Tranquilidad espiritual se disfrutaba, salíamos de una sesión psicológica que mi hermana dilucidó, mientras absortos de emocionalidad ante aquel fervoroso acontecimiento, de repente sin previo aviso, una voz de “llanto” que pedía auxilio, nos sacó abruptamente de aquel momento majestuoso.

Alrededor, de las 4 de la tarde del viernes 12 de febrero del presente año en el barrio el buque, una joven de aproximadamente unos veinte años de edad, vestía una blusa rosada, una minifalda blanca y descalza, se “lanzó” al carro que yo maniobraba, desesperada, ¡auxilio, auxilio me robaron! Gritaba, (las lecturas de Gandhi, que leía por aquel entonces, me abocaron a erogar mis dotes serviciales) consecuencia frené en seco, e increpé “¿qué le paso, se encuentra bien?” a lo que repetía estereotipadamente ¡auxilio, auxilio me robaron! En aquel momento se situó en la puerta trasera exterior del automóvil, donde se encontraba mi hermana y nos sugería con mensajes corporales que abriéramos el vehículo. En ese preciso momento llegó un carro en el que iban dos muchachos (¿una deidad?), diciéndole a la joven que fuera e hiciera el denuncio en el Caí del barrio.

De un momento a otro, el discurso de la joven cambió ¡Ahí, está el hombre que me quiere matar, ayúdenme! E insistía con mensajes corporales que abriéramos el carro. En ese instante apareció un joven que vestía de negro con saco de capota, cargaba un objeto en su mano derecha (del alborozo no me fije en detalle que llevaba). Las personas alrededor, se empezaron a dar cuenta de lo que acontecía, a esto la joven se fue yendo paulatinamente del lugar gritando que la querían matar, siguiéndole el trayecto el hombre de capota negra. Posteriormente llame a la policía.

¿Nos querían robar? Aparentemente sí, por eso alertó a la comunidad Villavicense, a que estén en alerta, el lugar específico que nos sucedió esta vivencia fue diagonal a la sede de primaria del Colegio Nuevo Gimnasio

para q tengan en cuentan y no les vaya a pasar.

GRACIAS