Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

download Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

of 134

Transcript of Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    1/134

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    2/134

    LA CRISIS DE LA

    SOCIALDEMOCRACIA

    Rosa Luxemburgo

    Fundacin Federico Engels

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    3/134

    LA CRISIS DE LA SOCIALDEMOCRACIA

    Rosa LuxemburgoTraduccin: Grupo de Traductores de la Fundacin Federico Engels

    Primera edicin: junio de 2006

    Este libro ha sido editado

    gracias a la aportacin desinteresadade Luis de las Olivas Recio

    y de Mara Castro

    ISBN: 84-96276-08-2

    Depsito Legal: M-27337-2006

    PRINTED IN SPAIN

    Publicado y distribuido por:

    Fundacin de Estudios Socialistas Federico Engels

    C/ Hermanos del Moral 33, bajo B. 28019 Madrid

    Telf.: 914 283 870 Fax: 914 283 871

    www.engels.org [email protected]

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    4/134

    NDICE

    I. Cambio de escena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

    II. Ante la realidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

    III. Nada en el secreto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31IV. La expansin imperialista alemana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

    V. El zarismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69

    VI. La Unin Sagrada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

    VII. El espantajo de la invasin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

    VIII. Lo que la guerra puede dar al proletariado . . . . . . . . . . . . 115

    APNDICE

    Tesis sobre las tareas de la socialdemocracia internacional . . . 127

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    5/134

    7

    1. La marcha de seis semanas... se refiere a los planes del Estado Mayor alemn,dirigido por Helmut von Moltke, quien pretenda ganar la guerra en dos etapas:1) derrotando e invadiendo Francia en un ataque rpido (seis semanas); 2) en-viando luego todos los contingentes de tropas al frente oriental.

    I. Cambio de escena

    La escena ha cambiado fundamentalmente. La marcha de seis se-manas sobre Pars ha degenerado en un drama mundial1; la car-nicera se ha convertido en fatigosa y montona operacin coti-diana, sin que se haga avanzar o retrasar la solucin. La polticaburguesa est en un callejn sin salida, atrapada en su propiocepo; los fantasmas invocados ya no pueden ser conjurados.

    Ha pasado el delirio. Ha pasado el bullicio patritico de las ca-lles, la caza a los automviles de lujo, la continua sucesin de fal-sos telegramas, las fuentes envenenadas con bacilos de clera, losestudiantes rusos que arrojaban bombas desde todos los puentesdel ferrocarril de Berln, los franceses que venan sobre Nurem-berg, los excesos callejeros de la muchedumbre husmeando esp-

    as, las oleadas humanas en los cafs, en donde una msica ensor-decedora y las canciones patriticas alcanzaban los tonos ms ele-vados; poblaciones urbanas enteras se convertan en chusma,dispuestas a denunciar, a violar a las mujeres, a gritar hurra! y allegar al delirio propagando absurdos rumores; una atmsfera decrimen ritual, un ambiente de Kichinev, en donde el guardia enla esquina era el nico representante de la dignidad humana.

    La direccin escnica ha desaparecido. Los sabios alemanes,esos lmures vacilantes, hace tiempo que se retiraron a su ma-driguera. Los trenes de reservistas ya no son acompaados del j-bilo bullicioso de las jvenes que se lanzaban en pos de ellos, nitampoco saludan al pueblo con alegres sonrisas desde lasventanillas; andan despaciosamente, con su macuto en la mano,por las calles donde los transentes se dirigen con abatidos ros-tros a sus quehaceres cotidianos.

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    6/134

    8

    En la severa atmsfera de estas tristes jornadas se escucha uncoro muy distinto: el grito ronco de los buitres y de las hienas so-bre el campo de batalla. Garantizadas 10.000 tiendas de campa-a de reglamento! Se pueden entregar inmediatamente 100.000

    kilos de tocino, de cacao en polvo, de sustitutos de caf, pagandoal contado! Granadas, tornos, cartucheras, arreglos matrimonia-les para las viudas de los soldados cados, cinturones de cuero,intermediarios para los abastecimientos del ejrcito... slo seaceptan ofertas serias!

    La carne de can cargada de patriotismo en agosto y sep-tiembre, se descompone ahora en Blgica, en los Vosgos y en Ma-suria, en campos de exterminio, donde las ganancias de la guerrarezuman en los hierbajos. Se trata de llevar rpidamente la cose-cha al granero. Sobre el ocano se extienden miles de manos co-diciosas para participar en el reparto.

    Los negocios prosperan sobre las ruinas. Las ciudades se con-vierten en montones de escombros; las aldeas, en cementerios; lasiglesias, en caballerizas; el derecho internacional, los tratados es-tatales, las alianzas, las palabras ms sagradas, las mayores auto-

    ridades se desintegran; todo soberano por la gracia de Dios con-sidera a su igual del campo contrario como infeliz y perjuro; todotitulado ve al colega del otro bando como canalla consumado;todo gobierno considera a los dems como una maldicin de supropio pueblo y los entrega al desprecio general; y los tumultoscausados por el hambre en Venecia, en Lisboa, en Mosc y en Sin-gapur; y la peste se extiende en Rusia, y la miseria y la desespe-racin reinan por doquier.

    Cubierta de vergenza, deshonrada, chapoteando en sangre,nadando en cieno: as se encuentra la sociedad burguesa, as esella. No como cuando, delicada y recatada, simula cultura, filoso-fa, y tica, orden, paz y estado de derecho, sino como bestia pre-dadora, como cazadora de brujas de la anarqua, como peste parala cultura y para la humanidad: as se muestra en su verdadera fi-gura al desnudo.

    Y en medio de esa caza de brujas se produce una catstrofe his-trico-mundial: la capitulacin de la socialdemocracia interna-cional. Engaarse al respecto, encubrirlo, sera lo ms insensato, loms funesto que podra sucederle al proletariado. El demcrata(es decir, el pequeoburgus revolucionario) deca Marx sale

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    7/134

    9

    de la ms vergonzosa derrota tan puro e inocente como cuandoentr en ella, con el convencimiento recin adquirido de que debetriunfar, no de que l mismo y su partido deben superar sus anti-guos puntos de vista, sino todo lo contrario, que las circunstancias

    han de evolucionar a su favor.El proletariado moderno saca otras conclusiones de las prue-bas histricas. Sus errores son tan gigantescos como sus tareas.No tiene un esquema predeterminado y vlido para siempre, niun jefe infalible que le muestre la senda por la que ha de marchar.La experiencia histrica es su nico maestro, el camino de espi-nas hacia su propia liberacin no slo est empedrado de padeci-mientos ingentes, sino tambin de innumerables errores. La metade su viaje, su liberacin, depende de que el proletariado sepaaprender de sus propios errores. La autocrtica ms despiadada,cruel y que llegue al fondo de las cosas, es el aire y la luz vital delmovimiento proletario. El caso del proletariado socialista en laactual guerra mundial es inaudito, es una desgracia para la hu-manidad. El socialismo estara perdido si el proletariado interna-cional no valorara en su justa medida la profundidad de esta ca-

    da, y no quisiera extraer sus enseanzas.Lo que ahora est en cuestin es toda la etapa que abarca losltimos 45 aos de desarrollo del moderno movimiento obrero.Asistimos a la crtica, al balance de nuestro trabajo desde hace yacasi medio siglo. La tumba de la Comuna de Pars cerr la prime-ra fase del movimiento obrero europeo y de la Primera Interna-cional. Comenz entonces un nuevo perodo. En lugar de revolu-ciones espontneas, de insurrecciones, de luchas de barricadas,tras las cuales el proletariado recaa en estado de pasividad, co-menz la lucha diana sistemtica, la utilizacin del parlamenta-rismo burgus, la organizacin de masas, el enlace de la luchaeconmica con la lucha poltica, y del ideal socialista con la defen-sa tenaz de los intereses cotidianos ms inmediatos. Por vez pri-mera la causa del proletariado y de su emancipacin se vio ilumi-nada por el norte de una doctrina rigurosamente cientfica. En lu-

    gar de sectas, escuelas, utopas y experimentos llevados a cabo encada pas por cuenta propia surga una base terica uniforme einternacional que entrelazaba los pases como se entrelazan laspginas de un libro. La teora marxista dio a la clase obrera detodo el mundo una brjula para que se orientara por el torbellino

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    8/134

    10

    de los acontecimientos cotidianos, para que dirigiera en todo elmundo la tctica de lucha hacia la inamovible meta final.

    Fue la socialdemocracia alemana la portadora, defensora yguardiana de ese nuevo mtodo. La guerra de 1870 y la derrota de

    la Comuna de Pars trasladaron el centro de gravedad del movi-miento obrero europeo a Alemania. Al igual que Francia habasido el lugar clsico durante la primera fase de la lucha de clasesproletaria, y al igual que Pars fue el corazn palpitante y sangran-te de la clase obrera europea de aquella poca, del mismo modo laclase obrera alemana se convirti en la vanguardia durante la se-gunda fase. A costa de los innumerables sacrificios del infatigabletrabajo cotidiano, se cre la ms fuerte y modlica organizacin, laprensa ms numerosa, se dio vida a los ms eficaces medios deeducacin e ilustracin, agrup en torno suyo a poderosas masasde electores y conquist las ms numerosas representaciones par-lamentarias. La socialdemocracia alemana era considerada la mspura encarnacin del socialismo marxista. Tena y exiga un pues-to especial como maestra y gua de la Segunda Internacional. Fe-derico Engels escriba en 1895, en su famoso prlogo a la obra de

    Marx, La lucha de clases en Francia: Independientemente de lo quepueda suceder en otros pases, la socialdemocracia alemana gozade una posicin especial y tiene por ello, al menos de momento,tambin una tarea especial. Los dos millones de electores que en-va a las urnas, juntamente con los jvenes no electores de ambossexos que la apoyan, forman la masa ms numerosa y compacta,decisiva fuerza de choque del ejrcito proletario internacional.La socialdemocracia alemana fue, como escriba el Wiener Arbeiter-zeitung el 15 de agosto de 1914, la perla de la organizacin delproletariado con conciencia de clase. Sus huellas fueron seguidasasiduamente por la socialdemocracia francesa, italiana y belga,por el movimiento obrero de Holanda, de los pases escandinavos,de Suiza y de los Estados Unidos. Los pases eslavos, los rusos, lossocialdemcratas balcnicos, la contemplaban con una admira-cin sin lmites y casi exenta de crtica. En la Segunda Internacio-

    nal, la fuerza de choque alemana desempeaba el papel princi-pal. En los Congresos, en las sesiones del Bur de la InternacionalSocialista, todo reposaba en la opinin de los alemanes. S, hastaen las cuestiones de la lucha contra el militarismo y la guerrasiempre era decisiva la opinin de la socialdemocracia alemana.

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    9/134

    11

    Para nosotros, alemanes, esto es inaceptable, esto bastaba, porlo general, para determinar la orientacin de la Internacional. Conuna confianza ciega se entregaba a la direccin de la admirada ypoderosa socialdemocracia alemana; era el orgullo de todo socia-

    lista y el terror de las clases dominantes de todos los pases.Y qu presenciamos en Alemania cuando lleg la gran prue-ba histrica? La cada ms profunda, el desmoronamiento ms gi-gantesco. En ninguna parte la organizacin del proletariado se hapuesto tan completamente al servicio del imperialismo, en ningu-na parte se soporta con menos oposicin el estado de sitio, en nin-guna parte est la prensa tan amordazada, la opinin pblica tansofocada y la lucha de clases, econmica y poltica de la claseobrera, tan abandonada como en Alemania.

    Pero la socialdemocracia alemana no era nicamente la van-guardia ms poderosa, era tambin el cerebro pensante de la In-ternacional. Por eso debemos aplicar a ella y a su caso el anlisis,el proceso de autorreflexin. Tiene el deber de tomar la iniciativade la salvacin del socialismo internacional, es decir, ser la prime-ra en proceder a una autocrtica despiadada. Ningn otro parti-

    do, ninguna otra clase de la sociedad burguesa puede demostrarante todo el mundo los propios errores y las propias debilidadesen el difano espejo de la crtica, pues el espejo refleja, al mismotiempo, los lmites histricos de su futuro y la fatalidad histricade su pasado. La clase obrera puede, sin temor, mirar la verdadcara a cara, hacerse la ms amarga autocrtica, pues sus debilida-des son slo un ofuscamiento; la rgida ley de la historia le de-vuelve la fuerza, le garantiza su victoria final.

    La autocrtica despiadada no es nicamente un derecho vital,sino el deber supremo de la clase obrera. A bordo de nuestro bar-co llevamos los tesoros ms grandes de la humanidad, cuya cus-todia fue legada al proletariado! Y mientras la sociedad burgue-sa, avergonzada y deshonrada por la orga sangrienta, sigueavanzando hacia su destruccin, el proletariado internacionaldebe reaccionar y reaccionar para salvar los tesoros que l, en el

    furioso torbellino de la guerra mundial yen un momento de ofus-cacin y debilidad, dej que se hundieran en el abismo.

    Una cosa es cierta: la guerra mundial represent un viraje en lahistoria mundial. Sera una insensatez pensar que slo necesita-mos sobrevivir a la guerra, como liebre que espera el final de la

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    10/134

    12

    tormenta bajo el matorral, para proseguir despus alegremente laantigua andadura. La guerra mundial ha transformado las condi-ciones de nuestra lucha y, sobre todo, a nosotros mismos. No setrata de que las leyes fundamentales del desarrollo capitalista o de

    la guerra a muerte entre el capital y el trabajo hayan sufrido unadesviacin o apaciguamiento. Ya hoy, en medio de la guerra, caenlas mscaras y nos sonren irnicamente los antiguos rostros cono-cidos. Pero el ritmo del desarrollo ha recibido un poderoso impul-so con la erupcin del volcn imperialista; la violencia de losenfrentamientos en el seno de la sociedad, la magnitud de las ta-reas que se presentan al proletariado socialista a corto plazo, todoesto hace aparecer como un dulce idilio a todo lo que haba veni-do ocurriendo hasta ahora en la historia del movimiento obrero.

    Histricamente, esta guerra estaba llamada a promover pode-rosamente la causa del proletariado. En Marx, que descubri convisin proftica tantos aspectos histricos en el seno del futuro, seencuentra el siguiente notable prrafo, en su libro La lucha de cla-ses en Francia:

    En Francia, el pequeoburgus hace lo que normalmente ten-

    dra que hacer el burgus industrial (luchar por los derechos par-lamentarios); el obrero hace lo que debera ser tarea del pequeo-burgus (luchar por la repblica democrtica); y la misin delobrero, quin la cumple? Nadie. En Francia no se lleva a cabo,slo se proclama. No se realiza en ninguna parte dentro de lasfronteras nacionales. La guerra de clases en el seno de la sociedadfrancesa se transforma en una guerra mundial en la que se enfren-tan las naciones. La solucin slo comenzar cuando el proleta-riado, mediante una guerra mundial, sea llevado a dirigir el pue-blo que domina el mercado mundial, a dirigir Inglaterra. La revo-lucin no encuentra aqu su meta, sino su comienzo organizativo,no es una revolucin de cortos vuelos. La generacin actual se pa-rece a los judos que conduca Moiss por el desierto. No slo hade conquistar un mundo nuevo, sino que debe perecer para dejarsitio a los hombres que crecern en un mundo nuevo.

    Esto fue escrito en 1850; en una poca en la que Inglaterra erael nico pas capitalista desarrollado, el proletariado ingls, elmejor organizado y el que pareca llamado, por el auge econmi-co de su pas, a dirigir a la clase obrera internacional. Lase enlugar de Inglaterra: Alemania, y las palabras de Marx son una

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    11/134

    13

    prediccin genial de la actual guerra mundial. Estaba sta desti-nada a poner al proletariado alemn a la cabeza del pueblo y, conello, a producir un comienzo organizativo para el gran enfren-tamiento internacional generalizado entre el trabajo y el capital

    en torno al poder poltico del Estado.Y habamos imaginado acaso de forma diferente el papel quedesempeara la clase obrera en la guerra mundial? Recordemoscmo describamos el porvenir hace todava muy poco tiempo:

    Entonces vendr la catstrofe. Sonar en Europa la hora de lagran marcha final en la que de 16.000.000 a 18.000.000 de hom-bres, flor y nata de diferentes naciones, equipados con los mejoresinstrumentos de muerte, entrarn en campaa como enemigos.Pero, en mi opinin, tras esa gran marcha general se encuentra lagran derrota. Y no vendr por nosotros, vendr por su propiopeso. Llevan las cosas al extremo, conducen a la catstrofe. Cose-charn lo que han sembrado. El ocaso de los dioses del mundoburgus est en marcha. Estad seguros: Est en marcha!.

    As hablaba en el Reichstag, durante el debate sobre Marrue-cos, Bebel, el representante de nuestra fraccin.

    El folleto del partido Imperialismo o Socialismo? que fue difun-dido hace algunos aos por centenares de miles de ejemplares,conclua con las siguientes palabras:

    La lucha contra el imperialismo se convierte cada vez ms enuna lucha decisiva entre el capital y el trabajo. Peligro de guerra,encarecimiento de la vida y capitalismo, o paz, bienestar para to-dos, socialismo! sta es la alternativa. La historia se encuentraante grandes decisiones. El proletariado debe trabajar incansable-mente en su tarea histrico-mundial, fortalecer el poder de su or-ganizacin y la claridad de sus conocimientos. Suceda lo que su-ceda, o bien tiene fuerza para conseguir ahorrar a la humanidadel terrible espanto de una guerra mundial, o bien se hundir elmundo capitalista en la historia de la misma forma en que naci,es decir, en sangre y violencia: el momento histrico encontrarpreparada a la clase obrera, y el estar preparada es todo.

    En el oficialManual de los electores socialdemcratas de 1911, publi-cado con motivo de las ltimas elecciones al Reichstag, se puedeleer en la pgina 42 lo siguiente sobre la esperada guerra mundial:

    Creen nuestros gobernantes y clases dominantes que pue-den imponer a los pueblos esa monstruosidad? No se apoderar

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    12/134

    14

    2. Nombre del crucero alemn (Pantera) que fue enviado a Agadir en 1911.3. Se refiere a los 555 delegados al Congreso de Basilea, que representaban a 23 na-

    ciones.

    de los pueblos un grito de horror, de ira y de indignacin, llevn-dolos a terminar con este asesinato?

    No preguntarn: para quin, por qu todo esto? Somos,acaso, enfermos mentales para ser tratados as? O para qu nos

    dejamos tratar as?Quien reflexione sosegadamente sobre la probabilidad deuna gran guerra europea no podr llegar a otras conclusiones quelas aqu expuestas. La prxima guerra europea se jugar el todopor el todo, un juego como el mundo no ha visto hasta ahora;ser, segn todas las predicciones, la ltima guerra.

    Con este lenguaje y con estas palabras hicieron su propagan-da para conseguir 110 escaos nuestros actuales diputados en elReichstag. Cuando en el verano de 1911 el salto de pantera sobre

    Agadir2 y la ruidosa campaa difamatoria del imperialismo ale-mn haban hecho inminente el peligro de guerra europea, unaasamblea internacional, reunida en Londres el 14 de agosto, to-maba la siguiente resolucin:

    Los delegados alemanes, espaoles, ingleses, holandeses yfranceses de las organizaciones obreras declaran estar dispuestos

    a rechazar, por todos los medios a su alcance, toda declaracin deguerra. Toda nacin representada contrae la obligacin, de acuer-do con las resoluciones de sus Congresos Nacionales y de los In-ternacionales, a actuar en contra de todas las intrigas criminalesde las clases dominantes.

    Pero cuando en noviembre de 1912 se reuna en Basilea elCongreso de la Internacional, cuando llegaba a la catedral la grancomitiva de representantes obreros3, un estremecimiento de ho-rror sacudi el pecho de todos los presentes ante la magnitud delmomento crucial que se acercaba y surgi una decisin heroica.

    El fro y escptico Vctor Adler, exclam:Camaradas, lo ms importante es que aqu encontremos la

    raz comn de nuestra fuerza, que de aqu nos llevemos la ener-ga para que cada uno haga en su pas lo que pueda, con las for-mas y medios que tengamos, con todo el poder que poseemos,

    para oponernos a esta guerra criminal. Y si llegara a declararse, si

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    13/134

    15

    4. Se trata de un juramento de los antiguos confederados suizos.

    verdaderamente llegara a consumarse, entonces hemos de procu-rar que sea una primera piedra, la primera piedra del final.

    Este es el espritu que anima a toda la Internacional.Y cuando el asesinato, el incendio y la pestilencia se extien-

    dan por la civilizada Europa... slo podemos pensar con horroren ello, y la indignacin y el espanto invaden nuestros pechos. Ynos preguntamos: son, acaso, los hombres, los proletarios, borre-gos que pueden ser conducidos estpidamente al matadero...?.

    Troelstra habl en nombre de las pequeas naciones y ennombre de Blgica:

    El proletariado de los pases pequeos se encuentra en cuer-po y alma a disposicin de la Internacional en todo lo que decidapara alejar el peligro de la guerra. Expresamos la esperanza deque cuando las clases dominantes de los grandes Estados llamena las armas a los hijos del proletariado para saciar las ansias depoder de su gobierno en la sangre y en la tierra de los pueblos pe-queos, entonces, los hijos de los proletarios, bajo la poderosa in-fluencia de sus padres proletarios; de la lucha de clases y de laprensa proletaria, lo pensarn tres veces antes de hacerles algn

    dao a sus hermanos, a sus amigos, a nosotros, por ponerse alservicio de esa empresa enemiga de la civilizacin.Y Jaurs, despus de que hubo ledo el manifiesto contra la

    guerra en nombre del Bur de la Internacional, cerraba su discur-so con estas palabras:

    La Internacional representa a todas las fuerzas honestas delmundo! Y si llega la hora trgica, en la que nos entregaremos sinreservas, esa conciencia nos sostendr y nos fortalecer. No es ha-blar por hablar, no, desde lo ms profundo de nuestro ser decla-ramos que estamos dispuestos a realizar todos los sacrificios.

    Fue como un juramento de Rtli4. Todo el mundo dirigi susmiradas a la catedral de Basilea, donde las campanas repicabangrave y solemnemente por la gran batalla futura entre el ejrcitodel trabajo y el poder del capital.

    El 3 de diciembre de 1912 hablaba en el Reichstag alemn Da-

    vid, el representante de la fraccin socialdemcrata:Fue uno de los momentos ms hermosos de mi vida, lo

    confieso. Cuando las campanas de la catedral acompaaban a la

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    14/134

    16

    5. La votacin de la fraccin parlamentaria del SPD en el Reichstag a favor de loscrditos de guerra.

    comitiva de los socialdemcratas internacionales, cuando las ban-deras rojas se colocaban en el coro y en el altar de la iglesia, y lossones del rgano saludaban a los delegados de los pueblos, quequeran pronunciarse por la paz, me produjo una impresin que

    no olvidar... Lo que sucede debera estar claro para ustedes. Lasmasas dejan de ser rebaos sin voluntad ni pensamiento.Esto es nuevo en la historia. En otros tiempos las masas se ha-

    ban dejado llevar ciegamente unas contra otras, por aquellos quetenan intereses en la guerra, hacia el genocidio. Esto se acaba.Las masas dejan de ser instrumentos sin voluntad y satlites decualquier tipo de intereses belicistas.

    Una semana antes del comienzo de la guerra, el 26 de julio de1914, se escriba en los peridicos del partido alemn:

    No somos marionetas, combatimos con toda energa un siste-ma que hace de los hombres instrumentos sin voluntad de cir-cunstancias que actan ciegamente, combatimos ese capitalismoque se prepara a transformar en un humeante campo de matanzaa una Europa sedienta de paz. Si la ruina siguiera su curso, si ladecidida voluntad de paz del proletariado alemn y del proleta-

    riado internacional, que se expresar en los prximos das en po-derosas manifestaciones, no fuese capaz de impedir la guerra, en-tonces sta debiera ser la ltima guerra, debiera convertirse en elcrepsculo de los dioses del capitalismo (Frankfurter Volkstimme).

    El 30 de julio de 1914 escriba el rgano central de la socialde-mocracia alemana:

    El proletariado socialista rechaza toda responsabilidad porlos acontecimientos que desencadena una clase dominante ofus-cada hasta el desvaro. Sabe que una nueva vida florecer para lsobre !as ruinas. Toda la responsabilidad recae sobre los gober-nantes de hoy. Se trata para ellos de una cuestin de vida o muer-te. La historia mundial es el juicio mundial.

    Lleg entonces lo inesperado, lo atpico, el 14 de agosto de19145. Era necesario que ocurriese? Un acontecimiento de estatrascendencia no es, por cierto, un juego de azar. Debe ser el re-

    sultado de profundas y amplias causas objetivas. Pero estas cau-sas pueden radicar tambin en errores de la socialdemocracia, en

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    15/134

    17

    errores de la direccin del proletariado, en el fracaso de nuestravoluntad de lucha, de nuestro valor, de nuestra fidelidad a losprincipios. El socialismo cientfico nos ha enseado a comprenderlas leyes objetivas del desarrollo histrico. Los hombres no hacen

    su historia libremente. Pero la hacen ellos mismos. El proletaria-do depende en su accin del grado de madurez correspondienteal desarrollo social, pero el desarrollo social no se produce, almargen del proletariado, es en igual medida tanto su motor y sucausa, su producto y su resultado. Su propia accin es parte co-determinante de la historia. Y si bien no podemos saltar por enci-ma de ese desarrollo social, pero el desarrollo social no se produ-ce al margen de sombras, podemos acelerarlo o retrasarlo.

    El socialismo es el primer movimiento popular de la historiamundial que se ha puesto como objetivo, y

    est llamado por la historia a introducir en el hacer social delos hombres un sentido consciente, un pensamiento planificadoy, por consiguiente, la accin libre. Por eso Federico Engels califi-ca a la victoria definitiva del proletariado socialista de salto de lahumanidad desde el reino animal hasta el reino de la libertad.

    Este salto es resultado de ineluctables leyes de la historia, de mi-llares de escalones de una evolucin anterior penosa y demasia-do lenta. Pero nunca podr ser llevado a cabo si, de todo ese subs-trato de condiciones materiales acumuladas por la evolucin, nosalta la chispa incandescente de la voluntad consciente de la granmasa del pueblo. La victoria del socialismo no caer del cielocomo algo fatal. Slo podr ser alcanzada superando una gran ca-dena de tremendas pruebas de fuerza entre los viejos y los nue-vos poderes, pruebas de fuerza en las que el proletariado interna-cional, bajo la direccin de la socialdemocracia, aprende y tratade tomar en sus propias manos el destino, de apoderarse del ti-mn de la vida social, de dejar de ser un juguete pasivo de la his-toria para convertirse en su conductor clarividente.

    Deca Engels: La sociedad burguesa se encuentra ante un di-lema: o avance hacia el socialismo o recada en la barbarie. Qu

    significa recada en la barbarie en el nivel actual de la civiliza-cin europea? Hasta ahora hemos ledo todas esas palabras dis-tradamente y las hemos repetido sin presentir su terrible serie-dad. Una ojeada a nuestro alrededor en este momento muestra loque significa una recada de la sociedad burguesa en la barbarie.

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    16/134

    18

    La guerra mundial; sta es la recada en la barbarie. El triunfo delimperialismo conduce al aniquilamiento de la cultura; espordica-mente, durante la duracin de una guerra moderna, y definitiva-mente, en el caso de que el perodo iniciado de guerras mundiales

    haya de seguir su curso sin obstculos hasta sus ltimas conse-cuencias. Hoy nos encontramos, como Engels pronosticaba ya haceuna generacin, hace cuarenta aos, ante la alternativa: o el triun-fo del imperialismo, el ocaso de toda civilizacin y, como en la vie- ja Roma, despoblamiento, degeneracin, desolacin, un enormecementerio; o victoria del socialismo, es decir, de la lucha conscien-te del proletariado internacional contra el imperialismo y su mto-do: la guerra. Este es el dilema de la historia mundial; una alterna-tiva, una balanza cuyos platillos oscilan ante la decisin del prole-tariado con conciencia de clase. El futuro de la cultura y de lahumanidad depende de que el proletariado arroje con varonil de-cisin su espada de lucha revolucionaria en uno de los platillos dela balanza. En esta guerra ha triunfado el imperialismo. Su espadasangrienta del genocidio ha hundido con brutal sobrepeso al plati-llo de la balanza en el abismo del valle de lgrimas y de la vergen-

    za. Todo ese valle de lgrimas y toda esa vergenza slo puedenser contrapesadas si aprendemos de la guerra cmo el proletaria-do puede desembarazarse del papel de siervo en manos de las cla-ses dominantes para convertirse en el seor de su propio destino.

    La moderna clase obrera paga caro el conocimiento de su vo-cacin histrica. El camino del Glgota de su liberacin de claseest sembrado de vctimas. Las luchas de junio, las vctimas de laComuna, los mrtires de la revolucin rusa: una danza trgica desombras ensangrentadas. Los que han cado en el campo del ho-nor se encuentran, como Marx escriba de los hroes de la Comu-na, grabados en el corazn de la clase obrera para siempre. Aho-ra caen millones de proletarios de todas las naciones en el campode la vergenza, del fratricidio, de la autodestruccin, con el can-to del esclavo en los labios. Hemos debido sufrir hasta eso. Nosparecemos a los judos que condujo Moiss a travs del desierto.

    Pero no estamos perdidos, y triunfaremos si no hemos perdido lacapacidad de aprender. Y si la socialdemocracia, actual gua delproletariado, no supiese aprender, entonces perecer para dejarlugar a los hombres que crecern en el mundo nuevo.

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    17/134

    19

    II. Ante la realidad

    Estamos ante el hecho inevitable de la guerra. Nos amenazan loshorrores de las invasiones enemigas. Hoy no podemos ya decidiren pro o en contra de la guerra, sino sobre la cuestin de los me-dios necesarios para la defensa del pas... En el caso de una victo-ria del despotismo ruso, manchado con la sangre de los mejores hi-jos de su propio pueblo, se habr puesto en peligro mucha, si notoda, de la independencia futura de nuestro pueblo. Hay que lu-char contra ese peligro, debemos poner a salvo la cultura y la inde-pendencia de nuestro propio pas. Hagamos realidad lo que hemosafirmado siempre: en el momento del peligro no dejemos a la pa-tria en la estacada. Por eso estamos de acuerdo con la Internacio-nal, que ha reconocido siempre el derecho de cada pueblo a la in-

    dependencia y a la autodefensa nacional, del mismo modo que,tambin coincidentes con ella, condenamos toda guerra de con-quista... Guiados por estos principios, aprobamos los crditos deguerra solicitados. Con esta declaracin, la fraccin del Reichstaglanzaba el 4 de agosto la consigna que habra de determinar y do-minar la actitud del proletariado alemn durante la guerra. Patriaen peligro, defensa nacional, guerra popular por la existencia, porla cultura y la libertad: tal fue la consigna dada por la representa-cin parlamentaria de la socialdemocracia. Todo lo dems fue sim-ple consecuencia: la actitud de la prensa del partido y de los sindi-catos, el tumulto patritico de las masas, la tregua con la burgue-sa, la disolucin sbita de la Internacional: todo esto fue inevitableconsecuencia de esa primera orientacin tomada en el Reichstag.

    Si realmente est en juego la existencia de la nacin y de la li-bertad, si sta slo puede defenderse con mortfera metralla, si la

    guerra es una causa sagrada del pueblo, entonces todo es claro yevidente, debemos soportarlo todo. Si se quiere el fin, se han dequerer tambin los medios. La guerra es un gigantesco asesinatometdico y organizado. Pero para el asesinato sistemtico hay quecrear primero el correspondiente delirio en hombres normalmente

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    18/134

    20

    6. Revista humorstico-satrica de la socialdemocracia alemana.7. Norddeutscher Reichstag. El parlamento de Alemania del Norte.

    constituidos. Desde siempre, ste es el mtodo correcto de los quedirigen la guerra. La bestialidad de la accin responde a la bestia-lidad de los pensamientos y de la conciencia, sta la prepara yacompaa. Despus, el Wahre Jacobs6 del 28 de agosto, con la ima-

    gen del matn alemn, los peridicos del partido en Chemnitz,Hamburgo, Kiel, Frankfurt, Koburg y otras ciudades, su incitacinpatriotera en poesa y en prosa con el correspondiente y necesarionarctico espiritual para un proletariado, que solamente puede sal-var su existencia y su libertad hundiendo la metralla mortal en elpecho de sus hermanos rusos, franceses e ingleses. Aquellos libe-los son ms consecuentes que los que intentan conciliar la monta-a y el valle, que quieren hacer cesar la guerra con la humani-dad, el asesinato con el amor fraterno, la aprobacin de los crdi-tos de guerra con la hermandad socialista entre los pueblos.

    Si la consigna lanzada el 4 de agosto por la fraccin alemanadel Reichstag hubiera sido justa, entonces se hubiera debido con-denar la Internacional obrera no slo por esta guerra, sino en ge-neral. Por primera vez desde que existe el moderno movimientoobrero se abre un abismo entre los deberes de la solidaridad in-

    ternacional de los proletarios y los intereses de la independenciay la existencia nacional de los pueblos; por primera vez descubri-mos que la independencia y la libertad de las naciones exigen im-periosamente que los proletarios de los diversos pases se asesi-nen y exterminen mutuamente. Hasta ahora habamos vividoconvencidos de que los intereses de las naciones y los intereses declase del proletariado coinciden, que son idnticos, que es impo-sible que puedan entrar en contradiccin. Esta era la base denuestra teora y de nuestra prctica, el alma de nuestra agitacinentre las masas del pueblo. Nos hemos equivocado en este pun-to cardinal de la concepcin del mundo? Estamos ante la cuestinvital del socialismo internacional.

    La guerra mundial no es la primera prueba que sufren nues-tros principios internacionales. Nuestro partido pas la primeraprueba hace 45 aos. El 21 de julio de 1870, Wilhelm Liebknecht

    y August Bebel dieron la siguiente explicacin histrica en elNorddeutscher Reichstag7:

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    19/134

    21

    La guerra actual es una guerra dinstica, emprendida en in-ters de la dinasta de Bonaparte, al igual que la guerra de 1866 lofuera en inters de la dinasta de los Hohenzollern.

    No podemos aprobar los crditos que se piden al Reichstag

    para la direccin de la guerra, porque significara un voto de con-fianza para el gobierno prusiano, que, con su proceder en 1866,prepar la guerra actual. Tampoco podemos rechazar los crditosexigidos, pues podra interpretarse como una aprobacin de lapoltica aventurera y criminal de Bonaparte.

    Adversarios, por principio, de toda guerra dinstica, social-republicanos y miembros de la Asociacin Obrera Internacional,que combate a todos los opresores sin diferencia de nacionalidad,que trata de unificar a todos los oprimidos en una gran alianzafraternal, no podemos pronunciarnos m directa ni indirectamentepor la guerra actual y, por lo tanto, nos abstenemos de votar, ex-presando nuestra ms ferviente esperanza de que los pueblos deEuropa puedan aprender de los funestos acontecimientos actualesy hagan todo cuanto est a su alcance por conquistar su derecho ala autodeterminacin y para acabar la actual dominacin clasista

    del sable, como causa de todos los males estatales y sociales.Con esta declaracin, los representantes del proletariado ale-mn pusieron su causa clara e inequvocamente bajo la banderade la Internacional y desposeyeron a la guerra contra Francia delcarcter de una guerra nacional por la independencia. Bebel escri-be en sus memorias que l habra votado en contra de la aproba-cin de los crditos si, a la hora de votar, hubiera sabido todo loque se dio a conocer en los aos siguientes.

    En aquella guerra, que toda la opinin pblica burguesa y lainmensa mayora del pueblo, bajo la influencia de las maquinacio-nes de Bismarck, consideraban de inters vital y nacional paraAlemania, los dirigentes de la socialdemocracia defendan el si-guiente punto de vista: los intereses vitales de la nacin y los in-tereses de clase del proletariado internacional coinciden, ambosestn contra la guerra. La actual guerra mundial, la declaracin

    de la fraccin socialdemcrata del 4 de agosto de 1914, desvelanpor primera vez el terrible dilema: Por un lado, independencianacional; por otro, socialismo internacional!

    Pues bien, el hecho fundamental en la declaracin de nuestrafraccin en el Reichstag, la nueva orientacin de principios de la

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    20/134

    22

    8. Bethmann-Hollweg, Theodor von (1856-1921), canciller alemn desde 1909 has-ta 1917. Partidario originariamente durante la Primera Guerra de una pol-tica de entendimiento (Verstandigungsfriede), fue cediendo poco a poco a las pre-siones nacionalistas y expansionistas.

    poltica proletaria, fue una revelacin sbita e inesperada. Fue unsimple eco de la versin del discurso del trono y del discurso delcanciller el 4 de agosto. No nos mueve ningn deseo de conquis-ta se dice en el discurso del trono , nos anima la inflexible vo-

    luntad de defender el lugar en que Dios nos ha puesto, a nosotrosy a todas las generaciones venideras. Por los documentos que leshan entregado podrn juzgar cmo mi gobierno, y sobre todo micanciller, se esforzaron hasta el ltimo momento por evitar lopeor. En legtima defensa, con conciencia tranquila y mano lim-pia, empuamos la espada. Y Bethmann Hollweg8 declaraba:Seores mos, nos vemos obligados a defendernos por necesi-dad, y la necesidad carece de ley... Quien se encuentra tan ame-nazado como nosotros y lucha por lo ms sagrado, slo ha depensar en cmo se abre paso por la fuerza... Luchamos por losfrutos de nuestro trabajo pacfico, por la herencia de un gran pa-sado y por nuestro futuro. Esta es la esencia de la declaracin so-cialdemcrata: 1) Hemos hecho todo lo posible por mantener lapaz, la guerra nos ha sido impuesta por los dems; 2) Puesto queestamos en guerra debemos defendernos; 3) En esa guerra se lo

    juega todo el pueblo alemn. La declaracin de nuestra fraccindel Reichstag slo presenta diferencias de estilo respecto de lasdeclaraciones del gobierno. La fraccin invoca, al igual que aqul,los esfuerzos diplomticos en favor de la paz de Bethmann Holl-weg y los telegramas imperiales, manifestaciones de los socialde-mcratas en favor de la paz antes de iniciarse la guerra. Lo mis-mo que el discurso del trono rechaza todo deseo de conquista, lafraccin tambin lo rechaza aludiendo al socialismo. Y cuando elkiser y el canciller exclaman: Luchamos por lo que nos es mssagrado!, no conozco ningn partido, slo conozco alemanes;responde como un eco la declaracin socialdemcrata: Nuestropueblo se lo juega todo, en la hora del peligro no dejaremos nues-tra patria en la estacada.

    Slo en un punto se aparta la declaracin socialdemcrata delesquema gubernamental: sita en primer plano el despotismo

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    21/134

    23

    9. Se refiere a la tradicin socialista alemana, ya iniciada por Marx en tiempos dela Nueva Gaceta del Rin, que mantena la necesidad de que la revolucin alema-na derrotase militarmente al despotismo ruso como condicin para asegurar eldesarrollo revolucionario en Europa.

    ruso como un peligro para la libertad de Alemania. En el discur-so del trono se dice refirindose a Rusia: Con dolor de coraznhe debido movilizar mi ejrcito contra un vecino con el que he-mos combatido juntos en tantos campos de batalla. Con sincero

    pesar vi cmo se deshaca una amistad mantenida fielmente porAlemania. La fraccin socialdemcrata ha utilizado la dolorosaruptura de una amistad fielmente mantenida con el zarismo ruso,transformndola en una fanfarria de la libertad contra el despo-tismo, en el nico punto en que nuestra independencia respectode la declaracin gubernamental ha utilizado tradiciones revolu-cionarias del socialismo9 para ennoblecer democrticamente laguerra y crearle una gloria popular.

    Todo esto, como hemos dicho, le pareci evidente a la socialde-mocracia el 4 de agosto. Cuanto haba dicho hasta aquel da, cuan-to dijo en vsperas del desencadenamiento de la guerra, eraexactamente lo contrario de la declaracin de la fraccin. As,Vorwarts escriba el 25 de julio, cuando fue publicado el ultim-tum austriaco a Serbia, que provoc la guerra:

    Ellos quieren la guerra, los elementos sin conciencia, los que

    en la corte vienesa tienen influencia y poder de decisin. Quierenla guerra: esto es lo que suena desde hace semanas en los gritossalvajes de la prensa difamadora negro-amarilla. Quieren la gue-rra: el ultimtum austriaco a Serbia lo evidencia y pone de mani-fiesto ante todo el mundo...

    Slo porque la sangre de Francisco Fernando y de su esposafue derramada por los disparos de un loco fantico, debe correrla sangre de miles de obreros y campesinos; un crimen demencialha de ser culminado por un crimen mucho ms demencial an...El ultimtum austriaco a Serbia puede ser la antorcha que pon-dr fuego a Europa por los cuatro costados! Ese ultimtum es tan-to en su redaccin como en sus exigencias tan desvergonzado,que un gobierno serbio, que retrocediese servilmente ante estanota, tendra que contar con la posibilidad de ser expulsado porlas masas populares en un abrir y cerrar de ojos...

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    22/134

    24

    Fue un crimen de la prensa chauvinista alemana incitar al m-ximo en sus ambiciones belicistas al fiel aliado, y sin duda algu-na tambin el seor von Bethmann Hollweg ha prometido su res-paldo al seor Verchfel. Pero en Berln se lleva a cabo un juego

    tan peligroso como en Viena....El Leipziger Volkszeitung escriba el 24 de julio:El partido militar austriaco... se lo juega todo a una carta,

    porque el chauvinismo nacional y militarista nada tiene que per-der en ningn pas del mundo... En Austria los crculos chauvi-nistas se encuentran en bancarrota, sus aullidos nacionalistas tra-tan de encubrir su ruina econmica, y el robo y el asesinato de laguerra han de llenar sus arcas....

    El mismo da se expresaba de la siguiente manera elDresdenerVolkszeitung:

    ...De momento los instigadores de la guerra en la Ballhaus-platz vienesa siguen sin ofrecer las pruebas definitivas que auto-rizaran a Austria el plantear reclamaciones a Serbia.

    Mientras el gobierno austriaco no est en condiciones deofrecerlas, con su atropello insultante y provocador a Serbia se

    presenta ante toda Europa carente de razn; aunque se probara laculpabilidad de Serbia, aunque el atentado de Sarajevo se hubie-ra preparado con la complicidad del gobierno serbio, las exigen-cias planteadas en la nota sobrepasan los lmites aceptables. Slolas intenciones de guerra ms frvolas hacen explicables que ungobierno pueda plantearle a otro Estado tales exigencias....

    ElMnchener Post opinaba el 25 de julio:La nota austriaca es un documento sin igual en la historia

    de los ltimos dos siglos. Basndose en autos de procesamien-to, cuyo contenido se haba sustrado hasta ahora a la opininpblica europea, y sin estar respaldados por un juicio pblicocontra los asesinos de los herederos del trono, se plantean exi-gencias a Serbia cuya aceptacin equivaldra al suicidio de eseEstado....

    Schleswig-Holsteinche Volkszeitung declaraba el 24 de julio:

    Austria provoca a Serbia, Austria-Hungra quiere la guerra,comete un crimen que puede ahogar en sangre a toda Europa...

    Austria se lo juega todo a una carta. Arriesga una provoca-cin contra el Estado serbio, que no aceptar, excepto que se en-cuentre totalmente indefenso...

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    23/134

    25

    Todo hombre civilizado debe protestar de la forma ms enr-gica contra la actuacin criminal de los gobernantes austriacos.Los obreros, principalmente, y todas aquellas personas que ten-gan un mnimo inters de defender la paz y la cultura, deben in-

    tentarlo todo para evitar las consecuencias de la locura sangrien-ta desencadenada por Viena.Magdeburger Volksstimme deca el 25 de julio:Cualquier gobierno serbio que hiciese el ms leve ademn de

    tomarse en seno esas exigencias sera barrido, en ese mismo mo-mento, por el parlamento y por el pueblo.

    El proceder de Austria es tanto ms reprochable por cuantolos Berchtold se presentan ante el gobierno serbio y, de hecho,ante toda Europa pertrechados de aseveraciones sin sentido.

    Hoy no se puede urdir de esta manera una guerra que seconvertira en guerra mundial. No se puede proceder as, a me-nos que se quiera perturbar la paz de todo el continente. As nose pueden hacer conquistas morales, o convencer del propioderecho a los no beligerantes. Suponemos, por estas razones,que la prensa de Europa y despus sus gobiernos llamarn

    enrgica e inequvocamente al orden a los desvariados gober-nantes vieneses.Frankfurter Volksstimme escriba el 24 de julio:Apoyndose en las maquinaciones de la prensa ultramonta-

    na, que llora en Francisco Fernando su mejor amigo y quisieravengar su muerte en el pueblo serbio; apoyndose en una partede los agitadores en favor de la guerra del Reich alemn, cuyaspalabras se vuelven cada da ms amenazantes y vulgares, el go-bierno austriaco ha dirigido al Estado serbio un ultimtum, queno slo est redactado en un lenguaje que raya la insolencia, sinoque contiene exigencias cuyo cumplimiento es completamenteimposible al gobierno serbio.

    El mismo da escriba Elberfelder Freie Presse:Un telegrama oficioso de la oficina de Wolff reproduce las

    exigencias austriacas respecto a Serbia. Se deduce claramente

    que los gobernantes vieneses presionan con toda violencia a fa-vor de la guerra, pues lo que se exige en la nota entregada ano-che en Belgrado es una especie de protectorado de Austria sobreSerbia. Sera de la mxima urgencia que la diplomacia berlinesahiciera comprender a los instigadores de Viena que Alemania no

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    24/134

    26

    mover un dedo para apoyar sus exigencias desmedidas, y que,por lo tanto, sera recomendable una renuncia a las demandasaustriacas.

    Y Bergische Arbeiterstimme de Solingen:

    Austria quiere el conflicto con Serbia y utiliza el atentado deSarajevo slo como pretexto para sustraer toda razn moral a Ser-bia. Pero la cuestin ha sido iniciada de forma demasiado burdacomo para lograr engaar a la opinin pblica europea...

    Si los instigadores de la Ballhausplatz vienesa en favor de laguerra creen, quiz, que en caso de conflicto, en el que tambinentrara Rusia, tendran que venir en su ayuda los otros dosmiembros de la alianza tripartita, Italia y Alemania, se hacen fal-sas ilusiones. Italia vera muy oportuno un debilitamiento deAustria-Hungra, su rival en el Adritico y en los Balcanes, y nose pillar los dedos por apoyar a Austria. Pero en Alemania de-ben ser los gobernantes aun cuando fuesen tan locos como paradesearlo los que no se atrevan a arriesgar la vida de un solo sol-dado por la criminal poltica de fuerza de los Habsburgo, sin des-encadenar la ira popular.

    As enjuiciaba la guerra toda nuestra prensa del partido sinexcepcin, una semana antes de su comienzo. Segn ella, no setrataba de la existencia y de la libertad de Alemania, sino de unacriminal aventura del partido belicista austriaco, no se trataba dedefensa, ni legtima ni nacional, ni tampoco de guerra santa im-puesta en nombre de la propia independencia, sino de una frvo-la provocacin, de una desvergonzada amenaza a la independen-cia y libertad serbias.

    Qu sucedi el 4 de agosto para que se invirtiese sbitamen-te esa concepcin de la socialdemocracia tan claramente sosteni-da y divulgada? Slo un nuevo hecho se aadi: el libro blancopresentado ese mismo da al Reichstag por el gobierno alemn. Yall se dice en la pgina 4:

    Bajo tales circunstancias, no era compatible ni con la digni-dad ni con el mantenimiento de la monarqua austriaca seguir

    contemplando por ms tiempo cruzada de brazos las maniobrasms all de sus fronteras. El gobierno real e imperial nos comuni-c su opinin y nos pidi la nuestra. De todo corazn expresamosa nuestro aliado nuestro acuerdo con su apreciacin de la situa-cin, y le aseguramos que cualquier accin considerada necesaria

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    25/134

    27

    para acabar con el movimiento dirigido contra la existencia de lamonarqua, en Serbia, encontrada nuestra aprobacin. Al deciresto, ramos conscientes de que una posible accin blica deAustria-Hungra contra Serbia hara entrar en liza a Rusia, y que,

    por lo tanto, conformes con nuestro deber de aliado, podramosvemos envueltos en una guerra. Pero, sabiendo que intereses vi-tales de Austria-Hungra se encontraban en juego, no podamosaconsejar a nuestro aliado una moderacin que no se compagina-ra con su dignidad ni tampoco negarle nuestro apoyo en ese di-fcil momento. No podamos hacer menos, sobre todo cuandonuestros intereses se encontraban tambin amenazados en loms sensible por la constante labor de zapa serbia. Si se hubiesepermitido por ms tiempo que los serbios, con ayuda de Rusia yFrancia, pusieran en peligro la existencia de la vecina monarqua,la consecuencia hubiera sido el desmembramiento paulatino deAustria y la sumisin de todo el pueblo eslavo al cetro ruso, ha-cindose insostenible en Europa central la posicin de la razagermnica.

    Austria, moralmente debilitada y quebrantada por el avance

    del paneslavismo ruso, dejara de ser para nosotros un aliado se-guro y en el que pudiramos confiar, teniendo en cuenta la actitudcada vez ms amenazante de nuestros vecinos orientales y occi-dentales. Por eso dimos va libre a Austria en su accin contra Ser-bia. No hemos, sin embargo, participado en los preparativos.

    Estas palabras fueron presentadas el 4 de agosto a la fraccinsocialdemcrata del Reichstag; palabras que constituyen la nicaparte importante y decisiva de todo el libro blanco, rotundas de-claraciones del gobierno alemn, junto a las cuales todos los de-ms libros amarillos, grises, azules y anaranjados explicando lahistoria diplomtica anterior a la guerra y sus fuerzas instigado-ras ms inmediatas aparecen como indiferentes y desprovistos deinters. La fraccin del Reichstag tena en sus manos la clave paraenjuiciar la situacin. Toda la prensa socialdemcrata haba enjui-ciado y gritado una semana antes que el ultimtum austriaco era

    una criminal provocacin a la guerra mundial, y esperaba que elgobierno alemn ejerciera una accin moderadora sobre los inci-tadores vieneses en favor de la guerra. La socialdemocracia y laopinin pblica alemana estaban convencidas de que el gobiernoalemn trabajaba arduamente, a partir del ultimtum austriaco,

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    26/134

    28

    por el mantenimiento de la paz europea. Toda la prensa socialde-mcrata supona que el ultimtum austriaco haba sido para elgobierno alemn un rayo cado del cielo, como lo fue para la opi-nin pblica alemana. El libro blanco manifestaba claramente y

    sin ambages: 1) que el gobierno austriaco haba obtenido la apro-bacin de Alemania antes de dar un paso contra Serbia; 2) que elgobierno alemn era consciente de que el proceder de Austriaconducira a la guerra con Serbia y, posteriormente, a la guerraeuropea; 3) que el gobierno alemn no slo no aconsej a Austriamoderacin, sino que afirmaba, por el contrario, que una Austriacondescendiente y debilitada ya no podra ser un aliado digno deAlemania; 4) que el gobierno alemn haba asegurado su apoyototal en la guerra a Austria antes de que sta diese su paso contraSerbia; y, finalmente, 5) que el gobierno alemn no se haba reser-vado el derecho de control sobre el ultimtum decisivo de Aus-tria a Serbia, del que dependa la guerra mundial, sino que ha-ba dado a Austria va libre.

    De todo esto se enter nuestra fraccin del Reichstag el 4 deagosto. Y el mismo da se enter de un nuevo hecho por boca del

    gobierno: el ejrcito alemn haba entrado ya en Blgica. La frac-cin socialdemcrata dedujo de todo esto que se trataba de unaguerra de legtima defensa de Alemania contra una invasin ex-tranjera, que estaba en juego la existencia de la patria, de la cul-tura; que se trataba, en definitiva, de una guerra por la indepen-dencia en contra del despotismo ruso.

    El trasfondo alemn de la guerra y los bastidores provisiona-les que lo cubran, el juego diplomtico que enmarc eldesencadenamiento de la guerra, el gritero del mundo de ene-migos que quera atentar contra la vida de Alemania, debilitarla,humillarla y sojuzgarla: Poda eso constituir una sorpresa parala socialdemocracia alemana, exigir demasiado de su capacidadde juicio y de su espritu crtico? No, al menos en el caso denuestro partido! Ha vivido ya dos grandes guerras alemanas, yha podido extraer de ellas importantes experiencias. Todo alum-

    no de primeras letras que estudie historia sabe hoy que la prime-ra guerra de 1866 contra Austria fue preparada metdicamentecon mucha antelacin por Bismarck, y que su poltica llevabadesde el primer momento a la ruptura y a la guerra con Austria.El prncipe heredero, ms tarde emperador Federico, escriba en

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    27/134

    29

    su diario, con fecha del 14 de noviembre de aquel ao, sobre lospropsitos del canciller:

    l (Bismarck) haba tenido el firme propsito, ya al hacersecargo de su puesto, de conducir a Prusia a la guerra con Austria,

    pero se haba guardado muy bien de hablar de ello entonces odemasiado pronto, en general con su Majestad, hasta que con-sider llegado el momento oportuno.

    Comprese, pues, esta confesin dice Auer en su folletoLos hombres libres de Sedn y la socialdemocracia con el texto delllamamiento que dirigi a su pueblo el rey Guillermo:

    La patria est en peligro!Austria y una gran parte de Alemania se han levantado en

    armas contra ella!Hace slo pocos aos que yo, por libre decisin y sin pensar

    en iniquidades pasadas, tend la mano de aliado al emperadorde Austria, cuando se trataba de liberar una regin alemana dela dominacin extranjera... Pero mis esperanzas han sido frustra-das. Austria no quiere olvidar que sus prncipes dominaron enotro tiempo Alemania; en los jvenes, pero fuertemente desarro-

    llados prusianos, no quiere reconocer a sus aliados naturales,sino a rivales hostiles. Prusia as piensa ella ha de ser com-batida en todas sus empresas, porque lo que beneficia a Prusiaperjudicar a Austria. La vieja y nefasta envidia arde de nuevo allamaradas: Prusia ha de ser debilitada, aniquilada, infamada.Frente a ella ya no valen los tratados, los prncipes federales ale-manes no slo son llamados contra Prusia, sino que son incita-dos a romper la alianza. En Alemania nos encontramos rodeadosde enemigos por todas partes, cuyo nico grito de combate es:humillar a Prusia.

    Y con el fin de ganarse la bendicin del cielo para esta justaguerra, el rey Guillermo promulg un decreto que estableca el 18de julio como da nacional de oracin y penitencia, en el que de-ca: Dios no se ha dignado coronar con xito mis esfuerzos paraobtener los beneficios de la paz para mi pueblo.

    Si nuestra fraccin no hubiese olvidado completamente la his-toria de su propio partido, no habra tenido que parecerle la m-sica oficial que el 4 de agosto acompa el inicio de la guerra unvivo recuerdo de melodas y palabras conocidas desde hace mu-cho tiempo?

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    28/134

    30

    10. Se refiere al documento recortado y manipulado que Bismarck dio a la publica-cin acerca de las conversaciones en Bad Ems entre Benedetti y Guillermo I yque tuvieron como contenido la exigencia de garantas planteada por NapolenIII respecto a la renuncia del prncipe Leopoldo von Hohenzollern a sus preten-siones al trono espaol. La publicacin de este documento fue la causa de queFrancia declarase la guerra a Alemania. Al menos la oficialmente dada.

    Pero sigamos. En 1870 prosegua la guerra contra Francia; sudesencadenamiento est inseparablemente unido, en la historia,a un documento: el Emser Depesche10, documento que ha pasadoa ser un clsico para toda la diplomacia burguesa en cuestiones

    de guerra, y que seala tambin un memorable episodio en lahistoria de nuestro partido. Fue el viejo Liebknecht, fue la social-democracia alemana, los que consideraron entonces su misin ydeber revelar y mostrar a las masas populares: Cmo se hacenlas guerras.

    Hacer la guerra nica y exclusivamente en defensa de la pa-tria amenazada no fue, por otra parte, un invento de Bismarck. Elsolo sigui, con la falta de escrpulos que le caracteriza, una re-ceta general y verdaderamente internacional del arte burgus degobernar. Cundo y dnde ha habido una guerra, desde que lallamada opinin pblica desempea un papel en los clculos delos gobiernos, en que todo partido beligerante no haya desenvai-nado la espada con gran pesar, nica y exclusivamente para de-fender a la patria y su causa justa del prfido ataque del enemi-go? La leyenda pertenece tanto a la historia de las guerras como

    la plvora y el plomo. El juego es viejo. Lo nuevo es que un par-tido socialdemcrata haya participado en l.

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    29/134

    31

    III. Nada en el secreto

    Conexiones y conocimientos ms profundos y fundamentalesprepararon a nuestro partido para discernir la verdadera esenciay los objetivos reales de esa guerra, y no dejarse sorprender enmodo alguno. Los sucesos y las fuerzas que condujeron al 4 deagosto de 1914 no eran un secreto para nadie. La guerra mundialhaba sido preparada durante dcadas ante la opinin pblica, enplena luz del da, paso a paso y minuto a minuto. Y cuando hoyalgunos socialistas se pronuncian rabiosamente en favor de la des-truccin de esa diplomacia secreta, que haba tramado tal dia-blura tras los bastidores, estn atribuyendo inmerecidamente a lospobres granujas fuerzas mgicas y misteriosas, como los botocu-dos, que azotan a su fetiche por el desencadenamiento de una tor-

    menta. Los llamados conductores de los destinos del Estado fue-ron esta vez, como siempre, slo piezas de ajedrez movidas poracontecimientos histricos en el interior de la sociedad burguesa.Y si hubiera alguien que se hubiera esforzado durante todo esetiempo por comprender con lucidez estos procesos y estos movi-mientos, y era capaz de lograrlo, era la socialdemocracia alemana.

    Dos lneas de fuerza de la evolucin histrica ms recienteconducen directamente a la guerra actual. Una arranca del pero-do de constitucin de los llamados Estados nacionales, es decir,de los modernos estados capitalistas, de la poca de las guerrasde Bismarck contra Francia. La guerra de 1870, que, debido a laanexin de Alsacia y Lorena, lanz a la repblica francesa en losbrazos de Rusia, provoc la escisin de Europa en dos camposenemigos e inaugur la era de la loca carrera armamentista, echlas bases que condujeron a la actual conflagracin mundial.

    Cuando se encontraban las tropas de Bismarck todava en Fran-cia, escribi Marx al comit de Brunswick:

    Quien no est completamente ensordecido por el gritero dela hora presente, o no tenga inters por ensordecer al pueblo ale-mn, debe reconocer que la guerra de 1870 dar origen a una

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    30/134

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    31/134

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    32/134

    34

    gan en frica y en los mares del Sur sus primeras colonias; y, fi-nalmente, tambin los Estados Unidos entraron en danza y ad-quieren con las Filipinas intereses en Asia oriental. Este pero-do de febril reparto de frica y de Asia, que, a partir de la guerra

    chino japonesa en 1895, desencaden una serie casi ininterrumpi-da de sangrientas guerras, culmin en la gran campaa de Chinay termin con la guerra ruso-japonesa de 1904.

    Todos estos acontecimientos, que se sucedieron uno tras otro,crearon nuevos antagonismos fuera de Europa: entre Italia yFrancia, en el norte de frica; entre Francia e Inglaterra, en Egip-to; entre Inglaterra y Rusia, en el Asia central; entre Rusia y Ja-pn, en Asia oriental; entre Japn e Inglaterra, en China; entre losEstados Unidos y Japn, en el ocano Pacfico; un mar revuelto,un flujo y reflujo de agudos antagonismos y alianzas pasajeras,de tensiones y distensiones, en las que cada par de aos amena-zaba con estallar una guerra parcial entre las potencias europeas,pero que siempre era postergada. Desde entonces estaba claropara todos: 1) que la guerra secreta y sorda de todos los estadoscapitalistas entre s y sobre las espaldas de los pueblos asiticos y

    africanos tendra que conducir tarde o temprano a un generalarreglo de cuentas; que los vientos sembrados en frica y Asiatendran que azotar un da a Europa, en forma de terrible tempes-tad, tanto ms cuanto los acontecimientos asiticos y africanos te-nan como contrapartida el creciente rearme de Europa; 2) que laguerra mundial europea estallara tan pronto como los enfrenta-mientos parciales y cambiantes entre los estados imperialistas en-contraran un eje central, una contradiccin fuerte y predominan-te en torno al cual pudieran agruparse temporalmente. Esta situa-cin se cre con la aparicin del imperialismo alemn.

    En Alemania se puede observar el surgimiento del imperialis-mo en un perodo muy corto de tiempo y en toda su pureza. Elauge sin par de la gran industria y del comercio desde la funda-cin del Reich dio lugar en los aos ochenta a dos formas especial-mente caractersticas de la acumulacin capitalista: al mayor des-

    arrollo de los crteles en Europa y a la ms grande expansin yconcentracin de la banca en todo el mundo. Aqul ha organiza-do la industria pesada, es decir, la rama del capital especialmenteinteresada en los suministros al Estado de armamentos militaresy en las empresas imperialistas (construccin de ferrocarriles,

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    33/134

    35

    explotacin del subsuelo, etc.), como el factor ms influyente enel Estado. La concentracin bancaria ha convertido al capital fi-nanciero en una potencia sin fisuras, dotado de una energa encontinuo crecimiento y expansin; en una potencia qu reina en

    la industria, el comercio y el crdito, tan poderosa en la economaprivada como en la pblica, con una capacidad de expansin gile ilimitada, siempre en busca de beneficio y de accin; en una po-tencia impersonal, gigantesca, audaz y sin escrpulos, de alcanceinternacional, y que, por su naturaleza misma, ha transformadoel mundo en escenario de sus hazaas.

    Adase a ello un poder personal muy fuerte e inestable ensus iniciativas polticas, y el parlamentarismo ms dbil, incapazde toda oposicin, junto a todas las capas burguesas unidas en laoposicin ms salvaje a la clase obrera y atrincheradas tras el go-bierno, se podr, entonces, prever que ese imperialismo joven re-bosante de energa y sin obstculos de ninguna clase, que s, se-ores mos, ustedes estn en el comienzo y ciertamente un debu-taba en el escenario mundial con enormes apetitos, cuando elmundo se encontraba, por as decirlo, ya repartido, deba conver-

    tirse rpidamente en el factor incalculable de agitacin general.Esta agitacin se manifest ya con el cambio radical en la po-ltica militar del Reich a fines de los aos noventa, con los dosproyectos de ley sobre rearme naval; que aparecieron uno trasotro en 1898 y 1899, y que significaban, en un ejemplo sin prece-dentes, la duplicacin inmediata de la marina de guerra, y un gi-gantesco plan de construcciones navales calculado aproximada-mente para dos dcadas. Esto no significaba solamente una pro-funda reestructuracin de la poltica financiera y comercial delReich la tarifa arancelaria de 1902 fue slo una sombra que si-gui a los dos proyectos de ley sobre rearme naval, sino la pro-longacin lgica de la poltica social y de todas las relaciones in-ternas de clase y de partidos. Los decretos sobre las fuerzas nava-les significaban ante todo un significativo cambio en la direccinde la poltica exterior del Reich, en relacin a como haba sido

    desde su fundacin. Mientras que la poltica de Bismarck se basa-ba en el principio de que el Reich fue siempre una potencia mili-tar en tierra y deba seguir sindolo, y la flota alemana se consi-deraba, todo lo ms, como requisito superfluo para la defensa delas costas (el mismo secretario de Estado, Hollmann, declaraba en

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    34/134

    36

    marzo de 1897 ante la comisin de Hacienda del Reichstag: Parala proteccin de las costas no necesitamos marina, las costas sedefienden por s solas), ahora se estableca un nuevo programa:Alemania deba convertirse en la primera potencia en tierra y en

    el mar. Se pasaba de la poltica continental de Bismarck a la pol-tica mundial, de la defensa al ataque como finalidad del rearme.El lenguaje de los hechos era tan claro que en el mismo Reichstagalemn se hizo necesario el comentario.

    El 11 de marzo de 1896, despus del famoso discurso del ki-ser con motivo del vigsimoquinto aniversario del Reich alemn,en el que, como indicio de los proyectos de rearme naval, habaexpuesto el nuevo programa, Lieber, entonces dirigente del cen-tro, hablaba de ilimitados planes navales contra los que se de-ba protestar decididamente. Otro dirigente del centro, Schadler,manifestaba en el Reichstag el 23 de marzo de 1898, cuando sepresent el primer proyecto de ley de rearme naval: El puebloconsidera que no podemos ser la primera potencia en tierra y enel mar. Si ahora mismo se me dice que no se trata de eso, respon-der: s, seores mos, ustedes estn en el comienzo y ciertamen-

    te un comienzo irreversible. Y cuando se present el segundoproyecto, declaraba el mismo Schadler en el Reichstag el 8 de fe-brero de 1900, despus de haber hecho alusin a las anterioresdeclaraciones, en las que se afirmaba que no se pensaba en nin-gn proyecto nuevo de ley sobre fuerzas navales: y hoy esa f-bula inaugura ni ms ni menos que la creacin de una flota a es-cala mundial, como base a una poltica mundial, mediante la du-plicacin de nuestra flota a travs de un programa que debedurar casi dos dcadas. Por otra parte, el mismo gobierno expu-so abiertamente el programa poltico de la nueva orientacin: el11 de diciembre de 1899 deca von Blow, entonces secretario deestado del Ministerio de Asuntos Exteriores, en defensa del se-gundo proyecto de ley de rearme naval: Si los ingleses hablan deunagreater Britain (una Gran Bretaa ms grande), si los france-ses hablan de una nouvelle France (nueva Francia), si los rusos se

    apoderan de Asia, nosotros tenemos tambin el derecho a eingrosseres Deutschland (una Alemania ms grande)... Si no construi-mos una flota capaz de proteger nuestro comercio, nuestros ciu-dadanos en el extranjero, nuestras misiones, y garantizar la segu-ridad de nuestras costas, ponemos en peligro los intereses ms vi-

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    35/134

    37

    13. Acorazados y superacorazados. En ingls en el original.

    tales de la patria... En el prximo siglo el pueblo alemn seryun-que o martillo. Si se elimina el floreo retrico sobre la proteccinde las costas, de las misiones y del comercio, queda el programalapidario: una Alemania ms grande, poltica de martillo para los

    otros pueblos.Para todos estaba claro contra quin se dirigan, en primer lu-gar, esas provocaciones: la nueva poltica naval agresiva haca deAlemania el competidor de la primera potencia naval, Inglaterra.Y as se entendi en Inglaterra. La reforma de la flota y lasdeclaraciones programticas que la acompaaban provocaron enInglaterra una viva inquietud que no ha cesado desde entonces.En marzo de 1910 repeta lord Robert Cecil, en el curso del deba-te sobre la flota sostenido en la Cmara de los Comunes, que re-taba a cualquiera que justificara la construccin por Alemania deuna gigantesca flota, si no tuviera la intencin de entrar en luchacontra Inglaterra. La rivalidad en el mar mantenida por ambaspartes desde hace quince aos, y, finalmente, la febril construc-cin de dreadnoughts y de super dreadnoughts13 era ya la guerra en-tre Alemania e Inglaterra. El proyecto de ley de rearme naval de

    11 de diciembre de 1899 era una declaracin de guerra por partede Alemania, acusando recibo Inglaterra el 4 de agosto de 1914.Debemos hacer notar que esa rivalidad naval no tena nada

    que ver con la lucha econmica por el mercado mundial. El mo-nopolio ingls en el mercado mundial, que estrangulaba su-puestamente el desarrollo capitalista de Alemania, y del que tan-tos disparates se dicen hoy da, constituye una de esas leyendaspatriticas de guerra que incluye tambin el mito de la feroz re-vancha francesa. Ya desde los aos ochenta aquel monopoliose haba convertido, para desgracia de los capitalistas ingleses,en una vieja historia. El desarrollo industrial de Francia, Blgica,Italia, Rusia, India, Japn, pero, sobre todo, de Alemania y de losEstados Unidos haba acabado con aquel monopolio en la prime-ra mitad del siglo XIX, hacia los aos sesenta. En las ltimas d-cadas un pas tras otro irrumpieron junto a Inglaterra en el mer-

    cado mundial; el capitalismo se desarroll impetuosamente, deacuerdo con su naturaleza, hasta formar la economa mundialcapitalista.

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    36/134

    38

    Pero la supremaca naval inglesa, que an hoy perturba elsueo a ms de un socialdemcrata alemn, y cuya destruccinles parece una necesidad urgente a esos buenos seores para laprosperidad del socialismo internacional; esta supremaca naval,

    consecuencia de la expansin del imperio britnico en los cincocontinentes, no slo no ha perturbado al capitalismo alemn, sinoque ste creci con asombrosa rapidez bajo su yugo y se convir-ti en un robusto mozo de fuertes carrillos. Justamente Inglaterray sus colonias son la pieza angular del auge de la gran industriaalemana, tal como, a la inversa, Alemania es para el imperio bri-tnico el ms importante e indispensable cliente. Lejos de chocarel desarrollo del gran capital britnico y del alemn, dependen eluno del otro y estn ligados por una amplia divisin del trabajo;favorecida, en gran medida, por el libre comercio ingls. El co-mercio alemn y sus intereses en el mercado mundial no tenannada que ver con el cambio de frente en la poltica alemana y conla construccin de la flota.

    Tampoco el dominio colonial alemn conduca por s mismo aun peligroso enfrentamiento mundial ni a la rivalidad naval con

    Inglaterra. Las colonias alemanas no necesitaban para su protec-cin una potencia naval de primer orden, porque, por su condi-cin, apenas despertaban en nadie, y mucho menos en Inglaterra,la envidia hacia el Reich alemn. Y si ahora, en el curso de la gue-rra, se han apoderado de ellas Inglaterra y Japn, que lo robadocambie de propietario, es una medida corriente y efecto de la gue-rra, tal como ahora el apetito de los imperialistas alemanes se lan-za insaciable hacia Blgica sin que antes, en tiempo de paz, nadieque no estuviera loco se hubiera atrevido a plantear la anexin deBlgica. Nunca se hubiese producido una guerra por tierra o pormar entre Inglaterra y Alemania a causa de frica suroriental ysuroccidental, del pas de Guillermo o del Tsingtao, pues inmedia-tamente antes de empezar la guerra actual se haba llegado a unacuerdo entre Alemania e Inglaterra para iniciar un reparto amis-toso entre las dos potencias de las colonias portuguesas en frica.

    El desarrollo del poder naval y el despliegue del estandarte po-ltico mundial por parte alemana presagiaban nuevas y grandes in-cursiones del imperialismo alemn en el mundo. Con esta ofensi-va flota de primera clase y los continuos incrementos del ejrcito,que se sucedieron con rapidez paralelamente a la construccin de

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    37/134

    39

    14. El Partido Nacional Liberal se fund en 1866-1867, compuesto por grupos libe-rales que apoyaban la poltica de Bismarck. Su base estaba formada por la gran

    burguesa y las clases medias urbanas. Obtuvo en su perodo de mayor alzael 30% de los votos en 1871. A partir de entonces, fue oscilando en torno al 13%en todas las dems elecciones.

    15. Centro. De su verdadero nombre, Deutsche Zentrumspartei. Se fund en 1870como expresin del catolicismo alemn. Antes de 1919 el centro sola tener del20 al 25% de los escaos en el Parlamento.

    16. Referencia a la poltica naval inaugurada por Alfred von Tirpitz, que culminen un ambicioso plan de construccin naval, iniciado en 1898.

    17. El nombre viene de que, en ese ao, las sublevaciones de nativos del Africa su-roccidental alemana fueron aplastadas con singular crueldad por las tropas ale-

    manas. El SPD denunci el carcter inhumano de la represin, levantando unaoleada de furor patritico.

    18. Blow, Bernhard von (1849-1929), canciller alemn de 1900 a 1909, artfice delllamado bloque de Blow, que reuna a conservadores y liberales nacionalesfrente al Centro. Partidario de una poltica de expansin imperialista que, sinembargo, no chocara con los intereses de Francia e Inglaterra.

    la flota, se cre un aparato para la futura poltica, cuya orientaciny objetivos tenan abiertas las puertas en par para incalculables po-sibilidades. La construccin de la flota y el rearme se convirtieronen el negocio ms grandioso de la gran industria alemana, abrien-

    do al mismo tiempo ilimitadas perspectivas para las ulteriores ope-raciones de los crteles y de los bancos en todo el mundo. Con estoquedaba asegurada la unin de todos los partidos burgueses bajola bandera del imperialismo. El centro socialdemcrata sigui elejemplo de los nacional-liberales14, tropa de choque de la industriapesada imperialista; precisamente el centro15, que, con la acepta-cin, en 1900, de los proyectos de ley sobre las fuerzas navales16 queinauguraba una poltica mundial denunciada por l obstinada-mente, se convirti definitivamente en un partido gubernamental;los liberales siguieron rezagadamente al centro en el asunto delproyecto de ley sobre las fuerzas navales y las tarifas aduaneras;posteriormente cerraba la marcha la nobleza terrateniente, que deadversario contumaz de la horrible flota17 y de la construccindel canal, pas a ser solcito gorrn y parsito del militarismo na-val, del robo colonial y de la poltica arancelaria que le acompaa-

    ba. Las elecciones al Reichstag de 1907, las llamadas elecciones dehotentotes, mostraron al desnudo una Alemania burguesa porentero, en un paroxismo de entusiasmo imperialista y firmemen-te unida bajo una bandera: la Alemania de von Blow18, que se

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    38/134

    40

    senta llamada a salir a escena como martillo del mundo. Y estaselecciones con su atmsfera de pogromo, preludio de la Ale-mania del 4 de agosto fueron una provocacin no slo a la cla-se obrera alemana, sino tambin a los dems Estados capitalistas,

    un puo levantado contra nadie en particular, pero contra todosen general.

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    39/134

    41

    IV. La expansin imperialista alemana

    Turqua se convirti en el campo de operaciones ms importantedel imperialismo alemn; su gua fue el Deutsche Bank y sus gi-gantescos negocios en Asia, que se encuentran en el centro de lapoltica alemana en el Oriente. En los aos cincuenta y sesentaoperaba principalmente en la Turqua asitica el capital ingls,que construy el ferrocarril que parta de Esmirna y obtuvo laconcesin del primer tramo del ferrocarril desde Anatolia hastaEsmit. En 1888 hizo su aparicin el capital alemn, que recibi deAbdul Hamid para su explotacin los tramos construidos por losingleses y la concesin para construir los nuevos tramos desdeEsmit hasta Aniora con las lneas secundarias hacia Esctari,Brussa, Konia y Kaizarile. En 1899 el Deutsche Bank consigui la

    opcin para construir y usufructuar un puerto con sus instalacio-nes adjuntas en Haidar Pacha, as como la exclusiva del comercioy de las aduanas en ese puerto. En 1901 el gobierno turco otorga-ba al Deutsche Bank la concesin del gran ferrocarril de Bagdadhasta el golfo Prsico, y en 1907, la desecacin del lago de Kara-viran y la irrigacin de la planicie de Koma.

    La otra cara de la medalla de esa gran obra cultural pacficaes la pacfica e inmensa ruina del campesinado del Asia Menor.Los costos de estas colosales obras fueron adelantados, natural-mente, por el Deutsche Bank, mediante un ampliamente ramifi-cado sistema de deuda pblica; el Estado turco se convirti parasiempre en deudor de los seores Siemens, Gwinner, Helferich,etc., tal como antes lo haba sido de los capitales ingls, francs yaustriaco. Este deudor no slo deba extraer cuantiosas sumas delas arcas del Estado para pagar los intereses de los emprstitos,

    sino que estaba obligado a garantizar las ganancias brutas de losferrocarriles construidos. Los medias de transporte y las instala-ciones ms modernas se situaban en un contexto econmico ex-tremadamente atrasado, basado fundamentalmente en una eco-noma natural, es decir, en una economa campesina de lo ms

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    40/134

    42

    primitiva: del rido suelo de esta economa, succionada sin escr-pulos desde haca siglos por el despotismo oriental, y que apenasproduca algunas briznas para la alimentacin propia del campe-sinado, una vez pagados los impuestos al Estado, no poda salir,

    como es obvio, el necesario trfico y las ganancias para los ferro-carriles. De acuerdo con las caractersticas econmicas y cultura-les del pas, el trfico de mercancas y viajeros estaba muy pocodesarrollado y slo poda crecer con lentitud. A fin de compensarlo que faltaba para completar el beneficio del capital empleado, elEstado turco acord conceder anualmente a las compaas ferro-viarias una subvencin, bajo la forma de garanta de kilometra-je. Fue siguiendo este sistema como el capital austriaco y el fran-cs construyeron el ferrocarril en la Turqua europea; el mismosistema se aplic en todas las empresas del Deutsche Bank en laTurqua asitica. Como garanta y para asegurar el pago del sub-sidio, el gobierno turco transfiri a los representantes del capitaleuropeo el llamado consejo de administracin de la deuda p-blica, la fuente principal de los ingresos del Estado turco: losdiezmos de una serie de provincias. Entre 1893 y 1910, por ejem-

    plo, el gobierno turco ha subvencionado con unos noventa millo-nes de francos el ferrocarril hasta Angora y el ramal Eskischeir-Konia. Los diezmos que hipoteca repetidamente el Estado tur-co en favor de sus acreedores europeos son los antiqusimostributos campesinos en especies, cereales, corderos, seda, etc. Losdiezmos no son percibidos directamente, sino a travs de inter-mediarios del tipo de los famosos recaudadores de impuestos dela Francia prerrevolucionaria; el Estado vende en subasta, es de-cir, a los que ofrezcan ms, los ingresos previstos por los tributosde cada wilajet (provincia) contra el pago al contado. Si el diezmode un wilajet ha sido adquirido por un especulador o por un con-sorcio, stos venden los diezmos de cada sandschaks (distrito) aotros especuladores, que a su vez ceden su parte a toda una seriede pequeos agentes. Como todos quieren cubrir sus gastos y ob-tener todo el beneficio que sea posible, el diezmo crece como una

    avalancha a medida que se acerca al campesino. ste, casi siem-pre endeudado, espera con impaciencia el momento de vender sucosecha, pero una vez que ha segado sus mieses debe esperar, aveces semanas enteras, para hacer la trilla, a que el recaudador selleve la parte que le corresponde. El recaudador, con frecuencia

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    41/134

    43

    comerciante l mismo en granos, utiliza esta situacin del campe-sino, que siente la amenaza de que se le pudra toda la cosecha enel campo, para arrancrsela a bajo precio, y sabe hacer frente a lasquejas de los descontentos con la ayuda de los funcionarios y es-

    pecialmente de los muktars (alcaldes). Si no se encuentra ningnrecaudador de impuestos, el gobierno recoge los diezmos en es-pecies, los lleva a los depsitos y los transfiere a los acreedores ca-pitalistas como subvencin. Este es el mecanismo interno de laregeneracin econmica de Turqua mediante la obra culturaldel capital europeo.

    Por medio de estas operaciones se logran dos resultados. Lapequea economa campesina del Asia Menor se convierte en ob-jeto de un bien organizado proceso de succin para provecho yutilidad del capital financiero e industrial europeo, en este caso,sobre todo del alemn. Con ello crece la esfera de intereses deAlemania en Turqua, que, a su vez, da fundamento y ocasinpara la proteccin poltica de Turqua. Al mismo tiempo, elaparato de succin necesario para la explotacin econmica delcampesinado, es decir, el gobierno turco, se convierte en obedien-

    te instrumento, en vasallo de la poltica exterior alemana. Ya des-de hace mucho tiempo estaban bajo control europeo las finanzas,la poltica arancelaria, la poltica tributaria y el presupuesto na-cional de Turqua. La influencia alemana se ha apoderado espe-cialmente de la organizacin militar.

    De todo esto resulta claro que el imperialismo alemn est in-teresado en el fortalecimiento del Estado turco, para evitar, al me-nos, su desmoronamiento, su cada prematura. La liquidacinacelerada de Turqua conducira a su reparto entre Inglaterra, Ru-sia, Italia, Grecia y otros; y el capital alemn perdera una base ex-cepcional para las grandes operaciones. Se producira, al mismotiempo, un extraordinario crecimiento del poder de Rusia y de In-glaterra, as como de los Estados mediterrneos. Para el imperia-lismo alemn se trata de conservar el cmodo aparato del Esta-do turco independiente y de la integridad de Turqua el tiem-

    po suficiente, hasta que sea devorado desde su interior mismopor el capital alemn, como lo fuera anteriormente Egipto por losingleses o ahora Marruecos por los franceses, cayendo en manosalemanas como fruto maduro. El conocido portavoz del imperia-lismo alemn, Paul Rohrbach, declaraba franca y honradamente:

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    42/134

    44

    19. Se refiere al rgimen implantado en Turqua por el Partido de los Jvenes Tur-cos, tras la sublevacin de Salnica de 1908, dirigida por Enver Pach y que des-tron al sultn Abdul Hamid.

    La misma situacin de Turqua hace que, rodeada por todas par-tes de ambiciosos vecinos, busque el apoyo de una potencia queen lo posible no tenga intereses territoriales en Oriente. Esta po-tencia es Alemania. Nosotros, por nuestra parte, sufriramos

    grandes prdidas si desapareciese Turqua. Si Rusia e Inglaterrafueran los herederos principales de los turcos, resulta evidenteque esos dos Estados incrementaran considerablemente su po-der. Pero aunque Turqua fuese dividida de forma que una parteimportante nos tocara, esto implicara para nosotros dificultadessin fin, pues Rusia, Inglaterra y en cierto sentido tambin Franciae Italia son vecinas de la actual zona de soberana turca y, bienpor tierra o por mar, o por ambas vas, estn en condiciones deocupar y defender su parte. Nosotros, por el contrario, no tene-mos ningn contacto directo con el Oriente... Un Asia Menor ouna Mesopotamia alemanas slo podran llegar a ser realidad siantes, por lo menos, Rusia y tambin Francia fueran obligadas arenunciar a sus actuales fines e ideales polticos, es decir, si antesla guerra mundial tuviese un desenlace decisivo en beneficio delos intereses alemanes (Der Krieg und die deutsche Politik [La gue-

    rra y la poltica alemana], pg. 36).Alemania, que el 8 de noviembre de 1898 jur solemnementeen Damasco, a la sombra del gran Saladino, defender y ampararal mundo mahometano y a la verde bandera del Profeta, fortale-ci con gran celo durante una dcada al rgimen del sanguinariosultn Abdul Hamid, prosiguiendo su obra, tras un corto pero-do de alejamiento, en el joven rgimen turco19. Adems de lospinges negocios del Deutsche Bank, la misin se ocup de lareorganizacin y entrenamiento de las fuerzas militares turcascon Goltz Pascha a la cabeza, utilizando instructores alemanes.La modernizacin del ejrcito gener nuevas y pesadas cargas so-bre los hombres del campesinado turco, pero tambin nuevos ybrillantes negocios para Krupp y el Deutsche Bank. Al mismotiempo, el militarismo turco se converta en dependiente del mi-litarismo prusiano-alemn y en punto de apoyo de la poltica ale-

    mana en el Mediterrneo y en el Asia Menor.

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    43/134

    45

    Que la regeneracin de Turqua emprendida por Alemaniano es ms que un intento artificial por galvanizar a un cadver lodemuestra mejor que nada el destino de la revolucin turca. Ensu primera fase, mientras el elemento ideolgico predominaba en

    el joven movimiento turco, mientras se abrigaban proyectos dealtos vuelos e ilusiones en torno a una nueva primavera rebosan-te de vida y a la renovacin interna de Turqua, sus simpatas po-lticas se dirigan principalmente hacia Inglaterra, consideradaideal del moderno Estado liberal, mientras que Alemania, protec-tora oficial durante muchos aos del sagrado rgimen del viejoSultn, apareca como enemigo de los Jvenes Turcos. La revolu-cin de 1908 pareca ser la derrota de la poltica alemana en elOriente y, en general, as fue interpretada, presentndose el de-rrocamiento de Abdul Hamid como el fin de la influencia alema-na. Pero, una vez que los Jvenes Turcos llegaron al poder, mos-traron una incapacidad total para realizar cualquier tipo de refor-ma moderna en lo econmico, social y nacional; a medida que semanifestaba cada vez ms su carcter contrarrevolucionario, vol-vieron rpidamente a los mtodos patriarcales de opresin de

    Abdul Hamid, es decir, al bao de sangre peridicamente organi-zado entre los pueblos sometidos, a los que se azuzaba unos con-tra otros, y a la ilimitada explotacin oriental del campesinado,que constituan los dos pilares fundamentales del Estado. El man-tenimiento artificial de este rgimen de violencia se convirti enla preocupacin principal de la Joven Turqua, y se retorntambin en poltica exterior a las tradiciones de Abdul Hamid: ala alianza con Alemania.

    Teniendo en cuenta lo complejo de la cuestin de lasnacionalidades que dividen el Estado turco: armenios, kurdos,sirios, rabes, griegos (y, hasta hace poco, albanos y macedo-nios); dada la multiplicidad de problemas econmico-sociales enlas diferentes partes del reino; dado el surgimiento de un fuertey vigoroso capitalismo en los jvenes Estados balcnicos veci-nos, y, sobre todo, la actividad econmica disgregadora del capi-

    tal y de la diplomacia internacional en Turqua durante largosaos, todo el mundo, pero especialmente la socialdemocraciaalemana, vea claramente ya desde hace tiempo que la real rege-neracin del Estado turco era empresa desesperada y que todoslos intentos por mantener aquel montn de ruinas tambaleante

  • 8/6/2019 Rosa Luxemburgo - La Crisis de La Democracia

    44/134

    46

    20. La posicin de Marx en lo relativo a Turqua durante la guerra de Crimea estu-vo muy influida por los criterios de Urquhart, entonces embajador britnico enel imperio osmanl, furibundo enemigo de Rusia como Marx y partidario deu