Rubio - Novela elegíaca en cuatro tomos

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Poesía sobre peronismo en Argentina

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Novela elegíaca en cuatro tomos:tomo uno

Alejandro Rubio

Ediciones VOX

Este libro se t>dita mediante un subsidio a la creaciónotorgado por la Fundación Antorchas, concurso 2003.

Rubio, Alejandro. .f (l . Novela elegíaca en 4 tomos. -Ja.ed. - Bahía Blanca: VoxSenda, 2004.

1]111. rJS 48 p.; 21x16 cm.

;2, 5 ISBN 987-1073-12-7

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1. Poesía Argentina. 1. TítuloCDD A861

Quedahecho el depósitoque marca la ley.I.S.B.N. N°: 987~l073-12-7

Queda hecho el depósito que marca la.ley.

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ilustración de tapa:Víctor Florido

Diseño y maquetería: Carlos M. Mux / Amilcar P.Gutiérrez

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Novela elegíaca en cuatro tomos:tomo uno

Capítulo uno:La mente de Perón

Sólo hay fotos.Son falsas.

El hombre bajo,ridículo, caminandoatrás, con un paraguaslo protege.

y desde otro puntode vista: detrás del vidrio,de las gotas en el vidrio,el perfil, indio,de prócer.

Esto no existe.Es sólo el cadáver.

Como si la menteproyectara la trama de su menteen todas las mentes.

Menemmente.Cafieramente.Ludermente.Miguelmente.Isabelmente.

Emanacionesde un dios

que se expanden,se debilitan,por los espacios infinitos,finitos ...

y nada de Evita.Evita es el mitomontonercrprogresista­académico, nada de charlasobre Evita y Jamandreu,nada de poemas lujosossobre el cadáver de la reina puta.Evita es el cadáver y pu nto.

Sólo lamente vence al tiempo,organizada, ramificadaen pelos y dendritas, en nudosde los que brotan otros nudos,para invadir

incluso el verano del 96,cuando creías que el pueblomerecía morir, incinerarseen su propia gomosa estupidez.

Sólo la tramade la mente y la organizaciónvence al cuerpo, al pueblo.Ni pintura de uñasroja cada dos sílabas,ni lamentos, ni piedad,ni encuestas: mente

y organización, juntas,vencen.

A los enemigosya los amiqos,A los profetasy a los estetas.Lo necesario o la foto,donde se quedan los realistas,idealistas. Este es el desiertodonde se piensa, se piensahasta que se cae la piel a.tirasen la felicidad del pueblo.

Que es como un niño.Es un niño. Imitaa su padre porque lo ama.Imitandoal padrese llega a ser adulto.

Este es el desierto sin música.Sin maravillas. Este es el desiertodonde se piensa,callado,en los signosde lo que hay que hacer.

No me jodas con Cristo.Cristo no estuvo en un desierto como éste.Podía divertirse con tentaciones.No va a venir el diablodisfrazado de modelo top

a ofrecerte tus deseos.Acá el único deseo es pensary continuar pensando y empezara pensar.

Cocina. Verano.Partido. Diario.Un corazón seco,El pueblo argentino está muerto.No va a resucitar. Si resucita,será otra cosa, noel pueblo argentino.La piel vieja tieneque caer, caer, caer.La mente piensa el viejo cuerpotanto como el nuevo, porque no le importa.A la mente le importan tres cosas:1) la felicidad del pueblo, que no eseste pueblo ni el viejo pueblo;2) vencer; 3) estar tanto al principiocomo al final como en cada segmentoanélido, mínimo, del tiempo.2 de noviembre del 2002.

Capítulo dos:La desaparición del peronismo

Proemio

Días de petardos y payas?s,ambos, para desmentir el clichéde efímeros y estruendosos, continuos,larvados, parásitos que se toman su tiemposabiendo que la larga vida del huéspedes el negocio óptimo, como lo sabe el vendedor de drogasque acodado en la ventanilla del coche japonés reconviene:te estás quemando, pibe, un pelpa hoy, no dos;y así como el adicto ruega Ymoquea,las narinas transparentes y las manos húmedas,nosotros elevamos plegarias por una muerte rápida.'Cabeza en el Culo es capitoste; en cada árbolun legislador colgado; tres pesos con sesenta las facturas.Como si su fin tantas veces anunciadotomara visos de realidad, la clase obreracarece de proyecto y líder y no le importa.Antes de que el próximo traidor desove su ley fundamentalen las vejigas de la mayoría parlamentaria y la soga corredizacierre el nudo sobre cuellos que se preciaron de robustoscon aires de heroísmo que mejor hubieran reservadopara una guerra verdadera, hay tiempo de mirar atrásy descubrir, si no la .solución, sí el origenbiológico y causa eficientede la paz desastrosa que se abatesobre las espaldas del pueblo argentino.

Noviembre del 83: recuerdos de untaxldermlsta

Ya quería, escribir.Entre frascos de formoly herramientas enigmáticas, yoquería escribir: comprabala revista Vuelta Sudamericana,que sudaba de cultura y decía continuarel proyecto Sur.Portaba esa tarde en el quioscouna tapa como la cruz enarboladafrente a Drácula:NUEVA LITERATURA ARGENTINAYabajo doce nombres.Doce apóstoles para una nueva era.Robándole tiempo al taller de mi padre-mi padre, pitecantropus, Vulcano de Domínico,con su peste y sus manos percudidasque sostenían firmes cada nocheal otro lado de la mesa el ejemplar de Crónica­descubrí el novel universo,donde se podía jugar,se debía jugar y se jugaba.¿Con qué? Con las palabras,palabras. ¿No eran las palabras,antaño cargadas de peso y sangrehasta parecer, cómo no,fofas y violáceas, como Papasapopléjicos én fila en la navesin percibir que los feligreses deseanirse al cine a ver a Travolta,ahora como exóticos juguetes orientalescuya función se tarda una vida en desentrañar?Los escritores hacían manchas con témpera,

cadáveres exquisitos de factura irónica,saltaban como focas atravesando círculos de fuego,se tragaban espadas y se arrojaban de un décimo pisoy, cosa de maravilla, nunca morían.La muerte era un setentista pasado de copasen una fiesta dark tratando de contar un cuentosobre un lugar llamado Taco Ralo.También podía acudirse a la parodia:¡Parodia! ¡Parodia! retumbaba en mi cabezacomo el trueno de Yavé, parodia epistolar,parodia de ~iscursos políticos de izquierda y derecha,parodia castrense, parodia cervantina,parodia quevediana, parodia de Silvina Bullrich,parodia erótica, parodia policial,parodia de ciencia ficción, parodia de novela rosa,parodia del correntino con una manguera en el culo,parodia del ex delegado barriendo una pizzería de Patricios."Comprendo que un autor se preocupepor cómo hacer que un personaje en Sumatra llegueen el próximo capítulo a Persia pero ¿cómo no reírmesi lo veo preocupado por la raigambre social de su obra?":estas palabras me quemaron el cerebro como hierro ardientey como un becerro marcado comencé a berrearsentencias de escarnio hacia aquelllos que con ideas falaceshabían embarrado la cancha del arte nacional.Hoy que tengo las manos trabajadas por los químicosy que el fantasma del viejo ya no me correen sueños por pasillos puntuados con lámparas hediondas,hoy que el trabajo es una cabeza de dogopor la que me pagarán la manutención de Un mes,veo con afecto ese prólogo a una vida abandonada,ese aire de fineza que la literaturaargentina de Vuelta Sudamericanadio a mi juventud de otro modo recluida en la chaturaCO;110 una tarta de jamón en un táper.

Una experiencia moral

Dejemos de lado los dos añosde interregno cívico. Entre el peronismo y el peronismocontemplé sonriente cómo la fiebre éticamedio se comía, medio se mezclaba a la rabiapor las vacaciones que ya no se podían solventar.En Sociología aprendí a amarla revolución entre cartelesy chicos de las mejores familias.Soñé un tiempo con ser el Che Guevara,sueño del que me sacó Lucrecia,una mujer de diez, que me dio dos hijosque son la luz' de mis ojos.Comenzaron las preocupaciones.Una casa más grande, mejores implementos.Cevello los proveyó. y yo vi el malconcentrado en un rostro, una/pelada'bajo los focos del seto Voté a Chacho en las constituyentesporque era necesario refundar una repúblicaal margen del conturbenio bipartidista.y me encontré temblando por la eventualidadde que el dólar se disparara. 'Yo que veía en un espejo oscurome vi en un agua transparente:con mis ideas, mi buena conciencia,mis lecturas, mi sensibilidad social,era un pequeño burgués.y cada ente quiere persistir en su ser.:>e refilón, irónicamente,el ministro y su presidente me proporcionaron!a más invalorable experiencia moral.No obstante no los voté en el 95,¿quién los votó?

Un texto crudo

En las cornisas de la ~asa presidencial(Olivos, WaspJ.r'9ton) las palomas(cuervos; á'g~il~s 'calvas) comen(zurean, graznan, devoran) (...)y los pequeños niños que visitanel museo ( Cabildo) se impresionan(se asombran, se ríen) antela grandeza de los próceres que fundaronla nación (el imperio, la empresa bananera).y sus maestras sueñan con casarsecon un diputado (concejal) que se las ponga y se ponga'a trocha ym()che.(pertinazmente} mientras' las cortinasde gasa blancá ,{Úetona azul} flameancon el viento del verano ( del destino).

El homenaje a los caídos

Acá, bueno, estamos,los de siempre más algunos,la curiosidad, ciertonovel espíritu cívico, los cánticosse elevan como exacto reversode una plegaria por los muertos:como acusación a los asesinosante una Justicia ni de ésteni del otro mundo, algo puramentemental; los carteles y las banderasy en el centro ellas, las amazonas,firmes en la desmentida a la idea comúnde la vejez como edad de la moderación,el vino chirle y la ironía: no en vano una dijo"nuestros hijos nos parieron" y si tuviéramosuna verdadera imagen de esos hijossería más fácil caminar hacia la segunda plazacon ellas a la cabeza y nosotrosa lo largo de la avenida dondeni los comercios más fachos cerraronconversando de causas y cosas, entonando por reflejouna consigna, un fenómeno cada cualen su ámbito, una vaga comunidad afectivasin una sola idea efectiva, a menos que lo seael aplauso a cada declaración maximallsta,ese regocijo ante el escándalo de la derechaque nos hace sentir peligrosos cuando temblamosante el posible aumento del cable.Las palomas, los policías, ellas y nosotroscompartimos el espacio, odio en un circuitoy oleosa contemplación animalen el otro y es un milagro que el últimono afecte al primero, ¿en qué país viven?

Televisión

y así en nuestras casas de lataentró la modernidad de Kyoto.Era reluciente y petrificante y nos dabaun aura de fosfeno suficientepara que leyéramos en la noche las aventurasde Carlitas Junior. Un artista de estos barrioslo inmortalizó en verso y dio a la miseriaconsuetudinaria un barniz-de glamour.Nuestro pecado, para ellos, era querer vivircomo ellos, que no querían vivir como nosotrospero sí gozar de un perfume moral que sus teoríasnos atribuían. Para despreciarlos no había másque prender el televisor y disfrutar de los sorteos,las fiestas, las palmeras, los descapotables, los gatos,los restaurants llenos, la música bailable,los bailes, los bailarines, los grandes pechos;los pechos enormes, los pechoscomo globos aerostáticos y asíhasta que las velas no ardan y dale que vaque el radical resentido nunca. nos va a verinundados o juntando cartón.

Noviembre del 89: la traición

En el living los ojos ruedandel televisor a la bibliotecay del póster indecible a la taza cascadaexpulsando lo que ven:el verdugo bendecido por la víctima.Vivir encriptado por añospara emerger y ser pisadocomo un insecto. Así salió de su casael guardián sin darse cuentay en una esquina frenó un Mercedesy se bajó el cumpa con dientes nuevosque abrazándolo le dijo:soy subsecretario, las arcas están abiertas,fluye el oro como un río y tenés que bañarte en él.A lo que el guardián contestó:llevo la doctrina muy hondo en el corazóncomo legado a mis hijosy los hijos de mis hijos y los hijosde los hijos de mis hijos hasta que el último de mi sangrecaiga exánime bajó su cartel en la manifestación.La idea es más fuerte que el tiempo y el tiempomás que los hombres, más ~ue vos,turrito. Meté el culo en ese fierro y apoltronatecon tu vaso de whisky y disfrutá lo que te dejenporque ya se está desbastando la madera con que se hará la tacuaraque te va atravesar de lado a lado. Al frente de la montonerayo preparo la emboscada enhiesto en mi caballo,la mirada clara oteando las señales del porvenir.

Moraleja

Como dos perros que se olfatean el culo, .como el chancho que hoza alegre, como la fila de cacerolasque flota en el río, llevando reporteros minúsculoshacia el Uruguay, como la gente parada frente a una vidrieracon la mente en blanco, mojada, interiorizada,como las fosas de Chacarita que se abren para hacer lugar,como el bipolar adicto al electroshock que provoca al enfermero,así es el país, el pueblo y nosotros,artistas, inteleetuales y poetas:el parásito y el huésped.

Capítulo tres:Más allá de la patria soberana

Qué fue de la bicicleta nueva del niño pobre,qué de los diques, los embalses,los flujos dominados, orientadosque dejaban un claro en el centrodonde podíamos prender un fueguitoy contarnos historias de la miseria pretérita.A veces salgo a caminar por mi suburbiocomo si no viviera ahí y veo alucinadodetrás de una valla de chapas un limoneroque cada año da suficientes limonespara alejar la gripe, el resfrío y otros malesde la zona donde la madre cuece su bizcochuelo.Veo también rostros embotadoscon el rastro de un sueño en la comisurade los párpados, alcohólico tal vez,pero preñado de una justicia incomprensible,mágica, como si el premio esperarapor cada uno en la puerta del juzgado o templo,envuelto en papel de regalo, con moño y leyendaalusiva a las crueldades padecidas.Cuando se inclinan a pegar el tacazoen el pool desangelado donde la cervezasale uno cincuenta, el Capitalles mete un dedo, suavey profundo dedo del Capital,hasta la garganta y atravesadospor el medio sus instintosgiran en torno a tal eje sin zafarhacia la tierra prometida del interés propio.Las tarotistas les muestran porvenires de caramelosin lucha ni fragor ni cárcel honorable;pagan y se van con la nuevade otro contrato por seis meses, de un posiblebrote en el huerto polvoriento donde. un malvón

alza solo su cabeza al sol semiescondido.A veces fantaseo, con los adolescentesque se insultan entre sí por costumbre,con una música que acompase cada pieen la marcha arcaica hacia la capital desdeñosay con fuego en Recoleta, con artistas de tevéempalados que al Señor rueguenpor la continuidad de sus depósitos.

Indice

Capítulo uno: La mente de Perón 13

Capítulo dos: La desaparición del peronismo 19

Proemio 21

Noviembre del 83: recuerdos de un taxidermista 23

Una experiencia moral 25

Un texto crudo 27

El homenaje a los caídos 29

Televisión 31

Noviembre del 89: la traición 33

Moraleja 35

Capítulo tres: Más allá de la patria soberana 37