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52--(216)--cUaso 1960-61 REVISTA DE EDUCACIÓN—ESTUDIOS VOL. mv---xtmt 128 muy numeroso. Pero es difícil encontrar numerosos profesores bien preparados. El problema es aún más dificil de resolver en la Universidad. Aquí comienza a imperar la masa; den- tro de pocos años el problema del profesorado será agobiante, pues es difícil formar rápidamente un pro- fesorado de nivel universitario. Las clases, no dividi- das, son muy numerosas en algunas universidades, sobre todo en los primeros cursos, y suele atenderlas un solo titular en muchos casos, ya que algunas dis- ciplinas no tienen adjunto propio. Parece difícil, no ya que el Estado, pero ni siquiera la sociedad pueda subvenir a las necesidades planteadas por la marea creciente de escolares en cuanto a profesorado, edi- fiClos y medios materiales. Por todas partes las pre- visiones están siendo desbordadas. Si describo la situación española es porque nos toca más de cerca, pero hay también grandes difi- cultades en otros países. En algunos se refiere a la enseñanza primaria y en otros a la media. Es menos frecuente en la universitaria, sin contar el caso es- pecial de las Universidades norteamericanas. Pero en éstas se expiden títulos de especialidades cerradas, que difícilmente pueden entrar en lo que se entiende por formación universitaria. De la "formación" se habla mucho por todas par- tes, pero la verdad es que la deshumanización que los estudios y los exámenes implican no parece muy formativa. "Formar" a un hombre supone contar con lo que él es, con su temperamento y carácter, con sus aptitudes y vocaciones y, sobre todo, contando con ello, perfeccionarle en lo posible según un modelo ideal, ya que la naturaleza humana no es perfecta, pero sí perfectible. ¡, Y dónde aparece este propósito en los saberes he- terogéneos y acumulativos, en la especialización ce- rrada o en las pruebas impersonales? Las criticas pe- simistas a que antes aludía, dicen que caminamos hacia una nueva barbarie. Esto es, que al hombre adornado de saberes superficiales le queda el alma intacta, no cultivada, y entonces, se mueve por im- pulsos primarios: el afán de riquezas, de placer o de poder. Y como desaparecen las jerarquías y los cri- terios valorativos, su voluntad es ley; voluntad que no puede llamarse así, pues no es apetito racional- mente dirigido, sino pura espontaneidad vital. Así, se une a la primariedad de los impulsos el arbitrario querer y de esta unión surge una acción que es pura barbarie. Pero no hace falta llegar a este extremo. Aunque no lleguemos, podemos preguntarnos si a esta racio- nalizada, planificada, técnica, impersonal y unifor- me organización de las enseñanzas se le puede se- guir llamando "educación". EUGENIO FRUTOS CORTES. Catedrático de la Univer- sidad de Zaragoza. valor, ya que el niño a través de ella llega a auto- disciplinarse y a sentir la necesidad de los valores trascendentales. La importancia cada día mayor que la educación musical está adquiriendo en la Escuela Primaria de casi todos los países, nos demuestra que la música es esencial en cualquier sistema educativo. La educación musical es un campo con dos aspectos igualmente importantes: el musical y el pedagógico. Los objetivos generales y específicos de la educación musical requieren una labor difícil y de amplios ho- rizontes. Es necesaria la coordinación de la música y de la pedagogía para que la educación musical esté presente en la vida escolar del niño y muy especial- mente en la Escuela Primaria. En la práctica se confunde el concepto de educa- ción musical con la enseñanza de cantos escolares. Esta formación puramente imitativa y externa al niño deja sin cultivar sus facultades musicales. La escuela no debe limitarse a enseriar algunas canciones a sus alumnos, su papel es de mayor res- ponsabilidad. El niño ha de estar en condiciones, al acabar la Primaria, de leer y traducir gráficamente los sonidos. Debe ser capaz también de crear sus pro- pias melodías y de cantar otras de dificultad propor- cionada a su corta edad. Es necesario excluir la enseñanza pasiva (por oído) y conseguir que el niño "conozca" los signos gráficos de las notas y sepa escribir cualquier melodía escu- chada, a modo de dictado musical. Para lograr estos fines es indispensable una ense- ñanza sistemática y cotidiana, basada en un método de eficacia probada. El ejercicio activo e inteligente de la música es la mejor preparación que puede darse a un niño para enseñarle a estudiar, porque sin darse cuenta se acos- tumbra a armonizar su capacidad intelectual con sus demás facultades. El primer obstáculo para capacitar los alumnos en la doble faceta interpretativa y creativa es la defi- ciente formación, en lo que a música se refiere, de la mayoría de los maestros y maestras. Como conse- cuencia, en muchísimas escuelas se confía la ense- ñanza de la música a profesionales de la misma, que aprendieron en los Conservatorios una técnica instru- mental y una teoría musical completa, pero que nor- malmente desconocen los rudimentos de la pedagogía y de la sicología infantil. La formación musical de los maestros, ofreciéndoles una técnica pedagógico-musi- cal, es, a mi modo de ver, urgente. Es aquí que apa- rece la necesidad de elegir un método si realmente queremos ser eficaces en nuestra labor musical. Los métodos de enseñanza musical elemental son múltiples. Si personalmente me inclino por el mé- todo WARD, uno de los que han alcanzado mayor difusión, es por conocer los resultados que dicho mé- todo ha obtenido en las escuelas de los Estados Uni- dos, Canadá., Brasil, Francia, Bélgica, Holanda, Sui- za, Italia, España y Portugal. Por otro lado, la especial atención que dicho mé- todo presta al repertorio gregoriano no puede dejar- nos indiferentes; para el educador católico la ense- ñanza del canto gregoriano ayuda en gran manera a la participación activa del niño en la liturgia. El ca- La educación musical en la escuela primaria La música tiene una misión de vastas proyeccio- nes en la Escuela Primaria. Su enseñanza es de gran

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muy numeroso. Pero es difícil encontrar numerososprofesores bien preparados.

El problema es aún más dificil de resolver en laUniversidad. Aquí comienza a imperar la masa; den-tro de pocos años el problema del profesorado seráagobiante, pues es difícil formar rápidamente un pro-fesorado de nivel universitario. Las clases, no dividi-das, son muy numerosas en algunas universidades,sobre todo en los primeros cursos, y suele atenderlasun solo titular en muchos casos, ya que algunas dis-ciplinas no tienen adjunto propio. Parece difícil, noya que el Estado, pero ni siquiera la sociedad puedasubvenir a las necesidades planteadas por la mareacreciente de escolares en cuanto a profesorado, edi-fiClos y medios materiales. Por todas partes las pre-visiones están siendo desbordadas.

Si describo la situación española es porque nostoca más de cerca, pero hay también grandes difi-cultades en otros países. En algunos se refiere a laenseñanza primaria y en otros a la media. Es menosfrecuente en la universitaria, sin contar el caso es-pecial de las Universidades norteamericanas. Pero enéstas se expiden títulos de especialidades cerradas,que difícilmente pueden entrar en lo que se entiendepor formación universitaria.

De la "formación" se habla mucho por todas par-tes, pero la verdad es que la deshumanización quelos estudios y los exámenes implican no parece muyformativa. "Formar" a un hombre supone contar conlo que él es, con su temperamento y carácter, con susaptitudes y vocaciones y, sobre todo, contando conello, perfeccionarle en lo posible según un modeloideal, ya que la naturaleza humana no es perfecta,pero sí perfectible.

¡, Y dónde aparece este propósito en los saberes he-terogéneos y acumulativos, en la especialización ce-rrada o en las pruebas impersonales? Las criticas pe-simistas a que antes aludía, dicen que caminamoshacia una nueva barbarie. Esto es, que al hombreadornado de saberes superficiales le queda el almaintacta, no cultivada, y entonces, se mueve por im-pulsos primarios: el afán de riquezas, de placer o depoder. Y como desaparecen las jerarquías y los cri-terios valorativos, su voluntad es ley; voluntad queno puede llamarse así, pues no es apetito racional-mente dirigido, sino pura espontaneidad vital. Así, seune a la primariedad de los impulsos el arbitrarioquerer y de esta unión surge una acción que es purabarbarie.

Pero no hace falta llegar a este extremo. Aunqueno lleguemos, podemos preguntarnos si a esta racio-nalizada, planificada, técnica, impersonal y unifor-me organización de las enseñanzas se le puede se-guir llamando "educación".

EUGENIO FRUTOS CORTES.Catedrático de la Univer-

sidad de Zaragoza.

valor, ya que el niño a través de ella llega a auto-disciplinarse y a sentir la necesidad de los valorestrascendentales. La importancia cada día mayor quela educación musical está adquiriendo en la EscuelaPrimaria de casi todos los países, nos demuestra quela música es esencial en cualquier sistema educativo.

La educación musical es un campo con dos aspectosigualmente importantes: el musical y el pedagógico.Los objetivos generales y específicos de la educaciónmusical requieren una labor difícil y de amplios ho-rizontes. Es necesaria la coordinación de la músicay de la pedagogía para que la educación musical estépresente en la vida escolar del niño y muy especial-mente en la Escuela Primaria.

En la práctica se confunde el concepto de educa-ción musical con la enseñanza de cantos escolares.Esta formación puramente imitativa y externa alniño deja sin cultivar sus facultades musicales.

La escuela no debe limitarse a enseriar algunascanciones a sus alumnos, su papel es de mayor res-ponsabilidad. El niño ha de estar en condiciones, alacabar la Primaria, de leer y traducir gráficamentelos sonidos. Debe ser capaz también de crear sus pro-pias melodías y de cantar otras de dificultad propor-cionada a su corta edad.

Es necesario excluir la enseñanza pasiva (por oído)y conseguir que el niño "conozca" los signos gráficosde las notas y sepa escribir cualquier melodía escu-chada, a modo de dictado musical.

Para lograr estos fines es indispensable una ense-ñanza sistemática y cotidiana, basada en un métodode eficacia probada.

El ejercicio activo e inteligente de la música es lamejor preparación que puede darse a un niño paraenseñarle a estudiar, porque sin darse cuenta se acos-tumbra a armonizar su capacidad intelectual con susdemás facultades.

El primer obstáculo para capacitar los alumnos enla doble faceta interpretativa y creativa es la defi-ciente formación, en lo que a música se refiere, dela mayoría de los maestros y maestras. Como conse-cuencia, en muchísimas escuelas se confía la ense-ñanza de la música a profesionales de la misma, queaprendieron en los Conservatorios una técnica instru-mental y una teoría musical completa, pero que nor-malmente desconocen los rudimentos de la pedagogíay de la sicología infantil. La formación musical de losmaestros, ofreciéndoles una técnica pedagógico-musi-cal, es, a mi modo de ver, urgente. Es aquí que apa-rece la necesidad de elegir un método si realmentequeremos ser eficaces en nuestra labor musical.

Los métodos de enseñanza musical elemental sonmúltiples. Si personalmente me inclino por el mé-todo WARD, uno de los que han alcanzado mayordifusión, es por conocer los resultados que dicho mé-todo ha obtenido en las escuelas de los Estados Uni-dos, Canadá., Brasil, Francia, Bélgica, Holanda, Sui-za, Italia, España y Portugal.

Por otro lado, la especial atención que dicho mé-todo presta al repertorio gregoriano no puede dejar-nos indiferentes; para el educador católico la ense-ñanza del canto gregoriano ayuda en gran manera ala participación activa del niño en la liturgia. El ca-

La educación musicalen la escuela primaria

La música tiene una misión de vastas proyeccio-nes en la Escuela Primaria. Su enseñanza es de gran

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VOL XLIV—NÚM. 128 LA EDUCACIÓN MUSICAL EN LA ESCUELA PRIMARIA 53—(217)—CURSO 1960-61

mino ha sido y es claramente indicado en los docu-mentos pontificios (1).

La música dará a nuestros escolares una mayordisciplina interior que beneficiará toda la vida es-colar y será la mejor compensación al culto exclusivode la inteligencia y de la técnica que domina la es-cuela de nuestro tiempo.

Una gran personalidad musical, dedicada desde sujuventud a la pedagogía, Justina Ward, concibió unmétodo perfectamente adaptado a la mentalidad in-fantil. Este sistema se dirige de modo especial aaquellos maestros de la Escuela Primaria que pose-yendo aptitudes musicales sientan inclinación paracultivar esta faceta esencial de la educación.

El método comprende cuatro cursos, dos de ellosdedicados preferentemente a la iniciación rítmica ya la educación de la voz y del oído. El tercero estudialos principios del canto gregoriano y el cuarto seconsagra al estudio de la polifonía (canto a variasvoces).

Con el método WARD, incluso los niños de voz in-grata o prácticamente inexistente, se incorporan altrabajo colectivo mediante los movimientos rítmicosy los gestos melódicos y métricos.

Con sus procedimientos pedagógicos se logra quelos niños ejecuten coros a una y a varias voces.

No debe extrañarnos que el método se base en sustres primeros cursos en el estudio exclusivo del can-to monódico, sin acompañamiento de ninguna clase;no debemos olvidar que esta modalidad del canto hasido el fundamento de toda la música occidental. Estainiciación es una magnífica base para el cultivo pos-

* terior de la polifonía como lo demuestra la Historiade la Música.

La importancia concedida al canto gregoriano po-dría dar la impresión de que la música popular y lade los grandes compositores están en plano de infe-rioridad. La realidad es que el método WARD otor-ga una excepcional importancia a la música folkló-rica y se estudia con especial dedicación el reperto-rio popular propio de cada país alternándolo con elestudio de las obras de los grandes músicos, clásicosy modernos.

La lección es dada cinco veces por semana duran-te veinte minutos. El maestro procura intercalarlaentre dos materias básicas, cálculo y lectura.

Dos de los principios fundamentales del métodoWARD demuestran su preocupación pedagógica:

1. Q Separación de elementos, no presentando nun-ca al niño dos dificultades simultáneas.

2. 9 Ir siempre de lo conocido a lo desconocido.Para encauzar las energías y la necesidad de mo-

vimiento de los pequeños, los veinte minutos de lalección se distribuyen en unos nueve o diez ejerciciosalternando los que se ejecutan sentados con los quese realizan de pie.

Es preciso alternar el ejercicio dificil con otro queel niño realice con facilidad; sin esta precaución, queel método WARD tiene muy en cuenta, de interrum-pir cuando se note que principia la fatiga, se obten-drían resultados negativos. Para que sea fructíferala enseñanza del método es indispensable que el maes-

(1) Motu proprio, Constitución Apostólica, MedlatorDei, Musicae Sacrae Disciplina.

tro prepare escrupulosamente el programa a reali-zar (plan semanal y diario) atendiendo a todos losejercicios que lo integran y ajustándose a las direc-trices pedagógicas del método.

Gracias a esta variedad y progresión, minuciosa-mente observadas, los niños estarán atentos y espe-rarán con verdadera ilusión su clase de música.

Los principios y características del método sucin-tamente expuestos son los siguientes:

I. La formación musical es patrimonio de todoslos niños sin excepción; los niños deben ser capacesde expresarse en el lenguaje musical con la mismafacilidad que hablan su idioma materno.

II. Los maestros son los profesores más idóneospara la enseñanza musical escolar. Cualquier méto-do por bueno que sea gana o pierde con el maestro.El ideal del método WARD no es el profesor "espe-cialista", sino los educadores, que en íntimo y cons-tante trato con los niños de su clase, cultivan y per-feccionan sus dotes musicales.

El método ofrece unos cursos a los maestros quedeseen adquirir durante las vacaciones de verano unabuena preparación pedagógico-musical.

III. Inculca el sentido rítmico con amplios y ex-presivos movimientos. Considera que el ritmo es antetodo una sucesión de movimientos y de pausas, deelevaciones y descensos, de arsis y tesis a la mane-ra de la danza griega. Los alumnos WARD aprendena realizar gestos armónicos con los brazos, a elevar-se sobre la punta de los pies y a proyectar en elespacio el ritmo de la melodía mediante la quirono-mía (el arte de dirigir dibujando el ritmo con el mo-vimiento de la mano).

Esta quironomía, enseñada a Justina Ward por DomMocquereau, el célebre benedictino de Solesmes, des-arrolla el sentido rítmico; nos libra de la esclavituddel tiempo fuerte, concepto falso que presenta el rit-mo como una mera sucesión de tiempos más o menosacentuados, como un retorno constante y monótonodel tiempo fuerte.

El método WARD con su larga experiencia de-muestra que los niños pueden familiarizarse con eldifícil arte de la dirección gregoriana. Desde un prin-cipio aprenden siempre las melodías con la quirono-mía correspondiente, y así a la edad de diez arios di-rigen su propia clase con una seguridad instintivafruto de una labor bien dirigida y constante.

IV. Recurre a la notación con cifras como prepa-ración a la compleja notación actual. La notacióncifrada tiene la gran ventaja de comunicar desde unprincipio a los escolares el sentido de los intervalos.Justina Ward ha creado unos ejercicios especialespara el estudio de los intervalos, presentándolos ensu propio clima modal. El cultivo y desarrollo deloído musical no se obtiene por imitación; los ejerci-cios conducen al niño a concebir mentalmente los so-nidos antes de cantarlos. Los niños llegan a "descu-brir" los intervalos.

V. La educación de la voz tiene una gran impor-tancia en la formación musical del niño. El primerobjetivo es formar un auténtico instrumento musi-cal, sonoro y afinado. Los ejercicios llamados voca-lizaciones deben ser practicados con una única fina-lidad: la calidad del sonido.

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Unicamente más tarde se insistirá en la flexibili-dad necesaria para que el niño pueda remarcar sua-vemente el carácter rítmico de las frases musicales.

La falta de sonoridad y la mala respiración sonlos defectos que deben combatirse desde las prime-ras clases.

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La XI Conferencia Generalde la Unesco en París

El 14 de noviembre de 1960 fue inaugurada enParís la XI Conferencia General de la Unesco, quepor las circunstancias del momento representó ungran paso en el crecimiento de la Organización ha-cia la universalidad. El ingreso de la República delCongo entre los Estados miembros es el preludio ala incorporación de las naciones africanas a una obrade educación, ciencia y cultura con vistas a la mejorcomprensión entre los pueblos. La importancia delcaso fue ya subrayada por el Director general, doc-tor Vittorino Veronese, con las consecuencias queimplica el atender como se merecen los problemas dela enseñanza en todos sus ramos de los paises queacaban de acceder a la independencia.

En la reunión del Consejo Ejecutivo, previa a laConferencia, para preparar el orden del día, se pusode relieve la urgencia de dotar de medios científicosy educativos a grandes regiones del mundo que porcarecer de ellos encuentran un camino muy difícil enel acceso a su independencia económica y política.Es lógico que cada vez se exija a la Unesco un ma-yor esfuerzo en prestación de personal capacitado quepueda ordenar y planificar la enseñanza y especial-mente la preparación de los dirigentes en tantas es-feras como hoy exige la organización y administra-ción de un Estado moderno. Bien lo prueba a esterespecto la información sobre puestos técnicos queofrece la Unesco, con la que se encabeza habitual-mente la sección extranjera de nuestra "Actualidadeducativa". Por eso vemos en el actual presupuestode la Unesco un aumento de algo menos de cincomillones de dólares, sobre las sumas consignadas enel ejercicio anterior y que sólo puede tener esa sim-ple justificación: la voluntad de las diferentes nacio-nes de conseguir para sí los medios de su progresoy adelanto y, en una palabra, el mejoramiento delnivel de vida de sus semejantes.

El Director general anunció ya que las partidasfundamentales del programa de la Unesco en Ibero-américa serian mantenidas y así podrá desarrollar-se el Proyecto Principal para la extensión de la en-señanza primaria en América latina, la actividad cien-tífica del Centro de Montevideo, la acción del Centro

Millares de escolares de múltiples naciones, entreellas la nuestra, dan testimonio que trabajando con-cienzudamente el método WARD la educación musi-cal de los niños ha dejado de ser una utopía paraconvertirse en una auténtica realidad.

MONTSERRAT ALBET.

Regional para el Hemisferio Occidental situado enLa Habana, la obra de la Facultad Latinoamericanade Ciencias Sociales en Santiago de Chile y del Cen-tro de Ciencias Sociales de Río de Janeiro.

En el campo de la información, la Unesco se pre-para para celebrar la Conferencia en Santiago deChile, cuya agenda versara sobre los medios de in-formación en las zonas menos favorecidas y, en fin,será estudiada la solución definitiva que ha de darseal Centro Regional de Educación Fundamental paraAmérica de Pätzcuaro, a cuyo mantenimiento la Unes-co anuncia que ha de contribuir todavía durante va-rios arios.

Como se ha hecho constar en el informe preparadopor la Comisión Administrativa, y distribuido entretodas las Delegaciones de los países miembros, estaacción de la Unesco ha de ser encuadrada en el con-junto de actividades sufragadas por la AsistenciaTécnica y que permiten a la Unesco el envío de cen-tenares de expertos que asesoran en la planificaciónde la reforma educativa, en la creación de centrosde documentación científica, en la organización y per-feccionamientos de métodos de investigación de lasciencias, etc. Por otra parte, la iniciación de las ope-raciones del Fondo Especial de las Naciones Unidasabren a la actividad de la Unesco perspectivas insos-pechadas hasta ahora y dentro de ese Fondo la Unes-co tendrá a su cargo la administración de cinco pro-yectos de importancia extraordinaria en los paísesdel Asia y del Medio Oriente. Por parte de las Dele-gaciones de Iberoamérica se señaló, primero a laatención del Director general y a la Conferencia des-pués, la necesidad de encontrar un punto de colabora-ción con los trabajos que el Banco Interamericanode Desarrollo ha de tomar a su cargo en el campo dela Unesco. En una palabra: las Delegaciones han es-tudiado un panorama de vastas proporciones, quizáel más importante que haya sido puesto jamás antesu consideración, aprobando sus lineas maestras parala puesta en marcha y realización definitiva.

La Delegación española fue presidida por el Minis-tro de Educación Nacional, quien pronunció un im-portante discurso en torno a los programas de laUnesco, publicado ya en el número 124 (1. , quincenade diciembre de 1960), páginas 41-44, de la REVISTA

DE EDUCACIÓN. En este discurso, el señor Rubio señalóademás la labor española desarrollada en los últimosaños.

Por su parte, las dos Comisiones principales de laUnesco, la Administrativa y la de Programa y Pre-supuesto, contaron para el desarrollo de sus laborescon el asesoramiento y colaboración de varios gru-pos de trabajo en los cuales fueron tratados los ca-