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Copyright 2004 by Psykhe ISSN 0717-0297 PSYKHE 2004, Vol.13, Nº 2, 57-72 María Isabella Prado, CEDURE, Bolivia. Mariane Krause, Escuela de Psicología. La correspondenc ia relat iva a est e art ículo debe ser diri- gida a María Isabella Prado, Cent ro de Estudios para el Desarrollo Urbano yRegional (CEDURE) , Calle Méxi- co Nº35, piso 1, of . 2, Sant a Cruz , Bolivia. E-mail: cedure@infonet .com.bo Representaciones Sociales de los Chilenos Acerca del 11de Septiembre de 1973ysu Relación con la Convivencia Cotidiana ycon la Identidad Chilena Chileans Social Representations About September Eleventh 1973and its Relationship With DailyLivingTogether and Chilean Identity María Isabella Prado Cent ro de Estudios para el Desarrollo Urbano yRegional (Bolivi a) Mari ane Krause Pontifici a Universi dad Cató lica de Chi le El 11de sept iembre de 1973es una f echa de profunda signif icac ión en Chile. Su vigenc ia muest ra que, al hablar de las represent ac iones soc iales ylos ef ect os actuales del 11 , se estáhac iendo ref erenc ia a cont enidos de un moment o espec íf ico dent ro de un proceso. Se abordóest e t rabajo desde la perspect iva t eórica de las represent ac iones soc iales, ent endidas como una elaborac ión colect iva, int ersubj et iva, posible a t ravés de la comunicac ión yque se const ituye en una manera de int erpret ar yaprehender la realidad cot idiana (Jodelet , 1984;Wagner & Elej abarriet a, 1994) . Los elementos valorat ivos, af ect ivos, simbó licos ycognit ivos con que se mira el 11 , const ruyen realidades int ersubj et ivas que inf luyen en el modo de relac ionarse de las personas, afect ando la convivenc ia cot idiana e int erviniendo en el modo de ser yde sent irse chileno. Sept ember eleventhof1973is a veryimport anthistorical dat e in Chile. It s st andingin soc ial lif e shows thatby t alkingaboutsoc ial represent at ions and todayeffect s ofSept ember eleventh, we are t alkingabouta spec if ic momentofa currentprocess. The theoryofsoc ial represent at ions was chosen for this proj ect , underst anding those as a collect ive, int ersubj ect ive const ruct ion, made possible throughcommunicat ion and becominga wayof int erpret ingand underst andingreality(Jodelet , 1984;Wagner & Elej abarriet a, 1994) . The valorat ive, affect ive, symbolicand cognit ive element s through which Sept ember eleventh is looked at , help buildingint ersubj ect ive realit ies thatinf luence notonlythe waypeople relat e to each other, affect inghow theylive together, butalso inf luence the wayofbeingand f eelingChilean. El hecho hi stórico acont ecido enChi le el 11de septi embre de 1973, es unt ema de alt a vigenci a enel país, a pesar del ti empo t ranscurrido. Es unperma- nent e punto de ref erenci a hi stórico, desde el cual se articu landi scursos públicos yprivados. A est e su- ceso se le at ribuyenbendiciones ymaldiciones, fue salvador ydest ructor, enriquecedor ycoart ador, se- gúnel cri st al conque se lo mi re. El diá logo ent re di stint as posturas se torna entonces dif íci l, puesto que ést as aparecencomo i rreconci li ables.Unos, apoyanincondici onalment e el golpe de Est ado, at ri- buyéndole la vuelt a al orden, la t ranqui lidad yel ser generador de unimport ant e desarrollo económico; ot ros, lo considerancomo la violent a int errupción de unproyecto de cambio soci al, enel que las per- sonas est abanprofundament e involucradas,ade- más, consi deranel t ema de derechos humanos como unasunto pendi ent e, a ser resuelto hoycomo res- ponsabi lidad soci al; unt ercer grupo avala el pro- nunci ami ent o mi lit ar como la int errupciónde ungo- bi erno enc ri si s, el de Salvador Allende, pero no jus- tifica la permanenci a de los mi lit ares enel poder por t anlargo período de ti empo, yc ritica las vi olaci ones de los derechos humanos cometidas durant e el go- bi erno mi lit ar. Represent ant es de estos t res grupos fueronen- t revi st ados para el present e t rabajo,reconst ru-

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Copyright 2004 by PsykheISSN 0717-0297

PSYKHE

2004, Vol.13, Nº 2, 57-72

María Isabella Prado, CEDURE, Bolivia. Mariane Krause,

Escuela de Psicología.

La correspondencia relativa a este artículo debe ser diri-

gida a María Isabella Prado, Centro de Estudios para el

Desarrollo Urbano y Regional (CEDURE), Calle Méxi-

co Nº 35, piso 1, of. 2, Santa Cruz, Bolivia. E-mail:

cedure@ infonet.com.bo

Representaciones Sociales de los Chilenos Acerca del

11 de Septiembre de 1973 y su Relación con la

Convivencia Cotidiana y con la Identidad Chilena

Chileans Social Representations About

September Eleventh 1973 and its Relationship

W ith Daily Living Together and Chilean Identity

María Isabella Prado

Centro de Estudios para el Desarrollo Urbano y Regional (Bolivia)

Mariane Krause

Pontificia Universidad Católica de Chile

El 11 de septiembre de 1973 es una fecha de profunda significación en Chile. Su vigencia muestra que, al hablar de

las representaciones sociales y los efectos actuales del 11, se está haciendo referencia a contenidos de un momento

específico dentro de un proceso. Se abordó este trabajo desde la perspectiva teórica de las representaciones

sociales, entendidas como una elaboración colectiva, intersubjetiva, posible a través de la comunicación y que se

constituye en una manera de interpretar y aprehender la realidad cotidiana (Jodelet, 1984; Wagner & Elejabarrieta,

1994). Los elementos valorativos, afectivos, simbólicos y cognitivos con que se mira el 11, construyen realidades

intersubjetivas que influyen en el modo de relacionarse de las personas, afectando la convivencia cotidiana e

interviniendo en el modo de ser y de sentirse chileno.

September eleventh of 1973 is a very important historical date in Chile. Its standing in social life shows that by

talking about social representations and today effects of September eleventh, we are talking about a specific

moment of a current process. The theory of social representations was chosen for this project, understanding

those as a collective, intersubjective construction, made possible through communication and becoming a way of

interpreting and understanding reality (Jodelet, 1984; Wagner & Elejabarrieta, 1994). The valorative, affective,

symbolic and cognitive elements through which September eleventh is looked at, help building intersubjective

realities that influence not only the way people relate to each other, affecting how they live together, but also

influence the way of being and feeling Chilean.

El hecho histórico acontecido en Chile el 11 de

septiembre de 1973, es un tema de alta vigencia en el

país, a pesar del tiempo transcurrido. Es un perma-

nente punto de referencia histórico, desde el cual se

articulan discursos públicos y privados. A este su-

ceso se le atribuyen bendiciones y maldiciones, fue

salvador y destructor, enriquecedor y coartador, se-

gún el cristal con que se lo mire. El diálogo entre

distintas posturas se torna entonces difícil, puesto

que éstas aparecen como irreconciliables. Unos,

apoyan incondicionalmente el golpe de Estado, atri-

buyéndole la vuelta al orden, la tranquilidad y el ser

generador de un importante desarrollo económico;

otros, lo consideran como la violenta interrupción

de un proyecto de cambio social, en el que las per-

sonas estaban profundamente involucradas, ade-

más, consideran el tema de derechos humanos como

un asunto pendiente, a ser resuelto hoy como res-

ponsabilidad social; un tercer grupo avala el pro-

nunciamiento militar como la interrupción de un go-

bierno en crisis, el de Salvador Allende, pero no jus-

tifica la permanencia de los militares en el poder por

tan largo período de tiempo, y critica las violaciones

de los derechos humanos cometidas durante el go-

bierno militar.

Representantes de estos tres grupos fueron en-

trevistados para el presente trabajo, reconstru-

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yéndose, a partir de sus relatos, las representacio-

nes sociales que tienen sobre los acontecimientos

del 11 de septiembre de 1973 en Chile, sobre sus

antecedentes y sus consecuencias para la identidad

nacional y la convivencia cotidiana.

Es importante considerar que a lo largo del desa-

rrollo de esta investigación se fueron sucediendo

importantes hechos que influyeron en las percep-

ciones y concepciones de la gente acerca del tema

del 11 de septiembre, reavivando las discusiones y

la toma de posturas. El 16 de octubre de 1998 Au-

gusto Pinochet, quien estuvo a cargo del gobierno

militar, fue detenido para someterlo a un juicio por

violación a los derechos humanos durante su régi-

men.

Durante los casi diecisiete meses que Pinochet

estuvo detenido en Londres, en Chile recobraron

intensidad los debates acerca de temas que se con-

sideran pendientes, como las responsabilidades en

cuanto a la violación de derechos humanos o la bús-

queda de detenidos desaparecidos. En este contex-

to, casi paralelamente a la detención de Pinochet,

surgió una instancia promovida por el gobierno de

Chile, con el ministro de Defensa a la cabeza. Esta

instancia fue llamada “Mesa de Diálogo” y estuvo

compuesta por militares, autoridades eclesiales, abo-

gados de derechos humanos, psicólogos y otros.

Los dos grandes objetivos fueron: lograr un meca-

nismo para conocer el paradero de detenidos des-

aparecidos, por un lado, y por otro, alcanzar una

reconstrucción histórica en que se reflejaran todos

los puntos de vista. La Asociación de Familiares de

Detenidos Desaparecidos se negó a asistir a esta

Mesa de Diálogo por considerarla teñida de intere-

ses políticos y, por lo tanto, con escasa voluntad de

lograr realmente sus objetivos.

En este mismo período, aumentaban día a día las

querellas planteadas en Chile contra Pinochet y con-

tra militares a quienes se acusaba de haber estado

implicados en la violación de derechos humanos en

el período del gobierno militar.

Pinochet es finalmente liberado por razones de

salud, llegando a Chile durante la primera semana de

marzo del año 2000. Nuevamente, se intensifican las

polémicas que se habían ido planteando los meses

previos.

Otro de los acontecimientos importantes que

tuvo lugar durante el desarrollo del presente trabajo

de investigación, fue la elección presidencial, que

tuvo como resultado la victoria del candidato socia-

lista de la Concertación.

Todos estos elementos intervienen de alguna

manera en los contenidos del material empírico reco-

gido, puesto que ubican los discursos en distintas

coyunturas. Sin embargo, no alteran las posturas de

base en que se inscriben las personas.

La investigación empírica realizada, cuyos resul-

tados se presentan en este trabajo, tuvo por objeti-

vo general reconstruir y comparar las representacio-

nes sociales acerca del 11 de septiembre de 1973 de

grupos integrados por personas de diferente orien-

tación política (derecha, izquierda y centro), com-

prendidas en un rango de edad entre 50 y 60 años, y

de relacionar estas representaciones sociales con la

convivencia cotidiana y la identidad chilena. Espe-

cíficamente se buscó:

1. Identificar los contenidos de las representacio-

nes sociales acerca del 11 de septiembre de 1973,

en cada uno de los grupos especificados (izquier-

da, centro y derecha).

2. Reconstruir la estructura de las representacio-

nes sociales de cada uno de los tres grupos abor-

dados (izquierda, centro y derecha).

3. Identificar los puntos de coincidencia y de dis-

crepancia en cuanto a los contenidos y la es-

tructura de las representaciones sociales acerca

del 11 de septiembre de 1973 de los distintos

grupos considerados.

4. Conocer y comparar la relación entre las repre-

sentaciones sociales acerca del 11 de septiem-

bre de 1973 y la identidad chilena, por una parte

y la convivencia cotidiana por otra, ambas des-

de la perspectiva de los distintos grupos abor-

dados.

A continuación se presentarán antecedentes

conceptuales y empíricos que fueron de relevancia

para la realización del estudio y la interpretación de

sus resultados, específicamente aquéllos referidos

a las Representaciones Sociales, la identidad y la

convivencia cotidiana. Posteriormente se expondrá

la metodología del estudio realizado, sus resultados

y, finalmente, conclusiones generales.

Representaciones Sociales

El concepto de Representaciones Sociales, como

lo definiera Moscovici, se refiere a un modo de en-

tender y de comunicarse particular, propio de una

sociedad o de un grupo social determinado, median-

te el cual se construye la realidad y el conocimiento

de la vida cotidiana (Moscovici, 1984).

Las representaciones sociales se entienden

como una manera de interpretar y aprehender la rea-

lidad cotidiana, de convertir lo desconocido en fa-

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miliar y otorgar un sentido a lo inesperado. Lo social

está presente en la génesis de las representaciones

sociales a través del contexto concreto en que indi-

viduos y grupos se sitúan; a través de la comunica-

ción que se establece entre ellos; a través de los

marcos culturales en que están insertos; y a través

de los códigos, valores e ideologías relacionados

con las posiciones y pertenencias sociales específi-

cas. En pocas palabras, las representaciones socia-

les se originan en la interacción de los individuos.

Como lo señalara Jodelet (1984), el concepto de

representación social corresponde a la intersección

entre las dimensiones psicológica y social. En cuan-

to a la primera, el individuo construye su pensa-

miento cotidiano, haciendo familiares los elementos

nuevos que van surgiendo en su vida social –y tam-

bién orienta su conducta– a partir de las representa-

ciones sociales. La segunda dimensión, la social,

está dada por el origen eminentemente grupal de la

representación social y por su asentamiento como

una construcción colectiva de carácter cultural

(Moscovici, 1984). De esta manera, las representa-

ciones sociales se instauran como una de las arma-

zones más definidas y potentes sobre las cuales una

subcultura o grupo social puede sustentar su con-

cepción de mundo.

Es en el proceso de conversación y en los me-

dios de comunicación de masas que los objetos so-

ciales son creados y elaborados por los actores so-

ciales, que pueden tomar parte en el proceso de co-

municación a través de los medios de los que dispo-

nen (Moscovici, 1984). Las representaciones socia-

les se constituyen además en un conocimiento so-

cial práctico, en tanto dan sentido a acontecimien-

tos y actos que terminan por ser habituales y con

los cuales las personas se relacionan.

En otras palabras, las representaciones sociales

intervienen en la forma de ver y valorar el mundo

que nos rodea y orientan la predisposición y el con-

secuente comportamiento hacia objetos sociales

determinados.

Al momento de reflejar cómo la gente piensa y

organiza su vida cotidiana, este concepto incorpora

contenidos no sólo cognitivos, sino también simbó-

licos y afectivos (Wagner & Elejabarrieta, 1994).

Sociogénesis de la Representación Social

El proceso de elaboración de conocimiento ge-

neralmente se produce a partir de modificaciones en

las condiciones de vida al interior de una sociedad.

Un fenómeno desconocido para un grupo, si es su-

ficientemente relevante, inicia un proceso de comu-

nicación colectiva para hacerlo inteligible y maneja-

ble y para adaptar simbólica y prácticamente al gru-

po a las nuevas condiciones de vida.

El resultado de los procesos comunicativos y

discursivos son las representaciones sociales, que

caracterizan el estilo de pensamiento de los miem-

bros de un grupo. El grupo da origen a un bagaje

común de conocimiento, sentido común y modelos

de justificación.

El discurso y la comunicación que crean las re-

presentaciones sociales tienen lugar en los grupos

reflexivos, que son aquéllos definidos como grupos

por sus miembros. En los grupos reflexivos los miem-

bros conocen su afiliación y tienen criterios dispo-

nibles para decidir que otras personas también per-

tenecen al grupo. En cambio, si un grupo es delimi-

tado por un observador externo mediante un criterio

arbitrario que no aparece en la conciencia de los

miembros, entonces se trata de un grupo nominal

(Wagner & Elejabarrieta, 1994). El conocimiento co-

mún implica entonces una identidad social común,

que es una precondición necesaria de los grupos

reflexivos.

La identidad social también permite a las perso-

nas dar verosimilitud a sus creencias cuando dispo-

nen de alguna evidencia. La verdad y racionalidad

de la representación social resulta de la relación en-

tre el conocimiento representado y la evidencia dis-

ponible, y no de la relación entre el conocimiento y

el mundo. En este sentido, la evidencia es el con-

senso social, es decir, las creencias que son compar-

tidas por los otros en un grupo. El consenso es en-

tendido en sentido funcional, y no numérico. Por

ello es que las representaciones sociales tienen “una

verdad fiduciaria, que es generada por la confianza

que depositamos en la información y los juicios cuan-

do los compartimos con otras personas” (Moscovici,

1988, p. 819).

En el caso de Chile, el 11 de septiembre significó

un evento vital importante en la historia del país,

puesto que afectó a la población en distintos ámbi-

tos: personal, familiar y social; y en éstos, en cuanto

a la economía, a las opciones de vida, a los lazos

afectivos. En este sentido, exigió un reordenamiento

y una reelaboración de los significados y objetos

sociales con que se contaba hasta ese momento. De

esta manera, los distintos grupos sociales que com-

ponían el país fueron construyendo su propia repre-

sentación social acerca del 11 de septiembre, con

los correspondientes componentes cognitivos, sim-

bólicos y afectivos frente a este hecho.

REPRESENTACIONES SOCIALES

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Se puede afirmar que los grupos de personas conorientaciones políticas de derecha, centro e izquierdaconforman grupos reflexivos, ya que sus miembrosson conscientes de su pertenencia y disponen decriterios para decidir si otras personas pertenecen tam-bién al grupo. Por ello es posible suponer que hanelaborado una representación social particular acercadel 11 de septiembre, posible de ser reconstruida, porcompartir estos grupos un espacio discursivo comúny una identidad social determinada.

Estructura de las Representaciones Sociales

Abric (1984, 1989, 1993) plantea que toda repre-sentación social está organizada de manera de po-seer un núcleo central y elementos periféricos.

Núcleo central. Es la parte más estable, cohe-rente y rígida de la representación, ya que está fuer-temente anclada sobre la memoria colectiva del gru-po que lo elabora, es decir, sobre las condicioneshistóricas y sociales del grupo. Además, tiene unafunción consensual y define la homogeneidad com-partida por el grupo, estableciendo un carácter nor-mativo de las significaciones que porta. El núcleocentral tiene dos funciones principales: una función

generadora, a partir de la cual los otros elementosde la representación adquieren o transforman su sig-nificado; y una función organizadora de las rela-ciones, que asocia los elementos de la representa-ción. Si el núcleo central desapareciera, la significa-ción –y por lo tanto, la representación– serían dis-tintas (Pereira de Sá, 1996).

Elementos periféricos. Éstos protegen la estabi-lidad del núcleo central, cumpliendo funciones prin-cipalmente adaptativas (Abric, 1993). El sistema pe-riférico es más sensible al contexto que el núcleocentral, conduciendo a la adaptación de grupos eindividuos a situaciones específicas y permitiendointegrar las experiencias individuales. Es de estamanera que se comprenden las variaciones indivi-duales de las representaciones. Aún a pesar de larelativa estabilidad del núcleo central de las repre-sentaciones sociales, es posible pensar en cambiosy transformaciones, cuando los elementos periféricosse tornan contradictorios con el núcleo central. Enuna búsqueda de coherencia, dicho núcleo puedellegar a modificarse (Pereira de Sá, 1996).

Representaciones Sociales y Memoria Colectiva

La memoria colectiva, tal como está planteada enun artículo de Jodelet (1993), así como en un estudio

de Íñiguez y Vásquez (1995), cuenta con varios pun-tos compartidos con el concepto de representacio-nes sociales: Es una construcción social, lo cual im-plica un carácter colectivo; toma en cuenta aspec-tos afectivos de los sujetos; considera al lenguaje yla comunicación como elementos indispensables enla dialéctica que le da origen; sus contenidos tienenefectos normativos y prescriptivos en el comporta-miento social; y, finalmente, otorga sentido a la di-námica social. Todo ello hace que se pueda definir elconcepto de memoria colectiva como una forma derepresentación social específica, es decir, como larepresentación social de un hecho histórico.

En el abordaje de acontecimientos históricosdesde los conceptos de memoria colectiva o repre-sentaciones sociales, se recoge no sólo la historiaformal, como relato de acontecimientos, sino tam-bién la significación que les otorgan distintos gru-pos sociales y la valoración que depositan en ellos.Es decir, dichos grupos reelaboran los acontecimien-tos sociales desde sus propias vivencias y median-te el intercambio de las mismas en sus espaciosdiscursivos. La reconstrucción de la memoria colec-tiva, o de las representaciones sociales, permite en-tonces recuperar experiencias particulares, incorpo-rando, además, elementos que no son sólo de ordencognitivo, sino también afectivo, simbólico e ideo-lógico.

Ejemplo de lo mencionado son los trabajos de laUniversitat Autónoma de Barcelona (Íñiguez, Díaz,Gil, Miralles, Torrens & Vásquez, 1997; Íñiguez &Vásquez, 1995), que abordan el estudio de la memo-ria colectiva, tomando como objeto la guerra civilespañola y considerando dicha memoria como unaconstrucción social y no como la mera suma de cons-trucciones individuales, es decir, manteniendo enestas reconstrucciones su carácter colectivo.

En uno de estos estudios se considera el len-guaje como el punto clave del análisis de la memoriacolectiva. Es a partir de la narración de las vivencias,que puede reconstruirse la memoria colectiva, sien-do en el acto de conversar que se reconstruye elpasado, reviviendo situaciones caracterizadas porsu vinculación cercana con la historia más personaly que, por lo tanto, incluyen referencias a la partemás afectiva de la propia historia (Íñiguez et al., 1997).Por ello, la memoria colectiva no es una réplica o unamera reproducción de los hechos históricos.

Jodelet (1993) explica cómo la memoria colectivano es una operación meramente cognitiva, sino unaconstrucción de carácter social que no deja de ladoelementos simbólicos y afectivos, los cuales tienen

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una influencia importante en la construcción de lamemoria colectiva.

Mediante este abordaje es posible comprenderlos mecanismos psicosociales por los cuales se mo-difican los contenidos principales de la memoria co-lectiva. A partir de dichos mecanismos se cambia lavaloración de un evento histórico, así como la cargaemocional contenida en relación a éste. Pero el pro-ceso no es simple; entran en juego complejos meca-nismos de interrelación entre las posiciones indivi-duales, los mensajes sociales y las condicionescontextuales, que generan una relación dialéctica,de influencia mutua.

Estudios Previos Sobre el Golpe de Estado

en Chile y su Relación con la Identidad

Nacional y la Convivencia Cotidiana

A continuación se mencionarán algunos traba-jos sobre el 11 de septiembre de 1973 en Chile. Algu-nos de estos estudios abordan el tema desde unaperspectiva psicosocial general, mientras otros uti-lizan el concepto de memoria colectiva.

Uno de los estudios existentes es el proyecto deinvestigación: “Estudio psicosocial de las formasde representación y recuerdo del 11 de septiembrede 1973” (Manzi, Haye & Krause, 1999). Este estu-dio tiene como objeto la estructura de la memoriacolectiva referida a la intervención militar del 11 deseptiembre de 1973 y descansa en la hipótesis gene-ral de que la representación de un hecho tan impor-tante de la historia política reciente en Chile “no essólo un producto de la cognición, sino también unaestructura que cumple importantes funciones de or-ganización, de información y de actitudes políticas”(Manzi et al., 1999, p. 4).

La investigación citada centra su relevancia enla representación de este hecho histórico como unantecedente fundamental en la identidad nacional ylos sentimientos y proyectos de las personas en re-lación a su nacionalidad. Identificar en qué formalos acontecimientos quedaron registrados en la me-moria social de las personas y cómo éstos condicio-nan los pensamientos, sentimientos y comporta-mientos en relación con el evento, resulta por lo tan-to indispensable.

Un tema también vinculado al 11 de septiembrede 1973 es el trabajado en la tesis de grado de Juricicy Reyes (1999), titulada “El Sí-No de la reconcilia-ción nacional. Las representaciones sociales de lareconciliación nacional en los jóvenes”. En esta te-sis se plantea la necesidad de estudiar la representa-

ción social que tienen los jóvenes en Chile acerca dela reconciliación nacional. Esto, a partir del supues-to que existen distintas maneras de entenderla, locual confunde el camino hacia su logro, siendo quela reconciliación nacional se ha constituido en unode los argumentos más debatidos por todos los sec-tores políticos en este último tiempo. La tesis plan-tea la necesidad de resolver el tema pendiente de lareconciliación nacional, puesto que su resoluciónrepercutirá en la convivencia nacional de los próxi-mos años.

En el análisis de sus resultados se encontró quepara los grupos de jóvenes que son hijos de vícti-mas de violación a los derechos humanos, así comopara los hijos de padres que votaron “No” en elplebiscito, uno de los requisitos centrales es la ver-dad, entendida como el esclarecimiento de los he-chos ocurridos durante el transcurso de la dictaduramilitar. Otro requisito sería la memoria histórica, en-tendida como el reconocer y compartir los hechosacontecidos en el pasado.

Por su parte, los hijos de padres que votaron“Sí” en el plebiscito, así como los hijos de uniforma-dos, plantean más bien el olvido y el paso del tiempocomo condiciones para la reconciliación, circunscri-biendo la necesidad de la verdad al tema del parade-ro de los detenidos desaparecidos.

Los resultados de esta tesis muestran cuán dis-tantes están los grupos, tanto en la definición de“reconciliación nacional” como en sus condicionesde posibilidad.

Dentro de la perspectiva psicosocial también seencuentran los estudios promovidos por el Institu-to Latinoamericano de Salud Mental y DerechosHumanos (ILAS). Se destacan las investigacionesde Elizabeth Lira, importante psicóloga chilena, quientiene un trabajo extenso en el tema de derechos hu-manos, tanto en terapia con víctimas de violación dederechos humanos, como en estudios de los efec-tos del miedo, la violencia y la amenaza política en lavida de Chile.

El trabajo más importante para el presente estu-dio es la publicación “Psicología de la amenaza polí-tica y el miedo” (Lira & Castillo, 1991), en el cual seexplican los medios por los cuales el miedo fue elmecanismo privilegiado de control de la conductacolectiva durante los años de dictadura, generandoen la sociedad chilena la fragmentación de los lazossociales, puesto que uno de los elementos sustan-tivos del miedo fue la sospecha, utilizada discre-cionalmente para limitar los contactos entre las per-sonas.

REPRESENTACIONES SOCIALES

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Otra línea de estudio es la de la traumatización

terciaria (Agger & Buus Jensen, 1996; Becker, 1994),desde la cual se sostiene que, a pesar de que granparte de la población chilena no se vio afectada di-rectamente por actos represivos vinculados al gol-pe de Estado y al período de gobierno militar, éstano se sustrajo al clima de represión vigente en elpaís. El vivir siendo testigos de hechos violentos yatentatorios de los derechos humanos los hizo suje-tos de una traumatización terciaria, la cual es aquéllaque se produce por la traumatización primaria o se-cundaria de otros, con los cuales el que sufre latraumatización no está directamente vinculado emo-cional o socialmente. De acuerdo con estos estu-dios, otro de los factores que afectó a las personasno directamente dañadas por la represión, fue el mie-do a ser considerado sospechoso y, por lo tanto, apoder llegar a ser víctima de represión. Este miedodejó de ser una reacción momentánea de defensafrente a una amenaza percibida, para convertirse enun sentimiento crónico en los individuos, llegandoa ser un estado permanente en la vida cotidiana (Lira& Castillo, 1991).

De esta manera, se entiende que los efectostraumáticos producto de las violaciones a los dere-chos humanos se pueden identificar no sólo en lasvíctimas directas, sino también en la sociedad en suconjunto (Juricic & Reyes, 1999). Por lo tanto, setrataría de una traumatización social.

También existen en Chile trabajos que se refierena los efectos de la dictadura en las relaciones socia-les y la convivencia cotidiana. La situación de mie-do prolongado vivida en la dictadura dejó como he-rencia la noción de “amigos-enemigos” y la sospe-cha de encontrarse frente a un enemigo (Lira & Cas-tillo, 1991). De acuerdo a estos autores, una de laspautas que caracterizó las relaciones sociales fueuna desconfianza básica tanto hacia dichas relacio-nes como también hacia las estructuras sociales. Porello, las relaciones sociales se habrían mantenido enun plano superficial, evitándose el compromiso. Otrode los efectos sobre las relaciones sociales y la con-vivencia cotidiana que se describe es el recluirse,aislarse, evitar vincularse con otros, reduciéndoselas relaciones sociales a la familia más estrecha, amanera de disminuir la amenaza latente que pendíasobre todos los chilenos de ser considerado “ene-migo”.

Lira y Castillo (1991) proponen que el miedo ori-ginado en el período del régimen militar ha sidointernalizado y acoplado a estructuras psíquicaspreexistentes. Por lo tanto, a pesar del final de este

régimen de gobierno, la presencia invisible del “mie-do crónico” se mantendría como un componente la-tente de las relaciones sociales.

Otra perspectiva es aquella que focaliza en lapérdida y el duelo, vinculándolos con la reconcilia-ción (Capponi, 1999). Al haber vivido la sociedadchilena una situación traumática, ésta habría impli-cado grandes pérdidas para diversos sectores. Es-tas pérdidas no se refieren solamente a la muerte odesaparición de un ser querido, sino también a ele-mentos intangibles que integran la dimensión hu-mana, como son las utopías. Todo ello requiere unproceso de duelo. Citando a Capponi (1999):

“La elaboración del duelo, de aquello perdido,destruido o abandonado, determina en forma signi-ficativa el progreso cultural y político de una socie-dad. Si este duelo no se elabora adecuadamente,sus efectos quedan latentes y se trasmiten haciatodas las instituciones sociales” (p. 8).

Para llevar adelante el proceso de duelo en elcaso de los agredidos, el elemento primero es cono-cer los antecedentes y detalles de lo ocurrido, encaso de la pérdida de algún familiar. Ello permitiríaotorgar un significado a la pérdida, que antes no secomprendía. También se señala como importante lapresencia del cuerpo o los restos del deudo, comoobjeto concreto que lo representa y cuya cercanía lepermite constatar el deceso y no seguir cargándolocomo un fantasma. En el caso chileno, esta etapa delduelo en muchos casos no ha podido realizarse,puesto que muchos de los detenidos en la época delgobierno militar, continúan desaparecidos.

De acuerdo a Capponi (1999), el conocimientode lo ocurrido debe además contar con un reconoci-miento social. El que ciertos hechos queden en laesfera más estrecha, mientras el resto de la sociedadlos ignora o los niega, como ha ocurrido durantemucho tiempo en Chile, perturba el proceso de due-lo. Un recurso inicial para ello fueron los grupos depersonas organizadas en función de experienciascomunes (Agger & Buus Jensen, 1996). Ello contri-buyó a superar el sentimiento de irrealidad genera-do a partir de la negación y distorsión de hechos delos cuales ellos habían sido testigos.

En último término, un proceso de duelo llevadoadelante y culminado positivamente, llevaría a la re-conciliación, entendida como la consecuencia de la ela-boración de un conflicto vivido. Capponi (1999) plan-tea que la reconciliación es, por lo tanto, una conse-cuencia de dicha elaboración y no la causa de la misma.

Varios de los trabajos chilenos también vinculanel 11 de septiembre de 1973 con la identidad nacio-

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nal. La identidad nacional se origina principalmentea partir de compartir un proceso histórico y un espa-cio geográfico. Se refuerza a partir de símbolos eíconos que conforman el sentimiento de lo nacional,como son la bandera, el escudo, el himno, las fechaspatrias. De acuerdo a Vila, del Valle, Perera, Monrealy Barret (1998), las personas son miembros de va-rios grupos sociales (familiar, étnico, social, etc.).Ellas se clasifican e identifican como miembros dealgunos de estos grupos, autocategorización subje-tiva que tiene diversos grados de implicación. En laconstrucción de la identidad nacional, se da un pro-ceso complejo, puesto que se entrelazan las creen-cias, actitudes, valores, la historia, las prácticas so-ciales, que están socialmente compartidas por otraspersonas que también se identifican como pertene-cientes al grupo.

Algunos estudios desarrollan argumentos porlos cuales es posible sostener que la identidad na-cional sufrió un quiebre a partir del 11 de septiembrede 1973. Así, Lira y Castillo (1991) afirman que elimpacto de la amenaza política que se ejerció duran-te el régimen militar, alcanzaba a toda la sociedad y atodos los sujetos, facilitando la extrema polarizacióndel país durante el gobierno militar el que la izquier-da fuese designada como el sector portador de unaidentidad maligna que amenazaba al conjunto de lasociedad, ya que “el grupo en el poder definió, deacuerdo a criterios ideológicos, que esos sectoresno formaban parte de la identidad nacional (… ). Comoefecto de este proceso, la identidad nacional seescindió, al definirse la exclusión de un grupo nacio-nal desde criterios ideológicos antagónicos” (Lira& Castillo, 1991, p. 234).

Otros de los argumentos por los cuales se puedeplantear que el 11 de septiembre de 1973 originó unafractura en la identidad nacional se construye a par-tir de la constatación de que los objetos de referen-cia son distintos para los varios grupos sociales.Ello da lugar a normas y valores diferentes que mol-dean la representación del hecho histórico. Lo quepara unos fue positivo y la “salvación del país”,para otros fue más bien la “destrucción de los idea-les”.

Por otra parte, el concepto de identidad nacionalimplica compartir un proceso histórico y, si bien Chilecomo país ha vivido un mismo acontecimiento, lamemoria colectiva construida acerca de éste refleja-ría posturas antagónicas. Ello lleva incluso al no re-conocimiento del otro, a la negación de su identi-dad, siendo que el reconocimiento es una condiciónde la existencia de la identidad. Ello habría ocurrido,

por ejemplo, cuando se afirmaba que no existían losdetenidos desaparecidos. Por lo tanto, la agrupa-ción de familiares no tenía razón de ser, no teníaidentidad.

Vínculos Conceptuales que

Enmarcan el Problema

Los trabajos antes mencionados muestran cómolas representaciones sociales (o la memoria colecti-va), la convivencia cotidiana y la identidad mantie-nen una estrecha vinculación.

Las representaciones sociales albergan un ba-gaje común de conocimientos, que surge en granparte de una identificación compartida con determi-nados objetos sociales. Este bagaje va creando unaidentidad social común, por lo cual puede decirseque las representaciones sociales originan identida-des sociales.

Por otro lado, las representaciones sociales in-fluyen sobre la convivencia cotidiana, en tanto suscontenidos orientan la predisposición y el compor-tamiento de los grupos reflexivos. A su vez, los acon-tecimientos sociales relevantes que tienen lugar enel ámbito de la convivencia cotidiana, generan espa-cios discursivos que pueden influir sobre las repre-sentaciones sociales.

Por su parte, la identidad se constituye en unafuente de sentido en tanto es portadora de la cargaafectiva del grupo de pertenencia. La identidad afectalas representaciones sociales, porque es a partir deésta que se lee la realidad y se incorporan selectiva-mente algunos atributos culturales a la representa-ción, buscando conservar el núcleo central y la co-herencia de la estructura de la representación. Perotambién influye sobre la convivencia cotidiana, yaque el sentido dado por la identidad a la realidadpercibida y la carga afectiva que conlleva, afectanlas relaciones sociales y la convivencia cotidiana,porque implican normas y valores que orientan elcomportamiento.

La convivencia cotidiana, al ser el espacio enque la identidad persigue su reconocimiento, puedeverse afectada por la dinámica entre los grupos quebuscan su legitimidad. Esta búsqueda puede resul-tar en la aceptación y valoración positiva de la iden-tidad grupal, así como en la alienación de la misma.Por último, en el espacio de la convivencia cotidianatambién pueden surgir elementos nuevos que se in-corporan a la identidad, sin estar presente, necesa-riamente, la tensión por el reconocimiento de unaidentidad determinada.

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Tabla 1Participantes

ORIENTACIÓN POLÍTICA DE DERECHA

NOMBRE EDAD OCUPACIÓN NSE ESTUDIOS RESIDENCIA Nº ENT.Tita 49 Dueña de casa Medio Universitarios inc. Peñalolén IBernardo 55 Ingeniero civil Medio-alto Universitarios Vitacura IIIEduarda 60 Endocrinóloga Medio-alto Universitarios Las Condes VIElena 51 Enfermera Medio Universitarios Providencia VIIIDaniel 55 Adm. empresas Medio-alto Universitarios inc. Las Condes XII

ORIENTACIÓN POLÍTICA DE IZQUIERDA

NOMBRE EDAD OCUPACIÓN NSE ESTUDIOS RESIDENCIA Nº ENT.Ximena 54 Médico general Medio Universitarios Macul IIJuan 50 Ing. Electrónic. Medio-alto Universitarios Providencia VIIAmparo 55 Enfermera Medio Universitarios Ñuñoa XTeresa 52 Psicóloga Medio Universitarios Providencia XIPedro 58 Sac. jesuita Medio-alto Universitarios inc. Las Condes XIII

ORIENTACIÓN POLÍTICA DE CENTRO

NOMBRE EDAD OCUPACIÓN NSE ESTUDIOS RESIDENCIA Nº ENT.Luis 60 Neurólogo inf. Medio-alto Universitarios Providencia IVMario 58 Neuropsiquiatra Medio Universitarios Providencia IXAna 49 Dueña de casa Medio-alto Universitarios Las Condes XIVSara 50 Dueña de casa Medio-alto Universitarios Providencia XVManuela 50 Abogado Medio Universitarios Maipú XVI

Método

Participantes

La selección de los participantes se realizó a partir de

una estrategia sucesiva, es decir, eligiendo a los primeros

entrevistados, analizando la información que aportaban y

desarrollando criterios a partir de los cuales se seleccionaron

las siguientes personas. El proceso de selección se cerró apli-

cando el criterio de saturación teórica de las principales ca-

tegorías de análisis.

De acuerdo a la orientación o preferencia política que

manifestaban los participantes, se los agrupó en: derecha,

izquierda y centro. Esta orientación fue especificada por los

mismos entrevistados y requería haberse mantenido estable

en el tiempo. No se tomó en cuenta a personas que tuvieran

o hubiesen tenido militancia política, puesto que interesaba

conocer las representaciones de personas no directamente

vinculadas a actividades partidarias.

Los grupos fueron conformados por cinco personas cada

uno, con un rango de edad entre 50 y 60 años, edad que

permite que las personas consideradas hayan sido adultos

jóvenes en la época del 11 de septiembre de 1973. Se escogió

a personas de ambos sexos, pertenecientes a los niveles

socioeconómicos medio y medio alto y con estudios univer-

sitarios (completos o incompletos).

La Tabla 1 agrupa a los participantes en función de sus

características más relevantes para este estudio.

Recolección de la Información

Antes de comenzar la recolección de información pro-

piamente tal, se realizaron dos entrevistas piloto que sirvie-

ron para afinar el guión en términos de lenguaje, compren-

sión de preguntas, secuencia lógica de los temas abordados,

aún cuando este último punto estuvo sujeto al orden lógico

del discurso del entrevistado.

Se realizaron 15 entrevistas en profundidad, del tipo

semi-estructurado, con un guión de temas para abordar. Este

tipo de entrevistas permitió tener presentes los temas cen-

trales que debían ser tomados en cuenta, pero además, al

basarse en preguntas abiertas, dio la posibilidad de una

interlocución flexible por parte del entrevistador cuando

alguna respuesta no estuvo clara o requirió mayor especifi-

cación.

Análisis de la Información

El análisis de la información se realizó tomando como

base metodológica la Grounded Theory (Glaser & Strauss,

1967; Strauss & Corbin, 1990), que postula el descubrimien-

to de la teoría desde los datos, mediante un proceso inductivo.

Este proceso se hace a partir de la codificación de la infor-

mación obtenida, es decir, la categorización de los pasajes de

las entrevistas en niveles mayores de abstracción, para arti-

cular el material analizado.

El análisis tuvo tres momentos: a) se inició con la codi-

ficación abierta del material de las entrevistas en la etapa

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inicial, lo que implicó descomponer, examinar, comparar,

conceptualizar y luego categorizar los datos en esquemas de

clasificación jerárquica; b) se realizó una codificación axial,

en la que los datos fueron relacionados, estableciéndose co-

nexiones entre las distintas categorías que emergieron en la

codificación abierta; c) se realizó una codificación selectiva,

en la que se seleccionó la categoría central, en torno a la que

se integran las demás categorías, lo que en definitiva permi-

tió reconstruir las representaciones sociales de cada grupo y

establecer sus relaciones con la identidad nacional chilena y

con la convivencia cotidiana.

Resultados

Los resultados se estructuran en función de cin-co categorías centrales, emergidas en el análisis delos datos. Éstas son: antecedentes del 11 de sep-

tiembre, que describe el período previo a esta fecha;el 11 de septiembre, que relata los hechos y percep-ciones acerca de ese día; efectos actuales del 11 de

septiembre, que considera las consecuencias del 11de septiembre vigentes hasta el día de hoy; visión

de futuro, que toma en cuenta las proyecciones acercade la realidad chilena a la luz de los sucesos del 11 deseptiembre, sobre todo relacionadas a las posibili-dades de un cambio positivo en relación con losconflictos vigentes originados en esa fecha; y valo-

ración del período de gobierno militar, donde sedestacan logros, episodios negativos y elementosde legitimación del sistema de gobierno militar.

Antecedentes del 11 de Septiembre

El modo de construir el período histórico del ‘73varía de acuerdo a los grupos reflexivos. Una prime-ra diferencia es evidente cuando se compara el énfa-sis que los distintos grupos otorgan a los antece-dentes del 11 de septiembre.

En el caso del grupo de derecha, el período pre-vio al 11 es descrito de manera amplia y detallada,haciendo notar principalmente la difícil situación bajola cual se vivía, marcada por la escasez, el mercadonegro, la inflación.

Por otro lado, también desde la perspectiva de laderecha, la situación social se describe como caótica,violenta, con el país paralizado por las huelgas y lainterferencia en las actividades laborales, es decir, unasituación de desgobierno. Además, la derecha tienela convicción de que grandes sectores que apoyabana Allende, sectores principalmente populares, esta-ban armados, lo cual generaba una amenaza de guerracivil a desencadenarse en cualquier momento.

A las condiciones descritas se añade, desde laóptica de la derecha, la sensación subjetiva de vul-

nerabilidad y amenaza, aspecto que no está presen-te en los otros dos grupos (izquierda y centro). Cabehipotetizar que dicha sensación se originaría en elhecho de ser parte de la oposición de quienes en esemomento estaban en el poder, que además eranpercibidos como agresivos y radicales en sus ideo-logías.

En la representación del grupo de derecha, estasituación de caos y desgobierno es responsabilidadde la Unidad Popular, derivando el país en una crisisde tal envergadura que obligó la intervención de lasFuerzas Armadas para restituir la estabilidad a lanación.

Por su parte, los grupos de izquierda y centro, sibien reconocen una situación de caos, desgobiernoy polarización en el país, no otorgan a estos eventosel mismo énfasis que el grupo de la derecha. Por suparte, sólo la izquierda destaca lo que serían aspec-tos positivos de aquella época, como son la vitali-dad y el compromiso social por un proyecto común.En este grupo no se cuestiona la validez de los cam-bios que se estaban llevando a cabo ni se duda desu carácter positivo, a diferencia de la derecha y elcentro.

Una diferencia importante entre los grupos deizquierda y derecha es la intencionalidad que atribu-yen a los miembros del gobierno de Allende: la dere-cha considera que habían abusos de poder y discri-minación contra los opositores, actitudes sosteni-das por un gran resentimiento social; en cambio laizquierda destaca el compromiso por el cambio haciauna sociedad más equitativa, aunque considera quela juventud e inexperiencia de muchos provocó se-rias consecuencias.

El grupo de centro, asumiendo una mayor dis-tancia frente a los hechos, critica las medidas toma-das por la Unidad Popular por considerarlas ilegíti-mas (no tenían mayoría absoluta), hace notar la faltade autoridad que prevalecía, así como la desorgani-zación e inexperiencia, pero también atribuye res-ponsabilidad en los hechos del 11 al boicot y a laprovocación deliberada del caos socioeconómico departe de grupos opositores, ambos factores que fi-nalmente abrieron las puertas para la intervenciónmilitar.

En este sentido, en las representaciones de losgrupos de izquierda y centro se refleja la convicciónde la existencia de grupos organizados que desarro-llaron actividades sistemáticas con el fin de derrocaral gobierno de la Unidad Popular. En cambio, en larepresentación del grupo de derecha es interesantenotar que no hay ninguna mención a acciones con-

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certadas en función a ese fin. Sólo se mencionanactuaciones de ciertos grupos opositores que mani-festaban su descontento frente al gobierno de Allen-de, pero no de manera conexa entre sí, ni con miras adestituirlo. Asimismo, el grupo de derecha tampocohace mención a la intervención del apoyo extranjeroen las acciones de gestación y ejecución del golpede Estado, mientras que la izquierda y el centro men-cionan como importantes gestores del golpe a losEstados Unidos y la CIA.

La derecha atribuye las causas de la interven-ción militar a las características del gobierno de Allen-de y a la grave situación por la que atravesaba elpaís. En cambio, la izquierda considera que las cau-sas se centran fundamentalmente en las reaccionesde oposición que se generaron desde el momentomismo en que se eligió un gobierno de corte socia-lista, a lo cual se habría añadido la actitud de la opo-sición chilena y las difíciles condiciones políticasgenerales a las cuales se había llegado; el gobiernosocialista habría amenazado los privilegios tradicio-nales de ciertos grupos y se buscó destituir a Allen-de para poder conservarlos. La izquierda no consi-dera que las características del gobierno de Allendejustificaran un golpe militar. Por su parte, el grupo decentro comparte las causas del grupo de derecha,pero al igual que la izquierda, también plantea queexistió una reacción en contra de la elección de ungobierno socialista.

El hecho que determinaría el momento del pro-nunciamiento militar, de acuerdo a la representaciónde la derecha, habría sido la necesidad de evitar lasdivisiones en las Fuerzas Armadas, provocadas porrepresentantes de la Unidad Popular. En contraste,los grupos de izquierda y centro comparten la con-vicción de que el golpe se dio en ese momento paraevitar el plebiscito programado por Allende, quesometería a votación popular la continuidad de sugobierno.

El 11 de Septiembre

Los hechos ocurridos el día 11 de septiembre de1973 son descritos de modo muy similar por los tresgrupos. De manera coincidente, se hace referencia alas acciones militares desplegadas aquel día:allanamientos, detención de personas, toque de que-da, bombardeo del palacio de La Moneda. Las dife-rencias surgen al momento de conocer las reaccio-nes que estos sucesos produjeron en los distintosgrupos y la interpretación que se les dio.

La intervención militar hace que la derecha recu-pere la confianza en el funcionamiento del país ysienta alegría porque interpreta este hecho como elfinal de la situación de caos y desabastecimiento.En cambio, las reacciones inmediatas de la izquierdason muy diferentes: se buscan medidas de protec-ción, puesto que aún quienes no habían participadoactivamente en el gobierno de Allende, considera-ban que el haber sido simpatizantes del mismo loscolocaba en una situación de riesgo; además, se pro-dujo en algunos una reacción de incredulidad frentea la reacción de agresividad y fuerte apoyo a la inter-vención militar de parte de personas cercanas. Den-tro del grupo de centro hay, al parecer, un menorvínculo afectivo con los grupos en pugna, tanto deizquierda como de derecha. Sin embargo, como chi-lenos, los simpatizantes del centro político se venafectados por la destrucción de un símbolo históri-co, como es el palacio de La Moneda, acto que ade-más consideran inútil y desproporcionado, dadaslas escasas posibilidades de resistencia; al mismotiempo, la intervención militar les produce la recupe-ración de la esperanza en el futuro, por ver en ésta elfinal de la situación de crisis y desgobierno. El únicoaspecto que los tres grupos comparten es la preocu-pación por sus familiares, debido principalmente a lasituación de incertidumbre que reinaba.

Los acontecimientos del día 11 y la interpreta-ción que se hace de ellos, son factores que crean, enel caso de la izquierda y el centro, un clima subjetivode miedo y temor. La izquierda además vive una si-tuación de confusión e incredulidad al conocer lossucesos, más la sensación generalizada de traición,puesto que Pinochet había sido uno de los genera-les nombrado por Allende y sin embargo, era él quiencomandaba el golpe. En contraste con este climasubjetivo, es importante notar la absoluta ausenciaa referencias de este tipo en el grupo de la derecha,lo cual permite hipotetizar que, al apoyar la acciónmilitar, ellos no percibían razones para la inseguri-dad.

En la interpretación que hacen del 11 los distin-tos grupos, emergen nuevamente importantes dife-rencias. El grupo de la derecha considera que el 11fue una situación de guerra, inevitable por la grave-dad de las condiciones a las que se había llegadocomo país. En este sentido, la intervención de lasFuerzas Armadas es vista como necesaria para darrespuesta a la crisis y evitar una guerra civil. Al en-tender el 11 como una guerra, se normalizan las muer-tes ocurridas ese día, puesto que detrás de la defini-

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ción de guerra está implicada la consideración de unenfrentamiento parejo entre dos grupos en similarescondiciones y compuestos por personas que vo-luntariamente formarían parte de ellos. Desde estaperspectiva, los reclamos por las muertes ocurridasen este enfrentamiento pierden legitimidad.

La interpretación de la izquierda contiene pro-fundas diferencias con aquella de la derecha. Paraeste grupo el 11 representa la interrupción de unproyecto político alternativo, así como el fin de idea-les y utopías. En la izquierda existe la certeza de queeste proyecto fue interrumpido deliberadamente,puesto que atentaba contra los privilegios tradicio-nales de una clase social en Chile y contra el sistemaestablecido por potencias mundiales como EE.UU.La izquierda retiene que la violencia desplegada porla intervención militar fue desproporcionada en rela-ción a los motivos que la originaron. Además, a par-tir del 11 se habría incluido el temor en la vida coti-diana, temor que subsiste hasta hoy a pesar de viviren democracia.

Por su parte, el grupo de centro es el único cuyainterpretación contiene variaciones a lo largo del tiem-po. En el momento de los hechos, el centro conside-ró necesaria la intervención militar como una solu-ción para resolver la situación de caos que se vivía.Aún así, se califica de desproporcionado el desplie-gue militar frente a las posibilidades reales de resis-tencia que tenían los partidarios del gobierno deAllende. A la luz del tiempo, el 11 es interpretado porel centro como un violento cambio en el sistemapolítico y económico (aspecto que sin embargo notiene una connotación explícita, ni positiva ni nega-tiva). A esta interpretación se suma la percepción deun quiebre en proyectos vitales y lazos afectivosentre muchas personas y el considerar el 11 comouna experiencia dramática para Chile.

Efectos Actuales del 11 de Septiembre de 1973

En las representaciones sociales del 11 de sep-tiembre se distinguen efectos sociales sobre distin-tos ámbitos: la convivencia cotidiana, la identidadchilena, las condiciones económicas y políticas, elsistema jurídico y las posibilidades de justicia.

Convivencia cotidiana. La derecha organiza losefectos del 11 de septiembre sobre la convivenciacotidiana, distinguiendo tres espacios: la sociedaden general, la familia y el trabajo. En cambio, la iz-quierda y el centro hablan en términos más genera-les y abstractos, mencionando por un lado, las rela-

ciones interpersonales en distintos contextos (fami-lia, trabajo), y por otro, el clima social actual. Ade-más, también el abordaje es distinto, puesto que lasrespuestas de la derecha en torno a la convivenciacotidiana son bastante descriptivas, mientras que laizquierda, y en menor grado, el centro, hacen refe-rencia a valores que orientan dicha convivencia,como la intolerancia hacia la diferencia (no sólo enpolítica), el individualismo o el autoritarismo, por ci-tar algunos. Finalmente, es de destacar que sólo laizquierda menciona efectos actuales del 11 de sep-tiembre sobre la valoración de lo colectivo, siendoeste elemento una muestra de su postura ideológi-ca. Para la izquierda, las nuevas generaciones ya notienen interés ni en proyectos ni en espacios colec-tivos, y las organizaciones sociales no tienen vigen-cia, primando el individualismo.

Entrando en el detalle, para el grupo de derecha,la convivencia cotidiana en la sociedad en general,se caracterizaría por la polarización e intolerancia conposturas políticas distintas, por un lado, y por latensión en las relaciones, por otro. Ello implicaríauna profunda división ideológica y la irreconcilia-bilidad entre opciones diferentes, lo cual llevaría a lapérdida del respeto en relación al otro. La tensión severía reflejada en la dificultad de mantener relacio-nes interpersonales libres de la preocupación deconocer la postura política del otro, por las repercu-siones que ello podría tener. A nivel familiar, los en-trevistados de derecha consideran que el 11 generódistanciamiento entre los miembros de la familia y alinterior de ésta; se busca evitar los temas políticosde manera deliberada para no provocar confronta-ciones entre los familiares. En el espacio de trabajo,la derecha percibe la posibilidad de consecuenciasnegativas ante la explicitación de la propia posturapolítica, principalmente cuando ésta no coincide conquienes tienen mayor jerarquía. Mientras más radi-cales son las posiciones, hay mayor posibilidad deroces y agresiones entre las personas.

La izquierda y el centro hacen referencia a lasrelaciones interpersonales, caracterizándolas comodifíciles a causa de las diferencias políticas. La pola-rización es el resultado más claro de estas dificulta-des. Pero, además, el centro identifica ciertas estra-tegias utilizadas para evitar las confrontaciones,como la reserva de las propias opiniones y el llevaradelante un comportamiento regido por el “deberser” antes que por la expresión genuina de las prefe-rencias. La izquierda va más allá y define las relacio-nes interpersonales como carentes de espontanei-

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dad, teñidas por la desconfianza, con la necesidadpermanente de ubicar la postura política del otro pararegular las propias respuestas y evitar exponerse acríticas y agresiones. Una manera de compensar estasituación, según la izquierda, es crearse un espaciocon quienes se comparten ideas importantes, un“ghetto”, como lo define uno de los entrevistados.

En cuanto al clima social actual, tanto la izquier-da como el centro le atribuyen características comola intolerancia a la diferencia, aprendida durante elrégimen militar, por un lado, y el aislamiento socialque, en cierta manera se relaciona con dicha intole-rancia. A ello, ambos grupos agregan las consecuen-cias de las violaciones a los DD.HH., aspecto que escompletamente omitido en el grupo de derecha. Laizquierda reconoce, además, que a partir del 11 seincorpora el miedo a la vida cotidiana, como unarespuesta aprendida durante el régimen militar.

A pesar de algunas diferencias que aparecenentre los grupos, existe un importante acuerdo entorno a la presencia de polarización social ligada alas opciones políticas. El temor a las consecuenciasde la explicitación de la propia postura hace pensarque está implicada una fuerte carga afectiva: criticaro agredir una opción política, es criticar y agredir asu vez, profundamente, a la persona. La opción po-lítica es, entonces, parte constitutiva de la identidady de la historia de un sujeto, con los componentescognitivos y afectivos que ello implica.

En pocas palabras, hay acuerdo en torno al fuer-te daño que ha sufrido la convivencia cotidiana,aunque cada grupo se ubica como víctima al hablarde las dificultades de relación, y nunca como agre-sor.

Identidad chilena. Los valores chilenos habríansufrido modificaciones con relación a etapas pre-vias al 11 de septiembre. Para los tres grupos esimportante la influencia del factor económico: la de-recha considera que hoy los chilenos buscan más elbienestar material y priorizan el trabajo por sobre lafamilia y el ocio; sin embargo, esto no cuenta, porparte de este grupo, con una valoración claramentenegativa, sino que es aceptado como algo inevita-ble, como una consecuencia del modelo vigente. Laizquierda es más severa al juzgar los efectos del sis-tema económico implantado a partir del 11 de sep-tiembre, atribuyéndole el fomento de valores a partirde modelos basados en el estatus económico (comola ostentación y el consumismo). El centro reconocetambién la pérdida de la austeridad como modo devida que caracterizaba al chileno, así como al au-

mento del consumismo. Además del factor económi-co, la izquierda considera que se vive hoy la pérdidade referentes ideológicos claros que orienten las elec-ciones personales y el modo de vida de las perso-nas.

La forma de ser del chileno también se habríavisto afectada negativamente a partir del 11 de sep-tiembre, de acuerdo a los tres grupos. Sin embargo,la derecha no atribuye las causas directamente al 11,sino a las consecuencias inevitables del modelo eco-nómico. La izquierda considera que el 11 convirtió alchileno en una persona menos solidaria, con miedoa discrepar y que busca evitar los conflictos. Por suparte, el centro, además de describir al chileno ac-tual como desconfiado, es el único grupo que en-cuentra un efecto positivo del 11 de septiembre, comoes, la apertura originada por las experiencias de mu-chos chilenos en el exterior, lo cual los habría enri-quecido.

Finalmente, en cuanto a la identidad nacional, laderecha no hace referencia a este punto. La izquier-da y el centro consideran que el 11 de septiembre esmotivo de vergüenza debido a los abusos cometi-dos en contra de los DD.HH. Además, la izquierdadefine la identidad nacional como fragmentada, entanto percibe la dificultad de hablar de una historiacomún y de metas comunes como chilenos.

Condiciones políticas y económicas. Únicamen-te el grupo de derecha hace mención a los efectosdel 11 de septiembre sobre las condiciones políticasy económicas del país, con una valoración altamen-te positiva. De hecho, la izquierda no percibe efec-tos positivos en ninguna de las condiciones de vidadel país y el centro sólo menciona las posibilidadesde apertura que tuvieron muchos chilenos al dejar elpaís durante los años de gobierno militar, como úni-co aspecto positivo.

De acuerdo a la postura de la derecha, las condi-ciones políticas actuales en Chile se habrían vistomuy favorecidas, puesto que a raíz de la intervenciónmilitar del 11, desaparece el sistema comunista, perci-bido como una amenaza. Además, se estigmatiza detal manera la actividad política, que la juventud ya nose interesa en esta forma de participación, aspectoque la derecha considera positivo; esta despolitizaciónlograría que las nuevas generaciones estén menospolarizadas, superando la dificultad tan característicadel período previo al 11 de septiembre.

El notorio mejoramiento de las condiciones eco-nómicas es el gran éxito del modelo implantado apartir del 11 de septiembre, de acuerdo a la derecha.

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Si bien este grupo percibe algunos elementos nega-tivos, como el sobreendeudamiento de las personaso la incompatibilidad de las horas de trabajo con lavida familiar, éstos se consideran como males meno-res que pueden ser corregidos, y no como factoresque pongan en crisis un sistema que es, en términosgenerales, positivo.

Sistema jurídico. El sistema jurídico es un ámbi-to tratado únicamente por el grupo de izquierda. Estegrupo considera que durante el gobierno militar im-plantado desde el 11 de septiembre se incorporaroncambios a la constitución política, cambios que aúnestán vigentes y no permiten hablar de una demo-cracia plena, sino más bien de una “democracia vigi-lada”, como algunos la llaman, puesto que existentodavía espacios cubiertos por personas afines alrégimen militar y porque algunas designaciones decargos públicos se realizan de manera arbitraria (comolos senadores designados, por ejemplo). Además, lalegislación se encontraría atrasada con respecto aotros países en temas como la censura, el aborto o eldivorcio, por citar algunos, debido a sectores con-servadores heredados de la dictadura, que no per-miten modernizarla.

Las posibilidades de justicia. Únicamente el cen-tro hace referencia a las posibilidades de justicia entorno al tema de la violación de DD.HH. En este sen-tido, la percepción es más bien pesimista, puestoque si bien el centro considera que la Ley de Amnis-tía es, en cierta forma, el reconocimiento de delitos,ésta impide su sanción.

Además, los éxitos económicos que muchos atri-buyen al gobierno militar, opacan el tratamiento delos temas pendientes en la justicia, de acuerdo a lapercepción del centro.

Visión de Futuro

Al hablar del futuro, los entrevistados se refirie-ron principalmente al cambio positivo que se buscalograr para Chile, siendo el centro el único que serefirió a dicho cambio explícitamente como “reconci-liación”, aunque todos los grupos apuntaron a losmismos contenidos.

La derecha es el único grupo que teme por elfuturo, debido a la presencia de un presidente socia-lista (Ricardo Lagos) y a la percepción de disminu-ción de poder de los grupos políticos de derecha, locual le hace imaginar situaciones de crisis similaresa las ocurridas durante el gobierno de Allende. Deesta misma manera, la percepción de factibilidad de

un cambio positivo es casi nula en este grupo, enclaro contraste con el centro, que confía ampliamen-te en las posibilidades de reconciliación, debido asu apreciación de posturas menos radicales en losgrupos involucrados. La izquierda no descarta lasposibilidades de cambio positivo, aunque es máscauta y hace notar los obstáculos existentes, loscuales se verán más adelante.

La derecha identifica como responsables de lle-var adelante un cambio positivo, principalmente amiembros del gobierno y a políticos, al igual que laizquierda. Sin embargo, esta última añade también alos tribunales de justicia, instancia que es mencio-nada sólo por este grupo. El centro incorpora a polí-ticos, FF.AA., autoridades del gobierno militar, Igle-sia, haciendo de este problema, un tema de todos.

Las condiciones para este cambio positivo soncontrastantes entre los grupos de derecha e izquier-da. Mientras la primera propone una Ley de PuntoFinal, que acabe con el tema de violación de DD.HH.,la segunda plantea la necesidad de justicia y sancio-nes por los delitos cometidos. El centro consideraindispensable el conocimiento de los hechos ocurri-dos, así como el reconocimiento social de que huboviolaciones a los DD.HH. El énfasis en el juicio y lasanción a los responsables, es menor que en la iz-quierda.

Para alcanzar el cambio positivo, el grupo de de-recha considera que es importante mirar hacia el fu-turo y no hacia el pasado, olvidar y dejar pasar eltiempo. Sin embargo, este olvido no es aprobadopor el grupo de izquierda como condición para elcambio.

A pesar de las marcadas diferencias, los tres gru-pos coinciden en señalar que una de las condicio-nes para lograr un cambio positivo es el hallazgo delparadero de los detenidos desaparecidos (DD.DD.),comprendiendo que las heridas no pueden sanar coneste tema pendiente.

La derecha considera que la falta de perdón, eldeseo de venganza, el rencor, la agresividad y lafalta de comprensión de las circunstancias históri-cas en que ocurrieron los hechos, por parte de losfamiliares de DD.DD., es un importante obstáculopara alcanzar el cambio positivo. Asimismo, la pos-tura de organizaciones de DD.HH. y sectores de iz-quierda es considerada por este grupo como guiadapor el odio y por el interés de mantener y manipularpolíticamente el tema de los DD.DD. en beneficiopropio. Completamente opuesta es la percepción delgrupo de izquierda, quien considera que la ausencia

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de justicia y la impunidad en las violaciones a losDD.HH., así como la presencia actual de algunosactores del golpe en la vida pública chilena, obsta-culizan la resolución de los conflictos vigentes. Laizquierda coincide con el centro en que la actitud dela sociedad también debe ser modificada para alcan-zar la reconciliación, sobre todo a través del recono-cimiento social de los delitos cometidos durante elrégimen militar. Además, la izquierda considera im-portante que la sociedad abra un espacio para escu-char a los afectados. El centro sostiene que el temorde las FF.AA. de perder legitimidad al conocerse supapel en determinados hechos de violación deDD.HH., así como la justificación que algunos sec-tores hacen de las muertes ocurridas bajo la concep-ción de que se trataba de una situación de guerra,detienen el proceso hacia la reconciliación.

Para finalizar, los tres grupos afirman que el paíscuenta con fortalezas que le permitirán apoyar elcamino hacia un cambio positivo. La derecha valorala disminución que percibe en la polarización políti-ca, lo que facilita el diálogo; la izquierda realza eltratamiento judicial que se está dando a los casos deviolaciones a los DD.HH., como una importante se-ñal de que la justicia es posible; y el centro tiene laconvicción de que el conocimiento que se está ad-quiriendo acerca de los sucesos ocurridos duranteel gobierno militar, llevará a un equilibrio entre lasdiversas posturas.

Es interesante notar que los tres grupos, al ha-blar de los obstáculos existentes para el cambio po-sitivo o la reconciliación, no se nombran a sí mis-mos. Es decir, los obstáculos estarían dados por lasactitudes de los otros. Lo mismo ocurre para el logrode las condiciones de cambio: son los otros quienesdeben modificar su postura. De esta misma manera,ninguno de los grupos hace referencia explícita afortalezas con que podrían contar para el cambio. Esdecir, ninguno de los grupos asume que puede tenercierta responsabilidad en el logro de dicho cambio.Es difícil encontrar la predisposición a asumir unaposición activa para modificar las condiciones delpaís en torno a este tema.

Valoración del Gobierno Militar

Es importante destacar que los contenidos refe-ridos a la valoración del gobierno militar se hicieronpresentes únicamente en el grupo de derecha, y demanera espontánea, puesto que no era un tema con-templado en la pauta de entrevista.

La aparición de este acápite hace pensar en unabúsqueda de legitimación del gobierno militar de partedel grupo de derecha, en tanto realza sus logros yminimiza la gravedad de las violaciones a los DD.HH.,atribuyéndolas a abusos de personas a cargo, esdecir, personalizándolas y quitando responsabilidada la estructura de gobierno. En muchos casos seduda de la veracidad de las denuncias, quitándoleslegitimidad.

Por otra parte, se normalizan las muertes, en tan-to la derecha considera que se trataba de una condi-ción de guerra. Esto mismo hace que los métodosviolentos, como la represión y el miedo, se validen.Asimismo, la derecha niega la condición de “dicta-dura”, refiriéndose más bien a un “gobierno militar”.

Cabe preguntarse ¿por qué surgen estos conte-nidos en este momento y sin ser requeridos en laentrevista?

Varias de las entrevistas coincidieron con la de-tención de Augusto Pinochet en Londres y con elinicio de las querellas en su contra, hechos que pro-movieron debates, discusiones y reflexión en tornoal 11 de septiembre y al período del gobierno militar,así como también surgieron confrontaciones yenfrentamientos. Dadas estas circunstancias socia-les en que se realizaron las entrevistas, es posiblehipotetizar que las cada vez más frecuentes denun-cias de violaciones a los DD.HH., así como la apari-ción de hechos que sugieren que éstas eran parte deun sistema de gobierno, y no hechos aislados, sonargumentos que atacan directamente el núcleo cen-tral de la representación social del grupo de dere-cha. La reacción es la de proteger este núcleo, pues-to que en él se sostiene toda la estructura de la re-presentación. De ahí la necesidad de reforzar loscontenidos centrales de la representación social.

Discusión y Conclusiones

Bajo la premisa de que un conocimiento con másdetalle acerca de las posturas en torno al 11 de sep-tiembre permitiría conocer los puntos de encuentro(si los hubiere), y los principales argumentos en quehay desencuentro, es que se abordó este trabajo deinvestigación, esperando contribuir a la compren-sión en torno a las condiciones de posibilidad parala reconciliación nacional. Para esto, se abordó lainvestigación a partir de la teoría de las representa-ciones sociales como marco teórico e interpretativo,entendiéndolas como una manera de interpretar yaprehender la realidad cotidiana, como una forma de

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conocimiento social que da sentido a acontecimien-tos y actos que terminan por ser habituales y conlos cuales las personas se relacionan (Jodelet, 1984;Wagner & Elejabarrieta, 1994). El concepto de repre-sentaciones sociales resultaba pertinente por el ca-rácter colectivo del origen del fenómeno a abordar,origen que se da en los grupos reflexivos a través dela conversación.

Desde esta perspectiva el lenguaje cobra impor-tancia, algo que se hace evidente cuando, para elcaso particular de Chile, se conocen tantos términosque hablan de lo ocurrido el 11 de septiembre, concargas valorativas absolutamente distintas. Así,“pronunciamiento militar” es distinto de “golpe mili-tar” y “dictadura” difiere de “gobierno militar”. Cadauno de ellos hace referencia a un marco interpretativodiferente y ubica a quien habla en una determinadapostura ideológica.

Los resultados mostraron que la representaciónsocial de la derecha acerca del 11 de septiembre de1973 es profundamente distinta de aquella de la iz-quierda. El centro se aproxima estructuralmente a laizquierda aunque mantiene algunas coincidenciascon la derecha en cuanto a determinados conteni-dos.

Las diferencias en las representaciones socialesdan cuenta de marcos valóricos e interpretativos dela realidad muy distintos, ubicados en posicionesideológicas diferentes. Uno de los puntos de mayordesencuentro entre los grupos de izquierda y centrofrente al de derecha, es el referido a las violaciones alos derechos humanos y los detenidos desapareci-dos. Mientras que para la derecha son temas de tra-tamiento individual, para la izquierda y el centro sonuna responsabilidad social. Esta distinta visión lle-va a proponer estrategias opuestas de resolucióndel conflicto: la derecha propone el olvido y el pasodel tiempo, la izquierda, la identificación de los res-ponsables y la sanción correspondiente; el centro,la necesidad de asumir responsabilidades y seguirlos procesos judiciales.

Asimismo, se buscó conocer la relación que losgrupos de entrevistados establecían entre el 11 deseptiembre y la convivencia cotidiana actual, des-cubriéndose la visión de daño que ha sufrido esteespacio de la vida de las personas, no sólo en térmi-nos de relaciones interpersonales, aspecto respectodel cual coinciden todos los entrevistados, sino tam-bién en el clima social actual, que estaría cruzadopor el autoritarismo, la intolerancia y la polarización,

de acuerdo al grupo de izquierda y, con menor énfa-sis, al grupo de centro. Por su parte, las relacionesinterpersonales se caracterizarían por la tensión, lapolarización en las posturas políticas que dificultanel diálogo, y el miedo, ya sea a estar expuesto a críti-cas, a recibir sanciones sociales o al conflicto y con-frontación, que conllevan el riesgo de ruptura. Lasestrategias descritas para enfrentar y manejar lasrelaciones interpersonales son diversas y están enrelación a la opción política.

Otro de los intereses de este trabajo se centró enla relación que los grupos de entrevistados estable-cen entre las representaciones sociales del 11 deseptiembre y la identidad chilena, encontrándose queel mayor acuerdo gira en torno a la presencia de ladesconfianza y la disminución de la solidaridad comoformas de ser de los chilenos. Además, se recono-cen cambios originados a partir del sistema econó-mico implantado durante el régimen militar, que ha-bría promovido la competencia y el consumismo. Sinembargo, la valoración que se otorga a estos aspec-tos varía de acuerdo a los grupos: para la derechason consecuencias naturales del modelo económi-co, por lo demás, exitoso, mientras que para la iz-quierda y el centro, son efectos claramente negati-vos.

Los elementos valorativos, afectivos, simbólicos,así como cognitivos que los grupos depositan en eltema del 11 de septiembre, construyen realidadesintersubjetivas distintivas. La representación que setiene en torno al 11 de septiembre llega a formar par-te constituyente de la identidad de los grupos estu-diados en este trabajo (derecha, izquierda y centro).Dicha construcción también interviene en el modode relacionarse entre la personas, en la convivenciacotidiana entre familiares, amigos, en situaciones detrabajo y relaciones entre grupos, llegando a involu-crar muchas veces altos montos de tensión y agresi-vidad. El riesgo de ruptura en las relaciones estápresente, a veces explícita, y a veces implícitamente,lo que dificulta el diálogo y el acuerdo entre las dis-tintas opciones.

Finalmente, cabe señalar que, a partir de los re-sultados de la presente investigación, las posibili-dades de reconciliación no resultan evidentes, enparticular porque las distintas representaciones so-ciales del 11 de septiembre de 1973 llevan altas car-gas valorativas y por el estrecho vínculo que tienencon las identidades de cada uno de los grupos in-cluidos en el estudio.

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