos a los exigidos para otorgar individualmente la misma recompensa. Las condecoraciones así concedidas las ostentarán las banderas o estandartes de los cuerpos o las enseñas de las fracciones que tales recompensas colectivas merecieron en la forma que señalan los correspondientes Reglamentos. El personal de esos cuerpos o fracciones orgánicas que hubiera intervenido como combatiente en la operación de guerra que motiva la recompensa, reuniendo además las condiciones que se consignen en el respectivo Reglamento, podrá usar sobre el uniforme el distintivo correspondiente.

CAPÍTULO III TRAMITACIÓN Y RESOLUCIÓN DE LAS PROPUESTAS DE RECOMPENSAS

Artículo 28. Curso del parte-propuesta. Cuando el jefe superior de un cuerpo, unidad o destacamento haya percibido en el transcurso de una operación de guerra que la actuación

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de alguno o varios de sus subordinados se ajusta a las normas y características señaladas en el artículo 8.º, o a las determinadas en este Reglamento al detallar los requisitos necesarios para la concesión de cada una de las recompensas que en el mismo figuran, producirá un parte-propuesta individual, independiente del de la acción, comprensivo de los hechos realizados por el propuesto y méritos revelados, no siendo necesario que sea individual el parte-propuesta en aquellas recompensas de tropa que expresamente autoriza el capítulo anterior para formular propuestas comprensivas de cuantos reúnan méritos en las condiciones que allí se determinan. Este parte-propuesta será entregado al superior inmediato, que, si lo estima necesario, podrá comprobar los fundamentos del mismo, y, con su parecer, favorable o adverso, lo cursará a su inmediato superior en igual forma, hasta llegar al general en jefe por conducto reglamentario previo cumplimiento de iguales formalidades por cada uno de los jefes que han de cursarlo. Los jefes de cuerpo, unidad o destacamento sólo podrán formular partes-propuestas de recompensas sin haber presenciado todo o parte de la actuación del interesado, en aquellos casos excepcionales en que las varias referencias que tengan de los hechos realizados por aquél les merezcan crédito suficiente para aceptarlos, estimándolos además merecedores de premio. Artículo 29. Resolución del parte-propuesta en sentido negativo. El general en jefe, después de oír la opinión escrita de su Estado Mayor acerca de cada uno de los partes-propuestas que le hayan sido cursados, apreciará el fundamento de ellos, y si estima escasos los méritos o injustificado el parte, lo desestimará, estampando un “Visto” en el expediente respectivo, pudiendo además llamar la atención del proponente, caso de estimarle merecedor de ello, por tratarse de hechos que no se salgan de lo vulgar, y, por tanto, no revistan las características que en este Reglamento se señalan para poder ser apreciado como dignos de recompensa. La resolución desfavorable de este parte-propuesta se comunicará al interesado por conducto regular, y contra dicha resolución no cabe recurso ni reclamación alguna. Artículo 30. Resolución favorable del parte-propuesta. Citación como distinguido. Casos en que el parte-propuesta es resuelto, desde luego, por el general en jefe. Si el general en jefe se conforma con el parte-propuesta, acordará, desde luego, la citación del interesado corno distinguido, cuya citación se publicará seguidamente en Orden general del Ejército, especificando los méritos que se deducen del parte-propuesta. Si el general en jefe estima no es recompensa suficiente la citación como distinguido —que ya constituye por sí una recompensa, que se anotará en la hoja de servicios— ordenará que dicho parte-propuesta sirva de base a un expediente informativo que mandará instruir, en cuya tramitación se seguirán las reglas que se detallan en este capítulo. No será preciso la instrucción del referido expediente cuando el parte-propuesta se refiera a recompensas que deban otorgarse a cabos o individuos de tropa, para los cuales sólo se requerirá la citación de distinguido cuando se trate de conceder Cruz pensionada, de María Cristina o empleo. Los partes-propuestas que refieran a cabos y soldados serán, desde luego, resueltos por el general en jefe. Cuando se trate de méritos contraídos por sargentos, suboficiales y asimilados que puedan llevar consigo la concesión del empleo de suboficial u oficial de la escala de reserva retribuida, será requisito indispensable la citación de distinguido y la formación del correspondiente expediente-propuesta. Artículo 31. Parte-propuesta relativo a individuos pertenecientes a cuarteles generales o no afectos a unidades determinadas. El parte-propuesta que se refiera a generales, jefes, oficiales, clases e individuos de tropa o asimilados que formen parte de los cuarteles generales o no pertenezcan a cuerpo, unidad o destacamento, será dado por el superior que haya sido testigo de los hechos meritorios siguiendo luego, hasta llegar al general en jefe, los mismos trámites que los prescritos en el artículo 28; pero si los hechos fueran

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presenciados por dicha autoridad, o los conociera por referencias que estime dignas de crédito, mandará, desde luego formar el expediente propuesto, previa citación en la Orden general del Ejército como distinguido, salvo para aquellas recompensas de tropa que señala el artículo anterior, no requieren la formación de expediente-propuesta. Artículo 32. Parte-propuesta relativo a generales o jefes con mando independiente. Cuando se trate de generales con mando independiente o de jefes de cualquier empleo que manden columnas o destacamentos a las órdenes directas del general en jefe, corresponde a éste, después de ordenar la citación en la Orden general del Ejército como distinguido, disponer, como en el caso anterior, la incoación del expediente-propuesta que acredite los merecimientos evidenciados por aquél. Artículo 33. Concesión de recompensas al general en jefe. Al Gobierno de S. M. corresponde conceder al general en jefe, sin sujeción a trámite ni expediente alguno, las recompensas que en este Reglamento se enumeran, atendiendo únicamente a la importancia de sus méritos y servicios, independientemente de aquellas otras distinciones con que quisieran premiarlo en atención a lo relevante de sus merecimientos.

EXPEDIENTES-PROPUESTAS Artículo 34. Orden de apertura. Cuando en vista del parte-propuesta a que se refiere el artículo 28, y de los informes que le acompañan, estime el general en jefe que los méritos evidenciados no quedan suficientemente recompensados con la citación como distinguido, ordenará la apertura de un expediente informativo, en el que se investigue y depure la importancia de aquellos méritos. La orden de apertura de tal expediente se publicará en la Orden general del Ejército, con expresión de los méritos que motivan esa citación y la operación de guerra o servicios en que se pusieron de manifiesto, nombrándose al mismo tiempo juez instructor y secretario que lo tramite. Artículo 35. Categoría de los jueces y secretarios de los expedientes. Serán de categoría de general —designado entre los pertenecientes al Ejército de operaciones— los que deban instruir expedientes de recompensas que afecten generales, coroneles o asimilados, teniendo presente que los que se refieren a aquéllos, el juez será de superior empleo o mayor antigüedad que el propuesto, y en lo que concierne a los generales con mando independiente de columna o a las órdenes directas del general en jefe, el juez será precisamente el jefe de Estado Mayor del Ejército de operaciones. Serán de categoría de coronel los jueces de los expedientes de recompensas relativas a jefes; de categoría de jefe los que deban instruir los referentes a oficial desde alférez a capitán inclusive; y de categoría de capitán o subalterno los jueces de expedientes que se instruyan a favor de sargentos y suboficiales. Como secretarios de estos expedientes actuarán: un jefe, en los que se refieren a generales, jefes y uno del mismo empleo que el propuesto en los relativos a oficiales y clases. Tanto los jueces como los secretarios deberán ser designados de entre los pertenecientes al Ejército de operaciones. En los casos de imposibilidad absoluta de seguir las normas expuestas, por no disponerse de personal para ello en el territorio de la guerra, queda facultado el general en jefe —ajustándose lo más posible a ellas— para designar jueces y secretarios de otras categorías. Artículo 36. Documentos que encabezarán los expedientes. El expediente se encabezará con la orden de apertura, copia de la citación de distinguido publicada en la Orden general del Ejército, y parte-propuesta inicial con los informes que reglamentariamente le acompañan, pudiendo unirse también copia de cuantos documentos y elementos de juicio hayan servido al general en jefe para disponer la apertura del expediente. Artículo 37. Personas que deberán declarar obligatoriamente. Están obligados a declarar en los expedientes: El capitán de la unidad al tratarse de los subalternos de ella; el jefe del cuerpo cuando se refiera a cualquiera de los jefes y oficiales del mismo; el jefe de la columna o destacamento

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y su jefe de Estado Mayor tratándose de un jefe u oficial que pertenezca a aquélla; el jefe de un servicio en lo concerniente a los jefes, oficiales y asimilados de su arma o cuerpo que estén a sus órdenes inmediatas; el general de la brigada y el de la división siempre que no manden columna en los que se instruyan a sus subordinados, y el que ejerza el mando superior y directo de las fuerzas que intervienen en una operación de guerra, cualquiera que sea su empleo, en lo relativo a cuantos están a sus órdenes. En los expedientes que se instruyan a favor de los jefes de servicios deberán declarar, además de los que le comprendan según el párrafo anterior, el general a cuyas órdenes lo presten y su jefe de Estado Mayor, Si el general en jefe presencia o dirige una operación de guerra, deberá figurar en los expedientes que por méritos evidenciados en ella se instruyan, la declaración del jefe de Estado Mayor del Ejército. Los jefes de Estado Mayor de brigadas, divisiones y Ejércitos y el jefe de Estado Mayor del Ejército, se considerarán como jefes de unidad respecto a los generales, jefes, oficiales y asimilados de cualquier arma o cuerpo, que sirvan en los respectivos cuarteles generales y sean de categoría igual o inferior a la suya. Ninguna de las declaraciones obligatorias podrá suplir a otra y precisamente deben figurar en el expediente de cada propuesto cuantas le alcancen, según su cometido y empleo, de las que se acaban de enumerar, no exceptuándose de estas normas más que los casos especialísimos en que siendo muy notorio el mérito estimase el general en jefe, por sí o a propuesta del juez, que se podía prescindir de algunas declaraciones para lograr mayor rapidez en la tramitación, si la ejemplaridad en el premio lo exigiesen, haciéndolo constar así en el expediente. En los expedientes que se instruyan a las clases de tropa son obligatorias las declaraciones del subalterno y del capitán de la unidad de que forma parte el propuesto; del jefe de batallón o grupo, jefe del servicio, si está afecto a uno de ellos, y jefe del cuerpo.

DECLARACIONES VOLUNTARIAS Artículo 38. Plazo de admisión y obligación de admitirlas. Número total de declaraciones. Además de las personas enumeradas en el artículo anterior, podrán declarar cuantos se presten a ello voluntariamente y lo hagan, si están presentes, o lo soliciten si están ausentes, en un plazo de ocho días, a contar desde la fecha de la publicación en la orden de apertura del expediente, en cuya orden se hará constar este derecho. Ningún requerimiento de declaración de testigo presencial del hecho podrá ser rechazado si se formula dentro de ese plazo, por muchas que sean las que figuren en el expediente, tendiendo los jueces instructores a lograr como mínimo seis declaraciones entre voluntarias y obligatorias, procurando que de ellas sean tres de testigos del mismo empleo del propuesto y alguna de quien posea el empleo inmediato superior. También se procurará, si es posible, que la mitad de cuantos declaren sean del cuerpo del propuesto. Artículo 39. Declaraciones voluntarias de los que estuvieren ausentes. Para facilitar las declaraciones voluntarias, al propio tiempo que se publica en la Orden general del Ejército la apertura de expedientes, se telegrafiará por el general en jefes a los capitanes generales de las regiones notificándoles que en dicha fecha se ha publicado la referida orden, indicando a que generales, jefes, oficiales y asimilados afecta, cuales son las operaciones o hechos por que son propuestos y quien es el juez instructor de los correspondientes expedientes. Precisamente el día siguiente al en que los capitanes generales reciban este telegrama lo insertarán en la orden general de la región, señalando un plazo de ocho días, a partir de esa publicación, para que cuantos deseen declarar entreguen sus declaraciones directamente a los jefes de sus cuerpos o a los gobernadores o comandantes militares para los que no formen parte de cuerpos o unidades. Estas declaraciones se harán por declaración jurada. Aquellos jefes y estas autoridades remitirán al juez instructor del expediente, en pliego oficial certificado, tales documentos, anunciando por telégrafo su salida al general en jefe y

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al juez. Los capitanes generales comunicarán por telégrafo al general en jefe haberse publicado la orden general a que se refiere este artículo, expidiéndose por el jefe de Estado Mayor del Ejército los certificados correspondientes para constancia en cada uno de los expedientes que se tramiten. En razón del número de testimonios que podrán hallarse en el territorio de las operaciones, dada la categoría de los propuestos, no será de aplicación a los que se instruyan a clases de tropa los preceptos precedentes de este artículo. Cuando la dificultad de comunicación pudiera impedir que la Orden general del Ejército pudiera ser conocida con oportunidad para presentar declaración voluntaria en los distintos sectores o posiciones del territorio de operaciones, se telegrafiará por el superior inmediato a los que estén en tales condiciones un extracto de la Orden general en forma análoga a lo que previene el primer párrafo de este artículo, incluyendo los datos relativos a los que se instruyan a clases de tropa. Los jefes de estas posiciones o sectores acusarán recibo, expresando si hay alguien que desee declarar en alguno de los expedientes a que la misma se refiera. Artículo 40. Observaciones que deben tener en cuenta los declarantes. Cuantos hayan de declarar en un expediente-propuesta han de tener muy presente el concepto general de mérito requerido para cada recompensa, según en este Reglamento se establece; y de sus preceptos y de los que figuran en los respectivos Reglamentos especiales de cada Orden, así como del juicio personal que del propuesto tengan formado y del conocimiento de los hechos por los que trata de premiársele deducirán y expresarán claramente a que recompensa o galardón lo consideran acreedor. En consecuencia, la última pregunta del juez instructor al declarante, o la última manifestación que haga el que voluntariamente remita una declaración jurada en tal sentido, deberá ser concretar el premio que juzga ha merecido el propuesto, refiriendo su caso al más similar del Reglamento correspondiente. Artículo 41. Citación de otros testigos. Todos los declarantes en los expedientes deben citar los nombres de otros testigos presenciales de los hechos, o que conozcan el detalle del mérito que se depura, sin que el juez pueda excusarse de tomar declaración a los citados más que en el caso, que fundamentará en su parecer, de estar suficientemente probados los merecimientos por seis declaraciones como mínimo, coincidentes en estimar merecida la recompensa y unánimes al apreciar la que debe serles otorgada. En cada diligencia para recibir declaración o enviar un exhorto, consignará el juez el concepto en que ha sido citada cada una de las personas llamadas a declarar, expresando, por tanto, si es alguna de las que deben declarar obligatoriamente con arreglo al artículo 37, o si es debido a que a su juicio deba deponer, por tratarse de testigos presenciales o personas que pueden conocer los méritos evidenciados. Al condensar el juez en su parte las conclusiones que determina el artículo 43, y enumerar como bases para formular su juicio los resultados de cada una de las declaraciones que constan en el expediente, hará notar, para cada una de ellas las razones que tuvo para citar los testigos, en igual forma que dispone el párrafo anterior de este artículo. Artículo 42. Incompatibilidad para declarar. Los jefes y oficiales a favor de los cuales se hayan instruido los expedientes-propuestas a que se refieren los artículos precedentes, o los especiales que determinan los Reglamentos de la Medalla Militar o Cruz laureada de San Fernando, no podrán declarar en aquellos otros que se incoen con iguales fines para recompensar a los que actuaron como jueces instructores de los primeramente citados. Tampoco podrán declarar aquéllos como testigos en los expedientes instruidos para recompensar a los generales o jefes a cuya iniciativa se deba haber sido propuestos para alcanzar alguna recompensa. Quedará sin efecto esta prohibición cuando el testimonio de ellos fuese de imprescindible necesidad para esclarecer el mérito por no haber otros testigos presenciales que puedan determinarlo, lo que se hará constar por el juez.

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Artículo 43. Parecer del juez. Concluso un expediente por figurar en él todas las declaraciones necesarias, manifestará el juez por escrito su parecer, previa exposición de los siguientes datos: antigüedad del propuesto; recompensas obtenidas en el empleo; puesto que tenía en la escala de su clase en la fecha del hecho o servicio que motivó la propuesta; tiempo que lleva en campaña; número de hechos de armas a que ha asistido; número de declaraciones adversas y favorables, detallando para estas últimas cuantas se pronuncian por cada recompensa; si se ha tomado declaración a todos los que han sido citados como testigos por otros declarantes y, caso contrario, justificación del por qué se omitieron. Seguidamente, del contraste de todas las declaraciones, dando a cada una el valor que en razón a la categoría y funciones del declarante deba conceder, deducirá el mérito que a su juicio, resulte, fundamentándolo, y en consecuencia expondrá el grupo de recompensas en que cree comprendido al propuesto y, finalmente, dirá concretamente su opinión personal acerca de la recompensa que en definitiva estima debe otorgársele, y huyendo de decir ambiguamente: “Podría otorgársele”, terminará diciendo: “Le considero acreedor a tal recompensa”. Asimismo especificará la antigüedad con que deberá concedérsele, con arreglo a lo dispuesto en este Reglamento. Artículo 44. Normas a seguir en los expedientes a favor de generales, coroneles o asimilados. En los expedientes informativos instruidos a favor de generales, coroneles o asimilados se llenarán los trámites indicados anteriormente, en cuanto sean compatibles con la categoría del propuesto. Artículo 45. Parecer del general en jefe. Curso y resolución de los expedientes. Los expedientes así tramitados se enviarán por su instructor al general de la división, comandante general del territorio o general jefe del ejército a quien corresponda, quien lo remitirá con su informe al general en jefe. Si el expediente se refiere a un sargento, el general en jefe concederá desde luego la recompensa que en vista del resultado del expediente estime merecida, dando cuenta al Ministerio para confirmación. Si se refiere a algún general, jefe, oficial, asimilado o suboficial, consignará el general en jefe su parecer en el expediente, explicando las razones que tenga para proponer la recompensa que estime merecida. Una vez cumplimentado esto remitirá los expedientes, a medida que vayan estando terminados, al Ministerio de la Guerra, que los pasará a informe del Consejo Supremo de Guerra y Marina. Evacuado este trámite será sometido a conocimiento y estudio del Ministro, quien resolverá por sí, o elevará los expedientes a Consejo de Ministros en los casos y a los fines que a continuación se detallan: Los que se refieran al ascenso de suboficial a oficial o a la concesión a subalternos o asimilados de algunas de las recompensas comprendidas en los grupos primero y tercero del artículo 6.º serán resueltos por el Ministro de la Guerra, si está conforme con el dictamen del Consejo Supremo de Guerra y Marina, correspondiendo su resolución al Consejo de Ministros, caso de haber discrepancia. Los relativos a las recompensas de los grupos primero y tercero del artículo 6.º que hayan de otorgarse a generales, jefes, capitanes y asimilados serán resueltos siempre por el Consejo de Ministros, cualquiera que sea la recompensa propuesta, oyendo el parecer del Consejo Supremo de Guerra y Marina y del Ministro de la Guerra. Artículo 46. Propuestas especiales en casos de reiteración en la distinción. Cuando un general, jefe u oficial o asimilado sea citado dos veces como distinguido en la Orden general del Ejército, sin que ninguna de dichas distinciones haya servido de base a otra recompensa, y deba otorgarse, por tanto la Cruz roja o bicolor, según esté comprendido en el artículo 11 o en el 24 de este Reglamento, la propuesta correspondiente será cursada por el general en jefe al Ministro de la Guerra, que sin más informe ni asesoramiento podrá otorgar una u otra, según proceda, sometiéndola desde luego a la aprobación de Su Majestad. Cuando se presente igual caso relativo a alguna clase o individuo de tropa lo resolverá por sí el coronel

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en jefe, dando cuenta al Ministro de la Guerra para confirmación. Artículo 47. Expedientes relativos a la Medalla Militar. Los expedientes relativos a la Medalla militar se ajustarán en su trámite a lo que dispone el respectivo Reglamento, correspondiendo la concesión de esta medalla, por su carácter de recompensa inmediata, al general en jefe, siendo la competencia del Gobierno de Su Majestad la confirmación de la concesión. Artículo 48. Expedientes relativos a la Medalla de Sufrimientos por la Patria y Cruz laureada de San Fernando. La tramitación de estos expedientes se ajustará a lo que dispongan los respectivos Reglamentos, correspondiendo su concesión a las mismas autoridades que en la actualidad. Artículo 49. Tramitación y resolución de recompensas colectivas. Las recompensas colectivas a que se refieren los artículos 4.º y 6.º de este Reglamento se concederán ajustando las correspondientes propuestas a los preceptos que señalan los respectivos Reglamentos, y salvo en los casos que en ellos se establecen, será el superior jerárquico del que mande la unidad que se haya distinguido el llamado a dar el parte inicial de la propuesta, que, como se especificó al tratar de individuos del Ejército, será independiente del parte de la acción. La aceptación por el general en jefe del parte-propuesta llevará consigo la citación como distinguido en la Orden general del Ejército del cuerpo, unidad o fracción orgánica. Tratándose de hechos presenciados por el general en jefe, o conocidos y aceptados por él, no precisará la existencia del parte para iniciar desde luego y por su orden el expediente-propuesta, citando en la Orden general del Ejército, como distinguido, al cuerpo, unidad o fracción que aquellos hechos realicen. En los expedientes declararán los jefes de las unidades que hayan pertenecido a la misma columna o sección en el que se realice el hecho que motive la propuesta colectiva, el jefe de la columna y su jefe de Estado Mayor, el jefe del servicio, caso de depender de él; el general de la brigada y el de la división a que pertenezca, el jefe del Ejército o comandante general del territorio y el que ejerza el mando superior y directo de las fuerzas que intervengan en la operación o servicio. La resolución de los expedientes-propuestas de recompensas colectivas y el señalamiento de la distinción compete al Consejo de Ministros, previos los informes del general en jefe y Consejo Supremo de Guerra y Marina. Aun cuando corresponda al Gobierno graduar la recompensa, puede el general en jefe en su informe especificar la que, a su juicio, pudiera otorgarse. Artículo 50. Resolución definitiva en materia de recompensas y publicación de las mismas. Las concesiones o negativas de recompensas serán definitivas, no cabiendo sobre ellas reclamación alguna. Quedan también prohibidas y sin curso cuantas peticiones se formulen de inclusión en los partes-propuestas o de mejora del premio obtenido, facultándose a los individuos del Ejército únicamente para solicitar la permuta del empleo por la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo o Cruz de María Cristina, debiendo solicitarlo en un plazo de tres meses, a partir de la fecha de la concesión. La resolución de los expedientes acordados por el Ministro o Consejo de Ministros se publicará con la consiguiente aprobación de S. M. en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, con expresión de sus fundamentos. En la misma publicación se insertarán las confirmaciones por el Ministerio de la Guerra de las recompensas otorgadas por el general en jefe en uso de sus atribuciones, salvo las citaciones como distinguido, que no requerirán confirmación.

CAPÍTULO IV CASOS ESPECIALES DE LA CONCESIÓN DE RECOMPENSAS

Artículo 51. Recompensas a fallecidos, desaparecidos o prisioneros. Pensiones que dejarán los muertos en acciones de guerra o a consecuencia de heridas, antes de ser dados de alta, o como consecuencia de malos tratos durante el cautiverio. A los efectos de las recompensas

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que se consignan en este Reglamento, se formularán los partes-propuestas y se incoarán los expedientes aludidos a todos los que reúnan méritos para ello, con arreglo a las normas expuestas, aunque hubiesen fallecido o se encontraren desaparecidos o prisioneros. Los generales, jefes, oficiales y asimilados y clases de tropa desaparecidos o muertos en acción de guerra o de resultas de sus heridas, antes de haber sido dados de alta para el servicio, y los que fuesen muertos por el enemigo estando prisioneros o fallecieran a consecuencia de malos tratos durante el cautiverio, dejarán a sus familias, en concepto de pensión aplicable en la forma prevenida por el artículo 5.º de la ley de 8 de julio de 1880, el sueldo entero que poseían al ocurrir el hecho de la desaparición o fallecimiento. Si con posterioridad al fallecimiento o desaparición fuesen ascendidos por méritos de guerra, dejarán como pensión el sueldo entero correspondiente al nuevo empleo que se les otorgue. Estos preceptos son de aplicación a cuantos casos se hubieran resuelto con criterio distinto al contenido en el párrafo anterior a partir de la ley de 29 de junio de 1918. La pensión anexa a la Cruz de María Cristina que se conceda con arreglo a los preceptos de este Reglamento a desaparecidos o fallecidos en las condiciones de este artículo se transmitirán igualmente a los individuos de sus familias, con derecho a pensión por el tiempo que de haber vivido la hubiera disfrutado el causante. Los hechos de guerra a que se refiere el artículo 3.° darán iguales derechos a las familias de los que perecieron en ellos o a consecuencia de las heridas recibidas y antes de ser dados de alta para el servicio, o de malos tratos recibidos estando cautivos. Artículo 52. Recompensas inmediatas. Cuando el general en jefe presencie o llegue a conocer por sí mismo algún hecho o servicio muy distinguido y meritorio realizado por una clase o individuo de tropa, podrá otorgarle sobre el campo de batalla cualquiera de las recompensas que en uso de sus facultades puede conceder, imponiéndoles también sobre el propio lugar de la acción las insignias o condecoraciones. Si se trata de hechos o servicios incluidos entre los que el Reglamento de la Medalla Militar premia con esta recompensa a dichas clases e individuos o tropa, su concesión podrá ser también inmediata, y la imposición de la insignia se hará con las formalidades prescritas en aquel Reglamento. La concesión de estas recompensas y el hecho en que se fundamentan se publicará inmediatamente en la Orden general del Ejército. Cuando los hechos o servicios merecedores de la Medalla Militar sean realizados por un general, jefe, oficial o asimilado, y estime el general en jefe deben ser pública e inmediatamente recompensados, ordenará la apertura de una rapidísima información que depure aquellos merecimientos en un plazo menor de veinticuatro horas, procediendo seguidamente, visto su resultado a la concesión de aquel galardón y la imposición de la insignia —si procede—, con sujeción a las formalidades que establece el Reglamento correspondiente. En el caso de ser el general en jefe testigo presencial del hecho, o en el caso de ocurrir el fallecimiento inmediato del general, jefe, oficial o asimilado que lo realice, no se precisará información alguna. La concesión de la Medalla Militar en la forma expuesta y los fundamentos de ella se publicarán inmediatamente en Orden general del Ejército, y lleva anexa además la inclusión del interesado en Orden general del Ejército como distinguido. Artículo 53. Recompensas a fuerzas militarmente organizadas. Las recompensas contenidas en este Reglamento se podrán conceder a los que formen parte de fuerzas organizadas militarmente que concurran con las del Ejército a operaciones de campaña, siempre que a esas concesiones no se opongan los Reglamentos y disposiciones especiales que las rijan. El personal de dichas fuerzas sin asimilación militar será equiparado en la forma y medida correspondientes a las respectivas categorías militares por razón de sueldo, para lo cual serán considerados como oficiales aquellos individuos que lo devenguen igual o

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superior a los alféreces del Ejército. El pago de las pensiones correspondientes a las recompensas que puedan concederse a los individuos pertenecientes a estas fuerzas será atención del Ministerio de la Guerra, con cargo a su propio presupuesto, cualquiera que sea la corporación o entidad que provea al sostenimiento de dichas fuerzas, y se ajustará a las mismas reglas y condiciones establecidas para los individuos del Ejército. Disueltas estas fuerzas o terminada la guerra y con ella el auxilio temporal que prestaron al Ejército, todos los individuos que tengan recompensas con pensión se considerarán como licenciados, con los mismos derechos en lo tocante al percibo de las pensiones que los procedentes del Ejército. Artículo 54. Recompensas a la Armada. Los preceptos de este Reglamento podrán hacerse extensivos a las fuerzas de la Armada que concurran con las del Ejército a operaciones de campaña, en cuanto no se opongan a los Reglamentos y disposiciones especiales correspondientes. Artículo 55. Recompensas a personas que no forman parte del Ejército o Armada, ni de fuerzas militares organizadas. Las cruces de Mérito Militar, con distintivo rojo y bicolor, podrán concederse sin pensión a las personas que sin pertenecer al Ejército ni Armada, ni a fuerzas organizadas militarmente, asistan debidamente autorizadas a operaciones de guerra, tomen parte en hechos de armas y en los combates que durante ellas se desarrollen, o realicen actos y servicios que les hagan merecedores a tales recompensas. Estos méritos se depurarán siempre mediante expediente informativo y previo informe del general en jefe, que propondrá la clase de recompensa en armonía con la categoría social del propuesto, siendo resueltas por el Gobierno de S. M, oyendo al Consejo Supremo de Guerra y Marina. También podrá concedérseles la Medalla de Sufrimientos por la Patria, sin pensión, como prisioneros, mediante expediente justificativo de que han sido reducidos a la dura condición de tales sin menoscabo del honor patrio, y que han soportado sin faltar a él las penalidades y fatigas propias del cautiverio. Artículo 56. Recompensas a indígenas en Marruecos. En casos de extraordinarios servicios prestados por indígenas que no pertenezcan a fuerzas organizadas, podrá el Gobierno, a propuesta del alto comisario, conceder, sin sujeción a las reglas que se establecen, la cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, bicolor o blanco, con pensión, cuya cuantía y duración propondrá aquella autoridad en cada caso, en atención a la importancia de los servicios que se premien. También a propuesta del alto comisario podrá declararse la caducidad de la pensión. La pensión correspondiente será con cargo a la sección 13 de presupuesto, abonándose por el Ministerio de la Guerra si está motivada por hechos de carácter militar, y por la Presidencia del Consejo de Ministros si la originan servicios de carácter político.

CAPÍTULO V DISPOSICIONES ESPECIALES Y TRANSITORIAS

Artículo 57. Se procederá a una nueva redacción del Reglamento de la Cruz laureada de San Fernando, en el que, sin variar sus actuales preceptos, se incluyan las aclaraciones dictadas con posterioridad a la publicación del vigente, teniendo en cuenta asimismo, en los artículos en que sea procedente las atinadas observaciones del Consejo Supremo de Guerra y Marina, que figuran en la página 11 de la memoria del año judicial correspondiente a 1922-23. Artículo 58. Vigencia de los preceptos de este Reglamento. Los preceptos de este Reglamento se aplicarán a todas las operaciones, hechos o servicios realizados desde 1.° de agosto de 1924, para lo cual en el plazo de un mes, a partir de la publicación de este Reglamento, los jefes de las columnas de operaciones y los de los cuerpos darán los partes-propuestas de los hechos distinguidos merecedores de recompensas, de cuyos partes-propuestas podrá deducirse la concesión de estos premios en sus diversas clases o la negativa, en la forma propuesta, formulándose dentro del mismo plazo las relaciones propuestas de concesión a la tropa de Cruces rojas sin pensión o bicolor.

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Artículo 59. Liquidación de periodos anteriores. Las recompensas correspondientes al lapso de tiempo anterior al 1.º de agosto de 1924 se ajustarán a la legislación entonces vigente, sin más excepciones que las que a continuación se expresan: 1.º Para completar el mínimo de seis meses de permanencia en el territorio de operaciones y asistencia a tres hechos de armas que la actual legislación establecía, podrán acumularse el tiempo servido y los hechos de armas a que se haya asistido en períodos consecutivos, pudiendo, por tanto, los que se encuentren en tal caso solicitar y obtener la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. 2.° Cuando por razón del carácter expedicionario de las fuerzas de que formaron parte no hubiesen podido completar, ni aun computado en la forma expuesta, los seis meses de permanencia, pero sí asistido a los tres hechos de armas que como mínimo se exigen, podrán solicitar la concesión de la Cruz roja, previa justificación de que ha sido por causa ajena a su voluntad el no haber permanecido el mínimo de seis meses requeridos en el territorio de operaciones. Las instancias de los que en tal caso se hallen sólo podrán ser resueltas favorablemente si el informe del general en jefe, que ha de estamparse en ellas les fuere adverso. 3.° En aquellos períodos cuyas propuestas generales aun no hayan sido resueltas para ninguna de las regiones oriental y occidental de nuestro Protectorado en Marruecos, podrá hacerse uso de los beneficios siguientes: a) Si en algún expediente en tramitación para depurar los méritos del interesado en relación con la concesión del ascenso por méritos de guerra se desprende, a juicio del juez, con la conformidad del general en jefe, o en opinión del Consejo Supremo o del Gobierno, que el mérito evidenciado, sin llegar a los que el actual Reglamento exigía para el empleo, requiere ser recompensado, podrá otorgarse, en analogía de condiciones meritorias con las que ahora se establecen, la Cruz de María Cristina, si procede, con las ventajas que el nuevo reglamento concede, o la Cruz roja o bicolor, si se estima suficiente premio esta recompensa. b) Cuando, como resultado de algunos de los expedientes incoados precisamente en los periodos a que se refiere de manera expresa la última parte de este artículo, hubiese algún general, jefe, oficial o asimilado que desease permutar el ascenso que por méritos de guerra se le hubiese concedido, podrá hacerlo optando por la Cruz de María Cristina, con las ventajas que para ella establece este Reglamento, o por la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo. Artículo 60. Quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo establecido en este Reglamento. Real decreto de 9 de julio de 1925 (Gaceta de Madrid número 197, del 16). Aprobando el Reglamento, que se inserta, de Recompensas en tiempo de guerra para la Marina militar. Dispuesto por el real decreto relativo a las recompensas en tiempo de guerra para el personal del Ejército, fecha 16 de marzo último, que los preceptos en él contenidos y los del Reglamento que había de desarrollarlos pudieran hacerse extensivos a las fuerzas de la Armada, el Ministerio del ramo ha estudiado la adaptación del reglamento aprobado por real decreto de 10 de abril, y como consecuencia de ello, el Presidente que suscribe tiene el honor de someter a la aprobación de V. M. el adjunto proyecto de real decreto.

REAL DECRETO

A propuesta del jefe de mi Gobierno, presidente del Directorio Militar, y de acuerdo con éste, vengo en aprobar el adjunto Reglamento de recompensas en tiempo de guerra para la Marina militar.

Reglamento de recompensas en tiempo de guerra para la Marina militar CAPÍTULO PRIMERO

Generalidades

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Artículo 1.º En tiempo de guerra las recompensas a los generales, jefes, oficiales y asimilados de todos cuerpos de la Armada y las de las clases e individuos de marinería y tropa y sus asimilados se concederán con sujeción a las prescripciones de este Reglamento. Artículo 2.° Trabajos que se premiarán como en tiempo de paz. Los méritos contraídos por los no combatientes y los trabajos de importancia realizados durante la guerra en aguas o en el territorio de ella, pero que no afecten de un modo inmediato a las operaciones ni impliquen riesgos, penalidades u otras circunstancias excepcionales dentro de las propias del servicio de la Armada en campaña, serán recompensados como trabajos en tiempo de paz, en la forma y con arreglo a lo que establece el vigente Reglamento de recompensas en tiempo de paz, exceptuándose únicamente aquellos otros servicios o hechos realizados en aguas o en el territorio de las operaciones y en relación con ellas, que, aunque no exentos de peligro, se hayan efectuado sin combate y deban ser premiados con la Cruz del Mérito Naval, con distintivo bicolor. Artículo 3.° Casos en que podrán concederse en tiempo de paz recompensas de guerra. En tiempo de paz, sólo en casos muy extraordinarios, que al Gobierno corresponde apreciar, podrán premiarse con las recompensas que para el tiempo de guerra establece este Reglamento, los hechos siguientes: 1.º Que el marino, sea o no jefe inmediato o directo de una fuerza de marinería o tropa, la someta a la obediencia y disciplina y la mantenga en ella con gran riesgo de su vida, al alzarse aquélla en rebelión o sedición. 2.º Que al surgir lucha armada o entablarse combate, cumpla el marino sus deberes con extraordinario acierto, valor y abnegación en condiciones análogas a las que este Reglamento establece. 3.° Que por su iniciativa y dirección en hechos y combates, mantenga un marino, con gran riesgo de su vida, en defensa de la Nación, de las instituciones y de la disciplina, el honor de las armas, la lealtad de las tropas a sus órdenes y la paz pública. 4.º Aquellos servicios, que por disposiciones especiales, se consideren por el Gobierno como de guerra. La declaración de hechos de guerra, podrá ser general, comprendiendo a cuantos intervinieron en el suceso, o simplemente, concretarse a uno o varios de los individuos de la Armada que tomaron parte en aquél. Artículo 4.º Atribuciones del Gobierno en cuanto a recompensas. Al Gobierno de S. M. le corresponde, a los efectos de este Reglamento, determinar el principio y fin de una campaña, señalar las aguas y territorio de la guerra, resolver las propuestas de recompensas que se formulen y confirmar aquellas otras que estén facultados para otorgar, con arreglo a este Reglamento, el general en jefe, cuando las fuerzas navales dependan directamente del mismo, o el almirante de la escuadra o capitán general del departamento. Compete igualmente al Gobierno, mediante propuesta del general en jefe, almirante de la escuadra o capitán general del departamento, la concesión de recompensas colectivas, precisamente honoríficas, a las unidades de la Armada o fracciones orgánicas de las mismas que se hayan hecho acreedoras a ellas por muy señalados méritos en servicios de guerra; méritos que serán análogos a los exigidos para otorgar individualmente la misma recompensa. Artículo 5.° Abonos de tiempo de campaña y medallas conmemorativas. Con informe o a propuesta del general en jefe, almirante de la escuadra o capitán general del departamento, podrá el Gobierno de S. M. conceder a la terminación de una guerra o por períodos de ella, abonos de tiempo de campaña y medallas conmemorativas de la misma, en la forma y extensión que determinen las disposiciones que a tal efecto se dicten.

CAPÍTULO II Clases de recompensas por méritos de guerra y características de los méritos requeridos

para la concesión de cada una de ellas Artículo 6.º Clases de recompensas. Las recompensas que podrán concederse por servicios de guerra al personal de la Armada, serán las siguientes:

DE CARÁCTER INDIVIDUAL

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Para generales, jefes, oficiales y asimilados Primer grupo. Para premiar los hechos o servicios de extraordinario mérito, realizados en el territorio o en las aguas de la guerra, evidenciados con ocasión de ataque a fuerzas navales enemigas o combate, existirá la siguiente escala de recompensas: a) Citación como distinguido en Orden general, con especificación del hecho o servicios realizados y méritos demostrados en ellos. b) Cruz del Mérito Naval, con distintivo rojo, sin pensión. c) Cruz de María Cristina, pensionada durante cinco años, en la cuantía que determina el artículo 13. d) Ascenso al empleo inmediato, hasta el límite superior que orgánicamente corresponda. Segundo grupo. Las penalidades sufridas por los prisioneros y heridos sin menoscabo del honor militar, serán premiadas con Medalla de Sufrimientos por la Patria, en la forma y previos los requisitos que determina el correspondiente Reglamento. Tercer grupo. Los hechos o servicios de mérito extraordinario realizados en territorio o aguas de operaciones y en relación con ellas, que, aunque no exentos de peligro, se hayan realizado sin combate, podrán ser premiados con las siguientes recompensas: a) Citación como distinguido en Orden general, con especificación del hecho o servicios realizados y méritos demostrados en ellos. b) Cruz bicolor del Mérito Naval, sin pensión. Cuarto grupo. Las grandes hazañas, los hechos heroicos y los méritos de carácter tan extraordinario que requieran ser premiados en forma distinta de la que se consigna en los casos anteriores, podrán ser recompensados con la Medalla naval o la Cruz laureada de San Fernando, si están comprendidos dentro de las prescripciones de los respectivos Reglamentos, siendo compatibles estas dos preciadas recompensas entre sí y con cualquiera de las comprendidas en los anteriores casos de este artículo.

Para clases e individuos de tropa y asimilados Por los méritos exigidos para el grupo primero, las recompensas que podrán otorgarse son las que figuran en la siguiente escala: a) Citación como distinguido en Orden general, con especificación del hecho o servicios realizados y méritos demostrados en ellos. b) Cruz de plata del Mérito naval, con distintivo rojo, sin pensión. c) La misma, con pensión temporal por cinco años en la cuantía que determina el artículo 10. d) La misma, con pensión vitalicia en la cuantía que determina el mismo artículo. e) Cruz de María Cristina, pensionada por cinco años, en la cuantía que determina el artículo 13. f) Ascenso al empleo inmediato hasta el límite superior que orgánicamente le corresponda. En los grupos segundo, tercero y cuarto podrán otorgarse las mismas recompensas que allí se establecen para generales, jefes, oficiales y asimilados.

DE CARÁCTER COLECTIVO Las recompensas que podrán otorgarse a las unidades navales y fracciones orgánicas de los cuerpos de la Armada, además de aquellas otras igualmente honoríficas, que el Gobierno pudiera acordar, con arreglo al párrafo segundo del artículo 4.º, serán las siguientes: a) Citación como distinguido en Orden general. b) Cruz del Mérito Naval. c) Cruz de María Cristina. d) Medalla Naval. e) Corbata y Cruz laureada de San Fernando. Artículo 7.° Número de distintivos que pueden usarse de una misma condecoración. Efectos de las recompensas. Percibo de pensiones. No podrá usarse más que una insignia de cada una

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de las recompensas que se enumeran en este Reglamento, marcándose la repetición de la distinción con pasadores sobre la condecoración correspondiente. Se exceptúan de esta regla las recompensas colectivas que figuran en el artículo 6.°. Las unidades galardonadas con ellas podrán usar tantos distintivos como recompensas de esta clase les fueran otorgadas. Todas las recompensas que se otorguen con arreglo a los preceptos de este Reglamento, surtirán efecto partir de la fecha del último hecho o servicio en que se contrajo el mérito que motivó su concesión, abonándose las pensiones de las cruces y la diferencia de sueldo del nuevo empleo, cuando sea ésta la recompensa, a partir de la revista de comisario del mes siguiente a la fecha aludida. Las pensiones anexas a las cruces y medallas subsistirán hasta el término de los plazos por que fueron concedidas, cualquiera que llegase a ser la situación, destino o empleo del interesado, excepto en los casos de sentencia firme, dictada por tribunal competente, en que especialmente se prive a aquel de ellas. Al fallecimiento del causante sólo se transmitirá la pensión a las familias cuando se trate de la Cruz de María Cristina y se obtenga tan preciada recompensa por el hecho de armas que motivó su fallecimiento. Se exceptúa de los preceptos de este artículo la Cruz laureada de San Fernando, que se regirá por sus disposiciones especiales en lo concerniente a ambos extremos. Artículo 8.º Características que han de reunir los servicios realizados para ser considerados dignos de premio. Toda propuesta de recompensa ha de fundamentarse en hechos que, por muy meritorios que sean, no representen exclusivamente el cumplimiento del deber, sino que supongan algo extraordinario sobre lo que a ese deber alcance. Ni el valor, ni el celo, ni la competencia técnica, ni el tiempo de permanencia en campaña o reiteración de hechos de armas pueden por sí solos ser objeto de recompensa, ya que son cualidades y circunstancias que normalmente deben concurrir en los individuos que a las Armada pertenecen. Sólo los hechos sobresalientes en su importancia, finalidad o desarrollo, sólo lo que evidencia una suma de dotes excepcionales y aptas para la guerra o el ejercicio de la profesión marítima en difíciles trances ha de ser objeto de premio. El estimar como méritos dignos de galardón hechos que sean estrictamente cumplimiento del deber revelaría un deficiente concepto de lo que es la profesión militar. Todas las recompensas de guerra se tramitarán y concederán con la mayor rapidez, compatible con una rigurosa investigación y comprobación de los méritos, sin esperar al término de una campaña, ni al cumplimiento de plazo alguno. Con excepción de las recompensas colectivas, cuando a ello haya lugar, y de las relaciones-propuestas de cruces rojas, sin pensión, o bicolor para marinería y tropa, y las especiales de cruz de María Cristina, para tropa, por acumulación de méritos a que se refieren los párrafos segundo y tercero del artículo 15, todas las propuestas que deban formularse serán precisamente unipersonales, y no se fundamentarán, ni en los actos realizados en un período, ni en la ejecución material de un combate, sino que habrán de basarse en los méritos contraídos y aptitudes puestas de manifiesto en una operación de mar o de guerra, entendiéndose por tal, no sólo el combate en sí, sino el conjunto de hechos, acciones y circunstancias que, teniendo por finalidad el choque y combate con el enemigo, abarcan desde el comienzo de su preparación o previsión hasta el momento en que las fuerzas que intervienen vuelvan al estado de reposo por haber alcanzado el fin propuesto o por empezar a prepararse para reiterar la acción con el mismo o distinto objetivo. En consecuencia, la organización y preparación de los buques o fuerzas que cada cual mande; el esmero y exactitud de los servicios que de él dependan; el espíritu y valor demostrados por él y sus subordinados; la preparación en las maniobras; la acertada iniciativa; el orden y disciplina puestos de manifiesto en todo momento; la pronta predisponibilidad y la conservación de aptitud combatiente de la unidad; es decir, cuanto representa inteligencia, pericia, autoridad, valor, espíritu, actividad, iniciativa y aptitudes técnicas, ha de ser

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examinado y valorado para fundamentar, tramitar y ultimar las propuestas. En caso de herida o enfermedad graves, debidamente justificadas, de algún general, jefe, oficial, clase o individuo de marinería o tropa, o asimilados, corresponde al mando determinar si hasta el momento de su baja los hechos realizados por el interesado antes de finalizar la operación bastan para justificar la propuesta.

Características de los méritos requeridos para cada una de las recompensas enumeradas Artículo 9.° Citación como distinguido. La citación como distinguido en Orden general, que acuerden el almirante de la escuadra o el capitán general del departamento, habrá de comprender méritos individuales que supongan algo que exceda al cumplimiento del deber militar o profesional.

CRUZ DEL MÉRITO NAVAL, CON DISTINTIVO ROJO Artículo 10. Clases. Pensiones de las de marinería y tropa. Esta condecoración tendrá las mismas clases que en la actualidad, o sea: De plata, para las clases e individuos de marinería y tropa. De primera, para oficiales y asimilados. De segunda, para capitanes de corbeta, capitanes de fragata, comandantes, tenientes coroneles y asimilados. De tercera, capitanes de navío, coroneles y asimilados. Gran Cruz, para oficiales generales y asimilados. Para generales, jefes, oficiales y asimilados, será siempre sin pensión. Para clases e individuos de marinería y tropa y asimilados podrá ser sin pensión o pensionada, y la pensión de esta última podrá ser otorgada por cinco años o vitalicia. Las pensiones de esta cruz para marinería y tropa serán las mismas para la vitalicia que para la temporal, no variando, por tanto, más que el tiempo que se disfrute su pensión. La cuantía de la misma será: Para marineros, soldados y cabos y asimilados, 12,50 pesetas mensuales. Para maestros, sargentos y asimilados, 17,50 pesetas mensuales. Para contramaestres, suboficiales, equivalentes y asimilados, 25 pesetas mensuales. Sólo podrá percibirse la pensión correspondiente a dos cruces. Por tanto, el que disfrutase dos pensiones temporales, o una temporal y otra vitalicia, y por nuevos méritos le correspondiese otra vitalicia, dejará de percibir una de las pensiones temporales que hasta entonces hubiera disfrutado. El abono de estas pensiones será compatible con las que correspondan a la Cruz de María Cristina, Medalla de Sufrimientos por la Patria y Cruz laureada de San Fernando. Las insignias de las cruces de plata se conservarán por el agraciado, aun cuando hubiera ascendido a oficial, percibiendo igualmente en este empleo, hasta la terminación del plazo por el que hubieren sido concedidas, las pensiones obtenidas siendo clase de marinería o tropa, quedando prohibidas las permutas de cruces de plata por las de primera clase.

CRUZ ROJA SIN PENSIÓN Artículo 11. Características de los méritos requeridos para su concesión. Para la concesión de la Cruz del Mérito naval, con distintivo rojo se precisa la existencia de méritos individuales que hayan influido directamente en el éxito de una operación. En lo que a generales, jefes, oficiales y asimilados se refiere, han de contrastarse tales méritos en el periodo preparatorio, en el ejecutivo y en el final de la operación; y el origen o término de comparación para justipreciarlos, se hallará en cuanto es y representa el cumplimiento del deber. Lo que va más allá de la obligación y produce resultados beneficiosos para el conjunto es lo que debe ser apreciado como mérito a los efectos de esta recompensa. A los generales, jefes, oficiales y asimilados se les otorgará en los dos casos siguientes: 1.º Cuando a consecuencia de los partes-propuestas que antes se indican fuesen objeto de dos citaciones como distinguidos en el empleo que ostenten por hechos o servicios realizados en combate, si estas citaciones no hubieran servido de base para otras recompensas. Una vez publicada la segunda citación a partir de la vigencia de este Reglamento dentro

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de la misma campaña, el jefe natural del interesado formulará la propuesta correspondiente si ninguna de dichas citaciones ha sido fundamento para otra recompensa. 2.º Cuando terminado el expediente-propuesta incoado para depurar sus méritos, a partir de la vigencia de este Reglamento, se desprenda de aquél que los evidenciados son suficientes para la concesión de la cruz roja del Mérito naval, sin llegar a hacerlo acreedor a recompensa superior. Para clases e individuos de marinería y tropa y asimilados podrá concederse esta cruz sin pensión (ajustándose en lo posible a los méritos que para la oficialidad se determinan), en los casos siguientes: 1.º Cuando habiendo tomado parte en tres operaciones de guerra en una misma campaña, a partir de la vigencia de este Reglamento, la actuación en ellas de la clase e individuos de marinería o tropa sea, a juicio de sus jefes inmediatos, merecedora de tal distinción. En este caso, al formular los jefes de unidad relación-propuesta comprensiva de cuantos reúnan tal mérito, hará notar tal circunstancia, especificando los combates en que los méritos se evidenciaron y la circunstancia de ser tres los que en su concepto tienen esta valoración. 2.º Cuando la clase e individuo marinería o tropa o asimilado hubiera sido citado dos veces como distinguido en el empleo que ostente por hechos realizados con ocasión de combate, a partir de la vigencia de este Reglamento. Una vez publicada la segunda citación, dentro de la misma campaña, el jefe natural del interesado formulará la propuesta correspondiente, que podrá comprender a cuantos reúnan tales méritos, siempre que esas citaciones no hayan sido fundamento para otra recompensa. 3.º Cuando incoado expediente, a partir de la vigencia de este Reglamento, se aprecie por el encargado de resolverlo en definitiva, según corresponda, con arreglo al artículo 45 de este Reglamento, que es suficiente recompensa la cruz de plata del Mérito naval sin pensión.

CRUZ DE PLATA DEL MÉRITO NAVAL CON DISTINTIVO ROJO, PENSIONADA Artículo 12. Características de los méritos requeridos para su concesión. Será requisito indispensable para su concesión ser citado como distinguido en orden general de la escuadra o del departamento por el hecho o servicios que traten de premiarse. Si además de esta circunstancia estuviese en posesión de una cruz de plata con distintivo rojo, sin pensión, como mínimum, concedida a partir de la vigencia de este Reglamento, y el almirante de la escuadra o capitán general de departamento después de una evaluación de los méritos del agraciado, estimase que es acreedor a ello, podrá otorgarse esta cruz con la pensión detallada en el artículo 10, durante cinco años. Si reuniendo los requisitos expuestos se hallase ya el interesado en posesión de una cruz de plata con distintivo rojo, pensionada temporalmente, como mínimum, concedida a partir de la vigencia de este Reglamento, podrá otorgarle el almirante de la escuadra o el capitán general del departamento, si lo estima merecedor de ello, esta cruz con pensión vitalicia en la cuantía que marca el artículo 10. Las propuestas de cruces rojas pensionadas que formulen los comandantes de buques, jefes de cuerpo o de cualquier unidad orgánica, podrán comprender a varios individuos, siempre que se detallen para cada uno de ellos las características determinadas en este artículo.

CRUZ DE MARÍA CRISTINA Artículo 13. Sus clases, pensiones e insignias. Las clases de esta orden serán las siguientes: Para clases e individuos de marinería y de tropa. De primera, para oficiales y asimilados. De segunda, para jefes y asimilados. De tercera o Gran Cruz, para generales y asimilados. Todas ellas llevarán aneja como pensión una cantidad igual a la mitad de la que para el mismo empleo se asigna a la laureada de San Fernando. Esta pensión se cobrará durante cinco años, a partir de la revista del mes siguiente al hecho que la motiva, sin que puedan

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exceder de dos las pensiones que simultáneamente se perciban. Las insignias de la cruz de María Cristina de clases e individuos de marinería y tropa y asimilados se conservarán por el agraciado aun cuando ascendiere a oficial. Artículo 14. Características de los méritos requeridos para su concesión a generales, jefes, oficiales y asimilados. La Cruz de María Cristina requiere, para que pueda ser concedida a generales, jefes, oficiales y asimilados, la existencia en la operación de guerra, de méritos individuales y muy distinguidos, y la reunión de condiciones muy semejantes a las que se precisan para obtener el ascenso. Estas condiciones del propuesto se aquilatarán teniendo en cuenta sus antecedentes, recompensas que haya recibido en el empleo, tiempo que lleve en operaciones y cualidades que reveló en el transcurso de la operación o servicios y durante el tiempo de permanencia en campaña. Se propondrá, pues, la concesión de esta recompensa cuando a consecuencia del expediente informativo, deduzca el almirante de la escuadra o capitán general de departamento que en el propuesto concurren las circunstancias antes señaladas. También se podrá conceder cuando un general, jefe, oficial o asimilado, en un mismo empleo, haya obtenido en una campaña y con arreglo a los preceptos de este Reglamento, tres cruces rojas del Mérito naval, y como consecuencia del expediente informativo acredite méritos para obtener otra. Artículo 15. Características de los méritos requeridos para su concesión a los individuos y clases de marinería y tropa. Para clases e individuos de marinería y tropa y asimilados se requiere la citación como distinguido en la orden general por el hecho o servicio que motive la propuesta y haber demostrado méritos análogos (en lo que pueda haber similitud) a los que para generales, jefes, oficiales y asimilados determina el artículo anterior. También se podrá conceder a clases e individuos de tropa y asimilados, cuando alguno hubiese recibido ya en el transcurso de la campaña, sobre el empleo que ostente, y a partir de la vigencia de este Reglamento, todas las recompensas inferiores, según la escala del primer caso del artículo 6.º, o sea: cruz roja, sin pensión, pensionada temporal y pensionada vitalicia, y a juicio de sus jefes hubiese acreditado, con ocasión de combate, méritos suficientes para la concesión de otra recompensa. En este caso, dichos jefes elevarán al almirante de la escuadra o capitán general de departamento, por el conducto establecido anteriormente, las correspondientes relaciones-propuestas comprensivas de cuantos tuviesen derecho a ello, con arreglo a este artículo, especificando el mérito y circunstancias que en cada uno de ellos concurran. El almirante de la escuadra o capitán general de departamento podrá conformase con estas propuestas o desestimarlas, concediendo cualquier recompensa inferior. Asimismo podrá otorgarse cuando, concluso el expediente instruido con arreglo a los preceptos de este Reglamento, a partir de la vigencia del mismo, para depurar méritos del algún maestre, sargento contramaestre, suboficial, equivalente o asimilado a cualquiera de dichas clases, resulte aquél acreedor a esta recompensa, por acercarse sus méritos a los requeridos para merecer el empleo, sin llegar a ellos.

ASCENSOS POR MÉRITOS DE GUERRA Artículo 16. Características de los méritos requeridos para su concesión a generales, jefes, oficiales y asimilados. Permuta de empleo por otra recompensa. Respondiendo los ascensos por méritos de guerra a la necesidad de tener dotadas con el personal competente, debidamente contrastado, las diferentes escalas de los cuerpos de la Armada, es el beneficio de la Nación el que principalmente se persigue con dichos ascensos. En consecuencia, y atendiendo a aquella primordial finalidad, ni la importancia del resultado obtenido, ni el mérito de una acción han de ser por sí solos determinantes para ascender, ya que ha de atenderse especialmente a la comprobada revelación de cualidades que aseguren la plena capacidad del propuesto para el ejercicio de mandos superiores a los de su empleo. Señalada en los párrafos anteriores la finalidad que se persigue con el ascenso por méritos de mar o de guerra y las cualidades que deben reunirse para obtenerlo, del expediente informativo que a este efecto se instruya deben resultar los “méritos,

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condiciones y aptitudes excepcionales” que a continuación se indican: Los “méritos” han de deducirse de los resultados obtenidos por la actuación del interesado en el combate, en la preparación de la operación y en la ejecución y dirección de los servicios; teniendo muy presente el objetivo que particularmente se le señaló y el general que se perseguía. Ha de pesarse cuidadosamente cómo logró dicho objetivo, si lo sobrepasó y a que costa, y como aquel fin particular influyó en el resultado total de la operación. Aumentará la valoración de los méritos la desproporción entre las fuerzas propias y contrarias, con preponderancia de éstas; la desigualdad de armamento o de fuerzas navales en provecho del enemigo y la naturaleza del terreno o las circunstancias de mar y tiempo. Las “condiciones sobresalientes” del propuesto han de ser acreditadas por el examen de sus antecedentes personales y de las cualidades reveladas en el transcurso de la operación o servicio por el que le propone. Así, pues, su cultura, hoja de servicios, cómo manda y administra su buque o unidad militar o cómo desempeña los servicios que tiene a su cargo; cual es su aptitud física; si es disciplinado; si tiene buen espíritu y entusiasmo por la profesión; si procura excederse en el cumplimiento del deber, como se ha comportado en otras ocasiones; si lleva mucho tiempo en campaña, y si dentro del empleo ha sido objeto de recompensa, deben ser materia de investigación y análisis por quienes sucesivamente van tramitando el expediente-propuesta. Finalmente, las “aptitudes excepcionales” prometedoras de beneficio para la Armada y la Nación, serán puestas de relieve al investigar cómo preparó su buque o unidad militar y organizó los servicios para la operación; cómo se desenvolvió durante los combates; que provechosas iniciativas tuvo; cómo hizo frente y cómo resolvió situaciones difíciles e imprevistas; si fue rápido en la comprensión y ejecución de las órdenes recibidas; si fue cauto y previsor en todo momento; audaz y decidido cuando convino o debió serlo; si sus fuerzas o buques estuvieron rápidamente aptos, y si éstos y los servicios mantuvieron la proporcionada eficiencia después de la acción, o bien cómo desempeña el cargo que ejerce, habidas en cuenta circunstancias análogas en relación con la campaña, a las que antes se especifican para los que tengan mando directo y formando parte de las fuerzas combatientes, aunque por su función peculiar no tengan el mando directo de unidades, ya que cabe hacerse acreedor al ascenso en mandos auxiliares o en funciones que no requieran el mando directo de buques o unidades. En todo caso, cuanto tiempo lleva en operaciones y si ha sido premiado con una o varias cruces de María Cristina, sobre su actual empleo. El ascenso al empleo inmediato por méritos de guerra sólo se propondrá cuando como resultado del expediente informativo, estime el almirante de la escuadra o capitán general de departamento concurren en el propuesto las circunstancias de “méritos, condiciones y aptitudes sobresalientes”, señaladas en este artículo. Se faculta al personal de la Armada para permutar un empleo concedido por méritos de guerra por la cruz de María Cristina o por la del Mérito naval roja. Artículo 17. Características de los méritos para proponer el ascenso de alguna clase o individuo de tropa y asimilados. Los méritos, condiciones y aptitudes que han de reunir las clases e individuos de marinería o de tropa y asimilados para ser merecedores de ascenso vienen definidas en los preceptos del artículo anterior, y aun cuando haya de atenderse al contraste de cuanto en dicho artículo se señala, la investigación ha de versar especialmente sobre la capacidad para el mando de unidades superiores a las que correspondan a su empleo, y a ello se añadirá, si de suboficial de Infantería de Marina se trata, un examen de sus condiciones, en relación con cuanto debe ser por todos conceptos un oficial. Los jefes que inicien el parte-propuesta tendrán muy presente cuanto se indica en este artículo respecto a condiciones requeridas. Los ascensos al empleo de cabo de Infantería de Marina o de mar en sus respectivas especialidades, equivalentes o asimilados, se otorgarán por el almirante de la escuadra o capitán general de departamento mediante parte-propuesta que, con los debidos informes,

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les eleven los jefes naturales del interesado. Igual norma se seguirá para los ascensos a maestre, sargento y asimilados, si bien los aludidos empleos no se convalidarán sino cuando los agraciados hayan justificado a priori o justifiquen después de la fecha del hecho que motivó la propuesta que reúnen los conocimientos reglamentarios para el ascenso. De los ascensos de ambas clases que se otorguen dará cuenta el almirante de la escuadra o el capitán general de departamento al Ministerio de Marina para su confirmación. Los ascensos a suboficial y oficial de Infantería de Marina se ajustarán a las normas que en este Reglamento se prescriben, previos los oportunos expedientes, correspondiendo al almirante de la escuadra o capitán general de departamento la concesión del empleo de suboficial por méritos de guerra, que será confirmado por el Ministerio de marina, a cuyo departamento corresponderá otorgar el ascenso por méritos de guerra a oficial de la escala de reserva retribuida en la forma que dispone el artículo 45. Los maestres, equivalentes y asimilados que contraigan méritos para ser ascendidos, recibirán como recompensa inmediata la cruz de Marías Cristina y obtendrán además el beneficio de poder ingresar con sólo examen de suficiencia, en el plazo de dos años, en cualquier cuerpo, academia o escuela de la Armada. Artículo 18. Ascendidos por méritos de guerra. Amortización de las vacantes que corresponda como consecuencia de dichos ascensos. Antigüedad que se les otorgará a los ascendidos. Los ascensos por méritos de guerra se concederán, aunque no existan vacantes en el escalafón correspondiente, hasta el límite que señalen las disposiciones legales vigentes para cada cuerpo u escala. Las clases e individuos de Infantería de Marina podrán ascender en igual forma hasta el de alférez de la escala de reserva retribuida. El sobrante que por estos ascensos se produzca se amortizará con sujeción a las reglas generales que rijan la amortización de vacantes. La antigüedad que se señalará al ascendido por méritos de guerra será la de la fecha del hecho o servicio que motivó la propuesta, y si fueron varios hechos o servicios los que la motivaron, la antigüedad será la correspondiente a la fecha del último de ellos.

MEDALLA DE SUFRIMIENTOS POR LA PATRIA Artículo 19. Su objeto. La Medalla de Sufrimientos por la Patria se concederá a los generales, jefes, oficiales, clases e individuos de marinería y tropa y asimilados para premiar las grandes penalidades sufridas dignamente y sin detrimento del honor militar durante el cautiverio y los quebrantos y sufrimientos que suponen las heridas honrosamente recibidas en campaña o en hechos considerados como de guerra. Se otorgará esta recompensa en los casos y previos los requisitos que su Reglamento determina, sin perjuicio de cualquier otra recompensa a que se hubiesen hecho acreedores por servicios o hechos realizados con anterioridad o en el transcurso de la operación en que resultaron heridos o prisioneros durante el cautiverio. La que se conceda a prisioneros será siempre sin pensión. La que deba otorgarse a heridos sólo será pensionada en los casos que se determinan en el artículo siguiente. Artículo 20. Clases y pensiones de esta medalla. La condecoración será la misma para prisioneros y heridos, sin más diferencia que la que corresponda a prisioneros llevará en la cinta un pasador especial en que se consignen las fechas en que comenzó y cesó al cautiverio y la correspondiente a heridos llevará un aspa roja bordada en la cinta y un pasador con la fecha de la herida. Las pensiones anexas a esta medalla para heridos serán: Para los generales, jefes, oficiales y asimilados, las señaladas en la ley de 7 de julio de 1921, y su duración no excederá de dos años, cesando, desde luego antes de dicho plazo por la curación de las heridas o por la declaración de inutilidad o ingreso en Inválidos. La pensión de esta medalla, cuando se otorgue a clases e individuos de marinería o tropa y asimilados por haber sufrido heridas graves o menos graves sin detrimento del honor militar, será:

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Heridos menos graves con más de dos meses de hospitalidades: marineros, soldados, cabos, equivalentes y asimilados, 25 pesetas mensuales durante cinco años; maestres, sargentos, equivalentes y asimilados, 37,50 pesetas mensuales durante cinco años; contramaestres, suboficiales, equivalentes y asimilados, 50 pesetas mensuales durante cinco años. Heridos graves con menos de dos meses de hospitalidades: las mismas pensiones y durante igual tiempo. Heridos graves con más de dos meses de hospitalidades: las mismas pensiones vitalicias. Los generales, jefes, oficiales y asimilados heridos menos graves dados de alta antes del mes, a partir de la fecha de la herida, y las clases e individuos de marinería o tropa y asimilados heridos menos graves con menos de dos meses de hospitalidades, sólo tendrán derecho a esta medalla sin pensión. Los generales, jefes, oficiales y asimilados, clases e individuos de marinería o tropa y asimilados heridos leves, no tendrán derecho a la Medalla de Sufrimientos por la Patria, pero sí al aspa roja sobre la medalla conmemorativa de la campaña. Artículo 21. Quienes se consideran como heridos en campaña. Se considerarán como heridos en campaña, para los efectos de los artículos anteriores, siempre que las heridas o lesiones hayan sido realizadas sin menoscabo del honor militar, los comprendidos en los casos siguientes: 1.º Los que sufrieren heridas o lesiones graves o menos graves causadas directamente por el hierro o fuego enemigo o por cualquier otro medio de ofensa que éste pueda emplear al atacar o defenderse. 2.º Los que resultaren heridos o lesionados en campaña con el mismo pronóstico del caso anterior, por elementos de guerra propios o accidentes ocurridos en función del servicio en operaciones activas, siempre que el accidente no hubiera sido motivado por imprudencia temeraria del causante. 3.º Los heridos y lesionados graves y menos graves en accidentes de aeronáutica o de navegación submarina ocurridos en paz o en guerra o por la preparación y manejos de gases asfixiantes, siempre que el hecho no sea originado por negligencia o imprudencia del que las sufrió. Artículo 22. Nuevas concesiones de esta medalla. Los que estando en posesión de esta medalla sufran nuevas heridas o lesiones que les den derecho a otras, percibirán las pensiones correspondientes en la misma forma que para la primera; pero sólo podrán usar una insignia, si bien marcarán en su cinta con otra aspa roja y un nuevo pasador la reiteración en la distinción.

CRUZ BICOLOR DEL MÉRITO NAVAL Artículo 23. Objeto. Clases de esta condecoración. Se instituye esta condecoración para premiar al personal de la Armada que hallándose en el territorio o aguas de operaciones realice servicios o hechos extraordinarios relacionados con las mismas, que aunque no exentos de peligro se hayan efectuado sin combate. Esta cruz será siempre sin pensión y tendrá las mismas clases que la cruz del Mérito naval con distintivo rojo, o sea: De plata, para clases e individuos de marinería o tropa y asimilados. De primera, para oficiales y asimilados. De segunda, para capitanes de corbeta, comandantes, capitanes de fragata, tenientes coroneles y asimilados. De tercera, para capitanes de navío, coroneles y asimilados. Gran Cruz, para oficiales generales y asimilados. Las insignias de las cruces de plata se conservarán por el agraciado aun cuando hubiera ascendido a oficial, quedando prohibidas las permutas de cruces de plata por las de primera clase. Artículo 24. Características de los méritos requeridos para su concesión. Se concederá por méritos notorios revelados en servicios especiales de campaña, distintos de las operaciones

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de guerra, aunque relacionados directamente con ellas, teniendo presente, en cuanto les sean de aplicación, las características señaladas para la cruz roja. A los generales, jefes, oficiales y asimilados podrá otorgárseles en los dos casos siguientes: 1.º Cuando a consecuencia de dos partes-propuestas fuesen objeto de dos citaciones como distinguidos en el empleo que ostenten por hechos o servicios realizados sin combate, siempre que esas citaciones no hubieran servido de base para otras recompensas. Una vez publicada la segunda citación en las condiciones indicadas dentro de la misma campaña, el jefe natural del interesado formulará la propuesta correspondiente. 2.º Cuando instruido expediente-propuesta para depurar sus méritos, se desprenda del mismo que éstos son los requeridos para la concesión de la cruz bicolor. A las clases e individuos de tropa o marinería y asimilados podrá concederse esta cruz (ajustándose en lo posible a los méritos que para la oficialidad se determinan) en los siguientes casos: 1.° Cuando habiendo realizado en una misma campaña tres hechos o servicios de mérito extraordinario sin ocasión de combate, su actuación, a juicio de sus jefes inmediatos, le haga merecedor de tal distinción. En este caso formularán dichos jefes las relaciones propuestas comprensivas de cuantos reúnan tal mérito, y en ellas harán constar, con el detalle necesario, tal circunstancia, especificando qué hechos o servicios fueron los que evidenciaron el mérito y haciendo notar han sido tres los hechos o servicios que revistieron tal importancia. 2.º Cuando las clases, individuos de marinería o tropa y asimilados hubiesen sido citados dos veces corno distinguidos en el empleo que ostenten en orden general, por servicios realizados sin combate, siempre que esta citación no haya servido de base para otra recompensa. Una vez publicada la segunda citación en las condiciones indicadas y dentro de la misma campaña, el jefe natural del interesado formulará la propuesta correspondiente, que podrá comprender a cuantos reúnan tales méritos. 3.º Cuando, incoado expediente en los casos en que es preciso tal requisito aprecie el almirante de la escuadra o capitán general de departamento, corno consecuencia del mismo, es suficiente recompensa la cruz de plata con distintivo bicolor.

MEDALLA NAVAL Artículo 25. Objeto. Características de los méritos requeridos para su concesión. Esta condecoración se concederá a los generales, jefes, oficiales de la Armada, asimilados, clases e individuos de marinería o tropa y asimilados, cuando la abnegación, el valor, las virtudes militares, las condiciones y aptitudes profesionales, aisladas o conjuntamente consideradas, hayan sido puestas de manifiesto de un modo indiscutible y muy sobresaliente, en una hazaña o combate, en una operación de guerra o en una fructífera labor de conjunto, sin que en ningún caso pueda otorgarse por acumulación de méritos sucesivamente evidenciados en distintas operaciones de guerra. Se podrá otorgar este galardón en los dos casos siguientes: 1.º Cuando por conocimiento o investigación personal o delegada del almirante de la escuadra o capitán general de departamento, o corno resultado de información escrita y especial al caso, ordenada a tal efecto, se deduzca de los hechos que un general, jefe, oficial, clase o individuo de marinería o de tropa o asimilado se ha hecho acreedor a tal recompensa. 2.º Cuando del expediente informativo mandado instruir para proponer alguna recompensa resulte, a juicio del almirante de la escuadra o capitán general de departamento que, independientemente de ella deba ser premiado el propuesto con la Medalla naval (que siendo compatible con cualquier otra distinción, podrá ser otorgada desde luego), continuándose la tramitación de dicho expediente informativo hasta su resolución. Tanto la investigación y evaluación de los hechos y circunstancias del propuesto, como la tramitación del expediente, serán rapidísimos con objeto de que esta recompensa no

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pierda el carácter de inmediata y ejemplar que debe tener. Esta recompensa no puede ser objeto de propuesta por parte de ningún jefe de unidad o destacamento, ni tampoco podrá ser solicitada por individuo alguno de la Armada. Al almirante de la escuadra o capitán general de departamento corresponde exclusivamente su concesión, pudiendo hacerlo por propia iniciativa o a propuesta de los jefes de división o grupo.

CRUZ LAUREADA DE SAN FERNANDO Artículo 26. La Cruz laureada de San Fernando se concederá en los casos, circunstancias y condiciones que en su Reglamento se determinan, pudiendo además el almirante de la escuadra o capitán general de departamento, a la vista de un expediente informativo para recompensa, ordenar la incoación del de juicio contradictorio para Cruz laureada de San Fernando, independientemente de continuar la tramitación regular de aquel expediente, siendo para ello preciso que en aquel expediente informativo se hayan puesto de manifiesto méritos por los que pudiera ser acreedor a la Cruz laureada, y conste de modo fehaciente que dichos méritos no fuesen notados antes, con objeto de justificar el no haberse dispuesto la incoación del expediente para la de San Fernando dentro de los plazos que el reglamento de la orden establece.

RECOMPENSAS COLECTIVAS Artículo 27. Requisitos generales. Las recompensas otorgadas a los generales, jefes, oficiales y asimilados de la Armada y a las clases e individuos de marinería y tropa, serán independientes de las colectivas que se concedan a las escuadras, buques sueltos y cualquiera agrupación orgánica de los cuerpos e institutos de la Armada, y los méritos requeridos serán análogos a los exigidos para otorgar individualmente la misma recompensa. Las condecoraciones y distintivos así concedidos serán únicamente honoríficos, y los usarán los regimientos de Infantería de Marina en sus banderas, y los buques y unidades recompensados en la forma prevenida en los Reglamentos. El personal de dichos buques, cuerpos o agrupaciones orgánicas que hubiere intervenido como combatiente en la operación de guerra que originase la recompensa, y reuniera además las condiciones determinadas en el respectivo Reglamento, podrá usar sobre el uniforme el distintivo correspondiente.

CAPÍTULO II TRAMITACIÓN Y RESOLUCIÓN DE LAS PROPUESTAS DE RECOMPENSAS

Artículo 28. Curso del parte-propuesta. Cuando el jefe superior de un buque, cuerpo, unidad o agrupación orgánica de los cuerpos e institutos de la Armada haya observado en el transcurso de una operación de guerra que la actuación de alguno o algunos de sus subordinados se ajusta a las normas y características señaladas en el artículo 8.º, o a las determinadas en este Reglamento al detallar los requisitos necesarios para la concesión de cada una de las recompensas que en el mismo figuran, producirá un parte-propuesta individual, independiente del de la acción, comprensivo de los hechos realizados por el propuesto y méritos revelados, no siendo necesario que sea individual el parte-propuesta en aquellas recompensas de clases en individuos de marinería y tropa que expresamente autoriza el capítulo anterior para formular propuestas comprensivas de cuantos reúnan méritos en las condiciones que allí se determinan. Este parte-propuesta será entregado al superior inmediato, que, si lo estima necesario, podrá comprobar los fundamentos del mismo, y, con su parecer, favorable o adverso, lo cursará a su inmediato superior en igual forma, hasta llegar al almirante de la escuadra o capitán general de departamento por conducto reglamentario previo cumplimiento de iguales formalidades por cada uno de los jefes que han de cursarlo. Los comandantes de los buques, jefes de cuerpo, de unidad o destacamento, y, en general, los de cualquier agrupación orgánica de la Armada, sólo podrán formular parte-propuesta de recompensa sin haber presenciado todo o parte de la actuación del interesado, en aquellos casos excepcionales en que las varias referencias que tengan de los hechos realizados por aquél les merezcan crédito suficiente para aceptarlos, estimándolos

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además merecedores de premio. Artículo 29. Resolución del parte-propuesta en sentido negativo. El almirante de la escuadra o capitán general de departamento, después de oír la opinión escrita del respectivo jefe de Estado Mayor acerca de cada uno de los partes-propuestas que le hayan sido cursados, apreciará el fundamento de ellos, y si estima escasos los méritos o injustificado el parte, lo desestimará, estampando un “visto” en el expediente respectivo, pudiendo además llamar la atención del proponente, caso de estimarle merecedor de ello, por tratarse de hechos que no se salgan de lo vulgar, y, por tanto, no revistan las características que en este Reglamento se señalan para poder ser apreciado como dignos de recompensa. La resolución desfavorable de este parte-propuesta se comunicará al interesado por conducto regular, y contra dicha resolución no cabrá recurso ni reclamación alguna. Artículo 30. Resolución favorable del parte-propuesta. Citación como distinguido. Casos en que el parte-propuesta es resuelto, desde luego, por el almirante de la escuadra o capitán general de departamento. Si el almirante de la escuadra o capitán general de departamento se conforman con el parte-propuesta, acordará, desde luego, la citación del interesado como distinguido, cuya citación se publicará seguidamente en Orden general, especificando los méritos que se deduzcan del parte-propuesta. Si el almirante de la escuadra o el capitán general de departamento estimaren no es suficiente premio la citación como distinguido —que ya constituye por sí una recompensa, que se anotará en la hoja de servicios—, ordenará que dicho parte-propuesta sirva de base a un expediente informativo que mandará instruir, en cuya tramitación se seguirán las reglas que se detallan en este capítulo. No será precisa la instrucción del referido expediente cuando el parte-propuesta se refiera a recompensas que deban otorgarse a cabos, asimilados e individuos de marinería y tropa, para los cuales sólo se requerirá la citación de distinguido cuando se trate de conceder cruz pensionada, de María Cristina o empleo. Los partes-propuestas que se refieran a cabos, asimilados e individuos de marinería y tropa serán, desde luego, resueltos por el almirante de la escuadra o capitán general de departamento. Cuando se trate de méritos contraídos por maestres, sargentos, contramaestres, suboficiales, equivalentes o asimilados que puedan llevar consigo la concesión del empleo superior inmediato o del beneficio a que se refiere el párrafo séptimo del artículo 17, será requisito indispensable la citación de distinguido y la formación del correspondiente expediente-propuesta. Artículo 31. Parte-propuesta relativo a individuos no afectos a unidades determinadas. El parte-propuesta que se refiera a generales, jefes, oficiales, clases e individuos de marinería y tropa o asimilados que no pertenezcan a unidades o agrupaciones orgánicas determinadas, será dado por el superior que haya sido testigo de los hechos meritorios siguiendo luego, hasta llegar al almirante de la escuadra o capitán general de departamento, los mismos trámites que los prescritos en el artículo 28; pero si los hechos fueran presenciados por alguna de dichas autoridades, o los conocieran por referencias que estimen dignas de crédito, mandarán, desde luego formar el expediente propuesto, previa citación en la Orden general como distinguido, salvo para aquellas recompensas de marinería y tropa que según el artículo anterior, no requieren la formación de expediente-propuesta. Artículo 32. Parte-propuesta relativo a generales o jefes con mando independiente. Cuando se trate de generales con mando independiente o de jefes de cualquier empleo que manden buques, columnas, destacamento o en general, cualquiera agrupación orgánica, a las órdenes directas del comandante de la escuadra, o capitán general de departamento, corresponde a estas autoridades, después de ordenar la citación en Orden general como distinguido, disponer, de igual modo que el caso anterior, la incoación del expediente-propuesta que acredite los merecimientos evidenciados por aquéllos. Artículo 33. Concesión de recompensas al almirante de la escuadra o capitán general de

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departamento. Al Gobierno de S. M. corresponde conceder a dichas autoridades, sin sujeción a trámite ni expediente alguno, las recompensas que en este Reglamento se enumeran, atendiendo únicamente a la importancia de sus méritos y servicios, independientemente de aquellas otras distinciones con que quisieran premiarlo en atención a lo relevante de sus merecimientos.

EXPEDIENTES-PROPUESTAS Artículo 34. Orden de apertura. Cuando, en vista del parte-propuesta a que se refiere el artículo 28, y de los informes que le acompañan, estime el almirante de la escuadra o capitán general de departamento que los méritos evidenciados no quedan suficientemente recompensados con la citación como distinguido, ordenarán la apertura de un expediente informativo, en el que se investigue y depure la importancia de aquellos méritos. La orden de apertura de tal expediente se publicará en Orden general, con expresión de los méritos que motiven esa citación y la operación de guerra o servicios en que se pusieron de manifiesto, nombrándose al mismo tiempo juez instructor y secretario que lo tramiten. Artículo 35. Categoría de los jueces y secretarios de los expedientes. Serán de categoría de general —designado de entre los pertenecientes a la escuadra o departamento de que se trate— los que deban instruir expedientes de recompensas que afecten generales, capitanes de navío, coroneles o asimilados, debiendo ser el juez de superior empleo o tener mayor antigüedad que el propuesto. Tendrán categoría de capitán de navío o coronel los jueces de los expedientes de recompensas relativas a jefes; de categoría de jefe la de los que deban instruir los referentes a oficiales; y de categoría de teniente de navío, capitán o subalterno los jueces de expedientes relativos a maestres, sargentos, contramaestres, suboficiales, asimilados e individuos de los cuerpos subalternos de la Armada que no tengan graduación de oficial. Como secretarios de estos expedientes actuarán: un jefe, para los referentes a generales y jefes, y uno del mismo empleo que el propuesto, para los relativos a oficiales y clases, debiendo pertenecer, tanto los jueces como los secretarios, a la escuadra o departamento de que se trate. Cuando sea imposible acomodarse a las normas expuestas, el almirante de la escuadra o capitán general de departamento podrá, ajustándose lo más posible a ellas, designar jueces y secretarios de otras categorías. Artículo 36. Documentos que encabezarán los expedientes. El expediente se encabezará con el orden de apertura, copia de la citación de distinguido publicada en Orden general, y parte-propuesta inicial con los informes que reglamentariamente le acompañen, pudiendo unirse también copia de cuantos documentos y elementos de juicio hayan servido al almirante de la escuadra o capitán general de departamento para disponer la apertura del expediente. Artículo 37. Personas que deberán declarar obligatoriamente. Están obligados a declarar en los expedientes: el teniente de navío, capitán u oficial comandante de la unidad, al tratarse de los subalternos a sus órdenes; el comandante del buque, jefe de cuerpo, de destacamento o de agrupación orgánica de la Armada, cuando se refiera a cualquier jefe y oficial de los destinados inmediatamente a sus órdenes; el jefe de Estado Mayor, cuando se trate de un jefe u oficial que pertenezca al mismo; y el que ejerza el mando superior y directo de las fuerzas que intervengan en una operación de guerra, cualquiera que sea su empleo, en lo relativo a cuantos estén a sus órdenes. Si el almirante de la escuadra o capitán general de departamento presencia o dirige una operación de guerra, deberá declarar en los expedientes que por méritos evidenciados en ella se instruyan, el jefe de Estado Mayor. Los jefes de Estado Mayor de la escuadra y de los departamentos se considerarán como jefes de unidad respecto a los generales, jefes, oficiales y asimilados de cualquier cuerpo de la Armada que presten servicio en el Estado Mayor y sean de categoría igual o inferior a la suya. Ninguna de las declaraciones obligatorias podrá suplir a otra, y precisamente deben figurar en el expediente de cada propuesto cuantas le alcancen, según su cometido y

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empleo, de las que se acaban de enumerar, no exceptuándose de estas normas más que los casos especialísimos en que siendo muy notorio el mérito estimasen el almirante de la escuadra o capitán general de departamento, por sí o a propuesta del juez, que se podía prescindir de algunas declaraciones para lograr mayor rapidez en la tramitación, si la ejemplaridad en el premio lo exigiese, haciéndolo constar así en el expediente. En los expedientes que se instruyan a favor de clases e individuos de marinería y tropa o asimilados son obligatorias las declaraciones de los subalternos y del comandante de la unidad de que forma parte el propuesto; del jefe de batallón o grupo, jefe del servicio, si está afecto a uno de ellos, y comandante del buque o jefe del cuerpo.

DECLARACIONES VOLUNTARIAS Artículo 38. Plazo de admisión y obligación de admitirlas. Número total de declaraciones. Además de las personas enumeradas en el artículo anterior, podrán declarar cuantos a ello se presten voluntariamente y lo hagan, si están presentes, o lo soliciten si están ausentes, en un plazo de ocho días, a contar desde la fecha de la publicación en la orden de apertura del expediente, en cuya orden se hará constar este derecho. Ningún requerimiento de declaración de testigo presencial del hecho podrá ser rechazado si se formula dentro de ese plazo, por muchas que sean las que figuren en el expediente, tendiendo los jueces instructores a lograr como mínimo seis declaraciones entre voluntarias y obligatorias, procurando que de ellas sean tres de testigos del mismo empleo del propuesto y alguna de quien posea el empleo inmediato superior. También se procurará, si es posible, que la mitad de cuantos declaren sean del cuerpo del propuesto. Artículo 39. Declaraciones voluntarias de los que estuvieren ausentes. Para facilitar las declaraciones voluntarias, al propio tiempo que se publica en la Orden general de la Escuadra o del respectivo departamento la apertura del expediente, se telegrafiará por el almirante de aquella o capitán general de éste a los capitanes generales de los otros departamentos y almirante jefe de la jurisdicción de Marina en la Corte notificándoles que en dicha fecha se ha publicado la referida orden, indicando a que generales, jefes, oficiales y asimilados afecta, cuáles son las operaciones o hechos por que son propuestos y quien es el juez instructor de expediente. Precisamente al día siguiente al en que las autoridades de referencia reciban dicho telegrama, circularán su contenido en la respectiva comprensión jurisdiccional, señalando un plazo de ocho días, a partir del de la publicación, para que cuantos deseen, entreguen sus declaraciones directamente a los comandantes de sus buques, jefes de sus cuerpos, comandantes de Marina o ayudantes de distrito, para los que no dependan directamente de cuerpos o unidades determinadas, y darán cuenta de haberlo efectuado. Las declaraciones se prestarán previo juramento de quienes las rindan. Los aludidos jefes y autoridades remitirán al juez instructor del expediente, en pliego oficial certificado, las declaraciones de que se trata, anunciando telegráficamente su salida al almirante de la escuadra o capitán general de departamento en jefe y al juez instructor. En razón del número de testimonios que podrán hallarse en la escuadra o en el territorio o aguas de las operaciones, dada la categoría de los propuestos, no se aplicará lo dicho anteriormente a los expedientes que se instruyan a favor de individuos y clases de marinería o tropa y asimilados. Artículo 40. Observaciones que deben tener en cuenta los declarantes. Cuantos hayan de declarar en un expediente-propuesta han de tener muy presente el concepto general de mérito requerido para cada recompensa, según en este Reglamento se establece; y de sus preceptos y de los que figuran en los respectivos Reglamentos especiales de cada Orden, así como del juicio personal que del propuesto tengan formado y del conocimiento de los hechos por los que trata de premiársele deducirán y expresarán claramente a que recompensa o galardón lo consideran acreedor. En consecuencia, la última pregunta del juez instructor al declarante, o la última manifestación que haga el que voluntariamente remita una declaración jurada en tal sentido, deberá ser concretar el premio que juzga ha

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merecido el propuesto, refiriendo su caso al más similar del Reglamento correspondiente. Artículo 41. Citación de otros testigos. Todos los declarantes en los expedientes deben citar los nombres de otros testigos presenciales de los hechos, o que conozcan el detalle del mérito que se depura, sin que el juez pueda excusarse de tomar declaración a los citados más que en el caso, que fundamentará en su parecer, de estar suficientemente probados los merecimientos por seis declaraciones como mínimo, coincidentes en estimar merecida la recompensa y unánimes al apreciar la que debe serles otorgada. En cada diligencia para recibir declaración o enviar un exhorto, consignará el juez el concepto en que ha sido citada cada una de las personas llamadas a declarar, expresando, por tanto, si es alguna de las que deben declarar obligatoriamente con arreglo al artículo 37, o si, a su juicio, debe deponer por tratarse de testigos presenciales o personas que pueden conocer los méritos evidenciados. Al condensar el juez en su parte las conclusiones que determina el artículo 43, y enumerar, como base para formular su juicio los resultados de cada una de las declaraciones que constan en el expediente, hará notar, para cada una de ellas las razones que tuvo para citar los testigos, en igual forma que dispone el párrafo anterior de este artículo. Artículo 42. Incompatibilidad para declarar. Los jefes y oficiales a favor de los cuales se hayan instruido los expedientes-propuestas a que se refieren los artículos precedentes, o los especiales que determinan los Reglamentos de la Medalla naval o Cruz laureada de San Fernando, no podrán declarar en aquellos otros que se incoen con iguales fines para recompensar a los que actuaron como jueces instructores de los primeramente citados. Tampoco podrán declarar aquéllos como testigos en los expedientes instruidos para recompensar a los generales o jefes a cuya iniciativa se deba haber sido propuestos para alcanzar alguna recompensa. Quedará sin efecto esta prohibición cuando el testimonio de ellos fuese de imprescindible necesidad para esclarecer el mérito por no haber otros testigos presenciales que puedan determinarlo, lo que se hará constar por el juez. Artículo 43. Parecer del juez. Concluso un expediente por figurar en él todas las declaraciones necesarias, manifestará el juez por escrito su parecer, previa exposición de los siguientes datos: antigüedad del propuesto; recompensas obtenidas en el empleo; puesto que tenía en la escala de su clase en la fecha del hecho o servicio que motivó la propuesta; tiempo que lleva en campaña; número de hechos de armas a que ha asistido; número de declaraciones adversas y favorables, detallando para estas últimas cuantas se pronuncian por cada recompensa; si se ha tomado declaración a todos los que han sido citados como testigos por otros declarantes y, caso contrario, justificación de por qué se omitieron. Seguidamente, del contraste de todas las declaraciones, dando a cada una el valor que en razón a la categoría y funciones del declarante deba conceder, deducirá el mérito que a su juicio, resulte, fundamentándolo, y en consecuencia expondrá el grupo de recompensas en que cree comprendido al propuesto y, finalmente, dirá concretando, su opinión personal acerca de la recompensa que en definitiva estima debe otorgársele, y huyendo de decir ambiguamente: “podría otorgársele”, terminará diciendo: “le considero acreedor a tal recompensa”. Asimismo especificará la antigüedad con que deberá concedérsele, con arreglo a lo dispuesto en este Reglamento. Artículo 44. Normas a seguir en los expedientes a favor de generales, capitanes de navío, coroneles o asimilados. En los expedientes informativos instruidos a favor de generales, capitanes de navío, coroneles o asimilados se llenarán los trámites indicados anteriormente, en cuanto sean compatibles con la categoría del propuesto. Artículo 45. Parecer del almirante de la escuadra o capitán general de departamento. Curso y resolución de los expedientes. Los expedientes así tramitados se enviarán por el instructor al jefe de Estado Mayor de la escuadra o del respectivo departamento, quien, con

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su informe, los remitirá al almirante de aquélla o capitán general. Si el expediente se refiere a un maestre, sargento o asimilado, aquellas autoridades concederán desde luego la recompensa que, en vista del resultado del expediente estimen justa, dando cuenta al Ministerio para su confirmación. Si se refiere a algún general, jefe, oficial, contramaestre, suboficial o asimilado, consignará el almirante de la escuadra o capitán general de departamento su parecer en el expediente, explicando las razones que tenga para proponer la recompensa que estimen merecida. Una vez cumplimentado esto remitirá los expedientes, cuando estén ultimados, al Ministerio de marina, que los pasará a informe del Consejo Supremo de Guerra y Marina. Evacuado este trámite serán sometidos a conocimiento y estudio del Ministro, quien resolverá por sí, o elevará los expedientes a Consejo de Ministros en los casos y a los fines que a continuación se detallan: Los que se refieran al ascenso de suboficial a oficial o a la concesión a subalternos o asimilados de algunas de las recompensas comprendidas en los grupos primero y tercero del artículo 6.º serán resueltos por el Ministro de Marina, si está conforme con el dictamen del Consejo Supremo, y por el Consejo de Ministros, en caso de disenso. Los expedientes que para depurar el mérito evidenciado en relación con las recompensas de los grupos primero y tercero del artículo 6.º se hayan instruido a generales, jefes, tenientes de navío, capitanes y asimilados, serán resueltos siempre por el Consejo de Ministros, cualquiera que sea la recompensa propuesta, oyendo el parecer del Consejo Supremo de Guerra y Marina y del Ministro de Marina. Artículo 46. Propuestas especiales en casos de reiteración en la distinción. Cuando un general, jefe u oficial o asimilado sea citado dos veces como distinguido en Orden general, sin que ninguna de dichas distinciones haya servido de base a otra recompensa, y deba otorgarse, por tanto la cruz roja o bicolor, según esté comprendido en el artículo 11 o en el 24 de este Reglamento, la propuesta correspondiente será cursada por el almirante de la escuadra o capitán general de departamento al Ministro de Marina, que sin más informe ni asesoramiento podrá otorgar una u otra, según proceda, sometiéndola desde luego a la aprobación de S. M. Cuando se presente igual caso relativo a alguna clase o individuo de marinería o tropa o asimilado, lo resolverá por sí el almirante de la escuadra o capitán general de departamento, dando cuenta al Ministro de Marina para su confirmación. Artículo 47. Expedientes relativos a la Medalla naval. Los expedientes relativos a la Medalla naval se ajustarán en su trámite a lo que dispone el respectivo Reglamento, correspondiendo la concesión de esta medalla, por su carácter de recompensa inmediata, al almirante de la escuadra o capitán general de departamento, siendo de competencia del Gobierno de S. M. la confirmación de la concesión. Artículo 48. Expedientes relativos a la medalla de Sufrimientos por la Patria y cruz laureada de San Fernando.—La tramitación de estos expedientes se ajustará a lo que dispongan los respectivos Reglamentos, correspondiendo su concesión a las mismas autoridades que en la actualidad. Artículo 49. Tramitación y resolución de recompensas colectivas. Las recompensas colectivas a que se refieren los artículos 4.º y 6.º de este Reglamento se concederán ajustando las correspondientes propuestas a los preceptos que señalan los respectivos Reglamentos, y salvo en los casos que en ellos se establecen, será el superior jerárquico del que mande la unidad que se haya distinguido el llamado a dar el parte inicial de la propuesta, que, como se especificó al tratar de individuos del Ejército, será independiente del parte de la acción. La aceptación por el almirante de la escuadra o capitán general de departamento del parte-propuesta llevará consigo la citación como distinguido en Orden general. Tratándose de hechos presenciados por el almirante de la escuadra o capitán general de departamento, o conocidos y aceptados por él, no precisará la existencia del parte para iniciar desde luego y por su orden el expediente-propuesta, citando en Orden general,

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como distinguido, al buque, cuerpo, unidad o fracción que aquellos hechos realicen. En los expedientes declararán los comandantes de buques, jefes de cuerpo, de unidades o de las respectivas agrupaciones orgánicas donde se haya realizado el hecho que motive la propuesta de recompensa colectiva, los jefes superiores respectivos hasta el que ejerza el mando directo de las fuerzas que hayan intervenido en la operación o servicio de que se trate. La resolución de los expedientes-propuestas de recompensas colectivas y el señalamiento de la distinción corresponden al Consejo de Ministros, previo informe del almirante de la escuadra o capitán general de departamento y del Consejo Supremo de Guerra y Marina. Aun cuando corresponde al Gobierno graduar la recompensa, pueden el almirante de la escuadra o capitán general de departamento, en el informe que emitan, especificar la que, a su juicio, pueda otorgarse. Artículo 50. Resolución definitiva en materia de recompensas y publicación de las mismas. Las concesiones o negativas de recompensas serán definitivas, no cabiendo sobre ellas reclamación alguna. Quedan también prohibidas y se dejarán sin curso cuantas peticiones se formulen de inclusión en los partes-propuestas o de mejora del premio obtenido, facultándose a los individuos de la Armada únicamente para solicitar la permuta del empleo por la cruz del Mérito naval con distintivo rojo o Cruz de María Cristina, debiendo solicitarlo en un plazo de tres meses, a partir de la fecha de la concesión. La resolución de los expedientes acordados por el Ministro o Consejo de Ministros se publicará con la consiguiente aprobación de S. M. en el Diario Oficial del Ministerio de Marina, con expresión de sus fundamentos. En la misma publicación se insertarán las confirmaciones por el Ministerio de Marina de las recompensas otorgadas por el almirante de la escuadra o capitán general de departamento, en uso de sus atribuciones, salvo las citaciones como distinguido, que no requerirán confirmación.

CAPÍTULO IV Casos especiales en la concesión de recompensas

Artículo 51. Recompensas a fallecidos, desaparecidos o prisioneros. Pensiones que dejarán los muertos en acción de guerra o a consecuencia de heridas, antes de ser dados de alta, o de malos tratos durante el cautiverio. A los efectos de las recompensas que se consignan en este Reglamento, se formularán los partes-propuestas y se incoarán los expedientes aludidos a todos los que reúnan méritos para ello, con arreglo a las normas expuestas, aunque hubiesen fallecido o se encontrasen desaparecidos o prisioneros. Los generales, jefes, oficiales, clases e individuos de marinería o tropa y asimilados desaparecidos o muertos en acción de guerra o de resultas de sus heridas, antes de haber sido dados de alta para el servicio, y los que fuesen muertos por el enemigo estando prisioneros o fallecieran a consecuencia de malos tratos durante el cautiverio, dejarán a sus familias, en concepto de pensión aplicable en la forma prevenida por el artículo 5.º de la ley de 8 de julio de 1880, el sueldo entero que poseían al ocurrir el hecho de la desaparición o fallecimiento. Si con posterioridad al fallecimiento o desaparición fuesen ascendidos por méritos de guerra, dejarán como pensión el sueldo entero correspondiente al nuevo empleo que se les otorgue. Estos preceptos son de aplicación a cuantos casos se hubieran resuelto con criterio distinto al contenido en el párrafo anterior a partir de la ley de 29 de junio de l918. La pensión anexa a la Cruz de María Cristina que se conceda con arreglo a los preceptos de este Reglamento a desaparecidos o fallecidos en las condiciones de este artículo se transmitirán igualmente a los individuos de sus familias, con derecho a pensión por el tiempo que de haber vivido la hubiera disfrutado el causante, siempre que tan preciada recompensa se conceda precisamente por el hecho de armas que motivó su fallecimiento. Los hechos aludidos en el artículo 3.° de este Reglamento originarán los mismos

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derechos determinados anteriormente a las familias de los marinos que perecieron interviniendo en aquéllos o a consecuencia de heridas recibidas y antes de ser dados de alta para el servicio o de malos tratos recibidos estando cautivos. Artículo 52. Recompensas inmediatas. Cuando el almirante de la escuadra o capitán general de departamento presencie o llegue a conocer por sí mismo algún hecho o servicio muy distinguido y meritorio realizado por una clase o individuo de marinería o tropa o asimilado, podrá otorgarle seguidamente a bordo o sobre el campo de batalla, cualquiera de las recompensas que en uso de sus facultades puede conceder, imponiéndole, también in continenti la correspondiente insignia o condecoración. Si se trata de hechos o servicios incluidos entre los que el Reglamento de la Medalla naval premia con esta recompensa a dichas clases e individuos de marinería o tropa, su concesión podrá ser también inmediata, y la imposición de la insignia se hará con las formalidades prescritas en aquel Reglamento. La concesión de estas recompensas y el hecho en que se fundamentan se publicarán inmediatamente en Orden general. Cuando los hechos o servicios merecedores de la Medalla naval sean realizados por un general, jefe, oficial o asimilado, y estime el almirante de la escuadra o capitán general de departamento que deben ser pública e inmediatamente recompensados, ordenarán la apertura de una rapidísima información que depure aquellos merecimientos en un plazo menor de veinticuatro horas, procediendo seguidamente, visto su resultado a la concesión de aquel galardón, si procede, y en su caso a la imposición de la insignia, con sujeción a las formalidades que establece el respectivo Reglamento. Cuando sea el almirante de la escuadra o capitán general de departamento testigo presencial del hecho o servicio o en el caso de ocurrir el fallecimiento inmediato del general, jefe, oficial o asimilado que lo realice, no hará falta información alguna. La concesión de la Medalla naval del modo expuesto y los fundamentos de ella se publicarán inmediatamente en Orden general, y llevará anexa además la inclusión del agraciado en Orden general como distinguido. Artículo 53. Recompensas a fuerzas auxiliares de la Armada que estén organizadas militarmente. Las recompensas contenidas en este Reglamento podrán concederse a los buques auxiliares de la Armada y a quienes formen parte de fuerzas organizadas militarmente que concurran con las de la Armada a operaciones de campaña, siempre que a dichas concesiones no se opongan los Reglamentos o disposiciones especiales que las rijan. El personal de dichas fuerzas sin asimilación militar será equiparado en la forma y medida correspondientes a las respectivas categorías militares por razón de sueldo, considerándose como oficiales aquellos individuos que lo devenguen igual o superior al de alférez de Infantería de Marina. El personal de la marina mercante de la clase de capitanes, oficiales y maquinistas, tendrá a estos efectos la categoría concedida en la reserva naval creada, por la ley de Reclutamiento y Reemplazo de la marinería de 19 de noviembre de 1915, y el personal subalterno de la propia marina mercante se equiparará para dichos fines al de clases e individuos de marinería y tropa. El pago de las pensiones correspondientes a las recompensas que puedan concederse a los individuos pertenecientes a estas fuerzas será atención del Ministerio de Marina, con cargo a su propio presupuesto, cualquiera que sea la corporación o entidad que provea al sostenimiento de dichas fuerzas, y se ajustará a las mismas reglas y condiciones establecidas para los individuos de la Armada. Disueltas estas fuerzas o terminada la guerra y con ella el auxilio temporal que prestaron a la Armada, todos los individuos que tengan recompensas con pensión se considerarán como licenciados con los mismos derechos respecto al percibo de las pensiones que los procedentes de la Armada. Artículo 54. Recompensas al Ejército. Los preceptos de este Reglamento podrán hacerse extensivos a las fuerzas del Ejército que concurran con las de la Armada a operaciones de

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campaña, en cuanto no se opongan a los Reglamentos y disposiciones especiales correspondientes. Artículo 55. Recompensas a personas que no forman parte del Ejército o Armada, ni de fuerzas militares organizadas. Las cruces de Mérito naval, con distintivo rojo y bicolor, podrán concederse sin pensión a las personas que sin pertenecer al Ejército ni Armada, ni a fuerzas organizadas militarmente asistan debidamente autorizadas a operaciones de guerra, tomen parte en hechos de armas y en los combates que durante ellas se desarrollen o realicen actos y servicios que les hagan merecedores a tales recompensas. Estos méritos se depurarán siempre mediante expediente informativo y previo informe del almirante de la escuadra o capitán general de departamento, quien propondrá la clase de recompensa en armonía con la categoría social del propuesto, siendo resueltas por el Gobierno de S. M, oyendo al Consejo Supremo de Guerra y Marina. También podrá concedérseles la medalla de Sufrimientos por la Patria, sin pensión, como prisioneros, mediante expediente justificativo de que han sido reducidos a la dura condición de tales sin menoscabo del honor patrio, y que han soportado sin faltar a él las penalidades y fatigas propias del cautiverio. Artículo 56. Recompensas a indígenas en Marruecos. Con motivo de extraordinarios servicios prestados a la Armada por indígenas que no pertenecen a fuerzas organizadas, el almirante de la escuadra o capitán general de departamento comunicará el aludido hecho o servicio al alto comisario, para que si considera razonable formular la correspondiente propuesta, lo haga y pueda el Gobierno, sin sujeción a las reglas establecidas, conceder la cruz del Mérito naval con distintivo rojo, bicolor o blanco, con pensión, cuya cuantía y duración propondrá la autoridad que haya tomado la iniciativa, graduando la importancia de los servicios que se premien. La pensión de referencia podrá declararse caducada, a virtud de propuesta razonada del alto comisario. La pensión correspondiente será con cargo al presupuesto del Ministerio de Marina, y si sirviera para premiar servicios de carácter político con cargo al presupuesto de la Presidencia del Consejo de Ministros (sección 13).

CAPÍTULO V Disposiciones especiales y transitorias

Artículo 57. Cuando en tiempo de paz se realice por individuos de la Armada algún hecho o servicio a bordo de sobresaliente mérito que no ofrezca, sin embargo, los caracteres necesarios para hacer aplicación de los dispuesto en el artículo 74 del vigente Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, la respectiva autoridad superior militar de la Armada formulará la correspondiente propuesta y el Gobierno, previo informe del Consejo Supremo de Guerra y Marina, podrá acordar que, considerándose el hecho o servicio como si fuera realizado en campaña, se apliquen los preceptos del presente Reglamento, graduándose la recompensa en atención a la importancia del mérito contraído y del beneficio reportado a la Nación. Artículo 58. También se aplicarán las disposiciones de este Reglamento en la forma y medida que proceda cuando acordada la apertura del expediente de juicio contradictorio, a que elude el artículo 47 del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, cualquiera que sea el resultado de aquél, se dispusiera así por el Gobierno de S. M. Artículo 59. A la vista de una escuadra enemiga, los servicios o hechos extraordinarios que realice el personal de la Armada con objeto de restar eficiencia a aquélla, aunque se efectúen sin combate, podrán premiarse con alguna recompensas distinta de la cruz bicolor del Mérito naval cuando a audacia, la serenidad y desprecio de la vida en la hazaña de que se trate, juntamente con el éxito feliz de la empresa, aconsejen discernir otra recompensa superior a la expresada. Artículo 60. Mientras subsista la actual organización de las fuerzas navales del Norte de África, el general jefe de ellas ejercerá las mismas atribuciones que se confieren en este Reglamento al almirante de la escuadra.

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Artículo 61. Vigencia de los preceptos de este Reglamento. Los preceptos de este Reglamento se aplicarán a todas las operaciones, hechos o servicios realizados desde 1.° de agosto de 1924, para lo cual en el plazo de dos meses, a partir de la publicación de este Reglamento en el Diario Oficial del Ministerio de Marina, se formularán por quienes corresponda los partes-propuestas de los hechos distinguidos merecedores de recompensas, de cuyos partes-propuestas se deducirá la concesión de estos premios en sus diversas clases o la negativa, formulándose dentro del mismo plazo las relaciones- propuestas de concesión a las clases e individuos de marinería o tropa y asimilados de cruces rojas sin pensión o bicolor. Artículo 62. Liquidación de periodos anteriores. Las recompensas correspondientes a hechos o servicios extraordinarios realizados antes de 1.º de agosto de 1924, se ajustarán a la legislación entonces vigente, sin más excepciones que las que a continuación se expresan: 1.º Para completar el mínimo de seis meses de permanencia en el territorio o aguas de operaciones y asistencia a tres hechos de armas que la aludida legislación establecía, podrán acumularse el tiempo servido y los hechos de armas a que se haya asistido en períodos consecutivos, pudiendo, por tanto, los que se encuentren en tal caso solicitar y obtener la cruz del Mérito naval con distintivo rojo. 2.° Cuando por razón del carácter expedicionario o por razón de reparaciones o avituallamientos de las fuerzas de que formaron parte no hubiesen podido completar, ni aun computado en la forma expuesta, seis meses de permanencia, pero sí asistido a los tres hechos de armas que como mínimo se exigen, podrán solicitar los individuos en quienes concurran las expresadas circunstancias la concesión de la cruz roja justificando que ha sido por causa ajena a su voluntad la no permanencia del tiempo mínimo de seis meses en el territorio o en aguas de operaciones. Las instancias de quienes en tal caso se hallen sólo podrán ser resueltas favorablemente si el informe del general en jefe de las fuerzas navales del Norte de África o del jefe superior de quien dependieran no fuera adverso. 3.° Con relación a las propuestas generales formuladas periódicamente para cualquier de las regiones oriental y occidental de nuestro Protectorado en Marruecos que aún no hayan sido resueltas, podrán aplicarse los beneficios siguientes: a) Si en algún expediente en tramitación para depurar los méritos del interesado, en relación con la concesión del ascenso por méritos de guerra se desprende, a juicio del juez y del general jefe de las fuerzas navales del Norte de África o del Consejo Supremo de Guerra y Marina y del Gobierno, que el mérito evidenciado, sin corresponder al necesario para merecer el ascenso, según el anterior Reglamento, si debe ser recompensado, podrá otorgarse, al propuesto, si a su favor concurre analogía de condiciones meritorias a las ahora establecidas, la cruz de María Cristina, si procede, con las ventajas que este Reglamento concede, o la cruz roja o bicolor, según corresponda. b) Cuando, como resultado de alguno de los expedientes incoados precisamente en los periodos a que se refiere expresamente la excepción 3.ª de este artículo, se concediera a general, jefe, oficial o asimilado el ascenso por méritos de guerra y quisiera permutar dicha recompensa por la cruz de María Cristina, con las ventajas establecidas en este Reglamento, o por la cruz del Mérito Naval con distintivo rojo, podrá hacerlo. Artículo 63. Quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan a las estatuidas en el presente Reglamento.

Real decreto de 21 de octubre de 1925 (Gaceta de Madrid número 295, del 22). Disponiendo que con arreglo al artículo 4.º del vigente Reglamento de Recompensas en tiempo de guerra, y a los fines que se indican, se considere como principio y fin de la actual campaña en Marruecos, las fechas de 1.º de agosto de 1924 y primero del mes actual, ambas inclusive. La continuidad de operaciones en Marruecos, desde el final del último periodo sujeto al antiguo Reglamento de Recompensas hasta el día 1.º del actual, en que por orden general

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del Ejército de África se dieron por terminadas las de desembarco y establecimiento de la base en Alhucemas, ha producido tal acumulación de partes de operaciones, y consiguientemente de señalamiento de hechos dignos de recompensa, que será difícil desenvolverlos con la prontitud que la equidad y el estímulo requieren, máxime si se tiene en cuenta que aún quedan por tramitar y resolver expedientes del antiguo sistema hasta del tercer periodo de aquella campaña. Por otra parte, el artículo 4.° del vigente Reglamento de Recompensas en tiempo de guerra señala, entre las atribuciones del Gobierno, la de fijar, a propuesta del general en jefe, el principio y fin de una campaña. Preciso parece usar ahora de esa facultad para encauzar la concesión de recompensas a quienes tan valiente y reiteradamente vienen distinguiéndose en Marruecos. Es deseo del Gobierno se premie a cuantos se hubiesen hecho dignos de ello, sin otros regateos mi limitaciones que las impuestas por los preceptos reglamentarios, pero desea también inspirarse, al interpretar éstos, en la mayor austeridad; y cree aunar ambos propósitos dando a la campaña que ha de recompensarse extensión acaso excesiva para que resulten sometidas a prueba plena las cualidades y merecimientos de los que han intervenido en los diversos hechos realizados para el logro de los objetivos principales marcados por el general en jefe, de acuerdo con el Gobierno. Respondiendo a ese ideal, el Directorio tiene el honor de proponer a V. M. como campaña recompensable la comprendida entre el 1.º de agosto de 1924, fecha de vigencia del actual Reglamento de Recompensas, el 1.º del corriente, que es cuando nuestras tropas pusieron pie en Axdir; remitiéndose a esta última fecha las antigüedades de las recompensas que se concedan por hechos señalados en esta campaña, cualquiera que sea la de terminación del expediente. Cierto, Señor, que es larga la campaña referida, por lo que durante ella serán bastantes los que habrán tenido ocasión de distinguirse notablemente varias veces, los que dentro de un criterio menos estrecho le hubiera permitido obtener varias recompensas; cierto también que recientemente se han concedido empleos a varios generales que por la notoriedad de los hechos requerían premio inmediato, con antigüedad anterior a la fecha, que ahora se propone; pero todo ello es fácil de obviar contándose con un Ejército modelo que da valor a las recompensas por su significado honorífico y que lucha por impulso de su acendrado patriotismo. Prueba de ello es la indicación del deseo, llegada hasta el Gobierno, de los generales Sanjurjo, Despujol y Saro, de figurar ascendidos con fecha 1.º del actual con lo que de hecho pierden la mayor antigüedad que V. M. les ha concedido al otorgarles los ascensos, y la recompensa que seguramente les hubiera correspondido por su brillante actuación en las operaciones de Alhucemas, si V. M. se digna a aprobar este decreto, ejemplar proceder que les enaltece y ha facilitado extraordinariamente la adopción por el Gobierno del criterio en que él se basa. Otra cuestión ha de someter el Gobierno a resolución de V. M., y es la que se refiere a rapidez en el premio de cuantos hayan realizado hechos cuya notoriedad es de todos conocida. Para lograrlo daría medios el vigente Reglamento de Recompensas si no se hubieran acumulado; como ahora ocurre, por razones que encabezan este decreto, expedientes atrasados por períodos de los comprendidos en el anterior Reglamento, otros, muchos de los formulados ya arreglo al nuevo, más hechos salientes por los que aún no han comenzado a formularse propuestas, lo que permite asegurar que, de aplicarse el Reglamento de Recompensas estrictamente habría jefes, oficiales e individuos de tropa que, no obstante haber sobresalido extraordinariamente repetidas veces, tardarían meses y aun años en ser recompensados. Lo que aparte de ser perjudicial, en cuanto impide el estímulo que para todos supone ver recompensados inmediatamente los servicios que lo merezcan, acarrearía al Estado grandes perjuicios, por verse privados de aprovechar en empleos superiores aptitudes unánimemente reconocidas. Parece pues, conveniente, Señor, emplear, por excepción, procedimientos más rápidos de tramitación que los que permite el Reglamento hoy vigentes, aplicándolos sólo a este

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período de transición y singular actividad y sucesión de operaciones; del mismo modo es necesario activar la tramitación de los expedientes de períodos anteriores en forma que queden resueltas todas las recompensas pendientes en el más breve plazo posible, y a ello obedecen las fórmulas que el Gobierno tiene el honor de proponer a V. M. en relación con tan importantes asuntos. Lo expuesto, señor, ha movido al jefe del Gobierno y presidente del Directorio Militar que suscribe, de acuerdo con éste, a someter a la aprobación de V. M. el siguiente proyecto de decreto.

REAL DECRETO A propuesta del Jefe del Gobierno, Presidente del Directorio Militar, y de acuerdo con éste, vengo en decretar lo siguiente: 1.º Con arreglo al artículo 4.º del vigente Reglamento de recompensas en tiempo de guerra y a los fines que a continuación se indican, se considera como principio y fin de la actual campaña en Marruecos las fechas de 1.º de agosto de 1924 y 1.° del actual, ambas inclusive. 2.° Todos los hechos y servicios de extraordinario mérito, realizados en el territorio de las operaciones durante la etapa aludida por una misma persona, cuerpo u organismo, aun sin haber permanecido en el territorio durante toda ella, se acumularán, constituyendo un conjunto de méritos que sirvan para evaluar la recompensa a que se haya hecho acreedor; y cuando se determine cuál es la apropiada para premiarlos, la antigüedad que en ella se concederá será precisamente la de 1.º de octubre de 1925, cualquiera que fuese la fecha de los hechos o servicios que la motiven y en la que se resuelva el expediente o propuesta. 3.º Si al otorgarse como recompensa el empleo inmediato con arreglo a esa norma, hubiese ascendido el interesado por antigüedad al mismo empleo, con fecha anterior a 1.º de octubre de 1925, se le concederá, además del empleo por mérito de guerra, la Cruz de María Cristina en el empleo anterior, sin que por ello pueda el interesado solicitar ninguna otra recompensa en permuta de aquél. Los recompensados con el ascenso con arreglo, al artículo anterior que de no haber sido premiados, en tal forma hubieran obtenido ese mismo empleo en el transcurso del año siguiente al 1.° de octubre de 1925, por antigüedad podrán solicitar en su día, con independencia del premio ya otorgado, la Cruz de María Cristina de la clase correspondiente a su anterior empleo, haciendo su petición tan pronto ascienda por antigüedad el que ocupe en éste el número siguiente al suyo en la escala de su clase, acreditándose debidamente tal circunstancia al formular la petición. En el caso en que el general, jefe, oficial o asimilado a quien hubiera de otorgarse el ascenso por mérito de guerra no lleve dos años de antigüedad en el empleo que disfrute, habrá de esperar a llenar este requisito para que surta efecto aquella merced y empiece a contarse su antigüedad en el ella. 4.º Como consecuencia del artículo 2.º de este decreto, el que durante esa etapa hubiese sido citado como distinguido en orden general del Ejército, dos o más veces, sin que ninguna de esas citaciones haya servido de base para otra recompensa, se le acumularán todas ellas, y sea cualquiera su número sólo se le concederá una Cruz roja o bicolor, según proceda. 5.° Con arreglo a lo dispuesto en el artículo 2.º, se rectifican por este decreto las antigüedades señaladas en sus actuales empleos a los generales don José Sanjurjo Sacanell, don Leopoldo Saro, don Ignacio Despujol y don Emilio Fernández Pérez, en el sentido de que la antigüedad que en ellos disfrutarán será la de 1.º de octubre de 1925, en lugar de la marcada en los reales decretos por los que fueron ascendidos por méritos de guerra a estos empleos. 6.º Todos los expedientes informativos de generales, jefes, oficiales y asimilados que se estén tramitando actualmente para concesión de recompensas por hechos o servicios realizados en la etapa de campaña que estatuye este decreto serán elevados al general en jefe, por sus jueces instructores, en el plazo máximo de quince días, a partir de esta fecha, sea cual fuere el estado de las actuaciones.

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El general en jefe procederá a reunir en el más breve plazo posible en Tetuán una junta presidida por él y constituida por los comandantes generales de Ceuta y Melilla, general de la zona de Larache, generales con destino en África presentes en la región occidental (que sin que se resienta el servicio puedan tomar parte en las deliberaciones) y jefe de Estado Mayor general del Ejército. Cuando se examinen expedientes o propuestas relativas a Aviación, se incrementará esta junta con el general Director del Servicio de Aeronáutica. 7.º La referida junta examinará con toda actividad los méritos que pongan de manifiesto los expedientes, y si el criterio fuese unánime al apreciar con arreglo a los preceptos del Reglamento de Recompensas que determinan los méritos requeridos para merecer cada uno de ellos, cuál es la que debe otorgarse, cursarán dichos expedientes con la mayor urgencia al Ministerio de la Guerra, continuándose a partir de tal momento con la mayor actividad su despacho ordinario. Caso de surgir dudas por no aparecer suficientemente probados las méritos, se solicitarán telegráficamente de los jefes de columna y jefes de cuerpo los informes complementarios que se juzguen precisos, que serán evacuados en igual forma telegráfica si el asunto lo permite. Cuando tales informes no basten para formar juicio concreto o la imprecisión de las declaraciones aconseje un mayor esclarecimiento, ordenará la junta vuelvan los expedientes a los jueces instructores de que procedan, marcándoles concretamente los puntos que deben dilucidar los testimonios que convenga consten en aquéllos. Cumplimentado este requisito serán vueltos a examinar por la junta, siguiéndose el trámite indicado en este artículo. 8.º Para aquellos merecimientos evidenciados en esta etapa de campaña que aún no hayan sido objeto de expediente informativo, pero si de los partes propuestas reglamentarios, se seguirán las normas siguientes: Dichos partes propuestas serán cursados por los comandantes generales respectivos a la junta dentro de los quince días siguientes a la publicación de este decreto. La junta los examinará, y si de ellos y de los informes y datos que se aporten se dedujera claramente, y fuera propuesta por unanimidad por la junta la recompensa a conceder, será desde luego solicitada ésta del Ministerio de la Guerra sin necesidad de incoar expediente. Únicamente se practicará esta última formalidad de instruir expediente cuando aparezcan confusos o insuficientes los hechos y fuera necesario a juicio de la junta, pasando entonces los partes propuestas a los jueces que se nombren, para que con la máxima actividad incoen el oportuno expediente aclaratorio. 9.° Si se trata de méritos contraídos en operaciones muy recientes del ciclo a que se refiere este decreto, y que por tal causa no hayan sido aún de parte propuesta, los jefes de columnas o de cuerpos, según los casos, procederán a formularlos previa la aportación de los datos y testimonios de testigos presenciales de los hechos que juzguen precisos concretados en una breve información, y con rapidez máxima serán cursados a la junta para su examen y propuesta, con arreglo a las normas preceptuadas en al artículo anterior. 10. La labor de esta junta, en lo que a recompensas de generales, jefes, oficiales y asimilados se refiere, deberá quedar terminada en un plazo de dos meses, a partir de la publicación de este decreto. En caso en que circunstancias del momento impidan la presencia en las deliberaciones de alguno de los generales que la integran, se sustituirá aquella por su opinión o voto, recabado telegráficamente, el cual deberá hacerse constar en las correspondientes actas. 11. Las propuestas de clases de tropa de segunda categoría, deberán quedar en poder de los comandantes generales respectivos en un plazo de dos meses, transcurrido el cual se constituirán en cada una de las regiones oriental y occidental una junta, presidida por el comandante general respectivo e integrada por los generales destinados en el territorio, los jefes de columna y el jefe de Estado Mayor de la Comandancia general, los cuales procederán a examinar con toda urgencia, con arreglo a normas análogas a las ya

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expuestas, los expedientes y propuestas correspondientes, que deberán ser enviadas con su opinión al general en jefe, con antelación suficiente para que éste, después de informarlas, las curse al Ministerio de la Guerra en un plazo máximo de cuatro meses, a partir de la fecha de este decreto. Las opiniones de los vocales de esta junta, que en determinados momentos no puedan estar presentes en las deliberaciones, serán suplidas en la forma que indica el artículo anterior. Las propuestas relativas a clases de tropa de primera categoría serán cursadas al general en jefe, con la antelación suficiente para que puedan ser resueltas por él dentro del mismo plazo de cuatro meses. 12. Los jueces instructores de expedientes de ascenso por méritos contraídos durante la vigencia del Reglamento de Recompensas de 10 de marzo de 1920 imprimirán la mayor actividad posible a su tramitación, cursándolos al general en jefe, en forma que éste pueda enviarlos con su opinión, al Ministerio de la Guerra, en un plazo no superior a tres meses, contados desde la fecha de este decreto. 13. La antigüedad que se concederá normalmente en todos los expedientes instruidos con arreglo al Reglamento de Recompensas de 1920, que estén pendientes de resolución definitiva, será la de fin del período en que se contrajeron los méritos, no apartándose de esta, regla más que en los dos casos siguientes: a) Si ello implicase una mejora de antigüedad inferior a un año con relación con el ascenso al mismo empleo que ya hubiera obtenido el interesado o le correspondiera obtener por antigüedad, podrá señalársele por el Gobierno la fecha del comienzo del período por el que se hubiera formulado el expediente. b) Si por el contrario la fecha final del período se estimase representa excesiva antigüedad, el Gobierno podrá otorgar el ascenso con antigüedad de la fecha de la disposición por la que se conceda el premio, o con fecha 31 de julio de 1925, en que terminó de regir el referido reglamento. En todo caso será condición indispensable para entrar en posesión del empleo que se obtenga por mérito de guerra llevar dos años de antigüedad en el que se ostente, en analogía con lo dispuesto en el último párrafo del artículo 3.º de este decreto. 14. Si otorgado un ascenso por méritos de guerra se hubiese instruido con arreglo al Reglamento de Recompensas de 1920, o se instruya con arreglo al vigente hoy, otro expediente para premiar nuevos merecimientos y se estime al resolverse éste que aquéllos le hacen acreedor a concederle por segunda vez el mismo empleo ya otorgado por méritos de guerra, o en aquellos casos en que los méritos evidenciados en el segundo expediente no sean lo suficientemente sólidos para obtener nuevo ascenso, pero pareciera escaso premio la Cruz Roja, por ser los méritos muy superiores a los que para ésta exija el respectivo Reglamento, podrá concederse la Cruz de María Cristina de la clase correspondiente al empleo en que se hayan realizado los servicios que motivaron el segundo expediente. 15. Como consecuencia de la rapidez exigida en la tramitación de las recompensas pendientes queda en suspenso la real orden del 3 del actual (Diario Oficial 222), relativa a recompensas, hasta tanto que, resueltas todas aquéllas, se ordenes expresamente ha de volver a entrar en vigor. 16. Tanto las propuestas de recompensas correspondientes a la etapa 1.º agosto 1924 a 1.º octubre 1925, como las de los períodos del Reglamento de 1920, deberán quedar resueltas en un plazo máximo de seis meses a partir de la fecha de este decreto, publicándose los correspondientes fallos en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra. Una vez los sean las del ciclo de operaciones que establece este decreto, se publicará de real orden un estado resumen numérico del total de generales, jefes, oficiales, asimilados y tropa que tomaron parte en la campaña; número de los de cada categoría que fueron propuestos, especificando cuántos de ellos obtuvieron el ascenso al empleo inmediato, la Cruz de María Cristina, la del Mérito Militar, con distintivo rojo o bicolor, y cuántos

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quedaron sin recompensa por no ser sus merecimientos de suficiente relieve. 17. Quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo que en este real decreto se establece sin perjuicio de que continúe vigente en todas sus partes el actual Reglamento de Recompensas, ínterin no se disponga expresamente lo contrario. Real orden circular de 16 de noviembre de 1925 (CL número 374). Dando reglas para aplicación de los preceptos del real decreto de 21 de octubre último, referente a recompensas de la actual campaña de Marruecos. Con objeto de que la aplicación de los preceptos del real decreto de 21 de octubre último (CL número 349) se realice con la mayor exactitud posible y acorde siempre con el espíritu que informó aquella soberana disposición, de acuerdo con el Directorio Militar, el Rey se ha servido resolver lo siguiente: Primero. La intervención que personalmente pudiera tener mientras permanezca en África el jefe del Gobierno y Presidente del Directorio Militar en las deliberaciones y acuerdos de la Junta a que se refiere el apartado sexto del real decreto de 21 de octubre último, dimana únicamente del cargo de General en Jefe del Ejército de España en África que ejerció desde 16 de octubre de 1924 hasta 2 del corriente mes, y en tal concepto, y como tal General en Jefe presidirá la citada Junta, cuando entienda de recompensas por hechos y servicios realizados entre el 1.º de agosto de 1924 y 1.° de octubre del corriente año, firmando las propuestas y escritos que a la superioridad hubieran de elevarse por ella. Análogamente y para el mismo período se considerarán desempeñando los cargos de vocales de la Junta como Comandantes generales de Melilla y Ceuta, respectivamente, el teniente general don José Sanjurjo y el general de división don Felipe Navarro Ceballos Escalera, barón de Casa Davalillos, a pesar de que en la actualidad han cesado en el desempeño de los referidos cargos por reales decretos de 2 del actual (DO número 244). Segundo. Al abandonar el territorio de África el jefe del Gobierno y Presidente del Directorio Militar, la Presidencia de la Junta pasará al actual General en Jefe del Ejército de España en África, a quien normalmente corresponde, con arreglo a lo dispuesto en el real decreto antes citado. Al producirse este hecho, el cargo de vocal de la Junta como Comandante general de Melilla, será ejercido por el general que en propiedad desempeña hoy ese cargo, e igualmente al cesar en la comisión que hoy desempeña en África el general de división don Felipe Navarro y Ceballos Escalera, comenzará a actuar como vocal el actual comandante general de Ceuta. Tercero. Por la identidad de funciones y cometidos que en campaña corresponde desempeñar a los alféreces y tenientes y asimilados, y por la circunstancia actual de ascender los primeros al empleo inmediato al cumplir dos años de efectivos servicios, dejará de aplicarse a los alféreces y asimilados la restricción que impone el párrafo tercero del apartado tercero del real decreto de 21 de octubre del corriente año, que obliga a llevar dos años de antigüedad en un empleo a los generales, jefes, oficiales y asimilados a quien hubiera de otorgarse un ascenso por méritos de guerra. Real orden de 16 de marzo de 1926 (Diario Oficial del Ministerio de Marina número 64, del 22). Autoriza el uso de pasadores de condecoraciones en la marinera de invierno. Dada cuenta de la consulta formulada por el capitán general del Departamento de Cartagena referente al uso de pasadores de condecoraciones en la marinera de invierno, S. M. el rey de conformidad con lo informado por la Sección de Campaña y la consulta emitida por la Junta Superior de la Armada, se ha servido autorizar el uso de los pasadores mencionados en la citada prenda.

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Real orden circular de 29 de marzo de 1926 (CL número 327). Resolviendo se recuerde cuanto preceptúa el real decreto de 23 de septiembre de 1908, que prohíbe el uso en el uniforme de otras insignias bordadas o de paño que las que se determinan. El rey se ha servido resolver se recuerde el más exacto cumplimiento de todo cuanto preceptúa el real decreto de 23 de septiembre de 1908 (CL número 174), que prohíbe el uso en el uniforme de otras insignias bordadas o de paño que las de la Cruz de San Fernando y las de las Órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa. Real orden de 9 de abril de 1926 (CLA número 129). Hace extensivo a los cuerpos subalternos de la Armada el uso de cintas de condecoraciones. Dada cuenta de la consulta formulada por el capitán general del Departamento de Cartagena respecto a dudas suscitadas acerca de la interpretación de las reales órdenes de 22 de julio de 1921 (CL número 16 1) y 16 de marzo próximo pasado (DO número 64), S. M. el rey, de conformidad con lo informado por la Sección de Campaña, se ha servido resolver que ambas disposiciones tienen carácter de generalidad en cuanto se refieren al personal que constituye los cuerpos subalternos de la Armada y en cuyo uniforme figure la marinera de verano e invierno como prenda reglamentaria. Real decreto de 9 de junio de 1926 (Gaceta de Madrid número 161, del 10). Derogando el artículo 16 del Reglamento de recompensas aprobado por real decreto de 11 de abril de 1925. Ha llegado el momento, no exento de preocupación para el Gobierno, de someter a V. M. la aprobación de una medida sin la cual no podría afirmarse que es completa la disciplina que en todos aspectos y conceptos viene demostrando el Ejército, la que ha sido fundamento de sus glorias de siempre y de sus recientes triunfos. Refiérese, señor, el ministro que suscribe, a la necesidad de anular la opción que el reglamento de recompensas concede al oficial agraciado con un empleo de hacer renuncia a él, con más o menos sacrificio personal, pero con evidente merma del derecho del Estado a ascenderle y emplearlo en las funciones para que le crea más útil, sacrificando la debida ponderación de todas las procedencias en el alto mando. Ha seguido V. M. desde su niñez con tanto interés y sacrificio el desenvolvimiento de la vida militar, que no es preciso historiar para su conocimiento el proceso de esta extraña autorización. En momentos de agitación, promovidos en tiempo en que todo se podía discutir por todos, incluso la esencia de las leyes militares en lo que más afectaba en su espíritu y doctrina, las exaltaciones condujeron a un acuerdo colectivo, con que transigió el poder público a que han sido fieles por un tercio de siglo los cuerpos militares que lo adoptaron, compromiso que se ha ido renovando hasta el día, no obstante el cambio de ambiente y circunstancias que el tiempo y otros factores han determinado. Cierto es, señor, que tal acuerdo no estaba desprovisto de fundamento, ante la falta de garantía con que las mercedes se otorgaban, ante el poder omnímodo de la influencia y el favor, ante la francachela y abuso de las recompensas en general, que en algún caso obtuvieron los ausentes del servicio y del riesgo, para rescatarlas a los que prestaban los primeros y corrían los segundos. Pero los tiempos, por fortuna, han cambiado, y hoy se aquilata el merecimiento y se regatea la merced en términos tales, que brillantes oficiales en más de una campaña citados como distinguidos, en ocasiones heridos, no obtuvieron ni la más modesta recompensa. Y, sobre todo, ninguna se concede sin la intervención, siempre abierta al juicio del jefe, del camarada y aun del subordinado, sometidos luego a contraste y resoluciones tan altas como el Consejo Supremo de Guerra y Marina y al propio Gobierno. Podrá haber error en la

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concesión de recompensas, pero nadie se atrevería a hacer jugar en ellas el favor o la influencia, y contra quien tal intentara caminos abren la ley y los reglamentos para frustrar el abominable propósito. En tal situación el problema, unido, prestigioso y con alto espíritu el Ejército, fuertemente apoyado el Gobierno por la opinión pública, que condena el actual estado de cosas, sería imperdonable vacilación soslayarlo por más tiempo y dejar las dificultades de su resolución, emanadas principalmente del caudal de sacrificios que, noble, pero equivocadamente, han hecho ya tantos jefes y oficiales a los propios cuerpos, ausentándose los obligados a mandar y dirigir. Puede haber aún equitativo remedio para los que renunciaron con posterioridad al reglamento de 10 de marzo de 1920, en que no debió ya figurar tal opción, al instituirse el juicio contradictorio como base de la concesión de empleos, y que, mediante él, obtuvieron los que han renunciado. Para los otros, no cabe ya favorable solución fundamentada; pero de seguro, perseverantes en espíritu de compañerismo y sacrificio que les guió en sus renuncias, verán hoy con gusto cómo al restablecerse principios fundamentales de la religión militar, los obtienen aquellos sin quebranto por su parte de los compromisos contraídos, sino por alzamiento que la soberanía del poder, les impone, atendiendo al bien público y seguro de la obediencia de todos. No se determina penalidad alguna a la inobediencia, resistencia e intento de acuerdos contraídos a la letra y espíritu de esta soberana disposición, por la seguridad absoluta de que ningún militar quebrantará la unión y disciplina, ni comprometerá la tranquilidad de la Patria con sus actos o palabras. Por todo esto Señor, el ministro que suscribe, de acuerdo con el Consejo de Ministros, somete a la aprobación de V. M. el siguiente proyecto de real decreto.

REAL DECRETO A propuesta del Ministro de la Guerra, de conformidad con el parecer de mi Consejo de Ministros, vengo en decretar lo siguiente: Artículo primero. Se deroga el artículo diez y seis del reglamento de Recompensas aprobado por real decreto de 11 de abril de 1925. Artículo segundo. Se releva a todos los militares de los compromisos contraídos o promesas empeñadas, relativas a este asunto, recordándoles la obligación en que están de aceptar las mercedes que les sean concedidas por el Gobierno. Artículo tercero. Cuantos renunciaron a los empleos concedidos con arreglo a los reglamentos de 10 de marzo de 1920 y 11 de abril de 1925, serán puestos en posesión de ellos o se les hará la rectificación de antigüedad que resultaría de haberlos aceptado cuando se les concedieron, si desde tal fecha hubiesen ascendido por antigüedad, sin haber lugar a derechos administrativos. Artículo cuarto. Por el Ministerio de la Guerra se dictarán las reglas y se tomarán las resoluciones que se derivan del presente decreto. Real orden circular número 198, de 17 marzo de 1927 (CL número 138). Dispone como se ha de proceder para el eventual otorgamiento de una condecoración de cualquier grado de una de las Órdenes civiles o militares, distintas éstas de las previstas para premiar méritos de guerra. El prestigio de las condecoraciones españolas, lo mismo civiles que militares, aconseja que con carácter uniforme preceda a su concesión la constancia oficial de circunstancias y de merecimientos que hagan en cada caso acreedor de la merced al agraciado. Es cierto que estas circunstancias y estos merecimientos se acreditan al instruir expedientes que, para la concesión de ciertas condecoraciones son, según las disposiciones en vigor, en determinadas ocasiones requisitos inexcusables. En otros, en cambio, ha presidido carácter discrecional de mayor amplitud, no siempre

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precedido de garantías de adecuada selección. Y conviniendo contar con un mínimum de ellas para el acierto en el otorgamiento, S. M. el Rey ha tenido a bien disponer lo siguiente: 1.º Cuando se tome en cuenta el nombre de persona determinada para el eventual otorgamiento de una condecoración de cualquier grado, de una de las órdenes civiles o militares, distintas éstas de las previstas para premiar méritos de guerra, se instruirá somero expediente, en el cual haya constancia de las siguientes circunstancias del candidato: a) Nombre y apellidos. b) Nacionalidad. c) Lugar y fecha de su nacimiento. d) Residencia habitual. e) Cargo que, en su caso, ocupe. f) Principales cargos que haya desempeñado. g) Categoría administrativa y fecha del título de la misma. h) Condecoraciones españolas que ostente. i) Condecoraciones extranjeras que posea. j) Posición social. k) Méritos y servicios que aleguen. l) Orden y grado para los cuales se formule la propuesta. ll) Observaciones que puedan contribuir a formar un juicio más cabal del caso concreto de que se trate. 2.º Instruido el expediente referido, se someterá a resolución de la superioridad la procedencia de recabar el ejercicio de la regia prerrogativa de la concesión. 3.º Se exceptúan del requisito de formación del expediente mencionado: a) Las propuestas del Consejo de Ministros en casos especiales de gran notoriedad que proceda eximir ce este trámite previo. b) Las propuestas de concesión de medallas en Órdenes que las tengan como grado inferior al de la Cruz de Caballero. 4.º Con carácter restrictivo podrá omitirse también la formación de expediente o el aportar a él solo parte de los datos mencionados bajo el número 1.º para la concesión de condecoraciones a súbditos extranjeros, respecto de cuyas circunstancias se tengan en forma distinta elementos suficientes de información. 5.º Las normas que preceden tendrán carácter subsidiario. En nada afectarán a las disposiciones vigentes respecto de Órdenes civiles o militares de determinadas y que exijan para la concesión de condecoraciones de las mismas expediente previo en el cual se aporten elementos de juicio distinto de los mencionados. Real orden circular de 10 de marzo de 1928 (CL número 109). Dispone se constituya una Junta para ordenar y recopilar cuantas disposiciones regulan la concesión de recompensas en paz y en guerra. Entre el 1.º de octubre de 1926 y el 12 de octubre del año último, fecha en que se declaró oficialmente la paz en Marruecos, hubieron de realizarse en aquellos territorios operaciones de guerra de verdadera importancia e influjo en el logro de tan glorioso fin, por lo que procede que, a semejanza de lo hecho en períodos anteriores, se investiguen y aquilaten los méritos de los que en esas operaciones se distinguieron, para otorgarles el galardón que en justicia se estime han merecido, siendo lógico que en el examen y aprecio de esos méritos y en la tramitación de los correspondientes expedientes de recompensas, se atiendan a los mismos preceptos del vigente reglamento de Recompensas, a los del real decreto de 21 de octubre de 1925 y demás disposiciones que regularon las otorgadas en períodos anteriores, sin más diferencia que la que se deriva de la vigencia y observancia en el momento actual y para todo este período, de lo dispuesto en el decreto-ley de 26 de julio de 1926, y especialmente cuanto expresa su artículo 1.º y apartados a) y b).

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De la forma expuesta quedarían ya total y justamente recompensados todos los méritos puestos de manifiesto en operaciones de guerra. Independientemente de ello, como dentro ya de la normalidad que se inicia con la fecha de la declaración de la paz, en la consolidación del éxito y en la organización y desarme de todos los territorios pudiera ser que se hubieran revelado aptitudes personales sobresalientes y realizado servicios merecedores de premio, justo será también recompensarlos en los casos excepcionales y en el momento que el alto mando aprecie, aplicándoles el artículo 34 del actual reglamento de Recompensas. Finalmente; el período de paz, que afortunadamente atravesamos, parece ser momento oportuno para refundir en un solo cuerpo de doctrina todas cuantas disposiciones regulan la concesión de recompensas, lo que exige revisar, ordenar y recopilar cuantas se hayan dictado para paz y guerra, incluyendo entre ellas las que establecen y regulan el ascenso por elección. En atención a las consideraciones expuestas, el Rey se ha servido disponer lo siguiente: 1.º A los efectos de recompensa, se considerarán como principio y fin de ciclo de operaciones, respectivamente, las fechas de 1.º de octubre de 1926 y 12 de octubre de 1927, correspondientes, la primera, al final del lapso de operaciones anterior, y la última, a la declaración oficial de la paz en los territorios de nuestra zona de Protectorado en Marruecos. El período comprendido entre dichas fechas constituirá, por consiguiente, el último que se señale a efectos de recompensas de guerra por operaciones en aquellos territorios. 2.º Corresponde al Jefe Superior de las Fuerzas Militares en Marruecos formular, tramitar y elevar a este ministerio, cuando proceda, las propuestas de recompensas por hechos realizados en dicho lapso, ateniéndose para ello a lo dispuesto en el reglamento de recompensas aprobado por real decreto de 11 de abril de 1925 (CL número 93) y en las normas señaladas en el de 21 de octubre de igual año (CL número 349). Igualmente serán observados los apartados a) y b) del artículo 1.º del decreto-ley de 26 de julio de 1926 (CL número 267), que establece el ascenso por elección. 3.º La Junta a que se refiere el artículo 6.º del real decreto de 21 de octubre de 1925 antes citado, quedará constituida por el Jefe Superior de las Fuerzas Militares en Marruecos, como presidente, integrándola además el general segundo jefe de las mismas e inspector general de Intervenciones y Fuerzas Jalifianas, los generales jefes de las cuatro circunscripciones y el coronel jefe de Estado Mayor. Cuando se examinen expedientes o propuestas de personal de Aviación se incrementará esta Junta con el jefe superior de Aeronáutica34. 4.º Los merecimientos extraordinarios puestos de relieve en la organización, desarme y pacificación de los territorios de nuestra zona de Protectorado, a partir del 12 de octubre de 1927, podrán, en aquellos casos excepcionales que el alto mando juzgue acreedores de premio, ser objeto de expedientes personales, tramitados con arreglo al artículo 34 del reglamento de recompensas aprobado por real decreto de 11 de abril do 1925. 5.º Los preceptos del antedicho decreto, así como cuantas disposiciones posteriores se hayan dictado relativas a recompensas por merecimientos de campaña; la legislaci6n vigente para recompensas en tiempo de paz y la que regula el ascenso por elección, serán revisadas, recopiladas y ordenadas, refundiéndolas en un reglamento único de recompensas de paz y de guerra. Real decreto de 30 de noviembre de 1930 (CL número 407). Restableciendo en toda su integridad y eficacia el párrafo tercero del apartado a), caso cuarto de la base 10 de la ley de 29 de junio de 1918. La ley de bases para la organización del Ejército de 29 de junio de 1918, en el apartado a) de su base décima, autorizaba a los jefes y oficiales del Ejército la renuncia de los ascensos concedidos por elección o méritos extraordinarios de paz o guerra, permutándolos por la

34 Artículo redactado con las modificaciones de la real orden circular de 12 de marzo de 1928 (CL número 113).

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cruz del Mérito Militar del distintivo correspondiente, precepto que ya venía consignado en nuestra legislación militar desde 1889 en la ley adicional a la constitutiva del Ejército. Este derecho de renuncia y opción a las recompensas fue ratificado, en las que a las de campaña se refiere, en los reglamentos de recompensas en tiempo de guerra de 10 de marzo de 1920 y 11 de abril de 1925. Digno de señalar es, señor, la constancia de criterio que ha regido el mantenimiento de ese derecho de opción que se otorgó a los jefes y oficiales en nuestras leyes orgánicas militares, reconociéndose así un espíritu tradicional en los cuerpos del Ejército que de él hacían uso. Reconocido este derecho por el Directorio Militar en su decreto de 11 de abril de 1925, un año después, en 9 de junio de 1926, se dictó nueva disposición que lo anulaba suprimiendo una facultad de renuncia de empleo que había sido ejercido durante cuarenta años sin interrupción alguna, a través de las campañas de Cuba y Filipinas y, posteriormente, en la mayor parte de la de Marruecos, en las que numerosos jefes y oficiales de determinados cuerpos ascendidos por mérito de guerra hicieron en su totalidad uso de ese derecho, consolidando así una tradición en sus cuerpos y dando una tonalidad uniforme al movimiento de sus escalas respectivas. El real decreto del año 1926 vino a alterar este estado de cosas establecido, creando, cuando ya finalizaba la ocasión de compensarla, una dualidad de sistemas que, en perjuicio de los que en uso de la facultad reconocida habían hecho renuncia de sus empleos y que formaban la mayoría de los ascendidos en los cuerpos que la practicaban, una desigualdad en beneficio de los que tomaron parte en el último periodo de la Guerra de Marruecos, que constituyen sólo un número restringido de jefes y oficiales, no en su totalidad, conformes con la abstención que se les imponía por medio de ese real decreto que vino a modificar la ley orgánica del Ejército aprobada por las Cortes del Reino. No es, señor, que el ministro que suscribe abone el criterio de escala cerrada para los ascensos en el Ejército, por el contrario, estima éste perjudicial a los fines del mismo y contrario a los derechos del Estado que, al otorgar un ascenso, lo debe de hacer inspirado en el derecho de obtener mayor rendimiento de los que de la colectividad militar están capacitados para ello; pero entiende que el criterio que se adopte debe ser único, y el procedimiento estudiado con las mayores garantías para su lógica aplicación en beneficio del Estado y su implantación, ha de ser acordada por las Cortes, que son las capacitadas para modificar e imponer las leyes. Inspirado en ese criterio, se suspendió por este Gobierno la aplicación del real decreto de ascensos por elección, en el propósito de someterlo a las Cortes después de amplio estudio de mayores garantías y adaptación más adecuada a su finalidad. Por todo lo cual, Señor, el ministro que suscribe, manteniendo siempre las normas de acción que se impuso al venir al poder este Gobierno, después de recabar los asesoramientos jurídicos oportunos y a reserva de someter en su día al Parlamento el reglamento de recompensas y ascensos en el Ejército, inspirado en el criterio expuesto, de acuerdo con el Consejo de Ministros, se honra en someter a la aprobación de V. M. el siguiente proyecto de decreto.

REAL DECRETO A propuesta del Ministro del Ejército y de conformidad con mi Consejo de Ministros, Vengo en decretar lo siguiente: Artículo 1.º Se restablece en toda su integridad y eficacia el párrafo tercero del apartado a), caso cuarto de la base décima de la ley de veintinueve de junio de mil novecientos dieciocho. Artículo 2.º Los jefes y oficiales y asimilados que quieran ejercitar el derecho de opción que por los preceptos que se restablecen se les conceda, lo solicitarán mediante instancia en el plazo de un mes, a partir de la publicación de este decreto.

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Real orden circular de 6 diciembre de 1930 (CL número 418). Dicta reglas para el uso de condecoraciones en aquellos actos públicos en los cuales no sea obligatorio vestir de uniforme. Con el fin de determinar las reglas habituales para el uso de condecoraciones en aquellos actos públicos en los cuales no sea obligatorio el traje de uniforme, S. M. el Rey se ha servido disponer que, sin perjuicio de lo establecido en los Estatutos de las respectivas órdenes, procede la ostentación de condecoraciones, aun cuando el uso del uniforme no sea de precepto, siempre que se trate de fiestas y comidas con asistencia de Sus Majestades los Reyes o Sus Altezas Reales, los Infantes de España (cuya presencia deberá anunciarse en las invitaciones); en las de la Nunciatura, Embajadores y Legaciones acreditadas en esta Corte, salvo excepción expresa, prefiriéndose en estos actos las condecoraciones propias del país respectivo; en los banquetes y recepciones oficiales de las siguientes personalidades: Ministros de la Corona, Presidentes del Senado y Congreso de los Diputados, Presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Capitanes generales del Ejército y Armada y de las regiones y departamentos marítimos, en los de su mando: Cardenales, Arzobispos y Obispos en sus diócesis: Gobernadores civiles, en su provincia; Gobernadores militares, en su jurisdicción; alcaldes en su Municipio; Presidentes de Audiencia, en su jurisdicción; Presidentes de las Diputaciones provinciales, en la respectiva provincia, y, en general, en todos aquellos actos de carácter oficial en cuya invitación así se haga constar, mencionando la palabra “condecoraciones”. Los caballeros Grandes Cruces ostentarán en estos actos la placa, con la banda correspondiente encima del chaleco. Decreto de 21 de julio de 1931 (Gaceta de Madrid número 204, del 23). Anulando, derogando y dando carácter de precepto meramente reglamentario a la obra legislativa de la Dictadura35. En aplicación de lo dispuesto en al artículo 1.º del decreto de 15 de abril último de la Presidencia del Gobierno provisional de la república, oído el informe de la Comisión revisora designada por este Ministerio [Guerra] para revisar la obra legislativa de la Dictadura; a propuesta del Ministro de la Guerra, el Gobierno de la República decreta: Artículo 1.º Quedan anulados los siguientes decretos: […]; el de 16 de marzo de 1925 sobre recompensas; el de 11 de abril de 1921 […].

Decreto de 24 de julio de 1931 (Gaceta de Madrid número 208, del 27). Decreto declarando extinguidas todas las Órdenes dependientes de este Ministerio a excepción de la Isabel la Católica. El criterio de austeridad que el Gobierno provisional de la República se ha impuesto como severa norma desde su advenimiento, oblígale a adoptar ciertas medidas, que las circunstancias presentes aconsejan, con respecto a honores y condecoraciones civiles. Una de ellas es la supresión de las Órdenes dependientes del Ministerio de Estado, con la única excepción de la de Isabel la Católica, que, sin menoscabo del espíritu republicano de la Nación, debe conservarse por evocar su nombre, tradiciones y grandezas imperecederas del pasado histórico de España, y muy principalmente también porque circunstancias de orden internacional aconsejan la conservación de una distinción honorífica destinada a premiar servicios de dicho carácter y virtudes cívicas, altos merecimientos para con la humanidad, la Patria y la República o méritos relevantes en la política, en la ciencia, en las artes y en las letras.

35 Se inserta sólo lo que interesa a este epígrafe. Puede consultar toda la legislación de los años de la Segunda

República en la monografía correspondiente.

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Fundado en tales consideraciones a propuesta del Ministro de Estado, el Gobierno provisional de la República, decreta: Artículo primero. Se declaran extinguidas todas las Órdenes dependientes del Ministerio de Estado, a excepción de la de Isabel la Católica, que subsistirá en todos sus grados, dictándose por dicho departamento las disposiciones oportunas para la adecuada reforma y adaptación de los Estatutos de la misma. Artículo segundo. Quedan disueltas las Asambleas de Carlos III e Isabel la Católica y el consejo de la Orden del Mérito civil. Artículo tercero. El Ministerio de Estado se hará cargo de los archivos de dichas Asambleas, como también de los valores, insignias y demás efectos pertenecientes a las mencionadas órdenes. Artículo cuarto. Este Ministerio recogerá, a medida que vaquen, las insignias, que siendo propiedad del Estado, se hallen en posesión de condecorados en España y en el extranjero, y procederá a su depósito en el Museo Nacional. Artículo quinto. Quedan derogadas todas las disposiciones anteriores que se opongan al cumplimiento de este decreto. Decreto de 28 de febrero de 1935 (Gaceta de Madrid número 73, de 14 de marzo). Autorizando al Ministro de este Departamento para presentar a la deliberación de las Cortes un proyecto de ley de bases para reformar los Reglamentos de recompensas en paz y en guerra. A propuesta del Ministro de la Guerra y de acuerdo con el Consejo de Ministros, vengo en autorizar al precitado Ministro de la Guerra para que, presente a la deliberación de las Cortes un proyecto de ley de Bases para reformar los Reglamentos de recompensas en paz y en guerra. La ley de 5 de agosto de 1922 transfirió poder ejecutivo la facultad que la ley de 1918 confirió al legislativo para otorgar ascensos por servicios de campaña, y al mismo tiempo ordenó que el Gobierno presentase a las Cortes un proyecto de ley de Bases, con la necesaria amplitud para que pudieran ajustarse a ellas los Reglamentos gubernativos en materia de recompensas en paz y en guerra, bases redactadas previa audiencia inexcusable de los Estados Mayores del Ejército y de la Armada, mancomunados. En cumplimiento de lo anterior, se presenta el siguiente proyecto de ley, el cual subsana los defectos de los vigentes Reglamentos, fechados en 1920, y ya anticuados y modificados en parte por disposiciones o leyes posteriores. Así, por ejemplo, lo referente a la Medalla de Sufrimientos por la Patria, del Reglamento de recompensas de tiempo de guerra, está modificado por la ley de 7 de julio de 1921; la concesión, mediante una ley, de los ascensos por méritos de guerra, la modificó la de 5 de agosto de 1922, el Reglamento de recompensas en tiempo de paz ha sido ampliado por el decreto de 23 de marzo de 1923. Son también posteriores a los Reglamentos en vigor las leyes creando los cuerpos de suboficiales y auxiliar subalterno del Ejército. Los dos actuales Reglamentos de paz y de guerra no tienen igual elasticidad para graduar la concesión de recompensas pues el de guerra fija pensiones determinadas y taxativas, en tanto que el de paz ofrece, en el caso tercero del artículo 12, excelente margen para que las pensiones puedan tener, en tiempo o en cantidad, la cuantía adecuada a los méritos. Por el presente proyecto de ley se transfiere al poder ejecutivo la concesión de toda clase, de recompensas al personal de los Ejércitos de mar y tierra. En tanto que la ley de 5 de agosto de 1922 concedió esa facultad para los ascensos por servicios de campaña, la legislación actual, para los de recompensas en tiempo de paz, exige una ley en la concesión de cruces con pensión, pensiones que en rarísimos casos son vitalicias, y que casi siempre alcanzan un valor no superior a 1.500 o 2.000 pesetas anuales.

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Las dos innovaciones más importantes de esta ley son la concesión de cruces pensionadas para oficiales por servicios de campaña, y la sustitución del ascenso al empleo inmediato, por un avance en la escala de su arma o cuerpo. Actualmente se da la anomalía de que, en paz, se pueden conceder cruces pensionadas, y no en guerra, con lo cual resulta muy difícil de premiar en forma equitativa los méritos en campaña, ya que al no poderse conceder más que la Cruz roja sin pensión o el ascenso al empleo inmediato, no existe la gradación necesaria para premiar debidamente los grados diferentes de los merecimientos. Al fijar una duración de cinco y de diez años a esas pensiones y limitar su cuantía al diez o al veinticinco por ciento, se procura velar todo lo posible por los intereses del tesoro público. El ascenso al empleo inmediato que establece la actual legislación de recompensas por servicios de campaña, da también origen a manifiestas faltas de equidad, pues para el mismo mérito el ascenso tiene resultados tan diferentes que a unos apenas les supone avance alguno en su carrera, y para otros el ascenso es llegar segura y rápidamente a las categorías más altas, sin más méritos extraordinarios ni pruebas, ya que el ascenso en tiempo de paz no existe en nuestra legislación. Es viejo anhelo en las fuerzas armadas el desear esta transformación y que el premio del avance en las escalas no consista en saltos al escalón superior, sino en ganar un número determinado de puestos en el escalafón, con lo cual se evita la desigualdad antes dicha, y se vela también por los intereses de los Ejércitos de mar y de tierra y de la Nación al no conceder el arribo a los puestos superiores y directivos por el mero hecho de haberse distinguido una sola vez, y, a veces, en una categoría inferior. Las demás prescripciones del proyecto de ley consisten en aplicar al cuerpo de suboficiales y a los auxiliares subalternos, de reciente creación, las mismas recompensas de los oficiales al mismo tiempo que se unifican también el número de las recompensas de paz y de guerra. Fundado en las anteriores consideraciones, de conformidad con lo informado por los altos centros consultivos de Marina y Guerra, el ministro que suscribe tiene el honor de someter a la consideración de las Cortes el siguiente PROYECTO DE LEY Artículo 1.º Queda facultado el poder ejecutivo para otorgar todas las recompensas militares por méritos y servicios de paz y de guerra. Esta facultad será ejercida por los ministros respectivos, una vez recaído acuerdo favorable del Consejo de Ministros, y cumplídose previamente los requisitos, condiciones y trámites que señalen los Reglamentos. Artículo 2.° Los Ministerios de Guerra y Marina procederán a redactar y publicar esos Reglamentos, con arreglo a lo establecido en el artículo anterior y a las siguientes bases: A) Las recompensas por méritos de guerra para generales, jefes, oficiales, suboficiales del Ejército y Armada, asimilados y considerados, serán: Mención honorífica; cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo, sin pensión; la misma cruz, pensionada; avance en la escala del arma o cuerpo respectivo, si en ella existen diversos empleos o categorías y los sueldos no se rigen por años de servicios. B) El avance en la escala estará en relación con el mérito contraído, y consistirá en un número de puestos equivalente al diez o al veinte por ciento de los del empleo que se ejerza en la fecha del hecho de armas o del periodo de campaña que se recompense. Cuando por la situación del interesado en su escala, el avance exceda del primer número de ella, avanzará en la del empleo inmediato superior el tanto por ciento restante, que se computará tomando como base esta última escala. La concesión de esta recompensa exigirá, en todos los casos, la instrucción de un expediente contradictorio, el cual será estudiado e informado por una junta formada por los generales con mando y los jefes de columnas de tropas y de servicios de la unidad de división o superior, según los casos, bajo la presidencia del general que ejerza el mando superior de las fuerzas en operaciones o del general de división o del cuerpo del Ejército en quien delegue.

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Para la concesión será indispensable el informe favorable de esta junta; después, se seguirán los trámites que determine el Reglamento. C) Las pensiones de la cruz del Mérito Militar con distintivo rojo serán proporcionadas a los méritos que hayan de premiarse y al tiempo de permanencia en campaña, y consistirán en una cantidad equivalente al diez o al veinticinco por ciento del sueldo del empleo que se ejerza en la fecha del hecho de armas o del término del período de campaña recompensado. Este sueldo será, en los suboficiales y asimilados, el inicial de su categoría, y en los “considerados”, el inicial de la categoría inferior de oficial, suboficial o tropa. El tiempo de disfrute será de cinco o de diez años. D) Las recompensas por hechos de guerra de las clases de tropa y sus asimilados y considerados, serán: citación como distinguido, publicada en la orden de su cuerpo; cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo, sencilla o con pensión; ascenso al empleo inmediato, si cumplen ciertas mínimas condiciones que precisará el Reglamento. Las pensiones tendrán la misma duración que para los oficiales y suboficiales, y variarán de 14 a 40 pesetas mensuales. E) Las recompensas por méritos y servicios de tiempo de paz para generales, jefes, oficiales, suboficiales, clases de tropa y personal a ello asimilados o considerados serán las mismas de guerra, excepto, el avance en su escala. Para las clases de tropa los límites de la pensión serán de 10 a 25 pesetas mensuales. F) Dentro de todo lo anterior, en los nuevos Reglamentos de recompensas se seguirán las normas generales de los actuales, pero suprimiendo los trámites innecesarios, y sustituyéndolos, si es preciso, por otros más eficaces para el debido aquilatamiento y comprobación de los méritos y servicios. En ellos ha de quedar refundida toda la legislación de recompensas en vigor, y sus disposiciones se acomodarán a la actual organización del Ejército y de la Armada. Artículo 3.º La Medalla Militar, la Cruz Laureada de San Fernando y la Medalla de Sufrimientos por la Patria serán recompensas exclusivas para méritos y servicios de guerra, o de hechos así considerados, con arreglo a las disposiciones en vigor, y se regirán por su actual legislación o por la que se dicte.

Disposiciones transitorias Primera. Hasta que se aprueben los nuevos Reglamentos, las recompensas en paz y en guerra se otorgarán con arreglo a esta ley. Los trámites para la concesión serán los señalados en los Reglamentos actuales para casos de recompensas iguales o análogas. Segunda. Los preceptos de esta ley se aplicarán a las propuestas de recompensas formuladas o que se formulen por los sucesos revolucionarios del mes de octubre de 1934. Decreto de 14 de septiembre de 1935 (CL número 590). Dicta instrucciones para el uso de condecoraciones por personal del Ejército, banderas y estandartes. La profusión de insignias y medallas sobre los uniformes de los generales, jefes y oficiales y clases del Ejército, aminora y hasta puede llegar a depreciar la significación y valía de las condecoraciones militares y civiles que la Nación les otorga, mediante la observancia de preceptos reglamentarios en recompensa, de servicios, como premio a méritos especiales o en conmemoración de hechos gloriosos. Para evitar que tal depreciación pueda originarse, he dispuesto que los generales, jefes, oficiales y clases del Ejército, sólo deberán ostentar sobre el uniforme las condecoraciones militares y civiles correspondientes a órdenes creadas por el Estado para premiar méritos y servicios y aquellas otras, también creadas por el Estado, conmemorativas de campaña y hechos gloriosos o que señalen penalidades sufridas al servicio de la Patria. Podrán llevarse sobre el uniforme las condecoraciones otorgadas por Gobiernos extranjeros con el asentimiento del nacional.

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Las banderas y estandartes de los cuerpos y unidades militares, quedarán sujetas a iguales restricciones. Las insignias y medallas representativas de cargos en corporaciones o entidades oficiales, podrán ostentase sobre el uniforme únicamente en los actos oficiales que celebren las indicadas corporaciones o entidades. Las autoridades militares se abstendrán de cursar las instancias que por su conducto se eleven a este ministerio e impliquen modificación de lo dispuesto por la presente orden, quedando asimismo sin ulterior resolución las que lo sean directamente.

Decreto 192/1937, de 26 de enero (BOE número 99, del 27). Determinando las recompensas que, por méritos de campaña, pueden ser otorgadas36. La dureza de la guerra actual y la multiplicidad de actos de gran mérito y distinción llevados a cabo por los generales, jefes, oficiales, suboficiales y tropa, aconsejan aprovechar el estímulo inherente a toda recompensa, logrando su mayor eficacia con la rapidez en su concesión. Restablecido por decreto número ciento treinta y nueve, el ascenso por mérito de campaña, en beneficio exclusivo de la Nación, hay que darle a esta recompensa la excepcional característica que encierra, sin que sea propuesta obligada para quienes distinguiéndose notablemente no acusen aquellas extraordinarias aptitudes para el mando superior, debiendo limitarse las que se formulen a los casos que, dentro de su singularidad, son el exponente de una iterada conducta, sometida al examen de la Junta Superior del Ejército. Mas, como al reanudarse la vigencia del Reglamento de Recompensas, derogando el excepcional y más perfeccionado que rigió hasta mil novecientos treinta y uno, no se satisfacen las necesidades de la actual campaña, es obligado el establecer una escala de aquéllas que, conservando las tradicionales y tan preciadas de nuestro Ejército, se prestigien y valoren con una concesión justa y limitada, en la cual sean premiados casos de distinción y méritos sobresalientes, otorgándoles especiales consideraciones. Entre éstas, no figura para los generales, jefes, oficiales y suboficiales, la de una retribución económica, no solo porque el Estado ha de prestar una atención señalada a la justa remuneración de sus funcionarios sino para evitar que se desvirtúen, en su espiritualidad, las recompensas militares. En su consecuencia, dispongo: Artículo primero. Las recompensas que por méritos de campaña, pueden ser otorgadas a generales, jefes, oficiales y clases de tropa serán las siguientes: a) Ascenso por mérito de guerra. b) Cruz Laureada de San Fernando. c) Medalla Militar. d) Cruz de Guerra (antigua de María Cristina). e) Cruz Roja de Mérito Militar. f) Medalla de Sufrimientos por la Patria. g) Medalla de la Campaña. Artículo segundo. Ínterin no se apruebe el Reglamento por que se ha de regir la concesión de las recompensas enumeradas en el precedente artículo, corresponde a la Junta Superior del Ejército, proponer al Generalísimo el otorgamiento de cada una de ellas. Artículo tercero. El ascenso por méritos de guerra se concederá como recompensa en beneficio de la Patria y para aquellos casos de distinción extraordinaria que revelen sobresalientes y poco comunes aptitudes para mandos superiores. Artículo cuarto. La Cruz Laureada de San Fernando, que será la única que conserve las categorías, derechos, pensiones y prerrogativas actuales, se otorgará mediante juicio contradictorio, en procedimiento de carácter sumarísimo, sin que para la concesión de tan preciada recompensa sea necesario hacer la computación de bajas que actualmente se exige, aun cuando tal extremo sea estimable como un antecedente. 36 Este decreto fue aclarado por orden de 8 de julio de 1940.

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Artículo quinto. La Medalla Militar se otorgará para premiar los hechos previstos en su actual Reglamento. Artículo sexto. La Cruz Laureada de San Fernando y la Medalla Militar, llevan aparejada, por este orden, la consideración de más antiguo en los casos de concurrencia entre el personal de un mismo empleo, así como para la obtención de destinos de antigüedad. Los poseedores de una u otra recompensa, tendrán el tratamiento superior al que por su categoría les corresponda. Artículo séptimo. La Cruz de Guerra, que tendrá la forma y leyenda de la Cruz de María Cristina de primera clase, si bien reducida en un tercio del tamaño de ésta, se concederá por méritos excepcionales a aquel personal que, distinguiéndose extraordinariamente, no alcance el ascenso por mérito de campaña, la Cruz Laureada de San Fernando o la Medalla Militar. Artículo octavo. La Cruz Roja del Mérito Militar, que tendrá las características de la actual de primera clase, se otorgará a aquellos que se distingan en las operaciones de guerra. Artículo noveno. La Medalla de Sufrimientos por la Patria, se regulará en cuanto a las condiciones para la obtención, conforme a lo preceptuado en el actual Reglamento. Artículo décimo. La Medalla de la Campaña será concedida a cuantos de manera activa intervengan en operaciones o sirvan en la línea de fuego durante el período mínimo que para cada sector se fije, teniendo una cinta distinta cuando se trate de servicios de retaguardia. Artículo undécimo. Todas las condecoraciones de campaña, serán iguales para los generales, jefes, oficiales, suboficiales y tropa, a excepción de la Laureada de San Fernando. Artículo duodécimo. La Medalla Militar y la Cruz de Guerra, concedidas al personal de tropa, llevarán inherentes, la pensión mensual de treinta y quince pesetas, respectivamente, las cuales se percibirán durante la permanencia del interesado en la situación de filas, siendo vitalicia si la baja en ellas fuese por inutilidad física contraída en el hecho que motivó su concesión. Los suboficiales y clases de tropa que se encuentren en posesión de las recompensas señaladas en los apartados b) y siguientes del artículo primero tendrán, por el mismo orden de prelación que en él se determina, preferencia para cubrir destinos civiles e ingresar en los cuerpos de Guardia Civil, Carabineros, de Seguridad y demás de análoga composición, siempre que reúnan las demás condiciones generales que se exige para concesión y desempeño de tales destinos. Artículo adicional. Quedan subsistentes las disposiciones legales sobre recompensas colectivas y derogadas cuantas se opongan a lo preceptuado en este decreto. Orden de 7 de mayo de 1937 (BOE número 202, del 10). Haciendo extensivos a las Milicias los preceptos del Reglamento de Recompensas en tiempos de guerra. Por disposición de S. E. el Generalísimo de los Ejércitos Nacionales, teniendo en cuenta lo que prescriben los artículos 63 y siguientes del Reglamento de Recompensas en tiempo de guerra de 10 de marzo de 1920 (CL número 4) vigente en actualidad y que las Milicias que coadyuvan con el Ejército como fuerzas movilizadas luchando en los distintos frentes de batalla se hallan comprendidas en él, se hacen extensivos a dichas Milicias los preceptos del mencionado Reglamento, los de la ley de 7 de julio de 1921 y órdenes circulares de 8 y 22 del mismo mes y año (CL números 273, 274 y 291) para que a sus componentes se les concedan en sus casos respectivos todas las recompensas establecidas en el decreto número 192 de 26 de enero último (BO número 99).

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Orden de 28 de octubre de 1937 (BOE número 374, del 29). Dispone la prescripción de toda acción para reclamar gracias y mejoras en el plazo de tres años. S. E. el Generalísimo de los Ejércitos Nacionales ha dispuesto la prescripción de toda acción para reclamar gracias y mejoras en el plazo de tres años, computados a partir del momento en que pueda aquélla ejercitarse, cuya disposición tendrá efecto retroactivo. Orden de 27 de noviembre de 1937 (BOE número 404, del 28). Suprimiendo la Medalla única conmemorativa de nuestras campañas, creada por decreto de 17 de noviembre de 1931. Desde muy antiguo ha sido regla en nuestro Ejército, y lo es en casi todos los demás, al terminar una campaña crear una Medalla conmemorativa de ella que pueda ser ostentada por cuantos generales, jefes, oficiales y soldados tomaron parte en la misma. Por decreto de la Presidencia del Gobierno de la funesta República que tantos daños y dolores ha causado a la Patria, de 17 de noviembre de 1931 (DO número 259) se prohibió el uso de esas medallas y se creó la medalla única para todas las campañas, con diversos pasadores. Quien, tal disposición dictó, ignoraba ciertamente el valor emotivo de esas condecoraciones, algunas de las cuales se llevan con íntimo orgullo por la importancia de los triunfos conseguidos en las guerras que rememoran, lo duro y sangriento de los combates en ellas librados o las grandes penalidades que hubo necesidad de soportar. Esas medallas son una patente bien visible de la actuación militar de quien las posee, que forzosamente ha de tenerlas en gran estima, pues le recuerdan momentos gozosos de triunfo y también trances difíciles y penosos de guerra, despertando en él un sentimiento de atracción y simpatía al ver en otro pecho esas mismas medallas. Por todo lo expuesto, S. E. el Generalísimo de los Ejércitos Nacionales ha tenido a bien disponer lo siguiente: Queda suprimida la Medalla única conmemorativa de nuestras campañas creada por la República en la fecha anteriormente citada, pudiendo volver a usarse todas las de la expresada condición que antes existían, sin variación alguna en ellas ni en sus cintas. Orden de 17 de octubre de 1938 (BOE número 111, del 19). Resolviendo que las condecoraciones obtenidas con anterioridad a la actual campaña podrán seguir siendo usadas en la forma y características de su concesión. S. E. el Generalísimo de los Ejércitos Nacionales ha tenido a bien resolver que las condecoraciones obtenidas con anterioridad a la actual campaña podrán seguir siendo usadas con la forma y características de su concesión, por no oponerse a ello el decreto número 192 de 26 de enero de 1937 (BO número 99). Orden de 9 de marzo de 1939 (BOE número 71, del 12). Orden anunciando un concurso entre casas nacionales para la construcción de condecoraciones militares. Por resolución de S. E. el Generalísimo de los Ejércitos Nacionales, se abre un concurso entre las casas constructoras nacionales para la adquisición de 600.000 (seiscientas mil) Medallas de la Campaña —vanguardia—, 100.000 (cien mil) Medallas de la Campaña —retaguardia—, 30.000 (treinta mil) Cruces rojas del Mérito Militar y 500 (quinientas) cruces de Guerra. Las ofertas de construcción, acompañadas de un ejemplar de cada condecoración, han

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de tener entrada en el Ministerio de Defensa Nacional dentro de los quince días siguientes a la publicación de esta Orden en Boletín Oficial del Estado. Las medallas se entregarán completas con cinta y pasador. El modelo de la Medalla de Campaña se halla depositado en este Ministerio a disposición de cuantos proyecten tomar parte en el concurso, para que pueda ser examinado y reproducido fotográficamente o por cualquier otro procedimiento que no exija sacarlo de este Departamento. Los ejemplares de la Cruz Roja del Mérito Militar y de la Cruz de Guerra serán construidos con arreglo a los diseños publicados en la Orden de este Ministerio de fecha 29 de marzo de 1938 (BO número 526). Los precios por ejemplar de las distintas condecoraciones no podrán ser superiores a los siguientes: Cruz de Guerra, 48 pesetas. Cruz roja del Mérito Militar, 23 pesetas. Medalla de la Campaña, 4,90 pesetas. Orden de 3 de abril de 1939 (BOE número 96, del 6). Adjudicando a la Casa Industrias Egaña, de Motrico, la construcción de las condecoraciones militares anunciada por concurso de fecha 9 de marzo último. Como resultado del concurso anunciado por Orden de 9 de marzo de 1939 (BO número 71) para la construcción de condecoraciones militares, se adjudica la construcción anunciada a la Casa Industrias Egaña, de Motrico, única que ha presentado proposición en las condiciones señaladas y a los precios siguientes: Medalla de la Campaña (vanguardia), precio neto por unidad 4,50 pesetas. Medalla de la Campaña (retaguardia), ídem. ídem. 4,50 pesetas. Cruz Roja del Mérito Militar, ídem. ídem. 21 pesetas. Cruz de Guerra, ídem. ídem. 45 pesetas. Normas de 4 de abril de 1939, para la concesión de recompensas por los generales de los Ejércitos37.

Medalla de la Campaña Se concederá a todos los combatientes que cumplan las condiciones siguientes: a) Seis meses de permanencia en el campo. b) Un año de permanencia en plazas de zona de guerra. c) Heridos, cualquiera que sea su permanencia. Podrá concederse también la Medalla de la Campaña a quien por disposición especial lo merezca por sus servicios de campaña.

Cruz Roja a) Personal que haya prestado servicios en los frentes en unidades de Infantería, agrupación e inferiores durante ........................................................................... 8 meses. b) Igual, en unidades de carros y antitanques, durante. ............................. 8 meses. c) Igual, en Artillería, Ingenieros, durante .................................................. 10 meses. d) Igual, en Caballería y Estados Mayores divisionarios, durante.............. 12 meses. e) Igual, en Intendencia y Sanidad, durante ............................................... 16 meses. f) Igual, en EEMM de Cuerpo de Ejército y Servicios de Cuerpo de Ejército, durante .................................................................................................................. 16 meses. g) Los heridos una vez, cualquiera que sea su permanencia.

37 AGMAV, C.1682,13. Se trata de una copia de dichas normas confeccionadas por la 3ª Sección de Estado Mayor

del Ejército del Sur, de 29 de abril de 1939.

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Cruz de Guerra a) Heridos graves o menos graves, una vez, con ocho meses a un año, día por día (para tropa pensionada). b) Dos veces heridos, grave o menos grave, cualquiera que sea el tiempo (para tropa pensionada). c) Distinguidos extraordinarios, aunque no cumplan plazo de permanencia, ni hayan sido heridos. d) Cada dos heridas graves, si no merecen otra recompensa por méritos extraordinarios, una Cruz de Guerra. e) Por el segundo periodo de igual tiempo que el señalado para la Cruz Roja, se concederá la Cruz de Guerra, siempre que por el primer periodo se haya concedido la Cruz Roja.

Instrucciones para las propuestas de recompensas 1ª. Las propuestas se tramitarán con arreglo a los formularios adjuntos. 2ª. Se incluirá solamente al personal que en el momento de terminarse la campaña componía las grandes unidades de este Ejército, o sus servicios. 3ª. La actuación de cada combatiente se dividirá en periodos de 8, 10, 12 ó 16 meses en el frente, seguidos o con interrupción (según el arma de pertenencia o unidad en que prestó servicio). 4ª. Si en el primer periodo de cada combatiente se le propone para la Cruz Roja, en el 2º se le propondrá para la Cruz de Guerra, en el 3º nuevamente para la Cruz Roja, a no ser que se haya distinguido especialmente, en cuyo caso se le propondrá para la Cruz de Guerra, y en el 4º para la Cruz de Guerra. 5ª. Se considerará tiempo de frente el servicio en unidades destacadas en primera línea y en unidades de reserva inmediatas al frente, y el de los ciclos de operaciones en que hayan intervenido. No se considerará como tiempo de frente para el cómputo de periodos, el servido en destinos de retaguardia, el de los permisos, licencias por enfermo, el invertido en la curación de las heridas (por el hecho de serlo, ya tienen su conceptuación especial para recompensa), organización y reorganización de unidades cuando se hayan efectuado alejadas del frente. 6ª. El cómputo de periodos en cada combatiente se hará por días, de los que se consideran como servidos en el frente, seguidos o con interrupción. 7ª. No se podrá proponer para dos Cruces de Guerra a ningún combatiente por dos conceptos al mismo tiempo, de los establecidos en las normas (apartados a), b), c), d) y e). Es decir. Si se les propone por dos heridas (apartados b) y d), para las sucesivas propuestas por periodos empezarán a contarse estos a partir de su incorporación al frente, una vez restablecido de la última de ellas. 8ª. Si a un combatiente se le propone para la Cruz de Guerra por dos heridas recibidas (apartados b) y d), y esta es la primera propuesta, la sucesiva por al primer periodo será de Cruz Roja, si no se encuentra comprendido en el apartado c); la siguiente propuesta será de Cruz de Guerra y la otra, de Cruz Roja. Si se le propone para la Cruz de Guerra por dos heridas, después de tener una propuesta de Cruz Roja, la siguiente propuesta será de Cruz de Guerra, y la otra propuesta será de Cruz Roja. 9ª. Las propuestas de Medalla de la Campaña, Cruz Roja y la primera de Cruz de Guerra, se formularán en relación aparte, rellenando las casillas de los formularios adjuntos. Cada propuesta sucesiva de Cruz de Guerra se formulará también en relación aparte de la anterior Cruz de Guerra, por batallones, grupos, etc., rellenando solamente las siguientes casillas: — Empleo efectivo o habilitado. — Nombre y dos apellidos. — Concepto por el que se propone. — Si se le propone para la Cruz Roja o para otras Cruces de Guerra por periodos o méritos anteriores o posteriores al de esta propuesta.

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10. Estas propuestas serán independientes de las de ascenso por méritos de guerra, Medalla Militar y Cruz Laureada, si se ha hecho acreedor a estas recompensas. 11. Las propuestas del personal perteneciente a las divisiones deberán ser formuladas por los jefes de las mismas, con la conformidad del general jefe del cuerpo de ejército respectivo. Las de las tropas y servicios de cuerpo de ejército, las formulará su jefe, con la conformidad del general de cuerpo de ejército. Las del personal perteneciente a tropas y servicios de ejército, serán formuladas por los comandantes generales y jefes de los servicios. 12. Se encarece a todos los mandos una estricta justicia en las propuestas para la debida dignidad de las condecoraciones, e interi0r satisfacción de los combatientes. Ejército de Levante. Normas para la concesión de cruces. Se concederá la Cruz Roja por heridas leves, por heridas menos graves, o graves, con menos de 8 a 12 meses y por los periodos 1º y 3º del tiempo cumplido.

Para heridos (tropa y oficiales) Menos de 1º periodo, con una herida leve ..................................................... 1 Cruz Roja. Menos de 1º periodo, con una herida grave .................................................. 1 Cruz Roja. Menos de 2º periodo, con una herida leve............................................... 2 Cruces Rojas. Menos de 2º periodo, con una herida grave ................... 1 Cruz Roja y 1 Cruz de Guerra. Menos de 3º periodo, con una herida leve ................2 Cruces Rojas y 1 Cruz de Guerra. Menos de 3º periodo, con una herida grave ............... 1 Cruz Roja y 2 Cruces de Guerra. Menos de 4º periodo, con una herida leve ............... 3 Cruces Rojas y 1 Cruz de Guerra. Menos de 4º periodo, con una herida grave ......... 2 Cruces Rojas y 2 Cruces de Guerra. Con 4º periodo completo con una herida leve ..... 3 Cruces Rojas y 2 Cruces de Guerra. Con 4º periodo completo con una herida grave ... 2 Cruces Rojas y 3 Cruces de Guerra. Con menos de un periodo con dos heridas graves .............................. 1 Cruz de Guerra.

Para distinguidos extraordinarios (tropa y oficiales) Menos de 1º periodo, distinguido .......................................................... 1 Cruz de Guerra. Menos de 2º periodo, distinguido ............................................ 1 Cruz Roja y 1 de Guerra. Menos de 3º periodo, distinguido ........................................... 1 Cruz Roja y 2 de Guerra. Menos de 4º periodo, distinguido ..................................... 2 Cruces Rojas y 2 de Guerra.

Para oficiales y suboficiales A toda distinción se le concede la Cruz de Guerra perdiendo la parte del periodo en que se encuentre y comienza nuevo periodo desde este momento. Personal de los servicios divisionarios, como Transmisiones, Automóviles, Parques de Ingenieros, talleres móviles, etc., deben incluirse en el apartado “d” de la Cruz Roja (12 meses periodo). No deben tenerse presente a efectos de recompensas las heridas por accidente y no causadas por el hierro o fuego enemigo. Propuesta de recompensas. El considerable número de documentos que requiere la propuesta de recompensas, ordenada por S. E. el Generalísimo de los Ejércitos Nacionales, aconseja simplificar y ordenar la tramitación de los mismos, con arreglo a las siguientes normas: El Negociado de Recompensas, remitirá a los Ejércitos, regiones y demás organismos y dependencias militares, el número de fichas individuales y de relaciones que sean necesarias, de acuerdo con los efectivos de dichas unidades. La redacción de las fichas, se hará, ateniéndose a la más rigurosa verdad, en forma sintética, con letra clara y lenguaje de concisión telegráfica. Solo así podrá lograrse la rápida

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tramitación de una propuesta que ha de abarcar seguramente a más de 600.000 personas. Los datos que figuran en el anverso de la ficha, los anotará el capitán de la compañía, cuando se trate de cabos y soldados, con arreglo a las siguientes pautas. CUERPOS Y SITUACIONES EN QUE HA PERMANECIDO DURANTE LA CAMPAÑA. Se anotarán todos a los que haya pertenecido, especificando al mismo tiempo, las operaciones a que asistió con cada uno, frentes estabilizados en que estuvo y lugar y destinos de retaguardia donde permaneció, señalando el tiempo de duración en cada una de éstas situaciones. La suma de los dos primeros, operaciones y frentes estabilizados, es lo que se considera como servicios de campaña. El tiempo de curación de heridas, se incluirá en el de frente estabilizado, para el cómputo de tiempo de campaña. Por operaciones, se consideran las siguientes: Avance sobre Madrid. Operaciones sobre la carretera de la Coruña. Id. sobre el río Jarama. Frente de Madrid, hasta Brunete inclusive. Operaciones sobre Madrid por el Alto del León y Somosierra, desde el principio hasta la toma de Toledo. Operaciones en Andalucía. Operaciones sobre Guipúzcoa hasta la toma de Deva. Operaciones sobre Bilbao, desde el 31 de marzo, ruptura del Albertia, hasta el término de Asturias. Avance sobre Asturias y defensa de Asturias hasta la toma de Llanes. Operaciones sobre Asturias por León, desde el comienzo hasta la toma de Gijón. Operaciones en Aragón: Defensa de ataque a Huesca, a Santa Quiteria, a Quinto y Belchite, a Teruel, a Albarracín, a Alcubierre. Operaciones sobre Belchite. Id. de Teruel. Id. del Alfambra. Id. del sur del Ebro. Id. al norte del Ebro. Id. sobre Levante. Avance por Levante. Avance por Teruel. Avance por Extremadura. En operaciones se comprende también ataques fuertes a nuestras líneas, ataques continuos e intensos a determinadas zonas, como Jarama, Casa de Campo, Ciudad Universitaria, Alto del León, Somosierra, Sort, cabeza de puente de Balaguer, etc., etc. Todo ello justificado por el enorme desgaste sufrido. NÚMERO DE VECES QUE HA SIDO HERIDO. Se especificará, si fueron una o varias heridas, s graves, si leves, si el herido continuó combatiendo, si resultó mutilado o muerto. UNIDADES SUPERIORES QUE MANDÓ Y TIEMPO. Se detallarán los mandos superiores ejercidos y el tiempo en cada uno de ellos. DISTINCIONES EXTRAORDINARIAS. Las que haya obtenido durante la campaña, como ascensos, citaciones en Orden general, etc. CRUCES y MEDALLAS. Las alcanzadas en la campaña. En el reverso de la ficha se redactarán en forma lacónica, los informes de los tres superiores que se citan en ella, detallando los méritos del interesado, tales como: Mérito de constancia. Asistencia a todos los hechos de armas, cumpliendo con sus deberes. Mérito ordinario. Distinguirse constantemente como soldado valiente y arrojado, sin circunstancias extraordinarias.

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Mérito extraordinario. Síntesis del hecho realizado. Disciplina, valor, entusiasmo, inteligencia, dotes de mando, conducta, etc. Esto es todo cuanto pueda contribuir a formar juicio exacto de la conducta y dotes del interesado. Por conducto de los EEMM de los Cuerpos de Ejército, Regiones y Divisiones, se harán llegar las fichas y relaciones, para su relleno y devolución, a manos de los jefes de unidades tipo batallón, quienes las distribuirán a su vez a los jefes de unidad tipo compañías, que son los encargados de extenderlas, redactando dos fichas iguales por cada individuo de los que tiene a sus órdenes, y tachando, tanto en dichas fichas como en las relaciones, todo aquello que no afecte a su unidad. Dichos EEMM remitirán al mismo tiempo a todos los directores de hospitales y clínicas, enclavados en sus demarcaciones, una ficha, sin numeración, por cada uno de los hospitalizados en los mismos, la cual será extendida en dichos establecimientos, poniéndose en ella, el nombre y apellidos del interesado, la unidad y compañía a que pertenece así como todos los datos que puedan adquirirse referentes a las unidades en que ha servido, operaciones y frentes en que estuvo, tiempo que lleva de campaña, heridas que ha sufrido y ascensos y otras recompensas obtenidas. Cumplido este requisito, los directores de hospitales y clínicas, remitirán sin pérdida de tiempo las fichas de oficiales subalternos, suboficiales, cabos y soldados, directamente al capitán de la compañía o unidad similar a que pertenecía al ingresar en el hospital, y las de los demás oficiales y jefes al Jefe inmediato superior al interesado de la unidad en que estaba destinado, para que estos terminen de redactarlas, y pasándolas a otras fichas de las que tienen numeración, las unan a las demás de su unidad. El capitán de cada compañía extenderá por duplicado las fichas de todos los individuos de la suya, se quedará con una serie completa de fichas, redactará la lista de remisión de las mismas y la enviará con la otra serie, al jefe de la unidad o dependencia de que forme parte, aprovechando el mismo sobre en que recibió las fichas, y anotando en él los números de las que devuelve, tanto de las de oficiales y suboficiales, como de las clases de tropa. El jefe de la unidad tipo batallón redactará por duplicado las fichas y relación de devolución correspondiente al personal de la Plana Mayor, extenderá y firmará su informe en las de oficiales y suboficiales de las distintas compañías, pondrá el Vº Bº a las relaciones de devolución de las mismas, y formando una carpeta de toda su unidad, valiéndose del impreso que habrá recibido para este objeto, e incluyendo en la misma la relación de devolución y un juego de fichas de la Plana Mayor, la cursará al Estado Mayor de la gran unidad de quien recibió la documentación en blanco. El otro juego de fichas de la Plana Mayor, quedará en el archivo de la unidad. La gran unidad que reciba la carpeta, informará las fichas de generales, jefes, oficiales y suboficiales que lo requieran, y cursará las carpetas completas de unidades tipo batallón al Negociado de Recompensas del Cuartel General del Generalísimo. Para el menor manejo de la numerosa documentación que requiere la propuesta de recompensas, las fichas vendrán de la imprenta ya numeradas, con una numeración única y correlativa, que comprenderá del número 1 al 80.000 para las que correspondan a generales, jefes, oficiales y suboficiales, las cuales serán de un papel de tono claro para diferenciarse de las de clases de tropa, que serán de papel blanco con la numeración del 80.001 en adelante. Dichas fichas, vendrán formando blocks de 50 hojas cada uno y las correspondientes a clases de tropa, serán distribuidas a las compañías por blocks completos, es decir, por múltiplos de 50, con los que haya suficientes para todo el personal. A cada capitán de compañía, se le entregarán dos sobres, cada uno de los cuales, contendrá las fichas de papel de color para oficiales y suboficiales y los blocks de fichas blancas para las clases de tropa que sean necesarias y dos relaciones para la devolución de éstas. Por lo tanto a cada unidad tipo batallón, se le enviará por el Estado Mayor correspondiente dos paquetes que contengan cada uno de ellos: una carpeta, el número de

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sobres tipo compañía necesarios, como los precedentemente indicados; otro sobre con fichas para oficiales y para tropa y dos relaciones para devolución de fichas, destinados los primeros a las unidades subordinadas tipo compañía, sirviendo el otro para la Plana Mayor y como repuesto para necesidades que pudieran tener las compañías. También se le enviarán diez ejemplares de las Normas Generales, para la redacción y tramitación de la Propuesta de Recompensas. Con arreglo al criterio expuesto, distribuirán los EEMM de los Ejércitos, Cuerpos de Ejército, regiones y divisiones las fichas, relaciones y carpetas que sean necesarias a los Cuarteles Generales y a las unidades directamente dependientes de dichas grandes unidades. Los generales, jefes y oficiales que por no pertenecer a unidad alguna, no pueden figurar en las fichas que las mismas redactan, pero que por su destino anterior, pueden optar a recompensa, darán los datos en las regiones, gobiernos o comandancias militares, para que sean incluidos en las relaciones de fichas de las mismas. No debe olvidarse, que es obligación de conciencia, que todos por cuyas manos, o ante cuya vista pase una ficha de recompensa extraviada, procurar encaminarla a su verdadero destino, así como también lo es, poner de su parte todo lo posible para el pronto despacho de cuanto se relaciona con la propuesta de recompensas, con el fin de no escatimar ni entorpecer el pronto disfrute de la recompensa otorgada por la Patria, a quienes, pródigamente dan por ella su sangre y su vida. Escrito del Estado Mayor de la Armada número 2819, de 1 de mayo de 1939. Normas para la concesión de recompensas en el Ministerio de Marina.

Medalla de la Campaña

Se concederán a todos los combatientes que cumplan las condiciones siguientes: a) Seis meses de embarco en buques que tomaron parte en la campaña del Cantábrico o del Mar del Norte, o que hayan pertenecido a las fuerzas del bloqueo del Mediterráneo o fuerzas de vigilancia del Estrecho, o que operasen en el Mediterráneo antes de la constitución de las fuerzas del bloqueo. b) Un año de permanencia en bases o puertos de zona de guerra. c) Heridos cualquiera que sea su tiempo de embarco o permanencia. Podrá concederse también la Medalla de la Campaña a quien por disposición especial lo merezca por sus servicios en campaña.

Cruz Roja a) Al personal que haya estado embarcado en los buques que componían las fuerzas del bloqueo del Mediterráneo, durante .............................................................. 8 meses. b) Personal que haya estado embarcado en buques que operasen en el Mediterráneo con anterioridad a la constitución de las fuerzas del bloqueo del Mediterráneo, durante ................................................................................................................... 8 meses. c) Personal que haya estado embarcado en buques que tomaron parte en la campaña del Cantábrico, durante ........................................................................................ 8 meses. d) Personal que haya estado embarcado en buques de vigilancia del Estrecho de Gibraltar, durante .................................................................................................. 8 meses. e) Personal embarcado en buques no comprendidos en los apartados a), b) y c), durante ................................................................................................................. 16 meses. Para el cómputo de estos 16 meses se considerará doble el tiempo de permanencia al personal en cruceros por el Canal de la Mancha y aguas del norte de Europa. f) El personal y equipos de convoyes, llevados a cabo sin escolta desde aguas del Estrecho hasta Baleares, o entre Baleares y los puertos liberados de la costa de Levante, antes de la caída de Barcelona y que haya efectuado ................................... 4 convoyes. g) Personal que permaneció en los Estados Mayores de las fuerzas del bloqueo del

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Mediterráneo o de los departamentos de Ferrol y Cádiz y sus servicios durante .................................................................................................................. 16 meses. Personal que permaneció en puertos de las Islas de Baleares, del Estrecho y del litoral de la Península y Marruecos a Levante del mismo, durante ................... 16 meses. Personal que permaneció en los puertos de la costa Cantábrica liberada hasta la liberación total de Asturias, durante ................................................................... 16 meses. h) Los heridos una vez cualquiera que sea su permanencia.

Cruz de Guerra a) Heridos graves o menos graves, con ocho meses, a un año día por día (para marinería o tropa pensionada). b) Dos veces heridos grave o menos grave, cualquiera que sea el tiempo (para marinería o tropa pensionada). c) Distinguidos extraordinarios, aunque no cumplan plazo de permanencia ni hayan sido heridos. d) Cada dos heridas graves, si no merecen otra recompensa mejor, por méritos extraordinarios, una Cruz de Guerra. e) Por el segundo periodo de igual tiempo que el señalado para la Cruz Roja, se concederá la Cruz de Guerra, siempre que por el primer periodo se haya concedido la Cruz Roja. Respecto a la Infantería de Marina, se aplica lo establecido para el Ejército a las unidades que han operado con él y lo establecido en Marina para lo demás. Lo mismo se computará para las fuerzas de Marina que hayan sido agregadas a unidades en los frentes de Tierra. Las propuestas las harán los almirantes del personal a sus órdenes en el momento de publicarse la presente. Si se trata de personal que ya no pertenece a la Marina, hará la propuesta el almirante que lo tuvo últimamente a sus órdenes. Para el cómputo de los tiempos anteriores se podrán sumar los tiempos perfeccionados en buques y campañas diferentes.

Escrito del Estado Mayor de la Armada de 5 de mayo de 1939. Aclaración a las normas automáticas de recompensas. 1. Se entenderá que las recompensas las conceden los almirantes jefes de departamento y escuadra y almirante jefe de la Jurisdicción Central, al personal que se encuentre a sus órdenes. 2. El haber permanecido en los destinos que se relacionan y por el tiempo que se fija, da derecho a la recompensa que corresponda. 3. Al personal de la Marina Mercante, Reserva Naval y en general a todo aquel que adquirió sirviendo en la Marina los derechos que se determinan en las normas se les concederá la recompensa a que hubiera lugar por los almirantes que últimamente lo tuvo a sus órdenes. 4. Se consideran bases o puertos de zona de guerra los siguientes: Departamento de El Ferrol: Ferrol y los puertos del litoral comprendidos entre este puerto y el Bidasoa. Departamento de Cádiz: Cádiz y los puertos de su departamento situados a levante del mismo. Departamento de Cartagena: Islas Baleares y los puertos del litoral de Levante comprendidos entre Grao de Burriana y San Carlos de la Rápita. 5. Los almirantes de departamentos y escuadra remitirán a la Subsecretaría de Marina relación del personal con la recompensa que le haya correspondido.

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CONCESIÓN DE RECOMPENSAS DE CAMPAÑA Colección AJBJ

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CONCESIÓN DE RECOMPENSAS DURANTE LA CAMPAÑA 1936-1939 Cortesía de Miguel Albarrán Pérez

Orden ministerial de 8 de mayo de 1939 (BOE número 130, del 10). Dando normas sobre el uso de condecoraciones extranjeras. S. E. el Generalísimo de los Ejércitos nacionales, teniendo en cuenta que las condecoraciones extranjeras que se han concedido y se conceden a generales, jefes, oficiales, suboficiales y tropa de nuestro Ejército, con motivo de la reciente campaña, son otorgadas para premiar méritos de guerra, ha dispuesto, para los efectos del artículo 13 del real decreto de 2 de septiembre de 1922 (CL 236, DO Marina 219, p. 1405), que todas ellas tengan la misma consideración de las cruces de las Órdenes del Mérito Militar o Naval, y, por tanto, se concedan las autorizaciones para usarlas sobre el uniforme, sin exigirse pago de cantidad alguna.

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Telegrama postal número 72, de 13 de julio de 1939. Recompensas38. En la aplicación de las Normas para la concesión de recompensas dadas por S. E. el Generalísimo con fecha 4 de abril último se tendrá presente lo siguiente: 1º. Por el concepto tiempo la actuación de cada combatiente se dividirá en periodos de la duración que señalas las Normas a cada una de las armas o unidades en que prestaron servicios concediendo por el primer periodo la Cruz Roja y por el segundo la Cruz de Guerra. 2º. No se podrá conceder a ningún combatiente dos Cruces de Guerra al mismo tiempo por dos conceptos distintos de los comprendidos en los apartados de esta condecoración esto es si se le concede por dos heridas (apartados b) y d) para las nuevas propuestas por tiempo empezará a contarse por tiempo a partir de su incorporación al frente una vez restablecido de la última de ellas, teniendo presente que si la Cruz de Guerra que se ha concedido por dichas dos heridas es la primera recompensa, la segunda por el primer periodo será la Roja, la siguiente la Cruz de Guerra y la otra la Cruz Roja. En el caso de que las recompensas de Cruz de Guerra por dos heridas hubiera sido después de alcanzar por el concepto tiempo la Cruz Roja, la siguiente recompensa será la Cruz de Guerra y la otra la Roja. 3º. Respecto al apartado c) Distinguidos extraordinarios que revistan este carácter muy justificados no siendo condición indispensable el haber sido citados en la Orden del Ejército o gran unidad. Telegrama de 30 de septiembre de 1939 (Boletín Oficial de la Provincia de Soria). Remitidos por el ministro del Ejército, para la venta al personal del Ejército e incluso al licenciado, las condecoraciones que a continuación se mencionan y al precio que se indica, se procederá por su autoridad a comunicarlo a todos los cuerpos y dependencias de esa provincia, así como su publicación en la prensa local para conocimiento del personal licenciado, que para adquirir tales condecoraciones al precio de tropa, es condición precisa que el interesado presente el oficio del Ejército u otra unidad inferior en el que se les concedan las condecoraciones que se solicita, con expresión de su categoría de cabo o soldado. El pedido por lo que respecta a los cuerpos y unidades, deberá hacerse directamente al Comandante Rafael Serichol Ibáñez, con destino en el Regimiento de Infantería Aragón núm. 17, y por ese Gobierno por lo que se relaciona con los licenciados, acompañando a los pedidos su importe, así como los comprobantes exigidos, para que por este Jefe se inutilicen, a efectos de adquisición de las renombradas condecoraciones, mediante taladros o sellos puestos al oficio en el momento de entrega de cada condecoración que indiquen por su forma o expresión explícitamente la clase de condecoraciones adquiridas, al objeto de que con un mismo oficio o documento no pueda adquirirse más de una condecoración de tropa de cada clase.

Condecoraciones y precios Para cabos y soldados

Medalla de la Campaña, 2 pesetas. Ídem de la Cruz Roja, 7 ídem. Ídem de Cruz de Guerra, 45 ídem.

Generales, jefes, oficiales, suboficiales y asimilados Medalla de la Campaña, 10 pesetas. Ídem de la Cruz Roja, 27 ídem. Ídem de Cruz de Guerra, 55 ídem. 38 AGMAV, C.1602,20. Del Negociado de Recompensas de la 1ª Sección de Estado Mayor del I Cuerpo de Ejército.

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Escrito de 6 de diciembre de 1939. Normas para la concesión de recompensas. Para efectos de concesión de recompensas con arreglo a las normas dictadas por S. E. el Generalísimo, en 4 de abril último […] y se adjuntan dos instrucciones: 1. Propuesta de recompensas en el Ejército de Tierra de 3 de noviembre de 1939. Primer periodo: Cruz roja del Mérito Militar. Segundo periodo: Cruz de Guerra + Cruz roja del Mérito Militar. Tercer periodo: Cruz de guerra + dos Cruces rojas del Mérito Militar. Cuarto periodo: Dos Cruces de Guerra + dos Cruces rojas del Mérito Militar. Además de las recompensas se recogen las zonas consideradas plazas de guerra, como computan las heridas y cuantos meses duran los periodos. 2. Normas para la concesión de recompensas en los Ejércitos de 4 de abril de 1939. En esta se especifican las condiciones para ser recompensado con la Medalla de la Campaña, la Cruz Roja y la Cruz de Guerra, así como los periodos que abarcan, diferente en el de la Cruz Roja según el arma al que se pertenezca, sin hacer referencia a las combinaciones de condecoraciones. Otras normas de 6 de noviembre de 1939. 1ª. La actuación de cada combatiente se dividirá en periodos de ocho, diez, doce o dieciséis meses de frente seguidos o interrumpidos (según el arma de pertenencia o unidad en que preste sus servicios), concediéndose por el primer periodo la Cruz Roja; por el segundo de la misma duración la Cruz de Guerra; y para aquellos que alcancen tercer periodo, otra Cruz Roja; y para los que alcancen en cuarto periodo, otra cruz de Guerra. Los que hayan servido en varias unidades que tengan diferente módulo, reducirán los tiempos servidos, en diversas armas o servicios a aquel que corresponde al arma o cuerpo a que pertenezca, teniendo presente la proporción que exista entre las mismas. 2ª. Se considera tiempo de frente el servido en unidades destacadas en primera línea o en las unidades de reserva inmediatas al frente. El tiempo invertido en curación de heridas que dé lugar a recompensa por este concepto de herido, no se contará para alcanzar una nueva recompensa por el concepto tiempo, empezando a contarse este para alcanzar una nueva recompensa a partir de su incorporación al frente. 3ª. Si a un combatiente se le propone para la Cruz de Guerra por dos heridas (apartado b y d) y esta es la primera recompensa, la siguiente recompensa será la Cruz Roja una vez que haya servido el plazo de 8, 10, 12 ó 16 meses después de su incorporación al frente. La recompensa siguiente será la Cruz de Guerra y si tuviese opción a nueva recompensa lo será para nueva Cruz Roja. Si se le propone para heridas para la Cruz de Guerra después de tener una propuesta de Roja, la siguiente recompensa una vez transcurridos los plazos como en el caso anterior, será la Cruz de Guerra y la otra la Cruz Roja. 4ª. Las heridas recibidas servirán para completar periodo al que lo tenga incompleto, así por ejemplo: el que por tiempo tenga 20 meses y una herida leve, le corresponde por los 8 primeros meses una Cruz Roja, por los otros 8, una Cruz de Guerra y por los restantes otra Cruz Roja; o sea dos Cruces Rojas y una Cruz de Guerra. Si la herida es grave correspondería una Roja, una de Guerra y otra de Guerra; o sea una Roja y dos de Guerra. A continuación se inserta cuadro que facilita la concesión de cruces por heridas y tiempo: Menos de 1º periodo, con una herida leve ..................................................... 1 Cruz Roja. Menos de 1º periodo, con una herida grave .................................................. 1 Cruz Roja. Menos de 2º periodo, con una herida leve............................................... 2 Cruces Rojas. Menos de 2º periodo, con una herida grave ................... 1 Cruz Roja y 1 Cruz de Guerra. Menos de 3º periodo, con una herida leve ................2 Cruces Rojas y 1 Cruz de Guerra.

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Menos de 3º periodo, con una herida grave ............... 1 Cruz Roja y 2 Cruces de Guerra. Menos de 4º periodo, con una herida leve ............... 3 Cruces Rojas y 1 Cruz de Guerra. Menos de 4º periodo, con una herida grave ......... 2 Cruces Rojas y 2 Cruces de Guerra. 5ª. Respecto al apartado “distinguidos extraordinarios”, se considerarán en este concepto solamente a los que hayan realizado hechos que revistan este carácter muy justificado, no siendo condición indispensable el haber sido citado en la Orden del Ejército o gran unidad. Las relaciona en que se consigne algún propuesto de esta clase, deberán ser acompañadas de una cuartilla en la que el jefe que propone la recompensa exponga los méritos del mismo a su juicio deben ser recompensados con la Cruz de Guerra. 6º. Con respecto al personal no comprendido en las normas de referencia y para dar cumplimiento a lo ordenado por S. E. el Generalísimo, se formulará propuesta especial en la que no se tendrá en cuenta los mínimos de tiempo que figuran en las normas, consignándose en una cuartilla aparte las razones de la propuesta. 7ª. Por resolución de S. E. el Generalísimo, a los efectos de la concesión de la Medalla de la Campaña, se considerarán como plaza de guerra todas aquellas que estuvieron bajo el fuego de la artillería enemiga; como son las de Oviedo, Teruel, Lérida, Toledo y Talavera, pero solamente durante el tiempo que sufrieron sus efectos. Orden de 8 de julio de 1940 (CL número 247). Disponiendo que la Medalla Militar y la Cruz de Guerra concedidas al personal del cuerpo de suboficiales no llevan aneja pensión alguna, siendo pensionada cualquiera que fuera el motivo de la concesión a individuos de las clases de tropa39. A fin de aclarar las dudas surgidas en algunos cuerpos y organismos militares, sobre la interpretación que debe darse a lo preceptuado en el artículo 12 del decreto número 192 de 26 de enero de 1937 (BO número 99), en relación con lo consignado en las normas generales de 4 de abril de 1939 para concesión de recompensas por servicios prestados durante la pasada campaña, se dispone lo siguiente: Primero. La Medalla Militar y la Cruz de Guerra, concedidas a personal del cuerpo de suboficiales, no llevan anejas pensión alguna, conforme se indica en el preámbulo del decreto antes citado, cuyo artículo adicional deroga cuantas disposiciones se opongan a lo establecido en el mismo. Segundo. Ambas recompensas, cuando se concedan a individuos de la clase de tropa, son siempre pensionadas, cualquiera que fuera el motivo de la concesión. Tercero. El percibo de las pensiones a que se refiere el apartado anterior y que son las señaladas en el artículo 12 del repetido decreto, cesará al obtener los concesionarios el empleo de suboficial o al causar baja en filas. Cuarto. Únicamente serán vitalicias tales pensiones, cuando la baja en filas fuese originada por inutilidad física, contraída en el hecho que motivó la concesión de la Medalla Militar o de la Cruz de Guerra. Concesión de recompensas al Ejército del Aire de 30 de agosto de 194040.

39 Derogado por orden de 14 de julio de 1971. 40 Archivo Histórico del Ejército del Aire. Legajo 507. Carpeta núm. 1174. Recompensas. Extracto: Relativo a la

concesión de recompensas al Ejército del Aire, de 30 de agosto de 1940. Documento proporcionado por Juan José Erce. Este legajo incluye:

— Escrito del Ministerio de Defensa Nacional (EM), Secretaría General, Sección de Recompensas, de 29 de abril de 1939, dirigido al General Jefe del Ejército del Aire, solicitando que «con objeto de que estas [normas] se ajusten en espíritu y letra a las dadas para recompensar al Ejército de Tierra, deben modificarse los apartados a) y c) de la Cruz de Guerra reduciendo a ocho meses el primero (herido grave o menos grave), y no fijando plazo alguno para el segundo (distinguidos extraordinarios)».

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Normas para la concesión de recompensas Medalla de la Campaña

a) Seis meses de permanencia en unidades de vuelo o aeródromos situados en zona de vanguardia. b) Un año de permanencia en plazas de zona de guerra. c) Siempre que haya estado herido cualquiera que sea su permanencia.

Cruz Roja del Mérito Militar a) Todo el personal que haya prestado servicios en unidades aéreas durante ocho meses con diez servicios de guerra por lo menos. b) El personal que haya prestado servicios de guerra en unidades de artillería antiaérea de vanguardia, transmisiones y enlaces, durante doce meses. c) El personal que haya prestado servicios de guerra en los frentes de intendencia y sanidad, durante quince meses. d) El personal que haya prestado servicios de guerra en las jefaturas regionales, jefaturas del aire y en los servicios de infraestructura por espacio de dieciséis meses. e) Los que hayan sido heridos una sola vez cualquiera que sea su permanencia.

Cruz de Guerra a) Los que hayan sido heridos graves, o menos graves con un año de permanencia en los frentes o en unidades aéreas. b) Dos veces herido grave o menos grave, cualquiera que sea el tiempo de permanencia en el frente. c) El personal que haya sido distinguido extraordinario, con ocho meses y más de ochenta servicios de campaña. d) Una Cruz de Guerra por cada dos heridas, en los heridos cuatro o más veces. e) Por el segundo periodo del primer tiempo que el señalado para la Cruz Roja, se concederá la Cruz de Guerra, siempre que por el primer periodo se haya concedido por lo menos la Cruz roja. Ley de 14 de marzo de 1942 (BOE número 122, del 2 de mayo). Por la que se aprueba el Reglamento de Recompensas del Ejército en tiempo de guerra. El justo premio que merecen las acciones de guerra como reconocimiento a conductas ejemplares en el exceso del cumplimiento del deber, ha venido aplicándose en nuestro Ejército tradicionalmente. Reconocida su necesidad y aceptada su eficacia, hay que reunir en un solo cuerpo de doctrina los preceptos que regulen tan interesante tema y que deben estar inspirados en el supremo interés de la Patria. La guerra de liberación mostró claramente la necesidad de matizar la legislación vigente adaptándola a las nuevas modalidades de la lucha y se sucedieron disposiciones conducentes a orientar tan importante cuestión, mas no se abarcó el conjunto del problema que con la presente ley se pretende resolver. En su consecuencia, a propuesta del Ministro del Ejército y previa deliberación del Consejo de Ministros, dispongo: Artículo primero. Se aprueba el adjunto Reglamento de Recompensas del Ejército en tiempo de guerra, que empezará a regir desde la publicación de la presente ley. Artículo segundo. Se autoriza al Ministro del Ejército para dictar cuantas disposiciones complementarias sean precisas para su cumplimiento. — Escrito de 30 de agosto de 1940 del Director General de Industria y Material al Subsecretario del Aire en el

que se ruega la remisión de las instrucciones de referencia ya que «Careciendo esta dirección General de las normas por las que S. E. el Generalísimo autorizaba en telegrama postal número 1302 de 4 de abril de 1939 a los jefes de los cuerpos para conceder automáticamente las recompensas de los jefes, oficiales y tropa que reúna las condiciones necesarias».

— Escrito de 3 de septiembre, contestando al anterior y remitiendo las normas relativas al Ejército del Aire, que son las que se han incluido en este trabajo.

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Artículo tercero. Quedan derogados cuantos reglamentos y disposiciones se opongan a lo establecido por la misma.

REGLAMENTO DE RECOMPENSAS DEL EJÉRCITO EN TIEMPO DE GUERRA I. DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1.º Las recompensas militares que podrán concederse por méritos y servicios de guerra en el Ejército serán las que se fijan en el presente Reglamento. Artículo 2.º Estas recompensas podrán ser concedidas, asimismo, a los generales, jefes, oficiales, suboficiales, clases de tropa, asimilados y personal con consideración militar que actúen en campaña a las órdenes directas del Ejército. Las recompensas concedidas tendrán el carácter de irrenunciables y no podrán ser permutadas. Artículo 3.º Los méritos contraídos y los trabajos de importancia realizados durante la guerra, en el teatro de ella, pero que no afecten de un modo inmediato a las operaciones, ni lleven consigo las penalidades y riesgos peculiares al Ejército en campaña, se considerarán y recompensarán como prestados en tiempo de paz. Artículo 4.º Sólo podrán premiarse con recompensas de guerra en tiempo de paz los servicios que el Gobierno de la nación declare hechos de guerra, bien con carácter general, bien concretados a persona o personas que los prestaran, siempre que la naturaleza de los mismos sea específicamente de índole militar.

II. RECOMPENSAS DE GUERRA Artículo 5.º Para premiar los hechos o servicios de guerra, se establecen las diversas categorías de las Órdenes que a continuación se citan o recompensas que se señalan: 1. Cruz Laureada de San Fernando. 2. Medalla Militar. 3. Avance en la escala. 4. Cruz de Guerra con Palmas. 5. Cruz de Guerra. 6. Cruz Roja del Mérito Militar. 7. Medalla de Sufrimientos por la Patria. 8. Medalla de Mutilado. 9. Medalla de la Campaña.

Real y Militar Orden de San Fernando Artículo 6.º Las recompensas de esta Orden se otorgarán al personal exclusivamente militar, con arreglo a su Reglamento. Estará integrada por las siguientes condecoraciones: — Gran Cruz Laureada de San Fernando. — Cruz Laureada de San Fernando. — Laureada Colectiva de San Fernando. Las Cruces de esta Orden no podrán ser solicitadas en ningún caso por los interesados, correspondiendo la iniciativa de la propuesta al jefe inmediato superior en la acción de guerra librada, y la resolución de proceder a la apertura del oportuno juicio contradictorio, al general en jefe o mando superior independiente, en su caso. La concesión de la Cruz Laureada de San Fernando llevará consigo la anulación de cualquier otra recompensa militar que se hubiera concedido por el mismo hecho de armas librado para alcanzarla. La cuantía de las pensiones de las cruces individuales de esta Orden se fijará en la mitad del sueldo inicial que en todo momento corresponda al empleo en que se obtuvo, sin que este sueldo inicial pueda ser inferior al del empleo de capitán. Las pensiones actuales de Grandes Cruces y Cruces Laureadas individuales de esta Orden se regularán por el precepto anterior a partir de la publicación de este Reglamento.

Medalla Militar Artículo 7.º Servirá como recompensa ejemplar e inmediata, para premiar hechos o servicios de valor muy distinguidos, realizados por individuos del Ejército o Unidades orgánicas del mismo, al frente del enemigo. En su consecuencia, podrá ser: individual o

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colectiva, y su concesión se ajustará a los trámites que señala el Reglamento. Artículo 8.º La Medalla Militar individual será pensionada para todo el personal que la posea y se percibirán tantas pensiones como Medallas de esta Orden se obtengan. Esta pensión será vitalicia y su cuantía se regulará por el veinte por ciento del sueldo inicial que en todo momento corresponda al empleo en que se obtuvo, sin que este sueldo inicial pueda ser inferior al del empleo de capitán. Los actuales condecorados con la Medalla Militar individual gozarán de las pensiones que este artículo fija como anejas a dicha condecoración, a partir de la fecha de la publicación del presente Reglamento. Artículo 9.º Los generales, jefes, oficiales, clases o individuos de tropa que ganaron para su Bandera o unidad la Medalla Militar colectiva, tendrán derecho al uso del distintivo correspondiente, siempre que hayan tomado parte efectiva como «combatientes» y sin menoscabo del honor militar, en el hecho de armas por el que la recompensa haya sido otorgada, o en los ocurridos en las dos terceras partes del lapso de tiempo que los comprenda, caso de haber sido concedida por un periodo de operaciones o por una sucesión de combates. Concedida la Medalla Militar colectiva, los jefes de las unidades a quienes afecte elevarán por conducto regular relación de los combatientes con derecho a ella, la que, aprobada por el general del Ejército, autorizará el uso del distintivo correspondiente y anotación en las hojas de servicio o documentación de los interesados. Artículo 10. La Medalla Militar colectiva se concederá, normalmente, a los batallones, grupos y unidades inferiores hasta compañía, inclusive, pero no a las grandes unidades, ni a sus cuarteles generales. Artículo 11. La Medalla Militar individual, o la colectiva en su caso, será concedida por el Ministro del Ejército siempre que el informe del Consejo Superior sea favorable, y previa la instrucción del correspondiente expediente informativo, que ha de tramitarse en la forma establecida en su reglamento. La Medalla Militar para generales la concederá el Jefe del Estado a propuesta del Ministro del Ejército y previo informe favorable del Consejo Superior del mismo. En casos muy excepcionales en que la notoriedad y ejemplaridad de los hechos lo aconsejen, el general en Jefe del Ejército, previa rápida y exacta comprobación, podrá conceder la Medalla Militar Individual, dando cuenta circunstanciada al Ministro del ramo para su aprobación.

Avance en la escala Artículo 12. Para premiar las condiciones de capacidad para mandos superiores y utilizar en beneficio de la Patria las extraordinarias y sobresalientes aptitudes demostradas al actuar en hechos o servicios de armas en los frentes de combate, se establece el «avance en la escala». No siendo, por regla general, un hecho o servicio de armas suficiente para apreciar dicha capacidad, será preciso, normalmente, acreditarla en un periodo de operaciones, que, en principio, no será inferior a seis meses. Si una campaña durase menos de seis meses, pero que su violencia y sacrificio fuesen de tal magnitud que aconsejasen recompensar a los combatientes, podrá el Gobierno, a propuesta del Ministro del Ejército, acordar la declaración del tiempo que hubiese durado la lucha como constitutivo de un sólo período de campaña, a los efectos de recompensa. Cuando se trate de personal perteneciente a otros Ejércitos, esta recompensa les será de aplicación en tanto la legislación vigente en los suyos respectivos la tenga estatuida. Artículo 13. A fin de evitar todo retraso en la apreciación de los méritos y en la utilización de las especiales aptitudes para el mando, los hechos extraordinarios justificativos del «avance en la escala» se pondrán en conocimiento del jefe de la gran unidad de que dependan, en el plazo máximo de setenta y dos horas, si circunstancias fortuitas no lo impidieran, mediante parte-propuesta formulado por el jefe inmediato en la acción de guerra, e informado por el inmediatamente superior a éste en la misma, el que, a su vez, ordenará por escrito se reúna, según corresponda, la junta de generales, jefes u oficiales de

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mayor categoría que la del interesado que hayan presenciado el hecho, y levanten acta reservada sobre los méritos y condiciones del propuesto en relación con el artículo 15. El expediente constituido por el parte-propuesta, el acta y los votos particulares, si los hubiere, será remitido por conducto regular al jefe de la gran unidad correspondiente, debidamente informado por los escalones intermedios. Si el jefe de una gran unidad viniera obligado a formular un parte-propuesta, corresponderá al de la gran unidad inmediatamente superior recibirlo e informarlo y dar cumplimiento a los preceptos establecidos en el párrafo anterior y artículo siguiente. Artículo 14. Cuando el número de «expedientes-propuestas» formulados a una misma persona exceda de tres, el jefe de la gran unidad los remitirá, por el conducto reglamentarlo, al general en jefe del Ejército, informándolos los escalones jerárquicos intermedios, disponiendo esta autoridad, si lo estima conveniente, la apertura del «expediente de avance». Artículo 15. Las circunstancias que indefectiblemente han de concurrir para merecer una propuesta inicial no pueden limitarse a valorar el exacto cumplimiento del deber, sino que han de tomarse solamente en consideración las actuaciones ejemplares y extraordinarias desarrolladas en el combate, que destaquen por su valor, capacidad superior de mando y eficacia resolutiva, constituyendo hechos verdaderamente notables que lleven consigo notoriedad, prestigio y aureola de la persona que lo ejecuta. Preceptivo ha de ser, por tanto, para merecer avance en la escala, satisfacer a estas tres condiciones: 1.ª Exceso en el cumplimiento del deber, actuación sobresaliente por valerosa y resolutiva en el desarrollo del combate o batalla en sus momentos críticos. 2.ª Reunir cualidades de prestigio de todo orden y carácter. 3.ª Capacidad acreditada para ejercer mandos superiores. Artículo 16. En cada expediente de avance que se ordene incoar para la depuración de hechos que puedan llevar consigo la concesión de esta recompensa, habrá de demostrarse que le comprende totalmente el artículo 15, y para ello prestará declaración o informará el personal que se menciona en el artículo siguiente, según las diversas categorías y funciones que ejerzan los propuestos. Los diversos escalones jerárquicos a quienes corresponda informar preceptivamente, así como el personal firmante de las actas y votos particulares formulados, serán considerados, a todos los efectos, como declarantes en el expediente de avance, no necesitándose, por tanto, ser oídos de nuevo si reglamentariamente les correspondiera declarar. Artículo 17. Siempre que se ordene incoar un expediente de avance, se publicará en la Orden General del Ejército, o Capitanía General en su caso, nombrándose jueces de la categoría superior al propuesto, y a los fines de tramitación, las declaraciones e informes se sujetarán al siguiente procedimiento:

Reglas generales Para oficiales subalternos con mando de unidades correspondientes a sus empleos

Declaración del

Capitán o comandante de la compañía, escuadrón o batería. Jefe de batallón o grupo. Jefe del regimiento o agrupación. Oficiales de la compañía, escuadrón o batería. Dos oficiales de otras unidades, como mínimo, que sean testigos presenciales de los hechos.

Para capitanes y oficiales con mando de compañía o unidades similares

Declaración del

Jefe del batallón o grupo. Jefe del regimiento o agrupación. Jefe del arma o servicio de la gran unidad. Los capitanes o comandantes de compañía o unidad similar que pertenezcan al batallón o grupo del interesado. Los subalternos que hayan presenciado los hechos.

Para jefe de batallón de Infantería o unidad similar

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Declaración del

Jefe del regimiento. Jefe de Infantería de la división. Jefe de Estado Mayor de la división. Los jefes de batallón o unidades similares que pertenezcan al regimiento o agrupación. Los capitanes del mismo batallón o unidad similar que hayan presenciado los hechos. Jefe de la división.

Para jefe de regimiento de Infantería

Declaración del

Jefe de Infantería de la división. Jefe de la división. Jefe del cuerpo de ejército. Los jefes de regimiento, a ser posible, de la misma división. Jefe de Estado Mayor de la división. Jefe de la Artillería que hubiere cooperado a la acción del regimiento. Jefe de Ingenieros que hubiere cooperado a la acción del regimiento. Los jefes de batallón del regimiento que hayan presenciado los hechos.

Para jefe de Infantería de la división

Declaración del

Jefe de la división. Jefe del cuerpo de ejército. Informe del jefe del ejército. Jefe de Artillería de la división. Jefe de Ingenieros de la división. Jefe de Estado Mayor de la división. Los jefes de la Infantería de las divisiones del mismo cuerpo de ejército. Los jefes del regimiento de la misma división. Los jefes de batallón del regimiento que hayan presenciado los hechos.

Para jefe de grupo de escuadrones

Declaración del

Jefe del regimiento. Jefe de la brigada. Jefe de la división o de la gran unidad a que haya estado afecto. Jefe de Estado Mayor de la división o de la gran unidad a que haya estado afecto. Los jefes de grupo, a ser posible. Los capitanes del mismo grupo o unidades que hubieren presenciado los hechos.

Para jefe de regimiento de Caballería

Declaración del

Jefe de la brigada. Jefe de la división. Jefe del cuerpo de ejército o de la gran unidad a que estuviese afecto. Los jefes de regimiento, a ser posible de la gran unidad a que aquél pertenezca. Jefe de Estado Mayor de la división o de la gran unidad a que haya estado afecto. Jefe de Artillería de la división o de la gran unidad a que haya estado afecto. Los jefes de grupo del regimiento.

Para jefe de brigada de Caballería Informe del jefe del Ejército

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Declaración del

Jefe de la división. Jefe del cuerpo de ejército. Jefe de Artillería de la división o de la gran unidad a que haya estado afecto. Jefe de Estado Mayor de la división o de la gran unidad a que haya estado afecto. Los jefes de brigada, a ser posible. Jefe de Ingenieros de la división o de la gran unidad a que haya estado afecto. Los jefes de regimiento de la gran unidad de que forme parte la brigada.

Para jefe de grupo de Artillería

Declaración del

Jefe de la agrupación o del regimiento. Jefe de la Artillería divisionaria. Jefe de Infantería de la división o de la unidad a que estuviese afecto. Jefe de la división. Jefe de Estado Mayor de la división. Los jefes de grupo, a ser posible, de la gran unidad a que pertenezca el propuesto. Los capitanes u oficiales con mando de batería, del regimiento o agrupación.

Para jefe de regimiento o agrupación de Artillería

Declaración del

Jefe de la división a que esté afecto. Jefe del cuerpo de ejército. Jefe de Estado Mayor de la división o cuerpo de ejército, según los casos. Los jefes de agrupación o regimiento, a ser posible de la gran unidad. Jefe de Artillería del cuerpo de ejército. Jefe de Infantería de la división o de la unidad a que estuviere afecto. Los jefes de grupo de Artillería del regimiento o agrupación.

Para jefes de Artillería de cuerpo de ejército o grupo de divisiones Informe del general del Ejército.

Declaración del

General del cuerpo de ejército. Los jefes de división. Comandante general de Artillería del cuerpo de ejército. Jefes de Estado Mayor de las divisiones con quienes haya cooperado. Jefe de Estado Mayor del cuerpo de ejército. Jefe de Estado Mayor del Ejército. Los jefes de Artillería divisionaria.

Para jefe de Artillería de Ejército Informe del general del Ejército.

Declaración del

Los jefes de Cuerpo de Ejército. Jefe de Estado Mayor del Ejército. Jefes de Estado Mayor de cuerpo de Ejército con quienes haya cooperado. Los jefes de Artillería de cuerpo de ejército. Los jefes de divisiones.

Para jefe de batallón o grupo de Ingenieros

Declaración del

Jefe de la Infantería a que estuviese afecto. Jefe de los servicios de Ingenieros divisionarios. Jefe de la división. Jefe de Estado Mayor de la división. Los capitanes u oficiales con mando de compañía de Ingenieros.

Para jefe de Ingenieros de división

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Declaración del

Jefe de la división. Jefe de la Infantería divisionaria. Jefe de Estado Mayor de la división. Jefe de la Artillería divisionaria. Los jefes o capitanes de Ingenieros de la división con mando de unidad. Jefe de los servicios de Ingenieros de cuerpo de ejército.

Para jefe de Ingenieros de cuerpo de ejército o agrupación de divisiones Informe del general del Ejército.

Declaración del

General del cuerpo de ejército o agrupación de divisiones. Los jefes de división. Jefe de los servicios de Ingenieros del Ejército. Jefes de Estado Mayor de las divisiones del cuerpo de ejército. Jefe de Estado Mayor del cuerpo de ejército. Jefe de Estado Mayor del Ejército. Los jefes de los servicios de Ingenieros divisionarios.

Para jefe de Ingenieros del Ejército Informe del general del Ejército.

Declaración del

Los jefes de cuerpo de ejército. El jefe de Estado Mayor del Ejército. Jefes de Estado Mayor de los cuerpos de ejército. Los jefes de los servicios de Ingenieros de los cuerpos de ejército. Los jefes de división.

Para oficiales y jefes del Cuartel General y jefes de Estado Mayor que no sean primeros jefes de Estado Mayor de gran unidad

Declaración del

Jefe de la división. Jefe de Infantería de la división. Jefe de Estado Mayor de la división. Los jefes de servicios de la división que tengan más relación con la misión encomendada al propuesto. Los oficiales o jefes del Cuartel General divisionario, de igual empleo o inferior.

Para jefe de Estado Mayor de división

Declaración del

General de la división. General del cuerpo de ejército. Jefe de Estado Mayor del cuerpo de ejército. Los jefes de servicios y armas de la división. Los jefes de regimiento. Los jefes de sección de Estado Mayor divisionarios. Para jefe de Estado Mayor de cuerpo de ejército

Informe del general del Ejército.

Declaración del

General del cuerpo de ejército. Los jefes de las divisiones del cuerpo de ejército. Jefe de Estado Mayor del Ejército. Los jefes de armas y servicios del cuerpo de ejército. Los jefes de Estado Mayor divisionarios.

Para jefe de Estado Mayor de Ejército Informe del general del Ejército.

Declaración del

Los generales jefes de los cuerpos de ejército. Los generales jefes de armas y servicios del Ejército. Los jefes de división. Los jefes de Estado Mayor de cuerpo de ejército.

Para jefe de división

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Informe del jefe del Ejército.

Declaración del

Jefe del cuerpo de ejército o grupo de divisiones. Jefe de Estado Mayor de la división. Jefe de Estado Mayor del cuerpo de ejército. Jefe de Estado Mayor del Ejército. Jefes de Artillería e Ingenieros del cuerpo de ejército y Ejército. Los jefes de divisiones del mismo cuerpo de ejército. Jefe de la Infantería divisionaria o brigada. Los jefes de Artillería e Ingenieros divisionarios.

Para jefe de Cuerpo de Ejército Informe del general jefe del Ejército.

Declaración del

Los generales de Ejército a cuyas órdenes hayan servido. Los generales de cuerpo de ejército de su mismo Ejército. Jefe de Estado Mayor del cuerpo de ejército. Jefe de Estado Mayor del Ejército. Jefes de Artillería e Ingenieros del Ejército. Los jefes de divisiones del cuerpo de ejército.

Artículo 18. La propuesta de un general jefe de Ejército deberá ser formulada por el general en jefe, y previo informe favorable del Consejo Superior del Ejército, podrá ser sometida por el Ministro a aprobación del Consejo de Ministros. La propuesta del general en jefe corresponderá al Gobierno mediante propuesta fundamentada del Ministro del Ejército. Artículo 19. Los jueces, ajustándose a lo preceptuado en los artículos 16 y 17 de este Reglamento, tomarán las declaraciones y solicitarán los informes de cuantos preceptivamente deban deponer en el expediente de avance, siendo de su cargo unir las actas y documentos que se enumeran en los artículos 13 y 14 del mencionado Reglamento, solicitando a su vez, de quien corresponda, los datos que pudieran faltar. Si por cualquier causa justificada no hubiesen asistido a la junta de jefes u oficiales ordenada en el citado artículo 13 algunos de los que reglamentariamente debieran concurrir, vendrán obligados a prestar declaración en lugar de aquella asistencia a cuyo fin el juez dispondrá o recabará se lleve a la práctica la expresada diligencia. Los jueces, una vez terminados los expedientes de avance, resumirán en breves escritos el resultado de lo actuado, elevándolos a la superioridad que hizo la designación. Artículo 20. Los expedientes de avance tendrán el carácter de «muy reservado». Caso de dar curso al Ministro del Ejército, deberá sacarse copia del resumen, que quedará archivado en el Estado Mayor del General en Jefe. Para dar curso el general en jefe a la superioridad de todo expediente de avance, será preciso que las declaraciones e informaciones reglamentarlas sumen, como mínimo, las cuatro quintas partes de opiniones favorables, y, en todo caso, que la del jefe de la gran unidad a que pertenezca el propuesto le sea favorable. Artículo 21. Las resoluciones de los expedientes de avance pueden ser aprobatorias o denegatorias; en este último caso, si se apreciaran méritos suficientes, se podrá conceder la Cruz de Guerra con Palmas en premio a los servicios prestados. En todos los casos, la resolución corresponderá al Ministro del Ejército, previo informe favorable del Consejo Superior del mismo. La Gran Cruz de esta Orden se concederá por el Jefe del Estado, a propuesta del Ministro del Ejército, y si el informe del Consejo Superior es favorable. Si se tratara de personal perteneciente a otros Ejércitos, se trasladará la resolución favorable recaída al Ministerio correspondiente para los efectos oportunos. Artículo 22. El personal del cuerpo de suboficiales podrá también obtener el «avance en la escala» cuando reúna las condiciones siguientes: 1.º Exceso en el cumplimiento del deber, actuación sobresaliente, por valerosa y eficaz, en el combate.

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2.º Reunir excelentes condiciones morales. 3.º Capacidad acreditada para el mando inmediato superior. La tramitación del expediente se llevará a cabo en forma análoga a la del de oficiales. Artículo 23. La propuesta deberá formularse por el jefe de la unidad a que pertenezca el suboficial en la actuación de guerra, remitiéndola por conducto reglamentarlo y debidamente informada al jefe del cuerpo en dicha acción de guerra, quien, a su vez, deberá informarla y remitirla al jefe del arma o servicio de la gran unidad, quien, con su informe, la elevará al general jefe de dicha gran unidad, que ordenará, cuando su número exceda de tres y si lo estima procedente, la remisión al general jefe del Ejército a los efectos de apertura del expediente de avance para esclarecer los méritos. Para la tramitación del mismo, el juez designado deberá tener la categoría de oficial. Artículo 24. Las declaraciones e informes que se soliciten estarán de acuerdo con la norma que establece el artículo 16 y la prestará el personal que a continuación se indica: Informe del Jefe de la División o gran unidad.

Declaración del

Jefe del arma o del servicio de la gran unidad. Jefe del regimiento o agrupación. Jefe del batallón o unidad similar. Capitán y oficiales de la unidad. Los oficiales de las unidades que hubieren actuado en contacto con la del interesado. Suboficiales de la misma unidad.

Artículo 25. Los expedientes de avance terminados se cursarán por conducto regular a los mandos de Ejércitos, quienes, si lo estiman pertinente, los elevarán para resolución del Ministro del Ejército. Igual procedimiento se aplicará en los casos en que correspondiera al general en jefe del Ejército ordenar y cursar el expediente. Artículo 26. El «avance en la escala» se traducirá en adelantar en el escalafón del arma o cuerpo un número de puestos equivalente al cuarenta por ciento de la plantilla orgánica del empleo del propuesto vigente en la fecha del avance41. Artículo 27. Si al concederse el cuarenta por ciento antes indicado correspondiese al interesado ocupar un puesto en la escala del empleo inmediato superior, adelantará en esta escala tantos lugares como resulte de aplicar a la plantilla y escalafón de este mismo empleo el tanto por ciento que hubiera quedado sin aplicación en el empleo en que fue propuesto. Artículo 28. En las clases de tropa (cabos y soldados) el «avance en la escala» se traducirá en la concesión del empleo inmediato superior como consecuencia de reunir más de tres propuestas formuladas por el jefe de la unidad, en el combate, al jefe del regimiento o unidad independiente en la acción de guerra, informadas favorablemente por los escalones intermedios, correspondiendo la resolución al jefe de la gran unidad. En el nuevo empleo se disfrutará la antigüedad del periodo por el que haya motivado la propuesta, siendo publicada la concesión en la orden del Cuerpo y de la gran unidad. Si alguna de estas clases estuviera escalafonada, se noticiará al ministerio el ascenso y la antigüedad que se le confiera. Artículo 29. Ningún personal podrá alcanzar en una misma campaña, cualquiera que sea su categoría, más de dos empleos, como consecuencia de los avances en la escala. Cada avance en la escala dará derecho al uso de un pasador, análogo al actual de ascenso por méritos de guerra.

Cruz Roja de Mérito Militar Artículo 30. Se establece esta Orden, que en ningún caso será pensionada42, para premiar hechos o servicios notables dentro del periodo de duración, mínimo de seis meses en cada campaña. Constará de las categorías siguientes:

41 Modificado por ley de 12 de diciembre de 1942 y aclarado éste y el siguiente por decreto de 29 de septiembre

de 1943. 42 Modificado por decreto-ley de 30 de enero de 1955.

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— Para clases de tropa, de plata. — Para suboficiales y oficiales, de esmalte y oro. — Para jefes, forma de placa. — Para generales, la Gran Cruz. Todo según diseño. Artículo 31. Servirá para recompensar hechos o servicios destacados y de eficacia reiterada en el desarrollo del combate o batalla. Como el premio se asigna a la labor eficaz desarrollada durante un período completo, solamente podrá concederse una Cruz por cada periodo recompensable, y sólo podrá usarse una de estas condecoraciones, acreditando su repetición por medio de pasadores. Artículo 32. A los efectos del artículo anterior, se consideran como hechos o servicios destacados: — Los efectuados frente al enemigo que pongan de manifiesto, según los casos, dotes de valor, serenidad e iniciativa inteligente. — Los que pongan de relieve una acertada dirección y empleo de las tropas en el combate, y el inteligente y eficaz cumplimiento de la misión recibida. En ambos casos los hechos o servicios han de ser ejecutados en condiciones o circunstancias difíciles, impuestas por el enemigo o debidas a otras causas. Artículo 33. La apreciación de las circunstancias que se relacionan en el artículo anterior y la consiguiente calificación de los hechos o servicios, corresponderá a los Jefes inmediatos de los interesados que presencien o dirijan la operación. Artículo 34. Las propuestas para la concesión de esta recompensa se formularán por los jefes de Regimiento en la acción de guerra (o unidad similar o independiente), y las de éstos, por el de la inmediata superior. Las del personal del Cuartel General de una gran unidad se formularán por el jefe de Estado Mayor para el personal de este servicio, y por los jefes de los servicios, para el de los suyos respectivos. Unas y otras deberán ser informadas por los jefes de las unidades intermedias que conozcan los hechos antes de ser cursadas al de la gran unidad a quien corresponda resolverlas. Las propuestas de los primeros jefes de armas o servicios serán formuladas por los jefes de la gran unidad. Artículo 35. La aprobación o tramitación, en su caso, de las propuestas, corresponderá: a) Al general jefe de división, las del: — personal perteneciente a las unidades que la integren; — jefes, oficiales y personal de suboficiales y tropa del Cuartel General. Quedarán exceptuadas de su aprobación las de los: — jefe de Estado Mayor y jefes de las armas o servicios; — aquellas propuestas que sean formuladas inicialmente por el jefe de la división. b) Al general jefe del Cuerpo de Ejército, las del: — personal exceptuado en el apartado anterior; — personal de las unidades y servicios del Cuerpo de Ejército; — jefes, oficiales y personal de suboficiales y tropa del Cuartel General. Quedarán exceptuadas de su aprobación las de los: — generales de las divisiones; — jefe de Estado Mayor y jefes de las armas o servicios; — aquellas propuestas que formule personalmente. c) Al general jefe del Ejército, las del: — personal exceptuado en el apartado anterior; — personal de las unidades y servicios afectos al Ejército; — jefes, oficiales y personal de suboficiales y tropa del Cuartel General del Ejército. Quedarán exceptuadas de su aprobación las de los: — generales de Cuerpo de Ejército; — jefe de Estado Mayor y jefes de las armas y servicios; — aquellas propuestas que formule personalmente.

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d) Al Mando en Jefe quedará reservada la aprobación o tramitación, en su caso, de las propuestas correspondientes al: — personal exceptuado en el apartado anterior; — Generales jefes de Ejército; — Generales, jefes, oficiales, suboficiales y tropa de su Cuartel General y de las unidades que estuvieren a sus inmediatas órdenes. e) Cuando se trate de Grandes Cruces de esta Orden su concesión corresponderá al Jefe del Estado, mediante propuesta elevada por el mando en jefe al Ministro del Ejército. Artículo 36. Salvo circunstancias extraordinarias, no deberá proponerse a quien previamente no tenga valor acreditado mediante asistencia a tres hechos considerados como de armas, o haya sufrido durante treinta días a distancias cortas el fuego del enemigo. Artículo 37. El jefe de la gran unidad a quien corresponda resolver las propuestas ordenará asimismo la anotación correspondiente en las hojas de servicios o hechos de los interesados, una vez concedidas.

Cruz de Guerra Artículo 38. Se concederá al personal que hubiere realizado actos o servicios «muy destacados» que tuvieran extraordinaria eficacia para el desarrollo del combate o batalla. Sólo podrá usarse una condecoración de esta clase, acreditando la repetición mediante el empleo de pasadores. Constará de las categorías siguientes: — Para clases de tropa, con cinta azul celeste y blanco. — Para oficiales y Suboficiales, placa con fondo de bronce. — Para jefes, placa con fondo de plata. — Para generales, la Gran Cruz de Guerra, con fondo de oro, banda y venera. Todas según diseño. Artículo 39. La formulación y tramitación de las propuestas se ajustará a los preceptos anteriormente establecidos para la Cruz Roja, con la excepción de que la aprobación de las propuestas que el artículo 35 concede a los generales jefes de División y Cuerpos de Ejército corresponderá, en las de Cruz de Guerra, a los del Ejército, menos para cabos y soldados, que serán concedidas por el jefe de la gran unidad. Artículo 40. Las autoridades facultadas para aprobar y conceder la Cruz Roja o Cruz de Guerra ordenarán las anotaciones en las respectivas documentaciones de los interesados. Artículo 41. La Gran Cruz de Guerra se concederá por el Jefe del Estado, a propuesta del Ministro del Ejército y previa solicitud del general en jefe del Ejército. Artículo 42. Salvo en el caso excepcional de que la campaña tuviese sólo un periodo, no podrá proponerse para esta recompensa a personal que no haya obtenido en el anterior una Cruz Roja.

Cruz de Guerra con Palmas Artículo 43. Se concederá al personal que, habiendo sido propuesto para Avance en la escala o Medalla Militar, no llene plenamente las condiciones señaladas, pero si las reúna superiores a las exigidas para la Cruz de Guerra. La concesión será atribución del Ministro del Ejército, previo informe favorable del Consejo Superior del mismo. La Gran Cruz de esta Orden se concederá por el Jefe del Estado, previa propuesta del Ministro del Ejército y si el informe del Consejo Superior es favorable. Cuando se trate de cabos y soldados, su concesión corresponderá a los jefes de gran unidad. Sólo podrá usarse una condecoración de esta clase, acreditando la repetición mediante el empleo de pasadores. Constará de las categorías siguientes, todas según diseño:

Para cabos y soldados

La Cruz de Guerra, descrita en el artículo 38 de este reglamento, con dos palmas cruzadas de oro superpuestas.

Para oficiales y

suboficiales

La Placa descrita en el expresado artículo, con las variaciones de ser de esmalte rojo oscuro el escudo, que lleva la leyenda «Al mérito en campaña» y la adición de dos palmas cruzadas de oro superpuestas.

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Para jefes La Placa descrita en el repetido artículo, con las variaciones indicadas

en el párrafo precedente.

Para generales

La Gran Cruz, banda y venera reseñadas en el repetido artículo, con las variaciones anotadas en los párrafos inmediatamente precedentes para la Placa

Medalla de Sufrimientos por la Patria Artículo 44. La concesión de esta recompensa se ajustará a las normas que señala para los diferentes casos y personas que puedan tener derecho a poseerla el Reglamento aprobado por decreto de 11 de marzo de 1941 (Diario Oficial número 59).

Medalla de Mutilado Artículo 45. Esta recompensa se concederá en las condiciones y con sujeción a las normas que establece para los diferentes casos el Reglamento provisional aprobado por decreto de 5 de abril de 1938 (Diario Oficial número 540).

Medalla de la Campaña Artículo 46. Con distintivo especial para los que tomen parte en cada campaña, se creará una Medalla que podrán conceder el general en jefe y los generales jefes de Ejército, según los casos, al personal militar o civil, por su participación activa en ella durante un plazo de tiempo que se determinará al crearla, teniendo en cuenta al hacerlo el género y dureza de la guerra. Artículo 47. Los servicios con que haya podido cooperarse a la acción de las armas, desde determinados destinos burocráticos en la administración central o en cargos cualesquiera, desempeñados en la zona del interior, o en la zona de retaguardia, ajenos a los riesgos de la campaña, podrán hacer acreedores a los que los prestaran a la Medalla de la Campaña, pero dotada solamente de una cinta blanca, que la diferencie ostensiblemente de la concedida por razón de los servicios a que se refiere el artículo anterior. Artículo 48. Cuando la duración de la campaña lo aconseje, podrá considerársela dividida en períodos de tiempo, cuyo principio y fin fijará el general en jefe de los Ejércitos; a cada uno de ellos corresponderá un pasador que llevará como inscripción el hecho más destacado de los ocurridos durante él, pudiendo ser diferentes para cada Ejército de operaciones. Artículo 49. Para premiar a quienes sin corresponderles ser movilizados o no habiendo sido militarizados se incorporasen al Ejército para actuar con sus tropas o servicios, se creará un pasador, sobre la cinta de la Medalla de la Campaña, con la inscripción de VOLUNTARIO, al que tendrán derecho quienes se encuentren en dichas condiciones y acrediten haber prestado un año de servicio en el frente, como mínimo, sin que le hubiese correspondido ser llamado a filas durante este lapso de tiempo. Artículo 50. Las propuestas para la concesión de la Medalla de la Campaña serán formuladas por los jefes de cuerpo, unidad o centro, quienes las cursarán por conducto regular al: — General en jefe, quien las aprobará, si procede, para el personal que dependa de él directamente y al no comprendido en las atribuciones de los generales jefes de Ejército. — General jefe del Ejército, quien las aprobará, si procede, cuando se refieran a personal que de él dependa. — General jefe de los servicios de retaguardia o autoridades militares regionales de la zona del interior, quienes las remitirán al Ministerio para resolución de las correspondientes al personal que preste servicios en «retaguardia» y no dependa de los generales jefes de Ejército. Artículo 51. Cuando una gran unidad opere independientemente, sin otra subordinación de mando que la directa del Ministro del Ejército, el jefe de la expresada gran unidad tendrá exclusivamente las atribuciones que le confiere este Reglamento, correspondiendo directamente al ministro, por no existir escalones intermedios, todas las facultades resolutivas conforme al expresado texto legal. Artículo transitorio. La «Cruz de Guerra con Palmas» podrá concederse al personal que, habiendo sido propuesto para la Medalla Militar o ascenso durante la última guerra de liberación, sin alcanzar ninguna de estas recompensas, cumpla las condiciones expresadas en el artículo 43 del presente Reglamento.

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GRAN CRUZ DE GUERRA PARA GENERALES

La placa igual que la correspondiente a los jefes, pero con las ráfagas de oro mate. Completará esta condecoración una banda de cinta ancha, que se llevará terciada del hombro derecho al lado izquierdo, con los extremos unidos por lazo, del que penderá la cruz descrita para la tropa. El color de la cinta, azul celeste, con una lista blanca central, de anchura igual a la cuarta parte de la

total de la banda

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CRUZ DE GUERRA CON PALMAS, GRAN CRUZ PARA GENERALES

La corriente descrita para generales, con las diferencias en la placa reseñadas para las de jefes, oficiales y suboficiales. La venera

será la descrita para las clases de, con palmas. Banda, la descrita para la Gran Cruz corriente

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GRAN CRUZ DEL MÉRITO MILITAR ROJA PARA GENERALES

La placa de la misma forma y dimensiones que la de jefes, pero de oro las ráfagas. Completa esta

condecoración una banda de cinta ancha, que se llevará terciada del hombro derecho al lado izquierdo, terminando sus extremos en un lazo, del que penderá la cruz esmaltada designada para oficiales y suboficiales;

el color será rojo, con una lista blanca en el centro, de anchura igual a la cuarta parte de la total de la banda

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CRUZ DEL MÉRITO MILITAR ROJA PARA JEFES

Forma de placa, de plata oxidada; las ráfagas con la cruz roja esmaltada en el centro; rectángulo y corona de oro descansando sobre el círculo o escudo central, el cual irá orlado por dos leones y dos castillos de plata

brillante, alternados. La repetición de esta condecoración se indicará por rectángulos de oro superpuestos a los brazos de la cruz y apoyados en el círculo o escudo central, con la fecha de concesión grabada. El tamaño será

el del diseño

CRUZ DE GUERRA PARA CABOS Y SOLDADOS

La constituirá una cruz de plata oxidada, con filete de oro y brazos iguales; en el centro, corona también de oro y cuatro espadas del mismo metal, cruzadas, sólo visibles los puños de ellas en los ángulos de la cruz; por medio de una anilla dorada penderá de una cinta azul celeste, con lista blanca en el centro, de cuarta parte de anchura

del total y pasada por una hebilla de oro de tipo corriente. La repetición, se indicará por pasadores dorados sobre la cinta, con la fecha de concesión grabada. El tamaño será el del diseño

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CRUZ DE GUERRA CON PALMAS PARA OFICIALES Y SUBOFICIALES

La corriente descrita para oficiales y suboficiales, con la diferencia de ser el círculo con la leyenda AL MÉRITO EN CAMPAÑA, de esmalte rojo oscuro y dos palmas de oro brillante cruzadas y superpuestas, abarcando a dicho círculo y escudo central. La repetición de esta condecoración se indicará en la forma expuesta para la

cruz de guerra corriente

CRUZ DE GUERRA CON PALMAS GRAN CRUZ PARA GENERALES

La corriente descrita para generales, con las diferencias en la placa reseñadas para las de jefes, oficiales y suboficiales. La venera será la descrita para las clases de tropa con palmas. Banda, la descrita para la Gran Cruz

corriente

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CRUZ DEL MÉRITO MILITAR ROJA PARA CABOS Y SOLDADOS

Cruz de brazos iguales, círculo en el centro con dos castillos y dos leones alternados; en la parte superior del brazo vertical, un rectángulo para la fecha de concesión; este mismo brazo, rematado por una corona y una anilla para la cinta; todo de plata oxidada. La cinta, de color rojo y una lista blanca en sentido vertical, y de

anchura, una cuarta parte de la total de la cinta; sobre ella, y para su adaptación a la prenda, una hebilla dorada de forma corriente en las condecoraciones. La repetición de cruces de esta clase se indicará por pasadores de

plata oxidada, tamaño corriente, grabada la fecha de la concesión. El tamaño será el del diseño

CRUZ DE GUERRA PARA OFICIALES Y SUBOFICIALES

Forma de placa, con escudo central de esmalte; cruz, hojas de laurel y cuatro espadas de oro brillante sobre ráfagas de bronce mate; entre el escudo y el laurel, un círculo de esmalte azul oscuro con la leyenda en letras

de oro AL MÉRITO EN CAMPAÑA. Sobre el brazo superior, al extremo, una corona; simétricamente en el inferior, un castillo, y en los extremos de los brazos laterales, leones, todo de plata brillante. Sobre el brazo superior, y apoyado en el círculo azul, un rectángulo de plata para la fecha de la concesión. La repetición de

esta condecoración se indicará por rectángulos, como el indicado en los demás brazos de la cruz. Tamaño, el del dibujo

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CRUZ DE GUERRA CON PALMAS PARA CABOS Y SOLDADOS

La correspondiente descrita para clases de tropa, a la que se adicionan dos palmas de oro brillante superpuestas abarcando la corona central. La repetición de esta condecoración se indicará por pasadores,

como se describe para la Cruz de Guerra corriente

CRUZ DE GUERRA PARA JEFES

Forma de placa y de las mismas características que la destinada a oficiales y suboficiales, pero con las ráfagas de plata oxidada

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CRUZ DEL MÉRITO MILITAR ROJA PARA OFICIALES Y SUBOFICIALES

De la forma, tamaño, cinta y pasadores de la de plata, pero de esmalte rojo con filete, rectángulo, corona, anilla y hebilla de oro. La repetición de esta condecoración se indicará por pasadores de oro, tamaño corriente, con la

fecha de concesión grabada

CRUZ DE GUERRA CON PALMAS PARA JEFES

La corriente descrita para jefes, con las variaciones indicadas para la de oficiales y suboficiales

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Ley de 18 de junio de 1942 (BOE número 185, de 4 de julio). Por la que se dispone que hasta tanto que por el Ministerio del Aire se reglamente la concesión de recompensas en tiempo de guerra, se apliquen, con carácter transitorio, las vigentes en el de Tierra. Creado el Ejército del Aire con sustantividad propia e independiente de los otros organismos armados, es absolutamente indispensable establecer las recompensas adecuadas para premiar en la guerra las actuaciones y conductas ejemplares que implican exceso en el cumplimiento del deber. Pero hasta que una reglamentación determine concretamente aquéllas y el procedimiento para su concesión, es conveniente dictar, con carácter transitorio, una norma que permita premiar al personal en forma análoga a lo dispuesto en los otros Ejércitos. En su virtud, dispongo Artículo primero. Hasta que una reglamentación propia regule las recompensas en tiempo de guerra en el Ejército del Aire, se aplicarán con carácter transitorio las vigentes en el de Tierra. Artículo segundo. Por el Ministro del Aire se dictarán las disposiciones complementarias para la aplicación de la presente ley y se presentará a mi aprobación, en el más breve plazo, un Reglamento conteniendo las modalidades y recompensas específicas de su Ejército.

Ley de 6 de noviembre de 1942 (BOE número 342, del 13 de diciembre). Por la que se modifica el Reglamento de Recompensas en tiempo de paz. Del estudio del Reglamento de Recompensas en tiempo de paz se desprende la necesidad de modificar éste, haciéndolo más flexible y armónico con las necesidades del Ejército y más conveniente para su eficiencia. Entre las modificaciones previstas figuran las que afectan a recompensas con remuneración económica, que se estima conveniente no demorar. En su virtud, dispongo: Artículo primero. La concesión de la Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco de carácter extraordinario, con pensión a que se refiere el apartado tercero del artículo doce del Reglamento de Recompensas a generales, jefes, oficiales, clases e individuos de tropa y sus asimilados del Ejército en tiempo de paz, aprobado por decreto de veintiséis de mayo de mil novecientos veinte, se hará por decreto previa propuesta del Ministro del Ejército y acuerdo del Consejo de Ministros. Artículo segundo. Se hacen extensivas a los suboficiales las Cruces del Mérito Militar con distintivo blanco a que hacen referencia los apartados segundo y tercero del artículo doce del citado Reglamento. Artículo tercero. Por el Consejo de Ministros se señalará en cada caso la pensión aneja la Cruz concedida, así como la duración en el disfrute de la misma. Artículo cuarto. Por el Ministro del Ejército se regulará, mediante las disposiciones pertinentes, la tramitación de las propuestas para dichas recompensas. Artículo quinto. Quedan derogadas las disposiciones anteriores en cuanto se opongan al cumplimiento de esta ley. Ley de 12 de diciembre de 1942 (BOE número 352, del 18). Por la que se modifica el artículo 26 del Reglamento de Recompensas del Ejército en tiempo de guerra, aprobado por ley de 14 de marzo del mismo año. El fin primordial del «avance en la escala», establecido en el vigente Reglamento de Recompensas en tiempo de guerra, es facilitar el acceso a los mandos superiores de

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aquellos que en los frentes de combate demuestren especiales condiciones de capacidad que pueden ser utilizados en beneficio de la Patria; pero las extraordinarias y sobresalientes aptitudes necesarias para el mando de gran unidad en campaña, confiados a oficiales generales cuyas actuaciones y condiciones profesionales han sido contrastadas durante toda su vida militar, aconseja utilizar en beneficio de la Patria dichas condiciones, abriéndoles la posibilidad de alcanzar no solamente el tanto por ciento de avance señalado, sino el empleo superior inmediato en ciertos casos. En su virtud, dispongo: Artículo único. El artículo veintiséis del Reglamento de Recompensas del Ejército en tiempo de guerra, aprobado por ley de catorce de marzo de mil novecientos cuarenta y dos, queda redactado en la siguiente forma: El «avance en la escala» se traducirá en adelantar en el escalafón del arma o cuerpo un número de puestos equivalente al cuarenta por ciento de la plantilla orgánica del empleo del propuesto vigente en la fecha del avance, excepto en el empleo de general en sus distintas categorías, que cuando haya desempeñado el mando de gran unidad, y previos los trámites que en cada caso señala este Reglamento, podrá llegar a alcanzar hasta el empleo inmediato superior, sin limitación alguna cuando se trate de méritos extraordinarios.

Decreto de 27 de enero de 1943 (Gaceta de Madrid número 31, del 31). Por el que se aprueba el Reglamento de Uniformidad para el Ejército de Tierra43.

PARTE I CAPITULO IX. De las condecoraciones

Regla 1.ª Las condecoraciones que podrán usarse sobre el uniforme son las siguientes: a) Condecoraciones de Campaña. Serán las consignadas en el Reglamento de Recompensas del Ejército en tiempo de guerra, aprobado por ley de 14 de marzo de 1942 (anexo al Diario Oficial número 93), y las de guerra extranjeras concedidas con motivo de campaña. b) Medallas conmemorativas de Campañas. Que no hayan sido suprimidas por el Gobierno de la Nación desde el 18 de julio de 1936. c) Cruces del Mérito Militar, Naval y de San Hermenegildo. No comprendidas en el apartado a). d) Condecoraciones civiles nacionales. Todas las creadas por el Gobierno Nacional desde el 18 de julio de 1936 y las que, creadas con anterioridad a dicha fecha, no se hayan suprimido después de ésta. e) Condecoraciones extranjeras que no sean de guerra. Regla 2.ª Uso de los pasadores. Sera obligatorio el uso sobre la guerrera y en el uniforme de diario de los pasadores que correspondan a las condecoraciones de los grupos a), b) y c) y el distintivo de ascenso por méritos de guerra. Queda prohibido el uso de los correspondientes a las condecoraciones de los grupos d) y e). Regla 3.ª Uso de las condecoraciones. La Cruz Laureada de San Fernando ha de ostentarse constantemente sobre el uniforme. Se llevarán, tantas como se tengan concedidas, en la guerrera, levita, sahariana y capote. La Medalla Militar se llevará también constantemente sobre el uniforme, si bien no se ostenta más que una con los pasadores que corresponda, con arreglo a lo que dispone el vigente Reglamento de esta condecoración. Se llevará en las mismas prendas mencionadas anteriormente, excepto el capote. En los actos y formaciones de gala y en presentaciones y despedidas con motivo de cambio de destino, será obligatorio el uso de las condecoraciones comprendidas en los 43 Se inserta sólo lo que interesa a este epígrafe.

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grupos a) y b). Podrán también usarse las del grupo c). En los demás actos podrán usarse también las del grupo d). Las del grupo e) podrán usarse solamente en los actos sociales a los que concurran representaciones extranjeras o en formaciones con motivos oficiales que tengan relación con alguna nación extranjera, y aun entonces se llevarán solamente las de la nación o naciones que se relacionen con el acto. Regla 4.ª Forma de llevar las condecoraciones. La Cruz Laureada de San Fernando y la Medalla Militar, en primera línea, a la altura del primer botón de la guerrera. En segunda línea, a la altura del segundo botón y en un solo pasador, todas las demás cruces, comenzando siempre desde el botón al hombro por las del grupo a); a continuación, las del b) y c), y por último, las del d) y e), en los casos en que éstas puedan usarse. Las placas, debajo de las anteriores, por el mismo orden y con arreglo a su forma y tamaño. Regla 5.ª Uso de las bandas. No podrá llevarse sobre el uniforme más que una sola banda, bien la militar o de gran cruz.

PARTE II CAPITULO VII. Etiqueta

Regla 4.ª Con este uniforme se llevarán siempre condecoraciones de tamaño miniatura, colocadas con arreglo a las normas establecidas en la parte primera de este reglamento. Decreto de 10 de febrero de 1943 (BOE número 50, del 19). Por el que se dictan normas para la aplicación en el Ejército del Aire del «Avance en la Escala» que determinan los artículos 26 y 27 del Reglamento vigente de Recompensas en tiempo de guerra. La aplicación rigurosa en el Ejército del Aire de los artículos veintiséis y veintisiete del Reglamento de Recompensas en tiempo de guerra, aprobado por las leyes de catorce de marzo y doce de diciembre de mil novecientos cuarenta y dos entretanto que las plantillas orgánicas de sus diferentes escalas no estén cubiertas en su totalidad habría de representar, para el personal que pudiera resultar propuesto para el «Avance en la Escala» de su arma o cuerpo un número de puestos superior al cuarenta por ciento de ella; o de la inmediata, contrariando así el espíritu de aquellas disposiciones. Para evitarlo, se hace necesario, de un modo transitorio, que para el «Avance en la Escala» se cuenten al propuesto el cuarenta por ciento que corresponda al personal existente en cada escala, y no al que, numéricamente, tengan asignada sus plantillas orgánicas. En su virtud, a propuesta del Ministro del Aire y previa deliberación del Consejo de Ministros, dispongo: Artículo único. Hasta tanto que las plantillas orgánicas del Ejército del Aire estén completas de personal, a todo general, jefe, oficial o asimilado, suboficial o clase de tropa que resultara propuesto para el «Avance en la Escala» que determinan los artículos veintiséis y veintisiete de Reglamento vigente de Recompensas en tiempo de guerra se les aplicará el cuarenta por ciento que corresponda al número de personal existente en cada escala, y no al de su plantilla orgánica. Decreto de 29 de septiembre de 1943 (BOE número 276, del 3 de octubre). Por el que se modifica el artículo 27 del vigente Reglamento de Recompensas en tiempo de guerra. El artículo veintisiete del Reglamento de Recompensas en tiempo de guerra vigente, que establece la forma de hacer efectivo el «avance en la escala» cuando por aplicación del

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porcentaje marcado en el artículo veintiséis corresponda el ascenso al empleo inmediato, no puede ser de aplicación para aquellos empleos que, como el de general, no se alcanza por antigüedad, sino por elección, procediendo, por tanto, aclarar el artículo primeramente citado en este sentido. En su virtud, a propuesta del Ministro del Ejército y de acuerdo con el Consejo de Ministros, dispongo: «Artículo único. Cuando por aplicación del artículo veintiséis del Reglamento de Recompensas en tiempo de guerra vigente, corresponda a un coronel o general el ascenso al empleo inmediato, no le será de aplicación a los mismos, lo que se determina en el artículo veintisiete de la citada disposición, colocándose el último del escalafón de su nuevo empleo.» Decreto de 30 de noviembre de 1945 (BOE número 350, de 16 de diciembre). Por el que se aprueba el Reglamento de Recompensas del Ejército del Aire en tiempos de paz44. La ley de dieciocho de junio de mil novecientos cuarenta y dos preveía la formación de un Reglamento que determinase las recompensas específicas del Ejército del Aire, y las modalidades de la aplicación al mismo de las vigentes en los otros Ejércitos. En cumplimiento de dicha disposición, se ha redactado el Reglamento de Recompensas del Ejército del Aire en tiempo de paz, en el que, inspirándose en los mismos principios de las fuerzas de Tierra y Mar, se recoge su sistema de recompensas con las diferencias estrictamente necesarias que aconseja la modalidad y carácter especia] de aquel Ejército. En consecuencia, a propuesta del Ministro del Aire, y previa deliberación del Consejo de Ministros, dispongo: Artículo primero. Se aprueba el siguiente Reglamento de Recompensas del Ejército del Aire en tiempo de paz, que empezará a regir desde la publicación del presente decreto. Artículo segundo. Se autoriza al Ministro del Aire para dictar cuantas disposiciones complementarias sean precisas para su cumplimiento. Artículo tercero. Quedan derogados cuantos Reglamentos y disposiciones se opongan a lo establecido en el mismo.

REGLAMENTO DE RECOMPENSAS DEL EJÉRCITO DEL AIRE EN TIEMPOS DE PAZ Disposiciones generales

Artículo 1.º Pueden ser recompensados en tiempo de paz, los generales, jefes, oficiales, suboficiales, clases e individuos tropa del Ejército del Aire y sus asimilados de los cuerpos auxiliares y político-militares que, con utilidad para el servicio, sobresalgan en el buen cumplimiento de sus deberes. Artículo 2.º Los méritos contraídos y los trabajos importancia realizados durante la guerra, en el teatro de ella, pero que no afecten de modo inmediato a las operaciones ni impliquen penalidades, riesgos ni fatigas excepcionales, dentro de las propias del Ejército del Aire y de la campaña, serán recompensados como trabajos de tiempo de paz. Artículo 3.° En tiempo de paz, sólo podrán premiarse con recompensas de guerra los servicios que el gobierno de la Nación declare hechos de guerra, bien con carácter general, bien concretados a persona o personas que los prestaran, siempre que la naturaleza de los mismos sea específicamente de índole militar. Artículo 4.° Los autores de trabajos, estudios e inventos, cuando los crean dignos de recompensas, elevarán instancia al jefe del Estado, que se cursará por el conducto reglamentario al Ministerio del Aire. Los generales con mando, los jefes de región o zona y los jefes de unidades y dependencias aeronáuticas formularán propuesta cuando estimen que alguno de sus subordinados se ha hecho acreedor a recompensa.

44 Este reglamento queda derogado en lo que se oponga a la ley de 4 de agosto 1970 y totalmente, cuando se

publiquen los respectivos reglamentos, según orden de 14 de julio de 1971.

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Tanto la instancia como la propuesta de referencia irán acompañadas de la justificación del mérito con traído y de la información o datos que se estimen pertinentes por cuantas autoridades intervengan en el curso de los mismos. Artículo 5.° Podrán considerarse como dignos de recompensas los vuelos de especial mérito o dificultad, los trabajos y estudios que versen sobre organización aérea de España o de otras naciones, material aeronáutico o de guerra, movilización, armamento, defensa, aeropuertos, abastecimientos, transportes, sanidad, campamento, maniobras y otras materias de análoga utilidad para el Ejército del Aire; las obras, folletos, mapas, planos e inventos que puedan de igual modo serle útiles; los estudios sobre navegación aérea, aerotecnia, higiene, acuartelamiento, justicia, administración, legislación, comunicaciones y táctica, los inventos de medios y aparatos de utilidad para la Aviación y cuantos otros trabajos y estudios pueden contribuir al progreso aeronáutico de la Nación. Artículo 6.° En ningún caso podrán ser recompensados, con arreglo a las disposiciones de este Reglamento, aquellos trabajos o servicios que sean inherentes al destino o comisión que se desempeña, salvo cuando constituyan un mérito extraordinario, que habrá de ser debidamente acreditado. Artículo 7.° Los inventos, trabajos o servicios cuya índole, importancia o especialidad requieran difusión o utilización casuística en relación con su propiedad, difusión o utilización práctica serán objeto en el Ministerio del Aire del estudio, trámite y resolución que la conveniencia del Estado y los derechos del autor exijan, no sólo como material reglamentario de recompensas, sino como caso de relación mutua entre el agente productor y el servicio beneficiado con el invento o trabajo en cuestión. Artículo 8.° El personal del Ejército y de la Armada puede ser recompensado por el Ministerio del Aire, con sujeción a este Reglamento, cuando realice o presente trabajos, estudios, inventos o servicios de meritoria y directa utilidad para el Ejército del Aire. Igualmente podrán serlo las personas civiles españolas y los miembros de las Fuerzas Armadas o personas civiles extranjeras que se encuentren en las mismas circunstancias. Artículo 9.° No se solicitará ni obtendrá del Ministerio del Aire recompensa por merecimiento alguno que haya sido premiado o esté en curso de poderlo ser por el del Ejército o el de Marina. Artículo 10. Las mociones o instancias a que este Reglamento se refiere para poder solicitar recompensas no implican derecho alguno a la concesión. Artículo 11. Serán extensivos los preceptos de este Reglamento al personal y cuerpos político-militares sin asimilación militar y aplicables a sus individuos en la forma y medida correspondiente a la categoría militar a que por razón de su sueldo resulten equiparados, para lo cual serán considerados como oficiales aquellos que lo devenguen igual o superior al asignado al empleo de alférez.

Recompensas a generales, jefes, oficiales, suboficiales y sus asimilados Artículo 12. Las recompensas que en tiempo de paz podrán ser otorgadas a los generales, jefes, oficiales y suboficiales y sus asimilados serán las siguientes: 1. Mención honorífica. 2. Mención honorífica especial. 3. Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco. 4. Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco de carácter extraordinario y con pensión. 5. Medalla Aérea. Artículo 13. Cuando el Ministro del Aire reciba las mociones o instancias a que se refiere el artículo cuarto de este Reglamento, unirá a los informes y datos ya acompañados cuantos otros juzgue oportuno reclamar de aquellos organismos cuya opinión crea conveniente conocer acerca de la recompensa solicitada y sin más trámites resolverá la concesión cuando ésta haya de consistir en Mención honorífica. Artículo 14. La Mención honorífica será de dos clases: sencilla y especial. La primera servirá para premiar servicios y trabajos de los comprendidos en el artículo quinto precedente que,

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en virtud de los datos e informes aducidos, sean considerados por el Ministro del Aire dignos de tal premio. La especial servirá para premiar automáticamente la perseverancia en la distinción, y se otorgará a los que hayan sido objeto de dos Menciones sencillas. Dos Menciones especiales darán derecho a la Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco45. Artículo 15. La Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco, sin pensión, podrá obtenerse bien por perseverancia en la distinción, con arreglo al precedente artículo, o bien directamente por servicio o trabajos cuyos méritos e importancia lo requiera, a juicio del Ministro del Aire, el cual, siempre que se trate de un servicio o trabajo que parezca merecer recompensa mayor que la Mención honorífica, pasará el expediente al Consejo Superior Aeronáutico, el cual, por sí o con los datos que también puede pedir a otros organismo o entidades, informará al Ministro, quien resolverá por sí cuando se trate de Cruz sin pensión. Las distintas categorías de esta Cruz serán: Cruz de primera clase, para oficiales y suboficiales. Cruz de segunda clase, para jefes. Gran Cruz, para generales. La forma y diseño serán los de las figuras que acompañan a este Reglamento46. Artículo 16. Cuando el Consejo Superior Aeronáutico, en el examen del expediente a que se refiere el artículo anterior encuentre justificada la existencia de méritos extraordinarios que a su juicio deban premiarse con la recompensa establecida en el número cuatro del artículo doce, lo consignará así en su informe, expresando la cuantía de la pensión que considere justa y las condiciones en que haya de ser concedida. La concesión se hará por decreto, previa propuesta del Ministro del Aire y acuerdo del Consejo de Ministros, que señalará en cada caso la pensión aneja a la Cruz concedida, así como la duración en el disfrute de la misma. Artículo 17. La Cruz del Mérito Aeronáutico, pensionada, comprenderá las mismas clases señaladas en el artículo quince. La forma y diseño serán las de las figuras que acompañan a este Reglamento. Artículo 18. Cuando a un general, jefe, oficial, suboficial o asimilado a estas clases se le conceda nuevamente una o varias cruces del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco pensionadas, podrán percibir todas las pensiones, a menos de que en los decretos de concesión se preceptúe de modo expreso lo contrario, sin que en caso alguno pueda ostentar más de una insignia de cada clase de esta Cruz, bien que señalando la repetición de ellas por medio de pasadores o inscripciones en que figure la fecha de la respectiva concesión.

Recompensas a clases e individuos de tropa y sus asimilados Artículo 19. Las clases e individuos de tropa y sus asimilados del Ejército del Aire, cuando con utilidad para éste, se distingan notablemente en el cumplimiento de sus deberes, podrán ser recompensados por méritos contraídos en tiempo de paz, o calificados como tales en el de guerra: 1. Con citación en la orden del Cuerpo, dependencia o entidad superior a que pertenezcan, dándose traslado al interesado. 2. Con la Cruz de Plata del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco, pensionada durante el tiempo de servicio activo. 3. Con la Medalla Aérea. Artículo 20. Los agraciados con estas cruces las conservarán sin variación alguna en la insignia de ella, como distinción muy honrosa, y satisfactoria, aunque asciendan a suboficiales o a categorías con las de éstos equiparados. Artículo 21. La citación en la orden, anotación en la libreta de filiación será decretada por

45 Los artículos 15 a 27 y 28 a 32, referentes a la Cruz del Mérito Aeronáutico y Medalla Aérea, quedaron

derogados, en virtud de lo dispuesto en el artículo 20 de la orden de 14 de julio de 1971 y por decreto de 5 de marzo de 1976 que contiene los Reglamentos de las Medallas del Ejército, Naval y Aérea, y de la Orden del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico con distintivo blanco.

46 Los diseños que acompañan a esta resolución son los publicados en el BOA número 2, de 1946.

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el jefe del regimiento o por el jefe principal del respectivo cuerpo, dependencia o unidad, por sí o a propuesta de los jefes intermedios del interesado, según las circunstancias que den motivos a esta recompensa, y servirá para premiar el sobresaliente cumplimiento del deber y los méritos contraídos en funciones del servicio o fuera de ellas, por actos o trabajos que demuestren amor al mismo y celo por el prestigio de tas instituciones armadas. Artículo 22. Cuando una clase o individuo de tropa, o asimilado a estas categorías, realice un servicio o trabajo de los comprendidos en los artículos cuarto y quinto precedentes, que se estime digno de recompensa superior a la indicada anteriormente, se dará cumplimiento a los trámites y preceptos mencionados en el artículo cuarto de este Reglamento. Artículo 23. Las pensiones asignables a la Cruz de Plata del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco serán mensuales, de siete cincuenta a doce cincuenta pesetas para cabos y soldados, según la importancia del servicio trabajo a que sirvan de premio. Artículo 24. El que fuera agraciado con dos o más de estas Cruces pensionadas percibirá pensión de todas, a menos de que en la Orden de concesión se determine lo contrario. No se podrá ostentar más que una de ellas, indicando las sucesivas concesiones por pasadores en la cinta, en cada uno de los cuales se inscribirá la fecha en que fue otorgada. Artículo 25. Estas pensiones serán acreditadas por meses enteros desde el primero del siguiente a su concesión; no variarán de porte cuando el interesado ascienda en empleo o categoría militar; serán percibidas mientras el agraciado con cualquiera de ellas permanezca en servicio activo como suboficial, clase, individuo de tropa o asimilado, aunque entre tanto pase a otro cuerpo, destino, unidad o dependencia de los ramos de Ejército, Marina o Aire, y dejarán definitivamente de percibirse cuando dicho agraciado ascienda a oficial o a la categoría asimilada o equiparada, o sea baja en el servicio activo. Artículo 26. Se entenderá por tiempo de permanencia en servicio activo para el percibo de estas pensiones todo el que el interesado sirva en cuerpo o destino dependiente de los ramos de Ejército, Marina y Aire, tanto en épocas normales como en casos de movilización, sin alcanzar categoría, asimilación o consideración de oficial. Artículo 27. Las Cruces de Plata del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco se otorgarán por el Ministro del Aire, cuando hubiere lugar a concederlas, previo los trámites consignados en este Reglamento.

Medalla Aérea Artículo 28. La Medalla Aérea, creada por real decreto de nueve de abril de mil novecientos veintiséis, tiene por objeto recompensar al personal del Ejército del Aire, cualquiera que sea su categoría, que acredite en tiempo de paz, tripulando precisamente aparatos de aviación o aerostación, valor, abnegación, virtudes militares y aptitudes profesionales sobresalientes, en un vuelo notable o en una fructífera labor de conjunto. Artículo 29. La condecoración será de una categoría o clase única y se ajustará en la forma y dimensiones al diseño que se acompaña a este Reglamento. Artículo 3º. La Medalla Aérea podrá concederse también como recompensa colectiva a los aviones o unidades aéreas cuya actuación, aislada o de conjunto, se signifique por méritos o servidos análogos a lo que en el artículo veintiocho se señalan para otorgar este galardón individualmente. Los tripulantes que intervinieran en el hecho que motive la recompensa usarán en la manga de la prenda de cuerpo el distintivo que se acompaña a este Reglamento. Artículo 31. La Medalla Aérea individual será pensionada para todo el personal que la posea, y se percibirán tantas pensiones como medallas de este orden se obtengan. Esta pensión será vitalicia y su cuantía se regulará por el veinte por ciento inicial que en todo momento corresponda al empleo en que se obtuvo, sin que este sueldo inicial pueda ser inferior al del empleo de capitán. Los condecorados con la Medalla Aérea individual, gozarán del tratamiento inmediato superior.

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PLACA DE LA GRAN CRUZ CRUZ DE 2ª CLASE

CRUZ DE 1ª CLASE (ANVERSO Y REVERSO) CRUZ DE 1ª CLASE, PENSIONADA)

Artículo 32. La Medalla Aérea individual, o la colectiva en su caso, será concedida por el Ministro del Aire, siempre que el informe del Consejo Superior Aeronáutico sea favorable y previa la instrucción del correspondiente expediente informativo, que ha de tramitarse en la forma establecida en su Reglamento. La Medalla Aérea para generales la concederá el jefe del Estado a propuesta del Ministro del Aire y previo informe favorable del Consejo Superior Aeronáutico.

Disposiciones transitorias Artículo 33. Los generales, jefes, oficiales, suboficiales, clases e individuos de tropa y sus asimilados y equiparados que hasta ahora tengan concedidas recompensas por servicios y méritos aeronáuticos de paz o calificados como tales, continuarán atenidos, por lo que a ellas se refiere, a los términos y condiciones en que le fueron otorgadas.

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Los que tengan pendiente propuesta de recompensa por méritos, obras y servicios en tiempo de paz o considerados como tales, anteriores a la promulgación de este Reglamento, serán recompensados con arreglo al mismo, si éste le comprende.

CRUZ DE PLATA MEDALLA AÉREA

BANDA DE LA GRAN CRUZ

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Decreto-ley de 27 de enero de 1955 (BOE número 29, del 29). Sobre revisión de los Reglamentos de recompensas militares. Del estudio de los Reglamentos de Recompensas para el personal de la Armada, aprobados por real decreto de diecinueve de octubre de mil novecientos veintiuno; del Reglamento de Recompensas en tiempo de paz para el Ejército de Tierra, aprobado por real decreto de veintiséis de mayo de mil novecientos veinte, y del Reglamento en tiempo de guerra para el mismo Ejército, aprobado por ley de catorce de marzo de mil novecientos cuarenta dos, así como del Reglamento de Recompensas en tiempo de paz para el Ejército del Aire, aprobado por decreto de treinta de noviembre de mil novecientos cuarenta y cinco, y de las demás disposiciones complementarias, se deduce la necesidad de revisar aquellas recompensas pensionadas con cantidades no vinculadas al sueldo —recogiendo así el espíritu de lo dispuesto por decreto-ley de nueve de octubre de mil novecientos cuarenta y cinco—, así como también la de hacer extensivo al personal de suboficiales de la Armada lo establecido para el mismo personal de los Ejércitos de Tierra y Aire por ley de seis de noviembre de mil novecientos cuarenta y dos y por decreto de treinta de noviembre de mil novecientos cuarenta y cinco, respectivamente. Por otra parte, la conveniencia de aquilatar y graduar debidamente los méritos adquiridos en campaña por las clases de tropa para ser adecuadamente recompensados, aconseja que la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo —que hoy subsiste con el nombre de Cruz Roja del Mérito Militar en virtud del actual régimen de recompensas en tiempo de guerra, aprobado por ley de catorce de marzo de mil novecientos cuarenta y dos— pueda volver a ser pensionada. Asimismo, la Cruz de Guerra y la Cruz de Guerra con palmas, que en la actual reglamentación carecen de pensión, deben poder ser también pensionadas en atención a su rango, superior al de la Cruz Roja del Mérito Militar cuando sean concedidas a las clases de tropa. En su virtud, haciendo uso de la autorización conferida al gobierno por el artículo decimotercero de la ley de diecisiete de julio de mil novecientos cuarenta y dos, modificada por la de nueve de marzo de mil novecientos cuarenta y seis, y previa deliberación del Consejo de Ministros, dispongo: Artículo primero. Se hace extensiva a los suboficiales de la Armada la Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco a que hacen referencia los apartados segundo y tercero del artículo doce del Reglamento de Recompensas en tiempo de paz, aprobado por real decreto de diecinueve de octubre de mil novecientos veintiuno. Artículo segundo. El artículo veinticuatro del Reglamento de Recompensas en tiempo de paz para el personal de la Armada, aprobado por real decreto de diecinueve de octubre de mil novecientos veintiuno, quedará redactado en la forma siguiente: «Artículo veinticuatro. Las pensiones asignadas a la Cruz de Plata del Mérito Naval con distintivo blanco, serán mensuales y en la cuantía de veinticinco a cincuenta pesetas para cabos, según la importancia del servicio o trabajo a que sirvan de premio, y de veinticinco pesetas para marineros y soldados.» Artículo tercero. El artículo veinticuatro del Reglamento de Recompensas en tiempo de paz para el personal del Ejército de Tierra, aprobado por real decreto de veintiséis de mayo de mil novecientos veinte, quedará redactado en la forma siguiente: «Artículo veinticuatro. Las pensiones asignadas a la Cruz de Plata del Mérito Militar con distintivo blanco, serán mensuales y en la cuantía de veinticinco a cincuenta pesetas para cabos, según la importancia del servicio o trabajo a que sirvan de premio, y de veinticinco pesetas para soldados.» Artículo cuarto. El artículo veintitrés del Reglamento de Recompensas en tiempo de paz para el personal del Ejército del Aire, aprobado por decreto de treinta de noviembre de mil novecientos cuarenta y cinco, quedará redactado en la forma siguiente: «Artículo veintitrés. Las pensiones asignadas a la Cruz de Plata del Mérito Aeronáutico,

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con distintivo blanco, serán mensuales y en la cuantía de veinticinco a cincuenta pesetas, para cabos, según la importancia del servicio o trabajo a que sirvan de premio, y de veinticinco pesetas para soldados.» Artículo quinto. El artículo cincuenta del Reglamento de Recompensas en tiempo de guerra para personal de la Armada, aprobado por real decreto de diecinueve de octubre de mil novecientos veintiuno, quedará redactado en la forma siguiente: «Artículo cincuenta. Las pensiones de la Cruz de Plata del Mérito Naval, con distintivo rojo, podrán ser temporales (cinco años) o vitalicias y de la cuantía de cincuenta a cien pesetas mensuales para cabos, y de treinta y cinco a cincuenta pesetas para marineros y soldados, según los méritos que concurran en los interesados. Artículo sexto. Queda modificado el artículo treinta del Reglamento de Recompensas del Ejército en tiempo de guerra, aprobado por ley de catorce de marzo de mil novecientos cuarenta y dos, en el sentido de que la Cruz Roja del Mérito Militar en su categoría de plata, podrá ser sencilla o pensionada. Las pensiones correspondientes podrán ser temporales (cinco años) o vitalicias y de la cuantía de cincuenta a cien pesetas mensuales para cabos, y de treinta y cinco a cincuenta pesetas mensuales para soldados, según los méritos que concurran en los interesados. Esta Cruz, con pensión vitalicia, sólo será concedida a los individuos de tropa que, reuniendo las demás condiciones precisas para obtener esta recompensa, con o sin pensión, hayan resultado heridos graves en campaña. Artículo séptimo. La Cruz de Guerra para tropa, con cinta azul celeste y blanco, establecida en el artículo treinta y ocho del Reglamento de Recompensas del Ejército en tiempo de guerra, podrá ser concedida sin o con pensión. Las pensiones podrán ser temporales (cinco años) o vitalicias, y de la cuantía de cien a ciento cincuenta pesetas mensuales para cabos, y de cincuenta a cien pesetas para soldados. Esta Cruz, con pensión vitalicia, sólo será concedida a los individuos de tropa que, reuniendo las demás condiciones precisas para alcanzar esta recompensa, con o sin pensión, hayan resultado heridos graves en campaña. Artículo octavo. La Cruz de Guerra con Palmas, establecida en el artículo cuarenta y tres del Reglamento de Recompensas del Ejército en tiempo de guerra, podrá ser concedida a las clases de tropa, sin o con pensión. Las pensiones podrán ser temporales (cinco años) o vitalicias y de la cuantía de ciento cincuenta a doscientas pesetas mensuales, para cabos, y de cien a ciento cincuenta pesetas mensuales, para soldados; y para obtener la pensión vitalicia será condición precisa haber resultado herido grave en campaña, además de reunir las necesarias para alcanzar esta recompensa, sin o con pensión. Artículo noveno. La tramitación y concesión de las recompensas a que se refieren los artículos sexto, séptimo y octavo, así como la apreciación de los méritos para obtenerlas y la fijación, en su caso, de las pensiones que se consideren adecuadas, se ajustarán a lo dispuesto para cada una de aquéllas en el Reglamento de Recompensas del Ejército para tiempo de guerra. Artículo décimo. Por cada uno de los Ministerios, de Ejército, Marina y Aire, se procederá a estudiar y someter a la aprobación del Consejo de Ministros, sus respectivas propuestas de Reglamento de Recompensas en tiempo de paz y de guerra que hayan de regir separadamente y en un texto único para cada Ejército, refundiendo y adaptando a la legislación vigente, en cuanto sea aplicable a los tres Ejércitos, los Reglamentos que se indican en el preámbulo de este decreto-ley. Artículo undécimo. Del presente decreto-ley se dará cuenta inmediata a las Cortes Españolas.

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TENIENTE GENERAL ANTONIO BARROSO SÁNCHEZ-GUERRA Ministro del Ejécito

TENIENTE GENERAL CAMILO ALONSO VEGA

Ministro de la Gobernación

TENIENTE GENERAL ANTONIO ALCUBILLA PÉREZ Director de la Guardia Civil

GENERAL DE DIVISIÓN LUIS MARZAL ALBARRÁN

Subdirector de la Guardia Civil

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Orden de 12 de febrero de 1962 (BOE número 47, del 23) Por la que se concede un nuevo plazo de un año para solicitar las recompensas derivadas de la Campaña de Liberación a efectos del decreto 909/1961, de 31 de mayo. El decreto 909/1961, de 31 de mayo, dictado por esta Presidencia del Gobierno, concede el empleo honorífico de teniente o alférez de navío de sus respectivas armas o cuerpos a todos los suboficiales que al alcanzar la edad de retiro forzoso estando en servicio activo se encuentren en posesión de la Medalla de la Campaña de la Guerra de Liberación por participación activa en ella (vanguardia) y la Cruz de la Constancia en el Servicio, en cualquiera de sus tres categorías. Con el fin de que todos los Suboficiales que, encuadrados durante la guerra en las diferentes unidades militares, prestaron servicio en calidad de soldados, marineros o clases, y que en su día descuidaron el reconocimiento de las recompensas derivadas de la Campaña de Liberación a que tenían derecho, puedan solicitar éstas para alcanzar los beneficios de retiro establecidos en el decreto 909/1961, de 31 de mayo, cuando les corresponda. Esta presidencia del Gobierno, de conformidad con los Ministerios interesados, ha acordado conceder excepcionalmente a tales efectos un nuevo plazo de un año para la solicitud de la Medalla de la Campaña de la Guerra de Liberación por participación activa en ella y de la Cruz de la Constancia en el Servicio en cualquiera de sus tres categorías, plazo que se contará a partir de la publicación de la presente orden en el Boletín Oficial del Estado. Las solicitudes para la concesión de la Medalla de la Campaña de Liberación deberán dirigirse a los Ministerios militares de que dependieron durante la guerra las unidades armadas en las cuales los interesados prestaron servicio, y la Cruz de la Constancia en el Servicio se solicitará del Ministerio de la Gobernación por el personal del Cuerpo de Policía Armada.

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Ley 15/1970, de 4 de agosto (BOE número 187, del 6). General de recompensas de las Fuerzas Armadas47. Las recompensas en las Fuerzas Armadas, cuya posesión es un honor que puede alcanzar a cualquier español que se distinga en la defensa de la Patria, revisten gran trascendencia en el aspecto moral y orgánico, por constituir estímulo en la superación permanente en el cumplimiento del deber, penalidades, riesgos y sacrificios inherentes a la propia esencia de la vida militar, así como factor importante de selección en campaña, en beneficio no de los propios interesados, sino de la misma organización armada y de la Nación, al destacar al personal con condiciones morales, físicas e intelectuales más idóneas para el ejercicio del mando militar en operaciones. Por tales motivos, las recompensas militares suponen para los distinguidos una mayor responsabilidad en el cumplimiento del deber por el honor que representa su posesión. La necesidad de conseguir una sistemática aplicación de criterios coordinados en esta materia, tanto en tiempo de guerra como de paz, así como la conveniencia de simplificar la multiplicidad legislativa existente, que en muchos casos se remonta a los comienzos del siglo pasado, son circunstancias que aconsejan acometer la redacción de un solo cuerpo legal en el que se recojan todas las recompensas militares y se actualice su naturaleza y efectos con carácter conjunto para todas las Fuerzas Armadas. Es obligado, por otra parte, hacer uso de la facultad concedida por la ley ciento trece/mil novecientos sesenta y seis, en su artículo doce, disposición transitoria séptima y disposición final séptima, para revisar las pensiones anejas a aquellas recompensas militares cuyas cuantías no fueron actualizadas, y algunas de las cuales son incluso inferiores a las que señalaba la legislación del año mil novecientos veintiuno, como sucede con las correspondientes a la Medalla de Sufrimientos por la Patria, Cruz de Plata del Mérito Militar y otras posteriores, como la Cruz de Guerra, que afectan principalmente a clases de tropa hoy licenciadas, pero que conservan como inestimable tesoro las recompensas individuales obtenidas con ejemplar espíritu de sacrificio al servicio de la Patria. En su virtud, y de conformidad con la ley aprobada por las Cortes Españolas, vengo en sancionar:

TÍTULO PRIMERO De las recompensas de guerra

CAPÍTULO PRIMERO DISPOSICIONES GENERALES

Artículo primero. Para premiar los hechos o servicios de guerra podrán concederse las recompensas que a continuación se señalan: Uno. Cruz Laureada de San Fernando. Dos. Medalla Militar. Tres. Avance en la Escala. Cuatro. Cruz de Guerra con Palmas. Cinco. Cruz de Guerra. Seis. Cruz Roja del Mérito Militar. Siete. Citación como distinguido en la Orden General. Ocho. Medalla de Caballero Mutilado de Guerra por la Patria. Nueve. Medalla de Sufrimientos por la Patria. Diez. Medallas de las Campañas. Artículo segundo. Estas recompensas podrán ser concedidas a los generales o almirantes, jefes, oficiales, suboficiales, clases de tropa o marinería, asimilados, equiparados, considerados y personal civil que actúe en campaña a las órdenes directas de

47 A tenor de lo dispuesto en el apartado 1 de la disposición derogatoria única del real decreto 1323/1995, de 28

de julio, quedaron derogados los artículos 28, 29, 30, 31, 47, 48, 49, 50 y 53 de esta ley, en lo que se refiere a la Cruz Roja del Mérito Militar, citación en la Orden General, a la Cruz del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico y a las menciones honoríficas. Fue derogada totalmente por real decreto 1040/2003, de 1 de agosto.

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los mandos de las Fuerzas Armadas. Las recompensas concedidas tendrán el carácter de irrenunciables y no podrán ser permutadas. Artículo tercero. Los méritos contraídos y los servicios de importancia realizados durante la guerra que no afecten de un modo inmediato a las operaciones ni lleven consigo las penalidades y riesgos peculiares a las Fuerzas Armadas en campaña, que sean consecuencia del cumplimiento de misiones y órdenes del mando militar, se considerarán y recompensarán como prestados en tiempo de paz.

CAPÍTULO II DISPOSICIONES ESPECIALES

Real y Militar Orden de San Fernando48 Artículo cuarto. Las recompensas de esta Orden tendrán como objeto premiar el valor heroico como virtud sublime que, con relevante esfuerzo de la voluntad y de la abnegación, induce a acometer extraordinarias acciones militares, bien individuales o colectivas, con inminente riesgo de la propia vida y siempre en servicio y beneficio de la Patria. Artículo quinto. Tales recompensas se otorgarán por el Jefe del Estado, previo expediente o juicio contradictorio, con arreglo a las prescripciones del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, y serán las siguientes: — Gran Cruz Laureada de San Fernando. — Cruz Laureada de San Fernando. — Laureada colectiva de San Fernando. Artículo sexto. Los derechos inherentes a esta recompensa, otorgada con carácter individual serán los siguientes: Uno. El honor de ingresar como Caballero de la Orden. Dos. Todo el personal profesional que se halle en posesión de esta recompensa y pertenezca a las armas y cuerpos en los que existe el “Grupo de Destinos de Arma o Cuerpo”, “Escala de Tierra” o situación similar, gozarán del derecho de pasar a la reserva o retiro dos años más tarde que el resto del personal de su misma arma, cuerpo, escala y empleo. No obstante, en tales armas y cuerpos el pase de los Caballeros Laureados al citado cuerpo de Destinos de Arma o Cuerpo, Escala de Tierra o situación similar tendrá lugar a la edad fijada con carácter general para todos los demás que no reúnan tal condición. Tres. La posesión de la Cruz Laureada de San Fernando será mérito preferente para el primer ascenso por elección que se produzca en la vida militar después de obtener tal recompensa, siempre que se reúnan las condiciones exigidas a los no laureados. Cuatro. Las pensiones anejas a esta Orden tendrán carácter vitalicio y transmisible: su cuantía será del cincuenta por ciento del sueldo del empleo que en cada momento tengan asignados los interesados en los Presupuestos Generales del Estado, sin que en ningún caso pueda ser inferior a la correspondiente al empleo de capitán. Cinco. Salvo en los casos previstos en el número siguiente, a todo el personal militar en posesión de esta recompensa se le otorgará el empleo superior inmediato, a su pase por edad o inutilidad física, a la situación de “retirado”, “reserva”, “licenciado absoluto” o a su fallecimiento. Asimismo, se otorgará cuando el pase sea consecuencia de retiro forzoso, excepto cuando obedezca a procedimiento judicial gubernativo o Tribunal de Honor, en cuyos casos no obtendrán tal ascenso. Seis. Cuando llegado el momento del pase a la reserva o retiro, si por haberse ya alcanzado la categoría máxima en el arma, cuerpo o escala correspondiente no se pudiera obtener el ascenso señalado en el apartado anterior, se compensará con un incremento del veinte por ciento del sueldo, independientemente del cincuenta por ciento citado en el apartado cuatro de este artículo. Los tenientes generales y almirantes, por haber alcanzado ya el máximo empleo de su escala, obtendrán, asimismo, en tal momento, el citado incremento del veinte por ciento.

48 Los artículos 4, 5, 6, 7, 8 y 9 quedaron derogados por real decreto 899/2001, de 27 de julio.

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Siete. Los caballeros laureados a los que se refiere el apartado dos, a partir de dos años antes de cumplir la edad de pase a las situaciones de reserva o retiro fijada con carácter general para el resto del personal de su escala o empleo, podrán optar en cualquier momento por pasar a dichas situaciones o continuar en el servicio activo los cuatro años restantes, aplicándoles, en todo caso, las ventajas que les correspondan como tales laureados. Ocho. Las clases de tropa y marinería licenciadas, en posesión de la Cruz Laureada, cuando cumplan los sesenta años de edad, percibirán el mismo incremento del veinte por ciento del sueldo de capitán, en analogía con lo dispuesto en el apartado seis de este artículo. Nueve. Las pensiones anejas a esta Orden serán transmisibles en su integridad, siempre que tengan aptitud legal, a las viudas, hijos o padres, al fallecimiento de los causantes. Diez. Las pensiones derivadas de la Cruz Laureada no podrán ser objeto de embargo, retención, compensación o descuento, así como tampoco podrán ejercerse tales acciones sobre la transmitida a los herederos citados en el número anterior. Artículo séptimo. La Laureada de San Fernando dará derecho a uso de uniforme y fuero militar, aun después de la separación definitiva del servicio, sea cualquiera la causa, si la pérdida de estos derechos no se expresa taxativamente en sentencia firme o Tribunal de honor. Ningún Caballero Laureado podrá ser privado de esta condecoración, aun cuando lo fuese del empleo que ejerce, sin que terminantemente se exprese aquella privación en la resolución del Tribunal competente. Cuando los respectivos Ministros de los Ejércitos a los que pertenezcan los Caballeros Laureados lo estimen conveniente, podrán utilizar los servicios de éstos en tiempo de paz o de guerra para puestos adecuados a las condiciones de cada uno de ellos. Artículo octavo. Los Caballeros Laureadas de San Fernando, sus hijos, hermanos y nietos disfrutarán de los mismos beneficios de ingreso y permanencia en las academias militares que los que la legislación vigente concede a los huérfanos de los muertos en campaña. Igualmente podrán optar por ingresar como funcionarios civiles al servicio de la administración militar, con preferencia en igualdad de condiciones, con otros aspirantes, los familiares antes señalados de uno y otro sexo, siempre que superen las pruebas correspondientes. Artículo noveno. Todos los Caballeros Laureados, cualquiera que sea su categoría o situación militar, y los familiares que legalmente de ellos dependan, tendrán derecho a los beneficios asistenciales o de carácter análogo que reglamentariamente se determinen de entre los concedidos al personal de las Fuerzas Armadas.

Medalla Militar49 Artículo diez. Esta condecoración servirá como recompensa ejemplar para premiar hechos o servicios de valor muy distinguidos, realizados en campaña, con alto espíritu y dotes militares. Se otorgará, bien individualmente o por unidades orgánicas de las Fuerzas Armadas; en su consecuencia, podrá ser individual o colectiva. Artículo once. La Medalla Militar individual o la colectiva, en su caso, será concedida por el Ministro del Ejército respectivo, siempre que el informe de su Consejo Superior sea favorable, y previa la instrucción del correspondiente expediente informativo, que ha de tramitarse en la forma establecida en su Reglamento. La Medalla Militar para generales y almirantes la concederá el Jefe del Estado, a propuesta del Ministro del Ejército respectivo y previo informe favorable del Consejo superior del mismo. En casos muy excepcionales en que la notoriedad y ejemplaridad de los hechos lo aconsejen, el general o almirante en jefe, previa rápida y exacta comprobación, podrán conceder la Medalla Militar individual, dando cuenta circunstancial al Ministro del ramo para su aprobación.

49 Los artículos 10, 11 y 12 quedaron derogados por real decreto 899/2001, de 27 de julio.

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Artículo doce. Los derechos inherentes a esta recompensa otorgada con carácter individual serán los siguientes: Uno. Las pensiones anejas a esta condecoración serán vitalicias y transmisibles; su cuantía será del veinte por ciento del sueldo del empleo que en cada momento tengan asignado los interesados en los Presupuestos del Estado, sin que en ningún caso pueda ser inferior al correspondiente al empleo de capitán. Dos. Salvo en los casos previstos en el apartado cuatro de este artículo, a todo el personal militar en posesión de esta recompensa se le otorgará el empleo superior inmediato bajo los mismos supuestos y condiciones establecidos en el punto cinco del artículo sexto. Tres. El personal militar en posesión de esta condecoración perteneciente a las armas y cuerpos en las que está establecido el “Grupo de Destino de Arma o Cuerpo”, la “Escala de Tierra” o situación similar podrá solicitar el beneficio citado en el párrafo anterior, con las condiciones que se establecen en el mismo, en cualquier momento a partir de dos años antes de alcanzar la edad señalada para el pase a la reserva o retiro, pasando en tal caso automáticamente a esta última situación. Cuatro. Cuando llegado tal momento, si por haberse ya alcanzado la categoría máxima en el arma, cuerpo o escala correspondiente no se pudiera obtener el ascenso señalado en el párrafo segundo de este artículo, se compensará con un incremento del veinte por ciento, independientemente del otro veinte por ciento citado en el párrafo primero de este artículo. Los tenientes generales y almirantes, por haber alcanzado ya el máximo empleo de su escala, obtendrán, asimismo, en tal momento, el citado incremento del veinte por ciento del sueldo. Cinco. Las clases de tropa y marinería licenciadas en posesión de la Medalla Militar, cuando cumplan los sesenta años de edad, percibirán el mismo incremento del veinte por ciento del sueldo de capitán, en analogía con lo dispuesto en el apartado cuatro de este artículo. Seis. Las pensiones anejas a esta condecoración serán trasmisibles en su integridad, siempre que tengan aptitud legal a las viudas, hijos o padres al fallecimiento de los causantes. Siete. Los poseedores de esta recompensa, sus hijos y nietos, disfrutarán de los mismos beneficios de ingreso y permanencia en las academias militares que los que la legislación vigente concede a los huérfanos de los muertos en campaña. Igualmente podrán optar por ingresar como funcionarios civiles al servicio de la administración militar los familiares antes señalados de ambos sexos, siempre que superen las pruebas correspondientes, sin concurrencia de plaza en el momento de la oposición, pero amortizándose en los sucesivos50.

Avance en la Escala Artículo trece. Servirá esta recompensa para premiar las condiciones de capacidad para mando superior de los generales o almirantes, jefes, oficiales y suboficiales, clases de tropa y marinería de las Fuerzas Armadas a fin de utilizar en beneficio de la Patria las extraordinarias y sobresalientes aptitudes demostradas al actuar en hechos o servicios de armas en los frentes de combate. Artículo catorce. Para la obtención de esta recompensa será preciso e indispensable acreditar las condiciones señaladas en el artículo anterior por un plazo no inferior a seis meses. No obstante, si una campaña durase menos de dicho período, pero su violencia y sacrificio fuesen de tal magnitud que aconsejasen premiar a los combatientes con esta recompensa, podrá el Gobierno acordar la declaración del tiempo que hubiese durado la lucha como constitutivo de un período de campaña a los efectos indicados. Artículo quince. La formalización de la propuesta de “Avance en la Escala”, que en todo

50 Corrección de errores (DO número 298).

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caso corresponderá al general o almirante Jefe de la unidad de que dependa el interesado, requerirá como condiciones indispensables las siguientes: Uno. Superación en el cumplimento del deber y actuación sobresaliente por valerosa y resolutiva en el desarrollo del combate o batalla en sus momentos críticos. Dos. Reunir cualidades de prestigio de todo orden y carácter. Tres. Estar calificado, a juicio de la autoridad proponente, con capacidad acreditada para ejercitar mando superior. Artículo dieciséis. Será requisito indispensable para la incoación del expediente de “Avance en la Escala” el que se haya formulado a una misma persona un mínimo de cuatro propuestas de las señaladas en el artículo anterior. Artículo diecisiete. La resolución de un expediente de “Avance en la Escala” corresponderá al Ministro del Ejército al que pertenezca el interesado, previo informe favorable del Consejo Superior del mismo. Artículo dieciocho. La concesión del “avance en la Escala” consistirá en adelantar en el escalafón del arma o cuerpo un número de puestos equivalente al cuarenta por ciento de la plantilla orgánica del empleo del propuesto, vigente en el momento de iniciarse el expediente. Si al avanzar el cuarenta por ciento antes citado correspondiese al interesado ocupar un puesto en la escala del empleo inmediato superior, adelantará en este nuevo empleo tantos lugares como resulte de aplicar a la plantilla orgánica del mismo el tanto por ciento sobrante. Si el retiro se produjese antes del ascenso, la diferencia de sueldo entre su empleo y el inmediatamente superior la percibirá el interesado con carácter de pensión vitalicia. En este caso tendrá derecho también a la obtención del empleo superior inmediato en la forma prevista en el número dos del artículo veinticinco. Artículo diecinueve. El avance en las clases de tropa y marinería consistirá en la concesión del empleo superior inmediato. Artículo veinte. El expediente de “avance” únicamente será elevado por el general o almirante en jefe a la superioridad cuando las declaraciones e informaciones reglamentarias sumen como mínimo las cuatro quintas partes de opiniones favorables, incluido en todo caso en éstas la del jefe de la gran unidad, división naval o fuerza aérea a que pertenezca el propuesto.

Cruz de Guerra con Palmas51 Artículo veintiuno. Esta condecoración se concederá con carácter individual al personal que, habiéndole sido incoado expediente para la Medalla Militar individual o para el “Avance en la Escala”, no obtenga resolución final favorable, a que se refieren los artículos diecisiete y diecinueve, por no llenar plenamente las condiciones exigidas para tales recompensas, pero se apreciaren méritos relevantes muy superiores a los exigidos para la Cruz de Guerra. Artículo veintidós. La concesión de esta recompensa será atribución del Ministro del Ejército al que pertenezca el interesado, previo informe favorable del Consejo Superior del mismo. Artículo veintitrés. Los derechos inherentes a esta condecoración serán los siguientes: Uno. Pensión vitalicia consistente en la diferencia de sueldo del empleo del interesado en cada momento al del empleo inmediato superior que señalen los Presupuestos Generales del Estado. Para los tenientes generales y almirantes, la pensión consistirá en el diez por ciento del sueldo. Para las clases de tropa y marinería, la pensión vitalicia será en cuantía del diez por ciento del sueldo de sargento señalado en dichos presupuestos. Dos. El personal en posesión de esta recompensa, excepto los generales o almirantes y coroneles o capitanes de navío, obtendrá el empleo superior inmediato, con carácter honorífico, al pasar a la situación de retirado por edad o de licenciado absoluto. Tres. Los generales o almirantes y coroneles o capitanes de navío en posesión de esta

51 Véase el Reglamento aprobado por decreto de 23 de agosto de 1975.

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condecoración podrán solicitar, al pasar a la reserva o retirados por edad, el ascenso al empleo superior inmediato con carácter honorífico, a cuyos efectos será considerado como condición muy cualificada, correspondiendo en todo caso la resolución al Consejo de Ministros, a propuesta del Ministro del Ejército de que se trate, y previo informe favorable del Consejo Superior respectivo. Cuatro. Se exceptúa de los derechos citados en el apartado tres de este artículo a los tenientes generales y almirantes, por haber alcanzado ya el máximo empleo en su escala.

Cruz de Guerra52 Artículo veinticuatro. Esta condecoración se concederá al personal que hubiera realizado actos o servicios “muy destacados” que tuvieren extraordinaria eficacia en el desarrollo del combate o batalla, de acuerdo con los preceptos de su Reglamento. Artículo veinticinco. Esta recompensa únicamente podrá ser pensionada cuando se conceda a clases de tropa y marinería. La pensión que en estos casos pueda otorgarse consistirá en el seis por ciento del sueldo de sargento y podrá ser temporal o vitalicia, de acuerdo con lo prescrito en su Reglamento. Artículo veintiséis. La concesión de esta recompensa, cuando no sea pensionada, corresponderá al ministro o comandante supremo del Ejército respectivo. Las pensiones deberán ser concedidas por decreto acordado en el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministro del Ejército respectivo. Artículo veintisiete. Salvo en caso excepcional de que la campaña tuviera un solo período de duración de seis meses, no podrá proponerse para esta recompensa a personal que no haya obtenida una Cruz Roja en otro período anterior de la misma campaña.

Cruz Roja del Mérito Militar53 Artículo veintiocho. Se premiarán con esta recompensa los hechos y servicios destacados y de eficacia reiterada en el desarrollo del combate dentro del periodo de duración de una campaña, como mínimo de seis meses, de acuerdo con lo prescrito en su Reglamento. Artículo veintinueve. Esta recompensa únicamente podrá ser pensionada cuando se conceda a clase de tropa y marinería. La pensión que en estos casos pueda otorgarse consistirá en el cuatro por ciento del sueldo de sargento y podrá ser temporal o vitalicia según lo prescrito en su Reglamento. Artículo treinta. La concesión de esta recompensa, cuando no sea pensionada, corresponderá al general o almirante jefe del teatro de operaciones (gran unidad, fuerza naval o aérea de nivel similar). Las pensiones deberán ser concedidas por decreto acordado, en Consejo de Ministros, a propuesta del Ministro del Ejército correspondiente. Cuando el carácter de los servicios que se recompensen lo justifique, esta recompensa podrá concederse excepcionalmente en tiempos de paz.

Citación como distinguido en la Orden General Artículo treinta y uno. Servirá para premiar actuaciones destacadas en el cumplimiento del deber y los méritos contraídos en el transcurso de operaciones o servicios de campaña.

Medalla de Caballero Mutilado de Guerra por la Patria Artículo treinta y dos. Se concederá esta recompensa al personal en posesión del título de Caballero Mutilado de Guerra por la Patria obtenido con arreglo al Reglamento del Benemérito Cuerpo. Al personal militar premiado con esta recompensa, y perteneciente al expresado cuerpo, se le otorgará el empleo superior inmediato hasta el de coronel y capitán de navío, con carácter exclusivamente honorario, cuando cumpla la edad que hubiere motivado en otro caso su pase a la situación de reserva o de retiro. Los demás derechos honoríficos y de todo orden anejos al título y Medalla de Caballero

52 Véase el reglamento aprobado por decreto de 23 de agosto de 1975. 53 Véase el reglamento aprobado por decreto 1091/76 de 5 de marzo.

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Mutilado serán los que correspondan, de acuerdo con la especial legislación de dicho cuerpo.

Medalla de Sufrimientos por la Patria54 Artículo treinta y tres. Esta condecoración constituirá el honroso distintivo de quienes sin mengua ni quebranto de su honor militar resulten heridos o lesionados en tiempo de guerra en acto de servicio, con arreglo a lo prescrito en su Reglamento. En todo caso, se exigirá además el requisito indispensable de que las heridas o lesiones sufridas sean calificadas de pronóstico «grave» o siendo menos grave exijan treinta días de curación como mínimo. Artículo treinta y cuatro. La concesión de la Medalla de sufrimientos por la Paria llevará anejos, con arreglo a las condiciones y circunstancias exigidas en su Reglamento, los siguientes beneficios: Uno. Pensión diaria equivalente a la dieta reglamentaria vigente en cada momento, correspondiente al empleo del interesado durante el período de curación de las heridas. Dos. Indemnización por una sola vez, en la cuantía del cinco, diez o quince por ciento del sueldo anual asignado a dicho empleo en los Presupuestos Generales del Estado, según la gravedad de las heridas y el tiempo que exija su curación. Para las clases de tropa y marinería y sus asimilados que no tengan asignado sueldo se computará, a los efectos de las pensiones e indemnizaciones, el haber diario normal incluida manutención, que esté vigente en cada momento. Artículo treinta y cinco. Esta recompensa sin pensión podrá concederse también a los prisioneros de guerra que lo hayan sido sin menoscabo del honor militar y soporten de manera honrosa su cautiverio. Asimismo podrá concederse a las viudas y familiares de los muertos en campaña en las condiciones que señale el Reglamento. Artículo treinta y seis. La concesión de esta recompensa corresponderá al Ministro del Ejército al que pertenezca el interesado, previa formalización del oportuno expediente con arreglo al citado Reglamento.

Medallas de las campañas55 Artículo treinta y siete. Como distintivo para los que toman parte en cada campaña se creará una medalla que podrá concederse, según los casos, al personal militar o civil por su participación activa en ella durante un plazo de tiempo que se determinará al crearla, teniendo en cuenta al hacerlo el género y la duración de la guerra. En cualquier caso, el distintivo será diferente para aquellos que sean premiados con esta recompensa desde puestos desempeñados en zonas que no sean las de combate en cualquier teatro de operaciones. Artículo treinta y ocho. Las propuestas para la concesión de esta medalla serán formuladas por los jefes de cuerpo, unidad o centro y su concesión corresponderá, según los casos, al general o almirante en jefe para el personal que de él dependa y al Ministro para el que preste servicios en retaguardia y no dependa del mando en jefe.

TÍTULO II De las recompensas de paz

CAPÍTULO PRIMERO DISPOSICIONES GENERALES

Artículo treinta y nueve. Para premiar los méritos, trabajos, servicios o actuaciones distinguidas en tiempo de paz podrán concederse las siguientes recompensas: — Medalla del Ejército, Medalla Naval y Medalla Aérea. — Cruz del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico con distintivo blanco. — Medalla del Mutilado. — Medalla de Sufrimientos por la Patria.

54 El reglamento fue aprobado por decreto de 23 de agosto de 1975. Los artículos 33, 34, 35 y 36 quedaron sin

efecto por la ley 17/1989, de 19 de julio. 55 Véase el reglamento aprobado por decreto 2422/1975, de 23 de agosto.

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— Mención honorífica. — Citación en la Orden. Artículo cuarenta. Son también recompensas para premiar la constancia en el servicio y la entrega con intachable conducta a la carrera de las armas: Uno. El ingreso en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo para generales y almirantes, jefes y oficiales y sus asimilados. Dos. La Cruz de la Constancia en el Servicio para suboficiales y sus asimilados. Artículo cuarenta y uno. También podrán concederse en tiempo de paz las recompensas de guerra señaladas en el título I cuando el Gobierno de la nación declare hechos de guerra los servicios determinantes de las mismas y siempre que específicamente sean de índole militar. Artículo cuarenta y dos. En ningún caso podrán ser recompensados con arreglo a las disposiciones del presente capítulo aquellos servicios o trabajos que sean inherentes al destino o comisión que se desempeñe, salvo cuando constituyan un mérito extraordinario, que habrá de ser debidamente acreditado. Artículo cuarenta y tres. Para que pueda concederse al personal civil alguna recompensa de las comprendidas en este capítulo será preciso que los servicios o méritos por los que se conceda sean excepcionales y muy distinguidos, así como estrictamente relacionados con las actividades propias del departamento militar correspondiente.

CAPÍTULO II DISPOSICIONES ESPECIALES

Medalla del Ejército, Medalla Naval y Medalla Aérea56 Artículo cuarenta y cuatro. Estas Medallas que sólo podrán concederse con carácter muy excepcional, tienen por objeto recompensar a quienes en tiempo de paz realicen algún hecho que suponga valor distinguido unido a virtudes militares y profesionales sobresalientes. También podrán otorgarse estas recompensas con carácter colectivo a aquellas Unidades orgánicas de cualquiera de los tres Ejércitos cuya actuación se signifique por méritos o servicios análogos a los expuestos en el párrafo anterior. Artículo cuarenta y cinco.—Esta recompensa se concederá por decreto acordado en Consejo de Ministros y previo expediente e informe favorable del Consejo Superior del Ejército respectivo y de acuerdo con las prescripciones de su Reglamento. Artículo cuarenta y seis. Estas Medallas, cuando tengan carácter individual serán pensionadas con el cinco por ciento del sueldo del empleo que ostente en cada momento, como mínimo del de sargento, teniendo carácter vitalicio, pero no transmitible. Su diseño, forma y color de cinta serán determinadas por su Reglamento, estableciéndose las oportunas diferencias con las específicas señaladas en el título primero de esta ley.

Cruz del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico57 Artículo cuarenta y siete. Esta recompensa podrá concederse cuando se realicen servicios o trabajos de destacado mérito e importancia, así como por perseverancia en la distinción, cuando previamente se hayan obtenido dos recompensas de mención honorífica especial, todo con arreglo al Reglamento respectivo. Artículo cuarenta y ocho. Las distintitas categorías de esta Cruz serán las siguientes: — Gran Cruz para generales y almirantes. — Cruz de primera clase para jefes. — Cruz de segunda clase para oficiales. — Cruz de tercera clase para suboficiales. — Cruz de cuarta clase para las clases, de tropa y marinería. Artículo cuarenta y nueve. Esta recompensa podrá concederse con pensión o sin ella. La pensión será del tres por ciento del sueldo del empleo en que se obtenga, como mínimo de sargento. Se percibirá durante el tiempo que se señale en la disposición por la que se

56 Véase el reglamento aprobado por decreto 1091/1976, de 5 de marzo. 57 Véase el reglamento aprobado por decreto 1091/1976, de 5 de marzo.

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conceda y en todo caso dejará de devengarse al pasar a la situación de reserva o retirado, y si se trata de clases de tropa o marinería, al cesar en la situación de actividad. Artículo cincuenta. Las recompensas de la Orden, se otorgarán: Uno. La Gran Cruz, por el Jefe del Estado a propuesta del Ministro del Ejército respectivo. Dos. La Cruz pensionada de cualquier categoría por méritos extraordinarios, por decreto acordado en Consejo de Ministros a propuesta del titular del departamento correspondiente y previo informe de su Consejo Superior. Tres. Las no comprendidas en los dos apartados anteriores, por el Ministro del Ejército respectivo, previo el cumplimiento de los requisitos que reglamentariamente se establezcan.

Medalla de Mutilados58 Artículo cincuenta y uno. Podrá concederse esta condecoración, cuando sea ello procedente, de acuerdo con el Reglamento del Cuerpo de Mutilados, disfrutando los que la ostenten de los beneficios honoríficos y económicos que dicha legislación señale.

Medalla de Sufrimientos por la Patria59 Artículo cincuenta y dos. Esta Medalla podrá ser concedida en las condiciones que señale su Reglamento al personal militar o militarizado que en acto de servicio, y sin imprudencia ni impericia por su parte, fuera víctima de accidente que le produzca heridas o lesiones calificadas de pronóstico «grave» o que siendo «menos grave» exijan, como mínimo, treinta días de curación. Las pensiones que en su caso lleven anejas estas recompensas serán las determinadas en el artículo treinta y cuatro de la presente ley, y su concesión corresponderá al Ministro del Ejército respectivo con arreglo a los preceptos del Reglamento correspondiente.

Mención honorífica Artículo cincuenta y tres. La mención honorífica servirá para premiar servicios, trabajos y estudios de diversa índole que puedan contribuir al progreso militar, naval o aeronáutico de la nación, y será de dos clases: sencilla y especial. La primera mención honorífica que se conceda será siempre sencilla, otorgándose automáticamente la especial a los que hayan sido objeto de dos menciones sencillas, a fin de premiar la perseverancia en la distinción. La concesión de esta recompensa corresponde, al Ministro del Ejército respectivo.

Citación en la Orden60 Artículo cincuenta y cuatro. Servirá para premiar el sobresaliente cumplimiento del deber y los méritos contraídos en funciones del servicio o fuera de ellos por actos o trabajos que demuestren amor al mismo y celo por el prestigio de las instituciones armadas.

Real y Militar Orden de San Hermenegildo61 Artículo cincuenta y cinco. La Real y Militar Orden de San Hermenegildo tiene por objeto recompensar la constancia en el servicio militar de los generales, almirantes, jefes, oficiales y sus asimilados que con sus acrisoladas virtudes militares, así como con sacrificio de su libertad y propia conveniencia contribuyan con intachable proceder y larga permanencia en filas a conservar el buen orden, disciplina y subordinación, base primordial de las Fuerzas Armadas. Las circunstancias y requisitos para su concesión serán las que determine su Reglamento. Artículo cincuenta y seis. Estará integrada por las tres categorías siguientes62: — La Gran Cruz, para generales o almirantes y asimilados que siendo Caballeros Placa

llevan cuarenta años de servicio, con abonos de campaña, desde su ascenso a oficial.

58 El artículo 51 quedó sin efecto por ley 17/1989, de 19 de julio. 59 El artículo 52 quedó sin efecto por ley 17/1989, de 19 de julio. 60 El artículo 54 quedó derogado por real decreto 1323/1995, de 28 de julio. 61 Los artículos 55, 56 y 57 quedaron derogados por real decreto 223/1994, de 14 de febrero. 62 Modificado por ley 47/1972, de 22 de diciembre.

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— La Placa, para jefes y oficiales y asimilados en posesión de la Cruz con treinta y cinco años de servicio, con abonos de campaña, de ellos diez día a día en el empleo de oficial

— La Cruz, para jefes y oficiales y asimilados con veinticinco años de servicio con abonos de campaña, de ellos cinco, día a día en el empleo de oficial.

Artículo cincuenta y siete. Las pensiones anejas a esta recompensa serán vitalicias; su cuantía y las condiciones para su percepción serán las establecidas en su Reglamento.

Cruz a la Constancia en el Servicio63 Artículo cincuenta y ocho. Servirá esta recompensa para premiar la prolongada permanencia en el servicio de los suboficiales y asimilados de los cuerpos militares con intachable proceder y se alcanzará a partir de los veinte años de servicio con abonos de campaña, contados a partir de la fecha de ingreso en el servicio. Artículo cincuenta y nueve. Las pensiones anejas a esta recompensa serán vitalicias; su cuantía y las condiciones para su percepción serán las establecidas en su Reglamento. El ingreso en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo producirá automáticamente la pérdida de las pensiones correspondientes a la Cruz de la Constancia, pero no al uso de ésta.

DISPOSICIONES COMUNES Primera. No podrán concederse otras recompensas militares que las contenidas en la presente ley, y con los requisitos, trámites y efectos que en cada caso se determina. Las resoluciones que recaigan sobre concesión o denegación de recompensas no podrán ser objeto de ninguna clase de recursos. Segunda. Las recompensas militares no podrán ser solicitadas por los interesados o sus familiares, salvo aquellas cuyo Reglamento lo determine específicamente. Tercera. Uno. La permanencia en determinadas unidades o territorios no dará derecho por sí misma a la concesión de alguna recompensa de las comprendidas en los capítulos anteriores. No obstante, para distinguir al personal destinado por período superior a tres años en tales unidades o territorios se establecerán los correspondientes distintivos de permanencia. Dos. Cuando se trate de distintivos comunes a los tres Ejércitos, su reglamentación deberá efectuarse por decreto de la Presidencia del Gobierno, a propuesta de los Ministerios militares con la coordinación previa del Alto Estado Mayor. Tres. Los distintivos particulares de cada Ejército serán establecidos por el Ministerio correspondiente, si bien para la debida coordinación de la reglamentación del uso de los mismos deberá llevarse a efecto con el informe previo del Alto Estado Mayor. Cuarta. Cuando una misma persona haya sido premiada con varias recompensas pensionadas podrá percibir todas las pensiones otorgadas, salvo que en los decretos de concesión se disponga de modo expreso lo contrario. Quinta. Sin perjuicio del derecho al percibo de todas las pensiones anejas, de acuerdo con lo preceptuado en la disposición anterior, no podrán ostentarse sobre el uniforme más de una insignia de cada categoría de las recompensas concedidas, señalándose su repetición por medio de pasadores o inscripción en que figure la fecha de la respectiva concesión. Se exceptúa de esta limitación la Cruz Laureada de San Fernando. Sexta. Cuando se esté en posesión de más de una recompensa que lleve anejo el derecho de ascenso al pasar a la situación de reserva, retiro, licencia absoluta, inutilidad física o fallecimiento, sólo podrá obtenerse uno con carácter efectivo, si procediera, teniendo los demás la condición de honoríficos. En ningún caso los expresados ascensos honoríficos llevarán consigo beneficio económico de naturaleza alguna, así como tampoco facultará para ejercer el mando correspondiente a dichos grados, en caso de posible destino o movilización. Quedan exceptuados del derecho establecido en el párrafo anterior los que hayan alcanzado el máximo empleo en su cuerpo o escala.

63 Derogado por real decreto 223/1994, de 14 de febrero.

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Si como consecuencia de dichos ascensos se llegase a poder alcanzar el generalato o almirantazgo o sus grados dentro de él, será requisito para su obtención, resolución del Consejo de Ministros, a propuesta del Ministro respectivo y previo informe del Consejo Superior correspondiente. Séptima. El ascenso honorífico que en el artículo treinta y dos de la presente ley se reconoce a los Caballeros Mutilados de Guerra será conferido para el empleo superior inmediato, con igual carácter honorífico y en los mismos supuestos, a los coroneles y capitanes de navío y generales y almirantes del Benemérito Cuerpo, con excepción de los que ya hubieran alcanzado el máximo empleo en las escalas de oficiales generales cuando así se resuelva a petición de los interesados y previo informe favorable, en todo caso, del Consejo Superior del Ejército respectivo. Octava. Las pensiones anejas a las recompensas de guerra no estarán sujetas a tributación alguna. Novena. El momento en que cada una de las recompensas a que se refiere esta ley deba comenzar a surtir efecto de todo orden será determinado en la disposición por la que se concedan, de acuerdo con lo que a este respecto señale el Reglamento correspondiente. Décima. Las recompensas de paz comprendidas en el título segundo de esta ley que se concedan al personal de la Policía Armada lo serán por el Ministro del Ejército a propuesta del general inspector del referido cuerpo, excepto las de «Mención honorífica» y «Citación en la Orden», que se otorgarán con arreglo a la reglamentación específica de dicho cuerpo.

DISPOSICIONES FINALES Primera. La presente ley entrará en vigor el día de su publicación en el Boletín Oficial del Estado. Los beneficios que concede serán de aplicación a todo el personal, tanto en activo como al que haya pasado con anterioridad a las situaciones de reserva, retiro o licenciado, así como de corresponderles, a los derechohabientes de los fallecidos, sin que los efectos económicos tengan en ningún caso carácter retroactivo anterior al citado día. Segunda. Por el Ministerio de Hacienda se habilitarán los créditos necesarios para el cumplimiento de lo dispuesto en esta ley. Tercera. Se faculta a la Presidencia del Gobierno para que por decreto, a propuesta de los Ministerios militares, coordinados por el Alto Estado Mayor, dicte las disposiciones que sean precisas para el desarrollo de la presente ley, así como los reglamentos específicos de las recompensas que lo requieran. Cuarta. Quedan derogadas las disposiciones referentes a recompensas militares que se opongan a lo dispuesto en la presente ley. La tabla derogatoria deberá ser publicada por la Presidencia del Gobierno en el plazo máximo de un año, a partir de la vigencia de esta ley. En cuanto se promulguen y entren en vigor los reglamentos específicos previstos en la disposición final cuarta quedará derogada toda la legislación anterior que se refiere a la recompensa correspondiente.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS Primera. Si los beneficios de cualquier naturaleza, y especialmente los económicos que resultaren de la aplicación de esta ley, fueran inferiores a los que otorga la legislación anterior, se respetarán íntegramente mientras subsista esta circunstancia. Segunda. Los jefes, oficiales y asimilados profesionales de las Fuerzas Armadas que sean Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando en la fecha de la promulgación de la presente ley conservarán todos los derechos que respecto a límites de edad concedió el decreto-ley de once de agosto de mil novecientos cincuenta y tres (BOE número 249), en relación con el artículo treinta y uno del vigente Reglamento de la Orden, en las condiciones que específicamente señala el referido decreto-ley. Tercera. Las Cruces de San Fernando de primera y tercera clase, otorgadas desde la creación de esta Real y Militar Orden, llevarán aneja una pensión anual vitalicia equivalente al veinte por ciento del sueldo del empleo militar que tengan asignado los interesados en los Presupuestos Generales del Estado, sin que en ningún caso pueda ser inferior al de capitán, siempre que tales cruces hubiesen sido concedidas por real cédula o disposición de

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rango análogo o superior y conste en la hoja de servicios del interesado. Cuarta. Se hacen extensivos a los derechohabientes de los poseedores de las Cruces mencionadas en la disposición transitoria anterior, los beneficios que concedan los números seis y siete del artículo doce de esta ley. Quinta. Se hacen extensivos al personal en posesión de la Cruz de María Cristina los beneficios que se conceden a los poseedores de la Cruz de Guerra con Palmas en el artículo veintitrés de la presente ley. En lo referente al artículo veintitrés, párrafo segundo, se entenderá siempre que no esté en posesión de otra recompensa que lo lleve anejo con carácter efectivo. Este ascenso honorífico será incompatible con cualquier otro que pudiera corresponderle en tal momento por aplicación de otra disposición vigente. Sexta. Uno. Se podrá otorgar el ascenso honorífico al empleo inmediato superior, a petición de los interesados, a los coroneles, capitanes de navío o asimilados, que pasen a la situación de retiro, cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes: Primera. Haber sido recompensado con ascenso por méritos de guerra o «Avance en la Escala». Segunda. Haber tomado parte en la Guerra de Liberación y ostentar la Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, y además se ostente alguno de los méritos que a continuación se consignan: a) Estar en posesión de la Cruz de Guerra, de la Medalla del Ejército, Medalla Naval, Medalla Aérea, o de la Cruz del Mérito Militar, Naval o Aérea, pensionada, las seis últimas concedidas por decreto acordado en Consejo de Ministros, previo informe favorable del Consejo Superior correspondiente. b) Haber prestado servicios eminentes a los Ejércitos de Tierra, Mar o Aire. Dos. Para aspirar a los derechos conferidos en la presente disposición es condición precisa que exista en el cuerpo de procedencia del interesado el empleo de oficial general o asimilado y que haya ascendido en la situación de actividad a dicho empleo alguno de los posteriores en la escala respectiva. Tres. El ascenso honorífico es totalmente incompatible con cualquier otro que pudiera corresponder por aplicación de disposiciones distintas. Los que lo obtengan no podrán optar a la Gran Cruz de San Hermenegildo ni adquirir nuevos derechos en esta Orden, debiendo seguir percibiendo las pensiones que les correspondan por su empleo y por la expresada recompensa por la Dirección General de la Deuda y Clases Pasivas. Cuatro. En todo caso será preciso el informe favorable del Consejo Superior de cada Ejército. Séptima. Se podrá otorgar el ascenso honorífico a petición de los interesados y en las condiciones señaladas en el artículo veintitrés, a quienes habiendo obtenido el ascenso por méritos de guerra o avance en la escala no hayan adelantado en el escalafón de su arma o cuerpo un número de puestos equivalentes al avance en la escala que se establece en esta ley. Octava. Por haberse modificado en el artículo cuarenta y ocho las categorías de las Cruces del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico, las concedidas con anterioridad a la vigencia de esta ley se conservarán con el diseño con que fueron otorgadas, pero se considerarán automáticamente como sigue: a) De Primera Clase, las anteriores de Tercera y Segunda concedidas a jefes. b) De Segunda Clase, las anteriores de Primera concedidas a oficiales. c) De Tercera Clase, las anteriores de Primera concedidas a suboficiales. d) De Cuarta Clase, las anteriores Cruces de Plata64. Novena. Los actuales poseedores de las Medallas Naval y Aéreas las conservarán con sus derechos y beneficios anejos, de conformidad con las disposiciones por las que fueron otorgadas.

64 Redactado como aparece en la ley 47/1972, de 22 de diciembre, modificada por real decreto 1323/1995, de 28

de julio.

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Décima. Las pensiones vitalicias anejas a las Medallas de Sufrimientos por la Patria, que por legislación anterior fueron concedidas a los suboficiales y clases de tropa y marinería, se percibirán en la cuantía de doscientas pesetas mensuales, a partir de la entrada en vigor de la presente ley. Undécima. No obstante lo dispuesto en el apartado uno de la disposición común tercera de esta ley, los que se encuentren disfrutando pensiones de Cruces del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico con distintivo blanco, concedidas por permanencia en determinadas unidades o territorios, las conservarán en las cuantías y forma que establecieron las disposiciones por las que fueron otorgadas y de acuerdo con sus preceptos y los de la orden de la Presidencia del Gobierno de catorce de marzo de mil novecientos sesenta y siete, que estableció las normas de aplicación de la ley ciento trece/mil novecientos sesenta y seis.

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Orden de 14 de julio de 1971 (DO número 176). Por la que se publica la tabla derogatoria referente a la ley 15/1970, general de recompensas de las Fuerzas Armadas. La ley 15/1970, de 4 de agosto, general de recompensas de las Fuerzas Armadas, establece en su disposición final cuarta que quedan derogadas las disposiciones que se opongan a la ley y que la tabla derogatoria se publicará por la Presidencia del Gobierno en el plazo máximo de un año a partir de la vigencia de la misma. El segundo párrafo de la citada disposición determina que en cuanto se promulguen y entren en vigor los reglamentos específicos quedará derogada toda la legislación anterior que se refiera a la recompensa correspondiente. Conviene, pues, señalar por una parte, las disposiciones derogadas por la propia ley, y por otra, aquellas que se consideran derogadas en lo que se opongan a la misma, pero que por contener normas de orden reglamentario no lo serán definitivamente hasta que se publiquen los reglamentos respectivos. Asimismo, por su naturaleza peculiar y el número y complejidad de sus disposiciones reglamentarias se ha considerado oportuno respecto a la Real y Militar Orden de San Hermenegildo remitir al reglamento que se dicte la publicación de las disposiciones que derogue. En su virtud, se publica la adjunta tabla de derogaciones, propuesta por el Alto Estado Mayor.

TABLA DEROGATORIA REFERENTE A LA LEY 15/1970, GENERAL DE RECOMPENSAS DE LAS FUERZAS ARMADAS

Primero. Quedan expresamente derogadas a partir del 6 de agosto de 1970 las siguientes disposiciones: 1) De carácter general. — Decreto-ley de 27 de enero de 1955, que modifica, en cuanto a pensiones de determinadas Recompensas, el Reglamento de Recompensas en tiempo de paz del Ejército de Tierra, aprobado por real decreto de 26 de mayo de 1920; el Reglamento de Recompensas de paz de la Armada, aprobado por real decreto de 19 de octubre de 1921, y el Reglamento de Recompensas de paz del Ejército del Aire, aprobado por decreto de 30 de noviembre de 1945, así como el Reglamento de Recompensas del Ejército en tiempo de guerra, aprobado por ley de 14 de marzo de 1942. — Orden del Ministerio de Marina de 27 de julio de 1940, relativa a pensiones de la Medalla Militar y la Cruz de Guerra. — Real decreto de 27 de febrero de 1925, que establece dos artículos sobre Cruz de Plata del Mérito Naval, adicionales al Reglamento de Recompensas de paz de la Armada de 19 de octubre de 1921. 2) Relativas a la Real y Militar Orden de San Fernando y Medallas Militar, Naval y Aérea. — Ley 146/1964, de 16 de diciembre, sobre incremento del 20 por 100 del sueldo al pasar a la situación de “reserva” o “retiro” por edad a Caballeros Laureados y poseedores de la Medalla Militar, Naval o Aérea individuales que ya tengan el sueldo del empleo Superior. — Ley 161/1963, de 2 de diciembre, que modifica el artículo tercero de la ley 2/1960, de 12 de mayo. — Ley 32/1963, de 2 de marzo, que extiende los beneficios concedidos por la ley de 26 de mayo de 1944 a los Caballeros Laureados y poseedores de la Medalla Militar, Naval o Aérea individuales que pasen a la situación de “reserva” o “retiro forzoso por inutilidad física”. — Orden del Ministerio del Ejército de 1 de junio de 1960 para cumplimiento de la ley 2/1960, de 12 de mayo, sobre pensiones a Laureados y Medalla Militar individual. — Ley 2/1960, de 12 de mayo, sobre pensiones anexas a la Cruz Laureada de San Fernando y Medallas Militar, Naval y Aérea. — Orden del Ministerio del Ejército de 3 de julio de 1944 para aplicación de la ley de 26

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de mayo de 1944 sobre ascensos y pensiones de retiro del personal en posesión de la Laureada de San Fernando o Medalla Militar individual. — Ley de 26 de mayo de 1944 sobre ascensos y pensiones de los Caballeros Laureados y poseedores de las Medallas Militar, Naval o Aérea individuales. 3) Relativas a la Real y Militar Orden de San Fernando. — Ley 72/1959, de 30 de julio, sobre pensión de los Caballeros Cruz de Primera Clase de la Real y Militar Orden de San Fernando. — Decreto-ley de 11 de agosto de 1953 por el que se prorroga el límite de edad para el retiro a los jefes, oficiales y asimilados, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. — Ley de 20 de diciembre de 1952 sobre edades de pase a la situación de “retirado” de los jefes y oficiales Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. — Decreto de 25 de mayo de 1951, que modifica el artículo 13 del Reglamento respecto a transmisión de las pensiones de Caballeros Laureados. — Decreto de 15 de julio de 1949 sobre pensiones a cabos, soldados y marineros Caballeros Cruces de Primera. 4) Relativas a la Medalla Militar. — Ley de 30 de marzo de 1954, que concede opción a los poseedores de la Medalla Militar individual para el pase a “reserva” o “retiro” por edad con el empleo superior o la continuación en el grupo de “destino de Arma o Cuerpo”. 5) Relativas a la Medalla Aérea. — Decreto de 10 de febrero de 1943 que señala la pensión de la Medalla Aérea individual. — Real decreto de 9 de abril de 1926 que crea la Medalla Aérea. 6) Relativas a las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico. — Decreto 999/1962, de 10 de mayo, sobre concesión de la Cruz del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico por permanencia en las provincias de Ifni y Sahara. 7) Relativas a las Cruces del Mérito Militar y Aeronáutico. — Decreto 1383/1966, que modifica el artículo 1 del decreto de 21 de octubre de 1954 sobre concesión de estas recompensas por permanencia en la Brigada Paracaidista y en el Centro de Instrucción de Paracaidistas del Ejército del Aire. — Decreto de 21 de octubre de 1954 sobre concesión de estas recompensas por permanencia en las Tropas Paracaidistas y en el Centro de Instrucción de Paracaidistas del Ejército del Aire. 8) Relativas a la Cruz del Mérito Militar. — Artículo quinto de la orden del Ministerio del Ejército de 30 de abril de 1966 sobre concesión de la Cruz al Mérito Militar por permanencia en Unidades de Aviación Ligera. — Decreto de 5 de marzo de 1954 sobre concesión por permanencia en las Mehal-las y Mejaznia Armada. — Orden de la Presidencia del Gobierno de 27 de marzo de 1952 aclaratoria del decreto de 15 de febrero de 1951 sobre concesión de la Cruz del Mérito Militar por permanencia en Guinea y África Occidental. — Orden de la Presidencia del Gobierno de 12 de junio de 1951 para cumplimiento del decreto de 15 de febrero de igual año. — Decreto de 15 de febrero de 1951 sobre concesión de la Cruz del Mérito Militar por permanencia en territorio del África Occidental Española y Golfo de Guinea. — Decreto de 27 de mayo de 1949 aclaratorio del artículo segundo del decreto de 15 de julio de 1948 sobre concesión de la Cruz por permanencia en la Escuela Militar de Montaña o Unidades de esta especialidad. — Decreto de 15 de julio de 1948 sobre concesión de la Cruz del Mérito Militar por permanencia en Unidades de Montaña o Escuela de dicha especialidad. — Decreto de 31 de enero de 1945 sobre concesión de la Cruz del Mérito Militar por permanencia en la Legión o en las Fuerzas Regulares Indígenas.

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9) Relativas a la Cruz del Mérito Naval. — Decreto 2529/1961, de 7 de diciembre, que modifica el artículo primero del decreto 1.139/1960, de 15 de junio, que concede la Cruz por permanencia en la Región Ecuatorial. — Decreto 1139/1960, de 15 de junio, que concede la Cruz a personal de la Armada por permanencia en Guinea. — Orden del Ministerio de Marina de 29 de marzo de 1955 que eleva la cuantía de la pensión a marineros y fogoneros a los que se les haya concedido la Cruz por permanencia en Submarinos. — Artículo siete del decreto de 22 de enero de 1936 sobre concesión de la Cruz al personal de marinería por permanencia en Submarinos. 10) Relativas a la Cruz del Mérito Aeronáutico. — Orden del Ministerio del Aire de 20 de junio de 1966 sobre recompensas a personal por permanencia en los Centros de Alerta y Control. — Decreto 1195/1966, de 2 de abril, sobre concesión de la Cruz por permanencia en los Centros de Alerta y Control. — Decreto 2617/1962, de 25 de octubre, sobre concesión de la Cruz por permanencia en Fernando Poo y Río Muni. — Decreto 35/1961, de 19 de enero, por el que se modifican las categorías de la Orden del Mérito Aeronáutico. — Orden del Ministerio del Aire de 18 de mayo de 1960 en cumplimiento del decreto de 31 de diciembre de 1959 sobre concesión por permanencia en Ifni-Sahara. — Orden del Ministerio del Aire de 9 de marzo de 1953 en cumplimiento del decreto de 21 de octubre de 1954 sobre concesión por permanencia en Unidades Paracaidistas. 11) Relativas a la Cruz de la Constancia en el Servicio. — Ley 165/1963, de 2 de diciembre, por la que se hace extensivo el derecho a la Cruz a determinado personal civil. Segundo.—Quedan derogadas en lo que se opongan a la ley 15/1970, y se considerarán derogadas totalmente cuando se publiquen los respectivos Reglamentos, las siguientes disposiciones: 1) De carácter general. — Decreto de 30 de noviembre de 1945 que aprueba el Reglamento de Recompensas del Ejército del Aire en tiempo de paz. — Ley de 12 de diciembre de 1942 que modifica la ley de 14 de marzo de 1942 que aprobó el Reglamento de Recompensas del Ejército en tiempo de guerra. — Ley de 18 de junio de 1942 por la que se aplican al Ejército del Aire las disposiciones de recompensas en tiempo de guerra en el Ejército de Tierra hasta que las regule una Reglamentación propia. — Ley de 14 de marzo de 1942 que aprobó el Reglamento de Recompensas del Ejército en tiempo de guerra. — Real decreto de 19 de octubre de 1921 que aprobó los Reglamentos de Recompensas en tiempo de paz y en tiempo de guerra para el personal de la Armada. — Real decreto de 26 de mayo de 1920 que aprobó el Reglamento de Recompensas en tiempo de paz del Ejército de Tierra. 2) Relativas a la Real y Militar Orden de San Fernando y Medallas Militar, Naval y Aérea. — Ley de 18 de diciembre de 1950 sobre preferencias en destinos civiles de Caballeros Laureados y poseedores de la Medalla Militar individual. — Decreto de 26 de mayo de 1938 sobre preferencias de mayor antigüedad en concurrencia de mandos a los Laureados o poseedores de la Medalla Militar individual. 3) Relativas a la Real y Militar Orden de San Fernando. — Decreto de 5 de abril de 1940 sobre anulación de otra recompensa por el mismo hecho a los que se le conceda la Cruz Laureada de San Fernando. — Orden de 23 de octubre de 1936 que reforma el artículo 76 del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando.

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— Real Orden Circular del Ministerio de la Guerra de 4 de febrero de 1926 que contiene instrucciones para la tramitación de los expedientes. — Real decreto de 3 de mayo de 1922 que reforma el artículo 39 del Reglamento. — Real decreto de 12 de abril de 1922 que reforma el artículo 29 del Reglamento. — Real orden circular del Ministerio de la Guerra de 21 de diciembre de 1921 sobre publicación de la apertura del juicio contradictorio. — Real orden circular del Ministerio de Marina de 23 de julio de 1920 sobre expedientes de juicio contradictorio. — Real decreto de 5 de julio de 1920 por el que se aprueba el Reglamento de la Orden. — Ley de 1 de marzo de 1909 sobre preferencias y tratamientos a los poseedores de la Cruz de San Fernando. 4) Relativas a la Medalla Militar. — Orden del Ministerio del Ejército de 16 de mayo de 1940 sobre concesión de Medallas Militares colectivas. — Orden de Ejército de 5 de mayo de 1938 sobre diseño de la Medalla Militar. — Real orden circular del Ministerio de la Guerra de 4 de febrero de 1925 sobre uso del distintivo. — Real orden circular del Ministerio de la Guerra de 27 de marzo de 1924 sobre forma de imponer las Medallas Militares colectivas. — Real orden circular del Ministerio de la Guerra de 12 de agosto de 1922 sobre el distintivo de la Medalla Militar colectiva. — Real orden circular del Ministerio de la Guerra de 7 de diciembre de 1920 que describe el modelo de la Medalla Militar. — Real orden circular de 12 de marzo de 1920 que aprobó el Reglamento Provisional de la Medalla Militar. 5) Relativas a la Medalla Naval. — Orden del Ministerio de Marina de 12 de septiembre de 1922 sobre entrega del distintivo de la condecoración. — Real orden de 24 de diciembre de 1921 que describe la Medalla Naval. — Real orden de 14 de octubre de 1921 que aprobó el Reglamento provisional de la Medalla Naval. 6) Relativas a la Medalla Aérea. — Orden del Ministerio del Aire de 20 de julio de 1249 que contiene la descripción de la Medalla Aérea. — Real decreto de 24 de enero de 1928 que modifica algunos artículos del Reglamento de 14 de abril de 1926. — Real decreto de 14 de abril de 1926 que aprueba el Reglamento de la Medalla Aérea. 7) Relativas al avance en la Escala. — Decreto de 29 de septiembre de 1943 aclaratorio de los artículos 26 y 27 del Reglamento de Recompensas del Ejército en tiempo de guerra aprobado por la ley de 14 de marzo de 1942. — Orden de 18 de marzo de 1941 que creó y diseñó el pasador de ascenso por méritos de guerra. 8) Relativas a la Medalla de Sufrimientos por la Patria. — Orden del Ministerio del Ejército de 5 de septiembre de 1959 que modifica el apartado c) del artículo sexto del Reglamento de la Medalla de Sufrimientos por la Patria, de 11 de marzo de 1941. — Orden del Ministerio de Marina de 18 de febrero de 1959 sobre apartado c) del artículo sexto del Reglamento. — Orden de la Presidencia del Gobierno de 24 de noviembre de 1956 aclaratoria de la orden de 9 de junio de 1952 en cuanto a las pensiones de esta Medalla. — Orden de la Presidencia del Gobierno de 9 de junio de 1952 que modifica el artículo 9 del Reglamento de la Medalla de Sufrimientos por la Patria, de 11 de marzo de 1941.

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— Orden del Ministerio del Ejército de 11 de marzo de 1941 que publica el Reglamento. — Ley de 7 de julio de 1921 sobre pensiones anexas a la Medalla de Sufrimientos por la Patria. 9) Relativas a la Cruz del Mérito Naval. — Orden del Ministerio de Defensa Nacional de 3 de agosto de 1939 sobre modelos de Cruces blancas del Mérito Naval. — Real decreto de 10 de julio de 1913 sobre concesión de la Cruz del Mérito Naval a funcionarios civiles y a particulares. — Real decreto de 1 de abril de 1891 que aprueba el Reglamento de la Orden del Mérito Naval. 10) Relativas a la Cruz del Mérito Aeronáutico. — Decreto de 11 de mayo de 1967 sobre concesión a personalidades nacionales o extranjeras por servicios relevantes relacionados con la Aviación Civil. 11) Relativas a la Cruz de la Constancia en el Servicio. — Ley 137/1964, de 16 de diciembre, por la que se concede a los oficiales procedentes de suboficial que reúnan determinadas condiciones. — Orden del Ministerio del Ejército de 17 de abril de 1963 que dispone la pérdida del derecho a la Cruz para los oficiales separados del servicio por Tribunal de Honor. — Orden del Ministerio de Marina de 20 de agosto de 1962 que dicta normas para su concesión. — Ley 142/1961, de 23 de diciembre, que amplía las normas de la ley de 26 de diciembre de 1958. — Orden del Ministerio del Ejército de 17 de abril de 1959, que dicta normas de desarrollo de la ley de 26 de diciembre de 1958. — Orden del Ministerio del Aire de 3 de febrero de 1959, que desarrolla la ley de 26 de diciembre de 1958. — Ley de 26 de diciembre de 1958, que crea la Cruz a la Constancia en el Servicio. Tercero. Respecto a la Guardia Civil y la Policía Armada, quedarán también derogadas en lo que se opongan a la ley 15/1970, y totalmente cuando se publiquen los reglamentos respectivos, las disposiciones siguientes: — Orden del Ministerio de la Gobernación de 22 de febrero de 1960, que desarrolla la ley de 23 de diciembre de 1959. — Ley 143/1958, de 23 de diciembre, respecto a la Cruz de la Constancia en el Servicio a suboficiales de la Policía Armada y de Tráfico. — Ley de 31 de diciembre de 1945, que ratifica el decreto-ley de 9 de octubre de 1945 sobre recompensas a la Guardia Civil y la Policía Armada. — Decreto-ley de 9 de octubre de 1945 sobre recompensas a la Guardia Civil y Policía Armada. Cuarto. El Reglamento de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo determinará expresamente las disposiciones que se deroguen respecto a dicha recompensa. Quinto. Se considerarán asimismo derogadas, aunque no hubiesen sido incluidas en las relaciones anteriores, cuantas disposiciones se opongan a lo dispuesto en la ley 15/1970, así como cuando se dicten los Reglamentos respectivos, todas las que se refieran a las correspondientes recompensas.

Decreto 2834/1971, de 18 de noviembre (BOE número 285, del 29). Por el que se dictan disposiciones para el desarrollo de la ley número 15/1970, general de recompensas de las Fuerzas Armadas. La ley número quince/mil novecientos setenta, de cuatro de agosto, en su disposición final tercera faculta a la Presidencia del Gobierno para que por decreto, a propuesta de los ministerios militares, coordinados por el Alto Estado Mayor, dicte las disposiciones que sean

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precisas para su desarrollo, así como los reglamentos específicos de las recompensas que lo requieran. Con independencia de que los reglamentos respectivos desarrollen con detalle las características, méritos, beneficios, procedimientos, expedientes y demás circunstancias relativas a las condecoraciones y su concesión, se hace preciso dictar unas normas para la aplicación e interpretación coordinada y uniforme por los ministerios militares de aquellos preceptos de la ley que por su generalidad, necesidad de ejecución más inmediata o por su importancia deben ser aplicados sin demora. En su virtud, a propuesta del Vicepresidente del Gobierno, de acuerdo con el dictamen del Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día cinco de noviembre de mil novecientos setenta y uno, dispongo: Artículo primero. Uno. Las pensiones y beneficios señalados en la ley tendrán efectividad de primero de septiembre de mil novecientos setenta. Por los ministerios a que pertenezcan los interesados en situación de actividad o reserva serán abonadas las nuevas pensiones sin necesidad de solicitud de los mismos. Dos. Las pensiones vitalicias de la Medalla de Sufrimientos por la Patria que se vengan percibiendo a través de las oficinas pagadoras de Hacienda se actualizarán de oficio, sin necesidad de nueva solicitud de los interesados. Tres. El personal en situación de retirado o licenciado absoluto en posesión de otras recompensas con pensión vitalicia, o sus derechohabientes si hubiera lugar, deberá solicitar las nuevas pensiones o su actualización del Consejo Supremo de Justicia Militar. Artículo segundo. Los que posean simultáneamente la Cruz Laureada de San Fernando y la Medalla Militar Individual o dos o más de estas recompensas, al pasar a las situaciones a que hace referencia el punto cinco del artículo seis de la ley, obtendrán un ascenso efectivo y los demás con carácter honorífico, requiriendo estos ascensos honoríficos, en los casos en que supongan el ascenso al generalato o almirantazgo o dentro del mismo, el informe previo del Consejo Superior del Ejército respectivo y la aprobación del Consejo de Ministros. Artículo tercero. El personal en posesión de la Cruz Laureada de San Fernando o Medalla Militar Individual retirado voluntario o licenciado de las escalas de complemento ascenderá al empleo superior al llegar a la edad señalada para el retiro forzoso, siempre que en su arma, cuerpo o escala de procedencia exista dicho empleo y no haya hecho uso de los derechos establecidos en los artículos seis, punto siete, y doce, punto tres, de la ley. Artículo cuarto. El personal en posesión de la Cruz de Guerra con Palmas será ascendido con carácter honorífico al empleo superior al pasar a la situación de retiro forzoso por edad o licenciado absoluto, previa solicitud de los interesados y siempre que no suponga el acceso al generalato o almirantazgo o el ascenso dentro del mismo. El ascenso honorífico de los coroneles y capitanes de navío y de los generales y almirantes o asimilados requerirá, además, el informe previo favorable del Consejo Superior del Ejército respectivo y en todo caso la aprobación del Consejo de Ministros. Artículo quinto. El ascenso honorífico a que se refiere el artículo treinta y dos y la disposición común séptima de la ley, respecto al personal perteneciente al Benemérito Cuerpo de Mutilados de Guerra por la Patria, Caballeros Mutilados Absolutos y Permanentes, se regirá, previa petición de los interesados, de acuerdo con las siguientes normas: Una. Las clases de tropa y marinería ascenderán al empleo de sargento honorífico cuando cumplan la edad señalada para la obtención de la licencia absoluta. Dos. Los suboficiales, oficiales y jefes hasta el empleo de teniente coronel, capitán de fragata o asimilados, inclusive, obtendrán el ascenso honorífico al empleo inmediato superior al alcanzar la edad que hubiera motivado en otro caso el pase a la situación de retiro.

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Tres. Los coroneles, capitanes de navío, generales y almirantes o asimilados a estos empleos podrán obtener el empleo superior inmediato, con igual carácter honorífico, al cumplir la edad señalada para el pase a la situación de retiro o reserva, previo informe favorable en todo caso del Consejo Superior del Ejército respectivo y siempre con la aprobación del Consejo de Ministros. Artículo sexto. Las disposiciones de la ley no podrán motivar en ningún caso revisión de expedientes, iniciación de propuestas ni apertura de nuevos plazos para solicitar recompensas por hechos correspondientes a las pasadas campañas. Artículo séptimo. Uno. Cuando en lo sucesivo se formule una propuesta por autoridad suficiente, con arreglo a los Reglamentos correspondientes, para la Cruz Laureada de San Fernando, la Medalla Militar, el avance en la Escala y para las Medallas del Ejército, Naval y Aérea, deberá comunicarse al interesado tanto la iniciación del expediente como la resolución final que recaiga sobre el mismo. Dos. En tiempo de paz no podrá exceder de seis meses el plazo que transcurra desde la iniciación del expediente hasta su resolución final, a no ser que concurran causas excepcionales que lo impidan. En tiempo de guerra el plazo máximo será el que expresamente se determine al final de la misma. Artículo octavo. En los expedientes para la concesión de algunas de las recompensas señaladas en el artículo anterior del presente decreto que, llegados a su trámite final en el Consejo Superior del Ejército respectivo, no obtuviesen resolución favorable por estimarse que no concurren todas las circunstancias exigidas, se considerará por dicho organismo si precede la concesión de alguna recompensa de rango inferior a la propuesta. Artículo noveno. Uno. Para la determinación del momento en que deben comenzar a surtir efectos las recompensas que fueren concedidas se tendrá presente que aquellas sean motivadas por hechos de guerra concretos, surtirán efectos desde el momento en que éstos tuvieran lugar, cualquiera que sea la fecha de su concesión. Las que sean consecuencia de acumulación de servicios meritorios en campaña o de períodos de las mismas tendrán efectos desde la fecha que se determine en la disposición en que se concede. Dos. Las recompensas de paz surtirán efectos desde el momento de su concesión. Artículo diez. Uno. La concesión de la Cruz Roja del Mérito Militar, cuando no sea pensionada, corresponderá al general o almirante en jefe del teatro de operaciones, o cuando éste no se halle organizado, al general o almirante comandante en jefe de las fuerzas terrestres, navales o aéreas. Dos. Las Cruces pensionadas deberán ser concedidas por decreto acordado en el Consejo de Ministros a propuesta del Ministro del Ejército correspondiente. Artículo once. Al final de toda operación importante o de un período de operaciones los generales o almirantes en jefe de las fuerzas que hayan participado en las mismas propondrán a la autoridad superior, para su “citación como distinguido” en la orden general correspondiente, a aquellos que se hayan destacado en el cumplimiento del deber. Artículo doce. En tiempo de paz, y al final de cada año natural, por las autoridades regionales se elevará al ministro respectivo propuesta del personal que por haberse distinguido en el cumplimiento del deber pueda resultar merecedor de Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico con distintivo blanco y de menciones honoríficas. Artículo trece. Uno. Los primeros jefes de las unidades, centros y organismos independientes podrán citar en sus órdenes respectivas al personal que, a tenor del artículo cincuenta y cuatro de la

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ley, considere merecedor a esta recompensa como premio al sobresaliente cumplimiento del deber o méritos en funciones del servicio o, fuera de ellos, por actos o trabajos que demuestren amor al mismo y celo por el prestigio de las Instituciones armadas. Dos. Asimismo, al final, de cada año natural, los primeros jefes de las unidades, centros y organismos independientes deberán proponer a sus mandos inmediatamente superiores a aquellos que consideren merecedores de citación en la orden general. Artículo catorce. Lo preceptuado en los artículos once, doce y trece de este decreto se entenderá sin perjuicio de la facultad de todo jefe de unidad superior para proponer en cualquier momento para alguna de las recompensas a que los citados artículos se refieren a quien consideren merecedor a ellas. Lo determinado en los tres artículos anteriores se supeditará en todo caso a que los jefes que deban proponer dichas recompensas lo estimen procedente. Artículo quince. Por la Presidencia del Gobierno, a propuesta de los ministros militares, coordinada por el Alto Estado Mayor, se reglamentará el uso de los distintivos comunes a los tres Ejércitos, así como el número máximo de los que simultáneamente hayan de ostentarse sobre el uniforme. Artículo dieciséis. Los actuales jefes y oficiales Caballeros Laureados de San Fernando pertenecientes a las armas y cuerpos con dos grupos o escalas continuarán en el «Grupo del Mando de Armas», «Escala de Mar» o «Grupo A», hasta cumplir los sesenta y seis años de edad los jefes y sesenta y dos años los oficiales, en cuyo momento pasarán directamente a la situación de retirado, sin hacerlo a través del «Grupo de destino de Arma o Cuerpo», «Escala de Tierra» o «Grupo B», todo ello a tenor de la disposición transitoria segunda de la ley. De haber ascendido al generalato o almirantazgo antes de cumplir los sesenta y dos años, pasarán al Grupo B o similar situación a la misma edad que los no laureados. Si el ascenso se produce después de cumplir la referida edad, pasarán automáticamente al Grupo B o similar situación. En ambos casos podrán beneficiarse de la permanencia de dos años más en estos grupos antes de pasar a la situación de reserva. Artículo diecisiete. Los poseedores de las Medallas Naval y Aérea Individual concedidas con anterioridad a la ley y sus derechohabientes disfrutarán de todos los beneficios que la misma otorga a la Medalla Militar Individual, a la que han estado siempre equiparadas por las leyes y decretos que han venido concediéndolos a esta última recompensa, y les serán asimismo aplicables en su integridad los preceptos de la ley, del presente decreto y los posteriores reglamentarios que al efecto se dicten. Artículo dieciocho. El personal en posesión de la Cruz de María Cristina será ascendido, asimismo con carácter honorífico, en el momento citado en el artículo cuarto de este decreto, a petición del interesado. Cuando se trate de coroneles o capitanes de navío o de generales y almirantes o asimilados, el informe previo del Consejo Superior del Ejército respectivo deberá ser favorable como condición indispensable para ser sometido al Consejo de Ministros. En ambos casos el ascenso honorífico será incompatible con cualquier otro, efectivo u honorífico, que pudiera corresponderle en tal momento por aplicación de otra disposición vigente. Artículo diecinueve. La concesión del ascenso honorífico a que se refiere la disposición transitoria séptima de la ley para quienes, habiendo obtenido en su día el ascenso por méritos de guerra o avance en la Escala, no hayan adelantado en el escalafón de su arma o cuerpo un número de puestos equivalentes al cuarenta por ciento de avance en la escala, que establece dicha ley, se regirán por los mismos preceptos del artículo cuarto del presente decreto.

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Artículo veinte. Las Medallas Naval y Aérea concedidas con anterioridad a la fecha de entrada en vigor de la ley se seguirán ostentando según el modelo-diseño y color de la cinta reglamentarios en la fecha de su concesión. Los nuevos diseños de las Medallas del Ejército, Naval y Aérea figurarán en el correspondiente Reglamento. Artículo veintiuno. Las Cruces de Guerra con Palmas, las de Guerra, las Cruces Rojas del Mérito Militar y las Cruces del Mérito Naval y Aeronáutico con distintivo rojo concedidas hasta la fecha de entrada en vigor de la ley se seguirán ostentando en la categoría en que fueron concedidas y con el modelo reglamentario en el momento de su concesión. Artículo veintidós. Las pensiones vitalicias actualizadas que la ley otorga a las Cruces de Guerra, Cruces Rojas del Mérito Militar, Cruces del Mérito Naval y Aeronáutico con distintivo rojo y Medallas de Sufrimientos por la Patria, que fueron concedidas durante las últimas campañas a personal ingresado posteriormente en los cuerpos de la Guardia Civil y Policía Armada, serán percibidas por los interesados con efectos económicos del primero de septiembre de mil novecientos setenta. Artículo veintitrés. En tanto no se publique los reglamentos correspondientes a cada recompensa que lo precise, seguirán en vigor las disposiciones reglamentarias anteriores en todo lo que no se oponga a la ley quince/mil novecientos setenta o a los preceptos contenidos por el presente decreto. Ley 47/1972, de 22 de diciembre (BOE número 309, del 28). De modificación del artículo 56 y disposición transitoria octava de la ley General de Recompensas de las Fuerzas Armadas. Desde la vigencia de la ley quince/mil novecientos setenta, general de Recompensas de las Fuerzas Armadas, se ha advertido la necesidad de introducir algunas modificaciones que aconsejan su aplicación práctica. De una parte, en relación con la Real y Militar Orden de San Hermenegildo es conveniente suprimir para la Gran Cruz la exigencia de que los cuarenta años de servicio que se requieren para obtenerla lo sean en el empleo de oficial, volviendo así al sistema vigente con anterioridad a la ley en que para alcanzar la Gran Cruz bastaba ser general, almirante o asimilado, Caballero Placa y llevar cuarenta años de servicio, con abonos. Igualmente debe preverse el caso de concesión de Placa o de Cruz a los generales, almirantes o asimilados que reuniendo las condiciones para obtenerlas no alcancen los cuarenta años de servicio exigidos para la Gran Cruz. Por otra parte, respecto a las Cruces del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico se presenta la dificultad de conciliar las nuevas categorías incluidas en la ley con lo establecido en su disposición transitoria octava, por lo que es conveniente modificar la citada disposición transitoria determinando claramente su aplicación respecto a las Cruces concedidas con anterioridad a la ley. En su virtud, y de conformidad con la ley aprobada por las Cortes Españolas, vengo en sancionar: Artículo primero. El artículo cincuenta y seis de la ley quince/mil novecientos setenta quedará redactado de la siguiente manera: «Artículo cincuenta y seis. Estará integrada por las tres categorías siguientes: La Gran Cruz para generales o almirantes y asimilados que, siendo Caballeros Placa, lleven cuarenta años de servicio con abonos. La Placa para generales, almirantes, jefes, oficiales y asimilados en posesión de la Cruz, con treinta y cinco años de servicio con abonos, de ellos diez, día a día, en el empleo de oficial.

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La Cruz para generales, almirantes, jefes, oficiales y asimilados con veinticinco años de servicio con abonos, de ellos cinco, día a día, en el empleo de oficial.» Artículo segundo. La disposición transitoria octava de la ley quince/mil novecientos setenta quedará redactada así: «Por haberse modificado en el artículo cuarenta y ocho las categorías de las Cruces del Mérito Militar, Naval, o Aeronáutico, las concedidas con anterioridad a la vigencia de esta ley se conservarán con el diseño con que fueron otorgadas, pero se considerarán automáticamente como sigue: a) De Primera Clase, las anteriores de Tercera y Segunda concedidas a jefes. b) De Segunda Clase, las anteriores de Primera concedidas a oficiales. c) De Tercera Clase, las anteriores de Primera concedidas a suboficiales. d) De Cuarta Clase, las anteriores Cruces de Plata.

GENERAL DE DIVISIÓN SALVADOR BUJANDA GONZÁLEZ Subdirector general de la Guardia Civil en 1974

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Decreto 2422/1975, de 23 de agosto (C. L. número 109)65. Por el que se aprueban los Reglamentos de la «Medalla Militar», «Cruz de Guerra con Palmas», «Cruz de Guerra», «Medalla de Sufrimientos por la Patria» y de las «Medallas de las Campañas»66. La disposición final tercera de la ley quince/mil novecientos setenta, de cuatro de agosto, general de Recompensas de las Fuerzas Armadas, faculta a la Presidencia del Gobierno para que por decreto, a propuesta de los Ministerios Militares, coordinados por el Alto Estado Mayor, se dicten los Reglamentos específicos de las recompensas que lo requieran. En su virtud, a propuesta de los Ministros del Ejército, Marina y Aire, de conformidad con el dictamen del Consejo de Estado, y previa deliberación del Consejo de Ministros, en su reunión del día veintidós de agosto de mil novecientos setenta y cinco, dispongo: Artículo único. Se aprueban los Reglamentos de la «Medalla Militar»67, «Cruz de Guerra con Palmas»68, «Cruz de Guerra», «Medalla de Sufrimientos por la Patria»69, y de las «Medallas de las Campañas» cuyos textos se insertan a continuación.

REGLAMENTO DE LA «MEDALLA MILITAR» TITULO PRIMERO

Disposiciones generales. Artículo 1. La Medalla Militar servirá como recompensa ejemplar para premiar hechos o servicios de valor muy distinguido, realizados en campaña con alto espíritu y dotes militares. Artículo 2. Esta recompensa podrá ser individual o colectiva, según sea concedida a persona determinada o a unidades orgánicas o reconocidas como tales, de las Fuerzas Armadas. Artículo 3. Uno. La Medalla Militar Individual para generales y almirantes será concedida por el Jefe del Estado, a propuesta del Ministro correspondiente y previo informe favorable del Consejo Superior respectivo. Dos. La Medalla Militar para cualquier otra persona o unidad se concederá por el Ministro del Ejército respectivo, previa instrucción de expediente e informe favorable del Consejo Superior del mismo. Tres. En casos muy excepcionales de notoriedad y ejemplaridad de los hechos podrá concederla con carácter inmediato el general o almirante jefe de las fuerzas en operaciones.

TÍTULO SEGUNDO Medalla Militar Individual

SECCIÓN PRIMERA Procedimiento para la concesión

Artículo 4. El procedimiento ordinario para la concesión de esta recompensa consistirá en la instrucción de un expediente, que se iniciará con una propuesta formulada por el nivel de mando inmediato superior al que se trata de recompensar o jefe del cuerpo, unidad o destacamento, en la que dé cuenta detallada de los hechos y circunstancias, de la participación del interesado en ellos y de los méritos contraídos por el mismo. Artículo 5. Esta propuesta se elevará por conducto reglamentario al general o almirante de cuyo mando dependa el interesado que, de aceptarla, ordenará la incoación del expediente, y nombrará juez instructor, al que remitirá la propuesta inicial. El juez designado será siempre de superior categoría o antigüedad que el interesado. La iniciación del expediente será comunicada a la persona interesada.

65 Corrección de errores en el diario oficial 56/1975. 66 Derogado completamente por real decreto 1040/2003, de 1 de agosto. 67 Derogado por real decreto 899/2001, de 27 de julio. 68 Quedó sin efecto por ley 17/1989, de 19 de julio. 69 Quedó sin efecto por ley 17/1989, de 19 de julio.

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Artículo 6. En el expediente deberán constar los siguientes extremos: a) Declaración del propuesto, caso de que sea posible. b) Informes que se estimen necesarios de los generales o almirantes, jefes, oficiales y suboficiales con mando directo sobre el interesado. c) Declaración de los testigos conocedores del hecho, entre los que, a ser posible, se incluirán dos del mismo empleo, dos del superior y dos del inferior. Artículo 7. 1. Finalizado el expediente, el juez instructor lo elevará, con su parecer, a la autoridad que lo designó. 2. Si el expediente ha sido debidamente cumplimentado, reúne todos los requisitos legales y son favorables, tanto los informes exigidos como las cuatro quintas partes de las declaraciones testificales, el general o almirante en jefe, con el suyo propio, lo cursará al ministro correspondiente, quien, previos los trámites y asesoramientos oportunos lo someterá a informe del Consejo Superior respectivo. 3. De no cumplirse los requisitos del apartado anterior, el general o almirante jefe podrá adoptar una de estas tres resoluciones: 1) Devolución del expediente al juez instructor para la práctica de nuevas diligencias si estima que no están suficientemente esclarecidos los hechos. 2) Cuando aprecie que la acción no es merecedora de recompensa, elevará al Ministro propuesta razonada del archivo del expediente. 3) Proponer al ministro correspondiente la instrucción del procedimiento oportuno si por la naturaleza de los hechos se considera que es otra recompensa la procedente. Artículo 8. Si oído el Consejo Superior del Ejército respectivo, la resolución ministerial fuera denegatoria y se estimara en ella que el interesado reúne méritos para poder ser premiado con otra recompensa, se ordenará la incoación del oportuno procedimiento. Artículo 9. En el caso excepcional del número 3 del artículo 3.°, en que el general o almirante en jefe, previa rápida y exacta comprobación otorgue esta recompensa, dará cuenta circunstancial al Ministro correspondiente para su confirmación y publicación en el Diario o Boletín Oficial respectivo. Artículo 10. La resolución del expediente será comunicada, por escrito, al interesado. Artículo 11. La resolución que conceda la condecoración determinará la fecha, el lugar o, en su caso, la leyenda correspondiente a la acción o acciones que la motivaron, para su constancia en el pasador de la medalla. Artículo12. En tiempo de paz no podrá exceder de seis meses el plazo que transcurra desde la iniciación del expediente hasta su resolución final, a no ser que concurran causas excepcionales que lo impidan. En tiempo de guerra, el plazo máximo será el que expresamente se determine el final de la misma.

SECCIÓN SEGUNDA Derechos

Artículo 13. Los derechos inherentes a esta recompensa serán los siguientes: 1) Pensión vitalicia y transmisible en la cuantía del 20 por 100 del sueldo que en cada momento tenga asignado el empleo del interesado en los Presupuestos del Estado, sin que en ningún caso pueda ser inferior a la correspondiente al empleo de capitán. 2) Ascenso efectivo al empleo superior inmediato, a su pase, por edad, inutilidad física, a la situación de “retirado”, “reserva”, “licenciado absoluto”, o a su fallecimiento. Asimismo, se otorgará cuando el pase sea consecuencia de retiro forzoso, excepto cuando obedezca a procedimiento judicial, gubernativo o Tribunal de Honor, en cuyos casos no obtendrán tal ascenso. Este ascenso efectivo será incompatible con el del mismo carácter concedido por la Cruz Laureada de San Fernando. 3) El personal militar en posesión de esta condecoración, perteneciente a las armas y cuerpos en las que está establecido el grupo de “Destino de Arma o Cuerpo”, Escala de Tierra o situación similar, podrá solicitar el beneficio citado en el párrafo anterior, en cualquier momento, a partir de dos años antes de alcanzar la edad señalada para el pase a

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la “reserva” o “retiro”, pasando, en tal caso, automáticamente, a esta última situación. 4) Cuando llegado tal momento, si por haberse ya alcanzado la categoría máxima en el arma, cuerpo o escala correspondiente no se pudiera obtener el ascenso señalado en el párrafo 2) de este artículo, se compensará con un incremento del 20 por 100 del sueldo, con independencia del otro 20 por 100 citado en el párrafo 1). Los tenientes generales y almirantes, por haber alcanzado ya el máximo empleo de su escala, obtendrán, asimismo, en tal momento, el citado incremento del 20 por 100 del sueldo. 5) Las clases de tropa y marinería licenciadas en posesión de la Medalla Militar, cuando cumplan los sesenta años de edad, percibirán el mismo incremento del 20 por 100 del sueldo de capitán, en analogía con lo dispuesto en el apartado 4) de este artículo. 6) En caso de retiro voluntario o licenciado de las Escalas de Complemento, el ascenso a que se refiere el párrafo 2) se producirá al llegar a la edad señalada para el retiro forzoso, siempre que en el arma, cuerpo o escala de procedencia del interesado exista dicho empleo y no se haya hecho uso del derecho establecido en el párrafo 3) de este artículo. 7) Los que posean dos o más Medallas Militares, al pasar a las situaciones a que hacen referencia los apartados dos y seis de este mismo artículo, solo podrán obtener un ascenso con carácter efectivo, teniendo los demás la condición de honoríficos. En caso que suponga el ascenso al generalato o almirantazgo, o dentro del mismo, requerirá el informe previo del Consejo Superior del Ejército respectivo y la aprobación del Consejo de Ministros. 8) Las pensiones no estarán sujetas a tributación alguna, y al fallecimiento de los causantes serán transmisibles en su integridad a las viudas, hijos o padres, siempre que tengan aptitud legal. 9) Los poseedores de esta condecoración, sus hijos y nietos disfrutarán de los mismos beneficios de ingreso y permanencia en las Academias Militares que los que la legislación vigente concede a los huérfanos de los muertos en campaña. Igualmente, podrán optar para ingresar como funcionarios civiles al servicio de la administración militar los familiares antes señalados de ambos sexos, así como su viuda, siempre que superen las pruebas correspondientes, sin concurrencia de plaza en el momento de la oposición, pero amortizándose en las sucesivas convocatorias. 10) Con la debida prioridad de los Caballeros Laureados, la posesión de esta Medalla llevará consigo preferencia de mayor antigüedad en concurrencia de mandos, siempre que permanezca en el empleo en que se obtuvo. La posesión de esta Medalla otorgará, en todo caso, la consideración de más antiguo para ocupar destino de provisión normal en el empleo que se obtuvo. Artículo 14. La posesión de esta recompensa otorgará a la persona distinguida el tratamiento correspondiente al empleo inmediato superior al que le corresponda. Artículo 15. Las clases de tropa y marinería formarán en primer lugar en sus respectivas unidades inmediatamente después de los condecorados con la Cruz Laureada de San Fernando, si los hubiere. Artículo 16. A todos los recompensados con esta Medalla se les anotará en su hoja de servicios el concepto de valor “distinguido”. Artículo 17. La Medalla Militar Individual que se conceda con motivo de hecho de guerra concreto surtirá efectos de todo orden desde el momento en que éste tuvo lugar, cualquiera que sea la fecha de su concesión. La que sea consecuencia de acumulación de servicios meritorios en campaña o períodos de las mismas tendrá efectos desde la fecha que se determine en la disposición que la conceda.

SECCIÓN TERCERA Imposición

Artículo 18. La Medalla se impondrá por la Autoridad que se designe ante las fuerzas de la unidad a que el interesado pertenezca y representaciones de otras unidades de la Plaza, procurando siempre dar la mayor relevancia al acto. Cuando se trate de persona que no esté destinada en una unidad determinada, la

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imposición se hará ante las fuerzas que se fijen y por la Autoridad que se nombre. Artículo 19. En el acto de la imposición, el recompensado permanecerá fuera de filas, se dará lectura a la orden de concesión y la Autoridad designada la impondrá pronunciando en voz alta la siguiente fórmula: «El Jefe del Estado70, en nombre de la Patria, y con arreglo a la ley, os concede la Medalla Militar como premio a vuestro distinguido comportamiento». Seguidamente, desfilarán las fuerzas ante las Autoridades y él o los condecorados, que se situarán a la derecha de la Autoridad que presida el acto.

SECCIÓN CUARTA Descripción y uso de la condecoración

Artículo 20. La condecoración, de acuerdo con el diseño que se acompaña, será de hierro oxidado, circular, de 42 milímetros de diámetro y llevará en su parte superior un asa oblonga de 15 milímetros en el sentido horizontal y siete milímetros en el vertical. En su anverso, concéntrico a su borde, llevará un aro circular de plata de 31 milímetros de diámetro exterior y 29 milímetros interior. Dentro del círculo llevará un sol naciente y una matrona en pie representando a España ofrendando una corona de laurel. Fuera del círculo, entre el aro y el borde, una orla con dos leones que, en la parte superior, rematará con un castillo y se apoyará en la inferior en un cartel con el lema AL MÉRITO EN CAMPAÑA. El reverso, de análoga factura, ostentará dentro del aro el escudo de España. No figurará el lema del anverso. La cinta de que irá pendiente la Medalla será de seda y de 35 milímetros de ancha, dividida en tres partes: La central, de 15 milímetros de ancho, con los colores nacionales, y las de los costados, blancas, de 10 milímetros de ancho cada una, con filete amarillo de dos milímetros de ancho. Esta cinta tendrá 45 milímetros de longitud a la vista y se llevará sujeta por una hebilla dorada de la forma y dimensiones usuales y reglamentarias para esta clase de distintivos. Sobre la cinta llevará un pasador dorado con la leyenda correspondiente. Artículo 21. Sólo se ostentará una Medalla de esta clase sobre el uniforme, tanto de diario como de gala, acreditándose la repetición de la misma por medio de sucesivos pasadores relativos a las correspondientes concesiones.

TÍTULO TERCERO Medalla Militar Colectiva

SECCIÓN PRIMERA Procedimiento para la concesión

Artículo 22. Esta condecoración será concedida por el Ministro del Ejército a que pertenezca la unidad o cuerpo, previo informe favorable del Consejo Superior correspondiente. Artículo 23. Análogamente a las de carácter individual se instituirá un expediente para su concesión, el cual se iniciará con propuesta formulada por el nivel de mando inmediatamente superior al que se trate de recompensar y en la que se detallen los hechos meritorios que la justifiquen. Elevada la propuesta al general o almirante correspondiente, si es aceptada, ordenará la incoación del expediente, nombrando para ello el oportuno juez. Artículo 24. En el expediente deberá constar: a) Declaración del jefe de la unidad para la que se haya propuesto la condecoración. b) Declaración, a ser posible, de los jefes de las unidades superiores, colaterales o inmediatas a la acción, así como de todos aquellos que hayan sido testigos o puedan apreciar los hechos que motiven la propuesta. Finalizado el expediente, se elevará al Mando en Jefe para su aprobación y, en su caso, informe y curso al Ministro correspondiente. Artículo 25. En casos muy excepcionales en que la notoriedad y ejemplaridad de los

70 Su Majestad el Rey.

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hechos lo aconsejen, el General o Almirante en Jefe, previa rápida y exacta comprobación, podrá conceder esta condecoración colectiva, dando cuenta circunstanciada al Ministro del Departamento para su aprobación e inmediata publicación en el Boletín o Diario Oficial correspondiente. Artículo 26. Todo el personal perteneciente a la Unidad que haya obtenido esta recompensa tendrá derecho al uso del distintivo correspondiente siempre que haya tomado parte efectiva como “Combatiente”, y sin menoscabo del honor militar en el hecho de armas por el que la recompensa haya sido otorgada o en los ocurridos en las dos terceras partes del lapso de tiempo que los comprenda, cuando haya sido concedida por un período de operaciones o por una sucesión de hechos de armas.

SECCIÓN SEGUNDA Derechos, uso y descripción

Artículo 27. La autorización del uso de este distintivo corresponderá al mando en jefe, previa aprobación de las relaciones nominales de los combatientes con derecho a él, que habrán sido elevadas por conducto regular por los jefes de las unidades a quienes afecte. La posesión del distintivo será anotada en la Hoja de Servicios de los interesados. Artículo 28. La Medalla Militar colectiva otorgada a la unidad, cuerpo o buque que orgánicamente tenga Bandera o Estandarte se ostentará en tales enseñas bordada en una cinta, en forma de corbata. Dicha corbata se denominará “Corbata de la Medalla Militar” y consistirá en una cinta de ocho centímetros de ancho, de la clase y color de la cinta de la Medalla Militar Individual. Tendrá dos caídas de 50 centímetros de longitud terminadas con flecos de oro de cinco centímetros, llevando bordada en una de ellas, y próxima al fleco, el distintivo colectivo que determina el artículo 30. La corbata irá sujeta a la moharra de la Bandera o Estandarte, quedando pendiente sobre ella y a la altura de su centro. Estas enseñas de los cuerpos, unidades o buques podrán ostentar tantas Corbatas de Medalla Militar como veces les haya sido concedida esta condecoración, siendo condición imprescindible para cada una de ellas que el mínimo de unidades que la ganen no sea inferior a la mitad de las que constituyen la plantilla del cuerpo que representan. Artículo 29. A los cuerpos, unidades o fracciones de ellos que no tengan enseña se les dotará de una lanza reglamentaria con un guión-enseña o banderín y de una placa que se ostentará en lugar preferente. El guión-enseña será de seda, de dimensiones 50 por 50 centímetros, de los colores de la cinta de la Medalla Militar Individual, y en él irá bordada la condecoración. Este guión-enseña o banderín se sujetará al asta de la lanza. La placa de metal plateado llevará grabado en dorado y en su parte izquierda el reverso de la Medalla y el lema AL VALOR EN CAMPAÑA, así como el nombre y fecha en que tuvo lugar la acción recompensada. Artículo 30. El personal a quien se haya autorizado su uso ostentará como distintivo de la Medalla Militar colectiva la orla de hierro oxidado que formará parte de la Medalla Militar Individual, bordada en el antebrazo de la manga izquierda del uniforme, en dorado sobre fondo rojo, con la leyenda y fecha de la acción que determine la resolución que la conceda. Artículo 31. No se podrá ostentar más que un distintivo de Medalla Militar colectiva, marcando la posesión de otras con una barra de oro de cuatro centímetros de longitud por cada una que se posea, bordada en el brazo de la manga, debajo del distintivo y separada de él medio centímetro; cuando sean varias, estarán separadas entre sí por la misma distancia. Artículo 32. Los guiones-enseña o banderines descritos en el artículo 29 serán depositados en las vitrinas de la Sala de Banderas, Estandartes o Cámara de buques y únicamente se sacarán cuando el cuerpo forme con su Enseña o cuando la Unidad o Agrupación condecorada haya de salir independientemente a prestar algún servicio. Tal banderín será portado siempre por un Suboficial, en forma análoga a como lo hacen

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los oficiales con las Banderas o Estandartes. El portabanderín tendrá su puesto en formación a la inmediación del jefe del cuerpo o unidad condecorado. Artículo 33. Los buques galardonados con la Medalla Militar colectiva llevarán permanentemente izado, en el tope del palo donde se izan las insignias, un gallardete similar a la insignia del comandante de buque, pero con los colores de la cinta de la Medalla Militar Individual.

SECCIÓN TERCERA Imposición

Artículo 34. La Imposición de las corbatas o la entrega del guión-enseña, banderín o placa se efectuará por el general o almirante en jefe y, en su defecto, por la autoridad jurisdiccional correspondiente o por la autoridad militar que se designe. Artículo 35. La imposición o entrega se hará con solemnidad y asistencia de la mayor parte de las fuerzas militares en las que esté encuadrada la unidad condecorada, así como representaciones de otras unidades del propio Ejército. Artículo 36. Comenzará el acto con la lectura de la orden de concesión pronunciando después la Autoridad que la imponga la siguiente fórmula: «El Jefe del Estado71, en nombre de la Patria, y con arreglo a la ley, os concede la Medalla Militar como premio a vuestro distinguido comportamiento». A continuación, las tropas desfilaran ante la Unidad condecorada, que estará situada previamente a la derecha de la Autoridad que preside el desfile. Si alguna Unidad que ostente la Corbata de San Fernando asistiera al acto, ésta no desfilará y tendrá prioridad en la ocupación de la derecha de la Autoridad que presida.

DISPOSICION FINAL De conformidad con lo establecido en la disposición final cuarta de la ley número 15/1970, de 4 de agosto, general de Recompensas de las Fuerzas Armadas, decreto 2.834/1971, de 18 de noviembre, de desarrollo de la ley anterior y orden de la Presidencia del Gobierno de 14 de julio de 1971, que publica la correspondiente tabla derogatoria, quedan derogadas todas las disposiciones que se opongan al presente Reglamento, así como toda la legislación anterior que se refiera a la Medalla Militar.

PLACA DE LA MEDALLA MILITAR

71 Su Majestad el Rey.

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ANVERSO REVERSO COLECTIVA

CORBATA DE LA MEDALLA MILITAR

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GUIÓN-ENSEÑA DE LA MEDALLA MILITAR

REGLAMENTO DE LA “CRUZ DE GUERRA CON PALMAS”

TÍTULO PRIMERO Disposiciones generales

Artículo 1. Esta condecoración tiene por objeto premiar al personal en que se apreciare méritos relevantes de guerra y en el que concurrieran las circunstancias siguientes: Uno. Que habiéndole sido incoado expediente para la “Medalla Militar Individual” o para el “Avance en la Escala”, dicho expediente no obtenga resolución final favorable por no llenar plenamente las condiciones exigidas para tales recompensas y Dos. Que los méritos relevantes que se aprecien sean muy superiores a los exigidos para la Cruz de Guerra. Artículo 2. La concesión de esta recompensa corresponderá al Ministro del Ejército de que el interesado dependa, previo informe favorable del Consejo Superior respectivo.

TÍTULO SEGUNDO Procedimiento para su concesión.

Artículo 3. Cuando instruido expediente de “Medalla Militar Individual” o “Avance en la Escala”, el Ministro correspondiente denegare su concesión pero estimare méritos en el interesado que pudieran hacerle acreedor a la Cruz de Guerra con Palmas, lo remitirá a la autoridad jurisdiccional, la cual nombrará nuevo Juez instructor. Artículo 4. El Juez instructor, al recibir la orden de proceder y el expediente anterior, practicará las diligencias que estime oportunas para el esclarecimiento de los hechos en relación con la nueva recompensa que se propone. Una vez finalizado el expediente, el instructor lo elevará a la Autoridad jurisdiccional, quien, si lo estima completo, lo cursará al Ministro correspondiente. Oído el parecer del Consejo Superior respectivo y si éste es favorable, el Ministro podrá disponer su concesión, la cual deberá publicarse en el Boletín o Diario Oficial de su Ministerio.

TÍTULO TERCERO Derechos inherentes a esta condecoración

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Artículo 5. 1. Los tenientes generales y almirantes gozarán de una pensión vitalicia equivalente al 10 por 100 del sueldo de su empleo asignado en cada momento en los Presupuestos Generales del Estado. 2. Para las clases de tropa y marinería, la pensión vitalicia será el 10 por 100 del sueldo de sargento, señalado en dichos presupuestos. 3. En los demás casos, la pensión vitalicia la consistirá en la diferencia de sueldo del empleo del Interesado en cada momento al del empleo inmediato superior. Artículo 6. 1. El personal en posesión de esta recompensa, excepto, los generales o almirantes y coroneles o capitanes de navío o sus asimilados obtendrán el empleo superior inmediato, con carácter honorífico, al pasar a la situación de “retirado” por edad o “licenciado absoluto”, previa solicitud de los interesados. 2. Los generales o almirantes y coroneles o capitanes de navío o sus asimilados en posesión de esta condecoración podrán solicitar, al pasar a la “reserva” o “retiro” por edad, el ascenso al empleo superior inmediato con carácter honorífico. La resolución corresponderá en todo caso al Consejo de Ministros, a propuesta del ministro correspondiente y previo informe favorable del Consejo Superior respectivo. 3. Se exceptuará de los derechos citados en el apartado anterior a los tenientes generales y almirantes, por haber alcanzado ya el máximo empleo en su escala. 4. En ningún caso podrán obtener el ascenso honorífico quienes hayan alcanzado el máximo empleo en su cuerpo o escala. Artículo 7. El poseedor de varias Cruces de Guerra con Palmas disfrutará de tantas pensiones como recompensas de esta clase tenga concedidas.

TÍTULO CUARTO Imposición

Artículo 8. La Cruz de Guerra con Palmas se impondrá ante las fuerzas a que el interesado pertenezca y por la Autoridad que se determine, procurando dar siempre el mayor realce al acto. Cuando se trate de persona que no esté destinada en una unidad determinada, la imposición se realizará ante las fuerzas que se determinen y por la autoridad que se designe. Artículo 9. En el acto de la imposición, el condecorado permanecerá fuera de filas, se dará lectura a la orden de concesión y la autoridad designada la impondrá pronunciando la siguiente fórmula: De orden del excelentísimo señor Ministro de ..., y con arreglo a la Ley, se os concede la Cruz de Guerra con Palmas por vuestra relevante actuación en campaña. Seguidamente desfilarán las fuerzas ante las Autoridades y el condecorado, que se situará a la derecha de la Autoridad que presida el acto.

TÍTULO QUINTO Descripción de la Condecoración

Artículo 10. La condecoración, que será la misma para todos los casos, cualquiera que sea el empleo o categoría del condecorado, de acuerdo con el diseño que se acompaña, será una Cruz esmaltada en azul con filete de oro y brazos iguales, de 40 milímetros de longitud y diez milímetros de ancho; en el centro llevará una corona real abarcada por dos palmas cruzadas, superpuestas, en oro brillante. En los cuatro ángulos de la Cruz aparecerán las empuñaduras de sendas espadas, también en oro brillante. La cinta de que irá pendiente esta Cruz, unida a ella por una anilla oblonga, será de seda y de 34 milímetros de ancha, dividida en tres partes; la central, de diez milímetros de ancho, de color blanco, y las otras dos, de 12 milímetros de ancho y color azul celeste. Esta cinta tendrá 35 milímetros de longitud a la vista y se llevará sujeta por una hebilla dorada de la forma y dimensiones usuales y reglamentarias para esta clase de distintivos72. Sobre la cinta llevará un pasador dorado con la fecha de la concesión. Artículo 11. Sólo se podrá ostentar una Cruz de esta clase, acreditándose la repetición de la misma por medio de pasadores con las fechas de las sucesivas concesiones.

72 Redactado como se inserta por decreto 271/77, de 4 de enero.

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REGLAMENTO DE LA “CRUZ DE GUERRA” TÍTULO PRIMERO

Disposiciones generales Artículo 1. Esta condecoración se concederá al personal que hubiera realizado actos o servicios “muy destacados” que tuvieren extraordinaria eficacia en el desarrollo del combate o batalla. Artículo 2. Esta recompensa podrá ser pensionada o sin pensión. Únicamente podrá ser pensionada cuando se conceda a personal de las clases de Tropa y Marinería. Artículo 3. No podrá proponerse para esta recompensa a personal que no haya obtenido una Cruz Roja en otro período anterior de la misma campaña, salvo en el caso excepcional de que la campaña tuviera un sólo período de duración que no exceda de seis meses.

TÍTULO SEGUNDO Procedimiento para su concesión

Artículo 4. La apreciación de las circunstancias que se exigen para la propuesta de la concesión de esta recompensa y la consiguiente calificación de los hechos o servicios corresponderá a los Jefes del interesado que presencien o dirijan la operación. Artículo 5. La correspondiente propuesta será elevada por conducto reglamentario al Comandante Supremo del Ejército respectivo, e informada sucesivamente por los mandos intermedios. Artículo 6. Las propuestas de esta recompensa, cuando sea pensionada, especificarán el carácter de la pensión, teniendo en cuenta las siguientes circunstancias: 1. La pensión vitalicia sólo se otorgará a aquellos que, reuniendo las demás condiciones precisas para obtener la Cruz, hayan resultado heridos graves en campaña. 2. La pensión temporal, que sólo será por una duración de cinco años, se concederá a quienes, en las mismas circunstancias hayan resultado heridos, menos graves o leves en campaña. Artículo 7. La concesión de esta recompensa cuando no sea pensionada corresponderá al Comandante Supremo del Ejército respectivo en tiempo de Campaña o al Ministro correspondiente terminada la misma. Artículo 8. Las cruces pensionadas serán concedidas por decreto acordado en Consejo de Ministros, a propuesta del titular del Departamento Militar correspondiente.

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Artículo 9. Las concesiones se publicarán en el Diario o Boletín Oficial que corresponda. TÍTULO TERCERO

Derechos y beneficios Artículo 10. Los derechos inherentes a esta recompensa serán los siguientes: 1. El honor de poseer la recompensa y de ostentarla sobre el uniforme. 2. La pensión, en su caso, del 6 por 100 del sueldo que en cada momento tenga asignado el empleo de Sargento en los Presupuestos Generales del Estado. Artículo 11. 1. El poseedor de varias Cruces de Guerra pensionadas disfrutará de tantas pensiones como recompensas de esta clase tenga concedidas. 2. Sólo se podrá ostentar una Cruz de Guerra, acreditándose la repetición de la misma por medio de pasadores con las fechas de las sucesivas concesiones.

TÍTULO CUARTO Descripción de la condecoración

Artículo 12. La condecoración, que será la misma para todos los casos cualquiera que sea el empleo o categoría del condecorado, de acuerdo con el diseño que se acompaña, consistirá en una Cruz esmaltada en azul, con filete en oro y brazos iguales, de 40 milímetros de longitud y diez milímetros de ancho; en el centro llevará una corona real. En los cuatro ángulos de la Cruz aparecerán las empuñaduras de sendas espadas, también en oro brillante. La cinta de que irá pendiente esta Cruz, unida a ella por una anilla oblonga, será de seda y de 34 milímetros de ancho, dividida en tres partes: la central, de diez milímetros de ancho, de color blanco, y las otras dos, de 12 milímetros de ancho y color azul celeste. Esta cinta tendrá 35 milímetros de longitud a la vista y se llevará sujeta por una hebilla dorada de la forma y dimensiones usuales y reglamentarias para esta clase de distintivos. Sobre la cinta se llevará un pasador dorado con la fecha de la concesión73. Artículo 13. Las cruces pensionadas se distinguirán por llevar en los brazos de la cruz pasadores en oro.

REGLAMENTO DE LA “MEDALLA DE SUFRIMIENTOS POR LA PATRIA”

TÍTULO PRIMERO Disposiciones generales.

Artículo 1. Esta recompensa podrá otorgarse en tiempo de guerra o en tiempo de paz. Artículo 2. 1. Como recompensa de guerra constituirá el honroso distintivo de quienes, sin mengua ni quebranto de su honor militar, resulten heridos o lesionados en acto de servicio, con arreglo a lo prescrito en este Reglamento. 2. Asimismo, esta medalla podrá otorgarse también a los prisioneros de guerra que lo hayan sido sin menoscabo del honor militar y soporten de manera honrosa su cautiverio, y a los familiares de los muertos y desaparecidos en campaña o en el cautiverio. Artículo 3. Como recompensa de paz representará la honrosa distinción del personal militar o militarizado que en acto de servicio fuera víctima de accidente en las condiciones que el presente Reglamento establece. Artículo 4. 1. Estas medallas podrán ser concedidas con pensión o sin ella. 2. Solamente serán pensionadas las que se otorguen como consecuencia de heridas o lesiones. 3. Su concesión corresponderá al Ministro del Ejército al que pertenezca el interesado. Artículo 5. En ningún caso ni por concepto alguno tendrán derecho a obtener la Medalla de Sufrimientos por la Patria personas que no estén comprendidas en este Reglamento, salvo los casos excepcionales, que apreciará privativamente el Jefe del Estado.

73 Redactado como se inserta por decreto 271/77, de 4 de enero.

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TÍTULO SEGUNDO Requisitos para su concesión.

Artículo 6. 1. Para la obtención de esta medalla con pensión, tanto en tiempo de guerra como de paz, se exigirá que las heridas o lesiones se hayan producido sin mengua ni quebranto del honor militar y sean calificadas de pronóstico “grave”, o siendo “menos grave” exijan treinta días de curación como mínimo. 2. En tiempo de paz será indispensable que no medie impericia ni imprudencia por parte del herido o lesionado. Artículo 7. En tiempo de guerra se considerarán heridos o lesionados los que se hallen en alguno de los casos siguientes: a) Heridos o lesionados por cualquier arma o medio de guerra del enemigo. b) Los que lo sean por los elementos de guerra propios. c) Los que sufran las heridas o lesiones como consecuencia de la preparación, ensayo, manejo, fabricación, vigilancia o experiencia de toda clase de armas, procedimientos o artificios para la guerra. d) Los que sufran lesiones como consecuencia de la inclemencia del tiempo u otras circunstancias de la campaña que el mando considere dignas de esta recompensa. Artículo 8. En tiempo de paz se considerarán heridos o lesionados los que lo sean en acto de servicio, reuniendo las condiciones siguientes: a) Que el servicio encomendado implique un riesgo destacado que lo convierta en meritorio. b) Que este riesgo sea específico militar y no común o habitual. c) Que el hecho de afrontarlo sea un mérito que haga acreedor a la recompensa. Artículo 9. Para la concesión de esta recompensa a los prisioneros de guerra será preciso que lo hayan sido sin mengua ni quebranto del honor militar, y que arrostren de igual manera, en tan dura situación, las penalidades del cautiverio. Artículo 10. Pueden obtener esta recompensa la viuda en todo caso y en concurrencia con ella uno de los familiares siguientes y por este orden de preferencia: 1) La madre. 2) En su defecto, el padre. 3) A falta de ellos, la hija mayor, y de no existir hijas, el hijo de mayor edad. En caso de que a la medalla corresponda pensión o indemnización, se abonará ésta a los herederos legales del causante.

TÍTULO TERCERO Procedimiento para su concesión

Artículo 11. Para la concesión de esta recompensa será necesaria la instrucción de un expediente, con arreglo a los trámites que para cada caso se prescriben en los artículos siguientes. Artículo 12. Heridos y lesionados en general: 1) Instancia del interesado o de la esposa, padres o hijos, caso del fallecimiento de aquél o de estar imposibilitado para hacerlo, dirigida al Ministro del Ejército correspondiente y cursada por conducto reglamentario. 2) Certificado del jefe de la unidad o dependencia en que prestaba servicio al ser herido o lesionado, en el que se exprese el empleo efectivo que disfrutaba entonces, antigüedad del mismo y la acción, hecho y lugar, haciendo constar que lo ha sido sin menoscabo del honor militar y sin impericia, negligencia ni imprudencia que le sean imputables. 3) Información sumaria, que ordenará el jefe del cuerpo, unidad o dependencia a que estuviese afecto el herido o lesionado, dirigida a esclarecer el hecho y las circunstancias que en él concurrieron. 4) Acta del Tribunal Médico del hospital en que se encuentre en curación o del último en que haya estado hospitalizado y, en su caso, las hojas clínicas de los hospitales en los que haya estado sometido sucesivamente a su curación. En la citada acta se hará constar

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necesariamente si el interesado sigue en curación de sus heridas o, si ésta ha terminado, la calificación de las mismas y número de días invertidos en la curación, sin incluir en dicha cuenta el período de convalecencia. 5) Cuando la petición de la Medalla se haga por la esposa, padres o hijos del herido, a los documentos señalados en los incisos anteriores se unirá certificado médico militar acreditativo de la imposibilidad en que se encuentra el lesionado para solicitarla o de su fallecimiento a consecuencia de las heridas, y en este último caso deberá, además, justificarse el parentesco del solicitante con el causante y también el fallecimiento de las personas que con arreglo al orden de prelación señalado tuvieren mejor derecho. Artículo 13. Prisioneros de guerra. Instancia del interesado dirigida por conducto reglamentario al ministro correspondiente, que ordenará la apertura de un expediente informativo, en el que debe constar que las penalidades sufridas en el cautiverio lo han sido dignamente y sin detrimento del honor militar. Artículo 14. Familiares de muertos y desaparecidos en campaña. 1) La solicitará mediante instancia dirigida al Ministro del Ejército correspondiente, que ordenará la apertura de un expediente informativo, en el que constarán las circunstancias del hecho que motive la recompensa. 2) Se acompañarán a la instancia los documentos que sean precisos para acreditar el parentesco y la preferencia determinada en el artículo 10 de este Reglamento, así como los que justifiquen los hechos que sean motivo de esta recompensa. Artículo 15. El derecho a solicitar la concesión de estas recompensas prescribirá a los tres años de terminada la curación de la herida o, en los casos pertinentes, de haber ocurrido el hecho que la motive. Artículo 16. Las concesiones de esta condecoración serán publicadas en el Diario o Boletín Oficial del Ministerio correspondiente. Artículo 17. Contra las resoluciones recaídas en los expedientes no cabrá recurso alguno.

TÍTULO CUARTO Derechos y beneficios

Artículo 18. Los derechos y beneficios de estas recompensas serán los siguientes: 1) El honor de poseer la condecoración. 2) El derecho a su ostentación sobre el uniforme para los militares y en la parte izquierda del pecho, sobre el traje, para los paisanos. 3) En su caso, las pensiones e indemnizaciones que se fijan en los artículos siguientes. Artículo 19. Para los Generales y Almirantes, Jefes, Oficiales y Suboficiales, Clases de Tropa y Marinería que tengan asignado sueldo y asimilados, las pensiones e indemnizaciones serán las siguientes: 1) Heridos “menos graves” dados de alta para el servicio transcurridos los treinta días de curación mínimos exigidos y antes de cumplirse tres meses del hecho que motivó la herida: Pensión diaria de la dieta reglamentaria vigente en cada momento en el empleo efectivo que tuviere al ser herido, desde el día de la herida hasta aquel en que el Tribuna Médico correspondiente le considere curado, e indemnización, por una sola vez, del 5 por 100 del importe del sueldo anual correspondiente a su empleo. 2) Heridos “menos graves” dados de alta para el servicio a los tres meses de la herida sufrida o más: Pensión diaria, de duración y cuantía análoga a las señaladas en el inciso anterior e indemnización, por una sola vez, del 10 por 100 del importe del sueldo anual correspondiente a su empleo. 3) Heridos “graves” dados de alta para el servicio antes de tres meses: Igual pensión diaria que las anteriores hasta el día en que se dé por curado e indemnización, por una sola vez, del 10 por 100 del importe del sueldo anual correspondiente a su empleo. 4) Heridos “graves” dados de alta para el servicio a los tres meses o más de la herida sufrida: Pensión diaria de la cuantía y duración análogas a las señaladas anteriormente e indemnización por una sola vez, del 15 por 100 del importe del sueldo anual

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correspondiente a su empleo. 5) Se entenderá por sueldo anual al importe de catorce sueldos mensuales. Artículo 20. 1. Para las Clases de Tropa y Marinería y sus asimilados que no tengan asignado sueldo, las pensiones e indemnizaciones serán las siguientes: 1) Heridos “menos graves” dados de alta para el servicio a los treinta días del hecho que motivó la herida y antes de cumplirse tres meses: Pensión diaria equivalente al haber diario, incluida manutención vigente en cada momento, desde el día de la herida hasta aquel en que el Tribunal Médico correspondiente lo considere curado, e indemnización, por una sola vez, del 5 por 100 de una anualidad de haberes diarios normales, incluida manutención. 2) Heridos “menos graves” dados de alta para el servicio a los tres meses de la herida sufrida o más: Pensión diaria de cuantía y duración análogas a la señalada en el inciso anterior e indemnización, por una sola vez, del 10 por 100 de una anualidad de haberes diarios normales, incluida manutención. 3) Heridos “graves” dados de alta para el servicio antes de tres meses: Igual pensión diaria que los anteriores hasta el día que se dé por curado e indemnización, por una sola vez, del 10 por 100 de una anualidad de haberes diarios normales, incluida manutención. 4) Heridos “graves” dados de alta para el servicio a los tres meses o más de la herida sufrida: Igual pensión que los anteriores hasta el día que se dé por curado e indemnización, por una sola vez, del 15 por 100 de una anualidad de haberes diarios normales, incluida manutención. 2. Se entenderá por haber diario normal el que en cada momento corresponda al interesado en la Unidad en que presta sus servicios. Artículo 21. La pensión diaria a que se refieren los artículos anteriores dejará de percibirse cuando transcurran cuatro años, o antes, si se produjera el ingreso del interesado en el benemérito Cuerpo de Mutilados por la Patria. Artículo 22. En aquellos casos en que la cantidad que resulte aplicable para pensiones e indemnizaciones a Clases de Tropa y Marinería que tengan asignado sueldo, sea inferior a las que les corresponderían haciendo el cómputo con respecto al haber diario normal, se fijarán las cuantías en base a este último. Artículo 23. Los que estando en posesión de esta Medalla sufran nuevas heridas o lesiones que les den derecho a otra, percibirán las pensiones e indemnizaciones correspondientes, en la misma forma que para las primeras, en relación con el apartado en que vengan comprendidos. Artículo 24. 1. Si en el transcurso de la curación de las heridas o lesiones variase la calificación de la herida por el superior tiempo invertido en dicha curación, el interesado podrá promover nueva instancia al hallarse definitivamente curado, solicitando se le incluya en el apartado correspondiente. 2. Si una vez dado de alta por curación de las heridas el interesado tuviera que sufrir nueva hospitalización a consecuencia de la misma herida, solicitará, en su caso, la ampliación de la pensión e indemnización ya señaladas, ya estuviera éste en activo, en reserva, retirado o licenciado, no computándose a esos efectos el tiempo que hubiera permanecido de alta para el servicio. Artículo 25. Perderán el derecho al uso de esta condecoración todas las personas que hayan realizado hechos deshonrosos o punibles o que lleven una vida contraria a la moral y a las buenas costumbres, o aquellas otras que después de lograda la recompensa se probara que alguna de las condiciones prohibitivas le alcanza. Para comprobar este extremo se instruirá una información por la Autoridad Militar jurisdiccional, que la remitirá al Ministro correspondiente, quien, de aceptar los cargos formulados, procederá a la anulación de la concesión que se efectuó en su día mediante la oportuna publicación en el Diario o Boletín Oficial del Departamento.

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TÍTULO QUINTO Descripción y uso de la condecoración

Artículo 26. Diseño. 1. Esta Medalla será igual en su diseño para todos cuantos puedan optar a ella con arreglo a las prescripciones de este Reglamento. 2. Consistirá en una medalla de la forma y tamaño que aparece diseñada en la lámina del anexo y llevará en el anverso una cadena alrededor del borde y en el centro un castillo con la inscripción SUFRIMIENTOS POR LA PATRIA. Penderá de una cinta y se llevará sujeta por una hebilla dorada, de la forma y dimensiones usuales y reglamentarias para esta clase de condecoraciones. 3. Sus diferentes variantes se distinguirán únicamente por la cinta de la que penden y los pasadores de la misma, que se especifican en el artículo siguiente. Artículo 27. Heridos de guerra: 1) Para los heridos que lo sean directamente por el enemigo, la cinta será de color amarillo con cantos verdes, llevando un aspa roja bordada en el centro. En el pasador se grabará la fecha de la herida. 2) Para los heridos o lesionados en cualquier otro supuesto en tiempo de guerra, la cinta será también amarilla, pero sin los cantos verdes y sin aspa roja. El pasador, con la fecha de la herida o lesión. Prisioneros de guerra: La cinta de esta Medalla será de color anaranjado. En el pasador se grabarán las fechas en que comenzó y terminó el cautiverio. Heridos o lesionados en tiempo de paz: La cinta será de color verde claro. El pasador incluirá la fecha de la herida o lesión. Familiares de muertos o desaparecidos en campaña o en cautiverio: La cinta será de color negro y el pasador llevará la fecha de la acción en que el causante encontró la muerte o desaparición. Artículo 28. De cada una de las citadas clases de condecoración sólo podrá ostentarse una insignia, marcándose la reiteración de las concesiones con sucesivos pasadores, y para los heridos a quienes corresponda, se repetirán, además, las aspas rojas tantas veces como Medallas tengan concedidas.

DISPOSICIONES ADICIONALES Artículo 29. Los Caballeros Mutilados de Guerra por la Patria podrán ostentar la Medalla de Sufrimientos por la Patria correspondiente a sus heridas o mutilaciones desde el momento de su ingreso en el benemérito Cuerpo de Mutilados sin necesidad de promover el expediente al efecto. Tal ostentación será de carácter honorífico, y para optar a las pensiones e indemnizaciones correspondientes deberán solicitarlas y atenerse a los preceptos generales de este Reglamento. Artículo 30. En las especiales circunstancias que comporta el tiempo de guerra o en hecho previamente declarado de este carácter podrá optar a esta recompensa el siguiente personal que no forme parte de las Fuerzas Armadas: 1) Cruz Roja Española. Serán acreedores a esta recompensa los individuos de dicha institución que sufran heridas o lesiones en las circunstancias previstas en este Reglamento. 2) Hermanas de la Caridad y Enfermeras. Podrán obtener esta Medalla las que sufran heridas o lesiones comprendidas en este Reglamento, siempre que se hallen prestando servicios de asistencia a los enfermos o heridos al ocurrir el hecho en los centros, hospitales, clínicas o puestos de socorro a que se hallen adscritas. 3) Personas civiles que cooperen con el Ejército en campaña. Cuando los servicios de este personal civil hayan sido utilizados por las Autoridades militares y en el desempeño del servicio que se les haya encomendado sufran heridas o

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lesiones que se hallen comprendidas en este Reglamento, tendrán derecho a la concesión de esta recompensa.

DIRECTAMENTE POR EL ENEMIGO

PRISIONERO DE GUERRA

HERIDO EN CUALQUIER OTRO SUPUESTO

HERIDOS O LESIONADOS EN TIEMPO DE PAZ

FAMILIARES DE MUERTOS O DESPARECIDOS

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REGLAMENTO DE LAS MEDALLAS DE LAS CAMPAÑAS

TÍTULO PRIMERO Disposiciones generales

Artículo 1. Como distintivo para los que toman parte en cada campaña se creará una medalla, que podrá concederse, según los casos, al personal militar o civil por su

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participación activa en ella durante un plazo de tiempo que se determinará al crearla teniendo en cuenta al hacerlo el género y la duración de la guerra. Artículo 2. Cuando la duración de la campaña lo aconseje, y a los efectos de lo establecido en el punto cuatro del artículo 6 de este Reglamento, podrá considerársela dividida en períodos de tiempo cuyo principio y fin lo fijará el Comandante Supremo de los Ejércitos. Artículo 3. Esta condecoración es totalmente honorífica, por lo que el ostentarla sobre el uniforme constituye la mejor prerrogativa de su concesión.

TÍTULO SEGUNDO Procedimiento para su concesión

Artículo 4. Las propuestas para la concesión de esta Medalla serán formuladas por los jefes de cuerpo, unidad o centro, quienes las cursarán por conducto reglamentario al general o almirante en jefe o al ministro respectivo, según proceda. Artículo 5. La concesión corresponderá al general o almirante en jefe para el personal que de él dependa y al Ministro del Ejército respectivo para el que preste servicios en zona de retaguardia que no esté bajo tal dependencia.

TÍTULO TERCERO Descripción de la condecoración

Artículo 6. La medalla que oportunamente se cree para cada campaña será diseñada en su momento según las directrices que el mando en jefe determine, teniendo en cuenta las siguientes normas: 1. Esta Medalla ostentará un distintivo, que será diferente para aquellos que sean premiados con ella desde puestos desempeñados en zonas que no sean las de combate en cualquier teatro de operaciones. 2. Los servicios con los que haya podido cooperarse la acción de las armas desde determinados destinos burocráticos de la Administración Central, ajenos a los riesgos de la campaña, harán acreedores a los que los prestaron de la Medalla correspondiente, pero dotada con una cinta blanca. 3. Para premiar a los que sin corresponderles ser movilizados o no habiendo sido militarizados se incorporasen a las Fuerzas Armadas, se creará un pasador sobre la cinta de la Medalla que le corresponda con la inscripción de VOLUNTARIO. 4. Cuando la duración de la campaña sea dividida en períodos, se podrá distinguir cada uno de ellos con un pasador sobre la Medalla, que llevará como inscripción el hecho más destacado de los ocurridos durante él, pudiendo ser diferente, para cada Ejército en operaciones. Decreto 1091/1976, de 5 de marzo (BOE número 121, de 20 de mayo). Por el que se aprueban los Reglamentos de la «Cruz Roja del Mérito Militar», «Medallas del Ejército, Naval y Aérea» y de la «Orden del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico con distintivo blanco»74. La disposición final tercera de la ley quince/mil novecientos setenta, de cuatro de agosto, general de Recompensas de las Fuerzas Armadas, faculta a la Presidencia del Gobierno para que por decreto, a propuesta de los ministerios militares, coordinados por el Alto Estado Mayor, se dicten los Reglamentos específicos de las recompensas que lo requieran. En su virtud, a propuesta de los Ministros del Ejército, de Marina y del Aire, de conformidad con el dictamen del Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día cinco de marzo de mil novecientos setenta y seis, dispongo:

74 A tenor de lo dispuesto en el real decreto 1323/1995, de 28 de julio, queda derogado este decreto, en lo

referente a los reglamentos de la Cruz Roja del Mérito Militar y de la Orden del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco y completamente por real decreto 1040/2003, de 1 de agosto.

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Artículo único.—Se aprueban los Reglamentos de la «Cruz Roja del Mérito Militar», «Medallas del Ejército, Naval y Aérea» y de la «Orden del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico con distintivo blanco».

Textos de los Reglamentos de la «Cruz Roja del Mérito Militar», «Medallas del Ejército, Naval y Aérea» y de la «Orden del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico con distintivo

blanco» REGLAMENTO DE LA «CRUZ ROJA DEL MÉRITO MILITAR»

TÍTULO PRIMERO Disposiciones generales

Artículo 1.º Se premiarán con esta recompensa los hechos o servicios destacados y de eficacia reiterada en el desarrollo del combate dentro del periodo de duración de una campaña, como mínimo de seis meses. Artículo 2.º Esta recompensa podrá ser pensionada o sin pensión. Únicamente podrá ser pensionada cuando se conceda a personal de las clases de tropa y marinería. Artículo 3.º Para su obtención se considerarán como hechos o servicios recompensables, los siguientes: 1. Los que pongan de manifiesto, según los casos, dotes de valor, serenidad e iniciativa frente al enemigo. 2. Los que acrediten una acertada dirección y empleo de las tropas en el combate y el inteligente y eficaz cumplimiento de la misión encomendada. Artículo 4.º Cuando el carácter de los servicios lo justifique, esta recompensa podrá concederse excepcionalmente en tiempo de paz.

TÍTULO II Procedimiento para su concesión

Artículo 5.º La apreciación de las circunstancias que se exigen para la propuesta de la concesión de esta recompensa y la consiguiente calificación de los hechos o servicios corresponderá a los jefes del interesado que presencien o dirijan la operación. Artículo 6.º La correspondiente propuesta será elevada por conducto reglamentario al general o almirante en jefe del T. O. (la gran unidad terrestre, naval o aérea de nivel similar), informada sucesivamente por los mandos intermedios. Artículo 7.° Las propuestas de esta recompensa, cuando sea pensionada, especificaran el carácter de la pensión, teniendo en cuenta las siguientes circunstancias: 1. La pensión vitalicia sólo se otorgará a aquellos que, reuniendo las demás condiciones precisas para obtener la cruz, hayan resultado heridos graves en campaña. 2. La pensión temporal, que sólo lo será por una duración de cinco años, se concederá a quienes, en las mismas circunstancias, hayan resultado heridos menos graves o leves en campaña. Artículo 8.º 1. La concesión de esta recompensa cuando no sea pensionada corresponderá al general o almirante en jefe del teatro de operaciones. 2. Cuando se conceda excepcionalmente esta recompensa en tiempo de paz, lo será por el Ministro del Ejército a que pertenezca el interesado. Artículo 9.º Las cruces pensionadas serán concedidas por decreto acordado en Consejo de Ministros a propuesta del titular del departamento militar a que pertenezca el interesado. Artículo 10. Las concesiones se publicarán en el «Diario» o «Boletín Oficial» del ministerio a que pertenezca el interesado y en el del ministerio donde preste sus servicios de forma circunstancial, además de en la Orden General de la gran unidad terrestre, naval o aérea donde esté encuadrado.

TÍTULO III Derechos y beneficios

Artículo 11. Los derechos inherentes a esta recompensa serán los siguientes: 1. El honor de poseer la recompensa y de ostentarla sobre el uniforme. 2. La pensión, en su caso, del 4 por 100 del sueldo que en cada momento tenga

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asignado el empleo de sargento en los Presupuestos Generales del Estado. Artículo 12. El poseedor de varias Cruces Rojas del Mérito Militar pensionadas, disfrutará de tantas pensiones corno recompensas de esta clase tenga concedidas. 2. Sólo se podrá ostentar un Cruz Roja del Mérito Militar, acreditándose la repetición de la misma por medio de pasadores con las fechas de las sucesivas concesiones.

TÍTULO IV Descripción de la condecoración

Artículo 13. La condecoración, que será la misma para todos los casos cualquiera que sea el empleo o categoría del condecorado, de acuerdo con el diseño que se acompaña, consistirá en una cruz sencilla esmaltada en rojo con filete de oro, de cuatro brazos iguales de 40 milímetros de longitud y 10 milímetros de ancho, con el escudo de arma en el centro y la corona real sobre el brazo superior, descansando en un rectángulo de oro que llevará inscrita la fecha de la concesión. La cinta de que irá pendiente esta cruz, unida a ella por una anilla oblonga, será de seda y de 32 milímetros de ancha, dividida en tres partes: la central de 4 milímetros de ancho y color blanco y las otras dos de 14 milímetros de ancho y color rojo. Esta cinta tendrá 35 milímetros de longitud a la vista y se llevará sujeta por una hebilla dorada de la forma y divisiones usuales y reglamentarias para esta clase de distintivos. Artículo 14. Las cruces pensionadas se distinguirán por llevar en los brazos de la cruz pasadores en oro.

ANVERSO REVERSO PENSIONADA

REGLAMENTO DE LAS «MEDALLAS DEL EJERCITO, NAVAL Y AEREA»

TITULO PRIMERO Disposiciones generales

Artículo 1.° Estas medallas, que sólo podrán concederse con carácter muy excepcional, tienen por objeto recompensar a quienes, en tiempo de paz, realicen algún hecho o hechos que supongan valor distinguido unido a virtudes militares y profesionales sobresalientes. También podrán otorgarse estas recompensas con carácter colectivo a aquellas Unidades orgánicas de cualquiera de las Fuerzas Armadas cuya actuación se signifique por méritos o servicios análogos a los expuestos en el párrafo anterior.

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Artículo 2.° Las medallas que se concedan serán las de Ejército, Naval o Aérea cuando por razón de la persona, del lugar en que se realice el hecho o de la propia naturaleza del mismo, exista una vinculación directa con el Ejército de Tierra, Mar o Aire respectivamente. En todo caso, la acción realizada ha de ser consecuencia inmediata y directa de la misión propia de las Fuerzas Armadas, suponer un riesgo excepcional y ser claramente demostrativa del valor personal y de las virtudes militares y profesionales sobresalientes a que se refiere el artículo anterior.

TITULO II «Medalla del Ejército, Naval y Aérea» individual.

CAPÍTULO PRIMERO Procedimiento para la concesión.

Artículo 3.° Estas recompensas se concederán por decreto acordado en Consejo de Ministros a propuesta motivada del Ministro del Departamento Militar correspondiente, previo expediente e informe favorable del Consejo Superior del Ejército respectivo. Artículo 4.° El expediente se iniciará con una propuesta, que formulará el jefe del cuerpo, unidad, centro u organismo correspondiente al que afecten directamente el hecho o hechos, en la que se dé cuenta detallada de los mismos, de la participación del interesado en ellos y de los méritos contraídos. Artículo 5.° Esta propuesta las elevará por conducto reglamentario al Ministro respectivo, quien de considerarla acertada ordenará la instrucción del expediente, para lo cual, caso de estimar que es la recompensa adecuada, remitirá la propuesta a la autoridad militar jurisdiccional correspondiente. Si estimare que la recompensa adecuada no corresponde a su Ministerio, enviará la propuesta al Ministro que considere competente. Artículo 6.° La autoridad militar jurisdiccional que reciba la propuesta nombrará Juez Instructor, el cual en todo caso, será siempre de superior categoría o antigüedad que el interesado. Artículo 7.° En el expediente deberán constar los siguientes extremos: a) Documentación personal del interesado. b) Declaración del propuesto, caso de que sea posible. c) Informes que se estimen necesarios de los mandos que lo ejerzan directamente sobre el interesado. d) Declaración de los testigos conocedores del hecho o hechos entre los que, a ser posible, se incluirán dos del mismo empleo, dos del superior y dos del inferior. Artículo 8.° 1. Finalizado el expediente, el juez instructor lo elevará, con su parecer, a la autoridad que lo designó. 2. Si el expediente ha sido normalmente cumplimentado, reúne todos los requisitos legales y son favorables los informes exigidos, así como las cuatro quintas partes de las declaraciones testificales, la autoridad militar jurisdiccional, con el suyo propio, lo cursará al Ministro correspondiente, quien, previos los tramites y asesoramientos oportunos, lo someterá a informe del Consejo Superior respectivo. Si éste es favorable, tendrá carácter vinculante, y el Ministro propondrá al Gobierno la concesión de la recompensa. 3. La resolución que conceda la condecoración determinará la fecha, el lugar o, en su caso, la leyenda correspondiente a la acción o acciones que la motivaron, para su constancia en el pasador de la medalla. 4. En caso de que la autoridad militar jurisdiccional estimara que no se han cumplido todos los requisitos exigidos, devolverá el expediente al juez instructor para la práctica de nuevas diligencias. Artículo 9.° Si, oído el Consejo Superior del Ejército respectivo, la resolución ministerial fuera denegatoria y se estimará que el interesado reúne méritos para poder ser premiado con otra recompensa, se ordenará la incoación del oportuno procedimiento. Artículo 10. Tanto la iniciación del expediente como la resolución final que recaiga sobre

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el mismo, deberá comunicarse al interesado a través de la autoridad militar jurisdiccional. CAPÍTULO II

Derechos Artículo 11. Las medallas darán derecho, con carácter vitalicio y no transmisible, a una pensión en la cuantía del 5 por 100 del sueldo que en cada momento tenga asignado el empleo del interesado, en los Presupuestos del Estado, sin que en ningún caso pueda ser inferior a la correspondiente al empleo de sargento. Artículo 12. A todos los recompensados con estas medallas se les anotará en su hoja de servicios el concepto de valor “distinguido”. Artículo 13. Las clases de tropa y marinería formarán en primer lugar en sus respectivas Unidades, inmediatamente después de los condecorados con la Cruz Laureada de San Fernando y Medalla Militar Individual si los hubiere.

CAPÍTULO III Imposición

Artículo 14. La medalla se impondrá ante las fuerzas de la unidad a que el interesado pertenezca y por la autoridad que se designe, procurando siempre dar la mayor relevancia al acto. Cuando se trate de persona que no esté destinada en una unidad determinada, la imposición se hará ante las fuerzas que se fijen y por la autoridad que se nombre. Artículo 15. En el acto de la imposición, el interesado permanecerá fuera de filas, se dará lectura a la orden de la concesión y la autoridad designada le impondrá la medalla pronunciando en voz alta la siguiente fórmula: «En nombre del Jefe del Estado y con arreglo a la ley, se os concede la Medalla del (Ejército), (Naval) o (Aérea), como premio a vuestra distinguida acción».

CAPÍTULO IV Descripción y uso de las condecoraciones

Artículo 16. Descripción: De acuerdo con los diseños que figuran en los anexos, será de hierro oxidado, ovalada, de 42 milímetros su eje vertical y 28 milímetros en horizontal; llevando en su parte superior un asa oblonga de 20 milímetros en sentido horizontal y 10 en el vertical. Estas medallas llevarán en el anverso, circundando su borde, un filo de plata de tres milímetros de ancho, ostentando dentro de él una matrona sentada que representa a España, ofrendando una corona de laurel y un sol naciente en el lado izquierdo. En la parte superior ostentará el lema AL MÉRITO (EN EL EJÉRCITO), (NAVAL) o (AÉREO), según corresponda. La parte comprendida entre el filo de plata y borde la constituirá una orla con dos leones. El reverso, de análoga factura que el anverso, ostentará dentro del óvalo de plata el emblema del Ejército de Tierra, de la Armada o del Ejército del Aire, según se trate de la medalla de Ejército, Naval o Aérea. La cinta de la que penderán estas medallas será de seda, de 35 milímetros de ancho, con la franja central de 15 milímetros de ancho con los colores nacionales y su fondo de color verde cinabrio oscuro, azul marino o azul celeste, según corresponda a la medalla del Ejército, Naval o Aérea respectivamente; esta cinta tendrá 45 milímetros de longitud a la vista y se llevará sujeta por una hebilla dorada de la forma y dimensiones usuales y reglamentarias para esta clase de distintivos. Sobre la cinta la condecoración llevará un pasador dorado en donde constarán las circunstancias a que se refiere el punto 3 del artículo 8.°. Artículo 17. Sólo se ostentará una medalla de la misma clase, acreditándose la repetición por medio de sucesivos pasadores. Artículo 18. Estas medallas deberían ostentarse constantemente de la siguiente forma: — Para uniforme de diario, el pasador correspondiente, que figura en el anexo, en la parte superior, destacado del resto de los pasadores de las otras condecoraciones. — Para uniforme de gala la medalla en su configuración normal, que figura en el anexo.

TITULO III

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«Medalla del Ejército, Naval y Aérea», de carácter colectivo. CAPÍTULO PRIMERO

Procedimiento para la concesión. Artículo 19. Estas medallas que, en analogía a las individuales, sólo se concederán muy excepcionalmente, podrán otorgarse con carácter colectivo a aquellas unidades de las Fuerzas Armadas, que en tiempo de paz realicen algún hecho con notorio riesgo y que suponga valor distinguido para el conjunto de personal en ellas encuadrado. Su concesión se hará por decreto acordado en Consejo de Ministros a propuesta del Ministro del Ejército a que pertenezca la unidad, cuerpo o agrupación que la mereció, previo informe favorable del Consejo Superior correspondiente. Artículo 20. Análogamente a las de carácter individual, se instruirá un expediente para su concesión, el cual se iniciará con propuesta formulada por el mando superior al de la unidad que se trate de recompensar y en la que se detallen los hechos meritorios que la justifiquen. Elevada la propuesta por conducto reglamentario al Ministro correspondiente, éste actuará de acuerdo con lo previsto en los artículos 5.° y 6.° de este Reglamento, debiendo ser el juez instructor que se designe de mayor empleo o antigüedad que el jefe de la unidad propuesta. Artículo 21. En el expediente deberá constar: a) Declaración del jefe de las fuerzas para las que se haya propuesto la condecoración. b) Declaración de los jefes de las unidades colaterales o inmediatas a la acción y de la misma entidad, a ser posible, que la propuesta. c) Todos los demás informes y declaración que se estimen necesarios para el mejor esclarecimiento de los hechos. Artículo 22. Finalizado el expediente se seguirán los trámites previstos en el artículo 8.° de este Reglamento.

CAPÍTULO II Derechos.

Artículo 23. Las medallas colectivas darán derecho al uso del distintivo que solamente ostentarán aquellos autorizados por el titular del Ministerio militar a que pertenezca el interesado, previa aprobación de las relaciones nominales elevadas por el jefe de la unidad recompensada en las que figurarán los que hayan tomado parte efectiva en el hecho por el que la recompensa haya sido otorgada o en los ocurridos en las dos terceras partes del lapso de tiempo que las comprenda cuando haya sido concedida por una sucesión de hechos distinguidos. La posesión del distintivo será anotada en la hoja de servicios de los interesados. Artículo 24. La unidad galardonada tendrá derecho a ostentar la corbata, guión, banderín o placa correspondiente, conforme a lo dispuesto en el capítulo IV de este título III. Se podrán ostentar tantas corbatas, guiones, banderines o placas de medallas como veces les haya sido concedida esta condecoración.

CAPÍTULO III Imposición.

Artículo 25. La imposición de las corbatas se efectuará por la autoridad militar jurisdiccional correspondiente o por cualquier otra autoridad que se designe. Artículo 26. El acto de la imposición revestirá la mayor solemnidad posible con asistencia de las fuerzas militares que se determinen, ante las cuales se dará lectura solemne del decreto de concesión. A continuación, las tropas desfilarán ante la autoridad que presida el acto.

CAPÍTULO IV Descripción y uso de las condecoraciones.

Artículo 27. El personal a quien se haya autorizado su uso, ostentará como distintivo de la medalla colectiva, de acuerdo con que figura en el anexo, la orla de hierro oxidado que forma parte de la medalla individual, bordada en el antebrazo de la manga izquierda del

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uniforme en dorado y sobre fondo de igual color que el fondo de la cinta de la medalla individual correspondiente y en su interior llevará bordado el emblema del reverso de la medalla correspondiente, así como el nombre de la unidad y fecha de la acción que determine la resolución que la conceda. Artículo 28. No se podrá ostentar más que un distintivo de medalla colectiva de cada Ejército, marcando la posesión de otras con una barra de oro de cuatro centímetros de longitud por cada una que posea, bordada en el brazo de la manga, debajo del distintivo y separada de él medio centímetro: cuando sean varias, estarán separadas entre sí por la misma distancia. Artículo 29. La medalla colectiva otorgada a la unidad que orgánicamente tenga bandera o estandarte se ostentará, en tales enseñas, bordadas en una cinta según diseño adjunto. Se denominará «Corbata de la Medalla del (Ejército), (Naval) o (Aérea)», y consistirá en una cinta de ocho centímetros de ancho de la clase y color de la medalla individual. Tendrá dos caídas de 50 centímetros de longitud terminadas con flecos de oro de cinco centímetros llevando bordada en una de ellas, y próxima al fleco, el distintivo que determina el artículo 27, de acuerdo con el diseño del anexo. La corbata irá sujeta a la moharra de la bandera o estandarte, quedando pendiente sobre ella y a la altura de su centro. Artículo 30. Cuando se trate de buques o unidades que carezcan de bandera o estandarte, la condecoración figurará en un guión-enseña o banderín y en una placa que se ostentarán en lugar preferente. Las aeronaves podrán ostentarlas pintadas según el diseño de placa que figura en el anexo. Artículo 31. A los cuerpos, unidades o fracciones de ellos que no tengan enseña se les dotará de una lanza reglamentaria y un guión-enseña o banderín de seda de 50 por 100 centímetros de dimensiones, con los colores de la cinta de la medalla individual en el que irá bordada la condecoración. Este guión-enseña o banderín se sujetará consecuentemente al asta de la lanza, de acuerdo con el diseño del anexo. Artículo 32. Los guiones-enseña o banderines descritos en el artículo anterior serán depositados en las vitrinas de la Sala de Banderas o Estandartes y Cámaras de buques y únicamente se sacarán cuando el cuerpo forme con su enseña o cuando la unidad o Agrupación condecorada haya de salir independientemente a prestar algún servicio. Tal guión-enseña o banderín será portado siempre por un suboficial, en forma análoga a como lo hacen los oficiales con las banderas o estandartes. Artículo 33. Los buques galardonados con esta condecoración, llevarán permanentemente izada, en el tope del palo donde se izan las insignias, un gallardete similar a la insignia del comandante de buque, pero con los colores de la cinta de la medalla individual.

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MEDALLA DEL EJÉRCITO MEDALLA NAVAL MEDALLA AÉREA

COLECTIVAS

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CORBATA DE LA MEDALLA DE EJÉRCITO, NAVAL O AÉREA

COLECTIVA GUIÓN DE LA MEDALLA DEL

EJÉRCITO, NAVAL O AÉREA COLECTIVA

PLACA DE LA MEDALLA DE EJÉRCITO, NAVAL O AÉREA COLECTIVA

COLECTIVAS Infografías de Antonio Prieto Barrio (reconstrucción)

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MODELOS 1978

MEDALLA DEL EJÉRCITO MEDALLA NAVAL MEDALLA AÉREA

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GUIÓN DE LA MEDALLA DEL EJÉRCITO, NAVAL O AÉREA COLECTIVA Infografías de Antonio Prieto Barrio (reconstrucción)

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CORBATA DE LA MEDALLA DEL EJÉRCITO, NAVAL O AÉREA COLECTIVA Infografía de Antonio Prieto Barrio (reconstrucción)

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PLACA DE LA MEDALLA DEL EJÉRCITO, NAVAL O AÉREA COLECTIVA Infografías de Antonio Prieto Barrio (reconstrucción)

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MEDALLA DEL EJÉRCITO, MODELO 1970

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MEDALLA NAVAL

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REGLAMENTO DE LA «ORDEN DEL MERITO MILITAR, NAVAL Y AERONÁUTICO, CON DISTINTIVO BLANCO»

TÍTULO PRIMERO Disposiciones generales

Artículo 1.º Objeto. Esta recompensa en sus tres modalidades, podrá concederse cuando se realicen servicios o trabajos de destacado mérito e importancia, así como por perseverancia en la distinción cuando previamente se hayan obtenido dos recompensas de «Mención Honorífica Especial». Artículo 2.º Categorías. Las distintas categorías de esta recompensa serán las siguientes: — Gran Cruz para generales y almirantes. — Cruz de Primera Clase para jefes. — Cruz de Segunda Clase para oficiales. — Cruz de Tercera Clase para suboficiales. — Cruz de Cuarta Clase para clases de tropa y marinería. Artículo 3.º Concesión. 1. Podrán ser concedidas con pensión o sin ella. 2. La gran cruz, se concederá por el Jefe del Estado a propuesta del Ministro del Ejército correspondiente y previa conformidad del Ministro del Ejército a que pertenezca el interesado, caso de ser de distinto Ministerio. 3. La cruz pensionada de cualquier categoría, se otorgará por decreto acordado en Consejo de Ministros, a propuesta del titular del Departamento correspondiente y con la aprobación del Ministerio de quien dependa el interesado y previo informe de su Consejo Superior. 4. La concesión de las cruces no pensionadas corresponde al Ministro del Ejército a que pertenezca el interesado. 5. Al personal de la Policía Armada les serán concedidas por el Ministro del Ejército correspondiente a la medalla que se ha de conceder bien por propia iniciativa o a propuesta del General Inspector del referido Cuerpo.

TÍTULO II Requisitos para su concesión

Artículo 4.º 1. Para poder obtener esta condecoración será necesario reunir alguno de los requisitos siguientes: a) Ser autor de trabajos, estudios o inventos que el mando considere dignos de recompensa. b) Destacar en el cumplimiento de los deberes militares y la prestación de sus servicios de manera que constituyan un mérito extraordinario apreciado por el mando. c) Haber obtenido previamente dos «Menciones Honoríficas Especiales» cuya reglamentación se efectuará por los Estados Mayores de los tres Ejércitos coordinados por el Alto Estado Mayor. 2. Para que la recompensa sea pensionada será preciso que los trabajos o servicios realizados revistan un carácter relevante y excepcional. Artículo 5.º 1. Para la concesión de esta recompensa a personal civil, será preciso que los servicios o méritos por que se conceda sean excepcionales y muy distinguidos, así como estrictamente relacionados con las actividades propias del Departamento militar correspondiente. 2. Para la determinación de la categoría que proceda, se tendrá en cuenta la importancia de los servicios o méritos, así como el rango profesional, intelectual, social o político de la persona recompensada. 3. Estas recompensas, cuando se concedan a personal civil, serán en todo caso sin pensión.

TÍTULO III

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Procedimiento para su concesión Artículo 6.º 1. Para la concesión de la Gran Cruz bastará la propuesta motivada del Ministro correspondiente al Jefe del Estado, previo informo del Consejo Superior respectivo si se considera procedente. La concesión será publicada por decreto en el «Boletín Oficial del Estado». 2. Para la concesión de las cruces sin pensión, los jefes de unidades, buques, centros, organismos y dependencias de las Fuerzas Armadas, elevarán propuesta motivada por conducto reglamentario al Ministro correspondiente justificando los méritos de la persona que consideran acreedora de esta recompensa y acompañarán los informes, datos y circunstancias que estimen convenientes. En caso de resolución favorable, la concesión será publicada por orden ministerial en el «Diario» o «Boletín Oficial » del departamento. 3. Para la concesión de las cruces pensionadas se seguirán los trámites del número anterior y el Ministro, previo informe de su Consejo Superior, someterá la propuesta al Consejo de Ministros para su resolución. La concesión se publicará por decreto en el «Boletín Oficial del Estado».

TÍTULO IV Derechos y beneficios

Artículo 7.º Los derechos y beneficios de estas recompensas serán los siguientes: 1) El honor de poseerlas, y de ostentarlas sobre el uniforme. 2) El tratamiento de excelencia para las Grandes Cruces. 3) Para las cruces pensionadas, la pensión consistirá en el 3 por 100 del sueldo del empleo en que se obtenga, como mínimo del sueldo del empleo de sargento. Artículo 8.º Las pensiones se percibirán durante el tiempo que se señale en la disposición por la que se conceda y, en todo caso, dejarán de devengarse al pasar a la situación de reserva o retiro y, si se trata de clase de tropa o marinería, al cesar en la situación de actividad. Artículo 9.º El personal que sea premiado con más de una de estas recompensas pensionadas podrá percibir todas las pensiones, a menos que en las disposiciones de concesión se preceptúe de modo expreso lo contrario.

TÍTULO V Descripción y uso de las condecoraciones

Artículo 10. Las Grandes Cruces tendrán por insignias una banda de cinta ancha, de las mismas dimensiones que se usan en las demás órdenes, con los mismos colores que la cinta de que pendan las cruces, que se llevará terciada del hombro derecho al lado izquierdo, de la cual penderá la Cruz de Segunda Clase. Además de esta banda, usarán la Cruz de Primera Clase, pero con la diferencia de que será en oro y los leones y castillos en plata. Artículo 11. Las de Primera Clase consistirán en una placa de plata abrillantada con la Cruz de Segunda Clase en el centro, orlada de dos leones y dos castillos en oro. Artículo 12. Las de Segunda Clase consistirán en una cruz sencilla de cuatro brazos rectos de oro y esmaltados en blanco y sobre ella el distintivo correspondiente; sobre el brazo superior descansará un rectángulo de oro, que llevará inscrita la fecha y motivo de la concesión, y sobre él, una corona real también de oro. Penderá de una cinta, de una longitud que no excederá de tres centímetros en su parte visible, que en su parte superior irá unida a una hebilla dorada análoga a las usuales para condecoraciones que permitirá prenderla al uniforme. Las del Mérito Militar, que serán de brazos iguales, llevarán en el centro el escudo de armas. Las del Mérito Naval, que serán de brazos desiguales, llevarán sobre ella un ancla azul. Las del Mérito Aeronáutico, que serán de brazos iguales, llevarán sobre ella el distintivo del Ejército del Aire, el que en su círculo central ostentará el escudo de armas. Artículo 13. Las cintas de que penderán esas cruces que tendrán los mismos colores que la banda de la Gran Cruz correspondiente, serán:

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ORDEN DEL MÉRITO MILITAR, DISTINTIVO BLANCO

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ORDEN DEL MÉRITO NAVAL, DISTINTIVO BLANCO

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ORDEN DEL MÉRITO AERONÁUTICO, DISTINTIVO BLANCO

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La del Mérito Militar, de seda blanca con lista roja en el centro, igual a la octava parte de su ancho. La del Mérito Naval, de seda con los colores y disposición que tienen en la bandera nacional. La del Mérito Aeronáutico, de seda blanca con dos franjas rojas estrechas que corran a lo largo de los bordes de la cinta, iguales a la octava parte de su ancho. Artículo 14. Las Cruces de Tercera Clase serán análogas a las de Segunda. Clase, pero con brazos, rectángulos, corona y hebilla, en plata. Artículo 15. Las Cruces de Cuarta Clase serán análogas a las de Tercera, pero sin esmaltar. Artículo 18. Las cruces pensionadas se distinguirán por llevar en los brazos de la cruz pasadores de oro. Artículo 19. Las repeticiones de cada una de estas recompensas se representarán en las de Segunda Clase, por pasadores de oro en la cinta con la inscripción correspondiente; en las de Tercera y Cuarta Clases los pasadores serán de plata. En las de Primera Clase se representarán, por rectángulos análogos al de la primera concesión colocados en el brazo inferior de la cruz. Cada Gran Cruz sólo podrá concederse una sola vez a la misma persona.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS Primera. Las cruces concedidas con anterioridad a la entrada en vigor de la ley 15/1970, general de Recompensas de las Fuerzas Armadas, se conservarán con el diseño con que fueron otorgadas, pero se considerarán automáticamente como sigue: a) De Primera Clase, las anteriores de Tercera y Segunda concedidas a jefes. b) De Segunda Clase, las anteriores de Primera concedidas a oficiales. c) De Tercera Clase, las anteriores de Primera concedidas a suboficiales. d) De Cuarta Clase, las anteriores Cruces de Plata. Segunda. Las cruces otorgadas con posterioridad a la entrada en vigor de la ley 15/1970, deberán ajustarse, en cuanto a categorías y diseños, a lo preceptuado en este Reglamento. Real decreto 271/1977, de 4 de enero (BOE número 51, de 1 de marzo). Por el que se modifican los diseños de la Cruz de Guerra con Palmas, de la Cruz de Guerra, de la Cruz Roja del Mérito Militar y de la Orden del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico con distintivo blanco75. El decreto dos mil cuatrocientos veintidós/mil novecientos setenta y cinco, de veintitrés de agosto aprobó los Reglamentos de la de la «Medalla Militar», «Cruz de Guerra con Palmas», «Cruz de Guerra», «Medalla de Sufrimientos por la Patria» y «Medallas de las Campañas». El decreto mil noventa y uno/mil novecientos setenta y seis, de cinco de marzo aprobó los Reglamentos de la «Cruz Roja del Mérito Militar», «Medallas del Ejército, Naval y Aérea», y de la «Orden del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco». En lo que se refiere a la «Cruz de Guerra con Palmas», «Cruz de Guerra», «Cruz Roja del Mérito Militar», y «Orden del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco», se hace preciso modificar su diseño sustituyendo la actual corona por la de Su Majestad el Rey. En su virtud, a propuesta de los Ministros del Ejército, de Marina y del Aire y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día treinta de diciembre de mil novecientos setenta y seis, dispongo: Artículo primero. Los diseños de la «Cruz de Guerra con Palmas», y la «Cruz de Guerra», contenidos en el decreto dos mil cuatrocientos veintidós / mil novecientos setenta y cinco,

75 A tenor de lo dispuesto en el real decreto 1323/1995, de 28 de julio, queda derogado este decreto, en lo

referente a los diseños de la Cruz Roja del Mérito Militar y de la Orden del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco y completamente por real decreto 1040/2003, de 1 de agosto.

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de veintitrés de agosto, y los de la «Cruz Roja del Mérito Militar», y de la «Orden del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco», contenidos en el decreto mil noventa y uno / mil novecientos setenta y seis, de cinco de marzo, serán sustituidos por los que se acompañan al presente decreto. Artículo segundo. Los nuevos diseños serán, únicamente, para las condecoraciones que concedan en lo sucesivo, manteniéndose las anteriores sin modificación.

CRUZ DE GUERRA CON PALMAS CRUZ DE GUERRA

CRUZ DE GUERRA PENSIONADA

CRUZ ROJA DEL MÉRITO MILITAR REVERSO PENSIONADA

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ORDEN DEL MÉRITO MILITAR, DISTINTIVO BLANCO

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ORDEN DEL MÉRITO NAVAL, DISTINTIVO BLANCO

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ORDEN DEL MÉRITO AERONÁUTICO, DISTINTIVO BLANCO

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Orden ministerial 1407/1977 de 13 de diciembre (DO número 290) Por la que se establece en la Armada la corona de Su Majestad el Rey.

Con el fin de vincular la uniformidad entre las Fuerzas Armadas, y de modo particular en la Marina, a propuesta del Departamento de Personal, y con la conformidad del Estado Mayor de la Armada, vengo en disponer: Artículo primero. 1. Se establece en la Armada la corona de Su Majestad el Rey. 2. Estará compuesta por un círculo de oro y pedrería, con ocho florones, visibles cinco, y ocho perlas intercaladas; cerrada con ocho diademas guarnecidas de perlas y rematadas en lo alto con una cruz llana sobre el globo. Llevará bonete en gules y su figura deberá de ser la del dibujo del anexo. 3. Sus proporciones, según el sitio de colocación; pero si éstas, en anchura, fuesen menores de veinte milímetros, el esmalte en gules se sustituirá por el mismo material que forma la corona. Artículo segundo. En los uniformes de la Armada, emblemas, sellos, membretes y, en general, donde actualmente figura la corona del escudo de España, ésta será sustituida por la corona de S. M. conforme a las siguientes estipulaciones: 1. Oficiales generales y equiparados: Antes del día cinco de enero de mil novecientos setenta y nueve, en las galletas de las gorras, en las hombreras o palas y en los botones. Antes del día uno de enero de mil novecientos ochenta y cuatro en las restantes prendas y efectos76. 2. Oficiales particulares (jefes y oficiales), suboficiales y cabos primeros: Antes del día cinco de enero de mil novecientos setenta y nueve, en las galletas de las gorras. Antes del día uno de enero de mil novecientos ochenta y cuatro en las restantes prendas y efectos. 3. Marinería y tropa: En prendas y efectos de nueva confección. 4. En banderas, estandartes, guiones, fachadas de edificios, etc., la sustitución se hará cuando éstos se hagan o construyan en el futuro. 5. En condecoraciones: Llevarán la corona real las que se manifiesten en los nuevos reglamentos que se publiquen por decreto; voluntariamente, las concedidas antes de dichas disposiciones. 6. Distintivos de cursos, especialidades y permanencias: Permanecerán inalterables hasta que en su día se determinen. 7. En los membretes, sellos, etc., ya indicados: Continuará su uso hasta su extinción; estableciéndose la corona real en los de nueva fabricación. 8. La corona que se ostentará en las hombreras o palas de los oficiales generales y equiparados tendrá una anchura de treinta milímetros. Artículo tercero. Apoyo Logístico y Suministros Diversos podrán solicitar del Departamento de Personal toda aquella información que estimen conveniente para prevenir la compra, obtención, etc., del material o efectos que se disponen en la presente orden. Disposición final. Queda derogada la orden del Ministerio de Defensa Nacional de 27 de mayo de 1938 (BOE número 596), así como todas las disposiciones, de igual o menor rango, que se opongan a la presente.

76 Las dos primeras, redactadas según la orden ministerial 288/1982, de 17 de noviembre (DO número 265).

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Orden ministerial número 44/1985, de 22 de julio (BOD de 6 de agosto). Por la que se dictan normas sobre el uso de las condecoraciones por los miembros de las Fuerzas Armadas77. Con la promulgación de la ley 15/1970, de 4 de agosto, General de Recompensas de las Fuerzas Armadas, se consiguió simplificar y poner al día la multiplicidad legislativa existente hasta entonces sobre las recompensas militares. Publicada la mayor parte de los reglamentos de las distintas recompensas, se considera conveniente establecer una normativa que con carácter general regule la ordenación, uso y colocación de las condecoraciones, tipos de pasadores, etc. En su virtud, a propuesta de la Junta Coordinadora de Uniformidad, dispongo: Artículo 1. Se aprueban las normas que se adjuntan sobre la ordenación, uso y colocación de las condecoraciones, así como de sus pasadores. Artículo 2. Los pasadores correspondientes a las Grandes Cruces llevarán incorporada la corona real en miniatura, al objeto de distinguirlas de las demás. Artículo 3. Por el Servicio de Normalización de las Fuerzas Armadas se dictará la Norma Militar correspondiente sobre las características que deberán reunir los pasadores.

ANEXO A LA ORDEN MINISTERIAL NÚMERO 44/1985, DE 22 DE JULIO 1. Forma de llevarlas, orden y colocación. 1.1. Sobre la parte delantera izquierda del uniforme. 1.2. Orden. Cruz Laureada de San Fernando Individual y Medalla Militar Individual destacadas de las demás. Si se posee de las dos clases, las Cruces Laureadas preferentes sobre la Medalla Militar. 1.2.1. En primera línea. Cruces y medallas que cuelguen de cinta, colocadas a partir de la línea de botones y en el siguiente orden: Medalla del Ejército, Naval y Aérea individual. Cruz de Guerra con Palmas. Cruz de Guerra. Cruz Roja del Mérito Militar. Medalla de Caballero Mutilado de Guerra por la Patria. Medallas de Sufrimientos por la Patria por el orden que se citan: Heridos de guerra que lo sean directamente por el enemigo; heridos o lesionados en cualquier otro supuesto en tiempo de guerra y prisioneros de guerra. Medallas de las Campañas. Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico con distintivo blanco de 2.ª, 3.ª y 4.ª clase, por este orden. Medalla de Mutilado. Medalla de Sufrimientos por la Patria de los heridos o lesionados en tiempos de paz. Cruz a la Constancia en el Servicio. Medalla de Donante de Sangre. Medalla de Sufrimientos por la Patria de familiares muertos o desaparecidos en campaña o cautiverio. Resto de condecoraciones civiles españolas y militares y civiles extranjeras. 1.2.2. En segunda línea. Placas. Podrán llevarse un máximo de cuatro placas en la forma que se señala seguidamente.

77 Derogada en la disposición derogatoria única de la Orden DEF/3594/2003, de 10 de diciembre, excepto

cuando se esté en posesión de alguna de las recompensas militares suprimidas por la legislación vigente, en cuyo caso, las condecoraciones representativas tendrán el orden de colocación establecido en el anexo de 1985, intercalándose entre las que se contemplan en 2003.

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Cuando ostente más de una, el orden de colocación es el mismo que el que figura en el apartado anterior para la Cruz correspondiente, desde la línea de botones hacia el brazo y de arriba a abajo. Una: centrada. Dos: a la misma altura. Tres: dos arriba y una abajo. Cuatro: en forma de cruz. 1.3. Colocación. Las condecoraciones en tamaño natural, serán llevadas en una o varias filas según el número de ellas que se posean con arreglo al siguiente cuadro:

NÚMERO DE MEDALLAS NÚMERO DE FILAS NÚMERO DE CONDECORACIONES POR FILA

1ª 2ª 3ª 4ª

Hasta 5 1 Hasta 5 — — —

6 2 3 3 — —

7 2 4 3 — —

8 2 4 4 — —

9 2 5 4 — —

10 2 5 5 — —

11 3 4 4 3 —

12 3 4 4 4 —

13 3 5 5 3 —

14 3 5 5 4 —

15 3 5 5 5 —

16 4 4 4 4 4

La fila más baja deberá tener las presillas para su fijación 6 milímetros por encima del borde alto de la cartera del bolsillo del pecho, al lado izquierdo del uniforme y centrada sobre la misma. Las condecoraciones miniaturas irán en igual forma que las normales, pero con las practicadas en el costado izquierdo del uniforme de forma horizontal. 1.3.1. En el cuello. Veneras se llevará sólo una. En el uniforme número 1 – Gala Modalidad A. La cinta por debajo del cuello de la camisa y la Venera sobre el nudo de la corbata. En el uniforme número 1 – Gala Modalidad B. ARMADA Y AIRE La cinta por debajo del cuello de la marinera o guerrera y la venera sobre el primer botón de dicha prenda. En el uniforme número 3 – Gran etiqueta. EJERCITO DE TIERRA La cinta asoma entre los corchetes y el primer botón, quedando la venera sobre el mismo. ARMADA Y AIRE La cinta, sobre la sujeción de la corbata y la venera quede centrada cubriendo el ángulo inferior de dicha prenda. 1.3.2. Terciadas. Bandas, se llevará sólo una a elección, del hombro derecho al costado izquierdo. 1.3.3. Sobre los hombros. Collares, se llevará sólo uno, a elección. 1.3.4. En la manga izquierda. Condecoraciones colectivas, se llevarán como máximo dos, de arriba abajo por el siguiente orden:

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Laureada de San Fernando, Medalla Militar y Medalla del Ejército Naval o Aérea. Cuando se posea más de una de la misma clase, su repetición se señalará mediante barras de oro de 40 milímetros de longitud y 4 milímetros de anchura, debajo del distintivo, separada así mismo 10 milímetros de la condecoración de que se trate, si ésta es la Laureada y 40 milímetros de longitud, 5 milímetros de anchura y 5 milímetros de separación si la condecoración es la Medalla Militar, Naval o Aérea. 2. Pasadores de condecoraciones. Son la representación de las condecoraciones correspondientes, constituidos por sus respectivas cintas montadas sobre un armazón metálico. Se usarán sobre los uniformes números dos, cinco y seis, sujetos a los mismos por sistema de broche interno sobre el bolsillo izquierdo, coincidiendo su limbo bajo con la costura superior de la cartera. Se montarán yuxtapuestas entre sí y entre filas, siendo su distribución a ser posible igual al orden de precedencia asignado a las condecoraciones en tamaño natural, a excepción del pasador correspondiente a las medallas del Ejército, Naval y Aérea, que irá destacado del resto de los pasadores. Opcionalmente la colocación de los pasadores podrá hacerse por el orden en que se vayan concediendo las condecoraciones. Las filas superiores se superpondrán sobre las inferiores coincidiendo sus extremos cuando la fila inferior comprenda menor número de pasadores que la superior, en cuyo caso se apoyarán sobre ésta en su extremo derecho o interior. La distribución de pasadores por filas será de tres pasadores por fila hasta doce condecoraciones y a partir de trece, en filas de cuatro78. Ley 17/1989, de 19 de julio (BOE número 172, del 20). Reguladora del Régimen del Personal Militar Profesional79.

DISPOSICIÓN DEROGATORIA 1. Quedan derogadas, en tanto en cuanto no lo estuvieran ya por la ley orgánica 6/1980, de 1 de julio, modificada por la ley orgánica 1/1984, de 5 de enero, por la que se regulan los criterios básicos de la Defensa Nacional y la organización militar, las siguientes disposiciones: Ley adicional a la constitutiva del Ejército de 19 de julio de 1889. Ley de 29 de junio de 1918 por la que se aprueban las bases para la reorganización del Ejército. 2. Las disposiciones que se citan a continuación y que se refieren a materias reguladas en la presente ley, en lo que no se opongan a la misma, continuarán en vigor con carácter reglamentario. Las disposiciones de desarrollo de esta ley las derogarán de forma expresa. Ley 15/1970, de 4 de agosto, General de Recompensas de las Fuerzas Armadas, modificada por la Ley 47/1972, de 22 de diciembre. Ley 5/1976, de 11 de marzo, de Mutilados de Guerra por la Patria.

DISPOSICIONES FINALES Primera. Recompensas militares. 1. Las recompensas militares por hechos o servicios de guerra son: Cruz Laureada de San Fernando, Medalla Militar, Cruz de Guerra, Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo y citación como distinguido en la Orden general. 2. Las recompensas militares por méritos, trabajos, servicios o acciones distinguidas en

78 La orden ministerial 142/2000, de 1 de junio, en su disposición adicional única, modifica el apartado 2,

“Pasadores de condecoraciones” del Anexo a esta orden ministerial, en lo que a la Armada se refiere, en el sentido de que la distribución de pasadores por filas será de tres pasadores por fila independientemente del número de condecoraciones.

79 Se inserta únicamente lo que interesa a este epígrafe. Vigente hasta el 20 de mayo de 1999, fecha de entrada en vigor de la ley 17/1999, de 18 de mayo.

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tiempo de paz son: Medalla del Ejército, Medalla Naval, Medalla Aérea, Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco y mención honorífica. 3. La constancia en el servicio, se recompensará con el ingreso en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. 4. Reglamentariamente se determinarán los trámites y condiciones de ingreso en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo de los Suboficiales que posean la cruz a la constancia en el servicio. 5. No podrán concederse otras recompensas militares que las contenidas en la presente disposición, si bien se conservarán con todos sus derechos y beneficios las que se hubieran otorgado con anterioridad a la entrada en vigor de esta ley. Ley 17/1999, de 18 de mayo (BOE número 119, del 19). De Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas80. Disposición derogatoria única. 3. Quedan definitivamente derogadas, con las salvedades que se indican en los dos apartados siguientes, las disposiciones relacionadas en el apartado 2 de la disposición derogatoria de la ley 17/1989, de 19 de julio, reguladora del Régimen del Personal Militar Profesional. 4. Mientras subsista personal al que le resulte de aplicación, continuarán en vigor para el mismo con carácter reglamentario, en lo que no se opongan a la propia ley 17/1989 y a esta ley, las disposiciones que se citan a continuación: Ley 5/1976, de 11 de marzo, de Mutilados de Guerra por la Patria. 5. También continuarán en vigor, con carácter reglamentario, hasta que las disposiciones de desarrollo de esta ley las deroguen de forma expresa, las siguientes: Ley 15/1970, de 4 de agosto, general de recompensas de las Fuerzas Armadas, modificada por la ley 47/1972, de 22 de diciembre. Ley 18/1995, de 1 de junio, de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico. 6. Las referencias a las disposiciones que se derogan contenidas en normas vigentes deberán entenderse efectuadas a las de esta ley que regulan la misma materia que aquéllas. Disposición final primera. Recompensas militares. 1. Las recompensas militares son: Cruz Laureada de San Fernando, Medalla Militar, Cruz de Guerra, Medalla del Ejército, Medalla Naval y Medalla Aérea, Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, azul, amarillo y blanco, Citación como distinguido en la Orden General y Mención honorífica. 2. La constancia en el servicio y la intachable conducta de los miembros de las Fuerzas Armadas pertenecientes a las Escalas Superiores de Oficiales, Escalas de Oficiales y Escalas de Suboficiales y de los miembros de la Guardia Civil de las Escalas Superior, Ejecutiva y de Suboficiales, se recompensará con el ingreso en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y en el caso de los demás miembros de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil que mantengan una relación de servicios profesionales de carácter permanente con la Cruz a la Constancia en el Servicio. 3. Reglamentariamente se establecerán los hechos o servicios y las circunstancias que determinarán la concesión de las diferentes recompensas, así como los trámites y procedimientos. 4. No se otorgarán avances en el orden de escalafón o ascensos como recompensa. Los ascensos por méritos de guerra se regularán por ley.

80 Se inserta únicamente lo que interesa a este epígrafe.

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Orden ministerial 142/2000, de 1 de junio (BOD número 112, de 9 de junio). Se aprueban las normas para el uso en la Armada de condecoraciones, distintivos y complementos81. Por lo que se refiere a las condecoraciones y sus pasadores, su concesión facultará para ostentar la correspondiente insignia de acuerdo con la descripción y uso establecidos en su correspondiente normativa reguladora. La orden ministerial 44/1985, de 22 de julio, dicta normas sobre el uso de condecoraciones por los miembros de las Fuerzas Armadas y regula la forma de llevar las condecoraciones, orden y colocación. En particular establece la distribución de los pasadores en filas de cuatro en caso de estar en posesión de más de doce condecoraciones, la cual no se adapta al diseño del uniforme de diario modalidad A. Disposición adicional única. Se modifica el apartado 2 Pasadores de condecoraciones del Anexo a la Orden Ministerial número 44/1985, de 22 de julio, en lo que a la Armada se refiere, en el sentido de que la distribución de pasadores por filas será de tres pasadores por fila independientemente del número de condecoraciones. 5. Colocación de las condecoraciones. Limitaciones y compatibilidades Cuando se posean varias de la misma clase sólo se ostentará una y la cinta llevará tantos pasadores dorados, de 40 mm de longitud y 5 mm de anchura, cuantas veces se repita. Se exceptúa de esta limitación la Gran Cruz y la Cruz Laureada de San Fernando. Asimismo cuando se completen filas se podrán agrupar en un solo imperdible pasador. Real decreto 1040/2003, de 1 de agosto (BOD número 177). Por el que se aprueba el Reglamento general de recompensas militares82. Las recompensas militares revisten gran trascendencia en los aspectos moral y orgánico de las Fuerzas Armadas, al constituir tanto un estímulo permanente para la superación en el cumplimiento del deber y del servicio —junto con los sacrificios, riesgos y dedicación inherentes a la vida militar— como un factor importante de selección para la organización militar, al destacar a los miembros de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de la Guardia Civil en el ejercicio del mando y demás funciones militares que legalmente les corresponden por acreditar las condiciones morales, físicas e intelectuales que se requieren para su concesión. Las disposiciones normativas vigentes que regulan las diferentes recompensas militares se caracterizan no sólo por una multiplicidad legislativa y reglamentaria, lo que conlleva una ardua labor interpretativa y aplicativa del derecho vigente, sino, fundamentalmente, por la ineficacia sobrevenida que una parte sustancial de dichas disposiciones padece, y que se deriva de la superación de determinados conceptos considerados básicos en el momento en el que se promulgaron y que en la actualidad han caído en desuso. Así, la ley 15/1970, de 4 de agosto, General de Recompensas de las Fuerzas Armadas, modificada por la ley 47/1972, de 22 de diciembre, y actualmente vigente con carácter reglamentario a tenor de lo dispuesto en el apartado 5 de la disposición derogatoria única de la ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, clasificaba las recompensas militares en dos grupos: las de guerra y las de paz. En consecuencia, de acuerdo con esta distinción también establecida en determinadas disposiciones de desarrollo todavía vigentes, hasta fechas muy recientes únicamente podían concederse las recompensas militares definidas como de guerra —Cruz Laureada de San Fernando, Medalla Militar, Cruz de Guerra, Cruces de Mérito Militar, Naval y Aeronáutico con distintivo rojo, o citación como distinguido en la Orden

81 Se inserta únicamente lo que interesa a este epígrafe. 82 Redactado con las correcciones de los BOD números 185 y 196 del año 2003. Incluye las siguientes

modificaciones: artículos 36 y 37 por real decreto 970/2007, artículo 63 apartado 2 por real decreto 1385/2011 y artículos 40, 41 apartado d) y disposición adicional undécima por real decreto 20/2013.

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General—, siempre y cuando se hubiera producido formalmente una previa declaración de guerra, con carácter general. Y en el actual contexto sociopolítico resulta, cuando menos, improbable que se produzca tal declaración, pese a que las Fuerzas Armadas puedan verse implicadas en determinadas operaciones que supongan el uso de las armas. Atendiendo el legislador a esta situación, ha buscado su solución a través de la ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas. Así, en el apartado 1 de su disposición final primera determina claramente que las recompensas militares son: la Cruz Laureada de San Fernando, la Medalla Militar, la Cruz de Guerra, la Medalla de Ejército, la Medalla Naval, la Medalla Aérea, las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, azul, amarillo y blanco, la citación como distinguido en la Orden General y la mención honorífica. Por lo tanto, es voluntad de la ley superar la tradicional distinción que operaba sobre esta materia entre recompensas de guerra y de paz, mantenida hasta la ley 17/1989, de 19 de julio, Reguladora del Régimen del Personal Militar Profesional, estableciéndose ya, únicamente, una lista cerrada de las recompensas militares. No obstante, debe mantenerse el carácter excepcional que tradicionalmente han venido teniendo las recompensas clasificadas como de guerra, de forma que sólo puedan ser concedidas por aquellos hechos y circunstancias que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada, o que se desarrollen durante conflictos armados, bajo el criterio moderador del valor militar que quede acreditado. Por otra parte, el apartado 2 de la citada disposición final primera de la ley establece que la constancia en el servicio y la intachable conducta de los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil se recompensará con el ingreso en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, o con la Cruz a la Constancia en el Servicio. Y en aplicación y desarrollo de esta disposición legal se ha dictado el real decreto 1189/2000, de 23 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, estando prevista la aprobación del Reglamento de la Cruz a la Constancia en el Servicio83, de conformidad con lo dispuesto en la ley. Asimismo, y con el fin de proceder a actualizar y revitalizar la primera orden militar española, se ha dictado el real decreto 899/2001, de 27 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, cuya principal novedad, respecto a su regulación anterior, reside en que la concesión tanto de la Cruz Laureada de San Fernando como de la Medalla Militar supone el ingreso en la citada orden. Esta razón ha sido la que ha aconsejado que se instrumente el desarrollo de la Real y Militar Orden de San Fernando y el de ambas recompensas en una disposición independiente, para establecer con más precisión las características, finalidad y organización de la orden, en concordancia con los requisitos y procedimientos precisos para la concesión de las recompensas que otorgan el honor y el derecho a ingresar y permanecer en ella. Por último, siendo igualmente consciente el legislador de la dispersión normativa existente en esta materia de recompensas militares, el apartado 3 de la mencionada disposición final primera de la ley 17/1999, remite normativamente al Gobierno para regular los hechos, servicios y circunstancias que determinan la concesión de las diferentes recompensas, así como sus trámites y procedimientos. Y es precisamente con esta habilitación legal con la que se dicta este Reglamento General de Recompensas Militares. En su virtud, a propuesta del Ministro de Defensa, de acuerdo con el Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 1 de agosto de 2003, dispongo: Artículo único. Aprobación del Reglamento general de recompensas militares. Se aprueba el Reglamento general de recompensas militares, cuyo texto se inserta a continuación. Disposición adicional primera. Recompensas militares y mantenimiento de derechos reconocidos.

83 En la fecha de entrada en vigor del presente real decreto, estaba plenamente en vigor el reglamento de la

Cruz a la Constancia en el Servicio, aprobado por real decreto 682/2000, de 12 de julio.

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1. No podrán ser concedidas ni reconocidas otras recompensas militares que las reguladas tanto en el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, aprobado por el real decreto 899/2001, de 27 de julio, como en el reglamento aprobado por este real decreto, con los requisitos, procedimientos y efectos que en cada caso se determinan. De conformidad con lo dispuesto en el apartado 2 de la disposición final primera de la ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y la Cruz a la Constancia en el Servicio se regirán por su normativa específica. 2. No obstante, se mantendrá el reconocimiento de las recompensas militares que hubieran sido concedidas de acuerdo con la normativa anterior, que continuarán generando los derechos a ellas inherentes en los términos establecidos en la disposición transitoria segunda de este real decreto. Disposición adicional segunda. Recompensas militares y civiles excluidas del ámbito de aplicación. 1. Conforme a lo dispuesto en el apartado 4 de la disposición final primera de la ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, no podrán otorgarse avances en el orden de escalafón o ascensos como recompensa, y únicamente por ley se regularán los ascensos por méritos de guerra. 2. Aquellas recompensas que hayan sido creadas por organizaciones internacionales cuya concesión y uso sea reconocido por el ordenamiento jurídico español se regirán por su normativa específica. 3. La Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil, así como las restantes recompensas civiles, se regirán por sus normas específicas, y se reconoce su uso sobre la uniformidad, cuando sean concedidas al personal militar, previa autorización del Ministro de Defensa, a excepción de los miembros del Cuerpo de la Guardia Civil respecto de las condecoraciones de su Orden del Mérito. La misma regla será aplicable para el uso sobre la uniformidad de las recompensas civiles o militares extranjeras, concedidas a dicho personal. Disposición adicional tercera. Medallas de las campañas y condecoraciones hereditarias. 1. Las medallas de las campañas, teniendo en cuenta lo dispuesto en el apartado 2 de la disposición derogatoria única de este real decreto, y las condecoraciones y recompensas hereditarias continuarán produciendo los beneficios y efectos previstos por su respectiva norma de creación, y se sujetarán en lo sucesivo y respecto al personal militar a las siguientes reglas: a) El personal militar que tuviera reconocido el derecho al uso en la uniformidad de las citadas medallas y condecoraciones continuará disfrutando de tal derecho, siendo su ubicación y colocación sobre la uniformidad posterior a la de las recompensas militares establecidas por el reglamento aprobado. b) El derecho a ostentar las medallas de las campañas y condecoraciones hereditarias sobre la uniformidad de los militares en las situaciones administrativas de servicio activo, servicios especiales, reserva y excedencia voluntaria, mientras en estas tres últimas situaciones estén sujetos al régimen general del personal militar, así como su anotación en la hoja de servicios y cuantos otros beneficios pudieran derivarse, deberá estar previamente autorizado por el Ministro de Defensa. c) El personal militar que, en las situaciones administrativas referidas en el párrafo anterior, tenga derecho según sus normas de creación a cualquiera de las medallas de las campañas transmisibles, deberá dirigir solicitud al Ministro de Defensa para su reconocimiento y uso en la uniformidad. En este sentido, y para las citadas medallas que tuvieran el carácter de hereditarias, sólo se reconocerá la posibilidad de una única transmisión del militar titular del derecho al militar causahabiente por línea recta descendente, hasta el segundo grado de consanguinidad, sin que quepan ulteriores transmisiones. 2. Para conmemorar hechos de relevante trascendencia para las Fuerzas Armadas o para la Patria, así como para destacar la participación de personal civil o militar en

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determinadas operaciones militares y campañas, podrán crearse mediante real decreto medallas conmemorativas y medallas de campañas, sin que tengan la consideración de recompensas militares, ni puedan generar ningún otro derecho distinto al de su uso, como reconocimiento del hecho conmemorable o de la participación en las operaciones y campañas, al tener un carácter únicamente honorífico84. Disposición adicional cuarta. Distintivos militares. Los distintivos militares no tendrán, bajo ningún concepto, consideración de recompensas. El Ministro de Defensa regulará su reconocimiento y creación, así como los requisitos y circunstancias necesarios para su posesión, uso y limitaciones. No obstante, los distintivos militares reconocidos y concedidos conforme a la normativa vigente seguirán produciendo sus efectos hasta que por orden ministerial se regule esta materia. Disposición adicional quinta. Modificación del real decreto 912/2002, de 6 de septiembre, por el que se desarrolla la estructura básica de los ejércitos. Se modifica la disposición final primera del real decreto 912/2002, de 6 de septiembre, por el que se desarrolla la estructura básica de los ejércitos, que queda redactada como sigue:

«Disposición final primera. Facultades de desarrollo. Se faculta al Ministro de Defensa para dictar cuantas disposiciones estime necesarias para el desarrollo y ejecución de este real decreto, que en ningún caso podrá suponer el establecimiento de una organización militar del territorio nacional, ni aumento del gasto público».

Disposición transitoria primera. Procedimientos en curso y condecoraciones reconocidas por la normativa anterior. 1. Los expedientes de concesión de recompensas militares iniciados con anterioridad a la entrada en vigor del reglamento aprobado por este real decreto continuarán tramitándose y se resolverán de acuerdo con la reglamentación vigente hasta ese momento. No obstante, no podrán iniciarse expedientes para la concesión de las recompensas militares contempladas en la disposición final primera de la ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, por acciones, hechos o servicios realizados en pasados conflictos armados o en operaciones militares que implicaran o hubieran podido implicar el uso de fuerza armada, o bien por méritos contraídos con anterioridad a la entrada en vigor del reglamento aprobado por este real decreto. 2. La denominación, diseño y uso de las condecoraciones, insignias y pasadores correspondientes a las recompensas militares concedidas con anterioridad se mantendrán sin modificación alguna, siempre que no se opongan a lo dispuesto en el reglamento aprobado por este real decreto. Disposición transitoria segunda. Pensiones y derechos inherentes a las recompensas militares establecidos por la normativa anterior. 1. Las pensiones por la posesión de determinadas recompensas militares reconocidas con anterioridad a la entrada en vigor del reglamento aprobado por este real decreto mantendrán su actual cuantía, y se adaptarán en las anualidades sucesivas a lo que se disponga por las leyes de presupuestos. 2. Igualmente se mantendrán los derechos que, según la normativa anterior, fueran inherentes a las recompensas militares concedidas según sus prescripciones, siempre que sean compatibles con la legislación en vigor. Si no lo fueran, se adaptarán a los derechos reconocidos en el reglamento aprobado por este real decreto. Disposición derogatoria única. Derogación normativa. 1. A tenor de lo dispuesto en el apartado 4 de la disposición derogatoria única de la ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, quedan derogadas la ley 15/1970, de 4 de agosto, General de Recompensas de las Fuerzas Armadas,

84 Por real decreto 336/2018, de 25 de mayo (BOE número 142, del 12 junio), se crea la medalla de campaña para

reconocer la participación en determinadas operaciones militares y campañas en el exterior.

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y la ley 47/1972, de 22 de diciembre, que la modifica, así como la ley 18/1995, de 1 de junio, de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico. 2. Quedan igualmente derogados: a) El real decreto de 21 de noviembre de 1927, por el que se crea una medalla denominada «Medalla de la Paz de Marruecos». b) El decreto de 4 de julio de 1958, por el que se crea la Medalla Ifni-Sáhara. c) El decreto 2422/1975, de 23 de agosto, por el que se aprueban los Reglamentos de la «Medalla Militar», «Cruz de Guerra con Palmas», «Cruz de Guerra», «Medalla de Sufrimientos por la Patria» y de las «Medallas de las Campañas». d) El decreto 1091/1976, de 5 de marzo, por el que se aprueban los Reglamentos de la «Cruz Roja del Mérito Militar», «Medallas del Ejército, Naval y Aérea» y de la «Orden del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco». e) El real decreto 1372/1977, de 10 de junio, por el que se crea la Medalla denominada del Sáhara. f) El real decreto 1323/1995, de 28 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico y otras normas sobre recompensas militares. g) Cuantas disposiciones de igual o inferior rango se opongan a lo dispuesto en este real decreto. Disposición final primera. Habilitación de desarrollo. Queda facultado el Ministro de Defensa para adoptar cuantas disposiciones y medidas sean necesarias en desarrollo y ejecución de lo dispuesto en este real decreto. Disposición final segunda. Entrada en vigor. El presente real decreto entrará en vigor a los tres meses de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.

REGLAMENTO GENERAL DE RECOMPENSAS MILITARES TÍTULO PRELIMINAR

Disposiciones generales Artículo 1. Recompensas militares. 1. De acuerdo con su precedencia dentro del ordenamiento jurídico español, el orden de prelación de las recompensas militares, por los derechos y honores que conllevan, es el siguiente: a) Cruz Laureada de San Fernando. b) Medalla Militar. c) Cruz de Guerra. d) Medalla del Ejército, Medalla Naval y Medalla Aérea. e) Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivos rojo, azul, amarillo y blanco. f) Citación como distinguido en la Orden General. g) Mención honorífica. 2. El ingreso y ascenso en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y la Cruz a la Constancia en el Servicio son las recompensas militares que premian a los miembros de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de la Guardia Civil con la finalidad establecida en el siguiente artículo. Artículo 2. Finalidad de las recompensas militares. 1. Las recompensas militares tienen por finalidad premiar y distinguir al personal militar o civil por la realización de acciones, hechos o servicios que impliquen reconocido valor militar, o porque sean de destacado mérito o importancia para las Fuerzas Armadas, así como para la Defensa Nacional. 2. No obstante, el ingreso y ascenso en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y la Cruz a la Constancia en el Servicio recompensan la constancia en el servicio y la intachable conducta del personal militar, a tenor de lo que establecen las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas y conforme a lo dispuesto en sus respectivos reglamentos.

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Artículo 3. Ámbito de aplicación del reglamento. 1. Este reglamento tiene por objeto establecer las acciones, los hechos, los servicios y las circunstancias que pueden determinar la concesión de las recompensas mencionadas en el artículo 1, así como regular los procedimientos y trámites pertinentes para la concesión de cada una de ellas, los derechos que conllevan, su descripción y uso. 2. Las recompensas militares podrán ser concedidas a los miembros de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de la Guardia Civil, a los miembros de las Fuerzas Armadas y cuerpos de naturaleza militar de otros Estados, así como a cualquier español o extranjero, siempre que concurran los requisitos establecidos para dicha concesión. No obstante, la Cruz de Guerra, las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico con distintivo rojo y la citación como distinguido en la Orden General sólo podrán ser concedidas individualmente a los oficiales generales, oficiales, suboficiales, tropa y marinería, cabos y guardias, reservistas y personal civil bajo las órdenes directas de los mandos de las Fuerzas Armadas, exclusivamente por acciones, hechos o servicios prestados en el transcurso de conflictos armados, así como de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada. La Cruz Laureada de San Fernando y la Medalla Militar se concederán, siempre que se cumplan los requisitos establecidos, al personal contemplado en el artículo 14 del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, aprobado por el real decreto 899/2001, de 27 de julio. 3. El ingreso y ascenso en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y la Cruz a la Constancia en el Servicio sólo se concederán a los miembros de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de la Guardia Civil que cumplan con los requisitos establecidos en sus respectivos reglamentos. Artículo 4. Régimen general de recursos. 1. Contra las resoluciones que no pongan fin a la vía administrativa y contra los actos de trámite, si estos últimos deciden directa o indirectamente el fondo del asunto, determinan la imposibilidad de continuar el procedimiento, producen indefensión o perjuicio irreparable a los derechos e intereses legítimos, podrá interponerse por los interesados el recurso de alzada, de conformidad con la legislación reguladora del procedimiento administrativo común. 2. Contra las resoluciones que pongan fin a la vía administrativa podrá interponerse por los interesados recurso potestativo de reposición, o bien directamente el contencioso-administrativo.

TÍTULO I Recompensas militares que integran la Real y Militar Orden de San Fernando

Artículo 5. Cruz Laureada de San Fernando y Medalla Militar. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, aprobado por el real decreto 899/2001, de 27 de julio, la Cruz Laureada de San Fernando y la Medalla Militar son las recompensas que integran dicha orden. Artículo 6. Cruz Laureada de San Fernando. 1. La Cruz Laureada de San Fernando, máxima recompensa militar de España, tiene por objeto premiar el valor heroico como virtud sublime que, con relevante esfuerzo de la voluntad, induce a acometer excepcionales acciones, hechos o servicios militares, individuales o colectivos, con inminente riesgo de la propia vida y siempre en servicio y beneficio de la Patria o de la paz y seguridad de la comunidad internacional. 2. El ámbito objetivo y subjetivo de esta recompensa militar, así como los méritos concurrentes, el procedimiento para su concesión, los derechos y distinciones que conlleva y la descripción y el uso de sus condecoraciones son los establecidos en el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, aprobado por el real decreto 899/2001, de 27 de julio, como recompensa que integra dicha orden. Artículo 7. Medalla Militar.

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1. La Medalla Militar, recompensa militar ejemplar, tiene por objeto premiar el valor muy distinguido como la virtud que, sin llegar a tener la consideración de valor heroico según se define en el artículo anterior, sobresale muy significativamente del valor exigible a cualquier militar en el desarrollo de operaciones armadas, lo que le lleva a acometer acciones, hechos o servicios militares, individuales o colectivos, de carácter extraordinario que impliquen notables cambios favorables y ventajas tácticas para las fuerzas propias o para la misión encomendada. 2. El ámbito objetivo y subjetivo de esta recompensa militar, así como los méritos concurrentes, el procedimiento para su concesión, los derechos y distinciones que conlleva y la descripción y el uso de sus condecoraciones son los establecidos en el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, aprobado por el real decreto 899/2001, de 27 de julio, como recompensa que integra dicha orden.

TÍTULO II Cruz de Guerra

CAPÍTULO I Disposiciones generales

Artículo 8. Ámbito objetivo de la recompensa. La Cruz de Guerra es la recompensa militar ejemplar que tiene por objeto premiar a aquellas personas que, con valor, hayan realizado acciones o hechos de gran eficacia, o hayan prestado servicios sobresalientes, durante un período continuado, dentro de un conflicto armado o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada, y que conlleven unas dotes militares o de mando muy señaladas. Artículo 9. Ámbito subjetivo y concesión de la recompensa. 1. La Cruz de Guerra recompensa al personal de las Fuerzas Armadas, del Cuerpo de la Guardia Civil, cuando este último desempeñe acciones de carácter militar, o al personal civil que preste servicios en aquéllas en virtud de orden competente, dentro de fuerzas militares organizadas, siempre que lleven a cabo acciones, hechos o servicios señalados en el artículo anterior. 2. La Cruz de Guerra será concedida por real decreto, acordado en Consejo de Ministros, a propuesta del Ministro de Defensa y con informe del Consejo o Junta Superior del ejército o cuerpo respectivo, o donde haya prestado servicios el interesado.

CAPÍTULO II Procedimiento para la concesión e imposición de la Cruz de Guerra

Artículo 10. Iniciación e instrucción del procedimiento. 1. El procedimiento se incoará de oficio mediante resolución del Jefe del Estado Mayor de la Defensa, o de los Jefes de los Estados Mayores de los Ejércitos de Tierra y Aire o del de la Armada, bien por propia iniciativa o por haber recibido parte por escrito del jefe de la unidad, centro u organismo militar al que pertenezca o en donde preste sus servicios el interesado. Dicho parte contendrá la apreciación de las circunstancias que se exigen para la concesión de esta recompensa, e incidirá especialmente en la calificación del valor que en las acciones, hechos o servicios ha podido quedar acreditado. El parte se elevará por conducto reglamentario al Jefe del Estado Mayor de la Defensa o al Jefe del Estado Mayor correspondiente, y será sucesivamente informado por los mandos militares intermedios. 2. El Jefe del Estado Mayor de la Defensa o el Jefe del Estado Mayor respectivo adoptará la resolución de incoación del procedimiento bien directamente, bien una vez recibido el parte en unión de los informes que le acompañen. En este último supuesto podrá acordar la apertura de un período de información previa, cuando las circunstancias de la acción, hecho o servicios no estén, a su juicio, suficientemente aclaradas. 3. Iniciado el expediente correspondiente con la orden de proceder a su apertura, que incluirá la resolución de incoación y, en su caso, el parte junto a los informes que lo acompañen, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa o el Jefe del Estado Mayor respectivo, dará traslado del mismo a su asesor jurídico, al efecto de que informe si se han cumplimentado correctamente todas las disposiciones vigentes, sin entrar en el fondo del

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asunto. Evacuado dicho informe, adoptará alguna de las siguientes resoluciones: a) Elevar al Ministro de Defensa el expediente acompañado de cuantos informes se hayan emitido, así como su petición razonada, si, por la naturaleza de los hechos y circunstancias concurrentes, se considera que las acciones, hechos o servicios son merecedores de recompensa distinta. b) Elevar al Ministro de Defensa el expediente acompañado de cuantos informes se hayan emitido y su propuesta razonada de archivo de aquél cuando, por la naturaleza de los hechos y circunstancias concurrentes, las acciones, hechos o servicios no sean merecedores de recompensa alguna. c) Elevar al Ministro de Defensa el expediente acompañado de cuantos informes se hayan emitido y su propuesta de concesión de la Cruz de Guerra. 4. En cualquiera de los supuestos contemplados en el apartado anterior se acompañará informe del Consejo o de la Junta Superior del ejército o cuerpo correspondiente. Artículo 11. Finalización del procedimiento. 1. El Ministro de Defensa, a la vista del parte, en su caso, y de las propuestas e informes que integren el expediente, previo informe del Asesor Jurídico General, adoptará alguna de las siguientes resoluciones: a) Ordenar la incoación del procedimiento que corresponda, cuando se considere que las acciones, hechos o servicios son merecedores de otra recompensa distinta, con comunicación al interesado. b) Ordenar el archivo del expediente cuando se considere que las acciones, hechos o servicios no son merecedores de recompensa militar alguna, con notificación al interesado. c) Proponer al Consejo de Ministros la concesión de la Cruz de Guerra, conforme a lo dispuesto en el artículo 9.2 de este reglamento. 2. A efectos de lo dispuesto en el párrafo c) del apartado anterior, el Ministro de Defensa elevará el expediente al Consejo de Ministros que, previa deliberación, podrá adoptar motivadamente cualquiera de las dos resoluciones siguientes: a) Acordar la devolución del expediente al Ministro de Defensa, si considera que no han quedado suficientemente esclarecidos los hechos, o que procede el archivo del expediente, o la concesión de otra recompensa distinta. b) Acordar la concesión, mediante real decreto, de la Cruz de Guerra. 3. El plazo máximo para dictar la resolución que ponga fin al procedimiento, contado a partir de la incoación, será de seis meses. En su tramitación, el procedimiento tendrá carácter de urgente. Artículo 12. Publicación de la concesión e imposición de la condecoración. 1. El real decreto por el que se concede la recompensa de la Cruz de Guerra se publicará en el Boletín Oficial del Estado y en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa, así como en la Orden General interna del Cuartel General del Ejército correspondiente. 2. La imposición de la Cruz de Guerra será presidida por la autoridad que se designe, ante las fuerzas y personal de la unidad, centro u organismo a que pertenezca el recompensado, procurando dar la mayor relevancia posible a la ceremonia. Previamente al acto de imposición, la autoridad designada para presidirlo ordenará dar lectura al real decreto de concesión. A continuación, las fuerzas militares asistentes desfilarán ante la autoridad que presida el acto, a cuya derecha se colocará el condecorado. Si éste hubiera fallecido, la ceremonia se llevará igualmente a cabo, y será entregada la condecoración al familiar más allegado.

CAPÍTULO III Derechos inherentes a la Cruz de Guerra

Artículo 13. Derechos y distinciones. 1. Los derechos y distinciones del personal recompensado con la Cruz de Guerra serán los siguientes: a) La ostentación de la condecoración correspondiente. Si se estuviera en posesión de

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más de una Cruz de Guerra, se acreditará su repetición por medio de rectángulos de metal dorado relativos a las correspondientes concesiones, en la forma que se describe en el artículo 16 de este reglamento. b) El uso de la insignia de la Cruz de Guerra en cuantos elementos representativos utilice en su vida privada, incluido el vestuario civil. c) La obtención de la cédula acreditativa de la concesión de la recompensa y su anotación en la documentación militar o administrativa. 2. Los militares recompensados con la Cruz de Guerra tendrán, además, la calificación de «valor reconocido» en su hoja de servicios. Artículo 14. Ventajas de régimen personal. Dentro de las evaluaciones que se realicen al personal militar, así como para el acceso a la enseñanza militar, tendrá la consideración de mérito muy destacado estar en posesión de la Cruz de Guerra. Artículo 15. Ventajas económicas. 1. La concesión de la Cruz de Guerra llevará aneja la percepción de una pensión vitalicia, consistente en el cinco por ciento del sueldo correspondiente a los funcionarios al servicio de las administraciones públicas clasificados en el grupo A, con independencia de su empleo militar o categoría laboral, profesional o funcionarial. 2. La cuantía exacta de la pensión por la Cruz de Guerra será la que figure en los Presupuestos Generales del Estado, y la posesión de más de una de ellas dará lugar a la acumulación de cada una de las pensiones que lleven anejas.

CAPÍTULO IV Descripción de la condecoración, insignia, pasador y su uso

Artículo 16. Condecoración de la Cruz de Guerra. La condecoración representativa de esta recompensa tiene las siguientes características: a) En su anverso, una cruz en oro brillante de 45 milímetros de longitud entre sus brazos opuestos que terminarán en punta triangular; el ancho de cada brazo será de cuatro milímetros en su parte más estrecha y de 10 milímetros en su parte más ancha, coincidente con la base triangular de la punta, todo ello de escamas abrillantadas y bordeado por un filete en oro de medio milímetro de ancho. Acolado al centro de la cruz, escudo circular cuartelado y fileteado en oro, de 18 milímetros de diámetro, de esmaltes: primero, de Castilla; segundo, de León; tercero, de Aragón, y cuarto, de Navarra; entado en punta Granada y escusón en su centro de Borbón-Anjou. El todo está enmarcado por bordura en azul más oscuro fileteada en oro, de tres milímetros de ancho, con la inscripción en oro: AL VALOR MILITAR, separada, entre su inicio y su final, por estrella de seis puntas en oro. A su vez, acoladas a la parte posterior de la cruz, dos ramas de laurel frutadas en oro, de cuatro milímetros de ancho, de contorno circular y exteriores al escudo cuartelado descrito. Formando ángulos de 45 grados respecto a los brazos de la cruz y sobresaliendo 12 milímetros de longitud a la vista, cuatro espadas en oro con las empuñaduras hacia el exterior, acoladas detrás de las ramas de laurel. Sobre el brazo superior de la cruz, al extremo, corona real en sus colores bajo la cual irá un rectángulo de tres milímetros de ancho por seis de largo, en plata brillante, con la fecha de concesión; simétricamente, en el brazo lateral derecho y a su extremo, emblema del Ejército de Tierra en plata brillante, y en los extremos de los brazos inferior e izquierdo, emblemas de la Armada y del Ejército del Aire, en el mismo metal. En su reverso, la cruz será lisa. 2. La cinta de la que irá pendiente la Cruz de Guerra y que irá unida a ella por una anilla oblonga será de seda y de 30 milímetros de ancho, dividida en tres partes, en sentido longitudinal: la central, de ocho milímetros de ancho, de color blanco, y las laterales, de 11 milímetros de ancho y color azur. Esta cinta tendrá 30 milímetros de longitud a la vista y se llevará sujeta por una hebilla dorada de la forma y dimensiones proporcionadas y usuales para esta clase de condecoraciones.

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3. La Cruz irá sobre la parte delantera izquierda del uniforme correspondiente y en primer orden de colocación sobre las restantes de esta clase. Sólo se ostentará una condecoración de esta recompensa militar sobre el uniforme, y se acreditará su repetición por medio de rectángulos de metal dorado sobre la cinta, con las fechas de las sucesivas concesiones. 4. La condecoración en miniatura tendrá idéntico diseño al descrito en los apartados 1 y 2, con las dimensiones proporcionales que correspondan. En este tamaño, se ostentarán tantas condecoraciones como Cruces de Guerra se posean. Artículo 17. Insignia de la Cruz de Guerra. La insignia de la Cruz de Guerra estará constituida por el modelo descrito en el apartado 1 del artículo anterior, siendo de tamaño y material diverso, según el uso y lugar de colocación. Artículo 18. Pasador de la Cruz de Guerra. El pasador representativo de la condecoración correspondiente a la Cruz de Guerra está constituido por la cinta de la Cruz en los colores descritos en el artículo 16.2 de este reglamento, de 30 milímetros de longitud por 10 milímetros de ancho, montada sobre un armazón de metal dorado, y enmarcada por dos barras laterales de dicho metal, de dos milímetros de ancho y 12 milímetros de largo cada una. El pasador irá colocado sobre la parte izquierda y en primer lugar respecto de los restantes pasadores, a excepción de lo previsto en el apartado 2 de la disposición adicional cuarta del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, aprobado por el real decreto 899/2001, de 27 de julio, y se usará según se determine en las normas de uniformidad. Se ostentarán tantos pasadores como Cruces de Guerra se posean.

TÍTULO III Medalla del Ejército, Medalla Naval y Medalla Aérea

CAPÍTULO I Disposiciones generales

Artículo 19. Ámbito objetivo de las recompensas. 1. Las Medallas del Ejército, Naval y Aérea, cuya concesión se producirá de forma muy excepcional, tienen por objeto recompensar a quienes, con virtudes militares y profesionales sobresalientes, lleven a cabo acciones o hechos distinguidos durante la prestación de los servicios que, ordinaria o extraordinariamente, sean encomendados a las Fuerzas Armadas, siempre que la acción o el hecho se realice en situaciones distintas a las que se desarrollan en el transcurso de los conflictos armados o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada. A estos efectos, tendrá la consideración de acción distinguida aquella que, siendo equiparable al valor exigido para la concesión de la Medalla Militar, según se define en el artículo 7.1 de este reglamento, se acredita fuera del marco de los conflictos armados o de las operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada. Igualmente, la acción o hecho realizado ha de ser consecuencia inmediata y directa de las misiones propias de las Fuerzas Armadas, suponer un riesgo extraordinario y ser claramente demostrativo de la consideración requerida en el párrafo anterior y de las virtudes militares y profesionales a que se refiere el párrafo primero de este apartado. 2. Las Medallas del Ejército, Naval y Aérea se otorgarán cuando, por razón de la persona, del lugar en el que se realice la acción o el hecho, o por la propia naturaleza de éste, exista una vinculación directa entre el interesado y el Ejército de Tierra, la Armada o el Ejército del Aire. Artículo 20. Ámbito subjetivo y concesión de las recompensas. 1. Las Medallas del Ejército, Naval y Aérea, recompensas militares ejemplares, podrán ser concedidas como: a) Medallas del Ejército, Naval o Aérea individuales, cuando sean concedidas al personal de las Fuerzas Armadas, del Cuerpo de la Guardia Civil o al personal civil. b) Medallas del Ejército, Naval o Aérea colectivas, cuando sean concedidas a unidades,

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centros y organismos militares o del Cuerpo de la Guardia Civil. 2. Las Medallas del Ejército, Naval o Aérea individuales y las Medallas del Ejército, Naval o Aérea colectivas serán concedidas mediante real decreto, acordado en Consejo de Ministros, a propuesta del Ministro de Defensa y con informe del Consejo o Junta Superior del ejército o cuerpo respectivo, o donde haya prestado servicios el interesado.

CAPÍTULO II Procedimiento para la concesión e imposición de las Medallas del Ejército, Naval y Aérea

Artículo 21. Iniciación. 1. El procedimiento se incoará de oficio mediante resolución del Jefe del Estado Mayor de la Defensa, del Subsecretario de Defensa o de los Jefes de los Estados Mayores de los Ejércitos de Tierra y Aire o del de la Armada, que la pondrán en inmediato conocimiento del Ministro de Defensa, bien por iniciativa propia, bien por haberse recibido parte por escrito. A tal efecto, el mando militar inmediato superior al interesado, o al del jefe de la unidad, centro u organismo militar, formulará el parte dando cuenta detallada de las acciones o hechos y sus circunstancias, así como de la participación en ellos del interesado, o de la unidad, centro u organismo militar, y de la consideración como distinguida que tal acción o hecho merece. Dicho parte se elevará por conducto reglamentario a las autoridades anteriormente citadas. 2. El Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el Subsecretario de Defensa, cuando el interesado esté destinado en los órganos centrales del departamento, o el Jefe del Estado Mayor correspondiente adoptará la resolución de incoación del procedimiento que deberá contener los siguientes extremos: a) Orden de proceder a la apertura del correspondiente expediente, que se iniciará con la propia resolución de incoación y, en su caso, con el parte, con notificación al interesado. b) Nombramiento de un instructor para su tramitación y de un secretario que le asista. La designación del instructor deberá recaer en un oficial general u oficial de superior empleo o, en su caso, antigüedad a la del interesado, y pertenecerá a distinta unidad, centro u organismo militar, en el supuesto de que se trate de las Medallas del Ejército, Naval o Aérea colectiva. 3. El plazo para dictar la resolución de incoación del procedimiento será de un mes a partir de la realización de la acción o hecho que se vaya a recompensar. No obstante, si por causa de fuerza mayor no pudiera iniciarse en dicho plazo, podrá ordenarse su incoación ulterior, previo informe razonado del Jefe del Estado Mayor de la Defensa, del Subsecretario de Defensa o del Jefe del Estado Mayor del Ejército correspondiente, en el que se acredite la existencia de la mencionada causa. Artículo 22. Instrucción. 1. El instructor del procedimiento tomará todas las declaraciones que considere convenientes, entre las que deberá procurar que dos sean de testigos de superior, dos de igual y dos de inferior empleo o cargo al interesado, entre aquellos que hayan presenciado o hayan tenido conocimiento de la acción o hecho. Siempre que sea posible, deberá tomar declaración al propio interesado. Por último, deberá unir al expediente los informes de sus jefes y su documentación militar o administrativa. 2. Si se tratase de las Medallas del Ejército, Naval o Aérea colectivas, el instructor deberá tomar, además de las que considere convenientes, declaración al jefe de la unidad, centro u organismo militar interesado, así como a los jefes de las unidades superiores o similares a los que realizaron la acción o hecho que se trata de recompensar y que hayan presenciado o tengan noticia directa o inmediata de dicha acción o hecho. 3. En el expediente deberán quedar suficientemente esclarecidas todas las circunstancias necesarias para conceder estas recompensas, incluyendo aquellos datos que puedan tener relevancia en la calificación de la acción o hecho como acreditativos de una acción distinguida, tal y como se define en el artículo 19.1 de este reglamento. 4. Finalizada la instrucción del procedimiento, el instructor formulará propuesta motivada de resolución y elevará el expediente completo a la autoridad que lo hubiera designado.

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5. El plazo máximo para la instrucción del procedimiento será de un mes, prorrogable por quince días cuando el instructor, motivadamente, justifique necesaria su ampliación. 6. Recibido el expediente completo por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, por el Subsecretario de Defensa o por el Jefe del Estado Mayor correspondiente, dará traslado del mismo a su asesor jurídico, al efecto de que informe si se han cumplimentado correctamente todas las disposiciones vigentes, sin entrar en el fondo del asunto. Evacuado dicho informe, adoptará alguna de las cuatro resoluciones siguientes: a) Devolver el expediente al instructor, si considera que los hechos no han quedado suficientemente esclarecidos o no se han cumplimentado correctamente los trámites de la instrucción. b) Elevar al Ministro de Defensa el expediente, acompañado de su petición razonada si, por la naturaleza de los hechos y circunstancias concurrentes, se considera que la acción o hecho es merecedor de otra recompensa distinta. c) Elevar al Ministro de Defensa el expediente, acompañado de su propuesta razonada de archivo cuando, por la naturaleza de los hechos y circunstancias concurrentes, la acción o hecho no es merecedor de recompensa alguna. d) Elevar al Ministro de Defensa el expediente, acompañado de su propuesta razonada de concesión de la recompensa. 7. En cualquiera de los tres últimos supuestos del apartado anterior, se acompañará informe del Consejo o de la Junta Superior del Ejército o cuerpo correspondiente. Artículo 23. Finalización. 1. El Ministro de Defensa, a la vista de los antecedentes e informes que obren en el expediente, previo informe del Asesor Jurídico General, adoptará alguna de las siguientes resoluciones: a) Ordenar la incoación del procedimiento que corresponda, cuando se considere que la acción o hecho es merecedor de otra recompensa distinta, con comunicación al interesado. b) Ordenar el archivo del expediente cuando se considere que dicha acción o hecho no es merecedor de recompensa militar alguna, con notificación al interesado. c) Proponer al Consejo de Ministros la concesión de las Medallas del Ejército, Naval o Aérea individuales, o de las Medallas del Ejército, Naval o Aérea colectivas, conforme a lo dispuesto en el artículo 20.2 de este reglamento. 2. A efectos de lo dispuesto en el párrafo c) del apartado anterior, el Ministro de Defensa elevará el expediente al Consejo de Ministros que, previa deliberación, podrá adoptar motivadamente cualquiera de las dos resoluciones siguientes: a) Acordar la devolución del expediente al Ministro de Defensa, si considera que no han quedado suficientemente esclarecidos los hechos, o que procede el archivo del expediente, o la concesión de otra recompensa distinta. b) Acordar la concesión, mediante real decreto, de la Medalla del Ejército, de la Naval o de la Aérea correspondiente. 3. El plazo máximo para dictar la resolución que ponga fin al procedimiento, contado a partir de la incoación, será de seis meses. En su tramitación, el procedimiento tendrá carácter de urgente. Artículo 24. Publicación de la concesión e imposición de la condecoración. 1. El real decreto que conceda la recompensa de la Medalla del Ejército, de la Naval o de la Aérea determinará la fecha, el lugar y, en su caso, la leyenda que haya de constar en las condecoraciones e insignias y que correspondan a la acción o hecho que motivó su concesión, y se publicará en el Boletín Oficial del Estado y en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa, así como en la Orden General interna del Cuartel General del Ejército correspondiente. 2. La imposición de las Medallas del Ejército, Naval o Aérea individuales será presidida por la autoridad que se designe, ante las fuerzas y personal de la unidad, centro u organismo a que pertenezca el recompensado y la representación de otras unidades

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militares formadas que se estime conveniente, procurando dar la mayor relevancia posible a la ceremonia. Previamente al acto de imposición, se dará lectura a la resolución de concesión y la autoridad designada para presidirlo, en el momento de su imposición al recompensado, pronunciará la siguiente fórmula: En nombre de España y con arreglo a derecho, se os concede la Medalla (del Ejército, Naval o Aérea) como premio a vuestra distinguida acción. Si éste hubiera fallecido, la ceremonia se llevará igualmente a cabo, y será entregada la condecoración al familiar más allegado, pronunciándose la siguiente fórmula: En nombre de España, y con arreglo a derecho, se concede la Medalla (del Ejército, Naval o Aérea) como premio a la acción distinguida realizada por... (se pronunciará el nombre del recompensado antecedido, en su caso, por su empleo militar). 3. La imposición de las Medallas del Ejército, Naval o Aérea colectivas será presidida por la autoridad que se designe, ante las fuerzas y personal de la unidad, centro u organismo recompensado, que formarán en lugar preferente y destacado, y las unidades militares formadas que se estime conveniente, procurando dar la mayor relevancia posible a la ceremonia. Si dicha unidad, centro u organismo tuviera concedido el uso de la Enseña Nacional, se impondrá la Corbata de la Medalla del Ejército, de la Naval o de la Aérea, como condecoración representativa de la recompensa, y la fórmula que pronunciará la autoridad designada para presidir el acto, después de proceder a la lectura del real decreto de concesión será la siguiente: Gloriosa Enseña, en nombre de España y para honrar a la unidad (centro u organismo) que representáis, por la acción distinguida llevada a cabo, tengo el honor de imponeros la Corbata de la Medalla (del Ejército, Naval o Aérea) que os ha sido concedida. Cuando las unidades, centros u organismos carezcan de bandera o estandarte, se sustituirá la Corbata de la Medalla del Ejército, de la Naval o de la Aérea por un Guión-Enseña y Placa de la Medalla correspondiente, y su entrega se acomodará, en todo lo posible, a lo establecido en el párrafo anterior.

CAPÍTULO III Derechos inherentes a las Medallas del Ejército, Naval y Aérea

SECCIÓN 1.ª MEDALLAS DEL EJÉRCITO, NAVAL Y AÉREA INDIVIDUALES Artículo 25. Derechos y distinciones. Los derechos y distinciones del personal militar y civil recompensado con las Medallas del Ejército, Naval o Aérea individuales serán los siguientes: a) La ostentación de la condecoración correspondiente. Si se estuviera en posesión de más de una Medalla del Ejército, de una Medalla Naval o de una Medalla Aérea, se acreditará su repetición por medio de rectángulos de metal dorado, relativos a las correspondientes concesiones, en la forma que se describe en el artículo 29 de este reglamento. b) El uso de la insignia de la Medalla del Ejército, de la Naval y de la Aérea, en cuantos elementos representativos utilicen en su vida privada, incluido el vestuario civil. c) La obtención de la cédula acreditativa de la concesión de la recompensa y su anotación en su documentación militar o administrativa. Artículo 26. Ventajas de régimen personal. Dentro de las evaluaciones que se realicen al personal militar, así como para el acceso a la enseñanza militar, tendrá la consideración de mérito muy destacado estar en posesión de las Medallas del Ejército, Naval o Aérea individuales. Artículo 27. Ventajas económicas. 1. La concesión de la Medalla del Ejército, de la Naval o de la Aérea llevará aneja la percepción de una pensión vitalicia, consistente en el cinco por ciento del sueldo correspondiente a los funcionarios al servicio de las Administraciones públicas clasificados en el grupo A, con independencia de su empleo militar o categoría laboral, profesional o funcionarial. 2. La cuantía exacta de la pensión por la Medalla del Ejército, de la Naval o de la Aérea será la que figure en los Presupuestos Generales del Estado, y la posesión de más de una de ellas dará lugar a la acumulación de cada una de las pensiones que lleven anejas.

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SECCIÓN 2.ª MEDALLAS DEL EJÉRCITO, NAVAL Y AÉREA COLECTIVAS Artículo 28. Derechos, honores y distinciones. Las unidades, centros y organismos militares que hayan sido recompensados con la Medalla del Ejército, de la Naval o de la Aérea tendrán los siguientes derechos, honores y distinciones: a) Las unidades, centros y organismos militares que tengan concedido el uso de la Enseña Nacional tendrán derecho al uso de la corbata de la medalla respectiva en sus banderas o estandartes; si no lo tuvieran, tendrán derecho a usar el Guión-Enseña de la Medalla del Ejército, de la Naval o de la Aérea y la Placa correspondiente. b) Los buques llevarán permanentemente en el tope del palo donde se izan las insignias un gallardete similar a la insignia del Comandante del buque, pero con los colores de la cinta de la Medalla Naval individual. c) En los actos oficiales solemnes y en los desfiles militares en los que participen, sus banderas, estandartes y guiones-enseña figurarán en lugar preeminente y destacado de las restantes banderas y estandartes de otras unidades, centros y organismos militares, e inmediatamente después de aquéllas condecoradas con la Laureada Colectiva de San Fernando y con la Medalla Militar colectiva. d) Los guiones-enseña estarán depositados en las vitrinas de la sala principal de las unidades, centros u organismos o en las cámaras de los buques, de donde saldrán, únicamente, cuando la unidad superior forme con su enseña o cuando la condecorada haya de salir a prestar un servicio independiente. El guión-enseña será portado siempre por un suboficial, en forma análoga a como lo hacen los oficiales con las banderas o estandartes. El portador del Guión-Enseña tendrá su puesto en formación junto al jefe de la unidad condecorada. e) La condecoración correspondiente a las Medallas del Ejército, Naval o Aérea colectivas serán repetibles cuando se hubieran concedido más de una de ellas, en la forma que se describe en el artículo 30 de este reglamento. f) El personal militar que hubiese intervenido directamente en las acciones o hechos que motivaron la concesión de la Medalla colectiva correspondiente a la unidad, centro u organismo militar tendrá derecho a ostentar en el antebrazo de la manga izquierda de su uniforme la insignia individual representativa de las Medallas del Ejército, Naval o Aérea colectivas. Para el reconocimiento de tal derecho, una vez concedida la recompensa, el jefe de la unidad, centro u organismo recompensado elaborará una relación nominal del personal militar que hubiera tomado parte activamente en el desarrollo de la acción o hecho recompensado colectivamente, sin menoscabo del valor exigible a todo militar en el transcurso de operaciones militares. Dicha relación nominal será elevada por conducto reglamentario al Subsecretario de Defensa o al Jefe del Estado Mayor respectivo, quienes, por resolución, autorizarán el uso de esta insignia individual, que será anotada en la documentación militar de los interesados. La posesión de esta insignia individual no generará más derecho que el de su ostentación sobre las prendas de uniformidad en las que proceda.

CAPÍTULO IV Descripción de las condecoraciones, insignias, pasadores y su uso

Artículo 29. Condecoraciones de las Medallas del Ejército, Naval y Aérea individuales. Las condecoraciones representativas de cada una de estas recompensas tienen las siguientes características: a) Las medallas serán de hierro oxidado, ovaladas, de 42 milímetros en su eje vertical y 28 milímetros en el horizontal, y llevarán en su parte superior un asa oblonga de 15 milímetros en el sentido horizontal y siete milímetros en el vertical. En su anverso, circundando su borde, llevarán un filo de plata de tres milímetros de ancho y dentro del óvalo habrá un sol naciente tras el mar y una matrona, en pie, representando a España, que ofrenda, con la mano diestra, una corona de laurel y sostiene una espada, con la siniestra. En la parte superior del óvalo, ostentarán el lema: AL MÉRITO

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DISTINGUIDO. La parte comprendida entre el filo de plata y el borde la constituirá una orla de dos ramas de laurel en la que alternan dos leones y que, en la parte superior, se rematará con un castillo y se apoyará, en la parte inferior, en una cartela, en la que irá inscrita la fecha de concesión. En su reverso, de análoga factura, ostentarán dentro del óvalo el emblema del Ejército de Tierra, de la Armada, que irá repetido y entrecruzándose ambas anclas por su centro, o del Ejército del Aire, según corresponda y proporcionado a las dimensiones del óvalo. b) La cinta de la que irán pendientes las medallas será de seda y de 30 milímetros de ancha, dividida en tres partes: la central, de 12 milímetros de ancho, con los colores nacionales, y las de los costados, con los colores verde cinabrio oscuro, para la Medalla del Ejército; azul más oscuro, para la Naval, y azur, para la Aérea. Esta cinta tendrá 30 milímetros de longitud a la vista y se llevará sujeta por una hebilla dorada de la forma y dimensiones proporcionadas y usuales para esta clase de condecoraciones. Sobre la cinta se llevará un rectángulo de metal dorado con la leyenda correspondiente a la acción, en negro. c) Las Medallas del Ejército, Naval y Aérea irán sobre la parte delantera izquierda del uniforme correspondiente y en primer orden de colocación sobre las restantes de esta clase, únicamente antecedidas, en su caso, por la Cruz de Guerra. Sólo se podrá ostentar una condecoración de cada una de las medallas sobre el uniforme, acreditándose la repetición de la recompensa, siempre y cuando sea del mismo ejército, por medio de sucesivos rectángulos de metal dorado sobre la cinta, relativos a cada una de las sucesivas concesiones. Si se estuviera en posesión de más de una medalla, pero de distinto ejército, su orden de colocación será, primero, del Ejército; segundo, la Naval, y tercero, la Aérea. d) Las condecoraciones en miniatura tendrán idéntico diseño al descrito en los apartados 1 y 2 de este artículo, con las dimensiones proporcionales que correspondan. En este tamaño, se ostentarán tantas condecoraciones como Medallas del Ejército, Navales o Aéreas se posean. Artículo 30. Condecoraciones de las Medallas del Ejército, Naval y Aérea colectivas. Las Medallas del Ejército, Naval y Aérea colectivas constan de las siguientes condecoraciones: a) La Corbata de la Medalla del Ejército, de la Naval o de la Aérea, de seda en los mismos colores que la cinta especificada en el apartado 2 del artículo anterior y de 80 milímetros de anchura, con una lazada de dos caídas de 500 milímetros de longitud, terminadas con flecos de oro de 50 milímetros, llevando bordada en una de ellas, a 100 milímetros del borde del que pende el fleco, la orla con el reverso de la medalla correspondiente descrito en el apartado 1 del artículo anterior, con un tamaño de 42 milímetros en su eje vertical y 28 milímetros en el horizontal y debajo de ella, en negro, la unidad, la acción y la fecha que determine el real decreto de concesión. La Corbata irá sujeta a la moharra de la bandera o estandarte, y quedará pendiente sobre ella y a la altura de su centro. La ostentación de la Corbata será repetible cuando se hubiera concedido más de una de ellas. b) El Guión-Enseña de la Medalla del Ejército, de la Naval o de la Aérea estará formado por dos telas superpuestas de damasco de seda en los mismos colores proporcionales que la cinta especificada en el apartado 2 del artículo anterior y en un cuadrado de 560 milímetros de lado. En su centro, irá bordado modelo análogo al de la medalla correspondiente descrita en el apartado 1 del artículo anterior, con un diámetro total de 200 milímetros y debajo de éste, en negro y por este orden, la unidad, la acción y su fecha. El Guión-Enseña irá sujeto al asta de las dimensiones reglamentarias para los estandartes. Cuando se ostente más de una Medalla del Ejército, Naval o Aérea colectivas habrá tantos guiones-enseña como recompensas concedidas. c) La Placa de la Medalla del Ejército, de la Naval o de la Aérea será de plata, con forma rectangular y de dimensiones proporcionadas al lugar donde vaya a ostentarse, llevará grabado en dorado y en su parte izquierda el reverso de la medalla correspondiente

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descrita en el apartado 1 del artículo anterior, proporcionado a su tamaño, debajo del cual, en dorado, se situará, por este orden, la unidad, la acción y la fecha que se determine en el real decreto de concesión. En su parte derecha figurará, en dorado, la inscripción: AL SERVICIO DISTINGUIDO. Artículo 31. Insignias de las Medallas del Ejército, Naval y Aérea. 1. La insignia de las Medallas del Ejército, Naval y Aérea estará constituida por el reverso de las medallas descritas en el artículo 29.1 y será de tamaño y material diverso, según su lugar de colocación. 2. Las insignias individuales representativas de las Medallas del Ejército, Naval y Aérea colectivas estarán constituidas por una orla ovalada sujeta con cuatro brazaletes, dos a cada lado; entre los brazaletes, dos leones rampantes. La parte superior de la orla estará rematada con un castillo y la inferior estará apoyada en una cartela en la que figure inscrito el nombre de la unidad y la fecha de concesión de la recompensa. La orla irá bordada en sus colores y en su interior irá un óvalo del siguiente diseño: a) De color verde cinabrio oscuro con el emblema del Ejército de Tierra, para la Medalla del Ejército. b) De color azul más oscuro con el emblema de la Armada, repetido y entrecruzado por el centro de ambas anclas, para la Medalla Naval. c) De color azur con el emblema del Ejército del Aire, para la Medalla Aérea. 3. Las insignias individuales representativas de las Medallas del Ejército, Naval y Aérea tendrán unas dimensiones de 42 milímetros en su eje vertical y 28 milímetros en el horizontal, e irán bordadas en el antebrazo de la manga izquierda del uniforme. Sólo se podrá ostentar una insignia individual de cada una de las medallas sobre el uniforme, y se acreditará la posesión de otras medallas del mismo Ejército mediante una barra de oro de 40 milímetros de longitud y cuatro milímetros de ancho, por cada una de más que se posea, bordada debajo de la insignia individual y separada de ella, o entre sí, por cinco milímetros de distancia, y en las que hará constar en cifra negra la acción y fecha que motivaron la concesión. Artículo 32. Pasadores de las Medallas del Ejército, Naval y Aérea individuales. Los pasadores representativos de las condecoraciones correspondientes a las Medallas del Ejército, Naval y Aérea individuales están constituidos por la cinta en los mismos colores que la cinta especificada en el artículo 29.2, de 30 milímetros de longitud por 10 milímetros de ancho, montada sobre un armazón de metal dorado, y enmarcada por dos barras laterales de dicho metal, de dos milímetros de ancho y 12 milímetros de largo cada una, en cuyo centro irá superpuesta la insignia de la medalla respectiva descrita en el artículo 31.1. Los pasadores irán colocados sobre la parte izquierda y en primer lugar respecto de los restantes, antecedidos únicamente y, en su caso, por los correspondientes a la Cruz de Guerra, usándose según se determine en las normas de uniformidad. Se ostentarán tantos pasadores como medallas de cada uno de los ejércitos se posean.

TÍTULO IV Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico

CAPÍTULO I Disposiciones generales

Artículo 33. Ámbito objetivo de las recompensas. 1. Las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico tienen por objeto recompensar y distinguir individualmente a los miembros de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de la Guardia Civil, por la realización de acciones y hechos o la prestación de servicios de destacado mérito o importancia, así como al personal civil por sus actividades meritorias relacionadas con la Defensa Nacional. 2. Las Cruces que se concedan serán del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico según que la persona, el lugar en que se realicen los hechos o su propia naturaleza estén relacionados con el Ejército de Tierra, con la Armada o con el Ejército del Aire, respectivamente.

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3. Para la concesión de estas recompensas al personal civil será preciso que los servicios o méritos por los que se concedan sean distinguidos y estén relacionados estrictamente con las actividades propias de la Defensa Nacional y, preferentemente, del Ejército que se trate. Artículo 34. Ámbito subjetivo y concesión de las recompensas. 1. Las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico podrán ser concedidas como: a) Gran Cruz del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, para oficiales generales y para el personal civil que reúna las condiciones del siguiente apartado. b) Cruz del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, para el resto del personal militar y civil. 2. Para determinar la concesión de la Gran Cruz o de la Cruz al personal civil se tendrá en cuenta el rango institucional, administrativo, académico o profesional de la persona recompensada. 3. Las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico serán concedidas, como Gran Cruz, por real decreto acordado en Consejo de Ministros, a propuesta del Ministro de Defensa. 4. Las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, como Cruz, serán concedidas por el Ministro de Defensa. Artículo 35. Distintivos de estas recompensas. 1. Las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico se concederán: a) Con distintivo rojo. b) Con distintivo azul. c) Con distintivo amarillo. d) Con distintivo blanco. 2. La resolución por la que se concedan estas recompensas, ya sea como Gran Cruz o como Cruz, determinará el distintivo que corresponda.

CAPÍTULO II Objeto y méritos para la concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del

Mérito Aeronáutico SECCIÓN 1.ª CRUCES DEL MÉRITO MILITAR, DEL MÉRITO NAVAL Y DEL MÉRITO

AERONÁUTICO, CON DISTINTIVO ROJO Artículo 36. Objeto y ámbito subjetivo de estas recompensas. 1. Las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, se concederán a aquellas personas que, con valor, hayan realizado acciones, hechos o servicios eficaces en el transcurso de un conflicto armado o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada, y que conlleven unas dotes militares o de mando significativas. También podrán ser concedidas estas cruces del mérito, con distintivo rojo, a las personas que fallezcan en acto de servicio en misiones en el exterior, como consecuencia de acciones violentas de elementos hostiles85. 2. Sólo podrán ser concedidas estas recompensas al personal de las Fuerzas Armadas, del Cuerpo de la Guardia Civil, cuando este último desempeñe acciones de carácter militar, o al personal civil que preste servicios en aquéllas en virtud de orden competente, dentro de fuerzas militares organizadas, siempre que lleven a cabo acciones, hechos o servicios señalados en el apartado anterior. Artículo 37. Acciones, hechos o servicios recompensados86.

85 Párrafo añadido por real decreto 970/2007. 86 Nueva redacción dada por real decreto 970/2007. El texto anterior era el siguiente: Artículo 37. Acciones, hechos o servicios recompensables

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La concesión de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, se fundamentará en las siguientes acciones, hechos o servicios: a) Los que, acreditando valor, pongan de manifiesto, según los casos y conforme se define en el artículo anterior, dotes significadas de mando, serenidad o iniciativa frente a fuerzas hostiles o que traten de impedir el cumplimiento de la misión encomendada. b) Los que impliquen, de acuerdo con el artículo anterior, acreditando valor, una acertada dirección o empleo de las fuerzas propias en el desarrollo de la operación armada, así como el inteligente y eficaz cumplimiento de la misión encomendada. c) El fallecimiento en acto de servicio participando en misiones en el exterior como consecuencia de acciones violentas de elementos hostiles, tales como atentados con explosivos, minas o supuestos análogos.

SECCIÓN 2.ª CRUCES DEL MÉRITO MILITAR, DEL MÉRITO NAVAL Y DEL MÉRITO AERONÁUTICO, CON DISTINTIVO AZUL

Artículo 38. Objeto de estas recompensas. Las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo azul, se concederán por acciones, hechos o servicios extraordinarios que, sin estar contemplados en la sección 1.ª de este capítulo, se lleven a cabo en operaciones derivadas de un mandato de las Naciones Unidas o en el marco de otras organizaciones internacionales. Artículo 39. Acciones, hechos o servicios recompensables. La concesión de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo azul, deberá fundamentarse en alguna de las siguientes acciones, hechos o servicios: a) Los que pongan de manifiesto, según los casos, dotes de valor militar, mando, serenidad o iniciativa en operaciones de mantenimiento de la paz cuando se desarrollen en circunstancias de riesgo ajenas al enfrentamiento con fuerzas hostiles o que traten de impedir el cumplimiento de la misión encomendada. b) Los que acrediten un inteligente y eficaz desempeño de los cometidos específicos que corresponden a las fuerzas en tales operaciones, de modo que constituyan un mérito extraordinario apreciado por el mando.

SECCIÓN 3.ª CRUCES DEL MÉRITO MILITAR, DEL MÉRITO NAVAL Y DEL MÉRITO AERONÁUTICO, CON DISTINTIVO AMARILLO

Artículo 40. Objeto de estas recompensas. Las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo amarillo, se concederán por acciones, hechos o servicios que entrañen grave riesgo y en los casos de lesiones graves o fallecimiento, como consecuencia de actos de servicio, siempre que impliquen una conducta meritoria. También podrán ser otorgadas dichas cruces con distintivo amarillo a las personas que en acto de servicio o con ocasión de este fallezcan o sufran lesiones graves, sin haber contribuido, por imprudencia, desobediencia u otras circunstancias, a este resultado87. Artículo 41. Acciones, hechos o servicios recompensables. La concesión de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo amarillo, deberá fundamentarse en alguna de las siguientes acciones, hechos o servicios, excluidos aquéllos a los que corresponda la concesión de Cruces del Mérito

La concesión de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, se

fundamentará en las siguientes acciones, hechos o servicios que, en cualquier caso, deberán implicar un valor acreditado:

a) Los que pongan de manifiesto, según los casos y conforme se define en el artículo anterior, dotes significadas de mando, serenidad o iniciativa frente a fuerzas hostiles o que traten de impedir el cumplimiento de la misión encomendada.

b) Los que impliquen, de acuerdo con el artículo anterior, una acertada dirección o empleo de las fuerzas propias en el desarrollo de la operación armada, así como el inteligente y eficaz cumplimiento de la misión encomendada.

87 Párrafo añadido por real decreto 20/2013.

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Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo o azul: a) Los que pongan de manifiesto, según los casos, dotes de valor militar, mando, serenidad o iniciativa en circunstancias de grave riesgo derivadas de la relación de servicios del interesado. b) Los que, comportando una especial conducta meritoria, tengan como consecuencia el fallecimiento o lesiones graves en acto de servicio, o con ocasión de éste. c) Los méritos contraídos por los militares capturados por el enemigo o fuerzas hostiles mientras permanezcan en esta situación. d) Los que produzcan en acto de servicio o con ocasión de este el resultado de muerte o de lesión grave determinante de la pérdida de aptitud psicofísica para el servicio, sin mediar impericia, imprudencia, desobediencia, incumplimiento de órdenes o incumplimiento de medidas de seguridad88.

SECCIÓN 4.ª CRUCES DEL MÉRITO MILITAR, DEL MÉRITO NAVAL Y DEL MÉRITO AERONÁUTICO, CON DISTINTIVO BLANCO

Artículo 42. Objeto de estas recompensas. Las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, se concederán por méritos, trabajos, acciones, hechos o servicios distinguidos, que se efectúen durante la prestación de las misiones o servicios que ordinaria o extraordinariamente sean encomendados a las Fuerzas Armadas o que estén relacionados con la Defensa, y que no se encuentren definidos en las tres secciones anteriores de este capítulo. Artículo 43. Acciones, hechos o servicios recompensables. La concesión de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, deberá fundamentarse en alguna de las siguientes acciones, hechos o servicios: a) Destacar en el cumplimiento de los deberes militares y la prestación de sus servicios, de manera que constituyan un mérito extraordinario apreciado por el mando. b) Ser autor de trabajos, estudios o innovaciones que el mando considere dignos de recompensa. c) Haber obtenido previamente tres Menciones honoríficas.

CAPÍTULO III Procedimiento para la concesión e imposición de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito

Naval y del Mérito Aeronáutico Artículo 44. Iniciación e instrucción. 1. El procedimiento para la concesión de estas recompensas se iniciará mediante propuesta inicial formulada por escrito del jefe de la unidad, centro u organismo al que pertenezca o en donde preste sus servicios el interesado. Dicha propuesta inicial contendrá la apreciación de las circunstancias que se exigen para la concesión de estas recompensas, así como la calificación que proceda. A tal efecto, la apreciación de las circunstancias que sirvan de base para la propuesta y la calificación de las acciones, hechos o servicios corresponderá: a) Cuando se trate de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, al jefe que dirija las fuerzas desplegadas en el campo de operaciones en el que se desarrolle el conflicto armado, o al jefe que dirija las operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de la fuerza armada, bien sea porque presencie la acción, hecho o servicio a recompensar, bien porque tenga conocimiento mediante parte por escrito de los jefes directos del interesado. b) Cuando se trate de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo azul, al jefe de las fuerzas desplegadas en operaciones derivadas de un mandato de las Naciones Unidas o en el marco de otras organizaciones internacionales, bien sea porque presencie la acción, hecho o servicio a recompensar, bien

88 Párrafo añadido por real decreto 20/2013.

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porque tenga conocimiento mediante parte por escrito de los jefes directos del interesado. c) Cuando se trate de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo amarillo, al jefe de la unidad, centro u organismo al que pertenezca o en donde preste sus servicios el interesado, bien sea porque presencie la acción, hecho o servicio a recompensar, bien porque tenga conocimiento mediante parte por escrito de los jefes directos del interesado. d) Cuando se trate de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, al jefe de la unidad, centro u organismo al que pertenezca o en donde preste sus servicios el interesado. 2. La propuesta inicial se elevará por conducto reglamentario al Jefe del Estado Mayor de la Defensa, al Subsecretario de Defensa o al Jefe del Estado Mayor correspondiente, y será sucesivamente informada por los mandos militares intermedios. 3. Recibida la propuesta inicial en unión a los informes que la acompañen, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el Subsecretario de Defensa o el Jefe del Estado Mayor respectivo adoptará alguna de las siguientes resoluciones: a) Elevar al Ministro de Defensa la propuesta inicial, acompañada de cuantos informes se hayan emitido y de su petición razonada si, por la naturaleza de los hechos y circunstancias concurrentes, se considera que la acción, hecho o servicio es merecedor de otra recompensa distinta. b) Elevar al Ministro de Defensa la propuesta inicial, acompañada de cuantos informes se hayan emitido y de su propuesta razonada de archivo cuando, por la naturaleza de los hechos y circunstancias concurrentes, la acción, hecho o servicio no sea merecedor de recompensa alguna. c) Elevar al Ministro de Defensa la propuesta definitiva de concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, cuando se conceda como Cruz. d) Elevar al Ministro de Defensa la propuesta inicial, acompañada de cuantos informes se hayan emitido y de su propuesta de concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, cuando se conceda como Gran Cruz. Artículo 45. Finalización. 1. El Ministro de Defensa, a la vista de las propuestas iniciales, de los informes y de las propuestas definitivas, adoptará alguna de las siguientes resoluciones: a) Ordenar la incoación del procedimiento que corresponda, cuando se considere que la acción, hecho o servicio es merecedor de otra recompensa distinta. b) Ordenar el archivo del expediente, cuando se considere que dicha acción, hecho o servicio no es merecedor de recompensa militar alguna. c) Conceder las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, mediante orden ministerial, conforme a lo dispuesto en el artículo 34.4 de este reglamento. d) Proponer al Consejo de Ministros la concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, conforme a lo dispuesto en el artículo 34.3 de este reglamento. 2. A efectos de lo dispuesto en el párrafo d) del apartado anterior, el Ministro de Defensa elevará el expediente al Consejo de Ministros que, previa deliberación, podrá adoptar motivadamente cualquiera de las dos resoluciones siguientes: a) Acordar la devolución del expediente al Ministro de Defensa, si considera que no han quedado suficientemente esclarecidos los hechos, o que procede el archivo del expediente, o la concesión de otra recompensa distinta. b) Acordar la concesión, mediante real decreto, de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico. 3. No obstante lo anterior, las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, podrán ser concedidas, como Cruz, durante el transcurso de conflictos armados o de operaciones que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada, por los jefes de los mandos operativos permanentes o eventuales, así como por los de las grandes unidades superiores, o agrupaciones terrestres, navales o aéreas de nivel

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equivalente, que sean facultados por el Ministro de Defensa. 4. El plazo máximo para dictar resolución que ponga fin al procedimiento, contado a partir de la expedición de la propuesta inicial, será de seis meses. Artículo 46. Publicación de las recompensas e imposición de las condecoraciones. 1. Cuando las recompensas concedidas sean las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, el real decreto o la orden ministerial por la que se conceden se publicará en el Boletín Oficial del Estado y en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa, así como en la Orden General interna del Cuartel General del Ejército correspondiente. La imposición de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, será presidida por la autoridad que se designe, ante las fuerzas y personal de la unidad, centro u organismo a que pertenezca el recompensado, procurando dar la mayor relevancia posible a la ceremonia. Previamente al acto de imposición, la autoridad designada para presidirlo ordenará dar lectura del real decreto u orden ministerial de concesión. Si éste hubiera fallecido, la ceremonia se llevará igualmente a cabo, y será entregada la condecoración al familiar más allegado. 2. Cuando las recompensas concedidas sean las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivos azul, amarillo o blanco, y lo sean como Gran Cruz, el real decreto de concesión se publicará en el Boletín Oficial del Estado y en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa. Para la imposición de las citadas condecoraciones, se estará a lo que disponga el Ministro de Defensa. 3. Cuando las recompensas concedidas sean las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivos azul, amarillo o blanco, y lo sean como Cruz, la orden ministerial de concesión se publicará en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa. Para la imposición de las citadas condecoraciones, se estará a lo que disponga el Ministro de Defensa, o el jefe de la unidad, centro u organismo al que pertenezca o en relación con el cual preste sus servicios el recompensado.

CAPÍTULO IV Derechos inherentes a las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito

Aeronáutico Artículo 47. Derechos y distinciones comunes a todas las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico. Los derechos y distinciones del personal militar y civil recompensado con las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico serán los siguientes: a) Los recompensados con las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, cuando se trate de la Gran Cruz, tendrán derecho al tratamiento de excelencia. b) La ostentación de la condecoración correspondiente. Si se estuviera en posesión de más de una Cruz del Mérito Militar, o bien del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, concedida como Cruz o como Gran Cruz, y con el mismo distintivo, se acreditará su repetición por medio de rectángulos de metal dorado relativos a las correspondientes concesiones. c) El uso de la insignia correspondiente a la Cruz del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico. d) La obtención de la cédula acreditativa de la concesión de la recompensa, y su anotación en la documentación militar o administrativa. Artículo 48. Derechos de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo. 1. Dentro de las evaluaciones que se realicen al personal militar, así como para el acceso a la enseñanza militar, tendrá la consideración de mérito destacado estar en posesión de alguna de estas recompensas. 2. Los militares premiados con estas recompensas tendrán, además, la calificación de «valor reconocido» en su hoja de servicios.

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Artículo 49. Derechos de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivos azul y amarillo. Dentro de las evaluaciones que se realicen al personal militar, así como para el acceso a la enseñanza militar, tendrá la consideración de mérito muy especial estar en posesión de alguna de estas recompensas. Artículo 50. Derechos de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco. Dentro de las evaluaciones que se realicen al personal militar, así como para el acceso a la enseñanza militar, tendrá la consideración de mérito especial estar en posesión de alguna de estas recompensas.

CAPÍTULO V Descripción de las condecoraciones, insignias, pasadores y su uso

Artículo 51. Descripción común y uso de las condecoraciones correspondientes a las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico. 1. Las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, concedidas como Gran Cruz, constan de las siguientes condecoraciones: a) Placa abrillantada de ráfagas en oro de 70 milímetros de longitud, con la cruz correspondiente en el centro, orlada de dos leones y dos castillos en plata, proporcionales al conjunto. La placa irá sobre la parte delantera del uniforme, en el lugar que las normas sobre uso de condecoraciones reservan a las placas. Si se estuviera en posesión de más de una Cruz del Mérito, pero con diferentes distintivos, el orden de colocación de las placas será: primero, las de distintivo rojo; segundo, las de distintivo azul; tercero, las de distintivo amarillo, y cuarto, las de distintivo blanco. Si, igualmente, se estuviera en posesión de más de una Cruz del Mérito, pero de distinto ejército, el orden de colocación de las placas será: primero, la placa del Mérito Militar; segundo, la placa del Mérito Naval, y tercero, la placa del Mérito Aeronáutico. Si se estuviera en posesión de más de una Cruz del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, concedidas como Gran Cruz, sólo se ostentará una placa, y se acreditará la repetición de la recompensa mediante rectángulos dorados donde irá inscrita la fecha de concesión, colocados sobre los brazos de la cruz correspondiente. La placa irá siempre en su tamaño normal. b) Banda de seda, de los mismos colores que la cinta de la que penden las Cruces, de 100 milímetros de ancho, uniéndose en sus extremos con un lazo de la misma cinta, del que penderá la venera de la Gran Cruz timbrada de corona real, en oro, y sujeta a la banda por un aro dorado. La venera consistirá en la cruz correspondiente del mérito y distintivo concedido. La banda se llevará terciada del hombro derecho al lado izquierdo, y su uso será único, aunque se esté en posesión de varias Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, concedidas como Gran Cruz. 2. La condecoración correspondiente a las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, concedidas como Cruz, consiste en una cruz sencilla de cuatro brazos rectos esmaltados en sus correspondientes colores, con filete en oro, de 40 milímetros de longitud entre sus brazos opuestos. Sobre el brazo superior de la cruz descansará un rectángulo en oro que llevará inscrita la fecha de la concesión, rematado por una corona real, también en oro. Se llevará pendiente de una cinta de seda de 30 milímetros de ancho y otros tantos de longitud en su zona visible, unida a una hebilla dorada, de la forma y dimensiones proporcionadas y usuales para esta clase de condecoraciones. Si se estuviera en posesión de más de una Cruz del Mérito, pero con diferentes distintivos, el orden de colocación de las cruces será: primero, las de distintivo rojo; segundo, las de distintivo azul; tercero, las de distintivo amarillo, y cuarto, las de distintivo blanco. Si, igualmente, se estuviera en posesión de más de una Cruz del Mérito, pero de distinto ejército, el orden de colocación de las cruces será: primero, la del Mérito Militar;

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segundo, la del Mérito Naval, y tercero, la del Mérito Aeronáutico. Si se estuviera en posesión de más de una Cruz del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, concedidas como Cruz, sólo se ostentará una cruz, acreditándose la repetición de la recompensa mediante rectángulos de metal dorado sobre la cinta con las fechas de las sucesivas concesiones. Las condecoraciones en miniatura tendrán idéntico diseño al descrito en el primer párrafo de este apartado, con las dimensiones proporcionales que correspondan. En este tamaño, se ostentarán tantas condecoraciones como Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, en los diferentes distintivos, se posean. Artículo 52. Descripción de las condecoraciones correspondientes a las Cruces del Mérito Militar. 1. Las Cruces del Mérito Militar, que serán de brazos iguales, llevarán en el centro un escudo circular cuartelado y fileteado en oro, de 20 milímetros de diámetro, de esmaltes: primero, de Castilla; segundo, de León; tercero, de Aragón, y cuarto, de Navarra; entado en punta Granada y escusón en su centro de Borbón-Anjou. En su reverso, el escudo llevará inscritas las letras, en oro, MM, sobre esmalte de color rojo. 2. La Cruz con distintivo rojo será esmaltada en rojo y penderá de una cinta roja con lista blanca en el centro de ancho igual a un octavo del ancho total de aquélla. 3. La Cruz con distintivo azul será esmaltada en blanco con listas esmaltadas en azul más oscuro en los brazos, salvo en el superior, y penderá de una cinta igual a la de la Cruz con distintivo blanco, con cantos azules más oscuros de dos milímetros de ancho. 4. La Cruz con distintivo amarillo será esmaltada en blanco con listas esmaltadas en amarillo en los brazos, salvo en el superior, y penderá de una cinta igual a la de la Cruz con distintivo blanco, con cantos amarillos de dos milímetros de ancho. 5. La Cruz con distintivo blanco será esmaltada en blanco. Penderá de una cinta blanca con lista roja en el centro de ancho igual a un octavo del ancho total de aquélla. Artículo 53. Descripción de las condecoraciones correspondientes a las Cruces del Mérito Naval. 1. Las Cruces del Mérito Naval, que serán en forma de cruz latina, llevarán en su anverso un ancla centrada sobre los brazos verticales. 2. La Cruz con distintivo rojo será esmaltada en rojo y llevará el ancla en oro. Penderá de una cinta roja con lista amarilla en el centro de ancho igual a un octavo del ancho total de aquélla. 3. La Cruz con distintivo azul será esmaltada en blanco con listas esmaltadas en azul más oscuro en los brazos horizontales, y llevará el ancla en azul más oscuro. Penderá de una cinta igual a la de la Cruz con distintivo blanco, con cantos azules más oscuros de dos milímetros de ancho. 4. La Cruz con distintivo amarillo será esmaltada en blanco con listas esmaltadas en amarillo en los brazos horizontales, y llevará el ancla en azul más oscuro. Penderá de una cinta igual a la de la Cruz con distintivo blanco, con cantos amarillos de dos milímetros de ancho. 5. La Cruz con distintivo blanco será esmaltada en blanco y llevará el ancla en azul más oscuro. Penderá de una cinta con los colores nacionales en la misma disposición que tienen en la bandera. Artículo 54. Descripción de las condecoraciones correspondientes a las Cruces del Mérito Aeronáutico. 1. Las Cruces del Mérito Aeronáutico, que serán de brazos iguales, llevarán en el centro el emblema del Ejército del Aire, de 33 milímetros de longitud por 18 milímetros de alto, en cuyo círculo interior figurará un escudo cuartelado y fileteado en oro, de esmaltes: primero, de Castilla; segundo, de León; tercero, de Aragón, y cuarto, de Navarra; entado en punta Granada y escusón en su centro de Borbón-Anjou. En su reverso, escudo circular que llevará inscritas las letras, en oro, MA, sobre esmalte de color rojo. 2. La Cruz con distintivo rojo será esmaltada en rojo y penderá de una cinta roja con dos listas blancas de ancho igual a un octavo del ancho total de aquélla, que dejarán cantos

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rojos de dos milímetros en los bordes. 3. La Cruz con distintivo azul será esmaltada en blanco con una lista esmaltada en azul más oscuro en el brazo inferior. Penderá de una cinta igual a la de la Cruz con distintivo blanco, excepto en sus cantos exteriores de dos milímetros, que serán azules más oscuros. 4. La Cruz con distintivo amarillo será esmaltada en blanco con una lista esmaltada en amarillo en el brazo inferior. Penderá de una cinta igual a la de la Cruz con distintivo blanco, excepto en sus cantos exteriores de dos milímetros, que serán amarillos. 5. La Cruz con distintivo blanco será esmaltada en blanco. Penderá de una cinta blanca con dos listas rojas de ancho igual a un octavo del ancho total de aquélla, que dejarán cantos blancos de dos milímetros en los bordes. Artículo 55. Insignias de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico. Las insignias de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, concedidas como Gran Cruz, estarán constituidas por la placa descrita en el artículo 51.1 de este reglamento, de tamaño y material diverso, según su lugar de colocación. Cuando se concedan como Cruz, las insignias estarán constituidas por la cruz descrita en el apartado 2 del citado artículo, igualmente de tamaño y material diverso. Artículo 56. Pasadores de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico. Los pasadores representativos de las condecoraciones correspondientes a las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico están constituidos por la cinta en los colores de las cruces descritas en los artículos 52, 53 y 54, de 30 milímetros de longitud por 10 milímetros de ancho, montada sobre un armazón de metal dorado, y enmarcada por dos barras laterales de dicho metal, de dos milímetros de ancho y 12 milímetros de largo cada una. Sobre la cinta y en su centro, irá incorporada la corona real en oro, para los pasadores de la Gran Cruz. El pasador irá colocado sobre la parte izquierda del uniforme, en el orden indicado en el artículo 51, y se usará según se determine en las normas de uniformidad. Se ostentarán tantos pasadores como Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico se posean.

TÍTULO V Citación como distinguido en la Orden General

Artículo 57. Naturaleza, objeto y ámbito subjetivo de la recompensa. 1. La Citación como distinguido en la Orden General es la recompensa militar que sirve para premiar a aquellas personas que, con valor, realicen acciones, hechos o servicios eficaces para la operación militar concreta que se esté llevando a cabo, en el transcurso de conflictos armados o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de la fuerza armada, cuando no corresponda otra recompensa. 2. Sólo podrá ser concedida esta recompensa al personal de las Fuerzas Armadas, del Cuerpo de la Guardia Civil, cuando este último desempeñe acciones de carácter militar, o al personal civil que preste servicios en aquéllas, en virtud de orden competente, dentro de fuerzas militares organizadas, siempre que lleven a cabo acciones, hechos o servicios señalados en el apartado anterior. Artículo 58. Procedimiento para la concesión de la recompensa. 1. El procedimiento se iniciará mediante parte por escrito del jefe inmediato del interesado. Dicho parte contendrá la apreciación de las circunstancias que se exigen para la concesión de esta recompensa, así como la calificación de las acciones, hechos o servicios como significativas de un valor acreditado. 2. El parte se elevará por conducto reglamentario al mando de la gran unidad o de la agrupación naval o aérea de nivel equivalente, y será sucesivamente informado por los mandos militares intermedios. Recibido el parte en unión a los informes que le acompañen, el mando de la gran unidad, sólo en el supuesto de considerar procedente la concesión de esta recompensa, formulará propuesta motivada de su concesión, que elevará al Jefe del Estado Mayor de la Defensa o al Jefe del Estado Mayor correspondiente.

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3. Recibido el parte en unión a los informes que le acompañen, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa o el Jefe del Estado Mayor respectivo adoptarán alguna de las siguientes resoluciones: a) Elevar al Ministro de Defensa el parte, acompañado de cuantos informes se hayan emitido, así como su petición razonada si, por la naturaleza de los hechos y circunstancias concurrentes, se considera que la acción, hecho o servicio es merecedor de otra recompensa distinta. b) Elevar al Ministro de Defensa el parte acompañado de cuantos informes se hayan emitido y su propuesta razonada de archivo cuando, por la naturaleza de los hechos y circunstancias concurrentes, la acción, hecho o servicio no sea merecedor de recompensa alguna. c) Elevar al Ministro de Defensa el parte acompañado de cuantos informes se hayan emitido y su propuesta de concesión de la Citación como distinguido en la Orden General. 4. El Ministro de Defensa, a la vista del parte y de las propuestas e informes que integren el expediente, podrá adoptar alguna de las siguientes resoluciones: a) Ordenar la incoación del procedimiento que corresponda, cuando se considere que la acción, hecho o servicio es merecedor de otra recompensa distinta. b) Ordenar el archivo del expediente, cuando se considere que dicha acción, hecho o servicio no es merecedor de recompensa militar alguna. c) Conceder la Citación como distinguido en la Orden General. 5. No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, esta recompensa podrá ser concedida por los jefes de los mandos operativos permanentes o eventuales, así como por los de las grandes unidades superiores o agrupaciones terrestres, navales o aéreas de nivel equivalente, que sean facultados por el Ministro de Defensa. 6. El plazo máximo para dictar la resolución que ponga fin al procedimiento, contado a partir de la expedición del parte, será de tres meses. 7. La resolución por la que se concede la Citación como distinguido en la Orden General se publicará en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa y en la Orden General interna del Cuartel General del Ejército correspondiente. Artículo 59. Derechos inherentes a la Citación como distinguido en la Orden General. El personal recompensado con la Citación como distinguido en la Orden General tendrá los siguientes derechos: a) Dentro de las evaluaciones que se realicen al personal militar, así como para el acceso a la enseñanza militar, tendrá la consideración de mérito ordinario estar en posesión de esta recompensa. b) La obtención de la cédula acreditativa de la concesión de la recompensa y su anotación en la documentación militar o administrativa. c) La calificación de «valor reconocido» en su hoja de servicios, para los militares premiados con esta recompensa.

TÍTULO VI Mención honorífica

Artículo 60. Naturaleza y objeto de la recompensa. La Mención honorífica es la recompensa militar que sirve para premiar la realización de servicios, trabajos y estudios de diversa índole y que se consideren destacados por contribuir al progreso militar, naval o aeronáutico de la Nación, cuando no corresponda otra recompensa. Artículo 61. Procedimiento para la concesión de la recompensa. 1. El procedimiento se iniciará mediante propuesta inicial formulada por escrito del jefe de la unidad, centro u organismo al que pertenezca o donde preste sus servicios el interesado. Dicha propuesta contendrá la apreciación de las circunstancias que se exigen para la concesión de esta recompensa, así como la calificación como destacados de los servicios, trabajos o estudios a recompensar. 2. La propuesta inicial, que será sucesivamente informada por los mandos intermedios,

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se elevará por conducto reglamentario al Jefe del Estado Mayor de la Defensa, al Subsecretario de Defensa o al Jefe del Estado Mayor correspondiente, quienes, como autoridades en quienes queda desconcentrada la competencia para conceder esta recompensa, podrán adoptar alguna de las siguientes resoluciones: a) Ordenar la incoación del procedimiento que corresponda, cuando se considere que la acción, hecho o servicio es merecedor de otra recompensa distinta. b) Ordenar el archivo del expediente, cuando se considere que dicha acción, hecho o servicio no es merecedor de recompensa militar alguna. c) Conceder la Mención honorífica. 3. El plazo máximo para dictar resolución que ponga fin al procedimiento, contado a partir de la expedición de la propuesta inicial, será de tres meses. 4. La resolución por la que se concede la Mención honorífica se publicará en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa. Artículo 62. Derechos inherentes a la Mención honorífica. El personal recompensado con la Mención honorífica tendrá los siguientes derechos: a) Dentro de las evaluaciones que se realicen al personal militar, así como para el acceso a la enseñanza militar, tendrá la consideración de mérito simple estar en posesión de esta recompensa. b) La obtención de la cédula acreditativa de la concesión de la recompensa y su anotación en su documentación militar o administrativa. c) La acumulación de tres Menciones honoríficas traerá consigo la concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco89.

TÍTULO VII Real y Militar Orden de San Hermenegildo y Cruz a la Constancia en el Servicio

Artículo 63. Real y Militar Orden de San Hermenegildo y Cruz a la Constancia en el Servicio. 1. La Real y Militar Orden de San Hermenegildo, a través del ingreso y ascenso a las categorías que la integran, tiene por finalidad recompensar y distinguir a los oficiales generales, oficiales y suboficiales del Ejército de Tierra, de la Armada, del Ejército del Aire, de los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de la Guardia Civil, por su constancia e intachable conducta en el servicio, a tenor de lo que establecen las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas. 2. La Cruz a la Constancia en el Servicio tiene por finalidad recompensar y distinguir a los militares de complemento, a los militares de tropa y marinería y a los miembros del Cuerpo de la Guardia Civil pertenecientes a la Escala de Cabos y Guardias, por su constancia en el servicio e intachable conducta, a tenor de lo que establecen las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas90.

89 Escrito del Secretario General del EMACON, de 25 de abril de 2014. Hasta la fecha, el personal destinado en el

EMAD con tres menciones honoríficas acumuladas solicitaba, mediante instancia, la concesión de una Cruz al Mérito siendo el interesado el que proponía que la misma fuera al mérito Militar, Naval o Aeronáutico, independientemente de que las Menciones Honoríficas hubieran sido concedidas en el ámbito del Ejército de Tierra, Armada o el Ejército del Aire. Conforme a la normativa vigente corresponde al JEMAD, por delegación del Ministro de Defensa, la concesión de las Cruces del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico con distintivo blanco al personal militar y civil que presta sus servicios en UCO,s dependientes de su autoridad. Por ello, en todo el ámbito del EMAD y a partir de esta fecha, la concesión de una Cruz al Mérito como consecuencia de acumulación de tres Menciones Honoríficas será acorde con los siguientes criterios:

— Cuando dos o más Menciones Honoríficas hayan sido asignadas en el ámbito de un determinado Ejército o Armada, se concederá la Cruz al Mérito correspondiente a ese Ejército.

— Si dos o más de las menciones hubieran sido concedidas en UCO,s ajenas a la estructura de los Ejércitos/Armada, el solicitante podrá proponer el Mérito de la Cruz.

— En el resto de casos, el solicitante podrá proponer que la concesión de la Cruz sea al Mérito Militar, Naval o Aeronáutico, siempre y cuando alguna de las Menciones que posea corresponda a ese Ejército/Armada.

90 Modificado por disposición final primera del real decreto 1385/2011, siendo su redacción anterior: La Cruz a la Constancia en el Servicio tiene por finalidad recompensar y distinguir a los militares profesionales de tropa y marinería con una relación de servicios de carácter permanente y a los miembros del Cuerpo de la Guardia Civil pertenecientes a la Escala de Cabos y Guardias, por su constancia en el servicio e intachable conducta, a tenor de lo que establecen las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas.

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3. El ámbito objetivo y subjetivo de estas recompensas militares, las condiciones generales y el procedimiento para su concesión, así como los derechos y distinciones que conllevan, y la descripción y uso de sus condecoraciones son los establecidos sus respectivos reglamentos. Disposición adicional primera. Normativa supletoria. Dentro de los procedimientos para la concesión de cada una de las recompensas militares regulados por este reglamento, y en lo no previsto específicamente en ellos, serán de aplicación supletoria las normas reguladoras del procedimiento administrativo común. Disposición adicional segunda. Procedimientos extraordinarios y ordinarios. 1. Los procedimientos para la concesión de las recompensas reguladas en este reglamento tendrán el carácter de extraordinarios. No obstante, las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, y la Mención honorífica podrán ser concedidas mediante procedimiento ordinario. El Ministro de Defensa determinará las normas para la tramitación y concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, concedidas como Gran Cruz o como Cruz, y de la Mención honorífica, así como sus limitaciones. 2. Igualmente, el Consejo de Ministros, respecto de las Cruces del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico, con distintivo blanco, como Gran Cruz, y el Ministro de Defensa, respecto de las Cruces del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico, con distintivo blanco, como Cruz, y de la Mención honorífica, serán los competentes, respectivamente, para su concesión a personal militar o civil extranjero y a personal civil con nacionalidad española que no se encuentre comprendido en los supuestos contemplados en este reglamento. Disposición adicional tercera. Felicitaciones. Las felicitaciones que, por escrito, reciba el personal militar y el civil al servicio de las Fuerzas Armadas, por la realización de algún trabajo, estudio, hecho o servicio, no tendrán consideración de recompensas militares. No obstante, las felicitaciones por escrito que pudieran conceder Su Majestad el Rey o el Presidente del Gobierno, así como las que concedan el Ministro de Defensa, el Secretario de Estado de Defensa, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el Subsecretario de Defensa y los Jefes de los Estados Mayores de los tres Ejércitos, serán anotadas en la documentación militar o administrativa, y deberán ser tomadas como circunstancia señalada que se valorará para la concesión de cualquiera de las recompensas militares contempladas en este reglamento. Igualmente, serán anotadas en la documentación militar o administrativa de los interesados las felicitaciones por escrito que reciban de los mandos operativos permanentes y eventuales, así como de los mandos de grandes unidades o de agrupaciones terrestres, navales o aéreas de nivel equivalente. Disposición adicional cuarta. Concesión de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, como Gran Cruz, con distintivo blanco, a determinadas autoridades. No obstante lo dispuesto en el artículo 34.1.a) de este reglamento, los titulares de los órganos superiores y directivos del Ministerio de Defensa, así como las personas que, por su empleo, cargo o función, tengan la condición de alto cargo, o bien tengan reconocido el rango o asimilación a subdirector general dentro de la Administración General del Estado, o la correspondiente a dicho rango dentro de las restantes administraciones públicas, podrán ser recompensadas, cuando reúnan los requisitos establecidos, con las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, concedidas como Gran Cruz. Disposición adicional quinta. Condecoraciones, insignias y pasadores. Los modelos de las condecoraciones, insignias y pasadores de las recompensas reguladas en este reglamento son los que se acompañan en su anexo. Disposición adicional sexta. Modelos de las cédulas y diplomas que acreditan la posesión de las recompensas militares. Los modelos de cédulas y diplomas que acreditan la concesión de todas las recompensas militares reguladas por este reglamento serán aprobados por el Ministro de Defensa mediante orden ministerial.

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Disposición adicional séptima. Compatibilidad de recompensas colectivas e individuales. Una misma acción, hecho o servicio no podrá ser premiada con más de una recompensa militar. No obstante, el reconocimiento del derecho a usar las insignias individuales representativas de recompensas colectivas concedidas a unidades, centros u organismos militares por acciones, hechos o servicios llevados a cabo en colectividad no será impedimento para que se pueda recompensar individualmente, a los que tengan reconocido tal derecho, con otra recompensa distinta a la colectiva. Disposición adicional octava. Consideración de las condecoraciones representativas de las recompensas militares y pasadores de las insignias individuales, a efectos de su colocación. 1. Las condecoraciones correspondientes a la Gran Cruz Laureada y a la Cruz Laureada, y la Medalla Militar individual, se ostentarán siempre en su tamaño normal, en primer lugar y destacadas de las restantes condecoraciones, con preferencia las Cruces Laureadas sobre las Medallas Militares. Las condecoraciones correspondientes a las Grandes Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, así como las correspondientes a la categoría de Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, se ostentarán en su tamaño normal sobre las prendas de uniformidad que reglamentariamente se determinen. Las placas irán, por su respectivo orden, en el lugar reservado a las placas, y se ubicará la de la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo con posterioridad a las que correspondan a las Grandes Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico. Las condecoraciones correspondientes a las categorías de placa y encomienda de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo se ostentarán en su tamaño normal sobre las prendas de uniformidad que reglamentariamente se determinen. La placa irá en el lugar reservado a las placas, con posterioridad a la que corresponde a la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Las condecoraciones correspondientes a la Cruz de Guerra, a las Medallas del Ejército, Naval y Aérea individuales, a las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, a la categoría Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y a la Cruz a la Constancia en el Servicio, en sus tres modalidades, se ostentarán en su tamaño normal o miniatura, dependiendo de la uniformidad. Irán, por su respectivo orden, en el lugar reservado a las cruces y medallas que cuelguen de cinta, situándose la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y la Cruz a la Constancia en el Servicio, en sus modalidades Cruz de Oro, Cruz de Plata y Cruz de Bronce, por dicho orden, con posterioridad a las que correspondan a las Cruces de Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico. 2. Las condecoraciones correspondientes a la Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil, y las restantes recompensas civiles nacionales, o militares y civiles extranjeras o de organizaciones internacionales, se ostentarán y colocarán sobre la uniformidad, conforme reglamentariamente se determine. 3. Las insignias individuales representativas de las Medallas del Ejército, Naval y Aérea colectivas se ostentarán e irán ubicadas según se establece en este reglamento. No obstante, cuando la uniformidad correspondiente no permita el uso de las mencionadas insignias, la posesión de éstas se acreditará mediante pasadores representativos de las insignias individuales que estarán constituidos por las cintas en los colores de la cinta de la Medalla del Ejército, Naval o Aérea individual, respectivamente, de 30 milímetros de longitud por 10 milímetros de ancho, montadas sobre un armazón de metal dorado, y enmarcadas por dos barras laterales de dicho metal, de dos milímetros de ancho y 12 milímetros de largo cada una. Estos pasadores irán colocados sobre la parte izquierda del uniforme e inmediatamente después del pasador correspondiente a las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco. Se ostentarán tantos pasadores como insignias individuales, de cada una de estas recompensas colectivas, se posean. Disposición adicional novena. Orden de colocación de Medallas del Ejército, Naval y Aérea, y de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, para el personal militar

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profesional de la Armada y del Ejército del Aire. No obstante lo dispuesto en el artículo 29.c) y en el artículo 51.1 y 2 de este reglamento, la Medalla Naval y la Cruz del Mérito Naval, para el personal militar profesional de la Armada, y la Medalla Aérea y la Cruz del Mérito Aeronáutico, para el personal militar profesional del Ejército del Aire, irán ubicadas sobre las prendas de uniformidad en primer lugar, siempre que se estuviera en posesión de más de una de las citadas recompensas, pero de distinto Ejército, respetándose en lo demás el orden de colocación establecido. Disposición adicional décima. Tratamientos por la posesión de recompensas militares. 1. De conformidad con lo dispuesto en el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, aprobado por el real decreto 899/2001, de 27 de julio, los Caballeros y Damas Cruces Laureadas tienen derecho al tratamiento inmediatamente superior al que les corresponda, y los Caballeros y Damas Medallas Militares individuales, al del empleo inmediato superior al que les corresponda, todos ellos según su empleo militar, cargo que ostenten o condiciones especiales que reúnan. 2. De acuerdo con lo regulado en este reglamento general, únicamente los recompensados con la Cruz del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, concedidas como Gran Cruz, tendrán derecho al tratamiento de excelencia, sin que la concesión de ninguna otra recompensa militar, de la Cruz a la Constancia en el Servicio o la pertenencia a la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, en cualquiera de sus categorías, de conformidad con las prescripciones establecidas por su reglamento, aprobado por real decreto 1189/2000, de 23 de junio, genere derecho a tratamiento especial alguno. 3. Las recompensas civiles concedidas al personal militar y que conlleven tratamientos o dignidades especiales deberán ser puestas en conocimiento del Ministro de Defensa, a efectos de su reconocimiento en la administración militar. Igualmente, las recompensas extranjeras concedidas a dicho personal y que conlleven tratamientos o dignidades especiales deberán ser previamente autorizados por el Ministro de Defensa, para dicho reconocimiento. Disposición adicional undécima91. Declaración del valor. Se autoriza al Ministro de Defensa a establecer los hechos, servicios y circunstancias determinantes de la declaración del valor, en sus diferentes modalidades, de los miembros de las Fuerzas Armadas y su correspondiente anotación en la hoja de servicios. Disposición final única. Facultades de desarrollo y ejecución. Queda facultado el Ministro de Defensa para adoptar cuantas disposiciones y medidas sean necesarias en desarrollo y ejecución de lo dispuesto en este reglamento.

ANEXO En las figuras de este anexo, están representados las condecoraciones, insignias y pasadores de las recompensas.

91 Disposición añadida por real decreto 20/2013.

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MEDALLA DEL EJÉRCITO MEDALLA NAVAL MEDALLA AÉREA CRUZ DE GUERRA

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CORBATAS DE LA MEDALLA DEL EJÉRCITO, DE LA MEDALLA NAVAL Y DE LA MEDALLA AÉREA

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GUIÓN DE LA MEDALLA DEL EJÉRCITO COLECTIVA

PLACA E INSIGNIA DE LA MEDALLA DEL EJÉRCITO COLECTIVA

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GUIÓN DE LA MEDALLA NAVAL COLECTIVA

PLACA E INSIGNIA DE LA MEDALLA NAVAL COLECTIVA

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GUIÓN DE LA MEDALLA AÉREA COLECTIVA

PLACA E INSIGNIA DE LA MEDALLA AÉREA COLECTIVA

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CRUZ DEL MÉRITO MILITAR, DISTINTIVO ROJO

GRAN CRUZ

CRUZ (ANVERSO Y REVERSO)

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CRUZ DEL MÉRITO MILITAR, DISTINTIVO AZUL

GRAN CRUZ

CRUZ (ANVERSO Y REVERSO)

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CRUZ DEL MÉRITO MILITAR, DISTINTIVO AMARILLO

GRAN CRUZ

CRUZ (ANVERSO Y REVERSO)

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CRUZ DEL MÉRITO MILITAR, DISTINTIVO BLANCO

GRAN CRUZ

CRUZ (ANVERSO Y REVERSO)

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CRUZ DEL MÉRITO NAVAL, DISTINTIVO ROJO

GRAN CRUZ

CRUZ (ANVERSO Y REVERSO)

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CRUZ DEL MÉRITO NAVAL, DISTINTIVO AZUL

GRAN CRUZ

CRUZ (ANVERSO Y REVERSO)

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CRUZ DEL MÉRITO NAVAL, DISTINTIVO AMARILLO

GRAN CRUZ

CRUZ (ANVERSO Y REVERSO)

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CRUZ DEL MÉRITO NAVAL, DISTINTIVO BLANCO

GRAN CRUZ

CRUZ (ANVERSO Y REVERSO)

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CRUZ DEL MÉRITO AERONÁUTICO, DISTINTIVO ROJO

GRAN CRUZ

CRUZ (ANVERSO Y REVERSO)

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CRUZ DEL MÉRITO AERONÁUTICO, DISTINTIVO AZUL

GRAN CRUZ

CRUZ (ANVERSO Y REVERSO)

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CRUZ DEL MÉRITO AERONÁUTICO, DISTINTIVO AMARILLO

GRAN CRUZ

CRUZ (ANVERSO Y REVERSO)

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CRUZ DEL MÉRITO AERONÁUTICO, DISTINTIVO BLANCO

GRAN CRUZ

CRUZ (ANVERSO Y REVERSO)

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Orden DEF/3594/2003, de 10 de diciembre (BOD número 251, del 29). Por la que se aprueban las normas para la tramitación y concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, y de las menciones honoríficas, la delegación de competencias en esta materia, y el uso de las condecoraciones representativas de las recompensas92. El real decreto 1040/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento General de Recompensas Militares, desarrolla la disposición final primera de la ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, estableciendo con carácter integrador y exhaustivo la regulación sobre las recompensas militares. Y dicho carácter se pone de manifiesto a lo largo del articulado del Reglamento general, bien a través de la reglamentación precisa y concreta de determinadas recompensas militares, bien mediante una regulación sumaria que remite a los reglamentos específicos de otras. No obstante, son diversos los preceptos que, tanto en el real decreto aprobatorio, como en el Reglamento aprobado, requieren expresamente un ulterior desarrollo y ejecución reglamentario, habilitando, a tal efecto, al Ministro de Defensa. Y dada la variedad y extensión de la materia, se ha optado por desarrollar parcialmente el Reglamento general, mediante diversas órdenes ministeriales que vayan completando la regulación del régimen jurídico aplicable a las recompensas militares. Así, la presente orden ministerial tiene por finalidad ejecutar lo dispuesto en el párrafo segundo del apartado 1 de la disposición adicional segunda del Reglamento general de recompensas militares, determinando, de una parte, las normas para la tramitación y concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, y de las Menciones honoríficas, así como sus limitaciones y, de otra parte, las delegaciones de competencias que proceden sobre esta materia. Igualmente, y de conformidad con las previsiones del Reglamento general, se dictan unas normas sobre el uso de las condecoraciones representativas de las recompensas militares que las conlleven. En su virtud, de acuerdo con lo establecido en la mencionada disposición adicional segunda, así como en la disposición final única, ambas del Reglamento general de recompensas militares, aprobado por real decreto 1040/2003, de 1 de agosto, dispongo: Apartado único. Aprobación de normas. Quedan aprobadas las normas para la tramitación y concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, y de las Menciones honoríficas, la delegación de competencias en esta materia, y el uso de las condecoraciones representativas de las recompensas, que se insertan a continuación. Disposición adicional única. Modificación de los modelos de Cédulas y diplomas. Los actuales modelos de las respectivas Cédulas correspondientes a las Cruces de Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico continuarán vigentes hasta que, en cumplimiento de lo previsto en la disposición adicional sexta del Reglamento General de Recompensas Militares, aprobado por real decreto 1040/2003, de 1 de agosto, se aprueben todos los modelos de cédulas y diplomas de las recompensas por orden ministerial. Disposición transitoria primera. Procedimientos de concesión en curso. De conformidad con lo dispuesto en la disposición transitoria primera del real decreto 1040/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento General de Recompensas Militares, los procedimientos para la concesión de las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutica, con distintivo blanco, y de las Menciones honoríficas, iniciados con anterioridad a la presente orden ministerial 181/1998, de 16 de julio, por la que se aprueban las normas de tramitación de las propuestas de concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico y directrices sobre la concesión de menciones honoríficas, y se delegan competencias en la materia.

92 Redactado con la corrección de errores.

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Disposición transitoria segunda. Orden y colocación de condecoraciones representativas de recompensas y sus pasadores. Se establece un plazo de seis meses a partir de la entrada en vigor de la presente orden ministerial para que el orden y colocación de las condecoraciones representativas de recompensas y los pasadores de dichas condecoraciones se adecuen a lo dispuesto en el capítulo II de las normas aprobadas. Disposición derogatoria única. Derogación normativa. 1. Queda derogada la orden ministerial 44/1985, de 22 de julio, por la que se dictan normas sobre el uso de las condecoraciones por miembros de las Fuerzas Armadas, a excepción de lo previsto en la norma decimocuarta de las presentes normas aprobadas. Igualmente, se deroga la orden ministerial 181/1998, de 16 de julio, por la que se aprueban las normas de tramitación de las propuestas de concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico y directrices sobre la concesión de menciones honoríficas y se delegan competencias en la materia. 2. Quedan derogadas en aquello que se oponga a lo dispuesto en esta orden ministerial todas las disposiciones de igual o inferior rango. Disposición final primera. Facultades de desarrollo. Se autoriza al Jefe del Estado Mayor de la Defensa, al Subsecretario de Defensa y a los Jefes de los Estados Mayores del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire para que adopten, en el ámbito de sus respectivas competencias, las medidas necesarias para el desarrollo y ejecución de la presente orden ministerial. Disposición final segunda. Entrada en vigor. La presente orden ministerial entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Boletín Oficial del Estado. NORMAS PARA LA TRAMITACIÓN Y CONCESIÓN ORDINARIA DE LAS CRUCES DEL MÉRITO

MILITAR, NAVAL Y AERONÁUTICO, CON DISTINTIVO BLANCO, Y DE LAS MENCIONES HONORÍFICAS, LA DELEGACIÓN DE COMPETENCIAS EN ESTA MATERIA, Y EL USO DE LAS

CONDECORACIONES REPRESENTATIVAS DE LAS RECOMPENSAS CAPÍTULO I

Tramitación y concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, y de las Menciones honoríficas

Primera. Tramitación de las recompensas93. 1. El expediente para la concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, ya sea como Gran Cruz o como Cruz, así como de las Menciones honoríficas, al personal militar y civil al servicio del Ministerio de Defensa y de las Fuerzas Armadas será iniciado a propuesta del Jefe de la unidad, centro u organismo de quien dependa el interesado. 2. La propuesta inicial se elevará por conducto reglamentario, siendo sucesivamente informada por los Mandos intermedios, hasta la Autoridad militar u órgano superior o directivo al que corresponda formular la propuesta definitiva quien, si la considera procedente, la presentará a la Autoridad competente para su concesión, con una antelación mínima, sobre la fecha en la que se pretenda su publicación de dos meses cuando se trate de Grandes Cruces y de un mes cuando sean Cruces o Menciones honoríficas. 3. Para el personal civil al servicio de las Administraciones Públicas ajeno al Ministerio de Defensa, así como para los demás civiles particulares de nacionalidad española, previamente a la concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, ya sea como Gran Cruz o como Cruz, se gestionará a través de la Subsecretaría de Defensa la anotación de las propuestas en el Registro de Órdenes y Condecoraciones, al menos, con veinte días de antelación sobre la fecha prevista de concesión, a fin de conocer si existe alguna razón que impida la continuación del expediente. Igualmente, a través de la Subsecretaría de Defensa se comunicará para su anotación

93 Añadidos siete nuevos apartados, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10, a esta norma, por Orden DEF/1716/2015, de 29 de julio.

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definitiva en el Registro de Órdenes y Condecoraciones, la concesión de la recompensa al personal mencionado anteriormente y al personal civil del Ministerio de Defensa. 4. En cada convocatoria, de las dos anuales, las autoridades competentes podrán conceder Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, como Cruz, al personal militar y civil destinado en el Ministerio de Defensa y en las Fuerzas Armadas, en los siguientes porcentajes máximos: a) Para el personal militar, el 2,5 por ciento de los efectivos de cada una de las categorías de oficial, suboficial y de tropa y marinería. b) Para el personal civil, el 1,5 por ciento de este personal. 5. Una vez finalizado el expediente por acumulación de tres Menciones honoríficas, las autoridades competentes determinarán la Cruz del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico que se conceda aplicando consecutivamente los criterios con el orden de preferencia siguiente: a) Ejército de pertenencia del militar. b) Ejército donde está destinado. c) Ejército en el que se recibieron el número mayor de Menciones honoríficas. d) Ejército donde se concedió la última Mención honorífica. e) Criterio del Jefe de la Unidad, centro u organismo de destino. 6. En cada convocatoria, de las dos anuales, las autoridades competentes podrán conceder Menciones honoríficas al personal militar y civil destinado en el Ministerio de Defensa y en las Fuerzas Armadas, en los siguientes porcentajes máximos: a) Para el personal militar, el 1 por ciento de los efectivos de cada una de las categorías de oficial, suboficial y de tropa y marinería. b) Para el personal civil, el 0,60 por ciento de este personal. 7. Para el cálculo del número de concesiones de Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, y de Menciones honoríficas, conforme al porcentaje máximo correspondiente, se tomarán como referencia los efectivos existentes a primero del mes de enero, para la proclamación de Su Majestad El Rey, y a primero del mes de septiembre, para la Pascua Militar, del año en curso. 8. El personal del Cuerpo de la Guardia Civil destinado en el Ministerio de Defensa y en las Fuerzas Armadas, será contabilizado dentro de los porcentajes máximos de los efectivos del personal militar, en sus respectivas categorías. 9. En cada convocatoria, de las dos anuales, con respecto al personal del Cuerpo de la Guardia Civil destinado en su ámbito, el Director General de la Guardia Civil presentará al Subsecretario de Defensa la propuesta de recompensas militares de Cruces del Mérito Militar y Menciones honoríficas, con un porcentaje máximo del 0,5 por ciento de los efectivos de cada una de las categorías de oficial, suboficial, cabos y guardias. 10. En cada una de las convocatorias, de las dos anuales, las autoridades competentes elevarán al Subsecretario de Defensa las propuestas de concesión de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, como Cruz, al siguiente personal civil, militar y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en las siguientes cuantías máximas: a) Para el personal civil al servicio de las Administraciones Públicas ajeno al Ministerio de Defensa, así como para los demás civiles de nacionalidad española, cinco (5). b) Para el personal civil y militar extranjero, tres (3). c) Para el personal militar destinado fuera del ámbito competencial de dichas autoridades, quince (15). d) Para personal del Cuerpo de la Guardia Civil, diez (10). e) Para personal del Cuerpo Nacional de Policía, cuatro (4). Segunda. Propuestas de concesión de las recompensas. En la propuesta de concesión de cualquiera de las recompensas mencionadas en la norma anterior figurarán los datos siguientes: 1. Datos generales de la propuesta: a) Recompensa a conceder: Cruz del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito

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Aeronáutico, como Gran Cruz o como Cruz, con distintivo blanco, o Mención honorífica. b) Exposición clara y detallada de los actos, hechos, servicios, méritos o trabajos distinguidos que motivan la propuesta, que deberá estar basada en datos objetivos y valorados con rigor, evitando, en todo caso, expresiones genéricas y describiendo, si la hubiera, la situación extraordinaria en la que se encontrara la persona propuesta. 2. Datos del Jefe de la Unidad, Centro u Organismo que formula la propuesta inicial: a) Nombre y apellidos. b) Empleo, Ejército, Cuerpo, Escala y, en su caso, especialidad fundamental. c) Cargo o puesto de trabajo que ocupa y Unidad, Centro u Organismo de destino. 3. Datos de la persona propuesta: a) Nombre y apellidos. b) Nacionalidad. c) Lugar y fecha de nacimiento. d) Número de documento nacional de identidad o pasaporte. e) Personal militar: Empleo, Ejército, Cuerpo, Escala y, en su caso, especialidad fundamental. f) Personal civil funcionario: Cuerpo, escala, grupo de clasificación y puesto que desempeña. g) Personal laboral: Grupo y categoría profesional y puesto que desempeña. h) Personal civil no funcionario ni laboral: Dirección particular y, en su caso, categoría y actividad profesional. i) Órdenes españolas a las que pertenece, categoría que ostenta y fecha de ingreso en las mismas. j) Recompensas y Condecoraciones que posee y fecha de concesión de las mismas. Tercera. Limitaciones en la concesión de recompensas. 1. No se podrán elevar propuestas ni conceder Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, como Gran Cruz o como Cruz, con distintivo blanco, ni Menciones honoríficas, en los siguientes supuestos: a) Cuando el interesado ya hubiera sido distinguido con otra recompensa militar por la misma causa. b) Cuando el interesado, teniendo la condición de militar, tuviera anotada en su documentación profesional alguna nota desfavorable no cancelada. c) Cuando se trate de personal civil al servicio de las Administraciones Públicas que tenga anotada en su documentación alguna pena o sanción disciplinaria que no haya sido cancelada. 2. Si el personal a proponer para la concesión de una Cruz del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico, con distintivo blanco, o de una Mención honorífica, estuviera sujeto a procedimiento judicial o expediente disciplinario, que pueda dar lugar a pena o sanción, se tramitará la propuesta acompañada de un informe sobre los hechos que lo originaron, con expresión de su naturaleza y estado en el que se encuentra. 3. No se podrán elevar propuestas ni conceder las recompensas expresadas a continuación, si en el momento de la concesión no hubieran transcurrido los períodos de tiempo que se citan: a) Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, como Gran Cruz, con distintivo blanco: Dos años desde la concesión de la última Gran Cruz, sea del mismo o de distinto Mérito, con distintivo blanco, en cualquier circunstancia. b) Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, como Cruz, con distintivo blanco: Tres años desde la concesión de la última Cruz, sea del mismo o de distinto Mérito, con distintivo blanco, que no lo fuese por acumulación de Menciones honoríficas. c) Mención honorífica: Un año desde la concesión de la última Cruz, con distintivo blanco, que no lo fuese por

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acumulación de Menciones honoríficas. 4. Las concesiones de las recompensas citadas que se propongan a título póstumo y aquéllas otras que deban ajustarse a circunstancias especiales de oportunidad, podrán ser exceptuadas de las limitaciones indicadas en los puntos 1 y 3 de esta norma por las Autoridades competentes para su concesión ajustándose, en cuanto a su tramitación, al procedimiento establecido en el Reglamento General de Recompensas Militares. En el último supuesto de los anteriormente mencionados, tampoco se originarán limitaciones temporales para la concesión de futuras recompensas, debiendo hacerse constar este extremo en la correspondiente publicación oficial de concesión. Cuarta. Fechas de concesión. 1. La concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, como Gran Cruz o como Cruz, y de las Menciones honoríficas, se llevará a cabo dos veces al año, dichas convocatorias podrán coincidir con el aniversario de la proclamación de Su Majestad El Rey o con la Pascua Militar94. 2. No obstante, la concesión de las recompensas citadas en el apartado anterior podrá efectuarse en otras fechas distintas a las expresadas en dicho apartado, cuando razones extraordinarias de oportunidad o ejemplaridad así lo aconsejen. 3. La concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, como Cruz, con distintivo blanco, obtenida por acumulación de Menciones honoríficas, no estará sujeta a las fechas del apartado primero, produciéndose en la fecha de finalización de la tramitación del expediente correspondiente. Quinta. Beneplácitos para otorgar la concesión de Cruces del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico, con distintivo blanco. 1. Para otorgar Cruces del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico, con distintivo blanco, al personal civil nacional no dependiente del Ministerio de Defensa que preste sus servicios en las Administraciones Públicas, será necesario el beneplácito expreso de la Autoridad de la que dependa, tramitándose tal solicitud por medio del Ministerio u Organismo del que dependa el propuesto. 2. Como paso previo a la concesión de las recompensas mencionadas en esta norma a ciudadanos extranjeros, se requerirá el beneplácito expreso de las autoridades del país correspondiente, tramitándose esta solicitud a través del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. Podrá exceptuarse dicha solicitud, cuando exista autorización expresa de las autoridades del Estado de la persona propuesta, en la que se indique la no necesidad del trámite de solicitud de beneplácito, comunicada por medio del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. 3. Cuando circunstancias extraordinarias no permitan el cumplimiento del trámite señalado en los apartados anteriores de la presente norma, el Ministro de Defensa podrá conceder estas recompensas, como Cruz, o elevar propuesta de concesión, cuando se trate de la Gran Cruz, sin la exigencia de contar con el beneplácito expreso de las Autoridades señaladas, informando posteriormente de dicha concesión al Ministerio u Organismo correspondiente, o al Ministerio de Asuntos Exteriores, según proceda. En todo caso, y antes de la concesión, se notificará tal pretensión al Ministerio u Organismo correspondiente, o a la Embajada acreditada en España, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, según el caso. Sexta. Publicación de la concesión de las recompensas. 1. El real decreto de concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, como Gran Cruz, con distintivo blanco, se publicará en el Boletín Oficial del Estado y en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa. 2. La orden ministerial o resolución de concesión de las Cruces del Mérito Militar, del

94 Redactado con la nueva redacción dada por Orden DEF/1716/2015, de 29 de julio. La anterior era la siguiente:

La concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, como Gran Cruz o como Cruz, con distintivo blanco, y de las Menciones honoríficas, se llevará a cabo dos veces al año, que podrán coincidir con la onomástica de Su Majestad El Rey o la Pascua Militar.

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Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, como Cruz, con distintivo blanco, y de la Mención honorífica se publicará en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa y en la Orden de la unidad terrestre, naval o aérea donde se encuentre encuadrado o preste sus servicios el recompensado. Séptima. Cédulas. 1. Las Cédulas, de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, como Gran Cruz o como Cruz, con distintivo blanco, y de la Mención honorífica constituirán el título acreditativo de las mismas. 2. Las Cédulas deberán reflejar, al menos, la denominación completa de la recompensa que acreditan, los datos de la persona a cuyo nombre se extiende, la antefirma y firma de la Autoridad que concede la condecoración y la correspondiente toma de razón. 3. La custodia de las Cédulas será de la exclusiva responsabilidad de sus propietarios. En caso de pérdida o robo se podrá solicitar una nueva, adjuntando en la solicitud una declaración jurada, formulada por el interesado, en la que se haga constar tal hecho y aportando la totalidad de los datos contenidos en la Cédula original. En caso de deterioro o error de los datos, se deberá acompañar a la solicitud la Cédula deteriorada o errónea. Octava. Delegaciones de competencias. 1. Se delega en el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, en el Secretario de Estado de Defensa, en el Subsecretario de Defensa y en los Jefes de los Estados Mayores del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire, la concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, como Cruz, con distintivo blanco, al personal militar y civil que preste servicios en unidades, centros u organismos dependientes de las mencionadas Autoridades. 2. Se delega en el Secretario de Estado de Defensa la concesión de las Menciones honoríficas al personal militar y civil que preste servicios en unidades, centros u organismos dependientes de su Autoridad. 3. Por último, se delega en el Subsecretario de Defensa como Jefe Superior del Personal del Departamento la concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, como Cruz, con distintivo blanco, y de las Menciones honoríficas al personal militar o civil no incluido en los anteriores apartados.

CAPÍTULO II Normas sobre la ordenación, uso y colocación de las condecoraciones representativas de

recompensas, así como de sus pasadores, en prendas de uniformidad por el personal militar

Novena. Situación de las condecoraciones en el uniforme. Las condecoraciones representativas de todas las recompensas, militares y civiles, nacionales y extranjeras, se llevarán por el personal militar en la parte delantera izquierda del uniforme, salvo que tengan expresamente asignado otro lugar de ubicación, conforme se establece en las normas siguientes y en las figuras anexas a las presentes normas. Décima. Preferencia de las condecoraciones. De acuerdo con el orden de prelación establecido en el artículo 1 del Reglamento General de Recompensas Militares, así como en su disposición adicional octava respecto a todas las demás condecoraciones representativas de recompensas, el orden de preferencia de las mismas sobre las prendas de uniformidad que reglamentariamente se determinen será el siguiente: a) La Gran Cruz Laureada, la Cruz Laureada y la Medalla Militar Individual, por este orden. b) Las cruces y medallas que cuelguen de cinta irán en el siguiente orden: Cruz de Guerra. Medallas del Ejército, Naval y Aérea individuales. Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, por el siguiente orden: Con distintivo rojo, con distintivo azul, con distintivo amarillo y con distintivo blanco. Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Cruz a la Constancia en el Servicio. Medallas de Organizaciones Internacionales de las que España forme parte;

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posteriormente, Medallas de Campañas y Medallas Conmemorativas, estableciendo su procedencia por su fecha de concesión. Condecoraciones civiles españolas, con preferencia la Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III y, a continuación, las Cruces de la Orden de Isabel la Católica y, finalmente, las restantes que se colocarán por su fecha de concesión. Condecoraciones militares y civiles extranjeras, que cuelguen de cinta, que se colocarán por su fecha de concesión. c) El orden de colocación de las placas, cuando se ostente más de una, será el mismo que el que figura en la letra anterior para la Cruz o, en su caso, la Orden correspondiente. Undécima. Forma de colocación de las condecoraciones sobre prendas de uniformidad. 1. Condecoraciones en la parte delantera izquierda del uniforme: a) En general, las condecoraciones que tengan que ir a la misma altura se colocarán por el orden de preferencia establecido en la norma anterior, de la línea de botones al brazo. Si tuviesen que colocarse en más de una fila, el orden de preferencia sería además de arriba abajo. b) Las condecoraciones correspondientes a la Cruz Laureada de San Fernando, como Gran Cruz o como Cruz Laureada y la Medalla Militar Individual, irán siempre en su tamaño normal y destacadas sobre las demás, a excepción de la Banda de la Gran Cruz que se colocará en el sitio reservado a las condecoraciones terciadas. Se colocarán por encima del bolsillo del pecho, o en lugar equivalente, sobre cualquier prenda de uniformidad reglamentaria. c) Las condecoraciones correspondientes a las cruces y medallas que cuelguen de cinta, cuando se pongan en tamaño normal, serán llevadas en una o dos filas, según el número de ellas que se posean, con arreglo al siguiente cuadro:

Número de medallas o cruces Número de filas Número de condecoraciones por fila

De 1 a 4 5 6 7 8

1 2 2 2 2

1, 2, 3 ó 4 3, 2 3, 3 4, 3 4, 4

Potestativamente, a partir de la novena condecoración se podrán ir superponiendo las cintas de las que cuelguen las cruces y medallas, armónicamente, hasta completar un máximo de catorce condecoraciones, siete por fila, de forma que quede a la vista toda la cinta de la primera condecoración de cada fila y la mitad de las cintas de las restantes condecoraciones por fila. La fila más baja deberá tener las presillas, para su fijación, 6 centímetros por encima del borde superior de la cartera del bolsillo del pecho al lado izquierdo del uniforme. Las condecoraciones de una misma fila irán en un único imperdible pasador. Cuando se pongan en tamaño miniatura, irán practicadas en el costado superior izquierdo del uniforme, de forma horizontal, con arreglo al siguiente cuadro:

Número de medallas o cruces Número de filas Número de condecoraciones por fila

De 1 a 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21

1 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 3

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 ó 10 6, 5 6, 6 7, 6 7, 7 8, 7 8, 8 9, 8 9, 9 10, 9 10, 10 7, 7, 7

La misma regla que la expresada en el cuadro se aplicará cuando se posean más de veintiuna cruces o medallas. d) Las condecoraciones que correspondan a las placas, se llevarán centradas sobre el

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bolsillo del pecho o lugar equivalente. Podrán llevarse un máximo de cuatro placas, con la siguiente distribución: Una: centrada. Dos: a la misma altura. Tres: dos arriba y una abajo. Cuatro: en forma de cruz. 2. Condecoraciones en el cuello. Será el lugar de colocación de las veneras y encomiendas, de la que sólo podrá llevarse una a elección, salvo orden expresa en contrario. Dependiendo de la prenda de uniformidad, se llevará la cinta por debajo del cuello de la camisa y la venera sobre el nudo de la corbata, o bien la cinta por debajo del cuello de la guerra cerrada y la venera sobre el primer botón de dicha prenda, o bien la cinta sobre la sujeción de la corbata y la venera, centrada, cubriendo el ángulo inferior de dicha prenda. 3. Condecoraciones terciadas. En cuanto a las bandas, se llevará sólo una a elección, salvo orden expresa en contrario, del hombro derecho al costado izquierdo. 4. Condecoraciones e insignias sobre los hombros. Será el lugar de colocación de los collares, de los que se llevará sólo uno, a elección, salvo orden expresa en contrario. 5. Insignias representativas en la manga izquierda. Las insignias representativas de las recompensas colectivas se llevarán, de arriba abajo, por el siguiente orden: Laureada Colectiva. Medalla Militar Colectiva. Medallas del Ejército, Naval o Aérea Colectivas. No obstante, será de aplicación a las insignias individuales representativas de las mencionadas recompensas colectivas lo previsto en el apartado 2 de la disposición adicional cuarta del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando y en el apartado 3 de la disposición adicional octava del Reglamento General de Recompensas Militares. Duodécima. Pasadores de condecoraciones representativas de las recompensas. 1. Se usarán sobre las prendas de uniformidad que reglamentariamente se determinen, sujetos a las mismas por sistema de broche interno por encima del bolsillo izquierdo, coincidiendo su limbo inferior con la costura superior de la cartera, conforme se establece en el siguiente apartado y en las figuras anexas a las presentes normas. Se montarán yuxtapuestos entre sí y entre filas. Cuando la fila inferior comprenda menor número de pasadores que la superior, se apoyarán sobre ésta en su extremo derecho o interior. La distribución de pasadores por filas será de cuatro pasadores por fila. 2. Conforme a lo dispuesto en la norma anterior, el orden de precedencia de los pasadores de condecoraciones será el siguiente: En las circunstancias expresadas en la disposición adicional cuarta del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, pasadores representativos de las insignias individuales de la Laureada Colectiva, con preferencia sobre las de la Medalla Militar Colectiva. Cruz de Guerra. Medallas del Ejército, Naval y Aérea individuales. Condecoraciones civiles españolas de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III y de la Orden de Isabel la Católica que se correspondan a la categoría o grado de Gran Cruz o superior, con preferencia las de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III y, posteriormente, las de la Orden de Isabel la Católica. Grandes Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, por el siguiente orden: Con distintivo rojo, con distintivo azul, con distintivo amarillo y con distintivo blanco.

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Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Condecoraciones civiles españolas de otras Órdenes y recompensas civiles que se correspondan a la categoría o grado de Gran Cruz o superior, por su fecha de concesión. Placa y Encomienda de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, por el siguiente orden: Con distintivo rojo, con distintivo azul, con distintivo amarillo y con distintivo blanco. En las circunstancias expresadas en la disposición adicional octava, apartado 3, del Reglamento General de Recompensas Militares, pasadores representativos de las insignias individuales de las Medallas del Ejército, Naval y Aérea Colectivas. Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Cruz a la Constancia en el Servicio, por el siguiente orden: Cruz de Oro, Cruz de Plata y Cruz de Bronce. Medallas de Organizaciones Internacionales de la que España forme parte; posteriormente, Medallas de Campañas y Medallas Conmemorativas, estableciendo su precedencia por su fecha de concesión. Condecoraciones civiles españolas de las Órdenes y recompensas civiles que se correspondan a otras categorías o grados inferiores a Gran Cruz, con preferencia las de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III y, posteriormente, las de la Orden de Isabel la Católica, sobre las restantes que se colocarán por su fecha de concesión. Condecoraciones militares y civiles extranjeras, que se colocarán por su fecha de concesión.

CAPÍTULO III Normas especiales sobre recompensas militares

Decimotercera. Aplicación de las normas aprobadas al personal contemplado en el apartado 2 de la disposición adicional segunda del Reglamento General de Recompensas Militares y a otras Recompensas Militares. 1. Para la tramitación de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, ya sea como Gran Cruz o como Cruz, así como de las Menciones honoríficas, al personal militar y civil extranjero y al personal civil español que no se encuentre en los supuestos contemplados en el Reglamento General de Recompensas Militares se tendrá en cuenta lo dispuesto en el apartado 2 de la disposición adicional segunda del citado Reglamento general. 2. La regla contenida en el apartado tercero de la norma primera, y la norma quinta, ambas del capítulo I, serán de aplicación a todas las recompensas militares que se propongan conceder al personal en ellas señalado. 3. Las normas primera, segunda, sexta y séptima del capítulo I se aplicarán, en lo que resulte pertinente, al procedimiento para la concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivos rojo, azul y amarillo. Decimocuarta. Condecoraciones reconocidas por la normativa anterior. 1. La denominación, el diseño y el uso de las condecoraciones correspondientes a las recompensas militares concedidas con anterioridad a la entrada en vigor del Reglamento General de Recompensas Militares, aprobado por real decreto 1040/2003, de 1 de agosto, se mantendrán sin modificación alguna, a excepción de lo dispuesto en el apartado 2 de la disposición transitoria primera del mencionado real decreto, ateniéndose, en cuanto a su ubicación sobre la uniformidad, a lo dispuesto en las normas aprobadas por la presente orden ministerial. 2. Cuando se esté en posesión de alguna de las recompensas militares suprimidas por la legislación vigente, las condecoraciones representativas tendrá el orden de colocación establecido en el anexo a la orden ministerial 44/1985, de 22 de julio, intercalándose, a tal efecto, entre las que se contemplan en la norma novena del capítulo II de la presente orden ministerial.

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FIGURA Nº 1. COLOCACIÓN DE CRUCES SOBRA LA GUERRERA DEL UNIFORME DE PASEO

FIGURA Nº 2. COLOCACIÓN DE CRUCES SOBRA LA GUERRERA DEL UNIFORME DE PASEO

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FIGURA Nº 3. COLOCACIÓN DE CRUCES SOBRA LA GUERRERA DEL UNIFORME DE PASEO

FIGURA Nº 4. COLOCACIÓN DE MINIATURAS

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FIGURA Nº 5. COLOCACIÓN DE MINIATURAS

FIGURA Nº 6. COLOCACIÓN DE MINIATURAS

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FIGURA Nº 7. COLOCACIÓN DE GRANDES CRUCES SOBRE LA GUERRERA DEL UNIFORME DE PASEO

FIGURA Nº 8. COLOCACIÓN DE CONDECORACIONES EN EL CUELLO

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FIGURA Nº 9. COLOCACIÓN DE CONDECORACIONES EN EL CUELLO

FIGURA Nº 10. COLOCACIÓN DE CONDECORACIONES EN LA MANGA DEL UNIFORME DE PASEO

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FIGURA Nº 10 (BIS). ÍDEM ARMADA Y EJÉRCITO DEL AIRE

FIGURA Nº 11. COLOCACIÓN DE CONDECORACIONES EN LA MANGA DEL UNIFORME DE PASEO

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FIGURA 11 (BIS). COLOCACIÓN DE CONDECORACIONES EN LA MANGA DEL UNIFORME DE PASEO (ARMADA Y EJÉRCITO DEL AIRE)

FIGURA Nº 12. COLOCACIÓN DE PASADORES SOBRE LA GUERRERA DEL UNIFORME DE PASEO

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FIGURA Nº 13. COLOCACIÓN DE PASADORES SOBRE LA GUERRERA DEL UNIFORME DE PASEO

FIGURA Nº 14. COLOCACIÓN DE PASADORES SOBRE LA GUERRERA DEL UNIFORME DE PASEO

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FIGURA Nº 15. COLOCACIÓN DE LA CRUZ LAUREADA Y MEDALLA MILITAR SOBRE LA GUERRERA DEL UNIFORME DE PASEO

FIGURA Nº 16. COLOCACIÓN DE LA CRUZ LAUREADA Y MEDALLA MILITAR SOBRE LA GUERRERA DEL UNIFORME CERRADO

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FIGURA Nº 17. COLOCACIÓN DE CRUCES SOBRE LA GUERRERA DEL UNIFORME DE PASEO

Procedimiento para la concesión de condecoraciones por Operaciones de Paz. Mensaje de SEGENEME de 23 de febrero de 2005 (517/PER nº 0549334806). La entrada en vigor de la directiva 11/04 del JEMAD, sobre personal militar español que participa en operaciones de paz fuera del territorio nacional, ha supuesto una modificación en los procedimientos que se venían siguiendo para la concesión de condecoraciones a las que se ha hecho acreedor el personal por su participación en operaciones de mantenimiento de paz. El procedimiento para la concesión de condecoraciones como consecuencia de misiones, será el siguiente: — Los jefes de contingente, así como los NMR en cada uno de los cuarteles generales,

serán los únicos autorizados a solicitar condecoraciones para todo el personal a sus órdenes.

— Los originales de las propuestas de condecoración se enviaran a CMOC, enviando una copia a JEME/CESET.

— JEME/CESET reunirá las propuestas de condecoración recibidas de CMOC correspondientes a cada agrupación o cuartel general, y las remitirá a SEGENEME, quien presentara una propuesta.

Orden Ministerial número 130/2005, de 22 de julio (BOD número 150, de 2 de agosto). Por la que se regulan las felicitaciones al Militar Profesional de las Fuerzas Armadas. La Ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, establece en su artículo 98 que la hoja de servicios es el documento objetivo en el que se exponen los hechos y circunstancias de cada militar desde su incorporación a las Fuerzas

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Armadas incluyendo, entre otros, las felicitaciones personales o colectivas, que en ningún caso puede considerarse como una recompensa militar, al no figurar como tal entre las relacionadas por la disposición final primera de la referida Ley. La disposición adicional tercera del Reglamento General de Recompensas Militares, aprobado por el Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, establece que las felicitaciones que por escrito puedan conceder determinadas Autoridades y Mandos, serán anotadas en la documentación militar de los interesados. Por su parte las Reales Ordenanzas del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire, contemplan en los títulos sobre recompensas, premios y sanciones, que las Autoridades Militares, así como los Jefes o Mandos de Unidades, Centros u Organismos, podrán distinguir a sus subordinados con felicitaciones personales por méritos contraídos en el servicio, cursos, competiciones y otros casos similares. Por todo lo anterior se hace necesario dictar normas sobre el tratamiento de las felicitaciones, determinando las que deben ser anotadas en la hoja de servicios y definiendo el procedimiento para su anotación. En su virtud, de acuerdo con las facultades que me confiere el artículo 5 de la Ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, dispongo: Primero. Finalidad. La presente Orden tiene por finalidad regular y fijar normas sobre el tratamiento de las felicitaciones, determinar las que deben ser anotadas en la hoja de servicios y definir el procedimiento para su anotación. Segundo. Ámbito de aplicación. La presente Orden será de aplicación a los Militares Profesionales de las Fuerzas Armadas. Tercero. Definición de la felicitación. La felicitación es la manifestación verbal o escrita de una autoridad civil o mando militar, que se concede con carácter individual o colectivo como reconocimiento a la realización de algún trabajo, estudio, hecho o servicio meritorio cuando no llegue a ser merecedor de algún tipo de recompensa militar. Cuarto. Anotación de las felicitaciones. 1. Se anotarán en la parte de datos administrativos de la hoja de servicios, las felicitaciones por escrito tanto individuales como colectivas, que pudieran conceder Su Majestad el Rey o el Presidente del Gobierno, así como las que concedan las autoridades siguientes95: El Ministro de Defensa. El Jefe del Estado Mayor de la Defensa. El Secretario de Estado de Defensa. El Subsecretario de Defensa. Los Jefes de los Estados Mayores del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire. Igualmente, serán anotadas en la parte de datos administrativos de la hoja de servicios, las felicitaciones por escrito que pudieran conceder los mandos operativos permanentes y los que se constituyan, así como los mandos de grandes unidades o de agrupaciones terrestres, navales o aéreas de nivel equivalente. 2. Las felicitaciones concedidas por las autoridades directa e inmediatamente subordinadas a los Jefes de los Estados Mayores del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire, pertenecientes a su estructura orgánica y que por ellos sean designadas, y por los jefes o mandos de unidades, centros u organismos de las Fuerzas Armadas al personal subordinado, podrán anotarse en la parte de datos biográficos de la hoja de servicios de los interesados.

95 Modificado por artículo único de la Orden Ministerial 5/2011, de 24 de febrero, añadiendo a las autoridades el

Jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey, al personal que presta sus servicios en la Casa de S.M. el Rey y el Jefe de la Unidad Militar de Emergencias, al personal militar a sus órdenes.

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3. Las felicitaciones por actos que hubieran dado lugar a la concesión de una recompensa y las felicitaciones verbales, no se anotarán en la hoja de servicios. Quinto. Organismos encargados de la anotación y procedimientos. La Dirección General de Personal, en el caso de los miembros de los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas, y los Mandos o Jefatura de Personal del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire, en el caso de los miembros de su ejército respectivo, serán los organismos encargados de anotar las felicitaciones escritas que deban incluirse en la parte de datos administrativos de la hoja de servicios. En el caso de que corresponda su anotación en la parte de datos biográficos de la hoja de servicios, los organismos encargados de su inclusión serán las autoridades anteriores, o los mandos o jefaturas de unidad, centro u organismo en quien, en su caso, deleguen esa obligación. El procedimiento será el siguiente: 1. Las felicitaciones por escrito que concedan las autoridades señaladas en el punto 1 del apartado cuarto de la presente Orden Ministerial, serán remitidas, por la misma autoridad, al organismo encargado de anotar la felicitación. Efectuada la anotación en el apartado de datos administrativos de la hoja de servicios, el referido organismo lo notificará al interesado. 2. Los mandos y jefes militares establecidos en el punto 2 del apartado cuarto, antes referido, que tengan conocimiento de algún trabajo, estudio, hecho o servicio que en su opinión sean merecedores de una felicitación podrán: a) Felicitar por escrito directamente al interesado, quien podrá proponer su inclusión en la parte de datos biográficos de su hoja de servicios. b) Elevar propuesta de anotación, por el conducto reglamentario, a la Autoridad facultada de la que dependa orgánicamente, cuando consideren que la felicitación es individual y acreedora de anotación en el apartado de datos administrativos de la hoja de servicios. Estimada la propuesta la referida Autoridad procederá de acuerdo a lo establecido en el punto 1 anterior. Caso contrario la devolverá al proponente para seguir el proceso establecido en la letra a) precedente. Disposición adicional única. Felicitaciones de otras autoridades civiles o de mandos militares extranjeros. Las felicitaciones procedentes de otras autoridades civiles no contempladas en el apartado cuarto de esta Orden Ministerial o de mandos militares extranjeros, serán remitidas por conducto reglamentario a la correspondiente autoridad nacional con potestad para anotarlas, quien autorizará caso de considerarlo conveniente, su inclusión en la hoja de servicios de acuerdo al procedimiento establecido en el apartado quinto, punto 1. Disposición derogatoria única. Derogación normativa. Quedan derogadas cuantas disposiciones de igual o inferior rango se opongan a lo establecido en la presente Orden Ministerial. Disposición final primera. Modificación de la Orden Ministerial 84/2002, de 8 de mayo, por la que se aprueban las Normas para la Evaluación y Clasificación del Personal Militar Profesional. 1. Se modifica el punto 1.3 del apartado h) del anexo a la Orden Ministerial 84/2002, de 8 de mayo, por la que se aprueban las Normas para la Evaluación y Clasificación del Personal Militar Profesional, que queda redactado de la forma siguiente: «1.3. Felicitaciones: Felicitación individual, anotada en la parte de datos administrativos de la hoja de servicios 0,5.» 2. Se modifica el punto 2 del apartado i) del Anexo a la Orden Ministerial 84/2002, de 8 de mayo, por la que se aprueban las Normas para la Evaluación y Clasificación del Personal Militar Profesional, que queda redactado de la forma siguiente: «2. Normas. Los datos que se extraigan del historial militar, no valorados en ninguno de los apartados anteriores, como pueden ser: especialidades y títulos militares, cursos civiles, felicitaciones individuales anotadas en la parte de datos biográficos de la hoja de servicios,

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pruebas psicológicas y físicas, clasificación del valor, etcétera, así como la información aportada por el interesado y de cualquier otro informe complementario que estime oportuno el órgano de evaluación, que puedan estar relacionadas con la finalidad de la evaluación.» Disposición final segunda. Facultad de desarrollo. Se faculta al Subsecretario de Defensa, en el ámbito de las estructuras ajenas a los Ejércitos y a la Armada, y a los Jefes de los Estados Mayores del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire, en el ámbito de su respectivo Ejército, a dictar cuantas disposiciones sean necesarias para la aplicación y desarrollo de la presente Orden Ministerial. Disposición final tercera. Entrada en vigor. La presente Orden Ministerial entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial de Defensa».

Real decreto 970/2007, de 13 de julio (BOD número 141, del 19) Por el que se modifica el Reglamento general de recompensas militares, aprobado por el real decreto 1040/2003, de 1 de agosto. El Reglamento general de recompensas militares, aprobado por el real decreto 1040/2003, de 1 de agosto, establece los hechos o servicios y las circunstancias que determinan la concesión de las diferentes recompensas, así como sus trámites y procedimientos, con arreglo a la habilitación establecida en la disposición final primera 3 de la ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas. La redacción actual del mencionado reglamento establece que las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, se concederán a aquellas personas que, con valor, hayan realizado acciones, hechos o servicios eficaces en el transcurso de un conflicto armado o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada, y que conlleven unas dotes militares o de mando significativas. Asimismo concreta las acciones, hechos o servicios recompensables con estas cruces en aquellas que impliquen valor acreditado frente a fuerzas hostiles o participando en operaciones armadas. La ley orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional, señala, entre las misiones de las Fuerzas Armadas, la de participar en operaciones de mantenimiento de la paz, estabilidad y ayuda humanitaria en el marco de las organizaciones internacionales de las que España forma parte. La propia ley establece la necesidad de autorización del Congreso de los Diputados para participar en estas operaciones y las condiciones de las misiones en el exterior. Dicha participación en misiones en el exterior ha puesto de manifiesto que el personal inmerso en ellas puede verse envuelto en acciones violentas hostiles que, no dando lugar a reacciones defensivas, se desarrollan en ausencia de enfrentamiento bélico por parte de nuestras Fuerzas Armadas. El sacrificio que representa la pérdida de la vida como consecuencia de estas acciones hostiles requiere el reconocimiento del especial mérito de este personal. En su virtud, a propuesta del Ministro de Defensa, de acuerdo con el Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 13 de julio de 2007, dispongo: Artículo único. Modificación del Reglamento general de recompensas militares, aprobado por el real decreto 1040/2003, de 1 de agosto. El Reglamento general de recompensas militares, aprobado por el real decreto 1040/2003, de 1 de agosto, queda modificado como sigue: Uno. Se añade un segundo párrafo al apartado 1 del artículo 36 con la siguiente redacción:

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«También podrán ser concedidas estas cruces del mérito, con distintivo rojo, a las personas que fallezcan en acto de servicio en misiones en el exterior, como consecuencia de acciones violentas de elementos hostiles.» Dos. El artículo 37 queda redactado de la siguiente manera: «Artículo 37. Acciones, hechos o servicios recompensados. La concesión de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, se fundamentará en las siguientes acciones, hechos o servicios: a) Los que, acreditando valor, pongan de manifiesto, según los casos y conforme se define en el artículo anterior, dotes significadas de mando, serenidad o iniciativa frente a fuerzas hostiles o que traten de impedir el cumplimiento de la misión encomendada. b) Los que impliquen, de acuerdo con el artículo anterior, acreditando valor, una acertada dirección o empleo de las fuerzas propias en el desarrollo de la operación armada, así como el inteligente y eficaz cumplimiento de la misión encomendada. c) El fallecimiento en acto de servicio participando en misiones en el exterior como consecuencia de acciones violentas de elementos hostiles, tales como atentados con explosivos, minas o supuestos análogos.» Disposición adicional única. Retroactividad de la norma96. El Jefe de Estado Mayor de Defensa, el Subsecretario de Defensa y los Jefes de Estado Mayor de los Ejércitos, cada uno en el ámbito de sus respectivas competencias, podrán iniciar de oficio los procedimientos necesarios para la concesión de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, al personal que, como consecuencia de las modificaciones realizadas en los artículos 36 y 37 del Reglamento general de recompensas militares, se haya hecho acreedor a dicha recompensa, siempre que los hechos que den lugar a su concesión se hubiesen producido a partir de la entrada en vigor del real decreto 1040/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento general de recompensas militares. Si por los mismos hechos se hubiesen concedido ya Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo diferente al rojo, las mismas autoridades mencionadas en el párrafo anterior y mediante el mismo procedimiento podrán promover la modificación del distintivo inicialmente concedido. Disposición final única. Entrada en vigor. El presente real decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».

Ley 39/2007, de 19 de noviembre (BOE número 278, del 20). De la carrera militar97. Disposición adicional segunda. Recompensas militares. 1. Las recompensas militares son: Cruz Laureada de San Fernando, Medalla Militar, Cruz de Guerra, Medalla del Ejército, Medalla Naval y Medalla Aérea, Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, azul, amarillo y blanco, Citación como distinguido en la Orden General y Mención Honorífica. 2. La constancia en el servicio y la intachable conducta de los militares de carrera, oficiales y suboficiales, de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, se recompensará con el ingreso en la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. En el caso de los demás militares profesionales de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil se recompensará con la Cruz a la Constancia en el Servicio. 3. Reglamentariamente se establecerán los hechos o servicios y las circunstancias que determinarán la concesión de las diferentes recompensas, así como los trámites y procedimientos.

96 Por real decreto 1674/210, de 10 de diciembre se da una nueva redacción a esta disposición final única. 97 Se inserta únicamente lo que interesa a este epígrafe.

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Orden AEC/2703/2010, de 13 de septiembre (BOE número 253, de 19 de octubre) De creación y modificación de los ficheros de datos de carácter personal del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación98.

El artículo 20.1 de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal y el artículo 52 del Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal exigen que la creación, modificación o supresión de los ficheros de las Administraciones Públicas se haga por medio de disposición general publicada en el Boletín Oficial del Estado o Diario Oficial correspondiente. Mediante la Orden AEC/3796/2004, de 10 de noviembre, de creación de los ficheros automatizados de datos de carácter personal de titularidad del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, se dio cumplimiento a lo establecido en la Disposición adicional primera de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal. El tiempo transcurrido desde la anterior publicación de ficheros ha determinado, por un lado, la transformación de algunos de estos ficheros al haber cumplido las funciones que justificaron su creación, y por otro, la creación de nuevos ficheros. La presente disposición ha sido informada por la Comisión Ministerial de Administración Electrónica y por la Agencia Española de Protección Datos, de conformidad esto último con lo dispuesto en el artículo 37.1.h) de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal. En su virtud, a fin de dar cumplimiento a los referidos mandatos legales y para garantizar la máxima transparencia en el tratamiento automatizado y manual de los datos de carácter personal, asegurando así a los ciudadanos el ejercicio de sus legítimos derechos, dispongo: Artículo 1. Desarrollo del anexo de la Orden 22 de julio de 1994. Se amplía y modifica el anexo de la Orden 22 de julio de 1994, que establece y regula los ficheros automatizados con datos de carácter personal existentes en el Ministerio de Asuntos Exteriores, ampliada por la Orden de 26 de mayo de 1995, por la Orden AEC/2575/2004, de 5 de julio, y por la Orden AEC/3796/2004, de 10 de noviembre. Artículo 2. Creación de ficheros de datos de carácter personal. Se crean los ficheros de datos de carácter personal que se relacionan en el anexo I de la presente Orden, los cuales serán notificados ante el Registro General de la Agencia Española de Protección de Datos con las características descritas en dicho anexo, en aplicación del artículo 20 de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal y de los artículos 54 y 55 del Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal. Artículo 3. Modificación de ficheros. Se modifican los ficheros de datos de carácter personal que se relacionan en el anexo II. Asimismo se procederá a la notificación de la modificación de estos ficheros ante la Agencia de Protección de Datos según el procedimiento señalado en el artículo anterior. Artículo 4. Medidas de gestión y organización. Los titulares de los órganos responsables de los ficheros señalados en los anexos adoptarán, bajo la superior dirección del titular del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, las medidas de gestión y organización que sean necesarias para asegurar la confidencialidad, seguridad e integridad de los datos de carácter personal, así como las conducentes a hacer efectivas las garantías, obligaciones y derechos reconocidos en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, y en sus normas de desarrollo. Artículo 5. Cesiones de datos. Los datos de carácter personal contenidos en los ficheros regulados por esta Orden sólo podrán ser cedidos en los supuestos expresamente previstos por la ley, de conformidad 98 Se inserta únicamente lo que interesa a este epígrafe.

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con el artículo 11 de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter personal, desarrollado por el artículo 10 de su Reglamento aprobado mediante el Real Decreto 1720/2007, de 21 de diciembre. Disposición final única. Entrada en vigor. La presente Orden entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».

ANEXO I Creación de ficheros

[…] 9. Denominación del Fichero: Condecoraciones Finalidad del Fichero y usos previstos para el mismo: El Registro de las condecoraciones otorgadas a personas físicas o jurídicas, nacionales o extranjeras, de las Órdenes de Isabel la Católica, Mérito Civil, Real y Distinguida Orden Española de Carlos III y cualquier otra condecoración española concedida a los funcionarios de este Ministerio, la colaboración con otros Departamentos ministeriales que gestionan Órdenes y Condecoraciones, especialmente respecto de las concesiones a ciudadanos extranjeros, y la inscripción de las condecoraciones extranjeras concedidas a ciudadanos españoles. Tipificados en: Tramitación de las propuestas de ingreso y ascenso en las Órdenes de Isabel la Católica y Mérito Civil, notificación de las propuestas al Registro de Órdenes y Condecoraciones del Ministerio de la Presidencia y registro de las concesiones. Tramitación del beneplácito del estado extranjero que corresponda, respecto de las propuestas de concesión de condecoraciones españolas a ciudadanos extranjeros. Tramitación del beneplácito del gobierno español con carácter previo a la concesión de condecoraciones extranjeras a ciudadanos españoles. Tramitación del asentimiento nacional para el uso de condecoraciones extranjeras concedidas a ciudadanos españoles. Negociación de las propuestas de intercambio protocolario de condecoraciones con ocasión de viajes de estado de SS.MM. los Reyes, visitas de jefes de Estado a España, cese de embajadores, etc. Personas o colectivos sobre los que se pretende obtener datos de carácter personal o que resulten obligados a suministrarlos: Autoridades legitimadas para efectuar propuestas de ingreso y ascenso en las Órdenes españolas. Candidatos a la obtención de una condecoración. Miembros de las Órdenes de Isabel la Católica y Mérito Civil. Procedimiento de recogida de los datos de carácter personal: 1. Respecto de las Órdenes de Isabel la Católica y Mérito Civil: Al amparo de lo dispuesto en las Normas sobre Órdenes y Condecoraciones acordadas por el Consejo de Ministros, en su reunión del día 12 de julio de 1973, los Reglamentos de las citadas Órdenes (RD 2395/1998 y RD 2396/1998, de 6 de noviembre) y la Orden Circular de este Ministerio núm. 3198, de 27 de octubre de 1994: A través de las autoridades legitimadas para efectuar propuestas de ingreso y ascenso en las citadas Órdenes. Por el propio interesado o su representante legal, cuando ya ha sido distinguido con la condecoración.

1. Respecto de otras Órdenes y Condecoraciones españolas. A través de las Autoridades legitimadas para efectuar propuestas de ingreso y ascenso en las correspondientes Órdenes, de conformidad con lo dispuesto en sus respectivos Reglamentos. 3. Respecto de Órdenes y Condecoraciones extranjeras a ciudadanos españoles. Al amparo de lo dispuesto en el RD de 5 de junio de 1916 y la Orden Circular de este Ministerio núm. 3199, de 28 de octubre de 1994: A través de las Autoridades extranjeras competentes.

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A través de los Embajadores de España en los correspondientes Estados. Por el propio interesado, previa justificación de la concesión. Estructura básica del fichero y descripción de los tipos de datos incluidos en el mismo: Datos de carácter identificativo: Nombre y apellidos del proponente y del candidato a condecoración (en el caso de persona jurídica, denominación), nacionalidad, fecha de nacimiento, domicilio. Datos de circunstancias sociales: Los consignan voluntariamente en el curriculum vitae (estado civil, núm. de hijos, aficiones, etc.). Datos académicos y profesionales: Los consignan voluntariamente en el currículum vitae (títulos académicos y otros estudios, destinos o empleos anteriores, publicaciones, impartición de cursos y conferencias, etc.). Datos de detalles del empleo: cargo del proponente y cargo o empleo del candidato a condecoración, con especificación del tiempo que lo ejerce. Otros tipos de datos: Méritos en los que se fundamenta la propuesta de condecoración (sólo si se trata de ingreso o ascenso en las Órdenes de Isabel la Católica y Mérito Civil), condecoraciones españolas o extranjeras que posea. En el caso de funcionarios, informes de los Ministerios de los que dependen, sobre la conveniencia u oportunidad de la concesión. En el caso de ciudadanos extranjeros, informes del Embajador de España en el país del que es nacional y transmisiones del beneplácito del Estado extranjero, en su caso. Sistema de tratamiento utilizado en la organización: Mixto (automatizado, manual). Cesión o comunicación de datos: Al Registro de Órdenes y Condecoraciones del Ministerio de la Presidencia (Normas sobre Órdenes y Condecoraciones acordadas por el Consejo de Ministros, en su reunión del día 12 de julio de 1.973), respecto de concesiones de las Órdenes de Isabel la Católica y Mérito Civil. En el caso de propuestas de concesiones a ciudadanos extranjeros, a los embajadores de España en el exterior, para la tramitación del beneplácito de las autoridades competentes, de conformidad con la práctica internacional. En el caso de funcionarios españoles, a los departamentos ministeriales de los que dependen, cuando la solicitud ha sido efectuada por departamento u órgano diferente (RD 2395/1998 y RD 2396/1998, de 6 de noviembre). En el caso de funcionarios de este Ministerio, a la Subdirección General de Personal, para constancia en el expediente personal del condecorado. Transferencias Internacionales: En el marco de un acuerdo de intercambio protocolario de condecoraciones, con ocasión de Viajes de SS.MM. los Reyes y Visitas de Jefes de Estado a España. En el marco de acuerdos recíprocos de concesión de condecoraciones al personal acreditado de las representaciones diplomáticas (generalmente a los embajadores), al término de sus funciones. Órgano de la administración responsable del fichero: Subsecretaría de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Unidad ante la que pueden ejercitarse los derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición: Introductor de Embajadores: Subdirección General de Viajes y Visitas Oficiales, Ceremonial y Órdenes. Palacio de Santa Cruz, plaza de la Provincia, 1. CP 28012. Real Decreto 1674/2010, de 10 de diciembre (BOE número 303, del 14). Por el que se modifica la disposición adicional única del Real Decreto 970/2007, de 13 de julio, por el que se modifica el Reglamento general de recompensas militares, aprobado por el Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto. El Reglamento general de recompensas militares, aprobado por Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, establece que las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y

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del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, se concederán a aquellas personas que, con valor, hayan realizado acciones, hechos o servicios eficaces en el transcurso de un conflicto armado o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada, y que conlleven unas dotes militares o de mando significativas. Por el Real Decreto 970/2007, de 13 de julio, se estableció que también serían merecedores de tales cruces, con distintivo rojo, los fallecidos en acto de servicio participando en misiones en el exterior como consecuencia de acciones violentas de elementos hostiles, en atención al sacrificio que representa la pérdida de la vida como consecuencia de esas acciones. Esta modificación establecía la limitación temporal por la que se podrían iniciar de oficio los procedimientos necesarios para la concesión de estas cruces del mérito, con distintivo rojo, referida a que los hechos se hubiesen producido a partir de la entrada en vigor del Real Decreto 1040/2003, esto es, el 5 de diciembre de 2003. Esta limitación temporal ha provocado que supuestos de hecho similares durante las mismas misiones estén teniendo un reconocimiento distinto dependiendo del momento en que se hayan producido. Para evitar esta desigualdad en el tratamiento de las recompensas se promueve una modificación de la disposición adicional única del Real Decreto 970/2007, ampliando los supuestos a aquellos hechos correspondientes a misiones en el exterior que se encontraran en curso en el momento de la entrada en vigor del Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, con independencia de que los hechos concretos se hubieran producido antes o después de esta fecha. Finalmente, el apartado 3 de la disposición adicional segunda de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar, dispone que reglamentariamente se establecerán los hechos o servicios y las circunstancias que determinarán la concesión de las diferentes recompensas, así como los trámites y procedimientos. En su virtud, a propuesta de la Ministra de Defensa, de acuerdo con el Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 10 de diciembre de 2010, dispongo: Artículo único. Modificación de la disposición adicional única del Real Decreto 970/2007, de 13 de julio, por el que se modifica el Reglamento general de recompensas militares, aprobado por el Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto. La disposición adicional única del Real Decreto 970/2007, de 13 de julio, queda redactada como sigue:

«Disposición adicional única. Retroactividad de la norma. El Jefe de Estado Mayor de la Defensa, el Subsecretario de Defensa y los Jefes de Estado Mayor de los Ejércitos, cada uno en el ámbito de sus respectivas competencias, iniciarán de oficio los procedimientos necesarios para la concesión de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo, al personal que, como consecuencia de lo previsto en los artículos 36 y 37 del Reglamento general de recompensas militares, se haya hecho acreedor de dichas recompensas, siempre que las acciones, hechos o servicios recompensados se hubieran producido a partir de la entrada en vigor del Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento general de recompensas militares o durante el desarrollo de misiones en el exterior que se encontraban en curso en el momento de la entrada en vigor del mismo. Si por los mismos hechos se hubiesen concedido ya Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo diferente al rojo, las autoridades mencionadas en el párrafo anterior promoverán la modificación, en su caso, de la recompensa militar inicialmente concedida.»

Disposición final única. Entrada en vigor. El presente real decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».

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Instrucción 76/2010, de 9 de diciembre de 2010, del Jefe de Estado Mayor de la Armada (BOD número 252, del 29). Por la que se regula la Junta de Recompensas de la Armada. La Junta de Recompensas de la Armada fue regulada en la Orden 5369/1968, de 27 de noviembre, por la que se establece el Reglamento de la Junta de Recompensas, que encuadra a este órgano en el Órgano de Jefatura del Departamento de Personal. Los cambios producidos en la estructura de los Ejércitos y, en concreto, en la Jefatura de Personal de la Armada, con la aprobación del Real Decreto 912/2002, de 6 de septiembre, por el que se desarrolla la estructura básica de los Ejércitos, la Orden DEF/3537/2003, de 10 de diciembre, por la que se desarrolla la estructura orgánica básica de los Ejércitos y la Instrucción 62/2005, de 18 de abril, del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, por la que se establece la organización de la Jefatura de Personal, hacen necesaria una revisión de la regulación de la Junta de Recompensas de la Armada, adaptándola a la nueva constitución de la Jefatura de Personal de la Armada, sin menoscabar con ello las funciones de la Junta. Asimismo, es necesario adaptar el régimen jurídico previsto para dicha Junta en la mencionada Orden 5369/1968, de 27 de noviembre, al Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento general de recompensas militares, y a la regulación prevista para los órganos colegiados en el título II, capítulo II, de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común y en el título II, capítulo IV, de la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado. En este sentido, teniendo en cuenta la creación del Ministerio de Defensa en el año 1977, con la consiguiente disolución del de Marina, y el reparto de competencias entre el Ministro de Defensa y los Jefes de Estado Mayor establecido en la Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional, es posible considerar que la competencia para regular esta materia corresponde actualmente al ámbito de actuación del Jefe de Estado Mayor de la Armada, no siendo necesario, por tanto, una orden ministerial para su regulación. Por todo ello, es necesaria la aprobación de esta Instrucción, con la finalidad de dotar a la Junta de Recompensas de la Armada de una regulación adaptada a la realidad. En su virtud, dispongo: Primero. Objeto. Esta Instrucción tiene por objeto establecer el procedimiento de actuación de la Junta de Recompensas de la Armada como órgano colegiado asesor de mi autoridad en materia de recompensas. Segundo. Funciones. La Junta de Recompensas, que depende jerárquicamente del Jefe de Estado Mayor de la Armada, desarrolla las funciones siguientes: a) Dictaminar las propuestas de recompensas efectuadas en el ámbito de la Armada y que afectan a su personal por méritos profesionales en paz o en guerra, según la valoración que aquellas merezcan, a la vista de las disposiciones establecidas y unidad de criterio que se fije en la Armada. b) Informar las propuestas de recompensas que hayan sido formuladas por autoridades de la Armada a favor de personas ajenas a la misma. c) Tomar razón de las concesiones de recompensas efectuadas por la Armada y de aquellas otras concedidas a su personal por otras autoridades nacionales o extranjeras, cuando fueran aceptadas. d) Evacuar cualquier informe que le sea interesado en materia de recompensas. Tercero. Composición. 1. La Junta estará constituida por: a) El Presidente, que será el Almirante Jefe de Personal de la Armada.

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b) Dos vocales, que serán el Vicealmirante Director de Personal de la Armada y un Vicealmirante o Contralmirante del Estado Mayor de la Armada, designado por mi autoridad. 2. Existirá un vocal suplente, que será un Contralmirante de la Jefatura de Personal de la Armada, designado por mi autoridad, para sustituir a cualquiera de los dos vocales miembros de la Junta. 3. Asistirá a las reuniones de la Junta un asesor, que será un General u Oficial del Cuerpo Jurídico Militar destinado en la Asesoría Jurídica del Cuartel General de la Armada, cuando estime oportuno convocarlo el Presidente, designado por el Asesor Jurídico del Cuartel General de la Armada. 4. Constituye incompatibilidad para formar parte de la Junta el parentesco hasta el cuarto grado civil de consanguinidad o segundo de afinidad con el interesado. 5. Cuando por incompatibilidad o causas excepcionales, el Almirante Jefe de Personal no pueda asistir a la Juntas, será sustituido por el vocal con mayor jerarquía y antigüedad de entre los que formen parte de la misma. Cuarto. Secretario de la Junta. 1. El secretario de la Junta será un Capitán de Navío o asimilado, que actuará con voz pero sin voto. 2. Desarrollará las siguientes funciones: a) Registro y documentación de la Junta, así como la preparación del trabajo para su presentación en las reuniones que se celebren. b) Registro nominal de las concesiones de recompensas, motivos por los que se otorgaron y cuantos detalles complementarios sean necesarios para el mejor conocimiento de las mismas. De todo ello se pasará copia a la Subdirección de Gestión de Personal de la Armada, para constancia en los expedientes de los interesados. c) Tramitación de los expedientes a efectos de aceptación y autorización para uso sobre el uniforme de condecoraciones nacionales y extranjeras. d) Aquellas otras funciones que conforme al artículo 25 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, le atribuye al secretario de órgano colegiado y no contempladas anteriormente. Quinto. Actuación. 1. La Junta se reunirá con la frecuencia necesaria. Las citaciones las hará el Secretario, previo acuerdo del Presidente, incluyendo en ellas un extracto de los asuntos que se pretende tratar, a fin de que los miembros de la Junta puedan documentarse previamente. 2. En las reuniones de la Junta se expondrá cada caso con independencia, aportando la información complementaria que se estime necesaria, a fin de enjuiciar la conveniencia de otorgar la recompensa propuesta, de efectuar propuesta diferente o bien denegarla, expresando las razones en que fundamenten sus juicios. 3. La Junta podrá recabar directamente de los oficiales generales de mayor antigüedad de cada Cuerpo o de los jefes directos de los interesados, los informes verbales o escritos que se consideren necesarios para completar los expedientes cuya resolución tiene en trámite. Disposición derogatoria única. Derogación normativa. Quedan derogadas cuantas disposiciones de igual o inferior rango se opongan a lo dispuesto en esta instrucción. Disposición final única. Entrada en vigor. La presente instrucción entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial de Ministerio de Defensa».

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Orden ministerial 5/2011, de 24 de febrero (BOD número 46, de 8 de marzo). Por la que se modifica la Orden Ministerial 130/2005, de 22 de julio, por la que se regulan las felicitaciones al Militar Profesional de las Fuerzas Armadas. El Reglamento General de Recompensas Militares, aprobado por Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, establece que las felicitaciones por escrito concedidas por determinadas autoridades deberán ser anotadas en la documentación militar o administrativa del personal militar. En la disposición adicional tercera, párrafo segundo, del citado reglamento, se incluyó entre las autoridades cuyas felicitaciones se anotarán en la documentación militar del interesado, a los mandos operativos permanentes y eventuales así como a los mandos de grandes unidades o de agrupaciones terrestres, navales y/o áreas de nivel equivalente. El apartado cuarto.1 de la Orden Ministerial 130/2005, de 22 de julio, por la que se regulan las felicitaciones al Militar Profesional de las Fuerzas Armadas, establece una enumeración de las autoridades cuyas felicitaciones por escrito se anotarán en la parte de datos administrativos de la hoja de servicios del personal militar. Por otra parte, la disposición adicional tercera de la Orden DEF/1766/2007, de 13 de junio, por la que se regula el encuadramiento, organización y funcionamiento de la Unidad Militar de Emergencias, establece que el Jefe de la UME ostentará la competencia para felicitar al personal militar a sus órdenes, de conformidad con lo dispuesto del apartado cuarto.1 de la Orden Ministerial 130/2005, de 22 de julio. Por ello, teniendo en consideración, por una parte, las especiales vicisitudes de la estructura orgánica y de los cometidos que la Casa de Su Majestad el Rey representa, y por otra, la citada disposición adicional tercera de la Orden DEF/1766/2007, de 13 de junio, se considera necesario incluir al Jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey entre las autoridades cuyas felicitaciones se anotan en la parte de datos administrativos de la hoja de servicios del personal militar y mencionar al Jefe de la UME en la enumeración que establece el apartado cuarto.1 de la Orden Ministerial 130/2005, de 22 de julio. En su virtud, dispongo: Artículo único. Modificación de la Orden Ministerial 130/2005, de 22 de julio, por la que se regulan las felicitaciones al Militar Profesional de las Fuerzas Armadas: El punto 1 del apartado cuarto de la Orden Ministerial 130/2005, de 22 de julio, por la que se regulan las felicitaciones al militar profesional de las Fuerzas Armadas, queda modificada en los siguientes términos: «1. Se anotarán en la parte de datos administrativos de la hoja de servicios las felicitaciones por escrito, tanto individuales como colectivas, que pudieran conceder Su Majestad el Rey o el Presidente del Gobierno, así como las que concedan las autoridades siguientes: a) El Ministro de Defensa. b) El Jefe de Estado Mayor de la Defensa. c) El Secretario de Estado de Defensa. d) El Subsecretario de Defensa. e) Los Jefes de Estado Mayor del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire. f) El Jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey, al personal que presta sus servicios en la Casa de S.M. el Rey. g) El Jefe de la Unidad Militar de Emergencias, al personal militar a sus órdenes. Igualmente, serán anotadas en la parte de datos administrativos de la hoja de servicios, las felicitaciones por escrito que pudieran conceder los mandos operativos permanentes y los que se constituyan, así como los mandos de grandes unidades o de agrupaciones terrestres, navales o aéreas de nivel equivalente.» Disposición final única. Entrada en vigor. La presente orden ministerial entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Ministerio de Defensa».

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Instrucción general 06/12 “Sobre autorización de uso en el uniforme de recompensas civiles y militares”, de 28 de noviembre de 201299. 1. ANTECEDENTES — Reales Órdenes de 29 de marzo de 1926 y 31 de diciembre de 1927, publicadas en la Colección Legislativa bajo los números 327 y 556 de los años citados. — Reglamento de Uniformidad, Vestuario y Equipo del Ejército de Tierra, aprobado por Decreto de 27 de enero de 1943. — Normas de la Dirección General de Reclutamiento y Personal del Ejército sobre autorización de uso sobre el uniforme de condecoraciones al personal del Ejército, de 16 de mayo de 1957. — Orden 6/1989, de 20 de enero, que regula la denominación, composición y utilización de uniformes en las Fuerzas Armadas, Anexo, Norma segunda, apartado k). — Orden Circular del Ministerio de Asuntos Exteriores núm. 3199, de 28 de octubre de 1994, sobre condecoraciones civiles extranjeras, reiterando la vigencia del Real Decreto de 5 de junio de 1916 (Gaceta del 7 de junio) que regula el asentimiento nacional. — Orden Ministerial 50/1997, de 3 de abril, que aprobó el modelo de Hojas de Servicio del personal militar de carrera. — Reglamento General de Recompensas Militares, aprobado por Real Decreto 1040/2003. — Orden DEF/3594/2003, de 10 de diciembre, por la que se aprueban las normas para la tramitación y concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, y de las menciones honorificas, la delegación de competencias en esta materia, y el uso de las condecoraciones representativas de las recompensas. — Orden DEF/1612/2004, de 1 de junio, donde se delega la competencia en autoridades del MINISDEF en relación con determinadas materias administrativas. — Normas de actuación sobre condecoraciones civiles y nobiliarias, aprobadas por la SEGENEME el 28 de mayo de 2007. — Orden de DEF/2171/2011, de 27 de junio, que modifica la orden DEF/2424/2004, de 20 julio sobre delegación de competencias. 2. OBJETO El objeto de esta Instrucción General es precisar qué clase de recompensas civiles españolas, y civiles y militares extranjeras, se autorizan a exhibir sobre el uniforme militar, así como el procedimiento para solicitar tal autorización, elevando el rango de las Normas de actuación hasta ahora existentes, aprobadas por la Secretaría General del Estado Mayor, a esta Instrucción General. 3. ÁMBITO DE APLICACIÓN La presente Instrucción General se aplicará, en el ámbito de competencia del Excmo. Sr. General de Ejército JEME, a todo el personal militar del Ejército de Tierra. 4. GENERALIDADES La Orden de DEF/2171/2011, de 27 de junio, ha modificado la Orden DEF/2424/2004, de 20 julio, sobre delegación de competencias en autoridades del MINISDEF en relación con determinadas materias administrativas, de forma que han sido ampliadas las atribuciones relativas a la autorización de uso de recompensas sobre el uniforme militar que tenía conferidas el Excmo. Sr. General de Ejército JEME. A partir de dicha modificación, tales atribuciones se extienden a las “autorizaciones para uso sobre la uniformidad de recompensas civiles nacionales y recompensas civiles o militares extranjeras”. Quedan, por tanto, únicamente excluidas de esta delegación las recompensas militares españolas, cuya

99 Derogada por la Instrucción 41/2018, de 2 de julio, del Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, por la que

se establecen los criterios para la aplicación en el ámbito del Ejército de Tierra, de las normas de uniformidad de las Fuerzas Armadas y se definen los emblemas y los distintivos de especialidad fundamental. Sería de aplicación en algunos aspectos la Orden DEF/1756/2016, de 28 de octubre, por la que se aprueban las normas de uniformidad de las Fuerzas Armadas.

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autorización de uso sobre el uniforme, implícita en su concesión, se rige por su normativa específica. Con esta iniciativa se contribuye a reforzar la seguridad jurídica de los posibles interesados en obtener la pertinente autorización de uso y a clarificar el complejo conjunto normativo que regula las distinciones honoríficas en España en su relación con el ámbito propio del Ejército de Tierra. 5. CRITERIOS GENERALES La Disposición adicional octava del Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, que aprobó el vigente Reglamento General de Recompensas Militares, dispone en su apartado 2 que tanto las recompensas civiles nacionales como las civiles y militares extranjeras se ostentarán y colocarán sobre la uniformidad conforme reglamentariamente se determine. Por su parte, la disposición adicional décima del mismo Real Decreto, en su apartado 3, precisa que las recompensas civiles concedidas al personal militar y que conlleven tratamientos o dignidades especiales deberán ser puestas en conocimiento del Ministro de Defensa, a efectos de su reconocimiento en la Administración militar. Del mismo modo, las recompensas extranjeras concedidas a dicho personal y que conlleven tratamientos o dignidades especiales deberán ser previamente autorizadas por el Ministro de Defensa, para dicho reconocimiento. Estas dos disposiciones, puestas en relación con la habilitación conferida por la antedicha Orden DEF/2171 /2011, determinan que corresponde al Excmo. Sr. General de Ejército JEME fijar cuáles son las recompensas civiles españolas y civiles y militares extranjeras que pueden usarse sobre el uniforme militar en el ámbito del Ejército de Tierra. Esta previa autorización, además de su anotación en la hoja de servicios, en los términos establecidos en la Orden Ministerial 50/1997, de 3 de abril, que aprobó el modelo de hojas de servicio del personal militar de carrera, tiene un efecto jurídico relevante, que no es otro que la ponderación de las recompensas, en algunos casos, como mérito en los procesos de evaluación para el ascenso, de conformidad con lo establecido en el apartado f) del Anexo de la Orden Ministerial 17/2009, de 24 de abril, motivo por el cual resulta muy conveniente fijar con claridad los criterios de autorización. No será objeto de esta IG regular ningún aspecto relacionado con los procesos de evaluación. La valoración de las recompensas, tanto de las civiles españolas como de las civiles y militares extranjeras, se realizará según lo dispuesto en el apartado f del Anexo de la OM 17/2009, de 24 de abril, por la que se establece el procedimiento y las normas objetivas de valoración de aplicación en los procesos de evaluación del personal militar profesional. En el Derecho Premial español coexisten honores y distinciones de variada tipología, otorgados por autoridades muy distintas, no sólo las diferentes Administraciones públicas territoriales, sino corporaciones de Derecho público, Reales Academias, colegios profesionales, etc., así como entidades y organismos privados, tanto nacionales como extranjeros, lo que implica que, el concepto de recompensa ha de ser interpretado restrictivamente, pues lo contrario supondría sostener algo tan poco razonable como que cualquier condecoración, premio o galardón, con independencia de su origen, clase, nacionalidad o características, pueda exhibirse sobre el uniforme militar, anotarse en la hoja de servicios. Sentadas estas premisas, el criterio básico sobre el que descansa esta Instrucción General es que únicamente las distinciones concedidas con carácter oficial por las diferentes Administraciones Públicas puedan usarse sobre el uniforme militar. Todo ello sin perjuicio de que tal autorización de uso se extienda puntualmente a las insignias de las órdenes de caballería y otras corporaciones históricas tuteladas por la Corona, algunas de las cuales han estado muy ligadas a la vida del Ejército y han consolidado esta relación con los hermanamientos oficiales con sus Regimientos homónimos. Los distintivos militares de especialidad, título, diploma, función, permanencia en el destino u obtenidos por cualquier otro concepto no tienen consideración de recompensas a

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los efectos de esta Instrucción General. Tampoco tendrán esta consideración las medallas y trofeos obtenidos en competiciones y pruebas deportivas. Las recompensas civiles, españolas o extranjeras, y las recompensas militares extranjeras se rigen, en cuanto a su concesión, grados o categorías, insignias, etc., por sus normas específicas. Los militares españoles agraciados con ellas, una vez obtenido, en su caso, la pertinente autorización para su exhibición sobre el uniforme militar, usarán sus insignias según los modelos oficialmente aprobados, sin que estos puedan ser alterados de ningún modo. Todas las condecoraciones se exhibirán sobre el uniforme según disponen la Norma segunda, apartado k, del Anexo de la Orden 6/1989, de 20 de enero, que regula la denominación, composición y utilización de uniformes en las Fuerzas Armadas, del siguiente modo: — En pasador, sobre el uniforme de diario. — En tamaño normal, sobre el uniforme de gala. — En miniatura, sobre los uniformes de etiqueta y gran etiqueta. Se exceptúan las grandes cruces, placas y veneras que en el uniforme de gran etiqueta se llevarán en tamaño normal. Las insignias de la Real y Militar Orden de San Fernando y de la Medalla Militar se ostentarán siempre en tamaño normal, con arreglo a lo dispuesto en el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, aprobado por Real Decreto 899/2001, de 27 de julio. La colocación y orden de preferencia de las recompensas, tanto militares como civiles, sobre las prendas de uniformidad se ajustarán a las Normas establecidas en el Capítulo II de la Orden DEF/3594/2003, de 10de diciembre, por la que se aprueban las normas para la tramitación y concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, y de las menciones honoríficas, la delegación de competencias en esta materia, y el uso de las condecoraciones representativas de las recompensas. 6. RECOMPENSAS CIVILES ESPAÑOLAS Se autoriza su uso sobre los uniformes de diario, de gala, de etiqueta y de gran etiqueta de aquellas recompensas civiles de las que S. M. el Rey es Jefe, Soberano o Gran Maestre, en ejercicio de la prerrogativa regia de fons honorum reconocida por el arto 62 f) de la Constitución Española, es decir de las condecoraciones otorgadas en su nombre por el Consejo de Ministros o los diferentes departamentos ministeriales de la Administración General del Estado. Se acompaña en el Anexo I una relación de las mismas, indicando su fecha de creación. La autorización de uso de estas recompensas se anotará en el apartado de datos administrativos de la hoja de servicios. Se autoriza el uso sobre los uniformes de etiqueta y de gran etiqueta de las distinciones conferidas por otros órganos constitucionales y Administraciones Públicas territoriales (Comunidades Autónomas, Diputaciones Provinciales, Cabildos Insulares, Ayuntamientos, etc.). La misma autorización se dispensará a las condecoraciones que aun estando administradas por algunos Ministerios recompensan conductas muy específicas y sus diplomas no se extienden en nombre del Rey. La autorización de unas y otras se anotará en el apartado de datos administrativos de la hoja de servicios. Con carácter general, no se autorizará el uso sobre el uniforme de las distinciones otorgadas por entidades acogidas a la legislación común de asociaciones, cofradías y hermandades de Derecho Canónico u otras agrupaciones privadas, aunque pudiera figurar su concesión en el apartado de datos biográficos de la hoja de servicios100. Se pondrá

100 Por Decreto del Arzobispado Castrense de 12 de octubre de 2012, se crea la Medalla conmemorativa del

centenario de la proclamación de la Virgen del Pilar como Patrona de la Guardia Civil. La Orden número 3708, de 4 de octubre de 2013 (BOGC número 41, del 8) concede autorización para usarla sobre el uniforme, a todo el personal del Cuerpo al que le haya sido previamente otorgada dicha medalla y a ser anotada como vicisitud, en la parte de Datos Biográficos de la Hoja de Servicio de los interesados que lo soliciten. Diversas sentencias judiciales establecen su uso para otros componentes de las Fuerzas Armadas, pero únicamente para los actos religiosos y demás que tengan lugar en el ámbito del Arzobispado Castrense a los que se asista de uniforme, lo cual incluye cualquier conmemoración en la que, conforme a la liturgia católica, se celebren

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especial cuidado en no autorizar el uso sobre el uniforme de las insignias de aquellas entidades que bajo muy variopintas denominaciones, —“Órdenes Militares”, “Ilustres y Muy Antiguos Capítulos”, “Estamentos Ecuestres”, “Reales Tercios”, etc.—, han proliferado en las últimas décadas. 7. RECOMPENSAS CIVILES Y MILITARES EXTRANJERAS Se autoriza el uso sobre los uniformes de diario, de gala, de etiqueta y de gran etiqueta de las recompensas civiles y militares oficiales concedidas por las naciones con las que España mantiene relaciones diplomáticas y gocen de tradición acreditada en las mismas, previa concesión del asentimiento nacional previsto en el apartado 11 de esta Instrucción General. La anotación figurará en el apartado de datos administrativos de la hoja de servicios. Las recompensas creadas por organizaciones internacionales a las que pertenece España cuya concesión y uso esté reconocido por el ordenamiento jurídico español se regirán por su normativa en vigor, como son los casos de la Medalla de Naciones Unidas, Medalla de la Misión de Observación de la Comunidad Europea, la Medalla OTAN, la Medalla de Servicio de la Unión Europea Occidental (UEO) y la Medalla al Servicio de la Política Europea de Seguridad y Defensa. El uso sobre el uniforme de las recompensas creadas por organizaciones internacionales que no esté expresamente contemplado por el ordenamiento jurídico español se ajustará a lo establecido en el primer párrafo de este apartado. La anotación figurará en el apartado de datos administrativos de la hoja de servicios. 8. ÓRDENES DE CABALLERÍA Y OTRAS CORPORACIONES HISTÓRICAS Se autoriza el uso sobre los uniformes de diario, de gala, de etiqueta y de gran etiqueta de las insignias o distintivos de las “Órdenes de Caballería y Corporaciones Históricas” que figuran en el Anexo II, según disponen las Reales Órdenes de 29 de marzo de 1926 y 31 de diciembre de 1927. La anotación de la condición de miembros de las mismas figurará en el apartado de datos biográficos de la hoja de servicios. Se autoriza el uso sobre los uniformes de etiqueta y de gran etiqueta de las insignias o distintivos de las “Corporaciones Caballerescas Históricas” que figuran en el Anexo III. La anotación de la condición de miembros de las mismas figurará en el apartado de datos biográficos de la hoja de servicios. 9. CRUZ FIDELITAS Se autoriza el uso sobre los uniformes de etiqueta y de gran etiqueta de la Cruz Fidelitas creada por Decreto del Arzobispo Castrense de España de 25 de julio de 2007 (Boletín Oficial Eclesiástico del Arzobispado Castrense de España nº 728, año 2007). La anotación figurará en el apartado de datos biográficos de la hoja de servicios. 10. MEDALLAS ACADÉMICAS Los militares pertenecientes, como académicos de número o académicos correspondientes, a cualquiera de las Reales Academias integrantes del Instituto de España podrán exhibir sobre los uniformes de gala, de etiqueta y de gran etiqueta las medallas reglamentarias de dichas corporaciones en actos académicos o docentes de especial solemnidad. 11. PROCEDIMIENTO DE SOLICITUD El militar que solicite el uso sobre el uniforme de cualquiera de las recompensas o distinciones referidas en los apartados anteriores deberá elevar al Excmo. Sr. Teniente General Jefe del MAPER una instancia, acompañada de una copia de la cédula o diploma de concesión correspondiente legalizada por la Intervención Militar, solicitando dicha

oficios religiosos. Cabe suponer que estas condiciones sean extensivas a la Cruz conmemorativa del centenario de la proclamación de Santa Teresa de Jesús como Patrona del Cuerpo de Intendencia del Ejército de Tierra, creada por Decreto del Arzobispado Castrense de 15 de octubre de 2014.

Estas limitaciones no obrarían para el pasador de diario que podrá ostentarse sin otras que las impuestas por las normas de uniformidad, conforme al principio general que impregna el Reglamento de Recompensas (artículos 18, 32, 59 y disposición adicional octava).

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autorización de uso al Excmo. Sr. General de Ejército JEME. En el caso de recompensas extranjeras se incluirá, además, la traducción oficial de la cédula o diploma. Una vez aprobada, en su caso, por el Excmo. Sr. General de Ejército JEME tal autorización, el Excmo. Sr. Teniente General Jefe del MAPER dispondrá que se notifique la resolución al interesado, así como su anotación en su hoja de servicios, apartado de datos administrativos o biográficos según corresponda. En el supuesto de recompensas civiles o militares extranjeras, el Excmo. Sr. Teniente General Jefe del MAPER requerirá con carácter previo del Ministerio de Asuntos Exteriores, por conducto de la Dirección General de Personal del Ministerio de Defensa, el llamado asentimiento nacional exigido por Real Decreto de 5 de junio de 1916, supeditándose la autorización de uso sobre el uniforme a la emisión de informe favorable sobre dicho trámite. Dado que no existe un listado oficial de recompensas civiles y militares, y para mejor fundamentar su decisión, el Excmo. Sr. General de Ejército JEME podrá solicitar el parecer, no vinculante, de organismos especializados en asuntos relacionados con el Derecho Premial, singularmente la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, corporación de Derecho Público con competencias en la materia según Decreto 13/1999, de 28 de enero, de la Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid. 12. USO INDEBIDO DE CONDECORACIONES Se recuerda la plena vigencia del artículo 7.7 del Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, aprobado por la Ley Orgánica 8/1998, de 2 de diciembre, que tipifica como falta leve “ostentar insignias, condecoraciones u otros distintivos militares o civiles sin estar autorizado para ello”, así como del arto 168 del Código Penal Militar, aprobado por Ley Orgánica 13/1985, de 9 de diciembre, que incrimina al militar “que usare pública e intencionadamente uniforme, divisas, distintivos o insignias militares, medallas o condecoraciones que no tenga derecho a usar”. 13. ACTUALIZACIONES DE ESTA INSTRUCCIÓN GENERAL Anualmente se revisará, y actualizará en su caso, la presente Instrucción General, introduciendo las modificaciones correspondientes, tanto en el cuerpo de la norma como en los anexos que resulten pertinentes, en función de la creación de nuevas condecoraciones oficiales o cuando concurran otras circunstancias que así lo aconsejen. 14. DEROGACIONES La presente Instrucción General deroga las Normas de actuación sobre condecoraciones civiles y nobiliarias, aprobadas por la SEGENEME el 28 de mayo de 2007, así como cualquier disposición firmada por mi Autoridad en todo lo que se oponga a lo dispuesto en la misma. Las autorizaciones de uso sobre el uniforme concedidas con anterioridad a esta Instrucción General continuarán produciendo los beneficios y efectos señalados en sus respectivas resoluciones administrativas. 15. ENTRADA EN VIGOR La presente Instrucción General entrará en vigor el día siguiente de su firma.

ANEXO I REALES ÓRDENES Y CONDECORACIONES CIVILES ESPAÑOLAS

Nº ORDEN/CONDECORACIÓN AÑO CREACIÓN

1 Toisón de Oro 1430

2 Carlos III 1771

3 Isabel la Católica 1815

4 Alfonso X el Sabio 1902/1987

5 Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario 1905/1987

6 Mérito Civil 1926

7 Medalla del Trabajo 1926

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8 Sanidad 1943

9 Mérito Policial 1943

10 San Raimundo de Peñafort 1944

11 Mérito Deportivo 1952/1982

12 Mérito de la Guardia Civil 1976/2012

13 Mérito Protección Civil 1982

14 Mérito Constitucional 1988

15 Solidaridad Social 1988

16 Reconocimiento a las Víctimas del Terrorismo 1999

17 Orden de las Artes y las Letras de España 2008

18 Promoción de los Valores de Igualdad 2009

19 Mérito Medioambiental 2009

ANEXO II

ÓRDENES DE CABALLERÍA Y OTRAS CORPORACIONES HISTÓRICAS

Nº ORDEN/CONDECORACIÓN AÑO CREACIÓN

1 Soberana y Militar Orden de San Juan de Jerusalén o de Malta 1048

2 Orden Militar de Calatrava 1158

3 Orden Militar de Santiago 1170

4 Orden Militar de Alcántara 1177

5 Orden Militar de Montesa 1317

ANEXO III

CORPORACIONES CABALLERESCAS HISTÓRICAS

Nº ORDEN/CONDECORACIÓN AÑO CREACIÓN

1 Real Maestranza de Caballería de Ronda 1572

2 Real Maestranza de Caballería de Sevilla 1670

3 Real Maestranza de Caballería de Granada 1686

4 Real Maestranza de Caballería de Valencia 1690

5 Real Maestranza de Caballería de Zaragoza 1819

6 Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge inmemorial

7 Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén 1847, refundación

8 Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña 1880

9 Muy Ilustres Solares de Tejada y Valdeosera inmemorial

10 Real Hermandad del Santo Cáliz, Cuerpo de la Nobleza Valenciana 1917

11 Real Hermandad de Infanzones de Illescas 1925

12 Real Estamento Militar del Principado de Gerona 1928

13 Real, Antiquísima y Muy Ilustre Cofradía de Caballeros Nobles de Nuestra Señora del Portillo

1941

14 Cabildo de Caballeros y Escuderos de Cuenca 1944, refundación

15 Maestranza de Caballería de San Fernando 1999

Real Decreto 20/2013, de 18 de enero (BOE número 32, de 6 de febrero) Por el que se modifica el Reglamento general de recompensas militares, aprobado por el Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto.

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El artículo 40 del Reglamento general de recompensas militares, aprobado por el Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, establece que las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo amarillo, se concederán por acciones, hechos o servicios que entrañen grave riesgo y en los casos de lesiones graves o fallecimiento, como consecuencia de actos de servicio, siempre que impliquen una conducta meritoria. El artículo 41 del citado reglamento, por su parte, determina las acciones, hechos o servicios recompensables, excluidos aquellos a los que corresponda la concesión de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo rojo o azul, que deberán fundamentar la concesión de las citadas medallas con distintivo amarillo. Habida cuenta de la experiencia adquirida desde la entrada en vigor del Reglamento general de recompensas militares, y ante la obligación moral de que las Fuerzas Armadas recompensen de alguna forma al herido o a la familia del fallecido en acto de servicio, sea en un teatro de operaciones en el extranjero o en el territorio nacional, como una forma de ofrecer consuelo y reconocer que el acto realizado tuvo una trascendencia digna de reconocimiento, el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, siguiendo un acuerdo del Consejo de Jefes de Estado Mayor de abril de 2010, acordó iniciar los trámites para la modificación del Reglamento general de recompensas militares en relación a las propuestas de concesión de Cruces del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico con distintivo amarillo, para incluir expresamente, mediante la modificación de los artículos 40 y 41 el supuesto en que se produzca fallecimiento o lesiones graves en acto de servicio, con pérdida de aptitud psicofísica del afectado para el servicio, sin haber contribuido, por imprudencia, desobediencia u otras circunstancias, a este resultado. Por otra parte, y teniendo en cuenta que las operaciones que realizan nuestras Fuerzas Armadas son de carácter conjunto y en las acciones de combate que se producen, en algunos casos, participan militares de más de un Ejército, parece razonable que la actuación de nuestros militares en operaciones sea valorada por una misma norma, en lo que a acreditación del valor se refiere, independientemente del Ejército de pertenencia. Con tal motivo se aprovecha la actual modificación del Reglamento general de recompensas militares para, ante la diversidad de situaciones planteadas en el proceso de reconocimiento del valor, autorizar al Ministro de Defensa para establecer de forma reglamentaria los hechos, servicios y circunstancias determinantes de la declaración del valor en sus diferentes modalidades y su correspondiente anotación en la hoja de servicios, en aquellos casos en que esta declaración no se derive directamente de la concesión de una recompensa militar. El proyecto se ha sometido a informe del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas. En su virtud, a propuesta del Ministro de Defensa, de acuerdo con el Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 18 de enero de 2013, dispongo: Artículo único. Modificación del Reglamento general de recompensas militares, aprobado por el Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto. Uno. Se añade un segundo párrafo al artículo 40 del Reglamento general de recompensas militares, aprobado por el Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, con la siguiente redacción: «También podrán ser otorgadas dichas cruces con distintivo amarillo a las personas que en acto de servicio o con ocasión de este fallezcan o sufran lesiones graves, sin haber contribuido, por imprudencia, desobediencia u otras circunstancias, a este resultado.» Dos. Se añade un nuevo párrafo d) al artículo 41 del Reglamento general de recompensas militares, con la siguiente redacción: «d) Los que produzcan en acto de servicio o con ocasión de este el resultado de muerte o de lesión grave determinante de la pérdida de aptitud psicofísica para el servicio, sin mediar impericia, imprudencia, desobediencia, incumplimiento de órdenes o incumplimiento de medidas de seguridad.» Tres. Se añade una nueva disposición adicional, la undécima, al Reglamento general de

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recompensas militares, con la siguiente redacción: «Disposición adicional undécima. Declaración del valor. Se autoriza al Ministro de Defensa a establecer los hechos, servicios y circunstancias determinantes de la declaración del valor, en sus diferentes modalidades, de los miembros de las Fuerzas Armadas y su correspondiente anotación en la hoja de servicios.» Disposición transitoria única. Retroactividad de la norma. El Jefe de Estado Mayor de la Defensa, el Subsecretario de Defensa y los Jefes de Estado Mayor de los Ejércitos, cada uno en el ámbito de sus respectivas competencias, podrán iniciar de oficio los procedimientos necesarios para la concesión de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo amarillo, al personal que, como consecuencia de las modificaciones realizadas por este real decreto en el artículo 41 del Reglamento general de recompensas militares, se haya hecho acreedor a dicha recompensa, siempre que los hechos que den lugar a su concesión se hubiesen producido después de la entrada en vigor del Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto. Disposición final única. Entrada en vigor. El presente real decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado». Orden DEF/1716/2015, de 29 de julio (BOE nº 194, del 14 de agosto). Por la que se modifica la Orden DEF/3594/2003, de 10 de diciembre, por la que se aprueban las normas para la tramitación y concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, y de las Menciones honoríficas, la delegación de competencias en esta materia, y el uso de las condecoraciones representativas de las recompensas. La Orden DEF/3594/2003, de 10 diciembre, por la que se aprueban las normas para la tramitación y concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, y de las Menciones honoríficas, la delegación de competencias en esta materia, y el uso de las condecoraciones representativas de las recompensas, fue dictada en desarrollo y ejecución de lo dispuesto en la disposición adicional segunda.1 del Reglamento general de recompensas militares, aprobado por el Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, que establece que el Ministro de Defensa determinará las normas para la tramitación y concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, concedidas como Gran Cruz o como Cruz, y de la Mención honorífica, así como sus limitaciones; y en la disposición final única, que establece que adoptará cuantas disposiciones y medidas sean necesarias en desarrollo y ejecución de lo dispuesto en este Reglamento. El transcurso del tiempo desde la entrada en vigor de la Orden DEF/3594/2003, de 10 de diciembre, ha puesto de manifiesto la necesidad de que las autoridades con facultades delegadas dispongan de criterios homogéneos de aplicación en los casos que se determinan, garantizando la coherencia y proporcionalidad en la presentación de las propuestas iniciales de concesión, además de proceder a sistematizar y completar la regulación del régimen jurídico aplicable a las recompensas militares. Durante su tramitación, esta disposición fue informada por las asociaciones profesionales con representación en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas, conforme al artículo 40.2.b) de la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas, y se ha dado conocimiento de la misma al resto de asociaciones profesionales inscritas en el Registro de Asociaciones Profesionales de miembros de las Fuerzas Armadas, conforme al artículo 40.1.c) de la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio. Finalmente, con arreglo a lo establecido en el artículo 49.1.c) de la citada ley orgánica, ha sido informada por el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas. En su virtud, dispongo:

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Antonio Prieto Barrio

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Artículo único. Modificación de la Orden DEF/3594/2003, de 10 de diciembre, por la que se aprueban las normas para la tramitación y concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, y de las Menciones honoríficas, la delegación de competencias en esta materia, y el uso de las condecoraciones representativas de las recompensas. Se modifica la Orden DEF/3594/2003, de 10 de diciembre, por la que se aprueban las normas para la tramitación y concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, y de las Menciones honoríficas, la delegación de competencias en esta materia, y el uso de las condecoraciones representativas de las recompensas, en el siguiente sentido: Uno. Se añaden siete nuevos apartados, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10, a la norma primera del capítulo I con el siguiente contenido: «4. En cada convocatoria, de las dos anuales, las autoridades competentes podrán conceder Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, como Cruz, al personal militar y civil destinado en el Ministerio de Defensa y en las Fuerzas Armadas, en los siguientes porcentajes máximos: a) Para el personal militar, el 2,5 por ciento de los efectivos de cada una de las categorías de oficial, suboficial y de tropa y marinería. b) Para el personal civil, el 1,5 por ciento de este personal. 5. Una vez finalizado el expediente por acumulación de tres Menciones honoríficas, las autoridades competentes determinarán la Cruz del Mérito Militar, Naval o Aeronáutico que se conceda aplicando consecutivamente los criterios con el orden de preferencia siguiente: a) Ejército de pertenencia del militar. b) Ejército donde está destinado. c) Ejército en el que se recibieron el número mayor de Menciones honoríficas. d) Ejército donde se concedió la última Mención honorífica. e) Criterio del Jefe de la Unidad, centro u organismo de destino. 6. En cada convocatoria, de las dos anuales, las autoridades competentes podrán conceder Menciones honoríficas al personal militar y civil destinado en el Ministerio de Defensa y en las Fuerzas Armadas, en los siguientes porcentajes máximos: a) Para el personal militar, el 1 por ciento de los efectivos de cada una de las categorías de oficial, suboficial y de tropa y marinería. b) Para el personal civil, el 0,60 por ciento de este personal. 7. Para el cálculo del número de concesiones de Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, con distintivo blanco, y de Menciones honoríficas, conforme al porcentaje máximo correspondiente, se tomarán como referencia los efectivos existentes a primero del mes de enero, para la proclamación de Su Majestad El Rey, y a primero del mes de septiembre, para la Pascua Militar, del año en curso. 8. El personal del Cuerpo de la Guardia Civil destinado en el Ministerio de Defensa y en las Fuerzas Armadas, será contabilizado dentro de los porcentajes máximos de los efectivos del personal militar, en sus respectivas categorías. 9. En cada convocatoria, de las dos anuales, con respecto al personal del Cuerpo de la Guardia Civil destinado en su ámbito, el Director General de la Guardia Civil presentará al Subsecretario de Defensa la propuesta de recompensas militares de Cruces del Mérito Militar y Menciones honoríficas, con un porcentaje máximo del 0,5 por ciento de los efectivos de cada una de las categorías de oficial, suboficial, cabos y guardias. 10. En cada una de las convocatorias, de las dos anuales, las autoridades competentes elevarán al Subsecretario de Defensa las propuestas de concesión de Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, como Cruz, al siguiente personal civil, militar y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en las siguientes cuantías máximas: a) Para el personal civil al servicio de las Administraciones Públicas ajeno al Ministerio de Defensa, así como para los demás civiles de nacionalidad española, cinco (5).

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b) Para el personal civil y militar extranjero, tres (3). c) Para el personal militar destinado fuera del ámbito competencial de dichas autoridades, quince (15). d) Para personal del Cuerpo de la Guardia Civil, diez (10). e) Para personal del Cuerpo Nacional de Policía, cuatro (4).» Dos. El apartado 1 de la norma cuarta queda redactado como sigue: «1. La concesión ordinaria de las Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval o del Mérito Aeronáutico, con distintivo blanco, como Gran Cruz o como Cruz, y de las Menciones honoríficas, se llevará a cabo dos veces al año, dichas convocatorias podrán coincidir con el aniversario de la proclamación de Su Majestad el Rey o con la Pascua Militar.» Disposición final única. Entrada en vigor. La presente orden ministerial entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado». Orden DEF/1756/2016, de 28 de octubre (BOE número 270, del 8 de noviembre). Por la que se aprueban las normas de uniformidad de las Fuerzas Armadas. Disposición transitoria tercera. Uso de condecoraciones. Con arreglo a lo que establece la disposición transitoria primera, apartado 2, del Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento general de recompensas militares, seguirán vigentes las autorizaciones de uso de condecoraciones que se hayan concedido con anterioridad a la entrada en vigor de esta orden ministerial. Norma 11.ª Uso de condecoraciones sobre el uniforme. 1. Será obligatorio el uso sobre el uniforme de las condecoraciones que hayan sido concedidas y publicadas en el «Boletín Oficial del Ministerio de Defensa», con las limitaciones establecidas en la normativa que regule su uso. 2. Los Jefes de Estado Mayor de los Ejércitos para el personal de sus cuerpos específicos y el Subsecretario de Defensa para el personal de los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas, o el mando u organismo en quien éstos deleguen, podrán autorizar el uso sobre el uniforme de las condecoraciones civiles de carácter institucional otorgadas por autoridades u organismos del Estado, de las comunidades autónomas o de las corporaciones locales. 3. Los Jefes de Estado Mayor de los Ejércitos para el personal de sus cuerpos específicos y el Subsecretario de Defensa para el personal de los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas, o el mando u organismo en quien éstos deleguen, previo asentimiento por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de España, podrán autorizar el uso sobre el uniforme de condecoraciones civiles y militares de carácter institucional otorgadas por países extranjeros. 4. Las condecoraciones civiles y militares que hayan sido creadas por organizaciones internacionales, cuya concesión y uso sea reconocido por el ordenamiento jurídico español, se regirán por su normativa específica. 5. Los militares que hubieran sido distinguidos por alguna orden o condecoración civil exhibirán sus insignias según el modelo reglamentario que corresponda al grado o categoría que tuvieren concedida. No se autoriza el uso sobre el uniforme de condecoraciones civiles de carácter privado. 6. Las cruces representativas de las cuatro órdenes españolas de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa, podrá usarse en los uniformes de diario, especial relevancia, gala, etiqueta y gran etiqueta.

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Antonio Prieto Barrio

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Tabla con la cuantía mensual y en euros, de las pensiones de las diferentes recompensas.

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1985 8,93 5,96 2,63 21,97 21,97 10,51 5,26 4,36 3,96 2,63

1986 9,57 6,39 2,82 23,55 23,55 11,27 5,64 4,68 4,25 2,82

1987 10,05 6,72 2,97 24,73 24,73 11,83 5,92 4,92 4,47 2,97

1988 10,46 6,99 3,09 25,72 25,72 12,31 6,16 5,11 4,65 3,09

1989 316,94 126,78 10,88 7,27 3,22 26,76 26,76 12,80 6,41 5,32 4,83 3,22

1990 369,32 147,73 11,53 7,71 3,41 28,37 28,37 13,57 6,79 5,65 5,13 3,41

1991 395,99 158,40 12,37 8,27 3,67 30,42 30,42 14,56 7,28 6,06 5,50 3,67

1992 418,56 167,43 13,08 8,74 3,88 32,15 32,15 15,39 7,70 6,41 5,82 3,88

1993 426,50 170,60 13,32 8,91 3,95 32,77 32,77 15,69 7,85 6,53 5,93 3,95

1994 426,50 170,60 13,32 8,91 3,95

Desde 1994, las concesiones no son pensionadas. Las pensiones ya concedidas son vitalicias y la cuantía

se ha ido revalorizando

1995 441,43 176,57 13,32 9,53 4,09

1996 456,88 182,73 14,28 9,55 4,23

1997 456,88 182,73 14,28 9,55 4,23

1998 466,48 186,59 14,58 9,75 4,32

1999 474,88 189,95 14,84 9,75 4,40

2000 484,37 193,75 15,15 10,14 4,49

2001 494,06 197,63 15,45 10,34 4,58

2002 503,94 201,58 15,76 10,55 4,67

2003 514,02 205,61 16,08 10,76 4,76

2004 524,30 209,72 16,41 10,99 4,87

2005 534,79 213,91 16,73 11,21 4,97

2006 548,69 219,47 17,16 11,50 5,10

2007 571,19 228,47 17,89 11,97 5,31

2008 584,90103 233,85 18,29 12,26 5,44

2009 596,60 238,63 18,66 12,51 5,55

2010 610,32 244,12 19,09 12,80 5,68

2011 610,32 244,12 19,09 12,80 5,68

2012 616,42 246,56 19,28 12,93 5,74

2013 622,58 249,03 19,47 13,06 5,80

2014 624,14 249,65 19,52 13,09 5,81

2015 624,14 249,65 19,52 13,09 5,81

2016 630,38 252,14 19,71 13,22 5,87

2017

2018 16,53 11,00 5,41 33,08 33,08 15,82 7,92 6,92 6,29 4,19

101 Por resoluciones: 2/99, de 7 de enero; 5/00, de 7 de enero; 2/01, de 3 de enero; 1/2002, de 8 de enero; 1/2004,

de 7 de enero; 2/2005, de 12 de enero; 2/2006, de 12 de enero; 4/2007, de 24 de enero; 430/01298/2008, de 27 de enero, ley 2/2008, de 29 de diciembre; ley 26/2009, de 23 de diciembre; ley 39/2010, de 22 de diciembre, ley 36/2014, de 26 de diciembre y ley 48/2015, de 29 de octubre.

102 La CdG, CrMM y MSP, pensionada únicamente para las clases de tropa y marinería. 103 En 2007 fallece el último laureado.

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CONCESIONES COLECTIVAS

Real decreto 523/1988, de 27 de mayo (BOE número 128, del 28). Por el que se concede la Medalla del Ejército, con carácter colectivo, al Ejército del Aire, con motivo del 75 Aniversario de la Aviación Militar Española. En consideración a las circunstancias excepcionales que concurren y con arreglo a los artículos 44 y 45 de la Ley 15/1970, de 4 de agosto, General de Recompensas de las Fuerzas Armadas, y artículo 19 del Reglamento de la Medalla del Ejército, aprobado por Decreto 1091/1976, de 5 de marzo, a propuesta del Ministro de Defensa y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 27 de mayo de 1988, Vengo en conceder la Medalla del Ejército, con carácter colectivo, al Ejército del Aire, con motivo del 75 Aniversario de la Aviación Militar Española, personificando tal distinción colectiva en la Bandera del Cuartel General del Aire como representativa de todo el Ejército del Aire. Real decreto 1264/2001, de 16 de noviembre (BOE número 276, del 17). Por el que se concede la Medalla del Ejército, de carácter colectivo, a la Fuerza de Maniobra del Ejército de Tierra. Con motivo de la brillante actuación en misiones de operaciones humanitarias y en apoyo a la paz, coma respuesta del Gobierno de la Nación al mandato de los Organismos internacionales de los que España forma parte, asumiendo en múltiples ocasiones situaciones de riesgo extraordinario, en las que quedó patente el distinguido valor y las virtudes militares y profesionales de quienes han formado dicha Unidad; de conformidad con lo dispuesto en el apartado 1 de la disposición final primera de la ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, se consideran aplicables los artículos 44 y 45 de la ley 15/1970, de 4 de agosto, general de Recompensas de las Fuerzas Armadas, contando con el parecer favorable del Consejo Superior del Ejército de Tierra, a propuesta del Ministro de Defensa y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 16 de noviembre de 2001, Vengo en conceder la Medalla del Ejército, de carácter colectivo, a la Fuerza de Maniobra del Ejército de Tierra104. Real decreto 917/2009, de 22 de mayo (BOE número 125, del 23). Por el que se concede la Medalla del Ejército, de carácter colectivo, al Regimiento de Infantería Ligera «Soria 9». En consideración del brillante historial acumulado a lo largo de los quinientos años de existencia, donde se pone de manifiesto la continuada labor de defensa de los intereses nacionales y del alto espíritu de servicio de quienes sirvieron en el Regimiento de Infantería Ligera «Soria 9», de acuerdo con lo establecido en el apartado 1 de la disposición adicional segunda de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar, así como lo preceptuado en los artículos 19 y 20 del Reglamento General de Recompensas aprobado por Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, contando con el informe favorable del Consejo

104 La concesión de la Medalla del Ejército a la Fuerza de Maniobra, lo fue, no por un hecho concreto, sino por

una sucesión de hechos distinguidos ocurridos desde que se iniciaron estas operaciones en el año 1989, por unidades distintas y personal diferente, hasta el año 2001. Esto supone un lapso de doce años, por lo que sólo tiene derecho al uso del distintivo el personal que haya tomado parte efectiva en los citados hechos, las dos terceras partes de dicho tiempo, es decir ocho años.

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Superior del Ejército de Tierra, a propuesta de la Ministra de Defensa y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 22 de mayo de 2009, Vengo en conceder la Medalla del Ejército, de carácter colectivo, al Regimiento de Infantería Ligera «Soria 9».

GUIÓN DE LA MEDALLA DEL EJÉRCITO A LA FUERZA DE MANIOBRA