RELACIONES - Catholic.net - El lugar de encuentro de...

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¿EXPRESIÓN DE AMOR¿EXPRESIÓN DE AMOR¿EXPRESIÓN DE AMOR¿EXPRESIÓN DE AMOR¿EXPRESIÓN DE AMORO PÉRDIDA DE SENTIDO?O PÉRDIDA DE SENTIDO?O PÉRDIDA DE SENTIDO?O PÉRDIDA DE SENTIDO?O PÉRDIDA DE SENTIDO?

Walter Fuidio Choca sdb

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xiste una profunda crisis de valores, más aúnpodemos decir que hay una crisis de lo humano.

Las conquistas de la moral humana están siendodesvirtuadas y desconocidas teórica y prácticamente.

Por eso parece necesario reafirmar en la sociedadactual, una antropología cristiana, que con una sabiaconcepción del hombre y la mujer, nos proporcione unabuena comprensión y vivencia de los sentidos, de laafectividad, de la sexualidad, del amor y del sentido dela vida.

Es en este campo que debemos comenzar porsituar el problema de las relaciones prematrimoniales.

Se constata un eclipse de valores, una devalua-ción de la ley natural y de la trascendencia dela persona humana.

Muchos de los problemas actuales han sido causa-dos por factores como el erróneo enfoque de la explosióndemográfica (neomalthusianismo), el auge de los anti-conceptivos y una �moral� donde se busca el placercomo fin y se lo separa de Dios su creador. Se pretendejustificar así, el sexo recreativo y �sin riesgo�, es decirsin embarazo; la cohabitación, la iniciación precoz yhasta las conductas aberrantes. Estas �flores del mal�han producido otros frutos como el problema de los

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INTRODUCCIÓNINTRODUCCIÓNINTRODUCCIÓNINTRODUCCIÓNINTRODUCCIÓN

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embarazos entre las adolescentes, los hijos ilegítimos,las enfermedades de transmisión sexual �especial-mente el sida�; el aborto y en algunos países sulegalización; el aumento de la infidelidad y del divorcio,el crecimiento acelerado de la delincuencia infantojuvenil y la drogadicción.

El consumismo, la jerarquización del estatus so-cial, las tensiones económicas y la mentalidadanticoncepcionista han alterado el equilibrio social yhan generado una actitud anti-niño y anti-vida, quesumado a los anteriores factores conforman lo quellamamos la cultura de la muerte. La familia es asíagredida de múltiples formas.

En el contexto de esta cultura con signos dealarmante decadencia moral y espiritual, lasrelaciones prematrimoniales se presentancomo un mal que ciega los ojos del espíritu. Semueven en el sin sentido de un pensamientofragmentado, emotivo y subjetivo, donde lasexualidad se devalúa y se deshumaniza.

Tenemos necesidad de redescubrir y construir unanueva antropología iluminada por el Evangelio de Cristoy las enseñanzas de la Iglesia respecto al amor humanoy la sexualidad.

Para buscar orientar la afectividad y sexualidad �especialmente de los jóvenes�, por un camino desentido y futuro, que dé luz y fuerza para superar eldesconcierto, el riesgo y las frustraciones a las quellevan las actuales concepciones y prácticas de lasrelaciones prematrimoniales.

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Elaborar un renovado proyecto de vida humano-cristiano que, orientado por los grandes criterios mo-rales y evangélicos ayude, a los jóvenes a vivir el amory la sexualidad según el proyecto de Dios, que ha creadoal hombre a su imagen y semejanza. Porque cuando lapersona humana se abre a la religiosidad y al Evangelioalcanza su expresión más elevada.

Dentro de esta intención se sitúan estas reflexio-nes cristianas sobre la educación para el encuentro enel amor, el sentido de la sexualidad y la superación dela relaciones prematrimoniales, que en vez de serexpresión del amor, llevan a la pérdida del sentido delamor y de la vida.

�Y no se acomoden al mundo presente, antesbien transfórmense mediante la renovaciónde su mente, de forma que puedan distinguircúal es la voluntad de Dios: lo bueno, loagradable, lo perfecto� (Rom. 12, 2).

Buscando las razones para vivir el sentido delamor, según la sabiduría y el dinamismo de la vidacristiana que anima el Espíritu Santo.

�Cuando venga él, el Espíritu de la verdad los guiaráhasta la verdad completa�� (Jn.16, 13)

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ialogando con los jóvenes acerca de los princi-pales problemas de la vida, surge una y otra vez,

el amor con su dinamismo, su valor, sus problemas ysu sentido.

Los jóvenes buscan caminar con audacia yalegría por el misterioso paraíso del amor, queexalta la fantasía y agita el corazón humano.

Intuyen y experimentan el amor como lo másimportante en la vida del hombre y la mujer.

A medida que comienzan los encuentros, las sali-das, las fiestas, las penas del amor, se van profundi-zando las preguntas del corazón del hombre y de lamujer sobre el sentido de la amistad, del noviazgo, dela sexualidad y del matrimonio.

Para dar una respuesta existencial auténtica aestas interrogantes que plantea el dinamismo delamor, entre las cuales tiene gran actualidad el proble-ma de las relaciones prematrimoniales, se necesita unclima comunitario de diálogo comprensivo y una orien-tación que saque su luz y su fuerza de los grandescriterios morales humanos y cristianos.

11111 EL AMOR YEL AMOR YEL AMOR YEL AMOR YEL AMOR YSUS PROBLEMASSUS PROBLEMASSUS PROBLEMASSUS PROBLEMASSUS PROBLEMAS

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l nacimiento constituye el primer drama que vivela persona humana; el feto pierde la situación de

amparo y cobra cierta distancia respecto a la madre.Esta distancia significa la posibilidad de fundar unmodo superior de unión: la del encuentro.

La aventura del amor se convierte en el segundogran paso de la vida humana, casi diríamos un segundoparto, en el cual el ser humano contraría la tendenciaa la unión fusional, para abrirse a una relación deencuentro. Renuncia a un valor inferior para ganar unosuperior.

El ser humano vive libremente una experienciadifícil que supone un paso hacia una forma superior derelación y significa un ascenso en su nivel de madurez.

La relación que el hombre está llamado arealizar es la de encuentro, y hay muchasformas de relación sexual que suponen meroempastamiento sensorial, no un encuentro.

El que se deja llevar del impulso sexual con el merofin de obtener gratificaciones individuales y saciar suavidez erótica, no hace sino cambiar un modo de uniónfusional por otro; no progresa en madurez y bloquea sudinamismo personal.

22222 EDUCACIÓN PARA ELEDUCACIÓN PARA ELEDUCACIÓN PARA ELEDUCACIÓN PARA ELEDUCACIÓN PARA ELENCUENTRO EN EL AMORENCUENTRO EN EL AMORENCUENTRO EN EL AMORENCUENTRO EN EL AMORENCUENTRO EN EL AMOR

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La caricia erótica pone en primer plano el cuerpo dela persona acariciada y desplaza a un segundo plano ala persona misma. Va de soledad a soledad, no fundauna relación de auténtico encuentro.

Si uno desea sólo poseer lo que encandila losinstintos, se deja arrastrar por la fascinación, y esearrastre lanza a un proceso que no une, sino que aísla.

Toda manifestación sexual debe implicar �si ha deser un auténtico acto humano� una voluntad de uniónpersonal. Y la unión personal no se reduce a lavinculación de dos seres individuales; funda un ámbitocomunitario. Las potencias sexuales tienen una fun-ción comunitaria. Un hombre y una mujer puedenquererse intensamente, pero si no van a formar unacomunidad de vida, no deben poner en juego sudinamismo sexual.

Ahora bien, la vida comunitaria �como toda formade vida�, lleva en sí la exigencia de perdurar, y para ellodebe renovarse. La condición personal de las relacionessexuales pide de por sí que éstas sean fecundas, no sóloen cuanto a la incentivación del amor personal, sinotambién respecto a la procreación responsable denuevas vidas.

Si falta la voluntad de entrega personal y decreatividad en el seno de una comunidad devida, el acto amoroso sexual, por placenteroque resulte, es siempre incorrecto, por quedardesvirtuado y no tener pleno sentido.

Los actos sexuales son el medio en el cual debemanifestarse vivamente el amor personal. Tal manifes-tación resulta placentera, pero su meta no es solamen-

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te �ni en primer lugar�, producir agrado sino dartestimonio ardiente de un amor que supone la entregaal ser amado y supera el estadio de la mera pasión.

Lo agradable es, en la escala de valores, un valormuy elemental.

Nos vamos haciendo libres a medida que acrecen-tamos el poder de integrar los deseos en una tareaconjunta dotada de sentido. Cuando falta una verda-dera antropología, se considera que la renuncia a lasatisfacción de los deseos es una forma de represiónque provoca neurosis y dureza de carácter. Pero laverdad es que los deseos cuando no se hallan ensam-blados en una estructura de sentido, poseen una grancapacidad destructora. En cambio, la integración noanula los deseos, sino que los asume en un proyectomás pleno.1

EVANGELIZACIÓN DE LOSEVANGELIZACIÓN DE LOSEVANGELIZACIÓN DE LOSEVANGELIZACIÓN DE LOSEVANGELIZACIÓN DE LOSSENTIDOS Y DE LA SENSIBILIDADSENTIDOS Y DE LA SENSIBILIDADSENTIDOS Y DE LA SENSIBILIDADSENTIDOS Y DE LA SENSIBILIDADSENTIDOS Y DE LA SENSIBILIDAD

La vida humana en su maduración necesita laevangelización y la conversión de los sentidos y de lasensibilidad. Porque es a través de las ventanas de lossentidos que la realidad llega a nuestro yo. La respuestacristiana pide una evangelización de los sentidos no sunegación o anulación.

Las tendencias y las pulsiones instintivas noson malas. Lo malo es separarlas del espírituy deconectarlas de los valores que les dan sualcance y sentido.

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Porque la Encarnación de Cristo nos trae lagran novedad de que lo divino se ha hechohumano; y por lo tanto el hombre se debeespiritualizar. La sensibilidad y los sentidosdeben formar parte de la vida espiritual y de laexperiencia cristiana.

�Los instintos y las pasiones del hombre están he-chos para el espíritu� que los completa y corona.� 2

En forma más personalizante podríamos decir quela persona humana, su sensibilidad y sentidos, sustendencias y pulsiones están invitados a ser cristificados,siguiendo a Cristo.

Enseñar que cada uno puede hacer lo que le gustede su cuerpo y de los fenómenos que en él acontecen,es encerrar al hombre en sí mismo. Es imposibilitarloa vivir un proceso de formación para el amor que le déla libertad interior suficiente para saber jerarquizar losvalores y conceder la primacía a los más elevados.

La cultura actual nos asalta con técnicas muyestudiadas, a través de los sentidos, tratando deinvadir e instalarse en nuestra afectividad, para con-dicionar nuestras respuestas promoviendo un bienes-tar y una sexualidad �drogados� por el egoísmo del yo.

Rudolf Affemann advierte con energía que unainformación sexual desgajada de una forma-ción para el amor integral, resulta contrapro-ducente por razones puramente pedagógicas.Y el gran psicólogo Viktor Frankl, afirma quela sexualidad no debe ser desgajada del amorpersonal, para no ser mutilada.

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Por eso la educación para el amor debe enseñar quela realidad está habitada también por el tú, el nosotrosy sobre todo Dios. No basta en modo alguno unainformación sexual de tipo biológico, médico y psicoló-gico. Se requiere ahondar en el análisis del hombre,como ser espiritual, que vive en comunidad.

La maduración y equilibrio sexual es frutode una educación adecuada de lasensibilidad, la afectividad y los

sentimientos, los deseos y el amor de lapersona. Una educación que proponga

criterios y acciones morales y espirituales, yque no sólo proporcione conocimientospsico-biólogicos. El ser humano tiene

capacidad para trascender lasdeterminaciones biológicas y abrirse a unhorizonte de realidades sublimadas que

transforman los deseos en nuevos objetivosculturales (Mt. 19,12). Sin educación,renuncias y sublimaciones se cierra elcamino hacia la plenitud que pasa por

asumir todas las dimensiones gozosas ydolorosas de la realidad.

En efecto, Dios que es el principio del amor, es lareferencia constante del hombre y de la mujer al ser elfin de la vida humana: �Yo soy el camino, la verdad yla vida. Nadie va al Padre sino por mí� (Jn. 14, 6).

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Es el proyecto de Dios, el que ha establecido loscaminos a través de los cuales el hombre y la mujerdeben desarrollar el amor humano.

Por eso nos dice Juan Pablo II: �es una ilusiónpensar que se pueda construir una verdadera cultura dela vida humana, si no se ayuda a los jóvenes a compren-der y vivir la sexualidad, el amor y toda la existenciasegún su verdadero significado�.3

La sexualidad, es una riqueza de toda la personay manifiesta su significado íntimo cuando lleva a lapersona a la entrega, al don de sí misma.

Hay que ordenar el propio ser con referencia aCristo, (Rom. 12,1) o sea vivir al modo de Cristo el mundofascinante y lleno de sentido del amor humano conyu-gal y familiar. Para ello es necesario el esfuerzo ascéticoque busca restaurar la armonía interna a través de lavirtud de la templanza. Ghandi dice que es imposible,sin una disciplina, obtener resultados conformes conla moral.

�En realidad, en el centro de la cuestióncultural está el sentido moral que a su vezse fundamenta y se realiza en el sentidoreligioso.�

Juan Pablo II, Centesimus annus, Nº24.

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uando los novios optan y caen en las relacionesprematrimoniales, están realizando un gesto

engañoso y sin sentido. Es como emprender el recorridode un camino que no tiene salida. La relación de losnovios se verá afectada por este inicio desacertado, quesuele llevar a la desilusión y a la ceguera frente a losvalores en torno a los cuales se construye el amor.Estas experiencias ciegas conducen a los novios a nover los caminos a través de los cuales la sexualidad seintegra al dinamismo del amor, llamado al compromisomatrimonial.

Las relaciones prematrimoniales hacen al hom-bre y a la mujer más egoístas; los centra en símismo y los obsesiona con los impulsos sexua-les. Los desorienta y deprime.

Entonces nos preguntamos: ¿cómo nuestra fami-lia y sociedad cultivan el proceso de la formación de laconciencia para buscar la verdad en el amor, el respetopor la vida humana y la justa relación entre el hombrey la mujer?.

Sin una educación de la sexualidad y del amor, ysin una formación para la virtud de la castidad, loscaminos de la pareja y de la vida se llenan de confusión

33333 EDUCACIÓN PARA LAEDUCACIÓN PARA LAEDUCACIÓN PARA LAEDUCACIÓN PARA LAEDUCACIÓN PARA LAVIRTUD DE LA CASTIDADVIRTUD DE LA CASTIDADVIRTUD DE LA CASTIDADVIRTUD DE LA CASTIDADVIRTUD DE LA CASTIDAD

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y sin sentido. Porque la castidad favorece el respeto, laarmonía y madurez de la persona.

La crisis de muchos hombres y mujeres, especial-mente cristianos, está en la �incapacidad� de reconocera Cristo como norma universal y concreta para obrarbien. En efecto seguir a Cristo, también por los caminosdel noviazgo, es el fundamento de la moral cristiana.

Quizás sea útil, en este punto, aclarar ¿qué enten-demos por virtud de la castidad?.

Por virtud de la castidad entendemos esa energíaespiritual que hace cada vez más armonioso y parecidoa Dios el corazón del hombre, para promover el amorverdadero y defenderlo de los peligros del egoísmo y dela agresividad.

Es una síntesis de luz interior y autodominio,de rectitud y pureza, de fortaleza y bellezaespiritual. En efecto quienes viven la castidaden el amor, viven una verdad, una libertad yuna �belleza� que se manifiestan en su com-portamiento diario.

El autodominio y la continencia sexual motivadospor valores, exigen sacrificios que realizan a la personaen lugar de reprimirla.

El amor casto dispone a la persona para adquirirtambién otras virtudes que son necesarias, ya que sinvirtudes no hay dominio de sí, fidelidad y amor verda-dero.

Es propio de un nivel infantil de desarrollo humano,vivir al ritmo de las tendencias y complacencias sexua-les. Estas tendencias o fuerzas deben ser evangelizadas,

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orientadas y reguladas, para que no alteren la vidapersonal, familiar y social.

Las fuerzas sexuales, fuera del dinamismo delamor personal comprometido y estable (del matrimo-nio), alteran la convivencia humana y familiar y pro-mueven en la sociedad la idea difusa de que no hay másamor que el erotismo. Esta insinuación suele tenerbuena acogida, a pesar de su falsedad, porque opera afavor de la tendencia a tomar lo más fácil como loauténtico, ya que muchos viven por imitación y nosegún la razón y la fe.

En cambio el Catecismo de la Iglesia Católica dice:�Los novios están llamados a vivir la castidad en lacontinencia. En esta prueba han de ver un descubrimien-to del mutuo respeto, un aprendizaje de la fidelidad y dela esperanza de recibirse el uno y el otro de Dios. Reser-varán para el tiempo del matrimonio las manifestacionesde ternura específicas del amor conyugal. Deben ayudar-se mutuamente a crecer en castidad�.4

La castidad

es una flor

del �amor

hermoso�

que da luz y

claridad a la

mirada

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l gesto sexual debe ser un gesto de verdad parael yo de cada uno, para el nosotros de la pareja

y para la comunidad familiar y social en la cual todohombre nace a la vida y debe florecer en el amor. 0 seadebe ser verdadero en todas sus dimensiones. Estegesto de verdad sólo es tal cuando reúne las condicionesde compromiso total y definitivo en el matrimonio.

Por eso dice la Iglesia que fuera del matrimonio:�por firme que sea el propósito de quienes se comprome-ten en estas relaciones prematuras, es indudable quetales relaciones no garantizan que la sinceridad y lafidelidad de la relación interpersonal entre un hombre yuna mujer queden aseguradas, y sobre todo protegidascontra los vaivenes y las veleidades de las pasiones�.5

Es así la misma vida humana personal y social laque exige las características de verdad en la relación delhombre y de la mujer. Porque no es suficiente elsentimiento o el deseo, ni la atracción y la pasión, ni aúnla decisión parcial de la pareja.

El proyecto de Dios, y por lo tanto las enseñanzas dela Iglesia, exigen a la pareja una situación de definitivapertenencia del uno al otro que sólo se da en el matrimo-nio, para que la entrega sexual tenga sentido pleno.

Desde la visión cristiana, el amor humano tieneuna proyección sacramental por la cual participa de lagracia que Cristo ha concedido a su Iglesia.

44444 EL AMOR EXIGE LA VERDAD ENEL AMOR EXIGE LA VERDAD ENEL AMOR EXIGE LA VERDAD ENEL AMOR EXIGE LA VERDAD ENEL AMOR EXIGE LA VERDAD ENLO PERSONAL Y COMUNITARIOLO PERSONAL Y COMUNITARIOLO PERSONAL Y COMUNITARIOLO PERSONAL Y COMUNITARIOLO PERSONAL Y COMUNITARIO

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�El amor no será nunca algo aislado y solitariodentro de la pareja humana y cristiana. Insti-tucionalizar es tomar conciencia de su dimen-sión social, de su exigencia comunitaria atodos los niveles. Institucionalizar el amor escumplir con sus propias exigencias, confirmarlo que él mismo anhela desde su interior.� 6

Porque el noviazgo es un camino de construccióndel amor que alcanza la posibilidad del diálogo sexualcuando el hombre y la mujer por decisión personaldefinitiva y total, se constituyen en esposo y esposa.

Jesús respondió: �no han leído que el Creador enel principio los hizo hombre y mujer y dijo: el hombredejará a su padre y a su madre y se unirá con su mujery serán los dos uno solo� (Mt. 19, 4-5).

Sólo quienes son esposos pueden entregarse gozo-sos su capacidad de comunicar la vida en el signo decomunión de la relación sexual.

Las exigencias humanas del contexto matrimonial,hacen que éste sea el único �hogar del amor� donde lasrelaciones sexuales pueden darse en sinceridad yverdad.

Fuera del compromiso matrimonial las relacionessexuales son perturbadoras y desaconsejables porqueponen un signo que no corresponde a la verdad de lasituación de las personas. Se siembra así en la sociedaden la cual vivimos y que, con nuestros actos construi-mos o destruimos, un gesto mentiroso y sin sentido,porque es muy negativo en la vida humana realizargestos que no expresan la verdad existencial.

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�Ustedes serán verdaderos discípulos míos siperseveran en mi palabra; entonces conocerán laverdad, y la verdad los hará libres� (Jn. 8,31-32).

�Adán y Eva (los hombres) desobedecieron porquecediendo a la tentación del Demonio, quisieron ponerseen lugar de Dios para decidir sobre el bien y el mal: setomaron a sí mismos por medida pretendiendo ser due-ños de su destino y disponer de sí mismos a su antojo.�7

El hombre tiene que cuidar y educar el cora-zón. Por corazón entendemos al hombre inte-rior. El lugar de las profundidades humanas ydel encuentro con Dios. Si al corazón no se locultiva con la virtud y el amor, se pervierte conel mal y el odio. Por eso las dimensiones de lasensibilidad, afectividad y sexualidad anima-das por la dinámica del amor deben ser educa-das, purificadas y transformadas por las virtu-des para lograr la armonía consigo mismo y contoda la creación. Es el camino de Dios, del bieny de la salvación. Por el contrario la sensibili-dad, afectividad y sexualidad, vividas sin orien-tación y finalidad descentran y dividen elcorazón. Es el camino del mal y del fracaso.

La mentira no se transforma en verdad por unadecisión subjetiva de la persona. El apartarse delproyecto de Dios, no respetando los valores del amorhumano establecidos por Él, produce la desarmonía delpecado.

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Cristo nos dice que: �todo el que comete pecado esesclavo� (Jn. 8,34) y entra en solidaridad con elDemonio que �no se mantuvo en la verdad, porque nohay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo quele sale de dentro porque es mentiroso y padre de lamentira� (Jn. 8,44).

Todo gesto de amor debe ser también un gesto deverdad, para que lleguemos a vivir la verdad del amor.

Gandhi dice que: �para estar sano en el verdaderosentido de la palabra, hay que ser muy puro. Los malospensamientos y las pasiones desordenadas no son másque formas diversas de enfermedad�.8

Muchas personas plantean en el noviazgo, la falsaafirmación y exigencia de que �necesitan� tener relacio-nes sexuales. Estas afirmaciones y exigencias sonfalsas y muchas veces interesadas. Porque el hombrey la mujer no necesitan en forma obligatoria, tenerrelaciones sexuales.

¿Cómo Dios nos va a pedir que vivamos con rectitudy pureza a todos, si no podemos hacerlo? Si Dios nospide que actuemos bien, es porque ello es posible alhombre y a la mujer. Porque Dios a nadie ha dadopermiso para pecar.

En el noviazgo, la exigencia de las relacionessexuales prematrimoniales es ilegítima, es una equivo-cada práctica o un innoble chantaje.

Realiza todo lo contrario de lo que es el amorauténtico, que siempre busca el bien de la personaamada y que es capaz de sacrificarse por ella. ¿Cómopuede ser amor auténtico el que violentando la sensi-bilidad y los principios morales inscriptos en la natura-leza humana y clarificados por la palabra de Diospretende concretar la relación prematrimonial?

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Además son pecados gravemente contrarios a lacastidad, la masturbación, la fornicación, las activida-des pornográficas y las prácticas homosexuales.

�Ustedes son la sal de la tierra, ustedes son la luzdel mundo� (Mt. 5, 13-14). En este aspecto del amor yla afectividad se hace necesaria la luz y la fuerza delEvangelio, la oración, la Reconciliación (confesión) y laEucaristía. �Vigilen y hagan oración, para que nocaigan en tentación; que el espíritu está pronto, perola carne es débil� (Mt. 26,41).

Porque la presencia del Espíritu de Dios, es la quepermite al hombre y a la mujer darse cuenta y superarla mentira existencial que tiende a introducirse a travésdel libertinaje, de las exigencias del hombre y del celode la mujer; y hace posible que la pareja, superandoestas dificultades, siga creciendo en el amor.

�Ustedes (los cristianos) brillan entre ellos comoestrellas en un mundo oscuro, llevándoles el mensajede vida� (Fip. 2, 15).

Jesús les respondió: �En verdad, en verdad lesdigo: todo el que comete pecado es un esclavo.Y el esclavo no se queda en casa para siempre;mientras el hijo se queda para siempre. Si,pues, el Hijo les da la libertad, serán realmentelibres.�

Jn. 8, 34-36

La conciencia no es una fuente autónoma dedecisiones; sino que cada persona debe buscar lanorma objetiva sobre el bien y el mal. Hay que educarsey educar en la verdad y el bien para alcanzar la libertady la paz.

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recuentemente las actitudes equivocadas sonpromovidas por los estímulos psicológicos que

nuestra sociedad de consumo, materializada y erotizadahace respirar a las personas.

Nuestro espacio social está lleno de estímulossexuales y de agentes que los promueven. La publicidadde los medios de comunicación, la televisión, revistas,internet, videos, canciones y discotecas con su climaatrapante y la promiscuidad en las relaciones, que esdistinto de la familiaridad y confianza, son una de lasmayores causas de los desastres sexuales. Los estímu-los sin control deforman la sensibilidad.

El buscar la felicidad por el camino rápido deposeer lo que encandila, fascina y enardece losinstintos, arrastra al vacío y a la tristeza.

La ilusión de una libertad sin fronteras, ajena a todanorma moral, acaba sometiendo a las personas a laesclavitud de la pérdida de la libertad y la paz interior.

Y cuando ya no se tiene la ilusión, la libertad y lafelicidad, las personas se masifican perdiendo la sen-sibilidad ante los valores y las virtudes, la capacidadpara el encuentro y el poder de construir una sociedadmás comunitaria.

55555 LOS ESTÍMULOS DE LALOS ESTÍMULOS DE LALOS ESTÍMULOS DE LALOS ESTÍMULOS DE LALOS ESTÍMULOS DE LASOCIEDAD DE CONSUMOSOCIEDAD DE CONSUMOSOCIEDAD DE CONSUMOSOCIEDAD DE CONSUMOSOCIEDAD DE CONSUMO

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Tal masificación genera individuos aislados, ávidosde ganancias y placeres inmediatos, sin sensibilidadcomunitaria. Porque los excesivos placeres sexualesproducen una ceguera intelectual especialmente paracaptar las realidades espirituales.

Es realmente alarmante la ingenuidad y con-descendencia de muchas familias ante estosmortales peligros morales en los que el am-biente envuelve a sus hijos; los que imitan estasociedad de consumo, refinada en la búsquedade placeres e inmadura y lenta para captar losvalores del espíritu.

Porque además de los estímulos de la sociedad deconsumo, hay un ataque a los principios moralescristianos, lo cual lleva a que las personas se sientan�despreciadas� y consideradas como antiguos o conprejuicios morales, si no siguen la corriente haciendolo que hace la mayoría.

Es necesario en las familias la reflexión y el diálogopara promover lo moralmente razonable, educandopersonas que no vivan por imitación sino según la razóny la fe cristiana.

�La plena realización de la vida conyugal y enconsecuencia la estabilidad y santidad de lafamilia dependen de la formación de la con-ciencia y de los valores asimilados durantetodo el proceso formativo de los mismos pa-dres.� 9

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Esta presión del libertinaje se hace sentir en losgrupos, fiestas, salidas, y va minando la vivencia de losauténticos valores y exponiendo a los jóvenes a lasrelaciones prematrimoniales.

Sólo con un buen respaldo familiar, una fuertepersonalidad moral y con la oración, los sacramentosy el acompañamiento espiritual es posible superarestas tentaciones ambientales.

Porque la cultura dominante actual, trata deseducirnos con la fuerza poderosa y sutil de las imáge-nes y los impactos afectivos. Por eso hay que discernirel bien y el mal en los niveles más profundos de laafectividad para no ser manipulados y arrastrados porel libertinaje. Distinguir entre los buenos y los malosespíritus. El hedonismo, la búsqueda de placeresinmediatos y el subjetivismo moral, crean una confu-sión desintegradora en la conciencia, especialmenteentre los jóvenes.

Por algo Cristo ha prevenido a los hombres de todoslos tiempos diciendo: �cuídense de que no se haganpesados los corazones de ustedes por el libertinaje, porla embriaguez y por las preocupaciones de la vida, yvenga aquel Día de improviso sobre ustedes, como unlazo, porque vendrá sobre todos los que habitan la fazde la tierra� (Lc. 21, 34-35).

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as relaciones prematrimoniales son en muchoscasos: la experiencia de la duda, o sea

que psicológicamente carecen de la fuerza y seguridadde lo verdadero y auténtico.

Aún quienes han sido defensores teóricos (adu-ciendo la madurez del amor o las circunstancias),cuando las han tenido experimentan cierto grado defrustración y de angustia.

En lo profundo del corazón humano, especialmenteen el de la mujer por su sensibilidad a los valores delamor y a sus posibles consecuencias, se intuye loinauténtico y riesgoso del paso. La falta de reflexión, ladebilidad, la presión de las circunstancias, con susexcesos de estímulos, pueden llevar a dar el paso de lasrelaciones prematrimoniales, en un real contexto psi-cológico de duda.

Se experimenta luego la pérdida de la paz y la vidase vuelve más confusa. Lo cual es lógico, porque todapersona normal capta el dinamismo del amor y alviolentarlo sufre las consecuencias de su equivocacióno pecado.

El mismo dinamismo que deja feliz a la mujer y alhombre recién casados que mantienen su primerarelación sexual: ¿por qué entonces frustra y angustiaa quienes mantienen esa relación antes del matrimo-nio?. ¿Por qué los perturba y deja una sensación de

66666 LA EXPERIENCIALA EXPERIENCIALA EXPERIENCIALA EXPERIENCIALA EXPERIENCIADE LA DUDADE LA DUDADE LA DUDADE LA DUDADE LA DUDA

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vacío? Es que la relación sexual tiene una gran impor-tancia en la vida humana que no se puede desconocer,ni violentar arbitrariamente.

Desde que el pecado original ha oscurecido laconciencia humana, el quehacer de distinguir lo buenode lo malo se ha vuelto una tarea difícil. Porque es enla misma realidad del amor donde el hombre debe saberleer y dar las respuestas adecuadas. Estas respuestasverdaderas y fieles, tienen sus consecuencias buenas;así como las actitudes inadecuadas e impacienteshacen sentir al hombre sus consecuencias negativas.

La entrega sexual plena manifiesta una totalidady exclusividad que sólo se da en el amor matrimonial.

�No se puede dar tanto a una persona con laque no se comparte la vida definitivamente ypara siempre� El gesto de entrega, su mensajeprofundamente humano y simbólico, dice tam-bién algo más de lo que ambos puedan darse enconcreto. Y decir más de lo que hay es unamentira, una exageración� Una vivencia deeste tipo siente, además la necesidad de hacer-se pública y visible. La clandestinidad roba alcariño una parte de su naturalidad y alegría,como el que mantiene y oculta algo que no lepertenece.� 10

�Desgraciadamente a estas parejas, víctimas delintimismo les cuesta reconocer esa irrenunciable dimen-sión social de su amor y la absoluta necesidad de suinstitucionalización.� 11

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Es necesario tener la humildad y valentía dereconocer las disonancias interiores y las consecuen-cias frustrantes del mal del pecado.

Porque el mal contenido por ignorancia o por unerror de juicio no culpable, puede no ser imputable a lapersona que lo hace; pero no por eso deja de ser un mal,un desorden con relación a la verdad sobre lo que esbueno.

Pero hay que tener presente, ante esta situaciónde duda y división interior, que el amor misericordiosode Dios es capaz de perdonarnos, sanarnos y recons-truir la integridad de nuestro yo.

Esta experiencia de duda existencial, generada porlas relaciones prematrimoniales, suele ir acompañadadel temor a ser descubiertos y a la posibilidad delembarazo. Surgen también otros temores como el deser traicionados, abandonados y el siempre latentetemor del desencanto del novio o de la novia, despuésde esta experiencia desordenada y carente de uncompromiso definitivo.

�Cuando uno no está bien con Dios, tampocopodrá tener paz consigo mismo y mucho me-nos estará en paz con los demás� (Don Bosco).

Como nos dice la Iglesia Católica las relacionesprematrimoniales caen dentro del pecado de fornica-ción. �La fornicación es la unión carnal entre un hombrey una mujer fuera del matrimonio. Es gravemente contra-ria a la dignidad de las personas y de la sexualidadhumana, naturalmente ordenada al bien de los esposos,así como a la generación y educación de los hijos.� 12

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odos reconocemos que el grado de intimidad de loscompañeros, de los amigos, de los novios y de

los esposos es diferente. Las reales condiciones (dere-chos y deberes) de estas distintas concreciones delamor son diversas. El noviazgo es tiempo para educary madurar la afectividad, ejercer el dominio sobre eldeseo de placer y orientar las inclinaciones desordena-das de la persona humana.

En cambio las relaciones prematrimoniales atro-pellan en forma irresponsable estas condicionantes yson precisamente malas, porque están fuera de lugar,no corresponden al grado de intimidad del noviazgo.

Se confunden muy superficialmente, las ganas conla autenticidad; pero la responsabilidad le hace ver alhombre que no debe dar ese paso hasta no encontrarseen la situación de esposo y esposa.

Y si bien es comprensible que el actual desequilibrioafectivo que afecta a la sociedad y particularmente a losjóvenes, haya producido una espontaneidad superfi-cial, una dictadura de los sentidos en el momento de lasopciones, y por lo tanto un predominio de lo emotivo, esnecesario que una nueva concepción y educaciónhumanista-evangélica restablezca los valores del dina-mismo del amor.

Porque �como enseña la experiencia, para que launión sexual responda verdaderamente a las exigencias

77777 INTIMIDADINTIMIDADINTIMIDADINTIMIDADINTIMIDADY AMORY AMORY AMORY AMORY AMOR

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de su propia finalidad y de la dignidad humana, el amortiene que tener su salvaguardia en la estabilidad delmatrimonio� .�Así lo entendió y enseñó siempre la Iglesiaque encontró además, amplio acuerdo con su doctrina enla reflexión ponderada de los hombres y en los testimo-nios de la historia.� 13

La gran obra budista Dhammapada dice que:

�Si un hombre habla u obra con un pensamien-to malo, el sufrimiento lo sigue como la ruedasigue la pata del buey que tira el carro�. �Perosi un hombre habla u obra con un pensamientopuro, la felicidad lo sigue como una sombra queno la abandona nunca�. Para Buda la curaciónera, sobre todo cuestión de transformación dela mente y del corazón: había que liberar a lamente del error y la ignorancia y purgar elcorazón de los falsos deseos y de los falsosvalores.

0 sea una llamada al ayuno de la mente y delcorazón de todo lo ilusorio, fruto de la ignorancia,engañoso y malo y una llamada a la fiesta espiritual enel �recto conocimiento� y, por último, en la eternabienaventuranza.14

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l amor de posesión es una actitud interior queposeen muchas veces los novios, o uno de ellos,

y por la cual tratan de �apropiarse� de la persona quese quiere.

Por eso �la sexualidad posesiva, busca lograrmediante la caricia, que la conciencia y lalibertad del otro se identifiquen con su cuerpo,para así, poseyendo su cuerpo, apropiarse desu conciencia y de su libertad�.15

Esta actitud del amor posesivo es expresión delegoísmo y va acompañada, frecuentemente, de impo-siciones, exigencias y desconsideración. Suele llevar alos novios a las relaciones prematrimoniales.

Es un círculo asfixiante que busca, por lo general,las gratificaciones placenteras y no el bien de la personay la verdad del amor.

Por el contrario, el ideal del amor cristiano buscala participación en el ser del otro, la sinceridad y ladonación que hace libre. Porque la afirmación de lalibertad de una persona es un acto de amor.

El amor así entendido tiene por fin la solidaridad;el sentir como propio cuanto afecta de favorable odesfavorable a la persona que se ama.

88888 EL AMOREL AMOREL AMOREL AMOREL AMORPOSESIVOPOSESIVOPOSESIVOPOSESIVOPOSESIVO

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�El amor es paciente, es servicial; el amor notiene celos, no hace alardes, no se envanece,no procede con bajeza, no se alegra de lainjusticia sino que se regocija con la verdad� (1Cor. 13, 4-6).

Este dinamismo del amor cristiano tiene comocumbre y faro que ilumina las actitudes, el testimonioy la palabra de Cristo: �Nadie tiene mayor amor que elque da su vida por sus amigos� (Jn. 15,13).

El egoísmo posesivo en el amor presiona la libertad,lesiona la pureza del corazón y termina esclavizando ala persona.

En cambio cuanto más el hombre trata de superar-se a sí mismo para entrar en armoniosa comunión conlos demás y con Dios, tanto más se personaliza y libera.

�Libre es el hombre que forma una sola cosacon Dios.� (K. Rahner)

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a Biblia nos dice que el hombre creado a imageny semejanza de Dios, desobedeció a su Creador.

Se apartó de Él y contrajo una herida original quellamamos pecado. Pero de la misericordia de Dios, nacela promesa de la salvación para el hombre caído.

Dios es el principio y el fin del hombre. Y las mismasnormas morales tienen una motivación profunda yaque obedecen al modelo del actuar divino.

�Si la moral bíblica tiene un alcance que pareceexceder los límites religiosos particulares yencerrar elementos de una �moral natural�universal y válida para todo ser humano esporque ese Dios bíblico, es al mismo tiempocreador y por lo tanto creador de un ordennatural. Motiva el comportamiento humanodesde dentro.� 16

En el Nuevo Testamento, Cristo, nos subraya lanecesidad de seguir su Palabra: �ustedes son misamigos, si hacen lo que yo les mando�; advirtiéndonos,también, que: �no todo el que me diga Señor, Señor,entrará en el Reino de los cielos sino el que haga laVoluntad de mi Padre Celestial� (Mt. 7,21).

99999 VISIÓN BÍBLICA DE LAVISIÓN BÍBLICA DE LAVISIÓN BÍBLICA DE LAVISIÓN BÍBLICA DE LAVISIÓN BÍBLICA DE LASEXUALIDADSEXUALIDADSEXUALIDADSEXUALIDADSEXUALIDAD

L

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Exalta en forma extraordinaria el valor de larectitud del corazón o sea la pureza y transparencia dela vida: �Bienaventurados los limpios de corazón, por-que ellos verán a Dios� (Mt. 5,8).

Al tiempo que urge al hombre a vivir en unconstante proceso de purificación y crecimiento:�Han oído que se dijo: no cometerás adulterio. Puesyo les digo: todo el que mira a una mujer deseán-dola, ya cometió adulterio con ella en su corazón�(Mt, 5, 27-28).

�Lo que sale del hombre, eso sí lo hace impuro.Porque de adentro, es decir del corazón de loshombres, salen los malos pensamientos, eladulterio, la inmoralidad sexual, los asesina-tos, los robos, el deseo de tener lo ajeno, lasmaldades, el engaño, la vida viciosa, la envidia,los chismes, el orgullo, la falta de juicio. Todasesas cosas vienen de adentro y hacen impuroal hombre� (Mc. 7, 21-23).

Y en la carta a los Corintios, en el capítulo seis secondena la unión sexual fuera del matrimonio: �Huyanpues de la inmoralidad sexual. Cualquier otro pecadoque la persona comete, se comete fuera del cuerpo; peroel que tiene relaciones sexuales fuera del matrimoniopeca contra su propio cuerpo.

¿No saben ustedes que su cuerpo es templo delEspíritu Santo que Dios les ha dado, y que el EspírituSanto vive en ustedes? Ustedes no son dueños deustedes mismos, porque Dios los compró a gran precio.

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Por eso, deben honrar a Dios tanto con el cuerpo comocon el espíritu, porque las dos cosas son de Dios� (1ªCorintios 6, 18-20).

Y en la carta a los Efesios se nos dice: �Porquetengan entendido que ningún fornicario o impuro ocodicioso �que es ser idólatra� participará en la heren-cia del Reino de Cristo y de Dios� (Efesios 5,5).

La Biblia fundamenta pues, toda la conductamoral del hombre y también su sexualidad, en larelación con Dios que actúa en la historia. En la libreaceptación, por parte del hombre, de la Palabra deDios, éste se realiza purificándose del pecado y cre-ciendo en rectitud de vida.

Así, Dios establece con el hombre, una Alianza quees vinculación y pertenencia. Y enseña al hombre abuscar la Alianza en los caminos del amor.

Y cuando por una opción definitiva y total elhombre y la mujer realizan la alianza matrimo-nial, se vinculan y pertenecen el uno al otro:entonces sí están dadas las condiciones parala unión total, incluyendo la sexual.

Aunque �muchos reivindican hoy el derecho a launión sexual antes del matrimonio, al menos cuandouna resolución firme de contraerlo y un afecto que encierto modo es ya conyugal en la psicología de losnovios piden el complemento, que ellos juzgan conna-tural; sobre todo cuando la celebración del matrimoniose ve impedida por las circunstancias, o cuando esta

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relación íntima parece necesaria para la conservacióndel amor�.

Semejante opinión se opone a la doctrina cristianasegún la cual debe mantenerse en el cuadro delmatrimonio todo acto genital humano.

Jesucristo quiso que fuese estable la unión y larestableció en su primitiva condición sexual.�No han leído que el Creador desde el principio,los hizo varón y mujer y que dijo: por eso dejaráel hombre a su padre y a su madre y se uniráa su esposa, y los dos se harán una carne. Puesbien lo que Dios unió no lo separe el hombre�(Mt.19, 4-6).17

No existe para la visión bíblica y cristiana unhombre y una sexualidad autónoma, que obre prescin-diendo del Dios Creador, Redentor y Señor de lahistoria.

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EL HOMBRE IMAGEN DE DIOSEL HOMBRE IMAGEN DE DIOSEL HOMBRE IMAGEN DE DIOSEL HOMBRE IMAGEN DE DIOSEL HOMBRE IMAGEN DE DIOSCOMUNIDAD DE AMORCOMUNIDAD DE AMORCOMUNIDAD DE AMORCOMUNIDAD DE AMORCOMUNIDAD DE AMOR

La Biblia nos enseña que el hombre ha sido creadoa imagen de Dios. Dijo Dios: �hagamos al hombre anuestra imagen y semejanza�. Y creó Dios al hombre asu imagen. �A imagen de Dios los creó hombre y mujer�(Gén. 1, 26-27).

Más aún, habla frecuentemente del amor; y prin-cipalmente los profetas emplean las imágenes y ellenguaje del amor humano para hablar de Dios y de suamor a los hombres.

Porque Dios mismo es comunidad de amor: elPadre, el Hijo, y el Espíritu Santo; y viene a conversarcon el hombre, para entablar con él una amistadsalvadora.

En el Antiguo Testamento encontramos variosejemplos concretos de este amor-amistad de Dios conel hombre. Así Abraham llamado por Dios llega a seramigo y confidente de Dios, Yahvé se preguntó: �No lecomunicaré a Abraham lo que voy a hacer, siendo queme he fijado en Abraham para que salga de él unanación grande y poderosa y para que por su intermedioreciban bendiciones todos los pueblos de la tierra�(Gén. 18, 17).

1010101010 REFLEXIONES CRISTIANASREFLEXIONES CRISTIANASREFLEXIONES CRISTIANASREFLEXIONES CRISTIANASREFLEXIONES CRISTIANASSOBRE LAS RELACIONESSOBRE LAS RELACIONESSOBRE LAS RELACIONESSOBRE LAS RELACIONESSOBRE LAS RELACIONESPREMATRIMONIALESPREMATRIMONIALESPREMATRIMONIALESPREMATRIMONIALESPREMATRIMONIALES

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Lo mismo Moisés conversaba con Dios como con unamigo y tenía gran intimidad con El: �Yahvé hablabacon Moisés cara a cara, como habla un hombre con suprójimo (Ex. 33,11).

Yahvé contestó a Moisés: �Haré esto que meacabas de pedir, pues te quiero y te conozco por tunombre� (Ex. 33, 17).

También los profetas aparecen como los confiden-tes de Dios, amados personalmente por un Dios, cuyaelección se posesiona de ellos, los desgarra a veces, perolos llena también de gozo: son los testigos del drama delamor y de la ira de Yahvé. Oseas, luego Jeremías yEzequiel, revelan que Dios es el esposo de Israel, sinembargo, el pueblo no cesa de ser infiel; este amorapasionado y exclusivo es correspondido únicamentecon ingratitud y traición. Pero el amor es más fuerte queel pecado, aun cuando deba sufrir; perdona y recrea enIsrael un corazón nuevo, capaz de amar.18

Todas estas enseñanzas fundamentales sobre elamor, alcanzan su máxima expresión con la venida deCristo, el cual vive, como Dios y como hombre, el diálogode amor entre Dios y el hombre.

Desde entonces el amar a Dios con todo el corazóny el amarnos los unos a los otros, con amor de hijos, dehermanos, de amigos o de esposos, será la ley funda-mental de la existencia humana.

Por eso para los cristianos, aunque a muchosparezca sorpresivo, todos los problemas hu-manos, sean los del amor, la sexualidad, lasrelaciones prematrimoniales deben contem-plarse en esa perspectiva del amor de Diosmanifestado en Cristo.

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Perspectiva de fe clara y definida que orienta la vidadel cristiano, pero que no se impone, sino que sepresenta como una dialogante posibilidad para los quevan descubriendo el amor al hombre y a Dios.

Y así las interrogantes vitales sobre el amor y susproblemas, mirados a la luz de la fe, hacen que elhombre no se repliegue sobre sí mismo, sino que setrascienda preguntándose:

� ¿En qué forma el proyecto de amor de Dios puededar sentido a nuestro amor y nuestra vida sexual?

� ¿Cómo los hombres y mujeres somos imágenes deDios comunidad de amor?

� ¿La sexualidad es para expresar y construir el amoro para ser utilizada en forma egoísta?

La fe nos dice en síntesis: Que el amor es un dony un llamado que nos hace Dios, nuestro Padre.Que el amor tiene su máxima expresión enJesucristo. Que por la acción del EspírituSanto se ofrece a todos, es universal.

Por eso el hombre y la mujer, sobre todo en elmatrimonio cristiano, son llamados a ser imagen deDios, comunidad de amor.

Es esta una misteriosa realidad que es necesariocontemplar y descubrir en la fe.

Y por el contrario, todo lo que se opone y desvía deeste llamado existencial del amor divino, recibe el nom-bre de pecado. Y en esta perspectiva egoísta y limitantese encuentran las relaciones prematrimoniales.

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EL SENTIDO DE NUESTRA SEXUALIDADEL SENTIDO DE NUESTRA SEXUALIDADEL SENTIDO DE NUESTRA SEXUALIDADEL SENTIDO DE NUESTRA SEXUALIDADEL SENTIDO DE NUESTRA SEXUALIDAD

Para situar el problema de las relaciones prematri-moniales tenemos que comenzar por preguntarnos:¿qué sentido tiene la sexualidad?

La sexualidad es una de las grandes dimensionesde la vida humana.

Por eso es importante descubrir y vivir auténtica-mente su sentido, ya que es un factor decisivo en elequilibrio y la maduración normal de las personas ycomunidades.

La sexualidad abarca toda la persona y es unimpulso básico de apertura al otro en cuantodistinto. Por eso el hombre está abierto a lamujer y viceversa.Este instinto original de la sexualidad, buscael encuentro, el amor, la amistad de las perso-nas. Lleva a la comunión interpersonal. Esposibilidad de encuentro.Es un dinamismo interior que nos hace expe-rimentar la fascinación del otro sexo.

La sexualidad debe ser canalizada: �La canaliza-ción de la sexualidad deberá hacerse por medio de laconciencia y la libre responsabilidad�.19

La tendencia hacia el otro va acompañada, favore-cida y estimulada, fundamentalmente, por la búsque-da del placer.

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Esta búsqueda del placer puede integrarse enuna verdadera comunión interpersonal; o porel contrario siguiendo el camino del egoísmo,convertirse en el objetivo principal. Y cuandoel placer es lo principal se frustra el sentido dela sexualidad.

Como coronamiento de esta apertura placentera alotro sexualmente distinto, y de la comunión sexual estála fecundidad.

La comunión, el gozo y la fecundidad constituyenel significado profundo de la sexualidad. La sexualidadsiendo fuerza de comunión debe ir acompañada dellenguaje, hecho de palabras y gestos.

El hombre ha sido creado a imagen y semejanzade Dios. Pues bien, la diferencia sexual del hombre yla mujer es parte de esta realidad. El hombre propia-mente tal es pareja; el varón y la mujer hechos el unopara el otro.

La sexualidad orienta al hombre a la apertura alotro. �Y dijo Dios: no es bueno que el hombre esté solo,voy a hacerle una ayuda adecuada� (Gén. 2,18).

El hombre como ser personal es para el otro, nopara sí mismo.

�Y dijo Dios: sean fecundos y multiplíquense, llenenla tierra y sométanla� (Gén. 1, 28). La apertura radicalde la persona humana y la vocación a la comunión setorna más clara cuando este amor tiene un fruto: unnuevo ser humano, un hijo.

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Es entonces cuando entendemos todavía mejorcómo el hombre es imagen de Dios, uno en tres personas.

Pero la realidad de la sexualidad nos muestratambién el dinamismo destructor del pecado. Elegoísmo se deja sentir con fuerza, también en lasexualidad.

Las relaciones hombre-mujer quedan turbadas yserá difícil mantener el dominio espiritual sobre el sexo(Gén. 3, 7).

La sexualidad es un campo frágil donde aparecefácilmente el desorden moral. La seducción y lasactitudes de dominación crean continuas dificultadesal amor.

La infidelidad o sea el pecado en este campo, comoen otros, lleva a la deshumanización y a la frustración.

Es que el pecado no consiste simplemente enla transgresión de una ley externa a nosotros,sino que significa el desajuste interno de lapersona y dificulta cada vez más la integra-ción de las fuerzas instintivas en la libera-ción personal.

Pero la acción salvadora de Cristo hace posible queel plan de Dios sobre el hombre y la humanidad lleguea ser una realidad.

El corazón del hombre es renovado por la acción delEspíritu Santo, que lo capacita para amar. Lo vuelvecada día más imagen de Dios.

La acción del Espíritu Santo interioriza y fortaleceel amor.

Por lo tanto para vivir el amor en forma plenamentehumana y evangélica, el hombre deberá adoptar unaconstante actitud de lucha y vigilancia.

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Los orígenes del llamado del hombre a la unidad yal amor no debemos colocarlos simplemente en ladiferenciación sexual; sino que la vocación a la comu-nión y al amor nace de Dios, comunidad de amor delPadre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Esto significa que no es la sexualidad lo deci-sivo, sino el amor en Cristo; la capacidad deentrega a Dios y a los hombres.

La vida de Cristo es un testimonio de esto. El no secasa; y con ello inaugura un nuevo estilo de vida decomunidad y de amor que es el definitivo. Un día todala humanidad salvada vivirá así, en el amor.

�Porque primeramente cuando haya resurrecciónde los muertos, ni los hombres, ni las mujeres secasarán, sino que serán como ángeles de Dios en elcielo� (Mt. 22, 30). Así la sexualidad en el hombre esposibilidad para el amor o no es nada.

Nuestras energías corporales y la sexualidad debe-rán estar centradas en el amor, ya que a menudoestamos tentados de utilizar al otro.

El amor nos pide integrar el sexo al servicio de lacomunión interpersonal libre y justa.20

�Yo les daré un solo corazón, y pondré en ellosun espíritu nuevo; quitaré de su cuerpo elcorazón de piedra y les daré un corazón decarne, para que caminen según mis preceptos,observen mis normas y las pongan en práctica,y así sean mi pueblo y yo sea su Dios� (Ezequiel11, 19-20).

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★ “Entonces Yavé Dios formó al hombre con polvo de latierra; luego sopló en sus narices un aliento de vida, yexistió el hombre con aliento y vida.” (Gn. 2, 7-8)

★ Por eso el hombre deja a su padre para unirse a su mujer,y pasan a ser una sola carne. (Gn. 2, 24)

★ “Ustedes han oído que se dijo: ‘No cometerás adulterio’.Pero yo les digo: Quien mira a una mujer con malosdeseos, ya cometió adulterio con ella en su corazón.”(Mt. 5,27)

★ “No bastará con decirme: ¡Señor! ¡Señor!, para entrar enel Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace lavoluntad de mi Padre del Cielo. Aquel día muchos medirán: ¡Señor, Señor! Hemos hablado en tu nombre, y entu nombre hemos expulsado demonios y realizado mu-chos milagros: entonces yo les diré claramente: Nuncales conocí. ¡Aléjense de mí, ustedes que hacen el mal!”(Mt. 7, 21-23)

★ “Huyan de la relaciones sexuales prohibidas. Cualquierotro pecado que alguien cometa queda fuera de sucuerpo; pero el que tiene relaciones sexuales pecacontra su propio cuerpo. ¿No saben que su cuerpo estemplo del Espíritu Santo que han recibido de Dios y queestá en ustedes? Ya no se pertenecen a sí mismos.Ustedes han sido comprados a un precio muy alto;procuren, pues, que sus cuerpos sirvan a la gloria deDios.” (1ª Corintios 6, 18-20)

Todos obramos de acuerdo a una concepción de la vida.La visión cristiana nos dice que la persona humana estállamada al encuentro y la entrega en el amor según elproyecto de Dios.

EL PROYECTO DE DIOS SOBREEL HOMBRE Y LA MUJER

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1.1.1.1.1. Constatamos una gran crisis en los valores huma-nos. Parece necesaria la vuelta a una sabiaantropología cristiana. Dentro de este contextodebemos situar el problema de las relacionesprematrimoniales.La palabra de Dios y la enseñanza de la Iglesiapueden iluminar el pensamiento emotivo y subje-tivo actual dándole un nuevo sentido.Especialmente a los jóvenes que muchas veces sepreguntan sobre el sentido de la amistad, elnoviazgo, la sexualidad y el amor.

2.2.2.2.2. El hombre está llamado al encuentro en el amor ydebe educar su sensibilidad y deseos para vivir almodo de Cristo, saliendo del encierro limitante delegoísmo.

3.3.3.3.3. Las relaciones prematrimoniales son un caminoque ciega los ojos del espíritu. La luz viene por elcamino de la educación para el amor y la formaciónen la virtud de la castidad. Una energía queproyecta verdad y belleza.

4.4.4.4.4. El amor se construye sobre la verdad personal ycomunitaria. El gesto sexual pide el compromisototal y definitivo del matrimonio para ser verdade-ro. Antes es un signo vacío. Porque sólo la verdadde Dios (su proyecto) nos hace libres y por lo tanto

CONCLUSIONES YCONCLUSIONES YCONCLUSIONES YCONCLUSIONES YCONCLUSIONES YORIENTACIONESORIENTACIONESORIENTACIONESORIENTACIONESORIENTACIONES

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el hombre no puede comer la manzana prohibidasin experimentar la angustia de la confusión, elmiedo y el vacío. El alejamiento de Dios.

5.5.5.5.5. Los estímulos de la sociedad de consumo, promo-vidos por los medios de comunicación, son causafrecuente de los desórdenes sexuales. Una granmasa que se mueve por la imitación, cae en estosmortales peligros morales, a veces sin concienciay protección familiar. Se requiere personalidadfuerte, oración, sacramento y acompañamiento.

6.6.6.6.6. Son una experiencia de la duda. Carecen de lafuerza que la verdad aporta al espíritu del hombreque obra bien. Es una experiencia que tiende agenerar angustia y vacío. Hace perder la paz conDios, consigo mismo y los demás. Los centros depoder que imponen minuciosos controles en todaslas actividades, en este campo hacen muy poco. Laformación de la conciencia moral popular, pareceser asunto exclusivamente personal, o de la comu-nidad eclesial, y al final, los intereses de unospocos imponen a la sociedad los modelos de unamoral natural permisiva y consumista de place-res. Esta promoción del libertinaje destroza ydesorienta el sentido moral del pueblo con múlti-ples consecuencias. Destruye los valores.

7.7.7.7.7. Ya la misma convivencia humana, reconoce gra-dos de intimidad distintos entre los compañeros,los novios y los esposos. Las relaciones prematri-moniales atropellan estas condicionantes reales.Se vive así, la intimidad de los esposos no siendoesposos. Ya la sabiduría budista enseñaba, desde

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antiguo, que es necesario un ayuno de la mente ydel corazón de todo lo que es ilusorio, fruto de laignorancia, engañoso y malo, y llama a la fiesta delespíritu basada en el recto conocimiento.

8.8.8.8.8. El amor posesivo y el instinto sexual abandona-dos a sí mismos, se reducen a genitalidad ytienden a adueñarse del otro, buscando la satis-facción personal.

9.9.9.9.9. Para la Biblia, Dios es el principio y el fin delhombre. Y sí la moral bíblica parece encerrarelementos �de una moral natural� universal esporque el Dios creador es al mismo tiempo el Diosde la historia. Él motiva el comportamiento huma-no desde dentro.

10.10.10.10.10. Es necesario contemplar el amor, la sexualidad yla genitalidad con la misteriosa y profunda miradade la fe y no en la perspectiva limitante del egoísmo.Porque la sexualidad es un impulso básico deapertura al encuentro con el otro en cuantodistinto. Lleva a la comunión interpersonal. Esposibilidad de encuentro. Es un dinamismo quenos hace experimentar la fascinación del otrosexo. La comunión, el gozo, y la fecundidad,constituyen el significado profundo de la sexuali-dad. Pero ella es un campo frágil en el que aparececon frecuencia el desorden moral. Cristo nosenseña que la sexualidad en el hombre es posibi-lidad para el amor.

11.11.11.11.11. �Las relaciones íntimas deben llevarse a cabo sólodentro del matrimonio, porque únicamente en él severifica la conexión inseparable, querida por Dios,

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entre el significado unitivo y el pro-creativo de talesrelaciones, dirigidas a mantener, confirmar y mani-festar una definitiva comunión de vida �una solacarne� mediante la realización de un amor �humano�,�total�, �fiel y exclusivo� y �fecundo�, cual el amorconyugal. Por esto las relaciones sexuales fuera delcontexto matrimonial, constituyen un desorden gra-ve, porque son expresiones de una realidad que noexiste todavía; son un lenguaje que no encuentracorrespondencia objetiva en la vida de las dos per-sonas, aún no constituidas en comunidad definitivacon el necesario reconocimiento y garantía de lasociedad civil y para los cónyuges católicos, tambiénreligiosa. Se van difundiendo, cada vez más, entrelos adolescentes y jóvenes ciertas manifestacionesde tipo sexual que de suyo disponen a la relacióncompleta, aunque sin llegar a ella. Estas manifesta-ciones genitales son un desorden moral porque sedan fuera de un contexto matrimonial.� 21 Lo funda-mental es, pues, el amor en Cristo a Dios y a loshermanos. El amor cristiano nos pide así, integrarel sexo en la comunión interpersonal libre, justa ysegún la voluntad de Dios.

�Misericordia, Dios mío, por tu bondad: apartade mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa.Crea en mi un corazón puro, renuévame pordentro, con espíritu firme.�

Salmo 50

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NOTASNOTASNOTASNOTASNOTAS

1. Ver Alfonso López Quintás, El amor humano, su sentido y sualcance, Edibesa, Madrid, segunda edición, 1992.

2. Gustavo Thibon, Sobre el amor humano, Rialp, Madrid, 1961, 64

3. Juan Pablo II, �Carta Encíclica Evangelium Vitae�, sobre el valory el carácter inviolable de la vida humana, 25/03/1995, Nº97.

4. Catecismo de la Iglesia Católica, Nº2350.

5. Sagrada Congregación para la doctrina de la Fe, �Declaraciónacerca de ciertas cuestiones de ética sexual�, Roma, 1975, Nº97.

6. E. López Azpitarte,Sexualidad y matrimonio hoy, Santander, SalTerrae, 1980, pp.175-178.

7. Xavier León Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica, pecado, 587,Barcelona, 1966.

8. M. Gandhi, Todos los hombres son hermanos, Ed. Atenas, 9ªedición, Madrid, 1984, 156-157.

9. C.E. Católica, �Orientaciones educativas sobre el amor huma-no�, Nº52.

10. E. López Azpitarte, Sexualidad y matrimonio hoy, Santander, SalTerrae, 1980, pp.175-178.

11. Osvaldo F. Ulrich cssr, �Por su gran misericordia�, Cuestionesmorales de actualidad en clave pastoral, Editorial Claretiana,Buenos Aires, 2000,134.

12. Catecismo de la Iglesia Católica, Nº2353.

13. Sagrada Congregación para la doctrina de la Fe, �Declaraciónacerca de ciertas cuestiones de ética sexual�, Nº7, Roma, 1975.

14. Bernard Tyrrell, Cristoterapia, Ed Paulinas, 1985, 92.

15. Miguel Bejizo, �L�Osservatore Romano�, 25 de marzo de 1976,Nº13, 9.

50

16. D. Familiar, Horacio Bojorge, La sexualidad, Nov-dic 1986,Nº160, 48.

17. Sagrada Congregación para la doctrina de la Fe, �Declaraciónacerca de ciertas cuestiones de ética sexual�, Roma, 1975, Nº7.

18. Xavier Leán Dufour, Vocabulario de teología bíblica, Barcelona,Herder, 1966, 70-71.

19. A. Hortelano, El amor y la familia en las nuevas perspectivascristianas, 38.

20. Para un enfoque más amplio sobre el sentido de la sexualidadse puede ver �El cristiano y la sexualidad�, en Catequesis parala comunidad cristiana, de F. Lodi y M. Longa, volumen 1, en elcual se inspira este punto, pp.95-96, Roma, 1983.

21. C. para la Educación Católica, �Orientaciones educativas sobreel amor humano�, Nº94.

Introducción ............................................................ 5

1. El amor y sus problemas ................................. 8

2. Educación para el encuentro en el amor ......... 9

Evangelización de los sentidosy de la sensibilidad ........................................ 11

3. Educación para la virtud de la castidad ........ 15

4. El amor exige la verdad en lopersonal y comunitario .................................18

5. Los estímulos de la sociedad de consumo...... 23

6. La experiencia de la duda .............................. 26

7. Intimidad y amor ........................................... 298. El amor posesivo............................................ 31

9. Visión bíblica de la sexualidad ....................... 33

10. Reflexiones cristianas sobre lasrelaciones prematrimoniales.......................... 37

El sentido de nuestra sexualidad .................. 40

El proyecto de Dios sobre elhombre y la mujer ......................................... 44

Conclusiones y orientaciones ............................... 45

Notas ..................................................................... 49

ÍNDICEÍNDICEÍNDICEÍNDICEÍNDICE