Resume don Juan

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Lo más difícil de entender en este mundo es el impuesto sobre la renta. Albert Einstein. Las enseñanzas de don Juan. Basado en varios libros de Carlos Castaneda ; resumen de Alberto Merlano. Introducción a la obra de Carlos Castañeda. La verdadera defensa de una obra consiste en irritar y seducir la atención del lector con un texto que pueda leerse de muchas maneras. Una obra que dura -lo que llamamos clásico- es una que no cesa de producir nuevos significados. ¿Qué pensará Carlos Castaneda de la inmensa popularidad de sus libros? Probablemente se encogerá de hombros: un equívoco más en una obra que desde su aparición provoca el desconcierto y la incertidumbre. En la revista Time se publicó una extensa entrevista con Castañeda. Confieso que el "misterio de Castaneda" me interesa menos que su obra. El secreto de su origen -¿es peruano, brasileño o chicano?- me parece un misterio sin valor, sobre todo si piensa en los enigmas que nos proponen sus libros. El primero de ellos se refiere a su naturaleza: ¿antropología o ficción literaria?. Se dirá que mi pregunta es ociosa: documento antropológico o de ficción, el significado de la obra es el mismo. La ficción literaria es ya un documento etnográfico y el documento, como sus críticos más encarnizados lo reconocen, posee indudable valor literario. Si los libros de Castaneda son una obra de ficción literaria, lo son de una manera muy extraña: su tema es la derrota de la antropología y la victoria de la magia; si son obras de antropología, su tema no puede serlo menos: la venganza del "objeto" antropológico -un brujo- sobre el antropólogo hasta convertirlo en un hechicero: antropología. El tema del saber está ligado al del poder y ambos al de la metamorfosis: el hombre que sabe -el brujo- es el hombre de poder -el guerrero- y ambos, conocimiento y poder, son las llaves del cambio. La antropología se llevó a Castañeda a la hechicería y ésta a la visión unitaria del mundo. Los brujos no le enseñaron el secreto de la inmortalidad ni le dieron la receta de la dicha eterna: le devolvieron la vista. La sabiduría y la poesía de don Juan, y la destreza y la poesía de su escribano, nos dan una visión tanto de nosotros mismos como de la realidad. Como es apropiado en toda alegoría, lo que se ve está en quien contempla. Carlos Castaneda inició sus entrevistas con don Juan siendo estudiante de antropología en la Universidad de california, los Angeles. Estamos en deuda con él por su paciencia, su valor y su perspicacia al buscar y enfrentar la prueba de su doble aprendizaje y por informarnos de los detalles de sus experiencias. En sus obras demuestra la destreza

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Lo más difícil de entender en este mundo es el impuesto sobre la renta.Albert Einstein.

 

Las enseñanzas de don Juan.

Basado en varios libros de    Carlos Castaneda   ; resumen de Alberto Merlano.   

Introducción a la obra de Carlos Castañeda.La verdadera defensa de una obra consiste en irritar y seducir la atención del lector con un texto que pueda leerse de muchas maneras.Una obra que dura -lo que llamamos clásico- es una que no cesa de producir nuevos significados.¿Qué pensará Carlos Castaneda de la inmensa popularidad de sus libros? Probablemente se encogerá de hombros: un equívoco más en una obra que desde su aparición provoca el desconcierto y la incertidumbre. En la revista Time se publicó una extensa entrevista con Castañeda. Confieso que el "misterio de Castaneda" me interesa menos que su obra. El secreto de su origen -¿es peruano, brasileño o chicano?- me parece un misterio sin valor, sobre todo si piensa en los enigmas que nos proponen sus libros. El primero de ellos se refiere a su naturaleza: ¿antropología o ficción literaria?. Se dirá que mi pregunta es ociosa: documento antropológico o de ficción, el significado de la obra es el mismo. La ficción literaria es ya un documento etnográfico y el documento, como sus críticos más encarnizados lo reconocen, posee indudable valor literario.Si los libros de Castaneda son una obra de ficción literaria, lo son de una manera muy extraña: su tema es la derrota de la antropología y la victoria de la magia; si son obras de antropología, su tema no puede serlo menos: la venganza del "objeto" antropológico -un brujo- sobre el antropólogo hasta convertirlo en un hechicero: antropología.El tema del saber está ligado al del poder y ambos al de la metamorfosis: el hombre que sabe -el brujo- es el hombre de poder -el guerrero- y ambos, conocimiento y poder, son las llaves del cambio.La antropología se llevó a Castañeda a la hechicería y ésta a la visión unitaria del mundo. Los brujos no le enseñaron el secreto de la inmortalidad ni le dieron la receta de la dicha eterna: le devolvieron la vista.La sabiduría y la poesía de don Juan, y la destreza y la poesía de su escribano, nos dan una visión tanto de nosotros mismos como de la realidad. Como es apropiado en toda alegoría, lo que se ve está en quien contempla.

Carlos Castaneda inició sus entrevistas con don Juan siendo estudiante de antropología en la Universidad de california, los Angeles. Estamos en deuda con él por su paciencia, su valor y su perspicacia al buscar y enfrentar la prueba de su doble aprendizaje y por informarnos de los detalles de sus experiencias. En sus obras demuestra la destreza esencial de la buena etnografía: la capacidad de entrar en un mundo ajeno. Creo que ha encontrado un camino con corazón.

Octavio Paz.

 

Caminos con corazón

Cualquier opción es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir bajo él bajo ninguna condición. Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinaria. Sólo entonces sabrás que un camino es nada más que un camino, y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón de dice. Tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta. Es una pregunta que sólo se hace un hombre muy viejo. Mi maestro me habló de ella una vez cuando yo era joven y mi sangre era demasiado vigorosa para que yo la entendiera. Ahora si la entiendo. Te diré cual es: ¿tiene corazón este camino? Si la respuesta es no, tu mismo lo sabrás y deberás entonces escoger otro camino. Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ningún lado. Puedo decir que en mi propia vida he recorrido caminos largos, largos, pero no estoy en ninguna parte. Ahora tiene sentido la pregunta de mi benefactor. Si tiene corazón, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Aunque ningún camino lleve a ninguna parte, unos tienen corazón y otros no. Unos hacen gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. Otros te harán maldecir tu vida. Unos te hacen fuerte; otros te debilitan.

Cualquiera puede saber si un camino tiene corazón o no. El problema es que nadie se hace la pregunta y cuando uno por fin se da cuenta de que ha tomado un camino sin corazón, el camino está ya a punto de matarlo. En estas circunstancias muy pocos hombres puede pararse a considerar, y más pocos aún pueden dejar el camino.

El Egocentrismo

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Siempre amamos u odiamos a quienes son nuestro reflejo. Los seres humanos somos infinitamente más complejos y misteriosos que nuestras locas fantasías.

te ocupas demasiado de ti mismo. Ese es el problema; eso produce una tremenda fatiga.

Busca y ve las maravillas que te rodean. Te cansarás de mirarte a ti mismo. Descansa, olvídate de ti mismo, no tengas miedo de nada. Sólo entonces los poderes que nos guían, nos abren el camino y nos auxilian. Te importa demasiado querer a los otros o que te quieran a ti. Un hombre de conocimiento quiere, eso es todo. Quiere lo que se le antoja o a quien se le antoja. Confía en ti, no en mí.

El aliado.

Ser demasiado racional es una desventaja. Los seres humanos tenemos un sentido muy profundo de la magia. Somos parte de lo misterioso.

Un "aliado" es un poder que un hombre puede traer a su vida para que lo ayude, lo aconseje y le de fuerza necesaria para ejecutar acciones, grandes o pequeñas, justas o injustas. Este aliado es necesario para engrandecer la vida de un hombre, guiar sus actos y fomentar su conocimiento. De hecho, un aliado es la ayuda indispensable para saber. Un aliado nos hace ver y entender cosas sobre las que ningún ser humano podría jamás iluminarnos. un aliado es un poder capaz de llevar a un hombre más allá de sus propios límites.

La Ira.

¡Nunca me enojo con nadie! Ningún ser humano puede hacer nada lo bastante importante para enojarse. Uno se enoja con la gente cuando se siente que sus actos, los propios y los de los demás, son importante. Yo ya no siento eso.

El hombre de conocimiento

Podemos saber sin palabras o incluso sin pensamientos. El conocimiento y el lenguaje son cosas separadas.

Un hombre va al saber como a la guerra: bien despierto, con miedo, con respeto y con absoluta confianza. Ir en cualquier otra forma al saber o a la guerra es un error y quien lo cometa lamentará sus pasos.

Lo malo de hacer preguntas es que lo que queremos averiguar nunca se revela cuando uno lo pide.

Siempre que un hombre se propone aprender debe trabajar arduamente. Los límites de su aprendizaje están, sin embargo, determinados por su propia naturaleza. El hombre vive solo para aprender.

nada en este mundo es un regalo: todo cuanto hay que aprender debe aprenderse por el camino difícil.

Ser hombre de conocimiento no es un fin, es un proceso. Uno no es nunca en realidad un hombre de conocimiento. Más bien, uno se hace hombre de conocimiento por instantes muy cortos.

Cuando un hombre empieza a aprender, nunca sabe lo que va a encontrar. Su propósito es obscuro; su intención es vaga. Espera recompensas que nunca llegarán, pues no sabe nada de los trabajos que cuesta aprender.

Pero uno aprende así, poquito a poquito al comienzo, luego más y más. Lo que se aprende no es nunca lo que uno creía. Y así comienza a tener miedo. Cada paso del aprendizaje es un problema y el miedo empieza a crecer sin misericordia, sin ceder.

Y así ha tropezado con el primero de sus enemigos naturales: ¡el miedo!. Un enemigo terrible: traicionero y enredado. Se queda oculto en cada recodo del camino, acechando, esperando. Si el hombre, aterrado en su presencia, echa a correr, su enemigo habrá puesto fin a su búsqueda.

No hay nada malo en tener miedo. Cuando uno teme, ve las cosas en forma distinta. Una de las fuerzas más grandes en la vida es el miedo pues nos impulsa a aprender.

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Al hombre que corre por miedo nada le pasa, sólo que jamás aprenderá. Nunca llegará a ser hombre de conocimiento; llegará a ser hombre inofensivo, asustado; de cualquier modo, será un hombre vencido. Su primer enemigo habrá puesto fin a sus ansias de saber.

La respuesta para superar el miedo es muy sencilla. No debes correr. Debes desafiar a tu miedo y pese a él debes dar el siguiente paso en tu aprendizaje, y el siguiente, y el siguiente. Debes estar lleno de miedo, pero no debes detenerte. ¡Esa es la regla! Y llega un momento en que tu primer enemigo se retira. El hombre empieza a sentirse seguro de sí. Su propósito se fortalece. Aprender no es ya una tarea aterradora, ocurre poco a poco; y, sin embargo, el miedo se conquista rápido y de repente.

Una vez que el hombre ha conquistado el miedo, está libre por el resto de su vida, porque cambio del miedo ha adquirido la claridad: una claridad de mente que borra el miedo. Para entonces, un hombre conoce sus deseos y sabe satisfacerlos. Puede prever los nuevos pasos del aprendizaje, y una claridad nítida lo rodea todo. Siente que nada está oculto.

"Y así ha encontrado a su segundo enemigo: ¡la claridad!. Esa claridad de mente, tan difícil de obtener, dispersa el miedo, pero también ciega.

Fuerza al hombre a no dudar nunca de sí. Le da la seguridad de que puede hacer cuanto se le antoje, porque todo lo que ve lo ve con claridad. Y tiene valor porque tiene claridad, y no se detiene ante nada. Por todo eso es un error; es como si viera algo claro pero incompleto. Si el hombre se rinde a esa ilusión de poder, ha sucumbido a su segundo enemigo y ser para aprender. Se apurará cuando debía ser paciente, o será paciente cuando debería apurarse. Y tonteará con el aprendizaje, hasta que termine incapaz de aprender nada más.

Si un hombre es derrotado por su segundo enemigo parará en seco sus intentos de hacerse hombre de conocimiento; en vez de eso, puede volverse un guerrero impetuoso, o un payaso. Pero la claridad que tan caro ha pagado no volverá a transformarse en oscuridad y miedo. Será claro mientras viva, pero ya no aprenderá ni ansiará nada más.

Para evitar la derrota debe hacer lo que hizo con el miedo: desafiar su claridad y usarla sólo para ver, y esperar con paciencia y medir con tiento antes de dar otros pasos; debe pensar, sobre todo, que su claridad es casi un error y vendrá un momento en que comprenda que ella era sólo un punto delante de sus ojos. Así habrá vencido a su segundo enemigo y llegará a una posición donde nada puede ya dañarlo. Esto no será un error ni tampoco una ilusión.

Ve claro y parejo todo cuanto hay alrededor. Pero también ha tropezado con su tercer enemigo: ¡el poder!. Puede hacer con él lo que se le antoje. Su aliado está a sus órdenes. Su deseo es la regla.

El poder es el más fuerte de todos los enemigos. Y naturalmente, lo más fácil es rendirse; después de todo, el hombre es de veras invencible. El manda; empieza tomando riesgos calculados y termina haciendo reglas, porque es el amo del poder.

Un hombre en esta etapa apenas advierte que su tercer enemigo se cierne sobre él. Y de pronto, sin saber, habrá sin duda perdido la batalla. Su enemigo lo habrá transformado en un hombre cruel, caprichoso.

Nunca perderá, sin embargo, su claridad ni su poder.

Un hombre vencido por el poder muere sin saber realmente como manejarlo.

El poder es sólo una carga sobre su destino. Un hombre así no tiene dominio de sí mismo, ni puede decidir como ni cuando usar su poder.

Una vez que un hombre se rinde, está acabado.

Pero si el poder lo ciega temporalmente y luego él lo rechaza, quiere decir que la batalla sigue, que todavía está tratando de volverse hombre de conocimiento. Un hombre está vencido sólo cuando ya no lucha y se abandona.

Para vencer a su tercer enemigo: el poder, tiene que desafiarlo, con toda intención. Tiene que llegar a darse cuenta de que el poder que aparentemente ha conquistado no es nunca suyo en verdad. Debe tenerlo a raya a todas horas, manejando con tiento y con fe todo lo que ha aprendido. Si puede ver que, sin control sobre sí mismo, la claridad y 

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el poder son peores que los errores, llegará a un punto en el que todo se domina. Entonces sabrá cómo y cuándo usar su poder. Y así habrá vencido a su tercer enemigo.

El hombre estará, para entonces, al fin de su travesía por el camino del conocimiento, y casi sin advertencia tropezará con su último enemigo: ¡la vejez!. Este enemigo es el más cruel de todos, el único al que no se puede vencer por completo; el enemigo al que solamente podrá ahuyentar por un instante.

Este es el tiempo en que un hombre ya no tiene miedos, ya no tiene claridad impaciente; un tiempo en que todo su poder está bajo control, pero también el tiempo en que se siente un deseo constante de descansar. Si se rinde por entero a su deseo de acostarse y olvidar, si se arrulla en la fatiga, habrá perdido el último asalto, y su enemigo lo reducirá a una débil criatura vieja. Su deseo de retirarse vencerá todo su conocimiento, su claridad y su poder.

Pero si el hombre se sacude el cansancio y vive su destino hasta el final, pude entonces ser llamado hombre de conocimiento, aunque sea tan solo por esos momentitos en que logra ahuyentar al último enemigo, el enemigo invencible. Esos momentos de claridad, poder y conocimiento son suficientes.

El guerrero

El modo más efectivo de vivir es como guerrero. Peocúpate y piensa antes de hacer cualquier decisión, pero una vez que la hagas, echa a andar libre de preocupaciones y de pensamientos; todavía hay un millón de decisiones que te esperan. Ese es el modo de ser guerrero.

Mi maestro decía que cuando un hombre se embarca en los caminos de la brujería, poco a poco se va dando cuenta de que la vida ordinaria ha quedado atrás para siempre; de que el conocimiento es en verdad algo que da miedo; de que los medios del mundo ordinario ya no le sirven de sostén y de que sí desea sobrevivir debe adoptar una nueva forma de vida. Lo primero que debe hacer, en ese punto, es querer llegar a ser guerrero, un paso y una decisión muy importantes. La aterradora naturaleza del conocimiento no le importa a uno otra alternativa que la de llegar a serlo.

El brujo como guerrero

Nada está pendiente en el mundo. Nada está terminado, pero nada está sin resolver.

El mundo está en verdad lleno de cosas temibles, y nosotros somos criaturas indefensas rodeadas por fuerzas que son inexplicables e inflexibles.

El hombre común, en su ignorancia, cree que se puede explicar o cambiar esas fuerzas; no sabe realmente cómo hacerlo, pero espera que las acciones de la humanidad las expliquen o las cambien tarde o temprano. El brujo, en cambio, no piensa en explicarlas ni en cambiarlas; en vez de ello, aprende a usar esas fuerzas, adaptándose a la dirección de las mismas. Ese es su truco. La brujería no es gran cosa cuando le hallas el truco. Un brujo apenas anda mejor que un hombre de la calle. la brujería no lo ayuda a vivir una vida mejor; de hecho yo diría que le estorba, le hace la vida incómoda, precaria. La brujería es la habilidad de usar otros campos de energía que son necesarios para percibir el mundo que conocemos. La brujería es un estado de conciencia. La brujería es la habilidad de percibir lo que la percepción común no puede captar.

Al abrirse al conocimiento, un brujo se hace más vulnerable que el hombre común. Por un lado, sus semejantes lo odian y le temen y se esfuerzan por acabarlo; por otro lado, las fuerza inexplicables e inflexibles que a todos nos rodean son para el brujo la fuente de un peligro todavía mayor. Un brujo, al abrirse al conocimiento pierde sus resguardos y se hace presa de tales fuerzas y sólo tiene un medio de equilibrio: su voluntad; por eso debe sentir y actuar como un guerrero. Te lo repito una vez más : sólo como guerrero es posible sobrevivir en el camino del conocimiento. Lo que ayuda a un brujo a vivir una vida mejor es la fuerza de ser guerrero.

La vida del guerrero

En su vida cotidiana, el guerrero escoge seguir el camino con corazón es lo que diferencia al guerrero del hombre común. El guerrero sabe que un camino tiene corazón cuando es uno con él, cuando experimenta gran paz y placer al recorrerlo.

Puedes ir a donde se te antoje, pero debes aceptar la entera responsabilidad de ese acto. Un guerrero vive su vida estratégicamente. Sólo asiste a una fiesta o a una reunión, en caso de que su estrategia lo pida. Eso significa, desde luego, que tiene dominio total y realiza todos los actos que considera necesarios.

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Los guerreros eligen su campo de batalla. Un guerrero sólo entra en batalla cuando sabe todo lo que puede acera del campo de lucha.

Sólo como guerrero se puede sobrevivir en el camino del conocimiento.

Porque el arte de guerrero es equilibrar el terror de ser hombre con el prodigio de ser hombre. un guerrero consciente del insondable misterio que lo rodea y consciente de su deber de tratar de descifrarlo, toma su legítimo lugar entre los misterios y el mismo se considera uno de ellos.

Te he oído decir una y otra vez que siempre estás dispuesto a morir. No considero necesario ese sentimiento. Me parece una entrega inútil. Un guerrero sólo debe estar preparado para la batalla.

Un guerrero solo piensa en su muerte cuando las cosas pierden claridad, porque la idea de la muerte es lo único que templa nuestro espíritu.

Un guerrero toma su suerte, sea la que sea, y la acepta con la máxima humildad. Se acepta con humildad así como es, no como base para lamentarse, sino como base para su desafío y su lucha.

Ser guerrero no es el simple asunto de no más querer serlo. Es más bien una lucha interminable que seguirá hasta el último instante de nuestras vidas. Nadie nace guerrero, exactamente igual que nadie nace siendo un ser razonable. Nosotros nos hacemos lo uno o lo otro.

Sólo como guerrero puede uno soportar el camino del conocimiento. Un guerrero no puede quejarse ni lamentar nada. Su vida es un desafío interminable, y no hay modo de que los desafíos sean buenos o malos. los desafíos son simplemente desafíos.

La diferencia básica entre un hombre común y un guerrero es que un guerrero toma todo como un desafío, mientras un hombre ordinario toma todo como una bendición o una maldición del cielo.

Un guerrero debe ser fluido y debe variar en armonía con el mundo que lo rodea, ya sea el mundo de la razón o el mundo de la voluntad.

El secreto de un guerrero es que él cree sin creer. pero, por los visto, un guerrero no puede nada más que decir que cree y dejar allí las cosas. Eso sería demasiado fácil. Creer no más que por creer lo libraría de examinar su situación. Cuando un guerrero tiene por fuerza que creer, lo hace porque así lo escoge, como expresión de su predilección más íntima. un guerrero no cree; un guerrero tiene que creer. Un guerrero elige creer de acuerdo con su predilección íntima. Creer es lo de menos, tener que creer es otra cosa.

Uno de los actos de un guerrero es no dejar que nunca lo afecte nada. El control del guerrero tiene que se impecable.

En la vida del guerrero sólo hay una cosa, un único asunto que en realidad no está debido: qué tan lejos puede uno avanzar en la senda del conocimiento y el poder.

Cuando se enfrentan una fuerza superior con la que no pueden lidiar, los guerreros se retiran por un momento. Dejan que sus pensamientos corran libremente. Se ocupan de otras cosas. Cualquier cosa puede servir.

El total y el Nagual.El camino del guerrero es armonía: la armonía entre las acciones y las decisiones, al principio, y luego la armonía entre el total y el nagual.Al guerrero se le debe enseñar a estar totalmente vacío antes de que pueda siquiera concebir el ser testigo del nagual.Hay que barrer la isla del tonal y mantenerla limpia. Es la única alternativa que tiene el guerrero. una isla limpia no ofrece resistencia; es como si allí no hubiera nada.El tonal es el organizador del mundo. El hombre común lo llama realidad, racionalidad, sentido común. Quizá la mejor forma de describir su obra monumental, es decir que en sus hombros descansa la tarea de poner en orden el caos del mundo. no es un absurdo sostener, como lo hacen los brujos, que todo cuanto sabemos y hacemos como hombres, es obra del tonal.

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El tonal es todo cuanto conocemos, y eso no sólo nos incluye a nosotros, como personas, sino a todo lo que han en nuestro mundo. Puede decirse que el tonal es todo cuanto salta a la vista.

Lo empezamos a cuidar desde el momento de nacer. En el instante en que tomamos la primera bocanada de aire, también ese mismo aire es poder para el tonal. Así que, es muy apropiado decir que el tonal de un ser humano está ligado íntimamente a su nacimiento.

Debes recordar este punto, Es de gran importancia para entender todo esto.

El tonal empieza en el nacimiento y acaba en la muerte.

El nagual es la parte de nosotros mismos con la cual nunca tratamos, lo mágico, lo misterioso. El reino cuya llave es la voluntad.

¡El hombre es sólo mente!

Al comienzo, uno tiene que hablarle al tonal. El tonal es el que debe ceder el control. La tarea es entonces convencer al tonal de que se haga libre y fluido.

Una vez que el hombre ha sido empujado y su tonal se encoge, su nagual, si es que ya está en movimiento, por más pequeño que sea este movimiento, toma las riendas y realiza hazañas extraordinarias.

Tu tonal debe convencerse con razones, tu nagual con acciones, hasta que cada uno apuntale al otro. Como te he dicho, el tonal gobierna, pero así y todo es muy vulnerable. El nagual, en cambio, nunca, o casi nunca, actúa; pero cuando lo hace, aterra al tonal.

Cuando estés en el mundo del tonal, debes ser un tonal impecable; ahí no hay tiempo para asuntos irracionales. Pero cuando actúes en el mundo del nagual, también debes ser impecable; ahí no hay tiempo para asuntos racionales.

El hombre renunció al conocimiento silencioso del nagual por el mundo de la razón del tonal. Cuando más se aferra al mundo de la razón, más tenue se vuelve su conocimiento silencioso.

Sólo puede llegarse a la totalidad de uno mismo cuando uno tiene bien entendido que el mundo es simplemente una visión, sin importar que esa visión pertenezca a un hombre común o a un brujo.

No hay modo de llegar a la explicación de los brujos a menos que uno haya usado voluntariamente el nagual, o mejor dicho, a menos que uno haya usado voluntariamente el tonal para dar sentido a las propias acciones que uno ejecute en el nagual. Otra manera de aclarar todo esto es decir que la visión del tonal debe prevalecer si uno quiere usar el nagual como lo usan los brujos.

Tu razón tal vez incluso admita, a estas alturas, que hay otro centro de ensamble: la voluntad, a través de la cual es posible juzgar, calcular y utilizar los extraordinarios efectos el nagual. Podemos reflejar al nagual a través de la voluntad.

El último trozo de la explicación de los brujos dice que la razón no hace sino reflejar un orden externo, y que la razón no sabe nada de ese orden; no puede explicarlo, como tampoco puede explicarlo el nagual. La razón solo puede atestiguar los efectos del tonal, pero jamás podría comprenderlo o deshilvanarlo. El hecho mismo de que estemos pensando y hablando indica que hay un orden que seguimos sin siquiera saber como lo hacemos, o cuál es el es orden ese.

Un guerrero no debe dejar nada librado al azar, un guerrero es realmente capaz de alterar el curso de los sucesos, valiéndose

del poder de su voluntad y de la inflexibilidad de su propósito.

La libertad

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La libertad es como una enfermedad contagiosa. Quizá la gente no la aprecie, pero eso se debe a que no quiere ser libre. La libertad es aterradora. Resulta correcto decir que la libertad significa conciencia total. Un guerrero es alguien que busca la libertad. La tristeza no es libertad. Tenemos que quitárnosla de encima. Cortar nuestras cadenas es algo maravilloso, pero también algo muy fastidioso porque nadie quiere ser libre.

El digno adversario

Uno tiene que ser completamente humilde y no cargar nada que uno tenga que defender, ni siquiera su propia persona; la persona de uno debe protegerse, pero no defenderse.

Yo diría que lo mejor de nosotros siempre sale a flote cuando estamos de espaldas contra la pared, cuando sentimos que la espada se cierne sobre nuestra cabeza. En lo personal, yo prefiero ese estado y no viviría de ningún otro modo.

A estas alturas es cuando el maestro coloca su trampa más artera, al adversario que vale la pena. Esta trampa tiene dos propósitos. Primero, hace que el maestro atrape a su aprendiz; y segundo, hace que el aprendiz tenga un punto de referencia para su uso. La trampa es una maniobra que trae a la arena al adversario que vale la pena. Sin la ayuda de un adversario así, que no es en realidad un enemigo sino un adversario totalmente dedicado, el aprendiz no tiene posibilidad de continuar en la senda del conocimiento. El mejor de los hombres saldría volado a estas alturas si de el dependiera la decisión.

Es debido, entonces, a los actos de un adversario que vale la pena, que el aprendiz puede quedar hecho pedazos o cambiar radicalmente.

El maestro usa al adversario para forzar al aprendiz a hacer la decisión de su vida. El aprendiz debe escoger entre el mundo del guerrero y su mundo ordinario. Pero no hay decisión posible si el aprendiz entiende lo que tiene que decidir; por eso, el maestro debe tener una actitud enteramente paciente y comprensiva y debe guiar al aprendiz, con mano firme, a que elija el mundo y la vida del guerrero.

La Locura controlada

Es posible insistir, insistir como es debido, aunque sepamos que lo que hacemos no tiene caso. Pero primero debemos saber que nuestros actos son inútiles, y luego proceder como si lo supiéramos. Eso es la locura controlada del brujo.

Una vez que un hombre aprende a ver, se halla solo en el mundo, sin nada más que su locura controlada.

Nuestra suerte como hombres es aprender, para bien o para mal. Yo he aprendido a ver y te digo que nada importa en realidad ahora te toca a ti. A lo mejor algún día verás y sabrás si las cosas importan o no. Para mí nada importa, pero es posible que para ti importe todo. Ya deberías saber a estas alturas que un hombre de conocimiento, un guerrero, vive de actuar, no de pensar en actuar.

Por eso un hombre de conocimiento elige un camino con corazón y lo sigue y luego mira y se regocija y ríe; y luego ve y sabe. Sabe que su vida se acabará en un abrir y cerrar de ojos; sabe que él, así como todos los demás, no va a ninguna parte; sabe, porque ve, que nada es más importante que lo demás. En otras palabras, un hombre de conocimiento no tiene honor, ni dignidad, ni familia, ni nombre, ni tierra, solo tiene vida que vivir y en tal condición, su único vínculo con sus semejantes es su locura controlada. Así un hombre de conocimiento se esfuerza, y suda y resuella, y si uno lo mira es como cualquier hombre común, excepto que la locura de su vida está bajo su control. Como nada le importa, un hombre de conocimiento escoge cualquier acto y lo actúa como si le importara. Su locura controlada lo lleva a decir que lo que él hace importa y a actuar como si importara y sin embargo él sabe que no importa; de modo que, cuando completa sus actos se retira en paz, sin pena ni cuidado de que sus actos fueran buenos o malos, o tuvieran efecto o no.

La percepción

La gente no entiende a causa de esa costumbre que tiene que pensar así como mira y de mirar así como piensa

El mundo es así-y-así o así-y-asá sólo por que nos decimos a nosotros mismos que esa es su forma. Si dejamos de decirnos que el mundo es así-y-asá el mundo deja de ser así-y-asá. En este momento no creo que estés listo para un golpe tan enorme; por eso debes empezar despacio a deshacer el mundo.

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Cuando terminamos de hablar con nosotros mismos, el mundo es siempre como debería ser. lo renovamos, lo llenamos de vida, los sostenemos con nuestra conversación interna. No sólo eso, sino, que también escogemos nuestros caminos al hablarnos a nosotros mismos. De allí que repetimos las mismas decisiones una y otra vez hasta el día en que nos morimos, porque seguimos repitiendo la misma conversación interna. un guerrero se da cuenta de que el mundo cambiará tan pronto como deje de hablarse así mismo y debe estar preparado para esa sacudida monumental.

Un guerrero percibe esto y lucha por parar su habladuría. Este es el último punto que debes saber si quieres vivir como guerrero.

Para dejar de hablar consigo mismo antes que nada se debe usar los oídos a fin de quitar a los ojos parte de la carga. Desde que nacimos hemos estado usando los ojos para juzgar al mundo. hablamos a los demás, y nos hablamos a nosotros mismos acerca de lo que vemos. Un guerrero se da cuenta de esto y escucha los sonidos del mundo. Escuchar los sonidos del mundo debe hacerse armoniosamente y con gran paciencia.

Para un brujo, el mundo de la vida cotidiana no es real no está allí, como nosotros creemos. Para un brujo, la realidad, o el mundo que todos conocemos, es solamente una descripción sobre lo que existe consenso.

Lo que la mente consideraba al mundo inmediato es solo una percepción del mismo que se nos ha inculcado desde el momento en que nacemos.

Todo el que entra en contacto con un niño es un maestro que le describe incesantemente el mundo, hasta el momento en que el niño es capaz de percibirlo según se lo describen.

No guardamos recuerdo de aquel proceso portentoso, simplemente porque ninguno de nosotros podía haber tenido ningún punto de referencia para compararlo con cualquier otra cosa. la descripción del mundo se hace definitiva cuando el niño es capaz de llevar a cabo las interpretaciones perceptuales adecuadas que validan la descripción ajustándose a ella.La realidad de nuestra vida diaria consiste en un fluir interminable de interpretaciones perceptuales que nosotros, como individuos, hemos aprendido a realizar en común.La idea de que las interpretaciones perceptuales configuran el mundo es congruente con el hecho de que corren sin interrupción y rara vez, o nunca, se ponen en tela de juicio. De hecho, la realidad del mundo que conocemos se da a tal grado por sentada que la premisa básica de la brujería. La de que nuestra realidad apenas una de muchas descripciones, difícilmente podría tomarse como una proposición seria.La dificultad para comprender los conceptos y los métodos de la brujería derivan del hecho de que las unidades de descripción del mundo de los brujos son ajenas e incompatibles con las de las personas comunes y corrientes.Los hombres y todos los otros seres que hay sobre la tierra somos perceptores. Nuestro error es creer que la única percepción digna de reconocerse es a que pasa por nuestra razón es solo un centro y que no debería dársele tanta importancia.

Estar preparado para la explicación de los brujos es algo muy difícil de lograr. No debería serlo, pero insistimos en entregarnos a la visión del mundo que hemos tenido toda la vida.

El mundo que nos rodea no es en realidad como pensamos que es.

Pensamos que es un mundo de objetos y no lo es.

Las conclusiones a las que llegamos mediante el razonamiento tienen muy poca o ninguna influencia para alterar el curso de nuestras vidas. De ahí los incontables ejemplos de personas poseedoras de las más claras convicciones que, sin embargo actúan diametralmente en contra de ellas una y otra vez.

El mundo es tal como parece y sin embargo no lo es. No es tan sólido y real como nuestra percepción nos ha llevado a creer, pero tampoco es un espejismo. No es una ilusión; es real, por una parte es irreal por otra.

Nosotros percibimos. Este es un hecho innegable, pero lo que percibimos no es un hecho, porque aprendemos qué percibir. Nuestros sentidos perciben como lo hacen porque una característica específica de nuestra conciencia de ser los obliga a hacerlo así.

No hay brujería, no hay mal, ni demonios. Sólo existe la percepción.

La demandas del águila

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Los seres vivientes existen solamente para acrecentar la conciencia del ser. Los videntes dicen que debido a nuestra conciencia de ser, nosotros pensamos que nos rodea un mundo de objetos. Pero lo que en realidad nos rodea son las emanaciones del águila, fluidas, siempre en movimiento, y sin embargo inalterables, eternas El águila crea seres conscientes a fin de que vivan y enriquezcan la conciencia que les da con la vida. También es el águila quien devora esa misma conciencia de ser, enriquecida por las experiencias de la vida, después de hacer que los seres conscientes se despojen de ella, en el momento de la muerte.

Los seres conscientes viven solo para acrecentar la conciencia de ser.

Las emanaciones del águila son una cosa en sí misma, inmutable, que abarca todo lo que existe, lo que se puede y no se puede conocer. Nosotros utilizamos esas emanaciones y la interpretamos como la realidad, pero lo que el hombre capta es una parte tan pequeña de las emanaciones del águila que resultaría ridículo dar tanto crédito a nuestras percepciones, y sin embargo no es posible pasarlas por alto.

La Voluntad

Nosotros, los hombres, nacemos con dos anillos de poder, pero sólo usamos uno para crear el mundo. Ese anillo que se engancha al muy poco tiempo que nacemos, es la razón, y su compañera es el habla. Ente los dos urden y mantienen el mundo del tonal.

El secreto es que tenemos otro anillo de poder que nunca usamos, la voluntad, llave del mundo del nagual. El truco del brujo es el mismo truco del hombre común. ambos tienen una descripción: uno, el hombre común, la sostiene con su razón; el otro, el brujo, la sostiene con su voluntad. Ambas descripciones tienen sus reglas y las reglas se perciben, pero la ventaja del brujo es que la voluntad abarca más que la razón:

La voluntad es algo muy especial. Ocurre misteriosamente. No hay en realidad manera de decir cómo la usa uno, excepto que los resultados de usar la voluntad son asombrosos. Acaso lo primero que se debe hacer es saber que uno la puede desarrollar.

La voluntad es lo que puede darte el triunfo cuando tus pensamientos te dicen que estás derrotado. La voluntad es lo que te hace invulnerable. La voluntad es lo que manda a un brujo a través de una pared, a través del espacio, la luna, si él lo quiere.

Lo que generalmente se llama voluntad es carácter y disposición fuerte. Lo que un brujo llama voluntad es un poder que viene de dentro y se prende al mundo de afuera.

La brujería es aplicar la voluntad a una coyuntura clave. La brujería es interferencia. Un brujo busca y encuentra la coyuntura clave de cualquier cosa que quiera afectar y luego aplica allí su voluntad. Un brujo no tiene que ver para ser brujo; nada más necesita saber usar su voluntad.

Sólo los brujos cultivan la "voluntad". Les llega envuelta en el misterio y les da la capacidad de realizar prodigios extraordinarios.

Esfuérzate por percibir si lo que sostiene la descripción de tu mundo es tu razón o tu voluntad. Yo siento, por cierto, que esa es la única manera de usar el mundo diario: como un desafío y como un vehículo para acumular suficiente poder personal, a fin de llegar a la totalidad de uno mismo*.

Lo que se necesita para que la magia pueda apoderarse de nosotros es borrar nuestras dudas. Una vez que las dudas desaparecen todo es posible. Si logramos borrar las dudas podremos entrar en el reino donde los milagros son cosas de todos los días.

La victoria y la derrota

Por qué pedimos que alguien nos guíe si podemos hacerlo nosotros mismos?

Estar victorioso o estar derrotado son la misma cosa. El espíritu de un guerrero no está preparado para la entrega y la queja, ni para ganar o perder.*Lo que canaliza la energía de nuestro ser total, para producir cualquier cosa que pueda hallarse dentro de los límites de lo posible es conocido como voluntad. Don Juan no podía decir cuáles eran esos límites, salvo que nuestro alcance es tan amplio que resulta vano tratar de establecer límites, de modo que nuestra energía puede 

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transformase en cualquier cosa mediante la voluntad.Es espíritu de un guerrero solo está preparado para la lucha, y cada lucha es la última batalla del guerrero sobre la tierra. De allí que el resultado le importe poco. En su última batalla sobre la tierra, el guerrero deja fluir su espíritu libre y claro, y mientras libra su batalla, sabiendo que su voluntad es impecable, el guerrero ríe.

Borrar la historia personal.Debes, entre otras, borrar tu historia personal.Empieza por lo fácil, como no revelar lo que verdaderamente haces. Luego debes dejar a todos los que te conozcan bien. así construirás una niebla en tu alrededor.

Lo malo es que, una vez que te conocen, te da por hecho, y desde ese momento no puedes ya romper el alzo de sus pensamientos. A mi en lo personal me gusta la libertad ilimitada de ser desconocido. Nadie me conoce con certeza constante, como te conocen a ti. Los guerreros se preparan para tener conciencia, y la conciencia total solo les llega cuando ya no queda en ellos nada de importancia personal. Sólo cuando son nada se convierten en todo.

La importancia personal es nuestro mayor enemigo. Aquello que nos debilita es sentirnos ofendidos por los hechos de nuestros semejantes. Nuestra importancia personal requiere que pasemos la mayor parte de nuestras vidas ofendidos con alguien. Sin importancia persona somos invulnerables.

El pinche tirano

Un pinche tirano es un torturador. Alguien tiene el poder de acabar con los guerreros, o simplemente les hace la vida imposible. Los pinches tiranos nos enseñan a ser imparciales e indiferentes, ayudándonos a eliminar la importancia personal.

El guerrero que se topa con un pinche tirano es un guerrero afortunado. Si no tienes la suerte de encontrar a uno en tu camino tienes que salir a buscarlo. nada puede templar tan bien el espíritu de un guerrero como el tratar con personas imposibles en posiciones de poder. Sólo bajo esas circunstancias pueden los guerreros adquirir la sobriedad y la serenidad necesarias para ponerse frente a lo que no se puede conocer.

El ingrediente perfecto para producir un soberbio guerrero es un pinche tirano con prerrogativas ilimitadas. Desgraciadamente en nuestros días, los guerreros tienen que llegar a extremos para encontrar un pinche tirano que valga la pena. La mayor parte del tiempo tienen que conformarse con insignificancias.

Don Juan explicó que el error de cualquier persona que se enfrenta a un pinche tirano es tomar demasiado en serio los sentimientos propios, así como las acciones de los pinches tiranos. Los guerreros deben estar libres de importancia personal. Lo que acaba con la importancia personal es comprender que la realidad es una interpretación que hacemos. los pinches tiranos toman mortalmente en serio, mientras los guerreros,no. Lo que generalmente nos agota es una situación como esta es el deterioro que sufre nuestra importancia personal. Nos despedazamos cuando nos hacen sentir inútiles y estúpidos. El afinar el espíritu cuando alguien te pisotea se llama control.

La muerte como una consejera.

La muerte es la única consejera sabia que tenemos. Cada vez que sientas que todo está saliendo mal y estás a punto de ser aniquilado, vuélvete hacia ella y pregúntale si es cierto. la muerte te dirá que te equivocas; que nada importa en realidad más que su toque y que todavía no te ha tocado. Nuestro error más costoso es permitirnos no pensar en la muerte. Es como si creyéramos que, al no pensar en ella, nos vamos a proteger de sus efectos. Sin una visión clara de la muerte, no hay orden, no hay sobriedad, no hay belleza. No tenemos ninguna otra certeza sino la de morir. Saber estos nos da el valor de tener paciencia sin dejar de actuar sobretodo a no entregarnos a la importancia personal. La muerte no es un enemigo, aunque así lo parezca. La muerte no es nuestra destructora aunque así lo pensemos. la vida es el proceso mediante el cual la muerte nos desafía. la muerte es la fuerza activa. La vida es sólo el medio, el ruedo y en ese ruedo hay únicamente dos contrincantes a la vez: la muerte y uno mismo.

Sin pensamos acerca de la vida en término de horas y no de años, nuestra vida es inmensamente larga. Aun en términos de días, la vida es interminable.

Hacerse responsable

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Cuando un hombre decide hacer algo, debe ir hasta el fin, pero debe aceptar responsabilidad por lo que hace. hagas lo que hagas, primero debes saber por qué lo haces, y luego seguir adelante con tus acciones sin tener dudas ni remordimientos acerca de ellas.

El manejo del tiempo.

Siempre te sientes obligado a explicar tus actos, como si fueras el único hombre que se equivoca en la tierra. Es tu viejo sentimiento de importancia. tienes demasiada; también tienes demasiada historia personal. Por otra parte, no te haces responsable de tus actos; no usas tu muerte cono consejera y, sobre todo, eres demasiado accesible.No tienes tiempo. Esa es la desgracia de los seres humanos. Ninguno de nosotros tiene tiempo suficiente.Tu continuidad solo te hace tímido. Tus actos no pueden de ninguna manera tener el gusto, el poder, la fuerza irresistible de los actos realizados por un hombre que sabe que está librando su última batalla sobre la tierra. En otras palabras, tu continuidad no te hace feliz ni poderoso.Pon tu atención en el hecho de que no tienes tiempo y deja que tus actos fluyan de acuerdo con eso. Que daca uno de ellos sea tu última batalla sobre la tierra.Cultiva el abandono, la frialdad y la audacia. En otras palabras, sé impecable.

El poder.El poder es un asunto muy peculiar. No puedo decir con exactitud lo que realmente es. Es un sentimiento que uno tiene sobre ciertas cosas.Si vas juntando poder, tu cuerpo puede realizar hazañas increíbles.Par tener poder, hay que vivir con poder.El poder personal es un estado de conciencia. algo como tener suerte. O podríamos llamarlo un estado de ánimo. El poder personal es algo que uno adquiere sin importar su propio origen. Un guerrero es un cazador de poder y te estoy enseñando a cazarlo y guardarlo.Para lograr la hazaña de sentirnos desdichados, se debe trabajar en forma muy intensa y es absurdo el que nunca nos demos cuenta de que lo mismo podíamos trabajar para sentirnos completos y fuertes.

El chiste está en lo que uno recalca, o nos hacemos infelices o nos hacemos fuertes. La cantidad de trabajo es la misma.

El aprieto del hombre moderno es que intuye sus recuerdos ocultos pero no se atreve a usarlos.

Parar el mundo.

Don Juan declaraba que para llegar a "ver" primero era necesario "parar el mundo". La frase "parar el mundo" era en realidad una buena expresión de ciertos estados de conciencia en los cuales la realidad de la vida cotidiana se altera porque el fluir de la interpretación, que por lo común corre ininterrumpido, ha sido detenido por un conjunto de circunstancias ajenas a dicho fluir.

Cambiar nuestra idea del mundo es la clave de la brujería, y la única manera de lograrlo es para el diálogo interno.

Suspender el diálogo interno implica algo más que sólo reprimir las palabras que uno dice a si mismo. Todos los procesos intelectuales deben detenerse, y uno se siente como suspendido, flotando.

Cada vez que el dialogo cesa, el mundo se desploma y salen a la superficie facetas extraordinarias de nosotros mismos, como si nuestras palabras las hubieran tenido bajo guardia. Eres como eres porque te dices a ti mismo que eres así.

La clave la brujería es el diálogo interno; esa es la llave que abre todo. Cuando un guerrero aprende a pararlo, todo se hace posible; se logran los planes más descabellados. Es la llave del mundo de los brujos. El resto de las actividades son solo apoyos; lo único que hacen es acelerar el efecto de parar el diálogo interno.

Una vez se logra el silencio, todo es posible. Para parar el diálogo interno hay que decretarlo con la fuerza de la voluntad. El diálogo interno termina de la misma manera como empieza: mediante un acto de voluntad.

El único modo de pensar con claridad es no pensar en absoluto.

Nunca supimos que el observar era el camino para concentrar la segunda atención.

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Don Juan aseguraba que la observación de las hojas fortificaba la segunda atención. Si observas una pila de hojas durante horas, como él solía obligarme a hacer, los pensamientos llegan a silenciarse. Sin pensamientos, la atención del tonal mengua y, súbitamente, la segunda atención se prende a las hojas y las hojas pasan a ser algo más. El llamaba al momento en que la segunda atención se detiene en algo "parar el mundo". Y eso es exacto: el mundo se detiene.

Hay que sentarse en el suelo, sobre un rimero de hojas secas o un cojín de fibras naturales. La espalda debe apoyarse en un árbol, un tocón o una piedra lisa. Es necesario estar completamente relajado. Los ojos no se fijan jamás en el objeto, para evitar cansarlos. El observar consiste en explorar muy lentamente, moviendo los ojos en sentido opuesto al de las agujas del reloj, pero sin variar la posición de la cabeza.

el observar había constituido una verdadera revelación para mí. al practicarla había corroborado muchos aspectos importantes de las enseñanzas de Don Juan. Es lo que don Juan llamaba detención del diálogo interno, o "silenciar los pensamientos". Si bien me había guiado por el sendero opuesto, don Juan no había dejado de enseñarmelo; una vez de adiestrarme para concentrar mi visual, como los observadores, me preparó para abrirla, para anegar mi conciencia mediante el expediente de no centrar la atención en nada singular. mi obligación consistía, en cierto modo, en poner los ojos sobre todo aquello que fuera visible para mi en un radio de 180 grados, en tanto dirigía la atención a un punto impreciso, inmediatamente por encima de la línea del horizonte.

También decía Don Juan que cuando detenemos el diálogo interno también paramos el mundo. Esa era una descripción operativa del inconcebible proceso de concentración de nuestra segunda atención. Aseveraba que hay una parte de nosotros siempre cerrada bajo llave, porque le tememos; para la razón es algo así como un pariente loco al que mantenemos en un calabozo. Eso era nuestra segunda atención. Cuando lográbamos finalmente concentrarla en algo, el mundo se paraba. Puesto que, como hombres corrientes, sólo conocemos la atención del tonal, no parece exagerado afirmar que, una vez que la misma es suprimida, el mundo entero debe cesar su movimiento. La concentración de nuestra salvaje, ineducada, segunda atención, debe ser, por fuerza, terrorífica. Don Juan tenía razón al decir que el único modo de evitar que el pariente loco irrumpiera con violencia en nuestra vida, era escudarse en el infinito diálogo interno.

La paciencia.No te impacientes ni siquiera en los peores momentos de duda. Hay un acto muy sencillo para controlar la impaciencia, o la desesperación, o el enojo o la tristeza: girar los ojos. No importa en que dirección; yo prefiero girar los míos en el sentido de las manecillas del reloj. En ese movimiento encontrarás alivio.

La curación de enfermedades.El procedimiento es muy simple. Todo lo que debes hacer a un paciente incurable es recordarle que se trata de un caso terminal. Puesto que es sí, tiene poder. No tiene nada más que perder, se adquiere coraje. Somos temerosos únicamente en la medida en que tengamos algo a que aferrarnos.

Eso le dará el estímulo que necesita. Entonces tiene que deshacerse de la enfermedad, empujándola con la mano izquierda. Debe empujar hacia afuera con el brazo, el puño cerrado como si estuviese asiendo el tirador de una puerta. Debe empujar más y más, y, a la vez repetir: "fuera, fuera, fuera".

Dile que , puesto que ya no le queda nada por hacer, que debe dedicar cada segundo del tiempo que le quede de vida a realizar esa actividad. Te aseguro que pronto podrá levantarse e irse a casa por su propio pie, si es que lo desea.

Viaje a Ixtlan.Tarde o temprano "verás". En tu próximo encuentro con el aliado, si acaso llega, tendrás que luchar con él y domarlo. Si sobrevives al choque, de lo cual estoy seguro, pues eres fuerte y has estado viviendo como guerrero, te encontrarás vivo en una tierra desconocida. Entonces, como es natural para todos nosotros, lo primero que querrás hacer es volver a Los Angeles.Pero no hay modo de volver a Los Angeles. Lo que dejaste allí está perdido para siempre. Para entonces, claro, serás brujo, pero eso no ayuda; en un momento así, lo importante para todos nosotros es el hecho de que todo cuando amamos, odiamos, o deseamos ha quedado atrás. Pero los sentimientos del hombre no mueren ni cambian y el brujo inicia su camino a casa sabiendo que nunca llegará, sabiendo que ningún poder sobre la tierra, así sea su misma muerte, lo conducirá al sitio, las cosas, la gente que amaba.