RESEÑAS Del gesto a la palabra: la etología de la...

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211 PERFILES EDUCATIVOS La identidad humana Si una de las empresas básicas del conocimiento, tal como se la planteó Edgar Morin hace muy poco (2001), es caracterizar de nueva cuenta, con los saberes actuales, la particularidad del ser humano, su lugar específico en el reino de la naturaleza —puesto que ello implica toda una redefinición de las tareas, las direcciones y los métodos de la vida humana en el universo—, no puede menos que pensarse que una de sus asignaturas era, y es, reformular ahora las relaciones con el reino animal y por qué, siéndolo, somos diferentes del resto de la fauna. La etología humana (“estudio de las costumbres, caracteres y conductas de un organismo en su medio habitual” [Cyrulnik 2004, p. 126]) es el campo donde esa reformulación se está desarrollando de manera sistemática (de ahí que Morin y Cyrulnik hayan sostenido un diálogo sobre la naturaleza humana [2005]). Hay libros que provocan no sólo interés y entusiasmo sino incluso una especie de alegría, un gusto singular que se queda en nosotros por mucho tiempo. Así me ocurrió con Sentir lo que sucede (2002), de Antonio Damasio, que explica la relación entre el cerebro y las emociones en la acción psicomotriz y representacional, y me ha vuelto a ocurrir ahora con esta obra de Cyrulnik, que para explicar la adquisición del lenguaje hace confluir toda una gama de intuiciones y conceptualizaciones provenientes del psicoanálisis, la lingüística, la biología, la psiquiatría, la neurología, la etnología y la filosofía, en cuyos desarrollos existen lagunas, hiatos o zonas oscuras y presupuestos escasamente demostrados en torno a este rasgo crucial de nuestra identidad, y que ahora ha retomado la etología humana, disciplina de la cual Cyrulnik es cofundador. Del gesto a la palabra (La naissance du sens) responde — así sea parcialmente—, a una de las preguntas que Damasio se había hecho en Sentir lo que sucede: ¿cómo se da la organización de la percepción, y luego de las reacciones sensoriomotrices a que aquélla da lugar, en un código semiótico (inicialmente imágenes, después lenguaje)? Según Damasio, lo que sabemos acerca de esto es muy poco (la filosofía, en especial después de Kant, se ha ocupado mucho del tema, si bien con un instrumental precario). A las investigaciones de Piaget y su escuela en el campo de las ideas, y a las de Damasio en el de las emociones, podemos sumar ahora la obra de Cyrulnik, de la que Del gesto a la palabra constituye un resumen en cuanto a lo que ha aprendido este autor de cómo el niño adquiere, desde el vientre materno, un instrumental que alcanza uno de sus puntos culminantes hacia los dos años de vida, cuando ingresa definitivamente en el mundo de la palabra. La clave del ingreso al lenguaje La cuestión clave es el señalamiento de un objeto por parte del bebé, pero es importante saber con claridad cómo se da ese señalamiento. * Doctorante en Literatura Hispánica en El Colegio de México. Editor en el CESU-UNAM. [email protected] RESEÑAS 210 PERFILES EDUCATIVOS Intervienen el dedo (no la mano en general, aunque sí al principio), el gesto (después la palabra), el objeto y un tercero o figura de apego más los afectos y emociones. Para que un bebé tenga interés en y descubra el valor de distinguir e indicar es preciso que haya a quién señalarle el objeto; es decir, la indicación no es sólo una solicitud del objeto, sino de afecto y afinidad con respecto a quien se lo señala (previamente el objeto estará “marcado” por una relación entre éste y los padres o figuras de apego captada por el niño): “cuando efectúa el gesto de señalar, mira a la madre, padre o adulto que se encuentre con él en la habitación. Digamos que se dirije hacia lo que denominamos, en nuestro lenguaje, ‘su figura de apego’. Es entonces, en ese momento preciso, cuando ensaya la articulación, todavía errónea, de una palabra. He propuesto una palabra para designar esta palabra-todavía-fallida o, si se prefiere, este intento-fallido-de- palabra: la denomino ‘protopalabra’. Se percibe como una emisión sonora del tipo ‘bo-bo’” (Cyrulnik 2004, pp. 53-54). La conexión con la etapa prenatal nos la da en esta cita la figura de apego. A menudo, es la madre, o un equivalente afectivo, la que brinda los elementos de apego, uno de los cuales es el olor (aunque el sabor y el sonido también están presentes), captado junto al gusto ya desde la absorción del líquido amniótico (Cyrulnik 2003, p. 51). Una vez en la vida aérea, el bebé ejecuta la maniobra de amamantamiento en estrecha colaboración con la madre y la mirada mutua entre ella y el bebé, cuya primera aproximación al seno ha sido filmada y estudiada con detenimiento. Este detalle de la mirada, inadvertido hasta hace muy poco, ha permitido comprobar, en cámara lenta, la importancia de la relación triangular entre el seno, su olor y sabor, la búsqueda del niño y el rostro de la madre; relación que cobrará una nueva dimensión en la operación de señalar que caracteriza la entrada del bebé en el mundo de los signos. Cuando la madre se empieza a distanciar del niño, muy pronto, el bebé aprende a diferenciar entre ella y otras personas especialmente por el olor, lo que ha sido comprobado gracias a experimentos con objetos de apego (un pañuelo, un oso de peluche, un juguete), cuyo rasgo fundamental es que están impregnados del aroma de la madre. En todo esto puede haber sustitutos: el biberón, el padre, el olor de éste u otra figura encargada de la crianza temprana. El pequeño ser tendrá, entonces y después, la necesaria flexibilidad. El habla y la vida prenatal Mediante la ecografía u observación por ondas ultrasónicas, se ha podido apreciar algunos detalles más del instrumental que el feto empieza a desarrollar y que le será útil para alimentarse y luego adentrarse en el lenguaje. Se ha visto, por ejemplo, qué tipo de reacciones manifiesta cuando la madre habla (el niño registra esencialmente las ondas bajas, o sea, graves, pues las altas son filtradas por el cuerpo materno), y cómo, en determinadas situaciones, el niño se excita y mueve la boca e incluso llega a colocar un dedo en ella, si bien no todos reaccionan de modo similar: el rango de respuestas es amplio, pues ya desde ahí se manifiesta el carácter individual (Cyrulnik 2003, p. 52). La relación entre estímulo sonoro, movimiento labial y acto de chuparse el dedo conforma una de las primeras conexiones entre figura de apego, alimentación, placer y movimiento labial, y es importante guardar en la memoria el hecho de que el bebé, una vez fuera del vientre, viene equipado con esa relación, y que es capaz (en un momento dado cuya estructura Cyrulnik describe en varios de sus libros), de trasladarla, de la figura, al objeto de apego. Éste es un principio de traslación de significados fundamental para la adquisición del lenguaje y para el desarrollo estable e independiente, como pudo verse en el caso de un niño psicótico que dejó de serlo en parte gracias a un video en el que fue posible observar que era capaz de mirar, así fuera de reojo, a la madre, mientras señalaba un juguete de su interés que deliberadamente había sido puesto fuera de su alcance (los autistas, los abandonados y los encefalópatas nunca señalan Del gesto a la palabra: la etología de la comunicación en los seres vivos BORIS CYRULNIK Barcelona, Gedisa, 2004 P O R JUAN LEYVA CRUZ*

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La identidad humana

Si una de las empresasbásicas del conocimiento, talcomo se la planteó EdgarMorin hace muy poco (2001),es caracterizar de nuevacuenta, con los saberesactuales, la particularidad delser humano, su lugarespecífico en el reino de lanaturaleza —puesto que elloimplica toda una redefiniciónde las tareas, las direccionesy los métodos de la vidahumana en el universo—, nopuede menos que pensarseque una de sus asignaturasera, y es, reformular ahora lasrelaciones con el reino animaly por qué, siéndolo, somosdiferentes del resto de lafauna. La etología humana(“estudio de las costumbres,caracteres y conductas de unorganismo en su mediohabitual” [Cyrulnik 2004, p.126]) es el campo donde esareformulación se estádesarrollando de manerasistemática (de ahí que Moriny Cyrulnik hayan sostenido un

diálogo sobre la naturalezahumana [2005]).Hay libros que provocan nosólo interés y entusiasmo sinoincluso una especie de alegría,un gusto singular que se quedaen nosotros por mucho tiempo.Así me ocurrió con Sentir loque sucede (2002), de AntonioDamasio, que explica larelación entre el cerebro y lasemociones en la acciónpsicomotriz y representacional,y me ha vuelto a ocurrir ahoracon esta obra de Cyrulnik, quepara explicar la adquisición dellenguaje hace confluir toda unagama de intuiciones yconceptualizacionesprovenientes del psicoanálisis,la lingüística, la biología, lapsiquiatría, la neurología, laetnología y la filosofía, encuyos desarrollos existenlagunas, hiatos o zonasoscuras y presupuestosescasamente demostrados entorno a este rasgo crucial denuestra identidad, y que ahoraha retomado la etologíahumana, disciplina de la cualCyrulnik es cofundador.

Del gesto a la palabra (Lanaissance du sens) responde —así sea parcialmente—, a unade las preguntas que Damasiose había hecho en Sentir loque sucede: ¿cómo se da la

organización de la percepción,y luego de las reaccionessensoriomotrices a que aquéllada lugar, en un códigosemiótico (inicialmenteimágenes, después lenguaje)?Según Damasio, lo quesabemos acerca de esto esmuy poco (la filosofía, enespecial después de Kant, seha ocupado mucho del tema,si bien con un instrumentalprecario). A las investigacionesde Piaget y su escuela en elcampo de las ideas, y a las deDamasio en el de lasemociones, podemos sumarahora la obra de Cyrulnik, dela que Del gesto a la palabraconstituye un resumen encuanto a lo que ha aprendidoeste autor de cómo el niñoadquiere, desde el vientrematerno, un instrumental quealcanza uno de sus puntosculminantes hacia los dos añosde vida, cuando ingresadefinitivamente en el mundode la palabra.

La clave del ingresoal lenguaje

La cuestión clave es elseñalamiento de un objeto porparte del bebé, pero esimportante saber con claridadcómo se da ese señalamiento.

* Doctorante en Literatura Hispánica

en El Colegio de México. Editor en

el CESU-UNAM.

[email protected]

R E S E Ñ A S

210PERFILESEDUCATIVOS

Intervienen el dedo (no lamano en general, aunque sí alprincipio), el gesto (después lapalabra), el objeto y un terceroo figura de apego más losafectos y emociones. Para queun bebé tenga interés en ydescubra el valor de distinguire indicar es preciso que hayaa quién señalarle el objeto; esdecir, la indicación no es sólouna solicitud del objeto, sinode afecto y afinidad conrespecto a quien se lo señala(previamente el objeto estará“marcado” por una relaciónentre éste y los padres ofiguras de apego captada porel niño): “cuando efectúa elgesto de señalar, mira a lamadre, padre o adulto que seencuentre con él en lahabitación. Digamos que sedirije hacia lo quedenominamos, en nuestrolenguaje, ‘su figura de apego’.Es entonces, en ese momentopreciso, cuando ensaya laarticulación, todavía errónea,de una palabra. He propuestouna palabra para designar estapalabra-todavía-fallida o, si seprefiere, este intento-fallido-de-palabra: la denomino‘protopalabra’. Se percibecomo una emisión sonora deltipo ‘bo-bo’” (Cyrulnik 2004,pp. 53-54).

La conexión con la etapaprenatal nos la da en esta citala figura de apego. A menudo,es la madre, o un equivalenteafectivo, la que brinda loselementos de apego, uno delos cuales es el olor (aunque elsabor y el sonido tambiénestán presentes), captado juntoal gusto ya desde la absorcióndel líquido amniótico (Cyrulnik2003, p. 51). Una vez en la

vida aérea, el bebé ejecuta lamaniobra de amamantamientoen estrecha colaboración conla madre y la mirada mutuaentre ella y el bebé, cuyaprimera aproximación al senoha sido filmada y estudiadacon detenimiento. Este detallede la mirada, inadvertido hastahace muy poco, ha permitidocomprobar, en cámara lenta,la importancia de la relacióntriangular entre el seno, su olory sabor, la búsqueda del niño yel rostro de la madre; relaciónque cobrará una nuevadimensión en la operación deseñalar que caracteriza laentrada del bebé en el mundode los signos. Cuando lamadre se empieza a distanciardel niño, muy pronto, el bebéaprende a diferenciar entre ellay otras personas especialmentepor el olor, lo que ha sidocomprobado gracias aexperimentos con objetos deapego (un pañuelo, un osode peluche, un juguete), cuyorasgo fundamental es queestán impregnados del aromade la madre. En todo estopuede haber sustitutos: elbiberón, el padre, el olor deéste u otra figura encargada dela crianza temprana. Elpequeño ser tendrá, entoncesy después, la necesariaflexibilidad.

El habla y la vida prenatal

Mediante la ecografía uobservación por ondasultrasónicas, se ha podidoapreciar algunos detalles másdel instrumental que el fetoempieza a desarrollar y que leserá útil para alimentarsey luego adentrarse en el

lenguaje. Se ha visto, porejemplo, qué tipo dereacciones manifiesta cuandola madre habla (el niño registraesencialmente las ondas bajas,o sea, graves, pues las altasson filtradas por el cuerpomaterno), y cómo, endeterminadas situaciones, elniño se excita y mueve la bocae incluso llega a colocar undedo en ella, si bien no todosreaccionan de modo similar: elrango de respuestas es amplio,pues ya desde ahí semanifiesta el carácter individual(Cyrulnik 2003, p. 52). Larelación entre estímulo sonoro,movimiento labial y acto dechuparse el dedo conformauna de las primerasconexiones entre figura deapego, alimentación, placery movimiento labial, y esimportante guardar en lamemoria el hecho de que elbebé, una vez fuera del vientre,viene equipado con esarelación, y que es capaz (en unmomento dado cuya estructuraCyrulnik describe en varios desus libros), de trasladarla, de lafigura, al objeto de apego. Éstees un principio de traslación designificados fundamental parala adquisición del lenguaje ypara el desarrollo estable eindependiente, como pudoverse en el caso de un niñopsicótico que dejó de serlo enparte gracias a un video en elque fue posible observar queera capaz de mirar, así fuerade reojo, a la madre, mientrasseñalaba un juguete de suinterés que deliberadamentehabía sido puesto fuera de sualcance (los autistas, losabandonados y losencefalópatas nunca señalan

Del gesto a la palabra: la etologíade la comunicación en los seres vivos

BORIS CYRULNIK

Barcelona, Gedisa, 2004

POR JUAN LEYVA CRUZ*

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con el dedo). La mirada a lamadre parece haber sido clavepara inducir la entrada del niñoen el mundo de lacomunicación (Cyrulnik 2004,p. 57).

La representación incipientey el vínculo afectivo

Ésta es pues, en términosgenerales, la estructura de todoproceso comunicativo yrepresentacional, y por eso, “elacceso abierto al lenguaje nosólo precisa requisitosneurológicos y etológicos, sinotambién afectivos. El sistemaconductual que ‘sustenta’ elhabla y propicia su apariciónsupone la presencia alrededordel niño de otro ser a quienpueda hablar, para quienpueda hablar. Es preciso queel habla propia responda alhabla de otro” (Cyrulnik 2004,p. 56). Si bien se representa,ante todo, con el cuerpo, quealcanza más del 60 por cientode influencia en el mensaje(Cyrulnik 2005, p. 96).El proceso en sí se relacionacon una estructura maduradaen el niño que consiste endejar de “empeñarse enalcanzar el objeto paraapropiárselo de formainmediata; debe adquirir larepresentación elaborada que,por designación, remite acualquier cosa que seencuentre alejada en elespacio y pueda obtener porintermediación de la madre”(Cyrulnik 2004, p. 53).Naturalmente, esto ocurre demanera óptima en el caso deniños bien atendidos donde eldeseo y el afecto se conjuganpara obtener o significar. Sin

embargo, cualquier alteracióndel proceso retrasa y dificultala adquisición de los elementospara la vida; de ahí, porejemplo, la anorexia, amenudo causada por laausencia temprana yrecurrente de figuras de apegoque carguen de afecto ysocialecen el acto de comer,lo que no significa que —salvolos casos más graves yextremos o que no encuentranun otro de apoyo paradesencadenar la “cura”—, unbebé mal atendido noadquiera, tarde o temprano,el instrumental necesario paravivir e incluso en muy buenaso excelentes condiciones,aunque sin borrar las heridasque llevaron a lasadquisiciones tardías oproblemáticas. Esa flexibilidaddel ser humano es laresiliencia, o sea, la capacidadpara resistir el sufrimiento yencontrar las vías paraestablecer una vida no sólonormal sino feliz (Cyrulnik2002, 2003).Es por ello que niñosdesatendidos o abandonadostienen enormes dificultadespara señalar, pero incluso paramantener una relacióntriangular entre sí, el objeto yuna figura de apego (ausente),lo que implica que el niño no“socializa” el objeto, sino quelo considera un puroinstrumento; esto semanifiesta, por ejemplo,cuando un niño toma un vasode agua, si tiene sed, bebe, yen vez de colocarlo en la mesao devolverlo a su madre otercero presente, lo deja caer.Es decir, el vaso carece devalor afectivo y, por tanto,

social. No es más que la víapara acceder al agua (Cyrulnik2004, p. 64). El niño no hatenido acceso al placer que seexperimenta en los juegos detraslación de significados, y esinteresante constatar que,salvo chimpancéshumanizados, ningún animales capaz de señalar con eldedo, y que en el reino animalno humano la designación deun objeto deseado a menudocompromete a todo el cuerpo.La importancia de los otros enla adquisición del habla hasido estudiada por Cyrulniktambién por medio de cintasmagnetofónicas que hanrecogido la expresión de niñosen guarderías y cuyos grititosanalizó gráficamente. Los gritosde los niños solos eran“cuadrados”, mientras que losde niños en cuyo rededorhabía adultos hablandomostraron, desde el cuarto día,una forma melódica, “y, alresponderse unos a otros,componen una especie desinfonía de las cunas” (p. 58).Es decir, la modulaciónarticulatoria, los girosacentuales, van siendoaprendidos desde antes de queel niño pueda pronunciarpalabra: el ritmo es un caminode adiestramiento para laconstrucción posterior depalabras y frases.Dato significativo en estecontexto es el hecho de que elbebé se habitúa a una relaciónentre ondas graves y estado dereposo, ya que, desde elvientre, esa tonalidad quedaasociada al estado interior enel mundo acuático materno(recordemos que las altasfrecuencias no llegan hasta su

oído). No sorprenderá,entonces, que en la guardería,Cyrulnik haya descubierto que“las voces, en un medioestable, se enriquecen enfrecuencias bajas. Pero si entraalguien, si se presenta unaenfermera para hacer la cama,en el grito siguiente lasfrecuencias altas serán másnumerosas” (2004, p. 59).

El papel del olfato en laadquisición del lenguaje

Volvamos ahora al tema delolfato. Oler le permite al niñopercibir a su figura de apegocon independencia de lavoluntad de la figura (quepuede no hablar o no estarcerca para ser degustada, perono frenar los efluvios), ytambién le da la capacidad depercibir ese mismo olor en algoque no es la propia figura, sinoun objeto impregnado con suaroma. La eficacia de estatraslación es tan grande queun objeto cualquieraimpregnado con el olormaterno puede no sólotranquilizar bebés, sino aunniños más grandes cuando,por ejemplo, padecen deangustia en la escuela(Cyrulnik 2004, p. 74). Y suimportancia es todavía mayor:“El niño que duerme conregularidad, tranquilizado porsu objeto de apego, estructurasu sueño de modo más precozy armónico que el que ‘tienedificultades para dormir’ o elniño al que se prescribensomníferos. Todo ello repercuteno sólo en el desarrollo de lasfacultades intelectuales, sobretodo de la memoria, sinotambién en el crecimiento, por

medio de la hormona delcrecimiento” (p. 80).La clave de que sea el olfato elsentido decisivo en estasoperaciones del bebé radica ensu efecto sobre el sistemanervioso: “Los nervios olfativosque perciben la molécula einforman sobre ella a nuestrocerebro siguen un caminoespecial. No se detienen en la‘estación de selección deinformaciones’ que constituyeel núcleo del tálamo, quecanaliza estas informacioneshacia una zona especializadadel córtex para formar unarepresentación de las mismas[como cuando, al ver algo,inmediatamente le damos laetiqueta de un objetodeterminado]. Por el contrario,esta información olfativa pasadirectamente de la nariz a loscircuitos de la memoria, sinninguna representaciónneocortical./ Es decir, nuestrocerebro está organizado de talmanera que la percepción deun olor suscita en él unaimpresión difusa, que tomaforma mediante un recuerdo.Los bebés cultivan ya lafamiliaridad olfativa, queconstituye una forma dememoria a corto plazo” (2004,p. 78). El olfato, así, es idóneopara la traslación de sentidosde un objeto a otro.

Más allá de innatovs. adquirido

Lo hasta aquí reseñado ofreceal lector una cala en la etologíay en el foco principal del libro,pero puede decirse que casi nohay página que no contengaun dato nuevo o unareinterpretación crucial; por

ejemplo, las observaciones delautor en torno a cómoplantearnos ahora la cuestióndel yo y el sujeto, considerandoque ha estado marcada por lasdicotomías entre innato yadquirido (aceptadas aún porAgnes Heller a principios de losnoventas [1992]), que Cyrulnikconsidera obsoletas en lamedida en que no hay ningunaposibilidad de manifestación delo uno sin lo otro (dedica altema varias páginas [89-93,115-126]), como lodemuestran los avances de laetología cuando se ve queincluso la más mínimacaracterística genética puedeno manifestarse si no seinserta debidamente en la vidadel bebé desde que estáconstituido en feto y ya fueradel vientre.Para finalizar, tengamos encuenta solamente que losnuevos instrumentos deobservación de que hadispuesto la etología handependido mucho del avancetecnológico. Sin el video y suextensión masiva, por ejemplo,muchísimas observaciones nose habrían logrado, hasta elpunto de que Cyrulnik loconsidera el “acelerador departículas” de su especialidad.Si recordamos que para el año2004 había en el mundociento veinte millones de niñosabandonados, y pensamos enlo que ello implica respecto aldeterioro de la calidad de viday del tejido social; y siañadimos a ello que los niñosvan a la escuela por razonesrelacionales o afectivas, másque por aprender (Cyrulnik2003, p. 85) los recursosdesarrollados por la etología

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cobran una dimensión enorme,aunque, desde luego, tambiénson fundamentales para lapoblación en general (Cyrulnikha escrito incluso varios librossobre animales). Dado que susmétodos han despertado lassuspicacias y desaprobacionesde más de uno, el autor afirmaen la última página del libro:“La observación directa [conapoyo en el video] ha abiertoel campo de estudio de lasinteracciones precoces entreun bebé y su entorno, hatransformado el desarrollo delos bebés prematuros, hahecho observables lasmanifestaciones tardíasprovocadas por carenciasprecoces, ha permitidosincronizar los ritmosbiológicos de los niños con losritmos escolares en numerosospaíses, ha descrito lasemiología de los hombres sinhabla (los afásicos, los autistasy los niños salvajes), hapermitido comprender laestructura del tiempo en losancianos, observar cómo laaparición del habla inventó unnuevo mundo, evaluar el efectode algunos medicamentos,comprender los movimientosmultitudinarios y responder ala inquietante cuestión de porqué nos rascamos la oreja”(2004, p. 154).Declaraciones avaladas por suslogros en trabajo con niños quehan padecido la violencia y laruptura de todo vínculo enlugares como Bosnia,Camboya, Brasil y la actual

Rusia; y por su tarea clínicaindividual en la consultapsiquiátrica y psicoanalítica,y, en equipo, como neurólogoen el Hospital de Toulon.

La resiliencia

El interés de Cyrulnik por elconocimiento de la mente, lasemociones y los procesos derecuperación ante elsufrimiento proviene de unapregunta que tuvo que hacersetiempo después de escapar,siendo niño, de un campo deconcentración en la Franciaocupada (nació en Burdeos en1937): ¿de dónde me viene amí esta fuerza o capacidadpara la vida, este entusiasmo?(toda su familia habíadesaparecido víctima de laviolencia persecutoria y laguerra). Y a la búsqueda derespuestas se debe suinvestigación sobre laresiliencia, lo que lo ha llevadoa una diversidad de análisis enlos que ha estudiado a losseres humanos sin separarlosdel mundo de los animales,observando semejanzas ydiferencias. Por eso es que hapodido escribir este libro sobrela adquisición del lenguaje queno deja de recordarnos a unclásico de la etología publicadopor primera vez en 1966 y quese sigue reeditando tanto enFrancia como en EstadosUnidos, El gesto y la palabra(1971), de A. Leroi-Gourhan.Si la obra de éste es unaambiciosa reconstrucción del

paso de las estructuras máselementales de la vida hasta lacomplejidad de lo humano,la de Cyrulnik es unaoperación que recuerda lasde la epistemología genéticaen torno al conocimiento: secentra en procesos que tienenlugar no ya a lo largo de lahistoria de la especie, sino ensu observación particular encada uno de los individuos queexperimentan en su ciclo vitallos momentos y relacionescruciales que nos conviertenen humanos.

REFERENCIAS

CYRULNIK, Boris (2002), Los patitos feos.

La resiliencia: una infancia infeliz no

determina la vida, Barcelona, Gedisa.

— (2003), El murmullo de los fantas-

mas: volver a la vida después de un

trauma, Barcelona, Gedisa.

— (2005), El amor que nos cura, Bar-

celona, Gedisa.

— y Edgar Morin (2005), Diálogos so-

bre le naturaleza humana, Barcelo-

na, Paidós.

DAMASIO, Antonio (2002), Sentir lo que su-

cede: cuerpo y emoción en la fábri-

ca de la consciencia, Santiago de

Chile, Andrés Bello.

HELLER, Agnes (1992), “Death of sub-

ject?”, en Georges Levin (ed.), Cons-

tructions of the self, New Jersey,

Rutgers University.

MORIN, Edgar (2001), La méthode 5,

L’humanité de l’humanité: L’identité

humaine, París, Seuil.

LEROI-GOURHAN, André (1971), El gesto y la

palabra, Caracas, Universidad Cen-

tral de Venezuela.

Este libro no sólo proponecinco diversas miradas sobre elcurrículo y los actores, sinoque también organiza estasmiradas a partir de un ejetemático. Así, dos grandestemas estructuran el texto, unorelacionado con el campo delcurrículo, en el que sedesentrañan los modeloscurriculares para la formaciónde profesionales en el contextode la globalización, y el otro,relacionado con los actores dedicho currículo, donde seanalizan las arenas en quejuegan los interactuantes, susmotivos, sus intenciones y susestrategias. Desde esta miradatemática, la coordinadora,Concepción Barrón, convierteel texto en un inter-texto ouniverso de significaciones,de discursos y derepresentaciones.Este trabajo representa un granaporte en el campo educativo.Documenta no sóloaportaciones teóricas quecontribuyen a la reflexión

obligada y necesaria, sino queofrece experiencias derivadasde investigaciones realizadasen nuestro país, abriendoposibilidades para nuevostrabajos. El conjunto deensayos ofrece al lectormúltiples posibilidades de very analizar el currículo desdeheterogéneas miradas yposturas, y de plantearse anteellas diversas interrogantes.“Formación profesional:modelos, perspectivas yorientaciones curriculares”, deConcepción Barrón, nos ofrecelos marcos normativos yreguladores internacionalesque, traducidos en políticasconstruidas en el llamadocontexto de la globalización,conforman los nuevosrequerimientos de formaciónprofesional y los diversosenfoques o tendenciascurriculares que desde ladécada de los noventa guíanlas reformas estructurales delas instituciones de educaciónsuperior.En efecto, sabemos que en esadécada uno de los puntoscentrales de debate en lospaíses industrializados fue laformación de recursoshumanos para lograr la tan

anhelada reorganizaciónindustrial y la competitividad.Con este marco, en AméricaLatina se debatía dichaformación, centrándose en laduración de la escolaridad,la creciente demanda social deeducación y los mecanismos yfuentes de financiamiento. Sinembargo, era el criterio depertinencia lo que sustentabael proceso de cambio ydesarrollo de la enseñanzasuperior.“¿Cuál es la relación entreeconomía, educación yflexibilidad?” es uno de lospuntos centrales del primerapartado de este trabajo. Parala década de los noventa larelación entre educaciónsuperior y trabajo se convirtióen uno de los temasmedulares y recurrentes decualquier proyecto educativo.Las nuevas exigencias delámbito laboral —trabajadorescon mayor capacidad deadaptación, de rotación yflexibilidad para desarrollardistintos puestos y funciones—imponían nuevos modelos deformación. Por ello, la economía devariedad necesitaba recursoshumanos con mayor

Currículum y actores. Diversas miradasCONCEPCIÓN BARRÓN (COORD.) , LETICIA CANALES,

ELISA LUGO, LILIA MARTÍNEZ Y MIGUEL MONROY

México, CESU-UNAM (Pensamiento Universitario núm. 97), 2004

POR PATRICIA COVARRUBIAS PAPAHIU*

Y MÓNICA DÍAZ PONTONES**

* Investigadora de la Universidad

Nacional Autónoma de México.

Iztacala

** Ejecutiva Académica del Posgrado

del IMP

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