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REPARACIÓN INTEGRAL Y DÉFICIT DE PROTECCIÓN A LA VICTIMAS.
A PROPÓSITO DE LAS SENTENCIAS DEL CONSEJO DE ESTADO SOBRE
REPARACIÓN DEL DAÑO INMATERIAL EN CASOS DE
DESPLAZAMIENTO FORZADO
Por: María Camila Flechas Hernández1
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1 INTRODUCCIÓN Y PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 3
1.1 METODOLOGÍA 6
2 CONTEXTO GENERAL DE: I) EL CONFLICTO ARMADO RESPECTO DEL DESPLAZAMIENTO
FORZADO, II) EL DAÑO INMATERIAL, III) LA REPARACIÓN INTEGRAL Y IV) EL RÉGIMEN DE
RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO. 8
2.1 PANORAMA DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO RESPECTO DEL DESPLAZAMIENTO
FORZADO. 8
2.2 DAÑO INMATERIAL CAUSADO DURANTE EL DESPLAZAMIENTO FORZADO. 12
2.3 REPARACIÓN INTEGRAL 16
2.4 RÉGIMEN DE RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO 19
3 EVALUACIÓN JURISPRUDENCIAL DE LAS DECISIONES DICTADAS POR EL CONSEJO DE ESTADO,
ENTRE LOS AÑOS 2014 AL 2018, EN RELACIÓN CON EL DESPLAZAMIENTO FORZADO Y EL
RECONOCIMIENTO DE UNA REPARACIÓN INTEGRAL, COMO CONSECUENCIA DE LOS DAÑOS
INMATERIALES CAUSADOS A LAS VÍCTIMAS. 22
4 ANÁLISIS CRÍTICO DE LOS FALLOS DADOS POR EL CONSEJO DE ESTADO EN LA MATERIA
EVALUADA EN EL CAPÍTULO PRECEDENTE 29
4.1 DE LA INOBSERVANCIA DE LA SENTENCIA DE UNIFICACIÓN DEL 28 DE AGOSTO DE 2014.
RAD.32 988 29
4.2 VENTAJAS DE PROPORCIONAR UNA REPARACIÓN INTEGRAL 31
5 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 34
5.1 CONCLUSIONES 34
5.2 RECOMENDACIONES 36
1 La autora agradece a la profesora LUISA MARÍA ACEVEDO GONZALEZ por su orientación, apoyo e invaluables
críticas para el desarrollo del presente trabajo.
2
6 BIBLIOGRAFÍA 37
RESUMEN
La presente investigación, pretende demostrar sí el Consejo de Estado ha actuado de
manera adecuada ante las necesidades de las víctimas de desplazamiento forzado que exigen
una reparación integral, entendiendo por aquella la inclusión de las cinco medidas que la
componen, a saber: i) restitución; ii) indemnización; iii) satisfacción, iv) rehabilitación, y v)
garantías de no repetición. De esta manera, a lo largo del documento se evidenciará como
dicha Alta Corte ha reparado los daños generados por el desplazamiento forzado, en especial
los inmateriales.
Así, se demuestra como los Consejeros de Estado en sus fallos no han aplicado de
forma consistente ni uniforme el concepto de reparación integral respecto del daño inmaterial
causado por el desplazamiento forzado. Pues, en ninguna de las sentencias analizadas se
observó la aplicación de la totalidad de las medidas que componen la reparación integral. Por
el contrario, se evidenció que las medidas usadas con mayor frecuencia para reparar la
afectación causada eran la medida indemnizatoria, la de satisfacción y la de rehabilitación.
Lo anterior, soportado en la revisión jurisprudencial realizada entre los años 2014 a 2018.
Delimitación temporal que fue seleccionada, ya que la Sección Tercera del Consejo de Estado
en sentencia de fecha 28 de agosto de 2014 con Radicado 32988 unificó los criterios de
reconocimiento y tasación de perjuicios inmateriales por afectación relevante a bienes o
derechos convencional o constitucionalmente amparadas, en la que se privilegian las medidas
no pecuniarias de reparación sobre la de indemnización.
Palabras claves: Consejo de Estado, reparación integral, desplazamiento forzado, daño
inmaterial, responsabilidad extracontractual estatal, precedente vertical.
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1 INTRODUCCIÓN Y PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
“En el contexto de la violencia contemporánea en Colombia, más de seis millones de
personas se han visto forzadas a desplazarse dentro y fuera del territorio nacional,
abandonando sus hogares, sus tierras y territorios, sus bienes, sus costumbres, sus
comunidades y sus formas de vida”2. Al finalizar el año 2017, el Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en el informe “Tendencias globales
desplazamiento forzado en el 2017”3, ratificó que Colombia con 91.431 personas desplazadas
en el país, para un total de 7,7 millones, es el segundo país con mayor desplazamiento forzado
interno. Se advierte, que en la mayoría de los casos tal situación se ha dado como
consecuencia del conflicto armado que vive el país, y se trata de uno de los hechos
victimizantes masivo, en constante crecimiento y sistemático, hasta el punto de adquirir
dimensiones de una crisis humanitaria.
El desplazamiento forzado no es un fenómeno reciente, por el contrario de acuerdo con el
Centro Nacional de Memoria Histórica (en adelante CNMH), éste ha sido asimilado como
un componente “estructural que caracteriza transversalmente la historia colombiana,
partiendo de diferentes procesos de despojo y expulsión de población”4. En este sentido, a
pesar de que en un inicio debía entenderse como una situación transitoria, ahora se analiza
desde una perspectiva con vocación de permanencia. Así, el Estado desde su posición de
garante y protección de los derechos humanos, se encontraba en la obligación de crear una
política pública que estuviera orientada a atender y prevenir la desprotección masiva de
derechos constitucionales que se estaba generando como consecuencia del desplazamiento
forzado. Fue así como, hasta el año 1997, mediante la promulgación de la Ley 387 del mismo
año, “se construyó un marco jurídico para la política de atención integral a la población
desplazada”5, en la que se define la condición de desplazado:
“Es desplazado toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro del territorio
nacional abandonando su localidad de residencia o actividades económicas
habituales, porque su vida, su integridad física, su seguridad o libertad personales han
sido vulneradas o se encuentran directamente amenazadas con ocasión de cualquiera
de las siguientes situaciones: Conflicto armado interno; disturbios y tensiones
2Centro Nacional de Memoria Histórica. “Una nación desplazada: informe nacional del desplazamiento forzado
en Colombia” Bogotá: CNMH, 2015. Pág. 25. Recuperado de
http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2015/nacion-desplazada/una-nacion-desplazada.pdf 3 Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados. “Informe Tendencia Globales desplazamiento forzado
2017.” ACNUR. 2017. Pág. 6. Recuperado de https://www.acnur.org/5b2956a04.pdf 4 Centro Nacional de Memoria Histórica. OpCit. Pág. 35. 5Rodríguez, Cesar & Rodríguez Diana.
“El.contexto:.el.desplazamiento.forzado.y.la.intervención.de.la.Corte.Constitucional” En: Cortes y cambio social, como la
Corte Constitucional transformó el desplazamiento forzado en Colombia. DeJusticia: Bogotá. 2010. Pág. 74. Recuperado
de https://www.dejusticia.org/wp-content/uploads/2017/04/fi_name_recurso_185.pdf
4
interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los Derechos Humanos,
infracciones al Derecho Internacional humanitario u otras circunstancias emanadas
de las situaciones anteriores que puedan alterar drásticamente el orden público”6
A pesar de los esfuerzos y las buenas intenciones que traía dicha Ley en materia de
prevención y atención a dicha situación se debe afirmar, que su materialización sólo se
concedió de manera formal, es decir solo se logró la promulgación de la norma, pero sus
efectos instrumentales sobre la realidad de la vida de las personas que han sido desplazadas
no generó mayor impacto, “demostrando una profunda pasividad estatal”7. Tanto así que la
Corte Constitucional 7 años después, en un histórico pronunciamiento a través de la sentencia
T-025 de 2004, Magistrado Ponente Manuel José Cepeda Espinosa, declaró un Estado de
Cosas Inconstitucional (en adelante ECI) respecto de la problemática que estaba viviendo
esta población vulnerable. Dicha decisión se fundamentó principalmente en “la situación de
desconocimiento masivo, generalizado y sistemático de los derechos constitucionales de la
población desplazada por la violencia y las falencias estructurales de la respuesta estatal que
compromete a varias entidades públicas”8. Ahora, el efecto instrumental que pretendía
generar la sentencia, no se ha cumplido cabalmente9 en la medida que, el impacto en algunas
zonas del país sigue siendo precario y no se atienden las necesidades de dicha población en
condición de vulnerabilidad.
De otro lado, es importante reconocer los daños que genera el desplazamiento forzado,
porque su categorización y respectiva reparación dependen de las afectaciones generadas en
la vida de las personas. Tradicionalmente han existido dos tipos de daño: el material y el
inmaterial. Conceptos que serán abordados con mayor profundidad en el siguiente capítulo.
No obstante, para el análisis de la presente investigación únicamente se tendrá en cuenta el
daño inmaterial generado por el desplazamiento forzado ya que en muchas ocasiones la
afectación es irreparable y se tiene que acudir a otras dimensiones diferentes a la económica
para reparar el daño causado, en las que se privilegia la compensación a través de medidas
de reparación no indemnizatorias10.
En consecuencia, el modo de reparar de manera suficiente y adecuada el daño inmaterial
generado por el desplazamiento forzado, es a través de la reparación integral que:
6Artículo primero. Ley 387 de 1997 (18 de julio), Diario Oficial.No.43.091, de 24 de julio de 1997. 7 Ibídem. Pág.129. 8 Corte Constitucional. Comunicado de prensa. Febrero 6 de 2004. Citado en: Rodríguez, César & Rodríguez, Diana.
“El.contexto:.el.desplazamiento.forzado.y.la.intervención.de.la.Corte.Constitucional” En: Cortes y cambio social, como la
Corte Constitucional transformó el desplazamiento forzado en Colombia. DeJusticia: Bogotá. 2010. Pág. 83. Recuperado
de: https://www.dejusticia.org/wp-content/uploads/2017/04/fi_name_recurso_185.pdf 9 Corte Constitucional. Auto 373 Magistrado Ponente Luis Ernesto Vargas Silva. 10 Consejo de Estado. Sección Tercera, Sala de Consulta y Servicio Civil. “Unificación Jurisprudencial, Perjuicios
Inmateriales”. 28 de agosto de 2014
5
“En el ámbito de los derechos humanos supone, no sólo el resarcimiento de
los daños y perjuicios que se derivan, naturalmente, de una violación a las
garantías de la persona reconocidas internacionalmente, sino que también
implica la búsqueda del restablecimiento del derecho vulnerado, motivo por
el cual se adoptan una serie de medidas simbólicas y conmemorativas, que no
propenden por la reparación de un daño (strictu sensu), sino por la restitución
del núcleo esencial del derecho o derechos infringidos”11
En ese sentido, las medidas que permiten conseguir el objetivo anteriormente descrito son
las siguientes: restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no
repetición, en sus dimensiones individual, colectiva, material, moral y simbólica12. Las
cuales, serán explicadas con mayor detalle en el capítulo siguiente. Por otra parte, es relevante
resaltar que la reparación integral debe aplicarse y entenderse con un enfoque transformador
en el que se atiendan los problemas estructurales del conflicto13, cambiando las condiciones
de desigualdad y exclusión que han tenido que soportar las víctimas, incluso antes de que
sufrieran el daño.
Ahora bien, para que la víctima del desplazamiento forzado pueda acceder a una reparación
integral tiene dos opciones, a saber: la judicial que puede ser de naturaleza penal o
contenciosa administrativa. Y la administrativa, que se encuentra a cargo de la Unidad de
Víctimas. La Corte Constitucional en sentencia SU-254 de 2013, Magistrado Ponente: Luis
Ernesto Vargas Silva, determinó que “ambas vías deben estar articuladas institucionalmente,
deben guiarse por el principio de complementariedad entre ellas, y deben garantizar en su
conjunto una reparación integral, adecuada y proporcional a las víctimas”14, lo que significa
que no son excluyentes entre si y que las víctimas pueden acceder a las dos sin restricción
alguna. Sin embargo, para el caso concreto la opción que se analizó fue la reparación integral
de tipo judicial y de naturaleza Contenciosa Administrativa. En la medida que, es dicha
Jurisdicción la encargada de evaluar si en la producción de daños generados a los particulares
el Estado tuvo algún tipo de responsabilidad en su comisión
En suma, el desplazamiento forzado es una situación que ocurre de manera sistemática en
todas las regiones del país y que ha aumentado a través del tiempo. El Estado colombiano,
a través de sus diferentes ramas del poder público ha realizado esfuerzos para atender dicha
11 Consejo de Estado, Sección Tercera, Rad. 29273, Consejero Ponente: Enrique Gil Botero, decisión del 19 de octubre de
2007. 12 Medidas que han sido reconocidas a nivel internacional por las Naciones Unidas el 16 de diciembre de 2005, a través de
la Resolución Principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas
internacionales de los derechos humanos y de violaciones al Derecho Internacional Humanitario y también fueron incluidas
en las normas nacionales como: de Justicia y paz (Ley 975 de 2005) y la ley de víctimas (Ley 1448 de 2011). 13Uprimmy, Rodrigo & Saffon María Paula.. Reparaciones transformadoras, justicia distributiva y profundización
democrática”. En: Reparar en Colombia: los dilemas en contextos de conflicto, pobreza y exclusión. Bogotá: Centro
Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ) y Centro de Estudios Derecho, Justicia y Sociedad (DeJusticia), 2009. 14 Corte Constitucional. Sentencia SU-254 de 2013. Magistrado Ponente Luis Ernesto Vargas Silva.
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crisis humanitaria. Sin embargo, aún terminan siendo insuficientes. Se afirmó, que dicho
hecho victimizante genera diversos daños, pero que el de relevancia para la investigación
será el inmaterial. De esta manera, para reparar el daño causado la víctima tiene derecho a
acceder a una reparación integral con un enfoque transformador, que en el caso concreto la
puede solicitar ante la Jurisdicción Contenciosa Administrativa.
Así, el problema de investigación que se abordó en la investigación fue ¿sí en materia de
reparación integral y reconocimiento del daño inmaterial en casos de desplazamiento
forzado, el Consejo de Estado actuó de manera adecuada ante las necesidades de las víctimas
que reclaman una verdadera reparación integral?. Se entiende por adecuada: aquellas
decisiones en las que dicha Alta Corte, incluye todas las medidas que constituyen la efectiva
reparación integral: i) restitución; ii) indemnización; iii) satisfacción, iv) rehabilitación, y v)
garantías de no repetición. Teniendo dicho marco de referencia, el presente documento busca
defender la siguiente tesis: El Consejo de Estado no ha respondido de manera adecuada frente
al otorgamiento de una reparación integral -en lo que respecta al daño inmaterial-, en los
casos de desplazamiento forzado.
Con el propósito de desarrollar el objeto a defender, el texto consta de cuatro capítulos: El
primero, hará referencia al marco general de: i) el contexto del conflicto armado en Colombia
respecto del desplazamiento forzado, ii) la reparación integral, iii) el daño inmaterial que
genera el mencionado hecho victimizante en las víctimas y iv) del régimen de responsabilidad
Extracontractual del Estado. El segundo, evidenciará las decisiones dictadas por el Consejo
de Estado entre los años 2014 al 2018, relacionadas con los conceptos nombrados
anteriormente. Lo anterior, no se trata de la realización de una línea jurisprudencial, sino de
evidenciar la forma en como esta Corporación ha reconocido y aplicado tales conceptos. El
tercero se ocupa de un análisis crítico de los fallos dictados por dicha Alta Corte, en especial
lo concerniente a la reparación integral; Y el cuarto, se ocupará de las recomendaciones y
unas breves conclusiones.
1.1 METODOLOGÍA
El método de investigación es esencialmente analítico descriptivo, pues se realiza
observaciones respecto de los fallos dados por el Consejo de Estado y se toma una postura
jurídica crítica en relación con las decisiones tomadas en los diferentes casos. De otro lado,
también posee un contenido propositivo en la medida que, se formulan planteamientos y
recomendaciones para reflexionar alrededor de la problemática de respuesta inadecuada por
parte del Consejo de Estado en atención a las necesidades de las víctimas que exigen una
adecuada reparación integral.
El presente análisis se enfocará en las providencias falladas entre los años 2014 al 2018, ello
teniendo en cuenta que a partir del 28 de agosto de 2014, la Sección Tercera del Consejo de
7
Estado unificó los criterios de reconocimiento y tasación de perjuicios inmateriales por
afectación relevante a bienes o derechos convencional o constitucionalmente amparadas,
estableciendo que es importante otorgar una adecuada reparación integral que incluya en su
totalidad los cinco elementos que la componen: restitución, indemnización, rehabilitación,
satisfacción y garantías de no repetición. Razón, por la cual es importante observar si después
de la unificación de jurisprudencia, los Consejeros la han venido aplicando o no.
De esta manera, de la revisión jurisprudencial realizada hasta el día 25 de octubre de 2018 en
la página de la relatoría del Consejo de Estado, se encontraron 67 sentencias relacionadas
con el daño inmaterial que produce el desplazamiento forzado. De tal universo de
providencias, se seleccionaron 20, las 47 restantes no fueron objeto de la investigación por
las siguientes razones: i) el desplazamiento forzado no tenía como causa principal el conflicto
armado; ii) los hechos no tenían relación directa con situaciones de desplazamiento forzado,
sino que por el contrario, se trataba de asuntos de privación injusta de la libertad y iii) muchas
de las sentencias fueron proferidas con anterioridad a la sentencia de unificación 28 de agosto
de 2014.
Ahora bien, de las 20 sentencias seleccionadas, se encontraron dos métodos diferentes de
reparación, de un lado, decisiones que solo contemplan medidas de índole indemnizatorio, y
del otro, aquellas en las que en el resuelve contiene un componente de resarcimiento
económico, pero que también incluyen por lo menos una medida no pecuniaria de
reparación.15
Así entonces, para poder afirmar que la decisión es adecuada, se observó en cada una de ellas
que estuvieran presentes todas las medidas que componen la reparación integral: i)
restitución; ii) indemnización; iii) satisfacción, iv) rehabilitación,y v) garantías de no
repetición. De manera que, si no están presentes en su totalidad, se determinó que la decisión
dada por el Consejo de Estado no es adecuada, pues a pesar de contener algunas de las
medidas, su reparación es insuficiente pues la integralidad supone la concurrencia de las
cinco medidas.
De otro lado, se revisaron las sentencias de la Sección Tercera, debido a que ésta conoce de
los procesos, en la que se busca responsabilizar al Estado o a sus agentes de los daños
ocasionados a la población como: lesiones, muerte, desaparición forzada, desplazamiento
forzado, entre otros eventos.
15Se advierte que ninguna de las sentencias seleccionadas el Consejo de Estado implementó en sus decisiones la inclusión
de la totalidad de las cinco medidas que componen la reparación integral. Razón por la cual, tuvo que categorizarse de dicha
manera para observar la tendencia de reparación.
8
2 CONTEXTO GENERAL DE: I) EL CONFLICTO ARMADO RESPECTO DEL
DESPLAZAMIENTO FORZADO, II) EL DAÑO INMATERIAL, III) LA
REPARACIÓN INTEGRAL Y IV) EL RÉGIMEN DE RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO.
A continuación se presentará un breve contexto respecto de los contenidos más relevantes en
relación con el problema de investigación con el propósito de aproximarse al desarrollo y
tratamiento del desplazamiento forzado en Colombia, luego se abordarán los daños
inmateriales y no otros, por la complejidad que trae su reparación, proponiendo la aplicación
de una reparación integral con vocación transformadora, y por último, se vislumbrará que el
Estado es responsable del desplazamiento forzado a título de falla del servicio, pues
incumplió con su deber de proteger y prevenir ataques en contra de la población civil.
2.1 PANORAMA DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO RESPECTO DEL
DESPLAZAMIENTO FORZADO.
Tal y como lo plantea, Cárdenas “desde el mismo origen del Estado colombiano, la violencia
y los conflictos han sido un elemento constitutivo de la identidad nacional y de la
construcción estatal”16, estableciéndose como un elemento de normalidad al interior de la
sociedad colombiana, y como consecuencia ha ocupado un lugar central en las agendas
políticas de cada gobierno. De lo anterior se puede afirmar, que en Colombia el conflicto
armado interno se ha constituido como un hito histórico que aunque ha modulado a través
del tiempo en cuanto a la configuración de los sujetos y los hechos cometidos por los mismos,
ha marcado la interacción entre la sociedad civil y las instituciones del Estado.
Adicionalmente, las causas de los hechos victimizantes que se generan al interior del
conflicto armado, son diversas y especialmente, marcadas por diferencias económicas, las
disputas por la propiedad de la tierra, la debilidad del Estado,el surgimiento y permanencia
de guerrillas de ideología comunista, y la industria del narcotráfico.
Así entonces, a pesar de reconocer que el conflicto armado ha estado presente en la historia
de Colombia, bajo diferentes etapas con acciones distintivas. Se acepta, que hasta el día de
hoy, aún persisten ciertas continuidades, por ejemplo: la excesiva concentración de tierra, la
presencia desigual del Estado en las periferias del país y como consecuencia un abandono de
la zona rural de Colombia. Situación que sin duda alguna, llevó a que actores al margen de
la ley, hicieran posesión en aquellos lugares a donde la Nación no podía llegar, lo cual
16 Cárdenas, Juan David. “Opinión pública y proceso de paz: actitudes e imaginarios de los bogotanos frente al proceso de
paz de La Habana entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC”, en Revista Ciudad Paz-ando •, vol. 6, núm.
1, 2013, pp. 41-58. Pág 42. Recuperado de https://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/cpaz/article/view/5336/6957
9
permitió que reinaran las actuaciones ilícitas y las violaciones masivas a los derechos
humanos de la población civil.
En el imaginario internacional, “Colombia es una tierra de secuestros y asesinatos, dominada
por los brutales amos de la cocaína”17. En efecto, a partir de mediados del siglo XX en
adelante, tales actuaciones han sido el diario vivir en el país. Por lo tanto, se debe reconocer
que “la violencia que ha padecido Colombia durante muchas décadas no es simplemente una
suma de hechos, víctimas o actores armados. La violencia es producto de acciones
intencionales que se inscriben mayoritariamente en estrategias políticas y militares, y se
asientan sobre complejas dinámicas sociales”18. Con ello en mente, es conveniente subrayar
que las consecuencias de la confrontación armada, genera efectos más allá de los esperados,
en el entendido, que perjudica a la población civil, la cual no se encuentra en la capacidad de
soportar las consecuencias de un conflicto que ellos no han iniciado, que de manera
indiscriminada son objeto de múltiples violaciones a los derechos humanos.
“Todos los actores armados han incorporado el ataque a la población civil como estrategia
de guerra”19. De un lado, por qué “obliga a trasladar o conservar sus lealtades y a servir como
proveedora de recursos. Y del otro, pues es una forma de debilitar al adversario y, al mismo
tiempo, de acumular fuerzas”20, generando daños con una magnitud y efectos mayores, que
si se ataca directamente al contrincante. Es decir, lo que los grupos al margen de la ley,
pretenden generar es un control sobre las poblaciones, sin importar el consentimiento de los
individuos, en la mayoría de casos los civiles son obligados a realizar acciones en contra de
su voluntad.
Durante el conflicto armado las modalidades de violencia expresadas durante ese tiempo
fueron muy diversas, las más representativas, son las grandes masacres a comunidades
enteras, los atentados terroristas a infraestructuras y municipios. No obstante, de acuerdo con
el Centro Nacional de Memoria Histórica, los hechos con mayor prevalencia durante el
conflicto armado han sido “los asesinatos selectivos, las desapariciones forzadas, los
secuestros, la tortura, la violencia sexual, las minas antipersonal, el reclutamiento ilícito y el
desplazamiento forzado. Situaciones que son de alta frecuencia y hacen parte de las
estrategias de invisibilización, ocultamiento o silenciamiento empleadas por los actores
armados”21.
17Karl, Robert. “La paz olvidada, políticos, letrados, campesinos y el surgimiento de las FARC en la formación de la
Colombia Contemporánea”. Bogotá: librería y distribuidora Lerner, 2018. Pág. 331. 18Centro Nacional de Memoria Histórica. “Una guerra prolongada y degradada. Dimensiones y modalidades de violencia”.
En: Basta Ya, Colombia Memorias de Guerra y Dignidad. Bogotá: CNMH, 2013. Pág. 31. Recuperado de:
http://centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2013/bastaYa/capitulos/basta-ya-cap1_30-109.pdf 19Ibídem. Pág. 34 20Ibídem. Pág. 37. 21CNMH. Op.Cit “Una guerra prolongada y degradada. Dimensiones y modalidades de violencia”. Pág. 42.
10
Sin bien cada uno de los hechos mencionados anteriormente, son considerados relevantes en
la configuración del conflicto armado. Para la presente investigación, se analizará el hecho
victimizante de desplazamiento forzado, para analizar si se aplica o no la reparación integral
en los fallos del Consejo de Estado. Su elección, se debe a que es una de las expresiones de
violación de derechos humanos, más masivo, en constante crecimiento y sistemático,
adquiriendo dimensiones de una crisis humanitaria22, siendo uno de los hechos victimizantes
en los que se perpetúa la desigualdad y la exclusión.
En el caso colombiano, las principales causas que lleva al desplazamiento forzado de una
población son: el conflicto armado y la precariedad estatal, ya que a pesar de que Colombia
posee un régimen democrático, la protección de derechos fundamentales es mínima, sobre
todo en las zonas periféricas del país. La Defensoría del Pueblo afirma que “con el
desplazamiento forzado son afectados todos los derechos fundamentales de la persona, dado
que es una situación que impide y limita su ejercicio y goce pleno; estos son derechos
absolutos e inalienables que el Estado debe promover, garantizando su ejercicio individual y
la dignidad humana efectivamente”23
Por lo anterior, el desplazamiento forzado ha sido revisado de manera especial por la Corte
Constitucional, hasta el punto de que ésta declaró un ECI24 mediante la sentencia T-025 de
2004, pues se evidenció una transgresión masiva y sistemática a los derechos fundamentales
de las víctimas de desplazamiento forzado, acompañado de una deficiente atención por parte
de los poderes públicos. Lo anterior, no significa que en Colombia no existiera una regulación
acerca de dicho fenómeno, por el contrario, como se afirmó con antelación en 1997 se
promulgó la Ley 387 que es considerada un pilar fundamental en el reconocimiento de
derechos hacia los individuos objeto de desplazamiento forzado y un avance importante en
el desarrollo de políticas públicas en torno a dicha problemática. No obstante, su
promulgación no fue suficiente, razón por la cual la Corte Constitucional se vio en la
obligación de declarar la existencia del ECI nombrada anteriormente.
22Rodríguez, Jorge “Desplazados: Lógicas de guerra, incertidumbres de paz”. En: Desplazamiento forzado interno en
Colombia: Conflicto, paz y desarrollo. Bogotá: Consultoría para los Derechos Humanos y Desplazamiento (CODHES). Ed
Kimpres Ltda. 2001. 23 Defensoría del Pueblo. Informe de seguimiento a la sentencia T- 025 y Autos 218 y 266. Pág. 2. Recuperado
de:http://www.defensoria.gov.co/es/public/Informesdefensoriales/815/Informe-de-seguimiento-a-la-sentencia-T-025-y-
Autos-218-y-266-Sentencia-T---025-y-Autos-218-y-266-Informes-defensoriales---Desplazados.htm. 24El Estado de Cosas Inconstitucional es un figura creada jurisprudencialmente por la Corte Constitucional, para decretarse
debe cumplirse los siguiente criterios “(i) la vulneración masiva y generalizada de varios derechos constitucionales que
afecta a un número significativo de personas; (ii) la prolongada omisión de las autoridades en el cumplimiento de sus
obligaciones para garantizar los derechos; (ii) la adopción de prácticas inconstitucionales, como la incorporación de la
acción de tutela como parte del procedimiento para garantizar el derecho conculcado; (iii) la no expedición de medidas
legislativas, administrativas o presupuestales necesarias para evitar la vulneración de los derechos. (iv) la existencia de un
problema social cuya solución compromete la intervención de varias entidades, requiere la adopción de un conjunto
complejo y coordinado de acciones y exige un nivel de recursos que demanda un esfuerzo presupuestal adicional importante;
(v) si todas las personas afectadas por el mismo problema acudieron a la acción de tutela para obtener la protección de sus
derechos, se produciría una mayor congestión judicial”. Corte Constitucional. Sentencia T-025 de 2004. Magistrado
Ponente: Manuel José Cépeda Espinosa.
11
Dicha sentencia, sentó un precedente en el ordenamiento jurídico colombiano, en la medida
que, entre otras, ordenó: “(i) respuestas institucionales orientadas a garantizar efectivamente
el mínimo vital de los derechos establecidos por los compromisos internacionales e internos
del Estado colombiano; (ii) acciones a largo plazo, basadas en el criterio de progresividad,
destinadas a la recuperación o la construcción de las condiciones plenas para vivir
dignamente”25. Además, determinó que la atención dada a las víctimas de este fenómeno no
podía ser parcial, es más, estableció que dicha atención debía atender en su conjunto todos
los problemas que conlleva el desplazamiento forzado26.
Ahora bien, desde el momento de la promulgación del ECI hasta la actualidad, la Corte
Constitucional ha venido publicando autos en los que da muestra del avance en materia de
reconocimiento de la población desplazada, el último de gran relevancia es el Auto 373 de
2016 del Magistrado Ponente: Luis Ernesto Vargas Silva, en el que se afirma que en cuanto
a:
“los componentes de participación y de registro de las víctimas, las entidades
encargadas de ello acreditaron un nivel alto de cumplimiento27. En política de tierra,
el gobierno nacional ha presentado un nivel alto de cumplimiento en restitución de
tierras, pero en su protección se ha evidencia un nivel de incumplimiento […] por
su parte los componentes, prevención y protección y los derechos a la verdad, a la
justicia, la reparación y las garantías de no repetición (reparación integral), arrojaron
un nivel de cumplimiento bajo; en ayuda humanitaria las autoridades acreditaron
un cumplimiento medio; en retornos y reubicaciones el cumplimiento es bajo y en
educación el cumplimiento es medio28
Así entonces, si bien se demuestra ciertos avances en algunos componentes. Se puede
afirmar, que a pesar de haber pasado 14 años desde la declaratoria del ECI, los esfuerzos
realizados por el Estado colombiano aún son insuficientes para superar la brecha entre el
reconocimiento formal de los derechos de los desplazados y las políticas tanto públicas como
financieras para afrontar dicha problemática. Insuficiencia, que como se pudo ver,
(cumplimiento bajo en prevención, protección y los derechos a la verdad, justicia,
25Romero, Alberto. Desplazamiento Forzado y políticas públicas. Bogotá: Comisión de Seguimiento a la política pública
sobre desplazamiento forzado (CODHES). 2006. Pág. 7. 26Tales afirmaciones fueron reiteradas nuevamente en la sentencia T-821 de 2007. Magistrada Ponente (E) Catalina Botero
Marino y añadió que si bien es importante atender y prevenir la problemática relacionada con el desplazamiento forzado.
Tiene el mismo grado de relevancia, cumplir con las obligaciones que se encuentran en cabeza del Estado con respecto a
dicha población de víctimas, en el entendido que se les debe garantizar acceso a la justicia y a la verdad, por lo que el Estado
debe implementar medidas judiciales efectivas, en las que dichas personas puedan hacer parte de un proceso y hacer valer
sus intereses. 27Razón por la cual, la Corte decide declarar “la superación del Estado de Cosas Inconstitucional en relación con ambos
componentes, en la medida en la que cumplen con los estándares constitucionales definidos para cada uno de ellos” Corte
Constitucional. Auto 373 de 2016. Magistrado Ponente: Luis Ernesto Vargas Silva. 28Corte Constitucional. Auto 373 de 2016. Magistrado Ponente: Luis Ernesto Vargas Silva. Pág. 4-5. Recuperado de
http://www.corteconstitucional.gov.co/inicio/A-373%20(23-08-16).pdf.
12
reparación y garantías de no repetición), se expresa con mayor fuerza en la imposibilidad
de otorgar una reparación integral a dicha población.
Por lo que se puede afirmar, que para lograr un verdadera eficacia instrumental29 tanto de la
sentencia como de ley 387 de 1997, se requiere de un mayor compromiso y coordinación
entre todas las entidades intervinientes con el fin de que todas estén dirigidas a un mismo
objetivo: identificar el problema y proveer soluciones desde el punto de vista de la realidad
que vive cada uno de los desplazados, más no desde la posición centralista, postura que no
ha abordado el problema profunda ni sistemáticamente.
Ahora bien, es importante destacar que la Corte Constitucional, no ha sido la única de las tres
altas Cortes en pronunciarse al respecto de dicho tema. El Consejo de Estado, ha participado
activamente en la construcción de un precedente jurisprudencial en torno a lo que se entiende
por desplazamiento forzado y bajo qué criterios se debe reconocer. Así entonces, afirma que
“el desplazamiento forzado es una situación fáctica, pero no es una calidad jurídica que pueda
operar como título de atribución, [...]. Entonces, para que se acredite la condición de
desplazamiento forzado se requiere: (i) coacción traducida en la necesidad imperiosa del
afectado de realizar el traslado; (ii) amenaza o vulneración de derechos fundamentales; (iii)
hechos determinantes que afectan el orden público, como el conflicto armado interno,
disturbios, tensión generaliza etc”30. En suma, se entiende por víctima de desplazamiento
forzado aquella que tuvo que padecer el sufrimiento de trasladarse de su hogar hacia otro
lugar como consecuencia de actos coercitivos o violentos ejercidos sobre ellos.
2.2 DAÑO INMATERIAL CAUSADO DURANTE EL DESPLAZAMIENTO
FORZADO.
El ordenamiento jurídico colombiano, tradicionalmente ha reconocido que la producción de
una afectación a un bien o un derecho de una persona, genera diversos daños, a saber daño
material e inmaterial. El daño material se ha entendido como: “aquellos que atentan contra
bienes e intereses de naturaleza económica, es decir, los que se pueden medir en dinero”31, a
su vez dicho daño material, se puede clasificar como emergente y como lucro cesante.
Entendiéndose por cada concepto que “hay daño emergente cuando el bien económico
(dinero, cosas, servicios) salió o saldrá del patrimonio de la víctima; por el contrario hay
29Se entiende por eficacia instrumental cuando la norma es cumplida por sus destinatarios o cuando al ser incumplida los
jueces aplican la sanción prevista. En: Eficacia simbólica del derecho de Mauricio García Villega. Ediciones Uniande:
Bogotá, 1993. Pág.315. 30 Consejo de Estado. Sección Tercera. Rad.34440 Consejero Ponente: Jaime Orlando Santofimio Gamboa. Decisión 12
de febrero de 2014. 31Henao, Juan Carlos. “Tipología del perjuicio”. En: El daño, Análisis Comparativo de la Responsabilidad Extracontractual
del Estado en Derecho Colombiano y francés. Universidad Externado de Colombia: Bogotá, 1998. Pág. 195.
13
lucro cesante cuando un bien económico que debía ingresar en el curso normal de los
acontecimientos, no ingresó ni ingresará en el patrimonio de la víctima”32.
Respecto del hecho victimizante de desplazamiento forzado, por un lado, el daño emergente
comprende la pérdida de animales, de cultivos, de tierras, de viviendas, de muebles,
herramientas, entre otros bienes tanto inmuebles como muebles, ello es consecuencia directa
del desplazamiento forzado, que los obliga a abandonar sus propiedades. Del otro lado, el
lucro cesante es el resultado de la pérdida de los anteriores bienes, pues sin ellos no pueden
generar ingresos, ya que éstos provenían mayoritariamente de la actividad agropecuaria33.
Ahora bien, la otra categoría es la correspondiente a los daños inmateriales, “los cuales no
tienen una naturaleza económica, pues, no se le puede medir en dinero”34 y se tiene que
recurrir a otros tipos de medidas para reparar el daño causado. Es así como, las secuelas del
conflicto armado, y sobre todo, su larga duración han generado inexplicablemente un
detrimento en el reconocimiento de las particularidades de sufrimiento que experimenta cada
víctima35. Por lo tanto, termina siendo fundamental darle relevancia al dolor y al sufrimiento
por el que ha tenido que pasar cada individuo al haber soportado las consecuencias de la
violencia y no escencializarlo. Así entonces, más allá de los daños materiales que genera el
desplazamiento forzado como el abandono de la tierra, de los animales, de los cultivos. Es
importante, resaltar otros efectos, que a simple vista parecen invisibles, como lo son: las
secuelas psicológicas, en cuanto a la pérdida de identidad, el estrés de pasar de un lugar a
otro debido al conflicto armado, la constante incertidumbre, la pérdida de una calidad de
vida, entre otros. Daños, que deben ser reconocidos por el Consejo de Estado.
De conformidad con lo anterior, el 28 de agosto de 2014, la Sección Tercera de dicha
Corporación, unificó la jurisprudencia36 relacionada con el reconocimiento y la tasación de
los perjuicios inmateriales, que se encuentran clasificados de la siguiente manera: (i) el
32 Tamayo, Javier. “De los perjuicios y su indemnización” En: La Responsabilidad Civil T.2.Ed. Temis: Bogotá. 1986. Pág.
117. 33Comisión de Seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento Forzado. Proceso Nacional de Verificación La
restitución como parte de la reparación integral de las víctimas del desplazamiento forzado en Colombia. Diagnóstico y
propuesta de líneas de acción (2009a). XII Informe a la Corte Constitucional. Bogotá. CITADO EN: “El derecho a la
reparación integral en las víctimas del desplazamiento forzado”. ILSA: Bogotá, 2012.. Recuperado de
https://prensarural.org/spip/IMG/pdf/5-completo.pdf 34Henao, Juan Carlos. OpCit. Pág. 230. 35Centro Nacional de Memoria Histórica. “Los impactos y los daños causados por el conflicto armado en Colombia”. En:
Basta Ya, Colombia Memorias de Guerra y Dignidad. Bogotá: CNMH, 2013. Recuperado de:
http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2013/bastaYa/capitulos/pdfs-old/basta-ya-cap4_258-
327_old.pdf 36 Se entiende por Sentencia de Unificación, aquella que genera precedentes vinculantes para labor de los jueces y tribunales
de la Jurisdicción Contenciosa Administrativa, en virtud del artículo 103 de la Ley 1473 de 2011. Dichas sentencias son
trascendentales porque producen efectos de carácter general.
14
perjuicio moral, (ii) daños a bienes constitucionales y convencionales y (iii) daños a la
salud37.
El primero se encuentra compuesto “por el dolor, la aflicción y en general los sentimientos
de desesperación, congoja, desasosiego, temor, zozobra etc. Que invaden a la víctima directa
o indirecta”38. El segundo, se relaciona con aquellas violaciones relevantes de bienes o
derechos convencional y constitucionalmente amparados por el derecho internacional y por
el interno, es decir todas aquellas vulneraciones que afecten los derechos humanos. Y por
último, éste hace referencia a un perjuicio fisiológico o biológico, derivado de una lesión
corporal o psicofísica. Para el análisis de la presente investigación, se analizarán los daños
causados como consecuencia de la violación a los derechos humanos.
A continuación, en sentencia de unificación del 28 de Agosto de 2014, Consejero Ponente:
Ramiro Pozos Guerrero39, se dará a conocer el precedente establecido por el Consejo de
Estado, respecto del reconocimiento de los daños inmateriales derivados de vulneraciones o
afectaciones relevantes a bienes o derechos constitucional y convencionalmente amparados,
así la Sección Tercera decide unificar los criterios en relación con las características que se
debe cumplir para reconocer el daño nombrado previamente:
“(i) se trata de una nueva categoría de daño inmaterial, toda vez que, proviene de la
vulneración o afectaciones a derecho contenidos en fuentes normativas diversas; (ii)
deben ser vulneraciones o afectaciones relevantes, las cuales producen un efecto
dañoso, negativo y antijurídico a bienes o derechos constitucionales y
convencionales; (iii) es considerado como un daño autónomo, ya que, de un lado, no
37La Sección Tercera del Consejo de Estado se encontró en la obligación de unificar la jurisprudencia en cuanto al
reconocimiento y tasación de los perjuicios inmateriales. Puesto que, el método para determinar las indemnizaciones no era
uniforme, razón por la cual decidieron facilitar la forma de decidir en casos similares. Adicionalmente, dicha unificación
tiene el propósito de garantizar los principios de igualdad, seguridad jurídica y razonabilidad de las decisiones
indemnizatorias. En: Cartilla Consejo de Estado. Sección Tercera, Sala de Consulta y Servicio Civil. “Unificación
Jurisprudencial, Perjuicios Inmateriales”. 28 de agosto de 2014. 38Ibídem, Pág. 21. 39Síntesis de los hechos del caso: “El 27 de marzo de 1997, “jueves santo”, aproximadamente hacia las 9:00 de la mañana,
los jóvenes Heliodoro Zapata Montoya y Félix Antonio Valle Ramírez salieron de su casa ubicada en la vereda Las Nieves
del Corregimiento de San José de Apartadó, municipio de Apartadó (Antioquia) a una finca de su propiedad a buscar unos
cocos para preparar una natilla; llegada la tarde y en vista de que aún no regresaban, los señores Alberto Antonio Valle y
José Elías Zapata Montoya salieron en su búsqueda, pero tampoco ellos retornaron. Al día siguiente, hacia las 5:30 am,
varios familiares fueron a buscarlos a la referida finca y encontraron por el camino a varios miembros del Ejército Nacional,
quienes les advirtieron sobre la peligrosa situación de orden público que se presentaba en ese momento en la zona por
enfrentamientos con la guerrilla, razón por la que retornaron a sus casas. El día sábado siguiente, los familiares de los
ausentes madrugaron al lugar donde supuestamente se produjo el enfrentamiento armado con la guerrilla y encontraron
restos de documentos y ropa de Heliodoro Zapata Montoya y de Alberto Antonio Valle, por lo que se dirigieron al hospital
de Apartadó a preguntar por estos. Allí les mostraron cuatro personas fallecidas entre las cuales se encontraban Heliodoro
Zapata y Alberto Antonio Valle. En vista de lo anterior, el señor Félix Antonio Zapata González dirigió comunicaciones a
la Presidencia de la República y a la Procuraduría Provincial de Apartadó, en las cuales formuló queja por la muerte de su
hijo Heliodoro Zapata Montoya y de su yerno Alberto Antonio Valle, y también por la desaparición forzada de su hijo José
Elías Zapata Montoya y de Félix Antonio Valle Ramírez a manos de efectivos militares”. Consejo de Estado. Sección
Tercera, Sala de Consulta y Servicio Civil. “Unificación Jurisprudencial, Perjuicios Inmateriales”. 28 de agosto de 2014.
Pág. 56.
15
está condicionado a la configuración de otros daños tradicionalmente reconocidos
como los perjuicios materiales y del otro lado, no requiere del agotamiento de
requisitos previos, pues su reconocimiento, se comprueba o se acredita en cada
situación fáctica, lo que supone presupuestos de configuración propios; (iv) los
efectos del daño se manifiestan en el tiempo, esto es, las consecuencias sobre la
víctima de poder gozar y disfrutar plena y legítimamente de sus derechos después de
los hechos victimizantes.
Otro criterio de unificación, se relaciona con la reparación del referido daño, que se compone
de los siguientes aspectos:
a) su objetivo principal es restaurar plenamente los bienes o derechos constitucionales
y convencionales, de manera individual y colectiva; (b) lograr no solo que
desaparezcan las causas originarias de la lesividad, sino también que la víctima, de
acuerdo con las posibilidades jurídicas y fácticas, pueda volver a disfrutar de sus
derechos, en lo posible en similares condiciones en las que estuvo antes de que
ocurriera el daño; (c) propender para que en el futuro la vulneración o afectación a
bienes o derechos constitucionales y convencionales no tengan lugar; y (d) buscar la
realización efectiva de la igualdad sustancial. Además, las medidas de reparación
pueden ser solicitadas a petición de parte, pero también pueden operar de oficio. En
cuanto a la legitimación por activa, se reconoce a la víctima directa de la lesión como
a su núcleo familiar más cercano, esto es, cónyuge o compañero (a) permanente y los
parientes hasta el 1º de consanguinidad, incluida la relación familiar biológica y la
civil.
Finalmente, es un daño que se repara principalmente a través de medidas de carácter no
pecuniario
Se privilegian por excelencia las medidas no indemnizatorias, siendo estas i) restituir;
ii) indemnizar; iii) rehabilitar; iv) satisfacer y v) adoptar garantías de no repetición,
en las que se exige imperativamente que en los fallo se especifique las medidas de
reparación integral adoptadas. Sin embargo, en casos excepcionales cuya reparación
integral, a consideración del juez, no sean suficientes, pertinentes, oportunas o
posibles, podrá otorgarse una indemnización, única y exclusivamente a la víctima
directa, mediante el establecimiento de una medida pecuniaria hasta 100 SMLMV,
[…] Ese quantum deberá motivarse por el juez y ser proporcional a la intensidad del
daño y/o la naturaleza del bien o derecho afectado.”40
Ahora bien, es sorprendente y reprochable que la anterior providencia, a pesar de ser una
Sentencia de Unificación en reconocimiento de la reparación integral, y los elementos que la
40Consejo de Estado, Sección Tercera, Rad. 32988, Consejero Ponente: Ramiro Pozos Guerrero, decisión 28 de agosto de
2014. Sentencia de Unificación.
16
componen respecto del daño sufrido como consecuencia de las violaciones a los derechos
humanos, sólo concede dos de las medidas que integran la reparación integral, las cuales son
las de satisfacción y las garantías de no repetición, por lo que la reparación termina siendo
parcial y no cumple con su integralidad41. Lo anterior, denota que existe una clara
inconsistencia entre la ratio decidendi y la decisión de la sentencia, situación que genera el
efecto adverso al de unificar jurisprudencia, puesto que no hay claridad sobre la forma en
cómo se deben reparar ese tipo de perjuicios, lo cual conlleva a inseguridad jurídica.
2.3 REPARACIÓN INTEGRAL
La investigación tiene como eje central evidenciar el alcance de la reparación integral en los
fallos del Consejo de Estado, en materia de desplazamiento forzado. Por ello, para lograr tal
objetivo, es necesario entender primero qué es la reparación integral y qué elementos la
componen, para luego observar su materialización en el ordenamiento jurídico colombiano.
De acuerdo con Jaime Orlando Santofimio, en la actualidad la reparación integral, no sólo
debe ajustarse a las realidades sociales, sino que además, debe responder a su doble
naturaleza, de un lado como principio y del otro como derecho42. Esto es, la reparación
integral es un principio orientador del sistema jurídico colombiano, en el que no sólo se debe
velar por la defensa de los derechos netamente individuales, sino que debe impregnar el
entorno del sujeto, operando sobre la comunidad y la reconstrucción del tejido social.
Por otra parte, la reparación integral también es un derecho, pues éste es exigible por los
individuos que fueron objeto de violaciones de derechos humanos, con el que se pretende
garantizar el restablecimiento de sus derechos, lo cual implica una obligación ineludible por
parte del Estado de resarcir el daño causado. Además, no puede dejarse de lado su estrecha
relación con otros derechos fundamentales como: la vida, la dignidad, la integridad personal,
el acceso a la administración de justicia, entre otros. Relación que permitirá reconocer el
41Una sentencia de unificación, es típicamente un precedente vertical, ya que proviene de la autoridad encargada de unificar
jurisprudencia, en el caso en cuestión dicha autoridad es el Consejo de Estado. Ahora bien, los elementos que componen el
precedente son:” i) el decisum, también denominado parte resolutiva, la cual obliga, por regla general, a las partes dentro
del proceso (ii) la ratio decidendi que se refiere a los argumentos que guardan estricto nexo causal con la decisión, es decir
la “regla o razón general que constituyen la base de la decisión judicial específica. Es, si se quiere, el fundamento normativo
directo de la parte resolutiva”y, por último, (iii) los obiter dicta que son razones que ayudan al juez a tomar la decisión,
pero que no son fundamento de ésta última, por lo que no pueden ser usados como precedente para otros casos” (Corte
Constitucional, Sentencia T-540 de 2017, Magistrado Ponente: Alejandro Linares Cantillo). En ese sentido, como se verá
más adelante en el análisis de las sentencias podría llegarse a argumentar que los Consejeros de Estado si están siguiendo
el precedente en tanto que, en la Sentencia de Unificación sólo se concedieron dos medidas de reparación no pecuniarias,
mismo patrón que sucede en las demás sentencias. Sin embargo, como se acaba de demostrar la ratio decidendi, también
hace parte del precedente razón por la cual los Consejeros de Estado no pueden apartarse arbitraria y caprichosamente de
éste. Para el caso en cuestión, la ratio consistió en determinar que las la forma de reparar los bienes o derechos convencional
y constitucionalmente vulnerados, es través de las cinco medidas que componen la reparación integral, a saber: ( i) restituir;
ii) indemnizar; iii) rehabilitar; iv) satisfacer y v) adoptar garantías de no. 42Santofimio, Jaime “La reparación de las víctimas del conflicto armado interno en la jurisprudencia colombiana, desde la
perspectiva de los perjuicios inmateriales y de las medidas de reparación no pecuniarias” En: Sociedad, Estado y Derecho.
Homenaje a Álvaro Tafur Galvis. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2014.
17
restablecimiento de más de un derecho, a través de medidas concretas como: la restitución,
indemnización, rehabilitación, medidas de satisfacción y no repetición.
En este sentido, las medidas que en su conjunto permiten una adecuada reparación integral
han sido incluidas tanto en instrumentos internacionales como en normas nacionales.
Respecto, del escenario internacional se encuentra la Resolución de las Naciones “Principios
y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las
normas internacionales de los derechos humanos y de violaciones al Derecho Internacional
Humanitario”. Mientras que en el contexto nacional ello se puede evidenciar con
jurisprudencia de la Corte Constitucional, del Consejo de Estado, con la ley de justicia y paz
y la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Para la presente investigación, sólo se tendrá
en cuenta la última Ley y ciertas sentencias del Consejo de Estado dictadas a partir del 2014.
Así, tanto la Resolución de las Naciones Unidas como la Ley de víctimas (artículo 25).
Reconocen que los elementos que componen la reparación integral, son los siguientes:
restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición, en sus
dimensiones individual, colectiva, material, moral y simbólica.
Respecto de la primera medida, que es la restitución, se entiende que a las víctimas se les
debe restablecer sus condiciones iniciales para continuar con su plan de vida, ello a través
de la restitución de tierras, vivienda y empleo, tanto a nivel urbano como rural. En cuanto a
la indemnización, que es considerada la medida tradicional, es el resarcimiento de contenido
económico que el individuo percibe por el daño sufrido. Con la rehabilitación, se busca que
la víctima pueda superar las secuelas que le dejó la violencia y que pueda continuar con las
actividades cotidianas de su vida, incluyendo acciones tanto de carácter jurídico, médico,
psicológico y social. Con las medidas de satisfacción, se proporciona bienestar, y se
contribuye a mitigar el dolor de las víctimas; a través de actos conmemorativos,
reconocimientos y homenajes públicos, búsqueda de los desaparecidos, difusión de
disculpas, investigación, juzgamiento y sanción de los responsables. Y finalmente, respecto
de las garantías de no repetición se busca que las violaciones cometidas en el pasado no
vuelvan a ocurrir, por lo que el Estado se encuentra en la obligación de modificar y
transformar las condiciones que llevaron a los comisión de diversos crímenes43.
En consonancia con lo anterior, Santofimio afirma que la reparación integral en el contexto
del “conflicto armado, debe abordarse, no solo en su contenido económico tradicional al
esquema ordinario del régimen de responsabilidad extracontractual, sino que al establecerse
43Unidad de Víctimas. “Instructivo para la implementación de la ruta integral de atención, asistencia y reparación a las
víctimas. Guía para la atención y orientación a las víctimas desde los diferentes canales y estrategias de atención”. 2015.
Pág. 339. Recuperado de
https://www.unidadvictimas.gov.co/sites/default/files/documentosbiblioteca/instructivoparalaimplementaciondelarutainteg
raldeatencionasistenciayreparacionalasvictimasv1.pdf
18
la atribución a las acciones u omisiones del Estado, trascienda más allá de lo pecuniario, […]
abriéndose paso a una vocación de reparación que promueva no sólo el resarcimiento, sino
también la verdad, la justicia y la reparación colectiva”44. Es decir, la reparación integral,
supone que el restablecimiento de sus derechos sea más allá de una simple indemnización,
ello porque toda víctima tiene el derecho a ser reconstruido y reivindicado en todas las esferas
que lo componen. Así, “el operador jurídico deberá propender porque la reparación sea
integral, es decir que cubra los daño materiales y morales causados”45.
En cierto modo, cuando se hace referencia a la reparación integral también se ha entendido
que a través de ésta la persona sea devuelta “por lo menos a un punto cercano al que se
encontraba antes de la ocurrencia del mismo”46. Sin embargo, tal posición es problemática
por lo menos en los casos de desplazamiento forzado, ello en el entendido que devolver a las
víctimas a la situación anterior, es llevarla a contextos en donde la exclusión y la desigualdad
eran permanentes. Por lo que sería complicado implementar las medidas previamente
mencionadas, si la persona retorna a dichas condiciones de vulnerabilidad. Razón por la cual,
la reparación integral debe aplicarse y entenderse con un enfoque transformador en el que se
atiendan los problemas estructurales del conflicto47, cambiando las condiciones de
desigualdad y exclusión que han tenido que soportar, incluso antes de que sufrieran el daño.
En consecuencia, la reparación integral debe tener un enfoque transformador, ello en atención
al artículo 5 del Decreto 4800 de 2011 el cual dispone que “Las medidas de reparación
contenidas en el presente Decreto buscan contribuir a la eliminación de los esquemas de
discriminación y marginación que contribuyeron a la victimización, bajo el entendido que
transformando dichas condiciones se evita la repetición de los hechos y se sientan las bases
para la reconciliación en el país.”
En ese sentido, lo que se propone con la reparación de vocación transformadora es “ir más
allá de una mera restitución, buscando cambiar las relaciones de subordinación y exclusión
social que se encuentran en el origen del conflicto, situaciones que pudieron alimentar la
crisis humanitaria y la victimización desproporcionada de los sectores más vulnerables y que
en todo caso, resultan contrarias a los principios básicos de la justicia”48.
44 Santofimio. OpCit. Pág. 126. 45Corte Constitucional. Sentencia C- 163 de 2000. Magistrado Ponente: Fabio Morón Díaz. 46 Consejo de Estado. Rad. 29273.Op.Cit. 47Uprimmy, Rodrigo & Saffon María Paula.. Reparaciones transformadoras, justicia distributiva y profundización
democrática”. En: Reparar en Colombia: los dilemas en contextos de conflicto, pobreza y exclusión. Bogotá: Centro
Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ) y Centro de Estudios Derecho, Justicia y Sociedad (DeJusticia), 2009. 48Uprimmy, Rodrigo & Saffon María Paula..“Reparaciones transformadoras, justicia distributiva y profundización
democrática”.OpCit.. Pág. 34-35.
19
A pesar de lo anterior, el Consejo de Estado hasta ahora se encuentra en el proceso de aplicar
de manera sistemática y conjunta los presupuestos clásicos, es decir las reparaciones de
carácter pecuniario, con lo que empieza a ser la nueva variante de la reparación, que
comprende medidas de reparación no pecuniarias. No obstante, se debe resaltar que el hecho
de pasar de una reparación de solo contenido indemnizatorio, a una que abarca dimensiones
más allá de las pecuniarias, es un gran avance. Así, dicha postura se comenzó a fortalecer
desde el año 2007 en la Jurisdicción Contenciosa Administrativa, con la sentencia del 19 de
octubre del mismo año del Consejero Ponente Enrique Gil Botero49, en la que se establece
que:
“la reparación integral en el ámbito de los derechos humanos supone, no sólo el
resarcimiento de los daños y perjuicios que se derivan, naturalmente, de una violación a
las garantías de la persona reconocidas internacionalmente, sino que también implica la
búsqueda del restablecimiento del derecho vulnerado, motivo por el cual se adoptan una
serie de medidas simbólicas y conmemorativas, que no propenden por la reparación de
un daño (strictu sensu), sino por la restitución del núcleo esencial del derecho o derechos
infringidos”50.
En la mencionada sentencia, además de conceder la tradicional reparación pecuniaria, se
otorgó otro tipo de medidas, ejemplo: se le ordenó a la Policía Nacional ofrecer excusas
públicas (medidas de satisfacción), y además, diseñar un programa de promoción y
protección de los derechos humanos al interior de la institución (garantías de no repetición).
En ese sentido, se puede afirmar que la precitada sentencia puede ser considerada hito, debido
a que reconoció formalmente medidas judiciales diferentes a las de índole patrimonial, como
las garantías de no repetición y satisfacción, entre otras. Las cuales, en su conjunto comparten
un particularidad común y es que su origen proviene de alternativas extrapatrimoniales.
El análisis de la aplicación de la reparación integral por parte del Consejo de Estado, en los
casos de desplazamiento forzado, se abordará con mayor profundidad en el capítulo tercero
del presente documento.
2.4 RÉGIMEN DE RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL
ESTADO
La reparación integral a las víctimas del desplazamiento forzado, encuentra su fundamento
en la comisión de algún daño en contra de los civiles por parte del Estado, por lo que está en
49 Sentencia en la que se abordó la situación generada en el municipio de Tuluá, Valle, en el que un grupo de personas de
dicho municipio fueron desaparecidas forzosamente y asesinadas, con la participación de miembros de la Policía Nacional. 50 Consejo de Estado, Sección Tercera, Rad. 29273, Consejero ponente: Enrique Gil Botero, decisión del 19 de octubre de
2007.
20
el deber de reparar la afectación causada. Razón por la cual, es esencial entender el
fundamento de la responsabilidad estatal y los diferentes títulos de imputación, pues ello
permitirá dar cuenta que no todos los hechos victimizantes generados durante el conflicto
armado pueden ser imputables bajo el mismo régimen de responsabilidad, y en el caso
concreto del desplazamiento forzado, el que es aplicado en la mayoría de las veces es la falla
del servicio.
Teniendo claro, el anterior marco de referencia se afirma que la responsabilidad del Estado
se sustenta en el artículo 90 de la Constitución Política en el que se consagran los elementos
que permiten la configuración de tal figura, siendo estos: i) “la existencia de una daño o lesión
de naturaleza patrimonial o extrapatrimonial que ha de ser cierto y determinado causándose
sobre uno o varios individuos y ii) que el mismo sea jurídicamente imputable a una autoridad
pública por efecto de una acción o de una omisión suya”51. En el régimen jurídico colombiano
los títulos de imputación se han clasificado en dos, por un lado un régimen subjetivo (falla
en el servicio) y del otro lado, un régimen objetivo (daño especial y riesgo excepcional) el
elemento que permite su diferenciación es la acreditación de la culpa. Es decir, en el primer
régimen se debe comprobar el incumplimiento de un deber jurídico determinado a cargo del
Estado, mientras que, en el segundo sólo debe acreditarse la relación de causalidad entre el
daño y la actuación del Estado, dejando de lado el análisis de si hubo o no culpa.
Cuando al Estado es declarado responsable por falla del servicio, se entiende que es porque
hubo un incumplimiento de un deber jurídico a su cargo, falla que se configura por retardo,
irregularidad, ineficiencia u omisión de las funciones que el ordenamiento jurídico le ha
asignado. Adicionalmente, en este tipo de regímenes por lo general el Estado ostenta una
posición de garante, papel que lo obliga a encargarse de la defensa y auxilio de posibles
violaciones a derechos humanos que se generen sobre los particulares. De manera que, si se
llegase a comprobar que el daño fue consumado directamente por hechos de un tercero ajeno
a las autoridades estatales, pero que dichas autoridades se encontraban en la obligación y en
las condiciones para proteger o prevenir la comisión de los actos dañosos, dará lugar,
igualmente, a la imputación de responsabilidad por falla del servicio52, en razón del
incumplimiento de proveer protección cuando el particular se encontraba en una situación de
peligro inminente.
Por otro lado, cuando se está ante el escenario de un régimen objetivo de responsabilidad “se
parte del supuesto de hallarse en presencia de actividades lícitas que desarrolla el Estado,
pero que, eventualmente, pueden causar daño a los particulares”53. Bajo dicho panorama, se
51Andrade, Hernán. “Los títulos de imputación y la Responsabilidad del Estado”. En: Instituciones de Derecho
Administrativo, Tomo II Responsabilidad, contratos y procesal. Editor Académico: Hugo Andrés Arenas Mendoza. Ed.
Ibáñez: Bogotá. 2016. Pág.73. 52Ibídem. Pág. 79-85. 53Ibídem. Pág. 88.
21
han clasificado dos formas de actuaciones en las que el Estado puede incurrir en la generación
del daño, la primera es la correspondiente al riesgo excepcional, la cual se origina en el
ejercicio de actividades peligrosas o del uso de cosas que implican riesgo o peligro. La
segunda, se enmarca en aquellas “actividades lícitas y legítimas que si bien no implican un
riesgo, eventualmente pueden causar daño a los particulares por ruptura del principio de
igualdad frente a las cargas públicas, es decir el daño recae sobre una persona, la cual no está
en deber de soportar, pues lo ideal es que la carga pública sea colectiva, siendo equitativo
imponer al Estado, en representación de la sociedad, la obligación de reparar el daño
causado.”54
En relación con las sentencias analizadas entre el 2014 al 2018, en la totalidad de los casos
se declaró responsable al Estado por el desplazamiento forzado. Además, de las 20 sentencias
estudiadas, el título de imputación más frecuente atribuido, fue la falla del servicio55,
mientras que, el daño especial56 y el riesgo excepcional57, fue aplicado minoritariamente (Ver
Tabla No.1). Lo anterior, porque el desplazamiento forzado generalmente se da por falta de
“medidas de cuidado y protección a la población civil, dentro de los límites de lo física y
jurídicamente posible [...] más no, por actuaciones e intervenciones directas y legítimas por
parte del Estado”58. En especial, se acreditó que el Ejército y la Policía Nacional actuaron de
forma indiferente, pasiva y permisiva, faltando a su deber de defensa, vigilancia y protección
de los derechos de las personas que fueron afectadas.
54Ibídem. Pág. 88-89. 55Algunas de las sentencias revisadas en las que el título de imputación fue falla del servicio: Consejo de Estado. Sección
Tercer. Radicado 35185. Consejero Ponente: Ramiro Pozos Guerrero. Decisión del 20 de octubre de 2015; Consejo de
Estado. Sección Tercera. Radicado 48392. Consejero Ponente: Jaime Orlando Santofimio. Decisión del 10 de agosto de
2015; Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 34545. Consejero Ponente: Hernán Andrade Rincón. Decisión del 27
de abril de 2016; Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 37074. Consejera Ponente: Marta Nubia Velásquez Rico.
Decisión del 24 de octubre de 2016; Consejo de Estado. Sección tercera. Radicado 34707. Consejero Ponente: Ramiro
Pozos Guerrero. Decisión del 1 de junio de 2017; Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 47844. Consejero Ponente:
Hernán Andrade Rincón. Decisión del 24 mayo de 2017. 56Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado: 34046. Consejero Ponente (E) Hernán Andrade Rendón. Decisión del 16
de julio de 2015. 57Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 35913. Consejero Ponente: Danilo Rojas Betancourth. Decisión del 28 de
mayo de 2015; Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 32180. Consejero Ponente: Danilo Rojas Betancourth.
Decisión del 3 de septiembre de 2015 Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 39313. Consejera Ponente: María
Adriana Marin. Decisión del 26 de abril de 2018. 58López, Miguel. “Desplazamiento forzado y Consejo de estado. Un juez amplio considerando pero tímido fallando”.
Estudios Socio-Juríd. vol.16, n.2. 2014 pp.127-162. Doi: http://dx.doi.org/10.12804/esj16.02.2014.04
22
Fuente: Elaboración propia.
3 EVALUACIÓN JURISPRUDENCIAL DE LAS DECISIONES DICTADAS POR
EL CONSEJO DE ESTADO, ENTRE LOS AÑOS 2014 AL 2018, EN RELACIÓN
CON EL DESPLAZAMIENTO FORZADO Y EL RECONOCIMIENTO DE UNA
REPARACIÓN INTEGRAL, COMO CONSECUENCIA DE LOS DAÑOS
INMATERIALES CAUSADOS A LAS VÍCTIMAS.
En el presente capítulo, se denotará que la posición mayoritaria al interior de la Sección
Tercera del Consejo de Estado con respecto a la reparación de los daños inmateriales
causados como consecuencia del desplazamiento forzado, es la inclusión de por lo menos
una medida de reparación no pecuniaria junto con la tradicional medida indemnizatoria, pues
de las 20 sentencias analizadas el 60% de ellas pertenecen a decisiones que contemplan más
de dos elementos de la reparación integral (indemnización más otra no pecuniaria)59, mientras
que, el 40% restante corresponde a la forma de reparación clásica, en el entendido que, sus
decisiones se basan en el siguiente principio “el que cause un daño a otro tiene que repararlo”
59Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado: 34046. Consejero Ponente (E) Hernán Andrade Rendón. Decisión del 16
de julio de 2015;Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 34545. Consejero Ponente: Hernán Andrade Rincón.
Decisión del 27 de abril de 2016;Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 37074. Consejera Ponente: Marta Nubia
Velásquez Rico. Decisión del 24 de octubre de 2016; Consejo de Estado. Sección tercera. Radicado 34707. Consejero
Ponente: Ramiro Pozos Guerrero. Decisión del 1 de junio de 2017; Consejo de Estado, Sección Tercera, Radicado 47370,
Consejero Ponente: Ramiro Pozos Guerrero. Decisión del 30 de noviembre de 2017;Consejo de Estado. Sección Tercera.
Radicado 36682. Consejero Ponente: Jaime Orlando Santofimio Gamboa. Decisión del 20 de octubre de 2014;Consejo de
Estado. Sección Tercera. Radicado 48392. Consejero Ponente: Jaime Orlando Santofimio. Decisión del 10 de agosto de
2015;Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado: 40744. Consejero Ponente: Jaime Orlando Santofimio Gamboa.
Decisión del 14 de marzo de 2016;Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 35029. Consejero de Estado: Hernán
Andrade Rincón. Decisión del 14 de julio de 2016; Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado: 43637. Consejero
Ponente: Jaime Enrique Rodríguez Navas. Decisión del 12 de julio de 2017;Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado:
41187. Consejero Ponente: Ramiro Pozos Guerrero. Decisión 31 de agosto de 2017 y Consejo de Estado, Sección Tercera,
Radicado 50941, Consejero Ponente: Hernán Andrade Rincón. Decisión del 23 de marzo de 2017.
80%
5% 15%
Tabla No. 1
Proporción Títulos de Imputación
Falla del servicio
Daño especial
Riesgo excepcional
23
generalmente a través de la indemnización60. (Ver Tabla No. 2). Dicha tendencia, ocurrió de
forma uniforme entre los años 2014 al 2018, tal y como se puede observar en la Tabla No. 3.
Sin embargo, se advierte que la diferencia entre cada una de las categorías por año no es
significativa, debido al tamaño de la muestra.
Fuente: Elaboración propia.
60Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 35913. Consejero Ponente: Danilo Rojas Betancourth. Decisión del 28 de
mayo de 2015;Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 32180. Consejero Ponente: Danilo Rojas Betancourth.
Decisión del 3 de septiembre de 2015; Consejo de Estado. Sección Tercer. Radicado 35185. Consejero Ponente: Ramiro
Pozos Guerrero. Decisión del 20 de octubre de 2015;Consejo de Estado, Sección Tercera, Radicado 35197.. Consejero
Ponente: Ramiro Pozos Guerrero; Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado. 44987 Consejero Ponente: Ramiro Pozos
Guerrero. Decisión del 30 de noviembre de 2017;Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 47844. Consejero Ponente:
Hernán Andrade Rincón. Decisión del 24 mayo de 2017;Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 45109. Consejero
Ponente: Hernán Andrade Rincón. Decisión del 24 de mayo de 2017; Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 39313.
Consejera Ponente: María Adriana Marin. Decisión del 26 de abril de 2018.
40%
60%
Tabla No.2
Proporción decisión Setencias
Medidas
Indemnizatorias
Decisiones que
contemplan más de
dos medidas de
reparación integral
24
61
Fuente: Elaboración propia.
Las anteriores categorías se ilustran a través de algunos de los apartes de las decisiones de
las sentencias. Así entonces, cuando se señala que sólo contempló medidas de carácter
indemnizatorio, por lo general los Consejeros de Estado usaban la siguiente expresión:
“Declarar responsable a la Nación – Ministerio de Defensa – Ejército Nacional – Policía
Nacional (dependiendo de la autoridad que faltó a su deber de cuidado), y como consecuencia
de su accionar condenan al pago de perjuicios morales y materiales”62. De conformidad con
lo anterior, el resuelve refleja como la reparación del daño inmaterial se reduce a un aspecto
meramente económico, sabiendo de antemano que dicha medida atiende de manera
insuficiente la afectación causado a la víctima. Ahora bien, respecto de las medidas que
incluyen la indemnización y al menos otra medida no pecuniaria de reparación, la tendencia
se refleja de la siguiente manera:
“Declarar administrativamente responsable a la Nación y condenas el pago de
perjuicio morales y materiales [...]. Además, cumplirse con las siguientes medidas de
reparación no pecuniarias: (i) la sentencia hace parte de la reparación integral; (ii) se
ordena a la Fiscalía General de la Nación que inicie o reabra la investigaciones
penales contra los otros funcionarios que participaron en los hechos generadores del
daño acaecidos [...] (medida de satisfacción). (iii) se ordena a la Procuraduría General
de la Nación que inicie investigaciones contra los otros funcionarios que participaron
61Se aclara que durante el año 2014 y 2016 no hubo reparaciones de solo contenido económico, ya que se evidenció la
presencia de una reparación combinada (medida indemnizatoria + otra no pecuniaria). Adicionalmente, se deja claro que si
bien la reparación integral está compuesta por las cinco medidas i) restitución; ii) indemnización; iii) satisfacción, iv)
rehabilitación, las de restitución y v) garantías de no repetición. Del análisis, se encontró que ninguna decisión aplica las
cinco medidas, por lo que se decidió analizar si aplica por lo menos alguna de las cinco, más de la indemnizatoria. 62Remitirse al pie de página No. 59.
0
2
4
6
8
10
12
2014 2015 2016 2017 2018 Total
Cantidad
Años
Tabla No.3
Formas de reparación del daño en casos de
desplazamiento forzado.
Medidas
Indemnizatorias
Decisiones que
contemplan más de
dos medidas de
reparación integral
25
en los hechos generadores del daño[...] (medida de satisfacción) (iv) las víctimas de
desplazamiento forzado en el presente proceso, deberán incorporarse a lo establecido
en la ley de 1448 de 2011 (medida de satisfacción); (v) la sentencia se remitirá al
CNMH de manera que haga parte de la evidencia histórica del conflicto armado en
Colombia (medida de satisfacción); (vi) si lo anterior no llegase a ser eficaz, se
exhorta al Estado colombiano en cabeza de las entidades demandadas, para que eleve
el caso ante las instancias internacionales de protección de derecho humanos, (medida
de satisfacción)”63. Subrayado fuera de texto.
Bajo tal panorama, y como se ha venido afirmado a lo largo del documento, para poder
aseverar que la decisión tomada por el Consejo de Estado es adecuada, se observó que en
cada uno de los fallos estuvieran presentes todas las medidas que hacen parte de la reparación
integral, a saber: i) restitución; ii) indemnización; iii) satisfacción, iv) rehabilitación, v)
garantías de no repetición. La siguiente Tabla No.4, muestra el comportamiento de dichos
elementos, arrojando como resultado que en ninguna de las sentencias se incluyó la totalidad
de las medidas que componen la reparación integral.
No obstante, el escenario no es del todo desfavorable, pues como se afirmó, la tendencia es
que los Consejeros de Estado incluyen en sus fallos por lo menos una medida no pecuniaria,
junto con una de contenido económico. Así entonces, la medida de reparación no pecuniaria
aplicada con mayor frecuencia es la de satisfacción, seguida de la de rehabilitación, o incluso
la aplicación de las dos simultáneamente, pero no se evidenció la presencia de medidas de
restitución y de no repetición. Dejando claro, que siempre estuvo presente en todas las
decisiones la medida indemnizatoria.
Fuente: Elaboración propia.
63 Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 36682. Consejero Ponente: Jaime Orlando Santofimio Gamboa.
Decisión del 20 de octubre de 2014
0
1
2
3
4
2014 2015 2016 2017 2018
Cantidad
Años
Tabla No. 4
Decisiones más allá de la indeminzación periodo
2014-2018
Rehabilitación +Satisfacción
Satisfacción
Rehabilitación
26
A continuación se mostrarán algunos ejemplos de las decisiones dadas por los consejeros de
Estado: i) Cuando se trataba de una medida indemnizatoria más una de carácter satisfactoria,
por lo general se evidencia la siguiente tendencia de fallo: “Condenar al pago por parte de
la Nación - Ministerio de Defensa Nacional - Ejército Nacional – Policía Nacional de los
perjuicios materiales y morales. Además, ordena “compulsar copias a la Fiscalía General de
la Nación para que investigue penalmente las posibles violaciones al DIH cometidas por las
FARC por el desplazamiento forzado”64(Medida de satisfacción). Otro ejemplo, de medida
de satisfacción encontrado fue la siguiente: “remítase el posible caso de abandono
forzado de las fincas de la familia Colmenares García a la Unidad Administrativa
Especial de Gestión de Restitución de Tierras para que inicie, si hay lugar a ello, los
trámites correspondientes para la posible restitución jurídica y material de sus predios
en los términos de la Ley 1448 de 2011 y el Decreto 4829 de 2011.”65
ii) Medida indemnizatoria más una de rehabilitación, se condena al pago de los perjuicios
morales y los materiales causados y adicionalmente, ordena:
“(i) que se adopte con carácter urgente e imperioso el plan de acción, los recursos
humanos, financieros y logísticos suficientes a efectos de evitar, prevenir, mitigar y
disminuir el riesgo de afectación del derecho fundamental a la seguridad personal y,
por ende, a la vida de quienes se consagran a la promoción y defensa de los derechos
humanos, todo esto de cara a implementar de modo eficaz e integral lo previsto en el
Acuerdo de Paz suscrito con las FARC; (ii) reglamente con carácter urgente e
imperioso, a través de los criterios que juzgue técnicamente conducentes y
pertinentes, un nuevo Sistema de prevención y alertas tempranas, el cual se encargará
de procesar, verificar y analizar técnicamente información relacionada con
situaciones de vulnerabilidad y riesgo, en especial de quienes se consagran a la
promoción y defensa de los derechos humanos, con lo que alertará a las autoridades
competentes para que se brinde protección oportuna e integral a los defensores de
derechos humanos y líderes sociales; (iii) al señor Director de la Unidad Nacional de
Protección para que de manera urgente adopte, ajuste y materialice, con carácter
urgente e imperioso, medidas especiales de prevención y protección con enfoque
colectivo de cara a garantizar, en atención a los niveles de riesgo acreditados, la
64Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 34545. Consejero Ponente: Hernán Andrade Rincón. Decisión del 27 de
abril de 2016. 65Consejo de Estado. Sección tercera. Radicado 34707. Consejero Ponente: Ramiro Pozos Guerrero. Decisión del 1 de
junio de 2017.
27
seguridad de las organizaciones defensoras de derechos humanos, de acuerdo con las
previsiones normativas del Decreto 4912 de 2011”66.
Finalmente, iii) respecto del reconocimiento simultáneo de la medida indemnizatoria, de
satisfacción y de rehabilitación se pueden ver los siguientes fallos “condenar al pago de
perjuicios morales y materiales. Posteriormente, decretó como medidas de reparación no
pecuniarias las siguientes:
“(i) en el término de 2 meses, el Ministerio de Defensa debe diseñar entre los
comandantes de las Brigadas y de los Batallones del país. un plan integral de
inteligencia, tendiente a lograr un control estructural efectivo respecto de la
incorporación, permanencia y funcionamiento u ejercicio de funciones de los
miembros del Ejército Nacional y prevenir con ello la comisión de delitos como los
que dieron origen a la presente acción ( medida de rehabilitación); (ii) la entidad debe
subir a la red el archivo que contenga esta decisión y el plan integral
elaborado(medida de satisfacción); (iii) remitir copia al CNMH con el fin de ayudar
en la construcción documental del país que busca preservar la memoria de la violencia
generada por el conflicto armado interno en Colombia (medida de satisfacción); (iv)
el Ministerio de Defensa Nacional publicará en un periódico de amplia circulación
nacional y en uno de amplia circulación local en el departamento del Tolima los
apartes pertinentes de este fallo y rectifique la verdadera identidad de la víctima
directa. Dicho escrito deberá informar que la muerte del señor Camilo Pulido Pulido
no ocurrió como consecuencia de un combate entre soldados del Ejército Nacional y
las FARC, sino que fue ejecutado extrajudicialmente por actos perpetrados por los
efectivos militares destacados en la zona rural de Cajamarca (medida de
satisfacción)”67
A través de los ejemplos, se pudo evidenciar que siempre se incluye la medida
indemnizatoria, estando acompañada por lo general de una medida de satisfacción, de
rehabilitación o incluso la presencia de las tres simultáneamente. En la mayoría de decisiones,
se enfocaron en la publicación de la sentencia como medida de reparación integral y de la
rectificación de información, pero se dejaron de lado las medidas de restitución de bienes o
derechos y las garantías de no repetición, las cuales permiten garantizar un proceso adecuada
para que la víctima perciba una reparación integral adecuada.
El anterior resultado, permite comprobar la tesis de la presente investigación en la medida
que, se puede reconocer que el Consejo de Estado en sus decisiones no ha actuado de forma
66Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado: 41187. Consejero Ponente: Ramiro Pozos Guerrero. Decisión 31 de
agosto de 2017 67 Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 35029. Consejero de Estado: Hernán Andrade Rincón.
Decisión del 14 de julio de 2016. En el mismo sentido, se encuentra la sentencia del Consejo de Estado. Sección
Tercera. Radicado 48392. Consejero Ponente: Jaime Orlando Santofimio. Decisión del 10 de agosto de 2015.
28
adecuada, pues en sus fallos no incluye la totalidad de los elementos que componen la
reparación integral, es decir repara parcialmente. Si bien, se ha avanzado en el
reconocimiento de otro tipo de medidas para reparar el daño, los esfuerzos deben continuar
y mejorar, pues la reparación otorgada es insuficiente, ya que las medidas de satisfacción y
de rehabilitación solo reparan parcialmente el daño. Adicionalmente, tal tendencia permite
dar cuenta que la aplicación de la Sentencia de Unificación del 24 de agosto de 2014, Rad.
32988 C.P Ramiro Pozos Guerrero, no está siendo empleada de forma consistente ni
uniforme por parte de los Consejeros de Estado.
Se repara parcialmente el daño cuando se tienen en cuenta sólo las medidas de satisfacción y
rehabilitación por las siguientes razones: la primera, porque si bien se realizan actos públicos
en los que se ofrecen disculpas por los hechos cometidos, éstas no serán recibidas y aceptadas
totalmente por las víctimas, sino vienen acompañadas de actuaciones que demuestren el
arrepentimiento y la voluntad de detener la generación el daño. En definitiva, ni el perdón ni
la remisión de la sentencia al CNMH para que haga parte de la evidencia histórica del
conflicto armado en Colombia, son medidas que garanticen una adecuada y suficiente
reparación integral. Por el contrario, dicha Alta Corte debe implementar acciones concretas
para que cesen las conductas violatorias de derechos humanos, más allá de aspectos
simbólicos.
La segunda razón, es que, dicho comportamiento del Consejo de Estado pareciera indicar que
el problema del desplazamiento forzado no es un asunto que deba ser solucionado por ellos,
pues en sus decisiones se limitan a exhortar a otras autoridades para que realicen las
investigaciones y soluciones pertinentes a dicha situación, pero de ninguna manera intenta
implementar medidas que prevengan y frenen el desplazamiento. Por lo que, se podría inferir
que el Consejo de Estado, a pesar de reconocer en sus consideraciones las implicaciones que
trae un desplazamiento forzado, aún no es consciente del problema que tal situación genera
en las víctimas.
En este sentido, si bien es cierto que de manera cuantitativa la decisión mayoritaria es la
correspondiente a la combinación de una medida no pecuniaria junto con la indemnizatoria.
Cuando se realiza un análisis cualitativo de las implicaciones de las medidas no pecuniarias,
se puede aseverar, que su impacto no es mayor a la hora de reparar el daño, pues como se
afirmó, se limita ordenar la publicación en medios masivos de circulación excusas públicas,
y a exhortar a otras instituciones para que éstas ejecuten medidas de prevención y atención
al desplazamiento forzado. En consecuencia, delegó la aplicación de todos los elementos de
la reparación integral a otras entidades. Como resultado, se puede inferir que la reparación
del daño, lo redujo a un tema meramente económico, pues solo fue a través de esta medida
que realizó acciones concretas, en el entendido que cuantificó el pago de perjuicios morales
y materiales a cargo del Estado.
29
4 ANÁLISIS CRÍTICO DE LOS FALLOS DADOS POR EL CONSEJO DE
ESTADO EN LA MATERIA EVALUADA EN EL CAPÍTULO PRECEDENTE
Es necesario presentar una posición crítica respecto de los resultados observados, puesto que
se evidenció la inaplicación de la Sentencia de Unificación de Radicado 32988 de fecha 28
de agosto de 2014, C.P Ramiro Pozos Guerrero, por lo que se examinan las consecuencias
de tal actuación realizada por el máximo órgano de la Jurisdicción Contenciosa
Administrativa. Así mismo, se ponen de presente las ventajas de otorgar una reparación
integral y las razones por las cuales el Consejo de Estado la debe aplicar en su totalidad.
4.1 DE LA INOBSERVANCIA DE LA SENTENCIA DE UNIFICACIÓN DEL 28
DE AGOSTO DE 2014. RAD.32 988
En primer lugar, es necesario evidenciar la aplicación y la importancia de las Sentencias de
Unificación jurisprudencial al interior de la Jurisdicción Contenciosa Administrativa. Dicha
figura, es una función que le corresponde a los órganos de cierre de las distintas
jurisdicciones, “que brinda cierto nivel de certeza respecto de los comportamiento aceptados
dentro de la sociedad”68. Para efectos de la investigación, el órgano de cierre a analizar, es
el Consejo de Estado, pues es éste el encargado de unificar jurisprudencia cuando el Estado
posee algo de responsabilidad en el daño causado a la víctima. En el artículo 270 del Código
de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo (en adelante CPACA),
se determinan cuáles son las Sentencias de Unificación que producen efectos internos y
externos:
“Para los efectos de este Código se tendrán como sentencias de unificación
jurisprudencial las que profiera o haya proferido el Consejo de Estado por
importancia jurídica o trascendencia económica o social o por necesidad de unificar
o sentar jurisprudencia; las proferidas al decidir los recursos extraordinarios y las
relativas al mecanismo eventual de revisión previsto en el artículo 36A de la Ley 270
de 1996, adicionado por el artículo 11 de la Ley 1285 de 2009”
De lo anterior se puede entender, que son decisiones que unifican criterios de interpretación
y de aplicación sobre derechos preexistentes que poseen gran relevancia para la sociedad,
“con el objetivo de garantizar principios de seguridad jurídica e igualdad, las cuales se
materializan con la aplicación uniforme de las normas y de la jurisprudencia del Consejo de
Estado”69. Ahora bien, el CPACA no solo se limita a definir dicha figura, por el contrario la
68Corte Constitucional. Sentencia C-836 de 2001. Magistrado Ponente: Rodrigo Escobar Gil 69Consejo de Estado. Sala de Consulta y Servicio Civil, Arenas Mendoza Hugo Andrés. “Las sentencias de unificación
jurisprudencial y el mecanismo de extensión de la jurisprudencia”. Bogotá́: Ministerio de Justicia y del Derecho; 2014. Pág.
30 Recuperado de http://www.consejodeestado.gov.co/documentos/biblioteca/libros/sentenciasunificacion/libro.pdf
30
dota de mecanismos para que su aplicación sea efectiva. En específico, en los artículos 256
y siguientes del mismo Código, se consagra la posibilidad de interponer un recurso
extraordinario de unificación de jurisprudencia, el cual solo procede contra las sentencias
dictadas en única y segunda instancia por los tribunales administrativos.
Es importante, resaltar que la unificación jurisprudencial es un mandato normativo de
obligatorio cumplimiento, en ese sentido las autoridades administrativas deben emplear las
normas y la jurisprudencia, en especial, las de unificación, a la hora de resolver un caso con
supuestos fácticos y jurídicos similares. Lo anterior con el objetivo, de asegurar la aplicación
uniforme de las normas constitucionales y legales aplicables al caso. (Art.10. CPACA). Por
lo tanto, la unificación de jurisprudencia es una figura que irradia todos los eslabones de la
Jurisdicción Contenciosa Administrativa desde el máximo órgano hasta los jueces, sin
excepción alguna.
Bajo tal panorama, y en relación con la Sentencia de Unificación del 28 de agosto de 2014
Rad.32.988. Se afirma que, dicha sentencia establece una nueva regla en materia de
reparación de los perjuicios originados en daños a derechos o bienes convencional y
constitucionalmente amparados, la cual es, la imposición de medidas de reparación integral
no pecuniarias. Regla que como se evidenció en el capítulo 3, fue desatendida de manera
contundente por los Consejeros de Estado de la Sección Tercera del Consejo de Estado, en
todas las decisiones entre el 2014 y el 2018. Es por esto que, a primera vista podría afirmarse
que la solución a tal incumplimiento es la interposición del recurso extraordinario de
unificación de jurisprudencia, pero tal y como reza el Código, dicho recurso solo procede en
contra de las sentencias dictadas por los tribunales administrativos en única y segunda
instancia, por lo que no aplica para la presente situación.
Ello no significa, que por tratarse del máximo órgano de la Jurisdicción Contenciosa
Administrativa pueda desconocer el precedente administrativo, que éste mismo ha creado.
Por el contrario, éste tiene el deber de dar ejemplo a los demás agentes de la administración
en la medida que “el precedente se presenta como una actuación pasada de la Administración
que, de algún modo, condiciona las actuaciones presentes exigiendo un contenido similar
para casos similares”70.
Tal constitución del precedente es fundamental, en la medida que garantiza el respeto a los
principios constitucionales, de igualdad, debido proceso, confianza legítima, entre otros y
además, ofrece seguridad jurídica a los ciudadanos, pues otorga cierta certeza respecto de la
previsibilidad de las decisiones. Por ello es inevitable, reconocer la fuerza vinculante que
posee el precedente administrativo, pues consagra criterios de unificación de manera
70Sastre, Silvia “El precedente administrativo. fundamentos y eficacia vinculante”. Madrid: Marcial Pons, 2008. Pág. 239.
31
consistente respecto del alcance y de la aplicación de las normas, principios y valores a las
que se encuentra sujeta la administración71.
Dicho lo anterior, se afirma que lo realizado por los Consejeros de Estado de la Sección
Tercera, respecto de la inaplicación de la totalidad de las medidas de reparación integral, es
el desconocimiento del precedente administrativo, ya que en la mayoría de sentencias
revisadas la reparación se enfoca solo en el otorgamiento de una medida no pecuniaria junto
con una de contenido económico. Desconocimiento, que constituye una causal de
procedibilidad de la acción de tutela contra providencias judiciales, pues se están afectando
derechos fundamentales como la igualdad y el debido proceso. Ya que, no todas las víctimas
de desplazamiento forzado están recibiendo de la misma manera una reparación integral del
daño causado.
En suma, se advierte que, si dicho órgano no es uniforme ni consistente en sus decisiones,
mucho menos lo serán los tribunales y jueces administrativos. Puesto que, no es clara la forma
de aplicación y determinación de las medidas no pecuniarias para reparar el daño en casos de
violación a derechos humanos.
4.2 VENTAJAS DE PROPORCIONAR UNA REPARACIÓN INTEGRAL
Conviene subrayar que, como se evidenció en el capítulo tres del presente documento en
ninguna de las sentencias analizadas se incluyó la totalidad de las medidas que componen la
reparación integral, sino que por el contrario, se aplicó máximo dos de ellas, siendo la
constante la presencia de la medida indemnizatoria. Por lo que se reitera, que el seguimiento
a la Sentencia de Unificación del 28 de agosto de 2014 de Rad. 32988 es inocua, pues a pesar
de constituirse como un precedente que deben seguir todos los miembros de la Jurisdicción
Contenciosa Administrativa, ni siquiera el Máximo Órgano la aplica de forma consistente y
uniforme.
Ahora bien, se reconoce que no se está ante la presencia de un escenario negativo, ya que de
todas maneras como se ha soportado los Consejeros de Estado, en sus decisiones si han
aplicado medidas no pecuniarias de reparación, como la de satisfacción y la de rehabilitación.
Lo cual significa, que se ésta apostando por una reparación más humana, en la que además,
de contener reparaciones de índole pecuniario, se contemplan otras que ayuden a construir
tejido social y reparar el daño sufrido.
En este punto, es relevante exaltar la labor realizada por el Consejero de Estado Jaime
Orlando Santofimio Gamboa, quien incluso antes del fallo de la Sentencia de Unificación, se
71Santofimio, Jaime. “La fuerza de los precedentes administrativos en el sistema jurídico de derecho positivo colombiano”.
Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2010. Pág. 50-51.
32
ha caracterizado por incluir tanto en sus consideraciones como en sus decisiones, el valor
fundamental que posee la reparación integral, pues estima que “es una poderosa herramienta
con la que puede aportarse para la reconstrucción del tejido social, para la reconciliación de
los ciudadanos, para allanar la verdad, la justicia y para construir los escenarios de eficacia
de los derechos que toda persona tiene garantizados”72. Sin embargo, dicha postura no es
unitaria al interior del Consejo de Estado, lo que resulta un problema, en la medida que genera
inseguridad jurídica a las víctimas que están en busca de una adecuada reparación integral.
Dicho lo anterior, ahora se procederá a demostrar las ventajas de otorgar una reparación
integral sobre una reparación de contenido parcial. Ello, basado en el estudio de caso de
Trujillo73 realizado por DeJusticia en el que se buscó establecer el impacto de las medidas de
reparación desde la perspectiva de las víctimas74.
Respecto de las medidas materiales, es decir las que consisten en la distribución de sumas
únicas de dinero a título de indemnización, las víctimas afirmaron que “genera sensaciones
positivas al mismo tiempo que insatisfactorias [...]. Referente a lo positivo, concuerdan con
que dicha indemnización es una forma del Estado de reivindicarse con las víctimas por su
parte de responsabilidad en el daño causado y además, es un elemento que permite mejorar
las condiciones de vida. [...]. De otro lado, en cuanto a las percepciones negativas, afirmaron
en primer lugar que existe una dificultad notable de reparar las afectaciones causadas, pues
en muchos casos son irreparables; en segundo lugar, las indemnizaciones otorgadas son de
montos bajos y en tercer lugar, hay una clara desconexión entre la compensación económica
y las otras medidas de reparación”75. En últimas, en la mayoría de los casos las víctimas
perciben insatisfacción por parte de dicha medidas de reparación en la medida que, lo
entienden como un pago por las agresiones sufridas, valor que consideran irreparable e
imposible de compensar.
Lo anterior no quiere decir que, se dejen de reconocer las medidas materiales como parte de
la reparación, por el contrario las víctimas lo que reclaman es que dichas medidas no sean las
únicas que perciban como consecuencia del daño causado. En este sentido, solicitan como
parte de la reparación integral la aplicación en su totalidad de cado uno de los elementos que
la componen. Pues, las medidas de reparación no pecuniarias no deben ser consideradas como
accesorias, por el contrario deben ser tratadas como principales, ya que sólo de esta manera,
72Santofimio. ”La reparación de las víctimas del conflicto armado interno en la jurisprudencia colombiana” Op.Cit. Pág
145. 73 El caso de Trujillo, se conoce como “la masacre de Trujillo” en la que se presentan una serie de violaciones a los derechos
humanos entre los años 1988 a 1994, en los municipios Trujillo, Bolívar Y Riofrío en el departamento del Valle del Cauca. 74Zamora, Angélica. “La reparación a partir de las experiencias de los casos de Vilatina y Trujilo”. En: Reparar en
Colombia: los dilemas en contextos de conflicto, pobreza y exclusión. Bogotá: Centro Internacional para la Justicia
Transicional (ICTJ) y Centro de Estudios Derecho, Justicia y Sociedad (DeJusticia), 2009. 75Ibídem..
33
las víctimas del desplazamiento forzado podrán ser acreedores de una reparación integral
suficiente y adecuada.
Adicionalmente, es importante indicar que a la hora de otorgar las diferentes medidas de
reparación, éstas deben estar acompañadas de un mensaje adecuado, esto es, en las que se
reconozca la responsabilidad del Estado por el daño sufrido junto con su significado
reparador. Más no, transmitir la sensación de que reciben un simple pago por las afectaciones
causadas.
De otro lado, se resalta que, en efecto, en el imaginario de las víctimas como primera solución
a su daño se encuentra el resarcimiento económico, pues de esta manera podrán restablecer
materialmente las condiciones de vida vulneradas, obtener un hogar de nuevo y continuar
con su proyecto de vida. Ello porque, en “la mayoría de los casos las víctimas también están
en condiciones de pobreza, pero es importante tener en cuenta que las reparaciones
económicas por sí mismas no transforman a las sociedades. Sin las reparaciones simbólicas
y la rehabilitación mental y social, las consecuencias de la guerra persistirán generación tras
generación”76(Subrayado fuera de texto). Lo anterior significa que, más allá de recibir una
indemnización, termina siendo fundamental, reconocer el rol de la víctima al interior del
conflicto armado, su sufrimiento y sobre todo la responsabilidad del Estado, con el fin de
asegurar una adecuada reparación integral.
En concordancia con lo anterior, cuando se hace referencia a los daños inmateriales causados
a bienes o derechos convencional o constitucionalmente amparados, “la compensación
pecuniaria no es suficiente ni idónea para los fines de la reparación, por lo cual la reparación
de perjuicios inmateriales debe ir más allá de la compensación pecuniaria”77. Lo anterior
supone que, las víctimas son acreedoras de reparaciones de diferentes naturaleza, las cuales
responderán a los distintos tipos de daños que hayan sufrido, sin ser aquellas excluyentes
unas de las otras. Adicionalmente, con su implementación no sólo se reconocerá y reparará
la afectación causada, “sino también contribuirá a la superación de las condiciones de
desigualdad y exclusión que han estado sometidas las víctimas”78, en especial las del
desplazamiento forzado.
76 Rodríguez, Natalia “La reparación integral de las víctimas del conflicto armado más allá de la indemnización”. En:
Boletín Digital de Monitoreo de Víctimas, Paz y Reconciliación, PRISMA. Bogotá: Observatorio Distrital de Víctimas del
Conflicto Armado- PRISM, Edición 04, abril de 2018. Pág. 4. Recuperado de
http://www.victimasbogota.gov.co/sites/default/files/documentos/Prisma%20abril%202018.pdf 77Campos, Nathalia “la reparación de perjuicios inmateriales en el Consejo de Estado colombiano a la luz de la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos” Tesis de Maestría en Derechos Administrativo, Bogotá.
Universidad Externado de Colombia, 2011. Citado en: “La indemnización de los perjuicios extrapatrimoniales en la
jurisdicción de lo contencioso administrativo” por Diana Rueda Prada. Bogotá: Grupo Editorial Ibañez, 2015. Pág. 129. 78Uprimmy, Rodrigo & Saffon María Paula..“Reparaciones transformadoras, justicia distributiva y profundización
democrática”.OpCit. Pág. 55.
34
Tal idea de integralidad de la reparación, la soporta y defiende Pablo de Greiff79, en el artículo
Justicia y Reparaciones en el que defiende que los programas enfocados en la reparación
poseen dos dimensiones la externa y la interna, las cuales debe ser coherentes al interior de
cada una de ellas y entre sí. Cuando se refiere a la dimensión externa, explica que deben estar
íntimamente relacionados “los otros mecanismos transicionales, esto es, la justicia penal, el
esclarecimiento de la verdad y la reforma institucional”80. Mientras que, respecto de la
interna, afirma que la reparación no solo le apunta al resarcimiento de un daño, por el
contrario su objetivo final es otorgar varios beneficios de diferente naturaleza a las víctimas,
a través de medidas tanto materiales como simbólicas. por lo que “para alcanzar los objetivos
deseados, es importante que los beneficios formen parte de un plan cuyas medidas se apoyen
entre sí internamente”81. Así entonces, se puede decir que la reparación integral se basa
principalmente en un trabajo coordinado entre diferentes instituciones en busca de la verdad,
la justicia y la reparación del daño, objetivos que se pueden concretar a través de diferentes
medidas, las cuales en su conjunto permiten acceder a una adecuada reparación.
En definitiva, tal y como se ha venido afirmado a lo largo de este acápite posee mayores
ventajas otorgar una reparación integral, por cuanto se reconoce el daño sufrido y se admite
como esencial el respeto hacia la víctima, en el que ésta entiende que no se le está reparando
simplemente por las agresiones sufridas. Por el contrario, el Estado admite su responsabilidad
en la comisión de tales hechos, ejecutando acciones para remediar las afectaciones causadas,
en las que por supuesto existe una indemnización económica que además, viene acompañada
de una serie de medidas de carácter no pecuniario tendientes a superar el daño sufrido.
Generando sensaciones de satisfacción en las víctimas, pues se está respondiendo de manera
suficiente y adecuada ante las demandas de una apropiada reparación integral.
5 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5.1 CONCLUSIONES
El conflicto armado interno en Colombia ha sido un elemento constitutivo de la identidad
nacional, lo que ha generado una lamentable normalización de la violencia como fenómeno
cotidiano, que además ha sido interiorizado por los ciudadanos como una situación que deben
aprender a soportar. Lo anterior agravado por la incapacidad del Estado para hacer presencia
en cada uno de los territorios que componen el país, y que tuvo como consecuencia que los
actores armados dominaran dichas zonas y pudieran materializar actuaciones ilícitas y de
79Relator especial para la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición ante las Naciones
Unidas. 80De Greiff. Pablo “Justicia y Reparaciones” En: Reparaciones para las víctimas de violencia política: estudios de caso y
análisis comparado, Bogotá: ICTJ, 2008. Pág. 434. Recuperado de http://www.corteidh.or.cr/tablas/r29767.pdf 81Ibídem.
35
violaciones masivas a los derechos fundamentales de los civiles. Tal escenario,
indudablemente generó un detrimento en cada una de las esferas que componen la vida de la
víctima, por lo que es necesario reparar el daño causado, no solo desde una perspectiva
material, sino también desde una inmaterial en la que se busque compensar, el dolor, la
angustia y el desarraigo causado.
Los daños ocurridos con ocasión del conflicto armado deben ser reparados integralmente y
con una visión transformadora, lo que implica que el resarcimiento de los daños, debe ir más
allá de una simple indemnización económica, puesto que en la gran mayoría de ocasiones el
daño termina siendo irreparable. No hacerlo, convertiría el daño en una cuestión económica
y por lo tanto, vulneraría los principios más esenciales de la Justicia Transicional. Así
entonces, “las reparaciones deberían ser comprendidas como una herramienta de
fundamental importancia no solo para la resolución del conflicto, sino igualmente para la
transformación de las relaciones que permitieron la producción y continuación del mismo”.82
En consecuencia es preciso, acudir a otro tipo de medidas que permitan abordar el sufrimiento
desde otro punto de vista. En ese sentido, se entenderá por reparación integral aquella que
incluya medidas tendientes a la: i) restitución; ii) indemnización; iii) rehabilitación; iv)
satisfacción y v) garantías de no repetición.
En Sentencia de Unificación del 28 de agosto de 2014 Rad.32988. Se afirmó que los daños a
bienes o derechos convencional y constitucionalmente amparados, por regla general deben
ser reparados a través de medidas de reparación integral no pecuniarias. Sin embargo,
respecto de las sentencias analizadas entre los años 2014 y 2018, se pudo evidenciar que los
Consejeros de Estado de la Sección Tercera en sus consideraciones tienen en cuenta la
afectación que genera el desplazamiento forzado en la vida de las personas que lo padecieron.
No obstante, en sus decisiones tal reconocimiento no se ve reflejado en el tipo de reparación
que otorgan, en la medida que, de manera mayoritaria, en el resuelve solo se refleja una
medida no pecuniaria junto con una indemnizatoria. Lo cual genera, de un lado un claro
incumplimiento al precedente establecido en la Sentencia de Unificación y del otro lado, una
atención insuficiente del daño causado a la víctimas, pues son acreedoras de una reparación
parcial y no de una integral.
Ahora bien, se advierte que durante los años analizados se observó una tendencia, la cual fue
la implementación de una reparación integral parcial. Sin embargo, se ofrecieron razones
para que el Consejo de Estado, comience a aplicarla en su totalidad, pues de esta manera se
podrá conseguir la recuperación de la dignidad humana y el restablecimiento de todos los
derechos. Es así como, se apuesta por una nueva forma de reparar el daño, ya que no solo
82Rodrigo Uprimmy & María Paula Saffon. “Reparaciones transformadoras, justicia distributiva y
profundización democrática”. OpCit. Pág. 34
36
consiste en una indemnización de los daños materiales y morales y del ofrecimiento de
excusas públicas. Sino también, de proveer medidas tendientes a la reconstrucción del tejido
social, de la verdad y fundamentalmente, en el otorgamiento de una reparación integral
adecuada y suficiente para las víctimas.
De igual manera, tal y como se propuso al inicio de este documento el propósito de la
reparación integral es que posea un enfoque transformador que permita cambiar las
condiciones de desigualdad y exclusión por las que pasan las víctimas del conflicto armado.
Pero, se afirma contundentemente que dicha posición no es aplicada de forma consistente en
los fallos relacionados con desplazamiento forzado. Pues, aún se tiene la concepción de que
la reparación tiene como objetivo principal la restitución, es decir, devolver a la persona al
estado anterior a la ocurrencia del daño, lo que sería contradictorio porque la devolvería a
una situación de vulnerabilidad y carencias. Así entonces, a pesar que el Consejo de Estado
entienda la necesidad de superar la situación injusta, en sus decisiones no se ve ninguna
medida tendiente a transformar la condición de vulnerabilidad ex ante que vivían las
víctimas.
En definitiva respecto de la pregunta de investigación, se afirma que el Consejo de Estado en
la Sección Tercera no ha actuado de manera adecuada ante las necesidades de las víctimas
del desplazamiento forzado que reclaman una verdadera reparación integral. De un lado,
porque no hay un cumplimiento consistente y uniforme de la Sentencia de Unificación, en
específico respecto del otorgamiento de medidas no pecuniarias de reparación, lo que
demuestra una desconexión en la forma en cómo está decidiendo dicho máximo órgano y
del otro lado, pues no todas las víctimas están siendo acreedoras de una misma reparación,
lo cual es constitutivo de mayor exclusión y desigualdad. En últimas, se reitera que a pesar
de los objetivos protectores y garantistas que traía la nombrada Sentencia de Unificación,
éstos distan de la realidad, ya que no hay concordancia entre lo dicho sobre el papel y las
acciones ejecutadas.
5.2 RECOMENDACIONES
En cuanto a la falta de unidad al interior de las decisiones de los Consejeros de Estado, se
podría afirmar que tal situación se puede deber a un patrón de comportamiento que ha sido
seguido históricamente, gracias al régimen de responsabilidad extracontractual, pues se ha
entendido que para reparar un daño solo basta con resarcir económicamente. No obstante, se
advierte que los daños generados al interior del conflicto armado, se crean bajo un contexto
excepcional debido a su intensidad y a la forma en cómo fueron generados. Por lo que ante
dicha situación es necesario crear soluciones excepcionales que permiten reparar el daño
causado. En ese sentido, es necesario apoyar el cambio de comportamiento al interior del
Consejo de Estado, apartándose de la forma clásica de reparación, por una que entienda el
37
contexto en que se causó el daño, siendo la recuperación de la dignidad humana el objetivo
de la reparación.
El hallazgo encontrado del incumplimiento de la Sentencia de Unificación es una
oportunidad para que el Consejo de Estado, revise sus decisiones con el fin que de ahora en
adelante el precedente vertical sea cumplido con mayor contundencia y uniformidad por los
Consejeros de Estado. Lo anterior es fundamental, pues al constituirse un precedente judicial
fuerte, ello implicará que habrá mayor consciencia acerca del derecho de las víctimas de
recibir una reparación integral suficiente y adecuada. Lo cual, depositará una dosis de
confianza y seguridad en el funcionamiento de la administración de justicia. Adicionalmente,
dicha Alta Corte, podrá apropiarse del rol transformador que posee en sus manos, pues no se
tratará de una reparación que solo beneficie de manera particular a la víctimas, sino en general
a la población colombiana, ya que permite la reconstrucción de la verdad y del tejido social.
Es importante, denotar que no basta solo con que exista una Sentencia de Unificación, puesto
que como se demostró ésta es incumplida. Por lo tanto sería oportuno y necesario, crear una
sala de seguimiento tal y como ocurre en la Corte Constitucional, debido a la relevancia de
los daños ocasionados al interior el conflicto armado. Sala en la que se haría un rastreo acerca
del grado de cumplimiento de la sentencia y de las acciones ejecutadas por los Consejeros de
Estado para incluir en sus fallos los elementos de la reparación integral, lo cual, motivaría a
que se cumpla el precedente establecido y posea efectos instrumentales en las necesidades de
las víctimas.
Respecto de la inclusión de medidas no pecuniarias de reparación en las decisiones del
Consejo de Estado, sería importante que este órgano, se base en la labor realizada por la
Unidad de Victimas, institución que ha adelantado proyectos en pro de fortalecer dichas
medidas y que ha permitido ver buenos resultados tanto a nivel individual como colectivo.
Adicionalmente, no basta solo con que en sus fallos incluyan dichas medidas no pecuniarias,
pues si éstas no son ejecutadas de forma oportuna y diligente por parte de las autoridades
pertinentes, no se genera ningún efecto diferente, al de la continuación del daño causado.
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Jurisprudencia
Consejo de Estado, Sección Tercera, Rad. 29273, Consejero ponente: Enrique Gil Botero, decisión
del 19 de octubre de 2007
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decisión 28 de agosto de 2014. Sentencia de Unificación.
Consejo de Estado. Sección Tercer. Radicado 35185. Consejero Ponente: Ramiro Pozos Guerrero.
Decisión del 20 de octubre de 2015
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Perjuicios Inmateriales”. 28 de agosto de 2014.
41
Consejo de Estado. Sección Tercera. Rad.42724 Consejero Ponente: Jaime Orlando Santofimio
Gamboa. Decisión 10 de agosto de 2015.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 32180. Consejero Ponente: Danilo Rojas
Betancourth. Decisión del 3 de septiembre de 2015
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 32988. Sentencia de Unificación Consejero Ponente:
Ramiro Pozos Guerrero. Decisión 28 de agosto de 2014.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 34545. Consejero Ponente: Hernán Andrade Rincón.
Decisión del 27 de abril de 2016
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 34707. Consejero Ponente: Ramiro Pozos Guerrero.
Decisión de fecha 1 de junio de 2017.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 35029. Consejero de Estado: Hernán Andrade
Rincón. Decisión del 14 de julio de 2016
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 35197 Consejero Ponente: Ramiro Pozos Guerrero.
Decisión de fecha 1 de junio de 2017.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 35913. Consejero Ponente: Danilo Rojas
Betancourth. Decisión del 28 de mayo de 2015.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 36682. Consejero Ponente: Jaime Orlando
Santofimio Gamboa. Decisión del 20 de octubre de 2014.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 37074. Consejera Ponente: Marta Nubia Velásquez
Rico. Decisión del 24 de octubre de 2016.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 39313. Consejera Ponente: María Adriana Marin.
Decisión del 26 de abril de 2018.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 45109. Consejero Ponente: Hernán Andrade Rincón.
Decisión del 24 de mayo de 2017.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 47844. Consejero Ponente: Hernán Andrade Rincón.
Decisión del 24 mayo de 2017.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 48392. Consejero Ponente: Jaime Orlando
Santofimio. Decisión del 10 de agosto de 2015.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado 48995. Consejero Ponente: Jaime Orlando
Santofimio Gamboa. Decisión del 7 de septiembre de 2015.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado. 44987 Consejero Ponente: Ramiro Pozos Guerrero.
Decisión del 30 de noviembre de 2017.
42
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado: 34046. Consejero Ponente (E) Hernán Andrade
Rendón. Decisión del 16 de julio de 2015.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado: 40744. Consejero Ponente: Jaime Orlando
Santofimio Gamboa. Decisión del 14 de marzo de 2016.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado: 41187. Consejero Ponente: Ramiro Pozos Guerrero.
Decisión 31 de agosto de 2017.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Radicado: 43637. Consejero Ponente: Jaime Enrique Rodriguez
Navas. Decisión del 12 de julio de 2017.
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia del 7 de septiembre de 2015. Radicado: 48995.
Consejero Ponente: Jaime Orlando Santofimio Gamboa.
Corte Constitucional. Auto 373 de 2016. Magistrado Ponente: Luis Ernesto Vargas Silva.
Corte Constitucional. Sentencia C- 163 de 2000. Magistrado Ponente: Fabio Morón Díaz.
Corte Constitucional. Sentencia C-836 de 2001. Magistrado Ponente: Rodrigo Escobar Gil.
Corte Constitucional. Sentencia T-025 de 2004. Magistrado Ponente: Manuel José Cépeda Espinosa.
Corte Constitucional. Sentencia. C-454 de 2006. Magistrado Ponente: Jaime Córdoba Triviño.
Corte Constitucional. Sentencia SU-254 de 2013. Magistrado Ponente Luis Ernesto Vargas Silva.
Corte Constitucional. Sentencia T-465 de 2013. Magistrado Ponente Luis Ernesto Vargas Silva.