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Año I_ _ ____Núm_I___ _Agosto__2009 A RIA... VOCES DEL ABISMO CUENTO-POESIA-ENSAYO-RELATO

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Ao I_ _ ____Nm_I___ _Agosto__2009

ARIA... VOCES DEL ABISMOCUENTO-POESIA-ENSAYO-RELATO

EntreVISTA a

Mario el escribidor

Querido lector

El presente trabajo que hoy llega a tus manos, es un pequeo homenaje pstumo, quiz el menos significativo, pero que representa un testimonio fiel sobre el pensamiento de nuestro Mario, al que hemos ledo algunos, o del que hemos odo tanto.

LOS 80 AOS DEL AUTOR URUGUAYOBenedetti, El escribirEs uno de los poetas ms ledos por la gente. Autor de tantos ttulos como aos acaba de cumplir, Mario Benedetti dice que escribir le permite sentirse joven. En esta entrevista -que incluye dos poemas inditos-, el autor hace un balance de los despistes y franquezas que marcaron su vidaMario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti naci un 14 de setiembre de hace 80 aos. Una vez le escribi un poema al hijo que nunca tuvo en el que prometa colgarle un nico, solitario nombre; en lo posible, un monoslabo, "de manera que uno pudiera convocarlo con slo respirar". Con una lgica que nadie discute y despus de un par de batallas contra la burocracia, Mario etctera Benedetti logr aferrarse a los extremos de su nombre oficial y suprimir todo el resto en documentos y afines. "Eran esas costumbres italianas de meter muchsimos nombres justifica el escritor uruguayo nacido en Paso de los Toros, departamento de Tacuaremb, uno de los tantos puntos de la geografa que se disputa la cuna de Carlos Gardel. Yo tena un to que tena los nombres de todos los reyes que reinaban el da que naci. Un disparate." Las dcadas fueron regando otros azares sobre Benedetti. Hoy su rostro luce arrugas de poesa y a veces su mirada dice ms que mil historias, aunque l las haya escrito casi a todas: su alma hecha palabra recorre los versos de Inventario y Viento del exilio, acompaa los acordes cotidianos de canciones como Por qu cantamos y El sur tambin existe; es el novelista de La tregua y La borra del caf, el cuentista de Montevideanos y La muerte y otras sorpresas, el dramaturgo de Pedro y el Capitn, el ensayista de Perplejidades de fin de siglo, el intelectual comprometido con causas que la razn no desconoce. Este Benedetti, que transit todos los gneros posibles, supo anclar sus textos en la mayora de los puertos que inquietan a la condicin humana: el amor, la muerte, el tiempo, la miseria, la injusticia, la soledad, la esperanza. Y lo hizo de una manera tan simple y directa que miles de lectores lo convirtieron en su cmplice y todo. Ha publicado tantos ttulos como aos acarrea sobre su mdica estatura, y en medio de esa vastedad de prosa y verso su piel fue acumulando xitos y afectos, miserias y exilios, errores y utopas. Lo que sigue es apenas una porcin de su abultada historia. Durante su adolescencia, cuando decidi que iba a ser escritor, imaginaba este presente?No, lo que pasa es que yo vengo de una familia con muchos problemas econmicos. Mi padre era qumico farmacutico, pero tuvo muchos contratiempos con la quiebra de una farmacia en la que lo estafaron. Yo tena cuatro aos. Tuvimos que mudarnos de Tacuaremb a Montevideo, y a partir de ah mi infancia e incluso parte de mi adolescencia fueron muy duras, con muchas privaciones. Vivamos en un ranchito con techo de chapas de zinc; mi madre tuvo que vender la vajilla, los cubiertos y todas esas cosas que le regalaron para el casamiento. Finalmente mi padre consigui un empleo pblico y ah las cosas empezaron a andar mejor. Yo ya haba tenido que dejar el colegio secundario para empezar a trabajar vendiendo repuestos para automviles. Entonces, con esos problemas econmicos que hubo en mi familia, qu me iba a imaginar que iba a ser un autor de xito y que iba a poder vivir de la literatura? Adems, primero me gan la vida de muy distintas formas.Pensaba que iba a ser toda la vida un oficinista?Tena la esperanza de un destino que tuviera que ver ms con la escritura. Lo que pasa es que en Uruguay era muy difcil que alguien viviera de lo que escriba; ni siquiera Juan Carlos Onetti, que era el mejor, el que estaba en la cumbre, viva de lo que escriba. Se poda vivir del periodismo, como hice yo, pero eso es otra cosa, no literatura. Recuerdo que de mis dos primeros libros no vend ni un ejemplar, nada, y las ediciones me las haba pagado yo. Mi primer libro de xito un xito relativo, en realidad, porque la edicin era muy limitada fue Poemas de oficina. Ese fue el primer ttulo mo que se vendi ms o menos bien.Acaba de cumplir 80 aos. Qu cosas gan con la edad?Paciencia, tal vez ms serenidad, y madurez por supuesto. Puede ser tambin que los aos le regalen a uno ms lucidez, porque las cosas empiezan a verse no slo con los ojos del presente sino tambin con los del pasado, y entonces uno puede tener una visin ms aproximada del futuro. Pero tambin, cuando uno se hace ms viejo, el cuerpo se va deteriorando y la energa cambia, aunque el cuerpo es la meseta donde se apoyan las cosas del espritu, no?El espejo no miente contina; ah uno va viendo las nuevas arrugas, las bolsas de los ojos... y sin embargo, a veces, a pesar de los aos que se tengan, el espritu de un cuento o de un poema puede seguir siendo joven. Un poema que tiene alegra, que tiene una cosa vital, lo rejuvenece a uno. Lo mismo sucede muchas veces al escribir una historia de amor, aunque sea inventada: uno vuelve a sentir otra vez una cantidad de sentimientos que crea olvidadosEs una forma de mantenerse joven.Claro, y sa no es una bsqueda deliberada, es algo que viene solo. Los poemas son casi sanitarios en ese sentido.Hay un libro suyo que lleva por ttulo La vida ese parntesis...Porque creo que la vida es un parntesis entre dos nadas. Yo soy ateo, no creo en Dios ni nada por el estilo. Hay gente que tiene sus creencias religiosas y tiende a sentir que despus de la muerte est el Paraso, o el Infierno, porque muchos han hecho mrito para ir al Infierno. Yo creo en un dios personal, que es la conciencia: a ella es a la que le debemos rendir cuentas cada da.Y dentro de su parntesis personal, hay cosas de las que se arrepienta, algo que hubiera querido hacer de manera diferente?Y s, claro que s, me he equivocado en muchas cosas. A veces me arrepiento de haber publicado un poema, no por cuestiones polticas, sino porque hoy lo veo y no creo que est bien. Me he equivocado en haber publicado libros que todava no estaban suficientemente maduros. Y en la vida misma tambin hay arrepentimientos. Hubiera deseado ser un joven ms feliz, menos prejuicioso, menos ensimismado... Tambin me arrepiento bastante de lo que fue mi actividad poltica, que en un momento fue muy intensa. Yo fui dirigente del Frente Amplio, pero a medida que iba pasando el tiempo advert que no tena la menor vocacin para dirigente poltico, s para militancia independiente, fuera del aparato partidario Finalmente llegu a la conclusin de que poda tener una incidencia poltica mucho mayor a travs de la literatura. Puede ser que me haya equivocado en muchas cosas, pero en lo que no me he equivocado es en mantener cierta coherencia poltica. A pesar de algunos errores circunstanciales, creo que volvera por el mismo camino aunque tal vez no con los mismos pasos, para no meter la pata.En Rincn de haikus, un libro de poemas que public el ao pasado con 224 textos envasados en una rgida mtrica japonesa, este uruguayo universal escribi: "Cuando me entierren / por favor no se olviden / de mi bolgrafo". Hasta ese punto llega su afn reproductivo. Adems de este volumen, en 1999 termin otro libro de poemas, Buzn de tiempo, despus de haber parido unos meses antes las 272 pginas en la edicin ms modesta de su novela Andamios. No puede decirse que no hay lector que aguante, porque el hombre vende, y sobre todo, se lee, que no siempre son sinnimos. Sin ambicin de avergonzar a quienes sufren el sndrome de la pgina en blanco, Benedetti confiesa que para no indigestar a la gente guarda en un cajn los cien poemas de su prximo libro, El mundo que respiro dos de ellos se anticipan en exclusiva en esta edicin de VIVA, que amanecern con el prximo verano. Como los poemas lo agarran desprevenido y sin que los convoque, siempre tiene a tiro una libreta para que su mano dibuje el esqueleto de sus versos, hasta que los borradores no aguantan el peso de tantas tachaduras y remiendos y entonces s vuelca esa primera versin a la computadora. All van a parar, sin escalas de papel, sus cuentos y novelas. Justamente, si no fuera por un percance informtico que lo tiene a mal traer, el escribidor infatigable ya estara a mitad de camino con un nuevo volumen de cuentos. La verdad es que lleva un ritmo envidiable.Y mientras pueda y tenga temas... Ahora, con lo que me cuestan los cuentos, justo me acaba de pasar una cosa terrible. Desde hace quince aos ms o menos, para poder escribir tranquilo, me refugio en un hotelito de Puerto Pollenza, en Mallorca. Ah la habitacin tiene una terraza muy linda, con vista al mar, donde me siento con la computadora; la cuestin es que estaba ah, trabajando en unos cuentos cortos cuando de repente se me borr todo. Todo! Los siete cuentos que ya tena terminados, trabajados, corregidos... La bronca que me agarr! De pura suerte tengo en un cuaderno apuntes con la base de cada uno, una versin cruda, porque la prosa siempre la escribo directamente en la computadora. As que espero volver a construirlos. Qu se le va a hacer!Y no los tena impresos?No, porque no haba llevado la impresora aunque es una chiquita para tener un peso menos en la valija. Se da cuenta qu mala suerte?Sabe que reconstruir la lista de todos los libros que tiene publicados es una empresa bastante compleja? Usted lleva una contabilidad ms o menos exacta?Ochenta, si se tienen en cuenta las antologas. Tengo tantos libros como aos. Al que le ha ido mejor es a La tregua, de lejos, que ya tiene 148 ediciones. Despus vienen Inventario Uno, Gracias por el fuego y La borra del caf, que es el ltimo libro mo que ha cado muy bien, ya debe andar por las cuarenta ediciones en los distintos idiomas y pases. Pero no me puedo quejar: en Espaa, Rincn de haikus est desde hace varios meses en la lista de best-sellers.Hay un dato llamativo en ese ranking. Con el xito que tienen sus poemas, tres de los cuatro ttulos que acaba de mencionar son novelas.Es que La tregua fue llevada al cine, fue finalista para un Oscar, se hicieron adaptaciones para la televisin, el teatro, la radio... Hubo mucha cosa que ayud, lo que de todos modos es un misterio para m, porque tampoco creo que sea mi mejor novela. Para m La borra del caf es mucho mejor, pero ah entran otros factores: la gente la tom como una novela de amor, y aunque es tambin una novela de amor, no es lo principal. En cuanto a Gracias por el fuego, tambin fue llevada al cine y fue finalista del premio Seix Barral. Pienso que eso le dio un empujoncito extra.Sin embargo usted siempre se ha sentido ms cmodo con la poesa, no?Siempre digo que soy un poeta que adems escribe cuentos y novelas. Tambin me siento cmodo con el cuento, aunque me da mucho ms trabajo. Un poema lo puedo escribir en un avin, durante un fin de semana o mientras espero al destino, en cambio un cuento me puede llevar aos. El volumen de Montevideanos, por ejemplo, demor dieciocho aos en terminarlo, y sin embargo es un gnero que me gusta mucho. El cuento no admite fallas, se construye palabra por palabra, cada una tiene que tener su rol, y los finales son muy importantes. Pero a m las ideas y los temas ya me vienen con la etiqueta del gnero, aunque a veces me equivoco. Me pas con El cumpleaos de Juan ngel: empec a escribirlo en prosa, como todo novelista que se precie, pero a las 50 pginas no poda avanzar ms, estaba estancado, cosa que generalmente no me ocurre. Hasta que me di cuenta de que el tema tena una carga potica muy fuerte y lo retom como una novela en verso. Ah cambi todo y la termin rpidamente. Algo parecido me pas con Pedro y el Capitn: cre que era una novela y termin como una obra de teatro que march muy bien, se represent en no s cuntos pases. Creo que funcion porque tiene nada ms que dos personajes; yo con tres personajes en teatro no doy.. Es un gnero muy difcil.Y las novelas?Me cuestan menos que los cuentos, aunque para escribir una novela se necesita un tiempo libre, porque no se pueden escribir diez pginas hoy y veinte a los dos aos. La novela es un mundo que uno inventa y hay que sumergirse en ese mundo, en sus personajes... Si a m me dejaran tranquilo podra escribir ms novelas.Cmo es eso?Mire, Andamios, que es la ltima novela que publiqu el ao pasado, demor tanto en terminarla porque he tenido que hacer tantos viajes, cumplir con tantos compromisos y obligaciones, que me cost mucho mantener el ritmo. Hace como cuatro aos que quiero tomarme un ao sabtico y no puedo No me dejan.Debe haber pocos hispanoamericanos que no sepan de memoria alguna estrofa de Te quiero, Por qu cantamos, Una mujer desnuda y en lo oscuro y tantos otros temas de Benedetti que popularizaron ms de cuarenta intrpretes. La poesa hecha cancin apuntal su fama y muchos de estos poemas dispararon sus flechas hacia varios corazones, dejando a su responsable como un Cupido involuntario que no merece quedar libre de culpa y cargo.Usted es consciente de que algunos de sus poemas fueron el puntapi para ms de un romance?Bueno, si sirven para el amor me parece una buena empresa. A veces me cuentan que los muchachos copian poemas mos y se los mandan a las novias como si fueran de ellos, y despus cuando se casan les cuentan la verdad. Puede que suene cursi, no s, alguna gente dir... Pero a m no me molesta, al contrario. El amor me parece lo mejor de las relaciones humanas.En otras palabras: usted puede ser el responsable de unas cuantas bodas.Y por qu no? Mire, una de las cosas ms lindas que me han pasado en la vida con relacin a mi obra me ocurri en Mxico. Una vez en Guadalajara, donde habamos dado un recital con Daniel Viglietti, se me acerc una pareja de unos 30 aos y el muchacho me dijo: "Mire, nosotros fuimos pareja pero despus nos divorciamos. De todas formas queramos contarle que nos conocimos por Inventario y queremos que nos firme el libro". Al tercer recital se aparecieron otra vez los dos para ponerme al corriente de la relacin: "Mire, como el otro da estuvimos con usted y le contamos que nos conocimos con Inventario, queramos decirle que por Inventario decidimos volvernos a casar". As son las cosas..La poesa, por lo general, no tiene tantos lectores como la novela o el cuento, y sin embargo la suya tiene muchos seguidores. Alguna vez se pregunt por qu?S, y para m es un misterio. Pienso que por un lado puede ser porque mis poemas son bastante sencillos, bastante claros, y eso es algo que se convirti en una obsesin para m: la sencillez. Hacia el fin de mi adolescencia, cuando yo saba que iba a ser poeta, lea a los de ms prestigio, y aunque los entenda y los disfrutaba, me parecan muy enigmticos, con toda una retrica que me parece espantaba a los lectores. Me gustaban, pero me dije que yo as no iba a escribir nunca. Otra de las razones por las que creo que a la gente le gustan mis poemas es porque he escrito mucho sobre el amor. Pero as y todo, no me explico demasiado el xito que han tenido.La mayora de sus obras tiene como protagonista al montevideano de clase media. Usted siempre dijo que no podra escribir sobre otro tipo de personajes.Es que sa es mi limitacin. Me siento muy inseguro si me salgo del montevideano de clase media. Ese es el territorio que yo conozco. Alguna vez dije, medio en broma medio en serio, que el Uruguay es la nica oficina en el mundo que ha alcanzado la categora de Repblica. Y es as, y yo conozco bien a esta clase media. Muchas veces incluso me reprocharon que no trate a la clase obrera. Pero las veces que lo intent, me sonaron falsos. Mis obreros nunca hablan como los obreros; entonces no insist ms, para qu? Es una limitacin y me atengo a esa limitacin.Entonces cmo explica que, siendo la suya una literatura localista, haya tenido tanta trascendencia en otras partes del mundo?Puede ser que la clase media sea ms universal que otras clases. No s, pero la verdad es que incluso tengo cuentos que transcurren en el exterior, pero siempre de montevideanos que estn en Espaa, en Cuba o en Mxico. De todas formas, supongo que para llegar al mundo hay que llegar primero a la comarca, por ah se empieza. El que quiere empezar por el mundo..A travs de sus textos polticos, usted intent hacerse escuchar en su comarca. Eso le vali un pasaje al exilio. Cree que el intelectual puede cambiar algo a travs de la palabra?No, no puede cambiar nada. Yo no recuerdo ninguna revolucin que se haya ganado con un soneto, por ejemplo. A los dirigentes polticos les gusta mucho adornarse con el arte, sacarse una foto del brazo de un pintor o terminar un discurso con un poema, pero no es que crean en una cosa ni en la otra. Tal vez algn raro personaje de la dirigencia poltica puede venir un da y decir: "Con estos tres versos me aclaraste este tema", y yo con eso puedo sentirme ms que satisfecho.Suena a batalla perdida.No, porque uno escribe para esclarecer la mente de un individuo, del ciudadano de a pie. Adems, es una cuestin de conciencia. Si yo estoy en contra de la globalizacin de la economa, de la corrupcin y de la hipocresa, lo digo y lo escribo. Justamente las causas en las que creo y que son derrotadas son las que me impulsan, porque gracias a que las defiendo puedo dormir tranquilo. No me siento derrotado en cuanto a mis creencias ideolgicas y voy a seguir luchando por ellas. Sin xito, eso s.Hay que defender la derrota, dijo el poeta.Es que la utopa es una cosa que debemos mantener. Por definicin, la utopa es algo que nunca se realiza por completo, una cosa que parece imposible y despus resulta que se realiza. Siempre digo que los tres grandes utpicos que ha dado este mundo son Jess, Freud y Marx; gracias a ellos la humanidad ha dado pasos positivos. Aunque de cada utopa se realice un diez por ciento, gracias a ese diez por ciento la humanidad ha mejorado un poco. Yo soy un optimista incorregible.Su defensa de la utopa lo enfrent a ms de un destierro. Debut como exiliado en 1983, cuando cruz el charco y se instal en Buenos Aires buscando una seguridad incierta. Fue aqu donde inaugur el "llavero de la solidaridad": cuando las cosas comenzaron a ponerse oscuras acuda a ese manojo que le abra la puerta de las casas de cinco o seis amigos. Era la nica manera de desorientar los radares nefastos que iban tras su sombra. Hasta que la Triple A le dio 48 horas para seguir respirando en la Argentina y se march a Per, luego a Cuba y finalmente a Espaa, continuando un exilio que le neg su patria durante doce aos. Y tambin a su mujer, Luz, que debi quedarse en Uruguay cuidando a las ancianas madres de ambos. A pesar de todo, Benedetti no escupe reproches; ms bien le da palmadas a ese tiempo pasado que pudo ser peor.No siente rencor por ese pedazo de vida que le cambiaron?La pas muy mal, me amenazaron de muerte, me separaron de mi ciudad, de mi mujer, y slo por algn azar me fui salvando, pero no por hacer concesiones. Yo hubiera preferido no tener que recurrir al exilio, y sin embargo, en cierta forma el exilio me ayud. Por un lado, empezaron a interesarse por mis libros, me hizo ser ms conocido y eso hasta me permiti un alivio econmico. Adems, he aprendido mucho de la gente que fui conociendo en los diferentes pases donde tuve que vivir. No de los gobiernos, porque de ellos no se aprende nunca nada, pero de la gente s. Es como un fenmeno de smosis: uno le da a ese pueblo que lo recibe lo mejor que tiene y ese pueblo le devuelve cosas a uno. Esa proximidad, ese intercambio enriquecedor y evidente, me ha cambiado para bien, me ha hecho madurar, me ha quitado cierta tentacin de hacer juicios demasiado apresurados sin que las cosas se asientenLe supo sacar provecho al exilio.Yo creo que s. Volv a mi pas un poco mejor de lo que me fui, ms ecunime, ms tolerante, menos radical, pero sin perder mis obsesiones.Usted ha inventado una palabra, desexilio, que describe las sensaciones del regreso. Se termina el desexilio alguna vez?Me parece que no. En uno de mis libros puse como epgrafe una frase de Alvaro Mutis, que dice que uno est condenado a ser siempre un exiliado, y creo que es cierto. Afuera uno se siente herido, ajeno, y cuando regresa tambin se siente exiliado, porque uno ha cambiado y el pas tambin ha cambiado. Ha cambiado hasta el paisaje, la mirada de la gente... Sigue siendo el pas de uno, se lo quiere como el pas propio, pero la relacin es distinta. Entonces se siente nostalgia por ciertas cosas del exilio, que tienen que ver ms que nada con las personas. La patria de uno dnde queda despus de ese proceso?Como deca Jos Mart, la patria es la humanidad. En todos los pases, en los que uno ha estado y en los que no ha estado, hay gente que por lo que piensa, por sus actitudes, por lo que hace, por lo que siente, por su solidaridad, son como compatriotas de uno. La patria de cada uno est formada de esa gente. Porque en el propio pas ha habido tambin torturadores, corruptos, y esos no son compatriotas mos.Actualmente, Mario Benedetti vive mitad de su tiempo en Espaa y mitad en Uruguay. Esos compromisos de los que a veces se queja pero que tanto disfruta, lo tironean hacia ambos lados del ocano. Su residencia en sta y en aquellas tierras no obedece, aclara, a una necesidad de escaparles a los inviernos ni a las humedades que castigan su asma desde que tena 25 aos, cuando un tifus le dej como secuela esa angustia por el oxgeno que un par de veces lo acost en terapia intensiva. Est acostumbrado a convivir con un aparatito que despide vapores salvadores cada vez que le falta el aire, y en sus poemas hasta se re de sta y otras fallas de fbrica que le trajeron las dcadas: "...mis cataratas, mis espasmos asmticos, mi herpes zoster, mi lumbago, mi hernia diafragmtica", enumera en Heternimos. Sabe que su cuerpo le empez a confiscar la frescura que mantiene su mente, pero l le pone el pecho al asunto con palabras: su prximo libro de poemas, El mundo que respiro, pone el acento en la cercana de la muerte.Le preocupa el tema?Bueno, a todo el mundo le preocupa, no? Pero a los 80 aos uno est un poco obligado a pensar en esas cosas. La muerte es una presencia, y la barajo en conexin a lo que es la muerte para otros, no slo para m. Pienso que una de las formas de sobrellevar la idea de la muerte es darle la cara, hablar de ella, dialogar con ella. Me parece que es una manera de poder soportar ese fin obligatorio. Admitir la muerte es un modo de restarle importancia, porque si uno est obsesionado con eso..Por eso escribe sobre la muerte.Escribo sobre ella para que no me sorprenda, claro. Su cercana no tiene que aplastarlo a uno, por eso tengo un poema que se llama Como si furamos inmortales: hay que vivir como si lo furamos.Terminemos hablando de la vida, entonces. Usted ha recibido muchos premios por su obra, pero cuando hace un par de aos la Universidad de Alicante lo nombr doctor honoris causa, fue en reconocimiento a "su fecunda labor creativa y por su condicin de hombre de pueblo". Obra, pero tambin vida. Cmo prefiere ser reconocido?Son dos cosas que forman el carcter y la condicin humana de uno, no? Muchos de mis poemas son producto de ser hombre de pueblo, y estar cerca del pueblo siempre ha sido una mxima para m. Lo mejor que me pudo haber pasado en la vida es que lo que escribo le haya tocado el corazn a esa gente, a ese pueblo, a ese hombre de a pieTexto Ezequiel Martnez

Mal poca en que he vivido! Mis hroes!Mal siglo el de mi vida! quise tenderle mi mano, alargarle el caf a la hora de la charla, ponerle la mesay decir entre tantas cosas slo lo indispensable: sta es mi mano, y mi casa.Por favor, toma de ellos lo que te plazca,chale una ojeada al filo de mis ojos.

Kenjiro Ramrez

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Carta de navegacin(Para quien encuentre esta botella)Hola, ojal ests bien y con salud.Hoy me levant con la idea de escribirte, no s por qu, pero aqu estoy.Bitcora de la nave Pis la Queen, 23 de Septiembre, 1999: Encallamos. La tormenta contina y ya perd la cuenta de los das. La tripulacin ve los restos de su capitn alejarse al estilo de un funeral vikingo mientras se preguntan qu rayos van a hacer ahora. Aunque jams lo reconocern delante de nadie, saben que extraarn sus arrebatos de locura, su manera de olvidar el timn y conducirlos por aventuras maravillosas hasta el naufragio, para, seguidamente, ordenar con una sonrisa triste: ni modo muchachos, izad el viento. Ah pero, sobre todo, extraarn sus pasos desvelados, el crujido de tablones sobre sus cabezas, como si estuviera siempre ms preocupado, ms atento, ms vivo que ellos. Esos pasos que acompaan a aqul que alguna noche y por algn motivo, se hallaba despierto tambin, y se consol pensando que ni an, juntando todas sus penas, cabra en los zapatos del terrible capitn. S, porque a pesar de ser piratas feroces, esas almas perdidas se dorman arrulladas a la sombra de un fantasma paternal que danzaba la msica del desasosiego. (Cambio de cmara. Close up del capitn)Bueno, yo los veo desde el navo. No es primera vez que me dan por muerto. Tambin los extraar, pero esta vez decid que estoy harto de jugar a Lzaro. Ingresar ala infantera; estoy de galeones y cofres sin tesoro. Adems, en el ltimo motn, casi me dejan sin cabeza. Una vez que aprenda a defenderme voy a internarme en el bosque y vivir de la caza y los frutos silvestres. Entretanto, seguir haciendo cosas ms modestas, como escribir, mirar y soar con navos que -Hey!, ac est el capitn. -Djenme tranquilo! -Esta vez nos cost hallarlo capitn. -Djenme solo. Ahora soy infante y - Ya se puso gen. Muchachos!, llvenlo al barco hasta que se le pase. - Soy el capitn! -Con todo respeto Sr., o nos acompaa o lo acompaamos todos en esa porquera que se le meti en la cabeza. -Esto es un motn. Los voy a - Ya, ya si le conocemos sus arrebatos. Vyase a la nave mejor. Le tenemos un roncito importado se sentir mejor despus de la resaca. Como vez, nada cambia por aqu. Mis viejos sentimientos siempre terminan por hallarme. Sigo dibujando cruces y pelotitas en el mapa y, al final, me lleva el azar y la chingada. Por ahora, tengo una depresin silenciosa con visos de irona e inclinaciones suicidas. Para colmo, sufro crisis de pnico y, hay das en que francamente no valgo ni un carajo. Tengo la impresin de que la nave esta llegando al fin del horizonte y que todos los filibusteros vamos a servir de bocado a todos los monstruos que lo habitan. Mi nico consuelo es una musa que traigo de contrabando en la litera. Ella me ayuda a restaurar un poco el equilibrio que tanto necesito en estos das. Con ella, un par de macacos, nos sacamos las pulgas y los miedos. Claro que, como dicen mis demonios: Las mujeres traen mala suerte, y tal vez tienen razn; te hacen olvidar el color de la sangre y comienzas a incubar el deseo de aguas ms dulces. Para cuando te das cuenta, Los sueos usan pantuflas, calefaccin, hacen zapping y planes para el futuro, eso, siempre que no estn leyendo el diario. Entonces ya no es mucho lo que puedes pedirles. El contramaestre, un misgino de antigua escuela, es el nico enterado de mis deslices. l me ha dicho: Joer!, Cundo aprender?; traen mala suerte y debilitan las piernas. Al igual que con Dios, capitn, puede usted encontrarse con ella cuantas veces quiera, pero de ningn modo le tenga fe, mire que los corsos olfatean la flaqueza y despus se le viene el motn. Debe estar atento y no descuide sus deberes, pues yo s que disfruta, al igual que todos en la nave, esos paseos nocturnos en cubierta y que, as, sin que nadie diga nada y solos como estamos, nos acompaamos desde lejos, como debe ser. No olvide nunca, seor, que siquiera el mas ruin y cobarde de nosotros aceptara vivir de otra manera. Ahora, por consejo del contramaestre Sensatez, orden a los Sueos hacer ejercicios las 24 horas en cubierta, so pena de que, al primero que pille holgazaneando, lo hago pasar por el tabln. Ah los tengo ahora, haciendo aerbicos, esgrima y aprendiendo la jerga de los bucaneros, mientras yo dedico el da y los paseos a ajusticiar un mamotreto (te habl ya de eso). El da parece estar abriendo. S, creo que est entrando algo de luz a los lejos. La tripulacin parece ms tranquila ahora. Nadie recrimina el intento de desercin ni las figuras que empiezo a tallar, sin querer, sobre los mstiles. A veces, cuando creen que no los veo, se hacen gestos de nio y giran du dedo sobre la sien; es su modo de decir que estn contentos. Hoy mismo, uno de los marineros, al ver el mal humor de su capitn, se atrevi a hacerme una broma. Creo que fue el viejo Esperanza, el viga, quien grit Moby Dick!, mientras apuntaba hacia una nube. Todos rieron, y yo, como buen capitn, tuve que aguantarme las ganas. De slo pensar que pudiramos ser arponeros de nubes, piratas asaltantes de los cielos qu linda estupidez! Y de pasada, el viejo lobo, aluda muy sutilmente a mi modo de andar sobre la tierra. Claro que ese chiste era slo para m, y dudo que alguien ms lo haya entendido. Como vez, la nave sigue su curso, haciendo equilibrio sobre la lnea que separa los Mundos; El Viejo y el Nuevo Mundo que, segn dicen, est plagado de monstruos apocalpticos. Hoy, para celebrar que an flotamos, orden disparar sobre unos botecitos de papel. Nada como el refugio de caones para espantar las dudas y evitar revueltas al interior de las entraas. -Plvora para combatir el polvo dice el artillero japons. Su nombre verdadero es Intento, pero ac le decimos El Tuerto. Vieras cmo esta feliz hoy. No es de muchas palabras, pero le encanta disparar a lo que sea y, aunque su puntera deja mucho que desear, es uno de mis ms fieles entusiastas oficiales, Cmo l mismo dice: disparo mejor con mi ojo ciego o siempre le doy cuando apunto. All l con sus rarezas. No s si un da llegar a entenderlo, o si llegar a comprender el espritu de cada uno de mis compaeros. Slo s que ningn oro comprar la lealtad de estos hombres, que esperan en silencioso secreto los ltimos pasos insomnes para, uno a uno, ir quedndose dormidos al arrullo de las olas, en el vientre de la madre. Cuando ese da llegue, dormir tambin. Mientras, miro sus rostros ajados de derrota, sus manos partidas por quimeras y sogas, adivinando la profunda y ancestral sabidura. Hay algo en ellos que no puedo descifrar, algo que se oculta bajo ese carcter rudo y jovial, algo que presiento tambin bajo mi pecho cuando nuestras voces se unen, apartando de una risotada los embates de la inmensidad. Entonces s que estamos juntos, que cada uno de nosotros se estremece hasta los huesos cuando ve, en esas velas blancas, henchirse el misterio de la libertad, coronado por una banderita negra e irrevocable, como nuestras almas. Izad el viento mis bravos! Quince hombres en el cofre del muerto.Yo-ho-ho! Y una botella de ron!La bebida y el diablo se llevaron al resto.Yo-ho-ho! Y una botella de ron! Un abrazo, amigo.Meditacin sobre un palo de escoba al estilo y manera de las meditaciones del Hon. Robert Boyle.

A ese palo solitario, que ahora veis yacer sin gloria en ese abandonado rincn, yo lo conoc una vez en estado floreciente en un bosque; estaba lleno de savia, lleno de hojas y lleno de ramas; pero en vano pretende ahora el activo arte del hombre competir con la naturaleza, atando a su tronco sin savia ese marchito manojo de ramitas; ahora es, cuando mucho, el reverso de lo que era, un rbol dado vuelta, con las ramas en la tierra y la raz en el aire; ahora lo empua cualquier sucia criada, y vive condenado a hacer el trabajo de ella, y por suerte caprichosa, destinado a limpiar las cosas de ella y estar l sucio; al fin, gastado hasta las races, al servicio de las criadas, o lo echan a fuera o lo condenan finalmente a servir para avivar el fuego. Cuando veo esto, suspiro y me digo para mis adentros: En verdad, el hombre mortal es un palo de escoba! La naturaleza lo echa al mundo fuerte y lozano, en floreciente estado, llevando cabello propio sobre la cabeza, ramas convenientes para esta planta razonadora, hasta que el hacha de la intemperancia pode sus ramas verdes dejndole un tronco desnudo; entonces acude apresuradamente el arte y se pone peluca, valindose de un manojo artificial de pelos, cubierto de polvo, que jams crecieron en su cabeza; pero si ahora nuestro palo de escoba pretendiera entrar en escena, orgulloso de esos despojos de abedul que nunca fueron suyos, y todo cubierto de polvo, aun cuando sean las basuras de la escoba de la ms fina dama, nos inclinaramos a ridiculizar y despreciar la vanidad. Jueces as parciales somos de nuestras propias excelencias y de los defectos de otros hombres!

Pero un palo de escoba, podris decir, es el emblema de un rbol parado sobre su propia cabeza; y decidme, qu es el hombre sino una criatura patas arriba, con las facultades animales perpetuamente encaramadas sobre su ser racional, con la cabeza donde deberan estar los talones, arrastrndose por la tierra! y sin embargo, con todos sus defectos, se presenta como reformador universal y enmendador de abusos, como extirpador de injusticias; hurga en los rincones de todas las rameras, descubriendo todas las corrupciones ocultas, y arma tremendo alboroto sin ninguna razn, participando siempre de las corrupciones que pretende eliminar. Sus ltimos das los pasa esclavo de las mujeres, y generalmente de las menos merecedoras; hasta que, gastado hasta las races, como su hermana la escoba, o lo echan a patadas de la casa, o lo usan para encender llamas para que otros se calienten a su lado.

Jonathn Swift

Ana Valderrama desarrolla un trabajo docente y creativo, una de sus lneas es la Educacin Artstica, adems de la gestin de proyectos culturales, el trabajo editorial, la danza y la msica. Curs la carrera de Letras Hispanoamericanas en la UV y ha sido becaria del FONCA como Joven Creadora en la categora de Literatura, en dos ocasiones -1999, Poesa y 2007, Ensayo-.

Desde agosto de 2008 coordina C1en Palabras, un blog dedicado al relato corto, la minificcin y el cuento realmente breve. Gneros que, debido a su extensin, se prestan para difundirse de este modo por la red y a travs de los microlibros que ella misma factura,a modo de juguete-invitacin para promocionar el espacio. No slo es un impulso a la lectura, sino un libro digital abierto para aquellos que quieran incursionar en la escritura de la brevedadAdems, coordina su propia micro compaa de danza, Kindaleth, con la que presenta proyectos de folklore, improvisacin, fusin y contemporneo. MIFUME Y LAS COSAS QUE AMA

Vengo a que me ensee a volar, dijo Mifune, y la seora le puso a hacer todos los quehaceres de la casa durante aos.Cree que ya sepa volar, pregunt Mifune, y la seora movi negando la cabeza. Haba platos y pisos que lavar.Ahora ya sabr volar, pregunt aos despus Mifume, y la seora encogi de hombros dudando. Haba que plantar una cerca de bamb.El da que Mifume desenrollaba un cometa de un bamb alto, vio cmo caa lento al suelo. La seora abajo sonrea mientras reciba su juguete. Todo estaba limpio.Mifume vol.

YIMYIM Y LAS COSAS QUE AMA

Yimyim ama caminar descalza, aunque su mam le diga, con razn, que va a enfermarse si lo hace. Yimyim adems, ama tomar leche en su vaso especial. Y no es que sea muy especial. Se lo regal su abuela, y es de barro, y pone la leche fresca. Lo ms divertido de las maanas es salir corriendo al corral buscando a Vayablanca, la vaca de la familia y de lejitos platicarle sus sueos mientras su padre la ordea y murmulla, Yimyim, ponte los zapatos. Pero ni su mam, ni su abuela, ni su pap se preocupan mucho, Yimyim es muy sana y fuerte, y est creciendo como el bamb.

/\ /\/ /\ Y LAS COSAS QUE /\ /\/\ /\

Estn entre el laberinto y la biblioteca. Pareciera que ama las brjulas y el abecedario, cuando en realidad los puentes y las escaleras le son ms gratos. El destierro y signo de Etemenaki hace que las torres le den nostalgia, cosa que ama, y sobre todo los faros, los puertos, los barcos y las olas, que le significan viaje y saudade. Ama sus alas rotas, sus pies mnimos y sus cabellos negros. Los umbrales, las puertas, las llaves, aunque ni los cruce, las toque o las use. En s, son las ideas, y ms est, este espacio entre tus ojos y sus letras, prudente distancia que con un poco ms, sera la de un beso a punto de cerrarse, de nacer.

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UltrajeSabes? Hay das que son buenos, pero sin embargo hay otros que no deberan siquiera mencionarse ya que con el simple recuerdo lastiman. La vida es as, la vida es correr en busca de un olor; es cansarse hasta sentir rendidas las fuerzas del cuerpo, no poder cerrar el hocico zangoloteando la lengua para encontrar un poco de frescor, jadeando; es escuchar, ver a todo el mundo, correr, estar, mientras se descansa, a la sombra, o en algn concreto caliente o en alguna tierra fresca, no hablemos de algn lugar que no cubre las aguas diluvianas, ni aquel que no deja la fra intemperie; Eso es la vida, eso es el andar. Sabes, es asombroso las cosas que se pueden llegar a conocer. Es tan enriquecedor ese paseo, esa libertad. Hay cosas tan extraas en las que se involucra el pensamiento de los humanos. Pero si se pone uno a analizar, cualquiera de los comportamientos tiene algo de complejidad. Bueno pero yo no me he decidido a verte para decirte este tipo de cosas, no, yo slo esperaba que me dieras agua, tengo una maldita sed aejada, y un dolor muy grande en mi pata. No espero que hagas nada respecto a ella. Pero en realidad necesito agua, tengo que caminar tengo que seguir mi camino. Creo que lo comprendes, t tambin lo haces, sigues tu camino, te esfuerzas por crear un rumbo o perderlo. Todos somos unos caminantes por as decirlo. Yo tengo mucha sed, un maldito dolor sin embargo tengo que seguir as que te agradecera mucho que me dieses un poco de agua en vez de quedarte ah paradote mirando como idiota. Crees que quiero tu mirada de lstima? en nada me sirve! Crees que quiero, o me ayuda en algo esa voz chiqueona con que me llamas? No! Y estoy a muy buena distancia Acaso puedes imaginarte t, ignorante que me acerco a las personas con toda confianza, sobre todo despus de que en ms de siete ocasiones de ir a recoger un poco de afecto, de ese que en veces se siente que falta, y luego de acercarme una patada o el intento de ella no me castiga? Cmo puedes creer que confiar en alguno de ustedes? S, temo, y es mejor el temor, que el dolor. Qu? El hambre, si el hambre es HAMBRE. Ella nos seduce, ms bien la necesidad de saciarla. En veces, en el trato para con ustedes soborna, se apuesta uno a ello, muchas veces hay victorias pero otras no. He sabido de muchos que as han desaparecido y no es que hayan perdido la libertad en la callejeria, sino que su cuerpo, su espacio en est vida. Bien, no tengo todo el tiempo, si descanso luego me duele la pata demasiado cuando me echo a andar nuevamente. Me vas a dar agua? Hey adonde vas, vuelves? Bueno que se le va a hacer, a seguirle Ah! Has vuelto, qu es eso? Huele a pollo, pollo cocido, no sin un sabor acidito, pero pollo, ya no quiero mucho agua est bien con el pollo. Rico muy rico, no me digas que no te grua al quererme acariciar! Estoy comiendo, estoy comiendo pollo Qu si estoy contento? s! No ves como parece mi cola con vida propia? Si rasca, rasca atrs de la oreja. A tu casa, a tu casa para qu? Bien creo que eres un buen chico. Ah! Con que sta es tu escuela eh. Por qu todos de blanco? Que simpticas humanas esas que me acariciaron. Qu quiso decir la chica de lentes que dijo que ella no poda soportarlo? Bao? No bao no! Bueno , hace tiempo que me hacan falta las caricias, y de tantas manos est bien. Es muy agradable el tono con que todas las humanas me tratan. Por qu? por qu? Por qu me cortan el pelo? tengo fro, tengo fro! Con un diantre, no pueden entender un gemido, un auxilio? Por favor, me incomoda, me espanta no tener pelo, me siento vulnerable no se ve el miedo en mis ojos?... Hola chico, mira como me tienen ya: peln, sin pulgas, sin pelo, te extra, scame de aqu. Tranquilo amigo ya casi termina, vamos a dormir un poco ahora s? Ven aqu conmigo Voy, voy, no sabes que regocijo el verte de nuevo, perdn por el chillidito, pero estoy contento de verte, mira: mi cola nuevamente vive, qu traes ah? apesta, no, no, aljame eso, no! Qu haces? por qu no puedo moverme? Qu hacen chicas? No! No lo hagan me duele, siento como me desgarran, me duele! Por qu? qu no ven que estoy vivo an? Hoy el chico me trata, me habla, ya no lo oigo, ya no siento, no quiero sentir, cuando siento es dolor, dolor puro, y asfixia el no poder siquiera chillar, estoy muerto? por qu no muero? Qu clase de juego perverso es ste? Qu no ven que siento, qu no entienden que duele? Vivir para ser escarmentado de esta forma, es peor que mil muertes es el ultraje ms vil que le pueden hacer a una vida qu no viven? Por qu no entienden? Descanso por fin es muerte. No muerte no puedes espantar a quin ha vivido la ciencia del hombre Oh muerte! Por qu tardaste tanto?... Majloc D.