Romancero Español

360

Click here to load reader

description

Expresión literaria emergente de la vida cultural de España en la última parte de la Edad Media.

Transcript of Romancero Español

  • ROMANCERO ESPAOL

  • ROM A N/C E R OE S P A O L

    COLECCIN DE ROMANCES SELECTOS DESDEEL SIGLO XIV HASTA NUESTROS DAS

    EDICIN Y NOTICIA PRELIMINAR

    DE

    JOS BERGUA

    EDICIODESiUKlBERICfSAPARTADO 8 . 08 5 . M A DR I D

  • Es propiedad.

    Queda registrado yhecho el depsito quemarca la ley.

    LS.c

    Impreso en Espaa

    Imprenta Sez - Buen Suceso, 14. - Madrid.

  • NOTICIA PRELIMINARQu es el Romancero? Cundo ha nacido? Cmo se

    ha verificado su difusin? Mucho han trabajado los eru-ditos y especialistas en estas cuestiones, sin llegar auna conclusin definitiva. El Romancero, como todoslos temas literarios de inters excepcional, ha preocupa-do y sigue preocupando a muchas gentes. Cuando laintuicin y la investigacin vacilan y se fatigan en unabsqueda analtica y seca, bien puede darse, aunquesea con moderacin, un poco de licencia a la fantasa.Dejmosla correr un poquito para que nos ayude.Es la hora de la siesta, pero no hdce calor. Los rboles

    corpulentos que crecen a la vera del regato, cobijan consus extensas sombras unas piedras cubiertas de musgoverde, el agua clara que bulle sobre la arena fina y unania medio despechugada que lava unas ropillas cantu-reando. El campo es amplio, llano, inundado de sol. Alllejos, un alcor. En el alcor, en la cumbre, la casa depiedra griscea, grande, con una robusta torre almenadaen uno de sus ngulos. Un vaquerillo guarda tres her-mosas vacas que pacen en un prado. Estamos en laMontaa? Estamos en la Extremadura? Estamos enCastilla? Este paisaje de un valle amplio y llano, inun-dado de sol, con un alcor en el que se yergue una casasolariega, de piedra, con una maciza torre almenada enun ngulo, un prado en el que pacen unas vacas bajo la>mirada tranquila de un vaquerillo y un arroyo de aguaclara en ti que una nia lava unas basquinas, puedeser del norte, del oeste o del centro de Espaa.

    S, es un paisaje de nuestra patria, un paisaje rural,muy rural, a pesar del torren de la casa solariega. All,detrs de esta casa, al otro lado de la mota, se apia un

  • 6 JOS BEKGl

    A

    puebleclo misrrimo, de casuchas de adobes sin enca-lar, con los tejadillos abombados por el peso de los aos.Y ms all, al final de todo, el teln de fondo de unasmontaas azules muy lejanas.Para que todo sea ms dulce e idlico, el pastorzuelo

    hace sonar un caramillo mientras la nia lava. La horade la siesta silencia dulcemente todas las cosas de la tie-rra, y el sol luce en el azul inmenso. El tiempo noUn vaquerillo echado en el prado, mientras las vacaspacen mansamente y una niita que chapotea lavandoen el regato, han existido siempre en Espaa. En el si-glo XIV, en el XV, en el XVI.Ningn ser humano ms que la nia y el vaquerillo

    animan esta paz campesina. Pero pronto otro personajeaparece en la escena. Primero es un bultito negro quesurge en una altura de la vereda. Luego, conforme vaaproximndose, se le distingue mejor. Es un hombre,quiz joven, porque su caminar es fcil. Viene a pie. Levemos ya ms cerca, al bordear el otero para salir alcamino. Trae colgado de un hombro un zurrn cubiertode vedija negra y, atado a l, una vihuela.La nia ha sido la primera en columbrarle. Con esa vi-

    veza propia de las mujeres, adelantndose a la certidum-bre, ha formado ya un juicio que se acerca mucho a larealidad. La nia se ha puesto en pie y, para ver mejor,haciendo visera con su manecita, mira obstinadamenteal que llega. Su cara se ha animado, se ha avivado elcolor de sus mejillas, sus ojos relucen con inusitadofulgor, todo su rostro, moreno y bonito, se llena de ale-gra, de luz. Pero el vaquerillo ha dejado entre la hierbasu flauta de caa y mira tambin al hombre del zurrn.La nia, antecogiendo su ropilla hmeda, deja el re-

    gato y corre hacia la casa. El vaquerillo, sin pararse acerrar la cerca del prado, abandona las vacas y, saltandomatas y atajando peas, trisca como un recental en di-reccin al poblado de casillas de adobe.La nia ha llegado casi sin alientos a la casona sola-

    riega. Habla tartamudeando. Con las manos, con sus me-jillas, con sus ojos que fulgen como luceros, ha contadola nueva a las criadas en el zagun, a las pastoras en el

  • NOTICIA PRELIMINAR 7

    corral, a las dueas que cosen en el corredor bajo laparra cargada de fruto en agraz. Ha sido la noticia comoun chorro de humo en una colmena. Voces mujeriles, al-boroto, risas, alegra, apresuramiento. Ya conocen todaslas mujeres en la casa la noticia que trajo la nia quelavaba en el regato , Una azafata, reprimiendo el alboro-zo, ha penetrado en las estancias oscuras para comuni-carla a la seora.

    Y entretanto, el vaquerillo, sudoroso, triscando, palmo-teando, ha llegado al pueblo. Vocea por las calles, aplau-de, se re, grita. Las mujerucas se asoman a las puertas,los mozos se avisan unos a otros por sobre las bardas,la chiquillera, en tropel, corre hacia el camino, mien-tras los ancianos, refunfuando, porque es su oficio, peroea el fondo complacidos, llegan casi a sonrer cuandonadie los mira.Por la vereda del otero desemboca en el camino el

    hombre del zurrn y la vihuela. Mil ojos le miran desdelas almenas de la torre, desde las ventanas de la casasolariega, desde las puertas de las casuchas de adobes, porsobre las tapias de los corrales. Aquel hombre^ gris porel tamo de las .sendas polvorientas que ha recorrido, vaacercndose. Su paso sostenido, enrgico, le hace incon-fundible. Es el que vino al lugar har para dos aos, porCarnestolendas. Bien le recuerdan todos; es el mismo,y los mismos son su zurrn y su vihuela. En aquel zu-rrn, el cartapacio de los papeles que l sabe leert y enaquella vihuela...

    Los chiquillos rememoran los juegos y truhaneras queantao vieron hacer a aquel hombre en la plaza. Unamozuela de la casa solariega ha dicho a las otras quela escuchan y que como ella miran vidamente al quese acerca: es el que cant aquello de

    Sin color anda la niadespus que se fu su amante,enemiga de sus ojos,descuidada con su talle...

  • 8 JOS BERGUA

    Y el mozo, que sobre las bardas ha reconocido al via-jero, musita, recordando la tonadilla que le oy:

    Aquel alto emperadorque tena a su mandarla mayor parte del mundopoderoso por la mar...

    Un anciano que apoya sus sarmentosas manos en ellustroso cayado, mira con sus ojuelos hmedos al hom-bre de la vihuela, el que estuvo en el lugar ya va parados aos. Tiene el viejo los labios fruncidos y renegrosque se le hunden en la boca por la falta de dientes, Peroan silabea tembloroso al ver venir al trashumante, re-cordando lo que le oy recitar junto a la fogata de lacocina, aquella tarde lluviosa y fra:

    Quin es aquel caballeroque tan gran traicin haca?Ruy Velzquez es de Lara,que a sus sobrinos venda...

    Ya llega el juglar al pueblo. Manos amigas le saludandesde lejos. Algunas ancianas se santiguan y cierran degolpe el ventanuco mientras la chiquillera, que precedebulliciosamente al recin llegado, anuncia a todos la bue-na nueva. Aquel hombre, con su zurrn repleto de grue-sos papeles en que van escritos los romances y su vi-huela que mosconea mientras los recita, es la esperanzade mozos y viejos, de chicuelas y casadas, de rsticos yseores. Aquel hombre sabe todas las historias, cuenta,en verso todos los acaecimientos, recita las noticias lle-gadas de los pases ms lejanos, las ms estupendas nue-vas y los ms antaones sucesos.No en balde la nia dej el regato y el vaquerillo aban-

    don el prado. La noticia ha llegado ya a las salas de lacasa solariega. En el estrado, una dama con los ojos en-tornados y el pecho palpitante, recita en voz baja aquelromance que oy en las Carnestolendas al juglar:

  • NOTICIA PRELIMINAR 9

    Quien dijere que la ausenciacausa olvido en quien bien amami firmeza lo desmienteen quien ver que se engaa...

    El campo permanece mudo, soleado, quieto. Las vacaspastan mansamente en el prado y el agua fresca del re-gato bulle entre las pedrezuelas blancas, a la sombrade los copudos rboles, Estamos en la Montaa, en laExtremadura, en Castilla? Corre el siglo XV, el XVI tEs igual. El juglar templa su vihuela y va a comenzarsu melopea. Las gentes le rodean. Un poco de silencio...

    Bajo el punto de vista del "Arte Potica" es el ro-mance una composicin que consta de un nmero inde-terminado de versos octoslabos (en realidad, versos dediecisis slabas divididos en dos hemistiquios de a ochoslabas), de los cuales son los impares libres, y asonan-tes los pares. Hay romances cuyos versos tienen menosslabas, y entonces se les llama "romancillos", y los haytambin endecaslabos, que se denominaban romances ma-yores o heroicos. Todos ellos, sin embargo, siguen lamisma asonancia.El romance, nacido del pueblo y escrito para el pue-

    blo, fu desde sus orgenes el ms fiel intrprete desus gustos, sus creencias y sus sentimientos. Su formamtrica con asonancia monorrima, es la verdaderamenteindicada para cantar asuntos picos, novelescos o amo-rosos, los cuales forman la parte principal del cuerpode nuestro romancero.Cuestin sumamente debatida por los eruditos de to-

    dos los tiempos, ha sido la del origen del romance, en-tendido como cancin popular, que el pueblo escuchabaa los juglares y que aprenda de memoria, repeta y per-petuaba a travs de los aos y an de los siglos, conser-vando as, por tradicin oral, uno de los ms grandestesoros de nuestra literatura nacional.Es opinin del seor Menndez Pidal que los romances

  • 10 JOS BEKGUA

    tradicionales proceden o representan fracciones de msextensos poemas picos, haciendo notar que su forma m-trica de diecisis slabas con asonancia monorrima, esen esencia la versificacin de las.gestas medievales. Re-citados stos por los cantores populares, en la memoriade los oyentes quedaban algunas escenas culminantes,las que producan en ellos mayor inters por su fuerzadramtica o por otra circunstancia cualquiera. Es muyprobable que esta parte del poema se hiciese repetir coninsistencia al juglar o que llegase a cantarse independien-temente de aqul, dando lugar al verdadero romance, delque se apoderaba el pueblo para recitarlo o cantarlotambin, acompaando a sus faenas diarias o distrayen-do sus ratos de ocio.Haya nacido el romance en el siglo XIV o XV, pues no

    es fcil determinar la cronologa de los ms viejos, sinoen este amplio perodo de tiempo, debemos imaginamoslo que entonces suponan para el pueblo estos romances.Aisladas las agrupaciones humanas, dificultosas las co-municaciones, frecuentes las acciones guerreras, ya en-tre cristianos y moros, ya entre aquellos mismos, los ju-glares que se desplazaban de villa en villa y de puebloen pueblo, constituan el mejor vehculo de informacinde toda clase de asuntos y hechos que interesaban, noslo al vulgo, sino tambin a las clases ms elevadas. Elpaso de estos cantores deba dejar tras de s honda hue-lla emotiva que perduraba largo tiempo en la memoriade los oyentes, que, apoderndose de lo ms interesantede sus canciones, lo cristalizaba en los romances que asu modo asimilaba y transformaba insconscientementeel elemento popular.Y si esto suceda en las aldeas y en los campos, otro

    tanto se producira en los campamentos de los ejrcitos,en los que en las horas de paz, la soldadesca, por entre-tener su ocio, pona en sencillos y descriptivos versoslos hechos heroicos y las incidencias ms dignas de notade las campaas a que asistan.Pero a la actualidad palpitante, en la fantasa del pue-

    blo, se unan reminiscencias de otros hechos pasados,retazos de antiguas canciones, tradicionales sucesos y es-

  • dI:2

    NOTICIA PRELIMINAR 11

    cenas heroicas o pintorescas que vivan perennementeen su memoria. Y de ah, los anacronismos y absurdosque presentan muchas de estas narraciones, que elpueblo ignaro confunda, pero no olvidaba.En el romance se hallan vigorosamente retratadas to-

    das las pocas ms caractersticas de nuestra historia, ya la vez aparecen sencillamente versificadas aquellas tra-diciones que, arrancando de la historia bblica, pasan porlas pocas legendarias para desembocar en los sucedidoscontemporneos. De ah su variedad, su inters y su con-tenido altamente pintoresco.

    Se encuentra en esta clase de composiciones el primeraliento de nuestra poesa lrica, y en ellas se hallan ate-sorados los preciosos y abundantes materiales de la epo-peya espaola. Precisamente por esta variedad es tandificultosa la clasificacin de nuestro romancero. Hacer-lo cronolgicamente es punto menos que imposible, pueslas alteraciones que sufrieron los romances primitivoso viejos, no siempre fueron idnticas en todas estas com-posiciones, y as, podra creerse que algunas de ellas sonmuy posteriores a su verdadera poca, por haber sidoartsticamente retocadas, y otras aparecen como primiti-vas anteponindolas injustamente a los romances msviejos.Por ello se recurre, para ordenar las colecciones de

    romances, a separarlos por sus asuntos, incluyendo encada seccin los ms similares. De este modo el lectorpuede encontrar fcilmente aquellas composiciones quedesea, atendiendo a su contenido particular.Hemos dicho ya que no es posible fijar la poca en que

    parecieron nuestros romances viejos tradicionales, peropuede asegurarse que acabaron hacia la primera mi-

    ad del siglo XVI. Entonces se empezaron a publicaralgunos, imprimindolos en pliegos sueltos u hojas vo-lantes, que circulaban profusamente entre el vulgo, comodespus sucedi con las canciones de ciego. As se formun tesoro diseminado de composiciones, entre las cualesse hallaban multitud de romances tomados de la tradi-cin oral, pero impurificados, no slo por la consiguientemanera con que fueron conservados por el pueblo, que

  • 12 JOS BERGUA

    injertaba en ellos variantes, segn la localidad y pocaen que se recitaban, sino por el gusto de los impresores,que con pretexto de modernizarlos y pulirlos, ponancuanto les pareca y quitaban lo que se les antojaba.Puede, pues, presumirse, y casi asegurarse, que de lapoca tradicional no nos quedan romances completamen-te conformes a su primitiva redaccin, aunque cada unola haya conservado en infinitos fragmentos, que no hansufrido cambio alguno. Los romances que perviven ohasta hace poco subsistan en la memoria de los ancia-nos de las aldeas ms apartadas, conservando su origi-nario asunto, contienen profundas divergencias y redac-ciones muy diversas segn la regin donde se encuen-tran.

    Considerado todo esto, se comprende que el roman-cero es de una riqueza y una espontaneidad sorpren-dentes. A partir del primer tercio del siglo XVI, ya em-piezan a componer romances eruditos algunos poetas defama; pero ha de llegar nuestro siglo de oro para queel desarrollo del romance artstico alcance el mayorapogeo. Siguiendo la corriente iniciada en la centuriaanterior por Juan de Timoneda, Alonso de Fuentes, Se-plveda y otros, en el siglo XVII compusieron notabi-lsimos romances Cervantes, Quevedo, Gngora, Lope deVega, etc. Los romances moriscos pertenecen casi todosa esta clase de "artsticos" o producidos por poetas mso menos consagrados.Los trascendentales hechos histricos que acaecieron

    en nuestra patria a finales del siglo XV dieron al roman-ce ancho campo para mostrarse pujante y admirable.As, la larga e intensa campaa de reconquista llevada acabo por los Reyes Catlicos y que culmin con la tomade Granada, produjo esa serie de romances llamados"fronterizos", en la que los cristianos exaltan, no slosus innumerables hechos de armas y actos heroicos desus capitanes y caballeros, sino que recuerdan y enalte-cen la nobleza de sus enemigos, reconocindoles no pocasveces sus dotes de valenta, generosidad y sacrificio. Es-tos romances fronterizos son, en general, muy bellos ypoticos.

  • NOTICIA PRELIMINAR 13

    Pero es que en los mismos aos de la conquista delreino granadino, ltimo baluarte de los mahometanos enla Pennsula, otros acontecimientos histricos de granimportancia llevaban fuera de nuestras fronteras el ro-mancero espaol. Los soldados que desde Aragn ma.chaban continuamente a las campaas de Italia para de-fender y sostener los derechos del Rey Catlico en aque-llas tierras; los judos expulsados de nuestra patria, quese acogan a Portugal, Marruecos, Alemania, Italia, Tur-qua y Asia Menor; los descubridores y conquistadoresdel Mundo Nuevo, a la par que fundaban ciudades y do-minaban imperios, extendan por aquellas tierras desco-nocidas nuestra religin, nuestras costumbres y nues-tros romances, canto casi exclusivo que brotaba de suslabios en las largas marchas por las selvas o en lastranquilas noches tropicales.As se extendi nuestro romancero, y de tal modo ha

    sido conservado, que aun hoy se encuentran judos se-fardes, establecidos muy lejos de Espaa, que recitanlos viejos romances castellanos con una pureza y unafidelidad sorprendentes. Y en Amrica, no slo se re-cuerdan nuestros romances desde Cuba hasta la Patago-nia, sino que en los nativos han brotado otros nuevos,bien sobre los viejos asuntos picos o amorosos que lle-varon hasta all nuestros soldados y artesanos, o bienelaborados por ellos mismos, retratando sus costumbresy exaltando sus glorias nacionales.A esta extensin y profundidad que alcanzaron los ro-

    mances en el siglo XVI, corresponde el favor que lospoetas cultos le concedieron; en la siguiente centurialos romances invadieron el teatro y la novela, si bienes cierto que tambin su decadencia y desprecio fu r-pido, pues durante el siglo XVIII, salvo raras excepcio-nes, no se cultiv el romance por los poetas cultos y los"vulgares" que de aquella poca se conservan no sobre-salen ni por su mrito ni por la delicadeza con que estntratados sus asuntos.Fu preciso que llegara el siglo XIX y que desde fue-

    ra de nuestra patria, los eruditos y los crticos sealarande nuevo los mritos imperecederos de nuestra poesa

  • 14 'OSE BERGUA

    popular. El Romanticismo dio vigoroso impulso a estascomposiciones, siendo el duque de Rivas y Zorrilla, entreotros, los que mejor aprovecharon este venero tradi-cional.Poetas muy notables del siglo XX han cultivado el

    romance con grande acierto y apluso, unos siguiendo laforma tradicional, es decir, componiendo nuevos roman-ces sobre asuntos picos o histricos y otros inspirn-dose en temas lricos y amatorios. Pero como quiera quesea, el romance perdura y vive, an en una forma pura-mente artstica, pues el pueblo, en la actualidad olvidalos romances y es muy difcil, aun buscndolos en sultimo refugio, es decir, en las aldeas menos accesibles,encontrar algn anciano que recuerde aquellos retazospicos que un da fueron el patrimonio total de nuestrosantepasados.Afortunadamente, casi la integridad de este tesoro li-

    terario ha sido captado por los coleccionistas y eruditos.Desde los primitivos "Cancioneros", que contenan algu-nos romances, slo a ttulo de curiosidad, pues aquellasrecopilaciones estaban destinadas a otro objeto, hastalos verdaderos "Romanceros" que se produjeron en si-glos posteriores, no ha cesado la labor de bsqueda yacopio. Esteban Garca de Njera, Lorenzo de Seplveda,Alonso de Fuentes, Juan de Timoneda, Raimundo deEcluguiar, Pedro de Padilla, Gins Prez de Hita, Pedrode Moncayo, Miguel de Madrigal, Juan de Escobar, Pa-blo de Val, etc., etc., los recopilaron en los siglos XVIy XVII. Pero fu en el siglo pasado cuando apareci lacoleccin ms completa de las ordenadas hasta entoncesy debida a don Agustn Duran, que tras de publicar va-rias series en tomos sueltos, dio a la luz en los aos1849 y 1851 su "Romancero general" o coleccin de ro-mances castellanos anteriores al siglo XVIII, que com-prende los tomos X y XVI de la "Biblioteca de AutoresEspaoles", publicada por el editor Rivadeneyra. En este"Romancero" se compilan casi dos mil romances, perfec-tamente clasificados, ordenados y anotados, donde el cu-rioso puede hallar en cuidada versin lo ms interesantey copioso del refranero espaol.

  • NOTICIA PRELIMINAR 15

    Nosotros traemos a estas pginas una seleccin de ro-mances que comprende desde los mes antiguos o "vie-jos" hasta los de los poetas contemporneos. Ciertamen-te que la mayor dificultad de este trabajo ha consistidoen la forzada seleccin que nos ha privado de dar mu-chos romances notabilsimos, pero hemos atendido pre-ferentemente a traer las muestras ms caractersticas detodas las pocas. Hemos comenzado por los romances deasunto caballeresco de la poca carolingia, entremez-clando con ellos algunos posteriores, pero que guardancon aqullos cierta similitud por su contenido o su for-ma. Despus damos los romances histricos en los queinclumos los que tratan de Historia Sagrada, los Mito-lgicos y Heroicos de Grecia y Roma, y los referentesa nuestra historia patria en un gran ciclo que com-prende desde la dominacin romana hasta la poca deFelipe IV, En otras secciones incluimos los romancesmoriscos, los referentes a cautivos y forzados, los fron-terizos, alguna muestra de romances judos y finalmenteinclumos en la seccin de romances varios los noveles-cos, amatorios, descriptivos, lricos, etc., comprendiendoen ella los romances de nuestros poetas ms afamadosde los siglos XVIII y XIX, para terminar con los ro-mances de nuestros contemporneos, es decir, lo msselecto de la produccin romancesca del siglo XX.De esta manera presentamos al lector una serie com-

    pleta de romances, desde su origen hasta la hora pre-sente, que en extensin abarca todo el ciclo romanceroespaol; la falta de espacio no nos ha permitido nutrirlacomo fuera nuestro deseo, pero el lector se har cargode la imposibilidad de hacerlo, siendo aqul tan reducidoy los materiales de nuestra poesa popular tan abundan-tes. Si hemos acertado a seleccionar las composiciones demodo que reflejen lo ms caracterstico de cada poca yasunto, no habremos alcanzado poco.

  • ROMANCERO ESPAOL

    ROMANCES CABALLERESCOS

    VERGILIOS

    Mand el rey prender Ver-[gilios

    y a buen recaudo poner,por una traicin que hizoen los palacios del rey.Porque forz una doncellallamada doa Isabel,siete aos lo tuvo preso,sin que se acordase del;y un domingo, estando envnole memoria del. [misa,Mis caballeros, Vergilios,qu se haba hecho del?

    All habl un caballeroque a Vergilios quiere bien:Preso lo tiene tu Alteza,

    y en tus crceles lo tien.Via: a comer, mis caballe-^aballeros, via, a comer, [ros,despus que hayamos comidoa Vergilios vamos a ver.

    All hablara la reina:Yo no comer sin l.

    A las crceles se vanadonde Vergilios es.Qu hacis vos aqu, Ver-

    [gilios?Vergilios, aqu qu hacis?

    Seor, peino mis cabellos.y las mis barbas tambin:aqu me fueron nacidas,aqu me han de encanecer;que hoy se cumplen siete

    [aosque me mandaste prender.Calles, calles, t, Vergilios,que tres faltan para diez.Seor, si manda tu Alteza,toda mi vida estar.Vergilios, por tu pacienciaconmigo irs a comer.Rotos tengo mis vestidos,no estoy para parecer.Yo te los dar, Vergilios,yo drtelos mandar.

    Ilgole a los caballerosy a las doncellas tambin

    ;

    mucho ms plugo a una due-llamada doa Isabel. [a,Llaman luego un arzobispo,ya la desposan con l.Tomrala por la mano,y llvasela a un vergel.

    LA INFANTINA

    De Francia parti la nia,de Francia la bien guarnida

    :

  • 18 KOMANCES CABALLERESCOS

    base para Pars,do padre y madre tena:errado lleva el camino,errada lleva la va:arrimrase a un roblepor esperar compaa.Vio venir un caballero,que a Pars lleva la gua.La nia desque lo vidooesta suerte le deca:Si te place, caballero,ivesme en tu compaa.Plceme, dijo, seora,plceme, dijo, mi vida.

    Apese del caballopor hacelle cortesa;puso la nia en las ancasy subirase en la silla:En el medio del caminode amores la requera.La nia desque lo oyeradjole con osada:Tate, tate, caballero,no hagis tal villana:Hija soy yo de un malatoy de una malata;el hombre que a m llegasemalato se tornara.

    Con temor el caballerooalabra no responda,y a la entrada de Parsla nia se sonrea.De qu os res, mi seora?De qu os res, vida ma?Rime del caballero,y de su gran cobarda.Tener la nia en el campo,y catarle cortesa!Con vergenza el caballeroestas palabras deca:

    -Vuelta, vuelta, mi seora,jue una cosa se me olvida.

    ^a nia, como discreta,(Mjo: Yo no volvera,ni persona, aunque volviese,e] mi cuerpo tocara:hija soy del rey de Franciay la reina Constantina,el hombre que a m llegasehiuy caro le costara.

    EL CONDE ARNALDOS

    Quin hubiese tal venturasobre las aguas del mar,como hubo el conde Arnaldosla maana de San JuanCon un falcn en la manola caza iba a cazar,y venir vio una galeraque a tierra quiere llegar.Las velas traa de seda,la jarcia de un cendal,marinero que la mandadiciendo viene un cantarque la mar pona en calma,los vientos hace amainar,los peces que andan al hondoarriba los hace andar,las aves que andan volandolas hace a el mstil posar:Galera, la mi galera,Dios te me guarde de mal,de los peligros del mundosobre aguas de la mar,de los llanos de Almera,del estrecho de Gibraltar,y del golfo de Venecia,y de los bancos de Flandes,y del golfo de Len,

  • EL INFANTE VENGADOR 19

    donde suelen peligrar.

    All habl el conde Arnaldos,bien oiris lo que dir

    :

    Por Dios' te ruego, mari-[nero,

    digaisme ora ese cantar.

    Respondile el marinero,tal respuesta le fu a dar:Yo no digo esta cancin,sino a quien conmigo va.

    EL CONDE DON MARTIN Y DOABEATRIZ

    Bodas hacan en Franciaall dentro de Pars; cuan bien que gua la danzaesta doa Beatriz! Cuan bien que se la mirabael buen conde don Martn!Qu miris aqu, buen

    [conde?Conde, qu miris aqu?Decid si miris la danza,o si me miris a m?Que no miro yo la danza,porque muchas danzas vi;miro yo vuestra lindeza,que me hace penar a m.Si bien os parezco, conde,conde, saqueisme de aqu;que un marido me dan viejoy no puede ir tras m.

    EL INFANTE VENGADOR

    Helo, helo por do vieneel infante vengador,caballero a la ginetaen caballo corredor,

    su manto revuelto al brazo,demudada la color,y en la su mano derechaun venablo cortador,con la punta del venablosacara un arador.Siete veces fu templadoen la sangre de un dragn,y otras tantas fu afiladoporque cortase mejor:el hierro fu hecho en Fran-y el asta en Aragn: [cia,Perfilndoselo ibaen las alas de su halcn.Iba a buscar a don Cuadros,a don Cuadros el traidor,y all le fuera a hallarjunto del emperador.La vara tiene en la mano,que era justicia mayor.Siete veces lo pensaba,si le tirara o no,y al cabo de las ochoel venablo le arroj.Por dar al dicho don Cuadrosdado ha al emperador:pasado le ha manto y sayoque era de un tornasol,por el suelo ladrilladoms de un palmo le meti.All le habl el rey,bien oiris lo que habl:Por qu me tiraste, in-

    [fante?Por qu me tiras, traidor?Perdneme tu Alteza,que no tiraba a ti. no:Tiraba al traidor de Cuadros;ese falso engaador,

  • 20 ROMANCES CABALLERESCOS

    que de siete hermanos que[tena,

    no ha dejado, si a m no:Por eso delante t,buen rey, lo desafo yo.

    Todos fian a don Cuadros,y al infante no fan, no,si no fuera una doncella,hija es del emperador,que los tom por la mano,y en el campo los meti.A los primeros encuentrosCuadros en tierra cay.Aperase el infante,la cabeza le cort,y tomrala en su lanza,y al buen rey la present.De que aquesto vido el reycon su hija le cas.

    EL ADULTERO CASTIGADO

    Blanca sois, seora ma,ms que no el rayo del sol:Si la dormir esta nochedesarmado y sin pavor?Que siete aos haba, sieteque no me desarmo, no!Ms negras tengo mis carnesque no un tiznado carbn.Dormidla, seor, dormidla,desarmado sin temor,que el conde es ido a la cazaa los montes de Len.Rabia le mate los perros,y guilas el su halcn,y del monte hasta casaa l arrastre el morn.

    Ellos en aquesto estandosu marido que lleg:

    Qu hacis, la blanca ni-hija del padre traidor? [a,Seor, peino mis cabellos,peinlos con gran dolor,que me dejis a m solay a los montes os vais vos.Esas palabras, la nia,no eran sino traicin:Cuyo es aquel caballoque all abajo relinch?Seor, era de mi padre,y envilo para vos.Cuyas son aquellas armasque estn en el corredor?Seor, eran de mi herma-y hoy vos las envi. [no,Cuya es aquella lanzaque desde aqu la veo yo?Tomadla, conde, tomadla,matadme con ella vos,que aquesta muerte, buen

    [conde,bien os la merezco yo.

    LA CONSTANCIA

    Mis arreos son las armas,mi descanso es pelear,mi cama, las duras peas;mi dormir, siempre velar.Las manidas son escuras,los caminos por usar,el cielo con sus mudanzasha por bien de me daarandando de sierra en sierrapor orillas de la mar,por probar si en mi venturahay lugar donde avadar.Pero por vos, mi seora,todo se ha de comportar.

  • ROMANCE DE GERINELDO 21

    LA DAMA DEL CONDE ALEMN

    A tan alta va la lunacomo el sol a medioda,cuando el buen conde alemncon esa dama dorma.No lo sabe hombre nascidode cuantos en corte haba,si no slo era la infanta,aquesa infanta su hija.Asi, su madre la hablaba,desta manera deca:Cuanto viredes infanta,cuanto vieres encobridlo:Daros ha el conde alemnun manto de oro fino. Mal fuego le queme, ma-ese manto de oro fino, [dre,cuando en vida de mi padretuviese padrastro vivo!De all se fuera llorando:El rey su padre la ha vistoPor qu lloris, la infan-

    ta?Decid, quin llorar os hizo?Yo me estaba aqu comien-

    [do,comiendo sopas en vino;entr el conde alemny echlas por el vestido.Callis, mi hija, callis

    ;

    no tomis de eso pesar.Que el conde es nio y mo-

    [chacho;hacerlo ha por burlar. Mal fuego quemase, pa-tal rer y tal burlar! [dre,Cuando me tom en sus bra-conmigo quiso holgar. [zosSi l os tom en sus brazos,

    y con vos quiso holgar,en antes que el sol salieseyo le mandar matar.

    ROMANCE DE GERINELDO

    Levantse Gerineldoque al rey dejara dormido

    :

    fuese para la infantadonde estaba en el castillo.Abraisme, dijo, seora,abraisme, cuerpo garrido.Quin sois vos, el caballe.

    [ro.que llamis a mi postigo?Gerinaldo soy, seora,vuestro tan querido amigo.

    Tomrala por la mano,en un lecho la ha metido,y besando y abrazandoGerineldo- se ha dormido.Recordado haba el reyde un sueo despavorido;tres veces lo haba llamado,ninguna le ha respondido;Gerineldo, Gerineldo,mi camarero polido,si me andas en traicin,trtasme como a enemigo,o dormas con la infanta,o me has vendido el castillo.Tom la espada en la mano,en gran saa va encendido:Furase para la camadonde a Gerineldo vido.El quisiralo matar;mas crile de chiquito.Sacara luego la espada,entre entrambos la ha metido,porque desque recordase

  • 22 ROMANCES CABALLERESCOS

    viese cmo era sentido.Recordado haba la infanta,e la espada ha conocido.Recordados, Gerineldo,que ya rades sentido,que la espada de mi padreyo me la he bien conocido.

    EL INFANTE TROCO

    En el tiempo que Mercurioen Occidente reinaba,hubo en Venus su mujerun hijo que tanto amaba.Psole por nombre Troco,porque muy bien le cuadraba,crironsele las diosasen la montaa Troyana.Era tal su hermosura,que una estrella semejaba

    :

    deseando ver el mundo,sus amas desamparaba.Andando de tierra en tierrahallse do no pensaba,en una gran praderade arrayanes bien poblada,en medio de una lagunatoda de flores cercada.Es posada de una diosaque Salmancia se llamaba,diosa de la hermosura,sobre todas muy nombrada.El oficio d'esta diosaera holgarse en su posada,peinar sus lindos cabellos,componer su linda cara.No va con sus compaeras,no va con ellas a caza;no toma el arco en la mano,ni los tiros del aljaba,

    ni el sabueso de trailla,ni en lo tal se ejercitaba.Ella des que vido a Trocoqued de amores llagada,que ni pudo detenerseni quiso verse librada.Mirando su hermosurad'esta manera le habla

    :

    Eres, mancebo, tan lindo,de hermosura tan sobrada,que no s determinarmesi eres dios o cosa humana.Si eres dios, eres Cupido,el que de amores nos llaga;si eres hombre, cuan dichosafu aquella que te engendra-

    ba!Y si hermana alguna tienes,de hermosura es muy dotada.Mi seor, si eres casado,hurto quiero que se haga;y si casado no eresyo ser tuya de gana.

    El Troco, como es mancebo,de vergenza no hablaba;ella cautiva de amoresde su cuello le abrazaba.El Troco le dice as,d'esta manera le hablaba:Si no estis, seora, queda,dejar vuestra posada.

    EL CONDE SOL

    Grandes guerras se publi-can

    entre Espaa y Portugale:pena de la vida tienequien no se quiera embarca-

    re

  • EL CONDE SOL 23

    Al conde Sol le nombranpor capitn genrale;del rey se fu a despedirde su esposa otro que tale.La condesa quera nia.,todo se le va en llorare.Dime. conde, cuntos aostienes de echar por allae?Si a los seis aos no vuel-

    [vo,condesa, os podis casare.

    Pasan los seis, y los ocho,pasan diez y pasan ms,y el conde Sol no tornabani nuevas suyas fu a darEstando en su estancia sola.fula el padre a visitare:Qu tienes, hija querida,que no cesas de llorare?Padre de toda mi alma,por la santa Trinidade,que me queris dar licenciapara al conde ir a encontrareMi licencia tenis, hija,haced vuestra voluntade.

    La condesa al otro daal conde se fu a buscare,triste por Italia y Francia,por la tierra y por la mare.Va estaba desesperada,ya se torna para acae,cuando gran vacada un dadevis all en un pinare.Vaquerito, vaquerito,por la santa Trinidade,que me niegues la mentiray me digas la verdade:De quin son estas vaquitasque en estos montes estare?Del conde Sol son, seora,

    que manda en este lugare.Y de quin son esos trigosque cerca estn de segare?Seora, del mismo conde,porque los hizo sembrare.Y de quin tantas ovejasque a corderos dan mamare?Seora, del conde Sol,porque los hizo criare.De quin, dime, esos jar-

    [diesy ese palacio reale?Son del mismo caballero,porque all suele habitare.De quin, de quin los ca-

    ballosque se oyen relinchare?Del conde Sol, que suelesobre ellos ir a cazare.Y quin es aquella damaque un hombre abrazando esLa desposada seora [tae?con que el conde va a casare.Vaquerito, vaquerito,por la santa Soledade:toma mi ropa de seda,y vsteme tu sayale,que ya hall lo que buscaba,no lo quiero, no, dejare;agrrame de la manoy a su puerta me pondraes,que a pedirle voy limosna,por Dios, si la quiere dar.Desque estuvo la condesadel palacio en el umbrale,una limosnica pideque se la den por piedade,y fu tanta su ventura,an ms que era de esperareque la limosna demanda

  • 24 ROMANCES CABALLERESCOS

    y el conde se la fu a dar.De dnde eres, peregrina?Soy de Espaa naturale.Cmo llegastes aqu?Vine mi esposo a buscare,por tierra pisando abrojos,pasando riesgos en mare,y cuando le hall, seor,supe que se iba a casare,supe que olvid a su esposa,su esposa que fu lale,su esposa que por buscallecuerpo y alma fu a arries-

    [gare. Romerica, romerica,calledes, no digas tale,que eres el diablo, sin duda,que me vienes a tentare!No soy el diablo, buen con-

    [de,ni yo te quiero enojare;soy tu mujer verdadera,y as te vine a buscare.

    El conde, cuado esto oyera,sin un punto ms tardare,un caballo muy ligeroha mandado aparejarecon cascabeles de plataguarnido todo el pretale;con los estribos de oro,las espuelas otro tale,y cabalgando de un salto,a su esposa fu a tomare,que de alegra y contentono cesaba de llorare.Corriendo iba, corriendo,corriendo va sin parare,hasta que lleg al castillodonde es seor naturale.Queddose ha la novia

    vestidica y sin casare,Que quien de lo ajeno vistedesnudo suele quedare.

    CORDURA DE ALIARDA PARA JUSTIFICARSE DE LA CALUMNIA DIUN CABALLERO QUE SE JACTO DB

    HABERLA GOZADO

    Esta noche, caballeros,dorm con una doncella,que en los das de mi vidayo no vi cosa ms bella.

    Todos dicen a una voz. Cierto, Aliarda es esa!Odolo haba su hermano,un hermano carnal della,dijronle all: Florencios,bien es casarte con ella.No quiero hacer, caballe-para m cosa tan fea, [ros,,en tomar yo por mujerla que tuve por manceba.

    An no acab Florenciosde decir aquella nueva,cuando todos prontamentedicen luego: Muera, mu-

    [ra!Muera aquel que ha des-

    honradoa -Aliarda la ms bella!En saber esto Aliardagran enojo recibiera:Enviles a deciren breve desta manera:Psame, mis caballeros,de hacer cosa tan mal hecha,que lo que el loco decano era cosa creedera.

  • CABALLERESCOS DE LAS CRNICAS GALESAS 25

    Hasta saberlo de ciertono le haban de dar pena.

    EL TRAIDOR MARQUILLOSY BLANCA-FLOR

    Cuan traidor eres, Marqui-llos!

    Cuan traidor de corazn!Por dormir con tu seoradegollaste a tu seor.Desque lo tuviste muertoquitstele el chapirn;furaste al castillo fuertedonde est la Blanca-Flor.Abridme, linda seora,que aqu viene mi seor;si no lo queris creer,veis aqu su chapirn.

    Blanca-Flor desque lo vieralas puertas luego le abri:echle brazos al cuello,all luego la bes;abrazndola y besandoen un secreto la entr.Marquillos, por Dios te rue-

    [goque me concedas un don:Que no durmieses conmigohasta que rayase el sol.

    Marquillos, como es hidalgo,el don luego le otorg,y como vena cansadoen llegando se durmi.Levantse muy ligerala hermosa Blanca-Flor;tomara un cuchillo en manoy a Marquillos degoll.

    ROMANCES CABALLERESCOS DE LAS CRNICASGALESAS

    AMADIS DE GAULA

    En la selva est Amads,el leal enamorado;tal vida estaba haciendocual nunca hizo cristiano.Cilicio trae vestidoa sus carnes apretado;con disciplinas destruyesu cuerpo ms delicado.Llagado de las heridas,y en su seora pensando,no se conoce en su gesto,segn lo trae de delgado.De ayunos y de abstinenciasandaba debilitado;

    la barba trae crecida,d'este mundo se ha apartado;las rodillas tiene en tierra,y en su corazn echado,con gran humildad os pideperdn si haba errado.Al alto Dios poderosopor testigo ha publicado,y acorddosele habadel amor suyo pasado,que as le derribde su sentido y estado,con estas grandes pasionesamortecido ha quedadoel ms leal amadorque en el mundo fu hallado.

  • 26 ROMANCES CABALLERESCOS

    EL CABALLERO DEL FEBO

    (De Lucas Rodrguez.)

    El gran hijo de Trebacioque por sucesin venaa ser alto emperadorde Grecia, donde asista,llamado por nombre el Febo;floi de la caballera,ejemplo de la virtud,dechado de lozana;el que nunca igual hallen esfuerzo y valenta,el que siempre sujeta toda la pagana,el que con slo su nombrelos agravios deshaca,el que a todos excedien mesura y cortesa:este prncipe potenteque a los gigantes venca,un nio le sujetciego, tierno en demasa,y fu porque le tiruna flecha que traa,a la cual no hay resistencia,porque invisible la enva

    ;

    y cuando verse pudierapoco le aprovechara,pues se haba de defendercon quien tan poco poda,que era su corazn tierno

    ;

    mirad cul le parara,pues que de su naturalfuerza alguna no tena!Y ansina muy fcilmentecualquiera vista le hera.Tirla tan fuertementeque forzado le renda

    a ser el mayor esclavoque tiene en su compaa;al cual le mand que amasea una princesa que habaen la noble Trapisonda,adonde ella resida,cuya seora ha de ser:Claridiana se deca,la cual entre las mujerescomo el sol resplandeca.Haca a todos gran ventajaen su gracia y bizarra,en hermosura y valory en virtud y en gallarda,y en nimo varonily esfuerzo sin cobarda,porque slo su amadoralgn tanto la exceda,y con tan poca ventajaque apenas se conoca.El la quiso y fu querido,ved qu gloria les sera,pues a Amads en amarl clara ventaja haca,y ella a la reina Oriana,que de all pasar no haba!Pasando muchos trabajosy tormentos cada da,vino el caso a sucederque necesidad tenade apartarse de su dama,porque a llamarle venauna doncella llorando,que su socorro peda.All virades los llantosque cada uno haca!All las quejas, los celosque su amada le opona!Y para que no se fuesemuchas lgrimas verta.

  • CABALLESCOS DE LAS CRNICAS BRETONAS 27

    Alas como l era esforzado,complacerla no poda,porque a ello le obligabala ley de caballera,espdense con abrazos,que se daban a porfa

    :

    de slo aquello goz,que ms no le conceda.Xo lo querie ella dejarpor no perder su alegra

    ;

    parcele que la ausenciaolvidarla causara,dndole mil ocasiones.

    como de contino haca,y este triste pensamientotanto a la dama ofenda,que no le quiere soltarporque mucho lo tema.Como el prncipe esto viese,gran pena y dolor senta

    :

    Dale su fe y su palabraque muy presto volveraa tornarla a visitar,pues ms que ella lo quera

    ;

    y as le dio la licencia,y el prncipe se parta.

    ROMANCES CABALLERESCOS DE LAS CRNICASBRETONAS

    LANZAROTE DEL LAGO

    Tres hijuelos haba el reytres hijuelos, que no ms;por enojo que hubo de ellostodos malditos los ha.El uno se torn ciervo,el otro se torn can,el otro, que se hizo moro,pas las aguas del mar.Andbase Lanzaroteentre las damas holgando,grandes voces dio la una

    :

    Caballero, estad parado:Si fuese la mi ventura,cumplido fuese mi hadoque yo casase con vos,v vos conmigo de grado,y me disedes en arrasaquel ciervo del pie blanco.Drosle he yo, mi seora,

    de corazn y de grado,si supiese yo las tierrasdonde el ciervo era criado.

    Ya cabalga Lanzarote,ya cabalga y va su va,delante de s llevabalos sabuesos por la trailla.Llegado haba a una ermita,donde un ermitao haba:Dios te salve, el hombre

    [buenoBuena sea tu venida:Cazador me parecisen los sabuesos que traa.Dgasme t, el ermitao,t que haces santa vida,ese ciervo del pie blancodnde hace su manida?Quedaos aqu, mi hijo,hasta que sea de da,contaros he lo que vi,y todo lo que saba.

  • 28 ROMANCES CABALLERESCOS

    Por aqu pas esta nochedos horas antes del da,siete leones con ly una leona parida.Siete condes deja muertos,y mucha caballera.Siempre Dios te guarde, hijo,por do quier que fuer tu ida,que quien ac te envino te quera dar la vida.Ay duea de Quintaones,del mal fuego seas ardida,que tanto buen caballeropor ti ha perdido la vida!

    ii

    Nunca fuera caballerode damas tan bien servido,como fuera Lanzarotecuando de Bretaa vino,que dueas curaban del,doncellas del su rocino.Esa duea Quitaona,esa le escanciaba el vino,la linda reina Ginebrase lo acostaba consigo;y estando al mejor sabor,que sueo no haba dormido,la reina toda turbadaun pleito ha conmovido.Lanzarote, Lanzarote,si antes hubieras venidono hablara el orgullosolas palabras que haba dicho,que a pesar de vos, seor,

    se acostara conmigo.

    Ya se arma Lanzarotede gran pesar conmovido,despdese de su amiga,pregunta por el camino,top con el orgullosodebajo de un verde pino,combtense, de las lanzas,a las hachas han venido.Ya desmaya el orgulloso,ya cae en tierra tendido,cortrale la cabeza,sin hacer ningn partido;volvise para su amigadonde fu bien recibido.

    TRISTAN DE LEONIS

    Ferido est don Tristnde una muy mala lanzada,dirasela el rey su toque celoso del estaba.El fierro tiene en el cuerpo,de fuera le tembla el asta:Valo a ver la reina Iseopor la su desdicha mala.Jntanse boca con bocacomo palomillas mansas,llora el uno, llora el otro,la cama baan en agua;all nace un arboledoque azucena se llamaba,cualquier mujer que la comeluego se siente preada:Comila la reina Iseopor la su desdicha mala.

  • CARLOMAGNO Y LOS DOCE PARES DE FRANCIA 29

    ROMANCES DE LAS CRNICAS CABALLERESCAS DECARLOMAGNO Y LOS DOCE PARES DE FRANCIA

    EL CONDE DIRLOS

    Estbase el conde Dirlos,sobrino de don Beltrane,asentado en las sus tierras,deleitndose en cazare,cuando le vinieron cartasde Carlos el emperante.De las cartas placer hubo,de las palabras pesare,que lo que las cartas dicena l le parece male.Rogar os quiero, sobrino,

    el buen francs naturale,lleguis vuestros caballeros,los que comen vuestro pane;darles heis doblado sueldodel que les soledes dar,dobles armas y caballos,que bien menester lo hane;darles heis el campo francode todo lo que ganarenpartiros heis a los reinosdel rey moro Aliarde.Deseximiento me ha dadoa m y a los doce Pares:grande mengua me serasi todos se hobiesen de an-

    [dare.No veo caballero en Franciaque mejor pueda enviare,sino a vos, el conde Dirlos,esforzado en peleare.El conde que esto oy,tom tristeza y pesare,no por temor de los moros

    ni miedo de peleare,mas tiene mujer hermosa,mochacha de poca edade.Tres aos anduvo en armaspara con ella casare,y el ao no era cumplido,della mndanlo apartare.De que esto l pensabatom dello gran pesare;triste estaba y pensativo,no cesa de sospirare:despide los falconeros,monteros manda pagare,despide todos aquelloscon quien sola deleitarse;no burla con la condesacomo sola burlare;mas muy triste y pensativosiempre le vean andar.La condesa qu'esto vido,llorando empez de hablare: Triste estades vos, el con-

    [de!Triste, lleno de pesarede esta tan triste partidapara m de tanto male!Partirvos queris, el conde,a los reinos de Aliarde,dejisme en tierras ajenassola y sin quien me acompa-

    [e.Cuntos aos, el buen con-

    [de,hacis cuenta de tardare?Yo volverme he a las tierras,

  • 30 ROMANCES CABALLERESCOS

    a las tierras de mi padre;vestirme he de un pao ne-

    [gro,ese ser mi llevare;maldir mi hermosura,maldir mi mocedade,maldir aquel triste daque con vos quise casare.Mas si vos queredes, conde,yo con vos querra andar;mas quiero perder la vida,que sin vos della gozare.

    El conde desque esto oyeraempezla de mirare;con una voz amorosapresto tal respuesta hace:No lloredes vos, condesa,de mi partida no hayis pe-

    [sare

    ;

    no quedis en tierra ajena,sino en vuestra a vuestro

    [mandare,que antes que de aqu me

    [partatodo vos lo quiero dar.Podis vender cualquier vi-

    [11a,

    y empear cualquier ciuda-[de,

    como principal herederaque nada os pueden quitare.Quedaris encomendadaa mi to don Beltraney a mi primo Gayferos,seor de Pars la grande:quedaris encomendadaa Oliveros y a Roldane,al emperador, y a los doceque a una mesa comen pa-

    [ne;

    porque los reinos son lejosdel rey moro Aliarde;que son cerca de la Casa

    [Santa,allende del nuestro mare.Siete aos la condesa,todos siete me esperade;si a los ocho no viniere,a los nueve vos casade;seris de veinte y siete aosque es la mejor edade:el que con vos casare, se-

    [ora,mis tierras tome en ajuare;gozar mujer hermosa,rica y de gran linaje.Bien es verdad, la condesa,que conmigo os querra lle-

    [vare

    ;

    mas yo voy para batallas,y no cierto para holgare.Caballero que va en armasde mujer no debe curare,porque con el bien que os

    [quierela honra habra de olvidare.Mas aparejad, condesa,mandad vos aparejare,iris conmigo a las cortes,a Pars, esa ciudade .Toquen, toquen mis trompe-

    ras,

    manden luego cabalgare.

    Ya se parta el buen conde;la condesa otro que tale:la vuelta van de Parsapriesa no de vagare.Cuando son a una jornadade Pars, esa ciudade,el emperador que lo supo

  • CAKLMAGNO Y LOS DOCE PARES DE FRANCIA 31

    a recebir se los sale.Con l sale Oliveros,con l sale don Roldane, .con l don Dardern D'Ar-

    [dea,y Urgel de la fuerza grande

    ;

    con l sala Guarinos.almirante de la mare;con l sale el esforzadoRenaldos de Montalvane.Con l van todos los doceque a una mesa comen pane,sino el infante Gaiferosy el buen conde don Bel-

    [trane,que salieron tres jornadasms que todos adelante.No quiso el emperadorque hubiesen de aposentare,sino en sus reales palaciosposada les mand dar.Luego empiezan su partirlaapriesa y no de vagare.Dale diez mil caballerosde Francia ms principales,y con otra mucha gentegran ejrcito reale.El sueldo les paga juntopor siete aos y mase.Ya, tomadas buenas armas,caballos otro que tale,enderezan su partida,empiezan de cabalgare;cuando el bueno conde Dir-

    [losruega mucho al emperanteque l y todos los docese quisiesen ayuntare.Cuando todos fueron juntosen la gran sala reale.

    entra el conde y la condesa,mano por mano se vane:cuando son en medio dellosel conde empez de hablare:A vos lo digo, mi to,el buen viejo don Beltrane.y a vos, infante Gayferos,y a mi buen primo carnale,y esto delante de todoslo quiero mucho rogare,y al muy alto emperador,que sepa es mi voluntade.cmo villas y castillos,y ciudades y lugareslos dejo a la condesa,que nadie las pueda quitare.Como principal herederaen ellas pueda mandare,y vender cualquiera villa,y empear cualquier ciuda-

    [de:de aquello que ella hicieretodos se hayan de agradare.Si por tiempo yo no vinierevosotros la queris casare:el marido quella tomemis tierras haya en ajuare.Y a vos la encomiendo, to,en lugar de marido y padre;y a vos, mi primo Gayferos,por m la queris honrare.Y encomindola a Oliveros,y encomindola a Roldane,y encomindola a los doce,y a don Carlos el emperan-

    [te.A todos les place muchode aquello quel conde hace.Ya se parte el buen condode Pars, esa ciudade:

  • 32 ROMANCES CABALLERESCOS

    la condesa que ir lo vidojams lo quiso dejarehasta orillas de la mardo se haba de embarcare.Con ella va don Gayferos,con ella va don Beltrane,con ella va el esforzadoRenaldos de Montalvane,sin otros muchos caballerosde Francia ms principales.A tan triste despedidael uno del otro hacen,que si el conde iba triste,la condesa mucho mase.Palabras se estn diciendoque era dolor d'escuchare:el conorte que se dabanera continuo llorare.Con gran dolor manda el

    [condehacer vela y navegare.Como sin la condesa se vidonavegando por la mare,movido de muy gran saa,movido de gran pesare,diciendo que por ningn

    [tiempode ella lo harn apartare.Sacramento tiene hechosobre un libro misalede jams volver en Francia,ni en ella comer pane,ni que nunca enviar carta,porque del no sepan parte.Siempre triste y pensativo,puesto en pensamiento gran-

    de,navegando en sus jornadaspor la tempestuosa mare,llegado es a los reinos

    del rey moro Aliarde.Ese gran Soldn de Persia,cqn podero muy grandeya les estaba aguardandoa las orillas del mare.Cuando vino cerca tierralas naves mand llegare;con un esfuerzo esforzadolos empieza de esforzare. Oh esforzados caballeros!Oh mi compaa lale,acurdeseos que dejamosnuestra tierra naturale!D'ellos dejamos mujeres,d'ellos hijos, d'ellos padres,slo para ganar honra,y no para ser cobardes.Pues esforzaos, caballeros,esforzad en peleare.Yo llevar la delantera,y no me queris dejare.

    La morisma era tanta,tierra no dejan tomare.El conde, que era esforzadoy discreto en peleare,manda toda artilleraen las sus barcas posare.Con el ingenio que traaempizales de tirare;los tiros eran tan fuertes,que por fuerza hacen lugareVeris sacar los caballos,muy apriesa cabalgare;tan fuerte dan en los moros,que tierra les hacen dejare.En tres aos que el buen

    [condeentendi en peleare,ganados tiene los reinosdel rey moro Aliarde.

  • CARLOMAGNO Y LOS DOCE PARES DE FRANCIA 33

    Con todos sus caballerosparte por iguales partes;tan grande parte da al chicotanto le da como al grande:slo l se retraasin querer algo tomare.Armado de armas blancas,y cuentas para rezare,tan triste vida haca,que no se puede contare!El Soldn le hace tributo,y reyes de allende el mare:de los tributos que le dabana todos haca parte.Hace a todos mandamiento,y a los mejores jurare,que ninguno sea osadohombre a Francia enviare,y que al que cartas enviaseluego le har matare.Quince aos el conde estuvosiempre d'allende del mare,y no escribi a la condesa,ni a su to don Beltrane,ni escribi a los doce,ni menos al emperante.Unos crean que era muerto,otros anegado en mare.Las barbas y los cabellosnunca los quiso afeitare;tinelos fasta la cinta,fasta la cinta, y aun mase:la cara mucho quemadadel mucho sol y del aire,con el gesto demudadomuy feroz y espantable.Los quince aos cumplidos,diecisis queran entrare,acostrase en su camacon deseo de holgare.

    Pensando estaba, pensandola triste vida que hace,pensando en aquel tiempoque sola festejare,cuando justas y torneospor la condesa sola armare.Dormise con pensamiento,y empezara de holgare,cuando hace un triste sueopara l de gran pesare.Va estar la condesaen los brazos de un infante.Salto diera de la camacon un pensamiento grande,gritando con altas voces,no cesando de hablare: Toquen, toquen mis trom-

    petas,mi gente manden llegare!Pensando que haba morostodos llegados se hane.Desque todos son llegados,llorando empez a hablare: Oh esforzados caballeros!Oh mi compaa lale!Yo conozco aquel ejemploque dicen, y es gran verdade,que todo hombre nacidoque es de hueso y de carne,el mayor deseo que tenaera en sus tierras holgare.Ya cumplidos son quince

    [aos,y en diecisis quiere entrare,que somos en estos reinosy estamos en soledade.Quien tena mujer hermosavieja la debe de hallare;el que dej hijos pequeos

    2

  • 34 ROMANCES CABALLERESCOS

    hallarlos ha hombres gran-[des;

    ni el padre conocer al hijo,ni el hijo menos al padre.Hora es ya, mis caballeros,de ir a Francia a holgare,pues llevamos harta honray dineros mucho mase.Lleguen, lleguen naves lue-

    [go,mandolas aparejare,capitanes ordenemospara las tierras guardare.

    Ya todo es aparejado,ya empiezan a navegare.Cuando todos son llegadosa las orillas del mare,llorando el conde de sus ojosles empieza de hablare: Oh esforzados caballeros!Oh mi compaa lale!Una cosa rogar vos quiero,no me la queris negare:quien secreto me tuviereyo le he de galardonare.Que todos hagis juramentosobre un libro misale,que en parte ninguna que seano me hayis de nombrare,porque con el gesto que

    [traigoningunos me conocerane;mas vindome con tanta

    [gentey un ejrcito reale,si vos demandan quin soyno les digis la verdade:Decid que soy mensajeroque vengo de allende el ma-

    rre.

    que voy con una embajadaa don Carlos el emperante,porque es hecho un mal

    [suyo.y quiero ver si es verdade.

    Con l'alegra que llevande a Francia se tornare,todos hacen sacramentode tenerle puridade.Embrcanse muy alegres,empiezan de navegare;el tiempo tienen muy frescoque placer es de mirare.Allegados son en Francia,en sus tierras naturales.Cuando el conde se vio en

    [tierraempieza de caminare:no va vuelta de las cortesde Carlos el emperante,mas va vuelta de sus tierraslas que sola mandare.Ya llegado que es a ellas,por ellas empieza a andar.Andando por su caminouna villa fu a hallare;llegado se haba cercapor con alguno hablare.Alz los ojos en altoa la puerta del lugare,llorando de los sus ojoscomenzara de hablare: Oh esforzados caballeros,de mi duelo habed pesare,armas que mi padre pusomudadas las veo estare!O es casada la condesa,o mis tierras van a male.Allegse a las puertascon gran enojo y pesare;

  • CARLOMAGNO Y LOS DOCK PARES DE 1 RANCIA

    mir por entre las puertas,gentes d'armas vido estare.Llamando est uno dellosms viejo en antigedade;de la mano l lo tomay empizale de hablare:Por Dios te ruego, el por-

    [tero,me digas una verdade.De quin son aquestas tie-

    [rras?Quin las sola mandare?Plceme, dijo el portero,de deciros la verdade;ellas eran del conde Dirlos,seor de aqueste lugare,agora son de Celinos,de Celinos el infante.

    El conde desque esto oyeravuelto se le ha la sangre;con una voz demudadaotra vez le fu a hablare:Por Dios te ruego, her-

    [mano.no te quieras enojare,qu'esto que agora me dicestiempo habr que te lo pa-

    [gue.Dime si las hered Celinos,o si las fu a mercare?O si en el juego de dadosl las fuera a ganare?O si las tiene por fuerzaque no las quiere tornare?

    Iortero, questo oyera,

    presto le fu a hablare

    :

    No las hered, seor,que no le vienen de linaje,que hermanos tiene el conde,aunque se queran male,

    y sobrinos tiene muchosque las podan heredare;ni menos las ha mercado,que no las basta a pagare,que Irlos es grande ciudade,y ha muchas villas y lugares.Cartas hizo contrahechas.de que el conde muerto le

    [hane,por casar con la condesa,que era rica y de linaje;y aun ella no se casara,cierto a su voluntade,sino por fuerza de Oliveros.y a porfa de Rolda ne.y a ruego de Cario Magno,de Francia rey emperante,por casar bien a Celinos,y ponerle en buen lugare.Mas el casamiento han hechocon una condicin tale,que no allegase a la condesa,ni a ella haya de llegare;mas por l se desposaraese paladn Rolda ne.Ricas fiestas se hicieronen Irlos esa ciudade;gastos, galas y torneosmuchos, de los dren PaiEl conde desque esto oyeravuelto se le ha !;; sangre.Por mucho que disimulano cesa de sospirare,dicindole esto :Hermane,no te enojes de contare,quin fu en aquestas

    [das?y quin no quiso estare?Seor, en ellas fu Olive-

    [ros

  • 36 ROMANCES CABALLERESCOS

    y el emperador y Roldarte:fu Belardos y Montesinos,y el gran conde don Grimal-

    [de,y otros muchos caballerosde los de los doce Pares.Pesle mucho a Gayferos,pes mucho a don Beltrane,y ms pes a don Galbny al fuerte Meriane.Ya que eran desposados,misa les queran dar;alleg un falconeroa Carlos el emperante,que vena d'aquellas tierrasde all de allende el mare,y dijo que el conde era vivo,y que traa seale.Plugo mucho a la condesa,pesle mucho al infante,porque en las grandes fiestashubo grande desbarate.All traen grandes pleitosen cortes del emperante,por lo cual es vuelta Franciay todos los doce Pares.Ella dice, que un ao de

    [tiempopidi antes de despesare,por enviar mensajerosmuchos allende la mare,y que si el conde era muerto,el casamiento fuese adelan-

    te;si era vivo, bien se sabaque ella no poda casare.Por ella responde Gayferos,Gayferos y don Beltrane;por Celinos era Oliveros,Oliveros y Roldane.

    Creemos que es dada senten-[cia,

    o se quera ahora ciare.,porque ayer hubimos cartasde Carlos el emperante,que quitemos estas armas,pongamos las naturales,y que guardemos las tierraspor el conde don Beltrane;que ninguno de Celinosen ellas no pueda entrare.

    El conde desque esto oyera,movido de gran pesare,vuelve riendas al caballo,en el lugar no quiso entrare

    ;

    ms all en un verde pradosu gente mand llegare.Con una voz muy humildeles empieza de hablare:

    i Oh esforzados caballeros!Oh mi compaa lale!El consejo que os pidierebueno me lo queris dar.Si me aconsejis que vayaa las cortes del emperante?O que mate a Celinos,a Celinos el infante?Volveremos en allendedo podremos bien estar??

    Caballeros que esto oyeronpresto tal respuesta hacen: Calledes, conde, calleles!Conde, no digis vos tale!No miris a vuestra gana,ms mirad a don Beltrane,y esos buenos caballerosque tanta honra vos hacenSi vos matis a Celinosdirn que fuisteis cobarde.Idos, idos a las cortes

  • CAKLOMAGNO Y IOS !M>CE PARES DE FRANCIA 3?

    de Carlos el emperante,conoceris quien bien os

    [quieroy quien os quera male.Por bueno que es Celinos,vos sois de tan buen linaje,y tenis dos tantas tierrasy dineros que gastare.Nosotros vos prometernoscon sacramento lale,somos diez mil caballerosy franceses naturales,de por vos perder la viday cuanto tenemos gastare,quitando al emperador,contra cualquier otro gran-

    [de.El conde desque esto oyerarespuesta ninguna hace;da de espuelas al caballo,va por el camino adelante:la vuelta va de Parscomo aquel que bien la sabe.Cuando fu a una jornadade las cortes del emperante,otra vez llega a los suyosy les empieza de hablare:Esforzados caballeros,una cosa os quiero rogare:siempre tom vuestro conse-

    rje,el mo queris tomare,porque si entro en Parscon ejrcito realesaldr por m el emperadorcon todos los principales.Si no me conoce de vista,conocerme ha en el hablarey as no sabr de ciertotodo mi bien v mi male.

    Al que no tiene dinerosyo le dar que gastare:los unos vuelvan a caza,los otros pasen delante,los otros en derredorpasad en villas,y lugares:yo slo con cient caballerosentrarme en la ciudadede noche y escurecidoque nadie sepa mi parte.Vosotros en ocho daspodis poco a poco entrare:hallarisme en los palaciosde mi to don Beltrane,aparejndoos posaday dineros que gastare.

    Todos fueron muy contentos,pues el conde as le place.La noche era escurecidacerca diez horas o mase,cuando entr el conde Dirlosen Pars esa ciudade.Derecho va a los palaciosde su to don Beltrane;pero cuando atravesabanpor medio de la ciudadevido asomar muchas hachas,gente d'armas mucho mase:por do el pasar haba,por all van a pasare.El conde cuando los vidolos suyos manda apartare:desque todos son pasadosel postrero fu a llamare.Por Dios te ruego, escuderme digas una verdade;Quin son esa gente d'ar-

    [masque agora van por ciudade?El escudero questo oyera

  • 38 HOMAN'CKS CAMA.LRHESCUi

    tal respuesta le fu a dar:Seor, la condesa Dirlosviene del palacio reale,sobre un pleito que traacon Oliveros y RoldaLos que la llevan en medioson Roldan y don Beltrane:aqullos que van post:donde tantas lumbres ison el infante Gavierosy el fuerte Meriane.

    El conde de qu'esto oyerade la ciudad l se sale,debajo de una espesurapara cabe los adarves,diciendo est a los suyos:No es hora de entrare,que de que sean apeadostornarn a cabalgare.Yo quiero entrar en horaque de m no sepan parte.

    All estn razonandod'armas y de hechos grandeshasta que era media noche,los gallos queran cantare.Vuelven rienda a los caba-

    [llos,

    y entran en la ciudade.Vuelta van de los palaciosdel buen conde don Beltra-

    [ne:antes de llegar a ellosde dos calles aun mase,tantas cadenas hay puestasqu'ellos no pueden pasare.Lanzas les ponen ai pechono cesando de hablare: Vuelta, vuelta, caballeros,que por aqu no hay pasare!que aqu estn las paladas

    del buen conde don Beltrane,enemigo de Oliveros,y enemigo de Roldane,enemigo de Bclardos,y de Celinos el infante.

    El conde desque esto oyerapresto tal respuesta hace:Ruegote yo, caballero,que me quieras escuchare:anda, ve, y dile luegoa tu seor don Beltrane,que anu est un raens;:que viene de allende el ma-

    [re:cartas traigo del conde Dir-

    su buen sobrino carnale.

    El caballero con placerempieza a aguijare:presto la.s nuevas le dabaal buen conde don Beltrane,el cual ya se acostabaen su cmara reale.Desque tal nueva oyeratornse a vestir y calzare:caballeros al derredortrescientos trae por guardar-

    De.Hachas muchas encendidasal patn hizo bajare;mand que al mensajeroslo le dejen entrare.Cuando fu en el patncon la mucha claridademirndole est, mirando,vindole como salvaje.Como el que est espantadoa l no se osa llegare:bajito el conde le habladndolo mucl les.

  • CARLMAGNO Y LOS DOCE PARES DE FRANCIA 39

    Conocile don Beltrnentonces en el hablare,y con los brazos abiertoscorre para le abrazare;dicindole est: Sobrino!Sin cesar de sospirare;el conde le est rogandoque nadie de l sepa parte.Envan presto a las plazas,carneceras otro que tale,para mercarles de cenala cual mndales aparejare.Manda que a sus caballerostodos los dejen entrare;que les tomen los caballosy los hagan bien pensare.Abren muy grandes estudios,mndanlos aposentare.All entra el conde y los su-

    [yo,ningn otro dejan entrare,porque no conozcan el condeni de l supiesen parte.Ver heis todos los del pala-

    [ciounos con otros hablare,si es este el conde Dirlos,o quien otro puede estare,segn el recibimientoque le ha hecho don Beltra-

    [ne.Odolo ha la condesaa las voces que dan grandesmand llamar sus doncellasy encomienza de hablare:Qu'es aquesto, mis doee-

    tilas..

    no me lo querris negare,q'esta noche tanta gentepor el palacio liento andar?

    decidme, do es el seorel mi to don Beltrane?Si quiz dentro en mis tie-

    [rrasRoldan ha hecho algn ma-

    [le?Las doncellas que lo oyerana tal respuesta le hacen:Lo que vos sents, seorano son nuevas de pesare,es venido un caballeroas propio como salvajemuchos caballeros con l,Gran acatamiento le hacen!Muy rica cena le guisael buen conde don Beltrane!Unos dicen qu'es mensajeroque viene de allende el mare,otros qu'es el conde Dirlos,nuestro seor naturale.All se ha encerrado,que nadie no puede entrare;segn ven el aparejocreen todos qu'es verdade.

    La condesa qu'esto oyerade la cama fu a saltare:apriesa demanda el vestido,apriesa demanda el calzare.Muchas damas y doncellasempiezan de aguijare.A las puertas de los estudiosgrandes golpes manda dar,llamando a don Beltrane,que dentro la manda entrare.No quera el conde Dirlosque la dejasen entrare:don Beltrn sali a la puerta,no cesando de hablare: Q'es esto, seora prima?No tentfif priew tan grande.

  • 40 ROMANCES CABALLERESCOS

    que an no s bien las nue- . as

    q'el mensajero me trae,porque es de tierras ajenasy no le entiendo el lenguaje.Mas la condesa por estono quiere sino entrare;que mensajero de su maridoella lo quiere honrare.De la mano la entrabaese conde don Beltrane:desque ella estuvo dentroal mensajero empieza a mira-

    [rc;mas l mirarla no osaba,no cesando sospirare,y meneando la cabezalos cabellos pona a la face.Desque la condesa vieratodos callar y no hablare,con viva voz muy humildeempieza de razonare: Por Dios vos ruego, mi

    [to,

    por Dios vos quiero rogare,pues que este mensajeroviene de tan luengas partes,que si no terna dineros,ni tuviere que gastare,decid si nada le faltano cese de demandare!Pagarle hemos su gente,,darle hemos que gastare:pues viene por mi seor,yo no le puedo faltarea l y a todos los suyos,aunque fuesen muchos mase.Estas palabras hablandono cesaba de llorare.Mancilla hubo su marido

    con amor que tiene grande:pensando de consolarlaacord de la abrazare,y con los brazos abiertosiba para la tomare.La condesa espantadapsose tras don Beltrane:el conde a grandes sospiroscomenzle de hablare: No huyades, la condesa,ni os queris espantare,que yo soy el conde Dirlosvuestro marido carnale!Estos son aquellos brazosen que solais holgare.

    Con las manos se apartalos cabellos de la face:conocilo la condesaentonces en el hablare;en sus brazos ella se echano cesando de llorare.Q'es aquesto, mi seor?Quin os hizo ser salvaje?No, no es este aquel gestoque vos tenades antes!Quiten os aquestas armas,otras luego os quieran dar;traigan de aquellos vestidosque solades llevare.

    Ya les paraban las mesas,ya les daban a cenare,cuando empez la condesaa decir esto y hablare: Cierto parece, seorque lo hacemos muy male,qu'el conde est ya en sus

    [tierrasy ya est en la su heredade,que no avisemos a aquello

  • CAKLMAGNO Y LOS DOCE PARES DE FRANCIA 41

    que su honra quieren mira-[re!

    No lo digo aun por Gaiferos,ni por su hermano Meriane,sino por el esforzadoRenaldo de Montalvane.Bien sabedes, seor to,cunto se quiso mostrare,siendo siempre con nosotroscontra el paladn Roldane!

    Llaman luego dos caballerosde aquellos ms principales,el uno envan a Gaiferos,otro a Renaldos de Montalva-

    [ne.Apriesa viene Gayferos,apriesa y no de vagare:desque vido la condesaen brazos de aquel salvaje,a ellos l se allega,

    y empezles de hablare.Desque el conde lo vido,levantse a abrazarle;desque se han conocidogrande acatamiento se ha-

    [cen.Ya puestas eran las mesas,ya les daban a cenare;la condesa lo servay estaba siempre delante.En esto lleg Renaldos,Renaldos de Montalvane,y desque el conde le vidohubo un placer muy grande.Con una voz amorosale empezara de hablare: Oh esforzado conde Dir-

    [los,vuestra venida me place,

    porque agora vuestros plei-tos

    mejor se podrn librare!mas si yo fuera credo,fueran fechos antes de vos

    [llegare,o no me hallredes vivo,o al paladn don Roldane.

    El conde desque esto oyeragrandes mercedes le hacediciendo:Juramento he he-

    [chosobre un libro misalede jams quitar las armas,ni con la condesa holgare,hasta que haya cumplidotoda la su voluntade.

    El concierto que ellos tienenpor mejor y naturale,era que en el otro dase presente al emperanteel conde, vaya a palaciopor la mano le besare.Toda la noche pasarondescansando, en hablare,y cuando vino el otro da,a la hora de yantare.Cabalgara el conde Dirlos:Muy lucidas armas trae!Y encima un collar de oroy una ropa rozagante,slo con cient caballeros,que no quiere llevar trua la izquierda va Gayferos,a la derecha don Beltrane,y vinense a los palaciosde Carlos el emperante.Cuantos grandes all hallanacatamiento le hacenpor honra de don Gayferos,

  • 42 ROMANCES CABALLERESCOS

    que era suya la ciudade.Cuando son a la gran sala,hallan all al emperanteasentado a la su mesa,que le daban a yantare.Con l est Oliveros,con l est don Roldane,con l est Valdovinosy Celinos el infante.Con l los grandes estnde Francia la naturale.En entrando por la salagrande reverencia hacen,y al emperador saludanlos tres juntos a la pare.Desque don Roldan los vidopresto se fu a levantare:apriesa demanda Celinosno cesando de hablare.Cabalgad presto, Celinos,no estis ms en la ciudade,que quiero perder la vida,si bien miris las seales,si aquel no es el conde Dir-

    [losque viene como salvaje:yo quedar por vos, primo,a lo que querrn demandare.Ya cabalgaba Celinos.y sale de la ciudade:con l va gran gente d'armaspor haberlo de guardare.El conde y don Gayferosllganse al emperante,la mano besar le quiereny l no se la quiere dar;mas est maravillado,diciendo:

    quin podr es-

    vare?El conde que as lo vido

    empezle de hablare:Xo se maraville vuestra al-

    [teza,que no es de maravillare,que quien dijo que era muer-

    [to,ixientira dijo y no verdade.Soy, seor, el conde Dirlos,vuestro servidor lale;mas los malos caballerossiempren presumen el male.Conocdole han todosentonces en el hablare.Levantse el emperadory empez a abrazarle,y mand salir a todosy las puertas bien cerrare.Slo queda Oliverosy el paladn don Roldane,el conde Dirlos y Gayferos,y el buen viejo don Beltrane.Asentse el emperador,y a todos manda posare:entonces con voz humildele empez as de hablare:Esforzado conde Dirlos,vuestra venida me place,aunque de vuestro enojono es de tener pesare,porque no hay cargo ningu-

    [no,ni vergenza otro que tale,que si cas la condesa,no cierto a su voluntade,sino a porfa may a ruego de don Roldane,y con tantas condicionesque sera largo de contare;por do siempre ha mostradoteneros amor muy grande.

  • CAALOMAGNO Y LOS DOCE PAKES DE FRANCIA 43

    Si ha errado Celinos,hzolo con mocedade,en escribir que rades muer-

    [t,pues que no era verdade;mas por eso nunca quisea ella dejar tocare,ni aun a los desposoriosa l no dej estare;mas por l fu presentadoese paladn Roldane.mas la culpa, conde, es vues-

    [tray a vos os la debis dar;para ser vos tan discreto,y de esforzado linaje,dejaste mujer hermosa,moza y de poca edade:y de vista no la visitaste,de cartas la debades visita-

    re.

    Si supiera que a la partidallevbades tan gran pesare,no os enviara yo, el conde,que otros pudiera enviare:mas por ser buen caballeroslo a vos quise enviare.

    El conde de qu'esto oyeraatal respuesta le hace: Calle, calle vuestra alte-

    Buen seor, no diga tale!Que no cabe quejar de Celi-

    [nospor ser de tan poca edade,que con tales caballerosyo no me costumbro honra-

    [re.Por l est aqu Oliveros,por l est don Roldane,

    que son buenos caballejosy los tengo yo por tales.consentir ellos tal carta!consentir tan gran malda-

    [de!i o me tenan en poco,o me tienen por cobarde,que sabiendo que era vivono se lo osara demandare!por eso suplico a vuestra al-

    [tezacampo me quiera otorgare;pues por l. pleito tomaban,pueden el campo aceptare,si quieren uno por uno,o amos juntos a la pare;no perjudicando a los mos,aunque hay hartos de linaje,que a esto y mucho ms

    [qu'estorecaudo bastan a dar.Porque conozcan que sin pa-

    cientes

    ,

    amigos no me han de faltaretomar al esforzadoRenaldos de Montalvane.

    Don Roldan que esto oyeracon gran enojo y pesare,no por lo que el conde dijo,que con razn lo vea estare,mas en nombrarle Reynal-

    [dos,vueltos se le ha la sangre,porque los que mal le quie-

    [ren,cuando le quieren hacer pe-

    [sareluego le dan por los ojosRenaldos de Montalvane.Movido de muy gran saa

  • 44 ROMANCES CABALLERESCOS

    luego habl as don Rolda-[ne:

    Soy contento, el conde Dir-[los,

    y tomad este mi guantey agradeced que sois venidotan presto sin ms tardare,que a pesar de quien pesarayo los hiciera casare,sacando a don Gayferos,sobrino del emperante.Callades, dijo Gayferos.Roldan, no digis vos tale;por ser sobrino y descortsmal vos quieren los doce Pa-

    ires,que otros tan buenos i

    [vosdefienden la otra parte,y yo faltar no les puedo,ni dejar pasar lo tale.Aunque mi primo es Celincs,hijo de hermana de madre,bien sabis que el conde Dir-

    [loses hijo de hermano de padre,y por ser de padre hermanono le tengo de faltare,ni porque no pase la vuestra,que a todos ventaja queris

    [llevare.

    Toma el guante el conde Dir-[los

    y de la sala se sale,tras l gua don Gayferos,y tras l va don Beltrane.Triste est el emperador,haciendo llantos muy gran-

    [des,\riendo a Francia revuelta

    y a todos los doce Pares.Desque Renaldos lo supohubo dello placer grande:deca al conde palabras,mostrndole vountade.Esforzado conde Dirlos,lo que habis hecho me pla-

    [ce,y muy mucha ms del campocontra Oliveros y Roldane.Una cosa rogar quiero,no me la queris negare;pues no es principal Olive-

    tros,

    ni menos es don Roldane,sin perjudicar vuestra honracon cualquier podis pelea-

    [re:tomad vos a Oliveros,y dejadme a don Roldane.Plceme, dijo el conde,Renaldos, pues a vos place.

    Desque supieron las nuevaslos grandes y principalesqu'es venido el conde Dirlos,y que est ya en la ciudade,veris parientes y amigosque grandes fiestas le hacen.Los que a Roldan mal quie-

    renal conde Dirlos hacen parte,por lo cual toda la Franciaen armas veris estare:mas si los doce quisieranbien los podan paciguare;mas ninguno por paz se po-

    [ne,todos hacen parcialidade,sino el arzobispo Turpn,que es de Francia cardenale.

  • CARJ.OMAGNO Y LOS DOCE PARES DE FRANCIA 5*

    sobrino del emperador,en esfuerzo principale,que slo aquel se ponasi les poda apaciguare;mas olios escuchar no quie-

    [ren,tanto se han mala voluntade.Veris ir dueas, doncellasa unos y a otros rogare:ni por ruegos ni por cosasno los pueden paciguare.Muestra ms saa que todosel esforzado Meriane,hermano dei conde Dirlosy hermano de Durandarte,aunque por diferenciasno se solan hablare,de que sabe lo que ha dichoen el palacio reale,que si el conde ms tardarael casamiento hiciera pasarea pesar de todos ellos,y a pesar de don Beltrane.Por esto cartas envacon palabras de pesare,que aquello que l ha dichono lo basta hacer verdade,que aunque el conde no vi-

    [nierahaba quien lo demandare.El emperador que lo supomuy grandes llantos hace:por perdida dan a Franciay a toda la cristiandade:dicen que alguna de las par-

    [tescon moros se ir a ayuntare.Triste iba y pensativo,no cesando el sospirare;mas los buenos consejeros

    aprovechan a la necesidade.Consejan al emperadorpara remedio tomare,mande tocar las trompetasy a todos mande juntare,y al que luego no vinierepor traidor lo mande dar;que le quitar las tierrasy mandar desterrare;mas todos son muy lealestodos juntado se hane.el emperador en medio dellosllorando empez de hablare:

    Esforzados caballeros

    !

    Oh primos mos carnales!Entre vosotros no hay dife-

    renciasi no la queris buscare:todos sois muy esforzados,todos primos, de linaje,acurdeseos de moriry que a Dios hacis pesare,no slo en perder a vosotros,mas toda la cristiandade.Rogar os quiero una cosa,y no os queris enojare;que sin mis leyes, de Fran-

    [ciacampo no se puede dar.De tal campo no soy conten-

    go,ni a m cierto me place,porque yo no veo causaporque lo haya de dar,ni hay vergenza, ni injuriaque a ninguno se pueda dar,ni al conde han enojadoOliveros ni Roldane,ni el conde a ellos menosporque se hayan de matare,

  • ROMANCES CABALLERESCOS

    de ayudar a sus amigosya es la usanza tale,

    elinos ha erradocon amor y mocedaie,no ha tocado a la condesani ha hecho tanto maleque dello merezca muerta,ni se la deben de dar.Ya sabemos que el conde Dir-

    [loses esforzado y de linaje,y de les grandes seoresque en Francia comen p

  • CAHLOMAGNO Y LOS DOCE PAKIS DK FRANCIA 47

    de quince aos y no mase,y no es para las armas,ni aun para peleare:que hasta veinte y cinco

    [aos,y hasta en aquella edade,que en nmero de los doceno se haya de contare,ni en la mesa redondamenos pueda comer pane:do fuere el conde y condesaCelinos no pueda estare:cuando fuere de veinte aoso puesto en mejor edade,si estimare la su honraque lo pueda demandare,,y que entonces por las armastodos defiendan su parte,porque no diga Celinosque era de menor edade.

    Todos fueron muy contentos,y a ambas partes les place.Entonces el emperadortodos los hace abrazare,todos quedan muy contentos,todos quedan muy iguales.Otro da el emperadormuy real sala les hace:a damas y caballerosconvdalos a yantare.El conde se afeita las bar-

    Chas,los cabellos otro tale,la condesa en las fiestassale muy rica y triunfante.Los mestrasalas que servande parte del emperante,es uno el don Roldan,y el. otro el de Montalvane,por dar ms avinenteza

    que hubiesen de hablare.Cuando ya hubieron yantado,antes de bailar ni danzare,se levant el conde Dirlosdelante todos los grandes,y al emperador entregde las villas y lugareslas llaves, y lo ganadodel rey moro Aliarde;por lo cual el emperadordello le da muy gran parte,y l a sus caballerosgrandes mercedes les hace.Los doce tenan en muchola gran victoria que trae.De all qued con gran honray mayor prosperidade.

    VALDOVINOS

    Sobre el cuerpo desangradode su- esposo Valdovinos,a quien mat alevementede un rey justo un traidorla bella infanta Sevilla [hijo,con lgrimas y suspirosbaa el rostro, azota al airellora al muerto y mueve al

    [vivoVa le besa, ya le abraza,y entre el uno y otro oficio,pidiendo venganza al rey,dijo al rey, y al cielo dijo:t Castigo, castigo,d la muerte a Carloto su

    [amor mismo!

    Y pues es razn que paguenlos cmplices del delito,si dicen que yo lo fui,estrnese en m el cuchillo.

  • 43 ROMANCES CABALLERESCOS

    Quiero ser actor y reo,orden nueva de juicio,pida el alma como esposa,al cuerpo como enemigo:No p

    :

    .ense Carloto, no,que por ser mujer me libro,que trocar por su muertela muerte del Paladino. Castigo, castigo,d la muerte a Carloto su

    [amor mismo!

    EL CONDE CLAROS

    A caza va el emperadora San Juan de la Montia;con l iba el conde Clarospor le tener compaa.Contndole iba contandoel menester que tena.No me lo digis, el conde,hasta despus la venida.Mis armas tengo empea-

    [daspor mil marcos de oro y ms,y otros tantos debo en Fran-

    [ciasobre mi buena verdad.Llmenme mi camarerode mi cmara real;dad mil marcos de oro al con-para sus armas quitar; [dedad mil marcos de oro al con-para mantener verdad; [dedadle otros tantos al condepara vestir y calzar;dadle otros tantos al condepara las tablas jugar;dadle otros tantos al condepara torneos armar;

    dadle otros tantos al condepara con damas holgar,Muchas mercedes., seor,por esto y mucho ms.A la infanta Claraniavos por mujer me la dad.Tarde acordastes, el conde,mandada la tengo ya.Vos me la daris, seor,acabo que no queris,porque preada la tengode los seis meses o ms.El emperador que esto oyeratom de ello gran pe.-ar:vuelve riendas al caballoy tornse a la ciudad;mand llamar las parteraspara la infanta mirar.All habl la partera,bien oiris lo que dir:Preada est la infantade los seis meses o ms.

    Mandla prender su padrey meter en oscuridad,el agua hasta la cinturaporque pudriese la carney perezca la criaturay no viva de tal padre.Los caballeros de su casase la iban a mirar.Psanos de vos, seora,cuanto nos puede pesar,que de hoy en quince dasel emperador os manda que-

    [mar.No me pesa de mi muerteporque es cosa natural;psame de la criatura,porque es hijo de buen pa-

    [dre;

  • CARLOMAGNO V LOS DOCE PARES DE FRANCIA 49

    mas si hay aqu algunoque haya comido mi pan,que me llevase una cartaa don Claros de Montalvn.

    All habl un paje suyo;

    tal respuesta le fu a dar:Escribidla vos, seora,que yo se la ir a llevar.

    Ya las cartas son escritas,el paje las va a llevar;jornada de quince dasen ocho la fuera a andar.Llegado haba a los pillamosadonde el buen conde est.Bien vengis el pajecicode Francia la natural,pues qu nuevas me traisde la infanta? Cmo est?Leed las cartas, seor,que en ellas os lo dir.

    De que las hubo ledotal respuesta le fu a dar:Uno me da que la quemen,otro me da que la maten Ya se parta el buen conde,ya se parte, ya se va;jornada de quince dasen ocho la fuera a andar.Furase a un monasteriodonde los frailes estn

    ;

    quitse paos de seda,visti hbitos de fraile:furase a los palaciosde Carlos el Emperante.Mercedes, seor, mercedes,querismelas otorgar,que a mi seora la infantavos me dejis confesar.

    Ya lo llevaban al frailea la infanta a confesar.El cuando se vio con ellade amores le fu a hablar.Tate, tatedijofraile,que a m t no has de llegar,que nunca lleg a m hombreque fuese vivo en carne,sino slo aquel don Claros,don Claros de Montalvn,que por mis grandes pecadospor l me quieren quemar.No doy nada por mi muertepues que es cosa natural;psame de la criaturaporque es hijo de buen pa-

    [dre.

    Ya se iba el confesoral emperador a hablar:Mercedes, seor, mercedes,querismelas otorgar,que mi seora la infantasin ningn pecado est.

    All habl un caballeroque con ella quera casar:Mentides, fraile, mentidesque no decs la verdad.

    Desafanse los dos,al campo van a lidiar;al apretar de las cinchasconocilo el emperante:dijo que el fraile es don Cla-

    [ros,don Claros de Montalvn.Mat el fraile al caballero,la infanta librado ha,en ancas de su caballoconsigo la fu a llevar.

  • 50 ROMANCES CABALLERESCOS

    ROLDAN Y EL TROVADOR

    Sali Roldan a cazaruna maanita oscura;de podencos y lebreleslleva cercada la mua.Se levant viento largocon un agua muy menuda,y Roldan, con gran cuidadopor no mojarse las plumas,se arrim contra una torrey oy, el de las fuerzas mu-

    [chas,un prisionero cantar,y Roldan, atento, escucha.

    tYo, pobrecito de m.metido estoy en prisiones,sin saber cundo es de day menos cundo es de no

    [che,sino por tres pajaricosque me cantan el albore.El uno es una calandria,es el otro un ruiseore,la otra una tortolicaque anda de torre en torre,anda de oliva en olivay de terrone en terrone,cogiendo la semillicaque derrama el sembradoreTres das ha no me canta,tres das ha que no come;si la mat un ballestero,la mat como traidore,y si Dios qu la cri,Dios tambin a m perdone.Acabado este cantar

    lleno de angustia y dolores,otro canta el prisionero 'que hizo llorar a los bosques

    Mes de mayo, mes de ma[yo.

    cuando las recias calores,cuando los toros son bravos,los caballos corredores,y las cebadas se siegan,los trigos toman colores;cuando los enamoradosregalan a sus amores;unos les regalan rosas,otros lirios, otros flores;los pobres que ms no tienenendonan sus corazones;yo soy ms pobre que to

    [dos,mezquino en estas prisio

    [nes!Dolido Roldan de olle,

    furioso las puertas rompede la prisin en que estabapreso el infeliz cantore,y tomndole la manosacdole ha de la torre,dicindole: Vete librea gozar de tus amores.

    EL MORO CALAYNOS

    Ya cabalga Calaynosa las sombras de una oliva,el pie tiene en el estribo,cabalga de gallarda.Mirando estaba a Sansuea.el arrabal con la villa,por ver si vera algn moroa quien preguntar podra.Vena por los palaciosla linda infanta Sevilla;vido estar un moro viejoque a ella guardar sola.

  • CAKI/)MAGNO Y LOS DOCE PARES DE FRANCIA 51

    Calaynos que le vidollegado a l se haba;!as palabras que le dijocon amor y cortesa:Por Al te ruego, moro,as te alargue la vida,que me muestres los palaciosdonde mi vida viva,de quien triste soy cativoV por quien pena tena,que cierto por sus amorescreo yo perder la vida;mas si por ella la pierdono so llamar perdida,que quien muere por tal da-

    [maaunque muerto tiene vida.Mas porque me entiendas.

    [moro,por quin preguntado haba.ea la ms hermosa damade toda la Morera;sepas que a ella la llamanla grande infanta Sevilla.Las razones que pasabanSevilla bien las oa;psose a una ventana,muy hermosa a maravilla,con muy ricos atavos,los mejores que tena.Ella era tan hermosa,otra su par no la haba.Calaynos que la vidodesta suerte le deca:Cartas te traigo, seora,de un seor a quien serva;creo que es el rey tu padreporque Almanzor se deca:descend de la ventana,sabrs la mensajera.

    Sevilla cuando lo oyerapresto de all descenda;apese Calaynos,gran reverencia le haca.La dama cuando esto vidotal pregunta le haca:Quin sois vos el caba-

    lleroque mi padre ac os enva?Calaynos soy, seora;Calaynos de Araba,seor de los Montes Clarosde Constantina la llanay de las tierras del turcoyo gran tributo llevaba,y el preste Juan de las In

    [da?siempre parias me enviabay el Soldn de Babiloniaa mi mandar siempre estabaReyes y prncipes morossiempre seor me llamabansino es el rey vuestro padreque yo a su mandato estabano porque le he menester,mas por nuevas que me dabaque tena una. hijaa quien Sevilla llamaban,que era ms linda mujerque cuantas moras se hallanPor vos le serv cinco aossin sueldo ni sin soldada;l a m no me la dio.ni yo se la demandaba.Por tus amores, Sevillapas yo la mar salada,porque he de perder la vidao has de ser mi enamorada.

    Cuando Sevilla esto oyeraesta respuesta le daba

    :

  • 52 ROMANCES CABALLERESCOS

    Calaynos, Calaynos,de aqueso yo no s nada,que siete amas me criaron,seis moras y una cristiana.Las moras me daban leche,la otra me aconsejaba;segn eran los consejosbien mostraba ser cristiana.Dirame muy buen consejo,y aun bien se me acordabaque jams yo prometieseser de alguno enamorada,hasta que primero hubiesealgn buen dote o arras.

    Calaynos qu'esto oyeraesta respuesta le daba:Bien podis pedir, seora,que no se os negar nada;si queris castillos fuertes,ciudades en tierra llana,o si queris plata oroo moneda amonedada.

    Sevilla cuando lo oy,como no los estimaba,respondile: Si queratenella por namorada,que vaya dentro Pars,que en medio de Francia es

    [taba,y le traiga tres cabezascuales ella demandaba,y que si aquesto hiciesesera su enamorada.

    Calaynos cuando oylo que ella le demandabarespondile muy alegre,aunque l se maravillabadejar villas y castillosy los dones que le dabapor pedirle tres cabezas

    que no le costarn nada:Dijo que las sealase,o diga cmo se llaman.Luego la infanta Sevillase las empez a nombrar;La una es de Oliveros,la otra de Don Kold;la otra del esforzadoReinaldos de Montalvan.Ya sealados los hombresa quien haba de buscardespdese Calaynoscon su muy corts hablarDme la mano tu alteza,que se la quiero besar,y la fe y prometimientode conmigo te casar,cuando traiga las cabezasque qu ;siste demandar.Plceme, dijo, de gradov de buena voluntad.

    All se toman las manos,la fe se hubieron de darqu'el uno ni aun el otrono se pudiesen casarhasta qu'el buen Calaynosde all hubiese de tornar.Y que si otra cosa fuesela enviara avisar.Ya se parte Calaynos,ya se parte, ya se va:hace broslar sus pendemy en todos una seal;cubiertos de ricas lunas,teidas en sangre van.En camino es Calaynosa los franceses buscar;andando jornadas ciertasa Pars llegado ha.En la guardia de Pars,

  • CARLOMAGNO Y LOS DOCE PARES DE FRANCIA 53

    cabe San Juan de Letrn,all levant su seay empezara de hablar:Taan luego esas trompe-

    rascomo quien va a cabalgar.porque me sientan los doceque dentro en Pars estn.

    El emperador aquel dahaba salido a cazar;Con l iba Oliveros,con l iba Don Roldan,con l iba el esforzadoReinaldos de Montalvan;tambin el Dardn Dardea.y el buen viejo Don Beltran.y ese Gastn y Don Carloscon el romano Fincan;tambin iba Valdovinos,y Urgel en fuerzas sin par,y tambin iba Guarinos,almirante de la mar.El emperador entre ellosempezara de hablar:Escuchad, mis caballeros,que taen cabalgar.

    Ellos estando escuchandovieron un moro pasar;armado va la morisca,empizanle de llamar,y ya que es llegado el morodo el emperador est,el emperador que lo vidoempezle preguntar

    :

    Di, dnde vas t, el mo-[ro?

    Cmo en Francia osaste en-[trar?

    -Giande osada tuvistede hasta Pars te llegar!

    El moro cuando esto oytal respuesta le fu dar:V buscar al emperantede Francia la natural,que le traigo una embajadade un moro muy principal,a quien sirvo de trompeta,y tengo por capitn.

    El emperador que esto oyluego le fu a demandardijese lo que queray por qu a l iba a buscar;qu'el es el emperador Carlosde Francia la natural.El moro, cuando lo supo,empezle de hablar:Seor, sepa tu alteza,y tu corona imperial,que ese moro Calaynos,mi seor, me enva ac,desafiando a tu altezay a todos los doce pares,que salgan lanza por lanzapara con l pelear.Seor, veis all su sea,donde los ha de aguardar;perdneme vuesa altezaque respuesta le Vo a dar.

    Cuando fu partido el moroel emperador fu a hablar: Cuando yo era mancebo,que armas sola llevar,nunca moro fu osadode en toda Francia asomar;mas agora que soy viejoa Pars los veo llegar!No es la mengua de m solopues no puedo pelear,mas en mengua de Oliverosy asimesmo de Roldan:

  • 54 ROMANCES CABALLERESCOS

    mengua de todos los doce,y de cuantos aqu estn.Por Dios a Roldan me lia

    [menporque vaya a pelearcon el moro de la enguardiay lo haga de all quitar;que lo traiga muerto o presoporque haya de acordarde cmo viene a Parspara me desafiar.

    Don Roldan, cuando esto[oyera.

    empizale de hablar:Excusado es ya, seor,de c-nviarrne a pelear,porque tenis caballerosa quien podis enviar.Que cuando son entre damasbien se saben alabar,que aunque vengan dos mi]

    [morosuno los esperar,y al mirarse en la batallavolos volver atrs.

    Todos los doce callaronsi no el de menor edad,al que llaman Valdovinos,en el esfuerzo muy grande:las palabras que dijeraeran de riguridade.Mucho estoy maravilladode vos. seor Don Roldan,que amengis todos los

    [docevos que los debis honrar;si no furades mi tocon vos me