Revista uruguaya geografia_08_1955

96
Asociación de Geógrafos del Uruguay A. G. U. REVISTA URUGUAYA de GEOGRAFIA ORGANO DE LA ASOCIACION DE GEOGRAFOS DEL URUGUAY 1955 Cerro Batoví (Tacuaremból. . O B

Transcript of Revista uruguaya geografia_08_1955

Page 1: Revista uruguaya geografia_08_1955

Asociación de Geógrafos del UruguayA. G. U.

REVISTA URUGUAYAde

GEOGRAFIAORGANO DE LA ASOCIACION DE GEOGRAFOS DEL URUGUAY

1955

Cerro Batoví (Tacuaremból.

. ~N. O B

Page 2: Revista uruguaya geografia_08_1955

REVISTA URUGUAYAde

GEOGRAFIACRGAi"C DE LA ASCCIACICN CE GECGPAfCS DEL URUGUAY

(A, G, U,l

Comisión de Redacción: Jorge Chebataroff, Director, Flor deMaría Mariínez, Secretaria de Canje; Alberto Pochintesta, JúlioC. RoleUi y María T. Sanz de Pereira, Vocales,

Nota: Esta revista no se responsabiliza por los conceptos emiti·dos en artículos firmados.

SUMARIO

Actividades Geográficas en el Uruguay 3

Viaje al Seringal del Alto Arinos (Mato Grosso) por AntonioTaddey) 7

Evolución del relieve del Uruguay y de Río Grande del Surpor Jorge Chebataroff , .. :' ,.............. 39

Page 3: Revista uruguaya geografia_08_1955

Se solicita canje. Toda la correspondencia debe ser dirigidaal Presidente de la Asociación de Geógrafos del Uruguay, Prof.Jorge Chebataroff, Constituyente 171 L Montevideo - Uruguay.

Page 4: Revista uruguaya geografia_08_1955

Actividades Geográficas en el Uruguay.

1955 se ha caracterizado por una inusitada actividad geográficaen nuestro país.. Aparte del trabajo corriente de instituciones ta­les como Instituto Geográfico Militar, Servicio Meteorológico, Ins­tituto Geológico y otras, la Asociación de Geógrafos del Uruguay,el Instituto de Profesores "Artigas", el Instituto de Investigacio­nes Geográficas y el Laboratorio de Geografía Física y Biológicade la Facultad de Humanidades y Ciencias, han organizado y lle­vado a cabo interesantes ciclos de conferencias; también se hansumado a esta actividad geográfica el Instituto de Estudios Supe­riores y el Instituto Uruguayo-Brasileño de Cultura.

Además se han publicado algunos trabajos geográficos ó vin-culados con la geografía tales como:

1. - Daniel Vidart: La vida rural en el Uruguay.

2. - J. Chebataroff: El Río de la Plata.

3. - J. Chebataroff y María S. Navarrete de Lucas: La enseñan­za de la geografía en el Uruguay (editado por el Instituto Pana­mericano de Geografía é Historia).

4. - L. Antola: Trinidad. Orígenes de la ciudad y plano ur­bano.

5. - J. Chebataroff: La República Oriental del Uruguay (Co­lección manuales de Geografía, edito por el Inst. Panamericano deGeografía é Historia).

En el Instituto de Profesores Artigas, se ha llevado a cabo elsiguiente ciclo de conferencias: Planes y programas de institutosde enseñanza normal profesoral (1. Martínez Rodríguez), Evolucióndel relieve del Uruguay y Rio Grande del Sur (J. Chebataroff), Laformación Pampeana en el Uruguay (R. Méndez Alzola), y Plata­forma Continental (J. Chebataroff, 1. Martínez Rodríguez y H. Pé­rez Fontana).

En el Laboratorio de Geografía Física y Biológica de la Fa­cultad de Humanidades y Ciencias, y con la colaboración de laAsociación de Geógrafos del Uruguay, se realizaron dos ciclos deconferencias, entre las que destacamos las siguientes: Valoraéiónpoliticoeconómica del Río Uruguay (H. Martínez Montero), Utili-

-3-

Page 5: Revista uruguaya geografia_08_1955

zaclOn económica de los Llanos Venezolanos (O. Hernándef:), Losindios bororo orientales (A. Taddey), Tipos de vegetación del Uru­guay y de las regiones vecinas (J. Chebataroff) y Solución delabastecimiento de agua en las poblaciones de cuchilla (K. Kroger).

Además se realizaron mesas redondas sobre fluctuaciones cli­máticas, problemas hidrológicos y agropecuarios del Uruguay, agro­pecuaria venezolana, monografías urbanas, interviniendo los Sres.P. Fierro Vignoli, Osvaldo del Puerto, O. Hernández, A. Pochin­testa, Flor de María Martínez, Luis Antola, K; Kroger y J. Cheba­taroff.

En el Instituto Cultural_Uruguayo-Brasilefí.o, se dictaron con­ferencias sobre el Brasil, de acuerdo con el siguiente ciclo: Lasregiones naturales del Brasil (J. Chebataroff), Economía matogros­sense (A. Taddey), Desarrollo de las grandes ciudades brasileñas(J. Chebataroff), Tipos humanos del Brasil (D. Vidart).

En el Instituto de Investigaciones Geográficas, sobre variostemas geográficos disertaron B. Mieres de Botto, P. Astigarraga,1. Martínez Rodríguez, H. Martínez Montero, A. Bergalli, W. Gon­zález Penela y C. Gómez Gavazzo.

En la Facultad de Humanidades y Ciencias fué designada unaComisión integrada inicialmente por F. Cernuschi, R. Méndez Alzo­la y J. Chebataroff, para informar sobre la posible participacióndel Uruguay en el próximo Año Geofísico Internacional. Dichacomisión se amplió posteriormente y desarrolló una intensa labor,de la que informaremos oportunamente.

Los integrantes del Uruguay Canoas Club, exploraron con cier­to detalle una porción del río Yí, aportando abundantes datos ymaterial para el mejor conocimiento de dicho río.'

También fueron estudiadas en forma detallada sendas áreas deldepartamento de Artigas, por grupos de investigadores dirigidospor R. Vaz Ferreira, C. Carbonell Más y J. Chebataroff. Los estu­dios se orientaron hacia la geomorfología, la geología, la ~lora yla fauna de las regiones visitadas; el material aportado ha sidoabundante y valioso, y se darán a publicidad próximamente algu­nos de los resultados obtenidos.

Se realizó bajo la inteligente dirección de los profesores B.Rebuffo y L. Peyrou, el censo de la ciudad de Colonia del Sacra­mento y de sus alrededores que servirá de base para llevar a ca­bo la monografía sobre dicha población, ya en parte preparadapor la Asociación de Geógrafos del Uruguay. Miembros de estainstitución han ultimado ó están a punto de terminar los siguien­tes trabajos: Melo (monografía general), Trinidad (monografía ur­bana), Artigas (monografía general), Origen y Evolución de losmares de piedra (trabajo geomorfológico y geológico), Piriápolis

-4-

Page 6: Revista uruguaya geografia_08_1955

(monografía geográfica). Las Piedras (monografía general). El ca­fé (monografía).

Los Sres Renzo Pí Hugarte y G. Wettstein, han publicado unvoluminoso y bien documentado trabajo acerca de los "Rasgosactuales de un rancherío uruguayo", que puede servir de modeloen esta clase de labor.

El Centro de Estudios de Ciencias Naturales, ha dado a cono­cer interesantes películas documentales sobre temas vinculados encierto modo con la geografía.

Instituto Panamericano de Geografía é Historia.

Realizóse en Méjico la VI Asamblea del LP.G.H., asistiendocomo délegados del Uruguay, el director del Instituto GeográficoMilitar, el Director de Topografía del Ministerio de O. Públicas, yla Dra. Blanca Mieres de Botto. Esta última intervino en forma ac­tiva en los trabajos de reorganización de la institución.

Visitó varios países de América, pasando por el Uruguay, elDr. M. Maldonado Koerdell, secretario del Comité interino deOceanografía del LP.G.H. quien recabó datos acerca deldesarro­110 de la oceanografía en nuestro país, los que le fueron propor­cionados principalmente en la Facultad de Humanidades y Cien­cias por los profesores R. Vaz Ferreira, J. Chebataroff, y ademáspor el Cap. H. Pérez Fontana y el Soyp.

Unión Geográfica Internacional (UGI).

Realizará la UGI su IX Asamblea General y el XVIII Congre­so Internacional de Geografía en Río de J aneiro, en las primerassemanas de Agosto de 1956. Varios investigadores del Uruguay sehan inscripto para participar en dicha reunión. Entre los trabajosanunciados figuran.

J. Chebataroff: Origine et évolution des mers de rochers.

P. Fierro Vignoli: L' elevage des moutons dans l' Uruguay.

J. Chebataroff: Origine et caracteristiques générales de lavégétation herbacée de l'Uruguay et de Rio Gr~pde do Sul.

Presentarán además, trabajos a la asamblea, los profesoresSra. Blanca M. de Botto y Sr. 1. Martínez Rodríguez.

Sociedad Brasileña de Geología,

En su última reunión realizada en Araxá (Minas Gerais) fue­ron elegidos por unanimidad de votos como socios efectivos nues­tros compatriotas Juan C. Goñi y J. Chebataroff.

-5-

Page 7: Revista uruguaya geografia_08_1955

Deceso de geógrafos.

En el transcurso del año 1955 fallecieron los conocidos geó­grafos E. de Martonne, de Francia, y J. Verissimo da Costa Pereira,del Brasil. El primero se había destacado por numerosos trabajosde investigación y sobre todo por su extraordinaria obra: Traitéde Geógraphie Physique, modelo e.n su género. El segundo, fuéante todo un geógrafo de campo, escribió varias obras, y fué ungran animador de la Asociación de Geógrafos Brasileños, entidadque ha realizado importantes trabajos geográficos en el Brasil.

Comisinó Nacional para representar al Uruguay frente a la UGI.

Acaba de constituirse esta comisión en nuestro país (integra­da por delegados de todas las instituciones que realiian investiga­ciones geográficas) en carácter de miembro de la Unión Geográfi­ca Internacional.

-6-

Page 8: Revista uruguaya geografia_08_1955

Viaje al Seringal del Alto Arinos (Mato Grosso)

por Antonio Taddey.

DETALLES DEL VIAJE REALIZADO

Invitado conjuntamente con el profesor J. Chebataroff, para interve­nir en la VIII Asamblea de la Asociación de Geógrafos Brasileños en Cuia­bá (Mato Grosso), tuve oportunidad de realizar observaciones acerca de lasactividades caucheras de la región del Alto Arinos, río de la cuenca ama­zónica, que corre hacia el Juruena, una de las caudalosas ramas madres delTapajoz. Las explotaciones se realizan en plena selva, lo que me permitióconocer directamente ciertos aspectos de la gran floresta amazónica.

El viaje desde Montevideo hasta Cuiabá se llevó a cabo utilizandodíversos medios: avión hasta San Pablo; luego tren rápido y relativamentecómodo hasta la ciudad de Baurú (que yo ya había visítado en 1945), don­de gracias a un descanso de viaje de varias horas, pudímos hacer observa­ciones acerca de las características urbanas y del movimiento económico dedicho centro paulista, obteniendo gran númErO de datos y precioso materíalinformé,tivo, colaborando en esta tarea los geógrafos brasileros, particular­mente el profesor Miguel Costa Jr. Un nuevo tren, y con un hacinamientoimpresionante de gente que dejaba los cafetales diezmados por intensas he­ladas (nunca vistas en el país hasta el momento), para ir a probar fortunaEn lugares distantes o menos afectados, nos llevó lentamente hast9. CampoGrande, pasando por zonas del estado de San Pablo dedicadas al cultivodel café (Ara<;:atuba, Andradina y localidades de nombres tan sugestivoscomo Cafelandia, Rubiácea, etc.), y cruzando luego el río Paraná, en estia­je, para alcanzar Tres Lag6as, floreciente y relativamente nueva (1909)ciudad de Mato Grosso; desde esta' población el viaje ofrece pocos atracti­vos, dada la uniformidad del paisaje y la escasez de población, aparte delevantarse molestas nubes de polvo al paso del tren.

En Campo Grande, la ciudad más activa :r de mejor aspecto de MatoGrosso, tuvimos tiempo suficiente para hacer observaciom:s y tomar notas,así como buen número de fotografías. Situada sobre el planalto, en loslindES de la llamada Serra de Maracajú (sistema orográfico muy aplana­do), y unida por ferrocarril por un. lado a Baurú y por otro a Puerto Es­perar.,za (sobre el río Paraguay), Campo Gn,nde está destinada a conver­tirse en poco tiempo en un gran centro comercial e industrial del Brasilinterior; es la ciudad más poblada de Mato Grosso conteniendo cerca de

-7-

Page 9: Revista uruguaya geografia_08_1955

40.000 h. (Cuiabá, la capital del estado sólo tiene aproximadamente 30.000),De Campo Grande el viaje se prosigue en avión, 10 que da ocasión pnrarealizar una inspección aérea de la porción Sur del extenso Pantanal, es­tc'Jndo la atmósfera muy límpida. Se aterriza en Corumbá, activo puertosobre el río Paraguay, ubicado sobre un terreno algo elevado asentado so­bre formaciones calcáreas y dolomíticas, contiguas al espectacular M:orrode Ul'ucum, de una riqueza fabulosa en minerales de hierro y manganeso(existe una pequeña usina siderúrgica en los lindes de la- ciudad). El tiem­po destinado al descanso en Corumbá, aunque breve, permite una visitaprovechosa a la localidad, y luego el avión cruza sobre el Pantanal en di­rección a Cáceres, pudiéndose apreciar la intrincada red hidrográfica (ríosde aspcto senil, y divagantes, fenómenos recientes de captura, lagunas enproceso de obturación, etc.), la distribución confusa de las masas vege­tales y de los carandazales, la abundancia de vegetación palustre (inclusoflotante, como "victoria regia"), y el aspecto llamativo que ofrecen losipés o piuvas que destacan ahora sus flores rosadas. El caudal de fotografíasobtenidas desde el aire, bastante grande, será dado a conocer en una publi­cación especial dedicada a Mato Grosso.

De Cáceres a Cuiabá el viaje aéreo ES relativamente breve, y se pasapor encima de zonas de una vegetación que termina por transforma'rse enel característico "cerrado" tan extendido por el interior del país. Cuiabá,ubicada sobre el rio de igual nombre (afluente del Paraguay), no im­presiona como ciudad decadente como podría esperarse. Aunque ofrecetodavía el aspecto de las antiguas ciudades de la época de los desbravado­res de sertones o conquistadores del desierto interior, tiene mucho de nue­vo, y da muestras evidentes de un renacimiento progrEsivo. Gracias a lostrabajos realizados dentro del perímetro de la ciudad por la "turma" diri­gida por Aroldo de AZEvedo, los datos proporcionados por el profesor y dipu­tado L. Povoas, y nuestras propias observaciones, pudimos cerciorarnos deque Cuiabá renace con rapidez, sobre todo después del desarrollo agrícolaalcanzado por S. Antonio de Leverger (sítuado a poca distancia), el traza­do de la carretera a San Pablo, y la intensificación de las comunicaciones aé­reas co'n las grandes ciudades del Brasil, incluso la capítal. A 10 largo dela avenida Getulio 'Vargas, ofrece el aspecto de una ciudad moderna, lla­mando la atención su espléndido hotel y algunos edificios gubernamentales.

En Cuiabá nos recibe directamente el Gobernador del Estado, Sr. Fer­nando Correa da Costa, distinguido médico y personalidad ilustre. Duran­te la realización de la VIII Asamblea de Geógrafos Brasileros, se resuelveconstituir cuatro comités de estudio: uno dirigido por el Profesor Aroldode Azevedo dedicado al estudio de la geografía urbana de Cuiabá; otro,presidido por M. Lacerda Mela, de la Universidad de Recife, se encargariadel área agrícola de LevergO'. Pero las dos excursiones más tentadoraspara aquellos que deseaban conocer el interior del estado, eran la orien­tada hacia los Seringales del Alto Arinos, río de la Cuenca Amazónica, cu­ya dirección fué confiada a los geomorfologistas Aziz N. Ab,Saber yJoáo J. Bigare,lla, y la encaminada al estudio de la Chapada de Guimaraes,

-8-

Page 10: Revista uruguaya geografia_08_1955

habiéndose designado para> dirigirla al profesor Jorge Chebataroff, aunqueéste creyó conveniente que la dirección fuera otorgada al ilustre investiga­dor Francis Ruellan, quien :ra teil1ía algún conocimiento de la región quese ibal a recorrer. Los trabajos se llevaron a cabo con el mejor de los éxi­tos. Baste decir que el material obtenido capacitaba a los geógrafos pararedactar una monografía urbana de Cuiabá, una descripción detallada del Se­ringal del Alto Arinos y de una porción de la Chapada de Parecis, un es­tudio detallado de la zona de Leverger, azucarera, y diversos resultadosacerca de la vegetación de "cerrado", captura de ríos, importantes yacimien­tos de minerales, origen de las casca-das, etc. de la Chapada de Guimaraes.

Me inscribí en el equipo que marcharía hacia el Seringal. Se tratabade la excursión más penosa y más largS', y sin embargo fué la que contócon mayor número de inscriptos, incluso del sexo femenino. Debo destacarla importante labor que a 10 largo de todo el viaje llevaron a cabo AzizN. Ab'Sa-ber, J. J. Bigartlla y Dora A. Romariz, a quienes debo valiosasEnseilanzas.

Debo consignar que el viaje se efectuó por mediación del Dr. FerrEraIvIendez, propietario de una explotación cauchera en actividad en "foz" delrío Pnto con el Arinos, al norte del estado de Mato Grosso. Todo fué pre­visto por este incansable y gentil cuyabano que no escatimó detaHes para ha­cernos conocer actividad tan s'ngular como la que iriamos a constatar de visu.

La falta de espacio me impide pormenorizar' datos del recorrido hastael río Preto y su regreso. Pero en breve síntesis expondré 10 más sustan­cial del mismo: Dejamos Cuyabá un 21 de Julio de 1953 en hora temprana,viajando en camión propiedad del Dr. lVlendez. Lo hicimos al comienzo, porexcelente carretera, desplazándonos al norte por la meseta cuyabana (200mts. altitud) y con 100 klts. de buen camino entramos en Rosario Oeste,poblac:ón de 600 moradores y sede de Municipio. Dejando ésta empeoran lostrillos entre "cerrados" y pudimos apreciar entonces el comienzo de un no­tab'e plan vial: a ambos lados de nuestra precaria senda, aquellos mismos"cerrados" están siendo arrasados por modernas máquinas formando las ba­ses que servirán de asiento a la futura gran carretera Que unirá Cuyabá conSantarem ó Belem do Pará en la boca del Amazonas. No pudimos concre­tar la meta final de esta "rodovia", empresa enjundiosa que abrirá enormesposibilidades en ese norte aún sin desbravar. Nos alejamos del ruido de lospotentes "bulldozers" y al promediar la tarde dejamos atrás el caserío deNobre y a poco rodamos por los parajes conocidos por Tombador y CashaFurada, ambos ubicados en extensa área del Chapadón (545 mts. altitud).

Asistimos después en Nabar Barros al enfrentamiento de dos contra­vertientes y cada una con desagüe opuesto: el córrego Cerragem que caeestrepitoso al Tombador (afluente del río Paraguay muy cerca de sus na­cientes); -:J' el rio Estivado con sus fuentes a nuestra vista y Que se deslizaen suave pend:ente de la Chapada hacia la cuenca amazónica. Desde el filode la escarpa sinuosa é irregular, se nos ofrece el distendido y grandiosopallorama de un abrupto socavón, cuota ínfima de la Bacia Paraguaya, que-ei depós;to irá rellenando con los materiales excavados en los bordes de esaChapada Dos Parecis.

-9-

Page 11: Revista uruguaya geografia_08_1955

Recorremos ese esplge n divisor a 570 mts. de altura y cruzamos lascabeceras del ribeirao Do Amolar con la visión de G3tiño ó Alto Parag'uay,actualmente nueva población nac:da del "garimpo" de diamante y la másrica de Mato Grosso. Est::mos a escasos kilómetros de "Sete Lagoas" lu­gar marcado como nacientes del río Paraguay y descendemos la meseta, yarumbo al sur procurando la población de Diamantino enclavada en profun­do valle de la Bacia Paragua;ya. Fué otrora gran centro de rica mineria ymuy decadente hoy. Cuenta con 500 habitantes y es sede de Municipio. Esnoche cerrada y pernoctamos allí. Al día siguiente reanudamos viaje su­biendo de nuevo el Macizo Central donde anotamos la máxima altura denuestro itinerario (610 mts. de altitud). Dejamos atrás a Diamantino, úl­tima población del norte de Mato Gros30. De allí hasta la "beira" del rioAmazonas sólo prosperan caucha·les y medran tribus aún salvajes. Una ho­ra rodando entre "cerrados" de la Chapada y cruzamos entcnces los pri­meros cursos de agua que van a la Bahía Amazónica'. Son por su orden: elcórrego Do Cajú, ribeirao Agua Fria donde observamos la primera "hevca"y luego los de Bojui, Gringo y Do Campo, todos corriendo al oriente bus­cando desaguaor en el Estivado y en el Preto, j1·;,¡estra meta. Llegamos aéste ya tarde avanzada y Con 294 kilómetros recorridos de3de Cuyabá e::­tre "cerrados", "cerradones" y "matas galerías" por momentos.

El Río Preto tributario del Arinos posee espesas selvas galerías conbuen número de 'heveá's" o "seringas", base de la producción cauchera dela región; lo mismo ocurre con el Arinos. En ellos la "mata" bordealas corrientes fluviales con maderas de ley ("perobas", "piuvas", "loro".aroeiras", "jatobás", "guatambú", etc). Verificamos que la flora. de laBaoixada ocurre en la Chapada donde similares condiciones ecológicas pro­pician su advenimiento. Y como esas mader3s duras vemos asimismo a 1::15palmeras "babasú", "buritirana" y "buriti" en cursos de agua, tucum é"indaiá", pero acá encontramos 8' la "gariroba" entre "cerrados", los quetambién han trepado la cuesta de la Chapada y se eternizan marchandoal norte, atapetando los territorios margina'dos por cursos de agua. Pero lageografía botánica de esta región, portada de la lujuriosa Amazonia, se al­tera. con esas selvas galería's reforzadas con especíes arboreas más Espectacu­lares en grueso y altura con la aparíción del "angelim", "guaran~am", ca­nafistulas", "cajueiros" que dan sombra á' las lánguidas "pacov.'!S" y permi­ten la vida de las hermosas palmeras regíonales; "bacaba fidalga." y "asarí"_Pero más q'ue ellas caTacteriza a la zona la presencia de la. "hevea brasi­liensis, planta productora de caucho y objeto primordial de esta redacción.

Historia sobre explotación de caucho en Mato Grosso. Clima. Sa­lubridad. Personal. Alimentación local. Extracción del latex, ·etc.

Entre las plantas productoras de latex, de las que se conocennumerosas variedades, es el género "Hevea" la más codiciada delas "seringueiras" del Amazonas, en razón de la mejor calidad ydel mayor exsudado ó producido.

-10-

Page 12: Revista uruguaya geografia_08_1955

Cuando la demanda de caucho se agudizó con la última gue­rra mundial, se aprovechó también el de la "mangabeira" árbolde "cerrado" que además de proveer buena fruta comestible se leprocuraba para las sangrías del latex. Resistió entonces depiadadaexplotación pese al menor valor del producto y anti-económicode su recolección. Una tercera planta utilizada para la obtenciónde caucho y de inferior calidad aún que la precedente fué.la ma­nicoba (variedad de Manihot y de la misma familia que la mandio­ca) propia de las tierras altas y secas y que al revés de las "heveas"prefiere los claros y elude la humedad que exige aquella.

La extracción de la "seringa" se efectúa en todos los territo­rios al norte del estado de Mato Grosso y principalmente en lasdilatadísimas florestas ecuatoriales de la Hylea Amazónica.

Se procuran en general a las "heveas" nativas brotadas enttelas selvas marginales de esa gran [(od hidrográfica y en menor es­cala se inició una explotación particular americana, conocida p)rFordlandia, asentada en el norte del estado de Amazonas. Se ba­saron en la idea de que en territorios donde ella nace naturalmen­te, pudo tener andámiento la plantación artificial de la semilladel caucho. Pero una plaga que la atacó, la "dolicotela ulei", tron­chándole sus hojas, impide respirar a la planta, tornando actual­mente en fracaso tan interesante cultura.

La historia de los comienzos extractivos del caucho en MatoGrosso data desde casi la mitad del siglo pasado. Por el año 1852ya se viajaba por canoas y lanchas de reducido porte, hacia el nor­te, a favor de la corriente del río Arinos, por éste al J uruena yluego al Tapajoz, alcanzando el río Amazonas por el cual se arri­baba a Belem do Pará, entonces ciudad de fuertes comercios, aco­piadora de productos naturales y dispersora a la vez en sus aleda­ños de mercaderías extranjeras. A los viajeros que tan penoso ycruento recorrido efectuaban se les denominaba "paranistas" (via­jeros a Pará). No eran pocos los peligros que arrostraban en na­vegación por los mencionados ríos, con cauces atormentados porlas múltiples "cachoeiras" y "saltinhos" ó correderas que interrum­pen el tráfico fluvial.

La función de estos "paranistas" era llevar hacia el norte y ala citada Belem, el oro y diamantes "garimpados" en Mato Gros­so, principalmente en las zonas de Cuyabá y Diamantino. Precisa­mente el abuelo de nuestro colaborador el Dr. Méndez fué un "pa­ranista" de esa época, conocido por Francisco Alexandre Ferrera.Iniciaban la salida desde Diamañtino, la última población como enla actualidad, al norte de Cuyabá y con decidido rumbo al nortehacia Belem do Pará, en viaje de canoas que insumían de 8 a 10.meses en su ida a aquella ciudad ubicada sobre el Baio Amazonas.Traían a su regreso- toda suerte de artículos manufacturados, losmás europeos, además de las muy solicitadas barras de guaraná(el Maué del río Maués), bebidas, principalmente cerveza, telas,

En la fecha de ese tránsito fluvial por el Arinos y el Jurw~mi~

-11-

Page 13: Revista uruguaya geografia_08_1955

aún no se conocía en Mato Grosso a la "seringa" y quien tuvieranoticias de ella no le atribuyó utilidad de especie alguna. La ex­plotación de la "seringa ó borracha" se manifestaba por entoncesactiva en las orillas del rio Amazonas y en las barras ó desembo­caduras de sus afluentes, sin necesidad de internarse al norte óal sur en exploraciones alejadas del centro acopiador que lo eraBelem al principio y que se desplazó a Manaos posteriormente.Pormenorizando diremos que la iniciación de la extracción decaucho en Mato Grosso se asocia con las noticias siguientes: "Unoficial de marina de la república del Paraguay, finalizada la guerrade la Triple Alianza, llegó a Cuiabá en el año 1869. Se llamaba Ma­nuel Souza GÓmez. Tal vez los hechos de guerra por demás cruen­tos, vividos en el sur, hicieron su mella en el referido oficial, porlos cuales se le conocían por períodos, síntomas evidentes de ena­jenación mental, durante los que desaparecía de la capital sin sa­berse su paradero. En una de sus tantas ausencias, no se sabe porque caminos llegó muy al norte de Cuyabá, sobre el Planalto Cen­tral y en tierra de indios Bakairis, entre quienes convivió y porconducto de los cuales apreció el uso que de la "seringa" 'ó cau­cho hacían aquellos en la confección de útiles en la aldea ó depelotas para el juego de cabeza a los que eran muy adictos estosselvícolas. Aprendió pues de ·los Bakairis de la utilidad del cau­cho conviviendo con ellos, mencionándose por los "paranistas" ha­bérsele visto al tal oficial, desnudo, a la usanza de sus ocasionalescompañeros y participando de sus correrías por los montes. Cuan­do descendía al sur buscando contacto con zonas civilizadas, pre­fería el desventurado, en su períodos de lucidez. buscar el techoacogedor de un viejo llamado-Antonio Bruno BoÍ'ges, asentado enel lugar denominado Quilombo y permaneciendo allí días sucesi­vos narrando su actuación con los Bakairis, sus hechos vividosen alta mar Ó recordapdo las viscicitudes de la guerra de la TripleAlianza cuando actuaba a las órdenes del tirano López.

Fué en una de esas narraciones que el referido teniente expu­so cuanto sabía respecto de la "seringueira", de su modo de extraerel latex, explicando al mismo tiempo la manera de preparar elproducto por el sistema de la "defumación". Insistió al vieio ami­go para que intentase la extraccIón de "borracha" de esos "serin­gales" que conoció y cuya existencia afirmaba ser muy grande enlos sertones Bakairíes. ,

Convencido Antonio Bruno Borges y confiado en la promesaque le hiciera el teniente de servirle de guía, preparó personal,bastimentas y demás enseres necesarios para entrar al "sertón"norteño procurando la "seringa". Pero en el momento de partirtuvo la ingrata nueva de saber de la deserción del teniente, obli­gado guía y jefe de la proyectada expedición.

No se amilanó por ello Bruno Borges y luchando con toda lainexperiencia de quien acomete trabajo extraño, emprendió solola explotación y el producto de esa primera zafra alcanzó a 2.600kgs. (180 arrobas brasileñas de "borracha"). Esta extracción fué

-12-

Page 14: Revista uruguaya geografia_08_1955

transportada primeramente al lugar ya descripto por Quilombo yde aquí a Cuyabá para un comerciante llamado Martín Guilher­me, quien efectuó el embarque el 15 de Diciembre de 1872 rum­bo a Francia y de acá a Hamburgo, significando así la primeramuestra de caucho matogrosense enviada al viejo continente". (1)

Desde entonces pasó el "oro negro" como fué denominado di­cho producto, a configurar una de las más importantes riquezasextractivas de Mato Grosso hasta el año 1914 cuando la concurren­cia al mercado cauchero del producido en la Malasia, aniquiló esaindustria brasileña con sus precios evidentemente más económi­cos. Se abandonó entonces la extracción por la pronunciada bajaapuntada, fruto de las ofertas más convenientes del caucho ma­layo, cuyas plantaciones artificiales prosperaban eficazmente. Cul­minó así con el abandono de la extracción de "seringa" una situa­ción que se venía manifestando desfavorable ya desde el año 1910y que pese a las medidas adoptadas por el gobierno del Brasil,no pudieron ellas paliar la bancarrota.

Así vemos como un producto originario del Amazonas comolo es el caucho de la "Hevea brasiliensis", fue desplazqdo del mer­cado mundial por los referidos cultivos malayos é indonesios quepudieron aclimatar las semillas para obtener rendimientos hartoscompensatorios. Pero otros fueron los factores que concurrieronen las Indias Orientales a favorecer la evolución y preponderan­cia económica del caucho allí producido. Aquí la mano de obrafué muy abundante al contrario de lo escasa y onerosa de la delBrasil; además influyó dificultades del transporte muy encarecidocomo proveniente del centro-oeste de su territorio, encerrado casien el corazón de América, en contraposición a los cómodos y acce­sibles puertos de salida del caucho malayo cuyas plantaciones seefectuaron en terrenos aptos, pero sin descuidar su fácil embarquea los mercados de consumo.

El apogeo del caucho amazónico y matogrosense alcanza has­ta los comienzos del año 1912 cuando aún el producto de orienteaún no había comenzado a competir. Cayó casi en el olvido elBrasil como proveedor de esa materia prima, hasta el advenimien­to de la última guerra .mundial, por la ocupación japonesa del surde Asia donde florecía la industria extractiva cauchera. Impedidala Indonesia y sus tierras adyacentes de surtir la industrias alia­das de elemento tan vital, volvieron los oías al Brasil como provee­dora de emergencia y renació la explotación desde el afío 1943 rea­vivándose desde entonces el interés por el·caucho americano, in­tensificándose su extracción hasta los tiempos actuales. Cubrióentonces en parte las necesidades de guerra y las locales con lasrestricciones inherentes a toda situación de anormalidad.

(1) Alcanzó esa remesa muy buen precio y continuaron la extracción que ace­leró con el aporte de más brazos que qt\edaron libres por la esclavitud cesante en1888.

-13-

Page 15: Revista uruguaya geografia_08_1955

Actualmente toda la "borracha" que produce el país hermanoes destinada al consumo interno. No ha conseguido tener saldoexportable, existiendo un palpable déficit de caucho que aún conel auge apuntado no alcanza a satisfacer la demanda nacional.

Da:l:os estadísticos sobre extracción aC±ua1.

El último guarismo estadístico sobre caucho para el Brasil,dice de una extracción de 6 millones de kilos por afio en el Te­rritorio de Guaporé. El estado de Mato Grosso con "delegacía" enManaos dá un promedio de 1 y 1)2 millones de kilos de producidoen el mismo período de los cuales 1 millón viene al sur a ser "be­neficiado" (industrialización previa) en la usina "Bruno Borges"situada en el Municipio de Varzea Grande, lindando con la ciu­dad de Cuyabá; y el li2 millón restante son extraídos tambiénanualmente por el Municipio de Aripuaná, al norte del estado deJ\-1ato Grosso, los que salen rumbo al norte y al río Amazonas porser inconveniente su transporte a la Usina antes mencionada enrazón de su alejada situación geográfica. Hicimos esta referenciaunicamente sobre el Territorio de Guaporé para significar que pe­se a su desmsdida área. no entraña el estado de Mato Grosso aúnuna potencia productol:a de "borracha".

Los "seringales de este Estado comienzan en la parte meridio­nal del Planalto Central y vemos en forma aislada a las primeras"Heveas" en las cabeceras de los pequeños afluentes del Alto Ari­nos. Remontando al norte, hacia el estado de Amazonas, se hacenmás frecuentes estos árboles caucheros surtos siempre entre sel­vas galerías costeras de cursos fluviales. Son actualmente en esaszonas los "seringales" de Braco, Piavoré, Río Marape, Río DosPatos y Cafondengo, los calificados actualmente como de mayorproducción de "borracha" y todos sobre el río Arinos y el Juruenadonde vierte aquel.

El "seringal" visitado por catorce miembros ele la Asociaciónde Geógrafos del Brasil, pertenece al Dr. Francisco Ferrero Men­dez, nuestro acompañante en esta emergencia. Explota las "ma­tas" de su propiedad con "heveas" nacidas en ellas, ya sobre el ríoFreto donde asienta su incipiente "fazenda" y "barracones", comotambién las que arraigan en: las riberas del Arinos en la cuotade tierra de su pertenencia" Son consideradas estas florestas conla designación de "matas de varzeas" significando montes de ori­llas que alcanzan las crecientes del río en las épocas de las gran­des precipitaciones pluviales. Se trata en general de terrenos ba­jos ó "alagadicos", de humedad transitoria pero por ello adapta­dos al normal crecimiento y desarrollo de la "hevea" productoradel caucho. En este caso las referidas crecientes y la consabidacorriente del curso fluvial, fomentó el traslado d~ sus semillas,favoreciendo su implantación como "seringueira" de varzea."

Sobre ambas márgenes del río Arinos que ya aquí ofrece uncance con 100 metros de ancho y en un largo aguas abajo de 60

-14-

Page 16: Revista uruguaya geografia_08_1955

kilómetros a contar desde la barra del Preto, el Dr. Mendez tienedispersos su caucheros atendiendo la cotidiana tarea de extrac­ción del latex. Otros "seringalistas" como él, más al norte de susn1ismas "matas", están efectuando actualmente nuevos "piques"(caminos) en los últimos lindes del estado, en exploración de la'hevea" para futuros trabajos de la misma índole.

El transporte se efectúa en carretas, atravesando "cerrados"interminables y "matas galerías" cuando ello es viable; ó mejorpor mulas que cada una con dos "bruacas" hacen de carguero efi­caz para llevar mercaderías a los "seringueiros" que actuan ale­jados del barracón central de abastecimientos.

La extracción en esta propiedad Que reúne 4 inmensos potre­ros, se hace en base a la existencia de 33.000 árboles de "seringas"ó "heveas", diseminadas sobre los antedichos ríos Preto y Arinos.Se está en el plano inicial de preparar "fazenda" en estos sus cam­pos, abriendo con ello nuevas perspectivas a la región todavía in­culta en ese aspecto. Y ya vemos en la zona denominada por "Ba­xio do campo", las primeras alambradas delimitando potreros quealbergarán los vacunos a traer por tierra desde la lejana Cuyabáen el sur. Esta "fazenda" aún en ciernes se denominará según supropietario el Dr. Mendez por "Santa Isabel" y compendiará asídos actividades: la ya iniciada de extracción de "borracha" que seviene efectuando desde hace diez años en estas "matas" y la nue:'va y muy interesante de caracter ganadero.

Explotación similar a la pre-citada y aún más aumentada esla que se lleva a cabo actualmente en Rio Novo-Paranatinga, alnorte de la zona visitada por los geógrafos, cursos fluviales tam­bién afluentes del Arinos. Son sus propietarios los Sres. SpinelliHnos. elementos como el Dr. Mendez calificados como progresis­tas y de iniciativas tendientes a hacer de esas regiones salvajes,centros de producción agrícola, ganadera, a la par de proseguirla extracción fundamental de la "borracha". Allí se explota elcaucho de las "seringas" nacidas naturalmente de las "matas" cos­teras de los ríos; peró también se han plantado las mismas en pre­dios aparentes en forma racional y científica al estilo de las in­dias orientales. Y aún más: entre dichas plantas de 'heveas" sealternan cultivos de café, rubiácea que por primera vez se tanteasu producción en esa desoladas latitudes. La "hevea" así cultiva­da de semilla, produce su Ilrimer aporte de latex a los seis años.Antes de ese tiempo la labranza intermediada ha rendido ya suprovecho en forma de café (la primera cosecha de éste, está entrelos cuatro y cinco años de plantado), además de porotos, mandio­ca, maní, maíz, etc. alimentos primordiales con la carne y arrozpara la población "seringueira".

Pionerismo.No existe al norte de los campos del Dr. Méndez "fazenda"

alguna, correspondiéndole entonces-el mérito de ser el pionero deeste tipo de explotación ganadera.

-15-

Page 17: Revista uruguaya geografia_08_1955

Vemos así cómo en estos sertones salvajes y aislados, el pio­nerismo se efectúa desde el sur y hacia el norte, en procura dela "borracha", garantiendo ella la futura conquista de esas dila­tadas florestas y sus "cerrados" circundantes. La primitiva finali­dad o el incentivo de extracción de caucho que animaba al ser­tanista originariamente, no constituye hoy su único anhelo. Lamonocultura se desplaza dando cabida a otras actividades comola incipiente ganadería a que se hizo alusión y la del aprovecha­miento del suelo fértil de las "matas" para formar la "raga" (cha­cra) que proveerá buena parte de los alimentos necesarios para eltrabajador local. Será primordial la explotación del caucho comoindustria fuerte; y a su sombra prosperarán otras actividades ga­rantida siempre por aquélla.

Nunca se operará ese pionerismo desde el norte al sur remon­tando los cursos de los ríos que van al Amazonas; la inconvenien­cia de esos cauces cortados con frecuentes "saltinhos" y no pocas"cachoeiras" impiden una navegación organizada. Prevalece, entonces, la actuación pionera del matogrosense y del paulista, másque la de los elementos amazónicos.

Las corrientes humanas que antaño invadieron el Alto Arinoso el J uruena que es su prolongación, se hacía en base a la bús­queda afanosa del oro y diamante de sus arenas y barrancos; al nocompensar los esfuerzos distraídos en esa actividad minera, se de­rivó a la explotación del caucho, donde hoy todavía supone el prin­cipal punto de mira de los que procuran trabajo en esas zonas.Subsisten, sin embargo, localidades afectadas al "garimpagen".Actualmente se lava en estas regiones el cascalho aurífero de RíoMachado, Villena, Utiariti y Río Pimienta Bueno,este último elmejor y más productivo garimpo de oro en el norte de MatoGrosso. Todavía en la barra de Arinos con el J uruena, a 120 le·guas al norte de Cuyabá, se hace por la compañía explotadora lo­cal, el doble trabajo de garimpo de diamante y extracción de "bo­rracha" o caucho.

Existe "estrada'" de camiones adaptada al servicio de un hin·terland tan profundo como lo es el norte del estado de Mato Grossoy que van desdo Cuyabá, la capital del Estado, hasta esa barra co­nocida por Burití, abierta para el transporte de personal caucheroy carga de mercaderías a razón de la exhorbitante suma de trescantos la tonelada. Desde Burití al norte se arr~pa a Utiariti porcamino similar trazado siempre entre "cerrados" y "matas". Peroya de aquí al Amazonas la senda sólo es viable para transitarla alomo de Inula por 'piques" abiertos entre la selva.

La navegación por el río Arinos se efectúa en estos parajes,exclusivamente por canoas livianas, fáciles de "baldear" (traspasar)en las correderas. Por esa vía y por tierra preferentemente, lleganlos panes de caucho colectados en las "matas" con destino al depó-

. sito del barracón central ubicado al sur de esas "matas".

-16-

Page 18: Revista uruguaya geografia_08_1955

Vecindad indígena.

Aún constituyen problemas serios para dicha explotación cau­chera, las poblaciones indias, principalmente nhambiquaras y ca­yabís, establecidas con tolderías dispersas en las fajas de tierraintermedia de los grandes ríos que van al norte. A menudo seconocen sus asaltos a las "feitorías" (locales de "seringueiros" ocolectores de caucho) para alejar a los que ellos califican de intru­sas, invasores de su habitat. Malones que aparte de producirles elbeneficio de los alimentos robados, les proporcionan armas defuego cuya captura es ferviente anhelo del selvícola y que utili­zará para facilitarse caza o para esgrimirla contra los mismos cau­cheros que procuran sus tierras en busca de "heveas". Y la mu­nición que necesiten esos salvajes las arbitrarán con indios alle­gados a los blancos, quienes mediante el canje de productos localescomo la miel, peces, cueros silvestres o servicios prestados, recibi­rán del civilizado su compensación en aquella forma. Nada puedeallí el Servicio de Protección al Indio (S. P. I.) por carecer de pues­tos de observancia de sus decretos; y en las acometidas de losil1CHos son siempre éstos los que llevan la peor parte, repelidos porel mejor armamento de los caucheros que, en todos sus desplaza­nüentos, son portadores en bandolera, de un winchester o escopetade c~za.

La zona visualizada por los' geógrafos del río Preto y AltoArinos, actúa en ambiente tranquilo y las relaciones entre dueñosde "seringales" son todo 10 cordiales que pudieran desearse. Lasquerellas que surgen lo son por la delimitación de tierras que cadauno ocupa y explota en "borracha" y nadie tolera la invasión de"matas" que considera propias. Siendo dichas selvas, fajas coste­ras de ríos, son S].l~ márgenes las más codiciadas y custodiadas parala apropiación de las "heveas" que en ellas arraigan. En sus ba­rrancas y en lugar visible levantan entonces los "seringalistas" opropietarios, los postes indicadores con la tablilla inscripta, denun­ciando la pertenencia; señales éstas que a menudo son transpor­tadas por manos aviesas e interesadas en desfigurar la propiedad.

Reitero que no se trata el "seringal" observado, de los mayo­res del río Arinos. A sus 6.000 hectáreas actuales, se pretendióagregar más' tierras fiscales o "devolutas" linderas con estos pre­dios, requerimiento efectuado al gobierno de Cuyabá, con mirasa la explotación ganadera en ciernes, propugnada por el doctorMéndez Ferrera. No fué ni es viable la acumulación de más tie­rras a cada propietario actual por la 'lía deestas solicitudes, niaún anteponiendo los loables fines apuntados de iniciar "fazendasde gado". Deberá conformarse, entonces, con su exíguo campo.Estas "fazendas" a implantarse sobre el Macizo Central tendránsin duda las mismas características de explotación de las surtasen los bordes altos de la Baixada al pie del Planalto, o sea, elmismo ganado mestizado con cebú proveniente del Asia, actuandoen similares "matas" costeras o marginales de cauces fluviales y

~-17-

Page 19: Revista uruguaya geografia_08_1955

con el escenario de los idénticos e interminables campos "cerra­dos" que implacablemente cubren territorios arenosos, levementealzados entre dichos cursos de agua, con suelos de precarias gra­míneas y de escasísimo tenor forrajero.

Clima.

La región del río Preto·Arinos, examinada por los geógrafosbrasileños, puede calificarse entre las que permiten una suavecondición de vida. La temperatura sobre dicho Planalto dice deuna media de 239, subiendo ella ostensiblemente y hasta los 369

a la sombra en los meses lluviosos que van de noviembre a marzode cada año. Pero con mínimas. de 69 en la estación seca de mayoa setiembre, fríos manifestados en junio y julio de ese período.Los días vividos en julio fueron cálidos pero tolerables para losmeridionales que efectuamos la inspección. Pero con noches sere­nas y claras, y un firmamento límpido de nubes, ostentando cla­ramente sus miriadas de astros, donde el amanecer hace caer brus·camente la escala termométrica con fríos acentuados desde la hora2 hasta las primeras luces del alba. Notoriamente y en los mismosmeses del año, es más caluroso el clima imperante al sur de estazona, en el Pantanal, donde la alta temperatura se posterga hastaavanzadas horas de la madrugada, decayendo vertical la columnaal insinuarse el día.

Se coloca el clima del Planalto, como el de todo Mato Grosso,en la escala de la zona tropical, individualizada por su temperaturamedia anual que excede los 259 y por las grandes precipitacionespluviales que van de la primavera al verano. Las lluvias de veranoque allí mencionan al contrario por "invierno". refrescan momen­fneamente el caldeado ambiente-aumentando éon el cese de ellasla evaporación para fomentar así la concepción de una atmósferapesada y por momentos irrespirable.

No se conocen acá las heladas que, sin frecuencia, se ven aso­lar los cultivos de San Pablo y la parte sudeste de Mato Grosso,como las apreciadas y ya comentadas, acaecidas el mes de juniopasado, con el grave perjuicio para la,s plantaciones de café, bananay "mamoeiros".

Salubridad.

No existen dolencias en esta zona del Planalto. La malaria,flageló endémico del Pantanal, menos agresivo en el Planalto Cen­tral, carente como aquel de humedad ambiente que ofrezca mejo­res condiciones para prosperar al mosquito anofeles, es combatidocon éxito por el Banco Da Malaria. Es ésta la institución oficialque do..§fica el Aralem y que ya en su primera acometida a estos"sertones", casi exterminó dicho mal, combatiendo en las "matas",asentada en los cursos de agua, al referido anofeles. Actúa esteorganismo inspeccionando, además, los "barracones" y "feitorías"

-18-

Page 20: Revista uruguaya geografia_08_1955

de los caucheros, dedetizando periodicamente paredes y techum­bres, cumpliendo penosamente tarea sanitaria con la eficiencia quese le permite al actuar en parajes tan distantes de zonas civilizadas,con caminos precarios de penosos recorridos, sorteando "matas" y"cerrados" que se obstruyen :¡t poco que se espacien los pasajes devehículos por ellos. No existen "doen~as" entre el personal actuan­te de las muy comunes entre las poblaciones locales, como en las"corruptelas" surgidas del "garimpo". Y ello influirá, seguramente,en el poblamiento futuro del Planalto al encontrar condiciones sa­nitarias propicias a implantación humana.

También las "heveas" nativas y las plantadas artificialmenteostentan en estas regiones el aspecto de lozanas, sin plagas, no ha­biéndose observado acá el ataque de la "dolicotela ulei", que diez­ma los cultivos de la Fordlandia en el norte.

Personal seringueiro.

La casi totalidad del personal de este "seringal" está compues·to de matogrosenses. Anotamos veinte hombres de este Estado ysolamente uno de Pernambuco. Con gran porcentaje de negros ymulatos, provenientes todos del sur y principalmente de Cuyabá,la capital del Estado., como también de Diamantino, Nobre y Ro­sario Oeste, localidades cercanas a aquella. No se ha podido haceractuar al indígena local en trabajos de esta naturaleza, menos ade·cuado espiritual y físicamente que el negro o blanco para el es­fuerzo. Debemos recordar que en las primeras etapas de coloni­zación del Brasil, se fué a la caza del indio para su utilización enlas primitivas "fazendas". Al no rendir en la medida del deseo delos conquistadores, fué menester su sustitución por la mano deobra negra traída con carácter de esclavo desde Africa, pese al ma­yor costo que suponía transportarlo desde esta mayor distancia.

En general, el personal "seringueiro" constituye un elementoadaptado al ambiente agresivo en que actúa. Frugal y sufrido seles ve salir de sus moradas en las primeras horas de la mañana,lata en mano y escopeta cruzada a la espalda. Consideradas éstascomo zonas tranquilas, sin mayores problemas con los indios loca·les, el hecho de portar este tipo de armas de fuego no es muy bienvisto por el propietario del "seringal", que los prefiere desarmados,ya que considera que en aquellas circunstancias se desvía el obreroci.e su obligado trabajo para dedicarse a la caza en el lugar de laextracción del caucho. A su vez éste fundamenta sus razones enel hecho de variar sus comidas diarias con el aporte de carnE: frescaconseguida en el "mato", cuando se le ofrezca la oportunidad depavas de monte (Jacutingas, jacupembas, mutums), agutís, pacas oalgún mono o caiquetú (pecarí) de relativa abundancia en estas re­giones poco raleadas por la caza.

Los "seringalistas"o propietarios de estas zonas caucheras, ex­presan que a menudo son perjudicados por el abandono total delas tareas por parte de los que operan a su cargo en los bosques

-19-

Page 21: Revista uruguaya geografia_08_1955

sacando caucho, cuando sus deudas por comestibles y enseres ade­lantados por el patrón, sube al punto de no cubrirla con 10 extraictcJen "borracha". Huyen entonces al sur o al norte para cambi§lr suoficio de "seringueiro" por el de "garimpeiro" de diamantes u oro.En este aspecto se ve más perjudicadp este 'seringal" por su proxi­midad con los grandes centros de minería afincados al sur y cono­cidos por Santa Ana, San Francisco, Areia y Alto Paraguay (Ga­tinho), todos asentados en el curso superior del río Paraguay.

Alimentación.

La población humana de estos parajes basan su dieta en elconsumo que hacen de la mandioca, fariña, carne seca, arroz ycafé, productos éstos que llegan desde el sur, principalmente deCuyabá. Aquí se planta la mandioca, euforbiácea conocida por losindios y de la cual aprovecharon los conquistadores lusitanos paracomplementar el cuadro alimentario local, como lo hicieran en sumedida con el maíz, cacao y tabaco, productos todos estos origina­rios de América. Su nombre deriva de los vocablos indígenas, manodi: pao o palo, y oca: casa que configura la expresión de "palo do­méstico". Su cultivo es muy generalizado en todo el Brasil, cons­tituyendo si no la base pero sí uno de los puntales más prominentesdé la economía alimenticia del sertanista. Se planta de gajo, du­rante todo el año, cuyas varas no van más de los 0,10 ó 0,12 cms.De los 3 para 4 meses ya reproduce un tubérculo de mediana cuan­tía y puede ya destinarse a consumo. Aunque se prefiere arran­carlo a los 10 ó 12 meses por más grueso y !)or ende más produc­tivo. Se come asada la mandioca, pero generalmente hervida ococida, previo descascarado y antes del tercer día después dearrancada de la tierra. Pasado este período será tan dura que sóloya servirá para alimentar cerdos. -Puede sufrir el descascarado,rayado posterior y torrado, fresca aún, para obtener la popularfariña, tan ambientada en todas las mesas brasileñas del interior.

Aprovéchse el período de lluvias continuas que caen de se­tiembre a marzo, para plantar arroz, especie tropical ésta delViejo Mundo, que como la carla de azúcar ha encontrado ambientepropicio en el Brasil para su cultura. Las cosechas compensan elesfuerzo que demanda su cultivo y el rendimiento eficiente con­tribuye a colmar en parte el gran consumo que del arroz se haceen estas regiones. Además, plántase sobre zarzos levantados enestacas de hasta mts. 1,50 y conteniendo tierra escogida, coles, le­chugas (alface) y alguna otra legumbre, destinadas todas él- variarel menú local.

El maíz (milho) considerado el primer cereal del Brasil, tam­bién se cultiva, ya sea con destino a la clásica "canjica" o "pipo­cas" con miel silvestre. (nuestro pororó), pero principalmente paraalimentar equinos para quienes no son suficientes las gramíneaslocales para mantenerlo en estado de trabajo. Después que el maízforma su tallo es común plantar porotos en cada pie, donde le en-

20-

Page 22: Revista uruguaya geografia_08_1955

vuelve las guías para elevarse al sol y dar sus frutos apoyándoseen el vástago sin detrimento de su propia existencia.

Todos los cultivos de esta zona cauchera se efectúan con laj)revia "derrubada" de monte con quemada posterior de troncosy ramas, aprovechándose siempre y únicamente el piso rico enhumus de esas "matas" costeras de cursos fluviales.

La falta de ganado vacuno en estas tierras del Alto Arinos,obliga al "seringalista" a traerla del sur en forma de mantas decharque o salada, condición ésta que tolera su almacenamientoprolongado en tierras cálidas. Pocas veces se da la oportunidad desaborear la "carne verde" o recién carneada, en las actuales con­diciones de "fazenda" en gestión que se está operando en estazona. La iniciativa particular del morador, en sus ratos de ocio,corta la estrechez de su "cardapio" con la caza o la pesca, éstamás abundante que aquélla, donde ambas colaboran éxitosamente.3. variarlo, conjuntamente con los abundantes "palmitos" de "acuri"o "asahy" y las diversas mieles de "yati", "bojuí", "tataÍra", "uru·zú", etc., muy comunes en todas estas "matas".

Localización de las "heveas" en la selva.

El personal cauchero actúa bajo las órdenes del propietariodel seringal (seringalista), de quien recibe la paga del latex reco­gido en la zafra.

A manera de preámbulo y respecto de dicha zafra, diremosque la oxidación del latex es más acentuada al finalizar las lluvias,que al igual de lo que sucede en los bordes altos u orillas de laBaixada, aquí en el borde sur del Planalto Central cesan también2< fines de marzo. Comienzan, igual que en aquélla a menudearlas precipitaciones en los primeros días de setiembre y pese a ellasse sigue extrayendo latex hasta los comienzos de diciembre, mesen que ya llueve torrencialmente y a diario, observándose a lapar que la disminución del exudado del árbol, una tendencia amostrarse acuoso, modalidad ésta proveniente de la mayor hume­dad del suelo donde asienta la "hevea". Corresponde expresar queeste "seringal" es calificado de "alagadi<:;o", o sea que se trata dezona baja, costera de río y por ende fácilmente inundable en esosperíodos de pluviosidad extrema ya comentados.

El latex acuoso extraído en época lluviosa, adopta la particu.laridad de no cuajar, permaneciendo entonces flúido, sin tomar laforma del recipiente donde se ha vertido: Veremos que esto signi­fica una inconveniencia cuando se manipule para formar la barrade caucho, en la oportunidad de comentarios posteriores.

En estas selvas del Preto y del Arinos, cada hombre o 'serin­gueiro" toma a su cargo una media de 200 a 250 "heveas" para san·grarlas, según la cantidad que de estos árboles hubieren en dichas"matas".

La tarea previa de localización de la "hevea" productorade latex compete al patrón del "seringal", quien dispone a su cargo

-21-

Page 23: Revista uruguaya geografia_08_1955

de personal para su descubierta. Machetes en mano y en parejas,se internan en los montes para su búsqueda, construyendo la "es­trada", o sea el camino de una "hevea" a otra, que en lo sucesivorecorrerá el colector del latex, o sea el "'seringueiro". El procedi­miento es el siguiente. Ya localizada la primera "seringueira" u"hevea", uno de los peones se dispone a limpiar las malezas, lianaso pequeños arbustos que envuelven su pie en un radio de más omenos dos metros, mientras su compañero avanza dentro del montehurgañdo la presencia de otra "hevea". Efectuado el hallazgo, locomunica en alta voz al camarada que ya habrá desembarazado eltronco de la primera ubicada y entonces éste comienza a trazar laantedicha "éstrada" hasta el segundo árbol localizado, utilizandomachete o hacha si fuere necesario. Cuando se abre el caminohasta esa "hevea" ya el compañero habrá comenzado la limpiezaalrededor de ese segundo árbol cauchero y se internará de nuevoen la "mata", siempre en un rumbo determinado buscando la ter·cera "hevea" y así sucesivamente, repitiéndose las mismas ope­raciones apuntadas hasta descubrirse las 200 ó 250 '''seringueiras''que ha de trabajar cada cauchero por día.

Esta inicial etapa que supone descubrir los árboles del cauchou "heveas", limpieza del pie o tallo de cada una, efectuar la "es­trada" o camino de ligazón entre ellas, se conoce por la denomina·ción de "cola~áo" o "amarrando", otro término que posee la mismasignificación regional.

Ya trazada la tal ligazón o "cola~áo", el patrón la entrega al"seringueiro" para que inicie la tarea de extracción del latex. Éstesale entonces, al comenzar el alba y cuando es activo, con bastanteantelación a las primeras luces de día, para efectuar una tempranasangría a las "heveas". Lo hace así por el doble motivo de medirsu tiempo, si se le ha asignado el trabajo de una "estrada" de largorecorrido y principalmente por el hecho de que el latex o saviafluye del corte, mejor en horas tempranas y por ende frescas, quecuando comienza a calentar el ambiente, provocando entonces elcalor la formación de un coágulo que detiene la sangría de la"hevea".

El latex que así fluye de la herida descendente efectuada enla corteza del árbol se recoge en los "canecos" o pocillos colocadosal final de la misma, el que se colmará al cabo de varias horas,tiempo éste, variable y consonante de las condiciones del árbol, suvejez, la hora en que se comenzó a sangra}' y el tratamiento máso menos humano a que ha sido sometido en anteriores zafras deextracción. Así: en horas tempranas, un árbol seco y adulto, conlas sangrías racionales que más adelante describiremos, dará máslatex en menor tiempo, que otro de su misma familia que fueredemasiado nuevo o excesivamente viejo, con su corteza depredaday por ello .con "condena segura" de muerte a breve plazo.

-22-.

Page 24: Revista uruguaya geografia_08_1955

Herramientas del cauchero.

Los útiles empleados por los "seringueiros" en la zafra son,primordialmente, el cuchillo de corte denominado allí por "alegre",corrupción de la expresión malaya de la misma herramienta cuyo.vocablo exacto es "lega". Posee un mango de madera de 0,25 cms.con hoj a acerada de 0,30 cms. cuyo extremo afilado está vuelto enforma de pequeña e y que servirá para efectuar la incisión diariaen la corteza de la "hevea" y propiciar con ella la posterior san­gría. En el otro extremo del mango, contrario a la inserción dela hoja de acero, posee una punta aguzada y corta (0,02 cms.), cualclavo de picana, que utilizará para sondear el espesor del "cambio",o sea la segunda corteza del árbol ubicada antes de llegar al cernodel mismo. A propósito debemos consignar que es la primera cor­teza exterior la que sufre el rayado o corte descendente para ha·cerle verter el latex o "leite", como allí se le designa, que puedepunzarse a través de ésta con el clavo de la "lega" para hurgar suespesor, hasta esa segunda corteza que determinan por "cambio".Pero si bien aquélla tolera ese tanteo y aún el corte, si se llegaraa rasgar con la "lega" el mencionado "cambio", el árbol perderá apoco su lozanía y muere irremediablemente. La herida en esta se­gunda corteza y más aún, la que sufriera el tejido leñoso o cerno,colocado por debajo de aquélla, haría de la "hevea" así maltratada,un "árbol condenado", expresión local para decir de su muerte se­gura por la fatalidad derivada de manos inexpertas o por el ensa·ñamiento con que se ha procedido por el "seringueiro" en el .::tctode extracción del lat< te

Disílníos Iípos de sangrías.

Los cortes que se efectúan en la corteza de las "heveas" sonvarios. Nos refe-riremos, primero, al denominado por "media espi­ral" o en media luna de trazado descendente, efectuado en los 180'?del ruedo del árbol cauchero. El jugo blanco, lechoso, apareceráprimero punteando la herida; luego se unirán todas las gotitas delatex que correrán descendiendo por el corte hasta el final de laincisión efectuada, donde se inserta una hojalata de 0,07 x 0,05 cms.doblada, formando canal y que recibe el término local de "busi­note". Por éste vierte a los referidos "canecas", o sean, pequeñastazas, de aluminio generalmente, con un contenido de 200 gramos.Son estos de medida standard y han sustituído a los de loza, muycaros pero considerados como más higiénicos y como contribuyen­do por ello a ofrecer, por su superficie pulimentada, un coágulo delatex más limpio y sin las impurezas Que presentan los recogidosen aquellos de metal, susceptibles de formar costras en las suce­sivas y diarias sangrías. Debemos puntualizar que un caucheroprobo y con ánimo de entregar a su patrón un producto en bue·nas condiciones, lava con regularidad los "canecas" de aluminioconsigue así las mismas ventajas que si utilizara el onerosopiente de loza.

-23-

Page 25: Revista uruguaya geografia_08_1955

Una seo"unda incisión para el sangrado de la "seringa" o latexes la conocida por "espiral completa" y que abarca casi la totali­dad de la circunferencia del árbol. Es ejecutada por el "serin­gueiro" con el espíritu de extraer mayor cantidad de "leite" enmenor tiempo, pero con perjuicio de la planta en cuanto se refierea su futura vida, puesta en peligro por esta desmédída sangría.

Un tercer corte es el denominado por "espinha de peixe", quecomo su nombre lo expresa, se trata de un rayado vertical en lacorteza, de arriba hacia abajo y de otros varios descendentes a laderecha e izquierda, convergiendo estos sobre aquel eje o canalque servirá de colector central dellatex. Bajará éste a su-vez al"businote" de hojalata, del cual verterá finalmente a los "canecas".

Todavía mencionaremos una cuarta incisión o sangría, la másfunesta que imperdonablemente se practica en las "heveas". Es]a llamada por "corte pestanha". Se efectúa ésta de arriba abajopara caer en el medio recorrido de la "espiral completa" ya des­cripta y como una nueva s~gunda canaleta de sangría. Es unaincisión prohibida por los pa,trones de los "seringales" por la re-

. sultancia de tornar "árbol condenado" al que sufra dicho proceso, yconfigura un hecho grave y penado con despido para el obreroque en sus desmedidas ansias de acelerar el producido o sangradode la "hevea", sacrifica tan generosa especie vegetal.

De todos los rayados o cortes premencionados, los "seringalis­tas" o propietarios; en salvaguarda de sus intereses y por el impe­rativo de sostener el inventario de sus "heveas", acepta e imponeel ya descripto Pqr "media espiral", calificado de corte más racio­nal por cuanto def!2nde la constitución orgánica (1-::1 árbol. Poreste -sistema de incisiones, solamente es sa~grado en una mediaparte de su tronco (o sea en una cara de 180?), cL:;jándose la cor­teza opuesta para ser tratada por el mismo procedimiento en elaño o zafra siguiente. Descansa así la "hevea" en su medio frentepor un año, sin sufrir las alternativas de una extracción exhaustivaque, de no observarse estas reglas, redundará a la postre en unadestrucción acelerada de la especie. .

En el decurso del año siguiente, la parte descascarada por losrayados diarios que se han superpuesto y efectuado desde lé:i alturadel brazo del hombre hasta el nivel del suelo, habrá descansado yreconstituído nueva corteza, que sufrirá entonces los mismos pro­cesos apuntados.

Conducida la extracción en forma de velar por la salud de laplanta, la "seringa" puede sangrarse entonces por mucho tiempo.

En el "seringal" visitado se nos expresó que las existentes,con 10 años de trabajo ininterrumpido, no han decrecido en suproducción manteniéndose el ritmo de obtención de latex que vade los 5 a los 20 kilos de caucho por árbol (3 litros en volumen

a un kilo de latex) en la zafra de diez meses de actua­Reiteramos que la oscilación del producido es factor de sa­

y vejez de la "hevea". Se da el caso de árboles adultos y cor-

-24-

Page 26: Revista uruguaya geografia_08_1955

pl_llentos tratados con la observancia de las reglas en lo quecierne a sus cortes adecuados, a los cuales puede efectuárseleshasta dos y tres sangrías por día y a la vez, independientes y su­perpuestas, en el rayado tipificado como "media espiral", cada unocon sus "businotes" y "canecas" respectivos. Al efecto se amarraal tronco un "giriio" para trabajarlo a diario, alcanzando los cor­Tes altos por este sistema de andamiaje. Los "canecas" receptoresdel latex siempre estarán suspendidos en puntas de estacas ·0 me.jor en tacuaras con un extremo abierto en palma, clavadas entierra y cada una llegando al final del corte en su pal'te finaldescendente.

Actuación del "seringueiro".

Repetimos que el alba es la mejor oportunidad del caucheropara efectuar los cortes y las consEO;cuentes sangrías de las "serin·gas". De manera que considerando a un trabajador diligente, éstea las siete de la mañana ya debió tener su "estrada" cortada o"rayada". Es decir, que en horas tempranas habrá operado de lasiguiente manera: encontrará el "caneco" o recipiente colmadode latex coagulado, el que verterá en su lata de 18 litros, envasehabitual del kerosene o nafta usado al efecto. La incisión efec­tuada el día anterior ya no exsudará más latex y se manifiestablancuzca amarillenta y muchas veces con restos de hojas menu­das, cortezas de la "hevea" y alguno que otro insecto adherido aesa herida en vías de resecarse. El "seringueiro" arranca ese coá·gula que adopta el largo del corte inferido y en forma de tirairregular, elástico y con las impurezas señaladas, conociéndoseéste por "sernamby rama", producto comercial muy inferior delque nos ocuparemos oportunamente. Pero esa herida así reno­'.-ada no vierte la "leite" procurada, y entonces el "seringueiro"con su cuchilla de sangrar, ya mencionada por "lega", recortará:,0 más de un centímetro de la corteza, paralela y por debajo de18 seccionada el día anterior, cuando se trata del corte de "mecliaEspiral", el más usual de los rayados, y con las extremas precau­ciones de no ofender el "cambio", o sea la ya comentada segundacorteza interna de la "hevea". Recortado ese centímetro de cás·C2.ra externa, el latex fresco y muy blanco, fluirá lentamente alos "canecas" hasta colmarlos en el día. El mismo procedimientoaplicará en las primeras y tempranas horas matutinas a las 200 ómás "heveas" que su patrón le ha asignado para operar.

A la par que va sangrando en la forma ya descripta. va recu­perando el latex de los "canecas" que, al volcarlos en la lata reco­lectora, lo hacen con la forma del recipiente, configurando así uncoágulo perfecto, de coloración blanco lechosa, cuando aquel reciopiente estuviere limpio; o será amarillento y con impurezas (hojas,insectos, tierra, etc.) si el "caneco" aludido es manipulado por"seringueiros pregui¡;osos".

El color del mencionado coágulo de latex no es, pues, por pro-

-25-

Page 27: Revista uruguaya geografia_08_1955

ceder de distinta variedad de planta cauchera ubicada en el mismnpredio, sino que es factor de condensación, como también de sumayor o menor oxidación al aire que lo torna más oscuro y fun­damentalmente de la higiene observada en los "canecas" por elcauchero encargado de la recolección.

La coagulación completa o perfecta del latex se efectúa enla estación seca que, como ya nos referimos, va de abril a octu­bre, la cual se efectúa más o menos a las veinticuatro horas defluir del árbol.

Recogidos los coágulos de cada "caneco" como se ha expre­sado, se traslada el "seringueiro" a su morada construída en losaledaños de su "estrada" o sitio de trabajo. Allí los verterá en el"coxa", batea o cajón de madera en forma de paralelogramo, cu­bicando mts. 0,80 x 0,30 x 0,30, cuyos coágulos por estar aún fres­cos, húmedos, más o menos limpios y sufrir fuerte prensado, sal­drán al día siguiente unidos, como un solo bloque de "borracha",con la forma del "coxa" o prensa, donde se advierten nítidamentelos aludidos coágulos adheridos unos a otros.

Cuando por resecamiento fuera difícil la unión entre ellos endicha prensa, el cauchero procede a humedecerlos con latex frescoque servirá de aglutinante para la conformación perfecta del pande "borracha" aludido. Los "seringueiros" perezosos y on~isos ensu tarea, recurren al agua caliente para ablandar los coágulos ypermitir así la adherencia de uno a otro en el prensado, lo cuales prohibido por el propietario, ya que este procedimiento lo tornagrumoso, inconsistente y deleznable al ser transportado a las Usi­nas.

Una vez prensados, los bloques de caucho son lavados enaguas de arroyos o ríos cercanos con el fin de evitarle fermenta­ciones que podría "aporrecer" (pudrir) el producto, consecuencianefasta que le hará perder el valor comercial y que infectará ellocal donde se depositan, con los vahos pestilentes que em,ma dela "borracha" así descuidada. Lavados entonces y expuestos asecar al aire libre, estos panes de caucho con la forma de su pren­sa, se conocen por el término de "sernamby.coxo". El mis)1lo tra­tamiento en cuanto se refiere solamente al prensado, es el querecibe el "sernamby-rama" ya comentado. Se prensa éste en elmismo "coxa" y conforma con ello un bloque unido, con las for­mas de aquel y predominando el color rojo parduzco derivado delas cortezas de las "heveas" adheridas a esa tira elástica.

En el "seringal" del Dr. Méndez que visualizamos, un "serin.gueiro" de mediana actuación puede extraer de 300 a 350 kilo­gramos de "borracha" por zafra, o sea en los diez meses hábilesde trabajo. No se trata de un alto promedio con relación a 0tros.por su condición de "alagadi<;o", o sea con "matas", donde lasgrandes lluvias que c.aen en diciembre y enero, desbordan los ríosy cubren los montes marginales donde vive la "hevea", impidien­do así la libre actuación del "seringueiro" y además, reiterandodatos anteriores, por no considerarse este "seringal" como de los

-26-

Page 28: Revista uruguaya geografia_08_1955

más ricos en esa prodigiosa planta. En "seringales" firmes, dondelas aguas de las "enchentes" (crecientes) no cubren el área de losmontes, no se paralizan las sangrías y entonces se actúa todo elaño, sin interrupción. Y en territorios donde la "cola¡;;áo" o "amn­rramiento" ya citado es más cercana de una "hevea" a otra, loque significa mayor cantidad de árboles caucheros en la "mata"explotada, la extracción de latex puede subir más allá de los gua­rismos apuntados para este "seringal" que observamos, pudiéndoseen ellos obtener una mayor media anual de hasta 500 y 600 kilo­gramos de "borracha" por recolector o "seringueiro", por aí10 deactuación.

Cada "seringueiro" entrega su cosecha (sernamby,coxo o ser­namby-rama) a su patrón en el propio lugar de la recolección,efectuándose las mismas habitualmente por quincena. Se depo­sitan los panes en los "barracones de la feitoría" principal o sedecentral del "seringal", y cuando el propietario cree factible unenvío, lo hace en este caso específico, por sus propios camionescon rumbo al sur hacia Cuyabá con destino a la Usina "BrunoBorges", donde recibirá el '"'beneficiado" previo a su re,envío alos centros industriales de Río de Janeiro o San Pablo. Manufac­turado o tratamiento efectuado allí a la "borracha", del cual nosocuparemos en capítulos siguientes.

Visita a la Usina "Bruno BOl'ges"

Complementando conocimentos acerca del caucho, visitamoscon un grupo de geógrafos de la 8\1 Asamblea en curso, la Usjna"Bruno Borges", cercana a la capital Cuyabá.

Asienta dicho local en el linde oriental del Municipio de Var­zea Grande, ubicado en lo que fuera predio destüiado a Exposi­ción Agropecuaria del Estado a solo 300 metros al oeste del puent'2que une aquella ciudad con este Municipio y sobre el proJ?io ríoCuyabá en su margen derecha.

En el desempeño de su actividad como Usina de "beneficiado"aprovecha las aguas del mencionado río y las instalaciones exis­tentes de la aludida Exposición, contando con una planta eléctricaque la provee de energía, independiente de la que surte a la ca-pital matogrosense. .

Es la única Usina instalada en Mato Grosso y su nombre,"Artur Bruno Borges", recuerda con justicia al pionero en la ex­plotación del caucho en el Estado.

Todo lo concerniente a extracción de la "borracha" se efec­tuaba tiempo atrás, bajo la égida del Banco Da Borracha, insti­tución que actuó hasta el año 1946 y que fué sustituída por elactual Banco de Crédito Da Amazonia S. A. En esta forma el Estadoes propietario del Banco y su función es monopolizadora en el sen­tido amplio de financiar explotaciones del caucho, erigirse en depo­sitario y fijar los precios del mismo, en los locales de la Usina de

-27-

Page 29: Revista uruguaya geografia_08_1955

Varzea Grande, con más el referido "'beneficiado" previo q.ntes desu embarque para el litoral atl¿,ntico. (Hío o San Pablo).

Actúa, pues, dicho Banco Da Amazonia, financiando o propor·cionando capitales para facilitar iniciativas tendientes a la explo­tación del caucho en el Brasil. Trata así directamente con el par­ticular o "seringalista" eliminando intermediarios.

Inicialmente contó, hasta la terminación de la última guerra,o sea en su fundación, con un capital de 150 millones de cl'uceiros,integrado entonces por mitades iguales con fondos nacionales ynorteamericanos y después de esa fecha lo fué con capitales ente·ramente brasileños.

El dinero que dicho Banco adelanta a los futuros "seringalis­tas" se otorga en base a la garantía subsidiaria de un gravámenhipotecario de los montes y campos a explotar o de propiedadesparticulares del interesado afectadas a cubrir el préstamo inicial.Cuando haya actuado en ese primer año, enviando remesas de cau­cho al Banco, éste le adelantará para el segundo año de zafra, hastaun 60 % del valor bruto de su producción. Así si fué de 450 con·tos, el Banco le proporcionará 270 para el siguiente año. Para elloen cada entrega de "borracha" efectuada mensualmente por el "se­ringalista", aquella institución le deducirá de un 40 a un 60 % delvalor asignado a esa remesa, valor que servirá para amortizar elfinanciamiento o adelanto inicial efectuado a aquel.

Vemos, pues, al Banco Da Amazonia, controlando actualmenteél todos los "sel'ingales" diseminados en los extensos territorios delos Estados de Amazonas, Mato Grosso, Pará, Guaporé y Acre ycon oficinas ubicadas en los principales centros urbanos de Belem.Manaos y Cuyabá. En el Municipio de Varzea Grande radica la1'1ayoría del personal obrero de la Usina comentada, siendo laegencia instalada en Cuyabá la que subordina el elemento admi·nistrativo entre los que se cuentan dos técnicos en "borracha", unoeJe ellos agrónomo, encargados de la recepción y fiscalización parafijar el precio del producto.

La Usina "Bruno Borges" actúa todo el año c.on un promedioele 40 operarios y en dos turnos de ocho horas cada uno, masculinosen su totalidad, mayores de 18 años y recibiendo paga mensual.Con un salario diario de 40 cruceiros y asegurándoseles un valormensual no inferior a los 600 cruceiros, estando apoyados por lal. A. P. 1. [Instituto de Aposentaduría (Jubilaciones)].

Tipos de borracha.Se recibe en la mencionada Usina de los "seringales" de Mato

Grosso, hasta tres tipos de "borracha" o caucho, del que mencio­naremos como procedentes del "coxa" o prensado en el monte deextracción:

El ±lpo NI? 1, ó de Primera y que consiste en el "sernamby­coxo" proveniente del prensado en "coxa" o batea ya descripta,muy blanca, consecuencia directa de la limpieza operada por el

-28-

Page 30: Revista uruguaya geografia_08_1955

"seringueiro" al no descuidar la higiene de las "tijelas" o "cane­cas" receptores del latex y por la que el Banco abona actualmente20,82 cruceiros el kilo.

El tipo N9 2, o de Segunda, es también caucho de "sernambv­coxo", menos blanco y por ende con más oxidación derivado d~lherrumbre de los "canecas" viejos y enmohecidos o descuidadoso bien perjudicado por la mala tendencia del recolector de asen­tar los coágulos en tierra o sobre hojas antes de verterlos en lalata. Este producto así obtenido, el Banco Da Amazonia lo retri·buye a razón de 20,24 cruceiros el kilogramo.

El tipo N9 3, o de Tercera, inferior a los precitados, es la"borracha" mal prensada en los "coxos" y más- colmada de lasimpurezas que el caucho determinado para Segunda y entoncessu precio está avaluado en 19,60 cruceiros el kilogramo.

Se llega a determinar todavía un cuarto producto, inferior encalidad a los ya mencionados ut-supra y sería la "borracha" queostenta manifiesta falta de aseo en el tratado durante la extrac­ción en las "matas", con exceso de tierra, cáscaras y hojas adhe­ridas al coágulo, con más las que se sumaron al sufrir el prensadoen el "coxa". Este cuatro producto es, a juicio de los "seringalis­tas" o propietarios, una "malandrinada" o mala jugada del Bancoo mejor expresado, de sus clasificadores, con facultades éstos paradecidir en forma inapelable, de la calidad del caucho y su precioconsecuente. Existe una evidente pugna entre los productores yestos empleados de recepción, manifestando aquellos a menudo,su desconformidad cuando se les rebaja el precio pretendido poi­creer que los clasificadores no actúan con la debida justicia en elcometido de la discriminación del valor del producto enviado ala Usina monopolizadora.

En cuanto al "sernamby-rama", o sea la tira elástica que se2rranca cada día siguiente al corte o sangría, se clasifica en elBanco en cuatro tipos, según la mayor o menor cantidad de impu·rezas adheridas a dichos filamentos gomosos (hojas, cortezas, re­sinas, insectos, etc.). Se abona por kilogramo del primero al cuar­to, los respectivos valores de 15,98 cl'.; 14,70 cl'.; 14,25 cr. y 13,79 cl'.para el más inferior. El destino de este "sernamby.rama" en laindustria es casi exclusiva para la confección de productos infe­riores, preferentemente suela de zapatos.

De todo lo cual se deduce que el valor asignado por el Bancoal producto recibido es fundamentalmente función de la limpiezao aseo adoptada por el "seringueiro" durante su actuación de re­colector en las "matas".

Además de los tres tipos mencionados de "sernamby-coxo"y los cuatro elel "sernamby-rama" anotados, el Banco acepta 'unatercera clasificación de caucho que le llega en bruto como aque­llos, desde el "seringal" y que recibe la denominación local de"moquechito", corrupción de los términos ingleses "smoked she­ets". Resulta éste un producto preparado por el "seringueiro" en

-29-

Page 31: Revista uruguaya geografia_08_1955

,~l propio monte de extracción, vertiendo en los "canecas" o recep­tores del latex, inmediatamente a colmarse aquellos y como ope­ración previa, una solución que se le entrega preparada por el pa·trón o "seringalista", de un (3 x 1.000) ó 3 centímetros cúbicos porlitro, de hiposulfito de sodio, tendiente a evitar la coagulación dellatex y darle perfecta coloración blanca.

En segundo tratamiento se llevará la "leite" así mezclada conel hiposulfito de sodio, a local apropiado para verter los coágulossobre bandejas de aluminio, adicionándole ahora ácido acético queprecipitará la "borracha". Tercera operación, consistirá en expri­mirla entre laminadoras de madera y posteriormente pasará a la("crepadera") pero ya de cilindros de hierro reticulados, que le mar­can o estampan la forma de sus salientes. El cuarto tratamientoes el "defU1ñado" de esa masa fría, en cámaras expuestas sobrebambúes o tacuaras, quemando debajo semillas especiales (1).

Una quinta etapa de trabajo es el lavado, para extraerle losrestos del ácido acético de la segunda manipulación; y por últimoel sexto proceso de secado espontáneo bajo techado.

Estos diversos ])rocedimientos tendientes a la obtención del"moquechito" o "smoked sheets", tarea que se efectúa enteramenteen el "mato", o sea en la usinaparticular levantada en el propiolugar de extracción del latex, se conoce por Proceso Malayo Adi·cional. Resulta del mismo un excelente producto bien remune­rado por el Banco Da Amazonia y su destino en industria es elde servir a la fabricación de los artículos más finos manufactura­dos con caucho.

Vemos, pues, que en este caso aquel Banco no "beneficia" ono industrializa ni el latex, adicionado en primera operación, quees privativo del trabajo del "seringueiro", ni tampoco el "smokedsheets" que se prepara totalmente en el mismo "seringal" y delcual aquella institución es solamente depositaria.

El primer proceso de agregado del hiposulfito de sodio al3 1.000, da origen a la expresión de "bisulfitada", aplicada a le"borracha" en ese previo intento de manufactura en la selva. Consolo ese primer taratamiento puede enviarse a depósito a los ~o·

cales de la Usina del Banco Da Amazonia, mostrándose como prordueto muy blanco pero también acuoso. Y esta última cualidacJhace que se torne blanda y deleznable, lo cual le ocasiona pérdidede peso al fracturarse en el viaje del "mato" a la Usina deposita­Tia. Bazón por la cual no resulta económico al "seringalista" suenvío en esta modalidad "bisulfitada".

(3) Se utiliza en eSTa eTapa. el humo de la "piuva" o Ypé, preferentemente.'ilJrnando el laminado de "borracha" de un color marrón oscuro v con el exhalado,raracterístico de'l ácido piroleñoso adherido a la misma, fruto de 'la "fn.,lac;;ada" in­i ensa de dicho proceso

-30-

Page 32: Revista uruguaya geografia_08_1955

Beneficiado previo en la Usina Bruno Borges.

El "sernamby-coxo" o barra de caucho que llega desde el"seringal" a la Usina "Bruno Borges" y cuyo peso oscila entre los13 y 23 kilogramos, según el prensado, es revisado previamentecortándolos con sierras eléctricas en fajas aproximadas a los lar­gos de 0,70 >< 0,10 >( 0,05 cms. para comprobar que su interiorño contenga sustancias extrañas con las cllales se haya intentadoel fraude de aumentarles el peso (piedras, terrones, etc.). Verifi­cada su bondad y peso se abona el envío al "seringalista".

La segunda operación en dicha Usina consiste en el laminadode las antedichas fajas o tiras de caucho bruto, en prensas lava­doras a la vez, accionadas mecánicamente y con regado de aguairía, estirándolas en un espesor padrón y en forma de lienzo irre­gular alargado (semejante a un cuero de víbora abierto y esta­quetado). El tercer proceso es el suspendido en varales y a lasombra, de esas fajas así laminadas, para su secado natural.

Del manipuleo precitado en la Usina "Bruno Borges", deri­van los calificativos de: "acre fino defumado" para el caucho la­minado proveniente del "smoke sheet"; de: "crepé amarelho" paralos derivados del "sernamby-coxo"; adoptándose el nombre de"crepé oscuro" al estirado del caucho más inferior que aquel yclasificado como 'sernamby-rama". Todavía está el "crepé claro"cuando es originario del "bisulfitac1o" antes de la coagulación, ope­ración ya descripta como efectuándose en el propio lugar de ex­tracción del latex o "seringa".

Transporte de la "borracha" para su industrialización.Una vez "beneficiada" o recibida la previa manufactura en

la Usina "Bruno Borges" de Varzea Grande, la "borracha" es trans­portada al mercado principal que se centraliza en San Pablo (laPNEU). Dicho transporte se efectúa en fardos de 70 kilos, clasifi­cados v por camiones que utilizan las actuales "rodovías" de circu­lación: Son caminos bastante mejorados que unen Cuyabá conRondonópolis (en el Medio San Lorenzo), Giiiratinga, ambas aún enMato Grosso, Yataí (en Goyaz,) atraviesan el Triángulo Mineiro(oeste de Minas Geraes) y entran al Estado de San Pablo para de­jar sus cargas en esa Capital. A razón de 2 cruceiros el flete porkilo de "borracha" desde Cuyabá a aquel importante centro manu­facturero. Se ha acicateado el interés de las empresas particularesde transporte para llevar el caucho desde la Usina "Bruno Borges"hasta San Pablo, cuando saben que a su regreso a la capital deSv1ato Grosso se les remunerará con el mayor valor de 4 cruceirosel kilo por las mercaderías generales que traigan de aquella popu­losa urbe para el "sertón" centro oeste del Brasil.

Conc1usiones.Repetimos que no existe actualmente producción de "borracha"

suficiente que colme la totalidad de las necesidades del mercado

-31-

Page 33: Revista uruguaya geografia_08_1955

consumidor brasileúo. Se experimenta cnSIS de dicho produc;".no alcanzando, por tanto, para considerar la posibilidad de gravi­tar como renglón exportador en la balanza comerc~al del Brasil.Sus "heveas" nativas dispersas en la extensa Hylea Amazónica,diezmadas hasta poco tiempo atrás por una extracción incontro­lada y lesiva para la constitución física de árbol tan provechoso.están mereciendo en la actualidad la atención de sus explotadores,compenetrados del alto valor de tan interesante especie botánica

Por el momento no se dispone de buenos caminos para llegarcon cierta holgura a los recónclitos "seringales" sumergidos en esaHylea, no pudiéndose contar en buenas áreas de ella con los curosos fluviales que salen del Planalto Central, entorpeciendo su fun­ción de camino, por los múltiples saltos y correderas existentes.Momentáneamente el panorama futuro de este renglón seguirá in­cambiado, encarecido y cediendo posiciones ante la supremacía delcaucho malayo, tan bueno como éste y producido más económica.mente.

Pero ya las "estradas" buscan el norte procurando las riberasdel río Amazonas en esa portentosa obra vial ya comentada' en ca­pítulos anteriores, mostrándose como realidad presente. La extrac­ción racional del caucho será el previo apoyo donde harán pieotras explotaciones para la conquista económica de una zona aúncon enormes manchas blancas donde los cartógrafos actuales andana tientas en el trazado de su topografía. Ya mencionamos cómoen Río Preto en su confluencia con el Arinos, antesala amazónicaen el sur, ven sus aguadas con la impronta de las primeras pezu­ñas vacunas de las reses traídas desde Guyabá. Eso sí, la gana­dería en el Planalto Central medrará sobre las mismas bases pre­carias de explotación efectuada en el sur (meseta Cuyabana y bor­des altos marginales del Pantanal), en territorios repletos de cam­pos "cerrados", con suelos arenooss, de escasísima fertilidad, ca­rente por ello de gramíneas capaces de sustentar la cría vacuna ycaballar solamente en la forma extensiva tan generalizada en esasáreas extremadamente silicosas asentadas entre cursos de agua. Lapregunta que surge entonces es: ¿qué hará entonces el Brasil consus "cerrados"?, ¿qué destino les aguarda a estas extensas parce·las de territorios cubiertas de ese particular tipo de arbolado chato,retorcido y casi enteramente desprovisto de ubicación económica?

Con la apertura de las "rodovías" o carreteras en gestación yun clima en cierto modo benévolo. los futuros núcleos humaEosque trepen el Planalto Central, se' afincarán sobre los cursos deagua con buena "mata" todos ellos, márgenes menos inclementes,donde florecerá paulatinamente la policultura, con el apoyo quedetermina la primitiva explotación del caucho.

Ya dijimos que más al norte, sobre el río Marape, afluentedel Arinos, siempre dentro de la parte norte del Estado de MatoGrosso, ha cedido la monocultura abriendo nuevos horizontes vposibilidades a los que plantan a las "heveas" caucheras conjunta.mente con los cafetos en las tierras humosas que se ganan a las

-32-

Page 34: Revista uruguaya geografia_08_1955

"derrubadas" que, fatalmente, se efectúan a los montes costerosde ríos y cursos fluviales menores. Con mejores comunicaciones,a su tiempo se aprovechará el enorme acervo botánico que supo-

Orillas selváticas del Alto Arlnos.

La floresta del Alto Arinos. rica en árboles caucheros (Heveas).

nen la existencia de dilatadas "matas galerías", florestas vírgenesaún no holladas y menos depredadas por el hacha y las quemadas

-33-

Page 35: Revista uruguaya geografia_08_1955

anuales y que constituye una incalculable riqueza en maderas deley.

El pionerismo de los "paranistas" del siglo pasado abrieron lasenda; y desde aquellos intrépidos viajes a estos tiempos, en forma

Una parte de la usina cauchera de Varzea Grande.

Rústicos barracones de la "usina" del Arinos.

gradual, lenta y segura, se siguen ganando muchas tierras en esosdilatados "sertones", enorme reservatorio de materias primas, don·de los factores naturales de ese fantástico y primitivo escenario seoponen cada vez menos resistentes al esfuerzo civilizador.

-34-

Page 36: Revista uruguaya geografia_08_1955

Aspecto selvát:co del seringal.

Extraccion del latex de las seringas. a lo largo de las incisiones.

-35-

Page 37: Revista uruguaya geografia_08_1955

Interior de la usjna cauchera de Varzea Grande (junto a Cuiabá).

Un seringueiro regresando después de dura faena.

-36-

Page 38: Revista uruguaya geografia_08_1955

"Borracha" coxo prensada, y recortada dispuesta para el corte,

Caucho pronto para ser librado al comercio,

(Fotos originales del autor).

-37-

Page 39: Revista uruguaya geografia_08_1955

Evolución del relieve del Uruguay

y de Río Grande del Surpor Jorge Chebataroff

Notas preliminares: Este trabajo fué presentado al PrimerCongreso Brasileño de Geógrafos y a la IX Asamblea General deGeógrafos Brasileños, que tuvieron lugar en forma casi simultáneaen los últimos días del mes de Julio de 1954, en la ciudad de Ri­beirato Preto (Sao Paulo). Correspondió al ilustre geólogo y geó­grafo Reinhald Maack, emitir un iuicio acerca del trabajo, en cali­dad de relator del mismo. Dicho iuicio aue resultó en última ins­tancia ser favorable a la tesis presentada, proponía algunas 'co­rrecciones, modificaciones y un mejor ordenamiento de las foto­grafías y esquemas, y dió lugar a algunas discusiones con respec­to al empleo de determinados términos y expresiones, tales comoabrasión fluvial, "cuchillas mesas", basalto intrusivo, pórfidos an­desíticos, meláfiros y con respecto a la división abreviada del sis­tema de Gondwana eneogondwana y neogondwana. En esta dis­cusión que llevó bastante tiempo participaron ilustres investiga­dores de diferentes nacionalidades incluyendo a los geógrafos fran­ceses Francis Ruellan y Pierre Monbeig, el geógrafo paulista Arol­do de Azevedo, el relator del trabajo Reinhald Maack, el autor deeste trabajo y otros congresistas.

En general, las observaciones hechas por el relator de la tesisfueron muy atinadas, concordando con algunas el autor, que acep­tó cambiar la expresión pórfidos andesíticos en andesitas porfiroi­des. En relación al término meláfiro, muy en boga entre los geó­logos brasileños, salvo Viktor Leinz y otros, el autor apoyándoseen J ohannsen, considera que se trata de un término geocronológi­co que va cayendo. en desuso, pudiéndose prescindir de él, en laforma como lo hacen en general los geólogos de habla inglesa. Alrespecto, el ilustre petrógrafo Mario E. Teruggi dice lo siguiente:"el término meláfiro fué creado por Brongniart en 1813; su uso noes recomendable en ningún caso, a no ser que se prefiera aferrarsea la clasificación geocronológica, pues sólo significa que es unaroca porfírica obscura". La expresión meláfido ha sido utilizada enel Uruguay por K. Walther, pero no llegó a imponerse entre los res-

-39-

Page 40: Revista uruguaya geografia_08_1955

tantes geólogos de dicho país. De todas maneras el autor de estetrabajo cree que el empleo de expresiones tales como meláfiro,basaltito, y otras, tan en boga entre algunos investigadores bra­sileños, ofrece alguna utilidad práctica (aunque científicamentedicha terminología resulta discutible).

En cuanto a la expresión basalto intrusivo ha sido utilizadaen relación al Uruguay por el conocido geólogo Falconer, cuyosestudios sobre el sistema Gondwana en dicho país configuran unesfuerzo muy apreciable en el campo de la estratigrafía; la men­cionada expresión se refiere a rocas basálticas que ocurren enáreas algo alejadas de las cubiertas directamente por el mantoeruptivo de Serra Geral, y que están asociadas a capas eogondwá­nicas. El autor del presente trabajo piensa que tal vez el términodiabasa, en el sentido que le dan los petrógrafos ingleses, sería elmás acertado para designar este tipo de rocas, pero desgraciada­mente no ha tenido oportunidad aún de estudiarlas con algún de­talle, limitándose a algunas observaciones de campo y examen engeneral macroscópico del material, el que con frecuencia se pre­senta muy descompuesto.

Demás está decir que el autor no hace ninguna objeción ala introducción de lá expresión mesogondwana para separar de­terminados terrenos (por ejemplo, los de Estrada Nova) de los deleogondwana y de los del neogondwana, aunque duda de que laestratigrafía aceptada actualmente para el sistema de Gondwanasea definitiva, sobre todo tratándose de las subdivisiones menores(piénsese que hasta hace poco se consideraba en el Uruguay, con­tra la opinión del autor de este trabajo, a los terrenos de Tere­zina ,como una entidad geológica bien separada de Estrada Nova).A pesar de los esfuerzos hechos por Falconer, du Toit, N. Serra yotros geólogos, el gondwana uruguayo espera aún un verdaderoestudio a fondo que está por realizarse. El autor de este trabajopiensa de todas maneras razonable el empleo de la expresión me­sogondwana, junto con las de eogondwana y neogondwana.

Sabido es que los autores de habla inglesa, casi unánimemen­te utilizan el término abrasión en forma indistinta para denomi­nar la obra de desgaste llevada a cabo por los materiales sólidosarrastrados por el agua o por el viento (véase en este sentido lostratados de Lobeck, Hinds, Van Engeln, Longwell, Thornbury,Landes y otros); son pocos los que para el caso particular de lalabor del viento prefieren la palabra corrasión (por ejemplo, Wor­cester), mientras que otros pocos, encuentran más acertado emplearambos términos (abrasión eólica y corrasión) cuando se trata dela acción exclusiva del viento (por ejemplo, Holmes). El autorde este trabajo piensa que entre los procesos de desgaste llevadosa cabo por el agua en movimiennto o por el viento, hay algunasdiferencias de detalle, y lamenta que no exista unanimidad absolu­ta entre geólógos, geomorfólogos y geógrafos acerca del uso exclu­sivo y bien determinado de las expresiones abrasión y corrasión.

-40-

Page 41: Revista uruguaya geografia_08_1955

En cambio, cree que podría ser motivo de una discusión útil, lainclusión en la terminología geormofológica de la expresión pla­taforma de abrasión fluvial (no determinada por la acción de lascorrientes fluviales, sino por el oleaje, en las orillas de ríos muyamplios y sometidos a la periódica influencia de vientos muy vio­lentos, y con terreno circundante en proceso de gradual levanta­miento). Ejemplos de plataformas de abrasión existen cerca de lasbocas de ciertos ríos, y como ejemplo se puede tomar el río Uru­guay, el cual en la margen uruguaya próxima a su desague en elPlata, ofrece un tipo bien definido de plataforma resultante de laacción erosiva del oleaje impulsado particularmente por el pam­pero, viento bastante violento y en general de larga duración. Escierto que los geólogos se han concretado hasta el momento al estu­dio detenido de las llamadas plataformas de abrasión marina, pe­ro el autor de este trabajo encuentra que existen además plata­formas de abrasión llevadas a cabo o determinadas por un oleajeno marino (de ahí que haya usado la expresión fluvial para sepa­rarlas de las de origen marino). Pero dado que, según se dijo ante­riormente, el adjetivo introducido podría ser motivo de discusión,ha preferido eliminarlo del presente trabajo, siguiendo la indica­ción de R. Maack.

Finalmente el uso de la expresión "cuchillas mesas" (entrecomillas) ha sido motivada y ya se ha popularizado algo, por la ne­cesidad de separar del grupo de las cuchillas redondeadas las quehan resultado del modelado de antiguas cuestas y mesas o masastabulares. Cabe advertir por otra parte que la expresión cuchillano se refiere a formas de terreno crestadas, ni mucho menos: bas­ta que existan una divisoria de aguas y una pendiente suficientepara hacer circular las aguas de lluvia en direcciones opuestas,para que el vulgo hable tanto en el Uruguay como en Río Grandedel Sur (donde tales formas se llaman coxilhas) de cuchillas, re­conociendo tácitamente que la función hidrográfica es en éstas,mucho más importante que su significación orográfica. Derivandolas cuchillas del Norte del Uruguay y del Sur de Río Grande delSur de masas sedimentarias o de un manto basáltico no muy incli­nado, ofrecen un aspecto muy diferente a las que han surgido delmodelado del basamento cristalino uruguayo y del llamado poralgunos geólogos brasileños "escudo riograndense", y por lo tantodeben ser designadas de una manera que denuncie claramente es­ta diferencia; no dejan de ser cuchillas (pues cumplen con su fun­ción hidrográfica de cortar las aguas en direcciones opuestas,) pe­ro son más aplanadas que las demás formas topográficas de estaclase: de ahí el uso de la expresión un tanto singular de "cuchillasmesas". No pueden confundirse con las verdaderas cuchillas porsu aspecto aplanado, y se distinguen de las fQrmas tabulares pro­piamente dichas, pues ofrecen una divisoria de aguas relativamen­te más acusada. El autor, ha utilizado la expresión en cuestiónen forma provisional, y lamenta que la geomorfología, a pesar de

-41-

Page 42: Revista uruguaya geografia_08_1955

sus progresos se deba enfrentar todavía a una enorme disparidadde términos y al uso de expresiones vulgares cuya definición pre­cisa en muchos casos aún no se ha dado.

Hechas estas aclaraciones el autor de este trabajo, no deja deagradecer las oportunas observac.iones del Dr. R. Maack, que hantenido la virtud de hacerlo medItar durante largas horas.

1 - Estudios geomorfológicos en el Uruguay y Río Grande delSur.

En razón de la continuidad de los rasgos geomorfológicos ygeológicos existente entre los territorios de la República del Uru­guay y del estado brasileño de Río Grande del Sur, resulta conve­niente tratar los problemas relativos a la evolución del relievede ambas porciones del continente, considerándolos como una solaunidad, con prescindencia de los límites políticos. El área conjun­ta abarcada por el Uruguay y Río Grande del Sur, limitada porel gran arco trazado por el río Uruguay y las líneas costeras delAtlántico y del llamado Río de la Plata, totaliza 470.000 kms. cua­drados, equivaliendo al 85 por ciento de la superficie de Francia.Tratándose de un área tan extensa, nos limitaremos aquí a expo­ner ideas generales, ocupándonos principalmente de los fenómenosde modelado postcretáceo.

Debemos destacar que el conocimiento del relieve uruguayoy riograndense, desde el punto de vista de la moderna geomorfo­logía, recién está en sus comienzos, y se· ha visto facilitado en for­ma particular por el trabajo de los geólogos y el levantamientotopográfico al detalle, aunque el área cubierta por estos releva­mientos no es todavía muy grande. Por otra parte, aún siendo elconocimiento climatológico de ambas áreas relativamente acep­table, se carecen todavía de datos suficientes para poder llevar acabo una reconstrucción paleoclimática, útil en las investigacio­nes relativas a la evolución del relieve.

Los estudios geológicos en el Uruguay han permitido organi­zar diversas cartas geológicas departamentales, y mapas generalesdel país, uno editado por R. Lambert en 1940, y otro por el Insti­tuto Geológico en 1946, preparando este instituto en estos momen­tos la edición de un nuevo mapa más completo y exacto que losanteriores. En Río Grande del Sur, aparte del esbozo publicadopor V. Leinz en 1943 y diversas cartas locales (por ejemplo la delsector Cazapava-Lavras), se ha dado a conocer el mapa organizadoen 1952 por E. A. Martins.

En cuanto a las cartas topográficas, el Servicio Geográfico Mi­litar del Uruguay (hoy Instituto), ha editado numerosas hojas aescala 1:50.000, correspondientes principalmente al Sur del país; res­pecto a Río Grande del Sur, resultan Útiles las cartas editadas porel Conselho N. de Geografía, el Servicio Geográfico del Ejército,

-42-

Page 43: Revista uruguaya geografia_08_1955

y el mapa general del estado, editado por la Secretaría de Agri­cultura.

Si ha resultado útil todo este material geológico y cartográfi­co, igual o mayor eficacia han tenido los estudios de índole pura­mente geomorfológica llevados a cabo por diversos especialistas yaficionados, interviniendo en esta labor geógrafos, naturalistas ygeólogos. La utilización de una nomenclatura geomorfológica in­correcta, que se ha afianzado tanto en el Uruguay como en RíoGrande del Sur, y una represe:Qtación topográfica frecuentementeinadecuada del relieve (sin utilización de curvas de nivel, y conexageraciones y evidentes faltas de proporción), han dificultado ydificultan aún los trabajos de índole geomorfológica, ya que porejemplo, a formas topográficas tan dispares como cuestas, lomasredondeadas, y mesas residuales, se les denomina indistintamentecuchillas y a veces cerros (ó morros). La expresión cuchilla, aludemás a la significación funcional hidrográfica del relieve que a suaspecto o su altura, ya que muchas cuchillas uruguayas o riogran­denses, aún cumpliendo con su misión de separar las aguas en di­recciones opuestas, apenas se notan en el paisaje, salvo cuandoofrecen características serranas.

Hasta que no se estudie el relieve del Uruguay y de Río Gran­de del Sur al detalle, y hasta que no se dé una definición estrictade las diversas formas topográficas con una finalidad no sólo cien­tífica, sino también didáctica, la terminología popular no podráser desterrada en ninguna de ambas regiones. Algunos progresosya se han realizado en el sentido indicado; por ejemplo, en el Uru­guay, primero K. Walther, y ahora el autor de este trabajo y al­gunos de sus colaboradores, han tratado de introducir en la nomen­clatura geográfica de dicho país, expresiones tales como mares depiedra, cuestas, hogbacks, bad lands, y otras, en un intento para fa­cilitar una descripción topografica más exacta del territorio. Al­gunos de tales términos han comenzado a utilizarse en forma am­plia por los didactas. También se van desterrando tanto en el Uru­guay como en Río Grande del Sur, los mapas que representabana las cuchillas como verdader.as cordilleras o gigantescas "orugas",según atinada expresión de K. Walther. De todas maneras se haceimprescindible determinar en congresos y reuniones científicas in­ternacionales normas uniformes para el trazado de mapas, y sobretodo para el empleo de una terminología geomorfológica correcta,comprensible para todos y basada en formas capaces de ser defi­nidas con claridad.

2. - Vinculación de los territorios uruguayo y riograndensecon el escudo brasílico.

Dejando de lado las masas cristalinas antiguas que afloran enlas llamadas Sierras Pampeanas, de la Argentina, podría deCirse

-43-

Page 44: Revista uruguaya geografia_08_1955

que los territorios del Uruguay y de Río Grande del Sur se extien­den sobre el extremo más meridional del gigantesco escudo brasi·leño ó Brasilia. Los elementos integrantes de este escudo, afloransobre vastas porciones de ambos territorios, particularmente enel Uruguay, pero en una buena parte de las cuencas de los ríosUruguay y Yacuy, desaparecen bajo capas geológicas, más mo­dernas, unas de origen sedimentario y otras de origen volcánico.También a lo largo del litoral Atlántico y en una gran parte delRío de la Plata, estratos relativamente modernos cubren con es­pesores variables las masas cristalinas de la Brasilia.

Si se agregan a las masas cristalinas del complejo basal pro­piamente dicho, presumiblemente arqueozoicas, los elementos geo­lógicos correspondientes a las llamadas series de Minas y de Ai­guá, del Uruguay, y de las de Porongos, Maricá y Camacuá, deRío Grande del Sur, integradas principalmente por rocas erupti­vas y metamórficas más jóvenes (en general, proterozoicas) y dis­cordantes respecto a las rocas del complejo basal, se obtiene parael área del escudo brasileño no recubierto por sedimentos, y aflo­rando en los territorios del Uruguay y de Río Grande del Sur,unos 120.000 kms. cuadrados (de los cuales más de 70.000 kms.cuadrados corresponden al Uruguay).

Conviene observar sin embargo, que muchas veces, los ele­mentos geológicos del escudo están recubiertos (especialmente enel Uruguay) por delgadas y discontinuas capas de limo pampeanoy otros sedimentos modernos, los que en razón de su escaso espe­sor y falta de continuidad no se representan en general en los ma­pas geológicos, pero que no han dejado de influir en determinadoscasos de una manera decisiva en la formación de los suelos, porlo que la expresión "suelos graníticos" usada por algunos autores,pierde en tales casos su valor, aparte de que :muchas rocas conside­radas corrientemente como "granitos" son a veces granodioritas,sienitas con cierta cantidad de cuarzo y dioritas cuarcíferas.

Aunque el escudo a que aludimos parece haber mostrado unagran estabilidad y una marcada rigidez desde los tiempos eopaleo­zoicos, ha sufrido sin embargo algunos movimientos bascularesde cierta amplitud, permitiendo en el devónico el avance transgre­sivo del mar (así lo denuncian las capas fosilíferas de Rincón de.Alonso, del Uruguay, con su fauna de Leptocoelia, Orbiculoidea,Homalonotus, etc.); tales movimientos basculares parecen habertenido lugar también en el Plioceno (transgresión entrerriana) yen el Cuartario (transgresión querandina), con consecuencias im­portantes para la evolución geológica de los territorios afectados.

Teniendo en cuenta los rumbos más frecuentes de los esquis­tos y de los gneisses, se puede establecer que existen dos orienta­ciones dominantes en las rocas metamórficas; por un lado unaconcordancia muy marcada con la dirección media de la riberauruguaya del Plata (por lo menos en el tramo comprendido entre

-44-

Page 45: Revista uruguaya geografia_08_1955

las ciudades de Colonia del Sacramento y Montevideo, y entre estaúltima ciudad y punta Ballena); por otro lado cierto paralelismoen relación al litoral atlántico a pesar de interponerse entre lasmencionadas masas de rocas y el océano, una amplia franja desedimentos modernos. La primera orientación, aproximadamentede Este a Oeste, corresponde a los integrantes del complejo basalpropiamente dicho (llamado en el Uruguay, basamento cristalino)y la segunda a los materiales constituyentes de las series de Minas(del Uruguay) y de Porongos (de Río Grande del Sur), discordan­tes respecto a los del complejo basal, configurando un anticlinalcorrespondiente a los plegamientos de fondo, que se prolonga, se­gún F. Ruellan, a través de una gran parte del Brasil atlántico.Ambas orientaciones estructurales tienen una gran importanciageomorfológica, reflejándose por ejemplo en el litoral platenseuruguayo ,donde las puntas cuarcíticas y gnéissicas, donde seasientan las ciudades de Colonia del Sacramento y de Montevideo,tienen tendencia bastante nítida a orientarse de Este a Oeste,mientras que la punta Ballena, de Maldonado, se presenta comoun agudo espolón que penetra en las aguas del estuario. Aparente­mente algunas puntas pedregosas del litoral montevideano miranhacia el Sur; pero en mapas topográficos de escala convenientepuede comprobarse que aún teniendo esa orientación tienden aensancharse en dirección Este a Oeste.

Los sedimentos devónicos y gondwánicos se disponen en for­ma discordante sobre la superficie irregular del escudo cristalino,el cual buza hacia el Occidente, sumergiéndose en el territorio ar­gentino, bajo espesas capas de sedimentos, reapareciendo más ha­cia el Oeste, en forma de bloques fallados y levantados por movi­mientos tectónicos é isostáticos. Las irregularidades del escudode origen predevónico, se vieron afectadas duramente a través dela glaciación permocarbonífera, la que debió por otra parte redu­cir un tanto a los propios depósitos devónicos, los que tienen hoyuna dispersión relativamente restringida, hallándose los aflora­mientos principales en los departamentos uruguayos de Cerro Lar­go y Durazno. Dicha glaciación creó una nueva topografía, dejandocomo vestigios de su poderosa acción superficies pulidas, bloqueserráticos, cantos estriados, esquistos várvicos y tillitas, caracte­rísticas del piso llamado Itararé, de la base de los terrenos gondwá­nicos.

Actualmente la zona de contacto entre el escudo cristalinoy los estratos devónicos y gondwánicos discordantes, se presentaconfigurando un ejemplo típico de borde de macizo antiguo concobertura sedimentaria discordante, presentándose las capas sedi­mentarias más cercanas a dicho borde muy rebajadas por las ac­ciones gliptogénicas, hata el punto de constituir una depresión,marginada en las porciones más alejadas del escudo por relievesde cuestas, y con gran número de formas residuales de cima acha­tada. Más allá de estas cuestas semiderruídas, se presenta un

-45-

Page 46: Revista uruguaya geografia_08_1955

"from" con escarpas protegidos por basaltos, que en el Uruguayy en el Sudoeste de Río Grande del Sur, corresponde al bordeactual de la Cuesta Basáltica de Haedo, y al Norte del mencionadoestado brasileño está representado por las complicadas y epecta­culares escarpas que marginan el planalto del Sur del Brasil,que algunos han dado en llamar "segundo planalto".

La amplia depresión gliptogénica que contornea por el Oes­te a los integrantes del escudo cristalino, adquiere gran entidaden el territorio riograndense, donde es recorrida en direccionescontrarias por los ríos Ibicuy (tributario del río Uruguay) y elYacuy (que vierte sus aguas en la Laguna de los Patos). En te­rritorio uruguayo, la depresión corresponde a una parte del va­lle del río Negro, el cual cruza sin embargo las masas basálticaspropiamente dichas, en forma análoga o como lo hace el ríó Ibi­cuy del vecino estado de Río Grande del Sur. La prolongaciónde la Depresión Central riograndense (que abarca al Este partede la cuenca del río Yacuy) hasta el río Uruguay, a través de lacuenca del Ibicuy, plantea uno de los problemas más complejosde la geomorfología de la región que estamos examinando. Estehecho, como el de la existencia de vastas formaciones arenosas enel litoral atlántico de Río Grande del Sur, así como la presenciaallí de numerosas y extensas lagunas separadas del océano poramplios cordones litorales de origen moderno, se enlazan proba­blemente en un mismo problema, relativo al pasaje probable deuna antigua corriente fluvial a través de la mencionada depresiónen dirección al Atlántico, la cual no sólo sería responsable del tra­zado y del modelado del valle, sino también de la inmensa acu­mulación de arena que se presenta a lo largo del litoral riogran­dense, cuyo depósito no sería atribuible tan solo a los ríos quedesagUan hoy en las lagunas de los Patos y de Mérín, sino a unacorriente fluvial de mayor capacidad y de cuenca más extensa,presumiblemente el Paraná. Hasta podría suponerse que comorestos de la antigua vinculación de este último río con las men­cionadas lagunas, podrían considerarse en la hora presente a losesteros del Iberá, y a los actuales valles de los ríos Ibicuy y Ya­cuy. Aunque se trata de una simple hipótesis, pocos motivos exis­ten para no admitirla, y por esa razón la tendremos en cuentaen este trabajo.

No hay que olvidar de todas maneras que el actual río Ya­cuy, corre por una zona de areniscas relativamente friables, ypodría ser el responsable de una buena parte de los aportes are­nosos, que dieron origen a las antiguas flechas y cordones, hoy.soldados y ampliados, que marginan el iitoral riograndense. Pe­ro de todos modos es imposible atribl,!ir exclusivamente al trabajode dicho curso fluvial y a otros menos caudalosos que corren ha­cia las lagunas litorales, toda esa ingente acumulación de aluvio­nes, extendidos en la costa y sobre la plataforma continental .Nó-

-46-

Page 47: Revista uruguaya geografia_08_1955

tese por ejemplo que al Norte del cabo de Santa Marta (del lito­ral de Santa Catarina), se presenta un gigantesco arco costero,apenas modif~cado por los depósitos arenosos fluviales, mientrasque el antiguo arco riograndense, situado más al Sur ha desapa­recido prácticamente cegado por una enorme acumulación de ma­teriales. Cierto es que los ríos que desaguan en el arco nombradoen primer lugar son menos caudalosos y más cortos que el Ya­cuy, tributario de la Laguna de los Patos.

Actualmente la depresión central riograndense se vincula conel valle del río Negro, del Uruguay, a través principalmente delvalle subsecuente del río Tacuarembó, afluente de la corrientefluvial antes mencionada; esta relación se establece a lo largodel valle del río Santa María, también subsecuente y tributariodel Yacuy. Sin embargo, la cuchilla de Santa Ana, se interponetodavía como una divisoria de aguas prominente entre las cuen­cas del Tacuarembó y del Santa María; de todas maneras, la altu­ra de esta forma de relieve, en general aplanada, no excede de los250 metros, salvo en porciones aisladas, quedando por debajo delas altitudes que corresponden a ciertas partes del escudo crista­lino, así como de las rocas volcánicas que se han derramado sobreel mismo, alcanzando el Cerro de las Animas, en el Uruguay, a500 metros de altura, ascendiendo hasta rebasar esta cota la .Sie­rra de Encruzilhada, del estado de Río Grande del Sur.

Existe la posibilidad de que el borde oriental de la porciónuruguayo-riograndense del escudo, corresponda a una zona falla­da, y que por lo tanto, los sedimentos de la zona litoral lagunarque se extiende al Este, se asienten en gran parte sobre masas cris­talinas dislocadas, y parcialmente hundidas. Sobre este particularsolo podemos adelantar que en el Uruguay, en la región próximaal· arroyo Chuy (limítrofe con el Brasil) se han indicado en unaperforación subfósiles qúerandinos a 70 metros de profundidad, ysegún otra comprobación fósiles entrerrianos a 120 metros de pro­fundidad. Por otra parte, perforaciones practicadas junto a la La­guna de los Patos, han permitido indicar la posición de los ele­mentos integrantes del entrerriano (?) fosilífero a unos 90 metrosde profundidad, datos que son comparables a los obtenidos para elUruguay. Aún cuando en estas comprobaciones existiera algunaduda cronológica o estratigráfica, lo cierto es que los integrantesdel basamento cristalino, yacen en esa región 'bajo un espesor re­lativamente apreciable de sedimentos.

De lo dicho se deduce que la masa del escudo cristálino sealarga tanto en territorio riograndense como en el uruguayo, en­tre dos grupos de capas sedimentarias discordantes con respectoa los integrantes de dicho escudo, los que abarcan un complejo derocas eruptiv?s y metamórficas afectadas por un amplio plega­miento de fondo, y parcialmente dislocadas. Las coberturas sedi­mentarias difieren bastante entre sí, comprendiendo la del Este

-47-

Page 48: Revista uruguaya geografia_08_1955

capas relativamente modernas hasta recientes, mientras que la delOeste incluye formaciones bastante antiguas en la base (devóni­cas en el Uruguay) y además está protegida parcialmente por unresistente manto de basalto. El proceso de circundenudación se hallevado a cabo de tal modo, que el retroceso de las capas devóni­cas y gondwanicas se ha realizado prácticamente sin desmedro dela continuidad de los afloramientos de la masa cristalina del es­cudo. Sin embargo, en el departamento de Rivera, del Uruguay,dicho escudo asoma a la superficie a través de sedimentos delGondwana, dando lugar a la llamada isla cristalina riverense, cons­tituída por gneisses, granitos, cuarcitas, etc. con relativa abundan­cia de mineral de manganeso, y. algo de hierro y de oro. Otra islacristalina, mucho más pequeña se halla representada por el cerrode Carpintería, del departamento de Cerro Largo.

Muchos de los elementos volcánicos y algunas cuarcitas de lasseries llamadas de Minas y de Aiguá, del Uruguay, y de las dePorongos y de Maricá, de Rio Grande del Sur, han resistido bas­tante la acción del modelado, levantándose actualmente en formade sierras, asperezas y cerros agrupados o aislados. También algu­nos granitos relativamente jóvenes (por ejemplo, los de la Cuchi­lla Grande, del Uruguay, y de la sierra de Carapé, del mismo país)se elevan a bastante altura dando lugar a veces a espectacularesmares de piedra, como ocurre en las sierras de Mahoma, Mal Abri­go y Cufré, donde afloran adamelitas, granodioritas, granitos gneis­soideos y otras rocas, y donde los indicios de milonitización, estu­diados por el autor de este trabajo, se pueden hallar con ciertafrecuencia, los que muestran claramente los tremendos esfuerzosa que se han visto sometidos dichos materiales.

Tales serranías tienen una orientación variada, pero se dispo­nen según una dirección dominante que es la del SSW al NNE,ofreciendo las líneas de cresta cuarcíticas, dislocaciones bastanteevidentes en grandes porciones de su extensión, como ocurre porejemplo en la sierra de la Ballena, del Uruguay. La orientacióngeneral a que hemos aludido se corresponde con el rumbo domi­nante de los esquistos y las grietas volcánicas (por ejemplo, la .correspondiente a la Sierra de las Animas, del Uruguay) y con ladirección del anticlinal principal derivado de los plegamientos defondo, al que hemos aludido anteriormente. Conviene a~vertir sinembargo, que al Sur del territorio uruguayo, y a lo largo del lito­ral platense entre Piriápolis y Colonia, la dirección dominante delos esquistos es de Oeste a Este.

Es posible que el escudo cristalino que buza suavemente ha­cia el Occidente, se presente dislocado debajo de los estratos gon­dwánicos, el manto basáltico y las capas cretácicas y terciariasque lo recubren. En la perforación del Arapey (Uruguay), a unos1500 metros de profundidad no se logró alcanzar el cristalino, enuna zona donde los basaltos que asoman a la superficie tienen alre-

-48-

Page 49: Revista uruguaya geografia_08_1955

dedal' de 540 metros de espesor, seguidos en la ba.se por sedimentospresumiblemente gondwánicos. También en Río Grande del Sur,los integrantes del escudo cristalino se sumergen hacia el Oestea grandes profundidades, ocurriendo lo mismo en el territorio ar­gentinode Misiones, aunque parecen asomar en la superficie nue­vamente en el Paraguay, y en las Sierras Pampeanas (Argentina).El Buzamiento hacia el Occidente de todo el escudo es bastantegeneral y relativamente sensible, pero la superficie del mismo esirregular, con fracturas frecuentes, sobre todo hacia el Oeste; res­pecto a esta inclinación, y la que ofrece hacia el Atlántico, no hansido ajenos los plegamientos de fondo, según ya se ha expresadoanteriormente.

Entre las irregularidades más notables se perfilan algunas co­mo extensos afloramientos de rocas cristalinas, a través de los se­dimentos gondwánicos, figurando entre ellas la Isla Riverense,del Uruguay, con el borde Sur limitado por una falla bastante apa­rente, ocurriendo lo mismo con el borde Nordeste. Además, y si­guiendo aproximadamente la cuchilla del Hospital (también de Ri­vera, pero que penetra en el departamento de Tacuarembó) pare­ce existir una ondulación anticlinal del escudo cristalino, recu­bierta por capas eogondwánicas principalmente, y cruzada por ma­sas eruptivas básicas, que forman un enorme "sill", puesto al des­cubierto por la erosión, y que se levanta en la región formando unaverdadera mesa, llamada por Falconer y otros geólogos "mesa deCuaró"; su borde Oeste está marginado por los estratos de Mela,presumiblemente pérmicos. Tales sills son relativamente frecuen­tes en la región, presentando algunos aspecto pronunciadamentclacolítico. A pesar de la intensa meteorización de la roca que lasconstituye (que algunos geólogos han denominado "basalto intru­sivo", correspondiendo tal vez a diabasas verdaderas), estas for­maciones han resistido con mayor eficacia que los estratos gon­dwánicos las acciones gliptogénicas.

Las fallas de esta región gondwánica, se reproducen no soloen contacto con formaciones cristalinas, como ocurre junto a laIsla Riverense, y la llamada Sierra de Aceguá (borde Norte) sinoque afectan también a las capas sedimentarias, como ocurre porejemplo cerca del paso de Clara, sobre el arroyo de igual nombre(Tacuarembó), y en torno al cerro Pelado, próximo a la ciudad deMela (Cerro Largo). Hemos visto fallas y flexuras en los terrenosdevónicos del departamento de Durazno, puestas al descubiertocon motivo de la construcción de una nueva vía férrea. Podríapues decirse que el contacto se realiza en la región entre un ma­cizo antiguo recubierto por capas sedimentarias discordantes, enparte falladas y cruzadas por rocas eruptivas básicas intrusivas,que en la mayoría de los casos se disponen formando sills, a ve­ces relativamente espesos.

Al Sur del Uruguay, y con excepción de una parte de la cuen­ca del río Santa Lucía, los integrantes del escudo cristalino apare-

-49-

Page 50: Revista uruguaya geografia_08_1955

cen al descubierto sobre una vasta área, donde los suelos deriva­ron en general de capas superficiales de limo pampeano, en par­te erosionado, aunque también existen zonas donde dichos suelosse han formado a expensas de la meteorización y edafización delos integrantes del escudo cristalino. Cuando tales suelos proce­den de limos pampeanos transformados son relativamente férti­les. A lo largo del paralelo 349 Sur, aproximadamente, la porciónuruguaya del escúdo cristalino ofrece una suave ondulación conel eje dirigido de Este a Oeste; en la misma cuenca del Santa Lu­cía, el escudo se presenta dislocado, ya que perforaciones quehan superado ampliamente los mil metros de profundidad en SanJacinto (Canelones) no han alcanzado el basamento cristalino.

La masa del escud<;:> brasílico extendida por los territoriosdel Uruguay y de Río Grande del Sur, no guarda una vinculación'visible con la correspondiente al Brasil Central; efectivamente,desde las cercanías de Osario (Río Grande del Sur) hasta las pro­ximidades del Cabo de Santa Marta (Santa Catalina), los elemen­tos constituyentes del escudo, desaparecen bajo capas de sedimen­tos modernos o de apreciables espesores de basalto, el cual alcan­za el litoral oceánico en la zona contigua a la localidad de Torres,superpuesto a su vez sobre capas de areniscas gondwánicas.

De modo que la línea orográfica conocida con el nombre deSerra do Mar, parece terminar en las inmediaciones del cabo San­ta Marta, aunque en torno de Porto Alegre, se presentan alturasconstituídas por rocas cristalinas que alcanzan hasta 275 metrossobre el nivel del mar, indicadoras de la prese'1cia de los inte­grantes del escudo brasílico en esa zona, elevándC'se en profundocontraste con la planicie anegadiza que se extiende al pie de di­chas masas cristalinas, aunoue a poca distancia se presentan tam­bién algunos remanentes d-e los terrenos sedimentarios gondwá­nicos, figurando entre ellos el llamado Morro de Zapucaia. Al­gunos afloramientos cristalinos dan origen a puntas y penínsu­las pequeñas en las riberas de la Laguna de los Patos, y dentrode ella se ven emerger algunos islotes de igual naturaleza.

En razón de esta desvinculación del escudo uruguayo-rio­grandense con respecto a la masa principal de la Brasilia, sehan dado a aquél nombres de cierta significación y de uso local,tales como Basamento Cristalino del Uruguay (K. Walther, yotros geólogos), y Escudo Riograndense (P. C. Nogueira, y otros).En términos estrictos se trata simplemente de porciones meridio­nales de la Brasilia propiamente. dicha, cuyos integrantes alcan­zan la ribera platense donde dan lugar a numerosas puntas pe­dregosas, escollos y en algunos casos a masas de rocas que se en­cuentran permanentemente cubiertas por las aguas del estuario.

La cobertura sedimentaria discordante de esta porción meri­dional del escudo ofrece algunas variaciones desde el Sudoestedel Urugu::w, donde se reduce a sedimentos modernos, seudoho­rizontales (capas terciarias y cuaternarias, y en determinadas zo-

-50-

Page 51: Revista uruguaya geografia_08_1955

nas, cretácicas), para estar constituída en el centro de dicho paíspor masas basálticas integrantes de un extenso manto, cubiertasparcialmente por estratos cretácicos, y en determinadas localida­des por limo pampeano y calizas presumiblemente lacustres; fi­nalmente al Nordeste del Uruguay, la cobertura comprende terre­pos devónicos y los que constituyen la base del Sistema de Gon­dwana, presentándose estos últimos también en Río Grande delSur (estratos de Itararé y de Tubarao).

Tanto la superficie exhumada por los procesos de denudaciónpostgondwánica, como la pregondwánica del. cristalino, han sidomodeladas a través de varios ciclos geomórficos hasta alcanzaren gran parte el estado de peneplano o de penillanura. Sin em­bargo, sería una exageración pensar que el relieve actual delUruguayo el de la parte E1udeste de Río Grande del Sur, tienenun carácter marcadamente senil. Es posible que, aparte de laépoca correspondiente al movimiento transgresivo devónico, lamasa cristalina de la Brasilia, sufriendo un régimen variable demodelado continental, haya sido afectada además por un soste­nido movimiento de ascenso, compensando isostáticamente el hun­dimiento paulatino de las regiones periféricas, especialmente delas situadas al Oeste del Uruguay y de una parte de Río Grandedel Sur. De todas maneras, cabe suponer, que masas cristalinasde origen plutónico como las que constituyen el cerro de Pan deAzúcar (Uruguay), de casi 400 metros de altura, hayan sido ele­vadas por movimientos predevónicos, por lo menos parcialmente,y que el mar devónico alcanzó en esta parte del continente pocaprofundidad.

No es una tarea fácil la de la reconstrucción de los ciclosgeomórficos a través de los cuales se llevó a cabo el modelado dela superficie cristalina del escudo. Es probable, que después de laretirada del mar devónico, el ascenso de las masas que constitu­yen el macizo cristalino, fué relativamente grande, hasta el pun­to de facilitar en un grado sensible los efectos de la glaciaciónpermocarbonífera; en cuanto al arqueamiento debido a los ple­gamientos, cuyo eje anticlinal principal se orienta del SS\~' alNNE, corriendo paralelamente al litoral lagunar, debió comenza~'

a producirse en tiempos devónicos, tal vez al iniciarse la retira­da del mar transgresivo de aquella época. De ser así, trataríasede un plegamiento caledoniano de gran radio de curvatura, aun­que existe la posibilidad de que la masa cristalina pudo habersido afectada por movimientos posteriores, precretácicos. Ade­más es probable que a lo largo de los tiempos correspondientes ala glaciación permocarbonífera, y de la sedimentaciónnica (principalmente eogondwánica) la masa cristalinafrido movimientos de descenso, inclinándose suavementeel Oeste, pero es después de la acumulación de los basaltossumiblemente del Triásico Superior) que tuvo mayor arrLpl:itudJ·el movimiento de balanceo continental, hundiéndose la

-51-

Page 52: Revista uruguaya geografia_08_1955

cristalina del escudo hacia la zona donde se dibuja actualmenteel valle del río Uruguay, recubriéndolo sedimentos relativamentediscordantes afectados por el movimiento citado, sobre los cua­les se depositaron capas más modernas (cretácicas, terciarias ycuaternarias). .

Se sabe con cierta seguridad que durante el Triásico Supe­rior reinó en la porción gondwánica correspondiente al Uruguayy Río Grande del Sur, un clima árido, el cual debió favorecer ladesintegración de las partes descubiertas del cristalino, y la de­sagregación y el transporte de los materiales sediment&rios delea y del mesogondwana; a consecuencia de tales procesos de ero­sión y de transporte realizados en condiciones climáticas de se­quedad extremada, se produjeron posiblemente los depósitos deestratliicación cruzada corresponidentes a las areniscas de Botu­catú o de Tacuarembó. Es evidente que bajo las acciones glip­togénicas posteriores muchos de estos depósitos fueron práctica­mente destruídos, y los que reposaban directamente sobre el zó­calo cristalino desaparecieron sin dejar huellas; en cambio, exis­ten en el Uruguay napas basálticas que reposan directamenü;sobre la superficie cristalina.

La denudación postcretácica aceleró los procesos de exhuma­ción de las masas del escudo cristalino, sobre todo al Sur delUruguay, el que debió haber sufrido un movimiento emergenteen su porción Sudeste, inclinándose hacia el Noroeste. Dicha de­nudación se realizó paralelamente a una actividad erosiva quecondujo a la masa cristalina del Uruguay, a un estado de madll­rez relativamente avanzado. El establecimiento de redes fluvia·les subsecuentes entre el macizo cristalino y el "front" o con­junto de escarpas basálticas resistentes, que hoy pueden verseen los ríos Tacuarembó, del Uruguay, y en el Santa María(afluente del Ibicuy) y en cierto modo del Yacuy, de Río Grandedel Sur, motivó por obra de las corrientes obsecuentes. un re­troceso cada vez mayor de la cobertura volcánica, encargándosedichas corrientes, de hacer cada vez más irregular la escarpa,provocando en el Planalto Riograndense (donde la obsecuenciano es del todo manifiesta) la segmentación marginal del mantobasáltico, con profundas quebradas (por ejemplo, la de Tambe­zinho, de varios centenares de metros de profundidad). Entre losarroyos obsecuentes que han modelado la escarpa en territoriouruguayo pueden mencionarse los de Tranqueras, Laureles, TresCruces, Tambores y además el río Tacuarembó Chico.

La existencia de la depresión subsecuente no puede ponerseen duda, ya que cual gigantesco arco se dibuja perfectamente enlos mapas hipsométricos, extendida entre la comarca situada alNordeste de Porto Alegre, hasta las proximidades de la localidaduruguaya del Rincón del Bonete (Usina Hidroeléctrica), pasandojunto a Rivera. La cuchilla de Santa Ana, se levanta como una

-52-

Page 53: Revista uruguaya geografia_08_1955

sensible divisoria de aguas entre la porción uruguaya v brasileñade la depresión, y en Río Grande del Sur, ella se extiende tam­bién a lo largo del Río Ibicuy, que de acuerdo con una hipótesisa la cual nos hemos referido en este trabajo, correspondería ala antigua dirección que llevaba el río Paraná que iba en otrasépocas a desaguar presumiblemente en la Laguna de los Patos,y luego en el Atlántico, o directamente en este océano. Toda ladepresión tiene tendencia a ampliarse cada vez más, separándosede ella mesas residuales y "buttes", protegidas superiormentepor basalto o por areniscas vitrificadas, mientras que los vallesfluviales, con aspecto de quebradas (como ocurre con el ValleEdén, del (Uruguay) van destruyendo la continuidad de la líneageneral del "front", ondulado por espectaculares promontorios,que tanto en el Uruguay como en el Brasil se designan impropia­mente como cuchillas o sierras (cuchilla de Taboleiro, sierra deTambores), que se alargan como penínsulas sobre terreno llanodonde ya se ha insinuado en forma nítida la depresión subse­cuente.

3. - Modelado de las porciones uruguaya y riograndense dela Brasilia.

El problema del modelado predevónico del sector más me­ridional del escudo brasileño, escapa a la finalidad de este tra­bajo. Aquí sólo destacaremos que el volcanismo de los tiempospresumiblemente proterozoicos ( y tal vez eopaleozoicos) afectóprofundamente la estructura primitiva de una parte del comple­jo basal cristalino. Dicho volcanismo estuvo acompañado por fe­nómenos de dislocación y de metamorfismo, sobre un área rela­tivamente vasta. La serie de Minas, del Uruguay, y la de Maricá,de Río Grande del Sur, comprenden pórfidos cuarcíferos. cuar­citas, filitas, mármoles, etc. en discordancia con respectó a losintegrantes del complejo basal cristalino (formado por granitosantiguos y gneisses, micaesquistos y otras rocas metamórficas,y diques de aplita, pegmatita y diabasa que lo atraviesan). Lhserie de Aiguá, del Uruguay, de cronología dudosa (pudiendo de­cirse lo mismo de la de Camacuá, incluso la efusión de andesi­tas, de Río Grande del Sur), se caracteriza también por un vol­canismo intenso, pero con lavas menos ácidas, principalmentetraquitas (ortófiros), dacitas, andesitas, y aún de basaltos (segúncomprobación reciente). Las acumulaciones volcánicas han tenidoimportancia en la creación de un relieve primitivo, que luegodebió sufrir los efectos de una erosión intensa y prolongada, has­ta la época de los movimientos transgresivos devónicos, los quepermitieron que en cuencas relativamente restringidas y no muyprofundas, se realizaran depósitos sedimentarios, primero de are­nas gruesas y cantos, como puede observarse fácilmente en las

-53-

Page 54: Revista uruguaya geografia_08_1955

..

areniscas del Uruguay) y tal vez en los conglomera-SeivaLl, r'iog:raJndl=m;es; luego siguieron depósitos de aguas

!:UITi"\ ·.,Tr""'O .profllm:la¡;, arcíllosomicáceos, fosilíferos (fauna de Lep­Homalonotus, Lingula, Janeia, Schucher­

a los llamados esquistos ar­Rincón de Alonso; completándose

sé:iiTne:nt1Ición con las areniscas de La Paloma (conocidas a tra­realizadas en Durazno, como yaciente de

gliptogénica postdevónica debió haber sido suma­in1;ensa, barriendo prácticamente los depósitos devónicos

pC1sil)le,ml=n1le silúricos), hasta que tras de la regresión marina,in'val;ión glaciar afectó profundamente toda esta porción me­

ridli0l1al del escudo brasileño. En el paso de las Bochas, del ríoTacw:tri, del Uruguay, y en otros lugares, pueden verse bloqueserráticos que fueron arrastrados en otra época por los hielos;por otra parte, todo el piso de Itararé muestra depósitos várvicoso desmopeloditas, tilitas, conglomerados glaciares, rocas pulidasy cantos estriados, indicios claros o huellas de una acción glaciarbien definida. La glaciación debió producir un efecto de modela­do de gran alcance, arrasando las superficies cristalinas salien­tes, y dando lugar en las cuencas, a depósitos de extensión apre­ciable. Según Falconer, el borde actual del escudo cristalino enel departamento de Cerro Largo del Uruguay, estuvo orientadoprimitivamente de Este a Oeste, debido a una mayor extensióninicial de los depósitos glaciales, que retrocedieron a raíz de losprocesos de erosión postgondwánica; además, existió en el de­partamento nombrado, prolongándose por Tacuarembó, un valleque permitió le sedimentación de los conglomerados glacialc~,

y por el cual debieron deslizarse las masas de un helero. quecon el cambio de clima, al atenuarse las temperaturas, quedóreducido en extensión a los lugares más elevados, cuando comen­zaron a depositarse las areniscas llamadas de Río Bonito. Fal­coner supone por otra parte, que las sierras de los Ríos y deAceguá, de Cerro largo, estuvireon primitivamente más separadas,y su aproximación corresponde a fenómenos tectónicos de bastanteamplitud, que corresponden al eje del plegamiento de fondo, al cualhemos aludido anteriormente. Los estratos de Itararé, a vecesmuy cementados, han resistido bastante a la erosión, existiendopor ejemplo un remanente de los mismos, cerca de la confluen­cia del río Negro con el río Yí, zona donde las capas gondwá­mcas superiores, salvo los basaltos del manto volcánico, han si­do prácticamente arrasadas. Las capas de Rio Bonito, formadasprincipalmente por areniscas alternando con estratos arcillosos,han originado en parte terrenos bastante arenosos, pero tambiénhan dado lugar a numerosas formas testigos, ya sea con aspectode "buttes", paredones y escarpas con cornisas superiores, ó dema­sas fur;.giformes, torres, etc. muy comunes en algunas zonas de los

-54-

Page 55: Revista uruguaya geografia_08_1955

departamentos de Cerro Largo, Tacuarembó y Durazno. Los es­tratos de Itararé y de Rio Bonito, son, con los del devónico (es­pecialmente las areniscas del Carmen, y a veces los esquistos ar­cillosos del Rincón de Alonso), los que constituyen la coberturasedimentaria discordante, en el borde occidental del madzo cris­talino brasílico, en los territorios del Uruguay y de Rio Grandedel Sur. Pero ya hemos consignado que este contacto entre lasmasas cristalinas y se<;limentarias, debió estar primitivamente,más al Este en Río Grande, y más al Sudeste en el Uruguay, y haretrocedido paulatinamente, permitiendo la exhumación de l:n8parte de la masa del escudo.

En los departamentos de Durazno y de Cerro Largo, delUruguay, así como en el municipio riograndense de Herva], yen otros puntos, los remanentes del Itararé y Río Bonito, super­puestos al cristalino, aparecen algo alejados del borde de contac­to, formando islotes (por ejemplo, junto al paso Centurión, delrío Yaguarón).

Ya hemos indicado anteriomente que la cobertura discordan­te que oculta las masas cristalinas al Oeste del Uruguay es basotante compleja, pues abarcaJcapas que van desde el Itararé (pro­ximidades de la confluencia del río Negro con el Yí) hasta el li­mo pampeano, y terrenos aún más modernos. El borde de la cober­tura está constituído principalmente por capas cretácicas, las queforman además numerosos islotes; además existe una zona de con­tacto directo entre le cristalino y los basaltos del manto volcá­nico considerado como rético-liásico (probablemente Triásico Su­perior), en el departamento de Durazno; también las capas ter­ciarias (especialmente capas de Fray Bentos) y el limo pampea­no contribuyen a formar la línea de contacto. Esta ha retrocedi­do muchísimo por obra de la erosión a través de varios ciclossucesivos difíciles de reconstruir. De todas maneras, cabe supo­ner que en los tiempos gondwánicos hubieron fluctuaciollE::s cli­máticas bastante apreciables, depositándose las areniscas lJama­das de Tacuarembó bajo un clima netamente árido, teniendo lasacciones eólicas una sensible importancia. '

Estas alternativas climáticas influyeron poderosamente en elmodelado de las rocas integrantes del .escudo cristalino, conti­nuándose esta acción a través de los tiempos cretácicos. Es po­sible por otra parte, que producido el arqueamiento de gran ra­dio de curvatura que afectó las masas cristalinas antes del ad­venimiento de los tiempos gondwánicos, los movimientos de mc~­

nor amplitud continuaron realizándose posteriormente, acompa­ñados por fallas, intrusión de diabasas (generalmente formandosills) y finalmente una grandiosa emisión de lavas básicas quedieron lugar a un extenso manto, el que posteriormente fué in­clinándose suavemente hacia el Oeste, siendo recubierto en for­ma discordante por los estratos cretácicos, de posición 'seudohú-

-55-

Page 56: Revista uruguaya geografia_08_1955

rizontal. La emlSlOn de basaltos concurrió a dar una p:'otecciDl1eficiente a las areniscas gondwánicas del yaciente, las que porotra parte sufrieron algunas trasformaciones bajo el ir.flujo delas lavas, en general débiles, pero a veces sufriendo vitrifica­ciones más o menos aparentes o pasando a las llamadas arenis­cas "fritas". La vitrificación, como la posterior silicificación, handado mayor consistencia a los materiales afectados, los que re­sistieron por tal causa con cierta eficacia las acciones de modela­do, según veremos más adelante.

La denudación postcretácica, a la que nos referiremos aquíespecialmente, aceleró los procesos de exhumación de las masasdel escudo cristalino, rebajando bastante la saliente determina­da por el plegamiento de fondo principal, y reduciéndola a uncomplejo de formas que comprenden cuchillas, sierras, mares depiedra, cerros, colinas, etc. y donde la divisoria de aguas estámarcada actualmente por la Cuchilla Grande. Esta denudaciónpuso al descubierto extensas porciones del escudo cristalino, queanteriormente estuvieron ocultas bajo capas sedimentarias de di­versa edad, principalmente cretácea; fué incrementada por el mo­vimiento epirogénico entrerriano, caracterizado por una grancomplejidad, pero dando lugar como resultante un ascenso gra­dual de la porción más meridional del Uruguay, ocurrida en elPlioceno, época en que comenzó a sedimentarse inteúsamente lacuenca pampeana, como consecuencia de la destrucción paulatinade los Andes, ya levantados. Todo el cuartario (ó Cuaternario)transcurre con la red fluvial influenciada por este rejuvenecimien­to, y hoy pueden advertirse en el paisaje algunos de los detallesgeológicos y topográficos debidos a este movimiento de ascenso;entre los detalles geológicos figuran las capas fosilíferas con Chio­ne (Venus), Cardium, Voluta (Cymbiola), Ostrea, etc. situadas en­tre 12 y 17 metros respecto al nivel medio del Plata, y que puedenobservarse en forma detallada en lugares como Punta Gorda yCerro Bautista (o de San Francisco), d~,l departamento de Colonia,con una riqueza paleontológica extraordinaria.Como detalles topográficos, figura la barranca litoral platense,bastante continua, y a veces muy alta (más de 40 metros en el li­toral del departamento de San José); las barrancas que marginanalgunos arroyos y ríos, como el de San José; las terrazas fluviales,poco pronunciadas en zonas de materiales blandos, pero percep­tibles donde tales materiales son relativamente resistentes, comoocurre en los alrededores de la meseta de Artigas, y a lo largo dearroyos como el Chapicuy ó el del propio río Uruguay. A lo largode este último la barranca se presenta como elemento característi­co de la ribera uruguaya; en localidades como la histórica mesa(o "meseta") de Artigas, en el Cerro de los Claveles, en la coloniaOlír, en la ya citada Punta Gorda, y algo al Norte de ella dondese encuentran otras barrancas como la de los Loros, el acantiladomarginal aparece como un elemento dominante en el paisaje,

-56-

Page 57: Revista uruguaya geografia_08_1955

2.unque escarpas similares bordean también algunos tributariosdel gran río hasta muy arriba de la confluencia. Junto a PuntaGorda, y en razón de la intensidad de los vientos que soplan allíy que levantan un fuerte oleaje, existe junto a la barranca unaverdadera plataforma, que podría compararse con las producidaspor el olaje marino; el sentido de tales vientos (principalmentepampero y viento Oeste) incide directamente sobre el litoral uru­guayo, que se ve obligado a retroceder algo durante las épocas degrandes temporales, que elevan el nivel de las aguas, dotadas deun dinamismo extraordinario, poco común en otros ríos. Es inte­resante consignar que los depósitos entrerrianos fosilíferos, ocurrenen la zona donde se asienta la ciudad de Buenos Aires, pero se ha­llan allí a varias decenas de metros de profundidad, estando enalgunos puntos de la Pampa argentina sumergidos a unos 100 me­tros bajo el nível medio actual del Plata, debiéndose esta diferen­cia a un posible descenso de las capas entrerrianas en territorioargentino, mientras que en el litoral uruguayo, y salvo algunaslocalidades, han sido afectadas por una emersión más o menosaparente, que es de unos 16 ó 17 metros en Punta Gorda, de Co­lonia, y algo más en otros puntos, lo que indica que la mencionadaemersión no ha sido regular, o que las capas han sufrido movi­:mientos posteriores como se deduce de algunas pequeúas flexu­l'as que hemos podido observar en las cercanías del arroyo de las'!íboras.

Ya hemos dicho anteriormente, que los depósitos entrerrianosyacen en la zona contigua a la porción meridional de la LagunaMerín a más de 100 metros de profundidad; y a una distancia aná­loga de la superficie en las orillas de la Laguna de los Patos. Pa­rece en este caso que se tratara de descensos de materiales sedi­mentarios a lo largo de fallas marginales situadas al Este de lamasa cristalina de la Brasilia, hecho que aún no está probado, pe­ro que es posible. Llama la atención que junto al curso inferiordel río Santa Lucía, tributario platense, los depósitos entrerrianosse encuentren a escasa altura o aún bajo el nivel habitual de lasaguas del río; también se hallan a un nivel bajo en la zona dellitoral platense de Arazatí (San José). Respecto a la cuenca delrío Santa Lucía debemos decir que se trata de una región intere­sante desde el punto de vista geológico, caracterizada por hundi­mientos de gran amplitud, ya que la masa cristalina del escudose hunde allí a más de 1200 metros, formando una posible fosatectónica alargada de Este a Oeste.

La posición actual de algunas cascadas (tales como la del ríoQueguay, del departamento de Paysandú), sunque están deter­minadas por la presencia de rocas resistentes (calizas sobresilicifi­cadas, basaltos, etc.), parecen también atestiguar la influencia delmovimiento entrerriano y las consecuentes "retomadas" de ero­sión; tal vez el hecho sea 'aplicable incluso al Santo Grande delUruguay (aguas arriba de la ciudad de Salto), y a algunas ll'l~e,Q:U-

-57-

Page 58: Revista uruguaya geografia_08_1955

gularidades que aparecen en otros cursos fluviales del territoriouruguayo. Elevadas las masas cristalinas del escudo respecto asu anterior nivel pre-entr'erriano, debieron sufrir los efectos delincremento de la acción de los factores de la denudación, hechoque en la práctica resulta de todas maneras difícil de probar enáreas donde la resistencia de los materiales ha contrarrestado concierto éxito los efectos de la erosión; las pruebas son en cambioalgo más fáciles en terrenos cretácicos y'terciarios, llegando algu­nas evidencias a ser muy expresivas.

Un nuevo movimiento, correspondiente al querandino, volvióa influir sobre la marcha de los procesos de denudación; en lacosta platense, donde son frecuentes los depósitos de esta trans­gresión (que también pueden verse a cierta distancia del bordede la laguna Merín, tanto en el Uruguay como en Río Grande d21Sur) se encuentran a alturas que oscilan entre cuatro y ocho me­tros sobre el nivel medio del estuario, aunque tales números ex­tremos pueden corresponder a apreciaciones de escasa exactitucló en razón de que no se han tenido en cuenta los deslizamientoslocales de materiales al ser calculadas las alturas; en determinadoscasos hemos hallado cinco metros como nivel aceptable para al­gunas camadas fosilíferas de esta transgresión. En cuanto al pro­blema relativo a si ella corresponde en realidad a una elevaciónreal del litoral, ó a un descenso del nivel marino, no ha sido aúnbien dilucidado, aunque se trabaja ya en ese sentido. Depósitosquerandinos aparecen también marginando la ribera argentinadel Río de la Plata, encontrándose a alturas similares a las queocurren en el Uruguay y Río Grande del Sur. Algunas consecuen­cias derivadas del movimiento a que nos estamos refiriendo, apa­recen manifiestas en los modelados de algunas barrancas litoralesy en los bordes de las planicies de inundación de ciertos arroyos,como por ejemplo, el Salís Grande, y ríos, como el Cebollatí.

Puede decirse por lo expuesto hasta el momento que el escu­do cristalino ha sido módelado en el Uruguaya lo largo de varioscielos geomórficos, correspondiendo los últimos rejuvenecimien­tos a los movimientos entrerriano y querandino. En lo que ataíí.ea la expresión rejuvenecimientos, debe suponerse que ellos hansido seguidos por verdaderas retomadas de erosión, aunque esteno ha sido el caso para todos los puntos del país, ya que un mayorlevantamiento de las zonas litorales ha favorecido cierto gradode senilización de algunas redes fluviales, hecho del cual nos ocu­paremos más adelante. La red fluvial general del país, relacio­nada con el Atlántico a través del Río de la Plata, o de la LagunaMerín (que comunica con la Laguna de los Patos y ésta a su vezcon el océano), de tipo dendrítico, salvo en zonas determinadas.ha creado a través de varios ciclos geomórficos un relieve que secaracteriza por la suavidad de sus formas, y que refleja un altogrado de madurez y la predominancia de un clima normal (lluviasrelativamente abundantes, aunque mal repartidas) sobre los 131'0-

-58-

Page 59: Revista uruguaya geografia_08_1955

cesas evolutivos que lo han afectado. Dominan en él formas ala<­

gadas, de vertientes de escasa pendiente, l~31nadas cuchillas (co­rresponden casi exactamente a las "coxilhas" de Río Grande delSur), cuya importancia hidrográfica (separación de aguas fluvie.­les hacia cuencas opuestas) es muy superior a su significación oro­gráfica. Habiendo sido objeto de una representación exageradaen los mapas y sugeriendo su propia denominación el conceptode a.lgo cortante (aunque para cortar las aguas no se necesita unfilo prominente), muchos se han imaginado a las cuchillas comoverdaderas crestas que se intercalan entre los valles de ríos y arro­yos. Nada hay más alejado de la realidad, ya que la mencionadasformas, suelen ser tan aplanadas, y con la supuesta cresta tanimperceptible, que poco difieren de las llanuras y es difícil des­cubrirlas a menudo en el paisaje. Por ejemplo cuando se cruzael departamento uruguayo de Florida de Sur a Norte, se pasa delvalle del río Santa Lucía al del río Yí, situados en su porción me­dia a escasas decenas de metros sobre el nivel medio del Plata:en la mitad del recorrido, aproximadamente, se atraviesa la Ct..~chilla Grande cuya divisoria de aguas se eleva hasta unos 150 me­tros en aquella región; esta cifra muestra que con respecto a laestación ferroviaria de 25 de Agosto, inmediata al Santa Lucía,existe un desnivel de más de 130 metros, pero esta diferencia co­rresponde a una distancia de casi 100 kilómetros. Pocas veces lascuchillas ofrecen borde abrupto, salvo en las cabeceras de los arro­yos, o cuando existen escarpas debidas a la presencia de roca re­sistentes y de disyunción vertical; pero no faltan las formas tes­tigos, ya sea extensos monadnocks, alineaciones de cerros, aspe­rezas, mares de piedra, etc. que presentan laderas empinadas ypedregosas, haciendo menos homogénea la superficie suavementeondulada de la penillanura.

En Río Grande del Sur, aparece también el macizo cristalinomodelado por una red de tipo dendrítico, pero son allí más fre­cuentes que en el Uruguay los monadnocks y demás formas re­manentes, presentándose las serranías y agrupaciones de cerroscon mayor continuidad. Pero la altura máxima, lo mismo que enel Uruguay, sólo llega a los 500 metros, y los terrenos situadospor encima de 300 metros, ocupan superficies no muy amplias. Laaltura media de la masa cristalina es actualmente en el Uruguayde unos 130 metros, mientras que en Río Grande del Sur se apro­xima a los 200 metros.

Si consideramos a las serranías como formas residuales de. unrelieve maduro, el conjunto corresponde principalmente en elUruguaya una penillanura característica; en Río Grande del Sur,se ha exagerado a veces el alcance de las elevaciones serranas Yse ha aplicado a la superficie peneplanizada del escudo cristalino,el nombre de Serra del Sudeste, que sólo debiera re~stJ..ingiJ..selas partes más elevadas y de laderas abruptas; de ahí que CU~;I.ULU'"

-59-

Page 60: Revista uruguaya geografia_08_1955

autores hayan preferido designar a esta región con una expre­sión puramente geológica, llamándola Escudo Riograndense o Es­cudo Cristalino Riograndense. Aquí utilizaremos como más acer­tada y en más consonancia con la realidad la expresión penilla­nura (equivalente a peneplanicie) para designar el conjunto mor­fológico actual del macizo cristalino tanto en su porción urugua­ya como en las riograndense; no dejaremos de destacar sin em­bargo que las serranías y otras formas de relieve relativamenteásperas, hacen irregular la superficie de una buena parte de estapenillanura, sobre todo en Río Grande del Sur, y en los Departa­mentos uruguayos de Maldonado y Lavalleja, constituyendo ver­daderas subregiones dentro de aquella unidad geomorfológica.

En los mapas corrientes, y de manera especial en los destina­dos a fines didácticos, se ha exagerado con frecuencia la represen­tación de las cuchillas figurándolas como verdaderas "orugas" (se­gún atinada observación del lamentado geólogo Karl Walther).Es preciso destacar que el término cuchilla no se refiere de unamanera implícita como creen muchos, a la forma critada que pue­den ofrecer tales ondulaciones, sino a la función de separar lasaguas pluviales en direcciones opuestas, misión con la cual cum­plen perfectamente. Por otra parte el término cuchilla se aplicaen la práctica también a las divisorias de aguas existentes en laCuesta Basáltica de Haedo, donde las verdaderas crestas están au­sentes, y todavía en forma realmente espectacular el mismo tér­mino (en portugués: "coxilha") es utilizado para designar a lasdivisorias que ocurren en pleno planalto riograndense, donde yano se puede hablar de penillanura. En la enseñanza conviene sus­tituir los mapas de cuchillas donde estas aparecen representadaspor simples líneas, bandas ú "orugas", por cartas hipsométricas,o por mapas en relieve, aunque en éstos últimos deberán exagerar­se irremediablemente las alturas para poder figurarlas como unrelieve más o menos sensible. Efectivamente, siendo la anchuradel Uruguay, de Este a Oeste, de unos 550 kilómetros, si se la re­presenta por una línea recta de un metro de largo, el Cerro de lasAnimas, punto culminante del territorio, de 501 metros de altura,quedaría reducido a una marca de menos de un milímetro deelevación, si se conservara la escala.

Terminologías tales como nacimiento, pasaje o muerte de unacuchilla, tan en boga en la enseñanza primaria, y a veces tambiénen la secundaria, deberían ser desterradas, ya que las cuchillasno tienen ni verdadero nacimiento, ni tampoco caminan ó mue­ren, como por ejemplo, hablando en términos antropomórficos ocu­rre en los ríos. En cuanto a los sistemas de cuchillas, tomados el1conjunto, existen en la realidad, y la reacción contra ellos no sejustifica, ya que son reales las divisorias de aguas principales consus ramas secundarias, de tercer orden, etc. concordantes con lascorrientes fluviales de diversa jerarquía que concurrieron a darlesorigen. En la zona cristalina del Uruguay la divisoria principal de

-60-

Page 61: Revista uruguaya geografia_08_1955

aguas está representada por una parte de la Cuchilla Grande, bi.bifurcada en las llamadas cuchillas Grande del Oeste y Grandedel Este. Dicha cuchilla fundamental reaparece en territorio rio­grandense, y con igual designación (Cuchilla Grande) existe unaque cruza de Norte a Sur la llamada Mesopotamia argentina, dela que derivan ramas secundarias de diverso orden.

Como el trazado de las cuchillas ha sido determinado por laacción fluvial, resulta fácil comprender que las cuchillas de primerorden tengan una orientación concordante respecto a las corrien­tes fluviales de primer orden. Por ejemplo en el Uruguay, en eldepartamento de Durazno, la cuchilla central del mismo, llamadaCuchilla Grande del Durazno, es concordante con la orientaciónde los ríos Negro y Yí. En el mismo país, a la zona comprendidaa la confluencia entre dos ríos o arroyos (y aún dentro de buclesfluviales muy cerrados) se le llama "rincó11"; es así que la cuchi­lla antes mencionada, tiene su extremo occidental en el Rincóndel Yí (área de terreno comprendida entre las porciones finales yconfluentes de los ríos anteriormente citados). Otro rincón muyconocido es el de las Gallinas, situado en la zona de confluenciaentre los ríos Negro y Uruguay, región cubierta por rocas sedi­mentarias.

Del mismo modo las cuchillas secundarias o de segundo orden,son concordantes con las corrientes fluviales de segundo orden;las de tercer orden concuerdan con los arroyos de tercer orden,hechos característicos de todas las regiones de relieve madUl'o,provistas de una red fluvial de tipo dendrítico (por ejemplo, elpropio escudo cristalino riograndense). En casos epeciales, estared sufre algunas variantes, debido principalmente a causas deorden estructural y a la desigual resistencia de las rocas. Así, porejemplo, en el departamento de Maldonado, la presencia de cres­tas monoclinales o de líneas de hogbacks cuarcíticos, o de rocasde resitencia y estructura similar, ha determinado la implanta­ción de redes locales de tipo rectangular, siendo las corrientesfluviales paralelas a las crestas, y comunicándose a través de"gaps" (llamados abras o boquerones, en general, aunque estos tér­minos no corresponden siempre a verdaderos gaps). Tal es el ca­so de la red del arroyo Maldonado, influída por la presencia desierras desistentes cuarcíticas, como la Sierra de la Ballena yotras (Cañas, por ejemplo), cortada por gaps entre los que figu­ran las llamadas abras de Perdomo y de Portezuelo, cuyo origense relaciona con los fenómenos de epigenia fluvial, característi­cas de esta porción del territorio. El espectacular cruce de laSierra de la Ballena por el arroyo de Maldonado, había sido con­siderado por el lamentado geólogo K. iNalther como un caso pro­bable de captura por acción erosiva remontante de un tributa­rio directo del Plata. Sin embargo, después de los estudios delautor de este trabajo, no cabe duda de que se trata de un fenóme-

-61-

Page 62: Revista uruguaya geografia_08_1955

no de epigenia o de sobreimposición (tesis soportada también porotros investigadores). Dicha epigenia habría sido favorecida enparte por los movimientos epirogénicos de ascenso de esta partedel territorio uruguayo.

En la isla crist2.lina Riverense, del Uruguay, los arroyos Cu...üapirú, Corrales, Yaguarí y otros, se han sobreimpuesto presu­miblemente a las masas resistentes del macizo cristalino; pero aquílos fenómenos epigénicos se han visto complicados tal vez por losmovimientos debidos a los plegamientos de fondo secundarios,que han dado origen a una elevación gradual de las masas crista­]inas, produciéndose fallas que se advierten perfectamente en losbordes Sur y Nordeste de dicha isla. De todas maneras, poco SCl­

bemos de la posición cronológica de tales plegamientos secunda­rios, por lo que aquí sólo diremos que el fenómeno de la sobre im­posición es el único hecho probable. Es posible también que enotros lugares, por ejemplo, en el cerro de Arequita (del Departa­mento de Lavalleja), formado por dos grandes bloques porfídicosfallados y algo basculados (cerros Arequita y del Cuervo), el pasa­je del Río Santa Lucía a través de las masas cristalinas volcánicasse deba a un fenómeno de epigenia más o menos complicado porotros procesos, aunque el hecho no ha sido estudiado todavía afondo. Resulta también algo enigmático el modo como el arroyoMataojo de la Sierra haya podido cruzar la resistente sierra deMinas, fenómeno del que nos ocuparemos en un próximo trabajo.

Las serranías existentes en la masa del escudo, se designanen Río Grande del Sur con el nombre de "sen'as" (Herval, Tapes,Cangussú, Cazapava, Encruzilhada), estando formada la de Gua­ritas por cerros de cima achatada. También se utiliza como en elUruguay, la expresión "aspereza", cuando la alineación de cerros(o de "morros") que constituyen las serranías no es muy aparente.En el Uruguay se hace a menudo una utilización indistinta de am­bos nombres: por ejemplo, a las serranías de Aiguá ó del Alférez,se les llama indistintamente asperezas ó sierras. Y todavía, para au­mentar aún más la confusión, a los mares de piedra característicoscomo lo son los de Mal Abrigo, Mahoma, Cufré y otros se les apli­ca la denominación de sierras, a veces empleando este término enplural, aún para una sola entidad topográfica.

Estas sierras y asperezas corresponden en general a elemen­tos resistentes y a veces relativamente jóvenes (Precámbrico, ypresumiblemente Silúrico) del escudo cristalino. Las constituídaspor cuarcita, como es el caso de la Sierra de la Ballena, son bas­tante crestadas, configurando verdaderas alineaciones de hog­backs; las graníticas son más redondeadas y presentan en sus la­deras y en las cimas de los cerros que las constituyen, grandes blo­ques separados por diaclasas ampliadas por meteorización y ero­sión, en general redondeados y que van disminuyendo de tama­ño hacia el pie de los cerros, debido a una mayor intensidad delos procesos de alteración de las rocas. Sin embargo, en algunos

-62-

Page 63: Revista uruguaya geografia_08_1955

casos, pueden aparecer en la base de tales elevaciones, bloques degran tamaño, que han rodado desde las partes altas o se han des­lizado por las laderas; estos hechos son frecuentes en las serraníasllamadas del Penitente, que en gran parte corresponden a un gra­nito biotítico bastante meteorizado superficialmente en las zonasbajas, pero relativamente fresco en las cimas (departamento deLavalleja, del Uruguay).

Como hecho de observación general consignaremos aquí quebajo los climas reinantes en Río Grande del Sur, las rocas parecenalterarse con mayor facilidad que en el Uruguay, siendo ademásla descomposición y espesor de los regalitos más considerable. Porotra parte los indicios de laterización son más sensibles en el men­cionado estado brasileño que en territorio uruguayo. De todas ma­neras, en ninguno de los dos casos puede hablarse de una verda­dera laterización, aunque ciertos tipos de rocas y algunas condi­ciones locales particulares la han favorecido. La laterización pro­piamente dicha corresponde a climas tropicales. En el Uruguay,los suelos derivados de la edafización de los regalitos graníticos,gnéissicos, filíticos, etc. son marcadamente arcillosos (salvo en lasproximidades de la roca madre) hecho que también puede com­probarse en la porción riograndense del escudo cristalino. La zo­nalidad de los suelos solo se observa en áreas determinadas, sien­do frecuentes los suelos azonales; de ahí que autores como J. Az­nárez (del Uruguay), y G. D. Ochoa (de Río Grande del Sur), hayanfundamentado sus clasificaciones de suelos en base de los mapaso de las formaciones geológicas. Aunque las coincidencias en esesentido son numerosas y ofrecen algún interés práctico, desde elpunto de vista científico son unilaterales, imprecisas y algo insu­ficientes. De todas maneras se trata de ensayos dignos de ser te­nidos en cuenta.

En relación al modelado del escudo cristalino por la acción deloleaje marino, dicho efecto tiene sólo en el Uruguay (costas delPlata y del Atlántico) un efecto sensible, pues el litoral oceánicoriograndense está marginado (salvo en las inmediaciones de To­rres) por sedimentos modernos, que alejan al macizo cristalinode la acción directa de las olas.

En la Laguna de los Patos, comunicada con el Océano, el olea­je ha modelado en forma intensa las rocas del litoral lagunar,por ejemplo a lo largo de una parte del seudoestario llamado ríoGuaíba, apareciendo en medio de las aguas de la laguna algunosislotes cristalinos; parecería que una parte de dicha acción mode­ladora fuera puramente paleogeológica, y correspondería a la épo­ca en que existió real contacto entre las rocas del macizo crista­lino y las aguas del Atlántico, antes que se produjera una sensi­ble elevación del litoral y la emersión de depósitos marginalesque luego se siguieron formando. En el Uruguay existe contactodirecto entre el cristalino y el oleaje lagunar en la Laguna Negra,

-63-

Page 64: Revista uruguaya geografia_08_1955

mientras que tal contacto se establece entre dichas rocas y eloleaje oceánico a lo largo de una parte del litoral Atlántico (es­pecialmente en la punta Loberos, los cabos Polonia y de SantaMaría, la punta de José Ignacio y la del Este, y numerosos gru­pos de islas rocosas); también ocurre dicho contacto a lo largo dellitoral platense, salvo en los lugares donde la barranca sedimen­taria o las playas forman la línea costera, y en islas cristalinascomo Gorriti, Flores y otras. En este país el modelado del litoralse ve favorecido por la intensidad de los vientos del cuadranteSur, particularmente del llamado Pampero (SW) y la Sudestada(SE); estos vientos levantan durante los temporales, olas compa­rables a las de un mar, que atacan con preferencia la costa uru­guaya, respetando bastante la costa estuárica argentina. Algunosdetalles de la erosión litoral son relativamente recientes, perohay otros que corresponden a épocas anteriores; en este últimocaso se encuentran las cuarcitas y leptinitas pulidas de Colonia,no alcanzadas por el oleaje actual; también existen claros ind~cios

de acciones paleogeológicas prequerandinas en el departamentode Montevideo, visible en pagmatitas, aplitas, cuarzo de filón yanfibolitas compactas. Los vestigios existentes en la punta Lobe­ros, del litoral Atlántico de Rocha, cerca de la Coronilla, fueronconsiderados por M. Sena Sobrinho, como posibles restos del con­glomerado glaciar de Itararé, aunque hay evidencias bastanteclaras en el sentido de que se trata simplemente de camadas decantos rodados "fósiles" prequerandinos, acumulados por el olea­je en otras épocas. En el litoral del mismo departamento aparecenbloques de un granito biotítico porfídico, de gruesos cristales defeldespato, colocados en situaciones que revelan una antigua yeficiente acción del oleaje marino, que hoy no los afecta directa­mente. Pero el mejor ejemplo de acción paleogeológica de las olases el que ofrecen las llamadas "grutas" de la punta Ballena, espec­taculares oquedades excavadas por las aguas marinas o estuári­cas en una cuarcita bastante resistente, que forma un espolónmuy prominente que se adentra en las aguas del Plata; exis­ten en esta punta "grutas" frontales y laterales, correspondientesrespectivamente a los clivajes de foliación y de fractura, agranda­das las diaclasas por la acción dinámica del agua, hasta dar lugara huecos muy altos, alcanzando el oleaje actual sólo hasta lasporciones inferiores de los mismos. En una de tales oquedadesexiste una pequeílo puente natural producto de esa erosión paleo­geológica.

En los lugares más tranquilos del litoral uruguayo, ha domi­nado la sedimentación, que es particularmente evidente en laszonas de Arazatí (San José), y del Sur de Canelones (Carrasco,Salís Grande), favorecida por la formación de las barras arenosasy el levantamiento gradual del litoral, así como por el trabajo fi­jador de plantas como Spartina marítima val'. brasiliensis, Jun­cus maritimus y otras especies. Esta sedimentación ha tenido lu-

-64-

Page 65: Revista uruguaya geografia_08_1955

gar en vasta escala en el antiguo arco cristalino riograndense, hoyalejado del litoral atlántico, por toda la zona llana de acumulaciónlagunar, y la oceánica, presentándose en esta última una doble fi­la de cordones arenosos de una extensión extraordinaria en elsentido de la longitud (paralelamente al litoral); cada fila de cor­dones está formada por varias barras (hasta seis) sucesivas, co­rrespondientes a otros tantos ciclos de acumulación; la arena detales cordones ha sido movida tierra adentro, hacia el NE en elUruguay, entre el W y el NE en Río Grande del Sur, y hacia elSW en el litoral de Santa Catalina, aunque por causas locales,·modernas o antiguas, la dirección del movimiento de la arena hasido a veces distinta a la indicada. La progresión de la arena noha dejado de causar cierta influencia sobre las masas cristalinasdel litoral uruguayo, aún en tiempos recientes; así, por ejemplo,en el departqmento atlántico de Rocha existen bloques que hansido parcialmente pulidos por la corrasión, y en algunos puntoshemos podido hallar algunos ventifactos de un modelado más omenos perfecto.

Numerosas islas é islotes aparecen bordeando actualmente lacosta uruguaya; aparte de las ya citadas islas de Flores y Gorriti,se hallan además la de Martín García, bajo jurisdicción argentina,las de San Gabriel, Farallón, Libertad (en la bahía de Montevi­deo) y la de Lobos en el Atlántico, todas cristalinas; no faltan tam­poco islas sedimentarias como las de Juncal, Tigre y otras. Pare­cería que la región donde se extiende el Plata corresponde a unsinclinal debido a los llamados plegamientos de fondo (así 10,con­sidera F. Ruellan en su mapa estructural de la América del Sur).

El avance de la sedimentación pampeana hacia el Este, y losmovimientos basculares terciarios y cuartarios, habrían quitadoa,dicho sinclinal su primitiva simetría; por otra parte la forma­ción del mismo estuvo acompañada de dislocaciones de cierta inl­portancia, comprendidas entre la masa cristalina del basamentoresistente .del Uruguay, y las actuales serranías de Tandil, de laArgentina, donde existen rocas muy semejantes y sometidas aprocesos análogos (milonitización y otros) a los que han afectadoa los materiales uruguayos. Estas dislocaciones han ocurrido enforma irregular, ocuriendo incluso en la cuenca del río Santa Lu­cía, donde perforaciones realizadas en busca de petróleo no hanpodido alcanzar el cristalino aún más allá de los 1200 metros deprofundidad, aunque el mismo elemento estructural no deja deaflorar en las zonas vecinas (por ejemplo en las cercanías de V.Sudriers ó Empalme Olmos, yen Panda). La época en que ocurrie­ron estas dislocaciones es muy remota y corresponde en partea movimientos predevónicos o devónicos, y en parte a fenómenosposteriores. En el litoral uruguayo del Plata los afloramientos ro­cosos de masas cristalinas antiguas son numerosos, y son frecuen­tes sobre todo en los departamentos de Montevideo( puntas Espini-

-65-

Page 66: Revista uruguaya geografia_08_1955

110, Yeguas, Carreta, Cerro de Montevideo) y Maldona~o (Piriá­polis, puntas Balle~la y del Este, etc). La costa a.rgentma es encambio sedimentana, pero en el fondo del estuano se presentanalGunas masas rocosas parcialmente sepultas por los bancos are­no~os' en la costa atlántica uruguaya y argentina vuelven a pre­senta~se afloramientos pedregosos bastante apreciables (cabos Po­lonia, Santa María, Corrientes, etc.).

En zonas donde a la acción del modelado se han opuesto ro­cas muy tenaces o más modernas del complejo basal (consideradasestas últimas en general como precámbricas, aunque la cronolo­gía no es segura ni mucho menos), el relieve resultante es másagreste y más prominente que el de las cuchillas, y comprendesierras, asperezas y agrupaciones de cerros. Las sierras están for­madas en general por alineaciones de cerros soldados por sus ba­ses. unas veces de cimas redondeadas (masas de pórfido, granito,sienita) y otras veces crestadas cuando están determinadas porrocas metamórficas duras, especialmente cuarcitas). En las laderasaparecen numerosos bloques sueltos y redondeados (principalmen­te en sierras graníticas y sieníticas), pero hacia la base los colu­viones adquieren cierto espesor y están cubiertos por suelos pe­dregosos, pero bastante fértiles, que mantienen una vegetacióna veces cerrada de matorrales (espina de la cruz, aruera serrana,chirca de monte, arrayán serrano, romerillo) y de "montes" (bos­quecillos) serranos, constituídos por canelón, cor<:mil~o, tembetarí,chal chal, blanquillo, sombra de toro, guayabo colorado, tala, y lossingulares Styrax leprosum y Arechavaletaia uruguayensis, y aveces alguna palmera. Estos bosquecillos adquieren bastante de­sarrollo en algunos valles del Cerro de las Animas, y son relati­vamente exuberantes en la Quebrada de los Cuervos, de Treintay Tres, donde se refugian algunas especies raras en el país talescomo la yerba mate, que habita lugares húmedos y sombríos. Detodas maneras las masas coluviales de las serranías uruguayasson menos espesas que las del Brasil Tropical. En Río Grande delSur soportan una vegetación densa, que recuerda a los bosquesde ladera del Brasil Atlántico (mata ciliar).

El modelado de rocas de desigual resistencia diseminadas enun área relativamente restringida ha dado lugar a las llamadasasperezas; a veces se trata de un tipo de roca único, pero con di­versidad de estructura y diverso grado de meteorización. No sepuede establecer de todas maneras un límite preciso entre las as­perezas y las sierras, aunque en estas últimas existe en generalLtna aparente alineación de las formas.

Los mares de piedra, conocidos en Río Grande del Sur, peromás frecuentes en el Uruguay, reflejan una falta de equilibrio en­tre los procesos de meteorización y de erosión, siendo estos últimosen territorio uruguayo más rápidos y eficaces que los de meteo­rización, originándose gracias a estructuras y tipos de disyunción

-66-

Page 67: Revista uruguaya geografia_08_1955

favorables, conjuntos de bloques y de masas rocosas de formaredondeada, resultantes de la ampliación progresiva de las dia­clasas y la reducción total de las aristas, que dan lugar a verdade­ros caos de bloques, que recubren total o parcialmente la rocamadre. Existen mares de piedra principalmente en zonas dondeafloran granitos y granodioritas (sierras Mahoma, Mal Abrigo, Cu­rré). El redondeamiento de las masas se produce por descamación(exfoliación esferoidal) y granulación (separación de granos de mi­lleral por descomposición y estructura (por ejemplo, en las grano­dioritas de Cassia County, de los Estados Unidos).

La formación de los alveolos en la base ahuecada de los blo­ques corresponde a menudo al desprendimiento de pequeñas m~­

sas de material aparentemente incluído en la roca (pseudoxenoli­tos), de origen catac1ástico y con texturas de mortero, miloníticao cataclástica porfiroide (porfiroclastos), que es lo que aconteceEn la Sierra Mahoma, del Uruguay. La hidratación, la carbonata­ción y demás procesos químicos, son los principales responsablesdel modelado de los bloques, jugando un papel secundario loscambios de temperatura. A un ataque realizado con preferencia enlas partes más sombrías de los bloques, que es donde se conservamejor la humedad, y que en e¡ Uruguay y Río Grande del Sur,corresponde al lado Sur de los mismos, está relacionado un retro­ceso más rápido de la masa rocosa por pérdidas debidas a la me­teorización, que favorece el desprendimiento de costras, escamas,gránulos y restos de minerales caolinizados. Las aguas cargadasele sílice que cruzan los bloques a través de fisuras a veces im­perceptibles, surgen sobrecargadas de dicha substancia, y al aban­donarla por evaporación tapizan las superficies rocosas con unadelgada capa opalina (exsudación silícea, "pulimento" aparentepor silicificación superficial). La presencia de la sílice preserva alos bloques de un ulterior meteorización.

El retroceso de las formas topográficas, en forma aparentehacia el Norte, puede advertirse claramente en el cerro Arequita,del Uruguay, que en su porción Sur aparece muy meteorizado,con frecuentes "rock falls" y acumulación de una masa colu­vial bastante espesa, cubierta parcialmente por bosqueeillos se­rranos. Del lado Norte, en cambio, la roca se presenta más fres­·ca, y los efectos de la descomposición química son menores; el as­pecto escarpado de la ladera meridional del cerro, se debe al re­ferido retroceso. Este hecho se reproduce por otra parte en formastopográficas de menor entidad, y hasta en bloques de pequeñotamaño.

En diversos puntos del territorio utuguayo, y en algunas lo­calidades del riograndense se conocen casos de masas rocosas quepresentan el aspecto de hongos. En un principio se atribuyó est:;efecto a una posible erosión eólica (corrasión basal). Sin embar­go, es fácil comprobar que el referido adelgazamiento, mayor en

-67-

Page 68: Revista uruguaya geografia_08_1955

las partes más sombrías Y h.úl?ed~~, es debido a los procesos demeteorización química (caOhl1lZaClOn y otros), que tienen lugarprincipalmente en la porción inferior de las masas rocosas. Ejem­plos de reducción fungiforme, a veces espectaculares pueden ha­llarse en la sierra Mahoma y en los cerros del Penitente, del Uru­guay, aunque son tambi~n mu~ conocid.os en zonas donde ~floranareniscas (estratos de RlO BOl1lto, arel1lscas de Tacuarembo). Ta­les procesos son propios del clima actual, y no de climas especia­les más áridos de otras épocas, como lo había supuesto el geólogoK. Walther; de todas maneras son muy lentos y se realizan soloen condiciones apropiadas.

Otro fenómeno que afecta a las masas cristalinas y que puedeobs,=rvarse tanto en Río Grande del Sur como en el Uruguay, esel de la producción de canalillos y de pequeños valles en la super­ficie de las masas pétreas resistentes por la acción combinada dela erosión, disolución y de otros factores. Es frecuente la presen­cia de bloques y afloramientos rocosos afectados por series máso menos regulares de ondulaciones que parecen configurar todoun sistema de canales de desagotamiento de las aguas pluviales;tales sistemas no son tan perfectos como los que hemos podidoobservar en ciertas localidades del estado brasileño de Bahía, enla.s Agulhas Negras de Mantiqueira ó en el Nordeste Brasileño;de todas maneras, configuran un tipo de lapiez de canalillos rela­tivamente amplios, a veces poco insinuados y cuya trayectoriaestá marcada a menudo por costras de algas de coloración obscu.ra. En algunos casos las ondulaciones llegan a adquirir cierta en­tidad y determinan una microtopografía realmente singular. A es­te microrrelieve se suma el de los huecos que en épocas de lluviasuelen contener agua, configurando diminutas lagunas, donde laacción química derivada de la presencia del agua se acrece porsu propia permanencia; en ciertos casos tales huecos correspondena materiales extraños a la roca, reducidos más rápidamente porla meteorización; en otras ocasiones se trata de pseudoxenolitos,etc.

Huecos debidos a fenómenos de evorsión (marmitas fluviales),alveolos abiertos por cristalización de sales y luego por otros pro­cesos incluso los evorsivos, masas columnares de granito gnéissicoque se elevan bruscamente varios metros sobre el terreno y queen el Uruguay se suelen llamar "velas", figuras pétreas que re­producen las formas más variadas tales como aviones, cabezas deanimeles, etc. y huecos naturales determinados por la acción deloleaje o por la erosión lateral de las aguas, son frecuentes en elUruguay, y conocemos algunos ejemplos del estado de Río Grandedel Sur. Dada la índole de este trabajo, no nos referimos aquí aestos elementos de microrrelieve cristalino, que serán objeto deun trabajo especial.

-68-

Page 69: Revista uruguaya geografia_08_1955

4. - Modelado de la cobertura sedimentaria discordante.

Ya hemos dicho anteriormente que la cobertura sedimentariadiscordante superpuesta al macizo cristalino antiguo, comprendeal Narte y al Oeste de los territorios riograndenses y uruguayo,una sucesión de capas sedimentarias de diversa edad, a las que seagrega un espeso manto de rocas volcánicas básicas, variando laedad de los sedimentos entre los tiempos devónicos (y tal vez si­lúricos) hasta los modernos y recientes del cuartario o cuaterna­rio. Al Este del escudo cristalino y contiguamente al Atlánticosólo se despositaron terrenos sedimentarios terciarios y cuaterna­rios, que en parte parecen haberse deslizado sobre el borde másexterno del macizo, tal vez a lo largo de sucesivas superficies defalla, para sumergirse a cierta profundidad, siendo coronados pordepósitos más recientes. Además han ocurrido depósitos en lacuenca del río Santa Lucía, del Uruguay, a lo largo de una partedel litoral platense, y en el propio álveo del Plata.

La circundenudación de la región sedimentaria del Norte ydel Oeste, se ha llevado a cabo a lo largo de sucesivas etapas, co­menzando en los tiempos inmediatamente postdevónicos; es asíque parte de los estratos marginales correspondientes a las are­niscas de El Carmen, del devónico uruguayo, han desaparecido,seguidamente a la regresión marina de los tiempos devónicos, queen el Uruguay parecen haberse terminado con el depósito de lasareniscas llamadas de La Paloma. Mientras el mar, poco profun­do, cubría al cristalino, se depositaron las arcilitas, lutitas, etc.bandeadas (llamadas también esquistos) de Rincón de Alonso, deuna riqueza fosilífera extraordinaria. Los efectos de la glaciaciónpropia del piso gondwánico de Itararé, debió afectar profundamen­te a tales depósitos, dejando en cambio tillitas, bloques erráticos, ycapas de varvitas (o desmopeloditas), y huellas evidentes de ero­sión (cantos estriados, masas rocosas redondeadas y pulimentadas,etc.). La historia estratigráfica de los terrenos que siguen al Ita­raré es bastante variada: depósitos arenosos bajo un clima árido,formación de un delta, evolución de lagunas poco profundas é in­vadidas paulatinamente por vegetación de estero. Los depósitos<!le Río Bonito, en parte areniscosos, poseen capitas de carbón, ex­plotadas en territorio de Río Grande del Sur (por ejemplo, en lamina Candiota); los estratos de Palermo contienen escamas depeces ganoides y a veces restos de estos mismos; los de Iraty, sonconocidos por sus esquistos bituminosos y restos de Mesosaurusbrasiliensis. Finalmente, se producen los sedimentos de EstradaNova, muy variados y de difícil cronología, correspondientes alo que podría llamarse el meso-gondwana.

Frente a las acciones gliptogénicas posgondwánicas, tanto los

-69-

Page 70: Revista uruguaya geografia_08_1955

depósitos eogondwánicos, como los mesogondwánicos, han resis­tido en general muy poco, salvo en lo que respecta ~ algur:a.s .t~­litas muy consolidadas o cem~ntada~, y algunas aremscas slllclil­cadas o muy ferrificadas de RlO Bomto y de Estrada Nova, de lascuales han derivado lomas achatadas, cerros aplanados de pocaaltUra y de amplia base, escarpas y paredones correspondientesacuestas semiderruídas, torres naturales de escasa altura, y ma­sas fúngiformes a veces espectaculares, características sobre to­do de las capas areniscosas de Río Bonito, silicificadas superficial­mente en determinados casos. Pequeñas mesas en forma de "bu­ttes", no muy bien conservadas aparecen en algunas localidades,y hasta es dado hallar sobre áreas restringidas paisajes ruinifor­mes y pequeños mares de piedra, con bloques y masas fungifor­mes achatadas. Estas silicificaciones han permitido también quese conservaran algunos remanentes devónicos, figurando entre ellosel llamado cerro de Malbajar (del departamento de Durazno) yalgunas lomas achatadas correspondientes a los conglomerados deSeival (Río Grande del Sur), de cronología todavía dudosa. La es­casa resistencia de la mayoría de los depósitos eo y mesogondwá­nicos, ha traído en consecuencia un retroceso bastante marcadode la cobertura sedimentaria, adosada en forma discordante almacizo cristalino, y ha determinado la formación de una depresiónperiférica, que también afecta a la zona donde se extienden lascapas integrantes del neogondwana, en las areniscas llamadas aeTacuarembó (equivalentes a las de Botucatú), de estratificacióncruzada, de grano fino y redondeado pero de superficie mate, ha­biéndose realizado los depósitos, por lo menos en parte, bajo con­diciones climáticas áridas con predominio de erosión y acumula­ción eólicas (en sedimentos análogos del estado de San Pablo, sehan hallado incluso ventifactos, que corroboran más aún una ac­ción eólica dominante). Frente a la complejidad que muestra eleogondwana, los terrenos neogondwánicos son de estratigrafíamás simple, pero muestran en cambio una topografía bastante va­riada, coronando a veces tales sedimentos y protegiendo a las al­turas originadas por el modelado de los materiales mesogondwá­nicos (estratos de Estrada Nova).

En la actualidad los depósitos neogondwánicos, rodean a losmás antiguos del Gondwana uruguayo y riograndense formandoun extenso y relativamente estrecho anillo, desde el departamentode Durazno hasta las cercanías de Torres (Océano Atlántico). Es­tas capas buzan preferentemente hacia el Oeste ó el Noroeste, yen la zona no cubierta por el manto basáltico ofrecen un relievemuy particular de cuestas semiderruidas, cerros chatos (protegi­dos por areniscas "fritas" ó vitrificadas), quebradas, rupturas dependiente bruscas (que en el Uruguay se suelen llamar "grutas",por ejemplo" la Gruta de los Cuervos, del departamento de Ta­cuarembó). A veces, los cerros de areniscas poseen un "chapeaux"de basalto, que ha preservado las formas contra los efectos de la

-70-

Page 71: Revista uruguaya geografia_08_1955

erosión; en otros casos las paredes serranas y el borde de las cues­tas han sido parcialmente destruídos y convertidos en un conjun­to ruiniforme, con torres, masas rocosas fungiformes, etc. comoha ocurrido junto a la mencionada "gruta" y en la de los Hele­chos, también de Tacuarembó. Remanentes en forma de "buttes"y pequeñas mesas son frecuentes también en Río Grande del Sur;cerca de Porto Alegre, se eleva un cerro testigo bastante conside­rable, llamado morro de Zapucaya, con capas areniscosas de Botu­catú algo inclinadas. En el Uruguay los cerros se presentan a Ve­ces como restos alineados del paisaje tabular, constituyendo gru­pos colectivos notables tales como por ejemplo los Tres Cerros deCuñapirú, que se destacan en el paisaje como mesas dispuestasen orden. Consisten en restos de alargados promontorios determi­nados en la masa tabular sedimentaria por el trabajo fluvial, yque configuraban primitivamente las llamadas cuchillas "mesas",corriendo por ellas las divisorias de aguas. Algunos cerros comoel Miriñaque y el Buen Retiro, presentan laderas escalonadas, enrazón de la diversa resistencia de los estratos, aunque es casi gene­ral en las areniscas de Tacuarembó (y sus equivalentes de Botu­catú) el escalonamiento de las escarpas, en figura de "terrace­ttes" más o menos regulares. Debemos destacar que en los TresCerros de Cuñapirú y en otras alturas achatadas,- tanto del Uru­guay como del Brasil, las areniscas neogondwánicas sólo abarcanla parte superior de tales formaciones, correspondiendo el restoa terrenos gondwánicos ml:Í.s antiguos.

Cuando las areniscas de Tacuarembó ofrecen una vitrificaciónmarcada ("arenitos vidrados" de los geólogos brasileños), dan lu­gar a una topografía relativamente agreste, surgiendo a vecesentre las masas basálticas como ocurre en algunos puntos del de­partamento de Artigas, del Uruguay, especialmente en la partealta del arroyo Catalán y del Catalán Chico. En estos casos la re­sistencia de la arenisca a los efectos de la meteorización y de laerosión parece ser superior a la del basalto mismo. El materialsedimentario altamente vitrificado era empleado por los indiospara fabricar sus armas y utensilios; así por ejemplo, A. Tadcleypudo coleccionar un abundante, variado y bien trabajado mate­rial indígena, en las cercanías del arroyo Catalán Chico. La ma­yoría de las muestras son de coloración marrón rojiza o cárnea,pero algunas son obscuras o verdosas. La dureza, y la fracturaconcoidal del material, lo hacían apto para ser utilizado como ins­trumento cortante.

Las cuchillas llamadas de Taboleiro, Rosario, Santa Ana, Cu­ñapirú y otras (que corresponden a las mencionadas cuchillas "me­sas"), están constituídas total o parcialmente por areniscas de Ta­cuarembó (ó Botucatú). El modelado postgondwánico ha trans­formado toda la zona donde afloran estos sedimentos en una de­presión gliptogénica subsecuente, con gran número de remanen-

-71-

Page 72: Revista uruguaya geografia_08_1955

tes y de ondulaciones secundarias, por lo que en conjunto puedeconsiderarse como una penillanura cristali~a, que corresponde almodelado del escudo (basamento cristalino del Uruguay y escu­do riograndense). La depresión se continúa naturalmente a tra­vés de los terrenos mesogondwánicos y aún de los eogondwánicos.Ríos como el Tacuarembó, del Uruguay (con su afluente el Cu­ñapirú), y el Santa María, de Río G~'a?de del Sur (con suafluente el Ibicuy de la Armada), son bplCamente subsecuentes,y reciben todo un conjunto de tributarios que bajan de la escar­pa erosionada del basalto, ~ituada haCia el Oeste, configuran?ouna serie de corrientes flUVIales obsecuentes, que se han encaJo­.nado muchos kilómetros más allá de la línea general del "front"resistente, representado por la espectacular escarpa de cuesta, ala que el basalto protege en forma relativamente eficiente. En lasinmediaciones de la menCionada escarpa, y en terreno areniscoso,son frecuentes las áreas anegadizas, que corresponden en partea pequeñas planicies de inundaCión fluvial pero que también sedeben a los manantiales ubicados al pie del paredón abrupto quemarca la línea del "front"; tales terrenos, bastante húmedos enuna época del año son aprovechados localmente para el cultivodel arroz. Los suelos derivados de areniscas son naturalmente muypobres, pero ·las pasturas desarrolladas sobre ellas resisten bienlas sequías (nos referimos a las capas de Tacuarembó o de Botu­catú).

El basalto como cobertura de los sedimentos gondwánicosha sido bastante efectivo, resistiendo en forma obstinada las ac­ciones del modelado; sin embargo, y de acuerdo con la estructura,y aún de la textura, los materiales constituyentes del manto vol­cánico se meteorizan con cierta facilidad, sufriendo la acCión lla­mada "spheroidal weathering" ó descamación concéntrica, queno sólo afecta a masas de escasas huellas de disyunción, sino quetambién actúa en las columnas, favoreciendo la división transver­sal de las mismas. Por otra parte el basalto amigdaloide, graciasa su relativa porosidad ha permitido el progreso fácil de la me­teorizaCión en profundidad, descomponiéndose la roca, y dejandosueltos algunos minerales secundarios resistentes tales como ága­tas, cristalizaciones de cuarzo, etc. Los suelos derivados de la eda­fización de los regalitos basálticos son bastante fértiles, aunquedemasiados pedregosos en las partes altas del terreno, donde sue­len presentarse los llamados "campos de bochas", poblados de can­tos esferoidales y elipsoidales en proceso de descamación.

Dominando la estructura llamada "laminar" ó cuando predo­minan las diaclasas horizontales (ambas envuelven a la masa ca­racterizada por la disyunción columnar, presentándose en los cor­tes enCima o debajo de éste), el cauce de los arroyos y el terrenoen general tiende a ser aplanado con escalonamiento gradual queobliga a las aguas a formar pequeños saltos, sin mayor trascen­dencia. Pero cuando domina la estructura llamada columnar (pre-

-72-

Page 73: Revista uruguaya geografia_08_1955

dOmll1lO de las diaclasas verticales), las aguas fluviales tienen aencajonarse, dando lugar a la creación de cauces profundos y has-

.ta a verdaderas quebradas, cuyas paredes tienen escasa estabili­dad, desmoronándose con frecuencia, sobre todo si son atacadaspor las aguas en su porción basal, aunque el fenómeno puede serdeterminado por simple meteorización y a veces por la llamada"presión de las laderas". La topografía de trapp (escalonamiento)es característica de las escarpas basálticas, y es especialmente ob­servable en el estado de Río Grande del Sur, en los flancos de lamal llamada Serra Geral ó Serra del Nordeste, y en forma parti­cular en los "aparados" de dicha sierra. La vista oblicua desde unavión permite apreciar con nitidez esta estructura y esta morfo:­logía "trappeana". Este escalonamiento se combina en algunos ca­sos con el que resulta de la alternancia de las napas de basalto yde areniscas, aunque este hecho es particular solo de algunos lu­gares. Otras veces la morfología se complica aún más por la pre­sencia de areniscas vitrificadas, muy resistentes a la meteoriza­ción, que llegan a formar verdaderos remanentes, a veces especta­culares en medio de las masas basálticas en proceso de reduccióny peneplanización general.

La predominancia de la estructura columnar motiva la abun­dancia de escarpas, de valles (ó mejor quebradas) de paredes abrup­tas (por ejemplo, el Valle Edén, del Uruguay), de cauces profundosy a veces con saltos con desnivel sensible (frecuentes en Río Gran­de del Sur, en las cuencas del Caí, Tacuarí, tributarios del Yacuy,y que en menor escala suelen reproducirse en el Uruguay, porejemplo, el "salto" del Pozo Hondo, de Tacuarembó, formado porun arroyo de segunda importancia). Valles como el Tambezinho,con aspecto de verdadera quebrada, pueden observarse en la por­ción Nordeste de Río Grande del Sur, donde la profundidad delos mismos supera a veces los 300 metros. Cuando la roca predo­minante es un basalto macizo, vítreo, la topografía cambia bas­tante, haciéndose más uniforme; los terrenos son aplanados, po­co permeables, y las pasturas, sobre un suelo relativamente del­gado, sufren intensamente la acción de las sequías; este hecho escaracterístico de una parte del departamento uruguayo de Arti­gas y en ciertas localidades riograndenses situadas en las cerca­nías de Alegrete. Estos suelos no llegan sin embargo a presentarindicios claros de laterización y corresponden todavía pese asu coloración algo rojiza a suelos de pradera, y en extensiones im­portantes a suelos azonales, en los que se hace sentir de un modonítido la influencia de la roca madre. De todas maneras, las pra­deras desarrolladas sobre esta última clase de suelos son suma­m.ente aptas para la cría de ovinos, a pesar del inconveniente re­presentado por la escasez de aguadas permanentes durante la es­tación estival.

La presencia del basalto de estructura laminar, ó macizo, enlos cauces fluviales, reduce la profundidad de ríos y arroyos. En

-73-

Page 74: Revista uruguaya geografia_08_1955

cuanto al basalto columnar. al determinar escarpas abruptas, en­torpece las comunicaciones. 'Las líneas de escarpas son bastante vi-,sibles a lo largo de un "front" que va desde el departamento deDurazno (del Uruguay) hasta las cercanías del río Ibicuy (delBrasil); al principio carecen de continuidad, pero en la porciónmedia de Tacuarembó, en Rivera y una porción de Río Grande delSur" los bordes abruptos de la sierra Tambores, la cuchilla Ne­gra, las serras da Cruz y el borde Este de la de Caverá, ofrecenun espectáculo que llama la atención en el paisaje, pues el re­borde de cuesta, protegido por basalto, a pesar de su complejidaddeterminada por los efectos de la erosión secular, se presenta conuna nitidez extraordinaria.

Al Norte del Río Ibicuy, aparece la escarpa correspondienteal Planalto Riograndense, la cual va adquiriendo mayor entidady aparece mejor definida, a medida que se avanza hacia el Este,es decir hacia la cuenca del Río Yacuy, cuyos tributarios del Nor­te ó de la margen izquierda aparecen prácticamente encajonadosdentro de la masa de la meseta, la cual se eleva hacia los límitescon el estado de Santa Catalina, a más de 1000 metros de altitud.El borde de basalto en dirección Este corresponde a la localidad deTorres, donde un paredón muy abrupto y prácticamente cortadoa pico, entra en contacto directo con el océano.

Considerando la evolución de la escarpa de la llamada CuestaBasáltica de Haedo (limitada al Norte por el valle del río Ibicuy,tributario directo del río Uruguay), y que nada tiene que ver co­mo unidad geomorfológica con el Planalto Basáltico propiamen­te dicho, a pesar de su naturaleza napiforme, debemos destacarque el encajonamiento en ella de las corrientes fluviales obsecuen­tes, tributarias de los arroyos y ríos da Cruz, Ibicuy de la Armada,Santa María (de Río Grande del Sur), y Tacuarembó, TacuarembóChico (del Uruguay), no ha dependido sólo del retroceso paulati­no de tales corrientes a lo largo de las líneas de menor resisten­cia, sino también del gradual basculamiento de la masa basál­tica hacia el Oeste, realizada como consecuencia de procesos isos­táticos y tectónicos (derivados de la acumulación misma de losbasaltos, y de los movimientos de arqueamiento progresivo de lamasa cristalina del escudo, cada vez menos aparentes). Actual­mente, la superficie de la cuesta tiene un buzamiento muy suavehacia el río Uruguay (promedio de un metro por kilómetro); jun­to al mencionado río tiene en un punto (perforación del Arapey)540 metros de espesor correspondiente al manto basáltico, super­puesto a areniscas también inclinadas en el mismo sentido. Es posi­ble que una parte de la mencionada inclinación del terreno hayaexistido anteriormente al depósito de las napas volcánicas, aun­que el geólogo V. Leinz admite que los derrames volcánicos seprodujeron sobre superficies prácticamente horizontales.

El lento basculamiento del manto basáltico ha favorecido el

-74-

Page 75: Revista uruguaya geografia_08_1955

encauzamiento de algunas corrientes fluviales, pero también 10han favorecido ciertas estructuras del basalto, según dijimos an­teriormente. El trabajo de la red de arroyos obsecuentes ha sepa­rado de la línea de escarpas algunos cerros, tales como el BuenRetiro, de Rivera, el de Palomas (ó Pombas) de Río Grande delSur, é infinidad de formas menores; ha creado además promonto­rios alargados y de superficie achatada, como ocurre en las zonasde Lunarejo y Masoller, de Rivera, y entre las estaciones Tambo­res y Laureles, de la línea férrea que cruza el departamento deTacuarembó. En ciertas localidades, la escarpa ofrece un desnivelbrusco de 200 metros.

La red fluvial obsecuente ofrece un trazado que podría lla­marse "poligonal" pues se inscribe a las líneas de menor resisten­cia del basalto, cQrriendo los arroyos en forma zigzagueante. Cuan­do los paredones que marginan las quebradas &on atacados porla base, suelen ocurrir desplomes en masa, salvo en el caso de queuna cobertura de basalto laminar o macizo resista con eficacia enla porción superior, protegiendo a la roca subyacente, la que seahueca sin ceder, dando lugar a formaciones muy característicasllamadas en el Uruguay "galpones", ya que las salientes basálti­cas resistentes forman allí un verdadero techo. El aspecto poligo­nal de la red sólo corresponde a los cursos superiores de los arro­yos, siendo frecuentes los que en la estación menos lluviosa sehacen invisibles pues corren a través de la acumulación de can­tos basálticos y silíceos que llenan el fondo de los cauces.

El manto basáltico constituye en la porción centro oeste delUruguay (departamento de Durazno), una cobertura discordantedirecta sobre el macizo cristalino, y tiene allí poco espesor. La ex­tensión total abarcada por los afloramientos basálticos, si no setienen en cuenta las capas más modernas de sedimentos de la co­bertura (la que oculta localmente la roca volcánica), es de unos42.000 kms. cuadrados en el Uruguay, y de alrededor de 150.000kms. cuadrados en Río Grande del Sur. V. Leinz indica para un}'unto del territorio de este estado un espesor de unos 1000 me­tros, totalizando trece derrames sucesivos; la porción superior decada uno de estos se caracteriza por la capa lávica amigdaloide óvesicular.

La cuesta Basáltica de Haedo, con buzamiento suave hacia elOeste, comprende en las inmediaciones del Valle del Río Uruguay,un conjunto bastante extenso aunque no muy espeso de capascretácicas superpuestas en discordancia al manto basáltico, com­prendiendo las areniscas basales de Guichón, areniscas conglo­merádicas de Mercedes, algunos lentes calcáreos y areniscas fe­rruginosas del Palacio, conteniendo algunos de estos horizontesrestos fósiles de notosúquidos y de saurios gigantescos (dinosau­rios). Estas capas cretácicas no afectan a los departamentos deSalto y Artigas ni al estado de Río Grande del Sur.

-75-

Page 76: Revista uruguaya geografia_08_1955

Estos sedimentos han resistido mucho menos que el basaltofrente a las acciones gliptogénicas, salvo las capas dotadas decierto grado de silicificación y a veces (areniscas de Palacio) defuerte ferrificación. Forman relieves de mesas y cuestas poco ele­vadas, pero presentan generalmente escarpas hacia los valles flu­viales; tales escarpas se deben a veces al pasaje de un horizontesedimentario al siguiente. Hacia el río Uruguay, la histórica mesade Artigas, los Cerros Acollarados (con alturas que varían entrelos 50 y los 80 metros), ofrecen bordes abruptos bien netos;otras formas en cambio son más difusas y corresponden a relievesaplanados relacionados con las cuchillas que separan entre sí alos tributarios del río Uruguay; entre ellas figura la llamada cu­chilla de los Médanos de flancos y a veces cimas arenosas. En lamesa de Artigas, inmediata al río mencionado, la base está cons­tituída por areniscas relativamente friables (capas de Guichón),pero en la parte más alta aparece un material conglomerádicoresistente debido a una parcial silicificación del cemento (capasde Mercedes?).

Los arroyos que corren por las areniscas cretácicas tienen engeneral abundantes depósitos arenosos en su cauce o en las már­genes del mismo, fijados parcialmente por la gramínea llamadacanutillo (Andropogon latteralis) bastante alta y muy caracterís­tica de los terrenos arenosos húmedos. Los que corren por arenis­cas conglomerádicas están marginados de depósitos de cantos si­líceos redondeados (presumiblemente amígdalas del basalto). Elcemento de ambos materiales es variable, pero es generalmentearcilloso o ferruginoso, y los suelos resultantes son en generalpoco fértiles, con vegetación predominante de cola de zorro (An­dropogon panyculatum) y paja de plata (A. saccharoides). Local­mente el cemento se hace calcáreo y a veces silíceo; en este últi­mo caso, la topografía se complica, siendo frecuentes las escarpasy los afloramientos de materiales resistentes, a menudo con su­perficies aparentemente pulidas (silicificación por exsudación).

Las capas superiores del cretáceo, resultan las más interesan­tes desde el punto de vista geomorfológico, ya que la acción glip­togénica ha determinado en ellas fotmas que pocas veces se presen­tan en las demás formaciones, incluyendo huecos separados porcolumnas cilíndricas bastante regulares, como ocurre en la llama­da Gruta del Palacio y en otras menores (Cueva del Tigre, de lacuenca del Ñacurutú, por ejemplo). En general se trata de escar­pas y de bordes de pequeñas quebradas (y aún de cauces), dondepor disolución de material calcáreo y por ablación del ferruginoso,se producen huecos cada vez mayores, hasta que entre tales es­pacios quedan como remanentes columnas al principio toscas, ydespués cada vez más perfectas. Estas a su vez, adelgazadas en labase, llegan a ceder, y parte del techo, bastante permeable se de­Trumba. Este ahuecamiento pogresivo se debe primordialmente a

-76-

Page 77: Revista uruguaya geografia_08_1955

la meteorización y disolución del cemento de la arenisca ferru­ginoso-calcárea; pero luego la erosión juega un papel preponderan­te. La meteorización se ve favorecida por la sombra y la humedad;las aguas responsables de la disolución y ablación entran por eltecho cuarteado de estas "grutas". Tan regular es el trabajo na­tural de modelado de estas formaciones que algunos arqueólogossupusieron que la Gruta del Palacio era obra de los indios; sinembargo el geólogo K. Walther pudo demostrar que se tratabade un fenómeno natural.

Las capas cretácicas se distribuyen actualmente en el Uru­guayen forma algo discontinua, apareciendo la masa principalde estratos junto, y en el valle, del río Uruguay. Pero existen re­manentes importantes bastante alejados de dicho valle en una par­te de la cuenca del río Santa Lucía, ocupando un área relativa­mente extensa y teniendo un espesor bastante apreciable. Unremanente interesante de tales capas se encuentra junto al ríomencionado, en el lugar llamado, Parador Tajes (departamentode Canelones). Todos estos relictos indican la gran difusiónque tuvieron anteriormente estos estratos, que fueron redu­cidos posteriormente por las acciones gliptogénicas. Parecería quelas capas llamadas de Guichón se hubieran depositado bajo unclima relativamente árido; la humedad fué luego incrementando(podría corresponder este hecho, siguiendo las ideas de A. We­gener, a la primitiva aparición del Atlántico), y las aguas de ré­gimen torrencial arrastraron las arenas y arrancaron o simple­mente acarrearon los trozos silíceos derivados de la meteorizacióndel basalto, y dieron origen a depósitos conglomerádicos, al prin­cipio ferruginosos; por ascensión capilar los óxidos de hierro seconcentraron en la superficie y dieron lugar a las capas llamadasde Palacio. Posteriormente parte de los estratos conglomerádi­cos se silicificaron superficialmente, siendo además reemplazado sucemento calcáreo por cemento silíceo. Parte del calcáreo arras­trado por las aguas se depositó en forma gradual en lagunas, yallí llegó a formar capas de sensible espesor por sedimentacióndeterminada por la concentración del material, que se silicificóluego superficialmente; hoy estas lagunas forman cerros, habien­do habido una verdadera inversión del relieve, resistiendo las ca­lizas silicificadas más que los estratos colindantes. Las calizas delQueguay, como se llama a estas capas dan lugar a los cerros de­nominados Buricayupí, Cueva del Tigre, y otros del departamen­to de Paysandú, pero ocurren tarpbién en otros puntos del territo­rio uruguayo.

Probablemente fenómenos de inversión del relieve análogosa los que ofrecen las calizas parcialmente silicificadas del Que­guay, ocurran en los sedimentos gondwánicos; pero en este últimocaso el hecho no ha sido demostrado todavía en una forma con­vincente. La sobresilificación de las calizas ha dado lugar a la

-77-

Page 78: Revista uruguaya geografia_08_1955

formación de grandes masas opalinas (que en parte correspondena la llamada carneolita, de K. Walther) de la que los indios ex­traían el material para hacer sus puntas de flecha y puntas delanza; calizas de esta clase, muy resistentes dan lugar a la cono­"Cida Cascada del Queguay. Afectadas por el levantamiento entre­rriano, las capas cretácicas han sufrido los efectos de una "reto.,mada de erosión", de la cual quedan algunos indicios observablesy otros dudosos que podrían atribuirse al mismo efeCto (sensiblesincluso junto al río Uruguay).

Los terrenos terciarios del Uruguay (incluyendo las calizasya citadas, de edad no bien determinada), que comprenden las ca­pas llamadas de Fray Bentos, de las cuales han derivado suelosfertilísimos, y que aparecen con preferencia en el Valle del ríoUruguay, y en la cuenca del río Santa Lucía, y diversos terrE:nospliocénicos incluso los correspondientes a la Transgresión En­trerriana, ocupan en el país un área periférica. Ofrecen en gene­ral una topografía relativamente suave, aunque a veces dan lugara bordes abruptos, especialmente junto a las corrientes fluviales(Barrancas próximas a la Barra de Santa Lucía, barrancas litora­les de Atlántida, de Mauricio, de San Gregario, acantilados dePunta Gorda de Colonia, barrancas marginales del río Uruguayentre San Javier y Paysandú, y en las inmediaciones de Fray Ben­tos, y barrancas de los Loros y del cerro San Francisco o Bautis­ta, del Río de la Plata). A estos terrenos conviene relacionar lasareniscas amarillentas y rojizas, en parte conglomerádicas de Sal­to y San Javier, que junto a la primera de las poblaciones nom­bradas dan lugar a suelos arenosos donde se cultivan citrus, el ma­ní v otras plantas. Estos estratos tienen noca influencia en la to­pografía aünque hacen el terreno algo oñdulado, ya que han re­sistido los afeCtos de la meteorización y la erosión por una par­cial opalización.

Eñ cuanto a los depósitos de limo pampeano aparecen en di­versos puntos del Uruguay y aún de Río Grande del Sur (mitadmeridional). Las mayores acumulaciones se observan hacia el Su­doeste del Uruguay y en torno de la Laguna MerÍn. Los espeso­res son en general exiguos, y en numerosas localidades las capashan sido presas de un abarrancamiento general, originándose badlands de extensión reducida, pero que impiden el trabajo de latierra; .ésta última, cuando ha derivado de la edafización del men­cionado limo es bastante fértil, pero relativamente permeable yfácilmente erosionable en pendientes acusadas. De ahí que juntoa arroyos como el Tres Cruces y el propio Río Cuareim, del de­partamento de Artigas, el pampeano, cuando ha sido respetadopor las corrientes fluviales, forma masas alargadas en la p:::rtemás profunda de los valles, ya que a mayor altura ha sido prácti­camente arrasado por obra de la denudación. En razón de queeste terreno geológico aparece formando infinidad de manchas aveces de extensión muy reducida tanto en el Uruguay como al

-78-..

Page 79: Revista uruguaya geografia_08_1955

Sur de Río Grande del Sur, no se le representa en general en 103

mapas geológicos, excepto cuando se trata de depósitos de granamplitud. Sobre el limo pampeano, y a lo largo del Plata y laLaguna Merín (en general a bastante distancia de ésta) aparecenlos terrenos fosilíferos (contienen habitualmente subfósiles), de latransgresión queran.dina, que tal vez deban atribuirse por lo me­nos en parte a movimientos eustáticos. En Buenos Aires, cuandose pasa -del puerto a la ciudad, se advierte la presencia de la ba­rranca derivada de la oscilación querandina, que se reproduce enuna buena parte del litoral platense uruguayo, y hasta existen in­cEcios de ella en la cuenca sedimentaria de la Laguna MHín yé.ún en la de los Patos.

Topográficamente, parte de la cuenca del río Santa Lucía, delUruguay, y de la Región Lagunar del Este, así como ciertas áreasde extensión más reducida como el Arazatí (departamento de San.José), Carrasco y Solís Grande (departamento de Canelones), etc.corresponden a verdaderas llanuras de acumulación, con sus li­mos, arenas, depósitos turbosos, arcillosos, sus médanos y sus es­teros. Los suelos son aquí anegadizos, a veces planosoles caracte­rísticos, y en algunos casos turbosos o salinos. Hacia la LagunaIVlerín están poblados en determinadas extensiones por la palmabutiá (Butia yatay) que forma vastas consociaciones. Son comu­nes además los pajonales de paja brava (Panicum prionitis) y losjuncales, totorales, etc. Parte del relieve primitivo aparece aquíprácticamente enterrado por sedimentación ulterior; los ríos yarroyos han cambiado frecuentemente de curso, y los trozos debucles abandonados se ven por doquier; por otra parte son comu­

1'leS las lagunas circulares de escasa profundidad, que denuncianla progresiva senilización hidrográfica de la región. Una inspec­ción aérea de esta zona muestra claramente el estado de atrofiafluvial que caracteriza a los ríos y arroyos de todo el litoral la­gunar, donde los cultivos de arroz ocupan grandes extensiones,sobre todo en Río Grande del Sur.

La Planicie Costera ocupa una amplia franja continua de te­Trenos modernos que marginan el Atlántico; pero en el litoralplatense se hace discontinua, apareciendo planicies de importan­cie. local separadas por cuchillas cristalinas, que al alcanzar elestuario determinan en general puntas pedregosas. Las lagunasse disponen en esta llanura en dos series: la principal correspondea las lagunas uruguayas de Sauce, José Ignacio, Garzón, Rocha,Castillos y Negra; a las grandes lagunas Merín y Patos (relacio­nadas por el río San Gonzalo, desaguando la de los Patos por elcanal natural llamado Río Grande del Sur); y otras lagunas rio­grandenses de importancia menor denominadas Barros, Quadros,Itapeva, etc. la serie secundaria, y más próxima al Atlántico co­rresponde a lagunas muy alargadas, entre las que se destacan lade Mangueira, y otras menores como Gaiuba, Peixe, do:; Veados

-79-

Page 80: Revista uruguaya geografia_08_1955

y Fortaleza. La primera.serie parece ;orresponde:' a una regiónfallada (opinión compartIda por el geologo OctavlO Barbosa); lasegunda serie es en cambio más moderna se extiende en una re­gión medanosa, aunque .también no faltan aquí algunos sedimen­tos arcillosos. Existe una relación entre ambas series de laguna')y los movimientos de litoral, de los que aquí no nos ocuparemos,aunque ya hemos dicho algo anteriormente al respecto. .

Las diversas formas de relieve que dominan en territoriouruguayo y riograndense influyen directamente sobre la distribu­ción de las masas vegetales y las actividades humanas. En relacióna estas últimas sólo diremos que en el Uruguay, las líneas férreas,para evitar la inútil construcción de puentes, siguen a menudo ellomo de las cuchillas; tal es el caso de la vía que va de San Joséhasta Mercedes, y la porción del trayecto ferroviario comprendidoentre Cerro Colorado y Fraile Muerto, de la línea que une Mon­tevideo con Mela. A lo largo de la depresión subsecuente que mar­gina el "front" basáltico, corren los tramos ferroviarios que vandesde el Valle Edén hasta Rivera, y luego de Santa Ana do Livra­mento, a través de Rosario do Sul, hasta la Depresión Central Rio­grandense; por esta continúa la línea férrea por un lado a PortoAlegre, y por otro hasta Uruguayana. Hemos visto por otra parte,que pequeños detalles morfológicos, como el gap llamado Abra dePerdomo, del Uruguay, resulta un pasaje obligado para la corrien­te fluvial que lo amplió, del ferrocarril y de la carretera.

Por otra parte las formas de relieve uruguayas y riogranden­ses se agrupan en unidades geomorfológicas, que constituyen unabase bastante aceptable para fundamentar en ellas la división re­gional de ambos territorios. Tratándose del Uruguay, por ejemplo,su área no es lo suficientemente amplia ni lo suficientemente que­brada como para determinar la existencia de macro-regiones dedistinto clima. En cambio, las unidades geomorfológicas se hacendirectamente sensibles é influyen en el paisaje geográfico, en lostipos de suelos, en la vegetación y aún en ciertos rasgos humanosde las áreas que afectan.

Tales unidades geomorfológicas, a las que nos hemos referidoextensamente en diversos trabajos (Revista Geográfica del Institu·to Panamericano de Geografía é Historia, N? 31 a 36, 1953; RevistaUruguaya de Geografía, N9 4, 1951; Tierra Uruguaya, 1954, etc.)serían las siguientes: Valle del Rio Uruguay (Alto, Medio y Bajo);Cuesta Basáltica de Haedo; Planalto Riograndense (con la sub­región llamada impropiamente Serra del Nordeste); PenillanuraSedimentaria Gondwánica (con la subregión llamada DepresiónCentral Riograndense); Penillanura Cristalina Platino-Atlántica(con subregiones serranas al Este del Uruguay, y al Sudeste deRío Gran~e del Sur); Planicie costera (con los sectores uruguayoy riograndense, y los litorales oceánico y lagunar).

.Las fotografías y dibujos son originales del autor.

-80-

Page 81: Revista uruguaya geografia_08_1955

BIBLIOGRAFIA SUMARIA

1. - Ab Saber Asis N. - Regioes de circundesnudac;ao pos-cretácea.no planalto brasileiro. Bol. Paulista de Geografia. Ni¿ 1 1949.

2. - Bigarella J. J. - Esbozo da geomorfologia do estado de Paraná.IBPT. Bol. 32. Año 1954.

3. - Carvalho P. F. - Reconhecimento geológico no estado de RíoGrande do Sul. Bol. 66 do Servo Geol. e Min. do Brasil. 1934.

4. - Conselho N. de Geografía (IBGE) - Divisao regional do Brasil.Sul, 1949.

5. -< Chebataroff J. - Rasgos geomorfológicos del territorio urugua­yo. Rev. Urug. de Geogr. N9 5, 1951.

6. - Chebataroff J. - Las regiones naturales de Río Grande del Sury de la Rep. Oriental del Uruguay. Rev. Geogr. del Inst. Panam. de Geogr.é Hist. Nros. 31, 36, 1953.

7. - C!).ebataroff J. - Tierra Uruguaya. Montevideo. 1954.

8. - Chebataroff J. - El Río de la Plata. (caracteristicas generalesy evolución de sus costas). Rev. Nacional. N9 184, 1955.

9. - Du Toit A. - Comparac;ao geológica entre a América do Sul e aAfrica do Sul. Río de Janeiro. 1952.

10. - Falconer J. - El Sistema de Gondwana en el Uruguay. Inst.Geol. del Urug. 1936.

11. - Giuffra E. S. - La república del Uruguay. Montevideo. 1935.

12. -< Lambert R. ~ Estado actual de nuestros conocimientos acerca

de la geologia de la Rep. O. del Uruguay. Montevideo. 1941. (Edit. Inst.Geol. del Urug.l.

13. '- Leinz V. - Contribuíc;ao a geologia dos derrames basálticos noSul do Brasil. Sao Paulo, 1949.

14. Mac Millan J. - Los terrenos precámbricos del Uruguay. Mont.Bol. Inst..Geol. del Urug. 1933.

15. - Martins E. A. - Síntese geológica do Río Grande do Sul. Ríode Jeneiro, 1932.

16. -< Nogueira P. de C. - Regioes fisiográficas do estado do RíoGrande do Sul. Geol. e Metal. Sao Paulo, 1948.

-81-

Page 82: Revista uruguaya geografia_08_1955

17. - Oliveira A. & Leonardos O. -. Geología do Brasil. Río de Janeiro

li943.

18. - Rambo B. - Fisionomia do Río Grande do Sul. P. Alegre. 1942.

19. - Ruellan F. - O escudo brasíleiro e os dobramentos do fundo.

Río de Janeiro. 1952.

20. _ Serra N. - Memoria explicativa del mapa del Dep. de Treintay Tres. Bol. Inst. Geol. del Urug. 1944.

21. -- Walther K. - Estudios Geológicos y geomorfológicos. Montevi­deo. Rev. del Ins. Hist. y Geogr. 1923.

23. - Walther K. - Sedimentos gelíticos y clastogelíticos. Bol. Inst.Geol. del Urug. 1931.

24. ~ Windhausen A. - Geología argentina, 2 Vol. B. Aires, 1931.

Bloque granítíco ahuecado inferiormente nor la acción de la humedad favorecidapor la sombra. (S. Mahoma, Uruguay).

-82-

Page 83: Revista uruguaya geografia_08_1955

{'obertu.ra Sedl.,."en.éa.r,,:a; GoncíJ..oV'a..'"nlcoC"l

Mapa Esquemático de, las principales formaciones geológicas del UruguayGrande del Sur (el Devónico uruguayo aparece marcado .en negro);

-83-

Page 84: Revista uruguaya geografia_08_1955

Bloque dIagrama demostrativo de las relaciones existentes entre el macizo cris­talino Cr. y los sedImentos gondwánicos G (coronados por el manto basáltico F)y los sedimentos modernos Ll. En DS y T se ve la depresión subsecuente. 1 y 2indican los anticlinales del plegamiento de fondo; y en CH se ven cerros chatos

separados por erosión.

~ 13rasi¿ú. (?rea:eva'm'co)

ro:<;:'I" • <>" '1-'~ .( "ar'tTe .. ./1. • ..00"1""0

rIfl/) Estr. de .7'aierrno • Neta

[ill] Estreu:!a. .Il{wa. ~

~ Aren. d<. B",era Ikst" ~

13asaü:aS

Corte geológico ideal (algo simplificado) entre el río Yaguarón Inferior y las fuen­tes del río Arapey. En F se ve el "front" basáltico. y en S y A los plegamientos de

fondo

-84-

Page 85: Revista uruguaya geografia_08_1955

El Morro da Policia (275 m.) integrante de un gruDo de monadnocks cristalinos in­mediatos a Porto Alegre.

Meteorización del granito a 10 largo de ias junturas y descamación Dar hidratacióny otras causas (Alrededores de Porto Alegre).

-85-

Page 86: Revista uruguaya geografia_08_1955

Mar de piedra llamado Sierra de Mal Abrigo (Uruguay) constituido por granitogneissoideo afectada por un intenso dinamometamorfismo.

Cuchillas y valles con afloramientos de granito (Mal Abrigo. Uruguay).

-86-

Page 87: Revista uruguaya geografia_08_1955

Ejemplo de reducción fungiforme de un bloque granítico (Guaycurú, Uruguay),

Exfoliación esferoidal de granito hastavarios metros de proflmdidad. (PortoAlegre, Río Grande del Sur, Brasil).

Bocha de diabasa con muestras de ex­foliactón producida por hidratación yotros factores. (S. Mahoma, Urugua)').

-87-

Page 88: Revista uruguaya geografia_08_1955

Cerros algo crestados, integrantes de la Sierra. de Minas. en su porClOn cuarcitica.(En primer plano: cantera de calizas cristalinas).

Cerro Arequita, constituido por rocas efusivas ácidas (Lavalleja. Uruguay).

-88-

Page 89: Revista uruguaya geografia_08_1955

Mar de piedra en un cerro granitico al Norte de la Sierra de las Animas(Maldonado) .

Quebrada de los Cuervos, excavada en rocas metamórficas por la red del arroyoYerbal (Dpto. de Treinta y Tres).

-89-

Page 90: Revista uruguaya geografia_08_1955

Cuarcitas con pulimento fósil realizado por.la abrasión del oleaje prequerandino(Colonia).

Borde relativamente abrupto de una "cuchilla mesa" derivada del modelado pro­gresivo del manto basáltico (Tacuarembó, Uruguay).

-90-

Page 91: Revista uruguaya geografia_08_1955

Los Tres Cerros de Cuñapirú (Rivera), restos de una "cuchilla mesa", coronadospor areniscas siliciflcaaas (foto Taddeyi.

El Cerro Batoví, ejemplo de mesa residual, con su característíco "chaoeau" resís­tente (Uruguay). Foto A, Taddey.

-91-

Page 92: Revista uruguaya geografia_08_1955

Insinuación de "Iardangs" originados por deflacción eólica y corraSlOn en arenis­cas cretácicas de las orillas del rio Negro (dep. de R. Negro).

Cerros separados por los arroyos obsecuentes del "front" que bordea la depresiónsubsecuente (Cerro Palomas, junto a la Serra da Cruz, R. Grande del Sur).

Foto Taddey.

Page 93: Revista uruguaya geografia_08_1955

"Front" basáltico de la Cuchilla Negra y cerro aislado de él nor denudación(C. Buen Retiro, Rivera).

Porción del Planalto Riograndense entre Caxias do Sul y Novo Hamburgo. cortadopor profundas quebradas.

-93-

Page 94: Revista uruguaya geografia_08_1955

Cascada del Pozo Hondo, abierto l'or un tributario indirecto del arroyo Tambo­res en basalto provisto de diaclosas verticales.

-94-

Page 95: Revista uruguaya geografia_08_1955

Cascada del Río Queguay determínada por calizas sobresílicífícadas (Paysandu1.

Sedimentos modernos situados al Este del macízo cristalino. que muestran los efec­tos de una "retomada de erosión" (Rocha).

-95-

Page 96: Revista uruguaya geografia_08_1955

Estratificación entrecruzada en la base de las Barrancas de San Gregorio (SE:n 30sé.Uruguay).

Efectos de la corrasión cólica y las aguas en areniscas y arenas flojas del litoralrochense (Uruguay).

-96-