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REPÚBLICA DE COLOMBIA
RAMA JUDICIAL
CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA
SALA JURISDICCIONAL DISCIPLINARIA
Bogotá D. C., Dos (02) de mayo de dos mil trece (2013) Proyecto registrado: 23 de abril de 2013. Aprobado según Acta Nº.032 de la fecha
Magistrada Ponente: Doctora MARÍA MERCEDES LÓPEZ MORA
RAD. 760011102000201101293 01
OBJETO DEL PRONUNCIAMIENTO
Seria del caso revisar en grado jurisdiccional de consulta la sentencia
proferida el 11 de mayo de 2012, por la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del
Consejo Seccional de la Judicatura del Valle del Cauca1, mediante la cual
sancionó con SUSPENSIÓN en el ejercicio de la profesión por el término de 2
meses a los abogados IVÁN DE JESÚS OLAYA OROZCO y JAVIER
ARTURO OLAYA OROZCO, al encontrarlos responsables de infringir lo
dispuesto en el artículo 37 numeral 1º de la Ley 1123 de 2007, de no ser
porque se advierte una causal de nulidad que debe ser decretada.
HECHOS
1 Magistrada Ponente Dra. Carlina Mireya Varela Lorza en Sala Dual con la Magistrada Ruth
Patricia Bonilla Vargas.
Dio origen a la presente investigación disciplinaria los hechos que fueron
resumidos en el fallo de primera instancia de la siguiente manera:
“… Refiere el señor CONRADO DE JESUS (Sic) PUERTA AGUDELO que se
queja contra los abogados JAVIER ARTURO OLAYA OROZCO e IVAN (Sic),
por el incumplimiento de los deberes profesionales para que lo representara
en proceso ordinario de prescripción adquisitiva de dominio tramitado en el
Juzgado 13 Civil del Circuito de Cali, radicado al No.200700324,
cancelándole al primero el 27 de mayo de 2009 $1.500.000 de honorarios –
anexa recibo, donde especifica que es para gastos de curatela, fijadas y/o
decretadas., (Sic) Dinero que no entregó al curador Mauricio Alvarez (Sic)
Acosta. Agrega que los letrados no hicieron nada a pesar de haberles
cancelado más de dos millones quinientos mil pesos y que el 29 de marzo de
2011 le comunicó la determinación de no continuar esperando, solicitándoles
entonces la devolución del dinero…”2
De la condición de abogados: Se acreditó que el Dr. JAVIER ARTURO
OLAYA OROZCO se identifica con Cédula de Ciudadanía No.16.627.471,
posee tarjeta profesional No. 129117 que a la fecha de los hechos se
encontraba vigente3, y no registra antecedentes disciplinarios4.
Igualmente se estableció que el Dr. IVÁN DE JESÚS OLAYA OROZCO se
identifica con Cédula de Ciudadanía No. 16.587.455, posee tarjeta
2 Folio 141 C.O.
3 Folio 11, según resultado de la consulta individual de abogados realizada el 18 de julio de 2011 a la página
web de la rama Judicial. 4 Folio 14 Según Certificado de Antecedentes Disciplinarios, expedido el 18 de julio de 2011 por la
Secretaria Judicial de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura.
profesional No. 58362 que a la fecha de los hechos se encontraba vigente5, y
registra una sanción de suspensión6.
ACTUACIÓN PROCESAL
Una vez acreditada la calidad de abogados de los disciplinados7, mediante
auto del 6 de septiembre de 2011, se decretó la apertura de la investigación
disciplinaria y se fijó el 06 de octubre de la misma anualidad para adelantar la
audiencia de pruebas y calificación provisional.
- Ante la inasistencia de los disciplinados a la audiencia inicialmente
programada, se procedió a fijar edicto emplazatorio, posteriormente
declarárseles persona ausente y nombrarles defensor de oficio8.
Audiencia de Pruebas y Calificación Provisional: Constituido el despacho
en audiencia el 8 de febrero de 2012 con presencia del defensor de oficio de
los disciplinados y del quejoso, se procedió a escuchar a este último en
ampliación de queja, manifestando que contrató a los abogados a fin de que
prosiguieran un proceso de pertenencia (sin especificar Juzgado en donde
se adelantó el proceso ni fechas exactas), sostuvo, haber pactado como
honorarios $3.500.000 adelantando la suma de $1.500.000 de los cuales
tiene recibos, sin embargo, adujo, pasó el tiempo y no tuvo noticia de los
profesionales del derecho, razón por la cual se dirigió al Juzgado y allí le
indicaron que al proceso no se le estaba dando impulso, ello en cuanto los
abogados no se presentaban al despacho, aunado a la no cancelación de
5 Folio 11, según resultado de la consulta individual de abogados realizada el 18 de julio de 2011 a la página
web de la rama Judicial. 6 Folio 12 Radicado No. 76001110200020040130201, sentencia del 15 de octubre de 2009 mediante
la cual se le sancionó con Suspensión en ejercicio de la profesión por el término de 2 meses al hallarlo
responsable de incurrir en la falta prevista en el artículo 54 numeral 4º del Decreto 196 de 1971, 7 Folio 16 C.O.
8 Folio 30 C.O. Defensor de oficio, Dr. Fabio Andrés García Mosquera. .
los honorarios al curador a pesar de él haberles dado ese dinero, razones
por las cuales les revocó el poder.
En uso de la palabra, el defensor de oficio de los disciplinados manifestó
que para efectos ejercer la defensa de su prohijado se dirigió al Juzgado
Trece Civil del Circuito de Cali en donde se adelantó el proceso ordinario, y
allí le dijeron que el proceso no se había abandonado, siempre tuvo un
curso normal, agregó además que no le fue posible entrar en contacto con
los investigados y finalmente solicitó tener como pruebas la declaración del
abogado Remberto Hurtado Reina y del curador que actuó en el asunto civil.
Continuación de la Audiencia de Pruebas y Calificación Provisional:
Adelantada el 14 de marzo de 2012, con asistencia del abogado defensor de
oficio y el quejoso, se procede a la práctica de pruebas.
Testimonios: Remberto Antonio Hurtado Reina: Manifestó conocer al
quejoso toda vez que aparte de ser su cuñado, inició y adelantó en su
nombre y representación un proceso de pertenencia por prescripción
adquisitiva que correspondió al Juzgado Trece Civil del Circuito de Cali.
Narró que inició el proceso en el 2009, sin embargo y en atención a la
demora en el Despacho Judicial, su familia se sintió inconforme y de mutuo
acuerdo se decidió revocar el poder y conferírselo a los investigados.
Adujo que un tiempo después reasumió el poder por petición de su propia
familia, desconociendo el trámite dado por los disciplinados al proceso ni la
razón por la cual no actuaron dentro del mismo.
Calificación Jurídica: Posterior a un recuento de los hechos, sostuvo la
Magistrada que una vez revisadas las copias del proceso civil, allí
efectivamente se encontraba el poder conferido por el quejoso a los
disciplinados con el fin de proseguir el citado asunto, observándose como
única actuación de los profesionales la presentación del memorial allegando
los emplazamientos para notificaciones y ello después de dos años del
reconocimiento de personería jurídica.
En razón de lo anterior, sostuvo la instancia que se evidenciaba una
negligencia e incuria en el objeto del mandato por parte de los investigados,
habida cuenta que el impulso de notificación en el proceso, ciertamente fue
tardío y posterior a ello no se observó actuación alguna encaminada a
proteger los intereses de su mandante, apreciándose por tanto una conducta
omisiva de los deberes profesionales de cara al impulso que les
correspondía, predicando su posible incursión en la falta consagrada en el
artículo 37 numeral 1º de la ley 1123 de 2007, por no iniciar o demorar las
gestiones propias de su encargo, conducta que se calificó a título de dolo.
Audiencia de Juzgamiento: Constituido el despacho en audiencia el 19 de
abril de 2012, se procedió a escuchar al defensor de oficio de los
disciplinados en alegatos de conclusión, quien manifestó que en atención a la
imposibilidad de comunicarse con sus representados, se atenía a lo probado
dentro del proceso, pues si bien existía un lapso dentro del cual en el asunto
civil los abogados dejaron de actuar, desconocía esos motivos y por eso no
podría alegar hechos que no correspondían a la verdad.
DECISIÓN DE PRIMERA INSTANCIA
Mediante decisión del 11 de mayo de 2012, la Sala Jurisdiccional Disciplinaria
del Consejo Seccional de la Judicatura del Valle del Cauca, profirió fallo
sancionatorio en contra de los abogados JAVIER ARTURO OLAYA OROZCO
e IVÁN DE JESÚS OLAYA OROZCO, al encontrarlos disciplinariamente
responsables de la incursión en la falta contenida en el artículo 37 numeral 1º
de la Ley 1123 de 2007, conducta que se calificó a título de dolo.
Como consideraciones, manifestó el a quo que de la revisión del proceso
ordinario adelantado en el Juzgado Trece Civil del Circuito de Cali, se pudo
concluir que en efecto el quejoso otorgó poder amplio y suficiente al abogado
IVÁN DE JESÚS OLAYA OROZCO como principal y al doctor JAVIER
ARTURO OLAYA OROZCO como sustituto, para continuar representándolo en
el trámite del asunto ya aludido, siendo prueba de la relación contractual
además los recibos de pago de honorarios y gastos anexados por el señor
Conrado de Jesús Puerta a la denuncia, limitándose las gestiones de los
disciplinados a adjuntar la publicación del edicto emplazatorio y a solicitar
designación del curador ad litem para el demandado y las personas
indeterminadas que se creyeran con derecho sobre el bien, actuaciones que
datan de julio de 2009, sin presentarse con posterioridad algún impulsó al
proceso.
De lo anterior, sostuvo la instancia, se desprendió que la actuación de los
profesionales fue precaria, descuidada y negligente, al punto que, sin razón,
abandonaron el impulso procesal y dejaron sin trámite el encargo conferido con
evidente desmedro de los intereses de su prohijado pues, siendo además los
recibos aportados una prueba de una contraprestación injusta y no veraz, y ello
en cuanto en primer lugar, no realizaron un impulso eficaz teleológicamente
dirigido a satisfacer el objeto del mandato y segundo porque, según constancia
del Juzgado donde se adelantó el asunto, lo solicitado para cancelar al curador
no fue oportunamente entregado para dichos fines, mostrándose aquellos
desleales frente a la confianza deferida por sus propios clientes.
En relación a la culpabilidad y a la sanción, adujo la instancia que debía
deducirse que la falta fue cometida a título de dolo, pues tuvieron los
disciplinados oportunidad de actualizar su conocimiento sobre la ilicitud de su
conducta y pudiendo actuar conforme a derecho no lo hicieron, siendo por tanto
proporcional imponer como sanción la suspensión en el ejercicio de la
profesión por el término de 2 meses, y ello teniendo en cuenta el grado de
culpabilidad deducido, “la modalidad de la conducta, esto es, utilizando
engaños y evasivas y la utilización en provecho propio de dineros del cliente”
CONSIDERACIONES DE LA SALA
La Sala tiene competencia para conocer en consulta los fallos sancionatorios
emitidos por la Sala Jurisdiccional Disciplinaria de los Consejos Seccionales
de la Judicatura de conformidad con lo dispuesto en los artículos 112 de la
Ley 270 de 19969 y 59 de la Ley 1123 de 200710 ;
Sin embargo, como se advirtió desde el principio, se está en presencia de un
vicio procesal que debe subsanarse en orden a salvaguardar las garantías
procesales y por esa vía mantener el diligenciamiento dentro de los cauces
9“Art. 112. Funciones de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura.
Corresponde a la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura: 4. Conocer
de los recursos de apelación y de hecho, así como de la consulta, en los procesos disciplinarios de que
conocen en primera instancia las Salas Jurisdiccionales Disciplinarias de los Consejos Seccionales de
la Judicatura”. 10
“Art. 59. De la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura. La Sala Jurisdiccional
Disciplinaria Del Consejo Superior de la Judicatura conoce:
1. En segunda instancia, de la apelación y la consulta de las providencias proferidas por las Salas
Jurisdiccionales Disciplinarias de los Consejos Seccionales de la Judicatura, en los términos previstos
en la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia y en este código…”
del debido proceso, es decir, dentro de los parámetros de la
constitucionalidad y legalidad en sentido estricto.
En efecto, el artículo 99 de la Ley 1123 de 2007, reza:
“En cualquier estado de la actuación disciplinaria, cuando el funcionario que
conozca el asunto advierta la existencia de una de las causales previstas en
la norma anterior, declarará la nulidad de lo actuado y ordenará que se
reponga la actuación que dependa del acto declarado nulo para que se
subsane el defecto”.
Las causales de nulidad se encuentran previstas en el artículo 98 ibídem,
siendo ellas: 1) La falta de competencia; 2) La violación del derecho de
defensa del disciplinable y 3) La existencia de irregularidades sustanciales
que afecten el debido proceso.
Partiendo de las anteriores premisas, en el asunto sub examine se advierte la
existencia de la segunda causal citada esto es, la violación del derecho de
defensa del procesado.
El artículo 29 de la Constitución Política, estable:
(…)
Toda persona se presume inocente mientras no se la haya declarado
judicialmente culpable. Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y
a la asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio, durante la
investigación y el juzgamiento; a un debido proceso público sin dilaciones
injustificadas; a presentar pruebas y a controvertir las que se alleguen en su
contra; a impugnar la sentencia condenatoria, y a no ser juzgado dos veces
por el mismo hecho.
(…)
Por su parte, la Ley 1123 de 2007, consagra:
“Art. 12.- Derecho a la defensa. Durante la actuación el disciplinable tiene
derecho a la defensa material y a la designación de un abogado. Cuando se
juzgue como persona ausente se designará defensor de oficio”.
Pues bien, luego de revisar el plenario, esta Colegiatura advierte que en
virtud de la no posibilidad de notificación a los disciplinados de la presente
investigación, por medio de auto del 27 de octubre del 2011, se les declaró
persona ausente y se les nombró defensor de oficio, pero también se
observa una completa ausencia de defensa técnica a favor de los
investigados al momento de alegar, pues no presentó ningún argumento
tendiente a desarticular los cargos imputados en la audiencia de pruebas y
calificación como pasa a explicarse:
En efecto, al momento de presentar los alegatos de conclusión, el defensor
señaló:
“A partir del momento de mi nombramiento como abogado defensor de los
doctores Olaya Orozco inicié con toda las responsabilidad del caso una
investigación respectiva del caso haciendo ingentes esfuerzos por dar
ubicación a los doctores Olaya para escucharles su propia versión acerca de
los hechos de la queja que me permitieran ejercer su correcta defensa en el
proceso disciplinario (…) trate de ubicarlos a los teléfonos que aparecen en
el expediente así como las respectivas direcciones de igual manera y a raíz
de la audiencia anterior, creo que fue el 14 de marzo trate de ubicarlos por
último a unos teléfonos que me aportó el quejoso pero sin tener éxito alguno,
de tal manera señora Magistrada que me atengo a lo que se pruebe dentro
del proceso para que usted dentro de su sana critica emita el respectivo fallo
(…) a raíz de la lectura del expediente que solicitó para la audiencia del 14
de marzo del presente año y la lectura que la señora Magistrada aquí en la
respectiva audiencia presentó, esa fue la razón que me motivo para poder
tratar de ubicarlos para desvirtuar esos hechos que fueron presentados en la
demanda inicial, ante esa prueba que para mi fue contundente, señora Juez
lo único que le puedo decir aquí en la audiencia es que me atengo a lo que
se pruebe dentro de ella, creo que si bien es cierto hubo un lapso de tiempo
en el que los doctores Olaya no presentaron escrito alguno ante el Juzgado
Trece, desconozco realmente cuales fueron las razones para dicha omisión,
en este momento eso no me permite ejercer una correcta defensa como ya lo
había mencionado de los doctores Olaya Orozco, porque mal haría como
abogado de pronto llegar a presentar ante esta Sala hechos que no
corresponden a la realidad, es por eso que con todo respeto debo acogerme
a las pruebas que se allegaron al proceso sobre todo el expediente que
remitió el Juzgado Trece Civil del Circuito, para mi eso es todo doctora”
En estas condiciones no puede sostenerse que hubo una defensa adecuada,
pues como se observa, el defensor de oficio no presentó argumento alguno
con relación al cargo enrostrado a sus representados, es decir, con las
facticidades relacionadas por el Seccional de instancia, circunstancia ésta
que viola el derecho de defensa de los disciplinados, en tanto, no contaron
con una defensa acorde con lo imputado.
Sobre el tema esta Superioridad ha señalado:
“(...) se evidencia que ninguna labor defensiva realizó el defensor de oficio en
aras de desvirtuar los cargos imputados a su prohijado, limitándose a informar
que se atenía a lo probado se garantice los derechos del investigado, cuando
su labor es defender al acusado, no un simple espectador o interviniente
invitado para rendir concepto, la defensa técnica es de su esencia en pro de
los intereses de su procurado.
(…)
No es suficiente el simple hecho de haberle designado defensor de oficio, pues
no basta ello para predicar la protección al citado derecho constitucional, pues
se reitera, ninguna labor defensiva desplegó en aras de desvirtuar los cargos
endilgados al letrado … , tal y como de (Sic) dijo en precedencia.
El artículo 29 de la Carta Política establece la garantía de ser oído y vencido
en juicio, consagrando así el derecho de defensa, el cual se manifiesta a través
del cumplimiento de distintos actos procesales que traslucen las razones y
argumentos del procesado (en los juicios sancionatorios), la intervención en las
audiencias e interposición de los recursos pertinentes, la contradicción de las
pruebas, la solicitud de los medios probatorios donde se fundamentan las
alegaciones o pretensiones del enjuiciado, porque tal como lo consagra el
precitado canon Constitucional, quien sea sindicado tiene derecho a “presentar
pruebas y a controvertir las que se alleguen en su contra”.
Siendo entonces la defensa un derecho fundamental del procesado, en las
presentes diligencias es evidente que no se garantizó por la Sala a quo, pues
el letrado… no compareció y su defensor de oficio solamente hizo alusiones
de coadyuvancia sin controversia.”11
11
Auto del 1 de Septiembre de 2010, Acta No. 100. Radicado No. 130011102000200600075 01.
En este estadio procesal, es pertinente recalcar, que toda persona que
enfrente un proceso judicial, tiene, como parte de la garantía al debido
proceso, el derecho a contar con una asistencia jurídica apropiada; teniendo
en cuenta el carácter de derecho y de garantía, la obligación del Estado
consiste en brindar alternativas de defensa técnica y en garantizar su real
efectividad, lo que no conlleva un compromiso de resultado, como sería el
efectivo éxito de tales sujetos procesales, el cual puede frustrarse ante la
verdad establecida, la contundencia de las pruebas de la parte contraria y, en
ocasiones, como consecuencia de la actuación del propio interesado, que se
desentiende, minimiza la situación, evade su comparecencia, no brinda cabal
información veraz al apoderado o defensor o, en fin, no le concede suficiente
importancia a la defensa material.
Ahora bien, el Estado, en cumplimiento del principio general de Derecho que
consagra la favorabilidad en materia penal como disciplinaria, debe procurar
por todos los medios un real y efectivo ejercicio del derecho de defensa en
este caso de los disciplinados, el cual, no siempre queda garantizado con la
designación de un defensor de oficio, ya que puede acontecer, como en el
caso sub examine, que el abogado oficioso designado no adelantó, en
efecto, una defensa técnica adecuada, toda vez que no presentó argumento
alguno tendiente a derribar los cargos formulados por el órgano disciplinario.
Además, si bien el defensor oficioso solicitó la práctica de unas pruebas
testimoniales, dicho actuar no es suficiente para acreditar una defensa
técnica adecuada, aparejando una afectación al derecho fundamental de
defensa de los investigados.
Luego entonces, es evidente que se está ante una irregularidad sustancial
que afecta el derecho de defensa de los disciplinados, pues ni siquiera se
interpuso recurso de apelación, en el cual se presentaran argumentos
tendientes a enervar los cargos.
Por otro lado, se aviene esta Sala de recalcar que de la sentencia de primera
instancia se desprende la existencia de otra violación al derecho de defensa
de los disciplinados, y ello en cuanto se observó una incongruencia entre el
pliego de cargos y la sentencia sancionatoria.
Es menester señalar que entre los cargos y el fallo debe existir consonancia
o identidad entre las imputaciones fáctica, jurídica y probatoria, so pena de
vulnerar las garantías procesales del enjuiciado, postulados desconocidos
por la Sala de Primera Instancia al momento de emitir la sentencia
sancionatoria, en atención a que en esta pieza procesal, el a quo, al exponer
los argumentos en los cuales sustentaba la materialidad de la falta y el
quantum a imponer en relación a la sanción dispuso:
“… según la constancia del juzgado (Sic), lo solicitado para cancelar el
curador no fue, oportunamente, entregado para dichos fines, mostrándose
aquellos desleales frente a la confianza deferida por sus propios clientes …”
“se impondrá como sanción a los abogados la SUSPENSIÓN EN EL
EJERCICIO DE LA PROFESION POR EL TERMINO (Sic) DE DOS MESES
teniendo en cuenta el grado de culpabilidad deducido que como se dijo es
DOLO, la modalidad de la conducta, esto es, utilizando engaños y evasivas y
la utilización en provecho propio de dineros del cliente” subraya fuera de
texto.
De lo anterior, es decir de los apartes subrayados, subyace, una imputación
implícita de un criterio de agravación establecido en el artículo 45, literal C,
numeral 4º de la Ley 1123 de 2007, del que nada se dijo en los cargos, pues
en esa etapa procesal la Magistrada de instancia consideró que del
comportamiento de los abogados, se desprendía un actuar omisivo de los
deberes profesionales, incurriendo por ello posiblemente en la falta contra la
debida diligencia profesional, y nada estableció respecto del agravante ya
citado, el cual corresponde inclusive a otro tipo disciplinario, pues le es
inherente a la honradez del abogado, nada que ver con la indiligencia
endilgada en los cargos.
Por lo tanto, se advierte que al momento de dictar sentencia se desconoció el
Principio de Congruencia que debe existir en el pliego de cargos y la
sentencia, pues se varió la imputación fáctica y jurídica realizada en la
primera providencia citada, apartándose de los cargos formulados con
anterioridad y desconociendo el citado principio, estipulado en el artículo 448
de la ley 906 de 200412, al cual se remite por disposición expresa del artículo
16 de la Ley 1123 de 2007.
Lo anterior en consideración a que la incongruencia procesal, implica una
evidente ruptura del principio de identidad entre los cargos irrogados y los
juzgados, pues supone, para quienes forman parte de un proceso, la
afectación al principio de contradicción y derecho de defensa, al desconocer
el marco de referencia en el que se adelantó el proceso, afectándose de
contera con el resultado de la sentencia y la buena fe de la persona juzgada,
por franca imposibilidad de controvertir las bases en las cuáles se fundó la
sentencia adversa.
12
Art. 448. Congruencia. El acusado no podrá ser declarado culpable por hechos que no consten en
la acusación, ni por delitos por los cuales no se ha solicitado condena.
Así las cosas, dadas las anteriores reseñas, dígase que la presente
actuación se encuentra viciada de nulidad por violación ostensible y
manifiesta al derecho de defensa de los disciplinados que debe ser
declarada, ergo este derecho y la posibilidad de ejercerlo, comienza cuando
el en un primer estadio el disciplinado se entera del presupuesto fáctico
argüido en su disfavor y puestos de presente por el Estado, para que,
correlativamente en ejercicio de su defensa material, despliegue todos los
elementos probatorios a fin de dejar sin sustento dichas imputaciones, y por
otra, parte cuando ante la imposibilidad de hacer concurrir al disciplinado al
proceso seguido en su contra se le nombra un defensor de oficio para que
adelante una eficaz defensa, razón por la cual, estando ante los ostensibles
yerros en que incurrió la primera instancia, no queda otro camino que
ordenar recomponer la actuación a partir de la audiencia de pruebas y
calificación realizada el 14 de marzo de 2012, inclusive, dejando claro que las
pruebas recaudadas conservan plena validez.
Debiendo recordar que el artículo 29 de la Constitución Política, consagra
que: “(…) Nadie podrá ser juzgado sino conforme a las leyes preexistentes al
acto que se le imputa, ante juez competente y con observancia de la
plenitud de las formas propias de cada juicio (…)” (Subrayas y negrilla
fuera de contexto original), es decir, no se puede sancionar a un profesional
del derecho por unos hechos que no le fueron enrostrados, por lo tanto, nos
encontramos ante una causal de nulidad, prevista en el numeral 3º del
artículo 98 de la Ley 1123 de 2007, siendo necesario recomponer la
actuación, como se plasmó en precedencia.
Por último debe instarse a la instancia para que revise a fondo el estadio de
la culpabilidad en relación a su demostración y análisis, pues ello es requisito
sine qua non para deducir un juicio de reproche; no basta la mera
enunciación objetiva de alguna de las categorías estructuradas por el
legislador, de lo contrario sobraría la categorización de la falta en tipicidad,
ilicitud (antijridicidad) y culpabilidad, en tanto sólo se estarían agotando dos
de las fases exigidas y tradicionalmente reconocidas por la dogmática, más
aún, siendo el derecho sancionador un límite a la potestad punitiva del
Estado, ello indica el respeto por las garantías de los sujetos procesales o
intervinientes.
Con fundamento en las anteriores consideraciones, la Sala Jurisdiccional
Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura en uso de sus facultades
constitucionales y legales,
RESUELVE
PRIMERO: DECRETAR LA NULIDAD de lo actuado, por violación al debido
proceso y derecho de defensa, a partir de la audiencia de pruebas y
calificación realizada el 14 de marzo de 2012, inclusive, dejando claro que las
pruebas recaudadas conservan plena validez, de acuerdo a las motivaciones
hechas en precedencia.
SEGUNDO: Remítase INMEDIATAMENTE el expediente a la Colegiatura de
instancia para que cumpla con lo dispuesto en esta Providencia.
COMUNIQUÉSE Y CÚMPLASE
WILSON RUÍZ OREJUELA
Presidente
JOSÉ OVIDIO CLAROS POLANCO MARÍA MERCEDES LÓPEZ MORA
Vicepresidente Magistrada
JULIA EMMA GARZÓN DE GÓMEZ ANGELINO LIZCANO RIVERA
Magistrada Magistrado
PEDRO ALONSO SANABRIA BUITRAGO HENRY VILLARRAGA OLIVEROS
Magistrado Magistrado
YIRA LUCÍA OLARTE AVILA
Secretaria Judicial
REPÚBLICA DE COLOMBIA
RAMA JUDICIAL
CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA
SALA JURISDICCIONAL DISCIPLINARIA
Radicación No. 760011102000201101293 01 Magistrada Ponente: Dra. MARÍA MERCEDES LÓPEZ MORA Aprobado Según Acta No. 032 del 02 de Mayo de 2013
ACLARACIÓN DE VOTO
Con el debido respeto me permito expresar los motivos por los cuales
suscribí el proveído adoptado por la Sala mayoritaria con Aclaración de Voto,
pues si bien el suscrito está de acuerdo con declarar la nulidad en favor de
los togados IVÁN DE JESÚS OLAYA OROZCO y JAVIER ARTURO OLAYA
OROZCO, teniendo en cuenta la actuacióndesplegada por el defensor de los
disciplinados, el doctor Fabio Andrés García Mosquera,a partir de la
Audiencia de Pruebas y Calificación Provisional realizada el 14 de marzo de
2012, por violación al derecho de defensa, considero que debió ordenarse la
compulsa de copias en contra del mencionado defensor, dadas las siguientes
razones a saber:
Si bien el defensor asumió la defensa de los togados, es evidente como lo
menciona la Sala que de los elementos materiales probatorios obrantes en el
expediente se puede deducir su precaria actuación durante el proceso y más
indiscutible la falta de argumentación en la presentación de los alegatos en la
mentada audiencia, tendientes a desvirtuar los cargos imputados a sus
prohijados, donde se limitó a afirmar que desconocía los hechos y se acogía
a las pruebas que fueran allegadas al proceso, no realizando una verdadera
defensa técnica a favor de sus representados.
Vulnerando así, el derecho de defensa técnica en el desarrollo de las
actuaciones judiciales, el cual es de primordial importancia y garantía
prevalente e imperativa en nuestro Estado social de Derecho, pues permite la
protección del individuo, reconociendo sus derechos, impidiendo
arbitrariedades en pro de la búsqueda de la verdad y la justicia, tal y como lo
ha recalcado la Corte Constitucional y la Corte Suprema de Justicia:
“La Convención Americana de Derechos Humanos, Art. 8º, Num. 2, Lits. d) y
e), aprobada por la Ley 16 de 1972, estatuye que “(...)[durante el proceso,
toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías
mínimas: (...) d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de
ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y
privadamente con su defensor; e) derecho irrenunciable de ser asistido
por un defensor proporcionado por el Estado, remunerado o no según la
legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare
defensor dentro del plazo establecido por la ley 13”.
“El derecho fundamental al debido proceso, consagrado en el artículo 29 de
la Constitución, con aplicación extensiva“a toda clase de actuaciones
judiciales y administrativas”, está integrado, de conformidad con la
jurisprudencia constitucional, por “el conjunto de facultades y garantías
previstas en el ordenamiento jurídico, cuyo objetivo básico es brindar
13
Corte Suprema de Justicia, Magistrado Ponente: Dr. YESID RAMÍREZ
BASTIDAS, Proceso 27283 Aprobado Acta N°136, agosto primero (1°) de dos mil
siete (2007).
protección al individuo sometido a cualquier proceso, de manera que durante
el trámite se puedan hacer valer sus derechos sustanciales y se logre el
respeto de las formalidades propias del juicio, asegurando con ello una recta
y cumplida administración de justicia”
“Esta Corporación ha destacado la importancia del derecho a la defensa en
el contexto de las garantías procesales, señalando que con su ejercicio se
busca“impedir la arbitrariedad de los agentes estatales y evitar la condena
injusta, mediante la búsqueda de la verdad, con la activa participación o
representación de quien puede ser afectado por las decisiones que se
adopten sobre la base de lo actuado.” Acorde con ello, ha reconocido
igualmente que el derecho de defensa es una garantía del debido proceso de
aplicación general y universal, que “constituyen un presupuesto para la
realización de la justicia como valor superior del ordenamiento jurídico14”.
Conforme a lo expuesto, es preciso señalar que el suscrito Magistrado
comparte la decisión adoptada por esta Sala, pero se debió compulsar copias
para investigar la conducta realizada por el defensor de oficio designado, por
violación del derecho defensa de sus representados, al omitir realizar una
verdadera defensa técnica encaminada a la satisfacción de los intereses de
sus prohijados.
En estos términos dejo expresada mi aclaración de voto para una mayor
fuerza de la providencia expedida.
14Corte Constitucional, Sentencia C-127 de 2011, Magistrada Ponente: Dra. MARÍA
VICTORIA CALLE CORREA.
Atentamente,
HENRY VILLARRAGA OLIVEROS
Magistrado