revisión cap2

20
Capítulo 2

Transcript of revisión cap2

Page 1: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 1/20

Capítulo 2

Page 2: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 2/20

Quilquemia era una modesta aldea que se situaba a las faldas de una caverna, al sur de lo que

alguna vez fue el continente americano. Después del impacto de dos grandes meteoros, cada

uno de casi 2 kilómetros de diámetro, dos tercios de la población humana perecieron1, esto a

consecuencia de diversos cambios climáticos que provocaron las enormes nubes de escombros

y cenizas que taparon casi en su totalidad la luz del sol.

Los quilquemios2, conocidos de esta manera por todas las aldeas vecinas del Sur, eran uno de

los pueblos pertenecientes al Nuevo Orden: un nuevo y único sistema de gobierno y justicia

que regía sobre la faz de la tierra. La aldea poseía pocos habitantes, la mayoría especializados

en cultivos y artes marciales.

La ocupación de Colette era considerada una de las más valiosas de la aldea. Ella se dedicaba a

reescribir y clasificar todos los libros rescatados de antiguas ciudades destruidas. Estos libros

se obtenían producto de expediciones que llevaban a cabo periódicamente los soldados en

ciudades destruidas que se encontraban cerca de la aldea. En ese momento Colette se

encontraba ordenándolos en una pequeña cabaña de madera: La modesta biblioteca deQuilquemia. Esta pequeña biblioteca no poseía muchos libros pero cada uno de ellos era

considerado una reliquia; eran tratados y conservados como tal. Esta cabaña era también el

colegio de la aldea y el lugar favorito de quienes se interesaban por el aprendizaje y su historia.

El bibliotecario era el profesor que se encargaba de enseñar a leer y escribir a los interesados.

Algo que hizo con Colette hace más de 13 años.

Acá tienes Colette -dijo el avejentado bibliotecario mientras le entregaba un par de

libros viejos pero muy bien conservados-.

-  ¿En dónde los encontraron? -pregunto Colette-.

No son para que los clasifiques.

Colette observo los libros y al hacerlo quedo muy sorprendida.

-  Son… son los libros que…

-  Que tanto te gustan Colette. No creo que en esta biblioteca se vuelvan a leer. Yo sé

que tú los cuidaras y les darás el valor que se merecen.

-  Muchas gracias señor Esteban3 -dijo Colette mientras le dio un abrazo-.

-  No me lo agradezcas. Después de todo, esos libros sólo tú los entiendes.

El bibliotecario se dio la vuelta y comenzó a acomodar algunos libros de los escasos estantes

que poseía la cabaña.

-  ¿Cuándo te vas? -preguntó Esteban-.

-  No lo sé. Debo ir a la estación militar en media hora.

¿A qué distrito fuiste asignada?

-  A Ciencias y Tecnología.

-  Oí que es uno de los distritos más relevantes y privilegiados de la Gran Ciudad.

1

 Concordancia género.2 Gentilicios siempre en minúscula.

3 El nombre… ¿?

Page 3: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 3/20

-  Mi deseo no se deja influenciar por ello. Sólo me interesa trabajar con la gente que

investiga y trata de ayudar a este planeta día a día.

-  ¿Piensas que en esta aldea no hay personas que intentan hacer lo mismo? -preguntó

Esteban mirándola a los ojos-.

No quise expresarlo de esa manera… yo sólo…

Algún día te darás cuenta Colette, que aunque sepas muchas cosas e investigues otras

tantas que, al final, sólo obtendrás una canasta con más preguntas que respuestas -

interrumpe el viejo bibliotecario regalándole a Colette una sonrisa-.

A Colette no pareció gustarle lo que dijo de Esteban. Prefirió no contestarle y continuó

ordenando los libros que faltaban.

-  Se me olvidaba -dijo Esteban mientras se acercó a Colette con otro par de libros-.

Quiero que entregues estos dos libros a Casemiro de Nueva Quilquemia. Él vive en una

casa hecha de piedra cerca al gran vivero. Es carpintero de profesión y una persona

impecable.

Colette recibió ambos libros.

Los entregaré ahora -contestó Colette mientras caminó hacia la puerta de salida-.

-  Espera Colette. Recuerda esto: Si quieres algo que nunca se obtuvo, entonces tendrás

que hacer algo que nunca se hizo. No todo lo que vayas a aprender se encontrará en

un gran libro o en una gran ciudad. No quise minimizar tu logro, es sólo que… me

costará encontrar a alguien que ocupe tu lugar -agregó Esteban riendo-.

Colette miró por algunos segundos a su mentor y luego dibujó una sonrisa en sus ojos.

-  Usted será siempre mi profesor favorito señor Esteban. Estoy segura que usted hará

provechosa la vida de otra persona así como hizo con la mía. Siempre agradeceré su

ayuda.

Colette después salió de la pequeña cabaña para cumplir el mandado.

La joven Colette transitaba las modestas calles de la aldea mientras examinaba rápidamente

los libros que cargaba. Eran libros sobre antiguos países y sus diferentes tradiciones. Ella los

conocía de memoria ya que estos servían para dar el examen de aptitudes y conocimientos de

ingreso a la Gran Ciudad.

Mientras ella seguía sumergida en aquellos libros, un grupo de jóvenes, que la conocían, se

encontraban reunidos cerca de ella. Estos comenzaron a burlarse de la muchacha con

comentarios y críticas acerca de la soledad que Colette siempre mostraba. Ella no era una

persona de hacer muchas amistades debido a su constante fascinación por los libros, los

estudios y la soledad.

-  ¡Miren! Ahí va la loca y excéntrica de Colette -dijeron los jóvenes de aquel grupo-. Se

cree tan superior a nosotros que ni siquiera nos puede mirar.

Page 4: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 4/20

Los jóvenes soltaban risas y burlas mientras Colette pasaba por su lado. Ella, sin ánimo de

iniciar una discusión o pelea, continúo caminando sin prestarles atención. La joven sólo

alcanzó a murmurar en voz baja:

Algún día agradecerán que sea así de loca y excéntrica.

Los jóvenes continuaron con las risas al tiempo que Colette se alejaba más y más. Ella ya

estaba acostumbrada del trato permanente que recibía por parte de la mayoría de jóvenes de

la aldea, decidió minimizar el problema y enfocarse en sus verdaderos asuntos.

Al llegar a la casa de piedra del señor Casemiro. Colette tocó la puerta de madera negra que

lucía la modesta vivienda.

¡Un momento! -se oyó desde adentro-.

De repente la puerta se abrió y dejo ver a un hombre maduro y de escasa cabellera.

-  ¿En qué puedo ayudarla? -dijo el hombre mientras se secaba la frente-.

¿Es usted el señor Casemiro de Nueva Quilquemia?

-  Sí. El mismo que come, duerme y trabaja. ¿Quién es usted?

-  Mi nombre es Colette de Nueva Quilquemia, vivo al otro lado de la aldea y trabajo con

Esteban: el bibliotecario. Me mandó a que le entregase estos dos libros.

En ese momento el hombre salió de su casa con gran alegría a recibir ambos ejemplares.

-  Es maravilloso, ahora mi hijo Adam podrá iniciar sus estudios.

¿Sus estudios? ¿Su hijo se preparara para dar el examen?

Así es, acaba de cumplir 15 años. Es muy inteligente, yo creo que el podrá pasarlo y

recibir su respectivo permiso -expresó el hombre mientras uno podía sentir como los

ojos comenzaban a brillarle-.

En ese caso…

Colette le quito ambos libros a Casemiro, sacó un pequeño papel y bolígrafo para escribir.

Luego continuó:

-  Estas son los capítulos más importantes de este libro: el capítulo 6, este habla sobre la

cultura y es una pregunta esencial ya que es una cultura latina; el 18 que habla sobre

el crecimiento económico de los países vecinos en aquellos tiempos y… el 23; estahabla sobre la crisis social que atravesó el continente en el siglo 20, muy importante…Y

de este libro: el capítulo 2, este capítulo debe leerlo sí o sí, que haga apuntes y si

puede, mapas mentales. Eso le ayudará mucho... ¿luego el 8? y por último… no. Es

mejor que este libro lo lea completo y si puede dos veces.

Colette terminó de llenar la hoja de papel con instrucciones y luego se la entregó a Casemiro.

Este la recibió con gran sorpresa en el rostro.

-  Vaya, tu sí que pareces dominar estos libros.

Es parte de mi trabajo -contestó Colette con una sonrisa-. Es un placer poder ayudar aun vecino.

Page 5: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 5/20

-  A mi hijo Adam le ayudara esta nota. Muchas gracias…

Colette.

-  Muchas gracias Colette. Mi casa siempre estará abierta para ti, espero que alguna de

estas tardes regreses para así poder conocer a mis hijos. Podrían ser amigos y creo que

ellos aprenderían muchas cosas buenas de ti.

Yo… yo espero hacerlo pronto señor Casemiro -contestó Colette mientras agachó la

cabeza-.

Yo igual así lo espero, hasta pronto querida Colette -dijo Casemiro mientras volvió a

ingresar a su hogar y cerrar la puerta tras él-.

Colette después de su mandado observó su reloj y se percató que ya era tiempo de dirigirse a

la estación militar de la aldea. Al hacerlo se topó rápidamente con un soldado.

Colette -dijo este militar mientras se acercaba a la joven-.

-  Tesio -contestó Colette mientras mostraba rechazo al joven soldado-.

¿Cómo has estado? Hace mucho que no te veo -insistió Tesio mientras se ponía muycerca a Colette.

-  ¿Eso no te dice algo?

-  No tienes por qué ser tan agresiva.

Tesio en ese momento intento tomar a Colette de las manos. Era un soldado de mediana

estatura y de ancha figura. El rasgo más sobresaliente de este militar eran las cejas espesas y

oscuras que poseía.

-  Suéltame -contestó la joven quitándose las manos de Tesio de encima-.

Oye no te pongas así o puede ser peor.-  Voy a gritar Tesio.

-  Hazlo ¿Tú crees que alguien se enfrentará a un soldado?

Tesio en ese momento se hizo más insistente e intentó tomar del brazo a Colette, pero la joven

actuó rápido y retrocedió unos cuantos pasos alejándose de este.

-  No insistas Tesio.

-  ¿O qué?

O tendrás que pelear conmigo -dijo una voz masculina que provenía de las espaldas de

Tesio-.

Tesio rápidamente se dio la vuelta y observo a Gracos: otro joven soldado.

Gracos, nacido y crecido en Quilquemia, era un hombre joven, alto y fornido. Él sabía que su

mejor atributo era su fuerza y su destreza en combate, ya que él mismo había solicitado ser

soldado de la aldea -algo que muy pocos por voluntad propia lo hacían. Poseía una voluntad y

una determinación singular siendo capaz de enfrentarse a varios salvajes a la vez. El sentía que

su única posible debilidad era Colette.

-  Gracos… no quiero… no quise… -balbuceó Tesio tímidamente al tiempo que retrocedió

lentamente-.

Page 6: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 6/20

-  Es mejor que dejes de hablar y te retires pronto de mí vista -contestó Gracos con un

rostro que se asemejaba al de un toro enfadado.

-  Sí… claro que sí.

Tesio se alejó tan rápido del lugar que en cuestión de segundos desapareció de la vista de

todos.

Eso sí es correr -comento Gracos mientras comenzó a reírse-.

Colette se acercó a este y comenzó a hablar:

-  Gracias Gracos, pero…

Lo sé, lo sé, lo hubieras podido sola -interrumpió con un tono sarcástico el joven

soldado-.

-  Es verdad, sabía exactamente lo que tenía hacer.

¿Frente a un militar?

Sí. Después de todo un soldado me enseño defensa personal -contestó Colette

mientras dibujó una sonrisa en su rostro y se acercó a Gracos-. Pero debo admitir que

fue divertido ver como Tesio casi se orinaba en sus pantalones.

Jamás descubriré de donde proviene tu habilidad para meterte en problemas Colette.

-  Jamás descubriré si eres mi héroe o un espía.

-  En mi defensa yo iba en dirección al vivero. Para tu información también trabajo allí

 junto a mi mejor amigo Cosmos ¿Lo conoces? Un joven alto, flaco y con gran sentido

del humor aunque sin sentido del tiempo o el espacio.

Colette comenzó a reír.

-  Basta. Muchas gracias joven teniente.

Futuro Teniente señorita… Me encanta cuando puedo hacerte reír -comentó Gracos

mientras posó una de sus manos sobre la mejilla de Colette.

Gracos observo los ojos oscuros de Colette y luego le dio un tierno beso en la boca. La joven

aparto luego de algunos segundos sus labios y agregó:

-  Gracos, te dije que…

-  Lo sé. Es sólo que no pude resistirlo.

Está bien, es sólo que…

Colette en ese momento sintió que debía darle la gran noticia a su joven amigo. Pero sintió

que no era el momento adecuado.

-  Nada, no sucede nada. Ahora debo hacer otras cosas.

Está bien. Yo ingresaré al vivero. Espero poder verte esta noche -agregó Cosmos-.

-  Yo igual -contestó Colette tímidamente-.

Ambos jóvenes se despidieron y se dirigieron cada uno rumbo a sus respectivos quehaceres.

Page 7: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 7/20

En la aldea se encontraba una pequeña estación militar que funcionaba como palacio de

gobierno, aduana y cárcel. El encargado de dicha estación era un capitán del Nuevo Orden:

Pontios Gáleo.

Colette se encontraba sentada en la estación militar situada en el corazón de la aldea. En

aquella estación ella esperaba recibir el pase final a un sueño de casi toda su corta vida. Frentea ella se hallaba un escritorio presidido por un imponente búho de granito que parecía estar

abalanzándose sobre su presa; era la figura emblemática del Nuevo Orden.

-  Enseguida le entrego sus documentos -dijo el guardia sentado en el escritorio mientras

llenaba unos papeles-.

Dos perros, que por su peculiar tamaño parecían lobos blancos, enturbiaron el ambiente con

sus ásperos ladridos al advertir la llegada de alguien desconocido.

Dos soldados ingresaron tranquilamente en custodia de un hombre de vestimenta avejentada,

este al entrar pasivamente a la estación, logró rápidamente distraer la atención de Colette

posando sus grises ojos -como la piedra que le daba forma al búho- sobre ella. Ambos

mantuvieron la mirada por unos segundos, despertando en la joven una singular intriga. Uno

de los custodios entregó al guardia sentado el informe del preso que ingresaba. Los dos

soldados metieron a su preso a un cuarto continuo, lo dejaron allí esposado, y luego se

marcharon de la estación cerrando con llave el pequeño cuarto. Todo esto lo observó Colette

atentamente. Esos extraños ojos grises despertaron la sincera curiosidad de la joven.

El guardia sentado llamó a Colette.

Colette de Nueva Quilquemia, pasa por favor.

La joven se acercó al guardia y comenzó a recibir instrucciones sobre su trámite.

Escucha, estos son tus papeles para ingresar a la Gran Ciudad, y este…

El guardia sostuvo un diminuto sobre, del cual posteriormente sacó un chip.

-  Es el chip de identificación de ciudadanía. Con él ya serás identificada como ciudadana

de la Gran Ciudad.

Colette observó por unos segundos el pequeño chip y los documentos.

-  Gracias -respondió la joven-.

-  Acá tienes tus papeles… -el guardia le entregó los documentos- Y el chip te lo pondré

enseguida.

El guardia se levantó de su empapelado escritorio y sacó de una pequeña caja una especie de

estampador electrónico. En este colocó el diminuto chip y luego se acercó a Colette.

-  Dolerá un poco -dijo el guardia-.

Luego posó el estampador sobre el cuello de Colette, justo donde comenzaba a visualizarse la

columna vertebral.

Page 8: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 8/20

-  1, 2 y 3… Listo. -dijo el soldado mientras colocaba el estampador es su lugar- ¿Viste?

No dolió tanto.

-  Gracias -dijo Colette mientras palpaba suavemente el lugar en donde el chip fue

implantado.

Eso es todo, felicidades. El transporte que nos deja suministros sale esta misma noche

hacia la Gran Ciudad así que ve y alista tus cosas. Si hay algo más en lo que te pueda

ayudar, dímelo.

Gracias…

Colette posó sus ojos en la puerta que encerraba a ese misterioso hombre de ojos platinados.

-  Una cosa más, ¿Quién es el hombre al que acaban de apresar?

El guardia observó el documento entregado por los soldados y luego le respondió:

Acá dice que es un posible rebelde de nombre: Marcos de Nueva Iturralde. Fue

arrestado por posesión ilegal de tecnología y ahora será interrogado por el capitán de

la aldea. Parece que hizo algo muy malo -dijo el soldado mientras comenzó a llenar

unos papeles-.

No lucía como un salvaje y parecía sentirse muy tranquilo para su situación.

-  Tal vez aceptó su realidad, todos sabemos que no se le puede mentir al capitán.

Colette, con más preguntas que respuestas, salió de la pequeña estación.

El vivero de Quilquemia se encontraba al este de la aldea, cerca del río del mismo nombre.Este vivero era el principal proveedor de alimentación y una de las principales fuentes de

trabajo de la aldea. Era una enorme carpa de color granate que servía de albergue para cientos

de cultivos. El enorme vivero no recibía ningún tipo de luz del exterior ya que poseía el único

sistema eléctrico de iluminación de toda la aldea. Luces especiales de color violeta hacían el

papel fundamental de nuestro escondido sol dando alimentación a cientos de frutas y verduras

que se cosechaban día a día.

Dentro de este vivero se encontraba Cosmos y su mejor amigo Gracos, ambos trabajaban

 junto a varios aldeanos más. El primo de Colette se encargaba de trasportar todas las verduras

cosechadas al sector de la carpa en donde son lavadas y desinfectadas; era un proceso lento ycansador.

Oye Cosmos, ¿Por qué te encuentras tan apagado? -preguntó Gracos mientras ambos

cargaban sus respectivas carretillas-.

-  Estoy cansado, eso es todo.

Gracos, quien era un soldado muy intuitivo, notó algo extraño en su amigo.

Sabes que eso no es verdad.

Cosmos se rió al tiempo que le respondía:

-  Tienes razón, no me arrestes por favor. Es sólo que ayer le llegó la respuesta a Colette.

Page 9: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 9/20

Gracos en ese momento bajó la cabeza y quedó en silencio por algunos segundos. Ambos

llegaron a su destino y descargaron sus carretillas. Luego regresaron para repetir el proceso.

-  ¿Ella obtuvo el permiso? -preguntó Gracos con algo de tristeza-.

Sí.

¿Cuándo se va?-  No lo sé, se lo dirán hoy cuando le coloquen el chip -contestó Cosmos mientras se

secaba la frente y se sentaba para descansar unos segundos-.

-  Ella lo merece -pensó Gracos en voz alta-.

-  Sí, pero los que no merecen tenerla son ellos

¿De qué te preocupas? Ella estará sana y a salvo en esa gran ciudad.

-  Sí, pero la encerrarán de por vida y le lavarán el cerebro… tarde o temprano terminará

olvidándose de sus raíces, de su hogar y de nosotros.

Vamos Cosmos, todos sabemos que ella pertenece a esa ciudad. Tiene cualidades que

ninguno de nosotros posee.

Lo sé, lo sé es solo que…

En ese momento un trabajador se acercó a Cosmos y le dijo:

Cosmos, Colette se encuentra afuera, me dijo que quiere hablar contigo.

-  Gracias -contestó Cosmos mientras se sacaba los guantes de trabajo-.

-  Dale mis saludos y felicitaciones -agregó Gracos con una ligera sonrisa-.

Lo haré.

A la salida del vivero se encontraba esperando la joven Colette. Segundos más tarde salió de

este Cosmos, que con pasos suaves se acercó a su prima.

-  ¿Ya tienes los papeles? -preguntó Cosmos-.

Sí.

-  ¿Y tú chip?

-  También.

Déjame verlo.

El largo primo se acercó y observó el chip de identificación del Nuevo Orden que se escondía

bajo la piel de Colette; nunca antes había visto uno de cerca.

Vaya, se ve algo extraño -agregó Cosmos mientras toca el chip-. Y se siente extraño.- 

Lo sé. No dolió casi nada cuando me lo colocaron.

-  ¿Cuándo te vas?

Colette miró en silencio por algunos segundos a su querido Primo.

Esta noche. Me voy en el vehículo de provisiones.

Page 10: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 10/20

Mientras tanto, en la pequeña estación militar, Marcos se encontraba pacientemente sentado

esperando que ingresara su interrogador.

Segundos más tarde ingresó al cuarto un hombre alto, de tez morena; éste leía el papel de

arresto de su prisionero. Lucía la misma vestimenta granate de sus soldados, sólo que a

diferencia de estos, el hombre exhibía una distinguida boina militar donde podía distinguirsecon claridad el nombre de este: CAP. Pontios Gáleo. Por su sola presencia uno podía darse

cuenta que era una figura de gran autoridad.

-  ¿Marcos de Nuevo Iturralde? -preguntó el Capitán de la aldea acercándose lentamente

hacia su prisionero-.

-  Soy yo.

-  ¿Usted entiende porque está detenido?

No señor… esa motocicleta fue un regalo.

Pontios Gáleo era el capitán y el líder encargado de mantener las leyes y el control del Nuevoorden en la aldea de Quilquemia. Era conocido por todos en la aldea como el ¨El Protector¨ por

ser un gran militar y un gran detector de mentiras, un hombre dotado de grandes habilidades

en combate y ganador de muchas batallas contra las hordas salvajes. A diferencia de los

soldados de Quilquemia, este hombre fue concebido y criado en la Gran Ciudad del Sur.

El capitán arrastró una silla que se escondía entre las sombras de la poca iluminada habitación,

luego se sentó en está colocándose de cara a Marcos.

-  Dices que vienes del Norte. Sólo viven salvajes fuera de los límites de Quito -dijo el

Capitán-.

Porque esas personas vivan fuera de sus reglas, no significa que sean bestias salvajes,

señor.

Entiendo, entiendo: tú estás contra nuestro sistema.

-  No, eso no es verdad.

Pontios, ante la negativa de su prisionero, intentó observar algún rastro de mentira en los ojos

grises de Marcos.

Tus ojos… tus ojos me dicen que no eres un sujeto ordinario -expresó el capitán-.

-  Soy fiel a mi destino, señor -contestó Marcos con gran firmeza-.

¿Tu destino?- 

Mi misión, señor. Sólo vine a buscar albergue y comida para luego poder continuar con

mi camino.

-  ¿Tu misión? ¿Qué misión?

La misión de salvar este planeta -dijo Marcos con mucha convicción en su rostro-.

El capitán no sabía si reír o enfadarse ante la declaratoria del joven Marcos.

-  ¿Tu misión es salvar al mundo?... Eso es lo más bajo, cruel y despiadado que alguien

pueda decir en este golpeado y desafortunado planeta. Es una herejía tratar de

engañar a un capitán con algo como eso -dijo Pontios con mucha molestia y acontinuación le aplicó una dura bofetada a Marcos el cual la recibió serenamente-.

Page 11: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 11/20

Pontios se levantó de la silla para luego continuar.

-  Asesinaste a un soldado del Nuevo orden y robaste su vehículo de transporte al igual

que la vestimenta sucia y gastada que llevas puesta.

No señor. No soy un ladrón, mucho menos un asesino -contestó Marcos manteniendo

firme la mirada-.-  Lo veo en tus ojos, eres un asesino, ladrón y mentiroso. Por tus faltas de orden

superior y de traición al Nuevo Orden serás sentenciado.

-  Usted no entiende…

-  Serás ejecutado…

En ese instante, la puerta de la pequeña habitación se abrió interrumpiendo el momento. El

soldado encargado del escritorio se acercó a su capitán para comunicarle algo en absoluta

confidencia.

Pontios, al escuchar a su subalterno, salió rápidamente del cuarto cerrando la puerta con granfuerza, dejando a Marcos sentenciado sobre la silla sin posibilidad de apelación.

En una de las torres de vigilancia que poseía la aldea, se encontraba un guardia de vigilancia

observando con sus binoculares el horizonte… el Norte con mayor precisión.

Segundos más tarde ingresó un soldado acompañado de Pontios.

-  ¿Qué sucede? -preguntó el capitán.

Señor, varias decenas de salvajes se aproximan desde el norte. Se dirigen a nuestraaldea.

Pontios tomó los binoculares del soldado y observó por él mismo lo que sucedía. Lo que

observó Pontios a varios kilómetros de distancia fue a varios grupos de personas que se

acercaban a la aldea.

Alerta a los patrulleros. Que se preparen para neutralizarlos -ordenó Pontios mientras

mantenía los ojos en los binoculares-.

-  Sí señor- respondió uno de los soldados al tiempo que intentó comunicarse con los

patrulleros.

Paulatinamente, el horizonte comenzó a llenarse de más salvajes. Miles de personas

comenzaron a aparecer en el horizonte gris y descolorido. Todas estas feroces personas

llevaban vestimentas andrajosas y lucían como cavernícolas. Armas: cuchillos, palos, piedras,

flechas y una que otra arma automática formaba parte de su arsenal. Pero su principal ventaja

era su enorme cantidad y su gran tamaño, algo que rápidamente notó Pontios.

-  Espera. Diles a los patrulleros que vuelvan a la aldea.

¿Señor? -preguntó contrariado el soldado-.

-  Diles que vuelvan a la aldea en este momento.

Page 12: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 12/20

Pontios observó cómo poco a poco el horizonte comenzaba a cubrirse de miles y miles de

rebeldes, asemejándose mucho a un enjambre de hormigas a lo lejos. Tal cantidad pareció

intimidar al rígido y experimentado capitán.

¿Desde cuándo son tantos? -preguntó Pontios con algo de perturbación en el rostro-.

De pronto bajó el binocular y continuó:

-  ¡Toca la alarma! ¡Quiero que cada hombre de la aldea reciba un arma y un chaleco!

¡Prepárense a defender la aldea! -gritó enérgicamente el capitán tratando de motivar y

dar energía a sus soldados-.

-  ¡Sí señor! -respondió firmemente los disciplinados soldados-.

En ese momento Colette y Cosmos charlaban a las afueras del vivero sin tener idea de lo que

estaba a punto de desatarse.

Ahora debo volver a la casa -expresó Colette-. Debo alistarme.

-  Claro, claro. Lávate los dientes y la cara, no quiero que critiquen a mi prima por

incivilizada.

Colette se rió mientras le dio un abrazo a Cosmos.

El convoy de provisiones sale a las ocho dijo Colette.

-  No te preocupes, saldré antes para poder despedirme -agregó Cosmos mientras se

prepara para ingresar nuevamente a la gran carpa.

Colette se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia su pequeña casa mientras comenzaba a

recordar todos los buenos momentos que pasó con su primo. Una película nostálgica de lo

vivido se apoderó rápidamente de la mente de la joven. De repente, perturbando todo el

ambiente, la alarma comenzó a sonar por todas partes de Quilquemia.

Varias veces los pobladores varones de la aldea tuvieron que vestirse de héroes y proteger sus

tierras del constante acoso de los salvajes del norte. Era algo instaurado y practicado

regularmente por los quilquemios, así que ellos sabían exactamente qué hacer en caso de que

dicha alarma sea entonada.

-  ¿Qué sucede? -preguntó Colette asustada mientras volvió junto a su primo-.

No lo sé, tal vez son unos cuantos salvajes merodeando. Vuelve a casa, saca tus cosas y

ve a esperar con los demás en la caverna -respondió Cosmos-.

-  Prométeme que te cuidarás.

Colette, no es la primera vez que defiendo esta aldea. Además esos salvajes solo

vienen para molestar, no son una amenaza. Ve, corre a casa.

Colette comenzó a correr en dirección a su pequeño hogar. Luego, del enorme vivero

comenzaron a salir todos los varones con dirección a la armería de la aldea, incluido el joven

Cosmos quien con su amigo Gracos corrieron a la armería para recibir sus instrumentos decombate.

Page 13: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 13/20

Al llegar a la armería, Cosmos y Gracos notaron un ambiente mucho más tenso que de

costumbre. Todos los hombres y soldados que se alistaban en ese lugar se miraban entre ellos

en completo silencio. Solo se alcanza a percibir el ruido que producía el metal de las armas,

cascos y municiones que chocaban entre ellas al momento de ser entregadas. Gracos intuyó

que algo no andaba bien y decidió comentarlo en voz baja con su amigo Cosmos:

-  ¿No sientes algo extraño en el ambiente?

Si, la verdad es que muchos soldados lucen muy callados -respondió Cosmos-.

Gracos y Cosmos recibieron sus respectivos equipos.

-  Disculpa. ¿Por qué todos están tan serios? -preguntó Gracos a uno de los aldeanos que

se alistaba.

Los salvajes han regresado -contestó el joven aldeano mientras temblorosamente

intentaba ponerse su chaleco-. Y esta vez son muchos más de lo que jamás imaginé.

Gracos percibó el rostro de temor que le arrojaba su camarada. Segundos después ingresó a la

armería el Capitán Pontios escoltado por dos de sus soldados.

-  ¡Atención! -gritó el capitán para captar la atención de todos en la habitación-. Los

salvajes nos invaden y esta vez han reunido a una gran cantidad de ellos, señores. Nos

sobrepasan por 10 a 1. Pero nosotros seguimos teniendo ventaja, no sólo por las

armas que poseemos, también por la clase de soldados que somos. ¡Lo que haremos

será atrincherarnos en la zona norte de la aldea y tratar de matar cuantos salvajes nos

sea posible! ¡¿Está claro?!

¡Sí Capitán! -contestaron firmemente todos los soldados-.

¡Quiero que cada una de nuestras balas cuente! ¡Mostrémosles a estos degenerados e

incivilizados seres de qué estamos hechos!

Todos los soldados entonaron un grito de guerra para luego salir velozmente con dirección a

sus respectivas trincheras.

Gracos y Cosmos se dirigieron a sus trincheras de la zona norte de la aldea. Ellos, junto con

otros novecientos valientes soldados, estaban a punto de defender nuevamente sus tierras.

Esta vez frente a más de diez mil salvajes.

Al llegar a las trincheras, cada soldado asumió la posición de combate y observó la enormecantidad atacantes. Cosmos observó a través de sus binoculares y su reacción, al igual que la

mayor cantidad de sus compañeros, fue de gran asombro. Nunca habían visto tal cantidad de

salvajes en toda su vida.

-  Es increíble -dijo Gracos con gran asombro-.

-  ¿Crees que podamos detenerlos? -preguntó Cosmos-.

Ambos amigos se miraron por algunos segundos en una tensa calma.

-  Lo lograremos camarada -agregó Gracos tratando de calmar el ambiente-. Nuestras

tácticas y armas son muy superiores.

Page 14: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 14/20

Todos los soldados se mantuvieron firmes y listos en sus respectivas posiciones. Observaban

atónitos como la gran masa de gente se acercaba poco a poco hacia ellos.

Pontios subió velozmente hacia la torre de vigilancia y miró que los salvajes se encontraban a

tan solo un kilómetro de distancia. Rápidamente llamó a uno de sus soldados para darle

órdenes.

-  Que los soldados en las torretas comiencen a disparar.

-  Sí señor -respondió el soldado, luego dio las instrucciones-.

En ese momento, las cuatro torretas situadas al norte de la aldea comenzaron a disparar sin

reparo sobre las hordas que comenzaron a acercarse con mayor velocidad.

Uno a uno, estos seres -llamados salvajes por los aldeanos-, morían frente a los cientos de

balas que literalmente llovían sobre ellos. Sin importar cuántos a morían, los salvajes

continuaron la embestida aguantando la carnicería.

-  Señor, las torretas ya van por la mitad de sus municiones -informó el soldado minutos

después-.

El capitán observó por sus binoculares la cantidad de enemigos que caían frente a él. Sin

embargo se percató que esto no parecía preocupar a los rebeldes.

-  Que continúen. Que gasten cada bala que tengan consigo -dijo Pontios sin despegar

sus ojos de los binoculares-.

Mientras tanto en las trincheras. Cosmos y Gracos observaban como las hordas comenzaron a

ingresar al rango de disparo.

-  ¡Disparen! -gritó uno de los soldados y todos al mismo tiempo comenzaron a disparar-.

Los salvajes comenzaron a dispersarse ante la lluvia de balas que no daba tregua. Esto produjo

una sensación de alivio en los soldados que intentaron de que cada bala en sus armas cuente.

-  Comienzan a romper filas -comentó Cosmos mientras continúo disparando-.

-  No estoy seguro si eso es lo que hacen -respondió Gracos-.

En la torre de vigilancia Pontios observaba cada movimiento que realizaba su rival, y

rápidamente se dio cuenta de su maniobra.

-  Intentan rodearnos -comentó en voz baja el experimentado capitán-.

No puedo creer que continúen después de esta masacre -dijo asombrado el soldado

acompañante-.

-  Que las torretas sigan disparando. Informa a nuestros soldados en trinchera que se

preparen para el enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

Sí señor.-  Antes de que lleguen a nuestros soldados espero que la ventaja se achique.

Page 15: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 15/20

 

En ese mismo momento Marcos -quien se encontraba encerrado en la estación central de la

aldea- observaba muy preocupado la puerta que lo encerraba. Sentía que algo malo estaba

sucediendo afuera debido a la alarma y al constante sonido de disparos y gritos que lograban

escucharse dentro de la pequeña habitación.

Marcos intentó soltarse de sus esposas pero le fue imposible debido a la complejidad de estas.

Se levantó con dirección a la puerta para luego golpearla con sus hombros.

¡¿Hay alguien ahí?! -gritó el joven cautivo-.

Debido a que todos los soldados se encontraban defendiendo la aldea, no había nadie que

pudiera escucharlo.

En las trincheras, Cosmos comenzó a gastar sus últimas balas.

-  Este es mi último cartucho.

-  Mate a más de 200, nunca llegue a tal cantidad -expresó asombrado el joven Gracos.

Pero ya son menos de los que eran. Podremos detenerlos -dijo Cosmos algo

entusiasmado.

Mientras tanto, Pontios observaba como los salvajes estaban a pocos pasos de la primera línea

de trincheras.

Señor, las torretas se quedaron sin municiones -informó el subalterno-.

-  Que los soldados dentro de estas salgan y ayuden a los de la primera fila -ordenó

rápidamente el capitán-.

-  Sí señor.

El subalterno transmitió la orden a las cuatro torretas. De cada una de estas comenzaron a

salir 15 soldados armados con pistolas y unas espadas muy especiales; estas lucían como

pequeños bastones que se afirmaban perfectamente a la mano que la empuñaba, producían

un fuerte choque eléctrico al contacto con algo y al mismo tiempo poseían un filo capaz decortar distintas clases de metal. Estos soldados estaban listos para enfrentar a sus enemigos en

una lucha cuerpo a cuerpo.

Los salvajes al estar ya a pocos pasos de las trincheras, comenzaron a disparar sus escasas

armas. La mayoría que no poseía una, comenzó a abalanzarse sobre los soldados que ya se

encontraban listos para recibirlos. Una feroz batalla comenzó a librarse.

A lo lejos, desde la torre de vigilancia. El capitán y su soldado observaban como sus guerreros

comenzaban a morir en manos de estos decididos bárbaros. Aún así, la cara de Pontios lucíaimperturbable ya que confiaba en la fuerza y capacidad de sus hombres.

Page 16: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 16/20

-  Aguantarán la embestida -dijo el subalterno con aire de victoria-.

Dile a la segunda y a la tercera línea que dejen de disparar y que se preparen para

contraatacar con sus espadas -ordenó Pontios decidido a acabar de una vez por todas

el ataque-.

Cosmos y Gracos recibieron la respectiva orden en el momento exacto en que se quedaban sinmunición. Todos los soldados de esa trinchera sacaron sus espadas y pistolas para luego salir

de esta y enfrentar la escasa cantidad de salvajes que quedaba.

-  ¡Ataquen! -gritó Gracos al tiempo que Cosmos y todos los soldados salieron

velozmente de las trincheras.

Rápidamente, la primera trinchera comenzó a recibir apoyo de sus camaradas. La batalla se

tornaba favorable para los soldados.

Los salvajes que eran más grandes y fuertes no poseían espadas tan sofisticadas ni principios

de combate. Su fuerza y tamaño se veía disminuido ante la eficaz y ordenada manera de pelear

de los quilquemios.

Uno a uno, estos duros bárbaros caían en manos de Gracos, Cosmos y compañía. Los soldados

comenzaron a ganar claramente la batalla.

El capitán observó con satisfacción a sus disciplinados soldados tornar la dura batalla a su

favor. Varios soldados habían muerto, pero nada en comparación con lo que habían perdido

los enemigos.

-  Solo quedan unos mil degenerados a lo lejos. Lucen agotados y asustados -dijo el

capitán mientras miraba por sus binoculares-. Ya casi no quedan salvajes en nuestras

trincheras.

-  Ganamos señor -expresó el soldado quien lucía muy feliz por vencer tan duro escollo-.

-  Así parece camarada, así parece.

Cosmos y Gracos en el campo de batalla lucían como un verdadero equipo de batalla. Ambos

luchaban con gran habilidad y valor mientras acababan con todos los salvajes que los

atacaban.

-  Parece que esos son todos -comentó Cosmos.

Gracos no contestó nada y observó por sus binoculares los mil salvajes que quedaban a lo

lejos.

-  ¿Por qué esos malditos salvajes no atacan? -preguntó Gracos muy intrigado.

¿Qué?

Aún siguen siendo más que todos nosotros. ¿Por qué no nos atacan?

-  Quizá se asustaron de perder a tantos -respondió Cosmos mientras terminaba la

batalla en las trincheras-.- 

Quizá tengas razón.

Page 17: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 17/20

 

Pontios miró sus trincheras y a sus soldados festejar. Luego movió sus binoculares ante los

salvajes que aún quedan en el horizonte.

¿Se quedaran allí todo el día? -se preguntó el hábil capitán-.

Mientras Pontios observaba a los enemigos que quedaron, comenzó a notar que estos

empezaban a retroceder.

-  Comienzan a retirarse capitán -dijo el subalterno con gran algarabía-.

-  Un momento soldado. Ellos no se están retirando -afirmó Pontios-.

Pontios movió sus binoculares para enfocar una pequeña colina situada en el norte. Esta

comenzaba a visualizarse mejor debido a la neblina espesa que antes la cubría. En ella Pontios

observó algo que hizo que su boca comience a abrirse lentamente.

-  Son… Son más -dijo Pontios-.

De la pequeña colina comenzaron a bajar varios miles de salvajes más. Esta vez eran muchos

más que en el primer ataque, y esta vez lucían más feroces y convencidos de su ventaja.

-  ¿Señor? ¿Qué hacemos? -preguntó asustado el acompañante de Pontios-.

El capitán observó en silencio como el horizonte comenzaba a cubrirse nuevamente de

rebeldes. El silencio pareció ser su más inmediata respuesta.

-  Diles… diles a los soldados que vuelvan a las torretas -ordenó el capitán-.

-  Pero señor, ya no tienen balas.

Entonces diles que se preparen para pelear en las trincheras.

-  Pero Señor, esta vez no podremos aguantar a tantos.

Pontios quedó en silencio por algunos segundos mientras contemplaba esa enorme masa de

gente dirigirse hacia Quilquemia. Bajó sus binoculares y golpeó con gran fuerza la pequeña

mesa de madera que tenía frente a él.

-  Si quieres escapar, vete ahora, pero morirás en cuestión de días en los bosquecillos del

sur antes que puedas llegar a otra aldea -le dijo a su soldado mirándolo fijamente a los

ojos-. Si es que esa próxima no corre con esta misma suerte.

-  Yo no quise decir eso señor…

-  Lo sé hijo, lo sé… todos tenemos que morir alguna vez. Qué mejor muerte que

defendiendo tu pueblo y sus ideales -contestó el capitán mientras dejó a un lado los

binoculares-. Dile a nuestros hombres que se preparen para el combate y manda el

mensaje nefasto a la Gran Ciudad y a las demás aldeas ¡Jamás nos rendiremos!

-  ¡Sí señor! -respondió firmemente el valiente soldado-.

Las trincheras recibieron el fatídico mensaje y un silencio sepulcral se apoderó del ambiente.

Cosmos, Gracos y los demás soldados observaron a lo lejos como los salvajes se reagrupaban y

se preparaban para un nuevo ataque.

Page 18: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 18/20

-  Esta vez son más -dijo Cosmos luciendo un rostro pálido y desencajado-.

Gracos miró a su joven amigo y compañero de batalla y una ligera sonrisa dibujo su rostro.

Descuida amigo, yo cuidaré tu espalda.

Todos los soldados de las trincheras comenzaron a juntarse para recibir el ataque. Cada uno de

los valientes guerreros preparó sus espadas mientras permanecían firmes en defensa de la

aldea.

La primera ola de salvajes comenzó a chocar contra la primera trinchera para iniciar una nueva

batalla. La batalla comenzó a tornarse cruel y sangrienta para los escasos protectores de

Quilquemia. Uno a uno comenzó a morir en la primera trinchera dejando cada vez más

desprotegida la aldea. Gracos y Cosmos que intentaban defender sus puestos de pelea sabían

que enfrentaban a un enemigo que no podrían vencer.

Gracos después de matar a un salvaje con su espada, se dirigió a Cosmos.

Cosmos, vete de aquí.

-  Jamás -respondió Cosmos con gran valentía-. No abandonaré mi lugar.

En ello Gracos se acercó a Cosmos y lo tomó por el chaleco.

Vete, adviértele a Colette y a los demás en la caverna. Diles que huyan.

¿A dónde quieres que huyan? -preguntó Cosmos-.

-  Al sur. Hacia otras aldeas. No quiero imaginar lo que estos salvajes lleguen a hacer si

toman la aldea, ¿me oíste? -respondió Gracos de manera desesperada-.

Tienes razón pero ellos podrían morir si salen de la aldea.

-  Al menos tendrán una mejor oportunidad.

Cosmos comprendió la petición desesperada de su querido y protector amigo.

Está bien. Tienes razón. Iré a alertarlos.

¡Vete rápido! -gritó Gracos-.

Lugo empujó a Cosmos y lo alejó rápidamente de la batalla. El joven y flaco soldado comenzó a

correr en dirección a la caverna para alertar a todas las personas que se ocultaban dentro

esta.

Al llegar a la caverna, Cosmos encontró a muchos aldeanos que lucían asustados. Mujeres y

niños eran la mayor parte de personas que se ocultaron en ese lugar. La cueva estaba

iluminada por unas antorchas gigantescas que dejaban ver con claridad a cada uno de los

Quilquemios. Colette se encontraba junto con un grupo de personas mientras observaba

aproximarse la figura peculiar de su primo.

¡Cosmos! -gritó Colette con alegría al tiempo que le dio encuentro a su primo-.

Cosmos, pese a lo cansado que lucía, inmediatamente comenzó a hablar:

Page 19: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 19/20

-  ¡Escúchenme! -gritó Cosmos y toda la cueva volteó a mirarlo-.

Cada uno de los cientos de mujeres, niños y algunos mayores observaron en silencio a Cosmos.

Este al mirar los rostros de susto en las caras de sus compatriotas quedo por algunos

segundos en completo silencio. El cansancio, el miedo y el asombro invadieron su cuerpo por

unos instantes. Luego recobró las fuerzas y dando un profundo suspiro continúo:

-  ¡Escúchenme, deben ir en este mismo momento a sus casas y empacar lo más útil que

puedan! ¡Botiquín de primeros auxilios, agua, comida y armas deben ser lo primero

que empaquen!

Los Quilquemios comenzaron a mirarse entre ellos con mucha preocupación. Comentarios y

críticas comenzaron a manifestarse entre los aldeanos. Colette observó el rostro de

preocupación que llevaba su primo y se dio cuenta de la magnitud del problema.

¡Los salvajes nos han superado en número y están penetrando nuestras trincheras, es

solo cuestión de tiempo para que las penetren! ¡Vayan pronto a sus casas, tomen lo

necesario y huyan al sur! ¡Encontrarán en un par de días una de las aldeas vecinas!

Los aldeanos comenzaron a salir con gran nerviosismo y velocidad de la caverna. Muchos

gritos retumbaban los oídos de Colette que permanecía firme junto a su primo.

-  ¿Qué haces? -preguntó Cosmos-.

-  ¿Tu vendrás conmigo verdad? -dijo Colette al tiempo que sus ojos comenzaron a

llenarse de lágrimas-.

Cosmos no podía resistir ver a su querida prima llorar. Sin embargo el permaneció recio yrígido contestándole con gran fuerza mientras la tomaba por el brazo:

-  ¡Escúchame Colette! Quiero que en este mismo momento corras a la casa y saques el

kit de supervivencia que armamos en caso de emergencias, dirígete al sur y adéntrate

a los bosquecillos de Malaquita.

-  Pero tú tienes que…

Atiéndeme Colette -interrumpió Cosmos bruscamente-. Prende una fogata sólo en las

tardes y duerme sólo en las noches. Descansa sobre las ramas elevadas de los árboles.

Y por sobre todo, no llames nunca la atención de un Ónix, esas bestias no son

amigables aunque lo parezcan. Debes desplazarte varios kilómetros por día para llegaren una semana a la aldea de Dramato. Vete ya, estaré detrás de ti.

Colette no supo qué decir así que comenzó a correr mientras su primo la seguía por detrás.

Ambos salieron de la caverna en medio de muchos gritos y disparos a lo lejos. Colette se dirigió

velozmente hacia su pequeña vivienda, pero su primo ya no se encontraba junto a ella.

Cosmos, que se distanció de su prima, observó cómo esta ingresaba rápidamente a la casa. Tan

sólo un par de segundos le tomó salir a Colette cargando una mochila alta y muy bien

equipada.

Colette al salir miró a su primo quien ahora lucía más sereno y tranquilo. Luego observó comoel norte de la aldea era traspasada por el enemigo.

Page 20: revisión cap2

8/18/2019 revisión cap2

http://slidepdf.com/reader/full/revision-cap2 20/20

-  ¡Vete ya! -gritó Cosmos mientras corría hacia los salvajes-.

Colette, sin tiempo de despedirse del único miembro de su familia que le quedaba, visualizó

como Cosmos se dirigía directamente a las garras de su enemigo.

Con tan sólo una débil esperanza de volverlo a ver, la valiente joven se limpió las lágrimas ysalió de la aldea a gran velocidad a la par de muchos aldeanos que lucían muy atemorizados

como ella. Mientras Colette se dirigía al sur, hacia los bosquecillos de Malaquita, volvió su

cabeza para ver por última vez el pueblo que supo ser su hogar.

Mientras que la aldea era tomada de a poco por las hordas rebeldes, Marcos se encontraba

golpeando con gran fuerza la puerta de la pequeña estación militar. Al estar imposibilitado de

los brazos, utilizaba todo su cuerpo como peso muerto para poder abrirla. Sus hombros, su

espalada y sus pectorales que impactaban constantemente sobre la puerta comenzaron a

hacer efecto. Segundos después, y ante la persistencia de Marcos, esta logró abrirse de

manera violenta dejándolo caer rápidamente al suelo.

Marcos comenzó a buscar desesperadamente las llaves de las extrañas esposas. En medio de

todo el ruido y caos que existía en el exterior, Marcos se las ingenió para encontrar las llaves

dentro de una de las gavetas del escritorio.

-  ¡Acá están! -dijo Marcos con gran entusiasmo-.

Mientras se quitaba las esposas, salió de la estación militar y observó cómo cientos de

soldados morían en manos de los invasores y otros tantos eran tomados por prisioneros. Mirócon increíble asombro la enorme cantidad de bárbaros que continuaban llegando a la aldea y

de la aún enorme cantidad que queda en el horizonte.

Ante lo que vio, Marcos apretó fuertemente los puños y bajó su mirada en un gesto de

impotencia. Luego posó sus ojos hacia el sur, sobre los bosquecillos de Malaquita. Sin mirar

atrás, comenzó a correr hacia este saliendo rápidamente de la aldea.

Mientras cientos de aldeanos huían asustados de la aldea y gritando por sus vidas, la sencilla

Quilquemia era completamente invadida por un ejército de hordas salvajes sin precedente.

Dejando a los escasos sobrevivientes a la merced de sus captores.