Revista de Junio del 2012

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Edita:Club Cocherito de BilbaoC/ Nueva, 2 - 1º. 48005 BilbaoTel.: 94 416 14 47 [email protected]

Coordinación, diseño y maquetación:Servisistem

Fotografía:Manu de Alba, Archivo Club Cocherito

Imprime:Grafinorte

D.L.: BI-719-2011

Aunque parezca mentira y poca gente lo sepa,cuando este número vea la luz, nos encontraremos en

plena actividad festiva celebrando el 50 aniversario de lainauguración de la nueva plaza de toros de Bilbao. Unaplaza sólida, diseñada por el arquitecto D. Luis de Gana e

inaugurada 9 meses y 15 días después de que un devasta-dor incendio destruyera la antigua plaza en 1961.

Ha llovido mucho desde entonces y estamos seguros deque al Sr. Gana, abonado desde el cielo a todas las corri-

das generales de Bilbao, le hubiera gustado que estaefemérides se hubiera celebrado con más bombo y platillo.

Estamos totalmente de acuerdo con él: la plaza, su historia torista yla villa, siempre ligada a eventos taurinos en sus celebraciones, se lo

merecían. Echamos en falta un mayor número de actividades taurinas: más con-ferencias, más coloquios, más proyecciones, más carteles en la calle, más detodo. También unos carteles más llamativos, más originales, más toristas. También.Seguramente, dicen algunos que, como consecuencia de la crisis económicaque nos asola, ha sido imposible llevar a cabo este paquete de actividades que,para los que tuvieran dudas, hubiera catapultado a Bilbao como villa taurina sí osí. A uno le entra la duda de si esto es la pescadilla que se muerde la cola: nohago porque no tengo (¿o no quiero?) y no tengo porque no hago. No lo sé. Lastaquillas dictarán sentencia. De lo que no tengo ninguna duda es de la aficióndel Club Cocherito que apoya y acudirá a todos los actos programados, compar-tiendo con la Junta Administrativa de la Plaza de Toros el Trofeo al Toro más Bravo,haciendo entrega del premio al mejor tercio de varas, organizando coloquiosmatinales y asistiendo a las corridas de toros. Y todo ello por afición, sin necesidadde hacer caso de las hirientes y ya continuadas amenazas que los sabios de lavilla vierten sobre los aficionados. Señores, se equivocan repetidamente porque¡nosotros participaremos y acudiremos a todos los actos!

De la misma manera que, también, hemos participado en el 50 aniversario de lamuerte de Juan Belmonte, maestro fundador del toreo moderno y motivo de estarevista. Otro “monstruo” que se estará llevando las manos a la cabeza observan-do cómo han cambiado sus compañeros de profesión e incluso la propia profe-sión. También Bilbao, D. Juan, también Bilbao.

Aún así y como siempre decimos y animamos desde esta tribuna, ¡que se llene laplaza!, ¡que se cuelgue el cartel de “no hay billetes”! ¡que suenen las notas delcochero! ¡que empiece el paseillo! ¡que Dios reparta suerte!

editorial

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Club Cocherito: Vida social

Reinauguracióndel Club

4 Mayo. Tras dos meses y medio de obras, el Club inaugurósus remodeladas instalaciones, en un acto secundado pornumerosos socios y amigos.El evento se completó con el homenaje del Club a las familiascon tres generaciones de socios cocheristas entre sus filas.

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14 Marzo. Con la misma autenticidad con la que torea, Serafín Marín sedirigió a los cocheristas abordando temas de actualidad como el G10,Barcelona, los derechos de imagen o su posición en el escalafón actual.

10 Mayo. Ander Duque, guionista y directordel documental “MORARTE, historia de unencuentro”, ilustró junto a otros dos cortos quecomponen la trilogía, su visión taurina de unmito: toro y torero.

Coloquios

17 Mayo. La jornada Homenaje del50 Aniversario de la muerte de JuanBelmonte comenzó con la proyeccióndel corto “Soleá” (Guionista: GabrielRodrigo). En una amena exposición,los herederos del Pasmo de Triana,Juan Belmonte Luque y José Belmon-te desgranaron tanto los recuerdos yanécdotas familiares, como las seme-janzas entre Cocherito y Belmonte.

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Club Cocherito: Vida social

24/27 Mayo. La excursión a Córdoba resultó todo unéxito. Los socios disfrutaron de agradables almuerzos enpatios y salones cordobeses; de la impresionante mezquita,callejas y sinagogas; del arte de Manzanares, Juli o Moran-te en el coso de los Califas; de la Feria, con sus casetas yalgarabía y sobre todo del privilegio de poder traspasar laportada de las dos calaveras escoltando el nombre deMIURA en madera. Historia, leyenda, presente y futurodel TORO.

2 Junio. Campera y agradable jornada la vivida en La Caba-ñuela, finca del ganadero Antonio Bañuelos. Tras repasar lostoros de saca, se realizó el tentadero de tres vacas a cargo delmatador Morenito de Aranda. Selección de bravura, indispen-sable en la continuidad histórica de la ganadería.

Excursiones

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A través de esta sección, vamos a conocer un poco más, elcomportamiento en el caballo y la lidia que ofreció y que lerealizaron, a los toros premiados con el Trofeo del Club.

Los torosde lamemoria

• “Los Osbornes estuvieron muy bien presentados,con kilos y cabezas armadas.

La corrida fue brava y la suerte de varas cobró undesusado relieve. Los toros fueron prontos a lasdos y tres varas que tomaron, empujando a fondo.Cuatro toros derribaron las monturas.”

“Paquirri, que cortó una oreja, pegó cuatro naturalescon el toro muy bravo, comiéndose al torero.”

“Tres picadores fueron sancionados, por infringirel artículo 94 del Reglamento vigente”.

P.D. Los comentarios pertenecen a las críticas taurinas de los diarios El Correo y La Gaceta del Norte.

• “Hubo un toro ejemplar, el primero. De bravura

larga y sostenida, que fue tres veces al caballo de

lejos, que aguantó mucho rato en la primera reu-

nión y no se afligió en las otras dos.

Obtuvo el premio de la vuelta al ruedo.”

“La faena de muleta de Miguelín fue buena.

Mejor por el lado izquierdo, donde los naturales

se dejaron sentir. El toro, que fue bravo estuvo

por encima del matador. Cortó una oreja”.

Trofeo Club Cocherito al Toro más Bravo 1968-1969

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Son cincuenta años ya desde que un día de primavera dejara deexistir uno de los personajes mas emblemáticos del Siglo XX yel inventor del toreo moderno : Juan Belmonte García. A lolargo de los años se ha ido agigantando su figura y eso se reflejaen la gran cantidad de actos que se están llevando a cabo pararecordar el año de su muerte y también el de su alternativa delque se cumplen 100 en 2013. La iniciativa parte del propioAyuntamiento de Sevilla que, sensible a los sentimientos de latierra y a sus prohombres quiere recordar, no con un sólo acto,sino con dos años repletos de ellos, ambas efemérides. ElPasmo de Triana murió en el inicio de la Semana Santa y secumplieron los cincuenta años un Domingo de Resurrección...paradoja, la muerte y la resurrección recordada en la Maestran-za de Sevilla con un minuto de silencio en la corrida inaugural.Por la mañana en la Basílica del “ Cachorro de Triana...! ay suCachorro! mientras los fieles visitaban a su Cristo que un añomás no había cumplido su estación de Penitencia por culpa dela lluvia la familia junto a EL recordábamos al torero.

No sólo el Ayuntamiento de Sevilla aparece como organizadorde los actos, también el de Utrera, término municipal dondese ubica la Finca donde murió Belmonte y le siguen la RealMaestranza, La Cátedra Sánchez Mejias y otras entidades de laciudad de Sevilla.

Es de agradecer la adhesión de entidades como la del emble-mático Club Cocherito de Bilbao, La Peña Cátedra Taurina deMadrid y la Escalera del Éxito, Asabat de Valencia y muchasotras. En Sevilla se están celebrando coloquios con toreros,ganaderos, periodistas, la presentación del libro del poetaAntonio Murciano, seminarios, proyecciones y hasta un pre-mio de investigación taurina. Todo ello da justo recuerdo a lafigura de un hombre genial que pasado el tiempo es capaz deremover los sentimientos taurinos de los aficionados demos-trando así, que El Pasmo de Triana y su obra siguen vigentes.

JUAN BELMONTE LUQUEsobrino-nieto de Juan Belmonte

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Nacido en Sevilla 14 de abril de 1892, vistió por primera vezde luces en la plaza portuguesa de Elvas, a los 17 años. Se pre-sentó como novillero en Madrid el 26 de marzo de 1913, y el16 de octubre de ese mismo año tomó la alternativa de manosde Rafael González Machaquito –quien ese mismo día se reti-raría de los ruedos–, actuando como testigo Rafael el Gallo,pese al cartel, la corrida fue un auténtico desastre por culpade los toros de Bañuelos.

Hasta la temporada de 1935 en la que se retiró, Belmontellenó con su presencia la mejor época del toreo de todos lostiempos, en competencia con Joselito hasta 1920. Sus tardesde gloria fueron incontables, pero puede destacar la del 21de abril de 1914, en la que por primera vez se enfrentó conJoselito a una miurada, triunfando de forma tan arrolladoraque fue llevado a hombros hasta su casa, teniendo que salu-dar a la afición varias veces desde el balcón. La escena serepitió el 2 de mayo siguiente, o en la muy celebrada corri-

da de la Beneficencia de 1915 con toros de Murube, enMéxico y en todas partes.

Juan Belmonte fue un hombre inquieto, gran lector y autodi-dacta, manteniendo buena amistad con muchos intelectualesde su época.

"Los centenares de cogidas que sufrió en estos primeros años –selee en Los toros de Jose María Cossío– le rodeaban de una leyen-da extrataurina que cuajó en el entusiasmo de algunos hombresde letras y artes, que le convirtieron en su ídolo, y plasmaroncomo aureola toda una teoría patético-estética que nada tenía quever con el arte del toreo, auténtica profesión del diestro, pero quecontribuía a difundir la popularidad de Belmonte en ambientesalejados de los cosos taurinos”. La frase que Don Ramón delValle-Inclán solía repetir al diestro: "No te falta más que morir enla plaza" –“Se hará lo que se pueda, don Ramón, se hará lo que sepueda”... era su respuesta, es un certero resumen de lo que estosartistas pensaban y sentían sobre el toreo de Belmonte.

Biografía

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Juan Belmonte es el padre del toreo tal como se lo conoce hoyen día.

La aparición de Juan Belmonte en los ruedos produjo estupory en todos los ámbitos circuló la famosa frase de Rafael Guerra'Guerrita' que decía: "Así no se puede torear, el que quieraverlo que se dé prisa, porque ese durará un suspiro".

Toreaba de un modo desconocido y rompió el axioma de "o tequitas tú, o te quita el toro".

El puso en práctica los tres tiempos de la lidia: parar, templary mandar, a lo que más tarde agregó cargar la suerte. Toreómás cerca del toro que nadie y ninguno ha realizado como élla serie de verónicas o el pase natural.

Juan Belmonte is the father or bullfighting aswe know it nowadays

“ ”Desde que el 2 de mayo de 1914 coincidiera por primera vezen el cartel junto a José Gómez Ortega, Joselito, hermanomenor de el Gallo, la competencia entre los dos toreros fueinmediata y fecunda para la fiesta, contraponiéndose el estiloantiguo, de pies y de dominio de Joselito, al innovador, circu-lar, trágico y profundo de Juan Belmonte. La temporada de1915 rivalizaron cuatro veces, en Sevilla y Madrid, en sendosmano a mano, y otra más en Málaga.

La temporada de 1917 fue quizás la más gloriosa de su carrera,tanto que se bautizó como el año de Belmonte.

La muerte de José Gómez Ortega en 1920, dejó solo a Juanen la cumbre del mundo taurino, un golpe del que no serepondría nunca, por más que depurase todavía más su formade torear. Se retiró definitivamente, y de forma premonitoria,poco antes del inicio de la Guerra Civil. Al cabo de 25 años, sedice que de penas de amor, el 8 de abril de 1962 se quitó lavida en su finca de Utrera.

El toreo de Belmonte, que supuso una completa revolución enlas reglas del arte, fue evolucionando con los años desde unacolocación frente al toro entre los cuernos, citando con lapanza de la muleta a pitón contrario en terrenos que ningúntorero había pisado nunca, hacia un toreo más clásico y hondoal final de su carrera; en todo caso, genial de concepción yembriagador. Frente al inmenso valor y al revolucionario aco-plamiento total con los toros de Belmonte, su rival Joselitoesgrimía la perfección del toreo clásico, del que fue el máximoexponente, y el dominio de la técnica de todas las suertes.

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Joselito era la elegancia corporal, Belmonte, con su contrahe-cho cuerpo, era la inspiración y la genialidad de la danza.

En la historia de la lidia hay dos grupos de toreros: uno loconstituye Juan Belmonte; en el otro se agrupan todos losdemás. Ninguno en la historia de la Fiesta la ha cambiado tande raíz. Los toreros de hoy y hasta los toros son lo que son porlo que fue Belmonte. Tanto viene de tan poco.

Desde 1914 España se divide entre gallistas y belmontistas. Seha llegado a decir que la división entre aliadófilos y germanófi-los no fue sino una politización innecesaria de la pugna sus-tancial entre los de José y Juan. Con ambos llega un nuevoconcepto de la tauromaquia, la creación de grandes plazas -como la Monumental de Las Ventas, impulsada por Joselito- yel acercamiento de los intelectuales a la Fiesta, mérito de Bel-monte, que desde novillero se aficionó al trato de Valle-Inclán,Pérez de Ayala, Romero de Torres y otros artistas taurófilos. Aveces, Belmonte se quedaba a dormir en el estudio de Solana ode Vázquez Díaz, a sus anchas entre libros y cuadros. Y no era

una pose. Cuenta Josefina Carabias que Paco Madrid, compañe-ro de las primeras capeas, le aseguró que junto a la espuerta conel utillaje taurino llevaba siempre otra llena de libros: «Un toreromás leído y más bañado no lo ha habido ni lo habrá jamás». Conel dinero y la gloria llegaron los contratos para América, llenos deaventuras increíbles en el México de la revolución o en la Limaencantadora y colonial, que le recordaba a Sevilla y en la queencontró esposa, aunque muy flaca para los gustos de entonces.

Durante su dilatada vida profesional fueron innumerables lascogidas que dejaron mella en su cuerpo, sin embaro, él siem-pre declaró que fue la que causó la muerte de Joselito, la peorde todas ellas.

Habían llegado José y Juan a ser grandes amigos. Del mismomodo que José acabó toreando en los terrenos de Juan, yJuan aprendiendo la técnica de José, aunque con limitacio-nes físicas, sus dos personalidades se fueron hermanando.Viajaban juntos en el tren y se cambiaban de vagón al llegara las estaciones, para no defraudar. Joselito, que lo teníatodo, era muy desgraciado en amores. El día antes de sumuerte, torearon en Madrid y Gallito le dijo a Belmonteque debían retirarse, porque así no se podía torear. Juanestaba de acuerdo. Fue una tarde horrible. José canceló lacorrida madrileña del día siguiente y se fue a torear a Tala-vera. Allí le esperaba la muerte.

Belmonte murió con él. Luego se retiró dos veces, rejoneó,tuvo cortijo, ganado y millones. Envejeció lentamente, entreMadrid, Sevilla y su finca de Utrera. De vez en cuando se leveía en «Los Corales», con sus gafas negras, hablando poco ydel tiempo. Tenía en la boca la tristeza de la muerte que fuede otro. Con 70 años, se enamoró sin esperanzas de una fla-menca muy joven. Una tarde, salió a pasear a caballo, arreóel ganado, contempló el ocaso, volvió a la casa, subió a suhabitación y se pegó un tiro.

Après la mort de JoséGómez Ortega en 1920,Juan se retrouva seul ausommet du monde taurin

“ ”

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El 23 de marzo de 1913 debuta Juan Belmonte en Bilbao congran expectación, aunque el deseo de los aficionados era verlefrente a la otra gran figura del momento, Joselito.

Hasta agosto de 1914 no fue posible, y le costó caro a Bel-monte, ya que debido a un descuido de su apoderado habíafirmado para el mismo día contrato con las plazas de Bilbao yde San Sebastián. La decisión de torear en Bilbao le obligó aindemnizar a Sabino Ucelayeta, empresario de San Sebastián,con 36.700 pesetas, un dineral.

Consideraba la crítica del momento que Bilbao era una plazabelmontista, aunque la historia de Juan Belmonte no se vincu-lará a la del Club Cocherito hasta 1919.

Ese año se retira del toreo, después de quince temporadascomo matador, Cástor Jaureguibeitia Ibarra, y El Cocherointercede ante Joselito y Belmonte para completar el cartel desu despedida en Madrid. En las actas del Club se recoge elagradecimiento debido a estos diestros por su buena disposi-ción y a los miembros de la junta Julián Larrea y Siro Fernán-dez de Retana por haber logrado su participación.

En 1960, con motivo de las Bodas de Oro del Club, se organizóuna gran corrida de toros el 4 de septiembre. Antonio Ordóñez,Diego Puerta y Juan García “Mondeño” estoquearon reses deAtanasio Fernández. “Mondeño” brindó el primer toro de latarde a Juan Belmonte, invitado por el Club Cocherito. Habíallegado el día anterior a Bilbao y fue recibido en el aeropuerto

por los socios y la prensa local, desde allí se desplazó al Clubjunto a Esteban Macazaga y numerosas autoridades.

Dos años después, en 1962, el Club Cocherito y el Taurino,celebraron conjuntamente, en la iglesia de San Vicente, unamisa por el alma de Juan Belmonte, fallecido el día 8 de abril;y poco después, Sebastián Miranda deleitó en el Club con unaconferencia titulada “Juan Belmonte en un rincón del Café deFornos”, donde se produjo el célebre diálogo entre el torero yRamón María del Valle Inclán.

En 1992, con motivo del centenario del nacimiento del tore-ro, Alfonso Carlos Saiz Valdivielso, ofreció en el Club unaconferencia titulada: “Juan Belmonte, las claves de una revolu-ción estética”, y en los coloquios de agosto se hizo un homena-je a su figura.

Son varios los recuerdos que se conservan en el Club de JuanBelmonte, en 1995, y por mediación de Pedro Miralles, Blan-ca Belmonte y Juan Carlos Beca Belmonte donaron la monte-ra “más usada” por el torero, y manifestaron que el ClubCocherito era el lugar idóneo para conservarla. El Club cuentatambién con unos zahones, regalo de Juan José Guillén; ydesde 1990, con una escultura de busto en bronce, obra deVenancio Blanco, que ocupa un lugar preeminente en el Club.

LAURA DEL REY

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A propósito de la trascendencia histórica de quienes protago-nizaron la Edad de Oro del toreo, recuerda el profesor Gonzá-lez Troyano que “quizás fue la mirada experimentada y precisade José Bergamín la primera que captó lo mucho que había enjuego en el supuesto duelo taurino emprendido por Joselito y Bel-monte. Supo ver claro que la verdadera rivalidad no era la queenfrentaba a estos dos diestros. Era algo mucho más profundo: conellos, cada tarde, se dirimía el destino de la fiesta, tal vez sin quelos propios contendientes tuvieran conciencia de ello. Uno, Joseli-to, se dirigía, con su forma inteligente y apolínea de lidiar, alentendido, al conocedor, al aficionado sabio capaz de comprenderuna faena de dominio ejecutada sin aparente esfuerzo, pero segúnlas razones depuradas por una larga tradición. El otro, Juan Bel-monte, desprovisto de las anteriores facultades pero intuitivo eimprovisador, buscó los medios para encandilar a los espectadores,cada vez más urbanos y menos agrarios, que querían sentirseimpresionados por lo que sucedía en los ruedos”.

Como resulta ser cierto que ya en aquellos años “los nuevostiempos habían traído a las plazas a un público que no se prestaba

El pensamientode José Bergamín,

entre Joselitoy Belmonte

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al largo aprendizaje que exigía entender de toros. Era más fácil ycómodo dejar que los sentimientos se impresionaran por el patetis-mo del valor, por la exhibición del riesgo o por la supuesta audaciade adentrarse en los terrenos del toro”, iba a ser un hecho ese girocopernicano que trajo Belmonte. Por eso González Troyanoentiende que “aunque Joselito no hubiera muerto tan joven, enTalavera, la suerte de su concepción de la lidia estaba ya echada.De haber vivido más, la permanencia de su toreo hubiera dado másfuerzas a los aficionados que se resistían ante la oleada moderniza-dora, pero sólo por un breve tiempo. Porque Belmonte había abier-to una posibilidad que se aguardaba y en la que algunos diestros yale habían precedido (…). Sin estas acomodaciones (como por ejem-plo, la imposición, por aquellos mismos años, del peto a los caballosde los picadores) la fiesta hubiera tenido una supervivencia másdifícil, aunque envalentonados por estos cambios y alivios, tambiénse introdujeron medidas que conducían exclusivamente a favorecera los diestros ante la agresividad del ganado”.

En este contexto, por fuerza José Bergamín tuvo que cambiarsus criterios, tan antibelmontistas como eran, que GonzálezTroyano describe con precisión: “El mismo Bergamín compren-dió más tarde la obligada evolución que afectaba a la corrida. Yél que, en sus primeros escritos taurinos, había descrito de formatan negativa el toreo de Belmonte –considerando que su feísmoencarnaba una manifiesta decadencia frente a Joselito– rectificóesta opinión en sus trabajos posteriores”.

En “El arte de birlibirloque”, desde su posición gallista JoséBergamín se muestra inmisericorde con la figura de Juan Bel-monte. Resulta interesante reproducir algunos de sus párrafos,como los que siguen:

“Las virtudes afirmativas del arte del birlibirloque de torear, son:ligereza, agilidad destreza, rapidez, facilidad, flexibilidad y gra-cia. Virtudes clásicas: Joselito.

Contra esas siete virtudes hay, en efecto, siete vicios correspondien-tes: pesadez, torpeza, esfuerzo, lentitud, dificultad, rigidez y des-garbo. Vicios castizos: Belmonte castizo hasta el esperpentismomás atroz y fenomenal.

El predominio de la línea curva y la rapidez son valores vivos detodo arte (Joselito). El de la lentitud (morosidad) y la línea recta,son valores muertos invertidos (Belmonte).

El arte no puede ser artificial, como el estilo no puede ser estiliza-do. El arte tiene su propia naturaleza artística, y, naturalmente(artísticamente), su graciosa naturalidad, que es la más pura per-fección artística. El artificio, por el contrario, es siempre afecta-ción. En el arte de birlibirloque de torear, Belmonte fué la afecta-ción artificiosa; Joselito, la artística naturalidad; volvía el artedel birlibirloque de Pepe-Illo a su inocencia bella, clásica, ante-rior a la caída casticista: con toda la fuerza y la gracia primave-ral del más nuevo renacimiento.

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Meme si Joselito n’était pasmort si jeune, son idée trèspersonnelle de la lidia étaitdéjà lancée

“ ”

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Toda revolución es un retroceso. No. Todo retroceso es una falsarevolución: un fracaso; una evolución rota, una tradición revolu-cionada estropeada, interrumpida; un nacimiento o renacimientomalogrado, cortado en flor, en su flor: la novedad. Belmonte fuéuna mala revolución; Joselito, un renacimiento.

Joselito era el estilo puro, transparente, absoluto de torear: el estiloreal, despersonalizado; porque el estilo es cosa y no persona. Eltorero que personaliza el estilo lo falsifica parodiándolo, lo imitaporque no lo tiene, lo caracteriza o caricaturiza: lo niega. Cuan-do el torero dice : el estilo soy yo, es que no es más que él, sin estilo.No hay más estilo de torear que el toreo mismo, sin personalizar:el arte del birlibirloque.

A consecuencia de la decadencia malsana y enfermiza que engendróel belmontismo, todo en las corridas de toros se hizo monótono, pesa-do, torpe, lánguido: sin curvas y sin rapidez; sin variación.

Esperar al toro torcido en la verónica, como hacía Belmonte, parano cruzarse con él, para no cruzarle de cara, en la cara, es hacertrampa fingiendo la verónica ladeada sin cruce en el encuentro,porque no hay encuentro; y cuando no hay cruce ni encuentro, el

torero no pasa el toro, le deja pasar; lo mismo con la capa que conla muleta; y el toro pasa, dándole de lado, como el tren.

Curiosamente la respuesta más contundente contra las tesis deJosé Bergamin vino, años más tarde, de la mano de José Alame-da, cuando respondiendo a la edición mexicana de “El Arte deBirlibirloque” que data de 1944, catorce años después de habervisto la luz en España, publicó su alegato en la revista “El hijopródigo”, titulado “Disposición a la muerte” y firmado con sunombre de pila –Carlos Fernández Valdemoro– está escrito conarrebatada pasión para reprochar al consagrado Bergamín algu-nas de sus tesis. En esa apasionada respuesta, que se inicia con laleyenda “A mi amigo José Bergamín, con admiración y disconfor-midad”, puedes leerse, entre otras cosas, las siguientes:

Zezenketan gauza garrantzitsuena zezenketariak jartzenduen azentu pertsonala da.Hau da, estiloa

“ ”

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“Para ver el toreo no basta con los ojos. A quienes no tienen unasensibilidad adecuada les escapa la esencia del toreo y sólo ven enél los movimientos exteriores, sin adivinar su conexión con unaíntima disciplina, del mismo modo que el hombre privado deoído para la música advierte los sonidos, pero no su relaciónarmónica.

Este espectáculo de vida y muerte, de imaginación y realizaciónportentosas, debiera ser, por su propia riqueza, tema casi necesariodel crítico, cuyo ministerio es descubrir aspectos de las cosas, ypocas hay que tengan tantos como la lidia de toros bravos. Sinembargo, no ha sido así el arte de torear no ha merecido por locomún más que comentarios fugaces sobre lo que hay en él de másaparente, exterior y pasajero, o simples estudios técnicos, que seatienen tan sólo a la mecánica, a la “producción” del toreo.

Bergamín se ha puesto a escribir como quien grita: ¡Este es mi gallo¡–mi “Gallito”, mi José Gómez, mi “Joselito”–, con pasión declaradadesde el primer instante. Pero sucede que, apenas se han leído laspáginas iniciales del ensayo, se cae en la cuenta de que allí el perso-

naje principal, el símbolo determinante, no es José, sino Juan; noesGallito, sino Belmonte. Se tiene la evidencia de que la admiraciónpor Joselito no hubiera sido motivo bastante para que Bergamínemprendiese la tarea de definir “El arte de birlibirloque” y que ladoctrina de éste no hubiera sido formulada de no existir Belmonte.

Ahora bien, la pasión por Joselito y contra Belmonte, como modali-dades estéticas y vitales, la sostiene Bergamín demasiado sistemática-mente, como por impulso mecánico, cerrando cualquier resquiciopor donde pudiera colarse un rayo de la luz contraria. Y se nos pare-ce así tan “joselitista”, que acaba por resultarnos sospechoso, como loes siempre quien grita demasiado, que no se sabe si lo hace porque leoigan o por no oír él alguna duda que lleva en la conciencia”.

Pero las posiciones primeras de Bergamín sufren luego un cam-bio profundo. Y así, si nos fijamos en su libro “Así hablaba JuanBelmonte”, encontramos textos inequívocos, como éstos:

Al hablar tenía Juan Belmonte un tartamudeo leve que daba asus frases un sentido corto y ceñido, como si torease. Hablaba–dije alguna vez– por medias verónicas y recortes. Y hasta a veces,hablando, molineteaba. Yo no lo sabía cuando escribí mi Arte debirlibirloque, refiriéndome a sus pasos cortos para acercarse altoro, que había “inventado un modo tartamudo de torear, comoAzorín de escribir”. Su modo de expresarse en el toreo, ciñéndose asu sentimiento propio, en una palabra, su estilo, era éste, quepodía parecernos cortado o entrecortado por la emoción. El defi-nió admirablemente este estilo suyo personalísimo.

Para mí –”nos dice Belmonte en el admirable relato que nos hizo desu vida torera, y con extraordinaria fidelidad transcribió su “evange-lista” Chávez Nogales– aparta de las cuestiones técnicas, lo másimportante en la lidia, sea cuales sean los términos en que ésta seplantee, es el acento personal que en ella pone el lidiador. Es decir, elestilo. El estilo es también el torero. Se torea como se es. Esto es loimportante: que la íntima emoción traspase el juego de la lidia: queel torero, cuando termine la faena, se le salten las lágrimas o tengaesa sonrisa de beatitud, de plenitud espiritual, que el hombre sientecada vez que el ejercicio de su arte, el suyo peculiar, por ínfimo ohumilde que sea, le hace sentir el aletazo de la Divinidad”.

BIBLIOGRAFÍA:Taurologia.comCuadernos de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo

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Has quedado del tiempo compañero,con el alma parada en el mugido,que levantas al aire, prisionero.

No te podrás marchar, que estás prendidopor el bronce callado y duradero

contra toda mudanza y todo olvido.

Rafael Morales

Su primer recuerdo taurino se remonta a su niñez.

Recuerdo como estoy subido al pescante de un coche yalguien viene y dice: “un toro ha matado al Espartero”. Yoentonces no sé lo que es un toro, ni quien es el Espartero, nilo que es la muerte, pero aquellas palabras, el efecto desas-troso que causan, el desconcierto que producen entornomío, quedan grabadas en mi mente.

¿Cómo inicia su incursión en los toros?

Mi padre tenía una pequeña tiendecita en el mismo merca-do que abría sólo por las mañanas. Por las tardes se reuníacon amigos y hablaban de toros. Yo lo escuchaba todo y detodo lo que oía sacaba mi idea. Intentaba hacerlo delantedel espejo. Entonces, todos los chicos toreaban a sus herma-nos y yo siempre he tenido a un hermano en edad deembestir.

¿Pensaba entonces en llegar a ser como su ídolo, AntonioMontes?

Nunca creí que fuese capaz de ponerme delante de un toro.Toreaba porque sí, por influencia del ambiente, porque medivertía toreando y porque con el capotillo en la mano yome sentía superior a muchos chicos más fuertes. Pensabaque en la liturgia de los toros yo sería siempre el últimomonaguillo.

Sin embargo, esa liturgia o técnica inamovible usted la truncó.

Los críticos hablan de mi “técnica del parón”. Yo me dicuenta de que en la lidia, lo primero es parar. El que sabeparar, domina.

¿Cual cree que son las claves de su torero?

Si yo toreaba como lo hacía era porque en el campo y denoche había que torear así. Era preciso seguir con atención

todo el viaje del toro, porque si se despegaba, se perdía en laoscuridad de la noche y luego era peligroso recogerlo. Comotoreábamos con una simple chaqueta había que llevar altoro muy ceñido y toreado. Así, lo que creían que era arbi-trariedad de mi estilo, fueron las circunstancias las que mehicieron torear como lo hacía.

¿Y su aportación?

Había entonces una complicada matemática de los terre-nos del toro y los terrenos del torero, que a mi juicio erasuperflua.

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El toro no tiene terrenos, todos los terrenos son del torero.Esa fue sencillamente, mi aportación al toreo.

¿Qué significó para usted Joselito?

José fue el torero capaz de llenar por sí solo una época, sinnecesidad de competencias ni rivalidades. Nos profesábamosuna entrañable y sincera amistad, que hubiera parecidoimposible a gallistas y belmontistas.

¿Y en la plaza, cómo era?

En la plaza era temible. No se dejaba pisar el terreno porningún compañero; pero por otra parte, era el primero enechar un capote en momentos de peligro.

La víspera de su muerte torearon juntos en Madrid.

Junto a Sánchez Mejías. Se lidiaban toros de Murube yaquella tarde la gente protestó violentamente contra noso-tros insultándonos. A Joselito aquel ataque airado de la mul-titud le causó gran impresión.

¿Cómo influyó la desaparición de Joselito en su carrera?

Yo me sentí de pronto abrumado, con una gran responsabi-lidad. La atención de los públicos cayó sobre mí. Los quehabían disputado tanto sobre nuestra competencia, no sabí-an seguramente lo que necesitábamos el uno del otro; hastaqué punto nos completábamos y comprendíamos.

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¿Qué es el toreo?

El toreo es, ante todo, un ejercicio de orden espiritual. Si enel toreo lo fundamental fuesen las facultades, y no el espíri-tu, yo no habría triunfado nunca.

1917 fue su consolidación en Bilbao.

Ese año toreé noventa y siete corridas. No tuve ningún per-cance serio y mi entusiasmo por el toreo fue creciendo,hasta llegar al final de temporada con el mejor temple.Aparte de la corrida del Montepío, lo más saliente fueron lascorridas de la feria de Bilbao y San Sebastián. Mi campañaen las plazas del Norte tuvo aquel año gran resonancia yconsolidó mi prestigio.

Al norte, además de a torear, venía también a descansar.

Mi familia veraneaba en Zumaya. Allí estuvo Zuloagahaciéndome su famoso retrato y me pasé el verano ante elcaballete vestido de torero.

¿Cree que la Tauromaquia carece de algo?

El mayor prestigio que se le hubiera dado a la fiesta hubierasido tener un organismo oficial que se ocupara de ello.Quizá se hubiera llegado a la creación de una Academia,

donde los toreros viejos y retirados leerían sus discursos deingreso y dogmatizarían sobre normas taurinas. Es posibleque entonces, la fiesta hubiese pasado las fronteras, transfor-mándose de nacional en universal. Seguramente se daríanmás lances de capa y menos patadas al balón en el mundo.

Aunque usted siempre ha tenido aversión a las ceremonias.

Siempre. No estuve en mi boda, no he estado en los bautizos demis hijas, no he ido a ninguna de las ceremonias que me haninvitado y sospecho que ni siquiera voy a estar en mi entierro.

MARÍA EUGENIA RUIZ

BIBLIOGRAFÍA:Juan Belmonte (matador de toros). Manuel Chaves Nogales.Juan Belmonte. Cumbre y soledades del Pasmo de Triana. FranciscoNarbona.El Ruedo. Francisco Narbona.ABC. “Las Taurinas de ABC”

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Yo me di cuenta de que enla lidia, lo primero es parar“ ”

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Joselito el Gallo es el auténtico padre del moderno toro de lidia.Fue durante su mandato en la Fiesta, hace un siglo, cuando sesentaron las bases de la actual ganadería brava. Y fue Joselito, noBelmonte, el padre de la criatura. Belmonte simplemente dejabahacer a Joselito y se plegaba a sus designios. Era Joselito quientomaba todas las decisiones. “Lo que haga José, bien hecho está”,decía Juan cuando alguien venía a importunarle con cuestionesde política taurina. En otras palabras, el toro con el que florecióel nuevo toreo de Belmonte, lo había elegido en el campo Joseli-to, que más que su rival, fue su protector.

En las tertulias de aficionados siempre se recuerdan con admi-ración las gestas toreras de José y Juan con los toros de Miura.Gestas que eran ciertas: llevados por un pundonor torero sinigual, ambos diestros dieron muchas veces la cara con las gana-derías más duras en las plazas más importantes. Es cierto, repi-to. Pero también es cierto que, de un modo inequívoco, sefueron decantando por la casta Vistahermosa, que por obra y gracia de Joselito, pasó a ser la casta predominante. Con Jose-

lito el toro de Vistahermosa comenzó su imparable expansión,mientras que los toros de las otras castas comenzaban unretroceso que les llevó en poco tiempo a una presencia pura-mente testimonial, cuando no a la total desaparición.

Los mejores y más rendidos partidarios de Joselito fueron pre-cisamente los ganaderos. Lo querían como a un hijo. Y, hastatal punto lo admiraban, que seguían sus consejos ciegamente.

El toro de laedad de oro:La expansión de Vistahermosa

El toro que iba a permitir eltoreo de Belmonte lo estaba creando en elcampo José Gómez Ortega

“ ”

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Por consejo de Joselito sustituyeron sus castas originales por lasangre de Vistahermosa. Los pelos pintureros y espectacularesdel ganado vazqueño se vieron desplazados por la negrura casiuniforme del toro vistahermoseño.

Pero, no sólo variaron las castas, cambiaron también los crite-rios de selección. De unas tientas en las que sólo importaba lapelea de la vaca con el caballo, se pasó a unas tientas en que seempieza a tener en cuenta también la nobleza de la vaca en lamuleta. Y así, el toro que iba a permitir el toreo de Belmonte ysus seguidores, lo estaba creando en el campo José GómezOrtega. Con José el concepto de bravura empezó a cambiar. Élsiempre decía que la bravura es “ir a más”, por lo que el toroque sólo era bueno en el primer tercio ya no le sirve. Josébusca un toro que embista con alegría y nobleza hasta el final.Está empezando la hegemonía del toreo de muleta.

Por eso se decanta por Vistahermosa: era el toro más bravo, elque seguía embistiendo hasta la muerte. Y las hechuras tam-bién se refinaron: en tiempos de José y Juan se pasó del boyan-cón destartalado al toro bajo y fino. El cambio alentado porJoselito fue copernicano.

Es muy cierto que ya desde la época de Costillares los tore-ros tenían puestos los ojos en los toritos negros de Vistaher-mosa, porque no se acababan pronto y llegaban boyantes

hasta el final de la lidia. Pero hasta Joselito no pudieronimponer sus gustos, y tuvieron que pechar una y mil vecescon el torazo vazqueño, hegemónico durante el Siglo XIXpor sus espectaculares peleas con los caballos, aunque luegose vinieran abajo. Fué Joselito quien acabó imponiendo altoro de Vistahermosa.

Sí que es cierto que Joselito tiene un precursor. Ese precursores Guerrita, gran partidario de los toros de Murube y Saltillo,que impuso siempre que pudo. Pero tan pronto como Guerri-ta se retiró en 1.899, los ganaderos se tomaron el desquite vol-viendo al toro basto y manso que se lidiaba antes del Guerra.Pero cuando llegó Joselito, los ganaderos estaban tan fascina-dos con él que le cederán todo el poder: el toro modernocomenzará su andadura, y el encaste Vistahermosa su expan-sión incontenible. Hasta tal punto es esto cierto, que hasta losniños de Miura, por consejo de José, echaron a las vacas untoro de Parladé, es decir, puro Vistahermosa.

En los veinte años que transcurren desde la muerte de Joselitohasta la aparición de Manolete, el toro de lidia experimentaráuna evolución mucho más profunda que en los doscientosaños anteriores. Gracias a las ideas dejadas por Joselito, el toroalcanzará una nobleza y una bravura impensadas años antes. Ytodavía hoy se siguen manejando los mismos conceptos, qui-zás más profundos y refinados, pero los mismos conceptos debravura, no otros.

Joselito murió muy joven, con veinticinco años. Con esa edadla mayoría de los hombres aún no han hecho nada destacableen su vida. A José le dio tiempo a ser el torero más completode todos los tiempos, el que impuso el toreo en redondo, elgran valedor de Belmonte el Magnífico, el creador de las pla-zas monumentales y, sobre todo, el padre del toro moderno. Ytodo esto lo hizo en menos de diez años...

En este año, que se cumple el centenario de su alternativa,todo El Toreo le debe un gran homenaje. Que así sea. Amén.

DOMINGO DELGADO DE LA CÁMARA

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Joselitok Vistahermosakozezena inposatu zuen“ ”

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La entrevista que reproducimos a continuación fue publicadael pasado día 12 de abril en el diario ABC de Sevilla conmotivo de la mesa redonda que, sobre la figura de Juan Bel-monte, fue coordinada por Andrés Amorós, prestigioso escritory crítico taurino. La influencia y relación del diestro sevillanocon la intelectualidad de su tiempo y las innumerables anécdo-tas de las que fue protagonista, nos permiten un mayor acerca-miento a la singular personalidad de nuestro protagonista

Decía Gregorio Corrochano en una crítica en ABC tras unagran faena de Belmonte en las Ventas en 1913 que «despuésde esto, nada: no hay más allá». ¿Fue, sin discusión, el mejortorero de la historia?

Aquella fue una faena muy famosa en la corrida del Monte-pío. Corrochano era más partidario de Joselito, pero inclusoél se volvió loco viendo la genialidad de Belmonte. A Joseli-to se le consideraba en conjunto mejor torero que Belmon-

te, porque era más regular y podía con todos los toros, peroBelmonte podía torear mejor en algunas tardes como ésa.

¿Por qué cree que Belmonte ha sido el torero sobre el quemás libros se han escrito en el mundo?

La razón es sencilla. Como decía Bergamín, «hay toreroscon más percha literaria que otros» y Belmonte tenía muchapercha literaria. A Joselito se le consideraba el torero porantonomasia pero tenía poca «percha literaria» porque suvida no fue muy novelesca que digamos, porque él sólo sir-vió para torear. A Bach, uno de los más grandes de la músicaclásica, le pasó lo mismo. La vida de Belmonte, sin embar-go, daba para muchos libros porque su carácter era realmen-te extraordinario.

De la biografía de Chaves Nogales se desprende la gran cali-dad humana de Belmonte, su espíritu de superación y sutalante conciliador, tal vez una rareza en la sociedad españolade su época…

Era realmente un personaje muy singular y extraordinaria-mente inteligente, con grandes inquietudes culturales, ade-más de un tipo sencillo.

Al que no le hizo falta estudiar...

No. Belmonte era como la mayoría de los toreros, pero teníauna listeza natural como muchos de sus compañeros. En losestudios Sánchez Mejías fue una excepción, aunque es ver-dad que acabó el bachillerato ya mayor, como Luis MiguelDominguín, Marcial Lalanda o Enrique Ponce.

Juan Belmonte ylos intelectualesde su tiempo

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¿Por qué cree que Belmonte fascinó a tantos artistas e inte-lectuales de su época?

Por su carácter y su personalidad. Pérez de Ayala tenía unafoto de Belmonte en la pared, como si fuera de su familia.Tenía una sabiduría popular muy atractiva y un sentido delhumor extraordinario, que en algunos casos también lohacía temible.

También, según Chaves Nogales, el carácter de Belmonteresultaba contradictorio y tenía mucho de «fatalista».

Sí, no era muy racional. Era un artista con todo lo que esosignifica: grandes momentos de exaltación y otros momen-tos de caída estrepitosa.

Muchos genios en distintos campos fueron personas antipá-ticas o incluso, por qué no decirlo, malas personas. No pare-ce que fuera el caso, sin embargo, de Belmonte...

No, pienso en Picasso, que era una persona muy muy com-plicada, pero Belmonte no era así, todo lo contrario. Eracontradictorio, con sus peculiaridades y rarezas, pero susamigos lo adoraban.

Una de esas rarezas, según cuenta Salvador Balil en «JuanBelmonte, en la soledad entre dos atardeceres», fue viajardesde muy joven con una pequeña pistola.

Sí, porque era una persona de luces y sombras que estabaobsesionada con la muerte.

Belmonte fue un héroe en el ruedo, sin embargo, le faltó talvez ese temple que tenía en la plaza para afrontar el ocaso desu vida, a la que puso fin voluntariamente con 70 años. ¿Esoformaba parte de su carácter contradictorio?

Su temple fue su genialidad en el ruedo, como decía DomingoOrtega, pero se trataba de un temple dramático. Sabemos loque pasó al final de su vida pero no lo que había en el fondode su pensamiento cuando lo hizo. He encontrado un testimo-nio de su hija hasta ahora totalmente desconocido, según elcual él estaba muy preocupado por la vejez y por la decadenciafísica que a todos nos llega. Además le influyó muchísimo verel final de su amigo Julio Camba, que acabó en la cama de unhospital lleno de tubos y cables. Belmonte no quería acabarasí, pero él se fue al campo un sábado y llamó a gente muy cer-

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Banquete homenaje a Juan Belmonte 1913

Asistieron: Valle Inclán, J. Romerode Torres, los escultores Julio Anto-nio y Sebastián Miranda, RamónPérez de Ayala, Manuel Machado,Gerardo Diego, los hermanos Quin-tero, Luis de Tapia el poeta festivo,Benavente, Natalio Rivas, Fco.Gómez Hidalgo escritor y cineasta,Ricardo Marín dibujante, Enriquede Mesa, Fernando Gillis, Arión, elMarqués de Orovio, el ganaderoConde de la Maza, Romanones,Santiago Alba.

Mis amigos (inacabado), Ignacio Zuloaga 1920-1936.Museo Zuloaga, Zumaia

Aparecen retratados: El Duque deAlba, Unamuno, Julio Beobide,Juan Belmonte, Ignacio Zuloaga,Pío Baroja, Blasco Ibánez, Azorín,Gregorio Marañón, SebastiánMiranda, José Ortega y Gasset,Valle-Inclán, Pablo Uranga, Maeztu.

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cana a él para que vayan a acompañarlo, pero resulta que nopudo ir ninguno. Eso da que pensar.

Casi todos los autores que han escrito sobre Belmonte y losaficionados que lo vieron torear dicen que cambió la concep-ción de la lidia vigente. ¿Está de acuerdo?

Para bien o para mal, porque todo es discutible, Belmontecambió la lidia que estaba vigente en su época. Hasta Belmon-te el torero se ponía en un sitio, llegaba el toro y te quitabas túo te quitaba el toro. A partir de Belmonte no te quitas tú.

¿Por qué?

Porque él fue el primer torero que empezó a torear con losbrazos. Antes de él se toreaba sobre los pies y a partir de él sehace con los brazos inaugurando una estética nueva, la deltoreo contemporáneo. Gente tan distinta como el toreroMarcial Lalanda o Ramón Pérez de Ayala, reconocen que entodo arte hay un momento en que llega alguien, que es ungenio, para cambiar las cosas. Pasó con Picasso en la pinturay con Belmonte en en el toreo. Él cambió el toreo parasiempre como Picasso el arte.

¿Y cree que esa nueva forma de torear le salió así, de repente?

Sí. Le salió así. El rey Alfonso XIII se lo preguntó una vez yeso fue lo que le contestó. Belmonte era como Picasso, quedecía «yo no busco, encuentro».

Medio siglo después de su muerte, ¿qué ha pasado con su figura?

Que ha superado el olvido que han sufrido otros toreros deesa época, porque su toreo es el que ha prevalecido. A Sán-chez Mejías tal vez lo salvó del olvido Lorca y es posible queen Belmonte influyera el libro de Chaves Nogales, pero esque su personalidad fue tan extraordinaria que sea comofuera iba a seguir fascinando a muchas personas. Para elimaginario popular, está mucho más vivo que Joselito. Y hayotra cosa clara, lo sepan o no lo sepan, los toreros que hanvenido después han seguido su modelo y su concepciónestética. Después de Picasso ya no se pinta igual y despuésde Belmonte no se torea igual.

¿Hay ahora o en la historia reciente algún torero que se le parezca?

No hay ninguno.

¿Su rivalidad con Joselito fue la más emocionante de la histo-ria del toreo?

Fue la más importante, sin duda. Fueron como el Platón yel Aristóteles de la Tauromaquia, la Tauromaquia entera. Elcorto período de tiempo en que ellos coinciden es la edadde oro del toreo. Nunca se ha repetido nada así en la histo-ria, sólo se acerca un poco la rivalidad de Dominguín yOrdóñez.

Y, además, eran grandes amigos...

Los dos aprendieron mucho el uno del otro y aunque rivali-zaban en el ruedo, además eran amiguísimos. Eran muy dis-tintos pero se profesaban un gran afecto mutuo.

¿Como Nadal y Federer?

(Risas) Tal vez. Federer sería más bien Joselito por la facili-dad, la elegancia y el temple. Soy un buen aficionado altenis y creo que Nadal lo gana todo a base de fuerza, volun-tad y cabeza, mientras Belmonte, aunque también teníamucha fuerza de voluntad, estaba tocado, además, por unaespecie de hechizo mágico.

Decía Belmonte que «el peligro es el eje principal de unavida sublime». ¿Lo fue de la suya?

Sí, sin duda. Siempre estuvo en el borde de la muerte en elruedo, aunque no era nada loco. Belmonte incluso decíaque si los toreros toreaban eran porque firmaban un contra-to 15 días antes, que si lo tuvieran que firmar la mismatarde, no toreaban. También decía que el miedo lo vencesporque a las 9 de la noche ha acabado todo.

Recoge Chaves Nogales en su biografía estas palabras deltorero: «El día que se torea crece más la barba. Es el miedo».

Es que el miedo hace incluso vomitar a algunos torerosantes de la corrida. El miedo a la muerte hace madurar a lostoreros muy rápidamente. Es la dignidad con la que afron-tan ese miedo lo que hace tan admirables, en mi opinión, alos toreros.

¿Y el miedo al fracaso?

Ese puede ser peor incluso. Lo dicen muchos toreros. Fraca-sar ante la gente puede ser peor que la muerte.

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El triste fin de la vida deJuan Belmonte

Publicado en “La Gaceta del Norte” -Bilbao-Martes 10 de abril de 1962

(Crónica del enviado especial, José María Requena)

Don Juan Belmonte ha muerto. En Sevilla ha caído lanoticia negra, como una tormenta. Su muerte ha sidocomo si un capítulo muy serio de la tauromaquia sequedara borrado de pronto. Don Juan Belmonte,según la primera versión para toda Sevilla y para todaEspaña, había muerto de pronto y a solas, como cor-neado por la propia sangre. Después de don Juan,nadie podría hacer comparaciones sabias entre lostoros y los toreros de ayer y hoy.

Acababa de derribar unas cuantas vaquillas en sufinca “Gómez Cardeña” y, por lo visto, según sedecía, había terminado su vida con los botos campe-ros puestos, de un ataque al corazón, cansado deemociones y de años. Era la consideración lógica yadmirativa. Pero no. El torero valiente había dejadode serlo en un día ya muy avanzado de su vida. Sussetenta años habían podido más que las tarascadasde la vida y se dio por vencido. Quizás –y así desea-mos que haya sido- que el héroe de la fiesta bravallegó a perder el dominio de los nervios y del pensa-miento. Regresó de la dehesa. Se despidió del mayo-ral que le había acompañado hasta la puerta fronteradel caserío, y se quedó a solas. Nadie más que élsabría decirnos las amarguras y los recursos que lemovieron a la terrible e inaceptable decisión.

Pero las palabras sobran. Una pistola del 6,35 cortóla trayectoria rotunda del héroe y el símbolo. En fin,confiemos en el Dios de la misericordia. Don JuanBelmonte, siempre fue un hombre bueno, audaz ygeneroso. El difunto Rafael, “El Gallo”, hubiera podi-do retratar su grandeza de corazón, con esas cuantaspocas palabras que nacen del auténtico agradeci-miento.

Qué penoso final el de don Juan Belmonte.

Horas antes de saber cómo había muerto don JuanBelmonte, llegué a la finca “Gómez Cardeña”, situadaa 45 kilómetros de Sevilla, a la orilla izquierda de la

carretera que lleva a Jerez, y dentro del término deUtrera. 3.000 fanegas de terreno son presididas poruno de esos caseríos blancos, de ventanas verdes, enque los cortijos andaluces esconden verdaderas man-siones señoriales.

Atravieso una arcada y me encuentro en un jardín conlimoneros y palmeras bajas. En el vestíbulo, una chi-menea con la leña íntegra, dispuesta ya para uninvierno del porvenir. Y en la repisa, una fotografía deCharlie Chaplin, cara de 25 años. En una hornacina,de treinta a cuarenta libros, algunos en inglés -Bel-monte lo entendía-. Y la Ilíada de Homero, y tambiénlos “Recursos de la astucia”, de Pío Baroja.

Y cuadros, toros pintados en lienzos pequeños yvarios carteles enmarcados. Pero en ninguno de ellosaparece don Juan Belmonte.

Y del vestíbulo paso a un salón amplio, de por lomenos ocho metros de largo por cuatro de anchura.Al entrar, de frente, como impresionando al visitante,está el famoso retrato de cuerpo entero que le hizoZuloaga, al revolucionario del toreo. Allí está el dies-tro sevillano, con bastante menos de 30 años, empi-nando la figura y adelantando el mentón hacia lostendidos, como en un desafío de triunfo, mientrassostiene el estoque sanguinolento, como un silogis-mo de genialidad.

El periodista se imagina que en este salón tan grandey sin embargo tan acogedor y entrañable, debió pasarel torero muchas nostalgias, muchos pesares.

Y allí, muy cerca de allí, en la dirección que apuntabael mentón joven y seguro del Belmonte de Zuloaga,estaba don Juan quieto ya, con el moreno del muchoir por el campo en intensa amistad con el sol.

Juanito Belmonte me recibió con mucha amabilidad.Los años no pasan por él. Sigue teniendo tipo denovillero. Le pregunté varias cosas. Entre otras, porel número de nietos que dejaba su padre.

–Nueve nietos, y ninguno sale torero. Y era la obse-sión de mi padre. Alguno ha empezado a apuntaralgo, pero nada. ¡Mira! Aquí tienes a éste, buen tipode novillero, pero nada -me dijo señalando a JuanCarlos Beca Belmonte, que tendrá diecisite o diecio-

cho años. Al muchacho se le nota en el perfil un algode su abuelo. Pero es rubio.

Sigo conociendo la casa por dentro. Juanito me laenseña. Sólo una cabeza de toro hay en este palaciocampero. Y, para colmo, esa cabeza de toro de Parla-dé estaba ya en la finca cuando, allá por el año 1934,la compró el torero que ahora ha muerto.

–¿En su piso de Sevilla -le pregunto- tampoco teníadon Juan cabezas de toro matados por él?

–No, pues no. Ni una sola cabeza -me contesta Juani-to, como recapacitando por vez primera sobre esteextraño hecho de que un torero histórico careciera detrofeos tan lógicos.

Y así llegué hasta la puerta posterior del caserío, laque da a la gañanía y a las cuadras. Diego Mateos, elmayoral, no se mostraba muy explícito en un princi-pio, pero después fue explicando:

–Llegó de Sevilla sobre las doce de la mañana deldomingo. Ensillé su jaca “Maravilla” y nos fuimos aderribar vacas. Don Juan estaba satisfecho. Derribóocho o nueve y se mostró muy contento de ver cómoreaccionaban los animales.

–¿Qué conversación le dio?

–Ninguna que no tuviera que ver con la faena que tra-íamos entre manos. Ya sabe usted que no era hom-bre de muchas palabras.

Diego me enseñó a continuación la jaca “Maravilla”,de cola larga, alazana, con doce años muy hermososy todavía inquietos.

–¿Cuántos años tiene usted, Diego? -le pregunto almayoral.

–Ayer mismo, el domingo, cumplí los 45, ¡Fíjeseusted qué cosa! -dice meditando, mientras mira laspiedras del patio.

Y en los ojos enrojecidos por el llanto y el sueñobrinca el brillo de una lágrima. No quiso decir másDiego… Y partimos hacia Sevilla, hacia un imperiodel toreo que tan gozosamente se sabía representa-do por la silueta extraña y famosa de un hombreque ya no es.

Hemeroteca

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Hay momentos en la vida de una persona en los que uno sesiente sorprendido ante una solicitud procedente de un miem-bro de la Directiva, máxime cuando reconoces que, a pesar detener numerosas habilidades, la propuesta planteada no es lamás idónea e indicada para quien se conoce sobradamente;posiblemente, en nuestro Club, existen socios más capacitadospara rendir homenaje a un amigo y compañero, siempre pre-sente en el corazón de muchísimos cocheristas y, sobre todo,en el “alma” del Club.

José Luis Arias, como buen bilbaíno y con sus años de experien-cia vivida, recopilaba en la memoria los entresijos y anécdotaspropias de nuestra cuidad y de este singular y distinguido Club

Siempreentrenosotros

In memoriam, José Luis Arias

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–centro de cultura y de intercambio social–, donde consiguiódisfrutar con amigos y conocidos durante muchos años.

De él aprendimos la historia y evolución de nuestra Institu-ción cocherista, de la que numerosos maestros de la tauroma-quia se sienten satisfechos.

Conoció, en vivo y en directo, y gracias al Club, a figuras de latalla de Juan Belmonte, Antonio Ordoñez, “El Cordobés”,…,artistas diferentes, apasionados, irrepetibles y pintureros; cadauno en su momento y con su personalidad y estilo, marcandohitos en la Historia de la Tauromaquia.

Quienes hemos compartido nuestro tiempo con él, hemospodido disfrutar de sus entusiasmadas conversaciones, trans-mitiendo las efemérides propias de quien ha vivido y sentidosu inquietud, preocupación e interés por el mundo de lostoros y de cuanto se respira.

José Luis nos ha hecho “vivir” historias que para los más jóveneshubieran sido imposibles, que ratifican y profundizan, muchasde ellas anecdóticamente, lo que leemos en los libros e, incluso,hemos oído a nuestros familiares cuando se han sentido unidosa este arte y a su evolución. Sus narraciones, realizadas con cari-ño y afecto, llegaban al interior de todos, puesto que, emocio-nalmente y con sus gestos, nos ayudaban a situarnos en el tiem-po. Cuando hacía referencia al pasado, transmitía sus vivenciascon el entusiasmo, la gracia y la “sorna” que nunca pasarondesapercibidos para quienes le hemos tratado.

Vivía con tal afecto y proximidad nuestro “Espacio”, con susestancias, cuadros, adornos y recuerdos significativos, que paraél resultaba todo un honor poder ser la persona que enseñara ymostrara a los visitantes el “tesoro escondido” y lleno de vidaque poseemos.

Siempre le oí comentar que uno de sus mayores deseos eracelebrar el Centenario del Club y, afortunadamente, lo consi-guió, disfrutando de las numerosas actividades organizadas yde los distintos invitados que nos apoyaron con su presencia yreconocimiento.

En aquel momento, José Luis, presumía del ser el socio “númerouno” en tan significativo acontecimiento y aniversario.

Recientemente, nos ha “dejado” el futbolista, cocherista ymemoria viva del Club pero sabemos que continúa entrenosotros y, desde su actual “sitio”, ese maravilloso Cielo llenode luz y color, donde se respira la belleza del silencio y el susu-rro de voces unidas diciendo: ¡“oooooooléee”!, nos seguirá ani-mando a continuar con la vida y la difusión de la Fiesta y desu cultura, tan arraigada en nuestra querida Entidad.

“Que un capote acompasado,chicuelinas ajustadas,

un redoble de tamboresy, al fin, una larga cambiada,

sean nuestro más sincero brindis, homenaje y semblanza”.

¡Hasta siempre, José Luis!.

RAFAEL DE ASÚA PINEDO

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Page 30: Revista de Junio del 2012

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Novedad 2012:Almohadillatela de muletaPrecio: 15 €

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¿Aún no eres socio del Decano de los Clubs Taurinos?

Si estás interesado, únicamente tienes que llamar al 94 416 14 47o pasarte por la sede del Club (C/ Nueva, 2-1º) y rellenar la fichade admisión. Allí te informaremos de la cuota anual y de lasnumerosas actividades que organizamos.

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Page 31: Revista de Junio del 2012

El 5 de febrero de 2012 se convocó el segundo concurso denarrativa taurina “Club Cocherito”. El año pasado tuvo éxitoesta convocatoria, el nivel de las 90 obras presentadas fue altoy el jurado unánime a la hora de conceder los premios pero esraro que las cosas sucedan igual.

Esta vez la convocatoria tardó en arrancar. El jurado mediopreocupado por lo que parecía una deserción o falta de entu-siasmo se puso a leer con calma lo que iba llegando casi acuentagotas de todos los puntos cardinales. Méjico, Colombiay demás países taurinos se iban dando cita en la red, tranquila-mente, sin agobiar al personal y de pronto como una avalan-cha, como un toro abanto que se decide a embestir fueron lle-gando y llegando relatos, memorias, ensayos, algunos cortosotros más largos, algunos salpicados de giros antiguos, latino-americanos, vivencias de niños iniciados a la tauromaquia porsus abuelos, tiernos recuerdos de la niñez, historias de torosbravos, de toreros gloriosos o fracasados, de muertes en laarena, un sinfín de obras hasta completar las 117 entre ellasuna en euskera y de diversa inspiración.

El jurado leía y leía, se reunía. Sus opiniones generalmentecoincidían afianzando así su propia ecuanimidad. Tuvomucho que hacer hasta mayo y tuvieron mucho mérito losmiembros que conjugaron trabajo personal, familia y lectura

con asiduidad y disponibilidad. Triunfó en todo momentoel consenso.

Seleccionando las sucesivas obras, fallaron el 30 de mayo.Fuera estrés si lo hubo, fuera presiones si existieron, es difícilelegir pero en este caso reinó la sensación del deber cumplido.

El 31 de mayo se publicó el resultado obtenido, en la siguientenota de prensa:

Primer premio (dotado con 1.000 €) para “Fatigas y paña-les” escrito por Doña Laura Nieto Franco.

1º Accésit (dotado con 300 €) para “La otra pasión del Rey”de Don Juan Manuel Sainz Peña.

2º Accésit (dotado con 300 €) para “Faena de sombra” deDon Víctor Fernández.

Por otra parte, el Jurado quiere que conste la acertada cir-cunstancia de la presentación de un primer trabajo en euske-ra con el título de “Bizi Zauriak” escrito por David MuñozUgartemendia, alentando a una mayor participación en estegénero para futuras ediciones.

El jurado estuvo compuesto por Doña Laura del Rey, DonRicardo Calleja, Don Santiago Iriarte, Don Joannes Granja yDoña Ellen Dulau.

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toda una encomienda responsabley otro éxito de participación.

Segundo concursode narrativa taurina

“Club Cocherito”

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La tarde que más te emocionaste en la plaza

Una tarde en Vista Alegre con Ponce, Juli y Manzanares. Porlas faenas tan distintas de cada uno.

Un color de vestido

Negro y oro.

La tarde que más has sufrido

Más que por una tarde, por la actitud del torero. Cuando le vesllegar desencajado a la barrera porque “quiere, pero no puede”.

Cómo conociste el Club

Por unos amigos cocheristas. Iratxe Echevarría y toda sufamilia.

Tu opinión de la desaparición de encastes

Una pena, porque creo que es algo que se debería de habercuidado más y seguido más de cerca. Creo que su desapari-ción ha beneficiado a unos pocos y nos ha perjudicado amuchos.

¿Qué te sugiere el nombre de Belmonte?

Rivalidad con Joselito.

Tu suerte preferida

Con la muleta.

TVE y su negativa a retransmitir toros

Creo que los toros son de interés general y cultural, al igualque se retransmiten los deportes …

Tu cartel ideal : ganadería + terna

José Tomás - Juli - Manzanares, con toros de Victorino Martín

Nombre que le pondrías a una vaca (madre de un futuro torobravo)

Carlota.

El futuro de la Fiesta es…

Complicado. Hay muy pocos, moviendo un negocio muygrande.

En corto y por derecho

Antigüedad 27/10/2010

Tu primer recuerdo taurino

Una corrida de rejones en la plaza de toros de Bilbao. Actua-ba Pablo Hermoso de Mendoza.

El último

Barcelona. Septiembre del 2011. Morante - Juli - Manzanares.

Una ganadería

Cebada Gago.

Un torero

Jose Mª Manzanares (hijo).

Un encaste

Domecq.

Un novillero

Gonzalo Caballero.

Una plaza

La Maestranza, porque impresiona, incluso vacía.

Un público / afición

Bilbao. Por sus silencios. Se llega a oír al torero hablar conel toro.

EstíbalizGoikoetxea

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50 Aniversario de la Plaza de Toros deVista Alegre.

Durante el mes de Junio la Junta Administrati-va de la Plaza de Toros de Bilbao conmemora-rá el 50 aniversario de la inauguración delactual coso de Vista Alegre.

Como plato fuerte de dicha conmemoraciónse celebrarán dos corridas de toros duranteel fin de semana del 16 y 17 de junio tenien-do como principal aliciente la encerrona deldiestro vizcaíno Iván Fandiño con reses dedistintas ganaderías en una corrida concur-so que se celebrará el primero de los dosdías.

De esta manera, los carteles confeccionadospor la Junta Administrativa con motivo de tanrelevante efeméride quedan de la siguientemanera:

SABADO 16 DE JUNIO 19'00 HORAS: GRANCORRIDA CONCURSO DE GANADERIAS

"La Quinta", Partido de Resina, D. VictorinoMartín, "Torrestrella", "Torrealta", y "Alcurru-cen", para el matador de toros local, IVÁNFANDIÑO (único espada).

DOMINGO 17 DE JUNIO 19'00 HORAS: GRANCORRIDA DE TOROS

D. Domingo Hernández y "Garcigrande" paralos matadores: ENRIQUE PONCE, JUAN JOSEPADILLA y ALEJANDRO TALAVANTE.

Así mismo, el día 15 de junio se celebrará unacena – homenaje, precedida de un interesantecoloquio, que contará con la presencia deManuel Benítez “El Cordobés”, quién recibiráel cariño y reconocimiento de la afición de Bil-bao. La cita se celebrará en el Hotel Ercilla apartir de las 20:00 horas.

Ni qué decir tiene que, desde el Club Cocheri-to animamos a toda la afición a que acuda atodos los actos organizados por la JuntaAdministrativa de la Plaza de Toros de VistaAlegre.

Trofeo al Toro más Bravo de la CorridaConcurso.

Con motivo de la corrida concurso que secelebrará el día 16 de Junio, el Club Cocherito,conjuntamente con la Junta Administrativa dela Plaza de Toros de Vista Alegre concederá elTrofeo al Toro más Bravo de dicho festejo.

Cabe recordar que, al igual que el coso de lacalle Martín Agüero, el Trofeo al Toro másBravo de las Corridas Generales que otorganuestro Club, cumple también el cincuentena-rio de su nacimiento.

El jurado estará compuesto en igualdad demiembros por ambas instituciones, quedandocompuesto de la siguiente manera:

D. Asier Guezuraga, D. Jose Luis Caballero yD. Eneko Andueza en representación del ClubCocherito. D. Javier Aresti, D. Alfonso Ybarray D. Juan Manuel Delgado en representaciónde la Junta Administrativa de la Plaza de Torosde Vista Alegre.

Ganaderías para la Feria de SanIgnacio en Azpeitia.

En pasadas fechas tuvimos conocimiento delelenco ganadero que se lidiará en la próximaferia de San Ignacio. Finalmente las tres gana-derías seleccionadas serán las de José Escolar,Palha y Valdefresno, que serán lidiadas los días30 y 31 de julio y 1 de agosto respectivamente.

Durante los próximos días la Comisión Taurinade Azpeitia, con Joxín Iriarte a la cabeza, darán aconocer los carteles completos de una Feria,que, sin duda, será de nuestro máximo interés.

Como viene siendo habitual desde el ClubCocherito organizaremos una excursión paraasistir al festejo del día 31.

Proximas actividades.

Durante los próximos días os daremos aconocer las diferentes actividades que tene-mos programadas para el mes de julio.

A destacar las excursiones que realizaremos alas ferias de Santander, Orthez y la ya mencio-nada de Azpeitia.

Del mismo modo y como viene siendo habitual,celebraremos el tradicional coloquio de presen-tación de los carteles de las próximas CorridasGenerales con la presencia de miembros de laJunta Administrativa de la Plaza de Toros.

Tauronoticias

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¿Sabes qué toreros componenla terna?Si lo sabes, mándanos un e-mail [email protected] o una carta a c/Nueva, 2 – 1º (48005 Bilbao), con la respuestay tus datos personales (nombre, apellidos yteléfono de contacto).

Entre todos los acertantes se realizará un sorteoy el afortunad@ recibirá una corbata o unpañuelo de seda.

Fecha límite recepción: 11 de julio de 2012.Condición indispensable para participar: sersocio del Club.

Solución: La ganadería a la que pertenece la foto es la de Dolores Aguirre.Tras el sorteo realizado resultó ganador el socio Diego Aguirre Aguirrezabal.

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