Rio rebelde

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Rio Rebelde Alumnos: Felipe Núñez José Manuel Morales Curso: IV Medio Profesor: Luis Cabañas Ballesteros

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Rio Rebelde

Alumnos: Felipe Núñez José Manuel Morales

Curso: IV Medio

Profesor: Luis Cabañas Ballesteros

El rio Mapocho (o “el Sena de Santiago, pero con sauces”)

• A pesar de construcciones que se dan en el rio Mapocho para ocultar la marginidad y pobreza esta se presenta igual a diferencia de otros ríos este no se ve como un centro turístico sino al mirarlo se la vergüenza de la podredumbre y como la aíslan de lo que se ve en esta ciudad de Santiago.

• Se ve una clara diferencia social a lo largo del rio, en la parte de arriba, en la pre cordillera están los hippies con plata y más abajo existen zonas de mucha pobreza.

Dean Reed (o "del rock a la odisea marxista")

• En la época de músicos gringos famosos como paúl ankka, aparece Dean Reed o Din Rin como le decían en Chile, hablando de canciones de libertad sobre Vietnam, Camboya. Justo en la época de Allende donde lo recibe la unidad popular.

• Este a diferencia de otros músicos no era un superstar revoltoso, formaba parte con otros artistas norteamericanos como Bob Dylan y Joan Báez que presentaban un frente critico contra el gobierno que llevaba Nixon

• frente a la Embajada norteamericana del Parque Forestal, realizó su cuestionada acción polí tica lavando la bandera de Estados Unidos en protesta por Vietnam

• Poco después en la época de los 80 se encuentra de nuevo este mas cansado y viejo, pero con la misma actitud solidaria y liberalita, cantando sus canciones.

• Fue de viaje alrededor del mundo, nunca más se supo de el hasta que pronunciaron su muerte y se sigue recordando a ese artista que luchó por la justicia.

La República Libre de Ñuñoa (o "parece que nos dejó el taxi, Lennon")

• Ñuñoa era donde los inmigrantes de ubicaron cerca del barrio alto, pero no era más que la periferia de providencia. Hay en sus colleges, academys, schools, donde estudiaron hippies e intelectuales de izquierda, que salían a la calle a tratar de cambiar el mundo

• El liceo experimental Manuel Salas era en donde la juventud alternativa (Hippies, Punkies, Vanguardistas de Izquierda) daba proyectos liberalistas con la idea de cambiar el mundo, salían estudiantes voluntarios a dar zafradas en las inundaciones, bajan a comprar marihuana, enseñar su cultura, doctrina social, canciones de protesta y gritos como “Compañero presente, ahora y siempre” en protestas tirando lacrimógenas a los pacos.

• Son los mismos que ahora se reúnen en las lanzas de plaza Ñuñoa reemplazando el pañuelito hindú por corbatas en ese nido burgués que alguna vez odiaron. Presentes en algún recital de los tres en la batuta, consumidos por la sobrevivencia del medio lustre nacional y ahorcados por el ayer.

Los Prisioneros (o "el grito apagado de los ochenta")

• Los Prisioneros, "la voz de los ochenta", multiplicada en el poster comercial que delata la derrota de una década, la perdida rebelión. Nunca fueron tan marginales, tan patos malos, apenas tres pálidos liceanos que guitarreaban sus broncas en la esquina del medio pelo, cerca de la Gran Avenida, en San Miguel, pero aun así compusieron canción más hermosa del rock nacional: "El baile de los que sobran“

• González se creía farándula llegando de Madrid embrujado por el estilo cult, Usando camisas sicodélicas y lentes de contacto azules creyéndose Lennon, por eso Claudio Narea dejo el grupo. El sentía que el grupo había dejado de lado sus principios y al verlos tocar en la quinta Vergara por televisión se sitio emocionado por ellos y espero alguna oportunidad viendo como se iba su adolescencia

El garaje Matucana Nueve (o "la felpa humana de un hangar")

• En Estación Central, a media cuadra de la Alameda, estaba el Garaje cuna del margen vanguardia, a reventarse de pelados metaleros y chascones floripondios, todos allí, hermanados por el subterráneo alternativo donde se ideaba el Chile en democracia. Siempre había cucas de pacos en la puerta, por la bulla, por las peleas, etc.

• El galpón se hizo tan conocido que adopto en sus andamios de buque-piojo el desacato urbano. Que los ensayos de perejiles rockeros que no tenían lugar, que el teatro pánico donde volaban por los aires los actores que terminaban en la posta quebrados, que vino Christopher Reeves, Superman, a solidarizar con los degollados. Todo eso pasó bajo la techumbre cimbreada del galpón.

• Porque llegada la democracia, la rémora conservadora del cambio desalojó la fiebre del lugar, inauguró otros espectáculos de vanguardia neutralizados por el comercio, banalizados por el mercado del margen, sobajeados por la venta clasista del under censurable.

Flores de sangre para mamá (o "la rebeldía llagada de un tatuaje")

• Antes hacerse un tatuaje era muy mal visto por la gente, era usado por piratas, presos y marinos que se dibujaban una sirena para entretenerse, también se usaba para la gente que practicaba karate, se marcaba los signos. Poco después los pobres empezaron a tatuarse de a poco letras que ofrecían “flores para mi madre” . Lo cierto es que a los adolescentes les gusta tatuarse caricaturas de rock

• Ahora se han transformado en finas estampas y delicados dibujos con volumen, con sombra y a todo color que ofrece la artesanía del tatuaje. Ya no hay peligro de enfermedades debido a que cambian la aguja, la decoración es un tema muy hablado ya que ahora existen muchos sitios para tatuarse y cada uno dependerá del precio, mientras mas plata va a ser mejor.

• Hay que estar comprometido al momento de tatuarse, ya que son permanentes y sacárselos es doloroso y caro. Asique hay que tener cuidado al tatuarse cosas que sean de moda ya que en algún momento va a cambiar.

Noche de toma en la Universidad de Chile (o "me gustan los estudiantes")

• La facultad de humanidades de la universidad de Chile, la inútil casa del pensamiento según quienes quieren transformar la educación en un negocio rentable. "Gente decente, de pelo corto y sin complicaciones existenciales es lo que necesita este país. No como esa patota de universitarios inclinados a las letras, las ideas o el arte“. Por eso aceptó ir a la toma, para que renuncie el rector, que estuvo en los 90, se repitió el plato el 94 y si los estudiantes no hubieran hecho la toma, quizás se hubiera repetido el plato el 98.

• Los jóvenes estuvieron muy organizados, se turnaban hasta en la noche para vigilar la entrada por si entraban 'sapos', pidiendo el carnet por si alguien quería entrar, se mantenían despiertos cantando canciones de Silvio, con café y con un vino navegado que metieron de contrabando.

Un letrero Soviet en el techo del bloque

Era un edificio muy descuidado, en el que una empresa desea poner un letrero publicitario, que si todos los vecinos estaban de acuerdo, iban a iluminar los pasillos, poner los vidrios que faltan, protecciones a los libros, botar los cachureos, sacar a los perros y gatos callejeros y pintar el edificio. Iba a ser la envidia de toda la pobla. La agencia de publicidad hizo una reunión para organizar todo, y cuando tocaron el tema de que color pintar el edificio, se formó una pelea entre las señoras, primero dijeron rojo, pero la esposa de un carabinero dijo no, que va a parecer guarida de comunachos, gris dijo otra para que no sea tan sucio, y otra dice a quien le veni a decir sucia, y empiezan a pelear y agarrarse del pelo, la empresa se va, y el letrero es puesto en el edificio de al lado, donde la gente es más ordenada y decente. Y en este edificio cada vecino pintó su casa de color diferente.

El Paseo Ahumada ( o “la marea humana de un caudaloso vitrinear”)

Es agobiante ir al paseo ahumada, no solo por el calor, sino que también se aglomera de mucha gente, todos apurados, empujando, se mezclan olores, todos transpirando.

También se ve una heterogeneidad de la gente en el paseo ahumada, sube gente de Pudahuel y baja gente de santa María de Manquehue por ejemplo. La señora pituca que tiene que ir al paseo ahumada, aterrada, evitando apretones con el populacho, existe una diferencia de clases, los que pueden comprar y los que se quedan hipnotizados en las vitrinas conformándose con que nunca podrán comprarlo, como la señora que reta al niño para que deje de llorar por un helado, el que deberá conformarse sólo con ver de lejos los deliciosos sabores, y comerse un cubo de hielo que vende la vecina. Luego al final del día, Santiago finge que duerme, para que aflore la noche del escote putinga y su lunfardo resplandor.

La inundación

El invierno revela las carencias y pesares de un país que creyó haber superado la fonola tercermundista, pero al menor desastre natural, la naturaleza manda guarda abajo el encatrado del éxito.

Por única vez al año las familias que sufren con el invierno salen en pantalla, como una radiografía cruel del pueblo. Por esta vez, se desenmascara la mentira sonriente de los discursos parlamentarios, la euforia bocona de la equidad en el gasto del presupuesto.