Resumen Halperin Donghi Una Nación Para El Desierto Argentino

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Halperin Donghi. Una nación para el desierto argentino. La excepcionalidad de la argentina: colegios, universidades, letras, leyes, ferrocarriles, telégrafos, libre pensar, prensa, etc; solo en 30 años. Esta experiencia conservaba para la Argentina un lugar excepcional entre los países hispanoamericanos. La excepcionalidad argentina radica en que sólo allí iba a parecer realizada una aspiración muy compartida y muy constantemente frustrada en el resto de Hispanoamérica: en la 2da mitad del S. XIX hay una etapa de progreso muy rápido, pero no libre de violentos altibajos. Tesis de Halperín: Pero esta etapa no tiene nada de serena y tenaz (Halperín dice oponerse a la visión de consenso de la corriente revisionista). Si se abre con la conquista de Buenos Aires como desenlace de una guerra civil, se cierra casi treinta años después con otra conquista de Buenos Aires; en ese breve espacio de tiempo caben otros dos choques armados entre el país y su primera provincia, dos alzamientos de importancia en el interior, algunos esbozos adicionales de guerra civil y la más larga y costosa guerra internacional nunca afrontada por el país. Si la acción de Rosas en la consolidación de la personalidad internacional del nuevo país deja un legado permanente, la afirmación de la unidad interna basada en la hegemonía porteña no sobrevive a su derrota en 1852. Ya en 1880 la etapa de creación de una realidad nueva puede considerarse cerrada porque ha culminado la instauración de ese Estado nacional que se suponía preexistente. Pero ojo, la construcción del Estado tiene marchas, contramarchas y resistencias. La herencia de la generacion del ´37 La concepción de progreso nace en las elites letradas hispanoamericanas. La generación del ´37, colocada bajo el signo del Romanticismo y dotada de una relativa independencia frente a los sectores populares y a las clases propietarias, está mejor preparada para asumir la función directiva que no pudieron ejercer los unitarios. La agudización de los conflictos políticos a partir de 1838, con el entrelazamiento de la crisis uruguaya y la argentina y los comienzos de la intervención francesa, hacen que este grupo tengan una acción más militante en la esfera política. Este cambio también está estimulado por los avances cada vez más rápidos del orden capitalista que ofrecen promesas de cambios más radicales que en el pasado. Las transformaciones de la realidad argentina.

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Resumen Una Nación Para El Desierto Argentino

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Halperin Donghi. Una nacin para el desierto argentino.La excepcionalidad de la argentina: colegios, universidades, letras, leyes, ferrocarriles, telgrafos, libre pensar, prensa, etc; solo en 30 aos. Esta experiencia conservaba para la Argentina un lugar excepcional entre los pases hispanoamericanos. La excepcionalidad argentina radica en que slo all iba a parecer realizada una aspiracin muy compartida y muy constantemente frustrada en el resto de Hispanoamrica: en la 2da mitad del S. XIX hay una etapa de progreso muy rpido, pero no libre de violentos altibajos.Tesis de Halpern: Pero esta etapa no tiene nada de serena y tenaz (Halpern dice oponerse a la visin de consenso de la corriente revisionista). Si se abre con la conquista de Buenos Aires como desenlace de una guerra civil, se cierra casi treinta aos despus con otra conquista de Buenos Aires; en ese breve espacio de tiempo caben otros dos choques armados entre el pas y su primera provincia, dos alzamientos de importancia en el interior, algunos esbozos adicionales de guerra civil y la ms larga y costosa guerra internacional nunca afrontada por el pas.Si la accin de Rosas en la consolidacin de la personalidad internacional del nuevo pas deja un legado permanente, la afirmacin de la unidad interna basada en la hegemona portea no sobrevive a su derrota en 1852.Ya en 1880 la etapa de creacin de una realidad nueva puede considerarse cerrada porque ha culminado la instauracin de ese Estado nacional que se supona preexistente. Pero ojo, la construccin del Estado tiene marchas, contramarchas y resistencias.La herencia de la generacion del 37La concepcin de progreso nace en las elites letradas hispanoamericanas. La generacin del 37, colocada bajo el signo del Romanticismo y dotada de una relativa independencia frente a los sectores populares y a las clases propietarias, est mejor preparada para asumir la funcin directiva que no pudieron ejercer los unitarios. La agudizacin de los conflictos polticos a partir de 1838, con el entrelazamiento de la crisis uruguaya y la argentina y los comienzos de la intervencin francesa, hacen que este grupo tengan una accin ms militante en la esfera poltica. Este cambio tambin est estimulado por los avances cada vez ms rpidos del orden capitalista que ofrecen promesas de cambios ms radicales que en el pasado.Las transformaciones de la realidad argentina.A juicio de Alberdi (1847) la estabilidad poltica alcanzada gracias a la victoria de Rosas no slo ha hecho posible una prosperidad que desmiente los pronsticos sombros adelantados por sus enemigos, sino ha puesto finalmente las bases indispensables para cualquier institucionalizacin del orden poltico.Domingo F. Sarmiento en la tercera parte de su Facundo (1845) proyecta un cuadro de futuro: como Alberdi (1847), comienza a percibir a advertir que la Argentina surgida del triunfo rosista de 1838-1842 es ya irrevocablemente distinta. El legado ms importante del rosismo no es la creacin de esos hbitos de obediencia que Alberdi haba juzgado lo ms valioso, sino la de una red de intereses consolidados por la moderada prosperidad alcanzada gracias a la dura paz que Rosas impuso en el pas.Rosas representa el ltimo obstculo para el definitivo advenimiento de esa etapa de paz y progreso, nacido de la revolucin. Todos ven a Rosas como alguien que pudo construir poder.En Sarmiento, tambin en Alberdi, Ascasubi y Varela, se va dibujado una imagen ms precisa de la Argentina que la alcanzada por la generacin del 37. Ello no se debe tan slo a su superior sagacidad; es sobre todo trasunto de los cambios que el pas ha vivido en la etapa de madurez del rosismo, y en cuya lnea deben darse los que en el futuro haran de la Argentina un pas distinto y MEJOR.Florencio Varela descubre una fisura entre Buenos Aires, que domina el acceso a la cuenca fluvial del Plata y utiliza el principio de soberana exclusiva sobre los ros interiores y las provincias litorales, a las que la situacin cierra el acceso directo al mercado mundial. Estos ltimos encuentran aliados en Paraguay y Brasil, porque el control de los accesos fluviales significaba una limitacin para la independencia paraguaya y para el intento del Brasil de que su provincia de Mato Grosso alcance el acceso al ocano por va fluvial.La Argentina es un mundo que se transforma.Los cambios cada vez ms acelerados de la economa mundial no ofrecen slo oportunidades nuevas para la Argentina; suponen tambin riesgos ms agudos que en el pasado.Sarmiento observa que las zonas templadas de Hispanoamrica tienen razones adicionales para temer las consecuencias del rpido desarrollo de Europa y EEUU, que son necesariamente competidoras en el mercado mundial. Hay dos alternativas igualmente temibles: si se permite que continu el estancamiento que se que hallan, debern afrontar una decadencia econmica constantemente agravada; si se introduce en ellas un ritmo de progreso ms acelerado mediante la mera apertura de su territorio al juego de fuerzas econmicas exteriores, el estilo de desarrollo as hecho posible concentrar sus beneficios entre los inmigrantes cuya presencia es de todos modos indispensable- en perjuicio de la poblacin nativa, en un pas de rpido progreso, seguir sufriendo las consecuencias de esa degradacin econmica que se trataba precisamente de evitar. Slo un Estado ms activo puede esquivar ambos peligros. En los aos finales de la dcada del 40, el rea de actividad por excelencia que Sarmiento le asigna es la EDUCACACIN POPULAR: slo mediante ella podr la masa de hijos del pas salvarse de una paulatina marginacin econmica y social en su propia tierra.Si en 1850 la elite letrada se ve como una de las interlocutoras (y no la nica) que guan la poltica de la nacin y la otra es la elite econmico-social eso se debe a que las convulsiones de la sociedad europea han revelado potencialidades terribles en las clases populares. Frente a ellas la coincidencia de intereses de la elite letrada y de la econmica es ms estrecha.Un proyecto nacional en el perodo posrosistaA partir de Caseros, hay un abanico de proyectos:- LA ALTERNATIVA REACCIONARIA. FLIX FRAS. Frente a los problemas de la Francia revolucionaria, ms que a la restauracin de la monarqua, Fras aspira a la restauracin del orden garantizado por un rgimen que asegure el ejercicio incontrastado y pacfico de la autoridad poltica por parte de los mejores. Ello solo ser posible si se devuelve a las masas populares a su rol de obedientes, mediante el acatamiento a un cdigo moral apoyado en las creencias religiosas. El atraso solo se superar si el progreso econmico y cultural consolida esa base religiosa sin la cual no puede afirmarse ningn orden estable. Es un modelo desigual desde lo poltico pero tambin desde lo econmico.- LA ALTERNATIVA REVOLUCIONARIA. Esta propuesta fue abandonada muy pronto. NO TERMINO DE ENTENDERLA, preguntar- UNA NUEVA SOCIEDAD ORDENADA CONFORME A LA RAZN. MARIANO FRAGUEIRO. El derecho a la propiedad privada debe continuar ejercindose con plenitud, pero moneda y crdito no integran la esfera privada. El Estado debe monopolizar el crdito pblico para realizar empresas y trabajos pblicos, casas de seguros y todo aquello de cuso uso se saca una renta, como puertos, muelles, ferrocarriles, caminos, canales, etc. que sern tambin de propiedad pblica. Quiz este proyecto no era tan factible para el momento de la Argentina.- EN BUSCA DE UNA ALTERNATIVA NUEVA: AUTORITARISMO PROGRESISTA. JUAN BAUTISTA ALBERDI haba visto como principal mrito de Rosas, su reconstruccin de la autoridad poltica, y a futuro, la institucionalizacin de ese poder. Para Alberdi la creacin de una sociedad ms compleja que la moldeada por siglos de atraso colonial, deber ser el punto de llegada del proceso de creacin de una nueva economa. Est ser forjada bajo la frrea direccin de una edite poltica y econmica consolidada por la paz de Rosas y heredera de los medios de coercin por l perfeccionados; esa elite contar con la gua de una edite letrada, dispuesta a aceptar su nuevo y mas modesto papel de definidora y formuladora de programas capaces de asegurar la permanente hegemona y creciente prosperidad de quienes tienen ya el poder. La plebe debe estar disciplinada.Crecimiento econmico significa para Alberdi crecimiento acelerado de la produccin, sin ningn elemento redistributivo. El mercado para la acrecida produccin debe encontrarse en el extranjero.Alberdi dictamina que por el momento Hispanoamrica necesita monarquas que puedan pasar por repblicas. Si bien Las Bases buscan disimular la concentracin de poder en el presidente, tambin se busca impedir que el rgimen Autoritario que Alberdi postula sea un rgimen arbitrario: hay un marco jurdico y un sistema de normas definidos rigurosamente.Apelacin al trabajo y el capital extranjero: Alberdi no separa del todo a la inmigracin de trabajo de la de capital, que ve fundamentalmente como la de capitalistas. Para esa inmigracin, destinada a traer al pas todos los factores de produccin se prepara sobre todo el aparato poltico que Alberdi urgir al nuevo rgimen a hacer de su apertura al extranjero tema de compromisos internacionales.Alberdi admite el carcter provisional de ese orden social marcado por desigualdades, pero es inevitable para la construccin de la nacin.No es necesaria, asegura Alberdi, una instruccin formal muy completa para poder participar como fuerza de trabajo en la nueva economa; la mejor instruccin la ofrece el ejemplo de destreza y diligencia que aportarn los inmigrantes europeos. En Alberdi, ms que educacin, hay instruccin con el objetivo de preparar a la mano de obra. Y por otra parte, la difusin excesiva de la instruccin corre el riesgo de propagar en los pobres nuevas aspiraciones, al darles a conocer la existencia de un horizonte de bienes y comodidades que su experiencia inmediata no podra haberles revelado; puede ser mas directamente peligrosa si al ensearles a leer pone a su alcance toda una literatura que trata de persuadirlos que tienen, tambin ellos, derecho a participar ms plenamente del goce de esos bienes. Un exceso de instruccin formal atenta contra la disciplina necesaria de los pobres.El problema para Halpern, es que el modelo de Alberdi es muy simplificado, se apoya en un proceso en el que el cambio econmico influye en el social y poltico. Dice que hay que preguntarse si es posible crear una fuera de trabajo adecuada para una economa moderna manteniendo a sus integrantes en felz ignorancia de las modalidades del mundo moderno.- PROGRESO SOCIO-CULTURAL COMO REQUISITO DEL PROGRESO ECONMICO. DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO. Aunque Pars no le proporciona a Sarmiento una experiencia directa del orden industrial, le permita percibir la presencia de tensiones latente y constante demasido patentes. As proclamar, ante la crisis poltico-social del 48, la insuficiencia del modelo francs y la necesidad de un modelo alternativo. El cambio es posible y deseable y para entonces crey encontrarlo en EEUU. Ve la importancia de la palabra escrita en una sociedad que se organiza en torno a un mercado nacional: ese mercado slo podra estructurarse mediante la comunicacin escrita con un pblico potencial muy vasto y disperso, el aviso comercial aparece ahora no solo como indispensable en esa articulacin, sino como confirmacin de su nfasis en al educacin popular.El ve que si la sociedad de EEUU requiere una masa letrada, es porque requiere una vasta masa de consumidores; para crearla no basta la difusin del alfabeto, es necesaria la del bienestar y de las aspiraciones a la mejora econmica a partes de cada vez ms amplias de la poblacin nacional. Sarmiento vea en la educacin popular un instrumento de conservacin social, no porque ella pudiese disuadir al pobre de cualquier ambicin de mejorar su lote, sino porque deba, por el contrario, ser capaz de indicarle los modos de satisfacer esa ambicin en el marco social existente.El ejemplo de EEUU persuadi a Sarmiento de que la pobreza del pobre no tena nada de necesario. Lo persuadi tambin de algo ms: que la capacidad de distribuir bienestar a sectores cada vez ms amplios no era tan solo una consecuencia socialmente positiva del orden econmico que surga en los EEUU, sino una condicin necesaria para la viabilidad econmica. A diferencia de Alberdi, Sarmiento cree en un progreso econmico distribuido en la sociedad.La educacin en Sarmiento es para que los nativos no queden en desventaja ante los inmigrantes. Pero tambin se educa para formar una sociedad consumista.La visin de Sarmiento, para Halpern, es ms compleja que la de Alberdi, porque postula un cambio de la sociedad en su conjunto, no como resultado final de progreso, sino como condicin para l.Sarmiento no cree, con la misma fe seguros, que las consecuencias del avance de la nueva economa sobre las reas marginales sean siempre benficas; postula un poder poltico con suficiente independencia de ese grupo dominante para imponer por s rumbos y lmites a ese aluvin de nuevas energas econmicas que habr contribuido a desencadenar sobre el pas. Sarmiento no descubre ningn sector habilitado para sumir la tarea poltica, y se resigna a que su carrera poltica se transforme en una aventura estrictamente individual; slo puede contar sobre s mismo para realizar cierta idea de la Argentina.Treinta aos de discordiaLuego de Rosas, el problema no fue como utilizar el poder enorme legado por este, sino cmo erigir un sistema de poder en reemplazo del que en caseros haba sido barrido junto con su creador. La base del poder de Rosas era bsicamente poltica, pero faltaba institucionalizarla, cuando l cae no queda un estado constituido.Halpern advierte que hay una diferencia entre los proyectos y la realidad contra la que se chocaron los personajes.1- Las facciones insurrectasLas tradiciones facciosan agonizan porque se estn haciendo irrelevantes por los cambios que a pesar de todo ha trado consigo Caseros.Qu cambi Caseros? Puso en entredicho la hegemona de Bs. As. Adems, (contrariamente a lo que haban credo Alberdi y Sarmiento) ha derrumbado el sistema de poder creado por Rosas, porque bajo la apariencia de una rabiosa politizacin, en realidad Rosas haba logrado una despolitizacin creciente de la sociedad entera. La cada de Rosas deja un VACIO.2- Nace el Pecartido de la LibertadA fines de Junio de 1852, la recin elegida legislatura de la prov. de Bs. As. rechaza los trminos del Acuerdo de San Nicols, por el que las provincias otorgan a Urquiza la direccin de los asuntos nacionales durante la etapa constituyente. El hroe de la jornada es Mitre, que desde su oratoria quiere ser portavoz de la ciudad y la provincia, y representa el renacimiento de una vida poltica.Luego del 11 de septiembre, esos hombres a quienes las jornadas de junio haban dotado de un squito urbano, transforman su base poltica en militar. Junto con ellos se levantan los titulares del aparato militar creado por Rosas en la frontera india. Tambin reciben el apoyo de las clases propietarias de ciudad y campaa. Pero no todos tienen los mismos intereses. Mitre identifica la causa de Bs. As. con la de la libertad que se promone imponer con violencia a las dems provincias. Las clases propietarias se resisten a incorporarse a un sistema que no controlan los porteos. Y los militares, se suman porque no aceptan la hegemona enterriana sobre Bs. As.La nueva fuerza poltica se consolidada sobre el vaco que deja la cada de rosas y por saber utilizar ese renacimiento de la vida poltica. El xito de la nueva dirigencia no se mide en cambios sociales, en un nuevo ritmo de progreso econmico estimulado por la accin estatal o en avances institucionales. Es un xito estrechamente poltico. Estos polticos se dirigen a un pblico distinto y ms vasto. Buenos Aires necesita encontrarse un pasado menos objetable que Rosas. Esto Mitre lo sabe utiliar y construye un pasado con el retorno de los restos de rivadavia como el precursos de la nin nacional. El partido de Mitre es a la vez conservador y renovador, porque intenta representar armoniosamente todas las aspiraciones. Por eso esa indefinicin de objetivos. Hay una idea que s esta clara en cuanto a la ruptura con el pasado: es la del perfeccionamiento de la estructura estatal para adecuarla al nivel ya alcanzado por la civilizacin. 3 - El Partido de la Libertad a la conquista del pasBs. As. tiene dos conflictos armados con la Confederacin. Primero es derrotada en 1859 y admite integrarse a su rival, pero obtiene el reconocimiento del papel director y una fora constitucional que, adems de disminuir el predominio del E. federal sobre las provincias, asegura una integracin financiera solo gradual de Bs. As. en la nacin. Luego vence en 1861, derrumba la Conf., aunque Mitre advierte muy bien los lmites de su victoria: el Partido de la Libertad no podr alcanzar las provincias mediterrneas. Se remueven los gobiernos provinciales de signo ederal en el interior (es posible por la presencia de militares de Bs. As.), con la resistencia de La Rioja (Chacho).Se produce una escisin del liberalismo porteo. Mitre busca la supresin de la autonoma de Bs. As. que una ley intenta colocar bajo la administracin directa del gobierno federal. La legislatura de la provincia se opone y se forma una faccin liberal autonomista, que en unos aos se har del control de la provincia.Guerra del Paraguay: Mitre busca que la entrada en la guerra no parezca una decisin libre de su gobierno. Cuando S. Lpez decide pasar con sus fuerzas por Corrientes, se lo niega y ante el ataque sobre esta provincia, Mitre logra hacer que la entrada de la Arg. en la guerra se vea como respuesta a una agresin interna, adquiriendo una dimensin nacional, aunque tiene una motivacin facciosa. Pero el esfuerzo exorbitante de la guerra acelera la agona del P. de la Libertad. Urquiza no participa del gran alzamiento federal de 1866-1867, que convulsiona todo el interior andino desde Mendoza a Salta. La decadencia del mitrismo es por la erosin de su base poltica portea, pero tambipen porque su base no alcanza para asegurar el predominio nacional. El ejrcito nacional necesita ampliar su cuerpo de oficiales, por eso hay retorno de figuras poco seguras. Adems las vicisitudes de la guerra debilitan el vnculo entre este cuerpo de oficiales y el jefe de la nacin. Pero la guerra ofrece nuevos argumentos para la eterna disputa facciosa. El partido de la L. ya no existe, el federalismo ha sobrevivido y hay un nuevo consenso que comienza a agrupar a autonomistas y federales.Cuando Sarmiento asume la presidencia, gracias a la guerra civil 66-67 el ejrcito nacional ya tiene gravitacin decisiva en el interior. Se trata de una nueva hegemona militar.4 - De la reafirmacin del federalismo a la definicin de una alternativa a las tradiciones facciosasLa cada de Rosas haba sido un punto de inflexin en el federalismo. Luego se encontr una nueva base en la identificacin con la Constitucin de 1853. Ahora el federalismo es marcadamente constitucionalista y antiporteo. Esta e la nueva base del federalismo. Urquiza ya no tiene un rol importante, pero el federalismo no perdi su lugar central en el pas est viva en la proclama del Chacho Pealoza. ste no se alza solo en nombre de ciertos principios, sino en defensa de un sistema institucional y legal. La rivalidad fiscar entre Bs. As. y el interior haba llevado a la identificacin del federalismo con la oposicin a la hegemona portea. Hay un nuevo consenso que comienza a agrupar a autonomistas y federales.Lo interesante de Halpern es que advierte que el liberalismo y el federalismo no siempre son iguales, se van redefiniendo.Sarmiento presidente, no contina con el hostigamiento que vena realizando el mitrismo, de hecho tiene un acercamiento con Urquiza.Hispanoamrica va a conocer un resurgir liberal. Las lecciones de prudencia que sugeran el espectculo europeo y el hispanoamericano, han perdido fuerza. Hay un aislamiento entre la versin liberal moderada del mitrismo y una versin menos tmida del liberalismo en avance a escala mundial. En el pas hay una masa de opinin favorable a esta ltima, entre los que se destacan la colectividad italiana y los masones. Adems, esta renovacin se expresa como un aspecto de un relevo generacional.Para Hernndez, las facciones ya estn en agona, hay un deseo de dejar atrs una larga etapa de discordias. Incluso el mitrismo advierte ese nuevo clima de opinin y se muestra dispuesto a adaptarse a l. La reconciliacin en marcha se va a expresar en un nuevo estilo de lucha partidaria, donde el choque armado se reemplace por la lucha en el terreno institucional, que supone el reconocimiento de la legitimidad del adversario. Sostiene Hernndez que hay una transformacin en la clase poltica argentina que permite colocar al Estado, ms que a los partidos, en el centro del escenario. La nueva formulacin del credo liberal tiene inspiraciones ideolgicas ms democrticas e innovadoras.El levantaminto de Lpez Jordn en Entre Ros, no logra disminuir el ritmo del avance de ese nuevo consenso poltico. Solo Mitre, con el alzamiento de 1874, se obstina en distraer a la nacin de su ms urgente tarea, que es la consolidacin institucional y la conquista del progreso econmico. Hernndez ve en Mitre al eterno subversivo, enemigo de cualquier orden estable.Halpern se pregunta, qu eficacia puede conservar la inspiracin democrtica y la audaz apertura al futuro en un contexto en el que se da la consolidacin de un Estado que no ha ampliado sus bases sociales al abandonar su originaria divisin facciosa.El consenso despus de la discordiaLo que haba separado a Alberdi de Sarmiento no era, en efecto, una diferencia de opinin sobre la necesidad de acudir a la inmigracin o la inversin extranjera, o la de fomentar los avances del transporte y los de la educacin, sino precisamente sobre el modo en que esos factores deban ser integrados en proyectos de transformacin global.LA EDUCACION. An Sarmiento, que se haba identificado con l como ninguno, no le presta mucha atencin entre 1862 y 1880, como lo haba hecho antes y como consagrara sus aos finales. Su gobierno impone sin duda una reorientacin seria del esfuerzo del Estado hacia la educacin primaria y popular.La INMIGRACIN despierta reacciones ms matizadas, que sin embargo tampoco alcanzan a poner en duda la validez de esa meta, ni aun a someter el proceso inmigratorio, tal como se desenvuelve, al juicio severo que Sarmiento slo emprender a partir de 1882.Slo ocasional y tardamente se discutir entonces la APERTURA sistemtica al CAPITAL y la iniciativa econmica EXTRANJEROS, con mayor frecuencia se oirn protestas ante la supuesta timidez con la que se implementan. En 1857 Sarmiento ha subrayado que el nico modo de acelerar la creacin de la red ferroviaria es dejarla a cargo de la iniciativa extranjera, que debe ser atrada mediante generosas concesiones de esa riqueza que el pas posee en abundancia y no puede por el momento utilizar: la tierra, condenada a permanecer insuficientemente explotada mientras falten medios de comunicacin.El consenso es mucho ms reticente en torno a la LIBERALIZACION DEL COMERCIO EXTERNO. El librecambismo va a ser reconocido como un principio irrecusable, sin embargo, la necesidad de proteger, mediante slo aparenes derogaciones a esa doctrina, ciertos sectores de la economa local va a ser vigorosamente subrayada. Slo en la dcada del 60, algo parecido a un debate sobre principios econmicos comienza a desarrollarse y el proteccionismo se presenta como alternativa recusando ahora tericamente al librecambismo. Pero las tomas de posicin a favor del proteccionismo tienen un eco reducido.La visin que se comparte en la poca es la de una Argentina que tiene el camino abierto para alcanzar un podero econmico y poltico comparable con las potencias europeas. No se advierte que se trata de un rea marginal y que por lo tanto no puede fijar libremente su rumbo? Halpern cree que sera excesivo concluir eso, pero que aunque hay conciencia de esa posicin marginal se da sobre todo en el plano poltico, en la cuestin de la soberana, porque se advierte la hostilidad en las relaciones entre las grandes potencias y los frgiles estados en surgimiento. Pero nada debilita la fe que hay en la futura edad de oro de la Argentina.La campaa y sus problemasBs. As. es la primera provincia donde el contraste entre progreso urbano y primitivismo de la vida campesina es ms evidente. Para Alvaro Barros, la frontera ofrece el ejemplo de la arbitrariedad del poder administrativo. La defensa contra el indio ha sido organizada con una ineficacia calculada para aumentar los lucros de quienes controlan la frontera: proveedores, comerciantes, oficiales. Hernndez cree que es necesario defender la frontera con voluntarios a sueldo y reemplazar los jueces de paz por municipalidades efectivas, porque el juez de paz es libre de administrar a su capricho y refleja el inters de la faccin gobernante, deseoso de gastar lo menos posible en la defensa contra el indgena. Hernndez ya haba sealado los males en el Martn Fierro, que eran escencialmente polticos. Tiene una vision del problema rura que presenta a la entera sociedad ganadera como vctima del poder que la gobierna. Hernndez analiza todo desde la perspectiva de los ms favorecidos. La preocupacin por definir ms claramente la propiedad de la tierra y del ganado (ante los tenedores de ganado ajeno) es predominante. Y lo peor del reclutamiento arbitrario es que su peso cae siempre sobre el "vecino honrado" y no sobre el "vagabundo". Hernndez expresa la opinin pblica urbana, sobre un estilo de gobierno que frena la expansin de la economa rural y limita las perspectivas de ganancia de la clase terrateniente.Por qu esta clase de terratenientes no es capz de defender eficazmente sus intereses? Para Sarmiento el problema se encuentra en que son ausentistas que prestan poca atencin a sus agentes econmicos (capataces, comerciantes, propietarios menores econmicamente subordinados). Como resultado, esos agentes econmicos han establecido vnculos con el personal que controla la administracin provincial. Como resultado, los estancieros-mercaderes no tiene gran presencia en la esfera poltica. Para Sarmiento el ejemplo de Chivilcoy es una prueba viviente de la justeza de su punto de vista; algunos gauchos antes vagos, junto con una masa heterognea de inmigrantes, han creado una rplica austral de la democracia rural norteamericana. Detras de esto, se encuentra la idea de que el problema de la campaa no era exclusivamente econmico y que se deba asegurar el bienestar mediante el avance de la cultura material y cvica. Tiene que ver con una identificacin entre la economa pastoril y barbarie poltica, que se superara con el trnsito hacia una economa agrcola. Por eso Sarmiento quiere una colonizacin agrcola de a campaa.Pero la idea que predomina es la de Alberdi: el problema de la campaa no es poltico o sociocultural, sino econmico. La solucin va a venir de la apertura a la accin de las fuerzas econmicas desencadenadas por el desarrollo de Europa y los EEUU.Balances de una pocaEn 1879 fue conquistado el territorio indio. Al ao siguiente el conquistador del desierto era presidente de la nacin, tras doblegar la suprema resistencia armada de Buenos Aires, que vea as perdido el ltimo resto de su pasada primaca entre las provincias argentinas. La victoria de las armas nacionales hizo posible separar de la provincia a su capital, cuyo territorio era federalizado. Nada quedaba en la Nacin que fuese superior a la Nacin misma.La Argentina es al fin una, porque ese Estado nacional, lanzado desde Buenos Aires a la conquista del pas, en diecinueve aos ha coronado esa conquista con la de Buenos Aires.No obstante Sarmiento observa que ciertos progresos alcanzan tambin a frica e India. O sea Sarmiento de alguna manera reconoce que Alberdi tena razn: los cambios vividos en la Argentina son, ms que el resultado de las sabias decisiones de sus gobernantes posrosistas, el del avance ciego y avasallador de un orden capitalista que se apresta a dominar todo el planeta. Y ese progreso material necesariamente marcado por desigualdades y contradicciones, en que nada se siente estable y seguro, es menos problemtico que la situacin poltica. Es sta la que verdaderamente da que pensar.Con el triunfo de Roca se han resulto para siempre los problemas que venan retardando hasta el presente la definitiva organizacin nacional, el imperium de la Nacin establecido sobre el imperium de la provincia, despus de sesenta aos de lucha. Dominar el lema de paz y administracin. El presidente tendr tres grandes objetivos: creacin de un ejrcito moderno, desarrollo de las comunicaciones (ferrocarriles, telgrafo) y poblar los territorios ganados a los indios.Mientras la Argentina parece haber encontrado finalmente el camino que le haba sealado Alberdi, y haberse constituido en repblica posible, hay un aspecto de la previsin alberdiana que se cumple mal: el Estado no ha resultado ser el instrumento pasivo de una elite econmica cuyos objetivos de largo plazo sin duda comparte, pero con la cual no ha alcanzado ninguna coincidencia puntual de intereses e inspiraciones.El sistema representativo tal como funciona en la Argentina (o seudo-representativo), ha permitido la emergencia de una clase poltica integrada por aspirantes que principian la vida, bajo los escozores de la pobreza, buscado abrirse camino por donde se pueda, en cambio de los suspirados representantes de la riqueza y saber de las provincias. El resultado es la mala administracin y el derroche.Sarmiento esta preocupado porque la Argentina de 1880, la repblica ya verdadera, no se parece a ninguna de las naciones que deban construirse, nuevas desde sus cimientos, en el desierto pampeano; al preocuparse por ello, Sarmiento se muestra de nuevo escasamente representativo del nimo que domina ese momento argentino.