Revolucion Papal

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 V . REV OLUCIÓN P APAL Y EL NUEV O IMPERIO OCCIDENTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 1. ¿Por qué Roma? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 2. Las E scritu ras romanizadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 3. Otras condiciones de la “Recepción” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120 a. El prob lema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120  b. El gobernante del Codex . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 c. La Iglesia, difusora del “d erecho romano . . . . . . . . . . . . 122 d. Las leyes visigodas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 4. La idea imp erial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124 a. La leyenda de Roma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124  b. La continuidad del Imperio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 c. El nuevo imperio occidental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 5.  Ius romanus , derech o de l go bie rno secula r . . . . . . . . . . . . . . 129

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Derecho

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  • V. REVOLUCIN PAPAL Y EL NUEVOIMPERIO OCCIDENTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

    1. Por qu Roma? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1132. Las Escrituras romanizadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1173. Otras condiciones de la Recepcin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120

    a. El problema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120b. El gobernante del Codex . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122c. La Iglesia, difusora del derecho romano . . . . . . . . . . . . 122d. Las leyes visigodas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124

    4. La idea imperial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124a. La leyenda de Roma. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124b. La continuidad del Imperio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125c. El nuevo imperio occidental. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127

    5. Ius romanus, derecho del gobierno secular . . . . . . . . . . . . . . 129

  • VREVOLUCIN PAPAL

    Y EL NUEVO IMPERIO OCCIDENTAL

    SUMARIO: 1. Por qu Roma? 2. Las Escrituras romanizadas. 3. Otrascondiciones de la Recepcin. a. El problema. b. El gobernante delCodex. c. La Iglesia, difusora del derecho romano. d. Las leyes visi-godas. 4. La idea imperial. a. La leyenda de Roma. b. La continuidaddel Imperio. c. El nuevo Imperio occidental. 5. Ius romanus, derecho delgobierno secular.

    1. Por qu Roma?

    Aunque mucho sobre los primeros aos del papado se mantiene enla penumbra, los autores estn de acuerdo en que el obispo de Romaera designado de la misma manera que los dems obispos, es decir,por su comunidad y su clero.

    El trmino papa con el que se designa al obispo de Roma (delgriego: pappaj, padre) fue aplicado originalmente a todos losobispos de Occidente y al Patriarca de Alejandra quien an conser-va el ttulo. En 1073 Gregorio VII restringi su uso al obispo deRoma. Por qu Roma? No habiendo ms alternativa para el cristia-nismo mas que propagar la fe a los gentiles,1 la Iglesia pone la miraen las grandes ciudades del Imperio. Roma era una gran ciudad, den-samente poblada, capital del Imperio; polticamente la ciudad msimportante del orbe. En Roma haba muchos hombres que salvar.

    1 La iglesia juda tuvo una modesta existencia y prcticamente desaparece en los prime-ros aos del siglo II (Vid.: supra).

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  • Por ello Roma fue un objetivo apostlico. De ah que Pedro (Simwn)se cree debi de haber ido a Roma. No existe evidencia histricade que Pedro haya sido obispo de Roma ni que haya sido martiriza-do, como quiere la tradicin. Sin embargo, hacia finales del siglo I laiglesia romana sostiene que Pedro estuvo en Roma, donde termina suvida pastoral.2

    La iglesia romana defendi con tenacidad la prominencia de esasede primero, por su status como capital del imperio, porque, sostie-ne, en ella haba habido muchos mrtires y, adems para salvaguardarla ortodoxia. La tesis de la iglesia romana no siempre fue compartidapor las dems sedes. En ocasiones la tesis romana fue mas bien dispu-tada,3 particularmente cuando Roma deja de ser la capital del Imperiocon la fundacin de Constantinopla. Una desventaja de Roma era elidioma y su lejana.4 El credo cristiano se encontraba escrito en grie-go y se difunda en griego; en Oriente. Pablo, como seal anterior-mente, escribe en griego a los romanos; los lderes espirituales deRoma se expresan en griego.5 Los textos latinos no se generan en Ita-lia sino en las provincias africanas del Imperio.6 Por otro lado, elemperador se encuentra en Constantinopla y l es pontifex maximus;l convoca y preside los concilia de la Iglesia y dirime las controver-sias eclesisticas y doctrinales. Todo sucede lejos de Roma.

    2 Vid. Coppa, Frank J. Papacy en Encyclopdia Britannica, Ultimate Reference Suite,DVD 00/05, cit.

    3 Thascius Ccilius Cyprianus (200-258), jurista, telogo, obispo de Cartago disput fuer-temente la pretensin de Esteban, obispo de Roma (254-257), sobre la primaca de Roma.Aunque Cipriano defiende vehementemente la unidad de la iglesia, igualmente sostiene quela unidad se expresa en el consenso de los obispos, los cuales poseen, todos por igual, elEspritu Santo y soberana en sus propias sedes. No hay obispo de obispos. (cit., por Frend,William Hugh Clifford, Cyprian, Saint en Encyclopdia Britannica, Ultimate ReferenceSuite, DVD 00/04, cit).

    4 Su lejana signific despus una ventaja decisiva.5 Durante los tres primeros siglos la lengua de la iglesia de Roma fue el griego de forma

    que los gentiles podan perfectamente ser sirios, griegos o romanos. Marcos est escrito engriego vernculo, crudo y llano. (Vid.: Stendahl, Krister (Rev) Sander, Emille T., The Gos-pel According to Mark: background and overview The Synoptic Gospels, en Biblical Lite-rature, Encyclopdia Britannica, Ultimate Reference Suite, DVD 00/05, cit)

    6 Quintus Septimus Florens Tertullianus (c. 157-220) fue jurista, telogo, filsofo cristia-no, iniciador del latn eclesistico. Creador del vocabulario y del pensamiento cristiano occi-dental (Vid. Wilken, Robert L. Tertullian en Encyclopdia Britannica, Ultimate ReferenceSuite, DVD 00/05, cit). Cipriano (Vid supra), escribi en latn al igual que Agustn Obispo deHipona (354-430).

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  • No obstante este alejamiento, hacia finales del siglo II el reclamo deRoma se vio beneficiado por la teora petrina la cual sostena queJess haba nombrado a Pedro su representante en la tierra y el guaespiritual de su iglesia segn se desprende de Mateo 16, 18-19.7 y eseministerio deba pasar a sus sucesores como obispos de Roma. Noobstante los descalabros y obstculos, Roma perseveraba en su tesis.

    Entre los episcopados de Damasus I (366-384) y Leo I (440-461)obstinadamente Roma defendi la prominencia de su sede, no obstan-te la importancia creciente de Constantinopla. Leo I uno de los dosnicos obispos de Roma denominado el grande fue el constructor delpapado. Leo I, primer papa en arrogarse el ttulo de pontifex maximus(para entonces descartado por los emperadores), reelabor la teorapetrina. Su doctrina hace una importante distincin entre la personadel papa y su oficio. El oficio de papa consiste en asumir el poderotorgado a Pedro. No obstante su pretensin, los papas (i.e. los obis-pos de Roma) asistan a los concilios convocados y presididos por losemperadores, como los dems obispos.8

    Lo que puede considerarse abusos o excesos de la iglesia romanamedieval era, en realidad, el precio que tena que pagar por su uni-versalidad. La iglesia romana no sigui el camino de la humildadevanglica ni el del misticismo. La iglesia romana, bajo la gua depontfices como Gregorio VII e Inocencio III, se habra de embarcar enuna intensa accin poltica.9

    7 16,18: Ka)gw_ de/ soi le/gw o#ti su\ ei] Pe/troj, kai\ e0pi\ tau/th th= pe/tra oi0kodomh/swmou th\n e0kklesi/an (Y yo tambin te digo que t eres Pedro (Pe/troj) y sobre esa roca(pe/tra) edificar mi iglesia) loc. cit., vid supra: n 14, Cap. II 16,19: Dw&sw soi ta_jklei=daj th=j Basilei/aj tw=n ou0ranw=n, kai\ o # e0a_n dh&shj e0pi\ th=j gh=j e!stai dedeme/none0n toi=j ou0ranoi=j, kai\ o! e0a_n lu&shj e0pi\ th=j gh=j e!stai lelume/non e0n toi=j ou0ranoi=j. (Ya ti te dar las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra ser atado en loscielos; y todo lo que desatares en la tierra ser desatado en los cielos.) Ms adelante 18,18 reitera: A0mh\n le/gw u9mi=n 0 o!sa e0a_n dh&shte e0pi\ th=j gh=j e!stai dedeme/na e0n ou0ranw=,kai\ o#sa e0a_n lu&shte e0pi\ th=j gh=j e!stai lelume/na e0n ou0ranw=. (En verdad te digo quecualquier cosa que ates en la tierra, ser atado en el cielo). En este sentido en Juan, 20,23 sedice: a!n tinwn afh=te ta_j a(marti/aj a)fewntai/ au0toi=j, a2n tinwn krath=tekrekra&thntai. (De cualesquiera que perdones sus pecados, les sern perdonados; de cua-lesquiera que los mantengas, les sern mantenidos.). Vid supra., n. 14 Cap. II.

    8 Leo I asiti al IV Concilio Ecumnico de Calcedonia, convocado y presidido por el el empe-rador Marciano (396-457) y la emperatriz Pulcheria (399-453) en 451. En dicho concilio los pri-vilegios otorgados al obispo de Roma se concedan por igual al Patriarca de Constantinopla.

    9 Vid., Powicke, F.M. The Christian Life, en Crum, C.G. y Jacob, E.F. The Legacy of theMiddle Ages, cit., pp. 34-35 y 37.

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  • La centralizacin de la Iglesia en Occidente bajo la cabeza de Romasatisfaca, en gran medida, las ideas polticas de Agustn de Hipona,las cuales el papa Gregorio I, denominado el Grande habra de hacertodo para instrumentarlas. La filosofa de la historia del obispo afri-cano devino la fuente principal de los apologistas papales.

    Ante la prdida de contacto, en los siglos II y III entre lderes espi-rituales y la masa de creyentes, carencia que se haca cada vez msnotable, el papa nica figura visible satisfaca la necesidad degua y certeza. De esta forma, en su calidad de testigos de la fe,libres de todo argumento y libres de toda erudicin, pero en elpoder los papas comenzaron una tarea formidable: la construccinde un imperio eclesistico.10

    Para justificar esta empresa haba que respaldarla en un slido soporte.La base de esta idea de universalidad se encontraba fuertemente respal-dada en las Escrituras. Los miembros de la nueva sociedad estabansometidos a sus mandamientos: las leyes de Dios, las cuales haban sidoreveladas a travs de sus representantes. Varias conclusiones se habrande seguir de esta tesis con respecto a la prctica gubernamental.

    E1 papa estaba en posibilidad de reunir alrededor de su tesis uncuerpo respetable de opinin acadmica: Tertuliano, Cipriano, (200-250 d C) Lactancio (c 250 c 330), Jernimo (c 447 c 420), Ambrosio(c 339 c 397); tesis que era respaldada por directas manifestacionesgubernamentales del papa, en forma de decretales. Estos mandatoscon pretensin de autoridad, reclamaban que la nueva sociedad fueragobernada de acuerdo con el precepto evanglico.11 Exista la idea deque las normas de esta nueva sociedad eran encontradas o estable-cidas, cuando era el caso (e.g., decretales, bulas, etctera), por aque-llos que tenan un conocimiento especial (nuevamente observamos unelemento platnico); conocimiento que les proporcionaba especficascualidades para gobernar. El resultado inmediato de esta tesis era elrechazo del emperador como gobernante de esta nueva sociedad.Estos argumentos eran aducidos en favor del papa: nicamente elsucesor de San Pedro est investido de autoridad para emitir normas

    10 Vid., Powicke, F. M., The Christian Life, cit., pp. 48-49 y 51.11 Vid., Ullmann, Walter, Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., p. 39.

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  • que gobiernen el corpus cristiano. Esta cuestin del gobierno de laiglesia universal hizo que en el siglo V el gobierno imperial de Cons-tantinopla y el gobierno episcopal de Roma separaran sus caminos.12

    En Constantinopla el Imperio Romano continuaba como una enti-dad histrica; era gobernado por las normas y la constitucin que leeran propias. En Occidente, la Iglesia pretenda ser una nueva socie-dad y no (o no slo) continuacin del Imperio. Esto significa, en algu-na medida, el abandono de los antiguos cimientos, la resistencia alesquema del gobierno imperial y su reemplazo por credos, mximas yobjetivos eclesiatolgicos. Un gobierno dentro de esta lnea de accinse ocupaba en traducir los preceptos religiosos en normas jurdicas.Actividad que llevaran a cabo clrigos versados en derecho romano.

    Existen, no obstante, fuertes similitudes entre el sistema degobierno propuesto por el papado y el practicado por el Imperio.Similitudes que se explican por el hecho de que el papado obtuvograndes prstamos de las instituciones, administracin y lenguajedel derecho romano. La fuente de la doctrina poltica del Imperio seencuentra en la antigua constitucin romana y la doctrina poltica, elpapa, la encuentra en la Biblia. Si bien esto pudiera ser cierto, esnecesario enfatizar, que se trata de una Biblia latinizada por juris-prudencia romana.

    2. Las Escrituras romanizadas

    En lo que a Occidente se refiere que es el problema que me ocupaen este trabajo la Biblia comenz su carrera triunfante como fuen-te de doctrina poltica, despus de ser traducida al latn por San Jer-nimo. La Vulgata nombre con el que se le conoci (no confundircon la Littera bononiensis manuscrito del Digesto tambin llamadoas), fertiliz el suelo de Europa. La forma imperial del gobiernoempez en Occidente justamente cuando la traduccin latina de laBiblia estuvo disponible.13 La Biblia latina, o simplemente, la Vulga-

    12 Vid. ibid, p. 40.13 En 382 el papa Damaso comision a Jernimo el lder de los estudios bblicos de su

    tiempo a producir una versin latina de la Biblia. Entre 391 y 406 realiz una versin lati-

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  • ta y esto es parte central de mi argumento fue cubierta con nocio-nes, ideas y expresiones que haban sido tomadas del derecho romanolas cuales eran parte del lenguaje de las clases cultas y educadas definales del siglo IV.

    La fusin de jurisprudencia y derecho romanos con la Biblia fue unlogro relativamente fcil, toda vez que el Antiguo Testamento, en par-ticular, se encontraba inundado de temas jurdicos.14 La impresionan-te influencia de la Vulgata como fuente de principios polticos puedeexplicarse, segn Walter Ullmann, por tres tipos de consideraciones:(1) La ocupacin romana de grandes partes de Europa occidental pre-par la recepcin de ideas bblicas romanizadas. Nada mejor parasealar la enorme importancia que los contemporneos otorgaban aeste hecho que las siguientes palabras de Agustn de Hipona: condi-ta est civitas Roma per quam deo placuit orbem debellare terrarum etin unam societem reipublic legumque longe lateque pacare.15 (2)El cristianismo tardo fue conocido en Occidente en su ropaje latino,en la lengua de la Roma legendaria. (3) Occidente, al principio delmedievo, no tena ni historia ni identidad propia. Si uno sopesa estoshechos, empieza a comprender la relativa facilidad con la que laBiblia (y despus el Corpus iuris) conquist Occidente.

    En virtud de que esta Biblia romanizada fue libro de texto degobierno, Europa occidental, poco a poco, adquiri su identidad. LaVulgata proporcion el vnculo comn entre tribus, naciones, provin-cias y regiones; fueran visigodas, anglosajonas o francas (en los sal-mos y en los libros histricos del Antiguo Testamento la unidad de lasnaciones se basa en la religin). Todas estas nuevas naciones segobernaban con el lenguaje de la Biblia.

    na del Antiguo Testamento a partir del original en hebreo. La versin latina de los Evange-lios apareci desde 383 Vid., (Burghardt, Walter John, Rev. S. I. Jerome, Saint, en Encyclo-pdia Britannica, Ultimate Reference Suite DVD, 00/05, cit). El texto modelo era elpreparado por San Jernimo y parcialmente compilado por l. Los cnones de su interpreta-cin, desafortunadamente no tan buenos cono los sealados por San Jernimo, fueron esta-blecidos por San Agustn. El comentario tipo, derivado de los primeros padres y conocidodespus como la Glossa no confundir con la Glosa Acurciana, comentario al Corpus iuriscivilis, fue compilada por Waldorf Strabo, Abate de Reichenan en el siglo IX. El texto dela Vulgata fue revisado por Alain en los das de Carlomagno (Vid., Powicke, F. M., The Cris-tian Life, cit., pp. 42-43).

    14 Cfr., Ullmann, Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., pp. 41-42.15 De Civi. Dei, 18,22.

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  • La Vulgata, aunque de forma poco clara, pero s muy efectiva, fer-tiliz y cultiv el suelo para la ulterior recepcin del derecho romano.Sent ciertas bases para el nacimiento de la jurisprudencia medieval yel desarrollo de una especfica ideologa poltica. Si las clases cultasdel medievo no hubieran estado familiarizadas con la Vulgata, larecepcin del derecho romano posterior no hubiera sido tan rpida,como efectivamente lo fue. El derecho romano, en un principio, serecibi en Europa encubierto por la Biblia.16 Es ms, la propia Vulga-ta alcanza su excelencia en sus mximas jurdicas expresadas en ter-minologa de derecho romano.

    Como quiera que haya sido, la ideologa normativa romano-cristia-na fue fuertemente reforzada. El producto de esta ideologa: el dere-cho creado por los gobernantes medievales (ius positum) devino unafuerza integradora de la sociedad. Posiblemente mejor expresada en laconocida alegora que concibe la funcin del derecho como el almadel corpus pblico.17 En el siglo VI las leyes visigodas declaraban, sincircunloquios: el derecho es el alma del reino.18 Esta expresin esta-ba muy en consonancia con el tema cristiano. A travs de esta idea sellega a la tesis del imperio del derecho, i. e. a la doctrina delRechtsstaat, a la cual se le da forma concreta y es, quizs, el ms dura-dero legado del medievo a los tiempos modernos.19

    La influencia que la Vulgata ejerca como fuente de concepcionespolticas, puede observarse en la idea de justicia. La idea de justiciase encontraba ciertamente en la Biblia, pero fue la jurisprudenciaromana la que proporcion los medios tcnicos por los cuales se haceinteligible en las naciones emergentes.20

    La idea de omnicomprensin del dogma cristiano, diseminada porla Vulgata, explica la textura abierta para usar la expresin de H.L. A. Hart del derecho medieval. Para acomodar la gran cantidad de

    16 Vid., Ullmann, Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., p. 45.17 Vid., ibid., p. 47.18 Vid., Monumenta germani historica. Auctores antiquissimi. Leges visigothorum,

    1,2,2, citado por: Ullmann, Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., p. 47vase:King, P. D., Law and Society in the Visigothic Kingdom, Cambridge, University Press, 1972.

    19 Ullmann, Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., pp. 28-29.20 Vid., Ibid., p. 48.

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  • rdenes sociales distintos, el derecho tena que ser altamente flexible,de forma a absorber elementos ajenos, particularmente para asimilarusos y costumbres no cristianos. El derecho creado por la Biblia conayuda de la jurisprudencia romana, era un derecho ajustable. Bastapensar en la forma fcil por la cual la munt germnica, la tutela roma-na y la custodia paulina, pudieron ser amalgamadas de manera a con-cebir uno de los ms importantes principios polticos en la EdadMedia.21

    Sera errneo pensar que la Biblia estableca algo as como una teo-ra poltica o principios de gobierno. Ciertamente, existan algunostemas: como la tesis descendente del gobierno y del derecho, la ideade obediencia, etctera. Sin embargo, la Biblia era, ms bien, unagua, una referencia. Proporcionaba principios bsicos, generales, quehaba que trabajar en detalle. La instrumentacin de estos principiosfue llevada a cabo por los propios gobiernos y, despus, por la juris-prudencia acadmica. Fue precisamente en este contexto en el que,tanto los principios bblicos, como los principios y mximas del dere-cho romano, sufrieron ajustes y acomodaciones, segn las exigenciasde la vida social contempornea.

    3. Otras condiciones de la Recepcin

    a. El problema

    La importancia del derecho romano no reside slo en las institucio-nes que nos lega, sino en haber conformado los hbitos de gobierno,imprimiendo, de forma indeleble, su sello en la fisonoma de Europa.No me interesa sealar en este trabajo las cualidades superlativas delderecho romano, las cuales ciertamente son muchas, sino la influen-cia que ejerce en la evolucin de la prctica y teora del gobierno. Eneste orden de ideas los sofisticados tecnicismos del derecho romanono son el foco de atencin (o lo son en un grado secundario), sino losprincipios, reglas y mximas de gobierno atesorados en l. La expli-cacin de cmo penetr el derecho romano en los hbitos polticos

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    21 Vid., Ibid., p. 49. El princeps tiene bajo custodia al pueblo.

  • y en la prctica gubernamental (y, posteriormente en la Europamoderna), est ntimamente vinculada con otras circunstancias, lascuales me voy a permitir enumerar.

    El derecho romano era substancialmente superior al derechoquasi barbrico de las tribus teutnicas. En este respecto, no existangrandes obstculos que pudieran retrasar su penetracin.22 Tcnica-mente era inmensamente adelantado a cualquier cosa que el ignoran-te Occidente hubiera experimentado. En cuanto a esto ltimo esnecesario sealar que una de las razones de la creciente penetracinde este derecho es que se encontraba escrito en la lengua en que erapropagada la fe cristiana y transmitida a los magnates y lites educa-das. Estas caractersticas, conjuntamente con el hecho de que existansimilitudes ideolgicas entre la Biblia y la prctica gubernamental delos ltimos emperadores, permiten entender porqu el derecho roma-no empez a ejercer enorme atractivo.

    El jurista, el historiador del derecho y el terico poltico debentener en mente que muy pocos aspectos del derecho romano erandirectamente aplicables a las condiciones polticas (quasi barbricas)de Europa de la temprana Edad Media. El derecho romano podraser aplicado slo como autoridad, como modelo, moldeando las insti-tuciones germnicas conforme con sus principios y mximas. A esterespecto cabe sealar que el derecho romano que se aplica son msbien doctrinas y no las normas a las que aquellas se refieren. La doc-trina de la lex regia, por ejemplo, jug un papel muy importante enmanos de los juristas, convirtindola en uno de los mejores instrumen-tos para limitar el poder del gobernante, al igual que las doctrinassobre la tutela.23

    22 En Inglaterra el arribo tardo del derecho romano permiti un aceptable desarrollo delderecho sajn por lo que fue difcil sustituir sus instituciones.

    23 En cuanto a la doctrina de la lex regia, vase: supra, nota 8 del Cap. II. Otra doctrinade control gubernamental fue la institucin de la tutela. La enorme cantidad de disposicionesque el Digesto dedica a la tutela, fueron concebidas como una doctrina aplicable al gobierno(Cfr., D., 26, 4, 1-5; D., 26, 8, pr). Se hizo uso de ella en la prctica gubernamental, desde elsiglo XI; el gobernante era visto como el tutor del reino (de la societas) y, en su funcin tenala obligacin de preservar el reino intacto e indemne. De esta manera la funcin tutelar delgobernante fue uno de los ms efectivos instrumentos contra el gobierrno irresponsable.

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  • b. EI gobernante del Codex

    Segn el Codex, el emperador es creador del derecho. La lex posi-ta (o ius posit[iv]um) es la manifestacin del emperador. El derechoes, segn el Codex, una concesin del emperador. El emperador quedescribe el Codex llam enormemente la atencin de los gobernantesgermnicos; razn, inter alia, del impacto del derecho romano en laprctica gubernamental. Es curioso, pero los lderes germnicos esta-ban particularmente orgullosos de sucumbir a la influencia del dere-cho romano especialmente a la del Codex.

    Los gobernantes germnicos aspiraban a ser los sucesores de losantiguos csares. Esta imitacin extralgica fue un artificio para afir-mar una universalidad de dominio en Occidente para cuyo propsitono hubiera habido otro tipo de justificacin. Cuando los gobernantesgermnicos, emergen como emperadores romanos, estn persuadi-dos (como muchos de sus contemporneos) de que eran los sucesoresde los viejos csares y, en tal virtud, tenan el legtimo derecho de lla-mar suyo al derecho romano. Prueba de esto es la inclusin de algu-nas ordenanzas germnicas en el cuerpo del Codex. Sin duda fuedebido a que la ideologa subyacente del Codex se incrust en la prc-tica gubernamental por lo que fuertemente influy en los hbitos pol-ticos y culturales de entonces. La ficcin de que el emperadorgermnico era sucesor de los antiguos csares es sin duda uno de losfenmenos ms fascinantes que rodean la historia de la jurisprudenciapositiva y de la ciencia del gobierno. Este hecho condicionar larecepcin del derecho romano en Europa.24

    c. La Iglesia, difusora del derecho romano

    Para que el derecho romano pudiera ejercer una decisiva influencianecesitaba de un suelo frtil. Esto presupone una identidad propia, unmnimo de estabilidad, un mnimo de cultura, por lo menos de los gru-pos influyentes de la sociedad. Ahora bien, ninguna de estas condicio-nes exista en Europa en poca de Justiniano. No fue sino hasta el siglo

    24 Vid., Ullmann,Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., pp. 63-64 y 67.

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  • IX que Europa emergi como una unidad ideolgica (gracias al cristia-nismo latinizado). Sin embargo, el pacfico progreso de Europa fuepuesto en jaque por las oleadas de vikingos, sarracenos y normandos.Estos ataques dilataron la progresiva penetracin del derecho roma-no, hasta la idea de la resurreccin de un Imperio romano en Occi-dente.

    Cuando fuertes vnculos unen el norte de Europa con Roma, Romaera la Roma eclesistica; para las comunidades de entonces, sta erala que haba absorbido a la antigua Roma. A partir del siglo VIII es elpapado quien acta como transmisor del derecho romano y de lasmximas romanas de gobierno. La alianza de los francos con el papa-do no fue slo fundamental para trazar el mapa de Europa, sino con-dicin indispensable para que el derecho romano moldeara elgobierno medieval. En esta coyuntura, los clrigos devinieron propa-gadores de derecho romano. sta era particularmente importante enlas regiones en las cuales la Iglesia posea enormes extensiones, comoen Galia. Estas posesiones fueron enclaves que irradiaban derechoromano a las regiones vecinas. Los clrigos prepararon el terrenopara una posterior penetracin, ms sistemtica, del derecho roma-no. A finales del siglo VI, el tiempo era propicio para que Europarecibiera las ideas e instituciones romanas. La Iglesia propaga elderecho romano, se comportaban de acuerdo con l. Desde enton-ces surge el principio: ecclesia vivit iure romano (mxima estable-cida, inter alia, en la Lex Riburia).25

    Los clrigos realizaban funciones pblicas. Adems, la redaccinde documentos relativos a transacciones jurdicas era llevada a cabopor notarios: clrigos versados en derecho, que no era otro sinoderecho romano. Estos clrigos notarios (los tabelliones romanos)fueron agentes claves, en la difusin del derecho romano.26 Contoda probabilidad fueron estos clrigos los que compilaron y produ-jeron varios formularios jurdicos llenos de recetas de derechoromano.

    25 Vid., Ullmann, Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., pp. 71-72.26 Vid., Ibid., pp. 72-73.

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  • d. Las leyes visigodas

    Otro elemento que sirvi como instrumento de difusin del dere-cho romano fue, paradjicamente, la influencia que ejerce en Euro-pa la legislacin visigoda. La legislacin de este pueblo conquistadoy subyugado influy notablemente en el pensamiento jurdico y pol-tico de las regiones del norte de los Alpes, particularmente sobre losfrancos.27 Los visigodos que huan de la invasin islmica cargaronsus libros de derecho a travs de las montaas. Los altos niveles yexperiencia de los juristas visigodos encontraron tierra frtil en Fran-cia. De todos los cdigos germnicos, los cdigos visigodos alcanza-ron gran destreza jurdica gracias a que sus redactores haban, sagaz einteligentemente, absorbido mucho derecho romano. Ninguna otratribu germnica tuvo el mismo estndar de educacin y cultura jurdi-cas como el personal de la cancillera real y episcopal visigoda.28

    4. La idea imperial

    a. La leyenda de Roma

    Roma, su historia legendaria, su derecho, su sistema poltico, sulengua y culta literatura, impresionara enormemente a los invasores.Algunos de ellos la admiraran a ella y a su leyenda sobre todaslas cosas. De manera general, el deseo de los lderes de estas temibleshordas, era perpetuar los mtodos de administracin romana y gober-nar como representantes o sucesores del emperador. Los ttulosconferidos por el emperador eran los ms altos honores que ellosconocan; ttulo que, adems, legitimaba su poder ante sus sbditosprovinciales. Civilis (s.d.) fue general romano;29 Alarico (370-410)fue general en jefe de los ejrcitos de Illyricum; Ricimer (?-472) yGundobad (?-516) fueron nombrados patricios; Clovis (466-511) fuecnsul honorario.30

    27 Existe evidencia substancial de la influencia que la legislacin visigoda ejerce en Fran-cia desde el siglo VIII. Vid., Calasso, Francesco, Medio Evo del Diritto. I Le Fonti, cit., pp.614 y ss., King, P. D., Law and Society in the Visigothic Kingdom, cit.

    28 Vid., Ullmann, Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., pp. 73-74.29 Vid.,Tcito, Historias, I y IV.30 Vid., Bryce, James V., The Holy Roman Empire, cit., pp. 17-18 y 24.

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  • La admiracin que los invasores sentan por Roma y el fervientedeseo que manifestaban por unirse a su grandeza, puede apreciarse enlas palabras de Segismundo, gobernante burgundio, nombrado patri-cio por Anastasio. Dirigindose al emperador dice:

    la devocin de mi raza hacia Roma nos ha hecho contar con los ms altoshonores que sus ttulos militares otorgan. Siempre hemos preferido lo que unemperador da, a todo lo que nuestros ancestros pudieron legarnos. Al gobernarnuestro pueblo no somos sino sus lugartenientes...31

    La idea de que el Imperio en Occidente se haba extinguido estuvolejos de la mente de los brbaros. La idea del Imperio era demasiadoaugusta; estaba en todos. Pareca haber sido as, desde el principio delos tiempos. Su vnculo con la iglesia cristiana lo haca omnipresentey venerable. El Imperio, i.e. Roma, era eterno. Con el triunfo del cris-tianismo esta creencia encontr un nuevo fundamento.32

    b. La continuidad del Imperio

    En cuanto a la cada del Imperio occidental creo que es necesariosubrayar: (1) la continuidad constitucional de esa parte del Imperioy, por tanto, su constante vinculacin con Constantinopla y (2)la forma en que esta idea es mantenida por gobernantes y sbditos.

    Si despus de la captura de Roma por Alarico (410 d C.) y, particu-larmente, despus de la invasin de Gaiserich (451 d C.), la legitimi-dad de los emperadores de Occidente pudiera ser discutida, laabdicacin de Rmulo Augusto y 1a designacin imperial de Odoacer(en 476) como patricio y administrador de las provincias italianas,reintegra a Italia a la parte oriental del Imperio.33

    31 Cfr., Migne, Patrologa, vol. 59, p. 285 citado por Bryce, James V., The Holy RomanEmpire, cit., p. 18.

    32 Vid., Bryce, James V., The Holy Roman Empire, cit., pp. 19-21.33 Cuando Rmulo Augusto, obedeciendo a Odoacer, comunic su abdicacin al Senado,

    una delegacin de ste se encamin a la corte imperial en Constantinopla y deposit las insig-nias imperiales de Occidente a los pies del emperador Zenn. Occidente, dijeron los delega-dos, no necesita de un emperador propio (desde haca tiempo una a una de las provinciasromanas de Occidente haban sido abandonadas por el gobierno de Roma. Unas, fueron ocu-padas por las tribus invasoras; otras, mantuvieron precaria independencia, e.g., Britania o lasciudades armnicas. Occidente se reduca nicamente a Italia). Un solo emperador, decan los

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  • Odoacer (433-493) mantuvo el consulado, respet las institucionesciviles y eclesisticas y gobern por catorce aos bajo la soberana deConstantinopla. El Imperio de Occidente no se extingui; se produjola reunin con Constantinopla. En su forma, como era la creencia de lagente, las cosas volvan a su estado original, excepto por el hecho deque la nueva Roma del Bsforo, en lugar de la Roma del Tber, erael centro del poder. Una vez ms un solo emperador era dominus mundiy, en los primeros siglos de nuestra era, cabeza de una iglesia universal.Teodorico (454-526),34 ms que Odoacer, preserv y fortaleci la tra-dicin romana. El derecho y la administracin se conservaron enmanos romanas. Dos cnsules anuales, uno nombrado por Teodorico,el otro por el emperador, mantenan la imagen del antiguo Estadoromano. La unidad constitucional del Imperio (el antiguo Imperio deOriente e Italia) se hizo manifiesta cuando Justiniano decide acabarcon la dinasta ostrogoda. Desde la victoria de Belisario (en 540) lasprovincias italianas (divididas en condados y ducados) obedecan alexarcha (e1carxoj) de Ravena, representante de la corte imperial.35

    Sin duda, la reunin del Imperio aunque su significado no fuepercibido en el momento fue de importancia para el futuro desarro-llo de Europa. Aunque la ausencia de un emperador en Occidente nodestruy la idea imperial, precipit el desarrollo de una forma latinade cristianismo la que, a la postre, habra de difundirse en Europa,forma opuesta a la manera griega y oriental del cristianismo. Laausencia de un emperador en Roma emancip a los papas y dio unnuevo tono (nacionalista y latino) a los gobiernos teutnicos de lasnaciones occidentales emergentes.

    Ciertamente, el desmembramiento de Occidente hizo que el Imperioperdiera su unidad original. La destruccin de la vieja sociedad, pro-

    delegados de Roma, es suficiente en el mundo. Zenn confiri el ttulo de patricio a Odoacery le encarg la administracin de las provincias italianas (Vid., Bryce, James V., The HolyRoman Empire, cit., pp. 24-25).

    34 Teodorico el ostrogodo, el ms grande de los conquistadores brbaros, condujo a sushuestes a travs de los Alpes y depuso a Odoacer. Teodorico profes deferencia por la corteimperial, la cual favoreci la invasin que condujo a la deposicin de Odoacer (Vid., Bryce,James V., The Holy Roman Empire, cit., pp. 27-28.

    35 Vid., Bryce, James V., The Holy Roman Empire, cit., pp. 28-29.

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  • dujo rudeza e ignorancia. La infiltracin de los teutones hizo que lalengua y las costumbres cambiaran. La reorganizacin de las provin-cias italianas limit el pensamiento e intereses de la poblacin. Todoesto trajo como consecuencia que, cuando el nuevo orden comenz aconformarse, la memoria del viejo Imperio, tenue para entoncesdisminuyera; su influencia, su civilizacin, necesariamente declinaron.

    La memoria del viejo Imperio pudo haberse perdido completamen-te de no ser por dos legados que Roma haba dejado firmemente arrai-gados: (1) su derecho y su jurisprudencia (de secular tradicinromana), y (2) su iglesia (formidable institucin de nuevo cuo roma-no). Los nuevos reinos, asociaron a Roma con el cristianismo, fue deella de quien lo aprendieron.36 Cuando estos reinos que los conquista-dores fundaron, comenzaron, a su vez, a disolverse, la Iglesia acentums su unidad y su disciplina. El derecho, por su parte, haba penetra-do ya en el dogma cristiano, en la organizacin secular de la Iglesia yen la prctica gubernamental de los distintos reinos. La unidad tenauna referencia: el origen de ese derecho era Roma; el centro de la Igle-sia (latina) era, tambin, Roma, asiento del antiguo y legendarioImperio. Los efectos de estos hechos e ideas habran de reflejarse enla poca en que el Imperio revive con Carlos el franco.

    c. El nuevo imperio occidental

    La ms eficiente circunstancia que prepar la difusin y penetra-cin del derecho romano, como fuente de concepciones polticas,fue la idea imperial con la que el papa empez a operar desde el sigloVII (esto es parte de la revolucin papal).

    En el curso del siglo IX la creacin de un supuesto emperador de losromanos en Occidente fue tremendamente importante para el destinodel derecho romano en la Europa medieval. Aunque este emperadorfue concebido como instrumento del papa en su poltica hacia Constan-tinopla, la idea de que un imperio romano en Occidente fuera aceptada,como de hecho lo fue, tuvo, necesariamente, amplias repercusiones

    36 Vid., Bryce, James V., The Holy Roman Empire, cit., pp. 26, 30-31.

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  • jurdicas e ideolgicas. Condujo naturalmente a la propagacin de unimperio universal: nicamente el Imperio Romano poda ser univer-sal. (El Imperio Bizantino o griego, como entonces se empez allamar se encontraba ms all de los lmites del mundo). La conse-cuencia inherente de este proceso es que el derecho romano alcan-zara, en el curso del tiempo, carcter de derecho universalmenteaplicable (en Occidente), lo que equivaldra a decir, dada la geografapoltica de Europa, que el derecho romano devendra un derechosupranacional.

    Este programa imperial implementado por el papa de Roma en elsiglo IX tiene que ser considerado dentro del marco de la latiniza-cin, de la Vulgata, de la liturgia romana y de otros numerosos fac-tores de proveniencia romana. Todos ellos prepararon y cultivaron elterreno para la penetracin definitiva del derecho romano a partirdel siglo XI.37

    Despus de cierto estancamiento, la influencia del derecho romanoen la teora poltica fue gradualmente consolidndose a partir del res-tablecimiento de la idea romano-imperial con la dinasta sajona en962. Por razones gubernamentales, los emperadores sajones promo-vieron activamente, no nicamente el estudio del derecho romano,sino, sobre todo, su aplicacin prctica.38 En ese entonces, esto es,durante los siglos IX y X el derecho romano produjo un decisivo eindeleble impacto en el derecho cannico (la jurisprudencia canni-ca habra de devolver el servicio despus, a la jurisprudencia acad-mica de los comentaristas).

    El gobierno imperial se percat inmediatamente de las potenciali-dades ideolgicas del derecho romano y no hubo mejor adepto delderecho romano que Otto III, quien, en sus acciones gubernamenta-les, quera probarse a s mismo que era sucesor de Justiniano. Laforma en que firma el decreto sobre los jueces es particularmente sig-

    37 Vid., Ullmann, Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., p. 74; Genhof, F., Lestraits gnraux du sisteme dinstitutions de la monarchie franque, Settimana Spoleto, IX,1962, pp. 91 y ss.

    38 Vid., Ullmann, Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., p. 95.

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  • nificativa: Hac lege omne per vum divinitate propicia, valitura edi-cimus.39

    5. Ius romanus, derecho del gobierno secular

    Las condiciones para un movimiento a gran escala del derecho roma-no en el siglo XI eran particularmente propicias. Al igual que otrosfactores, la disputa de las investiduras alcanza entonces especialimportancia. Aunque el rgimen de la propiedad de la Iglesia era elobjeto ostensible de la litis contestatio, en la disputa de las investidu-ras, el blanco del ataque papal era el manipulador de este sistema: laautoridad secular. La base de este sistema era, incuestionablemente,la costumbre; por tanto, dicho sistema era de origen germnico. Otraparadoja (como hemos visto, la historia de las ideas polticas, estllena de paradojas): para contrarrestar el ataque del papa, ataque diri-gido al derecho consuetudinario germnico, la autoridad secular searm con el derecho romano: un derecho ajeno, derecho que no eragermnico era romano y de linaje oriental, bizantino.

    De esta forma, desde mediados del siglo XI en adelante, el derechoromano se convierte en uno de los pilares de la autoridad secular.Este fenmeno trajo como consecuencia que, con el paso del tiempo,el carcter del gobierno tuvo que cambiar su fundamento: germnicopor romano.40

    El problema del rgimen de la propiedad eclesistica fue, as,relegado a un segundo lugar; la confrontacin en realidad era: Reg-num versus sacerdotium. Lo que haca especialmente atractiva lainvocacin del derecho romano, consista en que ste era, funda-mentalmente, el derecho de los gobernantes laicos. A partir deentonces comenz el uso profesional del derecho romano en ser-vicio de la causa secular (real o imperial). As surge, por ejemplo, enRavena, una escuela de derecho contrapuesta a la Roma del papa.Existe evidencia indiscutible de que juristas de esta escuela tomaron

    39 Cfr., Monumenta germani historica: Auctores antiquissimi, Const. I, nm. 22, p. 48,cit., por Ullmann Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., p. 75.

    40 Vid., Ullmann, Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., p. 76.

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  • parte activa en la lucha formidable entre Gregorio VII y el empera-dor Enrique IV.41

    Los juristas de Ravena se mantuvieron al lado del Imperio y apoya-ron a Wilberto de Ravena el antipapa Clemente III. Desde Rave-na Petrus Crossus lanza, en contra de Gregorio VII, un violentopanfleto fundamentado en derecho romano.

    El hecho de armarse con derecho romano condujo a la seculari-zacin del gobierno, creando una idea laica del mismo, librndolo,as, de sus incrustaciones teocrticas y teolgicas o, mejor, eclesias-tolgicas.42 De esta forma, el derecho romano devino una fuentede inspiracin, de imitacin, de los gobernantes; uno de los ms cons-picuos resultados de este hecho fue la fuerte acentuacin de la baseromana de gobierno y el consiguiente abandono de las, hasta enton-ces, incuestionables reglas germnicas consuetudinarias.

    41 Sobre la Guerra de las Investiduras, vase: Brooke, Z. N., Gregory VII and the FirstContest Beetween Empire and Papacy, en: The Cambridge Medieval History, vol. V. Con-test of Empire and Papacy, Cambridge, Cambridge University Press, 1926; pp. 5 1-207;Bryce, James V., The Holy Roman Empire cit., pp. 150-163.

    42 Sit venia verba.

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  • EPLOGO I

    A partir del siglo XII en adelante, Europa occidental haba sido atra-pada por los principios romanos de gobierno encontrados en el dere-cho romano. El derecho romano conquistaba Europa. Sobre esteparticular permtaseme insistir sealando que la facilidad y rapidez deesta conquista posterior, prueba la solidez de la primera: cuando elderecho romano penetra en el dogma cristiano y en la prcticagubernamental de la temprana Edad Media.

    Todo estaba listo para aplicar el derecho romano. Sin embargo,esta aplicacin enfrentaba todava varios problemas. El derechoromano que haba llegado a Europa contena mximas y doctrinasacumuladas a lo largo de varios siglos, desde el siglo II hasta el sigloVI, las cuales parecan contradictorias e irreconciliables. Por otro lado,el derecho romano mencionaba instituciones jurdicas y guberna-mentales de las cuales el mundo del siglo XI y del siglo XII no sabanada. Adems, existan instituciones contemporneas completamenteajenas a la antigua Roma.

    La condicin previa para un ulterior desarrollo del derecho roma-no consista en la solucin de las contradicciones y el acomodo delderecho romano a la situacin contempornea. Esta tarea exigagran habilidad y perspicacia extremadamente elevada, as como unatcnica de interpretacin muy sofisticada. Ninguna de estas condicio-nes exista en grado suficiente antes del siglo XI.

    Este requerimiento fue satisfecho con excelencia por las escuelasde derecho; primero en Provenza, luego en Ravena e, inmediatamen-te despus, en Bolonia. Las universitates llevaran en lo sucesivo laavanzada del derecho romano y, con l, las doctrinas e ideologaspolticas de la nueva Europa. Los studia donde actuan las universita-

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  • tes devienen, as, los centros de difusin de doctrinas y principiospolticos. Principios y doctrinas que seran esclarecidos (y reforma-dos) por glosadores y comentaristas del derecho romano.1 Siendolas universitates la avanzada del derecho romano, el examen yexposicin del derecho romano se convierte en la primera discipli-na acadmica en la historia de Europa.2

    1 Sobre este particular vase mi libro: La universidad epopeya medieval. (Notas para unestudio del surgimiento de la universidad en el alto medievo), cit.

    2 Vid., Ullmann, Walter, Law and Politics in the Middle Ages, cit., pp. 78-79; Berman,Harold J., Law and Revolution. The Formation of the Western Legal Tradition, Cambridge,Mass., Harvard University Press, pp. 120-131.

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