REVISTA 123

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pensamiento y literatura HETERODOXOS y DISIDENTES 2

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La Asociación Colegial de Escritores es una entidad libre e independiente que agrupa a los escri­

tores españoles con el fin de fomentar la vida intelectual, las culturas españolas, defender a sus asocia­

dos en los derechos que les reconozcan las leyes, propugnar sus reivindicaciones profesionales, repre­sentarlos en los organismos oficiales que les afecten, establecer relaciones de solidaridad y cooperación

con otras entidades análogas mundiales y defender la libertad de expresión.

República de las Letras Revista de la Asociación Colegial de Escritores de España

DIRECCIÓN, DISEÑO Y MAQUETACIÓN

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" *" GOBIER~O I MINISTERIO _ DE ESPANA DE CULTURA

Ministerio de Cultura Dirección General del Libro,

Archivos y Bibliotecas

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Pensamiento y literatura

Heterodoxos y disidentes 2

A NDRÉS SOREL

onclu imos e n es te núme ro de REPÚ BU CA DE LAS LETRAS la

ap rox im ación qu e he mos rea lizado a la vid a, e l pe nsami e nto y la

ob ra de a lgun os de los he te rodoxos o disid e ntes es pañol es de

todos los ti e mpos . Lo dedi ca mos a los qu e viven o vivieron durante e l

franquismo o e n los años s igui e ntes. He mos utilizado , e n parte, para

rea li zarlo, varias de las e ntre vistas elaboradas por Twiggy Hirota para

un doc um e ntal qu e es tá filmando y que busca se r una me moria perso­

nal y lite raria sobre es te ti e mpo hi s tór ico a través de destacados inte­

lec tuales co nsid e rados de izq ui e rda. A e llo he mos añad ido varios tra ­

baj os esc ritos específi came nte para el prese nte núm ero de la rev is ta

sob re otros esc ritores qu e desarrollaron un pape l importante e n esa

he te rodoxia que coo rdina las p ubli cacion es, y que espe ramos co ntinuar

más ade lante co n algunos de los que, por dive rsas c irc unstan c ias, no

han podido figurar aquí has ta ahora . He te ro­

do xia políti ca, huma na o lit e ra ri a. Es deci r, la

de qui e nes no se so me ti e ro n a prc"ícticas impe­

rantes y ex ig id as por e l franqui s mo, c uya

fé rrea censura, políti ca, re li giosa, id eo lógica y

moral , ma rcó la pobreza y mi se ria c ultural de

la posguer ra y ha s ido heredada e n pa rte por

la ac tu a l soc iedad de l me rcado salvaje neo li­

bera!. Qui e nes por s u tra tami e nto de l le ngua­

je, e laborac ión de ideas, pe nsami e nto, inclu so

se ns ibilid ad a rtís ti ca, ofrece n la cara de la

oposición a é l. Como opos ic ión a los he terodo­

xos, ab rimos e l nú.mero co n un a muestra de la

ortodoxia qu e o tros, a un a cos ta de caer e n

una vil eza moral, ofrec ie ron a los a liados d e l

naz is mo e n Es paña. Se trata de la carta e nvia-

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Pensamiento y litel'atlll'u REPÚBLICA DE LAS LETIL~su3

da por un e nton ces jove n escritor qu e alcan zaría en el ti e m­

po los máximos galardones nacionales )' mundiales, qu e

mu es tra a qu é grados de degrad ación pu e de n condu cir el

mi e do , e l arribismo , la ace p tación de qu ie nes desatan holo­

cau s tos y no dud a n e n utilizar a los " inte lec tuales" s umi sos a

sus políti cas . Era joven, de cimos, pero eso no le ex cu lpa .

Como no ex culpa, en s u pos terior s ile ncio , e l an áli s is y el no

jui c io críti co qu e durante mu c hos años se tuvo con él , en es te

as pec to, no en el lite rari o. O e l de otros esc ritores, pongamos

por caso el de qui e nes para desgrac ia de los por s u c ulpa

represaliados al canzaron más pod er, como José María Pe mán.

Como e sc ribi e ra T. W. Ad orno e n s us Reflexiones de la vida dañada: "Toda res ponsabilidad co nc re ta desapa rece e n la

representación abstrac ta de la inju s ti cia universal" .

Es tas dos publi cacion es sobre he terodoxos y di s id entes

no buscan s ino hace r ve r la necesidad qu e ti e ne la me moria

de res ti tuir, rescatar, en un ampli o se ntid o é ti co y c ultural, el

pasado , pa ra qu e no preval ezca la " otra Es pa ña" de la qu e

ha bl aba Antonio Machado; para, continu a ndo co n las pal a­

bras e id eas de nu es tro gran poe ta - s in dud a uno de los

mayores y más di gnos , hum anos, ej e mplares hombres de la

c ultura espa ñola de todos los ti e mpos- in sis tir e n que el

pasado no ha mu erto , y qu e en los mom e ntos presentes , si no

quere mos a bdi car de la posibilidad de qu e exis ta el futuro ,

hemos de formula r qu e e l pe nsami e nto , la im ag in ac ión , la

creac ión y la c ríti ca nos son hoy más necesarios qu e nun ca.

Por eso, para contrarres tar la mala imagen que nos deja la

carta del esc ritor aludid o, ofrece mos a continu ac ión un

poe ma de otro gra n " he te rodoxo", otro de los hombres qu e e l

fran qui smo buscó inútilm e nte s il e nc iar y a l qu e obli gó a ex i­

liarse para qu e no s ig ui e ra los ca mi nos de Fe de ri co Carcía

Lorca. Nos referimos a Lui s Cernud a . Y, res pe ta nd o s u s il e n­

c io, s u a is la mi e nto, no podía mos abrir es te núm ero co n otras

pala bras y frag me ntos entresa cados de s us esc ritos, qu e no

fue ra n las de uno de los más auté nti cos y profundos pe nsa­

dores y esc ritores de nu es tro ti e mpo: Rafae l Sé1nchez

Ferlos io.

www.andl'cssol'd . hlo~-spOl.COIll

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Repílblica de las Letl'as

SUMARIO

EDITORIAL. He terodoxos)' di s ide ntes (2)

Andrés SOI'c1

Carta de Camilo JoSé Cela al comisario general

de InvestigaciÓn y Vigilancia

. Luis Ccr .. uda. Es lástima que fuera mi tierra .

IM1K.".SándlC7.l'crlosio.Vendrán más años malos

La palabra y el lenguaje

Religionés. Iglesias

Ideologías. Política

. Pecios varios

Enseñanza privada. Enseñanza pública

TV Medios de com unicación

Twigg~' Hirota. Memoria de la rgo recorrido

.losé Manuel Cahallero Ronald.

Jesús Cam,ms.

.'oSCf. MlIría<:~1.dk't.

Antonio Camoneda.

Félix Crandc.

Ana María MatlJte .

.luan Molhi.

Rosa Reg1ís.

.losé Luis Sampedro.

Al f<lIlso Sastre.

Andrés Sorcl.

Carlos Edmundo de Ory.

Juan Ángel J uri sto

BIas de Otcro.

Manuel Qu iroga Cléri go

Manuel V,iz<Jucz Montalhún.

OTROS TESTIMONIOS

Jav ie r Sánchez Zapatero )' Alex Martín Escriba

Juan Goytisolo.

Correcc ión de pruebas y estilo: Laura Martínez

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t!O U4.r1.d. 9 \~ d.a:t:rl8 !W ~ oae, 'rocha e de CotUh:r'6 di!! 1937 ~ '1 q\l~ :por

lo ni.=o Ol'H oon.oc~ U 4Ct-uaotOn ~ I1rland..o.ado~ tnd.1T1.A~!! ..

~ n.o .. 1..m. CII.!'á..ct.4.r 41.11 ~1ttn Sl't.& lllt'1.c:1.6n t :1 Q.\l.~ 3ft eOti~ ~­

h~cm8 :;>OJ' el.. t1.~ "',u..II tlur.~ .. ~ • 1..n.csJ.n.6.o p!!.l'0. 100. ~OI1l Jl!,

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);lOd41 llr~ Hl'"'r1.ci.or1 dA ~ ~0&.0l.a , bi~ Ultd.t.do qu., lIt Ir¡ Juiót( ó..G 'V. L 1>4J) ~ üBo;; e au't o ~ ~ ~u \) toro lu.p.r , $Ca '-o oao t.QdQ ~ ~

!!I 'i.U!.Ia0 "1 000 t.a.ta d..L&c1..y ~L.in.Ir. rP.l- d.&<I1. e160 ...

--,

1 ,

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TRANSCRIPCIÓN

Jefatura del Servicio Nacional de Seguridad - ENTRADA n.O 24021 (?) EXCELENTÍSIMO SEÑOR COMISARIO DE INVESTIGACIÓN Y VIGILANCIA

El que suscribe , Ca milo .losé Cela v Truloc k, de 21 años de edad , na tural de Padrón (La

Coruña) y con domi c ilio e n es ta Capital, Avenida de La Habana 23 y 24, Bac hille r

Unive rs itario (Secc ión de Cienc ias) y estudia nte de l Cue rpo Pe ricial de Adu a nas, decla­

rado r nútil Tota l para el Se rvi c io Militar por el Tribunal Médi co M ilita r de Logroño en

c uya Plaza estuvo prestando servic io como soldado del Regimie hto de Infa nte ría de

Bailén (n.o 24) , a V. E . res pe tuosa mente ex pone :

Que qu eriendo pres tar un se rvic io a la Patria adec uado a s u es tado fís ico, a s us conoc i­

mi entos y a su bu en deseo y voluntad , soli c ita e l in greso e n el Cue rpo de [n ves ti gac ión

y Vi gila nc ia.

Qu e habie ndo vivido e n Madrid y s in inte rrupción dura nte los últimos 13 años, c ree

pode r pres tar datos sobre pe rso nas y co ndu c tas, que pudi e ra n se r de utilid ad .

Qu e e l Glorioso Mov imie nto Nac ional se prod uj o es ta ndo e l soli c ita nte e n Mad rid , de

donde se pasó con fec ha 5 de Oc tubre de 1937, y qu e por lo mi s mo c ree conoce r la

actuac ión de de te rminados indi viduos .

Que no ti ene carác te r de definiti va es ta pe ti c ión , y qu e se e nti e nde sola mente por e l

tie mpo qu e dure la campaña e incluso para los prime ros pasos de la paz s i e n opinión de

mis superiores son de utilidad mis se rvic ios .

Que por todo lo expuesto solicita ser des tinado a Madrid que es donde c ree pode r pres­

tar se rvicios de mayor efi cac ia, bi en entendido que s i a juic io de V. E. soy más necesa­

rio en c ualquier otro lugar, acato con todo entus ias mo y co n toda di sc iplina s u dec is ión.

Dios guarde a V. E. mu chos años.

La Coruña a 30 de Marzo de 1938 . II Añ o Tri unfa!.

Camilo José Cela

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LUIS CERNUDA

Es' LÁSTIMA QUE FUERA MI TIERRA

Cuando allá dicen unos

Que mis versos nacieron : ¡

De la separación y la nos talgia

Por la que fue mi ti erra ,

¿Sólo la más remota oyen e ntre mis voces?

Hablan en el poe ta voces varias :

Escuchemos su coro concertado ,

Adonde la creída dominante

Es tan sólo una voz entre las otras.

Lo que el es píri tu del hombre

Ganó para el esp íri tu del hombre

A través de los s iglos,

Es patrimonio nu es tro y es he rencia

De los hombres futuro s .

Al tolerar que nos lo nieguen

y secuestren, el hombre entonces baja,

¿ y cuánto? , en esa dura escala

Que desde el an imal llega hasta el hombre .

Así ocurre en tu ti erra, la ti erra de los mue rtos,

Adonde ahora todo nace muerto , Vivp. mllp.rto y mllp.rp. mllp.rto;

Pert in az pesadilla: procesión poderosa

Con restaurados restos y rel iqui as,

A la que dan escolta hábi tos)' uniform es ,

En medio del s ilenc io: todos mudos,

Desolados del desorden endémico

Que e l temor, sin domado, as í doblega.

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La vida sie mpre obLie ne

Revancha contra qui e nes la negaron:

La histori a de mi ti erra fu e actuada

Por e nemigos enconados de la vida.

El daño no es de ayer, ni tampoco de ahora,

Sino de siempre . Por eso es hoy,

La existenc ia es pañola, llegada al paroxi smo, Es túpida y cruel como su fi esta de los loros .

Un pu eblo s in razó n, adoc trinado desde a nti guo

E n c ree r qu e la razó n de soberbi a adolece

y ante el c ual se grita impune :

Muera la intelige ncia, predes tinado es ta ba A acabar adora ndo las cade nas

y que ese culto obsceno le traj ese Adonde hoy le ve mos : e n cade nas;

Sin alegría, li berlad ni pe nsami e nlo.

Si yo soy español , lo soy

A la mane ra ele aquellos que no puede n

Ser otra cosa: y e ntre todas las cargas

Qu e, al nace r yo, el des tino pu siera

Sobre mí, ha s id o ésa la más dura .

No he cambi ado de ti e rra,

Porque no es posible a qui e ri su le ngua une,

Hasta la muerte, al menes ter ele poes ía .

La poes ía habla e n nosotros La misma lengua con que hablaron antes,

y muc ho antes ele nace r nosotros, Las ge ntes en qu e halla ra ra íz nues tra ex is te nc ia;

No es el poeta sólo qui e n ahí habla ,

Sino las bocas mudas de los suyos

A qui enes él da voz y les libe ra.

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¿Puede cambiarse eso? Poeta alguno

Su tradición escoge, ni su tierra,

Ni tampoco su lengua; é l las sirve,

Fielmente si es posible.

Mas la fidelidad más alta

Es para su conci~ncia; y yo a ésa sirvo

Pues, sirviéndola, así a la poesía

Al mismo tiempo sirvo.

Soy español sin ganas

Qu e vive como puede bi en lejos de su ti erra

Sin pesar ni nostalgia. He aprendido

El oficio de hombre duramente,

Por eso e n é l puse mi fe . Tanto que prefiero

No volver a una ti erra c uya fe, si un a ti ene, dejó de ser la mía,

Cuyas maneras rara vez me fu eron propias,

Cuyo recuerdo tan hos til se me ha vuelto

y de la c ual a use ncia y ti e mpo me extrañaron .

No hablo para quienes una burla del des tino

Compatri otas míos hi ciera, sino que hablo a solas

(Quien habla a solas espera hablar a Dios un día)

O para aquellos pocos que me escuchen

Con bien dispuesto en te ndimi ento.

Aquellos que como yo respeten

El albedrío libre huma no

Disponiendo la vida que hoyes nu es tra ,

Diciendo el pensamiento al que alime nta nu es tra vida.

¿ Qué herencia s ino ésa rec ibimos?

¿ Qué herencia s ino ésa deja re mos?

Desolución de la quimera (1962)

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Rafael Sánchez Ferlosio Vendrán lnás años malos

y nos harán más ciegos.

(Texto de la solapa del libro publi cado por editori al Des tino)

Nació e14 de di cie mbre de 1927 e n Roma. A la edad de catorce años, en ellex to de lite ­

ratura de Guill e rmo Díaz-P laj a y e n la frase e n que el a ulor, re tra ta ndo al infa nte Don Ju a n

Manu el, decía literalme nte : "Tenía e l ros lro no rolo y recos id o por encue ntros de lanza, s ino

pálido y demacrado por el es tudi o", conoc ió cuál era el ideal de vida . No obstante, ha s ido

s iempre demasiado perezoso para llegar a palidecer y demacrarse e n medida condi gna a la de

s u ideal e mulatorio, y su máximo título académi co es el de bac hill er. Habi éndolo emprendido

todo por su sola afición , libre inte rés o propi a espontá nea curi os idad , no se ti e ne a s í mi s mo

por profesi onal de nada" .

Page 12: REVISTA 123

Rafael Sánchez F erlosio REPÚBLICA DE L~S LETRAS lZl

Franz Ka[ka . Hombre entre rejas

LA PALABRA. EL LENGUAJE

En la palabra se manifiesta la salud de la razón, pero, a su vez, el fanati s mo sie mpre a pare­

ce como una enfermedad de la palabra, una especie de inflamación absoluta de los significados.

Toda predilección por una palabra en sí, al margen de un contex to, es un temible síntoma de pre­

disposición al fanati smo.

~o 00'

¿Por qué me suscita siempre la impresión de un actor que sobreae túa quie n declara no estar

ejerciendo otro papel que e l de objeti vo expos itor de la realidad o imparcial mensajero de los

hechos?

* La pa labra, que había nacido sólo para ser ficción -ilustrac ión imaginaria con la que los

hombres podían repetirse en simulacro sus acc iones, sen tados junto a l fuego-, se hizo mad re ele

e ngaños cuando se la erigió e n decidora de verdades.

*

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REPÚI3UCA DE LAS LETRAS I2J Rafael Sánchez F erlosio

RELIGIONES. IGLESIAS (Cura tomado a prueba para subalterno en La sede vaticana).

Por los interminables, resplandec ientcs mármoles jaspeados , ve teados, nubirormcs, he rrum­

brados, broncíneos, fogueados, en trenes de corredores y convoyes de salones, e l ve loz, rec tilíneo,

silencioso pedaleo de zapatitos negros pennanentemente relus trándose al rr'o te co n el fl otante, cas i

levitante, susurrar de la so tana, más reverentemente disminuido en su ins ignifi cancia a cada

nueva, agres te, oronda, asténica, ceñuda, infl amada, e nvenenada, mazarínea o ri cheli esca púrpu­

ra cruzada, con la sonri sa lela, prieta, práctica del siempre di sponible y siempre servic ia l ad ul a­

dor congénito profundo.

*

El fari seísmo ha pene trado y corrompido has ta lo más profundo almas y cuerpo: la seducc ión

del sacrificio y el placer de la lacerac ión es tán en la ca ta rs is, o sea en el sentimi en to dc es ta r acu­

mulando un capital moral.

*

¡Qué usurpaclOn más inaudita la de quienes hab iendo proscrito y aun quemado durante

siglos los libros de los impíos qui e ren ahora confiscarles virtualmente la Sagrada Biblia, recla­

mando para sí el monopolio del derecho a admin istrar en exclusiva su lec tura y su interpretación!

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Rafael Sánchez F erlosio REPÚI3UCA DE LAS LETRAS lZl

Franz Kafka. El pensador

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REPúnuCA DE LAS LEl'RAS l2l Rafael Sánchez F erlosio

IDEOLOGÍAS. POLÍTICA

Ten er ideología no es te ne r ideas . Éstas no son como las ce rezas, sino que vie ne n sueltas,

has ta el punto de que una misma perso na pu ede juntar varias qu e se hall a n en co nfl ic to unas

con otras.

* 'ti <':f.t (¡. ~':11

Nin guna :~p inión es respe table, qu e todas ha n d~ ser a tacadas con toda la apas ionada s ub­

je tividad que ~s pr6pia del más libre y más ge nuinó entendimi e nto.

*

La verdad no es la verdad ni aunq ue la di g~ el porquero de los dioses o el dios de los por-

queros . Sej"áfiempre una s ucia i~ve l) c i ón de 111,fl1flarines . ~ .. ,

:1<

E~l1i tin :l,ec tora~.Je?vi.~.dT1i s. pre~~ci~.s, co.n tr~Ja democracia d.e pa rtid ?"s. Todos. ve.n la abyecdcm de l osoradore~'pero " ha clt e l a'~e l publ Ico t .. ] El s upuesto forzoso de la un a nImId ad

incondicional co nvi erte todo mitin en un a prácti ca fasc is ta: e l local se tra ns fi gura e n un a P iazza

Ve nezia, donde cualqui er partido es "partido único" .. . E n cua nto a los qu e acuden a los mít i­

nes, tal vez la co tidiana ca ta ra ta de apla usos al d ic tado de la televisión co labo re no poco en

a trofiar c ualqui er resto de orgullo, de se ns ibilidad y de vergüenza [ ... ] Se tra ta de la conver­

s ión de los partidos en "e mpresas " análogas a las empresas come rc iales, med iante el desarro­

llo de un a " máquina" elec toral , dirigida por el "boss" -un "empresa ri o de tipo cap itali s ta", que

no ti e ne " princ ipi os" políti cos fijo s, ca rece por co mpl e to de ideo logía y só lo pregullta ¿qué es

10 qu e proporciona vo tos?-, que co ndu ce la campaña elec tora l has ta la "conve nc ión naciona l"

del partido, e n la que se designa e4 cand idato, y -dato espec ia lmen te relevante- "s in interven­

c ión de los parlame ntarios".

(La hija de La guerra y La madre de La patria)

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Rafael Sánchez Ferlosio REPéI3LICA DE L\S LETR.-\S I2l

Fra nz Ka rk a . Hombre con la cabe::;a sobre la mesa

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REPÚBUCA DE lAS LETnAS l2l Rafael Sánchez F erlosio

PECIOS VARIOS

[E.T] El mundo se nos va volvi e ndo tan ajeno y tan inhósp ito, qu e pronto seremos los hom­

bres, los te rres tres mi s mos . los q ue mirando)' seña lando al plcllleta Ill cís re moto. digamos: " ¡\'Ii

casa! ¡Mi casa!" .

No hay nada qu e pueda impres ionarme tan desfavora bl eme nte como e l qu e a lgui e n trate de

impres ionarme favorabl e me nte.

La s impatía es un arcaís mo de q ui e nes c reen, qui ere n cree r o necesitan fin g ir que hav toda­

vía un me dio, un címb ito de vida pClblica, e n el qu e los hombres puede n a ll ega rse e n a lgCII1 grado,

de manera directa v espontcínea, los un os a los otros .

La an tipatía es res is te nc ia y re pugnanc ia a simular y esce nifi ca r -aIJyec tamente- un mundo

que no ex is te .

*

17

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Rafael Sánchez F erlosio

Rafael Súnchez Fer]osio

La hdl!. c!t> la guerra .Ji la nUldre de lü patria

nEPÚBLICA DE L<\S LETnAS1Z¡

Rafael Sánchez Ferlosio Vendrán más años malos y nos harán más ciegos

El que quiera mandar guarde al menos un último respeto hacia el que ha de obedecer: abs­

léngase de darle explicac iones .

*

¡Juslamenle no hay sangre más vendida, trai cionada y pisoleada que la de los mu erlos cuya

mellloria y cuyo honor se esgrimen, con voz amenazanle, para impone r silencio acerca de la ca usa

por la que murieron y, en consecuencia, escudar la impunidad de los que los lanzaron a mor ir!

*

Sigue de guardia Cela, cen linela del ponienle -o sea de sus "gracias y desgracias"-, ce loso

ce lador de la vernácula bellaquería del alma nacional, y ha vue llo el ozor ismo v ellandismo, que

se remozan sin complejos en Bigas Luna y Almodóvar [ ... ]. El anonadamiento cu llural se ha redu­

c ido a defender feliches : la che, la e lle, la eñe.

*

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REPÚBUCA DE L~S LETIlAS lZl Rafael Sánchez F erlosio

ENSEÑANZA PRIVADA. ENSEÑANZA PÚBLICA

Parece que sigue estando e n discusión la dualidad entre enseñanza pública y enseñanza

privada. Al di stinguir la segunda con la sola determinación de "privada" se pasa en s ilencio el

rasgo en que habría que haber pu es to a ntes el acento: "de pago". [ ... ]

No queda más que defender la enseñanza gra tuita, que hoy por hoy se nos ofrece como

enseñanza pública es tatal, pero teniendo en cue nta qu e los que propugnan la libertad de en:;e­

ñanza no sólo apoyan e n su nombre la ex istencia de enseñanza privada, sino que también coin­

c ide n en gran parte con los apologetas del "Estado mínimo", que a la vez gu-tan de aUlo<le- ig­

narse co mo "anties tatali s tas" o incluso, co n arreglo a la supe rior correcci ón de \ - r,gas Llo5a~

"antiestatistas" .

Lo úni co o casi lo único que és tos qu e rrían dejar e n manos del Estado e::; lo que consti ­

tu ye justame nte su [unción más an tigua, la que para Max Weber es el rasgo definit orio de l

Estado mismo, o sea el control de la sociedad mediante e l monopolio de las armas [ ... 1 Siempre

he pensado que hay una e rrónea inve rsión de pe rspec tiva en decir, como se sue le, que hoy lo

públi co invade lo privado, cuando la verdad social es jus tamente la contraria: la vida pública

es la invadida y agredida, y la vida privada la invasora y agresora . r ... ]

Bajo el pretexto, cas i s iempre cre ído con total buena fe, de reivindi car o defender " la

libe rtad de enseñanza" l ... ] lo que en verdad se mallifi es ta no es s ino la pres ión de una eco­

nomía privatizante por di so lve r -en un circuito de realimentación positiva, efec to y causa de

sus propias consec uencias- los últimos residuos de soc ialidad y vida pública [ ... J En fin, amén

de la libertad de los papás y las mamás de elegir para sus hijos la ense ñanza que les parezca

conveniente, la libertad de enseñanza se traduce tambi én, más allá de es ta e lecc ión, por una

parte, e n el derecho de mantener some tidos a co ns ta nte control y vigi la nc ia los criterios y las

prácticas de un profesorado del que se cons ideran autorizados a desconfiar de modo s is te má ti-

19

Page 20: REVISTA 123

Rafael Sánchez Ferlosio REPÚBLICA DE LAS LEmAS l:!!

co [ .. . ] y, por otra, e n el derecho de extender y man tener extendidos los te ntácu los de las pri­

vadas y perso nales relaciones familiares sobre un terri tori o p úbli co e impersonal como es o

debería ser el de las relaciones de enseñanza. [ . .. ]

E l caso es que el es tudian te adiéstrado -más que "enseñado"- acaba po r volve rse com­

pletamente ciego para parar la mirada ante c ualq ui er de talle "atípico " de talo cual ed ifi cio sin­

gular, que resulta simplemente borrado tras los signos de la iden tificación clasificatoria. [ ... ]

Entre los contenidos de la e nseñanza , la ac tual d iscusión sobre la restauración de las lla­

madas " humanidades" no acie~·ta a di simular hasta qué punto lo ún ico que realmen te les impor­

ta a unos y a otros (cen trales y periféricos) y por lo que es tán dispues tos a batirse has ta el últi­

mo vale no es otra cosa que la historia. A es te respecto, es digno de señalar cómo doña

Esperanza Aguirre (entonces mini s tro de Educación y Cultura, conferencia del 26 de mayo de

1997) tras haber c itado al más acérrimo de los an ti es tati s tas, Friedrich Hayek, con la alegac ión

de que có mo se puede "pensar qu e el políti co o el burócrata planificador sabe mejor qu e cada

individuo qué es lo qu e le conviene ", lanza, bastante más abajo, refiriéndose a la hi s toria, es ta

declaración: "Para noso tros, es de máxima importancia asegurar que , en el futuro , todos los

es tudi antes de España compartan un substrato de enseñanzas comunes, qu e impida n la pérdi­

da de valores y refere ntes compartidos y que garan ticen la ind ispensable cohesión nacional ".

De manera que, en tocando el punctum pruriens de la his toria, ¡adiós, señor Haye k!, es el

Estado el único que sabe lo que le conviene a cada uno de los españoles, o más bien a la masa

unán ime e indiferenc iada de todos ellos . [ ... ]

[ . .. ] el poder de un mundo que ha logrado, no ya acall ar ni amordazar por medio de la

fuerza, s ino disolver y disgregar mediante el privatismo, el consumismo, la desoc ialización , la

aud iovis ualidad, la desintelectualización y el de porte cualesquiera capacidades de refl exión y

de elaboració n de la experi encia has ta el extremo de que todas las posibilidades de con tienda

se reducen a un espec tác ulo de ges ti culación, donde la propia estética de lo transgresor mu es­

tra la e lemen talidad y la s implez~\l e balbuciente residuo que atest igua la tremenda depaupe­

rac ión sufrida por el suj e to humano en general.

Fragmentos del ex trao rdinario trabajo

" Pedagogos pasan, al infi e rno vamos."

La hija de la g uerra )' la madre de la patria. 2002

Page 21: REVISTA 123

REPÚBUCA DE L~S LETRAS l2l Rafael Sánchez F erlosID

'IV. MEDIOS DE COMUNICACIóN

(La TV) [ ... ] cada vez con más frecuencia lanza reporteros a la caza de imágenes in situ,

y preferentemente paparrachos carroñeros ansiosos de picotear carne de desgracias y provistos

de micrófonos no sólo para captar come ntarios espontáneos, sino tambi é n para arrancar,

mediante acoso de preguntas, reacciones verbales, que no por provocadas dejarán de verse

incorporadas sin más a la noticia, con indistinta imputación de hechos [ ... ] El telediario va

tomando, de hecho, una función cada vez más orname ntal , sumergido en e l a lmarja l o muladar

de los seriales sin fin y probablemente sin princ ipio, pues ¿q ui é n podría reco rd a rl o o sabe r s i

un episodio fue an tes o después?, de las tertulias de "ellos y ellos" entre cuarenLones no se

sabe si niños de creci mi ento re tardado que aún se ríen con picardías de caca-culo-pedo-p is o

prematuros viejos verdes ya en la chochez crepuscular de recrearse en un ludopaté Lico con­

curso sin límite y sin fin de quién se atreve a más, de quién es más salaz y más chistoso, de a

ve r quién gana hoy en desvergüenza yen gorrinería, o de los grandes programas "cara al públi ­

co" de aplaudidores automáticos, como aquellos que vio Kafka en el circo: "E l aplauso qu e una

y otra vez arrecia en manos que no so n más que martinetes de vapor"; todo ello al serv icio del

único fin inamovible : la publicidad.

[Premio Pulitzer o el deber de info~·!l1ar]. Siempre hay un hijo de la gran puta capaz de

esperar horas al suicida indeciso en la cornisa del rascacielos, para poder fotografiarlo en e l

a ire un instante antes de estrellarse contra el sue lo. [ ... ]

[¿Causalidad o cas ualidad? ] Cuantos más cach ivac hes vienen junLando los hombres para

comunicarse, menos parece que Lengan que decirse los unos a los oLros. Aunque Lambién es

posible que nunca hayan tenido mucho que decirse y sólo ahora la sobra de medios los pone en

evidencia.

La hija de La guerra . ..

Mujer hoy

[ . . . ] Si la más alta jerarquía soc ial de una mujer es la que puede a lcanza r como mode lo

-con la belleza como única medida de su "más valer"-, es que el papel de portadora de vesti­

dos se cons idera la fun ción más propia y más definiLoria de su condi ció n r· .. ] Su pauta hace

criterio, reconduce las representaciones y condiciona así el modo de ver y concebir a las muje-

21

Page 22: REVISTA 123

Rafael Sánchez F erlosio HEPÚDLlCA DE LAS LETfL\S !ZJ

res no menos que el de verse y concebirse ellas mismas a s í mismas. Cada c ultura crea s u uni­

verso real; miopía nominali s ta es ver s us cambios como una mera a nécdota es tadís ti ca : por

deprimente que el hec ho nos resulte, la culminación soc ial de la mujer y por ende s u imagen

ideal es hoy la del modelo. ¡Oh nueva reina, portadora de ves tidos, ¿qué se hi zo de la emanci­

pación?!

Sindicalismo

[ ... ] Ese mIsmo reparto de papeles, según el cual el antagon ismo direc to no es entre el

empresario y la clase obrera, sino entre emp resario y empresar io, quedando aqu élla como víc tima

indirecta de semejante competencia, es lo que hizo que constitu yese una victoria de alcance incal­

culable para el liberalismo la separación por parte de las organizaciones proletarias [ ... ] entre par­

tido y sindicato [ ... ] La funesta ingenuidad de tal separación aparejaba de hecho la "despolitiza­

c ión" o " miopización política" del sindicato. Tal despolitización tuvo el efecto de que el obrero sin­

dicado tendiese a dejar de ver y de tener por enemigo a s u enemigo direc to y verdadero, o sea, el

propio principio de la competencia empresarial en tanto que sistema de gobi erno de la economía

en su totalidad, y fuese desviando insensiblemente la mirada, la atención y has ta la fobi a hacia el

mero empresario singular. [ ... ] La gran vic toria que supuso, sin quererlo, para el li berali smo la

decisión de separar partido y sindicato, con la consiguiente despolitización de hecho del segundo,

radi có, así pues, en que a través de la satanización directa y absoluta del "patrón explotador"

quedó a cubierto y a salvo la verdadera soberana que gobierna e l mundo para grandes y pequeños

y que, desviadas las iras de la plebe sob re s us vasallo~, pudo segu ir e inc luso ace lerar, ya final­

mente impune e imperturbada, sus planes de dominio uni versal.

[ ... ] la despolitización del sindicato fue recibida como la mayor victoria que las organizacio­

nes proletarias pusieron gratis en la mano del liberali smo como el h~cho de que és te no tuviera ya

mayor reparo en concederles -casi en contrapartida-la legalización del instrumento violento de la

huelga, como diciendo: " ¡Pero con mil amores, por s upues to, si todo lo que pedís es aliviar las con­

diciones de vuestra servidumbre!"

(El alma y la vergüenza)

22

Page 23: REVISTA 123

Memoria de largo recorrido U na idea de movimiento del siglo XX español

El pensamiento y la literatura son dos co ns­

tantes que hab itan en algunas de las personas

co n las qu e me cruzaba en diversos lugares y

caminos: premios literarios, presentaciones de

libros, tertulias, co ngresos, talleres de litera tu ­

ra ... Durante varios años observaba con c ierta

te rnura el movimiento de muchos hombres de

letras y pensamiento que ya tenían el pelo blan ­

co y la mirada sabia; aquel que ya ha recorrido

la mayoría del ca mino. Mientras sus voces y sus

palabras me enseñaban que el camino no es más

que un aprendizaje y qu e el mejor aprendizaje

es tá en las palabras, deseaba unir esas voces y

esos pensamientos en un documental para co m­

partirlos con aquellos que no tenían mis privile­

gios: poder charlar amablemente co n e llos,

poder preguntarles sobre la vida y la mu erte,

sobre sus recuerdos, sobre todo aquello que

hubiera deseado preguntar a mis abuelos. Así

nació este proyecto, un documental en el que un

peq ueño equipo de mentes inquietas llevamos

trabajando ya unos años, dejándonos guiar por

las voces de las mujeres y hombres que ya han

hec ho camino al andar, desgastando suelas en

mu chas carreteras de polvo, piedra y petróleo;

viajando por el mar de dudas de las serpi entes

de hierro que se iban extendiendo por toda la

geografía española: lugares de lucha y de co no­

cimiento . El proyecto comenzó con un a larga

lista de intelectuales españoles, entre e llos algu­

nos que ya no están con nosOtros como Josefina

Aldecoa, Carlos Castilla del Pino, Antonio Pe­

re ira, Miguel Delibes y Jorge Semprún, con los

23

TWIGGY HmOTA

que pude hablar para c itarnos pero se fu e ron

antes de hace r la entrevi sta. Me dio tri steza

saber que ya solo quedaban sus obras y los

recuerdos de sus amigos, algunas entrev istas

desperdigadas y bastante documentación en las

hemerotecas. Sin embargo, no pude preguntar­

les : ¿Qué es la vida? ¿Qué rec ue rdos ti ene de la

guerra? ¿Qué piensa de la polít ica? ¿De la

soc iedad? ¿De la econom ía? ¿De la tecnología?

¿De la cultura? ¿Y de la litera tura?, las pregun­

tas raíz de las que parte el documental.

Planteaba es te trabaj o como un lu gar de encuen­

tro de voces que ya han esc uchado las ca mpana­

das del vacío y han ded icado gran parte de l siglo

XX a su España, e l país donde vivo desde que

murió franco. Conocer en primera persona por

boca de esc ri tores, ed i tores y filóso fos cómo

veían ellos la España que fue, que es y será se

convirt ió en un afán de conocimiento tal que es

es tos momentos de postproducc ión del docu­

mental, de duración determinada, entendemos

que se quedarán muchas cosas por decir. Por eso

es te número de República de las Letras da fe de

algunas de las entrevistas ya realizadas, entre­

vistas completas, que no podrán reflejarse en el

documental. Tampoco podemos plasmar en este

número todas las entrev is tas, que asc ienden a

veinticinco, puesto que ese será trabajo de un

libro que sa ldrá más ade lant e, en e l mismo

momento en que aparezca el documental. No

creo que lo uno tenga sentido s in lo otro pues

ambos son trabajos comp lementarios de un pro­

yecto en el que se unen voces sabias de nuestro

tiempo con la mirada lo suficien temen te alarga­

da como para que sus palabras tengan el poso y

la cadencia necesarias para entender que la vida

Page 24: REVISTA 123

Twiggy Hirota

es s ueño. Se conca tenan los versos de Antonio

Gamoneda co n las palabras de Ana María

Matute, el teatro de Alfonso Sastre con la lucha

políti ca de Marcos Ana y Arm ando López

Salinas, el pensamiento de José Luis Sampedro

con el de Juan Goyt isolo, la música de Félix

Grande co n la de José Manuel Caballero Bonald ,

los poemas de Francisca Aguirre con los rec uer­

dos de Eduardo Ladrón de Guevara, las fic cio­

nes de José María Merino con las vivencias de

Rosa Regás, Andrés Sorel, J osep María

Castellet, Soledad Puértolas, Salvador Pániker,

Juan An tonio Masoliver, José Luis Borau,

Lourdes Ortiz, Rafael Borrás Betriú , Javi er

Sádaba . ..

Es tamos viviendo un momento de ines tabili ­

dad y cambios mundiales importantes y España es

un país democrático joven, un lugar que arrastra

rémoras del pasado y que sin embargo trata de

competir en una liga compleja en la que se con­

vierte en un satélite con voto afec tado por cual­

quier mandato que llegue de arriba. Para com­

prender ese lugar que es · España visto desde el

pensamiento español es necesario preguntar a las

voces que vivieron y-se implicaron en todos los

acontecimientos anteriores, los del convulso siglo

XX. Posiblemente hoy no es taríamos donde es ta­

mos de haber cambiado la his toria. Mejor o peor es

difícil de saber, pero lo que s í sabemos es que lo

podíamos haber hec ho mejor y que debemos

aprender de los errores del pasado analizándolo

con la posible objetividad de la historia personal

de cada uno. Es tas son parte de las reflexiones a

las que nos llevará escuchar o leer las palabras de

aquellos que han tenido como máxima luchar por

REPÚBLICA DE LAS LETRAS I2l

la libertad, las libertades de palabra y de pensa­

mi ento, y como consec uencia la li bertad de acc ión.

Durante largas entrevistas, en algunos casos, la

mayoría de los intelec tu ales entrevistados concluí­

an en la necesidad de cambios edu cativos y cultu­

rales, cambios económicos y políLicos, ca mbios en

el uso de las nuevas tecnologías y necesidad de eli ­

minar la guerra como sistema de cas tigo y es trate­

gia comerci al. Ninguno creía en los políticos de

es te país y todos acariciaban la idea de qu e la vida

es literatura: palabras, palabras, palabras. Y lo

demás posiblemente es sueño. Algunos jóvenes

soñaron que a partir del 15 de mayo de 2011 las

cosas podrían ca mbiar aunque por desgracia era

fáci l sabe r hacia dónde. Aun así esos intelectu ales

con los que hablaba de la vida abrazaron co n es pe­

ranza la posibilidad de conseguir mover los

cimientos de un país estancado por sus propios

complejos y errores . Sí, llevan años diciéndolo:

cambiar la ley electoral, el Código Civil y la

Constitución. Y en es te país capi talista, qu e forma

parte de Europa, en un mundo de ali anzas, alguno

de nu estros pensadores comentó: "La literatura,

como diría Pavese, es una defensa co ntra las ofen­

"as de la vida"; "La guerra es un a prueba de que

la humanidad hoy, en todas partes, todavía es tá

atrasada y no se ha perfeccionado lo sufi ciente

para querer convivir en paz"; "La economía forma

parte también de las desilusiones, no ya de las

democraci as, sino de tod os los sistemas políti cos";

"El poder en manos de un dictador te prohíbe y el

poder en manos de una democracia genera confu­

sión"; "El comunismo ha muerto, viva el com unis­

mo" . Que viva la piel de los hombres que luchan

por la libertad y qu e sigamos aquí para verlo .

I

De los 25 intelectuales españoles entrev istados para el documental JlIle1l1oria de largo recorrido, se ha selecc ionado , para incluir en es te número es pec ial de REPÚBLICA DE

LAS LETRAS, la mayor parte del co ntenido de las entrevistas de los sigu ientes esc ritores :.

José Manuel Caballero Bonald Jesús Campos Gareia Josep Maria Castellet Antonio Gamoneda Félix Grande Ana Maria Matute

Rosa Regás José Luis Sampedro Andrés Sorel

Page 25: REVISTA 123

José Manuel Caballero Bonald

El que no tiene (ú¿das, el que está seguro de

todo, es lo más parecido que hay a un imbéciL.

* * S iempre he pensado que SL no tuviera

m elTLOria no podría escribir.

* * * Yo creía que con esta crisis, el capitalismo

iba a ser rev isado a fondo y se iba a ver que

es un fracaso, como lo júe un cierto tipo de

comunismo. Pero no se ha llegado a esa con­

clusión, sino que se ha reform ado el capita­

lismo para favorecer más a los ricos y empo­

brecer a los pobres. Realmente parece que

estamos ante un cataclismo.

* * * Yo trabajé aliado del Partido Comunista

como todos nosotros en aquel momento. No

tuve cam et, pero trab ajé con el PCE porque

era el único p artido que realmente te nía p re­

sencia en la v ida clandestina antifranquista.

Nace e n Je rez e n 1926 . Vi ve a caba llo

e ntre Madrid y San lúcar de Barrameda.

Desde s u j uve n tu d, desd e s u libertad , com­

prome tido contra la di c tadura franqui s ta . Ha

vivido en · Colombia y Cuba un ti e mpo.

POEsíA

Las adivinaciones. 1952. Memorias de poco tiempo. ] 954·. Anteo. 1956. Las horas muertas. 1959. Pliegos de cordel. 1963. Descrédito del héroe. 1977. Manual de infractores. 2005 . La noche no tiene paredes. 2009.

NARRATIVA

[Jos días de septiembre. 1962. Agala ojo de gato. 1974. Toda la noche oJeron pasar pájaros . 1981. En la casa del padre. 1988. Campo de Agramonte. 1993 .

E NSAYO

Archivo de l cante fl amenco. 1968 . Luces y so mbras del flamenco. 1975. Breviario del vino. 1980. Andalucía. 1989. Sevilla en tiempos de Cervantes . 1992. Tiempos de guerra perdida. (Memorias). 1995. La costumbre de vivir. (Memorias) . 2001.

Ha reali zado versiones de obras de teatro clásico español y guiones para documental.es de te levisión.

ÚLTIMA S A NTOLOcfAS POÉTICAS

El imposible oficio de escribir. 1997. Antología personal . 2003. Somos el tiempo que nos queda . 2004.

Page 26: REVISTA 123

José Manuel Caballero Bonald

LA VIDA

Yo creo que la vida es fundamenta lmente

una aventura. Se viene a un sitio para pasarlo

bien, mal o regular. No se sabe real mente de

dónde vienes y a dónde vas. Esas son las gran­

des preguntas que se ha hecho la human idad y

son p reguntas prácticamente incontes tables . Yo

creo que la vida también, aparte de esa ave ntu­

ra, es como una apuesta por vivir de una forma

intensa: la cos tumbre de vivir, como se titu la

uno de mis libros. Acostumbrarte a vivir, acos­

tumbrarte a soportar los embates constan tes de

lo que te rodea, las desdichas que ocurren a tu

alrededor. En fin, la vida tampoco se puede

decir que sea un paseo más o me nos afort un ado .

LA GUERRA

La guerra es un disparate, una especie de

desorden general. Después de tantos siglos de

luchas, las grandes creaciones de la literatura

universal son libros dedicados a la guerra, desde

los libros sagrados hindúes a la Biblia, el

Antiguo Testamento sobre todo, y luego la flíada, \ \

REPÚBLICA DE lAS LETRASlZl

la Odisea . Todo son guerras, la descr ipción de

guerras, de gen te ma tando a gen te . Y es to rea l­

men te es un despropósito. S i se pie nsa en frío

parece que nadi e p uede exp li carse rea lme nte

q ue la guerra siga ex is ti endo, q ue haya la posi­

bil idad legal , ent re co millas, la posib ili dad legal

de q ue gen te ma te a ge nte . Y es to me parece que

sigue siendo un desas tre del desa rrollo de la

humanidad . No nos he mos desarrollado sufi­

cientemente como para ev ita r q ue las guerras

siga n produc iéndose:

Yo era mu y niñ o cua ndo e mpezó la guerra.

Tenía ocho o nueve años y cuand o termin ó tenía

12, así q ue los rec uerdos míos son vagos . Pero sí

tengo un a seri e de hec hos concre tos qu e se han

quedado grabados e n mi me mori a, por eje mplo

asomarme al ba lcó n de mi casa y ver un mu e rto

tendido en la calle sangra ndo, esa es un a image n

imborrable, de algui en a q ui en le había n di spa­

rado. Más que de la guerra, porqu e yo era un

niño de la guerra, casi me gus ta más dec ir un

niño de la Repúbli ca q ue ta mbi én vivió la

Guerra Civil. Pero me gus ta más cons id erarm e

como un adolescen te de la posgue rra. Los pri­

me ros adolescentes de la guerra fueron la gente

que ti ene mi edad. Eran el grupo poético o el

Page 27: REVISTA 123

REPÚBUCA DE lAS LETRAS IZl

grupo literario del 50. Y lo peor fue la posgu e­

rra, la venganza, la lu cha, la violación de los

derechos, la persecución del vencido has ta la

muerte. Eso fue la atrocidad de la posguerra qu e

sigue siendo, todavía , una materia que se ha

quedado en el aire sin jus tifi car. No ha habido

un tribunal que juzgara esos crímenes a troces,

no en la guerra, sino en la posguerra, me refiero,

sobre todo, a la persec ución del vencido, del que

no pensaba igual qu e el vencedor, a esa perse­

cución hasta la mu erte.

La guerra es un telón de fondo que aparece

en mi obra literaria constantemente. No hay nin­

gún tema específico vinculado a la guerra salvo

algún poema, pero generalmente lo que yo he

hecho siempre es usar la memoria. La memoria

es para mí el factor desencadenante de la acc ión

literaria. Si yo no tuvi era memoria, yo no podría

escribir. Yo esc ribo a partir de esa memoria ,

modificando los rec uerdos, de acuerdo con las

necesidades de la co ntinuidad narrativa o del

poema . Pero en todo caso es mi memoria la que

ac túa s iempre. Y e n ese se ntido toda mi obra

es tá inundada de ese rec uerdo de la guerra . Las

José Manuel Caballero Bonald

nov elas, muchos poemas, y e n tod as las novelas

hay siempre algui en qu e ha vivido la gue rra,

algui en qu e ha padec ido la guerra , a lgui en qu e

ha luchado e n la guerra y las consec ue ncias de

esa lu cha. En fin, sie mpre ha ha bido problemas

vinculados a la Guerra Civil , de un a manera ine­

xo rable .

LA liTERATURA

La literatura es - yo creo que un a defini c ión

podría ser, como diría Pavese- una defensa con­

tra las ofensas de la vida. Yo escribo siempre

defendiéndome de algo, escribo para dejar fij a­

da mi actitud frente a cosas qu e detes to, o cosas

que realmente defi endo. Y también me gus ta

decir que yo esc ribo para just ifi ca rm e a mí

mismo, porque s i no lo hi ciera tendría remordi­

mi entos de no haberlo hec ho. Uno, a med ida qu e

escribe, se va , es lo qu e los psiqu ia tras llaman

objetivación, es decir, te objetivas, cuentas lo

que te oc urre y así te liberas de fan tasmas per­

sec utori os, de las manías que todo esc ritor y

tocla persona ll eva consigo . La lite ratura es una

forma también de vivir, de no sabe r cal larte y, en

último caso, es una ac titud defensiva frente a

si tu aciones que no me gustan o que detesto.

Page 28: REVISTA 123

José Manuel Caballero Bonald

LA POLfTICA

Soy un viejo polít ico qu e ha lu chado e n la

c landest inidad, du rante e l franq ui s mo, pe ro

nunca he s ido un político ac tivo después de la

guerra, des pués de la niuer te de Fra nco . He s ido

observado r de lo q ue oc urre . La políti ca s ie mpre

me parece q ue es una forma d e admini s trac ión

de la vida de un país y q ue todo eso lleva cons i­

go una especie de trastornos con los q ue no

estoy de acuerdo. La política . .. s iemp re e n el

fondo hay como un co mponen te cíni co, como un

componente engañoso, y es toy cont ra eso .

LA ECONOMfA

La economía polít ica y la eco nom ía tal co mo

se entiende ahora es para mí un a rca no. Hay

como una frontera que me imp ide e ntra r de nt ro

de esos mecanismo miste ri osos q ue hacen qu e

las acc iones suban o bajen, q ue la bolsa tenga

altibajo impensables, que no se sabe por q ué

razones eso funciona como funciona. De manera

q ue la economía, para mí, es u n misterio.

2B

REPÚBLICA DE LAS LETRASIZl

Yo he lu c had o contra e l ca pitali s mo dura nte

mu chos años y so bre todo dura nte los años de la

di c tad ura . Yo c reo qu e el ca pita lis mo fe roz es

uno de los gra nd es tras torn os q ue pu ede n oc u­

rrirle a un a soc ied ad . E l cap ita lis mo tal CO Ill O se

enti e nd e aho ra , qu e ha condu c ido a la hecatom­

be económ ica q ue estamos padec ie ndo. Yo soy

anti cap italis ta por defin ic ión , por edu cac ión y

por p rin c ipios . E l capita l is mo, las grand es

e mpresas ca pita li s tas d e l mundo, qu e son las

qu e ma ndan , las qu e orde na n, esas so n las qu e

más d año hace n a l desa rro ll o el e la c u ltura y de

la hum a nidad .

LA SOCIEDAD

La soc ied ad es e l conjunto de gente qu e

vive en un mis mo s iti o y qu e ti ene más o menos

los mi smos reso rtes c ultura les, las mis mas as pi­

rac iones, pero q ue luego es un a ca nti da d u n

poco vaga, abs trac ta. No e nti e nd o mu y bien s i

una soc iedad es rea lm ente . A veces yo he di c ho

en a lgú n poe ma : a fu era no había nad a, solo la

multitud , no había nadi e, solo la Illult i tud. Pues

esa mu ltitud q ue p uede ser la soc iedad no t iene

más va lor que e l a bs trac to de se r un a orga ni za ­

ció n de la definic ión de l mundo.

Page 29: REVISTA 123

REPÚBUCA DE LAS LETRAS lZl

LACULTURA

La cultura es la posibilidad qu e ti ene cada

ci udadano de llegar a dond e qu iere llegar. Las posibilidades y las condiciones que se le ofrecen

para co nseguir algo, algun a posición en el mundo. La cultura es saber dónde están las solu­

ciones, dónde es tán las resp uestas a las pregun­

tas qu e tú te haces. Esa cultura que es también

un concepto muy serio, muy solemne, pu es es

sobre todo eso: más qu e adq uiri r conocimientos,

saber dónde están algunas de las grand es res­

puestas.

LA TECNOLOGíA

La tec nología es un avance absolutamente

necesano qu e yo admiro. Me parece que los

Poemas de Caballero Bonald de su libro

La noche no tiene paredes

José Manuel Caballero Bonald

ava nces t e~nológ i cos han transc urr ido a lal

veloc idad que rea lmen te lo qu e ahora ocurre,

cuando yo era un muchacho, un adolescente, un joven, era milagroso . No se podía concebi r el

teléfono móvil por ejemplo , o e l ordenador, cosas absolutame nte normales ahora, que hace poco eran milagrosas . Poder co muni ca rle co n

alguien y ver s u ros tro a lravés ele un a pa ntalla,

todo es to salía en el ci ne de anti cipac ión o en la

ciencia ficción, de modo que la tec nología para mí sigue siendo un avance de extraordinaria

importancia en el mundo y hay que ser co ns­

cientes de qu e la tecnología nos va a hacer, seguramen te, más sensatos en cuanto a la vio­

lencia en que nos movemos y con que respon­

demos unos a otros .

EL JUSTO

Aquel que edificó su casa

con nobles piedras y a su abrigo

vivió decentemen te

sin mandar ni ser mandado,

aquel que obedeció los es ta tutos

de la naturaleza y así pudo

igualar con la vida el pensamiento,

aquel que comparti ó los venerables

ordenamientos de la so ledad,

ese no podrá nunca ser vencido

porque nunca tampoco

usará contra nadie su poder.

Page 30: REVISTA 123

José Manuel Caballero Bonald

3)

TIEMPO DE LOS ANTÍDOTOS

La edad me ha ido dejando sin venenos, malgasté en mala hora esa fortu na,

¿qué más puedo perder?

Llega el tiempo ruin de los antídotos.

Materia devaluada, la aventura di siente de ella misma y se aminora.

\

Ya sólo quedan rastros de peli gros, una zona prohibida apenas frecuentada ,

la pauta exigua de lo inconfesable, cierto amago fugaz de furia y desacato.

La osadía de bordes delic ti vos,

los deseos gas tados en los bruscos di spendios de la infidelidad, la virtud y su inercia depravada, el amor consumi éndose como un licor impuro, la excitante trastienda de la noche, ¿qué se hicie ron?

Los años, ay de mí, me han desmentido.

REPÚIJLlCA DE LAS LETRAS lZl

Page 31: REVISTA 123

Jesús Campos

Jesús Campos nació e n Jaén en 1938. Autor tea tral , direc tor,! escenógrafo. Participa e n las

lu chas antifranc¡uistas de los años setenta

En los años ochenta es nombrado di rec tor de los teatros del Círculo de Bellas Artes de

Madrid.

En 1998 es elegido pres idente de la Asociación de Autores de Teatro dond e pone en mar­

cha la revista Las puertas del drama, la organización del Salón 1 nternacional del Libro Teatral

y los Mm·atones de monólogos del Círculo de Bellas Artes.

OBRAS PRI NC IPALES

Nacimiento, pasión y muerte de ... por ejemplo: tú. ] 978. Matrimonio de un autor teatral con la }nnta de Censura. En un nicho amueblado. ]975.

7.000 gallinas y un calnello . 1974 (Premio Lope de Vega).

Es mentira. 1980. Entrando en calor. 1990. A ciegas . 1997. Triple salto mortal con pimeta. 1997. Naufragar en internet. 1999 (Premio Nacional de Literatura Dramáti ca del Mini s te rio de

Cultura) .

31

Danza de ausencias. 2000. Patético jinete deL rack arul roLL. 2002. La fiera cormpia. 2004. djuan@s ime tri co.es (La burladora de Sevilla y el Tenorio del s. XX!). 2008.

Page 32: REVISTA 123

Jesús Campos

LA VIDA

La vida es la oportuni dad qu e ti e nen las

cé lulas, solas o en compañía, de opone rse a su

des tino, otra cosa es ya q ue lo co ns iga n, pero .. .

La vida para mí es lo mismo, la oportunidad qu e

tengo de oponerme a mi des tino.

La vida es como un paréntesi s, naces y te

mueres, qu e son dos situac iones trágicas, terri ­

bles, en las que no te es tá permitido actuar, es

dec i r, q ue oc urre n a l marge n de tu voluntad. Y

en med io de ese paré ntes is oc urre n cosas en las

que sí puedes al menos aporta r tu voluntad . Es

la ún ica d iferencia. Y el res to es el vacío.

LA GUERRA

La guerra es una enfermedad endémica de

or igen genéti co que se agrava co n nues tros

malos háb itos .

Yo nac í en guerra, es decir, es tu ve en e l

vientre de mi mad re du ran te los tres últimos

meses de la Guerra C ivil Española, por lo q ue

supongo que algún eco de alguna bomba me

debió llegar. Algún m'iedo, algún terror debió

llegarme. Con lo cual durante muc ho ti e mpo e l

te ma de la gue rra formó parte de mis pesadillas .

Aparte de eso la reflex ión es esa, q ue es ta mos

en una guerra endémica, que es una e nfer me­

dad endémica, que la sociedad siempre es tá en

guerra, que no es algo que empieza o acaba,

sino que la sociedad en su conjun to vive la gue­

rra, como nuestro cuerpo vive una enfermedad,

unas veces en unas zonas de nuestro cuerpo u

otras veces en otra . Y fo rma pa rte, y es ge né ti­

co por eso, porque forma pa rte de nuestros

impulsos, de nuestros ins tintos de superv iven ­

cia. Lo que pasa que la perturbación, la anoma­

l ía es tá en que eso se sobrepasa, eso se sobre­

d imensiona, y se convierte en una enfermedad

grave porque nues tros hábitos son los que

empeo ran esa enfermedad. Esa predisposic ión

gené tica .

32

REPÚBLICA DE LL\S LETRAS 1ZJ

La guerra es tá en mi obra como lo es tá la

mu e rte. Lo qu e oc urre es q ue la mu erte no es tá

ta n ma l, es algo na tural. La mu erte qu e llega por

tortura, la mu e rte q ue llega de forma inju s ta,

infe ri da po r los q ue te nía n qu e se r tu s co mpañe­

ros, por pe rsonas .. . Si te co me un leó n es incó­

modo, pero lo e n tiendes, él come, tú co mes, en

fin, es tá dentro de las reglas del j uego. Pero qu e

te mate otro como tú , ahí es donde se produce

una incomodidad añadida, no es natmal, pertur­

ba. Y es en la guerra donde se da la gran mu es­

tra de esa barba ri e de pode rn os mata r los un os a

los otros . Y sÍ, e n mi obra es tá mu y prese nte, no

te podría dec ir en c uá ntas, pero s Í, e n mu chas

de mis obras está presente .

LA SOCIEDAD

La soc iedad es un e nto rn o como el medio

a mbiente, un entorn o q ue te dev uelve lo qu e le

das . E n ese caso es peo r qu e e l med io amb iente,

porqu e e l med io a mbie nte s í que es verdad q ue

te dev uelve lo qu e le das. E n e l caso de la soc ie­

dad generalmente te dev uel ve a lgo peor. ¿Por

q ué? Pues porq ue ven imos arras trand o disfun­

cio nes y esas d isfun c iones ya rec ibe n un e ntor­

no vic iado. Es dec ir, no somos una soc iedad na­

tural porque ve nimos padec ie ndo las pe rturba­

c iones q ue produce una sociedad jera rqu izada, y

ese es el tema . A partir de a hí no hay un a rela­

ción recíproca, como la pueda haber o co mo

debería .haberla, eq ui va lente a la q ue oc urre co n

e l medio a mbien te.

LA CULTURA

La cultura es un ras tro, como la ba ba de l

caracol, es un a lgo q ue vamos dejando atnís y qu e

está bien porque esa fo rma de fij a r la memoria nos

sirve para orientarnos o pa ra no pe rcle r la orienta­

c ión o para reo rientam os s i la perdi é ramos, es

deci r, un referen te. Un refe rente .. . a veces yo c reo

que se incurre en la defqrmac ión de pensar q ue la

cultura es algo q ue se co nst ru ye, como que va

haciendo cu ltura, va avanzando en ella . . . y mi

sensac ión es la contraria . Va mos hacienclo cosas

Page 33: REVISTA 123

REPÚBUCA DE IAS LETRAS lZl

que res ultan ser cultura . En el momen to en que

ponemos la cultura como objet i vo, corno algo que

cons truir, es tarnos cayendo en una aberrac ión. La

cultura es una co nsecuencia.

LA TECNOLOGíA

La tecnología es como una lupa que amplía

nues tras posibili dades, es decir, el automóvil

corre más q ue noso tros, el telescopio ve más allá

de nosotros, el avión salta más que nosotros; - pero

en definit iva la tecnología hace las mismas fun ­

ciones que nosotros, de ahí que el uso de la tec­

nología no sea ni mejor ni peor que el uso qu e

hacemos dc nosotros .

He utili zado la tec nología cuando la he nece­

sitado, te irrita a veces cuando te supe ra, cuando

entiendes que ti enes que dedicarle un ti empo que

no es el que le q ui s ieras dedicar. Lu ego, una vez

que se lo dedicas, p ues te lo devuel ve y al final te

hace ganar tiempo, pero vamos, podríamos decir

que si ha habido un a pugna con ella ha s ido una

pugna menor, no una pugna fundamental , porque

Jesús Campos

tengo muy claro que so n elementos auxiliares.

Desde que el pri mer hombre cogió un pali to y lo

metió en un aguj e rito pa ra que sali era una hormi­

ga con más fac ilidad y co mérse la, pues a partir de

ahí vamos cogiendo cosas que amplifican las fun­

c iones qu e tenemos qu e hacer y entonces unas nos

vienen dadas porque es tán con nosotros desde qu e

nacimos y otras nos es tán ll egando. En la medida

en que nos es tán llegando nos llegan en aluvión .

Ahí sí se produce una agresión porque a veces

recibes tecnologías que no neces itas, que final­

mente seguiremos dependiendo de e llas, pero que

tal vez, o al menos es la percepción qu e ti enes,

podrías vivir s in ellas . Yo tengo un teléfon o, como

todo cl mundo, del que me sobran se tecientas mil

funciones, que no necesito para nada y qu e ade­

más me niego, vamos, que me da igual tene rlas o

no. Pero, vamos, son problemas menores.

LA P OLíTICA

Es que después de habe r vivido la Dictadura,

por mu y mal que es té es to, es un desca nso . O sea,

qué vamos a hacerle . Vivimos incluso un desen­

can to porque la ve rd ad es que pensamos qu e tras

Page 34: REVISTA 123

Jesús Campos

la muerte del dictador las cosas iban a cambiar

más. Se había pensado tanto tiempo, se había

deseado tanto tiempo, que nos quedamos un poco

insatisfechos, ¿no? Pero aun así el balance es

positivo y ahora para mí se resuelve un poco el

tema porque el problema del desencanto es que

pierdes el foco . Antes estabas en una oposición al

franqu ismo, y de pronto sabes que las cosas no

están bien pero que estás en el sistema que siem­

pre has deseado. Y no sabes contra qué hay que

actuar. Hasta que alcanzas la idea de que mien­

tras las dictaduras prohíben, las democracias con­

funden. Es dec ir, el poder es el poder, lo que ocu­

rre es que cambian las herramientas: el poder en

manos de un dictador te proh íbe y el poder en

manos de una democracia genera confusión, con

lo cual si tú dices algo o algu ien lanza un discur­

so que de a lgu na forma pueda ser clarificador,

inmediatamente desde el poder se promocionan

treinta discursos iguales para confundir. Es decir,

s iempre se juega a la confu s ión . Si sale una gente,

por cita r un CclSO concreto, como tenemos ahora, el

15 M, inmediatamente se le infiltran alborotado­

res, se hacen movimientos paralelos, se trata de

captar, es decir, se cre'an tensiones. No se deja

que nada se produzca con naturalidad. Los intere­

ses del poder, que son muchos y diversos, produ­

cen una confusión. Y entonces, mientras que

antes había que hacer una opos ición frontal a la

dictadura, ahora hay que maniobrar en e l telTito­

rio de la confusión para alcanzar los fines, no de

forma cruenta, lo cual ya es un avance, pero

sabiendo que ·e l poder nunca es inocente, por su

propia naturaleza, aunque sea el mejor poder con

las mejores herramientas. Pero ya en principio es

un mal, aunque sea un mal menor.

Todo e l mundo se apunta a batallitas de las

que salió ... Hice alguna cosa, ¿no? Pero como veo

lo que han hecho los demás, que han hecho cosas

muy fuertes, que es tu vieron en la cárcel y que se

la jugaron realmente, pues el que haya ido a una

manifestación, haya corrido un poco o haya hecho

cuatro cositas, pues me parece irrelevante. Quiero

REPÚBLICA DE LAS LETRAS 1ZJ

decir que no he tenido un protagonismo político

en la opos ición fu erte, porque no lo he tenido .

Desde mi obra sí, pero también es que mi politi­

zación se produce muy a final, en los s iete u ocho

últimos años de la dictadura. Podía haber sido

desde los veinte, pero no fue así. Supongo que por

razones de tipo biográfico, tuve un a ruina, bus­

cándome la vida, estaba muy metido en mis cosas

y no estuve, quizás es que no estaba en la univer­

s idad ... con lo cual ta mbién me hubiese poI i tiza­

do más, ni tampoco es taba en la fábrica porque era

trabajador por mi cuenta, con lo cual mi politiza­

ción empezó a producirse cuando ya el franqui s­

mo era menos duro, la cara del franqui smo era

mucho menos dura, y ya te digo, tuve implicacio­

nes pero no relevantes.

La política es un a herram ien ta mal usada.

Claro, es que tampoco puedes hacer un a taque

frontal a la política porque si quitas la política,

entonces ya es terrible. Es deci r, la política s iendo

mala, es la mejor solución para resol ver los pro­

blemas que genera la política. Porque la política

debía ser la sol uc ión de otra serie de problemas y

lamen tablemen te es una generadora de problemas.

Se ha convertido en un agente que le impide actuar

con naturalidad y no debería se r así. Pero es .

Supongo que eso se exp lica ría desde la economía.

LA ECONOMíA

La economía es que avanzan con poder y co n

política, es que avanzan juntas . Desde que se pro­

ducen los primeros excedentes en agricultura, en

el Nilo o donde fuera, y hay una gente que admi­

nistra esos excedentes, el administrador de esos

excedentes termina siendo un poder que se orga­

niza para que tú produzcas más excedentes. Con

lo cua l va ampliando el poder. Y además eso qu e

estaba muy claro en el origen, en Egipto, cuando

se inicia e l primer pode r, lo te ne mos más c laro

ahora: tenemos unos excedentes que son nuestros

fondos de pensiones y quienes generan esos fon­

dos de pensiones son los que están, podíamos

decir, ama rgándonos la vida. Y exigiéndonos

mayor productividad, mayor ahorro, menos no sé

cuclnto, y mire usted, si usted ti ene un poder por-

Page 35: REVISTA 123

REPÚBUCA DE lAS LErRAS l2l

que está generando mis excedentes . Entonces esa

relac ión en tre poder, exceden tes y economía,

poder y política, esa perturbación hace que al

final la política sale a resolver los problemas qu e

ellos mismos han generado, qu e se genera en ese

c írculo vicioso.

LA LITERATURA Y EL TEATRO

Lo podía decir de la literatura y del tea tro

igual, lo tengo muy claro, es el reciclaj e el e la

realidad. Es decir, nosotros vivimos cosas, tene­

mos por ahí experi encias, sensac iones, qu e se

perderían como se pi erden muchos desechos de

los material es y de los productos qu e cons umi­

mos y hacemos como un collage con todo eso, lo

reutilizamos y creamos una realidad di s tinta, qu e

es una forma de fi jar la mem oria, pero en defini­

tiva es eso . Es reutilizar aqu ello qu e ya se per-

Jesús Campos

dió, aquello que es un mate rial de desecho, un

material vital de desecho.

En el caso del teatro es más complejo porque

el teatro es un juego. Es un juego que cons is te en

qu e nadi e es lo qu e di ce se r, o nadi e es qui en dice

ser. Se juega a qu e se es el otro. Hablas co mo e l

otro. Pi ensas como el otro. Ac tú as como el otro. Y

eso de alguna form a te ayud a a entend er al otro.

De hec ho cuando entras en confli cto con un terce­

ro es tás defendiendo posturas qu e no son tuyas; el

ac tor defi end e posturas qu e no son s uyas, el autor

escribe posturas que no son suyas. Lo cual es

bueno para entende r al otro porqu e te obli ga a

mete rte en dos din ámi cas di s tintas y el espec tador

tambi én ve igual dos din á mi cas di s tintas , es dec ir,

se enti ende qu e pueda haber puntos de vi s ta dis­

tintos. Y eso que , gene ralmente , cuando había

puntos de vis ta dis tintos , se resolvía en guerra,

aquí se resue lve jugando c ru enta mente. Por eso el

tea tro es posibl e en Grec ia con una soc iedad en la

qu e se podían mantene r posturas di s tintas en la

Page 36: REVISTA 123

Jesás Campos

plaza públi ca y, como se vivía con pos turas distin­

tas, se jugaba a defender en el teatro posturas dis­

tin tas . Y ese juego es a veces a favor de las dic ta­

duras, en función de los regímenes, el mismo

imperio romano, que sus intereses son otros, no

tan demócratas como la cultura griega, pues repri­

men, prohíben, frivolizan (Roma concre ta mente

llenó todos los teatros de acróbatas), que es lo qu e

de alguna forma nos está oc urriendo ahora. Hay

más o menos teatro en la medida en que hay más

o menos democracia .

Yo tengo la percepción de que no he hecho ni

la décima parte de lo que podía haber hecho. Es

una especie de trabajar frente a un muro que en

alguna ocasión tuve la percepción de que era un

muro que no se había levantado para mí solo sino

que era un muro que se había levantado para todo

un sistema. La transic ión tuvo que pagar su peaje

y de algún modo el acuerdo que los partidos polí­

ticos establecieron para la no beligerancia les

llevó a la conclusión de que el teatro debería estar

un poquito bajo custodia. Como no se podía prohi ­

bir, porque era imposible, no lo iban a prohibir

entrada la democracia y seguir con la censura, lo

que se dijo fue que los autores españoles no eran

buenos. Como no eran buenos, no había que

hacerlos. Tú de momento te quedas con el Es tado

y dices: pues bueno, efectivamente, no seremos

buenos, hasta que te das cuenta de que es que no

te lo están diciendo de ti, lo están diciendo de

todos. Y cuando percibes que ese muro no lo han

hecho para ti sino que lo han hecho para todos,

entonces es cuando tomamos un pocn la decisión

de unirnos todos para romper el muro. Y ahí lle­

vamos muchos años, y ya se es tá consigu iendo,

haciendo que al menos otras generaciones puedan

desarrollar su teatro. A los que estuvimos en esa

generación, que pertenecemos a esa generación,

se nos ha hecho perder mucho terreno de juego, en

muchos reestrenos que no hemos hecho y cada vez

que hemos tenido que hacer algo con mucha

mayor dificultad. Pero vamos, e o es una peripe­

cia personal. He escri to, he estrenado, he jugado,

me he divertido y aquí estamos, intentando seguir

REPÚllLICA DE lAS LETRAS lZl

haciendo cosas pero sin una percepción muy clara

de si lo qu e he hecho ha servid o para algo o no.

Supongo que eso nos pasa a todos .

El teatro es tá en un momento de transforma­

ción . Yo tengo la percepción de que al menos las

nuevas generaciones lo van a tener más fác il. De

todas formas, el teatro, a parte de todas las cri sis

económicas y todas las c ri s is hab idas y po r

haber, el teatro e n E uropa a hora mismo es tá

some ti do a un a tensión espec ial, coy untu ral e

importan te. Lo misn~o que con la creación de los

estados se crea una drama turgia en cada uno de

los es tados, el teatro francés, el inglés, el espa­

ñol. . . con la nueva realidad política europea, se

está creando un nuevo tea tro europeo. Pero el

problema es que el teatro se hace co n palabras y

los europeos no tene mos las mismas palabras.

Con lo cual , de alguna forma, la sociedad euro­

pea en su conjunto, a unque no lo sepa, tiende a

tener un t(;a tro o una expresión cultural co mún,

tiende a ello, pero tiene la dificultad del idioma.

¿Cuál es la resp ues ta? Crear un teatro de ima­

gen . Pero eso al mismo t iempo nos está creando,

podíamos decir, un arte paralelo. En esas ten­

siones creo que nos estamos mov iendo ahora . La

imagen tiene mucha más presencia dentro del

desarrollo de los conflictos en escena, pero es ta­

mos en esa indefinición . Es decir, no pod ría

decir adónde vamos. Supongo q ue al fina l

será . .. Pero además esto está muy claro:

Inglaterra, que tiene un idioma mucho más fue r­

te, con mayor ex tensión, mantiene más el tea tro

de tex to, y Cen troeuropa manti e ne más un tea tro

de imagen. A veces eso se pe rturba desde el

poder político y es tc1 e n los fes ti vales . Lo qu e se

llama la internaciona l fes livalera po tencia, o

sea, solicita productos de imagen . Produ ctos q ue

no neces iten trad ucción . Con lo cual, a l fin a l los

creadores están haciendo lo q ue se demanda . Es

decir, que es una inj erencia desde el poder, no

sé si lícita o no, pero q ue el teatro no se produ ­

ce en la sociedad al marge n de la sociedad y si

se está produciendo un a uni ón de los es tados e n

todos los niveles, esa te nsión está ahí lamb ién.

Page 37: REVISTA 123

Josep María Castellet

Pensar que un mismo concepto puede tener

la misma validez hoy que hace treinta años es

de una soberbia absoluta. Escribo notas sobre los poetas de mi gene­

ración, aquellos jóvenes de entonces tenían 20

o 25 años. Me interesa recL~perarlos. En plena historia del franquismo la poesía

servía como arma de lucha contra el régimen.

y, aunque siempre ha sido minoritaria, ha sido

muy importante en la historia cultural de la

Humanidad por su invitación a la revelación

del mundo. Y está hecha sobre bases de ideas

distintas.

L .

Barcelona, 1926. Ha alternado sus funcio­nes de ed itor con las de crítico literario y autor. En í 958 publicó un ensayo sobre Hemingway. Sus obras más célebres y comen­tadas en tiempos del franquismo fueron La hora del lector (1957) y Nueve novísimos poe­

tas españoles (1970).

Importantes fueron su colaboración con Carlos Barral y el Premio Biblioteca Breve.

Se ha ocupado de la obra de autores cata­lanes como Salvador Espriu y Josep Pla.

Fue presidente de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana.

Ha publicado varios libros de memorias personales y sobre el mundo editorial:

Memóries poc formals d 'un director literario

1987. Els escenaris de la memória. 1988.

Dietari de 1973. 2007.

Seductors, il-lustrats i vis ionaris. 2009,

donde retrata a sus grandes amigos escritores que compartieron su pasión por la literatura.

Tiene en su haber numerosas publi cac io­nes y antologías de poes ía española y catala­na, y sobre lite ratura política y soc iedad, lite­ratura, ideología y. política, la cultura y las

culturas.

Page 38: REVISTA 123

Josep Maria Castellet

l '

LA VIDA

La vida me sugiere dos cosas. Una biológica,

ev idente mente, y la otra la espiritual, que es la

intelectual, que es la del arte, la del culti vo de las

cosas, que trasciende un poco más de lo que es la

vida biológica.

Mi vida es bastante reducible a unas cuantas

cosas. Primero la niñez y juven tud. Yo, cuando

estalló la Guerra Civil española, tenía nueve

años, y por tanto tengo una vivencia de la guerra

un poco extraña, porque a los nueve años uno no

ti ene la conciencia clara de lo que son las cosas.

Encima la tuve variada porque el inicio de la

guerra lo viví en Barcelona, Cataluña, pero

luego, dado cómo estaban las cosas, un tío mío

que vivía en Londres nos reclamó a mi familia y

a mí como refugiado en Inglaterra, tenía unos

meses de vida, y al pa a r e tos meses había que

decidir s i pedir una prolongación del permiso de

vIvir en Inglaterra o decidir marcharse.

Entonces, curiosamente, yeso pasaba tod avía en

el año 37, lo conocimientos que mi padre podía

tener en el Foreign Office dijeron que los a li a-

38

REPÚBLICA DE L~S LETRASw

dos , es decir, Francia, Inglatena, abandonaban

la Guerra Civil Española y qu e allá se apañaran

los españoles, que naturalme nte es taban en

aquel momento protegidos en la parle nacional

por los alemanes e italianos, alemanes so bre

todo, y en la parte republicana por la Unión

Soviética. Eso fue una catástrofe , evidentemente,

porque fue prolongar una guerra que tenía q ue

haber terminado mucho antes y fue la interven­

ción de unas ideologías, la fascista y la com unis­

ta, que no ayudaron para nada a que las cosas

pudieran resolverse después de la guerra de una

manera más suave. Mi padre decidió pasar a la

llamada España nacional y esperar el fin de la

guerra allí, y ni que decir tiene que un niño de

diez años, como era yo entonces, no se enteró

bien de nada, de lo que s ignificaban los unos y

los otros, s i había unos mejores o peores, los bue­

nos o los malos . Y es to fue un principio de inhi ­

bición frente a la política que me acompai'ió

durante mi adolescencia. Es decir, hasta llegar a

la universidad, donde e mpecé a darme cuenta de

que es tas ideologías, estos movimientos , habían

dado lugar a una si tua c ión muy co mp leja que fue

la que, desgraciadamente para nosot ros, dominó ,

con el triunfo de Franco, en la posguerra. Por

tanto, soy, aparte de un niño de la guerra, un ado-

Page 39: REVISTA 123

REPÚBliCA DE lAS LETRAS lZJ

lescente y un joven de la posguerra y la posgue­

rra franqui s ta s in qu e, perso nalm ente, me defi­

ni era por un lado o por otro. Solo a l llegar a la

univers idad y e mpezar a ver otra gente, y ge nte

qu e tenía otras ideas mu cho más elaboradas qu e

yo, e mpi ezo a te ne r una c ie rta ideología políti ca

que tiende siempre hacia la democra c ia y hac ia

las izquierdas , lo cual me hace participar en el

terreno intelectual en lo qu e podíamos llamar la

lucha a ntifranquis ta , que ha sido una de las

caracterís ticas que marcaron los primeros años

de mi juventud. Pasado es to , ya mi vida dentro

de la democrac ia es pañola es relativamente tran­

quila desde un punto de vista ideológi co y enton­

ces es cuando intento hacer un trabajo intelec­

tu al doble, que es por una parte lo qu e escribo y,

por otra parte, co mo di rec tor editorial, desarro­

llar es ta labor e n el te rreno inte lec tua l.

LA liTERATURA

La literatura para mí ha sido una segunda

vida, que se desarrolla muy pronto porque, aparte

de los ava tares de la guerra, siempre tuve una

inclinac ión por la lec tura , de adolescente y de

39

Josep Maria Castellet

joven mu cho más . Me dediqu é compul s ivamente a

lee r, y es to me dio la di me ns ión de qu e una vida

puede multipli carse por muchas vidas. El punto

fund amental de la litera tura, co mo lector, precisa­

mente, es el de enriqu ecerse no solo con expe­

ri enc ias y mundos y ay udand o a la imaginación,

sino también a lo que podríamos llamar el uso del lenguaj e, de la palabra, del verbo, como elemento

fundamental de la vida y elemento fundamenta l

del conocimiento. Por tanto , para mí, la literatura,

evidentemente, ha s ido un hecho importante.

LA POLÍTICA

La política, que en mi s años de adolescencia

y juventud significó mu y poca cosa, después,

como rebe li ón ante la litera tura franq ui s ta , pasó a

s ign ifi car bas tante, s in haber pertenecido nunca a

nin gún partido político, s in haber prac ticado

nunca una lucha callejera, por decirlo de alguna

manera, importanteme nte clandestina . Sé que

para mí la política tuvo esta necesidad de justifi­

carme a mí mis mo delante de una dictadura estú­

pida, c ruel y qu e, por tan to, dediqué bastante

tiempo a ac tividades parapolíticas, algunas direc­

tamente políticas, s iempre en el terreno cultural.

Esto pasaba por muchas cosas, a lgunas completa-

Page 40: REVISTA 123

Josep María Castellet

mente clandestinas, es decir, de apoyo, soporte, a

gente que estaba luchando directa y duramente

contra el francjuismo; otras de soporte moral y

otras de protestas en forma de manifiestos, de

manifestaciones en la calle, que me acarrearon

algunas dificult,ades, pero pocas también. En

aquellos años la política tuvo más sign ifi cado y

sentido, hasta llegar a la democracia, que es una

maravilla, pero es bastante aburrida, es bastante

tópica. La estratificación en partidos políticos y

c lases sociales cada vez se ha diluido más y yo

creo que en estos momentos la política ti ene para

mi un relativo interés. Me interesa saber lo que

pasa, soy un votante como deber democrático que

creo que tengo que hacer, pero ya en es tos

momentos no es tema ni que me apasione ni que

me parezca que me llame a una lucha para articu ­

lar una causa muy claramente definida porque me

parece que no hay causas en el mundo occidental

muy claramente de.finidas.

LA ECONOMíA

La economía forma parte no ya de las demo­

cracias sino de todos los s istemas políticos que hu

REPÚIlLICA DE L~S LETRASlZl

habido en el mundo. También de las desilusiones.

La econo mía no es una cienc ia; los que mandan en

la economía, algunos en provecho propio y otros

por incompe tencia, no acaban de dar nun cu un

esquema claro, algo a lo que uno puecl8 acoge rse.

y lo digo por el hundimien to ele los s istem8s eco­

nómicos socialistas, o del soc iali smo real, o del

co munismo. En el actual momento en el mundo

funciona, y funciona muy mal, una especie de

capitalismo exacerbado, eso que se llama el capi­

talismo salvaje, y que en es tos momentos ha hecho

un punto de inflexión porque ha demostrado sus

vergüenzas ante el público; en este mome nto de

crisis, en esta crisis global en 18 que estamos, cri­

s is, debida, como hemos debido leer y saber, entre

otras muchas cosas, a las espec ulaciones finan ­

cieras o las espec ulacio nes de los grandes nego­

cios o las especulaciones que cond ucen al dinero

negro , a la evasión de capitales y a las formas de

estos sitios extraños donde se esconde el dine ro en

el mundo yqye uno nunca sabe exac tamente dónde son.

La gran crisis del 2009 se solve ntará a lo largo

del ti empo, naturalmente, con la pérdida de dine­

ro y la capacidad adquisitiva de las masas popula­

res . Yo creo que, normalmente, en un sistema capi-

Page 41: REVISTA 123

REPÚBUCA DE LAS LE'I'RAS l2J

talista lo que tendría que pasar es que el capitalis­

mo se retroalimentara de los propios capitales y de

es ta rotación de un capital que entra y que sale y

qu e no saben dónde está pero aparece cuando con­

viene; y, por tanto, yo c reo que lo más probable es

q ue las cosas sigan como estaban ¡lace un tiempo.

LA TECNOLOGíA

La tecnolog[a es la maravilla del último

s iglo y medi o y c reo q ue es uri avance en las

posibili dad es h umanas , de co noc imien to del

mund o, d el uni verso, de la mejora de vida, de

toda esa serie de cosas. Curiosamente, yo creo

q ue esto no afec ta directamen te 'a lo qu e pud ié­

ra mos lla ma r, e n p ri me r lu gar, el s iste ma, el sis ­

tema este del que acabamos de hablar, el siste­

ma del cap italismo, po rq ue el mi smo cap ita li s ­

mo ha vivido clarís ima mente de los avances téc­

n icos de mu chas cosas . Ya pasaba en época de

Marx, cuand o había todo un gru po de obre ros

que protestaba n contra las máquinas, la inven­

ción de los te lares, de todo ese tipo de cosas,

porq ue temía n q ue podía ser, y en un mom ento

detennin ado fue, la supres ión de lu gares de tra­

bajo. Pe ro es to tam bi én tiene evoluciones, ti ene

u na pa rte prác ti ca : lo q ue se des truye por una

pa rte se p uede crea r por otra y se crea. Lo qu e

es evidente que ha pasado y la tecnología ha

ay udado mu chísimo e n la creacjón de una parte

de riqu eza . En lo qu e la tec nología no in c id e es

e n la sens ib ili dad moral de las personas. No nos

Josep María CasteIlet

da mos cue nta pero moralme nte nos a fec ta y, por

ta nto, s i e l homb re ha s ido u n lobo para los hom­

bres, yo creo q ue s igue s ie ndo un lobo pa ra los

hombres y un lobo pe li groso . Po rqu e no olvide­

mos q ue la tec nolog[a condu ce a los in ventos de,

des tru cc ión . mas iva y la tec nología, ev ide nte­

mente, es lo que condujo a la bomba a tómi ca o a

la ca ntidad infinita de medi os de des tru cción. Y

por eso ya hay un a preoc upac ión más qu e anali­

zada por el medi o a mbi ente, qu é es lo qu e puede

pasa r co n es ta degrad ac ión de la na tura leza que

en es tos mome ntos es tamos vivie nd o e n el

mundo. Desgrac iadamente, la tecnología q ue, en

c ierto modo, nos ha proporcionado mu chas satis­

facc iones, no nos ha mejorado pa ra nada, moral­

mente hablando.

LA RELIGIÓN

Sé q ue la rel igión es importan te para algun as

personas, que puede ayudarles como consuelo,

como lo que sea, pero más allá de es ta fó rmu la uti ­

litar ia yo más bien creo, como Marx, que es exac­

tamente el opio del pue blo. Se que es una frase

br ill an te pero exagerada, el d isto rs ionador del

conocimien to del mundo, del conoc imiento de la

human idad, de l conoc imiento de uno mismo, y se

interfi e re entre tú y e l mundo, una cosa que es

irraciona l, que no tiene expli cación. Por tanto, la

religión supongo que durará, o quizá no desapa­

rezca nunca, pero en mi caso ya desapareció y

es toy mu y tranquilo al respec to de es to.

Sobre los Nueve novísimos De una entrevista de Felicia Esquinas

41

Lo escrib í porque, en mi antolog[a anterior Veinte años de poesía española, después. Un

cuarto de sig lo de poes(a española, había defendido el rea l ismo his tórico de los años cincuenta .

E tos pos tulados es téticos fueron cayendo en los sesenta, y había un grupo de gente joven al

que la propues ta de Veinte años . . . ya no les interesaba. Yo sentía curiosidad por saber qué

Page 42: REVISTA 123

Josep Maria Castellet REPÚBLICA DE LI\S LETRAS 1Zl

había pasado y por qué. Me parecía que tenía que levantar acta notarial de que, en lugar de lo

que yo mismo quizás pensa ba, las cosas iba n por otro lado; y habían ido por otro lado, efect i­

vamente.

¿ Por qué cree que fue tan polémico?

Las cosas cambian inevitablemente, y esto debía sorprender. Debían sorprender los plantea­

mientos que hacían estos jóvenes. Quizás también sorprendió el hecho de que yo había elefen··

dido otro tipo de poesía y escri bía una an tología que no tenía nada que ver con aq uélla . O tam­

bién, puesto que era una selección ele sólo nueve nombres, hubo gente que se sintió excluida.

Pero no me esperaba ni la polémica con que fue recibida ni aún menos que hablaran ele ello

treinta años después .

"A miguismo ", "centralismo ", "ensalada a lo divino ", "intelpretación abusiva" . ..

Acostumbrados al tono de la crítica literaria de hoy, sOlprende la virulencia de las opiniones ver­

tidas sobre la obra en aquel momento.

Esta antología, como las otras que he escrito, no era una antología acaelémica . No había una

investigación a fondo y únicamente literaria . En ella también había una investigación socioló­

gica, muy metida en el mundo ya europeo y distante elel español, porque ésta era una ele las

característic3s de las que esos escritores estaban hartos: de la España, una, grande y librc y

elel españolismo ele entonces. Por tanto, la academia -y con la academia quiero dec ir la uni­

versidad- no podía fJ.ceptar este tipo ele cosas. Pienso que algunas críticas fueron bastante

aceItadas, y que cada uno habrá quedado retratado en el punto de vista en que se posicionó,

ele la misma manera que yo me retraté al hacer el libro.

¿ y cómo ve ahora estos Nueve novísimos?

Con la gracia de la perspectiva histórica. El libro da una imagen de lo que es taba pasando en

aquella época. Uno de sus aciertos es que se podía sacar la conclusión - cosa que el li bro no

recoge porque pasaba por censura, como todos los libros entonces- de que, li terari amente

hablando, el franquismo había muerto. Ya no contaba el hecho de tener que es tar luchando .

La lucha era otra cosa, una lucha colectiva, pero no una lucha li teraria.

¿Qué aportaron a la poesía espaiiola?

Una ruptura, simplemente. Rompieron con aquella visión, que yo con tribuí a crear, de un a

poesía un poco encerrada en el realismo his tórico. V ázquez Montalbán, en Reflexiones ante el

neo capitalismo , recoge unas palabras de Antonio Machado para su d isc urso de ingreso en la

Academia: "Cuando una pesadilla estética se hace insoportable, es señal ineq uívoca de que

se anuncia un cambio". Creo que habíamos llegado sin saberlo al momento de la pesad illa

estética . Esta es la cultura que creo que se produjo a raíz de la antología .

Page 43: REVISTA 123

Antonio Gamoneda

. . . el primate se empeñó en ser hombre y,

a partir de cierto momento, el dete rminante

mayor de su humanidad no fue otro que la

aparición en su vida del lenguaje.

Acomodar la poes ía a la convención de

una normalidad criminal es, a su vez, una

es tup idez pasivamente criminal.

Queda un placer: ardemos en palabras

incomprensibles .

43

Mayo 1931. Antonio Camo neda nace en

Ovi edo . A p-artir de 1934 vive e n León.

Desde el 36, e n la feroz represión que ante

sus ojos de ni ño se desar rol laba, se fu e for­

ja ndo s u he te rodox ia, s u d is id e nc ia e n el

país en qu e vi ve . La pobreza, la cens ura, la

brutalidad fasc ista, sus primeras neces ida­

des . Y, fren te a ello, la poesía, el no saber

sabi endo, el más profun do hec ho exis te n­

cial. El sufrimien to, la op resión, el co nsu­

mismo cultural, el resca te de un lenguaje

empobrec id o, ta n gri s y za fi o como los ros­

tros y uniformes del goberna nte fra nq uis ta.

La búsqueda del pensam ien to que toda pala­

bra bien empleada, med ida, enc ierra. La

mLlsica del lenguaje .

Entre sus obras des taca mos:

OBRA POÉTICA :

Sublevación inmóvil. ] 960 . Descripción de la mentira. 1977.

Blues castellano . 1982.

Lápidas . 1987.

Libro del frío. 1992. Arden las pérdidas. 2003 .

Cecilia. 2004.

Esta luz. Poesía reunida. 2004.

OTROS LlBROS:

Libro de los venenos. 1995.

El werpo de los símbolos . 1997.

Relación y fábula. 1997 .

Un armario lleno de sombras. (. ll('mo rias) .

2008.

Page 44: REVISTA 123

Antonio Gamoneda

LA VIDA

La vid a es un ex traño accidente, ir de la

in exis tencia a la inexis te nci a, parece que no

ti ene mucho sen tid o; s in e mbargo, se produ cen

cosas como el amor y la amis tad, también ot ras

mu cho peores, pero no se e ntie nde el accidente.

LA POLfTICA

La políLi ca es planetaria mente un in s tru ­

mento que, entendiendo que te nía que se r el

poder máx imo porque a l menos e n térm inos

democráticos rep rese nta a la totalid ad de los

nacionalizados en cada país, s in emba rgo es

Algo r¡11f' liene s us límites y s us movimi e ntos

coo rdinados por otro poder mayor: por e l pode r

económ ico. Es to s ucede de ma ne ra uni ve rsa l,

planetaria. En e l caso co nc re to de España,

act ua lm ente, tene mos un Gob ie rno qu e ta lIlbi é n

e nc uen tra los límites de s u voluntad d e actua­

c ión social, que la ti e ne , pero tambi é n está

limitado por los poderes eco nómi cos . De todas

44

REPÚBLICA DE Li\S LETRAS lZl

man eras, yo prefiero ese Gobiern o q ue trop ieza

co ntra el muro d el poder económico pero que

ti ene una vocac ión d e c rear desv iac iones q ue

fa vorezca n los nive les más necesi tados de la

soc iedad espa ñola.

LA SOCIEDAD

La soc iedad es algo q ue se conci be y se

hab la de ella d e una mane ra uni ta ri a y, s in

e mbargo , la soc iedad , q ue ramos o no q ue ra mos ,

s igue s ie nd o e l conjunto d e los ind ividuos pe ro

d iv idiclos y co nfrontados e ntre sí po rq ue la lu cha

de clases, algo qu e ha desa parecido de la termi­

nología políti ca, o cas i ha desaparec ido, y s in

embargo ex is te, permanece, un tan to ale ta rgada

pero perman ece.

LA LITERATURA

La li te ra tura rea lm e nte es c reació n d e obj e ­

tos de a rte cuyas materias so n las pa labras.

Luego es tá la d ivis ión de la l itera tu ra, pero a mí

la di vis ion es aca d é micas, por ejemplo la d ivi­

s ión e n gé ne ros, siemp re me han res ultado

in comple tas y, es mc1s, pues ahora quizá la te n­

dencia dominante y má s inte resa nte q ue ex is te

Page 45: REVISTA 123

REPÚBliCA DE LAS LETRAS lll

también en términos planetarios es la que hace

desaparecer la divisiones de género y puede

integrarlo todo; bi en, eso sería convenc ion al.

Pero no, la litera tura es lo que dije al principio

si hay que acerca rse a una del"inición: crcación

de objetos de arte cuya materia es el lenguaj e .

Hace dos o tres años que no tengo relación

personal con la literatura porque no tengo ti empo

nada más que para atender compromisos, pero la

literatura es algo qu e proporciona una especie de

segunda vida, es decir, uno se id entifica co n los

hechos narrados o poetizados o por la reflex ión

ensayística y, por dec irlo así, tu memoria , tu pen­

sa miento, tu sensibilidad se está doblando porque

te incardinas en el hecho literario que despliega el

libro . Es eso. Parece como si fu era n dos vidas.

LACULTURA

La cultura es una palabra que se me ha con ­

vertido en algo muy dudoso. Cultura propiamen­

te es todo. Se puede hablar de una cultura de la

salud, de una cultura de los sentimientos, y tam -

Antonio Gamoneda

bién de una cultura de las creacIOnes de arte .

Pero la cu ltura que a mí más me interesa es la

que tiene un origen popular espontáneo y no

determ inado, no condicionudo más que por los

impulsos creativos populares, valga la redun­

dancia, y está siendo sust ituida por otra cosa. Es

decir, las instituciones, en particular las institu­

ciones políticas, mani pulan, con el pretexto de

ay ud arla, esa cultura popular que en ton ces ya

no resulta espon té'ínea. Es suscitada, es financia­

da, es favorecida, pero es falseada también,

sec und ari amente.

LA GUERRA

La guerra es un mal que ha acompañado a la

humanidad desde que se pueda hablar de huma­

nidad. desde s iempre. Actualmente no tiene la

moti vaciones que pudo tener en el pasado, que

podían se r territoriales o religiosas también, por

ejemplo . La motivación más general, es puntual­

mente organizada (es lo que hay que decir), por los

poderes económi cos, porque la guerra es una de

las formas que ti enen de regular y de distribuir la

economía a favor de los in tereses actuales que

ellos dicen neoliberales y que en todo caso son

neocapitalistas.

Page 46: REVISTA 123

Antonio Gamoneda

Yo he vivido la gue rra co mo la puede vIvir

un niño, que vive cn un ba rri o q ue es el úni co

barrio obrero de su c iudad, y que, por ta nto,

ti ene una pob lac ión, ese barr io, funda mental ­

me nte incl inada a la izquie rda . La sublevación

fra nqui s ta e n el barri o dond e yo viví, e n el

barrio del Cru cero en León, eje rc ió un a rep re­

s ión fe roz y ese es pec tác ulo e ra el espec tác ulo

qu e tenía un niño . E ntonces, cla ro, ha s ido in e­

vitable qu e en ese niño , desde mu y pronto, se

introduj ese la noti cia, la p resencia de una sen­

s ibilidad s usc itada por la co ntem plac ión de la

mu erte y de la violencia, en este caso de nues tra

Guerra Civil.

46

REPÚBLICA DE L~S LETRASl2J

LA TECNOLOGÍA

Pienso q ue Ja tec nolog ía es c ie rta me nte el

co mpon ente más cata li zado r qu e ti ene la vida

ac tu almente y la tecnología es c ie rtamente un

ca mpo que neces i ta ser ex plorado y en el qu e es

necesa rio ava nza r. Péro hay qu e ava nzar crít ica­

me nte, porq ue hace r crece r los pode res tecnoló­

gicos para ut il iza rlos e n cont ra, por eje mplo, de

un sec tor social , o pa ra q ue sea un sec tor soc ial

úni co y priv ilegiado el q ue rec iba los benefi cios

de esa tecno logía, eso ya no me parece bie n;

como no me parece bie n q ue hay hec hos tec no­

lóg icos qu e por otra parte es tá n reali za ndo un a

agres ión a mbienta l q ue va a modifi ca r la vida

e n un se ntid o te rri b le. Tec nolog ía , s í, pe ro

aco mpa ñada de una c ríti ca y de un a responsa bi­

li dad mora l.

Page 47: REVISTA 123

REPÚBUCA DE lAS LETRAS lZl Antonio Gamoneda

47

El otoño se expresa en pájaros invisibles. ¿Qué harías tú si tu memoria estuviera llena de olvido, qué harías tú en un país al que no querías llegar?

Pesan las máscaras de la pureza, pesan los paños sobre las formas de la patria.

La vergüenza es la paz. Yo acudiré con mi vergüenza.

Pasan lo cuerpos hacia la tortura y otros son ágiles en las posturas del amor, pero la sabiduría aumenta en cálices más profundos .

¿ Qué harías tú si tu memoria estuviera llena de olvido? Todas las cosas son transparentes: cesan las escrituras y cae lluvia dentro de los ojos.

Nuestros labios envejecieron en palabras incomprensibles.

Descripción de La mentira

Page 48: REVISTA 123
Page 49: REVISTA 123

Félix Grande

Nació en Mérida, Badajoz, pero vi vió su infancia y juventud en Tomelloso, Ciudad

Real, donde su abuelo era cabrero. Aficionado desde joven al flamenco, ha

compues to algunas letras para gui larra que él mismo inlerprela. Fue direc lor de la rev isla

Cuadernos Hispanoamericanos y discípulo y amigo de Lui s Rosales .

Entre sus poetas prefer idos deslacan

An tonio Machado y César Vallejo. A los 26 años obtuvo el Premio Adonais de Poesía y cua tro años más tarde, lambién en esle géne­

ro, el Casa de las Américas de Cuba.

OBRA

POESÍA

49

Las piedras. 1964. Música amenazada . 1966.

Banco Spiriutals. La Habana. 1967.

Biografía (1964-1971). 1971.

Taranto . 1971.

Años, M . . 1975.

Las mbáiyatas de Horacio Martín. 1978.

Biografía (1958-2010).2010. La cabellera de la Shoá. 2010.

NARRATIVA

Por ejemplo, Doscientos. 1968.

Parábolas . ] 975. Lugar siniestro este mundo, cabaLLeros.

1980. Fábula. 1991. Decepción. 1994.

El marido de Alicia. 1995.

Sobre el anwr J la separación. ] 966. La balada del abuelo Palancas. 1993.

ENSAYO

Apuntes para una poesía española de pos­

guerra. ] 970. Elogio de la libertad. ] 984. Once artistas y un Dios. Ensayo sobre lite­

ratura hispanoamericana. 1986.

Agendajlamenca. 1987.

Carcía Lo rca y el jlame nco. 1995. Paco de Lucía y Camarón de la Isla. 2000.

Page 50: REVISTA 123

Félix Grande

LA VIDA

Para mí la vida es un lugar maravilloso en

donde viven mi muj er, Paca Aguirre, mi hija

Guadalupe, mis hermanos, mi s amigos, mis maes­

tros, mi memoria , y por lo tanto es un milagro .

LACULTURA

La cu ltura, co mo dicen los paleoa ntropólo­

gos, es un in s ta nte e n e l que el prehomínido

en tró a formar parte de esta tribu en igmá ti ca a la

que llaman hamo sapiens, es el primer instante

e n el qu e nació en ritmo y muy poco desp ués las

primeras [rases musicales que ya no se parecía n,

que ya no cran imitaciones de los ruidos de la

naturaleza; y sobre todo e l in s ta nte en el que los

desvalidos y huérfanos seres primigenios empe­

za ron a nombrar co n e l dedo e l mundo y a pone r­

le sílabas y a ponerle nombres. Después la cul­

tura ya es desde la Cap illa Sixtina has ta las

bom bas de ne utrones y desde Don Quijote d e la

Mancha has ta e l fanatismo. Pero en cualqu ie r

caso la cultura es aque llo sobre lo que camina-

REPÚBLICA DE Ll\S LETRAS I2J

mos y que nos hace ser posiblemente la ún ica

espec ie animal que tie ne co nc ie nc ia d e que es

mortal y, por tanto, es tá llena d e te rror y soli da­

ridad. Y es el lugar donde hemos apre ndido a

ay ud a rn os unos a otros, a tener piedad, a sentir

indi gnac ión y odio, a destru ir y a rezar.

LA GUERRA

Para la gente de mi gene rac ión en E s paña la

gue rra es prác ti ca me nte el origen de tod a nu es­

tra condu c ta . Aq ue llos de nosotros que tenga­

mos un a actividad más o menos frate rnal desde

un punto d e vis ta político convie ne qu e no crea ­

mos que somos ni mejores ni peores qu e los

demás, s in o c ri aturas marcadas como las reses

que marca n co n un hi e rro de fu ego; es tal1)Os

ma rcados por la Guerra Civ il. En mi caso, s i no

hubi era tenido qu e vivir el horror, primero en la

barri ga de mi madre y d es pués en s us brazos, de

la Guerra Civ il , yo tendría cualqui e r otro ofi c io ,

no e l ofic io d e l buscar desespe rada me nte con

palabras e l es taño para restaurar las llagas d e la

rea lidad, de mi realidad. La Guerra Civil fu e

una prue ba má s de hasta dónde puede llegar en

s u ca pac idad de d es tru cc ión la bestia humana; y

a l mismo ti empo ese in s tante, conc re tam ente de

Page 51: REVISTA 123

REPÚBUCA DE LAS LErRAS IZl

nuestra historia, en el qu e comprendimos muy

pronto, en la adolescencia, qu e había que tener

algo que llamamos conciencia para com batir

aquel rec uerdo, aquella memoria y aqu e lla posi ­

bilidad toda la v ida.

LA SOCIEDAD

La sociedad es un híbrido , numeroso, cas I

interminable, extraordinariamente secreto, for­

mado por las apetencias, los rencores, la abne­

gación , el espanto y la maldad de todos y cada

uno de los individ uos que formamos parte de

esto qu e llamamos sociedad. Si uno no puede

fiarse de uno mismo al c ien por c ien, y desde

Ju ego c reu q ue no debe fiarse, tampoco debe

Ciarse de n inguna man era de la soc iedad de la

que forma parte. Y es prec isamen te porque no

pode mo fiarnos de nosotros mi smos por lo que

es tamos tra tando de inventar y consolidar insti­

tu c iones más fuertes qu e nosotros, es dec ir,

semáforos qu e le digan a cualqui er in dividuo

desorientado y en loquecido: cuidado, q ue a par­

tir de aq uí no puedes continuar.

Félix Grande

LA ECONOMíA

Alguien preguntaba el otro día sobre la econo­

mía en un artículo de prensa. DeCÍa ¿los econo­

mistas merecen que les den premios Nobel? Los

economistas parecen ser pe rsonas omnipotentes

que se equivocan con una frec uenc ia admirable y

se eq ui vocan además de u na manera ca tastrófi ca.

En este momento la economía es para mí una cace­

ría muy grande de gatos muy fuertes contra ratones

~spantados -los ratones a veces son jefes de

Estado, no solamente criaturas que se buscan la

vida como pueden-, y supon go que hay maneras de

desarrollar la economía hacia un lado o hac ia otro,

pero en es tos mom entos parecería q ue la economía

es una hidra de un centenar de cabezas que llaman

los ingeni eros de las fin anzas y que están dispues­

tos a que cien, c iento c incuenta años de derechos

sociales adquiridos a base de un combate lleno de

abnegación y de sangre de los sind ica li stas desa­

parezca y volvamos otra vez, con ímpetu, corramos,

otra vez, a alcanza r el siglo XIX.

LA TECNOLOGíA

Mis pulsiones son de or igen ca mpesino, yo

me desoriento en la c iudad en cua lqui e r momen-

Page 52: REVISTA 123

Félix Grande

to, me oriento muy bien en el campo, he vivido

mis primeros años ~n el campo y entonces para

mí la tecnología eS:-:l!-fl prodigio que me inquieta,

por ejemplo a mí me da calambre acercarme al

ordenador, no digo tocarlo , si lo toco tengo casi

la certidumbre de que va a arder la casa, por de

pronto que va a desaparecer todo eso que hay en

lo que llamáis disco duro. Pero me acuerdo la

primera vez que salí de una habitación de hotel

y no encontraba el interruptor, eché a caminar y

de pronto se encendió la luz, y di unos pasos y

se volvió a encender, y me sen tí como se debió

sentir alguien al decir, luz, más luz, que fue

Goethe, ¿no? Es algo que a mi porcentaje de

neuronas prehistóricas, las neuronas que proce­

den de Atapuerca y se han instalado en mi cere­

bro, es algo que me hace sentir miembro de la

tribu que acercaba las manos a la hoguera para

no sentir frío y para no sentir miedo. Ahora, al

mismo ti empo es evidente que la tecnología

forma parte de la aventura más emocionan te y

52

REPÚBUCA DE lAS LETRAS lZJ

más posItIva de la especie humana y yo tengo

una prueba radical: hace años mi hija no l¡ubie­

ra podido ser operada a corazón abierto y sobre­

vivir, y gracias a la tecnología mi hija, que tuvo

que ser operada de una coartación de aorta, fue

intervenida, sobrevivió y es guapísima . De

manera que la tecnología , aunque sirve para

construir aparatitos de des tru cc ión masiva, sirve

tambi én para que unos seres de inc reíble abne­

gación vestidos con sus batitas blancas y ence­

rrados en sus laboratorios durante 15 horas dia­

rias, a la vuelta de un tiempo desc ubran un pro­

ducto que salva vidas y vidas y vidas y vidas.

Antes hablábamos de la cultura, la tecnología

forma la parte a veces extraordinariamen te

benefactora de esa larga marcha revolucionaria

que es la cu ltura, que viene desde el estupor y

el terror del primate a la fraternidad y la sereni­

dad con la que soñamos todos.

LA liTERATURA

Es una herenc ia, por de pronto. Fue Miguel

de Unamuno quien dijo tener fe en las palabras

Page 53: REVISTA 123

REPÚBliCA DE lAS LEfRASIZl

porque ellas son cosa vivida. Esa cosa vivida, si no lo he entendido mal, es la prueba de que la literatura, las palabras, sobre todo las palabras españolas que es en las que yo me muevo, tienen mil años de edad, son criaturas vivas con canas de mil años de longitud, por lo tanto las palabras saben infinitamente más que nosotros, que los escritores, que somos criaturas casuales y poco duraderos y cuando nacemos ya el lenguaje trae

una carga de sabiduría inagotable, y cuando hayamos desaparecido y hayamos sido olvida­dos, las palabras continuarán portando sobre sus magníficos hombros el conocimiento de toda la raza, de toda la especie nuestra. Y, en todo caso, para mí en concreto la literatura ha sido, creo, la manera de poder, si no desprenderme, sí distraer las llagas de mi infancia que están abiertas en la Guerra Civil. Para mi generación, repito, el

haber tenido la suerte de pedir ayuda a las pala­bras y haber tenido la fortuna de que las pala­

bras nos socorran ha sido una manera de poder convertir aquellas llagas que se hubieran podido transformar en odio o en terror únicamente, convertirlas en un método, en un código de con­suelo y en un código de tratar de acrecentar la solidaridad entre los miembros de la tribu . La

literatura no es solo una posibilidad de poder desarrollar el narcisismo, parece que también, y una forma de aplacar nuestra vanidad, parece que también, sino una manera de sentirse mi em­bro de la tribu, una manera de ser momentánea­mente inmortales, porque las palabras s í son inmortales, nosotros no. Pero cuando tenemos

con ellas una relac ión sensual y es tamos a su

servicio, entonces, nos damos cuenta de que en efedo somos mortales , somos pasaj eros ; pero durante el tiempo que estamos abrazados con las palabras somos momentáneamente eternos .

Tienen una capacidad de ali vio y de consuelo

Félix Grande

que solo tiene otro lenguaj e, en mi opinión , que es la música.

LA MÚSICA

Repito que los estudiosos, los que llamamos paleoantropólogos, están convenciéndose y con­venciéndonos de que la música es anterior a las palabras. Por de pronto el ritmo es anterior a las palabras y, en este sentido, la necesidad de con­suelo que tenemos todos ante el hecho de saber que somos pasajeros mortales y destinados al olvido, en este sentido, la música es un bálsamo contagioso, con una condición: cuando uno está lúcido, es decir, seguro, de que es una persona pasajera, un animal que será convertido en polvo, y necesita por lo tanto ser consolado, es ridículo que busque ese consuelo en el hilo musical, en las músicas alcalinas, en las músi­cas digestivas; lo que de verdad nos alivi a son las músicas que no desconocen el desamparo, que no desconocen la humillac ión, que no des­conocen el dolor. Y por eso, para mí, la música es , res umiendo muc hís imo, Juan Sebas ti an Bach, que escribía al pie de doce tumbas, pe r­dió once h¡jos ; o el fl amenco, en cuyo ori gen está el dolor, el miedo, la explotación, el des­precio, y con todos esos nutrientes increíble­mente dolorosos unas cuantas cri aturas que no

,sabían leer un a partitura, no sabían que existi e­sen ins tituc iones llamadas conse rvato ri os, o uni ­vers idad y todo eso, constru yeron una música prodigiosa y absolutamente uni versal. Y creo que es universal y que va fulminantemente a cualquier conciencia de cualquier idi oma de es te mundo prec isamente porque el mensaje que le llega es el mensaje del dolor y la resis tencia frente al dolor y esto es lo que la hace consola­dora.

Page 54: REVISTA 123

FéhGrande

POÉTICA

Tal como van las cosas tal como va la herida puede' venir el fin desde cualqui er lu ga r Pero caeré diciendo que era buena la vida

y que valía la pena vivir y reventar

Puedo morir de insomnio de angustia o de terror

o de cirrosis o de soledad o de pena Pero hasta el mismo fin resistirá el fervor

me moriré diciendo que la vida era buena

Puedo quedar sin casa sin gente sin visita descalzo y sin mendrugo ni nada en mi alhacena

Sospecho que mi vida será así y ya está escrita pero caeré diciendo que la vida era buena

Pueden matarme el asco la verguenza o el ted io o la venal tortura o una bomba homicida

Ni este mundo ni yo tenemos ya remedio

Pero caeré diciendo que era buena la vida

Tal como van las cosas mi corazón se llena

de puertas que se cierran con sigilo y temor Pero caeré diciendo que la vida era buena

la quiero con cansancio con horror con amor

REPÚBUCA DE lAS LETIlAS lll

LA CANC IÓ N DE LA TIERRA

Antología (1963 -1 998)

Page 55: REVISTA 123

Ana María Matute

Desde niña me sentí en otra parte: veía el

mundo como desde un palco, nunca desde

dentro. Yo era una niña con muchos núedos,

era tartamuda ...

Me curaron los bombardeos de la guerra.

M is padres, nús hermanos y yo nos cogíamos

de las manos y nos pegábamos a la pared

maestra, a ver caer las bombas alrededor.

A mí me emp¡¿jaron fuera de la infancia,

pero algo de mí sigue aLLí. La infancia no es

lína etapa de la vida: es líIL mundo completo ,

autónonw, poético y también eme!, pero sin

babas idades.

Heterodoxia humana. Del s ilencio frente a la violencia: De la pureza infan til frente a las corrupciones que la rodean. De .la di s idencia ante el papel que la soc iedad machi sta reser­va a la mujer. Del lenguaje en el que se refu­gia, con el que va creando' fantasía~ realida­des literarias que se enmarcan en una sensi­bilidad que alienta sueños y he rmosas pala­bras no comprensibles para los amantes de la vulgaridad , zafiedad cotidiana. Esta escritora y mujer dulce, sencilla, comunica mai;ia con su mirada, con su lenguaje, con su reserva, con su cálida dulzura. Un mundo interior que guarda celosamente frente a los extravíos y

deformaciones de la sociedad del espectáculo.

Ana María Matute nació en Barcelona, 1925. Comenzó publicando cuentos en 194·2 en la rev ista Destino.

NARRATIVA

Los Abel. 1948 .

Fiesta al noroeste . 1953. PeqL¿eí'ío teatro. 1954.

Los niños to ntos. 1956 .

Los hijos muertos. 1958.

Primera menwria. 1960.

Los soldados LLoran de noche. / 964.

La torre vigía. 1971.

Olvidado rey Gudú. 1996.

Paraíso inhabitado. 2008.

Su obra se ex ti end e, además , con la publ icac ión de num e rosos re la tos y cue ntos pa ra niñ os .

Page 56: REVISTA 123

Ana Maria Matute

LA VIDA

La vida no es solamente mi vida, sino que es

la vida de los demás, porque no hay una vida soli ­

taria a no ser que seas un náufrago que esté en una

isla desierta. La vida está siempre enlazada con

otras vidas, o sea que es mi vida y la de los demás .

Es ser, es sentir, es llorar, es reír, es comer. Ahora

ya, a mis 84 años, echo la vista atrás y pienso ¿ha

valido la pena? ¿No ha valido la pena? Yo creo que

siempre vale la pena vivir, respirar el aire, estar,

estar en el mundo, tener contacto con otras criatu­

ras de tu misma especie, eso es tá bien. Lo que pasa

es que uno cuando hace un repaso hac ia atrás

siempre encuentras cosas que dices, podría haber­

lo mejorado, podía haber corregido es to, pero tam­

bién es to es una tontería, porque uno es como es y

las cosas vienen como vienen, y punto.

LACULTURA

La palabra cultura ha sido para mí, s iempre,

apre ndizaje. Ha sido siempre como una he renc ia

de todo lo consegui do por nu est ros an tepasados .

REPÚBLICA DE lAS LETRASl2l

y hemos llegado' has ta aquí gracias a qu e ellos

han hecho lo qu e han hecho. Eso es la cultu ra.

Ahora, por ejemplo para mí, cuando me di cen

que el fútbol es cultura yo pienso que, b ueno,

q ue a lo mejor sí, pero no entra dentro de mi s

presupues tos. Y que cons te qu e no tengo nada

contra el fútbol, pero bueno.

LA UTERATURA

Para mí la literatura es mi form a, mi vehí­

culo de comunicación con el mundo. El gran

vehículo. Yo sin esa luz , sin ese camino hacia lo

qu e me rodea, q ue es la litera tura, no creo qu e

fue ra nada . Es to pa ra mí ha sido desde mu y

pequ eña , desde los ci nco años que empecé a

escribir mis primeros cuentos , ha sido para mí

mu y importante . La li teratura me ha aportado

vid a y cultura . Cuando estoy escri biendo me

siento mu y bi en y mu y mal. Muy bien porqu e es

lo qu e yo qu iero I~ acer y es lo qu e me gusta, es

mi fo rma de es tar en el mund o; pero mu y mal

porque, claro, a veces no me sale lo qu e yo qui e­

ro. Es un a lucha para traspasar ese muro qu e te

se para de lo qu e te rod ea , de lo que tú real men­

te qu ieres llegar a conocer. Esc ribi r, la litera tu-

Page 57: REVISTA 123

REPÚBliCA DE Lt\S LETRAS lll

ra en el fondo es ir un poco más allá de ti mi smo,

tra nsformarte.

Yo he escrito desd e qu e tenía c inco años . Se

han publicado cuentos míos de aqu ella época.

Para mí la lite ra tura es como un pulmón para

respirar, es mi vid a, es mi vida . No puedo dec ir­

te más.

Ana María Matute

Sí, hay un ca mbi o en las editori a les. Un a

dife renc ia mu y grand e de cua nd o yo e mpecé a

ahora . Entonces las editori a les tenían un dueño,

e ra co mo un a fa mili a; el du eño, el paler familia s

y los de más. Los que fo rm aba n aqu e llo du raban

años y años . Ahora, hoy es tás aqu í, ma ñana

es tás a llá. Fula nito, ah ¿pero ya no es tá aquí'?

No, es tá a llá. Es as í, mu y d ifere nte, e l mundo de

la ed itoria l, muy di fe rente a como e ra en mi

Page 58: REVISTA 123

Ana María Matute

época. En mi época era, digamos, más familiar.

Ahora, por otro lado, ha mejorado mucho; se le da más importancia al escritor porque entonces

se le explotaba un poco, todo hay que decirlo, y

ahora no. En esto han tenido mucho que ver

también los agentes literarios. Mi agen te,

Carmen Balcells, para mí ha sido providencial.

LA GUERRA

La guerra, eso es terrible. Porque yo a los 11 años viví una guerra . Es lo peor, lo peor. Una

de las peores cosas que le pueden ocurrir a uno:

a un país, a una persona, a una familia, a una

sociedad. Y sobre todo una guerra entre herma­

nos, como fue la guerra española. Es el desper­

tar a un mundo atroz, a un mundo de odio, de

venganza, de crueldad, de brutalidad. La gue­rra no soluciona nunca nada, al contrario, lo

agrava. No quisiera que jamás volviera a ocu­

rrir una cosa así. Tengo un recuerdo espantoso

de gente que mataban, que se mataban, que se

mataban entre ellos, que morían inocentemen­

te; por ejemplo, yo recuerdo los bombardeos de

mi infancia con un terror tremendo, porque te

quedas tan impotente. Cuando caen bombas

dices, pero, ¿por qué? Si ni en mi fami lia , ni

nosotros, no teníamos nada que ver en esa gue­

rra más que ser españoles, nada más, no había­

mos hecho nada ni en pro ni en contra. No sabí­

amos por qué había esa guerra. N os caían las

bombas alrededor, eran unas cosas ... , la muer­

te porque sí. Esto es ... Nunca jamás quisiera

que ningún país sufriera otra guerra y mira que

han ocurrido guerras dcspués, pero no quisiera.

Es horrible.

Las guerras existen . ¿Por qué existe la con­

tradi cción del ser humano? El ser humano es el

más con tradictorio. Tú sabes, yo no tengo nin­

gún orgullo de pertenecer a la espec ie humana,

I1lnguno.

Ha habido algunos familiares que han

muerto en la guerra, jóvenes, llevados ahí por-

HEPÚ13LlCJ\ DE LAS LETHAS lZJ

que sí. Simplemente porque tenían la edad, en un lado y en otro. Porque tenían la edad . Pero no

querían. Me alegro mucho por los jóvenes de hoy por­

que no lo hayan vivido, pero creo que es bueno

que se enteren de lo que ocurrió para que no vuelva a ocurrir. Pero eso es una falacia.

Aunque te enteres de lo qu e ha ocurrido vuelve

a ocurrir, muchas veces. No digo que es ta vez

vuelva a ocurrir, pero el que tú sepas que aq ue­

llo era malo no es una razón para que tú no lo

vuelvas a comete r.

LA TECNOLOGíA

La tecnología me parece que está muy bien.

Yo creo que es útil para todo lo que es investiga­

ción. Y, por supuesto, ciencia y todo eso, muy

bien. Pero bien , literariamente, mientras no coarte la capacidad de improvisación de la ima­

ginación. Hay muchos jóvenes que creen que

tocando ciertas teclas van a escri bir una novela,

por ejemplo, o un poema. Eso no es verdad. El

poema ti ene que es tar dentro de ellos, lo otro está

al servicio, no tú al servicio. Eso es una cosa que

yo creo que tendría que ... , bueno, ya se modifi­

cará, con el ti empo.

Lo jóvenes no sé si son más consc ientes

sobre la vida. Me parece que eso no ha cambia­

do. Tan inconscientes como éramos nosotros . Lo

que pasa es qu e el entorno es distinto, las cir­

cunstancias en las que se mueven son diferen­

tes, pero la inconsciencia de la juventud, pues

¡viva! Está bien, está bien .

LAPOLiTICA

Yo no hablo de política.

LA ECONOMfA

Tampoco hablo de economía. ¡Así me va!

Page 59: REVISTA 123

Juan Mollá

Nació en Paterna (Valencia).

Vive desde los 20 años en Madrid. Abogado criminalista y experto en propie-

dad intelec tual. Participó como asesor en la comisión que

redactó la Ley de Propiedad Intelectual. Presiden te durante dos legislaturas de

CEDRO, es, actualmente, vicepresidente pri­

mero. Es pres idente de la Asociación Colegial

de Escritores de España.

OBRA PRINCIPAL

POESÍA

Pie del silencio. Canto aL Cares. 1958-1979. País de la LLuvia . 1967.

Milenios. 1980.

Memoria de papeles amarillos. 1982.

Sombra, medida de la luz . 1985 .

Antología poética. 1986. Animales impuros. 1992. El jardín sin límites. 1997. Contra el tiempo (Antología). 2011.

NARRATIVA

Sueño de sombra. Agua India y Cristo

habló en la montaña. (con Víctor Alperi) . 1962. Segunda compañía. 1963-1993. EL solar. 1965.

Fuera de juego. 1967. Cuarenta vueltas al sol . 1973.

La caracola herida. 1982.

ENSAYO

Carlos Bousoño en la poesía de nuestro

tiempo. 1989-1995.

Teatro español e iberoamericano. 1993.

Durante años ha ejercido la crítica teatral en la revista El Ciervo y es autor de ensayos y críticas literarias publicados en diversas rev is­

tas especializadas.

Page 60: REVISTA 123

Juan Mollá

LA VIDA

El sentimiento de la fu gacidad de la vida es fundamental en mi poesía, como en toda la poe­sía universal. La vida del hombre es radical­

mente fugaz; pero incluso la vida de la roca es

fugaz, un instante en el reloj del Universo. Un

viento de milenios abatirá la memoria de la roca y la memoria del hombre . Nada quedará de su

paso por la tierra, según los versos de Netzahualcoyotl. Pero tampoco quedará nada de

la tierra misma.

Aquel relámpago entre dos oscuridades, en la defini c ión que se ha hecho tópica, está acom­

pañado por el tru eno de la desolación final. Otra vers ión de Longfellow de fin e la vida como

un puente de luz entre dos osc uridades . Es el

tema de mis libros Milenios, Sombra medida de la luz, Memoria de papeles amarillos y Contra el

tiempo. Pero la expe ri enc ia de ese sentimiento va

acompañada en mí por un intento de serenidad .

Un intento qui zá vano, pero que s itúa tan radi­

cal sentimiento en unas coordenadas humanas .

El largo derrotero de mi edad, por otra parte, no hace más llevadero su peso . Como

Jorge Guillén, veo al hombre " buscándose a lo

largo / de un tie mpo en marc ha siem pre hac ia la

ruin a" . Como Lui s Cernuda, mi conciencia de l

ti empo apa rece impli cada en la obses ión del

olvido, de la desaparición de la memoria.

" Donde habite el olvido, / en los vas tos jardi nes

sin auro ra; / do nde yo sólo sea /memo ri a de una

piedra sepul tada en tre orti gas / sobre la cual el

viento escapa a sus inso mnios" .

Lo que no qui ere decir que no es té sa ti sfe­

cho de mi vida, mi vida ya la rga, llena de s ilen ­

c ios, pe ro tambié n de palabras ve rdaderas, de

presencias hondas, de compañías que dan sent i­

do a la espe ranza.

REPÚI3LICA DE L~S LETRASl2J

LAS GUERRAS

Como la mayor parte de los intelectual es

europeos, me he enrolado en fre ntes pacifistas. La guerra mundial, con su apoteósico final en

Hirosima y Nagasaki, tuvo una fuerte influencia

en mi postura, ya desde la adolescencia.

Después, la guerra de los bloques -OTAN y Tratado de Varsovia- enciende las reacciones

contra las políticas de armamentos, desde mi oposición al rearme nuclear y a las armas quí­

micas y bacteriológicas hasta los euromisiles,

las bombas de racimo y las minas antipersonas. La incongruencia del gasto militar -un billón y

medio de dólares al año que permitiría la extin­

c ión del hambre en el mundo unas treinta

veces- aparece en e l fondo de es tas reacc iones.

Hice mi se rvicio militar como alférez en la

Ibiza de 1955. Mi expe ri enci a la recogí en mi

novela Segunda Compaíiía qu e fu e prohibida por la censura y retirada de la circulación en

1963, ocas ionándose unas reacc iones militares

irac und as y des proporcionadas .

Pero para mí " la guerra" fu e la guerra civil

desde 1936 a 1939, qu e viví en Valenc ia, donde es tudi aba en el Ins tituto-Esc uela . La imagen

más viva de la guerra: me veo paseando con mi

padre por la huerta; de repente una s irena , un

a vi ón qu e viene a bombard earnos, el ruido de

ametralladoras . Mi padre me empuja amparán­

dome bajo un as tomateras . Su intenso olor se

q uedó para s iempre en mi memoria , intensifi­

cánd ose co n e l bomba rd eo, la mu erte y la gue­

rra . Otro olor: el de los refu gios con sacos te rre­

ros bajo el Ins tituto-Esc ue la. Un a fi es ta escolar:

la rec uperac ión de Teruel por el ejérc ito repu­bli cano.

El te rror: los bombardeos por mar cuando

los obuses a travesaban la fac hada de mi casa y

nos refu giábamos debajo de las camas. Un obús

mató a un compañero de juegos. Su mano, sur­

giend o cri spada de entre los escombros, fu e

como el más efi caz carte l en aqu ella ciudad de

cartelis tas qu e e ra Valencia durante la guerra .

He dejado huella literaria de es ta anécdota en mi re lato El bombardeo.

Page 61: REVISTA 123

REPÚBUCA DE lAS LETRAS lZl

Bien: mi repulsa a la guerra está sin duda

bastante fundada en la experi encia personal.

Después, la guerra mundial en un ambiente

germanófilo que ha reflejado muy bien Carlos

Barral en su libro Tiempo de penitencia.

LA POLíTICA

No he militado en ningún partido políti co .

Duran te la d ictad ura par ticipé en la luc ha

democrática del Colegio de Abogados de

Madrid, formando parte de las cand idaturas a su

Junta de Gobierno form adas por los representan ­

tes de los partidos políticos . Asp iré al cargo de

decano en una ca ndid a tura cons iderada de

izquierdas. Intervine en numerosos juicios polí­

ticos ante el Tribunal de Orden Públi co, en

61

Juan Mollá

defensa de miembros de l partido comunista y de

Co mi siones Obre ras. Fui abogado de Luis

Martín Santos, de Ramón Tamames , de

Fernando Arrabal y de muchos escri tores y

artistas . Partic ipé, como abogado, en la legaliza­

ción del Partido Comunis ta de España.

Fu i abogado del Frente de Liberac ión Na­

cional Argelino y durante mu chos años asesor

de la Embajada de Argelia en nuestro país,

defensor de líderes soc iali stas marroq uíes y de

miembros de diversos movimientos independen­

tistas de África. Partici pé desde esta perspect i­

va en congresos intern ac ional es y en conve rsa­

ciones polít icas a diversos niveles.

Pero nunca he acep tado la disciplina de

partido, la ortodoxia obligada y la mecánica de

los aparatos de poder, con sus zancadillas y sus

trampas, con sus rutinas y sus métodos inflexi~

bies, que llevan a la corrupción política.

Page 62: REVISTA 123

Juan MoIlá

LA UTERATURA

Escribo desde la niñez, a unque mi vocac ión

jurídica y mis ac tividades co mo abogado y como

defensor de l de rec ho de propi edad intelectua l

no me han pe rmitido desarrollar mi vocac ión

lite raria con la intens idad qu e proyectaba e n mi

juventud.

Lite ra tura. Poes ía , na rrac ión , e nsayo, c ríti­

ca . Mis trabajos sob re la inseguridad en la poe­

sía española de posguerra, co n el a ná li s is de la

poesía de Ca rlos Bousoño, la c ríti ca de tea tro

-tre inta años co mo c rítico tea tra l en la rev is ta

ca ta lana El Cieruo- la c ríti ca de libros, o a lgu­

nos inte ntos en la creación dralmllica , dan una

idea de mi inte rés flu c tuante por diversas ra mas

de la producción litera ria. Algun os premios

menores no fu e ron s ufi c ie ntes para e ncon tra r un

es tímulo. Por otra parte no he buscado los pre­

mI os. He s ido mi e mbro ele mu c hos jurados de

62

REPÚBLICA DE LAS LETnASlZJ

pre mi os, a lgun os nac iona les -poes ía, narrac ión,

c ríti ca- o

Lo c ie rto es qu e e l montaje de la a rquitec ­

tu ra que im p ulsa el éxi to lite rar io e n nu es tro

pa ís me rep ugna. Vivir para la lite ra tura es otra

cosa. Adm iro a muc hos a mi gos q ue viven para

e lla, con una vocac ión irrefre na ble, despre ­

c iando el éx ito. Espero qu e s u obra p rofun da

pe rdure.

Yo he probado esa ex traña fru ta p rohi b ida.

El veneno el e la l ite ratura no ha cesado ele ten­

ta rme. Creo qu e he escr i to algu nas pági nas

va liosas y he publicado algunas obras conside­

rab les.

Tengo lec tores fi e les, qu e apa recen de pronto

sorprencl iéndom e y emoc iol1Cí nclome co n s u re. y

es tá la nos ta lgia por e l ca mino cle abso luta entre ­

ga. Pe ro en una vida p le na hay qu e escoger, hay

que elegir, no se puede se r todo a la vez, aunqu e

en cada paso se ponga tocl a la pasión, tocla la fe.

Page 63: REVISTA 123

REPÚBUCA DE lAS LETRASIZl

63

HISTORIA DE LA PIEDRA

Borrada por la luz brutal del día ' cada larde, al crepúsculo, despi erta. Es una roca enhi es ta enlre otras rocas, en la ladera descarnada y vieja .

Su silueta recobra entre las sombras un perfil casi airado, casi de hombre : un puño en pie, surgiendo de las ruinas desmoronadas por la gran catástrofe.

Nudillos des trozados, ya s in forma, conservan aún su furia. Los tendones de sus aristas tensan aún su fuerza . Masa de piedra hundi éndose en la noche.

La piedra no recuerda, pero guarda claras señales en su piel. Indicios y mensajes grabados que algún día alguien descifrará. Le lras y signos que relatan su hi stori a, peripecia minuciosa y muy len la de otra historia escri ta en cordilleras y desiertos, con palabras de abismos y de olas.

Inútilmenle la con templas. Nada te revela su bronca geografía. y su historia, lo sabes, es tu historia. Su vida es tan fugaz como tu vida.

Contra el tiempo

Juan Mollá

Page 64: REVISTA 123
Page 65: REVISTA 123

Rosa Regás nació durante la II República. Exiliada en Francia estudió en la escuela

pública L'École Freinet de los tres a los seis años . Licenciada en Filosofía. Con Carlos Banal comenzó a trabajar en la editorial Seix­Barral. En 1970 fundó su propia editorial, La Gaya Ciencia. Dirigió dos revistas, Cuadernos

de La Gaya Ciencia y Arquitecturas Bis. Muerto Franco, editó la colección B/:blioleca de divul­

gación política entre otras. A partir de 1983 se dedicó a escribir trabajando como traductora y edi tora al tiempo en las Organizaciones de Naciones Unidas. Tras recibir el premio Planeta realizó un viaje de tres meses por seis países de América central. En 2004 fue nom­brada directora general de la Biblioteca Nacional. A partir de 2007 sigue "defendiendo con pasión sus ideas, denunciando los atrope-

Rosa Regás

Hos a que nos somete el poder" y descubriendo "algunas de las vocaciones que dormían en su alma" ..

ALGUNAS OBRAS DE ROSA REGÁS

La hora de La verdad. Ginebra, 1987. Memoria de Almator. 1991. Azul . 1994. Canciones de amor y de batalla. 1995.

Desde el mar. 1997.

Luna Lunera, 1999.

La canción de Dorotea. 200l. El vaLor de La protesta. EL compromiso con

la vida. 2004.

Diario de una abuela de verano. EL paso

del tiempo. 2004.

Volcanes dormidos. Un viaje

por Centroamérica. 2005.

Viento armado. 2005.

Page 66: REVISTA 123

Rosa Regás

LA VIDA

Es una pregunta muy general, pe ro me sugie­

re la úni ca cosa q ue de ve rdad te nemos, el único

bien, e l ún ico regalo q ue nos han hecho. Hay

ge nte qu e di ce qu e la vida ti ene su fac eta más

importante en la mu erte, pero yo c reo qu e es pre­

c isamen te lo contra ri o, por eso segura mente la

gente defiende la vida has ta el úlL·imo minuto, a no

ser que tenga complicac iones ps icológicas y que

entonces opte por el suicidio, pero en general

defendemos la vida a ultranza. La vida es la úni ca

pos ibilidad, es nu es tra mane ra de ex is tir, no hay

otra, por lo tanto yo c reo que nadi e dudaría que la

vid a es, como he di cho al princ ipio, nues tro úni co

regalo, el úni co rega lo que tenemos y qu e de noso­

tros de pende que se convierta en un regalo toda­

vía mayo r.

Yo he ded icado mi vid a a te ne r los ojos

ab iertos, he dedi cado mi vid a a co noce r, me he

mov ido co ns ta nt e mente e ntre li b ros. Mi obj e ti­

vo, un o de mi s obj e ti vos prin c ipa les e n la vid a

es conseguI r un a fa mili a, no un a fa mili a con-

REPÚBLICA DE LAS LETRAS lZJ

venc ional, tradi c ional , q ue n i la he conoc ido ni

me gus ta, por s up ues to, pero s í un ti po de fam i­

li a c uyas re lac iones fue ran re lac iones es pon tá­

neas, libres, direc tas , y d e algun a ma nera cóm­

pl ices. Me he dedi cado tambi é n a inte ntar dar

tes timonio, inte ntar d a r voz a las pe rsonas q ue

no te nían voz , y e n es te se ntid o me he ma nifes­

tado co ns tante me nte y s ie mpre e n contra d e

ca usas qu e a m í me parece n in j us tas , y por lo

tanto en con tra d e lo q ue s e p ued e lla ma r lo más

inj us to del mun do como es e l probl e ma de la

inm igrac ión, e l p roble ma d e la gue rra , el pro­

ble ma de la des igua ldad , no sola me nte e ntre

hom hres y muje res , s in o e ntre ricos y pohrp,s,

sobre todo e ntre ri cos y po bres , qu e es lo peo r.

Me he dedi cado a lu c har ya d e n u nc ia r las me n­

tira · de los pol íti c os o las med ias ve rdades de

los po líti cos, me he dedi cado a lu c ha r po r e l

ad ve nim iento d e la rep úbli ca e n E s pa ña , pe ro

ta mbi é n porqu e todos los países pud ie ran tene r

un rég ime n en e l qu e la ge nte pud iera vivir en

li be rtad , e n la med ida d e mi s pos ibili dad es . Yo

no soy políti co, ni soy un a ex pe rta , como he

di cho a ntes s ino s imp le me nte dando mI voz a

los qu e no la t ie ne n.

Page 67: REVISTA 123

REPúnuCA DE LAS LETRAS IZl

LA IlTERATURA

.' La lile ra lura ha sido una de las parles más

imporlanles de mi vida. Yo he le ído mu chísimo, he

lrabajado en ed ilori ales, he monlado mi propia

editori al, he s id o traductora y soy escrilora, por lo

lanto para mí la lileratura eslá adscrila a mi vida

de una manera tan fuerte que no representa ni lra­

bajo ni ocio, sino que forma parte de mi propia

vida. La literatura para mí es un desc ubrimi ento

conslante, es la creat ividad, es crear olros mun­

dos, es convertirse en creador y es hacer un

esfu erzo para ir un poco más allá de lo que hemos

recibido . Cuando he hablado de la vida qu ería

dp,r.ir un poco eso, que lo que recib imos cuando

nacemos, en nu eslras manos es tá el multiplica rlo

y cuanto más lo multipliquemos más sensac ión de

ple nitud llegaremos a tener.

Me ha influido mucha clase de lileralura,

pero yo he sido muy aficionada, y es lo que ha

marcado mis primeros años de lec tura, a loda la

lite ralura del s iglo XIX y princ ipi os del XX, la

li teratura rusa, la li teralura inglesa, incluso la 1 i le-

67

Rosa Regás

ralura ame ri ca na de princ ipios del s iglo XX, es lo

que más me ha marcado, y so bre lodo la lile ra lura

francesa.

LA CULTURA

Yo creo que la cultura no enlendida como un

especláculo mediático, qu e a lo mejor lambién lo es,

pero la cullura como lransmis ión de conocimienlos

es lo único que puede cambi a r la soc iedad . Por eso

me deja lan perpleja que nueslros gobi e rnos den tan

poca imporlanc ia a nueslra cullura, y cuando dan

importancia a la cultura solo dan importancia a una

exposic ión que provoca unas colas inmensas o a un

espec lácul o mediático en el que se uncn lodas la

lelev isiones y lodas las radios. Yo no me refi ero a

eslo. Para mí la cultura es lransmis ión de conoci­

mienlos. Sin esa lransmisión de conoc im ienlos ya

podemos ser ricos, ya podemos ser lo que sea, la

soc iedad no cambiará. Si horleras éramos cuando

éramos pobres, hOlteras seguiremos siendo cuando

seamos ricos, a no ser que la cullura, en lendida en

esle senlido, haya llegado a nosolros. Por eso soy lan

adm iradora de la Repúbli ca española, que con todos

los errores que pudo haber comelido, como comete-

Page 68: REVISTA 123

Rosa Regás

mos todos, sí que dio una prioridad importantísima

a la cultura y a la educación y dio un salto tan

espectacular en lo que había sido la cultura en los

años anteriores y en los posteriores porque todavía

hoy nosotros no hemos alcanzado el ni vel de educa­

ción que alcanzó la República en solo cinco años.

LAPOLfTICA

Para mí la políLica tiene muchas caras y

muchas face tas. Una cosa es lo que uno espera,

otra cosa es la que uno se encuentra. La mayor

parte de mi vida la he vivido bajo el régimen de un

dictador y asesino, Franco, y por lo tanto mis espe­

ranzas estaban pues tas en lo que ocurriría des­

pués . Ya mi primera decepción fue la transición,

cuando me di cuenta de que lo que estábamos

haciendo era intentar arreglar y solucionar un poco

el franquismo. Es decir, la transición del franqu is­

mo a la democracia dejando aparte todo lo que

habían sido los logros del pueblo y de tantísima

gente como era la Repú bl ica. Eso ya supuso para

mí una decepción importante de lo que era el man-

REPÚBLICA DE LAS LETRASlZl

goneamien to de los políticos . Luego, en algunas

ocasiones, he trabajado en favor de algunos políti­

cos, de algun as ideas que defend ían, pero poco a

poco me he ido decepcionando porq ue me doy

cuenta de que los políLicos no hablan de ideas, en

absoluto. Yo me qu edo perpleja. Pero ni los unos ni

los otros. No dicen noso tros defendemos es to por­

que nuestro ideario es tal, no. Sim plemente se

ded ican a marcar lo logros que han tenido y a dec ir

lo que harán como para gus tar más a la gente, pe ro

todo esto no viene respaldado por una ideología y

ahí es tam bién donde me parece que les falta

mucha cultura política, o por lo menos no la trans­

miten. Y nues tro país, España, es tá a bsolutamente

falto de lo que es la cultura políti ca . De ahí que

hay esta crispación, de ahí que nues tros políticos

lo único que saben hacer es insultarse y descalifi­

carse sistemáticamente los unos a los otros, aun­

que algunas veces hay logros importantísimos,

pero que jamás en la vida se los reconoce. Me

gustó mucho lo que oc urri ó en las elecciones ame­

ricanas, y que quede claro que yo no soy una gran

defensora de la políti ca america na, pero s í me

gustó mucho que el cand idato que fin almente per­

dió, McCain, an imó al pueblo para que se pusieran

Page 69: REVISTA 123

REPÚBliCA DE LAS LEfIlAS IZl

a trabajar con el presidente qu e había ganado. Esto

en España es impensable. Aquí de entrada todos

los partidos ganan, no sé por qué pero todos ganan;

pero, sobre todo, todos se dedican a insultar al que

ha ganado, para siempre. Un líder que gane unas

elecciones sabe que los próximos cuatro años ten­

drá que estar constantemente recibiendo insultos y

patadas y que jamás en la vida, jamás le reconoce­

rán absolutamente nada.

LAGUERRA

Para mí la Guerra Civil española fue una de

las grandes brutalidades de la historia de España

porque fue un golpe de es tado siniestro, apoyado

por dos potencias europeas, que resultó que toda­

vía eran más siniestras: Alemania y la Italia de

Mussolini. Pero lo peor de es ta guerra fue tal vez

la posguerra. Se hizo descabalgar la voluntad del

pueblo, vino una dictadura, una dictadura tremen­

da y feroz que, como se ha visto y se es tá viendo

todos los días, dejó un reguero de muertes, de tor­

turas, de descalificaciones y, sobre todo, de terror

y miedo. Yo lo que más recuerdo, era muy peque­

ña entonces, es el silencio. No se podía hablar de

según que cosas, no se podía decir nada, todo el

mundo tenía miedo, unos se denunciaban a los

otros por miedo, siempre había este miedo, que es

de lo que se valen los asesinos, dictadores, para

mantenerse en el poder. Como hizo Stalin, y como

hizo Pinochet y como han hecho todos los dicta­

dores incluido este payaso que tuvimos nosotros,

el general Franco.

Sí, a mí me afectó la guerra. Mis padres eran

republicanos y, además, mi padre tenía una parte

política, trabajaba en la Generalitat de Cataluña.

Mis padres se fueron al ex ili o, a nosotros nos ha­

bían enviado antes, yo era muy pequ eña, tenía

tres años, mi hermano tenía uno y los otros tenían

cuatro y cinco. Y cuando acabó la guerra, mi

(f)

R osa Regás

abuelo, que se había puesto, como todos los bur­

gueses catalanes, a favor de los fascistas, mi abue­

lo nos reclamó a nosotros cuando ya había empe­

zado la Segunda Guerra Mundial y nosotros volvi­

mos a España. Volvimos a España, nos metieron

en un conveñto de monjas, el mío muy bueno, por

cierto, muy simpáticas las monjas y un direc tor

muy inteligente, nada que ver con todo lo que

había en aquella época, pero mis padres perdieron

la patria potestad y yo no pude vivir jamás ni con

mi padre ni con mi madre porque la Iglesia

Católica, que es la que tenía el tribunal titular de

menores, consideró que unos padres rojos y sepa­

rados no podían tener a sus hijos con ellos. Les

podía ver en el tribunal titular de menores un día

al mes, una hora y med ia, pero con unos policías

delante y nosotros sentados en una sill a, y mi

madre allí. Más tremendo es los miles de niños

que fueron entregados a los fascistas y arrancados

de sus padres. Mi tragedia es una tragedia, pe ro

no es nada comparada con la mayoría de las tra­

gedias qu e ha vivido el ex ilio y que ha vivido la

gente que fueron perseguidos y asesinados. Les

quitaron a los niños, pero esto tambi én lo ha hecho

Pinochet y también lo han hec ho en todas partes.

Los dictadores son todos iguales, todos iguales,

tienen una manera de actuar, todos apoyados por

los Estados Unidos, y todos iguales .

LA TECNOLOGíA

Por la parte que me toca a mí, lo qu e yo

conozco de la tecnología, hay muchas cosas que

no conozco pero por lo que yo co nozco estoy a

favor de la tecnología. Lo único que pasa es que

tiene un peligro. Somos tan catetos y tan paletos

qu e nos dejamos engañar creyendo que la tecno­

logía es un contenido, cuando de hecho la tecno­

logía es un instrumento. Un instrumen to mucho

más eficaz para investigar, para escribir, para la

med icina, para lo que sea, pero no en sí. Y, en

cambio, por ejemplo, hay muchísima gente que

cree qu e tener un ordenador ya basta como para

Page 70: REVISTA 123

Rosa Regás

haber alca nzado la cultura . Es un ins trumento

para alcanzar la cultura, para ayudar al es tudio,

para la investigación, pero no es más q ue un ins­

trumento, por sofisticado ·y avanzado q ue sea.

ESPAÑA

Yo diría que España es un país que es tá bas­

tante mejor de lo que estaba en la época de

Franco, pero que desprecia absolutamente la cul­

tura, la cultura sólo interesa como espectáculo

mediático, y que este es un país de gente crispada

y maleducada. Somos un país de gente maleduca­

da. No hay más que entrar en un restaurante y ver

los gritos que hay, no hay más que ver cuando vas

por la calle los golpes que te dan. Quiero decir

que uno es maleducado en todos los sentidos, y s i

los padres somos maleducados, maleducamos a

nuestros hijos. Se ha perdido la capacidad de

entender al contrario, de aceptar una opinión que

no sea la nuestra . Estamos enseguida insultando.

y luego también diría que es una vergüenza, a mí

me parece esto vergonzoso, que en nuestro país se

REPúnuCA DE lAS LETRASlZl

siga matando a las mujeres por violencia domésti­

ca o violenc ia de gé nero, como qu eramos lla mar­

la, y qu e es una noti cia qu e viene en un rec uadro

de un pe ri ód ico. Y mata n a un guardia civi l o a

una persona el terrorismo y todos los gobiernos en

peso van al fu neral. ¿Cuál es la di ferenc ia? A mí

me parece que desde el p un to de vis ta del terro­

rismo es mu chísimo peor que maten a sesenta,

seten ta, ochen ta mujeres todos los años q ue no

estar, bueno, por lo menos es exac tamente igual,

que lo que está pasando con ETA. S in embargo,

damos una importancia a los muertos, que son

muy importantes, pero también lo son los otros, y

pienso que algún min is tro de vez en cuando se

podría toma r la molestia de i r a sa lu dar a los fa mi ­

liares de las víctimas dc este terrorismo domés ti ­

co y personarse en el enti erro. Me parece q ue nos

les costaría nada . Es un desprecio tan grand e, qu e

esto es lo que nús da la med ida . .. Ya pode mos

poner min is tras, ya pode mos hacer cosas, si se

muere una muj er apuñalada que es la que hace

sesenta, sete nta, u oc henta y no hay nad ie del

Gobierno que se tome la molestia de ir a l funeral.

Esto demues tra lo maled ucados q ue estamos, polí­

ticamente.

Page 71: REVISTA 123

José Luis Sampedro

NOVELA

La estatua de Adolfo Espejo. 1939. 1994. La sombra de los días . 1947. 1994. Congreso en Estocolmo . 1952. El río que nos lleva . 1961. El caballo desnudo. 1970. Octubre, octubre. 1981. La sonrisa etmsca. 1985 . La vieja sirena. 1990. Real Sitio . 1993. ];J amante lesbiano . 2000. La senda del drago . 2006. Cuarteto para un solista. 2011.

CUENTO

Mar al fondo. 1992. Mientras la tierra gira. 1993.

7l

Barcelona, 1917. Pasó su infancia y juven­tud en Tánger. Durante la Guerra Civil españo­la pasa del ejérci to republicano al ejé rcito nacional. Eñ 1944 se traslada a Madrid, tres años más tarde, termina Ciencias Económicas con premio extraordinario. Varios años después es catedrático de Estructura Econón;JÍca en la Universidad Complutense mientras trabaja en el Banco Exterior de España.

A finales de los sesenta se va a Estados Unidos a impartir clases en la Universidad Bryn Mawr Collage. Tras la muerte de Franco, en 1976 vuelve como economista asesor del Banco Exterior de España y es nombrado senador por designación real en las primeras Cortes demo­cráticas, hasta 1979.

Pese a su gran actividad académica, profe­sional y política, nunca olvida el compromiso con la literatura y la palabra, y publica diversas obras críticas: novela, ensayo y cuento. Nunca deja de escribir y es un gran defensor de la lucha, la libertad, el ecologi smo y un mundo más justo. Está en contra del neoliberalismo y del poder financiero.

OBRAS SOBRE ECONOMÍA

Principios prácticos de localización indus­trial. 1957. Realidad económica y análisis estmctural. 1959. Las f[¿erzas económicas de nuestro tiempo. 1967. Conciencia del subdesarrollo. 1973. Inflación: una versión completa. 1976. El mercado y la globalización. 2002. Los mongoles en Bagdad. 2003. Sobre política, mercado y convivencia. 2006. Economía humanista. Algo más que cifras. 2009.

OTRAS OBRAS

Escribir es vivir. 2005. La ciencia y la vida . 2008. Reacciona. 2011.

Page 72: REVISTA 123

José Luis Sampedro

LA VIDA

La vida es el estado en que está la materia

cuando se organiza en una unidad autónoma que

tiene dos características definitorias: una, relacio­

narse con el ambiente, intercambiar con su entorno

e intercambiar energía y materia y obtener y dar; y,

segunda, reproducirse. Si no existen esas dos cosas no podemos hablar de vida. Para mí mi vida no es lo

mismo que los que piensan explicaciones del

mundo como las religiones, que son explicaciones

primitivas del mundo, y piensan que esta vida es el

escalón para alcanzar la otra. Como yo no creo en la

otra y no la he visto demostrada nunca ni me ha

dado ninguna razón para que la compruebe, para mí

esta vida es una aventura en la cual debo hacerme

más lo que yo soy. Los griegos decían "hazte quien

eres" y yo eso lo pensé antes de que me lo dijeran

los griegos. Para mí la vida consiste en hacerme

quien soy, sacar de mí mismo todas las posibilida­

des que pueda, nunca se llega al cien por cien, pero

hacelme lo más que pueda quien soy yo. Y, en defi­

nitiva, mi vida es mi sensación del tiempo, porque si

se acaba, se acaba mi tiempo. El día que yo me

muera, que ya falta poco, pues se acabaron los

72

REPÚBLICA DE LAS LETRAS lZJ

astros, los planetas, el universo entero, para mí se

acabó. Y me parece muy bien.

LA POLíTICA

La política en sí es la larea que consiste en

gobernar una colectividad, en pensar en su mejora,

en su avance, en su progreso. En hacer con un grupo

lo que acabo de decir que debe hacer un indi viduo

consigo mismo, es decir, hacerse lo que es, comple­

tarse, perfeccionarse, ser mejor. Ahora, algunas

veces hay personajes, hay personas que se dedican

a eso, que se dedican abnegadamente, que dan todo

su esfuerzo por eso, pero con muchísima frecuencia

la política es una manera de vivir de muchos, una

profesión como otra cualquiera, en la que hay per­

sonas mejores y peores, es una ac tividad necesaria

pero para mí poco es timable. Yo es timo a los políti­

cos de verdad, a los hombres de estado y a los polí­

ticos de verdad. Ahora, los que se dedican a la polí­

tica como si se dedicaban a construir carreteras, me

parece más interesante constru ir carreteras, esa es

mi opinión. Yo he podido ded icarme a la política,

porque a mí me nombraron senador, pero en cuanto

dejé de ser senador, no quise volver a ser ninguna

otra cosa. Mira, piensa uno en la historia de este

siglo, que casi la he vivido; bueno, pues, para mí,

Page 73: REVISTA 123

REPÚBUCA DE LAS LETRAS lZl

políticos de talla, es té de acuerdo o no con sus ideas,

pero políLicos de personalidad, de talla, pues pienso

en Church ill, en Mao Tse Tung, aunque no es té de

acuerdo, ¿verdad?, pienso en Adenauer, pienso en

De Gasperi , pi enso en personaj es así. .. Pero cuan­

do pienso en los Bush, en los Berlusconi o en los

Aznar, verdaderamente no me interesa.

LASOCIEDAD

La sociedad es un grupo humano organizado y

organizado como una unidad colectiva y que está

conviviendo, es decir, compartiendo problemas y

viviendo como una unidad; entonces, se le puede

aplicar todo lo que he dicho antes de la vida. Esa

unidad es autónoma, dentro de lo que cabe, pero

toma decisiones, decide unas cosas, decide otras ...

y además esa unidad se intercambia con el exterior

en las relaciones con otras sociedades y se repro­

duce en el sentido de que continúa a lo largo de la

historia . No muere con la muerte de sus individuos,

la sustituyen otros. Y lo importante en la sociedad,

para relacionarlo ya con otro tema parecido, es que

la sociedad es el soporte humano, el portador

humano de una cultura. ¿Qué es una cultura? Una

.... . José Luis Sampedro

cultura es un estilo de vida. Una cultura es una

manera de vivir, unas preferenc ias y, sobre todo,

unos valores. Lo que podríamos llamar los dioses

de una colectividad . Lo que una colec ti vidad res­

peta, lo que trata de cumplir. Lo que la insp ira, la

moviliza, la lleva adelante, la empuj a. La cultu ra va

desde los peq ueños detalles de la gas tronomía y de

las costumbres cotidianas hasta las intenc iones más

altas y más elevadas. Y esa cultura que es un esti­

lo de vida, distinto de otras culturas -porque hay

muchas formas, maneras de vivir, yo creo en el rela­

tivismo, es deci r, es preferible que seamos diversos

y va riados y todos seguimos ganando en nuestras

relaciones- o Esa cultura es soportada, encarnada

en una soc iedad.

Mira la sociedad española ... Yo soy un caso,

desde mi punto de vista, espec ia l. Yo soy un inmi­

grante que no puede volver a su país de origen, por­

que mi país de origen era la España de 1935 y esa

España se hundió en la catástrofe del 36 y de la

Guerra Civil, y no se puede volver a eso, ya no se

puede volver. Aquella España era, desde luego, téc­

nicamente mucho menos adelantada, pero era más

coherente. Y además, sobre todo, en la época de la

República que yo conocí, tenía un ímpetu, unas

esperanzas y unas ilusiones, que las derechas y los

militares y la Iglesia no podían permitir porque per-

Page 74: REVISTA 123

José Luis Sampedro

clían sus privilegios. De modo que yo soy un inmi­grante y estoy aquí, ¿verdad? Me encontré desem­barcado en esta playa. A mí la sociedad española ahora me parece que tiene aspectos favorables, hay aspectos en que se ha progresado, se ha avanzado, etc., pero de todas maneras seguimos sufriendo el

lastre de un pasado en el que no nos incorporamos a tiempo a la revolución industrial, no nos incorpo­

ramos a tiempo a los progresos, y además seguimos siendo retrasados por el peso de unos prejuicios religiosos que lastran el progreso de la sociedad.

IAGUERRA

Yo estuve aquí en la guerra y estuve en los dos

ejércitos. Yo no quise mandar en ninguno, yo no fui

oficial. Yo no pasé de cabo interino y fui cabo inte­rino en el ejército de la República y cabo interino

luego con Franco. Liberaron, como dicen ellos,

Santander, don~e yo estaba en un batallón de anar­

quistas, y yo no era anarquista pero estaba muy a

74

REPÚBUCA DE LJ\S LETRi\S lZl

gusto en medio de los anarquistas, me habían man­dado a cubrir bajas, y yo fui cabo interino y luego cuando las tropas de Franco coparon el norte, pues

yo me encontré movilizado por obligación y es tuve en el otro lado también de cabo interino. No me ha gustado jamás mandar a otras personas .

La guerra es una barbaridad. La guerra es una prueba de que la humanidad hoy en todas partes

todavía está atrasada y no se ha perfeccionado lo suficiente para querer convivir en paz, que es lo

deseable para todos. Pero todos, los países más desarrollados siguen siendo militaristas, ahí está

Eslado~ Un iJos, que es el más poderoso de todos, y los demás, que están aspirando a ser más fuertes

que Estados Unidos. Bueno, qué le vamos a hacer.

En eso no progresamos, porque la guerra me parece una barbaridad en los dos lados. Ahora, dentro de

eso, ¿verdad?, pues yo encuentro que los subleva­

dos del ejército contra un juramento que habían

hecho y contra una voluntad popular eran mucho más culpables que los otros.

Page 75: REVISTA 123

REPÚBUCA DE lAS LETIlAS lZl

lA lITERATURA

La literatura es la forma de expresión oral más

avanzada, más perfecta, pero tiene muchas formas y

manifestaciones. No solo su finalidad es estética,

también es didáctica, también es creativa, también

es provocadora. La literatura es usar la palabra y

usarla con eficacia para los fines de los que habla, y

usarla con efectividad, con resultados, usarla con

acierto y con propiedad. Eso es la literatura.

La literatura en España está yendo como puede

ir dentro que un país como el que he descrito hace

un momento. Un país relativamente atrasado y coac­

cionado. Ahora sí, tenemos muy buena literatura en

el pasado y todavía hay buenos escritores hoy. Yo

prefiero no decir nombres, porque siempre se deja

uno fuera a alguien y no vale la pena. Además debo

José Luis Sampedro

decir que yo he conoc ido mejor literatura europea

que la que hay hoy y mejor novela americana de

Estados Unidos que la que hay hoy; en cambio en

América Latina hay mucha mejor novela ahora que

la que había antes.

El tema económico afecta a todo. Pero yo no

creo que un escri tor bueno, que un escritor serio,

que un escritor dedicado a su profesión piense sobre

todo en el dinero, no lo creo. Yo creo que lo que inte­

resa a un artista es ser un buen m1ista. ¿Que luego

gana dinero con eso? Pues muy bien, mejor, mucho

mejor. Pero no se hace por dinero.

EDITORIALES

De e,so no entiendo nada. Yo hago mis papeles,

se los doy a Carmen Balcells y que haga Jo que quie­

ra, y lo manda donde sea y no sé una palabra. Sabe

más mi mujer OIga, que también es escritora y que

sabe más que yo de eso.

Page 76: REVISTA 123

José Luis Sampedro

LACULTURA

Creo que es tá implíciLO en lo que ya he dicho

antes. Ya he hablado de cultura como esLilo de

vida. A mí la verdad es que el es tilo de vida espa­

ñol me gusta basLante. Para mí, con mi nivel de

ingresos, que yo no soy millonario, ya ves, esta

casa no es archi lujosa, esLoy encantado con ella,

pero no soy un millonario ni hago ostentaciones de

ninguna clase ni nada. Yo vivo una clase med ia,

más bien de media para abajo que de media para

arriba. No hago vida pú!Jlica ni Je ninguna clase.

Quiero decir que con esos medios económicos en

España se puede vivir muy bien. Ahora, hay gente

que vive muy mal. Eso también es verdad. En

cambio, hay sitios que a mí no me gustan para

vivir. Por ejemplo, yo he estado en Estados Unidos

bastantes veces, algunas de ellas viviendo más de

un mes. Estuve incluso en una universidad ameri­

cana y a mí la vida de los Estados Un idos no me

gusta. Hay calidad de vida, pero a mí no me gusta.

76

REPÚBUCA DE lAS LETRASl2J

Como he dicho antes, las culturas son diferentes .

Se insiste mucho, con fines po líti cos, en dec ir que

Estados Un idos y Europa tienen los mismos valo­

res . Por supuesto, tienen valores, los mi smos por­

que somos seres huma nos, como tenemos valores

iguales con el mundo islámico, y como tene mos

valores iguales con Israel. Todos los seres huma­

nos tenemos valores iguales. Pero también hay

diferencias . Y los valores de los Es tados Uni dos

se centran mucho más en la técni ca de hacer

cosas, el poder de hacer cosas, la facultad de

hacer cosas, mucho más que en comprender las

cosas y en filosofar y en pensar sobre las cosas.

Europa ha s ido siempre mucho más comprensiva,

bueno, la fi losofía e uropea es mucho más alta que

la ameri cana, pero con creces, ¿no? No lo digo en

sentido peyorativo, lo que pasa es que los Es tados

Unidos como país ha accedido a la historia, a

niveles altos de la hi storia, hace 150 años, más o

menos, y para e ntonces ya el tiempo de medi tar de

la cul tura occidental había pasado ya. Porque

tampoco el tiempo de la filosofía de hoyes e l de

Kant y el de Schopenhaue r y e l de Nietzsc he y el

Page 77: REVISTA 123

REPÚBUCA DE lAS LETRAS l2l

de hace 100 años y 150 años y 200. Es decir, que

eso que llamamos el sistema de vida occidental,

que empezó en Europa y se extendió a los Estados

Unidos, Canadá, América, etc., y ahí fuera, eso ha

tenido su momento más brillante y en este

momento para mí es tá en decadencia. La guerra española ha retrasado el progreso

de España mucho tiempo. El franquismo, duran­

te cuarenta años, paralizó la literatura, paralizó

la cultura, paralizó todos los progresos, no per­

mitía más que lo que permitía la censura y lo que

convenía al sistema, etc. O sea que desarticuló

por completo esa esperanza y esa alegría de la

República de la que yo hablaba antes . Franco

7l

Jos~ Luis Sampedro

fue un bloque cerrado durante cuarenta años

contra el progreso y el adelanto y la moderniza­

ción del país. Eso ha sido tremendo y no nos

hemos repuesto todavía. La prueba son las dis­

cusiones que hay todavía en la política. Cómo se

quiere por un lado santificar a unos mártires y

por el otro lado que de los otros no se hable para

nada ni se les haga honor ni se les justifique

nada. ¿Cómo se puede hacer eso? Pues se puede

hacer porque hay todavía gen te que sigue con

aquel espíritu . La guerra ha sido brutal. No nos

hemos repuesto de la guerra . Es monstruoso, por

ejemplo, que haya esa oposición a la educación

para la ciudadanía ,¿por qué? Porque hay gente

que no quiere ciudadanos, quiere súbditos,

borregos y súbditos, que obedezcan, produzcan y

Page 78: REVISTA 123

José Luis Sampedro

consuman, pero no que piensen. Para el pensa­

miento ha sido terrible. La guerra y la posguerra .

Los cuarenta años . Ha sido un desierto cultura l.

y peor todavía que un desierto culLural, porque

han s ido cuarenta años de adoct rin ac ión. No hay

más que leer los periódicos . ¿Cómo se puede

entender el disparate de dar clases en inglés en

Valencia? ¿Cómo se puede entender eso? Pero ¿a

qué análisis racional responde eso?

LA EDUCACIÓN

La educación es de efectos lentos, pero es la

única posibilidad, y por eso mismo, por un lado, no

se quiere la educación de la ciudadanía, pero se

quiere la religión obligatoria.

78

REPÚBUCA DE lAS LETRASIZl

LA RELIGIÓN

Pero eso no pasa solo en España, pasa en los

Estados Unidos, que dicen que es un país muy reli­

gioso, pero es que la religión ahora, en general,

desde luego hay fieles auténticos o respetables que

viven una vida espiritual, etc., ¿verdad?, pero para

la inmensa mayoría la religión es una etiqueta polí­

tica más que una etiqueta espiritual. Y es una iden­

tificación, es un sistema identitario de decir no per­

tenezco a este grupo lo mismo que el que pertenece

al Madrid o al Athletic o a otro equipo de jugadores,

pues pertenecen al equipo de este grupo, de los bap­

tistas, o los evangelistas , o los otros, o los que sean,

y es una identidad en una sociedad en la cual se ha

perdido bastante el sentido de lo que se es. Yenton­

ces están en un grupo y ya están identificados ante

ellos mismos. La religión, en la mayoría de los

Page 79: REVISTA 123

REPÚBliCA DE lAS LETRAS l2l

casos, ya no es una serie de vivencias espiritua les,

sino que es una serie de asociaciones y de clasifica­

ciones . Pero eso pasa en todas partes.

Pero la hipocres ía religiosa es igual en España

que en Estados Unidos. E n Estados Unidos es igual.

¿ Qué sentido cristi ano puede tener un público que

se escandaliza porq ue hace dos años o tres a u na

bailarina americana bailando se le salió un pecho y

hubo un escándalo tremendo y la gente habló de

inmoralidad y todo eso y, e n cambio, no se escanda­

lizan de que en Guantánamo haya unos prisioneros

sin garantías judiciales, que han sido capturados en

la calle y llevados allí? Eso no esca ndaliza a nadie

ni es inmoral, pero ver un pecho por accidente

resulta que es una tragedia. ¿Dónde este) el cris ti a­

nismo? En las fi es tas que hubo en Roma para la

elección de Papa. Si Jesucristo hubiese llegado en

ese momento a Roma, lo hubieran detenido por

vagabundo. Hubiera dicho que qué ten ía eso que

ver con lo que él predicaba. Y era un espectáculo de

luz y sonido como en el turi smo. No, la religión de

79

Jos~ Luis Sampedro

ahora .. . Hablamos de palabras, pero las pa labras

van cambiando de conten ido. La religión de a hora

no es la religión de la Edad Media, no es la religión

de los monjes cartujos y de los monjes dom inicos y

los franciscanos. No, no, qué va ¿dónde está eso?

No, no, insisto, y hay fi eles absolutamente respeta­

bles que siguen una vida evangé li ca y todo lo que se

quiera, ¿verdad?, pero como institución es diferen­

te, y lo dicen muchos ele ellos . Ya hay cristianos de

base que protestan contra el Vaticano. Se lee en los

periódicos. No lo digo yo, lo dicen ellos.

LA TECNOLOGíA

La tecnología es la ap li cación de la c ienc ia a

fines utilitarios ele producir más, o de obtener sa ti s­

facciones, o de conseguir resultado ... Yeso es la

técnica. Sencillamente. La cienc ia busca todavía

saber y se aplica en la técnica, que busca, sobre

todo, hacer. U na cosa es saber y otra cosa es hacer.

Y ya que habl aba yo de diferencias, la cultura euro­

pea se ha dedicaclo mucho más a saber, aunque tam­

bién ha usado técnicas y las ha usado y todo, pero

Estados Unidos y la cu ltura más moderna se preo-

Page 80: REVISTA 123

José Luis Sampedro

cupan mucho más del hacer. Yo no sé hacia dónde

van los avances tecnológicos, se puede fantasear,

pero no me in teresa fantasear. Lo que sí digo es que

con la aplicación ac tual de la tecnología, con toda su

capacidad tremenda de transformación del medio

ambiente, y con su aplicación al medio amb iente, el

desarrollo económico que está llevando el mundo es

insostenible. No se lJ ueJ e continuar destrozando el

planeta para una población que crece como crece.

La población humana, en el siglo XX, solo en c ien

años, e ha triplicado. No llegaba en 1900 a 2.000

millones y ahora está en más de 6 .000. En esas con­

d iciones se va a segu ir y la Tierra como planeta,

como campo de producción, como minas, como

campos, como corrientes de agua, como todo, no ha

aumentado tres veces. Yeso que gran parte de la

ro

REPÚBLICA DE lAS LETRAS I2l

humanidad hoy ti ene todavía un nivel de vida muy

bajo, de modo que a la velocidad que están crec ien­

do países como la Ind ia y China, pa íses que por s í

solos son como la tercera parte, pues, entonces,

¿adónde vamos? Desde luego, vamos a tener que

rectificar esta manera de producir en algún tiempo,

y muy pronto. Yo no lo veré, pero tú lo verás. Hay

que cambiar de sistema, es decir, no se puede con­

tinuar as í. Es que no se puede continuar as í. Hay

qu ien dice que la esperanza está en el espac io.

Hace poco se ha publicado en el periódico una noti­

c ia de Stephen Hawking diciendo que tenemos que

pensar ya en el espacio, en la Luna, en tal y cual.

Bueno, si tienen ustedes interés en vivir en la Luna,

háganlo, ¿ verdad? Pero yo no c reo que sea solu ción.

Estamos destruyendo, por ejemplo, el agua potable

aquí y gas tando mi llones en ver s i hay en Marte. A

mí eso me parece de locura. Me pa rece de locura. Es

decir, es ta ci vilización nuestra no tiene sentido del

Page 81: REVISTA 123

REPÚBUCA DE LI\S LETnASl2l

límite, sen tido del tope que la naturaleza y el mundo

pone. Es una civilización esencialmente predatoria,

destructora y acaparadora, y en eso se distingue por

completo de civilizaciones orientales como la china,

el taoísmo, que lo que busca, al contrario, es la

armonía con la naturaleza. Aquí se trata de transfor­

mar el mundo y allí se trata de adaptarse al mundo.

Son ideas distintas, pero la idea nuestra, que des­

graciadamente es la que domina el curso de los

acontecimientos, es esa. Yo no sé si con la emergen­

cia y la importancia creciente de China y de India y

cosas así podrá cambiar. No lo sé. Pero esto no

puede durar mucho.

LAECONoMíA

Es es to que acabo de decir. Forma parte del

conjunto. En eso somos típi camente europeos.

Europeos de nivel más medio, pero 10 mismo. Lo

estamos haciendo aquí. Estamos destruyendo las

costas para construir ladrillo, estamos destruyendo

ríos y . .. Estamos viviendo una etapa de desmorona­

miento del sistema. Si es que el sistema se es tá des­

haciendo. Digo que está en decadencia y lo está ...

El año 18 se publicó un libro de Spengler que se lla­

maba La decadencia de Occidente y es tá en deca­

dencia. La prueba es cómo los valores humanos se

han perdido, se es tán atascando. Históricamente

hablando, a escala histórica, puede que tarde muy

poco. ¿Pero tú crees que Estados Unidos puede

mantener 160, 170, no sé cuántas bases militares en

todo el mundo, teniendo enfrente los países que

están emergiendo ahora, y que puede imponer su

voluntad? Por ejemplo, ya no puede hacer en

América Latina lo que le dé la gana. Ya se encuen­

tra con resistencias en países como Bolivia, como

Venezuela, como BrasiL.. Ya no dominan como

an tes. No, no. No va a durar tanto. Los edificios en

Estados Unidos, los coches japoneses ya se venden

más que los coches americanos en Estados Unidos.

Mira, en la Edad Media había el feudali smo, y la

gente haría preguntas como las tuyas. ¿Si se van a

81

José Luis Sampedro

paseo los señores feudal es y los castillos y las ciu­

dades, qué sistema tenemos? Pues salió el capitalis­

mo. Vete a saber si ahora se utiliza la ciencia para

dominar. Si lo más importante es la ciencia. Si se

pueden establecer form as científicas de gobernar

distintas. Si se -puede transformar hasta cierto punto

el ser humano, ¿no? Con la nanotecnología, la gené­

tica. ¡No lo sé! No lo sé, pero es to no dura. No, a mí

el capitalismo y el comunismo me parecen formas

ya anticuadas. Si el comunismo era un capitalismo

de es tado, en la práctica. Sólo que en vez de ser los

dueños unas entidades americanas lo eran las insti­

tuciones del es tado. Pero el principio bás ico, que

era la economía como fund amento de todo, el prin­

cipio básico, los comunistas rusos lo sacaron de la

escuela inglesa de David Ricardo y Marx es tudiaba

en Londres. De modo que el capitalismo y el comu­

nismo ya están pasados. Yo no sé lo que vendrá,

pero tiene que venir una cosa muy distinta, porque

ahora estamos en plena barbarie. Pero tú fíjate en

los bancos. Para salvar los bancos han salido millo­

nes y millones y millones de las piedras, de las

alcantarillas, de todas las cosas . Si se hubi era pedi­

do para salvar del sida en África no huuieran dado

ni un duro, bueno hubieran dado ocho millones,

diez millones. Pero son cientos de miles de millo­

nes. Mira ahora el Reino Unido, Inglaterra, nacio­

naliza bancos. ¿Eso qué qui ere decir? Que compra

acciones de bancos y que tendrá consejeros del

estado en los consejos de administración del banco,

pero los consejeros del estado, en general, son fun­

cionarios, y los funcionarios no pueden discutir de

negocios con los banqueros porque se los comen. De

modo que prácticamente segu irán mandando los

banqueros dentro de los bancos donde ti ene dinero

el Estado. Me da igual.

Internet ti ene una cosa útil y es que lo puede

usar todo el mundo. Internet, que ha sido decisivo

y es decisivo para la globalización, también es deci­

sivo para los an tiglobalizadores. Los antiglobaliza­

dores se han podido reunir gracias a Internet, de

modo que tampoco es una garantía para el s istema.

Page 82: REVISTA 123
Page 83: REVISTA 123

Alfonso Sastre

Yo no me arrepiento de haberme implica­

do -la palabra "implicación" la prefi ero a

"comp romiso "- en la vida sociaL y política

durante la dictadura y después, hasta hoy.

Por el contrario, stifriría una vergüenza inso­

portable, de no haberlo hecho y de no seguir

haciéndolo a mi modo y manera.

REPÚBLICA DE LAS LETR AS, N.o 102

Madrid. Cárcel. Exili o. Franc ia. Es ta­dos Unidos . Cub.a. Hondarri bia, res idencia definiti va . Dra mas . E nsayos . Narra ti va. Poes ía. Militancia políti ca, siempre en la izqui erda . He terodoxias de toda índole. Complejidad de una vida, de una ex tensa, profunda obra literaria . Es la creación y la exis tencia una tragedia, drama problemáti­co . 'Co mo la realid ad. Como la hi stori a . Con Alfonso Sas tre . La nada, el movimi ento d ia­léc ti co, el regreso, un día, a la definiti va nada. Otro escritor preocupado por el len­

guaj e . Que indaga -lec turas, revol ~~~o nes ,

derro tas, utopías- impli cándose s i e~pre en la lu cha, en la pos ib ili dad de un mun do más j usto, más huma no. ¿Camb iar e l mun do? Pero, ¿es pos ible? Desde Carg amento de sueños , Escuadra hacia la muerte , La mor­

daza, has ta En la red, Los últimos días de

EmmanueL Kant, ¿ Dónde estás, ULalume,

dónde estás?, cerca de cincuenta obras tea­trales buscando siempre un teatro, una edi­torial , no se r víc tim a de la ce nsura políti ca

o com erc ial. Des de Drama y sociedad,

Anatomía deL realismo, La revolución y la

crítica de la cultura, El drama y sus lengua­

j es, Manifies to ante eL pensamiento d¿biL ,

Grandes paradoj as deL pensa/11,úml.o actual,

una de las miradas e nsay ís ticas más lúcidas y pene trantes sobre la cultura . Y la imagi­nac ión narra ti va : Las noches Lúg ubres,

Flores roj as para Mig uel Se rvet. O poé ti ca: Balada de La cárceL de Carab ancheL, Res i­

duos urbanos .

Alfonso Sas tre : he terodoxo, di sid ente, creador humano.

Page 84: REVISTA 123

Alfonso Sastre

An te este cuestionario prefiero dar a conti­nuación algo que he escrito después de leerlo. Si yo he entendido bien, se trataría de responder, en un pocos minutos, a un cuestionario imposi ­ble, pues se trata de las siguientes cuestiones:

¿Qué es la vida? ¿Qué es la guerra? ¿Qué es la cultura? ¿Qué es la literatura? ¿Qué es la socie­

dad? ¿Qué es la política? ¿Qué es la economía? y ¿qué ~s la tecnología? Ello es evidentemente imposible por dos razones: primera, porque si yo fuera un sabio necesitaría muchísimo más de unos minutos, quizá muchos años para ello, y mucho más tiempo si tratara de escribir unas

. respuestas breves; y dos, porque no siéndolo, no

siendo un sabio, para dar la únIca respuesta

seria que yo podría permitirme, me sobra con unos segundos y se diría con tres palabras: no lo

sé, o mejor en cuatro, y yo qué sé. Sin embargo, voy a jugar a dar unas respuestas como esas que

REPÚBLICA DE LAS LETRASIZl

suelen darse cuando los periodis tas radiofónicos le piden a alguien que diga cómo está la situa­

ción en Chechenia en quince segundos, o que haga un titu lar sobre la cues tión vasca. Pues tas así las cosas me van a sobrar min utos, así será

mi juego y, si se quiere, mi min úscula hazaña . He aquí, pues, las cartas del juego.

LA VIDA

Esta respuesta es quizá demas iado larga y

voy a tratar en ella solo sobre la vida humana

pues lo demás lo remito a los tratados de biolo­

gía. Pues bien, para los seres humanos la vida es

la consciencia de existir, de ser, entre dos hechos

involuntarios, el nacimiento y la muerte, o sea,

entre la nada y la nada, si nos ponemos un poco

existencialistas. El ser humano es un extraño

interludio en el eléctrico espectáculo de Dios, con

palabras del gran dramaturgo norteamericano

O'NeiLl, o bien estamos arrojados en el mundo.

Page 85: REVISTA 123

REPÚBUCA DE lAS LETRAS lZl

Luego está la poesía que no es sino la indagación de lo que esta realidad tiene de misterio o por lo menos de misterioso. Por lo demás, para algunos

clásicos la vida es un sueño del que, en general,

no deseamos despertar. Afortunadamente , la

muerte, en definitiva, en general, no existe para

los que mueren, aunque esto parezca paradójico,

puesto que, como muy bien dijo Epicuro, si la muerte es tá yo no estoy, y s i la muerte no está, yo

estoy. Pero sigamos con los siguientes temas.

LAGUERRA

La guerra son dos cosas diferentes aunque

se digan con la misma palabra. La guerra de los

oprimidos contra sus opresores es una y la de

es tos contra aquellos es otra. ¿Qué tienen de

común? Que en uno y otro caso se trata de un

fracaso de la inteligencia y de lo que Kant lla­

maba la buena voluntad. En los medios domi­

nantes , como se sabe, guerra y hasta guerra

humanitaria; se llama al terrorismo de los opre­

sores, y terrorismo, a la guerra o pequeña guerra

o guerrilla de los oprimidos.

LACULTURA

La cultura es una respuesta razonable al

imperio de la naturaleza , una superac ión huma­

na de la ley de la selva.

AHonso Sastre

LA UTERATURA

Literatura es un uso específico de la imagi­

nación.

LA SOCIEDAD

La soc iedad es un bien o un mal según se

mire y en es to seguimos usando ideas heredadas

de Hobbes y de Rousseau.

LA POLíTICA

Puede ser una degradación pero también una superación soc ial de lo qu e la é ti ca ti ene de

indi vidualismo, y hay que elegir, ese es el dile­

ma, en el sen tido técnico de la palabra dilema.

LA ECONOMíA

La economía es la actividad que se ocupa del

orden o ley o costumbre de la casa, como su propio

nombre indica. También se llama con tabilidad y se

realiza en varios ni veles. Desde el familiar, o pro­

piamente doméstico, al mundial o internacional.

LA TECNOLOGíA

La tecnología no es Dios, tan solo el aspecto

práctico de la ciencia o un aspec to práctico de la

ciencia, pero el magisterio reside en la c iencia y,

claro está, en la filosofía. En este panorama la poe­

sía hace su propio vuelo, relativamente autónomo.

Page 86: REVISTA 123

AHonso Sastre

¿ Qué más puedo decir? P ues gracJas por

haberme sometido a su imposible cuestionario y

haberme dejado jugar breveinente con él.

EL TEATRO

Yo soy una persona dedicada al teatro pre ­

maturamente, podría decirse. Desde los 17 años,

por alguna razón, por algunas razones que bio­

gráficamente podría contar, yo tuve una aten ­

ción, un interés por los espectáculos teatrales y

los compañeros de estudios de Bachillerato y yo,

un grupito pequeño y yo, nos gustaba ir al teatro,

cosa extraña en aquella circunstancia y, enton­

ces vimos algunas represen taciones muy intere­

santes que nos hicieron ver que el teatro era un

lugar donde ocurrían cosas que no pasaban en la

vida pero que nos explicaban cosas que en la

REPÚBLICA DE LAS LETRAS lZl

vida es taban ocurriendo y qu e de algún modo

iluminaban eso que nos ocurría e n la vida y qu e

nosotros ignorábamos y qu e solame nte a través

del teatro teníamos acceso a esa pequeña sabi ­

duría que partía de una reflexión sobre la reali ­

dad humana . Entre mis compañeros de es tudios

había uno que era el hijo de un autor entonces

popular de teatro que era Alfonso Paso. Nos

conocimos a los 12, 13 años, durantc la Gucrra

Civ il , en el mIsmo colegio , est udiando

Bachillerato. Y es a través de Alfonso Paso q ue

yo pude tener acceso al teatro porque su padre

nos daba vales para ir a ver funcio nes. Y ahí

empezó un poco esa vocación. Si yo hubiera ido

a otro colegio porque mis padres me hubi eran

matriculado en otro lugar y yo no hubi era co no­

cido a Alfonso Paso, pues a lo mejor yo no había

tenido el deseo y después la vocación de dedi ­

carme al teatro. Sí a la poesía. Desde muy joven,

casi niño, escribía poemas yeso era porque mis

Page 87: REVISTA 123

REPÚBliCA DE lAS LETRAS lZl

lecturas ... Mi padre había sido actor y la biblio­teca de mi padre era mi biblioteca en ese momento y yo ahí había leído libros de poemas de los compañeros de mi padre. Tenía esa ense­ñanza que también pude no tener. O sea que son cosas muy azarosas las que confluyen en que de repente se forme una especie de vocación fuer­

te. Una vocación que pudo no aparecer. Lo más importante de esta vocación, el componente más

importante fue que, cuando estalló la Guerra Civil, año 36, un grupo -yo vivía en la calle de Ríos Rosas en Madrid y enfrente había un con­vento-o Un grupo de quién sería, milicianos, no

lo sé, asaltaron el convento e intentaron que­marlo. Yo estaba en la calle jugando, a mis once

afios, y de pronto empezaron a salir unas llamas y por las ventanas empezaron a caer libros a la calle, o sea, que los arrojaban, esas personas que habían asaltado el convento los arrojaban a la calle. Y yo me llevé a mi casa un montón de libros de los que veía allí. Yo cogía y me los lle­vaba a mi casa . Entre esos libros estaba Espectros de Ibsen. O sea que, cuando yo tenía

once o doce años, cogí Ibsen, Espectros, y me quedé completamente fascinado ante la obra

AHonso Sastre

Espectros de Ibsen, a la que llegué a tener acce­so por esta razón. Una razón más para decir que es muy azaroso todo lo que confluye en lo que luego al final acaba siendo una vocación. Entonces, cuanto terminamos el Bachillerato este grupito de amigos que luego han sido gente de teatro, este Alfonso Paso ha sido muy conoci­do, fue un autor muy popular, pero también Enrique Cerro que fue un actor muy conocido, era uno de estos, formamos un grupo de teatro de vanguardia que llamábamos, se llamaba, Arte Nuevo. Y ya ahí empieza una carrera en la que yo voy evolucionando en mi concepto del teatro. Al principio es como entre una diversión y modo

de expresión. Justamente, no pasábamos de eso, era una diversión y un modo de expresión. Poco después yo conquisté una idea, la de que a tra­vés del teatro se podía acceder al conocimiento de las cosas. Que había otros procedimientos, la filosofía, la ciencia, pero había un modo espe­cial de acceder al conocimiento de la realidad a través de su representación. Al representar esa realidad uno descubre cosas de ella. Eso había

estado un poco en la raíz de mis primeras emo­ciones en el teatro. Yeso fue evolucionando

hasta que muy pocos años después yo pensé que desde el teatro se podía intervenir en que la

Page 88: REVISTA 123

sociedad fuera de un modo o de otro. O sea, que

podía hacerse un teatro político. O sea, que el

teatro podía tener una función polílica, y ahí es ya cuando intentamos, un grupito, hacer lo que

llamamos un teatro de agitación social. Para el teatro de agitación social publicamos un mani­

fiesto en una revista. Naturalmente, la censura

lo prohibió, pero ese mensaje es el que luego he seguido yo manteni endo s iempre. Ahí está el

origen y bueno, yo pienso qu e en el teatro, pos­teri ormente, pensand o sobre todo es to, he visto

comu dos as pectos mu y importantes . Por un

lado, el tea tro como expres ión de la existencia

humana, de lo qu e ti ene de agonía, es to de lo

que decíamos qué es la vida, una agonía, un ser

para la muerte, etc. Ese as pecto agónico el tea­

tro lo manifes taba mu y bien, lu ego se ha vi s to en

REPÚBUCA DE LI\S LETIlAS~1

parte del tea tro contemporáneo, por ejemplo,

Esperando a Godot, de Samuel Beckett, es eso, es la expresión del ser humano como ser agóni ­

co. Pero también por otro lado, como expresión

del ser hi stórico, y ah í es do nde entra la fase

política, la posibilidad de q ue el teatro interven­

ga en la vida social. Y siempre yo he querido

estar. .. no a través de un teatro políti co que se

olvidaba de esos aspec tos agó ni cos, sino que no

los olvidara, que los incorporara, ¿no? O sea,

que incorporara los dos aspectos, agóni cos y

prácticos. El ser humano es un ser agónico pero

también es un ser histórico que proyecta en el

futuro sus decisiones. Yeso ha sido un poco la

columna vertebral del teatro que yo he intentado

hacer durante ya tantos años.

Page 89: REVISTA 123

REPÚBUCA DE LI\S LETRAS lZl AHonso Sastre

89

Page 90: REVISTA 123

ALFONSO ASTRE - Lenguaje, drama, pensamiento -

" . agonla y praX1S

Page 91: REVISTA 123

Andrés Sorel

Mi vida, mis batallas, mis guerras. Pues ha sido un doble discurso, como dec(a en la

novela Discurso de la política y el sexo, por

una parte, buscar siempre el amor, el diálogo

con el contrario y en mi caso incluso si ese diá­

logo era posible con una mujer pues te podía

llevar a lo más maravilloso, incluso al éxtasis;

y del otro, la política que ha sido la derrota.

¡He vivido tantas derrotas! Ya no hablo de la

invasión de Praga, de la destrucción del Mayo

del 68, de la frustración de la revolución que

hubo en Portugal, de la Guerra de Vietnam, de

la tragedia de lo que fue el comunismo, un

sueño liberador que terminó convirtiéndose cas i

en una pesadilla, de esta España que no termi­

na de salir del franquismo .

91

OBRA PUBLICADA NARRATIVA

Las guerras de Artemisa. 2010. Iluminaciones . Antonio Gamoneda. 2009.

La cavema del comunismo. 2007.

El falangista vencido y desarmado. 2006. Jesús, el hombre sin Evangelios. 2004. Apócrifo de Luis Cernuda . 2004.

La noche en que fui traicionada. 2004. Las voces del estrecho . 1999.

Regreso a las armas. 1998.

Babilonia, la puerta del cielo. 1989.

Concierto en Sevilla . 1982 .

Discurso de la política y el sexo . 1978.

ENSAYO

Miguel Hemández, memoria humana. 2010.

Saramago, una mirada triste y lúcida. 2007. Siglo XX. Tiempo de canallas . 2006.

Mañana, Cuba. 2005. Yo, García Larca. 2002.

La guerrilla antifranquista. 2002.

El libro de los españoles no imaginarios. 1994.

Liberaci6n, desolaci6n de la utopía. 1987. Miguel Hernández, escritor y poeta de la revolución. 1976.

Castilla como agonía . 1975.

OTROS TITULOS

Crónica de un regreso; Free on board

Carolina; El perro castellano; El libertador en su

agonía; Crónicas de amor y muerte; Dolores

lbárruri. Memoria humana; Cuba, la revolución

crucificada; Cuba; Castilla como agonía. Castilla como esperanza; Miseria de nuestra cultura; Vida

y obra de Ernesto Che Guevara; Guía popular de

Antonio Machado; 4. o Mundo, emigración espa­

ñola en Europa; Búsqueda, reconstmcción e his­

toria de la guerrilla española del siglo a través de

sus historias, relatos y protagonistas,

Ed iciones críti cas y ensayos sobre José

Martí, Antonio Machado, Lui s Cernuda, León

Felipe , Gerardo de erval, José María

Arguedas , e tc.

Page 92: REVISTA 123

Andrés Sorel

LA VIDA

La vida ... Es lo que ha s ido para todos los

esc ritores : un sue ño o un ca mino de la nada

hac ia la nada. La vida se compon e de unos

momentos maravillosos en los q ue rea lmen te se

despierta tu sens ibilidad, en la que los sue ños

se cumplen, y en la qu e la crea ti vidad se expan­

s iona . Y el resto son actos ritua les, mi serias de

lo q ue observas, problemas de e nfermedad es,

desapariciones, muertes, guerras, e tc . Es decir,

la vida es un camino entre lo q ue quieres co no­

cer y lo que nunca vas a llegar a conocer.

LAPOLfTICA

Yo creo que la política, que an tes se definía

co mo el arte de lo posible, ha s ido una de las

palabras que más se han prostituido después de

la ilusión que se puso al pensar que la política

e ra e l gobierno de los c iudadanos y para los c iu­

dadanos. La política acaba convi rti éndose e n la

apropiac ión que hacen de l poder aque llos que lo

co nquistan y la simulación de los que están e n

92

REPÚBLICA DE LAS LETIlAS I2J

a ras de conqui sta rlo. Hoy día la políti ca e n rea­

lidad la marca la economía, es dec ir, los gobier­

nos no gobiernan, los políticos no inte rviene n y

todo es cas i un espec tác ulo virtual e n el q ue los

únicos que no aparecen en p ri mer p lano son los

q ue realmente hace n la políti ca, es dec ir, aque­

llos q ue controlan los ba ncos, los gra nd es nego­

cios multinac iona les y los med ios de comuni ca­

c ión, qu e es tos s í, por desgrac ia, influ ye n en los

c iudadanos alejándoles de la neces idad q ue te n­

drían ellos de interv enir en po lít ica, a los cuales

se les ofrece exclusivame nte la pos ibi l idad de

que cada cierto tiempo se crean partíc ipes c ua n­

do no dejan de se r meros espec tadores.

LA SOCIEDAD

La soc iedad de biera se r en p rll1 ClplO algo

qu e co nforma el diálogo, e l co noc imiento de to­

dos aqu ellos qu e compa rten una ti erra, un es pa­

c io en co mún , la re fl ex ión co njunta en la que se

pa rti c ipa e n la c reac ión de form as de vida qu e

deb ie ran benefi c iar a l conjunto de qu ie nes la

conform a n; pe ro la soc iedad es cada vez 1ll i:1S un a

d ispersión, es decir, los c iudada nos o los seres

soc iales so n me nos sociales, es tá n dominados

por los grand es medios de comuni cac ión, con la

Page 93: REVISTA 123

REPúBliCA DE lAS LETRAS lZl

era de imagen es tcln más man ipulados e incl uso

yo diría q ue el pensa miento no solamente se va

extinguiendo sino q ue la capacidad de diálogo

ta mbién va desapareciendo . I-Iemos pasado de

las pequ eñas soci edades qu e, en las ald eas, en

las plazas de los pueblos, en las pequ eñas ciuda­

des, se contaban s us vidas, hablaban de sus pro­

ble mas, incluso q uerían refl exionar sobre el

futuro, a ese vacío en el que cuando se reúne n

exclusivamente rep iten una y otra vez monótona­

mente aquello q ue han escuchado en las radios,

en las televisiones, en los medios de comuni ca­

c ión o simplemente ya desde qu e nacen a través

de la mani pul ac ión de s us juegos y de sus pequ e­

ñas máquin as forma n un a di sgregac ión de cada

ciudadano, es su propio mund o, pe ro sin libe r­

tad, porq ue está a s u vez d ir igido por mundos a

los q ue no tiene acceso, es dec ir, por enti dades,

sea n multinac ionales de la comunicación o del

poder, q ue les mani pulan totalmente .

lA LITERATURA

La litera tu ra, para mí, pe rsonalmente , y

para todos aqu ellos qu e corri e ron los mi s mos

Andrés Sorel

ríos en los q ue yo me su me rjo para segu ir s us

formas de vida, es la vida. La l ite ratura es algo

qu e se ahonda en un a sens ibilidad q ue se va

desarrollando a lo largo de los años, e n la memo­

ria qu e vas conformand o. Trazos no solamen te

de tu ex peri e ncia s ino de lo qu e has vis to, y el

conoc imi ento, aque llo a lo q ue aspiras a ll ega r

para interpre tarte no solame nte a ti mis mo s ino

a todos los de más . Ha bl a r hoy de lite ra tura

res ulta más di fí cil , y uno no es qu e sea pes imi s ­

ta , porq ue realmente s ie mpre ha habido una l ite ­

ra tura real, desde los ti e mpos e n los qu e no ex is­

tía inclu so el pape l, en qu e e ra oral , e n qu e se

tra ns mitía igua l q ue se ha trans mitid o e l fu ego,

pa ra a li me nt a rse, se tra ns mitía la pa la bra, hec ha

unas veces pa la b ras, otras ca nc ión, a l marge n de

cualqui er me rca nc ía , como form a de comun ica r­

se y de graba r todas aqu ell as preguntas q ue se

hacían los prim eros se res hum anos : qué e ra la

vid a, qu é había de trás de las montañas en las

q ue se vivía, más all á de los océanos q ue se vis­

lumbra ban ; por q ué ex is tía n la enfe rm edad y la

mu ert e; q ué suponía ese re lá mpago ma rav ill oso

qu e e ra e l a mor, e ra el éx tas is de la pas ión ... ,

todo eso iba co nform a nd o la litera tura de la q ue

nosotros be bemos . E ntonces, pa ra res ponder

brevísi ma mente, s i tu vie ra q ue dec ir q ué es la

Page 94: REVISTA 123

Andrés Sorel

literatura, yo diría es Shakespeare y, detrás de él, pues nosotros intentamos seguir construyen­do todos los mundos que él supo regalarnos.

LACULTURA

La cultura, hoy en día, cada vez más me sugiere un vacío, es decir, la cultura se ha mer­cantilizado tanto que le resta espontaneidad, le resta invención, le resta imaginación. La cultura es un producto y, como todos los productos, está sujeta a la manipulación. Hemos creado nuevos dioses, como son los mercados, nuevos profetas, como es la publicidad, y entonces estos profetas son los que expanden a través de sus potentes

REPÚBLICA DE LAS LETRAS lZl

eslóganes publicitarios una falsa imagen de la cultura. Porque no se puede hablar de la cultura, habría que hablar de las culturas, y las culturas son múltiples, pues culturas es cómo uno es capaz de sacar un sabor nuevo a una comida, es cómo es capaz de encontrar una palpitación con un temblor distinto a un beso, es capaz de ver más allá del paisaje que está contemplando, lo que aparentemente no existe pero puede y debe existir, es decir, esas culturas que son las que conforman realmente el ser de lo humano están desapareciendo para crear los macrogigantescos circos, teatros, espectáculos culturales en los que ya viene todo, casi como esos productos enlatados con los que se conforma la comida. No busques creación e imaginación, todo ha pasado por el tamiz de la uniformidad y de la destruc­ción de lo que realmente es sensible.

Page 95: REVISTA 123

REPÚBliCA DE lAS LETRAS IZl

LA GUERRA

La guerra es la bibli a. Cuando el ser humano tuvo necesidad de crear a Dios, de crear a alguien poderoso, porque él era incapaz de interpretar el proceso del porqué existía la vida y creó a Dios, fíj ate la uniformidad que se suele dar en todos los dioses en las distintas religiones, siempre nos lo hizo un dios guerrero, un supremo juez cabrón y siniestro que se dedicaba a vigilar y condenar a los hombres, a enfrentarlos entre ellos, a desarro­llarles espacios que denominaba infiernos y acos­tumbrarles a que solamente por la violencia y por la guerra conqui s tarían la tierra prometida. Entonces, mientras haya guerra y no se des ti erre el concepto de guerra, nadie puede hablar de paz, pero ¿qué supone eso? Que lo primero que ten­drían que desaparecer son los ejércitos, lo segun­do, el concepto de violencia en la mente del ser humano. La guerra se puede dar entre pueblos, entre naciones, entre sexos, entre uno mismo con­sigo mismo por querer ser más poderoso de lo que

debiera ser. La guerra es el mal. Sencillamente es

eso: el mal. Y el concepto de la guerra y el con­cepto de quienes son sus guardianes es el más nefasto y terrible que existe y nadie se atreve a

combatir y destrozar y apartar para siempre, no solamente en la educación, sino en la vida.

Yo no viví la guerra, pero viví la posguerra y recuerdo algo, ahora que se habla tanto de memo­ria histórica, que para mí es más importante. Cierto es que siendo niño a mi madrina la fusila ­

ron en las tapias del cementerio de mi pequeña

ci udad de Segovia, y que creciendo aprendí a saber que había cárceles, que había torturas, que

había fusilamientos. Eso, aparentemente, es lo

que debieran ser las consecuencias de la guerra, pero para mí hubo una consecuencia mucho más

terrible y, fíjate, han pasado setenta años desde

aquellos momentos, y sigue exis tiendo, que es el

miedo. Es decir, lo peor fue la inoculación del miedo en todos los ciudadanos, el miedo no sola-

Andr~s Sorel

mente a la guerra , sino a quienes habían ganado la guerra, miedo a la policía , el miedo a que te esc u­che un vecino hablar de cosas que no son correc­tas, el miedo incluso a preguntarte por los desa­parecidos, el miedo a poder opinar, el miedo a qu e no te vean obedeciendo siempre al terrible sacer­

dote, al policía, al maestro, al poderoso vecino que sabemos que es un hombre importante, influyente, ese miedo es el que ha las trado una población y es el miedo que todavía, aunque muchos no lo con­fiesen, sigue latente hasta en los escritores, que son los que se au tocensuran, yeso no es más que un producto del miedo, del mi edo a la censura, la política que había antes, la del mercado que hay ahora, y el miedo a que, si expresan sus senti­mientos, sea en la política, en el sexo, en la reli­gión, en las creencias, di gan que no son correctos y que los va a rechazar el mercado .

LA TECNOLOGíA

La palabra tecnología sugiere un desfase y basta en ello, pues, poner en marcha algo que cada vez es menos habitual en nuestros, me da igual, viejos, jóvenes, intelectuales, trabajado­res, que es el pensamiento. Efectivamente, las ciencias, la técnica ha evolucionado mucho,

pero basta leer los hechos brutales que se pro­

ducen cada día, es decir, la forma refinada en que se tortura, en que un a pareja se martiriza entre ella misma, en que se ejerce violencia sobre el débil, para darte de cuenta que todo ese progreso que ha habido ha estado siempre enca­minado al mal, a hacer armas cada vez más mor­tíferas, a poder ser invisibles, incluso armas que

sólo hagan daño a los seres humanos y respeten' los entornos naturales. Es decir, que se ha evo­

lucionado tanto en ciencia y técnica como poco en pensamiento, en humanismo, en conocimien­to . Las gentes siguen siendo cada vez más faná­

ticas en aspectos religiosos, nacionalistas, dis­

puestas a inmolarse por creencias o a matar por

esas creencias y, si te das cuenta, poco podemos decir de una ciencia que durante muchos cien­

tos de años, incluso miles de años, ha hecho sus grandes inversiones para perfeccionar los rnéto-

Page 96: REVISTA 123

Andrés Sorel

dos de la guerra y, en cambio, ha dedicado muy poco tiempo y esfuerzo a an ular el dolor. Y el dolor sigue siendo el gran problema del ser humano.

LA ECONOMfA

La economía te la voy a definir con algo que le gusta mucho al poder usar cada día, todos los días, todos los meses y todos los años, para aterro-

REPÚBliCA DE lAS LETRAS lZl

rizar a la gente, y que, en cambio, no lo aplica a la economía. La economía es terrorismo, el más bru­

tal, el más cruento y el más infame de cuantos terrorismos siguen campando todavía en es te nuestro maravilloso mundo, porque es maravilloso en los sen timientos, a veces en la mirada, en lo

que uno experimenta cuando habla, o cuando aca­ricia, o cuando sueña, pero sigue estando sujeto

bajo ese poder terrorífico de quienes controlan e imponen la organización económica en el mundo.

an ores soreL

Page 97: REVISTA 123

OTROS TESTIMONIOS

Carlos Edmundo de Ory

ANDRÉS SOREL

Una amistad larga, enriquecedora. En Madrid, Amiens, Cádiz, Sevilla. Actividades conjuntas. Publicaciones. Una larga, profunda correspondencia. Siempre me pareció un niño de gran sabiduría, sensibilidad latente a flor de piel, irónico, juguetón, expectante en su mirada indagadora . Recuerdo cuando en los bosques buscaba ardillas para recitarles sus poemas, cuando en su casa de Saint Fuscien me contemplaba socarrón riéndose del susto que me pro­vocaban decenas de gatos saltando en las habitaciones o deslizán­dose por las escaleras mientras Laura pintaba alargados sexos de mujer como si fueran lagartos verdes, cuando me pedía que le ense­ñara como funcionaban las cabinas de teléfonos para que así pudie­ra llamarme a España. Nunca envejecía porque al fin la vida no era

sino juego, amor y poesía, y duraba un segundo que se es tiraba

entre el nacer y el morir. "Un creador no acaba nunca la obra que concibe", me escribía. Yen una carta del 12 de enero de 1980, me

decía: "Pronto nos veremos. Tu ti erna carta me llama, Andrés. Al calor de viva vox nos comunicaremos pequeños y grandes misterios de lo cotidiano y daremos razón de silencios y músicas entrañables [oo .] Adelantamos abrazos azules" . Me hablaba de la novela que largo ti empo llevaba componiendo. De viajes. De exigencias lin­güísticas . De su flaub erti smo incorregible de la enmienda . Me pre­guntaba en otra ocasión: "¿Cómo vais, es tái s, vivís, amáis, pensáis,

tañís, soi'íáis? .. " Cartas, libros, recuerdos . El tiempo, Ory, el tiempo. El ruido de

la vida. El silencio de la muerte.

Page 98: REVISTA 123

Hace cinco años, en una reseña que

hi ce sobre un libro de cuen tos de Carlos

Edmundo de Ory, Una exhibición peligrosa, que

editó Edic iones del Viento retomando la vieja

publi cación de Taurus: del año 64, prácticamen­

te inencontrable, aludía a los vínculos un tanto

falsos que es te libro mantenía con c iertos gestos

de la narrativa cen troeuropea, en especial con

Kafka, record aba el vínculo pesadillesco de

Edmundo de Ory co n nuestra tradición barroca,

y me lamen taba, aq uí hay ya una c ierta conven­

c ión que convendría li q uidar de una vez por

todas con la fi gura de Carlos Edm undo de Ory,

de lo preterido qu e e l poeta había s ido por parte

de los poderes culturales de su país, del nuestro.

Recordé los orígenes, su padre, e l poeta moder­

ni s ta Eduardo de Ory, ami go de Rubén Darío,

có mo de niño se edu có oye nd o los poe mas de

Leopoldo Lugones, de Verlaine, e l versificador

por an tonom as ia, Les sanglots longs des violons

de l 'aulomne / blessent mon coeur . .. , y, luego, de

qu é manera le marcó la amistad con Eduardo

Chi charro y Silvano Sernesi para la fundación

de l postismo, e l único vínc ulo qu e en esos

r .

Carlos Edmundo de Ory:

La palabra fragmentaria

JUAN ÁNGEL JURISTO

momentos tuvo la cultura española con las vIe­

jas vanguardias carcomidas por la guerra mun­

dial, y la e norm e importancia qu e es te movi­

mi e nto supuso para la co nformación de s u pec u­

liar destino co mo esc ritor, como poeta. La indi­

ferenci a para con él en esos pr imeros mom entos

y, luego, la acogida un tanto tibia de Eugenio

D'Ors y de José Luis Cano y Vicente Ale ixandre

y, lu ego, ya mu cho más tarde, la mano tendida,

estamos en los años se tenta, que le ofrece Fé li x

Grande y, por supuesto, gracias a es te ges to , no

la fama, pero sí c ie rto reconoc im ien to por ju s to,

por merecido, por acorde con lo que su obra sig­

nifica aún hoy, sobre todo hoy.

Y, claro, a nte tamaño desconocim iento

había que reco rd ar muchas cosas pe ro e n espe­

c ial un a faceta aún más olvidada , la de s u obra

narrativa. Cité a este propósito El al/abeto grie­

go o Basuras y hablé de ensoi'í am ie nto rom c1 nti­

co y s LllTea 1, algo muy presente e n s u poesía

pero que no se ha sabido ver en su narra tiva, tan

olvidada justo por lo qu e tiene de fu era del tiem ­

po, de ir en cierta forma contra el ti e mpo . Esta

consideración sobre la ausencia de referenc ia

alguna a su prosa en cualqui er est udio sobre la

narrativa es pañola de los últimos ci ncuenta a ños

me ll eva a co ns ide rac iones más gene rales y a

Page 99: REVISTA 123

REPÚBliCA DE Li\S LETRAS l2l

despejar ciertos malentendidos en torno al silen­

cio con que muchos piensan que se ha manteni­

do a Ory.

No, no ha habido consp irac ión . Nunca hu bo

co nspiración algun a hac ia Carlos Edm un do de

Ory. y qui e n pie nse as í no sabe de las conse­

c ue nc ias últimas a qu e lleva la li bertad.

Siempre conside ré a Carlos Edmun do un poeta,

un escritor, cuyo es tilo estuvo prefij ado por su

ac titud ante la vida, de un a radical tendenc ia a

la libertad, a no plegarse a c iertas convenc io­

nes del miLieu, que s iemp re paga ind iferencia

por indiferenc ia . Ha habido gentes que durante

años han que rido que hu biese una suerte de

cons pirac ión de s ilenc io en to rno al poe ta,

orques tada a media voz por José Lui s Cano y

Vicente Ale ixa ndre . Con es te último Ory tuvo

un a relac ión por lo me nos amb igua ya que en el

primer Ory hay un a influenc ia de Pasión de La

tierra, libro ese nc ial e n la poética irrac ionali sta

de Ale ixa ndre y sí, hu bo cie rto apoyo, bien es

verdad que tibio, para el poeta postis ta , pero

apoyo al fin y al cabo y s i bi en es c ie rto que fu e

Féli x Grande aquel que en España en la década

de los setenta más hizo por darle a conocer,

Juan Ángel Juristo

también lo es que no es lo mIsmo Juzgar una

joven promesa de posgue rra con el mi smo ta lan­

te q ue un poe ta ya hecho cuya obra res ulta sor­

prendente y a quien a lgunos se s ie nten obli ga­

dos a darle a conoce r. De todo es te misera ble

emb rollo, como son todos los re lac ionad os co n

el mundillo de las letras, surgen leye nd as enve ­

nenadas cuyas consecuencias ti enen algo de

chocantes. As í, en un congreso de poetas anda­

luces a comienzos de los ochenta qu e tuvo luga r

en Granada, se leye ron a lgun os poe mas de

Vi cente Ale ixandre, selecc ionados de entre lo

mejor de su obra, y en un momento dete rmina­

do , Carlos Edmu ndo de Ory, qu e as is tía al ac to ,

se levantó de su asi ento y comenzó a gritar que

aquellos poemas eran horrorosos . Poe tas que

es tuv ie ron a ll í, caso de Ja vie r Los ta lé o

Alejandro Duque, qu e ha dejado co ns tanc ia de

aqu e l encuent ro , entre la so rpresa y e l boc hor­

no, s iempre pre firi e ron ac haca rlo a un ac to pos ­

ti sta fu e ra de luga r ya, un tanto extravaga nte .

Sin emba rgo, ese ac haqu e de anacro nis mo

esconde algo te rrible por lo qu e no supo o no

qui so dec ir: la extravaganc ia a veces no es tan

buscada y es producto de un a is lami ento dond e

la imaginac ión, enfebrec ida, co ns tru ye mundos

de montículos de a rena . A veces es to t iene

has ta categoría de ley y desde luego no es Ory

Page 100: REVISTA 123

Juan Ángel Juristo

el primer caso del que se ti ene constancia, como cualquiera comprende. Creo que ese ais ­

lamiento tiene que ver mucho con cierta actitud de Ory ante el tiempo que le tocó vivir, además del carácter de radical libertad de su alma, y que esa actitud, casi intemporal, es la causa más seria de ese aislamiento de tipo intelectual, que no otra cosa fue.

Siempre me sorprendió la poca acogida que

un narrador excelente como Julio Ramón Ribeyro pudo tener si la comparamos con la mucha de Alfredo Bryce Echenique o no diga­mos de Mario Vargas Llosa, y pongo estos nom­bres para circunscribir la cosa al ejemplo

peruano. Bryce, incluso, ay ud ó a que Julio Ramón se editase en Espai'ía de la mano de Tusquets y lo cierto es que consigui ó cierto éxi to relativo, se llegaron a edi tar sus Cuentos

completos por parte de Alfaguara, hasta que la muerte de Ribeyro hizo que su obra, de nuevo, volviese a ser objeto de culto para muchos incondicionales, pero poco más. Ejemplos los hay a montones, desde Virgilio Pii'íera a Macedonio Femández ' pasando por Felisberto

Hemández o Idea Vilarii'ío, formando una cate­goría literaria a las que muchos han puesto ya el

nombre de "los raros", y las veces que a estos autores se les ha querido sacar de su relativa oscuridad ha sido en vano : de una u otra mane­

ra vuelven a su lugar de objeto cultual, como si el sitio en que realmente habitan fuera un lugar de sombras lleno de rendijas de luz y gus ­tasen de ese limbo que les permite en cierta manera estar fuera del tiempo, es decir, de los éxitos fulgurantes del mundo, pero también de s us sonados fracasos .

Estos atemporales, entre los que incluyo a gen tes tan disímiles como Carlos Edmundo de Ory, Karen Blixen o Hermann Broch o Amo

Schmidt, por aquello de ofrecer una imagen del enorme abanico que comprende, tienen muchos

rasgos en común, pero les define sobre todo la actitud an te su tiempo. De una obra de marcada

100

REPÚBLICA DE Lt\S LETRAS~I

excelencia literaria, su estética no sigue las olas de su tiempo y si lo hace es para romperlas, anti ­

ciparlas, y volver a una suerte de punto de fuga que abarca a todo su tiempo. De ahí que puedan darse estéticas como las de la Blixen, donde el modelo pasa por un ajuste prolijo sobre el meo­llo de lo que es en definitiva cualquier narra­ción, o las un Amo Schmidt, cuyo rompimiento con la tradición es tan vasto que aglutina a la tradición misma, o la de Carlos Edmundo de Ory, donde un escrupuloso sonetista convive con el hacedor de gestos postista o el ensañamiento romántico con la justeza del juego barroco. Estos a temporales sólo consiguen un reconoc i­miento cuando su tiempo coincide con aq uello que se lleva en el momento. En tonces se les reconoce como precursores de ese algo y se les señala de momento, pero pronto vuelven a su punto de partida. Es como si hubieran ganado la ba talla a los vaivenes de los es tilos .

Pongamos el caso de Aerolitos, la última edición de los mismos publicada en Calambur en 2005. Cierto que consti tu yen parte esencial de la medida en que Carlos Edmundo de Ory se

hace excelente, en la brevedad del relámpago, de los que estos micropoemas-aforismos-metá­foras-greguerías son un ejemplo, también lo son

sus artículos de prensa, sus sone tos y los cuen­tos, cuanto más breves, más cargados de inten­

sidad. ¿Cómo juzgar es tos aerolitos desde el

punto de vista de la evolución de los es tilos, esa carga de historia de la literatura al modo hege­liano que hemos tenido que soportar en las uni­

vers idades duran te casi doscientos años? ¿De

qu é manera nos podemos enfrentar a ellos? C~l~ndo Ory produjo es tos poemas alguno se lo podía tomar a chanza; otros, como mucho, ofre­cerle el don del ingenio, como le hicieron a

Ramón años antes; ahora, con la moda de los microrrelatos, los micropoemas, todos formatos

concebidos por la tecnología, Twitter, sms, que

requieren, exigen brevedad, los aerolitos caye­ron, nun ca la expresión fue más jus ta , en terre­

no abonado . ¿Abonado? U na vez más nos encon­

tramos con los malentendidos, pues si hubo

alguien más alejado de las querencias tecnológi-

Page 101: REVISTA 123

REPÚBllCA DE L<\S LETRAS l2l

cas y sus preocupaciones ese fue Carlos Edmu ndo de Ory. Deberíamos hablar en tonces

de una coincidenc ia en el tiempo y esa coinci­dencia, que sirve para que el yo del autor, si es

que ha caído en la baja estima , se revitalice, entre otras cosas, no nos debe hacer olvidar que

Ory es capaz de apadrinar cualquier cosa que

provenga de lo que se haga en un futuro pero que su ámbito siempre fue el mismo y que sería

deseable que cuando alguien reivindique su obra lo haga enteramente y no se contente con

fragmentos. De esta manera la honestidad inte­lectual iría aparejada a la literaria, única mane­

ra de entender ca balmen te a Ory. ASÍ, quien se deslumbre con frases como "Todo suic ida es

existicida ", "Concilio de Éfeso año 431: la

Virgen María proclamada madre de Dios", "La risa es el sexo del alma", "No digo palabras,

hago palabras", "¿Hay algo más subj etivo que el

agua?", "Un poema es la autobiografía del s ueño ", no debería olvidar que salen de tradi­

ciones muy diversas, desde la Biblia hasta

Gracián o Ramón, de cuyas greguerías quiere desvincularse aunque hay aerolitos que podrían

pasar por tales e incluso estar firmadas por éste

sin rebozo alguno, y que, sobre todo, cumplen

con la diversidad de formas tan propias de la

libertad de que siempre hizo gala Ory, hay citas,

hay juegos de palabras, hay anécdotas, hay

quiebros, so10 quiebros, hay sorpresas, y siem­

pre una miscelánea que tiende a la intemperie

en que debe encontrarse el lenguaje cuando

101

Juan Ángel Jurista

transgrede, es dec ir, cuando incide, escarba,

revela partes de la realidad. Quien se deslumbre con estas frases no debería olvidar su falsa faci­

lidad, el lugar en que deben ubicarse, la tradi­ción de la que parten , desde Lichtenberg a Nietzsche, de éste a Antonio Porchia , y no dejar­

se lleva r por la urge nc ia del formato que, este sí, tiende al ingenio porque despoja de conten ido

cualquier manifestación gen uina . Quien goce de es tos aerolitos debería relacionarlos en su inti­

midad más recóndita con los sonetos, justos en su manera rabiosamente canónica, pero también

en sus proyectos de poesía colec ti va, no olvide­mos la c reac ión del APO, Atelier de Poésie

Ouverte, en 1968, o enfrentarse a la poética es ­condida tras el manifi es to introrrea lista. Dis­

tintas etapas de un creador en apariencia dis­

perso, el postismo se quiere el último dador de los ismos y por tanto es el dueño del secreto,

pero de una coherenc ia final qu e llega a herir. Conozco pocas evo luc iones literarias tan co ns­

cien tes de los pasos consiguientes y, a la vez, tan ligados a las e tapas anteriores, como la de Carlos Edmundo de 01')'. Desd e su muerte, el 11 de noviembre de 2010 en s u casa de Thézy­

Glimont, a los 87 años, se han multiplicado los

homenajes a su figura, a su obra, finalmente reconocida, engañosamente reconocida. Ya di go,

Carlos Edmundo de Ory pertenece a los escrito­

res cultuales y es tos escapan siempre a cual­

quier intento de anquilosamiento. Los atempora­

les, como Apolo, a quien sirven, son jóvenes .

Page 102: REVISTA 123

Carlos Edmnndo de Ory

102

VISIONES DE LA NUCA

He visto la serpiente cascabel el gran caballo azul y la roca exquisita Vi un cuchillo una vez en las manos de Dios y el infinito amarillento Hubo tiempo en que vieron mis ojos de de trás a Miguel y al Dragón guerreando en el cielo Cierro los ojos mágicos tan sólo para oír qué bufidos cacareos aúllos pizzi catos balidos cristaloides y gotas de gorjeo de los herejes las blasfemias lindas y de los lobos míos sus llantos adorables .

REPÚBLICA DE lAS LETRASJ:71

Page 103: REVISTA 123

BIas de Otero es uno de los poetas mayores de la segunda mitad del siglo xx. Su poesía, por el lenguaje, el ritmo y la temática alcanzó pron­to grandes dosis de popularidad.

BIas de Otero nació en 1916 en Bilbao. Desde muy joven estuvo obsesionado por el

tema de la muerte por las desgracias familiares que le acontecieron. Tuvo que abandonar los estudios de derecho y sufrió varias crisis que le llevaron en su juventud a una acentuada reli­giosidad. Así, su primera obra se titularía Cántico espiritual. En Bilbao participó en la creación de varios grupos poéticos, y en 1943 pasó a estudiar, durante breve tiempo, filosofía y letras en Madrid. En 1950 ganó el Premio Boscán de poesía. Abandonó su soledad y des­arraigo para crear una poesía más social y diri­

gida a la inmensa mayoría. Exiliado en París en 1952, se afilió al

Partido Comunista de España. Tras su regreso a

103

BIas de Otero "Escribo como hablo, pero no

hablo como escribo"

MANUEL QUIROGA CLÉRIGO

España visitó posteriormente la URSS, China y Cuba, donde obtuvo el Premio Casa de las Américas. Vivió con Sabina de la Cruz hasta su muerte en 1979. BIas de Otero fue uno de los escritores que más luchó contra el franquismo.

BIBLIOGRAFÍA

POEsíA

Cántico espiritual. 1942. Ángel fieramente humano. 1950. Redoble de conciencia. 1951-1975. Pido la paz y la palabra. 1955. Ancia. 1958. En castellano. 1960-1977. Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia. 1960. Que trata de España. 1964-1977. Historias fingidas y verdaderas. 1970. Hojas de Madrid con La galerna. 2010.

Page 104: REVISTA 123

BIas de Otero

Cuando andamos en trance de ver consoli­dada una democracia vuel ve a tener vigor la lla­

mada poesía social. Vivimos en una democracia

de banqueros y políticos. A ninguno de ellos les

preocupan los ciudadanos. A los poetas sí. Por

eso es momento de recordar a Miguel Hernández o An tonio Machado y Leopoldo de Luis. La

nómina sería muy extensa y parece q ue a pocos importa. Lo que los listos llaman el día a día

contiene cuestiones más apasionantes. Para

algunos incluso lo difícil es sobrevivir. Otros sobreviven gracias a sus padres o fami li ares. El

paraguas del Estado parece que está aguj ereado pese al infame número de millonarios que pulu­

lan por los grandes salones o se codean con

Esperanza Aguirre y José Lu is Ro dríguez Zapatero. De la monarquía aquí no se dice nada

pese a escribir estas páginas un 14 de abril. Tal vez que podría revisarse en qué se gas ta un

dinero que no es suyo. Y volvemos a los nom­bres inolvidables que hicieron de la poesía

social su principal argumento. O sea, por ejem­

plo, Gabriel Celaya y Celso Emilio Ferreiro si n ir más lejos. Ahora toca hablar de BIas de Otero.

El inconfundible poeta que hizo de s u indepen­

dencia un valor inapreciable. Tal vez por eso no

recibió grandes prebendas ni premios millona­

rios cuando otros sí los recibían en su ti empo.

Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores anda

empeñada en publicar sus obras completas según certificó Sabina de la Cruz. Pero a finales

de 2010 nos entregó un precioso an ti cipo. Se

trata de Hojas de Madrid con La Galerna (Barcelona 2010) . El título lo eligió precisamen­

te el autor. En el prólogo al libro Mario Her­

nández, que fue amigo del poeta, recuerda :

"Detrás de un títu lo tan simple como Hojas de Madrid está sin duda el movimiento ondeante de

las Hojas de hierba de Whitman, el poeta de la

democracia y de la solidaridad humana, sobre quien Martf, tras escucharle en Nueva York su

evocación de Abraham Lincoln. escribió en

1887: «Los criados a leche latina, académica o

104

REPÚBLICA DE LI\S LETRAS 1ZJ

francesa, no podrían, acaso, ente nder aqu ella grac ia heroica». Es curioso el caso de Martí,

poe ta con dece nas de es ta tu as y referenc ias en

la isla de Cuba y exaltado héroe pop ular por los

cubanos de Miami . Parece ser que BIas de Otero

comenzó a escribir Hojas de Madrid en 1968 y algun os de los versos de La galerna a partir de

1969. Y es que las ci udades con Madri d a la

ca beza y su Orozco natal fo rman parte de esa mezcla de sentim ien tos que hacen posible un

libro hermoso . Y el segundo no es más que una

reme moración de esa vista ele un Cantábrico de

s u juventud que el poeta evoca ya en sus postri ­merías . Sabina de la Cruz por su parte relata a

propósito de esta edición : «C uando yo muera, tú

te sen tmás a mi mesa con el pelo en trecano y releerás mi s papeles, mi s cuadern os, mis desdi­

chas», escribía BIas de Otero el 9 de marzo de

1969 en un o de los poemas inéditos que lleva

componiendo en Madrid desde su vuelta de Cuba, en abril de 1968. Así qu e, enmarcados en

sus fechas correspondi entes , tenemos los poe­

mas efervescentes de un poeta ya enfrentado a varios ava tares de enferm edades y rompimien­

tos . Pese a todo su mano es [irme y su inspira­

ción constante. "Se me ha acercado un a niña , y

me ha preguntado: ¿Qué es la poesía? Y yo le he

contestado: La poesía eres tú cuando tengas

once años más" . El mundo sigue pese a nuestra

tris teza parti cular o a los políti cos corruptos. Y

de eso se oc upan los poetas . Así qu e Hojas de Madrid: Últi ma noc he en Madrid . Dejo la jaba /

a María; / la maleta' y los zapatos / a María

Luisa; / los libros y las rev istas/a Ivonne, / y me

voy". El poe ta va y viene. Otea su patria y su

mar y vuelve al asfalto. "Ahora hablemos de

España. / De una aldea escondida en el cuento

de mi mano. / Hablemos cla ramente . / El agua te

ha rodeado pero yo soy un río que pasa siempre

y no engaña. / Mi pa tri a es hermosa y horrible

como un niñ o vie tnamita abrasado por el

napalm,. / Tu eres otra cosa./(Una espec ie de

metra lle ta ceñida por una trusa azul oscuro.) /

Ahora hablemos de España / ¿Tú qui eres a

España? / ¿Tú luchas por España? / ¿Tú te pare­

ces a España? / Para mí no hay más libro, ni

Page 105: REVISTA 123

REPÚBUCA DE lAS LEfRAS IZl

muj er, ni más rosa que España / Una rosa blan­

ca llagada como un cristo. / No hablemos más, /

hasta que España no se te aparezca / en medio

de la noche". Y así hasta el infinito. BIas de Otero nació en Orozco en 1916 y vivó sus últi­

mos años en Majadahonda. Falleció en 1979. De

1942 es su Cántico espiritual y de 1950 Ángel

fieramente humano . A partir de ahí se suceden

obras en las que se mezcla un acento religioso

con una preocupación humanista muy cercana a

la militancia social a favor de los menos favore­

cidos por la fortuna. Hablamos de Redoble de

conciencia, de 1951, y Pido la paz y la palabra,

de 1955. Éste ya fue un poemario clave y cen­

tral de toda su poesía reflexiva y denunciante al

que siguen En castellano (1960) y Esto no es un

libro (1963). Luego llegan Que trata de España

(1964) o Expresión y reunión (1969) O Mientras

(1970). Del mismo año datan sus prosas poéti-

BIas de Otero

cas contenidas en Historias verdaderas y fingi­

das y de 1974 Verso y prosa. En 1977 aparece

una antología titulada Poesía con nombres. Por

entonces ya varios can taautores como Paco Ibáñez o Cecilia habían puesto música s sus ver­

sos aunque la España franquista aún pretendía

ignorar una voz clara y limpia pero impenitente­mente denunciadora. Los trescientos seis poe­

mas de Hojas de Madrid con La galerna se cons­

tituyeron en el tes tamento poético de BIas de

Otero. Dice Sabina de la Cruz que "145 ya han

sido publicados, mientras que 161 han perma­

necido rigurosamente inéditos hasta ahora". Así

que es de alabar la labor de la propia Sabina y

de Mario Hernández que, j unto al editor N icanor

V élez, ofrecen un extraordinario volumen capaz

de dejar constante una poesía tan preciosista y

actual como la de BIas de Otero. Es un poeta

que no ocul ta sus ideas políticas ni su aversión

al poder. Y que alaba los paisajes de su niñez y

de los del resto de su vida así como a las muje­

res y a los amigos que tuvo cerca. Si el poema-

Page 106: REVISTA 123

Bias de Otero REPÚBLICA DE LL\S LETRAS lZl

rio adopta a veces una especie de libro diario, otras se hace eco de cuestiones que ya es tán en

las enciclopedias. Y por todas esas impresiones

pasa el amor o el horror. José Miguel Ullán dej ó escrito: "No brotó una palabra de sus labios qu e

no fuese verdad. Ni una sílaba innecesari a . Vivió tan sólo para ver el árbol de las palabras .

Dio testimonio del hombre, hora a hora . Quemó las naves del viento. Destruyó los sueños . Plantó

palabras vivas; ni a una sola sometió: desenterró

silencio, a pleno sol. Sus días los tuvo siempre contados. Varios libros borraron el olvido.

N un ca tuvo una almena . Y al final del origen

dijo: «Oh aire,/oh mar perdidos./Romped/contra mi verso, resonad libres». De todo eso quedan

muchos bellos ejemplos en La Galerna que sería

la segun da parte de todo el conjunto oteriano. Uno de ellos se titula simplemen te Normas de

poética: "Escribo como hablo pero no hablo

como escribo / escribo (algunas veces) como hablo / la lengua hablada se extiende a través de la línea / mi nuevo verso mi hombre nuevo tu

nuevo vestido / ésta es la carretera transitada

por todos / pero yo sólo he asfaltado / he ador­

nado con árboles extraños / y ha terminado ante

una ciudad o fachada última o frase concluida ".

1<X>

A LA INMENSA MAYORÍA

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre

aquel que amó, vivió, murió por dentro

y un buen día bajó a la calle: entonces

comprendió: y rompió todos sus versos.

Así es, así fue. Salió una noche

echando espuma por los ojos, ebrio

de amor, huyendo sin saber adónde:

adonde el aire no apes tase a muerto.

Ti endas de paz, bri zados pabellones ,

eran sus brazos, como llama al viento;

olas de sangre contra el pecho, enormes

olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces

en vuelo horizontal cruzan el cielo;

horribles peces de metal recorren

las espaldas del mar, de puerto a puerto .

Yo doy todos mis versos por un

hombre en paz . Aq uí tenéis , en carne y hueso,

mi (¡ltima voluntad. Bil bao, a once

de ab ril , cincuenta y tantos .

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Manuel V ázquez Montalbán

107

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Manuel V ázquez Montalhán

Manuel V ázquez Montalbán naclO en Barcelona en 1939 y falleció en Bangkok en 2003. ,E tudió Filosofía y Letras y Periodismo y nunca~' olvidó su compromiso político. Hombre prolífico de gran personalidad, fue escritor, periodista, novelista, poeta, ensayista y un gran humorista.

Era hijo único de una modista y de un mili­tante del PSUC, al que conoció con cinco años. En 1961, tras su paso por el Frente de Libe­ración Popular, ingresó' en el PCE en el que fue miembro del Comité Central.

En la cárcel, a la que le condenó un Consejo de Guerra en 1962, escribió su primer libro. A su salida ejerció el periodismo en la revista Triunfo bajo el seudónimo de Sixto Cámara y más adelante fue colaborador habitual en diver­sos medios como Interviú, Siglo XX o El País.

En 1995 recibe el Premio Nacional de las Letras Españolas. Es el creador del conocido detective Carvalho.

Entre su extensa obra cabe destacar:

POEsíA

Una educación sentimental. 1967. Movimientos sin éxito. 1969. Coplas a la muerte de mi tía Daniela. 1973. A la sombra de las muchachas sin flor. 1973. Praga. 1982. Memoria y deseo. Poesía 1967-1983.

1983. Pero el viajero que huye. 1990. Memoria y deseo. Obra poética 1967-1990. 1990.

108

REPÚBLICA DE lAS LETRAS l2l

Ciudad. 1997. Ars amandi. AntoLogía. 200l. Rosebud, inédito incluido en Memoria )" deseo. 2008. Construcción y deconstrucción de una teo­ría de la almendra de Proust complemen­taria de la construcción y deconstrucción de una teor(a de la magdalena de Benet Rosell, casi inédito incluido en Memoria y deseo. 2008. Memoria y deseo. Poesía completa 1967-2003.2008.

NOVELA

Recordando a Dardé. 1988. Yo maté a Kennedy. Impresiones, observacio­nes y memorias de un guardaespaldas . 1972. Tatuaje. 1974. Happyend. 1974. La soledad del mánager. 1977. Los mares del Sur. 1979. Asesinato en el Comité Central. 1981. Los pájaros de Bangkok. 1983. La vida privada del doctor Betriu. 1983. La rosa de Alejandría. 1984. El pianista. 1985. El matarife. 1986. El balneario. 1986. Los alegres muchachos de Atzavara. 1987. Asesinato en Prado del Rey. 1987. Cuárteto. 1988. El delantero centro fue asesinado al atar­decer. 1988. Galíndez. 1990. El laberinto griego. 1991. Autobiografía del general Franco. 1992. Sabotaje olímpico . 1993. El hermano pequeño. 1994. Roldán, ni vivo ni muerto. 1994. El estrangulador. 1994. El premio. 1996.

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REPÚBliCA DE LAS LEfRASIZl

La muchacha que pudo ser Emmanuelle. 1997. Quinteto de Buenos Aires. 1997. O César o nada. 1998. El señor de los bonsáis. 1999. El hombre de mi vida. 2000. Erec y Enide. 2002.

Milenio Carvalho l. Rumbo a Kabul. 2004.

Milenio Carualho II. En las antípodas. 2004.

ENSAYO

Informe sobre la información. 1963.

Manifiesto subnormal. 1970. Crónica sentimental de España. 1971. loan Manuel Serrat. 1972. El libro gris de Televisión Española. 1973. Las noticias y la información. 1973. La vía chilena al golpe de estado. 1973. Cien años de canción y music hall. 1974. La Capilla Sixtina: del proceso de Burgos al espíritu de febrero. 1975.

¿Qué es el imperialismo? 1976. Diccionario del franquismo. 1977. Cómo liquidaron al franquismo en dieci­séis meses y un día. 1977. Imágenes y recuerdos. 1919-1930. La

rebelión de las masas. 1977. Los demonios familiares de Franco. 1978.

La cocina catalana: el arte de comer en

Cataluña. 1979. La palabra libre en la ciudad libre. 1979.

109

Manuel V ázquez Montalhán

Historia y comunicación social . 1980. Las cocinas de España: Cataluña, Extre­madura, Galicia, Valencia. 1980. Mis almuerzos con gente inquietante. 1984. Crónica sentimental de la transición. 1985. Barcetonas . 1987. Rafael Ribó: el optimismo de la razón. 1988. Las recetas de Carvalho. 1~89. Escritos subnormales. 1989. Moscú de la revolución. 1990. Veinticinco años, veinticinco anuarios: del apagón de Nueva York a la caída del Muro de Berlín. 1991. La literatura y la construcción de la ciu­dad democrática. 1992. Novela negra, novela política. 1993. Felípicas (sobre las miserias de la razón práctica) . 1994. Panfleto desde el planeta de los simios. 1995. Pasionaria y los siete enanitos. 1995. El poder, 1996. Un polaco en la corte del rey luan Carlos . 1996. El escriba sentado. 1997 .. Elogis desmesurats. 1997. La literatura en la construcción de la ciu­dad democrática. 1998.

Y Dios entró en La Habana. 1998. Marcos: el señor de los espejos . 1999. Geometría y compasión. 2003. La aznaridad. 2003. lack el Decorador. 2008.

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Yo planteé el "¿Contra Franco

viv(amos mejor?" como

una pregunta, no como una res­

puesta. Pregunta por mi

parte ya contestada, contra

Franco no se viv(a mejor.

MANUEL V AZQUEZ MONTALBAN

Responsable de una de las más prolíficas y lúcidas obras de las letras españolas con­temporáneas, la importancia de Manuel

Vázquez Montalbán no ha de cifrarse solo en térmi­nos literarios. Más allá de su inmenso valor como escritor, el autor barcelonés ha de ser considerado un referente ineludible del pensamiento progresis­ta de toda una generación que creció entre las rui­nas de la posguerra, maduró en la oscuridad del franquismo y vio cómo sus ideales se iban apagan­do con una democracia mucho más imperfecta de lo que los mensajes oficialistas y los poderes públicos quisieron hacer creer.

Para entender su condición de faro ideológico e intelectual hay que atender, además de a su pre-

110

Manuel V ázquez Montalbán:

de la resistencia al desencanto

JAVIER SANCHEZ ZAPATERO

y Á LEX MARTíN E SCRIBA

Uni versidad de Salamanca

sencia en la esfera pública a través de sus perma­nentes colaboraciones en los medios de comunica­ción, a la dimensión política que subyace a toda su obra literaria. De hecho, ya en plena dictadura fran­quista, su autodenomi~ado "periodo subnormal" mostraba un claro compromiso ideológico, humano y.social que, partiendo de presupuestos expresivos cercanos al surrealismo, se caracterizaba por la ausencia de estructuras convencionales y por un posicionamiento experimental que trataba de evitar que el escritor se convirtiera en un reproductor más del sistema. Así, impulsando su capacidad crítica y disidente, su producción literaria parecía concebi­da como elemento de subversivo y de lucha políti­ca, las mismas intenciones que le acompañaron en su labor periodística durante el régimen. No hay que olvidar que la actividad pública de V ázquez Montalbán como colaborador de diversas cabeceras - Triunfo, Siglo XXI o TelelXpress- comenzó a mediados de la década de 1960, coincidiendo con el fin de su condena carcelaria por su participación en diversos movimientos de resistencia antifran­quista vinculados al Partido Comunista.

Su paso entre 1973 y 1978 por la revisa Por Favor, junto a Jaume Perich, Fernando Savater, Maruja Torres o Juan Marsé, le permitió situarse en un lugar mediático privilegiado desde el que analizar la decadencia de Franco y de la España que había creado a su imagen y semejanza. El

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REPÚBUCA DE lAS lEI'RAS123

humor crítico y corrosivo de la publicación, que le valió más de una sanción ministerial, contribuyó a romper ciertos límites de expresión hasta entonces inviolables y a estructurar, junto con otras iniciati­vas periodísticas, el espacio de libertad discursiva que gran parte de la opinión pública demandaba. Sin embargo, la evolución de los acontecimientos en la última parte de la década de los setenta llenó Por Favor, y más adelante la propia obra literaria de V ázquez Montalbán, de cierta sensación de escepticismo y desengaño. Tales sentimientos han de entenderse como muestra no sólo de las razona­bles dudas del autor ante el devenir de los cambios políticos, sino también de la evolución del pensa­miento global de determinados sectores de la izquierda española que hubieron de ceder más de lo previsto en el reparto de papeles, cargos y cul­pas que la instauraci6n de la democracia trajo con­sigo. Al tiempo qu~ clamaba por el advenimiento de la III ~epública presidida por Eduardo Haro­Tecglen e ironizaba sobre los políticos progresistas que habían abandonado su lucha reivindicativa

111

Manuel V ázquez Montalbán

por un puesto en las nuevas estructuras de poder con la misma velocidad con la que habían cambia­do sus chaquetas de pana por elegantes trajes de seda de marca italiana, V ázquez Montalbán anali­zaba, en un ejercicio no exento de autocrítica, la situación del partido al que pertenecía desde la década de los sesenta. Desde su posición de mili­tante -y dirigente, pues llegó a formar parte del Comité Central- del PCUS, mostró la necesidad de moderación del comunismo radical y abogó por la construcción de sistemas socialistas no excluyen­tes en los que la disidencia y la discrepancia pudieran tener lugar. La visita del Papa Juan Pablo II a Cuba a mediados de la década de 1990 sirvió al escritor de inspiración para la composición de,Y Dios entr6 en La Habana, ensayo en el que deja entrever su firme creencia de que sólo el diálogo entre todos los actores sociales puede servir de base para la creación 'de estructuras colectivas, ya que sistematizar la eliminación del contrario ter­mina por construir, según sus propias palabras, "un comunismo sin comunistas" .

La postura desengañada en la que desemboca su firme militancia está presente también en su obra narrativa y, de forma especial, en la serie de

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Manuel V ázquez Montalhán

obras protagonizada por el detective Pepe

Carvalho. Además de suponer un hito fundamental

para la creación de la hasta entonces inexistente

tradición de novela negra en España y de haberse

convertido en el tiempo en un referente ineludible

de la narrativa de género nacional e internacional

-ténganse en cuenta, en ese sentido, los homena­

jes que autores como el italiano Andrea Camilleri

o el francés Jean Claude-Izzo han hecho al escritor

barcelonés al bautizar a sus detectives literarios

Montalbano y Montale, o cómo la importancia de la

gastronomía se ha convertido en una seña de iden­

tidad de la denominada "novela negra mediterrá­

nea-, la saga sirvió a V ázquez Montalbán para eva­

luar, a través de su ojo crítico y escéptico, el desa­

rrollo de los acontecimientos que jalonaron la con­

solidación de la democracia en España. No en

vano el escritor siempre se refirió a Carvalho, más

que como personaje, como "recurso técnico" y

"punto de vista" que le permitía ofrecer su inter­

pretación de la historia reciente. Sin dejar de ser

nunca un producto genérico propio de la narrativa

negra - y de tener, por tanto, en la deuda argumen­

tal con el enigma y en la volun tad crítica algunas

de sus principales características-, las obras prota­

gonizadas por Carvalho admi ten una lectura desde

prismas ideológicos y políticos, similar a la que

puede efectuarse sobre otros títulos del autor como

Galíndez o Autobiografía del general Franco.

Semejante interpretación se basa, fundamental­

mente, en la, voluntad crónica con la que fueran

concebidas, reconocida por el propio autor en una

de las entrevistas que conforman el libro de

Georges Tyras Geografías de la memoria. Conversaciones con Manuel Vázquez Montalbán -publicado, en una macabra jugarreta del destino,

e l mismo día de 2003 en el que al autor falleció en

e l aeropuerto de Bangkok-: "Son novelas realistas,

c rónica de la que va a ser la vida española de tran­

sición desde la decadencia del franquismo hasta

no sé qué. No es una crónica política, sino moral y

sentimental, sobre la necesidad de elección entre

e l pesimismo y el cinismo que tiene no sólo

España sino toda la cultura occidental" .

112

REPÚBUCA DE L<\S LETRAS IZl

y es que, en el fondo, lo que hace V ázquez

Montalbán - y otros escritores vinculados a la narra­

tiva negra que comienzan a gestar su obra en esa

misma época o en años inmediatamente posterio­

res, como Juan Madrid, Francisco González

Ledesma o Mariano Sánchez Soler- es vertebrar a

través de las novelas protagonizadas por Carvalho

un discurso contracultural y escéptico opuesto al

mensaje oficialista. Su carácter desengañado se

observa tanto en la construcción de su personaje

principal -un tipo solitario, hermético, irónico y

profundamente iconoclasta, que demuestra a través

de aficiones como la quema de libros su incapaci­

dad para asumir sin cuestionamientos ni protestas

el mundo que le rodea- como en su forma de ana­

lizar el pasado reciente español. Frente la interpre­

tación de la Transición impuesta desde los poderes

oficiales, que hacía concebir el periodo de cambio

reformista como exitoso y positivo para la sociedad,

lanzó un mensaje de frustración y desengaño análo­

go al que, desde otras corrientes culturales, hicie­

ron personalidades de la época como Lluís Llach

-autor del famoso lema "no es esto, compañeros, no

es esto"-. V ázquez Montalbán incidió en esta idea

al constatar las dificultades con las que se encontró

al intentar recuperar la herencia hetedoroxa, venci­

da, exiliada y republicana aniquilada por el fran­

quismo, y al afirmar que "los palanganeros de la

Transición [ .. . ] barrieron bajo las alfombras las

memorias más conflictivas" beneficiando así la

estrategia de "una extraña alianza de exfranquistas

lúcidos y exizquierdistas pragmáticos que han

pasado de puntillas sobre los cráneos perplejos de

una izquierda entre cuyos sueños no estaba el del

poder".

Según han expuesto teóricos como Joan Ramon

Resina -autor de El cadáver en la cocina. La nove­la criminal en la cultura del desencanto, manual de

referencia indispensable para aproximarse desde

parámetros científicos a la novela negra española-,

el desencanto de la época estuvo re lacionado con la

"frustración de las grandes esperanzas [ ... ]: se olvi­

daban las grandes ilusiones con que se había llega­

do al poder y se olvidaba la voluntad de transfor­

marlo". Resulta sintomático comprobar, por ejem­

plo, cómo una constante en las conclusiones de las

Page 113: REVISTA 123

REPÚBliCA DE LAS LETRAS lZl

investigaciones de Carvalho sea la continuidad que en términos de poder parece haberse producido entre la dictadura y la transición. Las familias que controlaban la economía y las grandes empresas

durante el franquismo son las mismas que lo hacen en la democracia, lo que sirve al escritor para esbo­zar una denuncia contra los cambios reformistas, que se le antojan insuficientes, y contra el mante­nimiento de determinados resabios heredados de la época franquista. Imposible no olvidar, en esp. sen­tido, el planteamiento de La soledad del mánager

-una de las primeras obras de la "serie Carvalho"-.

De hecho, ya su propio argumento pone de mani­fiesto las dudas del autor hacia la versión oficial de

la historia que se intentaba inculcar en España: en la novela, el mánager de una multinacional es ase­

sinado y aparece muerto con unas bragas en el bol­sillo de su traje. Familiares y amigos del muerto

desconfían de la versión que se les da desde la poli­cía -que vincula el caso a un asunto sexual- , y

encargan el caso a Carvalho. Es decir, la falta de confianza en el mensaje oficial es el punto de par­

tida de la novela. Partiendo de esa base, toda la

113

, Manuel V ázquez Montalhán

novela medita en torno a cómo la sociedad españo­la sigue viviendo, como el franquismo, en una men­

tira y cómo los anunciados cambios de la transición se han quedado en nada. La actitud de varios per­sonajes de la obra refuerza esta interpretación, como se expone en la conversación que uno de ellos mantiene con el detective gourmet: "Seamos since­ros, Carvalho. Franco nos enseñó una profunda lec­ción. A base de hostia limpia un país produce. La democracia no puede prosperar a base de hostia limpia, pero necesita un cierto terror paralelo, sucio, que arroje a la gente en brazos de las fuerzas equilibradotas limpias".

Análoga sensación de fracaso y pérdida de ide­ales que transmite La soledad del mánager genera la lectura de algunas de las últimas novelas de la

serie. Quinteto de Buenos Aires, por ejemplo, pre­senta al detective protagonista más cansado y has­tiado que nunca, decidido a abandonar la ciudad de Barcelona en la que discurren prácticamente todas

sus historias para instalarse en Buenos Aires por una temporada con la excusa de llevar a cabo una

investigación para la que ha sido contratado. Detrás del traslado de Carvalho no hay, evidentemente,

una simple decisión profesional, sino, más bien , el

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Manuel V ázquez Montalhán

descontento de quien ha visto cómo su ciudad ya n.o es la que era, algo también visible en la póstuma

Milenio. Para comprender esta nueva dimensión

del desencanto se ha de recordar que, junto al

comunismo, el otro gran cimiento sobre el que se

asienta la obra y la cosmovisión de V ázquez Montalbán es la cultura popular.

Desde la Crónica sentimental de España que ela­boró en la década de los sesenta desde las páginas de

la revista Triunfo existió siempre en el escritor la intención de convertirse en el albacea de la herencia

popular de la España de la posguerra, recuperando

para ello buena parte de las canciones que, a pesar de

haber sido muchas utilizadas de forma propagandís­

tica por el franquismo, constituyeron la identidad sentimental del país. No en vano, el escritor siempre

las reivindicó como parte de la memoria colectiva de

los españoles, muchos de quienes aún hoy las con­servan en el recuerdo, y como muestra de calidad lúi­

ca frente a la música popular de fácil c~nsumo desti­nada a fines meramente comerciales. La recupera­

ción de poesías y coplas cantadas por el pueblo supo­

ne una defensa de la cultura popular ante las formas de creación y pensamiento global que quieren impo­

ner la uniformidad de pensamiento y expresión. Desde este mismo prisma puede también ser inter­

pretada la importancia de la gastronomía en su obra.

Lejos de identificarse con meras veleidades de gour­

met, la constante presencia de la cocina puede enten­

derse como uno mcls de los intentos de V ázquez Montalbán de hacer que la sociedad no olvidase sus

principales señas de identidad culturales. Música y gastronomía, de hecho, aparecen entrelazadas en las

líneas introductorias de Crónica sentimental de

Espaí'ía, que, según el autor, estaba escrita "desde la perspectiva del pueblo, de aquel pueblo de los años curu"enta que sustituye la mitología personal hereda­da de la Guerra Civil por una mitología de las cosas:

el pan blanco, el aceite de oliva, el bistec de cien gra­

mos, el jabón bueno, un corte de buen paño ... A comienzos de los curu'enta, bajo Dionisio Riclruejo,

florecían las rutes y las let.ra . [ .. . ] Al pueblo t.odo esto le importaba un comino. Por importarle, no le impor­

taban ni los recuerdos. Sobrevivir".

114

REPÚBLICA DE lAS LETRAS IZl

La proyección de esta herencia popular - muy presente en su poesía, repleta de referencias a la

intrahistoria cultural del país, o en novelas como

Tatuaje- invade las últimas obras de Carvalho,

que muestran cómo el personaje comprueba con amargura que ya casi nada queda de la ciudad que él conoció, ni de las costumbres que jalonaron la

vida barcelonesa durante la segunda mitad del siglo XX. No en vano, Quim Aranda ha llegado a

señalar que las "aventuras del detective funcionan

como el acta notarial de la evolución y desarrollo de Barcelona". La denuncia de esa pérdida de

identidad se hace evidente en la penúltima nove­

la de la serie El hombre de mi vida, testimonio de

los cambios provocados en la capital catalana tras

los Juegos Olímpicos. Más allá de la geografía

urbana, todo parece haber mutado en la Barcelona

de esa novela, que parece haber sufrido un proce­so de transformación para su presentación en la

sociedad mundial de los intercambios turísticos con los fastos del año 1992. Se producen despla­

zamientos forzosos hacia la periferia de sus anti­

guos habitantes, se derriban edificios y se cons­truyen museos, y, a la vez, el centro histórico

donde se conserva la identidad de Carvalho - y la

del propio V ázquez Montalbán, que creció en el Raval- es repoblado por el nuevo fenómeno de la

inmigración. Como puede leerse en el relato "El

hermano pequeño", "su mundo se hundía a medi­

da que la piqueta abría espacios higiéni cos en las

viejas carnes de la ciudad de su infancia". Para el

detective, la ciudad se convierte en un parque

temático, un simulacro del que es necesario huir y

del que la súbita muerte de su creador tras la com­

posición de Milenio le alejó para siempre.

De la resistencia al desencanto, la obra litera­

ria de Manuel V ázquez Montalbán traza a la per­fección las aristas de la evolución de un intelectual

cuya figura U"ascendió con mucho la de escritor y

que, repleto de dignidad y coherenc ia, jamás

renunció a sus ideales ni a su voluntad de lucha

po.lít'i.'c,a para poder brindar por la caída del régi­

men, de cualquier régimen. Porque los regímenes siempre tienen que caer.

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Juan Goytisolo

Nacer en España es una desgracia como nacer ciego, sordo o con una discapacidad similar. No tener la posibilidad de desarro­llar el espíritu libremente, de tener acceso a

la cultura, de expresar las ideas libremente, de hacer política libremente, supone una mutilación tan grave como las incapacidades físicas.

L AS DOS MEMORIAS

Nace en Barcelona, 1931. Familia con­

servadora, burguesa. Muere su madre en uno de los bombardeos fascistas que sufre su ciudad. Es hijo, declara, de la Guerra Civil, de su mesianismo, de su odio. Huye pronto de la horrible educación nacional católica fundamentalista. Ajena, por la censura, a la auténtica cultura española, heterodoxa, que descubrirá años más tarde . Apasionado lec­tor. Escribe novelas, libros de viaj e reali s­tas, mientras comienza a significarse políti­camente dentro del marxismo. Pronto, harto del franquismo )' la mediocridad cultural imperante, marcha a París . Se reinventa. Vuelve a nacer en un lenguaje nuevo, más profundo, auténtico', en unas ideas menos encorsetadas, en una biblioteca que acom­pasa su vida de forma más personal, menos cerrada. Viaja, Estados Unidos, Cuba, paí­ses árabes, hasta que termine ins talándose en Marrakech . Va creando una narrativa pro­pia, elaborada, que contribuye a dar otra idea de España, de sí mi smo, de una tradi ­ción lingüística perdida, pues él, como otro compañero, Rafael Sánchez Ferlosio, abre nuevas perspectivas a nuestra literatura, al pensamiento que agoniza y se esclerotiza en la vieja nu eva España inqui sitorial. Señas de identidad, Don Julián, Paisajes después de la batalla , Coto vedado , Telón de boca . ..

Libros . Artículos periodísti cos . Ensayos lite­rarios. Conferenci as . La ironía, la parodia, el

diálogo con otros autores, relec turas : vivir siempre en el corazón de la literatura . Rebelarse co ntra la cultura me rcancía, espec tác ul o. Combatir la xenofobia, las identidades exclusivas .

Un sincero heterodoxo. Uno de nues tros mejores esc ritores, pensadores, del siglo XX. Uno de los creadores más abiertos a las cul­

turas del mundo y más crítico a la cerrazón, mediocridad del nunca enterrado nacional catolicismo español.

Page 116: REVISTA 123

Juan Goyti.solo REPÚBLICA DE LI\S LETRAS lZJ

Algunas de las consecuencias negativas de este proceso individual de contraeducación se manifesta­

ría más tarde: el día en que, lector asiduo de novelas fran cesas, inglesas y norteamericanas editadas en

París y Buenos Aires, descubrí mi absoluta ignorancia respecto a nuestra literatura fuera de los poemas

comprometidos de los autores que combatieron en el bando republicano en la Guerra Civil. Mi adversión al país natal configurado por un régimen político y una Iglesia que recibía al dictador bajo palio, trans­

mutaba su sublevac ión militar en salvadora cruzada y bendec ía la acui'íación de monedas con el lema

"Caudillo de España por la grac ia de Dios", me había vedado la aproximación a mi cultura, a la pléyade

extraordinaria de obras que, déc.adas después, alimentarían en mí el fu ego de la pasión literaria. Me pare­

cía imposible que la España conformista y cerril en la que vivía hubiera podido producir en su historia

a lgo válido. Como esos escritores laicos turcos o árabes que, aguerridos en combate contra una religión

instrumentalizada, ignoran hoy voluntariamente la obra de Mevlana e Ibn Arabi, de Yunus Emré o Al

Hallax, me cerraba a la idea de un acercamiento a las grandes figuras de la literatura hispana, asociadas

erróneamente por mí al credo ofi cial de la Iglesia. La idea de hoj ear los versos del Cántico espiritual no

atravesaba siquiera por mi cabeza: ¿qué diablos tenía que ver un flamante marxista como yo con un poeta

mís tico y, para colmo, elevado a los altares? Fueron necesarios bastantes años de es tancia en París, ale­

jado de las miserias de España, para eliminar poco a poco los prejuicios y secuelas de esta repulsión vis­

ceral y descubri r al fin con maravilla y vergüenza la portentosa invención de Cervantes. Aquel día mi con­

Lraeducación concl uyó: cicatri zaron las heridas infl igidas por un sistema de enseñanza restrictivo e inep­

to, comenzó mi res tablecimiento con la lectura voraz de una tradición soterrada. Mi verdadera formación

se inic ió así en los umbrales de la tre intena cuando, libre al fin de mis anLeojeras, empecé a componer una bi blioteca personal con las obras maes tras del med ievo y de ese grupo de esc ritores posrenacentisLas

que integran el reino de las excepciones geniales, a fo rjarme una genealogía de la que me enorgullezco y

trabar unos vínculos fec undos y es trechos con el árbol de la literatura.

116

COG/TUS /NTERR UPTUS

JUAN GOYTISOLO

Page 117: REVISTA 123

REPÚBUCA DE lAS LEfRASlZl Juan Goytisolo

Juan Goytisolo, premio ACE 2010, con Andrés Sorel

Quiero decir unas palabras. No voy a soltar un gran discurso. Este premio resulta muy agra­dable para mí por dos razones, por su carácter democrático y por esta transparencia que tiene el premio, y en segundo lugar, que también cuenta mucho para mí, por la ausencia de proto­

colo. La pasión de mi vida es la literatura pero he

de confesar que no me gusta la vida literaria. Para mí son dos cosas enteramente distintas, y

desde que dejé mi vanidad juvenil cuando era un autor traducido en Francia, un poco un autor de moda, me di cuenta de que había que escoger entre la literatura y la vida li teraria. Entre el

texto literario y el producto editorial. Son dos cosas enteramente distintas. Yo no critico en

. Palabras pronunciadas en la entrega del Premio Quijote a la obra de toda una vida de la Asociación Colegial de Escritores de España. Premio que le fu e otorgado por vota­ción de los escritores de ACE en 2010.

117

absoluto el producto editorial , porque recuerdo una vez que alguien me hizo una pregunta muy mal intencionada acerca de un campeón de ven­tas, yo dije: mire, gracias a au tores como él vivi­mos autores como yo. O sea que sería de extre­mo mal gusto que un parásito criticara el cuerpo que paras iLa. O sea que ni bajo tortura me harán

hablar mal de este campeón escritor de ventas.

Digo esto porque yo he tenido siempre muy clara es ta defensa del texto literario, primero frente a

una censura político religiosa como la del nacio­nal catolicismo español en la época de Franco, que hubo una censura mucho mayor que la cen­

sura del mercado. Yo pienso en los autores jóve­

nes, conozco la obra de algunos escritores jóve­nes y que tienen la valentía y el talento de escri­

bir textos literarios. Digo la valentía porque yo estoy completamente seguro que si firmara peri­co de los palotes y enviase Don julián, o Makbara a los edi tores más conocidos de este país, lo rechazarían. No tienen en cuenta esta

máxima que yo aplico siempre, la dificultad es

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J Dan Goytisolo

la cortesía del aulor con el lec tor. O sea, darle

todo hec ho, leer más de lo mismo, es tratarlo con

un gran desprecio . Es un poco también lo que

vemos ahora con estos pensadores, yo creo que

recuperar el sentido de la palabra que tenía la palabra pensador en e l siglo Xv. Los pensadores

e ran los que distribuían el pienso al ganado. O sea, que vemos muchos pensadores que ahora

están distribuyendo pienso al ganado humano

que se traga lo que dicen.

Digo todo esto porque siempre me ha intere­

sado volver al pasado. Nunca he buscado tener

discípulos sino buscar antecesores, buscar un

árbol genealógico literario, que son cosas muy distintas. Nunca he buscado esta vanidad de

tener jóvenes que dicen, ah, es mi maestro, no.

He procurado siempre buscar antecesores, lo

que yo llamo el árbol de la literatura, que son los

que han creado mi obra. Es decir, sin estas lec­

turas que he hecho yo de la literatura española

desde el principio has ta la época más reciente no habría esc rito lo que he esc rito.

La mayor parte de mis obras son un home­

naje, Don lulián es un homenaje. Toda la litera­

tura española es tá allí presente, una condena

del canon nacional católico y la visión reducti­

va, pero es un homenaje a GÓngora. Makbara ti ene una relación muy c lara; empezó como un

ensayo sobre el Arc ipreste de Hita. Así Las vir­

tudes del pájaro solitario, la relación con San

Juan de Cruz. Es decir, todo lo que yo he escri­

to guarda una relación con este árbol de la lite­ratura y también con ramificaciones obviamente

de otras lite raturas, incluyendo la literatura

árabe, lo cual ha chocado s iempre, y me ha sor­

prendido mucho, porque lo que me dijo un pro­

fesor de árabe, ¿sabes que eres e l primer esc ri­

tor no arab ista que habla e l árabe dialectal

desde el Arc ipreste de Hita?, pues, es cierto.

118

nEPúBUCA DE LI\S LETnAS IZl

¿Creen ustedes qu e es normal? Yo creo qu e no.

Yo creo que no. Esta falta de curiosidad por las

culturas ajenas ha s ido el defecto fundam ental de la cultura española. De esto me di cuenta ...

Hablaba Sorel de París y de Marruecos pero

para mí fue decisiva mi es tanc ia en Estados Unidos los años que enseñé allí, porque allí des ­

cubrí una contraperspectiva totalmente distinta

de la literatura española. No una perspectiva heterodoxa sino ampliar el canon, ver todo lo

que se había dejado de lado, que para mí era

apasionante. Di, por ejemplo, el primer curso

que se dio en una univers idad en el mundo ente­

ro sobre una obra absolutamente genial como La lozana andaluza . Y en Nueva York, en aquel

momento, fui acusado por un colega y paisano

de dar un curso pornográfico. Vean lo que uno

debe aguantar en la vida. Yo nunca he sido un buscador de premios,

no soy un buscapremios. He recibido premios

primero en Europa, luego en Latinoamérica,

finalm ente, por viejo, en España. Yo pienso que,

s i me dan los premios simplemente, pienso que

s i vivo cien años a lo mejor me darían el Premio

Cervantes . Es posible porque premian a uno por

el hecho de la vejez y no por méritos. Aunque la

vejez tiene algo importante que es, podemos

decir, la serenidad. Yo no ri valizo con nadie, no

espero nada. Entonces . . . esta seren idad que te

procura el hecho de estar y de no estar. Estoy

con ustedes y al mi smo tiempo tengo conciencia

de que ya no voy a estar. Esto te procura una

serenidad única. Y vemos que, también, el lle­

gar a una cierta edad, pues, tiene también sus ventajas.

y es lo que que ría dec irles y agradecerles a

todos us tedes su presenc ia aquí y que me recon­

forta, ya digo, por este carácter democrático y

transparen te de l premio que a mí me honra.

Page 119: REVISTA 123

REPÚBUCA DE lAS LETRASJ2l Juan Goytisolo

Para una cultura más asequible y amena*

Una lectura de los s uplementos culturales

de nu estros diarios de mayor tirada revela el

creciente predominio del llamado periodismo

literario sobre la reflexión críti ca . Mien tras en el

periodo de la Transición democrática escuchá­

bamos voces rebeldes al conformismo impuesto

por la Iglesia y la dictadura , parece que esas

voces se hayan ido apagando y reine de nuevo el

canon de lo social y comercialmente correcto.

Reseñas inocuas que nada dicen del libro que

supu estamente analizan, entrevis tas extensas a

autores en las que es tos nos ex plican su obra

. Publicado en el diario El País . (10-7 -2011 ).

119

J UAN GOYTISOLO

(como si es ta no hablara por sí mi sma), anécdo­

tas y más anécdotas vividas o esc uchad as por el

vivaz periodis ta de turno. Una comprobación se

impone: lo importante es el autor y no la obra .

Esta nos debe ser comentada en vez de ser leída.

Cotejemos por ejemplo las reseñas y en tre­

vistas impresas en este apasionante 2011 de la

primavera árabe y de su actual reflejo en la

Península con las publicadas en los años cin­

cuenta del pasado siglo y con las de la época de

Triunfo y el nacimiento de EL PAís. Las de

ahora evocan más las primeras que las últimas.

En virtud del conformismo dictado por los inte­

reses empresarial es o la inamovible y perenne

institución literaria -¡con cuánta se autodeno­

minan los académicos inmortales!-, sabemos de

antemano lo que vamos a leer o, por mejor decir,

no leer, para evitarnos una lamentable pérdida

Page 120: REVISTA 123

Juan Goytisolo

de tiempo. Las alabanzas a los au tores de éxito

-los Gironellas o Pombo Angulos de hoy- o a los portados en andas por sus bien remunerados fie­

les reiteran sus ciclos de año en año. Ello no tendría demasiada importancia si el ritual no

implicara a su vez el cuidadoso encubrimiento

de todo asomo creador. La foto importa más que

el texto. Elija el lector su suplemento favorito y verificará la irresistible tendencia tri vializadora

impuesta por la moda: lo que cuenta es la pose

del artista en su bien ordenada biblioteca, no la

obra revulsiva o audaz.

Recuerdo que cuando hacía mis pinitos en

el campo de la novela, el editor Juan Manuel

Lara se hizo cargo de los dos o tres números de

un mensual literario dirigido por el entonces

falangista Juan Gich Bech de Careda y, a fin de

ampliar su difusión, tuvo la buena idea de poner en la cubierta la foto, entonces audaz, de una

hermosa joven en bañador con la leyenda "La

escritora Fulana de Tal en el jardín de su casa

de California". Ignoro el impacto de la imagen

en las ventas, pues el magacín cerró poco des­

pués, pero el primer plano de autoras o autores

bisoños o de segunda mano sigue acaparando el

espacio que debería corresponder en buena lógi­

ca a la exposición y análisis de sus propuestas literarias o artísticas .

¡Si la energía, tiempo y talento empleados

en la promoción de los libros de algunas emi­nencias, tanto españolas como extranjeras, se

invirtiera en su propuesta creadora, el Parnaso

debería extender sus límites para acoger a tanto genio!

lal

REPÚBUCA DE lAS LETRAS lZl

Por mi parte, retomando la idea de Juan

Manuel Lara, cuyo único error fue el de adelantar­se a su época, desearía impulsar una revista -me

falta por desgracia un patrocinador de peso- abun­

dantemente ilustrada con fotos y entrevistas a grandes figuras de la literatura mundial, gracias a

la cual ya no sería necesario tragarse los millares

de páginas que escribieron Balzac, Dostoievski o

Tolstói. El periodista estrella que sugiero se deja­

ría de músicas celestiales e iría directamente al

grano: "Señor Liev Tolstói, ¿qué emociones experi­mentaba usted al escribir de refilón el suicidio de

Anna Karenina? ¿Por qué escogió la vía del tren en

lugar del veneno? ¿Lo hizo para desmarcarse de

Flaubert y de Madame Bovary? ¿Es cierto que

trató con crueldad mental a su esposa e hizo de ella

un retrato despiadado en La sonata de Kreutzer?

O brindaría al lector insaciable fotografías y comentarios inéditos de Rimbaud del día en que

disparó a Verlaine: "Me abrumaba con sus celos,

confía el angry young man". O acecharía a

Leopoldo Alas a la salida de su domicilio para

preguntarle a quemarropa: "¿Piensa que su nove­

lón es lo más pesado que se ha escrito desde el

comienzo de la era cristiana, como sostiene uno de

nuestros críticos de mayor solera?". Para comple­

tar el sumario, incluiría un reportaje con retratos

sepia de Juan Ramón Jiménez y Zenobia Cam­

prubí en su retiro de Río Piedras o el supuesto

amor marino de Luis Cemuda. Con tales ingre­

dientes, el magacín en colorines conquistaría un

público más amplio y diverso y podría hojearse

con provecho en las salas de espera de los médi­cos y en las peluquerías.

Page 121: REVISTA 123

REPÚBUCA DE IAS LE'ffiAS lZJ

El saber no rentable conduce las más de las

veces al aislamiento y la marginación. No hay tri­

bunales del Santo Oficio ni censura estatal como

en tiempos de Franco, pero las medidas profilác­

ticas, el cordón sani tario del que habla Marcel

Bataillon en su obra sobre Erasmo y los erasmis­

tas, actúan aún de modo subrepticio en el ámbito

de nuestros estudios . Resultado de ello es el

anquilosamiento o fosilización del conocimiento.

Los que no doblan prudentemente el espina­

zo, ascienden difícilmente en el escalafón.

La transición política no ha sido acompañada,

sino en sus aspectos más superficiales y mediáti­

cos, de una transición cultural.

El modelo más libre del amor a un saber no

rentable me lo procuró el escritor contemporáneo

que me merece mayor aprecio: hablo de Rafael

121

Juan Goytisolo

Sánchez Ferlosio ... Abandonó de súbito su pro­

metedora carrera novelística para entregarse por

entero, durante bastantes años, a lo que entende­

mos hoy por gramática tran snacional... , el ali­

ciente del saber desinteresado, fruto de su aguija­

dora curiosidad y afición a di sciplinas tan diver­

sas como las que imantaban a los eruditos y mon­

jes del Medievo, lo que adivinamos en cuanto que

calamos en obras a la vez armoniosas y dispares

como Vendrán más años malos, Esas Yndias equi­

vocadas J' malditas, Testamento de Yafoz o La forjo

de un plzun(fero.

Una concepción de la vida ajena a toda gloria

académica. A mis setenta y seis años sigo apren­

diendo palabras, palabras y más palabras como un

colegial, aun a sabiendas de qu e desaparecerán

inexorablemente conmigo. No sé si ello es un sín­

toma de inquietante inmadurez o el resultado de la

divisa socrática grabada en el frontón de Delfos y

que traducida a nuestra lengua reza simplemente:

conócete a ti mismo.

"Elogio del saber no rentabl e" Fragmentos del libro Contra las sagradas formas

Galaxia Gutenberg

Page 122: REVISTA 123
Page 123: REVISTA 123
Page 124: REVISTA 123

A C E -Asociación Colegial de Escritores de España

AÑO XXXIV

HAN SIDO MIEMBROS DE LA JUNTA DIRECTIVA DE ACE EN ESTOS 34 AÑOS DE HISTORIA

Rafael Alberti VíctorAlperi Carlos de Arce Enrique Badosa Teresa Barbero Marcos Ricardo Barnatán Carlos Barral Antonio Beneyto Esther Benítez Carmen Bravo-Villasante Jesús Campos

Juan Ángel Jurista Agustín Lafourcade Luis Landero Enrique Lenza Ángel María de Lera

Jacinto López Gorge Joaquín Marco Julián Marcos Adolfo Marsillach Fernando Martínez Laínez

José María Merino Mario Merlino

JUNTA DIRECTIVA DE ACE

PRESIDENTE:

JUAN MOLLÁ

VICEPRESIDENTES:

FÉLIX GRANDE ANTONIO GÓMEZ RUFO

SECRETARIO GENERAL:

ANDRÉs SOREL

TESORERO:

ENRIQUE LENZA

ASESOR JURÍDICO:

JUAN MOLLÁ

VOCALES:

ANTONIO HERNÁNDEZ Régimen interior

FERNANDO MARTÍNEZ LAÍNEZ Actividades culturales

CARMEN POSADAS Publicaciones

Josep M.a Carandell Guillermo Carnero Antonio Colinas Carmen Conde

Pau Miserachs i Sala

Juan Mollá PAULA IZQUIERDO Relaciones con los medios de comunicación

José Corredor-Matheos Rafael de Cózar Guillermo Díaz Plaja Luis Mateo Díez Ana Diosdado Antonio Ferres Jesús Fernández Santos Gregario Gallego Francisco Garda Pavón José Luis Giménez Frontín Antonio Gómez Rufo Juan Manuel González Félix Grande Alfonso Grosso Raúl Guerra Garrido Eduardo de Guzmán Antonio Hernández Ramón Hernández Paula Izquierdo Diego Jesús Jiménez

Isaac Montero Ana María Navales

Lauro Olmo

Ángel Palomino Salvador Pániker

Jesús Pardo Pedro J. de la Peña Meliano Peraile Carmen Posadas Cesáreo Rodríguez Aguilera Mercedes Salisachs Ramón Sánchez Lizarralde Gonzalo Santonja Santos Sanz Villanueva Ramón Salís Andrés Sorel Elena Soriano

Daniel Sueiro Francisco Vélez Nieto Alonso Zamora Vicente

JUAN ÁNGEL JURISTO Vocal de Asuntos Sociales

CONSEJEROS:

RAMÓN HERNÁNDEZ

RAÚL GUERRA GARRIDO

ANTONIO COLINAS

MANUEL QUIROGA CLÉRIGO

SECCIONES AUTÓNOMAS

ASTURIAS:

VÍCTOR ALPERI

ANDALUCÍA:

JOSÉ GARCÍA PÉREZ

TRADUCTORES:

MARÍA TERESA GALLEGO

AUTORES DE TEATRO:

JESÚS CAMPOS GARCÍA

REPÚBLICA DE LAS LETRAS, es una revista no venal. Número patrocinado por

GOBIERNO DE ESPAÑA

MINISTERIO DE CULTURA

Ministerio de Cultura Dirección General del Libro,

Archivos y Bibliotecas

Imprime: L. M. S. S. Depósito Legal: M-8872-1980

J. S. S. N.: 1133-2158