Rosa de los Vientos nr2

20
Quinientos Años de Modernidad a la Espalda Augusto SERRANO veces y aunque pa- rezca conservador o reaccionario, sólo hay que esperar que transcurra un poco tiempo para que salten a la vista verdades o relaciones que las anticipaciones teóricas ya habían sancionado. Aunque los hechos hablan muchas lenguas, de modo , que hay que llevar cuidado a la horade adscribirlos a éste o a aquel lado. Fukuyama. un hombre al que se le acabó la historia. pues ya no tiene más que contar. se hizo portavoz de algunos sectores poderosos. anunciando un "nuevo orden"- ratificado más tarde porlasarmas-coiTf(j entrada a una nueva época después de - yo diría - quinientos años de modernidad, si bien él no se retrotrae a fechas tan tempranas. Escribe la historia como aquel conflicto que viene a desembocar en la oposición capitalismo (liberal) - socia- lismo( soviético ). sin preocuparse demasiado por su génesis. 11egeL al que ilegítimamente dice recurrir, no le habría perdonado que dejara de lado el asunto de los orígenes de esta historia que, yo creo. está por ha- cer y por contar. Pero, en fin, los hechos rotundos parecería que hablan por mismos y le dieran la razón. En pocos años, meses. semanas. días. horas (con ritmos ascen- dentes que dan vértigo y no dejan apenas tiempo para la reflexión) se caen, derrumban, desmoronan, disuelven imperios, bloques, regímenes e ideologias. Y se caen "los del otro lado"; aquellos que ponían en entredicho y en peligro al legítimo heredero de la modernidad: el capitalismo, camuflado hoy bajo nombres como " economía de mercado" y" democracia liberal "; que no nace como el socialismo hace apenas 150 años, sino mucho an- tes: hace ya quinientos años. En esto, curiosamente. capitalismo y socialismo han estado de acuerdo. El capitalismo ( véanse: C. Mane Max Weber. Schumpeter. Lenin, Keynes. Grossmann , Sraffa. Robinson ) surge de las cenizas del feudalismo. alimentado por la "Acumu- lación Originaria" de capital que se inicia a finales del s. XV con la incorporación de América al ámbito político mundial. Si alguien quiere, por tanto, entender los hechos "evi- dentes" de nuestros dias - los de la última semana de agosto de 1991 - como verificación del " fin de la historia " o como paso a un " nuevo orden " por consumación del " viejo ". debería aceptar el reto que supone conocer la génesis de estos acontecimientos de nuestros días, no vaya a ser que pasado mañana nos llevemos otro susto y ya no sepamos lo que está acabando: si la Historia con mayúscula o un episodio más de la misma historia. Continúa en pág. 2. 1 N D 1 e E MARCOS CARIAS: Verdadera Historia e Biblia del Conquistador JULIO ESCOTO: Historias de los ope- - rantes OLGA JOYA: Migraciones y Mestizaje en Iberoamérica FRANCISCO SOLANO: "Los Ultimosdfas de Lempira" de Martínez Castillo, M. F. MARVINBARAHONA:Identidad,Conti- nuidad y Cambio. CLAUDIA MARCELA CARIAS: Tra- ducción y Conquista RAMO N OQUELI: El Sueño Americano de Valle ATANASJO HERRANZ: El Obispo de Honduras y los Merced arios AUGUSTO SERRANO: Quinientos Años de Modernidad a la Espalda ESTA ES UNA PUBLICACION CULTURAL DE LA EMBAJADA DE ESPAÑA LA COMISION NACIONAL HONDUREÑA DEL QUINTO CENTENARIO INSTITUTO DE LAS CIENCIAS DEL HOMBRE ''R. HELIODORO VALLE"

description

Editado Conjuntamente por la Cooperación Cultural española en Honduras, Secretaría de Cultura y Turismo y el Diario Tiempo. Coordinador Augusto Serrano, Roberto Castillo y Atanasio Herranz.

Transcript of Rosa de los Vientos nr2

Page 1: Rosa de los Vientos nr2

Quinientos Años de

Modernidad a la Espalda

Augusto SERRANO

veces y aunque pa­rezca conservador o reaccionario, sólo

hay que esperar que transcurra un poco tiempo para que salten a la vista verdades o relaciones que las anticipaciones teóricas ya habían sancionado. Aunque los hechos hablan muchas lenguas, de modo , que hay que llevar cuidado a la horade adscribirlos a éste o a aquel lado.

Fukuyama. un hombre al que se le acabó la historia. pues ya no tiene más que contar. se hizo portavoz de algunos sectores poderosos. anunciando un "nuevo orden"- ratificado más tarde porlasarmas-coiTf(j entrada a una nueva época después de - yo diría - quinientos años de modernidad, si bien él no se retrotrae a fechas tan tempranas. Escribe la historia como aquel conflicto que viene a desembocar en la oposición capitalismo (liberal) - socia­lismo( soviético ). sin preocuparse demasiado por su génesis. 11egeL al que ilegítimamente dice recurrir, no le habría perdonado que dejara de lado el asunto de los orígenes de esta historia que, yo creo. está por ha­cer y por contar.

Pero, en fin, los hechos rotundos parecería que hablan por sí mismos y le dieran la razón. En pocos años, meses. semanas. días. horas (con ritmos ascen­dentes que dan vértigo y no dejan apenas tiempo para la reflexión) se caen,

derrumban, desmoronan, disuelven imperios, bloques, regímenes e ideologias. Y se caen "los del otro lado"; aquellos que ponían en entredicho y en peligro al legítimo heredero de la modernidad: el capitalismo, camuflado hoy bajo nombres como " economía de mercado" y" democracia liberal "; que no nace como el socialismo hace apenas 150 años, sino mucho an­tes: hace ya quinientos años.

En esto, curiosamente. capitalismo y socialismo han estado de acuerdo. El capitalismo ( véanse: C. Mane Max Weber. Schumpeter. Lenin, Keynes. Grossmann , Sraffa. Robinson ) surge de las cenizas del feudalismo. alimentado por la "Acumu­lación Originaria" de capital que se inicia a finales del s. XV con la incorporación de América al ámbito político mundial.

Si alguien quiere, por tanto, entender los hechos "evi­dentes" de nuestros dias -los de la última semana de agosto de 1991 - como verificación del " fin de la historia " o como paso a un " nuevo orden " por consumación del " viejo ". debería aceptar el reto que supone conocer la génesis de estos acontecimientos de nuestros días, no vaya a ser que pasado mañana nos llevemos otro susto y ya no sepamos lo que está acabando: si la Historia con mayúscula o un episodio más de la misma historia. Continúa en pág. 2.

1 N D 1 e E MARCOS CARIAS: Verdadera Historia e Biblia del Conquistador JULIO ESCOTO: Historias de los ope- -rantes OLGA JOYA: Migraciones y Mestizaje en Iberoamérica FRANCISCO SOLANO: "Los Ultimosdfas de Lempira" de Martínez Castillo, M. F.

MARVINBARAHONA:Identidad,Conti­nuidad y Cambio. CLAUDIA MARCELA CARIAS: Tra­ducción y Conquista RAMO N OQUELI: El Sueño Americano de Valle ATANASJO HERRANZ: El Obispo de Honduras y los Merced arios AUGUSTO SERRANO: Quinientos Años de Modernidad a la Espalda

ESTA ES UNA PUBLICACION CULTURAL DE

• LA EMBAJADA DE ESPAÑA

LA COMISION NACIONAL HONDUREÑA DEL QUINTO CENTENARIO

• INSTITUTO DE LAS CIENCIAS DEL HOMBRE ''R. HELIODORO VALLE"

Page 2: Rosa de los Vientos nr2

Página 2 Octubre 12-91

Quinie Desde finales des. XV, se inicia una

fase de la historia humana sin prece­dentes. Es secundario aquí pelearse en tomo a la denominación que se le dé al 12 de octubre de 1492: si fue o no "descubrimiento": si fueron los espa­ñoles los primeros en llegar a las " In­dias" o los vikingos. De hecho, a partir de esas fechas, se desatan fuerzas so­ciales, relaciones sociales intereses hasta entonces inéditos.

- Se rompen en mil pedazos las con­cepciones del mundo que tenían todos, europeos e "indios" del continente in­corporado. Decimos de todos, porque no es cierto que la mentalidad europea (occidental-cristiana-greco-latina­árabe-germánica) se haya impuesto tal cual era a los pueblos de este lado del Atlántico sin sufrir cambios. Ni si­quiera las ideas más firmes de lo re­ligioso pudieron resistir el embate. Partes fundamentales del Nuevo Testamento hubieron de "arreglarse" para dar cabida a aquellos hombres que, contra lo que dijera San Pablo, no habían oído la palabra de Dios. Y cayeron estrepitosamente las ideas acerca de la mar océano, sobre los seres humanos y sobre los órdenes de la realidad.

- Se inicia el mercado a escala mun­dial, posibilitando el flujo de mercan­cías de todo tipo y de dinero, la acu­mulación de capitales extraordinarios, el desplazamiento de fuerza de traba­jo, de empresas, etc.

- Se organizan los Estados como grandes empresas -casi como mono­polios- que cuidan con celo fronteras, moneda, producción, ejércitos, edu­cación, ideología, etc. decidiendo con su intervención la suerte de "la rique­za de las naciones".

-Se desarrollan tecnologías apropia­das para propiciar y fortalecer las nue­vas formas de organización, de pro­ducción y distribución. Tecnologías que revolucionan desde el trabajo de extracción minera, has'ta la organiza­ción de los ejércitos, la náutica, la difusión de las ideas o las costumbres en alimentación y vestido.

Suplemento Cultural ieD44 de ~ 'V~

tos - Se crean formas de comunicación,

de transmisión y de conservación de los saberes aptos para las exigencias de los nuevos ámbitos abiertos. Ya la famosa carta de Colón, donde daba relación a lo descubierto, supuso para los europeos un primer contacto con lo universal.

-Surgen entidades bancarias, finan­cieras, cuyo marco de operaciones rebasa con creces las fronteras nacio­nales.

Cada una de estas dimensiones re­presentan un avance -si no una ruptu­ra- sobre el orden medieval-feudal, en tanto son relaciones sociales suprarregionales y aún supranacionales. Y todas ellas las en­contramos en marcha hacia 1550 en aquella España que algunos historia­dores siguen creyendo feudal:

- Las manufacturas de Sevilla, las Compañías de Indias, las plantacio­nes de azúcar, el trabajo asalariado, las Leyes de lndias,los mapas gradua­dos, las cartas de relación, los viajes de exploración y los viajes científicos, la construcción geométrica y ambien­tal de ciudades, etc. son expresión de esta modernidad.

Pero todas estas formas -que por cierto no eran exclusivas de España, ni deben entenderse triunfalfsticamente como las mil ma­ravillas que hacen olvidar lo negativo de la conquista y la colonización -esas formas, repetimos, son nada menos que las bases objetivas y subjetivas. ideológicas y tecnológicas de la Mo­dernidad. Quizás todavía no muy de­sarrolladas; algunas balbuceantes, como el trabajo asalariado o la manu­factura; otras más avanzadas, como la organización estatal que controla la balanza comercial (cuya teoría apare­ce ya en los arbitristas de la Escuela de Salamanca: Ortiz, Cellorigo, Merca­do, Azpilcueta.

Aquí nace esa historia que ha recibi­do el nombre de Historia Moderna. La que ha desatado fuerzas sociales de tremendo impacto; laque siembra hace cinco siglos lo que hoy estamos cose-

chando.

***************

Desde esta perspectiva, el aconteci­miento de 1492 ya no es una fecha cualquiera, sino el detonante de un proceso que todavía no ha culminado. Tuvo lugar para los europeos (la Carta de Colón lo atestigua) un real "descu­brimiento". Europa descubría lo para ellos hasta entonces encubierto; y descubrían, a la vez, su propia relatividad, la universalidad en que estaban inmersos. Para los habitantes de este continente obviamente aquello no fue un descubrimiento, sino invasión y susto. La llegada de los españoles no venía a conlinnar hipótesis acerca de la configuración del mundo o de co­rregir teorías ansiosas de completar el "orbis terrarum". Los mitos y leyendas que hablaban de la venida de gentes por el Este no se referían a los europeos, sino a los antiguos dioses que volverían por donde se habían ido en la noche de los tiempos. En todo caso y m¡í.s allá de la vivencia y de la percepción que cada pueblo tuvo del acontecimiento, se inició entonces un modo de ser del que somos herederos.

Nuestra actual situación, después de los acontecimientos del Este de Europa y de las nuevas formas que comienzan a asumir las relaciones internacionales, no es tan nueva, si por nueva se entiende una estructura que haya llegado a sus últimas consecuencias y carezca de alternativa. Es, más bien, el orden que se enciende en 1492 en un grado de desarrollo espectacular: es el proceso de universalización de relaciones so­ciales que toma la forma de economía mundial de mercado. en tanto tiene a la base no la carabela, sino el avión su­persónico; no la manufactura, el esclavismo moderno y las plantaciones, sino las transnacionales y la "nueva división internacional del trabajo"; no los tercios de Flandes, sino la Fuerza de Intervención Rápida; no el oro y la plata de Guanajuato y Potosí, sino el petrodólar, el ecu y las acciones de la Bolsa; no las audiencias y los correos del rey, sino el Fax y la televisión; no la conquista de territorios, sino el do­minio de "espacios" económicos y políticos. Se han transformado las de­terminaciones de la modernidad en estos 500 años, al punto que las rela­ciones de dominio sobre los determinismos naturales y sociales han perdido en gran parte su materialidad y se han hecho espectrales, pero más potentes y omnipresentes.

No. Este no es un "nuevo orden", sino el fortalecimiento y la consagración del viejo orden aparentemente sin enemigos a la vista . Aparentemente, decimos, porque el "nuevo" orden no ha resuelto muchos de los problemas que a su paso fue creando.

El inicio de la modernidad supuso la subordinación de lo particular (la re­gión el feudo) a Jo universal (la nación, la confederación), de las diferencias a la unidad. Pero resulta que hoy vivimos un despertar de las particularidades, de los regionalismos, de las etnias, sin que ello suponga un fortalecimiento ni de la sociedad civil , ni del individuo. Es decir que, con quinientos años de modernidad a la espalda, no hemos sido capaces de generar aquellas for­mas de vida que nos lleven más allá de la tribu, del cai te y de la ley de la selva. Algunos añoran estas rancias formas en nombre de historias irredentas, creyendo que su futuro será tanto más venturoso, cuanto más se parezca al pasado. Menos mal que. frente a estas tendencias de signo involuti vo, surgen

formas que reavivan la esperanza. La Cumbre de Guadalajara, por ejemplo, sin renegar de las raíces propias y comunes, apuesta por el futuro y funda la Comunidad Iberoamericana de Na­ciones; comunidad que, por su misma

L os jefes de Estado y de Go­bierno de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba Chile, Ecuador, El

Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Pa­namá, Paraguay, Perú, Portugal República Dominicana, Uruguay y Venezuela, reunidos en la Ciudad de Guadalajara, México, los días 18 y 19 de julio de 1991, hemos acordado emitir la siguiente declaración:

Con especial beneplácito nos he­moscongregado, por primera vez en la historia, para examinar en forma conjunta los grandes retos que con­frontan nuestros países en un mun­do en transformación. Nos propone­mos, por ello, concertar la voluntad poUtlca de nuestros gobiernos para propiciar las soluciones que esos desafíos reclaman y convertir el conjunto de afinidades históricas y culturales que nos enlazan en un instrumento de unidad y desarrollo basado en el dialogo, la cooperación y la solidaridad.

Representamos un vasto conjunto de naciones que comparten rafees y el rico patrimonio de una cultura

IIJiemoo

naturaleza y por la altura de los tiem­pos que vivimos. sólo puede prosperar sobre la base del respeto mutuo, de la solidaridad y de la paz. consumando asf ideales de la modernidad de hermtfSa y vieja solera.

--

fundada en la suma de pueblos, cre­dos y sangres diversos. A quinientos años de distancia de nuestro primer encuentro, y como uno de los gran­des espacios que configuran el mun­do de nuestros dfas, estamos decidi­dos a proyectar hacia el tercer milenio la fuerza de nuestra comu­nidad. Reconocemos la Inmensa contri­

bución de los pueblos Indígenas al desarrollo y pluralidad de nuestras sociedades y reitermos nuestro compromiso con su bienestar eco­nómico y social, asf como la obliga- · clón de respetar sus derechos y su Identidad cultural. Ante la pobreza, la guerra, la Into­

lerancia, el hambre, la enfennedad, la degradación del medio ambiente y la Ignorancia, proponemos una nueva cultura de cooperación inter­nacional como única vfa para un mundo justo y estable. Entendemos ésta como una verdadera operación conjunta en laque confluyan Intere­ses y objetivos compartidos entre las naciones de lberoamérlca que tras­ciendan el simple dar y recibir.

Page 3: Rosa de los Vientos nr2

IIJiemDo Suplemento Cultural ie'~ .ele f44, ~~

a traducción de la tenni-

L nologia cristiana a las len­guas nativas de América fue de vital importancia en el proceso de conquista y colonización españolas del

Nuevo Mundo. Uno de los objetivos primordiales de los españoles fue des­de el principio la cristianización de los indígenas americanos. Esta conversión a la fe católica de grandes masas de población con religiones, lenguas, y­en suma- culturas propias y distintas de la de los conquistadores, planteó probl~mas importantes. El mayor de ellos fue, sin duda, ellingüíst ico y en el intento de los misioneros para salvar la barrera de la incomunicación se pue­den reconocer dos momentos: El pri­mero de " toma de contacto" en el que los misioneros se valieron de intérpre­tes y de otros recursos como cuadros, mímica, etc. para hacer llegar su mensaje pastoral alos"infieles". Pronto comprendieron los frailes la necesidad de dirigirse a los indios en su lengua nativa en aras de una predicación rápi­da y eficaz, lo que nos lleva al segundo momento de aprendizaje y dominio de las lenguas naturales por parte de los misioneros que condujo a su vez al planteamiento de nuevas y complejas pregunta.<;: ¿Cómo presentar la ense­ñanza dogmática en estas lenguas?; ¿Cómo traducir nociones jamás di­chas en ellas, por ejemplo "Trinidad", "Espíritu Santo", "Redención", etc.?

De los inicios de la conquista se con­servan algunos fragmentos de las ''pláticas" que sostuvieron los prime­ros misioneros de la Nueva España (los llamados doce Apóstoles) con un grupo de sacerdotes principales de la vencida Tenochtitlán. Dichas "pláti­cas" fueron realizadas por medio de intérprete y en ellas se les trató de dar a conocer a los indios "conceptos que no tenían de la inmortalidad del alma, el de la moral cristiana en us relaciones con Dios, con la lglesta y con todos los hombres, el de la justicia y el amor divino y el de lo sacramentos" ( 1 ). No podemos saber qué ténninos exactos usó el intérprete para expresar esto en náhuatl. No sería aventurado suponer, sin embargo, que en su traducción haya empleado un buen número de perífrasis para poder explicar estos "nuevos conceptos" a los indígenas.

En la "Cuarta Plática" leemos: "Por ventura diréis agora en vano ha

sido vuestra venida porque nosotros tenemos por Dios a aquel por quien todos vivimos y lo honramos y reve­renciamos y leofrecemospapel, y copa! y sangre ... " ·

"El verdadero y sólo Dios que os venimos a predicar llámase fuente de ser y vida porque El da ser y vida a todas las cosas y por su virtud vivimos; es el verdadero ipalnemoani al cual vosotros así llamáis, pero nunca lo habéis conocido: este nombre sólo a El conviene porque El hizo todas las co­sas visibles y no visibles ... " (2). Los frailes consideraron que el dios

azteca ipalnemoani se correspondía con el Dios cristiano, es decir, que eran equivalentes; de tal manera que se produjo un cambio con textual pero no esencial: se le da un nuevo valor al concepto náhuatl enmarcándolo den­tro del cristianismo y se fuerza llna reestructuración del panteón azteca: "Los ángeles son inmortales; los ven-

Traducción y

conquista • Claudia Marcela

Ca rías

cidos perdieron honra, dignidad, ri­quezas Y. hennosura y fueron echados y desterrados del emireo ... encarcela­dos en la región del aire tenebroso fueron hechos diablos horribles y espantables; son los que llamáis Tzitziini, Culati, Tzuntemoc, Piyoche, Tzumpachpul". {3).

Resulta obvia la premura con que fueron hechas estas traducciones ini­ciales, la de Dios por ipalnemoani hubiese sido vista como herejía poco tiempo después y esre tipo de equiva­lencias-sustituciones no iban a gozar,

ciertamente, de la aprobación de am­plios sectores del clero que se opon­drían con fervor a ellas porque en su opinión favorecían el paganismo y la confusión. Estos primeros intentos traslaticios no podían, sin embargo, revestir otro carácter que el de la inmediatez incluso a riesgo de caer en la por entonces tan temida heterodoxia.

Una vez que los misioneros consi­guieron manejarcon sabiduría muchas de las lenguas naturales americanas, se percataron de las complejidades deJa traducción de los ténninosdogmáticos

Gracias al gentil patrocinio de:

• BANCO ATLANTIDA Servicio de Amigo a Amigo

SOBERANO CONGRESO NACIONAL REPUBUCA DE HONDURAS, C.A.

e históricos del cristianismo a tales lenguas y de las implicaciones teológicas que podía tener el hecho de presentar la doctrina en el idioma na­tivo. Frente a este problema los frailes se encontraron ante dos soluciones posibles: Por un lado, introducir en la lengua de la región las palabras euro­peas que fueran necesarias y, por el otro, traducir las palabras europeas por ténninos equivalentes (cuando· éstos existían. en la lengua terminal) o por perífrasiS.

En el primer procedimiento, al in­troducir la palabra española se pre­tendía mantener la fuerza de los dog­mas cristianos, se trataba de evitar el peligro de heterodoxia ya que si se cristianizaba una palabra usada antes por los indígenas se corría el riesgo de que conservara parte de su antiguo contenido pagano, como de hecho ocurrió en muchas ocasiones. En el segundo procedimiento, por su parte, se pretendía hacer de la doctrina cris­tiana algo familiar a los indios, algo que a través de su lengua les pertene­ciera; sus partidarios opinaban que al presentar siempre las nociones cris­tianas con ropaje extranjero existía el peligro de que el indígena las tomara como algo extraño, que fueran mal asimiladas y que todo el cristianismo fuera visto como religión de extranje­ros.

Dado que el objetivo era cristianizar a los indios, un exceso de ortodoxia podía convertirse en un estorbo pre­maturo; sin embargo, para que el mé­todo de la traducción resultara efecti­vo era necesario un conocimiento ex­haustivo de la lengua y civilización indígenas para hallarse en situación de dar con las palabras exactas y tomar en cuenta todos los giros y matices per­tinentes. En el siguiente ejemplo se muestra lo que podía ocurrir si lo an­terior no era tomado en cuenta: En Paraguay, los misioneros quisieron hallar en la lengua de los tupinambas una expresión que sirviera para la no­ción de Dios y tomaron como la más apropiada la palabra tupan, que signi­fica "el trueno". Ahora bien, en la mitología de los tupinambas este tupan era apenas un genio de orden inferior y los indígenas así se lo hicieron saber a los misioneros cuando estos últimos hablaban de la omnipotencia del dios cristiano.

En su esmero por la ortodoxia, la jerarquía eclesiástica prefirió (al me­nos en la Nueva España) imroducir la terminología europea. Se llegó incluso -bajo el amparo de la Corona- a perse-

Octubre 12-91 Página 3

guir a los frailes que se esforzaban en estudiar y enseñar las lenguas natura­les y en profundizar el conocimiento de las culturas au tóc10nas (como fue el caso de Fr. Bemardino de Sahagún). También se instituyó un "consejo de revisión" bajo cuya mirada ten!an que pasar todas las obras que se traducían a lenguas americanas, para evitar "herejías, distorsiones y malos enten­didos". En 1577, Felipe II prohibió que se escribiera acerca de las cos­tumbres de los indios y el Santo Oficio prohibió la traducción de textos sa­grados a lenguas de indios.

La práctica de los misioneros, sin embargo, discrepó considerablemente de estas normas institucionales en muchos casos. Los misioneros prefi­rieron la modalidad de traducir a la lengua nativa los dogmas del cristia­nismo. Para hacer esto se siguieron tres caminos a saber: La traslación conceptual, la traslación fonnal y la traducción-adaptación. Para las dos primeras opciones ve­

remos el ejemplo de las dos traduc­ciones de la palabra española "crismado" que aparecen en el V oca-

STANDARD FRVIT DE HONDVRAS, S.A.

EMBAJADA DE

ESPAÑA Una Empresa sólida que garantiza su compra

Page 4: Rosa de los Vientos nr2

..

Página 4 Octubre 12-91

bulario C'astell:mu- Mexicano de Fray Alonso de Mulina : a/ ··e, ismadu": Teoyol ic:1

tlamachiutlll• lcuyulica : 1 :spintuahm:me ILtnwt·hiotilll . Besll:1 herrad:• cnn

hierro ardtenle. Se llev1i a c;thtl 1111a 1rasl:u: i1'm con

n :plual. l~;tdllt'l'H>I1 pcril'r.istu:a quc COIISISIÍU en eXIHesal 1111 llllt'VU '1111 ccp1oaparti1 det•h.:tu ·u tos ya ex istt•nles en l<t lcncua 1e11mnal.

b/"(·,, ... n,ado": Tl:tduism:tyoltlll tia · l'tonmnhre iuddinido (algo) -dms111:1 : ( 'lutsnl;l (Crisma). - ynttlh: 1 >cstneiU:t;l de electo n.:c1

hido. Aquí la lta:daci(nl l"u · lorm:d

(nahualliracton tkl vucahlo esllallt•l) en la lllle se dio 1111:1 adaptacion de la p:dahra cspanola al sislc111a m<>Jfuh>ciro dd n:ihuatl. Dentw de este nivel cnnv1cne destacar tamhn:n aqudlos ll.'rtiiiiiOS CS(lalloles que ruc­fllll introducido:; eu la lcncua n:íhuatl pe m cuyos de• iv;~uos se naiiuatltr~IWII, como:

"campana··: campana "c:1111p:m:tyollntli": -ynllotl i: cor:wín

lladaju de campana "camp:ln:tchiuhqui": -chiuil : h:1cer

al¡.:u Campaneru qnc la:; h;tn:. 1 ~!tercer nivd que se ha mcm:ionado,

d de lrildtKcilin-adaplación. cutn:s­poml ·a los ·;1sus '11\llle se sustituyú la vut. cspauola pur una de la leu¡.:ua nal iva 11ue se cuusidt•tü le nía coult·nido similar u el(Utvaleu, dando a dicho término un v:tlnr cnstianu -t:omn en los casos l'itados antes de ipalnelllllillll y tupan. Adem;is podemos mencionar el caso tk·:

'"Bautismo": Net1uatcquilir.lica q11e era una csfll'l'il· tic hautismo que rea­lil'.ahanlus mexicas (lrchi~pánicos ct 111 aguamiel d • ma¡wey.

L1 tradw.:cion-:u.laptaci6n fue la m~s combalitla pur la Iglesia institUCIOnal dchitlu a las nmfusiones tfUC pudiil pmVIlt'ilf en la lllellle del indi¡.:ena y

Suplemento Cultural íe(J44 de ~ V~

'" _r: ~ ·. '·-"'..1 . ) l •

-~~ ~

/

llt.lrtlue llevaba a la lltdifcrenciacitín. en este caso com:rew del bautismo nativo y d nistiano.

En realidad m1 hubo unilicaciún de criterios en cuaulo a la pul itica :1 sl·guir en el aspeclu de la traduccuin o no traducción de la terminolllQÍa nisl i:ma a las lenguas intlígl'llas. r.; presiún de la jerarquía eclcsi;íslica fue nmlínua en el senlidouc evilarcualquiertipodc confusi•in"ltcrélica" que pudiese sur­gir IXlf la lraduccitín de lo:; términos y -portanw- se opuso a 1:11 pnlt'cdinliento. Natur:llmenll'. esta prcsi(ul surtil'1 efectos en numerosas ocasiones. l .os frailes misioneros pur su parte. gota­han de una tdaliva lihl'rl;td de accióu y aplic:1mn. siempre que les fue pnsi­hlc. el metodu de la traduecit\n t'n Sil

labor tic evanl!.clir.acllín. Otro li:mím~no llllllt.lrlante lo nms­

lituyü la persistencia de signil'ic:tdns prehispanit·os suhyan:ntesencl nuevo discur:.ocrisli:mo. tal es el caso de la Virgen de Cluadalupc. cuyil imageu apareciti nHiagms:Hncnte en el lllOilll' de Tcpeyat· (t·iudad de M t.':>. il·o) nmy cerl·a de donde se cucoul raha e u 1 il'lll ­pos prehispan1cos el :;illlllWIIU ue la dios<~ at.lec:• tonanli.Íll (uiosa madre). En la qÍoca dl' l:1 colonia hulx1 gran pule mica suhrccl culto a esta vtrgencu el que el clero espaitol vda reslus de la adur:tl'IUII a la dios;t pac;~na. En este caso 1111 se di(luna traducci(lll en senti­do estricto (ni fue esa la inll'lll'iiÍn dl' los m•sioncros ). el proceso fut· m:is complejo: A los indi11S se les presenta una Virgt·n Mana (o C:uadalullt') que idculiftc:u• pm an;llug.ía cou una dn­dad prop1a haciil r:, ntal e .xisti;t ya 1111 culto IIIUY :tnaigado: los mistont•n•s aprovechan csla indiuaciüu religiosa y huscan eucall/~lrl:l al cristianismo. Resulta olw•n qul· una lradutTion h:r­lltino a lenniuu hahria cnnlradidm los uhjt·tivos IIIISIIlllCms de err:tdil·ar los

nulos paganos. Aquí lwy uua lradut·­l. iún-sustitucio11 tlueeu ·ie1 ril reestruc­lllloll'llÍn y rcv:tlmi.f:tt·iün de ctídt!;!os: l.a alrihucilin tk unsil!.nilicadoa111ic11o (Jla!;!;lllll) ;1 Un Sl!;!lliltl'illlle IIIICVO ('Vir­).:l'n). El prtlt'CS(I de lr.tdUtTttÍII o de alrihucitin de sigJIIIicados no cmrio en este caso a carj!ll de In:; frailes sino de los propios indios.

Vcmns c<unu los misioneros echaron mano de todos los recursos linciiístÍl'os a su ak:mcc par<~ lograr co11limic:usc ctlll los nuevos t:llllversos. Resalla el colllr:tsle de Lt jerarquía tlue. al pme­cer, cslah:1 m:ís interesada en la pene­lracián i11stitucimtal de la iglesia que cula sincera nmversHin de los indios. y l;1 actitud de los lr:tilcs ntisiolll'rt>s que pnKur:1ron establecer una comu­mcacuin rc:tl t'Oil los neúlitos - In que los llevó muchas Vl'CCs ;t correr el pd t¡.:ro de la hclerodo\la .

De 1111 modo general se puede tlt..'l'ir que la traduccion en d pnlt'esn de ev;m!!dir.antin de i\nwrica cumpllo un nHnctidu utilnario ajeno a criterios l'sleltcos l' induso.t•nmuchos casos. a la e\ il!t'ul'Ía de 111 ·rahdad. Se dio el caso tfe traducciones que ¡x·c:tron no por :1presur:1das sim• IXlt e'l't'stva­melllc crudllas. En MI aran tl·conciliar la tlrlodnxia rrisuana con d etlllOl' i­lllll'lllll de las lcncuas ;lllltÍl'lonas. perdit•ron de v1sl:l s~1 linalitlad pr:k'ti ­ca. 1111 ej~1nplo de ello es el siguiente l'OIIICIIlaril' de Dahh11ann:

.... . este calt:l'ISIIlO 1-.helsua era muy su¡Krior a la colllptcsloll de los mtlios p:1ra quienes St' dcsti11aha ... l.a Ira duccitin tic Palomino es en verdad del todo conecta. p~n> sulltamelliC ¡>t·sa da. lo que se huhll'fa evitado. si el ducltl lradut'IOI un se hubiera atenido 1:111 ~slrici:IIIICIIIC ,¡ la lclr.l y l'\liiS

trucciün del tlli¡pn:•l" (.J.) . La tr<tdueciün tuvo un eomctido

utilitario. E.'c collll' lido. sin embarco. nmdiciomí sus mélodus y cnnscn•c n­cias. En i\mcrica no st' trataba de lra­tlucciün de 1 ibms dc11tru de una mas 11 llll'mls hollltii!CIIea lladlt'ioll rultmal s ino de un p~uccso lle collqtllsla de pueblos co11 v:tstas y nun ·a \ 1s1.1s eo:mwvisioncs pmp1as. Lo:. lunilcs e llnprccistoHes de b tr.ldut·cton. qul'l'll Futtlpa suscilahall disCIISltllles en los l' lll'Uios l'llldllllS. pn•dUJCHlll l' ll i\mericl dedos 111.11.!1111 ic:tdos y nlll· lrihuycnm. indml:thlclllt'llll' . al pwtTso lk !!estal'ion tk 1111a jllTuha• l' tlltu ra

111 ·stlla. lm:IIIMl el l' llll'IP pPt la \llllldP

l'PIIII i\luyo .1 d.11 l\ll.lll•'ll. lll'.IS 1\llt'

J

vas a la cultura en An~t'ril'a. Los pro­hlemas suscitados por la evangclitaciÜIIohlil!anm a la lclesia a depurar la propia r~hgitíll calt¡lica de lodos aquellos elcniCIIIos y pr:icliras que. aunque populares en Eurnpa. movían u hubieran podtdo mover a cunfusiti11 entre los imhos:

" 1

tÁ• /lt

117iemoo

" ... Así, IHint dar un ejemplo, en el a u tu del S:tcrilidu de ba:t<:, el e1)isc ... dio de Agarest:i exlllll'~lu en míhuall de tal mancr:l <ruc es itnll41Sihlc cumi,..CIIdl'r <tuc ella huhicr:a-.itlu la concubina de /\hrah;un y . u hiju hnmcl, herm:.m•Hic haac ¡IJast:mtc w hahmn afanadu lu~ mbiuncrn' por. desarraigar ht puli¡:amia para vcnw a dar ;tlwra u lus indiu' un art.tumcntu <1uc 11Udicr:111 l'l>¡:rimi•· en favurdcla vil'jan>slumhrc! Otru ejemplo muy nolahlc: t!ll el auh> de l:t l>l':,t rucdún de .lcntsalén 1 icnc pur fucnlc nn:~ novela \alt•ndaua de San l'ed ru l•ascual, tH·•·u el Clliwdin dt' las madres judí;Js flllC, :~cus:uhl\ llOI' el h:unh•·c, umt:m v devoran a SIIS hijuelos, IIOólfl:lrct:t• Cilla VCDoiUII llll'Xinm:a: pcli¡:ru:.u. :1 la vt·rdad huhicn1 sido poncl'lu en cs<:l'na anl~ es1lecladurcs entre <JUÍt'ncs lns sa· c~·iJidus humanu~ .v In ;mlrupofa¡:ia ntu:tl cr;m demas~;a<h> rcdcul< .. -s" ($).

l .a punf•caci.íu de la rl'l ÍfHÍnc;ntiliea pastí :1 ~e! un alrihuto de h1 Jllllllla lraduccwn. en la:. c;~rtillas tic cvangd•ranúu cumn en la 111édica diaria . Se llevli a l·ahu 1111 procc:;u de simplilicacllill 1XIr tlllll:.tllll 4ue. por consecucllc•a tuvuclllcvar a Anwric:1 una rcliciün ideal dl'Stk el punto de vista dnl"lrin:utn. Citas ( 1 ): Chávci'., El'.equicL La

Evangelización de los Indios. EdiL Jus. S.A. México, 1958. (Pág. 14).

(2): lbid dem. Pág. 17. (3): lbid dem. Pág. LA. (4) Dahlmann, S.Jr. El Estudio de las Lengua~ y las Misiones. Librería Ca­t61ica de Greorio del Amo. Madrid, 1893. (Pág. 122). (.5): Ricard, Robcrt. La Conqui:>ta

Espiritual de México, Fondo de Cuf­tura Económica. México, 1986. (Pág. 314).

.~ •. ¡ l(•tl qq ' '- / /

& jfJ. -------

Page 5: Rosa de los Vientos nr2

HliemJJo Suplemento Cultural R(J44 de 6J4- "V~ Octubre 12-91 Página 5

El obispo de Honduras y los

~nercedarios (1680-1687) e Atanasio Herranz

L a importancia del pleito de Fray Alonso de Vargas y Abarca, obispo de Hondu­ras desde 1687. El análisis de los tres documentos más

importantes de esta disputa jurídico­religiosa arroja importantes elementos para profundizar en la política del lenguaje en el período colonial y el estado y distribución de las lenguas indígenas del centro y el occidente de Honduras.

Los hechos básicos de este pleito son que el 22 de noviembre de 1680 el obispo declara "vaca" la doctrina de Cururú y su anexo, La Tatumbla, y el 9 de octubre de 1685 declara "vaca" la doctrina de lntibucá y sus anexos, del Partido de Gracias a Dios; ambas per­tenecientes a los mercedarios. En las dos doctrinas, la causa legal principal del despojo de la doctrina de Cururú y Tatumbla es 1 ingüística. En la petición del"Segundo Cuaderno de Testimonio de Autos sobre el Despojo de las Doctrinas de Cururú y la Tatumbla (1683) dice textualmente:

"no estar exsaminados ni aprovados en sufissiencia y lengua propia del Partido de Cururú y de el de Tatumbla los padres predicadores frai Joan Diegues blanco y frai Antonio Xerés, que fueron propuestos enJ>rimer lugar en las nóminas para su provission se hizzo a Su Señoría de dicho Señor ·Presidentte y fueron presentados por Su Señoría para tales curas de dichos partidos, no obstante haber confesado el dicho padre predicador frai Joan Diegues Blanco que no estava exsaminado ni aprovado en dicha lengua propia y matterna del dicho Partido de Cururú, como lo firmó con su propia letra y firma ( ... ) no se a hallado rassón de que estén exsaminados y aprovados en sufissiencia ( ... ) los dichos padres ni los padres frai Pedro de Carbajal, frai Alonso Marín y Frai Diego de Valensuela, que fueron propuestos en dichas nóminas juntamente con los dichos padres" (1).

Esta acusación era, según la legisla-

ción vigente, motivo para el despojo de la doctrina. Según la Real Cédula del 3 de julio de 1596 de Felipe 11 el indio queda en libertad de aprender o no el español y exige que los curas doctrineros de pueblos de indios aprendan la lengua de los naturales. Dice así:

"Y así mismo tendréis especial cui­dado de procurar se guarde lo que está mandado de que no se provean los curatos si no fuere en personas que sepan muy bien la lengua de los. indios que hubiere de enseñar".

Varias cédulas posteriores obligan a los religiosos y curas que quieren re­gentar un curato de pueblos de indios, a examinarse en suficiencia de la len­gua o lenguas que hablan los naturales de los curatos que desean ocupar. En los casos que no tengan el examen de suficiencia de lengua deben ser reti­rados del curato. Así, la acción del Obispo de Hondpras, Vargas y Abar­ca, parece enmarcada dentro de la le­gislación colonial vigente.

La respuesta de los mercedarios no se hizo esperar. En 1686 envían al rey el Memorial Jurídico y Legal sobre del

Gracias al gentil patrocinio de:

• BANCO ATLANTIDA

SOBERANO CONGRESO NACIONAL REPUBUCA DE HONDURAS, C.A.

despojo de las Doctrinas de Cururú, La Tatumbla y Gracias a Dios. En él los mercedarios señalan que están dentro de la ley, pues todos sus predicadores habían sido examinados y aprobados en lengua. Fray Juan Vices estaba examinado en suficiencia de la lengua de los naturales def Partido de Gracias a Dios, Fray Antonio Jeréz en la len­gua del partido de los Leneas y las de todo el Obispado y Fray Juan Diéguez en la lengua del Partido de Ten coa y de todo el obispado. Como vemos no hay ninguno examinado y aprobado en la lengua del Partido de Cururú (La P~)

ni su anexo la Tatumbla, pero tos mercedarios argumentan que la lengua del partido del Cururú es la misma que la del Partido de Gracias a Dios y Tencoa "como el obispo lo podía ve­rificar". Los mercedarios señalan que sí era la misma lengua; según la Real Cédula de 1623 que estipulaba "que el Religioso examinado para una doctri­na, lo quedava para todas las que fue­sen de la misma lengua", entonces, estaban dentro de la ley.

Como puede verse el problema cen­tral es lingüístico. ¿Son o no son la misma lengua las que se hablan en el Partido de Cururú, Gracias a Dios y Tencoa?. El obispo afirma que no lo son y los mercedarios que sí. Es una lástima que el Memorial Jurídico y Legal de los mercedarios no aporte datos lingüísticos, pues se orienta en demostrar jurídicamente que el obispo de Honduras ha obrado de mala fe contra ellos. Por ejemplo, el obispo dejó "vaca" la Doctrina de Gracias a Dios de los mercedarios y había nombrado como propietario ''ad interim" a un cura secular un día antes de que venciera el plazo legal de cuatro meses para presentarse el sustituto de fray José de Liévana, que había 'falle­cido. También argumenta que el fran­ciscano doctrinero de Siguatepeque, acusado de una falta similar a ésta, no se le había apartado de su curato.

Antes de analizar los elementos lingüísticos del problema creo nece­sario analizar brevemente un aspecto de pleito que no plantea el Obispo de Honduras ni en los "Primeros Cua­dernos de Autos" ni en los "Segundos Cuadernos de Autos", pero que otros documentos de la misma época lo muestran. Se trata de la lucha de mu­chos obispos de América para tener en su obispado clero secular (sacerdotes ordenados por un obispo) y no clero regular (frailes pertenecientes a una orden religiosa). Fray Alonso de Y argas y A barca, obispo de Honduras, era del clero secular y trató por todos Jos medios de aumentar su número en Honduras a costa del clero regular. A Honduras, del clero regular, sólo lle-

,.! .

D: .. ie EMBAJADA Servicio de Amigo a Amigo

STANDARD FRUIT DE HONDURAS, S.A. DE

ESPAÑA Una Empresa sólida que garantiza su compra

Page 6: Rosa de los Vientos nr2

Página 6 Octubre 12-91

garon para evangelizar los mercedarios y los franciscanos. Las causas de esta preferencia eran:

a) Que los doctrineros del clero secular dependían directamente del obispo y su obediencia y control eran muy su­periores al de los frailes. El clero re­gular, sólo nominalmente dependía directamente del obispo, pues, en la práctica, obedecían al Comisario Pro­vincial de su orden.

b) Que los mercedarios fueron con­siderados por el obispo Vargas y Abarca y, años antes, por el Comisario Provincial de los franciscanos, Fran­cisco de la Parra, como dañinos. El primero en varias cartas al rey acusa a los mercedarios de Honduras de mal­tratar al indio y el segundo dice que "destruyen y no edifican".

Aclarado este punto, entremos en el análisis de los ricos e inapreciables datos lingüísticos que nos aportan los tres documentos citados. En los "Se­gundos Cuadernos de Testimonios de Autos" que levanta Esteban de la Fuente en nombre del obispo Vargas y Abarca trata de demostrar insistente­mente que la lengua que se habla en el Partido de Cururú y su anexo la Tatumbla es diferente de la que se habla en el partido de Gracias a Dios y ésta, a su vez, distinta de la que hablan en los partidos de Tencoa y de Aguanqueterique. Los Autos se le­vantan en los siguientes pueblos, todos de la zona !enea de Honduras: del actual Departamento de Francisco Morazán, San Pedro Tatumbla y Santa María Magdalena Rcitoca; departa­mento de La Paz, San Pedro Cururú (hoy un barrio de la ciudad de La Paz), Santiago Cacauterique (hoy Santa Ana Cacauterique), San GasparGuajiquiro, San Francisco Similatón (hoy Caba­ñas), San Miguel Marcala y Asunción Chinacla; del departamento de Comayagua, Santiago Tambla; del departamento de lntibucá, Santiago Jurla (hoy Jesús de Otoro) y no he localizado el pueblo de San Juan Quelala. Transcribiré lo que los caci­ques y principales de San PcdroCururú dicen en los Autos al Oficial Fiscal.

"Dijeron que era muy distinta su lengua propia y materna, nombrada pupuluca, de la naguarte.

Dijeron ser su lengua propia, nom­brada pupuluca, distinta de la que ha­blan en los dichos partidos de Tencoa, Grassias a Dios y Aguanqueterique, y que sólo en el pueblo de Entibucá, del partido de Grassias a Dios, se habla la lengua pupuluca que es la propia de este partido.

Dijeron que en el Partido de Aguanqueterique se habla vna lengua que llaman !enea, muy distinta de la propia deste partido. Y que no se acuerdan del nombre que tticnen las

Suplemento Cultural ~CJ44. de to4, ~~

lenguas que son propias de Tencoa y Grassias a Dios .. "

Los caciques y tatoques de San Pedro Tatumbla dicen lo mismo que los an­teriores, pero nos dan un nuevo dato, aunque inseguro:

"Dijeron que en el partido de Aguanqueterique, doctrina de la dicha religión (de los mereedarios) se habla la lengua lenca. la cual es otra y muy distinta de la deste dicho partido. Y que en los dichos partidos de Tcncoa y Grassias a Dios se habla otra lengua que, parese, la llaman Puttum".

La infonnación más completa la dan los indios de San Juan de Que! ala, Santiago Jurla, hoy Jesús de Otoro, y Santa María Magdalena de Reitoca. Ellos señalan: ~

"Dijeron que en el Partido de Aguanqueterique se habla la lengua !enea, en el de Grassias a Dios otra que llaman pull t::n y que en el de Tencoa ay algunos pueblos que hablan la dicha lengua puttum y otros que habla~ la lengua jucap, los qua! es son: Serehea, Yamala, Ylamattepeque, ·Tecunalistaguac, Iguala. Los quah~s pueblos son del dicho Partido de Tencoa. Y que todas las dichas lenguas son distintas y otras de la propia (pupuluca) de los dichos sus pueblos y partido".

Según los "Cuadernos de Autos" el

--------------------····· • ' ~~~ · ·· ";\o•-tu~ 1!"~() ""·1"'i<" :r~ur•f<L· · ·"•".e•;.J?,~;c~im<t~;,..¡·· ~ · f ''/"' nn.r·~,..6~ . 1 rn"'1"'Y''nr.t+t\/) ttrnrt~~"'-h"

1(A

pupuluca se hablaba en el partido de Cururú y su anexo la Tatumbla y en lntibucá, del partido de Gracias. Sin embargo, en 1632 el merccdario fray Francisco González había señalado que en los partidos de Cururú. Gracias a Dios y Tencoa se habla el care. El término pupuluca para denominar una lengua es tan impreciso como el de chontal ··extranjero'' (del náhuatl chontalli) o jicaque "bárbaro".

Estos términos los utilizaban los nahuas para denominar a todos aque­llos pueblos que no hablaban su lengua. Pupuluca o Popoluca, como aparece en otros documentos. según A. von Frantzius "La popoluca no es lengua diferente, sino el nombre con que los Mexicanos designan de Cakchiqucl que se hablaba en la costa; esta palabra significa lo mismo que la palabra es­pañola BozaL esto es, tartamudo o el que no se expresa con propiedad". Para Otto Stoll y Doris S tone, Pupuluca es una palabra de origen mexicano que significa ·•extranjero". Un grupo de investigadoras de la UNAM señalan que Popolucaes"Lenguade la familia xinca (sic), etimológicamente sirve para designar a un hombre tosco, que habla incorrectamente. por lo que fue utilizada para designar diferentes gruposémicos". Finalmente. Tcrrence Kau!Tman en reciente comunicación oral me señaló que en el náhuat actual signilica "murmullo. susurro hablado

entre dientes". Por otra parte. Alberto Membrcño registra en el occidente de Honduras la palabra lenco, -a "tartajoso, tartamudo"'.

Teniendo en cuenta la etimología y los significados de pupuluca o populuca y los datos contrastados de fray Fran­cisco González y los ··cuadernos de Autos··, parece claro que la lengua, llamada pupuluca en los Cuadernos y care por fray González, además de en otros muchos documentos coloniales, es la misma. Es decir. el pupuluca es una variante dialectal del !enea de Honduras que actualmente identifica­mos con el nombre de ca re. El área del pupuluca o care cubría en 16R3. el curato de Cururú y su anexo la Tatumbla. gran parte del curato de Gracias a Dios, incluyendo lntibucá. y una buena parte del de Tcncoa, hoy departamento de SanHI Bárbara.

El ténnino puttum o potón como aparece en una gran mayoría de do­cumentos coloniales, según los "Cua­dernos de Autos'', se hablaba en algu­nos pueblos del curato de Gracias a Dios y del partido de Tcncoa. Esta es una información importante que no ha sido registrada hasta la fecha y que, a mi modo de ver, modilica la distribu­ción geogrática que Anne Chapman hizo para el !enea de Honduras y sus variantes dialectales en el siglo XVI. Ella ubica el potón exclusivamente en El Salvador. entre el río Lempa y el

H7iemoo 1·

Goascor.in. teniendo como epicentro la ciudad de San Miguel. Según la "Relación ... " de Antonio Ciudad Real también hay grupos de potones en las islas de Mcanguera y Conxagua, hoy Conchagüita, que Honduras y El Sal­vador se disputan. Los documentos coloniales consultados no muestran migraciones de indios potones de El Salvador a Honduras en el período colonial, lo cual nos lleva a la conclu­sión de que su presencia es prehispánica. El área de ubicación de los potones del partido de Gracias a Dios más lógica es el sur del actual departamento de Lempira (La Virtud, Mapulaca, Virginia) y sur del de lntibucá {San Antonio. Santa Lucía, Magdalena. Colomoncagua y, tal vez, Camasca). Esta ubicación tiene senti­do, ya que mostraría la existencia de un "continuum" territorial con los porones de El Salvador. Por otra parte, el caudal de agua de los ríos Toro! a y Lempa no es lan grande como para convcr1irse en una fromcra Jingüí.~lica, como parece creer Chapman ~egún e/ mapa de las lenguas indígenas de Honduras en el siglo XV\. Más pro­blemático resulta deducir los pueblos del curato de Ten coa en que se hablaba el potón. dado que en los ··cuadernos de Autos·· no se especifican. lo que sí enumera los Cuadernos son los pueblos en que se habla la lengua Jucap y que, como demostraré más adelante. tO<los ellos se encuentran en las riveras y al sur de los ríos Jicatuyo y Ulúa y al norte del departamento de Lempira. Si en esta zona se hablaba la lenguajucap, el área del partido de Tencoa en que se hablaba puttum o potón debía estar al norte de los ríos Jicatuyo y Ulúa del actual departamento de Santa Bárbara.

El potón de El Salvador y de Honduras está muy pobremente documentado. Este hecho hace pensar a Doris Slone que "tal vez los potoncs fueron los primeros en ser absorbidos o destruí­dos··. El potón ha sido considerado por algunos investigadores como Walter Lehmann, Kari Saper, J. Al den Manson y Doris S tone como una lengua perte­neciente a la familia maya y otros como Ralp Roys, Lardé y Lañn y Anne Chapman lo identifican como miem­bro de la familia !enea. Esta última posición me parece la más acertada y ante la escasez de vocabularios reco­nocidos no podemos confirmar ni ne­gar si realmente se trata de una lengua de la misma familia o de una simple variante dialectal dellenca. En las más recientes clasificaciones de las len­guas amerindias como las de Morris Swadesh, Terrence Kauffman y Joseph H. Greenberg no incluyen el potón.

La lengua Jucap, que según los "Cuadernos de Autos" era diferente al puttum y al pupuluca. se hablaba en algunos pueblos del curato de Tcncoa: Screlica. Yamala, Ylama!epeque, Tccunalistaguac e Y I!Uala. Yamalá, en la margen izquierda~ del río Jicatuyo, es actualmente una aldea del munici­pio de San Luis; Tccunalistaguac que aparece por vez primera en el Repartimiento de Pedro de Alvarado, según All~~to Mcm_br~~o es un pueblo

Page 7: Rosa de los Vientos nr2

H7iemoo Suplemento Cultural ieCJ<ta. de ~ ttf/~ Octubre 12-91 Página 7

desaparec1óo y sus hah1tantes y los de Yl:unatepeque constiiUyemn en 1795 el aciUal municipio de llama, Santa Bárbara. El pueblo de Y guaJa. es el ac!Ual municipio de La Iguala del de­panamemo de Lempira. No he locali­zado Serclica. El tém1ino ·'jucap" no lo he cncomrado ni como lengua ni como grupo é111ico en ningún otro documento. Las invcstil!aciones de Anne Chapman. mis trab;jos de cam­po en esta zona y las redentes escavaciones arqueológicas muestran que se trata de una 1.0na lenca, por lo que Jucap puede ser una lengua de la ramilia lcnt·a. una varimlle dialectal del lcm:a o un nombre del grupo que poblaba h1s river:1s del río Jic:lluyo.

Otro aspecto que deseo comentar de los "Cuadernos de Autos .. es el dominio de varias lenguas de un sector impor­tante de indígenas del sur. centro y occidemede Hondur:t~. Los Cuadernos

de Autos nos relatan con bastante precisión que en los doce pueblos que enumeré anteriormente la mayoría de hombres, en especial. los viejos, son trilingües: hablan el castellano, ellcnca (pupuluca) y el náhuat. Los jóvenes, niños y mujeres en su mayoría son monolinl!ücs: sólo hablan el lenca (pupuluca). Por ejemplo, los indios principales y tatoques del pueblo de Santiago tambla dicen en los Autos:

"Dijeron que muchos de los hombres saven y entienden assi la lengua naguatle como la castellana pero que ay algunos hombres que no saven las dichas lenguas naguatle y castellana y que, generalmente, las mugeres solo saven y entienden la lengua pupuluca, que es su propia materna, y que muy pocas entienden la lengua naguate, y que la castellana no entienden ni saven las dichas mugeres".

Los indios de San Juan Quclala, Santiago de Jurla y Santa María Mauadelena de Reitoca muestran una situación lingüística similar y cuanti­fican en diez el número de mujeres de los tres pueblos que saben la lengua náhuat. El aprendizaje del Náhuat en el sur, centro y occidente de Honduras se dio en dos momentos históricos: el período prchispánico y el colonial.

La abundante toponimia náhuat y la pcrvivcncia de mitos en estas áreas muestran la presencia de estos grupos nahuas venidos unos del norte y otros del sur. El mito de la tigresa alada, . Comizahualt, que antes de tomar vuelo de regreso hacia el none divide sus territorios en tres partes. una parJ cada uno de sus hijos, muestra las emigra­ciones del norte. como la de los toltecas. Este mito lo he recogidocnGuajiquiro, como también lo hizo Doris Stonc y Annc Chapman en lntibucá y Sanl iago Puringla. El mito de la presencia de dos brujos nicaraos o managuas c.¡ue vienen o van volando hacia el sur tra­yendo o llevando agua en una cáscara de huevo para formar los lagos, atcs-1 icua la intluencia en el centro y sur de H~mduras de los nahuas provenientes de Nicaracua. llamados nicaraos o manacuas.Adcmiis. hay muchas zonas que los cspa1ioles de la conquista nos muestran que hay nahuas. Hernán Co11és atestiuua la existencia de estos pueblos en la~ proximidadesdcTrujillo y en el Valle de Olancho, Pedro de Alvarado en el Vullc de Sula y el de

Comayagua, las investigaciones ar­queológicas. en Naco y Yarumela y Fray Francisco Vázquczen Nacaome, Guascorán y Pcspire.

La expansión de la lengua náhuat en el período colonial fue aún mayor. Felipe 11, en 1670, declara al _náh~_at

como lengua general de evangchzaciOn para toda la Nu~va ~spaña. L~s mcrcedarios y los lranciscanos la uu­lizaron ampliamente en toda Honduras para conrcsar, predicar y enseñar la

doctrina cristiana. Además, los espa­ñoles en su conquista utilizaron un buen número de nahuas en Centro América y crearon pueblos exclusiva­mente de indios nahuas en las proxi­midades de las villas de españoles. De ahí, el actual barrio de Mejicanos en Comayagua y en San Salvador y el pueblo de Mcjicapa a las puertas de Gracias.

Finalmente una revisión de los "Se­gundos Cuadernos de Autos" y del

"Memorial Jurídico y Legal" de los mercedarios nos permite conocer las escuelas de primeras letras existentes en el último tercio del siglo XVII en los departamentos actuales de Fran­cisco Morc!Zán. La Paz, Intibucá y Comayagua. Felipe 11 en su Real Cé-dula del 3 de julio de 1596 obliga a poner escuelas en todos los pueblos de indios. dice así la Cédula:

"Porque se ha entendido que en la mejor y más peñecta lengua de los indios no se pueden explixar bien, ni con propiedad, los misterios de la fe, sino con grandes abusiones e imper­fecciones, y que aunque están funda­das cátedras donde sean enseñados los sacerdores que hubieren de doctrinar a los indios, no es remedio bastante, por ser grande la variedad de las lenguas, y que lo que ser fa la castellana como más común y capaz, os mando que con la mejor orden que se pudiere y que a los indios sea de menos molestia, y sin costa suya, hagáis poner maestro para que los que voluntariamente quisieren aprender la lengua castellana. que esto parece podrían hacer bien los sacris­tanes, así como en estos Reinos, en las aldeas, enseñen a leer y escribir y la doctrina".

De esta Cédula no se cumplió que fuera sin costa de los indios, pues el sueldo del maestro era pagado de las Cajas de las Comunidades y si no había suficiente, de las tierras comu­nales, llamadas "De Pan llevar", y de donaciones obligadas de ganado de los indios. Como se ve en la Cédula citada, las escuelas de pueblos de indios eran el mecanismo fundamental para cn~e-

ñar a los indios el castellano y las verdades de la fe cristiana. Como Honduras tuvo durante todo el períoco colonial una gran escasez de curas doctrineros se crean los maestros de escuela, llamados teopantlacat. La mayoría de ellos eran hijos de caciques y principales, pues eran los únicos indios que obligatoriamente debían aprender el castellano.

Se ha dudado mucho de que los es­pañoles en el período colonial tuvieran un interés real de enseñar a los indios. Un recuento de los documentos del pleito del obispo de Honduras y los mercedarios nos muestran fehacientemente que funcionaban un buen número de escuelas en los pueblos de indios del centro y del occidente de Honduras. En el levantamiento de Autos, el Oidor Fiscal visita doce pueblos que ya mencioné. En las pes­quisas se presentan como testigos ca­ciques principales, tactoques de justi­cia y maestros de escuela o teopantlacat. Parto de la premisa de que si hay en un pueblo un teopantlacat. es lógico pensar que en esa comunidad hay. al menos, una escuela de primeras letras l"uncio­nando. De los doce pueblos visitados aparecen los siguientes maestros cita­dos en la documentación: Matías Benftez y Diego García en San Gaspar Guajiquiro, Mateo Pérez en San Juan Opa toro, Francisco Lópezen Santiago Cacaoterique, Simón Lópezde AguiJar, maestro y principal, en San Juan Quelala y Alonso Velázquez en San­tiago Jurla, hoy Jesús de Otoro. El número hubiera podido ser mayor, pues algunos maestros no fueron llamados como testigos por ser fieles a los mercedarios, ya que ellos los habfan formado.

BIBLIOGRAFIA

Anne Chapman, Los Leneas de Honduras en el siglo XVI. (Teguci­galpa: Instituto Hondureño de Antro­pología e Historia, 1978).

Archivo General de Indias (A.G.I.), Sevilla, Audiencia de Guatemala, Le­gajo 184. Primeros y Segundos Cua­dernos de Testimonio de Autos sobre el despojo de la Doctrina de Cururú y la Tatumbla" 1680. Los "Segundos Cuadernos de ... " se encuentran mara­villosamente editados por Héctor M. Leyva, Documentos Coloniales de Hondunts (Tegucigalpa; Obispado de Choluteea y CEHDES): 171-194.

Biblioteca Nacional. Madrid, Sección de Historia de América, Manuscrito 2675, "Memorial lvridico, y Legan que presenta al Rey ... Orden de Nucst~a Señora de la Merced sobre el DespoJO de las Doctrinas de Cururú, la Tatumbla y Gntssias a Dios exccutado por el ... Obispo de dicha Provincia Don Fray Alonso, 1687. (85 folios)

Doris Stone. "De la terminología aplicada a las Lengua~ Indígenas de la CoMa de Honduras en el Siglo XVI" en RABNH XX 2 y 3 ( 194): 74 sigts.

Frav Francisc ... V:\zquez, Crónica <:e la Pr vmcia del S:Jtllísi•no 1mnbn: de Jesús de Guatemala. 4 toms. (Guate­mala: Sociedad de Geografía e Histo· ria. 1~37-44).

Gracias al gentil patrocinio de:

• ta !~~5= .. ~.Pde~y2~~'2:.. m~!

11.1! ~ * SOBERANO CONGRESO NACIONAL RE PUBLICA DE HONDURAS, C.A.

BANCO ATLANTIDA Servicio de Amigo a Amigo

Una Empresa sólida que garantiza su compra STANDARD FRUIT DE HONDURAS, S.A.

E!--!PA.JADA DE

ESP.tl.lVA

Page 8: Rosa de los Vientos nr2

1 Página 8 Octubre .12-91 Suplemento Cultural ieeJ44. de ~ '1/~ IIJiemóo

Historia de los .operantes

Del País Relatan los habitantes de Dulce

Nombre de Culmí, Honduras, que en La Mosquitia hay un lugar plano y ar­bolado, de flores carnosas como ma­nos, de insectos con larguísimo agui­jón de unicornio. donde al lanzar una piedra sobre la arena forma círculos concéntricos que desaparecen un rato después; hojas que si caen en el aguase transforman en peces y si en la tierra se vuelven aves de fúlgido plumaje y cuello corto capaces de extraer en el hombre los recuerdos del sueño y en las mujeres el temor de la muerte.

Sobre Los Operantes En La Mosquitia de Honduras -selva

virgen, llanuras verdes y largas como el mar- habita el pueblo de Los Ope­rantes, quienes jamás hablan en serio, citan a dios continuamente, parlan una lengua rebuscada y siempre ,dicen lo más extraordinario y exagerado sin reir. De ellos copió el Abate Jesús de la Espada las dos recetas famosas de la farmacopea de los Operantes: + Las moscas están poseídas por el

ánima de la inquietud y por ello es difícil darles caza con la mano, el pá­jaro dios lo sabe. Por lo tanto, dis­póngase en el suelo un piloncito de pimienta negra y colóquese junto una piedrecita filuda. La mosca al aspirar el olor de la pimienta estornudará y al sacudir la cabeza dará en la piedra, muriendo. + Las amebas son harto belicosas y

viciosas, como el hombre. El enfermo de amebas beberá primero un largo trago de cususa (alcohol clandestino)

y un momento después tragará un pu­ñado de arena. Las amebas, borrachas, se matarán solas a pedradas.

El Vendedor y Los Operantes

Una vez apareció en la tribu un ven­dedor de gallos y bisutería de peltre, hombre de fofas maneras, bursátil e incasto, traído en suspenso por un manotazo de cenizas que apergaminó los velos de la tarde y vació los espe­jos. Dentro de su bolsa de pañol ate-oraba la frondosidad estéril de la

promesas, cuya semilla sembró de boca en boca sobre las ansias maravilladas de la congregación

"¡Tomad! ¡Tomad!", clamaba ba­tiendo las alas del encanto "pues sólo la posesión os hará libres. Hay u: acumular, pos er. tener, sumar, ser propietario y disfrutar las delicias del amontonamiento Sólo al avaro le es dado el don de los goces secretos, ¡poseed, poseed!, silbaba tras sus gestos de arena.

"Nos h:1 cafdo en las manos la peste

de la subversión fiduciaria" convergió en secreto el coro de ancianos. "En pos de los bienes vendrán los verdaderos dueños de los bienes con sus pi iegos de hipotecas y su tinta fresca".

"Pero seremos cautos" maliciaron escondidos tras el humo de sus pipas cortas "para que no nos venza la va­nidad de todos los sii!Ilos. Hemos de hacer así. .. ·'bajaron la voz" ... y as f... y de estotra manera ... " y al finalrieron como conejos.

Restallaba en ese entonces sobre la sabana el hormigueo de la primavera y tras los ahuehuetes esponjaba el maíz. Más acá de los pinares enhiestos, donde resbalaba la montaña. huían las mozas desnudas burlando con us ágiles muslos de pez y sus dorados pechos color de cañafistula la caza de los mozos tempraneros. Un retintín de sonajas alocaba el bosque, despertan­do la mansedumbre de los pichiches y los alcaravanes.

Entre la hojarasca de suspiros y mandrágoras tronaba el vendedor su bisutería: ¡poseed! ¡poseed!, prevenía "¡que el Juicio Final no os encuentre bajo las pobrezas del desamparo!"

Y alabando y seduciendo, lamía con su lengua ríspida los resquicios de la vanidad. Aquí endeudaba parceleros, allá leñadores y apareceros; ornaba los dinteles de las chozas con brújulas ciegas que nunca tajarían el mar o tachonaba las paredes con calendarios de alegorías en francés. Oros, pieles, cuernos, plumajes. granos. tintes, careyes, almendaras. huesos. ámbares y resinas engordaban su faltiquera. en venganza de pasadas dietas y ayunos, mientras Los Operantes remendaban sus yutes y costales para conciliar un trueque. apaciguaban las claraboyas de sus redes de río para descontarles sobrantes agujeros, empeñaban sus aperos, trillos y almojayas por mejor las mercar, y no tenían más ya paz sobre sus hamacas de cabuya y sus lechos de paja. Un largo sueño de obejtos superpuestos les robaba el in­somnio de la incontinencia orillándo­los a un mar de apetencias inconformes. "Volveré. volveré en mis carabelas

e Julio Escoto

con más y ricos lujos" prometía el 1 bisutero enhebrando entre sus ganan­cias los nudos de la codicia "y os traeré abalorios y sartas de colores, herbolarios, daguerrotipos. alcoholes

de dulce somnolencia, trineos. visores. catalejos, íconos y postales, y armas, poderosas armas de pul idos metales fosforescentes con que alejéis la vigi­lia inagotable de los ladrones·· silbaba.

"No tenemos ladrones". "Os traeré también ladrones para que

no sufniis tanto los pesares de vuestra indigencia. y siquiarras. curanderos y loqueros de timbre melódico para que vuestros complejos no queden sin perdón".

Entonces. una tarde se le enfrentó el consejo e ancianos.

"Nos habéis enseñado" coreó el coro de ancianos ··¡a otra orilla de nuestros apetitos' Pero nadie regresa sin haber partido y debéis el alimento que co­misteis. el agua que bebisteis. el hecho queoshaacomodadoy la mujer que os calentó enellecho. Son 300 almendras y un pan de achiote". · "Y pues me habéis fotografiado sin abonar las susodichas regalí!L~" agregó una anciana desdentada cuyas pie mas. como cerosas columnas salomónicas abrían un compás de desconsuelo "hacedlo que valga una piedra de ám­bar··. "Y yo que os di mi amor benevolente"

melodiólajovende la pubertad ansiosa ''aunque no está en venta merece re­compensa y su reclamo, y la huella blanda que me deja. teís en el corazón, y el espacio que me ocupasteis en laestrclla de la memoria, y por lo que sufriré en tu ausencia y por lo que aún o he sufrido, dad a mi cuenta un jubón de piel, dos tocados de plumaje y el más pequeño pedernal de vuestras al­forjas··. "Yonooscobrearémiamistad''clamó

el herrero, restrcgándose sus manos azules ··pero porque habéis disfrutado de mi tiempo. compartido mi infor-mación, robado mi interés. empeñado mi fe y prestado mis palabras, dad en rédito cuatro oros y un tinte de cochi-nilla. que todo lo que os di era mío y de mi posesión''. "¡Salvajes! ¡Posesos! ¡cavernarios!",

escupía el bisutero.

de carey y dos oros de multa porque en vuestra fa ltriquera de paño escondéis los huesos de nuestros héroes, antropológil:o pecado. etnológica fal­la. irreverente desatino arqueológico: cinco potes de resina por indemniza­ción tiscal". ··¡Ingratos! ¡Acaparadores

¡Especuladores!. estalló el anatema del bisutero ·• ¡os condeno per secula seculorum a carecer de la transferen­cia de la tecnología! ¡Dcsamon1dos!"

··y porque toméis contento de vuesra didascalia entre nos'' sentenciaron los ,.. ancianos ··quedaos sin cancelar el ,· timbre de turismo y pagad sólo los---.__..~·-"' impuestos de almojarifazgo. poca cosa,·' pues, unas decenas de pacas de azafrán, tres cuernos de venado y otro para adorno de vuestra alcoba. un caparacho

"No olvidéis·· conduyó el coro e ancianos ··que el verdadero amor es móvil"'.

··¡El verdadero amor es móvil!" alcluy61a tribu ··¡el verdadero amor es móvil r·. y se dispersó tras las matas de plátano y los bejucos parasitarios a hacer el amor.

Del libro inédito Historias de los Operantes, 1991.

.:-· ----

Page 9: Rosa de los Vientos nr2

----·--------------- --------------H7iemoo Suplemento Cultural ieD4a- de ~ V~ Octubre 12-91 Página 9

T z Fe ipe: Los úlf

y otro • Francisco Solano

H e aquí una nueva versión de la pacificación de Honduras, escrita con lenguaje escueto, dejan­do que hablen directa­

mente los documentos. Los ahora pu­blicados en Tegucigalpa descubren al conquistador que logró abatir al jefe Elempira, que había fomentado y sostenido un levantamiento general de los indios del suroeste, en 1536. En una probanza de méritos y servicios de 1558 y 1560, realizada en México, varios conquistadores testimonian los valerosos hechos del escribano Rodrigo Ruiz de Escalona, hidalgo de esta villa de Toledo, quien cortando la cabeza del cacique "fue la mayor parte para que la guerra se apaciguara y allanara, y vinieran de paz, por ser el dicho Elempira el principal de ellos".

Hasta ahora se seguía otra versión totalmente opuesta: la ofrecida por el cronista Antonio de Herrera quien describe, con todo detalle, el levanta­miento de los indios del suroeste de Honduras, a unos doce años de iniciada la Conquista. Unos 30.000 indios fueron motivados por Lempira, un jefe carismático, ofreciendo una decidida resistencia a la invasión de los blancos, únicamente vencida por la traición. Méritos los de aquellas acciones para hacerle el indio ejemplar de la resis­tencia hondureña. Pero frente a esta versión, historiada por ·el cronista de Indias Antonio de Herrera en 1626 -a un siglo exacto de distancia de los hechos-, se ha presentado un docu­mentode gran valor, que no sólo corrige a Herrera, sino que se relata la muerte de Lempira de modo totalmente dife­rente: en limpia lucha cuerpo a cuerpo y no por los medios innobles de la traición. Esta nueva versión sobre la muerte

del indio emblemático hondureño se debe al Dr. Martínez Castillo empe­ñado, desde hace algunos años, en iluminar los aspectos poco claros de la historia de su país. El tiempo de la Conquista de Honduras es época compleja y escasamente conocida, tanto por el número de jefes de hueste que operan en el territorio, como por! a falta de descripciones coetáneas que faciliten su comprensión. Pero no toda Conquista tuvo su his-

~- ~

,j'( u<U:,¡,/.._.¿{,:

toriador y Honduras padece por su ausencia no tener una "historia verda­dera" que relate la peripecia de la ocupación y el asentamiento, asf como el vaivén de los numerosos capitanes que tomaron parte en su pacificación: Cristóbal de Olid, Francisco de las Casas, Hernán Cortés. Andrés de Cereceda, los Montejo, los Alvarado, Alonso de Cáceres... llenan los pri­meros (y complicados) diez y quince primeros años españoles, repletos por las luchas contra los indígenas y las propias tensiones entre jefes de con-

Gracias al gentil patrocinio de:

d~

d e me

quista, decididos a no ceder los ámbitos de sus jurisdicciones. Pero si aún hoy son difíciles de delimitar las fronteras territoriales, por la completa inseguri­dad geográfica de la primera hora hispanoamericana, justificaba que tanto Pedrarias, Dávila desde Panamá y Nicaragua. como Cortés y Montejo desde México y Yucatán considerasen a las Higüeras como integrantes de sus territorios. Capitanes de estos jefes protagonizan estas tensiones, agrava­das por los excesos de su extremada imitación del jefe por ejemplo, Olid deseando emular a Cortés le sigue in-

• SOBERANO CONGRESO NACIONAL REPUBUCA DE HONDURAS, C.A.

BANCO ATLANTIDA Servicio de Amigo a Amigo

' ano de Lempira to

cluso en sus pasos autonomistas. A Triunfo de la Cruz -¡hasta el nombre del primer núcleo urbano fue fiel re­cuerdo de la Yeracruz cartesiana!- si­guen muchas otras tentativas fundacionales, sostenidas por muchos capitanes y otros esforzados conquis­tadores. Algunos de ellos disfrutaron de los primeros repartimientos de in­dios, entre Puerto Caballos y Trujillo.

Por el suroeste, en zona aún no do­minada, por el 1536 se levantan unos 30.000 indios de la región de Cerquín, Comayagua y Olancho. Los indios estaban dirigidos por Lcmpira, de re­cio carácter y señaladas virtudes, ver­dadero estratega y conductor de masas, que lideró la resistencia contra los es­pañoles durante meses: solamente vencido por la traición de un soldado de Alonso de Cáceres, que le mató de un arcabuzazo. Son éstos unos hechos harto conoci­

dos desde la versión de Herrera, que se resumen ahora para destacar la nove­dad de los documentos presentados por el Dr. Martínez-Castillo: quien muestra a un conquistador olvidado como el verdadero vencedor de un Elempira. jefe de apenas unos 2.000 indios. Un Rodrigo Ruiz de Escalona, escribano metido a conquistador, que pasea su afán por obtener famas y

honras batallando desde 1519 en Coatzacoalcos, Tlacotalpan,. Champoton, Chiapas y Honduras, es quien consigue abatir personalmente al capitán indio. Esta versión rebaja en muchos gr<ldos la ofrecida por Herrera, que·se dejó influir por una historia oral deformada, enriqueciéndola con prés­tamos de la Historia de la &paña ro­mana, donde existe el caso del notable Yiriato, el buen rebelde opositor de los romanos, sólo derrotado por la tro~ición. Herrera exageró el número de los in­dios hostiles para asf hallar perdón en el lector por la vilipendiosa acción de la traición: aunque justificable, en cierto modo, para hallar por ella la paz (es decir. la ''ciudad", la civilización) y la supervivencia. El testimonio de Rodrigo Ruiz, avalado por trece testi­gos que le acompañaron con la pelea, ofrece una versión menos literaria y más heroica: Lempira y su "copia de 2.000 hombres con mano armada .. rea­lizó muy diversas acciones hostiles, hasta que Ruizde Escalona "celoso del servicio de Su Majestad, poniendo en peligro mi persona, procuré entrar en el escuadrón de los enemigos, con mi espada y mi rodela. Y peleando con Elempira le maté y cortéle la cabeza ... Y la cabeza di al general (Alonso de Cáccres) en sus manos. Digan lo que

...11 . .

D:le EMBAJADA

STANDARD FRUIT DE HONDURAS, S.A. DE ESPAÑA Una Empresa sólida que garantil11 su compra

Page 10: Rosa de los Vientos nr2

Página 10 Octubre 12-91 Suplemento Cultural ie't:J44 de ~ -ZI~

saben' '. Es la pregunta número 7 del interrogatorio que avalan aquellos trece conquistadores. Una acción aguerrida que "así como vieron los indios que en la batalla que tuvo con él estaba Elempira muerto, luego se retiraron ... y se fueron a sus pueblos, y dieron la paz y se pobló luego la ciudad de Gracias a Dios".

En las zonas que carecen de cronista, las relaciones de méritos y servicios de los conquistadores son excelentes medios para ayudar a la reconstrucción de la conquista. Relatan sus hechos de armas con mesura, sin apasionamiento, pero con firmeza, siendo versiones exactas de otras tantas perspectivas de la Conquista. Convendría porelloeditar todas las que se conocen para con ellas formular el primer libro de historia de la vida colonial hondureña. La exploración del mundo

El documento, en fin, demuestra que ultramarino a fines del siglo la Conquista no se concluye tan rápi- L XV y a lo largo del siglo XVI da mente como se acostumbra indicar. tuvo como pioneros a España Los levantamientos, secuelas de la y Portugal, desarrollándose misma conquista, delatan las actitudes empresas económica • mi-de unos indios ya no impresionados sioneras y científicas que fueron fo-por el miedo o la sorpresa del blanco Y mentadas por el Estado y la Iglesia. sus armas infernales, sino que pose- Con ello se inaugura un proceso yendo unas armas de efectos muy in fe- migratorio que tendrá una amplia tras-riores no dudan en impedir la do m in a- cendencia en el continente americano ción que les amenaza. en tanto representará cambios radica-

El documento se halla en el Archivo les en su forma de vida para la pobla-General de Indias y ha sido publicado ción nativa y el surgimiento de un en su integridad: aunque está com- nuevo tipo de sociedad. puesto sin sepantciones. ni se han co- Al impulso de las naciones pioneras, tocado subdivisiones para facilitar su otras (ingleses, holandeses, franceses) comprensión y su lectura. Se transcribe tratarán de ganar terreno en el amplio fielmente, sin atender demasiado a las escenario americano; sin embargo su normas sobre puntuación: no se desa- presencia no tendrá la misma trascen-rrollan las abreviaturas. ni se corrigen dencia en la modelación del nuevo tipo algunas fonnas de dicción. Esta manera de sociedades de las que hablamos de presentar los documentos la agra- antes, en términos de los patrones de decerán los filólogos, pero confundirá poblamiento que se van a otros especialistas: como, por ejem- implementando y en los que España plo, "misión" por minción . Cada con- destaca, incluso sobre Portugal dadas quistador participaba en la empresa a la características de su colonización. su "costa y minción". como hombre Alarribarambasnacionesalescenario 1 ibrc, sin cobrar soldada -pues no es un Americano sus puntos de entrada mar-soldado, ni la hueste un ejército-: ob- carán esa diferencia. España fue favo-teniendo beneficios solamente al tér- recida por el Caribe como plataforma mino de la expedición, otorgándose los de conquista que facilitará su acceso a a cada expedicionario en razón pro- las tierras continentales accediendo casi porcional a su participación. Ruiz de inmediatamente al corazón de los dos Escalona reclama que puso en la cm- imperios más ricos y poderosos que presa de Honduras un caballo, que le habitaban el continente: México y El costó .300 pesos de oro, y varias armas Perú. (espada, rodela). En razón precisa- Ello significó un rápido acceso a los mente de las capitulaciones y de su tesoros americanos, el sometimiento Y "minción" es por lo que el conquista- esclavización inicial de la población y

1" •

e OlgaJoya

dor que venció a Lcmpira puede, el montaje de una estructura social y adcmás,reclamarpremiosjustos:"500 productiva levantada sobre los restos ~ pcsosdeorocn recompensa de la sangre de los imperios encontrados. Este será

[~~1§!;~~J~#t~~i~~~ L <1 punto do td: ~'.:::~"_', ·.·.·,·',·.:::··,::~:-~.'~:-~~J~··.!i!!i!!i!!i!!i!!i!!i!!i!!i!!i!!i!!i!!i!!i!!i!!i!!i!!i!!! t cieron a su costa y misión''. Pero .... -- . :c·~-

transcrito de esta manera el término '''* "'-o~·\ ~ • ~rL :t ~~

pierde todo su carácter corporatiVO y ~!?;~ :,. ;·. jurídico. ~\:.\r ,. - ·,::f.

Debemos. por último, felicitar a los ¡ií' -· nuevos historiadores hondureños -y al ~ '• .. · ·-; Dr. Martíncz Castillo en particula_r- ~ • ·-.~;:,:.:~~.:Y.t.,.;" que están consiguiendo con su prop10 :'* . .s csfuer1.0 -poryue es escasa la ayuda .,,, olicial yue reciben para editar sus re­sultados- corregir los vacíos y cnd,c­rczar los errores historiol!dl'icos de s·u historia. -

dadquese inaugura en laque la riqueza se obtiene en función de sometimiento militar en un primer momento y por sometimiento económico en un se­gundo momento. La ventaja española facilitará un flujo migratorio más ágil que el que se dio en PortugaL

Portugal accede al continente por una de las zonas más inhóspitas y menos pobladas. A diferencia de los españo­les, estos no encontraron grandes cul­turas ni riquezas a simple vista que alentaran más el ánimo de la empresa.

Pese a ello se impuso el tradicional espíritu comercial de los lusitanos quienes comenzaron a establecerse en las costas brasileñas. El patrón seguido por los portugue­

ses, a través de la fundación de com­pañías comerciales costeras determi­nó un proceso colonizador lento y en etapas en el que el poblamiento del territorio no tenía prioridad. Los por­tugueses mostraron más interés en la explotación de los recursos naturales utilizando la mano de obra esclava africana de que disponían, que en la población nativa que encontraron. En general Portugal mostró una amplia

tolerancia política con las poblaciones nativas de sus enclaves americanos.

Lo anterior marca una diferencia ra­dical entre los dos flujos migratorios europeos básicos del siglo XVI, lo cual marcará también las diferencia propias sobre la incidencia de ambos grupos en las poblaciones aborígenes. En este caso me refiero al proceso de

mestizaje que fue iniciado en las zonas de influencia hispana, el sincretismo cultural y la síntesis producto de la " recombinación" ( 1) de elementos.

Las zonas de influencia portuguesa se verán también involucradas en un proceso de mestizaje y sincretismo, pero éste se dio fundamentalmente entre dos grupos raciales (blancos y negros) que tuvieron como caracterís­tica común el ser ambos grupos emi­grados de manera que el proceso ape­nas trasciende a Jos grupos nativos.

En 1674 el cosmógrafo y cronista de Indias J. López de V el asco nos arroja las primeras cifras de población del continente en su Geografía y Descrip­ción Universal de Indias tomando como base los papeles de la Real Hacienda

HTiemool

en lo atinente a tributos, según el cro­nista, en lo relativo a población espa­ñola, existían 26,000 vecinos o tribu­tarios (tomados como cabeza de fa­milia) que multiplicados por el factor6 de Borah, da como resultado una po­blación de 156,000 españoles. (2).

El Catálogo de Pasajeros a Indias publicado por el Archivo General de Indias de Sevilla nos ha permitido precisar mejor las cifras durante 1509 a 1559, pese a que el listado es incom­pleto. Según esta fuente los embarques registrados en este período compren­den 15,000 papeletas sin contar los listados de años anteriores que se desconocen y todos aquellos españo­les que pasaron clandestinamente a América. (3)

A diferencia, los portugueses en ge­neral pusieron menos atención a la colonización o poblamiento del terri­torio de lo que lo hicieron los españoles. Uncensode 1540señalaqueentodoel Estado de Indias existían únicamente 1,800 familias europeas (4). Proba­blemente el contar con menos recursos humano y las características del mo­delo colonizador portugués detenni­naron el grado de incidencia en la población nativa en el proceso de mestizaje como en la aculturación y el sincretismo.

Un recuento de la población blanca y mestiza, en zonas de influencia hispana y portuguesa para los años extremos de 1570 y 1825 según los datos de A. Rosenblatt (5) nos indican que; para 1570 la población blanca para estas dos zonas era de 190,500 habitantes de los cuales el 89.5% correspondía a la zona de influencia hispana y el\0.5% a la zona lusitana.

En 1825la zona de influencia hispana sigue manteniendo ventaja sobre la portuguesa con un 78.8% frente a un 21.2%. Para este mismo año la mi­gración hispana había dado origen al 88.47% de las castas en esta zona del continente frente a la lusitana que dio origen al 11.53%.

Lo anterior señala claramente la in­tcnsidaddelllujomigratoriomantcnido en estas zonas del continente y la in­cidencia de ambas en términos del mestizaje.

Pero estas cifras no tienen sentido si no recalcamos la trascendencia que tuvo este fenómeno en términos del sincretismo cultural que generan.

Los grupos hispánicos que entran al continente una vez pasado el período de conquista serán los más proclives al intercambio y la mestización. Tal fe­nómeno se verá impulsado desde la esfera socioeconómica y política (6) una vez pasado el dominio militar que da paso al sometimiento económico e ideológico. Esteva Fabrcgat señala que "la primera forma de aculturación hispánica, la de los conquistadores y funcionarios ... afecta la organización sociocconómica y política de la nueva sociedad, mientras que la segunda ... afecta sobre todo a las organizaciones socioculturales de base -familia y co­munidades locales- de las sociedades indígenas, modificando el sistema de relaciones internas, pero especialmente los contenidos y valoraciones de los

Page 11: Rosa de los Vientos nr2

HliemDo Suplemento Cultural ReJ44 de t&J, v~ Octubre 12-91 Págil_1a 11

roles y los status en aquellos casos, numerosos, en que los irtdígenas se incorponm a las nuevas organizaciones sociales derivadas del sistema socio­cultural español". (7)

Esa primera forma de aculturación, señalada por Fabregat, involucra los nuevos roles económicos que en tér­minos de nación sometida. las socie­dades aborígenes pasan a ocupar sin la cual no podía darse el marco adecuado para la segunda que es la que señala más claramente el proceso de aculturación como fenómeno de sus­titución de elementos de un sistema cultural a otro u otros, la "Recombinación" como el uso com­binado de elementos de dos o más culturas, el sincretismo y la síntesis como monento que supera el anterior.

Dentro de este proceso de mestizaje racial y cultural tuvo una acción deci­siva los flujos migratorios que van poblando los territorios conquistados y que aceleraron el mestizaje y la igle­sia como actor principal y directo en el proceso de aculturación. Tal papel se inscribe en el marco del"somctimiento ideológico" necesario para la conso­lidación de la conquista de ser la punta de lanza para derribar las barreras culturales e indiosincráticas que per­mitieron afianzar la dominación his­pana en el continente.

España esboza en América el mismo esquema que los reinos de Castilla habían aplicado en la península en las guerras de reconquista COlltra los ára­bes: otorgando encomiendas, cuyo antecedente es el repartimiento de tierras; hace su aparición la cristianización y la Inquisición en América y la castcllanización como lengua del imperio. (8) .

La lengua como elemento de domi­nación 11o podía ser efectiva mientras no se trazara una política coherente con la realidad plurilingüe americana. De esta manera el castellano como lengua de cnsuanizac10n e hispanización se verá sometido a mu­chos debates por parte de las órdenes religiosas que en algún momento ca­lificaron tal tarea de inútil. La Corona española siguió manteniendo su pro­yecto inicial con la lengua castellana hasta rinesdel Siglo XVI en que Felipe 11 decide cambiar la política seguida por los Reyes Católicos y Carlos V, ordenando la adopción de lenguas in­dígenas por parte de los doctrineros para desarrollar la cristianización y el aprendizaje voluntario de los indios de la lengua castellana. Para la Nueva España esta poi ít ica se a pi icó utilizando el náhuatl para esa zona y el Reino de Guatemala, ya que esa era la lengua más extendida.

La lengua castellana se convirtió así en un elemento de aculluración indi­recto utilizado por la población blan­ca, las élites indígenas y los intérpretes de cada población. De esta manera la cristianización utilizó las lenguas in­dígenas como elemento de penetración ideológicas. Esta política se mantuvo hasta 1770, cuando Carlos Ill decide retomar el Castellano como lengua del imperio. Pese a ello el proceso

sincrético ha avanzado al impulso de la labor evangelizadora. el mestizaje racial y las estructuras productivas que la colonia ha implementado. Estos elementos son importantes en

términos del ascendiente que tuvieron en la confom1ación de la nueva so­ciedad que se va estructurando en América. El mestizo probablemente fue el elemento, racial y eulturalmente hablando, más novedoso de toda la trama colonial. El ladino no fue nece­sariamente un mestizo en términos raciales. pero sí en términos cultura­les. El criollo representa el viejo orden social y político que comienza a esbo­zar un nuevo concepto de patria en t ierns americanas.

La Corona española implementó una legislación segregacionistaen América desde el Siglo XVl. Estas leyes seña­laban expresamente la prohibición de que los españoles residiesen en los pueblos de indios por los perjuicios que pudieran concurrir en esta pobla­ción. El 25 de noviembre de 1578 se emitió una cédula general parJ los Reinos de las Indias, para que no se permitiera la presencia de negros, mulatos y mestizos entre los indios, para que no les enseñasen "sus malas costumbres" y "ociosidad" (9). Las anteriores prohibiciones fueron cons­tantemente recalcadas por las autori­dades. pese a lo cual fue imposible erradicar la costumbre. El indio fue asf, al interior de sus comunidades, objeto de mestización y ladinización en función de la presencia pcnnanente o estacional de los otros grupos étnicos.

Pese a los esfuer.ws de tal política segregacionbta, a fines del Sii!IO XVIII er~ ya un hecho la mestizaciÓn de una gran parte de la población hispano-

americana. Los "p.ueblos de indios'' y los pueblos de españoles poco a poco van siendo sustituidos por poblacio­nes mestizas en crecimiento.

En el caso de Centro América. este es un hecho más palpable en tém1inos de las poblaciones de indios que sobre­viven a este proceso.

Posiblemente sean Guatemala y El Salvador los dos países del área cen­troamericana que logran retener du­rante más tiempo este esquema segregacionista de la colonia en virtud de la población indígena con que se asoman al Siglo XX. Pero tal es4uema tiende a resqucbmjarsc durame la pri­mera mitad d: este siglo en el caso de El Salvador, donde la presión política, económica y cultural orilló a esta po­blación a abandonar cada vez más rá­pidamente sus formas de vida ·'tradi­cional". ( 1 0)

Una situación similar parece estarse dando en Guatemala sólo que a un ritmo más lento. Los casos de Hon­duras, Nicaro~gua y Costa Rica todavía conservan algunos grupos indígenas que representan minorías étnicas en cada país. Estos grupos se han mante­nido prJ.cticamente al margen de la nacionalidad y del desarrollo general de la sociedad. teniendo como elemento común el aislamiento y la pobreza. rasgo que. indudablemente. se extiende también a una parte de la población campesina ladina.

Corresponde a las sociedades cen­troamericanas e iberoamericanas en gener.il trazar líneas de interacción entre minorías y mayorías étnicas y culturo~les. que pcm1itan una integra­ción de las mismas al desarrollo general de las nacionalidades. dado el pasado y futuro histórico que compartimos.

Gracias al gentil patrocinio de:

• C¡P. •

SOBERANO CONGRESO NACIONAL REPUBLICA DE HONDURAS, C.A.

Cita~:

l. Esteva Fabregat, Claudio. El Mestizaje en lberoamérica. Edit. Alhambra. Madrid, 1986. p. 5.

2. Sánchez Albornoz. Nicolás y José Luis Moreno. La Población de Amé­rica Latina. Edil. Paidos. Buenos Ai­res, 1968. pp. 55-59.

3. Ibid. pp. 55-59 4. McAiister, Lyle N. Spain and

Porgugal in the New World. 1492-1700. University of Minnesota Press. Minneapolis, 1984. p. 254. 5. Roscnblatt, Angel. La Población

Indígena y el Mestizaje en América, Edit. Nova. Buenos Aires, 195-+. pp.

D::ie

88 y 290. 6. Esteva Fabregat, op. cit., p. 22. 7. [bid ... p. 29. 8. Herranz. Atanasio. Política del

Lenguaje en Honduras. (Inédito), p. 4. 9. Momer, Magnus. "La política de

Segregación y el Mestizaje en la Au­diencia de Guatemala .. en Revista de India XXIV (Enero-junio, 1964), No. 95-96, p. 139.

10. Adams, Richard S. "La Mestización Cultural en Centroamérica" en Revista de Indias XXIV (Enero-junio, 1964), No. 95-96. p. 174.

BANCO ATLANTIDA Servicio de Amigo a Amigo STANDARD FRUIT DE HONDURAS, S.A.

EMBAJADA DE

ESPAÑA Una Empresa sólida que garantil1J su compra

Page 12: Rosa de los Vientos nr2

Página 12 Octubre 12-91

L a palabra "identidad" ha entrado en la atmósfera del tiempo, y como numerosas referencias de moda -sostiene P.M. Defarges- ésta ca­

naliza algo obsesivo y mal definido (I ). Al reivindicar su identidad, los individuos, los grupos, las naciones, invocan la parte esencial y eterna de sí mismos, aquello en lo que creen o quieren extraer al flujo del tiempo, al movimiento del mundo. (2)

La connotación simbólica, la carga afectiva y por qué no la popularidad que la palabra ''identidad" está alcan­zando entre nosotros podría convertir­se en el inicio de una nueva etapa de búsqueda e interrogación de nuestro pasado y presente.

El solo hecho de denominar una abs­tracción -observa P.M. Sorokin- basta con frecuencia para transformarla en una realidad objetiva, dotada de un valor que excede considerablemente su verdadera importancia (3). Este ca­mino conduce -sostiene este autor- a la fetichización y a la creación de deida­des modernas o abstracciones personi­ficadas como Progreso, Democracia, Pacifismo, Socialismo, etc. (4).

Las inquietudes surgidas alrededor del tema "identidad", muchas veces elevadas al grado de reivindicaciones colectivas, resultan de la combinación de diversos elementos en una trama compleja y casi siempre incomprensi­ble a primera vista. La historia, la cultura, la dependencia colonial y neocolonial, la religión, etc., pueden ser la fuente, de manera individual o combinada, de la batalla iniciada por afirmar "lo que se es" (5). La identidad es aspiración a coincidir

con el propio ser, es aferrarse a algo distinguible, porque identidad viene de reconocimiento, como afirma H. Neira en "La guerra de las identida­des" (6). La identidad también puede ser considerada como una reacción frente a la creciente y omnipresente homogeneización que emerge desde los centros mundiales de poder para uniformar mentalidades, actitudes y conductas.

Ante este estímulo agresivo, la iden­tidad se convierte en búsqueda de "có­digos de arraigo" definitorios (7), de raíces profundas yacentes en la histo­ria y personalizadas en rostros, tradi­ciones, conductas colectivas, sistemas de representación, manifestaciones artísticas, afectividades y códigos de identificación simbolizados en la na­ción y encamados por el Estado na­cional.

Identidad nacional vendría a ser el concepto que expresa los vínculos es­tablecidos entre un ser plural: la colec­tividad, y una estructura global de ca­rácter histórico con parámetr?s espa-

Suplemento Cultural ieCJd.a. de ~ tV~

• •

' e 1 a

e Marvin Barabona

H1iemDo

ciales delimintados: la nación. La anudación de tales vínculos tiene lugar dentro de un proceso lento e impercep­tible, pero continuo.

La identidad nacional es la concien­cia activa de pertenencia a una colec­tividad humana con unos perfiles cul­turales únicos e inimitables, es la ex­presión sintética de la manera en que un pueblo ha vivido su historia, de la cual ha extraído sus experiencias vita­les que luego muestra al mundo como testimonio vivo de sí mismo, es la imagen gráfica y objetiva del modo en que desea que el mundo exterior perci­ba su existencia. Pero si cada colectividad extrae de su

experiencia histórica los valores esenciales de su existencia social de­bemos preguntamos cuáles con los mecanismos internos de la evolución que le permiten a un pueblo conservar su identidad en medio del cambio in­cesante al que está sometido su entor­no social. En otros términos, cuál es la forma concreta en qué tradición pro­greso (continuidad y cambio) pueden coexistir sin destruir sus componentes constitutivos. De otra manera, cómo el pasado, superado por el presente, pue­de revivir bajo múltiples formas y sig­nificados.

P. Sorokin ensaya algunas respues'tas sugestivas ante estas interrogantes, en lo fundamental estas serían las si­guientes:

l. La identidad se preserva así misma por el ingenioso arbitrio de sus cons­tituciones fundamentales, que prevén, las alteraciones en las normas, espe­cificando, además, los métodos legíti­mos del cambio (como una válvula de escape que permite un amplio margen de cambio sin pérdida de identidad).

2. La capacidad de selección implícita en la organización social para adoptar ciertos elementos que no destruyan su identidad y rechazar al propio tiempo los totalmente incompatibles con ella (admitiendo solo aquellos elementos que no atentan contra su identidad).

3. El sistema ideológico dominante se inculca en los miembros del grupo, y de modo especial, a su sustrato do­minante, mediante una disciplina, educación y cumplimiento incesantes, así como por otros métodos similares. 4. Existencia de símbolos y ritos bá­

sicos del grupo. El compuesto de sig­nificados de cada grupo organizado posee un nombre, signo, simbo lo o rito concreto, que sirve de sustituto del sistema ideológico del grupo (la ban­dera, el himno nacional, la galería de próceres, el nombre del país, etc.). Los símbolos y ritos del grupo desempeñan la función de continuadores de identi­dades especialmente cuando se con­vierten en fetiches, como por lo general tienden a hacerlo. En la medida en que los valores cambian, los signos que permanecen incólumes sostienen la ilusión de la identidad de los valores}' de los significados (8). La adquisición de una identidad

propia se reproduce a través de meca­nismos intemos propios que actúan ~omo transmisores de la continuidad entre los valores esenciales forjados por la comunidad nacional en su pro­ceso histórico y las rupturas introdu­cidas por la dinámica social.

Algunos de los elementos que gene­ran la identidad de una nación son irrefutables por la constancia de su existencia: el territorio y sus con tomos (a veces cercenado por las circunstan-

Page 13: Rosa de los Vientos nr2

HTiemDO

cías históricas del entorno como en los casos de México y Colombia a me­diados del siglo pasado y comienzos del presente respectivamente), la len­gua, componentes humanos más o menos homogéneos y estables, una religión dominante y popular. y sobre todo la historia común (que no siempre implica una comunidad cultural como lo sabemos en Honduras).

La nación surgida como producto de la historia, que se volvió capaz de generar una conciencia de identifica­ción de sus componentes humanos con ella misma, solo pudo emerger del entrecruce de los elementos antes se­ñalados cuando las circunstancias históricas fueron propicias para su constitución.

En esta perspectiva, algunos autores

-como es el caso de Otto Bauer- defi­nen la nación como una "comunidad de destino" de la cual se derivan pri­mero" sentimientos nacionales" que más tarde se transmutan en "concien­cia nacional" (9).

Bauer sostiene que "comunidad de destino no significa sometimiento a un mismo destino, sino vivencia común

· Suplemento Cultural ;e(Jd.a. de tD4- *1/~ Octubre 12-91 Página 13

del mismo destino, en permanente co­municación y continua interacción recíprocas", en este punto cita a Kant para quien la comunidad significa "recíproca interacción general" (10).

Según Bauer "no es la homogeneidad de destino, sino solo la vivencia y padecimiento comunes del destino, la comunidad de destino, lo que genera la nación". Más adelante, este autor se­ñala que lo que diferencia a una clase social de la nación es que la nación es producto de la comunidad de destino y la clase es producto de un destino homogéneo (compara al proletariado de Inglaterra y Alemania y sus res­pectivas naciones) ( 11 ).

Sin duda, algunos de los conceptos vertidos por este autor nos recuerdan el mesianismo alemán de la Primera y Segunda Guerras Mundiales (Bauer escribió en 1907) en donde palabras

tales como "destino", "espacio vital", etc., sirvieron como fundamento ideológico a movimientos destructores como el nazismo y el fascismo.

Sin embargo, no está de más recordar estas concepciones puesto que en AméricaLatinacada vez que hablamos de "integración" o cuando asumimos nuestra pertenencia al "Nuevo Mun-

do" o al ·'Tercer Mundo" asociamos ésta asumpción con algo muy parecido a un mesianismo redentorista que mucho recuerda a otros mesianismos puestos al servicio de causas menos universales. En esta concepción de una identidad continental latinoamericana, porotraparte,existealgomuyparecido a esa ''comunidad de destino" de la que hablaba Bauer, aunque nuestra comu­nidad no alcance el nivel de "recíproca interaccón general" como la definió Kant. En resumen, la identidad nacional es

una conciencia objetiva de nuestra pertenencia a una colectividad social deteminada y organizada bajo la for­ma de un ''Estado-Nación". También debería ser una conciencia real de pertenencia a una cultura, una civili-

zación y una historia común compar­tida con otros seres humanos en un segmento deliro itado tanto en el espacio como en el tiempo.

La formación de una conciencia ac­tiva de identidad nacional no solo de­pende de los elementos que hemos mencionado, sino también de la capa­cidad que posea el Estado nación para generar afectividades identificatorias de la población respecto a esa frma orgánica. En otros términos, si el Es­tado nacional no está sólidamente constituido o su etapa formativa se mantiene en un permanente estado embrionario sin alcanzar su estado óptimo de madurez, entonces las ma­nifestaciones de identidad nacional también serán inmaduras, confusas, adolescentes.

Si concebimos el Estado nacional como una fuerza centralizadora y coercitiva no dudaríamos en afirmar que ha existido en alguna medida. Pero

La Estrella en tu camino

si concebimos el Estado nacional como escenario de vida colectiva, como co­munidad compartida e interactuante entonces tendremos dificultades para encontrar tales características en lo que a Honduras concierne.

Una aproximación a la historia de Honduras, por mínima que esta sea, sobre todo en el período comprendido entre el siglo XIX y la primera mitad del siglo presente, nos demuestra que la integración social, cultural y políti­ca no ha pasado de ser un anhelo.

La realidad más tangible ha sido la crisis polftica permanente, las guerras civiles y las exacerbadas rivalidades entre caudillos regionales. Esta fue la norma por lo menos hasta la dictadura

del general Tiburcio Carías (1933-1948). La ausencia o el fracaso de los pro­

yectos políticos y sociales ensayados o soñados contribuyen a explicar la de­bilidad o lo accidentado del proceso de construcción del Estado nacional hon­dureño. Por otra parte, las minorías y las regiones históricas ocupadas p1lr éstas han sido integradas tardíamente a la nación, la C~mstitución Polílica y los planes y programas de gobierno. El peso de las identidades regionales

ha sido casi absolúto en la historia de Honduras y muchas veces el Estado nacional ha contribuido a que las re­giones miren más hacia afuera que hacia adentro estableciendo circuitos

Page 14: Rosa de los Vientos nr2

Página 14 Octubre 12-91 Suplemento Cultural ie'tJ44. de to4- ttf/~

comerciales y compartiendo bienes cullumlcs con las regiones adyacentes de los países vecinos.

El regionalismo ha marcado profun­damente la vida del Estado mtcional hondureño. Los cuatro puntos t·anli­nales del paí:; poseen características gcogr;ílkas. ctno-antropo16gicas, cul­turales, económicas y sociales perfec­tamente diferenciables entre sí. Sus historias hun coincidido en tiempo y espacio aunque no ne..:esuriamcntc han tenido el mismo ..:ontcnido esencial.

La rel!itSnoccidental (aclualmcnle los departamentos de Santa B:irhara, Cop;ín, Ocolcpeque, Lempira e lnlibuc:í) fue densamenle poblada por grup()S indígenas <.lunmte la época colonial y conserva las huellas pro­fundas impresas por aquel largo pe­ríodo de nueslra historia.

La región ccntro-sur(ac!Ualmcnlc los dcparl~unentos de Com:tyagu.t, Fran­cisco Mont:r.án, Choluteca, Valle y El Paraíso) con la minería de l:t pl:lla, los obr:ljcs añilcros y la gan:u.lerf;t ~e

mestiztS aceleradamente durante el SI­glo XVIII y adquirió durame ese pro­ceso sus rusuos más s il!nilicativos .

El Esle, so~bre todo La Mosyui tia y Olancho, fue asiento de mut:hos pue­blos y "naciones" como los l;thuacas, hicaques. pcch, sumos. ramas. harus, falasmas y los subproductos mctHizns zambos y misquitos. H~tsta allí no ll\igó el dominio de los conquistadores (ex­ccpl() algunas partes de O lancho), cot~JO lampoco pudo llegar el Estudo n;lcto­nal has la fecha muy recienle. La región se mantuvocn una condicíóncxc.:éntrica no solo en su exlravío geográfico sino tam bién en nucslra couríguracidn mental. Lo mismo podríamos decir de las Islas de la Bahía cuya insularidad tra~ciendc lo cstrictamcnlc gcogrürico par;t convertirse en símbolo de lo le­j:uw. lo difcremc, lo "otro"' que es 'nucstm pero que no nos p~.:rtcnecc.

Con la n'!.!;ión norte. tan presend;tl y dccisi v;¡ ,.¡; nuestro siglo. m:urrc algo similar. Casi deshabitada durante el rél!imen colonial sirvió de refugio al grupo afro-caribeño de los úarífunas desde fines del siglo XVIII y desde fines del siglo pasado '' decenas de miks de inmigt~mtes de casi lodo el p•tís, de Cqntro Américu y el Cari_bc con la llegada de las compañtas bau:mcras cstndounidcnscs. ( 12).

Así. cuando hablamos de Honduras y la nación hondurcíia deberíamos pen­sar en las Honduras pues! o que d país es en realidad unmosaicopluricullur:\1 y mulliétnico (si reconocemos el valor de las minorías) aún no inlegrado en tOdils sus dimensiones, incluidu nues­tra cosmovisión y conrig:uruciónmen­tal.

El "olro" o Jos "otros" aún no han sido rcconoL·idos a plenitud por la mayoría de la pobla..:ión. Pero los "olros" se abren espacios accleratlamcmc (sobre tOdo lu minoría negra y sus expresiones culturales) y se niegan a aceplar un papel ele

tliverlimicnlo turíslico. Ellos aspiran a conscrvur su personalidad propia, una identidad que es solo suya desde el punlo de vista humano y cultural. pero nos pcrtencccr:í a todos una vc.z que se les considere y accple ~:omo m•emhros

de pleno tlcred\0 de m ro de la comuni­dad, que se les considere parte consti­lUtiva de la nación y la naciomtlidad.

Este sed. junto con la revalori~.acitín de la pcn;;malidatl de la poblacilín mestiza. el paso siguiente en el camino hacia el fortalcdmienllHk la identidad nacional.

En cslas condit·ioncs, no podemos hablar de un Es lado nacional comple­tumcntc conslituido. que actúe como imcgntdor de lo humano. respelUoso de la personalidad culluntl de las mi­norias y los marginados de la ciudad y el campo.

Para consolidar el Estado y la idcn­lidad nacional se deberá avanzar hacia el reconocimiento. primero en n¡1cstra cosmovisiün de Hontlurus. y luego de manera otflcliva ¡¡través de políticas, planes y programa:~. de la diver~idad, riqueza y complejidad del país que somos. Una vez que lo hayamos lo-

grado ac:tbarcmos con la desvaloriza­ción a l:t que ha sido sometida {a veces por nosotros mismos) nuestra pcrso­nalid;td naciomtl. El peyorativo"indio" se convenid en reconocimiento de la riqueza heredada de aquella cullura. El califica! ivo despectivo y desprecialivo dirigido :t la población negra devendr:í en aceptación y gusto por unos valores cullurales auténticos que han sobrevi­vido a la prucb:t del tiempo.

El mestizo. él mismo un subproduclo cullUral, ved más enriquecida su cul­tura con l:t illlcgraciün. comprcnsiün y asimilación dclllro de su <lcervo de los v;tlores de los "'olros"'. De lo contrario es probable que siga mostníndosc in­seguro. disminuido. amputado en su propio ser y has!¡¡ rccclo&o de la autclllicid;¡d de J;¡s manifestaciones culturales de aquellos con quienes comparte lcrrilorio. hislOria y destino denlro ele la nación.

HliemDoJ

La exploración tic nucslro pasado y la búsqueda de nueslras r;¡íccs para asu­mir 1111a personalidad propia que po­lene ic el prcscme, por necesario y juslo que ésto sea. no debe condenarnos a ver sólo lo que hay dcnlro de nueslros estrechos límites. Al menos debemos presumir que existe el peligro de vol­vernos dcnutsiado sobre nosotros mismos. de re mirarnos olvidando al vecindario universal. De la asumpcitín de la identidad nacitmal al narcisismo hay un margen estrc..:ho: y sí de la búsqueda de la identidad nacional pa­samos alnac ional ismo desmesurado y ramílico. como corolario político de la inquietud illlclcctual. podemos caer en el vado del chovinismo. como ha ocu­rrido lanlas veces en otras partes del mundo. Lt experiencia y la informa­ción universal debe ser asimilad<l por Honduras como parte integrante del género hum¡¡no. Dcbenws aspirar a ser hondureños y ciudadanos del mundo sin complejos de ninguna clase.

La búsqueda presente demuestra. al menos, que no existe entre nosolros lcmor para asumir lo que somos o lo que pretendemos ser. especialmente cuando lo que queremos es superarnos u nosotros mismos. La identidad na­cional hondurdia scr<Í fuerlc y rica solumcntc cuundo los hondureños rc­conoz{;amos el valor de lo propio y lo asumamos t·on el mismo orgullo (IUC

hoy lo hacen los garífunas y como lo har;ín olros m;is wrdc.

Este proceso de asumpción nacional de lo ..:ulturaltardc o temprano tocará hts puerlas del Estado y sus estralos dominantes, la nacionuliz¡¡ción del Estado y de los grupos de poder, como por otra parte lo soñaban Valle y Morazán, está implícilo en el progra­ma de fortalecimiento de la identidad naciomtl.

La dinámica social de la Honduras de hoy apunta hacia la creación de las bases que sustenten un proyecto tal. Todo será posible si encontramos una coyuntura en la que sea propicia una coincidencia favorable de los elemen­tos básicos para forlaleeer la identidad nacional: Proyecto Político Nacional, recreación de nuestra realidad sobre fundamentOS propios y voluntad para asumir a Honduras no solo como lo que es sino como lo que pudiera ser.

En el marco de la conlinuidad y el cambio, esa dupla contradictoria con­lenida en todo concepto de identidad, se forjar;í la identidad nacional del futuro. La hisloria será el plincipio y la identidad expresará la síntesis, el pro­greso social aportará nuevas imágenes, concepciones y valores pero la socie­dad será capaz de seleccionar y rechazar para construir nueva:; sínlesis e iden­tidades que serán igualmente nueslras.

NOTAS J)J<~ REFENCIA

( 1) Philippe Moreau Defarges, "La quete identitaire", Futuribles, Nn 151, Paris, Fevrier, 1991, pp. 3·8.

(2) Ibid. · (3) Pitirim A. Sorokin, Sociedad,

Cultura y personalidad su estructura y su dinámica, Edil. Aguilar, Ma­drid, 1966, p. 95.

(4) Ibid. (S) P.M. Def'arges, op. Cit., p. 3. (6) Hugo Neira, "La guerra de las

identidades'', Lima, 1979. (7) lbid, (8) P.A. Sorokin, op. cit., pp. 605-6-

7. (9) Otto Bauer, La cuestión de las

naciohalidades y la social democra­cia, Siglo XXI Editores, México, 1979, p. 121.

{10) lbid., p. 122. (11) lbid. (12) Véanse mis trabajos: Evolu­

ción histórica de la identidad na­cional, Edit. Guaymuras, Teguci· galpa, 1991; y La hegemonía de los Estados Unidos en Honduras (1907 • 1932), CEDOH, Tegucigalpa, 1989.

Page 15: Rosa de los Vientos nr2

H7iemoo Suplemento Cultural ~044- de ~ #'{/~ Octubre 12-91 Pagina 15

El sueño anrericano de Valle

alle habla del sistema

V americanoene1No.24de "El Amigo de la Patria" del 23 de marzo de 1822. Lo define como "la co­lección ordenada de prin­

cipios que deben fonnar la conducta política de América". Por América entendía en ese escrito, exclusivamen­te "lo que se llama América Españo­la". Quedaban pues excluidos los Es­tados Unidos de América, Brasil, Haití. En otros escritos entiende por Améri­ca a todo el continente americano.

En·"Soñaba el Abad de San Pedro; y yo también sé soñar", Valle señala una diferencia entre Europa y Améri­ca. En aquélla fue en el norte donde más floreció la libertad; en la América española, los países "australes fueron la tierra venturosa donde brotó primero. Mientras "El Sur se cubría de sangre por defender sus derechos", "el Norte mandaba millones al Gobierno que intentaba sofocar aquellos derechos''. "No hubo simultaneidad en la causa justísima de nuestra independencia; y esta falta grave aumentó las fuerzas de España; entorpeció la marcha de América; y fue origen de males ... ".

Declarada por México y Centroamérica la independencia, los países hispanoamericanos (excepto Cuba y Puerto Rico) se identificaron en la libertad, pero continuaban siendo provincias aisladas, por lo que debían acercar sus relaciones, y apretar los vínculos que deben unirlas "hasta 'fonnar una familia". Superando los congresos y dietas Eu­

ropeos "donde se combinan los inte­reses de los funcionarios y no los de­rechos de los pueblos", Valle propone que en un lugar de Costa Rica o Ni­caragua se reuniesen representantes de "cada provincia de una y otra Améri­ca'', o sea de la del norte y del sur. En este trabajo, Valle limita el centro al istmo de Panamá, del cual dice "no sabemos si ha pronunciado su inde­pendencia". En otros estudios, Valle entiende por centro a toda

· Centroaméríca, que no debía ser ab­sorbida ni por México ni por Colom-

tt

e R.Oquelf

IDENTIFICAMOS CON LA CULTURA

bia, para evitar que dos fuerzas in­mensas pennaneciesen en contacto e_ntre _sf. Centro América desempeña­na as1 el papel de estado-tapón, según el concepto elaborado posterionnente por la Geopolítica.

¿Cuáles eran los "asuntos granáe's" que deberían tratar los diputados con P!en?s pode~es enviados por la pro­vmcJas amencanas? El primer objeto consistía en "Trazar el plan más útil para que nin~una provincia de América sea presa de invasores externos, ni víctima de divisiones intestinas". En este momento, Valle confía al magno organismo que propone, el tratar con­juntamente el fortalecimiento interno y la defensa frente al exterior, o sea las relaciones internas y las internaciona­les. Cuatro años después, cuando Bo­lívar convoca al Congreso de Panamá, Valle es más cauteloso, posiblemente por el enonne poder que en el sur habfa concentrado Bolívar. "Yo veo en la América dos campos o zonas muy vastos, aquélla por donde se extienden las relaciones interiores de cada repú­blica, y aquélla pordondesedilatanlas relaciones exteriores de todas. La pri­mera no debe ser objeto del Congreso de Panamá. Su ojo debe fijarse en la segunda". El segundo objeto dentro del plan

inicial, era "fonnar el plan más eficaz para elevar las provincias de América al grado de riqueza y poder a que puedan subir" . Para cumplir ar •• bos objetos era necesario partir de un cuadro general del estado político, económco, fiscal y militar de toda América, para lo cual los representantes deberían llevar ala reunión los cuadros de sus provincias respectivas.

Fijados ambos objetivos, se procede­rá a fonnar "la federación grande que debe unir a todos los Estados de Amé­rica" y "el plan económico que debe enriquecerlos". Valle no precisa mu­cho las características que tendría la federación. Se limita a decir que debé­ría celebrarse "el pacto solemne de socorrerse unos a otros todos los Esta­dos en las invasiones exteriores y divi­siones intestinas~ que se designase

e;

c>l cen.vecen.1a Honóun.eña. s.a.

Page 16: Rosa de los Vientos nr2

~ina 16 Octubre 12-91

el contingente de hombres y dineros con que debiese contribuir cada uno al socorro del que fuese atacado o divi­dido; y para alejar toda sospecha de opresión, en el caso de guerra intesti­na, la fuerza que mandasen los demás Estados para sofocarla, se limitase únicamente a hacer que las diferencias se decidiesen pacíficamente por las Cortes respectivas de las provincias divididas, y obligarlas a respetar la decisión de las Cortes" .

El plan económico exigía formar el tratado general de comercio que fa­voreciese el giro recíproco de unos países con otros y la creación y fomento de la marina que necesitaba una parte del globo separada por mares de las otras.

¿Cuáles eran los alcances del sueño americano de Valle? (En ese momento los Estados Unidos eran la primera potencia americana pero no mundial). LaAméricaantesespañolacon 14ól5 millones de individuos, sería superior a toda agresión, los Estados débiles tendrían la potencia de los fuertes y la federación sería capaz de sofocar las divisiones internas. Conocidos sus grandes intereses, los americanos aprenderían a sostener "la causa general de la América". El Congreso común sería como un centro, desde donde se derramaría "a todas las extremidades del continente las luces necesarias para ~ ... ~cada provincia conociese su posi-

·~

Suplemento Cultural ieD44- de ~ ~~

ción comparada con las demás, sus recursos e intereses, sus fuerzas y ri­quezas''. Al estrechar sus relaciones e identificar sus intereses, los america­nos "formarían a la letra una sola y grande familia". Los sabios, "tenien­do a la vista el mapa económico y político de cada provincia, podrían meditar planes y discutir medidas de bienestar para todas las provincias en particular y para la América en gene­ral".

Valle se buscaba y recibía todo tipo de influencia, de luces que pudieran orientarlo, se apoyaba en la experien­cia europea para superarla y conside­raba que su plan específico para la América liberada de España era com­plemento original. "No había visto este pensamiento en papel alguno del mundo", escribió después de la con­vocatoria de Bolívar al Congreso de Panamá. Entre Valle y Bolívar hubo un intermediario, el argentino Bernardo Monteagudo, diez años menor que Valle, sin que esto signifique que el Libertador hubiese sido influenciado por el Sabio centroamericano (la idea de unir a la América para defenderla y fortalecerla era fácil que se produjera en quienes tuvieran sentido de la historia, y ambos lo tenían en sumo grado).

Monteagudo fue enviado por Bolívar a Guatemala y México. Bolívar recla­maba de Centroamérica (que había

obtenido un préstamo de Inglaterra) "doscientos mil pesos. y 2 ó 3.000 hombres de refuerzo: si los mandan, bien, y si no, no hemos perdido más que el trabajo que no es mucho". "Se por Monteagudo que Guatemala desea servimos, y yo he pedido antes de ahora un esfuerzo igual, que no dudo obtener, porque Guatemala desea nuestra protección y no ha hecho sa­crificios ningunos por la libertad; así, está intacta". Y algo más dentro del optimismo de Bolfvar en ese momen­to: "Guatemala es el pueblo más fede­ral de la América por su situación y por sus inclinaciones; por lo mismo debe­mos apresuramos a admitir a aquel estado en brazos abiertos" .

Bolfvar ordenó a Monteagudo inte­rrumpir su viaje a México, donde hu­biera tratado personalmente a Valle, diputado del congreso mexicano. Sí conoció y elogió la "idea madre" ex­puesta por éste en 1822. El 22 de febrero de 1824, Monteagudo escribe a Bolívar desde Sonsonate: "Llevo material para la conversación de un mes, y un regalo que Usted apreciará por ser de una dama guatemalteca". Monteagudo provocó sin proponérse­lo veinte años después de ser asesina­do en Lima, un incidente armado en El Salvador, donde los adversarios del general Francisco Malespín (presidente desde febrero de 1844 a febrero 1845) utilizaron su parecido con el retrato de Bolívar obsequiado en Guatemala por Monteagudo y que Morazán ordenó colocar en salón de la Asamblea del Estado salvadoreño, para acusarlo de resaltar su propia efigie en tan augusta sede (Jorge Mario García Laguardia: José Cecilio del Valle. Obra escogida. Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1982, págs. XV, XLIII. XLIV).

llliemool

Al convocar Bolívar al Congreso de Panamá, Valle publica el 15 de

•·septiembre de 1826 (5 años después de proclamada la independencia) un comentario en el que pide que al instalarse aquél, "todos los ameri­canos deben hacer plegarias para que sus actas no sean el oprobio sino el honor del nuevo mundo". "En el Congreso de Panamá la América va a hablar al mundo entero; y sus equivocaciones o errores van a ser patentes a toda la tierra. He aquí uno de los momentos más delicados para los destinos de este vasto con­tinente. Panamá es el teatro donde la América va a manifestar si es digna del papel que ha comenzado a representar; y todo el mundo va a ser espectador de la escena". Y pu­blica extractos de dos obras sobre el tema, una del prelado y politico francés Domingo Jorge Federico Pradt y otra de Oracio Athelis Santangelo. Como la primera sos· tenía que América no debía temer a Europa y la segunda que sí, Valle creía que las dos "pueden ser útiles a los plenipotenciarios para delibe· rar y acordar, y a los americanos para pensar y discurrir". Prometió presentar al juicio y censura de los primeros su pequeño "Ensayo sobre el Congreso dt: la América". Habría que buscar si se encuentra en el archivo de Valle guardado por la Universidad "Francisco Marroquín" de Guatemala.

Dentro de lo que se conoce, Valle escribió también en 1826: "Las nuevas repúblicas de América son unidas en­tre sí por vínculos que ni ligan a las demás naciones. Todas ellas profesan una religión, hablan un mismo idioma, tienen en lo general unos mismos há-

Page 17: Rosa de los Vientos nr2

Hliemoo Suplemento Cultural ie~ de ~ V~ Octubre 12-91 Página 17

bit os por haber clilado ~o metidas a un mismo gobierno, tienen las mismas necesidades, se componen de los mismos elementos. En Europa hay diversidad de religiones, de idiomas, de car;íctcres. de usos. de costumbres, eel. El cuadrodccllaes muy diverso de la América antes española. Fuera de Chile. Bueno:Htyres. Perú, Colombia. Centro-américa y Méxil"o no hay otra nación que tenga ic.ualcs vínculos". "¡Es nípido ese m~vin .i.: lllo del mun­

do! Ocho años baque Pradl publieaba la necesidad de un Conc:rcso coloni;tl, y el mismo Pradt celebra ahora el de Panamá. El aiío de K 1 X pedí:t el Con­sulado de México que continuase el monopolio de España, y l!"n K21 se abrieron a todas las naciones los puer­tos de Nucvil España". Pidió al Con­greso Federal centroamericano que los ministros plenipotenciarios cnví;~dos a la Asamblea General de Panamá exciten el celo de ella para que se digne decretar una expediciún ciclllírica compuesta de geogr;ífos. astromímos. naturalistas, etc. costeada por los gv­bícrnos de las repúblicas de América y destinada a recorrer y observar los puntos principales del Nuevo Mundo··.

En ese mismo año lli2(l estalló la guerra civil centmameril:an:t. Una "parle beligcr;ulle sacrificó mis inte­reses en mi Guatemala: y la contraria les hacía vkl imas en llonduras ... En 1 X27 promete cooperar en el "rcsta­bleeimientodd orden constitnd\mal y

rcgencraciün de la República liUe an­teriormente daba paso felices en la carrera a que le llaman sus destinos. y ahora retrograda desgr.tciadamente en su marcha política:".

En 1 !QK: "El Congreso de América, instalado en P;marmí. acordó su tmslado a Tacubaya. Pero no ha abierto hasta ahora sus sesiones. Lejos de abrirlas, se publicado en el Aguila mejicana, periódico ministerial un ilf'lículodigno uc :ttcnciün. Se dice en él, que el objeto primen> del Congrcso es acordar la confederación de las repúblicas y que el estado político de éslils embaraí'.a la ejecuriún de un pensamiento tan grande. El origen de tan triste posición esl;í en los españoles que no aman la independencia del nuevo mundo. en los eclesi;ísticos que aborrecen las formás rcpuhl icanas. y en los aristó­cratas que detestan las instiludones liberales''. "Yo aprendo mucho ob­servando y comparando desde la so­ledad de mí gabinete el movimiento de las diversa; repúblic¡ts de América. Cada u nade ellas es 1 ibro miÍs luminoso que los volúmenes de Europa. o los rollos de Grecia y Roma" .

Valle advierte el peligro que los ameri<:<1110s no se despojen d~ 1 espíritu de conqui.~ta. abierta o disfrazada : ''Supóngase que empiezan a ocupar con tropas el gobiemo de Washington a los pueblos de Nueva Espatia que quieran ser parle de los Estados Uni­dos de Norteamérica, el de México a

UN A~ORTE CULTURAl DE

los pueblos de Nuestra República que quieran sujetarse a la mexicana, la de Guaten, .. • .. ·• ''"' ''" Colombia que quieran unirse a Guatemala, ele. La América sería entonces imagen ver­dadera del caos. Los mal coniéntos de una República darían voces;¡ favor de la vecina. Todo sería confusión. Un desorden general se extendería desde Texas hasta Chile. No habría paz, so­siego, ni tranqu i 1 idad". "Un Estado no debe mezclarse o tener intervención en el gobiemo de otro. En la América no debe imitarse la política injusta de la Europa ... Si unos Estados quieren mezclarse en la administración de otros, la América será como la Europa, un caos de sangre, de muerte y de horror''.

En 1 K29 concluye la guerra civil, pero Valle cree que el partido vence­dor"eomete tmabién injusticias, coloca en muchos destinos hombres" ineptos. A fines de lli30 es electo diputado por Granada, y al ser convocado para asistir al Congreso Federal en los primeros meses de 183 1, se excusa bas;indose en argumemos legales y considera­ciones personales, teiiidas algunas de ironía: es dudosa la capacid¡¡dquc se le reconoce porque en congresos ante­riores sus opiniones no fueron toma­das en cuenta: su cabe;.a no es de hierro y si antes podía leer y escribir iríinte­rrumpidamcnle. en esos momentos se fatigaba con una hora de meditación. Sufre vértigos y han "sitio repetidos los cólicos que he sufrido. Debo rcti-

rarme por algún tiempo de papeles y asuntos". Un piquete de soldados llega a buscarlo a su hacienda .. La Concep­ción ·' pam que integre el Congreso reunido en la capital guatemalteca. Durante la e:ucrra dvil otra escolta se Jiabía posesionado de su casa, sita en lo que hoy es la 7a. avenida. para exigirle la entrega de un empréstito forwso y tuvo que pagar adcm¡ís sueldos de los soldados durante los días en4 ue cst uvo sitiado.

Ni Europa ni América adelantan po­líticamente. es la triste conclusión de Vallcenjuliode 1931:"TOdalaEuropa estará a esta fecha en movimiento. El genio de la Revolución es como el fuego que jamás se limita a quemar lo que debe ser purificado o reducido a cenizas. Siempre dilata sus llamas más allá de lo que debía ser incendiado. Es observación que he hct:ho al leer la Hisotira de las revoluciones, y ser es­pectador de las nuestras. La indepen­dencia de España y un Gobierno mo­dcmdo ruc el objeto del movimiento de la América. Pero proclamada la una y establet'ido el otro. ¡.ha habido repo­so o tranquilidad'! ¡,No sigue el movi­miento marchando más allá de los 11-mitcsquc se había propucstnla Razón? El Rey de Francia holló la Carta que había jurado observar: y el pueblo de París se illzó para sostener su Ley. Pero no será limitado a esto clmovimicmo. Continuar..í más all;í del témlino de­signado. Se sucederán un.1s a otms las m'útaciones v se llel!ar..í a extremos a

que al principio no se ~·rcí<t llegar. Se cstablcccr..í República. habr.í Anarquía, y pam sofocarla se exigirá un Poder militar y absoluto. Los hombres aprenden a leer. escribir. contar, ele. Pero rar.t o ninguna vez aprenden ex­periencia. Esto es lo que me afecta más profundamente al contemplar la mar­cha de esta República ...

Valle tenía 54 años cuando considera en l!\32que los 22transcurridosdcsde 181 O han sido para América ''de equivocaciones, sangre y lágrimas". En 1833 dice que de la Fcdemción centroamericana "no ha quedado más que una sombra. y no sé si aún esta sombra dcsaparccení". Mucre al año siguiente. incumpliendo dos de sus promesas: abandonar el cultivo de las ciencias para dcdk·arsc ex.dusivamente a América y dejando de pronunciar como últimas palabras: "Hijos, de­fended a la América ... El sueño ame­ricano había tcnninado en pesadilla. y la vida de Valle concluye en medio del delirio y de l<t naturaleza. Esta otra de sus grandes pa.~iones. lo despide con un tremendo homenaje. Su viuda doña Josefa. que había sido celosa cuidadora de su biblioteca. dice que el deceso en Corral de Piedra (lugar donde 15 años antes se había agregado una tropa al contingente morazanista) se producjo bajo el sol y en medio de "horribles ventarrones que se habían desatado por aquella llanuras"•

el banco de nuestra geft1e

Page 18: Rosa de los Vientos nr2

1 Página 18 Octubre 12-91 Suplemento Cultural íe'~ de ~ "1/~ IIJiemtJo

''Verdadera historia o Biblia del conquistador''.

e Marcos Carias

l:UIO

la. Gudad ct<· ·r;'U.:I{•Uo la [..,ahlud Aufh·ai de

-• .Y ('tt :! 9\i ~ 3-3 nl de Lo~:qliud. /Jf,'/liO\JJO .

.. A .St: M.HJ.Eé"fAlJ POR

.;'l1. U'TlJ. \L OlU8ffi

B emal Dfaz del Castilo ha

sido, con mucho, el más po­pular entre los cronistas de Indias. Esto, por la simpatía

que siempre le han prodigado los estl,l­diosos y seguidores de la historia y literatura americanas, debido a la sin­ceridad y permanente fresc ura de su estilo y, también, por considerársele un genuino representante de su pueblo.

De este cronista-soldado bien puede decirse que es el padre y el hijo de su obra y que en él, historia y vida vienen a ser la misma cosa. Lo sabemos de pura cepa castellana ("en mi tierra", dice, "que es Medina del Campo", página 89); pero la primera noticia que nos da sobre sí mismo, en el párrafo que encabeza su obra, no es la de su nacimiento, sino la de su pasaje a estas

t:.VI'H.L'UC"' '""

tierras ("En el año de 1514, salí de Castilla ... "). Lo sabemos regidor per­petuo del cabildo de la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guate­mala, en centroamericanas tierras, "este año de 1568, que estoy trasladando esta relación" (p. 312), empeñado en dejar a la posteridad su testimonio ("para que quede memoria de mí", p. 316). Se ha determinado que nació el año del descubrimiento, 1492, y que murió, casi centenario, en Guatemala, en 1584. Su existencia cabe, empero, en algo más de medio siglo, cuando ocurre la doble aventura del señor Berna!: primero, la concreta, la de los sucesos de la conquista y luego, ya

. viejo, la segunda, al recrear y escribir su única obra sobre lo que había sido su verdadera vida.

Se destaca la década comprendida entre 1517 y 1527, entre la primer expedición en la que partió hacia el Golfo de México, con Hernández de Córdoba ("que cosa tan trabajosa es ir a descubrir tierras nuevas y de la ma­nera que nosotros nos aventuramos", p.9), y su regreso del viaje a Honduras, que hizo con Hernán Cortés ("y del trabajo que llevamos en el largo camino y hambre que pasamos en dos años y tres meses que tardamos en este viaje", p.248). O sea lo comprendido en los años de la conquista de la Nueva Es­paña o México (''tierras que son ma­yores que cuatro veces nuestra Castilla", p.ll ).

A1 suceder la conquista era Berna! un hombre joven (e como en aquel tiempo era mancebo", p.92), fuerte ("tenía tan

gran altor como yo, puesto que soy de razonable cuerpo", p. 70) y apuesto ("había tres soldados que tenían por renombre Castillos, el uno dellos era muy galán, y preciábase de eso en aquella sazón, que era yo y a esta su causa me llamaban Castillo el galán", p. 208). Era soldado de a pie ("cami­nábamos muy apercibidos", p. 53 "y siempre nuestras armas vestidas ... calzados nuestros alpargates y las es­padas y rodelas y lanzas puesto todo muy a mano", p. 54), vivía sobre el terreno ("proveían a Cortés y a los capitanes que comían con él que a nosotros los soldados si no lo mariscábamos e íbamos a pescar, no lo teníamos", p. 34) y velaba cada noche sin soltar las armas ("que quedé yo tan acostumbrado que después de con-

quistada la Nueva España tenía por costumbre de me acostar vestido y sin cama, e que dormía mejor que en col­chones duermo", p. 110). Sus esfuer­zos militares le valieron para adquirir caballo ("costaba en aquella sazón un caballo ochocientos pesos y aún algu­nos costaban a más de mil·. p. 178), grado de capitán y encomienda después de la campaña contra Tenochti tlán (''y luego me mandó a mí que fuese por capitán de treinta españoles y de tres mil indios mejicanos", p. 248; "y Cortés me envió cédula de encomienda guardada, y me tributaron más de ocho años", p. 229).

Aportó, pues, Berna! Díaz su persona y no entró a la armada como lo hicie­ron los pudientes Pedro de Al varado o Francisco de Montejo, ya en 1518, en

Page 19: Rosa de los Vientos nr2

H7iemoo

la segunda expedición al Golfo, con Grijalba, cuando vinieron como capi­tanes de navío por haber suministrado los "bastimentos y matalotaje de pan cazabe y tocinos", (p. 8). Pero también aportó su capacidad intelectual, de modo que el joven Berna! era de los "ciertos capitanes e algunos soldados que ... demás de ser muy esforzados, eran de buen consejo" y así, eran convocados por Cortés a la hora de las decisiones "porque ninguna cosa hacía sin primero tomar sobre ello nuestro parecer", (p.78). Hombre de pueblo llano, pero hidalgo; sin recursos eco­nómicos pero crecido en el todavía rico y culto mundo municipal caste­llano de principios del siglo XVI; le­trado pero sin formal preparación ("como yo no se latín", p. 298), re­presenta, entonces, a quienes fueron como él, hijos de la veleidosa fortuna, producto y consecuencia de la violenta acción conquistadora.

Vino a las Indias en 1514, con la rumbosa expedición de Pedrarias Dávila pero pronto pasó del Darién a Cuba; se sumó a las dos primeras ex­pediciones al Golfo de México y re­tomó con Hemán Cortés, en 15 19. Hizo, con la hueste una a una todas las jornadas: fundación de la Veracruz, ruptura con Diego de Velásquez, go­bemadorde Cuba, decisión de penetrar la tierra y arramblar los navíos, alianza con Tlaxcala, matanza de Cholula, entrada en Tenochtitlán ("otra más populosa y mayor ciudad no se ha visto",p.203), victoriacontrael intruso Pánfilo de Narváez, desastrosa retira­da tras la muerte de Moctezuma ("que de mil y trescientos soldados quedaron muertos sobre ochocientos y cincuen­ta", p. 237), sitio y toma de la capital azteca palmo a palmo ("porque noventa y tres días estuvimos sobre esta tan fuerte ciudad", p. 183), conquistas posteriores hacia el sur, en Chiapas, incorporación a la expedición a Hon­duras, a la búsqueda de Cristóbal de Olid, que había defeccionado, regreso por la vía de Choluteca y Guatemala, con su amigo el capitán Luis Marfn. Hizo una única y breve visita a la Vieja España, en 1540 y terminó con vecin­dad definitiva en Guatemala, por más de cuarenta años. "Por manera que, a la cuenta que en esta relación hallarán, me he hallado en cientos y diez y nueve batallas y reencuentros de gue­mt", expresa en el último párrafo del libro de su vida, "tantas batallas ... como dicen las historias en que se hálló el emperador Enrique IV", (p. 317). Y de resultas de ello, para su emperador Carlos 1 de España y V de Alemania "le ganamos esta tierra que es una buena parte del Nuevo Mundo", (p. 15). Todo lo anterior, en cuanto a lo vivido.

En cuanto a la composición de su Verdadera Historia conocido es el origen y la motivación para escribir el 1 ibro. Francisco López de Gómara, un canónigo, publicó, en 1552, una "Crónica de la Conquista de la Nueva España". Al estilo romano-renacentista (las Vidas paralelas de Plutarco esta­ban poniéndose de moda), Hemán Cortés figuraba como héroe singular e indiscutible de la empresa. Bemal Díaz

Suplemento Cultural ieCJ44 de ~ 'V~ Octubre 12-91 Página 19

comenzaba a ponerlo todo por escrito, pues ya tan solo quedaban cinco so­brevivientes de aquellos aconteceres. En eso, "estando escribiendo ésta re­lación, acaso vi una historia de buen estilo, la cual se nombra de un Francisco López de Gomara ... e vi que desde el principio y medio hasta el cabo va muy contrario de lo que fue e pasó en la Nueva España" (p. 15). Decide apu­rarse y salir al paso "con la pluma en la mano", por los muchos errores de de­talle o de bulto, propios de los que "escribieron de oídas" y porque Gómara les minimiza la empresa, pintando la resistencia opuesta por los mejicanos como si "todo lo hallamos con quien va a bodas y regocijos" (p. 15). Pero, sobre todo, porque ''toda la honra y prez la dio sólo al marquez don Hemán Cortés, e no hizo memoria de ninguno de nuestros valerosos capita­nes y fuertes soldados", (p. 16).

No va con Berna! Díaz la recurrente teoría, que sale un siglo y nuevamente el otro, de que la historia la realizan los grandes héroes. Ni que acaso funciona por la intervención de los santos que auxilian a los hombres yen concreto, a los españoles en las batallas, como los dioses del Olimpo asistían a los helenos ("pudiera ser que toque dice el Gómara fueran los gloriosos apóstoles señor Santiago o señor San Pedro e yo como pecador, no fuese digno de verlos" p. 29). Lo que, orgullosamente, reclama es que "tan grande y santa empresa salió de nuestras manos", de las de "los verdaderos conquistadores" (p. 15).

También se entendió Berna! a la po­lftica y sabe y lo que dice que fue el propio Cortés quien comenzó el juego de albars a sí mismo y de ahajarlos a ellos: "más digo que mal ajeno de pelo cuelga e que no procuraba sino para él; lo uno la gobernación que le trajeron antes que fuese marqués, e después que fue a Castilla y vino marqués" (p. 237); en tanto que los que "le pusimos en el estado que Cortés estaba. que­damos siempre con un trabajo sobre otro" (p. 236). Y que no sólo les disi­mulaba su participación sino que. por más señas, les mezquinaba lo que les corrspondía ("después que sacaban el real quinto, era otro quinto para Cortés

y otras partes para los capitanes" p. 163, "de manera que quedaba muy poco de parte, y por ser tan pocos muchos soldados hubo que no lo qui­sieron recibir; y con todo se quedaba Cortés" p. 1 06). Sin embargo, ("como somos tan leales los españoles, por haber sido Cortés nuestro capitán, le teníamos afición" p. 287) para Bemal no es el casodesmeritara Cortés ("¿qué hombre hubo en el mundo que con tan pocos soldados se atreviera dar con los navfos al través y meterse en tan recios pueblos y grandes ciudades?" p. 215), sino el de ponerlo en su lugar, con sus aciertos y sus errores. Y protestar porque "refieran la honra y prez de nuestra valía", insiste, "a un solo ca­pitán" (p. 306).

Bien puede notarse en sus escritos,

que la posición de Berna! Díaz, en relación con las conquistas, es muy diferente a la de Fray Bartolomé de · Las Casas. Y es que es extraño adoptar frente a la sociedad y sus procesos una posición tan radical, como la de Fray Bartolomé; es más frecuente adoptar posiciones que siguen intereses indi­viduales y comunitarios insertos en las corrientes predominantes. Los hombres que como Berna! van en la base de la' hueste y aún con cierto liderazgo en ella, se inspiraban, por un lado, en el todavía vigente ideal de la caballería feudal por ganar honra acometiendo hazañas ("nos ilustrc~mos mucho más que de antes" p. 308) y, además, en la ya creciente aspiración burguesa por mejorar de condtctón ecoñ6mic·a ("Como el oro comúnmente todos los

hombres lo deseamos" p. 1 07). Ad­quirir prestigio y hacer dinero siguen siendo los acicates de la acción individualista aceptados en los actua­les tiempos. Esta aventura en pos de la fama y la riqueza podía realizarse. para la generacion de Berna!, en las tierras del Nuevo Mundo y una vez ahí, me­diante las guerras de conquista.

Según ellos, era cuestión de teólogos y juristas, no de soldados, lo de la destrucción de las Indias, los justos títulos que tenía España para conquistar los calificativos de guerrajustao injusta en contra de los naturales. Para ellos era más simple: "que sería bueno ir a ver que cosa era el gran Moctezuma y buscar nuestra vida y nuestra aventu­ra" (p. 46); "que no teníamos otro socorro ni ayuda sino el de Dios ... , salvo nuestro buen pelear y cora2~nes fuertes" (p. 51). Nada de raro tiene que para esta visión simplista de los sol­dados, la presencia de los juristas les resultara incómoda ("y le suplicamos que no enviase letrados, porque en entrando en la tierra la pondrían re­vuelta con sus 1 ibros, e habría pleitos y disensiones" p. 206). La guerra sega­naba o se perdía. Podía perderse la vida ("antes de entraren las batallas se me ponía por delante una como grima y tristeza grandísima en el corazón ... como de cada día vi a llevar a nuestros compañeros a sacrilicar, y había visto ... que les aserrc~ban por los pechos y sacalles los corazones bu­llendo" p. 198); pero quienes perdían la guerra tenían que atenerse a las consecuencias de la destrucción ("Yo he leído la destrucción de Jerusalem; más si en ella hubo tanta mortandad como esta yo no lo sé" p. 196). del expolio y del sometimiento ("porque a un señor como Guatemuz, rey de tal tierra. que es tres veces más que Castilla, le atormentasen por codicia del oro" p. 198).

Recuérdese que Berr¡al y compañía traen sobre la conciencia los siglos de 1 idiar contra los moros. En el fragor de Jos combates, a los enemigos mejica­nos, igual que a los moros, los TI aman perros ("iválgame nuestra $eñora! ¿Si es verdad que tengo que morir hoy en poder destos perros?" p. 224). Pero

del Castillo envejecía hilando recuer- . ~

dos y seguramente entreteniendo

conversaciones allá en Guatemala y -----------------------, r-----------------------------1 BANCO AL SERVICIO DE ! 1

! CONTINENTAL, LA CuLTURA ! ! S. A. HONDURENA 1 ~----------------------------------------------------~

Page 20: Rosa de los Vientos nr2

Página io Octubre 12-91

también los respetan "puesto que pe­leaban valerosamente los mejicanos" (p. 142) y se defendían con altivez ("Pues así queréis que sea, guardad mucho el maíz y bastimentos que te­nemos y muramos todos peleando" p. 191; ·'a<;uérdome que decían ... no tor­nen a hablar sobre las paces, pues las palabras son para las mujeres" p. 192). Moteja a "los putos mejicanos" (p. 105) con las usuales sodomías y canibalismo que les acumulaban los cronistas a los diferentes grupos indí­genas y le espantan los sacrificios hu­manos ("porque mataban cada un año, solamente eE_ Méjico y ciertos pueblos que están en la laguna ... sobre dos mil y quinientas personas chicas y grandes" p. 309), práctica que la arqueología actual ha evidenciado que se había recrudecido en los últimos tiempos pre-hispánicos hasta alcanzar propor­ciones de vértigo.

Tampoco lo encuentra todo justifi­cable: .. que se hizo mucho daño y presa que valiera más que nunca se hiciera. sino conforme a justicia" (p. 222). No aceptaron ni les pareció normal la ·propuesta de Diego Velázquezde suministrarles los navíos para la expedición siempre que antes fueran a .. las islas de los Guanajes y que habíamos de ir de guerra y cargar los navíos de indio de aquellas islas para pagar con ellos ·el barco, para servirse dcllos como esclavos" (p. 1). Esto era pillaje ilegal. Pero sí era normal para ellos. convertir en esclavos a los capturados en batalla (''Y allí hicieron hacer el hierro conque se había de

/ "

Suplemento Cultural ie~ de ~ V~

herrar los que se tomaban por esclavos, que era una G como esta. que quería decir guerra" p. 142). También era normal para el joven Bernal que las mujeres indias fueran la parte hermosa y privativa del botín. dignas de ser ocultadas a lacodiciadeotros("muchos soldados que tomábamos algunas buenas indias ... las escondíamos y no las llevábamos a herrar" p. 163). Abolida que fue por la Corona la es­clavitud de los indios. en 1530. sí fue Bernal partidario de la encomienda perpetua. esto es de por vida y here­ditaria. y a defenderla volvió a España, en 1540. expectativa que tampoco se cumplimentó para los viejos conquis­tadores por la intervención del Padre Las Casas ("dimos nuestros pareceres y votos que se hiciesen perpetuos los repartimicn . y no aprovechó cosa

nini!una con los señores del Real Cm'lsejo de Indias y con el obispo fray Bartolomé de las Casas" p. 314).

Fue. pues. Bernal Díaz, soldado constructor del Imperio español y partícipe del sentimiento de naciona­lidad que se fue gastando a la par que se consolidaban los Estados Absolutos, apoyados precisamente. en la expan­sión conquistadora. Si bien habla de Castilla y de los castellanos. muchas veces prefiere el apelativo imperial de españoles ("Pues ;.de qué condición somos los españoles para no ir adelante y estamos en partes que no tengamos provecho o guerras'!" p. 51). En ese contexto y en su siglo, fue también partícipe esdarec ido en la construcción del idioma español. en todo lo que media entre el LazarillodeTormes y el Quijotcyestojustilicaqueseaobligado

citar a Bemal con a m pi i tud. cuando de su obra se trata ("Como acabé de sacar en limpio esta mi relación. me rogaron dos licenciados que se la emprcstase ... el uno dcllos era muy retórico y ... después de la sublimar y alabar de la gran memoria que tuve ... me dijeron los licenciados que cuanto a la retóri­ca, que va según nuestro común hablar de Castilla la Vieja. e que en estos tiempos se tiene por más agradable, porque no van razones hern1oseadas ni afeitadas" p. 314 ). O sea. que el tiempo le daba la razón y que de las primeras crónicas escritas en latín como la de Pedro Mártir de Anglería. se había desembocado en la lengua bien popular y que así la forma venía a ser. también, parte de lo verdadero ("y la mera verdad resiste a mi rudeza") p. 15).

La "Verdadera Historia de los Suce-

llliemool

sos de la Conquista de la Nueva Es­paña", por el capitán Bernal Díaz del Castillo, uno de sus conquistadores ha sido editada en bastantes ocasiones. Nos basamos en la de la Biblioteca de Autores Españoles: Historiadores Primitivos de Indias, tomo segundo; colección dirigida e ilustrada por don Enrique de Vedia. La página en refe­rencia sirve para dar fe, pues de poco le valdría a quienes manejen otras edi­ciones.

Las conquistas de los españoles están documentadas pról ijamente. N umero­sos cronistas, multitud de relaciones, cienes de cartas y de oficios, capitu­laciones y decretos y una muy copiosa bibliografía descriptiva, dramática, etnográfica o de debates políticos, teológicos y jurídicos, desde aquel entonces hasta nuestros días.

No es nada recomendable por eso, jugarse el conocimiento del período a una sola fuente. Pero una lectura mo­rosa y analítica de la obra de Bemal Díaz nos hará saber que en ella, como en la Biblia, se leda cabida al universo de situaciones y de problemas. Los quehaceres económicos, las diferencias y actitudes sociales, lo militar y lo religioso, la historia como relato y como reflexión, lo psicológico indivi­dual y colectivo, lo antropológico, lo lingüístico y lo literario. Y no se trata de un repertorio misceláneo; sino de un escrito coherente y vital, cuyas virtudes didácticas se nos pueden quedar ocultas. igual que en eso que llamamos vivir, por el entretenimiento que nos produce.

1 -t

l !' \ ~ \}}f i

!(>!{¡¡¡ \1! 1 \<..,

\