Revista de poesía GRAMA, nº 1

download Revista  de poesía GRAMA, nº 1

of 12

Transcript of Revista de poesía GRAMA, nº 1

  • 8/6/2019 Revista de poesa GRAMA, n 1

    1/12

    1

  • 8/6/2019 Revista de poesa GRAMA, n 1

    2/12

    2

    JUSTIFICACIN.

    GRAMA no es una revista. Por ello aparecer cuando haya

    material y recursos y recursos econmicos para publicar estas hojas y

    hacerlas llegar, gratis, a quienquiera que de algn modo se interese por

    la palabra en su forma ms noble, es decir, por la poesa, sin importar su

    raza.

    GRAMA no es la portavoz de un nuevo ismo sino el portavoz de

    cualquier poeta de buena voluntad que quiera utilizarla. Por tanto no

    hay ideologa alguna que rija estos pliegos, sino la cultura, el arte y sus

    nobles colaboradores.

    GRAMA abre, pues, sus brazos a todos aquellos que sientan la

    ineludible necesidad de lanzar la genuina voz del hombre a travs de los

    cinco continentes, seguros de que nunca un poema cay en el completo

    olvido.

    GRAMA quiere, con su mnima voz, ayudar a que sea realidad el

    sueo de nuestro tiempo de universalizar la cultura. La cultura que

    arranca de esta maravillosa tierra que nos sustenta cariosa.

    GRAMA quiere, en fin, colaborar a la paz y el entendimiento del

    hombre de nuestros das a travs de la Poesa.

    Que ella nos gue.

    En vuestras manos queda, amigos.

  • 8/6/2019 Revista de poesa GRAMA, n 1

    3/12

    3

    FRANCISCO GIMNEZ PEREA.

    LA OBRA.

    Elabora, produce,

    da fruto con la savia

    que tus racesde la tierra sustraen.

    Y una vez,

    cuando el crisol

    donde ocultas lo elaborado

    rebose,

    desnuda tu cuerpo

    mustiado por el exceso de trabajo,

    ngete con el blsamo divino

    de la ciega esperanza,

    sumrgete

    y espera

    a sufrir largamente

    los sinsabores

    que lo producido

    te han de dar.

  • 8/6/2019 Revista de poesa GRAMA, n 1

    4/12

    4

    ANTONIO LUIS BAENA.

    HOMBRE.

    Las clidas matrices paridoras

    dan germen al dolor, paso a la vida;se crece la semilla, enaltecida

    por el amor en flor de las auroras.

    Vino sin l saberlo. Y ya las horas

    del gozo se le clavan en su herida,

    y el hombre se hace dios, porque se olvida

    de Adn y de sus fuentes mordedoras.

    Pero viene del tero fecundo,

    corcel sin bridas, corazn sin frenos,

    tumbando rocas, derribando el monte.

    Se crece ms y ms, dueo del mundo...

    y a Dios le basta un gesto ms o menos

    para aplastarla contra el horizonte.

  • 8/6/2019 Revista de poesa GRAMA, n 1

    5/12

    5

    MANUEL MANTERO.

    A LOS HABITANTES DEL JARDIN DOMINICAL.

    Bien me enseasteis,

    vanos seres depuestos por la gracia,

    bien me enseasteis. Vuestro pactomilenario fue el mo:

    mano furtiva para amar,

    trivial para pedir, cansina

    para danzar...

    Pero de pronto

    he soltado mis manos de las vuestras,

    gente oscura del corro girador,

    levantndola luego en ademn

    que sobrepasa a las doncellas llictas

    e ignora el ritual aire del jardn,

    y ms all seala, por encima

    de la verja de hierro,

    a un horizonte luminoso, libre,

    donde recobran voluntad y tacto

    su usurpada verdad sin lmites.

  • 8/6/2019 Revista de poesa GRAMA, n 1

    6/12

    6

    ARMANDO ROJO LEON.

    A DON MIGUEL DE UNAMUNO (fragmento).

    En el paterno pecho de tu Dios alto y fuerte

    tu alarido ocultaste, tu lamento.Te roa la duda al pensar en la muerte,

    te roa la duda el pensamiento.

    Que es ley comn del hombre

    morir, mientras el tiempo pasa y jams se para,

    sabas... mas queras vida que no acabara,

    siempre el da en tu nombre,

    siempre el da en tu nombre, un resplandor despierto

    siempre contra el olvido.

    Sudando angustia, cuando a cada instante muerto

    te pensabas, arda tremendo tu alarido.

    En una cruz clavada

    estabas, siempre ardiendo;

    en una cruz de llamas, como un cristo tremendo

    siempre crucificado.

    Estabas siempre en guerra

    -nunca en paz- por tu cristo.

    Sigue como le has visto:

    Siempre en cruz en la tierra.

  • 8/6/2019 Revista de poesa GRAMA, n 1

    7/12

    7

    JOS GARS CRESPO.

    NORMALMENTE.

    La verdad es que con todo esto

    yo no intento escapar

    de este olor a tierra y pobreza

    hacia un mundo enjoyado y de quincalla

    al que estoy enterrando poco a poco.

    No, yo no espero la vuelta de los justos

    porque no fueron jams en estas tierras,

    espero, sencillamente, que nazcan

    como apunta la flor en su normal ciclo.

    En consecuencia,

    yo no espero que surja el amor

    un da cualquiera

    porque lo estoy creando hora tras hora

    para que repercuta en el hijo que naci ayer.

  • 8/6/2019 Revista de poesa GRAMA, n 1

    8/12

    8

    IRIS E. LAZZARINI.

    REALIDAD.

    Porque mi amor tropieza en la calle

    con las esquinas indiferentesy no saben que te quiero,

    me pertenece una ilusin que guardo

    en un maletn del aire,

    para engaar al reloj

    que reviste mis bolsillos y atestigua

    mis tardes de plomo.

    Por esta puerta te vas lejos

    de la habitacin.

    Quisiera guardar tus llaves

    y nacer en tus impulsos

    para atravesar la distancia

    del espacio, sin despedirme

    como todos los das,

    hasta ver un presente sin recuerdos

    mientras la verdad de tu figura

    me salva de desear las noches

    que nunca tendr contigo.

  • 8/6/2019 Revista de poesa GRAMA, n 1

    9/12

    9

    ENRIQUE BADOSA.

    HORA EN LA TARDE. (A Esteban Pedrs de Palacios).

    Ya la abundancia de la tierra

    se reclina sobre la tierra.

    Y las aves que anidan en el vuelo,descendieron su voz hacia la espiga.

    Y el viento dora su mejor cancin

    en el haz bien dispuesto.

    La mano que segaba tanto trigo,

    fue digna de la sementera.

    As un cielo maduro y candeal

    para el ao lo proclama.

    Y nosotros pasamos en silencio,

    como si en nuestras manos sostuviramos

    el poder de ordenar las estaciones

    y su fruto mejor.

    Pero sabemos

    que habr que meditar sobre el merecimiento,

    ahora que los trigos nos descansan.

    Que hay que pedirle a Dios que los proteja,

    y a nosotros tambin, en estas horas.

  • 8/6/2019 Revista de poesa GRAMA, n 1

    10/12

    10

    JOS BATLL.

    POEMA.

    Ven, ven a esta tu casa remozada.

    He acicalado mi pecho de nuevo

    para que en l te halles cmodamente;

    no dejar que tornes a marchar

    de mi lado, que tornes a probar

    fortuna por algn otro sendero

    que no sea el que mi paso te limite.

    Podra decir que te amo, que te amo,

    que mis ojos te encuentran por cualquier

    parte, que son mis brazos tu descanso.

    Pero solo te digo que tu cuerpo

    infinito, que tu tranquilo aliento

    mltiple son precisos a mi vida.

    Amiga de cualquier hora, que en m

    brille tu dulce o seco o duro o bello

    cntico, que destelle en mis pupilar,

    aunque sea un instante, tu verdad.

  • 8/6/2019 Revista de poesa GRAMA, n 1

    11/12

    11

    FRANCISCO VELEZ NIETO.

    PUEBLOS DE UN PAIS.

    Podredumbre esttica, mal aliento.Candil cacique, red de la majada,

    arrugado el ceo, ceja poblada,

    traje oscuro y sexo hambriento.

    Lo tpico se explota como cuento,

    la pureza es crcel disfrazada.

    El amor, la esperanza en la nada.

    Con sudor se dibuja el sufrimiento.

    Rebuzno, virginidad en la estaca;

    Caf Gijn; ancdota con copa.

    Surco, mirar arriba. Dios y requesn.

    Fiesta, torre, tonto, suena la traca.

    Carros, plaza, religin, res y tropa.

    Sangre, masturbacin, triste ton sin son.

  • 8/6/2019 Revista de poesa GRAMA, n 1

    12/12

    12

    MIGUEL GARCA POSADA.

    PARA LOS SOLDADOS, DE NUEVO.

    Ahora mors; yo duermo.

    El sueo me invade como a un ahogado el agua,

    se apodera de m,

    me va hundiendo.

    Y vosotros os silbar las balas,

    miris al compaero herido,

    segus disparando;

    y ya no veis al compaero muerto.

    Ahora, ahora mors:

    a las cuatro de la tarde.

    Cuando yo,

    por prescripcin mdica

    -qu extraas mis palabras-

    tengo que dormir.