Revista e-salud 31.- La neuropolítica y la salud pública

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  • 7/31/2019 Revista e-salud 31.- La neuropoltica y la salud pblica

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    La neuropoltica y la salud pblica

    Jos Mara Snchez Bursn1

    1Director de Prospectiva, Observatorio de Innovacin y ParticipacinConsejera de Economa, Innovacin y Ciencia, Junta de Andaluca,(Espaa).

    Vol. 8, N 31, 2012 ISSN: 16987969

    1. La neurociencia se impone

    Hoy la neurociencia se impone como disciplina que nos

    aproxima al conocimiento del comportamiento hu

    mano. Como ciencia experimental nos ayuda a com

    prender cmo funciona el cerebro humano y

    vislumbrar las bases del proceso de la toma de deci

    sin humana y sus repercusiones en nuestra vida social.

    A medida que avanzamos en el conocimiento del ce

    rebro humano progresamos en la compresin de quie

    nes somos, cmo somos y cmo actuamos. La

    neurociencia est abriendo una autopista en el discer

    nimiento de la naturaleza humana. Las primeras pistasdetectadas ya nos indican que somos ms emociona

    les que racionales, como le consta a Antonio Damasio1

    en El error de Descartes, nuestro cerebro es ms pro

    clive a codificar los mensajes emocionales que las ela

    boraciones racionales.

    Las tecnologas de resonancia magntica funcional

    promueve imgenes cerebrales que reflejan y rastrean

    las ondas en tiempo real y nos indican cmo se movi

    lizan nuestras reacciones emocionales. Las Imgenes

    por Resonancia Magntica Funcionales (IRM) es una

    tcnica no invasiva que utiliza campos magnticos y su

    resonancia para obtener informacin sobre la estruc

    tura y reas del cerebro que se activan ante situacio

    nes o estmulos determinados. A travs de imgenes

    de IRM se puede observar en detalle el funcionamiento

    del cerebro: en cada regin de este rgano se sitan

    millones de neuronas que controlan la actividad cada

    vez que pensamos o realizamos algo, en una parte

    opera el lenguaje, en otras las emociones, el pensa

    miento, el placer, etc. Con este mtodo no invasivo se

    logra observar qu rea est siendo utilizada, a travsdel flujo de sangre que ilumina la pantalla, y nos per

    mite establecer las respuestas inconscientes que tene

    mos frente a los estmulos exteriores. Por ello estamos

    avanzando en detectar qu efectos tiene la actividad

    del entorno en nuestro cerebro y en nuestra conducta.

    Y lo que surge de las embrionarias tecnologas de la

    resonancia magntica es que nuestras emociones in

    fluyen poderosamente en la toma de nuestras decisio

    1Damasio, Antonio R. El error de Descartes. La razn de las emociones. Editorial Andrs Bello. 1999.

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    JOSMARA SNCHEZBURSN RevistaeSalud.com

    nes. Segn los diversos autores, nuestro cerebro fun

    ciona en un 80 por 100 de las ocasiones de forma in

    consciente, de modo que es ms factible comprender

    el origen de nuestro actuar desde los procesos cere

    brales automatizados de naturaleza emocional, que

    desde el plano cognitivo.

    Por otra parte, los avances en el conocimiento del

    cerebro humano determina nuevas disciplinas que co

    munican la neurociencia con otras ciencias aplicadas,

    as hablamos de neuromarketing, que analiza nuestra

    experiencia consumidora y las razones por la que ad

    quirimos, la neuroeconoma, que estudia cmo el cerebro toma las decisiones econmicas y financieras, y

    tambin, neurotica y neuropoltica2 que estudian los

    condicionamientos neurobiolgicos de las elecciones

    polticas y de los posicionamientos ideolgicos de los

    individuos y grupos. De hecho, la neurologa se ha con

    vertido en una ciencia transversal e interdisciplinar por

    excelencia. Nada se comprende del todo sin la obser

    vancia de lo que ocurre en el cerebro humano. El re

    pertorio de las ciencias y aplicaciones en las cuales la

    neurologa extiende su alcance es desbordante, la Re

    vista Neurologa3 public un suplemento especial en

    el ao 2009 sobre los nuevos campos de la neurologa

    y comprende reas tan sugerentes como la neuroas

    tronoma, neuromsica, neuromagia, etc., en nuestros

    das nada escapa al efluvio de la neurologa. Igualmente se habla de la nueva neurohumanidad como un

    despertar de una nueva humanidad.

    En este contexto, las neurociencias y la psicologa

    cognitiva y del desarrollo nos han aportado significa

    tivos progresos para comprender el compartimiento

    real del proceso de toma de decisiones de las personas

    en contextos diversos, y nos ofrece nuevas luces de

    cmo nos comportamos y cules son las bases de nues

    tras elecciones efectivas, que como ya sabemos son

    mayoritariamente inconscientes y emocionales ms

    que cognitivas y racionales. Este hallazgo est deter

    minando la comprensin de la conducta humana y re

    conduciendo las reas de la vida social humana.

    Sin duda el rea del comercio y el mercado asume el

    liderazgo en la in

    corporacin de la

    neurociencia como

    base del conoci

    miento del comp o r t a m i e n t o

    humano en su

    condicin de con

    sumidor, y se viene

    generando una

    nueva nocin de

    neuromarketing.

    Recurrimos a Wiki

    pedia para com

    prender que el

    neuromarketing consiste en la aplicacin de tcnicas

    pertenecientes a las neurociencias al mbito de la mer

    cadotecnia, estudiando los efectos que la publicidad y

    otras acciones de comunicacin tiene en el cerebro hu

    mano con la intencin de poder llegar a predecir laconducta del consumidor. Representa un nuevo mo

    delo especializado de investigacin de mercados que

    utiliza mediciones biomtricas (actividad cerebral,

    ritmo cardaco, respuesta galvnica de la piel, segui

    miento de los ojos, etc.) de los sujetos estudiados para

    obtener conclusiones.

    El matrimonio entre el marketing y la neurociencia

    2Sobre esta materia, leer Cortina, Adela, Neurotica y neuropoltica , Editorial Tecnos. 2011.

    El rea del comercio

    y el mercado asume el

    liderazgo en la

    incorporacin de laneurociencia como

    base del conocimiento

    del comportamiento

    humano en su

    condicin de

    consumidor, y se viene

    generando una nueva

    nocin de

    neuromarketing

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    LA NEUROPOLTICA Y LA SALUD PBLICAVol. 8, n 30, 2012

    est prodigando frutos muy relevantes para compren

    der el comportamiento humano; y uno de los elemen

    tos que destaca es la distancia entre lo que decimos y

    pensamos y aquello que llegamos a hacer. El aleja

    miento entre lo pensado y actuado es una constante de

    nuestro comportamiento, ... rara vez hay concordan

    cia entre lo que decimos sentir y nuestro comporta

    miento en la prctica4. Adems, la experiencia de las

    prcticas de neuromarketing nos indica que a mayor

    compromiso emocional mayor dependencia comercial

    a un producto o marca. Nuestro cerebro construye un

    atajo, lo que Damasio denomina marcadores somticos, que convierte la toma de decisin en automtica

    e inconsciente. Y por otra parte, las compaas co

    mienzan a descubrir que nuestro compromiso emocio

    nal se construye sobre la base de nuestros sentidos ms

    primarios, el olfato, y el odo, en estos casos la res

    puesta instintiva es instantnea. Del mismo modo, los

    sentimientos bsicos como la seguridad, el miedo, la

    sexualidad, la trascendencia, etc., encierran las fuerzas

    ms poderosas a la hora de decidir lo que compramos.

    El libro de Martin Lindstrom Buyologic. Verdades y

    mentiras de por qu compramos nos ilustra sobre los

    primeros pasos de la neuromarketing.

    2. La neurociencia en la poltica

    Tambin el rea de la poltica se deja abrazar por la

    neurociencia. Diversos elementos de orden poltico se

    ven afectado por las nuevas informaciones sobre cmo

    tomamos las decisiones personales y sociales. Nuestro

    cerebro, adems es poltico, en la medida que nuestro

    comportamiento incide en la administracin de las re

    3Revista de Neurologa. Ao 2009, Vol. 5, Suplemento I5Cortina, Adela, op.cit. pg 1026Rizzolatti, Giacomo y Sinigaglia, Corrado: Las neuronas espejo: Los mecanismos de la empata emocional Editorial Pados. 2006

    laciones de poder, en las realidades polticas de las so

    ciedades y en las claves de la gestin colectiva del es

    pacio pblico. Obviamente, la poltica influye en

    nuestro comportamiento y relaciones sociales. Nuestro

    funcionamiento cerebral incide en los modelos polti

    cos que se establecen, los procesos electorales, en los

    mtodos de gobernabilidad y en la eficacia de las po

    lticas pblicas.

    Evidentemente las respuestas no son sencillas, y las

    expectativas creadas pueden ser infinitas. Por ejemplo,

    la filosofa Cortina se cuestiona si la neuropoltica debe

    intentar averiguar si las bases neuronales nos preparanpara asumir unas formas de organizacin poltica

    como superiores a otras, o concretando si: las bases

    neuronales descubiertas apoyan la construccin de so

    ciedades democrticas abiertas como la forma ms

    adecuada de la vida poltica, incluso, ... la construc

    cin de democracias deliberativas, o parecen ms bien

    apoyar la formacin de sociedades cerradas?5. La au

    tora defiende que la respuesta ms plausible sera la

    capacidad de reciprocar como base de la cooperacin.

    El debate es apasionante, en positivo advertiramos

    que la evolucin humana nos arrastra a un proceso de

    civilizacin basada en la solidaridad y la compasin

    humana, o al menos como reflexiona Cortina, lleva

    mos impresos unos cdigos que prescribe defender al

    grupo, a los cercanos, que ordena prudentemente cuidar la relacin con los cercanos y rechazar a los que

    pueden representar un peligro para la propia supervi

    vencia. Esta visin engarza con la nocin de la socia

    bilidad humana que nos brinda las neuronas espejos

    que identifica Rizzolatti6, origen de la empata y la so

    lidaridad entre los hombre, y con la visin de la civili

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    zacin emptica de Jeremy Rifkin7.

    Con independencia de la configuracin neurobiol

    gica base de nuestra construccin social y poltica, que

    aqu no es momento de extendernos, el conocimiento

    del cerebro humano nos est

    ayudando a comprender qu

    est sucediendo, y qu nos

    moviliza en el orden poltico.

    En especial, la neurociencia

    nos ayuda a comprender las

    relaciones de poder en un

    entorno de sociedad en red que prodiga la comunicacin e informacin masiva. El profesor Castells8 nos

    ayuda a comprender la arquitectura del poder en una

    sociedad en red global que genera una estructura so

    cial y poltica multidimensional. Los avances de la neu

    rociencia nos ayudan a comprender mejor los procesos

    de comunicacin poltica entre los actores polticos y

    la ciudadana, los mensajes polticos cifrados y las es

    trategias de los medios de comunicacin. A medida

    que avanzamos en el conocimiento de la cartografa

    del cerebro humano advertimos informacin relevante

    sobre cmo funcionamos social y polticamente, cu

    les son nuestros marcadores somticos que nos sitan

    en los espacios polticos. Y lo primero que subyace es

    que la poltica es bsicamente emocional antes que ra

    cional, que los elementos cognitivos son superados porlos sentimientos y las emociones, y como nos indica

    Castells, segn la teora de la afectividad, las emocio

    nes ms importantes para el comportamiento poltico

    son el entusiasmo y el miedo, y que ambas sentimien

    tos condicionan un sistema de predisposicin y un sis

    tema de vigilancia.

    En efecto en el contexto poltico las vinculaciones

    JOSMARA SNCHEZBURSN RevistaeSalud.com

    7Rifkin, Jeremy: La civilizacin emptica: La carrera hacia una conciencia global. Editorial Paids 2010.8Castells, Manuel: Comunicacin y poder Editorial Alianza 2010.9Lakoff, George: No pienses en un elefante. 2007

    emocionales son capitales para comprender los ape

    gos, compromisos y alianzas entre la ciudadana y los

    lderes polticos. Por ello, la poltica se vive como hecho

    diferencial personal, cada uno vivimos la poltica como

    una cuestin personal e in

    transferible ligado a nuestra

    propia experiencia de vida, y

    nos acomodamos a unos mar

    cos conceptuales estables que

    nos sita en poltica. George

    Lakoff9 viene estudiando los

    marcos de referencias que los concibe como las estructuras mentales que conforman nuestra forma de

    ver el mundo, nuestras metas y planes. Forman parte

    del inconsciente cognitivo, que constituyen redes neu

    ronales de asociacin que se acceden desde el lenguaje

    a travs de conexiones metafricas. Ello tiene unas

    consecuencias concluyentes en el entorno poltico, ya

    que los estados mentales o el encuadre metafrico de

    los votantes determinan la toma de decisin poltica.

    As es, las conexiones neuronales que conforman los

    marcos conceptuales nos condicionan y determina el

    poder y los procesos polticos.

    Detrs de los marcos de referencia se distribuyen los

    mensajes polticos, los programas, las construcciones

    de los liderazgos y todo lo relativo al mercado electo

    ral y la accin poltica. Pero tambin la neurocienciaaplicada a la ciencia de la poltica escapa a la perspec

    tiva de esta reflexin. Pasando por alto como el poder

    se construye sobre las bases neuronales de las personas,

    y como condiciona los procesos polticos, ahora nos in

    teresaba avanzar en otro asunto ms concreto, sobre

    cmo la neurociencia nos ayuda a promover polticas

    pblicas ms eficaces y aceptables socialmente.

    Las conexiones neuronales que

    conforman los marcos

    conceptuales nos condicionan y

    determina el poder y los procesos

    polticos

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    LA NEUROPOLTICA Y LA SALUD PBLICAVol. 8, n 30, 2012

    Ms all de la comprensin del fenmeno de la poltica

    y la administracin del poder en las sociedades huma

    nas a travs de los nuevos avances de la neurociencia,

    nos interesa advertir cmo los nuevos conocimientos

    sobre el compartimiento

    humano contribuyen a

    la formulacin de polti

    cas pblicas ms acerta

    das y eficaces en sudefinicin, planificacin

    y ejecucin.

    La incorporacin de la

    neurociencia a la merca

    dotecnia nos muestra el

    camino del aprovecha

    miento de los nuevos enfoques y mtodos de la cien

    cia del comportamiento humano, que nos aporta luces

    sobre la comprensin del funcionamiento del cerebro,

    y sobre los procesos de cognicin e inconsciencia en la

    toma de decisin de las actividades cotidianas de las

    personas. El neuromarketing se ha apresurado a aplicar

    las tcnicas de la neurociencia para analizar y com

    prender el comportamiento humano en relacin con

    los mercados, la publicidad y los intercambios comerciales. En particular, las nuevas tcnicas de neurocien

    cia nos ayudan a reconocer los tics automatizados e

    inconscientes que el cerebro verifica frente los est

    mulos (personas, objetos, ambientes). Hoy sabemos que

    nuestro cerebro inconsciente influye ms en la razn

    de ser de nuestros actos y conducta que nuestra mente

    consciente. El 80% del tiempo nuestro cerebro trabaja

    con el piloto automtico, y evidentemente a la hora de

    comprar funcionamos del mismo modo, ms a nivel in

    consciente que consciente, Y esta es la causa por la

    3. La neurociencia y las polticas

    pblicas

    cual difiere tanto lo que decimos de lo que hacemos,

    por qu nuestro comportamiento es tan divergente

    con lo que pensamos.

    Se impone que los avances del neuromarketing se

    extiendan al resto de actividades implicadas en el

    comportamiento humano, y sin duda las polticas p

    blicas son tributarias de la incorporacin de los nue

    vos mtodos de la

    neurociencia para com

    prender cules son las ex

    pectativas y necesidades

    sentidas de los ciudadanos, cmo definir polti

    cas pblicas receptivas

    por la sociedad, y cmo

    producir y ejecutar

    bienes y servicios pbli

    cos ajustados a esas ne

    cesidades y con la mayor eficiencia posible. Los

    hallazgos y aplicaciones deducidos del neuromarke

    ting han aportado grandes progresos en la compresin

    del comportamiento real y el proceso de toma de de

    cisiones de las personas en diversos contextos sociales

    y ambientales, y necesitan extenderse en la construc

    cin de las polticas pblicas que, en momentos de in

    tensa desafectacin y crisis econmica, precisan

    ajustar su definicin y aplicacin a criterios de legitimidad, eficiencia y rentabilidad social, y para ello es

    imprescindible conectar con las bases neuronales y

    emocionales de los ciudadanos.

    Ciertamente, el escenario poltico deber reinven

    tarse para sobrevivir en las nuevas sociedades del co

    nocimiento y los mtodos de neuropoltica ofrecen

    innumerables ventajas para conectar la accin poltica

    con las expectativas y necesidades reales de la socie

    dad, y para promover una mejora en la eficiencia de las

    polticas pblicas en un contexto de severos lmites

    Se impone que los avances del

    neuromarketing se extiendan al resto de

    actividades implicadas en el

    comportamiento humano, y sin duda las

    polticas pblicas son tributarias de la

    incorporacin de los nuevos mtodos de

    la neurociencia para comprender cules

    son las expectativas y necesidades

    sentidas de los ciudadanos

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    econmicos.

    Recientemente, en el seno de la Unin Europea se

    analiza la operatividad de laboratorios de neuropoltica

    y comportamientos sociales que permitan estudiar las

    emociones (sentimientos positivos y negativos) y la

    cognicin (los pensamientos) como herramientas de

    diagnstico y fuente de inspiracin de la formulacin

    de las polticas pblicas. Ello permitira, neutralizar la

    improvisacin, el nepotismo y la inefectividad e inefi

    cacia de polticas pblicas que se definen arbitraria

    mente, por una lite funcionarial o poltica, al margen

    de los sentimientos y pensamientos de los legtimosreceptores de las mismas. La neuropoltica nos brinda

    la oportunidad de casar las polticas pblicas con lo

    que las personas sienten y piensan en realidad. Re

    cientemente, julio de 2012, el gobierno francs anun

    ci la creacin de una oficina de neuropoltica,

    dedicada a la aplicacin de la neurociencia a la poltica

    pblica. En unos pocos aos, las unidades de neuropo

    ltica sern una realidad en nuestras administraciones

    pblicas.

    Por otra parte, la neuropoltica nos ayuda a predis

    poner o acomodar polticas pblicas beneficiosas para

    la construccin de valores sociales relevantes. La idea

    consiste en propiciar un pequeo empujn o espo

    leo que impulse un activo o prctica beneficiosa para

    las personas o la sociedad. Se trata, al igual que en elneuromarketing, de promover conductas, comporta

    mientos y tomas de decisiones favorables desde las

    perspectivas de las polticas pblicas. El mtodo de

    neuropoltica permite soslayar las acciones coactivas

    o represivas en beneficio de actuaciones persuasivas

    que invite a tomar decisiones saludables, en la medida

    que aumenta la probabilidad de que las elecciones ciu

    dadanas sean las ms adecuadas desde la perspectiva

    de la formulacin de las polticas pblicas. Por ejemplo,

    promoviendo una dieta saludable, invitando a no

    JOSMARA SNCHEZBURSN RevistaeSalud.com

    fumar o evitar drogas, estimulando el consumo de die

    tas sanas y equilibradas, etc, y en general, incitando

    mltiples facetas del comportamiento humano que

    coadyuven a una convivencia saludable y solidaria.

    Como vemos, el rea de la salud representa un destino

    muy apropiado para el ejercicio de la neuropoltica. En

    el punto prximo advertiremos algunas anticipaciones.

    4. La neuropoltica y la salud

    pblica

    Sin duda el sector de la salud pblica constituye un reapreferente para la intervencin de la neuropoltica, en

    la medida que permite promover estilo de vida y com

    portamiento adecuados para el desarrollo de una vida

    saludable. Entre los fines de la Ley de Salud Pblica de

    Andaluca se incorpora: a) promover la salud y el bien

    estar personal de la poblacin para contribuir al pleno

    ejercicio de sus capacidades. b) fomentar entornos y

    modos de vida saludables para prolongar y mejorar la

    calidad de la vida humana, justamente misiones muy

    apropiadas para los mtodos de neuropoltica.

    En el mbito del marketing se inician nuevas aplica

    ciones de neuromarketing que estn ayudando a co

    nocer a los fabricantes cuales son las inercias cerebrales

    que nos impulsan a consumir, que ya sabemos que son

    muchas, por ejemplo la imitacin (la mitad de los adolescentes adquieren el hbito de consumir tabaco a

    causa de las pelculas de cine), la percepcin de los olo

    res, sabores, sonidos, etc., y en general una serie de pis

    tas biolgicas y neurolgicas que empiezan a conducir

    las nuevas dinmicas de la publicidad de las grandes

    marcas y empresas de produccin. Estos nuevos cono

    cimientos sobre el comportamiento humano son capi

    tales en la dinmica de la educacin sanitaria y la

    comunicacin de la salud para la poblacin. A travs de

    los nuevos mtodos obtenemos una mayor eficacia en

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    LA NEUROPOLTICA Y LA SALUD PBLICAVol. 8, n 30, 2012

    los resultados y una mayor rentabilidad social de las

    campaas.

    Curiosamente, muchas de las realidades actuales del

    mundo de la publicidad y la comunicacin van a cam

    biar y se van a adaptar a los nuevos postulados de la

    neuromarketing, por ejemplo los escaneos cerebrales de

    las pruebas IRM nos dice que las vallas publicitarias

    apenas nos dicen nada, al igual que los anuncios visua

    les de las pantallas, de alguna manera el cerebro se ha

    vacunado de tal influencia (a los 66 aos de edad ha

    bremos visto 2 millones de anuncios en TV)10, o por

    ejemplo, hoy sabemos que los mensajes y imgenes trgicas de las cajetillas de tabaco generan ansia y por

    tanto mayor inters por fumar, justo lo contrario de lo

    que pretendan los gobiernos. Las pruebas de SST del

    cerebro nos indican que la visin de tales mensajes o

    fotos genera un mayor arraigo al tabaco.

    La aplicacin de la neuropoltica en materia de salud

    pblica representa la otra cara del neuromarketing, jus

    tamente la que enfrenta la salud y el bienestar perso

    nal por encima de los intereses econmicos. Por

    ejemplo, el tabaquismo es la principal causa de muerte

    en Espaa, y desde las consignas del neuromarketing

    los fabricantes se empean en extender el consumo; lo

    razonable es que las polticas pblicas se construyeran

    con los nuevos mtodos de neuropoltica, ello nos brin

    dara ms oportunidades para establecer una contiendaequilibrada. Se impone que las polticas pblicas en ma

    teria de salud pblica se contrasten con los nuevos m

    todos de neuropoltica, y que espoleen

    comportamientos saludables y beneficiosos para la

    salud de las personas.

    En los prximos aos el neuromarketing va a avanzar

    de forma decidida, los fabricantes saben que el 80 por

    100 de nuestras decisiones son inconsciente, y ello re

    presenta un nuevo paradigma publicitario. En este es

    tado de la cuestin, la necesidad de comprender las

    amenazas que se ciernen sobre los consumidores es ca

    pital, especialmente empezando por los nios, que de

    bern comprender la fortaleza de las nuevas campaas

    publicitarias amparados en los nuevos conocimientos

    sobre cmo funciona nuestro cerebro. Los nios son las

    vctimas propiciatorias para las nuevas campaas, cons

    tituyen una poblacin que influye en gran medida en el

    gasto familiar, tanto como consumidor como pres

    cripctor, y adems representan una poblacin con una

    larga expectativa de vida de consumidor fiel. En tornoa la infancia se modelan muchas campaas que toman

    al nio como seuelo del fomento del consumismo, y se

    perfilan las grandes dependencias al consumo desme

    dido y al apego a las marcas. Y adems, las empresas

    aplican los recursos de innovacin y creatividad de los

    nios y jvenes para descubrir los nuevos horizontes de

    la vida humana.

    Pronto los poderes pblicos debern enfrentar la cre

    acin de laboratorios de neuropoltica y comporta

    mientos sociales que propicie la formulacin de

    polticas pblicas respetuosas con las expectativas y ne

    cesidades reales y sentidas de los ciudadanos, y debern

    empujar a la poblacin hacia la prctica de conduc

    tas saludables y beneficiosas para la salud, con ello ga

    naremos en legitimidad, confianza y eficiencia; valoresque el sector pblico demanda ansiosamente abrazar, el

    camino ms directo es el conocimiento adquirido a tra

    vs de la neuropoltica para conocer realmente que

    emociona y qu sienten los ciudadanos.

    El sector salud es destino obligado de la prctica de

    la neuropoltica y los resultados esperados sern espe

    ranzadores para neutralizar el afn consumista y dis

    torsionante de los fabricantes, y en especial, para

    10Lindstrom, Martin, op.cit.

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    promover activos y conductas saludables y generadoras

    de bienestar. De hecho pronto surgir otro sector de

    proteccin relevante en las reas de consumo y salud

    pblica frente a las actuaciones ilcitas del neuromar

    keting.

    Los laboratorios de neuropoltica son un instrumento

    favorecedor de la creacin de seuelos sanitarios que

    propicien polticas pblicas persuasivas hacia cambios

    comportamentales esenciales para la salud pblica. No

    consta que se estn iniciando talleres de neuropoltica

    para luchar contra la obesidad, el tabaquismo, la dro

    gadiccin, la polucin, etc. Y sin duda, el sector saludconstituye un rea de poltica pblica especialmente

    til para el ejercicio de la neuropoltica.

    En el entorno de la salud pblica existen muchas

    reas que son especialmente susceptibles de benefi

    ciarse de los nuevos mtodos de neuropoltica. De este

    modo, lo relativo al aprendizaje y la capacitacin en

    salud, a la promocin a la salud, a la prevencin de las

    enfermedades y los problemas de salud, y en general

    generando conocimiento y seuelos para fomentar el

    desarrollo fsico, mental y social de las personas y a

    crear las condiciones que faciliten a stas y a la socie

    dad las opciones ms saludables.

    El reto quedo planteado, a bien seguro, en unos aos,

    los laboratorios de neuropoltica nos permitirn defi

    JOSMARA SNCHEZBURSN RevistaeSalud.com

    ReferenciasCodognone, Cristiano, Veltri, Giuseppe: A behaviou

    ral lab in support of smart specialisation ad inclusive

    growth in Andaluca. Proyecto no publicado. Junio

    2012.

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    rencias para la educacin moral. Editorial Tecnos

    2012.Kahneman, Daniel: Pensar rpido, pensar despacio.

    Editorial Debate 2012

    Lakoff, George: No pienses en un elefante. 2007

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    de la Universidad bolivariana de Chile.

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    ciones) con el propsito de mejorar o mantener la salud de laspersonas, sin importar quines sean o dnde estn.

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    con las necesidades reales y sentidas de la ciudadana.