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16 VANGUARDIA 14 DE FEBRERO DEL 2011 la portada EL TRISTE FIN DE LA CORTE DE CORREA JUSTICIA

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la portada

el tRIste fIN De lA coRte De coRReA

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Fue el peor y el mejor momento para dar un golpe mortal a la reputación de la Corte Constitucional, según se lo mire. Lo que había sido un fiel baluarte de Rafael Correa se convirtió en un problema. Solo útil mientras diera el SI a la consulta y sin condiciones. Las denuncias de Galo Lara acabaron por matar a la transición...

el tRIste fIN De lA coRte De coRReA

l presidente Rafael Correa levanta en Cuenca su brazo dere-cho, a la altura de su cabeza y hace la tradi-cional seña de contar dinero, al tiempo que dice con su risa sardó-

nica: “ahí hay mucho poder, hay mucha presión”. La señal es clara: la corte o los magistrados constitucionales reciben dinero. Lo dice el propio Presidente, de la misma Corte a la cual pidió que le califiquen las preguntas para su con-sulta. La Corte Constitucional y sus magistrados recibieron el peor golpe a su reputación en su historia. La enti-dad, que era la reina del nuevo sistema jurídico que se diseñó en Montecristi, moralmente ya no existe. Eso lo saben en la propia Corte, donde a raíz de las denuncias del asambleísta Galo Lara, se desparramó el saco de alacranes.

Pero, lejos de adminir cualquier asomo de culpabilidad, ahí dentro le dan otra razón. Fuentes vinculadas a la Corte, que pidieron la reserva, sos-tienen que este es un acto de venganza a partir de dos fallos que, dicen, gene-raron la reacción de poderosos bufetes de abogados, aunque no los mencio-nan. Los casos –dicen- son las sen-tencias que obligaron a la cementera Holcim a pagar cerca de 32 millones de dólares a sus trabajadores y la que obligó a Endesa Botrosa a devolver las 3 400 hectáreas adjudicadas de El Pambilar, en Esmeraldas luego de una

larga batalla jurídica. Esta última sen-tencia tuvo otras consecuencias. Entre las resoluciones estuvo la destitución de una jueza, de un alto funcionario de la Procuraduría, y de María Cerón Terán, servidora de la Fiscalía General del Estado “por evitar y obstaculizar el cumplimiento de la resolución cons-titucional y el auto de ejecución de materias de esta acción”. En la Fiscalía demoraron en cumplir la orden, hasta que una llamada del presidente de la Corte obligó a cumplir la sentencia, bajo advertencia de destitución al pro-pio fiscal general, y Cerón salió.

Este es uno de los pasivos que en la Corte, se aduce, le pasó la factura al presidente Patricio Pazmiño.

No se esperaban, sin embargo, de ninguna manera, que la contundencia del ataque de Galo Lara, con copias de cuentas y de cheques incluidas, irrum-piera en el escenario aparentemente domeñado con el cual se iba a dar el sí al pedido del Presidente.

El 3 de febrero, el asambleísta de Sociedad Patriótica dio el toque de cla-rín para tumbar a la Corte y de paso a la consulta popular. Lo primero, está claro, está a punto de lograrlo, y lo segundo casi lo consigue. Acto seguido a sus denuncias hizo una propuesta de destitución de la Corte Constitucional que fue apoyada por 47 votos de 105 asambleístas presentes, frente a esca-sos 8 votos negativos y una silenciosa protesta de 7 votos en blanco y 43 abs-tenciones. Estas últimas, del bloque de

e

GAlo lARA , asambleísta de Sociedad Patriótica inició la serie de denuncias contra la Corte Constitu-cional. Aquí en el salón del Pleno de la Asamblea.

Foto: ASAmbLeA nACIonAL

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lA coRte en pleno recibió a Rafael Correa y a su vo-cero, Alexis mera, cuando presentaron las preguntas de la consulta.

PAIS. El oficialismo nunca había vota-do así en un proceso que dependía de defender enfáticamente a los compa-ñeros del proyecto.

La denuncia de Lara destapó ade-nás una guerra interna en la Corte Constitucional y puso a dudar del apoyo oficialista a la Corte. En Carondelet, luego de varias reuniones entre el pre-sidente Correa y Pazmiño, para dar una salida a la situación, la balanza se viró a favor de proteger el prestigio de los magistrados con el fin de legitimar la consulta. No quedaba de otra: bajarse la Corte con cualquier pretexto era un riesgo demasiado alto.

La otra opción no era sencilla y jugaba con la teoría de la conspiración: un ataque sistemático desde el propio gobierno para poner a la Corte a sus pies y evitar cualquier veleidad frente a las preguntas de la consulta. Si no, se pre-guntaron en la Corte: ¿de dónde podía sacar el asambleísta Lara un cheque y listado de cuentas bancarias con retiros y depósitos? O de la Súper de Bancos, o de la Unidad de Investigaciones de Delitos Financieros. En suma, del pro-pio Estado. La razón: ponerlos contra una espada y una pared en una secuen-cia de denuncias que terminaría por tumbar la consulta.

Lara niega esta posibilidad: "no es la primera vez que manejo información parecida. Lo niego enfáticamente".

Fuentes de la Corte revelaron que Pazmiño, un día antes de que el asam-bleísta hiciera públicas sus acusacio-nes, recibió una llamada de la Fiscalía para avisarle que había una indagación en su contra.

A la par que el legislador opositor iba entregando noticias sobre el pago de 1 050 000 de dólares al abogado Alfredo Larrea, hermano de Arturo Larrea, secretario de la Corte, se fueron ampliando las denuncias que preten-dían causar tal desprestigio del máximo ente constitucional, para que su fallo positivo respecto a la consulta careciera al menos de fuerza moral.

La Cervecería Nacional salió al prin-cipio al paso de las denuncias, recono-ció el pago, pero dijo que se trataba de un contrato de servicios profesionales.

Hasta la semana pasada, la empre-sa no había mostrado ni el contrato, ni el informe ni la factura de cobro ni la

nes laborales Richard Espinosa, que falló en contra de los trabajadores. Esta sentencia fue apelada.

Los trabajadores alabaron la medi-da. En un comunicado interno difun-dieron lo siguiente (sic):

“Compañeros. Ha sido una estruen-dosa derrota para el Dr. Alexis Mera, quien ha defendido con toda su pasión a Cervecería desde el influyente cargo de asesor jurídico del Presidente de la República; ha sido un fracaso rotundo para el ministro Espinosa y su vicemi-nistro José Francisco Vacas, quienes tanto lucharon para pisotear nuestros derechos; ha sido una pérdida vergon-zosa para la Procuraduría General que prefirió defender a Cervecería y no al Estado a pesar de los importantes perjuicios fiscales en juego; ha sido

Laborales para defender a toda costa los intereses de Cervecería".

La réplica llegó casi un mes más tarde, el 22 de noviembre, cuando el juez primero de Tránsito de Pichincha acogió, a su vez, un pedido de medidas cautelares del Presidente de Cervecería Nacional, en contra de la sentencia del juez del Guayas. Y anuló su resolución.

Como respuesta, el 26 de noviembre del 2010, el juzgado noveno de la niñez, del Guayas, concedió nuevas medi-das cautelares al sindicato de trabaja-dores. Las medidas otorgadas por la jueza fueron explosivas: la retención de las cuentas de Cervecería hasta por 91 millones de dólares aproximadamente; el secuestro de las marcas Pilsener y Club y el impedimento de venderlas; la prohibición de enajenar y una orden de

retención tributaria respectiva. La ofi-cina de Lara le comunicó al SRI el caso, para que actuara al respecto.

Alfredo Larrea, el involucrado, explicó que la empresa había acepta-do su estrategia legal de mover el caso hasta la Corte a partir de fallos contra-dictorios de varios jueces.

Esta historia de contradicciones, que el abogado contratado por Cervecería dijo que era parte de su estrategia, empezó el 26 de octubre del 2010.

En esa fecha, el juez 12 de lo civil del Guayas aceptó un recurso de amparo interpuesto por el sindicato de Cervecería. El recurso era en contra de una resolución del ministro de relacio-

una merecida bofetada Cervecería que creyó que podía tapar con su poder lo que, en su momento, hasta sus propios abogados le advirtieron que era un abuso del derecho y que tarde o tem-prano serían descubiertos. Pero, sobre todo, ha sido un gran triunfo para la clase trabajadora ecuatoriana y un acto de justicia.

"Aún falta camino por andar, con-tinuaba el comunicado. No debemos subestimar ni el poder económico de Cervecería ni el poder político del Dr. Alexis Mera. Debemos permanecer vigilantes de las maniobras que se des-atarán ahora en la Corte Provincial del Guayas y en el Ministerio de Relaciones

Foto: PReSIdenCIA de LA RePúbLICA

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arraigo para los principales ejecutivos de la empresa.

Ardió Troya. La defensa más visi-ble fue la del gobierno: los ministros José Serrano y Nathalie Cely, y el ase-sor jurídico Alexis Mera hicieron una furibunda y argumentada defensa de la empresa y acogieron sus tesis, incluso con rueda de prensa oficial.

Mientras la espuma cervecera crecía en esta escaramuza legal, otro grupo de empleados de Cervecería planteó la acción constitucional 1383-2010, que recayó en el juez vigésimo segundo de garantías penales de Pichincha, quien les dio la razón y revocó una por una las medidas de la jueza del Guayas.

El 3 de enero del 2011 intervino el Defensor del Pueblo. En una providen-cia exigió a las entidades públicas invo-lucradas que ejecuten la resolución de de la jueza de la Niñez del Guayas, que falló con medidas cautelares en favor de los trabajadores.

La Corte tomó nota de esa provi-dencia de la Defensoría y dijo que "en base a lo establecido en la sentencia 001-10-PJO-CC, establece que los meca-nismos constitucionales de cumpli-miento de sentencias, se constituyen en garantías jurisdiccionales, por lo que ante resoluciones constitucionales con-tradictorias, que impidan la ejecución de lo resuelto, la Corte, en virtud de lo contemplado en el artículo 436, nume-ral 9 de la Constitución, se constituye en el órgano competente para conocer sobre dicho incumplimiento y dirimir los conflictos que puedan suscitarse". Según la corte, tanto fallo contradicto-rio impedia la ejecución de una senten-cia. ¿Era esta parte de la estrategia legal del abogado Larrea y de la Cervecería?

El artículo de la Constitución en mención atribuye a la CC "conocer y sancionar el incumplimiento de las sen-tencias y dictámentes constituciona-les". Por lo tanto, una por una, la Corte derogó y suspendió las resoluciones que habían dado los al menos cuatro jueces que intervinieron en el caso, hasta cuando la Corte se pronuncie sobre el caso. La sentencia fue aproba-da por los ocho magistrados presentes, faltó Alfonso Luz Yunes, quien estaba en otra ciudad.

Lara asoció los pagos, depósitos y retiros entre Cevecería y Alfredo

Larrea, con las decisiones de la Corte:El 7 de enero del 2011, con las fir-

mas de Patricio Pazmino, Edgar Zárate y Patricio Herrera la Corte Constitucional seleccionó el caso de la Cervecería "sustrayéndolo del cono-cimiento de la Sala legalmente com-petente, según el artículo 24 de la Ley de Garantías Constitucionales, para sentenciarlo. Adicionalmente, la Corte suspendió la ejecución de un fallo ape-lado violentando el hecho de que dicho recurso vertical solo operaba en el efec-to devolutivo", dice un informe de la Comisión de Fiscalización.

El 12 de enero, la Cervecería Nacional giró de su cuenta del Banco del Pacifico No. 15562-4 un cheque por medio millón de dólares a favor del her-mano del secretario general de la Corte Constitucional, Alfredo Larrea Jijón, el cual depositó en la Cuenta del Banco Pichincha No. 3075457100.

El 13 de enero, la Corte Constitucional notificó la providencia que el 7 de enero del 2011 dictaron Patricio Pazmino, Edgar Zárate y Patricio Herrera.

17 de enero, Alfredo Larrea Jijón retiró por ventanilla, en efectivo, en la agencia ubicada en la calle Cuero y Caicedo, en el centro norte de Quito, la cantidad de USD 200 000.

El 20 de enero, nuevamente con las firmas de Patricio Pazmino, Edgar Zárate y Patricio Herrera, la Corte Constitucional, "al margen de lo que dispone el artículo 24 de la Ley de Garantías", dejó sin efecto todas las medidas cautelares y sentencias dic-tadas a favor de los trabajadores y ex trabajadores de Cervecería Nacional. Este fallo, sin embargo, tuvo el apoyo de la Corte, excepto el del magistrado Luz Yunes.

El 24 de enero, Cervecería Nacional giró a favor del hermano del Secretario General de la Corte Constitucional medio millón de dólares más, de su cuenta del Banco del Pacifico y 50 000 dólares adicionales de la misma cuenta. Horas más tarde se anularon los che-ques, según el informe.

El 1 de febrero, a las 11:10 a Cervecería Nacional se le acreditaron en su cuenta del Banco del Pichincha 491 500 dólares (mediante operacion No. 14099705).

A las 11:40, vía Banco Central, Cervecería Nacional transfirió el medio

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millón de dólares que antes anuló, mediante operacion No. 14294047.

A las 13:58 el Banco Pichicha cobró una comisión de 2 416 dólares, median-te transferencia No. 15037077, por las transacciones antedichas.

Adicionalmente, se transfirie-ron bajo la misma modalidad 50 000 dólares desde la cuenta del Banco del Pacifico perteneciente a la Cerveceria.

Las respuestas de los organismos de control fueron inmediatas. La con-traloría entró a la CC para un examen urgente, y la Fiscalía abrió indagación, antes incluso de que los propios jueces constitucionales acudieran al despacho del fiscal a pedir que se investigara. A la par, mientras crecía el escándalo, se neutralizó otra de las estrategias contra el Presidente de la CC: una supuesta acusación de enriquecimiento ilícito por propiedades no mencionadas en su declaración de bienes.

El tema estuvo en manos del veedor ciudadano Angel Salvador, el mismo que impugnó la candidatura de Soad

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ban que gracias a sus predisposición política con el gobierno, garantizarían una permanencia en el nuevo reparto de la corte de Correa. Hubo magistra-dos convencidos de que podían entrar al círculo cercano Correa y seguir con altos cargos en la Corte Constitucional definitiva. Sus esperanzas se desvane-cieron cuando les hicieron saber desde Carondelet que "el Presidente no los veía en ese cargo".

Luego del affaire de la Cervecería, los magistrados quedaron en entredicho, y dependiendo de su resolución frente a la consulta, redujeron sus expectativas:

"estAs ActIVIDADes soN De AbsolUtA RespoNsAbIlIDAD De él (mI heRmANo) qUe De NINGUNA mANeRA me INVolUcRAN".arturo larrea jijónSecretario General de la CC

"este cAso se estU-DIo poR el INDebIDo Uso De lAs GARAN-tíAs coNstItUcIo-NAles De los jUeces oRDINARIos".patricio pazmiñoPresidente de la Corte Constitucional

Manssur a la Súper de Compañías. Ese tema no prosperó por falta de pruebas, pero de hecho no cesaron las acusa-ciones. El asambleísta Dalo Bucaram aseguró que supuestamente le habían pedido 1 500 000 dólares para un fallo que beneficiara el retorno de Abdalá Bucaram al país. Y acusó directamente al presidente Pazmiño. El tema tampo-co prosperó como se esperaba. Ya la CC, excepto Nina Pacari, había recuperado el respaldo político del gobierno para garantizar una calificación positiva a la consulta. Y aunque el peligro inminen-te había sido controlado, el control de daños dejó en claro que la gran primera baja de esta guerra política que se viene fueron los magistrados de la CC. Una de las fuentes consultadas por esta revista, aseguró que los magistrados espera-

de continuar siendo parte "del proyec-to" y del nuevo reparto judicial no les tocaba sino irse a su casa. O a la cár-cel, pues ahora están nada menos que en manos del poderoso fiscal general. Lara es más explícito: "Correa los tiene del pescuezo, pues si no le dan un voto como él quiere, los manda presos".

De todos modos, para los magistra-dos hay un final de partida, un jaque mate político y judicial, que incluso puede no terminar ahí. La semana pasada, la Fiscalía empezó a investi-gar denuncias que hablan de una red que presuntamente cotizaba no solo los fallos, sino incluso las admisiones. Denuncias anónimas de los propios empleados de la Corte fueron incor-poradas a la Fiscalía para su indaga-ción previa, según la versión rendida

por Galo Lara: que se había confor-mado "un estudio jurídico, Larrea-Raza con oficina entre las avenidas 6 de Diciembre y Eloy Alfaro, frente al Consejo Nacional Electoral, donde supuestamente se preparaban los fallos de acuerdo a una tarifa".

Además, se incorporaron documen-tos donde se demostraba cómo la Sala de Admisión de la Corte ha revocado sen-tencias que inadmitían causas a trámite invocando garantías y derechos fun-damentales. Según los denunciantes, esto viola el artículo 12 del Reglamento de Sustanciación de Procesos, el cual manda que sobre "la decisión de la Sala de Admisión no cabe recurso alguno y la misma causará ejecutoria". Estas denuncias excluían expresamen-te a magistrados como Nina Pacari, Hernando Morales, Alfonzo Luz y Manuel Viteri. Coincidentemente los mismos jueces que el oficialismo no controla directamente y de los cuales se dudaba hasta el final sobre el apoyo a la consulta.

Con las denuncias en la Fiscalía, los magistrados no la tienen fácil. Decenas de documentos llegan ahora a las manos de Lara, y él los remite a las de Washington Pesántez. El fiscal general no ha hecho gala de favoritis-mo oficialista en este caso. Ni siquiera quiso recibir a los magistrados cuando anunciaron su visita para pedir que los investigue: “Les digo a ustedes que comencé con una indagación previa de oficio. Está por de más, si pretenden visitarme a denunciar o autodenun-ciar”. Fue una señal. La Corte que Rafael Correa aupó y toleró mientras le fue útil llega a su fin. La transición hacia un recambio demorará un tiem-po. Pero de aquí en adelante sus fallos no tendrán la credibilidad ni el bajo perfil del que gozaron hasta cuando alguien bajó el pulgar. n