Rodrigo Karmy - Democracia Gestional y Potencia Destituyente

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1 La democracia gerencial en crisis y la potencia anárquica del poder destituyente Rodrigo Karmy Bolton Entrevista realizada por Márcia Junges para la Revista del Instituto de Humanidades de la Universidad Unisinos, Brasil IHU Online. 1.- A partir del escenario de resistencias e insurgencias contra el poder político y financiero ocurridas desde la crisis de 2008, ¿cuáles son las fortalezas y las debilidades de la democracia representativa? Ante todo, problematizaría el término “democracia” como un concepto que ha sido apropiado por la racionalidad económico-gestional contemporánea y que la sitúa como la forma última de todas las formas políticas, la forma de las formas, la meta-forma. Por eso, me parece, que lo que hoy día es la “democracia” debe llevar consigo el apellido “gestional” si no queremos confundir las cosas. En cuanto “forma última” de todas las formas, la “democracia gestional” se articula como un dispositivo de matriz pastoral de corte escatológico: “Querer detener la democracia –escribía Alexis de Toqueville en La democracia en América- parecerá entonces luchar contra Dios mismo. Entonces no queda a las naciones más solución que acomodarse al estado social que les impone la Providencia.” Pienso que la observación toquevilliana es fundamental para comprender el núcleo propiamente teológico de la democracia gestional contemporánea: “democracia” será el nombre de un poder gubernamental cuya expansión incondicionada será tal que, según Toqueville, ninguna nación no podrá más que adaptarse sin reservas a él. Así, los demócratas creen que están en el lado “bueno”, es decir, a la derecha de Dios (siendo su Hijo) gestionando su gloria sobre el mundo, expandiendo su reino a través de todos los rincones del planeta. Y cuando se les interpela, ellos parecen preguntarse sorprendidos: “¿por qué nos odian tanto?” A cuya pregunta habría que completar diciendo: “(…) si nosotros trabajamos para su salvación?” En este sentido, la pregunta de Bush jr. Frente a los atentados al World Trade Center, o las de Hollande frente a los de Charlie Hebdó revelan la matriz teológico-política de una escatología propia de la Democracy en el primer caso, y de la Republique en el segundo. En este registro, la democracia gestional no está exenta de “enemigos”: su anti-cristo serán todos aquellos que desafían régimen de imperialidad de corte gubernamental. Frente a ellos, la democracia gestional produce una cesura interna abriendo un exterior en su propio interior, tal como ocurre en la adopción del apartheid como dispositivo gubernamental de corte global, orientado a la construcción de muros que dividen a países, ciudades barrios o comunidades, en zonas especiales en razón de la “seguridad”. Como ha visto Wendy Brown, quizás, sea el apartheid israelí contra la población palestina y el muro construido por los EEUU en la frontera mexicana, los casos paradigmáticos de la situación contemporánea. Y cuando

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Karmy / Agamben / destituyente / usos / cuerpos / fin de la biopolitica / inoperatividad / Averroismo / poema

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1 La democracia gerencial en crisis y la potencia anrquica del poder destituyente Rodrigo Karmy Bolton Entrevista realizada por Mrcia Junges para la Revista del Instituto de Humanidades de la Universidad Unisinos, Brasil IHU Online. 1.- A partir del escenario de resistencias e insurgencias contra el poder poltico y financiero ocurridasdesdelacrisisde2008,culessonlasfortalezasylasdebilidadesdela democracia representativa? Antetodo,problematizaraeltrminodemocraciacomounconceptoquehasido apropiadoporlaracionalidadeconmico-gestionalcontemporneayquelasitacomola forma ltima de todas las formas polticas, la forma de las formas, la meta-forma. Por eso, me parece, que lo que hoy da es la democracia debe llevar consigo el apellido gestional sinoqueremosconfundirlascosas.Encuantoformaltimadetodaslasformas,la democraciagestionalsearticulacomoundispositivodematrizpastoraldecorte escatolgico: Querer detener la democracia escriba Alexis de Toqueville en La democracia en Amrica- parecer entonces luchar contra Dios mismo. Entonces no queda a las naciones ms solucin que acomodarse al estado social que les impone la Providencia. Pienso que la observacin toquevilliana es fundamental para comprender el ncleo propiamente teolgico delademocraciagestionalcontempornea:democraciaserelnombredeunpoder gubernamentalcuyaexpansinincondicionadasertalque,segnToqueville,ninguna nacin no podr ms que adaptarse sin reservas a l. As, los demcratas creen que estn en el lado bueno, es decir, a la derecha de Dios (siendo su Hijo) gestionando su gloriasobre el mundo, expandiendosureinoa travsde todoslos rincones del planeta. Y cuando se les interpela, ellos parecen preguntarse sorprendidos: por qunosodiantanto?Acuyapreguntahabraquecompletardiciendo:()sinosotros trabajamos para su salvacin? En este sentido, la pregunta de Bush jr. Frente a los atentados alWorldTradeCenter,olasdeHollandefrentealosdeCharlieHebdrevelanlamatriz teolgico-polticadeunaescatologapropiadelaDemocracyenelprimercaso,ydela Republique en el segundo. En este registro, la democracia gestional no est exenta de enemigos: su anti-cristo sern todos aquellos que desafan rgimen de imperialidad de corte gubernamental. Frente a ellos, la democracia gestional produce una cesura interna abriendo un exterior en su propio interior, tal como ocurre en la adopcin del apartheid como dispositivo gubernamental de corte global, orientado a la construccin de muros que dividen a pases, ciudades barrios o comunidades, en zonas especiales en razn de la seguridad. Como ha visto Wendy Brown, quizs, sea el apartheidisraelcontralapoblacinpalestinayelmuroconstruidoporlosEEUUenla fronteramexicana,loscasosparadigmticosdelasituacincontempornea.Ycuando 2 decimos paradigmticos decimos que ellos son la imagen singular que ilumina el plano ms generalconelqueoperaelpodergubernamentalcontemporneo.Elapartheidnoesuna excepcinalademocraciagestionalsinounadelaspiezasmsimportantesdesu administracin,sudispositivodecorteglobalque,puedeexpresarseenlaconstruccinde muros de diverso tipo: muros de ms de 9 metros como el de Palestina, pero tambin muros econmicos, urbanos, policiales, militares, etc. Pero, si el poder gubernamental caracterstico denuestrademocraciagestionaloperadeesamaneraesporquesearticulaalaluzdeun ensamblemuyparticularentrelalgicaestatal-nacionalylalgicaeconmico-gestional, gracias al dispositivo teolgico de corte pastoral que aparece como una figura del pasado que acta como la cifra de nuestro presente. Nohayengaoaqu,nohayundetrsalqueapelar,sinoconsumacindelapropia racionalidad gubernamental que opera desde las superficies y que producir un afuera interno, un enemigo interno (tal como la Escuela de las Amricas acostumbr a nuestro continente) queyanopugnacontraelEstado-nacinenparticular,sinocontralahumanidaden general, con la cual se identificar la actual democracia. Por eso, ese enemigo se convertir enunenemigodelahumanidadque,siendolaactualizacindelaotrorafiguradel brbarodelapocagrecolatina,lanomenclaturagestionalcontemporneadenominar terrorista: su poder de muerte,ltimo reducto de lasoberana estatal-nacional,se monta ahorasobrelalgicaeconmico-gestional,ejerciendoelantiguopoderdemuertedesdeel nuevo ensamble neoliberal. Aellolollamara,provisoriamente,lapuestaenjuegodelproyectogeo-eco-nmicodela democraciagestionalquepretende:1.-convertirlapotenciadelocomnenpoblacin (comoenlapocawestfalianasetransformalamultitudenlafiguraunvocadel pueblo)y2.-articularsecomoelnuevonmosdelplaneta(tierra,aguayaire,alavez) trazando fronteras espaciales flexibles y porosas en orden a coincidir con la propia dinmica de la economa global. Geo-eco-noma significar, pues, no slo la pretensin del dominio de poblacionesyrecursoseconmicos,sinotambinlaconfiguracindeespacialidades orientadasaarticularunordenglobal(nomundial,niinter-estatal)basadoenel paradigma de la economa capitalista. Lasituacinactualdelmundorabeasloconfirma:destruccindelnmosoperadoen Sykes-Picotporelcolonialismofranco-britnico(queconsolidalosEstadosrabesdela regin)y,desdefinalesdelaSegundaGuerraMundial,articulacindelnuevonmos Obamaquereconfiguralasfronteras,desmantelalosEstadosafavordeunpoder gubernamentalglobalyproduceunanuevaespacialidadenbasealosnuevoscriteriosdel discurso econmico: la geo-eco-noma es el nombre de la nueva cristiandad capitalista. En este contexto, lo que en los diversos plexos de resistencias o, si se quiere, de desistencias- se ha puesto en juego ha sido, sobre todo, la de una profanacin de la democracia orientada a darle un nuevo uso y restituir la potencia comn que les ha sido expropiada. 2.Comopodemoscomprenderelsurgimientodemovimientospolticossinlderesy apartidarios? 3 Pienso que, quizs, lo que est en crisis aqu es la forma pastoral que ha constituido la matriz de la democracia gestional contempornea. Los diversos plexos de resistencias que se ligan globalmentehanpuestoenjaqueaesamismaformapastoral. Lasformasderesistenciaglobalnotienenqueverconlainvencindelasfamosasredes sociales.Dichatesis,proliferadaporunperiodismoservilalasgrandestransnacionales informticas, fetichiza a las redes sociales y, con eso, oblitera el hecho de que stas no slo han existido siempre en cada proceso emancipatorio, con materialidades diferentes (la carta, lapintura,loscassettesenlosaos70-80einternethoy)sinoqueadems,stashan constituido tan slo un soporte entre tantos otros, de la imaginacin comn. A la inversa del discurso fetichista del espectculo meditico que plantea que se rebelan gracias a nosotros que les ofrecemos las redes sociales para hacerlo, pienso que, cada poca tiene su red social puesto que stas comienzan a trabajar en funcin de la imaginacin comn como su motor. Losfalasifa(filsofosrabeeislmicosmedievalescomoAlFarabioAverroes)ensu permanente crtica a la teologa de la poca descubren que la imaginacin (que es la sustancia propiadelpueblo)essiemprecomneintentandesplazaralateologaparaconciliarala filosofa con la religin (es el caso de Averroes, quien deca que la filosofa y la religin estaban destinadas a amarse mutuamente). Pero, lo que termin sucediendo es que, una vez que Occidente se arabizacon la penetracinde la filosofa peripattica,y, a su vez, condena teolgicamenteciertosaspectosdelafilosofaacusadadeaverrosta,lamodernidad consum el movimiento contrario: excluy a la religin (el terreno de la imaginacin comn) e incluy a la teologa (el dispositivo que reduce a la imagen en la forma signo), perpetuando aselreinoteolgicoenlasdiversasformasentrelascuales,lasociedaddelespectculo constituye una de sus expresiones ms decisivas. As, la poca moderna podra ser concebida como la destruccin de la imaginacin comn a favor de la sobrecodificacin del signo. Por eso, los diferentes plexos de resistencias se ligan por la imaginacin comn que, lejos de ser una facultad, se escombra como una forma de hacer de la experiencia de la poltica una poltica de la experiencia que danza en la medialidad de la potencia comn y que encontrar su soporte en los diferentes tipos de redes sociales producidas histricamente. Ahorabien,paratodosesyaevidentelaenormecrisisdelegitimidaddelademocracia gestional. Una democracia paradjicamente exenta de la categora de pueblo que, segn el proyecto geo-eco-nmico, ha sido sustituido por la poblacin (poco se habla del pueblo palestinocomosujetoderesistencia,porejemplo,ymuchodelapoblacinpalestina objeto de ayuda humanitaria). En este panorama me parece preciso restituir la funcin fantolgica de la filosofa, siguiendo la estela de la falsafa, en razn de desplazar a la sobrecodificacin del signo impuesta por los nuevostelogos,enfavordelaimaginacinqueseproyectabaenlamedialidaddeuna potenciadelpensamientoqueeracomnyseparadaatodosloshombres.Derivadadela vida contemplativa propuesta por la tica aristotlica, la falsafa invent la beatitud como unaformadevidaqueencuentraalafelicidadenlatierra.Dehechoelrumorquese transmita entre los frgiles crculos filosficos de la poca del islam clsico, era que Al Farabi, en contra de los telogos, haba afirmado que la idea de la vida despus de la muerte no era ms que un cuento de viejas. Por qu entonces, nosotros, puestos en el trnsito histrico 4 (Allende) que nos plantea la democracia gestional, no podramos inventar otra forma de vida que desafe las formas actuales de su legado pastoral? 3. Qu es lo que expresan estos movimientos sobre la poltica y la resistencia en nuestro tiempo? En mi perspectiva, las revueltas rabes quizs sean el paradigma de las luchas del presente: luchas descentradas de la lgica pastoral y, por tanto, luchas que restituyen lamaterialidad de la potencia comn. Por ejemplo, mira lo que ha ocurrido en el mundo rabe: las revueltas han hecho que diversos sectores atomizados por la divisin social del trabajo, convergieran enlaplazaTahrir.Trabajadores,islamistas,comunistas,estudiantes,feministas,viejos, jvenes, etc, todos convergieron en Tahrir. Sin embargo, desde el primer minuto, reaccionan los dispositivos pastorales de la democracia gestional que reaccionan frente a la situacin, y entoncesapareceladictaduradeSisienEgiptooISISenIraqqueinvierteenteramentela lgica: la restitucin de lo comn caracterstico de las revueltas, se gira en la restauracin de la lgica pastoral con toda su violencia sectaria. No significa que las revueltas han llevado al escenario de la reaccin como una necesidad histrica. Ms bien, las revueltas abrieron un terreno indecidible en el que, de un momento a otro, pueden ser capturadas. En ese terreno indecidible estamos: entre la restitucin de lo comn por parte de un poder revocatorio y la permanenterenovacinyrestauracindelosdispositivospastoralesanivelglobal.Hoyel poder pastoral exhibe toda su violencia en la permanente configuracin de conflictos de baja intensidadaescalaglobal,haciendodelaguerracivilnounaexcepcinalaquelos Estadospuedencaer,sinolasituacinnormalenlaquevivimos.Sinembargo,la indecidibilidad de nuestro presente nos abre una pregunta clave: qu tipo de poder o poderes (que tipo de formas de vida) podran desafiar hoy a la democracia gestional y su proyecto geo-eco-nmico? 4.ApartirdelafilosofapolticadeAgamben,enquemedidaestosmovimientosson lderes y apartidarios representaran una poltica que viene o son una expresin de la potencia de no? Giorgio Agamben ha sido sin duda un pensador que ha intentado trazar una arqueologa de lapotencia(nidelabiopoltica,nidelasoberana,comoalgunosseapresuraronen decir).Sureflexinentornoaellaseremontandesdesusprimerostrabajos,peroha encontrado en la publicacin del ltimo libro correspondiente a la saga Homo sacer titulado Elusodeloscuerposunplanteamientosugerentequenosinvitaaimaginaresaotravida posible en base al concepto de poderdestituyente. Como ha sido la tnica a lo largo de su trabajo(inclusomuchomsalldelasagaHomosacer),Agambendesafaelparadigma productivistaatravsdelcualsehacomprendidolaaccinpolticaenOccidente.Su pregunta no ha sido qu hacer? sino qu ha significado el hacer en Occidente? Y su respuesta es que el hacer (la praxis) ha sido concebido en Occidente como oikonoma, es decir, como lo que actualmente llamamos gestin. Por eso, su apuesta consiste en construir una teora poltica que desplace el problema de la accin hacia la cuestin del uso. De aqu que el poder destituyente pueda ser concebido como una potencia anrquica tal como, ensumomento,seconcibienWalterBenjaminalaluzdeltrminoviolenciadivina. AgambensiguedecercaaBenjaminenestaconsideracin,situandodichaviolencia 5 (gewalt) bajo la nocin de un medio puro que no puede concebirse ni como un medio para unfin,nicomounfinensmismo,sinocomounapotenciacomn,talcomoelantiguo difanopropuestoporlanoesisaverrosta.Talpotenciaoperacomounirreductibleaun interioryunexterior,aunsubjetividadyaunaobjetividad,plantendosecomountercer lugarcuyaafirmacinimplicaunarevocacin.As,elpoderdestituyenteaqunoesun podersimplementenegativosinointerruptivo,noesunpoderqueseinscribaenla dialctica de la fundacin y la conservacin del orden, sino en el de su ms abierta deposicin. En este sentido, frente a una vida formateada por los dispositivos pastorales de la democracia gestional, el poder destituyente restituye su potencia para abrirla a otros usos posibles. Como enMarx,eltrminousonodesignaunapropiedadsinoprecisamenteloquenoest sujeto a ella, su desposesin. El uso desafa a la democracia gestional des-individualizando las relaciones y restituyndolas a lo comn, es decir, unificando lo que la democracia gestional insiste en separar (la potencia). 5. Cules son los lmites y posibilidades de la democracia representativa en un tiempo en que los dispositivos del capitalismo globalizado, del derecho y de la financiarizacin de la vida parecen haber subyugado a la poltica? Sitomamoslademocraciasegnloquehesealadohastaaqu,esclaroquestanose presenta como una contencin o alternativa al capitalismo globalizado sino como su forma polticamsfielenlapocacontempornea.Y,efectivamente,hasidoenlaescenadela democracia gestional donde se ha desnudado el ncleo mismo del capitalismo: la produccin incondicionadadeladeuda.Nosotrosvivimoslapesadillabenjaminiana:individuos endeudados, familias endeudadas, pueblos endeudados, Estados endeudados. Y un mundo endeudado no puede mas que ser un mundo capturado. Recordemos que Walter Benjamin en El capitalismo como religin defina al capitalismo en base a tres rasgos: en primer lugar, elcapitalismoesunareligindecultoexentodecualquierdogmticaprecisa,ensegundo lugar, la celebracin de su liturgia no cesa jams, no tiene ni tregua ni piedad, y en tercer lugar, el capitalismo sera el primer caso de una religin no expiante, sino culpabilizante. Si lo que aqu hemos llamado democracia gestional no es ms que la versin contempornea del capitalismo, ser preciso pensar en torno a su revocacin, como revocacin de la mquina de produccin de deuda. A esta luz, quizs, pensar una profanacin de la democracia gestional signifique abrir otros sentidosdeltrminodemocraciayasdarleunnuevousoposible.Enestesentido,nose tratara tanto de una democratizacin de la democracia como de su politizacin. Pero una politizacin no remitira aqu a una accin especfica, sino a usar de otro modo aquello que habasidoclausuradoporelpastorado.Politizardesdeunaconcepcinagambeniana-no significara simplemente actuar (con toda su estela de interpretacin productivista) sino usar nuestros cuerpos de otro modo. As, lo que necesitamos es politizar nuestra deuda e interrumpirelprocesodelcapital.Politizarnuestradeuda(enelsentidodeusarla)no significa necesariamente abogar por un control estatal de la economa, sino interrumpir los diversos mecanismos implicados en su produccin, restituyendo as la vida comn. De esta manera, politizar nuestra deuda y profanar la democracia son una y la misma frmula cuyo nico nfasis consiste en trazar las condiciones para una verdadera poltica anti-capitalista. 6 6. Qu explica que el Estado, por medio del aparato jurdico, opte por salvar al sistema financieroycondenealosdesalojadosporhipotecasenEspaa?Culeslalgicaque subyace tras ello? Piensoquenoexisteningunalgicadetrsdeeso(esnecesarioprescindirdelasteoras conspirativas o paranoides porque stas no son otra cosa que una alabanza encubierta al poder).Msbien,lapropiadinmicadelademocraciagestionalimponequeelEstadose configure como un sirviente de los poderes financieros globales. Es este un asunto clave sobre todo para aquellos que an estn en la idea socialdemcrata de que el Estado es algo diferente delmercado:alcontrario,lapocaneoliberalhamostradoatodoelmundoloquelos economistassiempresupieron:queelcapitalismonopuedeexistirsinEstado,porqueeste ltimo es un agente decisivo desu expansin. Por eso,me parece, es preciso que la crtica contemple la transformaciones que sufri la lgica estatal-nacional en su ensamble servicial, litrgico,paraconlalgicaeconmico-gestionalcomodosaristasdelmismoproblema, ingresandodemanerafrontalalacuestindelasoberanacomoelarmatosteteolgico-poltico de la misma acumulacin capitalista que define al actual proyecto geo-eco-nmico. 7. En qu medida podemos hablar de una financiarizacin que abarca todos los mbitos de nuestra vida, desde la zo hasta la bios? Cules son las implicaciones fundamentales de ese dominio econmico? Si,piensoqueefectivamentesepuedehablardeunafinanciarizacindelavida contempornea.Comosi,atravsdedichoproceso,elcapitalismoconsumarasuderiva pastoral al extenderse desde una lgica del poder que opera desde la inmanencia y que Michel Foucault identific bajo el trmino gubernamentalidad. Como si, a travs de dicho proceso, elpastoradoalcanzarasumaximizacinpolticaalintentaridentificarseplenamentealas multiplicidades de la vida. Sin embargo, pienso que si bien dicho proceso tiene vocacin totalizante, jams logra totalizar a la potencia comn que define a la vida. Es preciso subrayar la fisura, el punto en el que los cuerpos y las lenguas se alejan, se vuelven opacos, extraos el uno al otro. Si el averrosmo introdujo un problema por el cual fue conjurado en el siglo XIII latino fue precisamente el haber situado la difraccin radical entre el viviente y el humano, entre cuerpos y lenguas, en cuyomdiumdanza,irreductible,laimaginacin.Silageo-eco-nomadelademocracia gestionalcontemporneaintentasuturaresadifraccinenlaformadelapersona,el averrosmo insiste en lo irreductible de su abertura. En mi trabajo Polticas de la excarnacin (Ed. UNIPE 2014, Buenos Aires) me propuse trazar una genealoga del modo en que la lgica pastoral cristiana habra encontrado en el dogma de la Encarnacin una solucin orientada a suturar dicha difraccin gracias a la introduccin del concepto persona que transforma la potencia comn de la carne en la individualidad del cuerpo. Slo en virtud de nuestro ser personal es que podemos gestionar nuestro cuerpo y hacer de ste una fuerza productiva. Pero,dichoprocesonoesnuncatotal.Niayer,niloserhoy.Siempretodoproceso comportalmites, problemas, fisuras que no puede alcanzar. No podemos, en este sentido, 7 fetichizar, en aras de una crtica del presente, las formas con las que opera la geo-eco-noma contempornea. Y para eso, plante la posibilidad de unas polticas de la ex carnacin como aquellas que abren la potencia de la carne. Carne es el trmino que uso all para designar a esemedialidadenlaquesejuegaunapotenciacomn.Ex-carnarseraabrirseala materialidad de la carne que nos atraviesa, y que impide que nos volvamos la unidad sinttica de la persona. Para volver a la pregunta dira que la financiarizacin de la vida es hoy un proceso permanente, pero nunca total, sino siempre limitado a la fisura, la difraccin que ex carna a la vida respecto de la forma equivalencial del dinero. 8. En que sentido es posible hablar de una otra economa en un contexto marcado por la hegemona del dinero y del mercado financiero? Cuandodecaquelapocamodernainvirtilaapuestadelosfalasifasustituyendoala religin(campodelaimaginacincomn)porlateologa(campoquesubsumeala imaginacin al signo), quera dar el marco sobre el cual se erigi la forma de acumulacin capitalista en general, y el dinero en particular: en el escenario capitalista, el dinero es la gran invencinteolgicaqueslopudotenerlugargraciasalasustitucindelaimaginacin comn por la sobrecodificacin del signo: El dinero escriba Marx en sus Manuscritos de 1844-encuantomedioypodergenerales()conviertelasfuerzasesencialesrealesdel hombre y de la naturaleza en representacin puramente abstractas () As, la captura de la potencia comn en la que habita la imaginacin en la forma signo habra sido la condicin parahacerdeesasfuerzasesencialesrealesdelhombreydelanaturalezauna representacin puramente abstractas. Esa transformacin habr sido el triunfo de la teologa por sobre la religin. Un triunfo que, talcomodejaentreverMarx,estarposibilitadograciasalatransformacindeldineroen medio y poder como la inversin misma de los trminos mdium y la potencia con los que la falsafa defina su noesis. As, la expulsin del averrosmo de la Universidad de Pars en 1277 quizs constituy una de las condiciones histricas de posibilidad para expandir el reino del capital y consumarse hoydaenlademocraciagestionalysuproyectogeo-eco-nmico.Eldinerocapitalista primeroyelcarcterespectralquehoydatienelacadenasgnicadelaespeculacin financiera, muestran la fuerza del proceso de abstraccin con el que la modernidad sustituy alareliginporlateologa,alaimaginacincomnporlarazncogitantedelsujeto moderno. La sobrecodificacin del signo ha tenido, en la poca capitalista, dos estrategias que actan en paralelo: la monetarizacin y la financiarizacin. Como vio Marx en El capital, el primero dejaintactolarelacinfeyobra,porlocualrespondeanaundispositivocatlico,el segundoliberaalafedelaobrayrespondealaimplementacindeundispositivo protestante. Estas diferencias son importantes, porque constituyen dos gradaciones con las queoperalasobrecodificacinsgnicamoderna,endondelaimportanciadela monetarizacinhaquedado,enparte,subsumidaaladelafinanciarizacin(exactamente como se divide el mundo occidental hoy: los pases protestantes mandan, los catlicos son servilesasusintereses).As,elcapitalismofinancierosedespliegacomounalluvia 8 permanente de cifras que suben o bajan, que crecen o decrecen, y que brillan amenazantes frente a cualquier paso en falso que podamos dar. Pero en este sentido, pienso que s sera posible pensar otra economa. En eso consistira el paso en falso sobre el cual los drones de la geo-eco-noma harn lo imposible para conjurar (ya lo hicieron en el mundo rabe al transformar sus revueltas en guerra civil). Ante todo, setrataradepensarunaeconomaquedejedeladoladimensinsgnicadelcambioyse conduzca hacia la dimensin imaginal del uso. La politizacin de la deuda como apuesta por un uso comn necesariamente debe implicar la transformacin de la economa capitalista en otra que no pase por el individuo sino por lo comn. Quizs, aquello ya no se debiera seguir llamando economa sino que constituira una aneconoma. Es lo que intent Marx bajo la figura del comunismo, sin duda, ser a lo que debemos apuntar nosotros tambin. Para eso, me parece, es necesario retomar la reflexin althusseriana en funcin de pensar una economanohumanista.Alcontrariodeloquesiempreescuchamosdequelaeconoma capitalista es in-humana, el problema, para mi, es que la economa capitalista es humana demasiadohumanay,precisamenteporeso,catastrfica.Sucatstrofeestdadaporsu humanismo. Por eso, me parece decisivo pensar una poltica y una economa descentradas de la abstraccin del hombre desde la cual advirtamos la relacin con las dems criaturas como modalidades de una misma potencia comn. Sin duda veo aqu a un averrosta como Spinozacuyafuerzafilosficaresultaclaveparaintroducirunadesviacininmanenteal proyecto geo-eco-nmico de la democracia gestional contempornea. 9.Enesteescenariodefinanciarizacin ycooptacinpoltica,culeselimpactodela biopoltica financiera en las democracias representativas? Esta pregunta me permite elaborar un punto que no desarroll anteriormente: lo que ud. llama la biopoltica financiera transforma la democracia representativa (que tena en su centro lasoberanadelEstado)enunaverdaderademocraciagestional(quetienesubrogadoal Estado a favor de la geo-eco-noma global). En eso consistira su impacto. 10. Existe un nexo entre financiarizacin y despolitizacin? En el caso que s, cul sera esa relacin? Entrminogenerales,podramosdecirloas:todafinanciarizacinesunadespolitizacin pero no toda despolitizacin pasa necesariamente por un proceso de financiarizacin. Pero noestarasegurohastaqupuntoexperimentamosunadespolitizacin:setratadeuna despolitizacin o de una re-politizacin en el nuevo registro de una economa politizada? Me explico: en el escenario geo-eco-nmico en el que nos encontramos, que consiste en hacer delaeconomaelparadigmadelapoltica(deinstituirunnmoseconmico,porms aportica que esa frmula pueda ser) no se tratara slo de despolitizar como de desplazar ellocusclsicodelopolticodesdelaescenaestatal-nacionalhaciaaquellaeconmico-gestional: para decirlo brutalmente, -tal como el propio Salvador Allende lo denunci en las NNUU en 1972- se trata de hacer pasar la decisin soberana desde la figura de los Estados hacialanuevafiguradelastrasnacionalesarticuladaseninstitucionesfinanciera supranacionales como el FMI. 9 Si bien Keynes pens al FMI como un antdoto frente a las crisis, en rigor, el papel que ha jugado es exactamente el contrario: el FMI ha aceitado el ncleo endeudante constitutivo de la acumulacin capitalista (sobre todo desde finales de los aos 70 en que fue tomado por la nueva intelectualidad neoliberal). Pero, a su vez, en el marco de las relaciones cotidianas, la versingeo-eco-nmicamasprominenteeslaneoliberalque,talcomoseveenmipas, sustituy el clsico lazo poltico definido por el derecho, por el nuevo lazo poltico afincado en la economa: los procesos de subjetivacin no slo tienen lugar en el mbito econmico, sinoqueserefierenalencadamomento.Esloquesolamosllamarideologa,por ejemplo, ensu sentidoalthusseriano, quedesigna la performance enla que el individuo es interpeladoencuantosujeto.Sipudiramosreemplazarlafiguradelpolicaconlaque Althusserejemplificaelprocesoideolgico(aprincipiosdelosaos70)diramosquelo podramossustituirporunpromotor:elofrecimientodelproductosepresentacomola interpelacinfundamentaly,enesesentido,comounodelosmecanismoscentralesde subjetivacin. La radicalidad del asunto se puede ilustrar as: hoy se puede ser consumidor sin necesariamente ejercer mnimos derechos ciudadanos (es el caso de la historia chilena de los ltimos 40 aos). De ah la dimensin abiertamente poltica de la economa, tanto en el impacto que tienen en la mutacin de la soberana hacia el mbito de las grandes estructuras supranacionales(elFMI,laOMC,etc.)comoenaqulqueseejerceenlaspequeas relaciones de la cotidianeidad. Enestava,meparecequeunacrticaalcapitalismocontemporneodebeirmsallde denunciar el carcter despolitizante de la democracia gestional y mostrar cmo lo poltico hasidocapturadoporloeconmico,alpuntodeproducirseunverdaderoprocesode politizacin de la economa y de economizacin de la poltica. La primera slo se da con la segunda, porque ambas caras pertenecen al mismo movimiento de la geo-eco-noma. Slo en virtuddedichoproceso,podemossaberqueelneoliberalismonofueunasimpledoctrina econmica, sino un proyecto de clase orientado a convertir a la economa en el relevo de la poltica, as como a los pueblos en poblaciones. Como si la frmula leninista que describa al capitalismodeprincipiosdelsigloXXcomoelimperialismocomofasesuperiordel capitalismo,ahorasetransformaraenestaotra:elneoliberalismo,lafasesuperiordela poltica. Slo en virtud de esta frmula, se configurar a la economa capitalista como un proyectogeo-eco-nmicoglobaldelcual,lademocraciagestionalconstituirsuenclave fundamental.