REVISTA MEDICADirector: Dr. JOAQUIN ZELEDON

San José, Costa Rica, Agosto de 1939No. 64TOMO III

'

Las apioíoRt. .ulttllud... por lo. ;lufoua soaIn::clu.ivamtntt pusonalt.. Cuando la RniJu..caupe o impusot tlialquier artÍculo. 10 hará

fa forma editorial o de comtntario.

Número suelto,suscrici6n anusJNúmero at·rasado

1ARo VI

fI; \.00¡12.(JO2.00

.

Algunas consideraciones generales sobre la

Miasis Cutánea (tórsalo) en Costa Rica lO)

Antonio Peí;a Chavarria

Hpnry W. Kumm

La mlaslS c'!tánea (tórsalo) que fue importada .'gún paree.por ganado proveniente de Venezuela, lentamente ha ioo invadiendoel país, de tal man~ra quo zonas indemnes hace poco tiempo, estánya infectadas, agravando así la significación económica de ese pro·blema de la industria pecuaria, que por su extensión al hombre, tomasignificación en la pat~logia humana. Por est, hocho no es raro ""rya, infecciones contraídas aun en las "ecindades de la propia ciudadde San José.

Entre nosotroS,,3un los interesados en la industria ganadera, notienen id.as «<aetas d,l ciclo evolutivo de la Dermatooia; igual cosaacontece en otros Lugares. Contrasta esta confusión con observacio­nes precisas hechas por el vulgo de algunos países. En el Departa­mento do Chontales, República de Nicaragua, región eminentemente

(*) Los estudios y OOsetvaciooes ~n que está basado este artículo fuero'lhechos con el apoyo y bajo los auspicios de la Se<reraría de SalubridadPública d. Co>ta Rica, y la Divi,\i,.,\ Int<maciona\ <l. la Salu<l de la Fun­d""ión RockefelIer.

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ganadera, 10 mismo que en la Costa Norte de Honduras, llaman altórsalo "Gusano de Zancudo", por haber observado que un zancudo>es el responsable de su transmisión. A pesar de esta observación po­pular, no fue sino hasta el año de 1911 que Morales en Guatemalay Núñez Tovar en Venen:uda, descubrieron que 1"" hu'vos de laDermatob:a inician su evolución adheridos al cuerpo de un zancudo.Chandler (1918) sumarizó esa comprobación diciendo: "el zancudoes utilizado por la Mo«a Dennatobia, como un aeroplano, para eltransporte de sus huevos O larvas al huésped en que se desarrollandespués".

Efecrivamente, la hembra de la Dermatobia hominis, en vez dedepositar sus huevos en la piel del animal que va a p.rasitar, losponoen los =tados. a los lados del abdomen de otras moscas y:zancudos que frecuentan el ganado. La colocación es tan pareja yequilibrada que hace recordar la de un animal de carga. Cuando laslarvas están listas a salir del huevo, el calor del ouerpo d.. cualquieranimal de (tsangre caliente" parece estimularlos, pues rompen lacáscara del huev<-, para ca·" sobro la piel del nuevo huésped, mien·tras que el insecro pc.rrador está alimentándose. La larva penerr.así el cuero de la pobre víctima ~ forma un (ttórsalo" que cuandoestá desarrollado sale y cae en el suelo ,para crisalidars~ y proseguirel ciclo. evolutivo de la Dermatl>bia.

Los zancudos no son los únicos insectos parasitados en esta for­ma por la mooca. Panon y Evans (1929) publicaron la ktografíade una mosca pequeña del género Anthomyid con una maSa dehuevos adherida a la punta dd abdomoo. Dunn en Panamá (1930)encontró huevos de Dermdtobid hominis prendidos a una especie deLimnophora, ·una mOSCa qu: no chupa sangre; este investi.gadorlObservó la salida d. la larva ,hl huevo, la dejó penetrar en la píelsana de su antebrazo izquierdo, donde cc.mpletó su total períodolarvario en un lapso de 46 días. Césa, Pinto, junto con H. S. Ló·pez (1933), indicaron haber encontrado en ciertos lugates del Bta·sil huevos d. Dermatobia ~n un 18% d. las ~speei,. de la moscaNeivamyia lutzi, examinados por ellos.

El t6rsalo en Costa Rica, Nuche en Colombia, Berne en -el Bra·zil. Gusano de Monte en Venezuela, causa enorme; p:rdidas ,ecO­nómicas, por el debilitamiento y molestia del ganado y porque do,·merece el valor comercial d. los cueros de loo animales parasitados.

En Costa Rica hemos encontrado tres ejemplares del zancudollamado Aedes angustivittatus, y d<>s ejemplares de otro zancudo

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llamado Aedes serratus, con huevos de Dermatobia prendidos alaoaOm,en. LOs A. serratus parasitados fueron encOÍltrados en la ~ Cos~

ta del Atlántioo, .mi~ntras que los· A. angustivittatus fueron captu­rados en la región del Pacífico:

Presentamos dos microfotografías de A. angustivittatus y unode A. Jf!rratus. La primera es de particular interés, pues el insecto fu~<apturado, 'asfixiándolo con cloroformo, en el ptociso momento en'que algunas de las ,larvas de Dermarobia abandonaban la cáscara~ su huevo. Nuestro hallazgo, efectuado en el curso del reconoci­miento del índice malárico y de los mosquitos de la república, noinsinúa que en Costa Rica las dos especies d! Aedos apuntadas seanlos únicos insectos portadores de los huevos de Dermatobia homini;;por el contrario, es más que: probable que otras moscas se-an tanimportantes a este respecto como los mencionados zancudos.

El tórsalo en el hombre es de evolución benigna y sólo cuandoocurren infecciones o es de muy particular localización~ es visto po:-

Aedes angllstjyittalus de Sama Cruz de- la Provincia de Guanacaste, CostaHica. Un número de los huevos de Dermatobia en gestación, y las lan'15

empiezan a salir de su cáscara.

ó3M REVISTA MEDICA

Aedes angusti'l'ittatus de Punta,:enas, Costa Rica, con huevos de la Derma­

wbia hominis ad"hle-ridos a su abdomen.

e! médico. Haciendo un estudio de la ,estadística de! Hospital SanJuan de Dios, de los 10 años de 1928-1937 vemos qu:e sólü 112 indi­viduos buscaron hospitalización por la miasis CcUtánea.

El cuadto adjunto muestra la localización del parásito.

Para demostrar qu~ la larva de la D:ermatobia no sólo penetrala pi'd en el lugar ,.?n que Cétc, sino que puede migrar: c,e,sa que ya.han sugerido algunos investigadores, pres{mtamos una fotografíade un caso de nU?stro archivo médico, una niñita del cantón de Ate­nas, que vino a nU,estro cünsultorio por una gran inHamación .del,ojo. El examen mostró que se trataba de un tórsalo que, hahía pene­trado el párpado inferior en e! borde conjuntival. La particular loca­lización d~ este tórsalo, hace sup:n,er que la larva cayó en la piel dehs ncindades del ojo y por los movimienros de los párpados fue "_penetrar la conjuntiva respectiva.

REVISTA MEDICA

Aedes sc:Tratus de la Barra de Parismina en la Provino"" de

Limón, Costa Rica, con una ~erie de huevos de Dermatobia

hominis adheridos a la superficie ventral del abdomen.

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64{1 REVISTA MEDICA

Tórsalo en una niñita vecina de Atenas en la

cual pene~ró la larva por el borde de la conjuntiva.

Casos de lórsalos tratados en los servicios delHospital San Juan de Dios, en el periodo 1928-1937

laulimiín ~llos

t'ruln 1928 1929 1930 1931 1932 1933 1934 1m 193& 1931 10111..

Antebrazo . .... 1 6 1 8Cabeza . ....... 2 1 6 4 9 4 4 6 36Cara .. _. 3 2 1 4 5 2 IXCervical . ..... _ 1 1Espalda. ..... 1 2 1 2 6Glnteo ... 1 1Labio ..... 1 1Mano .. . ..... 1 1Múltipl¿>s . ..... 1 2 3Muslo .... 1 3 4 1 2 3 14Nariz . ........ 1 1Oído ......... 1 1Pared abdomen 1 2 3Pared tórax ... . 1 1 2Párpado ... .... 1 1 1 4Pene ........ . 1 2 3Pie ............ 1 1Pierna .. . 1 3 1 1 1 7Rpcto 1 1

3 11 5 7 22 18 12 10 10 14 112

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(1918), "Animal pa,..it,.; and human disea­(publicado por John Wiley 8( Sons, Nueva

Reconocimiento

Dames expresivas gracias al Doctor Danid M. Molloy, quientomó las fotomicregrafías que publicamos.

Bib'liografía

Chandler, A. S.se", páginas 451-453York, USA)

Dunn, L. H .. (1938). "Roaring the larvae of Dermalobia he>­minis Linn., in man". Paycho, vol. XXXVII, N' 4, págs. 327-342.

Patlan, W. S., 'J Evans, A. M. (1929), "Insects, Ticks, mitesand venenous animals of medical and veterinary importana", pági­nas 434-437 (publicado por H. R. Grubb Ltd. Croydon, Inglaterra).

Pinto, e., (1933), "Profilaxia das doen.e;as infecciosas e para­sitarias dos animais domésticos do Brazil", páginas 295-297 (publi.cado por el Ministerio de Agricultura, Rio de Janeiro, Brazil).

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Importancia del Examen Médico Pre·Nupcial (1)

Por el Dr. J. Fermo.elle Bacardí

El examen médico pre-nupcial, como otras muc"as medida,de lucha contra !as enfermedades epidémicas y hereditar'as, estásiendo objeto de estudio, y Jobre eod~ de tanteo y aplicación en muochos lugares. Los gobiernos, los legisladores, las sociedades cienrífi.cas~tán dando el paso important. de aplicar los avances y co­noc:mie,ntos científicos en beneficio de las colectividades. Esto hac"la Salubridad Moderna: no le basta con curar, es mejor prevenir.

Veamot primero, brev~mente. le. que S~ ha hecho en otros paísessohre ésto ..unto, y luego, lo hecho en Costa Rica. Y finalmente,diremos lo que consideram03 la meJc·r solución a la luz de- los cono·cimientos actuales y al calor de nU!st:·o entusiasmo y modesta opi­nión.

Lo que se ha hecho en otros países

Por las noticias que· tengo fue en los Estados Unidos de Amé­rica donde primero se legisló sobre'" examen médico pre-nupcial.En el añ~ 1913 se tomaron las primeras medidas en éste sentido envarios estados de esa Federación. Actualmente creo que ya pasan dediez los estados donde esa medida es levo

En Noruega, Suecia, Turquía y Dinamarca, se fueron dictandoleyes duranroo los años 1919, 20, 21 y 22 respecti,·.mente, exigiendodeclaración escrita de los contrayentes afir=ndo no pade.:er ,nfe:­medades venéreas, etc. o el Certificado Médico.

En Bélgica, se legisló al respecto en 1926.

En Alemania la ley llamana "LEY PARA LA PROTECCION

(1) Conferen<ia dictada en la E«lIeh de Farmacia e\13 de mayo de 1939).

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DE LA ~UD HEREDITARIA DE LA NACION ALEMA.NA (Ley Eugenésica) de 18 d, Octubre de 1935", es muy com­pleta.

El Código Civil de. algunos países, como Bolivia. Australia,Canadá, Estonia y México, señalan varias enfermedades como cau­sas de impedimento para el matrimonio.

En la Argentina, por ley relativamente reciente del 17 de· Di­ciembre de 1936, llamada de Profilaxis de las Enfermedades Vené·reas (Ley N' 12.331), reglamentada por el Poder Ejecutivo en 2de Abril de 1937, establece, en el Artículo 13, el Certificado Pre­nupcial obligar!>rio para varones. Y luego ag""ga "no podrán con­traer matrimonio las personas afectadas de enftJm\edades venéreasen período contagios!>". Se desprende, que por los menos, para lasenfennedades venéreas, se exige garantía en ambos sexos. El Artícu­lo 7 de dicha ley dice: "toda persona que pad"ca enfermedad vené­rea en ,período contagioso, e·stá 'obligada a hacerse tratar".

La ley alemana que antes cité, dice en el párrafo primero:nI) .-No puede contra~rse ningún matrimonio:

a) .i uno de le. contrayem"" padece de una ,enfermedad con·ragiosa que pudiera dañar CONSIDERABLEMENTE la salud dela otra persona oponer en p,ligro la de los descendientes."

y luego, en el apartado d) dice, que tampoco puede contraer­se marrimonio "SI UNO DE LOS CONTRAYENTES PADE·CE DE UNA ENFERMEDAD HEREDITARIA, CALIFICADASEGUN LA LEY PARA EVITPlR LA DEGENBRACION HE·REDITARIA DE LA RAZA (14 de Julio de 1933"). Y esas en­fermedades son: 1) Debilidad m,ntal hereditaria, 2) Esquizofrenia,3) Locura circular O maniaco depresiva, 4) Epilepsia hereditaria, 5)Baile de San Vit!> hereditario (Corea de Huntigron), 6) Cegue­ra hereditaria, 7) Sordera hereditaria, 8) Graves deformaciones cor­poralro hereditarias.

Como ~n Alemania también se practica la esterilizadón confines eugenésicos, se permite a éstos enfermos el matrimonio si anteshan sid:> esterilizados (inciso 2, párrafo prime,o).

De la Oficina Sanitaria Panamericana acabo d, recibir una carota d,l señor Secretario de ella. Dr. Arístides A. Mol!, correspon­diendo a una solicitud mía, con la que m: onvía unos HAnte.proyec.tos de Legislación .obre el Certificado Pro-nupcial preparados por la"ASOCIACION AMERICANA DE HIGIENE SOCIAL", qu/reflejan (según di~ su carta) "los principio. expresados reciente·

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mente en la Legislación de varios Estados" (17 de Abril de 1939).Del pr<>yecro de ley dicho, tomo la socción n, que dice: "Antes

de que un funcionario aut<Xizado por la Ley para expedir licenciasde matrimonio acepte la solicitud para dicha licencia, cada contra·yent~ deberá presentarle un Certificado de un médico debidament'autorizado para ~jercer su profesión, en que conste qu~ dicho contra·yente ha sido objeto de un examen, comprendiendo una sero-r~acc'ón

tipo, si fuese necesario, que determine si el contrayente padece o node. sífilis, dentro de no menos de 30 días con anterioridad a la fechade la solicitud, y que a juicb d,¡ médico, el contrayente no se hayainfectado de sífilis, o si se haya infectado. no lo está en período dela enfermedad en qu~ ésta es o puede ser transmisible al otro con·trayente" .

Como puede apreciarse, son muchos los países que actualmentese ocupan de estos problemas d, las enfermedad.. ccntagiosas y de[as hereditarias, en vista a proteger la salud de los contrayentes yde los d"cendientes. También se refleja que a la sífilis, enfermedadque tiene ambos peligros, se trata de pr~venirla insistentemente en lalegislación argentina y en la propugnada por la Asociación Ameri­cana de Higiene SociaL

Las e¿fennedades que con más frecuencia se mendonan entrelas que se deben .,ner en cuenta para extender el Certificado Médi.ca Pr<·nupcial son: 1) Sífilis, 2) Tuberculosis Pulmonar Activa,3) Toxicomanía, 4) EnfermtX!ades M'ntales Hereditarias, 5) Ble­norragia, 6) Lepra y 7) Graves Deformaciones corporal" heredi·tarias.

Lo que se ha hecho en Costa Rica

En la Revista Rotaria (de! Club de San José), del meo de Di·ciembre de 1938 tuve oportunidad de publicar un artículo titulado"EL EXAMEN MEDICO PRE·NUPCIAL EN COSTA RICA",y en él relataba, a gcandes rasgos. lo que be podido averiguar de lohecho en eol país en pro de este exallllen. De la publicación citadatomo e! fragmento ,:guiente: "Desde hace muchos años ha habidopreocupación en el país por la convtniencia de que se ~tablezca eseCertificado. El Lic. Don Carlos Orozco .Castro, según los dato,que tenemos, fue el primero que prese<ltó al Congreso Constitucio·nal de la República, en el año 1921, un proyecto de ley para esta­blécerlo. Un añ" m" tard", en 1922, el Dr. Odio d~ Granda pre·sentó a la Facultad de Medicina una iniciativa en el mismo sentido.

RBVISTA MEDICA 645

Aunque muchas personas reconocían la bondad del procedimienr,oéstas ideas no pudieron prosperar.

Tampoco crisralizó el proyecro de ley del Lic. don HumbcrcnZamora V. presenrado al Congresoeu 1935.

En la prensa diaria y en revistas se ha discutido ampliamenteel aSUnto en diferentes momentos. En REVISTA MEDICA, quedirige el distinguido colega doctor don Joaquín Zeloclón. Se hanpublicado varios trabajos relacíonados con el Certificado MédicoPre-nupcial. El primero que sob"e ese tema apareció en dicha rev,s·ta, fiue uno del propio Dr. Ze.ledón en Julio de 1935. Después apa­recieron en ese .mismo año 106 del doctor don Ricardo Jiménez Nú·ñez (Agosto) y del Lic. don Humb"to Zamora V. (Setiembre).y recientemente" en éste año, un notable trabajo del Dr. don Pa·blo Luros (mall"<» y otro del Dr. don José Amador (julio)".

Luego señalaba como día muy importante el 21 de Agosto de1937, f"ha de la carta que dirigió el señor Vicario General do! Ar­zobispado de Costa Rica, en la cual el clero ce'starricense aceptócooperar con la Secretaría de Salubridad, dmpués de una entrevistadel Dr. don Antonio Peña Chavarría, Ministro del ramo en esa épo­ca, y la Autc<'idad Eclesiástica citada.

Del entendimiento anterior surgió la fórmula del examen mé·dico prenupcial ...oluntario, el que se inició en Grecia, y en la Unión,en Setiembre de 1937, y luego en Turrialba, Santo Domingo, SanCarlos, Naranjo, Curridabat y otros lugar" donde actuahnente selabora por realizarlo.

El actual Ministro de Salubridad, De.ctor don Alfons~ AcostaGuzmán, ha manife6tado sus amplias simpatía~ p"r s~gui.~ Jdelant~

';f.te ensayo" '" dictado instrucc!ones al respecto.

Qué sería más útil para la colectividad?

Por lo expuesto vemos que existen cuatro modalidades de esteexamen, según los países. y que son:

l.-Examen Médico Pre-nupcial Voluntario para ambos cón'yuges.

2.'-EI Certificado para el hombre solamente.3.-Una DeClaración' escrita de no padecer algunas enferme·

dacks;y .4.:.c...ElCeriificadci Médico 'Pre;nupcial Obtígllfeorio- p;tra- los

·dos contr~nte •.

646 REVISTA MEDICA

l.-En cuanto a la primera modalidad he ido teniendo unapequeña experieneia en Tres Ríos sobre lo que sucede> con el EXA­MEN VOLUNTARIO. 10 que también publiqué en REVISTAMEDICA de San José (Diciembre 1938), bajo el tÍtulo de "UNAr'lO DE EXPERIENCIA SOBRE EL EXAMEN MEDICOPRE-NUPCIAL VOLUNTARIO".

Entiendo quo el examen hech,Oo en esta forma, vO'luntado, esun paso de avance indiscutible, aunque no ,es todo lo eficaz enrelación con los fines que debe perseguir.

Digamos algo del aspecto positivo primer~, y luego, de lo queno logra alcanzar.

Este certificado permite:

l.-Descubrir casos de Sífilis en persona:: que la mayoría d,las veces lo ignoran, así como otras enf.~rmedadDs.

2.-Iniciar algunos traramientos de las enfermedades que s,descubren.

3.-Conocer casos de portadores diftéricos y hasta tÍficos, SI

se investiga.

4.-C"ar el hábito en la poblaciÓ!1, en el país donde se realice,del examen médico p~evio al matrimonio.

5.-Adquisición de una experiencia para los mismos médicosy autoridades sanitarias.

6.-Posponcr algunos matrim~nios por enfermedades curables.

7.-Que al~unas parejas disfruten plenamente de la medida'aniraria y eugenésica, obteniendo el Certificado primero y casándosedespués con la seguridad de> que no se contagiarán ninguna enfer­medad recíprocamente y que sus hijos no llevarán tara grave in­deseable.

Este certificado no logra alcanzar:

l.--Que todos los contrayentes se examInen.

2.-Que todos los' sifilíticos, por ejemplo. dejen de casarse,limitándonos .en esta eventualidad a contemplar un drama que pasaante nosotros sin pod~rlo evitar. Y así, otras enfermedades.

3.-Que todos los que resulten enfermos se traten debidamente.Me refiero especialmente a' la Sífilis.

REVISTA MEDICA 647

11) .-El Certificado Médico para el hombre solamente, como1" 'Canumplan algunas legislaciones, no nos .parec~ resuelva corre-c­-ramente <el problema, y probablemente se ha inspirado más en razo­nes de raráctN' social, de costumbres, que cientÍficas. Las enferme­<Iades contagiosas o hereditarias no respetan los sexoS_

m) .-La Declaración escr'ta de no pade.:er algunas enferme·<Iades, ha sido cons:dorada por algunos como Un paso de avane<sobre 10 anterior, ya qu, abarca, en los países donde se ha adopeado,a ambos ,"X;)S. Sin embarg:., hay muchos casos de Sífilis ignorada,que un médieo~ con los auxilios del laboratorio, y el examen clínico,puede d..cubrir. Y lo mismo puede decirse de otras enfetttnedades.

IV) .-EL CERTIFICADO MEDICO PRE·NUPCIALOBLIGATORIO PARA LOS DOS CONTRAYENTES me pa­rece la 5(,lución que más se acerca a lo perfecto. Realizado en estaforma podríamos decir que las u nuevas generaciones vendrían almundo COn las .irtu1es de los progenitores 'Y sin las taras de lapoblación actual".

El Certificado Médico Pre-ll>Upcial sería., desde el punto de vis·ta de b hijos, UN HLTRO DE SALUD.

Para los que piensen que d no permitir el matrimonb (o pos­ponerlo) a una ¡:>orsona sifilítica, por ejemplo, constituye un atenta·do o:",ra los derechos indi":duales, Se le podría decir Que el derechoínJi.idual debe tener por limite natural el derecho colecti.o. ¿Aca­so no es ·un crimen a la Humanidad el per.mitir, el sancionar a sa­biendas, que una persona sifilítica contraiga matrimonio con otrasana? Va a conragia:, primero, al querido cónyuge, V lu,go, al ido·latrado hijo.

Es cierto que -el númer,:. crecido de hijos naturales no se bene·ficiarían con esta medida, pero esos hijos naturales, oscilan alroededorde un 23% en el país actualmente. es decir, que el beneficio inme­diato lo obtendrían el 77% que son los legítimos.

Creemos conveniente, que además d(ll examen médico obliga­torio se debe predicar,. enseñar educación se~ual, que ilwnine elc«ebro sin ofender el sano pudor, a la par que inculcar, elevandola moral sexual, que el amor v,erdadero es el que debe presidir estosactos, sublime en estas condiciones, y pecaminoso y grosero cuandointeorviene el mercantilismo o sólo el instinto imperioso, que buscadesahogo, como en el caso anterior (mercenariamente), o por otrasvías, desposeído do la sublímación del cariño. Pero esto constituye

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otro tena muy complejo que so sale del marco de ~tos comentariospor lo que no podemos extendernos sobre el mismo.

Me complace recordar que la Facultad de Medicina de CostaRica tieno nombrada Ulta comisión para presentar un proyecto de,ley sobre el Certificado Médico Pre-nupcial, y el tratamiento de lasenfermedades venéreas, ambos obligatorios.

Estas dos medidas, reunidas, harían el mojor bien a las gen,·raciones futuras, y serían dos trincheras paralelas V defensivas enbeneficio de ellas. LA EUGENESIA HABRIA GANADO SUP'RIJ:MERA BATALLA.

Publicaciones Consultadas:

Doctor J. F. Rodrígue~ Pére~. El Congreso Internacional de laCiencia de Población. Instituto Finlay. 1936.

Licenciado Humberto Zamora V. El Certificado de Salud Pr<­Matrimonial. Ret'ista Médicd de Costd Rica. Setiembre 1935.

Doctor Joaquín Zeledán. El Certificado Médico Pre.nupcial.Re'Tista Médica de Costa Rica. J.ulio 1935.

Doctor Odio de Grandd. El Certificado Médico Pr,-nupcial.Facultad de Medicina de Costa Rica. 13 de Julio de 1926.

Doctoor Pablo Luros. El Examen Médico P,,-nupeial. ReYistaMédicd de Costa Rica. Mayo 1938.

Doctor José Amador. Algo más sobre el Certificado Pre-nup­cial. Re'Yistd Médica de Costa Rica. Julio 1938.

Doctor R. Jiménez Núñez. El Certificado Médico Pre-nupcial.Re,,;std Médicd de Cesta Rica. Agosto 1935.

Doctor]. Fermoselle Bdcardí. Un año de experiencia sobre elExamen Médico Pre-nupcial. Revista Médica de Costa Rica. Di·ciembre 1938.

Doctor J. Fermoselle Bacardí. El Examen Médico Pre.nupcial.,n Costa Rica. Revista Rotaría. Diciembre 1938.

REVISTA MEDICA 619

Proyecto de Reglamento Internopara la CUnica Antivenérea Principal de San José,

presentado a la consideracicin de la Seccicin deLucha Antivenérea de la SecretarIa de Salubridad

Por el Dr. Joaquín Zeledón A.Médico Director de la Clínica Anti\"enérea de San José

De conformidad con el artÍculo 19 de la ley No. 51 concer­niente al SeM'icio de Asistencia Pública, y del Inc. 12 del Art. 9 d,la Ley Sobre Pnoteccwn de la Salud.

Art. 10.-La Clínica Principal del Servicio d, Asistencia PÚ­:blica es la de San José. En eUa se hará labor curativa y preventivade las enfermedades venéreas, <6pecialmente la sífilis.

Art. 2·-Los tratamientos serán gratuitos y dedicados a lospobres. Como una saludable m,dida de bien colectivo y con el objeto.de "vitar los abu.os y beneficiar lo. fondos del Estado, así como losder<>ch05 de los mismos mmesrerosos, la S,cción Médico Social dela Clínica investigará la situación económica de los pacientes. Cuan­do se trate de personas acomodadas, los médioos, de acuerdo con susano criterio r sin monospreciar el interés social en lo referente alpunto de vista infeccioso, una vez desaparecido el pd.igro de conta­giosidad. aconsejarán a los enfermos continuar los tratamientos enformo. particular, con otros médicos y con sus propios recursos. (0)

Arr. 3·-El personal d. la Clínica Ptincipal estará organizadoen la sigui,nte forma:

f.·-Sección curati.va

a) Un médico jefe, Director técnico de la Clínica.b) Uno o más médicC5. asistentes.c) Un Secretario Jefe.d) Un enfermoro y una enferme" diplomada, con cinco años

ele práctica.

(") El objeto principal de este arHculo es, armonizar, el Interés sanitario y-colectivo, con el individual del médico y con t:'l del Estado en su aspecto.económico.

650 REVISTA MEDICA

e) Un enfermero para el servicio nocturno curativo y preven·tivo.

f) Un portero.

\l.-Sección preventiva y médico..social

Bajo la direcdón y control técnico d, ¡os mismos m~icos dela clínica }' administración de oficina del Secretario Jefe, fungiránen ésta sección:

a) Un secretario o secretaria.b) Un enftrm"o.c) Una enfermera diplomada.

Art. 4Q-El Médico Director de la Clínica sorá nombrado por

el Poder Ejecutivo. El personal subalterno por el Médico Jefe delServicio de Lucha Antivenérea de la República de común acuerdocon el Médico Director de la Clínica.

Art. SQ-La administración dtl material de la Clínica depen­derá del Ministerio de Salubridad y de la Sección de Lucha Anti·voo.érea.

Art. 6Q-Son obligaciones del Médico Director:a) Organizar y dirigir el funcíonamiento de la Clínica, técni·

ca y adrninistrativamente.b) Insrruir al personal subalterno designando del mejor modo

las obligacíones que incumban a cada cual.c) Sugerir al Jefe d. Lucha Antivenérea o en su defecto a la

Sría. de Salubtidad todas aquellas técnicas y medicaciones que con.ceptúa oporrunas.

d) Atender una consulta en las horas de la mañana duranteUn minimun de tres ho:as, de las 7 a las 10 boras, y estar presentedurante los tratami:entos ars!:nicales.

e) Atender los accidentes por inyecciones y tratar si fuera dcJC3..<o, la hospitalización del enfermo.

f) Controlar el servicio de inyecciones vigilando por la mayorasepsia y exacta técnica en la aplicación de las mismas.

g) Personalmente y en unión de los médicos auxiliares, «¿acta­rá y confeccionará las Historias Clinicas, signiondo los enfermos~n sus cratamientos, anotando las observaciones pertinentes en cuan.to a tolerancias 1) intolerancias de las drogas, resultados c1ini= yserologí2. respectiva.

g) Los medicamentos serán prescrit<>s en sus diferentes dosis

REVISTA MEDICA 651

de puñ<> y letra del Médico DirectOr y de los médicos asistentes.h) Examinar los enfermos detenidamente cuando la Clínica.

los va a tratar, ordenando las pruebas de laboratorio necesarias.i) Formular los pedidos de medicamentos a la Sección de Lu·

cha Antivenérea V controlar su consumo.j) Presentar· un informe mensual de las labores de la Oínica.k) Tomar las medidas de orden y disciplina pertinentes para

el buen funcionamient<> del Departamento a su cargo.1) Publicar anualmente algún trabajo o estudio sobre vene·

roología, ya sea original o bien sobre estadísticas o comentarios'.n) Organizar en forma diciente el nuevo servicio preventivo y

Médico Social de la Clíni.a.Art. 7·--COrresponde a los Médicos Asistentes:a) Secundar al Médico Director en sus ~unciones técnicas.b) Someterle a su consideración los casos rar<)S.c) Hacer las historias clínicas de los enfermos que· tienen en·

tratamiento.d) Reemplazar al Médico Director en sus ausencias. en caso

de enfermedad, vacación o permiso.Art. S·-El Secretario Je,fe desempeñará las siguientes fun­

ciones:a) Llevará al día las flStadísticas en la forma que le indique el

Médico Jefe.b) Igualmente llevará un libro de Registro General de los en·

fermos por orden alfabético.cl Redactará el informe mensual respectivo de las labores de

la Clínica, resumiendo los principales datos "'tadísticos, número deenfermos tratados y los diagnósticos formulados por 105 médicos.

d) Entregará a cada paciente un número de orden, ya sea paraconsultar a los médicos o para tomar tumo para inyectarse, así comootro en qUe se indiquen las dosis medicamentosas prescritas por losmédicos..

e) Extenderá las certificaciones referentes a traslados de en­fermos a otras clínicas, y constancias de tratamientos para liSO per­sonal y toda la demás correspondencia de la Clínica.

f) Colaborará coo el Médico Director en la vigilancia de losconsumos de medicamentos y demás enseres y archivos dr, la Clíni­ca, igualmente en la instrucción de las prácticas establecidas paralos tratamientos.

Art. 9·-Corresponde al Secretario <) S.creraria de la Sección

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Médico Social la confección de la respectiva ficha según modeloque juzgue conveniente el Director. Entre sus principal... obligacio­nes está la de instruir a los enfermos sobre la importancia de la asi­duidad en los tratamientos, el peligro de! abandono, la investiga·ción de las fuentes de contagio, las posibilidades económicas y el.aspecto moral de [os contagiados.

E! enfermero y la enfermera Sociales secundarán la labor del"Secretario.

Art. lO·-EI presente reglamento deroga todas las disposicio·n.es legales vigentes que se le opongan y en especial el reglamentodel Servicio .de Asistencia Pública .promulgado el 28 de noviembrede 1925, con base al decreto No. 12.

Entrará en vigencia una V<fl aptobado e! nuevo presupuestopara 1940.

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Las regulaciones Hormonalesen Clínica Quirúrgica (*,

(Traduce.6ft d. A.vl_'. M6dlca)

Por ReTlé Ltricht

Profesor de la Faoulrad de Medicina de Estrasburgoy del CoJegio de Francia.

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La pregunta puede plantear",: ¿tiene la ci.ugía de hoy que to­mar en cuenta las regulaciones hormonales?

El problema "" difícil. Las incidencias de las endocrinas soncomplejas. Las hormonas están todas en interacciones. Su ~tudio esquizás demasiado sutil para trabajadores manuales. La cirugía v;v,de realidades inmediatas. La imperiosa ley d" $\1 pragmatismo, quesubordina el pensamiento a la acción, la condena. a no o:uparse sinode lo que puede abrazar.

Pero el hecho C6 que eHa debe conocer los resortes secretos delorden biológico, pues constant!mente, y aún sin sa.berlo, debe contarcon ellos.

Ya pasó el momento. en que podía considerárse1a como un actode autoridad sobre el destino. Más modesta que ant", ella sabe ahora,que • pesar de! arte de su técnica, debe hacerse perdonar el existir yque su mejor finalidad se • .leanza cuando las regulaciones hormo­nales están perfectamente equilibradas.

La reacción honnonal de la operación

Desde el comienzo de una operación, la incisión cutánea hacesubir un punto o dos la tensión arterial. Si la operación se continúacon la conveniente suavidad, en dos o tres ocasiones tll kymometroregistra breves ascensos tensionales, luego todo se normaliza. Si lamano es demasiado brutal, d~pués de la hipertensión sobreviene lahiporensión.

Estos son juegos de las suprarrenales. Y al d"cir suprarrenales,

(*) Rel'ifla Médica de COfia Rica brinda a sus lectores la traducción delbrillante artículo que el eminente cirujano francés René Leriche.. presentó,bajo forma de reporte, a las Jornada~ Médicas Internacionales de Paris el3 de julio ele 1937. Seguros estamos que ellos sahrán apreciar el verdaderoobsequio espiritual que nos complacemos en ofrecerles.

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nos referimos a lo que es visible a nuestras miopías. De hecho, esmuy probable que otras endocrinas entren en juego, ya que es raroque una acción hormonal ~sté estrictamente aislada.

El cirujano tiene que tomar en cuenta las regulaciones hormo­nales desd, su r.rimer gesto. Y si uno de los pilares del orden hor·mona,] ha cedido ya, o si es poco resistente, los actos de la cirugía sonmenos seguros: el operada. puede entrar en ho,"s peligrosas.

Indudablemente, en el origen de lo que los cirujanos llamanactualmenre la enfermedad post.operatoria, hay un inmenso proble·ma horrocllaJl que·, por ser inaparente, ha pasado desapercibido has·ta hoy.

De tal manera, la cirugía no debe desinteresarse de una inves­tigación que puede parecer sobrepasarla, pero de la cual dla depende.

La cirugía, disciplina de investigación

y no lo deb, tanto menos cuanto que. tomando más ampliaconciencia de sí misma, ella quiero, para el future; ir más allá delgesto benefactor del buen samaritano, que f.uera en otra época suúnico objeto, y temr un lugar privilegiado en las disciplinas delconocimiento del hembreo

Este acceso a las obras del espíritu, le crea deberes: ella debeponer al servic:o de la búsqueda científica, sus inmensos medios d~

investigación experimental.Cuáles son pues Jos próximos objetivos que ella debe tratar de

perseguir con motivo de las rel(ulacicnes hormales?Sus desees, es natural, se inspiran en sus necesidades.

La investigación del temperamento tisular

Ella aspira a conocer, más allá del hombre standard, lo que ennosotros hace .10 individual; pues, ahora, es lo individual lo que en·cuentra en todos sus caminos.

Ella vive. efectívamente, de las calidades tisulares del individuo;y las calidades de <le,,; 'tejidos son las endocrinas las que nos las ha·cen a cada uno según sus posibilidad,.s.

La observación cotidiana nos enseña como, de dos operados,habiendo tenido la misma enfermedad, cuidados pO'r la misma mano,con la misma técnica, en las mismas condiciones, el uno cura comoun juego, mientras que el .fltro no 1" logra sino con dificultades, alprecio de una larga fatiga. En uno hay cicatrices suaves, lineares e

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indoloras; mi~ntras que en la intimidad secreta de las carnes del attase· prosiguen por latgo tiempo, fusiones conjuntivas, adherencias deórganos, reparaciones frágiles y dolorosas.

La. observación también muestra que en éste el menor accident~

engendra desórdenes vasOMffiotores quC', repercutiendo a lo lejos, pue­den. durante meses y años, disminuir su valor de hombte púvado yde hombre social y desequilibrar toda una vida familiar mientrasque ,·1 vecino ha soportado el choque sin el menor maltrato.

La cirugía.. arte esenciaim·;-nte humano, tiene necesidad de co­nocer lo que, en el temperamento, hace la benignidad o la gravedadde un accidente o de Una operación. Ya no le basta can preccupars,alrededor de los d..órdenes materiales que ena constata, mienrrasolvida al hombre, esre desconocido que hace él mismo, y a su manera,una buena mitad de su enfermedad, y celabota él mismo, y muchomás de lo que se ha cte·ído, a SU ¡propia curación.

Nosotros adivinamos, sin duda, que son valores hormonales ysimpáticos, los que regulan este gran juegc. Pe:o no sabemos defi­nir nada. ya que nada podemos apreciar.

Tenemos, ciertamente, a!gunos motivos para pensar que es lahipofisis la que domina el destino de los tejidos elásticos, que es enala que regula la tesistencia de nuestras substancias conjuntivas, laque dá, por estos medios, a nuestros huesos SUS cualidades esencialesante los traumatismos.

El razonamiento también, nos dice, que la justa armonía denuestras accienes vaso·motrices depende de.l valor equilibradn denuestras suprarrenales.

Pero todo esto no son más que -ensueños fisiológicos. En nues­tros días la medicina vive a la orden de la crítica experimental. La~ipótesis sólo le es permitida como .,¡ primer paso de una inv.sti­gación.

La cirugía no puede aquí sino expresar sus deseos. Que me seapermitido formula,'10s.

Ella desea conocer lo que hace la calidad y las de:'::>ilidades delos tejidos de cada uno de noSOtros.

Ella tiene necesidad de apreciarlos para prever el destino mis,mo de sus re9araciones.

Loa desequilibrios hormonales

-Pero 1100 se limitan a uto SUS ambiciones.Ella s~eña en participar a la obra común del mayor conOcI­

miento del hombre.

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En el pasado le ha ocurrido de contrbiuír a ello sin saberlo. Yalgunas de las primer.. revelacienes endocrinianas nacieron de ges­tos quirúrgicos aventuró? dos.

Actualmente, mejor instruídos, podemos hacer servir una tera~

péutica medida al análisis de los temperamentos humorales. Tod<>es cuestión de dedicarse a ello.

Las rorreceiones que nosotros emprendemos, de algunos desbor­damientos hormonaks, pueden ser, desde este punto de> vista, unpoderoso medio de análi~i!iO.

y de hecho. no ha sido .Ja cirugía, la que al reducir la actividadexcesiva de> ciertas glándulas, ha contribuido a menudo al estudio delas regulaciones honnonales?

Al lado de la elOp"rimentación en animales, es ella la que nosha ooseñado a atribuir: a la hipo!isis, los desórdenes ambiciosos quehacen los hembres demasiado grandes y demasiado gruesos; a latiroides, las tumultuosas agitaciones de los angustiados, de los irrita­bles de ojo brillante y e,,,,,bitado; a 1"" suprarrenales, los dolorososparoxismos tensional~ tan temidos de los enfermos; a la paratiroiderlos discretos derroches de nuestras reservas C>Squeléticas.

y al presente ella quiere ir más lejos aún y refrenar, mediantesecciones nerviosas apropiadas, las exageraciones cromafinas que ha­cen quizás, la hipertensión arterial.

En todo esto hay incógnitas. Pero las enfennedades producidasas~ hacen tanto .estorbo como un nuevo rico con su sintomatolgíaruidosa y los espíritus andan por todas partes en búsqueda. Cadadía que pasa nos trae- nuevas precisiones. Y, en este terreno es in­discutible que la cirugia de las regulaciones honnonales se ha apun­tado un éxito.

Pero no es sólo la superabundancia lo que turba el orden hor­monal.

Con tanta frecuencia, más frecuentemente talvez, él se encuentradiscretamente destruido por la insuficiencia de las glándulas de se·c~ción interna.

Qué S9n estas insuficiencias? Enfermedades que no impresio­nan. de 1.. que sabemos poca cosa. No conocemos ni lo que las pro­voca, ni lo que las sostiene, pues ignoramos el umbral de la secrecióllnonnal y,por consiguiente> el de la secreción insuficiente. No for­mamos j-uicio sobre un desorden sino de man.era muy tosca; basán­denos en apariencias clínicas que no apar·ecen sino cuando el des-

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arreglo íntimo es ya antiguo. Casi no poseemos ningún dato anató­mico sobre los estados inicial~. Ni siqu~era sabemos si existen estaslesiones anatómicas y todavía nos preguntamos si la insuficienciaresulta de una pérdida de la actividad glandular o si depende de undéficit en e1 aporre de los material"" con que ella trabaja.

Verdaderamente, tendríamos gran necesidad de que biopsias'Ptecoeto, o una microquímica tisular preclíniea nos fijaran sobre lasr""lidades.

Por el memento, estamos reducidos a imaginar la posición po­sible del problema, con la ayuda de un esquema, talvez erróneo, peroque tiene el mérito de" permitirnos tratar de actuar en las ~nferme­

dades de "l'humilité" hormonal.Gracias a ese esquema, cuando los productos de remplazamiento

V las hormonas sintéticas no logran restablecer el equilibrio, ""tamos.autorizados para ensayar una revitalización quirúrgica.

Hemos debido renunciar a la gran esperanza de los injertos.Pero, ya cómen~osa cOI)ocer 'los medios de. reactivar los tejidos-endocrinos.

Una serie de hechos nos han demostrado que al aumentar la,actividad secretoria ele un órgano, sus valor.es secretorios puedenrestablecerse por un largo tiempo.

Ciertament~. no hay nada resuelto. El objeto del trabajo esinmenso. Pero debemos dedicarnos a él valientemente; pues la fina­lidad es important~.

Ya se ha podido revitalizar da tiroides suprimiendo el gangliomediano del simpático cervical.

Mediante la in,ervación sinu-carotidiana se pueden provocar<:xperimentalmente todos los signos de heperactividad suprarrenal. Ytalvez disp~ndremos así en la enfermedad de Addison de un adyu­vante a la terapéutica por la sal.

Practicando simpatectomías peri-arteriales, se ha modificadoexperimentalmente la glioregulación. Otros medios permitirán, talvez en breve, actuar sobre el pancreas insuliniano. Y mediante laablación de·l ganglio ~rvical supetior se puede hoy día reactivar lasfunciones hormonales d~l lóbulo anterior de la hipofi'is.

Cirugía fisiológica. Si, ciertamente.No creo que para los cirujanos sea decad.encia tomarla en cuenta.La cirugía también', se dirige cada día más hacia un humoris-

mo rejuvenecido.Si ella adquiere plena conciencia d~ los deberes d. investigación

658 REVIsrA MEDICA

que esta evolución Je impone, ella ve<á dentro d, poco tiempo ama­necer los días de Sus más altos destinos.

El movimiento de los humores, las evoluciones del tejido con­juntivo, .la armonía dd trabajo de los epitelios, el equilibrio de lavida vegetativa que comandan la vida de relación y la vida af«riva,y rantas C<lSaS, dependen de grandes funciones quimicas que estánbajo la estrecha dependencia de la vida hormonal.

Algnnas glándulas gobiernan el ciclo del calcio; otras, los ciclosde las grasas, de los colesteroles, del sodio, de los proreidos fosfo­rados.

Es probable que un día llegará. en que Jos cirujanos, m'jorinformados podrán ,mediante ·neurotromias discretas, corregir loserrores de la naturaleza y modificar como conv~nga las funciones­primordiales de la vida.

Cierrame.nte, la gran obra de la cirugía, es poder, en múltiplescircunstancias, hacer recular ,la muerte.

Pero no menos noble es la finalidad de buscar la manera dehacer ~a vida menos injusta, menos amarga para ciertos .hombrest­haciéndob entrar en el orden de las regulaciones hormonales sinsacrificio orgánico, sin mutilación, s~gún el programa conservadorde la cirugía del porvenir.

REVISTA MEDICA

ActualidadesA cargo de la ntreeción

Modificaciones experimentales de la

Tiroides por reaccione. de inmunidad

(EnJokrinologi<:. BanJ 21 Helt 2/3. p. 93·98. 1938).

6,9

Investigae:iones sobre las propiedades

antitireotrópicas del suero humano

normal y de Cuechos.

(Klinische Wochenscrilt. Vr. 22 S. 772·773.-Jahrg 18, 1939).

(Investigaciones de los Labotatoúos del Hospital de San José d.Costa Rica y los de Anatomía Patológica del Instituto de Higiene

de Saarbrücken-AI«nania).

Por C. Picado T. y W. Rolle,.

Los autores, sea orovocando la inmunidad activa. p~r ínyeccione.os­de antÍgenos apropiados o ya mediante el empleo de sueros experi.mentales anticiroideo y antitireotrópico han conseguido reproducir­.experimentalmente !a~ div:r5~ formas que caracterizan ya sea losgüechos por hiperti<oidismo del tipo Ba.<:edow o va el güe.cho coloide.imple. En estas experiencias se han podido establecer las reaccion..de hipar () de hipofundonamiento, no contando con otras secrecioneshormonal" que las que produce el animal en experiencia, a difz·rencia de investig3ciones anteriores M que el animal recibía hormo­nas .por inyección.

Han puesto también ~n evidencia que los sueros normabs tienensustandas antagonistas a la secredón tire trópica de la hipófisis. Estapropiedad antagonista va aumentando con la edad y también en loscasos de güecho que h..n sido estudiados.

En los trabajos que analizamos se discuren las pocibilidades d,considerar muchos de los trastornos tiróideos no como una anomalíaprimit;va do la glándula sino corno consecuencia de las reaccionesantagonistas natural., del organismo afectado.

6/>0 REVISTA MEDICA

El empleo de los sueros antagonistas experimentales, sean solos,sean asociados a extractos glandulares, parecen lIa-"~- ... ocuparlugar primordial en las terapéuticas endocrinas del tuturo así comotambién en los tratamientos que aumenten o que disminuyan las reac·ciones inmunitarias del sujeto.

Prec:pitinas antPglándulas endocrinas

en varios trastornos de las secreciones

internas del hombre

Los autores comienzan por hacor una breve reseña de sus exp~·

riencias preliminares en el estudio de las precipitinas que contiene elsuero sanguíneo frente a antígenos eonstituidc6 por emulsiones dediversas glándulas endócrinas, destacando, entre otras observacionesconstatadas, el hecho de que e! tirulo de precip:tinas de·1 suero esvariable en relación con las diversas glándulas endócrinas v que e!título o pod!l precipitante del suoro aumenta con la edad del sujetodesde el nacimiento hasta la vejez.

A continu.dón relatan sus estudios sob:e el título de precipiti­nas de enfcormos de diversas afeccion!s -endócrinas (bocios, nanismoshipofisario y mixedematos~ y otros div"sos trastornos de hipófisis,testículos y ovarics). Hacen notar que, por tratarse de un métodonuevo, exist.!n aún dificultades cara la interpretación de muchoshe.=hos c.~os<rvadcs. S:n embargo,' sus estudios ·Ios ll,van a sostenerque, si bien el título absoluto de las precipitinas no está en r<lacióndi«cta con la hipe< o hipofunción del órgano correspondiente, puedeasegurarse quo un cambio de! título relativo entre las diferentesprecipitinas significa con seguridad un trastorno de las funciones deuno o varios órganos endócrinos, ya que por la sin.ergia funcional d~

dichas glándulas, es probable que el trastoeno de una de ellas ,,?er­cuta también en las otras.(Tomado de Revista Médica Latin.Am"icana, N' 284. Mayo 1939).

Nuevn ...."tllllmientn Da .... 1,. Artriti.

Dosde h"JCe varios meses dos médicos d, Chicago---,,! doctorLaurence H. Mayers y e! doctor S. K. Livingst~n-han venido reali­zando pruebas e investigaciones satisfactorias en torno a 105 casosdo atritis de acu~rdo con un nuevo tratamiento importado d~

Europa.

REVISTA MEDICA 6M

Los resultados de las ptUebas preliminares han sido notablessegún se info:-ma. En los casos agudos los resultados son con fre­cuencia verdaderam~nte espectaculares y en los casos crónicos se haregistrado gran alivio para el dolor y el tUllimiento después de untratamiento de tres a seis m&:"--ts. l-Ian sido pocos los casos en que noh""a habido mejoría. En los 105 casos citados son como sigu" 32,3por ciento de ellos han mC'3trado completa mejoría; en 42,8 porciento la mejoría ha sido marcada; en 19 pOr ciento la mejoría hasido leve.; y en 6,7 por ciento no ha habido mejoría.

La base dd tratamiento es una p:eparaeión de azúfre, ácidofórmico y yodo en combinación con terpeno que se in)"'cta hipodér­micamente bajo la piel, en los músculos IV alre>dedor de lo. nervios.

Dicen los mencnonados autores que en los casOS agudos, comolumblgO y ciática después de unas pocas semanas de tratamiento,cc·ndiciones crónicas que durante- años no han reaccionado a otrostratamientos, muestran con la nneva preparación una notable me·joría.

En Un informe preliminar sobre sus experimentos y prue­bas les A. A. &cen !n p:ltte: uEsre tratamiento no se enningún sentido una panacea. Tampoco se trata de algo definitivoen el tratamiento d,~ artritis. Sin ~mbargo, nuestra er.per:encia en105 ca~:os pc·ne :le manifiesto una superioridad scbre otros tratamien·tos en tres aspectos: actúa rápidammte. es seguro y no producer:acciones contraproducentes durante ni d(1spués de las inyecciones".

Carates y Espiri.tas

Hace ya algún tiNllp~ que los autcr~s nlexicanos habían seña­lado la presencia de espirilas en los tejidos de los carates. En unareciente comunicación a la Soc;edad de Biología de París, el P'of.Brumpt manifiesta hab,.. cc,nsratado la efoctividad de la presenciade espirilas en los tejidos mencionados, por medio del sistema de im·pregnación argéntica.

Nuestra revista desea ardientemente que las exp~riencias sobr~

el papel patagénico de estos organismos traiga para nuestros herma·nes de raza la gloria de uno de los más importantes descubrimi~n·

tos en Parasitología do los últimos años.

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Bibliogratra

Vida, Pasión y Muerte delDr. Ricardo Moreno Cañas

por el Dr. Jorge Vega R. San José, C:~ta Rica, 1939.

A un folbo que reproduce dos trabajos ciootíficos presenta­dos al último Congreso Médico Centroam!Ticano, el A. agregó unabiografía del Dr. Mor,no, flllecido trágicamente el año pasado.

El Dr. Vega, en cuatro páginas, nos relata los más salientesapuntes biográficos de la vida dd malogrado Dr. Moreno y, conun estila muy personal, saturado de modernismo literario, comn~­

ta y exterioriza Su yo, en un brote de sentimentalismo poco o:múnen un cirujano. F:ervient~ admirador de las virtudes cívicas y cien­tíficas del colega desaparecid:., lamenta COmo el que más su pre­matura muerte, qU(¡ tanto consternó a todo Costa Rica. Terminacon las siguientes frases:

"Sobre su .umb. se puede grabar el epitafio que diga:

Aquí yace un perfe<:to ejemplar de hombre que odiaba la ma!­dad, la injusticia y la hipocresía y que nunca dejó de comba6rlas.R. 1. P."