La resistencia obrera a la dictadura militar.

Ricardo Falcn

Primero: Durante todos los gobiernos militares del llamado Proceso se desarrollaron huelgas y otros tipos de luchas en los lugares de trabajo. El pico mximo de este movimiento molecular de resistencia llega en 1981. Posteriormente la entrada en un periodo agnico de la crisis poltica global de la dictadura militar, despus de la derrota argentina en la guerra de Malvinas, permitir un cierto resurgir de movimientos sindicales con grados importantes de articulacin nacional.

Segundo. Ese carcter dominante molecular de la resistencia sindical, fue en gran medida producto de la ausencia de iniciativas de centralizacin de las luchas a nivel nacional. Hasta 1981, hubo solamente 2 paros generales. Uno el mismo da del golpe, que tuvo una repercusin casi nula. El segundo el 2 de abril de 1979, lanzado por solo un sector del sindicalismo peronista, no alcanz una dimensin nacional total.

Tercero: Hubo momentos en que aunque careciendo de articulacin, se produjo una coincidencia en el tiempo de numerosos conflictos en varios puntos del pas, que llegaron a configurar algo as como una virtual huelga general no declarada. Esto ocurri, en varias oportunidades: sep. De 1976 y en algunos momento de 1977 y 78.

Cuarto: El movimiento obrero argentino haca varias dcadas que no enfrentaba una situacin del tipo de la que viv durante el Proceso. En consecuencia no es extrao que en el curso de sus luchas fabriles y por lugares de trabajo, hayan aparecido inditos mecanismo, que revelan una gran capacidad de adaptacin a las nuevas circunstancias. Estos mecanismos novedosos se expresaron tanto con la aparicin del fenmeno de los delegados provisorios, como en el surgimiento de nuevos tipos de modalidades de lucha.

Quinto: La gran mayora de las luchas tuvieron un carcter predominantemente defensivo. Estas reivindicaciones defensivas pueden ser clasificadas en tres grupos: A: la demanda ms frecuente fue la de orden salarial. En el plano ms general este hecho s una consecuencia de los niveles inflacionarios que se registraban en la poca. B: reivindicaciones vinculadas con las condiciones de trabajo, en sus ms variadas expresiones y a la desocupacin. Estas ltimas fueron ms numerosas en 1980 y 81. C: el tercer grupo de estas luchas defensivas, abarcaba a las que tenan por objetivos defender la organizacin sindical fabril o procurar su restauracin.

Sexta: No hay dudas, que aunque molecular, hubo durante todo el perodo una constante resistencia de los trabajadores a las polticas estatales y a las iniciativas revanchistas de las empresas. Sin embargo, la huella de las dictaduras militares qued marcada en dos niveles. Por un lado, implic, en combinacin con una poltica ms general, que supona el abandono de una estrategia industrialista que haba caracterizado a la argentina desde los aos 30, una serie de modificaciones estructurales en la composicin de la clase obrera argentina, cuyas consecuencias se manifiestan todava en la actualidad. Por otro lado, dio lugar a un acercamiento coyuntural, profundo de la actividad sindical. Sin embargo con la vuelta a la democracia, la situacin se retrotrajo jurdicamente en el plano sindical, pero, la huella en el nivel estructural fue ms profunda y duradera.