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MÓDULO: RINITIS ALÉRGICA EN PEDIATRÍA 1. Generalidades sobre rinitis alérgica 1.1. Interés clínico de la rinitis alérgica 1.2. Definición y clasificación 1.3. Factores de riesgo y comorbilidad 1.4. Manifestaciones clínicas y diagnóstico 2. Estrategia terapéutica 2.1. Evitación del alérgeno: evidencias 2.2. Tratamiento farmacológico sintomático 2.3. Tratamiento inmunológico. Evidencias en rinitis alérgica 3. Educación al paciente 4. Consumo y coste de tratamiento 5. Manejo en atención primaria: algoritmo de tratamiento y puntos clave Bibliografía

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 MÓDULO:  RINITIS  ALÉRGICA  EN  PEDIATRÍA  

 

1. Generalidades sobre rinitis alérgica 1.1. Interés clínico de la rinitis alérgica 1.2. Definición y clasificación 1.3. Factores de riesgo y comorbilidad 1.4. Manifestaciones clínicas y diagnóstico

2. Estrategia terapéutica 2.1. Evitación del alérgeno: evidencias 2.2. Tratamiento farmacológico sintomático 2.3. Tratamiento inmunológico. Evidencias en rinitis

alérgica 3. Educación al paciente 4. Consumo y coste de tratamiento 5. Manejo en atención primaria: algoritmo de

tratamiento y puntos clave

Bibliografía

     

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GENERALIDADES SOBRE RINITIS ALÉRGICA

1.1.  INTERÉS  CLÍNICO  DE  LA  RINITIS  ALÉRGICA  

Aunque la rinitis alérgica no es una enfermedad grave, tiene una seria repercusión socioeconómica y está asociada con una reducción significativa de la calidad de vida. Su importancia viene determinada por diferentes aspectos:

• Su prevalencia está aumentando en los países desarrollados y particularmente en la áreas urbanas. Se estima que afecta al 25% de la población general, al 8,5% de los niños de 6-7 años y al 16,3% de los adolescentes de 13-14 años.

• Afecta de manera muy relevante a la calidad de vida, así como al rendimiento escolar de los niños afectados.

• Es un factor de riesgo de desarrollar asma, se estima que entre un 80-90% de los asmáticos tienen rinitis y hasta un 30%-50% de los pacientes con rinitis persistente desarrollan asma.

• Es frecuente la presencia simultánea de enfermedades comórbidas como sinusitis, asma, otitis, poliposis nasal, conjuntivitis e infecciones del tracto respiratorio.

• El impacto económico de esta enfermedad cada vez es más significativo; costes derivados del tratamiento, de las visitas médicas y costes indirectos relacionados con el absentismo laboral de los padres y con el rendimiento escolar de los niños.

La rinitis alérgica a menudo es una enfermedad soslayada y por consiguiente infradiagnosticada e infratratada.

1.2.  DEFINICIÓN  Y  CLASIFICACIÓN    

La rinitis alérgica se define como una inflamación de la mucosa nasal mediada por inmunoglobulina E (IgE), provocada por la exposición a un alérgeno y que cursa con la aparición de síntomas tales como estornudos, congestión nasal, rinorrea y prurito.

La clasificación de la rinitis alérgica más aceptada es la propuesta por el programa ARIA (Allergic Rhinitis and its Impact on Asthma) en colaboración con la OMS. De acuerdo a la duración de los síntomas se clasifica en intermitente o persistente y según la gravedad en leve o moderada-grave. Esta clasificación debe considerarse en pacientes sin tratamiento.

La clasificación en intermitente o persistente es independiente del tipo de alérgeno involucrado en la etiopatogenia. Hay aeroalérgenos que normalmente son los responsables de ocasionar rinitis intermitente (pólenes de árboles, gramíneas y malezas, esporas de hongos), pero su permanencia en el ambiente varía según las estaciones del año y la región geográfica analizada, pudiendo un alérgeno estacional generar una rinitis persistente. Los principales antígenos involucrados en la rinitis persistente son los ácaros del polvo.

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Clasificación  de  la  rinitis  alérgica  según  ARIA.

Según  la  duración  de  los  síntomas  

Intermitente   • Síntomas  <  4  días/semana    

ó  <  4  semanas  consecutivas  

Persistente • Síntomas  >  4  días/semana  

 y  >  4  semanas  consecutivas

Según  la  gravedad  de  los  síntomas  

Leve  

• No  interfiere  en  el  sueño    • No  interfiere  en  las  actividades  diarias,  deportivas  y  de  ocio    • No  interfiere  en  las  actividades  escolares  y  laborales    • Síntomas  presentes  pero  no  molestos

Moderada-­‐grave    (uno  o  más  ítems)

• Interfiere  en  el  sueño    • Impedimento  de  las  actividades  diarias,  deportivas  y  de  ocio    • Impedimento  de  las  actividades  escolares  y  laborales    • Síntomas  problemáticos

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1.3.  FACTORES  DE  RIESGO  Y  COMORBILIDAD  

La rinitis alérgica es una enfermedad desencadenada por la interacción entre factores genéticos y medioambientales. Existen varios factores de riesgo que se han asociado con un incremento en la aparición de enfermedades alérgicas. La medida en que estos factores afectan a los niños y al desarrollo de rinitis alérgica no está del todo constatada, se requieren más estudios centrados en este grupo de población.

Los factores de riesgo sugeridos son:

• Genéticos  (susceptibilidad  personal)  y  de    historia  familiar  de  alergia.  • Exposición  del  niño  a  los  factores  de  riesgo  en  edades  tempranas.  • Étnicos:  la  población  blanca  europea  presenta  problemas  alérgicos  en  un  porcentaje  

muy  superior  al  registrado  entre  las  personas  que  habitan  en  otras  zonas  del  planeta.  Si  bien  se  ha  sugerido  que  el  estilo  de  vida  y  los  factores  medioambientales  son  más  importantes  que  los  factores  étnicos.  

• Exposición  a  alérgenos:  ácaros  del  polvo,  pólenes,  esporas  de  hongos  y  pelos  de  animales.  Los  alérgenos  alimentarios  raramente  causan  rinitis  alérgica.  

• Exposición  ambiental:    o Polución:  en  las  zonas  industrializadas  se  registran  más  alergopatías  que  en  las  

zonas  rurales.  Las  emisiones  producidas  por  vehículos,  calefacciones  y  actividades  industriales  son  agravantes  de  patologías  alérgicas.  

o Tabaquismo:  la  exposición  al  tabaco  pre-­‐natal  y  al  humo  del  mismo  en  edades  tempranas  puede  potenciar  la  sensibilización  alergénica.    

La rinitis alérgica se asocia con otras enfermedades como sinusitis, otitis media serosa, conjuntivitis, asma, infección respiratoria recidivante y poliposis nasal.

1.4.  MANIFESTACIONES  CLÍNICAS  Y  DIAGNÓSTICO  

El diagnóstico de la rinitis alérgica en niños no siempre es fácil debido a la variación de los síntomas a lo largo del año, a la falta de reconocimiento de la sintomatología por parte de los niños y a que muchos de los síntomas son compartidos por varias enfermedades de diversa etiología.

La historia familiar de alergia, la estacionalidad de los síntomas, la coincidencia de síntomas oculares y nasales y la relación con la exposición a epitelios de animales, esporas, pólenes y polvo son datos clínicos con alto valor predictivo en el diagnóstico de sospecha de la rinitis alérgica.

El diagnóstico es fundamentalmente clínico. Los síntomas predominantes son: obstrucción nasal, rinorrea, estornudos y prurito nasal, ocular y faríngeo. También es frecuente la

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asociación con tos, irritabilidad, fatiga, cefalea, anosmia, taponamiento de los oídos y lagrimeo (mucoide, sin legaña).

CLAVES  PARA  UN  BUEN  DIAGNÓSTICO  

1.  HISTORIA  CLÍNICA:  

Disponer de una adecuada historia clínica es fundamental. Se tratará de obtener la máxima información mediante:

• Interrogatorio  que  analice  las  circunstancias  en  las  que  se  desencadenan  los  síntomas,  la  duración    y  las  características  de  los  mismos.  

• Evaluación  de  los  antecedentes  familiares  de  alergia  (rinitis,  dermatitis,  eccema,  asma,  etc.).  

• Exhaustivo  interrogatorio  sobre  el  entorno  del  niño  (condiciones  de  su  hogar,  colegio,  otras  residencias).  Se  debe  preguntar  siempre  sobre  mascotas,  en  especial  gatos.  

Relación  entre  alérgenos  más  frecuentes  causantes  de  rinoconjuntivitis  e  historia  clínica. Polen Ácaros Animales

Afectación  ocular Severa Escasa Severa

Temporalidad Estacional Perenne  (mejoría  verano) Perenne  (nula  mejoría  verano)

Exacerbación

Espacios  abiertos  y  campo    

Días  soleados  y  viento

Espacios  cerrados  y  playa    Presencia  durante  limpieza  

del  hogar Entorno  del  animal

Diurna Nocturna  o  al  despertar Nocturna  o  al  despertar

Características  casa

Ventanas  abiertas Cerrada,  humedad Animal  de  compañía

Nivel  del  mar  (playa) Mejora Empeora No  influye

Pascual Perez JM, Callen Blecua M, Bercedo Sanz A y Grupo de Vías Respiratorias. Protocolo de Rinitis Alérgica. El Pediatra de Atención Primaria y la Rinitis Alérgica. Protocolo del GVR (publicación P-GVR-6). Disponible en: http://aepap.org/grupos/grupo-de-vias-respiratorias/protocolos-del-gvr

 

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2.  EXPLORACIÓN  FÍSICA:  

Las manifestaciones clínicas de la rinitis alérgica se observan en nariz, boca, ojos y oídos. La observación directa permite detectar signos característicos como: un surco en la nariz debajo del puente que está producido por frotar la nariz hacia arriba de forma repetida con la intención de aliviar el prurito (“saludo alérgico”); círculos oscuros e hinchazón debajo de los ojos que sugiere conjuntivitis alérgica concomitante, etc.

3.  ESTUDIOS  COMPLEMENTARIOS:  

Se recomienda realizar estudio alergológico para identificar de forma objetiva los desencadenantes sospechosos de los síntomas alérgicos en los niños con rinitis persistente y/o moderada-grave.

Las técnicas rápidas de diagnóstico de alergia que habitualmente se realizan en Atención Primaria son los test cutáneos y la detección rápida de sensibilización de IgE. Otras pruebas más complejas y específicas son realizadas en los laboratorios (determinación de IgE en suero) o por los Servicios de Alergología (test de intradermo o de provocación).

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LA  PRUEBA  DE  PUNCIÓN  CUTÁNEA  O  PRICK  TEST  (PT)  O  SKIN  PRICK  TEST  (SPT)  

Por su elevada sensibilidad, especificidad, sencillez de realización, amplio perfil de seguridad, inmediatez en los resultados y bajo coste es considerada la prueba de elección en el diagnóstico de la atopia. La administración de medicamentos, especialmente antihistamínicos y corticoides tópicos interfiere con los resultados, por lo que estos deben suspenderse entre 4 y 15 días antes de realizar el PT. Esta prueba de diagnóstico IN VIVO mide la reactividad de la IgE frente a distintos alérgenos que son introducidos en las capas superficiales de la piel por punción. Puede realizarse a cualquier edad y debe estar a disposición del primer nivel asistencial, tras formación previa del profesional sanitario en la ejecución de la prueba y la interpretación de los resultados.

Si el paciente es alérgico, la histamina liberada por los mastocitos de la piel producirá una pápula (inflamación) y enrojecimiento superior a 3 mm que indicará sensibilización a dicho alérgeno.

Las pruebas alérgicas ayudan a identificar los alérgenos sospechosos de desencadenar la rinitis. Sin embargo, para establecer el diagnóstico es fundamental que exista correlación entre el patrón de sensibilización y las manifestaciones clínicas. Conocer los alérgenos prevalentes localmente en cada área geográfica y, en el caso de los pólenes, los periodos de polinización ayudan al diagnóstico. Portal de Salud de Castilla y León (www.salud.jcyl.es/polen).

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ESTRATEGIA TERAPÉUTICA

El objetivo terapéutico principal es restablecer la calidad de vida del paciente mediante el control de la sintomatología y la recuperación de la función nasal. Como tratamiento no farmacológico se consideran las medidas de control ambiental que evitan la exposición a alérgenos y a contaminantes irritantes (humo de tabaco). Sin embargo, en la mayoría de los casos, estas medidas no son suficientes y los niños requieren tratamiento farmacológico entre los que se incluyen corticosteroides tópicos, antagonistas H1 tópicos y orales (antihistamínicos), descongestionantes tópicos, agentes anticolinérgicos y cromoglicato de sodio tópico. Un aspecto fundamental en el abordaje de la rinitis alérgica es la educación del niño y de su familia en el autocuidado de la enfermedad.

Las guías de práctica clínica recomiendan la evitación de los alérgenos como tratamiento de primera línea, seguido de farmacoterapia dirigida al control de los síntomas (principalmente antihistamínicos y corticosteroides nasales tópicos). La inmunoterapia específica solo se considerará en los procesos graves que no responden al tratamiento habitual.

2.1.  EVITACIÓN  DEL  ALÉRGENO:  EVIDENCIAS  

 

Evitar el contacto con el alérgeno es ampliamente recomendado en los pacientes con rinitis. Sin embargo, esta medida no siempre se puede llevar a cabo y además existe cierta incertidumbre en cuanto a su eficacia. Solo en el caso de alergia a animales domésticos (gato, perro, etc.) la evitación del alérgeno presenta una evidencia constatada, siendo la medida más adecuada mantener al animal fuera de la casa. La mayoría de los estudios de evitación de alérgenos se han realizado en asma, muy pocos en pacientes con rinitis y menos aún en niños. En la alergia al polen y a los ácaros del polvo, las medidas para reducir la exposición al alérgeno no han mostrado los resultados esperados en los ensayos y las recomendaciones para minimizar los síntomas se basan más en consensos que en datos clínicos.

Con respecto a los ácaros del polvo doméstico, en una revisión Cochrane (Sheikh A, 2008) que evalúa el beneficio de distintas medidas para reducir la exposición a los ácaros del polvo doméstico en el tratamiento de la rinitis alérgica perenne, se ha encontrado que el uso de los acaricidas y de los programas extensos de control ambiental de la habitación (filtros de partículas en el aire de alta eficiencia) pueden reducir los síntomas de rinitis, mientras que el uso de ropa de cama antiácaros es poco efectivo. Se ha observado que, en general, los beneficios obtenidos son mayores con intervenciones múltiples.

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2.2.  TRATAMIENTO  FARMACOLÓGICO  SINTOMÁTICO  

El enfoque farmacológico de primera línea, en gran parte, dependerá de la frecuencia, la gravedad y la duración de los síntomas. En la fase inicial de la reacción alérgica, cuando se liberan la histamina y los mediadores inflamatorios, se pueden considerar los antihistamínicos como el tratamiento más apropiado. En la fase tardía, los corticosteroides son los fármacos más eficaces para tratar la respuesta inflamatoria. El abuso de los preparados sin prescripción puede ocasionar daño a largo plazo en la función nasal. Las recomendaciones recogidas en este módulo para el abordaje farmacológico de la rinitis en niños se apoyan en las principales guías clínicas (ARIA, BSACI, GINA, etc.), documentos consenso (Grupo de Vías Respiratorias de AEPap) y revisiones sistemáticas. Hay que tener en cuenta que debido a la ausencia de evidencia en niños, ciertas decisiones se basan en estudios de baja calidad o en la extrapolación de las recomendaciones utilizadas en adultos, lo cual genera dudas acerca de la eficacia y seguridad de estas intervenciones. Se necesitan más ensayos clínicos bien diseñados que evalúen más profundamente algunos de los tratamientos recomendados. Las características y eficacia de los distintos tratamientos se revisan a continuación.

2.2.1.  GLUCOCORTICOIDES    

TÓPICOS  INTRANASALES    

• Es  el  tratamiento  más  eficaz  en  la  rinitis  alérgica  y  constituye  el  tratamiento  de  primera  línea  para  todas  las  formas  de  rinitis  alérgica.    

• Aunque  no  se  conoce  con  exactitud  el  mecanismo  de  acción  de  los  glucocorticoides  en  la  rinitis  alérgica,  parece  ser  que  inhiben  la  síntesis  y  liberación  de  mediadores  y  actúan  tanto  en  la  fase  inicial  de  la  reacción  alérgica  como  en  la  fase  tardía.  La  aplicación  tópica  de  corticoides  proporciona  una  elevada  concentración  del  fármaco  en  la  mucosa  nasal,  con  un  mínimo  riesgo  de  efectos  adversos  sistémicos.    

• Tanto  en  rinitis  estacional  como  perenne  la  eficacia  de  los  corticoides  nasales  en  reducir  la  obstrucción  nasal,  los  estornudos,  el  picor  y  la  rinorrea  es  superior  a  la  de  los  antihistamínicos  (orales  o  tópicos).  

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Pascual Perez JM, Callen Blecua M, Bercedo Sanz A y Grupo de Vías Respiratorias. Protocolo de Rinitis Alérgica. El Pediatra de Atención Primaria y la Rinitis Alérgica. Protocolo del GVR (publicación P-GVR-6). Disponible en: http://aepap.org/grupos/grupo-de-vias-respiratorias/protocolos-del-gvr

• La  evidencia  que  evalúa  la  eficacia  de  los  corticoides  nasales  frente  a  placebo  en  niños  con  rinitis  alérgica  es  amplia,  sin  embargo  debido  a  la  heterogeneidad  en  el  diseño  de  los  estudios,  los  efectos  obtenidos  no  son  comparables.  En  la  mayoría  de  ellos  se  ha  permitido  el  uso  de  medicación  de  rescate,  lo  cual  compromete  la  fiabilidad  de  los  resultados.  Por  esta  razón,  en  una  revisión  Cochrane  (Al  Sayyad  JJ,  2008)  que  compara  la  eficacia  de  corticoides  tópicos  nasales  entre  sí  o  con  placebo  en  rinitis  alérgica  intermitente  y  persistente  en  niños,  solo  se  incluyeron  3  estudios  de  los  17  encontrados.  Según  los  autores,  la  disminución  de  la  gravedad  de  los  síntomas  no  puede  confirmarse  con  los  datos  proporcionados  y  concluyen  que  hasta  que  se  cuente  con  pruebas  más  consistentes,  las  decisiones  sobre  el  uso  de  estos  fármacos  en  niños  

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deben  estar  guiadas  por  la  experiencia  clínica  del  médico,  las  circunstancias  individuales  y  las  preferencias  de  los  pacientes.    

• En  adultos  con  rinitis  alérgica,  los  corticoides  nasales  comparados  con  otros  tratamientos  activos  han  demostrado  un  efecto  superior  en  la  mejora  de  los  síntomas.  En  niños  los  corticoides  nasales  son  recomendados  como  el  tratamiento  de  elección  en  todas  las  guías  clínicas.  Si  bien,  aunque  existe  un  claro  consenso  al  respecto,  en  este  grupo  de  población  la    evidencia  es  escasa  y  se  requieren  más  estudios  que  valoren  su  seguridad  y  eficacia.    

• La  guía  ARIA  2010  describe  dos  ensayos,  uno  realizado  en  niños  de  8  a  17  años  con  rinitis  estacional  (Bender  BG)  y  otro  realizado  en  niños  de  2  a  4  años  con  rinitis  perenne  (Fokkens  WJ)  en  los  que  los  corticoides  nasales  mostraron  mayor  beneficio  que  los  antihistamínicos  orales.  

• El  comienzo  de  acción  de  los  corticoides  nasales  es  lento  y  no  aparece  hasta  las  6-­‐8  h  de  la  primera  dosis  o  incluso  más  tarde  (24  h).  La  respuesta  terapéutica  máxima  suele  mostrarse  después  de  varios  días  de  tratamiento,  en  algunos  casos  después  de  un  par  de  semanas.  Los  corticoides  nasales  no  deben  usarse  a  demanda,  su  máxima  eficacia  se  consigue  cuando  se  administran  de  forma  pautada  durante  2-­‐4  semanas.    

• El  tratamiento  de  la  rinitis  estacional  debe  iniciarse,  siempre  que  sea  posible,  antes  de  la  exposición  al  alérgeno.  

• Se  aconseja  empezar  con  la  dosis  máxima  adecuada  a  la  edad  del  niño  y  una  vez  controlados  los  síntomas  reducir  gradualmente  la  dosis,  hasta  la  dosis  mínima  eficaz.  En  algunos  casos,  puede  bastar  con  una  aplicación  en  días  alternos.  

• Aunque  la  biodisponiblidad  intranasal  de  los  distintos  corticoides  varía  de  unos  a  otros,  no  se  han  encontrado  diferencias  de  eficacia  entre  ellos.  Los  corticoides  de  segunda  (budesonida)  y  tercera  generación  (fluticasona  y  mometasona)  presentan  menor  biodisponiblilidad  que  los  de  primera  generación  (beclometasona)  y  por  lo  tanto  un  riesgo  más  bajo  de  efectos  sistémicos.  En  niños  con  rinitis  alérgica  la  evidencia  de  estudios  comparativos  directos  entre  los  distintos  corticoides  nasales  es  muy  escasa  y  poco  consistente  para  hacer  recomendaciones.  

Seguridad  

Los efectos adversos de los corticoides nasales, en general, son leves y transitorios. Las alteraciones más frecuentes son: irritación nasal y estornudos, ocasionalmente puede aparecer congestión nasal, epixtasis, rinorrea, sequedad nasal, secreciones nasales sanguinolentas y cefalea. Las formulaciones que contienen alcohol o propilenglicol son más irritantes. La reducción de los efectos adversos puede lograrse con una buena técnica de administración, ver apartado Educación al paciente.

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El problema de seguridad más preocupante de los corticoides nasales son las alteraciones sobre el eje hipotálamo hipofisario suprarrenal y sobre el crecimiento que pueden producirse como consecuencia de su efecto sistémico. En la mayoría de los estudios no se ha encontrado un efecto relevante a las dosis recomendadas, especialmente con los agentes de segunda y tercera generación. La seguridad de beclometasona no está tan establecida, los resultados de un estudio a dosis altas llevado a cabo durante un año en niños de 6 a 9 años, asociaron a este corticoide con retrasos del crecimiento (Skoner DP). Por el contrario, en un estudio observacional restrospectivo con este mismo fármaco las diferencias encontradas no fueron significativas. Ante la falta de datos más consistentes no es posible establecer conclusiones firmes, no obstante se recomienda que en los tratamientos de larga duración se utilicen las otras alternativas disponibles.

Asimismo, se recomienda que en tratamientos nasales prolongados o cuando se proceda a la administración concomitante de más de un corticoide se monitorice el crecimiento y desarrollo del niño.

¿Qué  corticoide  nasal  es  más  coste  efectivo?  

Si tenemos en cuenta que todos los corticoides nasales son eficaces en el tratamiento de la rinitis alérgica y en el control de los síntomas y que los efectos negativos sobre el crecimiento en niños, a excepción de beclometasona, no son relevantes, la decisión clínica de seleccionar uno u otro debería basarse en criterios de eficiencia. Budesonida es el único corticoide nasal que tiene genérico y junto a beclometasona es el que tiene un precio más bajo.

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Corticoides  tópicos  nasales  comercializados  en  España.

Principio  activo Conjunto  de  principio  activo  (coste)

Nombres  comerciales® EFG Edad  autorización Posología  

(la  dosis  indicada  se  aplicará  en  cada  fosa  nasal) España FDA

Beclometasona Beclometasona  50  mcg/  dosis,  200  dosis  neb.  nasal  (3,14  €) Beclo-­‐Rino No 6  años 6  años

§ 50  mcg/  6-­‐8  h    o  100  mcg/  12  h  § Dosis  máxima:  200  mcg/  día

Budesonida

Budesonida  50  mcg/    dosis,  200  dosis  neb.  nasal  (4,06  €)

Budesonida  Alcon No 6  años 6  años

§ 100  mcg/  12  h  o  200  mcg/  24  h  § Mantenimiento:  50  mcg/  12  h  o  100  mcg/  24  h

Budesonida  64  mcg/  dosis,  120  dosis  neb.  nasal  (3,12  €)

Budesonida  Aldo  Union  EFG  Rhinocort

Si 6  años 6  años § 64  mcg/  12  h  o  128  mcg/  24  h  § Mantenimiento:  64  mcg/  24  h

Budesonida  100  mcg/  dosis,  200  dosis  neb.  nasal  (8,13  €)

Budesonida  nasal  Aldo  Union  Budesonida  Alcon

No 6  años 6  años § 100  mcg/  12  h  o  200  mcg/  24  h  § Mantenimiento:  100  mcg/  24  h

Fluticasona  furoato Fluticasona  furoato  27,5  mcg/  dosis,  120  dosis  neb.  nasal  (16,03  €) Avamys No 6  años 2  años

§ Niños  entre  6  y  11  años  o 27,5  mcg/  24  h  o  55  mcg/  24  h  o Mantenimiento:  27,5  mcg/  24h  

§ Niños  mayores  de  12  años  o 55  mcg/  24  h  o Mantenimiento:  27,5  mcg/  24h

Fluticasona  Propionato

Fluticasona  propionato  50  mcg/  dosis,  120  dosis  neb.  nasal  (11,18-­‐12,82  €)

Flixonase  Nasal    Fluinol  sparay  Nasal  Acuoso  Fluticasona  Teva  Nasotricin  Rinosone

No 4  años 4  años

§ Niños  entre  4  y  11  años  o 50  mcg/  24  h  o  50  mcg/  12  h  o Dosis  máxima:  100  mcg/  día  

§ Niños  mayores  de  12  años  o 100  mcg/  24  h    o  100  mcg/  12  h  o Dosis  máxima:  200  mcg/  día

Mometasona Mometasona  50  mcg/  dosis,  140  dosis  neb.  nasal  (16,03  €)

Rinelon  Nasal  Nasonex No 6  años 2  años

§ Niños  entre  6  y  11  años  o 50  mcg/  24  h  

§ Niños  mayores  de  12  años  o 100  mcg/  24  h  o  200  mcg/  24  h  o Mantenimiento:  50  mcg/  24  h

Triamcinolona Triamcinolona  55  mcg/  dosis,  120  dosis  neb.  nasal  (15,55  €) Nasacort No 6  años 2  años

§ Niños  de  6  a  11  años:  o 55  mcg/24  h  o Dosis  máxima:  110  mcg/  día  o No  utilizar  más  de  3  meses  

§ Niños  mayores  de  12  años:  o 110  mcg/  24  h  o Mantenimiento:  55  mcg/    24  h

EFG:  especialidad  farmacéutica  genérica;  FDA:  Food  Drug  Administration  

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El  tratamiento  de  elección  en  la  rinitis  alérgica  son  los  corticoides  tópicos  nasales.  Budesonida  constituye  la  opción  más  coste-­‐efectiva  en  el  tratamiento  de  todas  las  formas  de  rinitis  alérgica.    

GLUCOCORTICOIDES  SISTÉMICOS  

Raramente requeridos en el manejo de la rinitis alérgica en niños. Aunque son los medicamentos más eficaces, debido a su perfil de efectos adversos sistémicos, su administración solo debería considerarse en los casos graves refractarios a otros tratamientos. En caso de ser necesarios, se usarán el menor tiempo posible y en combinación con corticoides nasales.

2.2.2.  ANTIHISTAMÍNICOS  H1    

ORALES  

• Los  antihistamínicos  H1  orales  mejoran  los  síntomas  de  la  fase  inmediata  de  la  rinitis  alérgica,  incluyendo  la  rinorrea,  los  estornudos,  el  picor  nasal  y  los  síntomas  oculares,  aunque  son  menos  eficaces  en  la  obstrucción  nasal  que  los  glucocorticoides.  Son  adecuados  en  el  tratamiento  de  la  rinitis  estacional  pero  no  son  tan  adecuados  para  tratar  la  rinitis  perenne  ni  para  eliminar  los  síntomas  de  la  fase  tardía.  Son  muy  eficaces  para  aliviar  los  síntomas  oculares  por  lo  que  en  rinoconjuntivitis  son  considerados  como  tratamiento  de  primera  línea.    

• Los  antihistamínicos  H1  de  primera  generación  (clemastina,  dexclorfeniramina,  difenhidramina,  etc.)  no  están  recomendados  porque  producen  sedación  debido  a  su  alta  lipofília  y  son  problemáticos  en  los  niños.    

• Los  antihistamínicos  no  sedantes  o  de  segunda  generación  son  medicamentos  mucho  más  selectivos  por  los  receptores  H1  periféricos  y  no  tanto  por  los  receptores  colinérgicos  e  histaminérgicos  del  sistema  nervioso  central.  Esta  selectividad  reduce  considerablemente  las  reacciones  adversas,  sobre  todo  los  efectos  sedantes  pero  siguen  proporcionando  un  alivio  eficaz  de  los  síntomas  alérgicos.  Se  incluyen:  cetirizina,  ebastina,  loratadina,  terfenadina,  y  otros.  

• Algunos  autores  han  clasificado  como  antihistamínicos  de  tercera  generación  los  metabolitos  de  los  antihistamínicos  de  segunda  generación,  como  desloratadina  (metabolito  de  loratadina)  y  fexofenadina  (metabolito  de  terfenadina)    y  los    enantiómeros  como  levocetirizina  (enantiómero  de  cetirizina).  

• Los  antihistamínicos  H1  se  consideran  tratamiento  de  segunda  línea  excepto  en  la  rinitis  intermitente  o  leve  que  están  considerados  como  tratamiento  de  primera  línea  al  mismo  nivel  que  los  corticoides  nasales.    

• En  cuanto  a  la  selección  de  antihistamínicos  H1  no  hay  evidencias  constatadas  de  que  unos  sean  superiores  a  otros.  Las  pequeñas  variaciones  en  sus  características  farmacocinéticas,  como  velocidad  de  absorción  o  semivida  de  eliminación,  no  parecen  influir  sobre  la  eficacia.  Asimismo,  tampoco  hay  evidencias  de  que  los  antihistamínicos  comercializados  más  recientemente  con  un  coste  más  alto  que  el  resto    (desloratadina  o  rupatadina),  aporten  ninguna  ventaja.  

• Los  antihistamínicos  orales  se  metabolizan  en  el  hígado,  excepto  cetirizina  y  fexofenadina  (  valorar  en  caso  de  alteraciones  hepáticas).  

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Fármacos  antihistamínicos  H1  orales  no  sedantes  autorizados  en  España.  

Principio  activo Conjunto  de  principio  activo  (coste) Nombres  comerciales  ® EFG Edad  autorización    Posología España FDA

Cetirizina

Cetirizina  5  mg/  5  ml  200  ml  sol.  (3,51  €)  

Alerlisin  Zyrtec  Cetirizina  Teva  EFG  Cetirizina  Ranbaxy  EFG

Si

12  meses 6  meses

§ Niños  de  1  a  2  años    o 2,5  mg/  24  h    

§ Niños  de  2  a  6  años    o Peso  <  20  Kg:    2,5  mg/  24  h  o Peso  >20  Kg:    5  mg/  24  h  o  2,5  mg/  12  h  

§ Niños  de  6  a  12  años    o Peso  ≤  30  Kg:  5  mg/  24  h  o Peso  >  30  Kg:  10  mg/  24  h  o  5  mg/  12  h  

§ Niños  >  12  años    o 10  mg/  24  h

Cetirizina  5  mg/  5  ml  60  ml  sol.  (2,17  €)

Zyrtec   No

Cetirizina  10  mg/  ml  20  ml  sol.  (3,12  €)

Alerlisin  Zyrtec  Cetirizina  Sandoz  EFG

SI Cetirizina  10  mg    20  comp.  (3,12  €)

Alerlisin  Cetirizina  EFG**

Desloratadina

Desloratadina  2,5  mg/  5  ml  120  ml  sol.  (6,65  €) Aerius  Azomyr

No 12  meses 6  meses

§ Niños  de  1  a  5  años    o 1,25  mg/  24  h  

§ Niños  de  6  a  11  años    o 2,5  mg/  24  h  

§ Niños  ≥  12  años    o 5  mg/  24  h

Desloratadina  5  mg  20  comp.  (11,32  €) Desloratadina  5  mg  20  comp.  bucodispersables  (11,32  €)

Ebastina

Ebastina  5  mg/  5ml  120  ml    sol.  (3,12  €)

Ebastel No

2  años

§ Niños  de  2  a  5  años    o 2,5  mg/  24  h    

§ Niños  de  6  a  11  años    o 5  mg/  24  h  

§ Niños  >  12  años    o 10-­‐20  mg/  24  h

Ebastina  10  mg  20  comp.  (4,40  €)

Alastina  Bactil  Ebastel  Ebastina  EFG**

Si Ebastina  20  mg  20  comp.  (8,85  €)

Alastina  Bactil  Forte  Ebastel  Forte  Ebastina  EFG**

Ebastina  10mg  20  comp.  bucodispersables  (6,06  €) Ebastel  Flas No

Ebastina  20mg  20  comp.  bucodispersables  (9,69  €) Ebastel  Forte    flas

Levocetirizina

Levocetirizina  5  mg/ml  20  ml  sol.  (6,07  €)

Xazal No

2  años 6  meses

§ Niños  de  2  a  6  años    o 2,5  mg/  24  h  o  1,25  mg/  12  h    

§ Niños  >  6  años    o 5  mg/  24  h

Levocetirizina  2,5  mg/  5ml  200  ml  sol.  (6,07  €) Levocetirizina    5  mg    20  comp.  (5,96  €)  

Muntel  Xazal    Levocetirizina  EFG** Si

Levocetirizina  5  mg  30  comp.  (9,05  €)

Aralevo  EFG

Loratadina

Loratadina  5  mg/  5ml  120  ml  sol.  (2,70€) Civeran  Loratadina  Stada  EFG  Loratadina  Normon  EFG

Si 2  años 2  años

§ Niños  de  2  a  12  años    o Peso  >  30  kg:  10  mg/  24  h  o Peso  ≤  30  kg:  5  mg/  24  h  

§ Niños  >  12  años    o 10  mg/  24  h

Loratadina  10  mg  20  comp.  (3,11  €)  

Civeran    Loratadina  Qualigen  Loratadina  EFG**

Bilastina Bilastina  20  mg  20  comp.  (12,80  €)

Bilaxten  Obalix  Ibis  

No 12  años • 20  mg/  24  h  

Fexofenadina Fexofenadina  120  mg  20  comp.  (3,59  €) Telfast  

Fexofenadina  Tevagen  EFG

Si 12  años 6  años • 120  mg/  24  h

Mizolastina Mizolastina  10  mg  20  comp.  (9,74  €)

Mizolen  Zolistan No 12  años

• 10  mg/  24h

Rupatadina Rupatadina10  mg  20  comp.    (11,63  €)

Rupafin  Rinialer  Alergoliber

No 12  años • 10  mg/  24  h

**  Se  incluyen  distintas  marcas  de  presentaciones  genéricas

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TÓPICOS  NASALES  

Los antihistamínicos nasales presentan la ventaja de su comienzo de acción rápido (menos de 15 minutos) y pueden administrarse a demanda. Son eficaces a nivel local en el alivio del prurito, estornudos y rinorrea, pero no tanto en la sensación de taponamiento ni tampoco mejoran los síntomas en otras localizaciones como faringe, ojos, etc. Son menos eficaces y coste eficientes que los corticoides nasales. En España los antihistamínicos H1 tópicos comercializados son azelastina (≥ 6 años) y levocabastina (≥ 4 años).

Seguridad    

La frecuencia e intensidad de los efectos adversos, especialmente los anticolinérgicos (sequedad de ojos y boca), varían de unos antihistamínicos a otros y también entre individuos. En general, los antihistamínicos de segunda generación son bien tolerados, en los ensayos clínicos no se ha observado un número significativo de abandonos debidos a efectos adversos. En niños, los datos de seguridad comparativos son muy escasos y no permiten extraer conclusiones. Las reacciones adversas más comunes descritas en ficha técnica son: neurológicas (cefalea, somnolencia leve, astenia, excitabilidad, agitación) y digestivas (nauseas, vómitos, dolor abdominal). También se han descrito reacciones cardiacas como la prolongación del intervalo QT. Sin embargo, en los ensayos clínicos en niños los efectos neurológicos y los respiratorios son tan frecuentes en el grupo de tratamiento como en el placebo, y no se ha detectado prolongación del intervalo QT con los antihistamínicos estudiados. En cuanto a los efectos adversos de los antihistamínicos nasales son, en general, leves y transitorios. Los más característicos son: sabor amargo (azelastina), irritación local, estornudos y epistaxis.

Los antihistamínicos H1 orales no sedantes son menos eficaces que los corticoides nasales en el tratamiento de la rinitis alérgica moderada/grave o persistente. En las formas más leves e intermitentes se les considera como tratamiento de elección igual que los corticoides nasales. No existen diferencias de eficacia ni seguridad entre los distintos antihistamínicos, pero sí de coste. Cetirizina y loratadina son los tratamientos más coste-efectivos.

2.2.3.  OTROS  MEDICAMENTOS    

DESCONGESTIONANTES  

Los descongestionantes nasales tópicos incluyen fenilefrina, nafazolina, oximetazolina, tramazolina, xilematozolina, etc. A pesar de su rápido efecto y elevada eficacia, no son recomendados en rinitis crónica por su efecto rebote (pueden producir rinitis intensa y difícil de tratar). No están indicados como tratamiento continuo pero pueden ser utilizados

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durante un periodo corto de tiempo (no más de 3 a 5 días) en niños con importante obstrucción nasal y previamente tratados con corticoides nasales. Las presentaciones comercializadas en España son EFP (especialidades farmacéuticas publicitarias) y por lo tanto no están financiadas por receta.

Los descongestionantes orales (pseudoefedrina), solos o asociados a antihistamínicos mejoran algunos síntomas de la rinitis. No tienen efecto rebote pero son menos efectivos que los preparados nasales en reducir la obstrucción. En niños se desaconseja su uso debido a su desfavorable perfil de seguridad.

ÁCIDO  CROMOGLÍCICO  (CROMOGLICATO  DISÓDICO)  TÓPICO  NASAL      

El ácido cromoglícico parece actuar como un agente estabilizante de membranas impidiendo la desgranulación de mastocitos y la liberación de las sustancias inflamatorias y mediadoras de la respuesta alérgica (histamina, leucotrienos, etc.). El cromoglicato carece de efectos antihistamínicos, antiinflamatorios y descongestionantes nasales. Es menos efectivo que los corticoides nasales y que los antihistamínicos H1 orales y tópicos. Su efecto es mayor cuando se administra como profiláctico antes de que los síntomas estén presentes, su máxima eficacia puede tardar incluso 2-4 semanas en hacerse patente. Su utilidad se ve limitada por la necesidad de dosis frecuentes. Su seguridad y eficacia no han sido evaluadas en niños menores de seis años, por lo que no se recomienda su utilización.

ANTILEUCOTRIENOS  

El único antagonista de los receptores de leucotrienos autorizado en España para el tratamiento de la rinitis alérgica es el montelukast y siempre que el paciente sea asmático. Se puede administrar en niños a partir de 6 meses, pero la evidencia en niños con rinitis alérgica es muy escasa.

En adultos se han realizado varios estudios e incluso existen algunos meta-análisis que han demostrado que montelukast es menos eficaz que los corticoides nasales y similar a loratadina.

En cuanto a su seguridad en niños se ha asociado con alteraciones del sueño (insomnio, somnolencia), excitabilidad con hipercinesia, comportamiento agresivo, etc. Su uso en niños con rinitis alérgica no está recomendado salvo en intolerancia o falta de eficacia al resto de opciones terapéuticas.

BROMURO  DE  IPATROPIO  TÓPICO  NASAL  

Es un fármaco muy eficaz para controlar la rinorrea pero con escasos beneficios en el resto de síntomas de la rinitis.

Sobre otros fármacos empleados en rinitis alérgica financiados y autorizados en España:

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2.2.4.  COMBINACIONES  DE  TRATAMIENTOS  

Hay pocos ensayos que evalúen la terapia combinada en niños con rinitis alérgica.

CORTICOIDES  NASALES  +  ANTIHISTAMÍNICOS  H1  

En pacientes adultos, la combinación de antihistamínicos (orales o tópicos) con corticoides nasales no ha demostrado mejorar el control de la rinitis con respecto a la administración de corticoides solos. En niños, una revisión Cochrane (Nasser M, 2010), que trató de averiguar si añadir antihistamínicos (orales o tópicos) al tratamiento con corticoides nasales tópicos suponía algún beneficio no encontró suficiente evidencia para establecer conclusiones. El único ensayo incluido en esta revisión no mostró beneficios adicionales de la terapia combinada respecto a la monoterapia con corticoides. En algunos casos, al iniciar el tratamiento con corticoides nasales, la administración concomitante de antihistamínicos H1 orales o tópicos puede ser útil para conseguir un alivio de la sintomatología más rápido. Los corticoides tópicos tardan varios días en lograr la respuesta máxima, pero una vez alcanzada ésta, la terapia de mantenimiento se hará con corticoides en monoterapia. No obstante, no hay suficiente evidencia para recomendar esta práctica y debe reservarse para los niños que con corticoides solos no consiguen aliviar los síntomas. En los casos de rinoconjuntivitis alérgica la administración de corticoides nasales con antihistamínicos oftálmicos suele ser beneficiosa.

LEUCOTRIENOS  +  ANTIHISTAMÍNICOS  

La asociación de leucotrienos con antihistamínicos H1 orales no ha demostrado una mejoría de eficacia clínicamente relevante en comparación con cada fármaco por separado. Esta combinación es menos eficaz que los corticoides tópicos solos.

ABORDAJE  FARMACOLÓGICO  INTEGRADO  DE  LA  RINITIS  Y  ASMA  

El asma y la rinitis coexisten a menudo en los mismos pacientes. En estos pacientes, aunque se dificulte el cumplimiento, la práctica habitual es la combinación de corticosteroides nasales e intrabronquiales.

No se recomienda la administración de antihistamínicos por falta de eficacia ni tampoco de los corticoides nasales como terapia única. Los antileucotrienos mejoran los síntomas nasales y bronquiales, pero son menos efectivos que los corticoides inhalados en el alivio de los síntomas y en la reducción de las exacerbaciones del asma tanto en adultos como en niños.

En una revisión cochrane (Taramarcaz, 2003), que evaluó la eficacia de los corticoides nasales en los resultados del asma en niños y adultos con rinitis y asma, se encontró, que aunque los corticoides nasales tendieron a mejorar los síntomas del asma y el volumen espiratorio forzado en un segundo, los resultados no alcanzaron significación estadística. Los autores concluyeron que mientras no se dispusiera de más datos, la combinación de corticosteroides intranasales e intrabronquiales debería ser el tratamiento farmacológico del asma con rinitis.

2.3.  TRATAMIENTO  INMUNOLÓGICO.  EVIDENCIAS  EN  RINITIS  ALÉRGICA  

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La inmunoterapia con alérgenos implica la administración repetida de un extracto alergénico para desensibilizar al paciente y reducir los síntomas y la necesidad de medicación de rescate en subsecuentes exposiciones al alérgeno. Es un tratamiento capaz de modificar la respuesta inmunitaria y tratar la causa en lugar de los síntomas. La indicación de tratamiento inmunológico la realizará un médico especialista en alergia pediátrica tras un correcto diagnóstico alergológico.

La inmunoterapia con inyección subcutánea se ha usado durante décadas. Esta vía de administración es molesta, demanda mucho tiempo (desplazamiento al centro de salud) y no está recomendada en niños menores de 5 años. Además, los eventos adversos locales como picor o edema en el sitio de la inyección son bastante comunes y, aunque con poca frecuencia, las reacciones sistémicas pueden ser graves y precisar adrenalina. Por este motivo se han buscado vías alternativas para la administración de la inmunoterapia, con un mejor perfil de seguridad. En las dos últimas décadas, la atención se ha centrado en la vía sublingual. Se han realizado numerosas investigaciones en el área de la inmunoterapia sublingual, y en los últimos años se han publicado varios estudios llevados a cabo en niños.

Desde que se utiliza esta vía de administración no invasiva se ha incrementado la tendencia a prescribir inmunoterapia sublingual entre los niños con rinitis alérgica.

La comercialización de extractos alergénicos para administración sublingual está en aumento, en España disponemos de dos presentaciones nuevas autorizadas en 2011 (Grazax® y Oralair®), en otros países existen más medicamentos de esta clase. De hecho y a diferencia de lo que ocurre con otros tratamientos para la rinitis alérgica en niños, la información publicada sobre la eficacia de la inmunoterapia sublingual es muy amplia y existen varias revisiones sistemáticas. A continuación analizaremos las principales evidencias de la inmunoterapia en niños con rinitis alérgica.

INMUNOTERAPIA  SUBCUTÁNEA  

Los estudios con inmunoterapia subcutánea en niños con rinitis alérgica son muy limitados. Debido a las desventajas que plantea esta vía de administración, no es una práctica habitual recomendar la inmunoterapia subcutánea en niños menores de 12 años. Los datos en niños son escasos y la mayoría de revisiones sistemáticas incluyen estudios en adultos, solo en algunos estudios realizados en adultos se han incluido niños mayores de 12 años, pero la información disponible es muy limitada para sacar conclusiones.

En una revisión (Röder E, 2008) de varios ensayos clínicos aleatorizados que evalúa el efecto de la inmunoterapia en niños con rinoconjuntivitis se incluyeron seis estudios de inmunoterapia subcutánea, de los cuales cuatro fueron realizados en niños con rinitis estacional y dos en rinitis perenne. La calidad metodológica de los ensayos fue baja, excepto en uno de ellos. Solo dos estudios alcanzaron el nivel de eficacia considerado clínicamente relevante (diferencia en los síntomas y/ o necesidad de medicación entre el grupo tratado y

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placebo de un 30%). Los autores sugieren que la evidencia es conflictiva en cuanto a la eficacia de la inmunoterapia subcutánea.

INMUNOTERAPIA  SUBLINGUAL  (ITSL)  

En un estudio (de Bot CMA, 2011) que analiza la calidad de varias revisiones sistemáticas (10 en total) sobre la eficacia de la ITSL en niños con rinitis alérgica, se encontraron conclusiones contradictorias y una calidad metodológica muy variable entre ellas, alcanzando una puntuación (AMSTAR) de 5 a 8 (calidad moderada) en 6 de ellas. Las revisiones de mayor calidad correspondieron a una de la Cochrane (Wilson, 2003), a Röder 2008 y a Penagos 2006.

• Según  la  revisión  Cochrane,  en  los  estudios  que  incluyeron  solo  niños,  no  hubo  reducción  significativa  ni  en  los    síntomas  ni  en  la  necesidad  de  otros    fármacos.    

• Röder  y  colaboradores  en  su  revisión  encontraron  que  de  los  7  estudios  de  alta  calidad  incluidos,  solo  en  uno  la  ITSL  demostró  ser  eficaz.  Por  lo  que  concluyeron,  en  base  a  la  evidencia  encontrada,  que  la  ITSL  no  aportaba  beneficios  ni  en  la  mejoría  de  los  síntomas  ni  en  la  reducción  de  medicamentos  en  niños.    

• A  diferencia  de  las  dos  revisiones  anteriores,  en  el  estudio  de  Penagos  2006  se  vió  que  el  uso  de  ITSL  reducía  tanto  los  síntomas  y  como  la    medicación  requerida.    

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En una revisión sistemática más actualizada (Radulovic, 2011), de elevada heterogeneidad entre los estudios incluidos, se encontró que la ITSL fue estadísticamente significativa en reducir los síntomas de la rinitis, si bien el efecto observado fue poco relevante. Por el contrario, en cuanto a la reducción de medicación, la ITSL no mostró un beneficio significativo.

En resumen, de momento no existen pruebas consistentes de que la ITSL aporte beneficios relevantes en niños con rinitis alérgica. Muchas de las revisiones realizadas presentan una gran heterogeneidad entre los estudios incluidos (distinta composición de los extractos alergénicos) por lo que la interpretación clínica del tamaño del efecto es difícil de hacer. En la mayoría de estudios en los que se ha observado una reducción de los síntomas y de la medicación con resultados estadísticamente significativos, la magnitud del efecto no ha sido clínicamente relevante y el paciente no puede abandonar la medicación sintomática.

Por otra parte, cabe mencionar que los estudios que evalúan la eficacia de la ITSL en niños son estudios frente a placebo en los que se permite amplia medicación de rescate que incluye antihistamínicos orales, corticoides nasales e inhalados y otros medicamentos utilizados en la rinitis alérgica. Generalmente, en estos estudios no se especifica la duración del tratamiento de rescate y en el caso de los corticoides nasales (tratamiento de elección) no se sabe si el tratamiento se ha hecho de la forma más eficaz, con tratamientos prolongados en ciclos de 2-4 semanas y no a demanda. Tampoco se dispone de estudios comparativos frente a glucocorticoides nasales y se desconoce si el efecto en la reducción de los síntomas de la ITSL es superior al de los tratamientos recomendados. Se requieren más estudios comparativos rigurosamente diseñados en niños con rinitis alérgica que midan los efectos de la ITSL frente a los corticoides nasales, a los antihistamínicos H1 y a la inmunoterapia subcutánea.

La evidencia sobre la eficacia de la ITSL en niños con rinitis alérgica y asma también es muy limitada siendo necesarios más estudios comparativos con los tratamientos convencionales.

Adicionalmente, se ha sugerido que el tratamiento con inmunoterapia puede disminuir las enfermedades alérgicas a largo plazo. Sin embargo, esta sugerencia se basa en un estudio publicado (Möller, CH) con serias limitaciones metodológicas y que ha sido ampliamente criticado. Actualmente, no existen evidencias que apoyen esta práctica.

En cuanto a la seguridad de la ITSL las reacciones adversas son comunes, y en los ensayos clínicos hasta el 70% de los pacientes experimentó alguna reacción adversa en el primer año de tratamiento, especialmente al iniciarlo. Las más frecuentes son prurito en oído y boca, edema labial o sublingual, náuseas, cefalea, tos, faringitis, rinorrea, congestión nasal, astenia, etc.

El tratamiento con ITSL debe iniciarse 4 meses antes de la estación polínica, aunque si se comienza más tarde (2-3 meses antes de la estación) también podría haber cierta eficacia. Se recomienda continuar el tratamiento durante 3 años. No obstante, si no se observa mejoría tras la primera estación polínica, se recomienda suspender el tratamiento. Es una terapia de uso prolongado que supone un gran coste (aproximadamente 500 € por año).

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A pesar de que en muchas guías clínicas la inmunoterapia está aceptada como una estrategia terapéutica en el tratamiento de la rinitis alérgica en niños, en la actualidad, no hay suficiente evidencia de su beneficio, sea cual sea la vía de administración. En consecuencia, la inmunoterapia debe quedar reservada para niños > 5 años con rinitis o rinoconjuntivitis grave que por intolerancia y/o falta de respuesta, no puedan utilizar ninguna de las terapias recomendadas.

No  hay  pruebas  concluyentes  de  que  la  inmunoterapia  administrada  por  cualquier  vía  aporte  beneficios  importantes  a  los  niños  con  rinitis  alérgica.  La  mejora  estadísticamente  significativa  en  la  sintomatología  y  necesidad  de  medicación  es  clínicamente  poco  relevante.  El  niño  no  puede  eliminar  la  terapia  farmacológica  habitual,  por  lo  que  solo  se  consigue  añadir  un  fármaco  más,  de  elevado  coste,  a  su  arsenal  terapéutico  para  obtener  un  escaso  beneficio.    

   

 

 

 

 

 

 

 

 

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EDUCACIÓN AL PACIENTE

La educación del niño y su familia son esenciales para el manejo de la rinitis alérgica. Esta acción no solo favorece el control ambiental mediante medidas de evitación, sino que ayuda a la adherencia farmacológica y por consiguiente a optimizar la respuesta terapéutica. El niño y su familia tienen que ser conscientes de que la rinitis alérgica es una enfermedad crónica y deben instaurar el tratamiento de forma precoz anticipándose a la sintomatología. Es fundamental que el paciente tenga el máximo conocimiento sobre su enfermedad y esté educado en el autocuidado de la misma. Para ello es básico que el médico proporcione información por escrito al paciente y le instruya adecuadamente. http://www.saludcastillayleon.es/ciudadanos/es/polen/recomendaciones-profesionales-sanitarios Toda la información de Castilla y León relacionada con alergia, recuentos polínicos, consejos para alérgicos, etc. se puede consultar en: http://www.saludcastillayleon.es/sanidad/cm/temas/polen

RECOMENDACIONES  PARA  LA  ADMINISTRACIÓN  DE  SPRAYS  NASALES  

• Antes  de  la  administración,  se  debe  sonar  la  nariz  para  limpiar  los  orificios  nasales.    También  es  recomendable  eliminar  con  suero  fisiológico  las  costras  o  mucosidad.    

• Agitar  el  spray  suavemente  antes  de  cada  uso.    

• Inclinar  la  cabeza  ligeramente  hacia  delante.  • Sujetar  el  spray  en  posición  vertical  y  colocar  

el  aplicador  en  uno  de  los  orificios  nasales.  • Orientar  el  aplicador  hacia  el  exterior  de  la  

nariz,  lejos  del  tabique  nasal.  Esto  favorece  que  el  medicamento  llegue  a  la  parte  adecuada  de  la  nariz.  

• Mientras  se  coge  aire  por  la  nariz,  apretar  firmemente  una  única  vez  el  botón  dosificador.    

• Sacar  el  aplicador  y  echar  el  aire  por  la  boca.  Después  de  la  administración  no  sonarse  la  nariz  para  permitir  que  la  medicación  permanezca  el  máximo  tiempo  en  contacto  con  la  mucosa.    

Los  lavados  nasales  con  solución  salina  son  útiles  para  reducir  los  síntomas,  los  estornudos,  la  sequedad  nasal  y  la  congestión.  También  sirven  para  limpiar  la  mucosa  y  se  pueden  aplicar  antes  de  los  sprays  nasales  para  aumentar  el  efecto  de  la  medicación.  

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CONSUMOS Y COSTE DE TRATAMIENTO

CORTICOIDES  NASALES  

En la siguiente gráfica se representa el consumo medio anual de corticoides nasales en pediatría desde 2004. Actualmente, el fármaco más consumido es mometasona seguido de fluticasona (furoato o propionato). Budesonida siendo el fármaco de menor coste, ocupa el tercer lugar, lo cual es injustificable si tenemos en cuenta que todos los corticoides nasales son eficaces en el tratamiento de la rinitis alérgica y que, en cuanto a su seguridad, no hay diferencias entre ellos. El único corticoide tópico que se ha asociado con problemas de crecimiento en niños es beclometasona y ha sido exclusivamente en un estudio y a dosis superiores a las recomendadas.

Por su repercusión económica es importante realizar una buena selección de principio activo, budesonida debería ser el tratamiento de elección en la rinitis alérgica y solo debería utilizarse un corticoide distinto en los casos claramente justificados.

 

 

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ANTIHISTAMÍNICOS  H1  

A continuación se presenta los costes estimados en un tratamiento de tres meses y según el peso del niño. El antihistamínico más coste-efectivo es cetirizina y por lo tanto para hacer un uso más racional de los mismos debería ser el más prescrito.

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Sin embargo, analizando el consumo en nuestra comunidad observamos que actualmente el antihistamínico oral más prescrito es desloratadina, que tiene un coste entre 3 y 4 veces superior a cetirizina. Si desglosamos el consumo global de desloratadina por conjuntos nos encontramos que hay una elevada utilización de los comprimidos bucodispersables (67%) que según su ficha técnica sólo están autorizados para adultos y niños a partir de 12 años. Hay que señalar que estos comprimidos no aportan ninguna ventaja de biodisponibilidad ni farmacocinética frente a los comprimidos normales o la solución. Su uso podría ser ventajoso en niños con dificultad para tragar, lo cual es poco frecuente entre los niños mayores de 12 años, y además para esos casos ya disponemos de las soluciones.

 

Fuente de datos: costes (Remedios, diciembre 2011) consumos (Concylia, diciembre 2011).

 

 

 

 

 

 

 

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MANEJO EN ATENCIÓN PRIMARIA: ALGORITMO DE TRATAMIENTO Y PUNTOS CLAVE

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DERIVACIÓN  A  ATENCIÓN  ESPECIALIZADA  

El niño será derivado a la consulta del especialista cuando no haya un adecuado control de la sintomatología con el tratamiento farmacológico habitual, cuando exista comorbilidad asociada o cuando se considere que la inmunoterapia esté indicada.

PUNTOS  CLAVE  

La  rinitis  alérgica  es  una  enfermedad  crónica  altamente  prevalente  entre  los  niños  y  adolescentes  cuya  incidencia  está  en  aumento  y  es  mayor  en  los  países  industrializados  y  áreas  urbanas.    

Es  frecuente  la  presencia  simultánea  de  enfermedades  comórbidas  como  sinusitis,  asma,  otitis,  poliposis  nasal,  conjuntivitis  e  infecciones  del  tracto  respiratorio.  En  los  niños  con  rinitis  alérgica  se  debe  investigar  la  presencia  de  asma  y  viceversa.  Si  se  dan  ambas  enfermedades  se  recomienda  planificar  un  tratamiento  conjunto  que  incluya  corticoides  nasales  e  intrabronquiales.  

Es  una  enfermedad  a  menudo  infradiagnosticada  e  infratratada  que  supone  un  elevado  coste  socio-­‐sanitario  y  afecta  seriamente  a  la  calidad  de  vida  de  los  niños  afectados.  

La  rinitis  alérgica  es  provocada  por  la  exposición  a  un  alérgeno  al  que  el  niño  ha  sido  previamente  sensibilizado.  De  ahí  que  el  tratamiento  ha  de  incluir  evitar  el  contacto  con  el  agente  desencadenante.  

En  la  rinitis  alérgica  se  produce  una  respuesta  mediada  por  IgE  que  genera  inflamación  de  la  mucosa  nasal  y  la  aparición  de  síntomas  característicos  como  estornudos,  congestión  nasal,  rinorrea  y  prurito.  En  la  rinitis  provocada  por  alérgenos  de  exterior  también  son  frecuentes  los  síntomas  oculares.    

El  diagnóstico  de  la  rinitis  alérgica  se  basa  en  los  síntomas  y  la  historia  de  alergia.  Realizar  pruebas  para  la  alergia  no  es  siempre  necesario,  se  recomiendan  en  los  casos  de  rinitis  persistente  y/  o  moderada-­‐grave  para  confirmar  la  sospecha.  La  concordancia  entre  las  manifestaciones  clínicas  y  los  resultados  de  las  pruebas  es  fundamental  para  establecer  el  diagnóstico.    

En  la  alergia  desencadenada  por  polen  o  ácaros  las  medidas  aisladas  de  evitación  del  alérgeno  no  han  demostrado  una  mejoraría  clínicamente  relevante,  sin  embargo  las  intervenciones  múltiples  si  parecen  tener  un  efecto  aditivo  positivo.  En  los  niños  alérgicos  al  epitelio  de  animales  sacar  al  animal  de  la  casa  es  la  medida  más  eficaz.    

El  niño  alérgico  y  su  familia  deben  ser  adecuadamente  instruidos  en  medidas  básicas  de  control  ambiental  que  deben  mantenerse  incluso  con  el  tratamiento  farmacológico.    

Los  corticoides  tópicos  nasales  son  los  fármacos  más  eficaces  para  controlar  los  síntomas  en  la  rinitis  alérgica.  Los  antihistamínicos  H1  son  eficaces  en  el  control  de  los  estornudos,  picor  y  rinorrea  pero  tienen  un  escaso  efecto  sobre  la  obstrucción  nasal.    

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Por  lo  tanto,  en  las  formas  moderadas/  graves  de  la  rinitis  alérgica  el  tratamiento  de  elección  son  los  corticoides  nasales.  Solo  en  la  rinitis  leve  o  intermitente  los  antihistamínicos  H1  son  considerados  fármacos  de  elección  al  mismo  nivel  que  los  corticoides  nasales.  

Los  corticoides  nasales  no  deben  usarse  a  demanda.  Su  máxima  eficacia  se  consigue  cuando  se  administran  de  forma  pautada  durante  2-­‐4  semanas.  Al  inicio  se  prescribirá  la  dosis  según  la  edad  del  niño,  y  tras  2-­‐4  semanas,  se  tratará  de  ajustar  la  dosis  a  la  mínima  eficaz.  En  rinitis  estacional  es  conveniente  iniciar  el  tratamiento  antes  de  la  exposición  al  alérgeno  (una  ó  2  semanas  antes  del  inicio  de  la  sintomatología).    

Con  los  corticoides  tópicos  la  respuesta  terapéutica  máxima  puede  tardar  en  alcanzarse  varios  días.  En  algunos  casos,  al  principio  del  tratamiento  puede  ser  útil  asociar  un  antihistamínico  H1  oral  o  tópico  para  aliviar  la  sintomatología.  Una  vez  alcanzado  el  control  se  administrará  únicamente  el  corticoide  nasal.  

La  combinación  de  antihistamínicos  orales  y  corticoides  nasales  no  ha  demostrado  beneficios  frente  a  los  corticoides  solos,  además  aumenta  los  efectos  adversos  y  el  coste  del  tratamiento.  

Budesonida  constituye  la  opción  más  coste-­‐efectiva  en  el  tratamiento  de  todas  las  formas  de  rinitis  alérgica.  Entre  los  antihistamínicos  H1  de  segunda  generación  no  se  ha  encontrado  diferencias  de  eficacia  ni  seguridad,  cetirizina  y  loratadina  son  los  fármacos  de  menor  coste  y  por  lo  tanto  los  más  eficientes.  

La  técnica  de  administración  de  los  corticoides  nasales  es  fundamental  para  alcanzar  la  máxima  biodisponibilidad.  El  paciente  debe  ser  instruido  adecuadamente  y  en  caso  de  fracaso  terapéutico  considerar  que  una  mala  administración  puede  ser  la  causa.  

Las  reacciones  adversas  de  los  corticoides  son  leves  y  locales.  Los  efectos  sistémicos  sobre  el  crecimiento  no  han  sido  confirmados.  No  obstante  se  recomienda  monitorizar  el  crecimiento  especialmente  en  niños  que  utilicen  corticoides  por  otras  vías,  el  efecto  puede  ser  aditivo.  

Los  lavados  nasales  con  suero  salino  siempre  están  recomendados.  Ayudan  a  reducir  la  congestión,  la  mucosidad  y  aumentan  la  biodisponibilidad  de  la  medicación  si  se  realizan  justo  antes  de  su  aplicación.    

Otras  medicaciones  como  cromoglicato  y  antihistamínicos  nasales  pueden  ser  coadyuvantes  durante  periodos  cortos  o  alternativas  en  algunos  casos.  El  cromoglicato  es  eficaz  pero  debe  administrarse  de  forma  preventiva  antes  de  que  haya  síntomas.  Los  descongestionantes  tópicos  pueden  ser  efectivos  en  niños  con  importante  obstrucción  nasal  y  rinorrea,  pero  su  utilización  se  debe  limitar  a  3  -­‐  5  días  por  su  efecto  rebote.    

Se  deberá  tener  en  cuenta  cuando  se  elija  la  medicación,  la  edad  de  autorización  de  cada  fármaco  según  su  ficha  técnica.  

No  hay  pruebas  concluyentes  de  que  la  inmunoterapia  administrada  por  cualquier  vía  aporte  beneficios  importantes  a  los  niños  con  rinitis  alérgica.  Los  efectos  observados  en  los  estudios  en  cuanto  a  la  reducción  de  medicación  o  de  la  sintomatología  son  

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clínicamente  irrelevantes.  La  inmunoterapia  quedará  reservada  para  niños  >  a  5  años,  con  rinitis  grave  alérgica  que  por  intolerancia,  falta  de  respuesta  o  rechazo,  no  controlen  sus  síntomas  con  las  terapias  recomendadas.    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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                                             MÓDULO:  RINITIS  ALÉRGICA  EN  PEDIATRÍA  

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⊕ Wilson  DR,  Torres  Lima  M,  Durham  SR.  Inmunoterapia  sublingual  para  la  rinitis  alérgica  (Revisión  Cochrane  traducida).  En:  LA  BIBLIOTECA  COCHRANE  PLUS,  2005  Número  4.  Oxford:  Update  Software  Ltd.  Disponible  en:  http://www.update-­‐software.com.  (Traducida  de  THE  COCHRANE  LIBRARY,  2005  Issue  4.  Chichester,  UK:  John  Wiley  &  Sons,  Ltd.).