Reseña Periferias Imperiales, Fronteras Coloniales

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Reseña publicada en la revista Fronteras de la Historia, adscrita al Instituto Colombiano de Antropología e Historia.

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  • periferias iMperiales y fronteras coloniales en hispanoaMrica

    Margarita Gascn. Buenos Aires: Dunken, 2011. 256 pp.

    Rubn Daro Serrato HigueraColegio Mayor de Nuestra Seora del Rosario, Colombia

    En comparacin con las fronteras coloniales, las reas perifricas han sido relegadas por su aparente condicin de territorios sin valor. La historio-grafa que ha abordado el problema del espacio en el periodo colonial hispanoamericano ha dirigido su atencin a los procesos histricos que tienen lugar en las regiones centrales del continente. Sin embargo, estos sucesos pueden ser interpretados de manera diferente segn la escala espacial que se utiliza para considerarlos. Este enfoque se plasma en el tra-bajo de Margarita Gascn, titulado Periferias imperiales y fronteras coloniales en Hispanoamrica. El libro tiene como objeto de estudio los extremos territoriales del sur y el norte de Amrica, y se ocupa tanto de las perife-rias imperiales como de las fronteras coloniales. Para ello, la autora busca retroceder hasta el siglo XVI, con el fin de rescatar aquellos momentos y co-yunturas que desencadenaron la configuracin del espacio en la periferia1. Esta organizacin, durante el periodo colonial, fue un producto del poder monrquico, cuyas acciones tenan el fin de controlar, atacar y defender territorios clave para el comercio imperial.

    r1 La autora entiende por configuracin del espacio la articulacin de una poblacin o de un gru-po humano con su entorno, as como el aprovechamiento de los recursos que all se puedan encontrar. Los intercambios de bienes, servicios y rutas comerciales tambin influyen en la representacin que hicieron aquellos grupos de su espacio. Esta idea ha sido frecuentemente trabajada por la llamada historia ambiental, campo de estudio que da a los historiadores un amplio margen de accin, puesto que este tema se ha trabajado principalmente desde la pers-pectiva de la geografa.

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    La frontera se convirti, tanto para la historiografa que aborda el periodo colonial como para aquella que enfoca su atencin en las rep-blicas tempranas, en un valioso objeto de estudio en relacin con el cual se podran explicar diversos fenmenos sociales, culturales, econmicos y polticos; en especial, el de la frontera intertnica, que de alguna manera traza un lmite entre aquellos centros de poblacin imperial fundados por los conquistadores y los antiguos establecimientos precolombinos. Segn la autora, la frontera es diferente a la periferia. La primera ha estado cons-tantemente presente en aquellos estudios que indagan sobre los procesos histricos de continuidades y rupturas, que ayudan a explicar el paso del periodo colonial al republicano. La periferia ha sido vista hasta ahora como un espacio inerte, probablemente despoblado y culturalmente atrasado. Se podra definir como aquellas zonas culturalmente atrasadas, habitadas en su mayora por nativos y que no tenan hasta entonces una marcada pre-sencia colonial.

    El texto busca establecer no solo la diferencia entre periferia y fronte-ra, sino cmo varan estos conceptos cuando se estudian a escala colonial y a escala imperial. Por ejemplo, una periferia poda ser vista como un es-pacio sin recursos, atrasado y deshabitado, desde el punto de vista colonial. Sin embargo, si se trabaja desde una perspectiva imperial, crece su valor, ya que, entre otros factores, la periferia poda ser utilizada como zona militar y as contribuir a la defensa del imperio. Por tanto, afirma la autora, el espa-cio imperial inclua zonas estratgicas que en efecto se encontraban poco pobladas y que podan entenderse como culturalmente atrasadas cuando se las consideraba en el contexto colonial.

    Una clave fundamental para entender la configuracin del espacio colonial a escala imperial es comprender su relacin con las polticas de proteccin del territorio. Gascn trae a colacin el caso de la Araucania, re-gin que la corona accedi a militarizar despus de conocer el devastador efecto de los levantamientos indgenas. Este suceso, que afect una zona perifrica, se debe entender desde el punto de vista tanto imperial como colonial. Es decir, esta lucha local se convirti en una amenaza cuando se evalu segn el inters del imperio, ya que puso en cuestin el esquema defensivo utilizado hasta ese momento.

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    El hecho realz la debilidad de la corona para defender sus propias fronteras, acrecent su temor ante la posibilidad de otro levantamiento de igual envergadura, y as desestabiliz el poder autnomo que ejerca el rey. Adems, este tipo de conflictos no se produjeron nicamente en la zona sur del imperio, sino que en el norte, en la frontera de la Nueva Espaa con los territorios chichimecas, tambin surgieron hostilidades que la corona debi enfrentar, ya que si estos alzamientos tenan xito, podan vulnerar prcticamente todos los frentes territoriales perifricos y derrumbar el apa-rato defensivo construido durante ms de cien aos.

    La periferia representaba un peligro no solamente en relacin con los grupos nativos de estas regiones, sino por los constantes ataques de otros imperios colonizadores, como el holands y el ingls, en zonas distantes, bajo el argumento de que no haba dominio sin ocupacin. Claramente, la legitimidad de estos imperios tambin se pondra en cuestin, ya que desconocan del todo la soberana de los pueblos nativos considerando sus tierras como vrgenes. Adems, explica Gascn, el hecho de llegar a un lugar, recorrerlo y cartografiar algunas zonas ya era motivo suficiente para considerar a dicho imperio como su respectivo colonizador.

    As pues, es claro que la corona espaola tuvo la suficiente eviden-cia emprica como para entender sin mayor reparo que la fortuna de su imperio presupona una estabilidad en el esquema defensivo, el cual deba incluir necesariamente las lejanas periferias tanto del sur como del norte. La configuracin del espacio imperial tena que contemplar de manera forzosa la configuracin de una existente frontera colonial, puesto que el territorio imperial encontraba sus lmites tanto en la frontera como en la periferia, en la medida en que era all en donde se desarrollaba su expan-sin en la bsqueda de ampliar el poder y el territorio.

    Posteriormente, Gascn estudia el caso del Virreinato del Per y cmo marcaron su suerte y la configuracin de su espacio imperial las cir-cunstancias que tuvieron lugar en solo veinte aos, a finales del siglo XVI. Una de las mayores preocupaciones de estos aos para la corte provino de los barcos de guerra holandeses, que atacaban con frecuencia los puertos de embarque donde se encontraban los tesoros que seran enviados a la metrpoli. Aparte de esta amenaza exterior, el problema aumentaba con

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    la creciente ola de rebeliones interiores protagonizadas por los nativos in-surgentes que se encontraban en las zonas perifricas.

    La necesidad de enviar ejrcitos y encontrar nuevas rutas menos peligrosas como en su momento lo fue la que conectaba de manera ms directa a Espaa con Chile, pasando por poblados como Buenos Ai-res, Crdoba, San Juan y Mendoza terminara por configurar el espacio imperial en el sur del continente. Esta periferia se articulara directamen-te al espacio imperial. Los Habsburgo ya tenan experiencia y saban que sus enemigos buscaran debilitarlos por aquellas zonas desprotegidas y vulnerables, y con mayor razn a travs de reas donde existieran grupos de indgenas con nimos de levantarse contra el poder colonial. As, todo proceso que buscaba una defensa efectiva del espacio perifrico impactaba directamente la poltica imperial.

    Pensando en ampliar la frontera imperial hacia la periferia colo-nial, los espaoles continuaron penetrando al sur de Chile en busca de recursos. Lo que se propone entonces Gascn es analizar cmo estos hechos locales, adems de impactar en el mbito colonial, repercutie-ron en el espacio imperial, pues el fro, la fertilidad de la tierra para la produccin de alimentos, los supuestos yacimientos de oro y plata que se encontraran fueron algunas de las caractersticas del vasto territorio chileno que llevaron a los espaoles a avanzar y conquistar nuevos espa-cios perifricos.

    Aqu, el territorio espacial se convirti en un punto de referencia para la nueva configuracin poltico-territorial que estableceran los conquis-tadores espaoles. Los caminos imperiales se extendieron tanto como la naturaleza lo permiti. La fundacin de nuevas ciudades se realiz tenien-do en cuenta la cercana de los recursos naturales y la facilidad de acceso a ellos. Estas ciudades, como San Juan, San Luis, Mendoza, Santiago, entre otras, se transformaran en los mojones de la frontera tanto imperial como colonial.

    Todas las ciudades se fundaban en relacin con una utilidad espa-cial, el transporte de recursos desde estas periferias hacia la metrpoli. De igual forma, segn Gascn, buscaban facilitar el transporte de tropas

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    de unas zonas a otras. La situacin a cada lado de la cordillera de los An-des era diferente. A escala colonial, en la zona de Buenos Aires y Cuyo, el poder real se encontraba fragmentado debido a las difciles condi-ciones espaciales, a diferencia de lo que suceda en la Araucania. Esta periferia imperial se fundamentaba en la proteccin y militarizacin de la regin, lo cual fortaleca la presencia espaola. En la zona oriental, el poder real buscaba imponer sus leyes y corregir la creciente ineficien-cia de la administracin local. Sin embargo, para la autora, lo realmente relevante de estos hechos locales surge cuando se estudian dentro de un marco interpretativo imperial, de mayor proporcin geogrfica, en cuyo contexto la corona priorizaba los intereses defensivos en el espacio ocupado.

    As, afirma que es en esta configuracin territorial donde se pueden entender de mejor manera las tensiones y conflictos coloniales e impe-riales. Con una reduccin de la escala, en trminos geogrficos, mas no personales, como lo entienden los miembros de la escuela microhistrica italiana, es ms sencillo comprender cules eran los conflictos internos del imperio enfocndose en las periferias del territorio.

    El esquema defensivo establecido por la corona espaola en la zona sur del Virreinato del Per tambin se puede abordar desde las dos pers-pectivas trabajadas por Gascn. Esto permite calificar aquel sistema como robusto y frgil a la vez, dependiendo de la ptica con que sea estudiado, colonial o imperial.

    La robustez era caracterstica del plan imperial, que haba llevado a una gran movilizacin de hombres, armas y caballos en pro de la de-fensa de las rutas comerciales entre la pennsula y el sur de Amrica. Sin embargo, el aumento de tropas acrecentaba la demanda de alimentos. Cuando ni Santiago ni el virreinato podan responder a las necesidades del ejrcito, los gobernadores locales tenan que acudir a los nativos. Estos, sabiendo bien que sin recursos bsicos no hay guerra posible, uti-lizaron a su favor el control de los alimentos, agua, tierra y dems, con lo cual debilitaron el poder local de las autoridades espaolas, causando una profunda inestabilidad en el sistema defensivo colonial.

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    En este punto del argumento, Gascn estudia varias expediciones militares en relacin con las cuales se organizaban fructferas redes comer-ciales que tenan mayor impacto en el mbito imperial que en el colonial. La situacin es compleja, puesto que el contexto europeo en la primera d-cada del siglo XVII hizo que la corona espaola tomara medidas defensivas que tendran repercusin en otras latitudes. El Atlntico sur, hacia 1640, se convirti rpidamente en un mar holands, por lo que para Espaa el peli-gro volvi a ser hemisfrico, continental y global. Adems, el avance de los portugueses en las dcadas posteriores inici una reconfiguracin de aquel espacio imperial que haba surgido a finales del siglo anterior.

    El libro termina con una comparacin entre el caso previamente ex-puesto y el del otro extremo perifrico del Imperio espaol: la provincia de la Florida en el siglo XVII. Este caso no es muy diferente. La expedicin de Hernando de Soto de 1539 haba dependido del maz de los indios durante sus exploraciones. La Florida no era una tierra tan rica como la encontrada en el sur del continente, pero era perentorio defenderla del Im-perio francs instalado en el norte, en la medida en que era una ruta vital hacia las minas de la Nueva Espaa. En este espacio imperial, se repiti la frmula de una defensa estratgica apoyada en una relacin cordial con los nativos, que eran una pieza fundamental como proveedores de recursos. As pues, afirma Gascn, la condicin colonial del espacio imperial era do-ble. Por una parte, estaban los nativos aliados y proveedores, y por la otra, los espaoles deban enfrentar las limitaciones de la geografa, el clima y los recursos a fin de mantener su hegemona en la zona. En lo local segua estando la clave de la articulacin entre el espacio colonial y el espacio im-perial. Los recursos alimentarios, la geografa, la cantidad de agua, la lea, la tolerancia de los nativos, todo ello era vital para mantener la estabilidad del esquema defensivo, tanto el imperial como el colonial.

    Desde la perspectiva imperial, la escala colonial se ve limitada porque las periferias aparecen abandonadas. Sin embargo, si se ampla la mirada a un contexto hemisfrico, continental y global, se puede evidenciar la impor-tancia que tuvieron estos espacios para la corona espaola en conexin con cuestiones como la de las rutas y los puntos comerciales, las relaciones in-tertnicas y las constantes luchas con otros imperios europeos. Hoy en da

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    hay que tener en cuenta, as como lo tena bien claro la corona espaola en el siglo XVI, que el xito de la estrategia defensiva radicaba en la proteccin de estos espacios.

    Los dos casos trabajados por Gascn buscan ejemplificar esta tesis. Las periferias como la Araucania o la Florida adquiran su mxima rele-vancia dentro del mbito geogrfico al contener las rutas del Mar del Sur, del Oriente y del traslado del tesoro americano hacia Europa. Eran, para la autora, periferias imperiales de escala global. Entonces, este rol dentro del esquema defensivo implantado por la corona nos permite entender y ampliar la interpretacin sobre numerosos hechos del espacio y el periodo colonial.

    La propuesta terica del texto es en s misma interesante. Sin em-bargo, faltara revisar de manera sistemtica cul ha sido la produccin historiogrfica acerca del tema de las periferias coloniales. Gascn busca mostrar su estudio como novedoso en un rea poco trabajada. Cuenta con un anexo en el que relaciona la produccin historiogrfica sobre fronte-ras y periferias, mas no profundiza en cmo ha venido siendo trabajado el asunto. Puede que en cuanto estudio de caso el texto tenga un valor signifi-cativo, pero la hiptesis que plantea ya se haba estudiado. Por ejemplo, en el libro de W. D. Wyman y C. B. Croeber titulado The Frontier in Perspective o en el estudio de Henry Dobyns Spanish Colonial Frontier Research.

    De igual forma, existen obras anteriores a la de Gascn que abordan casos latinoamericanos, como el artculo Fronteras indgenas del oriente boliviano, la dominacin colonial de Moxos y Chiquitos, 1675-1810, de Daniel Santamara, publicado en el Boletn Americanista de Barcelona. Estos estudios ya han tratado el problema del lugar que la periferia desempea dentro del marco geogrfico imperial.

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    rA propsito de la resea de Rubn Daro Serrato Higuera sobre Periferias

    imperiales y fronteras coloniales en Hispanoamrica

    Margarita Gascn

    Conicet, Argentina

    Agradezco la resea, pues resume el libro en forma muy apropiada. No obstante, basndose en la ausencia de tres ttulos (un libro de 1965, otro libro de 1980 y un artculo de 1986), el revisor desacredita la novedad de lo que en el libro se explicita como el proceso de configuracin del espacio, en su doble escala (colonial e imperial). Con esa categora se han analiza-do las particularidades de la articulacin que se fue dando en periferias y fronteras a partir de finales del siglo XVI y durante el siglo XVII, en virtud de variables como las amenazas externas, el rol de los nativos en cuanto proveedores, los ambientes y la produccin de alimentos, entre otras.

    Este ncleo conceptual, que busca reconstruir el proceso de la con-figuracin del espacio en su doble escala, tomando en cuenta los diversos factores que fueron afectando esa articulacin, es nuevo. Y lo es tanto en la formulacin terica efectuada en el libro como en su aplicacin, en rel-acin con el sur, con el Virreinato del Per y con la Florida. Efectivamente, esta propuesta no ha sido explicitada, ni terica ni metodolgicamente, en ninguno de los tres textos mencionados por el revisor; ni tampoco en la historiografa que se ocupa de los siglos XVI y XVII en las reas consideradas de los virreinatos del Per y de Mxico.

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    rBibliografa

    Dobyns, Henry, ed. Spanish Colonial Frontier Research. Albuquerque: University of New Mexico Press, 1980. Impreso.

    Kroeber, C. B. y W. D. Wyman, eds. The Frontier in Perspective. Madison: University of Madison, 1965. Impreso.

    Santamara, Daniel. Fronteras indgenas del oriente boliviano: la dominacin colonial de Moxos y Chiquitos, 1675-1810. Boletn Americanista 28 (1986): 197-228. Impreso.

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