Revista Los Pingotes

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LOS PINGOTES 1 LOS PINGOTES La revista de La asociación recreativo- cuLturaL de amigos de Fuentes de magaña Diciembre 2014 Nº 8 9 días de agosto. Crónica de la VIII Semana Cultural Los Pingotes. Origen y signiicado Platero y Francisco. Por Isabel Goig Soler La cabrada. Por Abel Hernández Serranía Celtibérica. Por Francisco Burillo Un poco sobre mi vida. Por José Mª Martínez -Kote- Y además: • Recuerdos y vivencias • Medio ambiente • Gastronomía • Literatura • Deportes • Salud • Tradiciones

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L O S P I N G OT E S La revista de La asociación recreativo-cuLturaL de amigos de Fuentes de magaña

Diciembre 2014 Nº 8

9 días de agosto. Crónica de la VIII Semana Cultural

Los Pingotes. Origen y signiicado

Platero y Francisco. Por Isabel Goig Soler

La cabrada. Por Abel Hernández

Serranía Celtibérica. Por Francisco Burillo

Un poco sobre mi vida.Por José Mª Martínez -Kote-

Y además:• Recuerdos y vivencias

• Medio ambiente

• Gastronomía

• Literatura

• Deportes

• Salud

• Tradiciones

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SUMARIO 08 diciembre 2014

Dirección:

Junta Direciva de la Asociación: Nuria Domínguez Marínez, Javier González Castellano, Nieves Valer Ramos, Recaredo García Gaspar, Ana Aguado Marínez, Mª Isabel Marqués Marínez

Edita:

Asociación Recreaiva Cultural de Amigos de Fuentes de Magaña

Coordinación, diseño y maquetación:

Recaredo García Gaspar

Imprime:

COMETA artes gráicas

Depósito Legal:

Z-4002-2007

La revista Los Pingotes es una publicación de la Asociación de Amigos de Fuentes de Magaña que consituye un punto de en-

cuentro y divulgación de las acividades de la asociación, así como de la historia, las tradiciones, la gastronomía, la natura-

leza y la cultura de Fuentes de Magaña y su entorno.

La revista no se responsabiliza ni compar-te necesariamente las opiniones veridas en entrevistas, arículos o colaboraciones

que en este medio se publiquen.

www.fuentesdemagana.com

Colaboradores de la revista Los Pingotes

La presente publicación es fruto de la colaboración de varias personas que aportan sus conocimientos y experiencias para enriquecer los contenidos de la revista. Si quieres colaborar en cualquiera de los apartados de esta publicación, ponte en contacto con nosotros. Te necesitamos.

04 Editorial. El espíritu fuenterreño.

05 Memoria económica 2013 de la Asociación de Amigos de Fuentes de Magaña.

06 9 días de agosto. Crónica de la VIII Semana Cultural.

14 Un poco sobre mi vida. Por José María Marínez -Kote-.

20 Los Pingotes: origen y signiicado.

23 Recuerdos y vivencias. La alcabala.

24 Recuerdos y vivencias. La calle de abajo.

25 Recuerdos y vivencias. Un placer de otros iempos.

26 Fuentes de Magaña: ¿de la emigración a la despoblación?

28 Serranía Celibérica. Un proyecto de desarrollo rural. Por Francisco Burillo.

30 Historias de otros iempos. Cara y cruz de la emigración.

32 Para leer... El canto del cuco. Llanto por un pueblo.

34 Platero y Francisco. Por Isabel Goig Soler.

36 Recuerdos y vivencias. Reminiscencias.

37 La cabrada. Por Abel Hernández.

38 Naturaleza y medio ambiente. Recolección de setas.

40 Naturaleza y medio ambiente. Los topillos (microtus avalis).

43 Fuentes de Magaña, ierra de tesoros. Geocaching.

44 Aquellas gentes que poblaron Tierras Altas.

46 Crónica 1er Desaío BTT Tierras Altas.

48 Gastronomía. Torreznos. Un placer para los senidos.

49 Salud y remedios. Del torrezno a la cheeseburger.

50 Tradiciones. Al amanecer, la Aurora.

51 Crónica de Fuentes de Magaña y sus gentes. La Plaza Hueca llena de nuevo.

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EditorialEl espíritu fuenterreño

Aunque no es tarea sencilla, tras 8 años de andadura seguimos ieles a nuestra cita anual de publicar un nuevo número

de Los Pingotes. Nuestra inalidad es acumular conocimientos, recuerdos y vivencias que, de otra manera, se perderían en la memoria de quienes ahora los traen a estas páginas.

Y la vida de Los Pingotes corre paralela a la de nuestra asociación, que también nació hace 8 años. Desde entonces, celebramos la semana cultural y la iesta del puchero y editamos esta revista. Pero más allá de lo evidente, se han conseguido otros hitos como el fortalecimiento de lazos de amistad forjados en torno a las diferentes actividades que se suceden a lo largo del año. No solo las celebraciones citadas contribuyen a ello, sino también otros eventos programados desde el Ayuntamiento o la Mancomunidad. Conciertos, exposiciones, comidas o eventos deportivos se han sucedido a lo largo de 2014. En esta revista daremos cuenta de algunos ejemplos como la actuación de la Banda de Música de Dolores (Alicante), la celebración del Foro de la Alcarama o la prueba ciclista Desafío BTT Tierras Altas.

Pero debemos seguir y mantener vivo nuestro pro-yecto, innovar y ijarnos nuevos retos. Y en este “plan de futuro” es primordial la incorporación de nuestros jóvenes. Los descendientes de Fuentes de Magaña son los depositarios de su legado, de su historia y de sus tradiciones y dependerá de ellos que este pueblo dentro de 25 años siga siendo una realidad viva. Tenemos el deber moral de ilusionar-los y de sumarlos a nuestro proyecto asociativo y de trasmitirles nuestro entusiasmo y valores como la amistad, la buena vecindad, el amor por las raí-ces… en deinitiva, valores que han de impregnar el “espíritu fuenterreño”. Así que ¡manos a la obra!

Y manos a la obra nos ponemos con el nº 8 de Los

Pingotes que ahora te presentamos. Como cada año, la revista contiene la crónica de nuestra ya tradicional semana cultural que, en su 8ª edición, contó con divesos actos culturales, deportivos, gas-tronómicos y musicales.

Entre los contenidos destaca la emocionante biografía que nuestro socio José Mª Martínez -Kote- nos ofrece en este número. Se trata de una gran historia, la historia de su vida que Kote quiere compartir con todo su pueblo.

En el apartado dedicado a la historia desentrañare-mos el origen y uso de los Pingotes, construcción local que da nombre a nuestra revista. Abordare-mos el tema de la emigración y de la despoblación

en Tierras Altas de Soria a través de una radiografía demográica de la zona. También un artículo del catedrático Francisco Burillo nos ilustra sobre el problema de la despoblación en el territorio de la Serranía Celtibérica y sobre los retos y soluciones planteados a través de su proyecto del mismo nom-bre. Asimismo en torno a la emigración contaremos dos historias de fuenterreños que marcharon de su pueblo en la primera mitad del siglo XX y que en-contraron destinos bien diferentes.

Bucearemos en los recuerdos de infancia de quie-nes la vivieron en Fuentes de Magaña. Descubrire-mos como era la calle de Abajo; evocaremos olores y sabores de antaño que hoy son difíciles de volver a sentir; recordaremos el confort que proporcionaban los viejos colchones de lana y las tumbillas que se empleaban para calentar las camas; y repasaremos el himno de la Aurora, cantado todavía en la madru-gada de la iesta del Cristo.

Un año más, disfrutaremos de los textos de nuestro querido escritor Abel Hernández, en esta ocasión con un artículo titulado “La cabrada”, publicado en su blog El canto del cuco. Y precisamente, en el apartado dedicado a la literatura analizaremos la última obra de Abel también titulada El canto del

cuco. Igualmente este año se suma a nuestra lis-ta de colaboraciones la escritora Isabel Goig So-ler, que nos trae un relato de icción localizado en Fuentes de Magaña y titulado “Platero y Francisco”.

Expertos en bicicleta de montaña y en geocaching nos brindan su experiencia en la práctica de estas actividades en el entorno de Fuentes de Magaña. También en relación con el medio natural analizaremos la plaga de topillos que invaden los campos de cultivo y conoceremos algunos consejos a tener en cuenta en la recolección de setas. En gastronomía y salud hallaremos dos artículos que describen la difícil tarea de freír torreznos o el contraste de la alimentación básica de nuestros abuelos frente a la variada, y a veces no tan sana, alimentación actual.

Y un año más agradecemos la colaboración econó-mica de las entidades y empresas que se anuncian en este número y, sobre todo, les invitamos a que renueven su apoyo en próximas ediciones.

Y por último una relexión: editar una revista no es tarea fácil, pero la ilusión y el esfuerzo habrán merecido la pena si sirve para llevar a todos los amigos de Fuentes de Magaña el positivo mensaje de un pueblo en marcha.

Recaredo García Gaspar

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Memoria económica 2013 de la Asociación de Amigos de Fuentes de Magaña

GASTOS

GASTOS DE FUNCIONAMIENTO

Franqueos, papelería, imprenta... 588,31

Donativos y cuotas 156,00

CABALGATA DE REYES 162,95

VII SEMANA CULTURAL

Sudaderas y delantales 1.400,27

Exposición fotográica 363,53

Grupo de danzas sorianas 600,00

Concierto de Treapudles 700,00

Actuación Mago Juancho 200,00

Concierto Alam Folk 600,00

Espectáculo Aizcolaris 650,00

Placas de homenaje y trofeos 246,39

Fuegos artiiciales 103,09

Comida popular 2.602,49

Charanga El ruedas 750,00

Otros (chocolatada, lienzos rifa...) 468,15

Obsequios colaboradores 216,00

FIESTAS DEL CRISTO (cena) 291,83

EDICIÓN LOS PINGOTES 1.534,82

FIESTA DEL PUCHERO 587,92

LOTERÍA DE NAVIDAD 138,54

GASTOS GESTIÓN DE CUENTAS 24,09

TOTAL GASTOS 12.384,38

INGRESOS

CUOTAS DE SOCIOS 3.255,00

AYUDAS Y SUBVENCIONES

Mancomunidad Tierras Altas 300,30

Proynerso (publicidad revista) 205,70

COMIDAS

Comida popular agosto 2.243,00

Cena Fiestas del Cristo 350,00

Comida popular Puchero 544,00

COLABORACIONES Y PROMOCIONES

Copias DVDs 260,00

Sudaderas y sombreros 1.683,00

Donativo particular 70,00

LOTERÍAS Y RIFAS

Rifa lienzos 494,00

Rifa jamón 300,00

Lotería Navidad 2.515,00

LIQUIDACIÓN CUENTAS BANCOS 0,72

PUBLICIDAD REVISTA 775,00

TOTAL INGRESOS 12.995,72

SALDO A 31/12/2013

SALDO 2012 9.108,41

INGRESOS +12.995,72

GASTOS -12.384,72

SALDO 2013 9.719,75

Como cada año, aprovechamos esta revista para presentar un resumen de las cuentas de nuestra Asociación que,

un año más, se presentan saneadas y con un envidiable equilibrio entre gastos e ingresos. Las cuentas de 2013 siguen un esquema muy similar a años anteriores y presentan unos gastos e ingresos que se vienen repitiendo cada año. Los gastos se concentran en conceptos vinculados fundamentalmente a la Semana Cultural y al conjunto de actividades desplegadas durante la misma, a la iesta del Puchero o a la edición de esta revista.

En el apartado de ingresos vuelven a destacar cuatro fuentes de inanciación fundamentales para hacer frente a nuestras actividades: las cuotas aportadas por los más de 200 socios, que supusieron 3.255 €, la venta de lotería y rifas que generaron 3.309 €, las colaboraciones de empresas para la edición de la revista Los Pingotes, que sumaron 775 € y las subvenciones de administraciones públicas que en 2013 alcanzaron los 506 €.

Al inal, 2013 se saldó positivamente con 9.719 €, cifra ligeramente superior al saldo de 2012 (9.108 €) por haber sido los ingresos de 2013 algo superiores a los gastos como se puede comprobar en los cuadros de la derecha.

Se comunica por medio del presente anuncio que con fecha 9 de octubre de 2014 la Mancomunidad de Tierras Altas noiica que la Asamblea de Concejales de dicha Mancomunidad ha resuelto conceder a la Asociación de Amigos de Fuentes de Magaña las siguientes ayudas:• Para la edición del nº 7 de la revista Los Pingotes la canidad de 347,55 €.• Para la actuación de Música y danzas sorianas, la canidad de 304,77 €.• Para el concierto de Música folk la canidad de 304,77 €.Las actuaciones musicales subvencionadas se celebraron en agosto del año 2013 en el marco de la VII Semana Cultural de Fuentes de Magaña.

ayudas

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Por Ismael Valer Marín

Deportiva, muy deportiva comenzó este año la Semana Cultural. Al abrir

el programa se leía: ”Clásica ciclista Fuentes – Cerbón – Fuentes”. La participación fue numerosa, con más voluntad que preparación física. La salida, desde la conluencia de la calle del Barranco con la calle Real, permitió dar unas pedaladas en llano antes de atacar la continua subida hasta el alto de los Hilillos. Parada de avituallamiento en Cerbón, y inal duro coronando la calle del Barranco. Y seguimos con deporte: frontenis. La pelota se estrella continuamente contra las redes de las raquetas y las paredes del frontón. Los ganadores Carlos Aguado y Jesús Álvárez se abonan, con mentalidad competitiva, cada año.

Siguen las competiciones, esta vez de cartas. Musistas, con cara de “seña”, que apuestan con mejores o peores cartas y saben disfrazarlo. El mus nos trae este año nuevos campeones. Al inal de la tarde, el ajedrez cierra los dos días que preludian la Semana. Días de exigencia física poniendo a prueba la inteligencia y la estrategia. Se preguntarán ustedes quien fue el ganador del torneo de ajedrez. La cosa quedo en tablas aunque el autentico líder de este torneo es Cote, que se impuso en una última partida disputada para desempatar.

Lunes, martes y sábado se celebraron los encierros donde “la gente menuda” disfruta.

Almuerzo de mayorales y preparación física antes de los correcalles. Por supuesto, canto – oración al Santo Patrón para implorar su protección ante los temibles “astados”. Las

UNA SEMANA FANTÁSTICASi una conocida cadena comercial oferta sus productos en condiciones ventajosas durante su paricular “semana fantásica”, también la Asociación de Amigos Fuentes de Magaña ofrece su especial semana a quienes durante esos días acuden a este pueblo a comparir con los demás un pedacito de sus vidas con alegría y entusiasmo. Y es que la vida no merece la pena ser vivida de otro modo. Para contribuir a ello, el mes de agosto nos trajo una nueva Semana Cultural. El buen iempo y la diversión fueron protagonistas durante los 9 fantásicos días que duro la VIII edición. Quienes tuvieron el privilegio de disfrutar de todo lo acontecido esos días no quedaron defraudados. En las próximas páginas te damos cumplida cuenta de las acividades y de las sensaciones vividas. 9

días de agosto

Chuchín Ibáñez y su mariachi

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carreras fueron frenéticas y los recortes ajustados ante las impresionantes cornamentas. A media mañana, para reponer las calorías consumidas en el encierro, la “gente menuda” prepara y degusta el aperitivo en las terrazas del Bar Las Fuentes. Son las siete de la tarde del lunes cuando el salón parroquial se llena. Todo el mundo quiere conocer de cerca la vida y profesión de los bomberos. Alberto Ramos y su compañero Sergio Sesma nos documentan, acercándonos a esta profesión idealizada por los niños. Estos, durante la charla, preguntan con inocencia y mucho sentido. Alberto, poniéndose a su altura, responde desde su conocimiento y su experiencia. Explican el porque de los cascos tan aparatosos, la manera de evacuar una habitación cuando se produce un incendio y la forma de evitar el humo que es el elemento más peligroso por su toxicidad. Las preguntas llegaron a provenir de

Niños participantes en actividad infantil

Participantes en el torneo de frontenis

Ruta ciclista Fuentes-Cerbón-Fuentes

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toda la audiencia. El tiempo, que no las ganas, puso in a la charla. El día lo cierra el video de la semana Cultural 2013 que, acertadamente, se titula “Viva la gente” porque esta semana es de la gente. Quizá toda la gente no es protagonista pero se siente co-protagonista.

E l martes, el taller de manualidades, montado a la sombra de las paredes del frontón, dio como resultado

las pequeñas obras que se expusieron en

el escenario. Por la tarde la gran iesta gastronómica de “ Fuentes de tapas”. Mil trescientas dicen los estadísticos. No sé si este o mayor fue el número de exquisiteces, pero de lo que estoy seguro es de que el nivel gastronómico estuvo tan alto como cualquier año anterior, porque no se puede superar. Quizá hubo menos participación. Otras obligaciones y circunstancias obligaron a algún cocinero y cocinera habitual de esta muestra, a cumplir con el trabajo y olvidar la “devoción”.

Algunos participantes en la muestra gastronómica “Fuentes de tapas”.

Actividad infantil. Trabajando la arcilla.

Alberto Ramos en un momento

de su conferencia.

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Ya el miércoles, el senderismo nos llevó hasta el Molino. La naturaleza se alió con los senderistas.

Tuvieron la oportunidad de admirar las pequeñas y bellas cascadas del Molino en pleno agosto y de atravesar la, cada vez más agreste, subida de Vacentenares. La tarde fue una diversión continua. Primero taller de Risoterapia donde 20 personas, era limitada la entrada, se relajaron, se rieron y se divirtieron. En la plaza, pequeño escenario donde dos animadores infantiles, con participación de los padres, hacían las delicias de los niños. ¡Qué no hace una madre o un padre por sus hijos!.

L a vistosa actividad programada para el jueves hizo adelantar nuestro horario veraniego.

A las nueve, las zoquetas, al chocar con el mango de las hoces, sonaban como castañuelas huecas. El sonido de la dulzaina se extendió por la plaza. Segadores, carreteros, carro y recua se pusieron en el camino del “tajo”. Estaba cerca. En Miralores, Javier Aguado y su hermano Amador habían reservado una parcela de trigo junto al camino. Allá los segadores rescataron sus habilidades de juventud, los dalladores la potencia de su brazo y lexibilidad de su cintura. En

Excursión al paraje del Molino y la Veguilla.

Segadores antes de la faena.

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el borde del camino, hombres y mujeres recuperaban las jotas y los viejos cantos de la siega. Se cargo el carro, se pusieron fajos en las artolas y se inicio el camino de la era. El trillo y la rastra volvieron a ser protagonistas. A ellos se subieron grandes y pequeños. Mientras la mies era triturada, circulaban rústicas bandejas de tocino y chorizo fritos y se apretaban, con fruición, botas de vino. En medio de toda esta “vuelta al pasado”, Tino Valer intentaba explicar el cómo y el porqué de cada una de las herramientas y de cada parte de las faenas veraniegas.

Migas con acompañamiento sustancioso y sustancial, ranchos de patatas o arroz con pollo y conejo, dependiendo del gusto de cada familia o grupo de amigos, pusieron in en una comida de cuadrillas a la larga mañana, todo ello regado por supuesto con buen vino. La tarde se llenó con el partido de futbol: Padres versus Hijos. ¿El resultado? Hay cosas en las que no cabe ninguna duda. Y este año una novedad: Disco móvil infantil. Al son de la música bailó la “gente menuda” con autentica madera de bailarines y danzantes.

El viernes, los árboles de la plaza se despertaron por el olor a churros y chocolate. El programa anunciaba

bizcochos pero las circunstancias permitieron que se disfrutara con la degustación de unos buenos churros. Gracias Josean. Bienvenida Esther. Tras el desayuno comunitario, fue tarea curiosa buscar el sitio idóneo para la exhibición de cetrería. El cetrero dio con el sitio adecuado en el alto del Castillo, junto a las cocheras de Manolo. Allí volaron los halcones. Los niños gozaron, cual cetrero aicionado, al ver posarse las aves en su brazo extendido. Un búho real pero perezoso solo quiso que viéramos, de cerca, sus grandes ojos.

Aprendimos que estas aves trabajan mejor con suaves temperaturas y , aunque criadas en cautividad, son excelentes y rápidas cazadoras. Y si en la mañana, buscábamos en el aire el vuelo del halcón, en la tarde, a través del aire, llegaron a nuestros oídos las notas del conjunto “Chuchin Ibañez y su mariachi”. El nombre del conjunto deja claro el tipo de música que inundó las plazas y el frontón. La audiencia fue numerosa y alguna pareja se atrevió a marcar unos pasos de baile. Y si con corridos mexicanos terminó la tarde, con música más moderna comenzó la noche. Por segundo día la juventud disfrutó de la disco móvil en una nueva sesión que se prolongó hasta avanzadas horas.

Chuchín Ibañez y sus mariachis

Taller de cetreríaJosé Antonio Herrero (“Josean”)

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Llegó el sábado con la alegría desbordada. Corrida de “toros bravos”. Torera que repite

en esta feria con salida a hombros, banderilleros y picador. EL espontáneo en la feria del año pasado, ”Zaborro”, estuvo entrenando todo el año con su caballo “Cartonero”. Dio una lección de cómo ahormar a toros bravos para conseguir una lidia eficaz y artística. Bienvenidas todas las aportaciones que tienen como fin participar entreteniendo y divirtiendo a los asistentes.

Tras la corrida matinal, comida en la Plaza Hueca. Ciento noventa comensales degustan la buena paella, entremeses, flan de queso, vino, café y licores. A las 16 horas suena el primer charangazo de “Los Ruedas” que invita

a recoger mesas y sillas. A las 18 horas, la creatividad en la calle. Popeye, bien acompañado, se escapó de Hollywood y se paseó por las calles. Un escocés decidió disfrutar de mejor clima y se vino a Fuentes, también iba bien acompañado. Hasta los “emoticonos” se escaparon de su cárcel electrónica y danzaron al ritmo de la charanga. Y para aguantar las emociones y el ajetreo, bocata de chorizo a las 20 horas. El día acabó con luces y palmeras en el cielo proyectadas por unos humildes pero hermosos fuegos artificiales que ilusionan a quienes los presencian. El espectáculo pirotécnico, salvando las distancias, recuerda cada año fiestas de ciudades más importantes como Tudela, Pamplona o Zaragoza. También Fuentes de Magaña merece esta exhibición de ruido, luz y color. Y a pesar del completo día de fiesta, aún hubo más. Notas de música en el frontón acompañaron un baile nocturno que, bajo el formato de disco móvil, se prolongo hasta casi las cuatro de la madrugada. ¡Vaya aguante!

Espectáculo taurino

Fiesta de disfraces...

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El domingo, despedimos la semana con el entrañable acto de Homenaje a nuestros mayores

después de misa de doce. Este año Margarita Hernández Marín, Magdalena Martínez Maínez y Francisco Carrascosa Domínguez, además de Rosinda del

Barrio Herrero, que no pudo estar presente en el acto por residir en Alemania, recibieron el cariño de su pueblo en un acto alegremente acompañado por las guitarras y las voces de nuestros amigos del Dúo Cadreita. Estos músicos han entrado también en el mundo de la

electrónica. Sus voces, diáfanas en la iglesia, se unen a la música que permiten los medios electrónicos en las terrazas del Bar Las Fuentes, cuando, sobre las catorce horas del domingo, decimos adiós a nueve días intensos que comenzaron siendo seis hace ocho años.

Momento del homenaje a los mayores

Duo Cadreita. Junta Directiva de la Asociación.

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Durante la VIII Semana Cultural se impartió una conferencia acerca del papel de los bomberos, de

los peligros del fuego y de la manera de combatirlo. Fue una charla muy útil y llena de consejos que despertaron el interés de un público muy participativo, en especial los niños, que acudieron atraídos por esa vocación de muchos pequeños: “de mayor quiero ser bombero”.

Los ponentes en esta ocasión fueron nuestro socio Alberto Ramos y su compañero Sergio Sesma, ambos bomberos de Tudela y con una amplia experiencia en la difícil labor de sofocar fuegos y atender todo tipo de accidentes. Dado lo práctico del asunto, repasaremos esos consejos tan necesarios para enfrentarse al temido fuego.

Comenzó la conferencia con una referencia histórica a la antigua Roma, época de la que se conservan vestigios que acreditan que, ya entonces, se organizaban grupos de perso-nas para luchar contra incendios en accio-nes comparables a lo que actualmente sería una intervención del cuerpo de bomberos.

Los ponentes nos enseñaron también algunas cuestiones relacionadas con el fuego y como este se puede desencadenar.Para generar un incendio nos contaron que es precisa la concurrencia de los tres elementos que forman el llamado triángulo de fuego: un combustible, un comburente como el oxígeno y una energía de activación o calor. Cuando estos factores se combinan en la proporción adecuada, se desencadena el fuego y, si somo capaces de eliminar uno de ellos, el fuego se puede atajar.

Nos advirtieron que en los ediicios, los incendios pueden empezar por diversas causas: fallos en las instalaciones eléctricas

o en las calderas, escapes de combustible, accidentes en la cocina, trastadas de niños jugando con mecheros o fósforos, o accidentes provocados por velas y cigarrillos. Y como, una vez comenzado el fuego, este puede propagarse rápidamente, es entonces cuando hay que actuar con cabeza fría y siguiendo unos consejos básicos.

Alberto y Sergio, apoyados por vídeos di-dácticos, mostraron como enfrentarse a situaciones de peligro en caso de fuego: tapar una sartén en llamas con una cober-tera para cortarle el oxigeno y no ponerla nunca bajo el grifo; tumbarse en el suelo en caso de humo y sellar su entrada a las ha-bitaciones mediante la colocación de trapos empapados en agua en la parte inferior de las puertas, fueron algunos prácticos conse-jos que no debemos olvidar. Y, sobre todo, mantener siempre la calma y no ser presa del pánico.

Con este resumen de tan útil conferencia, queremos reconocer a estos profesionales la gran importancia de su trabajo y agradecer su vocación de servidores públicos.

Por Elena Ramos Jiménez

En la actualidad, los talleres de risoterapia son una actividad muy de moda y demandada, por eso,

en la VIII Semana Cultural se organizó este evento que, en opinión de todos sus participantes, fue un gran éxito.

La risoterapia es una actividad lúdica y terapeútica destinada a mejorar el estado físico y psicológico de sus participantes a través de la provocación de la risa. Esta cientíicamente demostrado que, cuando una persona se ríe, mejora su estado de ánimo y su carcajada le ayuda a liberar la energía negativa, provocando importantes beneicios para su salud.

Personalmente, decidí asistir a la sesión de risoterapia porque conforme me hago mayor, más cuesta arrancarme una carcajada, incluso con un buen chiste. Y es que, hay estudios que demuestran que la madurez nos vuelve más serios y disminuye la risa, a diferencia de los niños, que se ríen muy a menudo.

Una sesión de risoterapia ayuda a sus participantes con ejercicios y juegos

para conseguir la relajación. Hay que deshinibirse, sacar lo mejor de uno mismo y encontrar también lo mejor de los demás. En deinitiva, se trata de sacar ese niño que todos llevamos dentro y provocar la risa para fomentar toda la positividad de los participantes, haciendo pasar un buen rato de diversión y carcajadas.

En Fuentes de Magaña se desarrolló este taller con un grupo de 20 participantes, integrado por 19 chicas y un único varón, nuestro socio Miguel Ángel Marín. Pero esta aplastante mayoría femenina no inti-midó en ningún momento al participante masculino. Al contrario, su testimonial presencia contribuyó, más si cabe, a crear un divertido ambiente. Partíamos con la ventaja de que todos eramos amigos y fa-milia del pueblo, con ganas de participar

y pasarlo bien, lo que pronto favoreció un agradable clima de relax y deshinibición. Comenzamos en grupo con juegos infan-tiles, de palabras, expresión corporal, dan-za, pruebas con globos... todo ello con el in de que la tensión fuera desapareciendo y así evitar el miedo al ridículo y vencer los complejos individuales que cada uno pudiese tener. Al principio, todos teníamos “risa nerviosa”, pues debíamos superar la vergüenza inicial y los prejuicios para alcanzar un idóneo estado de relajación. Pero enseguida se produjo la explosión de carcajadas y risas naturales y contagiosas. Fue una experiencia realmente divertida. Finalmente, terminamos disfrazados y desilando como auténticos modelos.

Así que, ya sabéis, ¡todo el mundo a desternillarse de risa!

VIII Ciclo de conferencias: Bombero: una profesión desconocida y necesaria.

Con la risoterapia se mueven más de 400 músculos, se liberan endorinas, se segrega adrenalina, se esimula la circulación de la sangre, se queman calorías y aumenta la frecuencia cardiaca y la respiración.

Taller de risoterapia. A carcajada limpia.

Momento del taller de risoterapia

Alberto Ramos y Sergio Sesma

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CORAJE Y DETERMINACIÓNJosé María Martínez Hernández, Kote, tiene un papel protagonista en la vida diaria de su pueblo, Fuentes de Magaña. Es de los pocos valientes que -aún hoy- habitan en la localidad y, por ello, ha sido testigo, salvo sus estancias en Madrid, de la historia de Fuentes de los últimos 50 años. Muy observador y, por tanto, gran conocedor del discurrir cotidiano de la localidad y de todos sus vecinos. De los que quedan y de los que se fueron. Ha conocido de primera mano la paulatina despoblación de Fuentes de Magaña en el último medio siglo y como, cada año, sus calles quedan desiertas en los largos meses de invierno y se animan, poco a poco, con la llegada del buen tiempo y, con él, de vecinos y visitantes.

Cuando la dura climatología de la tierra se lo permite, disfruta paseando por el pueblo y sus alrededores, rodando a lomos de su inseparable cabalgadura metálica, su silla de ruedas.

Apasionado ajedrecista, dispuesto a desplegar en cualquier momento el tablero y sus ieles y nobles piezas: caballos, peones y reyes que lo escoltan allá donde vaya. Y pelea hasta el inal contra su rival para ganar la partida, como está acostumbrado a hacer a diario.

Luchador ejemplar, él y su abnegada familia. Vino al mundo hace 50 años y la vida no se lo puso fácil: barreras físicas y sociales, rehabilitación y lucha, son circunstancias con las que se tuvo que acostumbrar a vivir desde niño. Pero también actitudes positivas como coraje, determinación, comprensión y mucho cariño le han acompañado siempre.

Por todo ello, me resulta emocionante brindar esta humilde revista para que Kote nos cuente su gran historia, la historia más íntima de su vida que ahora quiere compartir con todos nosotros, con todo su pueblo. Sin duda, un ejemplo enriquecedor para todos los lectores.

Recaredo García Gaspar

1. Presentación

Hola. Me llamo José Mª. Martínez Hernández Marqués Marín. Aquí voy a intentar contaros pequeñas cosas de mi vida que han sido signiicativas y que marcan lo que hoy soy… Espero que os guste.

Tengo 50 años y vivo en Fuentes de Magaña, en la provincia de Soria, con mi madre que se llama Margarita. Ella tiene 85 años. Tengo dos hermanos, Asunción y Juanma. Asunción está soltera y vive en Madrid. Mi hermano Juanma está casado y tiene dos hijos. Mi cuñada se llama Carmen y mis sobrinos Álvaro, de 25 años y Pablo, de 17. También viven en Madrid. Yo soy el más pequeño de mis hermanos. Mi padre murió hace 6 años y se llamaba Eulogio.

Tengo parálisis cerebral debido a la reacción de tres vacunas y, por ello, un grado de minusvalía del 98%. Para las cosas del día a día, mi madre y yo contamos con la ayuda de Sonia, que es la asistente que manda la Diputación y que nos ayuda a nosotros y a hacer las cosas de la casa. Viene dos horas por la mañana para levantarme, afeitarme, lavarme

los dientes y muchas más cosas. Después vuelve una hora por la noche y me ayuda a ir al baño y me lleva a la cama. En cuanto al in de semana, la Diputación envía a Sonia el sábado por la mañana para levantarme, ducharme y afeitarme y por la noche para llevarme al baño y acostarme. También el domingo me levanta y me acuesta.

Esto es mi presente en Fuentes de Magaña. En cuanto a mi historia, vamos a empezar por el principio…

Fui a la escuela de Fuentes de Magaña durante tres meses cuando tenía siete años. En ese tiempo me pasaron muchas cosas. Por ejemplo, me viene a la cabeza cuando la profesora preguntaba en clase que dijéramos donde estaba Madrid. Ninguno de los niños lo sabía, sólo yo. Además, iba a la escuela con un chico que era muy amigo mío y que se llama Miguel Ángel. Por contaros más cosas, yo también sabía que Madrid era la capital de España y cuando la profesora preguntaba, siempre levantaba la mano (la izquierda claro, porque con la derecha… ¡difícil!). Los niños eran muy majos y se portaban muy bien conmigo. Los que íbamos a la escuela éramos de todas las edades, desde 4 hasta 14 años. Yo era el jefe de la escuela. Hoy, de todos aquellos niños,

Un poco sobre mi vidaPor José María Martínez Hernández

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solamente uno vive en Fuentes de Magaña. Se llama Santi y tiene 53 años. Tiene una casa en Soria y va y viene al pueblo habitualmente.

Yo iba a la escuela siempre por la tarde. En esa época, había un tío, hermano de mi abuela materna, que siempre decía que yo era tonto y a mí no me gustaba. ¡No me gustaba nada! Dejé de ir porque en el año 1971 me fui a Madrid al Hospital La Paz.

2. Mi vida en Madrid

Desde los 7 años hasta los 20 años estuve en Madrid. Primero estuve en La Paz y después en San Nicolás. En La Paz, los médicos y los logopedas pensaban que yo era tonto. Los isioterapeutas eran los únicos que no lo creían.

En la Residencia de San Nicolás estuve otros 5 años. Era un sitio muy caro. Con los isioterapeutas fue más o menos bien, aunque estuve cuatro años con una muy mal. Allí me pasaron muchas cosas durante esos 5 años. Me gustaban tres chicas. Una de ellas era ATS y se llamaba Nati. Un día le dije que me diera un beso y me dijo que no, por lo que lo pasé muy mal. Pero, en cambio, me dejaba subirle la falda del uniforme hasta arriba del muslo y yo mientras la miraba a los ojos y ella me devolvía la mirada. En aquella época había otra chica que era auxiliar de enfermería en prácticas, se llamaba Rosi y también me gustaba pero con ella tampoco tenía nada que hacer.

Una mañana de abril o mayo, salí a tomar el sol a la calle como hacía todos los días. Cuando volví a mi habitación para comer, me di cuenta que me habían robado la televisión, la radio y el radiocasette que tenía. Nunca supe quién me lo había robado pero no me volvió a pasar. Ese mes me negué a pagar la cuota de la residencia, que eran 90.000 pesetas. Este dinero lo

cubría el SACYL que, como no podía hacer la rehabilitación en Soria, me pagaba la estancia en San Nicolás.

Os voy a contar una anécdota que me pasó estando en San Nicolás. Era 31 de diciembre de 1984. Yo, como no tenía calendario, pensaba que era un día normal, otro día más. Ya pasado un rato, me di cuenta de que era Nochevieja y le presté mi tele -la que más tarde me robarían- a una auxiliar para que la llevara abajo, a la sala de enfermeras, ya que ellas no tenían y yo quería hacerles un favor. Entonces, a las once de la noche, le pedí que me vistiera para bajar a ver las campanadas con ellas. Así lo hizo y pase una noche muy divertida con las dos chicas que trabajaban aquel turno. En la residencia de San Nicolás estuve hasta que la cerraron.

3. Mis aficiones

Ahora os voy a hablar del ajedrez, mi aición preferida. Unas navidades, cuando tenía diez años, empecé a aprender. Yo tenía un tío que era cura, hermano de mi madre, que también vivía en Fuentes de Magaña. Un día de Reyes, empezó a enseñarme a jugar al ajedrez y, a partir de entonces, fue mi profesor. Gracias al ajedrez yo comencé a salir más a la

calle ya que antes apenas lo hacía. Todo esto me ayudó mucho y, puedo decir que me hice hombre en un 99% gracias al ajedrez. En el año 1986 jugué en Soria mi primer torneo de ajedrez: el torneo de San Saturio.

Otra de mis aiciones, además del ajedrez, es la informática. Utilizo el ordenador con normalidad para ver el correo, chatear y también, como no, para jugar al ajedrez por internet. Al principio no me gustaba, no entendía y no sabía muy bien cómo usarlo pero, poco a poco, fui cogiendo práctica y ahora paso muchos ratos con un ordenador portátil que tengo en mi casa. Tengo contratada una tarifa plana de internet y así puedo usarlo a cualquier hora. Antes, tenía una tarifa diferente que sólo podía utilizar por la tarde y por

la noche (de seis de la tarde a ocho de la mañana). Me gustan mucho las nuevas tecnologías y estar pendiente de las cosas nuevas que salen. Ahora me he comprado un móvil nuevo que tiene datos e internet, me he descargado el whatsapp y hablo mucho con mis amigos. Además, con estos teléfonos, se pueden hacer un montón de cosas, así que estoy encantado. Por ejemplo, he grabado esta historia en voz y la escucho de vez en cuando, a ver si me gusta, si quiero cambiar cosas…

4. Mi vuelta a Soria

Como ya os he dicho, yo estuve en Madrid hasta el año 1985 y volví a Fuentes de Magaña el 25 de junio de ese año. Al día siguiente, 26 de junio, fui al Centro Base de Soria por primera vez. Recuerdo que era un miércoles. Allí me vio el médico, la trabajadora social y el psicólogo y me hicieron diferentes pruebas. Dos años después, en 1987, me llamaron para empezar los tratamientos. Empecé isioterapia con Mª Vi tres días a la semana y, más adelante, en 1995, empecé también logopeda dos días a la semana con Carmen Cruz. De Carmen Cruz me hice muy amigo y nos contábamos muchas cosas. Todo esto fue hasta 2003, año en que terminaron los tratamientos y me volví a Fuentes de Magaña. Durante esta época, también pasaron otras muchas cosas…

Cuando volví de Madrid en el año 1985, fui a vivir de nuevo a casa con mis padres a Fuentes de Magaña. Un año después, una noche vi en la tele un reportaje sobre personas con mucha discapacidad física que estaban en silla de ruedas como yo y que vivían solas. Fue entonces cuando

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empecé a pensar en la idea de poder vivir solo. 13 años más tarde, en el año 1999, volví a pensar en esa posibilidad idea y me planteé que hubiera pisos tutelados de la Junta de Castilla y León en los que, por ejemplo, mujeres que hubiesen sido maltratadas vivieran allí y yo con ellas. De esa manera, me podrían cuidar a coste cero.

Mucho tiempo después, y sin dejar de rondarme la idea en la cabeza, me di cuenta que eso era inviable, principalmente porque las mujeres que viven bajo tutela lo hacen en pisos protegidos que nadie puede conocer y porque no existen otras experiencias de personas con discapacidad cuidadas por este tipo de mujeres. Esto, al menos, es lo que me dicen los trabajadores sociales. Pero yo no lo entiendo del todo y sigo pensando que se podría llevarse a cabo en mi caso y, aunque la gente me dice que no, a mí no se me quita la idea de la cabeza. En el Centro Base, ya hace 15 años, la trabajadora social y el psicólogo, Eduardo, me dijeron que era muy difícil que yo viviera con estas mujeres. Entonces, a mi amigo Paco –Paqui- se le ocurrió una brillante idea: que yo me pudiera casar con alguna de aquellas mujeres que habían sufrido maltrato. En aquel momento le dije que no, pero actualmente, diría que sí y viviría casado con alguna de ellas.

Para mí, la vida es una partida de ajedrez y yo juego con las ichas negras. La vida es difícil y yo puedo perder. A veces la gente y la familia ayudan y otras muchas veces no.

5. Mis viajes

Yo no he viajado mucho, como ya sabéis, por mi situación. He vivido en Madrid y en Fuentes de Magaña, pero sí hubo una época en la que se pudieron

organizar vacaciones para que yo disfrutara, entre otras muchas cosas, del encanto de la playa. Así, en 1986, me fui la primera vez de vacaciones a Murcia, a la Manga del Mar Menor. Allí estuve 15 días organizados por FRATER, que es una asociación religiosa de ocio que hay en Soria. No lo pase muy bien. Una noche todos salieron a cenar y no me dijeron nada, así que me enfadé bastante. Sin embargo, de la playa disfruté y me gustó muchísimo.

En 1987, a pesar de que mi padre me insistió para que fuera, no quise volver porque la experiencia del año anterior no había sido buena. Pero en 1988 y 1989 regrese a la Manga del Mar Menor y lo pase mejor. Y es que a mí me gusta mucho la playa, tomar el sol y tomar cañas en los bares. Además, la gente con la que fui era muy maja y los días en Murcia se pasaban volando.

Cuando volví de la playa en 1989 me compré la primera silla con motor o silla de ruedas eléctrica.

6. Mi pueblo

Ahora os voy a contar cosas de mi pueblo, Fuentes de Magaña, y de cómo paso allí los veranos, que es la época más animada del año. En invierno casi no salgo de casa, salvo los lunes y jueves que voy a ASPACE por las mañanas. Desde 1980 empecé a salir por las noches: un rato a la calle y otro rato al bar, con la gente del pueblo y también con la gente de fuera que venía a pasar las vacaciones de verano y septiembre con la familia.

Durante el segundo in de semana de septiembre se celebran las iestas patronales. Hay muchas cosas: una cena popular, baile,

verbena, misa, procesión del Santo Cristo del Consuelo y actividades para los niños. Además en las iestas de mi pueblo hubo un torneo de ajedrez y yo lo gane la primera vez que se hizo. Aunque hubo muchos participantes, yo fui el mejor.

A partir de ahí, yo salía mucho más por el día y por la noche al bar de Fuentes de Magaña y jugaba con las personas que allí hubiera al ajedrez.

Con respecto a mis salidas nocturnas, un amigo mío me escribió esto que quiero compartir con vosotros:

“Amigo Kote, en este mismo momento voy en tren, regresando de Barcelona y cuando empiezo a recordar los buenos momentos vividos juntos en nuestro querido pueblo de Fuentes de Magaña, me dan ganas de que no pare el tren, que pase de largo y que no pare hasta llegar a Fuentes para darte la gracias y un fuerte abrazo.

Con Kote, tengo recuerdos imborrables que quiero comparir.

Tu, Kote, nos enseñaste muchas más cosas de las que nosotros te pudimos enseñar a i. Me ensañaste a jugar al ajedrez perdiendo, y perdí tantas veces conigo, que aún recuerdo la primera vez que te gané! ¡Uf!, ¡me consideré el mismísimo Kasparof! Con esto me ayudabas a crecer como persona y, a la vez, me hacías senir feliz porque era una gozada estar conigo.

Pero lo que no cabe duda es de los momento vividos en el remojón, en la peña. Y ¿qué me dices de esas cenas de pajarillo y caracoles? Recuerdo (seguro que tú también…), aquella cena en la peña que teníamos en la casilla del Chapela. ¿Recuerdas? (en este mo-mento seguro que estás sonriendo…) Teníamos luces de colores, música de los Beatles y de los BeeGees y unos caracoles (no recuerdo que madre los hizo…) que se iban del mundo…pero lo que más nos gustaba era…el vino…

Cuando terminamos la cena y la musiqueta, nos dispusimos a bajarte por aquellos tres escalones que creo tenían por lo menos un metro de altura

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cada uno...y tu, coloradillo…y los demás igual que tu…Nos dispusimos a bajarte con aquella silla de hierro que pesaba un quintal…Y entonces, - ahora, seguro que lo recuerdas… y no sé si te reirás ahora tanto Kote!-… se nos escapó la silla de las manos y...”chof”… menudo piñazo te diste… Eso si… bajaste rapidito, rapidito. Pero como ya en su momento eras un ipo espectacular, recuerdo tu sonrisa cuando te levantamos y los rasguños pasaron a un segundo plano. Luego te llevamos con la Margarita, tu abnegada madre, y como un Ángel de la guarda lo que nos dijo fue…¡Gracias!

Otro momento que tenemos grabados los dos, es aquel en que conocimos a la Pamplonica, que descendía de Valdeprado. Menudo veranito, todo emocionados con esa cara nueva, con esa mirada y con ese cariño que nos mostraba ¿verdad?... Estoy seguro que ahora seguro que ríes otra vez…

Siempre me he senido muy a gusto conigo. Recuerdo emocionado cuan-do te escribía cartas a Arturo Soria (Madrid) y lo que signiicaba para mí cuando recibía tus respuestas.

Bueno amigo, escribiré otros capítulos de los muchos que hemos vivido juntos, pero voy a esperar que se agoten en las librería la 1ª edición de tu libro y así para la 2ª edición tendremos más material.

Un fuerte abrazo de tu quinto y amigo que te quiere.

Javi”

Javi es quinto mío, además de un gran amigo. Él vive en Tudela, y viene muchas veces a nuestro pueblo, Fuentes de Magaña.

7. ASPACE

Ahora hablaré de esta última etapa en la que sigo viviendo en Fuentes de Magaña y voy a ASPACE a Soria dos días a la semana. ASPACE es la asociación de parálisis cerebral y patologías aines de Soria. Allí van niños y mayores como yo que tienen problemas para moverse, caminar, hablar o aprender y que necesitan hacer rehabilitación. Además, allí también hay un servicio de respiro familiar y los chicos pueden

quedarse a comer y por las tardes a hacer actividades. Cuando me quedo en respiro, suelo jugar con la Wii. Sobre todo me gustan juegos como el tenis o los bolos.

Actualmente, los lunes por la mañana hago una sesión de isioterapia y otra de terapia ocupacional, y los jueves, además de estas dos, hago ejercicios de logopedia con Pili, como soplar una botella, movilizaciones en la boca, la lengua y los músculos de la cara. También le cuento cosas que hago en mi tiempo libre. En mayo de 2014 dejé de hacer logopedia ya que vino una chica nueva a sustituirla. Se llama Bea y es muy maja.

En isioterapia hago estiramientos, volteos y movilizaciones, unos días en la camilla y otros en una colchoneta. Además, ahora Marta, que es la isio de ASPACE, me aplica un nuevo tratamiento que consiste en pincharme en algunos músculos y, gracias a esto, estoy ganando movilidad y funcionalidad en mi brazo derecho, que es el que nunca, desde hace muchos años, he movido.

En terapia ocupacional trabajo lectura, comprensión y escritura. Hacemos frases, dictados y utilizamos mi tablero de comunicación. Cada día conozco más letras y escribo mejor, más pequeñito y más legible para los demás. Es aquí donde estoy escribiendo con Rebeca esta historia, que espero que os guste mucho a quienes la leáis.

Además, en ASPACE está Laura que es la que se encarga de hacerme algún papeleo cuando lo necesito. Y, gracias a Jorge, que es el conductor de la furgoneta, puedo venir a Soria, ya que él me lleva y me trae los lunes y los jueves.

Los jueves, cuando estoy en rehabilitación, suele venir a visitarme mi tía Vitoria, que es una de las hermanas de mi padre. Ella vive aquí en Soria y se da un paseo para venir a verme y darme un beso.

8. La despedida

Cuando empecé a escribir esta historia, le pedí a varias personas que me mandaran unas líneas para compartir con vosotros… Aquí os dejo lo que mi sobrino Álvaro, el hijo mayor de mi hermano Juanma, ha escrito sobre mí:

“Kote se levanta por las mañanas con una sonrisa en la boca. Lo visten con su inesimable colaboración, lo asean y lo mandan a la cocina. Según sea la época del año, mayor o menor será su estancia en esa habitación. Cuando es invierno se dedica a mirar nevar, llover o granizar por la ventana. También ve sus series y películas en la televisión. Y cuando se tercie juega al ajedrez, su verdadera pasión. Y es que nuestro protagonista es campeón de casa, del pueblo y de Soria en esa disciplina. Sus numerosos trofeos, colocados estratégicamente en su dormitorio, quizá para no perderlos de vista y recordar sus mejores jugadas mientras se entrega a Morfeo, así lo tesimonian. Pero no es un campeón ípico, como esos que acostumbramos a ver en televisión. Sí, esos que cuando ganan se mofan del rival sibilinamente y que cuando pierden buscan excusas y culpas con la boca pequeña. No, no. Kote es un campeón nato porque cuando gana lo disfruta y, a la vez, hace su victoria extensiva a todos los oponentes y observadores, y cuando pierde realmente sabe perder, con la sonrisa y el agradecimiento como bandera. Sólo una persona que ve la realidad desde su perspeciva conoce el signiicado de la victoria.

Cuando llega la primavera, Kote la recibe con singular alegría. Ahora podrá salir con su carro a recorrer los incontables parajes de los alrededores del pueblo. Tanto puede ir lento como una pausada y disfrutada conversación, como rápido como una exigente y sudorosa sesión de fooing. Las plantas darán sus lores ante su paso fugaz, recibiéndole con toda su belleza. Kote, amante como es de la naturaleza, volverá día a día a vigilar su avance y cuidar su preservación. La llegada de la primavera también trae un aumento constante de temperatura, por lo que sus estancias durarán más y más

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a medida que se acerca el verano, que es el período en el que pasa más iempo paseando y regalando sonrisas por el pueblo (y paridas de ajedrez).

Cuando el sol más apriete, buscará la sombra bajo un platanero de la plaza y con su sonrisa picarona te invitará a sumergirte en una parida que seguro no te dejará indiferente: aprenderás, aunque creas que ya lo sabes todo, sobre el ajedrez, y si relexionas un poco, sobre la vida.

Pero Kote no es sólo un extraordinario jugador de ajedrez, un defensor de la naturaleza o un experto en series televisivas; es, además, un consejero vital sin igual. Su observación paciente, fuente de invesigación en antropología, es desarrollada por él siempre sin ingimiento ni pose. No le gusta ser el centro de atención, pero está al lado de quién más necesita que se la presten. Si Kote fuera una metáfora del mundo, no lo sería de éste, sino de uno genial que está por venir.

Cuando Aristóteles hablaba de la virtud, Cicerón del buen gobierno de las cosas y la prudencia, Rousseau de la fraternidad, Sismondi de la felicidad, Nietzsche del superhombre, Rawls de la equidad, Ellacuría de la jerarquía de los valores, sin duda intuían a nuestro protagonista. En ciencia podemos aprender por medio de la inducción o la deducción. La deducción va de lo abstracto a lo concreto, o de la idea a la cosa observada. La inducción, en cambio, va de lo observado a la idea. Los autores citados usaron la imaginación para ir a lo concreto. ¡Cuánto esfuerzo hubieran ahorrado si pudieran haber convivido con Kote! ¡Así habrían inferido sus Océanas sin necesidad de la imaginación! No sólo representa lo mejor de la dignidad humana, sino

también el ejercicio de la virtud que se aprende escuchando y compromeiéndose con la vida y con loreal (¡ay, parisinos! ¡Cuánto nos enseñasteis!). Kote es una primavera que nunca acaba, un lorecimiento permanente que contagia al ajeno. La comuna impersonal está personalizada en él. Él es la demostración de que la utopía es real, y que, como decía Víctor Hugo, “lo que hoy es imposible, mañana la revolución lo hace posible”.

Si te lo encuentras por las calles, montes, torneos de ajedrez o charlas de ilosoía, fútbol o sociología, no dudes en hablarle y en escucharle atentamente. No te arrepenirás. Quizá le pidas su WhatsApp, quizá vuelvas todos los días a la misma hora al lugar donde lo encontraste, o quizá lo lleves en el recuerdo para siempre. Sea cual sea tu opción, la suya será siempre la graitud.

Álvaro”

Como ya os he contado, el ajedrez es mi gran pasión, por eso quería terminar compartiendo con vosotros todos mis trofeos. ¡La gente dice que soy bueno! Jejejj.

Para terminar con mi historia, os quiero contar como será cuando ya no esté. Me

haría mucha ilusión -y ya lo he hablado con algunas personas-, que cuando muera me incineren y, desde un helicóptero, echen mis cenizas por mi querido pueblo, Fuentes de Magaña.

Mientras he estado trabajando sobre esta historia, he leído muchas cosas. ¡Aprovecho para contaros que cada día leo mejor! He sacado varias frases que me gustaría compartir con vosotros:

“el amor no tiene cura, pero es la única medicina para todos los males.”

“En tu vida puedes hacer de todo un problema o de todo una solución; según que camino elijas, tendrás tu vida llena de problemas o llena de soluciones.”

“Si lloras porque no puedes ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”. Hace poco leí esta frase en el móvil de una amiga y me encantó.

“En tu VIDA puedes

hacer de todo un

problema o de todo una

solución; según que

camino elijas, tendrás tu

vida llena de problemas

o llena de soluciones”

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La mayoría de los lectores de esta revista conoce que su nombre -Los Pingotes- es replica del de

las dos sencillas columnas que se levantan próximas a la localidad de Fuentes de Magaña y de las desconocemos su signiicado y origen. Dado el protagonismo local de esta humilde construcción, en 2007 elegimos el nombre de “Los Pingotes” para bautizar a nuestra reciennacida publicación. En este artículo trataremos de conocer algo más acerca de estas misterioras columnas.

Situadas en el conocido como alto de la Horca y a 500 metros aproximadamente del pueblo de Fuentes de Magaña en dirección noroeste, se levantan estas dos columnas de piedra de las que desconocemos su origen. Separadas entre sí 1,75 metros, con una altura aproximada de 2 metros cada una y con un diámetro de unos 60 cm., enmarcan, si nos situamos justo detrás de ellas, una bella imagen del pueblo con el majestuoso Moncayo como telón de fondo.

No se conocen documentos escritos que daten esta sencilla construcción, pero la tradición oral, transmitida de generación en generación, habla de los pingotes como un lugar de castigo donde se colgaban o exponían a los condenados para su escarnio y humillación tras la comisión de algún delito o fechoría. Y aunque puede distorsionar los hechos con el paso de los años, la transmisión oral es considerada como una fuente de información para el conocimiento de la historia y de las costumbres de un lugar. Por tanto, valoremos esa tradición oral que atribuye a los pingotes su función, en tiempos pasados, como un instrumento para el castigo o la tortura.

Viene a reforzar esta tesis basada en la tradición oral, el hecho de que también a los pingotes se les conozca popularmente

con el nombre de “la horca” y que al cerro donde se ubican se le llame igualmente el alto de la Horca. El topónimo es el nombre con que se conoce un lugar en relación con diferentes factores vinculados al mismo como, por ejemplo, algún hecho histórico relevante o el uso que al lugar se le hubiese dado en tiempos pasados. Es este último supuesto –su uso en el pasado- lo que haría verosímil que este lugar pudiese haber sido un enclave para realizar ahorcamientos. Por tanto, la toponimia refuerza la tesis del uso de los pingotes como horca, en algún momento de su historia, dado el nombre que recibe la colina sobre la que se levantan.

Junto a su nombre, otro aspecto a estudiar es su datación en el tiempo. El origen de esta construcción resulta difícil de determinar, aunque si que existen documentos escritos que hablan de la misma. Ya en el Catastro del Marqués

“Hay un artefacto al cual llaman el del Orcajo

y dista de la población cuarto y medio de legua”

(Catastro del Marqués de la Ensenada. Año 1752)

Resulta difícil determinar el origen y inalidad de las dos columnas de piedra que se levantan en las proximidades de la localidad de Fuentes de Magaña. Podría ser que en el pasado se hubiesen destinado al castigo de infractores condenados a penas de

exhibición pública o incluso de ahorcamiento.

LOS PINGOTES: ORIGEN Y SIGNIFICADOPor Recaredo García Gaspar

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de la Ensenada, en el que se hace una radiografía de los pueblos de España a mediados del siglo XVIII, al referirse a Fuentes de Magaña en 1752, recoge que en la localidad “hay un artefacto al cual llaman el del Orcajo y dista de la población cuarto y media de legua”. Dicho texto, por tanto, conirma su existencia hace dos siglos y medio y expresa su denominación “Orcajo”, vocablo que bien podría hacer referencia a su uso como horca en algún momento.

El ahorcamiento como método para dar muerte es muy antiguo. En España, la horca tiene un origen probablemente medieval y su uso fue frecuente durante la Edad Media, contando, desde entonces, con una larga tradición a lo largo de los siglos. Se aplicaba en pueblos y aldeas y formaba parte de las costumbres locales, siendo tradicionalmente la horca una pena capital infamante cuyo in, además de ejecutar, era denigrar al condenado y, por extensión, a su familia. Su uso muchas veces respondía a criterios clasistas y así, por respeto, no se imponía a los nobles a los que, en caso de ser condenados, se les aplicaba la pena de garrote o decapitación, dejando el ahorcamiento para los plebeyos.

En la edad moderna, a partir del siglo XVI, la horca fue el método de ejecución más habitual aplicándose, junto con la decapitación y la hoguera, hasta bien entrado el siglo XVIII. En 1775, Carlos III sustituyó la pena de muerte en la horca por el garrote vil. A inales del siglo XVIII, inluenciada por el espíritu de la Ilustración, surge en España una corriente abolicionista que aboga por la eliminación de la pena de horca, siendo las Cortes de Cádiz las que, mediante un decreto de 1812, la suprimen deinitivamente:

“Las Cortes generales atendiendo a que ninguna pena ha de ser trascendental a la familia del que la sufre; y queriendo al mismo tiempo que el suplicio de los delincuentes no ofrezca un espectáculo demasiado repugnante a la humanidad y al carácter generoso de la Nación Española, han venido a decretar que desde ahora quede abolida la pena de horca, sustituyéndola por la de garrote, para los reos que sean condenados a muerte”.

La restauración absolutista de Femando VII conllevó la anulación de todos los

decretos de las Cortes de Cádiz y, en ese contexto histórico, se recuperó en España la pena de muerte por horca, aplicándose de forma continuada hasta que en 1832 quedó deinitivamente abolida en la jurisdicción ordinaria. No obstante, en la jurisdicción militar pervivió hasta bien avanzado el siglo XIX.

A pesar de la abolición de la horca como pena capital, la pena de muerte por otros métodos como el fusilamiento o el garrote vil, fue aplicada en España, con mayor o menor intensidad en función del momento histórico, hasta que la Constitución Española de 1978 la suprimió deinitivamente. En su artículo 15 declara que “queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra”. La pena de muerte fue abolida del código penal militar con la Ley Orgánica 11/1995 del 27 de noviembre.

Pero también a los pingotes se les ha querido atribuir la función de picota. La picota era un poste o columna en el que se exponían los reos y los malhechores que eran ajusticiados y castigados mediante su exposición a la vergüenza pública.

La tradición cristiana identiica la columna como un elemento utilizado para la tortura en la época de Cristo. Así, los Evangelios describen una escena en la que aparece Jesucristo ante Poncio Pilatos, atado a una columna, despojado de sus ropas y sometido a las burlas de los allí presentes. Esta escena evangélica ha

dado lugar a varias imágenes religiosas que muestran al denominado “Cristo atado a la columna”.

La pena de exhibición en la picota ya aparece legislada, en el siglo XIII, en el libro de Las Partidas de Alfonso X, considerándose una pena leve impuesta a los delincuentes para su deshonra y castigo. En la partida 7ª, dedicada a los delitos y su castigo, se puede leer como pena y deshonra del condenado, “lo ponen en la picota, desnudándolo y haciéndolo estar al sol untado de miel para que lo coman las moscas alguna hora del día”. Se trata de una pena cuya inalidad es castigar, humillar y ser ejemplarizante. Fueron tan habituales en épocas pasadas las picotas en los pueblos, que su uso ha popularizado la frase aún hoy utilizada «poner en la picota», que signiica poner en evidencia a una persona o sus defectos ante los demás.

Las picotas, usadas desde la Edad Media hasta el siglo XIX, son columnas de piedra que fueron construidas mayoritariamente durante los siglos XVI y XVII, debido a las exenciones otorgadas a los lugares que hicieron contribuciones económicas a la Corona para afrontar los cuantiosos gastos de la guerra. Según diversas fuentes históricas, se colocaba al condenado sobre una tarima y su garganta o sus muñecas se sujetaban con una argolla o grilletes de hierro, unidos a un poste mediante una cadena o soga. Allí quedaba expuesto para conocimiento público. En ocasiones, se untaba al reo de miel o se le emplumaba, colocando junto a él un escrito con indicación del delito cometido.

La pena de la picota fue abolida en Francia en 1832 y en Inglaterra en 1837. En el estado de Delaware (EE.UU.) permaneció

Grabado de la serie Los desastres de la guerra. Francisco de Goya.

Cristo atado a la columna de Diego de Siloé. Catedral de Burgos.

El papel de la horcaen el pasado

La picota y el escarnio

público

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22 LOS PINGOTES

en vigor hasta 1905. En España, a raíz de un Decreto de las Cortes de Cádiz de 1813 que ordenaba la demolición de todo signo de vasallaje que hubiese en los pueblos, se destruyeron bastantes picotas. No obstante muchas han llegado hasta nuestros días y se conservan varias en la Meseta Castellana, siendo Soria, junto con Guadalajara, Toledo y Burgos, las provincias con mayores restos de este singular monumento. Un ejemplo bien conservado y cercano a Fuentes de Magaña es la picota de Valtajeros que da nombre a la plaza donde se ubica, aunque su enclave original fue el patio de la iglesia.

Pero las columnas conservadas en Fuentes de Magaña presentan una serie de singularidades. Habitualmente la picota se colocaba en la entrada o salida de los pueblos o incluso en la plaza pública, dado el citado in aleccionador que, frente al delito, se perseguía con la exposición pública de los castigados. En el caso de los pingotes, éstos no se encuentran en la plaza ni en un lugar céntrico del pueblo, sino fuera de la localidad y ligeramente alejado. Cabe pensar que su enclave en el punto elevado en el que se hallan fuese lugar de paso entre los pueblos y aldeas que en el pasado circundaban estas sierras. Otro rasgo curioso y singular de la construcción de Fuentes de Magaña es la doble picota, frente al resto de ejemplares conservados en otros lugares constituidos por una sola columna. Por último, la construcción de Fuentes de Magaña carece de todo ornamento y está elaborada con piedra basta, cuyas piezas superpuestas quedan unidas con argamasa de cal y arena, pero colocadas con maestría a tenor de su capacidad para resistir el paso de los siglos.

Frente a esta factura sencilla, otros modelos son de talla más elaborada como el del vecino pueblo de Valtajeros que, pese a prescindir de lorituras y adornos innecesarios, presenta un aspecto de obelisco formado por tres piedras superpuestas de corte cilíndrico y una cuarta apuntada en la parte superior. Cabe destacar que en Atanzón (Guadalajara), existe un rollo de justicia del siglo XIV que recuerda en su elaboración a las dos columnas de Fuentes de Magaña. También en este caso, el rollo se ubica fuera de la población y dista desde la plaza mayor unos 500 metros. Su construcción en piedra caliza recuerda la de los pingotes, si bien el rollo de Atanzón culmina en la parte superior con cuatro salientes en forma de cruz o ménsulas sencillas que lo dotan de un mayor ornamento.

Con todo lo expuesto hasta ahora, cabe concluir que estas columnas fueron probablemente en épocas pasadas instrumento para la aplicación de la justicia local y compañeras

forzosas de reos y condenados que eran prendidos a ellas para recibir su castigo. Afortunadamente, la tortura y la humillación fueron hace años desechadas en nuestro país como métodos justicieros y hoy los pingotes tan solo son testigos mudos y ociosos del paso del tiempo en las Tierras Altas de Soria. Que su permanencia inalterable en el tiempo permita recordar siempre que el respeto por la vida y la dignidad de las personas esta por delante de cualquier cosa y que, incluso en la aplicación de la justicia, son derechos irrenunciables.

En materia de conservación de este tipo de construcciones, cabe destacar que el Decreto 571/1963, de 14 de marzo, sobre protección de los escudos, emblemas, piedras heráldicas, rollos de justicia, cruces de término y piezas similares de interés histórico-artístico, sigue todavía vigente y su contenido ha sido asumido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. Dicho decreto establece una protección genérica de todo este conjunto de bienes, determinando que sus propietarios o usuarios, cuando la antigüedad de aquéllos sea de más de cien años, no podrán cambiarlos de lugar ni realizar en ellos obras o reparación alguna sin autorización del órgano competente en materia de patrimonio. Su cuidado se encomienda a los Ayuntamientos, que serán responsables de su vigilancia y conservación, debiendo poner en conocimiento del organismo competente cualquier infracción de las normas vigentes sobre la materia, sin perjuicio de que en los casos de urgencia, los propios Municipios adopten provisionalmente las medidas de seguridad y precaución que estimen oportunas.

Picota de Valtajeros.

Rollo de justicia en Atanzón (Guadalajara)

La conservación del patrimonio

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LOS PINGOTES 23

Recuerdos y vivenciasLa alcabala

Si algo hay que produce rechazo en la vida de nosotros, los ciudadanos de a pie, son los impuestos y las

tasas. Son necesarios, pero pensamos que las distintas administraciones meten las manos en nuestros bolsillos para, luego, devolver poco a cambio; máxime en esta época donde paso que damos, charco de corrupción que pisamos. A pesar de todo y de todas las personas implicadas en su recaudación, es necesaria su existencia para que esta sociedad, en la que nos ha tocado vivir, funcione.

Había en Fuentes de Magaña, en el Fuentes de mi niñez, un impuesto que llamaba mi atención: la alcabala. Después, estudiando derecho iscal volvió a surgir en mí la curiosidad por el impuesto y la palabra que lo deinía. Un impuesto con el mismo nombre estuvo vigente en Fuentes hasta bien entrados los años 60 del pasado siglo.

El vocablo, alcabala, proviene del árabe. La alcabala era el impuesto que había que pagar, en los zocos, por las transacciones de bienes y mercancías. Deinía la cantidad a pagar al “concejo” por el cambio de dominio de producciones y bienes. Este era un impuesto que, históricamente, está datado desde el siglo XI. La moneda circulante entonces era el maravedí que se dividía en cuarenta meajas. Cada compra o

transacción soportaba el 5% de impuesto, o sea dos meajas por maravedí gastado.

En 1340, las Cortes de Castilla y León aprobaron la solicitud de Alfonso XI de instaurar este impuesto. El Rey motivó su petición en los gastos que iba a suponer las conquista de Algeciras a los árabes. La cesión del impuesto a la Corona se hizo por un año pero, trascurrido este plazo, ya nunca se devolvió a los concejos. Durante cinco siglos este impuesto indirecto sobre las ventas fue una de las fuentes de inanciación más importantes de la monarquía española. Si inicialmente se aplicaba un 5%, en el siglo XVII, con las continuas guerras emprendidas por los reyes de la Casa de los Austria, el tipo impositivo de este tributo se elevó hasta el 14%.

En 1985 se suprimió el impuesto a nivel estatal. De este impuesto, Jovellanos decía en su informe de la ley Agraria: “El impuesto de la alcabala sorprendía a los productos de la tierra desde el momento que nacen, los persigue y muerde en toda su circulación sin perderlos jamás de vista, y no suelta su presa hasta el último instante de su consumo”.

Tras las pinceladas históricas, volvamos a la realidad de nuestro pueblo. Un tipo de tasa o impuesto, con las mismas connotaciones, estuvo vigente hasta la década de los años 60. La recaudación de la tasa o impuesto corría a cargo del alguacil. Al mismo tiempo que cobraba su trabajo por avisar, con cinco toques en diferentes sitios del pueblo, que había llegado un vendedor ambulante a la plaza, cobraba la cantidad de alcabala estipulada por el ayuntamiento. La misma tasa pagaban “el Cachipas” y Ramón que, caminando

con su macho del ronzal por las calles del pueblo, vendían, respectivamente, plantas de col y cerezas de la vega. La misma que pagaban los Relojes de Arnedo, o Mario, que instalaban sus puestos debajo de los árboles de la plaza y se supone que el “negocio” tenía más beneicio. El mismo impuesto que pagaba “el Cusco” que llevaba, en su carro, toda la quincallería – mercería utilizada en la sociedad rural de los años 50. Ezequiel ponía su furgoneta cargada de “telas” en la puerta de la Casa del Concejo y por ello también pagaba el mismo impuesto. Mi curiosidad infantil se preguntaba: ¿y los laneros y hueveros por qué no pagan? Y alguien me dijo, porque estos compran y pagan “en mano” cosas que producimos y los otros se llevan nuestro dinero a cambio de sus mercancías. Fue mi primera lección de iscal. La actividad económica era así de fácil, no había dinero “negro”, había “pago en mano”. Eran otros tiempos pero quizá los mismos hábitos. Hoy tenemos todo más reglamentado, incluso, en los pueblos. Hay normas que, aunque no tengan sentido y se pueda evitar su cumplimiento, sin perjudicar a terceros, como son legales se exige cumplirlas ignorando el sentido común.

Por Ismael Valer Marín

La alcabala era el impuesto que había que pagar, en los zocos, por las transacciones de bienes y mercancías.

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Recuerdos y vivenciasLa calle de abajo

En los años cincuenta del siglo pasado, la calle de Abajo arrancaba de un vado que conducía las aguas

de los corrales hasta el inicio del barranco. Allí terminaba la conducción rústica y megalítica, hecha de piedras verticales y horizontales, que todavía discurre por debajo de la “plaza hueca”. Recogía las escorrentías del barranquillo. Esta conducción produjo el saneamiento del terreno y dio lugar a la “plaza hueca”. Se realizo la obra en 1932 juntamente con el abrevadero, la fuente y, detrás del horno comunitario, los lavaderos.

La calle de Abajo tiene una suave y continua pendiente que se agudiza al inal de la misma. En aquellos tiempos, este inal era duro en verano y resbaladizo en invierno. En verano, los peñascales, que eran su lecho natural, sonaban duros al ser hollados por las herraduras de las caballerías. Este trozo de calle probaba a los animales de tiro de aquellos carros con grandes ruedas de madera cubiertas de hierro. La estación invernal producía, con las aguas de los corrales, planchas de hielo que había que sortear para llegar a la plazuela de la Iglesia y las niñas, camino de la escuela, las evitaban durante todo el invierno.

Los habitantes del pueblo transitaban esta calle por razones culturales, camino de la escuela; por motivos religiosos, camino de la iglesia; por motivos sanitarios, camino de la farmacia; por ocio, en ella se iniciaban los paseos hasta Cerbón y por motivos económicos. Hablando de motivos económicos, había al comienzo de la calle, a la izquierda, una subida que

conducía a la casa donde los dueños de la misma cuidaban los cerdos que fertilizaban a las cerdas, animales que contribuían con sus lechigadas, decisivamente, a la dura economía familiar de las décadas 30, 40, 50 y 60 del siglo XX. El cuidado y la explotación de los cerdos reproductores era objeto de subasta en el Concejo anual de San Miguel.

Un poco más adelante, a la derecha, una rampa y unas escaleras de piedra daban entrada a la casa del farmacéutico. La farmacia estaba instalada en los bajos de la casa. Detrás de un pequeño mostrador había una estanterías que soportaban el botamen. Los botes de cerámica contenían las diferentes sustancias con las que el boticario, Don Emilio, preparaba sus formulas magistrales. Entonces, las farmacias despachaban más formulas magistrales preparadas en la propia farmacia que productos preparados por la industria. D. Emilio se traslado a Abejar y la farmacia se convirtió en botiquín regentado por el médico, D. Abel. Recientemente ha habido intentos de volver a abrir este servicio pero la realidad de la población los ha hecho inviables.

Seguimos en la calle. Más adelante, a la izquierda, tenía su taller un artesano car-pintero, Iluminado “El Minao”, hombre bueno donde los hubiere. Con hachas, azuelas, garlopas y barrenas trabajaba la madera. Hacia timones, cambas, dentales, pescuños, orejeras y estevas, que unidos por las belortas y el clavo, ensamblada la reja, constituían el arado romano. Esta he-rramienta junto con el yugo eran impres-cindibles para el labrador de aquellos años.

Saliendo de aquel taller la vista se encon-traba con un espacio abierto: Plaza de Dª Isabel Villaplana de Ramos, esposa del prohombre que subvencionó la construc-ción de la fuente, el pilón, los lavaderos y la escuela de niñas. Desde un rincón de esta plaza sale una calleja donde vivían y trabajaban dos maestros artesanos: un sastre y un zapatero. El sastre, Félix, era un hombre de baja estatura, con un gran sentido del humor. Tenía su taller en una amplia habitación. A través del balcón, por donde se inundaba de luz, se veían los ar-boles del plantío y se escuchaba el gorjeo de los pájaros. Varias veces estuve en aque-lla habitación para que me confeccionara pantalones, cuya pana mis padres habían comprado en casa de la “Tía Araceli”. El zapatero era un joven que la emigración de los años 60 llevó a Barcelona. Felipe ha-bía aprendido el oicio en Soria. Un maes-tro artesano que tenía su taller en la plaza del olivo le transmitió los conocimientos. Felipe los asimiló bien y rápidamente. Há-bilmente los puso en marcha en su taller. Tenía el taller una amplia ventana con una vista espléndida de “los huertos del lugar”.

Terminaba la calle en la plazuela de la Igle-sia pasando antes por la puerta de la casa de la “Tía Araceli”, mujer muy trabajadora con una acusada hipoacusia en los últimos años de su vida. La calle de Abajo fue testigo del caminar de las niñas hacia la escuela, lucien-do las largas trenzas de su pelo y portando sus cabases y bastidores. Y los domingos, veía como los asistentes a la celebración dominical, convocados por el repique de campanas, se reunían en el amplio atrio y en el portegado que protegía la entrada de la iglesia, solares que ahora ocupan la casa parroquial y el pórtico de la iglesia.

Por Ismael Valer Marín

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Recuerdos y vivenciasUn placer de otros tiempos

Tengo, tengo, tengo, tú no tienes nada ,tengo tres ovejas, en una cabaña. Una me da leche, otra

me da lana y otra me mantiene toda la semana. Canción popular con un gran sentido en Tierras Altas sorianas. Las ovejas proporcionaban a sus habitantes todo lo necesario para vivir: leche, carne y lana. Y como no, con la lana un buen descanso y un placer de otros tiempos: el colchón de lana.

Hasta mediados del siglo XX, el colchón de lana era el más utilizado en toda Europa. El origen del oicio de colchonero se remonta al siglo XIV, con el surgimiento de la especialización y la aparición de los gremios. Los colchoneros ejercían el oicio, como muchos otros artesanos, de forma ambulante; iban de casa en casa con sus escasas herramientas y montaban en cada ocasión su improvisado taller en la calle o en los someros. No obstante, en nuestra tierra, el trabajo de hacer o reparar los colchones era labor que, en muchas ocasiones, realizaban las propias mujeres que vareaban la lana y cosían el colchón.

Para hacer un colchón de lana, lo fundamental era contar con la base principal, una buena lana, lana que proporcionaban las ovejas en el esquileo. La mejor lana se reservaba para el colchón y el resto se vendía. Para una cama de matrimonio se necesitaban unos 18 kg. de lana. Existía la creencia popular de que para evitar el apolillamiento la lana debía trasquilarse y limpiarse en la fase de luna llena.

El trabajo de deshacer el colchón para lavar la lana era de periodicidad anual. Generalmente este trabajo se hacía en el río, en cestos de mimbre y, una vez lavados, los vellones se ponían a secar. Una vez secos, colocaban la lana en el suelo y armadas con una vara larga y lexible, generalmente, de mimbre, sacudían varazos al montón de lana. Varazo tras varazo, golpe tras golpe, las pelotas de borra se rompían, se abrían y se esponjaban. La lana así manipulada quedaba hueca y suelta.

Una vez lavada y vareada, la lana se colocaba sobre la tela del colchón de vivos colores recién lavada. En mi casa, las recuerdo naranjas, verdes, amarillas, con siluetas de lores blancas. Se distribuía la lana uniformemente bien extendida por toda la tela y sentadas al lado de lana y tela, se cosía los cuatro costados. La tela tenía unos ojetes por los que se pasaba una cinta de lado a lado para que la tela no se rodara al mover el colchón cada día. Y es que cada día había que deshacer la cama, quitando sábanas, mantas, colcha. Una vez desecha, el colchón se golpeaba, se ahuecaba y se le daba la vuelta para que, al entrar en la cama por la noche, estuviera bien mullidita.

Hoy en día ir a comprar un colchón es algo complicado. Que si colchones de latex, de visco..., hay tanta variedad que no sabes que comprar y además tienen fecha de caducidad. Dicen los expertos que cada 10 años ha de cambiarse el colchón. Sin embargo, los de lana absorben y expulsan la humedad, acumulan el calor corporal y lo regulan, son autoinmunes

por naturaleza a los ácaros, bajan el ritmo cardíaco y relajan el cuerpo, alivian las molestias de las enfermedades reumáticas y la transpiración excesiva, hacen más llevaderos trastornos nocturnos como el insomnio y permiten un dulce sueño y, todo ello, sin fecha de caducidad.

Hoy recuerdo con añoranza aquellos días de duro invierno, sin calefacción en las casas y con el solo calor que trasmitían los

animales albergados en la planta baja de la casa, hoy convertida en salón y cuarto de baño. Recuerdo el momento de meterme a la cama con el colchón mullido y la cama previamente calentada por la tumbilla.

La tumbilla es un armazón de cuatro palos de madera unidos por otros más pequeños en el medio, para ahuecar la ropa de la cama y poder calentarla con unas pocas brasas que se ponían dentro en una cazuela o braserillo. Este artefacto hacía los inviernos más llevaderos. Su uso era sencillo: se retiraban las sábanas de la cama hacia atrás, se ponía la tumbilla con una lata llena de brasas del hogar, se colocaban los pijamas y camisones al lado y se cubría la cama de nuevo. Así, el entrar en la cama era la gloria. Para sacar la tumbilla había que hacerlo con cuidado para que las brasas no se esparcieran por la cama y para que no se perdiera un ápice de calor.

Ramón J Sender en su obra Tres novelas teresianas dice: Antes de acostarse Teresa su tía calentaba la cama con una jaula de madera, en el centro de la cual había suspendida una gamella con fuego. A aquel artefacto le llamaban “la tumbilla”.

En deinitiva, concluiremos que dormir sobre una cama con un colchón de lana y previamente calentada por medio de una tumbilla fue “un placer de otros tiempos”.

Por Ana Aguado Martínez

La tumbilla es un armazón

de cuatro palos de madera

unidos por otros más

pequeños en el medio,

para ahuecar la ropa de la

cama y poder calentarla

con unas pocas brasas que

se ponían dentro en una

cazuela o braserillo

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Pasado, presente y futuro de la población de Fuentes de Magaña

en el contexto de Tierras Altas y de la provincia de Soria.

Radiografía demográica.

FUENTES DE MAGAÑA: ¿DE LA EMIGRACIÓN A LA DESPOBLACIÓN?

En el corazón de Tierras Altas de Soria se encuentra Fuentes de Magaña, municipio que, como

otros muchos de la provincia, lucha desesperadamente por sobrevivir. El presente artículo aborda la evolución demográica de la localidad y su situación en el contexto más general de la provincia y de las Tierras Altas de Soria.

La evolución a la baja de la población de Fuentes de Magaña ha corrido paralela a la del resto de la provincia. La población de la provincia de Soria en enero de 2013 ascendía, de acuerdo con el padrón de habitantes, a 93.291 personas, dato que la sitúa como la provincia menos poblada de España. Del total de la provincia, un 42,6% de sus habitantes viven en la capital (39.753) y el resto se diseminan en más de 500 núcleos de población, agrupados en 183 municipios, de los cuales, ni siquiera la mitad alcanzan los 100 pobladores y muchos de ellos prácticamente son irrecuperables. Sólo 13 municipios superan los 1.000 habitantes y únicamente Soria capital, Almazán y El Burgo de Osma-Ciudad de Osma rebasan los 5.000. El tamaño medio de los municipios sorianos era en 2013 de 510 habitantes, cifra diez veces inferior al tamaño medio municipal de España ijado en 5.800.

La población de la provincia creció sostenidamente hasta los años 40 del siglo XX, momento en que alcanzó su cifra más elevada. Pero al inal, en el transcurso de dicho siglo, el balance fue negativo: la población soriana se redujo un 60% y, en términos absolutos, descendió desde su valor máximo de 165.855 habitantes en el censo de 1940 a 90.717 en el año 2001. Positivamente cabe destacar que desde el inicio del nuevo siglo la población de la provincia se ha incrementado en casi un 3%. El peso relativo de la población de la provincia en relación con España descendió durante el siglo XX, pasando de ser el 0,81% de la población nacional en 1900, al 0,20 en 2013.

Soria es con diferencia la provincia española menos poblada, con una densidad de población de 9,2 habitantes/km², una de las menores de la Unión Europea, diez veces menor que la española (93 hab./km²) y tres veces menor que la de Castilla y León (27 hab./km²).

Tierras Altas, donde se encuadra Fuentes de Magaña, es una zona montañosa que supera los 1.000 metros de altitud en cualquier punto de su territorio y caracterizada, desde un punto de visto demográico, por estar profundamente despoblada y envejecida. Como en el resto de la provincia, también en Tierras Altas el abandono demográico ha sido intenso en las últimas décadas. Los datos aquí son todavía más desgarradores que en el global de la provincia: si la densidad de población de la provincia, 9,2 hab./km², es un valor preocupante, Tierras Altas presenta signos aún más evidentes de despoblación con 2,3 hab./km². La continua merma de población, el envejecimiento acusado de la misma y el reducido tamaño de sus pueblos, contribuyen a dibujar un futuro preocupante.

Causas y consecuencias de la despoblaciónEl problema arrancó en los años 50 del siglo pasado en los que en los pueblos de las Tierras Altas de Soria comenzó un irreversible proceso de despoblación que ha

ido diezmando la presencia de pobladores en esta zona y al que contribuyeron diversos factores económicos y sociales. Entre las causas económicas destacan el proceso de industrialización en los grandes núcleos urbanos y el consiguiente efecto llamada a la población rural para nutrir de mano de obra las incipientes fábricas; la dependencia económica casi exclusiva del sector primario –agricultura y ganadería- y la incertidumbre e irregularidad de la producción agrícola por su enorme dependencia de la climatología; la progresiva mecanización del campo y el consiguiente excedente de mano de obra campesina; el minifundismo y la tardía concentración parcelaria que vino a hacer más rentable la producción; y, por último, la repoblación forestal que hizo mella en los pastos y provocó la caída de la tradicional actividad ganadera.

Otras causas de la despoblación son de índole social, como la marcha de muchos pobladores en busca de un futuro mejor y de nuevas oportunidades alejadas de la dura vida del campo que apenas daba para sobrevivir a familias con un elevado número de hijos; o la continua marcha de mujeres que, al estar menos ligadas que el hombre a las faenas agrícolas, fueron las primeras en partir a las ciudades a servir en casa de familias pudientes, a trabajar como operarias a las fábricas y, las menos,

Por Recaredo García Gaspar

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a estudiar una carrera. En décadas más recientes, las familias que se lo podían permitir enviaron a sus hijos a la ciudad a “hacer una carrera universitaria” y estos jóvenes, una vez formados y cualiicados, ya no regresaron al pueblo, puesto que allí sus titulaciones académicas carecían de aplicación práctica y, sólo la ciudad, les brindaba posibilidades de desarrollo personal y profesional.

Unos y otros factores contribuyeron al progresivo abandono de estas tierras. Ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza y otras más próximas, como Soria, Logroño o Tudela absorbieron a quienes llegaban en busca de un trabajo y de un porvenir. Así, censo tras censo, la población fue en progresivo retroceso, lo que trajo la desaparición de las escuelas, de los pequeños negocios como las tabernas o las tiendas de ultramarinos, de las pequeñas industrias locales como carpinterías y herrerías y, inalmente, de los servicios médicos y farmacéuticos. Y ante este panorama, hoy resulta difícil, casi heroico, vivir en un entorno de inviernos hostiles y de servicios básicos casi inexistentes.

Todo este éxodo ha provocado un descenso del 81% en el número total de habitantes de Tierras Altas desde 1950 hasta nuestros días, dato muy similar al correspondiente a Fuentes de Magaña que, en el mismo período, pasa de 413 habitantes a 87. La emigración campo-ciudad fue especialmente intensa en las décadas de los 60 y los 70 del siglo XX y se mantuvo, aunque más moderadamente, hasta los años 90. A este continuo desgaste poblacional provocado por la emigración, ha seguido en los últimos 25 años un crecimiento natural negativo derivado de un elevado envejecimiento de la población, lo que provoca un reducido número de nacimientos frente a un número de fallecimientos relativamente mayor.

Los neo-rurales y la población vinculadaAnte este panorama de una progresiva despoblación fruto del crecimiento natural negativo, la única esperanza que apenas mantiene la vida en los pueblos se asienta en los denominados neo-rurales. Se trata de nuevos pobladores que llegan a estos municipios desde orígenes distintos y movidos por diferentes objetivos y que encuentran aquí una alternativa vital a la estresante e insatisfactoria vida en sus lugares de origen. En algunos casos, se trata de personas de nacionalidad

extranjera que llegan a España en busca de una oportunidad y una calidad de vida de la que carecían en sus países de origen; en otras ocasiones, se trata personas llegadas de la ciudad, sin vinculación alguna con el pueblo donde deciden instalarse y al que acuden por el efecto llamada de alguna experiencia desarrollada en la zona y publicitada a través de los medios de comunicación; otras veces, llegan pequeños emprendedores que deciden iniciar alguna actividad económica aprovechando los recursos naturales y económicos que puede ofrecer la zona; en otros casos, son profesionales libres que, aprovechando las nuevas tecnologías, quieren desarrollar su actividad profesional desde la tranquilidad que ofrece el pueblo frente al estrés de la ciudad; y, por último, encontramos a aquellas personas que, una vez alcanzada la jubilación, deciden retornar, de forma más o menos estable, a su lugar de nacimiento.

En los últimos años, personas que responden a uno u otro de los periles descritos han ido llegando a poblar Fuentes de Magaña. En algunos casos se han asentado en la zona y en otros se han marchado. Con más o menos arraigo, todas ellas han contribuido a mantener un débil censo que, según el padrón del año 2013, alcanzaba en Fuentes de Magaña una población de 87 habitantes.

Por último, me referiré a la denominada población vinculada. Se trata de personas y familias que en Fuentes de Magaña y en otros pueblos de Tierras Altas mantienen una 2ª residencia a la que acuden periódicamente por lazos familiares o afectivos y en la que se instalan por períodos más o menos largos de tiempo. Se trata de un grupo de población que practica una ocupación temporal de esta zona y que constituye, sin duda, un factor socioeconómico positivo para el entorno.

Sus lazos con el pueblo y sus estancias en el mismo inluyen favorablemente en la economía local ya que mantienen una vivienda por la que contribuyen a la hacienda local y consumen productos y servicios ofrecidos por las pequeños negocios de la zona. Al mismo tiempo, y desde un punto de vista promocional, son los mejores embajadores de estos territorios y sujetos activos en la atracción de otros visitantes. Por el contrario, aquellos pueblos de la zona que en las últimas décadas y por diversos motivos perdieron su población vinculada, hoy están prácticamente abandonados o llamados a desaparecer. Otros, como es el caso de Valdelavilla, han sido totalmente reconstruidos y recuperados para el turismo.

No obstante, ijar una población más o menos estable en la zona no es tarea fácil. Una población autóctona envejecida y unos nuevos pobladores difíciles de arraigar en estas tierras por la escasez de servicios públicos y de recursos económicos, no son la mejor baza para darle la vuelta a la tendencia galopante de la despoblación. Sólo el arraigo de nuevos pobladores, las inversiones públicas y el desarrollo de modelos de crecimiento sostenible y acordes con el entorno, podrían hacer cambiar el rumbo de la progresiva y preocupante despoblación.

Bibliograía y fuentes estadísicas:Isabel Goig Soler. El lado humano de la despoblación.

Mª Isabel Marín Jiménez. Pueblos vacíos, atonía y envejecimiento en la Comarca Soriana de Tierras Altas y Valle del Tera.

La población de Soria. Cuadernos de población BBVA. 2008

Datos de población. Insituto Nacional de Estadísica.

Raúl Conde Suárez. ¿Hay vida más allá del turismo?

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El 19 de agosto tuve el honor de participar en la localidad de Fuentes de Magaña en la 2ª Sesión

del Foro Social La Alcarama, bajo el lema: “Mesa redonda en torno al problema de la despoblación en la provincia de Soria”. Allí, entre ilustres contertulios, presenté el Proyecto Serranía Celtibérica, realizado en el marco del proyecto I+D+i HAR 2012-36549, inanciado por el Ministerio de Economía y Competitividad y los fondos FEDER, y en el que participan 30 investigadores de diferentes universidades e instituciones.

Estamos ante un proyecto surgido en el campo de las humanidades para dar solución al mayor problema de desestructuración territorial que tiene la Unión Europea. La Serranía Celtibérica, territorio que corresponde al Sistema Ibérico central, compartido por 10 provincias y 5 comunidades autónomas, y cuya extrema realidad fue visibilizada gracias a la realización de la Ruta Celtibérica, tiene una extensión de 65.825 km2, dos veces más que Bélgica, está habitado por 499.186 personas censadas, lo que le da una densidad de 7,58 habitantes por km2. Esto es, se encuentra por debajo de la cifra crítica de 8 habitantes por km2, marcada por la UE para señalar los territorios despoblados y que hasta el presente sólo correspondía a la zona septentrional de los Países Escandinavos.

Pero si bien la Laponia tiene el clima más extremo de Europa, sus habitantes han buscado estrategias de supervivencia. Una de ellas ha sido concentrar la mayor parte de la población en la zona de los iordos, donde existen ciudades como Umea con 117.294 habitantes, la otra crear medidas

de desarrollo para estabilizar la población sami que vive en el interior. De manera que su población ha permanecido bastante estable en las últimas décadas, presentan-do un crecimiento paulatino.

Por el contrario, la Serranía Celtibérica presenta un gran descenso poblacional, como lo muestra el hecho de que en 1940 tenía una población de 985.466 y una densidad de 14,9 habitantes por km2. Su poblamiento se halla desestructurado, pues mientras en el resto de España existen 397 municipios con más 20.000 habitantes, en su territorio sólo hay 4 (Calatayud con 21.174, Teruel con 35.961, Soria con 39.753 y Cuenca con 56.107), que han crecido, por otra parte, despoblando a los municipios de su entorno. Estas cifras comparativas adquieren especial relevancia cuando se analiza las poblaciones rurales en regresión y destinadas a desaparecer en un corto espacio de tiempo, esto es, las que se encuentran por debajo de 100 habitantes, pues si en la Serranía Celtibérica existen 614, en el resto de España son 566.

Lo que la Serranía Celtibérica nos muestra es que la unidad de análisis de la despoblación no puede realizarse por provincias, ni por comunidades autónomas, como hasta ahora se viene realizando. De hecho en el territorio restante de las diez provincias que se incluyen en la Serranía Celtibérica viven 5.219.467 habitantes en un territorio de 52.322,17 km2, lo que da una densidad de 99,76 habitantes por km2.

La unidad de medir la despoblación es el territorio de montaña, que normalmente ha sido territorio fronterizo de provincias y comunidades autónomas. En este sentido

hemos realizado un estudio pormenorizado de la zona de los Montes Universales en la cota superior a 1.300 m, correspondientes a las provincias de Cuenca, Guadalajara y Teruel. Con una extensión de 3.533 km2, el doble que la de Guipúzcoa, existen 5.753 personas censadas, lo que da una densidad de 1,63 habitantes por km2. Se han encuestado los 41 municipios y la población real que habita estos lugares es de 3.459, lo que da una densidad de 0,98 habitantes por km2. Pues bien, la zona más septentrional de los Países Escandinavos, que es la región de Lappi, con sus 1,87 habitantes por km2, nos supera en densidad.

Pero mientras Lappi tiene un 15,53% de menores de 15 años y un 19,62% de mayores de 65 años, en los Montes Universales los menores de 15 años son 7,33% y los mayores de 65 años 32,05%. Estos porcentajes de envejecimiento de la población pueden hacerse extensivos a todo el territorio. De hecho la Serranía Celtibérica tiene las tasas de envejecimiento más bajas de la Unión Europea y las tasas más altas de masculinidad. Puede considerarse, por tanto, que está biológicamente muerta.

Estrategias para un desarrollo sostenible de la Serranía Celtibérica

En el estudio realizado lo primero que hemos constatado es que la despoblación de la Serranía Celtibérica no responde a un tema estructural, pues más montañoso es Suiza y más frío hace en Nueva York o en Moscú. Ni tampoco estamos ante un tema de despoblación secular como lo indica el hecho de que durante la época

Serranía Celtibérica.Un proyecto de desarrollo rural para dar solución al mayor problema de desestructuración territorial de la Unión Europea.

Por Francisco Burillo Mozota

Francisco Burillo Mozota (Paniza, Zaragoza, 1952). Arqueólogo e historiador. Especialista en los celtíberos y su cultura. Catedrático de Prehistoria en la Universidad de Zaragoza (Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel). Desde 1997 es Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia. II Foro Social de La Alcarama. Fuentes de Magaña. (Agosto, 2014)

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celtibérica este territorio desarrolló un sistema económico sostenible, articulado por ciudades estado autónomas que explotaban sus recursos. De hecho una de ellas, Segeda (Mara, Zaragoza) llegó a tener una importancia en la geopolítica mundial del momento que actualmente no la tiene Madrid. Pues Roma le declaró la guerra en el año 154 a.C., adelantando para atacarla la elección de los cónsules de los idus de marzo a las calendas de enero, o día 1, siendo la causa del inicio de nuestro calendario actual. La atacó con 30.000 hombres y los segedenses aliados con los numantinos reclutaron en su territorio 25.000, hoy no se podría, y derrotaron a los romanos.

La explotación de los recursos del entorno ha pervivido hasta el siglo XX. Así la explotación masiva del hierro de la zona turolense de Ojos Negros se inició en época celtibérica, como lo evidencian los numerosos fortines rodeados de escoriales de su entorno. La dispersión de fundiciones

y ferrerías continuó hasta 1900, momento en que se creó la Siderurgia de Sierra Menera en Sagunto, de manera que en 1915 existían ya 3.000 obreros trabajando en ella. Imaginemos lo que hubiera supuesto esta industria ubicada en la zona del Jiloca en donde se sitúan las minas férricas.

Para impulsar este territorio no sólo son precisas subvenciones, es necesaria una programación estratégica para un desarrollo sostenible que mantenga la población actual y atraiga a nuevos pobladores. Existen numerosos ejemplos de fracasos de inversiones públicas, como el polígono industrial de Orihuela del Tremedal, construido hace 15 años y actualmente desierto y abandonado, a falta de incentivos iscales con los que atraer a empresarios. Pero uno de los ejemplos más extremos se encuentra en la red viaria con la que estaba pensado unir Algeciras con Toulouse, iniciada en la dictadura de Primo de Rivera, de ella quedan testigos mudos: puentes, túneles, estaciones que todavía

conservan los tejados…, pero nunca llegó a pasar un tren. Si este ferrocarril se hubiera concluido, Teruel hubiera sido un nodo de cruce con el ferrocarril de Levante-Cantábrico.

En breve va a surgir la Fundación Serranía Celtibérica, una de cuyas sedes será el Instituto de Investigación, al que se ha invitado a formar parte a profesores e investigadores interesados en impulsar este territorio, ya hay más de 100. Entre las acciones previstas se encuentra que la cultura celtibérica sea declarada Patrimonio de la Humanidad. Y la creación de un producto turístico que englobe todo nuestro patrimonio natural y cultural, junto con los productos agropecuarios, y que permita una promoción conjunta nacional, pues estamos rodeados de 22 millones de personas, e internacional, con apertura a territorios como China, para lo cual se va a demandar la banda ancha. Pero todo ello precedido de un estudio global del territorio de la Serranía Celtibérica que permita un diagnóstico real de su población.

Pero lo importante para que pueda existir un desarrollo sostenible es la implicación social. Para ello, y con criterios de gobernanza de la Unión Europea, se ha constituido la Asociación para el Desarrollo de la Serranía Celtibérica, a la que se invita a formar parte a entidades locales, asociaciones y personas físicas.

Más información: www.celtiberica.es

II Foro Social de la Alcarama.

La despoblación.

El pasado 19 de agosto se celebró en Fuentes de Magaña el 2º Foro Social de la Alcarama, coordinado por su precursor Juan Manuel Martínez Hernández y que giró en torno al tema de la despoblación. En el debate participaron, junto al alcalde de la localidad, Dionisio Martínez, diversos expertos en el tema de la despoblación. Mercedes Álvarez, cineasta soriana, José Mª Carrascosa, presidente de la Asociación de Amigos de Sarnago, Jesús de Lózar, economista, Isabel Goig Soler, escritora, José Ángel González Sainz, novelista y en-sayista soriano y Francisco Burillo Mozota, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza y experto en Celtiberia.

Durante el desarrollo del foro, el profesor Burillo presentó el Proyecto “Serranía Celtibérica”, enriqueciendo el resto de ponentes y asistentes las entrañas de este proyecto y las diferentes vías de solución.

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Historias de otros tiempos.Cara y cruz de la emigración en dos historias familiares

El fenómeno de la emigración supone un riesgo en el que se mezclan temas que están en la

mano del que emigra, como son el esfuerzo, la ilusión o la ayuda de algún contacto para empezar, con otras circunstancias que dependen de la suerte y, por tanto, son azarosas como la situación política, la salud o la existencia de una guerra. Ante estas últimas circunstancias, poca cosa puede hacer uno si vienen mal dadas.

Voy a traer aquí las vidas de dos emigrantes de mi familia que, a principios del siglo XX, tuvieron que marchar del pueblo. Creo que ilustran la cara y la cruz de la emigración, como cuando se lanza una moneda al aire pero solo que aquí la moneda es tu vida. Así, por una cuestión meramente de suerte, una historia acaba bien y la otra mal. Empezaré por esta última y terminaré con la positiva para dejar un buen sabor de boca.

Primera historia. La cruz.

Casildo, mi abuelo paterno, tenía un hermano llamado Inocente Marín Herrero, nacido hacia 1895 en Fuentes de Magaña. Siendo joven se marchó del pueblo y se instaló en Aznalcollar (Sevilla). Allí puso una tienda de ultramarinos especializándose en el torrado y molienda

de café, producto este que le dio prestigio en la comarca por su gran calidad. Desde su comercio tenía fama de ayudar a los más necesitados iándoles productos básicos. Allí se casó y por sus ideas de izquierdas simpatizó con el Partido Comunista local.

Todo trascurría con normalidad hasta que en 1936 empezó la Guerra Civil y la casualidad quiso que en unos de los bombardeos aéreos que sufrió el pueblo de Aznalcollar, cayera una bomba en el patio de atrás de su comercio. Allí estaba su mujer y un sobrino que murieron en el acto; él se salvó por encontrarse en la parte delantera de la tienda. No hace falta añadir que este hecho le marcó profundamente y decidió “tirarse al monte” con los maquis por la zona de Sierra Morena. Al inal de la guerra, y viendo que la victoria de su bando era imposible, se entregó a la Guardia Civil de Aznalcollar.

Le hicieron, junto a otros detenidos, un juicio tras el cual, al comprobar que no tenía delitos de sangre, le permitieron ir desterrado por 15 años al punto de España que quisiera, con la condición de no poder moverse del lugar elegido. Él optó por quedar coninado en su pueblo de origen, Fuentes de Magaña, pues allí tenía la familia que le quedaba. Pasados los años de destierro, le permitieron la libre circulación por el país y decidió entonces volver a Aznalcollar y reiniciar nuevamente su vida.

Al retornar allí, pudo comprobar que pocos le aceptaban, ni los más necesitados que ayudó desde su comercio, ni tampoco sus antiguos amigos y camaradas pues estos, en muchos casos, ya habían abandonados sus ideales para adaptarse a las nuevas circunstancias del régimen instaurado. Este rechazo de los que creía próximos le afectó tanto que decidió abandonar esta sociedad tomando una decisión drástica con su vida.

Está claro que nadie emigra por gusto. Si alguien decide dejar su tierra y su familia es porque ve que, en esas circunstancias, no puede tirar adelante con su vida y busca otro lugar donde intenta labrarse un futuro mejor. Aunque también ha de contar, antes de una decisión tan crucial, que en la vida todo cambio de esa magnitud supone un riesgo importante.

Inocente Marín confinado en Fuentes de Magaña (década de 1940)

Por Miguel Ángel Marín Gómez

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Segunda historia. La cara.

Se llamaba Victoriano Herrero Gómez y era el mayor de cuatro hermanos, de entre los que mi abuela paterna Teodora era la pequeña. De muy niños quedaron huérfanos de madre pasando muchas necesidades. Esta situación familiar fue el detonante para que, a principios del siglo XX, se marchara a Málaga junto a un tío establecido allí.

Después de varios años trabajando en un establecimiento, decidió emigrar en 1913 a Argentina animado por el próspero comercio que tenía el puerto de Málaga con las Américas y también siguiendo a otro tío suyo que ya se había instalado allí. Adquirió el pasaje para el barco y con el poco dinero sobrante compró un décimo de lotería para el sorteo de Navidad. Emprendió el largo viaje de un mes en barco y llegó a Argentina. Una vez allí, se enteró que le había tocado el premio gordo de Navidad en el boleto que llevaba. Era el nº 18.073 y fue agraciado, todo el número, con 600.000 pesetas del año 1913.

Este hecho cambió su existencia, pues pasó de emigrante jornalero a emigrante potentado, permitiéndole tal fortuna comprar dos extensas incas agrarias en la ciudad de Rosario e iniciar allí una vida próspera. En 1917 se casó y regresó a España de viaje de novios, lo que supuso todo un acontecimiento para los miembros de su familia del pueblo, a los que trajo regalos y a los que siempre ayudó desde la lejanía. También aprovechó en ese viaje para comprar al Ayuntamiento dos sepulturas del cementerio en propiedad y mandar plantar el ciprés que hay a sus pies en el camposanto. En dichas sepulturas fue enterrado en 1927 su padre y hoy descansan allí dos hermanos y un sobrino.

Creo que son dos historias que ilustran perfectamente el azar que implica todo cambio importante en la vida como supone el hecho de emigrar. Todos los que decidan emigrar ahora, en las duras circunstancias de la crisis económica actual, han de contar que, a pesar de las diicultades, ninguno asumirá en estos momentos tantos riesgos como los que sufrían los que intentaban mejorar sus vidas emigrando hace 100 años. Han mejorado los tiempos hasta para emigrar y ahora la globalización ha hecho el mundo mas accesible y “pequeño”. Han ayudado los actuales medios de transporte, las nuevas tecnologías de telecomunicaciones que dan información al minuto, la mayor calidad de vida en general y la mejores niveles de formación y, en muchos casos, el conocimiento de idiomas que en su conjunto facilitan la decisión de emigrar.

No obstante, esta opción vital no deja de ser una decisión difícil y que siempre implica un fuerte desarraigo y lejanía de los tuyos. Así que, a quien se anime a emigrar para mejorar su vida: valor…y muy importante también ¡que tenga toda la suerte del mundo!

Victoriano Gómez y Rosa Fisher en el día de bodas (Año 1917)

Rosa y Victoriano con su padre Angel y hermanos Tomás, Teodora y Milagros (Año 1917)

Victoriano Gómez y su mujer en La Alhambra durante su viaje de novios por España (Año 1917)

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Gadir Editorial, Madrid, 2014

Y, por extensión, de las Tierras Altas de Soria y, en cierto modo, del mundo rural castellano,

diría yo. A la trilogía sobre la Alcarama publicada años atrás, añade ahora Abel Hernández una joya de cuarto libro que viene a completar su visión majestuosa de la intrahistoria de los pueblos de aquellas tierras. No sé si Abel estaría dispuesto, por tanto, a hablar de tetralogía o si hay que atender únicamente a su escueta confesión de que El canto del cuco es un “lorido e inesperado retoño” que les ha salido a sus tres libros anteriores de la Alcarama. Sea como fuere, lo cierto es que, contra su voluntad inicial, como él mismo dice, este libro ha resultado ser una elegía, un llanto por todos los pueblos muertos o moribundos, lo que no debe llevarnos a pensar, según nos advierte el propio autor, que se trata de un libro triste, cosa de lo que puede dar fe, en efecto, cualquiera que se asome a sus páginas llenas de vida y alegría.

Nacido al abrigo de su blog El canto del cuco, que Abel mantiene admirablemente desde hace más de tres años, el libro homónimo que reseñamos exhibe algunas apreciables diferencias respecto de los libros de la trilogía. Dado el pequeño

espacio con que contamos, me limitaré a comentar con cierto detalle dos de ellas, una literaria y otra política. Comenzando por la primera, diré que, mientras que El caballo de cartón, segundo libro de la trilogía, está escrito retomando el hilo de un pequeño diario que Abel llevó en su niñez cuando su abuelo Natalio le regaló un cuaderno azul al considerar éste que la vida de su nieto empezaba a ser interesante, ahora, en El canto del cuco, ese cuaderno azul del niño se ha transformado en el cuaderno gris del viejo, precisamente cuando la vida del autor, según confesión propia, comienza a perder interés.

El libro se debate en un vaivén continuo entre el pasado y el presente, entre Sarnago (el pueblo donde pasó su infancia Abel) como epicentro literario y vital y cualesquiera otras localidades (con especial mención a su casa de Madrid), entre la infancia y la vejez (“aquel niño ha vuelto ahora, mayor y cansado”), todo gracias a la memoria y la imaginación. No creo, sin embargo, que se trate de una contraposición radical niño/viejo; antes bien al contrario, niño y viejo se dan la mano, se funden en uno solo, cuando, por un ejemplo señalado, el viejo es capaz de emocionarse al ver caer mansamente la nieve detrás del cristal, igual que le sucedía cuando era niño. Si, por un lado, esas impecables descripciones objetivas, en tercera persona, del paisaje (a mi juicio, uno de los dos grandes protagonistas del libro) de Sarnago, de sus gentes, del belén de don Matías, de la cocina encendida y las veladas familiares en torno a ella en la cuesta de enero, de la casa del médico (con mención en este punto a don Abel el médico, hospedado en la casa de la

Emilia de Fuentes), del paso de las grullas anunciando la primavera, de los oicios andariegos del ailador y el capador (con mención aquí al tío Luis, el aceitero, de Fuentes), de las hogazas de pan (“la medida de todas las demás cosas”), de la Semana Santa de Sarnago y su Cristo de madera oscura desaparecido, del juego-pelota como deporte rey (en Sarnago era el frontón de la iglesia, como en tantos otros pueblos), de las escardadoras que arrancaban las malas hierbas de los sembrados de cebada o trigo avanzada la primavera, del verano como la estación de la cosecha, del paso de las letujas anunciando la llegada del otoño; si, por un lado, esas impecables descripciones objetivas, decía, parecen reclamar una especie de atalaya virtual panóptica (en las antípodas del panóptico circular de vocación inamente represiva de Bentham) desde la que divisar sin ser visto, sigilosamente, la ininita variedad del paisaje y la vida rural, de otoño a otoño, cíclicamente, como el nietzscheano eterno retorno de lo mismo, por otro lado, esas irrupciones alternativas del narrador, en primera persona, no pueden ser entendidas sino desde el amor profundo que el autor siente por su tierra, desde su incondicional compromiso con ella y con sus gentes, vivas o muertas (véase el impresionante diario Del Alcarama al Alba, en donde Abel habla con Avelino Hernández, el inolvidable escritor de Valdegeña, de modo parecido a como habló con el Aurelio, el último vecino de Sarnago, en un memorable pasaje del capítulo 7 de El caballo de cartón: ambos vivos y muertos a la vez, como el gato de Schrödinger). La pasión abeliana por la vida y el mundo rural le lleva a mezclarse con ellos, a abandonar la atalaya panóptica y sumergirse en ese

Para leer...El canto del cuco. Llanto por un pueblo

Por Juan Manuel Martínez

La autoconsciencia literaria y política de la Alcarama

Contra la voluntad inicial del autor, como él mismo

dice, este libro ha resultado ser una elegía, un llanto

por todos los pueblos muertos o moribundos, lo

que no debe llevarnos a pensar, según nos advierte

el propio autor, que se trata de un libro triste, cosa

de lo que puede dar fe, en efecto, cualquiera que se

asome a sus páginas llenas de vida y alegría.

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mundo como un actor más, en primera persona. ¡Y qué decir de esa emocionante exhortación a gozar de la vida, que recuerda al carpe diem renacentista, genialmente expresada a través de verbos en modo subjuntivo y en modo imperativo! (véase el diario La iesta del agua. Preludio de primavera). Con todo, no creo marrar demasiado el tiro interpretativo si digo que en un determinado pasaje del libro (véase el segundo párrafo del diario El otoño de Sara) conluye el narrador-observador milimétrico con el narrador-actor comprometido: eso es, al menos, lo que me sugiere el uso magistral que hace Abel de la lista de verbos en ininitivo allí volcada.

La segunda diferencia a la que me refería más arriba (y, a la vez, el otro gran protagonista del libro) viene dada por la palabra, por la palabra política, especialmente. Llama la atención, en comparación con los libros de la trilogía, la

decidida y contundente incursión de Abel en la arena política. A Abel le duele la España de hoy (“¡ay este invierno interminable de España!”). Desde luego, sus deseos de justicia y de una inmediata salida de la crisis, expresados en forma de sugerencias/peticiones a los Reyes Magos, deben ser suscritos por cualquier persona que no tenga abotargada la sensibilidad político-moral, aunque no sea necesariamente de iliación cristiana original. En una fábula de clara intencionalidad política, denuncia la ciega gestión política de la crisis. Y presta sus oídos a la palabra sabia del pequeño campesino, esa palabra justa y cabal que envolvía la Casa-Concejo de los pueblos, que brotaba del trabajo con sus manos y del sudor de su frente, que desconfíaba de tanto charlatán como anda suelto (que trataban, y tratan, de embaucar a la gente sencilla) y que, a través del Isidro y el Moisés de Valdegeña, anticipaba para desgracia de los bancos la maldita crisis económico-inanciera

(“(···) si no tengo el dinero, no lo compro, me estoy sin el coche”) en que estamos interminablemente sumidos. Respecto de “la endemoniada dialéctica campo-ciudad”, Abel abomina del Progreso que ha destruido los pueblos y se inclina decidida e inequívocamente por el campo. Merece la pena citarlo: “Yo, anticuado de mí, he tomado partido por el campo, por los pueblos perdidos, por la belleza profunda de las ruinas, por el silencio, por la luz incontaminada, por la naturaleza escondida y buscada, por los campesinos que resisten y por los que tuvieron que cerrar su casa y huir a la ciudad”. Igual que cualquier otro (el ecumenismo del azar), Abel estuvo en un tris de no existir: si en vez de salir la moneda cara hubiera salido cruz, el abuelo Natalio se hubiera casado con la “Colegiala” de Fuentes. ¡Pero entonces no hubiéramos podido gozar de su presencia ni hubiéramos podido revivir a través de su literatura una civilización rural ya desaparecida!

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El vehículo todoterreno, alquilado en el aeropuerto de Madrid, tomaba las curvas de la carretera

que, desde Castilruiz, se dirigía a San Pedro Manrique. Al pasar por Magaña el conductor dio un respingo al ver, sobre un alto, un magníico castillo dominando un paisaje espectacular y sombrío a la vez, por la casi ausencia de sol, de relieves redondos y ancianos, de laderas escurridizas, por donde aloraban capas de piedras calizas, casi blancas. Formaban los montes hondos barrancos y al fondo se adivinaba, por la vegetación viva y enmarañada, el discurrir de un río. El hombre mayor, Francisco Ortega de nombre, como su abuelo, maestro, seguía con los ojos entornados un paisaje que

jamás había olvidado, pese a los años transcurridos, pese a aquellos otros paisajes exuberantes de Méjico. Tan sólo al ver en un sembrado dos cervatos que miraban, curiosos, el rodar lento del vehículo, avisó a su hijo, anda con cuidado, es época de berrea.

El hijo, Francisco como el padre y el abuelo, giró a la derecha sin que su padre se inmutara, o tal vez ni viera el indicador, por los ojos llenos de lágrimas. Llegaban a Fuentes de Magaña y a ninguno de los dos les extrañó vislumbrar la enorme igura de un dinosaurio, conocida por Internet desde su instalación. Sin dudar ni un instante, indicó a su hijo la dirección hacia la casa rural donde habían alquilado, también por Internet, dos habitaciones para tres días. Eran suicientes para recorrer el entorno y saludar a quienes quedaran vivos de su quinta, pocos, suponía. El hijo aprovecharía para ir a la capital y solucionar un tema de tierras, más por no perder las raíces, que por codicia. Poco valdrían aquellas tierras que el abuelo Francisco Ortega

y Romero adquiriera, en el año 1879, en la riguera de la Chiminia, si es que no habían sido expropiadas, o alguien se había hecho con ellas y las había roturado, aunque era monte de poco valor. En in, el hijo se encargaría, él

había conservado documentos y planos.

A las seis de la mañana, tras dejarle una nota al hijo, encaminó sus pasos hacia el viejo molino del Horcajo, con una mochila a la espalda y una

azada en la mano. Cruzó el río Monte

y, sin dudar, llegó a un pradillo entre arces desde

donde se adivinaban las ya ruinas del molino y el puente viejo

bajo el viejo camino. Sentado, sacó de la mochila una botella de agua y un paquete de galletas y fue comiendo y bebiendo mientras con la vista repasaba una y otra vez los troncos de los arces, en busca de una señal. Por in la vio, alta y ancha, como una herida. Claro, después de tantos años…¡Tanto han crecido!

En el año 1934, cuando Francisco contaba con seis de edad, llegó a la escuela de Fuentes un voluminoso paquete con libros. Él sólo se ijo en uno, pequeño, la

PLATERO Y FRANCISCO

Cruzó

el río Monte

y, sin dudar, llegó

a un pradillo entre

arces desde donde se

adivinaban las ya ruinas

del molino y el puente

viejo bajo el viejo

camino.

Por Isabel Goig Soler

Isabel Goig Soler (Jaén). Escritora conocida por obras en solitario como Los

fogones sorianos y Fuentes, fuentecillas

y manantiales

de Soria; o Soria

pueblo a pueblo, De

fogones y pitanzas

sorianas y Visite Soria y su provincia, conjuntamente con sus hermanas.

Trabajó en Soria Semanal y colaboró en la fundación del desaparecido Campos de Soria. Es directora adjunta de Abanco/Cosas de Soria dedicado al estudio de las tradiciones y de la historia de la provincia.

Ha publicado en colaboración con Antonio Ruiz Vega Remedios caseros

y otras Magias sorianas, junto a Luisa Goig Diccionario de Habla Soriana. Con Antonio Ruiz e Israel Lahoz Juegos

populares sorianos.

En el año 2002, publicó El lado humano

de la despoblación.

Otras obras: Al otro lado del puente; Isabelis. Regine Majoricarum; la guía Paseando Soria; La vida entre veredas junto a Leonor Lahoz (2011) y La sal de

la vida, la sal de la muerte (2012).

En 2013 publicó las novelas La

Panadera del Rey (y el colegial de El

Burgo) y La Vara de la libertad.

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LOS PINGOTES 35

portada cubierta de rosas y en el centro un título, “Platero y yo”. Apenas sabía leer pero, aunque tardó, acabó leyéndolo y, además, entendiéndolo. Mientras leía, la burra de casa parió un pollino blanco y cojo, porque venía de culo y tiraron tan fuerte que le desgraciaron la pata para siempre. Sus padres le dejaron que lo llamara Platero y entre burro y niño se estableció una relación parecida a la del otro Platero con el autor. Nunca fue muy fuerte, ni muy grande, apenas llegó a pesar los cien kilos, por eso Francisco no dejó que los niños lo montaran y le evitaba todos los trabajos posibles.

Un buen día apareció por Fuentes de Magaña un fotógrafo. Venía de la parte de Tudela y recorría los pueblos fotograiando a todo aquél que podía permitírselo. Los más ancianos del lugar recordaban otra ocasión, años atrás, pero entonces nadie pudo dejar para la posteridad su imagen por cuestiones económicas. Este fotógrafo portaba una cámara más ligera, que apoyó sobre el trípode en mitad de la plaza, con la que fotograió a medio pueblo. A Francisco también, junto a su Platero, pequeño y casi blanco.

Unos años después, Platero tendría cinco o seis, coincidió la muerte del burro con la prohibición, publicada en los periódicos, de leer, y aún tener en la escuela, determinados libros y, entre ellos, estaba Platero y yo. Nadie entendió la orden y tampoco nadie la discutió. No eran tiempos para eso. Francisco, al enterarse de la noticia, y con su Platero ya muerto, entró en la escuela de noche, por una ventana que hubo de forzar, y se metió entre los calzones el libro prohibido. Después, se sentó en la cuadra, junto a su burro muerto, y le leyó:

Tú, si te mueres antes que yo, no irás Platero mío, en el carrillo del pregonero, a la marisma inmensa, ni al barranco del camino de los montes, como los otros pobres burros (…). Vive tranquilo, Platero. Yo te enterraré al pie del pino grande y redondo.

Te lo dije, Platero, y te enterraré debajo del arce frente al molino. Pidió permiso a sus padres, y con otros niños, sobre un carro, lo llevaron al paraje donde ahora, anciano, se sentaba, y allí lo enterraron. Junto a él, una cajita de metal con algo dentro, que los niños no supieron ver, ni Francisco lo mostró. Hizo una incisión en el tronco, una herida horizontal y en el extremo derecho un a modo de redondel que indicaba dónde había depositado la

caja. Tuvo que cavar poco, justo debajo del redondel, para que la azada topara con el metal. Tapó rápidamente el agujero para evitar ver algo más, pobres huesos, quizá.

Mediada la tarde, entraba de nuevo en su pueblo, con la caja debajo del brazo. En la casa rural le esperaba el hijo. Algo había visto en el archivo de la capital, pero era necesario mucho papeleo y había dejado el asunto en manos de un entendido. Mira, la he sacado, apenas he tardado una hora. Abrió la caja, ya sin diicultad, y le mostró al hijo el contenido. El libro de Juan Ramón Jiménez, todavía rojas vivas las rosas, la hoja del periódico donde se prohibía su lectura, y una foto sepia y deteriorada, donde aparecía él, en aguerrida postura, con Platero, cabizbajo.

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Recuerdos y vivenciasReminiscencias

Se llaman reminiscencias. Son todos aquellos recuerdos del pasado que de repente, como con un chasquido de

dedos, aparecen de nuevo en la memoria atraídos por un olor, una fotografía, un sabor o un tacto. Cuántas veces hemos escuchado una canción que nos ha hecho viajar muy lejos y acompañarnos de grandes amigos pese a estar solos en el sofá de casa. A veces, los recuerdos no se basan sólo en imágenes. Con el paso del tiempo, nos resulta más complicado dibujar con exactitud un rostro, una cicatriz, unas manos. Es entonces cuando pasan a un primer plano los olores que alimentan, las caricias que hablan o las melodías del pasado que suenan tan cercanas que ponen el vello de punta.

Los antiguos moradores de Fuentes de Magaña saben bien de lo que hablo. Nadie como nuestros padres o abuelos recuerda el tacto del forraje basto de la esparceta, el fuerte olor de los animales en las majadas situadas en la planta baja de casa o el sabor del artaguitón en días de vigilia.

Esa mezcla de pan desmigado con huevo, ajo y perejil que se freía en la sartén y cuyo nombre es tan propio de la zona que ni siquiera está registrado en el diccionario.

En aquella época, la alternativa más popular a la carne en Tierras Altas era el huevo. La pescadilla llegó después y, entonces, quizá alguno pudo darse el capricho de comprar un chicharro o dos kilos de sardinas por un duro. El olor del dinero, sin embargo, es del que menos se acuerdan. Sólo los más hacendados podían burlar los rigores penitenciales del ayuno pagando bulas a peseta y evitando así el pecado. Algo que, para ser honestos, era cosa de muy pocos.

Hijos, nietos y demás generaciones veni-deras abrimos nuestros sentidos gracias a ellos. En nuestras retinas queda el chispo-rrotear del aceite hirviendo y el dulce sabor de las rosquillas que probamos por primera vez de manos hoy ya ancianas.

Mi niñez en Fuentes de Magaña tiene aroma a tierra mojada, a vermú, a picadillo en la sartén, a alcohol de romero y, por qué no, a las ovejas de Jesús; sabe a remojón recién hecho, a torreznillo, a guiso de la abuela o a gominolas de las Puras; suena a pelotazos en el frontón, a piedras en la botella de ‘La patada al bote’, a melones de Villaconejos, a jaque mate de Cote en el tablero y a verbena de la Orfeo. También recuerdo algún tacto. El

de las alpacas de paja reconvertidas en bancos de las peñas, el escozor de las ortigas en la piel o el mínimo roce de las avispas de la fuente que hacían correr a cualquiera hasta casi la casa del Pirri. Tampoco olvido el intenso frío en los pies, descalzos sobre sandalias de verano, al observar a los vecinos achicar agua de portales y garajes.

No todos tenemos los mismos recuerdos. Pero sí compartimos en nuestra memoria escenarios y vivencias comunes que nos hacen volver al pueblo año tras año. Para oler, saborear o sentir lo que antaño vivieron ellos. Incluso para desear que, con otro chasquido de dedos, ese momento se detuviera. Allí, por mucho tiempo. Porque no queremos olvidar nunca el rostro de aquellos con los que crecimos ni las manos que tantas veces agarramos al bailar la Sanjuanera. Y para seguir disfrutando durante las noches de agosto en el Camino Ancho de las únicas lágrimas que nos hacen ser un poco más felices.

Por Cristina Jiménez Latorre

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Al punto de la mañana sonaba en el pueblo la cuerna del cabrero. El bronco sonido característico del cuerno de toro recorría las calles. Era la señal inconfundible para soltar las cabras, que habitaban los bajos de las casas, entre canales y zarzos. Antes habían sido minuciosamente ordeñadas. En el pueblo no había vacas. Las cabras eran una mina, un tesoro, fueran cornudas o mochas, para todo hijo de vecino. Proporcionaban la leche del desayuno, el blanco y crujiente queso, fabricado en las pequeñas encellas con cuajo natural, y el delicioso requesón. El café con leche de cabra, acompañado de unas buenas tostadas de pan con aceite o de unas rebanadas de pan frito -¡de aquel pan de hogaza!- lo he considerado siempre un desayuno opíparo, difícilmente superable. Eso sí, era alto el riesgo de sufrir toda la familia las temidas iebres de Malta, que estaban a la orden del día. Además las cabras traían al mundo los alegres cabritos. La venta de los cabritos machos en el mercado de los lunes de San Pedro Manrique signiicaba un alivio para la exigua economía familiar, y el cabritillo sobrante que se quedaba en casa no correría mejor suerte: acabaría inevitablemente en el plato de la mesa familiar en fecha señalada, aromado de tomillo, cuando tocaba tirar la casa por la ventana. Me vienen aquí a la cabeza, antes de que se me pasen, unas coplillas graciosas que corrían de boca en boca entre los cabreros de las Tierras Altas y que, aplicándolas, con evidente hipérbole, a alguna vecina recién parida, encerraban mucha risa y no poca malicia:

Tengo una cabra andirga andorga,zapilituda, ciega y sorda.

Si ella no fuera andirga andorga,zapilituda, ciega y sorda,

no pariría a los hijos andirgos andorgos,zapilitudos, ciegos y sordos.

Para el destete de las cabras se untaban las tetas con perruna. Y la cabra más gorda, bien cebada, solía acabar acompañando al cerdo en la matanza para dar consistencia y sabor inconfundible a las vueltas de chorizo, colgadas en las varas de la cocina. Ese era el secreto de su excelencia, además del pimentón de La Vera. De todos los portales, como digo, iban saliendo dócilmente los animales, hasta

conluir los pequeños hatos de cada vecino en la cabrada. Detrás dejaban un rastro de cagarrutas, y los bucos, jefes de la cabrada, un fuerte olor a almizcle. Al frente de ella iba el cabrero con su chucho, un iel perro sin raza, engendrado en la calle. Cuando no había cabrero ijo, este viejo oicio se ejercía a reo vecino, en un ejemplo de economía comunal. La cuerna pasaba entonces de casa en casa al caer la noche. Al llegar aquí, se me cruzan dos imágenes contrapuestas o puede que complementarias: la estampa del Aurelio, el último vecino de Sarnago, un mocetón tosco, de no excesivas luces, que se me igura siempre de cabrero con sus zahones, sus polainas y sus abarcas, la manta al hombro y un trosquil de pan y tocino en el zurrón, y la igura grácil de Miguel Hernández, el cabrerillo de Orihuela, con el zurrón cargado de poesía. La cabrada encontraba su hábitat natural en el monte. De ahí seguramente el dicho, con su malicia dentro, de que la cabra tira al monte. Con las cabras pasa como con los burros: se han cargado de mala fama sin merecerlo. Estás como una cabra, es una niña caprichosa (capricho viene de cabra), ese tío es un cabrón, etcétera. El lenguaje popular está cargado de maledicencia contra estas humildes criaturas, familiares, duras, independientes y amables, ligeramente ácratas, lo que aumenta su encanto; animales domésticos, razonablemente casquivanos, de poco gasto y mucho beneicio y de alto valor ecológico. Puede que la Biblia haya contribuido a esta mala fama: a la derecha, los corderos, que son los buenos, y a la izquierda, los cabritos, que son los malos. ¡Es injusto y habrá que revisar esto y lo de la derecha y la izquierda; el Papa

Francisco ha dicho ya que él nunca ha sido de derechas! El hecho es que desde que ha desaparecido la cabrada el monte está intransitable, los caminos se cierran, los espinos y zarzales invaden la pradera y aumenta considerablemente el peligro de incendio forestal. Y lo peor de todo: los que quedan en el pueblo o los que vuelven tienen que tomar leche de “tetrabric”. Claro que así no padecen iebres de Malta, que todo hay que decirlo. Viene todo esto a cuento de una noticia que acabo de leer en el periódico. Resulta que en algunas ciudades de Estados Unidos, las cabras están convirtiéndose en animales de compañía y en ecológicas recuperadoras de los espacios verdes, arrasando en poco tiempo los matojos y yerbajos. Lugares hay en que para eso se contratan rebaños enteros de cabras. Así no hacen falta insecticidas o pesticidas ni ruidosas máquinas segadoras o insufribles soplahojas. Las cabras se encargan de todo de forma natural y rápida. La pionera de este entusiasmo caprino se llama Jannie Grant, que no está como una chota. Vive en Seattle y tiene un blog muy leído, en el que no se cansa de ponderar la ventaja de tener cada mañana leche fresca en casa. Jannie tiene dos cabras criadas por ella. Asegura que son unos animales cariñosos e inteligentes. La tendencia empieza a abrirse paso en otras ciudades. Está poniéndose de moda. ¡Lástima que en las Tierras Altas, su hábitat natural, no queden cabradas en los montes! En su blog, “Goat Justice League” ofrece consejos para la crianza de cabras en espacios urbanos. Uno de ellos, ¡ay! es que hay que capar a los machocabríos para que no huelan. ¡Pobres! No todo iban a ser ventajas.

La cabradaPor Abel Hernández

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38 LOS PINGOTES

En torno a 700 especies de hongos, muchos de ellos comestibles, fructiican cada año en los pinares,

robledales, encinares, sabinares, hayedos, praderas y riberas de la provincia de Soria.

Si bien la recolección de setas puede practicarse durante distintos momentos a lo largo del año, son los meses de otoño los preferidos por los expertos buscadores y por quienes se inician en esta gratiicante aición. Pasear por montes y praderas en busca de setas es una saludable y apasionante actividad de ocio si bien, como todos sabemos, hay que ser muy cuidadoso porque algunas de ellas son tóxicas y, a veces, mortales.

Lo primero que tenemos que distinguir al hablar del “Reino Fungui” es entre hongo y seta. Los hongos son organismos vivos y las setas son los frutos de los hongos. Las setas sirven a los hongos para producir esporas que darán lugar a nuevos hongos. Cuando recogemos setas, lo que vemos es el fruto generado por el hongo que vive en el mantillo del bosque, en la madera de los troncos o asociado a las raíces de algunos árboles.

Para evitar riesgos innecesarios y disfrutar plenamente de esta actividad de naturaleza, la mejor manera de iniciarse en esta afición recolectora es contar con la compañía y asesoramiento de personas con experiencia y conocimientos. Y un consejo: siempre que no se esté completamente seguro de un espécimen, es mejor desecharlo y dejarlo en el campo.

Alrededor de nuestro pueblo existen numerosos parajes y senderos de variada riqueza micológica. Hay que tener en cuenta que según el tipo de bosque y la época del año, y sobre todo, de si ha habido lluvias y humedad reciente, así serán los ejemplares que podamos encontrar y degustar a posteriori.

En otoño, en los alrededores de Fuentes de Magaña pueden encontrarse diferentes como setas de cardo, champiñones silves-tres, setas de chopo, níscalos, macrolepio-tas o galampernas, senderillas y pie azul. Algunos de los lugares habituales son los pinares de Sarnago, en torno a los Pin-gotes o la chopera del Barranquillo, entre otros. Y durante la primavera, en el término de Fuentes de Magaña podemos encontrar con facilidad numerosos perrechicos, mar-zuelos, champiñones silvestres o setas de chopo.

Es importante tener en cuenta que en ciertas zonas de la provincia de Soria hay que obtener un carnet de recolector antes de adentrarse en el bosque. Además, existen distintos tipos de permisos, según sea para aprovechamiento personal o para la posterior venta de lo encontrado. También depende de si el solicitante está o no empadronado en la provincia de Soria. Es importante comprobar la normativa que se aplica en la zona en la que vamos a ir a buscar setas y para ello es muy útil visitar la web de la Junta de Castilla y León: www.micocyl.es

Para el Área de recolección regulada Montes de Soria se han habilitado diferentes tipos de licencias y varían en función de la condición de foráneos, empadronados o vinculados a la zona de los recolectores que las soliciten. Las licencias se clasiican también según el in recreativo o comercial que se persiga con la recolección. El siguiente cuadro tipiica las clases y precios actuales de las diferentes licencias:

Lugar de residencia

Recreativo ComercialPeríodo de

validez

Foráneo 5 € - 2 días

Local 3 € 10 € Temporada

Vinculado 5 € 50 € Temporada

Provincial 40 € 300 € Temporada

Se considera recolector local a toda persona empadronada en una localidad perteneciente al Área de recolección regulada Montes de Soria. Recolector vinculado es toda persona autorizada por un ayuntamiento de algún municipio del área regulada por poseer algún vínculo especial con dicho municipio. Recolector provincial es toda persona empadronada en cualquier localidad de la provincia de Soria que no forma parte del Área de recolección regulada Montes de Soria. Y, por último, se considera recolector foráneo a quien no tenga las consideraciones anteriores.

En cuanto a la duración de los permisos se distinguen entre permisos de temporada, que otorgan a su titular el derecho a la recolección desde el 1 de agosto de cada año hasta el 31 de julio del año siguiente, y los permisos de dos días, por los que el titular adquiere el derecho a la recolección durante dos días consecutivos.

Asimismo, en función de la cantidad a recolectar se distinguen el permiso recreativo que permite a su titular recolectar desde un punto de vista lúdico-recreativo o de autoconsumo hasta 5 kg de setas al día y el permiso comercial que permite a su titular recolectar sin límite de cantidad, aunque por motivos de sostenibilidad queda abierta la posibilidad de establecerlo. Los aprovechamientos micológicos no están reñidos con la conservación de la naturaleza, siempre que se realicen de forma ordenada y responsable. Es muy importante ser un buen conocedor de las diferentes especies de setas, evitar intoxi-caciones y disfrutar de su consumo, sobre todo de las que podemos encontrar cerca de nuestro pueblo para poder volver el año próximo y seguir practicando tan gra-tiicante actividad.

Naturaleza y medio ambienteRecolección de setas

Salir al campo a buscar setas es un motivo fantástico para venir al pueblo en otoño. En los meses de octubre y noviembre podemos encontrar numerosas especies de setas muy cerca de Fuentes de Magaña. Por Nuria Domínguez Martínez

Tramitación de las licencias en Bar Las Fuentes

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LOS PINGOTES 39

• Infórmate de la previsión meteorológica, planiica una ruta y, a ser posible, comunícasela a los familiares más próximos.

• Recolecta sólo las especies que conozcas y só-

lamente la can-

idad que vayas a consumir, ya que las setas son alimentos perecederos y no se conservan mucho iempo en el frigoríico.

• No remuevas o alteres el suelo ya que puede dañar el micelio, lo que diicultará la aparición de nuevos ejemplares en el futuro.

• Procura recolectar las setas completas y tapar el hueco rea-

lizado. Ayúdate de una navaja y ten mucho cuidado. Nunca uili-ces rastrillos.

• No destroces las setas que no conozcas o que no sean comes-

ibles.

• No recojas las setas demasiado maduras ya que son indigestas. Deja crecer los ejemplares jóve-

nes.

• No recojas setas en zonas con-

taminadas o bordes de carrete-

ras ya que pueden acumular me-

tales pesados como el plomo.

• Uiliza en la recogida cestas o cajas con ranuras que permitan

la aireación de las setas. No uses bolsas de plásico.

• Limpia cuidadosamente la ierra y otros restos adheri-dos a las setas mediante un

pincel o bro-

cha pequeña.

• Ten cuidado en la manipu-

lación y coloca el sombrero

con las laminas hacia abajo para evitar que se manchen. Trata de llevar las setas a casa limpias, procurando no lavarlas mucho, pues pierden su aroma.

• Evita comer setas recogidas por otras personas, salvo que tengas la completa seguridad de que son expertas en el tema.

• No mezcles al recolectar especies comesibles con otras dudosas, pues pueden romperse y entremezclarse las partes. Una sola seta venenosa puede contaminar una cesta completa.

• Es más seguro cocinar bien las setas antes de consumirlas.

• Ante la más mínima duda, no consumas las setas recolectadas. ¡Pueden ser mortales!

• Si aprecias alteraciones isiológicas, acude a un hospital y procura llevar algún ejemplar de las setas ingeridas.

No existen reglas para saber si una seta es comestible o no. Sólo el estudio botánico de esa especie puede sacarnos de dudas. Por todo ello, es aconsejable asistir a cursos y exposiciones micológicas y comparar con sumo cuidado las setas recolectadas con las descripciones de las guías especializadas. Nunca se termina de saber todo lo referente al apasionante y, a la vez, inquietante, mundo de las setas.

Conviene saber también que existen falsas reglas que hemos de rechazar, como las siguientes:

• No es verdad que todas las setas que salgan juntas en el mismo lugar sean siempre comestibles.

• No es cierto que las setas que cambien de color al ser cortadas sean venenosas. Algunas setas mortales no cambian de color y otras buenas comestibles sí lo hacen.

• No es cierto que sólo las setas venenosas se vuelven negras al contacto con cubiertos de plata o con una cebolla. La mayoría de las setas suelen oscurecerse a medida que se marchitan.

• No es cierto que las setas comidas por animales sean comestibles. La isiología del ser humano y de algunos animales es diferente.

• No es cierto que al conservar las setas en salmuera o vinagre pierdan su toxicidad.

• No es cierto que todas las setas venenosas huelan y sepan muy mal. Algunas setas venenosas, según sus víctimas, son deliciosas.

Ahora, todos a por la cesta y nos vemos en los montes y prados de Fuentes de Magaña.

Consejos para la recolección de setas

• Cesta de mimbre o madera, navaja y cepillo.

• Botas y chubasquero.

• Mapas, brújula para orientarse y teléfono móvil para emergencias.

• Guía de setas y cuaderno.

• Algo de alimento.

Equipo básico

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40 LOS PINGOTES

Este año dude acerca del tema sobre el que escribir en Los Pingotes, pues tanto bicho sólo nos gusta a cuatro locos de la sanidad vegetal. Pero en la exhibición de cetrería que programamos en nuestra VIII Semana Cultural, viendo la cantidad de galerías que había excavadas en la parcela del “Manolo la Isidra”, pensé que podía hacer un artículo acerca de los “constructores” de dichas galerías: los topillos. Así que seguimos con bichos.

En sanidad vegetal, consideramos que un animal o una planta son plaga, cuando la densidad de población excede un nivel no aceptable produciendo daños económicos a los cultivos. Distinguiendo entre plagas endémicas y esporádicas u ocasionales, la de topillos la podemos considerar ocasional, ya que no aparece todos los años y suele responder a condiciones ambientales especiales, causando, eso sí, importante daños a los cultivos.

Caracterísicas y reproducción

El topillo, “Microtus arvalis”, es un roedor de pequeño tamaño, de 8-13 cm de longitud, cola y orejas cortas, pelaje pardo amarillento en el dorso y blanco grisáceo en el vientre. Es herbívoro y, aunque preiere lo verde, en caso de necesidad se alimenta de cualquier tipo de vegetal. Se refugia en galerías que excava en el terreno con varias entradas no muy profundas. Al topillo castellano, le gustan los espacios abiertos, con abundantes zonas herbáceas, situadas entre los 500 y 1.500 metros de altitud, y con lluvias no muy abundantes.

Una hembra, alcanza la madurez sexual en dos-tres semanas y pueden llegar a tener seis camadas a lo largo de su vida con tres a doce

crías por camada, siendo la temporada reproductora la primavera y el verano. Esto nos indica que tienen un potencial biótico muy elevado.

En Castilla-León, se pro-ducen explosiones demo-gráicas de topillos cada 3-4 años, en cantidades consideradas plaga nociva para la economía agrícola. Si en condiciones normales

la densidad de población estimada es de 5 a 10 individuos/ha, en ciclos de plaga, se superan 200 individuos/ha. Esta es una ci-fra mínima, pues la cantidad real es difícil de calcular.

Según estudios del especialista Ángel María Arenaz, haciendo recuentos invernales se puede prever la magnitud de la plaga de topillos. Así, si en enero se superan los 50 individuos/ha, es previsible un peligroso nivel en verano. Si la cifra es inferior, se reduce el riesgo de invasión. También sostiene que precipitaciones intensas en otoño perjudican la reproducción.

En la época de siembra los topillos instalan sus madrigueras en los ribazos, las cunetas o los linderos, a salvo de los arados, pero cuando ésta termina, se trasladan al interior de las tierras de labor. Con 200 individuos/ha se pierde el 5% en campos de alfalfa; en remolacha comen el tubérculo y provocan su putrefacción; roen el tallo del girasol y de los cereales; y, en todo caso, provocan pérdidas importantes en los cultivos.

Soluciones

Muchas son las soluciones para el control de topillos que describen los distintos es-tudios, pero antes de aplicar cualquier método de control, debemos asegurarnos las eicacias del método, así como los po-sibles problemas que se puedan generar. También debemos tener presente que es imposible erradicar una plaga en estado avanzado. Como mucho se puede con-tener su número, eliminar algunos focos o paliar su daño. Para tener éxito en el control de plagas es necesaria la preven-ción, y más si hablamos de plagas que se “esconden”, como los topillos.

Entre las posibles soluciones para su con-trol, podemos destacar:

• Proteger y favorecer el desarrollo de enemigos naturales para reducir las poblaciones de la plaga como rapaces, comadrejas, zorros...

• En cultivos de regadío, la inundación de parcelas en época de cría reduce conside-rablemente la población de estos roedores.

• La rotación de cultivos, siempre y cuan-do las condiciones de la zona lo permitan, favorece el control de la plaga.

• Cuando el alimento es escaso, el uso de rodenticidas -siempre bajo el control de las autoridades de Sanidad Vegetal de la Comunidad- es efectivo. Estos productos hay que utilizarlos adecuadamente para no perjudicar a los enemigos naturales de la plaga. Si las densidades son eleva-das, el uso de rodenticidas no garantiza el control de los roedores.

• La quema de rastrojos no produce suiciente calor para el control del topillo, ya que la combustión de la paja no supera los 200 ºC y afecta sólo a los primera capa del suelo, sin llegar a las madrigueras.

• En nuestra zona, como medida más eicaz, podríamos realizar una labor profunda de vertedera, evitando la siembra directa, para romper galerías y madrigueras, método de control que reduce las poblaciones aunque, en ningún caso, va a producir una erradicación de la plaga.

En Sanidad Vegetal pensamos que muchas veces tendríamos que aprender a convivir con las plagas e intentar reducir daños con métodos culturales, enemigos naturales y otros métodos de control, así como que, en ocasiones, tendríamos que dejar los plaguicidas en la tienda de distribución.

Naturaleza y medio ambienteLos topillos (Microtus avalis)

Por Ana Aguado Martínez

Entrada a una galería excavada por topillos

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En una de mis primeras visitas a Fuentes me impresionó ver a una persona de avanzada edad, a

quien yo no conocía, conmovido por ver a sus padres en una antigua fotografía. Aquello tuvo lugar durante la exposición fotográica “Fuentes de Magaña. Otros tiempos” que organizaba, en la antigua escuela, la Asociación recreativo-cultural de Amigos de Fuentes de Magaña.

Después de hablar con una componente de la Asociación, decidí aportar mi granito de arena para colaborar con dicha entidad y apoyar de esta manera sus objetivos. Además de practicar el deporte local el día de la comida popular, consistente en ayudar a subir y bajar mesas y sillas desde la Iglesia a la Plaza y viceversa, quería ser más activo.

Mi propuesta fue situar Fuentes de Magaña en el mapa del Geocaching, “la búsqueda del Tesoro del siglo XXI”, un deporte y/o actividad al aire libre y gratuita, que consiste en buscar un “cache” o tesoro, oculto por otros participantes, usando un receptor GPS y, después, compartir experiencias y sensaciones en línea.

En 2008, en colaboración con la Asociación, se escondieron dos “tesoros” en los alrededores de Fuentes de Magaña: La Mora y El Molino. El tesoro La Mora se escondió en las coordenadas N 41° 55.963 W 002° 12.118 y el tesoro El Molino en N 41° 55.621 W 002° 12.076. Desde entonces, seis equipos de buscadores (más de 20 personas) de Castilla y León, País Vasco, Aragón y la Rioja, han localizado estos tesoros, y han visitado y disfrutado de los alrededores de Fuentes, todo ello gracias a la práctica de Geocaching.

Para participar en este juego simplemente tenéis que visitar la página https://www.geocaching.com/, registraros en ella de forma gratuita y seguir las instrucciones para empezar a practicar Geocaching.

Instrucciones:

Reglas para practicar geocaching

Tipos de tesorosEn la práctica del geoca-ching se pueden esconder y localizar diferentes ti-pos de tesoros:

• Tradicional: Se trata del geocache original que contiene, por lo menos, un recipiente y una libreta. Las coordenadas en la página web del cache tradicional ofrecen la ubicación exacta del cache. De este tipo son los tesoros escondidos en Fuentes de Magaña: La Mora y El Molino.

• Multi-cache: Un multi-cache tendrá dos ubicaciones o más. Las pistas en las ubicaciones iniciales te conducen al geocache o al recipiente en sí.

• Caches enigma: Los caches enigma pueden tratarse de adivinanzas complicadas que tendrás que descifrar para averiguar las coordenadas del cache.

• Eventos caches: Un evento del geocaching está organizado por los geocachers locales o las organizaciones del geocaching.

Os invito a conocer y practicar esta actividad en Fuentes de Magaña, y en otras poblaciones de Tierras Altas donde otros practicantes han escondidos tesoros: Trévago, Valdelavilla, Añavieja,…

LINK del tesoro LA MORA: http://www.

geocaching.com/geocache/GC2X41T_

la-mora

LINK del tesoro EL MOLINO: http://

www.geocaching.com/geocache/

GC2X42W_e l -mo l i no?gu id=d3a -

3c49e-5b49-407b-aeb1-f2d761cdc668

Saludos a toda la gente del pueblo de la Plaza Hueca.

Fuentes de Magaña, tierra de tesoros.Geocaching

Por Javier Díaz Alvárez

Puente en el paraje del Molino

1. Haz clic en Jugar y elige “Esconder y buscar un cache”.

2. Introduce el código postal o la dirección y haz clic en “Buscar”.

3. Elije cualquier geocache de la lista y haz clic en su nombre.

4. Poner las coordenadas del geocache en tu aparato de GPS o en tu móvil.

5. Usa tu aparato de GPS para buscar el geocache escondido.

6. Firma la libreta y deja el geocache/tesoro donde lo encontraste.

1. Si tomas algo del cache, deja algo de igual o mayor valor en su lugar.

2. Escribe acerca de tu hallazgo en la libreta del cache.

3. Escribe una bitácora de tu experiencia en www.geocaching.com.

4. Los geocaches nunca deben ser ente-rrados o colocados en una ubicación que pueda causar preocupación innecesaria.

5. No pongas artículos como comida, explosivos, cuchillos o alcohol.

6. El contenido del geocache deberá ser apropiado para toda la familia.

7. Respeta las leyes locales.

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44 LOS PINGOTES

Hace unas semanas, cuando es-taba con la bici de monte “des-cubriendo” antiguos caminos y

senderos por los alrededores de Fuentes de Magaña, al llegar a las terrazas que dan vista a Valdenegrillos y detener la marcha, me asaltaron un torrente de pen-samientos, que, sin yo darme cuenta, se habían ido amontonando en mi mente conforme daba pedales por aquella zona de las Tierras Altas.

Me sorprendí pensando en las gentes que hace 40 o 50 años utilizaban esos mismos caminos diariamente. Por alguna extraña razón, sentía con fuerza su presencia, sus duras condiciones de vida (sobre todo comparadas con nuestras comodidades actuales…) y su conexión total con la tierra y el entorno. Los muretes del camino, piedra a piedra levantados por los lugareños, que tantos mulos y carros habrían visto pasar, siguen hoy en pié permitiendo que los visitantes ocasionales nos acerquemos a los lugares que fueron hogar de muchos vecinos, y que viven hoy un presente de cierto abandono y soledad.

Esa es una de las grandezas de la bicicleta de montaña. Te permite acercarte a lugares poco accesibles de manera relativamente cómoda y rápida (pedaleando eso sí…), y, como estás en contacto directo con la tierra y el aire, puedes sentir olores, escuchar sonidos y detenerte a meditar según avanzas en el camino.

En las Tierras Altas no es novedad ver despoblados. De hecho, desde pequeños una de las excursiones obligadas y favoritas era

ir a la Torre (Torretarrancho). Con ayuda, también bajábamos a Fuesas, Valdelavilla, Castillejo o El Vallejo. Tal vez como era pequeño, ni siquiera reparaba en lo que suponía estar en un “pueblo despoblado”. No llegaba a comprender la implicación que eso tenía. Con el paso de los años, las sensibilidades cambian, y la consciencia de las cosas hace que pensemos de diferente manera, aun visitando los mismos lugares.

En mi caso, la bici de monte es más que coger la bici y salir a dar una vuelta. El deporte es una motivación importante, pero lo que encuentras y descubres, y la manera en la que lo encuentras y descubres, es una gran recompensa. Aunque a veces, como en este caso, traiga cierta mezcal de tristeza y nostalgia. La bici me transporta lentamente desde el pueblo hacia campos, senderos y montes, tratando de evitar el asfalto, buscando la soledad de la montaña, el golpeo del aire limpio y los olores puros de las tierras sin urbanizar.

A veces se dejan ver los ciervos, los conejos, los corzos o los zorros. La bici es silenciosa y rápida, y muchas veces los legítimos pobladores de los campos se ven sorprendidos por los ciclistas, llevándose ambos un pequeño susto. Pero cuando en medio de esos senderos, campos y montes

te acercas a un “pueblo despoblado” tienes tiempo de pensar en los porqués, en los cuándos y en los quiénes. Según pedaleas, las preguntas y los pensamientos se amontonan en la cabeza. A la vista de antiguas huertas hoy sin cultivar y secas, a la vista de muretes en campos baldíos y majadas derruidas, es inevitable imaginar la vida en los tiempos en los que todo aquello lorecía.

Lo que ahora, tiempos de ajetreo y aglomeraciones, es un gran atractivo de estas Tierras Altas, hace unos años fue algo así como su condena. Estar tan lejos de todo y sin buenos accesos acabó por despoblar algunos lugares. Y eso, de manera silenciosa, te lo cuentan los muros semiderruidos que sujetan los caminos y las paredes de las casas que aún quedan en pie. La inmensidad de las vistas sobrecoge al imaginar cómo tenían que ser los inviernos hace 50 años por ahí, a más de 1.000 m, sin todoterrenos ni calefacciones centrales con termostato.

De alguna forma, al rodar por los caminos que ya no ven más actividad que la de los turistas y excursionistas que nos dejamos caer, se siente el esfuerzo de quienes querían vivir allí, de quienes querían construir unos buenos accesos a su pueblo, de quienes

Aquellas gentes que poblaron las Tierras Altas

Recorrido

en bicicleta

por pueblos

abandonados

A la vista de antiguas huertas hoy sin cultivar y secas, a la vista de muretes en campos baldíos y majadas derruidas, es inevitable imaginar la vida en los tiempos en los que todo aquello lorecía.

Por Javier Sainz Valer Castillejo

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LOS PINGOTES 45

subían y bajaban a diario hacia las huertas y fuentes. Ya no se escuchan los rebaños que tantas majadas ocuparon en los buenos tiempos. Sólo quedan en pie los muros que protegían a personas y animales, como testigos mudos de los tiempos pasados.

Últimamente la visión de los despoblados, me remueve interiormente. Sin darme cuenta siquiera me encuentro imaginando las gentes por las huertas, las majadas y las calles de los despoblados. Me imagino lo duro de tener

que dejar sus tierras para buscar mejores oportunidades. Me imagino el momento de tener que tomar la decisión de dejar el pueblo. Y, el día de la partida deinitiva, me imagino rostros dolidos y corazones partidos,

evitando volver la vista atrás, para no ver lo que ahora contemplo yo desde mi bici.

Yo lo contemplo con ojos curiosos, sorprendido de ver esas tierras abandonadas, con una mezcla de sentimientos entre los que se impone cierta pena ante lo que veo, pero con la certeza de que en poco más de 2 o 3 horas volveré a estar de camino a casa. Ahora bien, algo de esos rostros y corazones que en su momento tuvieron que abandonar estos pueblos de las Tierras Altas creo que

sigue por ahí, como una esencia silenciosa que se mantiene viva para que nadie de los que por allí pasemos, nos olvidemos de los que con tanto esfuerzo y empeño dieron vida a aquellos lugares.

De regreso, alejado ya de los despoblados, las bajadas y la velocidad van dando paso a otros sentimientos, y surge con fuerza una idea… Tal vez aquello que despobló estas tierras, su aislamiento y sus desniveles, uni-do a su naturaleza y a la pureza de su aire y de sus cielos estrellados, todo lo que la hizo un poco inhóspita e indomable, sea lo que dé vida de nuevo a estos parajes, atrayendo a aquellas personas que busquen retos deporti-vos unidos a un remanso de paz y silencio en medio de todo el ruido del mundo moderno.

Para poder visitar algunos de estos pueblos abandonados, y otros que poco

a poco están dejando de serlo, os propongo la siguiente ruta, pensada para ciclistas con cierto nivel, tanto por la complicación técnica de algunos senderos, como por los desniveles que presenta. Las vistas son espectaculares, sobre todo en la Sierra de Alcarama, con la llegada al Helipuerto como principal reto. Se recorren caminos y senderos muy variados, con tramos del GR-86, pistas cortafuegos y caminos abandonados. Introducimos también un tramo de carretera que nos encamina de vuelta hacia Fuentes, donde regresamos después de más de 45 km de travesía por las Tierras Altas.

En resumen, salimos del pueblo por el Castillo, siguiendo las marcas del GR-86 hacia Las Fuesas, desde donde tomamos la pista que nos lleva por la derecha de Castillejo hasta Sarnago, por el fondo del valle. A lo largo de la ruta, además de los pueblos de Las Fuesas y Castillejo (que podemos visitar) se observan numerosas majadas y algún

puesto de vigilancia forestal. En Sarnago merece la pena visita y parada en el lavadero rehabilitado, para echar un trago en la fuente, a la sombra de la iglesia derruida.

A partir de ahí, el camino se adentra en la cara norte del Alcarama, zona sombría y fresca, para dar un giro de 180º por un cortafuego que nos llevará directamente hasta el helipuerto (hay opción de llegar por el mismo cortafuegos o por la senda que crestea. En la ruta propuesta se va por la pista).

Desde ese punto, donde la parada es obligada para observar el paisaje, iniciamos un descenso trepidante que nos acerca a Valdenegrillos y nos lleva después hasta la carretera de Valdeprado, siguiendo el PR en el Barranco de la Nava. Tomamos la carretera y la dejamos para adentrarnos en terrenos de Cerbón hacia Fuentes, por las Majadas de Valtelda.

0 5 10 15 20 25 30 35 40

14001300120011001000 900

La ruta de los pueblos abandonados

Valdenegrillos

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46 LOS PINGOTES

El 27 de septiembre será recordado en Fuentes de Magaña como el día en el que se celebró el primer

Desafío BTT Tierras Altas. Un evento deportivo de bicicleta de montaña donde los participantes podían inscribirse en dos recorridos: el Desafío propiamente de 65 km y 2.000 m de desnivel acumulado y el Desafío Corto de 35 km y 1.000 m de desnivel acumulado. Una oportunidad única de conocer Fuentes de Magaña y su entorno, y hacerlo además con dos pasos por el pueblo, transitando el PR de las Fuentes, el Sendero Ibérico Soriano GR86, la sierra de Alcarama, el valle del Río Alhama y un largo etc.

El 27 de septiembre era la puesta en escena tras semanas de un intenso trabajo,

deiniendo el recorrido, publicitando el evento, buscando colaboradores, acondicionando las sendas, marcando los cruces y buscando voluntarios/as que ayudaran a que todo saliera bien. Las inscripciones de la web ascendían a 51 participantes, más los que vinieran en el día, ya sumarían un nutrido grupo de ciclistas. 20 fueron inalmente los que se añadieron a la lista, así que 71 fueron los participantes.

A las 7:30 llegaba toda la infraestructura de meta, con dorsales con chip, cronometraje y reloj de tiempos. A montar todo. A las 8:30 abrimos inscripciones y ya empiezan a llegar los primeros ciclistas, coches por aquí y por allí, pero ninguno en la plaza que hay que dejarla libre para el Desafío. Reparto de avituallamientos, de camisetas entre los voluntarios y de petos para los cruces de carreteras, y cada uno/a “a su sitio”.

9:30 y Javier González -Javi- da la salida al grito de “todos sois celtíberos” y se pone en marcha todo. Ahora sólo esperar que salga todo bien, que nadie se pierda y que nadie se haga daño. Los fotógrafos apostados por el recorrido para inmortalizar a los verdaderos protagonistas del día: los ciclistas.

En 30 minutos empiezan a pasar los primeros tras completar el primer bucle y parten raudos hacia el segundo y principal, con la subida a Sarnago y luego a Alcarama. En Fuesas espera un dispositivo médico y los voluntarios/as que desvían a los participantes hacia “la larga” o “la corta”.

Los de “la larga” pasan por Castillejo -¡gracias a la gente de Castillejo por su colaboración!- para ascender a Sarnago -¡gracias también a la Asociación de

Por Javier Sainz Valer

y Enrico Miracoli Romero

Crónica 1er Desafío BTT Tierras Altas

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Sarnago por su ayuda!- y luego encarar el cortafuegos de Alcarama con la cota máxima de recorrido en una ascensión casi imposible que unos cuantos consigue completar sin desmontarse. De ahí, 20 km de bajada pasando por Valdenegrillos y enlazando con el recorrido de “la corta” antes de llegar a Valdeprado donde, les espera el avituallamiento principal de la prueba. Todos agrupados en un pelotón diseminado por los caminos iban subiendo los participantes por el Comunero para, tras pasar Valtelda y un par de barrancos, llegar a Cerbón por los Hilillos y encarar la entrada y llegada a Fuentes de Magaña por el cementerio. La llegada a meta era emocionante; bajo su arco, los participantes entraban exhaustos pero contentos.

Exhaustos por la dureza de la prueba. Contentos por el trato recibido, contentos por lo espectacular del recorrido y contentos por haber participado en un evento “muy bien organizado”, decían. Eso es lo importante, o por lo menos, ése era el objetivo. Algunos no pudimos vivirlo en primera persona porque estábamos por el monte todavía, pero nos contaban que era bonito ver y escuchar a cada participante llegar y felicitarnos por la prueba.

Eran y son unas felicitaciones que van para todos. Porque El Desafío no hubiera sido

posible sin la colaboración de todos/as y cada uno/a de los que hemos participado en el evento. Los colaboradores por supuesto, pero los/as voluntarios/as sobre todo. Desde la gente apostada en cruces, hasta los que han llevado y repartido avituallamientos. Desde el “speaker” hasta los fotógrafos, desde los motoristas hasta los voluntarios de otros pueblos, desde los familiares con su apoyo hasta los que desinteresadamente se acercaban a última hora a echar una mano, desde el Bar hasta el Ayuntamiento, etc. Una nutrida lista de nombres y apellidos a los que no podemos desde estas líneas sino agradecer su colaboración: Sin vosotros/as no hubiera sido posible. ¡Gracias a todos/as!

Para nosotros, el 27 de septiembre de 2014 fue un día muy especial y deseamos que así lo fuese también para todos. ¿Estáis preparados/as para la segunda edición?

Samuel Campos Sevillano.Campeón Desaío BTT Tierras Altas 65 km.

Enrico y Javichu fueron los aríices de la organización seria y profesional de este evento deporivo de gran importancia para Fuentes de Magaña y las Tierras Altas de Soria. El apoyo de insituciones, asociaciones de la zona y voluntarios con-

tribuyó, sin duda, el éxito de la prueba y sentó las bases para futuras ediciones.

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GastronomíaTorreznos. Un placer para los sentidos

Repasando las recetas tradicionales que hemos traído a estas páginas en los últimos años, descubrí con

estupor que habíamos olvidado comentar el delicioso torrezno, uno de los manjares más típicos de la gastronomía soriana.

La materia prima es la barriga del cerdo, una pieza rectangular y ina, entreverada, con su veta de carne y su tocino y que, dependiendo del lugar, se llama bufanda, barriguera, tiratripa, tocino entreverado o tocineta… Y cierto es que la panceta se puede preparar de muy diferentes maneras, todas ellas deliciosas, como podemos comprobar a lo largo y ancho de la geografía española. Pero ninguna de ellas es comparable a nuestro querido torrezno que, recientemente, ha sido merecedor de la Marca de Calidad Torrezno de Soria y que ofrece al consumidor la garantía de disfrutar de una auténtica delicatessen –con una jugosa textura y su corteza crujiente- gracias a la calidad de su producto y a su singular proceso de elaboración.

El vocablo “torrezno”, aparece ya en el año 1611 en el diccionario Tesoro de la lengua

castellana o española de Sebastián de Covarrubias deinido como el “pedazo de la lunada o pernil que asamos y que decimos “a torrendo” porque se tuesta y se assa en el fuego a diferencia de lo demás del tocino, que se guisa o cuece en la olla”. Erudita descripción si la comparamos con la breve deinición del actual Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: “Pedazo de tocino frito o para freír”.

El término “torrezno” aparece en repetidas ocasiones en obras literarias del Siglo de Oro de nuestras letras, desde el Lazarillo hasta Lope de Vega. “Sangraba el avariento fardel, sacando no por tasa pan, mas buenos pedazos de torreznos y longaniza”, se dice en el Lazarillo.

Para su preparación sólo necesitaremos una sartén y dos únicos ingredientes: las tiras de torrezno y abundante aceite de oliva. Aunque pueda parecer sencillo, freírlos no es tarea fácil y se trata casi de un arte culinario, en el que he de reconocer he fracasado varias veces.

Es necesario primero atemperar la panceta, porque debe estar a temperatura ambiente y no recién sacada del frigoríico. Hay que secarla y orearla ya que si está húmeda, no subirá la corteza. Debemos tener en cuenta que el objetivo es obtener una corteza crujiente que, en ocasiones, puede alcanzar más de un centímetro de espesor.

Cortaremos la panceta en tiras de unos dos o tres centímetros de grosor y las colocare-mos en la sartén con la corteza hacia abajo, sumergida en una ina capa de aceite. Frei-remos primero muy lentamente, durante unos 30 minutos para que suba la corteza del torrezno y vaya formando sus caracte-rísticas burbujas. Finalmente, en la misma sartén y a fuego vivo, se termina de dorar el torrezno durante unos minutos por cada cara. Después de fritos, es recomendable no taparlos para evitar que se ablanden.

Como ven, la preparación del torrezno requiere paciencia y mimo. Lleva algo de tiempo, pero no mucho trabajo y el resulta-do inal merece la pena pues, no me nega-rán que, hoy en día, unos buenos torreznos, acompañados de una copa de vino, forman un seductor tentempié capaz de estrechar importantes lazos de amistad, por lo que nos encontramos, sin duda, ante una pode-rosa herramienta con la que contamos los sorianos para alcanzar, eventualmente, al-gún beneicio, ya se trate de un negocio, un ascenso laboral o una conquista amorosa.

Sí, sí, también es cierto que el torrezno es un alimento muy energético y que aporta algunas grasas saturadas a nuestro organismo. Pero no debemos alarmarnos. Teniendo en cuenta que un buen torrezno puede provocar en cualquier mortal lágrimas de emoción y que la felicidad es fuente de salud y, por ende, alarga la vida, concluiremos que en el balance beneicio-riesgo del torrezno es favorable pues, como casi siempre, el acierto está en el equilibrio por lo que -tomado con moderación- el torrezno nos permite cuidar de nuestra salud y, a la vez, darle al cuerpo alegría, Macarena Ah! Ah!

“unos buenos torreznos, acompañados de una copa de vino, forman un seductor tentempié capaz de estrechar nuestros lazos de amistad”

Por Carmen Ramos Jiménez

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Hormigos, artaguitón, achicoria… Aunque a algunos les parezca un extraño idioma, a otros cuantos se

les habrá dibujado una sonrisa en la cara al leer estas palabras y recordar viejos tiempos. Un tiempo en el que se trabajaba para poder comer, sin lujos, sin gula. Por suerte y en general, también sin pasar hambre. Eso sí, valorando cada trozo de pan, huevo o torrezno que uno se llevaba a la boca.

Y es que en las últimas décadas ha cambiado mucho la forma de alimentarnos. Hace cincuenta años, en el pueblo se comía lo que había a mano, productos de la tierra, de temporada, y cerdo, mucho cerdo. Cerdos alimentados con patata cocida, berza y salvado. Unas patatas que en ocasiones les robaban los chiquillos a los gorrinos para comérselas ellos. No existía la pizza, la cocina de autor ni los donuts de chocolate. Se comía con mesura, por supervivencia, no por aburrimiento o ansiedad como hacemos hoy en día. Y probablemente por eso apreciaban mucho más sus comidas de lo que lo hacemos nosotros.

Nuestros abuelos se levantaban antes de que saliera el sol para ir a trabajar al campo, y cogían fuerzas con un buen desayuno. Algunos tomaban café con leche y pan; otros una papilla espesa llamada hormigos hecha con harina de trigo o maíz y leche caliente. La leche habitualmente era de cabra porque las vacas no conocieron

Fuentes hasta un poco más tarde. Y el café no existía en todas las casas. Algunos lo sustituían por achicoria, una planta cuya raíz, una vez seca, tostada y molida servía para hacer una infusión oscura como el café. No sabía a Nespresso, pero su sabor intenso daba ánimos para empezar el día. Y cuando se podía, se desayunaba una copita de anís y unas pastas caseras. Y de ahí, al campo. Que para cuando empezaba a apretar el calor, ellos ya llevaban horas trabajando y habían hecho un segundo almuerzo. Después, sobre mediodía, hacían el “tomapán” en el “ropero”. Un momento de descanso a la sombra sobre unas gavillas para tomar un poco de pan con chorizo y vino, o lo que se terciara, que la cuestión era parar un poco a reponer fuerzas. Porque el desgaste físico que suponían las labores del campo no es para nada comparable con nuestros trabajos en la actualidad. Así, aunque comemos unas 300 calorías al día menos que antes, nuestros antepasados gastaban unas 800 más que nosotros. Por eso, sus comidas eran mucho más calóricas. Migas con chorizo y tocino, pisto con lomo y costillas, pochas o garbanzos con patatas... Y de postre, unas manzanas de la Vega o ciruelas o higos o peras… Para merendar, una buena ensalada con sardinas en escabeche, o huevos con jamón y torreznos o un buen trozo de pan de hogaza con vino y azúcar, una combinación que debía darte alegría para seguir segando tres horas más. Y por in, el merecido descanso. Después de una dura jornada de trabajo, volvían a sus casas y disfrutaban de unas sopas de ajo o de unas patatas a la importancia como exquisito manjar. Y nada mejor para acabar el día que unas deliciosas sopas de leche que reposaban en la ventana al fresco hasta ser saboreadas después de cenar.

Ya veis, sin extravagancias ni cocina gourmet. Ni siquiera en iestas de guardar. Porque en Navidad se disfrutaba de un simple y exquisito plato de besugo o bacalao acompañado de cardo. Un cardo que nuestros abuelos habían cultivado cuidadosamente durante días para poder celebrar las iestas con un plato especial, y la familia se lo agradecía. Además había turrón, pero poco, nada de tener veinte tabletas diferentes y comer turrón hasta marzo. Una única tableta y a saborearla. Y para bajar el turrón un poco de vino caliente con pasas, orejones e higos secos, un sabor olvidado, pero muy apreciado por nuestros familiares en aquel tiempo. Y en la cuaresma, era muy típico el artaguitón. Una mezcla espesa hecha a base de pan, huevo, leche y ajo y perejil a la que luego se le daba forma de tortilla o albóndigas y se freía en aceite caliente.

Platos sencillos, platos perdidos. Pla-tos que cocinaban nuestras abuelas y que a más de uno nos hubiera gustado probar. Por-que cuando hay mucho, como hoy en día, se nos olvida apreciar cada sabor, cada textura. Pero hace cincuenta años, los fuenterreños aprendieron a disfrutar de cada cucharada y a valorar los esfuerzos que hicieron nuestros abuelos para que no les faltara de nada.

Por Silvia Marín del Barrio

Salud y remedios Del torrezno a la cheeseburger

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Ya las iestas del Patrón llegaron, hon-remos a Cristo con solemnidaaad… Ya ha llegado el día del Cris-

to…!qué emoción! “haremos una hoguera en la plaza de arriba y luego asaremos patatas en las brasas”… ¡hummm, qué buenas! “Y a ver este año quién es el que coge la piedra en vez de patata…ja, ja ja”. “Y tenemos que alzar el mayo bien alto, si puede ser, tanto como las casas de al lado y, al amanecer, cantare-mos la Aurora y tenemos que preparar cestas para pedir las rosquillas el día del Cristillo”. Así disfrutaban los mozos y mozas de Fuen-tes de Magaña, hace cincuenta años o más, preparando las iestas y sus ritos habituales que, no por repetidos, dejaban de divertir, sino más bien al contrario. Todas estas tradi-ciones, fueron desapareciendo, junto con los jóvenes, a partir de los años setenta debido a la despoblación.

Pero, por suerte, hay una de ellas, que todos hemos hecho un esfuerzo por mantener viva todavía. Se trata del canto de la aurora cuan-do amanece el día del Cristo. Curiosamente, antes había dos auroras, una para cada uno de los dos días más importantes del año en el pueblo: el día del Corpus Christi y el día del Cristo. La letra de la aurora que canta-mos actualmente el día del Cristo es una recopilación de ambas y, analizando sus versos, se puede entrever a que día corres-ponde cada una de sus estrofas.

Desde entonces, la víspera de la iesta del Santo Cristo, cuando aún no ha amanecido -y hay quienes todavía no se han ido a dormir- otros se levantan de la cama para despertar a todo el pueblo con el alegre

canto de la Aurora y anunciar así que, por in, ha llegado el día más grande del año. La gente acude a la plaza, a la cita anual, en un grupo, mucho menos numeroso que en el pasado, pero igual de entusiasmado y comienza la ronda de la aurora con parada en varios rincones del pueblo, siempre en los mismos, buscando un poco la luz de la farola. Primero en la puerta de la tía Donata, después en la puerta de atrás de la casa de la tía Crescencia, luego en la puerta del barbero –donde suena de lujo-. También se canta en la plaza de abajo, en la puerta de la cochera del Eulogio, en la puerta de la tía Julia, y en mitad de la cuesta del Castillo ¡Qué bien suena también allí! Sitios desconocidos para algunos, por los nombres de las personas, pero a mí me gusta recordarlos así.

Los auroros mas expertos van muy abrigaditos pues, a esas horas en Fuentes de Magaña y en el mes de septiembre, suele hacer fresquito. También van provistos de su botella, dicen que de agua para aclarar la garganta y -no sé por qué- pero siempre llevan también la chuleta con la letra de la aurora escrita que, a la hora de la verdad, ni miran ni nada, porque son muchos años ensayando y hay que ver como cantan y como suenan esas voces. Un auténtico placer que oyéndolas, incluso desde la cama, animan a levantarse y empezar a disfrutar de la iesta.

Después de la ronda, se voltean las campanas durante un buen rato y disfrutamos de una pequeña recompensa en el pórtico de la igle-sia: la mayordoma ha preparado una copita con unas pastas, que tomamos mientras llega el cura para decir el rosario y continuar con los actos de celebración del día del Cristo.

Canto de la Aurora

Ya las fiestas del Patrón llegaronhonremos a Cristo con solemnidad, pues merece alabanza sin cuento

El que con su sangre nos vino a salvar.

Tributo ofrezcamos de gozo simpar

al Señor que la Tierra fecundaporque el alimento nos haga llegar.

Elevemos sencillas plegariasal Rey de los cielos con gran devoción,que hoy la aurora cuan nunca impresiona

y el alma se llena de grata emoción.

A Cristo alabemos con mucho fervor,

adoremos postrados contentosal que por nosotros así se humilló.

Jesucristo Cordero Divinoen la Eucaristía humilde quedó

dando muestras de amor a los hombresy siendo el consuelo de toda aflicción.

Vamos labradores a honrar al Señor

que es el día mas grande del añoy todos debemos hacer oración.

Oh, vecinos salid al rosarioy a Jesús pidamos nuestra salvación,Paz y dicha en el mundo completo abundantes gracias y su bendición.

Si le somos fielessu ley en guardar,

no dudemos del amor de Cristoque todos los males vendrá a remediar.

Vamos todos, ya con alegríaa postrarnos juntos al pie de su altar

que la fe ciega y llena esperanza aquellos que pidan la recibirán.

TradicionesAl amanecer, la Aurora

Por Nieves Valer Ramos “la víspera de la iesta del Santo Cristo, cuando aún no ha amanecido -y hay quienes todavía no se han ido a dormir- otros se levantan de la cama para despertar a todo el pueblo con el alegre canto de la aurora”

Escena del Canto de la Aurora. Año 2011

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Noticias brevesCrónica de Fuentes de Magaña y sus gentes

Todo un sueño, una banda con cincuenta y cinco músicos llegados desde Alicante y que

llenaron de nuevo nuestra plaza de gente y de buena música. Concretamente, venían de la localidad de Dolores, municipio alicantino de la Vega Baja del Segura.

La Unión Musical de Dolores se formó en el año 1884. Actualmente, está formada por 55 músicos cuyas edades oscilan entre los 10 y los 74 años. El Presidente es D. Joa-quín Gilabert, el Director de la orquesta, D. Francisco Víctor Cañas, un joven lleno de talento y el vocal D. Manuel Pérez, his-toriador, además de amante de la música.

Pero el elemento clave para la organiza-ción de esta gira, ha sido el compositor ali-cantino D. Manuel Castellano, casado con una soriana, y que adora nuestra geografía. Contaron también con el acuerdo y apoyo del Ayuntamiento de la ciudad de Dolores del que reciben una subvención anual.

Así fue como la Unión Musical de Dolores dejó por unos días sus cálidas y animadas tierras, llenas de turistas y bañadas por el mar, y se desplazó a vivir el contraste de nuestras Tierras Altas Sorianas.

La gira comenzó en Soria, donde la mala climatología marcó un inicio algo desalentador. Al día siguiente, tocaban en Sarnago, patria de las rapaces y de autovías inexistentes, por lo que el destino tampoco prometía demasiado.

Llegó el autobús sobre las nueve de la noche, con la melancólica luz del atardecer en sintonía con el ánimo de los músicos. La plaza vacía, normal. Sin embargo, y como por arte de magia, comenzó a aparecer gente por todas las calles del pueblo, viviendo un momento extraordinario que, según sus palabras, no olvidarán y que les animó para dar su mejor nota.

Al día siguiente los músicos acompañados por sus familiares llegaron a Fuentes. Ciento una personas en total que completaron el aforo hotelero de Fuentes de Magaña -entre el Albergue y la Casa Rural- y el resto se alojaron en San Pedro Manrique.

Comenzaron con un emocionante pasacalles que quedará para siempre en nuestra memoria, porque fue como un pequeño homenaje a todas aquellas personas que vivieron en nuestras calles, a todos esos vecinos y familiares que, aunque ya no están con nosotros, los llevamos en el corazón.

Después, en la Plaza hueca, disfrutamos de un impresionante concierto cargado de recuerdos y del privilegio, con el que nos obsequió D. Manuel Castellano, de escuchar algunas de sus obras inspiradas en Soria y cargadas de sentimiento.

Y además, compartimos con la banda las cenas en el frontón, donde más de cien personas disfrutamos de estupendos menús elaborados por el Bar las Fuentes, así como de la comida de despedida donde pudimos

sentir el afecto -y hasta las lágrimas de emoción- de los músicos, por lo que os puedo asegurar que quedaron encantados con la experiencia Soriana y, para nuestra satisfacción, muy especialmente con el trato recibido en Fuentes de Magaña.

Ayala del Barrio Santiago3 de abril

Por Javier González Castellano

Ana Merina Díaz15 de abril

Carlota Valerdi Taberna7 de mayo

Adolfo Martínez Bernal 7 de agosto

Daniel Marín del Barrio 28 de septiembre

Varios de nuestros socios

han sido padres en 2014.

Aquí te presentamos a sus hijos.

La Plaza Hueca llena de nuevo

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