Rock Fuiste, Chabón

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Imprimir | Regresar a la nota Jueves, 24 de enero de 2002 Fuiste, chabón Por Javier Aguirre Quizás a contramano de las tendencias dominantes que guiaron al rock mundial durante los ‘90 (grunge, hip hop, brit pop, dance, pop latino, nü metal, teen pop...), la Argentina rockera y popular de la década pasada construyó su escena original: estética y mensajes propios (aunque difusos y a veces contradictorios en su presunta incorruptibilidad), fans y mitología propios (echando mano a los códigos de la patria futbolera) y, sobre todo, éxito comercial. Quizás llama la atención que, en la década de la globalización, en medio de un rock nacional históricamente permeable a las tendencias extranjeras, el paradigma dominante haya sido de fronteras adentro, de aguante propio y con códigos sólo comprensibles en este terrible país. Quizás ese localismo estético haya hecho que el rock argentino resignara –al menos parcialmente– su hegemonía latinoamericana en manos de colegas mexicanos. Quizás, mientras estás leyendo esto, el rock chabón se esté muriendo. COLOMBIANIZACION En lo musical, la escena de lo que conocimos como rock chabón (viejita, cabeza, barrial, futbolero, del aguante, rocanrol, o como quieras llamarlo) tiene muchas líneas distintas, contando entre las más populares el oscurantismo industrial para las masas de Los Redondos, el misticismo hard rocker de La Renga y la fiesta de tribunas felices de Los Piojos, sin olvidar el legado de Sumo y sus continuidades genéticas en Divididos y Las Pelotas, claro. En el mismo tren, bandas como Bersuit Vergarabat, Caballeros de la Quema y Viejas Locas –cada una con sus particularidades estéticas y sus vaivenes de éxito– brindaron sus aportes a la solidificación de este fenómeno brotado de las esquinas amarronadas, empobrecidas y rockerísimas de la Argentina menemista, allá cuando el hedonismo trash de la cumbia todavía no era una alternativa musical, popular y masiva al descontento. Precisamente, el rock chabón surgió como refugio cultural para los expulsados del banquete menemista. Con la marginalidad masificada, ese fenómeno en principio contestatario terminó convirtiéndose en el oficialismo del rock. En los ‘90, con puntuales excepciones de furor por solistas (Fito Páez, Charly García, Andrés Calamaro) o por eventos (los holas y chaus de Serú Girán, Sui Géneris y Soda Stereo), los grandes números del rock argentino vinieron siempre por el lado de la autenticidad barrial y del aguante. Recién terminado el 2001 –año en que Los Piojos rompieron todos sus records de convocatoria y que La Renga llevó el multimedia al barrio–, los números de ventas de discos y entradas siguen sonriéndoles a las megabandas del palo, pero desde hace años el recambio no aparece. El crecimiento lento –ya lleva años– de artistas como Los Tipitos (pop chabón), La Mancha de Rolando (aguante de Zona Sur), La Covacha (rocanrol étnico) o La 25 (ala stone) no es casual: en términos de éxito en la Argentina, la tríada Redondos-Renga-Piojos se parece mucho menos a ellos que a Madonna, los Rolling Stones o U2. Así como le pasó a la selección colombiana de fútbol luego de la generación dorada de Valderrama, Rincón y Asprilla, el rock chabón carece de nuevas figuras de peso. Adrián Dárgelos, cantante de Babasónicos, arriesga una explicación: “El rock barrial, como tendencia, no tiene mercado para bandas chicas. No hay lugar para grupos que imiten –años más tarde, con menos presupuesto y con peor producción– lo que ya hicieron las bandas consagradas. Los grandes del rock barrial ya han vivido su gran momento, su clímax, y ahora tienen status de clásicos”. El cierre de la revista La García, que durante casi tres años institucionalizó los códigos del fenómeno, tal vez no haya sido sólo un coletazo más de la recesión delarruista. ROCK CHABON SOMOS TODOS El fin de la convertibilidad amaga con marcar el fin de una época. No es delirante suponer que, en tiempos de cambio social y a días del réquiem de una paridad monetaria ilusoria, la escena del rock chabón empiece a desvanecerse. El guitarrista de La Covacha, Sebastián Fernández, no adhiere a la hipótesis: “Soy pesimista en

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Imprimir | Regresar a la notaJueves, 24 de enero de 2002Fuiste, chabnPor Javier AguirreQuizs a contramano de las tendencias dominantes que guiaron al rock mundial durante los 90 (grunge, hip hop,brit pop, dance, pop latino, n metal, teen pop...), la Argentina rockera y popular de la dcada pasada construy suescena original: esttica y mensajes propios (aunque difusos y a veces contradictorios en su presuntaincorruptibilidad), fans y mitologa propios (echando mano a los cdigos de la patria futbolera) y, sobre todo, xitocomercial. Quizs llama la atencin que, en la dcada de la globalizacin, en medio de un rock nacionalhistricamente permeable a las tendencias extranjeras, el paradigma dominante haya sido de fronteras adentro, deaguante propio y con cdigos slo comprensibles en este terrible pas. Quizs ese localismo esttico haya hechoque el rock argentino resignara al menos parcialmente su hegemona latinoamericana en manos de colegasmexicanos. Quizs, mientras ests leyendo esto, el rock chabn se est muriendo.COLOMBIANIZACIONEn lo musical, la escena de lo que conocimos como rock chabn (viejita, cabeza, barrial, futbolero, del aguante,rocanrol, o como quieras llamarlo) tiene muchas lneas distintas, contando entre las ms populares el oscurantismoindustrial para las masas de Los Redondos, el misticismo hard rocker de La Renga y la fiesta de tribunas felices deLos Piojos, sin olvidar el legado de Sumo y sus continuidades genticas en Divididos y Las Pelotas, claro. En elmismo tren, bandas como Bersuit Vergarabat, Caballeros de la Quema y Viejas Locas cada una con susparticularidades estticas y sus vaivenes de xito brindaron sus aportes a la solidificacin de este fenmenobrotado de las esquinas amarronadas, empobrecidas y rockersimas de la Argentina menemista, all cuando elhedonismo trash de la cumbia todava no era una alternativa musical, popular y masiva al descontento.Precisamente, el rock chabn surgi como refugio cultural para los expulsados del banquete menemista. Con lamarginalidad masificada, ese fenmeno en principio contestatario termin convirtindose en el oficialismo del rock. En los 90, con puntuales excepciones de furor por solistas (Fito Pez, Charly Garca, Andrs Calamaro) o poreventos (los holas y chaus de Ser Girn, Sui Gneris y Soda Stereo), los grandes nmeros del rock argentinovinieron siempre por el lado de la autenticidad barrial y del aguante. Recin terminado el 2001 ao en que LosPiojos rompieron todos sus records de convocatoria y que La Renga llev el multimedia al barrio, los nmeros deventas de discos y entradas siguen sonrindoles a las megabandas del palo, pero desde hace aos el recambio noaparece. El crecimiento lento ya lleva aos de artistas como Los Tipitos (pop chabn), La Mancha de Rolando(aguante de Zona Sur), La Covacha (rocanrol tnico) o La 25 (ala stone) no es casual: en trminos de xito en laArgentina, la trada Redondos-Renga-Piojos se parece mucho menos a ellos que a Madonna, los Rolling Stones oU2. As como le pas a la seleccin colombiana de ftbol luego de la generacin dorada de Valderrama, Rincn yAsprilla, el rock chabn carece de nuevas figuras de peso. Adrin Drgelos, cantante de Babasnicos, arriesga una explicacin: El rock barrial, como tendencia, no tienemercado para bandas chicas. No hay lugar para grupos que imiten aos ms tarde, con menos presupuesto y conpeor produccin lo que ya hicieron las bandas consagradas. Los grandes del rock barrial ya han vivido su granmomento, su clmax, y ahora tienen status de clsicos. El cierre de la revista La Garca, que durante casi tresaos institucionaliz los cdigos del fenmeno, tal vez no haya sido slo un coletazo ms de la recesindelarruista. ROCK CHABON SOMOS TODOS El fin de la convertibilidad amaga con marcar el fin de una poca. No es delirante suponer que, en tiempos decambio social y a das del rquiem de una paridad monetaria ilusoria, la escena del rock chabn empiece adesvanecerse. El guitarrista de La Covacha, Sebastin Fernndez, no adhiere a la hiptesis: Soy pesimista encuanto a que pase algo grande a nivel poltica, o economa. Si los cambios no son de fondo, no son cambios. Ytodo esto va a seguir afectando a la lrica de los grupos de rock. Lo contestatario, lo directo, va a seguir existiendosiempre. Pero creo que est surgiendo una lnea nueva que no discrimina los problemas individuales de losgenerales. La situacin del pas nos afecta a todos, y el rock barrial hace propios los problemas generales. En esesentido, si todo sigue empeorando, cosa que parece probable, no creo que el rock mire para otro lado. Seguir mirando, entonces, el mismo lado que mir durante los 90? Ivn Noble (el primer ex del rock chabn?)cree que justamente all est la clave para la supervivencia del gnero: Aunque el fin de la convertibilidad quizsno alcance para cambiar estticas, y aunque los pibes sigan tomando cerveza en la esquina, el desafo esttico delos grupos ser no descansar en los laureles conseguidos retratando la crisis. No pods ser una caricatura de loque fuiste hace cinco aos. Las canciones tienen que valer ms all de la indignacin. Hay que darle una vuelta detuerca esttica, no adherir a una esttica cortoplacista. El rock barrial es heredero del rock de protesta, pero poralgo Len Gieco perdur y Piero no.La posicin de Daniel Melero, en cambio, es muy crtica hacia el supuesto lugar de resistencia del rock barrial:Tuvo un discurso populista que fue cmplice de la convertibilidad. No rescat a los piqueteros, por ejemplo, sinoque funcion como esttica del rezongo, como el cacerolazo. O sea que no marc un hito, fue slo una respuesta.Y cualquier esttica desprendida de una reaccin, nacida en consecuencia de algo, es mucho menos interesanteque una que genere por s misma una accin. Antes que generar, o proponer, privilegi lo del me robo un autostereoy me ro de los conchetos. Y ah est la cumbia villera, que es un desprendimiento sub-under del rock barrial. Elrock siempre haba puesto en crisis a las ideas, pero el rock barrial cre un talibanismo rockero que cree tener laverdad, y cree que lo diferente es pura mierda. Y eso es, justamente, lo opuesto del rock, que siempre luch pormantener cabezas abiertas. AUTOCRITICANoble cree que es el momento de mirar atrs: El rock barrial no es slo msica sino tambin un lugar de reunin enel que cantar contra la polica, los milicos, los chetos... Una pregunta distinta es si estticamente el rock barrial fueinteresante. Esa es la autocrtica que nos debemos los que estamos o que alguna vez estuvimos en esa lnea. Yocreo que van a perdurar los artistas que hagan buenas canciones, y no la sola actitud, la irreverencia, o elvestuario. El modelo de banda de cancha quizs no se agota rpido en lo comercial, pero s en lo creativo. Nocreo que los pibes de 17 que hoy escuchan Korn, sigan interesados en esa msica a los 27, porque sus cancionesno van a ser clsicos. Melero advierte sobre los cambios en los nutrientes del rock chabn con respecto al de otros movimientos:Durante aos, el rock se haba alimentado de pelculas, de libros, y de su propia forma de vida, pero ahora sealimenta de pequeas patrias como el barrio, o el equipo de ftbol. Y esas son banderas que engloban y que nodiferencian, lo que no es positivo para el rock. Ha sido un estmulo para el sentido de rebao y no para laconvivencia en la diferencia, ha atentado contra el pensar por uno mismo. El rebao tiende a generar rebaos msgrandes, no a dividirse o a explorar diferencias. Es como una especie de Playa Bristol del rock: amontonarse dondeestn todos y no cuestionar nada.EN EL HORIZONTELas llegadas a Obras (y a MTV) de Catupecu Machu y El Otro Yo, ms la hiperactividad del ex Fun People BoomBoom Kid tientan a pensar en un nuevo modelo heredero de la ideologa autonomista ricotera, potenciado con undiscurso humanista e individualista, en el sentido punk del hacelo vos mismo. Pero todos estos artistas llevan yavarios aos y varios discos encima y an no se ve con claridad cul ser el nuevo perfil hegemnico del rockargentino, o si nacer desde los confines del under una nueva escena original. Drgelos acaso el mximorepresentante de la oposicin artstica al fenmeno chabn tiene fe en lo que viene, aunque a mediano plazo:Buscar el xito rpido imitando a los que ahora tienen xito, es no tener identidad, ni frescura, ni novedad. Lasbandas nuevas no estn renovando, ni rebelndose. A fines de los 80 pasaba algo parecido, muchas bandasimitaban a Soda Stereo o a los Ratones Paranoicos, pero ninguna era buena, ninguna qued. Y ahora el mercadomundial est dominado por grupos de productores, que son los que componen los temas y eligen a los intrpretes.Afuera estn Britney, Christina o los Back. Ac, la cumbia; un solo productor tiene seis grupos. Son distintosestilos, pero una misma idea de marketing. En unos aos surgirn generaciones que van a decir: Esto es todo unamierda, y van a empezar de cero. Ah va a salir algo bueno. Ivn Noble alerta tambin sobre las responsabilidades de los msicos ms jvenes: Hay falta de renovacin, s,pero tambin podra ser que nadie joven haya hecho nada mejor que las bandas de los 90 como Los Caballeros,Los Piojos, El Otro Yo, Babasnicos o A.N.I.M.A.L., todos tipos que hoy ya tenemos 30. Ejercicio para el lector:hac una lista de tus diez bandas argentinas favoritas y calcul las edades de sus integrantes. El rock argentinoes de viejos? Esquivemos la respuesta gambeta hacia adelante-- y volvamos a pensar en el futuro. Quizs por elmomento sea imposible vaticinar cul es el paradigma rockero que viene, si es que tal cosa existe. S queda claroque el rock chabn, ms all de la consagracin y el futuro de sus grandes bandas, y del desarrollo de lasidentidades estticas de todos sus grupos, no ha entregado nuevos valores en el ltimo lustro, y empieza a pareceruna corriente rockera del pasado. Popular, exitosa, autntica y argentinsima, s, pero ya no nueva, sin espaciopara msicos Sub-27. Dnde estar lo nuevo? En manos de los artistas. Habr que leerlo en el No de enero del2011. 2000-2014 www.pagina12.com.ar | Repblica Argentina | Todos los Derechos ReservadosSitio desarrollado con software libre GNU/Linux.