Reseña "La vida que se va" por Nora Guzmán

8/18/2019 Reseña "La vida que se va" por Nora Guzmán

http://slidepdf.com/reader/full/resena-la-vida-que-se-va-por-nora-guzman 1/8

Revista de Humanidades: Tecnológico de

Monterrey

ISSN: 1405-4167

[email protected]

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores

de Monterrey

México

Guzmán, Nora

Reseña de "La vida que se va" de Vicente Leñero

Revista de Humanidades: Tecnológico de Monterrey, núm. 7, 1999, pp. 243-249

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey

Monterrey, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=38400713

Cómo citar el artículo

Número completo

Más información del artículo

Página de la revista en redalyc.org

Sistema de Información Científica

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=38400713

http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=38400713

http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=384&numero=4733


http://www.redalyc.org/revista.oa?id=384

http://www.redalyc.org/



http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=384&numero=4733

http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=38400713





243

La vkla que se va

Leñero, Vicente. La vida que se va.

Edit. Alfaguara. México. 1999.329 pp.

Nora Guzmán

ITESM, Campus Monterrey

L

vida que se ZIUnos ofrece una novedosa manera de contar-

nos la vida. La estructura en que se sostiene conduce al juego y

como juego tiene esa condición lúdica que entretiene y que

permite al lector ser copartícipe del acto creador. Uno de los

principales aciertos de esta novela es cómo se nos cuenta la

historia, cómo está estructurado el relato.

La anécdota es aparentemente sencilla. Una mujer, Norma,

vieja de ochenta y tantos años, que usa bastón, que está enfer-

ma de la edad, cuenta su vida a un reportero buscando dejar

una huella a través del relato de su propia historia. Lo original

es que la historia no será una, sino múltiples, como una made-

ja de estambre que tiene un solo hilo, pero que asemeja contar

con cientos de hebras cuando la madeja está enredada; así se

empezarán a gestar las historias de la protagonista.

¿Qué nos cuenta el narrador? será una pregunta que como

lectores nos hacemos de principio a fin, jse trata de verdades,

de fantasías, de sueños o de ilusiones?, jcuá l de todas las his-

torias es la real? iRelata aquello que Norma deseó ser y no fue,

aquello que tuvo m iedo de realizar, aquello que intentó y se

vio frustrado, aquello que arriesgó y realizó?

El eje de la historia es el juego de ajedrez. La protagonista se

dice ser una maestra internacional de ajedrez, arte y ciencia

que heredó de su padre. El ajedrez estará presente en gran par-

te de la novela. En algunos capítulos porque el propio juego es

el motor de la acción; en otros aparece como símbolo de lucha,

de metáfora de la vida y de la muerte. También es la manera en

que está diseñada la novela, cada historia que se nos cuenta es

como una jugar- ,ma opción diferente de competir, de apos-

tarle a la vid: LC; i (ovela intenta rescatar múltiples instantes,

alcanzar la plenituc l, la totalidad, las infinitas posibilidades de

ser, las difere;,r,az opciones que Norma tuvo para enfrentarse

al destino.



La vida que se va

El ajedrez se empieza a mencionar desde los epígrafes que

preludian a la novela:

En todas las ficc iones , cada vez que un

hombre se enfrenta con diversas

alternativas, opta por una y elimina las otras;

en la del casi inextrincable Tsui Pen,

opta -simultáneamente- por todas.

Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos,

que también proliferan y se bifurcan.

De ahí las contradicciones de la novela.’

El ajedrez nos recuerda que el mundo es un

conjunto de posibilidades casi infin itas y que hay

que decidirse por una.2

Ambos autores nos señalan cómo el ser humano se enfrenta

con diversas alternativas, opta por una y elimina otras, u opta

simultáneamente por todas, y pareciera que en el caso de Nor-

ma, ella selecciona todas.

Así estamos ante numerosas historias que le van dando sa-

lidas diferentes y opuestas a la novela, múltiples bifurcaciones

que harán que el lector tenga que ir reconstruyendo las dife-

rentes vidas de Norma, preguntándose a cada rato: y ahora,

¿qué sigue? En el siguiente capítulo iqué mundo me mostrará

la protagonista?

Un solo personaje puede morir a los 55 años, más tarde a

los 75 y después en otra de las historias llegar a tener 107 años;

en una podrá morir por anciano y en otra por culpa de una

pistola. Así los personajes van adquiriendo caras diferentes;

en algunas narraciones son los buenos de la historia, en otras

los malvados. Se ponen la cara de ángel o demonio y ésta va

transformándose de una a otra narración, para en ocasiones

regresar al estado inicial. Las descargas de adrenalina propias

del jugador serán experimentadas por el lector, quien requeri-

rá de “inteligencia, cálculo, estrategia, anticipación de jugadas”

261). Como en el juego del ajedrez, son dos los ejércitos que

luchan, que libran una batalla, que seenfrentan en el combate,

¿quiénes se enfrentan en la novela?

Tenemos numerosos juegos, múltiples contrincantes: el na-

rrador y su historia; la protagonista y sus destinos;la enferme-

ra de la vieja, quien también quiere mover las piezas, ser pro-



Nora Guzmán

tagonista y darle a Norma un destino especial; el reportero que

entrevista; la esposa del reportero que quiere interpretar

semióticamente el discurso de la anciana y entender su signifi-

cado; y también el lector y su proceso de lectura intentando

armar el rompecabezas. Todos estamos involucrados en la ale-

goría del juego porque creemos que movemos las piezas a nues-

tro libre albedrío, pero como dice el poema de Borges, “Aje-

drez”:

También el jugador es prisionero

(la sentenciaesde Omar) de otro tablero

De negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza

¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza

de polvo y tiempo y suefio y agonías? 3

Es decir, no hay una autonomía. Detrás de las piezas está el

jugador y detrás del jugador un dios que a su vez puede ser

movido por otro en un tiempo eterno, como el final de la nove-

la de Leñero, que nos da la visión de una estructura cíclica,

infinita, teniendo como símbolo la grabadora que intenta re-

gistrar, atrapar el destino. Así La vida que seva reune: a un no-

velista que da vida a sus personajes, a un reportero que busca

historias, a una mujer que se multiplica en muchas otras, a un

lector que con la lectura da vida a una novela.

iQuién es el creador último que mueve los hilos, las piezas

del juego? Esta limitación de la condición humana, la incerti-

dumbre sobre la autonomía del libre albedrío, es reflejada en

la novela, así como también la potencialidad de la imagina-

ción para engrandecer la vida.

iHasta dónde escogemos nuestro destino, hasta dónde el

azar interviene, en qué momento el orden y el desorden del

universo se interponen?

Nunca sabremos cuál fue la historia real de Norma; cuál de

las ugadas que realizó en la vida fue la verdadera, sin embar-

go, en su encuentro con la muerte, antes del jaque mate, ella

intenta numerosas estrategias, seleccionando los diferentes

caminos que la imaginación le permite.

La gran cantidad de historias crea una ambigüedad, que funcio-

na

como principio estructurador del relato. Esta indetermina-



La vida que se va

ción esel reflejo de nuestra limitación a nuestra capacidad de

conocer, y la ambigüedad, es a respuestade la novela a esta

limitación hurnana.4

La vida que seva le da un gran poder a la imaginación; es ella

la que rescata a Norma de esa vida que va empujándola en un

torbellino de vivencias, de librarse por un momento de un crea-

dor que le impone un solo destino, un solo camino de realiza-

ción.

El ingenio de Leñero se encuentra en lograr que el lector se

crea cada historia y que ademásbusque desesperadamente cuál

historia sigue, que se pregunte si en el siguiente capítulo esta-

rá el complemento o el desenlace del anterior. El lector no pue-

de dejar la lectura porque intenta con su imaginación mover

una torre, un alfil o llegar a la meta; sin embargo, el jaque mate

le deparará una sorpresa propia del proceso infinito del juego

del ajedrez. Lo impactante es que al final de la novela no tene-

mos muchas Normas, sino “Norma sometida a un haz simul-

táneo de experiencias” 240). Un personaje rico, polifacético y

muy complejo dentro de la literatura mexicana.

En cada historia hay una identidad del personaje supedita-

da a su causa, y a su vez, cada efecto es también la causa de un

nuevo efecto. Dice Borges en su ensayo “Discusión”:

. .el mundo esun interminable encadenamiento e causas cada

causaesun efecto. Cada estadoproviene del anterior y determi-

na el subsiguiente.5

Quizá cada vida de Norma, cada posibilidad alimenta con

el deseo a la otra. Norma desea todas las posibilidades, porque

todas le generan vida, y la imposibilidad, la impotencia de no

vivir estas posibilidades, retroalimentan la creación de nuevas

opciones.

Norma se va encontrando con sus dobles en la reescritura

de su destino, funcionando como palimpsesto se vuelve a

reescribir su opción de vida. Así es abuela y es niña, joven,

adulta, religiosa, generosa, cínica, calculadora, maquiavélica,

tierna, apasionada, incestuosa, sacrílega, rebelde, sumisa, her-

mosa, chimuela, sensual...

Al final de la lectura no tenemos historias separadas sino

una concatenación de vivencias, la vida como causa y la vida

como efecto. Norma, con las ” . . .venas azules y saltadas como



Nora Guzmán

247

las raíces de un árbol agarrado con desesperación a la tierra”

(19), inmortalizada por el relato y por la grabadora como espe-

jos de un vínculo con la tierra.

Norma y su percepción de realidad, no son, como diría l a

enfermera, mentiras, inventos, fantasías de vieja, sino expe-

riencias realmente vividas.

Además de Norma tenemos a un personaje importante que

será el contrapunto de la historia: un reportero. Él es quien

estará más en contacto con la realidad. Por azares del destino

conocerá a un nieto de Norma y por él se acercará a la abuela.

La conoce en su casa ubicada en la call e Córdoba 140 y se ena-

morará de sus historias.

Los capítulos se ubican en dos tiempos: en el presente de

Mend ieta, el periodista, y en los pasados de Norma. Es un con-

trapunto que constantemente oscilará de un tiempo rea l,

enmarcado por muchos detalles concretos como la descripción

de la casa por e l reportero al ir a entrevistar a la abuela enfer-

ma, con sus tanques de oxígeno, con los detalles de los dife-

rentes encuentros realizados en dos años. Y un segundo tiem-

po conformado por la articulación de pasados, la abuela desli-

zándose del presente al ayer, de la realidad a la fantasía, de la

narración coherente al juego de palabras, galimatías que po-

nen en evidencia otra lógica, un ordenamiento de su propio

universo.

El reportero realiza una entrevista de semblanza como lo

señala el propio Leñero en su MunuaI de Periodismo, “La entre-

vista de semblanza, tiene como obje to principal hacer el retra-

to escrito de un personaje. ‘Q En el caso de Mendieta su entre-

vista se va desbordando porque las historias de la abuela más

que ser periodismo serán literatura. Al final no tendremos rma

cara de la abuela sino una multip licidad de reflejos.

A treinta centímetros de distancia se antojaba una vieja de no-

venta y nueve años, no de los ochenta y pico que mis sumas y

restas le calculaban. Tal vez tenía y a los ciento siete a los que

llegó su padre cuando semurió.. . tal vez la profusión de vidas

de la abuela, si es que de veras hubo tal profusión, amontonó

edades en un solo cuerpo, de tal manera que esa vieja sumaría

no ya los cien verosímiles años de su apariencia, sino los dos-

cientos o trescientosde una existencia con suerte nterminable.

191)



Nora Guzmán 249

Mendieta sigue un orden cronológico: las historias como se

las fueron contando en entrevistas realizadas en casi dos años;

sin embargo, la vida, los relatos de la narradora, alterarán la

secuencia, el orden del calendario queda truncado, quizá en

búsqueda de un tiempo total.

El reportero nos enseñará también su propia dimensión

humana, sus relaciones familiares, sus afectos y en una confe-

sión revelará una identidad nunca imaginada por el lector, otra

vida subyacente a la del periodista.

Por último quisiera reconocer que la novela de Vicente

Leñero logra conciliar dos opuestos: una complejidad en la

estructura y una sencillez en el lenguaje ; sencillez lograda por

la búsqueda de la palabra, de un estilo pu lido, claro, transpa-

rente, que como lectora me hicieron de La vida que se va un

saborear ágilmente la lectura, un disfrutar durante varios días

el proceso de leer, enmarcado por tácticas, estrategias y la

adrenalina propias del juego.

Reseñar un libro es iniciar una complicidad con su lenguaje

y su reflex ión, es convivir con sus personajes, es buscar hablar

de ellos, de sus historias, pero sin mostrarlos, sin desvestirlos,

sólo intentando encontrar lectores, nuevos interlocutores que

quieran también llegar al jaque mate en el acto de la recrea-

ción.

Notas

’ Albert, Stephen, en El jardín de los senderos que se bifurcan, de Jorge

Luis Borges, 1941.

2 Helguera, Luis Ignacio, en Astillas del tablero, 1998.

3 Borges, Jorge Luis. Obras Completas 1923-1972. Buenos Aires: Ed.

Emecé, 1974, p. 813.

4Alazraki, Jaime. La prosa narrativa de ]orge Luis Borges. Ed. Gredos,

1986. El autor analiza esta situación de ambigüedad respecto a algu-

nos cuentos de Borges.

5 Borges, Jorge Luis. Obras Completas 1923-1972. Buenos Aires: Ed.

Emecé, 1974, p. 256.

6 Leñero, Vicente y Carlos Marín. Manual de Periodismo. México: Ed.

Grijalvo, 1988, p. 139.

Reseña "La vida que se va" por Nora Guzmán

Documents

Transcript of Reseña "La vida que se va" por Nora Guzmán