Revista Pueblos

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BORRADOR POR FAVOR NO DIFUNDIR 12 n 2015 n Tercer trimestre b PUEBLOS n Información y Debate MÉXICO moría y lo nuevo que nacía, lo que podría traducirse, en el México de hoy, en la sobre- posición de la crisis de una izquierda subalterna que no termina de morir y la emergencia de una izquierda anta- gonista que no acaba de nacer. RAÍCES Y PASAJES DE UNA CRISIS La crisis de la izquierda mexicana en su conjunto tiene un trasfondo his- tórico, una profundidad societal. En este nivel aparece la cuestión central: los vaivenes de la lucha de clases en México no soportaron, sostuvieron o impulsaron uno o varios proyectos de Massimo Modonesi* Decir que la izquierda mexicana está en crisis se convirtió en un lugar común que se instaló en los últimos años como una convicción generalizada en la opinión de ciudadanos y analistas y, en particular, lo que es más significativo y disruptivo en clave histórica, en una generación entera, con una creciente animadversión desde la masacre de Iguala y la desaparición forzosa de los 43 normalistas de Ayoztinapa. Una generación que, desde el #YoSoy132 y pasando por el movimiento actual, se moviliza y politiza sin rumbos claros ni cristalizaciones organizacionales durables pero con fuerza, radicalidad y potencial subversivo que, aún en ausencia de firmes anclajes clasistas y prístinas referencias ideológicas, parece ser la única esperanza para la construcción- reconstrucción de una izquierda antagonista y antisistémica con cierta presencia e influencia en México. L a idea de crisis, con su polise- mia, permite enfocar dos niveles problemáticos y estrechamente articulados de la vida de las izquierdas, el del desgas- te o desaparición de sus formas “efí- meras” (partidos, organizaciones o movimientos), pero también el debili- tamiento y al mismo tiempo la oportu- nidad de su revivificación como mo- vimiento histórico, como conjunto de distintas y difusas formas de organi- zación, como posturas y prácticas po- líticas surgidas de un marco común de ideas y actitudes, en particular de una cultura de la crítica y una disposición a la lucha. Decía Gramsci que la cri- sis era un interregno entre lo viejo que La crisis de la izquierda mexicana: Entre la subalternidad y el antagonismo IÑAKI LANDA.

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Artículo sobre izquierdas en México

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BORRADORPOR FAVOR NO DIFUNDIR12 n 2015 n Tercer trimestre b PUEBLOS n Informacin y DebateMXICOmora y lonuevo quenaca, loquepodra traducirse,enel Mxico de hoy, en la sobre-posicin de la crisis de una izquierda subalterna que no termina de morir y laemergenciadeunaizquierdaanta-gonista que no acaba de nacer.RACES Y PASAJES DE UNA CRISISLa crisis de la izquierda mexicana en suconjuntotieneuntrasfondohis-trico,unaprofundidadsocietal.En este nivel aparece la cuestin central: losvaivenesdelaluchadeclasesen Mxiconosoportaron,sostuvierono impulsaron uno o varios proyectos de Massimo Modonesi*Decir que la izquierda mexicana est en crisis se convirti en un lugar comn que se instal en los ltimos aos como una conviccin generalizada en la opinin de ciudadanos y analistas y, en particular, lo que es ms significativo y disruptivo en clave histrica, en una generacin entera, con una creciente animadversin desde la masacre de Iguala y la desaparicin forzosa de los 43 normalistas de Ayoztinapa. Una generacin que, desde el #YoSoy132 y pasando por el movimiento actual, se moviliza y politiza sin rumbos claros ni cristalizaciones organizacionales durables pero con fuerza, radicalidad y potencial subversivo que, an en ausencia de firmes anclajes clasistas y prstinas referencias ideolgicas, parece ser la nica esperanza para la construccin-reconstruccin de una izquierda antagonista y antisistmica con cierta presencia e influencia en Mxico.Laideade crisis,con supolise-mia,permiteenfocar dosnivelesproblemticos yestrechamentearticuladosdela vidadelasizquierdas,eldeldesgas-teodesaparicindesusformasef-meras(partidos,organizacioneso movimientos), pero tambin el debili-tamiento y al mismo tiempo la oportu-nidaddesurevivifcacincomomo-vimiento histrico, como conjunto de distintasydifusasformasdeorgani-zacin, como posturas y prcticas po-lticas surgidas de un marco comn de ideas y actitudes, en particular de una cultura de la crtica y una disposicin a la lucha. Deca Gramsci que la cri-sis era un interregno entre lo viejo que La crisis de la izquierda mexicana:Entre la subalternidad y el antagonismoIAKI LANDA.Informacin y Debate n PUEBLOS b Tercer trimestre n 2015 n 13 BORRADORPOR FAVOR NO DIFUNDIRMXICOizquierdaantisistmicaslidos,ex-pansivosyduraderos,sinoquems biencobijaronfenmenosespordi-cos e inorgnicos de movilizacin.Sepodrafcilmenteargumentar queesoocurrienMxicocomoen otraspartesdelmundo,enunapo-ca de restauracin neoliberal, pero en AmricaLatinaexistenexperiencias mucho ms signifcativas en cuanto a resultados institucionales y dinmicas y arraigos sociales. En 2006 no se es-tuvo en Mxico lejos de un escenario latinoamericano,esdecir,deuna crisispolticageneradaporlairrup-cindeunmovimientopopular,que poda haber dado lugar a un gobierno progresistaencabezadoporAndrs Manuel Lpez Obrador1.Citoalgunospasajescrticospara tratardedarunpanoramadepoca. sta arranca en 1988, un ao antes de la fecha que marca el giro de la historia mundial, demostrando que la cada del muro de Berln no fue el acontecimien-to decisivo para la izquierda mexicana.Elmovimientodemocrticode 1988, a pesar de la derrota que impli-c la objetiva consumacin del fraude electoral,dejunsaldopolticosub-jetivoyorganizacionalimportanteal reanimaryarticularvariossectores deizquierda2.Estossectoresnolo-graronimpulsaruncicloascendente deluchasytuvieronquereplegarse inmediatamente en una lnea defensi-vafrentealaofensivadelneolibera-lismo salinista, cuyo carcter ilusorio fue desmitifcado con efcacia no por lapresindelaizquierdaexistente enesemomentosinoporellevanta-mientozapatistade1994,seisaos despus.Esosaosderesistencia costaronmuchasderrotaspolticase ideolgicas,ymuchosasesinatosde militantes de izquierda.Desde1994, el impacto del zapa-tismo abri un nuevo ciclo de luchas y de antagonismo en el cual se forj una nueva generacin de militantes que se proyectanivelinternacionalenlos albores del altermundismo e inaugur una serie de tendencias novedosas en el terreno de los imaginarios y los dis-cursos, as como en las dinmicas or-ganizacionales. A pesar de todo, el za-patismoquedatrapadoenlafallida tctica de forcejeo-negociacin con el Estado y no logr generar una ruptura realenlapolticanacional.Mientras elzapatismoalternabaresistencialo-calenChiapas,presinyagitacin anivelnacional,elPRDganabaes-paciosengobiernosestatalesconla esperanzadeunalentaacumulacin defuerzas,unalargamarchaenlas institucionesqueseestrellenlaal-ternancia gatopardista de PRI y PAN.En 2000 el sistema poltico se re-confgurenunnuevoformatocon-servador,pasdelderrumbedelsali-nismo, de la crisis mltiple y orgnica (econmica, del neoliberalismo hege-mnico y del sistema de partido de Es-tado),aunalogradareconfguracin conservadora, al efcaz cierre de flas delasderechasmexicanas.Mientras tanto,escierto,nodejabandedarse luchassociales,obreras,campesinas, indgenas,ordinariosescenariosde confictoydeantagonismodifuso, irreductiblesensociedadescapitalis-tas,perotendencialmentedispersos, efmeros,sinproduciracumulacin niarticulacinpolticayconresulta-doscontradictorios,generalmenteno alcanzandosusdemandas.Laper-sistenciadeunentramadodeorgani-zacionesgremialestendencialmente progresistas, clasistas y combativas es condicin necesaria pero no sufciente para que prospere una izquierda anta-gonista y antisistmica.En este clima conservador se inser-talaretiradadelEZLNdespusdela Marcha del Color de la Tierra en 2001, a raz del incumplimiento de los Acuer-dos de San Andrs, cuando dej de asu-mir iniciativas polticas de alcance na-cionalysereplegenlaconstruccin de la autonoma de hecho, para volver solocuatroaosdespusalanzarla propuesta de La Otra Campaa. Lahuelgade1999enlaUniver-sidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM)puede servir de ejemplo de lo contradictorio de las luchas de esta poca.Unmovimientoquearranc con fuerza ylegitimidad y obtuvo re-sultados objetivos al impedir la intro-duccin de las cuotas, posteriormente sefragment,enroscyterminres-tandomsdeloquehabalogrado sumar con respecto ala construccin de espacios de organizacin y capaci-dades de movilizacin. Entre2001y2005,entreelre-pliegue del zapatismo y la involucin institucionalistadelPRD,lasespor-dicas y desarticuladas luchas sociales quedaron hurfanas de referentes po-lticosizquierdistasy,enelmejorde los casos, generaron y sostuvieron va-liosas trincheras comunitarias. La co-yuntura de 2006 lleg as, como lo ha-ba hecho el zapatismo en 1994, como unrelmpagoenuncielodespejado, luminosoperoefmero,espectacu-larperosolitario.Nologrprovocar una ruptura sistmica, ni siquiera una brechapolticaanivelinstitucional, como ocurri en varios pases latinoa-mericanos alrededor de ese ao.En las grietas que se abrieron en el temblorpolticode2006sevivieron experienciasdemovilizacindegran magnitud e intensidad que polarizaron lasociedadmexicanayreavivaronel clasismo (an en una versin plebeya) como principio poltico-ideolgico en un pas en donde el interclasismo ha-ba sido histricamente, desde la revo-lucinde1910-20,eldispositivohe-gemnico, de la mano de su correlato nacionalista,msrecurrenteyefcaz. Lasexpresionesmsradicaliza-das, como la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y La Otra Campaa quedaron en segundo plano. Como en 1988, la lucha contra el frau-dede2006fueunagranexperiencia desubjetivacinpolticaygenery revitalizeltejidoorganizacionalde base, volvi a conectar formas y luga-res de la lucha poltica y social pero, al mismo tiempo, a nivel objetivo, no dej de ser una derrota. La persistencia de un entramado de organizaciones gremiales tendencialmente progresistas, clasistas y combativas es condicin necesaria pero no suficiente para que prospere una izquierda antagonista y antisistmica14 n 2015 n Tercer trimestre b PUEBLOS n Informacin y DebateBORRADORPOR FAVOR NO DIFUNDIRMXICOEnefecto,elfraudeseconsum y, adems, result sorprendentemente exitosalaestrategiadelgobiernode FelipeCalderndedesatarlague-rracontraelnarco.Esteclimabli-colepermitinosloatrincherarse ylegitimarsedetrsdelainvestidura presidencialdejefedelasFuerzas Armadas,sinotambinreconfgurar totalmentelaagendapolticaydes-politizareldebatecentrndoloenel temasecuritario,contodasucarga reaccionaria.Asseentiende,msalldelos perfles personales, que un presidente que, como Salinas, tom posesin en mediodelasprotestas,noselimita-se a la ordinaria administracin como VicenteFoxsinoque,unavezdebi-litada la oposicin, respondiese a sus grandeselectoresalretomarlaagen-daprivatizadoraneoliberal,atacando frontalmentealSindicatoMexicano deElectricistas(SME)paraeliminar unobstculoaunafuturaprivatiza-cin, como se verifc con la reforma energtica posterior.Lasluchassocialesdelperiodo oscilaron entre la heroica pero trgica defensadelSMEalaexitosaoposi-cinalaprivatizacindelpetrleo impulsada por el naciente Movimien-todeRegeneracinNacional(More-na).Losecosdelasmovilizaciones del2006sedispersaronentreelso-nido de las balas y la criminalizacin delaprotesta,quefueelcorolario, intencionalmente calculado, de la mi-litarizacin del pas. Los movimientos pasaronaladefensiva.Sloeneste contextomilitarizado,resistencialy de debilidad de la izquierda se puede entenderlaemergenciaylacentrali-dadqueadquiritemporalmenteel Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad(MPJD)encabezadoporel poeta Javier Sicilia.Bajoestemismoprismasepue-deexplicarporqulaseleccionesde 2012, a pesar de los agravios acumu-lados,nofueronigualmentedisputa-dasquelasde2006.Notantoono slo por la imposicin construida me-diticamente sino por una correlacin defuerzasque,desdeelepisodiode 2006, volvi a reconfgurarse a favor de las clases dominantes. Mientras la nueva y moderna izquierda perredista estaba absorbida en la pragmtica pa-laciegayelmovimientoobradorista era incapaz de cumplir sus proclamas, el desafo mayor surgi desde afuera, al margen de los equilibrios polticos establecidosalolargodelsexenio, desde el grito de indignacin de la ju-ventud en el movimiento #YoSoy132.Laespectacularperoefmeratra-yectoriadeestemovimientorespon-diaunpatrnbastantecomnen nuestros tiempos: en medio de la resis-tencia difusa, con izquierdas polticas dbilesy/opocopresentables,surgen espordicosestallidosquesacuden alasociedadperonolograngenerar unaruptura,nidejarunlegadoorga-nizacionaldurable,sinounbagajede experiencias signifcativas que no des-aparecenperotiendenadispersarse.LA CRISIS DE LA IZQUIERDA SUBALTERNAAestepatrnparececorresponder tambin la coyuntura actual, a menos que intervengan elementos y factores que catalicen la indignacin y la movi-lizacin,quelapoliticen,clasifquen (en el sentido de clase) e izquierdicen. Izquierda-partidoeizquierda-movi-miento son mbitos que histricamen-tesuelencontaminarsemutuamente, ya que los partidos surgen y se desa-rrollan en el ambiente izquierdista de lasluchassociales,ambientedifuso que los partidos pretenden estructurar, densifcar y politizar, y viceversa: las prcticasdifusasseretroalimentano se proyectan hacia perspectivas, refe-rencias y modalidades organizaciona-les que les otorgan fuerza, coherencia y sentido en relacin con la contienda por el poder.Estevnculoorgnico,queenla prcticanuncaoperaperfectamente, en Mxico parece haberse irremedia-blemente roto por la separacin entre, por una parte, los tres polos de la iz-quierda partidaria (el PRD en su ver-sinNuevaIzquierda,losdefensores delPRDhistricoyelposperredis-moobradoristaorganizadoenMore-na)y,porotra,elcampomsdifuso ydiversodeposturasymilitantesen movimientos,organizacionessocia-les,colectivosyotrasexpresiones quehabitandistintastrincherasdela sociedad civil, hasta llegar a expresio-nes individuales.Si esta fractura es un abismo para elPRDnovizquierdista,tambines visibleenelcasodelosnostlgicos delPRDhistrico,ycabepreguntar-sesiMorenatienerecursosticosy polticosparamantenersevinculado yancladoalaizquierdadifusa,para convertirse en un instrumento poltico que la potencie y, a la vez, ser percibi-do como tal.Sielsntomaeslafracturayla distancia entre la izquierda partidaria, institucionalista y electoralista y la iz-quierda socialmente difusa, queda por detectarselaenfermedad.Queslo que est en crisis o la gener? Existe una crisis de proyecto? Qu proyec-to? El proyecto de la Revolucin De-mocrticade1988osuversinms institucionalista,quesedesarrolla partir de 1997, o el proyecto de Nue-va Izquierda que se vuelve totalmente dominante despus de 2006? Se trata Los ecos de las movilizaciones del 2006 se dispersaron entre el sonido de las balas y la criminalizacin de la protesta, que fue el corolario, intencionalmente calculado, de la militarizacin del pasLa coyuntura de 2006 lleg as, como lo haba hecho el zapatismo en 1994, como un relmpago en un cielo despejado, luminoso pero efmero, espectacular pero solitarioInformacin y Debate n PUEBLOS b Tercer trimestre n 2015 n 15 BORRADORPOR FAVOR NO DIFUNDIRIAKI LANDA.culminar en el tripartidismo de Estado con el PRD. En esta deriva, la nocin deizquierdaterminsiendosimple-mente geomtrica y por ello sistmica-mente aceptable, una distincin formal sinningntrasfondoreal,asptica, legitimadora y no amenazante, con el nicorasgodistintivo,msalldela episdicaretoricanacionalistaanti-privatizadora,deunamayoratencin hacia la poltica social (aunque sin re-basarelasistencialismodelaspolti-cas pblicas priistas pre-neoliberales).EsciertoqueMorenasurgien contraposicin a varios aspectos de la derivainstitucionalistaencarnadapor NuevaIzquierdayquesostienepos-turasque,envariospuntossubstan-ciales,ladistinguen:msprogresista, msnacional-popular,msbasista-movimientista,msopositora,ms atenta a la cuestin tica, etc. Al mis-motiempo,esevidentelaoscilacin oambigedadsegnlosescenarios, losinterlocutoresylasprcticasde un movimiento cuya base social es, en varioslados,genuinaexpresinorga-nizada de las clases subalternas, mien-tras que la mayora de los cuadros y la dirigencia provienen de grupos y frac-cionesformadasenelPRD,muchos deellosconantecedentesenelPRI.MXICOdetresvariantesdeunamismalnea poltica fundamentalmente institucio-nalista o de una progresiva deriva ha-cia el institucionalismo exasperado de Nueva Izquierda?Ladescomposicindelperredis-mo(quearrancayadetanlejosque puede confundirse con sumisma tra-yectoriahistrica)sepresentafunda-mentalmentecomomoral,comouna progresivaprdidadevaloresyde aumentodelacorrupcin. Almismo tiempo, y sin negar la profundidad de loanterior,sideizquierdaestamos hablando,esdecir,deunproyecto detransformacinsocial,ynoslo delclivajehonestidad/corrupcin,la crisisdelPRDespolticaentodala amplitud de la palabra.Desdelareformade1978,que legalizalasizquierdassocialistas abrindoleslapuertadelaparticipa-cin electoral, pero de forma acelera-daapartirde1997,cuandoempeza-ron a ocupar espacios de gobierno, los nfasisylosacentosfueronpasando del uso instrumental de la democracia electoral y representativa para visibi-lizar y promover la lucha de clases al usoclientelardelaorganizacinpo-pularcomoplataformaparasostener candidaturasygarantizarreservasde votos.Elinstitucionalismo,consu corolariodeelectoralismo,caracteri-z la forma del partido, sus prcticas ydiscurso,leconfriuninequvoco rasgo subalterno tanto por su subordi-nacin frente a otras fuerzas (polticas yeconmicas)comoporqueimpulsa laconservacindelasestructurasde dominaciny,porlotanto,laperpe-tuacin de la subalternidad.La crisis del PRD se manifesta in-clusive en sus propios parmetros, ya que, salvo en el Distrito Federal (DF), noalcanzlosresultadoselectorales ni logr una duradera penetracin ins-titucional,elementosempleadospara justifcarelvuelcoelectoralistayla paulatina y consiguiente desizquierdi-zacin. A pesar de los resultados elec-toralesdecepcionantes,ladisputapor lapenetracininstitucionalseasent como fn estratgico y pas a ser la ra-zn de ser de una fuerza poltica inexo-rablementeinstitucionalizadaensu concepcin de la poltica y del cambio social, aunque mantuviera, hasta cierta fecha, alguna base social organizada y unoque otro lazo con organizaciones y movimientos populares.Latransicindeunsistemade partido de Estado se orient paulatina-mentealbipartidismoPRI-PANpara 16 n 2015 n Tercer trimestre b PUEBLOS n Informacin y DebateBORRADORPOR FAVOR NO DIFUNDIRMXICOEn 2010, en vsperas del surgimien-todeMorena,sugerqueestanueva organizacindrenabaelalmapoltica e histrica del PRD3, el proyecto de re-volucin democrtica, dejndolo como cascarn, como sigla que poda sobre-vivir nominalmente pero que mora al vaciarse de su sentido poltico e hist-rico.Enestesentido,sibienescierto queMorenaestavanzandounpro-yecto poltico sensiblemente distinto al deNuevaIzquierda,norompeconla lgicadeunarevolucindemocrtica acotadaalosmarcosinstitucionales vigentes.Morenaintentarefundarel PRD(oactualizaresteproyectohis-trico)conlanicadiferenciadeun perfl plebeyo y de base ms marcado, deundiscursomsconfrontacionaly de un menor peso interno de cuadros y grupos con relativa independencia del liderazgo carismtico.Al margen de sus aspectos coyun-turales, la crisis de fondo que afora es una crisis del proyecto histrico en su conjunto y, por ello, la recuperacin de lapurezadelosorgenesqueevocan tantoCrdenas,explcitamente,como Lpez Obrador, implcitamente, parece insufciente para ofrecer una salida a la altura de las circunstancias, que impli-caraunarefundacindelaizquierda como fuerza antagonista y antisistmi-caquesenutrafundamentalmentede procesos de politizacin, organizacin, movilizacin y radicalizacin.Alaluzdeunavanzadoproceso degenerativoydeladesaparicinde los43secerrdefnitivamenteelci-clo histrico iniciado en 1988, un ciclo protagonizado por una forma determi-1Estonoimplicaidealizaralosgobiernosprogresis-taslatinoamericanosque,ensentidocrtico,carac-terizocomorevolucionespasivasparaenfatizarla desmovilizacinyelcontrolsocial.VerRevolucio-nespasivasenAmricaLatina.Unaaproximacin gramscianaalacaracterizacindelosgobiernos progresistasdeiniciodesiglo,enMassimoModo-nesi(coordinador),Horizontesgramscianos.Estu-diosentornoalpensamientodeAntonioGramsci, FCPyS-UNAM, Mxico, 2013.2Ancuando,comoargumentenLacrisishistrica delaizquierdasocialistamexicana,JuanPablos, Mxico,2003,elnacimientodelPRDimplicla muerte de las izquierdas socialistas mexicanas.3ArtculoMxico:elcrepsculodelPRD,publicado en Nueva Sociedad, nm. 234, Buenos Aires, junio-agosto de 2011.4Para eventualmente convertirse en un polo de poder en un escenario de poder dual, tal como fue teoriza-doporLeninyTrotskyyposteriormenteporRen Zavaleta en relacin con los procesos latinoamerica-nos, en particular Bolivia y Chile.*Massimo Modonesi es historiador, socilogo y latinoamericanista. Dirige la revista Memoria, del Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista (http://revistamemoria.mx). Este artculo se basa en el texto Entre la izquierda subalterna que no acaba de morir y la izquierda antagonista que no termina de nacer,Memoria, 253. 2015-1nada de la izquierda mexicana. Se abre un necesario e inevitable proceso de re-fundacin de la izquierda que implica, an en medio de inevitables elementos decontinuidad,fuertesdosisderup-turaydediscontinuidadquenopue-den ser procesadas desde los espacios partidarios existentes, sus cuadros, sus coordenadas ideolgicas y sus culturas polticas. Aunque es posible que estos espaciosnodesaparezcaneinclusive, comoenelcasodeMorena,crezcan yprosperenelectoraleinstitucional-mente,tendrqueemergerdeunfac-tor nuevo, posiblemente generacional. Unaizquierdaantagonistayantisist-micaslopuedesurgirdesdeelexte-rior del permetro sistmico en el cual se coloc histricamente el PRD y si-guen colocndose sus herederos.EL ANTAGONISMO COMO OPORTUNIDADAunque no se compartan sus posturas yhastaselesatribuyanmsomenos gravesresponsabilidadespolticas,la crisishistricadelaizquierdainsti-tucionalistaysubalternaesobjetiva-mente un dato negativo porque debilita elcampopopular,yesconsecuencia (ynoslocausa)deunaseriedede-rrotasacumuladasporelmovimiento popular en su conjunto. Estaramos in-fnitamente mejor si fuera el institucio-nalismodelaizquierdasubalternael proyecto poltico dominante en el pas.Enmediodelapersistentesub-alternidad,enMxicoesrecurrente, como decamos, la emergencia de ex-presionessocio-polticasdeantago-nismo, de ciclos de movilizacin y ra-dicalizacin como las protestas por la desaparicin de los 43 normalistas. Es antagonistaencuantosurgeysere-troalimentadeluchasfrancayabier-tamente antisistmicas que, en la con-fguracin sistmica mexicana actual, implican una postura antineoliberal y antipartidocrtica, no forzosa ni plena o inmediatamente anticapitalista, aun-queelanticapitalismosea,puedao deba ser un ingrediente necesario que opera en el trasfondo de los procesos concretos y sirve de referente y orien-ta como horizonte emancipatorio.Paraqueelpotencialantagonis-taqueseexpresaenlamovilizacin ylaluchasocialactualenMxico cristaliceenunaalternativapoltica antisistmicaesnecesariorevertirla tendenciaaladispersin,canalizar lapolitizacingeneracionalenun proyectoquetengadensidadydura-bilidadorganizacional,partiendodel ncleodeactivismoestudiantilpero transcendindolo, incluyendo sectores de las clases subalternas (organizadas osusceptiblesdeserorganizadas)en una estructura federativa que permita procesar las diferencias pero articular en torno a ideas y prcticas comunes.Slolapresenciaprolongadade unactorsocio-polticopluralpero articulado,surgidodeesteciclode movilizacinperoquesemantenga en el tiempo, puede evitar que esta co-yunturadesemboqueenunescenario conservador o en otro francamente re-accionario o, lo que es ms probable, una combinacin de ambos, de reaco-modoscupularesydosifcadaspero contundentes medidas represivas.Almismotiempo,slolainter-vencindeunavoluntaddeizquier-dapuedeaprovecharlacoyunturade inestabilidadyorientarunimprobable pero posible desenlace progresista. Im-probableperoposiblenoporinvoca-ciones utpicas sino porque, como nos demuestra el movimiento actual, la his-toria de la lucha de clases y del antago-nismo poltico no termin y las posturas antisistmicas se mantienen vivas bajo lascenizasentiemposderesistencia para resurgir, como aves fnix, cuando vuelven a arder las brasas y se enciende, politiza y radicaliza el conficto social.En este sentido, un escenario ten-dencialmenteprogresistapodraser notantolaimprobablecadadeeste gobierno,sinoeldesplazamientode losequilibriospolticosgenerales,el arranquedeunprocesodeconstruc-cindenuevasformasdeorgani-zacinsocialesypolticasdelasiz-quierdas antagonistas y antisistmicas queoperencomocontrapoder4,que hagan contrapeso real y permanente e inauguren otro periodo, revirtiendo el de las derrotas que enumeramos en la primera parte de esta refexin.q