Reglas Para La Dirección Del Espíritu Report de Lec.

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-REGLAS PARA LA DIRECCIÓN DEL ESPÍRITU- DESCARTES Manuel Ibarra González. Seminario analítico de filosofía moderna. Séptimo semestre. Las reglas para la dirección del espíritu constituyen una de las piezas clave en la obra de Descartes y representan el punto de arranque de un nuevo modo de reflexión científica. En esta obra, el autor, nos propone un método por el cual podemos dirigir nuestro intelecto o ingenio de tal forma que nos lleve a una verdadera compresión de las ciencias en general. En este sentido, las reglas trazan el camino fundamental para la obra posterior de Descartes sobre problemas complejos de matemáticas, ciencias y filosofía; así de este modo, las reglas tratan sobre su propuesta metodología científica en general. Por medio de esta obra, Descartes expone una serie de reglas que se destinan para que se utilicen adecuadamente las capacidades y operaciones naturales de la mente. En este sentido, podemos decir que Descartes nos propone que la mente cuando utiliza su luz y sus capacidades naturales sin la influencia perturbadora de otros factores, no puede errar; de aquí que Descartes plantee que dos son las operaciones fundamentales de la mente, a saber: la intuición y la deducción. Siguiendo a Descartes, entendemos por intuición una actividad puramente intelectual, un ver intelectual tan claro y distinto que no deja lugar a duda alguna; y por deducción, Descartes explica que debemos entenderla como “toda

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Descartes y su posición hacia fraguar el espíritu

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-REGLAS PARA LA DIRECCIÓN DEL ESPÍRITU-

DESCARTES

Manuel Ibarra González.

Seminario analítico de filosofía moderna.

Séptimo semestre.

Las reglas para la dirección del espíritu constituyen una de las piezas clave en la obra de Descartes y representan el punto de arranque de un nuevo modo de reflexión científica. En esta obra, el autor, nos propone un método por el cual podemos dirigir nuestro intelecto o ingenio de tal forma que nos lleve a una verdadera compresión de las ciencias en general. En este sentido, las reglas trazan el camino fundamental para la obra posterior de Descartes sobre problemas complejos de matemáticas, ciencias y filosofía; así de este modo, las reglas tratan sobre su propuesta metodología científica en general.

Por medio de esta obra, Descartes expone una serie de reglas que se destinan para que se utilicen adecuadamente las capacidades y operaciones naturales de la mente. En este sentido, podemos decir que Descartes nos propone que la mente cuando utiliza su luz y sus capacidades naturales sin la influencia perturbadora de otros factores, no puede errar; de aquí que Descartes plantee que dos son las operaciones fundamentales de la mente, a saber: la intuición y la deducción.

Siguiendo a Descartes, entendemos por intuición una actividad puramente intelectual, un ver intelectual tan claro y distinto que no deja lugar a duda alguna; y por deducción, Descartes explica que debemos entenderla como “toda inferencia necesaria a partir de otros hechos que son conocidos con certeza”.

Así, podemos argüir que intuición y deducción conforman el mejor camino y el más seguro hacia el conocimiento, y precisamente el método consiste en partir de las reglas que propone el autor para emplear correctamente esas dos operaciones mentales.

Básicamente, las tres primeras reglas expresan la importancia de la certeza en el pensamiento de Descartes, y subraya el valor de los juicios sólidos y verdaderos, y va tan lejos como para argumentar que estudiar algo que sólo sirve para recabar más preguntas es más perjudicial que no estudiar en absoluto, es decir, si la información en la mente está revuelta, es imposible crear un sistema coherente de pensamiento y, como consecuencia, todo lo que se cree saber queda abierto a la duda.

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Posteriormente, Descartes expone y afirma que todos los problemas se pueden dividir en partes más simples y que no existen piezas tan simples que no pueden dividirse en partes más simples. Estas ideas "absolutas" se pueden percibir con precisión con sólo mirarlas. Estos absolutos prefiguran ideas posteriores de Descartes de la percepción clara y distinta. Descartes finalmente llega a la conclusión de que todo lo que se puede percibir de manera clara y distinta es cierto. Después de romper todo en partes perfectamente comprensibles, el siguiente paso es averiguar cómo las partes simples se relacionan entre sí. Después de que esa relación se ha determinado, la tarea es entender cómo las piezas complicadas se refieren a las partes simples. En estas reglas, Descartes insiste en que la revisión repetida de la cadena de relaciones entre todas las partes de un problema, hace que sea fácil de ver a simple vista cómo cualquier parte se relaciona con todas las demás.

En la regla doce, Descartes establece de forma integral lo que el método y el conjunto de reglas pretenden, afirmando que para tener una intuición distinta de las proposiciones simples, y para comparar convenientemente lo que se busca con lo que se conoce, es preciso emplear todos los medios que el hombre tiene a su disposición, a saber: la inteligencia, la imaginación, los sentidos y la memoria. Usando bien estas herramientas nos ayudará a combinar los asuntos que estamos investigando con el conocimiento que ya tenemos. De este modo, la regla doce contiene una larga descripción de cómo funciona el cerebro y de cómo funciona la memoria; el punto es, básicamente, que el cerebro aprende a intuir las cosas simples de la experiencia. Descartes concluye la regla 12 (y el primer conjunto de reglas) al decir que un problema sólo puede ser clasificado como perfectamente entendido si ocurren tres cosas: en qué signos puede ser conocido lo que buscamos cuando se nos presenta; de qué debemos deducirlo con toda precisión, y como hay que probar que de las dos cosas una dependa de tal modo de la otra, que no puede cambiar una sin que cambie la otra.

Considero que el punto central de esta obra de Descartes, y su mayor preocupación, por decirlo de algún modo, gira en torno a la necesidad de entender el propio entendimiento, es decir, es un trabajo que tiene el fin de poder establecer los límites e instrumentos del entendimiento para alcanzar todas las verdades que sean asequibles al ser humano. Desde esta perspectiva, el método que propone Descartes se articula como una pieza fundamental en tanto camino propio de la determinación de los límites del conocimiento y, a partir de ello, como camino seguro para alcanzar la verdad.