Revista Perspectiva Marxista Internacional - Suplemento España

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Publicamos en este Suplemento España de la revista Perspectiva Marxista Internacional el artículo ¿Cabemos Todos?, que aparecerá en el número 9 de PMI.

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  • Se dice que el discurso que pro-nuncia el rey Juan Carlos cada 24 de diciembre es el nico que escri-be l mismo, en su calidad de Jefe del Estado, sin consultarlo con el gobierno.

    os medios de comunicacin le dan gran despliegue, y lo convierten en gran tema de opinin y debate.

    En esta ocasin su majestad in-form a sus sbditos que en el Reino de Espaa cabemos to-dos.

    Vaya mensaje de tranquilidad y de democrtico espritu de conviven-cia! La prensa capitalista exclam:

    Nunca de manera tan expl-cita ha sealado el Rey el modelo de nacin que pro-mueve la Corona, una Es-paa abierta en la que cabe-mos todos, y cuyos nexos de unin son la intensidad de los afectos y lazos hist-ricos, las culturas que com-partimos, la convivencia de nuestra lenguas y la acepta-cin del diferente.

    Cabemos? pero, cmo?

    La realidad, que es mucho ms concreta que las adornadas pala-bras del rey, contesta de manera contundente la pregunta: cmo es que cabemos todos los espa-oles (y tambin los inmigrantes) en Espaa? O mejor: cmo es que el Estado espaol, del cual el monarca es su jefe, nos permite caber?

    Dejemos que unos cuantos hechos y datos concretos respon-dan por s mismos; vamos a ver:

    Cien banqueros espaoles cobran ms de un milln de

    euros al ao

    El nmero de parados ha pa-sado de 2,1 millones en 2008 a

    casi 6 millones

    El presidente de Iberdrola recibi una compensacin total

    de 7,4 millones en 2013

    La brecha social tambin ha crecido entre Espaa y sus so-

    cios de la UE

    El nuevo consejero delegado del [banco] Santander gana

    6,34 millones

    El Estado perder el grueso del dinero inyectado en el res-

    cate bancario

    Los desahucios se aceleran en la primera mitad de 2013. Ms de 35.098 familias pierden su

    vivienda

    Al Banco Santander que sus ganancias han aumentado un

    77%

    los recortes anunciados por Panrico. De sus 350 trabajado-res, est previsto el despido de

    154 personas

    La reforma laboral del PP aba-rat el despido y dio ms poder a las empresas en la negocia-

    cin de convenios...

    El Estado entregar 159,2 mi-llones de euros anuales a la

    Iglesia Catlica

    Unos 3,5 millones de parados llevan ms de un ao sin traba-

    jar

    Perspectiva

    Marxista

    Internacional Suplemento Espaa

    Espaa

    Cabemos todos?

    Publicamos en este Suplemento Espaa de la revista Perspectiva Marxista Internacional el artculo Cabemos Todos?, que aparecer publicado en el nmero 9 de PMI.

    Su colaboracin econmica permite publicar este suplemento. Aporte: 1

    www.perspectivamarxista.blogspot.com www.pmi-es.blogspot.com.es [email protected]

  • Pgina 2

    CaixaBank gana 458 millones hasta septiembre, un 164,5%

    ms que un ao antes

    Los presupuestos de sanidad de Gobierno y comunidades han

    sufrido un tijeretazo de en torno al 11%, es decir, 6.875 millones

    desde

    BBVA mejora beneficios un 85,8 Cierra el tercer trimestre con unas ganancias de 3.077

    millones

    Los presupuestos pblicos des-tinados a escuelas y universida-des han sufrido un hachazo de

    7.300 millones

    Un tercio de los nios en Espa-a, en riesgo de pobreza o exclu-

    sin social

    Coca Cola anunci un beneficio anual de 8.584 millones de dla-res en 2013... El ERE que la mul-tinacional pretende aplicar afec-tar a 1.250 trabajadores, con

    ms de 700 despidos

    Las empresas del IBEX ganan 20.000 millones hasta septiem-

    bre, el 14 por ciento ms

    Y as podramos seguir pginas y pginas reseando datos y hechos, que al fin y al cabo son el da a da de millones de trabado-res y pobres de un lado, y de ricos y poderosos del otro lado. Y que conste que estamos citando notas de medios de comunicacin (ABC,

    El Mundo y El Pas) vinculados al bipartidismo (PP y PSOE), que junto con la monarqua constituyen la columna vertebral del actual rgimen poltico espaol. Termine-mos la enumeracin, con un dato ms:

    A partir de este ao, y por expreso deseo del Monar-ca, segn La Zarzuela, la Reina y la Princesa tendrn un sueldo: de 63.234 euros doa Sofa y de 49.182 eu-ros doa Letizia. Ambas recibirn, adems, otros 68.505 y 53.382 euros, res-pectivamente, en concepto de gastos de representacin (para, entre otras cosas, vestuario). En total, la Reina recibir 131.739 euros en

    2014 y la Princesa 102.464. Tanto don Juan Carlos co-mo don Felipe mantienen congelado su sueldo. El Rey, en 292.752 euros y su hijo, en la mitad. La familia real percibir, en total, 698.329 euros de los 7,7 millones (un 2% menos que en 2013) que el Gobierno ha asignado este ao a la Casa del Rey

    Y mientras la familia real, cual parsitos, se reparten millones de euros producidos por el trabajo del pueblo espaol, ms de 15.000 habitantes de Extremadura (por mencionar un solo caso) carentes de cualquier ingreso, llevan meses reclamando del Gobierno local su derecho a que se les abone la ren-ta bsica, conforme fue all esta-blecida, y que slo le ha sido en-tregada a unos pocos. Renta de tan slo unos 400 euros por mes, escasos 4.800 euros por ao es decir, 145 veces menos que los sueldos de Juan Carlos, Sofa, Felipe y Letizia! O 1.604 veces menos que el total asignado por Rajoy a la Casa del monarca! Al tiempo que a escala del Estado espaol se reconoce que casi 700.000 hogares carecen de cual-quier tipo de ingreso, el monarca y su familia aseguran sus privile-gios. (Y slo estamos tomando los datos oficiales).

    As es la Espaa en la cual cabe-mos todos as destruyen este pas para que quepamos todos! Acabando con las conquistas de lo que se dio en llamar el Estado del bienestar; dando un gran salto en la explotacin a los trabajadores; deteriorando, en fin, las condicio-nes de vida y trabajo de la inmen-sa mayora para permitir, en medio de la crisis econmica, que contin-e el enriquecimiento de unos po-cos grandes capitalistas, monopo-lios y el mantenimiento de los privi-legios de unos cuantos parsitos.

    Parafraseando al periodista que elogiaba el discurso del rey: nunca de manera tan explcita la realidad ha colocado en evidencia el mode-lo de nacin que, de hecho, pro-mueve la Corona. Y no slo la Co-rona, es este el modelo que sus compaeros de turno en el Gobier-

    no, Rajoy y el PP, impulsan con todos y cada uno de sus actos de gobierno.

    85 individuos acumulan tanta riqueza como los

    3.570 millones de pobres

    Sabemos que a partir del 2007 se desat una profunda crisis econ-mica del capitalismo mundial, con epicentro en los pases imperialis-tas, es decir, en Estados Unidos y Europa. Esta crisis, an en curso, solo la supera por ahora la Gran Depresin de 1929. Marx y Engels ya haban explicado cmo la bur-guesa vence las crisis:

    De una parte, por la des-truccin obligada de una masa de fuerzas producti-vas; de otra, por la conquis-ta de nuevos mercados y la explotacin ms intensa de los antiguos. De qu modo lo hace, pues? Preparando crisis ms extensas y ms violentas y disminuyendo los medios de prevenirlas.

    Y desde que a comienzos del siglo XX el capitalismo entr en su fase superior y decadente, en su fase imperialista, estas crisis son ms profundas, tendiendo a catastrfi-cas. El sistema capitalista histri-camente ya caduco, incapaz de liderar un avance para el conjunto de la humanidad como lo hizo en siglos pasados cuando los burgue-ses encabezaron las revoluciones contra la aristocracia feudal; hoy, como sistema globalmente reac-cionario, se sostiene profundizan-do la explotacin, la opresin y la miseria.

    Es este capitalismo putrefacto el que genera situaciones tan abe-rrantes como que 85 individuos acumulan tanta riqueza como los 3.570 millones de personas que forman la mitad ms pobre de la poblacin mundial. O esta otra: En Europa, los ingresos conjuntos de las 10 personas ms ricas su-peran el coste total de las medidas de estmulo aplicadas en la Unin Europea entre 2008 y 2010

    Perspectiva Marxista Internacional Suplemento Espaa

  • (217.000 millones de euros frente a 200.000).

    As es el capitalismo hoy, este es el modelo; no hay otro. Los an-helos por un capitalismo de rostro humano, social, democrtico, que no sea neoliberal, no son ms que, en el mejor de los casos, meras utopas; pero en la mayora de las ocasiones, y en particular en boca de burcratas dirigentes de los trabajadores que sirven a los intereses de los capitalistas, constituyen verdaderos venenos con los cuales buscan sabotear y derrotar la dinmica de lucha obre-ra y popular que, objetivamente (ms all de la conciencia que de ello tengan los propios trabajado-res), apunta a la destruccin del capitalismo y a la lucha por el so-cialismo.

    La crisis econmica espaola se inscribe en este contexto. Bajo el gobierno de Zapatero estall la crisis y se inici la arremetida con-tra las condiciones de vida y traba-jo del pueblo espaol.

    Con el triunfo del PP y el actual gobierno de Rajoy, el ataque ha dado un gran salto. El resultado lo hemos reseado arriba: salto en la pobreza, junto con el incremento de la concentracin de la riqueza, y, claro, el mantenimiento de los privilegios de los parsitos, enca-bezados por los de sangre azul.

    Si hablan de brotes verdes, de luz al final del tnel, es porque han logrado un colosal aumento de la explotacin, y porque buscan que dejemos de luchar al ilusio-narnos con que se acercan tiem-pos mejores, con que volver la normalidad. Pero la consigna ya la dio la banca: seguir con las reformas ante el actual punto de inflexin y tambin la Troika: las reformas deben continuar, y muy particularmente en lo relativo al mercado de trabajo. Los sabios de la economa lo que discuten es cuntas dcadas tar-dar Espaa en regresar a la si-tuacin econmica anterior a la crisis; y atencin que no se refie-ren con esto a la recuperacin de nuestras condiciones de vida y trabajo, sino al estado de la eco-noma de los capitalistas.

    En todo caso no olvidemos lo que ya pronosticaron certeramente Marx y Engels: Cmo vence es-ta crisis la burguesa?... De qu modo lo hace, pues? Preparando crisis ms extensas y ms violen-tas

    Los artfices de la ofensiva

    reaccionaria y anti obrera

    El gobierno de Rajoy y el PP enca-bezan la ofensiva de desmonte de los beneficios que para la mayora de la poblacin implicaba el llama-do Estado de bienestar. Respon-diendo a los intereses de la banca, los monopolios y los grandes capi-talistas imperialistas, expresados a travs de los mandatos de los burcratas de la Troika (Banco Central Europeo, FMI y Comisin Europea), Rajoy no ha vacilado en para atacar y deteriorar sin piedad las condiciones de vida y trabajo de la inmensa mayora de los es-paoles.

    Pero para desatar esta andanada hubo un paso clave y que fue dado por el bipartidismo actuando en estrecho equipo: siendo presidente Zapatero y con base en que PSOE (en ese momento partido de go-bierno) y el PP (en ese momento partido de oposicin) sumaban ms del 90% de los diputados y senadores, en el 2011 impusieron (sin necesidad de llamar a refern-dum) la reforma del artculo 135 de la Constitucin. As establecieron con rango constitucional la priori-dad del pago de la deuda a la ban-ca nacional y extranjera por enci-ma de las necesidades de servi-cios pblicos de la poblacin. Es con este argumento que, en el

    plano legal y constitucional, Rajoy puede alegar la validez de atacar la sanidad pblica, la educacin pblica, los servicios pblicos en general, la vivienda social, etc., para satisfacer, antes que nada, la voracidad de los depredadores financieros.

    Hoy el PP cuenta con la mayora absoluta en las Cortes, con lo cual el Gobierno de Rajoy puede apli-car todos los recortes y medidas reaccionarias sin necesidad del voto del PSOE. As Rubalcaba, ejerciendo como cabeza de la oposicin, aparece en el discurso contrario a los recortes aplicados por Rajoy, pero lo cierto es que por iniciativa del PSOE hoy el PP cuenta con el reformado artculo 135 para justificarse. Adems, el PSOE en donde ejerce de gober-nante en las Comunidades Aut-nomas y municipios, aplica igual-mente los recortes y ataques a los trabajadores.

    As Rajoy (en su calidad de Jefe del Gobierno), el PP (en su calidad de partido de Gobierno), y el PSOE (en su calidad de cabeza de la oposicin), se dieron el lujo de montar el espectculo circense con grandilocuentes discursos en el Congreso de Diputados el pasa-do mes de febrero a propsito del debate sobre el estado de la na-cin. Rajoy cnicamente dio por terminada la crisis justo cuando los trabajadores y sectores popula-res viven la crudeza de los estra-gos causados por aos de precari-zacin del empleo, aumento del desempleo, de despojo de la vi-vienda, de deterioro de la sanidad y la educacin pblica, etc.

    Pero esa modificacin del artculo 135 que sirvi de justificativo cons-

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  • titucional para toda esta andanada no quedaba en firme con la sola aprobacin de las Cortes y del jefe del Gobierno. Era indispensable la aprobacin por parte de la cabeza del actual rgimen poltico espa-ol, faltaba la sancin por la cabe-za del Estado, por el Jefe del Esta-do, es decir, por el rey. Es as que su majestad Juan Carlos I, ni corto ni perezoso, estamp su fir-ma en solemne acto celebrado en el Palacio de la Zarzuela el 27 de septiembre del 2011, y que la prensa rese as:

    El Rey Juan Carlos ha san-cionado hoy la reforma de la Constitucin que limita el dficit pblico en un acto solemne celebrado en el saln de audiencias del Pa-lacio de la Zarzuela, en pre-sencia del jefe del Gobierno, Jos Luis Rodrguez Zapa-tero, y los mximos repre-sentantes del Parlamento y el Poder Judicial Despus de esa lectura, Rodrguez Zapatero se ha acercado a la mesa para firmar el texto que aprueba la reforma y luego lo ha hecho Don Juan Carlos, que ha dejado su- muleta apoyada sobre el borde de la mesa para es-tampar su firma.

    Ah estn, esos son los responsa-bles polticos de todos los atrope-llos de los cuales hemos sido vcti-mas los trabajadores, la clase me-dia, los pobres y los inmigrantes. En aquel solemne acto estuvie-ron los poderes del Reino de Es-paa, encabezados por el rey y el bipartidismo PP PSOE, los gran-des responsables de la catstrofe que vivimos los de abajo.

    Es el momento de denunciar la

    mentira que nos hacen tragar, la trampa que nos hacen creer, con aquella conocida frase de que el rey reina pero no gobierna, nada ms falso, a pesar de su aparente validez. Con dicha mentira buscan que nosotros los sbditos exima-mos de responsabilidad a nuestro monarca por la degrada-cin de las condiciones de vida y de trabajo de la gran mayora de la poblacin. Tengamos claro que ms all de tecnicismos legales, ms all de formalidades jurdicas, lo que existe es una hbil divisin de tareas entre el monarca, el po-der ejecutivo, legislativo y judicial para, finalmente, dirigir el Estado de acuerdo a los intereses de los privilegiados, de los parsitos y del gran capital imperialista espaol. Lo que el pueblo del Estado Espa-ol ha padecido y sigue padecien-do es el resultado de las acciones de poder ejercidas desde todas estas instituciones, que, encabe-zadas por el rey como jefe del Es-tado, gobiernan este pas.

    Actualizar los acuerdos de convivencia?

    Si algn provecho le podemos sa-car los trabajadores a la crisis econmica desatada desde el 2007, es que nos ha permitido ver cmo a este orden institucional que gobierna a Espaa se le ha cado la mscara que lo haca aparecer como el rgimen poltico de una sociedad democrtica y avanzada. Su catadura reacciona-ria y antiobrera ha quedado en evidencia.

    Este orden institucional es el pac-tado en la Constitucin de 1.978. Fue all cuando se consagr la reinstauracin de la monarqua y se disearon las Cortes como hoy las conocemos. Fue all cuando se ratific como jefe del Estado a al-guien no electo por nadie; o mejor dicho, y para ser ms precisos, a quien el dictador Franco eligi co-mo su sucesor, a Juan Carlos I. Y fue all cuando se hicieron las ma-niobras del caso para que, a futu-ro, el siguiente rey fuera su hijo Felipe. Pues bien, la crisis en lo

    econmico, en la unidad territorial, en lo social, en lo moral, en fin, la crisis global que vive Espaa es la crisis terminal de ese rgimen pol-tico instaurado en 1978.

    Es de utilidad recordar hoy las pa-labras textuales que Juan Carlos pronunci ante Franco cuando fue designado por el dictador como su futuro sucesor en la jefatura del Estado:

    S, juro lealtad al jefe del Estado y a los principios del Movimiento Nacional y de-ms leyes fundamentales del Reino Que recibo de su Excelencia el jefe del Estado y generalsimo Fran-co, la legitimidad poltica surgida el 18 de julio de 1936 estoy seguro que mi pulso no temblar para hacer cuanto fuere preciso en defensa de los principios y leyes que acabo de jurar.

    Es decir, don Juan Carlos lo tuvo claro desde un primer momento. Su lealtad era para con el dictador Franco y con los principios del mo-vimiento fascista que con el apoyo de Hitler y Mussolini aplast a la II Repblica. Su lealtad no es para con sus sbditos. Y la verdad que ha sido consecuente; por ejemplo aunque cojeando, el pulso no le tembl para firmar la mencio-nada reforma del artculo 145. Tampoco le ha temblado el pulso para sancionar una a una todas las leyes de recortes aprobadas por el PP y Rajoy. Como tampoco le tembl para, en su calidad de jefe de las Fuerzas Armadas, ac-tuar como parte de las potencias imperialistas en las agresiones a Afganistn e Irak.

    Tampoco le ha temblado la mano a don Juan Carlos para estrechar la de sus grandes amigos los mo-narcas de Marruecos y de Arabia Saudita; dos de las dictaduras ms opresivas del mundo. Evidente-mente tambin hered de Franco la capacidad de escoger muy bien a sus aliados internacionales. Bas-te mencionar que por orden de su majestad Abdal bin Abdelaziz las mujeres saudes no pueden conducir vehculos ni viajar solas ni realizar trabajos remunerados

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  • Y ahora, tampoco pueden montar en columpio. Y con el otro su majestad, Mohamed VI, que no slo ejerce como jefe del Estado y jefe de las Fuerzas Armadas (como aqu nuestro Borbn) sino que adems es el ms grande ca-pitalista del pas, es decir, cabeza directa de la opresin y de la ex-plotacin al pueblo marroqu; Juan Carlos se da la mano para reprimir y seguir negando el derecho a la independencia nacional y a la au-todeterminacin al pueblo de Sa-hara occidental (cosa que el impe-rialismo espaol ha hecho desde cuando actuaba como potencia colonial en el Sahara espaol). Recientemente y para colmo, se dan tambin la mano para robarle al pueblo saharaui su riqueza pes-quera en complicidad con la Unin Europea, tal como fue denunciado en la movilizacin de los inmigran-tes saharauis en Madrid el ao pasado. Por si poco fuera, tambin se dan la mano para reprimir y masacrar impunemente a los afri-canos que intentan entrar a Euro-pa, como ocurri hace pocos das cuando la Guardia Civil espaola caus el ahogamiento de 15 inmi-grantes al dispararles balas de goma en el mar (no olvidemos que Juan Carlos es el comandante de las fuerzas armadas). Estos son pues tres reyes, no magos pero s muy amigos y cmplices en sus fechoras; definitivamente, dios los cra y ellos se juntan.

    Pues bien, la Constitucin del 78 garantiz la continuidad, la no rup-tura, de esa conexin con la dicta-dura franquista. Es por ello que el actual rgimen poltico espaol, aunque incorpore elecciones ge-nerales, mantiene ese elemento de opresin, ese pilar de corte dic-tatorial, de estirpe absolutamente antidemocrtica, como es el hecho de que la Jefatura del Estado la ejerce el sucesor del dictador, electo por el mismo dictador. Los espaoles no podremos ser libres, no podremos autodeterminarnos democrticamente, no podremos tejer una unidad territorial de-mocrtica, mientras no nos saque-mos de encima este elemento pa-rasitario y dictatorial, opresivo y antidemocrtico, como es el de la monarqua.

    En el 78 habra sido posible sacar-se de encima la continuidad del componente dictatorial encarnado en el rey y haber conquistado la repblica democrtica. Pero no fue as. Las fuerzas polticas mayorita-rias impusieron la continuidad monrquica. Chantajearon al pue-blo espaol con la falsa disyuntiva segn la cual las opciones slo eran dos: la continuidad monrqui-ca o el caos catastrfico. Y como se trata de que los trabajadores y los jvenes avancemos en enten-der cules han sido los obstculos que han facilitado el avance de nuestros enemigos y debilitado nuestra lucha, y que a partir de este aprendizaje avancemos hacia la construccin de una nueva alter-nativa, resulta de inters recordar el discurso con el cual Santiago Carrillo, entonces secretario gene-ral del Partido Comunista Espaol, justific en aquel entonces su apo-yo a la reinstauracin monrquica:

    La realidad no corresponde siempre al ideal imaginado. El jefe del Estado ha sido una pieza decisiva en el difcil equilibrio poltico esta-blecido en este pas y lo sigue siendo. l ha desem-peado el papel de bisagra. [...] Esa es la realidad. La realidad no corresponde siempre al ideal imaginado. [...] Si en las condiciones concretas de Espaa pusi-ramos sobre el tapete la cuestin de la repblica, correramos hacia una aven-tura catastrfica en la que, seguro, no obtendramos la repblica, pero perderamos la democracia. [...] Los co-munistas, en aras de la de-mocracia y de la paz civil, vamos a votar el artculo 1

    Y tuvo el cinismo de decir que era en aras de la democracia! Nada ms falso, tanto para ayer como para hoy. Aventura catastrfica es la que estamos viviendo hoy los trabajadores y nuestras familias padeciendo la destruccin de nuestras condiciones de vida y trabajo, la condena a nuestra ju-ventud a la precarizacin de la educacin y al desempleo crnico; viendo cmo se elimina el derecho al convenio colectivo, a la vivien-da, y cmo dejan en la calle a los trabajadores de Coca Cola y Pan-rico y a varios millones ms. Es esta, en concreto, la democracia que se dise en la Constitucin del 78, y la que hoy nos tiene en esta situacin catastrfica. Claro, la banca, los monopolios y el pu-ado de ricos y parsitos tiene otra lectura de la situacin, pues sus panzas y sus bolsillos siguen lle-nos.

    Uno de los primeros satisfechos hoy con la constitucin del 78, cla-ro, es el mismo rey. Otro satisfe-cho es Felipe Gonzlez, a quien su satisfaccin no le impide calcu-lar que si no se reforma la Consti-tucin se puede derrumbar todo lo conseguido. Y la verdad es que ellos, para ellos mismos y para los de arriba, han conseguido y si-guen consiguiendo mucho; tienen mucho que perder. Atendiendo a este tipo de preocupaciones, y percibiendo que el rgimen poltico se resquebraja, el rey en su navi-deo discurso tambin invit a buscar la actualizacin de los acuerdos de convivencia. Es de-cir, ante la crisis el monarca y el expresidente del PSOE coinciden en llamar a hacer algunas refor-mas como en el 78, a actualizar los acuerdos de convivencia; es decir, a cambiar algo para que lo importante (para ellos) siga igual.

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    Don Juan Carlos lo tuvo claro desde un primer mo-

    mento. Su lealtad era para

    con el dictador Franco y con

    los principios del movi-

    miento fascista que con el

    apoyo de Hitler y Mussolini

    aplast a la II Repblica.

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  • Para que su poder contine impu-nemente.

    La sabidura popular ensea que al perro no lo capan dos veces. Que no nos vengan ahora con la versin para el siglo XXI del dile-ma entre salvar la democracia o incursionar en una aventura ca-tastrfica. Que a la catstrofe ya nos han conducido. Basta ya. Lo primero que tenemos que recupe-rar para la gran mayora de la po-blacin, para los trabajadores y la otrora clase media venida hoy a pobre, es nuestra absoluta sobe-rana democrtica para decidir nuestro futuro y el de nuestra fami-lias. Que no nos atemoricen en la lucha por nuestro derecho a auto-gobernarnos. Ni rey ni prncipe. Que no somos sbditos. Es nece-sario poner fin a la monarqua, dar por terminado el mandato del rey electo por Franco. Necesitamos conquistar de nuevo la Repblica. Y con la monarqua, acabar tam-bin el bipartidismo, es decir, el reinado del PP y al PSOE que se han turnado la Jefatura del Gobier-

    no para ser los colaboradores y responsables junto con el rey de habernos sumido en la actual catstrofe.

    Una perspectiva

    estratgica

    Tal vez algunos trabajadores, al-gunas trabajadoras, como tambin tal vez algunos jvenes y estu-diantes espaoles, al leer todo lo anteriormente expuesto opinen que nuestra posicin es muy extre-ma, que tal vez exageramos, que no es como hemos dicho sino que finalmente es cierto aquello de que el rey reina pero no gobierna, que la monarqua no es el problema. Creemos que no es as, y como socialistas revolucionarios nos obligamos a decir a la clase obrera y sectores populares de manera honesta lo que pensamos de la realidad.

    Eximir al rey de responsabilidades y, peor an, esperar de l accio-

    nes a favor de los trabajadores y pobres, no nos lleva ms que a desinflar el potencial de nuestra lucha, a retroceder en nuestra con-ciencia, a impedir nuestra victoria, a prolongar nuestro martirio y el de nuestra familias, a resignarnos al papel de sbditos oprimidos. Es-to, lamentablemente, lo hace la izquierda conciliadora y tambin la alta direccin de UGT y CCOO cuando inculpan a Rajoy, al PP, al PSOE, a la Troika, a los capitalis-tas, al neoliberalismo de todos los recortes y ataques a los traba-jadores, pero al tiempo ocultan, en el da a da de la lucha, la respon-sabilidad del monarca. Dejan la lucha contra la monarqua slo para ocasiones especiales, como si el rey no estuviera implicado en los atropellos que motivan la lu-cha diaria del pueblo explotado. Esto no lo hacemos los socialistas revolucionarios.

    En consecuencia nos corresponde denunciar con contundencia el planteamiento de Cayo Lara, coor-dinador federal de Izquierda Unida

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    Es momento, an estamos a tiempo, para que Toxo y Mndez convoquen de emergencia a un gran encuen-

    tro estatal solidario y por el triunfo de las huelgas en Coca Cola, Panrico y de las luchas en UPS, Tenne-

    co y dems sectores, confluyendo de manera unitaria CCOO, UGT, CGT, CNT, SAT, las Mareas, asambleas,

    plataformas, Marchas por la Dignidad y dems colectivos en lucha. Es la hora de decirle a Rajoy: basta ya!

    Por una Gran Caja comn de Resistencia: Todos y todas: 1 por el triunfo de las huelgas!

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  • y miembro del Partido Comunista Espaol, a propsito de mensaje navideo del rey:

    a estas alturas no basta con realizar saludos o lanzar consejos. A los consejos se los lleva el viento y ms ne-cesarios que los saludos son las soluciones. Est claro que no es al jefe del Estado a quien le corres-ponde elaborar las leyes que hagan frente a estos problemas, pero s est en su mano hacer un llama-miento ntido y serio para que se adopten las que ms convengan a la mayora social y no solamente a unos pocos.

    Posiciones como esta, propias de dirigentes oportunistas de izquier-da, no hacen ms que pretender embrutecer la conciencia de los trabajadores y oprimidos, colabo-rando con los poderosos para que mantengan el rgimen poltico y el orden de cosas que les favorece. Esto ayuda a entender cmo en

    Andaluca Izquierda Unida gobier-ne junto con el PSOE aplicando los recortes y dems planes anti-obreros, como a escala del Estado lo hace Rajoy; y en Extremadura colabore directamente con el go-bierno del PP.

    La experiencia nacional e interna-cional nos indica que lo que ms conviene al pueblo trabajador del Estado espaol, esto es, a la in-mensa mayora, es dotar sus lu-chas diarias contra la opresin y la explotacin, contra la catstrofe a la que nos han llevado los de arri-ba; dotarlas de un norte, de una perspectiva estratgica: dar por terminada la constitucin del 78, echar a Rajoy y mandar, finalmen-te y para siempre, a la monarqua y al bipartidismo al basurero de la historia; dar por terminado el Reino de Espaa y recuperar la Repblica y conquistar la capaci-dad total de autodeteminacin de-mocrtica del pueblo soberano. Terminar la monarqua; crear la III Repblica.

    No al pago de la deuda! Trabajo para todos y to-das! Nacionalizar toda planta de produccin que

    pretenda ser cerrada!

    La crisis ha sido la oportunidad para que la banca y dems espe-culadores imperialistas, tanto es-paoles como extranjeros, hagan el gran negocio mediante usureros prstamos al Estado. Como aves de rapia, adems entusiasmados por el cambio del artculo 135 de la constitucin y por la decisin de Rajoy de imponer su reaccionario y antiobrero plan, han clavado sus garras sobre Espaa para obtener grandes beneficios con el deterioro y privatizacin de los servicios pblicos y con el gigantesco au-mento de la explotacin a los tra-bajadores. As hemos llegado a esta situacin:

    Espaa deba 961.555 millo-nes de euros al cierre de 2013, sumando las emisio-

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    Es necesario que exijamos a la alta direccin de CCOO y de la UGT que dejen de vacilar y concertar con el

    gobierno, y llamen a la lucha consecuente. En este sentido debemos exigir a Toxo y a Mndez que encabecen

    la constitucin del frente nico por la derrota de Rajoy y de su ofensiva reaccionaria y antiobrera, y para

    empezar, que al servicio de este objetivo llamen a la realizacin de la huelga unitaria, estatal e indefinida,

    que paralice la produccin de bienes y servicio hasta triunfar, iniciando su consecuente preparacin.

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  • nes de Tesoro Pblico, los crditos y el pasivo del resto de administraciones pbli-cas. Equivale al 94% del PIB, el nivel ms alto de los ltimos 100 aos, al filo del billn. El volumen de pasivo se ha duplicado con la cri-sis Para este ao se han presupuestado 36.662 millo-nes para pagar intereses, un 10% ms que lo ejecutado en 2013

    Y mientras estos especuladores ven multiplicar sus beneficios, el nmero de parados ha llegado a casi 6 millones, ms del 26% de la poblacin; ensandose con gran crueldad sobre la juventud tor-turndola con un paro mayor al 50%.

    El gobierno y todos los sabios de la economa dicen que reducir el paro a tasas normales demorar no menos de una dcada. Y pre-tenden que los trabajadores, nues-tras familias y los jvenes espere-mos con paciencia; claro, eso lo pueden pretender los de arriba, que tienen sus bolsillos y panzas llenas. Basta ya de terrorismo con-tra los trabajadores. Esto exige una solucin inmediata y concreta: que se deje de pagar la deuda a toda la pandilla de ampones y usu-reros, y que con esos recursos se ejecute un plan de emergencia de reindustrializacin del pas con base en empresas pblicas que no persigan el lucro sino la produc-cin de bienes y servicios para la poblacin, dando trabajo para to-dos y todas. Adems, habra que reducir la jornada laboral, sin reba-jar los salarios, hasta garantizar trabajo a todo espaol e inmigran-te.

    Y el terrorismo contra los trabaja-dores tiene, adems, otra manifes-tacin: muchsimos de quienes tienen empleo viven en la incerti-dumbre de ser despedidos en cualquier momento y sometidos a condiciones laborales totalmente precarias. Para muestra un botn: centenares de trabajadores de Cocacola y Panrico luchan en es-tos das contra los cierres de las factoras, medidas que toman los patronos para aumentar la rentabi-lidad de sus capitales cargndose

    los convenios colectivos, para lue-go abrir nuevas plantas o ampliar otras en condiciones de mayor explotacin de los obreros, o para invertir sus fortunas en sectores que les sean ms rentables. As los capitalistas no slo mantienen su capital sino que lo incrementan, produciendo una masacre de puestos de trabajo, ejerciendo te-rrorismo sobre los obreros y sus familias. Tambin esto exige una contundente e inmediata solucin: que toda planta de produccin que pretenda ser cerrada por los patro-nos sea expropiada por el Estado, sin pago de indemnizacin alguna (que ya los capitalistas han explo-tado de ms a los trabajadores), e integrada al plan de reindustrializa-cin del pas, manteniendo los puestos de trabajo.

    As es, y as de sencillo: proble-mas como el paro, los despidos y cierres de plantas tendran solu-cin inmediata; el problema con-siste en cul es el inters que mueve a quienes tienen el poder del Estado. Y en Espaa lo tienen un puado de capitalistas imperia-listas, a cuyo servicio estn la mo-narqua, el gobierno y el bipartidis-mo. Definitivamente en este pas no cabemos todos: o cabe el privi-legio de la ganancia sin fin de la absoluta minora, el inters de los arriba; o cabe el derecho del pue-blo trabajador al empleo y a una vida en condiciones dignas, es decir, el inters de la inmensa ma-yora, de los de abajo. Por esto cualquier solucin a las necesida-des de los de abajo, ser fruto de conquistas que logremos los traba-jadores y las capas populares con nuestra movilizacin decidida. Me-canismos de lucha propios de la tradicin internacional del movi-miento obrero se colocan a la or-den del da: huelga general, toma de empresas y control obrero entre otros.

    Luchar contra

    el imperialismo espaol

    Efectivamente, el actual Estado, el del Reino de Espaa, es de los capitalistas y, en especial, del pu-

    ado de monopolios imperialistas de capital espaol. Esto lo debe-mos tener claro los trabajadores; este no es nuestro Estado. No slo nos oprime y explota a los trabaja-dores y jvenes espaoles, lo hace tambin con otros pueblos del mundo. Nuestra solidaridad debe ser con los pueblos oprimi-dos por el Reino de Espaa y por sus monopolios transnacionales; no con nuestro Estado espaol, que no es nuestro sino de nues-tros explotadores. Los socialistas revolucionarios no hacemos como la izquierda conciliadora, que olvida denunciar esta realidad.

    El rgimen de la Constitucin del 78, la monarqua, los gobiernos y el bipartidismo (PP y PSOE) estn al servicio de ese imperialismo. Es por ello que cierran filas para en-frentar y negar el justo reclamo de Marruecos entorno a Ceuta y Meli-lla. En el 2010 la prensa reseo:

    Marruecos no ha tardado en aprovechar el momento bajo por el que pasa el Gobierno de Rodrguez Zapatero. Co-mo cada vez que atisba de-bilidad en el pas vecino, el Reino alau volvi ayer a poner sobre la mesa el captulo de Ceuta y Meli-lla. En esta ocasin fue el primer ministro, Abas El Fa-si, quien se encarg de in-star a Zapatero a que abra un dilogo que ponga punto final a la ocupacin de las ciudades espaolas de Ceuta y Melilla y de los islotes espaoles en el norte de Marruecos.

    Seamos claros. Razn tiene Ma-rruecos: Ceuta, Melilla y los islotes constituyen enclaves coloniales del imperialismo espaol en territo-rio marroqu. Los trabajadores y jvenes espaoles no slo no de-bemos ser cmplices, sino que debemos estar claramente del la-do de Marruecos contra nuestro rey, el PP y el PSOE, es decir, contra el Reino de Espaa. Ceu-ta y Melilla son tan marroques como las Malvinas ocupadas por Inglaterra son argentinas, y el Guantnamo ocupado por Estados Unidos es cubano.

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  • De otro lado, si bien los pases Latinoamericanos son, en lo fun-damental, semicolonias del impe-rialismo norteamericano, es cierto que el imperialismo espaol tam-bin los oprime y explota. De hecho su intervencin en las lti-mas dos dcadas en la regin ha aumentado, aprovechando que Estados Unidos se ha ocupado ms de hacerlo, por ejemplo, en China. Por ejemplo, el Banco San-tander anunci que aumentaba sus beneficios en un 77% a sep-tiembre del 2013, indic que El 55% del beneficio tiene su origen en economas emergentes (Latinoamrica y Polonia), de lo cual el 24% se origin en Brasil y el 11% en Mxico. Las transnacio-nales Repsol, REE y Telefnica, entre otras, han explotado y obte-nido gigantescas ganancias en Latinoamrica. Adems, Espaa como parte de las imperialistas Unin Europea y OTAN particip y participa del botn producto de la rapia y explotacin por parte de los imperialismos europeos en la restauracin capitalista en Europa del Este, en la ex URSS y China. Tambin ha saqueado en frica y Asia. Es decir, los mismos que explotan al trabajador espaol son quienes explotan y oprimen a mu-chos trabajadores y pueblos del mundo; es un hecho que la crisis del capitalismo espaol no slo la hemos pagado los trabajadores espaoles sino tambin los pue-blos explotados y oprimidos por los imperialistas espaoles. Por esto nuestra solidaridad es con estos ltimos, y nuestra lucha jun-to a ellos es contra el enemigo comn: el capitalismo imperialista, incluido el espaol.

    En lo militar tambin se manifiesta el carcter imperialista del Reino de Espaa. Fue parte de la inva-sin imperialista a Irak, y an lo es de la de Afganistn. Y es que co-mo todo imperialismo, y aunque el espaol sea mucho ms dbil que el norteamericano o el alemn, le da mucha importancia a estar fuer-temente armado y listo a usar su poder militar al servicio de sus in-tereses internacionales, y tambin, llegado el caso, contra un eventual levantamiento del empobrecido pueblo trabajador espaol. El pe-ridico La Marea en su web de-nunci:

    El Estado ha recortado has-ta su mnima expresin los presupuestos de ministerios vitales, como Sanidad y Educacin, pero sigue desti-nando miles de millones de euros para adquirir arma-mento los sucesivos go-biernos del PP y del PSOE llevan 15 aos engaando a la opinin pblica El engao se dirige sobre todo a ocultar el enorme endeudamiento que el Mi-nisterio de Defensa tiene en concepto de compromisos de pago por contratos de compra de armas con las industrias que forman parte de l complejo m i l i tar -industrial: entre 32.000 y ms de 37.000 millones de euros, una cifra equivalente al 3% del PIB El pasado 31 de julio [2013] el minis-terio ya haba aumentado su presupuesto en 1.806 millo-nes de euros. Los 5.900 millones presupuestados se

    haban convertido en 7.743 millones. Al igual que en 2012 y en aos anteriores, la principal razn de la dife-rencia entre lo presupuesta-do ha sido un crdito extra-ordinario de 877 millones destinados a pagar estos programas de compra de armas

    ltimamente el gobierno de Rajoy y el Congreso de diputados avan-zan en la participacin de Espaa en las agresiones militares de la imperialista Unin Europea:

    El pleno del Congreso de los diputados ha aprobado... el despliegue de 85 militares en el marco de la operacin de la Unin Europea en la Repblica Centroafricana. Junto con la operacin en Mal que ahora cumple un ao, ste se trata del ltimo movimiento de un cambio de foco de la poltica exte-rior y de defensa del Gobier-no Rajoy, con diversas inter-venciones que van confor-mando una especie de Plan frica militar que ya cuenta con presencia uniformada espaola de diversa natura-leza en Senegal, Mauritania, Mal, Gabn, Repblica Centroafricana, Uganda, Yibuti, aguas y capital de Somalia. (Estrella Digital, 20/03/14).

    En conclusin, los trabajadores y jvenes espaoles debemos lu-char contra el Reino de Espaa por ser profundamente antide-mocrtico, por ser el Estado de los capitalistas que nos explotan y oprimen, el que nos ha sumido en la actual crisis, pero tambin por ser un Estado imperialista que ata-ca, explota y oprime a otros pue-blos en el mundo. Finalmente, pa-ra garantizar la liberacin de toda opresin y explotacin la alternati-va es conquistar una repblica de los trabajadores y los pobres; un pas sin imperialistas, ni capitalis-tas, ni terratenientes, ni parsitos; necesitamos una revolucin socia-lista que conquiste una repblica que respete el pleno derecho a la libertad, autodeterminacin y unin

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  • voluntaria de los pueblos; una re-pblica basada en la democracia obrera y no en el poder de unos burcrata; una Federacin de Re-pblicas Socialistas de la Pennsu-la Ibrica, en el marco de unos Estados Unidos Socialistas de Eu-ropa. Para lograrlo necesitamos construir en el Estado espaol un autntico partido socialista revolu-cionario; e internacionalmente un partido mundial, la IV Internacional para el triunfo de la revolucin so-cialista en el mundo.

    Por la derrota de Rajoy y de su ofensiva

    reaccionaria y antiobrera

    Todo esto debemos discutirlo, de-batirlo democrticamente entre los trabajadores y los oprimidos, al calor de la lucha contra la explota-cin y la opresin. Aqu los socia-listas revolucionarios hemos pre-sentado francamente nuestras propuestas, y lo seguiremos haciendo. Corresponde a trabaja-dores y jvenes valorar las diferen-tes posiciones y decidir, desde el punto de vista de los intereses la clase trabajadora, cul es el mejor programa, cual es la mejor pers-pectiva estratgica.

    Pero hay algo en que, seguro y desde ya, prcticamente todos los de abajo estamos de acuerdo: te-nemos que detener la ofensiva reaccionaria y antiobrera de Rajoy. Esto no da espera, pues no pode-mos permitir, nuestras familias y jvenes no pueden soportar, ms degradacin de nuestras condicio-nes de vida y trabajo. Basta ya.

    Adems ocurre que Rajoy y el PP pretenden profundizar sus ata-ques, y en todos los terrenos. Bus-can incrementar los recortes y las privatizaciones atendiendo a la Troika y para el pago puntual de la deuda a la banca usurera. Conti-nuarn con los desahucios. Quie-ren arrebatar a la mujer el derecho a decidir sobre el aborto. Empie-zan a aplicar la LOMCE aumen-tando el ataque a la educacin pblica y dando privilegio a la en-seanza de la religin catlica. Buscan reformar la legislacin pe-

    nal, imponer la ley de seguridad ciudadana y la de seguridad pri-vada para arremeter contra el de-recho a la movilizacin y protesta. Van a atacar el sistema pblico de pensiones en beneficio de los mo-nopolios financieros. Limitar legal-mente, que ya lo hacen en la prctica, el derecho a la huelga y a los convenios colectivos. Imponer una reforma fiscal regresiva. Lega-lizar la represin y las expulsiones en caliente que ya practican con-tra los inmigrantes en Ceuta y Me-lilla. En fin, evidentemente es ur-gente detener esta andanada.

    Cmo hacerlo? Fortaleciendo, generalizando y profundizando lo que ya centenares de miles, en momentos millones, venimos haciendo en las calles y en las luchas en los ltimos aos: movi-lizndonos y organizndonos con-tra los ataques de Rajoy y el Parti-do Popular. Pero necesitamos aprender de esas luchas para po-tenciarlas al mximo.

    Los vecinos del barrio de Gamonal en Burgos lograron echar atrs las pretensiones del Ayuntamiento. Para lograrlo fijaron un objetivo claro, y usaron dos herramientas: la movilizacin permanente, unita-ria e indefinida en el tiempo, y las asambleas democrticas para de-cidir los pasos a dar entre quienes luchaban. La Marea Blanca en Madrid logr detener, por el mo-mento, el plan del gobierno del PP de entregar seis hospitales pbli-cos a la empresa privada. Para lograrlo construyeron un slido frente unido de todos los trabaja-dores de la salud, de los gremios y sindicatos, de los pacientes y usuarios; y perseveraron en mar-chas sistemticas en las calles con el grito de Sanidad; Unidad! Sanidad no se vende; se defien-de!

    La Marea Verde no pudo impedir la aprobacin de la LOMCE, a pe-sar de la gigantesca huelga del 24 de octubre. La huelga fue convo-cada por las direcciones sindicales de CCOO y UGT slo por 24 horas; y no se anticip para que coincidiera con la heroica huelga indefinida de los maestros, profe-sores, estudiantes y padres de familia que en las Islas Baleares desarrollaron pocas semanas an-tes. Los trabajadores de la limpie-za y jardinera de Madrid con su lucha si bien lograron evitar lo pe-or, no obtuvieron lo que se merec-an como era la derrota total del plan del gobierno del PP; su huel-ga fue realizada con carcter inde-finido, pero las direcciones sindica-les de CCOO y UGT precipitaron un acuerdo cuando justo se esta-ban dando las condiciones para haber no solo continuado la huelga hasta alcanzar el triunfo total, sino tambin para haber confluido con las mareas y haber convocado en Madrid una huelga general de soli-daridad, que seguro la poblacin trabajadora y la juventud habran acogido bien ante la arbitrariedad privatizadora de la alcaldesa Bote-lla y el brutal ataque a las condi-ciones de trabajo de los barrende-ros y jardineros.

    La experiencia va dejando ver puntos clave. Debemos tener claro el objetivo inmediato y en el cual estamos todos los de abajo de acuerdo, para poder luchar hasta conquistarlo. De manera conscien-te y contundente debemos focali-zar la lucha en la meta de derrotar al gobierno de Rajoy y su ofensiva reaccionaria y antiobrera. Desde cada lucha parcial debemos apun-tar claramente al mismo objetivo. Basta ya.

    El camino es el de la movilizacin permanente, las luchas y las huel-gas deben tender a ser indefinidas en el tiempo y deben lograr parali-zar la produccin de bienes y ser-vicios, hasta triunfar. Que no nos vengan ahora con que la solucin est en esperar a las prximas elecciones para derrotar al PP. Qu habra pasado si los vecinos de Burgos hubieran decidido espe-rar a las prximas elecciones para sacar al alcalde y as derrotar su

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  • Perspectiva Marxista Internacional Suplemento Espaa

    plan? Evidentemente hubiera lle-gado el da de las elecciones y el bulevar ya estara hecho, sin posi-ble vuelta atrs. No! Dos aos ms, un ao ms y la degradacin de nuestras condiciones de vida y trabajo se habrn multiplicados por mil. Basta ya. Necesitamos empe-zar a preparar una huelga general, unitaria e indefinida a escala esta-tal para derrotar de una vez por todas a Rajoy y a sus medidas reaccionarias y antiobreras. Nece-sitamos unir y coordinar las lu-chas. Necesitamos una huelga general que paralice totalmente y por tiempo indefinido la produccin de bienes y servicios, una huelga general para triunfar. S se puede!

    En la lucha debe gobernar la de-mocracia obrera. Corresponde a los trabajadores, jornaleros, jve-nes, pobres, inmigrantes y vecinos en lucha decidir mediante de-mocrticas asambleas de base sobre los pasos y desarrollos de su propia lucha. Las asambleas no deben ser slo para que hablen los dirigentes o los abogados de los sindicatos; lo ms importante es que las asambleas sean el mo-mento para que los trabajadores y trabajadoras en lucha analicen y discutan sobre la situacin y las tareas, y para que definan de-mocrticamente los pasos a se-guir. Los dirigentes deben discipli-narse a las asambleas, y estas deben tener pleno derecho a cam-biarlos cuando lo consideren nece-sario. Los trabajadores debemos reivindicar tambin este criterio al interior de nuestros sindicatos, al interior de CCOO y UGT para hacerlos autnticos instrumentos de lucha consecuente.

    Debemos construir un slido y am-plio frente nico obrero, que agru-pe como un solo puo a todos los dispuestos a luchar por la derrota

    de Rajoy y sus medidas. En los ltimos aos de lucha hemos constituido infinidad de platafor-mas, colectivos, asambleas, mar-chas. En las mareas han confluido todas estas experiencias organiza-tivas, y tambin las organizaciones sindicales y polticas no compro-metidas con el plan del PP. Se ha intentado avanzar hacia una ma-rea de mareas. Necesitamos dar un salto significativo en la unidad para la lucha. Necesitamos organi-zar comits por la base en los cua-les confluyan intersectorialmente todos los que estamos dispuestos a luchar unidos, ms all de perte-necer a diferentes agrupamientos. Esto para coordinar y decidir de-mocrticamente sobre el curso de la lucha comn, hacia el objetivo comn. Una tarea fundamental es practicar la solidaridad activa con el sector que en cada momento est a la vanguardia de la lucha; por ejemplo hoy con los trabajado-res de Coca Cola y Panrico en huelgas indefinidas.

    Los trabajadores no debemos de-jarnos dividir entre catalanes, vas-cos, valencianos, madrileos y dems: somos la misma clase obrera. La mejor manera de luchar por el derecho, por ejemplo, del pueblo cataln a decidir sobre su destino, es la de unirnos hoy los trabajadores y capas populares de todo el Estado espaol para derro-tar a Rajoy y su plan reaccionario y antiobrero. Derrotando a este gobierno y a este rgimen, todos los pueblos de Espaa lograran sacarse de encima la opresin, y podrn decidir libremente su desti-no.

    Necesitamos darle alcance inter-nacional a esta unidad para la lu-cha. Coordinar acciones de lucha y solidaridad con nuestros vecinos

    los trabajadores de Portugal; y con los trabajadores, jvenes e inmi-grantes de toda Europa.

    Ahora bien, desde el punto de vis-ta de la clase trabajadora y en la perspectiva de alcanzar la meta, resulta fundamental que la fuerza organizada en CCOO y en la UGT se sume masivamente a estas tareas, y que los sindicatos enca-becen la unidad en la lucha de empleados y desempleados, de afiliados y no afiliados, de espao-les y de inmigrantes. Para esto es clave el papel que cumplan las direcciones de los sindicatos. Por-que no es, como sostienen algu-nos, que las organizaciones sindi-cales ya no tienen poder de convo-catoria o rol progresivo que cum-plir; esta falsa idea termina sirvien-do a los patronos y al gobierno que bien contentos se pondran de que los trabajadores dejramos de agruparnos en sindicatos. Lo que s es cierto es que las actuales direcciones, por sus polticas de colaboracin con el gobierno, de dilogo con Rajoy a espaldas de los trabajadores, renuncian a la defensa consecuente de los inter-eses obreros y populares, burocra-tizan y debilitan a los sindicatos. Es necesario que los trabajadores luchemos en nuestras organizacio-nes sindicales para imponer la democracia sindical en su interior, colocar en su direccin a compa-eros y compaeras consecuen-tes, y para regenerarlos como herramientas de lucha. Es necesa-rio que exijamos a la alta direccin de CCOO y de la UGT que dejen de vacilar y concertar con el go-bierno, y llamen a la lucha conse-cuente. En este sentido debemos exigir a Toxo y a Mndez que en-cabecen la constitucin del frente nico por la derrota de Rajoy y de su ofensiva reaccionaria y anti-obrera, y para empezar, que al servicio de este objetivo llamen a la realizacin de la huelga unitaria, estatal e indefinida, iniciando de inmediato su consecuente prepa-racin. El sindicalismo que se rei-vindica de clase y alternativo de-bera tomar la iniciativa por la construccin de este frente nico obrero, perseverando en el llama-do a la unidad a CCOO y a la UGT.

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  • Una tarea muy concreta

    e inmediata

    Terminemos con algo muy concre-to: al escribir estas lneas se en-cuentran en huelgas indefinidas los trabajadores de Panrico y los de Coca Cola. En esta ltima em-presa, mientras la patronal se pro-pone cerrar cuatro plantas dejando sin empleo a centenares de traba-jadores, su director admite con el mayor de los cinismos: Hemos ganado muchsimo dinero, aunque ltimamente no tanto. Una de las plantas amenazadas de cierre es la de Fuenlabrada, en Madrid, en donde resulta evidente que su ob-jetivo (que no pueden ocultar hablando de crisis econmica, pues evidentemente no es el caso) es acabar con el convenio colecti-vo. En ambas empresas los obre-ros apoyados por sus familias, han decido pelear hasta las ltimas consecuencias por conservar su puesto de trabajo. En Panrico, en Santa Perptua (Barcelona), inicia-ron la huelga en octubre del ao pasado, y en Coca Cola, en la planta de Fuenlabrada, la iniciaron el pasado 31 de enero; en ambos casos hay afiliados a CCOO y a la UGT. En estas huelgas estn par-ticipando codo a codo trabajadores de origen cataln, madrileo, bale-ar, asturiano, andaluz, etc. mos-trando cmo la clase obrera es realmente una sola.

    En un acto de solidaridad celebra-do en Madrid el compaero de Panrico, sealando la importancia de la solidaridad, reflexionaba cmo bastara con que CCOO en Catalua llamara a todos sus afi-liados a aportar cincuenta cnti-mos de euro para que la caja de resistencia de los obreros de Pan-rico se viera reforzada de tal ma-nera que la patronal, apoyada por

    Artur Mas desde la Generalitat catalana, se encontrara con que no podra vencer a los huelguistas por hambre.

    En fin; dando todo el apoyo a es-tas dos heroicas huelgas, Toxo y Mndez en su calidad de secreta-rios generales de CCOO y de UGT, tendran la oportunidad de repotenciar la lucha del movimien-to obrero y del pueblo espaol, iniciando de una vez el comienzo del fin del gobierno de Rajoy y de su ofensiva reaccionaria y anti-obrera. Qu tal si Toxo y Mndez llaman unitariamente a que cada uno de los afiliados a CCOO y a la UGT, as como ca-da trabajador en toda Espaa, est o no afiliado a un sindicato, aporte un euro para crear una gran caja de resistencia para ayudar a la victoria de las huel-gas de Panrico, Coca Cola y de-ms huelgas y luchas? Rpida-mente los trabajadores en huelga tendran a su disposicin 20 millo-nes de euros (y ms, pues los de abajo somos la mayora) al servi-cio del triunfo de sus luchas. Los comits de huelga administraran este dinero, y as los patronos no podran derrotar por hambre a los huelguistas.

    Los ataques de patronos y gobier-no deben ser respondidos de ma-nera contundente. En Coca Cola y Panrico lo que est en juego es el derecho al empleo, al convenio colectivo, al trabajo con garantas. Por ello estas luchas deben ser motivo de un frreo frente unido de todos los trabajadores, tanto de los ocupados como de los desemplea-dos, de los espaoles como de los inmigrantes. Necesitamos crear una muralla de puos al grito de No pasarn! Es momento, an estamos a tiempo, para que Toxo y Mndez convoquen de emergencia a un gran encuentro

    estatal solidario y por el triunfo de las huelgas en Coca Cola, Panrico y de las luchas en UPS, Tenneco y dems sectores, con-fluyendo de manera unitaria CCOO, UGT, CGT, CNT, SAT, las Mareas, asambleas, platafor-mas, Marchas por la Dignidad y dems colectivos en lucha. Es la hora de decirle a Rajoy: basta

    ya!

    Por el triunfo de las huelgas en Panrico, Coca Cola y dems conflictos!

    Por una Gran Caja comn de Resistencia: Todos y todas: 1 por el triunfo de las huelgas!

    Gran Encuentro estatal de Soli-daridad con los conflictos, Ya!

    Por la derrota de Rajoy y su ofensiva reaccionaria y anti-obrera!

    Por una huelga general unita-ria, estatal e indefinida!

    No al pago de la deuda! Trabajo para todos y todas!

    Nacionalizacin de toda fbri-ca que cierre!

    Que no somos sbditos. Abajo el monarca electo por Franco!

    Abajo la monarqua, viva la III Repblica!

    Luchar contra el imperialismo, incluido el espaol!

    Por la Federacin de Repbli-cas Socialistas de la Pennsula Ibrica!

    Por los Estados unidos socia-listas de Europa!

    Marco RuizFebrero 28, 2014

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