Rosario para Salvar lo que estaba perdido

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Rosario para “Salvar lo que estaba perdido”

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Rosario de Sanación Interior

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Rosario para

“Salvar lo que estaba perdido”

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Basado en Oraciones del Padre Carlos Aldunate S. J.

¿Qué tipo de Rosario es este?

Este Rosario se enmarca dentro de los llamados Rosarios Bíblicos. Los cuales se diferencias de los Rosarios habituales (que contemplan los Misterios Dolorosos, Gozosos, Gloriosos y Luminosos de la vida de Jesús)

La particularidad de estos Rosarios es que meditamos solo un pasaje de las Sagradas Escrituras intentando sumergirnos en el mismo según nos enseña San Ignacio de Loyola. Esto consiste en “hacerse presente” en la escena o el misterio que se contempla. Es tomar, por ejemplo, un pasaje evangélico y recrearlo en la mente metiéndose en él como protagonista (tomar el papel de uno de los personajes que aparecen) La forma de “meterse” es a través de los sentidos actuados en y con la imaginación: ver las personas que entran en la escena, oír lo que dicen o pueden decir, lo que comentan entre sí, mirar buscando centrar la atención en lo que hacen los personajes. Lo que se hace no es recordar un hecho histórico de forma artificial, sino actualizar la historia de la salvación compuesta de eventos situados en la historia, pero con un alcance universal No se trata de ser mero espectador de todos los sucesos y enseñanzas que presenta el Evangelio, sino de actualizarlos trayéndolos al aquí y al ahora de nuestras vidas. Por eso es válido revivirlos en el corazón, recrear un diálogo con el Señor, escucharlo, actuar en las distintas situaciones que presenta la Escritura.

El centro de este tipo de oración está en la aplicación de los sentidos y de todas las facultades humanas que actúan a partir de ellos: la imaginación, el entendimiento, la voluntad. Efectivamente, el contemplar los misterios y meter en ellos el oído, el gusto, la vista, hace más fácil el paso a los sentimientos. Esto es lo que hace más sencillo este tipo de oración, porque involucra a todo el ser humano.

El dinamismo de este modo de oración es, por tanto, el siguiente: parte de un hecho de la vida del Señor (ver las personas, escuchar lo que dicen, considerar las acciones) y sus implicaciones para la propia vida, hasta llegar a los afectos y las mociones de la voluntad que engendran la decisión de la entrega, el seguimiento y la imitación. 

Además estos Rosarios cuentan con oraciones e intenciones específicas según la orientación que se le dé…

Existen Rosarios por: la Familia, los Hijos, los Enfermos, la Paz, los Niños No Nacidos, etc… Cada uno medita un texto bíblico, pidiendo a la vez por sus intenciones particulares.

Este Rosario para “Salvar lo que estaba perdido” meditara el encuentro de Jesús con Zaqueo.

Y será una bella herramienta para un Camino Integral de: Conversión – Sanación – Liberación

Por medio de este Rosario te invitamos a: Creer y esperar contra toda esperanza (como lo hizo Abraham) sabiendo que: “para Dios nada es imposible” (Lucas 1, 37)

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Señor Jesús que el amor de tu corazón me invada.

Enséñale a mi memoria que, si yo he venido a la existencia,

es porque fui un deseo tuyo, y que por eso soy amado por Ti.

Reconociste mi vida desde el comienzo,

en donde fui concebido, hasta hoy.

Sáname de toda herida que tenga en mi corazón,

mis sentimientos, mi memoria, mi imaginación,

mi inteligencia y mi voluntad.

Libera mi ser de toda atadura,

de toda cadena que me vuelva esclavo.

Por tu Espíritu Santo yo quiero vivir libre y feliz,

a tu servicio y al servicio de mis hermanos.

Jesús, por la Gloria del Padre y por las manos de María,

me entrego entero a Ti en cuerpo, alma y espíritu.

Gracias por haberme creado.

Amén

(Nuestra Señora de la Liberación (Issia, Costa de Marfil)

Evangelio según San Lucas 19, 1-10

Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa.» Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.» Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis

bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo.»

María mírame…Si tu me miras,

El también me mirará…

San Alberto Hurtado

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Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.»

Zaqueo era de pequeña estatura…

San Lucas es fidedigno y es muy verosímil que un hombre de poca estatura quedara como tapado por los demás. Entonces el corrió y se subió a un árbol. No significa que subió muy lejos, pero subiría 2 o 3 metros para poder ver pasar a Jesús. Cuando logra verlo, este le dice que se alojará en su casa… Entonces Zaqueo baja rápido y va corriendo para prepararse y cuando llega Jesús ya tiene como un “discursito”… le dice: Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien… Podemos imaginar cómo Zaqueo muestra su casa a Jesús: el salón, el comedor, la cocina, el dormitorio…Y Jesús va santificando todas esas piezas y por lo tanto las actividades que son la vida de Zaqueo.También podemos imaginar que Zaqueo le puede mostrar las piezas donde tiene cosas antiguas, por ejemplo: objetos, libros, juguetes de niño y hasta la misma pieza donde había nacido…

De modo que Jesús recorre también la vida de Zaqueo y va santificándola.

Necesitamos releer nuestra historia a la luz de Jesús Nuestro Señor;

poder mirar con Él los hechos traumáticos que nos han marcado

y que han influido en nuestra manera de mirar,

de escuchar, de oler, de gustar o de tocar.

Debemos experimentar verdaderamente la libertad de Hijos de Dios.

Señor, al igual que visitaste la Casa de Zaqueo…

Te pedimos que también visites nuestra casa.

¡Oh Jesús, te ruego que visites mi casa!

Hay muchos cuartos en que he pasado diversas etapas de mi vida.

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Te pido Señor que, a través de este Rosario,

pases por cada uno de ellos…

Primer Misterio: Entra Señor en el salón.

Desde hace varios años, es lo que muestro a los que me visitan.

(Aparece bien arreglado, pero hay rincones oscuros, sucios, fríos)

Señor, te veo abrir las ventanas y dejar entrar el sol.

¡Huyen las tinieblas; no deben quedar rincones oscuros!

En las paredes hay cuadros sin valor; son copias de pinturas mundanas. Tu los descuelgas y pones otros cuadros, que reflejan la belleza de tu Padre, de Ti mismo, de María, de los ángeles, de santos y de tu creación.

Abre los armarios y sacas cosas rotas, inútiles, basura. Hay muebles viejos y feos que conservo por apegos y por compromisos. Tú los sustituyes por muebles nuevos, realmente hermosos y útiles para mí y para otros

Padre Nuestro – Ave María - Gloria

Segundo Misterio: Te pido, Jesús, que pases al cuarto de mi juventud

En las paredes hay todavía muchas fotografías: me recuerdan amistades, grupos, actividades, paseos, proyectos, ilusiones, desilusiones.

Hay armarios también, donde yo arrojaba fracasos y experiencias que quería ocultar a los demás. Tú me enseñas una manera de hacer desaparecer todo lo feo del pasado, por medio del perdón a otros y también a mí mismo. (Señor hoy perdono a los que me han dañado…)

También Señor aceptando estos caminos de Dios: aquellos que Él quiso recorrer y poner; y los que Él no quiso impedir en mi vida. (Yo te perdono Señor por todo aquello que no impediste en mi vida…)

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Tercer Misterio: Pasa, Jesús, al cuarto de mi adolescencia

Allí, en unos cajones, Tú encuentras diarios y anotaciones de esa época mía: son mis aspiraciones y soledades. Tú comprendes todo eso, y pones tu mano en mi hombro para asegurarme que estuviste conmigo en todo momento. Tú pides que yo perdone para sanar las heridas de esa época…

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¡Gracias Señor por permitirme sanar y recordar esta adolescencia mía!

Padre Nuestro – Ave María - Gloria

Cuarto Misterio: Te pido, Jesús, pasa ahora al cuarto de mi niñez

Allí hay juguetes, muñecos y cuadros infantiles: imágenes santas de María y del niño Jesús: un Belén con las figuras del Nacimiento: recuerdos de mi Primera Comunión. Recuerdos de mis primeros contactos contigo: oraciones de niño, deseos de santidad. También hay penas de niño, como los castigos y angustias ante las desavenencias de mis padres.

¡Sana, Señor, todas esas heridas de mi niñez y de mi infancia!

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Quinto Misterio: Jesús, Tú pasas ahora al cuarto de mi nacimiento

Estuviste presente durante todos los meses de mi gestación…

Sana toda herida de niño no deseado, o de niño deseado de otro sexo.

Sana toda herida transmitida por mi madre angustiada, cansada o deprimida…

Al fin, Jesús, vas a abrir la ventanita del fondo, por donde se ve el panorama inmenso del cielo estrellado, la armonía de la Creación de Dios, su plan de amor para mi vida…

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Oh, Señor Jesús, ¡Que toda mi casa sea enteramente de Ti; siempre a tu disposición; que tu luz brille en ella y a través de ella para bien y felicidad de mis hermanos!”

Finalizaremos este Rosario con 2 Oraciones

1º) Una Oración de Sanación Interior.

Aquí presentamos un esquema que intenta abarcar las áreas más importantes y las heridas más comunes. Cada uno en base a lo que irá descubriendo en Oración (con su Trabajo Personal) podrá adaptarlo y personalizarlo según su necesidad…

2º) Una Oración de Liberación

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También presentamos un esquema que intenta abarcar los “cautiverios” más comunes. Cada uno en base a las esclavitudes que experimente podrá adaptarlo y personalizarlo según su realidad…

Sugerimos hacerlas pausadamente, haciendo consiente las gracias que le pedimos al Señor, para sacar el mayor provecho posible…

Oración de Sanación Interior

Señor, hoy en fe y con tu gracia yo perdono a: mi mamá por………., a mi papá por……., a mí mismo por……. y a ti Dios por….… (Rechazos, abandonos, indiferencias, peleas, heridas, etc)

Te presento para que sanes y restaures mis memorias: afectiva, auditiva, táctil, visual, olfativa y gustativa.

Y las tendencias a: la conservación, desarrollo, socialización, trascendencia, dañadas en la historia de mi vida.

Recrea en mi las verdaderas imágenes de: Hombre, Padre, papá, hermano, amigo, hijo, esposo en Cristo. Y las imágenes de mujer, Madre, mamá, esposa, hija, hermana, amiga, en María.

Recrea en mí al hijo que creaste desde siempre.

Madura armónicamente al niño que hay en mí. Aumenta en mí la capacidad de dejarme amar y educar por ti.

Dame docilidad y fidelidad al Espíritu Santo. Dame libertad, equilibrio y astucia Crística.

Te presento mis falsos comportamientos ( Reconocerlos, Ej.: celos, servilismo, gula, pereza, etc.….. ) y te pido que me des nuevos comportamientos sanos y saludables como los tuyos.

Gracias Señor por todo lo estás haciendo en mi…

Oración de Liberación

Sana Señor mi espíritu, liberándolo de todo pecado, y de la inclinación al pecado, para que pueda crecer en mi la confianza en ti, y la entrega a tu voluntad.

Sana Señor mi alma, con todas sus facultades o capacidades.

Sana Señor mi memoria, liberándola de resentimientos, amarguras y culpabilidades que me encadenan al pasado, para que florezca en mi el agradecimiento y la alabanza a tu bondad incesante.

Sana Señor mi entendimiento, liberándome de falsos valores mundanos, de ideologías y prejuicios; de supersticiones y de vanas curiosidades; de programaciones y respetos humanos, para que crezca en tu luz y tu verdad…

Sana Señor mi afectividad, liberándome de temores, de angustias; de tendencias viciadas, ambiciones, envidias, soberbia, apegos desordenados a cosas y a personas, para que pueda crecer en un amor semejante al tuyo, sirviendo a mis hermanos como humilde y generoso samaritano.

Sana Señor mi imaginación, liberándome de imágenes agresivas y lujuriosas, para que mis imágenes sean siempre de creatividad en tu servicio.

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Sana Señor mi voluntad, liberándome de compulsiones, de malos hábitos, de indecisión, de inconstancia, de debilidades, para crecer en libertad, fortaleza, fidelidad y delicadeza en mi obediencia a tus inspiraciones.

Todo lo pongo en tus manos.

Te pido tus soluciones, a Tu tiempo y a Tu modo, corno mejor convenga a Tu voluntad.

Amén.