Ricardo Fernández Guardia

1
Ricardo Fernández Guardia . 1. El pasado jueves se cumplieron 26 años de la muerte del célebre historiador nacional don Ricardo Femández Guardia. Con motivo de ese anivenario, don José Lnis Coto Conde, director de Archivos Nacionales, ha preparado especialmente para la Página Nueve un estudio. que publicaremos en varias entregas. Del hogar formado por don León Fer- nández Bonilla y d.oña Isabel Guardia Gutiérrez (1865) nació, el 4 de enero de 1867, don Ricardo Fernández Guardia, en la ciudad de Alajuela. Acontecimientos políticos de importancia se desarrollan en los primeros años de su vida: don José María Castro tiene que abandonar la Presi- dencia de la República y es reemplazado por don Jesús Jiménez 0-XI-1868). Este a su vez es derrocado por don Tomás Guardia, tío de don Ricardo (27-V -1870). En estas últimas actividades revolucionarias tuvo participación el padre del señor Fernández Guardia a quien se había confiado la captura de don Jesús Jiménez (Rafael Obregóñ Loría: "Conflictos militares y polí- ticos de Costa Rica", San José, 1954). Finalmente, y como consecuencia de los hechos apuntados, la Asamblea Nacional Constituyente que dio al país la Carta Fundamental de 1871. Las elecciones presi- denciales favorecieron a don Tomás Guardia para el período 1872-1876. En 1873 se inicia la educación formal de don Ricardo cuando viaja con su padre a Francia e ingresa a un colegio de París donde permanece por espacio de cinco años; eran los días priR1eros de la Tercera República Francesa. En contacto diario con la lengua de Víctor Hugo, el señor Fer- nández Guardia llega a dominarla a la perfección. Se dice que a su regreso a Costa Rica en 1878, su abuela materna con di- ficultad pudo entenderse con aquel niño que había olvidado, casi totalmente, el cas- tellano. Pero sus naturales talentos bien pronto le permitieron salvar las dificultades idiomáticas en sus cuatro años de estudio en el Colegio de Alajuela y en el Instituto Nacional de San José (1878-1882). Pos- teriormente su obra literaria seria elogiada por la pureza en el empleo de la lengua de Cervantes. Es probable que en las diarias con- asuntos de caráder histórico, comenzara a des- pertarse en don Ricardo la inclinación hacia esas disciplinas. Hay que tener presente que su padre fue el fundador de los Archivos Nacionales y que, siendo Director de esta Oficina en 1882, don Ricardo desempenó el cargo de escribiente. En ese mismo afio, ambos viajan a Guatemala. Don León va en busca de papeles relativos a nuestra historia y lleva a su hijo en calidad de compañero y secretario. Al año siguiente don León. que ha sido nombrado Ministro Plenipo- tenciario en España, Inglaterra, Bélgica y Francia, se traslada con don Ricardo a este Ricardo Femánde:r. Guardia último país. Dada la posición de su progeni- tor, el señor Fernández Guardia se vincula con hombres ilustres de las ciencias y las le- tras y del contacto con asuntos propios de las relaciones internacionales, va surgiendo en él, organizadamente, el hombre observa- dor y discreto al mismo tiempo que ad- quiere su personalidad ciertas carac- terísticas que, pasados los ai'los, nos lo presentarían con es e inconfundible sabor francés que está presente en su obra li- teraria de los primeros años y que conservaría él mismo hasta el fin de sus días. Colaborador responsable de don León, en 1884 se le designa agregado a la Comisión de estudios de límites que éste preside. Su interés por los asuntos históricos nacionales va acrecentándose. Archivos y bibliotecas reciben a aquel mozo de diecisiete años en compai'lía de su distinguido padre. Ambos viajan a España, fuente inagotable de documentación americana. Allá, como en Francia, don Ricardo alterna con los elementos más importantes de la in- telectualidad. En 1885 ocupa el cargo de Secretario de nuestra Legación en Europa y en los dos años siguientes, con motivo del viaje de don León a Costa Rica, desempeña las funciones de Encargado de Negocios ad- ínterim. Durante 1888 y 1889 se hace cargo de la Primera Secretaría de esa Legación encabezada entonces por don Manuel María de Peralta. Ya para entonces había fallecido don León en San José. Y es en este último año (1889) cuando publica en Ma- drid la obra que dejara inconclusa su padre en 1887, "Historia de Costa Rica durante la dominación espafiola". De regreso a la tierra natal combate al gobierno de don José Joaquín Rodríguez, actitud que le trae como consecuencia la pérdida de la libertad, el confinamiento y, finalmente, el destierro. El 30 de setiembn: de 11$92 "La República" anuncia que ha saiido desterrado rumbo a Nicaragua. A los 25 años don Ricardo se ha convertido en un inquieto y combativo muchacho cuya pluma ágil, desde las columnas de "La República" le atrae el desafecto del Presidente Ro- dríguez. En 1893, 2 de diciembre, contrae ma- trimonio con la señorita Ana Peralta Sancho y al siguiente año publica "Hojarasca", su primera obra literaria que tantas críticas mereció en el país y en el extranjero. Sus experiencias y reconocida ilustración le hicieron acreedor a la confianza del Presi- dente Iglesias, quien en 1896 lo nombra para las funciones de Subsecretario de Relaciones Exteriores. En ese mismo afio la Reina Dofia María Cristina, Regente de Espafia, lo honra haciéndole Comendador de número de Ja Real Orden de Isabel la Católica. Costa Rica envía a Inglaterra, en 1897, una delegación que asiste a las ceremonias del Jubileo de la Reina Victoria y don Ricardo va en calidad de Secretario de dicha delegación. Allá se le distingue con Ja medalla de plata del Jubileo. Hasta 1900 ocupa Ja Secretaría de nuestra Legación en Europa, con sede en París, y que preside don Manuel María de Peralta. Concurre como delegado de Costa Rica al 25 ani- versario de la Unión Postal Universal que se celebra en Berna, en J 900. Este año se traslada a Italia en representación especial y asiste a los funerales de Humberto l. En este país es nombrado Comendador de Ja Orden de la Corona de Italia. Regresa a Costa Rica el 5 de junio de 1901. Los "Cuentos Ticos" salen al público en 1901. El autor europeizado de "Hojarasca" demuestra sus capacidades para presentar la vida nacional en sus múltiples mani- t'estacione s. Ya el señor Fernández Guardia es reconocido como hombre de exquisita cultura y singular talento. Su nombre aparece con frecuencia en los periódicos y diarios y su producción literaria es objeto de estudios críticos. Con rapidez poco común, ha ido ascendiendo, por méritos propios, hacia la fama. En 1902, con ocasión de la reunión de Presidentes de la América Central en Corinto (Nicaragua), acompaña al Presi- dente don Rafael Iglesias en calídad de Secretario. Ese mismo ai'lo su producción li- teraria se enriquece con la comedia en tres actos "Magdalena", que fue entrenada el 7 de agosto en el Teatro Nacional Y es en 1903 cuando. conocidas en la Ma- dre Patria sus dotes de escritor purista, se le honra cori el nombramiento de Miembro Correspondiente a la Real Academia de la Lengua. El Presidente don Ascensión Esquive! le encarga, en 1904. con el carácter de Ministro en Misión Especial, ofrecer los buenos oficios del Gobierno de Costa Rica en favor del ex Presidente Policarpo Bonilla, de Honduras. entonces preso. Al siguiente año. en cumplimiento de un deber ciudadano, desempeña las funciones de regidor, cargo para el qu,e fue electo por la ciudad de San José. Después de haber leído mucho en las fuentes de nuestra historia, conocedor ya de la realidad de aquellos acontecimientos que dieron a España el cetro del más vasto imperio hasta entonces conocido, poseedor de la ilustración y la capacidad in- diepensables a todo aquel que quiera en- juiciar hombres y hechos, don Ricardo entregó a la publicidad su valiosa pro- ducción de carácter histórico "El Des- ,. cubrimiento y la Conquista de Costa Rica ", dando con ello pruebas de que en el escritor de la pluma elegante de "Cuentos Ticos" y "Hojarasca" está también el historiador auténtico que sabe del pasado de Costa Rica y posee habilidad y destreza para in- terpretarlo. Viene a corroborar lo dicho la distinción que en J 905 le hace la Real Aca- demia de la Historia (Espafia) al nombrarlo Miembro Correspondiente. qos años después, en 1907, don Ricardo reafirma su vocación como historiador al publicar en Barcelona los cinco tomos de la " Colección de Documentos para la Historia de Costa Rica" recogidos por su padre y que son la continuación de Ja meritoria labor de éste aparecida hacía más de veinte ai'los . En 1909 entrega a los escolares uní! síntesis histórica la cual, con el nombre de 1 'Cartilla Histórica de Costa Rica", sigue prestando valiosos servicios a nuestra enseñanza. Ese año el Presidente González Víquez, de quien era buen amigo desde hacía varios años, lo designa Secretario de Relaciones Exteriores. Francia lo honra en 1910 nombrándolo Oficial de la Legión de Honor. Su vasta preparación en materia de límites lo hace acreedor a formar parte de la Comisión en el litigio con Panamá 0910- 1913), durante la primera administración de don Ricarélo Jiménez. En la República Argentina se le rinde homenaje al declararlo miembro correspondiente de Ja Academia Americana de la Historia con sede en Buenos Aires (1916). Su reconocida pericia diplomática inclina al Presidente Tinoco a nombrarlo representante de Costa Rica en Washington (1917). La severa comu- nicación que _dirige _al Secretario de Estado sei'lor Lansing con motivo de la acti- tud de los Estados Unidos frente al Go- bierno de Tinoco es notable por su con- tenido. Sus ocupaciones y sus viajes no le impiden seguir en sus afanes históricos. En 1918 entrega su interesante estudio, "Rese- ña Histórica de Talamanca". Dos años más tarde (1920) se manifiestan sus dotes li- terarias con su obrita "La Miniatura". Este año el Presidente don Julio Acosta García lo nombra Ministro en Misión Especial cerca del Gobierno de Panamá . En la celebración del Centenario de nuestra emancipación de España no se puede prescindir de su colaboración y preside el Comité designado para el caso. En esta oportunidad se le confiere la medalla de oro del Primer Centenario de nuestra Independencia. Este mismo año asiste a las fiestas del Centenario de la Independencia de México en calidad de Ministro en Misión Especial. Para en- tonces ya tenía preparado su trabajo his- tórico literario "Crónicas Coloniales". Tres años más tarde (1923) el Gobierno del Perú le invita para que asista al Centenario de la Batalla de Ayacucho y en 1925 se le confiere la distinción de Gran Oficial de la Orden de El Sol del Perú. Su persona y su obra son ya conocidas en nuestra América. Guatemala lo nombra en. 1926 Miembro Corres- pondiente de su Sociedad de Geogtafía e Historia. Con la publicación de "La In- dependencia y otros Episodios", en 1928, el sei'lor Fernández ·Guardia demuestra, una vez más sus inobjetables de his- toriador. Y es entonces cuando asume por vez primera la Dirección de los Archivos Nacionales. El escribiente de cuarenta y seis años antes era ahora uno de los valores más preciados con que contaba Costa Rica. Un intervalo lo separa de estas funciones, cuando sirve el Cons'ulado General de Costa Rica en España (1929-1930). En esos días se le nombra Académico Correspondiente de la Real Academia Hispano-Americana de Ciencias y Artes de- Cádiz. De regreso a nuestro pals en 1930 vuelve a la Dirección ele los Archivos Nacionales, cargo que no .... bandonará hasta 1940. A partir de 1931 don Ricardo recibe honores dentro y fuera del pals. Ello no le impide seguir adelante en sus afanes de historiador. En efecto, en 1934 publica " La Guerra de Ja Liga y la· hvasión de Quijano"; en 1941 "Morazán en Costa Rica"; en J 946 " Espigando el p\l ·sado". Ya en 1936 había fundado la "Revista de Jos Archivos Nacionales". F1:lece en San José el 5 de febrero de 1950. (Continuará)

Transcript of Ricardo Fernández Guardia

Page 1: Ricardo Fernández Guardia

Ricardo Fernández Guardia

. 1.

El pasado jueves se cumplieron 26 años de la muerte del célebre historiador nacional don Ricardo Femández Guardia. Con motivo de ese anivenario, don José Lnis Coto Conde, director de Archivos Nacionales, ha preparado especialmente para la Página Nueve un estudio. que publicaremos en varias entregas.

Del hogar formado por don León Fer­nández Bonilla y d.oña Isabel Guardia Gutiérrez (1865) nació, el 4 de enero de 1867, don Ricardo Fernández Guardia, en la ciudad de Alajuela. Acontecimientos políticos de importancia se desarrollan en los primeros años de su vida: don José María Castro tiene que abandonar la Presi­dencia de la República y es reemplazado por don Jesús Jiménez 0-XI-1868). Este a su vez es derrocado por don Tomás Guardia, tío de don Ricardo (27-V -1870). En estas últimas actividades revolucionarias tuvo participación el padre del señor Fernández Guardia a quien se había confiado la captura de don Jesús Jiménez (Rafael Obregóñ Loría: "Conflictos militares y polí­ticos de Costa Rica", San José, 1954). Finalmente, y como consecuencia de los hechos apuntados, la Asamblea Nacional Constituyente que dio al país la Carta Fundamental de 1871. Las elecciones presi­denciales favorecieron a don Tomás Guardia para el período 1872-1876.

En 1873 se inicia la educación formal de don Ricardo cuando viaja con su padre a Francia e ingresa a un colegio de París donde permanece por espacio de cinco años; eran los días priR1eros de la Tercera República Francesa. En contacto diario con la lengua de Víctor Hugo, el señor Fer­nández Guardia llega a dominarla a la perfección. Se dice que a su regreso a Costa Rica en 1878, su abuela materna con di­ficultad pudo entenderse con aquel niño que había olvidado, casi totalmente, el cas­tellano. Pero sus naturales talentos bien pronto le permitieron salvar las dificultades idiomáticas en sus cuatro años de estudio en el Colegio de Alajuela y en el Instituto Nacional de San José (1878-1882). Pos­teriormente su obra literaria seria elogiada por la pureza en el empleo de la lengua de Cervantes.

Es probable que en las diarias con­"f::"llllt~i1~~9eréa·d'é asuntos de caráder histórico, comenzara a des­pertarse en don Ricardo la inclinación hacia esas disciplinas. Hay que tener presente que su padre fue el fundador de los Archivos Nacionales y que, siendo Director de esta Oficina en 1882, don Ricardo desempenó el cargo de escribiente. En ese mismo afio, ambos viajan a Guatemala. Don León va en busca de papeles relativos a nuestra historia y lleva a su hijo en calidad de compañero y secretario. Al año siguiente don León. que ha sido nombrado Ministro Plenipo­tenciario en España, Inglaterra, Bélgica y Francia, se traslada con don Ricardo a este

Ricardo Femánde:r. Guardia

último país. Dada la posición de su progeni­tor, el señor Fernández Guardia se vincula con hombres ilustres de las ciencias y las le­tras y del contacto con asuntos propios de las relaciones internacionales, va surgiendo en él, organizadamente, el hombre observa­dor y discreto al mismo tiempo que ad­quiere su personalidad ciertas carac­terísticas que, pasados los ai'los, nos lo presentarían con ese inconfundible sabor francés que está presente en su obra li­teraria de los primeros años y que conservaría él mismo hasta el fin de sus días.

Colaborador responsable de don León, en 1884 se le designa agregado a la Comisión de estudios de límites que éste preside. Su interés por los asuntos históricos nacionales va acrecentándose. Archivos y bibliotecas reciben a aquel mozo de diecisiete años en compai'lía de su distinguido padre. Ambos viajan a España, fuente inagotable de documentación americana. Allá, como en Francia, don Ricardo alterna con los elementos más importantes de la in­telectualidad. En 1885 ocupa el cargo de Secretario de nuestra Legación en Europa y en los dos años siguientes, con motivo del viaje de don León a Costa Rica, desempeña las funciones de Encargado de Negocios ad­ínterim. Durante 1888 y 1889 se hace cargo de la Primera Secretaría de esa Legación encabezada entonces por don Manuel María de Peralta. Ya para entonces había fallecido don León en San José. Y es en este último año (1889) cuando publica en Ma­drid la obra que dejara inconclusa su padre en 1887, "Historia de Costa Rica durante la dominación espafiola".

De regreso a la tierra natal combate al gobierno de don José Joaquín Rodríguez, actitud que le trae como consecuencia la pérdida de la libertad, el confinamiento y, finalmente, el destierro. El 30 de setiembn: de 11$92 "La República" anuncia que ha saiido desterrado rumbo a Nicaragua. A los 25 años don Ricardo se ha convertido en un inquieto y combativo muchacho cuya pluma ágil, desde las columnas de "La República" le atrae el desafecto del Presidente Ro­dríguez.

En 1893, 2 de diciembre, contrae ma­trimonio con la señorita Ana Peralta Sancho y al siguiente año publica "Hojarasca", su primera obra literaria que tantas críticas mereció en el país y en el extranjero.

Sus experiencias y reconocida ilustración le hicieron acreedor a la confianza del Presi­dente Iglesias, quien en 1896 lo nombra para las funciones de Subsecretario de Relaciones Exteriores. En ese mismo afio la Reina Dofia María Cristina, Regente de Espafia, lo honra haciéndole Comendador de número de Ja Real Orden de Isabel la Católica. Costa Rica envía a Inglaterra, en 1897, una delegación que asiste a las ceremonias del Jubileo de la Reina Victoria y don Ricardo va en calidad de Secretario de dicha delegación. Allá se le distingue con Ja medalla de plata del Jubileo. Hasta 1900 ocupa Ja Secretaría de nuestra Legación en Europa, con sede en París, y que preside don Manuel María de Peralta. Concurre como delegado de Costa Rica al 25 ani­versario de la Unión Postal Universal que se celebra en Berna, en J 900. Este año se traslada a Italia en representación especial y asiste a los funerales de Humberto l. En este país es nombrado Comendador de Ja Orden de la Corona de Italia. Regresa a Costa Rica el 5 de junio de 1901.

Los " Cuentos Ticos" salen al público en 1901. El autor europeizado de "Hojarasca"

demuestra sus capacidades para presentar la vida nacional en sus múltiples mani­t'estacione s.

Y a el señor Fernández Guardia es reconocido como hombre de exquisita cultura y singular talento. Su nombre aparece con frecuencia en los periódicos y diarios y su producción literaria es objeto de estudios críticos. Con rapidez poco común, ha ido ascendiendo, por méritos propios, hacia la fama.

En 1902, con ocasión de la reunión de Presidentes de la América Central en Corinto (Nicaragua), acompaña al Presi­dente don Rafael Iglesias en calídad de Secretario. Ese mismo ai'lo su producción li­teraria se enriquece con la comedia en tres actos "Magdalena", que fue entrenada el 7 de agosto en el Teatro Nacional

Y es en 1903 cuando. conocidas en la Ma­dre Patria sus dotes de escritor purista, se le honra cori el nombramiento de Miembro Correspondiente a la Real Academia de la Lengua.

El Presidente don Ascensión Esquive! le encarga, en 1904. con el carácter de Ministro en Misión Especial, ofrecer los buenos oficios del Gobierno de Costa Rica en favor del ex Presidente Policarpo Bonilla, de Honduras. entonces preso. Al siguiente año. en cumplimiento de un deber ciudadano, desempeña las funciones de regidor, cargo para el qu,e fue electo por la ciudad de San José.

Después de haber leído mucho en las fuentes de nuestra historia, conocedor ya de la realidad de aquellos acontecimientos que dieron a España el cetro del más vasto imperio hasta entonces conocido, poseedor de la ilustración y la capacidad in­diepensables a todo aquel que quiera en­juiciar hombres y hechos, don Ricardo entregó a la publicidad su valiosa pro­ducción de carácter histórico "El Des- ,. cubrimiento y la Conquista de Costa Rica", dando con ello pruebas de que en el escritor de la pluma elegante de "Cuentos Ticos" y "Hojarasca" está también el historiador auténtico que sabe del pasado de Costa Rica y posee habilidad y destreza para in­terpretarlo. Viene a corroborar lo dicho la distinción que en J 905 le hace la Real Aca­demia de la Historia (Espafia) al nombrarlo Miembro Correspondiente. qos años después , en 1907, don Ricardo reafirma su vocación como historiador al publicar en Barcelona los cinco tomos de la " Colección de Documentos para la Historia de Costa Rica" recogidos por su padre y que son la continuación de Ja meritoria labor de éste aparecida hacía más de veinte ai'los . En 1909 entrega a los escolares uní! síntesis histórica la cual, con el nombre de 1'Cartilla Histórica de Costa Rica", sigue prestando valiosos servicios a nuestra enseñanza. Ese año el Presidente González Víquez, de quien era buen amigo desde hacía varios años, lo designa Secretario de Relaciones Exteriores. Francia lo honra en 1910 nombrándolo Oficial de la Legión de Honor. Su vasta preparación en materia de límites lo hace acreedor a formar parte de la Comisión en el litigio con Panamá 0910-1913), durante la primera administración de don Ricarélo Jiménez. En la República Argentina se le rinde homenaje al declararlo miembro correspondiente de Ja Academia Americana de la Historia con sede en Buenos Aires (1916). Su reconocida pericia diplomática inclina al Presidente Tinoco a nombrarlo representante de Costa Rica en

Washington (1917). La severa comu­nicación que _dirige _al Secretario de Estado sei'lor Lansing con motivo de la acti­tud de los Estados Unidos frente al Go­bierno de Tinoco es notable por su con­tenido. Sus ocupaciones y sus viajes no le impiden seguir en sus afanes históricos. En 1918 entrega su interesante estudio, "Rese­ña Histórica de Talamanca". Dos años más tarde (1920) se manifiestan sus dotes li­terarias con su obrita "La Miniatura" . Este año el Presidente don Julio Acosta García lo nombra Ministro en Misión Especial cerca del Gobierno de Panamá. En la celebración del Centenario de nuestra emancipación de España no se puede prescindir de su valio~a colaboración y preside el Comité designado para el caso. En esta oportunidad se le confiere la medalla de oro del Primer Centenario de nuestra Independencia. Este mismo año asiste a las fiestas del Centenario de la Independencia de México en calidad de Ministro en Misión Especial. Para en­tonces ya tenía preparado su trabajo his­tórico literario "Crónicas Coloniales". Tres años más tarde (1923) el Gobierno del Perú le invita para que asista al Centenario de la Batalla de Ayacucho y en 1925 se le confiere la distinción de Gran Oficial de la Orden de El Sol del Perú. Su persona y su obra son ya conocidas en nuestra América. Guatemala lo nombra en. 1926 Miembro Corres­pondiente de su Sociedad de Geogtafía e Historia. Con la publicación de "La In­dependencia y otros Episodios", en 1928, el sei'lor Fernández ·Guardia demuestra, una vez más sus inobjetables mérito~ de his­toriador. Y es entonces cuando asume por vez primera la Dirección de los Archivos Nacionales. El escribiente de cuarenta y seis años antes era ahora uno de los valores más preciados con que contaba Costa Rica. Un ~orto intervalo lo separa de estas funciones, cuando sirve el Cons'ulado General de Costa Rica en España (1929-1930). En esos días se le nombra Académico Correspondiente de la Real Academia Hispano-Americana de Ciencias y Artes de- Cádiz. De regreso a nuestro pals en 1930 vuelve a la Dirección ele los Archivos Nacionales, cargo que no .... bandonará hasta 1940. A partir de 1931 don Ricardo recibe honores dentro y fuera del pals. Ello no le impide seguir adelante en sus afanes de historiador. En efecto, en 1934 publica " La Guerra de Ja Liga y la· hvasión de Quijano"; en 1941 "Morazán en Costa Rica"; en J 946 "Espigando el p\l·sado". Ya en 1936 había fundado la "Revista de Jos Archivos Nacionales".

F1:lece en San José el 5 de febrero de 1950.

(Continuará)