RESUMEN HISTÓRICO
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RESUMEN HISTÓRICO
Manzanares se creó hacia la primera mitad del s. XIII, como se dice en la Relación
Topográfica de Felipe II (1579), conservada en la Biblioteca de San Lorenzo de El
Escorial, en la que leemos: “questa dicha villa no se tiene noticia averse ganado de los
moros y que abra trescientos e cinquenta años poco mas omenos aloq ue se qree y
tiene por cierto conforme an oydo a sus antepasados, que se fundó”.
Al Noroeste del castillo y a unos cien pasos del foso surgió el lugar de Manzanares. Fue
un proceso natural propio del sistema de ocupación social del espacio d elos territorios
de órdenes militares. El castillo fue construido por la Órden de Calatrava para asegurar
el dominio de su emplazamiento una vez deslindados los términos con la de Santiago
en 1239, ya que hasta entonces el lugar perteneció a esta última con la denominación
genérica de “Argamasilla so la Membrilla”. Era un emplazamiento entonces estratégico
que había que defender: el empalmen de las Cañadas Reales de Soria y Cuenca- las
mejores vías de comunicación de su tiempo- con el río Azuer y abrevaderos asegurados
en dos pozos con su pilas de uso libre y gratuito sobre terreno circundado por los
dominios de las Órdenes de Santiago y San Juan, unas veces hermanadas y otras rivales
entre sí.
El castillo se llamó de “Pilas Horras o de Manzanares” manifestando la “Relación
Topográfica” antes citada que la villa tomó la nominación del castillo. Posiblemente, el
nombre de Manzanares sea también genérico, como el anterior de Argamasilla y como
el de origen árabe, bien “mancha-nanar” ( “llano del ri”) bien “mansil nanar” (caserío
del río”) considerando nosotros infundada a noticia de la fundación de Manzanares
por ciertos caballeros Sagasti ( en vasco “manzano”) recogida en varios diccionarios
geográficos, pero basada tan solo en una información genealógica privada del s. XVII.
Según la cual el castillo fue construido por los calatravos en 1197 en pleno dominio
musulmán y en territorio demarcado en la Orden de Santiago.
Vestigios más antiguos de población existen en el término, como las cuevas del cerro
de la plaza de toros y el antiquísimo Torreón de Moratalaz.
Entre 1239 y 1352 la villa desarrolló recogiendo población de Moratalaz, del
asentamiento de Argamasilla de pilas Bonas y posiblemente de los habitantes de
Calatrava la Vieja que habían abandonado la ciudad y se habían repartido por toda la
comarca del Campo de Calatrava.
En 1352 se amuralló la villa por acuerdo entre sus representantes y el maestre don
Juan Núñez de Prado, realizándose la obra por los vecinos en cinco años: a saber, el
primero, con piedra y cal hasta la altura de una tapia y en los cuatro restantes, una
hilada de tapial por año, tan gruesa como la del castillo; a cambio, el maestre condonó
a la villa ciertos impuestos. Aún es perceptible el trazado de tal muralla en las calles
antes llamadas de la Hoz y de la Iglesia.
El término de Manzanares constituyó una de las más importantes Encomiendas
(aunque no de las primeras en crearse) de la Orden de Calatrava, cuyo titular o
Comendador residía en el castillo y administraba las rentas de la Orden en su término.
El antiguo pueblo fue reconquistado por Martín Martínez, quinto maestre de la Orden
de Calatrava, a principios del año 1198; se edificó entonces el castillo (situado hoy en
la plaza de su nombre y sobre cuyos restos se construyeron viviendas y que se está
volviendo a recuperar al estado original); el año 1229 se erigió y pobló la villa, junto al
castillo y fue amurallada en 1352. Contaba en el s. XIV con 200 edificios; en el XV tenía
900 vecinos, número que disminuyó a 700 en el s. XVI a causa de epidemias y
emigración.
Estuvo al lado del poder real de la guerra de Comunidades. Del s. XVI datan la mayor
parte de sus monumentos (que en su mayoría se conservan); alcanzó, al finalizar dicha
centuria, 3500 habitantes y sus recursos económicos principales los constituían los
cereales, viñedos, la ganadería y la fabricación de paños (que perduro todavía dos
siglos). Ya entonces habían sido destruidas las murallas.
En el s. XVII hubo en la villa un colegio de Teología, fundado en 1655 y de esta época
data la imagen de Nuestro Padre Jesús del Perdón, patrono de la ciudad, talla que se
atribuye a Montañés, destruida en 1936.
Manzanares fue ocupada varias veces en el curso de la guerra de la Independencia,
alzándose contra los invasores con varios éxitos: destaca en este tiempo la figura del
párroco Pedro Álvarez de Sotomayor y Rubio, que ofreció su vida a cambio de la de sus
feligreses, ofrecimiento que, aunque no fue aceptado, consiguió el perdón para los
mismos.
De 1854 data el “Manifiesto de Manzanares” de O’Donnell, redactado por Cánovas del
Castillo.
Tenía entonces la ciudad 900 edificios, dispuestos en 70 calles, seis plazuelas y una
plaza: estaba dotada de Administración principal de Correos y Audiencia de lo Criminal,
y estuvo a punto de ser, en 1847, capital de la proyectada provincia de la Mancha.
Hacia 1808, el conjunto urbano de manzanares, difería notablemente en su aspecto al
de ahora. Su volumen presentaba líneas más horizontales y pegada a la tierra que el
actual. La mayora parte de las casas y construcciones eran de una sola planta y las que
contaban con piso alto o encaramado, el 2º por lo general de techo bajo y ventanas
pequeñas. Así destacaba en la cilla el templo parroquial con su esbelta torre, las
espadañas de las numerosas ermitas y la masa cuadrangular de Pilas Horras.
Según el testimonio contemporáneo de algunos vecinos, el perímetro total del casco
urbano, de 19 veces 190 pasos, y casi en su centro se hallaba la Iglesia parroquial y la
plaza pública, de las cuales el vecino más remoto no distaba más de 500 0 600 pasos.
Sus límites era por entonces los siguientes: al norte la calle de los Serranos llamada sí
por constituir el paso de los ganados trashumantes o serranos, desde la vega del río
hasta la calle de Toledo cuya esquina formaba el límite Nordeste de la cilla donde
situaba la posada de Triviño. Frente a la posada existía un solar y una huerta. En este
punto de la calle Toledo confluían también las veredas y las cañadas sorianas y de
Cuenca, y el camino de Alcázar de San Juan, que arrancaba de esta última vereda, y el
camino Real de Madrid, el cual, sin el obstáculo entonces del ferrocarril y de su
estación, entraba recto en la población precisamente por lo que ahora es el Paseo de
la Estación, la calle de los Serranos cruzaba a lo largo de su recorrido los caminos de las
Cruces o del Calvario y el Camino Ancho de Arenas y dejaba un poco más al Norte,
fuera ya del pueblo, un par de manzanas formando la calle de Donas (actual Gibraltar).
Al este ponía limite al pueblo desde la ermita y cementerio de la Virgen de Gracia con
su Cruz y humilladero de piedra, la calle de la Virgen continuaba por la de San Juan
junto a la ermita de este nombre, hoy lugar del edificio de Telefónica, la del Toledillo(
actual Independencia) donde existió un molino aceitero y la de la Tercia, en la que se
encontraba la fachada posterior del inmenso edificio en el que se recogían y
distribuían las “Tercias” de los diezmos de la Encomienda y otra serie de casas
arruinadas durante la guerra; en esta misma calle había una casa de la Comunidad de
Carmelitas que cedieron a censo a Vicente Sánchez Ávila y lindaba a otra de Pedro
Capilla que fue de Nuestra Señora de Santa Ana. Concluía la calle de la Tercia hacia el
Castillo en un carril que iba a Membrilla.
Al Sur, lindaba el pueblo con el propio castillo, que sobreveía la Vega del Azuer, y con
la huerta y convento de las Carmelitas Descalzas a uno y otro lado, respectivamente
del camino principal de Membrilla.
Finalmente, lindaba por el Oeste con la calle de San Isidro la ermita de este nombre y
la calle del Río afluían sucesivamente las de Durán, Cárcel, Mayorazgo, San Antón,
Granados, Feria y la de las Tejeras que constituían otras tantas salidas hacia los
puentes del Azuer y caminos de Andalucía, Almagro, Bolaños y Daimiel. Por todas
partes excepto por este lado del Oeste, el pueblo se hallaba rodeado de eras de pan
trillar.
Según el catastro de Ensenada fechado 50 años antes de la época a la que nos
referimos, en número total de casas era de 1.030 y pocas más habrían aumentado para
el año 1808; se añadía también que necesitaban las más de ellas, de considerables
reparos que no pueden ejecutar sus dueños, por sus escaseces y muchos gravámenes.
En el “Listado de calles con nombres antiguos y situación” podemos observar el
nombre que poseían las calles actuales en 1885, datos tomados del inédito Plano
Topográfico de Manzanares, escala 1/2000 dibujado en Enero de 1885 por técnicos del
Instituto Geográfico y Estadístico. Y también el nombre que se les ha ido dando a éstas a lo
largo de los años y que cambiaron por circunstancias históricas concretas, como fue la
dictadura del General Franco.