Revista de la Universidad – La revolución Cubana

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  • 7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana

    1/40

    VOLUMEN X NUMERO 7

    MEX r C O MARZO DE 9 5 9

    N U 11 E R O E S P E C 1 A L : 3.00

    EN a

    EXTRi\N

    JERO IlLS. 0.25

    j ex O

    PUBL I CADA

    POR

    LA UN I V ER S I DAD

    NAC IONAL

    AUTONOMA DE MEXICO

    TESTIMONIOS DE JAIME GARCIA TERRES ENRIQUE GONZALEZ

    PEDR EJfO

    CARLOS FUEN

    TES Y VICTOR TRAPoTE /

    OPINIONES DE MANUEL CABRERA LEOPOLDO ZEA JORGE PORTILLA AUGUSTO MON

    TERROSO Y ERNESTO MEJIA SANCHEZ.

    UN FRAGMENTO DE LA NOVELA UN CRUZ EN SIERR M ESTR POR DEMETRl

    AGUILERA MALTA.

    CRONICAS DE LA PRENSA EXTRANJERA:

    DOCUMENTOS.

  • 7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana

    2/40

    U N I V ~ R S I D A D E M xtcO

    j Y ~ n e S estudiantes e intelectuales,

    por

    campe

    s inos y obreros ,

    por

    gentes pobres o adiueradas,

    que

    adineradas

    o pobres creen en su patria.

    N ada es capaz

    de

    detener al pueblo.

    Ni

    siquie

    ra

    las

    armas

    o las presiones polt icas l legadas

    de

    fuera

    de sus f ronteras .

    La exper ie ncia cubana es por eso temida y

    combatida. Como liquidamos a

    un

    ejrcito

    mo-

    de rno y hemos rot o

    por

    su base la casta militar

    dominante, como hemos demostr ado que con

    coraje, pasin libertadora ya g mas arillos pue-

    den

    ser derrotadas

    las

    ,michas armas movie1Js

    por l a ignominia, como nuestr o ocstino no

    es

    ya simple obj eto en los r ej uego s de la politica

    internacional la propaganda dirigida se vuelca

    sobre otros caminos. Nosotros contamos OIl

    solo elemento propagandstico:

    los hechos.

    Y los

    hechos se proyectan sobre Amrica Latina como

    un verdadero llamado, peligroso, lImy pelig, oso:

    Los pueblos saben escuchar

    y

    aprender.

    Truj illo y los SOl11oza y los inst rumentos

    c rimina le s que les s irven ,

    ellos,'

    los que no es-

    conden su condicin y ot ro s como ellos, sahen

    qne sns d as estn contados. La revolucin

    nezolana primero , y con ella la instauracin de

    \

    rgimen democrt ico en el ms rico as

    de Latinoamrica - l a revolucin cubana des-

    pns- y recalcamos en nuestra revolucin

    la

    experie:lcia

    dd

    ejrcito rebelde, la alianza tci

    ta

    entre

    nuestros dos pases,

    Vene::llela

    Cu m.

    constituye la mejor

    garanta

    de la Ilemocra

    c ia vuelve por sus fueros, y :1.0 COI I

    las

    mOllOs

    vacfas.

    Pero

    no se ent iende que estamos I:IIIP

    l/asando.

    S

    los pu-eblos, los que denocarn

    las dictaduras,

    los que estn d ispuestos en

    cada

    pas y por todos los medios a restablecer la

    democracia.

    La primera

    etapa de nuestra ayuda

    ya est dada: poltiea y m i l i t a r m e n t ~ la r e ~ o l u .

    cin no es slo posib e', sino que

    ahora

    cuenta

    con aliado s, y con

    leales aliados.

    La lucha contra las dictaduras es,

    por dems

    lO

    slo

    un

    deber

    moral

    de soidaridad humana.

    En r igo r

    constituye

    un

    acto de defensa propia.

    Sabe toda

    Amrica

    Latina que en el combate

    o en la derrota, los dictadores

    c o n s t i t u y e ~ {ma

    internacional de las espadas, con su poltica ll 1

    los organismos internacionales, por vas diplo

    m ticas u organ izando su publicidad, baando

    en oro a los que venden su pluma, los dictado

    res se

    apoyan

    los unos a los otros, y no [On

    pocas l as veoes eh que las

    armas

    y aviones des

    t inados a otros fines, ci rcu lan a travs de las

    fronteras para sos tener los regmenes dicta to

    ria '2s.

    Es que no han de aliarse los pases,

    la

    opinin pblica l ibre de Amrica Lat'ilia, para

    defender y salvar a sus hermanos?

    Los que Sie horrorizan ante los crmenes de

    la

    dictadura

    bat is tiana, los que ven espantados

    las pruebas grficas de

    las

    torturas y cadveres

    mancillados y las listas de asesinatos, los que

    ven, saben o descubren todo eso se han pre

    guntado qu

    ocurrira

    el da que Santo Domingo

    libre pueda abrir

    las crceles,

    cubrir

    de flores

    las

    fosas'

    y

    descubrir'

    en toda Sil dimeiisin la

    tragedia

    silenciosa de 30 aos de -dictadura?

    No

    -creo que' sea

    necesario'

    razonar ;ls sobre

    el

    tellla. Eil

    c a d ~

    c Q n c i ~ n c i a latinoalllericna hay

    , . una

    esperanza,

    que

    el

    ejemplo prctico

    fjUe

    he

    .

    dad la ~ u ~ h a s i g a l ~ ~ r ~ t i c a .sistem

    tica de la solidaridad. Y NO LES FALLARE

    MOS.

    ~ R e v o t ~ i ~ La Habana, 3 ' de febrero de

    1959.

    REVOLU ION

    $

    2.00

    20.00

    Dls.

    4.00

    L

    Director:

    Jaime Garca Terrs.

    Rector:

    Doctor Nabor Carrillo.

    Por

    Gustavo

    RCOS

    Secretario

    General:

    Doctor

    Efrn

    C.

    del Pozo.

    Esta Re\7ista

    no

    tiene

    agentes

    de suscripciones

    PATROCINADORES

    Coordinador:

    Henriqtte Gonzlez CaSan01JQ.

    Precio del ejemplar:

    Suscripcin anual:

    Extranjero:

    Secre tarios de

    redaccin:

    Juan

    Garca Ponee y Carlos Valds.

    UNIVERSIDAD NACIONAL

    DE MEXICO

    detelle, al pueblo cualldo ste t01l/.n SI desrino

    en

    sus

    lilaila

    cuando convierte la palabra y

    el pensamiento en acto, cuando el ideal de l iber

    tad y transformacin justa, encuentra su r

    plica en el fusil o la ametralladora, cuando la

    ametralladora o el fusil son empuados ro r

    REVISTA

    UNIVERSIDAD

    DE

    MEXICO

    La

    Revista no se

    hace

    responsable

    de

    los

    o ri gi na le s que .no

    hayan

    sido solicitados.

    Torre de

    la

    Rectora,

    10

    9

    piso,

    Ciudad Universitaria,

    Mx ic o 20,

    D. F.

    Toda correspondencia debe dir igir se

    a:

    REVISTA UNIVERSIDAD

    DE MEXICO

    F r a n 4 u i ~ i a postal

    por a cu er do

    presidencial

    de l

    10

    octubre de

    1945, publ icado en

    el

    D. Of.

    del

    28 ele noviembre del mismo ao.

    REPER USION

    C U B A N A

    N

    o VE NUESTRA revolucin un movimiento

    impulsado por los problemas sociales y

    econmicos que, c laro, afl igen a nuestro

    pas.

    Vigentes

    - ms que vigentes, plenos de

    urgencia, dejaron , sin embargo , paso en los pri

    meros momentos, a una crisis marcadamente

    polt ica. Convert ida en feudo por un g o l p ~ mi

    litar, Cuba dej de ser la patria l ibre de todos

    los cubanos, y lentamente p rimero, y r pi da y

    dramticamente despus, qued en campo de

    concentracin y cmara de tortura. Los comba

    tientes de l a revolucin, que acaba de triunfar

    en su fase insurreccional, tena un solo objetivo:

    liqnidar esta si/uaci, y , ecollqltistar In liber

    tad.

    Es e

    ideal: Libertad, resultaba entonces

    el

    denominador comn. No hay , sin embargo, me

    jor

    l eccin que la experiencia, y mien tras ms

    dura es

    sta,

    ms profunda es

    su marca. La

    ll,lcha por

    \\

    libertad poltica, por la liqnidacin

    de la dictadura, gan as,

    gracias

    a nuestro pue

    blo, a

    la

    experiencia concreta de los combatien

    tes,

    un

    contenido nuevo y ms amplio. Es por

    eso que nuestra revolucin

    no

    pretende

    ya la

    sola l ibertad polt ica , lograda con la l iquidacin

    de la

    tirana;

    sino que se proyecta, activa y

    permanentemente,

    como revolucin liberadora,

    dejintiva,

    contemplando realizaciones tan pro

    fundas como la liquidacin de las castas mili

    tares, el saneamiento administrativo-politico,

    la

    reforma agraria,

    la

    industr ia lizacin y el des

    hrrollo integral de la cult ura.

    La dictadura, empeada en

    frenar el

    desarro

    lo de

    nuestra

    patria, no hizo

    otra

    cosa que

    acumular, frente a ella, fue rzas exp losivas qne

    no pudieron

    Sier

    detenidas. Rotos los diques , s

    tas se

    han

    desbordado. Dicho as, parece una

    abstraccin

    fra,

    un

    anlisis de Hnestro proceso

    revolucionario con mtodos de gabinete.

    No

    es

    tal.

    Esas

    fue rzas desbordadas t ienen un nom

    bre concreto y g lorioso:

    ejrcito , ebelde.

    Esas

    fuerzas,

    ayer

    inertes encarnan hoy en

    hombres

    armados,

    dispuestos a def ende r su revolucin

    con las mismas annas con que las baaron . La

    libertad no slo est lograda, sino que en su

    conquista ha creado el instrumento y la ga

    ' rarjta .

    de

    l a real izac in reyoluc iona r ia, que

    o' sufriri .- frust rac iones como en las guerras

    de independencia, del siglo pasado, o en l a et a

    pa revoluc iona ria de

    1933,

    cuando

    se

    impidi,

    respectivamente, el libre e ~ t a b l e c i m i e n t o del

    tado soberano, y su consolidacin republicana,

    Son es to s los fact or es que hacen de nuestra re

    volucin un fenmeno p o l t i c ~ y

    militar

    nove

    doso,

    una

    experiencia viva,

    m o t i ~ o

    de esperanza

    y aliento para los que an p e ~ r ; l a l l e C e n bajo el

    yugo de tiranias abier ta s o d is f razadas

    y

    es

    esta

    caracterstica

    l a que permi te que 'nuestra

    r evolucin se proyecte sobre el r esto del mun

    do y

    muy

    especialmente sobre la

    Amrica

    La

    tina.

    ABBOT LABORA

    TORIES

    DE MXICO, S. A .

    BANCO NACIONAL DE COMERCIO EXTERIOR,

    La gesta del ejrcito rebelde 110 tiene

    un

    con- S. A.-CALlDRA, S.

    A.-UNIN

    NACIONAL

    tenido limitado. Militar y polticamente conlleva DE PRODUCTORES

    DE

    AZCAR, S.

    A.-COM-

    un replanteamiento de toda

    una

    ~ l ~ r i e

    de valores PAA MEXICANA

    DE

    AVIACIN,

    S.

    A . -

    hasta ayer

    aceptados y hoy barridos. Militar y FERROCARRILES NACIONALES DE MXICO,

    polticamente la revolucin

    cubana

    es una res- S.

    A F I N A N C I E R ~

    NACIONAL AZUCARERA,

    puesta clara. Lo s

    hechos lO SOI1, 'al'complejo

    de S. A; --INGE'NIER'OS CIVILES ASOCIADOS S.

    impotencia, a l complejo de infer io ridad, pade - A . - I C A ) .-INSTITUTO MEXICANO DEL

    cido por nuestros pueblos de Amrica Lat ina SEGURO SOCIAL.-LOTERA NACIONAL PARA

    comp'lejp larga_ y cuidadosamente C t I l t i v a ~ q

    po;;,

    :t;. '.ASISTENCIA

    PBLlCA'.-NACONAL.

    FI -

    las dic taduras, los intereses extraos a nuestro NANCIERA, S. A.-PETRLEOS MEXICANOS.

    destino, y los rganos de propaganda. No im- FBRICA DI:' CHOCOLATE LA AZTECA, S. A.

    po rta n los gase s o las bombas, no impor tan las BANCO NACIONAL

    DE

    MXICO, S.

    A.-COM-

    torturas o la crc,el, los crmenes ms monstruo- PAA FUNDIDORA

    DE

    HIERRO y ACERO PE

    sos, l a represin ms brutal: nada es capaz de MONTERREY,

    S. A.

  • 7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana

    3/40

    UNIVERSIDAD DE MEXICO

    3

    *

    MARTES 3

    FEBRERO

    Es

    obvia la unanimidad de la opinin

    en torno a Fidel Castro. Ouien con ms,

    quien con menos

    e n t u s i a s n ~

    todos los cu

    banos que

    he

    conocido

    -desde

    los chofe

    res de taxi hasta los bien vestidos parro

    quianos del restaurante LaZaragozana ,

    pasando

    por

    los dependientes de las casas

    de comercio, los voceadores de peridi

    cos,

    el

    pblico de los cines, los ;neseros

    de los bares)' la guapa muchacha que me

    vende cigarriIlos en un expendio de

    la

    caIle

    23

    todos sin excepcin

    ~ p l u d e n

    ]

    que

    Fidel significa, declaran su sim

    pata por la revolucin; y todos tamJ;>in

    se ensombrecen

    al

    hablar de las atrOCIda

    des

    de

    Batista.

    t is ta), me i lust ra sobre la situacin de

    la

    prensa cubana. Alrededor de diez 11 once

    diarios circulan en La Habana. De ellos,

    Revolucin

    rgano del movimiento 26 de

    julio, es el de mayor tiraje.

    (Tiraje por

    lo

    dems insuficiente, pues los 65,000 ejem

    plares se agotan en unas cuantas horas;

    gran parte de la maana se me va en con

    seguir uno para m). Le siguen Crisol

    El

    Mundo Exclsior Informaciones

    El

    Diario de

    l

    Marino

    no

    tira

    actualmente

    arr iba de tinos 25,000 ejemplares .

    Una

    de las primeras medidas del gobierno pro

    visional fue la prohibicin de toda sub

    vencin oficial a los peridicos; como

    consecuencia muchos

    irn

    desapareciendo

    poco a poco,

    ya

    que no les ser posible

    sostenerse slo con anuncios y venta. Se

    public, adems,

    una

    lista de los diarios

    que reciban dinero del batistato, especi

    ficando cantidades. La prensa acusada ha

    reaccionado discretamente ante la nueva

    poltica. Los peridicos mercenar ios no

    han podido contraatacar en forma abierta,

    en vista de la actitud del pueblo, pero s

    procuran hacer, de vez en cuando, alusio

    nes venenosas indirectas. De cualquier

    modo, no hay ni habr, por

    par te del mo

    vimiento revolucionario, restriccin algu

    na a

    la

    expresin escrita o verbal.

    El doctor Botifoll

    se

    ocupa por ahora

    de organizar entrevistas radiofnicas con

    personajes importantes, con estudiantes,

    con obreros. Prevalece en ellas

    m e

    ase

    gura-

    la

    mxima

    libertad. Los entrevis

    tados se refieren casi siempre a temas

    polticos, y toda especie de cr t ica se en

    cuentra permitida.

    i

    Ya hubiera yo queri

    do

    oir uno de estos programas en tiempos

    de

    la

    dictadura

    ,

    exclama alegremente.

    Hubo

    uno, estudiantil, que tuvieron que

    clausurar apenas inaugurado, porque los

    muchachos insistieron en decir

    lo

    que pen

    saban.

    JUEVES 5

    FEBRERO

    El piso vigsimo tercero

    del

    Hotel Ha

    bana-Hilton constituye por lo pronto el

    cuartel general de Fidel Castro durante

    sus estancias en la capital.

    Su

    presencia

    se

    hace patente, sin que nadie la publi

    que. Veintenas de barbudos suben

    y

    ba

    jan en los ascensores, invaden

    el

    vestbu

    io,

    aguardan a

    la

    entrada del hotel.

    Hom

    bres y mujeres de

    la

    ciudad y del cam

    po,

    forman locuaces grupos aqu

    y

    all.

    EN LA

    ESCRITOR

    11IRCOLES 4 DE FEBRERO

    *

    Por

    jai e

    G RCI

    TERRES

    Dibujos

    de

    Andre

    URG

    to

    inmediato, l, Fidel Castro encabeza

    r esos dos millones de

    c u b a ~ l O s

    en una

    invasin cvica

    de La

    Habana.

    Esto ltimo constituye una explcita

    manifestacin del desacuerdo que existe

    ent re el rgimen del presidente

    Urrntia

    IJe

    y

    el

    alto mando revolucionario.

    H N

    Fidel ha comprendido la necesidad de

    acabar con el latifundio. No puede pen

    sarse de otro modo, cuando

    se

    considera,

    por

    e j ~ l l p l o

    que veinticuatro empresas

    y famIliaS azucareras controlan,

    por

    si

    solas,

    la

    quinta

    parte

    de

    la

    superficie pro

    ductiva nacional; es

    ms:

    cinco empresas

    (Compaa Atlntica del Golfo, Julio Lo

    bo,

    Cuban

    Trading

    Ca., Cuban American

    Sugar MilI y Central Cunagua S.

    A. )

    dominan

    el

    10

    del rea nacional en f in

    cas. Se

    afirma

    que estas empresas slo

    necesitan

    una par te del

    ter reno que con

    trolan para tener el abastecimiento de

    caas que requiere la molienda; lo cual

    demuestra que

    la

    reforma agraria no afec

    tar

    el

    desenvolvimiento de la produccin

    azucarera.

    Lo

    propio vale

    para

    los latifun

    dios ganaderos.

    Es obvio que

    el

    latifundio impide la di

    versificacin de los cultivos, obstaculiza

    la gradual disminucin de las importa

    ciones en este rengln, y es ndice

    y

    de

    terminante de una economa colonial. De

    aqu que la revolucin cubana pre tenda

    ser, antes que cualquier otra cosa, una

    revo'ucin agraria.

    En la

    cafeteria

    del

    Habana-Hilton,

    Luis Botifoll, el antiguo director de

    El

    Mu ndo

    (puesto que

    le

    fue arrebatado

    por

    intereses financieros al servicio de Ba-

    E

    I RIO

    LUNES

    2 FEBRERO

    E

    NCUENTRO

    una ciudad tranqui la. Ni

    asomos de miedo o violencia. Deci

    didamente la revolucin no est en

    las calles. Est en los nimos, en las con

    ciencias, en los planes para el futuro

    y

    en los modos

    de

    afrontar

    el presente.

    Y,

    sin embargo, brota de todos lados

    el

    mis

    mo comentario: iQu diferencia con La

    Habana

    de hace dos meses Desde la tar

    de, ya nadie sala.

    i La

    ciudad

    ha

    comen

    zado a despertar

    Y

    por

    qu nadie

    sala hace dos meses ? , pregunto, un poco

    en

    el

    limbo.

    i

    Por qu iba a ser Porque

    nada

    garantizaba que volviera uno con vi

    da.

    Las

    'mquinas' de la polica no enten

    dan de razones.

    Te

    llevaban, y

    se

    acab.

    Sobre

    todo a los jvenes;

    no

    haba uno que

    no fuera sospechoso de conspiracin. Esa

    era

    la vida bajo

    el

    rgimen de Batista.

    Por

    la noche, a encerrarse bien tempra

    no, a menos que fuera absolutamente ne

    cesario, por algn motivo urgente, correr

    el

    riesgo.

    Los

    barbudos. No tiene uno que bus

    carlos. Aparecen dondequiera, ametralla

    dora, rifle o pistola en mano. Pero

    son

    tan ter ribles como nos lo

    ha

    querido ha

    cer creer

    cier ta propaganda? No lo pare

    cen. Saben hablar como cualquiera, rei r

    como cualquiera; no molestan a nadie.

    Oigo que se les llama por sus nombres.

    Me doy cuenta de que se les trata con

    un

    afecto

    muy espontneo. Impresion

  • 7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana

    4/40

    Los ascensoristas tienen instruLciones

    'categricas de no depositar a ningn ex

    trao en aquel piso, si no es mediante un

    permiso especial otorgado

    po r

    el propio

    Jefe del Ejrci to Revolucionario o por

    alguno de sus ayudantes ms prximos,

    No tanto

    --como

    pudiera

    creerse-

    por

    temor a un atentado, cuanto por la senci

    a

    razn de que hay mucho que hacer,

    muchas decisiones que tomar cotidiana

    mente, y el acceso de part idar ios sin co

    misin, curiosos, visitantes, gestores de

    audiencias,

    etc

    robara, de permitirse,

    horas preciosas de actividad indispensa

    ble, En

    el piso vigsimo la oficina de re

    laciones pblicas, capitaneada por Tet

    Casuso e Isabel Bermdez, atiende y tra

    mita las peticiones.

    Es

    curiosa la mescolanza

    que

    se obser

    va en

    el

    elegante Habana-Hilton: millo

    narios estadounidenses y rebeldes de bar

    bas abundantes comparten amigablemente

    el

    restaurante, los bares, la piscina, mien

    tras los empleados del hotel debaten con

    toda libertad, en pleno lobby, sus proble

    mas sindicales. Hace unos meses, esta

    convivencia de mundos tan dispares

    l

    'de

    los turistas de camisolas floreadas,

    el

    de los jvenes combatientes de Sierra

    Maestra, el de los funcionarios, el de las

    organizaciones sindicales en accin infor

    mal-,

    hubiera parecido inconcebible.

    Ahora,

    ha

    llegado a ser un espectculo

    familiar y slo sorprende a los recin lle

    gados.

    Pero Fidel

    m

    confan sus ;lyudan

    t s

    no se siente a gusto en

    el

    lujoso

    hote1.

    Si de

    l

    dependiera

    se

    instalara

    en el

    campo. Como ello no es posible, en

    vista de que lo requieren mltiples aten

    ciones en el corazn poltico de

    la

    isla,

    ha

    de

    resignarse a esta suerte de aloja

    mientos nada rsticos. Ya se asegura, sin

    cmbargo, que se establecer en otra partc.

    Hay entre los rebeldes, numerosos ex

    tranjeros, Hispanoamericanos, en pI'imer

    trmino: una buena cantidad de argenti

    nos, con obligada mencin especial

    oel

    c

    lebre Che Guevai a; vcnezolanos, nicara

    genses, peruanos, costarrioenses'

    alo u-

    .

    nos mexIcanos.

    (He

    conocido a uno, de

    ~ O r r e ? l

    a p e l ~ i d a d o

    Guilln Ce I a ya.)

    1 amblen proltferan los estadounidenses

    que apenas saben hablar espao1.

    ( Un

    kaafey kuubaanou , oigo decir de pronto,

    en

    la

    cafetera, a un capitn que se parece

    a

    Paul

    Muni.) Y hasta los europeos.

    Por

    lo que se refiere a los cubanos propiamen

    te dichos, son asimismo de una gran di

    versidad.

    En

    lo fsico y en lo cultura1. Los

    hay hoscos, que huyen de los desconoci

    dos y rascan

    el

    suelo con las botas, cuan

    do se les .hacen preguntas. O alegres y

    charlatanes (los ms), que interrogan

    uno antes de que uno pueda interrogar

    los.

    El

    conjunto es pintoresco, animoso

    y de enorme sencillez

    en

    el tra to .

    Qu

    lejos se est aqu de esa soldadesca soez

    y desptica de los habituales golpes de

    Estado Y es que estos muchachos com

    batan por una causa, por una serie de

    principios, por la humanizacin de . su

    vida, y no

    por

    simple acatamiento a un

    c a u d i l ~ o

    faccioso.

    Desde un rincn, erguido, en su unifor

    me de la aviacin republicana espaola,

    el

    general Bayo (que adiest r a muchos de

    ellos) los contempla con orgullo paternal.

    Me hago presentar a este viejo de no

    ble cabeza lenfelipezca. Igual que la pla

    na mayor revolucionaria

    (se

    dice que

    Fi

    del Castro,

    al

    ensersele ciertos dibujos

    de Abel Quezada,

    murmur:

    Viniendo

    de Mxico, duelen ), se muestra resentido

    contra nuestra prensa.

    Las

    palabras se le

    agolpan queriendo salir: Me han llama

    do nada menos que delincuente, comunis

    ta, qu s yo. Y cuando quise rectificar

    me

    contestaron que era contraria a sus

    procedimientos cualquier rectificacin. Y

    yo que soy tan mexicano. Como tambin

    soy cubano, sabe us ted? Nac en Cama

    gey, y result espaol porque entonces

    Cuba era todava espaola. Pero, vamos,

    la

    nacionalidad es slo

    un

    accidente.

    El

    amor y

    no

    el nacimiento, determina

    lo

    que uno es, Me he prometido luchar por

    la

    l ibertad en dondequiera que sea nece

    sario. Anti-yanqui?

    o

    no lo soy.

    He

    vivido en los Estados Unidos , y a'dmiro

    a ese

    p u ~ o

    tanto como detesto a su po

    ltica internaciona1. Se

    le

    acerca una mu

    chacha: Cmo te va? Cmo has esta

    do? Bayo responde cualquier cosa, por

    cortesa, y luego me confa:

    No s

    quin

    es. Me ha salido una familia demasiado

    numerosa

    para

    que yo pueela identificar a

    cadrt uno de sus miembros.

    Uno

    de los barbudos de la escolta de

    Fidel dormita en un silln. No tiene

    ningn inconveniente en charlar unos mi

    nutos conmigo. Al contrario , me dice.

    Estaba

    yo aqu, no ms matando el tiem

    po. No es

    lo

    mismo

    pelert

    r en

    la

    sierra

    que esperar sentado.

    Se llama Jos Garca. Ingres a las

    fuerzas rebeldes hace un ao. No hizo

    antes, porque

    se le

    haba oicho

    (Iue

    la

    guerra se ganara en los poblados -me

    diante

    la

    resistencia

    pasiva-,

    y no en

    el

    monte.

    Por

    fin, decidi unirse

    .1

    los re

    , oluciona ios.

    La

    gente tena mucho miedo de pelear.

    Saba que al que agarraran preso no le

    perdonaran la vida. Todos odiaban a Ba

    tista; pero teman

    al

    ejrcito. Decan que

    al ej

    rci to no

    se le

    poda vencer. El

    (le

    Cuba es, creo yo, un ejcmplo para '(odo

    el mundo. Porque ya sabemos que s es

    posiblc derrotar a un ejrcito como ese,

    cuando el pueblo est unido.

    Tambin los rebeldes tenamos miedo,

    Lo aguantbamos cantando y dicindonos

    bromas y cuentos, aunque no nos dieran

    UNIVEltSlDAD DE xtc

    ganas de cantar ni de

    : ~ i r

    Nuestros jefes

    s

    fueron valientes desde el principio,

    y

    poco a poco nos fueron enfusiasmando.

    . Ganamos. ~ r ~ c i a s . al sistema de gue

    rnllas.

    El

    ejercIto no estaba preparado

    para combatirnos as; sobre todo en me

    dio de un pueblo que no lo quera. La

    gente les daba indicaciones falsas, los des

    p is taba ; en cambio nos ayudaba

    nos

    otros en todo

    lo

    que poda.

    Los

    prisioneros que hicimos recibie

    ron el mejor trato. Les apartbamos los

    mejores

    alimentos...

    cuando tenamos

    alimentos, porque llegamos a pasar das

    y das de hambre. Nosotros no ajusticia

    mos a nadie;

    si entre

    los prision:eros ha

    ba criminales, se

    era

    asunto de los tri

    bunales que ms tarde haban

    de

    for

    marse.

    Yo

    no me quedar en

    el

    ejrcito el

    nuevo ejrcito definitivo. A h o ~ a soy' de

    la esco1trt

    de Fidel.

    Pero

    cuando pase este

    perodo, cmo

    le

    dir , difcil , volver a

    mi casa, Vivo en

    Las

    Vi las, con mi mu

    je r

    y

    n ~ i s

    hijos. Mis negocitos estn para

    dos. N

    1I1guno

    de nosotros estamos ganan

    do dinero.

    Pero

    la revolucin es algo muy

    importante, y ust sabe que slo ha co

    menzado. Los que sean capaces son los

    que van a dirigirla. Yo serv para pelear,

    y cuando las cosas ya estn bien, volver

    a

    lo

    de antes.

    Me muestra su ametralladora, que des

    cansa en el suelo, junto a l. Cunto

    trabajo me cost aprender a usarla , di

    ce sin ninguna afectacin_

    VIERNES 6

    DE FEBRERO

    Un grupo conversa animadamente, cer

    ca de la oficina de recepcin del hotel.

    Aproximndome, saludo a Alfredo

    Gue

    vara, a quien conoc exilado

    en

    Mxico.

    Una hermana

    de

    Fidel Castro me pregun

    ta: Qu anda usted haciendo en

    Cu

    ba?

    Por

    lo pronto , le digo, estoy

    tomando unas cuantas lecciones, Sonre,

    y comenta: Todos tenemos que tomar

    lecciones unos

    de

    otros.

    El

    chofer

    de

    Fidel llega cor riendo ; me cuenta que el

    coche

    ( la

    mquina ) del

    Jefe

    de la

    Re

    v ~ l u c i n car,cce de chapas . Que cuando

    Fldel

    lo

    ocupa, nadie los estorba, por

    su

    puesto. Pero que si l, el chofer va

    solo

    inmediatamente detienen y

    le 'rec rtmrt';

    dicha irregularidad.

    Si

    les c io o de quin

    es la

    m ~ q u i n a

    me contestan con

    ma

    yor razon

    se

    deben acatar los reglamen

    tos, porquc de Fidel estn pendientes

    to-

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    5/40

    UNI VERSIDAD DE,ME XcI

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    6

    poco tiempo, me hallo enfrascado en una

    conversacin con varias personas que han

    ido al mismo sitio. Un hombre, pobre y

    desaliadamente vestido, me dice que l

    tambin estuvo en la sierra, combatiendo;

    que vino a La Habana con las tropas liber

    tadoras; que casi no hubo muertos en

    encuentro final, y que conoce a tres o cua

    tro mexicanos que peleaban al lado de Fi

    del. No logra explicarme bien a bien por

    qu ha r,egresado a la vida civil. Un viejo

    interviene, pidiendo disculpas por la intro

    misin. Afirma que l se dedica a su tra

    bajo y nada ms; pero que, a travs de

    los peridicos, se ha enterado de la mar

    cha de los acontecimientos, y que est

    de acuerdo con las medidas revoluciona

    rias. Imagino yo que estos escarmientos

    y ejecusiones , dice, servirn para que

    durante los prximos veinte o tr,einta aos

    (ignoro

    por

    qu fija este lmite), los fun

    cionarios de la polica no se excedan en

    sus castigos ni cometan arbitrariedades.

    En Cuba este tipo de abusos y crmenes

    han quedado siempre impunes; en lo fu

    turo creo que va a ser diferente. Tercia

    un vendedor de helados: Con perdn de

    ustedes, a tantos matones no deberan

    fusilarlos; deberan hacerlos picadillo. Y

    para m que habamos de echarnos sobre

    Santo Domingo, al fin somos cinco contra

    uno.

    El

    viejo se abstiene de todo co-

    mentario al respecto :

    Yo

    slo leo los

    peridicos , dice.

    Meditaciones sobre

    el

    terrorismo re

    volucionario. Se ha ej,ecutado {tnicamente

    a evidentes asesinos. Considerado el odio

    que por ellos senta el pueblo, entraa un

    acto de misericordia

    el

    fusilarlos. Yo he

    sido siempre enemigo

    de

    la pena de muer

    te; mas no cabe olvidar que sta es una

    situacin anormal; toda revolucin lo es.

    Y r,esulta grotesco lanzar alaridos de in

    dignacin por ajusticiamiento de unos

    asesinos cuyos indudables crmenes no

    alcanzaron a despertar la menor protesta,

    en el tiempo en que fueron cometidos.

    Ha escrito Carleton Beals: Puedo cer

    tificar que no ha habido en Cuba, en estos

    das, ninguna matanza colectiva; slo el

    juicio y la ejecucin de culpables de dichas

    matanzas colectivas : Hay que tener pre

    sente que el batistato cuenta en su haber

    20,000 asesinatos comprobados, ms los

    que an se ignoran, ms el ejercicio de

    morbosas torturas, ms innmeros casos

    de mutilaciones no seguidas de muerte.

    Uno slo de los recin ajusticiados deba

    alrededor de cuatrocientos asesinatos, los

    c ~ a l e s ~ o ~ e r e c i e r o n entonces al parecer,

    la mI1eslma parte de las reclamaciones

    enrgicas ocasionadas hoy

    por

    la supre

    sin del responsable.

    DOMINGO

    8 DE FEBRERO

    F del Castro est fatigado de las en

    trevIstas que le solicitan sin cesar los pe

    riodistas venidos de todas partes del mun

    do Se niega a hablar con ellos. Y le sobra

    razn. Su p r o m e ~ i o cotidiano de trabajo

    acerca a

    ~ a s

    veInte horas.

    Por

    qu ha

    bla de sustItUlrlO, o de sacrificar es

    c a s i m ~ reposo, dejando que los curiosos

    lo

    agobIen con preguntas a menudo tri

    viales? El viernes pasado condescendi a

    d e j a r s ~ entrevistar para un programa es

    t a d o ~ 1 1 l l d e n s e de t e l ~ v i s i n

    Ayer

    recibi,

    en raplda confer,enCla de prensa, a varias

    decena de

    c o r r e s p o n s a ~ e s

    extranjeros que

    V Y

    )1

    Ie ) , r

    .AtA....,

    equipos y, adems; ms bienes de con

    sumo de

    otra

    especIe. Cuba debe crea r

    nuevas industrias manufactureras y de

    transformacin para l ibra rse de la pesa

    dilla de la cuota azucarera y mejorar su

    balanza de pagos, as como aumentar su

    nivel de ingresos. El desarroi o de diver-

  • 7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana

    10/40

    Toma

    de

    poSeSil

    del Ministro de Ag j GJitura

    Dr.

    Hmnberto

    Sori Marn

    10

    decir acortando las posibilidades de las

    zafras

    futuras

    y, en consecuencia, las po

    sibilidades econmicas de

    Cuba-

    de

    300,000 toneladas que haba en 1951

    2.151,000 toneladas.

    Tal

    situacin, da

    das l as perspectivas a largo y a cor to pla

    zo

    en

    el mercado mundial , auguraba l

    inicio de una etapa crtica en la econo

    ma cubana .

    1

    (Como es sabido, el mer

    cado azucarero internacional funciona

    e n

    trminos demasiado

    s i m p l e s ~

    a ba

    se de convenios comerciales cOlicertados

    entr,e pases productores y pases compra

    dores.

    Sin

    embargo, la ley de la oferta y

    la demanda, opera en el presente caso en

    favor de los compradores

    que

    son los que

    tasan al volumen que

    comprarn

    a cada

    pas y los que, adems,

    fijan

    los precios.)

    Esto

    se hizo pensando

    en

    aplicar

    l o

    que

    se

    llev a

    efecto- una

    pol tica de

    gasto

    pblico compensatorio que, al

    mismo tiempo que posibil itaba al rgimen

    el d e s r r o ~ l o de un plan

    de

    obras pbli

    cas supuestamente productivas --que 110

    lo

    eran

    pero que dejaban muchas oportu

    nidades

    de

    enriquecimiento

    ilegtimo

    serva

    para

    tapar tcnicamente

    un error.

    Cierto que esta poltica deba

    tener

    como

    consecuencia

    un

    proceso inflacionario,

    pero para disimularlo

    estaban

    las reser

    vas monetari as del pas.

    El

    ingr,eso nacional de Cuba depende

    fundi lmentalmente de las exportaciones

    tzucareras. En cualquier pas del mundo,

    decir ingreso nacional es, en trniinos ge

    nerales, hablar del valor de las activida

    des econmicas de ese pas y, sin embar

    go, en Cuba, a

    partir

    de 1954, el ingreso

    nacional

    difera

    del valor de sus

    expor

    taciones. A pesa r de que la exportacin

    del

    azcar

    haba bajado, el ingreso nacio

    nal comenz

    extraamente

    a subir. Era

    l

    milagro operado en virtud de la polti

    ca de

    gasto

    pblico compensatorio . Cla_

    ro que

    para

    llevar a cabo

    esta

    poltica ha

    ba necesidad de

    gastar

    y

    para gastar

    se

    tena el presupuesto y las posibilidades

    que

    dejaba

    el manejo de la deuda pblica.

    los siete aos que tuvo el poder la

    dIctadura, manej ms

    de

    3,000 millones

    de dlares,

    cifra

    super ior a los recursos

    obtenidos

    por

    los gobiernos cubanos des

    de los comienzos de la Repblica hasta el

    gobierno constitucional del propio Batis

    ta, en 1940-44.

    De

    dichos 3,000 millones.

    2,000 se obtuvieron de los ingresos del

    presupuesto

    inflado por

    la poltica de

    gasto pblico,

    por

    la creacin de nuevos

    impuestos, aparte de los ya existentes,

    y

    por

    la emisin de valores pblicos que el

    J;obierno negociaba con

    la

    banca comer

    cial empleando al banco

    central -Ban

    (co Nacional de Cuba- como instrumen

    Ita. As ,

    el

    gobierno

    gastaba e n

    obras

    pblicas ornamentales-

    ms

    de lo que

    ingresaba,

    pero

    lo que gastaba le serva

    para ingresar ms:

    S in embargo, para

    dji camente no hubo

    un

    alza proporcio

    nal

    en

    la constelacin de los precios, de

    bido a

    la

    vlvula de escape que repre

    sentaron

    las reservas monetarias interna

    cionale,s que Cuba posea

    De

    este mo

    do,

    mientras

    las exportaciones bajaban,

    el

    gobierno le inyectaba art if icialmente di

    nero

    a la economa, con lo cual provoca

    ba

    un

    alza

    en

    las importaciones. Duran

    te cinco aos, el pas se desenvolvi

    en

    la

    contradiccin de venderle cada vez menos

    al extranjero pero de

    comprarle

    cada vez

    ms. Ese fenmeno se produjo a costa

    de las reservas

    de oro

    y cambio

    extran

    jero que de esa

    manera

    fueron mermando

    peligrosamente

    de ms

    de 600 millones

    de pesos [dlares] a fines

    de

    1951,-a

    menos

    de

    304 millones a fines de

    1957 2

    , El proceso inflacionario producido por

    la inyeccin

    de

    dinero

    en la

    economa, no

    se

    tradujo

    en

    un

    alza

    importante

    de pi e

    cios

    porque

    el sobrante de demanda pro

    ducida por los :nayores ingresos encon

    tr salida

    en

    las importaciones, que :tu

    l11entaron considerablemente.

    Los

    precios

    no subieron exces ivamente, pero las re

    servas monetarias del pas descendieron

    notablemente. Las exportaciones bajaron,

    mientras

    crecan las importaciones y, en

    consecuencia, mientras

    que en

    el perodo

    inmediatamente

    anterior

    al gobierno de

    Batista, es decir, en tre 1947 y 1951, en

    traban en

    Cuba suficientes divisas como

    para pagar

    las importaciones quedando

    un

    sobrante

    considerable

    de

    reservas

    mO

    netarias a su favor, despus de 1952

    el

    dinero que

    entraba

    en la

    Isla

    apenas al

    canzaba

    para cubri r

    las importaciones y

    las reservas acumuladas empezaron a dis

    minuir ostensiblemente,

    hasta

    llegar, a fi

    nes

    de

    1958, a poco ms

    de

    110 millones

    de pesos.

    Hemos dicho que

    para realizar

    sus fi

    nes los que paradj icamente, con

    toda seguridad, se les llamaba de des

    arrollo

    econmico-

    el gobierno manej

    la deuda pblica que,

    en

    1952,

    era

    de

    217.7 millones de dlares, ascendiendo,

    durante

    el

    rgimen de Batista, ; la fabu

    losa GlIltidad de 1,200 millones de dla-

    lJNIVERSIDADDE

    MEXICO

    res

    deuda

    que deber liquidarse,

    si to

    do

    se

    desenvuelve normalmente, hacia

    1984).

    El procedimiento utilizado fue la

    emisin de valores pblicos por las depen

    dencias f,inanci,elJas ofioiales, e l ~ r e las

    que

    se

    contaban: el Banco de Fomento

    Agrcola e Industr ial BANFAIC), i-

    nanciera Nacional de Cuba, Banco Cu

    bano del Comercio

    Exterior,

    Banco

    del

    Desarrol lo Econmico y Social (BAN

    DES)

    Y Fomento

    de

    Hipotecas Asegu

    radas.

    Estos

    valores debian ser adquiri

    dos

    por

    los bancos privados, ya que

    di

    chos bancos e n virtud de la ley-decreto

    NI? 1947, de enero de 1955- no po

    dran

    realizar algunas de sus operaciones

    ms importantes, a menos que cumplieran

    el requisi to de suscribir va10res pblicos

    nacionales, en proporcin no menor

    de

    diez

    po r

    ciento de sus depsitos y rete

    niendo como inversin propia no menos

    del cinco

    por

    ciento de sus depsitos . As

    fue como la tendencia de valores pbli

    cos de la banca comercial pas de slo

    27.6 millones de dlares,

    en

    30 de junio

    de 1952, a 215,4 millones de dlares en

    septiembre

    de

    1958 .

    3

    En esta labor de cooperacin financie

    ra

    pa ra

    llamar de algn modo a

    la

    aventura- jug un papel importantsimo

    el

    Banco Nacional de Cuba, actuando

    jo

    mismo como suminis trador directo

    de

    crdito

    para

    las dependencias bancarias

    oficiales que como instrumento presiona

    dar

    de la banca comercial e instituciones

    comerciales privadas

    para cIue

    estas

    ins

    tituciones ofrecieran apoyo crediticio a la

    banca oficial.

    El plan de inversiones reproductivas

    llevado a cabo por el gobierno fue el

    siguiente: ampliacin ele una parte

    del

    Malecn; construccin fragmentaria

    de

    una nueva avenida; construccin de una

    ciudad deportiva; construccin

    de

    m

    a,eropuerto mil it ar en el cuar tel ele

    Co

    lumbia; adquisicin de cuatro aviones

    ct

    y un sistema de telecomunicaciones para

    el

    ejrcito.

    Dentro

    de este mismo plan

    hay que inclu ir el apoyo econmico

    quc

    el

    gobierno brind

    para

    sustentar

    vari:1

    s

    empresas Illonoplicas, como son

    la de

    ll

    transportes y la fas farera, as como 1

    financiamiento de hoteles

    ele

    lujo conu

    el

    ~ a b a n a i l t o n

    y el Riviera que en

    po

    co tiempo fue convert ido en garito inter

    nacional.

    El

    rgimen depuesto

    ,g-ast,

    por

    atta

    parte, 35 millones de dlares en

    construir

    un

    ostentoso tnel baio

    la

    baha

    ele

    La Habana

    y

    -algo

    verdaderamente

    increble- destin

    41 m i ~ l o n e s

    de dlares

    para

    ayudar

    econmicamentl

    :1 la

    Amc

    rican ancl Foreign

    Power

    -cuyo

    actil lJ

    era en 1955 de 657.2 millones de

    dlarcs

    y 6 millones de dlares

    para

    ayudar a la

    pauprrima Esso Standard il a -cu

    yo activo en 1955

    era

    de 7.2 bilJones

    ele

    dlares, es decir, ms o menos tres vece;;

    el

    ~ n g r e s o

    nacional de Cuba.

    Bajo

    el

    Batlstab

    se

    produjo

    la increble paradoa

    le

    que Cuba, pas subdesarrollado V cs

    ,caso de capital,

    ayudara

    financiera;lCI1(i

    dos d.e ms poderosos monopo]

    ios

    mternaclOllales En el curso de unos

    cuantos meses, 300 millones de dlares

    -cantidad con

    l

    que se podan haber

    ~ f e c t u d o inversiones industriales capa

    ces de

    dar

    trabajo p rm n nt a miles

    de

    cubanos- se convirt ieron

    en

    cemento

    asfalto,

    armas

    y cuentas bancarias de

    privilegiados que se haban ubicaelo a

    la

    sombra

    elel

    poder.

    4

  • 7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana

    11/40

    UNIVERSIDAD DE MEXICO

    i

    Por Carlos FUENTES

    NOTAS PARA UN PANORAMA

    MERI L TIN

    Y

    EST DOS

    UN I OS

    en

    el

    servicio militar obligatorio. Esta

    \ ez, no hubo un Victoriano Huerta.

    La Revolucin de Cuba ha triunfado

    con un programa que refle ja los proble

    mas de casi todas las naciones de Amrica

    Latina. Ha despertado la conciencia de

    los pueblos americanos; ha vuelto

    l

    plan

    .tear una serie de temas que, desde las

    pocas heroicas de la Revolucin Mexica

    na, eran tab . La l iquidacin de los

    ejrcitos de casta. La reforma agraria.

    La

    reivindicacin de los recursos naturales

    de la nacin. La superacin del monocul

    tivo.

    La

    ampliacin de las relaciones

    co-

    merciales con

    el

    exterior,

    yel

    t ra to jus

    to en la forzosa relacin bilateral con los

    Estados Unidos. La diversificacin agr

    cola y

    el

    desarrollo industrial sobre bases

    independient,es. La supresin de las con

    cesiones onerosas y la sujecin de los in

    versionistas extranjeros al derecho inter

    no.

    y

    la autonoma de la poltica inter

    naciona1.

    La Revolucin Cubana no se

    ha

    enun

    ciado limitativamente; no ha enarbolado

    una bandera anti-norteamericana. Su ban

    dera es la de la unidad hispanoamericana.

    As

    lo

    hacen

    ver

    los temas de su progra

    ma y la actitud que el gobierno revolu

    cionario ha vendo observando ante los

    Estados Unidos. Los cubanos han pro

    cedido a cumplir su Revolucin sin pedir

    permiso.

    Pero

    han comprendido que los

    Estados Unidos no son slo su gobierno

    o los intereses norteamericanos en Cuba:

    l Revolucin Cubana ha apelado a

    la

    opinin y a la amistad de los grandes

    sectores democrticos de los Estados Un

    dos. Periodistas, profesores, estudiantes,

    trabajadores, dirigentes obreros, escrito

    res liberales: por primera vez

    en

    mucho

    tiempo, un gobierno latinoamericano

    se

    dirige sin intermediarios a esa

    gran

    masa

    de opinin. Los resul tados pueden apre

    ciarse en este mismo nmero ele UNI

    VERSID D DE

    M XIeo

    lanse los artculos

    de Beals y de Attwood.

    Leios d'e debilitarla, esta actitud ha for

    taleciclo la posicin independiente de Cu

    ba. Despreciar las fuerzas democrticas

    que actan dentro de los Estados Unidos

    es restarnos fuerzas a nosotros mismos.

    Cuba ha aprendido bien la costosa

    lec-

    cin

    del

    servilismo. Sabe que a mayor

    doci'idad corresponde mayor presin. Ca

    da ao, Batista aumentaba las concesiones

    a las empresas norteamericanas; cada ao,

    la cuota azucarera

    de

    Cuba

    era

    ms pre

    cariJ. No obstante, la relacin no tiene

    por qu ser de dependencia. Si la zafra

    rinde a Cuba 600 millones de dlares

    anuales, cada dolar ganado por Cuba

    se

    traduce en una ganancia de Dls. 1.15 para

    los Estados Unidos, en vi rtud de las im

    portaciones cubanas de bienes norteame

    ricancs. Quin necesita a quin?

    Una

    sera la respuesta

    de

    cada pas aislado;

    otra,

    la

    de todos unidos. Cuando slo se

    vende a un comprador, es preciso pagarle,

    adems de dinero, sumisin.

    Toda

    rela

    cin de compraventa es de dos filos:

    la

    eUAL HA ~ ~ D O la l e c ~ i n de Cuba?

    - DestrucclOn del mIto: la revolu_

    cin contra el ejrcito es posi

    ble. Conciencia comn:

    el

    programa de

    la Revolucin Cubana es, en esencia, el

    de todos los pueblos latinoamericanos.

    Inteligencia internacional:

    una

    revolucin

    h ispanoamericana debe ape lar a los n

    cleos de opinin democrtica de los Es

    tados

    Unidos

    capaces de apoyar nuestros

    movimientos de libertad. Dignidad en las

    Cast ro

    el ,Progr Jil /a de rr iJo urin

    latmoatl1encanrt .

    relaciones con Estados Unidos: no ser

    con debilidad como se obtenga un trato

    equitativo.

    Juzguemos sobre el fondo his trico de

    la

    Hispanoamrica lo que significa hacer

    una revolucin contra el ejrcito. Las or

    ganizaciones castrenses no slo han siclo

    el

    apoyo tradicional de las d ic taduras:

    han sido las grandes escamoteadoras de

    revoluciones. Por encima de los t iranos,

    han representado la supervivencia de

    l1na

    etapa histrica semifeuda1.

    Cmndo la

    presin popu la r ha amenazado l iquidar

    esa etapa,

    el

    ejrcito ha intervenido, me

    diante el cuar te lazo o el golpe mil itar, a

    efecto de sustituir a las figuras del jue

    go ;

    pero, sobre todo, con

    el

    propsito de

    aplazar nuevamente la accin popular re

    \ olucionaria.

    En

    Cuba, esta norma

    ha

    si

    do abrogada.

    La

    Revolucin Cubana no

    s ~ o

    se abstuvo de conspirar con los mi

    litares, sino que form l1n ejrcito popu

    lar, luch contra las fuerzas regulares de

    Batista y las derrot. Al

    triunfar

    liqui

    d la organizacin castrense. El ejrcito

    re

    vol

    ucionario, integrado por campesinos,

    obreros

    y

    profesionales, perdurar

    tiempo que la Revolucin tarde en con o-

    lidarse. A la postre, Cuba

    contar

    con

    una fuerza armarla rlemordtica. ft11ldarla

    NOTAS

    Si la poltica de desarrol lo econmi

    co hubiese continuado, es decir, si el go

    bierno de Batista se hubiera prolongado

    un poco ms en

    el

    poder, se habra pro

    ducido, sin duda, una devaluacin del

    peso cubano, ya que la r,elacin entre las

    reservas y los blletes en crculacin y de

    psitos bancarios haba bajado de

    101.2%

    a fines de

    1951,

    a

    43.6%

    a fines de

    1957.

    Segn

    el

    Informe del Banco Nacional

    de Cuba sobre la situacin monetaria, del

    da 6 de febrero de este ao, los activos

    internacionales de Cuba al finalizar

    1958

    eran

    de

    373,057,938,

    de los cuales

    262,346,691

    estaban afectados a obliga

    ciones con bancos extranjeros.

    Es

    decir,

    que la reserva libre es, actualmente, de

    slo

    110,710,947.

    Esta cifra implica que

    la re&erva est por debajo del mnimo

    legal

    establecido en la Ley del Banco Na

    cional

    que es

    de

    170 millones-

    en

    60

    millones de dlares. El rgimen Batis

    t iano r,edujo, pues, las reservas en

    millones.

    Dada esta situacin financiera, ac

    tual gobierno se ve obligado a l imitar los

    gas tos pblicos y las inversiones priva

    das a las recaudaciones fiscales y el aho

    rro de los particulares, de

    no

    obtenerse

    crditos del ext,erior. Ha tenido que esta

    blecer el control de los cobros

    y

    pagos

    internacionales ; este rgimen de control

    de cambios permitir mantener la estabi

    l idad de la moneda.

    Se spera que, con la reduccin de las

    importaciones y el aumento

    de

    las expor

    taciones, la honesta pol tica fiscal y de

    inversin de los fondos pblicos, pueda

    superarse

    con cierta rapidez la actual cri

    sis econmica del pas.

    El

    gobierno pro

    yec ta solicitar crditos del Banco Inter

    nacional de Reconstruccin y Fomento y

    de otras instituciones internacionales se

    mejantes

    para financiar proyectos fun

    damentales que aceleren el desarrollo eco

    nmico, sin sacrificar excesivamente los

    piveles del consumo interno.

    Por

    ltimo,

    se

    aumentar

    la produccin destinada a

    sustituir las importaciones, para evitar

    as la salida de divisas, y se establecer

    una mayor proteccin arancelaria.

    Es evidente, pues, que la situacin eco

    nmica

    de Cuba es difcil pero no hay

    que

    o lvida r que, en

    virtud

    de la revolu

    cin, el gobierno de Cuba depende

    y

    no

    tiene ms compromiso que con los secto

    r,es populares que hicieron posible dicha

    revolucin. Cuba tendr oportunidad de

    demostrar que

    la

    economa es poltica y

    es

    ciencia.

    Una

    ciencia cuyo objeto no de

    be se r el monopolio de la riqaeza nacional

    en manos de unos cuantos sino, como di

    r a Mar t para

    provecho de todos y por

    el

    bien

    de todos. Fidel

    Castro

    sintetiz

    de modo rotundo

    el

    momento econmico

    que vive la Isla, cuando tom posesin

    como Primer Ministro del gobierno revo

    lucionario: ahora tenemos que

    trabajar

    todos

    y

    mucho,

    para

    salvar la revolucin

    y producir riquezas y luego invertir esas

    r iquezas para que el pueblo reciba

    el

    fru

    to de su trabajo... esperen... tengan

    confianza en nosotros

    1

    Osear

    Pino,

    E l

    10 de marzo

    y

    el van

    dalismo y la irresponsabilidad financiera en el

    poder , en

    Bohemia,

    ao

    51,

    nm.

    3,

    enero de

    1959.

    2

    p

    cit.

    3 bid.

    4 J/,td.

  • 7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana

    12/40

    desgracia cons;ste en

    Cjue

    Amrica Lati

    na, desunida, ha permitido que el filo

    cor tante obre contra nuest ros pueblos.

    En

    el

    trato aislado, Estados Unidos po

    dra pasrsela sin los productos de algu

    no

    de nuestros pases. Pero qu suce

    dera si diecinueve naciones protegiesen

    mutuamente sus productos de exporta

    cin: si Mxico y Cuba, por ejemplo,

    yendi,esen directamente, sin intermedia

    rios norteamericanos, su algodn y su

    azcar a

    Europa

    y a Asia? Porque el

    hecho es que nuestro algodn entra a

    China va Hong-Kong, y que el azcar

    cubano es vendido por los Estados Uni

    dos a la U.R.S.S. - mediante una a-

    nancia comercial fabulosa, con la

    s e g t ~ r i -

    dad de que nosotros nos limitaremos a

    continuar produciendo a bajo precio, y

    una vez que los intereses directos de

    los

    I7stados Unidos han sido at,endidos.

    ~ i s l a d o s

    este es nuestro pobre destino.

    Umdos, fortaleceramos nuestra posicin

    negociadora y nivelaramos nuestro trato

    poltico con los norteamericanos:

    si

    de

    ['endemos

    en

    muy alto grado de

    e ~ l o s

    ;

    en

    qu grado correlativo dependen los

    7stldos Unidos

    del

    gran mercado pro

    ductor e importador latinoamericano?

    Revolucin Cubana, en tocio caso,

    esta demostrando que, aun aislada. la fir

    meza en el trato con los Estados 'Unidos

    no es un imposible

    en

    las r e ~ a c i o n e s in

    terat.TIericanas; que la defensa estricta

    de

    los mtereses propios, lejos de vulnerar

    fortalece la posicin negociadora de

    pas. Ya sabemos que slo por gusto se

    lamen las coyundas.

    todo esto, la Revo'ucin Cubana

    es

    e),emplar. Pero

    no

    triunfar aislada

    R e q u ~ r i r el apoyo y la accin conjunt;

    .Hlspanoamrica. El momento es pro

    pICIO.

    La unidad natural de nuestros pa

    s ~ ~ aplazada por

    el

    inters que la divi

    s ~ o n ofr,ece a los explotadores y a los

    tiranos, no parece un hecho demasiado

    utpico si se toman en cuenta las fuer

    zas sociales que en estos momentos hacen

    ef.ervescencia en todo el Continente. Las

    condiciones internacionales nos favore

    cen: lo,s Estados Unidos necesitarn, cada

    vez mas, de m ~ e s t r o .apoyo poltico y de

    m ~ e s t r a s matenas pnmas, y la Amrica

    HIspana, cada vez ms, estar

    en

    condi

    ciones de exigir, a cambio de una amistad

    equitativa, cooperacin econmica efec

    ti,:a, e s . t : i c t ~ respeto a su soberana y

    a f l r m ~ l o n

    trabas del desenvolvimien_

    to

    socIal, econmico y p01tico de nuestros

    pueb o.s.

    Nos favorecern, a su vez. las

    condICIOnes internas de Jos Estados Uni

    dos?

    Este

    es un terreno abierto a la es

    p e c u l ~ c i n Si.

    el

    ala izquierda del Partido

    Democrata tnunfase

    en

    las elecciones de

    1960,

    acaso surgira un clima ms liberal

    en los Estados Unidos:

    un

    clima ms fle

    xible en su trato con Hispanoamrica.

    U rge aprovechar el campo de accin

    (lUe

    abre la Revolucin Cubana, avanza

    da de

    la Revolucin democrtica en todos

    los pases del Continente. Al ayudar a

    Cuba, nos ayudaremos a nosotros mis

    mos.

    Podr c o ~ t a r

    Cuba con el apoyo de

    Hlspanolmenca?

    Podr

    contar

    con

    el

    apoyo del pas -;-Mxico-:- que

    en

    el pa

    s a ~ o

    se enfrento a una situacin muy si

    l ~ l : a r

    a la de Cuba?

    2

    En su difundida obra, Mxico: la

    -

    l ~ c h a

    por la paz

    y

    por el pan

    Frank Tannenbaum afirma que

    nuestro pas fue el yunque

    de

    la poli-

    Tl'l1.iillo

    u n

    enrgico anticomu nista

    tica ext,erior norteamericana. Si al

    enfrentarse a las reformas revolucio

    narias de Mxico aduce Tannen

    baum los Estados Unidos hubie

    sen impuesto sus argumentos median

    te la intervencin, hubiesen carecido de

    toda razn moral para participar en la

    Segunda Guerra Mundial. e modo

    e _ ~ t r a ~ o

    e inesperado la afirmacin ori-

    gmana de que v xico era libre para

    e ~ a b o r a r

    su propia poltica aunque

    ll l

    swnando los intereses de los ciudadanos

    n o r t . e a 1 r ~ e r i c a n o s .

    y

    de que la integridad

    terntonal

    3'

    la

    ~ n d e p e n d e n c i a

    poltica de

    Mxico eran inviolables ha sido una se-

    milla que dio una gran cosecha: ha ro-

    bustecido la misin moral

    y

    poltica del

    -puebCa nortea111 ericano.

    La

    idea que contiene este prrafo ha

    f u ~ a d o no pocos equvocos y ha t ran

    qUl lzado demasiadas conciencias. Su re

    peticin insistente ha tendido a cubrir

    realidades poco agradables. En el mbito

    i ~ t e r a m e r i c a n o ha bastado decir: Gra

    CIas

    a la experiencia mexicana los Esta

    dos Unidos aprendieron a respetar la so

    berana de la A.mrica Latina , para que

    broten las ~ o n n s a s de todos los que, en

    nuestros palses, se encargan de presentar

    e ros tro del disimulo. S. Se haba aca-

    Batista n

    los est1tdia.ntes eran

    cosa.cos

    t

    UNIVERSIDAD

    DE

    MEXICO

    bado

    para

    siempre la politica del gran

    garrote . No haba problema entre

    los

    s t a d o ~ Unidos e Hispanoamrica

    que

    no pudIese ser resuelto. La buena

    vohur-

    tad reinaba

    de

    los Grandes Lagos' a

    la

    punta de Tierra del Fuego. Y .1ft b u e ~

    da, el seor Vicepresidente Nixon ate-

    rriz en Caracas y fue recibido

    con

    escu-

    pitajos y pedradas - lanzados,

    no

    por

    tt:r?as comunistas , sino por e ~ e m e n t o s

    VISIbles de

    la dase

    media v e n ~ z o l a n a

    Qu haba sucedido?

    Qu fuerzas mis-

    teriosas haban trabajado en la oscuridad

    detrs de la resplandeciente f i r l c i t ~

    que los Estados Unidos haban apren

    dIdo, de una vez por todas, las

    lecciones

    de la no intervencin, del respeto a la

    autodeterminacin y del sometimiento

    de

    los intereses de sus ciudadanos a los de-

    rechos internos de cada pas hispanoame

    ricano?

    En

    qu haba consistido, entonces, el

    llamado yunque de la politica exterior

    norteamericana ?

    Distingamos las etapas.

    En

    la anterior

    al gobierno de Franklin D. Roosevelt

    los

    Estados Unidos, sin llegar a la i n t e r ~ e n -

    cin armada, amenazaron y presionaron

    ,diplomticamente a los regmenes de Ca-

    rranza, Obregn yClllles La

    amen

  • 7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana

    13/40

    UNIVERSIDAD DE MEXICO

    tres siglos, dentro del coto cer rado que

    hasta 1917

    fue

    Norteamrica, y a salvo

    de las sucesivas embestidas cr ticas

    -Kant,

    Hegel,

    Marx-

    que en Europa

    la consignaron al mueso ideolgico, pe

    'saba con exceso sobre la visin

    refor

    mista de Roosevelt.

    El

    Nuevo

    Trato

    sa

    ba que Locke, Adam Smith y el pu

    ritanismo moral eran armas harto en

    debles para atacar los problemas de si

    glo

    xx.

    Saba, asimismo, que

    el

    obligado

    papel directivo que los

    Estados

    Unidos

    habran

    de

    desempear requera una nue

    va inteligencia crtica, susceptible de en

    tender a los dems pueblos y de hacerse

    entender de ellos. Saba que para ms de

    dos mil millones' de hombres el l ibre jue

    go de la accin econmica individual era

    una frase vaca

    de

    sentido. Saba que

    para

    los pueblos carentes de riqueza la pro

    teccin

    de la

    propiedad privada

    era

    tina

    abst'raccin injusta.

    . Fue Crdenas el vocero de una aspi

    racin universal de los pases dbiles, al

    afirmar ante

    el

    Gobierno de los Estados

    Unidos:

    Mxico mantiene su opinin

    de que no

    se

    aparta de las

    normas

    jur

    dicas o de la moral cuando sostiene que

    los intereses

    de la

    colectividad deben pre

    'valecer sobre

    los

    intereses aislados de los

    individuos nacionales o

    extranjeros.

    Los

    llamados derechos del hombre,

    entre

    otros

    el

    de la propiedad, no son

    normas

    del de

    recho internacional, sino que su validez

    provi-ene del derecho intemo.

    Qu exi

    ga este pensamiento de la parte contra

    ria? Fundamentalmente, un esfuerzo para

    comprender una visin poltica y moral

    diversa y para acostumbrarse , en la com

    prensin, a respetarla y a vivir con ella.

    De este esfuerzo racional, dependera to

    do lo dems.

    Por

    el

    triunfo

    de

    Nuevo

    Trato

    en los

    Estados Unidos requera una accin

    s o ~ -

    tenida. Los herederos de Roosevelt, lejos

    ele

    fomentar

    su

    poltica, la traicionaron.

    Pensar

    que los Estados Unidos pudieron

    proseguir , en escala mundial, la poltica

    que observaron con e rgimen de Crde

    nas, pertenece al reino de ' los buenos de

    seos. Como abuen deseo se reduce pen

    sar que los Estados Unidos pudieron

    provechar

    sus inmensos recurss para

    elevar realmente

    el

    nivel de vida de los

    pueblos menos desarrollados, ,para cons

    truir

    una paz sobre bases de, cooperacin

    econmica, de respeto' al derecho ajeno

    y

    de

    limitacin

    -de lo s

    iiit creses de los

    grupos capitalistas norteamericanos.

    -

    La

    poltica

    del

    Nuevo Trato fue susti

    tuda

    por

    una acti tud negat iva

    e

    'hipn

    w

    tica

    e l

    papel mut'ldial de ,los Estados

    Unidos

    consiste en detener a la

    Unin

    Sovitica, en cercarla internacionalmente

    .y en perseguir , en

    lo

    inte rno , a los libe

    rales.

    Pero

    ninguna poltica positiva pue

    de sostenerse sobre un ~ a n t i negativo.

    Acaso el desarrollo de las ideas del Nue

    vo Trato hubiese significado algo para los

    pueblos

    de Africa, Asia

    y la

    Amrica

    Lat ina. Lo

    cierto es que el escueto anti

    comunismo

    no

    posea, ni posee, s ignif i

    cado concreto alguno para esos pueblos.

    o obstante, es< \ es la nica filosofa

    visible de la poltica exterior norteame

    ricana.

    En Extremos de

    Amrica,

    advierte Da

    niel Cosa Villegas:

    Truman,

    un

    simple

    poltico

    y no

    un

    estadista, decid-i arran

    carle al Partido Republicano la jugosa

    ba n.dera anti-rusa, seuelo fcil para la

    de11wg

    o

    g

    ia

    intel ior

    y

    exterior; con ello,

    de ~ l d o inevitable, le dio a su propio

    parttdo Un tono conservador y, al fin,

    al pas todo.

    Y un escritor liberal nor

    teamericano, Stringfellow Barr, aclara

    las consecuencias de la demagogia inicia

    da por Truman y adoptada con jbilo por

    el Partido H.epublicano al asumir, en 1952,

    el

    poder:

    De unos 11 S a esta parle, el

    gobierno de los Estados Unidos slo fw

    tenido

    Una

    meta -internacional: dctencr

    Rusia y detener al comun-ismo.

    urante

    ese lapso de tiempo, Rusia ha e:rlendido

    sin descanso su esfera de influencia; el

    nmero de personas gobernadas por los

    comun-ista S ha aumentado en cientos de

    m-illones; el pueblo norteamer-icano ha su

    frido Ins de cien mil bajas en Corea;

    y la carrera de armamentos amenaza a

    los EE .

    UU.

    y a sus

    al iados

    con

    Una

    in

    flacin galopante . . . Nuestra poltica c.t -

    terior ha frawsado,

    y

    sabe/nos por qu

    motivo: porque es puramente negativa . . .

    Una poltica exterior real ista ha de ser

    positiva.

    Aade Barr que la poltica nor-

    Rojas

    Pinilla

    1m orden selllifeudal

    y arcaico

    teamericana no slo carece de atraccin

    para los dos mil millones de seres que

    no son ni soviticos ni norteamericanos:

    carece,

    en

    absoluto, de sentido.

    Con qu fue colmado

    el

    vaco intelec

    tual

    creado po r .Truman ? Con

    tui

    regres

    a la filosofa tradicional del protestantis

    mo, el individualismQ lockiano y

    el laissez

    [aire

    econmico., Pero esta filosofa:-ya

    haba cumplido su tu-icinnattal den

    tro de los Es tdosUnidos: crear una

    democracia capitalista.

    Qu funcin in

    ternacimal podra cumplir?

    Era

    capaz

    de resolver los problemas sociales y eco

    nmicos, totalmente novedosos, del siglo

    xx? No: slo era capaz de defendn,

    internacionalmente, al capitalismo interno

    de

    los Estados Unidos. La sustitucin

    de la

    poltica del Nuevo Trato por

    la

    poltica resurrecta

    del

    liberalismo econ

    mico y

    el

    puritanismo moral dio al traste

    con los buenos deseos de la tesis de Tan

    nenbaum.

    r El espritu protestante, al ser exporta

    do, se convirti en el maniqueismo de

    John Foster Dulles

    Los EE. UU. 1

    tienen amigos; tienen intereses ),

    de

    acuerdo con el cual la ta jante opcin de

    nuestra poca se cie a escoger entre el

    13

    Roosevelt

    el1tender a los dems pHeblos

    bien encarnado y absoluto

    -Occidente

    y el mal encarnado y absoluto - co

    munismo. La filosofia lockiana,

    al

    ser ex

    portada, se convirti en presin eliplom;l

    tica par a la proteccin privada de

    los

    ciudadanos norteamericanos,por encima

    del inters nacional del pas en el que

    aqullos invirtiesen: la justificacin de l

    gobi-erno civil : '-haba afi rmado John

    Locke, telogo de la lnea

    ele

    pa rticlo

    norteamericana- slo

    se

    justifica en la

    medida en que protege la propiechd indi

    vidual. El

    laissez faire

    econmico, al ser

    exportado, se convirti

    en

    dominio

    de

    las economas subdesarrolladas: la lib'e

    competencia supone precisamente que

    dos partes compitan, no que una econo

    ma expansiva se trague a una econo

    ma dependiente.

    El Nuevo Trato, en suma, fue sustitui

    do por un imperialismo

    q ui n ose pas

    dire son nom :

    la poltica de los buenos

    socios .

    En

    la superficie, se cultivaba

    la

    amable sonrisa: Los Estados Unidos

    aprendiel'11 su leccin en Mxico, Nunca

    volvern a intervenir en los asuntos in

    ternos de Hispanoamrica. Esa leccin,

    formalmente, fue consagrada en la Carta

    de Bogot.

    La

    l i l ~

    del maniquesmo poIti

    - ca y la libertad

    de

    empresa cons

    _

    , tituyo mejor

    frmula

    para

    el

    sur-

    Dulles

    los

    EE.

    UU. no tienen o migos;

    tienen -intereses _. .

  • 7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana

    14/40

    gimiento y perpetuacin de regmenes dic

    tatoriales en Hispanoamrica. Bast la

    convencida declaracin de anticomunis

    ta para que cualquier rgimen tirnico

    obtuviese

    el

    visto bueno de los EE.

    UU.

    li:l

    actual Secretario de Estado

    para

    los

    ~ u t o s

    Interamericanos, Roy Rubottom,

    lo

    expres con magistral claridad en 1957:

    N o hay duda de que el General Trujillo

    ha sido

    )1

    es un enrgico ant icotnunisfa.

    En

    consecuencia, es atacado por los

    co-

    munistas y otros en el Caribe y en

    el

    res-

    to de

    la Amrica Latina. El General

    Tm-

    jillo es blanco de los comunistas.

    y se estableci el trueque conveniente:

    proteccin ilimitada a las inversiones nor

    )eamericanas a cambio de apoyo poltico

    '{

    ,armas para

    el

    ejrcito de la dictadura.

    Las armas, formalmente, seran usadas

    en la defensa continental contra el co

    munismo. (Deca e seor Rubottom en

    1957, mientras Batista asesinaba, con ar

    mas norteamericanas, a v,einte mil cuba

    nos:

    E l acuerdo militar que he mos cele-

    brado con Cuba es idntico

    al

    que hemos

    celebrado con once gob iernos americanos.

    El

    propsitO del equipo militar que les

    entregamos es permitirles cumplir l n

    desempdo especfico en

    la

    defensa

    le l

    hemisferio . El

    hemisferio fue

    defend.idO

    contra los estudiantes. los campesinos.

    Y

    los obreros de Cuba.)

    Las

    inversi01;es

    aseguraran, con la riqueza,

    el

    mejor va

    lladar contra el descontento en que suelen'

    g-erminar

    'os

    sentimientos radidales. A

    falta de un desembarco de los Cosacos

    de

    Don en las playas del Caribe, las armas

    eran usadas para robustecer a la Dictadu

    ra y

    para

    sofocar todo intento de reforma

    'democrtica. Las inversiones creaban, a

    10 sumo, una imagen ficticia de progreso

    que slo beneficiaba a los propios inver

    sionistas, al Dictador y a su camarilla.

    El

    esquema social continuaba idntico: arri

    ba, una clase criolla oligrquica, deten

    tadora de riquezas irracionalmente ex

    plotadas, y un ejrcito de casta; abajo,

    una

    gran

    masa miserable.

    En

    medio de

    estas fuerzas, una precaria clase media

    colindante con el escaso proletariado ur

    bano y una incipiente burguesa dedicada

    a actividades marginales: ambas, sofoca

    das bajo la presin de un

    orden semifeu

    dal, arcaico, artificialmente perpetuado

    desde 1810. Donde e esquema no era

    aplicable

    -Chile,

    Brasil,

    Urug-uay-

    el

    drama de la monoproduccin introduca

    factor retardatario. y en ArO entina

    .

    desprestigiados los partidos tradicionales,

    la d e m a ~ o g i a

    peronista escamoteaba

    la

    .Revolucin: Pern

    es el

    caso extremo

    'de

    una dictadura propiciada, en

    s u s t n c i ~

    por los errores de la poltica exterior de

    los

    Estados Unidos y que util iza

    el

    senti

    ,miento anti-norteamericano para aplazar

    la revolucin.

    La dura experiencia de Guatemala r('

    vel, a quienes aun no

    10

    saban. la reali

    dad de

    la

    poltica hispanomericana de los

    Estados Unidos. Los errores demaggi

    cos

    de Arbenz y

    el

    cmodo cinismo de

    Dul1es,

    rodeado de su corte de tiranos,

    colaboraron para frustrar la revolucin

    democrtica guatemalteca. Hispanoam

    rica asisti a la abierta intervencin

    de

    los Estados Unidos. John Peurifoy asu

    mi

    el

    viejo y triste papel de

    Henry

    Lane

    Wilson, aunque Jacobo Arbenz no de

    mos trara la entereza final de Francisco

    1.

    Madero.

    Castillo Armas , Odr a , Rojas Pinilla,

    Prez Jimnez, Pern, Stroessner, Batis

    ta, Somoza, Truj il lo , Magloire Lozano.

    Es

    la hora estelar de la poltica del Buen

    Socio.

    La

    leccin mexicana ha sido

    01

    vidada.

    P,ero cierta maana, las piedras

    y

    la

    saliva llueven sobre la cabeza de Nixon.

    El pueblo de Caracas ve en l al repre

    sentante de

    un

    gobierno que arm a

    Marcos Prez Jimnez y a Pedro Estrada

    para

    reprimir

    y torturar

    al pueblo; que

    saque, con la venia del dictador, las ri

    quezas de Venezuela.

    La

    poltica del Buen

    Socio, esa maana,

    .era

    coronada con la

    nica respuesta que el pueblo venezolano

    tena a la mano: . saliva y piedras.

    La

    alianza democrtica de las clases

    sociales que ex igan

    una

    participacin

    poltica y econmica mayor haba derrum

    pado a los dictadores de Argentina, Co

    lombia y Venezuela. El t iranicidio fue la

    respuesta de Guatemala

    y

    Nicaragua. No

    se trataba, todava, de verdaderas revo

    uciones: en

    la

    cada de Pern, Rojas

    'J:>inilIa y

    Prez Jimnez intervino el ejr

    ito; en los tres casos,

    el

    gobierno civil

    ?e

    fund en un compromiso. Pero

    se

    ha

    bia dado

    el

    primer paso. Las fuerzas 50 -

    Crdenas NI xico tambin est

    en crisis . ...

    iales reprimidas se organizaron rpida

    y

    efectivamente. Se abra la puerta a mayo

    res transformaciones.

    ,

    El

    fenmeno ofrece caractersticas se

    mejantes en todo

    el

    Continente: es, por

    ahora, un movimiento de la burguesa y

    de la clase media, respaldado por el pue

    blo. Exige la limitacin del ejrcito como

    factor poltico, la destruccin del latifun

    dismo, la educacin popular , la libertad

    poltica, la diversificacin agrcola, la in

    dustrializacin nacional y la cancelacin

    de las concesiones onerosas a intereses

    , . S

    ext ranjeros . e contenta, por

    el

    momen-

    ,to,

    con gobiernos civiles tibios, que juegan

    al

    compromiso y no se atreven a plantear

    radicalmente las soluciones a los ms vie

    jos problemas de la Amrica Hispana.

    Pero las fuerzas sociales crecen

    y

    se or

    ganizan: Venezuela no es slo Bet3ncourt,

    sino

    un

    sistema de partidos conscientes:

    j\rgentina no es slo Frondizi, sino una

    cIase

    obrera y

    un estudiantado alertas;

    UNIVERSIDAD DE MEXICO

    Colombia no es slo Lleras y

    el

    frente de

    unidad de liberales

    y

    conservadores:

    es

    una masa campesina armada que marca un

    comps de espera.

    El

    primero de enero de 1959, triul lfa

    'ba en Cuba una autntica

    J ~ e v o u c i n

    que asuma y llevaba a la prctica pro

    grama comn de las fuerzas democrti

    cas latinoamericanas.

    AH

    caen por t ierra

    los mitos de nuestra historia indepen

    diente. All se demuestra que no es pre

    ciso contemporizar con

    el

    ejrcito. All

    se demuestra que la Revolucin puede ser

    una realidad en Amrica.

    Venezuela tiende la mano a Cuba: las

    dos naciones ms ricas

    del

    Caribe rompen

    el statu qua al que

    se

    haba acostumbra

    do,

    en

    esa zona, el gobierno norteameri

    cano. Todos los ojos

    - los

    de Amrica

    Latina, los de Estados

    Unidos-

    se vuel

    ven hacia Mxico. La revolucin demo

    cr tica del Continente est en march:l.

    Los Estados Unidos, en retirada.

    Qu

    actitud tomar el pas que llev

    al

    cabo

    la

    primera

    revolucin democrtica, anti

    imperialista y antifeudal de

    Hispano

    Amrica?

    5

    La

    poltica exterior de Mxico

    se

    - ha distinguido por

    si

    gran respon

    sabilidad moral y por su defensa

    digna y perseverante de los intereses de

    Mxico. Si en ocasiones las circunstancias

    de la guerra fra la han ori Iado a la abs

    tencin, siempre ha sabido recobra r

    la

    postura que le dicta

    la

    experiencia pro

    funda del pueblo mexicano ante

    una pre

    sin constante en nuestra historia. Nucs

    tra

    poltica ext,erior nunca ha traicionado

    la posicin defensiva original de la Revo

    cin Mexicana. Y est bien que sea

    una

    poltica de defensa. Pero, como tal, es

    UlJ

  • 7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana

    15/40

  • 7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana

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    LEOPOLDO Z

    AUGUSTO

    MONTERIWSO

    ERNESTO MEJA SNCHEZ

    UNIVERSIDAD

    b MF X CO

    respeto a su soberana como pueblos en

    tre pueblos. Nada -ms, pero tampoco nada

    menos.

    Qu podra yo decir? En Hispano

    amrica, sin Ref or ma Ag ra ria n o hay re

    volucin; sin revisar los contratos de las

    compaas extranjeras no hay revolucin;

    s

    nuevos cdigos de trabajo no hay re

    vo ucin. Todo eso est haciendo en Cuba

    el movimiento de rebelin triunfante. Si

    a

    esto

    se suma el ejemplar castigo de los

    criminales de guerra que tanto

    ha

    alarma

    do (con razn) a muchos pcaros, pode

    mos pensar con optimismo que el pueblo

    cubano ha emprendido, por fin, el camino

    de su liberacin econmica poltica.

    Qu emboscadas, qu maniobras, qu

    presiones se est n fraguando

    en

    estos

    mismos momentos para sofocar 10 que

    pronto se llamar, sin duda,

    un a

    nueva

    cabeza de playa del comunismo interna

    cional ? Es necesario imaginarlas todas.

    Azcar es a banano lo que banano a es

    tao o petrleo. La revolucin boliviana

    fue sitiada po r hambre y est siendo su

    ti 'mente ahogada con dlares (pocos) ; la

    guatemalteca aplastada a tiros y a declara

    ciones de Caracas. Contra los intereses

    hispanoamericanos todos los medios son

    buenos.

    Pero

    la Historia es la Historia,

    nuestros pueblos, que carecen de escuelas

    para aprenderla, estn aprendiendo a

    hacerla,

    lo

    que no deja de ser mejor.

    JORGE

    PORTILLA

    cuando unos intelectuales empiezan a fu

    silar a los gendarmes. Cast ro Ruz repre

    senta el

    triunfo

    de

    lo

    mejor del mundo de

    habla espaola contra lo peor de ese mis

    mo mundo. Es el t riunfo de Don Qui jote

    sobre Torquemada.

    Pocas veces

    en

    la Amrica hispana una

    revolucin viene del pueblo y va hacia

    l . Lo folklrico

    ha

    sido, y es, que se

    llame revolucin a lo contrario: al golpe

    de

    Estado

    criollo, a la traicin militarista,

    a la sumisin ext ranjera. La revolucin

    cubana no slo est haciendo la limpieza

    de Cuba, sino, ms que todas las acade

    mias, la limpieza de la palabra que ms

    necesitamos en esta Amrica que

    a n

    ha

    bla en espaol. Desde ahora la prensa

    tendr que aprender la palabra

    revolucin

    . . en su acepcin v,erdadera. No ms enca-

    La reV?lUClOn que t n u n f ~ en bezados cOlifusioni'stas sobre revolucio

    con la

    hUIda

    de FulgenclO Battsta,.

    f O ; l ~ o

    . , e ~ . r l e liberacin nacional .

    en

    Guatemala

    parte de una

    gran

    cadena revo1uclOnana . o

    oh l .a Hondura

    L _

    h

    d

    d

    d d 1 , s o arahuay. a re

    que vem o exten o

    en

    to

    a .

    a voluti'on verdadera slo puede ser

    del

    ~ n e n c a

    Ib ra

    desde la c a l ~ a de

    Juan

    Do- pueblo y crear su beneficio. El pueblo de

    mmgo

    Peron

    en la A r ~ e ~ t a A esta ca- Cuba sabe 10 que es suyo y no se lo deia

    dena pertenecen movlm.lent?S como los r

    quitar

    de las manos: el buen sentido

    que

    ha n

    derrotado a la

    brama

    en

    Co10m-

    de la palabra revolucin.

    bia,

    Per

    y Venezue1a; y han originado

    el ajus ticiamiento de Castillo Armas en

    Guatemala

    y

    de Anastasia Somoza en Ni

    caragua. Movimiento de reaccin contra

    los obstculos que se han puesto al des

    arrollo e incorporacin al progreso de los

    pases de la Amrica ibera. Obstculos

    creados 'por la alianza en tre las eternas

    fuerzas feudales de esta Amrica, empe

    adas en mantener

    el

    orden que no altere

    sus intereses, y las fuerzas de la gran

    burguesa occidental, ahora bajo la jefatu

    ra de los Estados Unidos, en su expansin

    sobre

    el

    mundo y afianzamiento de privi

    legios alcanzados. Las dictaduras, de que

    se

    ha

    ido librando esta Amrica, venian

    sirviendo de freno en los esfuerzos reali

    zados

    po r

    los paises iberoamericanos para

    vencer la miseria que haba impedido su

    desarrollo, impedir el saqueo que se ha

    ca de sus riquezas naturales

    la explota

    cin del trabajo de sus hombres como

    pago de la prosperidad y desarrollo de

    otros pueblos y hombres. La revolucin

    cubana, como otras muchas que se expre

    san en la Amrica ibera, Asia , Africa,

    mundo rabe

    Oceana, forma par te de

    los esfuerzos realizados

    po r

    estos pueblos

    para que se les reconozcan derechos que

    el mundo Occidental, tanto en Norteam

    rica como en Europa, proclamaba como

    exclusiva. Derecho a

    disfrutar

    de sus pro

    pias riquez'ls y del esfuerzo de sus hom

    bres; derecho a la autodeterminacin

    REVOLUCION CU N

    VIST DESDE

    M X I O

    pinan tres intelectuales mexicanos

    un nicaragense y un guatemalteco

    L

    L

    A

    HISTORIA

    es una creacin

    del

    hom

    bre, de su sentido del tiempo y de

    su imaginacin moral . La Revolu

    cin Cubana es histrica

    no

    slo porque

    pone fin a una monst ruosa dictadura sino

    por su sentido de anticipacin,

    po r

    lo que

    hay en ella de presencia del futuro.

    La

    alucinante explicitacin del futuro en el

    instante revolucionario cubano, en la rup

    tura

    del tiempo ordinario, podr no cum

    plirse totalmente en el intervalo posterior,

    pero constituye una meta permanente que

    es

    un a

    leccin de energa moral para el

    hombre de Amrica.

    MANUEL

    CARRERA

    La Revolucin Cubana suena como una

    primera explosin de la inteligencia en

    Amrica Espaola.

    Es

    un

    triunfo insigne

    sobre dos grandes males del mundo his

    pnico: la desesperanza y la tontera.

    Es -

    te

    grupo

    de universitarios bonstituyen

    una demostracin i rrefut ab le de que la

    inteligencia y el pueblo pueden llegar a

    formar una mezcla detonante fatal para

    el feudalismo. So n una demostracin de

    que frente a la ceguera perpetua de la

    poltica de los Estados Unidos

    en

    His

    panoamrica los intelectuales libres pue

    den apoyarse

    en

    el pueblo para hacer mar

    char las cosas

    po r

    un camino democrtico.

    La s

    anomalas que frenan el desarro

    llo

    polt ico de Amrica Espaola provie

    nen de las vi.ejas estructuras feudales del

    mundo hispnico. Son anomalas ir ra

    Cionales, personales. Su solucin implica

    igualmente un margen de irracionalidad

    -:-Iue se expresa en los fusilamientos. A

    un hombre tan perspicaz y tan sutil co

    mo

    Abel Quesada se le ha escapado su

    significacin. Todo se aclara

    si

    compren

    demos las cosas en la perspectiva hist

    rica correcta. La l { e v o ~ u c i n de Cuba

    es en realidad una escaramuza, una de

    las escaramuzas finales de la

    guerra

    de

    independencia de los pueblos hispnicos.

    Independencia frente a

    la

    Espaa feudal

    que todava oprime con un a brutalidad

    que aqu en Mxico ya no imaginamos,

    al

    pueblo espaol.

    No comprendo como es que gente que

    ha aprobado con el silencio los fusila

    mientos ele los intelectuales po r los gen

    da rmes se llevan las manos a la cabeza

    Augusto Monterroso

    Jorge Portilla

    Ernesto Meja Snchez

    Leopoldo Zea

  • 7/26/2019 Revista de la Universidad La revolucin Cubana

    17/40

    UNIVERSIDAD

    DE

    MEXlc(J

    PERIODIST MEXI NO

    De la novela UNA

    CRUZ

    EN

    LA

    SIERRA MAESTRA

    Por De letrio

    GUILER M LT

    ibujo de uan

    SORI NO

    17

    se. De

    modo

    preferente, la redencin del

    campesino. La obtencin de mejores con

    diciones de trabajo

    para

    todos. El libre

    albedro internacional.

    La autonoma

    eco

    nmica. Las mayores posibilidades de es

    tudio po r las

    juventudes . . .

    Y puede ser que en esta etapa futura,

    l,

    Emilio Mondragn, e g r e ~ . a d o

    de la

    Universidad Autnoma de Mxico, ten

    ga un

    rol

    ms

    importante que cumplir.

    Para ello, no s,er indispensable su

    per

    manencia en Cuba, ni

    en ningn

    otro pas

    de Amrica.

    Regresar

    a su patria. Volve

    r a ser lo ( ue siempre fue:

    un

    soldado

    de la cultura. Un

    hombre

    que

    continuar

    luchando po r los viejos siempre nue

    vos ideales. Po r la participacin recto

    ra del pueblo

    en

    la marcha ascendente de

    nuestra

    Amrica. Po r la uti lizacin de las

    tcnicas ecumnicas,

    en

    el descubrimien

    to de

    nuestras

    raoes esencales.

    De improviso e n medio de la baraun

    da que lo rodea- le suena algo as como

    un

    toque de

    arrebato

    en lo

    ms

    recndito

    de la memoria. Se le encoge el corazn.

    Y una especie de

    herida

    profunda. pero

    sin ubicacin precisa - lo llena de

    an

    gustia. Poco a poco, empieza a

    esfumarsf

    cuanto lo rodea: los ruidos, las imgenes,

    los seres. Ya no escucha ms los aplau

    sos, ni las voces de

    bilo,

    ni

    los adjeti

    vos est imulantes, ni l estruendo de los

    vehculos y de las multitudes apretuj[111

    dose. Tampoco ve ms los rostros

    tatua

    dos de entusiasmo. Ni las muieres que

    extienden sus nios, que envian besos, que

    arrojan flores. Ni los

    hombres

    que salu

    dan o

    gritan

    enfervorizados.

    Ni :1Un

    jos

    mismos compaeros que avanzan en sus

    tanques o

    en

    stls jeeps, sin

    abandonar

    sus

    armas, todava. Otros ruidos, otras im

    genes y

    otros

    seres se definen en su re

    cuerdo,

    cada

    vez ms f u e r t e r n ~ n t e . Son

    aquellos

    que

    el torbellino de la lucha ha

    mantenido cas i ocultos, entremezclados

    con otros muchos ruidos , .imgenes y se

    r'es. Pero que, ahora ,