Reseña sobre el libro de Salvador Cayuela. Por la grandeza de la patria.

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Salvador Cayuela Sánchez, Por la grandeza de la patria. La biopolítica en la España de Franco (1939-1975). FCE, Madrid, 2014, 352 p. Prólogo de A. Campillo Meseguer. Como bien señala Antonio Campillo en el prólogo de este libro, “lo mejor que puede decirse de un libro es que amplía el horizonte de nuestra experiencia y nos ayuda a comprender el mundo en que vivimos”. Y este objetivo es más fácil de cumplir cuando en sus reflexiones incorpora la investigación histórica, la crítica política y la reflexión filosófica en torno a un tema, la biopolítica en la España franquista, cuya huella todavía se rastrea y se debate en el actual contexto político de nuestro país. Por la grandeza de la patria es el título que el profesor Salvador Cayuela, de la Universidad de Murcia, ha elegido para este libro que, basado en la tesis doctoral que realizó bajo la dirección de Antonio Campillo, ofrece una “peculiar perspectiva del franquismo” a través del análisis de los “dispositivos biopolíticos” que conformaron aquello que podríamos llamar “la gubernamentalidad franquista”. Continúa así la tarea iniciada por Francisco Vázquez en La invención del racismo (Akal, 2009), donde estudiaba los orígenes de la biopolítica en nuestro país (1600-1940), deteniéndose precisamente a comienzos del franquismo. Desde una concepción pluralista y no sustancialista del poder, en las páginas de Por la grandeza de la patria se distinguen tres esferas de gobierno de la vida social: el económico-laboral (“el orden de los bienes”), el ámbito médico-social (“el orden de los cuerpos”) y el ideológico- pedagógico (“orden de las creencias”). En cada una de estas esferas se crearon peculiares dispositivos disciplinarios y de regulación que, más allá del uso de la fuerza, permitieron la larga pervivencia de la dictadura e intentaron establecer su legitimidad. Estos mecanismos para la “conducción de conductas”, que proporcionaron al régimen franquista un no desdeñable apoyo social, sobrevivirían -como advierte Salvador Cayuela- incluso a la muerte del dictador. Comprender esos mecanismos es, todavía hoy, una tarea para la comprensión de nuestro presente histórico. La metodología utilizada en este análisis de la biopolítica franquista se inspira en el aparato conceptual y metodológico esbozado por el pensador francés Michel Foucault, y desarrollado por el colectivo de investigadores conocido como History of the Present Network. A partir de conceptos como el de biopolítica, de creciente importancia en el pensamiento político contemporáneo, se trata

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Reseña sobre el libro de Salvador Cayuela, Por la grandeza de la patria .La biopolítica en la España de Franco (1939-1975). FCE, Madrid, 2014, 352 p.

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Salvador Cayuela Snchez, Por la grandeza de la patria. La biopoltica en la Espaa de Franco (1939-1975). FCE, Madrid, 2014, 352 p. Prlogo de A. Campillo Meseguer.

Como bien seala Antonio Campillo en el prlogo de este libro, lo mejor que puede decirse de un libro es que ampla el horizonte de nuestra experiencia y nos ayuda a comprender el mundo en que vivimos. Y este objetivo es ms fcil de cumplir cuando en sus reflexiones incorpora la investigacin histrica, la crtica poltica y la reflexin filosfica en torno a un tema, la biopoltica en la Espaa franquista, cuya huella todava se rastrea y se debate en el actual contexto poltico de nuestro pas.

Por la grandeza de la patria es el ttulo que el profesor Salvador Cayuela, de la Universidad de Murcia, ha elegido para este libro que, basado en la tesis doctoral que realiz bajo la direccin de Antonio Campillo, ofrece una peculiar perspectiva del franquismo a travs del anlisis de los dispositivos biopolticos que conformaron aquello que podramos llamar la gubernamentalidad franquista. Contina as la tarea iniciada por Francisco Vzquez en La invencin del racismo (Akal, 2009), donde estudiaba los orgenes de la biopoltica en nuestro pas (1600-1940), detenindose precisamente a comienzos del franquismo. Desde una concepcin pluralista y no sustancialista del poder, en las pginas de Por la grandeza de la patria se distinguen tres esferas de gobierno de la vida social: el econmico-laboral (el orden de los bienes), el mbito mdico-social (el orden de los cuerpos) y el ideolgico-pedaggico (orden de las creencias). En cada una de estas esferas se crearon peculiares dispositivos disciplinarios y de regulacin que, ms all del uso de la fuerza, permitieron la larga pervivencia de la dictadura e intentaron establecer su legitimidad. Estos mecanismos para la conduccin de conductas, que proporcionaron al rgimen franquista un no desdeable apoyo social, sobreviviran -como advierte Salvador Cayuela- incluso a la muerte del dictador. Comprender esos mecanismos es, todava hoy, una tarea para la comprensin de nuestro presente histrico.

La metodologa utilizada en este anlisis de la biopoltica franquista se inspira en el aparato conceptual y metodolgico esbozado por el pensador francs Michel Foucault, y desarrollado por el colectivo de investigadores conocido como History of the Present Network. A partir de conceptos como el de biopoltica, de creciente importancia en el pensamiento poltico contemporneo, se trata del analizar el ejercicio de un poder que se hizo coextensivo con la vida desde el nacimiento de la gubernamentalidad liberal (y que no ha hecho ms que ampliarse con la revolucin biotecnolgica de las ltimas dcadas). Mediante el despliegue de nuevas tecnologas polticas, los procesos vitales de alcance colectivo (la salud, la sexualidad, la alimentacin...) se pusieron bajo mecanismos de seguridad que calculaban o prevean los posibles riesgos para el crecientemente complejo buen gobierno de las poblaciones. La vida humana se convirti as en un concepto poltico, no como algo dado, natural, sino como objeto de procesos de modelado tcnico y social. Para ordenar todos esos procesos biolgicos, ajustndolos a las necesidades econmicas del capitalismo, se fueron diseando todo un conjunto de estrategias o dispositivos biopolticos (disciplinarios y de seguridad) que, con sus tcnicas, enfoques y objetivos propios, han ido variando y ajustndose a las distintas racionalidades de gobierno. La insercin de la biopoltica en el modelo de gobierno o gubernamental (como conduccin de conductas, de los otros y de uno mismo) -frente al modelo de soberana o el blico- puso en primer plano el problema del sujeto, de los modos de subjetividad: la manera en que los sujetos, en el ejercicio activo de su libertad, son conducidos a constituirse como tales, a determinar de un modo concreto sus decisiones, actitudes y comportamientos. Se trata as de explorar nueva formas de entender las relaciones de poder y gobierno, de redefinir las relaciones entre poder y libertad, entre poder y resistencia.

Especialmente interesante es la contextualizacin que hace Salvador Cayuela de las peculiaridades de la biopoltica franquista en el marco de la biopoltica de los regmenes totalitarios europeos. Aunque apoyado en propuestas del nazismo alemn y del fascismo italiano, el franquismo llegara a desarrollar, con el auxilio de la jerarqua catlica, unos dispositivos propios. As, el racismo de Estado desarrollado por la biopoltica franquista marcaba los lmites de su exclusin o segregacin en la distincin entre los componentes de la Nueva Espaa y los representantes de la Anti-Espaa, derrotados o marcados por una Guerra Civil de muy largas secuelas que fue legitimada como Cruzada restauradora de los valores esenciales de la Espaa eterna y de la civilizacin cristiana. A travs de la guerra, y la prolongada represin posterior, se creara un dispositivo inmunitario para depurar de agentes patgenos al cuerpo de la nacin y fortalecer su salud. Adems, su concepto de raza se identificara con el de Hispanidad, considerada ms como una comunidad espiritual que como un grupo con caracteres genticos homogneos. La regeneracin de la raza pasaba as por la reordenacin jerrquica de la sociedad segn el modelo de vida militar, de la tradicin y la religin catlica. Especialmente desde la psiquiatra oficial se elabor un discurso pseudo-cientfico que, contribuyendo al mantenimiento y la legitimacin del rgimen, patologiz al disidente poltico, deshumanizndolo y justificando as su segregacin y exterminio. Si en la prctica se produca el abandono de la asistencia psiquitrica, en el mbito discursivo se proponan medidas positivas para la regeneracin de la raza hispnica, que permitieran combatir la supuesta degeneracin moral, ambiental, introducida durante la II Repblica a travs de ideas forneas.

En el mbito econmico, la biopoltica franquista prolongara durante el primer franquismo el modelo de economa de guerra, autrquico e intervencionista, inspirado en el modelo italiano, ms preocupado por su legitimacin y supervivencia que por su escasa eficacia tras el conflicto. En un contexto general de miseria material y moral, en el que los vencedores de la guerra se enriquecieron mediante ilegalismos tolerados como el mercado negro, beneficindose de la escasez de subsistencias y ejerciendo una prolongada y dura venganza de clase sobre los vencidos, los discursos oficiales hacan apelaciones a la austeridad y a la abnegacin, a que cada trabajador ocupara su posicin en la esfera jerarquizada y patriarcal de los productores en pro del bien comn, por el bien de la patria, obligndolos a encuadrarse obligatoriamente en los sindicatos verticales organizados segn un modelo estamental y corporativo. Slo podemos rastrear el efecto real de estos discursos, pero s conocemos las estrategias de desmovilizacin poltica desarrolladas por el rgimen franquista en el mbito laboral: desde el minucioso proceso depurador de los trabajadores, especialmente en la administracin pblica; la creacin de dispositivos como los Batallones Disciplinarios o los Servicios de Colonias Penitenciarias Militarizadas; la cartilla profesional o la arbitrariedad sancionadora y reguladora de los patronos (los jefes de empresa). Los sectores no afines al rgimen seran as depurados, normalizados e ideologizados mediante la represin, el miedo o la humillacin, lo que contribuy a la desactivacin de los impulsos contestatarios. Conviene en este sentido recordar que la solucin fascista a la crisis europea de entreguerras era minoritaria en nuestro pas antes del golpe militar, requiri una guerra civil para consolidarse, y gener una enorme resistencia en amplios sectores sociales.

En el mbito mdico-social, la extensa labor legislativa estuvo muy pocas veces acompaada de medidas efectivas, a la vez que enfocada a una Previsin social ms cercana a los viejos principios de la justicia social cristiana de la beneficencia y la piedad, que a las polticas sociales de los fascismos europeos. Frente a las epidemias de la posguerra se pusieron en marcha escasas medidas positivas: los programas de salud se establecan desde la imposicin y el control ideolgico y la divulgacin sanitaria fue utilizada como medio propagandstico. Dentro de esa propaganda, se exaltaban obras sociales como el Auxilio Social, que sirvi tambin para el control e identificacin de los refugiados que acogan, as como para la reeducacin poltica y religiosa de los nios y de sus familias. La preocupacin pronatalista del rgimen puso a las mujeres en el centro de un modelo totalitario de familia higinica; un modelo que justificaba la desmembracin de las familias de los vencidos, la separacin de sus hijos, para buscar su redencin, su vuelta al redil de la Nueva Espaa mediante el trabajo, el adoctrinamiento ideolgico y las prcticas religiosas.

Respecto a la esfera ideolgico-pedaggica, el franquismo, con el auxilio de la Iglesia catlica, desarroll dispositivos que, ms all de sus intentos de socializacin poltica y adoctrinamiento, tuvieron como objetivo el control y la desmovilizacin poltica de dos sectores de poblacin que haban tenido una creciente participacin poltica antes de la guerra: a travs de instituciones como el Frente de Juventudes, la Seccin Femenina o el sistema educativo franquista, como seala Salvador Cayuela, se produjo un efectivo proceso de aculturacin, as como de esterilizacin del activismo juvenil o femenino. Desde la iniciacin poltica en la escuela con la Formacin del Espritu Nacional, a la Seccin Femenina y el Servicio Social, que propona a la mujer la reconquista del hogar y la familia (frente a la influencia de los discursos de gnero desplegados durante el periodo republicano), o en la escuela segregadora y empobrecida del franquismo, se enseaba a amar y servir a Dios y a la Patria, inculcando los valores del respeto a la autoridad, la aceptacin de las jerarquas, la obediencia y la disciplina. Se configurara as la gubernamentalidad totalitaria del primer franquismo, en la que se intentaba crear, a travs de todos estos dispositivos disciplinarios y reguladores, desplegados en el trabajo, en el hogar o en la escuela, un nuevo modo de subjetividad, una manera de ser y comportarse caracterizada por la resignacin, la aceptacin de las desigualdades y la desmovilizacin poltica: la invencin del homo patiens.

Ms tarde, como se muestra en la segunda parte del libro de Salvador Cayuela, en la Espaa del franquismo desarrollista, marcada por el inicio del Plan de Estabilizacin de 1959, las crecientes tensiones sociales y econmicas condujeron a cambios en las prcticas gubernamentales. En esta poca se tratara de implantar una peculiar versin autoritaria de la biopoltica social del Estado del Bienestar, una estrategia de gobierno que comenzaba entonces a retroceder en Europa (frente a la nueva gubernamentalidad neoliberal). Pero el franquismo no alcanzara a legitimarse con esta estrategia biopoltica debido a su raqutico sistema de redistribucin de renta, al atraso en su dispositivo sanitario (cuyo proceso de socializacin fue escasamente redistributivo) y a la ausencia de los mnimos derechos y libertades polticas. El cambio de modelo econmico no supuso un aumento del gasto pblico y la creciente intensificacin y productividad del trabajo no condujo a un incremento significativo de los salarios. Se establecieron as los cimientos de una frgil biopoltica social, un raqutico Estado del Bienestar, subsidiario en gran parte de la iniciativa privada, cuyas consecuencias an hoy padecemos. El franquismo fue entonces incapaz de generar en la poblacin las formas de subjetivacin que permitieran el mantenimiento de su apoyo social, enfrentado a las crecientes resistencias que empezaban a generarse entre trabajadores y estudiantes, la revitalizacin de las subculturas polticas silenciadas y la posibilidad de abrir espacios de libertad en los que experimentar nuevas formas de ser y pensar. Adems, la nueva sociedad de consumo, generada por el nuevo desarrollo econmico, iniciara el desmantelamiento del modelo anterior, asctico y estoico, del homo patiens. Con la muerte agnica de Franco, como seal Foucault (1976), se representara simblicamente el choque entre dos sistemas de poder, el derecho soberano de vida y muerte sobre los sbditos (que tan cruelmente aplic el dictador hasta sus ltimos das), y un nuevo campo de poder sobre la vida, que intenta ordenarla y administrarla incluso ms all de la muerte (mantenindolo vivo cuando, biolgicamente, deba estar muerto).

Junto a las rupturas, conviene tambin atender a las continuidades y herencias de un pasado cuya violencia, material y simblica, ha dejado una herencia de desmovilizacin poltica, miedo y apata en ciertos sectores sociales. En qu grado -como advierte Salvador Cayuela- pervive an ese modo de subjetividad, el homo patiens, en la Espaa de hoy? Hasta qu punto dej huella en la construccin de nuestras identidades, nuestras actitudes, y cmo se ha distribuido en el espacio social? Hacer visibles y cuestionar las identidades recibidas nos permite proponer nuevas formas de subjetividad, replantear nuestra cultura poltica. El actual cuestionamiento de la Transicin poltica o las propuestas de un nuevo proceso constituyente son quizs reflejo de este debate. Las aportaciones de la perspectiva biopoltica a la interpretacin del franquismo, que se analizan inteligentemente en este libro, quizs puedan contribuir a esta tarea.

Jos Benito Seoane Cegarra.