RESCATEMOS AL CUY SILVESTRE DE CAJAMARCA DEL PELIGRO DE … · compañeros al profesor fueron de...
Transcript of RESCATEMOS AL CUY SILVESTRE DE CAJAMARCA DEL PELIGRO DE … · compañeros al profesor fueron de...
RESCATEMOS AL CUY SILVESTRE DE CAJAMARCA DEL PELIGRO
DE LA EXTINCION
Ing. Zootecnista José López Vargas.
Hace 6 años por primera vez escuché de la existencia de un cuy de Jalca, un cuy
salvaje que vivía suelto entre el ichu en las praderas alto andinas de nuestra sierra
alta de Cajamarca; para mí fue motivo de curiosidad e intriga pues en la Universidad
jamás nos habían hablado de tal animal; más bien algunas de las preguntas de ciertos
compañeros al profesor fueron de que si los cuyes eran parientes con las ratas, a lo
cual la respuesta era de que a pesar de que pertenecían a la misma familia en
realidad las distancias entre ellos eran muy grandes, pues antes de que los españoles
pisaran nuestro territorio, que fueron los que trajeron consigo las ratas, los antiguos
peruanos ya habían domesticado un grupo de roedores herbívoros del género Cávia,
haciéndolos parte indispensable de su alimentación y sobre todo parte de su cultura,
tanto así que hoy en día el cuy doméstico (Cavia porcellus), sin el hombre
probablemente no sobreviviría y desaparecería.
Hace 3 años una persona natural de Bambamarca, me contó que él, de niño
había jugado correteando a los cuyes salvajes entre el Ichu de las Punas, el Ulluay,
conversación que nuevamente me hizo tomar contacto, aunque sin conocerlo
personalmente, con este animalito y dicho sea de paso a mi parecer podía ser una
situación que estaba entre la realidad y una leyenda.
Luego de 6 años desde que escuché por primera vez sobre el Ulluay, tuve la
oportunidad de visitar 2 caseríos de la provincia de Hualgayoc, Chaupiquinua y
Oxapampa, lugares a más de 3,900 m.s.n.m. Allí hace tanto frío que en realidad vive
poca gente y fue recién donde los pobladores me manifestaron tener conocimiento
de este cuy silvestre, pero en Chaupiquinua la gente manifestó que era una especie
de cuy que ya se había retirado del lugar, porque poco a poco el campo se empieza a
poblar y donde llega gente lleva perros, causándoles gran daño a estos animales,
pues los matan y los que sobreviven poco a poco se van retirando más lejos. En
cambio en Oxapampa, que es un caserío de grandes extensiones casi deshabitado, la
gente manifestaba que algunos de ellos han tenido la oportunidad de cazarlo e
incluso de comerlo, siendo un cuy de color tierra marrón y que tiene un olor fuerte
al comerlo, que no lo hace tan agradable.
Paisaje natural, tìpico del distrito de Hualgayoc, habitad del “ulluay”
Camino al caserìo de Chaupiquinua
Gracias a una buena casualidad del destino, un amigo de la zona de porcón
alto me llevó de regalo un espécimen de estos y la verdad me quedé tan sorprendido
al ver por primera vez lo que yo había estado tratando de ver desde hace tanto
tiempo. Era un animal más pequeño que un cuy normal y más grande que una rata
grande, su color efectivamente era de tierra, en el campo a este color se lo conoce
como ruano, sus pelos eran largos, a simple vista parecían duros, pero cuando tuve
la oportunidad de cogerlo, se podía sentir una textura muy suave, tenía 3 dedos en
las patas delanteras y 4 en las posteriores, como un cuy normal, si uno lo miraba
detenidamente tenía la forma de su cara de un cuy tipo 1. Parecía arisco y hasta
peligroso, pero al acercarle la mano no realizó ningún movimiento defensivo, más
bien se mostró tranquilo y hasta se podría decir que mostró una actitud sociable,
como la de un animal doméstico. Al principio no quería comer pero luego poco a
poco fue aceptando Alfalfa y otros pequeños pastos del jardín de la casa.
El “Ulluay” es un cuy salvaje; es el pariente más cercano del cuy doméstico.
El animalito poco a poco fue tomando confianza con nosotros y nosotros con el a tal
punto de volverse una pequeña mascota, especialmente para mi hijo, que lo sacaba
al sol, lo sacaba de su pequeña jaula y lo dejaba suelto en el jardín custodiado por un
pequeño cerco de cartón, hasta que un día se escapó y fue cuando me dí cuenta que
corría dando saltos; seguramente es una adaptación de la naturaleza para que pueda
brincar de piedra en piedra o de monte en monte en su habitad natural.
El cuy salvaje “Ulluay”, es un animal de temperamento muy tranquilo y se
llega acostumbrar a la presencia humana.
Nuestro Ulluay estuvo 5 días con nosotros hasta que un día amaneció muerto
y seguramente han sido muchas causas las que lo provocaron, tales como el alimento
diferente, el clima diferente, el stress al que estaba sometido, el contagio con alguna
enfermedad extraña, en fin no se podría precisar exactamente la causa de la muerte
de este cuy salvaje, pero lo importante es que por fin pudimos tener una prueba
viviente de la existencia de este cuy silvestre o salvaje y que recién pudimos
comprobar de que todavía hay un ancestro viviente de nuestro cuy doméstico que
optó por vivir libre, alejado de la civilización y que lamentablemente con el avance
del hombre y la implantación de sus actividades en la zona donde llegan a hecho de
que esta especie de cuy (Cavia sp), esté casi extinguido, siendo prácticamente un
eslabón perdido entre los cuyes nativos, que todavía se crían en comunidades
campesinas alejadas y quién sabe qué otras especies de animales, que seguramente
algunos de ellos ya han desaparecido de la faz de la tierra.
En primer plano: Cuy nativo en una crianza familiar del caserío de Sangal,
distrito de La Encañada.
Cuy nativo doméstico de color moro, procedente del caserío de Oxapampa,
Provincia de Hualgayoc a unos 4100 ms.n.m.
Hoy más que nunca creo que todavía estamos a tiempo de rescatar a nuestra
fauna nativa, más aún cuando esta especie en peligro de extinción, puede ser un
ancestro de una especie que es un patrimonio de las familias de la sierra alto andina
y por qué no decirlo un patrimonio de Cajamarca, como es el cuy, cuyos mejores
ejemplares han sido llevados a diversas partes del Perú y del extranjero para lograr
líneas mejoradas de cuyes.
Ulluay muerto. Las especies silvestres son las que más rápido se afectan por la
intervención del hombre hasta quedar en peligro de la extinción.
Ya es tiempo de destinar espacios de protección libres de la presencia humana
y sus actividades propias de su naturaleza, para así poder preservar a la flora y fauna
propias de un lugar, conservadas por miles de años y que gracias a Dios todavía
podemos apreciarlas y depende de nosotros, que los Cajamarquinos que vengan
después que nosotros también aprecien estas maravillas.
La gente del lugar le llama chochillo, es un árbol leñoso familia de la planta del
chocho, caserío Chaupiquinua, Hualgayoc. He visto àrboles màs grandes y altos
que el de la foto.
Planta de chocho cultivado, caserío de Lloctarapampa, La Encañada.